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ESTUDIOS DE PRAGMÁTICA Y TRADUCCIÓN Editores: Silvia Izquierdo Zaragoza, Sarah Henter y Rebeca Muñoz Valero Correctores: Fran Franco, Sarah Henter, Silvia Izquierdo Zaragoza y Rebeca Muñoz Valero Portada: Sarah Henter Edición general: Silvia Izquierdo Zaragoza y Rebeca Muñoz Valero Maquetación: Rebeca Muñoz Valero Editorial: EDITUM (Universidad de Murcia) Año de publicación: 2015 ISBN: 978-84-608-2760-3 Título de la obra: Estudios de Pragmática y Traducción Autor: VVAA Temática: Lingüística Descripción: Estudios lingüísticos dentro de los campos de la Pragmática y la Traducción Palabras clave: Lingüística, Traducción, Pragmática, Fraseología Idiomas: Español e inglés 2|Página Índice PRÓLOGO _________________________________________________________________________________ 5 I. PRAGMÁTICA __________________________________________________________________________ 8 1. Las partículas discursivas de contraexpectativa. ¿Refuerzo o mitigación? ___________ 9 MARÍA AMPARO SOLER BONAFONT 2. Fundamentos teóricos para la regulación de las máximas conversacionales desde la pragmática lingüística intercultural ________________________________________ 33 ANDRÉS MONTANER BUENO, MARI CRUZ PALOMARES MARÍN 3. Argumentación y Pragmática en el Accidente de Metrovalencia _________________ 55 CARMINA COPETE ARGENTE 4. Aproximación a la segmentación del subacto en la conversación coloquial española ____ 73 ELENA PASCUAL ALIAGA 5. Conectores discursivos en producciones argumentativas y narrativas de jóvenes mexicanos __________________________________________________________ 103 KARINA PAOLA GARCÍA MEJÍA 6. Las cadenas nominales y la estigmatización de la realidad referida en el periodismo informativo _________________________________________________________ 119 NURIA BARRANCO FLORES 7. El condicional contrafáctico en la construcción de espacios mentales y su despliegue en la argumentación jurídica ________________________________________________ 135 EDGARDO GUSTAVO ROJAS 8. Pro-drop and topic continuity in Italian and Modern Hebrew _________________ 154 ILARIA BACOLINI 9. El caso Bárcenas: descripción y análisis de los argumentos de no compromiso _______ 168 TOMÁS CÓRCOLES MOLINA 3|Página 10. Breve introducción al estudio de los aproximativos _________________________ 199 ADRIÀ PARDO LLIBRER 11. El uso estratégico del silencio en conversaciones de mujeres: ¿reafirmación o transgresión del feminolecto? ______________________________________________________ 230 BEATRIZ MÉNDEZ GUERRERO II. TRADUCCIÓN ______________________________________________________________________251 12. Problems of Technical translation in Business. The analysis of safety data sheets in Polish and English _________________________________________________________ 252 ALEKSANDRA BEATA MAKOWSKA 13. Análisis de los estudios de variación diatópica en traducción audiovisual _________ 271 GLORIA UCLÉS RAMADA 14. Prosodia e interpretación: evaluación de la calidad de las interpretaciones simultáneas en medios de comunicación mediante análisis prosódico ___________________________ 290 HELENA FIGUEROA LÓPEZ 15. Los estadounidismos: un estudio sobre el español hablado en Estados Unidos desde una perspectiva traductológica_______________________________________________ 313 MARÍA DOLORES GARCÍA PLANELLES 16. La traducción del lenguaje políticamente correcto en Politically Correct Bedtime Stories, de James Finn Garner _________________________________________________ 340 PAULA ALBERT GANDÍA 4|Página PRÓLOGO Durante los días 3, 4 y 5 de septiembre de 2014 se celebró en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia la vigesimonovena edición del Congreso Internacional de la Asociación de Jóvenes Lingüistas. Este evento, que cada año tiene lugar en una ciudad española con el objetivo de ofrecer un punto de encuentro a estudiantes que están empezando su carrera investigadora en el campo de la Lingüística, logró reunir en estas jornadas alrededor de unas ciento cincuenta personas, entre ponentes y asistentes, una cifra elevada que da muestra de la enorme relevancia que ha adquirido este congreso entre la joven comunidad científica de todo el mundo, pues contamos con la presencia de investigadores de muy diferentes nacionalidades. Al igual que en ediciones pasadas, el objetivo que movió a los participantes a trasladarse, esta vez, hasta tierras murcianas fue intercambiar conocimientos y ampliarlos con estudiantes aún no doctorados de otras universidades que comparten con ellos su pasión por el estudio del lenguaje. No obstante, resultó ser una ocasión perfecta para hacer turismo, gracias a la visita guiada por el centro de Murcia llevada a cabo por ‘Murcia Convention Bureau’, y para crear también fuertes lazos de amistad bajo el calor sofocante de la Región. El XXIX Congreso de la AJL tuvo la suerte de acoger contribuciones de enorme calidad y de disciplinas lingüísticas muy variadas: trabajos sobre Adquisición y enseñanza de la lengua, Sociolingüística, Dialectología, Historia de la Lengua Española, Traducción, Gramática, Pragmática, Lingüística Cognitiva... Asimismo, fue un auténtico placer disfrutar de las conferencias plenarias que ofrecieron, de forma totalmente desinteresada, el Dr. Robert Pocklington (director de las academias Fluency), la Dra. Ana Bravo (profesora de la Universidad de Murcia), la Dra. Pilar García Mouton (investigadora del CSIC) y la Dra. Flor Mena (profesora de la Universidad de Murcia). Estas actas pretenden ser un reflejo fiel del alto nivel de las presentaciones que tuvimos el honor de presenciar durante la celebración del congreso. Esperamos que con esta publicación se divulgue el conocimiento creado por los jóvenes lingüistas en torno a las distintas áreas de la Lingüística y que sirva como impulsor de nuevas ideas en este vasto campo. No podríamos finalizar estas líneas sin antes dar las gracias a todas esas personas que hicieron posible que este congreso fuera un auténtico éxito. En primer lugar, a los profesores que estrechamente han colaborado con nosotros y a los miembros del comité 5|Página científico por su inestimable ayuda en la revisión de todos los artículos que recibimos, que no fueron pocos. En segundo lugar, al Rector de nuestra universidad por sus palabras de apoyo en el discurso inaugural del congreso. También al personal de Murcia Convention Bureau por su amabilidad y predisposición a la hora de guiar a un centenar de personas por las calles de Murcia. Pero, especialmente, a los estudiantes que desde diferentes partes del mundo contribuyeron a que nuestro sueño de organizar un congreso para jóvenes lingüistas se hiciera realidad. A todos vosotros, muchas gracias. Será difícil olvidaros. SILVIA IZQUIERDO ZARAGOZA 6|Página ESTUDIOS DE PRAGMÁTICA Y TRADUCCIÓN I. PRAGMÁTICA 8|Página 1. Las partículas discursivas de contraexpectativa. ¿Refuerzo o mitigación? 1 M. AMPARO SOLER BONAFONT 2 GRUPO VAL.ES.CO. IULMA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA Resumen: El presente trabajo estudia el valor de contraexpectativa de la partícula discursiva de modalidad epistémica la verdad (es que), la cual activa un proceso inferencial correctivo (González Fernández 2002, González y Maldonado 2007, Soler 2015). Se persiguen dos objetivos: por un lado, arrojar luz sobre el funcionamiento concreto del citado valor de contraexpectativa de la verdad (es que) y, por otro lado, explicar en qué medida su procesamiento conlleva funciones pragmáticas de refuerzo (Portolés 2001, Santos Río 2001, Fuentes Rodríguez 2009 y 2012) o mitigación (Briz, Pons y Portolés 2004; Soler 2015). Para ello, se ha realizado un análisis metodológico de un amplio número de muestras tomadas de diversos corpus sincrónicos de la variante peninsular del español, conformados por textos orales y escritos, pertenecientes a distintos géneros, tipologías y registros discursivos. Palabras clave: Partículas discursivas, Epistemicidad, Contraexpectativa, Refuerzo, Mitigación Abstract: This paper studies the counter-expectation value in the epistemic discourse marker la verdad (es que), which shows an inferential corrective process (González Fernández 2002, González and Maldonado 2007, Soler 2015). The research has two purposes: on the one hand, it tries to explain how this counter-expectation value operates in different la verdad (es que) contexts, on the other hand, it tries to assess how its functional operation draws reinforcement (Portolés 2001, Santos Río 2001, Fuentes Rodríguez 2009 and 2012) or mitigation values (Briz, Pons and Portolés 2004; Soler 2015). In order to prove it, this analysis has been based in a broad number of corpus samples in different synchronus textual genres, types and registers, from the peninsular Spanish variety. Keywords: Discourse markers, Epistemicity, Counter-expectation, Reinforcement, Mitigation 1 El presente trabajo se inscribe en el Proyecto I+D La atenuación en el español hablado: su variación diafásica y diatópica, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) (Gobierno de España) (ref. FFI2013-40905-P). 2 La autora de este trabajo es beneficiaria de la Ayuda predoctoral para la formación de doctores 2014, del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) (Gobierno de España) (ref. BES2014-070173). 1. INTRODUCCIÓN La verdad (es que), como partícula discursiva de modalidad epistémica (Santos Río 2003; Briz, Pons Bordería y Portolés 2008; Fuentes Rodríguez 2009 y 2012), presenta unos valores semántico-pragmáticos constantes en su aparición en distintos contextos discursivos. Destaca, entre estos, la manifestación del valor de contraexpectativa (González Fernández 2002, González y Maldonado 2007, Soler 2015). Hasta la fecha han sido escasos los estudios que se han acercado a la configuración del significado de esta partícula y que han observado la correspondencia entre su valor contraexpectativo y las categorías de atenuación e intensificación. Por este motivo, surge la necesidad de acometer un estudio profundo sobre el estatuto semántico de la verdad (es que) y de evaluar su funcionamiento en la realidad de la lengua española. El objetivo del presente trabajo es doble. En primer lugar, trata de caracterizar cómo se procesa y opera la contraexpectativa de la verdad (es que) en distintos contextos de uso. En segundo lugar, se pretende analizar si este valor contribuye a la manifestación de funciones de modalización –mitigación y/o refuerzo pragmático– en las ocurrencias de la partícula, en tanto que ambas han sido puestas de manifiesto en la bibliografía sobre el tema. En lo que sigue, se describen las hipótesis de las que parte el estudio. Por un lado, los acercamientos bibliográficos más recientes a la verdad (es que) apuntan que el origen de su valor contraexpectativo se basa en los haces de significado derivados del lexema verdad (González y Maldonado 2007: 128; Fuentes 2012: 132). Aquí se analiza la influencia de estos valores de verdad en la conformación semántica de la partícula y en la manifestación de los procesos pragmáticos que operan en su interpretación. Por otro lado, se espera que sea el valor contraexpectativo (Soler 2015) el que origine funciones de atenuación, dado que con el uso de esta partícula y la restricción de expectativas que con ella produce el hablante se previenen interpretaciones negativas por parte de su interlocutor, en el plano dialógico. Esta función colisionaría con el valor de intensificación que, hasta la fecha, le ha conferido la bibliografía a la construcción objeto de estudio (Portolés 1998, Santos Río 2003, Albelda 2005, Fuentes 2009), primordialmente, e incluso ofrecería la posibilidad de que ambas funciones pragmáticas se combinaran en el uso de esta construcción, como se ha estudiado para otras formas lingüísticas (Cornillie 2007, Estrada 2008, Kotwica 2012, Brenes 2013) (véase § 4). El análisis se ha realizado sobre un total de 400 ocurrencias de la partícula discursiva la verdad (es que), pertenecientes a un amplio corpus de lengua española de 10 | P á g i n a entre 1998 y 2012, compuesto por 3 000 000 de palabras –1 500 000, del canal oral y 1 500 000, del canal escrito–, de distintos géneros y registros discursivos. En los apartados que siguen se explicarán de manera más detallada la metodología seguida en el análisis (§ 2), la formulación y el procesamiento del valor de contraexpectativa en las ocurrencias de la verdad (es que) estudiadas (§ 3) –a través de la aplicación de la ficha metodológica comentada al estudio del corpus configurado– y se dará cuenta de los resultados obtenidos del análisis de la intersección entre este valor y las distintas funciones pragmáticas (§ 4). Finalmente, se apuntarán las conclusiones más relevantes del estudio (§ 5). 2. METODOLOGÍA El análisis de la verdad (es que) se ha llevado a cabo en dos fases. Primero, se ha configurado un corpus basado en un conjunto representativo de textos sincrónicos de la variante del español peninsular, pertenecientes a distintos géneros, tipologías y registros discursivos. Se han extraído 400 ocurrencias de la partícula discursiva la verdad (es que) de un amplio corpus de lengua de entre 1998 y 2012, compuesto por un total 3 000 000 de palabras. El 50 % de estas –1 500 000 de palabras– pertenecen al canal oral 3 y el otro 50 % de ellas –1 500 000 de palabras–, al canal escrito 4. Con ello, se ha pretendido recoger un conjunto proporcional de corpus hablado (de los registros formal, semiformal e informal) y escrito (formal e informal), suficientemente amplio, en distintos canales, registros y géneros. Entre estos últimos, podemos encontrar novela, teatro, ensayo, noticia –extraídos del CORPES XXI–; entrevista, conversación, informativos, debate –obtenidos a partir de la reunión de los siguientes corpus: Val.Es.Co. 2.0 5, Colam, PRESEEA 6, corpus oral del grupo de investigación Argumentación y Persuasión en Lingüística 7 y corpus COSER 8–; y Sesiones Plenarias y de Diputación Permanente del Congreso de los Diputados del Gobierno de España. 3 Pertenecientes a los corpus Val.Es.Co. 2.0, COLAm, Corpus Oral del Grupo de Investigación “Argumentación y persuasión en lingüística” (Universidad de Sevilla), COSER, PRESEEA (Valencia) y a Sesiones Plenarias y de Diputación Permanente del Congreso de los Diputados (Gobierno de España). 4 Pertenecientes al CORPES XXI (RAE). 5 Cabedo Nebot, Adrián y Salvador Pons Bordería (eds.): Corpus Val.Es.Co. 2.0 [en línea]: <www.valesco.es>. [Consulta: 10/04/2014]. 6 Corpus PRESEEA de Valencia (PRESEVAL), recopilado en tres volúmenes (Gómez Molina 2001, 2005 y 2007). 7 Coord. Catalina Fuentes Rodríguez (Universidad de Sevilla). 8 Coord. Inés Fernández Ordóñez (Universidad Autónoma de Madrid). 11 | P á g i n a En una segunda fase de trabajo, se han estudiado las ocurrencias de la verdad (es que) a partir de una ficha metodológica de análisis elaborada para tal fin, que contiene los parámetros concernientes al modo de (i) expresión de contraexpectativa que se observa en cada contexto (§ 3.1), (ii) la posición de la partícula respecto a la contraexpectación que se explicita (§ 3.2) y (iii) el valor inferencial correctivo concreto (§ 3.3) que se desarrolla en cada ejemplo (González Fernández 2002 y González y Maldonado 2007). También se ha analizado, desde un punto de vista cualitativo, la función pragmática manifestada en cada una de las ocurrencias de la partícula discursiva (§ 4). 3. LA CONTRAEXPECTATIVA EN LA VERDAD (ES QUE): FORMULACIÓN Y VALOR La construcción la verdad (es que) 9, tanto en sus realizaciones orales como escritas, orienta una interpretación contraria del significado de la proposición en la que se integra, respecto a lo que podría esperarse si se prescindiera de su aparición: (1) Siempre se ha dicho que hay demasiados abogados, pero la verdad es que10 no existen todas las reclamaciones que debieran existir. (Martínez Ruiz, G.: “Seis filloas para mí, seis filloas para ti”. VV. AA. Teatro. Piezas breves, 2001, CORPES XXI, RAE) En (1) se observa que con la irrupción de la verdad es que en la proposición adversativa se antiorienta la interpretación del valor discursivo de la oración enunciada. De la proposición Siempre se ha dicho que hay demasiados abogados […], donde aparece el adjetivo escalar de cantidad demasiados, se infiere que el segundo miembro del discurso debería operar en la misma dirección (el gran número de abogados debería resultar acorde con una gran cantidad de reclamaciones, que deben atenderse). No 9 Existen dos construcciones frecuentes en el español contemporáneo, la verdad y la verdad (es) que que, partiendo de la magna obra lexicográfica Diccionario de Partículas Discursivas del Español (DPDE, Briz, Pons Bordería y Portolés (coords.), 2008), vamos a considerar variantes de una misma forma; si bien no es objetivo del presente artículo estudiar hasta qué punto son distintas y tampoco nos proponemos analizar el grado de su naturaleza como partículas discursivas. Ahora bien, no podemos negar el hecho de que sí contamos con una variante que se presenta integrada en el discurso, fónica y sintácticamente (la verdad es que), y con otra variante parentética, cuya independencia formal la aproxima a su consideración de partícula discursiva (la verdad). Es por este motivo por el que a lo largo de este trabajo utilizaremos la denominación más amplia construcción, o bien la designación partícula discursiva –sin hacer un uso marcado de esta última–. 10 Marcamos en tipología cursiva la aparición de la construcción objeto de estudio en los ejemplos que presentamos en este trabajo. 12 | P á g i n a obstante, la presencia de la construcción objeto de estudio conduce a interpretar que no hay apenas reclamaciones. Es decir, la verdad es que introduce una conclusión contraria a la expectativa creada por el contexto previo (González Condom 2014: 418). De manera que, con la construcción objeto de estudio, se hace explícita una expresión de contraexpectativa. La verdad (es que) puede aparecer con la conjunción adversativa pero, introductora de argumentos fuertes (Porroche 2002, Fuentes Rodríguez 2012, Soler 2015), como se aprecia en (1). No obstante, también es frecuente su aparición en relación sintagmática con otras conjunciones, como las concesivas –aunque– (véanse (2a) y (2b)), o sin otras marcas explícitas de antiorientación (véase (3)): (2) (a) […] Porque esa es otra; ahora les está dando a todos por dejarse el bigote. Aunque 11 la verdad es que yo en eso no tuve ningún problema, porque pesao será un pesao, pero buenazo, donde los haya. […] (Campos García, J.: Me acuso de ser hetero, 2001, CORPES XXI, RAE) (b) La verdad es que me lo estoy pasando muy bien con ustedes señores asesinos, aunque no me violen, ni me retuerzan, ni me hagan pedacitos. (Cerezales, A.: Mi viajera. Ciervos errantes y tigres invisibles, 2001, CORPES XXI, RAE) (3) No, que estaba diciendo que la, que la casa la verdad es que la tienes bastante arreglada, porque mi bisabuela tiene también una casa de pueblo y ella era muy bajita y cuando le hicieron la casa, tiene una casa pues a esta altura. (Entrevista 214, 25/11/2009, Liétor, Albacete, COSER) En todos los casos propuestos se observa que la construcción que nos atañe invierte el sentido lógico esperado en la interpretación de los enunciados. Además, como se desprende de (2b), este cambio de dirección no únicamente se da respecto a la orientación previa (1), sino también respecto a inferencias que podrían realizarse a partir de proposiciones posteriores. En el anterior ejemplo de (2b), pese a la expectativa de que el hablante pudiera estar pasándolo mal con los asesinos con los que habla, afirma estar 11 Indicamos, en tipología cursiva, además de la aparición de la construcción la verdad (es que), la ocurrencia de otras marcas de contraargumentación en su cotexto. 13 | P á g i n a viviendo un rato agradable. ¿Qué valor aporta, por consiguiente, la verdad (es que) y qué produce en la enunciación? La base significativa de la verdad (es que) permite reconocer en el mensaje que introduce un proceso de reestructuración de expectativas, en el que las previas y/o las esperadas se invierten y aparece la contraexpectación (González y Maldonado 2007: 126). Esta es la primera alusión específica al valor de contraposición gramaticalizado en la construcción objeto de estudio. Como hemos observado en los ejemplos (1) a (3), es un valor que se mantiene constante en las realizaciones de la verdad (es que), tanto en sus coapariciones con conjunciones adversativas o concesivas como en sus ocurrencias sin el acompañamiento de otras marcas explícitas de contraargumentación 12. Mas si en cualquiera de los casos de formulación de la verdad (es que) la contraexpectativa se manifiesta, ¿qué debe ocurrir en el procesamiento de su significado para que dicho valor se mantenga constante? El sustantivo abstracto nuclear verdad, que configura la base semántica de la combinación objeto de estudio, supone un espacio cognitivo que se opone a la falsedad (González y Maldonado 2007: 128; Fuentes 2012: 132). En este sentido, se establece un primer orden de oposición –de lo verdadero frente a lo no verdadero o falso–, derivado del significado básico del sustantivo. Asimismo, en un segundo orden, la oposición básica constatada se extiende a corregir y anular otras ideas presupuestas, en el nivel inferencial. Más allá del primer contraste entre lo cierto y lo falso que aporta la verdad (es que), y que sirve como refuerzo argumentativo de lo primero, la oposición en el nivel del significado deriva en otros niveles pragmáticos. Gracias al fenómeno de la metonimia, la negación de lo que no es verdadero para reafirmar lo que sí lo es, se transforma en la corrección de las inferencias extraíbles del mensaje que no son válidas, para focalizar y dejar claras las que se pretenden. Esto es, el proceso de oposición en el nivel semántico se transforma en un proceso correctivo en el nivel inferencial, a través de una metonimia (González y Maldonado 2007: 129). En (4) queda clara esta transgresión de significados: 12 En este caso, entendemos contraargumentación como concepto distinto al de contraste («relación entre dos enunciados que contienen una comparación entre dos miembros que se contraponen, pero sin cancelar ninguna conclusión que pudiera deducirse de cualquiera de ellos»), en el sentido de Domínguez (2007: 89). No obstante, a lo largo del trabajo utilizamos contraste de manera general, en el sentido de Garrido (2001: 308) y Flamenco (1999: 3812): «ruptura de una expectativa surgida del vínculo implicativo que de un modo subyacente se establece entre las dos situaciones denotadas» (Flamenco 1999: 3812). La diferencia entre la concepción definitoria de Domínguez (2007) y la de Flamenco (1999) y Garrido (2001) reside en la focalización o no de la anulación de expectativas, motivo por el que los conceptos más cercanos entre sí son los de contraargumentación, para Domínguez, y contraste, para Flamenco y Garrido. 14 | P á g i n a (4) […] Edu: [¿era un ambi-] / no un ambiente así / que haya que estar [callao?] Eduardo: [no] no no / qué va qué va / era un ambiente / de gente- / de gente de la nievee↑ ///(1,14) yo solamente he estao una vez / (( )) / ¡vosotros estuvisteis conmigo! / fuimos con los Ferrando ///(2,85) tú míralo porque es // hay- / va mucha gente / (( ))- / vale la pena ir ahí / ((hombre)) no sé cuánto valdrá / ((es- eso))↑ / ha((s)) visto que hay muchas muchas referencias / búscalo yy y ya está / yy busca el precio ///(4,29) la verdad es que en internet está casi todo ¿eh? // a mí me sorprende / lo- // las pocas mentiras que hay // ¿((cómo)) pocas mentiras? Edu: (( )) // ((si))- (( ))- ((lo))- / (( )) / todo lo de internet es / ba- / bastante fiable […] (Conversación 37: 20-22. Año 2012, CORPUS VAL.ES.CO. 2.0) Observamos en (4) que, con la introducción de la verdad (es que), Eduardo no solo quiere constatar la certeza del hecho de que en internet se pueden encontrar muchas cosas sino que, además, quiere anular las posibles inferencias que pueda realizar su interlocutor Edu a partir del mensaje. Trata de corregir la posible expectativa de que internet no ofrezca solución para todo aquello que se quiera. De este modo, advertimos cómo la verdad (es que) rectifica expectativas y añade otras opuestas, aunque incluso estas no estén explícitas en el cotexto previo (frente a lo que ocurría en el ejemplo (1), donde sí se explicitaban anteriormente). Esto es, ejemplos como (4) hacen patente que el procesamiento contraexpectativo se produce también cuando la expectativa no está presente, in absentia. En dichos casos, esta se anula igualmente y se valida la contraexpectación, que aparece como prevención de una posible interpretación errónea. Estas apreciaciones se manifiestan en los ejemplos del corpus sincrónico analizado. 3.1. La expresión de contraexpectativa en la verdad (es que) Este parámetro de estudio, junto a la de observación de la función pragmática (§ 4), supone el eje primordial de nuestra investigación. Una primera cala de análisis del corpus, junto con la revisión bibliográfica (González Fernández 2002, González y Maldonado 2007) dan cuenta de que el contexto de contraste discursivo que aparece junto a la verdad (es que) se muestra, en muchas ocasiones, de manera implícita; pero también de manera explícita, en otras. El reconocimiento de estas circunstancias, como 15 | P á g i n a observamos en nuestro corpus, viene marcado por la presencia de conjunciones de carácter adversativo (pero, sin embargo) o concesivo (aunque). Ahora bien, la importancia de la observación de estos rasgos radica en que, más allá del mayor o menor grado de explicitud de los cotextos de oposición que envuelven la aparición de la partícula, estas circunstancias siempre aparecen. En estas, el procesamiento de la verdad (es que) respecto a los argumentos opuestos se presentará de distintas formas: de manera coorientada con los argumentos más fuertes (véase a) o los más débiles (véase d), si aparece en la proposición que focaliza estos argumentos, mediante distintas conjunciones; o antiorientada respecto a ellos (véanse c y e, respectivamente), si la partícula hace su irrupción en la proposición opuesta al argumento focalizado. En este sentido, como se aprecia en los ejemplos de los epígrafes que siguen (véanse a-e), la partícula suele aparecer de manera adjunta a una conjunción adversativa o concesiva, si esta se ha hecho explícita, en aquellos casos en los que se coorienta con el argumento introducido por la conjunción. En estas ocurrencias, se encuentran en la misma proposición la verdad (es que) y la conjunción de contraste (véanse b y d). Del mismo modo, lo más frecuente será encontrar la partícula y la conjunción adversativa o concesiva correspondiente en proposiciones distintas, cuando estas se encuentren antiorientadas argumentativamente (véanse c y e). No obstante, a lo largo de nuestro análisis observamos que aparecen otros casos en los que, sintácticamente, la aparición de la verdad (es que) no se expresa del mismo modo. Esto es, puede ocurrir que, a pesar de que la partícula se encuentre en la misma proposición del argumento con el que se coorienta, esta no aparezca de manera adjunta a la proposición que marca la orientación argumentativa de dicha proposición. Observemos este ejemplo: (5) […] y mi madre la verdad es quee/ no es porque sea mi madre/ pero a ella también la habían tratado muy bien yo pienso/ que eso vienee/ según como te tratan a ti/ tratas tú a tus hijos […] (Entrevista 12, Sociolecto Medio, Valencia, PRESEEA) En el caso de (5), pese a que la partícula discursiva se coorienta con el argumento fuerte, marcado explícitamente con la conjunción adversativa pero, se encuentra a distancia de esta, dentro de la misma proposición. 16 | P á g i n a Por este motivo completaremos, con el estudio de la posición de “la verdad (es que)” respecto a la contraexpectativa (§ 3.2), el análisis de los siguientes aspectos –que recogen los distintos casos de coaparición o no de la verdad (es que) con otras marcas de contraste. Se ha observado que, por un lado, (a) La verdad (es que) aparece sin acompañamiento de otras marcas (conjunciones) en todo el enunciado en gran parte de sus ocurrencias (en un 82 % de los casos analizados). Se manifiesta en cotextos de contraste que no se hacen explícitos a través de ninguna conjunción adversativa ni concesiva. No obstante, la contraexpectativa sigue manifestándose de manera constante. Es el caso de (6): (6) “Bueno, y la verdad es que… benditos los de las cuevas, porque al fin y al cabo sus agujeros no los hemos pagado ni ustedes ni yo […] (Naveros, M.: Al calor del día, 2001, CORPES XXI, RAE) En el fragmento propuesto, se aprecia el valor contraexpectativo que se desprende de la información introducida por la verdad (es que). Esta no viene acompañada de ninguna conjunción adversativa o concesiva, pero añade que, de manera contraria a lo que los receptores puedan pensar, los habitantes de las cuevas son buenas personas. Se crea, igualmente, un cotexto opositivo. Por otro lado, (b) La verdad (es que) se combina con conjunciones introductoras de argumentos fuertes (pero, sin embargo), y presenta la misma dirección argumentativa que estos, en un 8 % de las ocurrencias estudiadas. Se combina con la aparición de conjunciones adversativas, introductoras de argumentos de mayor peso que otros, a los que estos se oponen en el ámbito de la misma predicación o de otras discursivamente cercanas. En este tipo de ejemplos, la partícula discursiva coincide con la predicación de mayor fuerza argumentativa. (7) […] En Comisión se me dijo –y es cierto– que años atrás se rebajó la edad de 55 a 50 años, por lo que parecía un poco sorprendente que ahora se volviera sobre lo andado. Sin embargo, la verdad es que miles autónomos entre los 50 y 55 años se encuentran con que si no han cumplimentado la norma es por puro desconocimiento o porque, curiosamente, cada año tienes que pedir el cambio de cotización por la banda más 17 | P á g i n a alta. […] (Sesión Plenaria y de Diputación Permanente, 12/11/2001, Congreso de los Diputados, Gobierno de España) No obstante, se observa otro 8 % de los casos en los que (c) La verdad (es que) se combina con conjunciones introductoras de argumentos fuertes (pero, sin embargo), esta vez, en dirección argumentativa opuesta a ellos, en una proposición distinta. De modo que la dirección argumentativa del miembro en el que se encuentra la verdad (es que) y la del introducido por la conjunción de contraste son distintas. Se reconoce, en estos ejemplos, una antiorientación. (8) […] La verdad es que tú estabas cerca pero yo no te veía tal como eres, sino según te retrató al carboncillo Díaz-Caneja, que por cierto lleva tres días en la enfermería con mucha fiebre y dolores en el pecho […] (Molina Foix, V.: El abrecartas, 2006, CORPES XXI, RAE) (d) La verdad (es que) también puede coaparecer con conjunciones introductoras de argumentos débiles (aunque), en la misma dirección argumentativa que estos. Son casos en los que la construcción se coorienta con los miembros discursivos más débiles, en una situación discursiva de contraargumentación (lo hace en un 1 % de los ejemplos estudiados). Si aparece en el mismo segmento discursivo que conjunciones como aunque y con su misma orientación argumentativa, ocurre como en el siguiente ejemplo: (9) Sí, Alfredo, ya sé que estás desentrenado, eso se nota a la legua, aunque la verdad es que siempre fuiste un jugador tosco y falto de precisión […] (Bueno Álvarez, J. A.: El último viaje de Eliseo Guzmán, 2001, CORPES XXI, RAE) El miembro discursivo más fuerte es el que precede a la aparición de la conjunción y la partícula ([…] ya sé que estás desentrenado, eso se nota a la legua […]), por lo que la orientación de la verdad (es que) es distinta: se encuentra junto al argumento débil. Por último, (e) La verdad (es que) se observa que puede combinarse con conjunciones introductoras de argumentos débiles (aunque). Esto es, puede ocurrir que la partícula aparezca en construcciones concesivas, pero en el miembro del discurso con mayor fuerza argumentativa. En estos casos (que suponen el 1 % restante de nuestro corpus), la dirección argumentativa de la verdad (es que) y la de la proposición 18 | P á g i n a introducida por la conjunción concesiva serán distintas. Veamos el ejemplo anterior de (2 (b)), retomado aquí como (2 (b’)): (2) (b’) La verdad es que me lo estoy pasando muy bien con ustedes, señores asesinos, aunque no me violen, ni me retuerzan, ni me hagan pedacitos. (Cerezales, A.: Mi viajera. Ciervos errantes y tigres invisibles, 2001, CORPES XXI, RAE) Estas observaciones contribuyen a definir de manera más concreta los contextos próximos de aparición de la partícula discursiva objeto de estudio y a determinar su manifestación no marcada, aquella en la que aparece sin acompañamiento de otras marcas explícitas de contraargumentación en el enunciado, pero en el que el cotexto de contraste se crea de igual modo, con la aparición concreta de esta construcción, con la que sí se introduce de manera explícita la contraexpectativa. 3.2. Posición de la verdad (es que) respecto a la contraexpectativa Se considera fundamental para el estudio de esta partícula discursiva atender al lugar que ocupa dentro del acto de habla en el que se emplea. Esto es porque manifiesta distintos comportamientos semántico-pragmáticos en función de su posición respecto a la expresión explícita de contraexpectación. Se trata de una posición dentro del discurso que se atiene a unas pautas de aparición respecto a la contraposición que aduce. Es decir, no es una posición sintáctica ni una posición respecto a las unidades discursivas (Briz y Pons 2010), como se explica desde la propuesta metodológica de análisis de la atenuación (Proyecto ES.POR.ATENUACIÓN, Briz y Albelda 2013), sino una posición discursiva que únicamente atiende al rasgo de aparición de la contraexpectativa explícita. En esta línea, la partícula podrá preceder y anunciar la introducción de esta (a), podrá encontrarse en posición intermedia de la enunciación de la contraexpectativa (b), o podrá también aparecer tras su enunciación explícita (c). Ejemplos como (3), aquí retomado como (3’), podrían confundirse con una posición intermedia sintáctica, dado que presentan una topicalización del complemento directo: 19 | P á g i n a (3’) No, que estaba diciendo que la, que la casa 13 la verdad es que la tienes bastante arreglada, porque mi bisabuela tiene también una casa de pueblo y ella era muy bajita y cuando le hicieron la casa, tiene una casa pues a esta altura. (Entrevista 214, 25/11/2009, Liétor, Albacete, COSER) No obstante, desde nuestra definición del parámetro de posición, la construcción objeto de estudio se definiría aquí como inicial respecto a la introducción del valor de contraexpectativa (que ahora se explica como la afirmación del emisor de que su receptor tiene la casa suficientemente arreglada, frente a lo pudiera haber pensado aquel que este opinaba). Se distinguen tres tipos de manifestaciones de este parámetro de análisis. Podemos reconocer una (a) posición inicial en aquellos casos en los que la verdad (es que) precede e introduce el valor explícito de contraexpectativa, es decir, en las ocurrencias en las que introduce una información contradictoria respecto a las posibles inferencias realizables a partir de su contexto de uso. Estas circunstancias de enunciación se reconocen en el 89 % de los casos estudiados. Véase el ejemplo (10). (10) […] Aumentan la desconfianza y, la verdad, ha resultado patética la nota de prensa que ustedes tuvieron que sacar ayer a toda prisa […] (Sesión Plenaria y de Diputación Permanente, 10/04/2012, Congreso de los Diputados, Gobierno de España) En otras ocasiones (que representan el 0,75 % de las ocurrencias analizadas), la construcción presenta una (b) posición intermedia, esto es, se intercala en la expresión misma de la contraexpectativa explícita. (11) […] a ver, dime en qué, te lo diré yo, en nada, nunca podré entender por qué te divorciaste, me imagino que te la pegaba, no me extraña, la verdad, que te la pegara, aunque tampoco es que Clara fuera precisamente un bombón […] (Bueno Álvarez, J. A.: El último viaje de Eliseo Guzmán, 2001, CORPES XXI, RAE) 13 Se subraya, en los ejemplos de § 2.3, la contraexpectativa explícita procesada a partir de la introducción de la verdad (es que). 20 | P á g i n a En este fragmento (11) observamos que la contraexpectación explícita ([…] no me extraña […] que te la pegara […]) se ve interrumpida por la introducción de la construcción parentética la verdad. Por último, también podemos encontrar la partícula en (c) posición final, tras la expresión de contraexpectativa explícita. Lo hace en el 10,25 % de las ocurrencias estudiadas. En estos casos, la partícula discursiva puede coincidir con una posición sintáctica final del miembro del discurso junto al que aparece, como se observa en (12). (12) […] era- era una monja encantadora la verdad/ […] (Entrevista 17, Sociolecto Medio, Valencia, PRESEEA) 3.3. Valor inferencial de corrección introducido por la verdad (es que) El valor de corrección (Naritza 2008) de la construcción la verdad (es que) puede manifestarse a partir de cuatro tipos de procesamiento (Fernández y Maldonado 2007). Estos cuatro modos de expresar la corrección son manifestaciones de la contraexpectativa. De acuerdo con Fernández y Maldonado (2007), existe la posibilidad de que la partícula discursiva la verdad (es que) sirva para explicar con otras palabras una información que no ha quedado clara (a), para anular unas palabras previas (b), para introducir unas palabras no esperadas y prevenir posibles reacciones adversas (c) o para manifestar una dificultad, en contextos concesivos (d). Seguidamente explicamos estos valores. Por un lado, la verdad (es que) puede introducir una proposición, en la intervención monológica del mismo locutor, que reelabore la información previa aportada y matice aspectos que no han quedado claros. Se trata, este, de un valor de reformulación (a). Obsérvese el caso de (13), en el que se explica que realmente el emisor no ha sabido reaccionar ante una situación concreta. (13) “No he logrado sacarle nada. Le he hecho varias preguntas, pero me miraba como ido, como fuera de sí, y se lo ha llevado su hijo, digo yo que sería su hijo, sin darme explicaciones. La verdad es que no he sabido reaccionar”, admitió ya a la puerta del establecimiento […] (Naveros, M.: Al calor del día, 2001, CORPES XXI, RAE) 21 | P á g i n a El valor de reformulación se desarrolla en el plano monológico y se ha reconocido en el 11 % de las ocurrencias de la verdad (es que) en nuestro corpus. Por otro lado, puede ocurrir que en la intervención de un mismo hablante, o respecto a la intervención del otro interlocutor, la construcción objeto de estudio trate de corregir o anular las palabras previas e introduzca una nueva perspectiva –caso ejemplificado en un 3% de ocurrencias del corpus confeccionado. Se trata, en estos ejemplos, de una réplica (b), como se observa en (14). (14) “Yo prefiero jueza, señor Peral, pero la verdad es que para la primera definición que da del término el diccionario de la Academia... casi me quedo con juez, porque yo soy la juez, no mi marido […] (Naveros, M.: Al calor del día, 2001, CORPES XXI, RAE) En este caso, la emisora reconoce que desdeña la elección del vocablo jueza y elige juez para su designación profesional, como réplica a sus palabras previas. En otras ocasiones, se introduce la verdad (es que), sin que aparezca una información previa explícita, con la finalidad de informar sobre un aspecto que el interlocutor puede no esperar. Fernández y Maldonado (2007: 131) explican este valor como manifestación de una función de justificación o transacción (c) que previene y atenúa la repercusión de las palabras que van a introducirse. Véase (15). (15) –Oh, gracias –el alcalde prefirió hacer oídos sordos a esta última observación–. La verdad es que vi pasar a la chiquilla con alguna cosa... Estaba a punto de pedirles algo. (Sánchez-Andrade, C.: Bueyes y rosas dormían, 2001, CORPES XXI, RAE) Se trata de la forma de expresión correctiva más frecuente en el uso de la verdad (es que), con un 85 % de representatividad en el corpus estudiado, manifestado en contextos del plano dialógico, en gran parte de los casos. Por último, la partícula puede enunciarse para hacer explícita una dificultad en la consecución de la propuesta del enunciado. Se trata de un uso concesivo de esta (d), aunque puede aparecer junto a otras marcas de carácter concesivo explícitas o no. Se observa en un 1 % de las ocurrencias de la construcción en nuestro corpus, lo que supone el valor inferencial menos representativo. 22 | P á g i n a Si recordamos el ejemplo (2(a)), aquí retomado como (2(a’)), vemos que la construcción se coorienta con la fuerza argumentativa del miembro discursivo débil introducido por aunque. (2) (a’) […] Porque esa es otra; ahora les está dando a todos por dejarse el bigote. Aunque la verdad es que yo en eso no tuve ningún problema, porque pesao será un pesao, pero buenazo, donde los haya. […] (Campos García, J.: Me acuso de ser hetero, 2001, CORPES XXI, RAE) Por todo ello, puede colegirse que en el uso de la verdad (es que) se reconoce un valor constante de contraexpectativa basado en la traslación de carácter metonímico, de un valor semántico de verdad, al plano inferencial, en el que tiene lugar un proceso de corrección. Asimismo, en la configuración de estos valores de significado, puede observarse que la construcción objeto de estudio suele aparecer en cotextos de contraste (Flamenco 1999, Garachana 1999, Schwenter 1999), pero en los que es mucho más frecuente su aparición sin explicitud de otras marcas de contraargumentación –que harían explícita la expectativa–, que con ellas. De hacer su aparición, estas marcas – primordialmente conjunciones adversativas o concesivas– pueden hacerlo coorientadas o antiorientadas argumentativamente con la proposición en la que se integra la construcción introductora de contraexpectación. Y, en cualquier caso, predominan –de entre estos últimos ejemplos– aquellos en los que la verdad (es que) coaparece con marcas introductoras de argumentos fuertes, bien sea en la misma dirección argumentativa, o bien sea en dirección contraria a ellas. En cuanto a la posición de las construcciones respecto a la contraexpectiva explícita que estas permiten, cabe decir que existen grandes diferencias que sitúan la posición inicial como el criterio formal predominante en las ocurrencias de esta construcción (85 % de los ejemplos), en los casos de cualquier género, tipología textual y registro. Este dato, por tanto, desmiente que la contraexpectativa actúe únicamente como anulación de expectativas generadas de manera previa, como hasta el momento ha sido enunciado para esta construcción (González Fernández 2002, González y Maldonado 2007, González Condom 2014 y en prensa) y para otras construcciones, con un funcionamiento semántico-pragmático similar, con una base léxica en realidad (González Manzano 2007, Taranilla 2011). 23 | P á g i n a Por último, en un mayor intento de concreción definitoria y explicativa del procesamiento funcional de la verdad (es que), hemos comprobado en nuestro corpus que el valor inferencial correctivo que preeminentemente se manifiesta en sus usos es el de justificación o transacción. Con esta apreciación se reafirma el hecho de que, en la mayoría de los casos, la aparición de la verdad (es que) en una posición inicial respecto a la expresión de la contraexpectativa, y con un valor justificativo que precede a las palabras posteriores para prevenir posibles efectos adversos, produce que la construcción cree con mayor frecuencia una contraexpectativa respecto a las inferencias que suceden a su aparición que a las que la preceden. 4. DE LA CONTRAEXPECTATIVA A LA MANIFESTACIÓN DE FUNCIONES PRAGMÁTICAS La bibliografía hasta la fecha ha apuntado para la verdad (es que) una función intensificadora (Portolés 1998, Santos Río 2003, Albelda 2005, Fuentes 2009). No obstante, estudios recientes sobre distintas combinaciones y unidades adverbiales con base léxica en verdad (a decir verdad, Fernández Bernárdez 2002) y sobre otras construcciones de funcionamiento semejante al del objeto del presente estudio (parece que, Cornillie 2007; evidentemente, Estrada 2008; al parecer, Kotwica 2012; al parecer, a lo que parece, por lo que parece, Garcés 2013), tanto como algunos trabajos teóricos sobre partículas discursivas y recursos de mitigación (Briz, Pons Bordería y Portolés (coords.) 2008; Briz y Albelda 2013; Soler 2015), comienzan a observar la posibilidad de que la verdad (es que) y algunas otras combinaciones discursivas manifiesten un valor eminentemente atenuador. Obsérvese el siguiente ejemplo: (16) E: ¿Echando un huevo? I1: Echas un huevo al agua, y si la sal | la muera está hecha, el huevo flota arriba, sube a la superficie. Pero si no está la muera hecha, el huevo se queda en el fondo. Vuelves a echar más sal hasta que tú veas que el huevo va a flotar arriba. Dice que lo mismo da un huevo que una patata. Yo la verdad es que siempre lo he hecho con un huevo […] (Entrevista 106, 6/05/2000, Leza, Álava, COSER) De (16) se puede desprender que en este uso la verdad (es que) cumpliría una función atenuante en el contexto en el que se inserta. Introduce aquí una proposición en 24 | P á g i n a la que el hablante I1 afirma que, dentro de los dos posibles ingredientes, él solía añadir uno a la preparación culinaria: el huevo. En tanto que E pone en duda lo dicho por I1, se atenúa la enunciación reduciendo los riesgos que pueda suponer para el emisor la afirmación que sucede a la partícula (Caffi 1999: 882), una elección que para otros puede no ser acertada. Se observa, por un lado, que el plano enunciativo que envuelve la partícula es interactivo. En este, la inclusión de una contraexpectativa explícita es la que explica la irrupción de la mitigación como fenómeno relacional o social (Caffi 1999: 885; Brenes 2013: 44). Esto es, el valor de contraposición sería el que causaría la atenuación porque (a) previene interpretaciones incorrectas de las palabras posteriores y, (b) reduce el riesgo del emisor de cara al resto de participantes de la interacción, ya que este no se compromete con las palabras aportadas y así se suavizan sus obligaciones para con ellas (Caffi 1999: 883). De ser así, la definición básica de la partícula como unidad de refuerzo argumentativo quedaría en suspenso, pero ¿qué ocurre en ejemplos como el de (17)? (17) Alfredo Urdaci: ¿Cómo se resiste ese trajín / el de mítines / mañana / tarde y noche? José María Aznar: A mí / personalmente / me ayuda mucho eeel el ejercicio físico // Yo soy una persona muy deportista / hago deporte todos los días / y eso me mantiene bastante en forma / y / por otro lado / puees eh es mi vocación y es mi trabajo / y a ello me dedicoo con toda la intensidad / ¿no? La verdad es que trabajar/ desde la presidencia del gobierno / por el ...- los españoles / por el progreso de España / pues es para mí un gran honor / y a ello consagro todas las horas del día.→ (Entrevista a José María Aznar, TVE, 2000, Grupo de Investigación Argumentación y Persuasión en Lingüística, Universidad de Sevilla) En casos como este apreciamos que la pretensión del emisor parece encaminarse más bien a reafirmar la certeza de lo dicho: el orgullo que siente el hablante de presidir el gobierno de España. ¿Es esta función de refuerzo incompatible con la de mitigación del modo de enunciación? ¿Podríamos observar aquí una atenuación, en el plano social, como también apreciábamos en (16)? El análisis de la ficha metodológica diseñada (§ 2, § 3), aplicado a las 400 ocurrencias obtenidas, nos ha ofrecido unos resultados que confirman la estrecha barrera que separa las funciones de atenuación e intensificación (Sbisà 2001: 1811). En el análisis de la variable cualitativa función pragmática de nuestra ficha, en los 25 | P á g i n a ejemplos del corpus, hemos observado que podrían reconocerse tanto refuerzo como mitigación, en las ocurrencias de la verdad (es que), pero en dos dimensiones distintas. Como se puede observar en los ejemplos previos, (16) y (17), la verdad (es que) opera siempre en el plano de la enunciación, presenta un carácter extraproposicional (Blakemore 2002). Si bien la verdad, desde el plano del enunciado, intensifica el valor de certeza, en el plano de la enunciación actúa con función atenuante. Por un lado, es apreciable el hecho de que con la aparición de la partícula el emisor, tanto en contexto interactivo como monológico, trata de validar lo cierto, la veracidad de sus palabras y, con ello, hace más aceptable y fiable su información, ya que no es una verdad únicamente para el emisor, sino para todos. Siguiendo la propuesta de Caffi (1999: 896), Fuentes (2012: 138) y Brenes (2013: 47), actúa como intensificador de la informatividad del mensaje; esto es, en el plano del significado, del enunciado. Asimismo, esta función intensificadora de la dimensión informativa y de la de aceptabilidad del mensaje (que por medio de la verdad (es que) se presenta como una verdad general) no es incompatible con la función atenuante, que se alcanza en otra dimensión discursiva, en la enunciación, en el plano más pragmático, sobre todo en contextos interaccionales. La partícula suaviza la presentación del yo del hablante y su intención (Briz 2003 y 2006), su subjetividad, velando su mostración como emisor en primera persona y escondiéndola bajo la manifestación de dicha verdad generalizada. En este sentido, se expresa de manera borrosa la fuente del mensaje (shields, Caffi 2004: 106) y el emisor se desresponsabiliza de sus palabras (Albelda 2014), es decir, reduce sus obligaciones para con su mensaje (Meyer-Hermann 1988), distanciándose de él por medio de una impersonalización. Además, con la introducción de la partícula se muestra un escaso compromiso con la afirmación tajante de verdad que supone la información dada, consiguiendo así objetivarla. El punto de coincidencia de operación de las dos funciones, sin excusión, dado que operan en distintos planos, reside en la intersubjetividad (Nuyts 2001, González Condom en prensa), que se aprecia en el procesamiento pragmático de la verdad (es que) y en la posibilidad de su definición como partícula evidencial (Aikhenvald 2004) – aspectos que deberán abordarse en futuros trabajos. De cualquier modo, observamos que en toda realización de la verdad (es que) y en todos sus contextos se manifiestan estas dos funciones, en dos dimensiones distintas. Esta apreciación supone, por tanto, una revisión de la definición de la verdad (es que) como expresión de compromiso del hablante con la verdad de lo dicho –que hasta 26 | P á g i n a nuestros días ha servido para caracterizarla como partícula de modalidad epistémica–. Esto es, si la introducción de la partícula trata de validar la certeza de un mensaje, reforzando su informatividad (ya que se apoya en una verdad general y no en algo cierto únicamente para el emisor), a la vez que suaviza la presentación del yo subjetivo (que se diluye en la ausencia de una fuente explícita), de ningún modo podríamos afirmar que el hablante se compromete con lo dicho. Más al contrario, el emisor se distancia de esa verdad generalizándola, aunque refuerce lo informativo de su comunicación. En suma, parece más conveniente atribuir el valor modal epistémico de la verdad (es que) a la irrupción de una valoración del mensaje en relación con la veracidad o fiabilidad de este (Dendale y Tasmowsky 2001) –en la dimensión de intensificación, en el plano del enunciado–, pero sin entender dicha valoración como un compromiso fehaciente del emisor respecto a sus palabras. De hecho, como sabemos, la modalidad epistémica puede ser intensificada o mitigada, tal y como, entre otros, señala Caffi (1999: 883): «[...] mitigation affecting epistemic modality reduces speaker’s obligations». Finalmente, de manera complementaria, debería atenderse a la posible potencialidad de la verdad (es que) como partícula evidencial (González Condom 2014, en prensa), en relación con la generalización de la fuente que muestra y con el distanciamiento del yo del hablante que deja patente –en la dimensión de atenuación, en el plano de la enunciación–. De este modo, puede concluirse que, si bien no puede negarse el hecho de que se refuerce una verdad, con el uso de esta construcción, ya que incluso esta se potencia con la anulación de expectativas presentes e incluso ausentes en el cotexto en el que se integra, el fin último con el que aparece la verdad (es que) en todos sus usos es preeminentemente el de prevención y reparación del efecto negativo que puedan crear las palabras a las que su aparición precede. De ahí que junto con una función intensificadora en el nivel del enunciado (intensificación de la certeza), la función de modalización básica que manifiesta, en la enunciación, sea la atenuante. 5. CONCLUSIONES La indefinición bibliográfica de los planos de operación funcional que demuestra la construcción objeto de estudio ha provocado una confusión que debe ser revisada en futuros estudios. Por este motivo, el presente trabajo ha pretendido arrojar luz sobre la configuración semántico-pragmática de la construcción la verdad (es que) y, más concretamente, sobre el funcionamiento del valor constante de contraexpectativa que 27 | P á g i n a manifiesta en sus usos, tanto como sobre la contribución de este a la función pragmática de atenuación, en todo contexto de aparición de la unidad. Se ha comprobado, en un amplio conjunto de textos, orales y escritos, y pertenecientes a distintos géneros, registros y tipologías discursivas, que la verdad (es que) actúa de embudo para la interpretación de expectativas correctas, con la consiguiente guía de anulación de inferencias incorrectas que puedan deducirse, tanto del contexto previo como posterior, que lo rodee. En este sentido, se ha observado que predomina en una posición discursiva inicial respecto a la contraexpectativa explícita que introduce en todos los casos y que incluso desarrolla este valor pese a la ausencia de expectativas marcadas con conjunciones contraargumentativas. Además de ello, el valor inferencial predominante de transacción y preventivo que manifiesta orienta su función pragmática hacia la atenuación de posibles efectos negativos del mensaje posterior, sobre todo en el plano dialógico. El valor contraexpectativo, tal y como se ha visto, deriva de un proceso semántico basado en la verdad, en oposición a la falsedad, el cual es trasladado a una corrección inferencial a través de una metonimia. Este, una vez consolidado en el plano de la enunciación, actuará como mitigación de los actos de habla ya que previene interpretaciones incorrectas y reduce el riesgo del emisor frente a los participantes en la comunicación. Por todo ello, se cumplen las dos hipótesis previamente planteadas y se va un paso más allá, puesto que con este trabajo se ha revisado la definición de la verdad (es que) como partícula discursiva de modalidad epistémica preeminentemente intensificadora, para aportar un nuevo enfoque en la caracterización de esta. La distinción en planos de las funciones de intensificación y atenuación nos permite definir de manera más coherente esta construcción con una función atenuante, derivada de su valor constante de contraexpectativa, aunque este hecho no anule que se intensifique la verdad, en la dimensión de lo dicho. 6. BIBLIOGRAFÍA AIKHENVALD, Alexandra (2004): Evidentiality, Oxford, Oxford University Press. ALBELDA MARCO, Marta (2005): La intensificación en el español coloquial, Valencia, Universitat de València, Tesis Doctoral [en línea]: <http://www.tdx.cat/ bitstream/handle/10803/9816/albelda.pdf?sequence=1>. 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Fundamentos teóricos para la regulación de las máximas conversacionales desde la pragmática lingüística intercultural ANDRÉS MONTANER BUENO MARI CRUZ PALOMARES MARÍN UNIVERSIDAD DE MURCIA Resumen: La presente aportación se encarga de analizar las máximas pragmáticas por las que han de regirse las personas intervinientes en cualquier acto conversacional. Para ello, consideramos que la conversación es la forma más prototípica de relación social dentro de las diferentes comunidades de hablantes del mundo por lo que, en su transcurso, podemos indagar en los mecanismos pragmáticos que acompañan al código lingüístico empleado por cada una de ellas. En este sentido, nuestro trabajo de investigación asume el análisis de dichos principios desde una perspectiva intercultural. Y es precisamente la adopción de este punto de vista lo que fundamenta este estudio, pues creemos que es necesario enunciar las bases pragmático-lingüísticas para que puedan desarrollarse intercambios comunicativos entre actores de diferentes culturas. Estos contactos deben sustentarse en la asunción de un trato cordial y en la prevención de malentendidos y de daño en la imagen de sus participantes. Palabras clave: Lingüística, Comunicación cultural, Estrategias de comunicación, Diálogo intercultural Abstract: The present contribution examines the principles of pragmatic analysis, which ones that allow people involved in a conversation become successful. In this sense, we consider the concept of conversation such as the prototypical form of oral communication and the way we star social relationships among the different speakers’ communities around the world. In this case, we assume that we can investigate the pragmatic mechanisms of the linguistic code related to them. Meanwhile, our work assume the analysis of these principles from a cultural perspective, and it is precisely the adoption of this point of view which set the basis of this study. We believe that it is a necessary state in pragmatic language to help and develop communicative exchanges between speakers from different cultures. These contacts must be based on the pleasant and cordial treatment and the prevention of misunderstandings and of the damage of self-steam of the different conversation participants. Keywords: Linguistics, Cultural communication, Communication strategies, Intercultural dialogue 1. INTRODUCCIÓN La presente investigación se enmarca dentro del ámbito de los estudios de Pragmática Lingüística y, más específicamente, de la corriente que analiza los diferentes factores y estrategias que forman parte del análisis conversacional. El objetivo específico que perseguimos es el de fundamentar las bases teóricas que han de regir los principios pragmáticos necesarios para la construcción de un modelo ideal de Pragmática Lingüística Intercultural en los actos conversacionales. Para ello, realizamos una revisión teórica de los mismos en los actos conversacionales y cómo se ven condicionados, aumentados o restringidos en el caso de la comunicación entre miembros de culturas diferentes. Se trata, pues, de describir el funcionamiento ideal, siguiendo las pautas que han ido apuntando otros investigadores, que deben tener dichos principios pragmáticos en los actos dialogales en que estén implicados participantes de culturas diferentes, con el fin de que estos sean exitosos. Así, en este estudio, revisamos algunas nociones teóricas sobre las que se sustenta la Pragmática Lingüística desde una perspectiva intercultural con el propósito de delimitar conceptualmente las diferentes definiciones que se han ofrecido sobre la misma. Y es que, tal y como señala Ángels Oliveras (2000: 10), en muchas ocasiones “los problemas surgen de que los participantes en una conversación intercultural desconocen las normas comunicativas de interacción y de interpretación del componente de la otra cultura”. Ante esta situación, la Pragmática Lingüística Intercultural propone un modelo de conversación a través del cual se llegue a un entendimiento mutuo basado en una comunicación real. 2. LA PRAGMÁTICA LINGÜÍSTICA DESDE UNA PERSPECTIVA INTERCULTURAL Si tratamos de ofrecer una definición de Pragmática Lingüística, es preciso atender a la distinción entre la Pragmática y la Lingüística. En este trabajo partimos de la visión de la Pragmática como ciencia que estudia manifestaciones lingüísticas. En palabras de Gutiérrez Ordóñez (2002: 32), es una disciplina que incluye a la Lingüística puesto que la comunicación va mucho más allá del mero uso de la lengua. A este respecto Fuentes (2000: 12) señala que es necesario adoptar una perspectiva pragmática del análisis lingüístico para enfocar “la morfosintaxis y la fonética y la fonología de una lengua teniéndolas en cuenta desde el entorno comunicativo”. 34 | P á g i n a De acuerdo con lo expuesto, uno de los primeros estudiosos en tratar de definir el ámbito de actuación de la Pragmática Lingüística fue Levinson (1983: 8-18). De entre las muchas definiciones que nos ofrece encontramos una en que la considera como “el estudio de las relaciones entre el lenguaje y el contexto que están gramaticalizadas, o codificadas en el estudio de una lengua”, especificando que solo incluye la aproximación a aquellos aspectos de la relación entre el lenguaje y el contexto que son pertinentes a la hora de redactar una gramática. También señala que “la Pragmática es el estudio de las relaciones entre el lenguaje y el contexto que son básicas para dar cuenta de la comprensión del lenguaje”. Matizando esta última aportación, Ducrot (1986: 177) indica que la Pragmática Lingüística debe ocuparse del estudio de las acciones que se llevan a cabo mediante el uso del lenguaje, teniendo en cuenta las condiciones de uso de este. Por su parte, Reyes (1990: 17) dirá que es “la disciplina lingüística que estudia cómo los seres hablantes interpretamos enunciados en contexto”. Es decir, del estudio del lenguaje en función de la comunicación, lo que supone la indagación en las relaciones entre el lenguaje y los hablantes. Otra definición clásica de Pragmática Lingüística es la que nos ofrece Mey (1993: 42), quien expone que se trata de la ciencia encargada del “estudio de las condiciones de uso humano del lenguaje en cuanto determinadas por el contexto de la sociedad”. Para este autor, el empleo del lenguaje para diferentes propósitos está gobernado por las condiciones de la sociedad, hasta el punto de que esas condiciones pragmáticas determinan el acceso del usuario a ese medio de comunicación, así como el dominio que posee de él. Sin embargo, en lo que respecta a esta investigación, vamos a utilizar el término Pragmática Lingüística en el sentido propuesto por Escandell (1996: 13-14), que la define como: El estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte del destinatario. Por tanto, se pone el énfasis en la simbiosis, por un lado, de la relación de los significados que tanto hablante como oyente confieren a las palabras y a los hechos y objetos del mundo que intentan describir o captar y, por otro, de la relación entre la forma de las expresiones que se utilizan y las actitudes que se toman al expresarlas o recibirlas. Por otro lado, en nuestro estudio también vamos a poner el énfasis, siguiendo a Escavy (2009: 27), en la Pragmática Lingüística como acción dirigida a la total 35 | P á g i n a comprensión de los principios comunicativos que fundamentan los actos de habla y de recepción de los hablantes y de los oyentes. Recordemos, a este respecto, que Austin (1962) y Searle (1980) definieron los actos de habla como la unidad básica de la comunicación lingüística con la que se realiza una acción. Ya que nuestra intención es la de ahondar en los actos de habla incluidos en las conversacionales interculturales, la línea de estudio de Pragmática Lingüística que nos interesa es aquella que centra sus esfuerzos en investigar sobre cómo se debe interactuar en un diálogo para alcanzar el consenso y la comprensión mutuas, evitando así los malentendidos. En esta línea, y siguiendo a Knapp y Knapp-Potthoff (1987: 2) podemos definir la Pragmática Lingüística orientada a la interculturalidad como aquella disciplina que se ocupa del estudio de las reglas pragmáticas que regulan la interacción entre personas de diferentes culturas. Su cometido más específico es ofrecer una serie de estrategias que ayuden a resolver la falta de conocimiento compartido cuando tiene lugar un acto conversacional entre ellos. Además, teniendo en cuenta que anteriormente hemos señalado que la Pragmática Lingüística es el estudio de los principios y condiciones que regulan el uso del lenguaje en la conversación, la noción que marca la diferencia de actuación de este nuevo enfoque va a ser la de interculturalidad. De esta manera, con la adición de la misma, ya no va a ser solo un código pragmático el que regule los actos comunicativos, sino que van a entrar en contacto tantos códigos pragmáticos como personas de diferentes culturas participen en los mismos. De acuerdo con esto y tal y como señala Hernández (1999: 26-29), de la confrontación o contraste de códigos pragmáticos diferentes va a resultar al mismo tiempo una confrontación de los hechos de cultura de cada uno de los participantes en la conversación. Y es que ocurre que el uso de un código pragmático es al mismo tiempo una praxis cultural cuyas normas van a variar de un participante de la conversación a otro. Por este motivo, desde el punto de vista de los hablantes de una cultura que tratan de mantener una conversación con otros de distintas culturas, las diferencias existentes entre sus códigos pragmáticos pueden producir situaciones embarazosas, las cuales pueden derivar en la pérdida de imagen social de los interlocutores, abandonos de la conversación y otros efectos socialmente negativos. Para tratar de evitar los mismos, creemos necesaria una reflexión metapragmática y una actitud cooperativa por parte de todos los hablantes intervinientes en una conversación de este tipo. Pero, además, proponemos para el investigador preocupado en estudiar los actos conversacionales de Pragmática Lingüística Intercultural, un estudio 36 | P á g i n a contrastivo de las relaciones entre los códigos pragmáticos y los hábitos de conducta o esquemas experienciales propios de una cultura, así como un acercamiento a la intencionalidad de los actos de habla emitidos por cada participante. Y es que los errores pragmáticos en el análisis de este tipo de conversaciones constituyen las manifestaciones más reveladoras de una proyección cultural errónea. 3. PRINCIPIOS COMUNICATIVOS INVOLUCRADOS EN LA PRAGMÁTICA LINGÜÍSTICA DESDE UN ENFOQUE INTERCULTURAL 3.1. La necesidad de intensificar algunas máximas comunicativas relacionadas con el principio de cooperación Uno de los principios comunicativos más importantes de la Pragmática Lingüística que interviene en los actos conversacionales es el que se denomina principio de cooperación. El mismo lo acuñó Grice en su artículo “Logic and conversation” (1975: 45) en el que para contextualizarlo indica que “todos los intercambios comunicativos entre dos personas son fruto de un esfuerzo cooperativo ya que cada participante reconoce en ellos un propósito o conjunto de propósitos comunes o, al menos, una dirección aceptada por todos”. De esta manera, en base a la concepción de que los hablantes suelen adoptar una actitud cooperativa en la interacción con sus interlocutores, formuló su conocido principio: Haga que su contribución a la conversación sea, en cada momento, la requerida por el propósito o la dirección del intercambio comunicativo en el que está usted involucrado. Como se puede desprender del principio de cooperación de Grice, es la propia colectividad, el hecho de que vivamos en sociedad, el que nos impone un cierto comportamiento que se debe ajustar a los límites de la racionalidad y la convivencia, una circunstancia que se ve reflejada también en los intercambios conversacionales. De hecho, tal como señala Yus (2003: 90) “es la propia interacción conversacional la que a veces logra dar una sensación mayor de sociabilidad, con la vertiente fática de la comunicación como elemento básico del intercambio”. Es esta una de las manifestaciones más explícitas de la actitud cooperativa del ser humano pues cuando un participante de la conversación no responde a una iniciativa fática desaparece la cooperación requerida para realizar el intercambio comunicativo. Puesto que Grice definió su principio de cooperación buscando que los actos conversacionales fueran lo más efectivos posible, le pareció insuficiente con un postulado tan general y lo desplegó en cuatro máximas que cada uno de los hablantes debía observar 37 | P á g i n a si quería que el intercambio comunicativo fuera exitoso. Vamos a resumirlas brevemente basándonos en Grice (1975: 45-47) y en las valiosas aportaciones de Escandell (1996: 7980) y Escavy (2009: 99-100): Máxima de cantidad. Tiene relación con la cantidad de información que debe darse a nuestro interlocutor en una situación dada. Se divide a su vez en dos enunciados: - Haz que tu contribución sea todo lo informativa que requiera el intercambio comunicativo. Pero, por otra parte… - No hagas tu contribución más informativa de lo necesario. Esto es, se debe evitar la prolijidad innecesaria. Máxima de cualidad. Viene expresada por la máxima directriz que señala que hay que tratar que toda contribución al acto conversacional sea verdadera. Además, se ramifica en dos submáximas: - No digas algo que creas que es falso. - No hables sobre algo que conozcas de forma insuficiente. Máxima de relación. Se relaciona con que la contribución que haga cada uno de los participantes tenga que ver con el contenido que se está tratando. Podría formularse de acuerdo al enunciado Sea pertinente y diga cosas relevantes. Máxima de manera. Con ella se señala que el modo de decir las cosas de cada participante en el acto conversacional tiene que ser claro, con el fin de que estas sean fácilmente percibidas. Para conseguir esta claridad, deben de cumplirse los siguientes requisitos: - Evítese la oscuridad en la expresión. - Evítese la ambigüedad. - Búsquese la brevedad. - Persígase el orden en la expresión. La formulación de este principio de cooperación y las cuatro máximas que vienen asociadas a él son una especie de condición preparatoria que se espera que los participantes observen para que la conversación sea inteligible y tenga sentido. Si no hay un ajuste a estos requisitos previos, la conversación será inconexa y absurda. Además, aunque el cumplimiento de los mismos no es de tipo prescriptivo, el incumplimiento de alguno de ellos puede merecer algún tipo de sanción social. De esta manera, en el caso de que alguno de los participantes en una conversación decida violar ocasional o constantemente algunas de las máximas del principio de cooperación, se expone a que 38 | P á g i n a los otros participantes le recriminen alguna acción o incluso a que lo excluyan de la conversación. A pesar de lo dicho y siguiendo a Escavy (2009: 100), no debemos olvidar que en un acto conversacional, junto al principio neutro de cooperación que aboga por la colaboración y por la realización de actos conjuntos para el entendimiento entre los participantes, también hay que contar con la aparición de actos que busquen el beneficio de los dos o de uno solo de los participantes, y en este ámbito la persuasión juega un papel importante. Esto ocurre así porque el destinatario de un mensaje en un acto conversacional, aparte de ser receptor del mismo de forma cooperativa, también lo puede ser como paciente de la acción que un hablante lleve a cabo persiguiendo un fin determinado. Por otra parte, este principio va a requerir de un tratamiento y de una consideración especiales en los actos conversaciones desarrollados por personas de diferentes culturas. Especialmente, va a ser importante poner el énfasis en lo que se refiere a la interpretación de contenidos implícitos que vienen determinados por los diferentes ámbitos lingüísticoculturales de los que proceden los diferentes interlocutores. En consecuencia, en este tipo de conversaciones se va a requerir más que nunca la presencia de un receptor colaborador activo y no meramente pasivo. Así pues, siguiendo a Neubert y Shreve (1992), en un acto conversacional de tipo intercultural el receptor debe estar más atento que en otro tipo de conversaciones a las diferencias pragmático-lingüísticas existentes entre él y su interlocutor con el fin de salvar los conflictos socioculturales que puedan surgir. Esto es, debe mostrarse más dispuesto a cooperar para que se cumplan las máximas de cantidad, de cualidad, de relación y de manera. A continuación procedemos a la descripción de aquellos aspectos relacionados con estas máximas en los que ha de poner una atención y dedicación más intensas. Refiriéndonos en primer lugar a la máxima de cantidad, va a variar significativamente en el caso de que se dé en una conversación entre dos personas de culturas diferentes. Así, mientras una de ellas puede entender que necesita explicar o que le sean explicados todos los pormenores acerca de un asunto y, por tanto, debe ofrecer o que le sean ofrecidos todo tipo de detalles sobre el mismo, la otra, por el contrario, puede creer que con ofrecer o que le sea ofrecida una panorámica general del mismo es suficiente. Y este aspecto viene también determinado por la cultura a la que pertenezca cada uno de los participantes en una conversación pues, como señala Liebe-Harkort (1989: 39 | P á g i n a 103), cada sistema pragmático lingüístico cultural atribuye un grado diferente al total de información que es necesaria para que la máxima de cantidad se vea satisfecha. Como consecuencia de esto, en una conversación realizada entre personas de diferentes culturas, ambos participantes deben tratar de adaptarse, en la medida de lo posible, a los requerimientos del otro, a fin de satisfacer las expectativas que cada uno va a tener en función del universo cultural del que proceda. Por lo que respecta la segunda de las máximas, la de cualidad, ya señalábamos que es aquella por la que el destinatario espera que el hablante le diga la verdad o aquello de lo que tiene evidencia suficiente, esperando el hablante, por su parte, que el destinatario tome sus palabras como verdaderas o fundamentadas en evidencias. Pues bien, tomando en consideración que en la conversación los actores son de culturas diferentes, creemos que se debería ahondar en el estudio de la verdad del discurso en función del contexto lingüístico-cultural en el que se enuncian. A este respecto, existen dominios del lenguaje en el que los sistemas de creencias propios de cada cultura se explicitan con mayor intensidad y frecuencia en los enunciados y que, por tanto, permiten un estudio contrastivo más minucioso de la máxima de cualidad. Nos estamos refiriendo a muchas de las expresiones lingüísticas que se usan de forma rutinaria. Dentro de este dominio destaca el ámbito de la fraseología, en el que habitualmente cristaliza el sistema de creencias propio de cada sistema pragmático lingüístico cultural. Y es que, tal y como se desprende de Morant y Peñarroya (1995: 1318), las expresiones fraseológicas son decires controlados por un código lingüístico cultural por lo que, a través del estudio y comparación de las expresiones fraseológicas de dos códigos lingüístico-culturales, podemos realizar interpretaciones de cómo cada código pragmático entiende la máxima de cualidad. Así, podremos comprobar cómo, en muchas ocasiones, no se corresponde la verdad cultural con la verdad científica de los hechos enunciados. Un ejemplo en este sentido lo podemos tomar del español en el momento en que un hablante le dice a otro Tardo cinco minutos. Cualquier persona que domine el ámbito pragmático lingüístico cultural del español sabrá que el enunciado, tomado literalmente, es falso. Sin embargo, considerando el valor referencial de esta expresión, entre los conocedores del código pragmático cultural del español habría un acuerdo sobre el período de tiempo que significarían esos cinco minutos, indudablemente mayor del prometido. De esta manera, si en una conversación intercultural un hablante emplea esta expresión fraseológica con un receptor no adaptado al código pragmático cultural del 40 | P á g i n a español, este último se podría sentir ofendido al ver que el primero no ha llegado transcurridos cinco minutos. Por su parte, un hablante que esté familiarizado con el código pragmático cultural español sabrá que el tiempo que tardará su interlocutor en volver podría ser aproximadamente de entre diez y treinta minutos. La tercera de las máximas, la de relación, al fundamentarse en torno a que la aportación que hagan los hablantes a la conversación tenga que ver con el contenido que están tratando, va a ser una de las que más se vean influenciadas por la procedencia lingüístico-cultural de cada participante. En consecuencia, la pertinencia conversacional va a depender de las diferentes maneras que tengan los interlocutores de entender qué contenidos son relevantes para la conversación. Además, lo que el hablante de su lengua materna considere importante y muy a propósito para una conversación, quizá encuentre dificultades de comprensión en un hablante no nativo que no esté acostumbrado al código pragmático de la lengua extranjera. Y es que se debe interactuar de manera muy frecuente con las diferentes personas de un país para entender qué expresiones y giros lingüísticos son los empleados habitualmente para según qué contenidos. Centrándonos en la máxima de manera desde una perspectiva intercultural y considerando que la misma se encuentra fundamentada en evitar complicaciones retóricas innecesarias a la hora de transmitir un contenido, el cumplimiento de la misma será una de las claves para el buen funcionamiento de la conversación. Asimismo, desde este enfoque intercultural, hay que considerar cuál es la mejor manera de ser realmente claro con el interlocutor extranjero: ¿Hay que abundar mucho en la proxémica o no es necesario? ¿Hay que emplear frases sintácticamente sencillas o ello va a resultar perjudicial para el interlocutor? A la respuesta de estas preguntas se une la circunstancia variable de la forma personal de comunicar del hablante nativo dependiendo de su carácter y de su manera de ser. Igualmente, también hay que tener en cuenta las características de la lengua que empleemos para la conversación. En una lengua con una morfología rica, normalmente los enunciados suelen ser sintácticamente más complejos y tener una longitud media bastante importante. Por el contrario, en una lengua constituida por una morfología pobre, los enunciados serán cortos y sintácticamente simples. Por tanto, si el interlocutor descodifica esta serie de claves de forma acertada, permitirá que el hablante de la lengua extranjera se sienta cómodo conversando y se vaya adaptando al nuevo ethos cultural. 41 | P á g i n a 3.2. El principio de cortesía como estandarte fundamental en la Pragmática Lingüística Intercultural Siguiendo a Lakoff (1973: 268-278) podemos definir el principio de cortesía en torno a dos vertientes diferenciadas: una externa, entendida como el conjunto de normas sociales que regulan el comportamiento adecuado de sus miembros, prohibiendo algunas formas de conducta y favoreciendo otras, y la otra interna, vista como un conjunto de estrategias conversacionales destinadas a evitar o a mitigar conflictos entre los interlocutores. No obstante, resulta bastante evidente que estas dos vertientes del principio de cortesía se interrelacionan en numerosos actos de la vida cotidiana. Así por ejemplo, cuando tratamos a personas de una posición social concreta con determinadas fórmulas de tratamiento o deícticos sociales. Expresado en máximas, el principio de cortesía se podría deslindar en la observación de tres pautas: a) No importune, b) Ofrezca alternativas, c) Compórtese amigablemente. Por su parte, Leech (1983) enfoca el fenómeno de la cortesía como un principio que busca establecer una adecuación equilibrada con la distancia social que separa a los interlocutores. En este sentido, evalúa la cortesía en términos económicos de coste y beneficio y la divide en seis máximas: la de tacto, la de generosidad, la de aprobación, la de modestia, la de acuerdo y la de simpatía. Asimismo, realiza una clasificación de los enunciados relacionados con la cortesía en torno a cuatro categorías: a) aquellos que apoyan la cortesía, como los cumplidos, los agradecimientos y las felicitaciones, b) aquellos que son indiferentes a la cortesía, tales como una declaración institucional, una nota informativa, etc., c) aquellos que entran en conflicto con la cortesía, como por ejemplo una petición o una queja y d) aquellos dirigidos frontalmente contra la cortesía, como los insultos, los reproches o las burlas. Otros autores que han estudiado el principio de cortesía han sido Brown y Levinson (1987) quienes proponen un modelo basado en el concepto de imagen pública para desarrollar su teoría. Para ellos, todo ser humano tiene una imagen ante los demás que pretende preservar, y la mejor manera de hacerlo es preservando la del resto de personas. Igualmente, tal como indica Carrasco (1999: 2-8), ambos autores parten de la idea de que todas las personas poseen una imagen positiva, que se traduce en la necesidad de ser apreciado, y una imagen negativa, que se explicita en el deseo de no ser molestado. De este modo, y dado que la imagen es vulnerable, durante los actos conversacionales con otros, todas las personas tratan de evitar que se ponga en peligro su imagen 42 | P á g i n a desarrollando como primera estrategia la de no poner en peligro la imagen de los demás o, si lo hacen, tratan de mitigarlo a través de la cortesía. De acuerdo con estos principios, los autores establecen una clasificación de los enunciados expresados por los interlocutores en una conversación de más a menos amenazantes. La vemos: • Enunciados expresados abiertamente y sin ningún tipo de reparación que mitigue el daño a la imagen pública del sujeto. • Enunciados expresados de forma abierta pero que contienen una reparación en forma de cortesía positiva. • Enunciados expresados de forma abierta en los que se incluye una reparación en forma de cortesía negativa. • Enunciados encubiertos que no dañan la imagen pública. • No realización del enunciado. Por otra parte, es de gran interés para nuestro estudio, tal como señala Lorés (1997-1998: 305), el hecho de que el principio de cortesía varíe de una sociedad a otra ya que su aplicación exitosa en los actos conversacionales va a depender de si ambos interlocutores comparten el mismo código cortés en las relaciones con sus amigos, sus familiares, profesionales, etc. A este respecto, es fácil que miembros de diferentes culturas que interactúan entre sí se comporten hacia el otro de forma descortés o inadecuada. Este tipo de situaciones nos muestran que para que se dé el respeto del principio de cortesía en una conversación entre participantes de dos culturas diferentes, es necesario que ambos interlocutores tengan unos mínimos conocimientos sobre la sociología y las costumbres lingüísticas de la zona de la que proviene el otro. De esta manera, procurarán negociar el papel que va a jugar la cortesía en sus intercambios comunicativos, así como los principios que esperan que cada uno respete. Y eso es así porque el empleo de la cortesía en el nivel pragmático de la conversación depende de cómo se encuentre codificada en cada cultura. Lo que ocurre es que, debido precisamente a esa codificación, muchos de sus elementos característicos pasan a formar parte de los niveles internos de cada ethos cultural y, para conocerlos, es necesario haber estado vinculado a ese grupo social anteriormente. Esta falta de explicitación, en ocasiones, da lugar, por desconocimiento, a una serie de malentendidos y conflictos en las conversaciones entre personas de culturas diferentes, ya que no siempre basta con que los interlocutores traten de paliar sus errores mediante una explicación 43 | P á g i n a clarificadora, sino que, muchas veces, los errores pragmáticos atentan de tal manera contra la imagen de la otra persona, que esta da, de forma irracional, la conversación por concluida. Una de las soluciones para superar este tipo de reacciones desacertadas, tal como propone Hernández (1999: 169), exige la adopción, por parte de la persona que se ha visto dañada en su imagen, de una actitud racional que le permita poner en suspenso, aunque solo sea durante unos momentos, su propia imagen en la conversación. Durante esta puesta en suspenso, la persona que ha sufrido el daño en su imagen ha de realizar un ejercicio de tipo metacultural por el que reflexione sobre las condiciones de uso de la cortesía en su código comunicativo-pragmático, llegando a la conclusión de que se trata de una manifestación más dentro de un conjunto abierto de otros posibles usos en otros códigos comunicativo-pragmáticos. Este ejercicio de reflexión metacultural va asociado a la relativización del etnocentrismo cultural, a través del cual se ha de llegar a la conclusión de que todas las culturas son igualmente importantes y válidas. En este orden de cosas, si el receptor, tras su reflexión, considera que el daño sufrido por parte de su emisor, puede ser explicado y justificado de acuerdo a un error cometido por desconocimiento del nuevo código pragmático en el que está intentando comunicarse, le quedan dos opciones de actuación: exculparlo o corregirlo. La primera opción supondría que el error pragmático se asentase en el código de actuación del emisor, puesto que, al no ser corregido, encontraría su conducta pragmática adecuada y acorde con las circunstancias. El problema evidente de esta desatención a un error pragmático es que el hablante probablemente lo volverá a repetir cuando se presente de nuevo una situación propicia y, si el error es socialmente grave, puede acarrearle consecuencias negativas. En este sentido, la opción de corregir expresamente el error -tratando de no dañar la imagen del interlocutor-, además de constituirse en la necesaria intensificación de las máximas cooperativas que ya señalábamos, puede llegar al estatus de imperativo moral, en el sentido de que coadyuva a la construcción compartida de un código social de conducta. Respecto a este asunto de la corrección de una expresión descortés como una responsabilidad ética, Kreuz y Roberts (1993: 250) afirman que “los errores pragmáticos deberían ser corregidos por los hablantes nativos, porque ellos tienen la responsabilidad de indicar que no entienden qué es lo que sus interlocutores han querido decir con una expresión concreta”. Sin embargo, resulta evidente que la corrección de un error puede resultar un acto incómodo, en la medida en que la mostración de un uso social incorrecto 44 | P á g i n a implica un alto riesgo para la imagen de aquella persona que ve su conducta corregida. Por este motivo, creemos que la corrección debe ir seguida de algún tipo de reflexión sobre el carácter relativo del error pragmático, en función de las conductas comunicativas imperantes en cada cultura. De acuerdo con lo dicho, y siguiendo a Olza (2005: 99), los pasos de superación de los errores pragmáticos se podrían sintetizar así: a) el emisor del mensaje comete un error pragmático y compromete la máxima de cortesía, su imagen social y la de su interlocutor, b) el receptor logra desentrañar la ambigüedad de interpretación del mensaje -¿es la violación de la categoría pragmática deliberada?