Botella Ceremonia Sacrificio Mochica

Botella Ceremonia
Sacrificio Mochica
1 dC. - 800 dC..
ML010847
Esta es una botella de cerámica de forma globular con un
pico y asa en forma de arco, de aproximadamente 1500
años de antigüedad, que presenta una escena pintada en
su superficie. La escena rodea el cuerpo de la botella, y
también hay algunos dibujos en el arco y el pico. Este objeto contiene mucha información sobre la manera cómo
los Mochicas entendían el funcionamiento del mundo.
El cuerpo de una serpiente de dos cabezas divide el cuerpo globular en dos hemisferios: uno superior y uno inferior. En la sección inferior se puede observar la realización del sacrificio. Dos personajes acercan sus manos al
pecho de dos hombres desnudos con las manos atadas y
sentados de espaldas. Hay gotas que podrían ser de sangre, y los sacrificadores llevan unos cuencos que recibirán la ofrenda a ser presentada a los dioses del mundo
de arriba. Estos dioses están representados en la sección
superior de la botella, sobre el cuerpo de la serpiente
bicéfala que a su vez sujeta con sus garras un elemento
que parece ser el corazón de los sacrificados.
Medidas: 28.7 cm. x 15.4 cm.
En la sección superior de la botella hay dos personajes
principales, a quienes podemos identificar por su mayor
tamaño, y también por su ubicación en la pieza, ya que
ambos ocupan posiciones opuestas en la botella. A un
lado, se encuentra un personaje con rayos, al que llamaremos Dios Radiante, con su característico casco cónico
de guerrero, con un elemento en forma de creciente, o
cuchillo ceremonial – el llamado “tumi” - en la parte
superior. A éste se le acerca un águila pescadora, ave rapaz que así como vuela alto hacia el sol, también puede
sumergirse en el agua del océano para pescar, vinculando
claramente el mundo de arriba y seco con el mundo interior y húmedo. Es esta ave quien le entrega la copa al
Dios Radiante.
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Sacrificio Mochica
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En el lado opuesto de la botella se encuentra un personaje con tocado de media luna y dos elementos en
forma de orejas de búho, ave cazadora pero nocturna.
En algunas ocasiones éste personaje lleva un tocado en
forma de pulpo, animal de las profundidades marinas.
Éste parece ser un dios que rige sobre el mundo oscuro
y húmedo, al que llamaremos Dios de la Vía Láctea o del
Mundo Oscuro/Interior, por su vinculación con el cielo
nocturno, las estrellas y la lluvia, siendo por lo tanto un
opuesto complementario del dios radiante y solar. La
oposición entre ambos personajes está también enunciada por su ubicación en posiciones opuestas en la botella.
Delante del Dios de la Vía Láctea vemos a otro personaje, con vestido más largo y con el cabello arreglado en
trenzas que terminan en cabezas de serpiente. Esta es la
diosa Luna, que avanza desde el mundo nocturno hacia
el mundo donde rige el Dios Radiante. Ella también lleva
una copa, que comienza a destapar en su transcurrir. Entre ambos hemisferios de la botella se ubica un personaje
lagartija que es considerado también un intermediador
entre el mundo seco (bosque seco) y el mundo húmedo
(playa/litoral).
Siendo una sociedad netamente agrícola, los Mochicas
entendían el mundo como un universo poblado por fuerzas que permitían que plantas y animales, y por lo tanto
los seres humanos también, se reprodujeran. Esas fuerzas
eran esencialmente el agua o la lluvia por un lado, y el
calor y brillo solar por otro. Sin alguna de estas fuerzas,
la producción agrícola hubiera sido imposible; sin que
ambas fuerzas se encontraran, la reproducción de la vida
no habría sido posible sobre la tierra. Esta manera de
entender el mundo es en gran medida compartida por
todas las sociedades agrícolas en los diversos continentes, quienes para poder producir y vivir, debían encontrar
cierta regularidad en los ciclos de la naturaleza. Por ello
se desarrollaron los calendarios, que permitían medir el
tiempo y organizar la producción adecuadamente.
En el caso andino en particular, esta cosmovisión expresa
la complementariedad de dos estaciones anuales: la época seca y la época de lluvias. Ambas estaciones, ponen
de manifiesto la preeminencia de algunas de las dos divinidades descritas en la botella Mochica: el Dios Radiante
en la época seca, y el Dios de la Vía Láctea en la época
húmeda.
Pero en esta botella no hay sólo dos personajes opuestos
representados, y dos intermediadotes, sino que además,
se llevan a cabo sacrificios y se presentan copas, acciones
consideradas ritos propiciatorios en muchas sociedades
agrícolas. Esto nos estaría acercando al sentido de esta
botella, que parece ser el de haber plasmado un momento importante del calendario agrícola. ¿De qué momento
estaríamos hablando? Hay algunas claves en la escena
que vale la pena identificar:
•
La Diosa Luna y el Águila Pescadora son los personajes que llevan copas que van destapando en su
procesión. Ambos vienen del mundo húmedo, pero
son claramente intermediarios. El dios a quien se le
entrega la copa es el dios de la época seca, el dios
radiante. Cabría preguntarse, ¿cuándo es que ambas
épocas toman “se conectan”? Pues eso sucede en
dos momentos del año: en el equinoccio de septiembre, cuando va a empezar la época de lluvias, y
en el equinoccio de marzo, cuando ésta termina y va
a empezar la época seca. Estos son los dos momentos de encuentro o Tinkuy.
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•
La otra clave es el sentido de la acción: ya que se
trata de una entrega de copa, se podría inferir que es
el líquido ofrecido el que se lleva y entrega a fin de
“humedecer” a la época seca, lo cual podría indicar
que se trataría del equinoccio de septiembre, cuando se anuncia la época de lluvias.
Parece ser entonces, que nos encontramos frente a un
objeto artístico que nos cuenta los rituales relacionados
al equinoccio de primavera. Su alto contenido simbólico
está directamente relacionado a su función calendárica.
El mensaje de propiciación de este encuentro o tránsito
entre épocas, que debía ser beneficioso para la sociedad,
se habría activado con el uso ritual de esta botella, quizás
animando la acción con el agua contenida en su interior,
y por su destino final en la tumba de un alto dignatario
Mochica, que llevaría ese mensaje al mundo de los dioses.
Los gobernantes Mochicas se identificaban con las divinidades o seres sagrados de su cosmovisión, y esto se pude
ver en los vestidos y ornamentos rituales encontradas en
sus tumbas, los cuales son prácticamente idénticos a los
que visten los personajes de las escenas. Esto se ha podido verificar en las tumbas de élite mochicas excavadas
en Huaca de la Luna, Huaca Cao, Dos Cabezas, San José
de Moro, Úcupe y Sipán. 1500 años después, nos podemos imaginar a los sacerdotes y sacerdotisas Mochicas
ejecutando un ritual que celebraba el equinoccio de primavera, momento importante del calendario agrícola,
vestidos con sus ornamentos de oro y plata, brillando en
sus templos como los astros. (UH)
Nota: la descripción detallada e interpretación de esta
importante pieza de nuestra colección ha sido posible
por los aportes de diversos investigadores que la han estudiado. Especial reconocimiento merecen nuestro fundador, Rafael Larco Hoyle, y Juergen Golte, antropólogo
y amigo de nuestro museo.
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