SOY ATEO Y CREO EN DIOS, SEGÚN NINIAN SMART.

Transcripción

SOY ATEO Y CREO EN DIOS, SEGÚN NINIAN SMART.
ISBN 1669-9092
KONVERGENCIAS
FILOSOFÍAS DE LA INDIA
SOY ATEO Y CREO EN DIOS,
SEGÚN NINIAN SMART.
Daniel López Salort
¿Quién es Ninian Smart (1927-2001)? (permítaseme usar el presente histórico).
Durante la II Guerra Mundial, sirviendo en el ejército británico, a los 18 años, estudió
en Sri Lanka budismo e hinduísmo, y aprendió la lengua china. Posteriormente se
graduó en filosofía en Oxford, y agregó sánscrito y pali a su manejo de lenguas en Yale.
Enseñó en diversas universidades en Gran Bretaña y EEUU, siendo las últimas de ellas
Lancaster y Santa Bárbara. Su libro más conocido en nuestro idioma es Las religiones
del mundo. Tradiciones antiguas y transformaciones modernas, pero tienen muchos
otros como por ejemplo Dimensiones de lo Sagrado: una anatomía de las creencias del
mundo, o Más allá de la Ideología: la religión y el futuro de la civilización occidental, o
Verdad de filósofos y de religiosos, etc.
Richard Hetch, recordando a Smart, escribe: “Fue un hombre nacido en el siglo
del más grande barbarismo de la humanidad. Pero, también fue un hombre del futuro,
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esperanzado en que el estudio de la religión nos permitiera en el siglo veintiuno
superar las más oscuras tragedias de su centuria. Recordamos a Ninian como un
pensador brillante en nuestro campo de estudio, verdaderamente, pero también como
un ser humano cálido y maravilloso que amó la pintura, el criquet, escribir poesía, y un
decente bebedor. Sus corbatas de lazo, su siempre presente flor en su solapa, y más
que todo el parpadeo en su ojo, nos dejan su indeleble marca (...) Somos mejores al
haberlo conocido. Mucho lo extrañaremos (...) Ninian amaba andar en su bicicleta a
través de la comunidad de estudiantes de Isla Vista hasta el campus. Insistió siempre
en no trabar su bicicleta y se le pinchó varias veces. Manejaba despacio, en una
marcha necesaria para mantenerlo erguido y moviéndose hacia adelante, y era pasado
por otros ciclistas, skateboarders, roller-bladers, y aun aquéllos que caminaban rápido
junto a él”.
Traduzco ahora el párrafo introductorio del capítulo Metaphysical Systems, de
su libro Doctrine and Argument in Indian Philosophy, editado por G.Allen and Unwin
Ltd., London, 1964, texto que no se encuentra en nuestra lengua, y que hace
referencia al título de este escrito.
“Una indicación de la conexión entre filosofía y tradiciones religiosas de la India
es el hecho de que varias escuelas son clasificadas como ortodoxas y no-ortodoxas.
Literalmente, las palabras sánscritas usadas significan ‘sostener que hay’ y ‘sostener
que no hay’, respectivamente, y por las analogías europeas, uno podría esperar de esto
que la ortodoxa sostiene, y que la no-ortodoxa niega la existencia de Dios. Sin
embargo, uno puede ser un Hindú ortodoxo y ateo, y algunas de las escuelas
tradicionales rechazan la existencia de un Dios creador. No: la ortodoxia consiste no en
suscribir a una particular creencia doctrinaria, sino más bien en aceptar la validez de
las escrituras hindúes. Esta es una de las paradojas de la tradición, que han sido
formuladas por las extraordinariamente diversas interpretaciones doctrinarias, de
modo que tanto el ateísmo como el teísmo son dados sobre bases escriturales. No
obstante, y aquí encontramos una dificultad linguística, el ateísmo en el contexto indio
no lleva necesariamente a la irreligiosidad. Ateísmo comprende la no creencia en un
Creador, pero es bastante compatible con la creencia en la salvación –esto es, con la
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creencia en la posibilidad de liberarse de la rueda de renacimientos. Ni es incompatible
con rezar a los dioses, concebidos como seres que están dentro del cosmos empírico
antes que trascendentes a él. Ni son incompatibles, más generalmente, con el
complejo de deidades socio-religiosas que rodea la vida cotidiana de un hindú
ortodoxo. Consecuentemente, el ateísmo en este contexto no es necesariamente
antireligioso o indiferente a la religión. Por lo tanto un modo importante de la
ortodoxia va junto con la práctica correcta más que con la creencia adecuada.
Por esta razón, está bien recordar que la negación de la existencia de un
supremo Señor del universo, en el contexto indio, no debe ser igualado al conjunto de
creencias sobre el mundo y la religión que bajo el nombre de ‘ateísmo’ hay en
Occidente; y al señalar esta diferencia, y representar el concepto en sánscrito, de aquí
en adelante usaré ateísmo para indicar la negación india de un Creador”.
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