- y llega a la conclusión de que el emisor ha cometido un error, c) el receptor supera de forma reflexiva la amenaza a su imagen social que ha supuesto el error pragmático del emisor y d) el receptor trata de corregir el error de forma explícita intentando no dañar en exceso la imagen del emisor ofreciéndole, a ser posible, una reflexión de relativización metacultural sobre su equivocación pragmática. Igualmente, con el mismo objetivo de intentar que no se produzcan tales desencuentros en las conversaciones fruto de errores pragmáticos, otra de las propuestas que a nuestro juicio resulta más efectiva es la de desarrollar la cortesía intercódigo. Dicha propuesta consiste en que el hablante que pretende conversar con otro en la lengua materna de este, ha de adiestrarse para dominar las principales categorías pragmáticas relacionadas con la cortesía. Para ello, creemos que sería necesario que, desde las clases de lenguas extranjeras, se propiciara la práctica conversacional interactiva poniendo el énfasis en la utilización de los elementos pragmáticos vinculados con la cortesía. Y es que, aunque no todas las categorías pragmáticas relacionadas con la cortesía son explícitas, al menos sí que se puede incidir en el estudio y el conocimiento de una serie de fórmulas de cortesía ritualizadas de acuerdo a su contexto de uso. No obstante, no debemos olvidar que no todos los conflictos que se producen en una conversación intercultural proceden de un desconocimiento de la cortesía lingüística intercódigo por parte del hablante que ha aprendido la lengua, sino que, en muchas ocasiones, tal como señala Hernández (1999: 164): Dada la estrecha relación que se observa entre la diferente realización de las categorías pragmáticas entre dos lenguas, y la diferente manifestación de determinados valores culturales, los problemas no son estrictamente lingüísticos, sino también y, sobre todo, de tipo cultural. 45 | P á g i n a La gran dificultad con la que nos encontramos cuando las diferencias que separan a dos personas en una conversación son de tipo cultural, es que generalmente dichas personas no están dispuestas a reconocerlas y a solventarlas. Las personas están, en general, más inclinadas a reconocer, comprender y resolver diferencias interlingüísticas que diferencias culturales, tal vez debido al etnocentrismo cultural que todo hablante tiene en mayor o menor medida. 3.3. El crecimiento en importancia del principio de relevancia en la Pragmática Lingüística Intercultural Es el momento ahora de abordar el tercer principio comunicativo de Pragmática Lingüística que más nos importa para nuestro estudio: el principio de relevancia. Nuestro interés reside, en parte, en que va a señalar algunos aspectos deficientes del principio de cooperación de Grice y nos va a ofrecer otro punto de vista desde el que analizar los intercambios conversacionales interculturales. Lo que, sobre todo, diferencia a este modelo del principio de cooperación es que, en él, Sperber y Wilson (1986) ponen el énfasis en el mecanismo deductivo que emplean los hablantes a la hora de interpretar, pragmáticamente y de acuerdo al contexto, el significado literal de las palabras de sus interlocutores. De esta manera, el principio de relevancia queda formulado de acuerdo a unas condiciones óptimas, para cuyo cumplimiento es necesario primero que se verifiquen una serie de premisas preparatorias. Estas tienen que ver con dos factores específicos que intervienen en los actos conversacionales y que son el contexto y la relación del fenómeno referido en cuestión con el receptor del mismo. Comenzando por el contexto, Sperber y Wilson señalan que un supuesto es relevante si y solo si tiene algún efecto contextual en dicho contexto. Pero es que además nos indican que en la relevancia contextual intervienen dos factores, como son el efecto que tenga lo que se transmite en el contexto de los hablantes, y en la cantidad de esfuerzo que tenga que hacer el destinatario para aplicar el mensaje implícito a ese contexto. Así: - Un supuesto es relevante en un contexto en la medida en que sus efectos contextuales en dicho contexto sean grandes. - Un supuesto es relevante en un contexto en la medida en que el esfuerzo requerido para su procesamiento en dicho contexto sea pequeño. Siguiendo por la influencia que tiene el individuo receptor, el estímulo inferencial que le proponga el emisor solo será relevante para él si: 46 | P á g i n a - Los efectos contextuales que se consiguen procesándolo son amplios. - El esfuerzo requerido para procesarlo de forma óptima es pequeño. De esta manera, el principio de relevancia óptima quedaría formulado de la siguiente manera: un supuesto inferencial que el emisor desea hacer manifiesto al destinatario es relevante si al destinatario le merece la pena, considerando el esfuerzo requerido y los efectos que tendrá de acuerdo al contexto en que se encuentre, poner en marcha el procesamiento ostensivo mental encargado de descomponer el contenido implícito del mensaje. Tal como indica Escandell (1996: 109-114), en el momento de formular el principio de relevancia, Sperber y Wilson partieron de dos ideas básicas que se hallan conectadas entre sí. La primera de ellas viene a decir que comunicarse va más allá de que un emisor empaquete sus pensamientos o ideas y los envíe en forma de palabras al destinatario para que este, al desempaquetarlas, recupere exactamente las ideas y pensamientos del emisor, ya que la representación semántica que hace del enunciado el receptor, no puede ser exactamente la misma que tenía en su mente el emisor. La segunda subraya el hecho de que la comunicación humana no es simplemente una cuestión de codificar y descodificar información explícita, puesto que dentro de dicha información pueden integrarse contenidos implícitos no descifrables mediante una interpretación literal de las palabras. En consonancia con estas dos premisas, Sperber y Wilson indican que en los actos conversacionales intervienen dos tipos de mecanismos distintos: uno regido por la codificación y descodificación de los mensajes, y otro basado en la ostensión y en la inferencia de los mismos. El primer mecanismo es de tipo convencional ya que consiste en descifrar el significado literal vinculado al mensaje emitido. El segundo es de naturaleza no convencional y consiste en atraer la atención del interlocutor sobre algún aspecto determinado del mensaje, con el objetivo de que infiera algún hecho particular que se le pretende comunicar. Y es sobre este segundo mecanismo de ostensión-inferencia sobre el que los autores van a construir su modelo de la relevancia. Según su teoría, la comunicación ostensiva-inferencial consiste en que el emisor crea una serie de evidencias implícitas en el discurso explícito con la intención de que el destinatario infiera a qué realidad está haciendo referencia y con qué objetivo. Pero es que además, el receptor tiene que aceptar la verdad y la relevancia del discurso explícito, considerando el contexto en el que se encuentran, para poder inferir el contenido implícito encriptado por el emisor. En 47 | P á g i n a consecuencia con esto, se puede decir que la inferencia es un supuesto que crea a partir de otro haciendo que este pueda ser observado desde un ángulo distinto al primigenio. Por tanto, siguiendo a Carston (2004: 634-636), para que un acto conversacional en el que un hablante incluye uno o varios estímulos implícitos en su discurso se lleve a cabo con éxito, el destinatario tiene que tener en cuenta tres aspectos: a) que el estímulo que ha incluido el emisor en su mensaje es intencional, b) darse cuenta de que el estímulo va referido a él y c) ser consciente de que el estímulo es una modificación del entorno hecha para atraer su atención sobre algún conjunto de hechos. Además, a partir de este primer reconocimiento debe ser capaz de inferir: d) qué información está siendo señalada a través del estímulo intencional y e) cuál es la intención que persigue el emisor al señalarla. De esta manera, de acuerdo a lo expuesto hasta aquí, la aparición de un estímulo relevante en una conversación va a poner en marcha los contenidos previos del receptor haciendo que recupere una serie de ideas que se encontraban latentes en su cerebro. Así, como señala Pons (2004: 19), “cuando una situación lo requiere, las ideas almacenadas en la mente del destinatario se recuperan gracias al estímulo inferencial del emisor, es decir, se vuelven accesibles o manifiestas y pasan a formar parte de nuestro entorno cognitivo”. Desde nuestro punto de vista y relacionándolo con el objetivo de nuestro estudio, el mayor problema que podemos encontrarnos con los estímulos inferenciales en los actos conversacionales interculturales es que, si ya dos personas que comparten un conjunto de conocimientos sobre la realidad debido a su sintonía cultural, pueden tener problemas en la interpretación de los mismos a causa de que sus entornos cognitivos no coincidan, mayores serán todavía las dificultades en una situación en que conversen dos personas cuyas maneras de entender el mundo, vinculadas a los conocimientos previos que tengan de este y condicionadas por sus respectivas culturas, sean radicalmente diferentes. Además, puesto que el principio de relevancia pone el énfasis en la capacidad deductiva de los hablantes para interpretar los contenidos implícitos en los enunciados conversacionales, una persona de una cultura diferente tendrá más dificultades para la interpretación de los mismos que un hablante nativo. Esto es así porque, tal como indicamos, toda transmisión implícita de información supone un realce del papel que desempeña el oyente, el cual pone en juego todo su saber lingüístico y extralingüístico para dar sentido a lo que se le ha comunicado. 48 | P á g i n a En consecuencia con esta situación, tal como señala Hernández (1999: 118-120), el reconocimiento por parte del emisor de la capacidad interpretativa que tiene el receptor para la interpretación de los implícitos, condicionará la manera en que este formule sus mensajes. Así, las posibles acciones comunicativas que se desvíen del campo interpretativo del destinatario, serán fallidas o exigirán una reformulación por parte del emisor. De acuerdo con esto, vamos a hacer una descripción de los diferentes tipos de implícitos que pueden tener lugar en una conversación. El objetivo de la misma es que el hablante nativo sea consciente de que su propio código pragmático-lingüístico puede hacer que encripte un mensaje sin él desearlo. Y esta circunstancia puede derivar en problemas de interpretación de enunciados conversacionales por parte de un receptor no nativo. De esta manera, Kerbrat-Orecchioni (1986: 12) distingue dos tipos generales de implícitos: uno de ellos que denomina preliteral o presuposicional y otro al que le da el nombre de postliteral o sobreentendido. Los primeros tipos de implícitos son aquellos con los que el hablante cuenta para que su expresión literal tenga sentido y no se constituya en un enunciado vacío y descontextualizado. Un ejemplo del mismo en español sería que un hablante utilizara la expresión La puerta está abierta, habiendo acordado anteriormente con su interlocutor que no debería ser así y, por tanto, está pidiendo implícitamente a este que la cierre. Los segundos tipos de implícitos, por su parte, representan contenidos que se sobreañaden a un enunciado literal, el cual ya de por sí estaba dotado de sentido. Con este sobreañadido se hace referencia a la necesidad de modificar el contexto situacional en el que se está desarrollando la conversación. Un ejemplo vendría dado por una situación en la que, durante una gélida tarde de invierno, dos hablantes se encuentran charlando en una casa en la que una ventana se ha quedado abierta y, de repente, el visitante le dice al otro ¡Qué frío hace! En base a la expresión de esta sensación, el anfitrión interpretará que debe cerrar la ventana, con el objetivo de intentar que su visitante pueda resguardarse mejor del frío. Como vemos, los implícitos transmiten información muy relevante para un adecuado desarrollo de un acto conversacional. Lo que ocurre es que hablante y oyente deben compartir el mismo código pragmático lingüístico cultural para que el sentido de los mismos quede garantizado. A este respecto, tal como señala Strawson (1950: 324329), los implícitos preliterales son más fáciles de identificar por parte de un hablante de una lengua extranjera porque son más subsumibles lógicamente que los postliterales. No 49 | P á g i n a obstante, esta facilidad de reconocimiento también hace que sean los postliterales los que tengan más relevancia pragmática en la conversación. En este sentido, los implícitos postliterales son también de naturaleza más heterogénea que los preliterales. Y es que la operación de sobreañadir contenidos a lo literalmente expresado se realiza con criterios que pueden ser de muy diferente naturaleza. Así, tal como indica Gumperz (1982), el uso de palabras o frases puede tener asociadas convencionalmente ciertas connotaciones, aunque también derivar implícitos según la situación comunicativa en que las palabras se emitan. Así, en algunos casos, hay implícitos que resultan contradictorios respecto de lo literalmente expresado (como cuando se usa irónicamente la palabra) y otros que solo tienen una relación tangencial y muy vaga con lo enunciado. Por otro lado, Gallardo (1997: 10) defiende la existencia, junto a los implícitos preliterales y postliterales, de otro tipo de implícitos de naturaleza metalingüística que sirven para regular la dinámica de la conversación. Estos se corresponden con las estrategias conversacionales como son, entre otras, la finalización de un turno de habla, la presencia de silencios en la conversación, el empleo de comunicación de tipo no verbal, etc. Dichas estrategias se encuentran íntimamente ligadas a los implícitos preliterales y postliterales y hay que tenerlas muy en cuenta a la hora de analizar un acto conversacional. Una vez descritos los tipos de implícitos que pueden aparecer en un acto conversacional, cabe señalar que cuanto más alejado de la literalidad se encuentre un implícito y, por tanto, más especificidad cultural presente, más frecuentes serán los errores en la interpretación de los mismos. Siguiendo a Anscombre y Ducrot (1983: 75), los dos tipos de errores más esperables en una conversación intercultural son: a) aquellos que provengan de situaciones en las que el referente implícito manejado por el emisor no es percibido por el receptor y b) los que se produzcan por una derivación inadecuada de un implícito por parte del receptor, el cual no estaba previsto en la enunciación del emisor. En cualquier caso, el mayor problema va a residir en que el hablante que se expresa en la lengua extranjera va a carecer de una regla o criterio general mediante el que derivar los implícitos y esto le puede llevar a confusiones y equivocaciones pragmáticas. Para paliar este déficit de conocimiento de una regla pragmática para la deducción de implícitos, la mejor solución, es la de que el hablante de la lengua extranjera pase el máximo tiempo interactuando con los miembros nativos de esta porque, tal como señala Guervós (2005: 181), como “la Pragmática es interpretación del lenguaje en uso y para 50 | P á g i n a interpretar se necesitan datos, los cuales pueden ser aprendidos, cuantos más datos se tengan, mejor se interpretará”. Y además señala que, para que el aprendiz sepa derivar muchos de los implícitos insertos por un hablante nativo en una conversación, debe saber interpretar, no solo los actos verbales, sino también los actos no verbales propios de la cultura que estudia. 4. CONCLUSIONES La consecución de esta revisión teórica nos lleva a determinar las siguientes conclusiones, referidas al nivel de desarrollo de los principios pragmáticos que se debería considerar a la hora de construir un modelo ideal de conversación intercultural. Destacamos las siguientes: De forma general, los intervinientes deberían respetar de forma flexible y empática las máximas comunicativas de los principios de cooperación, de cortesía y de relevancia. Para ello, es especialmente importante que ambos participantes cumplan con su papel de emisores y receptores de la forma más colaborativa y activa posible, ya que ello les permite salvar las diferencias pragmático-lingüísticas existentes, evitando así cualquier tipo de conflicto o malentendido que eventualmente surja. En relación con el principio de cooperación, los hablantes deben observar las cuatro máximas de las que se compone (cantidad, cualidad, relación y manera). Para ello, deben considerar que tanto la cultura a la que pertenece cada uno de los participantes, como el contexto situacional en el que se encuentren, va a condicionar la cantidad de información que es necesario proporcionarle al otro, la naturaleza y fiabilidad de las pruebas que acrediten que la información es verdadera, lo centrada que esté la intervención de los hablantes respecto al tema del que se esté hablando y también la forma lingüística -sencilla o compleja- en que se formule un enunciado. Refiriéndonos al principio de cortesía, los intervinientes en la conversación han de procurar, en la medida de lo posible, aprender y dominar las estrategias pragmáticas en que se expresa la cortesía en el código de sus interlocutores. En este sentido, hemos de considerar que muchos de los problemas que se producen en la conversación vienen porque los hablantes cometen errores pragmáticos debido al diferente grado de aplicación de la cortesía en cada cultura. En nuestra opinión, la mejor manera de evitarlos o de solventarlos vendrá dada por el desarrollo de la competencia lingüística intercultural, la cual tendrá su reflejo en la utilización por parte de los usuarios de las estrategias interlingüísticas transculturales apropiadas para cada contexto conversacional. 51 | P á g i n a Por último, respecto al principio de relevancia, los hablantes nativos han de tener en cuenta el nivel de competencia lingüística que tengan los interlocutores que están hablando en una lengua extranjera. De su mayor o menor competencia dependerá su capacidad para interpretar enunciados más o menos complicados y de descodificar e interpretar aquellos en los que haya más referencias implícitas. Por este motivo, la solución viene dada porque el emisor trate de encriptar lo menos posible sus enunciados y, paralelamente, que el hablante de la lengua extranjera pase el máximo tiempo posible interactuando con miembros nativos. 5. 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Así, los materiales nos han permitido establecer una serie de variables, a las que se aplicarán las reglas propias de una discusión argumentativa y, si se violan, se da lugar a una serie de falacias argumentativas dentro del propio proceso. Por lo que respecta al aspecto pragmadialéctico, base teórica de este estudio, lo importante es intentar resolver una diferencia de opinión mediante las figuras proponente y oponente. El objetivo es poner de manifiesto los cambios argumentativos que se producen durante la evolución del caso, además de observar en qué punto (o puntos) ha fallado, argumentativa y retóricamente. Palabras clave: Pragmadialéctica, Discusión crítica, Proponente y oponente, Evolución argumentativa y retórica, Pasos (moves), Reglas y falacias argumentativas Abstract: This fundamental objective of this paper is to exhibit the argumentative and rhetorical evolution of the Metro-Valencia accident. The methodology used to accomplish this task is based on an analysis of different testimonies given in court hearings, related to the accident, during the period of July 27th, 2006 to August 1st, 2006. The results obtained from this analysis have been compared with the new evidence provided by the 'Association of Victims', as a consequence on reopening the case, in the last few months. According to the aspects of Pragma-dialectics, relevant in this case, the key principle is an attempt to resolve a difference of opinion through an interchange of moves, describe them and try to establish their role in the discussion. The objective is to establish a paradigm between proponent and opponent, based on the rules of critical discussion, and observe at which point, or points, they have failed argumentatively and rhetorically. Keywords: Pragmadialectic, Critical discussion, Proponent and opponent, Argumentative and rhetorical evolution, Moves and fallacies 1. INTRODUCCIÓN El propósito principal del presente estudio es analizar el caso del accidente de metrovalencia en 2006, tomando como base el siguiente corpus: las declaraciones de las comparecencias en las Cortes Valencianas y las declaraciones de la Asociación de Víctimas; con el objetivo de dar un tratamiento lingüístico al caso desde un punto de vista pragmático-discursivo. Este caso fue un accidente ferroviario en una línea de metro principal en Valencia: la línea 1, con más de 20 años, es una red de metro y tranvía de metrovalencia que proviene de las líneas de València -Jesús a Villanueva de Castellón y de València - Pont de Fusta a Bétera y Llíria. Esta ha sufrido varios percances a lo largo de los últimos años, pero ninguno como el accidente en 2006 en el que hubo 43 muertos y 47 heridos graves. La originalidad de la publicación reside en que no se ha encontrado, hasta el momento, ninguna que analice los discursos sobre un accidente aplicando estas bases teóricas. Para cumplir los objetivos del estudio ha sido necesario solucionar dos problemas: en primer lugar, la delicadeza del tema y el sufrimiento que muchas familias han vivido con esta situación; en segundo lugar, las complicaciones que pueden derivar al tratar un tema perteneciente al ámbito legal, político y judicial. Debido a esto, la finalidad de este estudio es ser un análisis lingüístico que arroje luz sobre el caso. Para ello, se analizarán cuantitativa y cualitativamente los datos obtenidos del corpus, de los que se extraerá una serie de conclusiones que funcionarán como base para futuros trabajos, corroborando así la relevancia del caso de metrovalencia. 2. ESTADO DE LA CUESTIÓN: PRAGMÁTICA Y ARGUMENTACIÓN 2.1. El enfoque pragmadialéctico como punto de partida La Pragmadialéctica es una corriente teórica, que nace en la década de los años ochenta, e integra, como apuntan Londoño & Herrera (2012) siguiendo los estudios de Van Eemeren y Rob Grootendorst, por un lado, el carácter pragmático de la argumentación como resultado de los procesos comunicativos y, por otro lado, el carácter dialéctico que reside en dichos procesos, hecho que lleva a verla como discusión crítica en la que dos partes intentan resolver un punto de vista y llegar a una resolución común. Sus antecedentes son la retórica clásica y la nueva retórica, cuyas bases teóricas dan lugar a la propia corriente. No obstante, presenta algunas diferencias con respecto a estas, principalmente con la retórica clásica. En la época clásica, desde la era aristotélica, se había estudiado una retórica persuasiva orientada, fundada en dos elementos 56 | P á g i n a discursivos: el papel del convencimiento de la audiencia y la elocución decorativa, entendida como ornato de figuras de estilo y significado. De esta retórica clásica solo la invención (inventio) y la disposición (dispositio) serán principal interés para la nueva retórica, que entiende ésta como «una forma de argumentar razonablemente, con el objetivo de explicar resultados ya consumados o procurar adhesión a la producción de resultados futuros» (Santos, 2003:117). A partir de la década de 1950, la teorización en el campo de la retórica toma una nueva dirección: gran cantidad de autores realiza numerosos trabajos sobre el tema. Entre estos, destacan Stephen Toulmin (1958) y Chaïm Perelman (1979). El modelo argumentativo de Toulmin (1958) está inspirado en la tradición lógica, aunque está más próximo a las argumentaciones reales que a las artificiales propias del formalismo lógico (Londoño & Herrera, 2012:275). Su propuesta es una especie de lógica de la argumentación no formal: para Díaz (2002:5), «La argumentación es una forma de convencer o de lograr una adhesión de un determinado auditorio, pero apoyándose más que todo en criterios racionales», definición que lo lleva a diferenciar entre la persuasión y la demostración: mientras la persuasión busca obtener resultados mediante la argumentación, el convencimiento logra persuadir basándose en la racionalidad (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1994:6). Por tanto, la pragmadialéctica se diferencia de la retórica simple en que toma retórica y argumentación como dos elementos inseparables, abriendo nuevas perspectivas de estudio para corrientes teóricas que ya trabajaban en argumentación, como la Lingüística Textual, el Análisis Crítico del Discurso y la Pragmática (Londoño & Herrera, 2012:276). 2.2. Pragmadialéctica y argumentación Para analizar el accidente de metrovalencia, se ha elegido la perspectiva pragmadialéctica como marco teórico porque esta ofrece un esquema en el que dos puntos de vista, enfrentados, llegan hasta una resolución común. Del mismo modo, el caso del accidente también enfrenta dos puntos de vista que, aunque no han alcanzado todavía una conclusión –pues el caso sigue abierto–, se ajustan al paradigma que la pragmadialéctica ofrece. Cuatro son los pasos que se siguen en este paradigma: la confrontación; la apertura; la argumentación; el cierre. Esta sería una discusión crítica ideal pero, en la práctica, las personas que toman parte en el discurso argumentativo a menudo aparecen comprometidas en alcanzar otros 57 | P á g i n a objetivos que no son solo la resolución de una diferencia de opinión y muchas veces no queda cerrada argumentativamente la discusión crítica. Esta situación se reproduce en el caso aquí estudiado, pues según Van Eemeren et al.: la argumentación es una actividad verbal, social y racional que apunta a convencer a un crítico razonable de la aceptabilidad de un punto de vista adelantando una constelación de una o más proposiciones para justificar este punto de vista. Aquí es relevante señalar que una diferencia de opinión, según los autores, se manifiesta en el discurso argumentativo cuando una afirmación del sujeto hablante se encuentra con una duda o una contradicción, real o eventual, en una parte de un sujeto interlocutor, de manera que se manifiesta el desacuerdo o potencial desacuerdo. Si es claro que el desacuerdo existe, entonces la afirmación que se encuentra con la duda debe ser analizada como un punto de vista, y la duda o la contradicción debe verse como una expresión de falta de aceptación (Van Eemeren et al, 2006:17). 2.2.1. Moves (pasos) y dudas En este sentido, los participantes de la argumentación deben llevar a cabo una serie de moves (pasos) particulares. Estos sirven para aceptar o rechazar un punto de vista. Al aceptar o rechazar este hay factores que afectan a la fuerza lógica (cogency) del discurso argumentativo. El aspecto pragmático está representado por la descripción de los moves de la discusión como actos de habla (Van Eemeren, 1992:8). Si el punto de vista es defendido quiere decir que su aceptabilidad está siendo cuestionada: el auditorio duda porque la argumentación es errónea (Van Eemeren, 1992:14). 2.2.2. Reglas de una discusión crítica y violaciones a esas reglas En la discusión crítica hay 10 reglas que indican, para cada etapa de la discusión, los moves correctos que se deberían llevar a cabo. Cada una de estas constituye un estándar o norma específica como indica Van Eemeren (1992): The pragma-dialectical ideal model specifies the rules for reasonable argumentative discourse as rules for the performance of speech acts in a critical discussion aimed at resolving a dispute. 58 | P á g i n a For each stage of the discussion, the rules indicate when participants intending to resolve the dispute should carry out a particular move. Fallacies are analyzed as incorrect moves that violate one or more of the discussion rules. This explains why not only logical mistakes are included among the fallacies but also many other things that can go wrong in argumentative discourse (Van Eemeren, 1992:217). 2.2.3. Falacias tradicionales como resultado a las violaciones de las reglas En pragmadialéctica, el uso del término falacia está sistemáticamente conectado con las reglas para una discusión crítica. Una falacia es: “seems to be valid but is not so” (Hamblin, 1970) (Van Eemeren, 1992:102); son violaciones a las reglas de la discusión que se han comentado anteriormente. Para poder evaluar la discusión y llegar a una resolución nos encontramos muchas veces con falacias que lo impiden. Ejemplos de estas falacias son 1 (Van Eemeren, 1995:212-217): - Ad baculum: presionar a la parte contraria; - Ad consequentiam: usar un esquema argumentativo inapropiado. Rechazar un punto de vista descriptivo debido a sus consecuencias indeseables; - Ad hominem: señalar las inconsistencias entre ideas y acciones de la parte oponente en el presente o en el pasado. Sembrar sospecha sobre las motivaciones de la parte oponente; - Ad ignorantiam: apelar a la ignorancia del auditorio, desplazar el peso de la prueba; - Post hoc ergo propter hoc: usar incorrectamente el esquema argumentativo apropiado de la causalidad, infiriendo una relación de causa-efecto a partir de la simple observación de que dos eventos ocurren uno después del otro. Es importante destacar que las falacias apuntan que el punto de vista que se está defendiendo no esté claro. A su vez, esto hace que no haya manera alguna de determinar si la argumentación es concluyente o no y de aquí que sea relevante hablar del término falacias para el análisis del caso. Todos estos recursos argumentativos funcionan como herramienta de análisis para estudiar los discursos desde un punto de vista pragmáticodiscursivo. 1 No se ponen todas las clases de falacias que aparecen en Van Eemeren (1992), solo las más representativas para el objetivo del trabajo. 59 | P á g i n a 3. METODOLOGÍA A continuación, se expondrán las bases que conforman el análisis: los materiales empleados y la metodología para, seguidamente, un análisis cuantitativo y cualitativo de los datos del corpus. 3.1. Bases del análisis Para realizar el siguiente análisis se ha partido de la base de diversos materiales; por un lado, las comparecencias en las Cortes Valencianas de la comisión parlamentaria sobre el caso y, por otro lado, la contraargumentación que propone y aporta la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de julio (AVM3J) 2 para que se reabra el mismo. 3.1.1. Materiales y metodología En este punto, hay que añadir que se está ante un corpus que es una transcripción de las comparecencias orales realizado por el GEM 3, un grupo de estudiantes de derecho dirigidos por el abogado oficial de la AVM3J 4. A saber, estas transcripciones pueden presentar pequeñas vacilaciones dado que cada alumno se encarga de un compareciente distinto. No es sorprendente encontrar diferencias en sus transcripciones ya que no siguen una única forma oficial, como, por ejemplo, el corpus Val.Es.Co. En cuanto a las comparecencias en las Cortes, se han analizado todas las respuestas obtenidas en los días en que dicha comisión se mantuvo abierta: 27/07/06, 28/07/06, 31/07/06 y 01/08/06. Los comparecientes son 32. En primer lugar, en las comparecencias se formulan las preguntas por los partidos políticos dispuestos en el siguiente orden: Grupo Mixto (1), Izquierda Unida (2), PSOE (3) y PP (4). Seguidamente el compareciente responde a las cuestiones agrupando primera y segunda vuelta. Las referencias que se van a utilizar a lo largo del trabajo para citar los ejemplos extraídos de las comparecencias son las siguientes: los comparecientes están numerados del 1 al 32 que señala el orden de comparecencia. Los partidos políticos se numeran del 1 al 4 en el mismo orden establecido en el párrafo anterior. El número de vuelta en la que se ha realizado la pregunta (1 o 2) también se indica. Las citas extraídas de la Comisión Parlamentaria se codifican del siguiente modo: partido político, compareciente y número 2 Abreviatura que se va a utilizar a lo largo del trabajo para hacer referencia a la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de julio. 3 Abreviatura que hace referencia al Grupo de Estudiantes del Metro. 4 Vicente Baeza es el abogado oficial de las víctimas. 60 | P á g i n a de vuelta indicados entre paréntesis y separados por comas. Por ejemplo: (3, 21, 1). En este sentido, las citas extraídas de la AVM3J se codifican de este modo: AVM, el número del apéndice en el que aparece y el número de página en el que se encuentra exactamente la cita entre paréntesis y separados por comas. Por ejemplo: (AVM, 2, 5). El material de las comparecencias está dividido en un total de 851 preguntas. En el corpus se hallan preguntas y respuestas que hacen referencia al tema inversiones, sin embargo, para el objetivo e interés de la investigación este tema resulta irrelevante, se van a descartar. Los objetivos del artículo conllevan tratar los temas en relación al accidente y, por esto, se acota un marco de análisis. Del total de preguntas que sí se aceptan y tienen relevancia para el análisis, un 87’02% hacen referencia a los siguientes cinco temas recurrentes a los que queda argumentativamente reducido el caso: - la baliza - la curva - la velocidad - las medidas de seguridad - el maquinista En la comisión parlamentaria no se encuentra material contraargumentativo de la AVM3J dado que no fue llamada a comparecer puesto que surge cuando se terminan las comparecencias y se cierra el caso en 2006. El material disponible va a ser posterior al cierre del caso y se va a analizar la totalidad del mismo: - Peticiones al Parlamento Europeo - Notificaciones de la Audiencia Provincial sobre la reapertura del caso - Sesiones de Pleno - Documentos de la Fiscalía Provincial - Reclamaciones para que se reabra el caso - Notas de prensa - Relatos de lo ocurrido por la propia Asociación - Comunicados oficiales como el informe de las Cortes Valencianas En cualquier caso, los materiales analizados son oficiales, tanto las comparecencias, que son objeto oficial para juzgar y cerrar un caso, como los documentos presentados por la Asociación, los presentados a juicio y a la Fiscalía Provincial con el único fin de que se reabra este. Además, algunos materiales siguen el mismo procedimiento de «pregunta-respuesta» de las comparecencias, por lo que, al seguir el mismo patrón, son fácilmente comparables, ya que las preguntas son básicamente las 61 | P á g i n a mismas, por ejemplo: (1) “Con el accidente de 2005 ¿Por qué desde entonces no se han tomado medidas en seguridad en la línea 1?” (AVM, 1, 1) (2) “¿Por qué un conductor con tan solo tres meses de experiencia está solo a bordo de un tren así?” (AVM, 2, 3) (3) “¿Quiénes eran los responsables de seguridad y por qué no se pusieron balizas cuando hacía un año un accidente grave en Picanya sirvió de preaviso?” (AVM, 2, 3) En conclusión, se toma como punto de partida el accidente de metrovalencia con dos puntos de vista que se contraponen entre sí. Además, los cinco temas recurrentes que se han destacado anteriormente en las comparecencias también son los que prevalecen en los documentos de la AVM3J. 4. ANÁLISIS Este esquema argumentativo queda entonces dividido en dos papeles, el del proponente y el del oponente. En el primero, están los comparecientes de la comisión parlamentaria que son los que sostienen el discurso argumentativo oficial, y, en el segundo, la AVM3J, que es quien sostiene la contraargumentación. De los dos papeles que presenta el caso argumentativamente, se analizan, en primer lugar, los datos cuantitativos de las respuestas obtenidas en las cortes parlamentarias. Se estudian las respuestas de las cortes porque lo que interesa son los datos que aportan los comparecientes, dado que, a través de estos, va a quedar marcada la postura que va a tomar la parte proponente del caso. Las preguntas que se realizan son interesantes para acotar el corpus de la Comisión Parlamentaria y, de esta forma, establecer las variables en las que se ha reducido el caso. A continuación, se van a pasar a nombrar las variables que se han establecido para realizar tanto el análisis cuantitativo como el cualitativo del caso. 4.1. Variables Todas las preguntas realizadas en las comparecencias y todos los materiales de la AVM3J se pueden agrupar y resumir en cinco preguntas clave que se han tomado como base para el análisis cuantitativo: - ¿Un sistema de balizas hubiera evitado el accidente? - ¿La curva presenta alguna anomalía? 62 | P á g i n a - ¿Es la velocidad la causa del accidente? - ¿La línea 1 es segura? - ¿La culpa es del maquinista? En el análisis cualitativo se observa una nueva variable que se añade a las cinco anteriores. Esta nace como un sub-apartado en la argumentación sobre la variable: medidas de seguridad. Los argumentos de esta variable giran a favor o en contra de si el accidente puede ser o no previsible y evitable. Esta variable se tomará en cuenta solo cualitativamente pero cuantitativamente no tiene interés dado que no es representativa pero sí interesante pragmáticamente. A partir de aquí, para analizar cuantitativamente las respuestas obtenidas de cada uno, se ha establecido la siguiente numeración: el número 0 para la respuesta negativa; el 1 cuando la respuesta es afirmativa pero hay oposición (débil o fuerte); el 2 para las respuestas totalmente afirmativas; el 3 para las que no obtienen respuesta –hay silencio– y el número 4 para la persona que no comparece. De este modo, y de manera fácil, se pueden sintetizar los resultados de cada una de las partes en cuanto al caso. 4.2. Análisis cuantitativo A continuación, se va a presentar un resumen del análisis cuantitativo realizado: 32 comp. Baliza Curva Velocidad MMSS Maquinista 0 13 9 3 3 9 1 5 2 3 11 1 2 4 0 13 13 4 3 4 5 8 5 8 4 6 16 5 0 10 26 16 27 32 22 respuestas totales Tabla 1. Resultados totales comparecencias. Clave: MMSS – Medidas de seguridad; 0 – No; 1- Sí pero; 2 – Sí; 3 – No hay respuesta; 4 – No comparecen. Se ha contado una sola respuesta por compareciente dado que se repiten cuantitativamente los datos pero cualitativamente se va a observar que hay cambios en los datos finales (de aquí que aparezca una nueva variable posteriormente como ya se ha dicho). Por un lado, en la versión oficial (la del proponente) se defiende que: - una baliza no habría evitado el accidente - la curva no presenta ninguna anomalía aunque es peculiar 63 | P á g i n a - la velocidad es la clara causa del vuelco - la línea es totalmente segura; el maquinista tiene una gran responsabilidad acerca de lo ocurrido A partir de aquí, se ha realizado una nueva división con el fin de ver si los resultados que se obtienen son representativos, es decir, que salga una respuesta concreta en un grupo dado puede ser o no relevante para el caso. En definitiva, consiste en dividir los 32 comparecientes en dos grupos: «altos cargos y miembros de FGV» y «otros»5 quedando en el primer grupo un número de 22 comparecientes y, en el segundo, 10. Se han analizado las respuestas a cada variable (las cinco anteriores) por parte de cada uno de los grupos divididos. Sobre el tema baliza 6 los resultados han sido los siguientes: BALIZA OTROS ALTOS CARGOS Y MIEMBROS DE FGV 0 2 11 1 0 5 2 4 0 3 1 3 4 3 3 Tabla 2. Respuestas sobre baliza. Clave: 0 – No; 1- Sí pero; 2 – Sí; 3 – No hay respuesta; 4 – No comparecen. La mayoría de los comparecientes del grupo «altos cargos y miembros de FGV» (11 comparecientes) dice que una baliza no hubiera evitado el accidente. En cambio, una minoría del grupo «otros» afirma que una baliza no hubiera evitado el accidente (2). Es significativo que 4 del grupo «otros» afirmen que sí se hubiera evitado el accidente frente al total de 0 miembros de FGV. Cinco de estos últimos giran en torno a la variable 1, el sí contrapuesto. A partir de aquí, para ver la representatividad de estas respuestas se ha acudido a la estadística. 5 Véase anexo 1. 6 Por cuestiones de espacio no se pueden añadir ni todas las tablas ni todos los resultados de cada variable. Se pone como ejemplo de análisis la tabla de la variable baliza. Del mismo modo, esta división de los comparecientes es la que se ha tomado como base para realizar el apartado (§4.2.1.). 64 | P á g i n a 4.2.1. Prueba estadística del chi cuadrado Las respuestas que se han obtenido en las comparecencias son la base sobre la que se ha realizado la prueba estadística llamada chi cuadrado. Esta fórmula muestra si la distribución de las respuestas se debe o no se debe al azar. Si el resultado obtenido está entre el 0.01 y el 0.05 (p < .05) estamos ante unas respuestas que no se han dado de forma casual. Sobre la división en los dos grupos de comparecientes (que ya se ha nombrado anteriormente) se ha aplicado la fórmula estadística a cada una de las cinco variables del caso. Se ha realizado esta prueba con el fin de saber si las respuestas de cada grupo con respecto a cada una de las cinco variables son significativas. Por un lado, en el grupo «otros», la fórmula ha destacado como dato significativo las respuestas a la variable medidas de seguridad. Es decir, los resultados sobre este tema son: p < .045. Por otro lado, en el grupo de «altos cargos y miembros de FGV» la fórmula ofrece resultados significativos a todas las variables (excepto maquinista). - En cuanto al tema baliza el resultado es: p < .050 - tema curva: p < .028 - sobre el tema velocidad: p < .030 - medidas de seguridad: p < .002. Las cuatro variables anteriores en este grupo ofrecen resultados significativos, lo cual quiere decir que las respuestas de ambos grupos difieren de forma significativa y que dicha divergencia no se debe al azar. Llama la atención que la variable maquinista sea la única que queda fuera de este paradigma. Quizá este también sea un dato relevante en la investigación. Se retoma aquí el análisis cuantitativo, ahora con respecto a la AVM3J. La asociación recoge una sola opinión contrapuesta ante las mismas variables: BALIZA 2 CURVA VELOCIDAD 2 1 MMSS MAQUINISTA 0 1 Tabla 3. Respuestas totales de la AVM3J. Clave: MMSS – medidas de seguridad; 0 – No; 1- Sí pero; 2 – Sí. Por otro lado, la Asociación (el oponente) sostiene que: - una baliza hubiera evitado el accidente pues este era previsible - la curva sí presenta anomalía 65 | P á g i n a - la velocidad es un punto en común pues había exceso pero hay que buscar más causas - la línea no es segura - el maquinista tiene responsabilidad pero hay que buscar otras causas Estos datos indican que hay una clara contraposición en cuanto a las respuestas en las comparecencias. 4.3. Análisis cualitativo A continuación, se va a intentar llevar a cabo la parte cualitativa del análisis del caso. Para ello, se parte de las dos posturas derivadas de los datos cuantitativos expuestos en la sección anterior: las posturas de proponente y oponente. Este análisis que se va a realizar toma como base los argumentos explícitos e implícitos en relación con las falacias argumentativas que han surgido a lo largo del caso centrándose, principalmente, en los argumentos que presentan conflicto lingüístico y retórico. En primer lugar, se van a tratar los argumentos en relación con el tema de la baliza y, a continuación, sus respectivas falacias argumentativas. Finalmente, y por cuestiones de espacio, se comentará sobre el argumento que surge en relación al análisis cualitativo, los argumentos que giran en torno a la variable previsible y evitable. 4.3.1. Argumentos baliza Se ha escogido esta variable para analizar dado que presenta un esquema argumentativo (posteriormente se verá) que sirve como modelo para prácticamente todas las variables del caso. La parte proponente se basa en argumentos contradictorios: varias pruebas lingüísticas, como la presencia de procesos de reformulación discursiva con o sea (4), el empleo de mecanismo de atenuación (probable) y la repetición constante de una misma estructura (no se puede decir; no me atrevería a decir) (5) y (6), ratifican esta afirmación. Así funcionan los siguientes ejemplos: (4) “Las balizas no pueden garantizar por ahora, en absoluto, o sea, la seguridad absoluta, de que no pueda haber un accidente” (2 y 3, 31, 1) (5) “Entonces, yo creo que no se puede decir contundentemente que una baliza puesta ahí hubiera eliminado el accidente. Es muy probable que sí, pero no es seguro, no es seguro.” (4, 15, 1) 66 | P á g i n a (6) “El tema de las balizas, con el sistema técnico de aquí, pues no lo conozco en profundidad para responderle. Probablemente. Es que no lo sé, no es el sistema que tenemos en el metro de Madrid […].” (3, 3, 1) Frente a esto, el oponente recurre a argumentos que aplican estructuras condicionales. De esta manera, la acción de evitar se expresa mediante parámetros de posibilidad-imposibilidad: (7) “Una baliza habría evitado el brutal descarrilamiento y vuelco.” (AVM, 7, 4) (8) “El manual de la baliza demuestra que se podría haber evitado el accidente”. (AVM, 2, 3) La información argumentativa en torno al tema tratado se sitúa en una escala basada en los siguientes puntos: por un lado, el punto máximo, donde el 100% refleja el grado más alto de seguridad con respecto al hecho de que una baliza hubiera evitado el accidente; por otro lado, en el punto más bajo, el 0% equivale al menor grado de seguridad, lo no-seguro. Todo aquello que no remita a un nivel de seguridad absoluta (100%), semánticamente será no-seguro. En este sentido, el proponente no afirma la seguridad absoluta dado que se queda en el punto de la «seguridad probable», por tanto, la argumentación se orienta en un sentido descendente hacia lo no-seguro. La falta de seguridad de las declaraciones del mismo puede observarse en las dudas que derivan de las mismas, motivo por el que son recurrentes los procesos de reformulación discursiva o la aplicación de mecanismos de atenuación, que conducen directamente a la parte más baja de la escala. Por su parte, el oponente emplea recursos lingüísticos como las estructuras condicionales que permiten orientar la argumentación hacia la parte alta de la escala: la seguridad (baliza) se presenta como algo necesario, entonces, al usar un condicional se evoca un hecho: debería haberse evitado el accidente con una baliza pero no la hubo. Además, utiliza argumentos con una fuerte carga de emotividad, con el fin de que el oyente acepte su argumentación y llevar el proceso hacia la necesidad. En este caso (9), poner la vida de los ciudadanos en peligro, es un argumento emocional fuerte que presenta la colocación de un sistema de balizas como medida de seguridad necesaria para que el accidente se hubiera evitado (conclusión implícita). De dicha necesidad, se sustenta que el descarrilamiento se habría evitado y, por tanto, la argumentación se orienta en un sentido ascendente: +baliza (necesaria) = +seguridad. Es decir, la baliza lleva a lo seguro. 67 | P á g i n a (9) “Al no colocar una baliza se ha puesto en peligro la vida de muchos ciudadanos” (AVM, 2, 2) En conclusión, el proponente marca una mayor extensión del concepto “noseguro”, es decir, seguridad probable (1) y no absolutamente seguro (4) estarían en el terreno de lo no-seguro: un sistema de balizas no es seguro que hubiera evitado el accidente. En cambio, el oponente prioriza la probabilidad de evitar el accidente con un sistema de balizas marcando en su argumentación un sentido ascendente hacia lo seguro. 4.3.1.1. Falacias argumentativas en relación con la variable baliza Las falacias son importantes ya que en la argumentación del caso se observan moves (pasos) que no se han realizado correctamente, es decir, no se han respetado las reglas de las que se hablaba en el apartado (§2.2.2.) y han surgido una serie de falacias argumentativas (§2.2.3.). Estas se han agrupado con respecto a cada una de las cinco variables del caso, de este modo, van a resaltar las falacias acerca de: baliza, curva, velocidad, medidas de seguridad y maquinista. Sin embargo, solo se van a tratar las falacias que encontramos en la variable baliza en relación con el apartado anterior, dado que por cuestiones de espacio no se pueden tratar todas las falacias argumentativas. Por ejemplo, en la siguiente cita sobre la variable baliza se observa un razonamiento inválido, dado que intenta evadirse de la respuesta contando algo que no se le ha preguntado. Esta respuesta no parece tener nada que ver con el tema en cuestión, por lo que puede significar que no se quiere discutir el tema. No contesta claramente aunque deja entrever que el sistema de balizas es más seguro. (10) “El tema de las balizas, con el sistema técnico de aquí, pues no lo conozco en profundidad para responderle. Probablemente. Es que no lo sé, no es el sistema que tenemos en el metro de Madrid. Pero es un 68 | P á g i n a sistema que, con los procedimientos adecuados, es un sistema seguro. ¿Qué ha pasado en este fatal accidente? Pues habrá que reconsiderar muchas cosas. Pero por ejemplo en República Dominicana tenían que tomar una decisión respecto a una línea de metro ¿es mejor hacer un hospital o una línea de metro? Oiga, es que eso no se puede plantear así. No se pueden decir: «Si pongo el ATP esto es más seguro». En circunstancias concretas sí, pero en otras puede ser que no.” (3, 3, 1) Aquí, en relación con las falacias argumentativas, se observa vaguedad y, además, ignoratio elenchi, en la que se presentan argumentaciones irrelevantes. 4.3.2. Argumentos previsible y evitable Es interesante tratar la variable que surge en el análisis cualitativo. La argumentación de la nueva variable como ya se dijo en (§4.1.), se ha resumido de la siguiente forma: Rol Previsible Proponente Accidente, Evitable por Sí tanto, imprevisible Oponente No se puede afirmar Sí (por anteriores Sí (baliza) accidentes) Tabla 4. Resumen argumentación de la variable previsible y evitable. La argumentación del proponente defiende dos respuestas a la pregunta si era evitable el accidente: la primera, afirmativa absoluta (12) y, la segunda, afirmativa parcial (13). Por otro lado, a la pregunta si era previsible el accidente, la respuesta es totalmente negativa (12). (11) “Ha sido un accidente y como tal era imprevisible.” (AVM, 4, 3) (12) “Era evitable, sí. Eso lo sabemos ahora. ¿Era previsible? No.”(AVM, 4, 6) (13) “Si se habría podido evitar exclusivamente con el reglamento de circulación tampoco se puede afirmar.” (4, 3, 1) Por su parte, el oponente presenta una opinión unánime contradiciendo así la 69 | P á g i n a argumentación del proponente: era un accidente previsible por los anteriores accidentes que tuvieron lugar en esa misma línea y, era evitable con un sistema nuevo de balizas (AVM, 3, 19-25). (14) “Era previsible y evitable desmintiendo así las conclusiones de la Comisión Parlamentaria.” (AVM, 3, 1) Se observa de nuevo una escala en donde la argumentación del proponente y del oponente están orientadas hacia direcciones opuestas. La argumentación del proponente, esta vez, va orientada hacia arriba en la escala indicando la seguridad de la línea: esta no presenta ningún problema, por tanto, el accidente no era previsible y, además, era inevitable porque la línea es segura. Por otro lado, la argumentación del oponente va orientada hacia abajo indicando así la no-seguridad que presenta la línea 1: se hubiera evitado el accidente con más medidas de seguridad (+medidas = +seguridad) y, además, era previsible por los anteriores descarrilamientos en la curva (+accidentes = +probabilidad de accidente). • Proponente previsible evitable • Oponente Fig.2: Esquema argumentos proponente y oponente. En este sentido, los datos cuantitativos del proponente en el apartado (§4.2.) eran negativos en cuanto a la peligrosidad de la curva y a medidas de seguridad, por lo que, cualitativamente no pueden afirmar que el accidente era previsible ni evitable. Si esto se diera así, se estaría afirmando la peligrosidad y los problemas que presenta la línea 1 de metrovalencia (− medidas de seguridad = +accidentes / +peligro). Esta línea argumentativa queda estrechamente ligada con las falacias argumentativas que se van a explicar en el siguiente apartado. 5. CONCLUSIONES A estas alturas de la investigación, conviene recordar que este estudio no se ajusta al esquema prototípico de una discusión crítica: el caso no está cerrado aún, y ninguno de 70 | P á g i n a los dos puntos de vista parece aceptar el punto de vista del contrario, tal y como demuestran los datos analizados. Como ya se dijo en (§2.1.), Van Eemeren (2006) resaltaba que una diferencia de opinión se manifiesta cuando un punto de vista se encuentra con una duda o desacuerdo del otro punto de vista. En este caso, se han presentado dudas por parte del oponente (15) y (16) y esas han dado lugar a una discusión argumentativa que se ha intentado analizar desde dos puntos de vista, el análisis cuantitativo y el análisis cualitativo. (15) “dudas en el proceso” (AVM, 2, 5) (16) “que no nos lleve a un mar de dudas” (AVM, 2, 5) Por un lado, se ha establecido un análisis cuantitativo que ha dado como resultados significativos las respuestas en las comparecencias. Ya no solo han resultado significativos esos datos, sino también estadísticamente (chi cuadrado) ha quedado demostrado que una gran parte de las respuestas en las comparecencias no se deben al azar. Asimismo, por lo que se refiere al análisis cualitativo, se ha observado la utilización, sobre todo, de un elemento escalar en el que el proponente siempre tiende hacia abajo en la escala, y el oponente al contrario. En conclusión, los datos cuantitativos y cualitativos que presenta el análisis realizado se pueden generalizar del siguiente modo: la mayoría del grupo «altos cargos y miembros de FGV» son los que más utilizan falacias argumentativas, expresiones vagas, contradicciones y ambigüedades. En este sentido, la mayoría del grupo «otros» son los que comparecen ante las Cortes Valencianas teniendo solo información vaga del caso (AVM, 3, 15). No se puede luchar contra los hechos pero hay que saber que la lengua y las palabras significan por sí solas, tienen vida propia y en ellas se esconde la realidad del caso del accidente de metrovalencia ocurrido el 3 de julio de 2006. 71 | P á g i n a 6. BIBLIOGRAFÍA ANSCOMBRE, J. C. y DUCROT (1983): L'argumentation dans la langue. Mardaga, Lieja. [Traducción española: La argumentación en la lengua, Madrid, Gredos, 1994]. LONDOÑO, D. A. & Herrera, J. D. (2012): «Coincidencias entre la Argumentación Pragmadialéctica y la Novíssima Retórica». Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. 10, 1, pp. 271-285. PERELMAN, Chaïm [traducción de Luis Díez-Picazõ] (1979): La lógica jurídica y la nueva retórica, Madrid, Civitas. PERELMAN, Chaïm [Trad.: Alfonso Montalve] (1992): Teoría de la argumentación: un trabajo sobre el pensamiento. Otraparte, colección de ensayo, Universidad de Antioquia. VAN EEMEREN, FransHendrick; Rob GROOTENDORST (1992): Argumentation, communication and fallacies: a pragma-dialectial perspective. Hillsdale (NJ) [etc.], Lawrence ErlbaumAssociates. VAN EEMEREN, F., GROOTENDORST, R., Jackson, S. & JACOBS, S. (1993): Reconstructing Argumentative Discourse. London/Tuscaloosa: The University of Alabama Press. VAN EEMEREN, F. & HOUTLOSSER, P. (2000): Rhetoric in Pragma-Dialectics. Amsterdam: University of Amsterdam. VAN EEMEREN, FransHendrick; Rob HENKEMANS GROOTENDORST; Arnorlda Francisca SNOECK [Trad.: Roberto Marafioti] (2006): Argumentación: análisis, evaluación, presentación. Buenos Aires, Biblos. VAN EEMEREN, FransHendrick [traducción Celso López, Ana María Vicuña] (2011): Una teoría sistemática de la argumentación: la perspectiva pragmadialéctica, Buenos Aires, Biblos. VAN EEMEREN, FransHendrick [traducción de Cristián Santibáñez Yáñez y María Elena Molina] (2012): Maniobras estratégicas en el discurso argumentativo, Madrid, Plaza y Valdés, CSIC. 72 | P á g i n a 4. Aproximación a la segmentación del subacto en la conversación coloquial española ELENA PASCUAL ALIAGA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA Resumen: La segmentación del discurso oral en unidades plantea interrogantes que tratan responderse desde los diferentes modelos de segmentación. Qué es una unidad del discurso o cómo se identifica son cuestiones que no se traducen en una respuesta común, sino en una diversificación de criterios (Pons Bordería, 2014; Degand y Simon, 2009). Este trabajo analiza el subacto, la unidad monológica menor del sistema Val.Es.Co., con el fin de aproximarse a estas cuestiones por medio de la aplicación de los criterios prosódico y semántico-informativo. Se ha segmentado un corpus en subactos, se ha recogido los problemas de segmentación y se ha elaborado una propuesta de soluciones metodológicas. Los resultados muestran que, aunque el método de segmentación en subactos es problemático, a partir de los criterios que propone el modelo Val.Es.Co. se puede delimitar el 90 % de los segmentos del corpus e identificar con precisión el 61 % de los subactos. Palabras clave: Segmentación del discurso, Conversación coloquial, Unidades, Subacto 1. INTRODUCCIÓN 1.1. ¿Por qué es necesario segmentar el discurso? En cualquier disciplina científica, estudiar un objeto concreto implica establecer previamente sus límites, sin los cuales no es posible definirlo y acotarlo (Pons Bordería, 2014); definir unidades supone, además, reconocer los objetivos de análisis y las fronteras de una determinada disciplina (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2014: 12). Para describir y analizar los fenómenos discursivos es necesario disponer de un sistema de unidades: las unidades pueden contarse, permiten observar distribuciones de elementos y son un asidero para el estudio de diversos fenómenos (Chafe, 1994: 58). La necesidad de partir de un sistema de unidades es una tendencia a la que se están sumando diversos grupos de investigación. Prueba de ello es la proliferación de modelos de segmentación del discurso oral tales como el de Ginebra (Roulet, Fillietaz y Grobet, 2001), Friburgo (Groupe de Fribourg, 2012), Lovaina (Degand y Simon, 2009) o el modelo Val.Es.Co. (Briz y grupo Val.Es.Co., 2003, 2014), entre otros. 1.2. Planteamiento Los modelos mencionados contemplan unidades diferentes y criterios heterogéneos para definirlas. No hay consenso, especialmente, en el caso de las unidades menores (Cabedo, 2014; Degand y Simon, 2009). Este trabajo analiza la caracterización de una unidad menor del discurso desde un sistema de segmentación: el modelo Val.Es.Co. (Valencia Español Coloquial). El subacto es una unidad importante: se sitúa entre la sintaxis tradicional y la discursiva, y su definición se compone de criterios prosódicos y semántico-informativos. Su estudio puede ayudar a distinguir las propiedades de la sintaxis del discurso, así como arrojar luz sobre las relaciones entre prosodia e informatividad. El objetivo principal de este estudio es analizar empíricamente los problemas metodológicos que plantea la segmentación en subactos. La investigación parte de las siguientes preguntas: 1. ¿Hasta qué punto es posible segmentar una conversación en subactos? No se ha realizado, por el momento, ningún estudio empírico que ofrezca datos cuantitativos para determinar la validez de los criterios propuestos por Val.Es.Co. 2. ¿Qué problemas plantea la segmentación en subactos? Esta investigación se propone analizar los fenómenos lingüísticos que generan problemas a la hora de identificar segmentos informativos en el discurso. 3. ¿Cómo pueden aplicarse los criterios de segmentación para resolver los problemas? Se pretende elaborar una propuesta de segmentación a partir de los criterios que ofrece el modelo Val.Es.Co. para resolver los problemas. Esto permite, al mismo tiempo, analizar la aplicabilidad de dichos criterios. Para responder de forma objetiva a estas cuestiones es necesario aplicarlas a la práctica de la segmentación de un corpus. El fin último de este estudio es implementar la definición y caracterización de la unidad subacto, y, al mismo tiempo, el método de segmentación que propone Val.Es.Co. 74 | P á g i n a 2. CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE LA SEGMENTACIÓN DEL DISCURSO 2.1. La segmentación del discurso oral En el caso concreto del discurso conversacional oral coloquial, no es posible adoptar sistemas de análisis como el de la sintaxis oracional (Narbona, 1991: 192), ya que los rasgos prototípicos de la conversación coloquial (oralidad, dinamismo, inmediatez, espontaneidad, cooperación, carácter dialogal, alternancia de turnos no predeterminada y finalidad interpersonal) que apunta Briz (1998, 2000, 2007) configuran un entorno en el que se producen fenómenos conversacionales particulares: las formulaciones oracionales y ordenación de palabras son diferentes a las que se dan en otras tipologías discursivas; los nexos adquieren nuevas funciones; aparecen estructuras truncadas, gramaticalmente incompletas; hay construcciones parentéticas o pausas gramaticalmente inesperables que originan rupturas discursivas; se generan estructuras modalmente contradictorias; etcétera. Una segmentación de estos elementos no puede llevarse a cabo con eficacia desde los moldes que proporciona la sintaxis y la gramática tradicional (Hidalgo Navarro y Padilla, 2006). El estudio del discurso conversacional coloquial debe adoptar un modelo que incluya unidades de carácter pragmático, ya que estas pueden suplir las carencias que producen los análisis exclusivamente sintácticos o semánticos (Levinson, 1989: 31). 2.2. El modelo Val.Es.Co., un sistema de unidades para la conversación coloquial El sistema de segmentación propuesto por el grupo Val.Es.Co. (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2003, 2014) se define como un modelo pensado “por y para la conversación coloquial española”, aunque es válido para otros registros y tipologías discursivas, idiomas, o para estudios aplicados (diacronía, marcadores discursivos, enseñanza de lenguas...). Es un modelo funcional que se estructura en dos niveles (el dialógico, al que pertenecen las unidades “de orden superior”; y el monológico, al que se adscriben las unidades “de orden inferior”); es jerárquico (las unidades menores son los constituyentes inmediatos de las superiores); es recursivo (las unidades menores contienen unidades de su mismo nivel o de un orden superior), y se agrupa por dimensiones (la social, la estructural y la informativa). En total, el modelo presenta ocho unidades: el discurso, el diálogo, el intercambio, la alternancia de turnos, la intervención, el turno, el acto y el subacto. 75 | P á g i n a Las unidades dialogales dependen de la estructura social o externa de la conversación, esto es, de la existencia de dos o más hablantes que intercambian sus papeles conversacionales en el proceso de interacción; en cambio, las unidades monologales tienen un carácter interno: vienen dadas por el desarrollo de la conversación, y no por factores sociales o externos. Niveles, dimensiones y unidades se interrelacionan, como se observa en la fig. 1: DIMENSIONES NIVEL Dialógico Monológico ESTRUCTURAL SOCIAL discurso diálogo intercambio alternancia de turnos intervención acto INFORMATIVA turno subacto Fig. 1: Niveles, dimensiones y unidades del sistema Val.Es.Co. (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2014: 14) El discurso puede estudiarse en base a su estructura semántico-informativa, para analizar la articulación y distribución del contenido informativo; es en este punto del nivel monológico donde se sitúa el orden informativo y la unidad del subacto. 2.3. El subacto, la unidad monologal menor del plano informativo del discurso El subacto se define como la “unidad monológica estructural, constituyente inmediato del acto, caracterizada por constituir un segmento informativo identificable, habitualmente, mediante marcas semánticas y prosódicas” (Briz y Grupo Val.Es.Co. 2014: 53). En la fig. 2 se puede observar los diferentes tipos de subacto que, hasta el momento 1, se han planeado en el modelo 2: Fig. 2: Tipos de subactos 1 En el esquema no está incluido un tipo de subacto adyacente denominado Subacto de Encuadre; este tipo de subacto se planteó en Hidalgo Navarro y Padilla (2006), pero no se ha desarrollado. 2 Junto a los nombres de los subactos de la fig. 2 aparecen, entre paréntesis, las abreviaturas con las que, de ahora en adelante, se denominará a cada tipo de subacto. 76 | P á g i n a El modelo Val.Es.Co. propone dos criterios para reconocer subactos. Dependiendo del tipo de subacto, en su identificación prevalecerá el criterio prosódico (que tiene más repercusión en la identificación de subactos adyacentes, por ser segmentos sin contenido proposicional), o el criterio semántico-informativo (para reconocer subactos sustantivos, que tienen contenido proposicional). 2.3.1. El criterio prosódico El grupo Val.Es.Co. considera a la unidad prosódica gurpo entonativo 3 una marca esencial en la delimitación de subactos (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2003: 47), y al criterio prosódico, un “factor determinante y absolutamente necesario para la identificación y reconocimiento de subactos” (Hidalgo Navarro, 2006: 138). El GE se entiende según la definición de Quilis et. al. (1993: 56-57) 4: Porción de discurso comprendida entre dos pausas, entre pausa e inflexión del fundamental, entre inflexión del fundamental y pausa o entre dos inflexiones del fundamental, que configuran una unidad sintáctica más o menos larga o compleja (sintagma, cláusula, oración). Los subactos presentan autonomía fónica, y conforman GE independientes. Cabedo Nebot (2014) advierte que, en ocasiones, los GE sí son, a su vez, subactos; pero no siempre hay una correspondencia unívoca: por ejemplo, cuando se producen rupturas en la cadena fónica; o en el caso de los subactos suspendidos (que son entonativamente truncos, pero informativamente completos, puesto que el interlocutor los reconstruye); incluso un subacto puede abarcar más de un GE por la velocidad de habla. Además de la correspondencia con la unidad fónica GE, hay otras marcas prosódicas que permiten reconocer tipos de subactos: - La altura tonal de la sílaba final de un GE denota dependencia (si esta presenta un tono bajo ↓) –función integradora de la entonación– o independencia (si su 3 De ahora en adelante se utilizará la abreviatura GE para referirse a grupo(s) entonativo(s). Los rasgos prosódicos de los GE están sometidos a un grado de percepción subjetiva. Las últimas investigaciones (Cabedo Nebot, 2009) han establecido parámetros más objetivos para delimitar estos segmentos fónicos: por un lado, se ha redefinido el concepto de GE, de forma que se propone una nueva unidad (“grupo prosódico”) empírica y objetiva; y por otro lado, se ha confeccionado el algoritmo MESTEL (Modelo Estadístico para la Selección de Términos Entonativos Ligados), que permite calcular la probabilidad de que una frontera fónica constituya un grupo prosódico. 4 77 | P á g i n a tono es alto ↑) –función demarcativa de la entonación– de dicho GE frente al segmento entonativo que le sigue. - Una realización prosódica prominente –cuya F0 es elevada– puede ayudar a distinguir conectores pragmáticos (SAT) de conjunciones. - Los SSSTop también pueden identificarse por ciertos rasgos prosódicos (Hidalgo y Padilla, 2006): no suele haber una pausa entre el segmento previo o posterior al SSSTop; en los segmentos topicalizados a la izquierda puede percibirse un énfasis prosódico del tonema final del GE del subacto –la F0 final alcanza o supera el promedio tonal del hablante–; y los segmentos topicalizados a la derecha se integran en la curva melódica principal. 2.3.2. El criterio semántico-informativo Las unidades conversacionales mantienen similitudes con las unidades de la sintaxis (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2003: 53), aunque esta comparación es inexacta (Briz, 2000: 237), dadas las características particulares de la sintaxis discursiva (§ 2.1.). El subacto, por ser la unidad monologal estructural e informativa, es una unidad que traza un puente entre la sintaxis del discurso y la sintaxis tradicional. Todo subacto es un segmento informativo que puede presentar tres tipos de contenido proposicional (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2014: 57): - Informaciones proposicionales primarias (narrativas, descriptivas, argumentativas, factitivas, etc.); es el caso de los SSD, que son elementos nucleares informativamente independientes. - Informaciones secundarias (causa, condición, consecuencia, finalidad, tiempo, lugar, topicalización, etc.); las contienen los SSS y SSSTop, y se materializan en relaciones de predicación equiparables a las sintácticas 5. - Informaciones extraproposicionales (es el caso de los marcadores del discurso, por ejemplo); son las propias de los SA, ya que estos tienen menos sustancia semántica. 5 En Briz y Grupo Val.Es.Co. (2014: 60, 2003: 51) se expresa que la distinción funcional entre subactos directores y subactos subordinados puede compararse con la oposición entre el tema y el rema, o, sintácticamente, con una oración principal y una oración subordinada, o una primera oración coordinada copulativa y una segunda coordinada copulativa, respectivamente. 78 | P á g i n a 3. METODOLOGÍA En primer lugar, se seleccionó el corpus de trabajo: la conversación nº 44 del Corpus Val.Es.Co. 2.0. (Cabedo Nebot y Pons Bordería, 2013) de conversaciones coloquiales representativas del habla de Valencia. Se trata de una conversación coloquial grabada en 2011 mediante la técnica de la grabación secreta 6. Tiene 10 minutos de duración, y está protagonizada por dos estudiantes de entre 18 y 25 años. En segundo lugar, se llevó a cabo una corrección y nueva transcripción de la conversación mediante Praat (Boersma y Weenink, 2013), un programa que permite alinear el audio y el texto, y que proporciona herramientas para realizar el análisis fonético del habla, lo cual resulta esencial para la aplicación del criterio prosódico y la segmentación fónica en grupos de entonación. En tercer lugar, se procedió a segmentar la conversación en subactos. Para ello, se siguieron los criterios establecidos por el propio modelo (§ 2.3.): se realizó una segmentación prosódica en GE y, posteriormente, una segmentación discursiva, de acuerdo con el análisis semántico-informativo. Dado el carácter preliminar de este estudio, se optó por delimitar los GE según los criterios de Quilis et al. (1993) 7. Se ha seleccionado una serie de marcas fronterizas para delimitar los GE: la pronunciación marcada, las funciones interrogativa y exclamativa, los alargamientos vocálicos, los tonemas suspendidos, los truncamientos, el paralenguaje y los fragmentos en estilo directo. Además, el análisis ha sido validado por un total de cuatro informantes 8, lo cual le confiere una mayor validez empírica. Durante la segmentación discursiva, se observó una serie de problemas para delimitar y clasificar los segmentos. Estos problemas se han sistematizado, y se han diseñado soluciones metódicas para su resolución (§ 4.). En cuarto lugar, se elaboró una base de datos mediante el programa Microsoft Excel, en donde se recopilaron los resultados del análisis con el fin de cuantificarlos. Los datos se organizaron en variables cuantitativas como “Subacto”, en la que se anotó el texto conversacional clasificado en variantes tipológicas (“SSD, SSS, SSSTop, SAT, 6 Los participantes de las conversaciones han dado su consentimiento para la utilización de los datos. 7 Los participantes de las conversaciones han dado su consentimiento para la utilización de los datos. 8 Los informantes realizaron segmentaciones individuales de un total de 99 grupos entonativos (2,05 min. de grabación). Los GE escogidos representaban problemas recurrentes en la delimitación prosódica. 79 | P á g i n a SAM, SAI, ENS, ESA”); o “Problemas”, variable que recoge los diversos conflictos de segmentación (“Estilo directo, tipología dudosa, parataxis”, etc.). Finalmente, se elaboraron las conclusiones generales a partir de la cuantificación de los resultados de la segmentación. 4. ANÁLISIS DEL CORPUS: RECOPILACIÓN DE PROBLEMAS Y PROPUESTA DE SOLUCIONES A continuación, se desarrolla una explicación de los problemas que surgieron en la segmentación discursiva del corpus 9, y de las soluciones operativas adoptadas 10. Los problemas se clasificaron en tres tipos, según se relacionan con los elementos residuales del análisis, los subactos de tipología dudosa o las relaciones sintagmáticas (vid. fig. 3). Las soluciones metodológicas que se presentan son provisionales, y pretenden ser utilitarias para el caso concreto de la segmentación de la conversación 44; sin embargo, se han organizado de modo que puedan ser de aplicación general para problemas que aparecen frecuentemente en esta tipología discursiva. Fig. 3: Problemas de la segmentación en subactos 9 Los problemas que se apuntan se basan en el análisis de una sola conversación. Por ello, no deben tomarse como una lista cerrada, aunque sí representativa de la conversación escogida. Aunque la muestra analizada se considera representativa del corpus y, este, a su vez, representativo de la población, debería llevarse a cabo un análisis más amplio para verificar esta cuestión. 10 Los problemas apuntados pretenden reflejar los conflictos generales de segmentación en la conversación coloquial española; sería necesario ampliar el corpus para verificar su representatividad. 80 | P á g i n a 4.1. Los elementos residuales del análisis Los elementos residuales suponen un problema, ya que no es fácil determinar su inclusión o exclusión en el análisis segmental de la conversación. Estos elementos se han clasificado en dos grupos: los elementos truncos, inaudibles y extralingüísticos se han considerado Elementos no segmentales (ENS); y los elementos paralingüísticos se han señalado como Elementos sin adscripción tipológica (ESA). Los ENS son elementos residuales, no porque el modelo Val.Es.Co. no dé cuenta de ellos –puesto que sí los reconoce–, sino porque su condición no les permite formar parte del análisis estructural de la conversación; los ESA, en cambio, no se han desarrollado en el modelo Val.Es.Co., pese a que deberían ser un subactos concretos. 4.1.1. Vacilaciones, reinicios y autocorrecciones Las rupturas discursivas pueden ser causadas por factores de planificación o por incidentes extralingüísticos. Si son segmentos intencionales, son estructuras aparentemente inacabadas que constituyen subactos; de lo contrario, son fenómenos ajenos al discurso que no se analizan (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2014: 50-52). Sin embargo, no siempre es fácil determinar si se esconde una intención o estrategia tras el lapsus lingüístico. Además, las rupturas discursivas son prosódicamente independientes: el segmento trunco es un grupo entonativo. ¿Hasta qué punto sería pertinente analizar estos segmentos como tipos de subactos? Se ha seguido la solución pragmático-semántica que sugiere Val.Es.Co: se ha privilegiado, en primer lugar, una interpretación pragmática de la intencionalidad del emisor. Esto permite excluir los segmentos no intencionales. En segundo lugar, se ha optado por contemplar, como criterio auxiliar, su autonomía informativa. - Si los segmentos no poseen la suficiente autonomía informativa para consolidarse como un tipo de subacto concreto, se han excluido del análisis: (1) A: {SAM por eso que SAM} n- // {SSD no te enfaadas y te pones en plan serio sabiendo que no das ni una SSD} 11 11 En los ejemplos se sigue las convenciones de transcripción del modelo (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2004). Las llaves marcan la segmentación en subactos, y el subrayado marca el elemento resaltado. 81 | P á g i n a La ruptura del ejemplo (1) cuenta con un reinicio posterior, y podría verse como una estrategia argumentativa; sin embargo, “que n-” no es lo suficientemente autónomo. - Si son contenidos que se reponen y están integrados en otro segmento mayor, se analizan como un subelemento dentro del segmento al que se unen: (2) B: {SSD Julio ((Cano)) 12 no es un crack al fútbol↓ SSD} {SSS pero // juega SSS} {SSD y yo no soy el a- el artista del mundo SSD} Este reinicio podría responder a una estrategia (tal vez atenuante) del interlocutor. La ruptura presenta una información que se completa a continuación. - Si son situaciones aparentemente estratégicas de cambio de planificación, en la que el segmento es informativamente autónomo (incluso si no hay ninguna reposición de contenido posterior) son considerados subactos independientes. (3) B: {SSD Nachete más o menos estáa- SSD} {SAM ¡hombre joder! SAM} // {SSD yo te ((pongo a)) jugar al futbolín de aquí a todas las tardes↑ SSD} 4.1.2. Segmentos inaudibles El material de trabajo condiciona y limita la segmentación. Pueden aparecer fragmentos inaudibles o cuya transcripción es aproximativa (provocados por la mala calidad del audio, por ejemplo) que dificultan la interpretación de un segmento o de su contexto. ¿Deben ser excluidos del análisis? ¿Hasta qué punto puede tomarse en cuenta una segmentación aproximativa y analizarse como si se tratase del segmento real? Como solución se ha atendido, en primer lugar a la autonomía prosódica de los segmentos y, en segundo lugar, a su autosuficiencia semántica: - si un segmento inaudible es prosódicamente independiente y tiene un contenido informativo pleno, se ha analizado como un subacto: (4) B: {SAM ¡ah noo! SAM} {SSD la maleta el] jueves por la noche SSD} / {SAM ((¡hombre!)) SAM} 12 Los paréntesis marcan un segmento inaudible o cuya transcripción es dudosa. 82 | P á g i n a - Si el segmento inaudible presenta un contorno prosódico independiente, pero no un contenido informativo completo, se considera externo al análisis: (5) B: {SSD él dice que es un crack y SSD} / [(( ))] A: {SSD [¿qué hora es?] SSD} - En caso de no ser prosódicamente autónomo y de estar integrado en un GE mayor, si el GE en el que se integra presenta un contenido informativo completo y, por tanto, es un tipo de subacto, el segmento inaudible se analiza como un elemento integrante de dicho subacto: (6) B: {SSD (( )) nos pasamos el día con la pelota en los pies↓ SSD} {SSS pero ((no lo)) sé por qué↑ SSS} // {SAM oye nada SAM} - Si el fragmento inaudible está integrado en un segmento mayor, cuyo contenido semántico es insuficiente para ser un subacto, se excluye del análisis, aun cuando pueda haber habla que se percibe sin dificultades: (7) B: {SSD y para qué le vas- para qué le vas a decir [nada =] SSD} A: {SAI [claro] SAI} B: = {SAT entonces / eso SAT} // (( )) bastante (( )) eso // 4.1.3. Elementos extralingüísticos Los acontecimientos extralingüísticos no forman parte del análisis, pero influyen en la conversación. Aunque no tienen cabida en la estructura conversacional, conviene tenerlos en cuenta, ya que pueden repercutir en el desarrollo informativo del discurso: (8) B: Con Tuli- (GOLPE) {SSD ¡huy que lo rompo todo! SSD} {SSS con Tulioo SSS} / {SSS con David Vélez→ SSS} Además, en ocasiones podrían interpretarse como mecanismos que utiliza el hablante con determinados fines como, por ejemplo, intensificar o resaltar lo que dice: 83 | P á g i n a (9) B: {SSD se puede ser mejor o peor↓ SSD} {SAI ¿lo entiendes? SAI} / {SSD Julio ((Cano)) no es un crack al fútbol↓ SSD} {SSS peroo // juega SSS} {SSD y yo no soy el a- el artista del mundo SSD} (GOLPE) {SSS pero / juegas SSS} El hablante B podría dar el golpe para marcar el ritmo de su enunciación o aportar un matiz de intensificación a lo que dice. Se ha optado por dejar estos segmentos fuera del análisis 13; pese a que son ENS, es necesario anotarlos en la transcripción, ya que proporcionan información que puede mejorar la interpretación de las circunstancias de la enunciación. 4.1.4. Elementos paralingüísticos y kinésicos La precisión del transcriptor determina a aparición de elementos paralingüísticos o kinésicos en la conversación, ya que estos no siempre tienen una realización fonética. Más allá de su codificación en la transcripción, cabe plantearse si son elementos segmentales que merecen un espacio propio en un sistema de unidades 14. Desde el sistema Val.Es.Co. se explica que los elementos paralingüísticos no se han desarrollado aún en el modelo. Por ello, y pese a que se trata de subactos potenciales, no se ha llevado a cabo aquí un análisis tipológico de estos segmentos. El siguiente ejemplo evidencia las dificultades analíticas que presentan estos elementos en el sistema de unidades: un gesto actúa como una respuesta (una intervención reactivo-iniciativa), y además, aparecen risas solapadas con el habla: (10) A: {SAT bueno pero SAT} {SSD estudiar no es lo mismo SSD} B: {ESA ( hace un gesto de desacuerdo) ESA} A: {SSD ¡noo↓SSD} {SSD no es lo mismo! SSD} {SAM vale SAM} (Entre risas) La solución adoptada se relaciona con la autonomía fónica: cuando estos elementos no tienen representación fónica o no son independientes no se han catalogado 13 Además, en el caso de la conversación 44, solo se producen los dos casos mencionados en los ejemplos. 14 El paralenguaje juega un papel importante en la conversación coloquial, hasta el punto de que los elementos paralingüísticos pueden suplir a las propias palabras (Briz, 1998: 101-102). 84 | P á g i n a como ESA, sino que se ha privilegiado el análisis tipológico del elemento en el que se insertan, que se ha clasificado como subacto (como el caso del ejemplo previo); de lo contrario, siempre que constituyan una entidad prosódica y que sean independientes, se han marcado como ESA; son casos como algunas risas o las pausas oralizadas: (11) B: {SAT entonces eso SAT} / eeh (PAUSA ORALIZADA) / {SSD yo voy a decirle SSD} {SAI tío SAI} {SSS no vayas […] Esta solución en realidad plantea otro problema analítico, ya que propone un sistema de marcación que no cubre el conjunto de los casos. 4.2. Los subactos de tipología dudosa Los conflictos tratados hasta el momento (ENS y ESA) abarcan elementos que se han clasificado como un tipo de subacto determinado o se han excluido del análisis. En este apartado, el problema se relaciona con aquellos subactos cuya tipología es conflictiva, no tanto porque el modelo no ofrezca recursos, sino por la propia condición y naturaleza de los elementos lingüísticos. Estos se han denominado subactos dudosos. 4.2.1. Distinción entre subactos sustantivos y subactos adyacentes Algunos elementos que presentan un contenido proposicional o informativo (prototípicamente serían catalogados como SS) podrían actuar como SA. Las siguientes intervenciones de B podrían interpretarse como SSD o SAI: (12) A: {SSD [¿te acuerdas cuando =] B: {SAI [sí] SAI} A: = me contaste que se picó SSD}{SSS porque había ganado a Javi? SSS} {SSS o sea porque había perdido [contra =] B: {SAI [sí] SAI} A: = Javi un montón de veces [y quería =] B: {SAI [sí] SAI} A: = la revancha SSS} B: {SSD sí sí↓ SSD} {SSS pero es que ahí era malete aún […] 85 | P á g i n a 4.2.2. Distinción entre subactos adyacentes Las funciones de los SA (textual, interpersonal y modalizadora) también pueden entrar en conflicto. Los SA están estrechamente vinculados con los marcadores del discurso; y la polifuncionalidad de los marcadores se ve reflejada en estos elementos, como ¿eh?, que podría estar actuando como modalizador o interpersonal: (13) A: {SSD [David ((Pereira)) es la persona más] PERRA que he visto en esta [vida SSD} {SAM ¿eh?] SAM} B: {SSD [((a mí me encanta↓))] SSD} {SSSTop David SSSTop} 4.2.3. Distinción entre subactos sustantivos subordinados y topicalizados El problema de la distinción, en este caso, no es la interpretación pragmática del elemento topicalizado, sino su identificación prosódica: no siempre es posible contar con las marcas prosódicas de reconocimiento de los SSSTop (§ 2.3.1.), principalmente, debido a factores relacionados con la calidad de la grabación. En (14), el solapamiento y el ruido de fondo no permiten definir con exactitud si en la intervención de A hay un tonema descendente que marca un límite prosódico y, por tanto, un SSSTop a la derecha; la información del oscilograma es confusa (vid. fig. 4), solo es posible guiarse por el orden sintáctico no marcado 15 de los elementos: (14) B: {SAT [y eso] SAT} A: {SSD [qué aburrido↓] SSD}{SSSTop me parece a mí eso SSSTop} 15 Se siguen las consideraciones de Padilla (2001: 236), que define el patrón básico (S)VO como el más frecuente en la ordenación de las palabras en español coloquial. 86 | P á g i n a 300 250 200 ) z 150 H ( h c t i P 100 75 [qué aburrido<↓>] me parece a mí eso [y eso] 0 1.316 Time (s) Fig. 4: Representación de la curva melódica del ejemplo (14) 4.3. Las relaciones sintagmáticas problemáticas El reconocimiento de subactos también viene dado, desde una perspectiva sintagmática, por las relaciones que contraen los elementos discursivos entre sí; por ejemplo, los SSD y SSS contraen una relación de dependencia sintáctica y semántica 16. En ocasiones, el entramado discursivo es complejo: los elementos se sitúan en diferentes niveles jerárquicos, y esto genera dificultades para delimitar de subactos. Estas situaciones se han sintetizado en tres fenómenos lingüísticos 17: el estilo directo de habla, la parataxis y las intervenciones largas y complejas. 4.3.1. El estilo directo 18 De la última propuesta de Val.Es.Co. (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2014), se colige que el estilo directo puede analizarse de dos formas: si está encabezado por el verbo decir en primera o tercera persona del presente de indicativo, y este actúa como SAT 16 A diferencia de los SSD y SSS, los SSSTop no conducen a duda, siempre son elementos subordinados. 17 Estos fenómenos no son excluyentes: por ejemplo, un fragmento en estilo directo podría contener oraciones paratácticas, o intervenciones largas y complejas, como relatos dramatizados (Briz, 1998: 81). 18 El estilo directo de habla es un fenómeno mediante el que un interlocutor reproduce literalmente un discurso de otro enunciador: los segmentos introductores suelen ser verba dicendi. Según Gutiérrez Ordóñez (1997: 258-276), los segmentos del estilo directo son una única unidad comunicativa. Otros autores (Verdín Díaz, 1970: 31, apud. Gutiérrez, 1997: 264) afirman que los dos miembros que componen el estilo directo pueden considerarse frases independientes. 