Mashiaj: Profeta, sacerdote y Rey.

Transcripción

Mashiaj: Profeta, sacerdote y Rey.
Bamidbar (Números) 16:1-18:32
Haftara: 1 Samuel 11:14-12:22
Mashiaj: Profeta, sacerdote y Rey.
Esta semana leemos en la Torah la historia de Koraj y su rebelión juntamente con Datan y Abiram
hijos de Ruben. Virtualmente toda la parasha está relacionada con esta rebelión. La narración de
Koraj es quizás una de las más conocidas de la Torah y una de las más usadas para exhortar al
respeto de las autoridades, ya que no hay autoridad sino la que es puesta por El Eterno (Romanos
13:1).
Ante la rebelión de Koraj, Hashem dijo a Moshe que establecería una prueba definitiva para callar
las murmuraciones de los hijos de Israel. Koraj había cuestionado el origen divino del sacerdocio
de Aarón, insinuando que había sido inventado por Moshe mismo (Ver Números 16:10,28). En
respuesta a estas murmuraciones que amenazaban la integridad profética de Moshe, Hashem
respondería mediante un milagro. Este proceso está descrito en nuestra parasha, donde leemos:
“Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa de los padres, de todos los
príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de sus padres; y escribirás el nombre de cada
uno sobre su vara. Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque cada jefe de
familia de sus padres tendrá una vara. Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del
testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros. Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y
haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.”
(Bamidbar [Números] 17:1-5).
El proceso sería fácil: Hashem mostraría quien era el verdadero escogido para ser su santo, su
sacerdote. La vara de la tribu que reverdeciera sería la que tendría la predilección de Hashem.
Hashem manifestaría su elección de una forma especial: El volvería a darle vida a una vara. En
pocas palabras, una vara es un trozo de un árbol que ha sido cortado, que ya no tiene vida. Que
una vara de renuevos, flores o frutos es literalmente vida de entre la muerte.
Hashem respaldó el sacerdocio de Aarón haciendo que su vara reverdeciera, tal como se nos dice:
“Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la
vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y
producido almendras. Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de El Eterno a todos los
hijos de Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara. Y El Eterno dijo a Moisés: Vuelve la
vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes;”
(Bamidbar [Números] 17:8-10).
Al final, la vara de Aarón fue guardada en el arca del pacto (delante del testimonio) para servir de
testimonio a los hijos rebeldes. En toda la travesía del tabernáculo sería un testimonio de la
elección divina de Aarón y sus hijos.
Según el escritor de Hebreos (y este, basado en pasajes de la Torah), habían tres cosas dentro del
arca del pacto:
“el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que
estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del
pacto” (Hebreos 9:4).
La vara de Aarón que reverdeció estaba acompañada de una urna de maná, y de las tablas del
pacto, donde estaban escritas las diez palabras (En hebreo: “Aseret Hadebarim”), también
conocidas como “diez mandamientos”.
Estas tres cosas estaban en el arca del pacto originalmente como podemos verlo en pasajes de la
Torah (Exodo 16:33, Números 17:10, Exodo 25:16, Deuteronomio 10:3-5). Parece ser que tiempo
después de la travesía por el desierto, las primeras cosas fueron retiradas quedando únicamente
las dos tablas del pacto, tal como está escrito:
“En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en
Horeb, donde El Eterno hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.”
(1 Reyes 8:9).
Podríamos especular la razón por la que las otras dos cosas fueron retiradas. Algunos opinan que
ya no eran necesarias al estar en la tierra, el mana ya no caía y el sacerdocio Aarónico estaba
validado más allá de toda duda. En estas nuevas circunstancias, las tablas del pacto era lo único
que debía seguir siendo el enfoque del pueblo. Una segunda opinión establece una postura
racionalista: Simplemente el arca de Mana y la vara, al ser material orgánico, se desgastaron con el
tiempo y al final se retiraron. La primera opinión parece tener más sentido y lógica.
Estas tres cosas enseñaban poderosos conceptos de Hashem: El es el Elohim que nos sustenta, el
trae vida de la muerte y confirma a sus santos y el es nuestro legislador. Debemos de vivir siempre
con esto presente: Hashem está aquí, nos cuida, nos provee, nos ha dado leyes para vivir delante
de él y es Todopoderoso para dar vida, incluso a los muertos. ¡Que Elohim más grande tenemos!
¡Cómo no podemos enaltecerle y agradecerle siempre!
