TLCAN/Cultura : ¿Lubricante o engrudo?

Transcripción

TLCAN/Cultura : ¿Lubricante o engrudo?
tlcan/Cultura
¿Lubricante o engrudo?
Apuntes a 20 años
Eduardo Cruz Vázquez
Coordinador
tlcan/Cultura
¿Lubricante o engrudo?
Apuntes a 20 años
Eduardo Cruz Vázquez
Coordinador
tlcan/Cultura
¿Lubricante o engrudo?
Apuntes a 20 años
Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco
Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (grecu)
Comisión de Cultura del Senado de la República
Comisión de Cultura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal
Universidad Autónoma de Nuevo León
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN
SECRETARÍA DE EXTENSIÓN Y CULTURA
Jesús Áncer Rodríguez
Rector
Rogelio Garza Rivera
Secretario General
Rogelio Villarreal Elizondo
Secretario de Extensión Cultural
Celso José Gaza Acuña
Director de Publicaciones
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
Salvador Vega y León
Rector General
Norberto Manjarrez Álvarez
Secretario General
Patricia Alfaro Moctezuma
Rectora de la uam-Xochimilco
Primera edición, 2015
©Eduardo Cruz Vázquez, coordinador
http://economiacultural.xoc.uam.mx
© Universidad Autónoma de Nuevo León
Padre Mier No. 99 Poniente, esquina con Vallarta
Centro, CP. 64440, Monterrey, Nuevo León, México
T. (55 81) 8329 4111
[email protected]
www.unal.mx/publicaciones
Diseño
Ana de la Serna
ISBN XXXXXX
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total de la obra por
cualquier medio o procedimiento, comprendida la reprografía y el tratamiento informático, la
fotocopia o la grabación, sin previa autorización por escrito de la Universidad Autónoma de Nuevo
León, de la Universidad Autónoma Metropolitana y de los autores.
Impreso en Monterrey, Nuevo León, México
Índice
Presentación 9
Eduardo Cruz Vázquez (Coordinador)
1
Crisol sobre la integración de los mercados culturales
de Canadá, Estados Unidos y México 15
Miguel Ángel Corzo (estados unidos) 17 Gregorio Luke Contreras (estados unidos) 25
Charles Vallerand (canadá) 29 Antonio Mier Hughes 43 Eduardo Cruz Vázquez 55
Subsector audiovisual 61
Misha MacLaird 63 Guillermo Vega Zaragoza 71 José Gonzalo
Elvira Álvarez 79 Víctor Ugalde 89
3
Subsectores de artes visuales y editorial; artes escénicas 122
Angélica Abelleyra 125 Braulio Peralta 143 Viviana Amalia Basanta
Hernández 151 Héctor Garay 155
El subsector telecomunicaciones y de ciencia y tecnología 175
Jorge Fernando Negrete 177 María Elena Meneses 189 Francisco Vidal
Bonifaz 199 Gabriel Sosa Plata 209 Manuel Lino 227
5
2
Subsector de cultura y arte del Estado 253
Tomás Ejea 255 Javier Esteinou Madrid 259 Eduardo Nivón 307 Carlos A. Lara
González 317 4
20 años de TLCAN: la cultura y las deudas
Eduardo Cruz Vázquez
Coordinador del Programa de Economía Cultural
y del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (grecu)
Asumimos un riesgo y hacemos entrega, con satisfacción, de lo que logramos. No es
común enfrentarse a un desafío del cual no se sabe cómo se saldrá librado. Sobre todo
en nuestro campo, que es el de la economía cultural en México. Cuando en una de las
sesiones del grecu se perfiló evaluar los impactos del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (tlcan) en el sector cultural del país, entendimos que era la búsqueda de numerosas respuestas. Aquí reunimos las que encontramos antes y después del
foro organizado los días 25 y 26 de marzo de 2014 en la uam Xochimilco, en el Senado
de la República y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
No en vano, tras un debate, la designación resultó elocuente: “Foro Paso Libre a la
Cultura. Tratos y maltratos del tlcan”. Y la suerte de lema fue el amarre ante un espacio
prácticamente inexplorado: “Libre comercio para la cultura, ¿lubricante o engrudo?”.
En efecto, al hacer el diseño del foro, los integrantes del grecu coincidimos en que
la relación cultural trilateral pasaba por una balanza de buenos tratos y un número de
maltratos en el contexto de un paso libre cultural, en virtud de que el componente cultural mexicano fue excluido de las negociaciones comerciales. En el mercado interno
eran palpables los efectos del “telecé” más allá de las cifras y exámenes de identidad e
iban desde el maíz palomero que se vende en las salas de cine, pasando por el celular
cargado de internet, hasta la reformulación del gasto cultural en los hogares. “Funcionalizada” la cultura, mundializada o si se quiere, globalizada, el catálogo de temáticas
a abordar en el foro nos invitó a una necesaria clasificación de intereses.
Por principio, leales a los marcos conceptuales que nos sostiene como grupo, establecimos para el desarrollo del foro una estructura de sector. De entrada, “nuestro”
sector cultural quedó dividido en dos mesas abocadas, justamente, a definirlo, a caracterizarlo, de cara al tlcan. En estas rondas la clave fue la presencia del experto en políticas
[9]
[ 10 ]
culturales, el canadiense Charles Vallerand, establecido en Montreal, y la de los gestores
y empresarios culturales mexicanos Gregorio Luke y Miguel Ángel Corzo, radicados
desde hace muchos años en Los Ángeles, California.
A partir de esta visión de sector, desprendimos los siguientes seis subsectores: el
primero dedicado al audiovisual; en el segundo reunimos las artes visuales, lo editorial,
las artesanías y el turismo cultural. En el tercero las artes escénicas; en el cuatro, las telecomunicaciones y el internet; en el quinto la ciencia y la tecnología, y el sexto subsector fue el de arte y cultura del Estado, tal y como se establece en la Secretaría de Educación Pública.1
Sumamos 34 ponentes, doce de ellos integrantes del grecu.
Para efectos de esta presentación, citaré algunas de las respuestas más relevantes
que se combinan entre el antes y el después del foro, para resultar concluyentes en
esta recopilación de las ponencias que fueron dictadas.
1.- Pese a la amplia discusión que se dio en el proceso de negociación del tratado comercial con los Estados Unidos y Canadá, al año 2014, las fuentes disponibles para repasar el capítulo cultural eran prácticamente nulas y además, las pocas, difíciles de ubicar.
2.- A lo largo de 20 años, poco o nada se elaboró sobre el impacto que se debió observar, medir, cuantificar y calificar de manera cuidadosa, de forma sistemática. Es decir,
cometimos un grave descuido. Al dejar fuera del tratado el llamado sector cultural, no se
generó una batería de tratantes y estudios desde el ámbito de la economía cultural, ni
de la economía propiamente dicha, mucho menos desde la antropología o la sociología.
3.- De forma dispersa, hallamos elaboraciones del trayecto de integración comercial
y del fenómeno de bienes, servicios y productos culturales. Sin duda, reunimos lo que se
pudo o lo que bien alcanzamos a identificar, así como se descubrió una forma diferente
de leer las cifras disponibles en el Banco de México, por lo que refiere al flujo de las importaciones y exportaciones. Y cuando el 21 de enero de 2014 se presentó la Cuenta
Satélite de Cultura elaborada por el inegi, justo 20 días después del onomástico número
1
En estas páginas se encontrará el programa del foro. Como podrá apreciarse, hay numerosas ponencias ausentes. Para los autores, nuestra comprensión y gratitud.
20 del tlcan, quedó en claro que si bien era valiosa su aparición, poco nos serviría para
los propósitos del foro.
4.- Que si bien algunas actividades económicas del sector cultural habían logrado
seguir sus pasos en dos décadas, casos del negocio del cine, la radio, la televisión, de las
telecomunicaciones y del turismo, por citar ejemplos relevantes, en otras actividades
hay serias dificultades para dar con los cambios sufridos tras 20 años de comercio trilateral, como sucede en las artes visuales, la gastronomía, las artesanías, en disciplinas
de las artes escénicas como la danza y el teatro y, de manera sobresaliente, en los flujos
culturales vía estructuras de gobierno, es decir, a través de la cooperación. Otro tanto se
dejó de lado el papel de las organizaciones de la sociedad civil. En este apartado, también descubrimos que las políticas culturales de México, Estados Unidos y Canadá, distan de ser analizadas con la profundidad que demandan a lo largo de dos décadas, aunque se pueda concluir que cada nación tiene rutas que no habrán de encontrarse. En otras
palabras, la integración económica poco o nada hizo por favorecer un mayor entendimiento en el intercambio cultural mediante las instituciones de gobierno.
5.- Al seguir la tonalidad anterior, podemos especular acerca de una cierta proximidad entre los intereses canadienses y mexicanos, en cuanto a la importancia de la intervención del Estado en su sector cultural. Sin embargo, en tanto Canadá estableció
una exención cultural —que como se puede leer no fue suficiente para contener los
intereses de las industrias culturales de los Estados Unidos—, México, como ya se indicó, no lo hizo.
Y mientras Canadá y los Estados Unidos han procurado sendas políticas económicas
para sus empresas e industrias culturales, México optó por una suerte de autorregulación con escasas políticas y programas de estímulo a su economía cultural.
El resultado de 20 años de comercio cultural —una categoría por lo demás aún
inexistente, pero que en el grecu hemos animado su definición al lado de otros términos
clave, para abonar el pequeño árbol de la economía cultural— es previsible. Un dominio
de las exportaciones norteamericanas hacia México y Canadá y una débil circulación de
bienes, servicios y productos culturales entre México y Canadá.
Dicho de otra forma, y lejos aún de establecer una “balanza comercial cultural”,
México importa insumos y bienes culturales de los Estados Unidos y escasamente de
Canadá, como las exportaciones mexicanas a sus socios comerciales es paupérrima.
[ 11 ]
La respuesta que obtuvimos al realizar el foro fue de puras netas: tras 20 años de
tlcan es muy poco lo que sabemos desde la economía cultural. Quizá un día acabemos
con el rezago en beneficio del mercado trilateral y de sus numerosos trabajadores. O
quizá ya no valga la pena saber, en tanto que otros tratados comerciales se pactaron en
cuatro lustros bajo la misma política de no integrar el sector cultural (acaso algunos
cuidados impuestos por la cultura digital, las telecomunicaciones y las variables del
régimen de propiedad intelectual/industrial/autoral). Y así será con los acuerdos comerciales que vienen en camino.
[ 12 ]
6.- Otra respuesta fue contundente: el tratado y la cultura no genera interés entre
la comunidad cultural, entre los futuros profesionales que buscan desplegarse en el
campo cultural y en los medios de comunicación. Mucho menos entre los economistas
y comentócratas del ámbito cultural y económico. Hay que decirlo: al integrar las distintas mesas de trabajo, no fueron pocos los que rechazaron la invitación a participar. Incluso reconocidos expertos en ciertos nichos de plano reconocieron, en confianza, su
desconocimiento del análisis trilateral.
7.- Nuestras autoridades universitarias respondieron y confiaron plenamente en
el grecu, en la necesidad del foro y en la inversión que implicó. Confianza que fue respaldada por las comisiones de cultura en el Senado y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Esta fue otra respuesta clara: pese a las limitantes que advertimos, son la
universidad pública y el Poder Legislativo los espacios idóneos para deliberar sobre las
implicaciones de los tratados comerciales en el sector cultural.
8.- Finalmente, otra respuesta indiscutible: el foro robusteció los empeños de la
uam, de la Unidad Xochimilco y del grecu. Leales a nuestros principios, colocamos un
peldaño más de una labor que, en 2014, tuvo otra trascendente expresión al proponer
y detonar la discusión en torno a la reforma cultural.
Dicho lo anterior, gracias a todos los grecus, gracias a todos aquellos que se involucraron en los dos días de diálogo y debate y gracias a quienes siguen y creen en la uam
y el grecu.
Al cerrar estas líneas de presentación, quienes a lo largo de más de cinco años hemos dado forma al grecu, expresamos nuestra profunda gratitud al Dr. Salvador Vega
y León, Rector General de la uam, a la Dra. Patricia Alfaro, Rectora de la Unidad Xochimilco, a la Senadora Blanca Alcalá, Presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara
de Senadores, y al Diputado Fernando Mercado, Presidente de la Comisión de Cultura de
la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Dejamos constancia de nuestro agradecimiento al Dr. Romualdo López Zárate,
Rector de la Unidad Azcapotzalco, por su apoyo para hacer posible esta versión editorial. A Virginia Laguna, la Coordinadora Técnica del grecu, a Yesenia Torres Curiel y
Rebeca Romo, por su ayuda en tareas de investigación. De igual forma, a Zoila Sánchez,
Agregada Cultural del Consulado General de México en Montreal, y a Soileh Padilla, Agregada Cultural de la Embajada de México en Canadá.
[ 13 ]
Muchas gracias.
1
Crisol sobre la integración de los
mercados culturales de Canadá,
Estados Unidos y México
Cultura y Globalización
Miguel Ángel Corzo
Quisiera agradecer la generosa invitación del Rector General de la Universidad, Dr.
Salvador Vega, de la Rectora de la Unidad Xochimilco, Patricia Alfaro, y especialmente
la del Coordinador del grecu, maestro Eduardo Cruz para participar en este importante foro.
Hace cuarenta años, en esta misma unidad, acompañé al arquitecto Pedro Ramírez
Vázquez y al doctor Ramón Villareal a la inauguración del primer campus de la uam. En
aquel entonces era yo un joven director académico de la Universidad y recuerdo con
emoción que el Arq. Ramírez Vázquez, al dirigirse a los alumnos de la primera generación de la uam —que fue la de Xochimilco— les agradeció la confianza que ponían en
nosotros al entregarnos una de sus prerrogativas más preciadas: la de su educación. Las
instalaciones eran muy someras (los estudiantes las llamaban “gallineros” porque, en
efecto, eso parecían), y las inscripciones se hacían en módulos diseminados por la ciudad en el mes de agosto porque no teníamos acabadas las mínimas instalaciones aquí en
Xochimilco a un mes de empezar las clases.
Por eso me llena de emoción que el sueño de hace 40 años se volvió realidad y que
ahora la uam tiene una presencia académica amplia y profunda no sólo aquí en el país
sino en muchas otras partes del mundo.
El tema que ahora nos toca abordar es complejo y delicado porque no quiere uno caer
en los lugares comunes de las críticas pero se puede dejar de pensar en las realidades
de las sociedades contemporáneas. Por eso, al ser uno de los primeros presentadores de
estos diálogos, quisiera empezar con una visión globalizadora de los orígenes de la influencia cultural de Estados Unidos en los últimos 20 años, desde que se firmó el tlcan.
Sé que el programa es muy amplio y múltiples los foros en donde diferentes aspectos del
comercio cultural entre los países del Tratado se van a tocar. Por eso me parece importante
[ 17 ]
[ 18 ]
compartir algunas ideas que, en mi opinión, forman un marco de referencia para conversaciones posteriores. La globalización cultural y la presencia de Estados Unidos es
un eje rígido que lleva, o tal vez debiera, llevar a muchas decisiones.
Cuando se planteó la idea del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, los teléfonos celulares eran unos armatostes que teníamos que cargar como si fueran piedra,
el internet estaba apenas en sus inicios, la tableta que iba a fracasar se llamaba Newton,
y nadie imaginaba que la era del Twitter, del Facebook y del YouTube iba a cambiar por
completo el paradigma de intercambio de opiniones que vendría a invadir y transformar
nuestro modo de vida 20 años después. Los programas de televisión empezaban a aparecer por cable, en números limitados; la presencia de la industria fílmica de Hollywood
apenas se vislumbraba y una de las grandes preocupaciones del siglo xxi era los cambios
que tendrían que hacerse para modificar los programas de computadora que, de acuerdo a los artífices del desastre, iban a afectar toda la programación hecha anteriormente,
en todos los sistemas, porque los contadores digitales, según ellos, acababan de 1999.
El Apocalipsis estaba a sólo seis años de distancia y el concepto de Economía Creativa
aún no formaba parte del vocabulario.
Me recuerda el título de la película de los cincuenta de Joaquín Pardavé: Ay qué
tiempos señor don Simón.
Alexis de Tocqueville, en La Democracia en América, escribió alrededor del principio
del siglo xix que “Todas las naciones libres se vanaglorian, pero el orgullo nacional no
se muestra de la misma manera. Todos los americanos en sus intercambios con extranjeros, parecen impacientes de la pequeña censura e insaciables de alabanzas. El elogio
más tenue es aceptable para ellos, el más exaltado raramente les da felicidad. Atosigan
para buscar la alabanza, y si se resiste uno a sus ruegos, caen en alabarse a sí mismos.
Parecería como si, dudando de su propio mérito, su deseo es que constantemente sea
exhibido ante sus propios ojos. Su vanidad no es sólo acaparadora, sino inquieta y celosa.
No concederán nada pero al mismo tiempo que exigen todo, están listos para mendigar
y pelear por esta alabanza”.