87 | P á g i n a (introductor del estilo directo), los fragmentos en estilo directo aparecen segmentados de forma independiente, y sus integrantes mantienen relaciones internas; en cambio, si el estilo directo se inserta por medio de otros elementos, el segmento introductor se une al fragmento de habla reproducida –o a parte de este–, independientemente de las relaciones jerárquicas que se operen en su interior. Sin embargo, esta propuesta de análisis a veces provoca desajustes: El criterio informativo puede entrar en conflicto con la sintaxis: En (15) aparecen dos segmentos informativos en el fragmento en estilo directo: uno director (el contenido proposicional de negación “¡no no!”) y otro subordinado (la justificación, “que yo no estoy cansao y-”): (15) B: {SSD [noo noo] SSD} {SSS es que así no le decía SSS} / {SSD ¡no no! SSD} {SSS ¡que yo no estoy cansao y- SSS} Si “¡no no!” se analiza según los criterios establecidos por Val.Es.Co., sería un segmento unido a “es que así no le decía” (introductor del estilo directo), que a su vez, sería un SSS de la negación previa “[noo noo]” (SSD). Así, la justificación “que yo no estoy cansao y-” sería un SSS del SSD principal, cuando en realidad, depende del SSS “es que así no le decía / ¡no no!” (más bien, de la parte “¡no no!”). Otro ejemplo sería el siguiente: si el segmento introductor y el habla reproducida fuesen un mismo subacto, no se reflejaría el carácter modalizador de “joder macho↓”: (16) B: {SSD pero MALO de que dices SSD}{SAM ((joder macho↓ SAM} {SSS le tira cada una al dorsal y tira el pelotón)) te dará en la cabeza y no la ves SSS} El criterio prosódico también presenta contradicciones: A veces, los segmentos introductores de estilo directo no son GE independientes del segmento posterior: (17) B: {SAT dice SAT} {SSD es que metí un golazo deel medio del campo y metí otro golazo de cabezaa […] Otras veces, los elementos introductores del estilo directo sí son prosódicamente independientes, pese a que estos no son formas verbales gramaticalizadas: 88 | P á g i n a (18) B: {SSD y yo pensé SSD} / {SSS mira hijo […] Además de todo esto, pueden producirse otro tipo de situaciones conflictivas, como la presencia de más de un nivel enunciativo en un fragmento de estilo directo: (19) B: {SAT [dice SAT} {SSD es que metí un golazo deel medio del campo SSD} y {SSS metí otro golazo de cabezaa SSS} y {SSS me dijeron ((todos↓)) SSS} {SSS ((¡no sabíamos)) que eras tan bueno! SSS} B reproduce las palabras de otra persona y, a su vez, desde ese segundo nivel de enunciación, reproduce un tercer nivel de enunciación. Ante estos problemas, se ha decidido tomar una solución ajena a la propuesta de Val.Es.Co.: como el criterio prosódico no es un referente claro, se ha segmentado los enunciados en estilo directo de habla como si fuesen segmentos de una enunciación no reproducida. El elemento introductor se analiza como un SSD o como un SAT. 4.3.2. Las relaciones paratácticas En el modelo Val.Es.Co. se expresa que la relación de dependencia entre un SSD y un SSS es equiparable a la distinción sintáctica entre una primera oración coordinada copulativa y una segunda coordinada copulativa (vid. nota 5). Sin embargo, la equivalencia funcional de los componentes lleva a cuestionar este planteamiento 19. Por ejemplo, algunas oraciones coordinadas están formadas por subactos que pueden verse como elementos independientes entre sí: (20) B: {SSD ¡juega súper mal! SSD} {SSS y a la vez estaba metido en el ((instituto Portal)) SSS} // {SAI ¿vale? SAI} {SSS y hay un jugador del Valencia que se llama Raúl Albiol SSS} {SSD ¿te suena? SSD} A: {SSD sí SSD} 19 No sería tanto así en los casos en los que las coordinadas copulativas adquieren determinados matices semánticos (de causa, consecuencia, etc.), ya que en tales ocasiones, se puede afirmar que las oraciones coordinadas sí mantienen vínculos de dependencia semántica (Marcos, Satorre y Viejo, 2007). 89 | P á g i n a B: y {SSD entonces a él le llamaban SSD} {SSS (( )) Vicente (( )) Raúl Albiol en el (( )) SSS} {SAM se ve quee SAM} {SSD jugaron dos o tres partidos en educación física SSD} y {SSS que metió dos o tres golazos SSS} / y {SSS que decían SSS} […] Entre estas oraciones coordinadas mediante “y” no se establecen relaciones de dependencia ‒aunque forman parte del mismo relato y contribuyen al sentido global del discurso‒. Las oraciones presentan un contenido proposicional primario (descriptivo o narrativo): podrían ser un único SSD (dad la uniformidad del relato conversacional); o varios, si cada una es un SSD. En cualquier caso, no puede afirmarse que la primera oración coordinada sea un SSD y la segunda o el resto sean SSS dependientes de este. Además, en estos casos la prosodia no delimita eficientemente SS. Como solución, se ha seguido la propuesta de Val.Es.Co.: catalogar como SSD a las oraciones copulativas que aparecen en primer lugar y como SSS a las que aparecen en segundo lugar o posiciones posteriores; esta solución no es definitiva. 4.3.3. Intervenciones largas y complejas 20 En ocasiones, el discurso de los interlocutores contiene fragmentos de una extensión considerable y cuya complejidad sintáctica dificulta el análisis en subactos. Este problema puede presentarse en segmentos que mantienen relaciones de subordinación. En Briz y Grupo Val.Es.Co. (2014: 40) se expresa que las oraciones adverbiales y las adjetivas explicativas tienen una configuración prosódica en la que aparece un SSD y SSS, o un SSS y SSD; estos casos sí reflejan vínculos de dependencia que se plasman en las relaciones entre un SSD nuclear y un SSS aporte informativo. En las oraciones sustantivas y las adjetivas especificativas, en cambio, estos vínculos no se dan: la oración subordinada no es un aporte informativo distinto del SSD, sino que este actúa como rector informativo de la oración subordinada; no hay relaciones de dependencia, todo es un mismo aporte informativo. Hay casos en los que las relaciones de subordinación son más complejas e integran varios niveles de dependencia: (21) A: {SSD [¿te acuerdas cuando =] 20 Se trata de un problema que incluye también segmentos en estilo directo o paratácticos, ya que va referido exclusivamente a los vínculos internos problemáticos dentro de la unidad acto, y muchos de ellos se producen por fenómenos como el estilo directo, o por la presencia de parataxis. 90 | P á g i n a B: {SAI [sí] SAI} A: = me contaste que se picó SSD}{SSS porque había ganado a Javi? SSS} {SSS o sea porque había perdido [contra =] B: {SAI [sí] SAI} A: = Javi un montón de veces [y quería =] la revancha? SSS} La intervención de A es narrativa. Dentro de esa función informativa primaria, se observan otras (causal, “porque había Ganado a Gabi”; o consecutiva, “y quería la revancha”). La causa no va ligada a la narración en sí, sino a una parte de esta, “se picó”; sería poco acertado decir que el primer SSS causal depende de todo el SSD previo. Como solución, se han analizado aproximativamente estos segmentos, intentado respetar al máximo las relaciones de dependencia que se producen entre ellos. 5. RESULTADOS DEL ANÁLISIS 5.1. Recuento y distribución de los elementos segmentados La fig. 5 muestra el número de ocurrencias totales de los elementos segmentales –subactos y ESA– y no segmentales de la conversación 44: Fig. 5: Frecuencias totales de los elementos segmentados La fig. 6 muestra la distribución porcentual de los elementos segmentados – clasificados en subactos segmentados, elementos dudosos y residuos (ESA y ENS) –: 91 | P á g i n a Fig. 6: Distribución de los elementos segmentados Los “Elementos dudosos” son, por un lado, “subactos dudosos” identificados por el sistema, pero inclasificables tipológicamente por sus propias condiciones (§ 4.2.), ajenas al modelo Val.Es.Co.; y por otro, elementos que presentan algún problema sintagmático (estilo directo, parataxis, etc.), y por tanto, una segmentación imprecisa (§ 4.3.), ya que el modelo no ofrece un método claro de actuación. El sistema Val.Es.Co. ha permitido identificar y clasificar el 61 % de los casos analizados. El 39 % restante lo comprenden elementos que han sido identificados por el sistema, pero no han podido analizarse completamente: un 10 % son residuos (ESA y ENS); y un 29 % son elementos dudosos. Para más detalle, los porcentajes que ocupa cada categoría segmental son: Fig.7: Distribución de las categorías de elementos segmentados En la cuantificación, la categoría predominante es la de los subactos (concretamente, los SS). Del 29 % de los elementos residuales, el 19 % son subactos dudosos, y el 10 % son elementos sintagmáticamente conflictivos. El resultado total de estos últimos es impreciso, frente a la de los subactos dudosos, que es exacto. Aunque los elementos dudosos superen a los SA, ha de advertirse que el porcentaje total de SS y SA es potencialmente mayor, pues el 29 % de los elementos dudosos también comprende subactos, a diferencia de los residuos, que son un 10 %. 92 | P á g i n a El paralenguaje (ESA) ocupa el puesto de representación inferior (4 %); pero este porcentaje debe ser considerado con precaución: la transcripción de la conversación se basa en un sistema de audio que no recoge todos los recursos paralingüísticos. Destaca la escasez de los ENS: son superiores a los ESA, pero igualmente son una categoría inferior, en comparación con los demás elementos segmentales. El modelo puede reconocer ESA, ENS y subactos dudosos, con lo que se puede concluir que su nivel de efectividad es superior al 61 %: Elementos que reconoce el sistema Val.Es.Co. Elementos que no reconoce el sistema Val.Es.Co. ESA (4 %) ENS (6 %) Subactos dudosos (19 %) Elementos dudosos (fenómenos sintagmáticos) (10 %) Elementos segmentados (61 %) TOTAL: 90 % TOTAL: 10 % Fig. 8: Elementos segmentales identificados por el sistema de unidades Val.Es.Co. El modelo Val.Es.Co. es efectivo en un 90 % de los casos, en lo que respecta a la identificación de elementos. Otra cuestión es que permita realizar un análisis más preciso de dichos elementos (por ejemplo, su delimitación tipológica). 5.2. Recuento y distribución de los problemas de segmentación A continuación, se muestra la relación entre los segmentos obtenidos y los problemas de segmentación que presentan: por un lado, entre los tipos de subactos (SS y SA) y los problemas de tipología dudosa 21 y relaciones sintagmáticas problemáticas; y, por otro, entre los elementos residuales y las relaciones sintagmáticas problemáticas. 21 Hasta el momento, en este aparado “elementos dudosos” hacía referencia tanto a los subactos dudosos, como a los segmentos incluidos en fenómenos sintagmáticamente conflictivos. A partir de aquí se vuelve a distinguir claramente entre “subactos dudosos” y los segmentos con problemas sintagmáticos. 93 | P á g i n a 5.2.1. Los problemas de segmentación en los subactos sustantivos Fig. 9: Problemas y recuento de los subactos sustantivos Los SSD presentan un mayor número de ocurrencias (193, suponen un 62% del total); contrastan con los SSSTop, que son escasos (solo hay 8, un 2 % del total). Los SSS ocupan el 37% (114 ocurrencias), y no presentan problemas de adscripción tipológica; solo hay un caso de SSD dudoso, relacionado con una intervención larga y compleja. Esto contrasta con el número de SSSTop dudosos (50 %). Debe tenerse en cuenta, aunque no se refleje en la fig. 9, que en el total de SSD se incluyen 3 elementos truncos y 27 segmentos inaudibles que han podido ser segmentados como subactos; y en el total de SSS se incluye 1 elemento trunco y 15 segmentos inaudibles que también se han considerado subactos. En cuanto a los problemas sintagmáticos, predominan los SSD no conflictivos (170 subactos, el 54 %), frente a los conflictivos (23, un 7 %); los SSS problemáticos (20 %) superan a los no problemáticos (17 %) y, además, al 7 % de SSD problemáticos, lo cual es llamativo, teniendo en cuenta que el número total de SSD es mayor al de SSS. Los SSD aparecen en los contextos problemáticos principalmente del estilo directo y, en segundo lugar, de la parataxis; los SSS en la parataxis, aunque también en los otros fenómenos; los SSSTop, tanto si son de tipología dudosa como si no, no se asocian con fenómenos problemáticos del orden sintagmático del análisis. 94 | P á g i n a 5.2.2. Los problemas de segmentación en los subactos adyacentes Fig. 10: Problemas y recuento de los subactos adyacentes Los SAT son la tipología más abundante y la que menos casos dudosos presenta. En cuanto a menor número de ocurrencias, destacan los SAI (45); además, estos son, proporcionalmente, los SA que más dudas tipológicas presentan. Del total de SAT, 2 son elementos truncos y 9 son segmentos inaudibles; entre los SAI hay dos segmentos inaudibles, y entre los SAM, 9 segmentos inaudibles. Los SAI dudosos representan el 40 % de su total, mientras que los SAT y los SAM dudosos, el 35 % y el 38 % respectivamente. Los SAM ocupan el segundo lugar, tanto en frecuencia de aparición como en cantidad de casos dudosos. A diferencia de los SS (y con la excepción de los SSSTop), los SA sí presentan problemas tipológicos. En cuanto a las relaciones sintagmáticas, la mayoría de SA no son problemáticos; los que sí lo son, se vinculan predominantemente con el problema del estilo directo. Los dos casos de SAT dudosos se relacionan con las intervenciones largas y complejas, y uno de ellos, al mismo tiempo con problema del estilo directo. 95 | P á g i n a 5.2.3. Los problemas de segmentación en los elementos residuales Fig. 11: Problemas y recuento de los elementos residuales Debido a las decisiones metódicas de segmentación (§ 4), se reduce la cantidad real total de ESA que no aparecen en el análisis (p.ej. las risas simultáneas al habla) y de ENS que se han analizado como subactos (p.ej. vacilaciones intencionales semánticamente plenas, o segmentos inaudibles semántica y fónicamente autónomos). En relación a los ENS, los segmentos inaudibles superan a los truncos. En cuanto a los ESA, destaca la abundancia de las risas, en comparación con los otros fenómenos. Teniendo en cuenta las limitaciones de la transcripción, los resultados apuntan a una presencia mínima de estos elementos, en comparación con los subactos. Los ENS y ESA solo presentan cuatro casos sintagmáticamente problemáticos: tres ENS (vacilaciones, principalmente) se encuadran en situaciones donde hay intervenciones largas y complejas; y el ESA aparece en el estilo directo de habla. 5.3. Algunas notas sobre el criterio prosódico Como se ha explicado previamente, el criterio prosódico no siempre permite identificar subactos (§ 2.3.1.). El contraste de los totales de la unidad prosódica y de las unidades discursivas evidencia su no correspondencia: 96 | P á g i n a Discursiva Prosódica Unidad Total GRUPO ENTONATIVO 497 ELEMENTOS SEGMENTADOS 22 574 SUBACTOS 512 Fig. 12: Comparación de los totales de la unidad prosódica y las unidades discursivas La unidad subacto no presenta una correspondencia total con la unidad GE. La fig. 13 muestra los porcentajes exactos de la coincidencia de subactos con GE: Fig. 13: Porcentajes de las correspondencias entre subactos y GE Este ejemplo ilustra los casos en los que los subactos y elementos segmentados coinciden con los grupos entonativos: (22) A: {SSS te oye↑ SSS} {SSD y y no vuelve a hablarte en tu vida SSD} B: {SSD alguna vez se lo hemos intentado explicar y noo SSD} // {SSD él dice que es un crack y SSD} / [(( ))] Se ha observado que la no correspondencia entre los segmentos discursivos y los grupos entonativos puede darse por dos motivos: 22 Este total se refiere al conjunto de elementos obtenidos tras la segmentación discursiva (incluye los elementos segmentales –subactos y ESA– y los no segmentales –ENS–); en cambio, el total de subactos solo hace referencia a este tipo de unidad (no se contabilizan los ENS y los ESA). 97 | P á g i n a - Porque el subacto o segmento conversacional es inferior al GE, esto es, porque dos o más segmentos de su tipo se integran en un solo GE.: (23) A: {SAM (os)tras SAM} {SSD es MUY perro SSD} - Porque el segmento discursivo es una unidad superior al GE, esto es, abarca o integra en sí más de un GE: (24) A: {SSD vas a estar allíi / puramente el sábado↑ SSD} {SSS porque el domingo tampoco podéis volver→ / [tarde que tenéis que […] Sería interesante observar la configuración prosódica de los subactos más detenidamente, y ver si esta tiene relación con los problemas de segmentación; de este modo, podría obtenerse resultados específicos sobre validez del criterio prosódico. 6. SÍNTESIS VALORATIVA A partir de los resultados del análisis y la segmentación del corpus se han recogido los siguientes puntos relevantes: 6.1. Problemas de segmentación y propuesta de soluciones Ante determinados fenómenos lingüísticos no es fácil delimitar los segmentos informativos del discurso. Se han recopilado los conflictos y se han diseñado soluciones que parten de los criterios del modelo Val.Es.Co., según proponían las preguntas de investigación nº 2 y 3 (§ 1.2.). En cuanto a los elementos residuales, estos podrían incluirse en el análisis según sus características: los segmentos truncos, en función de su fuerza ilocutiva y su autosuficiencia semántica, podrían ser subactos. Lo mismo sucede con los fragmentos inaudibles que son semántica y prosódicamente independientes. Los elementos extralingüísticos se han excluido del análisis segmental, si bien pueden incidir en la estructura discursiva. Y los elementos paralingüístico-kinésicos no han sido analizados, aunque son segmentos informativos y deberían clasificarse como subactos. Los subactos de tipología dudosa se han segmentado de forma aproximativa. Con respecto a las relaciones sintagmáticas, en los fragmentos en estilo directo se han analizado independientemente el segmento introductor y el fragmento en habla 98 | P á g i n a referida, aunque esta diferencia no se ha considerado más allá de un segundo nivel de enunciación. En las relaciones paratácticas, la primera oración se ha segmentado como un subacto nuclear (SSD) y la segunda, como un subacto dependiente (SSS). La segmentación de las intervenciones largas y complejas se basa en criterios sintácticos. 6.2. Datos sobre los resultados de la segmentación discursiva en subactos Por lo que respecta a la cuantificación de los subactos, los que más abundan en son los proposicionales (SS); destaca la escasez de elementos topicalizados (SSSTop). En cuanto a la relación entre subactos y elementos no segmentales (ENS), solo 6 de los 26 elementos truncos son subactos; los 20 restantes son ENS. Y del total de 79 segmentos inaudibles, 57 son subactos, quedando excluidos 12 del análisis. Aparecen más ocurrencias de subactos dudosos en los elementos extraproposicionales (SA) (27 %); en el caso de los segmentos proposicionales (SS), los subordinados (SSS) no plantean conflictos en cuanto a su condición de elementos dependientes, y solo se producen dos casos de segmentos nucleares (SSD) dudosos. Llama la atención el alto porcentaje (50 %) de segmentos topicalizados dudosos. En cuanto a los fenómenos sintagmáticos problemáticos, es llamativo el 20 % de segmentos dependientes (SSS) relacionados con la parataxis y con el estilo directo. De los SSD solo un 7% son sintagmáticamente problemáticos; no se produce ningún caso problemático en los segmentos topicalizados, y en los segmentos SA son escasos. El conflicto sintagmático más recurrente el estilo directo de habla (38 casos); le sigue la parataxis (21 casos) y las intervenciones largas y complejas (12 casos). 6.3. Conclusiones sobre el método analítico del modelo Val.Es.Co. Los resultados apuntan que el método Val.Es.Co.de segmentación en subactos es efectivo, ya que permite identificar el 90 % de los elementos y realiza una segmentación precisa de un 61 % de los segmentos informativos (vid. fig. 8). Con estos resultados es posible ofrecer una respuesta objetiva a la pregunta de investigación nº 1 (§ 1.2.). En la identificación de subactos, el modelo genera un 10 % de residuos; y en la identificación de tipos de subacto, un 33 % de residuos (un 29 % de subactos dudosos y el 4 % de ESA, que deberían catalogarse como un subacto específico). Por último, el criterio prosódico demuestra ser efectivo en el 66 % de los subactos; la unidad GE permite identificar más de la mitad de los segmentos informativos. Los 99 | P á g i n a subactos que no coinciden con GE (34 %) son unidades superiores o inferiores a estos, y se han segmentado con la ayuda del criterio semántico-informativo. 6.4. Notas finales y futuras líneas de investigación La presente investigación se configura como un primer acercamiento empírico cuyos resultados podrían validarse por medio de una ampliación del corpus. En futuros análisis podría emplearse herramientas de cálculo automático, como el MESTEL (Cabedo, 2009), para detectar límites prosódicos de forma más objetiva y otorgar mayor validez a los resultados del análisis prosódico. El estudio detenido del criterio prosódico podría ser una línea interesante de desarrollo de esta investigación, ya que la aplicación de este criterio genera problemas (§ 5.3.) que ponen en duda su utilidad a la hora de realizar la segmentación en subactos. El estudio de los elementos residuales y paralingüístico-kinésicos es otra línea de investigación que debería desarrollarse desde la perspectiva de la segmentación discursiva, ya que un modelo debe ser capaz de dar cuenta del conjunto de fenómenos que se producen en el discurso. Así mismo, sería interesante contrastar la operatividad del sistema Val.Es.Co. en relación a la segmentación en unidades informativas que proponen otros modelos; también podría aplicarse la segmentación en subactos a otros registros o tipologías discursivas con el fin de estudiar su validez más allá del ámbito de la conversación coloquial. 7. BIBLIOGRAFÍA BOERSMA, Paul y David WEENINK (2013): Praat: doing phonetics by computer. [en línea], disponible en <http://www.praat.org/> [consultado en mayo de 2014]. BRIZ, Antonio (1998): El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática. Barcelona: Ariel. BRIZ, Antonio (2000): “Las unidades de la conversación”. Rilce. 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También se hallaron diferencias cualitativas significativas en el establecimiento del uso canónico de algunos conectores, éstas están relacionadas con la edad y el grado escolar. Por lo anterior, es posible afirmar que existe una relación que se puede establecer entre el uso de algunos conectores discursivos y las etapas tardías de desarrollo lingüístico. Palabras clave: Conectores, Narración, Argumentación, Adolescentes mexicanos Abstract: The aim of this research was to identify, classify, and compare the evidence of linguistic development in the use of discourse connectors in narrative and argumentative speeches of two groups of adolescents from different educational backgrounds and age ranges (23 participants from 8th grade, average age: 15;0; and 23 High School seniors, average age: 18;3). We found quantitative differences in the use and diversity of connectors related to the type of speech. We also found significant qualitative differences in the establishment of the accurate use of some connectors related to age and school grade. Therefore, we can assert that there is a relationship that can be established between the use of some discourse connectors and the late stages of linguistic development. Keywords: Connectors, Narrative speech, Argumentative speech, Mexican teenagers 1. ANTECEDENTES TEÓRICOS “El desarrollo del lenguaje que ocurre durante la adolescencia y la adultez depende de la existencia de una base sólida que haya sido establecida durante la infancia. Sin esta base los sutiles logros lingüísticos característicos del desarrollo del lenguaje tardío no serían posibles” (Nippold, 2007: 11). Estos logros sutiles se ven reflejados en los diferentes niveles de la lengua, y han sido reportados en diversos estudios, los cuales han mostrado que ocurren tanto cambios cuantitativos como cualitativos. Por ejemplo, Crowhurst (1987), McCutchen y Perfetti (1982), entre otros autores, han evidenciado, por medio de sus investigaciones, que conforme los niños van creciendo sus oraciones gradualmente aumentan en longitud, complejidad y densidad informativa, y son capaces de producir discursos que son más lógicos y cohesivos. También, en un estudio realizado en 2005 por Nippold, Ward-Lonergan, y Fanning, con estudiantes de 11, 17 y 24 años de edad, en el cual se llevó a cabo una tarea escritura persuasiva para analizar aspectos característicos del lenguaje tardío en sintaxis, semántica y pragmática, se comprobó que la producción mejoraba en todos los dominios con respecto a la edad. Estos autores observaron, precisamente, mejoras reflejadas en la longitud media de emisión, en la producción de cláusulas relativas y en el uso de conectores. Por lo expuesto en el párrafo anterior, podemos aseverar que en estas etapas tardías ocurren diversos perfeccionamientos en la producción del lenguaje, por ejemplo, se añaden nuevas palabras al lexicón, la competencia del razonamiento verbal refleja un desarrollo lingüístico y cognitivo, asimismo, se alcanza la sofisticación pragmáticodiscursiva necesaria para producir discursos coherentes y cohesivos, especialmente debido al conocimiento y manejo de los conectores, los cuales pueden ser mejor usados para relacionar elementos discursivos al contar una historia o al convencer a alguien de adoptar cierta postura o realizar determinada acción (Gutiérrez-Clellen e Iglesias, 1992; Andriessen y Coirier, 1999). Este trabajo de investigación está basado en la definición que hacen Calsamiglia y Tusón (2012: 235-236) sobre los conectores: “piezas lingüísticas que relacionan de forma explícita segmentos textuales, estableciendo entre ellos diversas relaciones semánticas”. Desde el punto de vista de su forma, los conectores son muy variados; pueden ser piezas simples o compuestas, conjunciones, adverbios y locuciones, sintagmas nominales, verbales o preposicionales. […] Su finalidad discursiva se centra fundamentalmente en proporcionar cohesión y estructura, y en servir de guía o instrucción para la interpretación del sentido de un texto (Calsamiglia y Tusón, 2012: 235-236). Con base en una revisión bibliográfica preliminar, se establecieron dos categorías generales de conectores de acuerdo con la clasificación de Calsamiglia y Tusón (2012), en primer lugar se nombran a los conectores que introducen operaciones discursivas particulares, que son aquellos que indican la posición del enunciador ante su enunciado u orientan hacia un tipo concreto de tratamiento de la información. De este tipo existen: 104 | P á g i n a conectores de expresión de punto de vista (desde mi punto de vista, en mi opinión…), de manifestación de certeza (está claro que, es evidente que…), de tematización (respecto a, a propósito de...), de ejemplificación (por ejemplo, así…), de cita (según, para…), y de reformulación (es decir, o sea…). Por otro lado, se establece la categoría de aquellos que sirven para poner en relación lógico-semántica segmentos textuales, sean enunciados o conjuntos de enunciados. De este tipo se presentan: conectores aditivos (además, también…), adversativos/contraargumentativos (pero, sin embargo…), causativos (porque, ya que…), consecutivos (por eso, así que…), condicionales (si, siempre y cuando…), finales (para que, a fin de que…), y temporales (cuando, en ese momento…). El uso predominante de algunos tipos de conectores tiende a poseer una relación directa con el modelo discursivo puesto en práctica. Por ejemplo, la mayoría de los autores coincide en que los conectores discursivos más frecuentes dentro de la narración son los temporales, los causativos y los consecutivos (Nippold, 2007; Calsamiglia y Tusón, 2012), debido a que este tipo de discurso tiene un foco sobre las secuencias de acciones que ocurren en un tiempo y espacio determinado, así como en las transformaciones y los cambios de estado con causas y consecuencias específicas. En cambio, en la argumentación se utilizan preferentemente conectores que permitan al emisor tener un acercamiento con el interlocutor para que este último se sienta atraído por el discurso y pueda llegar a aceptar los argumentos propuestos por su locutor. De esta manera, los conectores preferidos en el modelo discursivo argumentativo son los de punto de vista, los contrastivos y los causales (Cuenca, 1995; Caballero y Larrauri, 1996; Lo Cascio, 1998; Calsamiglia y Tusón, 2012). 2. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN El objetivo general de la presente investigación es dar cuenta de las diferencias cuantitativas y cualitativas respecto al uso de algunos tipos de conectores en dos variantes discursivas: la narración y la argumentación, durante la etapa tardía de adquisición, entre los 15 y 18 años de edad. Las preguntas principales que guían este trabajo son: ¿existe una relación que pueda establecerse entre los usos de algunos conectores y el nivel de escolaridad?; y ¿existe alguna relación que pueda establecerse entre los usos de algunos conectores y el tipo de modalidad discursiva? Al respecto, se considera que existen diferencias principalmente cualitativas en el uso de algunos conectores, relacionadas con el desarrollo 105 | P á g i n a del lenguaje tardío en ambos discursos, así como un aumento progresivo en la diversidad de conectores y el establecimiento de su uso canónico por el nivel de escolaridad. Además se piensa que existe una relación entre los diferentes conectores y el tipo de modalidad discursiva. 3. METODOLOGÍA 3.1 Participantes Se recolectaron muestras de 46 jóvenes de escuelas públicas urbanas del centro del Municipio de Santiago de Querétaro en México. Las escuelas se encuentran en la lista de instituciones con reconocimiento de desempeño en las pruebas escolares nacionales. Se grabaron producciones narrativas y argumentativas de estos jóvenes de 3er año de secundaria (edad promedio: 15;0 años) y 3er año de bachillerato (edad promedio: 18;3 años). La selección de los participantes fue objetiva con el apoyo de los maestros, quienes eligieron a los alumnos del grupo que tenían un desempeño escolar medio (ni sobresaliente ni bajo). Además se procuró que la muestra fuera homogénea al seleccionar la mitad de los participantes de género femenino y la mitad de género masculino. 3.2 Tareas de producción 3.2.1 Narración La muestra narrativa consistió en monólogos recolectados a través de una tarea en la que se utilizó la famosa historia de la rana One frog too many (Mayer y Mayer, 1975). Los participantes observaron la secuencia de las imágenes de principio a fin y, una vez que se consideraban listos, fueron grabados contando verbalmente la historia considerando que, posteriormente, otro joven escucharía la grabación sin tener el cuento. 3.2.2 Argumentación Para la tarea argumentativa se tomaron en consideración las propuestas metodológicas y teóricas para provocar este tipo de discurso de Godínez López (2011) y de Calsamiglia y Tusón (2012) 1. Se les planteó a los estudiantes una situación controversial imaginaria vinculada con el contexto escolar, en la cual tenían que grabar 1 Propuestas que integran la idea de que los elementos básicos para provocar el discurso argumentativo son: tener como objeto cualquier tema controvertido; poseer un locutor el cual ha de manifestar una toma de posición; el tema a tratar debe de tener un carácter polémico, y debe de estar basado en la contraposición de dos o más posturas defendidas por una persona; el objetivo final debe de ser el de persuadir al interlocutor o a un público de la aceptabilidad de una idea. 106 | P á g i n a un mensaje para un director de una secundaria/bachillerato que había decidido expulsar a dos jóvenes homosexuales que había encontrado besándose en los pasillos de la escuela. 4. ANÁLISIS PRELIMINAR DE LOS DATOS La unidad de análisis para este trabajo de investigación fue la cláusula, la cual, de acuerdo con Berman y Slobin (1994: 657-664) hace referencia a “cualquier unidad que contenga un predicado unificado, esto es, un predicado que expresa una sola situación, ya sea actividad, evento o estado”. Después de tener las muestras transcritas, primeramente se clasificaron los conectores encontrados en cada modalidad discursiva y en cada grado escolar, de acuerdo con las clases propuestas por Calsamiglia y Tusón (2012), quedando así los 13 tipos ya antes mencionados. A partir de lo anterior se buscó hacer una descripción clara y completa para cada categoría de conector, para esto se llevó a cabo una revisión bibliográfica extensa y se procedió a elaborar definiciones combinando las propuestas de diversos autores, resultando así un cuadro de clasificación con todas las clases de conectores encontrados en las muestras. Vid. Fig. 1. 107 | P á g i n a TIPO DEFINICIÓN Señalan cuál es la causa o el motivo que explica o da razón de los enunciados que Causales preceden. Indican cuál es exactamente la conclusión, consecuencia o efecto que se deduce Consecutivos de la información previa. Tiene como significado básico indicar que la información que les sigue constituye una consecuencia derivada de la Temporales Introducen relaciones temporales. Aditivos Con ellos se avanza en una misma línea y el locutor manifiesta una misma orientación en la información añadiendo más elementos, tanto si la línea avanza en sentido afirmativo como negativo. Agrega, añade, suma, incorpora algo nuevo. También llamados contraargumentativos o de oposición. Con estos conectores el Adversativos texto cambia de orientación en sentido contrario al segmento inmediato anterior, bien sea de forma total o de forma parcial. La línea narrativa sufre un quiebre que indica cambio de orientación. Puede expresar: oposición, contraste, sustitución, Finales Introducen la causa como meta o propósito que se persigue. Condicionales Señalan la operación mediante la cual se afirma que, dado un antecedente, se da De ejemplificación también un consecuente. Sirven para explicar mediante ejemplos. Expresiones de Introducen la opinión del emisor; muestran acuerdo o desacuerdo con el punto de vista interlocutor; manifiestan dudas. Indican la posición del emisor ante su enunciado. De certeza Indican que los enunciados que los siguen han sido ya probados por el autor (tesis De tematización válidas), o que son aceptados por una comunidad. Son aquellos que introducen tópicos. De reformulación Presentan el miembro del discurso que introducen como una nueva formulación de un miembro anterior. Se usan para aclarar o parafrasear información. De cita Introducen respaldos de autoridad. Fig. 1: Tabla de clasificación de conectores y sus definiciones adaptadas de las propuestas de Caballero y Larrauri (1996), Calsamiglia y Tusón (2012), Cuenca, M. (1995), Fernández, G. (2011), Halliday y Hasan (1976), Lo Cascio, V. (1998), Martínez, R. (1997), Montolío, E. (2008) y Plantin, C. (2005). 108 | P á g i n a 5. RESULTADOS 5.1. Cuantitativos En primer lugar se calculó la relación porcentual de conectores en relación con el número de cláusulas. Posteriormente se realizaron pruebas de normalidad y se procedió a aplicar una ANOVA mixta en la que se tenía un factor de grupo (secundaria vs bachillerato) y 1 factor de medidas repetidas (argumentación vs narración), la variable dependiente era el número de conectores por cláusula por participante. Esta prueba se realizó para ver si el uso de conectores cambiaba con el grado escolar o con el tipo de discurso. En este análisis se vio que existen diferencias en el uso de conectores por tipo de discurso. Los participantes usan más conectores en las producciones argumentativas que en las narrativas. Esto fue similar en secundaria y en bachillerato. (F=37,616 p=.0001 g.l.=1). No hubo diferencias por grado escolar ni hubo interacción entre grado escolar y tipo de discurso. Tal y como se había predicho en las hipótesis iniciales, y como también lo confirma la revisión bibliográfica, el tipo de discurso influye en los usos de conectores. Vid. Fig. 2. Fig. 2: Gráfica de la relación de cláusulas con conector por grado escolar y modalidad discursiva. Posteriormente se realizó un análisis más fino por medio de una prueba de Chi cuadrada con la cantidad total de datos, para evaluar si había relación entre el tipo de conector usado y el grado escolar. Para realizar este análisis y observar únicamente los conectores de interés, de acuerdo con lo encontrado en los datos y con lo revisado en la bibliografía, se decidió tomar en cuenta únicamente las cinco categorías de conectores que en cada tipo de discurso tuvieran un porcentaje de ocurrencia mayor. En narración, 109 | P á g i n a se consideraron únicamente a los conectores causales, consecutivos, temporales, aditivos y contrastivos; y, en argumentación, los conectores causales, aditivos, contrastivos, condicionales y de punto de vista. En el género argumentativo se encontró una relación significativa entre el tipo de conector y grado escolar; los estudiantes de secundaria usan más conectores causales, aditivos y de condición, mientras que los de bachillerato usan más los de punto de vista y los adversativos. En narración existe una tendencia significativa, ya que los jóvenes de bachillerato usan más los conectores temporales y contrastivos, y los de secundaria los causativos, aditivos y consecutivos. Vid. Figs. 3, 4 y 5. Los resultados anteriores coinciden con lo encontrado en la bibliografía respecto al hecho de que cada género discursivo hace uso de conectores de categorías específicas dependiendo de lo que se desea poner en foco. Al ser los estudiantes de bachillerato los que poseen más entrenamiento y práctica en la creación de discursos en ambos tipos de modalidad, muestran una preferencia clara hacia el uso de aquellos conectores que prototípicamente establecen las relaciones discursivas en cada tipo textual. Es por eso, que en la argumentación utilizan preferentemente los conectores de punto de vista y los adversativos; mientras que en la narración se inclinan por los conectores temporales, los adversativos y los causativos. CAUSA ADITIVOS ADV CONDICION P.D.V. SEC 91 37 42 29 31 BACH 66 22 43 20 55 Fig. 3: tabla de contingencia para la muestra argumentativa. CAUSA CONSEC TEMP ADITIVOS ADV SEC 116 25 132 50 73 BACH 97 21 164 41 94 Fig. 4: tabla de contingencia para la muestra narrativa. 110 | P á g i n a ARGUMENTACIÓN NARRACIÓN Chi Cuadrada: 14.881 Chi Cuadrada: 8.988 Gl: 4 Gl: 4 Valor p: 0.0049545 Valor p: 0.06140012 Fig. 5: tabla de resultados estadísticos de la prueba de Chi cuadrada. 5.2. Cualitativos Con la finalidad de obtener un estudio más detallado sobre el uso de los conectores, se decidió realizar un análisis de corte cualitativo, el cual atiende a las preguntas: ¿cómo usan los conectores los adolescentes dependiendo del modo discursivo en el que se expresan? Y ¿cuáles son los cambios en los usos de esas marcas dependiendo del nivel de escolaridad? Para esta exploración recurrimos al análisis del discurso al ver las funciones introducidas por los conectores más frecuentes en la muestra en ambos tipos de discurso y lo expresado por las proposiciones exhibidas en la cláusula en cuestión y las adyacentes. El estudio cualitativo se centró en la observación de las funciones de dos conectores: el causal ya que, y el contraargumentativo aunque; esto en razón a que fueron los conectores más frecuentes en el corpus y estuvieron presentes en ambas modalidades discursivas y en ambos grados escolares. Además, en estudios previos se ha mostrado que los conectores contrastivos, los causales y las conjunciones adverbiales son de adquisición tardía en el desarrollo del lenguaje, debido a que se trata de marcadores relacionados con la exposición a libros de textos de preparatoria y universidad, por lo que muestran un desarrollo acelerado en la adolescencia y a principios de la edad adulta. (Berman y Nir, 2010; Nippold, 1993; Hess Zimmermann y González Olguín, 2013). El criterio para calificar los usos de los conectores fue el contraste entre las funciones que cumplen en el texto para lograr la cohesión del discurso producido frente a la función convencional de cada uno, siguiendo la normativa de las definiciones y usos del cuadro de clasificación. Vid. Fig. 1. Así, se clasificó el uso de los conectores en dos tipos: a) Canónicos b) No canónico o de uso diferente al convencional. 111 | P á g i n a 5.2.1. Conector causal ya que Los conectores causales señalan cuál es la causa o el motivo que explica o da razón de los enunciados que preceden. Ya que, específicamente, se utiliza principalmente para introducir argumentos que explican motivos, para introducir argumentos acompañados de una restricción por lo general junto con el conector si, y para introducir argumentos de índole concesiva, por lo general acompañados por adverbios o conjunciones concesivas (Hess Zimmermann y Godínez López, 2011: 182). El análisis de este conector en los datos, señala que, tanto en las muestras narrativas de secundaria como en las de bachillerato, los usos del conector ya que son exclusivamente para introducir argumentos que explican motivos, como en los siguientes ejemplos: (1) René, la rana grande, sintió cierta envidia acerca de la ranita, ya que era pequeña y era más atractiva para Luis. (Secundaria, narración). (2) Pero la rana mayor, llamada Alex, estaba muy enfadada, ya que sentía celos. (Bachillerato, narración). Mientras que en las muestras argumentativas, en ambos grados escolares, se encontraron ejemplos de los tres tipos de funciones del conector; en los ejemplos (3) y (4), se observa a ya que introduciendo restricciones junto con el conector condicional si; en (5) y (6), ya que introduce argumentos que explican razones, y en los ejemplos (7) y (8) el conector presenta argumentos de índole concesiva. (3) Simplemente hable con ellos, con los papás, y que se les diga que si es una institución no pueden estar haciendo eso; simplemente de la forma en la que a todos les convenga, ya que si no se hace así caeríamos en discriminación y seguiríamos alimentando más ese tema del bullying. (Secundaria, argumentación). (4) Explicarles el que no se debe de hacer eso en un área educativa sería una mejor toma de decisión que sólo por el hecho de encontrarlos en el pasillo besándose 112 | P á g i n a expulsarlos, ya que si encontrara a un chavo o una chava igual besándose se tendría que seguir esa misma regla. (Bachillerato, argumentación). (5) No me siento de acuerdo con la decisión que ha tomado, ya que cada joven es libre de escoger sus preferencias sexuales. (Secundaria, argumentación). (6) Y pues considero que haberlos expulsado es una falta anticonstitucional, retrógrada y denigrante, ya que según la Constitución todos somos iguales ante la ley. (Bachillerato, argumentación). (7) Usted ha cometido una gran falta ya que estas personas tal vez no tengan ningún control sobre sus preferencias. (Secundaria, argumentación). (8) Yo estoy en desacuerdo con la decisión que ha tomado, ya que aunque hicieron mal no se merecen un castigo tan fuerte. (Bachillerato, argumentación). El análisis de este conector señaló que todos los usos fueron convencionales, en ambos grupos de edad y géneros discursivos. Esto es destacable, debido a que en investigaciones sobre este mismo conector, pero en muestras escritas los participantes por lo general no hacen un uso convencional del mismo (Bocaz, 1986; Godínez López, 2011). En los ejemplos analizados, se puede observar que los jóvenes participantes en esta investigación hacen uso de los diferentes argumentos introducidos por ya que en la muestra argumentativa, mientras que en las muestras narrativas restringen su uso únicamente a su valor más original de conector causal equivalente al de porque o debido a que, esto está relacionado con las características de la modalidad discursiva. 5.2.2. Conector adversativo aunque Aunque pertenece a la categoría de conectores adversativos/contraargumentativos. De acuerdo con Calsamiglia y Tusón (2012: 238), con estos conectores el texto cambia de orientación en sentido contrario al segmento inmediato anterior, bien sea de forma total o de forma parcial. La línea narrativa o argumentativa sufre un quiebre que indica cambio de orientación. Montolío (2008: 45) destaca el hecho de que muchas veces esta relación de contraste y oposición que se establece entre las oraciones enlazadas por una 113 | P á g i n a expresión conectiva de este tipo se basa en una relación implícita, inferencial, que no aparece expresada explícitamente en el enunciado. De acuerdo con Montolío (2008: 52-53), aunque es un conector contraargumentativo/concesivo atenuado que diluye el contraste establecido entre las informaciones. Está estrechamente ligado a su correspondiente cláusula principal, tanto sintáctica como semánticamente. Este conector presenta una información admitiendo su posible importancia como obstáculo presunto; que sin embargo, no llega a ser un impedimento lo suficientemente fuerte como para imposibilitar que, finalmente, se cumpla lo expresado por la oración principal. Su fórmula lógica prototípica estaría representada de la siguiente manera: [Aunque B, A] De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española (RAE, 2001: s.v. aunque) aunque puede funcionar tanto como una conjunción adversativa o como una conjunción concesiva. El Diccionario de Uso del Español (Moliner, 2007: s.v. aunque) explica también que su significado oscila entre el concesivo y el adversativo, ya que “unas veces expresa que lo significado por la frase a que afecta no impide, en el caso de que se trata, que se realice lo que expresa la oración principal”, es decir, tiene un significado concesivo similar al de a pesar de que/pese a que; y otras veces presenta una oposición entre ambas oraciones con un significado muy parecido al conector contraargumentativo pero. Cuando cumple con esta función adversativa su fórmula lógica está representada como: [A aunque B] A continuación, en el ejemplo (9), se refleja el valor adversativo de aunque, ya que la idea de que Jacobo no se encontraba en el mismo sentir, es decir, se encontraba triste, se opone directamente a la idea de que “iban muy alegres”; mientras que en el ejemplo (10), se puede observar el valor concesivo de aunque, ya que la idea de que a la rana grande aún no le agradara la rana pequeña no impide el hecho de que todos fueran juntos. En este último ejemplo, aunque podría fácilmente ser sustituida por el conector concesivo a pesar de que el cual implica que la información presentada por el conector no llega a ser un obstáculo tan importante como para evitar la realización de lo expresado por la cláusula principal. (9) Iban muy alegres aunque Jacobo no se encontraba en el mismo sentir. (Secundaria, narración). 114 | P á g i n a (10) Todos iban juntos aunque a la rana grande aún no le agradaba la rana pequeña. (Bachillerato, narración). Todos los estudiantes participantes utilizaron canónicamente el conector en alguno de sus dos valores, adversativo o concesivo. Sin embargo, en la muestra de datos el uso adversativo del conector se restringe únicamente a los discursos narrativos de los más jóvenes; mientras que el uso concesivo del mismo es explotado en los discursos argumentativos de ambos grados escolares, y en el narrativo en los mayores. Los ejemplos (11), (12), (13) y (14), muestran el uso concesivo del conector en los discursos argumentativos. (11) Aunque expulse a esos dos alumnos nada cambiará en su escuela. (Secundaria, argumentación). (12) Aunque su preparatoria es muy estricta, usted no tiene la autoridad para castigar y negarles la educación a estas dos personas. (Bachillerato, argumentación). (13) Aunque hicieron mal al estarse besando en la institución no siempre van a ocultar sus sentimientos. (Secundaria, argumentación). (14) Todos tenemos un grado de homosexualidad aunque sea muy pequeño. (Bachillerato, argumentación). Al analizar los ejemplos de la muestra se puede pensar, por un lado, que el modelo argumentativo provoca un uso más concesivo en el discurso debido a su propia naturaleza que desea provocar la adhesión y el convencimiento del interlocutor para adoptar la postura del emisor. Por otro lado, también se puede considerar que el uso concesivo de este conector es más tardío que su función adversativa, y que esto parece indicar un crecimiento psicolingüístico, ya que el hablante requiere de una mayor organización y planeación discursiva debido a que se posiciona al conector en primer lugar [Aunque B, A], mientras que en el uso adversativo [A aunque B], tiene la oportunidad, como con pero, el cual es un conector de adquisición muy temprana, de reformular o corregir su argumento. Además parece ser que la estructuración sintáctica en la que el conector 115 | P á g i n a introduce en primer lugar el tópico de la oración puede tener un nivel de dificultad más alto reflejado en la adquisición tardía de esa forma lingüística. 6. DISCUSIÓN GENERAL En resumen, en esta investigación se demostró, por medio de la prueba de estadística paramétrica, que existe una relación entre los conectores y el tipo de modalidad discursiva, siendo el género argumentativo en el que aparecieron mayor número de categorías y una mayor cantidad de uso de conectores en relación con el número de cláusulas. De manera más detallada una prueba estadística no paramétrica proporcionó evidencia de que los estudiantes usan de manera distinta los tipos de conectores dependiendo del grado de escolaridad. Por medio de un estudio cualitativo, se encontraron diferencias en el uso de algunos conectores, relacionadas al desarrollo del lenguaje tardío en ambos discursos; así como en el establecimiento de su uso canónico por el nivel de escolaridad. Respecto al conector ya que se encontró, sorprendentemente, un uso canónico del mismo, en contraste con lo que estudios previos habían observado de su uso en modalidad escrita, en donde la tendencia es más bien hacia usos no canónicos de este conector. Además, los jóvenes hacen uso de los diferentes argumentos introducidos por ya que en las muestras argumentativas, mientras que en las muestras narrativas restringen su uso únicamente a su valor más original de conector causal. Por otra parte, el conector adversativo aunque, en su uso concesivo, da señales de adquisición tardía y refleja desarrollo lingüístico y cognitivo. Por último, se desea proponer para investigaciones posteriores, abordar el tema del uso de conectores en rangos de edad escolar más amplios y con una muestra más grande de participantes, debido a que pueden existir diferencias más sutiles de las que se alcanzan a percibir en este estudio. Además se propone utilizar diferentes metodologías que expongan a los participantes a grandes retos lingüísticos y a diversos modelos discursivos, como la explicación o la descripción. 7. BIBLIOGRAFÍA ANDRIESSEN, Jerry y Pierre COIRIER (eds.) (1999): Foundations of Argumentative Text Processing. Amsterdam: Amsterdam University Press. BERMAN, Ruth y Bracha NIR-SAGIV (2010): “The Language of Expository Discourse across Adolescence”, en NIPPOLD, Marilyn y Cheryl SCOTT (eds.): Expository 116 | P á g i n a Discourse in Children, Adolescents, and Adults: Development and Disorders. NY: Taylor & Francis, 99-121. BERMAN, Ruth y Dan SLOBIN (eds.) (1994): Relating Events in Narrative. E.U.A.: Lawrence Erlbaum Associates, Publishers. BOCAZ, Aura (1986): “Conectividad temporal y causal en la construcción de relatos en lengua materna y extranjera”. Lenguas modernas, 13, 79-98. CABALLERO, Francisco y Maite LARRAURI (1996): “El análisis de textos filosóficos”. 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En concreto, se explica cómo gracias a las cadenas nominales los periodistas orientan a los lectores de un texto informativo hacia recreaciones peyorativas de la realidad. Basándose en la Teoría de la Relevancia (Sperber y Wilson, 1986), el trabajo también da cuenta del modo en que las expresiones lingüísticas hacen fluir contenidos implícitos que repercuten en la representación que el intérprete construye del referente. Palabras clave: Correferencia nominal, Estigmatización, Procesos inferenciales, Noticias de prensa Abstract: In a series of works about discourse coherence it has been pointed out that thanks to nominative chains a certain perspective of the reality referred to is provided (Bernárdez, 1982; Calsamiglia Blancafort y Tusón Valls, 1999; Cuenca, 2000). This study deals with nominative chains as devices that make the addressee create a mental representation of an entity which is consonant with the speaker’s communicative aim. In particular, it is showed how journalists can guide the readers towards negative representations of a referent by means of nominative chains. From the view of Relevance Theory (Sperber y Wilson, 1986), the paper also explains the way some noun phrases trigger certain inferential processes that have an influence on the addressee’s mental representation of reality. Keywords: Nominal coreference, Stigmatization, Inferential processes, Press news 1 Este estudio ha sido posible gracias a una beca predoctoral «Severo Ochoa», concedida por la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT). Deseo darles las gracias a mis directores, José A. Martínez García y A. Fernández Fernández, por sus valiosos comentarios. 1. INTRODUCCIÓN En todo texto el redactor se ve obligado a referirse de manera recurrente a los mismos hechos o personas sin repetir palabras que ya ha utilizado. Entre los mecanismos que permiten mantener el mismo referente a lo largo del discurso sin caer en la repetición formal se encuentran una serie de procedimientos léxicos basados, a grandes rasgos, 1) en las relaciones semánticas existentes entre las palabras –p. ej. en la sinonimia, la hiperonimia o la meronimia lingüísticas– o 2) en relaciones de carácter pragmáticodiscursivo que aprovechan información del referente que el propio texto recoge o que se da por consabida (Bernárdez, 1982: 117-125; Núñez y Teso, 1996: 120-147). El conjunto de sintagmas nominales que el redactor emplea en su discurso para referirse a una misma realidad constituye una red o cadena nominal. Al mismo tiempo que garantizan la permanencia del referente a lo largo del discurso, las cadenas nominales juegan un papel importante en el desarrollo temático. Por ejemplo, si en un texto sobre el director de cine Ridley Scott se afirma que este ha dirigido películas como Blade Runner, Alien o Prometheus y más adelante se hace referencia al mismo individuo mediante la expresión «el apasionado de la ciencia ficción», el discurso progresa toda vez que se introduce como información consabida la que el lector puede inferir sin dificultad de predicaciones previas; a saber: que Blade Runner, Alien y Prometheus, dirigidas por Scott, son películas de ciencia ficción. En consecuencia, cunde la sensación de que los datos se relacionan y se orientan en una dirección. Existe una tercera característica de las cadenas nominales que es de la que se ocupa este trabajo y que consiste en la facilidad con que se usan como instrumentos que intervienen directamente en el modo en que el destinatario recreará la realidad referida; es decir, guían el proceso de categorización de la realidad de los destinatarios al imponer que sean ciertas propiedades, en detrimento de otras, las que alcancen una condición dominante en la representación mental del referente. Tal y como señalan Lakoff y Johnson en su obra Metáforas de la vida cotidiana: Una categorización es una manera natural de identificar un tipo de objeto o experiencia destacando ciertas propiedades, desfocalizando otras y ocultando otras […] Centrarse en un conjunto de propiedades aparta nuestra atención de otras. Cuando, por ejemplo, hacemos descripciones cotidianas utilizamos categorizaciones para centrarnos en ciertas propiedades que se ajustan a nuestros propósitos. Cada 120 | P á g i n a descripción destaca, desfocaliza y oculta algo (Lakoff y Johnson, 1980: 205). Este uso de las cadenas nominales es especialmente interesante en el caso del discurso periodístico informativo, ya que gracias a ellas los redactores pueden inducir a los lectores a esbozar una representación mental del referente que encaje con sus propósitos comunicativos. En esta ponencia se examina, en concreto, la manera en que los periodistas caracterizan de manera peyorativa la realidad referida gracias a expresiones que describen un referente poniendo de manifiesto sus propiedades más negativas o inoportunas. Los ejemplos con que se va a ilustrar este funcionamiento de las cadenas nominales consisten en fragmentos de noticias y reportajes de prensa de temática política de los diarios El País, El Mundo y ABC; todos pertenecen al periodo comprendido entre los años 2012 y 2014. 2. ANÁLISIS 2.1. La comunicación explícita de propiedades desfavorables Para referirse a la realidad extralingüística, los periodistas se sirven con frecuencia de sintagmas nominales que contribuyen a estigmatizar a sus pretendidos referentes debido a la información léxica que aportan, toda vez que ésta juega un papel importante en la tarea de asignación de referente. En el texto 1, aparecen destacadas en cursiva las expresiones que emplea el redactor para referirse al partido político Euskal Herria Bildu. Como puede observarse, el nombre propio de la formación, Bildu, se hace acompañar de dos sintagmas nominales correferentes, los proetarras y el brazo político de ETA, que presentan como propiedad relevante del referente su vinculación con la banda terrorista ETA. Si toda categorización conlleva destacar unas propiedades del referente y dejar otras de lado, en este caso se intenta sacar a relucir la filiación terrorista del partido y se relega a un segundo plano, por ejemplo, el que se trate de una coalición política amparada por una sentencia del Tribunal Constitucional: (1) [Cintillo] Maniobra del PSOE en Navarra. El apoyo de los proetarras [Titular] El PSOE no descarta contar con Bildu para desalojar a Barcina 121 | P á g i n a [Subtítulo] Ferraz cree que el líder del PSN se precipitó al adelantar la moción, pero no la impedirá. La Ejecutiva Federal del PSOE cree que el líder del PSN, Roberto Jiménez, se precipitó el miércoles al adelantar una moción de censura contra la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, que solo prosperará si cuenta con el apoyo de Bildu, reconocen a ABC fuentes socialistas. Sin pretenderlo, dicen, Jiménez quitó el foco mediático de las explicaciones que debe Barcina por la denuncia de la exdirectora de la Agencia Tributaria contra ella y contra la consejera de Economía, Lourdes Goicochea, y lo puso en el apoyo del brazo político de ETA a una hipotética investidura del propio Jiménez. Un ejecutivo de gestión cuya única misión sería convocar elecciones el 25 de mayo, junto con las europeas (G. Sanz, “El PSOE no descarta contar con Bildu para desalojar a Barcina”, ABC, España, 14/02/2014, p. 20). Los sintagmas en aposición, como elementos integrantes de la misma red correferencial, también desempeñan una función destacable en la caracterización de la realidad referida. En el ejemplo 2, el referente del primer miembro de la aposición, Sortu, queda redefinido mediante el segundo miembro, que incide en el perfil batasuno de la nueva formación abertzale: (2) Imposibilitado su sueño de ver a Arnaldo Otegi disputando al PNV la Lehendakaritza en las pasadas elecciones vascas, la izquierda abertzale está dispuesta a esperar a su idolatrado líder el tiempo que haga falta. Por ello, tal como publicó EL MUNDO, Sortu, el partido que sustituye a Batasuna, le reservará el puesto de secretario general hasta que cumpla la condena que le fue impuesta por reconstruir la estructura de la ilegalizada Batasuna siguiendo instrucciones de ETA dentro del caso Bateragune (J. M. Alonso, “Otegi integrará la dirección de Sortu al salir de prisión”, El Mundo, España, 15/02/2013, p. 16). Otras veces la estigmatización del referente se produce al utilizar un término que, por ser propio de una situación informal, resulta pragmáticamente inadecuado en el contexto discursivo en el que se introduce. Es lo que sucede en el texto 3, en el que el redactor emplea la expresión los mandamases de la banca alemana para hacer referencia 122 | P á g i n a al conjunto de dirigentes bancarios que presenciaron el discurso pronunciado el 8 de abril de 2014 por Jens Weidmann, presidente del Bundesbank: (3) “La inflación baja que atraviesa la zona euro se explica por la caída de precios de la energía y por el ajuste en los países en crisis. A medida que sus economías vuelvan a estar sanas, las presiones inflacionistas actuarán de nuevo”, dijo hace un mes el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. Habían pasado pocos días desde la última intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE). Mario Draghi anunció el 3 de abril un acuerdo unánime del Consejo de Gobierno — es decir, con el voto de Weidmann incluido— para “usar instrumentos no convencionales” contra la deflación si esta continuaba amenazando con aparecer. Pero el líder espiritual de la ortodoxia monetaria aprovechó su discurso del 8 de abril ante los mandamases de la banca alemana para avisar de que no está dispuesto a dar carta blanca a Draghi (L. Doncel, “La amarga píldora que hay que tragar”, El País, Economía, 04/05/2014, p. 25). Además de que la voz mandamás activa contenidos negativos que estarían ausentes de emplearse el término dirigente (p. ej. la idea de ‘ostentación excesiva de autoridad’), el que el periodista se tome la licencia de denominar mandamases a unos dirigentes bancarios, por distendido que sea el tono que esté empleando, contribuye a desprestigiar al referente. A menudo resulta interesante comparar la manera en que periódicos de distinto signo ideológico describen una misma realidad. Esto es especialmente significativo en el caso de los titulares, ya que suelen contener el sintagma que actúa como «carta de presentación» del referente. Los textos 4a y 4b corresponden, respectivamente, a los titulares con que El País y el ABC informaban de la muerte de Santiago Carrillo, antiguo dirigente del Partido Comunista Español: (4) (a) [Titular] Muere un artífice de la reconciliación (El País, Portada, 19/09/2012). (b) [Titular] Muere Carrillo, último símbolo de las sombras comunistas (ABC, Portada, 19/09/2012). 123 | P á g i n a Como se desprende de los ejemplos, cada periódico presenta al referente de una manera distinta: El País ofrece una visión meliorativa de Carrillo al destacar su papel en la Transición, su propiedad de artífice de la reconciliación; en ABC, por el contrario, se hace acompañar el apellido del político de un elemento incidental que evoca su lado más oscuro: el hecho de haber estado implicado en episodios turbios del Partido Comunista. 2.2. Modos de referencia metafóricos e irónicos En ocasiones el redactor se sirve de expresiones que revelan la semejanza que percibe entre dos realidades. En el texto 5, por ejemplo, se hace referencia a la izquierda política y mediática francesa mediante una serie de expresiones basadas en la similitud que se aprecia entre estos grupos y los revolucionarios franceses de 1789; junto a los sintagmas la Francia del cambio y la izquierda política y mediática [francesa], encontramos la conceptualización metafórica los jacobinos de la letra impresa y dos expresiones que presentan a los actuales grupos franceses de izquierdas como dignos sucesores de los revolucionarios más radicales: esa parte del pueblo galo que nunca ha enterrado el mito de Robespierre, los nostálgicos de la guillotina: (5) [Titular] La Francia del cambio lincha al rey del lujo [Subtítulo] La izquierda política y mediática arremete contra el rey del lujo por querer ser belga. La izquierda política y mediática francesa ha abierto la veda para linchar a Bernard Arnault. Poco importa que el hombre más rico de Europa haya explicado que, a pesar de solicitar la nacionalidad belga, piensa seguir pagando sus impuestos en el Hexágono. Los jacobinos de la letra impresa, esos mismos que han extendido un cheque en blanco a favor de la regeneración social promovida por François Hollande, sacaron ayer a pasear los fantasmas revolucionarios de la noche de Varennes. “Lárgate, rico gilipollas”, titulaba Libération su portada. […] Inmediatamente, las críticas de la clase política rompieron la tranquilidad del domingo evocando el proverbial odio a los ricos de esa parte del pueblo galo que nunca ha enterrado el mito de Robespierre. […] Para calmar a los nostálgicos de la guillotina, el propio magnate emitió un comunicado hace dos días insistiendo en que mantendrá su residencia fiscal en territorio galo (J. M. Bellver, “La 124 | P á g i n a Francia del cambio lincha al rey del lujo”, El Mundo, Mundo, 11/09/2012, pp. 20-21). Asociaciones como las que promueven estas expresiones hacen hincapié en un conjunto de propiedades desfavorables del referente –la izquierda francesa–, como son su radicalidad, su inclinación hacia la violencia, su populismo ciego lleno de prejuicios, etc. El titular y el subtítulo que se recogen en el ejemplo 6 aparecieron en la portada de El Mundo para informar acerca de la muerte de Santiago Carrillo: (6) [Titular] Españoles...el siglo XX ha muerto [Subtítulo] Santiago Carrillo, el comunista acusado de los crímenes de Paracuellos y uno de los artífices de la reconciliación durante la Transición, ha muerto a los 97 años en Madrid (El Mundo, Portada, 19/09/2012). En el subtítulo se describe el referente poniendo de relieve simultáneamente una propiedad desfavorable y otra favorable (el comunista acusado de los crímenes de Paracuellos y uno de los artífices de la reconciliación durante la Transición), al contrario, recordemos, que El País y ABC que seleccionaban, respectivamente, el lado bueno y el lado malo. Pero lo más llamativo en este caso es el titular, ya que a cualquier lector con conocimientos acerca de la muerte de Franco le lleva a pensar en las palabras pronunciadas por Carrero Blanco: «Españoles…Franco ha muerto». Informar de la muerte de Carrillo mediante un enunciado que evoca las palabras con que se informó de la muerte del dictador Francisco Franco conduce al destinatario a establecer un vínculo entre las dos figuras que cabe extender a las corrientes ideológicas a las que representaban: fascismo y comunismo; gracias a esta asociación, el titular transmite como propiedad prominente del Partido Comunista Español y, más en concreto, de Carrillo, su carácter totalitario. Otras veces ocurre que el periodista hace referencia a una realidad empleando una expresión ecoica, es decir, una expresión que representa un pensamiento atribuido a otro. Al recurrir a dicha expresión o enunciado, el hablante manifiesta su propia actitud respecto a la opinión de la que se hace eco; en el caso de la ironía, la actitud siempre será de rechazo o desaprobación (Sperber y Wilson, 1986: 290-296). Así, en el texto 7 se puede considerar que el redactor cuestiona el pensamiento que recoge la nominalización 125 | P á g i n a la “magnífica” actuación policial el 25S. Las comillas con las que el periodista marca el adjetivo “magnífica” contribuyen a que el lector interprete que el hablante se hace eco de un pensamiento atribuido al Gobierno para rechazarlo: (7) [Titular] La Policía seguirá actuando con la “máxima firmeza” [Subtítulo] El Gobierno alaba la “magnífica” actuación policial el 25S y el PSOE denuncia que “España se le va al Ejecutivo de las manos” (L. Á. Sanz, “La Policía seguirá actuando con la «máxima firmeza»” El Mundo, España, 27/09/2012, p.12) 2.3. La caracterización implícita de la realidad referida Como han advertido algunos estudiosos, el discurso periodístico informativo puede hacer referencia explícita a hechos contrastables, pero los periodistas se las ingenian para transmitir una valoración sobre ellos que se articula de manera implícita (Álvarez et al, 2005: 211-216; Escribano Hernández, 2008; Sánchez García, 2010; Grijelmo, 2012: 405-460). Con los textos 8, 9 y 10 se pretende mostrar, precisamente, que en bastantes ocasiones las propiedades negativas del referente se comunican implícitamente. El texto 8 trata, entre otros asuntos, de los contratos millonarios que Julio Iglesias firmó con el Gobierno valenciano en el año 1997; entre las expresiones que se usan para hacer referencia al cantante se encuentra el sintagma el intérprete de Soy un truhán, soy un señor: (8) [Titular] El fugitivo que contrató a Julio Iglesias [Subtítulo] El urdidor de los contratos de la Generalitat valenciana con el cantante por seis millones lleva cinco años huido. El abogado sevillano José María Tabares Domínguez era un desconocido experto en comercio internacional hasta que Eduardo Zaplana se cruzó en su camino. El expresidente de la Generalitat del PP le designó en julio de 1997 director del Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX), el brazo del comercio exterior de la Comunidad. Y del anonimato saltó a los tribunales. En dos años en el cargo, acumuló dos imputaciones La primera evolucionó en 2007 a una condena firme de cinco años de prisión por estafa. Y la segunda, relacionada con los multimillonarios 126 | P á g i n a pagos al cantante Julio Iglesias a través de la sociedad International Concerts, radicada en las Islas Vírgenes, puede que nunca se esclarezca. El exdirectivo, de 60 años, no tiene intención de declarar por este asunto, pese a ser el presunto urdidor de los dos contratos de promoción de la Comunidad por los que el IVEX desembolsó al intérprete de Soy un truhán, soy un señor casi seis millones de euros (J. Gil, “El fugitivo que contrató a Julio Iglesias”, El País, España, 14/10/2012, p. 25). Basándonos en la Teoría de la Relevancia (Sperber y Wilson, 1986), podríamos afirmar que, como lectores, presumimos que las propiedades del referente reveladas por el redactor contribuirán de manera relevante al discurso; es decir, si de entre todos los modos posibles de referirse a Julio Iglesias el periodista ha decidido presentarlo como intérprete de una de sus múltiples canciones, es por algo. En un contexto discursivo en el que se atribuye al cantante haber cobrado cantidades exorbitantes del Gobierno de la Generalitat por sus conciertos, la propiedad de Julio Iglesias que el redactor hace explícita –la de ser intérprete de la canción Soy un truhán, soy un señor– desencadena un proceso inferencial que conduce al destinatario a representarse a Julio Iglesias como un «señor truhán», dado que esta interpretación es la que provoca el máximo número de efectos contextuales con el mínimo coste de procesamiento. Como había comentado a propósito de los ejemplos 4a y 4b, el titular desempeña una función importante en la manera en que el destinatario se representará una realidad determinada: a menudo selecciona una de las propiedades del referente que, en consecuencia, adquiere mayor relieve. En un titular como el del texto número 9 se hace referencia a una persona (Edurne Uriarte) poniendo de manifiesto su relación de parentesco con otra (el hecho de ser mujer del ministro José Ignacio Wert –ahora exmujer–): (9) [Titular] TVE ficha a la mujer del ministro José Ignacio Wert Edurne Uriarte, la mujer del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, es la nueva tertuliana del programa 'Los Desayunos' de Televisión Española que presenta María Casado. Uriarte, periodista y catedrática de Ciencias Políticas en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, vuelve a la televisión pública tras haber pasado por este mismo programa, en la época en la que se encontraba en él Pepa Bueno, en 2008 (J. A. Gómez, “TVE ficha a la 127 | P á g i n a mujer del ministro José Ignacio Wert”, El Mundo, Televisión, 12/09/2012, 20:35). Podemos pensar que el titular vincula a la periodista con su marido sencillamente porque él es más conocido que ella, de modo que si se emplease el nombre propio Edurne Uriarte la mayoría de los lectores no sabrían a quién se está refiriendo. Pero dado que la noticia informa, en concreto, de la incorporación de la periodista a TVE, es fácil que el intérprete movilice una serie de supuestos del estilo «el equipo y los contenidos de TVE suelen alterarse al entrar un nuevo partido en el gobierno» o «en las instituciones públicas se producen nombramientos por dedocracia»; estas premisas pueden llevarle a concluir que la propiedad ‘ser mujer de Wert’ ha tenido más importancia en ese fichaje que otras características del referente que quedan relegadas al cuerpo de la noticia: la de ser periodista y catedrática de Ciencias Políticas. De hecho, el diario El País recibió algunas críticas de sus lectores por haber recurrido a un titular muy similar al de El Mundo, “TVE ficha a la esposa del ministro Wert como tertuliana de «Los desayunos»”, y decidió sustituirlo por el de “Edurne Uriarte se incorpora como tertuliana a «Los desayunos de TVE»” (El País, El País, Televisión, 12/09/2012, 17:56). Pocos días después aparecía en este último diario un artículo de opinión, “La esposa de…”, en el que el defensor del lector pedía disculpas por considerar el primer titular discriminatorio y tendencioso, ya que podía dar a entender que el único mérito con el que contaba la periodista era el de ser la mujer del ministro de cultura. Este ejemplo muestra que los lectores procesamos los datos que los redactores seleccionan de los referentes como una unidad intencional e interpretamos que si han decidido referirse a Edurne Uriarte destacando la propiedad ‘mujer de Wert’ puede ser para comunicar algo más que lo que se ha transmitido de manera explícita. Por último, en el siguiente texto tampoco nos resulta difícil adivinar cuál es la intención del periodista al revelar la etnia a la que pertenece la persona entrevistada: (10) [Titular] La comida ultra incendia Orriols [Subtítulo] Un reparto de alimentos solo entre españoles fractura a un barrio valenciano de inmigrantes Luisa Fernández cobra 400 euros. Mantiene a seis hijos y cuatro nietos. Y reside en una casa “de patada”, que es como denomina al piso que ocupa ilegalmente en un bloque de la antigua CAM. Este sábado 128 | P á g i n a sonreía. Se llevó una bolsa blanca con conservas, pasta y productos de higiene. “No soy racista. Pero es que los inmigrantes…”, decía esta gitana de 52 años (J. Gil, “La comida ultra incendia Orriols”, El País, Comunidad Valenciana, 30/03/2014, 12:05). De la lectura del titular y del subtítulo se deduce que la noticia informa acerca de un reparto de alimentos que se llevó a cabo en el barrio valenciano de Orriols y del que solo podían beneficiarse ciudadanos españoles. Al introducir las palabras complacientes con el reparto de una de las residentes del barrio y, acto seguido, referirse a ella poniendo de relieve que es gitana, se promueve una caracterización implícita del referente como las descritas anteriormente. Así, gracias a supuestos fácilmente accesibles como «los gitanos pertenecen a un pueblo originario de la India que emigró hacia distintos países» y «los gitanos sufren a menudo exclusión social», el periodista llama la atención sobre la incongruencia de las palabras de la entrevistada: sería esperable que las personas que han sufrido algún tipo de discriminación debido a su procedencia y costumbres rechazasen con mayor vehemencia prácticas como la que la noticia describe. 2.4. Las etiquetas discursivas Este apartado se ocupa de un mecanismo que ha recibido la atención de un buen número de estudiosos en los últimos años y que ha recibido distintas denominaciones, entre ellas la de encapsulador, anáfora conceptual y etiquetaje discursivo. Simplificando bastante la cuestión, se trata de sintagmas nominales que remiten anafórica o catafóricamente a un fragmento de texto más o menos extenso, y, en todo caso, de naturaleza predicativa. Tal y como señalan autores como González Ruiz o López Samaniego, se trata de sintagmas nominales que se caracterizan por encapsular el contenido de una o más predicaciones, al mismo tiempo que lo categorizan en función de la estrategia discursiva del emisor (González Ruiz, 2008: 251; López Samaniego, 2014: 79). En el texto 11, encontramos una etiqueta discursiva –la pataleta de la dirigente popular con el reparto aprobado por el Gobierno central– que encapsula el contenido de una serie de oraciones previas –acotadas mediante corchetes–, en las que se da cuenta de la reacción de Esperanza Aguirre ante el reparto de la financiación autonómica: 129 | P á g i n a (11) [Lo que no soporta Aguirre, que reconoció como “terrible” el 18% de paro en Madrid (seis puntos por debajo de la media nacional), es el reparto del sistema de financiación autonómica. Así se lo recordó al ministro de Economía, Cristóbal Montoro, la semana pasada, haciéndole responsable si Madrid no cumplía con el objetivo de déficit del 1,5%. Ayer volvió a insistir en las consecuencias que se derivarían del recorte en casi mil millones de la partida procedente del Estado para 2013]. Tras el tijeretazo de 1045 millones que la comunidad aprobó en julio en los presupuestos de este año, Aguirre no descarta recortar 2000 millones el que viene. La pataleta de la dirigente popular con el reparto aprobado por el Gobierno central, de su partido, no chocó con el discurso marcadamente neoliberal del PP de Madrid, entre cuyas aspiraciones figuran ser el laboratorio de ideas del Gobierno de Mariano Rajoy (J. Marcos, “Aguirre devolverá las competencias en justicia gratuita”, El País, España, 12/09/2012, p.15). Gracias a la etiqueta discursiva, se destacan un conjunto de rasgos negativos que estarían ausentes de haberse empleado expresiones como el enfado, la queja o la crítica; en efecto, la situación se conceptualiza en términos de un ataque caprichoso y descontrolado de nervios más propio de un niño que de un político. De ello se sigue que, al condensar y etiquetar el contenido de una serie de proposiciones previas, también se lleva a cabo una caracterización de la persona que protagoniza los hechos. Como puede observarse, las etiquetas discursivas presentan algunas particularidades que las diferencian de los sintagmas nominales que se encontraban en el resto de ejemplos: en lugar de reactivar una entidad de primer orden que ya se ha mencionado en el texto, encapsulan el contenido de una predicación que puede ser más o menos compleja. En el ejemplo 11, en concreto, parece que no puede hablarse propiamente de correferencialidad entre la etiqueta discursiva y el fragmento encapsulado, dado que este último no perfila un evento unitario 2. En cualquier caso, las etiquetas discursivas, como las cadenas nominales, se encuentran a menudo al servicio de la caracterización del referente. En concreto, tal y como mostraba la etiqueta discursiva 2 Sirviéndose del concepto de anclaje de la gramática cognitiva, López Samaniego señala que en algunos casos sí es posible atribuir valor referencial a los antecedentes de las etiquetas discursivas; tal sería el caso de los sintagmas nominales con estructura predicativa, de las cláusulas finitas independientes y de algunas cláusulas finitas dependientes (López Samaniego, 2014: 160-188). 130 | P á g i n a la pataleta de la dirigente popular y como han constatado algunos trabajos que analizan el funcionamiento de las etiquetas discursivas en los editoriales (Izquierdo Alegría y González Ruiz, 2013), al conceptualizar como una entidad discursiva delimitada un antecedente formado por una serie de predicaciones los periodistas pueden revestir al referente de una valoración negativa. 2.5. El señalamiento de términos potencialmente estigmatizadores Un comportamiento de los redactores que se observa en algunas noticias es su distanciamiento con respecto a alguno de los términos que integran la red correferencial; para ello se sirven de elementos tipográficos como las comillas o bien atribuyen la expresión a terceros. En el texto 12 por ejemplo, vemos que el periodista se encarga de especificar entre paréntesis que los propios inmigrantes usan el término asalto y que la etiqueta los clandestinos la maneja la policía marroquí. (12) Hubo que esperar más de 24 horas para poder recoger testimonios entre los participantes en el asalto a Ceuta (asalto o ataque, así lo denominan ellos mismos), dado que el martes fueron dispersados al extrarradio de algunas capitales, preferentemente Tánger, Larache y Rabat. […] Cuesta entender cómo se organizan “los clandestinos” (como les llama la policía marroquí) desde una mentalidad occidental: por ejemplo, que por estar en el bosque haya que pagar (L. Gómez, “La frontera sur se lucha cuerpo a cuerpo”, El País, España, 09/03/2014, p. 22). Podemos considerar que en casos como estos el periodista rebaja su responsabilidad con respecto al empleo de expresiones que conceptualizan la realidad destacando su faceta menos favorable 3; al fin y al cabo, las palabras asalto y los clandestinos hacen hincapié en el carácter ‘ilegal’ de la acción y, en el caso concreto de las voces asalto y ataque, se moviliza la idea del recurso a la violencia. 3 Distintos autores han señalado que uno de los ámbitos en que predomina la caracterización peyorativa de hechos y personas es en el discurso sobre la inmigración (Portolés, 2000; Crespo Fernández, 2010: 279-284). Así pues, se entiende que el empleo de términos como los ilegales, los clandestinos, los indocumentados o los asaltantes para hacer referencia a los inmigrantes contienen, en palabras de Crespo Fernández, “valores connotativos que destacan la idea del mismo [del inmigrante] como fuera de la ley y contribuyen, de esa manera, a su exclusión social” (Crespo Fernández, 2010: 279). 131 | P á g i n a Al señalamiento mediante elementos tipográficos se suma a veces información implícita que hace hincapié en la desaprobación del redactor con respecto a la recreación negativa de la realidad que promueven ciertos términos: (13) El presidente ruso, Vladimir Putin, pidió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU ante las “aventuras criminales” de los ucranianos. Kiev insiste en que está combatiendo a “terroristas”, pero sus militares se encontraron en los puestos de control recién tomados con vecinos de la zona que se acercaban a ellos exigiendo que se marchasen (X. Colás, “La guerra prende en el este de Ucrania”, El Mundo, Mundo, 03/05/2014, p. 20). El periodista presenta entrecomilladas dos expresiones manejadas por Putin para referirse a los sectores de la población ucraniana que se oponen a la presencia de soldados rusos en la zona y a sus acciones: terroristas y aventuras criminales de los ucranianos, respectivamente. La oración Kiev insiste en que está combatiendo a “terroristas” se encuentra coordinada con una oración introducida por pero, conector contraargumentativo que, desde un punto de vista pragmático, anula las inferencias que podrían derivarse de la primera oración (Flamenco García 1999: 3863-3868). En este ejemplo concreto, se anulan algunos rasgos que suelen asociarse al concepto de terrorista: ‘violencia’, ‘terror’, ‘armas’, ‘muerte’, ‘estrategia’. Y ello se consigue al contraponer al término empleado por Kiev una descripción de la realidad que no se corresponde con el esquema conceptual que proporciona la palabra terrorista: la de unos vecinos de los alrededores, presumiblemente desarmados, que tan solo exigen a los soldados que se marchen. Por lo tanto, los periodistas no solo seleccionan expresiones que activan propiedades inoportunas del referente, sino que a veces se distancian de aquellas voces que podrían producir tal efecto. 3. CONCLUSIONES En definitiva, las cadenas nominales se sirven muy a menudo de la información que se comparte (o se presupone compartida) con el destinatario para, por una parte, mantener el referente y, por otra, ir describiéndolo progresivamente gracias a la presentación de ciertas propiedades y la omisión de otras. Puesto que el periodista 132 | P á g i n a presume que los lectores atribuirán relevancia a la información proporcionada, a veces revela propiedades del referente que en realidad sirven de excusa para que sea el lector el que infiera otras características de él. En este estudio, en concreto, se ha intentado poner de manifiesto que los periodistas recurren a menudo en sus noticias y reportajes a expresiones que revelan las propiedades más desfavorables o inoportunas de los referentes. En la medida en que las redes correferenciales hacen que el lector de un pretendido relato de hechos tenga necesariamente en cuenta determinadas propiedades caracterizadoras del referente, comunicadas de manera explícita o implícita, se trata de mecanismos que guían la interpretación y que pueden ser usados para transmitir implícitamente una valoración sobre los hechos de los que se informa. 4. BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ, Alfredo Ignacio; NÚÑEZ, Rafael; DEL TESO, Enrique (2005): Leer en español. 