Oración: Amén - Parroquia de San Andrés Apóstol

Transcripción

Oración: Amén - Parroquia de San Andrés Apóstol
Oración:
La que abriste el corazón a Dios en el silencio
y corriste a las montañas de Judá
para llevar a casa de Isabel la Buena nueva.
La que escuchaste los clamores del pueblo
y cantaste con él:
Alegraos los pobres, humildes y sencillos;
nuestro Dios es Salvador y cumple la promesa.
Tú nos diste a Jesús en la Nochebuena
y al pie de la cruz.
Tú estuviste en Pentecostés con los discípulos
ayudándoles a ser Iglesia misionera.
Gracias por tu silencio y fiel espera,
por acoger a Jesús y por tu entrega,
por ser Madre de Dios y Madre nuestra.
Contigo abrimos el corazón a Dios
y a la esperanza.
Junto a tí queremos ser comunidad
que reza y celebra;
comunidad abierta, sobre todo a los pobres,
y fraterna.
Nuestra Señora de la Esperanza,
Bendice a nuestro Barrio,
a los que son felices y a los que sufren,
a los que creen y a los que buscan,
a los que pasan y a los que niegan.
Ayúdanos a ser en medio de este pueblo,
familia unida, de comunidades hermanas
San Andrés, San Jorge,
Nuestra Señora de la Esperanza y del Espíritu Santo,
donde unidos sacerdotes, religiosos y seglares,
seamos de verdad: Iglesia comunión y misionera.
Amén
w w w. s a n a n d r e s a p o s t o l . c o m
CICLO A - 2010
«ADVIENTO TIEMPO PARA SOÑAR»
Vamos a dar nuestro último empujón a
nuestros sueños y prepararnos para abrirle las
puertas de nuestro mundo y de nuestro corazón a
Jesús en la gran fiesta de la Navidad. En estos
días se siente ya por todas partes la proximidad
de la llegada del Señor. Hoy, en este último domingo de Adviento, a las puertas ya
de la Navidad, nos unimos de corazón a la Virgen María, la Madre de Dios, “NTRA.
SRA. DE LA ESPERANZA”; y del mismo modo que Ella esperó el nacimiento de
su Hijo, también nosotros debemos vivir intensamente el deseo de recibir al Señor
que viene a salvarnos.
Luz, cambio y paciencia, forman ya parte de nuestros sueños de Adviento.
Nos falta el cuarto, la CONFIANZA. Ésta nos despierta y nos ayuda a abrir esa gran
puerta: LA ESPERANZA.
Hoy el Evangelio nos habla de San José, el esposo de María. Como Dios le
habla en sueños al corazón y se llena de confianza. Ser confiado es tener una
esperanza firme.
Confiar en Dios es despertar y abrir la puerta a la esperanza, el nacimiento
de Jesús.
Oración:
Como tú María,
quiero estar disponible y lleno de confianza.
Como tú José,
quiero acoger con fe los signos que me envía.
María y José,
ayudadme a acoger a Jesús como quien es,
“Dios con nosotros”.
Guiad mis pasos de día y de noche.
Sed mis estrellas y mis llaves de confianza,
para que pueda abrir la puerta de la ESPERANZA
y acoger a Jesús que vive y reina
en la unidad del Padre y del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
ISAIAS 7,10 14
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo». Respondió Acaz: «No la pido, no
quiero tentar al Señor». Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os
basta cansar a los hombre que cansáis incluso a Dios? Pues el Señor, por su
cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le
pondrá por nombre Emmanuel, que significa: «Dios con nosotros»».
SALMO RESPONSORIAL
(Sal. 23)
Va a entrar el Señor, él es el Rey de la Gloria.
ROMANOS 1,1 7
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el
Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras
santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David;
constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su
resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este
don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de
su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A
todos los de Roma, a quien Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos,
os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
? Mateo
1, 18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba
desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo, por
obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla,
decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le
apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas
reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del
Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él
salvará a su pueblo de los pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo
que había dicho el Señor por el profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz
un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa: «Dios con nosotros»».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se
llevó a casa a su mujer.

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