Las percepciones de Tocqueville del principio de los años 1800 en Estados Unidos
estaban basadas principalmente en sus observaciones y formadas en un periodo en el
que los medios contemporáneos de comunicación, sobre todo los electrónicos, aún no
existían. Hoy, los norteamericanos forman sus percepciones de sus conciudadanos,
particularmente de las minorías étnicas, a través de los medios masivos. En esta era
electrónica, cuando un conjunto de imágenes televisivas cuidadosamente generadas
alcanza al mundo entero, cuando los medios masivos influencian nuestras percepciones de los demás, cuando las empresas multinacionales están en el timón, y cuando mucha de nuestra diversidad cultural está en riesgo, me pregunto: ¿cómo reescribiría De
Tocque­ville su obra clásica?
Según Hamid Mowlana una imagen “puede ser definida como un concepto combinatorio cuyo tema es, en sí mismo, una colección de imágenes en la memoria de varios aspectos de la realidad. Es la totalidad de atributos que una persona reconoce o imagina”.
Las imágenes son, en varios grados, interdependientes unas con otras. La estructura
de una es inferida o predicha de otra y el cambio en una produce desequilibrio y, por
lo tanto, el cambio en otras. De una manera general, las naciones como los individuos
—a través del comportamiento de sus propios ciudadanos y de otras naciones— adquieren una cierta imagen global que se vuelve la base de las relaciones internacionales. Obviamente una imagen positiva global puede aportar grandemente al éxito y a la prosperidad de una cierta nación, mientras que una imagen negativa puede impedir sus asuntos
domésticos e internacionales. De acuerdo con Michael Kunckik, “Las imágenes de ciertos países, para bien o para mal parecen formar fundamentalmente, a través de un proceso muy complejo de comunicación resultante de varias fuentes de información. Pero
la transmisión del radio y la televisión de programas internacionales, los periódicos, los
libros, las agencias noticiosas son probablemente los elementos más poderosos para
formar una imagen”.
Promovidos por el conjunto de nuevas tecnologías de telecomunicación y por una
serie de razones geopolíticas y económicas, un nuevo mundo se está forjando ante nuestros ojos.
Este es un mundo en que los conglomerados —como General Electric, Time-Warner,
Comcast, Disney, Universal, Sony— juegan un papel preponderante en las formas en que
nos percibimos, percibimos a nuestro mundo y a nuestros coterráneos. Impulsada por la
tecnología, altamente competitiva, y dominada por el mundo corporativo, estamos en un
mundo que difícilmente podían haber imaginado los individuos de hace una generación.
Nuestro mundo es un mundo de imágenes, de todo tipo, imágenes que con frecuencia son conscientemente manipuladas y manufacturadas para crear una identidad o
un nivel para vender productos producidos en masa o para promover o derrocar a un
candidato político, a una compañía, a una nación o a una religión, por instituciones o
conglomerados cuyas mayores preocupaciones son el auto interés y las utilidades monetarias crecientes.
[ 19 ]
[ 20 ]
Por eso una imagen que se pueda lanzar al mercado y que se va a usar en la publicidad puede ser reforzada por otra ya existente, como las imágenes prevalecientes estereotípicas de grupos étnicos, o religiosos, o nacionalidades, o ubicaciones geográficas. O
pueden ser manufacturadas por los llamados creadores de medios, creadores de imagen
o expertos de relaciones públicas.
Estas imágenes se procesan a través de un conjunto sofisticado de redes de comunicación, particularmente los medios masivos, por los mismos conglomerados que han
penetrado prácticamente todos los aspectos de la vida de las personas, ya sea que vivan en
Chicago, en Nueva York, en Pekín, en el Cairo, en Nueva Delhi o en la Ciudad de México.
Por eso no sorprende a nadie ver a los jóvenes con camisetas con iconos occidentales
como Michael Jackson, Madonna, Adidas, Nike, Coca Cola o tantos otros productos manufacturados con los logos e iconos y celebridades producidos por Hollywood y las
empresas televisivas globales.
Es decir que, cuando llegamos a las producciones de imágenes, ningún país puede
sobrepasar o tener mayor poder que los Estados Unidos en términos de llegar y de penetrar en las culturas del mundo. Alguien ha llamado a esto la MacDonaldización del pueblo global, y ha tenido como resultado el desmoronamiento de los valores tradicionales
o las formas antiguas de vida de muchos países.
Por eso hay tanta confusión en este mundo posmoderno, porque la globalización proporciona un nuevo teatro o una arena en el que todos los sistemas de creencias son ofrecidos para el consumo público, lo que crea confusión en muchas mentes de muchos
pueblos en cuanto a su identidad.
En términos de creencias, los resultados pueden ser el rechazo de las formas antiguas o los modos de pensar a favor de las creencias generadas y difundidas por los medios o las corporaciones. En términos de valores, los resultados pueden ser una enajenación de los valores autóctonos a favor de un nuevo conjunto de, fundamentalmente,
“valores corporativos” que han permeado prácticamente todos los grupos culturales
a través del mundo, por medio de los medios corporativos y dominados por los Estados Unidos.
Ben Bagdikian dice que “aunque los Estados Unidos ofrecen el modelo principal en
el mundo de las comunicaciones masivas por medio de algunas corporaciones, la misma
tendencia existe en Europa Occidental y en Japón”. Las grandes corporaciones multinacionales en esos países ya están incrustadas en las economías nacionales y se están
expandiendo internacionalmente.
La influencia cultural y la presencia de los productos americanos son visibles en
cualquier parte del mundo. Aquí en México, el cable nos da acceso a casi todas las cadenas de televisión del mundo, con diálogos o narraciones dobladas que no dejan ninguna posibilidad de cambiar el canal porque no entiende uno lo que están diciendo.
En Mérida, en un gran centro comercial del Paseo Montejo, en la zona de comida,
salvo la consabida fonda de la cochinita pibil, no había presencia de ninguna fonda de
cocina mexicana. Había McDonalds, Burger King, Sbarros, Panda Inn, kfc y a las once
de la mañana todos los puestos estaban atiborrados de jóvenes comprando esos productos chatarra que, además de no ser saludables, tenían, hasta hace unos años, muy
poca relación con nuestros propios valores culturales.
Un paréntesis para hablar un poco sobre la cultura, el lenguaje y el pensamiento
parece adecuando en este momento. La gran pregunta, después de tantas discusiones
eruditas, es si queda algo que decir sobre la relación entre el lenguaje, la cultura y el pensamiento. ¿Refleja el lenguaje la cultura de una sociedad de alguna manera profunda
más allá del número de palabras que tiene, como los esquimales, para decir “nieve”?
¿O pueden los lenguajes diferentes llevar a sus oradores a diferentes pensamientos y
percepciones?
Algunos autores contemporáneos aseveran que las diferencias culturales y un número creciente de investigación científica confiable proporciona una evidencia sólida de que
nuestra lengua materna puede afectar cómo pensamos y cómo percibimos el mundo.
Naturalmente la manera en que entendemos cultura viene de la cultura de la que
venimos, como una pequeña exploración lexicográfica puede revelar:
“Cultura: el cultivo, el estado de ser cultivado, el refinamiento, el resultado del cultivo, un tipo de civilización”.
“Cultura, la totalidad de los logros artísticos e intelectuales de una sociedad”.
“Cultura, la colección de medios empleados por el hombre para incrementar su
conocimiento, desarrollar y mejorar sus facultades mentales, notablemente en el juicio y en el gusto”.
“La ‘cultura’ es el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad determinada”.
No es necesario apuntar que las definiciones son de origen anglosajón, alemán,
francés y mexicano.
Sin embargo, cuando los antropólogos hablan de “cultura” usan la palabra en un sentido un tanto diferente de las definiciones anteriores y con un significado bastante más
[ 21 ]
[ 22 ]
amplio. El concepto científico “cultura” emergió en Alemania a mediados del siglo xix
pero fue articulado por primera vez por el antropólogo inglés Edward Taylor en 1871. En
su libro seminal Primitive Culture Taylor empezó con la siguiente definición, que sigue
siendo citada hoy en casi toda introducción del tema: “Tomada en su amplio sentido etnográfico, [cultura] es un término complejo que incluye el conocimiento, la creencia, el
arte, los valores morales, las costumbres y cualquier otras capacidades y hábitos adquiridos por el ser humano como miembro de una sociedad”. La cultura se entiende aquí como
todos los rasgos humanos que no son el resultado del instinto —en otras palabras como
sinónimo de proteger opuesto a lo natural—. La cultura, así entendida, cubre todos los
aspectos de nuestro comportamiento que han evolucionado como convenciones sociales y que han sido trasmitidos a través del aprendizaje de generación en generación. De tal
forma que en su forma más amplia la cultura es todo lo que abarca la naturaleza humana.
Si aceptamos este enfoque, entonces el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica —aunque en palabras del maestro Jaime Serra Puche “la cultura nunca fue tema
del Tratado”— de hecho no describe la realidad puesto que pudiera uno aventurarse a
decir que todos los temas del tratado abarcan la cultura.
Como lo ha expresado en diferentes ocasiones mi compañero de foro Charles Vallerand, cuando habla de la “Exención Canadiense”, un sentimiento popular entre las naciones industrializadas como Francia y Canadá es que los Estados Unidos, a través de
sus conglomerados de medios y sus exportaciones de contenidos han intentado diluir
las culturas tradicionales o autóctonas. Irónicamente, los Estados Unidos, otrora colonizados por Gran Bretaña, están ahora colonizando al Reino Unido a través de su presencia de medios. Por esto es que la contaminación cultural o la invasión cultural se ha
vuelto un motivo de preocupación para la mayoría de los países del mundo.
La proliferación de las redes satelitales de televisión como cnn, Star TV o Star
TVPlus en Asia en años recientes ha afanado las llamas del debate y de las preocupaciones al grado de que Irán y Arabia Saudita han promulgado leyes que prohíben a sus ciudadanos tener antenas receptoras para ver programas extranjeros. Otros países han
pasado leyes estableciendo cuotas de cuántos programas, particularmente norteamericanos, se pueden transmitir domésticamente.
Estamos viviendo en un mundo en el que las fronteras físicas entre naciones se están
volviendo cada vez mas borrosas y en el horizonte queda un futuro que será simbólicamente homogéneo, occidentalizado (es decir americanizado), corporeizado y culturalmente uniforme.
Me siento un poco como el maestro sufí persa del siglo xiii Mowlana Jelaluddin
Balkhi, mejor conocido como Rumí, que contaba el conocido cuento de un grupo de
hombres ciegos tratando de describir a un elefante sólo tocándolo: uno tocaba la trompa y pensaba que era una manguera; otro tocaba la pata y pensaba que era un tronco de
árbol; y otro tocaba la oreja y pensaban que era un abanico. Lo que Rumí trataba de
decir es cómo una persona no ilustrada puede perderse de la verdad de la totalidad:
es decir el elefante como una realidad coherente.
Afortunadamente mi querido amigo Gregorio Luke tiene un asiduo programa de
presentaciones de arte de México que, mediante proyecciones gigantescas, embelesa
a los espectadores, al grado tal que, después de una hora y media de presentación hay
una pausa y al regreso de ella, nadie se ha ido del espectáculo, como sucede con frecuencia en tantos eventos culturales. Fuera de eso y de una que otra exposición que ha
llegado a Los Ángeles en los últimos 20 años, no hay nada más que haya causado un gran
impacto. Por ejemplo, el Museo Getty organizó en la Villa Getty, que es la réplica de una
villa romana del primer siglo de nuestra era, hace tres años una exposición sobre los
aztecas, dentro de un marco de comparaciones culturales con su colección de objetos
grecorromanos.
Según los datos del Pew Charitable Trust más del 40% de los individuos entre los
18 y los 35 años reciben sus noticias viendo un programa de televisión que se llama el
Colbert Report, que es esencialmente una parodia de las noticias y ni por equivocación
habla de aspectos culturales.
La presencia mayor que México tiene en Los Ángeles y en otros centros de concentración de hispanoparlantes, como Nueva York, Chicago, Miami y Atlanta, se debe a
las telenovelas, que es una forma de transmitir una visión de México que, según quién la
esté viendo, refleja o no la realidad cultural de este país.
Es entretenimiento, de seguro y atrae a un público que tiene interés en seguir las tramas, pero que en muchos casos tiene un conocimiento deficiente del español, al grado
tal que Univisión ha experimentado poniendo subtítulos en inglés en las telenovelas
para que los televidentes cuya lengua de sus padres es el español pero que no lo hablan
o lo entienden con fluidez, puedan ver esas obras.
La Universidad de Guadalajara recientemente inició su presencia en Los Ángeles,
no sólo con algunos cursos sino muy especialmente con una feria del libro en español
que se lleva a cabo en el Centro de Convenciones y que ha tenido un buen éxito, sobre
todo el primer día.
[ 23 ]
[ 24 ]
El Museo de Arte de San Diego ha organizado algunas exposiciones con préstamos
de colecciones de mexicanos que generosamente las han facilitado. Pero estos son ejemplos aislados.
Recientemente en los Oscar el director Cuarón, de la película Gravity, fue entrevistado en múltiples ocasiones por la prensa norteamericana y siempre le preguntaban:
¿Qué siente usted como director mexicano haciendo esta película? Y él contestaba: “Soy
director de cine y en Hollywood pude hacer esta película por los medios que se ofrecen
aquí”. No niega su orgullosa nacionalidad y origen pero sí lanzaba el mensaje de que
Gravity no era una película mexicana, como no lo son las películas de espanto de las
que Guillermo del Toro es el amo. Como Gabriel Figueroa en su momento o Dolores del
Río no eran artistas mexicanos haciendo películas mexicanas en Hollywood: eran artistas de Hollywood.
Para tener una presencia cultural sólida y amplia en Estados Unidos me parece imprescindible:
Presentar una imagen de México cultural al turismo extranjero que elimine, para
empezar, la presencia verdaderamente obscena de los cientos de vendedores ambulantes en la zona arqueológica de Chichén Itzá, a la que llegan más de un millón de visitantes al año y en donde, ni por dignidad, ni por orgullo nacional, es posible aceptar que
un sitio sagrado, monumento de la humanidad, sea un muladar de “curios” y artesanías de pésima calidad, muchas de ellas importadas de China, en donde es imposible ver
y apreciar el valor de la cultura mexicana.
Aprovechar las herramientas de los medios masivos porque son los que verdaderamente alcanzan a la mayoría del público.
Trabajar de cerca con los líderes mexicanos y mexicoamericanos en Estados Unidos pues son los que tienen los mecanismos y los recursos para promover la presencia
cultural de México en Estados Unidos.
Escuchar a los clientes (museos, bibliotecas, televisoras, distribuidores de música,
promotores de conciertos) para entender sus necesidades y trabajar conjuntamente con
éstos en agendas y objetivos comunes, no unilaterales, para ampliar así las posibilidades.
Estoy muy interesado en escuchar todas las opiniones que se van a presentar aquí
para aprender mejor cuáles papeles podemos tener los que estamos allá para una mejor
difusión cultural de México.
La nación invisible. Diáspora, tlcan y cultura
Gregorio Luke
Quizá algunas de las repercusiones más trascendentes del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (tlcan) se dieron en áreas que no fueron incluidas en la negociación formal: migración y cultura.
En los años inmediatamente anteriores a la negociación del tlcan, México realizó
una campaña sin precedentes para mejorar su imagen en Estados Unidos. Uno de los
elementos fundamentales de esta estrategia fue la promoción cultural. El uso de la cultura como arma de nuestra diplomacia no es nuevo, hay que recordar las grandes exposiciones internacionales de Fernando Gamboa a mediados del siglo xx, pero nada puede
compararse con la exposición México, esplendores de treinta siglos, visitada tan sólo en
Nueva York por 585,000 personas. Junto a la muestra, se ofrecieron más de 400 actividades paralelas: exposiciones de arte contemporáneo, conciertos, funciones de teatro y
danza. Esta actividad se trasladó después a San Antonio y Los Ángeles, con resultados
igualmente exitosos. La cobertura en medios fue amplísima. George Black de Los Angeles
Times la llamó “una obra maestra de relaciones públicas, destinada a promover una imagen distinta de México, a un tiempo como una civilización ancestral y una nación moderna en busca de socios comerciales”.1
México, esplendores de treinta siglos fue el evento más visible de una campaña que incluyó la creación de una red de institutos y centros culturales mexicanos en todo Estados Unidos. La gran novedad es que estas instituciones se crearon como non profits americanas, con el propósito de que, además del apoyo que les daba México, pudieran recabar
fondos en Estados Unidos. El estar constituidas como organizaciones no lucrativas
1 George Black, Los Angeles Times, 9 de octubre de 1990.
[ 25 ]
[ 26 ]
norteamericanas, hizo necesario formar mesas directivas en cada instituto, integradas por ciudadanos americanos y prominentes México-americanos.