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El condicional contrafáctico en la construcción de espacios mentales y su despliegue en la argumentación jurídica EDGARDO GUSTAVO ROJAS CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES LINGÜÍSTICOS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA Resumen: Este trabajo se enmarca en el Proyecto de Investigación “Lenguaje jurídico, cognición y comunicabilidad: la escritura de sentencias judiciales desde una perspectiva lingüísticocognitiva” (Universidad Nacional de La Plata), dirigido por la Dra. Mariana Cucatto, codirigido por el Dr. Ernesto Domenech y financiado por el Programa Nacional de Incentivos a Docentes Investigadores (Ministerio de Educación de la República Argentina). Nuestro objetivo consiste en socializar con la comunidad académica nuestros primeros hallazgos en un estudio sobre la configuración operativa de los condicionales contrafácticos en la trama argumentativa de los fallos producidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. Para llevarlo a cabo, adoptamos como marco teórico de referencia la teoría de los espacios mentales y la integración conceptual (Fauconnier & Turner 1998 y 2008, Fauconnier 1996 y 2005, Turner 2007, Pascual 2012) y nos encuadramos metodológicamente en una estrategia cualitativa de investigación aplicada al análisis lingüístico. Palabras clave: Enunciados contrafácticos, Lenguaje jurídico, Fusión conceptual Abstract: This work is part of the research project "Lenguaje jurídico, cognición y comunicabilidad: la escritura de sentencias judiciales desde una perspectiva lingüístico-cognitiva" (Universidad Nacional de La Plata), directed by Dr. Mariana Cucatto, co-directed by Dr. Ernesto Domenech and funded by the Programa Nacional de Incentivos a Docentes Investigadores (Ministerio de Educación de la República Argentina). Our target is to socialize with the academic community our first findings in a study on the operational configuration of counterfactuals in the argumentative frame of Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina judgments. To do this, we take as theoretical framework the theory of mental spaces and conceptual blending (Fauconnier & Turner 1998 and 2008, Fauconnier 1996 and 2005, Turner 2007, Pascual 2012) and methodologically we position ourselves in a linguistic study based on qualitative research strategies. Keywords: Counterfactuals statements, Legal language, Conceptual blending 1. INTRODUCCIÓN Este trabajo recupera aspectos del discurso jurídico tratados en el Proyecto de Investigación “Lenguaje jurídico, cognición y comunicabilidad: la escritura de sentencias judiciales desde una perspectiva lingüístico-cognitiva” (Universidad Nacional de La Plata), dirigido por la Dra. Mariana Cucatto, codirigido por el Dr. Ernesto Domenech y financiado por el Programa Nacional de Incentivos a Docentes Investigadores (Ministerio de Educación de la República Argentina). Nuestro objetivo consiste en socializar con la comunidad académica nuestros primeros hallazgos en un estudio sobre la configuración operativa de los condicionales contrafácticos en la trama argumentativa de los fallos producidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. Cabe recordar que los enunciados contrafácticos conforman un tipo de emisión condicional cuyo carácter hipotético y probabilidad de ocurrencia se encuentran cancelados por el mismo discurso que a través de ellos se construye (RAE 2009: 905907), como se aprecia en el siguiente ejemplo: “Si la ley 25.779 no se hubiese sancionado, sin duda que serían los jueces de la Nación y esta Corte Suprema quienes hubiesen debido cancelar todos los efectos de las leyes 23.492 y 23.521” (Corte Suprema de Justicia de la Nación, Causa S.J.H. y Otros/05). Este tipo de enunciados contradice estados de cosas y/o hechos de la realidad fáctica, al mismo tiempo que establece entre ellos una relación de causalidad, premisa consecuencia o implicación (Montolío 1999, RAE 2009). De acuerdo con la lógica clásica, un condicional material “si A, entonces B” es falso si y solo si el antecedente A es verdadero y el consecuente B es falso. Teniendo en cuenta que el antecedente de todo contrafáctico tiene valor falso, resultaría, por consiguiente, indefectible y trivialmente verdadero (Goodman 1947, Palau 1980). Sin embargo, los hablantes no consideran necesariamente verdadero todo contrafáctico y distintos hablantes pueden asignarle un valor de verdad diferente, de forma tal que el problema, para los estudiosos que se han ocupado del tema, antes que de naturaleza lógica, es de carácter pragmático y cognitivo (Montolío 1999, RAE 20009). Estas construcciones han acaparado la atención de distintas disciplinas y corrientes lingüísticas, tales como la gramática (Montolío 1999, RAE 2009), la teoría de la argumentación (Ducrot 1982), los estudios retóricos (Harding 2004), la lingüística textual (Van Dijk 1977 y 1978) y la lingüística cognitiva (Cuenca y Hilferty 1999, Sweetser y Dancygier 2000, Croft y Cruse 2004, Evans y Green 2006, Coulson y Oakley 2008), entre otras. Tal preocupación, sin embargo, no ha suscitado estudios sobre las formas y funciones que adoptan estos enunciados en corpus conformados por textos 136 | P á g i n a jurídicos, a pesar de que distintos analistas de la argumentación judicial reconocen la recurrencia de estas construcciones en dichos productos textuales (Atienza 2005, Guibourg 2012). Asimismo, tanto estos últimos como los referentes teóricos del campo lingüístico coinciden en afirmar que la lógica clásica y los estudios formalistas del lenguaje no dan cuenta de los sutiles significados que comunican los contrafácticos, por lo cual sugieren la necesidad de avanzar hacia la construcción de nuevos modelos descriptivos y explicativos para abordarlos. Aunque los contrafácticos son habituales en la lengua de la vida cotidiana y no suelen ocasionar conflictos comunicativos entre los hablantes, sus remisiones a una realidad extralingüística contraria a los hechos fácticos resultan problemáticas en el marco de determinados lenguajes específicos, como la ciencia y el derecho, donde las afirmaciones deben fundamentarse en forma coherente de acuerdo con criterios de legitimidad fuertemente estandarizados. Si tenemos en cuenta el impacto que el discurso judicial imprime sobre las trayectorias de los individuos y colectivos sujetos a su imperio, entendemos que el vacío de estudios sistemáticos sobre su dimensión contrafáctica supone una “deuda” que debe ser saldada, dado que el discurso del derecho “interviene performativamente en la construcción del orden social y en la disputa por la hegemonía” (Ruiz 2012). Esta potencia y “ubicuidad” del derecho en la regulación de las relaciones sociales (Atienza 2002) ha significado una interpelación manifiesta al campo intelectual y ha provocado una profunda indagación sobre las racionalidades que subyacen a la tramitación social del conflicto y a la justificación discursiva de las decisiones que intentan dirimirlo, dentro y fuera del campo jurídico (Boltanski 1990, Atienza 1999, Martínez Martínez 2004). En el caso de nuestra disciplina, el estudio de lenguaje jurídico se ha convertido en una prolífica rama de la lingüística aplicada que busca proveer herramientas a los operadores jurídicos para producir textos claros y coherentes, por considerar que únicamente de este modo cumplen acabadamente con su importante rol social, es decir, fundamentando y comunicando eficazmente sus decisiones. Luego de un período dominado por las discusiones sobre la retórica de la argumentación jurídica, el debate intelectual sobre el discurso del derecho se ha reactivado a fines del Siglo XX en torno a dos tipos de problemas: por una parte, se trata de interpretar y describir la inscripción del discurso judicial en las culturas y sociedades desde una perspectiva local e inmanentista; por otra parte, se busca diagnosticar y proponer nuevas formas de articulación entre las variantes discursivas de distintos 137 | P á g i n a sistemas y tradiciones legales, asumiendo una perspectiva intercultural y comparativa sobre los contextos regionales y globales de interacción (Mattila 2006, Montolío 2008). Mientras la primera orientación hace foco en prácticas y discursos relativamente estables y diferenciables, la segunda, de aparición más reciente, se construye en torno a un objeto –la integración regional– en proceso de constitución y de límites más difusos; de allí su tendencia al diagnóstico de situación y su carácter más bien propositivo. Teniendo en cuenta la clasificación precedente, es de hacer notar que nuestro trabajo se ajusta a la primera orientación, es decir, la que asume el derecho como una dimensión de la cultura de los grupos sociales (Geertz 1983, Coombe y Cohen 1999), incluyendo las particularidades lingüísticas y cognitivas de los operadores jurídicos y sus producciones textuales (Montolío 2000, 2008 y 2010, Tamayo y Salmoran 2003, Cucatto M. 2011a y 2011b, Rojas y Piechocki 2012). En consecuencia, no solo aspiramos a avanzar en el conocimiento sobre la dimensión cognitiva del enunciado contrafáctico que las gramáticas proponen, sino también sobre la racionalidad jurídica que a través de estas emisiones se manifiesta. En suma, tanto los enunciados contrafácticos como el discurso jurídico han sido estudiados sostenidamente por distintas disciplinas a la luz de diferentes paradigmas, pero no se ha investigado cómo se inscriben tales enunciados en las manifestaciones concretas de dicho discurso. Al mismo tiempo, una mínima exploración de las sentencias judiciales –el género más representativo del discurso jurídico (Geertz 1983, Montolío 2008)– producidas en los distintos fueros y niveles del sistema judicial argentino permite comprobar que el razonamiento contrafáctico es una práctica sumamente recurrente. Tales evidencias nos han impulsado a encarar el estudio que aquí presentamos, al tiempo que las vacancias teóricas relevadas y destacadas por los especialistas precitados, además, nos han persuadido de ponderar la funcionalidad que reporta la lingüística cognitiva en el abordaje de nuestro objeto. Para llevarlo a cabo el estudio, adoptamos como marco teórico de referencia la teoría de los espacios mentales y la integración conceptual (Fauconnier y Turner 1998 y 2008, Fauconnier 1996 y 2005, Turner 2007, Pascual 2012) y nos encuadramos metodológicamente en una estrategia cualitativa de investigación aplicada al análisis lingüístico. En el siguiente apartado detallaremos con más precisión las herramientas teóricas que nos ha proporcionado este paradigma, además de justificar la estrategia metodológica adoptada en la construcción del corpus y en la fase analítica del trabajo. 138 | P á g i n a 2. ENCUADRE TEÓRICO Y METODOLÓGICO La lingüística cognitiva forma parte de una empresa interdisciplinaria que se ocupa de la cognición en sus múltiples dimensiones; han contribuido al afianzamiento del paradigma, principalmente, ciencias como la filosofía, la psicología, la antropología, la neurociencia y la lingüística (Cuenca y Hilferty 1999, Evans y Green 2006). En este marco, el estudio cognitivista del lenguaje ha surgido en la década del ochenta como una reacción explícita al generativismo y a las teorías modularistas de la mente (Langacker 1999, Cuenca y Hilferty 1999), y si bien es cierto que originalmente abarcaba numerosas corrientes y teorías “rivales”, también lo es que en la actualidad se caracteriza por una creciente convergencia teórica y metodológica (Evans y Green 2006, Langacker 2008). Así, los principales referentes del paradigma coinciden en sostener que la lengua no es un sistema autónomo de algoritmos, por lo cual no puede ser estudiada en forma aislada respecto de fenómenos cognitivos básicos tales como la memoria, la atención, la percepción y la categorización (Langacker 1986, 1999 y 2001, Croft y Cruse 2004, Dirven y Ruiz de Mendoza Ibáñez 2010). Esta perspectiva asumida tempranamente por los impulsores del paradigma –denominada generalmente como “compromiso cognitivo”– ha sido una de las principales razones que explican tal tendencia convergente (Delbecque 2008, Dirven y Ruiz de Mendoza Ibáñez 2010). La lingüística cognitiva entiende que las expresiones verbales codifican modos de percibir y conceptualizar la experiencia (Cabré y Lorente 2003, Dirven y Verspoor 2004, Cucatto A. 2010), moldean y externalizan el mundo conceptual de los sujetos (Dirven y Verspoor 2004, Evans y Green 2006, Cucatto A. 2010) y se organizan en una estructura fractal de niveles (Langacker 2008 y 2009) o continuum de unidades, más específicas en los niveles inferiores –léxico y morfológico– y más esquemáticas en los superiores – sintáctico, textual y discursivo– (Langacker 1986, 2000, 2001, 2008 y 2009, Cabré y Lorente 2003, Cucatto M. 2009). En otras palabras, se sugiere que los niveles “clásicos” de análisis lingüístico no están separados por límites tajantes, por lo cual cabría evidenciar los mismos fenómenos y procesos cognitivos en todos ellos; esta impronta “fractal” de la organización lingüística, a su vez, resulta coherente con el compromiso cognitivo antes aludido. Por caso, la habilidad cognitiva de correlacionar estructuras y contenidos conceptuales –que resultará crucial en nuestro estudio– se manifiesta tanto en la formación de palabras cuanto en la sedimentación de estructuras gramaticales –tales como los contrafácticos– y en la producción discursiva de metáforas y otras manifestaciones textuales del razonamiento analógico. 139 | P á g i n a Dado que los enunciados contrafácticos son un tipo particular de construcción verbal, debemos tener en cuenta que desde el punto de vista cognitivo las estructuras gramaticales se definen como modelos de construcción esquemáticos que se establecen mediante un proceso de sedimentación progresiva (Langacker 1986, 2000 y 2003, Evans y Green 2006), derivan en rutinas cognitivas y perceptuales más o menos estables, y ponen en juego diversas habilidades de la cognición humana (Cucatto A. 2008 y 2009, Cucatto A. y Cucatto. M. 2004, Cucatto M. 2005 y 2011b). Asimismo, y en relación con la organización fractal del lenguaje previamente aludida, se postula que los niveles inferiores –léxico y morfológico– proveen, sobre todo, el contenido conceptual de las expresiones verbales, en tanto que los superiores –gramatical y textual– aportan la configuración estructural. Desde esta perspectiva, resulta de interés conocer el modo en que distintas habilidades cognitivas estructuran el contenido conceptual en cada tipo de construcción (Cabré y Lorente 2003, Croft y Cruse 2004, Cucatto M. 2011b) dado que, a diferencia del “primer cognitivismo” generativista, la lingüística cognitiva considera que la gramática no puede disociarse del significado de las expresiones (Langacker 1986, 1999, 2000, 2001, 2003 y 2009). De acuerdo con los objetivos de nuestra investigación, prevemos identificar y explorar los modos en que se instancia textualmente la contrafactualidad en el discurso judicial, los significados que esta dimensión de los textos jurídicos pone en escena y las operaciones cognitivas que los configuran. Al respecto, cabe considerar que uno de los programas de investigación cognitiva del lenguaje más desarrollado es el que iniciaran Turner y Fauconnier a mediados de los ochenta en torno al concepto de fusión, amalgama o integración conceptual, operación cognitiva que resulta particularmente eficaz para describir y explicar los mundos virtuales o alternativos que se construyen a través del discurso (Langacker 1986, Croft y Cruse 2004, Evans y Green 2006, Cucatto A: 2009). A su vez, esta teoría ha logrado abarcar numerosos objetos de estudio antes tomados en forma dispersa por distintas corrientes teóricas del mismo campo e incluso se ha extendido más allá de la lingüística en el amplio marco de las ciencias cognitivas. En esta teoría, se considera que los paquetes de información lingüística y no lingüística, es decir, el contenido conceptual enciclopédico, conforman estructuras emergentes e idiosincrásicas denominadas espacios mentales, y se asume que estos, a su vez, pueden correlacionarse o alinearse cognitivamente en función de un espacio genérico de un orden más abstracto, general y esquemático. La integración conceptual es, por su parte, otro espacio mental que resulta de proyecciones parciales y selectivas de elementos 140 | P á g i n a pertenecientes a los espacios alineados que, por este motivo, se denominan espacios de entrada (Fauconnier 1996, Langacker 1999, Evans y Green 2006). Para nuestros propósitos, los contrafácticos pueden asumirse como el resultado de correlacionar información de distintos espacios mentales en una estructura simbólica que opera en el devenir discursivo como una fusión o integración conceptual (Evans y Green 2006, Coulson 2006, Turner 2007). Entendemos que uno de los espacios de entrada que se integran en y por las emisiones contrafácticas pertenece a un plano de conceptualización que difiere de la realidad empírica, razón por la cual consideramos pertinente indagar cómo se integran dichas construcciones en una trama discursiva caracterizada por sus pretensiones de objetividad, coherencia, validez y facticidad (Montolío 2000, Habermas 1998), es decir, cómo se inscribe la contrafactualidad en el marco de la argumentación jurídica plasmada en textos concretos del campo judicial. Asumimos que la complejidad de los significados construidos a través de los enunciados contrafácticos, como así también las dificultades para asignarles valores de verdad y/o pertinencia argumentativa, justifican nuestra aproximación cognitivista a sus manifestaciones textuales en los fallos producidos por la Corte Suprema de Justicia. Al mismo tiempo, entendemos que el enfoque funcionalista de la lingüística cognitiva resulta coherente con el deslindamiento de la lógica formal que proponen los principales referentes teóricos en el tratamiento de la argumentación jurídica, como así también en la consideración de los aspectos pragmáticos que hacen a la aceptabilidad de los argumentos en el campo judicial. Dado que no existen estudios previos sobre estas construcciones verbales en este tipo de corpus, nos situamos en un nivel de estudio exploratorio y proponemos adoptar estrategias cualitativas de investigación social sobre una muestra intencional de textos (Sierra Bravo 1993, Samaja 1993, Valles 1999). Toda vez que nos orientamos a la construcción, ampliación e integración de las categorías analíticas que permitan comprender el uso de estos enunciados, consideramos que nuestra propuesta se inscribe en el marco del paradigma interpretativo (Taylor y Bogdan 1984, Vasilachis de Gialdino 1992a y 1992b, Valles 1999, Sautu 2001 y 2003, Sautu et al 2005). Asimismo, y con el fin de abarcar un mayor espectro de variantes, seleccionaremos fallos judiciales correspondientes a distintas ramas del derecho y a distintos períodos históricos desde la última reforma constitucional. En este sentido, entendemos que el muestreo teórico tiene como propósito recolectar datos que permitan maximizar las oportunidades de desarrollar 141 | P á g i n a conceptos, descubrir sus variaciones e identificar relaciones sustantivas entre los conceptos derivados de los mismos datos. Cabe destacar que la selección del corpus no solo obedece a la relevancia que tienen los fallos de la corte, sino también al proceso de planificación y edición que los caracteriza, aspectos que limitan la irrupción del azar, el descuido u otros factores que pudieran incidir en su elaboración. En efecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina es el máximo organismo jurisdiccional del sistema judicial de nuestro país, por lo cual tiene la “última palabra” en cuestiones cruciales, particularmente sensibles y de amplio impacto social; por caso, es el órgano que decide sobre la constitucionalidad de las leyes dictadas por el Congreso y de los decretos resueltos por la Presidencia de la Nación. Por estos motivos, sus fallos son el resultado de un exhaustivo y complejo proceso de estudio, discusiones y acuerdos que involucran a numerosos actores pertenecientes a distintos estamentos y especialistas en diferentes ramas del derecho (Barrera 2012). Esta singularidad del trabajo que llevan a cabo los jueces de la corte, de acuerdo con nuestra perspectiva, justifica la conformación de nuestro corpus, máxime si tenemos en cuenta que sus fallos fijan el estándar judicial de todo el país, además de sentar los antecedentes jurisprudenciales más relevantes. En el siguiente apartado presentaremos algunos ejemplos tomados del corpus para ponderar la factibilidad de nuestra propuesta analítica. En cada caso, explicaremos cómo puede aplicarse la teoría de la integración conceptual y el lugar que ocupan los condicionales contrafácticos en la trama argumentativa de los fallos. En cuanto a esta última operación, optamos por considerar los componentes que hacen a la argumentación mínima, es decir, las razones y tesis que sostienen los jueces, a fines de no ampliar innecesariamente –en esta fase del análisis– las categorías teóricas empleadas. En la medida que el encuadre teórico-metodológico resulte oportuno y permita avanzar en la investigación, proyectamos evaluar la alternativa de incluir un marco referencial específico para dar cuenta de la dimensión argumentativa de los productos textuales que integramos al corpus. 3. ANÁLISIS DE EJEMPLOS TOMADOS DEL CORPUS El primer ejemplo (1) que presentamos corresponde al texto del denominado “Fallo Arriola”, ampliamente citado y comentado en el contexto nacional debido a sus consecuencias jurisprudenciales. Se trata de una causa judicial iniciada en el año 2006 contra un joven por tenencia de marihuana, acción que le valió una condena de seis años 142 | P á g i n a de prisión resuelta por el tribunal de primera instancia. Su abogado patrocinante recurrió la sentencia original alegando que tal decisión afectaba la esfera de la vida privada del joven, protegida por el Art. 19 del texto constitucional, y fue por esta razón que la causa judicial recayó en la Corte Suprema de Justicia. Finalmente, este máximo tribunal concluyó fallando a favor del imputado, adoptando una decisión que contradecía lo resuelto durante 1990 en un proceso judicial análogo, conocido como “Caso Montalvo”. El condicional contrafáctico que transcribimos aparece inmediatamente después del resumen que sintetiza los antecedentes del caso y presenta la primera razón que llevó al tribunal a modificar su postura precedente: (1) Si "Montalvo" hubiese resuelto con ese alcance el problema, la Corte habría ejercitado un control de constitucionalidad en abstracto consumado mediante una decisión única con el efecto de clausurar por anticipado toda posibilidad de examinar, en casos posteriores, si la conducta del imputado es o no una acción privada protegida por el artículo 19 de la Constitución (A. 891. XLIV. Recurso de hecho. AS y otros s/ C 9080). La lingüística cognitiva sugiere que una habilidad fundamental para interpretar los enunciados consiste en activar –esto es, traer a la memoria de corto plazo– contenidos conceptuales organizados en esquemas que se almacenan en la memoria enciclopédica, llamados dominios cognitivos; se trata de paquetes de información más o menos estables que son activados, principalmente, por los ítems léxicos. En este caso, consideramos que expresiones tales como “control de constitucionalidad”, “imputado”, “acción privada”, entre otros presentes en el enunciado, sugieren la evocación de un dominio cognitivo de amplio alcance que un lector competente en ciencias jurídicas debe ser capaz de manipular para lograr su interpretación; de otro modo, la comprensión del texto se vería obstaculizada por el fenómeno que las ciencias cognitivas denominan hipocognición. Ahora bien, este dominio cognitivo amplio y esquemático no se activa en el vacío sino que viene instanciado o anclado en los casos particulares que se vinculan por analogía en el texto, es decir, los casos Montalvo y Arriola. Este anclaje del dominio esquemático del derecho en los casos aludidos supone la emergencia de un contenido conceptual idiosincrásico en el devenir del discurso que, de acuerdo con nuestro marco teórico, puede categorizarse como un nuevo espacio mental; este término técnico, precisamente, fue acuñado por Turner y Fauconnier para designar este tipo de instancias conceptuales emergentes. 143 | P á g i n a Antes de presentar un nuevo ejemplo, quisiéramos detenernos para reforzar una idea que hemos presentado en la introducción del trabajo, relacionada con las finalidades que persigue el estudio del lenguaje jurídico, esto es, la intención de dotar a los expertos en esta lengua de especialidad de herramientas que permitan hacer más eficaces su producciones textuales. Existe, por supuesto, un conjunto irreductible de conceptos propios de las ciencias jurídicas que hemos sintetizado con la noción amplia de dominio cognitivo del derecho, pero, según los especialistas, no es esta cuestión la que principalmente dificulta la comprensión de los textos legales. Antes bien, se ha comprobado en diversos estudios de campo que son las estructuras gramaticales, tendencialmente arcaicas, abigarradas y concatenadas del lenguaje jurídico los elementos que menos favorecen la claridad de sus manifestaciones textuales. En este sentido, valdrá la pena hallar otras operaciones cognitivas que subyacen a la producción e interpretación de los condicionales contrafácticos para dar cuenta de su complejidad, y en tal sentido avanzaremos en el análisis de los siguientes fragmentos que tomamos de nuestro corpus. Nuestro segundo ejemplo (2) corresponde a la sentencia producida durante 2008 por la Corte Suprema de Justicia en el denominado “Caso Tejerina”, de amplia repercusión social, jurisprudencial y política en Argentina. Romina Tejerina fue condenada originalmente a cumplir una pena de catorce años de prisión por el delito de homicidio calificado por el vínculo, bajo circunstancias atenuantes; la víctima del hecho habría sido su hija recién nacida y gestada como producto de una violación. El caso judicial reavivó el debate público sobre el aborto no punible y en este marco llegó a la corte, órgano jurisdiccional que finalmente convalidó la sentencia. El fragmento que presentamos está situado entre dos razones esgrimidas por la corte para adoptar tal decisión; en el cotexto precedente se aduce que no existen procedimientos objetivos que puedan determinar con precisión la proporcionalidad entre las penas y los delitos; en el cotexto subsiguiente, se examina la pena impuesta por el tribunal en el caso: (2) Si los jueces hubiesen tenido en cuenta las circunstancias de reducción de la culpabilidad sólo para tener por configuradas las "circunstancias excepcionales de atenuación" y se hubiesen desentendido de ellas al momento de mensurar la pena, probablemente hubieran fijado un monto de prisión cercano al máximo previsto en el artículo 79 del Código Penal: veinticinco años (T. 228. XLIII. Recurso de queja. TRA s/ Hom. Cal.) 144 | P á g i n a La selección de este fragmento obedece a que pone en juego otra función argumentativa del condicional contrafáctico, mientras que (1) presenta una de las razones que sostienen la tesis del tribunal, (2) opera como un pasaje entre dos razones diferentes, ambas vinculadas con el llamado principio de culpabilidad, es decir, los dos cotextos previamente referidos. Es la estructura propia del condicional contrafáctico lo que posibilita esta estrategia argumentativa, dado que la primera de estas razones se recupera en la prótasis del enunciado, en tanto que la segunda razón se anticipa en la apódosis del condicional modalizada por el adverbio de probabilidad. Valiéndonos de este segundo ejemplo, quisiéramos puntualizar en qué consiste la operación cognitiva denominada fusión, amalgama o integración conceptual. Es de considerar que los condicionales contrafácticos ponen en juego, al menos, dos espacios mentales de entrada. Uno de ellos está conformado por los estados y los hechos de la realidad fáctica tal como sucedieron o, al menos, como se representan en el texto judicial; en los fallos de la corte, puntualmente, son los hechos sintetizados en los sumarios y resúmenes que encabezan las sentencias. El otro espacio mental de entrada es la contracara o contraparte del primero ya que involucra estados de situación y hechos contrarios a la realidad fáctica; la teoría de los espacios mentales sugiere que la correlación entre uno y otro resulta posible merced a un tercer componente, llamado espacio genérico, típicamente constituido por dominios cognitivos de mayor alcance, de un orden más esquemático, que atañen al conocimiento enciclopédico de los sujetos. La fusión conceptual conformaría un cuarto espacio mental emergente en la sucesión del discurso que recupera selectivamente información de ambos espacios de entrada: los actores del mundo fáctico del primer espacio mental –en este caso, los jueces del tribunal inferior– y los hechos –contrarios a la realidad fáctica– del segundo. El siguiente ejemplo (3) es un fragmento de sentencia que aparece inmediatamente después de la tesis sostenida por los ministros de la corte. En este fallo se resolvió inhabilitar la posibilidad de que el ex presidente Carlos Saúl Menem –titular del Poder Ejecutivo Nacional entre 1989 y 1999– fuese reelecto por segunda vez. Dado que una de las razones aducidas por la parte actora fue que tal inhabilitación implicaría una aplicación retroactiva del marco legal aludido –más precisamente, la cláusula transitoria novena redactada por la Convención Constituyente de 1994–, la Corte Suprema debió refutar esta tesis. Si bien la explicación completa del fragmento significaría inmiscuirse en detalles legales bastante complejos, entendemos que no resulta necesario hacerlo para comprender la función argumentativa del contrafáctico. En efecto, el marcador discursivo –operador 145 | P á g i n a argumentativo de refuerzo– que abre el fragmento –en el enunciado que precede al condicional contrafáctico– deja claramente entrever su remisión a la tesis sobre tal retroactividad desarrollada en el cotexto precedente de la sentencia: (3) Indudablemente, la cláusula sub exánime no consagra retroactividad alguna. Distinto hubiera sido, por ejemplo, si se hubiese dado por concluido el transcurso de seis años antes de cumplirse el plazo, por la aplicación del artículo noventa que lo establece en cuatro años (O.20. XXXIV. OAJC s/ Acción de amparo). El condicional contrafáctico, en este caso, se presenta en su forma marcada, dado que la apódosis –“Distinto hubiera sido”– precede a la prótasis. Sin perjuicio de los efectos que acarrea esta inversión del orden natural en que se suelen presentar los enunciados condicionales en el discurso corriente, cabría esperar que un análisis de las operaciones cognitivas previamente aludidas en torno a (1) y (2) arrojara los mismos resultados. En los términos específicos de nuestro marco teórico, la conjunción “si” acompañada del verbo finito –pretérito del subjuntivo– funciona como un constructor de espacios mentales de naturaleza contrafáctica y habilita el tránsito hacia la fusión conceptual propia de estos enunciados. Nos interesará, seguidamente, proponer otra habilidad cognitiva que creemos hallar en los ejemplos del corpus, antes de aproximarnos a las conclusiones finales del trabajo. Como indicamos en el apartado sobre nuestro encuadre teórico, mientras los elementos léxicos aportan el contenido conceptual –dominios cognitivos y espacios mentales– de las construcciones verbales, los elementos gramaticales proveen la configuración estructural. La perspectiva cognitivista en los estudios del lenguaje sostiene que estas últimas se definen por un procedimiento de sedimentación progresiva dado por su empleo recurrente en el discurso, y derivan de este modo en rutinas cognitivas con distintos grados de rentabilidad en la interacción verbal. Amén de las funciones argumentativas previamente relevadas, el condicional contrafáctico resulta un ejemplo representativo de esta ductilidad verbal, además, porque con escasos elementos morfológicos y gramaticales –el mero constructor de espacio ya indicado– pone en escena diferentes y complejas operaciones cognitivas que impactan directamente en la construcción del sentido. Al respecto, se ha discutido extensamente sobre las relaciones susceptibles de ser establecidas entre la prótasis y la apódosis de los enunciados condicionales; por caso, nos hemos referido en nuestro marco conceptual a las relaciones de causalidad, implicación o premisa-conclusión, entre otras posibles. 146 | P á g i n a Consideramos que una última habilidad desarrollada en el paradigma cognitivista puede ofrecer un punto de vista alternativo. Nos referimos a la llamada exploración –en otros autores, escaneo– mental, operación que subsume, al menos, dos alternativas: la posibilidad de explorar mentalmente una estructura en forma sumaria o secuencial, que se manifiesta no solamente en el procesamiento cognitivo del lenguaje sino también en otras esferas de la cognición como la memoria y la percepción visual. Tómense como ejemplo, para ilustrar de qué se trata, los modos en que podemos evocar, percibir o representarnos mentalmente una trayectoria espacial: por una parte, podemos hacerlo en forma sumaria, considerando simplemente el vector que conecta los puntos de partida y llegada; por otra, podemos hacerlo en forma secuencial, considerando los distintos hitos o puntos que atraviesa dicha trayectoria. En el caso de la lengua, estas variantes se manifiestan en fenómenos como la aspectualización de las formas verbales, circunstancia que permite discriminar acciones puntuales, durativas, progresivas, entre muchas otras alternativas. Aplicada a las estructuras gramaticales que han acaparado nuestra atención en este análisis, proponemos que ambas modalidades de exploración mental se manifiestan al mismo tiempo en los condicionales contrafácticos: de un lado, la prótasis de estos enunciados despliega una exploración sumaria o estática, del otro, la apódosis pone en juego una exploración de tipo secuencial o dinámica. Aducimos, asimismo, que, más allá de nuestros ejemplos tomados del corpus, tal hipótesis valdría para los condicionales contrafácticos en general, y que resultaría coherente con las gramáticas que describen la prótasis de los enunciados como un marco o escenario provisional sobre el cual se construye el discurso verbalizado en la apódosis. Como marca textual que viene en auxilio de nuestra propuesta analítico-cognitiva, cabe mencionar la posibilidad de construir la prótasis de los condicionales con formas verbales no finitas –típicamente, la forma “de + infinitivo”–, posibilidad que aparece vedada en el casos de la apódosis. 4. CONCLUSIONES A la luz del análisis que hemos emprendido, es posible afirmar que los condicionales contrafácticos representan una categoría gramatical de amplia rentabilidad para la argumentación jurídica. Tomados como unidades de análisis, hemos tratado de demostrar que ello se manifiesta, al menos, en dos planos analíticos: en el nivel supraunitario, cumplen distintas funciones argumentativas; en el nivel infra-unitario, operan como rutinas que involucran distintas habilidades cognitivas. En el primero de estos 147 | P á g i n a niveles, adoptando una perspectiva macroscópica, hemos observado que resultan funcionales para presentar razones jurídicas –ejemplo (1)–, para enlazar distintas razones –ejemplo (2)–, y para reforzar las tesis que esgrimen los magistrados en sus producciones discursivas–ejemplo (3)–. En el segundo nivel, asumiendo una perspectiva microscópica, observamos que los elementos léxicos activan distintos dominios cognitivos y espacios mentales, que los aspectos morfológicos favorecen la integración conceptual de estos últimos, y que los componentes gramaticales sugieren distintas modalidades de exploración mental. Con respecto al papel que cumplen los enunciados contrafácticos en la organización argumentativa de los textos, y en la medida que nos hallamos en una instancia preliminar de nuestra investigación, nos hemos restringido a los componentes mínimos, esenciales, necesarios y suficientes de este tipo textual, es decir, a las razones y tesis presentadas en las sentencias. Con respecto a las rutinas cognitivas relevadas y sugeridas en el análisis de los ejemplos, y por los mismos motivos, nos hemos limitado a señalar algunas operaciones básicas para los distintos niveles de organización lingüística, mas merece la pena aclarar que la naturaleza fractal que el paradigma cognitivista adscribe al lenguaje indicaría que las mismas habilidades son susceptibles de operar indistintamente en cada uno de ellos. Con todo, creemos haber hallado en este paradigma un marco referencial operativo para avanzar en el conocimiento de los enunciados condicionales contrafácticos empleados en los textos jurídicos, con posibles proyecciones hacia otras variedades de la lengua española. 4. BIBLIOGRAFÍA ATIENZA, Manuel (1999): “El derecho como argumentación”. En: ISEGORIA Nº 21, pp. 37-47. ATIENZA, Manuel (2002): “Por qué el derecho”. En: Ensayos jurídicos en memoria de José María Cajica Camacho. Vol. II. Puebla: Cajica, pp. 65-80. ATIENZA, Manuel (2005): Las razones del derecho. Teorías de la argumentación jurídica. México: UNAM. BARRERA, Leticia (2012): La Corte Suprema en escena. Una etnografía del mundo judicial. Buenos Aires: Siglo XXI. BOLTANSKI, Luc (1990): El amor y la justicia como competencias. Avellaneda: Amorrortu, 2000. 148 | P á g i n a CABRÉ, M. Teresa y LORENTE, Marcé (2003): “Panorama de los paradigmas en lingüística”. En: ESTANY, A. (coord.) Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. 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It is widely recognized that the NS Parameter is not binary, since ‘micro-parametric’ diversifications emerge across languages, which mainly concern reference, phi features and morphological richness. The central idea is to explore the possibility of a unified explanation based on a comparative interface analysis. According to Shlonsky (2009), Hebrew lacks NSs referring to first, second and third person in the present tense. In the past and future tenses, only third person referential NSs - as opposed to first and second persons - are licensed, while expletive pro is always licit, leading to the assumption that Hebrew represents an intricate case of a semi pro-drop language. Instead I argue that pro is licensed in Hebrew by an agree relation (with a specific type of topic) only when occurring in an embedded domain. In main clauses a continuing topic is always realized by an overt pronoun. Adopting the hypothesis that overt pronouns and pros have the same function as resumptive pronouns (Frascarelli 2007), I show that an overt pronoun in Hebrew occurring in the same context where in Italian a pro would appear is a phonologically weak and destressed item. To sum up, evidence is provided that the Topic Criterion hypothesis (see Frascarelli & Hinterhölzl 2007) positively accounts for the distribution of third null pronouns not only in a pro-drop language as Italian, but also a semi pro-drop language like Modern Hebrew. 1. INTRODUCTION Working within the Minimalist Program, Frascarelli (2007) proposes that the interpretation of third person null pronoun is closely linked to the realization of a specific type of topic: the Aboutness-shift Topic. According to Frascarelli & Hinterhölzl (2007), this Topic presents the function of introducing a new aboutness topic (or proposing a topic-shift) in the discourse: this pragmatic function is inherently associated with the item of which information is stored (Reinhart (1981)). From the prosodic point of view, it is signaled by a rise in the intonational contour that is aligned with the tonic vowel in its full extension and reaches its peak on the post-tonic syllable. Consider the following example provided by Frascarelli (2007: 7) 154 | P á g i n a (1) Il materiale era tantissimo quindi all’inizio l’ho fatto tutto di corsa cercando di impiegarci il tempo che dicevate voi magari facendolo un po' superficialmente pur di prendere tutto- l’ultima unit la sto facendo l’avevo lasciata un po' da parte […] “the material was quite a lot, so at the beginning I did it all in a rush, trying to do it in the time that you had fixed, perhaps a little superficially, so as to do everything- I’m doing the last unit now, I had put it aside before [...]” Fig. 1: Aboutness-shift Topic in Italian In (1) a student is speaking about the material of a language course she is attending to. At some point, she proposes a new topic, the DP l’ultima unit, and, as we can see in Figure 1, this DP “is signaled by a sharp rise on the tonic syllable - the diphthong [ju] and likewise by a sharp fall after it”. The comment la sto facendo presents a low tone without particular peaks. Indeed, an intonational break after l’ultima unit signals the prosodic boundary between the Topic in question and the rest of the sentence. To resume, this topic is named Aboutness-shift Topic in Frascarelli & Hinterhölzl (2007) (from now onwards F&H 2007) as it combines its [+aboutness] feature with a topical shift in the discourse. Actually, the authors show the existence of different types of topic located in the C-domain and propose a Topic Hierarchy (cf. 2) based on a strict correlation between discourse functions of topics and their grammatical properties: (2) Topic Hierarchy: CP [A-Top (Topic Shift [+aboutness]) > C-Top (Contrastive Topic) > G-Top (Familiar Topic)] 155 | P á g i n a In particular, when the [+aboutness] feature is associated with given information and a low tone, a Familiar Topic is introduced for topic continuity (mainly in German Left Periphery) or for the function of afterthought (Right Periphery). Whereas, when a Topic proposes a contrast between its comment and one or more other Topics, associated with an ascendant intonational contour, Contrastive Topics are realized 2. THE IDENTIFICATION OF NULL SUBJECTS 2.1. The Silent Topic in Italian As already mentioned in the foregoing section, the Aboutness-shift Topic is the constituent which identifies an argument pro, that is, provides a referential value for a third NS (through Agree). Indeed, pros have the same function as clitic/weak pronouns, it is to say, they serve as resumptive pronouns in Italian base generated topic constructions: (3) [CP [{Topic di Aboutness-shift} . . . [IP [pro/weak pronoun…]]]] AGREE Moreover, Frascarelli (2007) points out that the Aboutness-shift Topic can also be silent. In fact, it is realized only when speakers want to propose a topical shift. In other words, if the current Aboutnes-shift Topic remains as “what a sentence is about” 1 in the following sentences, then it presumably will be maintained as silent (cfr. Frascarelli 2007: 32): (4) (a) Leo k , onestamente, ha molto successo con gli studenti e [ogni studente] j pensa che pro k/*j è un genio! (b) Leo k , onestamente, ha molto successo con gli studenti e CP [[ ATop Nullo <Leo k >] Leo k is very successful with students and [every students] J thinks he k/*j is a genius” In (4a), it is shown that pro cannot be interpreted as [ogni studente], even though it is the nearest constituent that may act as an antecedent. Pro is necessarily identified as coreferent with the current topic Leo. (4b) illustrates Frascarelli’s idea that “the DP Leo 1 Cf. Reinhart (1981). 156 | P á g i n a is established as the Aboutness-shift Topic in the matrix clause and kept silent in the second conjunct”. According to the Topic Criterion, every sentence must have an [+aboutness] feature and it is licit to assume that the highest Spec,CP position is always occupied to identify this feature. Such a position indeed corresponds to the Aboutnessshift Topic position, on which the realization of NS in a pro-drop language as Italian depends. Lastly, when the Topic in question is silent, a familiar Topic (acting as a low copy of it) is necessary used for topic continuity in a language like German, but not obligatory in Italian. In spite of the fact the author first proposes the Topic Criterion for pro-drop languages like Italian, I will show that it is valid also for a partial pro-drop language such as Modern Hebrew. 2.2. The NS Parameter in Modern Hebrew Hebrew represents an interesting case of semi pro-drop language that allows the dropping of the subject in some contexts not well-defined. Chomsky himself affirms that “Hebrew is another case” (1982: 241). In other words, the distribution of NSs appears to be complex. On the other hand, Shlonsky (2009) proposes the following picture to account for the distribution on NSs in Modern Hebrew: (a) the expletive pro is always licensed; (b) first and second person NSs simply do not exist, because there are some “clitic subjects” incorporated to the verb, that make the [Spec,IP] position appear empty; (c) as for third person NSs, there is no difference between non-referential and referential covert subjects. However, the latter may appear but it “must be controlled” by the matrix subject, that can make it capable of reference. This can occur only in the past and future tense, because: “present tense verbs in Hebrew are participles, not only morphologically but syntactically. [..] The Hebrew participle lacks a specification for [person] not because a [person] slot happens to be lexically absent from its phi set, but because there is a conflict between its nominal nature and the possession of such a slot” (Shlonsky 2009: 20). I will focus on point (c), and present an alternative analysis. 157 | P á g i n a 3. THE ANALYSIS OF DATA 3.1. Method An online test has been created using Google Drive in order to reach Hebrew native speakers who were in Israeli. This grammatical test contained 12 sentences preceded by a communicative situation (a context). Informants were asked to express their grammatical judgment for each sentence, specifying if sentences were grammatical (yes), ungrammatical (no) or marginal (??). In case they chose the last option, a further question asked them to provide a reason for the marginality. I have collected 22 fully answered tests. Participants are between the age of 23 to 55 years old and educational level was at least BA degree. 3.2. The Topic Criterion hypothesis in Modern Hebrew The corpus consists of elicited sentences, grammatical judgments from the test and passages extrapolated from the Harry Potter novel (the translated version in Modern Hebrew). In particular, working with informants, I could collect data in which NSs are identified by the local Aboutness-shift Topic, in line with the Topic Criterion hypothesis. Consider the following example: (5) [Ha-professor] hekhzir et ha-mivkhanim the-professor take bake.PST-3MS ACC the-essays metukanim, [ha-assistent] shelo corrected natan otam the-assistant 3MS-GEN distribute.PST-3MS 3PL-ACC aval hu itragez mipneishe but he get angry.PST-3MS because lo ratsa NEG want.PST-MS give.INF 3PL-ACC in-this-in-moment latet otam pro be-oto-ha-rega “The professor has corrected the essays, his assistant has distributed them, but he got angry because pro did not want that pro had immediately distributed them” In (5), a NS is used in the underlined sentence and it has been accepted by all informants: the null pronoun can be identified because the reference is assigned by the current Aboutness-shift Topic (Frascarelli 2007), and the sentence obtains the Full Interpretation (Chomsky 1993). Let us analyse it in more detail. Firstly, the speaker 158 | P á g i n a introduces the referent haprofessor (“the professor”), afterward another referent appears, ie., haassistent (“the assistent”); the latter presents a rise in the intonation contour that “is aligned with the tonic vowel in its extension and reaches its peak on the post-tonic vowel” (Frascarelli and Hinterhölzl 2007) (see Figure 1). It qualifies as Aboutness-shift Topic. In other words, since the speaker wants to say something more about the first referent, he proposes a conversational shift, by using the strong pronoun hu (in bold) 2. This pronoun now is the current Topic of the discourse and, as the consequence, it is also the antecedent that identifies the argument pro in (5). Fig. 2: Aboutness-shift Topic in Hebrew As Figure 2 shows, the prosodic analysis confirms our analysis: both the DP haassistent that the pronoun hu have the same prosodic structure of the Aboutness-shift Topic, that is, a rising intonational contour. Let us now consider the following example from Shlonky (2009: 13): (6) hem 1 kivu še pro 1/*2 yelxu they hope.PST-3PL that habayta mukdam go.FUT-3PL home early “they hoped that (they) will go home early” According to the author, a null pronoun is possible in (6), if it is correlated to the initial DP (ie, hem) which is the subject of the matrix clause. However, the DP in question 2 For further details, see the analysis proposed in Frascarelli (2007) where it is shown that strong pronouns have the function of proposing a shift in the conversation, when they present specific international proprieties. 159 | P á g i n a could also be the topic of the sentence 3. Furthermore, it is worth noting that it might be a strong pronoun (ie., it may propose a shift of the topic of the conversation), or a weak pronoun (i.e., a resumptive pronoun). As a matter of fact, analyzing a sentence out of context can pose comprehension problems. Thus, imagine a context where two referents, call them Mary and Luis, are being discussed. One of the interlocutors utters (7B) as a contribution to the discussion: (7) A: Yesterday at the party it was very obvious that [Mary e Luis] 1 were in a hurry to leave! At some point [my parents] z have thought that they wouldn’t even have waited for the cake cutting. B: [in fact]…hem 1 they habayta mukdam home early kivu še hope.PST-3PL that pro 1 yelxu go.FUT-3PL “they hoped that (they) will go home early” ` In (7), speaker A first wants to call the attention on Mary and Luis. Then another couple of referents are introduced, i.e., my parents. However, speaker B wants to say something more about the first referents, and he proposes a conversational shift by using the strong pronoun hem. This analysis is confirmed by the prosodic interface 4: as it can be seen in Figure 3, the pronoun under discussion presents a rise tone and reaches its pick on the post-tonic syllable, therefore, it qualifies as the Aboutness-shift Topic. 3 To be more precise, “preverbal ‘subjects’ are merged as (Aboutness-shift) Topics in the Cdomain and provide a referential value to a NS sitting in argument position” Frascarelli (2007: 22). 4 We asked our informants to read the sentences under discussion preceded by the contexts reported here. 160 | P á g i n a Fig.3: rise intonational countor of the pronoun hem in (7) As counterproof, let observe the prosodic structure of the DP hem in a context where it has a different function, that is, maintaining the topic continuity: (8) (context: some students are queuing in front of Students Office. The estimated waiting time is 1 hour): A: [Giulia, Emma e Carlo] 1 should be here. They had to demand their academic degree, but I can’t see them with all these people…What you think? Could they have already done? B: [uhm.. actually]… hem 1 kivu še pro 1 yelxu habayta muda “they hoped that (they) will go home early” In (8) the topic of the discourse is the DP Giulia, Emma e Carlo which remains the current Topic also in the following sentences. In other words, it is the constituent that can provide a referential value for the null pronoun. In this case, speaker B uses the pronoun hem in order to maintaining the topic continuity. In fact, it presents a low tone without any intonational peaks (Figure 4), thus it qualifies as Familiar Topic: 161 | P á g i n a Fig.4: prosodic structure of the underlined sentence in (8) To conclude, these first data show the applicability of the Topic Criterion even in Modern Hebrew. To put it differently, a null/weak pronoun is realized in the same context where it would appear in Italian too. 3.3. Third null pronouns in Hebrew present tense: a comparison with Italian I will now discuss syntactic and prosodic proprieties of collected data where NSs appear in cases excluded by Shlonsky (2009), mainly in present tense: (9) A: Ma what im Gavriel?. with Gavriel “What’s about Gavriel?” B: Ah Gavriel! hu amar še ah Gavriel! he say.PST-3SM that mehud ve a lot and pro mevale enjoy.PRES.PART-SM pro rotse want-PART.PRES-SM le-ishaver INF-stay sham there “Ah Gavriel! he said that he is having fun and that he wants to stay there” 162 | P á g i n a Speaker A asks news about Gavriel, introducing this referent in the discourse. Speaker B uses a weak pronoun (underlined) to provide the answer and only then NS s are used (in bold). By contrast, only NSs appear in Italian language (10B) 5: (10) B: Ah Gabriele! pro ah Gavriel! ha dett-o che pro si say.PST-3S that divertendo molto e enjoy-GER a lot and sta RIFL be.PRES-3S vuol-e pro riman-ere want.PRES-3S stay-INF lì there However, the dropping of the subject in Modern Hebrew can present difficulties in some contexts, as the following: (11) [context: a mom is making dinner, at some point turning towards her husband, who is playing video games, and looking at her unsupervised child, says:] Mom: Takshiv Listen hu omer she pro roce he say.PRES-3S that want.PRES-3S lishtot INF.drink “Listen! He is saying that (he) wants to drink” The NS in (11) is followed by a present tense verb (i.e., roce “wants”). However, the grammatical judgements are unexpected: this sentence has been rejected by 45.5% of informants, 22.7% have accepted it and 31.8% still accepts it, but marginally. In particular, although the topic of the discourse in (11) is present in the extralinguistic context (the child), the speaker choses to introduce it in the linguistic context by using the pronoun hu (in bold). Then, a pro appears. I believe that the 54.5 % of informants who consider this sentence grammatical or marginal should be noteworthy and investigated. To some extent, it has to deal with the partial-pro drop nature of this Semitic language. In 5 We have asked to three Italian native speakers to judge the sentence in (10) and we can confirm that the use of the three pros is not optional. However, a weak pronoun (covert) –as in Hebrew– is possible, but it is not the immediate choice. Therefore, no relevant differences emerge since null and weak pronouns have the same function (see Frascarelli 2007). 163 | P á g i n a the light of this, we assume that the Left Periphery in Hebrew is “more limited” compared to languages like Italian. In fact, when the local Aboutness-shift Topic has been just introduced in the discourse, a NS is the only possible choice if one wants to maintain as the current topic the topic just proposed: (12) (previous context: Scrimgeour shook it for a moment, while his gaze ran through the room [..] “I prefer not to be interrupted” he said, “nor spied” he added, pointing his wand at the windows. Tends were closed immediately. “Well, then, [..] we need you safe”) [rosh ha-memshala] natakh head the-government rose.PST-3MS le-govho ha-merabi ve- pro amar of-stature the-height and et ACC “ani say-PST-3MS I atznò PRO.RIFL-3S samekh satisfied ve-merutze and-happy “The Prime Minister rose to his full stature and pro said: “I am definitely satisfied” The current topic in (12) is rosh hamemshala. As the previous context shows, it has been introduced to propose a conversational shift (the current Topics was Scrimgeour). Now that the local topic has been established, a NS is used in the coordinative sentence. I would like to conclude by outlining the Left Periphery of sentences like (10) and (11): (13) [ CP1 “activated” A-Top..[ CP2 {null A-Top}..[ IP hu .. [ CP2 ..{null A-Top}..[ IP pro The “activated” Aboutness-shift Topic (A-Top) in (13) has been introduced in the previous context (CP1), thus it is silent in the following sentences (CP2 and CP3). In order to establish the linking between the null Aboutness-shift Topic and the subject in IP, an overt pronoun should be used. Once this linking is done successfully, the realization of a null pronoun in the following sentence (CP3) does not affect the FI. 164 | P á g i n a 165 | P á g i n a 4. CONCLUSION In the light of what is claimed here, I argue that pro is licensed in Hebrew by an agree relation (with a specific type of topic) only when occurring in an embedded domain or adjunct sentences. In main clauses a continuing topic (cf. Frascarelli & Hinterhölzl 2007) is realized by an overt pronoun. Adopting the hypothesis that overt pronouns and pros have the same function as presumptive pronouns (Frascarelli 2007), I assume that an overt pronoun in Hebrew occurring in the same context where in Italian a pro would appear is a phonologically weak and destressed item. Furthermore, I would like to propose a Topic Criterion for Hebrew: (14) Topic Criterion in Hebrew A third NS is identified by the current Aboutness-shift Topic, on the condition that the latter is not silent and the NS is realized in a secondary clause (cf. 7; 11; 12). If the current topic is silent, a weak pronoun in [Spec,IP] is generally required to activate the [+aboutness] feature (cf. 8; 9; 10). Once this linking 6 between the overt pronoun and the silent topic is successfully established, the realization of a NS is possible. Therefore, the Aboutness-shift topic cannot be maintained as the current topic across utterances. It can be represented as in (15): (15) S 1 Aboutness-shift, S 2 hu, S 3 hu S 3 pro In (15), the current Aboutness-shift Topic has been already established (S 1 ). It assigns the reference to the overt pronoun by the Agree relation (S 2 ); once this relation is defined, a pro can be licensed if it presumably is in an embedded clause (S 3 ). Otherwise, another overt pronoun is used. In this sense, I believe Hebrew is a pro-drop language. 6 Using Holmberg’s terminology. 166 | P á g i n a 5. REFERENCES CHOMSKY, Noam. (1982): Some concepts and Consequences of the theory of Government and Binding, Linguistic Inquiry Monograph Six. Cambridge: The MIT Press. CHOMSKY, Noam. (1995): The Minimalist Program. Cambridge, Mass.: MIT Press. CINQUE, Gugliermo. (1999): Adverbs and functional heads: A cross-linguistics perspective. NewYork: Oxford University Press. FRASCARELLI, Mara. 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Nuestro trabajo combina postulados de la disciplina pragmática (Grice, 1975; Levinson, 2004) y retórica (Aristóteles, 1971; Quintiliano, 1940), pero también se apoyarán en las ideas de (Plantin, 1998) y de (Eemeren y Grootendorst) para definir el escenario discursivo en el que la visión de Perelman. Ch L. y Olbrechts-Tyteca (1958) también será necesaria. El objeto central de descripción será la noción de compromiso argumentativo y los argumentos de no compromiso, cuya importancia, tras cuantificarse a través de los meses analizados, será vital para calificar la defensa del Partido Popular. Palabras clave: Pragmática, Análisis del discurso, ACD, Discurso político, Retórica, Argumentación, Pragma-dialéctica, Principios conversacionales, Compromiso pragmático Abstract: This article performs a pragmatic and a rhetoric analysis of the arguments provided in a recent corruption case in Spain: The “Bárcenas’ case, which deals with the illegal financiation of the Popular Party. This work focuses on the way politicians build their own storytelling and defense themselves, regarding the appearance of co-oriented or anti co-oriented arguments and what sort of arguments are used. These communication strategies are explained by some pragmatic and rhetoric principles: (Grice, 1975; Levinson, 2004; Aristotle, 1971; Quintilianus, 1940), and by new lines of rhetoric and argumentative discourse: (Perelman, Ch. y L. OlbrechtsTyteca, 1958), (Plantin, 1998) or (Eemeren y Grootendorst, 1992). Our main aim will be the concept of “non compromise”, whose importance is decisive to understand the defense of the Popular Party along the five months of the case, which are part from the research. All arguments have been extracted, chronologically described and analyzed, and we attach some graphics to show the argumentative development. Keywords: Pragmatics, Discourse analysis, CDA, Argumentation, Rhetoric, Pragma-dialectics, Conversational principles, Maxims, Heuristics, Political discourse, Corruption case 168 | P á g i n a 1. INTRODUCCIÓN El objetivo de este trabajo consiste en analizar un caso de corrupción en España desde la perspectiva lingüística, y más concretamente, desde los planteamientos de la disciplina pragmática. El caso que vamos a analizar se da a conocer como caso “Bárcenas”, se inicia a principios del mes de enero de 2013 y tiene como principales afectados, de un lado, al partido del gobierno en ese momento, el Partido Popular, y de otro, al extesorero del mismo, Luis Bárcenas, a causa de un supuesto delito de fraude fiscal, financiación ilegal y cobro de sobresueldos “en negro”, entre el periodo de los años 1990 a 2008. Por lo general, en el seno de un discurso o debate argumentativo, se establecen dos partes enfrentadas que poseen una tesis distinta sobre un mismo suceso, a saber: el proponente, aquel que inicia el debate, p.e., acusando, y el oponente, aquel que recibe la acusación, y por tanto, teóricamente, ha de defenderse. El intercambio de declaraciones de ambas partes dará comienzo a esa disputa retórico-discursiva, cuyo objetivo final será el de convencer a un tercero, ‒rol ejercido normalmente por un juez o por un auditorio‒, de que su versión de los hechos es la correcta. De todos los aspectos que podrían examinarse durante los cinco primeros meses de fase de instrucción de la trama, nuestro interés se centrará en destacar la existencia de una correlación entre diversos tipos de argumentos, los cuales son utilizados por el oponente, en la que podríamos denominar su “defensa argumentativa”. De esta manera, encontramos relevante describir y analizar las herramientas lingüísticas de las que se sirve y que hemos caracterizado como “carentes de compromiso”, puesto que tanto su presencia cuantitativa como cualitativa o formal son significativas en el cómputo total e argumentos utilizados por esta parte. 2. ANTECEDENTES. ¿SE HAN ANALIZADO PREVIAMENTE CASOS DE CORRUPCIÓN? A primera vista, si nos propusiéramos investigar cualquier caso de corrupción política, nuestra tarea podría realizarse desde múltiples perspectivas, ya sea desde las propias ciencias políticas, el derecho, la sociología, o bien también a partir de la filosofía moral o la ética. No obstante, nuestra propuesta sería la de poner a la lingüística al servicio de este examen, dado que creemos que sus herramientas y principios teórico-prácticos pueden aportar mucha luz a la poca visibilidad del análisis del discurso político, al menos en España. 169 | P á g i n a En el marco propiamente del análisis de este tipo de discurso, no hallamos muchas obras precedentes; el motivo por el cual estos trabajos no encuentran raíces en la tradición investigadora española puede ser, como apunta Pujante (1996-97:41), el factor histórico de una «larga falta de democracia» y del clima necesario de libertad que este tipo de análisis del discurso necesita. Pese a ello, hacia finales de la década de los noventa y a posteriori, sí que se han incrementado los trabajos que han conjugado una serie de herramientas metodológicas procedentes tanto del análisis discursivo, como de la Retórica; el punto de partida que encauza a todos es el Análisis Crítico del Discurso (en adelante ACD), y entre ellos rescataríamos los estudios retóricos de ideologías políticas del PSOE (López Eire, 2000), la visión retórico-discursiva de los discursos parlamentarios durante el Debate de Estado de la Nación de 1995 (Pujante y Morales, 1996) 1, o la revisión del género de la entrevista política a través del ACD (Laborda, 2000). Inserto en el campo de la política, pero con una notable distancia temática, también vemos el tratamiento y justificación del conflicto bélico entre EE.UU. e Irak, tanto en los medios de comunicación (Pineda y Domínguez, 2010), y en los discursos parlamentarios españoles (van Dijk, 2004; Pujante y Morales, 2009), como en los anglosajones o americanos (Fairclough, 2005; Mazid, 2007; Sahlane, 2012), siendo estos últimos los que se aproximarían más a un análisis argumentativo como el que planteamos aquí. Conjuntamente al campo de la lingüística, hemos observado que en el ámbito periodístico también se han publicado algunos análisis sobre escándalos políticos, como el del diario Washington Post, que reveló la relación entre el presidente Bill Clinton y la becaria Monica Lewinsky; en España destacaríamos los informes sobre casos de corrupción, p.e. el caso Naseiro, a finales de los años ochenta, y más reciente la investigación del caso Gürtel. Aun con todo, en la mayoría de los trabajos no se profundiza en la descripción de los diferentes argumentos de las dos partes que siempre se enfrentan, primero, y segundo, en ningún caso la temática elegida ha sido el desarrollo de las acusaciones y defensas en torno a una trama de corrupción y el examen de un tipo de estrategias concretas, como las que hemos denominado de “no compromiso”. 1 Este trabajo se incluye dentro del proyecto Análisis del discurso público actual (ADPA), desarrollado dentro del Departamento de Lingüística general y Teoría de la literatura de la Universidad de La Coruña, financiado públicamente para el análisis de diferentes tipos de prácticas discursivas orales, enmarcadas en esa misma localidad. 170 | P á g i n a 2.1. Bases teóricas. ¿Cómo realizar un análisis lingüístico de un caso de corrupción? Una de las obras de referencia más reciente en las que se combinan varias dimensiones lingüísticas (ACD, Retórica y Sociolingüística Interaccional) sería Pujante y Morales (2009), pues en ella se asume la necesidad de una multidisciplinariedad a la hora de analizar el discurso (parlamentario) político. En nuestro caso, nos planteamos las siguientes preguntas: − ¿Qué es el lenguaje y discurso político? ¿Cuál es el punto de partida para analizarlo? − ¿Qué disciplinas se han encargado de analizarlo hasta ahora? − ¿Hasta qué punto podemos combinar esas tradicionales herramientas lingüísticas con nuestras ideas actuales? ¿Cómo puede llevarse a cabo? En primer lugar, el objeto de nuestro estudio lo conforman todas las interacciones verbales que tienen lugar entre los diferentes representantes de la ciudadanía pública, cuya función es gobernarla y dirigir sus instituciones democráticas. Las personas que se dedican a la política, entonces, realizan frecuentemente acciones verbales varias, como hablar en público ante sus votantes, contestar preguntas en una rueda de prensa, debatir en el parlamento y justificar sus decisiones o realizar entrevistas. Queda claro, entonces, que el lenguaje del que se sirve es un lenguaje puesto en uso, i.e, enmarcado en una situación comunicativa concreta, con un espacio y un tiempo determinados, y que se produce entre dos o más participantes, cuyo objetivo dentro de esa interacción seguramente se halle más en el terreno de la práctica y de la acción, que de lo teórico: en otras palabras, el fin del discurso político será el de convencer de que una idea tiene que ser aceptada y llevada a término por un público concreto. Veamos un ejemplo (1): (1) En el Congreso de los Diputados, Mariano Rajoy defiende la Ley de la Reforma Laboral e intenta convencer de que el abaratamiento del despido será sinónimo de mayor productividad para las empresas. Su objetivo es que los ciudadanos crean que esta medida provocará esos beneficios previstos, mejorando la economía y que estos sigan confiando en él, en términos de votos potenciales en el futuro. 2.1.1. Pragmática y análisis del Discurso Por tanto, nuestra principal base teórica estará conformada por la disciplina pragmática, entendida no tanto como una distinción dicotómica de la semántica, sino 171 | P á g i n a como una disciplina a cargo de las relaciones entre los signos y los usuarios, y a la vez, como una perspectiva amplia de análisis, en la que tienen cabida otras muchas, como el Análisis del Discurso (AD), que entienden el discurso como verdadera práctica social (Casalmigilia, 1999). A partir de ahora comunicarse o hablar consistirá en «una forma de acción entre las personas que se articula a partir del uso lingüístico contextualizado» (op. cit., 15), el cual se sitúa en una situación concreta y entre unos participantes determinados con un conocimiento mutuo mínimo, alejado del esquema tradicional de codificación y descodificación de mensajes. Por ello, además de la obvia dimensión lingüística de la comunicación, tendremos que prestar especial atención a cómo el plano de lo verbal y lo lingüístico se interrelaciona con el plano de la realidad y de la acción. El AD tiene por objeto de estudio el discurso, las prácticas discursivas o textuales, ya sean orales o escritas, que utilizamos en nuestra vida diaria, y con las que perseguimos unos fines precisos. Estas se encuentran inmersas en la vida social, y a la vez configuran la construcción de la misma, en la que los hablantes, «como miembros de grupos socioculturales […] forman parte de la compleja red de relaciones de poder y de solidaridad, de dominación y de resistencia […]» (op. cit. 16), dentro de las cuales siempre se crean conflictos por la influencia que unos hablantes imponen a otros. La noción dinámica y activa de la lengua surge en los albores del desarrollo de la pragmática, cuando John Austin, en su obra Cómo hacer cosas con palabras, de 1955, y más tarde Searle desarrollan su teoría de los actos de habla, según la cual todos los enunciados son realizativos, esto es, poseen una intención, llamada fuerza ilocutiva. ¿Qué sucede, sin embargo, cuando se observa que los hablantes expresan a veces un enunciado lingüístico, pero quieren decir «algo más»? Y aún más importante: ¿cómo logra el oyente entender ese acto de habla indirecto aunque haya percibido otro enunciado distinto? Dicha distinción entre «lo dicho» y «lo que se quiere decir» será la que tratará de solucionar Paul Grice (1975), proponiendo que existen dos tipos de significados en la lengua, a saber, el significado natural, expresado literalmente, y el significado del hablante, el que se hace entender de manera implícita. El autor apela a la noción de implicature para referirse a la información que el oyente infiere del enunciado del hablante, y que no se encuentra señalada sintáctica ni semánticamente (op. cit. 513). Así, distinguirá una serie de implicaturas dentro del lenguaje cotidiano y planteará una serie de normas que orienten y guíen los objetivos comunicativos de los participantes: el principio cooperativo (PC) y las máximas (cantidad, calidad, relación y manera). Estos conceptos serán retomados por Levinson, que serán reformulados en tres heurísticas 172 | P á g i n a (cantidad, información y manera). En resumen, para que la conversación sea fructífera y tenga éxito, deberán ser utilizados y respetados o bien el PC y sus máximas, o bien estas tres heurísticas; y a pesar de que su cumplimiento es esperado, en caso de que estas se violen o incumplan, el oyente podrá solucionar el problema infiriendo otro enunciado distinto al formulado gracias a la labor de la implicatura conversacional sobre «lo dicho». 2.1.2. Retórica Clásica y otras líneas de investigación Ya hemos establecido que nuestro punto de partida es el análisis pragmático y discursivo, pero si bien estos principios conversacionales resultarán imprescindibles, no podríamos enfrentarnos a un análisis del discurso político sin echar mano de la disciplina originaria que se dedicó en profundidad a la oratoria pública. «La Retórica, y en concreto la Retórica política, empezó siendo el arte de la elocuencia que el orador debía desplegar ante asambleas […] de ciudadanos» (López Eire, 2000:14). Fue en Siracusa, a principios del siglo V a.C., donde tras el derrocamiento de la tiranía, los nobles terratenientes reclaman los terrenos que les habían sido arrebatados ante tribunales populares, a los que tendrán que convencer de su causa. Así, vemos desde un principio cómo la retórica y la política se encuentran en una relación constitutiva innegable, dado que el surgimiento de la primera se debe al nacimiento de la segunda, y con ellas, el de la democracia. Debido a esta temprana atención al discurso político vamos a utilizar las ideas de Aristóteles (1971), Cicerón y Quintiliano (1940), quien además de ponderar la retórica como asignatura de enseñanza fundamental, consideraba inseparables los valores del bien hablar con la bondad moral (op. cit., t.1, lib.2, 18, 426). En el origen de la Retórica se encuentra también la base conceptual del lenguaje como práctica social, puesto que el orador buscaba en cada ocasión influir al auditorio, convencerle y llevarle a un término o acción determinados (Pujante, 1998). Para ello, deberá poseer toda una serie de conocimientos, lingüísticos y extralingüísticos, una «competencia comunicativa» (López Eire, 2000), que haga efectivo ese discurso. En resumen, Retórica, Pragmática y Política forman una triple asociación indisoluble, compartiendo esta visión dinámica de la comunicación, dado que ya la primera otorgaba una importancia suprema al conocimiento sobre el auditorio u oyente al que se dirigía y el contexto en el que se encontraba, con el fin de conseguir el objetivo propuesto. Todo ello pondrá de manifiesto este carácter de politicidad en el lenguaje (Lakoff, 2004) y que nos lleva a considerar que no hay nada gratuito en el habla, ni a en 173 | P á g i n a la conversación cotidiana, ni mucho menos en el discurso político de masas (López Eire, 2000). Además de los postulados de la Retórica Clásica, en nuestro análisis nos serviremos de algunas ideas derivadas de esta disciplina inicial, como son por ejemplo la Nouvelle Rhétorique (NR) de Perelman y Orbrecht-Tyteca (1958), que recupera el valor originario de esta, que tan desprestigiado había quedado, y analizará «las técnicas discursivas que permiten provocar o aumentar la adhesión de las personas a las tesis presentadas para su asentimiento» (op. cit. 34); las premisas de la argumentación y los tipos de objeto de acuerdo (reales y preferibles), y la noción del «auditorio universal» son claves para entender los argumentos del caso que vamos a tratar de explicar. Para completar nuestro análisis, otra de las líneas derivadas de la Retórica es la Teoría de la argumentación (Plantin, 1998), y nos basaremos en la capacidad para construir y modelar las opiniones débiles y convertirlas en sólidos puntos de vista que aboquen a alguien a la admisión de la tesis defendida, objeto fundamental de su estudio. Su noción de argumentatividad en el discurso, que establece un escenario entre la pregunta de un Proponente y la respuesta de un Oponente, junto al juicio de un Tercero, será la base primigenia de nuestras investigaciones. Estos mismos postulados serán compartidos por la propuesta de la Pragma-dialéctica, de Eemeren y Grootendorst (1992), que ubicada dentro de esta visión, concibe toda argumentación inserta en el marco de una discusión entre un Protagonista y un Antagonista, la cual puede ser delimitada en una serie de etapas y mediante unas reglas de la discusión crítica (op cit. 232-36), cuyo incumplimiento supondría la aparición de una seria de falacias pertenecientes al seno de la retórica, e invalidaría el proceso argumentativo. 2.1.3. Análisis crítico del discurso (ACD) Junto a las anteriores ramas de estudio, otra disciplina algo más actual que se ha ocupado del discurso político es el ACD, una ramificación del análisis discursivo en general, y que pone el foco en la relación entre ideología y lenguaje (van Dijk, 1993; 1999; 2003). Para entender el porqué de este interés hemos de acudir al concepto de poder, el cual, de acuerdo con este autor, se describe en términos de control, y «dado que el discurso es una forma de acción, este control también puede ejercerse sobre él y sus propiedades» y «puede influir en cómo definimos un acontecimiento o una situación en nuestros modelos mentales» (van Dijk, 2003: 47-48). 174 | P á g i n a Así se entiende que aquellos grupos o instituciones que tengan acceso al control de los discursos, podrán controlar las mentes o la percepción mental de la realidad, y por supuesto, privarán a otros grupos de ese dominio privilegiado, p.e. de un bien escaso como el acceso a los medios de comunicación. El objetivo, por tanto, que compartimos con el ACD será el de desvelar cómo se lleva a cabo esta construcción de los acontecimientos y las prácticas discursivas en las que se enmarcan, quiénes son los actores sociales que efectúan dichos discursos explícitos, y sobre todo, cuáles son las implicaciones sociales en este proceso (Martín Rojo, 1998), denunciando la manipulación y abuso del control sobre el discurso, considerado «como una violación de normas que hace daño a otros […] como el ejercicio ilegítimo del poder» (van Dijk, 1999:26). Y ante la existencia tácita de esas diferencias tan marcadas de poder, que dan lugar a órdenes discursivos y desigualdades, los investigadores no conciben el ACD como una mera práctica social en la que se describe la situación, sino que «aspiran a producir conocimiento y opiniones […] dentro de procesos de cambio político y social” (op. cit. 24). Es, en definitiva, «una forma de compromiso social» (op. cit. 10). En conclusión, a la hora de trabajar sobre el discurso político es necesario adoptar una posición analítica y crítica, que haga contemplar cómo las prácticas discursivas y sociales soportan una intrincada red de influencias y objetivos que desembocan en una comunicación un tanto inaccesible para los ciudadanos pertenecientes a una comunidad. Desde esa pretensión de hacer relucir aquello que «esconde» el lenguaje político, el ACD necesita de la pragmática, de la retórica y de la argumentación para poder analizar de una manera efectiva este caso de corrupción política, en el que juegan un papel determinante el ámbito del significado implícito, la comunicación exclusivamente persuasiva con la audiencia, y las estrategias que se utilizan para defender uno u otro punto de vista. 3. METODOLOGÍA 3.1. Justificación del caso El motivo por el que nuestro trabajo se centra en este tema se debe con rotundidad al hecho fortuito y oportuno de que la publicación en la prensa española de estos hechos coincidió con nuestro acercamiento a la disciplina pragmática por las mismas fechas. De haber sido otro el momento histórico en el que nos hubiéramos encontrado, podríamos haber escogido cualquier otra temática, y en esa línea, nos gustaría incidir en la total libertad e independencia del análisis con respecto a la ideología del partido que analiza, y en la postura científica crítica y ética (van Dijk, 1993:253). 175 | P á g i n a 3.2. Selección y tratamiento de los datos Para realizar el análisis completo de este caso, hemos elaborado un corpus de sesenta y ocho artículos de prensa digital, pertenecientes a los diarios EL PAÍS, EL MUNDO y 20MINUTOS, -en su mayoría-, y a otros como ABC, VOZPOPULI, LIBERTAD DIGITAL, CADENA SER y PÚBLICO. El periodo que comprende es desde el dieciséis de enero de 2013, hasta el final de mayo de ese mismo año. A continuación, se han confeccionado una serie de cuadros resúmenes y gráficos con estadística descriptiva, a través de los cuales, por un lado, se señala cronológicamente la aparición de los argumentos, y por otro, se contabiliza su número, su frecuencia de aparición total y mensual y su ritmo en el transcurso de la discusión. Toda esta presentación se dirige únicamente a demostrar que la descripción cualitativa y cuantitativa de los argumentos de no compromiso, en correlación con los otros tipos, será determinante para calificar la actuación el Partido Popular a la hora de defenderse. 4. RESUMEN CRONOLÓGICO DE LOS HECHOS Como punto de partida, y con el fin de contextualizar informativamente la acción, diríamos que el caso Bárcenas vincularía a la formación en el poder ejecutivo desde noviembre de 2011, el Partido Popular, con el antiguo extesorero, Luis Bárcenas, a quien en 2009 se le acusa de delito fiscal por el caso Gürtel 2. Declarándose inocente, renunciará temporalmente a su cargo como tesorero (07/2009), y presentará su baja como militante y como senador (04/2010) ante el aumento de las inculpaciones, siendo defendido sin fisuras por el PP durante todo este tiempo. Sin embargo, Bárcenas y PP vuelven a ser relacionados, y el inicio de este caso se construye sobre la base de una triple bomba informativa entre los diarios nacionales EL PAÍS (ELP) y EL MUNDO (ELM), que comienza hacia la tercera semana de enero de 2013 de esta forma: 1. (16/01.ELP): «Suiza informa de que Bárcenas llegó a tener 22 millones». Tras hacerse pública esta cantidad en una cuenta del país helvético, el abogado de Bárcenas se defiende: 2. (17/01.ELP): «Las empresas de mi cliente se acogieron a la amnistía (fiscal)» proceso aprobado por el gobierno en 2012. Horas más tarde, Hacienda desmiente 2 El caso Gürtel es una trama de corrupción y financiación ilegal del PP, cuya investigación se inicia en 2007, y cuyo foco de atención son los delitos de evasión fiscal y tráfico de influencias, entre otros. 176 | P á g i n a en un comunicado las declaraciones del abogado: «Luis Bárcenas no se ha acogido a la Declaración Tributaria Especial», y Mª Dolores de Cospedal, secretaria general del partido, declara que se trata de un tema particular y que no tiene nada que ver con el PP. 3. (18/01.ELM): «Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP», procedentes de donaciones privadas de empresas que habrían recibido adjudicaciones públicas de manera ilegal, desde la época Manuel Fraga en Alianza Popular hasta la actualidad. Dados estos indicios, por parte del partido se niega la totalidad de estas informaciones, se señala que Bárcenas no pertenece al PP y se anuncian medidas contra «cualquier conducta impropia». De igual manera, a veces ni se confirma ni se desmiente, no comprometiéndose, y mientras tanto se anuncia una auditoría interna para aclarar lo sucedido. Finalmente, la apertura definitiva de un nuevo escándalo llega con la publicación de “Las cuentas secretas de Bárcenas” (31/01.ELP), una serie de fotocopias sobre la supuesta contabilidad secreta de los tesoreros del PP entre los años 1990 y 2008, y según las cuales, tanto el presidente del gobierno como otros miembros del partido habrían recibido dinero adicional a sus retribuciones económicas legales, cuyo origen serían las donaciones privadas ya señaladas, y cuya distribución habría sido gestionada por Luis Bárcenas. La gravedad del asunto se intensifica, y los miembros del PP vuelven a negar con rotundidad las acusaciones, la autenticidad de las fotocopias y su vinculación con el aparato económico del partido, al tiempo que el presidente del senado, Pío García Escudero, admite uno de los pagos. Tras este mes inicial, los acontecimientos más importantes pueden resumirse cronológicamente en esta tabla: 177 | P á g i n a MES RESUMEN Febrero -M. Rajoy no se pronuncia sobre este tema hasta el 02/02, cuando afirma que todo es falso. Dos días más tarde dice: «todo es falso, salvo alguna cosa». -Se distancian de Bárcenas, y se considera que «ya está todo dicho» (08/02). -Se admiten más pagos, y Cospedal reconoce que Bárcenas había cobrado un sueldo del partido hasta 2012, por lo que la desvinculación de la que se habla parece no ser del todo completa. Marzo -Las intervenciones disminuyen, y con ellas, las negaciones. -El partido permanece en silencio, se evita contestar las preguntas sobre el tema y se insiste en que ya se han dado todas las explicaciones necesarias. -ELP confirma: el PP ha cancelado la auditoría externa anunciada (31/03). Abril -Continúan las preguntas no contestadas, frases como «ya está todo dicho» o incluso «ya hemos hecho todo lo necesario» (11/04), según la ministra de Sanidad, refiriéndose a la auditoría anunciada que nunca se realizó. -Se sigue negando las acusaciones. -Sáez de Santamaría, cuando le preguntan su opinión del informe policial que confirma la autoría de Bárcenas sobre los papeles, dice: «existe un proceso judicial y son los jueces los que deben aclarar qué ha pasado». Mayo -Apenas se niegan los hechos; se insiste en que no se sabe lo que Bárcenas hizo, que ya han hablado lo suficiente y que le corresponde a los jueces determinar lo ocurrido. -Predominan las ratificaciones de pagos por parte de políticos y empresarios. -Avance de la investigación judicial hacia la confirmación del caso. 5. TIPOS DE ARGUMENTOS De los tres géneros clásicos existentes señalados por la retórica –demostrativo, deliberativo y judicial−, aquel que presenta más concomitancias con el discurso político de este caso de corrupción es el iudicale (Pujante y Morales, 1996), que conformaban dos partes, acusación y defensa, las cuales debatían un pleito ante un tribunal o juez que debía dictaminar resolución. Según los antiguos rétores, todo arte de discurso posee un esquema de elaboración que se divide en cinco partes (inventio, dispositio, elocutio, memoria y pronuntiatio). Los oradores enfrentados en una causa judicial han de preparar bien sus argumentaciones, «poniéndolas cada una de por sí con orden y debida colocación, de manera que puestas unas, deban seguir otras». Esta función principal es asumida, según Quintiliano, por la dispositio (1940, t.2, lib.7, cap.1, 7), gracias a la cual se distribuirán prudentemente las proposiciones. En este sentido de mayor proporción de unas razones sobre otras se encuentra la base de nuestro trabajo, puesto que nuestra intención ha sido la de contrastar el peso 178 | P á g i n a cuantitativo de unos tipos de argumentos frente a otros. El escenario en el que nos hallamos, recordemos, es el de dos partes enfrentadas con dos discursos en direcciones argumentativas claramente opuestas: el Proponente, que acusa al PP de trama de corrupción, y el Oponente, que niega la veracidad de las acusaciones de la prensa y defiende la honorabilidad del partido. Como consecuencia, de esas dos tesis distintas podemos diferenciar entre los argumentos del Proponente, y los argumentos del Oponente o también contraargumentaciones del Oponente que favorecen al sujeto iniciador (Proponente). El esquema de nuestro caso sería este: Rol argumentativo Agente social Tesis Rol argumentativo Agente social Proponente (sujeto acusador) Oponente (sujeto acusado) Prensa Partido Popular El PP se ha financiado VS. Todo es falso. ilegalmente a través de El PP no tiene nada que ver con Bárcenas. Bárcenas. No somos corruptos. Tercero(s) Lectores Jueces y votantes 5.1. Argumentos del Proponente Por un lado, el grupo de los argumentos del Proponente está compuesto por todas las acusaciones de corrupción a los miembros del PP, ya sea de manera colectiva, ‒cuando el periódico publique una información‒, o de manera individual, ‒cuando un periodista interactúe con un político‒. Además, se cuentan aquí también las admisiones de pagos que los «actores» implicados reconocen, las cuales contradicen el discurso de negación del Oponente, o el cambio de rol argumentativo de Bárcenas, que pasa de situarse junto a su partido, a denunciarlo por motivos laborales. 179 | P á g i n a Fig. 1: Total porcentual de tipos de argumentos En definitiva, podemos sostener que las pruebas que el Proponente presenta a favor de su tesis poseen una notable fuerza argumentativa, pues están apoyadas, bien en las informaciones que van descubriendo, bien en esos testimonios de presuntos implicados que reconocen verídicas las acusaciones. El porcentaje de estos argumentos no será inferior al 20% en ningún mes, y supondrá un 28,57% del total de los cinco meses (vid. fig. 1). Su aporte más llamativo se ubica en mayo, en el que tras más de cuatro meses de caso, y con la tensión en aumento, uno de cada dos argumentos se coorienta y contradice el discurso del PP (vid. fig. 2). 5.2. Argumentos del Oponente: compromiso argumentativo Por otro lado, el otro gran conjunto de argumentos es el utilizado por el Oponente, y conformará la defensa de PP frente al elevado número de acusaciones que ha de rebatir. Veamos de qué manera se ha actuado. Si atendemos a la cronología del caso, el Oponente comienza defendiendo su honorabilidad ante las acusaciones de corrupción a través de la estrategia de la negación: por ejemplo, a la noticia sobre el dinero de Bárcenas en Suiza, se negará la vinculación con el PP alegando que «el dinero de Bárcenas es un tema particular» 3 (17/01). Días después, la gran mayoría de acusados también negarán todas y cada una de las 3 A partir de ahora denominaremos a este argumento “Bárcenas NO PP” o “B ~PP”. 180 | P á g i n a informaciones publicadas, sobre todo cuando el 31/01 salgan a la luz las supuestas fotocopias de la contabilidad secreta, que acusan de manera mucho más grave a otras personas. Si ahora nos fijamos en los criterios cuantitativos, veremos que el porcentaje de uso de esas negaciones se acumula en los meses iniciales del caso: se contabilizan catorce de los veinte argumentos de negación, lo que supone un 70% del total, y a su vez, son los más numerosos tanto en el mes de enero (32%) y en febrero (37,5%). Las primeras intervenciones, entonces, estarían orientadas a aclarar la situación y desvincularse rotundamente de cualquier sospecha de delito. Junto a las negaciones, en estos compases iniciales se utilizarán otros argumentos, los cuales han sido agrupados en torno a la categoría de “medidas y acciones”, en tanto que consisten en enunciados que anuncian castigos para los infractores o planes futuros para combatir e investigar lo sucedido. En el plano cuantitativo, les ocurre lo mismo que a las negaciones: se acumulan en los momentos iniciales (representan el 20% de los argumentos en enero). ¿Cuáles son los motivos por los cuales estas estrategias, ‒sobre todo la de la negación, que es más numerosa‒, son las primeras utilizadas por el Oponente? La respuesta la encontramos en la Retórica Clásica, puesto que ya Quintiliano aconsejaba que la defensa «debe comenzarse por alguna de las razones fuertes y concluirse por las más poderosas, y en medio de éstas poner las más endebles, porque al principio hay que mover al juez, y en el fin inclinarle hacia nosotros» (1940, t.2, lib.7, 1, 8). La refutación se concibe como la herramienta fundamental, porque ésta posee una mayor fuerza argumentativa, esto es, llega a convencer más y a oponerse con mayor peso en contra de la tesis del Proponente. Esta será la idea más importante que nos dé la clave para entender la noción de «compromiso argumentativo» que inicia este apartado y es objeto central del artículo. En la línea del peso y la convicción que supone el hecho de calificar un hecho como verdadero o falso, Eemeren y Grootendorst (1992:36) nos dicen sobre la segunda opción: «al mostrar un punto de vista, en este caso negativo, el hablante queda “negativamente comprometido” con la proposición que ha expresado» y como consecuencia pragmática de ello, tiene obligación de defender este punto de vista en caso de ser cuestionado. Pongamos un ejemplo (2): 181 | P á g i n a Proponente (Prensa) Oponente (PP) El PP tiene una contabilidad Todo es falso. No reconozco 2) 31/01 secreta y miembros de su partido han veracidad en esos «papeles». cobrado sobresueldos en negro PUNTO DE VISTA NEGATIVO durante años. Pío García Escudero, 31/01 presidente del Senado y miembro del PP, reconoce uno de los pagos que CUESTIONAMIENTO DE P.DE VISTA NECESIDAD DE DEFENSA aparece en la supuesta contabilidad. Otorgamos la etiqueta de «compromiso» o «comprometedores» a este tipo de argumentos, porque los hablantes, en este caso los políticos, cuando los utilizan, se vinculan mucho más al contenido, digamos, de sus palabras. Si alguien niega algo, y más tarde se descubre que es cierto, esa persona tendrá que responder por qué lo hizo, e incluso podría ser acusado de haber mentido. En caso de las medidas, si alguien promete o anuncia un plan, p.e., una auditoría interna dentro del partido (21/01), y más tarde no lo cumple, igualmente puede ser acusado por haber incumplido su promesa. 