Estos eran los tres testimonios que Hashem quería dar a los hijos de Israel en los tiempos del
tabernáculo, y es el mismo testimonio que quiere darnos para nuestros días. ¿Temes por tu
provisión? El Elohim que da comida a crías de cuervos que dan voces, es el mismo que puede
saciarte con lo mejor del trigo. ¿Estás en dificultades? Repara en el gran poder restaurador que
tenemos en El, El es suficiente para todo lo que necesitamos. ¿Tienes dudas sobre como andar
delante de él? Busca consejo en su Torah que tiene leyes y estatutos para judíos y gentiles.
A parte del significado espiritual de estos tres elementos; podemos darnos cuenta que aluden a los
tres ministerios de nuestro Santo Maestro Yeshua HaMashiaj: Profeta, Sacerdote y Rey. El profeta
es la voz de la palabra del Eterno, es el medio por medio de quien su revelación viene a nuestra
alma que brama con hambre por su palabra. La urna de Mana alude al ministerio de profeta, pues
la palabra de Hashem es nuestro alimento espiritual, tal como está escrito:
“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus
padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo
lo que sale de la boca de El Eterno vivirá el hombre.” (Deuteronomio 8:3).
Durante su vida terrenal, nuestro Maestro fue un profeta que predicó el arrepentimiento a todo
Israel. Después de su muerte, Hashem lo resucitó y lo confirmó como Sumo Sacerdote según el
orden de Melquisedec, tal como se nos dice:
“Juró El Eterno, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec.” (Salmo 110:4).
Como vemos en el Salmo, únicamente alguien que vive “para siempre” puede ser el Sacerdote
según el orden de Melquisedec. Es por esto que el escritor de Hebreos explica que en este
sacerdocio, no hay sucesión por causa de la muerte, sino que se obtiene por el poder de una vida
indestructible, ahí leemos:
“no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el
poder de una vida indestructible.” (Hebreos 7:16).
En este sentido, la vara de Aarón alude a la resurrección del Mesías. Daniel Lancaster
acertadamente amplía sobre esta alusión: “En Números 17, la señal definitiva de la elección de
Dios es la resurrección. De igual manera con Yeshua. Su resurrección es la señal definitiva que
indica la elección de Dios” (Torah Club v.2, Parashat Korach, The Righteous Branch of David,
Daniel Lancaster, First Fruits of Zion, 800.775.4807, www.ffoz.org.).
Asi como la vara de Aarón tuvo vida después de ser cortada, Yeshua Nuestro Mesías fue
resucitado con poder para testimonio de nuestra justificación después de haber sido cortado de la
tierra de los vivientes.
Desde su ascensión a los cielos, Yeshua funge como un Sacerdote celestial, según el orden de
Melquisedec. Su sacerdocio no es terrenal, por lo que el escritor de Hebreos apunta a que si
estuviera en la tierra, él no sería sacerdote (Hebreos 8:4). Su sacerdocio funciona en el
tabernáculo celestial intercediendo cada día por todos nosotros, tal como se nos dice
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo
siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25)
Yeshua será Sacerdote HASTA que El Eterno ponga a sus enemigos por estrado de sus pies, como
se nos dice en el Salmo 110. A partir de ahí, el será el Rey y el Legislador de Israel y las naciones
desde Jerusalén. Todas las naciones buscarán a la raíz de David, quien será el Rey y Señor de
todos, tal como se nos dice:
“Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos,
será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.” (Isaías 11:10).
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de El Eterno
como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las
naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de El Eterno, a la casa
del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion
saldrá la Torah, y de Jerusalén la palabra de El Eterno.” (Isaías 2:2-3)
Las tablas del pacto con las diez palabras aluden al ministerio real del Mesías. Esto era lo único que
quedo en tiempos de Salomón, un reino que es sombra de la era y el reino Mesiánico. En su
función de Rey y legislador el corregirá los errores de interpretación de Israel, hará que los
mandamientos universales de la Torah sean guardados por todas las naciones. Israel será el
primogénito de las naciones y la luz de ellas, enseñando la revelación de Hashem ¡Estos son días
gloriosos que nos esperan!
En Yeshua, tenemos al mayor de los profetas, al único Sacerdote Eterno, y al final Rey que
gobernará sobre las naciones. El es nuestro Señor, que se entregó por el pecado de todos
nosotros, aquellos que nos hemos arrepentido y hemos recibido su sangre como expiación y
redención de nuestros pecados.
¡Que Hashem haga que su Reino y su Mesías se aproximen!
‫שבת שלום‬
¡Shabbat Shalom!
Yitzjak

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