Al mismo tiempo, al inicio de la década de los noventa, el gobierno mexicano inició
un acercamiento con las comunidades mexicanas residentes en Estados Unidos. Se
creó el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Exterior, antecedente del ime
(Instituto de los Mexicanos en el Exterior), destinado a fortalecer los vínculos entre
mexicanos en ambos lados de la frontera. Se promovió la creación de asociaciones
formales de migrantes oriundos de un mismo estado. Se buscó, también, convertir las
asociaciones de migrantes existentes en federaciones.2
La aprobación del tlcan tuvo importantes repercusiones en el empleo en México. Por
ejemplo, la importación de maíz americano aumentó de dos a diez millones entre 1992 y
2008. Con la entrada del maíz americano, dos millones de campesinos se quedaron sin trabajo. El caso del maíz no es único. México importaba 30,000 toneladas de puerco en 1995;
en el 2010, las importaciones norteamericanas aumentaron 25 veces, a 810,000 toneladas.
En el terreno industrial, 28,000 pequeñas y medianas empresas quebraron.3 El resultado
de la dislocación económica causada por el tlcan se tradujo en la emigración masiva a Estados Unidos. El número de personas nacidas en México viviendo en Estados Unidos aumentó de 6.5 millones en 1994 a 12 millones en el 2003. Es decir, 100%. La diáspora mexicana es uno de los movimientos migratorios más grandes en la historia de la humanidad.4
La gran infraestructura cívico-cultural que México había construido a principio de
los noventa, ayudó a acoger a esta masa de recién llegados. Hay que entender que la diáspora mexicana se organiza a partir de ejes regionales. Los oriundos de un pueblo se establecen en una región a la que llegan otros miembros o familiares de esa misma región. De
esta forma se establece en Estados Unidos un mapa de comunidades espejo de México.
Los clubes y las federaciones de oriundos se articulan a partir de ejes culturales: celebración de las fiestas patrias, organización de desfiles, concursos de belleza, ofrendas de
día de muertos, eventos culinarios, conciertos, bailes.5 Lo más importante es que los
2 David Ayón, “La política mexicana y la movilización de los migrantes mexicanos en Estados Unidos”, en Carlos
González Gutiérrez (coord.), Relaciones Estado-Diáspora: perspectivas de América Latina y el Caribe, México, Miguel Ángel Porrúa, 2006.
3 David Bacon, “How the US policies fueled Mexico’s great migration”, The Nation, 23 de enero de 2012.
4 Raúl Delgado Wise y Humberto Márquez Covarrubias, “La migración mexicana hacia Estados Unidos a la luz de
la integración económica regional”, revista Theomai, México, 2006.
5 Gaspar Rivera-Salgado, México. Organización de Migrantes Mexicanos, un panorama general, Institute Woodrow
Wilson International Center for Scholars, Washington DC, 2006.
clubes y federaciones dan a la comunidad mexicana en EE.UU. liderazgos formales,
que hacen posible la interlocución. Con cada vez con mayor frecuencia los gobernadores y presidentes municipales de México se reúnen con los líderes de los inmigrantes
en Estados Unidos. Las organizaciones de oriundos aportan recursos para la construcción en sus pueblos de caminos, escuelas, clínicas, instalaciones deportivas.
Se calcula que más de 30 millones de personas de origen mexicano viven hoy en Estados Unidos, una población casi tan grande como la de Canadá. Sin embargo, es una
comunidad invisible por voluntad propia. Ante el temor de ser detenido y deportado, el
mexicano indocumentado en Estados Unidos vive escondido y acosado. A principios
del 2006, ante la perspectiva de lograr una reforma migratoria, la diáspora mexicana
mostró por primera vez la cara. En el 2006 Estados Unidos fue sorprendido por las
inmensas marchas de inmigrantes en todo el país. El 6 de marzo se realizó en Los Ángeles la marcha más grande en la historia de Estados Unidos, más de un millón de personas.
Después de las grandes marchas, aumentaron las redadas y las deportaciones. La administración de Obama lleva más de dos millones de deportados. La comunidad mexicana
en Estados Unidos se ha hecho más invisible que nunca.
Aunque invisible, la fuerza económica de la diáspora mexicana se siente en ambos
lados de la frontera. En Estados Unidos, la audiencia de la televisión en español está
superando a las grandes cadenas americanas. En la ciudad de Los Ángeles, de las diez estaciones de radio más populares, cinco son en español. En México el impacto económico
de la diáspora es enorme: de 1,682 millones de dólares en remesas que México recibió
en 1989, el Banco de México consigna un ingreso de 15,178 millones de dólares en 2004.
En 2003 las remesas superaron el valor de la inversión extranjera directa, representaron
71% de los ingresos del petróleo y 72% de la balanza comercial de la industria maquiladora. Asimismo, las remesas superaron 1.4 y 2.8 veces el monto de las divisas provenientes del turismo y las exportaciones agropecuarias.6
El impacto cultural de una diáspora de esa magnitud apenas comienza a vislumbrarse. No ha habido suficiente reflexión en México sobre las consecuencias y oportunidades que se abren. Desde una perspectiva cultural, nos encontramos con un mercado que consume ávidamente todo tipo de productos, desde telenovelas, cd y dvd,
hasta instrumentos musicales y trajes regionales. Este mercado es receptivo también
6 Rafael Alarcón, “Hacia la Construcción de una política de emigración en México”, en Carlos González Gutiérrez
(coord.), Relaciones Estado-Diáspora: perspectivas de América Latina y el Caribe, México, Miguel Ángel Porrúa, 2006.
[ 27 ]
[ 28 ]
a nuevas producciones. En el 2013, Eugenio Derbez, con una promoción realizada casi
exclusivamente en redes sociales, logró una taquilla superior a los 85 millones de dólares para su película No se aceptan devoluciones. Ha habido pocos esfuerzos de llevar alta
cultura a la diáspora; entre los más consistentes están los de la Universidad de Guadalajara en Los Ángeles, que organiza cursos, ciclos de conferencias y una versión reducida
de su Feria del Libro. Los resultados han sido impresionantes: en 2012 la feria del libro en
Los Ángeles fue visitada por 67,000 personas.
La diáspora ha creado una enorme demanda para productos mexicanos de todo
tipo: cervezas, tequilas, refrescos, nopalitos, moles. Sorprende la timidez de los empresarios mexicanos para atender esta demanda, quizá porque no han comprendido que
los 30 millones de mexicanos en Estados Unidos permiten una ampliación internacional de nuestro mercado interno. Existen hoy las condiciones para que prosperen en
Estados Unidos las mismas industrias y productos que han sido exitosos en México. En
un sentido más amplio, la diáspora permite a México redefinir su modelo de desarrollo
como un país productor de bienes y servicios culturales.
Las políticas culturales canadienses y su impacto
en la producción, difusión y consumo de bienes y
servicios culturales para el público
Charles Vallerand
Para el medio cultural canadiense, la firma del tlcan representa un momento clave.
El gobierno del partido conservador había hecho del tlcan la pieza maestra de su
programa y el tema central de la elección de 1988. El primer ministro Brian Mulroney,
al igual que Reagan, estaba motivado en construir una nueva relación económica entre
Canadá y los Estados Unidos.
Los partidos de oposición se negaban a la firma del acuerdo al considerar que Canadá
estaba otorgando parte de su soberanía a los Estados Unidos y que, de esta manera, el país
sería lentamente dominado por el flujo del dinero estadounidense, su influencia y su eventual control. El sistema de servicios sociales de Canadá es único, programas como el del
seguro médico estarían amenazados y el país perdería el control de su política monetaria.
Los conservadores, por su parte, argumentaban que los beneficios económicos que
se ganarían con la creación de un bloque regional compensarían con creces dichos impactos. Los programas sociales y la identidad canadiense serían salvaguardados y los
recursos naturales del país puestos en beneficio de los canadienses.
Los conservadores ganaron la elección con una mayoría de escaños, pero no recibieron la mayoría del voto, lo que bien ilustra la división de la opinión pública.
LAS INDUSTRIAS CULTURALES EN LA ECONOMÍA
Entre los efectos positivos del tlcan para el sector cultural canadiense, destacamos el
hecho de que en este momento la cultura se convirtió en un tema nacional y se impuso
a partir de ahí como un medio para definir lo que distingue a la identidad canadiense
de aquella de su vecino del sur, plasmándola al mismo nivel que el seguro médico o el
[ 29 ]
reconocimiento de las dos lenguas oficiales, el inglés y el francés, en la Constitución
canadiense. La cultura se convirtió en la expresión de la soberanía de Canadá.
La contribución económica de la cultura se transformó de igual forma en un tema de
debate. A partir del momento en que se hace la pregunta de si se debe o no incluir a las
industrias culturales en el Tratado de Libre Comercio, es precisamente porque éstas tienen un valor económico. El ministro canadiense responsable de las industrias culturales en aquel momento, es decir a fines de los años ochenta, insistió mucho en la contribución de las industrias culturales a la economía del país para justificar, y obtener, una
exención cultural en el tratado.
[ 30 ]
CONTRIBUCIÓN DE LAS INDUSTRIAS CULTURALES AL PIB
(CONFERENCE BOARD OF CANADA, 2007)1
• $46 billones en valor agregado al PIB en 2007 (3.8%) [Australia (3.1%), Francia (2.8%), Estados Unidos
(3.3%), Reino Unido (5.8%) (OCDE, 2003)]
• Pero, $84,6 billones incluyendo aportes indirectos e inducidos (7.4%)
EMPLEO
• 616,000 en las industrias culturales (Statistics Canada, 2003)2
• 1.1 millones de empleos incluyendo aportes indirectos e inducidos (Conference Board of Canada,
2007), significa que casi 9% de los 12.5 millones de hogares dependen de la economía cultural
GASTO DE LOS CONSUMIDORES
• $25.1 billones en bienes y servicios culturales en el año 2005 (5% más que los $24 billones en gasto
de muebles, aparatos y herramientas)
• En 2005, el gasto en artes escénicas en vivo fue el doble que en eventos deportivos en vivo
1 Se puede bajar el informe “Valuing Culture: Measuring and Understanding Canada’s Creative Economy” mediante un registro gratis en el sitio del “Conference Board of Canada”
2 http://www.statcan.gc.ca/daily-quotidien/041202/dq041202a-eng.htm
LA EXENCIÓN CULTURAL CANADIENSE
La exención cultural es una exclusión completa de las industrias culturales en los compromisos de liberalización. Dentro del marco del tlcan, Canadá obtuvo tal exención
completa de sus industrias culturales,3 y por lo tanto se comprometió a no liberalizar
la circulación de bienes y de servicios culturales. Esta manera de hacerlo es única. En
general, los países prefieren formular una reserva, es decir, no adoptar compromisos de
liberalización en un ámbito específico.
Existen dos tipos de reservas para los servicios e inversiones: las reservas al Anexo 1
conciernen a las medidas específicas existentes y las del Anexo 2 tratan de un sector en
particular e intentan preservar la capacidad de intervención de los Estados en el futuro,
lo que quiere decir que el país conserva su derecho de mantener sus medidas existentes,
de adoptar nuevas medidas o medidas más restrictivas para las industrias culturales.
Dentro del marco del tlcan, México inscribió en Anexo 1- Reservas en relación con
medidas existentes y compromisos de liberalización: “Los inversionistas de otra Parte
o sus inversiones sólo podrán adquirir, directa o indirectamente, hasta un 49 por ciento
de la participación en empresas establecidas o por establecerse en el territorio de México
que impriman o publiquen periódicos escritos principalmente para el público mexicano y para ser distribuidos en el territorio de México”,4 así que: “Los inversionistas de
otra Parte o sus inversiones sólo podrán adquirir, directa o indirectamente, hasta un 49
por ciento de la participación en empresas establecidas o por establecerse en el territorio de México que posean o exploten sistemas de televisión por cable o que suministren
servicios de televisión por cable”,5 y en el Anexo 2 - Reserva en relación con medidas
3 Artículo 2107: Definiciones del tlcan. Industrias culturales significa toda persona que lleve a cabo cualquiera
de las siguientes actividades:
(a) l a publicación, distribución o venta de libros, revistas, publicaciones periódicas o diarios impresos o legibles
por medio de máquina, pero no incluye la actividad aislada de impresión ni de composición tipográfica, ni
ninguna de las anteriores;
(b) la producción, distribución, venta o exhibición de grabaciones de películas o video;
(c) la producción, distribución, venta o exhibición de grabaciones de música en audio o video;
(d) la publicación, distribución o venta de música impresa o legible por medio de máquina; o
(e) l as radiocomunicaciones en las cuales las transmisiones tengan el objeto de ser recibidas directamente por el
público en general, así como todas las actividades relacionadas con la radio, televisión y transmisión por
cable y los servicios de programación de satélites y redes de transmisión.
4 http://www.sice.oas.org/Trade/nafta_s/ANEXO1c.asp
5 http://www.sice.oas.org/Trade/nafta_s/ANEXO1b.asp
[ 31 ]
[ 32 ]
futuras: “México se reserva el derecho de adoptar o mantener cualquier medida con respecto a la inversión en servicios de radiodifusión, sistemas de distribución multipunto,
música continua y televisión de alta definición y a la prestación de esos servicios. Esta reserva no se aplica a la producción, venta o autorización de derechos de programas de radio
o televisión”.6 Cuando ambos anexos están combinados, abarcan mucho menos la amplitud de la actividad cultural que lo hace el enfoque canadiense con su exención cultural.
Sin embargo, esta exención cultural obtenida por Canadá en el tlcan no disuadió a
los Estados Unidos de impugnar con éxito ciertas políticas culturales de Canadá. Es en
aquel momento que empezaron a organizarse las diversas asociaciones representativas
de los sectores culturales en todo Canadá. Nació entonces la idea de un nuevo instrumento internacional que se concretizara a través de la Convención de la unesco sobre la
Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, adoptada en
2005 para refirmar el principio universal que defiende que: “Las actividades, los bienes
y los servicios culturales son de índole a la vez económica y cultural, porque son portadores de identidades, valores y significados, y por consiguiente no deben tratarse como
si sólo tuviesen un valor comercial”.7
Si bien Canadá obtuvo la exención cultural en el primer acuerdo con EE.UU.8 (artículo 2005, p. 296) reconducido dentro del tlcan en su artículo 2106,9 su alcance es limitado. Es decir que si Canadá la utiliza para adoptar medidas que son incompatibles con
el acuerdo comercial, los Estados Unidos se reservan el derecho de adoptar medidas de
represalias comerciales que tengan un valor equivalente. Es ejemplar el caso de las revistas canadienses:
• Desde 1965, Canadá prohibía la importación de publicaciones con publicidades
que no se encontraban en la edición del país de origen para reservar el espacio
publicitario a sus editores. • En 1993, Time Warner trató de escapar a esta prohibición transfiriendo vía satéli-
6 http://www.sice.oas.org/trade/nafta_s/Anexo2a.asp
7 http://www.unesco.org/new/es/culture/themes/cultural-diversity/diversity-of-cultural-expressions/the-convention
/convention-text/ : Preámbulo de la Convención unesco
8 The Canadian-US Free Trade Agreement http://www.international.gc.ca/trade-agreements-accords-commerciaux
/assets/pdfs/cusfta-e.pdf
9 https://www.nafta-sec-alena.org/Default.aspx?tabid=184&ctl=SectionView&mid=1591&sid=bdc5298e-bf65-49dca542-1b14ce9f73a5&language=es-MX#A2106
te el contenido de Sports IlIustrated a imprentas ubicadas en Ontario y vendiendo
el espacio publicitario a anunciantes canadienses.
• Canadá reaccionó imponiendo un impuesto de 80% a los anuncios de los periódicos con doble publicación, tales como Sports Illustrated.
• Los Estados Unidos se quejaron exitosamente ante la omc contra el impuesto y la
prohibición de 1965.
• Luego de la decisión de la omc, Canadá adoptó una nueva ley que prohibía a los
editores extranjeros vender sus espacios publicitarios a los anunciantes canadienses.
• Los Estados Unidos amenazaron con poner en práctica medidas de represalias comerciales previstas por el tlcan en caso de que Canadá usara la cláusula de exención cultural.
• Luego de las presiones de las industrias canadienses que sufrieron estas represalias (madera, acero y textil), se negoció un acuerdo: 18% de los ingresos publicitarios de los periódicos americanos vendidos en Canadá pueden venir de anunciantes canadienses.
BALANZA COMERCIAL CANADIENSE DE BIENES CULTURALES
Así como aparece en los dos siguientes cuadros que ilustran la balanza comercial canadiense en bienes culturales, los EE.UU. son el primer socio comercial de Canadá (lo
mismo es cierto de todos bienes y servicios confundidos). En cuanto a México, viene
en octava posición de importaciones y en decimotercera de sus exportaciones de bienes culturales.
IMPORTACIONES CANADIENSES DE BIENES CULTURALES DESDE LOS MAYORES SOCIOS
ECONÓMICOS ENTRE 2003 Y 2010 (en miles de dólares)
Importador
2003
2004
EE.UU.