5.2.1. Argumentos no comprometedores: Ø compromiso Ya conocemos la noción de compromiso argumentativo y hemos visto que el hecho de utilizar un argumento tiene como consecuencia (pragmática) la defensa del punto de vista que se plantea, en caso de que este sea puesto en duda. Sin embargo, existen en nuestro análisis un gran abanico de estrategias o argumentos, también dentro de la defensa del Oponente, a los que les hemos otorgado la categoría de «no comprometedores», dado que esa consecuencia de defensa del punto de vista queda anulada. Si observamos el ejemplo (3), 182 | P á g i n a Proponente (Pedro Saura, PSOE) Oponente (Ministro de Hacienda, PP) 3) Señor Montoro, ¿ha cobrado «en «Señor Saura, la ruindad tiene un límite 23/01 b»? ¿Ha cobrado un sobre? No ha contestado a ninguna de las […] de como lo ha expresado su señoría» PUNTO DE VISTA CERO 23/01 afirmaciones que yo he hecho. NO NECESIDAD DE DEFENSA CUESTIONAMIENTO DE P.DE VISTA veremos que el argumento que utiliza el Ministro de Hacienda, a diferencia del anterior ejemplo, no afirma ni niega el contenido de la pregunta que le han formulado. De hecho, la deja sin contestar, y solo califica de ruin la cuestión y la forma en la que el diputado socialista la ha realizado. Para entender qué compromiso adquiriría un hablante al servirse de esta estrategia en una discusión como esta, recurrimos de nuevo a Eemeren y Grootendorst (1992:36): «una persona que ha presentado un punto de vista cero no está ni positiva ni negativamente comprometida con la proposición. No hay realmente un punto de visa en absoluto», y por consiguiente, no tiene obligación ni compromiso algunos de defenderlo, dentro del debate argumentativo. Estas estrategias, a diferencia de las de negación, no poseen una fuerza argumentativa tan notoria, puesto que no enfrentan ni rebaten la acusación a la que se opone, ni despejan la sospecha de duda creada. Por tanto, podemos sostener que pese a que se consigue eximirse de ese compromiso pragmático de defender el punto de vista, dichas estrategias pueden tener un impacto perlocutivo importante, −quizás contrario al objetivo que se persigue−, en la adhesión y persuasión del oyente. 183 | P á g i n a Fig. 2: Total porcentual de argumentos (global - evolución de los meses) Como el ejemplo (3), existe un número muy importante de argumentos que se sitúan en esta línea argumentativa por parte del Oponente. De hecho, si comparamos la presencia cuantitativa de los argumentos comprometedores frente a los no comprometedores (vid. fig. 1), observamos que los segundos representan el bloque más numeroso (39,56% del total). Más, si correlacionamos el ritmo de aparición de ambos tipos de estrategias, el cual podemos apreciar en la figura 2, vemos claramente como el compromiso que suponen negaciones y medidas se ubica predominantemente en los meses de enero y febrero, pero desciende a niveles casi mínimos conforme va avanzando la investigación, destacando el caso del mes de mayo, donde los argumentos del Proponente superan el 56,25% del total. Mientras tanto, los argumentos carentes de compromiso son constantes, e incluso predominantes en algunos meses como abril (44% del total). Recapitulando, tras una fase inicial en la que se recurre a esta estrategia de la negación y las medidas, que implican un alto grado de «compromiso», esta deja de ser utilizada por los actores sociales del Oponente casi por completo. Su principal recurso a partir de esa fecha serán los argumentos no comprometedores, cuya característica básica es esa ausencia de responsabilidad argumentativa, es decir, que ofrecen una actitud no directa ante las acusaciones, frente a las cuales no se posicionan ni en la confirmación ni en la negación de las mismas. Como decíamos más arriba, la convicción y la fuerza persuasiva que denotan sus intervenciones es ínfima, y ello hace que desde la perspectiva 184 | P á g i n a de un debate discursivo, el Oponente no lleve a cabo una justificación firme, concisa y razonada de todo lo que le acusa el Proponente. 5.3. Análisis desde la perspectiva pragmática Ahora bien, ¿qué enunciados componen concretamente esta miscelánea agrupada en torno a los argumentos carentes de no compromiso? Vamos a tratar de explicar a través de qué mecanismos pragmáticos podemos entender el funcionamiento de estos argumentos. Para empezar, hemos de acudir a la teoría de la comunicación inferencial de Grice; según él, el Principio de cooperación (PC), que recomendaría una «contribución a la conversación tal y como exige, en el estadio que tenga lugar, el propósito o la dirección que usted sostenga», sería la norma reguladora fundamental de la comunicación, y mientras que los hablantes contribuyan a la conversación en función de ese propósito o dirección que exista (Grice, 1975: 516), no se producirá a priori ningún problema. Esta sería la base de todo intercambio comunicativo, la cual presuponemos que también se halla entre el discurso argumentativo entre Proponente y Oponente. Además del PC, se describen otras cuatro máximas que ayudarían al oyente a comprender la totalidad del enunciado y la intención de su interlocutor; estas se definen como no prescriptivas, por lo que si los hablantes deciden no cumplirlas, estarán «queriendo decir» algo más que lo que formalmente «se ha dicho». No obstante, esta posibilidad de incumplir las normas se convertirá en una constante en la mayoría de los argumentos no comprometedores, por lo que detrás de estos enunciados deberá inferirse algo más, si se quiere entender qué se está queriendo trasmitir. Para ello, el oyente necesitará utilizar las conocidas como “implicaturas conversacionales”. Comprobémoslo con una serie de ejemplos (4-9): Incumplimiento “encubierto” del PC y de la máxima de cantidad (4) - Ya está todo dicho. (5) - Queda poco por añadir. (contribuya informativamente de manera (6) - No me corresponde a mí opinar. válida y necesaria) (7) - No tengo autoridad para hablar Incumplimiento abierto de la máxima de cantidad (8) - No voy a hablar de ese tema. (9) -No se permite realizar preguntas. 185 | P á g i n a Al incumplir de manera encubierta el PC o la máxima de cantidad, el Oponente evita colaborar con el objetivo de la conversación y por tanto, no da paso a que la discusión argumentativa siga progresando. En los ejemplos ulteriores, la violación de estas normas se produce abiertamente, esto es, se niegan a colaborar comunicativamente y la discusión queda detenida en ese punto. Una explicación similar a estar situación la encontramos si aplicamos la heurística de la cantidad (Q) propuesta por Levinson: «Lo que no se dice, no se da», que orientaría al hablante a ser todo lo informativamente posible y al oyente a aceptar que el otro ha realizado la aseveración más fuerte (2004:126); de esta forma, a partir de una pregunta como «¿qué opina sobre la supuesta financiación ilegal?» que tenga como respuesta un «ya está todo dicho», el oyente debería inferir que esos indicios de corrupción «no se dan» o no existen, debido a que su interlocutor «no ha dicho nada» sobre ellos. La consecuencia en la utilización de enunciados que tan solo aseveran (actos de habla representativos) y omiten la información perseguida en el diálogo, es que de ellos, p.e. «ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir», no puede extraerse verdad o falsedad; retomando la noción de compromiso argumentativo, mediante estos argumentos no se afirma o se niega la acusación del Proponente, sino que tan solo el Oponente expone una visión neutra, a partir de la cual no puede exigirse defensa alguna. Además del incumplimiento en sí del PC y de la máxima de cantidad, aparecen otros ejemplos en los que otras máximas entran en conflicto, p.e. con la de cualidad (contribuya con la verdad); aquí el Oponente, ante las preguntas formuladas, quiere respetar esta máxima y en principio, no quiere decir nada falso, o nada de lo que no tenga pruebas suficientes, por lo que se obtienen enunciados con poco aporte informativo al tema: «no lo recuerdo», «no desmiento», «no nombro a nadie», «lo desconozco», con refuerzos como «aseguro que no lo sé», intentando mantener la credibilidad, para que la falta de compromiso no pase a ser traducida como signo de insinceridad. Como una muestra ejemplar de este conflicto, comentemos el enunciado (10) que Rajoy utiliza cuando le preguntan sobre la supuesta contabilidad: (10) «No es cierto, salvo alguna cosa que es la que han publicado los medios de comunicación. O dicho de otra manera, es total y absolutamente falso» (04/02). 186 | P á g i n a Por un lado, se quiere rechazar esta acusación mediante una negación, pero por otro, se añade una excepción a través de la oración «salvo…», lo que conlleva a que la afirmación anterior se debilite. Además, no entendemos la función que tendría la reformulación o dicho otra manera, pues según sus palabras, «todo» no es absolutamente falso. Podríamos pensar, en consecuencia, que se trata o bien de un uso agramatical, o bien de un intento de fortalecer la tesis inicial «no es cierto». La síntesis de todo esto es que el Oponente trata de no faltar a la verdad y a la vez de contribuir al propósito de la comunicación, pero el resultado es una expresión extraña que no posee apenas convicción ni fuerza adhesiva. Podemos encontrar otras máximas incumplidas, como la de relación, en tanto que el Oponente no contesta taxativamente a las preguntas planteadas, sino que trata ideas y asuntos irrelevantes para el caso; también, y en total relación con el ejemplo de Rajoy (10), hallaremos violaciones de la máxima de modo (sea claro, sea breve, no sea demasiado prolija y no diga expresiones oscuras), la cual está plenamente vinculada con las otras dos heurísticas de Levinson, que vendrían a activarse y provocar una implicatura distinta, como muestran los siguientes ejemplos (11-13) en el esquema: Heurística de información (I): «A expresiones no «La contabilidad del PP es perfectamente legal y está marcadas le corresponden auditada por el Tribunal de Cuentas» situaciones estereotípicas». Conflicto entre PC y «La indemnización que se pactó fue una indemnización máxima de modo en diferido, y como fue en una indemnización en - diferido, en forma efectivamente de simulación de, Heurística de manera (M) simulación, o de lo que hubiera sido en diferido, en «A expresiones no partes de una… de lo que antes era una retribución…». prototípicas le «Me pide la valoración de una prueba policial en el corresponden situaciones seno de un procedimiento, y le corresponde a quien en marcadas o anormales». está en el seno de ese procedimiento, valorar los efectos, la amplitud, y la relevancia de esa pericia efectuada». En (11), el PC y la máxima de modo se respetan, en detrimento de que esta aseveración no resulte todo lo informativamente necesaria al propósito del diálogo, dado 187 | P á g i n a que no añade otros motivos o justificaciones, y por tanto, dice «menos» de lo que debería. En los otros dos ejemplos (12-13), la violación ahora sí que se situaría en torno a la máxima de modo, creando enunciados que resultan poco claros y ambiguos, cuya expresión denota cierta oscuridad: en el primero, Cospedal admite la vinculación económica del PP y Bárcenas hasta el año 2012 e intenta explicar el procedimiento de despido laboral, pero no se entiende prácticamente nada de su argumentación. Para intentar saber qué ha dicho y por qué ha actuado así, nos servimos de la heurística M, en base a la cual podemos inferir que la situación del «finiquito» no se ha producido, al menos, en el clima de total normalidad del que tanto se presume; el sujeto quiere contribuir con información (cantidad) y no faltar a la verdad (cualidad), pero para ello suprime la máxima de claridad, que es esperable. En el segundo ejemplo, a Sáez de Santamaría le preguntan qué opina que la policía haya confirmado la autoría del extesorero en las «supuestas» fotocopias, y ella contesta de forma excesivamente prolija para el propósito de la comunicación. Desde el enfoque pragmático, en resumen, puede comprobarse cómo la intención general de estos argumentos es la falta de participación y compromiso comunicativo, las cuales atañen directamente al PC y a la máxima griceana o la heurística de Levinson de la cantidad; en otras palabras, se prefiere dejar de contribuir con el objetivo de la conversación. Esta hipótesis quedaría ejemplificada con una paráfrasis de la heurística de cantidad (Q): «yo no lo dije, no me pronuncié, luego para mí no existía, no tenía conocimiento de ello». Como apuntes finales a este análisis pragmático, y si intentáramos dar respuesta a la pregunta de por qué el PP utiliza toda esta seria de estrategias, en tan gran proporción, para defenderse de unas acusaciones tan graves, podríamos pensar en la facilidad o dificultad de procesamiento que requiere entender un enunciado sencillo de uno más complejo. Observemos, dentro de los dos tipos de argumentos del Oponente, que la comprensión de una negación como «todo es falso» no implica un gran esfuerzo cognitivo, o al menos no un esfuerzo similar al de cualquiera de las estrategias no comprometedoras. ¿Pero por qué exactamente el hecho de utilizar expresiones como «no me consta» o de dar respondidas preguntas a las que verdaderamente no se ha atendido supondría mayor esfuerzo de procesamiento? Desde nuestra perspectiva, la vaguedad, la imprecisión y la oscuridad que rodea a estos argumentos conlleva a que la activación de las implicaturas sea una constante para poder comprender este discurso, con lo que el oyente tendría a su disposición un elevado número de interpretaciones posibles sobre lo 188 | P á g i n a que realmente el hablante «está queriendo decir»: en otras palabras, si el Oponente se defiende de esta manera, impide que el/los Tercero(s) puedan conocer con exactitud qué hay de verdad o de falsedad en las acusaciones por el presunto escándalo de corrupción. A priori, la ignorancia o la falta de memoria son actitudes mucho menos imputables que la mentira y el engaño; no obstante, desde el punto de vista argumentativo, estas primeras tendrían un efecto contraproducente en aquella función primaria de todo orador: convencer y persuadir al auditorio, por lo que no estamos seguros de si el Oponente consigue rebatir por completo la tesis de acusación del Proponente mediante toda esta baza de argumentos no comprometedores. 5.4. Análisis desde la perspectiva retórica y pragma-dialéctica Como decíamos al principio, para completar nuestro análisis argumentativo de este caso de corrupción necesitamos analizar las intervenciones de los sujetos desde otras líneas teóricas. Así, centrándonos en los argumentos de no compromiso del Oponente, descubrimos que esa defensa indirecta se realiza a través de otras técnicas, como una serie de falacias retóricas o argumentos no válidos a la hora de convencer o debatir, que serán recogidas por Perelman (1958) o Plantin (1998), así como por Eemeren y Grootendorst (1992). Estos dos últimos autores proponen una seria de reglas para la discusión crítica, que al igual que las máximas o las heurísticas comunicativas anteriores, habrían de ser respetadas por los hablantes, si quieren que sus interacciones sean apropiadas y no incurran en alguna infracción, lo cual desprestigiaría el valor de la tesis defendida y detendría en ese punto el enfrentamiento discursivo. De esas diez reglas planteadas (op. cit. 223-232), más de la mitad son incumplidas por este grupo de argumentos de no compromiso. Entre ellos destacaríamos la falacia ad hominem (ad personam) como ataque personal directo y abusivo en la respuesta del ministro de Hacienda, al ser preguntado si había cobrado dinero negro: («Señor Saura, la ruindad tiene un límite […] de como lo ha expresado su señoría» - 23/01), que violaría la regla nº 1, la cual determina que las partes (Proponente y Oponente) no pueden impedirse o poner en duda puntos de vista contrarios. Otro conjunto de falacias será el que transgreda la regla nº 2, que obliga a defender a las partes sus puntos de vista si son cuestionados. El incumplimiento ocurre cuando, p.e. el Oponente, presenta un juicio evidente aunque en realidad sea una opinión particular, utilizando para ello la falacia petitio principiio o razonamiento circular, hallada en enunciados como «nunca, pero especialmente cuando el político pide sacrificios a los 189 | P á g i n a ciudadanos, puede existir el menor atisbo de duda respecto a su honradez» 4. Junto a este, encontramos la justificación del ministro Gallardón de por qué había tardado tanto tiempo el PP (cincuenta y tres días desde el inicio en prensa del caso) en denunciar a Bárcenas: «Porque el señor Bárcenas […] está demandado por la sociedad, es decir a través del ministerio fiscal; […] esa es la mayor y peor demanda que se puede hacer a un ciudadano»: de nuevo, una opinión particular presentada como un juicio más que evidente y sin posibilidad de contraargumentación. Pero no solamente aparecen estos ejemplos de evasión del peso de la prueba, sino que igualmente vemos otra falacia, ad consequentiam, que también hace presentar el punto de vista personal como evidente y que utiliza como argumento a su favor las consecuencias perjudiciales que tiene una cosa sobre otra: esto podemos comprobarlo en una respuesta de un miembro del PP en la que califica como desfavorable el hecho de hablar sobre el escándalo: «Los papeles de Bárcenas perjudican a la marca España». Si en vez de evitar defenderse, se exige al Proponente que justifique su acusación y que muestre que el punto de vista del otro es incorrecto, el peso de la prueba se desplaza, y se comete esta vez una falacia ad ignoratiam, en argumentos como «Que responda quien acusa o quien piense que algo tiene ganar» (02/02) o «Yo soy responsable de lo que hago, no de lo que se diga» (11/04). De la misma que hemos visto cómo antes se violaba la máxima de relación (se contesta a otras preguntas no formuladas o se traer a colación otros temas no preguntados), aquí sucede de forma similar con regla nº 4 de esta teoría pragma-dialéctica, dado que observamos argumentos irrelevantes, como en este ejemplo de estrategia de suficiencia: «Lo más importante es salir de la crisis. Lo demás no importa»; este argumento, que se construye sobre la base de la falacia ignoratio elenchi, junto al razonamiento inductivo anterior («si el político pide sacrificio, no hay duda de honradez»), a pesar de su marcada intención persuasiva de convencer a la audiencia, no serían admitidos por los oyentes, es decir, no los tomarían como válidos, y por tanto el efecto argumentativo sería totalmente contrario. Sin embargo, existen aún otros casos en los que, desde el punto de vista de la discusión, la credibilidad del Oponente queda aún más mermada; estos atañen a la regla 4 Además, en este enunciado en concreto se apelan a los valores de sacrificio y honradez, formando un argumento en el que advertimos un esquema o conclusión silogística: si A pide sacrificios a B, B no puede dudar de la honradez de A (ya que el político posee un nivel de vida más confortable que el ciudadano). Entonces, A le ha pedido sacrificios a B (en el contexto de crisis económica y recorte de prestaciones), luego B no puede dudar de la honradez de A. 190 | P á g i n a nº 5, por la que las partes no pueden negar premisas que ellas mismas han dejado implícitas. A este hecho se refiere un ejemplo de Rajoy, quien en un primero momento dice que «no hay nada más injusto que la generalización» (25/01), y más tarde (03/04), alegará que: «España en un país […] en el que surgen casos de corrupción, como en cualquier otro». Aunque este primer argumento de «generalización» esté orientado hacia el Oponente, finalmente el segundo argumento más tardío se coorienta con el primero, esto es, su dirección argumentativa es contraria. Considerar injusto generalizar sobre España y después posicionarse a favor de categorizar la corrupción como fenómeno sintomático de la mayoría de los estados, en nuestra opinión, es una grave contradicción. Esta falacia secundum quid o generalización es cometida también por Gallardón cuando le preguntan si un gobierno puede gobernar habiendo tenido a un «delincuente fiscal» (09/04): «Si la respuesta […] fuese que no, le puedo asegurar que, evidentemente, no habría nadie que estuviese en condiciones de gobernar. […] Eso ha ocurrido en todas las formaciones políticas y en todas las responsabilidades». Estos últimos argumentos también podríamos considerarlos enunciados construidos mediante un argumento ad populum o falacia populista, ya que ambos presuponen un fuerte adhesión y aceptación por parte de la totalidad de la audiencia. Por último, solo nos quedaría hablar de otras tres reglas, cuyos incumplimientos vuelven a tener relación con la violación del PC, las máximas y las heurísticas. La regla nº 7 versa sobre la manera en la que deben defenderse las partes, considerando como no defendido aquel punto de vista al que se le aplica un esquema argumentativo incorrecto: la transgresión de esta norma puede verse en argumentos como «ya hemos dicho y hecho todo lo que teníamos que hacer» o «poco más puede añadirse». Continuando hacia el final del discurso argumentativo, la regla nº 9 indica que las partes deben retractarse de aquellos puntos de vista defendidos fallidamente: si consideramos que un argumento como «ya está todo dicho» no plantea un esquema retórico incorrecto, el Oponente estaría incumpliendo esta última regla comentada, ya que considera válida su actuación por haberse defendido de manera exitosa, tal y como demuestran enunciados posteriores como «ya hemos todo lo que teníamos que hacer. Hemos actuado de manera ejemplar como ningún otro partido». La vinculación, por tanto de estas formas con la heurística Q es más que destacable, al igual que lo es con la última regla nº 10, que apela a la utilización de expresiones suficientemente claras y carentes de ambigüedad. En definitiva, atributos como vagos, indefinidos y oscuros son característicos de todos estos argumentos de no compromiso, y como consecuencia de la violación constante de la máxima de modo y de 191 | P á g i n a la heurística M, el significado de lo implícito y lo inferido a convertirse en un objeto de atención mayor incluso que el de lo meramente dicho. 5.5. Análisis desde la perspectiva de la Nueva Retórica Para dar por finalizada la caracterización de la falta de compromiso argumentativo, faltaría revisar algunas de las ideas que arrojan las nuevas líneas de estudio sobra la Retórica, como la Nueva Retórica (NR), en concreto la noción de premisa o punto de partida del que el orador parte a la hora de defenderse. Según Perelman (1958:119), una premisa se convertirá en objeto de acuerdo, es decir, será aceptada−, cuando reciba la aprobación del auditorio; por tanto, si las premisas de nuestro discurso son válidas para nuestro público, conseguiremos mayor adhesión de este a nuestra tesis. Asimismo se explica, que para que nuestro discurso posea mayor fuerza persuasiva, hemos de concebir a nuestros oyentes como un auditorio universal, esto es, como si intentáramos convencer a todo el mundo, puesto que si lo logramos con la gran mayoría de personas, nuestra propuesta será irrebatible. Dos son los tipos de acuerdo descritos: dentro de la categoría de lo real, encontramos los hechos, las verdades y las presunciones, que apelarían a la aceptación por parte de ese oyente universal, ya que se consideran puntos de vista aceptados y no rebatibles, mientras que los otros, los valores o los lugares de lo preferible, intentarían convencer a un auditorio más delimitado a través de puntos de vista concretos. Hemos de tener en cuenta esta distinción fundamental para comprender que el mecanismo argumentativo del Oponente en este caso será el hacer pasar puntos de vista particulares y concretos como objetos de acuerdo aceptados universalmente. De esta manera se comprende que un argumento de no compromiso como «generalizar es la mayor injustica de todas» esté presentando como punto de partida un valor abstracto, la noción de lo injusto, que obtendrá el estatuto de hecho o verdad y reforzará la defensa del sujeto. Además, detrás de la alusión a valores absolutos como lo verdadero, lo bueno, lo bello o lo justo subyace la pretensión de convencer a un auditorio universal, dado el carácter tan general del argumento y su contenido abstracto y no específico (op. cit. 134). No obstante, con la misma facilidad con que el oyente acepta y está de acuerdo con lo injusto que resulta generalizar, este mismo oyente puede que rechace el argumento que planteaba el esquema «ciudadano-sacrificio» y «políticohonradez»; tras su apariencia de razonamiento lógico inductivo, se entrevé el uso de dos valores, el sacrificio y la honradez, como puntos de partida implícitamente aceptados, 192 | P á g i n a aunque el efecto persuasivo es mucho menor que en el caso anterior, dado que estos dos valores, que se presentan como realidades abstractas, hacen referencia en realidad a valores concretos, cuya aceptación, por tanto, depende de un auditorio mucho más reducido. En otro caso, resumiendo, la audiencia rechazaría el argumento porque el contexto socio-histórico del momento (crisis económica, crisis política y aumento de los casos de corrupción) contribuye a disociar el valor «sacrificio», que tácitamente los ciudadanos están haciendo, y el valor «honradez», que se presume como característica de los políticos, pero que no coincidiría con la opinión de la mayoría de su auditorio. Como punto y final en el análisis de estos argumentos, y en relación a lo antes expuesto, haremos alusión a otro de los puntos de partida de la disputa, los lugares, entendidos no tanto como τόποι de silogismos dialécticos o retóricos, según la concepción de Aristóteles (1971:1358a), sino como «premisas más generales, sobreentendidas con frecuencia, que intervienen para justificar la mayoría de nuestras elecciones» (Perelman, 1958:146). Dos de los más importantes τόποι son los lugares de la cantidad, que valoran los objetos con criterios cuantitativos, y los lugares de la cualidad, que rechazan la supremacía del mero recuento numérico. Sobre estos, la NR observa que su uso queda determinado según el análisis de la situación argumentativa, i.e. el objeto perseguido, los argumentos con los que habrá que enfrentarse y las mentalidades del auditorio (op. cit.. 165); la conclusión de su estudio es que los lugares de la cantidad se relacionan con el espíritu puramente clásico o conservador (lo tradicional, lo estable, la mayoría), frente a los lugares de cualidad (lo único, lo nuevo, la élite), que serán utilizados más por el espíritu romántico. A este respecto es interesante descubrir cómo el sujeto-acusado también se servirá de estos lugares para fundamentar y reforzar los valores a los que se refiere: del lado de la cantidad, hemos visto que según el PP la corrupción es un fenómeno generalizado en la «mayoría» de los países y gobiernos, así como que en cierto estadio de la argumentación se dice que «hay que dejar a un lado los papeles de Bárcenas porque son perjudiciales para la marca España» (12/04), esto es, también una mayoría, sabido que hay que ocuparse de un tema mucho más importante, la crisis, mientras que «lo demás (trama de corrupción) no importa» (09/03). Y al contrario, como fundamento para considerar que la generalización es la mayor injusticia de todas, se hallaría el lugar de cualidad, ya que el sujeto-acusado exige que se valore a cada individuo como único, incomparable al resto; el Oponente se presenta como una víctima de esa acción, asumiendo un valor abstracto (lo injusto) como si fuera un hecho totalmente admitido. 193 | P á g i n a Vistos los puntos y acuerdos de partida argumentativos, finalmente solo queremos añadir que una herramienta esencial para la NR a la hora de proferir un discurso es la elección de los datos y sobre todo su presentación. En esta teoría se incide en que el factor fundamental en esa selección es la presencia, es decir, la importancia de mostrar unos argumentos y de dejar de mostrar otros, lo cual influiría directamente en la percepción del auditorio de nuestras ideas a favor y en contra; esto se conseguiría a través de verbalizar lo ausente y de hacer más presente y ofrecer más reales y verdaderos a la conciencia aquellos elementos que concluyan o consigan una mayor adhesión a la tesis del orador (op. cit. 194). Antes de pasar a las conclusiones, la reflexión final a la que nos conduce todo este análisis retórico-pragmático es que la argumentación constituye un proceso dialéctico completamente selectivo, cuyo fin exclusivo será convencer al auditorio, presupuesto como universal, para que se adhiera a las tesis propuestas y en última instancia, se mueva hacia cierta acción. A lo largo de la búsqueda de este objeto persuasivo, a veces al orador le interesará dejar de presentar unos argumentos que lo comprometan, que le obliguen a defender un punto de vista del que quizá no esté del todo seguro, no comparta o incluso rechace, mientras que sí encuentra a su favor enfatizar y lograr que el foco de atención del auditorio se centre en esas expresiones en las que «se dice lo que no se da», y «lo que no se da, no se dice». 6. CONCLUSIONES A pesar de que se hayan analizado estos cinco primeros meses de 2013, en síntesis, no podríamos utilizar nuestro enfoque inductivo como posterior deducción de un tipo de discurso político actual generalizado. No obstante, sí que pueden aportarse como conclusiones ciertos puntos claves de reflexión para entender la argumentación del Partido Popular con respecto a este caso. El primero de todos sería el escenario de la discusión argumentativa: dos actores sociales se enfrentarán en una disputa, iniciada por el Proponente (medios de prensa) y que es respondida por el Oponente (Partido Popular). A estos roles argumentativos se les añade la figura del Tercero, quien tendrá la función de dudar de los puntos de vista presentados por las partes, y que estará formado por otros actores: la ciudadanía y las estancias judiciales. Tras haber comprobado cómo el inicio del escándalo de corrupción implica un enfrentamiento discursivo entre los actores, destacaríamos la posible distinción de tipos de argumentos en las intervenciones del PP, cada una con un objetivo particular, que a su 194 | P á g i n a vez, se subordinan al fin último y exclusivo del discurso político: convencer y persuadir al auditorio, para que la tesis expuesta sea aceptada. Esto nos muestra que detrás de esta diversificación de tipos de estrategias se halla un esfuerzo de elaboración retórico muy importante, cuyo análisis permite entrever cuál ha sido su modelo de defensa: frente al discurso del Proponente, las interacciones del Oponente pueden clasificarse entre argumentos de compromiso y argumentos de no compromiso, siendo mayor el número de estos últimos en los que aquí nos hemos centrado. Frente a argumentos como «todo es falso» o «Bárcenas NO PP», que manifiestan un punto de vista explícito, negativo y que demuestran una colaboración y participación en el debate, el PP utiliza una serie de estrategias, cuyo rasgo principal es el opuesto a esa responsabilidad o compromiso discursivo: estos enunciados presentarán un punto de vista cero (Eemeren y Grootendorst, 1992), y por tanto, la posibilidad de cuestionar esa perspectiva y exigir que vuelva ser defendida queda anulada. Este conjunto de argumentos carentes de compromiso son los que predominan, ya que suponen casi un 40% del total de intervenciones producidas entre Proponente y Oponente; ejemplos como «no lo recuerdo», «no desmiento», «no nombro a nadie», «lo desconozco», «aseguro que no lo sé», «no voy a contestar a más preguntas», «ya está todo dicho», «ya hemos hecho suficiente», «no vamos a darle más vueltas» o «no vamos a entrar en juegos». Tras el análisis, la respuesta a la pregunta que nos hacíamos sobre el porqué del uso predominante de estas estrategias es la que ya hemos apuntado antes: los enunciados del PP no pueden entenderse a través de una mera descodificación del significado natural, de «lo (estrictamente) dicho» por sus palabras, sino que la forma más compleja o no prototípica en la que están construidos sus argumentos hace pensar que los miembros del partido están queriendo decir más cosas de manera implícita que explícita; de esta manera, el oyente, para reconstruir el significado del hablante (Grice, 1975), aquello que verdaderamente quiere decir, tendrá ante sí un abanico infinito de posibles interpretaciones: cuando alguien diga «no desmiento», el oyente puede pensar, tanto que esa persona confirma la acusación recibida, como que la rechaza, pero no puede llegar a saber cuál de las dos está queriendo comunicar el político. Desde nuestro punto de vista, bajo esta estrategia subyace el motor de estos argumentos de no compromiso, cuyo objetivo sería el de generar un mayor esfuerzo cognitivo de procesamiento y comprensión, en comparación con el hecho de contestar afirmativa o negativamente a una respuesta, o al menos de ser más cooperativo con el objetivo del intercambio comunicativo. Estos argumentos implicarían una mayor 195 | P á g i n a dificultad a la hora de extraer el significado implícito de los enunciados, debido a que el número de inferencias puede ser amplísimo. En conclusión, por medio de estos argumentos se rechaza comprometerse, participar y esclarecer el punto de vista que se asevera, en favor de esa indeterminación, de esa ambigüedad y de la evasión de responsabilidad, que en gran medida, no supondrían una sanción tan grave, en caso de que, una vez resuelta la investigación judicial, se descubriera que se ha mentido. La falta de compromiso, en suma, representa el eje principal y la característica más visible de la actuación y defensa discursivas del Partido Popular: argumentos ambiguos, imprecisos, confusos, demasiado breve en ocasiones y excesivamente prolijos en otras, a lo largo de los primeros cinco meses iniciales analizados del caso Bárcenas. 7. BIBLIOGRAFÍA ARISTÓTELES (1971): Retórica, Madrid, Instituto de Estudios Políticos. ARISTÓTELES (1997): Política, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999. [En línea]: <http://bib.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=1811> [Consulta: 01/06/2014] CASAMIGLIA, Helena y Amparo TUSÓN (1999): Las cosas del decir, Barcelona, Ariel. DIJK, Teun Adrianus van (1993): «Principles of Critical Discourse Analysis», Discourse & Society 4 (2), 249-283. 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Así pues, a modo de primer acercamiento, abordaremos de forma general la cuestión de los aproximativos (tratamiento gramatical, negación y componentes de significado); para, seguida-mente, ocuparnos de los dos enfoques principales que han protagonizado el debate lingüístico en torno a su descripción: las implicaturas contrafactuales y la teoría de la inercia asertórica. Palabras clave: Aproximativos, Pragmática, Semántica, Implicaturas contrafactuales, Inercia asertórica, Polaridad negativa, Componentes próximo y polar Abstract: We intend with this paper to deal a panoramic vision of the main approaches which have studied, from the boundaries of semantics-pragmatics, the meaning and functioning of the so-called approximative adverbs (i.e. words of kind casi or apenas, ‘almost’ and ‘barely’ in English respectively). Their account, disputed by pragmatics and semantics, has developed a whole research line (above all in English publications) focused in explaining the entailmentinference relations of these adverbs. In that way, as a first approach, we shall treat from a general point of view the features of the approximative adverbs (grammatical treatment, negation and meaning components), in order to introduce the both most relevant linguistic stances which are nowadays starring the debate about the linguistic description of approxi-matives: the counterfactual implicatures and the theory of assertoric inertia. Keywords: Approximatives, Pragmatics, Semantics, Counterfactual implicatures, Assertoric inertia, Negative polarity, Proximal and polar meaning 1. INTRODUCCIÓN: CASI Y OTROS ADVERBIOS Hablar de las principales teorías desde las que se han estudiado los aproximativos exigiría, previamente, una definición de los adverbios aproximativos como tal. Sin embargo, resulta difícil ofrecer a un lector ajeno a este campo de la lingüística algo 199 parecido a una definición estándar sin tener en cuenta los puntos de vista que intervienen en su descripción. Empecemos, entonces, con un ejemplo práctico: (1) Casi me mancho en la cena de gala. (2) Por poco suspendo el examen. (3) Apenas hablo inglés. El uso de las palabras en cursiva no es gratuito: repercute, y mucho, en el sentido del enunciado. Si preguntamos al hablante medio qué es lo que entiende al oír una oración como la de (1) o (2), una respuesta más que esperable podría ser algo así como: (1’) Casi me mancho en la cena de gala, pero vamos, que al final no. (2’) Por poco suspendo el examen, aunque saqué un suficiente. La verdad de una oración como «me mancho», respecto a otra como «casi me mancho», cambia notablemente. La primera es un enunciado cualquiera, mientras que la presen-cia de casi en la segunda la opone a la primera, que no lo tiene. Cabe preguntarse por qué hablar de aproximativos cuando, vistos los ejemplos, casi o por poco podrían pasar más bien por modificadores negativos que por otra cosa. Topamos, sin embargo, con: (3’) Apenas hablo inglés, o sea, solo conversaciones muy simples. Al reformular (3’) no se está negando lo enunciado, como parece ocurrir con mancharse (1’) o suspender (2’). En efecto, nuestro hablante en (3’) se vale de apenas precisamente porque sí habla inglés, aunque no se acerque a un nivel nativo del idioma. Probemos a parafrasear los adverbios de los ejemplos anteriores: (4) Casi: Estuve cerca de mancharme en la cena de gala, pero al final no. (5) Por poco: Estuve cerca de suspender el examen, pero aprobé. (6) Apenas: No estoy cerca de hablar inglés perfectamente, pero lo hablo. Este matiz, acercarse, es clave para entender los aproximativos. Las voces casi o por poco son aproximativos, y hacen honor a su nombre porque con ellos, en (4’) y (5’), 200 | P á g i n a nos aproximamos a mancharnos o a suspender, si bien ni nos manchamos ni suspendemos: no me mancho. (4’) Casi me mancho (5’) Por poco suspendo el examen no lo suspendo. (6’) Apenas hablo inglés sí hablo inglés. Una aproximación, pero a la inversa, vendría a ocurrir con apenas (6’): nos alejamos de hablar bien inglés pero sí que nos defendemos en esa lengua (aunque sea chapurreando). El adverbio aproximativo casi (así como otros términos emparentados) presenta, como muestran los ejemplos, un juego entre proximidad y negación, con unos límites un tanto difusos. Conscientes de este problema, tomaremos, de aquí en adelante, como modelo de adverbio aproximativo el vocablo casi; en parte por ser el de mayor uso en español, en parte porque su correlato en inglés almost ha centrado otros trabajos de esta área de la pragmática teórica. Igualmente, como segundo aproximativo representativo, nos serviremos de apenas para otros ejemplos en los que casi no nos sea provechoso. Son varios los estudios que pueblan la bibliografía anglosajona sobre los denominados aproximativos, pero escasas las publicaciones en lengua española, que tratan básicamente aspectos gramaticales. Por ello, este trabajo recoge los principales rasgos comunes a estos adverbios; así como una visión general de los dos acercamientos que han estudiado su significado y función. En primer lugar (§ 2), trataremos la problemática de nuestro objeto de estudio: la negación en relación a los aproximativos y la explicación de sus componentes fundamentales relacionándolos con la polaridad negativa. Seguidamente (§ 3), introduciremos los dos enfoques que aquí nos ocupan: desde la pragmática, las implicaturas conversacionales y contrafactuales (Sadock 1977, Ziegeler 2010); y, como propuesta alternativa (semántico-pragmática), la teoría de la inercia asertórica para el entrañamiento (Horn 2002). Un conclusión (§ 4) cerrará el artículo. 2. LOS APROXIMATIVOS: UN OBJETO DE ESTUDIO PROBLEMÁTICO Retomando los ejemplos anteriores, la relación entre suspender y casi suspender es, al menos en cierto sentido, opuesta. No pasa así con apenas, que se mueve en el terreno de la cercanía o no cercanía a un punto. No pretendemos una primera explica-ción de 201 | P á g i n a estos adverbios; bien al contrario, partimos de una base de trabajos anteriores con los que poder sostener las nuevas aportaciones semántico-pragmáticas. Sí que aspiramos, no obstante, a esquematizar estas ideas, perfilando así una definición más completa de la aproximación. Cuatro son las cuestiones que de entrada nos plantea casi. PRIMERA CUESTIÓN–. ¿Qué niega casi? Como hemos visto en los ejemplos anteriores, enunciar «casi me mancho la camisa» conlleva «no me he manchado la camisa». El uso de casi muestra una especie de negación implícita al verbo del que se predica (no-mancharse). Este fenómeno es lo que se llama inversión de la polaridad (o, como veremos más adelante, componente polar): Casi me mancho (trae consigo) No me he manchado. - SEGUNDA CUESTIÓN–. ¿A qué se aproxima casi? Junto a esta negación implícita, casi significa un acercamiento a esta polaridad opuesta: «casi me mancho», es decir «he estado cerca de mancharme, pero no me he manchado». Esto es la proximidad (o componente próximo): - TERCERA Casi me mancho CUESTIÓN–. b. (significa) c. (implica) He estado cerca de mancharme. No me he manchado. ¿Qué sabemos de casi? La caracterización de los aproximativos presenta una serie de problemas que no encontramos en otros adverbios. Ello queda reflejado en la falta de consenso en torno a su descripción morfosintáctica. De entrada, el definición DRAE (2001), identifica casi con los adverbios de cantidad y ofrece una meramente sinonímica del término, igualándolo a por poco o aproximadamente. Esta actitud tan prudente de la Academia ante los aproximativos se debe a que sus propiedades requieren métodos de análisis que van más allá de la gramática, si bien tradicionalmente se les ha encontrado un lugar en sus publicaciones. a. Ampliando el rastreo lexicográfico, la entrada para casi del DUE (Moliner 2007) desvela una intuición muy acertada de lo que es y lo que implica el uso de este adverbio: «Expresa que la cualidad, manera, estado o acción expresados por la palabra a que afecta, existen, ocurren o se realizan no completamente, pero faltando muy poco para ello». Advirtamos, además, que este diccionario, dentro de los límites de la lematización, recoge un matiz de casi no correspondido con 202 | P á g i n a su, en principio, negación implícita: «Casi que me voy porque aquí no tengo nada que hacer». Minuciosidad que no econtramos en otras obras (Seco 1972), que remiten a casi como un complemento adverbial. b. Esta úlitma postura, esencialmente descriptiva, va en línea con otros estudios sobre la sintaxis de casi: su posición en la oración (Moreno Cabrera 1984) o su categorización como adverbio prefijal que puede agruparse bien con adjetivos, bien con sustantivos o bien con otros adverbios (Alcina y Blecua 1975). Kovacci (1999) identifica casi con las estructuras cuantificadores de grado. En otras palabras, casi sería un adverbio modal que incide sobre el grado de cercanía a la total realización del predicado al que acompaña: - Es casi seguro que había un elefante en el jardín. (=a un punto de ser del todo seguro de que había un elefante en el jardín). Otras definiciones toman casi como un adverbio de aspecto que actuaría como adverbio de grado en predicados con el verbo estar (Fernández Leborans 1999). Si tenemos en cuenta que un adverbio aspectual es compatible con la perfectividad, «casi nos permite precisamente señalar, con los verbos delimitados, que el evento no ha alcanzado su fase final» (De Miguel 1999:3026): - Antonio casi habla en la reunión, pero no se decidió (=a un punto de hablar). Y en esta cuasi-realización de evento perfectivo, ya con el verbo estar, casi sería un cuantificador de grado que, a su vez, es adverbio de foco del adjetivo rubio: - Mateo, después de tanto sol, casi está rubioFOCO (=a un punto de estar rubio). c. En cuanto a la gramática, en la NGLE (2010) damos con una definición de lo que en pragmática se denomina componente próximo: «estadio cercano al límite que su significado comporta 1». Parámetro aspectual según el cual un aproximativo comprende un alcance en función de su ubicación en la oración. Así, el ámbito de 1 «Los adverbios casi y prácticamente poseen, por otra parte, propiedades características de los aspectuales, ya que modifican a verbos que denotan procesos que culminan (realizaciones o logros)» (ngle § 40.9s). Se trata de una definición del componente próximo bastante acertada, pero limitada; ya que no explica ni el uso epistémico ni el caso invertido o casi valenciano (vid. Pons Bordería y Schwenter 2011). 203 | P á g i n a casi, fuera de contexto, cancela dicha culminación restringiendo su colocación con verbos no culminativos (ejemplo de Horn 2011:7): - #Ella casi {corrió/se adormeció/se emocionó/habló con alguien} d. En cuanto a su significado, García-Page (1995:169) considera que los aproximativos «actúan como acotador semántico respecto de la palabra que modifican». Por su parte, la definición que ofrece García-Medall (1993:168) aborda las tres grandes características de estas palabras: «casi es un signo variable, generalmente aproximativo, que afecta a la modalidad negativa/afirmativa, activador de inferencias en contrario y relacionado con otros adverbios». Es decir: - Son generalmente aproximativos (esto es, su componente próximo), - afectan a la modalidad negativa/afirmativa (sus valores de verdad) y - activan inferencias en contrario (tienen componente polar). e. En conclusión, el efecto de un aproximativo sobre los valores de verdad de su proposición está relacionado con los diferentes niveles lingüísticos. Por un lado, se organiza con los demás sintagmas de la oración. Gramaticalmente, elementos como casi o apenas se mostrarían como modificadores de adjetivos graduables: - Azul oscuro casi negro/Fulanito lleva tres años con la tesis, es casi doctor. - #Mi esposa está casi embarazada/#es un tipo casi divertido. Por otra parte, se relaciona con el valor léxico del adverbio en cuestión: - Casi a tu lado/#Casi cerca - Casi en la otra punta del mundo/#casi lejos. Asimismo, es decisivo el contexto pragmático en el que se halla el hablante: - [invierno en Siberia] Casi 0 ºC en diciembre, ¡qué calor! - [invierno en Canarias] Casi 0 ºC en diciembre, ¡qué frío! 204 | P á g i n a CUARTA CUESTIÓN–. ¿Cómo estudiar casi? Hasta aquí contamos con los dos rasgos clave de los aproximativos: el componente próximo y el polar, así como de un grueso de referencias a casi en la morfosintaxis. La pregunta ahora no es tanto cómo estudiar casi, sino desde dónde enfocar su proximidad y, sobre todo, el origen de su inversión polar. Podemos dividir las diferentes explicaciones en tres grandes bloques: las más favorables a la semántica, las más cercanas a la pragmática y las de carácter transversal. Para ello, esquematizamos en el siguiente cuadro 2 las ideas lingüísticas a las que, en mayor o menos medida, nos iremos refiriendo a lo largo del texto: PRAGMÁTICA TRANSVERSALES SEMÁNTICA Autor(es) 2 Base teórica Solución Comentarios Ducrot 1973, Anscombre y Ducrot 1983 Teoría de la argumentación Casi conlleva una presuposción negativa Orienta hacia el argumento contrario Sevi 1998 Semántica Casi entraña una polaridad pero asertada de forma diferente Aserción condicionada (backgrounded) Rapp y Von Stechow 1999 Semántica formal Entrañamiento de la polaridad Explicación circular de la proximidad Penka 2006 Semántica formal Forma lógica «definitiva» para casi Sin referencias a la pragmática Amaral 2008, Amaral y Del Prete 2010 Escalaridad semántica Estructura escalar propia de casi, no contextual. Estándar de evaluación Li 1976 Significado fijo El aproximativo mandarín chā-yīdiar funciona como casi Puede funcionar como casi no según el contexto dado Pons Bordería y Schwenter 2011 Entrañamiento semántico + usos discursivos Diferentes realizaciones de casi Casi como voz polisémica Horn, 2002, 2011 Inercia asertórica Casi entraña polaridad, es parte del significado No es una aserción completa Sadock 1981 Lógica conversacional La polaridad es una implicatura conversacional Implicatura conversacional generalizada Atlas 1984, 1997 Lógica conversacional La polaridad es una implicatura Casi es un aproximativo monotónico. Ziegeler 2000, 2010 Contrafactualidad La polaridad es una implicatura contrafactual Negación de casi fijada en el uso (predictiva) A imagen, si bien limitado y modificado, del que da Horn (2002:60). 205 | P á g i n a 2.1. Los aproximativos: entre la afirmación y la negación 2.1.1. A la hora de atribuirles un significado afirmativo o negativo, los aproximativos se hallan en una tierra de nadie de la que dan cuenta otros fenómenos lingüísticos relacionados con esta oscilación veritativa. A ello se refiere Sadock (1981) al apuntar que, más que verdad o falsedad, una frase del tipo «casi me mancho» vendría a ser «más o menos verdadera o falsa». Dicho de otra forma, una proposición del tipo casiP puede enunciarse tanto afirmativa como negativamente, independientemente de las inferencias que dicho adverbio pueda desatar. Ilustrémoslo: Casi me mancho la camisa [no me la mancho] INSTANCIA ENUNCIADA AFIRMATIVA INSTANCIA NO ENUNCIADA NEGATIVA Difícilmente podemos tomar por negativa una oración como (1a), en la cual no encontramos, a diferencia de (1b), una negación léxica explícita (esto es, marcas formales negativas); sino que únicamente se está afirmando la proximidad a mancharse: (1) a. Casi me mancho la camisa. {=es verdad que he estado cerca de mancharme} – 1 b. No me mancho/nunca me mancho/para nada me mancho. {=es falso que me mancho} – 0 Ahora bien, parece obvio que entre «casi me mancho» y «no me mancho» existe algún tipo de conexión: lo aproximativo toca a la instancia enunciada, lo negativo a la no enunciada. En este sentido, las oraciones tipo casi-P se reconocen como proposiciones afirmativas, pero con un correlato oracional que niega el predicado al que acompañan: (2) Casi me mancho la camisa (casi-P) no me la mancho (~P). Respectivamente, como vemos en (3), en los casos de doble negación el resultado es el esperable de acuerdo con las leyes de la composicionalidad. Doble negación afirma: (3) Casi no me mancho la camisa (casi-P) me la mancho (~(~P) P). 206 | P á g i n a En resumidas cuentas, podríamos decir que estamos ante oraciones formalmente afirmativas pero potencialmente negativas: la negación no se da en la proposición, sino en la instancia presupuesta. La presencia de casi condiciona la predicación del verbo, pero, quedándonos exclusivamente en lo semántico, formalmente dicha oración no es más que la afirmación de la cercanía al acto de mancharse. El acto de mancharse cae dentro del ámbito de casi, que denota una proximidad. Proximidad que desvela un acto de mancharse incompleto, del que se infiere la irrealización del mismo. De este modo, casi-P está aproximándose a la instancia negativa, pero sigue siendo afirmativa. Se trata de entidades independientes: una está enunciada (casi-P) y la otra no (~P). 2.1.2. El significado próximo al que nos referimos es determinante para entender la naturaleza de casi. Y es que la proximidad encuentra su explicación en uno de los rasgos distintivos de los adverbios de tipo casi o apenas: su estructura escalar (Aranovich 1995, Amaral 2006, 2007, Amaral y Del Prete 2010). Parece lógico que, en una progresión escalar, casi mancharse sea el escalafón inmediatamente anterior a mancharse: mancharse casi mancharse no mancharse (P) (casi-P) (~P) Casi invierte la fuerza argumentativa del verbo al que acompaña, por lo que esta sensibilidad a la escalaridad no solo condiciona las inferencias negativas, sino que también determina sus restricciones combinatorias (Anscombre y Ducrot 1994): (4) a. La cena está casi lista, poned la mesa. b. #La cena está casi lista, no pongáis la mesa. Hay todo un abanico de características que dificultan establecer una forma lógica (semántica) para casi, así como una gran variedad de inferencias (pragmática) derivadas de su uso. Causas de una ambigüedad que no han de buscarse solamente en sus propiedades estructurales, sino también en el contexto discursivo en que estos desempeñan una función comunicativa (Li 1976; Pons Bordería y Schwenter 2005a). 207 | P á g i n a 2.2. Un binomio muy provechoso: componentes próximo y polar 2.2.1. Ciertos estudios (e.g. Sevi 1998, Pons Bordería y Schwenter 2011) han propuesto una distinción bipartita de los dos componentes fundamentales que intervienen en el significado de los aproximativos. Como venimos diciendo, disponemos de dos rasgos funcionales distintivos mediante los cuales simplificar el significado de casi: Casi me mancho COMPONENTE PRÓXIMO COMPONENTE POLAR Estuve cerca de mancharme (finalmente) NO me manché |-C(P) [(~P)] El primer componente, el componente próximo (cuya representación formal es |-C(P), donde |-C aserción de ‘cercanía’, del inglés closeness, Horn 2002:75), actúa sobre el lexema verbal. Con el primer componente, casi expresa la cercanía a un punto, mientras que con el segundo implica una inversión de la polaridad de la oración en que se inserta. De ahí que reciba el nombre de componente polar, pues niega el valor de verdad del enunciado. Podemos, a su vez, subdividir el componente próximo en dos categorías. Si la proximidad expresa el acercamiento progresivo (pero inalcanzado) a un punto, estaremos hablando de un componente próximo ascendente; cuando exprese un alejamiento de dicho punto, se tratará de un componente próximo descendente (Ducrot 1982): COMPONENTE PRÓXIMO El franco vale casi un dólar, está caro El franco vale casi un dólar, está barato El franco se acerca al dólar (ascendente) |-C(P) El franco se distancia del dólar (descendente) |-C(P) COMPONENTE POLAR El franco NO vale un dólar [(~P)] 2.2.2. Para Sadock (1981), el componente polar es de naturaleza inferencial y, a diferencia del componente próximo, solo tiene una realización posible: invertir la orientación argumentativa del enunciado. Existen, no obstante, ciertos fenómenos aproximativos que no siempre implican negación. Algunas de estas excepciones son la partícula mandarina chā-yīdiar (Li 1976), con una polaridad positiva o negativa según el contexto; la construcción española por poco (no) (Pons Bordería y Schwenter 2005a, 2005b), con unas realizaciones u otras independientemente de la presencia del modificador no en la misma construcción; o el fasch del dialecto suizo (Horn 2009), variante no polar del fast (esto es, casi) respecto del Hochdeutsch o alemán estándar. 208 | P á g i n a 2.3. Aproximativos y polaridad negativa 2.3.1. Un inductor de polaridad negativa (en adelante, IPN) es aquel elemento cuya presencia en la oración exige un término negativo (González Rodríguez 2008): - No (IPN) tengo nada (término negativo) de hambre/*No tengo algo de hambre. En el caso de los aproximativos, un IPN sería el interruptor lingüístico cuya extensión negativa tiene alcance no sobre otra palabra, sino sobre una inferencia (inversión polar): - Casi (IPN) me rapo la melena (casi-P) [no me la rapo (~P)] - Casi (no IPN) que me rapo la melena (casi-P) [me la rapo (P)] La concepción puramente discursiva (pragmática) de la inversión polar se ha visto, en algunos estudios (Horn 2008, 2009), si no rebatida, sí revisada. La idea que sostienen tales críticas parte de la necesidad de una base semántica adecuada desde la que se pueda dar, en un segundo plano ya discursivo, una inferencia. Una representación gráfica: Hay que tener en cuenta, sin embargo, que no todas las palabras aproximativas que pueden ser IPN (o sea, no todos los casi) actúan siempre como tal (Carlson 1981, Horn 2005). Hay ocasiones en que los aproximativos no conllevan necesariamente una negación. Tomemos, paralelos al cuadro anterior, los siguientes ejemplos: COMPONENTE PRÓXIMO COMPONENTE POLAR Casi me bebo una copa de cicuta Estuve cerca de beberla |-C(P) (finalmente) NO me la bebí [(~P)] Casi que me bebo una copa de cicuta Me distancio del hecho de beberla |-C(P) (pero, finalmente) me la bebí [(P)] IPN NO IPN 209 | P á g i n a Ambas modalidades de casi son aproximativas, pues manifiestan proximidad (una ascendente, la otra atenuante); pero es claro que el uso de uno u otro casi es determinante para la concreción de un sentido u otro (y, si no, que se lo digan a Sócrates). 2.3.2. Podemos señalar dos repercusiones de lo dicho en este apartado: EN LO SEMÁNTICO–. Respecto a los dos componentes, parece que el componente próximo constituye el significado idiosincrásico de casi: es intrínseco en todas las posiciones y todos los contextos de esta forma (sea o no IPN siempre hay una proximidad u otra). La inversión de la polaridad sería, entonces, una implicatura (material discursivo) y, por extensión, un objeto de análisis de la disciplina pragmática (Ziegeler 2010). EN LO PRAGMÁTICO–. Ahora bien, la separación entre adverbios aproximativos del tipo casi y su respectiva asociación negativa (como en el ejemplo de Sócrates) separa la inversión polar (¿algo pragmático o algo semántico?) de la proximidad (que siempre se da). Punto del cual parte la discusión que exponemos a continuación. 3. DEBATE EN TORNO A LOS APROXIMATIVOS: ENTRE SEMÁNTICA Y PRAGMÁTICA La discusión lingüística sobre los aproximativos está planteada en términos de nivel de análisis. Se trata de una pugna entre la semántica y la pragmática: la primera, mostrando una postura más transversal, en la que intervienen ambas disciplinas; la segunda, rechazando las propuestas no discursivas. En § 3.1 trataremos la relación entre entrañamiento e implicatura conversacional generalizada (en adelante, ICG), punto de inflexión a partir del cual se inicia el debate. En segundo lugar (§ 3.2), definiremos el concepto de implicatura contrafactual, qué es y cómo funciona. A esta tesis pragmática sumaremos (§ 3.3) la teoría de la inercia asertórica, idea más formal de la aproximación. 3.1. Punto de partida: entrañamiento e implicatura conversacional 3.1.1. La semántica ha identificado la negación del enunciado con una relación de entrañamiento propia de casi, es decir, la consecuencia necesaria de su empleo: - Casi me mancho (|-C(P) => ~P (=‘cercano a P’ y no-P)), luego => no me mancho (~P). Si consideramos que, en tanto que entrañamiento, todo aproximativo actúa en función de una forma lógica determinada, una descripción formal y completa de estos 210 | P á g i n a debería garantizarnos su aislabilidad, así como su independencia del contexto dado. La bibliografía formalista a este respecto (Penka 2006, Sauerland y Stateva 2007, Kennedy 2007) ha insistido en el hecho de que los adverbios aproximativos modifiquen cuantificadores universales, pero no existenciales (1); así como en la propuesta de un parámetro de granularidad (2), i. e. la preferencia combinatoria de casi con números redondos: (1) Casi todos los años, casi cada país/#casi algunos años, #casi algún país. (2) Caminaron casi cien kilómetros/#caminaron casi ciento veintitrés kilómetros. Tales estudios son buenas descripciones computacionales pero, aun siendo relativamente recientes, no son de mayor utilidad para los enfoques que aquí vamos a desarrollar 3.1.2. El primer paso para distanciarse de la tesis del entrañamiento lo da, en 1981, la corriente de la radical pragmatics con la publicación de un artículo de Jerrold Sadock titulado, precisamente, Almost (1981). Sadock intuye que, al servirnos de casi-P en un sintagma verbal, estamos significando, entre otras cosas, no-P (hasta aquí, nada que no supiéramos). Lo innovador de su planteamiento consiste en preguntarse por la naturaleza de la conexión entre casi y la lectura negativa que se sigue. Para ello, este autor desgranará tres análisis, que aquí resumimos, decantándose por el último: a) PRIMERA EXPLICACIÓN–. Casi-P significa ~P. En este caso, una frase como «Casi me mancho la camisa», entraña, como parte de su significado, la negación de la ora-ción. Visto así, la proposición sería sencillamente falsa si finalmente no me manchara. b) SEGUNDA EXPLICACIÓN–. Casi-P presupone ~P. De ser así, la oración anterior no estaría sujeta a valores de verdad si finalmente sí me mancho: ~P es parte de la potencia convencional de casi-P, pero no de su contenido semántico. Sadock se vale de esta teoría en favor de la implicatura convencional. Y es que, si casi-P (por fijación de uso) implica convencionalmente ~P, «Casi me mancho la camisa» sería estrictamente verdad incluso si al final me manchara. Se nos plantea a este respecto un problema pragmático: ese mismo enunciado, siendo en cualquier contexto estrictamente verdadero, resultaría inapropiado en un contexto conversacional en el que sí me hubiera manchado. c) TERCERA EXPLICACIÓN–. Casi-P implica conversacionalmente ~P. Desde esta perspectiva, emplear el enunciado «Casi me mancho la camisa», incluso si no me mancho, 211 | P á g i n a sería verdadero, aunque incooperativo. Una violación del principio de cooperación que quedaría solventado por la máxima de cantidad (Grice 1975). Apostar por esta última teoría nos obliga entonces a considerar que necesariamente existe una secuencia quasi-lógica con que calcular la implicatura conversacional. Para ello, hemos de servirnos de la teoría de los mundos posibles. Según esto, casi-P sería verdad sólo en caso de haber una realidad posible en la cual P fuera una verdad no demasiado diferente de la del mundo real. Una explicación de base circunstancial por la que el oyente recupera la inferencia al presumir que se está violando la máxima de cantidad. El éxito de esta ICG no dependería de las variables contextuales en que el enunciado tiene lugar, sino de los principios generales del comportamiento conversacional: cerca de mancharme > contribución poco informativa +> no mancharme. Una solución pragmática que se apoya en la no separabilidad de lo implicado (3), así como en la no redundancia al reforzar escalarmente la inferencia negativa (4): (3) #Casi me mancho, pero me manché. (no se atiene a las condiciones de felicidad) (4) Casi me mancho, pero no del todo. (sí se atiene a las condiciones de felicidad) Con todo, Sadock es consciente de que el análisis conversacional no es plenamente cancelable: ~P no forma parte del significado de casi-P, luego debería ser posible enunciar casi al tiempo que, por otra parte, afirmáramos que P es verdadero, mas es muy raro: (5) #No solo casi me manché la camisa, me la manché. Esto se debe a que, con casi, la implicatura libre de todo contexto es tan fuerte que una cancelación explícita siempre es difícil. Sadock concluye que casi resulta complicado de analizar desde el punto de vista de aquello que expresa, pero es efectivamente simple en términos de contenido convencional. Este último aspecto nos remite a una última pregunta: ¿por qué no podríamos, en tal caso, hablar de una implicatura convencional? 3.2. Extendiendo las ICG: Implicatura contrafactual La propuesta de la contrafactualidad para los aproximativos es, en línea con Sadock (1977, 1981), un enfoque fundamentado en las implicaturas conversacionales. 212 | P á g i n a Una corriente explicativa que vuelve sobre la máxima de cantidad griceana y bebe de estudios sobre relaciones aspectuales (Hitzeman 1992, Heine 1994, Quirk et álii 1985). 3.2.1. De condicionales contrafactuales a implicaturas contrafactuales Un enunciado contrafactual es aquel que implica, grosso modo, hipótesis contrarias a la realidad. Un caso arquetípico son las condicionales contrafácticas (o irreales): (1) Si hubiera estudiado más, habría aprobado (hecho: suspenso hipótesis: aprobar). Así, la implicatura contrafactual (en adelante, ICF) no consiste en una nueva categoría pragmática añadida a las que ya esbozó en su momento Grice (1975), sino en una manera concreta que tienen estas de realizarse. Las ICF, pues, serían aquellas que tienen lugar en los llamados enunciados contrafactuales (Ziegeler 2000:1744): Un enunciado contrafactual puede ser utilizado sólo en los casos en que el hablante tiene un conocimiento completo de los hechos contrario a la proposición hipotetizada [en el original, hypothesised]; en el resto de casos el significado es meramente hipotético. Ocasionalmente, la premisa factual será expresada en el contexto del discurso por un enunciado contrafactual, e. g., en las condicionales: «P… (porque) si no P, no Q». Esto significa que el conocimiento de los hechos opuestos a la realidad del hablante no forma parte del enunciado, sino que está en el discurso. Desglosemos un ejemplo: (2) Si tuvieras hijos, entenderías lo que te quiero decir (P [tener hijos] porque si no P, no Q [entender]) CONOCIMIENTO FACTUAL HIPÓTESIS CONTRAFACTUALIDAD Ausencia de hijos (no hijos) entenderlo sí hijos > no lo entiendes Lo contrafactual es un estado pragmático, ya que no tiene lugar en el plano del contenido, sino en el de la presuposición. Esa es la diferencia entre hipótesis e hipótesis contrafactual: la primera es una presuposición que se atiene a las leyes de la lógica 213 | P á g i n a inferencial, la segunda implica una hipótesis contraria. De acuerdo con el esquema anterior, una oración que contiene casi iría de la mano de una enunciación contrafactual: ¡Madre mía, casi marcan un gol y nos desclasifican! (P[marcar] porque si no P, no Q [clasificarse]) (3) CONOCIMIENTO FACTUAL HIPÓTESIS CONTRAFACTUALIDAD (casi) nos marcan un gol desclasificarse casi-marcar-gol > clasificarse Con casi-marcar se está significando que no se ha marcado, de modo que nuestro equipo sigue en la liga, aunque la hipótesis que maneja el enunciado (3) sea la contraria («nos desclasifican»). Para Ziegeler (2000), si aplicamos las relaciones contrafactuales sobre los adverbios de tipo almost (‘casi’) o nearly (‘por poco’), podemos dilucidar: a. Que el componente polar no es un entrañamiento (~P es una hipótesis contraria al conocimiento factual del mundo, no una relación lógica fuera de contexto). b. Que casi funciona como un marcador predictivo (anticipa la negación). c. Que se gramaticalizan términos con similar función (la lectura contrafactual de casi en predicados afirmativos acaba fijando la lectura negativa del mismo). Todo ello vendría a verificar un desarrollo pragmático del que, semánticamente, sería el único componente de casi: el próximo, pues es éste el que desencadena la implicatura. 3.2.2. Principio de Implicatura Contrafactual La hipótesis contrafáctica es resultado del mecanismo pragmático que ahora nos ocupa. Dos son las restricciones que afectan al tiempo que identifican las ICF. A saber: a. Dada la dependencia del contexto, un conocimiento completo de los hechos. b. Instrucciones gramaticales y morfológicas que ayuden al oyente en su evaluación del soporte factual (por ejemplo, en (1), el subjuntivo de la condicional). Aplicándolo a casi, Ziegeler (2000) señala, respecto a a), que este conocimiento del mundo revela una función predictiva, por la que pueden darse, como en otras lenguas, casos de gramaticalización. De ser así, la polaridad en casi se debería al uso; un desarrollo pragmático que invalida el entrañamiento negativo contenido en el significado: 214 | P á g i n a (4) Casi muere |-C(P) cercano a morir [ICF+> hipótesis contrafactual: NO muere (~P)] En cuanto a b), el entorno gramatical afectaría a la interpretación (contrafactual) de casi, si no fuera porque que esta concurrencia de condiciones anticipa la ICF: (5) a. (gramática: casi funciona en negativo en enunciaciones presentes en 1º persona) b. Casi muero {=es verdad que muero} – 1 [evaluación del soporte factual] c. Casi muero {=es falso que muero} – 0 [lectura contrafáctica ( NO muero)] Definidas sus limitaciones, las ICF se adaptan a los adverbios aproximativos a través del llamado Principio de Implicatura Contrafactual (PIC), que se enuncia como sigue: Principio de Implicatura Contrafactual (PIC): La especificidad del soporte factual para un enunciado contrafactual está relacionada directamente con la fuerza de su propia implicatura, así como con una mayor dificultad de cancelar ésta. En base al PIC podemos concluir que las inferencias (o sea, la inversión de la polaridad) que suelen tomarse por parte del significado de los aproximativos son en realidad ICF fuertes; tan fuertes que sus marcas lingüísticas actúan como interruptores automáticos de la lectura negativa de casi en nuestro mundo conocido (mundo del hablante). 3.2.3. Tipos de implicatura contrafactual La contrafactualidad deriva de la interacción entre los dos principios de la máxima de cantidad de Grice (1975), una forma de proceder de la lógica conversacional que se manifiesta en el papel lingüístico que desempeñan los aproximativos. La ICF es producto de dicha interacción, de la que se derivan dos tipos: - Implicaturas contrafactuales de base R (R-based), relacionadas con el segundo principio: «No haga su contribución más informativa de lo requerido». Constituyen una relación escalar de inclusión: la hipótesis más débil (weaker) de una escala implica siempre la más fuerte (stronger). Las ICF de base R responden, así, a la ecuación WS. 215 | P á g i n a - Implicaturas contrafactuales de base Q (Q-based), relacionadas con el primer principio: «Haga su contribución tan informativa como se requiera». Si las ICF de base R determinan que, diciendo P, el hablante implica más que P; la base Q presenta una exclusión. La expresión del argumento más débil conlleva la negación del más fuerte, y viceversa. Su ecuación se dibujaría de la siguiente forma: W~S, ~SW. 3.3. Inercia asertórica: ¿un nuevo modelo para lo aproximativos? Si bien es cierto que una posición completamente semántica sería inviable para acometer el estudio de la aproximación, hay que tener en cuenta las propuestas que, lejos de ignorar los aciertos de la pragmática, encuentran en los aproximativos una explicación más transversal (en la que la semántica es tanto o más relevante que la pragmática). Esto es, el significado de casi es anterior al uso pragmático. En este sentido, la inercia asertórica (en adelante, IA) propone analizar los adverbios escalares desde un juego de niveles esencialmente semántico. Niveles que se distribuyen como sigue: DOMINIO DISCIPLINAS DISCURSO Pragmática Semántica SIGNIFICADO La IA ESTRATOS No enunciado Presuposición Aserción inerte Aserción común Enunciado es un concepto propuesto por Lawrence Horn en diferentes estudios (2002, 2009, 2011), a través del cual retoma la discusión entre los componentes próximo y polar, concretamente, el origen de este último: Componentes según la tesis pragmática PRÓXIMO: único significado POLAR: inferido Componentes según la tesis semántica PRÓXIMO: significado POLAR: entrañamiento Si Ziegeler (2000) concibe la polaridad como una inferencia fruto de una ICF fuerte, desde la IA se plantea la posibilidad de que el componente polar no sea una ICG desen-cadenada por el componente próximo y su consiguiente valor de irrealización, sino un entrañamiento semántico. Si la inversión de polaridad es un entrañamiento, los IPN (recordemos: elementos cuya base semántica permitiría el paso de casi-P a ~P) forman un grupo de palabras que comparten la dualidad próximo-polar. Este funcionamiento, que simplificamos en el paso |-C(P)=>~P, sería, en términos lógicos, algorítmico: 216 | P á g i n a - Casi me muero |-C(morir)=>~morir (aserta proximidad a P y entraña la negación (~P)). Un proceder que hace que la polaridad siempre se imponga. Así es, al menos teóricamente, en lo semántico, si bien puede participar a posteriori de fenómenos pragmáticos: Componentes según la tesis semántica PRÓXIMO |-C(P) Plano del discurso POLAR (~P) fenómenos pragmáticos A la viabilidad de este esquema |-C(P)=>~P en palabras de tipo casi, Horn se refiere como autorización o licencia de los IPN (NPI licensing, en los originales), siendo una operación de orden semántico. El adverbio casi es un IPN y, al sostener que la polaridad es un entrañamiento, está situándose este componente en el nivel semántico; de ahí que se rechace el análisis pragmático de los adverbios aproximativos. 3.3.1. A vueltas con la polaridad negativa Para rebatir la explicación pragmática de las ICF, Horn se vale de un ejemplo bastante recurrente (2002:63, 2009:3) sobre el cual hemos de volver nosotros también. Si atendemos a una oración como «Qué mal que casi murieras en el accidente», debemos deducir que esta alberga un contenido próximo: «Qué mal que hayas estado cerca de morir». Según las ICF, de la expresión de cercanía a un punto se infiere que este no se ha realizado, y esta violación de la máxima de cantidad es lo que nos lleva a construir una implicatura que denominamos componente polar: próximo-a-P > no-todo-P (no completamente realizado) +> no-P’. Ahora bien, considerar que con la ICG se erige un puente entre lo próximo (semántico) y lo polar (pragmático), en función de que se implique acto incompleto, no casa discursivamente al parafrasear el ejemplo: (1) Qué mal que casi murieras [=> no moriste] +> (So bad that you almost died) (2) Qué mal que no murieras del todo [=> no moriste] +> (So bad that you didn’t quite die) Ahora tienes que hacer rehabilitación. Ahora me toca a mí acabar el trabajo. Ambas oraciones significan un acto incompleto y suponen la negación del predicado en que se hallan; sin embargo, en cada caso, hay implicaturas diferentes. Esta distinción ya había sido previamente identificada, pero no se había reconsiderado desde la IA. En opinión de Sadock (1981) y Ziegeler (2000) se trata de dos formas 217 | P á g i n a semánticamente equivalentes, pero que en ciertas estructuras pueden ser informativamente redundantes: (3) David casi cruzó, pero no del todo, el estrecho de Gibraltar. (conmutación: David no cruzó del todo, pero casi, el estrecho de Gibraltar). A lo que Horn apunta (2002:59): «si el material semánticamente inferido (entrañado) se ve felizmente reforzado, la aceptabilidad de (3) no puede servir como diagnóstico para el estado del componente polar asociado al significado de casi». Vayamos por partes. Aunque terminológicamente, fuera de la cita, semánticamente e inferido juntos pueda sonar contradictorio, hemos de entenderlo como ese entrañamiento negativo no común (~P) que apuntábamos más arriba. Por su parte, significado de casi se refiere aquí al componente próximo (su base léxica). ¿Cómo podemos afirmar, pues, que casi no es semánticamente idéntico a no del todo? La razones son las siguientes: - No ha de tratarse de una estructura tan redundante si la información (i) de casi y no del todo se combina felizmente, mientras que (ii) no parece tan compatible con otros adverbios: (i) David casi cruzó, pero no del todo, el estrecho. (ii) #David casi cruzo, pero por poco, el estrecho. - Ambos conservan su lectura negativa, pero con implicaturas muy diferentes. No puede resolverse la asimetría entre los contenidos próximo y polar en tanto que el primero origine, por acto incompleto, el segundo. No del todo carece de polaridad, pero implica ~P. Casi entraña ~P, orientado en el discurso hacia argumentos distintos (en este caso, (1) hacer rehabilitación frente a (2) ser rematado). 3.3.2. ¿Dos tipos de aproximativos? En esta distinción entre casi y no del todo interviene también la naturaleza del predicado dado; según un lexema u otro, cabe refuerzo o no, por ejemplo (Horn 2002): (4) ¿Está casi lista la cena? (5) #¿Está David casi muerto? Sí, {(de hecho) está del todo lista} Sí, {(de hecho) está del todo muerto} Hay casos como (5) en los que las condiciones de felicidad del aproximativo casi (reforzado) no se cumplen: no del todo no se combina con cualquier casi. Según Horn (2002), esta diferencia se debe a que aquello que denota el lexema morir es 218 | P á g i n a considerablemente más significativo (posee mayor fuerza ilocutiva) que el de cenar. Por ello, ejemplos como (4) y (5) responderían a un hecho argumental, por el que ocasionalmente casi-P es incompatible con no-del-todo-P. Pero no siempre la fuerza argumentativa sirve de respuesta para los casos en que estos adverbios son incompatibles. La pragmática radical se valdrá de estas evidencias para tratar de explicar discursivamente casi. PRIMER INTENTO–. Atlas (1984) insiste en una lectura pragmática y contrapone, a la compatibilidad que vemos en (4), enunciados con ambos adverbios no conmutados: (6) a. Fulanito está casi listo, si no (incluso) completamente listo. (He’s almost ready, if not completely) b. #Fulanito está completamente listo, si no (incluso) casi listo. Este ejemplo quedará rebatido al constatarse que la suspensión de casi en (6b), en lugar de a una inferencia pragmática, responde a las propiedades de las oraciones condicionales (Klein 1992, apud Horn 2002). A partir de ahí, desde los estudios pragmáticos (Atlas 1997), se reconsiderará la tesis del entrañamiento, pero replanteada. SEGUNDO INTENTO–. La no conmutación parece excepcional a ciertos argumentos (5) y a las condicionales (6b), mientras que la polaridad se mantiene pero con diferentes inferencias (compárense los ejemplos (1) y (2)). Surgen entonces, desde este nuevo filtro pragmático con concesiones a la semántica, dos tipos de adverbios aproximativos. Para diferenciarlos, se toma como modelo el adverbio apenas (Horn 2002:61): (7) a. Apenas nadie fue a su entierro, de hecho no fue nadie (barely anyone = casi nadie). b. #Apenas (=casi no) ha nevado este invierno y (de hecho) no ha nevado. El primero (7a), de carácter monotónico, se definiría como un apenas cuantificacional, y supone un entrañamiento descendente (DE-ness, Downward Entailment); el segundo (7b), que acompaña predicados verbales, sería no-monotónico. El rasgo DE-ness parte de la base según la cual muchos hablantes dan por verdadero un enunciado como «Apenas acudieron 100 personas», aun cuando el número exacto de asistentes al evento fuera 97; por lo que (7a) es semánticamente válido. Contrariamente, la solución del DE-ness no funciona en casos como (7b), por lo que no es una solución definitiva; y hace más problemática la explicación de la licencia de los IPN (y de sus comportamientos negativos). 219 | P á g i n a 3.3.3. La inercia asertórica como lugar de los aproximativos Como punto de partida, para entender qué es lo asertóricamente inerte, hay que remitirse antes a la idea de aserción (Stalnaker 1979). Dentro de un contexto dado, la aserción sería bien el propósito de cambiar este, un paso potencialmente controvertido mediante el cual reducir el conjunto de contextos; o bien la propuesta de añadir el contenido de lo asertado al fundamento común (base compartida). Es esta actuación directa sobre lo común lo que la diferencia de la presuposición. La presuposición se relaciona con el contexto pero no pretende interferir en él. La presuposición es una proposición que el hablante trata como no polémica, ya que la sobrentiende. Véase el diagrama: Frente a esta dicotomía de planos, Horn (2002:62) propone que «el material semánticamente entrañado pero que escapa al ámbito de lo asertado (y, por ende, al aspecto potencialmente controvertido del significado) cuente como asertóricamente inerte». La base semántica de casi, que desata inferencias en contrario, contendría dicho material: La IA, paralela a la aserción plena o simplemente aserción, determina la licencia de los IPN y se relaciona, de modo distinto al DE-ness, con la orientación escalar. La idea última es que el sentido negativo de oraciones como (1) o (7a), que contienen casi, está entrañado, pero es asertóricamente inerte, de ahí su comportamiento no-monotónico: 220 | P á g i n a Ambos casos escapan a la pragmática: como ya hemos apuntado solo el apenas de (7a) se ajusta al DE-ness, al tiempo que (1) no es equivalente a (2) en sus implicaturas. En los dos últimos casos, la negación es algo inherente tanto a casi como a no del todo, con una diferencia: en los enunciados con casi, lo negado se entraña de una base semántica formalmente afirmativa (B=>~B), mientras que con no del todo lo negado se entraña de un predicado ya negado (no-del-todo-C=>~C). Se trata de entrañamientos diferentes, es más, como vemos en el cuadro anterior, (~B) y (~C) deben permanecer en la aserción; pues el material que le corresponde al dominio de la presuposición son las inferencias. La semántica determina el correlato negativo y, ya en el discurso (pragmática), tendremos una inferencia (B’) u otra (C’) según el fundamento común asertado sea o no inerte. Disparidad que hace más notoria la imposibilidad de que (1) y (2) sean sinónimos: Así pues, casi y no del todo son coincidentes al nivel de lo que entrañan, mientras que difieren a nivel de lo que asertan. Compárense sus dos compontes (Schwenter 2002): 221 | P á g i n a casi (almost) Entrañado Asertado no del todo (not quite) Entrañado Asertado PRÓXIMO + + PRÓXIMO + – POLAR + – POLAR + + En conclusión, (1) y (2) no pueden ser equivalentes. Es cierto que ambos entrañan un predicado irrealizado pero, si no del todo está asertado, casi, en tanto que IPN, es asertóricamente inerte. Señalemos algunas problemáticas con estos adverbios: NO DEL TODO–. Al no ser un aproximativo, está asertado; es decir, su significado, como el de cualquier otro adverbio es pleno por sí solo: tiene sustancia semántica (de ahí que, como en (6) caiga dentro del ámbito del DE-ness). CASI–. En tanto que IPN, está asertado; pero carece de sustancia semántica. APENAS–. Únicamente el apenas monotónico se orienta a la polaridad discursiva. Solo en base a la aserción funciona la IA, pero sin que la aserción monopolice el plano semántico (pues serían idénticos) ni determine las realizaciones pragmáticas. La necesidad teórica de la IA radica en el hecho de que el DE-ness no constituye un rasgo distintivo para todos los aproximativos (véanse las dos clases de apenas), al tiempo que estas variaciones no pueden atribuirse al territorio de las implicaturas (puesto que estas inferencias se mueven en el terreno de lo presupuesto, y toda presuposición es por definición un contenido no asertado). De esta falta de estructuración se requiere un nuevo (sub)nivel semántico donde poder ubicar, independientemente de que se produzcan o no fenómenos de polaridad en el discurso, la base semántica por la que los adverbios aproximativos son susceptibles de actuar o no como IPN: Una especie de plano eclipsado por la aserción plena que activara automáticamente el entrañamiento polar, independientemente de que en el uso pragmático se puedan dar lecturas invertidas (que significan lo contrario) o expletivas (desactivadas). Con esta nueva distribución, adverbios como los de (1) o (7a) pasan a estar en un mismo nivel de entrañamiento; por lo que ambos significan de forma 222 | P á g i n a descendente, pero no albergan DE-ness, precisamente por ser asertóricamente inertes (rasgo al que, sin embargo, no del todo siempre se ajusta). El en la aserción y no en la en IA. DE-ness solo puede darse Con esta clasificación se explica, más allá de la función descendente compartida entre aproximativos (casi) y otros adverbios (no del todo), que en unos casos sean significativamente plenos (semánticamente sustanciales), como (2); y en otros casos (1) inertes: No obstante, pese a casos como (6) o (7b), que desacreditan el DE-ness, es innegable que existe una similitud entre este matiz y los elementos plenamente descendentes. Lo aser-tóricamente inerte no es sustancial, pero está relacionado con el plano paralelo asertado, con que comparte nivel de significado y en el que sí se da un entrañamiento. Para Horn (2002:63), lo realmente relevante para la licencia de los IPN es la aserción descendente (Downward Assertion, abreviado con DA) más que el entrañamiento descendente per se: Se trata de una relación simbiótica: al no poder darse un DE-ness en la IA, es la aserción inerte en sí misma la que activa y desempeña esta función. La importancia de esta imagen refleja es caudal, pues los IPN son sensibles al DA, no al DE-ness como tal. En ejemplos como (1) y (7a) el componente próximo (cercanía |-C(P)) está en ambos casos entrañado y asertado, mientras que el componente polar (=>~P) está entrañado pero no está asertado (no plenamente). Si aplicamos a casi al reparto arriba esquematizado: 223 | P á g i n a NIVELES SUST. SEMÁNTICA RELACIÓN LÓGICA + (semántica) Inercia asertórica No asertado ICG – – (pragmática) Entrañamiento Aserción Asertado Downward Entailment (DE-ness) Donward Assertion (DA) Presuposición casi Componente próximo (closeness) Componente polar inerte (o entrañado): IPN (Horn, 2002) Contenido polar (realizaciones pragmáticas de los IPN): tipos de casi 3 diríamos que casi y no del todo entrañan lo mismo (proximidad) en el primer nivel asertado; mientras que, en el nivel de la IA, el DA facilita la aparición de los IPN. Lo que aquí se produce es un fenómeno inherente al adverbio más complejo que una ICG: tanto casi como no del todo son contenidos asertados (enunciados y con función descendente) y, por consiguiente, entrañan lo mismo: proximidad (a partir de aquí empieza la pragmática). Esta equivalencia en lo asertado explica la conmutabilidad existente entre: - Fulanito está casi listo, pero no del todo. - =Fulanito no está del todo listo, pero casi. {casi(|-C(listo) & IA=>~(listo))} pero {no del todo(|-C(listo) & asertado=>~(listo))} {no del todo(|-C(listo) & asertado=>~(listo))} pero {casi(|-C(listo) & IA=>~(listo))} No obstante, las condiciones de felicidad se ven frustradas en casos como los siguientes: - Casi listo, si no del todo #No listo del todo, si no casi. {Casi listo, si no (incluso) completamente} {#No complentamente listo, si no (incluso) casi} Esto es así porque el aproximativo casi, además de un contenido asertado que responde al DE-ness (aquí se queda el análisis de no del todo), posee un contenido 3 Algunas de estas realizaciones vendrían a ser coincidentes en el significado y el discurso (las más de las veces); pero también hay casos en que, sin dejar de asertar inertemente, el significado del hablante (prag-mática) genera una inferencia opuesta en el contexto. Remitimos al trabajo de Pons Bordería y Schwenter (2011:184), quienes enumeran cuatro clases de casi en español: 1. 2. 3. 4. casi canónico: base semántica en IA (|-C(P)=>[(~P)]) – discurso (|-C(P)[(~P)]) casi pseudocanónico: base semántica en IA (|-C(P)=>[ (~P)]) – discurso (|-C(P)[(~P)]) casi «expletivo»: base semántica en IA (|-C(P)=>[(~P)]) – discurso (|-C(P)[(P)]) casi invertido «valenciano»: base semántica IA (|-C(P)=>[(~P)]) – discurso (|-C(P)[(P)]) 224 | P á g i n a asertóricamente interte: el que lo vuelve un IPN. Los IPN no están propiamente entrañados, sino que se activan a través de la DA (emparentada con el DE-ness): - Casi listo (DA => no lo está), si no del todo listo (DE-ness). {Casi listo (DA => no lo esta), si no (incluso) completamente listo (DA ∈ DE-ness)} #No listo del todo (DE-ness), si no (incluso) casi listo (DE-ness ∉ DA). La aserción inerte es descendente (DA) porque la aserción plena funciona como un entrañamiento descendente (DE-ness). El ejemplo de arriba muestra como la aserción inerte se incluye dentro de la aserción plena, por lo que el DE-ness no puede estar recogido en la DA, sino al revés (como muestra la no combinación con el adverbio de foco incluso). Creemos oportuno servirnos de la notación lógica de símbolo de pertenencia a clase («∈»), puesto que la inercia asertórica se inserta dentro de la aserción, nunca al revés; y, en consecuencia, sus respectivos entrañamientos descendientes también: Al compartir sustancialidad, la DA de los IPN pues es una aserción descendente (paralela al facilita los entrañamientos (=>~P), DE-ness) y aleja el predicado de su culminación. 3.3.4. Inercia asertórica: consideraciones finales UNA NUEVA PROPUESTA–. Frente al Principio de Implicatura Contrafactual, la inversión de la polaridad en un adverbio aproximativo como casi se hallaría en su base semántica. Su realización es un proceso pragmático, pero el entrañamiento negativo en sí no es el corolario de una ICG por acto irrealizado. ABSTRACCIÓN TEÓRICA–. El interplano añadido de la IA puede parecer innecesario, pero nos es útil al dar con imágenes especulares del tipo casi/no del todo. Al carecer no del todo de un interés mayor para el estudio pragmático (pues es de la definición de los aproximativos frente a la explicación contrafactual lo que aquí se trata), este par de adverbios requiere ser descrito desde el estamento que ambos comparten: la semántica. UN NUEVO BINOMIO–. La IA se presenta como el funcionamiento intermedio de un contenido asertado pero que, aislado, es inerte. Está asertado: se adecúa a 225 | P á g i n a unas condiciones combinatorias, es decir, no es completamente libre ni meramente accesorio (su ausencia genera enunciados pragmáticamente inadecuados). Es inerte: su significado se completa con el de otro elemento que sí contiene sustancia semántica. DOS ENTRAÑAMIENTOS–. Los IPN son asertóricamente inertes pero sensibles al DA en tanto en cuanto este se ve activado por su convivencia con el DEness del nivel de la aserción. Lo asertado está activando el significado de la IA, al tiempo que las aserciones inertes funcionarían evocando la sustancia semántica de la cual carecen. 4. CONCLUSIONES El fin de este trabajo ha sido exponer las principales líneas de investigación en torno al estudio de los adverbios aproximativos. Hemos partido de la premisa de que el presente texto habría de servir a un lector especializado como primera toma de contacto, ya no con los estudios sobre aproximación, sino, como mínimo, con los trabajos que han girado alrededor de casi. Se ha pretendido confeccionar un estado de la cuestión lo más completo posible que pudiera constituir una introducción a esta temática. Igualmente, se ha tratado la descripción lingüística de la polémica semántico-pragmática entre las ICF y la IA (argumentos y ejemplos de los autores involucrados). 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALCINA, Juan y José Manuel BLECUA (1975). Gramática española, Ariel, Barcelona. AMARAL, Patrícia (2006). “On the semantics of Almost”, en Annual Meeting, LSA AMARAL, Patrícia (2007). The meaning of approximative adverbs: Evidences frim European Portuguese, Tesis Doctoral, Universidad Estatal de Ohio. ANSCOMBRE, Jean-Claude y Oswald DUCROT (1994). La argumentación en la lengua, Gredos, Madrid. ARANOVICH, Raul (1995). “Spanish Casi as Scalar Operator”, en Proceedings of the Twenty-First Annual Meeting of the Berkeley Linguistics Society, págs. 12-23. ATLAS, Jay David (1997). “Negative adverbials, prototypical negation, and the De Morgan taxonomy”, en Journal of Semantics, nº 14, págs. 349-398. 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Este trabajo analiza los actos silenciosos de un grupo de mujeres en conversaciones coloquiales. Los resultados de la investigación sugieren que los silencios analizados responden unas veces a “prácticas de identidad negativa”, que transgreden las actuaciones pragmáticas esperables en ellas, y otras veces a “prácticas de identidad positiva”, que reafirman los comportamientos comunicativos propios del feminolecto (Bucholtz, 1999). También indican que las identidades sociales se negocian mediante la práctica conversacional en cada encuentro comunicativo. Palabras clave: Silencio, Funciones pragmáticas, Feminolecto, Conversación española, Sociolingüística Abstract: The constructivist studies have considered the communication style of women and men is due to sociocultural norms that reaffirm or transgress in the interaction. This depends on whether or not respect the male and female communication rules (Calero, 2007; Serrano, 2008; Acuña, 2009). For that reason the current sociolinguistic prefer to analyze the social identities of the speakers in verbal and nonverbal actions daily. This paper analyzes the silence of a group of women in colloquial conversations. The research results suggest that silences analyzed can be "negative identity practices" which transgress pragmatic expected performances in them, and "positive identity practices" which reaffirm their own communicative behaviors of women (Bucholtz, 1999). They also indicate that social identities are negotiated through conversational practice in each communicative act. Keywords: Silence, Pragmatic functions, Communicative style of women, Spanish conversation, Sociolinguistics 230 1. INTRODUCCIÓN. EL SILENCIO EN LA CONVERSACIÓN COLOQUIAL Los estudios lingüísticos han definido el silencio como la ausencia de habla igual o superior a 1 segundo que aparece en la interacción (Poyatos, 1994; Cestero, 1999; Méndez, 2013b). Se sabe que el silencio forma parte de la conversación cotidiana porque aparece en el decurso fónico; y, además, se considera que tiene significación en la cadena hablada porque, de acuerdo con la teoría de la comunicación planteada por la Escuela de Palo Alto, todo lo que existe en la lengua tiene significado (Firth, 1957; Conde y Macías, 1978; Ellis y Beattie, 1986) 1. Por tanto, los actos silenciosos tienen siempre una función comunicativa como mínimo en la conversación, cuyo grado de consciencia puede variar, pero cuyo significado pragmático será potencialmente reconocido e interpretado por los destinatarios (Mateu, 2001; Escandell, 2006; Camargo y Méndez, 2013c; Méndez y Camargo, en prensa).Las funciones y valores asignados a estos signos no verbales son muchas y variadas. Todas ellas tienen una alta carga sociocultural, de modo que no podremos analizar sus usos sin adscribirlos a una cultura o a un grupo de hablantes determinado. Recientemente, se ha establecido una clasificación pragmática del silencio en la conversación coloquial española (Camargo y Méndez, 2014). Dicha clasificación establece los siguientes tipos de silencios: 1 Según esta perspectiva, “actividad o inactividad, palabras o silencio tienen siempre valor de mensaje; o sea, influyen sobre los demás, quienes a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y, por ende, también comunican” (Girbau-Massana, 2002: 13). Esta creencia responde a un axioma metacomunicacional de la pragmática según el cual, en la conversación, es imposible no comunicar (Bateson, Jackson, Haley y Weakland, 1956). 231 | P á g i n a FUNCIONES COMUNICATIVAS DEL SILENCIO Silencios discursivos ⇒ Se usan para expresar, indicar o reforzar nuestras intenciones enunciativas: - Mostrar acuerdo y desacuerdo. - Intensificar o atenuar. - Engañar o enmascarar. - Introducir argumentaciones o reformulaciones. - Con valor humorístico e irónico. Silencios estructuradores ⇒ Responden a aspectos estructurales de la conversación y a su organización interna: - distribuir de turno de palabra - indicar respuesta despreferida - por errores de coordinación - cambiar de tema - pedir atención o apoyo Silencios epistémicos y psicológicos ⇒ Indican el estado psicológico o emocional de los hablantes en la interacción: - reflexionar - mostrar cautela o prudencia - indicar emociones - transgredir (indicar resistencia o subversión pasiva) Silencios normativos ⇒ Se basan en un sistema de reglas, normas y rituales vigentes en la sociedad española: - por convenciones situacionales - por convenciones sociales - por convenciones culturales Fig. 1: Taxonomía de las funciones comunicativas del silencio en la cultura española (Camargo y Méndez, 2014) Además de distintas funciones pragmáticas, al silencio en la cultura española se le han asignado tradicionalmente otros valores sociales como la descortesía y se ha dicho de élque es poco frecuente en los intercambios comunicativos (Haverkate, 1994; Cestero, 2000; Contreras, 2004). Sin embargo, estudios recientes han demostrado que, entre los jóvenes españoles, el silencio no tiene efectos descorteses necesariamente y que, en ocasiones, está más relacionado con “actos de identidad” (Le Page, 1968) de carácter identitario y afiliador (Méndez, 2013a). Siguiendo estos estudios, actualmente, se 232 | P á g i n a considera que las ausencias de habla forman parte del estilo comunicativo de los jóvenes: (1) pertenecen a su identidad social y grupal, (2) los usan con un carácter “antinormativo” y anticortés y (3) su función es la de identificarlos y estrechar lazos entre los miembros del grupo (Camargo y Méndez,2013a).Ahora bien, la diversidad cultural, social y lingüística presente en todas las sociedades no permite generalizaciones en el uso e interpretación del silencio pragmático y requiere de un análisis pormenorizado de cada grupo de hablantes. Eso incluyetambién analizar las particularidades de mujeres y hombres en sus actuaciones conversacionales (como emisores ycomo destinatarios de la enunciación). En este trabajo, se presentarán los resultados de un estudio empírico basado en las conversaciones coloquiales de un grupo de mujeres jóvenes universitarias españolascon amigos/as muy cercanos. A partir de este grupo de mujeres, se analizará dos cuestiones principalmente: (1) con qué funciones comunicativas utilizan las mujeres el silencio, esto es, qué usos estratégicos hacen las informantes de él; y (2) qué relación guardan estos aspectos con la identidad social de los participantes, es decir, si los silencios forman parte de los actos de identidad que utilizan los hablantes para reafirmar y/o transgredir su propio sociolecto. Con este fin, dedicaremos el siguiente apartado a explicar los conceptos de “feminolecto” e “identidad social”. A partir de ese momento, se presentará el estudio empírico basado en 9 horas de conversaciones cotidianas que permitirá describir las frecuencias de aparición de los silencios y analizar las prácticas de identidad que realizan los hablantes, así como sus reafirmaciones y posibles transgresiones. 2. EL FEMINOLECTO Y LOS ACTOS DE IDENTIDAD La sociolingüística y, más concretamente, los estudios de género llevan décadas explicando las actuaciones comunicativas de mujeres y hombres. Estas investigaciones han evidenciado las múltiples diferencias comunicativas existentes entre unas y otros y han observadolas actitudes ante el habla femenina y las restricciones que esta encuentra en cada sociedad (Bengoechea, 2003: 315).El avance y la evolución de los estudios de este tipo han generado que la concepción delgénerohaya ido cambiando a lo largo del tiempo. En los últimos años,la idea de género ha adquirido una serie de connotaciones adicionales con las que no se la relacionaba en sus inicios. Hoy día, se interpreta como “el conjunto de conductas aprendidas que la propia cultura asocia con el hecho de ser un hombre o una mujer” (Pearson, 1993: 27). A esas conductas o identidades se las clasifica como “masculinas” o “femeninas”. 233 | P á g i n a 2.1. Los estudios sobre el estilo comunicativo de las mujeres Durante décadas, los estudios de género han presentado enfoques basados en la teoría de la dominación y la teoría de la diferencia. La teoría de la dominación entendía el lenguaje como un conjunto de estructuras que sustentan el poder masculino y representaba el reflejo de una visión fruto del orden patriarcal establecido que interpretaba lo masculino como lo normativo (Lakoff, 1975; Zimmermann y West, 1975; O’Barr y Atkins, 1980; Spender, 1980; Fishman, 1983). Por su parte, la teoría de la diferencia proclamaba que mujeres y hombres aprenden diferentes comportamientos como parte de su proceso de socialización y, como resultado, las mujeres tienen un estilo conversacional distinto al de los hombres (Tannen, 1990, 1996; Gray, 1992). Desde la visión actual, las diferencias comunicativas entre sexos se consideran un constructo social complejo y fluido que se localiza en la interacción. Así, no habría una sola forma de expresión (femenina o masculina), sino una serie de estilos más o menos indicativos de diferentes identidades que los hablantes eligen. Estas elecciones se realizan dentro de ciertas posibilidades –dependiendo del contexto sociosituacional– para representar la identidad que desean trasmitir (Bengoechea, 2003; Etxebarria, 2007; Serrano, 2008; Acuña, 2009, Camargo y Méndez, 2013b). Este enfoque de corte construccionista se ha denominado enfoque interactivo o dinámico. Autoras como Tannen (1993), Coates (2009), Eckert y McConell-Ginet (2003), Serrano (2008) y Acuña (2009) han dejado atrás las ideas de dominio y diferencia y han preferido adoptar un modelo dinámico basado en factores sociolingüísticos, discursivos y antropológicoetnográficos para referirse a las diferencias de género. Este enfoque sugiere que: (1) los roles lingüísticos de los sexos no están dados de antemano, se crean durante la interacción; (2) el contexto tampoco está determinado, se construye en el habla y en el transcurso de la interacción; y (3) todo lo que sucede en la interacción es el producto de una acción conjunta, es decir, el resultado de la interacción de los modos de hablar de cada sexo individualmente (Serrano, 2008: 10). El cambio de perspectiva adoptado en los estudios de género –muy alejados ya de las generalizaciones sobre el lenguaje de las mujeres y más centrados en los usos comunicativos de mujeres específicas en situaciones concretas– ha generado la aparición de numerosos microestudios basados en hablantes de comunidades pequeñas y locales (Eckert y McConnell-Ginet, 1992). En estos estudios, se observan las prácticas discursivas de grupos de mujeres y hombres miembros de diversas comunidades sociales que se solapan entre sí (como adolescentes escolares, vecinas de barrio, clientas de un 234 | P á g i n a gimnasio o una discoteca, jugadores amateurs, aficionados al deporte, etc.). Uno de los objetivos generales de dichos estudios es probar cómo la noción de género va inexorablemente unida a otros atributos sociales y personales (además del sexo) y está enraizada en la cultura (Méndez, 2014: 204). En varios de estos estudios, se ha sugerido que mujeres y hombres usan los mismos rasgos lingüísticos, pero lo hacen con estrategias comunicativas diferentes. Si aplicamos esta afirmación al tema que nos ocupa, podríamos decir que tanto mujeres como hombres utilizan el silencio en la conversación, pero que lo hacen de distinta forma, es decir, con intenciones y funciones diferentes. De ahí que, como decimos, los rasgos caracterizadores del habla no tengan un significado propio en sí mismo, sino que estén directamente ligados a la identidad social de quienes los usan, de quienes los reciben y del lugar en el que se producen (Almeida, 2000; Coates, 2009). No obstante, esto no quita que, culturalmente, desde un enfoque occidental (principalmente desde una visión anglosajona), se haya establecido una división en el trabajo lingüístico que desempeñan mujeres (plano afectivo) y hombres (plano instrumental). Se dice que los hombres parecen más interesados en reafirmar o imponer sus conceptos, en trasmitir un mensaje, es decir, sus actos comunicativos tienen un carácter monologado (Lozano, 1995: 177), de ahí que tiendan a callar y reflexionar más su mensaje para que este sea claro y se entienda. Las mujeres, en cambio, tratan en mayor medida de llenar el hueco y evitar el silencio, utilizando algún otro elemento mientras reflexionan sobre lo que van a decir. Por tanto, podría decirse –siguiendo la idea del enfoque dinámico que acabamos de explicar– que existen distintos aspectos comunicativos que emergen en la propia interacción, que son indicativos de las identidades de los hablantes y que pueden darse o no en cada contexto dependiendo de la identidad que se desee trasmitir. 2.2. La identidad social de los hablantes y su relación con la variable sexo La identidad social ha sido definida por Tajfel et al. (1986) como una representación interna de uno mismo como miembro de un grupo social que implica componentes cognitivos y afectivos. La teoría de la identidad social explica que las personas necesitan pertenecer a grupos que les den una identidad social positiva y que, por esa razón, crean o adoptan reglas lingüísticas para parecerse o formar parte de aquellos grupos con los que se identifican (Blas Arroyo, 1999: 50). La identidad de un grupo de hablantes está formada por sus “imaginarios sociales”, esto es, por todo lo que comparten los miembros del grupo: sus creencias, sus opiniones, sus valores y sus gustos. 235 | P á g i n a Tal y como explica Charaudeau,“en este proceso de construcción identitaria, el lenguaje ocupa una posición central, pues es gracias a él y a través de él que se construyen y circulan las visiones del mundo que caracterizan a los grupos sociales” (Charaudeau, 2012: 23).Así pues, no es de extrañar que los hablantes que comparten la misma identidad social negocien el significado de forma similar y dispongan de un repertorio compartido de fuentes conjuntas para hacerlo (Wenger, 1998: 85). De este modo, cualquier forma lingüística que produzcan puede señalar una relación de pertenencia o exclusión de un grupo social y así reflejar, mediante el lenguaje, ideologías, puntos de vista, actitudes y prácticas asociadas a grupos concretos (De Fina et al., 2006: 15). Dentro de la sociolingüística, el sexo de los hablantes se ha considerado un rasgo social marcador de identidad que incide claramente en los aspectos discursivos de la interacción, ya que condiciona las elecciones verbales y no verbales de los individuos y determina cuál será su significado o interpretación (Calero, 2007; Serrano, 2008; Acuña, 2009; Méndez, en prensa). Como ya se ha dicho, los hablantes cuando conversan tienen metas de identidad que se rigen, entre otras cosas, por los comportamientos “femenino” y “masculino”. Es decir, las actividades verbales y no verbales que realizan están destinadas a construir su identidad (también la de género) y a respetar (al menos en principio) la identidad del interlocutor o interlocutores. Pero no hay que perder de vista que la identidad es un producto mutable, pues se construye y desarrolla en la interacción, yno depende exclusivamente del individuo, sino que se negocia en cada contexto de forma conjunta (De Fina et al., 2006; Santaemilia, 2011). Atendiendo los estudios actuales que niegan la existencia rasgos naturales, predeterminados, que definan a la persona o la esencia de un individuo por su mera pertenencia a una categoría o grupo social determinado (Weatherall, 2002; Bou, 2011), en este trabajo, partimos de la idea de que las identidades se realizan, se crean y se recrean en contextos locales de interacción (Butler, 1990; Bucholtz, 1999; Méndez, en prensa). Las identidades no solo las forja un individuo mediante una serie de rasgos que reivindica para sí en su discurso, sino que también derivan de los rasgos que otros individuos le asignan o atribuyen (Sunderland y Litosseliti, 2002). En consecuencia, “la identidad que un individuo desea construir para sí en un momento dado interactúa de diferentes maneras (reforzándose, cuestionándose, complementándose, etc.) con la identidad que otros individuos le atribuyen” (Bou, 2011: 165). Por este motivo,“las relaciones que un individuo establece con otras personas se encuentran en el centro de la construcción discursiva de la identidad, que es siempre de carácter social, fruto de una 236 | P á g i n a producción conjunta” (Chouliaraki y Fairclough, 1999apud Bou, 2011: 165). Es por esa razón que en la investigación que presentamos en las siguientes páginas no solo atenderemos el sexo del emisor del silencio, sino también el sexo del destinatario. A esto hay que añadir que la construcción conjunta de la identidad se lleva a cabo dentro de un contexto social e histórico determinado, cuyas prácticas e ideologías dominantes, hegemónicas, condicionarán todo el proceso constructivo de ahí que no puedan establecerse generalizaciones y deban plantearse estudios centrados en grupos de hablantes concretos (Butler, 1990; Ehrlich, 2008). Además, en el estudio que sigue, se atenderá también la clasificación que propone Bucholtz (1999) para las prácticas de identidad. Este concepto que presenta la autora está muy relacionado con todo lo anterior y se resume en que todos los individuos cuando interactuamos estamos realizando prácticas de identidad. Tras sus análisis, Bucholtz concluye que dichas prácticas o actuaciones pueden dividirse en prácticas de identidad positivas,orientadas a reafirmar la identidad elegida en ese intercambio comunicativo y prácticas de identidad negativas, que emplean para distanciarse de su identidad y aproximarse más a otras (como, por ejemplo, a la identidad del interlocutor) 2.Como se verá a continuación, las informantes del estudio tienen en común que son mujeres universitarias españolas de entre 22 y 25 años, originarias de Palma, con el español como lengua materna y que pertenecen todas al mismo grupo social (constituyen una pandilla de amigos). 3. EL ESTUDIO EMPÍRICO: METODOLOGÍA Y RESULTADOS Para llevar a cabo el estudio se ha contado con 9 horas de grabación que pertenecen a conversaciones cotidianas de 6 jóvenes mallorquinas. Las informantes conversan con amigos y amigas a los que les unen lazos muy estrechos (son familiares y amigos/as desde hace más de 10 años). Las conversaciones tienen un tono coloquial y distendido y, además, se han producido en contextos altamente informales y muy frecuentados por ellos. Concretamente, se ha dispuesto de 6 conversaciones de 90 minutos 2 En los casos en los que las prácticas de identidad son negativas e intentan acercase al modelo comunicativo del interlocutor se produce un fenómeno similar al de la “acomodación lingüística”. En palabras de Molina, con frecuencia, los hablantes buscan la convergencia con su interlocutor aunque este no forme parte de su mismo grupo social. En estos casos se produce un fenómeno de acomodación lingüística.Las razones por las que los hablantes deciden mantener una conducta convergente con sus interlocutores son variadas. Según explica la autora, pueden deberse a un intento de mejorar la eficacia de la comunicación, obtener la aprobación social del oyente o mantener las identidades sociales positivas (Molina, 2010: 30). 237 | P á g i n a cada una en las que 3 de las informantes conversan con mujeres y las otras 3 informantes interactúan con hombres. El muestreo se realizó de forma intencionada, descartando así el factor azar. Estas mujeres forman parte de una red social compacta y muy concreta: son jóvenes universitarias menores de 25 años que mantienen una relación de amistad muy estrecha con sus interlocutores. Las grabaciones se realizaron en Palma durante la primavera de 2011 mediante la técnica de la grabación secreta y la observación participante. Al finalizar el encuentro se informó a todos los participantes de que habían sido grabados y se les pidió su consentimiento para que las muestras pudieran formar parte de este trabajo. El objetivo de seleccionar hablantes con una relación social tan próxima es el de obtener intercambios lo más informales, naturales y espontáneos posibles. Los datos fueron recogidos en lugares frecuentados habitualmente por los hablantes (cafeterías, domicilios y vehículos particulares). Todos los encuentros se desarrollaron de manera totalmente libre, natural y espontánea, sin que existiera en ningún momento la intención de organizar los encuentros ni de dirigir la conversación. La finalidad de las participantes, como tantas otras veces, era reunirse en torno a una charla amigable, de modo que los temas que se han registrado en las muestras están relacionados con diferentes cuestiones personales (laborales, familiares, académicas…) o temas de actualidad (política, sexismo, economía, sociedad…). 3.1. La incidencia de los actos silenciosos en el habla de las mujeres El primer dato reseñable del estudio es que se han localizado un total de 220 silencios pertenecientes a las 6 informantes objeto de análisis. Como se aprecia en la gráfica, algunas de las funciones comunicativas presentan índices de producción más altos (como los intensificadores o atenuadores, por petición de atención o apoyo, reflexivos, reformuladores o por cambio de tema) que otras que aparecen en menor medida (cautela, desconocimiento, humor e ironía…): 238 | P á g i n a F RECUENCIAS DE LAS FUNCIONES COMUNICATIVAS DEL SILECIO 102 Casos 50% 40% 30% 20% 10% 0% 21 Casos 37 Casos 9 Casos 11 Casos 9 Casos 17 Casos 12 Casos Pet. Descon Reflexiv Intensi/ Humor/ Reform Cambio Apoyo/ Cautela ocimien os Atenua Ironía ulación tema Aten to Datos 9,50% 16,92% 4,17% 4,17% 46,43% 5,00% 7,71% 5,52% Fig. 2. Resultados generales de las funciones comunicativas del silencio producidas por las 6 mujeres del estudio De forma más específica, cabe destacar que las mujeres del estudio utilizan el silencio mayoritariamente con un valor discursivo de intensificar o atenuar sus mensajes (46,4%, esto es, 102 casos de 220). En segundo lugar, lo usan como estructurador y regulador de las peticiones de atención y apoyo (16,9%, esto es, 37 casos de 220). Por último, recurren al silencio frecuentemente con un valor epistémico de reflexión (9,5%, esto es, 21 casos de 220). Entre las funciones que han registrado menor representación se encuentran las de carácter psicológico: silencios por cautela y por desconocimiento(4,1%, esto es, 9 casos de 220), silencios humorísticos e irónicos (5%, esto es, 11 casos de 220) y silencios por cambio de tema(5,5%, esto es, 12 casos de 220). Si nos centramos ahora en los datos obtenidos de las informantes que conversan con otras mujeres observamos que, en estas situaciones, las mujeres del estudio producen muchos menos silencios que cuando conversan con hombres. Más concretamente, las mujeres en conversaciones con personas de su mismo sexo solo producen el 26,8% del total de silencios (59 casos de 220). Véase la siguiente tabla: 239 | P á g i n a F RECUENCIAS DE LAS MUJERES QUE CONVERSAN CON OTRAS MUJERES 50% 40% 30% 20% 10% 0% 59 Casos 13 Casos 1 Caso 4 Casos 4 Casos 27 Casos 4 Casos 4 Casos 2 Casos Pet. Descon Intensi Refor Frecue Reflexi Cautel Humor Cambi Apoyo ocimie /Atenu mulaci ncia vos a /Ironía o tema /Aten nto a ón Datos 26,80% 0,84% 20,33% 6,77% 6,77% 44,06% 6,77% 6,77% 3,38% Fig. 3. Resultados de las mujeres en conversaciones con mujeres Además, también se aprecian diferencias en las frecuencias de aparición de cada una de las funciones comunicativas del silencio. Se ha observado que las mujeres del estudio que conversan con mujeres recurren al silencio con frecuencias mayores a la media general (datos presentados en la figura 2) en las funciones de silencio por cautela (6,7%, esto es, 4 casos de 59), desconocimiento (6,7%, esto es, 4 casos de 59), reformulación (6,7%, esto es, 4 casos de 59) y humor e ironía (6,7%, esto es, 4 casos de 59). Y que, en cambio, presentan frecuencias más bajas en otras funciones como cambio de tema (3,3%, esto es, 2 casos de 59) y reflexión (0,8%, esto es 1 caso de 59). Por su parte, las funciones intensificación o atenuación (44%, esto es, 27 casos de 59) y petición de atención o apoyo (20,3%, esto es, 13 casos de 59) siguen siendo las funciones más habituales, aunque también sufren alguna variación: los silencios por intensificación o atenuación disminuyen respecto a los resultados generales presentados previamente y la función por petición de atención y apoyo aumenta. En relación a los datos obtenidos de las informantes que conversan con hombres observamos que las mujeres del estudio, en estos casos, presentan una producción de silencios mucho mayor que las mujeres que conversan con mujeres, concretamente, el 73,2% del total de silencios (161 casos de 220). Estos datos pueden comprobarse en la tabla que sigue: 240 | P á g i n a 80% 161 Casos F RECUENCIAS DE LAS MUJERES QUE CONVERSAN CON HOMBRES 76 Casos 60% 40% 20 Casos 20% 0% 25 Casos 5 Casos 5 Casos 7 Casos 13 Casos 10 Casos Pet. Descon Intensi Refor Frecue Reflexi Cautel Humor Cambi Apoyo ocimie /Atenu mulaci ncia vos a /Ironía o tema /Aten nto a ón Datos 73,20% 12,42% 15,52% 3,10% 3,10% 47,20% 4,34% 8,07% 6,21% Fig. 4.Resultados de las mujeres en conversaciones con hombres Además, las frecuencias de las funciones indican que existen diferencias en las actuaciones de estas mujeres que conversan con hombres respecto a las que conversaban con mujeres. En este caso, aparte de las funciones de intensificación o atenuación (47,2%, esto es, 76 casos de 161) y petición de atención y apoyo (15,5%, esto es, 25 casos de 161) que son las predominantes en todos los casos, puede observarse cómo ganan un mayor protagonismo las funciones de reflexión (12,4%, esto es, 20 casos de 161), reformulación (8%, esto es,13 casos de 161) y cambio de tema (6,2%, esto es, 10 casos de 161). Por tanto, la principal conclusión a la que llegamos en esta parte del análisis es que existen diferencias en los silencios que producen las mujeres, dependiendo del sexo de su interlocutor. En vista de que la variable “sexo del interlocutor” es portadora de variación, en las páginas que siguen, se van a comparar los resultados del presente estudio con los de una investigación previa para determinar si las prácticas del silencio aquí observadas se corresponden o no con lo que se ha descrito sobre las mujeres en la conversación española. La intención última de esta segunda parte del estudio es analizar si los comportamientos de las informantes del estudio coinciden con lo registrado previamente en otros estudios sobre la conversación española, puesto que, en ese caso, se podría hablar de los actos silenciosos como prácticas de identidad positiva que reafirman el feminolecto. Si lo que ocurre, en cambio, es que no coinciden con lo observado en otros 241 | P á g i n a grupos de mujeres españolas, en ese caso, podríamos hablar de las ausencias de habla como prácticas de identidad negativas que transgreden el sexolecto 3. 3.1.1. Prácticas identidad positiva en conversaciones entre mujeres: reafirmación del feminolecto Al comparar los resultados del estudio aquí presentado con los del estudio previo comentado, se observa que las frecuencias de producción de silencios y los porcentajes de las funciones son similares entre las mujeres que conversan con mujeres y el otro grupo de mujeres del estudio anterior. Es decir, las mujeres de ambos estudios presentan índices similares de producción de silencios y, además, los usan con las mismas funciones. Este hecho puede comprobarse en la gráfica: C OMPARATIVA CON OTRO ESTUDIO DE MUJERES QUE CONVERSAN CON MUJERES 50% 45,4% 44,1% 40% 26,8% 18,0% 24,5% 30% 20,3% 6,8% 6,8% 20% 6,8% 6,8% 7,7% 5,5% 0,8% 5,0% 5,0% 5,0% 10% 3,4% 1,0% 0% Pet. Desco Intens Humo Refor Cambi Frecu Reflex Cautel Apoyo nocim i/Aten r/Ironí mulac o encia ivos a /Aten iento ua a ión tema Datos 26,80% 0,84% 20,33% 6,77% 6,77% 44,06% 6,77% 6,77% 3,38% Est. Prev. 24,50% 1,00% 18,00% 5,00% 5,00% 45,40% 5,00% 7,70% 5,50% Fig. 5. Comparativa de los resultados “mujeres que conversan con mujeres” en el estudio actual y en otro estudio previo Como se aprecia en los datos de la figura 5, las diferencias en las frecuencias de producción de silencios y en las funciones pragmáticas registradas en los grupos de mujeres de ambos estudios no superan el 2% en ninguno de los casos. Este dato indica que, al menos en los dos estudios comparados, las mujeres muestran comportamientos 3 Los datos con los que se va a realizar la comparación forman parte de un estudio basado en un corpus más amplio de conversaciones coloquiales (en total 20 horas de grabación). En este corpus, 10 informantes (5 mujeres y 5 hombres) con el mismo perfil que los informantes del estudio realizado aquí conversan informalmente con amigos. Para más información sobre el estudio referido, véase Méndez (2014). 242 | P á g i n a similares y que cuando conversan con otras mujeres, las informantes utilizan el silencio como actos de identidad que reafirman su propio sociolecto. Esta reafirmación de la identidad social propia del grupo de mujeres se extrae, como decimos, de la similitud que existe en el uso del silencio entre las mujeres de este estudio con las actuaciones observadas en otros estudios sobre los silencios de las mujeres jóvenes universitarias españolas. Así pues, en estos casos podría hablarse del silencio como prácticas de identidad positivas, es decir, como actuaciones que responden a lo que las informantes son y al grupo social al que pertenecen, que permiten ver los aspectos propios e identitarios del grupo del que forman parte y que responden a la manera que tiene dicho grupo de comunicarse. 3.2.2. Prácticas de identidad negativa en conversaciones mixtas: transgresión del feminolecto También se ha hecho una comparativa entre las actuaciones de las mujeres que conversan con mujeres y de las mujeres que conversan con hombres en este estudio. Como ya se ha ido comentando a lo largo de todo el trabajo, se han observado diferencias entre las mujeres en conversaciones mixtas y las conversaciones de solo mujeres, tanto en la producción del silencio como en las funciones comunicativas que desempeña. Una de las diferencias más pronunciadas es la que se da en la cantidad de silencios que producen las mujeres que conversan con mujeres (26,8%) y las mujeres que interactúan con hombres (73,2%). Estos datos pueden observase en la gráfica que aparece a continuación. También hay diferencias pronunciadas en varias funciones pragmáticas. En algunos casos se vislumbra un aumento de frecuencia de ciertas funciones por parte de las mujeres que conversan con hombres como, por ejemplo, en el caso de los silencios reflexivos (conversaciones mixtas un 12,4% y conversaciones femeninas tan solo un 0,8%) y silencios por reformulación (conversaciones mixtas un 8% y conversaciones femeninas un 6,7%). En cambio, en otros casos, lo que se ha producido es una disminución en algunas funciones en las mujeres que conversan con hombres. Este es el caso de los silencios por petición de atención y apoyo (conversaciones mixtas un 15,5% y conversaciones femeninas un 20,3%), en la función por cautela (conversaciones mixtas un 3,1% y conversaciones femeninas un 20,3%) y en la función humor e ironía (conversaciones mixtas un 4,3% y conversaciones femeninas un 6,7%). 243 | P á g i n a C OMPARATIVA ↑ 75,5%* 80% 60% 40% 20% 0% Mixtas 73,2% ENTRE MUJERES QUE CONVERSAN CON MUJERES Y MUJERES QUE CONVERSAN CON HOMBRES ↑ 19,5%* ↓ 9,8%* ↓ 2,1%* ↓ 2,5%* 47,2% 44,1% 26,8% 20,3% 3,1% 12,4% 15,5% 6,8% 6,8% 0,8% 3,1% ↑ 18,7%* 6,2% 4,3% 8,1% 6,8% 6,8% 3,4% Pet. Desco Intens Humo Refor Cambi Frecu Reflex Cautel Apoyo nocim i/Aten r/Iron mulac o encia ivos a /Aten iento ua ía ión tema 73,20% 12,42% 15,52% 3,10% 3,10% 47,20% 4,34% 8,07% 6,21% Solo Muj. 26,80% 0,84% 20,33% 6,77% 6,77% 44,06% 6,77% 6,77% 3,38% Fig. 6.Comparativa de los resultados “mujeres que conversan con mujeres”, “mujeres que conversan con hombres” y hombres (estos últimos datos pertenecen a otro estudio (Méndez, 2014) y aparecen arriba con *) En el segundo punto de este trabajo, nos hemos referido a las prácticas de identidad negativas como aquellas que emplean los hablantes para distanciarse de la identidad social que caracteriza a la comunidad de práctica a la que pertenecen (en este caso: mujeres jóvenes universitarias). Dicho de otro modo, son una transgresión de su identidad social y grupal y de los rasgos lingüísticos que caracterizan a su grupo. En este estudio se ha podido comprobar que las mujeres recurren al silencio con unas frecuencias y funciones determinadas y que esas frecuencias y funciones se reafirman en sus conversaciones con otras mujeres. Asimismo, esas frecuencias han podido contrastarse con otros estudios anteriores. Por tanto, todas aquellas actuaciones –señaladas en las líneas anteriores –que no coinciden con los comportamientos considerados identificativos de las mujeres pueden considerarse transgresiones del feminolecto o de la identidad social de estas mujeres. Además, si vamos un paso más allá y comparamos las actuaciones de las mujeres que conversan con hombres con los comportamientos que se han descrito para los hombres en otros estudios, podemos encontrar ciertas similitudes. Las mujeres del estudio cuando conversan con hombres presentan comportamientos que se asemejan a los de estos. Es decir, se observa una tendencia a la acomodación lingüística por parte de las mujeres a la manera de comunicarse que presentan sus interlocutores masculinos. En relación a esto, cabe señalar en primer lugar que, según los datos del estudio previo con el que contamos, los hombres producen el 75,5% del total de los silencios que aparecen 244 | P á g i n a en la interacción. En el estudio que aquí presentamos solo analizamos el silencio de las mujeres, pero se ha observado que las que conversan con ellos son las que producen la mayor parte de silencios (el 73,20%). Además, se ha observado un aumento en el uso de ciertas funciones en el caso de las mujeres que conversan con hombres que también coincide con un mayor uso de estos tipos de silencios por parte de los hombres (este fenómeno se aprecia en los silencios reflexivos y en los reformuladores). Y, por otra parte, también se aprecia el descenso en la producción de otras funciones del silencio en estas mujeres, una vez más, en consonancia con las actuaciones de los hombres (eso se aprecia en el caso de los silencios por petición de atención o apoyo, cautela y humor o ironía). Como decimos, todos estos casos responden a prácticas de identidad negativa (similares a procesos de acomodación) que producen las mujeres que conversan con hombres y que transgreden su sociolecto para aproximarse al de su interlocutor masculino. Por tanto, del análisis podemos concluir que el hecho de que las mujeres del estudio conversen con hombres o con mujeres incide en la frecuencia de aparición del silencio, en las funciones pragmáticas de los mismos y en tipo de prácticas de identidad que realizan. También puede deducirse que existe una acomodación por parte de las mujeres que conversan con hombres, pues –en un afán de salvar distancias y aproximarse a su interlocutor–, se adaptan a las estrategias comunicativas de sus interlocutores e, incluso, modifican o “adaptan” su estilo comunicativo propio. Todo lo anterior, por último, nos lleva a entender que las identidades sociales de los hablantes se crean, negocian, reafirman y transgreden en cada encuentro comunicativo mediante la práctica conversacional. 4. CONCLUSIONES A lo largo del trabajo, se ha explicado que las identidades sociales de los hablantes quedan al descubierto en la práctica interaccional y que los usos estratégicos que hacen los hablantes de los signos verbales y no verbales pueden responder a reafirmaciones y transgresiones de su propio sociolecto. En las páginas anteriores, se ha presentado un estudio empírico, basado en las conversaciones coloquiales de 6 mujeres jóvenes con estudios superiores. El análisis se ha centrado en los 220 actos silenciosos producidos por el grupo de mujeres del estudio en 9 horas de conversaciones mantenidas con amigos y amigas muy cercanos. Los datos obtenidos han permitido describir las frecuencias de producción de silencios de estas mujeres, analizar las funciones pragmáticas más 245 | P á g i n a habituales en sus prácticas comunicativas diarias y presentar un estudio contrastivo entre las mujeres que conversan con mujeres y las mujeres que conversan con hombres. Del estudio se deduce quetanto mujeres como hombres utilizan el silencio en la conversación, pero que lo hacen de distinta forma, es decir, con intenciones y frecuencias diferentes. De ahí que, como decimos, estos elementos estén directamente ligados a la identidad social de quienes los usan, de quienes los reciben y del lugar en el que se producen. Uno de los datos más interesantes que revela la investigación es que las mujeres producen silencios como prácticas de identidad positivas, es decir, prácticas que reafirman la identidad social del grupo de informantes y prácticas de identidad negativas, esto es, que los emplean de tal forma que puedan distanciarse de su identidad y aproximarse más a la de otro como, por ejemplo, la identidad del interlocutor.Dicho de otro modo, a partir de los 4 tipos de silencios explicados (discursivos, estructuradores, psicológicos y epistémicos y normativos), se ha determinado que las mujeres producen a través del silencio estrategias cooperativas o “actos de involucración” (Cestero, 2007) con otras mujeres que les permiten reforzar lazos identitarios y de afiliación. Además, también se ha comprobado que las mujeres del estudio buscan la convergencia con sus interlocutores masculinos y acomodan su discurso al de sus interlocutores con el fin de “mejorar la eficacia comunicativa” u “obtener la aprobación social del oyente” (Molina, 2010). 5. BIBLIOGRAFÍA ACUÑA FERREIRA, Virginia Antonia (2009): Género y discurso. Las mujeres y los hombres en la interacción conversacional. Munich: Lincom. ALMEIDA, Manuel (2000): Sociolingüística. La Laguna: Universidad de La Laguna. BATESON, Gregory,JACKSON, Donald, HALEY, Jay y John WEAKLAND (1956): “Toward a theory of schizophrenia”. Behavioral Science, 1, 4, 251-254. BENGOECHEA BARTOLOMÉ, Mercedes (2003): “La comunicación femenina. Claves desde la perspectiva de género, para entender qué pasa cuando hablamos”.Emakunde, 1, 1-33. BLAS ARROYO, José Luis (1999): “Las actitudes hacia la variación intradialectal en la sociolingüística hispánica”. Estudios Filológicos, 34, 47-72. 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The analysis of safety data sheets in Polish and English ALEKSANDRA BEATA MAKOWSKA UNIVERSITY OF ŁÓDŹ, POLAND Abstract: In business, the flow of information facilitates the functioning of companies on the market. Production companies are particularly dependent on the technical support from their suppliers due to the use of chemical substances in the process of production. In the case of material safety data sheets (SDS), clear information is indispensable, as it ensures safety as well as provides details concerning the use of the substance on the production line in the production company. Moreover, Registration, Evaluation and Authorisation of Chemicals (REACH) and Classification, Labelling and Packaging (CLP) regulations, parts of Globally Harmonized System of Classification and Labelling of Chemicals (GHS) implemented in 2003 in 60 countries, provide instructions on how they should be prepared, and national controlling bodies, such as the Bureau for Chemical Substances in Poland, ensure how these regulations should be implemented. On the other hand, the European Standard for Translation Services EN-15038 provides quality requirements for specialised translators. However, the analysis of safety documents reveals that the performance does not reflect the ideal. For the purpose of this study the author analyzed a selection of material safety data sheets in the Polish, English and German language for the respective products in order to spot the potential areas of problems and to provide possible solutions to problems. It remains to be seen whether it is possible to produce a set of guidelines for the successful translation that would serve its purpose and be useful for the target reader. Keywords: Specialised translation, Safety regulation language, Safety data sheets, Equivalence, Relevance, Skopos, Terminology Resumen: En los negocios el flujo de información facilita el funcionamiento de las empresas en el mercado. Las empresas de producción son particularmente dependientes de la asistencia técnica de los proveedores debido a la utilización de sustancias químicas en el proceso de producción. En el caso de las hojas de datos de seguridad de los materiales, la información clara es indispensable, ya que garantiza la seguridad, así como proporciona detalles sobre el uso de la sustancia en la línea de producción en la empresa de producción. Por otra parte, Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas (del inglés REACH) y la Clasificación, Etiquetado y Envasado (del inglés CLP) los reglamentos, de una parte del Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (del inglés GHS) implantado en 2003 en 60 países, introducen instrucciones de cómo deberían estar preparados, y los organismos de control nacionales, tales como la Oficina de Sustancias Químicas en Polonia, aseguran cómo deberían 252 | P á g i n a aplicarse estas normas. Por otra parte, la norma europea para servicios de traducción EN-15038 proporciona requisitos de calidad para los traductores especializados. Sin embargo, el análisis de los documentos de seguridad revela que el rendimiento no refleja el ideal. Para el propósito de este estudio el autor analiza una selección de fichas de seguridad en polaco, inglés y alemán para los respectivos productos con el fin de detectar las posibles áreas de problemas y aportar posibles soluciones a los problemas. Queda por ver si es posible producir un conjunto de directrices para el éxito de la traducción que cumple su objetivo y ser útil para el lector de destino. Palabras clave: Traducción especializada, Regulación segura del lenguaje, Equivalencia, Relevancia, Skopos, Terminología INTRODUCTION Every business activity necessitates information spread in order to function effectively. Information must be provided in time to make a decision. In the case of safety data sheets, clear information is indispensable as it ensures or facilitates safety on the production line in the production company. DOCUMENTS REQUIRED BY LAW The article presents an analysis of safety data sheets (SDS), official documents, which provide guidelines on handling, storing and using chemicals in industry. Moreover, as a part of requirements, manufacturers need to provide labels on packaging which are an abbreviated form of safety data sheets and often supply technical data sheets that serve as ‘instruction manuals’. GHS 1 implemented in 2003 in 60 countries, a legal base for the issue of documents, regulates the safe use of chemical substances worldwide. The European Union regulated the free circulation and registration of chemicals by REACH 2 1 Globally Harmonized System of Classification and Labelling of Chemicals (GHS) is a system of classification of chemicals based on the criterion of types of hazard the chemical involves and introduces a harmonized system of hazard communication via packaging labels and safety data sheets in order to protect human health and the environment while handling, transporting and using chemical substances. The system introduces regulations regarding the safe use of chemicals at a regional, national and worldwide level. Retrieved from: http://www.unece.org/trans/danger/publi/ghs/ghs_welcome_e.html, 01.12.2014 2 Regulation on Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemicals (REACH) came into force in 2007 and aims at protecting human health and the environment from the hazards involved by chemicals. The legislation ‘makes industry responsible for assessing and managing the risks posed by chemicals and providing appropriate safety information to their users’. Retrieved from: http://ec.europa.eu/enterprise/sectors/chemicals/reach/index_en.htm, 01.12.2014 253 | P á g i n a and the issue of safety data sheets and labelling CLP 3 Regulation. According to them, every substance has to have a safety data sheet and a label on the packaging, meeting the EU requirements. In EU, special bodies were established. Since 2007 ECHA in the EU and the Bureau for Chemical Substances in Poland since 2011, have ensured that the legislations are implemented. Moreover, there are Polish controlling authorities visiting production sites, namely National Labour Inspectorate (Państwowa Inspekcja Pracy) and Sanitary-Epidemiological Station (SANEPID), which require that there is a copy of the EU documentation for each chemical substance available to workers and that each can is labelled according to the regulations. SAFETY DATA SHEETS Safety data sheets are documents that provide guidelines on how to deal in the case of emergency as well as they give thorough instructions concerning handling, storing, using, transporting and disposing of the chemical substance. They consist of 16 sections, which include the name of the producer or producer’s representative, the substance ingredients, hazards (with the use of pictograms) which may arise when the product is used as well as instructions concerning transport, handling and storing. These sections are identified and listed in the Annex 4 of the GHS (discussed later) in order to create one harmonized system of safety documents worldwide. The format allows for the quick identification of potential hazards and application of the proper treatment in case of an emergency situation, even if the SDS is written in a foreign language. As mentioned before, these documents should be available to everyone interested in the contents on the production site on demand: workers on the production site using the product, warehouse workers that store the chemical substance, and emergency crew that comes and rescues members of any of the previous groups after an accident. The target readers are specialists. Furthermore, safety data sheets are created for every single substance or product, e.g. every colour (as each colour contains different pigments which might be harmful to a different degree). These documents are updated every time when there is a change in the product or in the legislation. 3 Regulation on classification, labelling and packaging of substances and mixtures (CLP) is a part of the GHS in the EU and undertakes to enable international trade in chemicals on the one hand and ensure the protection of human health and environment. Retrieved from: http://ec.europa.eu/enterprise/sectors/chemicals/classification/index_en.htm, 01.12.2014 254 | P á g i n a THE IMPORTANCE OF THE TOPIC FOR TRANSLATORS The issue of safety data sheets is important for translators as the documents need to be translated into the target language. On the one hand, the volume of international cooperation and the information exchange has been constantly increasing (Cabre, 1998:4). The GHS implemented in 60 countries worldwide imposes the harmonization of the international trade of chemicals. Moreover, in the EU level there are 24 official languages and documents have to be translated into every language. Furthermore, safety data sheets are created for each product – even every colour, solvent or thinner and they are updated after each change in the product or in the regulations. However, the access to safety data sheets can be difficult for buyers. Problems derive either from poor access to Polish versions of safety data sheets or from the questionable quality or usability of their translations, which violate translation standards as Byrne (2006) puts it translating is not simply transmitting information (2006:10)’. When translating a specialized text, the translator needs to ‘ensure that all of the relevant information is indeed conveyed but also that it is conveyed in such a way that the readers can use the information easily, properly and effectively (Byrne, 2006:10)’. Moreover, technical translation is recognised legally, as there appeared the European standard of translation EN 15038: 2006 4, which states that terms need to be applied appropriately in the proper context and the EAFT: European Association for Terminology 5 principles as well as ISO 6 standards for translation and terminology. THE DIVISION OF TRANSLATION CHALLENGES IN THE SDS Translation of the safety data sheets can pose a challenge to translators for a number of factors which can be divided into two main categories: linguistic challenges due to the transfer from the source language/source culture into the target language/target culture and legal requirements imposed by the GHS. Among linguistic challenges there are lexical and syntactic challenges, register and layout. The division is parallel to Źrałka’s (2007) characteristics of a codified text 4 European quality standard EN-15038:2006 is a standard for translation services whose aim is to ensure the quality of the process and provides ‘a set of procedures and requirements to meet market needs’. Retrieved from: http://qualitystandard.bs.en-15038.com/ , 01.12.2014. 5 The European Association for Terminology ‘is a non-profit professional organisation for the terminology sector in Europe’ and aims at research in terminology and building awareness of the terminology. Retrieved from: http://www.eaft-aet.net/en/home/, 01.12.2014 6 ISO TC/37 - Terminology and other language and content resources introduced in 1952 and currently ISO 12616 - Translation-oriented terminography. 255 | P á g i n a (which will be discussed below), namely: • layout (text division, content of information, formulas), • vocabulary (terminology, morphological features of typical vocabulary), • grammar (typical grammatical structures, syntax), • register (vocabulary and grammatical constructions used, communication strategies, overall – the stylistic features) (Źrałka’s 2007:77)’. As for the lexical challenges, there is a mixture of legal, technical, medical, chemical and technological jargons. There are terms from all of these domains because they intertwine. The next kind of challenges are syntactic challenges. SDSs contain safety regulation language that is supposed to give clear and precise instructions. Contrary to a belief concerning the language of official documents, it consists mainly of imperatives. Another syntactic characteristic is the use of nominalization and nominal phrases which the discussed documents share with other types of official writings. The register of the language is formal with the use of the impersonal mood. The last criterion of the official documents is the layout which is defined by the GHS and is either a list or a table. Apart from linguistic criteria, there are legal requirements that are identified in the Annex 4 of the GHS 7. The first requirement is the language used which should be ‘simple, clear, and precise (Annex 4 of the GHS, 2013:410)’. The authors and translators of the SDS should avoid ‘jargons, acronyms and abbreviations’ as well as vague and misleading expressions (Annex 4 of the GHS, 2013:410)’. According to the GHS, ‘phrases such as “may be dangerous”, “no health effects”, “safe under most conditions of use”, or “harmless” are also not recommended (Annex 4 of the GHS, 2013:410)’. The second GHS requirement is the contents which are 16 sections with the following headings: 7 The full text of the Annex 4 of the GHS available at and retrieved from: http://www.unece.org/fileadmin/DAM/trans/danger/publi/ghs/ghs_rev01/English/08e_annex4.p df, 01.12.2014 256 | P á g i n a 1. Identification 2. Hazard identification 3. Composition/information on ingredients 4. First-aid measures 5. Fire-fighting measures 6. Accidental release measures 7. Handling and storage 8. Exposure controls/personal protection 9. Physical and chemical properties 10. Stability and reactivity 11. Toxicological information 12. Ecological information 13. Disposal considerations 14. Transport information 15. Regulatory information 16. Other information (Annex 4 of the GHS, 2013:378) LINGUISTIC CHALLENGES As mentioned before, in the SDS there is a mixture of jargons. The terminological complexity depends on the combination of the symbols, terms and instructions. Some of them are either translated or omitted. In the lexical challenges one can find GHS hazard statements of components, R-phrases and S-phrases and acronyms representing other standards. Among them. there are GHS hazard symbols and their levels of toxicity, e.g. (1) Eye Dam. 1 H318; Acute Tox. 4, H302; Skin Irrit. 2, H315 They identify the hazard and provide information about its detrimental effect on living creatures and environment. GHS hazard symbols are treated as standards and they remain in English. They give clear information for the emergency crew about what to expect even if the SDS is written in a foreign language. The accompanying instruction is provided in the target language. However, such justification of the omission strategy in the levels of toxicity can be questioned due to the fact that not everyone speaks English. Safety data sheets also contain R phrases and R numbers and S phrases and S numbers, e.g (2a, 2b respectively). 257 | P á g i n a (2a) R66 Repeated exposure may cause skin dryness or cracking. R66 Wiederholter Kontakt kann zu spröder oder rissiger Haut führen. / Repeated contact can lead to cracking and drying of skin/ R 66 Powtarzające się narażenie może powodować wysuszanie lub pękanie skóry. /Repeated exposure may cause the dryness or cracking of skin/ (2b) S24 Avoid contact with skin. S24 Unikać zanieczyszczenia skóry. /Avoid contaminating the skin/ S24 24 Berührung mit der Haut vermeiden. /To avoid the touch with the skin/ Together with their numbers, the first bit provides the risks of hazardous chemical substances, whereas the latter is related to the safe handling of dangerous chemical preparations. In this case (2a, 2b), the instruction needs to be transferred into the target language. However, the example above (2b) proves that in each language the messages differ slightly due to the re-conceptualization of the message in the translation process (Lewandowska-Tomaszczyk, 2010:108). In the English language, the instruction warns against the contact of the chemical with skin, in German the message is more literal and contains the noun Berührung /touch/ instead of contact, whereas in Polish it advises not to contaminate the skin. Moreover, there are other standards with their symbols, abbreviations or numberinstruction combinations. CAS is an abbreviation for Chemical Abstract Service, the organization that collects data on chemical substances. When followed with a number, it identifies the chemical substance to avoid confusion. Each chemical substance can have a few names, reflecting Newmark’s (1988:155) division of terms into popular, professional and academic. According to GHS, names of chemicals should be the most familiar or popular, not necessarily professional or academic. As a supplement, the GHS advises to use the CAS number to prevent mistakes from arising. Another set of standards concerns transportation of hazardous substances among which ADR (European Agreement concerning the International Carriage of Dangerous Goods by Road) is regulating international transport of hazardous substances. The ADR number is used together with the instruction and the pictogram only for the substances 258 | P á g i n a that require special transport conditions. The instruction written in English may be clear for specialists but confusing for people not acquainted with the language. SYNTACTIC CHALLENGES Apart from lexical challenges, there are also syntactic challenges that stem from differences across languages and different conceptualization of reality (Langacker, 1986:1-2), despite the fact that all analyzed languages belong to the Indo-European family. English and German are among North-Germanic languages, whereas Polish is a West Slavic language. The English language is an analytic language, characterised by simplified and limited inflections. German is an inflected language with four cases for nouns, pronouns, and adjectives, three genders, and strong and weak verbs. The Polish language is ‘an inflectional language with a high degree of syncretism in the nominal inflection and some suppletion (Dziubalska-Kołaczyk & Walczak, 2011:821)’. Contrary to Źrałka’s results (2007) in terms of syntactic structures, in the SDSs there is mainly the language of instructions which is highly regulated with the predominant number of imperative forms. In Polish and German, the imperative forms can be replaced by the use of the infinitive in order to maintain a formal register, and they are treated as polite and familiar forms of avoiding a direct address (Swan, 2003; Donaldson, 2007). In Polish, the impersonal form należy /it is supposed to/ is used as a way of giving formal instructions (Swan, 2003). Differences between the languages can also be observed in terms of phrase building and compounding. In SDSs, these structures prevail over finite clauses. Examples (3), (4), (5) from each language version illustrate their specificity. In the English language (3), phrases consists of an adjective followed by a noun in plural or are formed by two nouns one of which functioning as an adjective, e.g. (3) environmental precautions, product information The German language is characterized by big compound nouns, where words (nouns) are puts together in ‘ridiculously long words (Donaldson, 2007:47)’. The compound adopts the gender and number from the final noun, for instance (4): (4) Umweltschutzmaßnahmen where Umwelt means environment, Schutz is protection, and finally Maßnahmen are measures. In the Polish version (5) there is a complex descriptive phrase, yet the most detailed which comprises information from the other analyzed language versions (3) and (4), i.e. 259 | P á g i n a (5) środki ostrożności w zakresie ochrony środowiska naturalnego /precautionary measures in terms of the protection of the natural environment/ . TYPES OF TRANSLATION In safety data sheets information is provided in an intersemiotic way, i.e. linguistically and visually. Jakobson’s (1959) free types of translation, interlingual, intralingual and intersemiotic, can be found in the analyzed documents. The first and the most frequent in the SDS is interlingual translation or translation proper which is ‘an interpretation of verbal signs by means of some other language Jakobson’s (1959:114)’. The name of the document serves as an example (6): (6) in English: (material )safety data sheet in Polish: karta charakterystyki /sheet of characteristics/ in German: Sicherheitsdatenblatt Sicherheit – safety Daten – data Blatt – sheet In English and German, the terms are word-for-word translations, whereas the Polish term has a different level of equivalence and granularity. The English version may contain one additional word, the adjective material which was used until 2012. The Polish term consists of a noun phrase with a second noun in the genitive – karta charakterystyki /sheet of characteristics/ which is followed by adjectives niebezpieczny /dangerous/ and chemiczny /chemical/ separated with a slash sign that suggests that the adjectives can be used interchangeably. The noun charakterystyka /characteristics/ is more general than its equivalents in English and German and is defined by the PWN Dictionary of the Polish Language Online 8 as ‘the description of characteristic features of a person or thing’ thus does not suggest that the document deals with safety. The term also demonstrates how the analyzed languages differ. Intralingual translation or rewording can also be found in safety data sheets. It is defined by Jakobson as ‘an interpretation of verbal signs by means of other signs of the same language (1959:114)’. The analysed documents contain R-phrases and S-phrases, which were discussed above. The information given by a symbol followed by the verbal instruction is synonymous. An expert will look at the symbol, a non-expert will read the instruction. The message might be clear even though the SDS is written in a foreign 8 PWN Dictionary of the Polish Language. Retrieved from: http://sjp.pwn.pl/, 15.11.2013 260 | P á g i n a language, e.g. (7) R38 irritating to skin S2 keep out of the reach of children R38 działa drażniąco na skórę S2 chronić przed dziećmi /Works irritatingly to skin/ /to protect from children/ R38: Reizt die Haut S2 Darf nicht in die Hände von Kindern /irritates the skin/ gelangen. /must not fall into the hands of children/ Even though the symbols are the same in the example above (7), the message in each language is expressed differently. In the case of the R-phrase, in the English version, there is a gerund followed by a prepositional phrase, whereas in the Polish and in German language the message is expressed by a finite clause. In Polish, the clause does not require the subject, but in German the subject is omitted. However, the instructions in S2-phrases are expressed more prototypically in two languages, i.e. in English and in Polish there is an imperative and the infinitive phrase functioning as an imperative respectively. The German original again contains a clause with a modal verb dürfen /must/ without a subject. The last type of translation identified by Jakobson (1959) is intersemiotic translation or transmutation which is ‘an interpretation of verbal signs by means of signs of nonverbal sign systems (1959:114)’. SDSs contain pictograms introduced by the GHS that represent hazards and inform about the damage the chemical substance can cause. Because are standardized across countries and clear to interpret, the GHS imposed using them in all SDSs. Figure 1. presents GHS pictograms representing hazards: Figure 1. The new (left) and old (right) GHS pictogram representing an irritant substance or mixture. EQUIVALENCE Translation of safety data sheets focuses more on the meaning of the message, less on the form in order to achieve the equivalent effect. For this reason, Nida & Taber’s dynamic equivalence is applied because the focus is on the transfer of meaning into the target language, not on the grammatical form (1969:22-23). The following example 261 | P á g i n a illustrates how the specificities of the three analyzed documents affect the form: (8) in English: Never give anything by mouth to an unconscious person. in Polish: W przypadku utraty przytomności nie podawać niczego doustnie. /In the case of lost unconsciousness not to give anything by mouth/ in German: Bei Bewußtlosigkeit keine Verabreichung über den Mund. /In case of unconsciousness no application by mouth/ The example (8) shows that the grammatical form is irrelevant, the most important is to maintain the meaning. In all language versions the most important is information that an unconscious person should not be fed, however in each language version the grammatical form is different. In English there is an imperative, in the Polish version the message is provided in an impersonal form and in German the instruction is given by means of a noun phrase. PROBLEMS WITH THE TERMINOLOGY Terminological complexity of safety data sheets proves to pose a challenge for the translators and specialists because the translations are not free from errors. In one set of the documents, specialists preparing the SDS confused the term primer with varnish and it concerns all analyzed language versions. Primer is the first, preparatory layer of varnish or ink printed on the surface for further printing and is defined by the Longman Dictionary of Contemporary English as ‘paint that you put on the surface of wood, metal etc before you put on the main layer of paint’ 9. In German, the term Primer is also used and has a similar definition, i.e. ‘Grundierung, Grundanstrich, Haftgrundmittel’ (Wörterbuch Duden online) 10 /the first layer, the first adhesive layer/, which points out that it is a borrowing from English. The other term, varnish, functions only in the English language and is defined by LDCE as ‘a clear liquid that is painted onto things, especially things made of wood, to protect them, or the hard shiny surface produced by this’ 11, so it is the end layer of printing. By using the word primer for the sense of varnish, the Terminology Translation Theory is violated as well as the technological process in the printing house. 9 http://www.ldoceonline.com/dictionary/primer, 01.09.2014 http://www.duden.de/rechtschreibung/Primer, 01.09.2014 11 http://www.ldoceonline.com/dictionary/varnish_1, 01.09.2014. 10 262 | P á g i n a It also contradicts Thelen’s studies (2010) that terms should be applied in their proper contexts. The term primer used in the SDS refers to the glossy varnish, which is never applied as the preparatory layer but at the end of printing process to make the colours more vivid and to add the finishing touch to the printouts. SKOPOS-DRIVEN DOCUMENTS Safety data sheets are examples of codified texts that ‘are characterised by an officially stated and organised structure of their components (Źrałka, 2007:76)’ where each element is obligatory. These texts serve informational purposes and should contain relevant information. The function of the text is of overriding importance regardless the language and the culture and the same information should be provided (Vermeer, 1989:222). However, the study reveals that the theoretical assumptions concerning translation are not obeyed. As an example of violations of the Skopos Theory may serve trade names (9): (9) in the German original: Allzwecklazur / all purpose stain / in the English version: All Purpose Stain in the Polish version: Aidol Allzwecklasur numer artykułu: 2350-2367 /Aidol all purpose stain article number 2350-2367/ The original document was written in the German language. There is no function rendering from the German language to the Polish language, because the noun describing the product was not translated into Polish and remains in German. Moreover, the German and English trade names give the impression that the corresponding safety data sheets pertain to different products. The Polish trade name is the most descriptive and contains the name of the company’s product range and the product number (referred to as article number) which are omitted in the original and in the English version. The omission strategy in the translation of the product name in the Polish language can be interpreted twofold: either as a translation error or purposeful action. The translator decided to treat the product name as an established brand name, which in this case is unjustified because it might lead to confusion. Proper translation, providing the same function in the Polish version, would be the following (10): (10) Aidol lazura ogólnego zastosowania /Aidol stain for all purposes/. 263 | P á g i n a It would be advisable to add the name of the product range Aidol in the German original and in the English translation to improve the impression that the safety data sheets pertain to the same product. Translation of trade names is important and difficult at the same time. On the one hand, from the marketing perspective, brands should remain in a foreign language to maintain global brand identity and give the impression of the unity of the product range. On the other hand, in industrial applications, products need to be identified quickly and their names should give hints of their use. It can be inferred from the analyzed material that companies and translators cannot reach the consensus on this matter. PROBLEMS WITH RELEVANCE Relevance in the safety data sheets can be understood twofold and these issues intertwine. On the one hand, the documents should provide relevant information, i.e. that is ‘directly relating to the subject or problem being discussed or considered’, according to the Longman Dictionary of Contemporary English 12. On the other, SDSs need to be analyzed from the perspective of the Relevance Theory which states that the communication aims at achieving optimally relevant messages (Sperber & Wilson, 2012). An utterance is considered as optimally relevant: • when the addressees are able to comprehend the message without unnecessary effort • when the information is beneficiary for the receivers (Sperber & Wilson, 2012). In the translation process, the product (the SDS) should be written in such a way that it is clear to understand, which goes in alliance with the GHS requirements, as well as provides its readers with necessary information concerning hazards entailed with the contact with the chemical. It all should be achieved within the constraints of the codified text and highly regulated language. The translations of SDSs deal with the problem in question to a different degree. In the following example (11), the document lists hazardous substances: 12 http://www.ldoceonline.com/dictionary/relevant, 03.12.2014. 264 | P á g i n a (11) In English (section 3): Dangerous components: CAS: 111-76-2 2-butoxyethanol Acute Tox. 4, H302; Acute Tox.4, H312; Acute Tox. 4, H332; Skin Irrit. 2, H315; Eye Irrit. 2. H319 In German (section 3): Gefahrliche Inhaltsstoffe: CAS: 111-76-2 Butylglykol Acute Tox. 4, H302; Acute Tox.4, H312; Acute Tox. 4, H332; Skin Irrit. 2, H315; Eye Irrit. 2. H319 In Polish (section 2): Składniki niebezpieczne: / Dangerous ingredients/ 2-butoksyetanol /2-butoxyethanol/ CAS: 111-76-2 Klasyfikacja: Xn; R 20/21/22-36/38 /classification Xn; R 20/21/22-36/38 / (section 3): Opis rodzaju zagrożenia: /the description of the kind of jeopardy/ Produkt nie jest klasyfikowany jako preparat niebezpieczny /product is not classified as a dangerous preparation/ Both, Polish and English versions give the same name of the chemical substance however in English and German there is the CAS number, whereas in Polish there are Rphrases. The English and German versions contain additionally GHS hazard statements with their levels of toxicity and skin irritation. This information is not provided in the Polish version. Moreover, the terms for the name of the substance are different: in the English and Polish versions the author used a more technical term, whereas in German there is a more popular/colloquial term. The CAS number added to the name of the substance prevents from confusion. The German original follows the GHS guidelines and makes the language adjusted to the end user. Furthermore, the Polish SDS gives the impression that it concerns a different substance, since in the section pertaining to the description of dangerous ingredients (section 3) contains information that the substance is not hazardous and the dangerous component is mentioned in a different section of the document (section 2). This example (11) illustrates how authors and translators provide quasi relevant information. The lack of consistency in the description of dangerous 265 | P á g i n a chemicals as well as including different information in the same section and compensating the data concerning the preparation in another violate the Relevance Theory in terms of content. The violation may also appear in terms of syntactic structures. The following example (12) shows that it is natural in the German language to express the instruction in the infinitive form. In the English language, it is acceptable to address the receivers directly by using the imperative, whereas in Polish this form of address is used in informal contexts. For this reason, the translation of the following instruction (12) is not optimally relevant because it is unnatural in this context and does not provide the same information, i.e. (12) First aid measures: In all cases of doubt, or when symptoms persist, seek medical advice: Środki pierwszej pomocy: /first aid measures/ W przypadku wystąpienia zaburzeń lub jeżeli źle się poczujesz zasięgnij porady lekarza. /In the case of doubt, or if you feel badly, seek doctor’s advice/ Beschreibung der Erste-Hilfe-Maßnahmen /description of first aid measures/ Bei Auftreten von Symptomen oder in Zweifelsfällen ärztlichen Rat einholen. /By occurrence of symptoms or in cases of doubt, seek medical advice/ Instead of the imperative form, the translator should opt either for the infinitive or for the impersonal construction należy /it is supposed to/. The additional phrase jeżeli źle się poczujesz / if you feel badly / should not be included. SOURCES OF PROBLEMS IN SAFETY DATA SHEETS The analysis of the documents allows for identifying a few areas of problems: Different versions of the same safety data sheet There are different versions of the same safety data sheet in different languages available at the same time. Each safety data sheet contains a version number and the issue date. The numbers and dates do not correspond and therefore some of contents is obsolete. 266 | P á g i n a Problems with adjusting the language The language of the original version is not adjusted to the end user, the team of specialists write the content without considering the degree of its difficulty. However, the documents contain highly regulated language which may be an obstacle in their attempts. Different regulations valid for different countries: There are different regulations valid for different countries, and thus different information appears on the safety data sheet for the same product in different languages. For this reason, there will never be the full standardization of the documents possible. Carelessness of translators The documents contain translation errors, as if they were not proof-read. Moreover, producers or their local subsidiaries commission translations with only one criterion: the price, not quality. Preparation and translation of safety documents generates costs which every company wants to minimize. Lack of full coordination on the EU level Even though there are institutions, like ECHA on the EU-level and Bureau for Chemical Substances in Poland, the coordination over the standardization of the release of the documents either on the national or EU-level is limited. Until now, obsolete documents are available and are distributed to buyers. CONCLUSION Translation of functional documents is a responsible task and should be done with the utmost care. SDSs are safety documents that provide guidance for the safe storing, handling and using chemical substances in industry, therefore they need to be treated with a lot of attention. However, the practice is far from being ideal for a number of reasons. The subject is important for translators as it provides them with a lot of work. On the one hand, there are constant improvements on products which result in the changes in documents. On the other hand, there are amendments in the regulations that impose new document formats. Both reasons require preparation of updates and therefore translation into other languages. The documents need to contain relevant information, written in accordance with the current regulations in the proper form and format. An SDS should contain appropriate 267 | P á g i n a and up-to-date information necessary for the user and should be provided in a digestible form since safety documents have specific purpose: to warn the user against potential dangers connected with the chemical substance. According to the GHS regulations, the language of the SDS has to be clear for people who are obliged to be acquainted with them. The target audience are mostly workers in the production line and in warehouses, therefore the language of instructions should be adjusted to their level of education. Moreover, these documents are read by emergency crews in an emergency situation, where time plays an important role. For this reason, the language needs to be clear and precise to enable them to act quickly. However, terminological complexity makes it difficult as the analyzed documents contain terminology from different domains, i.e. chemistry, physics, medicine, law, etc. From the linguistic perspective, the most important factor is to transfer the message across languages and to maintain the same function of the text, regardless the differences. The analyzed examples show that information is presented in different forms, either lists or tables. Moreover, differences across all three analyzed language versions result from different language systems. Therefore, dynamic equivalence facilitates the naturalness of the message in the target language, and thus diminishes the effort needed to understand it even though the original and the translation will never be the same. Therefore, standardization imposed by the GHS will never be fully attained. The only information that can be transferred across languages without distortions is technical data, symbols and figures, but the instructions expressed verbally will differ. DISCUSSION The issue and translation of safety data sheets pose a challenge both to manufacturers of the chemicals and to translators. In order to reduce the number of inconsistencies across languages, the issue of the documents should be synchronized, at least on the European level. Moreover, translators would benefit if there were translation templates that provide fixed phrases for the instructions in order to limit the number of translation errors. Furthermore, the process of adapting the SDS to the target language would improve if the ECHA workers and authors of these documents cooperated closely with translators on this matter. 268 | P á g i n a BIBLIOGRAPHY BYRNE, J. (2006). Technical Translation Usability Strategies for Translating Technical Documentation. Dordrecht: Springer. CABRE, T., SAGER, J.C. 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She holds an MA in Specialised Translation from the University of Łódź, an MA in Marketing and Management from Wyższa Szkoła Kupiecka in Łódź and MBA from Wyższa Szkoła Kupiecka and IFAM in Paris, France. She worked as a manager in the printing industry for a number of years. Currently, she teaches English and German on specialized courses and her research interests include ESP, teaching business and technical jargons, specialized translation, and business communication. 270 | P á g i n a 13. Análisis de los estudios de variación diatópica en traducción audiovisual GLORIA UCLÉS RAMADA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA Resumen: La presente contribución estudia el tratamiento que ha recibido la variedad lingüística durante el doblaje de una producción audiovisual. Nos centraremos en casos donde el acento original es relevante para la trama o es objeto de mención. Se ha recopilado un corpus del fenómeno estudiado; seguidamente, se han analizado las publicaciones que estudian la relación entre traducción y variación diatópica. El análisis bibliográfico revela que las modalidades de traducción con mayor presencia dialectal son la traducción literaria y la audiovisual. Encontramos propuestas para salvar el problema dialectal; sin embargo, la gran mayoría no vienen respaldadas empíricamente y, en los escasos estudios basados en casos reales, el corpus suele ser muy reducido, lo que produce conclusiones no concluyentes. Por ello, es necesario el estudio mediante corpus basado en ejemplos reales, así como tratar la explicitación de la variación diatópica, un fenómeno que, pese a su frecuente incidencia, no ha sido analizado. Palabras clave: Dialecto, Variación diatópica, Traducción audiovisual, Doblaje Abstract: This paper studies the approaches on linguistic variation for dubbed audiovisual products. The main focus will be put on the cases where the original accent is significant for the plot or has been made explicit. A corpus about this phenomenon has been compiled and afterwards publications on translation and dialect have been analysed. The literature review reveals that the translation modalities in which dialects appear more often are literary and audiovisual translation. There are some proposals to solve the problem; however, most of them lack empiric validation and in the few existing case studies the corpus is very limited and therefore the conclusions that may be drawn are not conclusive. It is thus necessary to carry out a corpusbased approach as well as studying the direct allusions to dialects, which is a phenomenon that, despite being frequent, has not been analysed. Keywords: Dialect, Diatopic variation, Audiovisual translation, Dubbing 1. INTRODUCCIÓN La variación es un factor que ineludiblemente se ha de tener en cuenta a la hora de traducir un texto. El traductor debe ser consciente del uso que se hace no solo de la diatópica, sino de todas las demás variedades en el texto origen para poder trasladarlo de forma eficaz en el texto meta. Cuando aparece una variedad geográfica en un texto, el 271 | P á g i n a traductor se encuentra ante un problema, puesto que no se puede pretender que las variedades diatópicas del texto origen tengan correspondencia con las del texto meta. Los textos de películas y series, junto a los literarios, son las obras de ficción que más se acercan al habla espontánea de una época y lugar determinado. Por tanto, a diferencia de los textos especializados, que se ajustan a una forma y estilo concretos, más o menos estándar, encontraremos en las intervenciones de los personajes un notable espectro de variación lingüística. Este hecho condicionará enormemente la praxis traductora, que habrá de tener en cuenta para la nueva versión no solo la plasmación de significados en la lengua meta (LM), sino también la adecuación a los niveles de la lengua de una forma coherente. Para ello, muchas son las estrategias que se pueden tomar y se carece de una norma rígida que dicte la manera de proceder, pues ante todo es el contexto lo que marcará qué es posible y qué no lo es. Específicamente, analizaremos los procedimientos empleados en series y películas cuando es la variación diatópica la que supone un problema de traducción para el doblaje. A continuación se muestra, mediante un ejemplo de nuestro corpus, lo que hemos considerado como elementos problemático en nuestro estudio: (1) Forgetting Sarah Marshall Aldous: Can you get some towels for me, please, I'm really losing blood. Chuck: You sound like you are from London Aldous: Yeah, I'm from London. Como se ve en el ejemplo, se hace una referencia directa a la variedad diatópica de uno de los personajes. Esto supone un problema traductológico puesto que los diferentes acentos de la lengua origen (LO) se suelen neutralizar en el doblaje al español de España. Sin embargo, ante casos en los que se hace una referencia explícita al geolecto de un personaje, la neutralización de la variedad dialectal no será suficiente, pues la alusión al dialecto se debe trasladar de alguna manera al texto meta. El ámbito audiovisual ofrece la ventaja de que, además de la propia traducción del texto, se pueda emplear una serie de procedimientos que serían inviables en otro tipo de modalidad donde haya casos de variación dialectal (como la subtitulación o la traducción literaria). En el caso del doblaje, recursos paralingüísticos —como, por ejemplo, el cambio en la tonalidad de la voz— pueden usarse en beneficio de la traducción de la variación. 