3,151,316
3,058,380
China
226,050
178,811
Francia
2005
2006
2007
2008
2009
2010
3,068,910
3,048,363
2,984,105
3,067,733
235,771
238,031
260,132
294,679
312,272
311,766
320,230
189,652
231,439
167,684
199,412
167,711
181,438
154,587
2,909,922 2,786,029
[ 33 ]
Reino
Unido
189,130
141,403
150,804
137,597
151,363
161,547
115,432
122,438
Alemania
36,641
32,723
35,682
35,801
40,780
57,948
34,530
33,375
Hong Kong
42,867
39,837
40,513
34,810
32,909
28,552
26,547
29,304
México
16,079
18,652
15,231
12,897
20,156
35,322
26,134
27,723
[ 34 ]
A la izquierda, la transposición gráfica de los datos del cuadro anterior muestran
de manera impactante la desproporción de la balanza a favor de los EE.UU.: las importaciones canadienses en proveniencia de EE.UU. son 100 veces superiores a las que
provienen de México en el 2010.
EXPORTACIONES CANADIENSES DE BIENES CULTURALES DESDE LOS MAYORES
SOCIOS ECONÓMICOS ENTRE 2003 Y 2010 (en miles de dólares)
Destino
EE.UU.
Francia
2003
2004
2,310,326 2,210,286
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2,126,582
1,863,425
1,764,801
1,524,367
1,344,227
1,131,184
25,888
26,833
38,455
30,451
25,936
27,111
25,229
24,836
Alemania
7,690
7,943
19,652
18,596
18,660
15,999
15,789
15,687
Reino
Unido
25,831
54,374
66,986
36,157
40,120
31,586
15,058
12,635
Japón
19,291
12,618
11,276
8,703
6,927
7,545
11,080
11,444
Holanda
4,823
5,768
7,919
8,828
8,311
11,054
11,708
10,727
Suiza
10,784
9,048
7,980
8,952
5,912
6,932
16,686
9,194
Austria
182
559
3,903
1,443
770
1,100
1,668
8,183
China
3,884
4,048
6,647
7,027
5,290
6,220
10,610
7,927
Hong
Kong
7,049
11,402
6,611
6,637
6,345
4,583
3,218
5,602
India
1,199
1,762
2,986
3,228
2,904
5,782
3,092
4,641
Singapur
2,072
3,227
3,863
1,924
1,853
4,791
5,184
4,484
México
1,547
1,674
2,593
3,696
2,783
5,397
9,783
4,074
A la izquierda, la transposición gráfica de los datos del cuadro anterior muestran el
peso de las exportaciones canadienses con destino a los EE.UU. (278 veces el de las
exportaciones con destino a México en el 2010).
Aunque se escuche que Canadá ha sido el menos afectado de los tres países por haber establecido la exención cultural en el tratado, es difícil concluir que salió bien librado
solamente gracias a la exención cultural. Ésta protege las políticas y los programas de
ayuda a las industrias culturales, pero su éxito depende de varios factores: la competencia de productos extranjeros, la capacidad financiera de los poderes públicos para sostener la cultura, la adaptación de las políticas a los avances tecnológicos, a los medios de
[ 35 ]
[ 36 ]
consumo sobre plataformas numéricas, a lo atractivo de las creaciones canadienses, al
dominio de una lengua extranjera, a la evolución de los gustos del público, la movilización y el dinamismo de los actores culturales y de la sociedad civil, etcétera.
No cabe duda que el poder de atracción de la cultura estadounidense afecte la balanza comercial y representa un riesgo para la identidad cultural. Particularmente, los
jóvenes que aspiran a ser ciudadanos del mundo quieren tener libre acceso a los artistas
y a las obras de su preferencia, desde los menos comerciales hasta los más populares. La
joven generación busca su propia identidad rechazando la de los padres. Este fenómeno
no es nuevo. Nuestros padres escuchaban a Elvis Presley, a los Beatles, a los Rolling
Stones. Hoy en día es más universal con la emergencia de la clase media y de los nuevos
medios de comunicación que permiten a los jóvenes participar aún más activamente en
la definición de la identidad cultural.
Las multinacionales de la cultura tienen medios técnicos y financieros contra los
cuales las empresas y los creadores canadienses pueden muy difícilmente rivalizar. El
presupuesto medio de una película de Hollywood era de 78 millones de dólares en el 2011,
de los cuales el presupuesto medio del marketing representa la mitad.10 El presupuesto
medio de una película de ficción en Canadá era de 4.6 millones de dólares canadienses.11 Cerca del 70% de los ingresos de las películas de Hollywood provienen del extranjero, alimentando así aún más el potencial de sus industrias.
Estas multinacionales del entretenimiento también cuentan con el poder de atraer
a varios de nuestros mejores artistas y de sacar ventaja de su popularidad. Ver cómo la
cantante quebequense Celine Dion y la colombiana Shakira se convirtieron en estrellas
internacionales bajo el sello de la disquera Sony, por ejemplo. Los directores quebequenses Jean-Marc Vallee y Denis Villeneuve trabajan en Hollywood. El premio Oscar
al mejor director se le acaba de otorgar al mexicano Alfonso Cuarón Orozco por su
película Gravity.
Canadá es uno de los mercados más abiertos a los productos culturales extranjeros.
Las empresas extranjeras registran 46% de las ventas interiores de libros en Canadá,
81% de los periódicos de habla inglesa en kioscos, 84% de los ingresos de la industria de
la música y 98% del tiempo de proyecciones en salas de cine canadienses.
10 “Hollywood and Big Budget Movies: Is the Love Affair Over?”, Huffington Post, 17 de septiembre de 2011. http://
www.huffingtonpost.com/2011/09/17/hollywood-big-budget-movies_n_967559.html
11 “Profil 2012, An Economic Report on the Screen-based Production Industry in Canada», p. 63. http://www.
cmpa.ca/sites/default/files/documents/industry-information/profile/Profile2012Eng.pdf
EL ESTADO DE QUEBEC: UN MERCADO DISTINTO
Sin embargo, conviene distinguir aquí la situación del Quebec. Por su lengua y su cultura
distintas, sus industrias culturales locales están más implantadas en el territorio, como
lo muestran los tres cuadros siguientes, publicados por el Instituto de Estadísticas del
Quebec, respectivamente para el mercado del libro (42% del mercado en 2008), de las
grabaciones sonoras (38% del mercado en 2013), y de las artes escénicas (71% de la
asistencia por 60% de los ingresos en 2012).12
Otro ejemplo: en el 2012 en Canadá, la escucha de emisiones canadienses de televisión constituyó 43.8% de la escucha total de servicios de propiedad canadiense en lengua
inglesa. En cambio, las emisiones canadienses de lengua francesa obtuvieron 63.2% de
la escucha total de servicios televisuales de propiedad canadiense en francés.
Fig. 2: Cuota de mercado de los
editores de propiedad quebequense,
2006, 2007, 2008
Bloque 1: Todos los libros
Bloque 2: Libros de literatura general
Bloque 3: Libros escolares
12 http://www.stat.gouv.qc.ca/statistiques/culture/optique-culture.html
[ 37 ]
[ 38 ]
Fig. 4: Cuota de mercado de los
productos quebequenses en las
ventas de grabación audio, según
el tipo de soporte, Quebec,
2009 a 2013
Bloque 1: álbumes en soporte físico
Bloque 2: álbumes numéricos
Bloque 3: pistas numéricas descargadas
Fig. 5: Cuota de mercado de los
espectáculos de canción francófona
originaria del Quebec en el conjunto
de los espectáculos de canción,
Quebec 2004 a 2012
(Curva alta: Representaciones;
Curva del medio: asistencia;
Curva baja: ingreso de boletería
incluyendo impuestos)
No obstante, son las empresas culturales que pertenecen a intereses canadienses,
privados y públicos, las que aseguran la producción y la distribución de obras canadienses al público canadiense. Este es particularmente el caso en cuanto a la radio y la
televisión, campos por los cuales el organismo federal del Consejo de la Radiodifusión
y de las Telecomunicaciones Canadienses (crtc) impone obligaciones de inversión en
la producción y en la difusión de contenidos canadienses.
La presencia cultural de México en Canadá, y viceversa, existe sobre todo gracias a
la colaboración que se estableció entre los editores de libros, los festivales de danza, y las
salas de espectáculos que intentan ofrecer una programación diversa y abierta al mundo. Esta circulación de obras y de artistas se hace al margen de circuitos comerciales dominados por las multinacionales del entretenimiento. Por ejemplo:
• El Festival Transamérique de Montreal, que presenta artistas escénicos, programó
varios espectáculos de artistas mexicanos a lo largo de sus 30 años de existencia:
Border Brujo, La Negra Ester, El Concilio de Amor, Heavy Nopal, Novedades de la
patria, etcétera.
• Canadá participó como invitado de honor en el Festival Internacional de Cine de
Monterrey en el 2011. Quebec fue el invitado de honor de la 29º edición del Festival
Internacional de Cine de Guadalajara del 21 al 30 de marzo de 2014.
• Desde 1995, el Centro para las Artes de Banff colabora con el Fondo Nacional para la
Cultura y las Artes (fonca) para invitar a artistas mexicanos de disciplinas como
la música, las artes visuales, la escritura, la danza y la traducción a participar en
actividades organizadas por el Centro.
• Programa del Consejo de artes del Quebec: intercambios de artistas y talleres-residencias Quebec-México.13
Sería falso pretender que estas colaboraciones resultan del tlcan, pero podemos
seriamente considerar que el acercamiento y los intercambios más frecuentes entre
nuestros países han creado un contexto favorable para una cooperación más profunda.
Solamente los productos culturales que prometan ganancias estarán apoyados por
los grandes empresarios de la cultura. Sin el apoyo público, las obras más personales,
13 http://www.calq.gouv.qc.ca/artistes/studios/mexico.htm
[ 39 ]
más interesantes artísticamente, las que tocan temas sensibles y abren horizontes culturales, encontrarán con mayor dificultad financiamiento porque son percibidas como
arriesgadas. La lógica comercial basada en el estrellato se impondrá como la única capaz
de generar ganancias. Este fenómeno tocará particularmente al cine, donde los costos de
producción son elevados y el éxito en taquilla difícil de predecir.
MÉXICO VISTO CON LA EXPERIENCIA DEL SECTOR
CULTURAL CANADIENSE
[ 40 ]
Se ha escrito que México no pidió la exención cultural buscando más que nada aprovechar las oportunidades de negocios para los productos culturales en lengua española en el mercado estadounidense. Desde una perspectiva comercial, el objetivo se está
alcanzando. La empresa más grande de habla hispana en el mundo, Televisa, está en
posición de tomar control de Univisión, líder de televisión hispana en Estados Unidos con docenas de estaciones, 60 emisoras afiliadas y más de 1,200 afiliados de televisión por cable. Univisión Radio posee y opera 16 estaciones de radio de las 25 estadounidenses más importantes en el mercado hispánico, así como cinco estaciones en
Puerto Rico.
Si bien México no creyó necesario pedir la exención cultural en el tlcan, fue el tercer país (después de Canadá e Isla Mauricio) en ratificar la Convención de la unesco
del 2005 sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales en los últimos días de presidencia de Vicente Fox. México fue un ferviente defensor de la Convención. Uno de los principales objetivos de esta Convención (artículo
1.h14) es “reiterar los derechos soberanos de los Estados a conservar, adoptar y aplicar
las políticas y medidas que estimen necesarias para proteger y promover la diversidad
de las expresiones culturales en sus respectivos territorios”.
Como los demás firmantes de la Convención de la unesco, México debe ahora trabajar a su implementación. Además, los artículos 20 y 21 lo comprometen a tener en consideración las disposiciones de la Convención “cuando [...] contraigan otras obligaciones internacionales, tendrán en cuenta las disposiciones pertinentes de la presente
Convención” y a “promover los objetivos y principios de la presente Convención en otros
14 Ibid.
foros internacionales. A tal efecto, las Partes se consultarán, cuando proceda, teniendo
presentes esos objetivos y principios”.
Canadá quisiera ver a México, así como a los demás firmantes de la Convención de la
unesco que son miembros del Acuerdo Estratégico Transpacífico (Chile, Perú, Vietnam,
Australia, Nueva Zelanda), afirmarse para respetar sus compromisos y proteger sus
industrias culturales. Si bien las negociaciones son confidenciales, se debe suponer que
Canadá busque proteger su capacidad de adoptar políticas y medidas de soporte al sector cultural, conforme a sus costumbres y al tlcan.
México podría, sin ningún problema, seguir los pasos de Canadá en el marco del
Acuerdo Estratégico Transpacífico. Según nuestra información, otros países en la mesa
de negociación trabajan en vista a fomentar la preservación de la cultura en el marco de
este acuerdo. ¿Por qué no también México? De hecho, sería beneficioso que estas voces
se hicieran escuchar más fuerte y de manera más convencida, particularmente cuando
emanan de un líder regional como México.
Contrariamente a lo que se escucha a menudo de parte de sus detractores, la exención cultural no es una medida proteccionista que tenga como objetivo cerrar la puerta
a la circulación de productos y de servicios provenientes del extranjero. Al revés, se pretende preservar un espacio en el cual las políticas y los programas a favor de la diversidad de las expresiones culturales nacionales pueden desarrollarse. Proteger la propia
cultura no implica encerrarla en un espacio hermético, afectar su exportación ni afectar la de otros.
México, como otros signatarios de la Convención unesco, ganaría al inspirarse en
Canadá, en Francia, en Ecuador, en Argentina... para elaborar o reforzar políticas favorables para la producción, la difusión y el acceso de sus ciudadanos a productos y servicios
culturales que reflejen la creatividad, la diversidad y la identidad cultural nacional, tradicional y emergente.
La exención cultural lo equiparía para desarrollar o reforzar sus políticas culturales
sin temer a la impugnación legislativa de sus socios y sin dejar de ser un mercado abierto
al aporte cultural del exterior.
[ 41 ]
Impacto del tlcan en el Comercio Exterior
de los Bienes y Servicios Culturales
Antonio Mier Hughes
Durante mi intervención abordaré tres aspectos que me parece importante destacar
en torno a los efectos del tlcan en la cultura:
• Los procesos de integración económica como parte del proceso de integración o
formación de las economías desde el ámbito regional, pasando por el nacional y
ahora a escala mundial.
• La importancia de la cultura en los procesos de toma de decisiones.
• Algunos resultados que se observaron en ramas de la actividad económica vinculadas con la cultura y las artes.
PROCESOS Y TEORÍA DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA
La teoría de la integración económica es la que se ocupa de explicar los procesos y los
efectos asociados a la eliminación de la discriminación entre las unidades económicas
de dos o más países. Esta teoría empezó a tomar forma a partir de los avances en la conformación de lo que fue la Comunidad Económica Europea y su posterior evolución hacia la Unión Europea. Por ello, en la segunda mitad del siglo xx se elabora un marco teórico sobre el proceso de integración y se identifican y clasifican distintas etapas.
Las lecturas relacionadas con estos procesos de integración abordan el tema de dos
maneras diferentes: la orientada a explicar el fenómeno de integración económica como
un proceso dinámico de largo plazo en el que se eliminan gradualmente las prácticas discriminatorias entre los países miembros, al tiempo que se avanza en la armonización de
los instrumentos de política económica, empezando por los aranceles; y la constituida
[ 43 ]
[ 44 ]
por textos en los que se explica el comportamiento de las variables económicas bajo determinada situación o etapa de integración. En este último caso, la gran mayoría de los
textos se centraron en las uniones aduaneras, dado el tiempo que estuvo vigente la Comunidad Económica Europea. La etapa actual debe también ser objeto de un amplio estudio.
El caso de Europa fue único. Durante la Segunda Guerra Mundial se llevaron a cabo
algunos intentos por integrar los territorios ocupados por la Alemania nazi y, posteriormente, al finalizar el conflicto, algunos países emprendieron diversas acciones para integrar sus economías, empezando por la agilización del intercambio de bienes y servicios específicos como el acero y la energía, para posteriormente impulsar la formación
de la Comunidad Económica Europea, en la que el intercambio de bienes y servicios se
acompañó de la armonización de la política arancelaria. Al parecer, éste es el primer
caso en que la integración se dio de manera pacífica, concertada y planeada.
Lo anterior lo señalo porque a lo largo de la historia nos encontramos, invariablemente, con conflictos propiciados por el interés de una población, región o país para
ampliar su territorio, y con ello su dominio político y económico, en detrimento de otra
población, región o país. Todos estos casos implicaron también, en mayor o menor grado,
procesos de integración económica, a nivel regional, estatal y nacional; sin embargo, no
es hasta que estos procesos se dan de manera pacífica y concertada, que la teoría económica se preocupa por analizar su evolución.
Por ello considero que el estudio de esos casos, tanto en condiciones voluntarias
como forzadas, nos ayudaría enormemente a entender lo que ocurre en la actualidad,
además de establecer una liga entre los procesos, pasados y presentes, para fundamentar
nuestras proyecciones a futuro.