272 | P á g i n a Es necesario también hacer un repaso extensivo por la bibliografía que trata la traducción y la variación diatópica, puesto que constituye la base teórica de nuestro estudio. En primer lugar nos muestra cómo la tradición de estudiar el dialecto en la traducción literaria es más amplia que en traducción audiovisual y, en segundo lugar, que en muchos casos el estudio de la variación diatópica se desliga del análisis empírico y solo ofrece soluciones basadas en ideas e intuiciones que no han sido contrastadas con la realidad (ni cuantitativa ni cualitativamente). A través de la revisión bibliográfica, podemos saber en qué estado se encuentra la traducción de los dialectos y así se nos permite diseñar un estudio que sea relevante y que presente conclusiones innovadoras en cuanto a fenómenos que apenas han sido tratados (la explicitación del dialecto en traducción audiovisual) y a problemas traductológicos que necesitan un nuevo enfoque (necesidad de estudios empíricos que describan y valoren críticamente la traducción de la variedad diatópica). 2. EL ESTUDIO Se cuenta con un corpus de trabajo con 109 escenas de películas y capítulos series de televisión en versión original en lengua inglesa, y sus respectivos doblajes al español de España. En todas ellas, el dialecto geográfico de uno o varios personajes es relevante para el desarrollo la trama o aparece mencionado de forma explícita, como parte del guion. Como en diversas escenas se utilizan varias estrategias de traducción al mismo tiempo, el número de estas no coincide con el número de escenas, sino que se eleva a 124. Mediante un análisis del corpus se han podido extraer una serie de mecanismos que se repiten con diferente incidencia pero que constituyen una compilación de los mecanismos que se utilizan para salvar el problema dialectal en el doblaje de productos audiovisuales de ficción. Concretamente, se han identificado 14 estrategias diferentes: estandarización, sociolecto, cambio de tono de voz, referencia a la voz, cambio de nacionalidad, español con acento inglés, español con acento indio, referencia a la trama, referencia a un rasgo del personaje, cambios léxicos, uso de elementos culturales neutralizadores, uso de elementos culturales adaptados a la cultura meta, referencia a la procedencia de un personaje y referencia de similitud. 273 | P á g i n a 3. VARIACIÓN En palabras de Halliday (1978: 2) «[v]ariation in language is in a quite direct sense the expression of attributes of the social system». Es decir, la variación refleja las construcciones sociales. En este sentido se pueden explicar los diferentes tipos de variación que conforman la clasificación principal de este concepto: la variación diastrática da cuenta de las diferencias lingüísticas entre grupos sociales; la diafásica, el condicionamiento del contexto en las interacciones sociales, y la diatópica estudia las diferencias causadas por el lugar de procedencia del hablante. Los estudios de variación constituyen un campo muy prolífico dentro de la lingüística. En este sentido encontramos trabajos que profundizan en los diferentes tipos de variación más allá de la división fundamental anteriormente comentada (en relación al sexo, la ideología, las lenguas de especialidad, etc.). Además de profundizar en la materia, también se analiza el papel de la variación lingüística en relación con otras disciplinas como pueden ser la estilística, la traducción o la enseñanza de lenguas. Como se puede intuir, los estudios son abundantes y de muy diversa índole. No es nuestro objetivo embarcarnos en una revisión bibliográfica de los estudios sobre variación, puesto que pretendemos básicamente establecer la existencia de patrones de traducción a la hora de traducir la variación diatópica. Nos limitaremos, por consiguiente, a exponer algunas de las publicaciones relevantes que se centran en los aspectos que se tratan en el trabajo, a saber, las que traten la variación diatópica en la traducción. 4. VARIACIÓN DIATÓPICA Y TRADUCCIÓN Los trabajos de variación diatópica y traducción están generalmente ligados a la traducción literaria, aunque también existen obras que tratan el tema de la variación diatópica de forma muy general. Tal es el caso de López y Minett (1997: 62-65), donde se hace una referencia a la existencia de dialectos en la lengua y a la necesidad del traductor de conocerlos. En ocasiones, también aparece este aspecto como parte de un compendio teórico en el que se intenta recoger todas las referencias sobre variación y traducción (Mayoral, 1999). Realizando una revisión bibliográfica, encontramos una cantidad de publicaciones en relación a esta modalidad relativamente grande, si se confrontan con los estudios de la variedad geográfica en traducción audiovisual (a la que nos referiremos como TAV de ahora en adelante). De hecho, Newmark(1988: 171) incluye la traducción de los dialectos como uno de los problemas “evidentes” de la traducción de novelas. Hay que señalar, no 274 | P á g i n a obstante, que los estudios en TAV cuentan con una trayectoria temporal menor que los de traducción literaria. A continuación ofrecemos un repaso de las principales obras que tratan la variación diatópica, principalmente en textos literarios. Los autores se han organizado según el punto de vista que adoptan ante este problema traductológico en tres categorías: enfoque funcionalista, dialectos en la lengua meta y propuestas múltiples. 4.1. Enfoque funcionalista Bajo esta etiqueta se recoge a aquellos autores que apoyan la idea de que es conveniente que el traductor conozca la finalidad detrás del uso del dialecto para poder trasladar con éxito el dialecto de una lengua a otra, pues dependerá más de la reproducción de un efecto en otra lengua que de utilizar determinadas estrategias lingüísticas. El propio Newmark (1988: 195) apunta que, ante la traducción de un dialecto, la tarea del traductor es determinar la función del dialecto en el texto. Las funciones fundamentales de los geolectos para este autor son: (a) to show a slang use of language; (b) to stress social class contrasts; and more rarely (c) to indicate local cultural features En todo caso, no es partidario de una traducción a un dialecto de la LM y aconseja dar pinceladas en el texto meta que apunten a un dialecto real que en la medida de lo posible no se adscriba a ninguna clase social. Desde una perspectiva funcionalista también podemos ver a Ainaud et al. (2003: 112-115), quienes cuestionan la idoneidad de traducir un dialecto por otro en la LM y señalan la importancia de conocer la función del dialecto en el texto origen para así poder reproducir el mismo efecto en el texto meta. En esta importancia de la función del dialecto incide también Pym (2000). Respecto a las cuestiones dialectales en traducción, el autor reflexiona en primer lugar sobre la necesidad de identificar la función que la variación diatópica cumple en un texto: “in order to say anything remotely intelligent about the translation of variety, we would have to know what varieties are doing in cultural products in the first place”. Así, los dialectos se utilizan o bien para dar autenticidad a un texto o bien para crear una parodia. La parodia tiene unas características especiales que permiten reconocerla rápidamente 275 | P á g i n a dentro de un texto: “We know parody is at work when we are made to believe we are receiving only reduced and extreme markers of a truer variety”. Cuando se está buscando autenticidad, por el contrario, la variedad geográfica se presenta de manera muy precisa y detallada. Una vez analizada la variación en el texto origen, Pym (2000) concluye que los traductores se deben centrar en reproducir el efecto que el dialecto produce en el original: When translators are confronted with the markers of a variety, the thing to be rendered is not the source-text variety […]. The thing to be rendered is the variation, the syntagmatic alteration of distance, the relative deviation from a textual or generic norm. En el extremo contrario, Rabadán (1991: 97) considera inaceptable que se utilicen equivalentes funcionales para traducir la variedad diatópica y, según afirma, se suele resolver el problema mediante el uso de la forma estándar de la LM o bien traducir a las formas estándar y explicitar que se ha expresado en dialecto. Este último método, obviamente, no se puede aplicar a la TAV puesto que una coletilla como “añadió en dialecto” resultaría imposible de emplear en el doblaje y carecería de sentido en esta modalidad de traducción, puesto que el receptor podrá juzgar mediante el canal auditivo si está oyendo un dialecto o no. 4.2. Dialectos en lengua meta Otra solución ante la variación dialectal es la sustitución del dialecto de la LO por otro dialecto equivalente en la LM. Para Catford (1965: 87), la noción de equivalencia se debe considerar no tanto a una correspondencia geográfica (usar un dialecto del norte de Francia para un dialecto del norte de Inglaterra, por ejemplo) como al hecho de que el dialecto de la LM cumpla las mismas funciones que tenía el original. Julià (1997: 561) critica el conservadurismo y la falta de imaginación tanto en los postulados teóricos como en las soluciones que se emplean para traducir la variedad geográfica. Por su parte, propone como alternativa usar los dialectos de la LM para traducir los de la LO, a pesar de la oposición generalizada que existe hacia esta estrategia. Esta propuesta de traducir dialecto por dialecto no se ha de entender en el mismo sentido que defiende Pym (2000). Este último habla de una equivalencia más bien funcional que no tiene necesariamente que identificarse con el uso de la variedad geográfica en la LM. 276 | P á g i n a Esto es, estas propuestas apuestan por el uso de formas lingüísticas en la LM que mantengan la misma función que el dialecto original, mientras que Julià propone que la variación diatópica de la LO se traslade como variación diatópica en la LM. El rechazo a esta idea está arraigado en la falta de tradición y de aceptabilidad. Esta posición no solo es compartida por este autor; encontramos también, en el ámbito catalanohablante, a Joan Casas, que usó el dialecto xava 1 en la traducción de Ragazzi di vita de Pasolini realizada en 1993; o a Pau Vidal, quien en 2004 traduce cada dialecto del italiano por uno del catalán en Il birraio di Preston de Camilleri; asimismo, el propio Josep Julià aplica esta misma estrategia por él defendida en Quer pasticciaccio brutto de via Merulana de Gadda traducida en 1995 (Briguglia, 2011). 4.3. Propuestas múltiples Algunos autores ofrecen una serie de estrategias diferentes para poder tratar la traducción de dialectos. En estos casos no abogan por una postura o estrategia concreta, sino que presentan un repertorio relativamente amplio de posibilidades que tiene el traductor para responder ante la aparición de geolectos en un texto. Algunos presentan una clasificación sin valorar las opciones (Marco, 2002), otros validan las propuestas contrastándolas con un corpus de control (Tello, 2011) o extrayendo las estrategias de traducción de novelas con presencia de dialectos (Birguglia, 2011) o, como Mayoral (1990), ofrecen una descripción crítica de los procedimientos que no se apoya empíricamente en ninguna obra. La propuesta de Mayoral (1990) en relación a las soluciones que el traductor puede tomar ante el problema de la variación geográfica parece ser una de las más completas. Se expone una lista en la que se contabilizan siete estrategias traductológicas que se pueden seguir ante la aparición de dialectos en el texto origen (Mayoral 1990: 4042): a) Traducción a la lengua de término estándar (no marcada positivamente según el dialecto): sistema que produce una gran pérdida de significado y tono pero sin efectos no deseados sobe el lector. 1 La Enciclopèdia Catalana recoge bajo xava: «dicho del habla propia de algunos sectores de Barcelona con una clara influencia del castellano, caracterizada por la neutralización de las oposiciones sorda-sonora en la sorda correspondiente y que elimina la diferencia entre vocales abiertas, cerradas y neutras, produciendo una pronunciación de abertura mediana a la manera castellana» (traducción del catalán propia). 277 | P á g i n a b) Traducción a otro dialecto de la lengua término considerado equivalente. […] Este podría ser el caso de la traducción del inglés negro norteamericano por el español andaluz o gitano. O el caso, ya dado en la realidad, de la traducción del cockney de Pigmalión por la lengua barriobajera bonaerense o la lengua de los chulos madrileños. En nuestra opinión, aunque con este recurso se puede mantener el tono, la incompatibilidad entre la información marcada culturalmente, presente en el resto del texto, y la aportada por el nuevo dialecto produce efectos cómicos y la incredulidad en el lector. Nadie lo seguiría en condiciones normales. d) Traducción a variedades subestándares de la lengua término. Sirve para mantener el tono (variedad estilística marcada positivamente) y puede resultar más aceptable que el recurso anterior debido a la asimilación que vulgarmente se da entre dialecto y variedad subestándar. Además de producirse pérdida de contenido, puede chocar fuertemente el uso de la lengua subestándar en personajes cultos o en situaciones formales. No es recomendable. e) Traducción a variedades idiomáticas. Es el método más inofensivo desde el punto de vista de la coherencia cultural; permite mantener el tono aunque se sigue produciendo pérdida de información y de la caracterización de los personajes. f) Uso de elementos fonéticos que el lector de la lengua término identifica con el origen que marca el texto original […]. Aparte de ser necesario un gran oído para que el producto sea verosímil, este recurso utiliza elementos que son descarados clichés; pueden funcionar sólo con lectores de poca capacidad de discriminación y, muy probablemente, provocan imágenes derogatorias asociadas con los hablantes de esos dialectos o produce efectos no incluidos en el original. […] g) Uso de elementos léxicos que el lector de la lengua de término identifica con el origen que marca el texto original. Se le pueden aplicar las mismas reflexiones que en caso anterior: el uso de «manito», «ándela» y «chingada» para reflejar el español de Méjico en un texto traducido al inglés es tan estereotipado y está tan asociado con imágenes cómicas como el de: Oh, la, la! Para identificar a un hablante francés. […] h) Uso de elementos sintácticos que el lector de la lengua de término identifica con el origen que marca el texto original. Por ejemplo, hablar como los indios, con todos los verbos en infinitivo y sin uso de determinantes o la imitación del orden sintáctico del alemán. Son recursos usados 278 | P á g i n a tradicionalmente con fines cómicos y que, en general, no constituirán procedimientos válidos de traducción para refleja variedades de origen. No obstante, solo en una de las siete propuestas (la estrategia b) hay constancia de que la estrategia haya sido verdaderamente usada en alguna traducción. La ejemplificación de estas soluciones se aplica a casos hipotéticos, de modo que la posterior valoración de estos se produce, por tanto, sin tener en cuenta su uso real. Marco (2002, 80-81) presenta una serie de posibles traducciones del dialecto basadas en tres dicotomías. En primer lugar se pueden adoptar soluciones con marcas o sin marcas, es decir, o bien se neutraliza la variedad geográfica o se intenta dar alguna equivalencia en el texto meta. Dentro de las estrategias con marcas se encuentran las que implican algún tipo de transgresión de la norma (en cualquiera de los niveles lingüísticos) y las que no transgreden. A su vez, dentro del subgrupo con transgresión puede haber soluciones naturales (usar dialectos reales de la LM) o convencionales (crear una variedad artificial). Briguglia (2009) estudia las traducciones de obras de Pasolini, Gadda y Camilleri principalmente al catalán, aunque también acude a las traducciones a otras lenguas (español, francés, inglés y alemán). En su análisis concluye que las opciones más utilizadas para traducir el dialecto son las siguientes: - Traducir a una lengua estándar - Salpicar el estándar de formas propias del oral - Salpicar el estándar de vocablos de la lengua original - Desviar el lenguaje a través de artificios creativos ideados por el traductor - Reproducir dialectos autóctonos A diferencia de Birguglia, Tello (2011) realiza en primer lugar una propuesta de posibles traducciones del dialecto en novelas que posteriormente contrasta con diez obras en las que aparece el dialecto y sus traducciones. Se observa que la estrategia mayoritaria es la neutralización, seguida de la traducción coloquial. - Neutralización o traducción hacia la lengua estándar - Compensación - Traducción coloquial - Violación de la norma lingüística - Traducción dialectal 279 | P á g i n a Los estudios previamente presentados o bien tratan con la variación diatópica de una forma muy vaga o bien están centrados en la traducción literaria. Se observa también la prevalencia del prescriptivismo, puesto que, a excepción de Birguglia y Tello, los demás autores presentan sus propuestas sin apoyarlas en ningún estudio empírico, sino más bien en opiniones. No obstante, parte de las soluciones que se presentan podrían usarse para traducir el dialecto en TAV y, de hecho, se utilizan (la neutralización es una estrategia muy recurrente en estos casos). Cabe esperar, sin embargo, resultados más precisos de los estudios centrados exclusivamente en variación en los textos audiovisuales. 5. LOS ESTUDIOS DE VARIACIÓN DIATÓPICA Y TAV La traducción audiovisual tiene una serie de características diferentes de otros textos que hacen que el tratamiento de la variedad geográfica sea, en ocasiones, diferente que en los textos escritos. Por lo tanto, también las estrategias que se sigan al traducir el dialecto en una u otra modalidad divergirán parcialmente. La principal diferencia entre la TAV y la traducción escrita es que en la primera, el receptor obtiene la información por dos canales: el visual y el auditivo. Las imágenes que se proyectan restringen el marco de actuación del traductor, que no podrá contradecir con el texto lo que el espectador ve en la pantalla. Por otro lado, en el canal auditivo, las marcas dialectales se hacen más patentes que si se reproduce el habla en un texto escrito. En definitiva, aspectos como una pronunciación y una entonación concreta (además de las marcas sintácticas y léxicas que sí se pueden reproducir fácilmente en el escrito) hacen que el espectador reconozca inmediatamente la variedad que está utilizando el usuario. En consecuencia, no solo la actuación del traductor audiovisual, sino también la del actor de doblaje desempeñan un papel fundamental. Habrá casos en los que la variación se neutralice, pero en los ejemplos en que se sustituya por otro dialecto, por un sociolecto o en los que se solucione de cualquier otra manera en que la voz tenga un papel fundamental, el actor de doblaje será tanto o más importante que el traductor para que la solución resulte exitosa. Desafortunadamente, la variación diatópica en la traducción para el doblaje no es un fenómeno que haya sido estudiado prolijamente dentro de la investigación en traducción audiovisual. Se cuenta con pocas referencias que analizan esta cuestión, siempre desde perspectivas diferentes y, en muchas ocasiones, solo se registran referencias muy generales. De esta manera global se trata en Mayoral (2001: 36), donde 280 | P á g i n a se expone que el grupo de investigación de traducción audiovisual de la Universitat Jaume I se centra en estudiar la variación en dicha modalidad para determinar los diferentes géneros que se dan dentro de ella. Deja, sin embargo, la puerta abierta a investigaciones en variación de diferente índole, entre las que se menciona la traducción del dialecto. En Zabalbeascoa (2001: 52) se expone que, a diferencia de lo que comúnmente se piensa, el problema de la variedad geográfica no es exclusivo de la TAV y, de hecho, aparece muy anteriormente en textos literarios, aunque no se cita ninguna referencia que lo ejemplifique. Esta opinión contrasta con lo que se ha visto, que indica precisamente lo contrario, tal vez motivada por el alto grado de aparición de la variedad diatópica en TAV. Como se ha podido observar, existen muchas más referencias bibliográficas sobre el tratamiento de la variación diatópica en traducción literaria que en TAV. Centrándonos en las referencias que analizan esta cuestión con más profundidad encontramos a Agost (1999: 129), quien señala la dificultad que representan los dialectos: “Los problemas relacionados con las diferencias lingüísticas que se observan desde una perspectiva dialectal en una misma lengua son difíciles de resolver y, en muchas ocasiones, esta diversidad desaparece en el doblaje.” Cuando aparece este problema, la autora afirma que en las versiones dobladas es común oír a los indios hablar con infinitivos, que los negros del Harlem utilicen el pasota o cheli, o incluso que los dialectos del inglés se traduzcan al catalán otorgándole a cada personaje una variante geográfica de esta lengua (Agost, 1999: 63). Sin embargo, a continuación añade que adoptar estas soluciones es desaconsejable (Agost, 1999: 63): “Muchos profesionales de la traducción consideran que ésta no es la mejor solución y son partidarios de dar unas pinceladas para caracterizar a cada personaje, con lo cual el espectador ya puede saber que hay una diferencia respecto de otros personajes.” 5.1. Casos de estudio Tal como sucede con la bibliografía sobre este problema traductológico, también se han podido encontrar muy pocos casos de estudio dedicados al estudio de la variación diatópica en textos audiovisuales. En gran parte de las referencias donde el dialecto se tiene en cuenta, este fenómeno no pasa de ser un mero componente al que no se da apenas relevancia y que forma parte de un análisis más amplio relacionado con cuestiones de doblaje (Inigo y Wastall, 1997; Hernández y Tirado, 1998; Baños, 2009; Lomeña 2009). Dentro del análisis de la variación lingüística, la variación diatópica asume un papel más 281 | P á g i n a importante, aunque también nos encontramos con muy pocas referencias (Carreras, 2009; Lomeña, 2009; Mantarro, 2010; y Caparara y Sisti, 2011). Todos estos trabajos, sin embargo, coinciden en dos aspectos. En primer lugar, el objeto de estudio es muy reducido: se analiza el tratamiento del dialecto solamente en una película, por lo que los resultados no pueden determinar una tendencia general. En segundo lugar, todos ellos individualmente alcanzan la misma conclusión: la variación diatópica tiende a neutralizarse en el doblaje. Escasos son los ejemplos en los que la traducción de la variación en TAV es la verdadera protagonista de la investigación. Uno de ellos, con la combinación de lenguas de italiano y alemán, es el de Heiss y Sofritti (2009). Estos autores se centran en analizar cómo se traduce para el doblaje al alemán e italiano respectivamente un fenómeno concreto dialectal (la partícula temporal mo’ en un dialecto del sur de Italia y la partícula modal eh del dialecto austríaco y del sur de Alemania). Partiendo de la base teórica anteriormente mencionada de Pym (2000), analizan cuál es la función del dialecto, o más bien de los fenómenos dialectales concretos escogidos, y cómo se traslada esta función a la LM. Por otra parte, proponen una lista de soluciones para compensar la pérdida de los rasgos dialectales de las producciones originales (se expone a continuación la traducción propia del original en alemán), aunque, en la línea de lo que se mencionaba más arriba, estas no parecen provenir de la experiencia empírica previamente expuesta: Las posibilidades de compensación se pueden dar en diferentes niveles: A nivel sintáctico por medio de interrupciones, anacolutos, pausas, alteración del orden de los elementos, etc. A nivel léxico por medio de la atípica elección de léxico, neologismos, vocabulario específico de una clase social o de un grupo de edad, etc. A nivel pragmático a través de marcadores del discurso, partículas modales, falsos comienzos, etc. A nivel fonético por medio de la imitación de los acentos típicos. A nivel del doblaje se debería evitar una pronunciación demasiado clara a favor de una expresión espontánea y natural (arrastrando las palabras, con rasgos idiosincráticos, etc.) Otro ejemplo que también se basa en un corpus de trabajo, pero en el que los resultados sí se fundamentan en el análisis de los datos recopilados, es la tesis doctoral de Christos Arampatzis (2011). Se trata de un trabajo que aborda la traducción de la 282 | P á g i n a variación lingüística en TAV de ficción humorística. En ella se analizan principalmente las escenas donde aparece variación diatópica de las series norteamericanas Friends y Will y Grace en sus doblajes al español. Sin embargo, también se incluyen ejemplos de acentos extranjeros (es decir, de personajes que no tienen el inglés como lengua materna, no de variedades geográficas del inglés), así como de variación diastrática y de variedad mediática (el habla de los piratas). A partir del análisis de las mencionadas variedades, se propone una clasificación de las estrategias de traducción usadas. También incluye, y diferencia del resto de ejemplos, las referencias metalingüísticas al acento que, según Arampitzis (2011: 82-83), siguen estrategias diferentes: Grupo A: Estrategias para los dialectos codificados 1. Estandarización: utilización de la lengua estándar en la traducción cuando en un enunciado del original aparecen elementos fonéticos propios de una variedad no estándar del inglés. 2. Conservación del tipo de variación: utilización de una variedad de la lengua meta que pertenece al mismo tipo de variación que el dialecto del original. Por ejemplo, español mexicano donde en el original suena inglés jamaicano (ambos dialectos geográficos). 3. Transposición dialectal: cambio del tipo de variación. Por ejemplo, de dialecto geográfico a acento extranjero. 4. Compensación paralingüística (tono y timbre): cambio del timbre o del tono de voz para producir un efecto humorístico parecido al que se pretende producir en el original mediante el empleo de cierta variedad. 5. Compensación paralingüística y léxica: cambio del timbre o tono de voz, como en el caso anterior, acompañado por la introducción de elementos léxicos que marcan el enunciado, por resultar imprevisibles dentro del idiolecto del personaje que los emplea. 6. Creación discursiva: asignación de cierto significado a un vocablo, imprevisible fuera de contexto. Grupo B: Estrategias para las referencias a variedades 7. Conservación de la referencia: en casos de referencias a variedades lingüísticas (mediante pistas de contextualización no codificadas), traducción literal de dicha referencia. 8. Explicitación: en casos de pistas de contextualización no codificadas (cuando se hace referencia a cierta variedad), sustitución de la referencia por el estereotipo al que ella remite. 283 | P á g i n a 9. Generalización: en casos de pistas de contextualización no codificadas, sustitución de una referencia a un tipo concreto de variación por una referencia a la existencia general de variación, sin precisar el tipo. 10. Modulación: cambio del punto de vista (del dialecto otra característica del hablante). Lo más remarcable de esta propuesta de clasificación es que, a diferencia de la de Mayoral (1999), esta viene respaldada por los datos de un corpus de trabajo, si bien en el corpus solo se contemplan dos series (por lo que cabe esperar que sea el mismo estudio de doblaje y traductor los que hayan participado respectivamente en el doblaje de ambas), además circunscritas al mismo género. Otro punto que se debe mencionar es la división en estrategias aplicadas a los dialectos y aplicadas a su mención metalingüística. Este último aspecto, frecuente en TAV cuando aparecen dialectos, no había recibido atención, puesto que, como se ha visto, los estudios de caso no abundan y los que existen toman un corpus muy restringido. A pesar de que la explicación del proceso de doblaje está presente en la tesis (Arampatzis, 2011: 44-54), en repetidas ocasiones parece atribuirse directa y exclusivamente al traductor la responsabilidad sobre las decisiones tomadas en cuanto a la traducción del dialecto, sin reparar en todas las fases que componen el proceso de doblaje. De hecho, Rosa Agost (1999: 63) expone que la cuestión de los dialectos es algo que preocupa a los «estudios de doblaje», puesto que el canal auditivo de un texto audiovisual depende tanto de lo que el traductor traduzca como de la interpretación que haga el actor de doblaje. Los traductores, en última instancia, están condicionados a las exigencias de los estudios de doblaje, que son quienes encargan las traducciones y quienes, mediante la figura del director de doblaje, tendrán la última palabra en las decisiones que se haya de tomar respecto al texto meta. En la metodología se pone de manifiesto que solo se ha trabajado con el producto final, esto es, los capítulos en inglés y en español de las series (Arampatzis, 2011: 98-100), por lo que es difícil saber con estos medios qué es lo que verdaderamente ha sucedido en el proceso de doblaje y es todavía más arriesgado determinar si las decisiones han sido tomadas por el traductor, el ajustador o el director de doblaje. No obstante, se acusa directamente al traductor en dos ocasiones de ser el artífice de haber omitido la variedad (Arampatzis, 2011: 181 y Arampatzis, 2011: 185) y en 284 | P á g i n a segundo lugar se achaca al traductor la falta de coherencia a la hora de tomar decisiones en cuanto a la variación diatópica: «[N]o parece haber un criterio concreto y constante que guíe las decisiones del traductor frente a la variación dialectal en el plano del uso. Cabría suponer que, en los enunciados traducidos con estandarización, el traductor ha considerado el papel del dialecto como secundario o sin la suficiente carga humorística como para intentar reflejarlo de alguna forma o compensar su pérdida.» (Aramptarzis, 2011: 240) Además de las referencias que estudian el dialecto en un producto acabado, encontramos la propuesta de doblaje de Alemán (2005) que atiende a esta cuestión centrándose en ofrecer una solución diferente a la usada en un doblaje oficial. Para ello utiliza la película británica Billy Elliot en la que el acento Geordie de los personajes de clase obrera se solapa con su condición social (variación diatópica y diastrática se interrelacionan en este ejemplo). En el doblaje para el cine y la distribución comercial de la película, la variedad diatópica de los personajes de clase obrera se neutraliza y, lingüísticamente, no hay tanta diferencia entre estos y los personajes de una clase social más elevada. Para aliviar esta pérdida, Alemán (2005) propone un doblaje en el que los personajes de la clase trabajadora se distingan por el uso de un castellano vulgar que, si bien no los enmarca en la variedad diatópica, sí da cuenta de la diferencia social. Esta propuesta contrasta con la tendencia neutralizadora que existe en los casos en los que predomina el dialecto. El peligro de esta propuesta es que el espectador meta tenga la impresión de que los personajes emplean un registro más bajo que en la versión inglesa, ya que el contexto social y lingüístico del original se pierde y puede que no se llegue a entender el uso de un castellano vulgar en las circunstancias en las que se da la película. En resumen, tras haber analizado el estado de la cuestión se pueden dilucidar una serie de hechos respecto a la traducción de la variedad geográfica en los textos audiovisuales. En primer lugar, como se puede observar, las referencias son muy escasas y, a excepción de las publicaciones de Agost (1999) y de Hernández y Tirado (1998), todas las demás se inscriben dentro de los últimos nueve años. Por tanto, se trata de un área de estudios incipiente en la que aún prevalecen las referencias a la traducción literaria como marco teórico sobre el que se basan muchos estudios dedicados a la TAV. 285 | P á g i n a En segundo lugar se observa que, en general, el análisis de la traducción de dialectos tiene un papel secundario en la mayoría de los casos. Dentro de los estudios relacionados con el doblaje de TAV, su mención se podría considerar prácticamente anecdótica y, pese a que en los análisis de la variación adquiere un papel algo más significativo, dista de tener la relevancia necesaria para poder obtener una aproximación más pormenorizada que conduzca a obtener datos relevantes. Es decir, existe una falta de análisis con datos representativos que puedan indicar tendencias generales. A excepción de la propuesta de Arampatzis (2011), encontramos clasificaciones de estrategias no sustentadas sobre ejemplos reales de traducción. Este hecho resulta problemático puesto que, no habiendo probado las soluciones propuestas, no se puede rendir cuenta de la frecuencia de uso y de los factores contextuales en los que se utiliza una determinada solución. Las propuestas que se ofrecen están basadas en suposiciones que no pueden llevar a trazar patrones de uso de las estrategias traductoras. Por tanto, son clasificaciones a priori, irreales, que no pueden aportar información real que sirva de guía a los traductores. En conclusión, en estas publicaciones se refleja lo que ya se viene proclamando desde distintos frentes: la variación diatópica en TAV no suele tener reflejo en la versión doblada. Sea por los motivos que a los se haya querido adscribir este hecho y sean cuales sean las recomendaciones de los académicos respecto a los dialectos, no se puede dejar de obviar la realidad presentada: en el doblaje se tiende a omitir la variedad diatópica de la versión original. El problema surge cuando en el original se hace una referencia explícita del acento, a la que el traductor no puede dejar de aludir: desde un comentario que evidencie la variedad a la imitación de acentos, pasando por la escena cómica en el que el acento de uno de los personajes servirá para crear el efecto humorístico o punch line. Cuando nos encontremos ante un caso en el que el dialecto es relevante para la trama o se explicita de forma que no se puede ignorar en doblaje, se deben tomar una serie de decisiones para trasladar este fenómeno a la versión doblada. 6. CONCLUSIONES Muchos son los autores que se han pronunciado sobre la traducción y la variación diatópica, ya sea de forma general o centrándose cuando esta aparece en textos literarios o audiovisuales. Como ya se ha podido observar, algunos optan por un enfoque funcionalista, otros por utilizar un dialecto de la lengua meta, mientras que otros proporcionan un catálogo de opciones posibles para hacer frente a este problema 286 | P á g i n a traductológico. Entre estos últimos autores vemos cómo las posibles estrategias que presentan se repiten, por lo que se puede concluir que, aunque haya diferentes corrientes a la hora de afrontar la traducción del dialecto, hay una serie de estrategias y posiciones (estandarización, dialecto equivalente, enfoque funcionalista, etc.) que se perpetúan. En cuanto al contraste de la traducción literaria con la TAV, se puede afirmar que la TAV cuenta con estrategias propias dada su idiosincrasia (cuenta con dos canales frente al único canal de la traducción literaria), lo cual permite que se apoye en las posibilidades que ofrece medio acústico para traducir la variedad diatópica (imitar acentos, modificar el tono de voz). Sin embargo, este hecho no imposibilita que tanto la TAV como la traducción literaria compartan gran parte de los mecanismos que se han expuesto para traducir el dialecto, como bien se puede comprobar en la clasificación que presenta Arampitzis (2012) o la que nosotros mismos hemos elaborado. La revisión bibliográfica revela, asimismo, que la mayoría de postulados teóricos provienen de ideas e intuiciones de los autores, más que de una observación empírica extensiva de los datos. Pocos son los casos que se respaldan en un corpus con la suficiente extensión como para ser representativo y que, por tanto, permita un contraste con la realidad traductora. En los últimos años parece haber crecido el número de estudios que buscan analizar el dialecto en productos audiovisuales concretos. Sin embargo, al tener un ámbito de actuación tan limitado (mayoritariamente solo tienen en cuenta un solo producto audiovisual) no permiten trazar conclusiones que resulten representativas por sí mismas y, muchos menos, que permitan determinar tendencias generales. Es, pues, evidente la necesidad realizar estudios empíricos que cuenten con un corpus de trabajo lo suficientemente amplio para poder ser representativo. Solo de esta forma se podrá describir la realidad así como ir un paso más allá y realizar valoraciones sobre las soluciones aportadas por ejemplos verídicos. El análisis, ya no solo cuantitativo sino cualitativo, será fundamental para despegarse del descriptivismo y poder aportar, además de una radiografía de la situación de la traducción de dialectos, una propuesta o propuestas sólidas de traducción que permitan una mejor praxis traductora ante problemas de esta naturaleza. 7. BIBLIOGRAFÍA AGOST, Rosa (1999): Traducción y doblaje: palabras, voces e imágenes. 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Prosodia e interpretación: evaluación de la calidad de las interpretaciones simultáneas en medios de comunicación mediante análisis prosódico HELENA FIGUEROA LÓPEZ UNIVERSITAT DE VALÈNCIA Resumen: El objetivo de la presente comunicación es analizar la prosodia de los intérpretes en la modalidad simultánea, con el fin de establecer si existen patrones prosódicos equiparables a los del habla ordinaria o si tienen especificidades derivadas del tipo de interpretación. Para ello, hemos recopilado un corpus de interpretaciones simultáneas del inglés al español emitidas por televisión. Los datos de audio han sido analizados atendiendo a los parámetros de frecuencia fundamental (F0), velocidad de elocución e intensidad. Posteriormente, se han mostrado estos audios a un segmento de la población para que evalúen su calidad. Se espera tipificar los errores y fallos prosódicos que restan naturalidad a las interpretaciones. A grandes rasgos, se registran anomalías significativas en cuanto a las irregularidades en la velocidad elocutiva y a la entonación empleada. Las muestras de audio que presentan una mayor profusión de estas irregularidades han sido valoradas más negativamente que las demás. Palabras claves: Interpretación simultánea, Calidad, Prosodia, Géneros discursivos, Retórica Abstract: This dissertation examines the interpreters’ prosody in simultaneous interpreting in order to establish whether it shares similarities with the prosody of the colloquial speech or it has defining features arising from the interpreting modality. We have collected a corpus of simultaneous interpretations (EN>SP) broadcasted on television. Audio data has been analyzed taking into account parameters of fundamental frequency (F0), speech rate and intensity. Subsequently, we have conducted a population survey in which we have presented these audios in order to assess their quality. It has been noted a wide range of prosodic alterations that have downplay speech naturalness in the interpretations. The most significant anomalies detected have been irregular speech rate and intonation. Audio samples showing a greater amount of these irregularities have been rated more negatively than others. Key words: Simultaneous interpreting, Quality, Prosody, Speech genres, Rhetoric 1. INTRODUCCIÓN En su labor profesional, los intérpretes ofrecen un servicio a terceros, por lo que de su saber hacer depende mantener y aumentar el número de clientes. No es de extrañar, por tanto, que los intérpretes estén enormemente preocupados por la calidad de las 290 | P á g i n a interpretaciones. De hecho, tal es la preocupación que, desde los años ochenta (época en la que se inicia la aproximación teórica y empírica a la interpretación), se han sucedido múltiples estudios que buscan determinar cuáles son los elementos que influyen en la valoración de una interpretación. Se han realizado trabajos tanto en el ámbito de la interpretación simultánea como en el de la interpretación consecutiva. En el presente estudio, sin embargo, solo reseñaremos los estudios relativos a la primera modalidad, que ha constituido el objeto de análisis. Con todo, muchas de las conclusiones extraídas a lo largo de la bibliografía sobre interpretación simultánea pueden aplicarse a la modalidad consecutiva y viceversa. El primer estudio sobre calidad en modalidad simultánea es el de Bühler (1986): elaboró una lista de 16 criterios que presentó a un total de 47 intérpretes profesionales para que los puntuasen. Su objetivo era inferir, a partir de ellos, la opinión de los usuarios. Los criterios que fueron reseñados como más importantes fueron (en este orden): correspondencia con el sentido del mensaje original, cohesión lógica de la versión, corrección del uso terminológico, interpretación completa, fluidez de la prestación, corrección gramatical, acento nativo y voz agradable. Dos años después, Kurz (1989), quiso comprobar empíricamente la correlación directa anunciada por Bühler entre las expectativas de los intérpretes y las exigencias de los usuarios. Para ello, realizó una encuesta similar, utilizando los criterios de este autor, pero esta vez preguntando a usuarios. Así pues, concluyó que los criterios puntuados como más importantes coincidían, aunque con un porcentaje inferior. Ahora bien, estos estudios se centraron únicamente en valoraciones previas a la actuación de un intérprete, por lo que se desconocía cómo eran las evaluaciones de los usuarios tras una interpretación. Con el objetivo de dar respuesta a esta incógnita, Miriam Shlesinger (1994) y Franz Pöchhacker (1994) publicaron sendos trabajos pioneros de los que se infiere, principalmente, el papel esencial que desempeñan los aspectos prosódicos en la comprensión del mensaje emitido y en la satisfacción del usuario. Consecuentemente, se concluye también que las expectativas de los usuarios y su posterior valoración no coinciden. Es evidente que el usuario de una interpretación espera que el intérprete dé cuenta del sentido total de lo que el orador está diciendo en su lengua original. Sin embargo, el usuario no puede verificar esta correspondencia, ya que, en la mayoría de las ocasiones, no posee el conocimiento lingüístico suficiente. De este modo, la fidelidad es un factor que el usuario da por supuesto, aunque escape a su comprobación. Con todo, el usuario 291 | P á g i n a continúa valorando la actuación del intérprete, solo que centra su atención en otro factor: la producción. El usuario valora al intérprete como orador y, por ende, la prosodia es uno de los parámetros que mayor atención recibe. Cuando una persona habla no se limita a emitir sonidos aislados, sino que imprime una serie de ‘huellas’ en sus emisiones. Estas huellas son los llamados elementos o rasgos suprasegmentales y, sin ellos, nuestras emisiones carecerían de valor comunicativo efectivo (Hidalgo, 2006: 11). Además, contribuyen a añadir matices que no podrían deducirse únicamente de la descomposición léxica y sintáctica de los enunciados (Prieto 2012: 15). Los rasgos suprasegmentales han sido tradicionalmente estudiados por la Prosodia, por lo que también se les conoce como rasgos prosódicos e incluyen el acento, el ritmo, la velocidad de elocución, el tono y la entonación. En nuestro estudio, nos hemos centrado principalmente en la entonación, definida por Prieto (2002: 15) como el conjunto «[d’]inflexions melòdiques de la veu [és a dir] la línia melòdica amb què els parlants pronunciem els enunciats». Para una definición más teórica, acudimos a Quilis (1997: 77): «función lingüísticamente significativa, socialmente representativa e individualmente expresiva de la frecuencia del fundamental en el nivel de la oración». Con todo, también la intensidad (amplitud de la onda) está estrechamente relacionada con la entonación. Así pues, la prosodia (o entonación) desempeña una serie de funciones esenciales en el proceso comunicativo (Prieto, 2002). De un lado, tenemos la función demarcativa, que permite fijar límites entre bloques de información y que dota al discurso de cohesión. De este modo, el interlocutor puede segmentar el discurso de su interlocutor para comprenderlo. Por otra parte, la entonación también cumple una función social representativa: cada lengua posee unos patrones entonativos propios y diferentes a las otras. Los hablantes de una lengua los emplean y los reconocen en otros hablantes de su misma lengua. Por último, la entonación también desempeña una función expresiva: el hablante se sirve de ella para expresar sus sentimientos y estado de ánimo. En este sentido, además, la entonación se utiliza para focalizar ciertos elementos de un enunciado. La entonación, por tanto, también desempeña un papel preeminente en una interpretación simultánea; no solo porque el ponente original habrá empleado una entonación determinada, sino porque el intérprete también debe modular la suya mientras se comunica con sus interlocutores: los clientes. De hecho, en la tradición investigadora del ámbito de la interpretación simultánea, se han analizado tanto los efectos de la 292 | P á g i n a entonación del emisor en el intérprete, como los efectos de la entonación de los intérpretes en los usuarios, sobre todo desde el punto de vista de la calidad. Es en esta última línea de investigación donde se enclava el presente estudio. Dentro de esta rama, se han realizado múltiples estudios desde los de Shlesinger y Pöchhacker de 1994 hasta la actualidad. Destacan, entre otros, los trabajos de Giuliana Garzone (2003), Palkowska y Wolańska (2008) y Elisabeth Holub (2010). Asimismo, para el español, no podemos olvidar la contribución de Ángela Collados (1998). Shlesinger (1994) preparó un experimento en el que tomó 10 interpretaciones simultáneas (6 hebreo-inglés y 3 inglés-hebrero) realizadas por 8 intérpretes de conferencias profesionales, las transcribió y pidió a los propios intérpretes que las rehablasen. Las grabaciones fueron mostradas a dos grupos de sujetos formados por individuos que no eran profesionales de la interpretación. El grupo A se encargó de la versión interpretada y el grupo B de los rehablados. Dado que el texto, el emisor y el formato de presentación eran los mismos, se asumió que el único elemento diferente era la entonación. Tras las escuchas, se pasó a cada participante un cuestionario que tenía el propósito de determinar cuáles eran las diferencias de comprensión y retención de la información entre un grupo y otro. De este modo, Shlesinger pudo comprobar que los niveles de comprensión y retención de la información de los oyentes eran inferiores en el grupo que había escuchado las interpretaciones que en el que había escuchado los rehablados. Ángela Collados (1998), por su parte, buscaba establecer la relación entre las expectativas y los juicios reales de valor. En primer lugar, solicitó a 42 usuarios de interpretación especialistas y a 15 intérpretes profesionales que determinasen y puntuasen los criterios de calidad que debe poseer una buena interpretación. A continuación, les pidió que evaluasen una serie de simulaciones de interpretaciones simultáneas (inglésespañol), entre las que había tanto interpretaciones con entonación monótona, como con entonación viva; además, en algunas había correspondencia total de sentido, mientras que en otras se había faltado a la fidelidad del original. Collados descubrió que los sujetos que, en la primera fase, habían valorado como “poco importantes” los rasgos de producción, puntuaban después negativamente las interpretaciones con entonación monótona. A su vez, las interpretaciones con entonación melodiosa y errores recibieron puntuaciones más altas que las versiones monótonas con correspondencia total del sentido con el texto original. 293 | P á g i n a En esta misma línea, Giuliana Garzone (2003) pidió a 16 participantes que puntuasen sus expectativas de lo que es para ellos una buena interpretación; posteriormente, comparó las expectativas con juicios de valor de interpretaciones reales (al italiano), las cuales presentaban o no prosodia irregular. Garzone constató que las interpretaciones anómalas recibieron una puntación más baja, no solo en cuanto a las características de la producción, sino también la calidad de la voz, la fidelidad y la coherencia. Por su parte, Palkowska y Wolańska (2008) también comenzaron con cuestionarios de expectativas de calidad, presentados a 15 participantes. A continuación, tomaron un texto de Derecho en italiano que se declamó para que pudiese ser interpretado al polaco. De la interpretación polaca, se confeccionaron tres videos distintos: uno con entonación monótona pero correspondencia total con el discurso original; un segundo con entonación viva, pero sin correspondencia total con el original; y un tercero con entonación viva y correspondencia total con el discurso original. El segundo vídeo fue manipulado en el laboratorio y se le introdujeron errores en cifras, omisiones, cambios de gradación, incoherencias, adiciones y tergiversaciones del significado. Estas interpretaciones fueron presentadas a los 15 participantes, expertos legales, repartidos en tres grupos de cinco cada uno, junto con unos cuestionarios de evaluación. El discurso original fue pronunciado en cada vídeo con una entonación monótona, para que los sujetos del estudio no percibieran el discurso como excelente y eso empañara su valoración de las interpretaciones. Las autoras destacaron en sus conclusiones que los usuarios no detectaron los errores de contenido en la versión 2 de las interpretaciones y que los juicios de valor de los usuarios estaban claramente influenciados por las diferencias en la entonación. En cambio, la falta de correspondencia con el sentido del texto original no afectaba a la valoración, puesto que los usuarios no podían evaluarla. Por último, no podemos acabar este repaso bibliográfico sin mencionar el trabajo de Elisabeth Holub (2010), desarrollado en el seno de la Universidad de Viena y resultado de un proyecto sobre el concepto de calidad en interpretación simultánea. Holub se encargaba del subproyecto Entonación. Pretendía verificar la hipótesis de que, como apunta Shlesinger (1994), la entonación monótona afecta negativamente a la comprensión del mensaje por parte de la audiencia. Holub grabó en condiciones de laboratorio una interpretación al alemán con entonación viva a partir de un vídeo de una ponencia en inglés. A continuación, esta pista de audio fue modificada mediante el programa de 294 | P á g i n a análisis fonético del habla Praat 1 para que su entonación fuese monótona. Un total de 63 expertos en la materia de la interpretación (marketing postmoderno) fueron divididos en dos grupos y cada uno de ellos escuchó una de las interpretaciones. En ambos casos, se simuló que la interpretación estaba siendo en directo. Seguidamente, se pasó un cuestionario a los participantes con el objetivo, por un lado, de medir su grado de comprensión y, por otro lado, de obtener información de cómo habían percibido la entonación y la calidad de las interpretaciones. Holub concluyó que, efectivamente, la monotonía afecta negativamente al entendimiento del mensaje por parte de los usuarios. Asimismo, también tiene un impacto negativo sobre la valoración total de la praxis profesional del intérprete, lo cual significa que los intérpretes son a veces percibidos como menos profesionales cuando hablan monótonamente, hayan o no transmitido correctamente el contenido del mensaje original. Gracias a todo este trabajo de campo, se han podido llegar principalmente a dos conclusiones. Por un lado, La correspondencia total con el sentido original se valora muy positivamente en las encuestas previas a la actuación del intérprete. Sin embargo, en las encuestas posteriores a la actuación del intérprete, se ha demostrado que un oyente prefiere una interpretación con pérdidas informativas, pero clara e inteligible, frente a una totalmente fiel al mensaje, pero confusa e incomprensible. Como hemos visto a lo largo de la revisión sobre el estado de la cuestión, todos estos trabajos se apoyan principalmente en encuestas, tanto de corpus reales como de muestras creadas ad hoc. El presente estudio, en cambio, pretende ofrecer un enfoque distinto: primero, describir prosódicamente el habla de los intérpretes y, después, realizar las encuestas de valoración. Todo lo referido a la descripción prosódica puede encontrarse en Figueroa (2014). No obstante, recuperamos aquí la información necesaria para comprender el diseño de las encuestas y los resultados obtenidos de ellas. El estudio de la descripción se realizó con un corpus real de interpretaciones simultáneas emitidas por televisión. De este modo, se buscaba caracterizar la prosodia de los intérpretes en su ámbito laboral habitual. En segundo lugar, y dada la función social representativa de la entonación, las interpretaciones escogidas tenían como lengua meta únicamente el español, y eran traducciones del inglés. 1 Praat es una herramienta de análisis fonético del habla desarrollada por Paul Boersma y David Weenink en el Instituto de Ciencias Fonéticas de la Universidad de Ámsterdam. 295 | P á g i n a Por último, es importante señalar que los valores medios obtenidos tras el análisis prosódico de las muestras de los intérpretes fueron comparados con valores medios que caracterizan el español coloquial. En este sentido, este estudio también fue pionero. Se partió de la idea de que la interpretación se caracteriza por su inmediatez (Pöchhacker, 2004: 11), huyendo así de la concepción tradicional que definía a la interpretación como traducción oral, en oposición a la traducción propiamente dicha que se consideraba escrita. Así pues, asumimos que las marcas prosódicas ideales de una interpretación simultánea deberían asemejarse a las del registro coloquial que, como bien apunta Briz (1996: 32), se caracteriza especialmente por la “ausencia de preparación”. En otras palabras, en ambos registros hay poco control sobre la producción y el discurso no está planificado. Se analizaron 9 intérpretes (5 masculinos y 4 femeninas) y, de cada uno de ellos, se extrajeron 20 muestras. Cada muestra constituía un grupo fónico, es decir, una secuencia melódica situada entre pausas de más de 0,2 segundos (Cabedo 2010). Las 180 muestras resultantes fueron analizadas prosódicamente mediante el programa de análisis fónico Praat, que permite obtener de manera clara y sencilla los valores relativos a los parámetros que aquí interesan: la intensidad, la velocidad de habla y la frecuencia fundamental (F0). Praat es una herramienta de código abierto que permite analizar, sintetizar y manipular muestras de habla. Entre las opciones que permite el programa, destaca el análisis espectrográfico, de la frecuencia fundamental, de los formantes, de la intensidad y de la curva de entonación. Asimismo, genera múltiples y variados gráficos de alta calidad para representar los distintos análisis (en el Apartado 3.3. se pueden observar algunos ejemplos). A grandes rasgos, concluimos que podría hablarse de una entonación propia o extraña de los intérpretes, tal y como apuntaba Shlesinger (1994). En nuestro caso, esta extrañeza vendría dada por comparación respecto a las características del español coloquial. Así pues, la prosodia de los intérpretes posee: 1) Intensidad media-baja. 2) Velocidad de elocución media-baja o baja. 3) F0 variable: se observan contrastes entonativos significativos dentro de la reformulación de un mismo intérprete. 296 | P á g i n a Tras la descripción prosódica, se prestó atención a las posibles causas que suscitaran estos resultados. Se marcó como causas más importantes: el coste del procesamiento mental, la presión del tiempo, la inmediatez de la producción discursiva y la falta de conocimientos. Como el objetivo inicial de todo este estudio es contribuir a la línea de investigación sobre qué factores afectan a la calidad de una interpretación y, consecuentemente, resaltar el papel preeminente de la prosodia, tras finalizar la descripción prosódica, consideramos que era necesario completarla con una encuesta, que nos permitiese inferir qué características prosódicas son valoradas como positivas y cuáles como negativas. Tras la presentación del marco teórico, pasamos a continuación a explicitar la metodología utilizada para llevar a cabo la encuesta. 2. METODOLOGÍA Para realizar la encuesta de calidad, se utilizó el corpus recopilado para el estudio de Figueroa (2014): 9 intérpretes simultáneos, 5 masculinos y 4 femeninas, cuyas interpretaciones fueron extraídas de emisiones en abierto de televisión. De cada intérprete, se tomaron 20 muestras, coincidentes con grupos fónicos. La lengua de llegada fue únicamente el español y los parámetros descritos fueron: intensidad, velocidad de elocución y F0. El objetivo de la encuesta era doble. En primer lugar, reflejar la correspondencia o no entre las expectativas del usuario sobre una interpretación y la valoración que posteriormente realiza tras haber escuchado un ejemplo. En segundo lugar, establecer relaciones entre estos parámetros prosódicos y las valoraciones de los encuestados. Por ello, la encuesta se divide en cuatro secciones: (a) un cuestionario para conocer el perfil del hablante, (b) una pregunta sobre las expectativas del encuestado, (c) una valoración de muestras de interpretaciones simultáneas y (d) una comparación entre pares de intérpretes. El cuestionario consta de 3 preguntas: nombre completo, edad y nivel de estudios. El campo de nombre es libre, mientras que el de edad y nivel de estudios está acotado; los grupos de edad se distribuyen entre 18 y 35 años, entre 35 y 55 años y más de 55; respecto a los estudios, encontramos siete niveles: (1) estudios primarios sin realizar, (2) estudios primarios, (3) estudios secundarios (ESO o equivalentes), (4) Bachillerato, BUP, 297 | P á g i n a COU o equivalentes, (5) Ciclo formativo de grado medio, (6) Ciclo formativo de grado superior y (7) Grado, Diplomatura o Licenciatura. Para establecer las expectativas de los encuestados, se replicó el estudio de Kurz (1989). Se ofrecía una lista (de orden aleatorio, es decir, que cada encuestado veía un orden diferente) con ocho criterios que pueden estar presentes en una interpretación simultánea (vid. Fig. 1), concretamente los ocho factores resaltados por Bühler (1986) como más importantes según sus encuestas. Los encuestados tenían que ordenar estos criterios según su importancia, de mayor (1) a menor (8), teniendo en mente lo que para ellos constituye una interpretación simultánea de óptima calidad. Fig. 1: Sección 2 - Expectativas de los usuarios En las secciones 3 y 4, se busca establecer relaciones entre los parámetros prosódicos analizados en Figueroa (2014) y las valoraciones de los usuarios. Para ello, se ha separado la evaluación de la intensidad y la velocidad de elocución de la referida a la F0. Esta decisión se debe a que los resultados del estudio previo dieron valores concretos de intensidad y velocidad de elocución pero, como se indica más arriba, para la F0 se obtuvieron resultados variables tanto interlocutor como intralocutor. Es por eso por lo que en la sección 3 se presenta una muestra de audio de cada uno de los nueve intérpretes descritos por Figueroa (2014) y se solicita su puntuación, mientras que en la sección 4 se muestran dos pares de intérpretes para que el usuario escoja el que más le gusta. En la sección 3, en lugar de mostrar grupos fónicos (medida utilizada para el análisis prosódico en el estudio de Figueroa [2014], vid. Introducción), se optó por tomar fragmentos de las interpretaciones de entre 40 y 60 segundos, con el objeto de facilitar la valoración gracias a una mayor duración de la muestra. Los encuestados debían pulsar para escuchar la interpretación y debían puntuarla del 1 (pésima) al 5 (excelente). 298 | P á g i n a Después, de manera opcional, podían justificar su respuesta en un cuadro de texto. Por último, debían indicar del 1 (muy lenta) al 5 (muy rápida) la velocidad de habla del intérprete. Como muestra de esta sección, puede consultarse la Figura 2. Fig. 2: Sección 3 - Valoraciones Las muestras de las 9 interpretaciones fueron escogidas según su representatividad respecto a los valores característicos de cada intérprete (Figueroa, 2014), a saber: intensidad y/o velocidad de elocución alta, media o baja. Se decidió incluir el valor medio 3 porque hay ocasiones en las que una interpretación puede ser valorada como positiva dados ciertos aspectos, pero se le resta puntuación por otros. Mediante el cuadro de texto, se pretendía extraer los motivos que conducen a una valoración buena o mala de una interpretación y/o intérprete. Sin embargo, dada la considerable extensión de la encuesta, se decidió incluir como opcional para evitar que el encuestado abandonase la encuesta por hastío. Respecto a la velocidad de habla, no se incluyó justificación porque la pregunta era más concreta que la de valoración general. Por último, en la sección 4, referida a la valoración de F0, se decidió, en cambio, mantener los grupos fónicos, puesto que en tan breve duración es posible percibir los patrones melódicos de un hablante. Además, y teniendo en cuenta que en el análisis prosódico se observaron grandes variaciones intralocutor e interlocutor en lo que a la melodía se refiere, la oposición de dos grupos fónicos que ilustrasen este fenómeno resulta ideal para establecer relaciones entre valoración y rasgo prosódico. Se presentaron únicamente dos pares de interpretaciones, escogiendo en ambos casos una interpretación con una entonación dinámica opuesta a una interpretación 299 | P á g i n a monótona. Se trataba de comparaciones intralocutor, lo cual permitió escoger aquellos intérpretes que, en líneas generales, habían sido menos y más monótonos, respectivamente. Sirva la Figura 3 como ejemplo de esta sección. Fig. 3: Sección 4 – Comparaciones Las encuestas se realizaron vía Internet por medio del servicio gratuito que ofrece e-encuesta 2, puesto que es de las pocas plataformas gratuitas que permiten subir audios. Asimismo, una plataforma virtual de estas características permite una mayor difusión de la encuesta y el acceso, por tanto, a un mayor número de encuestados. Por último, eencuesta realiza automáticamente el análisis estadístico y la consiguiente obtención de porcentajes. La encuesta permaneció abierta aproximadamente un mes y respondieron un total de 38 personas. Solo tres de ellas pertenecían al grupo de edad de entre 35 y 55 años y dos al grupo de mayores de 55 años; así pues, con el objetivo de obtener una muestra lo más homogénea posible, se optó por eliminar a estos cinco encuestados. De este modo, se analizaron las respuesta de 33 encuestados de entre 18 y 35 años. El 93,94% han realizado estudios de Grado, Diplomatura o Licenciatura y un 6,06% de ciclo formativo de grado superior, lo cual también ofrece un nivel de estudios equilibrado. Ahora bien, cabe señalar que tres de estos encuestados solo completaron la encuesta hasta la segunda sección y no prosiguieron con las valoraciones. No obstante, sus apreciaciones sobre las expectativas se han tenido en cuenta, ya que son reflejo del sentir general sobre lo que debe constituir una interpretación simultánea de óptima calidad y, gracias a la estadística, podía contabilizarse sin afectar a los resultados. 2 Para más información: http://e-encuesta.com/. 300 | P á g i n a A continuación, se presentan los resultados que se obtuvieron siguiendo esta metodología de trabajo. 3. RESULTADOS 3.1. Expectativas de los usuarios Los ocho criterios que debían ordenarse de más a menos importante, quedaron jerarquizados de la siguiente forma (vid. Tabla 1): 1. Correspondencia con el sentido del mensaje original 2. Cohesión lógica de la versión 3. Fluidez del discurso 4. Interpretación completa 5. Corrección gramatical 6. Corrección del uso terminológico 7. Voz agradable 8. Acento nativo Tabla 1: Sección 2 - Orden de las expectativas Si se compara con los resultados obtenidos por Bühler (1986) y Kurz (1989), se observa que las valoraciones son prácticamente idénticas (vid. Tabla 2 y Tabla 3). 1. Correspondencia con el sentido del mensaje original 2. Cohesión lógica de la versión 3. Corrección del uso terminológico 4. Fluidez del discurso 5. Corrección gramatical 6. Interpretación completa 7. Voz agradable 8. Acento nativo Tabla 2: Expectativas para intérpretes - Bühler (1986) 301 | P á g i n a 1. Correspondencia con el sentido del mensaje original 2. Cohesión lógica de la versión 3. Corrección del uso terminológico 4. Interpretación completa 5. Fluidez del discurso 6. Voz agradable 7. Acento nativo 8. Corrección gramatical Tabla 3: Expectativas de los usuarios - Kurz (1989) Centrándonos en el aspecto que más nos interesa en el presente estudio, es decir, la prosodia, observamos que el criterio voz agradable también queda relegado en nuestra encuesta a los puestos más inferiores. Aunque hay encuestados que lo han tenido en cuenta como criterio importante (vid. Fig. 4), la mayoría la ha situado de la mitad hacia abajo de la lista. Fig. 4: Sección 2 - Valoración de la voz agradable 3.2. Valoraciones 3.2.1. Intensidad y velocidad de elocución Los intérpretes mejor y peor valorados, junto con sus puntuaciones, se presentan por orden en las Tablas 4 y 5, respectivamente. Se reflejan únicamente los porcentajes de la puntuación en la que más votos han obtenido, aunque para el orden que aquí se presenta se han tenido en cuenta todas las puntuaciones obtenidas. Así pues, se han clasificado según si recibían, en total, más puntos cercanos al 5 (excelente) o al 1 (pésima). 302 | P á g i n a Intérprete 8 70% en puntuación excelente (5) Intérprete 1 36,7% en puntuación excelente (5) Intérprete 9 60% en puntuación buena (4) Intérprete 5 50% en puntuación buena (4) Intérprete 10 50% en puntuación buena (4) Tabla 4: Sección 3 - Intérpretes mejor valorados Intérprete 7 53,3% en puntuación mala (2) Intérprete 4 33,3% en puntuación mala (2) Tabla 5: Sección 3 - Intérpretes peor valorados Con estas valoraciones, hemos acudido al análisis prosódico obtenido por Figueroa (2014) con el objetivo de establecer relaciones entre puntuación y aspecto prosódico. En lo que se refiere a la intensidad, los valores medios obtenidos por Figueroa (2014) y su comparación con los valores medios descritos para el español coloquial, extraídos de Cabedo (2007), se pueden observar en la Tabla 6. El desglose para cada intérprete puede observarse en la Tabla 7. En verde están marcados los intérpretes que han recibido una mejor puntuación y en rojo los que han recibido una peor puntuación; a su vez, subrayados (ya sea de verde o de rojo) aparecen los que han sido valorados como excelentes y el que ha sido valorado como pésimo. Intensidad máxima (dB) Intensidad media (dB) Media del intérprete 77,144 66,35 Media conversación 82,946 77,50 Tabla 6: Valores medios generales de intensidad (Figueroa, 2014) 303 | P á g i n a Intérprete 1 Intérprete 2 Intérprete 4 Intérprete 5 Intérprete 6 Intérprete 7 Intérprete 8 Intérprete 9 Intérprete 10 Intensidad máxima (dB) 75,336 76,290 81,238 77,061 74,009 79,764 75,942 76,491 78,166 Intensidad media (dB) 66,08 70,00 70,83 66,07 61,01 65,89 64,61 63,97 68,67 Tabla 7: Valores medios de intensidad de cada intérprete 3 Contrariamente a lo que cabría esperar, las intensidades más alejadas de la media del intérprete y, a su vez, más alejadas de la media de la conversación (para más información, vid. Figueroa, 2014), han sido las correspondientes a interpretaciones mejor valoradas. En cambio, aquellas interpretaciones cuya intensidad se asemeja más a la esperada en una interpretación simultánea, si partimos de la base de que estas deben asemejarse prosódicamente al registro coloquial (Figueroa, 2014), son las que peor puntuación han recibido. Con el objetivo de saber si estas valoraciones estaban o no influenciadas por la acción de la velocidad de elocución, también observamos la relación entre los valores obtenidos por Figueroa (2014) así como las respuestas referidas a la evaluación de la velocidad dadas en las encuestas. En la Tabla 8 se pueden consultar las medias obtenidas por Figueroa (2014) para los intérpretes simultáneos y las de Cabedo (2007) para el español coloquial, ambas dadas en sílabas/s. Por su parte, en la Tabla 9 se presenta el desglose para cada intérprete. De nuevo, en verde los intérpretes que mejor valoración recibieron y, en rojo, los que peor. sílabas/s Media del intérprete 5,67 Media conversación 6,53 Tabla 8: Valores medios de velocidad de elocución 3 El intérprete 3, una intérprete no nativa, ha sido eliminado de esta tabla porque su análisis ha quedado fuera de este estudio. 304 | P á g i n a sílabas/s Intérprete 1 5,69 Intérprete 2 5,60 Intérprete 4 6,17 Intérprete 5 5,33 Intérprete 6 5,26 Velocidad baja (2) 63,3% Intérprete 7 4,49 Intérprete 8 7,18 Intérprete 9 5,58 Intérprete 10 5,71 Tabla 9: Valores medios de velocidad de elocución de cada intérprete Se puede observar que el intérprete mejor valorado (8) y el peor valorado (7) coinciden, respectivamente, con la mayor y menor velocidad registradas. De hecho, el intérprete 7 es el que recibe la categorización como más lenta según los usuarios de la encuesta (vid. Tabla 9): el 63,3% lo puntúan como velocidad baja (2). Sin embargo, esta extrapolación de mejor valoración/más rapidez y peor valoración/más lentitud no se cumple en los siguientes intérpretes mejor (1) y peor (4) valorados en la pregunta general. Asimismo, tampoco se establecen relaciones con las valoraciones sobre la velocidad. El intérprete 8 recibe una media de 4,63 (cercano al 5 –muy rápido–) y el intérprete 7 de 2,07 (cercano al 1 –muy lento–). Sin embargo, el intérprete 4 está más próximo al 8 con un 3,8, mientras que el 1 recibe una media de 3. Así pues, a priori, no podemos extraer una relación clara entre valoración y velocidad de habla. Acudimos, pues, a los comentarios incluidos en la caja de texto en busca de una justificación que explique las valoraciones positivas o negativas. Llama la atención que las valoraciones positivas y negativas vienen dadas en la mayoría de los casos por cómo percibe la voz el encuestado. En relación a los dos intérpretes mejor valorados (el intérprete 8 y el 1), encontramos comentarios como los que siguen: “suena natural”, “muestra sensación de control”, “el tono de voz es agradable” o “[posee] una voz muy convincente”. Por lo que respecta a los dos intérpretes peor valorados (el intérprete 7 y el 4), se pueden leer justificaciones como: “no parece segura de lo que está diciendo”, “no transmite seguridad”, “el discurso no suena natural” o “la voz es bastante apagada”. 305 | P á g i n a 3.3. Comparaciones 3.3.1. Frecuencia fundamental En la sección 4, como ya adelantábamos, los encuestados debían escoger entre uno de los dos grupos fónicos que se les presentaban, respondiendo a la pregunta: “¿Qué intérprete le gusta más?”. En ambos casos, uno de los grupos fónicos mostraba una entonación monótona, mientras que el otro mostraba una entonación dinámica. Los encuestados escogieron en los dos bloques la opción más dinámica. A continuación se muestran los pares de grupos fónicos tal y como se representan mediante Praat, tras la estilización de la curva y su codificación mediante INTSINT. INTSINT es un sistema de transcripción que representa los cambios de tonalidad en una curva melódica, desarrollado en el marco teórico del modelo de análisis entonativo de Aix-en Provence, cuyos máximos representantes son D. J. Hirst, A. Di Cristo y R. Espesser (Hidalgo, 2006: 64). Las Figuras 5 y 6 corresponden al primer bloque y las Figuras 7 y 8, al segundo bloque. La curva melódica, representada en azul, muestra las variaciones que cada hablante realiza de su frecuencia fundamental. En las Figuras 5 y 7 podemos observar que la curva no varía en exceso e, incluso, hay segmentos en los que es casi plana. Esto refleja una entonación monótona. Asimismo, la transcripción INTSINT que aparece debajo, la cual marca los cambios de F0, nos demuestra que efectivamente los cambios no son significativos (muchas S de “same”, en la Figura 5, y pocas marcas de cambio en la Figura 7). En cambio, las Figuras 6 y 8 muestran una curva mucho más dinámica con cambios de F0 notables, lo cual se recibe perceptivamente como una entonación viva. 306 | P á g i n a Fig. 5: Sección 4 - Bloque 1 - Intérprete 4 Fig. 6: Sección 4 - Bloque 1 - Intérprete 6 307 | P á g i n a Fig. 7: Sección 4 - Bloque 2 - Intérprete 7 Fig. 8: Sección 4 - Bloque 2 - Intérprete 8 En el primer bloque, el grupo fónico del intérprete 4 (vid. Fig. 5) fue elegido por un 30% de los encuestados y el del intérprete 6 (vid. Fig. 6), por un 70%. En el segundo bloque, la intervención del intérprete 7 (vid. Fig. 7) únicamente fue escogida por un encuestado (3,3%), mientras que el grupo fónico del intérprete 8 (vid. Fig. 8) fue elegido por la inmensa mayoría (96,7%). De este modo, queda patente la preferencia por una entonación más viva. 308 | P á g i n a 4. CONCLUSIONES Recordemos que el objetivo del presente estudio era establecer relaciones entre las valoraciones de los usuarios tras la escucha de un conjunto de interpretaciones simultáneas y la descripción prosódica de estas, tratando así de inferir qué características prosódicas son valoradas como positivas y cuáles como negativas. De este modo, pretendíamos realizar una contribución a la línea de investigación sobre la prosodia en el campo de la interpretación, concretamente en la modalidad simultánea, con el fin de arrojar algo más de luz en torno a la cuestión de qué factores afectan a la calidad de una interpretación. Asimismo, también buscábamos revalidar la observación hecha por Shlesinger (1994) y Pöchhacker (1994) en relación a la ausencia de correspondencia entre las expectativas de los usuarios ante una interpretación simultánea y las valoraciones que realizan a posteriori. La sección 2, junto con los comentarios de los encuestados respecto a sus puntaciones (sección 3), ilustra claramente que la voz, es decir, la prosodia, juega un papel esencial a la hora de considerar una interpretación simultánea como excelente. De nuevo, como ya comentaba Figueroa (2014), ante la imposibilidad de comprobar la correspondencia con el sentido del mensaje original, este criterio se presupone y, por tanto, se pasa a valorar al intérprete como orador. Por ello, y dada la importancia de la entonación en el proceso comunicativo, la voz es determinante en la valoración de los usuarios. Tras el análisis de las encuestas y su comparación con la descripción prosódica establecida en Figueroa (2014), hemos observado que no se puede establecer relación alguna entre valoración positiva y velocidad de elocución alta o baja. Sin embargo, parece que los encuestados sí prefieren una intensidad baja, a una intensidad alta. Dado que en el estudio de Figueroa (2014) se afirmaba que el habla de los intérpretes simultáneos debería asemejarse prosódicamente al registro coloquial para considerarse de óptima calidad, concluimos aquí que o bien este enfoque es erróneo y, por tanto, hay que buscar un nuevo registro de la lengua con el que comparar el habla de los intérpretes; o bien, tal y como afirmaba Shlesinger (1994), los intérpretes poseen una entonación propia y diferente a la observada en cualquier otro registro. Ahora bien, sí que podríamos aventurar que existe una relación directa entre valoración positiva y entonación viva. Los resultados obtenidos en la sección 4 muestran claramente que se premian las interpretaciones moduladas y las voces con cadencia. Por tanto, es posible que sea la curva melódica el elemento más relevante en el procesamiento 309 | P á g i n a de la voz del intérprete. De hecho, en el último bloque de la sección 4, se comparaban precisamente las entonaciones de los dos intérpretes que mejor y peor valoración habían recibido, y todos los encuestados (a excepción de uno) escogieron al intérprete mejor valorado. Por supuesto, somos conscientes de las limitaciones de este trabajo y de la necesidad de ampliar el presente estudio. En primer lugar, para poder concluir que es la entonación o curva melódica el factor determinante en las valoraciones, cabría estudiar el efecto de cada uno de los factores prosódicos de manera aislada, por ejemplo, manipulando las muestras de audio en un laboratorio. Asimismo, también sería interesante dilucidar qué factores prosódicos concretos son los que llevan a catalogar una voz como segura o insegura, dado que este aspecto ha sido resaltado continuamente tanto en los comentarios de las valoraciones positivas como en los de las valoraciones negativas. Por último, resultaría enriquecedor incluir el estudio prosódico de las pausas ya que, junto con la intensidad, la velocidad de elocución y la F0, es un parámetro de mucha relevancia a la hora de describir los patrones prosódicos de un determinado registro. Con todo, consideramos vital para un intérprete controlar la prosodia: si el usuario no se siente cómodo con el discurso que escucha, valorará negativamente la interpretación. Además, dominar la prosodia puede funcionar como mecanismo de compensación que aumente la credibilidad del intérprete, aunque haya cometido una falta de correspondencia con el sentido original. A falta de confirmación por parte de una encuesta, con una entonación melódica, el intérprete puede dar la sensación de seguridad ante el discurso emitido. Consecuentemente, el oyente se siente identificado con él, por lo que su confianza y valoración aumentarán. Por tanto, si como profesional el intérprete quiere garantizar la calidad de su trabajo, también debe ejercitar la voz. 5. BIBLIOGRAFÍA BRIZ, Antonio (1996): El español coloquial: situación y uso. Madrid: Arco Libros. CABEDO, Adrián (2007): “Marcas prosódicas del registro coloquial”. CAUCE, 30, 41-56. [en línea], disponible en <http://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cauce30 /cauce30_03.pdf> [consultado en abril de 2014]. CABEDO, Adrián (2010): La segmentación prosódica en español coloquial. Valencia: Quaderns de filologia. 310 | P á g i n a COLLADOS, Ángela (1998): “Quality assessment in simultaneous interpreting: The importance of nonverbal communication”, en Franz PÖCHHACKER y Miriam SHLESINGER (eds.): The Interpreting Studies Reader. London/New York: Routledge, 327-336. FIGUEROA, Helena: “Prosodia e interpretación: análisis prosódico de interpretaciones simultáneas en medios de comunicación”, en Actas del XI Congreso Internacional de Lingüística General. 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[en línea], disponible en <http://interpreters.free.fr/simultaneous/schlesinger.htm> [consultado en marzo de 2014]. 312 | P á g i n a 15. Los estadounidismos: un estudio sobre el español hablado en Estados Unidos desde una perspectiva traductológica MARÍA DOLORES GARCÍA PLANELLES UNIVERSITAT DE VALÈNCIA-ESTUDI GENERAL Resumen: En Estados Unidos, el contacto continuo entre el español y el inglés es inevitable. Debido a este hecho, actualmente podemos hablar del fenómeno de los estadounidismos, palabras del español general que los hispanounidenses utilizan con una acepción que deriva del inglés y que no existe en el español general de otros países. Este fenómeno se ha visto fomentado por la influencia que ejercen las traducciones al español con las que los hispanohablantes entran en contacto. El estudio descriptivo de un glosario de estadounidismos elaborado a partir de un corpus formado por textos procedentes de los registros escritos de difusión en español en Estados Unidos será el núcleo de esta investigación, cuya finalidad es determinar la posible existencia de una geovariante del español de Estados Unidos. Asimismo, este glosario formará parte de un corpus que empleará la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) para la normativización del español de estadounidense. Palabras clave: Estadounidismo, Español, Traducción, Hispanohablante, Normativización Abstract: The continuous contact between English and Spanish in the United States is unavoidable. Due to this fact, nowadays we are witnessing of the phenomenon of the estadounidismos, words belonging to general Spanish which are used by Hispanic American people with a meaning coming from English and which does not exist in Spanish. The influence exerted by the translations into Spanish with which Spanish-speakers come into contact has encouraged this phenomenon. By analyzing in detail a glossary of estadounidismos elaborated on the bases of a corpus composed by texts coming from the media and written in Spanish, we will try to determine the possible existence of a new variety of Spanish in the United States. Furthermore, this glossary will be part of a wide corpus which will be used by the Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) with the aim of standardising this emerging Spanish variety in the United States Keywords: Estadounidismo, Spanish, Translation, Spanish-speaker, Standardising 1. INTRODUCCIÓN Estados Unidos cuenta con una comunidad de 35,4 millones de hispanohablantes, lo que lo convierte en el quinto país de habla hispana, siendo la población latina el grupo minoritario más grande del país. El aumento demográfico de la población hispana se debe 313 | P á g i n a fundamentalmente a la llegada de inmigrantes y a sus descendientes (Jenkins, 2013: 31). Pero no solamente ha crecido el número de hispanohablantes, sino que la población hispanounidense también se está extendiendo a otros estados que no se caracterizaban tradicionalmente por la presencia de una comunidad de estas características (Jenkins, 2013: 31-32). El creciente interés de los hispanos por su cultura y su lengua, y la internacionalización del español son otros de los factores reveladores de este aumento demográfico. Pero sin lugar a dudas, el gran cambio de actitud que se ha producido hacia la variedad o variedades idiomáticas de esta lengua manejadas por los hispanounidenses ha sido uno de los factores detonantes del reconocimiento del español hablado en Estados Unidos (Dumitrescu, 2013: 16). Sin embargo, el futuro del español en Estados Unidos es incierto. Por un lado, la estigmatización social que sufre el español al tratarse de una lengua minoritaria ha provocado que se produzca una adquisición parcial del idioma, hecho que se ve agravado en gran medida por el sistema educativo del país (Lynch, 2013: 78). Si bien la población hispanohablante necesita programas de educación bilingüe que unifiquen la sociedad multilingüe en la que viven, y para mantener su lengua y su cultura de herencia, y aunque estos fueron apoyados en el pasado, en la actualidad, la escasez de recursos económicos y la oposición al desarrollo del español (ejemplo de ello son el movimiento English-Only, que nació para promover el uso exclusivo del inglés, y la derogación de la ley Bilingual Education Act of 1968) han fomentado la intolerancia hacia este tipo de programas. Por lo tanto, a pesar de que un número importante de la población estadounidense habla español, la discriminación y las actitudes prejuiciosas contra los hispanos aún perduran en algunos casos. Los programas de educación bilingüe deben enfrentarse continuamente a este rechazo social, que ha provocado que el español quede relegado al ámbito familiar y a los registros más informales y, por consiguiente, que los hispanohablantes no dominen el español formal, ni el escrito ni el oral (Nuessel, 2013: 275-283). Por otro lado, sin embargo, el español en Estados Unidos disfruta en estos momentos de una mayor presencia mediática. Además, al tratarse de un idioma que tiene una gran importancia en los procesos de globalización, es vinculante en la economía del país (Lynch, 2013: 78). Asimismo, el constante crecimiento de las comunidades hispanas en Estados Unidos y los contextos profesionales que requieren del conocimiento no solo del inglés, sino también del español hacen cada vez más necesario el desarrollo de cursos de lengua española para conseguir una bialfabetización avanzada en español que les 314 | P á g i n a permita adquirir nuevos registros lingüísticos, en especial registros académicos. Estos nuevos registros, cuya adquisición solo puede lograrse en ámbitos académicos, proporcionaran a los hispanohablantes la oportunidad de integrarse en contextos sociales y profesionales en los que se necesitan habilidades lingüísticas avanzadas en español (Colombi y Magaña, 2013: 343-345). De la misma manera, y a pesar de que con cada generación posterior que nace en los Estados Unidos se nota una reducción en la transmisión de la lengua materna, son muchos los universitarios, en su mayoría estudiantes de herencia, los que deciden incluir el español en sus estudios para evitar perder su competencia lingüística en español, entre otras cosas, porque manifiestan tener un gran vínculo con esta lengua, pero sobre todo con la cultura a la que esta se asocia, la de sus antepasados. Aunque no hace falta saltar al plano de lo universitario para observar el auge de la lengua española, pues esta es también la lengua extranjera más popular en los programas de educación primaria y secundaria (Lipski, 2002 citado en Lipski, 2013: 121). 2. MARCO TEÓRICO Como hemos podido observar hasta ahora, Estados Unidos es una nación que no habla solo en inglés, sino que también lo hace, y mucho, en español. Por este motivo se cree necesario considerar el español hablado en Estados Unidos como un dialecto más de este idioma. Sin embargo, a pesar de la ingente cantidad de hablantes de español que habitan en este país, los estudios lingüísticos siempre han utilizado un “guión”–tanto físico como metafórico– para dejar claro el origen de las comunidades hispánicas del país, lo que ha impedido reconocer su habla como un fenómeno integral dentro de este. (Lipski, 2013: 117-122). Según Lynch (2013: 71-78) no existe un grupo uniforme sociolingüísticamente hablando, sino un agregado de grupos que ni comparten las mismas reglas lingüísticas ni las mismas restricciones que determinan los usos variables, lo que hace que se produzca una discontinuidad lingüística. Este hecho, añadido a la adquisición parcial o incompleta del español por parte de los hispanohablantes, hace que Lynch se resista a aceptar la idea de que exista en los Estados Unidos una “comunidad hispanoparlante” y se cuestiona si se puede hablar o bien del “español de Estados Unidos” o bien del “español en Estados Unidos”: el primero le parece incorrecto desde el punto de vista de la lingüística tradicional y el segundo lo encuentra inadecuado al sugerir “un objeto de estudio aparentemente trasplantado o aislado dentro del contexto nacional”. 