En este sentido, me parece importante destacar que la formación de las economías
nacionales debió de haber transitado por un proceso similar al que enfrentaron los
países de la cee el siglo pasado. En el caso de México, por ejemplo, el proceso de unificación del sistema tributario durante el siglo XIX, que se encontraba disperso mediante las
alcabalas regionales y estatales vigentes desde la nueva España, da cuenta de una serie de
problemas y conflictos que se enfrentaron para lograr que en esta zona geográfica conocida como Estados Unidos Mexicanos, las diversas regiones o entidades federativas se
acoplaran y conformaran un sistema general y homogéneo, al tiempo que se suprimían
los aranceles locales que inhibían el tránsito de las mercancías entre las entidades.
La unificación de la moneda, y la disparidad de dotación de recursos e infraestructura en las regiones, son otros de los problemas que se afrontaron, además de intentos
de secesión, la pérdida de los territorios del norte y, más recientemente, la colonización
y el posterior reconocimiento de dos territorios como entidades federativas.
Considero que tenemos una oportunidad única para valorar nuestros marcos teóricos, porque los procesos de integración de las economías nacionales y los procesos
de integración mundial probablemente enfrentaron situaciones similares, aunque a una
escala y condiciones diferentes. Se trata de analizar los problemas de una forma dinámica
y no quedarnos como muchas escuelas de economía, buscando la manera de maximizar
beneficios para situaciones particulares de corto plazo con el fin de elaborar leyes generales. Tal vez la revisión de la historia de México, en particular sobre la forma en que se
integraron regiones tan contrastantes como las que se encuentran al sur y al norte del
país, nos ayude a revisar los problemas actuales en los que una economía como la nuestra
busca tener un trato en igualdad de derechos y condiciones con otras economías más
grandes, como es el caso del tlcan.
Con lo anterior, pretendo sugerir que la teoría económica debería de profundizar más
en los otros procesos de integración y de desintegración, y ampliar su gama de situaciones para clasificar, a efecto de incluir territorios ocupados y supeditados, colonias o zonas
de influencia bajo un enfoque de integración, tomando en cuenta que muchos de estos
procesos no se generaron de manera pacífica o implicaron una mejoría para el bienestar
de las zonas dominadas. La teoría económica no debe de reconocer sólo las cuentas alegres, sino también explicar los resultados desfavorables producto de los distintos tipos
de relaciones entre países.
LA IMPORTANCIA DE LA CULTURA
EN LA TOMA DE DECISIONES
Con relación al segundo punto, éste forma parte de los argumentos para que se reconozca la importancia de la cultura como actividad económica relevante y como parte de un
todo. En este caso, como parte de las decisiones de producción, distribución y consumo.
Para ello, cabría hacer las siguientes preguntas: ¿La cultura puede constituirse en un factor para fomentar o para inhibir el intercambio con el exterior? ¿Es necesario exportar
cultura, para después exportar mercancías?
Mi respuesta a ambas preguntas es afirmativa, porque una buena parte de las decisiones de los agentes económicos están influidas por rasgos de índole cultural. En la medi-
[ 45 ]
[ 46 ]
da en que un país fomente en otros sus hábitos de consumo, generará una mayor demanda
de sus productos en el exterior.
La siguiente interrogante se refiere a si hemos hecho algo al respecto, y la respuesta
es negativa; mientras que si nos preguntamos si otros países lo han hecho y somos objeto de una invasión cultural del exterior, principalmente de nuestro vecino cercano del
norte, la respuesta es afirmativa.
A partir del cambio del modelo económico de desarrollo en la década de los ochenta,
la política cultural ha ido debilitándose paulatinamente. Los esfuerzos por insertarnos
en un mercado global han hecho a un lado el interés por fortalecer un mercado local. La
pérdida de identidad, el descontento con la situación actual y la migración al exterior
en busca de mejores oportunidades han desmantelado parte de nuestro acervo cultural,
al tiempo que hemos adoptado rasgos que nos son ajenos, los cuales también propician
cambios en nuestros patrones de consumo y en nuestra demanda de bienes y servicios
internos y del exterior.
Situaciones como festejos ajenos a nuestro entorno cultural1 empiezan a tener mayor difusión y peso a nivel nacional, en vez de eventos tradicionales propios de las diferentes regiones de México como la Guelaguetza, las celebraciones del día de muertos,
festividades locales o festivales importantes a nivel nacional como la Cumbre Tajín o el
Cervantino. De los citados, sólo el último es difundido por algunos canales de TV abierta.
Ese tipo de patrones culturales importados influyen necesariamente en los gustos
de los consumidores y se han traducido en cambios de hábitos de todo tipo, modificando
los patrones de consumo de la población y, por ende, su demanda de bienes y servicios.
Se habla mucho de la imposición a nivel mundial del American Way of Life; así, lo que empezó con chicles y chocolates americanos en la postguerra y la Coca Cola en la segunda
mitad del siglo xx, se ha transformado en un incremento importante en la demanda de
productos que asociamos con la cultura americana.
Debido a lo anterior me pregunto, ¿por qué no lo hacemos nosotros? ¿Por qué no
vitalizamos nuestra cultura para fortalecer las relaciones sociales y económicas al interior del territorio nacional? ¿Por qué no exportamos nuestra cultura para que otros países demanden bienes y servicios made in Mexico? Se puede hacer, se tiene que hacer.
Creo que los economistas tenemos que entender que las decisiones económicas no
son cien por ciento racionales; que no se trata nada más de minimizar costos y maximizar
1 Me refiero al Thanks giving day o el St Patrick´s day.
ganancias, que si queremos insertarnos como país en la dinámica internacional, debemos de conservar, o aun más vigorizar nuestra identidad nacional y hacerla sentir en el
exterior, y para ello tenemos en nuestras raíces culturales un importante aliado.
Para ejemplificar el peso de la cultura en la toma de decisiones de consumo, tenemos
lo acontecido durante la transición en Europa del Mercado Común, es decir la Comunidad Económica Europea, a la integración total para constituir la Unión Europea, por
medio de lo que se denominó la Ley del Mercado Único de 1987, que se suponía entraría
en vigor cinco años después, por lo que pasó a ser conocida como 1992.
Los pronósticos de la Comisión Europea estimaban que con la conformación de la
Unión se obtendría un incremento de 7% de la renta en la región. Al final, la ganancia fue
de menos de 2% del pib y ello se explicó por factores de índole cultural, como la negativa de los alemanes a consumir una cerveza que no fuera la suya, o de los italianos a
comprar pastas elaboradas por trigo de baja calidad; inclusive las características de las
lavadoras de ropa domésticas elaboradas en Alemania fue objetado por los italianos.
Así que insisto a los académicos e investigadores sobre la economía cultural, que se
han esforzado por convencer a los dueños del capital y a los que toman las decisiones
sobre el destino del gasto público para que inviertan en la cultura, que además de los argumentos en torno al peso relativo de la cultura en la economía, procuren analizar y reflexionar en torno a la influencia de la cultura en la toma de decisiones de índole económico.
LAS EXPORTACIONES DE BIENES
Y SERVICIOS CULTURALES
El tercer aspecto que voy a comentar es el relacionado con el estímulo al comercio
exterior de bienes y servicios culturales como resultado de las facilidades derivadas
del Tratado de Libre Comercio. Aquí no es fácil obtener los datos, porque en ocasiones
la información por origen y destino no se encuentra desagregada por bien y servicio y
viceversa: si se encuentra información al detalle por bien y/o servicio, no se cuenta con
la identificación de origen de las importaciones y destino de las exportaciones.
Lo que la teoría económica nos ha enseñado es que la eliminación de las restricciones
al intercambio de las mercancías se traduce en un incremento en el flujo de éstas, algo
que se denomina creación del comercio, y que se traduce en un mayor nivel de bienestar
de las economías participantes. Claro que en el proceso nos enfrentaremos a problemas
[ 47 ]
derivados de la competitividad y complementariedad de los agentes económicos que
intervienen, así como la distribución de los recursos generados. Por lo que el mejoramiento del nivel de bienestar no se obtiene tan fácil.
Lo que puedo mencionar respecto a ese fenómeno denominado creación del comercio, es que sí se dio en México, ya que la tendencia de las exportaciones de bienes y
servicios cambió notablemente a partir de 1994.
Vamos a empezar por lo general y luego aterrizamos en algunas ramas productivas.
Crecimiento económico
[ 48 ]
En la etapa en que estuvo vigente el régimen que ahora identificamos como desarrollo
estabilizador, que incluía una fuerte carga proteccionista, el crecimiento de la economía se situó en promedio de 6.1% anual. El ritmo de expansión a partir de la aplicación
del modelo neoliberal y que inició con el desmantelamiento del sistema arancelario en
1986 es de 2.3%.
Exportaciones no petroleras
A partir de la firma del tlcan se han fortalecido las exportaciones manufactureras y
constituyen la mayor parte de las ventas totales. Empero, gran parte de estas exportaciones corresponden a maquiladoras y a compañías trasnacionales.
En el caso de las exportaciones no petroleras, su monto total se elevó en 364% entre
1994 y 2009, y en el caso de las dirigidas al tlcan, su incremento fue de 321% y representaron 83.7% del total, frente a 88.8% de 1994. Para el periodo 1994-2013, de septiembre a
septiembre de ambos años, el incremento de las exportaciones al tlcan fue de 854.4% y
su peso relativo en el total fue de 82.0%, mientras que en 1994 fue de 88.4%. (Ver gráfica 1)
En el mismo periodo 1994-2013, las importaciones provenientes de los países del
tlcan crecieron 410.8%, mientras que las totales lo hicieron en 643%. Su participación
relativa en el total fue de 48.9% en 2013, que se compara con 71.1% de 1994.
Por su parte, la Balanza Comercial pasó de un déficit de 4,960.3 millones de dólares
en 1994 a un superávit de 100,268.5 millones en 2013, a pesar de que el comercio total fue
deficitario en 18,045.7 millones de dólares en ese mismo periodo.
GRÁFICA 1
[ 49 ]
Ahora bien, ya podemos confirmar que en los últimos 20 años se elevó el flujo comercial total, y que sin embargo eso no se refleja en el crecimiento económico. Aquí podríamos enfrascarnos en una fuerte discusión, que no es objeto de este tema, por lo que
ahora nos vamos a centrar en las exportaciones de algunas actividades productivas
vinculadas con la cultura de 1994 a 2013. Esto no se refiere a las exportaciones a la zona
del tlcan en particular, pero ya vimos que pese a los esfuerzos por diversificar mercados, la zona del tlcan sigue siendo nuestro principal socio comercial.
Instrumentos musicales
Como observamos en la gráfica 2,2 las exportaciones de instrumentos musicales no tienen una tendencia definida. Su promedio anual es de 65.4 millones de dólares. Se observa
una etapa de expansión a partir de 1994, con altas y bajas, que alcanza su máximo en 2000,
con 91.3 millones de dólares, y cae drásticamente en 2001 y 2002. A partir de 2003 empieza a crecer hasta llegar a 78.3 millones en 2013.
2 En las gráficas siguientes la fuente de información es el Grupo de Trabajo de Estadísticas de Comercio Exterior,
integrado por el Banco de México, inegi, Servicio de Administración Tributaria y la Secretaría de Economía.
GRÁFICA 2
[ 50 ]
GRÁFICA 3
GRÁFICA 4
[ 51 ]
Obras de arte
Al igual que el caso anterior, en la gráfica 3 observamos que las exportaciones de obras
de arte no muestran una tendencia favorable, sino que se han mantenido en torno a la
media de 9.5 millones de dólares. Salvo algunos picos, su nivel máximo fue de 25.5 millones de dólares en 2000.
Adornos de cerámica
El promedio de las exportaciones de adornos de cerámica en el periodo se situó en 37.8
millones de dólares. Su nivel más alto se alcanzó en 1999 con 63.2 millones y en 2000 con
62.0, para iniciar una trayectoria descendente hasta 2011 (gráfica 4).
GRÁFICA 5
[ 52 ]
GRÁFICA 6
Libros
En el caso de los libros (gráfica 5), podemos observar un efecto favorable, ya que sus
ventas al exterior parten de un mínimo de 77 millones de dólares para alcanzar un
máximo de 177.5 millones en 2007. Su promedio es de 129.7 millones y después de la caída
en 2008, que puede estar influida por la crisis de los Estados Unidos, no ha mostrado
signos de recuperación.
Industrias gráficas
[ 53 ]
Este agregado, que se ilustra en la gráfica 6, incluye las exportaciones de libros, además
de revistas, y por lo tanto mantiene un comportamiento similar; es decir, una ruta de
crecimiento hasta 2007, año en el que alcanza 517.1 millones de dólares, para luego
caer a un mínimo de 362.4 millones en 2009. Su promedio para el periodo es de 339.5
millones de dólares.
Queda claro que en el caso de los bienes propiamente culturales, el tlc no ha traído consigo un beneficio derivado de la ampliación del mercado. Pueden ser varias las causas,
como el tipo de proceso predominantemente artesanal y bajo valor agregado, que se
observa en los adornos de cerámica, o bien la fuerte competencia que se da en el mercado
de instrumentos musicales, pero lo cierto es que no se muestra un beneficio palpable
en estos casos particulares.
Repasa Jaime Serra Puche el TLCAN y la cultura*
Faltó una “lectura industrial” sobre la cultura mexicana,
pero se hizo lo correcto
Eduardo Cruz Vázquez
A 20 años de vigencia del tratado, el hoy consultor privado asegura que la identidad
nacional no se vio afectada por la apertura comercial. Recuerda que en el sector cultura,
casi todo estaba abierto. La postura de Canadá fue determinante para dejar fuera del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) el sector cultural de México,
revela Jaime Serra Puche. Los canadienses no incorporaron sus industrias culturales;
además, establecieron una serie de reservas a efecto de limitar a las industrias culturales norteamericanas.
En cambio, nuestro país, rememora el entonces jefe de la negociación, no sólo tenía
abierta la importación prácticamente en todo el sector. Juzga que la mejor garantía para
no acotar el libre tránsito de mercancías y bienes fue la fortaleza de la cultura mexicana.
A 20 años de la entrada en vigor del tlcan, Jaime Serra Puche reconstruye algunos
de los escasos momentos en que su persona y el equipo de negociadores se ocuparon del
campo cultural. Fueron tan sólo unos encuentros con intelectuales y artistas. Algunas
discusiones, por ejemplo, cuando se propuso gravamen a la importación de libros. No
hubo participación de los entonces titulares del Conaculta, Víctor Flores Olea y Rafael Tovar.
Al atenerse al parámetro canadiense, afirma: “si antes existía cierta protección se
conservó, si no existía protección no se conservó porque no fue parte del tratado”. Reconoce que faltó una “lectura industrial sobre la cultura mexicana”, y estima que es tiem-
* La entrevista se publicó en el periódico El Economista el 10 de febrero de 2014 http://eleconomista.com.mx/
entretenimiento/2014/02/10/falto-lectura-industrial-tema-cultural
Su versión íntegra en video se puede ver en el portal del grecu de la uam Xochimilco en http://economiacultural.
xoc.uam.mx/index.php/tlc
[ 55 ]
po de tenerla, “pero no en el paraguas de lo que fue la negociación del tlcan”, sino
como parte de una nueva etapa del mismo o de la firma de otros acuerdos comerciales
por venir, como la Alianza del Pacífico y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (tpp).
A continuación, los principales vislumbres de Jaime Serra Puche sobre el sector cultural en el marco del tlcan. La entrevista completa se encuentra en el portal del grecu.
RECONSTRUIR UN PROCESO
[ 56 ]
En ningún momento hubo la pretensión de México de incorporar las actividades culturales con contenido económico en el tlcan y la razón fundamental fue porque la posición de Canadá era muy firme en ese frente, es decir, la no inclusión de sus industrias
culturales.
Le pedí a Michael Wilson, quien era el ministro encargado de la negociación, que me
explicara dónde estaban los temas que no acababa de entender y me dijo una cosa muy
interesante. Que Canadá es una nación de frontera, que la historia de su país era un esfuerzo permanente por mantener integrados el Este con el Oeste. Y que la manera en
que se habían ido protegiendo culturalmente para conservar su identidad se fincaba
básicamente en la industria cultural.
Todo lo que incorpora bienes, servicios y productos culturales fue intocable. Me
pareció muy sensata la argumentación de Michael Wilson. A partir de tal decisión nosotros pensamos que para México no había ni un pro ni un contra muy grande en ese
sentido, porque es de los tres países el que tiene la mayor tradición cultural, la más antigua, la más profunda. Entonces no acabo de entender cómo es que el proceso de apertura se dice afectó a la identidad nacional. No fue así.
No había temor como el canadiense, pero tampoco detectamos grandes ventajas en
adoptar una posición similar. Tiempo atrás se decidió dejar abierta la frontera para la
importación de gran diversidad de materiales culturales y educativos.
En tal perspectiva, recuerdo momentos importantes, como fue el capítulo relativo
a la televisión. Los norteamericanos no permitían una inversión superior al 25% por
parte de los extranjeros. Nosotros nada. Fue poco el esfuerzo de liberalización que se
hizo. Fijamos un límite similar simplemente como “reacción espejo”. Otro ejemplo: en
el caso de los libros había estado abierto siempre y alguien propuso que se le fijara un
arancel a la importación.
Se acercaron los actores involucrados y la gente de Conaculta para decirme, oye, mucho cuidado para que no se vayan a encarecer los libros, sería catastrófico, porque sabemos
que se lee muy poco. Hubo un intenso “lobby”. Buscamos apertura y no proteccionismo.
Así que el capítulo cultural quedó fuera del tratado desde un principio. No se incorporaría y básicamente por la insistencia de los canadienses, sólo en lo relativo a la propiedad intelectual y los porcentajes de inversión en empresas. Nada que tuviera que ver
con el comercio. Hubiera sido muy raro pasar de un mercado libre a otro protegido.
LAS MEJORAS
[ 57 ]
Otro ejemplo. Para la industria cinematográfica significó enriquecer todos los insumos
tecnológicos que utilizan. Y por ende, ser más competitivos que antes. Lo que se me hace
rarísimo es decir que este sector lo queremos meter para instaurar el proteccionismo.
En ese sentido, el apartado de propiedad intelectual y de propiedad industrial se mejoraron mucho, con repercusiones en la innovación e inversión.
La apertura de la economía mexicana le ha dado al consumidor oportunidades muy
importantes. Es otro tema cómo se va conformando la actitud y la respuesta del consumidor al tener las opciones sobre una amplia gama de productos.
Respecto a la creación del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte
(scian), surgió sobre todo en virtud de que se tenía que armonizar la clasificación aduanera, la definición de las fracciones arancelarias y el grado de desagregación en cada
una de las fracciones arancelarias. Entonces más bien fue un tema aduanal que un tema
de decisión del inegi.
Entiendo que el scian dispersó las actividades culturales y las mezcló con áreas de
esparcimiento y deportes, por citar un segmento. Esto no se decidió en el tlcan. Ahí sí es
un tema de inegi. Me parece una magnífica idea que pudiera desagregarse de tal forma
que se creara un sector cultural.
Al evaluar estos 20 años de comercio trilateral, lo que aclaro permanentemente es
que no se sobrestime el efecto del tratado ni se subestime. No fue, no es una panacea; al
revés, nos ha exigido más trabajo, productividad y competitividad.
Se crearon expectativas muy grandes en torno a los efectos que tenía el tratado en
áreas que, como el caso de la cultura, no le correspondían al instrumento. Si hacemos
una evaluación de la negociación el resultado es muy bueno.
Finalmente, sobre la creación del Conaculta me parece que fue una medida muy
atinada y necesaria para el país. Tengo recuerdos muy gratos de esa iniciativa, porque
era una de esas decisiones que en aquella época eran refrescantes y, digamos, en el contexto de las economías modernizadoras.
TLCAN EN CUATRO TIEMPOS
Un pintor requiere, por ejemplo, comprar pigmentos, y de mejor calidad y larga duración. Estos son obviamente un producto extranjero. Hoy en día eso significa pagar más
[ 58 ]
del 100% del valor real del producto: llámese aduanas, impuestos, transportistas, etc.
Supongo que al efectuarse el tlc estos productos serán más baratos. Las ideas no pasan
aduana; más influidos y condicionados de lo que estamos, es poco lo que puede pasar.
Aníbal Angulo, artista plástico,
en revista Tiempo, 1991.
Hubo un descuido, lo que importaba era el mundo de la economía, recibir inversiones a
costa de cualquier situación que se produjera en el país, incluso en el campo de la cultura.
Víctor Flores Olea, ex presidente
del Conaculta, en el libro México, su apuesta
por la cultura, ediciones revista Proceso, 2003.
No hay información pública, detallada o transparente sobre los flujos económicos culturales entre las tres naciones. Sabemos que la industria cultural de los EE.UU. tiene
una enorme presencia en México. La presencia inversa es casi insignificante. La situación en Canadá es de correspondencia, no hay cultura mexicana allá, no hay cultura canadiense acá.
Jesús Galindo Cáceres, en la revista
Razón y palabra No. 70, 2009.
A partir del proceso que se impulsó en el salinato, obviamente salieron muchos importadores de la nada y de todo lo que les daba la gana.
Thomas Veerkamp, de Casa Veerkamp,
en Cultura y transición, 2012.
REFERENCIAS DE CONTEXTO
Hasta la entrada en vigor del tlcan, el inegi contó con la Clasificación Mexicana de
Actividades y Productos que registraba 9 sectores. Ninguno tenía que ver con la cultura.
En 1997, Estados Unidos, Canadá y México adoptan el scian. Se integra por 20 sectores que permanecen, con algunos cambios, hasta nuestros días. En esa primera versión
el Sector 71 se define como Servicios de esparcimiento culturales y deportivos y otros
servicios recreativos.
Justamente 20 años y días después, el 21 de enero de 2014, el inegi integró la Cuenta
Satélite de la Cultura en México 2008-2011. El sector cultural se encuentra disperso en
9 sectores y 103 tipos de actividades económicas, es decir, casi en la mitad del aparato
productivo, a saber números de clasificación 31-33, 43-46, 51, 53, 54, 61, 71, 81 y 93. Un
décimo “sector” se creó al medir la producción en los hogares. La aportación al PIB es
de 2.7%, alrededor de 379 mil millones de pesos al 2011.
Para la unctad, a cifras de 2008-2010, México es la primera nación exportadora
de América Latina de economía creativa con un monto 5,167 millones de dólares, más de
71 mil millones de pesos.
[ 59 ]
2
Subsector audiovisual
La política cinematográfica norteamericana
y el tlcan: mitos e historias verdaderas
Misha MacLaird, Ph.D.
Con base en una serie de reuniones entre políticos canadienses y mexicanos en Ottawa
y la Ciudad de México, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Canadá presentó un informe en 2004 en que afirmó que, para su país: “...México representa un efectivo
‘contrapeso’ a los Estados Unidos. Canadá y México comparten preocupaciones semejantes sobre la soberanía y muchas de sus perspectivas sobre la política exterior también se parecen. En esencia, [...] una relación fuerte y dinámica [...] permitiría que los
[políticos de los] dos países coordinaran sus aproximaciones a los asuntos de importancia para Norteamérica antes de entrar en conversaciones con su homólogo estadounidense. Esto permitiría que los dos países desarrollaran más efectivamente sus estrategias
comunes para Norteamérica”.1
Lo subyacente de esta afirmación es que tanto México como Canadá ocupan una posición desventajosa en cuanto a sus negociaciones con los Estados Unidos. Aunque los
dos representan mercados de gran importancia para el último, los intercambios comerciales entre ellos han sido mucho más débiles y los beneficios del acuerdo han sido considerablemente inferiores a lo esperado (o más exactamente, a lo prometido). Una década
después de firmar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), declarar
la necesidad de unir fuerzas y establecer acuerdos entre sí “antes de entrar en conversaciones con su homólogo estadounidense” revela el nivel de desencanto con el acuerdo.
México y Canadá se parecen mucho y tienen historias similares, lo cual se ejemplifica en la política cultural y la historia de la producción audiovisual en estos dos países.
Cada uno ha luchado durante más de un siglo con la cuestión de representar con una
1
“Mexico: Canada’s Other nafta Partner,” Report of the Standing Senate Committee on Foreign Affairs, v. 3, (Hon.
Peter Stollery, chair), Ottawa, marzo de 2004.
[ 63 ]
[ 64 ]
pluralidad de voces y perspectivas una realidad postcolonial y a la vez seguir retratando
una cultura nacional única, fuerte e integral para los públicos internacionales. De manera
paralela, ambos buscaban promover producciones audiovisuales propias con un atractivo lo suficientemente universal como para competir con la dominación estadounidense
de los medios masivos. Para los dos países, firmar el tlcan fue el acontecimiento principal dentro de una tendencia más general hacia la liberalización del comercio.
En cuanto a la industria cinematográfica, la implementación de políticas neoliberales
ha traído a la luz un debate político que, en términos sencillos, opone la privatización
(es decir, el cine como parte de la industria del espectáculo) a la subvención institucional
y el proteccionismo (o el cine como producción artística-cultural nacional). Estos dos
senderos hacia el desarrollo de la industria tienen metas propias y se alinean con modelos político-económicos opuestos. Hoy en día, una forma de subvención para la producción de cine existe tanto en México como en Canadá y en los dos países se busca un equilibrio entre los dos sistemas, es decir, crear una industria audiovisual económicamente
sostenible cuyos productos reflejen lo cultural e ideológicamente propio.
Sin emnargo, el problema para las dos industrias son las prácticas monopólicas o de
cártel que posicionan ventajosamente el producto de los grandes estudios de Hollywood
en la distribución y la exhibición. México y Canadá han desarrollado varias estrategias,
algunas exitosas, en su esfuerzo por fomentar sus mercados cinematográficos. Se han
enfrentado con obstáculos muy parecidos, pero en momentos diferentes y con parámetros políticos, económicos, sociales y lingüísticos bastante distintos. Un mejor entendimiento de las semejanzas y diferencias puede ser un punto de partida para fomentar
la comunicación entre los dos países y también para desmitificar los supuestos éxitos
y fracasos de cada uno.
EL PROTECCIONISMO CULTURAL Y LA PRODUCCIÓN
CINEMATOGRÁFICA EN CANADÁ
Para muchos en México, la ratificación en 1994 del tlcan representaba el respiro final
de una industria cinematográfica nacional ya moribunda durante muchos años (véase el
texto de Gonzalo Elvira en el capítulo 2 de este libro). Una percepción prevalente entre
los que trabajan en la industria cinematográfica mexicana es que el cine canadiense logró
evitar los problemas del monopolio hollywoodense gracias a la exención cultural que
incluyeron en su tratado con los Estados Unidos. Es cierto que en el tratado original
Canadá insistió en excluir las industrias culturales de la liberalización, lo cual permitió
que los legisladores continuaran desarrollando políticas proteccionistas, en forma de
subvención de la producción, regulación de la distribución y restricciones sobre la propiedad extranjera. Sin embargo, como explica Charles Vallerand (capítulo 1 de este libro), tener políticas proteccionistas no es lo mismo que ponerlas en práctica: “Si Canadá
utiliza [la exención cultural] para adoptar medidas que son incompatibles o contradictorias con el acuerdo comercial, los Estados Unidos se reservan el derecho de adoptar
medidas de represalias comerciales que tengan un valor equivalente”, tal como lo han
hecho con otros países con la especial 301. Vallerand nos recuerda el caso de las revistas,
cuando Canadá intentó usar impuestos para limitar la circulación de revistas extranjeras y los Estados Unidos impugnaron esta legislación, diciendo que violaba el acuerdo
de la Organización Mundial del Comercio. Cuando el proyecto impulsado es exitoso y
no contraviene ningún acuerdo comercial, los grandes estudios utilizan prácticas contrarias a la libre competencia y amenazan con la pérdida de su material a los exhibidores,
tal como sucedió en el exitoso proyecto de cine infantil de cine canadiense.
La exención cultural en el acuerdo entre los Estados Unidos y Canadá se ha convertido en una suerte de mito urbano entre los cineastas mexicanos, perpetuando la idea
de que los canadienses no se rindieron ante la presión de las negociaciones y así preservaron la soberanía de su cine nacional. Lo que casi nunca se menciona en las descripciones idealizadas de la industria de cine en Canadá es que el cine estadounidense ocupa
un 98% de las pantallas2 —casi similar a la situación en México.
El otro punto importante de entender es que Canadá no ha tenido una industria de
cine nacional para consumo popular al nivel de lo que ha existido en México. Los historiadores que han analizado el cine canadiense concuerdan en que en el siglo XX nunca se
estableció un sistema sustentable para la producción de largometrajes de ficción canadienses, mucho menos un espacio para la exhibición de producciones domésticas. Durante las primeras décadas del siglo xx, la meta principal del Canadian Government
Motion Picture Bureau (cgmpb) era atraer dinero al país, y no preocuparse por el contenido artístico de lo que se exhibía.3 El consenso de ellos fue que la producción de
2 David McIntosh, “Waiting for Hollywood: Canada’s Maquila Film Industry”, Canadian Dimension [revista en línea],
29 de octubre de 2008.
3 Christopher Gittings, Canadian National Cinema (Routledge, 2002), p. 78.
[ 65 ]
[ 66 ]
documentales de temas históricos y etnográficos funcionaron mejor, con el doble rol de
satisfacer el deseo de la sociedad civil de tener una cultura audiovisual nacional y también ser un bien exportable que promoviera el turismo, invitando al espectador a experimentar en persona las maravillas canadienses que vieron sobre la pantalla.4
Los primeros esfuerzos por establecer una política que apoyara la producción de
largometrajes de ficción fue en 1941, cuando el cgmpb se convirtió en el National Film
Board. El nuevo director del consejo, John Grierson, ya un documentalista establecido y conocido por haber criticado el cine de ficción por ser escapista y sin sustancia, no
dudó en declarar desde su nuevo puesto que en Canadá hacía falta una voz propia y que
en el cine no había “una presencia emotiva”;5 no obstante, su solución oficial fue recomendar a los cineastas que fueran a los Estados Unidos a producir películas canadienses en Hollywood.
En 1965, por fin se estableció una política específicamente para la producción de largometrajes narrativos, aunque las directivas del programa se enfocaban claramente en
crear un cine universal para imitar el estilo hollywoodense y poder competir dentro del
mercado angloparlante. Con el apoyo de este fondo, se produjeron varios largometrajes
que ahora se consideran los más importantes en la historia del cine canadiense. Desde
entonces, con los fondos para producción se ha podido establecer un reconocimiento
internacional para el cine de autor en Canadá (de directores como Atom Egoyan, Guy
Maddin, Deepa Mehta), aunque pocas películas canadienses se estrenan en salas de cine
a causa de la falta de control sobre la programación.
El espejismo discursivo que le permite al resto del mundo creer que la industria de
cine prospera tiene que ver en parte con el hecho de que un gran cantidad de películas se
han producido en Canadá, tanto el rodaje como la postproducción, pero no son necesariamente películas nacionales.6 Esto sucede gracias a los estímulos en forma de créditos
fiscales en las ganancias de productores canadienses; encima de lo que se ofrece al nivel
federal, las provincias compiten entre sí para ofrecer el crédito más atractivo. El resultado de esto es lo que el investigador David McIntosh llama una industria maquiladora
de producción hollywoodense en Canadá. En 2008, calculó McIntosh que: “Si se suman
4 Ibid.
5 Citado en Gittings, p. 79.
6 Para un excelente análisis del espectáculo discursivo de la industria cinematográfica en Canadá, véase Michael
Dorland, “Policy Rhetorics of an Imaginary Cinema: The Discursive Economy of the Emergence of the Australian and
Canadian Feature Film”, en Film Policy (Albert Moran, ed.), New York and London, Routledge, 1996.
todos los incentivos fiscales locales, provinciales y federales, más la subvención indirecta
gracias al valor inferior del dólar canadiense, una producción maquiladora típica con un
presupuesto de 43 millones de dólares estadounidenses podría reducir sus costos de por
lo menos 57% filmando en Canadá. Si aplicamos esta tasa de ahorro a la cantidad total de
gastos en producción maquiladora en Canadá en 2006, de un poco más de mil millones
de dólares canadienses, vemos que los gobiernos canadienses proporcionaron a la producción hollywoodense una subvención indirecta de 570 mil millones [de dólares].
Esta cantidad es más de diez veces lo que le repartió el gobierno federal en el mismo año
a la producción de largometrajes canadienses a través de su agencia de apoyo a la cinematografía Telefilm Canada”.7
Entre el resumen histórico y los datos más recientes se puede ver que la subvención
a la producción no es algo para causar envidia: tardó en llegar, apoyó de una manera poco
sustentable al cine nacional y sin embargo ha ofrecido exponencialmente más dinero de
manera indirecta al cine de Hollywood.
[ 67 ]
LA EXHIBICIÓN Y LAS RELACIONES EXTERIORES
Aparte de la subvención, la exención cultural debe de permitir también la implementación de leyes para regular la distribución y limitar la propiedad extranjera. Pero es otro
caso en que la legislación no coincide con la realidad. Desde su inicio, los exhibidores en
Canadá han manejado uno de los mercados más importantes para los grandes distribuidores estadounidenses. Aunque los cines se quedan en manos de dueños canadienses,
la política proteccionista no ha logrado cambiar el sistema, y la mayor parte de lo que se
ve en las pantallas viene, todavía, de Estados Unidos. Durante los años setenta, cuando
los cineastas que habían producido largometrajes no pudieron estrenarlos, el gobierno
canadiense, actuando cuidadosamente y sin ganas de complicar sus relaciones con los
majors, estableció un sistema “voluntario” de cuotas para los exhibidores. No es sorprendente que muy pocos cines optaran por hacerlo ni que tardaran poco en abandonarlo.