315 | P á g i n a Sin embargo, no todos son tan escépticos a la hora de aceptar que el español sigue una clara tendencia: la de convertirse en una variedad propia de Estados Unidos. Lipski (2013: 121-122) opina que ha llegado la hora de dejar de hablar de comunidades hispanas segregadas por motivo de su origen y cuyo único vínculo con el país que las acoge es un “guión” y de asignarle “a Estados Unidos una casilla propia dentro de la dialectología hispánica” ya que, desde su perspectiva, “la lengua española en Estados Unidos ha logrado una autonomía lingüística tanto en términos de una masa crítica de hablantes como en su propia naturaleza dialectal”. Por su lado, Otheguy (2013: 133-134) opta por hablar del español de Estados Unidos, por conveniencia más bien, pues indica que la apelación no es muy coherente si con ella se quiere hacer referencia a hablas uniformes sujetas a normas tácitas o explícitas, puesto que estas se caracterizan por su heterogeneidad y por los rasgos divergentes asignados a cada uno de los distintos países de los que proceden los hispanounidenses. No obstante, este autor no niega el desarrollo de una comunidad lingüística estadounidense ya que existen elementos cohesionadores compartidos por todos, como por ejemplo el uso de préstamos léxicos de origen inglés. Diversos factores como la llegada masiva en menos de un siglo de las comunidades hispanas a los Estados Unidos, la llegada del idioma como una nueva lengua a un país en el que ya existe una lengua nacional establecida, las comunidades de habla divididas entre personas nacidas dentro del país y personas nacidas en el extranjero, las comunidades separadas geográficamente o la regionalización de la lengua podrían impedir a primera vista la inclusión de Estados Unidos dentro de la dialectología hispánica. No obstante, todos estos hechos están lejos de imposibilitar la postulación de la viabilidad de una dialectología hispanounidense en una sociedad formada por millones de hispanohablantes, además ninguno de estos factores ha supuesto un obstáculo en otras comunidades de habla que se han visto en la misma situación y que cuentan con un perfil dialectológico aceptado. Estas condiciones descubren que a priori no existen criterios científicos que justifiquen el rechazo de un español estadounidense (Lipski, 2013: 111118). La falta de apoyo a una dialectología propia del español estadounidense se debe principalmente a la ignorancia de la verdadera situación lingüística del idioma. A menudo, se utiliza el vocablo ‘espanglish’ para hacer referencia al habla de los bilingües estadounidenses, cuando en realidad este término se refiere a la alternancia de códigos entre el inglés y el español (Fairclough, 2003; Lipski, 2007; Otheguy y Stern, 2011 citado en Lipski, 2013: 114). Por lo tanto, en base a estas observaciones y teniendo en cuenta 316 | P á g i n a que el espanglish no es una lengua, Lipski (2013: 118) contempla la posibilidad de una dialectología hispanounidense en el caso de que se dejasen a un lado consideraciones de este tipo. Este contacto al que se encuentran sometidos el español y el inglés va aún más allá al conformar la base de una de las grandes preocupaciones que asalta a los estudiosos que se interesan por el español en Estados Unidos: la influencia del inglés en el léxico español y, más aún, la posibilidad de que el sistema lingüístico empleado por los hispanohablantes de Estados Unidos esté marcado por estructuras sintácticas y fonológicas de origen inglés. Este interés no es nada extraño en una sociedad en la que gran parte de su población es bilingüe, una población que se mueve continuamente entre dos lenguas que inevitablemente dejan sus huellas la una en la otra, principalmente en la dirección inglés-español al ser esta última la más susceptible a la variación. Este hablante permite que palabras como apoinmen, bil, bildin, cash, lonc y jaíscul (Otheguy, 2013: 129), de influencia indiscutiblemente anglófona (appointment, bill, building, cash, lunch y high school), pasen a formar parte de su vocabulario. Pero este no solamente deja entrar en su repertorio lingüístico elementos léxicos, sino que también abre la puerta a elementos fonológicos y gramaticales cuando le dice a otro te llamaré para atrás o él se enamoró conmigo en lugar de decir te devolveré la llamada o él se enamoró de mí. Estas oraciones son, en definitiva, “traducciones” de I’ll call you back y he felt in love with me, respectivamente (Otheguy, 2013: 129-132). Lo más curioso de estos ejemplos es averiguar si estas oraciones se han forjado utilizando herramientas sintácticas y fonológicas procedentes del inglés, pero debido a los límites de espacio de este trabajo no podemos profundizar en esta cuestión (véase Otheguy (2013) para una explicación completa de estos conceptos). El acervo lingüístico de los hispanounidenses presenta numerosos elementos procedentes del inglés, tales como los citados más arriba, muchos de los cuales están ya muy generalizados. Es muy común en Estados Unidos escuchar a alguien decir que ha de hacer una aplicación para tal puesto de trabajo y que necesita coger el sobbuey para llegar a tal sitio, cuando probablemente en casi toda Latinoamérica o España se hablaría de una solicitud o del metro. Pero no solamente encontramos este tipo de términos que parecen copiados directamente del inglés y expresados “a la española”, sino que son muchas las ocasiones en las que, debido al desfase entre la lengua española y la cultura estadounidense (los hispanohablantes hablan español pero su cultura más inmediata es innegablemente la estadounidense), estos recurren a la convergencia conceptual, es decir, 317 | P á g i n a expresan los aspectos culturales norteamericanos por medio de significados y estructuras lingüísticas españolas. Un hispanounidense diría Presidente de la Reserva Federal antes que Presidente del Banco Central, o último nombre en lugar de apellido, pues lo que hace es acercarse a las conceptualizaciones de la cultura anglohablante bajo cuya influencia vive y alejarse de las conceptualizaciones tradicionales de la comunidad hispanoparlante, de la cual conserva prácticamente solo el idioma (Otheguy, 2013: 138-146). Es debido a este tipo de conceptualizaciones propias de los Estados Unidos que los observadores foráneos, los latinoamericanos y aquellos que viven en España, contemplan con tanta extrañeza el español hablado en este país, sobre todo cuando lo viven en primera persona. Y es tal la extrañeza que incluso se ven tentados a llamarlo espanglish cuando en realidad es algo bien diferente. El hispanohablante estadounidense no utiliza una lengua distinta a la del resto de hablantes de español ni tampoco estructuras disímiles, sino que en lo que difiere con estos es en cómo conceptualiza los referentes, en lo que dice y en cómo lo dice (Otheguy, 2013: 143). Como hemos podido observar, el contacto continuo con el inglés es inevitable, sobre todo al encontrarnos ante una sociedad en la que millones de hablantes son indiscutiblemente bilingües. Siendo tales estas circunstancias, parece ser que la forma de comunicación de los hispanos que viven en Estados Unidos, es decir, la forma en cómo se expresan, se va alejando poco a poco y cada vez más de la manera en que nos expresamos el resto de hispanohablantes del mundo. Y es que parece que se estila usar conceptos y términos extraídos del inglés para convertirlos en elementos propios de la lengua de Cervantes. Es en este momento en el que surgen los llamados estadounidismos, que constituyen el eje central de nuestro trabajo. Por este motivo, desde el año 2012 podemos consultar en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE) los términos espanglish y estadounidismo, pero debemos andar con cautela porque, como ya hemos adelantado, el espanglish es una cosa y lo que hablan los hispanohablantes de Estados Unidos es otra muy diferente, por lo que hay que saber distinguirlos. El DRAE (2001: s.v. espanglish) define el espanglish como la “modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformaciones, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés”. Sin embargo, los estadounidismos son “términos léxicos procedentes del inglés que se emplean abundantemente en el español de EEUU sin que se sientan propiamente préstamos y sin que se pueda hablar de Spanglish, ni mucho menos, dado que dicho español es una 318 | P á g i n a variedad culta que practican los hispanounidenses (López García, 2013)”. Es decir, los estadounidismos son palabras del español general que adoptan una nueva acepción derivada del inglés y que no existe en el español general del resto de países hispanohablantes, sino que es exclusiva del español de Estados Unidos pues son su hablantes los que les atribuyen estas nuevas acepciones. Esto sucede básicamente porque a los hispanoparlantes les resulta más fácil asociar las palabras de ambos idiomas que más se asemejan entre sí. También son considerados estadounidismos ciertos préstamos directos del inglés. Veamos el siguiente texto del Nuevo Herald (22/07/2012) (López García, 2013), un periódico de Miami en español que ilustra perfectamente lo que se entiende por estadounidismo: (1) El aguacero del domingo ha hecho mella en un edificio de apartamentos en Lauderhill, donde el techo se derrumbó en seis unidades. En virtud de las fuertes lluvias, el colapso del techo ha obligado a la reubicación de algunos residentes en el edificio en el 1700 NW 46th Ave, dijo el capitán Stanley Constanza del departamento de policía de Lauderhill. El derrumbe del techo se reportó a las 3 pm. No se han reportado heridos. El Servicio Meteorológico Nacional dijo el domingo que las fuertes lluvias sobre Miami-Dade y Broward continuarán por la mayor parte del día y la mañana del lunes. Es fácil percatarnos de que esta noticia es la traducción del texto en inglés que aparece en el Miami Herald (López García, 2013): (2) Sunday’s downpour has taken a toll on an apartment building in Lauderhill where the roof caved in on six units. Under heavy rains, the 3 p.m. roof collapse has forced the relocation of some residents at the building at 1700 NW 46th Ave., said Capt. Constance Stanley of Lauderhill police department. No injuries have been reported. The National Weather Service on Sunday said heavy rains will linger over Miami-Dade and Broward counties for most of the day and through Monday morning rush-hour. Como podemos observar, a los hispanohablantes de Estados Unidos les resulta más fácil establecer la relación de la palabra en español con la entidad en inglés, no ya solo por razones de proximidad lingüística entre los términos implicados, sino también, e incidimos en la idea, por razones sociales y culturales. Sin lugar a dudas, el texto 1 está escrito correctamente, pero en el español estándar el techo no se derrumba en seis 319 | P á g i n a unidades, sino que lo hace en seis partes, y tampoco se habla de colapso sino de derrumbe. Esta realidad es fruto de la influencia que ejercen las traducciones al español con las que los hispanohablantes entran en contacto día tras día, pues como bien advierte Leticia Molinero (2011 citado en López García, 2013: 12) “el traductor cumple una función de comunicación clave para la evolución del español de Estados Unidos”. Sin embargo, no conviene confundir malas traducciones con norma lingüística, ya que debemos saber identificar qué palabras son verdaderos estadounidismos (y con “verdaderos” nos referimos a “normativos”) y cuáles no. Traducir poissoning por envenenamiento cuando en realidad la traducción legítima es intoxicación no sería nada descabellado, de hecho sería correcto y la población lo comprendería sin ningún tipo de problema. Esto ocurre desde el momento en el que esta traducción ha conseguido filtrarse en la terminología de las ciencias de la salud pública y se utiliza en un ámbito en el que el registro de la lengua es formal. Por el contrario, no sucede lo mismo cuando empleamos el verbo aplicar (del inglés to apply) con el sentido de solicitar, pues solamente lo encontraremos en registros informales y utilizarlo en textos formales sería un error injustificable. A propósito del gran papel que juega la traducción en el español estadounidense y en relación con lo que apuntábamos anteriormente sobre la convergencia conceptual, Leticia Molinero (2011: 8) nos habla así de las circunstancias que rodean a la traducción en los Estados Unidos: La traducción dirigida al gran público hispanounidense presenta dos características únicas y exclusivas respecto de los países hispanohablantes. Por un lado, la heterogeneidad resultante de la variedad de procedencias de los hispanohablantes, y por otro el contacto constante con el idioma inglés y con la cultura estadounidense. Frente a estas realidades, el español general no es suficiente. Una y otra vez nos vemos en la necesidad de aceptar las palabras que entiende la gente aunque no sean las normales en los países monolingües. Es decir que, en el esfuerzo por establecer una verdadera comunicación entre las dos lenguas y las dos culturas, es preciso a veces hacer salvedades. Y en muchos casos, la mejor solución es la que más se parece al inglés. El hispanohablante que habita en los Estados Unidos tiene acceso a la información en su propio idioma, pero no toda la información de que dispone está redactada directamente en español, sino que gran parte de esta es producto de la traducción. La 320 | P á g i n a literatura hispanounidense se correspondería con el primero de los casos, mientras que la información relativa a los ámbitos de la educación, la salud, la economía o el turismo, por enumerar solo unos cuantos, son fundamentalmente traducciones del inglés. Todo este volumen de información llega a todos los hispanounidenses a través de los medios de comunicación en todos sus formatos. El español de estas traducciones conforma la lengua culta nacional debido a sus características de información formalizada y consensuada (Molinero, 2011). Las normas del español de Estados Unidos las proporciona la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), fundada en 1973 y cuya sede está ubicada en Nueva York. Nuestra labor se une a la de la Academia en su afán de normativizar el español de los Estados Unidos, es decir, lo que se quiere conseguir con este trabajo es establecer aquello que es correcto en español a la vez que se mantiene la unidad de la lengua y se reconocen las características que se van dando en el español hablado en este país. Para alcanzar dicho fin, en este estudio analizaremos los registros escritos de difusión en español en los Estados Unidos mediante la selección de los estadounidismos pertinentes. Una vez identificados y recopilados en un corpus, estudiaremos si son normativos o no bajo el criterio de su pertenencia a la lengua culta. Toda esta labor nos permitirá descubrir si verdaderamente podemos hablar del español de Estados Unidos o si por el contrario aún debemos seguir refiriéndonos a él como el español que se habla en Estados Unidos. 3. HIPÓTESIS, ANTECEDENTES, OBJETIVOS Y METODOLOGÍA Este trabajo surge como un proyecto de colaboración voluntaria destinado al estudio de la geovariante estadounidense del español. Así, este estudio tiene dos finalidades distintas. Por un lado, su objetivo es aportar datos al proyecto de investigación emprendido por la Academia Norteamericana de la Lengua Española dirigido por Leticia Molinero. El propósito de la Academia es estudiar la norma lingüística del español hablado en los Estados Unidos así como sus características de reconocimiento, distribución y estabilidad propias de este español que las distinguen del español general del resto de países hispanohablantes. Este estudio se desarrolla de acuerdo con los criterios de la Comisión para el estudio de la norma lingüística del español de los Estados Unidos. Dicha investigación permitirá asimismo normativizar el español estadounidense. Por otro lado, el fin de este proyecto, al margen del estudio que lleva a cabo la Academia, es corroborar la hipótesis de que existe el español de los Estados Unidos pues sus rasgos 321 | P á g i n a propios lo distinguen notablemente del español hablado en cualquier otro lugar del mundo. Esta hipótesis se apoya en la concepción misma de la ANLE según la cual el español estadounidense debería tener la misma consideración que el español de Latinoamérica o de España debido a sus rasgos propios y diferenciadores. El vasto corpus de textos escritos en español, ya sean textos redactados originalmente en esta lengua, ya sean traducciones del inglés, es razón suficiente como para reflexionar sobre la normativización de las características propias de este español. Para lograr la estandarización de esta variedad del español, el primer paso es reunir una muestra significativa de textos formales escritos en español procedentes del corpus que acabamos de mencionar. A partir de esta muestra, se creará el Corpus del Español de los Estados Unidos (CEEU) que recogerá los rasgos léxicos y morfosintácticos característicos del español hablado en los Estados Unidos, el cual será utilizado posteriormente para iniciar la normativización del idioma. Los textos serán seleccionados a partir de un amplio y representativo espectro de documentos publicados en Internet, tanto del sector público como del privado. Ahora bien, si este es el propósito del proyecto de investigación de la ANLE, el nuestro propio es el de ayudar a la Academia en la recopilación de textos para contribuir a la elaboración de la muestra anteriormente descrita y la subsiguiente creación del Corpus del español de los Estados Unidos. Este trabajo trata de describir la tarea que un grupo de estudiantes voluntarios de primer curso del Grado de Traducción y Mediación Interlingüística de la Universitat de València, bajo la coordinación de la autora del presente trabajo, ha aportado al proyecto impulsado por la ANLE. La labor de este grupo ha sido la de elaborar un glosario de posibles estadounidismos a partir de los textos que componen el corpus. Los textos que forman la muestra proceden de un amplio abanico de documentos relacionados con diferentes sectores de la sociedad. Los textos recopilados provienen fundamentalmente de tres fuentes: el gobierno, el sector privado y los medios de difusión. Los sectores que tratamos son arte y entretenimiento, deporte, educación, finanzas, informática, inmigración, sector judicial, salud, trabajo y turismo. Los investigadores trabajan solamente con páginas web de los Estados Unidos y Puerto Rico, y exclusivamente con artículos sobre noticias nacionales de los Estados Unidos (incluidas noticas sobre Puerto Rico). Para recopilar los estadounidismos, empleamos las planillas que la ANLE pone a nuestra disposición, utilizando una planilla por sector. Cada planilla está compuesta por cinco columnas en las que, respectivamente, se introduce la palabra que se considera estadounidismo, se indica 322 | P á g i n a la fecha, la fuente, se destaca (en negrita) el término en su contexto y se propone la nueva acepción. Esta última columna tiene especial importancia pues es aquí donde se incluye el significado con el que se usa el estadounidismo, ya sea porque es una nueva acepción no recogida en el DRAE o porque la palabra misma no aparece en el diccionario. Tras esta labor de recopilación de datos y de elaboración del glosario, la Comisión para el estudio de la norma lingüística del español de los Estados Unidos de la ANLE seleccionará y analizará los términos que conforman el glosario para elaborar el Corpus del Español de los Estados Unidos. Estos términos serán enviados al Diccionario de la Real Academia Española de la lengua para su inclusión con la marca EU. Con motivo de las restricciones de espacio que supone esta publicación, solamente presentamos aquí una parte del glosario, que se corresponde con el sector judicial. No obstante, a modo de ejemplo, se presenta una entrada de cada uno de los siguientes sectores: arte y entretenimiento, educación, inmigración, finanzas, salud y trabajo. El glosario se encuentra adjunto a modo de anexo. 4. CONCLUSIONES En esta última sección del presente trabajo nos gustaría destacar las ideas más relevantes que subyacen a esta investigación. Estas conclusiones 1 son fruto de un estudio que sienta sus bases en rigurosos estudios multidisciplinarios firmados por prestigiosos autores expertos en el español de Estados Unidos como Devin Jenkins, John M. Lipski, Andrew Lynch o Ricardo Otheguy, entre otros, y un posterior análisis de una base de datos en forma de glosario. Con esta investigación hemos podido constatar que las posturas adoptadas ante la situación del español en Estados Unidos son muy diversas. La vasta población hispanohablante que vive en el país es una realidad que se convierte en una razón más que suficiente como para no permitir que el español pase desapercibido. A pesar de su uso restringido y de la situación de desprestigio que sufre, el interés por la lengua española es cada vez mayor, a la par que su presencia social. Pero sobre todo es cada vez mayor la concienciación de los hablantes de que existe una variedad idiomática propia del español que pertenece exclusivamente a los Estados Unidos al tratarse de un fenómeno integral dentro del país. El glosario de este proyecto no podría ser una mejor muestra de ello, pues 1 Estas conclusiones son personales y no necesariamente compartidas con las conclusiones que llegue a presentar la ANLE en su momento. 323 | P á g i n a hemos podido observar a partir de este que efectivamente el español estadounidense tiene unos rasgos propios que no tienen el resto de variedades y unas características particulares que permiten hablar de una variedad única. Por lo que respecta a los estadounidismos que conforman el glosario, en primer lugar, el análisis minucioso de estos nos ha permitido constatar que la gran mayoría de los estadounidismos registrados proceden de calcos del inglés, fundamentalmente debido a que la asociación del estadounidismo con la palabra correspondiente en lengua inglesa resulta más sencilla, a pesar de que la palabra ya exista en español. El empleo constante de estos vocablos conlleva la asignación de una nueva acepción al ser utilizados en contextos diferentes a los originales. Asimismo, nos hemos encontrado con numerosos casos de convergencia conceptual al registrar estructuras lingüísticas españolas empleadas para expresar conceptos de la cultura norteamericana, sin dejar de ser calcos. También se han dado casos de préstamos directos del inglés. Los neologismos han sido, sin embargo, poco numerosos. En segundo lugar, cabe destacar que muchos de los estadounidismos se repiten con frecuencia, lo cual no es algo casual. El hecho de que se haya registrado un número de vocablos y conceptos tan significativo nos lleva a pensar que ciertamente estamos ante un fenómeno lingüístico que tarde o temprano se consolidará y tendrá nombre propio. No obstante, no todos los expertos en el español estadounidense contemplan la misma postura ante la situación de esta lengua. Para algunos autores no existe un grupo uniforme de hablantes de español en los Estados Unidos, sino más bien un agregado de grupos dispares lingüísticamente hablando. Sin embargo, otros muchos abogan por la idea de que sí que existe una comunidad hispanohablante, pues es indiscutible que el español de este gran grupo de hispanos, a pesar de su heterogeneidad, tiene características y rasgos que no tienen el resto de dialectos del español. Aunque estos autores se muestren divergentes, lo que tienen claro es que debería existir un español de Estados Unidos, lo que no está tan claro es que exista ya. Nuestro estudio, apoyándose en el corpus de estadounidismos, se une a la idea de que el español de Estados Unidos pronto pasará a formar parte de la dialectología hispánica, de modo que en un futuro no muy lejano podremos hablar de una nueva variedad culta de la lengua española que gracias al trabajo de las academias de la lengua gozará de unas normas lingüísticas que regularán su uso, culmen de todo sistema lingüístico. 324 | P á g i n a 5. BIBLIOGRAFÍA COLOMBI, María Cecilia y Dalia MAGAÑA (2013): “Alfabetización avanzada en español en los Estados Unidos en el siglo XXI”, en Dumitrescu, Domnita y Piña-Rosales, Gerardo (eds.): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 343-345. DUMITRESCU, Domnita y Gerardo, PIÑA-ROSALES (2013): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española. JENKINS, Devin (2013): “El suroeste creciente: un breve análisis sociodemográfico de la población hispanohablante de los Estados Unidos, en Dumitrescu, Domnita y Piña-Rosales, Gerardo (eds.): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 31-32. LIPSKI, John (2013): “Hacia una dialectología del español estadounidense, en Dumitrescu, Domnita y Piña-Rosales, Gerardo (eds.): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 111-122. LÓPEZ GARCÍA, Ángel (2013): Glosas. Estadounidismos de contacto. Universidad de Valencia y Academia Norteamericana de la Lengua Española. Volumen 8, número 2. LYNCH, Andrew (2013): “Observaciones sobre comunidad y (dis)continuidad en el estudio sociolingüístico del español en Estados Unidos, en Dumitrescu, Domnita y Piña-Rosales, Gerardo (eds.): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 71-78. MOLINERO, Leticia (2011): El español de los EEUU, un nuevo punto de partida. Discurso leído el 13-10-2011. Nueva York: Hunter College [en línea], disponible en <http://www.anle.us/usr/docs/el-espanol-de-eeuu.pdf> [consultado en marzo de 2014]. NUESSEL, Frank (2013): “La política de la educación bilingüe en los Estados Unidos: una introducción, en Dumitrescu, Domnita y Piña-Rosales, Gerardo (eds.): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 275-283. 325 | P á g i n a OTHEGUY, Ricardo (2013): “Convergencia conceptual y las sobrestimación de la presencia de elementos estructurales ingleses en el español estadounidense, en Dumitrescu, Domnita y Piña-Rosales, Gerardo (eds.): El español en los EEUU: E pluribus unum? Enfoques multidisciplinarios. Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española, 129-146. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001): Diccionario de la lengua española (DRAE) 22.ª ed. [en línea], disponible en <http://www.rae.es/> [consultado en marzo de 2014]. 326 | P á g i n a Anexo: Glosario 1.1. Sector judicial A accidente accidente vehicular ESTADOUNIDISMO accidente vehicular FUENTE: http://bit.ly/1MvyYbd FECHA: 03/14/2014 CITA: “Criaco & Associates proporciona abogados de accidentes vehiculares”. NUEVA ACEPCIÓN: accidentes de tráfico [del inglés: car accident]. Se trata de un calco. adicionalmente ESTADOUNIDISMO adicionalmente FUENTE: Abogados en Houston FECHA: 02/23/2014 CITA: “Adicionalmente, los pagos de manutención de hijos pueden ser enforzados reportando la falta de pago a la agencias de crédito”. NUEVA ACEPCIÓN: además [del inglés: additionally]. Se trata de un calco. apariencia ESTADOUNIDISMO apariencia FUENTE: http://bit.ly/19e4Wuh FECHA: 03/03/2014 CITA: “La primera audiencia de la apariencia no es una audiencia preliminar”. NUEVA ACEPCIÓN: comparecencia [del inglés: appearance]. Se trata de un calco. aplicación ESTADOUNIDISMO aplicación 327 | P á g i n a FUENTE: Arlingtonva FECHA: 02/22/2014 CITA: “El propietario debe firmar una aplicación”. NUEVA ACEPCIÓN: solicitud [del inglés: application]. Se trata de un calco. aplicante ESTADOUNIDISMO aplicante FUENTE: La Nota Digital FECHA: 02/27/2014 CITA: “solo en algunos estados se le pregunta a los aplicantes a qué minoría pertenece”. NUEVA ACEPCIÓN: solicitante [del inglés: applicant]. Se trata de un calco. C calificar ESTADOUNIDISMO calificar FUENTE: http://bit.ly/1AouQkB FECHA: 02/20/2014 CITA: “quiere saber si su pariente califica para fianza? “. NUEVA ACEPCIÓN: cumplir los requisitos [del inglés: to qualify for]. Se trata de un calco. certificado ESTADOUNIDISMO certificado FUENTE: http://bit.ly/1GInosI FECHA: 02/20/2014 CITA: “Tenemos varios mediadores certificados en la empresa”. NUEVA ACEPCIÓN: titulado, cualificado [del inglés: certified] cita hacer una cita 328 | P á g i n a ESTADOUNIDISMO hacer una cita FUENTE: http://bit.ly/18DamxS FECHA: 02/22/2014 CITA: “Hable al teléfono 956-796-0335 […] para hacer una cita”. NUEVA ACEPCIÓN: pedir cita [del inglés: to make an appointment] criminal ESTADOUNIDISMO criminal FUENTE: http://bit.ly/1Mu46px FECHA: 03/03/2014 CITA: “García fue acusado de dos cargos de contacto sexual criminal de una menor”. NUEVA ACEPCIÓN: ilícito [del inglés: criminal]. Se trata de un calco. corte ESTADOUNIDISMO corte FUENTE: http://bit.ly/1Aowjr4 FECHA: 03/03/2014 CITA: “La corte del Tercer Distrito también prohíbe que los acusados usen más de 12 páginas para resumir los hecho del caso”. NUEVA ACEPCIÓN: juzgado [del inglés: court]. Se trata de un calco. D departamento Departamento de Probación ESTADOUNIDISMO Departamento de Probación FUENTE: http://bit.ly/1EejjZV FECHA: 03/03/2014 CITA: “El Departamento de Probación del Condado de Kern lleva a cabo una redada de pandillas en el área de Delano”. NUEVA ACEPCIÓN: Departamento de Libertad Condicional [del inglés: Probation 329 | P á g i n a Department]. Se trata de un calco. E ejercer ESTADOUNIDISMO ejercer FUENTE: http://1.usa.gov/1Bzbpcz FECHA: 02/22/2014 CITA: “Cada Fiscal Federal ejerce amplio criterio en el uso de sus recursos”. NUEVA ACEPCIÓN: tener [del inglés: to exercise]. Se trata de un calco. enforzar ESTADOUNIDISMO enforzar FUENTE: Abogados en Houston FECHA: 02/23/2014 CITA: “el pago puede ser enforzado por los siguientes métodos”. NUEVA ACEPCIÓN: imponer [del inglés: to enforce]. Se trata de un calco. escape ESTADOUNIDISMO escape FUENTE: http://bit.ly/1C8ApZW FECHA: 02/23/2014 CITA: “Nuevo escape de presos”. NUEVA ACEPCIÓN: fuga [del inglés: escape]. Se trata de un calco”. estación estación de policía ESTADOUNIDISMO estación de policía FUENTE: http://bit.ly/1wy6Ccj FECHA: 02/27/2014 330 | P á g i n a CITA: “el agente cree que el conductor está ebrio, entonces puede arrestarlo y llevarlo a la estación de policía”. NUEVA ACEPCIÓN: comisaría [del inglés: station]. Se trata de un calco. evicción ESTADOUNIDISMO evicción FUENTE: Arlingtonva FECHA: 02/22/2014 CITA: “Evicción por no pagar la renta”. NUEVA ACEPCIÓN: desahucio [del inglés: eviction]. Se trata de un calco. evidencia ESTADOUNIDISMO evidencia FUENTE: http://bit.ly/1wy6Ccj FECHA: 03/03/2014 CITA: “Así estará listo el objeto de evidencia para ser identificado y admitido por medio del testigo apropiado”. NUEVA ACEPCIÓN: prueba [del inglés: evidence]. Se trata de un calco. examinador examinador médico ESTADOUNIDISMO examinador médico FUENTE: Cip Americas FECHA: 02/27/2014 CITA: “fueron analizados por la oficina del examinador médico del condado de Pima”. NUEVA ACEPCIÓN: forense, médico forense [del inglés: medical examiner]. Se trata de un calco. 331 | P á g i n a I injuria injuria personal ESTADOUNIDISMO injuria personal FUENTE: Phillips Law FECHA: 02/27/2014 CITA: “El Departamento de Accidentes e Injuria Personal trabaja con devoción”. NUEVA ACEPCIÓN: Departamento de Tráfico y Daños Personales (traducción nuestra) [del inglés: Accident and Personal Injury Department]. Se trata de un calco. intoxicado J juzgamiento satisfacer el juzgamiento ESTADOUNIDISMO satisfacer el juzgamiento FUENTE: http://bit.ly/1HJplCS FECHA: 02/13/2014 CITA: “su residencia no será vendida para satisfacer el juzgamiento”. NUEVA ACEPCIÓN: liquidar un fallo [del inglés: satisfy a judgment]. Se trata de un calco. L lesión lesión personal ESTADOUNIDISMO lesión personal FUENTE: http://bit.ly/1MvAk5B FECHA: 02/20/2014 332 | P á g i n a CITA: “Nuestras áreas de práctica incluyen [...] lesión personal”. NUEVA ACEPCIÓN: daño personal [del inglés: personal injury]. Se trata de un calco. ley practicar la ley ESTADOUNIDISMO practicar la ley FUENTE: http://bit.ly/1Aoxw1y FECHA: 02/20/2014 CITA: “Nosotros hemos estado practicando la ley para más de 10 años”. NUEVA ACEPCIÓN: ejercer el derecho [del inglés: to practice law]. Se trata de un calco. litigación ESTADOUNIDISMO litigación FUENTE: Ehow FECHA: 02/23/201 CITA: “Etapas del proceso de litigación”. NUEVA ACEPCIÓN: litigio [del inglés: litigation] O ofensa ofensa criminal ESTADOUNIDISMO ofensa FUENTE: InterAmerican USA FECHA: 02/27/2014 CITA: “Impedir una auditoría se considera ofensa criminal”. NUEVA ACEPCIÓN: delito penal [del inglés: criminal offense]. Se trata de un calco. 333 | P á g i n a P porción ESTADOUNIDISMO porción FUENTE: http://bit.ly/1MvAk5B FECHA: 02/20/2014 CITA: “Avallone Law Associates sirve a personas, familias y pequeñas empresas en la porción noreste y sureste de Pennsylvania”. NUEVA ACEPCIÓN: sector [del inglés: portion]. Se trata de un calco. posición ESTADOUNIDISMO posición FUENTE: http://bit.ly/1D9CXbQ FECHA: 02/20/2014 CITA: “Más de 80 de nuestros socios han servido en posiciones en el Gobierno”. NUEVA ACEPCIÓN: puesto [del inglés: position]. Se trata de un calco. practicar ESTADOUNIDISMO practicar FUENTE: http://bit.ly/1BzbWv3 FECHA: 02/22/2014 CITA: “Comenzó a practicar como abogada en 1983 en Argentina”. NUEVA ACEPCIÓN: ejercer, trabajar [del inglés: to practice]. Se trata de un calco. presumir ESTADOUNIDISMO presumir FUENTE: Abogados en Houston FECHA: 02/22/2014 CITA: “Toda la propiedad y los ingresos adquiridos durante el matrimonio se presumen como propiedad común”. 334 | P á g i n a NUEVA ACEPCIÓN: considerar [del inglés: to presume]. Se trata de un calco. procedimiento procedimiento médico ESTADOUNIDISMO procedimiento médico FUENTE: http://bit.ly/1BuZC01 FECHA: 02/20/2014 CITA: “Si usted resulta herido en un accidente de auto, durante un procedimiento médico”. NUEVA ACEPCIÓN: intervención médica [del inglés: medical procedure]. Se trata de un calco. R Registro registro criminal ESTADOUNIDISMO registro criminal FUENTE: el Nuevo Herald FECHA: 02/27/2014 CITA: “La mitad de los indocumentados detenidos en EEUU no tiene registros criminales”. NUEVA ACEPCIÓN: antecedentes penales [del inglés: criminal register]. Se trata de un calco. reportar ESTADOUNIDISMO reportar FUENTE: Abogados en Houston FECHA: 02/23/2014 CITA: “pueden ser enforzados reportando la falta de pago a la agencias de crédito”. NUEVA ACEPCIÓN: alegar [del inglés: to report]. Se trata de un calco. 335 | P á g i n a reporte Reporte del Acta de Crédito Justo ESTADOUNIDISMO Reporte del Acta de Crédito Justo FUENTE: http://bit.ly/1Bzc2mj FECHA: 03/03/2014 CITA: “El Reporte del Acta de Crédito Justo (“FCRA”) es una ley federal que establece los derechos para el consumidor”. NUEVA ACEPCIÓN: Ley de Información Crediticia Imparcial [del inglés: Fair Credit Reporting Act]. Se trata de un calco. respondente ESTADOUNIDISMO respondente FUENTE: http://bit.ly/1L1pAPf FECHA: 03/03/2014 CITA: “El participante quien está respondiendo a la petición (el respondente) “. NUEVA ACEPCIÓN: demandado [del inglés: respondent]. Se trata de un calco. S soporte ESTADOUNIDISMO soporte FUENTE: Abogados en Houston FECHA: 02/23/2014 CITA: “Soporte económico de hijos”. NUEVA ACEPCIÓN: manutención [del inglés: support]. Se trata de un calco. T testamento ESTADOUNIDISMO testamento 336 | P á g i n a FUENTE: http://bit.ly/1D9Ddra FECHA: 02/20/2014 CITA: “Como testamento al compromiso de la empresa en esta área siete socios de minoría han sido con la firma de más de 20 años”. NUEVA ACEPCIÓN: testimonio [del inglés: testament]. Se trata de un calco. violación violación al tránsito ESTADOUNIDISMO violación al tránsito FUENTE: Lawinfo FECHA: 02/27/2014 CITA: “Las violaciones al tránsito son una mezcla de ofensas a las reglamentaciones”. NUEVA ACEPCIÓN: infracción de tránsito [del inglés: traffic violation]. Se trata de un calco. 1.2. Arte y entretenimiento acomodar ESTADOUNIDISMO acomodar FUENTE: http://americanhistory.si.edu/visit/espanol FECHA: 02/18/2014 CITA: «Stars and Stripes puede acomodar 600 personas y ofrece descuentos para grupos con más de diez personas». NUEVA ACEPCIÓN: alojar, tener capacidad para [del inglés: to accommodate]. Se trata de un calco. 1.3. Educación accesar ESTADOUNIDISMO accesar FUENTE: http://bit.ly/1EGsAwq FECHA: 03/04/2014 CITA: « [...] una publicación que explica en detalle cómo accesar el sistema en su estado y qué puede anticipar, paso por paso». 337 | P á g i n a NUEVA ACEPCIÓN: acceder [del inglés: to access]. Se trata de un calco. 1.4. Inmigración abandono ESTADOUNIDISMO abandono FUENTE: http://1.usa.gov/1GMsXGK FECHA: 03/26/2014 CITA: «Si usted no envía los documentos dentro de los tiempos establecidos, denegaremos su solicitud o petición por abandono». NUEVA ACEPCIÓN: renuncia [del inglés: abandon]. Se trata de un calco. 1.5. Finanzas balance ESTADOUNIDISMO balance FUENTE: http://bit.ly/1Aupx30 FECHA: 03/06/2014 CITA: « […] algo tan rutinario como hacer el balance de la chequera». NUEVA ACEPCIÓN: saldo [del inglés: balance]. Se trata de un calco. 1.6. Salud balanceada ESTADOUNIDISMO balanceada FUENTE: http://bit.ly/1Aupx30 FECHA: 03/06/2014 CITA: «Coma una dieta balanceada pero evite pescado contaminado con altos niveles de mercurio». NUEVA ACEPCIÓN: equilibrada [del inglés: balanced]. Se trata de un calco. 1.7. Trabajo retiro 338 | P á g i n a ESTADOUNIDISMO retiro FUENTE: http://bit.ly/1Aupx30 FECHA: 07/06/2014 CITA: «Es ilícito discriminar en cualquier aspecto del empleo, incluyendo contratación, despido, salario […], planes de retiro, licencia, o cualquier otro beneficio o condición en el empleo». NUEVA ACEPCIÓN: jubilación [del inglés: retirement]. Se trata de un calco. 339 | P á g i n a 16. La traducción del lenguaje políticamente correcto en Politically Correct Bedtime Stories, de James Finn Garner PAULA ALBERT GANDÍA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA Resumen: En el marco del movimiento políticamente correcto y, concretamente, como parodia del lenguaje que lo caracteriza, podemos englobar la obra Politically Correct Beditme Stories, objeto de estudio de este trabajo y versión políticamente correcta de cuentos infantiles tradicionales. Este trabajo identifica las estrategias que utiliza Finn Garner para parodiar el lenguaje políticamente correcto y cómo estas se han traducido al catalán, tomando como objeto de estudio el libro en su totalidad, y al castellano, en este caso limitándonos a un único cuento. Con la finalidad de determinar los procedimientos de traducción utilizados, revisamos dos propuestas y exponemos la que, como síntesis y adaptación, usamos en nuestro posterior análisis. Esta clasificación y el posterior análisis nos permiten observar la gran diferencia de soluciones adoptadas por los traductores al catalán y al castellano para transmitir los elementos políticamente correctos en lenguas con una gran cantidad de marcas de género. Palabras Clave: Lenguaje políticamente correcto, Movimiento políticamente correcto, Estrategias de traducción, Sexismo, Lenguaje no sexista Abstract: When examining how the language of the movement of political correctness is parodied, within the framework of said movement, we can consider the work Politically Correct Bedtime Stories, which contains politically correct versions of traditional bed time stories and fairytales. This paper looks at the strategies used by the author, Finn Garner, to parody politically correct language and looks at how these elements have been translated into Catalan, taking into account the book in its entirety, then looking at how it has been translated into Spanish, focusing on just one story. In order to classify the translation processes used, we have reviewed two translation proposals in order to create a new one adapted to our analysis. This classification and subsequent analysis allows us to observe the very different translation solutions adopted by the translators of both versions in order to communicate the politically correct elements in languages with many gender markers. Keywords: Politically correct language, Movement of political correctness, Translation strategies, Sexism, Non-sexist language 340 | P á g i n a 1. INTRODUCCIÓN La polémica cuestión del movimiento políticamente correcto (movimiento PC) ha sido objeto de estudio de muchos autores. La extensión de este movimiento desde los Estados Unidos, donde nació, sensibilizó a la gente ante usos discriminatorios del lenguaje. Sin embargo, dicho movimiento también ha contado con detractores, quienes han manifestado su exceso de palabrería y han parodiado los elementos característicos del lenguaje políticamente correcto (de ahora en adelante, lenguaje PC). Una buena muestra de esta parodia es Politically Correct Bedtime Stories de James Finn Garner, obra que une magistralmente los cuentos tradicionales infantiles con la parodia humorística de los elementos PC. En este estudio analizamos los mecanismos que utiliza el autor del original en la parodia de los elementos PC y las estrategias usadas en la traducción catalana. Además, como elemento de comparación, también estudiamos la traducción de uno de los cuentos del castellano 1. Con el objetivo de definir las técnicas utilizadas, repasamos dos clasificaciones de procedimientos de traducción. Por un lado, la de Ainaud et al. (2003) y, por otro, la de Hurtado (2008) para terminar proponiendo una clasificación adaptada al posterior análisis. Para facilitar el análisis traductológico, los elementos PC se han clasificado en tres grandes temas (sexismo, discriminación y compromiso cívico y valores progresistas) y, además, hemos diferenciado algunos subtemas que nos facilitan la agrupación de los casos PC identificados. Por otra parte, los ejemplos que aparecen en cada uno de los temas han sido agrupados a partir de dos criterios: la estrategia que se utilizaba en el original y el procedimiento de traducción utilizado por los traductores del catalán y el traductor al castellano. Este artículo cuenta con cuatro apartados dedicados respectivamente al contexto de traducción, los procedimientos de traducción, el análisis de las traducciones del cuento The Frog Prince al catalán y al español y, finalmente, el análisis de la traducción catalana de todo el libro, núcleo principal de nuestro estudio. 1 Se analizan los procedimientos de un único cuento de la traducción al castellano como consecuencia de la restricción de espacio a la que se veía sujeto el trabajo, aunque estos se pueden hacer extensivos a la obra en su totalidad. 341 | P á g i n a La traducción al catalán corrió a cargo de Quim Monzó y Maria Roura 2, quienes optaron por una traducción-adaptación de la original obra americana con el fin de transmitir al público meta la misma sensación que Finn Garner intentaba crear en los lectores del original. Cabe destacar que Quim Monzó, además de traductor, es un escritor de cuentos de ficción y uno de los columnistas más importantes de Cataluña. En sus obras demuestra que su escritura es muy personal, pues ha conseguido a lo largo de los años una escritura original, la cual le ha permitido convertirse en un auténtico referente de la creación literaria. Hecho que se deja ver en la traducción de la obra. La traducción al español fue realizada por Gian Castelli Gair 3, quien, al contrario que los traductores al catalán, optó por una neutralización de la obra original a partir de técnicas más literales. Estas técnicas son un indicador de la subordinación que existe por parte del traductor a la obra original y las soluciones poco naturales y bastante artificiales por las que opta en la obra meta. El análisis llevado a cabo nos ha permitido observar, por un lado, cómo Finn Garner modifica los cuentos tradicionales para parodiar el movimiento y el lenguaje PC y, por otro lado, cuáles son las tendencias traductológicas en la traducción al catalán, donde prima la traducción dinámica, y al castellano, donde con frecuencia se aplican estrategias más literales. 2. CONTEXTO DE TRADUCCIÓN La obra objeto de estudio de este trabajo es el primer libro que Finn Garner publica. Nace a raíz de una serie de historias que narraba durante una de las obras de teatro en la que actuaba. En este corto pero intenso libro, el autor parodia trece de los cuentos infantiles más conocidos, reescribiéndolos en clave políticamente correcta en cuanto a su forma y a su contenido. Los cuentos de los que se compone el libro son: Little Red Riding Hood, The Emperor’s New Clothes, The Three Little Pigs, Rumpelstilltskin, The Three Codependent Goats Gruff, Rapunzel, Cinderella, Goldilocks, Snow White, Chicken Little, The Frog Prince, Jack and the Beanstalk, The Pied Piper of Hamelin. 2 Aun habiendo realizado las gestiones necesarias con las editoriales correspondientes y una búsqueda exhaustiva por Internet, no se ha podido conseguir información sobre la cotraductora del libro. 3 A pesar de haber realizado la búsqueda pertinente y la consulta a la editorial, ha resultado una tarea bien complicada encontrar información sobre este traductor, del que tan solo conocemos que fue traductor de muchos libros y que participó como traductor en la extracción de los restos arqueológicos de Atapuerca. 342 | P á g i n a Cada uno de estos cuentos trata temas que hacen visibles las ideas defendidas por el movimiento PC en los Estados Unidos y que, en general, pueden relacionarse con el ecofeminismo 4. Con la finalidad de incluir temas como el cambio de la familia nuclear, la problemática de género o la preocupación por el medio ambiente, siempre con cierta dosis de ironía, el libro está repleto de circunloquios y eufemismos que evitan las discriminaciones por razón de sexo, raza o especie que caracterizan a los cuentos tradicionales infantiles. A menudo, para poder incluir esta temática paródica y políticamente correcta, las historias presentan un giro de la trama original, lo que provoca que se inviertan las funciones típicas de los personajes, es decir, que el bueno acabe siendo malvado y viceversa. Con esta escritura ingeniosa, Finn Garner parece estar a favor del movimiento PC, pero en el fondo acaba satirizando lo que parecía defender en un primer momento. Los orígenes del movimiento PC y su lenguaje característico han generado una gran controversia. Si bien es cierto que este movimiento fue impulsado por los estudiantes revolucionarios de los años sesenta como crítica a la situación previa a los radical sixties 5 y a las medidas de la Nueva Derecha los años posteriores, también es cierto que estos no inventaron el término, ni sus connotaciones, sino que este ya había aparecido previamente. Los radical sixties fueron años marcados por la convulsión y el cambio ya que se necesitaba “acompasar el orden político y simbólico a las palpitaciones de un tejido social disconforme y desasosegado” (Martín 2001: 88). Así es como los gobiernos de izquierdas introdujeron el concepto de melting pot, basado en la supremacía de la diferencia y la disparidad, así como gran parte de las medidas que se relacionan directamente con el movimiento 6. No obstante, el ascenso al poder de la Nueva Derecha en los 80 consigue erradicar el lema progresista para implantar uno que potenciara la homogeneidad, pluribus umum. Para los conservadores, la multidiversidad americana no era más que un rasgo superficial del que se podía prescindir (Martín 2001: 93). Bajo esta premisa, crearon toda una política de identidad y reconocimiento que plasmaba los temas privados de los individuos como 4 Sobre el ecofeminismo, se pueden consultar las obras de Warren, K.J (1997) o Ruether (2005), entre otras. 5 Para más información, véase Hall (1994: 164) y Aguilar (2001: 28). 6 Véase Martín (2001: 88). 343 | P á g i n a materia política con el fin de hacer renacer una identidad cultural colectiva (Hall 1994: 168; Martín 2001: 91-93; Fairclough 2003: 20). Como medio para avanzar en la no discriminación, otorgaron una posición privilegiada al lenguaje, tal como lo concebía la filosofía postmoderna: como el único medio de acceso al mundo. Para algunos el lenguaje era el arma que permitía la corrección de los desequilibrios sociales y, por lo tanto, ayudaba a los marginados sociales a disponer de una mayor igualdad de condiciones, o, desde otro punto de vista más acorde a la visión de la Nueva Derecha, era la forma de esconder los desequilibrios sociales a partir del cambio de designación. Por lo tanto, el movimiento relaciona poder y lenguaje y adopta una visión controladora sobre este último, como medio para tener bajo control cualquier forma de discurso que perjudique a las minorías sociales. Si a este cambio político y discursivo se le suma el que se estaba produciendo en el sistema universitario, esto es, un mayor número de personas de raza negra y de mujeres que accedían a las plazas universitarias, es evidente que se dificulta la implantación de una política hegemónica ante tal diversidad 7. Esta situación da pie a un replanteamiento de las relaciones de poder y de los discursos instaurados durante los años anteriores, con lo que germina así el movimiento PC en las aulas, aquel que nos interesa y en el que nace el lenguaje que trata nuestra obra objeto de estudio. Como consecuencia de la repercusión que el movimiento PC tenía dentro de la sociedad norteamericana no es de extrañar que rápidamente la corrección política llegara a España 8. En este punto, en el traspaso del discurso original, es donde la traducción se posiciona como un elemento de extrema importancia, como transmisora de la realidad políticamente correcta. La cultura española percibió dicha realidad de forma diferente a la original, pues en ese traspaso se homogeneizaron diversos discursos (feminismo, racismo, machismo, etc.) como si de uno solo se tratase, y jugó un papel importante el cambio de una lengua con pocas marcas de género, como es el inglés, a una lengua con muchas marcas de género como es el catalán o el castellano. 3. PROCEDIMIENTOS DE TRADUCCIÓN Hay diferentes clasificaciones de los procedimientos de traducción, si bien casi todas se remontan a la clasificación de Vinay y Darbelnet (1958), para nuestro análisis 7 Véase Martín (2001: 102-103) y Lind, William S. (2004). Las primeras referencias al movimiento datan del 1992, y el siguiente año empieza a tratarse el tema en la prensa general. Véase Casals (1992: 332) y Gallego Díaz, (1993: 2-3). 8 344 | P á g i n a nos hemos basado en dos propuestas; la de Ainaud et al. (2003) y la de Hurtado (2008: 266-271). Ainaud et al. (2003) incluyen los nueve procedimientos de traducción propuestos por Vinay y Darbelnet (1958) y añaden dos más: la condensación y la omisión 9. Hurtado (2008: 266-271), por su parte, diferencia dieciocho técnicas de traducción distintas, once de las cuales (adaptación, ampliación, condensación, elisión, calco, compensación, modulación, préstamo, traducción literal, transposición y equivalente acuñado) encajan con las nombradas anteriormente. Esta autora añade la amplificación, la substitución, la creación discursiva, la descripción, la generalización, la particularización y la variación. Teniendo en cuenta estas clasificaciones y el texto objeto de estudio, hemos considerado en nuestro análisis nueve procedimientos de traducción. Como métodos de traducción más literal, distinguimos la traducción literal y el calco; como métodos de traducción dinámica, diferenciamos transposición, modulación, adaptación, compensación, sobremarcaje (variante de la ampliación), neutralización y omisión. Explicaremos brevemente cada uno de los procedimientos y los ejemplificaremos con casos del libro de Finn Garner 10. a. La traducción literal implica transferir el original de la manera más directa posible. Esta técnica se utiliza cuando las convenciones de la lengua meta permiten la plena comprensión de una traducción directa y, sobre todo, mantienen la naturalidad de la unidad traducida. Así sucede en to liberate their homeland, traducido por alliberar la seva patria (‘liberar su patria’). b. El calco es una expresión del texto meta que mantiene la estructura o el significado de otra expresión del texto origen. En nuestro caso se ve como un defecto del texto traducido, ya que, no solo obliga al lector a descodificar el texto con unas normas gramaticales ajenas, sino que también le resulta difícil entender lo que se explica. Así se ejemplifica en […] a deal on a contingency basis? que se traduce por un pacte a partir d’una base contingent? (‘un pacto a partir de una base contingente’), expresión que puede resultar difícil de entender al lector. 9 Como consecuencia de la limitada extensión del artículo, no ofrecemos la definición de cada uno de los procedimientos que aparecen en ambas clasificaciones. 10 Proporcionamos la traducción al castellano de los ejemplos procedentes de la obra escrita en catalán. 345 | P á g i n a c. La transposición consiste en remplazar una parte del discurso del texto origen por otra diferente en el texto meta, lo que produce una nueva categoría gramatical. Así ocurre con el verbo triumphed que pasa a ser el sustantivo victòria (‘victoria’). d. La modulación se basa en la alteración del contenido literal de un fragmento del texto origen sin que eso cambie su sentido, para poder adaptar la traducción a las preferencias de la lengua meta. Así, socially disfunctional se traduce de una forma más natural a partir de de manera socialment poc correcta (‘de forma socialmente poco correcta’), ya que una traducción literal del elemento hubiese resultado extraña en la lengua meta (socialment disfuncional ‘disfuncional socialmente’). e. La adaptación es la sustitución de uno o más elementos por otro que no se relaciona literalmente con el original pero que mantiene el efecto pretendido en la obra original. De esta forma, la revista Glamour ha sido sustituida por Cosmopolitan, más conocida por el público catalán. f. La compensación se usa cuando en una parte del texto se ha producido una pérdida del significado o el efecto y se trata de compensarla en otro lugar diferente. Así se puede interpretar la sustitución de him en but his connections to the earth and seasons had made him a kind soul […] por company llenyataire (‘compañero leñador’) en la vida amb contacte amb la Natura i els seus cicles havia fet del company llenyataire una persona de sentiments nobles [...], que remite al lenguaje PC. Sin embargo, en nuestro caso no queda suficientemente claro si la aparición de marcas de lenguaje PC son una compensación, ya que los traductores no desaprovechan ninguna oportunidad para potenciar ese efecto PC del original. g. El sobremarcaje es una variante de la ampliación que, más que añadir un elemento léxico, implica añadir un rasgo que no tenía el original 11. Así pues, el ejemplo anterior se podría clasificar como sobremarcaje, si tenemos en cuenta que la traducción company llenyataire no responde necesariamente a una pérdida anterior en la traducción. Otro ejemplo ilustrativo sería el uso de tothom i totdon (‘todo hombre y toda mujer’), que incluye una palabra 11 Ribera y Cuenca (2013) acuñan este término para explicar la aparición en textos traducidos de demostrativos en contextos donde el original no contenía un deíctico. 346 | P á g i n a inventada por analogía (totdon de “tota dona” sobre la base de tothom ‘todo el mundo’ forma fosilizada procedente de “tot home” ‘todos’). h. La amplificación puede implicar añadir elementos inexistentes en el original o mantener una unidad equivalente y añadir explicaciones o comentarios de algún elemento. Por ejemplo observamos que no one had ever thought of car-sharing se traduce por una frase más larga a partir de ningú no havia pensat en el transport públic ni en la possibilitat de compartir cotxe per contribuir així a la fluïdesa del transit, [...] (‘nadie había pensado en el transporte público ni en la posibilidad de compartir coche para contribuir a la fluidez del tráfico [...]’). i. La omisión es la eliminación consciente de alguna de las palabras que aparecían en el texto original. Así encontramos cómo la palabra man desaparece en la traducción: […] the keys to the man of enhanced strangeness por […] les claus al destacada singularitat (‘le dieron las llaves a la singularidad destacada’). j. La neutralización es una técnica que proponen de nuevo Ribera y Cuenca (2013: 28). Se puede considerar una variante de la omisión que implica que se elimine un matiz del original que el traductor hubiese podido mantener, pero perdiendo cierta naturalidad. Un buen ejemplo sería la eliminación del elemento PC womyn en I am going to dedicate my life to healing the rift between womyn’s souls and their bodies y su sustitución en la traducción por un pronombre que hace referencia a las mujeres: Els ensenyaré a acceptar la seva forma natural i a ser integres una altra vegada (‘Les enseñaré a aceptar su forma natural y a ser integras de nuevo’). Por lo tanto, los traductores han neutralizado este elemento clave de la obra y han perdido la ocasión de incluir una marca de lenguaje PC. 4. ANÁLISIS CONTRASTIVO INGLÉS-CATALÁN-CASTELLANO DE THE FROG PRINCE El cuento The Frog Prince (1994) nos permite observar la remodelación de forma y contenido que Finn Garner lleva a cabo para introducir los temas del movimiento PC, además de las diferencias en las estrategias de traducción adoptadas por los traductores al catalán en comparación con las del traductor al castellano. 347 | P á g i n a Por lo que al ámbito del contenido se refiere y a modo de contextualización, el cuento original narra la historia de una princesa a quien le regalan una pelota de oro. Cierto día, mientras la princesa jugaba con la bolita, se le cae dentro de un pozo de donde aparece un sapo. El sapo le propone recuperar la pelota a cambio de que le deje ir al castillo con ella. La princesita acepta el trato y recupera su preciada bola; sin embargo, incumple el pacto y vuelve al castillo sin el amable sapo. Días más tarde, el sapo se presenta en el castillo con el fin de que ella cumpla el trato. Finalmente, la princesa, obligada por su padre, acepta y el sapo, después de darle un beso a su amada, se convierte en un atractivo príncipe y viven felices por siempre. Finn Garner modifica este argumento original con la finalidad de eliminar cualquier cuestión discriminatoria que no encaje con los ideales del movimiento PC. En este nuevo cuento, la princesa no se preocupa por su bolita de oro, sino por la estructura machista de poder dominante en la sociedad. El embrujado, en este caso, no es un príncipe, sino un promotor inmobiliario que, después de besar a la princesa que lo ayudará a convertirse de nuevo en humano, será lanzado de nuevo al pozo porque sus ideas son demasiado capitalistas y expansionistas. Como observamos, Garner introduce en este cuento los temas del sexismo, la discriminación y el compromiso cívico y valores progresistas. Con el fin de introducir cada uno de estos temas y eliminar el componente sexista, Finn Garner también modifica la forma de escritura. Así pues, ya no hay personas bajas o calvas, sino que serán vertically challenged y loosing a little bit of hair on top. Elimina, además, la carga semántica masculina de algunas palabras, mecanismo que emula la creación de nuevos vocablos por parte del movimiento PC. De esta forma, la palabra women se convertirá en el elemento PC womyn. A estos cambios en el original, se añade la problemática del género gramatical de las lenguas de estudio, hecho que hará de los traductores unos reescritores para evitar que incurran, en las traducciones, en un lenguaje políticamente incorrecto. De hecho, los circunloquios, los neologismos y los eufemismos no solo se apoderan del original inglés, sino que reclaman la adaptación en la traducción, como observaremos en algunos ejemplos a continuación. En el inicio del cuento se incluye una referencia que trata el tema del feminismo a partir de un circunloquio que hace alusión a la sociedad patriarcal: (1) 348 | P á g i n a Once there was a young princess who, when she grew tired of beating her head against the male power structure at her castle, […]. Doncs vet aquí que una vegada hi havia una princeseta que, quan s’atipava de donar-se cops de cap contra l’estructura masclista de poder del seu palau, […]. Érase una vez una joven princesa de la que cuentan que, cada vez que se cansaba de partirse la cabeza contra la estructura masculina de poder reinante en su castillo, […]. Los traductores de ambas versiones han interpretado y ofrecido opciones totalmente diferentes. Por un lado, la traducción catalana ha optado por una transposición a partir del cambio de male (sustantivo) por masclista (adjetivo que significa ‘machista’), de esta forma se ha mantenido el mismo sentido que trasmitía el original. Por otro lado, la traducción castellana ha “calcado” al original, lo que ha provocado que se modifique la idea que la obra americana quería transmitir. No es, pues, lo mismo una ‘estructura masculina’, que una ‘estructura machista’, donde claramente dominan los hombres. A continuación, encontramos otra referencia feminista a través de la expresión sexual harassment, ampliamente utilizada por los grupos reivindicativos que forman parte del movimiento PC. (2) The princess thought for a moment about weather sexual harassment could take place between species […]. La princesa va dubtar per un moment si podia donar-se la persecució sexual entre espècies zoològiques diferents [...]. La princesa reflexionó un momento acerca de las posibilidades de acoso sexual entre especies distintas […]. En este caso, la versión catalana traduce mediante una ligera modulación. La traducción literal en la lengua catalana hubiese sido assetjament sexual (‘acoso sexual’) y, sin embargo, los traductores prefieren cambiarlo por otra combinación de palabras existente en catalán: persecució sexual (‘persecución sexual’). Por el contrario, el traductor al castellano ha optado por acoso sexual, traducción literal del original. El siguiente de los ejemplos alude al sexismo. Para eliminar la carga sexista de kingdom, el autor del original crea el neologismo queendom, ejemplo similar a lo que ocurre con womyn proveniente de women, que veremos más adelante. (3) One day, while she was dreaming of the utopia that her queendom could become if womyn were in the Un dia, mentre s’imaginava la utopia que seria el seu reinalme si les persones femenines tinguessin el Un día, mientras se recreaba imaginando la utopía en que podría convertirse su reino de ocupar las mujeres los 349 | P á g i n a positions of power, she dropped the ball [...]. poder, li va caure la pilota [...]. círculos de poder, dejó caer la pelota, [...]. Esta palabra hace referencia a una sociedad patriarcal y, por lo tanto, debe ser eliminada del texto. Garner cambia king por queen e inventa queendom, muy coherente con las modificaciones que sufren las palabras en el marco del movimiento PC 12. En catalán, los traductores han optado por una adaptación a partir de un neologismo, reinalme, que proviene de regne (‘reino’), con el fin de crear un efecto paralelo al que transmite el original e intentar seguir con la tónica por la que había optado en casos anteriores. Así pues, Monzó y Roura han aprovechado la oportunidad que la lengua catalana les brindaba para incluir una palabra totalmente comprensible para los lectores meta, reinalme, y así ser fieles al espíritu del original. Sin embargo, bien diferente es el caso del castellano, donde se produce una neutralización del efecto original, ya que se traduce por la palabra tradicional castellana reino. En consecuencia, se pierde el efecto de la obra americana. Aunque conviene destacar que en la lengua castellana hubiese sido imposible la creación de una palabra parecida a la invención catalana, Castelli Gair hubiese podido compensar la pérdida con un circunloquio en esa misma parte del texto o en otro fragmento próximo, oportunidad que acaba siendo desaprovechada por el autor. Un caso bastante similar es el que se observa en (4) que, además, también trata el tema del sexismo. Finn Garner incorpora la palabra womyn creada por los grupos feministas del movimiento PC para eliminar la referencia masculina men que contiene women: (4) One day, while she was dreaming of the utopia that her queendom could become if womyn were in the positions of power, she dropped the ball [...]. Un dia, mentre s’imaginava la utopia que seria el seu reinalme si les persones femenines tinguessin el poder, li va caure la pilota [...]. Un día, mientras se recreaba imaginando la utopía en que podría convertirse su reino de ocupar las mujeres los círculos de poder, dejó caer la pelota, [...]. La versión catalana ha optado por una adaptación a partir de un genérico, persones (‘personas’), determinado por el adjetivo femenines (‘femeninas’); de esta forma, 12 Véase como ejemplo el cambio history por herstory, porque los grupos reivindicativos del movimiento creen que his hace referencia al pronombre posesivo masculino y, por tanto, es machista. 350 | P á g i n a consigue transmitir exactamente el mismo efecto que el original. Aún este cambio, no hubiese sido necesario porque la palabra normativa equivalente dones (‘mujeres`) no contiene ninguna referencia al hombre. Sin embargo, parece ser que los traductores aprovechan todas las ocasiones posibles para recrear los cambios que sufren los vocablos en el marco del movimiento políticamente correcto. Por el contrario, la versión castellana traduce nuevamente el original a partir de una neutralización y, por consiguiente, no trasmite el espíritu PC del original. A continuación, haciendo referencia al tema de la discriminación por limitación física, encontramos los eufemismos vertically challenged y losing a little bit of hair on top. (5) And there, […], was a man in a golf shirt and loud plaid trousersmiddle-ages, vertically challenged, and losing a little bit of hair on top. I allà, [...] hi havia una persona masculina amb polo de golf i pantalons de quadres estridents, de mitja edat, verticalment discret i amb pocs cabells. Y allí mismo, […] apareció ante sus ojos un hombre ataviado con una camisa de golf y unos pantalones a cuadros francamente chillones: se trataba de un individuo de mediana edad, verticalmente limitado y ligeramente escaso de cabello en su zona superior. El primer sintagma, vertically challenged, se ha traducido al catalán mediante una adaptación a partir de verticalment discret (‘verticalmente discreto’) que no juzga a la persona a la que se refiere, sino que, más bien, actúa como un eufemismo que elimina cualquier matiz negativo. En cambio, la traducción castellana ofrece de nuevo una frase traducida de forma literal. Por lo que al segundo de los sintagmas se refiere, tanto los traductores al catalán como el del castellano han escogido el mismo procedimiento de traducción: la modulación. Este procedimiento de traducción da lugar a que en catalán nos encontremos ante una frase bastante más sintética que disuelve el circunloquio original, mientras que la frase castellana resultante recrea mejor la creación de circunloquios propia del lenguaje PC. El último de los ejemplos que aportamos es de especial importancia porque en el fragmento original no aparece ninguna referencia al lenguaje PC: (6) The frog continued, ‘You see, I am not really a frog at Mira, de fet no sóc cap gripau. En realitat, sóc una Veréis… lo cierto es que no soy ni mucho menos una rana. 351 | P á g i n a all. I’m really a man, but an evil sorcerer has cast a spell on me.’ persona masculina, però un bruixot malvat em va encantar. En realidad, soy un hombre, al que un malvado brujo hizo víctima de un hechizo. Los traductores del catalán sobremarcan el texto y traducen man a partir del genérico persona y el adjetivo masculina. A pesar de que la palabra man no connote sexismo en sentido estricto, los traductores han preferido cambiarlo y seguir con el espíritu que transmite el original. En la versión castellana, la traducción ha sido literal y, aunque es totalmente correcta, el traductor hubiese podido compensar la gran cantidad de pérdidas que se hacen evidentes durante la lectura, y aprovechar la oportunidad del género de las lenguas románicas para ofrecer una traducción similar a la catalana. Los ejemplos de este cuento nos han servido como modelo para ilustrar algunos de los procedimientos que utiliza Finn Garner a la hora de plasmar el lenguaje PC, y cómo este ha sido trasladado a las traducciones. Mientras que el catalán adapta el original a las preferencias de la lengua meta y aprovecha cualquier ocasión para incluir referencias al lenguaje PC 13; el castellano proporciona una traducción tan literal que acaba traicionando la intención del original y desdibujando el efecto humorístico buscado por Finn Garner. 5. ANÁLISIS DE LA TRADUCCIÓN AL CATALÁN 5.1. Sexismo Con el fin de introducirnos en el lenguaje no igualitario, nos basamos en la guía de Cuenca et al. (2011) donde se ponen de manifiesto no solo los problemas que nos llevan a un uso sexista del lenguaje, sino también las estrategias básicas para poder evitarlo. Estas autoras identifican seis problemas básicos y cuatro alternativas para el caso del catalán. Las alternativas que permiten no incurrir en este tipo de lenguaje son 14: 13 Tal y como afirma Quim Monzó, uno de los traductores de la obra catalana: “Vam haver de ferne una versió nova, de trair-la, perquè en català hi ha molts detalls políticament incorrectes que no existeixen en anglès i que havíem d’incloure. Com és el cas dels articles [...]. En anglès no hi ha diferenciació de gènere, i aquí em vaig adonar que n’hi ha […]”. (http://www.visat.cat/espaitraductors/cat/traductor/229/quim-monzo.html). 14 Los problemas que identifican Cuenca et al. (2011) son: a) uso del masculino genérico; b) uso del sustantivo home (‘hombre’) con valor genérico e inclusivo para referirse a hombres y a mujeres sin distinción; c) duales aparentes y vacios léxicos, es decir, palabras con significado distinto dependiendo del género gramatical (Cuenca et al. 2011:47); d) fórmulas de tratamiento y relación de dependencia que explican que se trate de forma distinta a los hombres y a las mujeres, hecho que no se justifica gramaticalmente o por economía del lenguaje; e) trato asimétrico de mujeres y hombres, en cuestiones como identificar a la mujer por su condición femenina y al hombre por su profesión; f) salto semántico, eso es, uso del masculino plural que puede ser interpretado como un genérico. 352 | P á g i n a a) Uso de formas dobles b) Uso de formas reducidas y marcadas con barras c) Uso de colectivos y genéricos, que hacen referencia a los dos sexos d) Pronombres como tothom (‘todo hombre’) o el tratamiento de vos 15. En Politically Correct Bedtime Stories (1994) y la traducción catalana identificamos algunas de las estrategias que acabamos de nombrar como respuesta a la discriminación por razón de sexo, biológico y gramatical. En primer lugar, encontramos el sustantivo wommon (singular) y womyn (plural) que sustituyen respectivamente a woman y women. Ambas palabras haciendo referencia al hombre a partir de men. Así se observa en (3) y (4): (3) There once lived a young wommon named Cinderella, [...]. Això era una vegada una persona femenina que es deia Ventafocs. (4) With her gold, Esmeralda moved to California to open a birth- control clinic, where she showed other womyn how not to be enslaved [...]. Amb l’or, la Maragda se’n va anar a Califòrnia i hi va obrir una clínica de planificació familiar, on va ensenyar a altres persones femenines com no deixar-se esclavitzar[...]. Aunque la traducción hubiese podido ser dona (‘mujer’), ya que no tiene una referencia directa al sexismo, los traductores optan por una traducción sistemática a partir de una adaptación: el genérico persona/ persones (‘persona/ personas’) y el adjetivo femenina/ femeninas (femenina/ femeninas). Finn Garner también modifica compuestos o circunloquios que tienen, o pueden implicar, una referencia a man o men como masculinos genéricos, mediante palabras inventadas, como es el caso de (5). (5) A few months later, and after agonizing pain that a man will never really be able to Al cap d’uns mesos, amb un dolor atroç que cap persona masculina no serà mai realment capaç d’avaluar, la muller del 15 Cuenca et al. (2011) incluyen cuatro estrategias más para lidiar con el lenguaje no igualitario: a) artículos que permiten desdoblar el género y hacer un uso totalmente igualitario del lenguaje; b) adjetivos y participios de dos terminaciones, así como sustantivos que permitan el desdoblamiento en femenino y masculino; c) concordancia entre las dos partes de una comparación o de un superlativo; d) un orden de las palabras que no subordine a la mujer. 353 | P á g i n a appreciate, the tinker’s wife gave birth to a beautiful, healthy prewommon. recollidor de cartrons va donar a llum una preadulta femenina, bonica i sana. Los traductores catalanes optan por una estrategia a medio camino entre la transposición y la adaptación, utilizando una palabra genérica preadulta y un adjetivo femenina. De esta forma, no se pierde el efecto del original en la traducción. Otra estrategia ampliamente utilizada por el autor del original es el uso de una palabra genérica, normalmente con person/ people: (6) ‘[...] clucked the spokesperson, ‘so be it’. […]- va dir amb superioritat el company portaveu-, vostè mateix. (7) [...] and telling unenlightened stories about tinkers, dung-gathers and other tradespeople. [...]explicant històries plenes de prejudicis: sobre recollidors de cartons, netejaparabrises i altres treballadors i treballadores no especialitzats [...]. Los traductores optan en ambos casos por una adaptación, aunque ligeramente diferente. Adaptan spokespeople a partir del genérico company (‘compañero’) y un adjetivo portaveu (‘portavoz’) que lo determina; mientras que tradespeople se traduce con el desdoblamiento en forma completa de las palabras, treballadors i treballadores (‘trabajadores y trabajadoras’). Por último, hay que señalar que la traducción incluye marcas discriminatorias que no aparecen en el original. Así ocurre en los siguientes casos: (8) As their children began to form tax protest groups and shooting clubs, the town councillors sadly realized that all their years of careful social planning would soon come to nothing. Quan els/les seus/ves fills/es van començar a formar grups d’objecció fiscal i clubs d’armes, els/ les regidors/ res es van adonar amb tristesa que tots els anys que havien dedicat a fer una acurada planificació social, aviat es convertiren en no res. (9) A cheer went up from the crowd, and the throngs stripped off their clothes and danced in the sun, as Nature had intended. De la gentada va sorgir un «bravo!» I tothom i totdon va començar a treure’s la roba i a ballar al sol, tal com hauria volgut la mare Natura. 354 | P á g i n a Los traductores recurren a una adaptación porque en catalán sí que se puede producir una forma machista como consecuencia del mayor número de marcas de género. En (8) adaptan a partir del desdoblamiento de formas gráficas con barras, procedimiento típico del lenguaje igualitario. En (9) modifican el pronombre tothom (‘todo hombre’), que es etimológicamente sexista por el componente hom, e inventan el femenino totdon (‘toda mujer’). Clasificaríamos, pues, este último ejemplo como una suma de adaptación y sobremarcaje. 5.2. Discriminación La discriminación afecta a diferentes temas que el movimiento PC trata de suavizar principalmente mediante el uso de eufemismos y paráfrasis. Los subtemas identificados son el feminismo, el estado físico y psíquico, las profesiones, la desigualdad social, la discriminación animal y la discriminación positiva 16. En (10) observamos en a) un eufemismo que se relaciona con el estado físico, mientras que en b) un circunloquio que hace referencia al estado psíquico. (10) Once there was a young princess who was (a) not at all unpleasant to look at and (b) had a temperament that many found to be more pleasant than most other people’s. Vet aquí que una vegada hi havia una princeseta (a) gens desatractiva a la vista (‘nada desatractiva a la vista’) i amb (b) un temperament que molts trobaven més agradable que el de la majoria de persones (‘un temperamento que muchos encontraban más agradable que el de la mayoría de personas’). El circunloquio (a) se utiliza para no decir guapa. En este caso, se ha optado por la modulación, ya que han pasado de una expresión negativa not at all a una positiva gens (‘nada’) y, además, inventan la palabra desatractiva que sobremarca el original. El segundo elemento, (b), se utiliza como paráfrasis que evita decir que se tiene un carácter agradable. Los traductores han optado por traducir literalmente el circunloquio. Por otra parte, para tratar las profesiones, Finn Garner utiliza, sobre todo, la modificación de palabras de la lengua inglesa mediante –person. Esto lo observamos en 16 Como consecuencia de la restricción de espacio ofrecemos únicamente algunos de los ejemplos más representativos del tema de la discriminación. 355 | P á g i n a (11), donde woodsperson sustituye a woodsman y se ha traducido a partir del genérico company (‘compañero’) y el adjetivo llenyataire (‘leñador’). (11) Instead, the queen indulged in an adopted masculine powertrip and ordered the royal woodsperson to take Snow White into the forest and kill her. Per això, la reina es va permetre una actitud masculina d’abús de poder, i va manar al company llenyataire reial que portés la Blancaneu al bosc i la matés. El autor emplea un neologismo en (12) para tratar la discriminación animal 17. 17 Este tema ha sido totalmente inventado por el autor para llevar al extremo paródico las preocupaciones del lenguaje PC. 356 | P á g i n a (12) They gathered together a band of other pigs who had been forced off their lands. This new brigade of porcinistas attacked the resort complex […]. Van aplegar una colla d’altres porcs que també havien estat expulsats de les seves terres. Aquests brigadistes porcinistes van atacar el bloc de xalets adossat [...]. Concretamente utiliza el neologismo porcinistas para hacer referencia a los tres cerditos. Los traductores del catalán modulan el original a partir de la conversión de ‘brigada’ en brigadistes (‘brigadistas’) y el plural porcinistas para crear una rima en la traducción inexistente en la obra inglesa. 5.3. Compromiso cívico y valores progresistas Dentro del tema del comportamiento cívico se ilustran valores vinculados al pensamiento progresista y al movimiento ecofeminista. En este apartado diferenciamos tres temas complementarios: la política, la economía y el medio ambiente 18. En el ámbito de la política, Finn Garner trata temas políticos y controvertidos. El “malvado” capitalismo que domina la sociedad y la necesidad de una democracia modélica son los más recurrentes. Este aspecto destaca sobre todo en The Three Little Pigs. Como podemos observar en (13) el autor subraya una de las características del capitalismo, esta es, el expansionismo: (13) But their idyll was soon shattered. One day, along came a big, bad wolf with expansionist ideas. Però el seu idil·li aviat es va malmetre. Un dia va aparèixer un llop gros i dolent, amb intencions expansionistes. Finn Garner crea un paralelismo entre el lobo y el capitalismo, ya que los lobos siempre se han presentado como seres malvados y egoístas, atributos que encajan perfectamente con el capitalismo. Para establecer este paralelismo introduce adjetivos despectivos (subrayados), técnica que no suele utilizar en el resto de la obra. Los traductores catalanes, aunque mantienen la adjetivación, optan por traducir el fragmento 18 En este caso, ofreceremos el ejemplo más representativo, en cuanto a la estrategia utilizada por parte del autor del original y de los traductores, de cada uno de los subtemas por haber menos que en el anterior subapartado. 357 | P á g i n a a partir de una modulación, pues cambian ideas, una palabra más abstracta, por intencions (‘intenciones’), mucho más concreto en este contexto. En el ámbito de la economía la estrategia más utilizada es el eufemismo y la paráfrasis eufemística. Dentro de los eufemismos un buen ejemplo es (14), en el que se evita decir la palabra tabú ‘pobre’. (14) Long ago in a kingdom far away, there lived a miller who was very economically disadvantaged. Fa molt de temps, en un reialme llunyà vivia, en condicions econòmiques francament precàries (‘condiciones económicas francamente precarias’), un moliner. Los traductores catalanes optan por una modulación con la finalidad de adaptarse a las preferencias de la lengua meta, técnica que produce, al mismo tiempo, una transposición, ya que el adverbio economically pasa a ser el adjetivo econòmiques (‘económicas’). Para finalizar, dentro de la temática del medio ambiente encontramos, sobre todo, sintagmas complejos que conllevan la necesidad implícita o explícita de ser más ecológicos. Así se observa en (15): (15) The picturesque little town of Hamelin had everything a community could wish for— non-polluting industries, effective public transport, and a well-balanced ethnoreligious diversity. El petit i pintoresc poblet d’Hamelín tenia tot el que una comunitat humana pot desitjar: indústries no contaminants, un transport públic eficaç (‘industrias no contaminantes, un transporte público eficaz’), i una diversitat ètnica i religiosa ben equilibrada. En este caso, los traductores optan por una traducción literal del original. Sin embargo, también encontramos expresiones generales de la lengua inglesa que se modifican y se adaptan en la traducción. En (16) observamos land sakes: (16) ‘Land sakes!’ ‘Why are you two carrying on so?’ Per l’amor del reciclatge! ¿Què crideu d’aquesta manera? Expresión que se utiliza originalmente para marcar sorpresa, equivalente a Déu meu! (‘¡Dios mío!’), se adapta a partir del juego de palabras políticamente correcto per l’amor del reciclatge (‘por el amor del reciclaje’) que sigue con la tónica del original. 358 | P á g i n a 6. CONCLUSIONES A partir de este análisis hemos podido observar cuál era la intención principal de Finn Garner: parodiar el lenguaje PC y poner de manifiesto el carácter discriminatorio de los cuentos tradicionales. El objetivo general ha sido identificar las estrategias de traducción con las que se trasmitía el lenguaje PC a la versión catalana y, aunque en menor medida, también a la castellana. El análisis nos ha mostrado como Finn Garner ha modificado el argumento de los cuentos tradicionales con el fin de introducir los temas básicos que trata el movimiento PC. Sin embargo, para introducir estos temas, también ha modificado la forma de escritura, sobre todo a partir de eufemismos, paráfrasis eufemísticas, neologismos y modificación de palabras. Por esta razón, «la expresión es tan o más importante que lo expresado, lo que por otra parte ilustra a la perfección la actitud contemporánea hacia el lenguaje, escéptica, cínica y suspicaz» (Martín 2001: 386). Esta intención debería ser el eje de reescritura de cualquier traducción de la obra; pero, como hemos podido comprobar a través del cuento The Frog Prince, la traducción catalana y la castellana difieren ampliamente en cuanto a los procedimientos de traducción empleados. El traductor del castellano se subordina a la literalidad de las estructuras originales y, por lo tanto, utiliza técnicas más literales, que aunque son totalmente correctas, acaban neutralizando el efecto pretendido en la obra original. En otras palabras, la traducción castellana trasmite el contenido del original, pero no permite al lector reconstruir el efecto paródico que resulta de contrastar los cuentos tradicionales y la versión políticamente correcta. Como afirma Martín (2001: 390), la traducción al castellano se convierte, más bien, en una transmisión de información que en una mediación entre dos culturas. En cambio, bien diferente es el caso de la traducción catalana, en la que los traductores adaptan la obra original a partir de técnicas más oblicuas, necesarias al pasar del inglés al catalán (o al castellano), lenguas con muchas marcas de género. Este hecho ayuda a que no solo se mantenga el objetivo de Finn Garner, sino que, además, quede potenciado en algunos casos. Centrándonos más detenidamente en la versión catalana podemos corroborar que el eje de la traducción gira en torno al lenguaje PC. Dicho de otra manera, los traductores han sabido distanciarse del original cuando ha sido necesario para aumentar la naturalidad en la lengua meta, con lo que han acabado ofreciendo un libro de cuentos que parece originalmente escrito en catalán. 359 | P á g i n a Así pues, allí donde Finn Garner utiliza genéricos inclusivos como people, palabras de sexo femenino que evitan hacer referencia al campo de los hombres como womyn; Monzó y Roura ofrecen, en su gran mayoría, traducciones oblicuas y adaptadas, como tothom i totdon (‘todo hombre y toda mujer’) y persona femenina. No solo adaptan ciertos elementos, sino que, en muchas ocasiones, también sobremarcan el original con la inclusión de referencias al lenguaje PC que no aparecían en la obra escrita en inglés. Este efecto es especialmente visible y marcado en el caso del lenguaje igualitario y del sexismo, el más importante de la obra, por el problema añadido del desdoblamiento de género característico de las lenguas de estudio. Ante esta diferencia gramatical los traductores no solo han adaptado el original a partir del desdoblamiento de género, ya sea con la escritura completa de palabras o con barras, a partir de genéricos inventados acompañados de un adjetivo o paráfrasis eufemísticas, sino que además lo han sobremarcado con elementos PC ausentes en el original. Aunque en el resto de temas las técnicas de traducción ya son más diversas, pues encontramos tanto técnicas oblicuas como literales, parece ser que los traductores han tenido siempre en mente no dejar de trasmitir esos matices del lenguaje PC que aportaba el original. Cabe además destacar que los traductores catalanes han sido muy coherentes en la reescritura, ya que siempre que la lengua catalana se lo permitía han incluido las mismas opciones a lo largo de todo el libro. Un ejemplo bien claro de este hecho es la repetición constate de persona i un adjetivo femenina, masculina, adulta, allí donde el original no tenia referencia alguna al lenguaje PC o aparecía una palabra inventada. De esta forma, han ofrecido al lector una visión de conjunto del lenguaje PC que, aunque a veces exagerada, remite en todo momento a los típicos eufemismos o circunloquios que lo caracterizan. En síntesis, Monzó i Roura no han dudado en distanciarse del original para crear tantas referencias al movimiento PC como fuesen posibles, con el fin de ofrecer una reescritura ingeniosa y coherente, que trasmitirá al lector catalán el mismo dinamismo y efecto que Finn Garner transmitió a sus lectores. 7. BIBLIOGRAFÍA AGUILAR RÓDENAS, Consol (2001) “Los cuentos y el lenguaje políticamente correcto”, Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil (134): 26-36. AINAUD, JORDI, Anna Espunya i Dídac Pujol (2003) Manual de traducció anglès-català. 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