Aunque las respuestas a los problemas de la producción de cine tomadas por el gobierno federal a lo largo del último siglo generalmente han favorecido los intereses
7 David McIntosh, “Waiting for Hollywood: Canada’s Maquila Film Industry”, en Canadian Dimension [revista en
línea], 29 de octubre de 2008.
[ 68 ]
estadounidenses, la mayoría de las protestas e ideas radicales han salido de la provincia
de Quebec, tanto en establecer cuotas para el cine francófono canadiense como en proponer una ley de impuestos sobre las ganancias de las distribuidoras de Hollywood a
través de la exhibición en Quebec. En 1983, el gobierno quebequense propuso el proyecto
de ley 109, declarando que todos los distribuidores de cine en Quebec tenían que ser un
80% de propiedad canadiense y hacer negocios principalmente en Quebec, y además
que un 10% de los ingresos tenían que reinvertirse en el cine quebequense. Por supuesto,
la Motion Picture Association of America (mpaa) no aceptó esta propuesta, y cuando el
partido PQista perdió las elecciones en 1985, el proyecto de ley desapareció.8 Pero la iniciativa de Quebec logró llamar la atención al nivel nacional y en 1987 la secretaria de
comunicaciones Flora MacDonald intentó desarrollar legislación federal semejante en
Ottawa, que devolvería un 7% de los ingresos de distribuidores a la producción de cine
canadiense. En este caso, la oposición a la secretaria MacDonald llegó del entonces director de la mpaa y experto en cabildeo político, Jack Valenti. Bajo la presión de Valenti,
los políticos estadounidenses amenazaron con romper las negaciones del tlcan y la legislación no avanzó.9
Para los que conocen la historia reciente del cine mexicano, es una escena familiar.
En 2002, cuando intentaron implementar un estímulo fiscal que devolvería un peso por
cada boleto vendido en taquilla a los fondos de producción nacional, la respuesta del
mpaa fue una carta del señor Valenti al presidente Vicente Fox. En la carta Valenti amenazaba cordialmente con retirar toda inversión cinematográfica estadounidense de México, comentando casi con ironía que: “Es lamentable que algunas compañías integrantes
de la mpaa que participan en la coproducción y distribución de filmes mexicanos tanto
en México como en el extranjero, tal vez se vean forzadas a cancelar o posponer nuevos
proyectos ante la incertidumbre creada por la intervención gubernamental en las actividades de la industria fílmica en México”.10
Parecido al caso de las revistas canadienses, los majors apelaron esta legislación y se
declaró no constitucional en el 2005.
8 Carol Off, “The nafta Deal-Breaker?” (grabación auditiva de transmisión de radio), en The cbc Digital Archives
Website, Canadian Broadcasting Corporation (http://archives.cbc.ca/).
9 Gittings, p. 98.
10 Valenti, citado en Ericka Montaño Garfias, “Distribuidores de EU amenazan a Fox por el cobro de un peso en
taquilla”, en La Jornada, 20 de febrero de 2003.
Tanto en México como en Canadá, a lo largo del último siglo, una cierta falta de voluntad de parte del estado combina con las presiones de las relaciones con el vecino en medio para limitar las posibilidades de desarrollar las industrias cinematográficas a máxima
capacidad, al nivel comercial y al nivel creativo. Lo que queda claro, particularmente en
el caso de Canadá, son dos cosas: que las contradicciones entre las políticas culturales
nacionales y las políticas exteriores datan de mucho antes de los años noventa y que no
se resolvieron con una exención cultural. También queda claro que la recomendación
de Senado canadiense hace diez años de establecer diálogos entre estos países serviría
también a los cineastas y los políticos que apoyan el desarrollo de las industrias de cine
en estos países, para armar nuevas estrategias y evitar repetir la historia.
[ 69 ]
Los efectos del tlcan en el público del cine mexicano
Guillermo Vega Zaragoza
México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el
presidente… Debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer
el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados
Unidos. México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar puestos
importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un
centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros.
Robert Lansing, secretario de Estado del gobierno
norteamericano de Woodrow Wilson (1915-1920)
El Oscar que acaba de recibir Alfonso Cuarón como mejor director por su película Gravity
puede ser considerado como un triunfo cultural del Tratado de Libre Comercio de América del Norte para la industria cinematográfica... de Estados Unidos de América. Parece
casualidad que la carrera de Cuarón como cineasta haya empezado apenas unos meses
antes del inicio formal de las negociaciones del tlc, con Sólo con tu pareja, en 1991, y que
su segunda película, La princesita, fuera filmada en Estados Unidos y estrenada en 1995,
un poco después de la entrada en vigor del tratado. Pero no lo es. Su exitosa carrera como
cineasta es resultado de la situación histórica que determina las condiciones actuales
del ámbito cinematográfico y televisivo en México.
En los medios de nuestro país se discutió mucho si la película de Cuarón podía ser
considerada como “mexicana” nomás porque el director, los guionistas y el cinefotógrafo
tienen un águila devorando una serpiente en la portada de sus pasaportes. Gravity no es
mexicana —como sí lo es Y tú mamá también— porque Cuarón hace mucho que no piensa
como mexicano. O, por lo menos, a la hora de hacer películas no lo hace con una perspectiva mexicana. ¿Puede haber algo más alejado de lo “mexicano” que un filme sobre
astronautas?
[ 71 ]
[ 72 ]
Imaginemos cómo sería Gravity si la hubiera concebido y realizado desde una perspectiva mexicana. Para empezar, no la hubiera podido realizar nunca, simple y sencillamente porque no hubiera conseguido el capital para hacerla: costó 100 millones de dólares.1 Y no hay el capital porque el funcionamiento de la industria cinematográfica en
México está atrofiado, a pesar de que ocupamos el cuarto lugar en el consumo de boletos
en el mundo occidental, con 248 millones en 2013.
Aquí surgen dos preguntas: ¿qué vieron esos mexicanos que compraron 248 millones
de boletos y quiénes son los beneficiados con la gran cantidad de dinero que entra a las
taquillas de nuestro país?
Las cifras son contundentes. De acuerdo con el Anuario Estadístico del Cine Mexicano 2013 del imcine,2 el año pasado se estrenaron en nuestro país 364 películas, de las
cuales 101 fueron mexicanas, es decir, apenas 27%, mientras que las provenientes de
EE.UU. fueron 157, es decir, 43%. De Europa fueron 71 (20%) y de otros países 37 (10%).
Es decir, 73% del cine que se le ofrece al espectador mexicano es de un país diferente al
suyo, predominantemente de EE.UU. Sin embargo, aunque el cine mexicano ocupó 27%
del total de estrenos, sólo obtuvo 12% del total de asistencia, un poco más de 30 millones de boletos, del gran total de 248 millones. De los 11,860 millones de pesos que ingresaron por venta de boletos en 2013, 88% se fue a Estados Unidos y otros países.
Con lo que ganaron las películas nacionales en 2013 apenas alcanza para pagar 15% de
lo que costó Gravity (la cual ganó, por cierto, 714 millones de dólares, que es un poco
menos de lo que ingresó en la taquilla total de México en 2013: 895 millones). Una sola
película dirigida por un mexicano en Estados Unidos produjo casi la totalidad de los
ingresos de la taquilla del cine en México.
Pero supongamos que Cuarón es aún más cabrón que bonito y consigue, a lo mejor
no los 100 millones de dólares, pero sí una buena cantidad de dinero. El costo promedio
de una película de ficción en México es de 30 millones de pesos (2.27 millones de dólares), y que muchas películas mexicanas (67% de ellas en 2013) reciben apoyo del Estado
para completar su presupuesto. Y supongamos también que Cuarón adapta la historia
a una perspectiva mexicana: que en lugar de hacer un relato sobre los valores universales del coraje, la valentía y la redención, lo hace sobre la tragedia de una astronauta que
queda a la deriva en el espacio porque los funcionarios del gobierno y los empresarios,
1 Como consta en: http://en.wikipedia.org/wiki/Gravity_%28film%29
2 Se puede consultar en: http://www.imcine.gob.mx/media/anuario_2013.pdf
corruptos e ineptos por partes iguales, en contubernio para inflar los costos, usaron materiales chafas en la confección de la nave espacial, lo que causó la catástrofe de la que
nadie se hace responsable, y por supuesto, la astronauta no logra regresar a la Tierra y
tiene una muerte horrenda.
La verdad: ¿a quién le gustaría ir a ver una película así? ¿Y para qué gastar tanto en
efectos especiales, si en lugar de astronauta podría ser una conductora de convoy de la
Línea 12 del Metro de la ciudad de México? Y en lugar de Sandra Bullock la protagonista
podría haber sido Marthita Higareda, y en vez de George Clooney poner a Demián Bichir
o alguno de sus hermanos, si es éste no estuviera disponible.
¿Cómo fue que llegamos a esto? ¿Cómo era el cine mexicano antes del tlc, antes de
que Alfonso Cuarón se saliera del cuec porque quería hacer películas en inglés?
Todavía hoy se sigue suspirando por la “Época de Oro del Cine Mexicano”, y cada
año y al siguiente igual, se mantiene el sueño guajiro de que “ahora sí” la industria del
cine mexicano va a repuntar hasta llegar a las alturas de aquel entonces, y cada película mexicana que triunfa en taquilla se ensalza como “ejemplo del cine mexicano que los
mexicanos queremos ver”.
Hasta 1992, nos cuenta Víctor Ugalde en un ilustrativo estudio,3 el cine mexicano era
“una industria cinematográfica de potencial de producción medio, con una cadena productiva sana de alto consumo popular y estrecha comunicación con un público de escasos recursos económicos y educativos que se contactaba con más del 50% de la población”. Este modelo, llamado “popular” y que se inició en 1952, no era perfecto, pero
funcionaba. Generaba empleos y producía ingresos que se quedaban en el país y, sobre
todo, cumplía una función social fundamental: proporcionar entretenimiento accesible
al bolsillo de buena parte de la población, que podía identificarse con los personajes e
historias que veía en la pantalla.
Este modelo estaba dominado por los productores de cine, que eran los que establecían las reglas, los temas y las prioridades, a las que se supeditaban todos los demás
miembros de la industria. Desde luego, el Estado tenía el casi monopolio de la exhibición
a través de cotsa, pero la oferta cinematográfica era variada, se hacían películas de diversos géneros: comedia, drama, acción, aventura, musicales, infantiles... Había estrellas
3 Víctor Ugalde, “El caso México. Dos proyectos de industria cultural cinematográfica mexicana: Popular (19521992) versus Neoliberal (1993-2010). ¿Quién gana? ¿Quién pierde?”. Texto presentado en la mesa redonda “Políticas
públicas cinematográficas y sus resultados” en la Cineteca Nacional el 28 de agosto de 2010.
[ 73 ]
[ 74 ]
de cine, es decir, actores que por sí mismos representaban un imán de taquilla. No me
remonto a los tiempos de Pedro Infante, Cantinflas y María Félix, que siempre se mencionan, pero sí es necesario recordar que a finales de los ochenta existían La India María,
Valentín Trujillo, Rosa Gloria Chagoyán, los hermanos Almada, incluso Chespirito, y
todos los cómicos de las películas de ficheras y albures: Alfonso Zayas, El Caballo Rojas,
Luis de Alba, Rafael Inclán, hasta Gloria Trevi.
Esas películas populares, con guiones repetitivos, historias truculentas y cuestionables valores estéticos y de producción, correspondían a una sociedad educada en la
ideología conservadora, en los usos y costumbres políticas del nacionalismo revolucionario. Quienes las escribían, las producían, las actuaban y las veían pensaban de manera
semejante, compartían ilusiones, expectativas y visiones del mundo parecidas. De ahí
su identificación y su éxito.
No obstante, estas producciones convivían con cintas de directores que querían hacer otro cine, serio y artístico, que reflejara e hiciera crítica de nuestra realidad y que no
sólo entretuvieran, las cuales la mayoría de las veces eran subsidiadas por el Estado:
cineastas como Ripstein, Cazals, Gurrola, Hermosillo y todos ellos.
Sin embargo, a partir del cambio de modelo económico de sustitución de importaciones al de apertura comercial total y sin condiciones, el esquema del cine popular se
resquebrajó: el Estado se deshizo de los estudios y las salas de cine, el precio del boleto
dejó de formar parte de la canasta básica, los productores desaparecieron o se dedicaron
a otra cosa, los actores migraron a la televisión y el videohome, y el público de bajos recursos no tuvo más remedio que recurrir al video casero y la piratería, por lo que la industria
quedó a merced del capital privado, con lo que el cine mexicano se fue convirtiendo,
como resume Víctor Ugalde, en “una industria de producción media con una cadena
pervertida que sólo beneficia a los distribuidores norteamericanos y exhibidores de gran
capital al tiempo que arruina a los productores fílmicos y le encarece el acceso a grandes
estratos de nuestra población, lo que propició que a mediados de la década de los noventa estuviera a punto de desaparecer nuestro cine como industria cultural”.4
Este cambio de régimen económico correspondió también a un relevo generacional de la clase política nacional, formada ahora por egresados de universidades de Estados Unidos, formados en la ideología neoliberal (esos “jóvenes mexicanos ambiciosos”,
a los que se refería Robert Lansing a principios del siglo xx, que “harán lo que queremos,
4 Ibídem.
y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”). Totalmente desnacionalizados,
conciben cualquier dinámica social o cultural como un simple intercambio de mercancías donde debe dominar el criterio de la mayor ganancia económica, a costa de lo que
sea: los recursos naturales, el patrimonio cultural, la salud, la seguridad y el futuro de los
miembros de la sociedad misma.
En las condiciones de este modelo mexicano “neoliberal” de producción cinematográfica, la realización de una película es una labor titánica. No cualquiera soporta ni
puede sortear todos los obstáculos que implica filmar y proyectar una cinta en México.
Es necesario mucho amor al cine. Pero incluso, aunque se logre realizar la película, el cineasta y el productor se enfrentan al difícil reto de franquear el muro de la distribución y
la exhibición para lograr el objetivo fundamental: llegar al público y conectar con él.
Los distribuidores y exhibidores se quejan de que muchas películas mexicanas “no
cumplen con criterios de calidad mínima” (así lo dijo un ejecutivo de uno de los emporios
de la exhibición ante un grupo de trabajo de la Cámara de Diputados en 2011). Sin embargo, esos “criterios de calidad mínima” nunca han sido explicitados, aunque no se necesita ser un genio para inferirlos. “Criterios de calidad mínima” significa que “parezca
película norteamericana”. Es decir, que correspondan a las fórmulas genéricas del cine
hollywoodense: comedias románticas, acción, suspenso, musicales, terror incluso, pero
nada de violencia cruda, ni crítica social, ni “películas de arte” (whatever that means). Y,
a un nivel más profundo, este “criterio de calidad mínima” establece que en la medida de
lo posible se prescinda de actores con “tipo de mexicano”, sino que parezcan “gente
bien”: güeritos, guapitos, que hablen como si trajeran una papa en la boca y no como
“ñeros”, y si lo tienen que hacer, pues que lo hagan como si fuera película de Ismael
Rodríguez, como “peladito”, con cantadito y todo.
En el modelo anterior la oferta estaba dividida entre cintas “populares” y “serias”,
ahora lo está entre las películas “palomeras” y “las de arte”. Estas últimas son aquellas
que se refugian en el circuito de festivales nacionales e internacionales de cine, donde
arrasan con premios y reconocimientos, lo cual no es mérito suficiente para asegurar la
exhibición en su propio país. Algunas logran proyectarse varios años después de haber
sido estrenadas en el extranjero y en condiciones totalmente desventajosas: en pocos
cines de la periferia, en horarios imposibles, apenas durante un par de días.
Alfonso Cuarón —y junto con él Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro—
supo desde muy joven que las películas que quería hacer no las podría realizar si se
quedaba en México. Como le sucede a muchos compatriotas que emigran a Estados
[ 75 ]
[ 76 ]
Unidos, se embarcó en pos del American dream. ¿En qué consiste el dichoso “sueño americano”? En que si te esfuerzas lo suficiente, tienes paciencia y sigues las reglas, tarde o
temprano lograrás triunfar. Desde luego, son muchos los que lo intentan y se quedan
en el camino, pero Cuarón y sus amigos son la muestra viviente de que sí es posible. Todos ellos aprendieron las reglas a seguir: mostrar capacidad y talento, trabajar arduamente, hacerse de un nombre, contactar a las personas adecuadas, proponer películas
de acuerdo con los cánones hollywoodenses: historias universales, con finales felices,
protagonizadas por una estrella que sea imán de taquilla.
En México es muy difícil realizar un sueño así: casi siempre se termina convirtiendo
en una pesadilla. Simple y sencillamente porque no hay reglas, y si las hay nadie las respeta. O mejor dicho: la única regla es el interés del más poderoso, del que tiene el sartén
por el mango. No se trata de establecer relaciones de ganar-ganar, sino de joder-joder.
Y en el caso del cine mexicano el interés más poderoso es el de las empresas norteamericanas y sus socios mexicanos.
¿Por qué a las películas mexicanas les cuesta tanto trabajo hacer contacto con el
público nacional? Porque al cambiar la industria cinematográfica junto con el modelo
económico del país, también cambiaron los que hacen cine y los que lo ven. El imaginario
colectivo se ha transformado radicalmente. Si una de las funciones del cine es reflejar
los sueños, las ilusiones y las esperanzas de una sociedad, lo cierto es que hoy la aspiración de muchos de los mexicanos que hacen y ven cine es ser como los norteamericanos. A muchos mexicanos no les gusta ser lo que son y, por lo mismo, tampoco les gusta
verlo en el cine.
En la revista cine toma, Mariana Cerrilla5 hace una radiografía del actual espectador de cine en México. Mientras que hace 20 años eran las clases populares las que asistían a las salas, gracias al bajo precio del boleto y a la oferta más variada de películas
nacionales, hoy el espectador promedio actual de cine en México es de alto ingreso,
joven y con educación media o universitaria.
Estamos ante un público que ha crecido viendo películas norteamericanas en su gran
mayoría, que a diferencia de sus padres vivió en un entorno más permisivo, con acceso
a internet, videojuegos y televisión por cable. Es un espectador transnacionalizado o,
para decirlo con la jerga actual, globalizado. Su manera de entender el cine, la forma en
5 Mariana Cerrilla Noriega, “Radiografía del espectador del siglo xxi de cine en México”, Cine toma, núm. 33, ene-
ro-febrero 2014.
que se cuentan las historias y la estética visual que prefiere son eminentemente norteamericanas. Todo aquello que salga de tales parámetros será rechazado y considerado
como “malo”, “naco” o “feo”. Por eso no extraña la gélida respuesta a El crimen del Cácaro
Gumaro, de Andrés Bustamante, plagada de guiños y referencias al cine mexicano, que
simple y sencillamente deja impávidos a los jóvenes espectadores, que en cambio sí llenaron las salas para ver Nosotros los Nobles, una comedia eficaz que hace escarnio de la
clase a la que pertenece o cree pertenecer el espectador promedio. Los ridículos, los arribistas y los pendejos siempre son los otros.
Por otra parte, el éxito de la película de Eugenio Derbez, No se aceptan devoluciones,
es paradójico pero explicable. Además de los grandes recursos publicitarios con los que
contó, el público acudió a ver la película por la popularidad televisiva del actor y también
director. Personas que ya no iban a las salas y menos a ver cine mexicano, pagaron su
boleto y la convirtieron en la película más taquillera de la historia del cine nacional. Derbez es lo más parecido que tenemos a una estrella de cine: es una estrella de la televisión,
o con mayor precisión, de Televisa. Sus programas hechos hace más de diez años se siguen transmitiendo con regularidad. Los mecanismos de su comicidad se encuentran
pavlovianamente instalados en el inconciente de los espectadores. A la película sólo le
hacían falta las risas grabadas.
El 2013 fue un año atípico, debido a este supuesto “repunte” del cine mexicano en
la taquilla, con 12% de la asistencia total nacional, y en la producción de películas nacionales, con 126 largometrajes, que ha sido la más alta desde 1959. Desde luego, esto no
quiere decir que todas tengan asegurado su estreno y mucho menos que se vayan a convertir en éxitos de taquilla, pero son signos de que algo se está moviendo. ¿Estaremos
cumpliendo por fin en el cine el anhelado sueño de Robert Lansing: dejar de pensar
como mexicanos para pensar más gringo que los propios gringos?
[ 77 ]
A 20 años del TLCAN
¿Qué pasó con la industria cinematográfica mexicana?
Gonzalo Elvira Álvarez
Mucha gente de mi edad se pregunta: ¿cómo está la industria cinematográfica a 20 años
de la firma del tlcan? ¿Hay industria? ¿Existe sólo el sector comercio? ¿Crecimos? ¿Empeoramos? Las generaciones educadas por el tlcan, es decir las nuevas generaciones
que ahora tienen 14 años no se preguntan, creen que siempre ha sido así la vida.
La respuesta es muy sencilla. No pasó nada a favor y sí todo en contra, o casi. Es más, a
pesar de los grandes avances tecnológicos que impulsaban la democratización y la inclusión en la expresión audiovisual se retrocedió gravemente. El cine se volvió elitista.
Algunos cineastas jóvenes afirman que ya no hay industria cinematográfica mexicana,
que somos consumidores del imaginario de Norteamérica. Yo no coincido con esto último
y paso a explicarme.
Hace más de 20 años teníamos una industria que capitaneaba la creación fílmica nacional y formábamos parte de los países de mediano desarrollo económico con una industria cinematográfica fuerte. Ahora dudamos de que exista realmente una industria nacional pero somos un país gran exportador de regalías por consumo de cine y audiovisuales.
Esto se debe a que en realidad los productores nacionales somos unos parias dentro
de nuestro propio país. Hoy la nave la capitanean las empresas transnacionales de origen
norteamericano y el gran capital de las grandes empresas de la comunicación: los comerciantes del producto audiovisual (exhibidores, televisoras, servidores, etc.). Campea el
lucro que genera el cine por encima de los contenidos y sus posibilidades expresivas.
El cine es más que dinero, el cine es una industria cultural.1 ¿Cómo se debe de entender esto?
1 Se considera industria cultural a medios gráficos e impresos; medios visuales; medios sonoros; medios audiovisuales; “industrias de edición discontinua” (libro, disco, cine, video); las “industrias de producción y difusión
continua” (prensa, radio, televisión), las “industrias de soporte” (equipos e insumos), a las que pueden agregarse
[ 79 ]
[ 80 ]
Es una expresión artística que para existir necesita de gran capital y de una gran
infraestructura para que esta expresión se ponga en contacto con el gran público. Se
necesitan servicios a la producción, escritores, directores, productores, distribuidores y exhibidores en sala, dvd, televisión y ahora, desde el siglo xxi, internet.
México contó con una gran infraestructura desde los años cuarenta, pero desgraciadamente ahora esa infraestructura está al servicio de la difusión del pensamiento ajeno, es decir del pensamiento americano. En los últimos cinco años nuestras películas
apenas se conectaron con 5% de los ciudadanos mexicanos y en la televisión apenas con
15%. Estamos formando mexicanos que sólo saben lo que cuenta EE.UU. en sus filmes
e ignoran el imaginario mexicano.
Antes de la firma del tlcan el cine mexicano se contactaba con más de 40% de la
población. Teníamos en los ochenta una producción de 82 películas de largometraje al
año en promedio y otro tanto de películas para consumo exclusivo en video. El Instituto
Mexicano de Cinematografía (imcine) o las empresas estatales y paraestatales que lo
precedieron sólo producían siete películas anuales en promedio. El cine popular campeaba y el cine de clase media estaba muy desatendido.
La producción nacional se financiaba mayoritariamente con recursos de la iniciativa
privada gracias a los ingresos obtenidos en las salas del sur de los Estados Unidos de
Norteamérica y de nuestro país. Ingresos a los que hay que agregar la reactivación del
archivo fílmico nacional gracias a sus ventas en video.
En ese entonces más del 80% de las inversiones privadas en la producción mexicana se alcanzaba a recuperar en el mercado nacional y se obtenían ganancias con los
ingresos del sur de los EE.UU. En Estados Unidos se exhibían más de 60 películas gracias a que teníamos dos distribuidoras y existían cadenas de teatros exclusivamente para
cine mexicano.
Todo esto, al tiempo que nuestra distribuidora mexicana se peleaba por el mercado
nacional con el monopolio disfrazado de cártel de la mpaa.2
las “industrias de contenidos” —destinadas a proporcionar los insumos simbólicos e intangibles que serán trasladados a soportes para su conversión en mercancías tangibles.
2 Motion Picture Association of America (mpaa, Asociación Cinematográfica de Estados Unidos), llamada originalmente Motion Picture Producers and Distributors Association of America (Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de Estados Unidos), es una asociación industrial sin ánimo de lucro con sede en los Estados
Unidos que se constituyó para velar por los intereses de los estudios cinematográficos. sony, Columbia, Warner, Fox.
EN LA DISTRIBUCIÓN
La Compañía de Interés Público, Películas Nacionales, distribuía más de 90% del cine
mexicano. La presidía un representante del gobierno pero las decisiones importantes
las tomaba su Consejo Directivo, conformado por productores cinematográficos privados. En ese tiempo el cine mexicano aportaba el 25.96% del total de los estrenos del año,
pero sus ingresos representaban mas del 40% del mercado. La ciudad de México representaba un 20% de los ingresos totales de un título y el 80% restante se obtenía en las salas de provincia. El 50% de los ingresos de esta distribuidora provenían de las empresas
estatales Cotsa y afiliados, y el 50% restante de los 1,600 pequeños exhibidores independientes. El cine mexicano se veía en 2,300 ciudades.
Las empresas norteamericanas agrupadas en la mpaa, es decir los grandes estudios,
aportaban 38.14% de los estrenos del año y captaban 33.01% de los ingresos. Los títulos
más exitosos se estrenaban con diez o hasta 25 copias.
El 29% restante del mercado le correspondía a unas 60 distribuidoras pequeñas y
medianas que aportaban 101 estrenos del resto del mundo y obtenían 30% de los ingresos
del mercado aproximadamente.
De los 358 millones de espectadores que asistieron al año en promedio, más de 170
millones consumían cine mexicano.
Como acto previo a la entrada en vigor del tlcan, primero desaparecieron las empresas gubernamentales de distribución en el extranjero, por lo que empezaron a caer
las ventas de nuestro cine en EE.UU. Se pasó de un modelo de control de productores
a uno de exhibidores.
En el país, debido al incremento constante del precio por encima de la inflación, se
inició una caída sistemática en la asistencia, factor al que se sumó al efecto que provocaba el incremento general del costo de la vida.
EN LA EXHIBICIÓN
Las empresas exhibidoras de propiedad estatal (Compañía Operadora de Teatros y Cinematográfica Cadena de Oro) incumplían su función de exhibir todo el cine mexicano
en más del 50% de su tiempo de pantalla disponible, tal y como lo establecía la ley de
cine vigente. A pesar de lo anterior la empresa estatal estrenaba todo nuestro cine con
[ 81 ]
[ 82 ]
un promedio de 71 películas mexicanas de un total de 325 cintas al año. En números
cerrados, en Cotsa y Afiliados se programaba 38.6% de cine mexicano, reduciéndose este
porcentaje en las grandes ciudades e incrementándose al cien por ciento en las ciudades
pequeñas y medianas.
La balanza de pagos cinematográficos era deficitaria o positiva en más o menos un 40%.
El producto extranjero se ofrecía al mismo precio que las nacionales, lo que equivalía a una práctica cotidiana de dumping.
Las empresas de televisión no apoyan la difusión, el crecimiento y la recuperación del
cine mexicano. Sólo Televicine anunciaba el cine mexicano con el propósito de competir ventajosamente contra la compañía Películas Nacionales. En ese entonces existía
una gran comunicación con la mayor parte de la población. Existía una gran diversión
incluyente que atendía a los más desprotegidos económicamente. Había un alto número
de inversiones y empleo, la balanza de pagos era más equitativa y existía una gran captación de impuestos tanto por la exhibición como por la exportación de regalías y la introducción de material extranjero. Además, claro está, que era muy grande la circulación del
imaginario nacional en México y en el mundo.
Sin embargo los administradores cinematográficos neoliberales daban los primeros
pasos para desincorporar las empresas públicas cinematográficas. Se maltrataba al público, se subían los precios por encima de la inflación, se descuidaban los inmuebles y los
recursos de cotsa fungían como la caja chica del gobierno. Las empresas públicas se colmaban de aviadores, quienes eran liquidados y vueltos a contratar. El saqueo de los recursos públicos era cosa cotidiana.3
El paso de un modelo a otro. La transición dolorosa
A principio de los noventa, el vicepresidente para América Latina de la mpa comentó
públicamente en el Festival de Cancún que estaban negociando una reforma a la Ley de
Cine Mexicano con el ejecutivo salinista. Entre otras cosas, pedían que se eliminara el
50% del tiempo de pantalla, se permitiera la libre importación de cintas extranjeras
3 Las empresas de participación estatal que hicieron posible la existencia de nuestro cine son: Estudios Churubusco Azteca S. A., Estudios América S. A. Procinemex, Arsuna, Películas Mexicanas, Cinematográfica Mexicana Exportador, Publicidad Cuauhtémoc, cotsa y Cinematográfica Cadena de Oro. Compañía Películas Nacionales S de RL
de IP de CV., empresa distribuidora que aglutinó a todos los productores de películas mexicanas por más de 40 años.
eliminando aranceles y se liberaran los controles sobre los precios de admisión. Todo
esto y más se les concedió mientras que a los mexicanos no se nos escuchó ni se nos atendió. Menos se nos defendió. Así empezaron los gobiernos al servicio de los grandes consorcios de la comunicación transnacional y nacional. En un abrir y cerrar de ojos se reformó la ley y se le quitó al gobierno la obligación de impulsar esta industria dejándola a
merced de las fuerzas del mercado. Se vendió, extinguió o fusionó a las empresas fílmicas
ineficientes mientras año con año se reducía en términos reales los presupuestos al
cine y a la cultura.
Los efectos del tlcan: ¿Hay industria o no?4
En sólo 20 años el tlcan propició una caída en la producción fílmica mexicana superior
al 47%. Se pasó de 82 a 44 largometrajes en promedio anual, mientras la población crecía en un 40%, ya que se pasó de un crecimiento poblacional de 75 a 114 millones.
En sentido contrario a la liberalización del mercado se obligó al gobierno a incrementar sus inversiones en la cultura cinematográfica, lo que permitió incrementar su producción fílmica en un 233%, que ya que pasó de un promedio de siete filmes en 1997 a
126 largos al año en el 2013. Desgraciadamente no tiene propiedad ni conducción del
destino de los filmes que apoya.
La iniciativa privada fue descapitalizada, por lo que bajó su participación en la producción fílmica en un 82%, pasando de 75 largos al año a sólo 14.
EN LA PRODUCCIÓN
En la primera década del siglo xxi se filmaron 44 largometrajes en promedio anual. De
estos, el 68.9% recibió apoyo gubernamental para su concreción, vía el imcine, los fideicomisos o el acreditamiento establecido en la ley del isr.
La iniciativa privada produjo sólo 14 largos al año exclusivamente con sus recursos.
Se redujo la oferta general de cintas exhibidas en un 29.6%, ya que se pasó de 358
estrenos a sólo 252 títulos al año.
4 Información tomada de diversos artículos de Víctor Ugalde.
[ 83 ]
Las cintas mexicanas estrenadas pasaron de 71 a sólo 25 anualmente, es decir 65%
menos; sin embargo, ya en los dos últimos años estamos cerca de los 100 filmes.
Se redujo el número de espectadores en un 56%, ya que se pasó de 358 millones a 158.4
millones anuales en promedio. Sin embargo, en los últimos años ya asistieron 258 millones.
El cine mexicano ya no se comunica realmente con su público en las salas de cine,
ya que pasó de una asistencia anual de 170 millones a sólo 10.9 al año, lo que equivale a
una caída de 93.6%. También existió un incremento extraordinario en el 2013 con 30
millones, pero la tendencia indica que el cine mexicano seguirá siendo marginal en la
próxima década.
Se produjo una hiperinflación en el sector fílmico y el costo promedio del filme se
incrementó hasta el millón y medio de dólares, es decir un 1400% más.
La iniciativa privada produce poco con recursos propios al ciento por ciento y la mayor parte de los productores depende de la política de apoyo gubernamental.
[ 84 ]
EN LA DISTRIBUCIÓN
Se estrenan en la República Mexicana un promedio anual de 252 películas, de las cuales
25 fueron mexicanas, lo que representó el 19.96% del total de los estrenos. El modelo
de explotación se convirtió en intensivo. El número de copias promedio con que se estrenaron las cintas mexicanas fue en aumento, llegando en el 2009 a 103, es decir cuatro
veces más que en los ochenta. Mientras que los filmes norteamericanos utilizaron 227,
es decir diez veces más que 20 años atrás. Esto propició que 82.25% de la oferta del año
fuera de origen gringo y sólo 9.15% mexicano, dejando 8.60% de las copias para 26.24% de
los títulos mundiales.
Esta situación es inequitativa y desventajosa e inhibe una verdadera competencia
por el público entre las 42 empresas distribuidoras. Modelo concentrador que avanza
año con año y representa un lento pero efectivo avance del dominio norteamericano en
México. Para el 2013, con sólo cinco títulos norteamericanos se satura 89% de las pantallas del país.
Perdimos el subtitulaje y ahora nos exhiben cada día más en versión doblada al español las cintas norteamericanas, lo que logra agilizar el consumo de sus filmes al
tiempo que se propicia y facilita la identificación con otras formas de pensar y no con
las propias.
Esto propició que las cintas mexicanas sólo obtuvieran 10,540,428 espectadores, un
6.21% de los asistentes a los estrenos, mientras los norteamericanos acapararon la oferta
por medio de la saturación de salas para eliminar a su competencia.
Con este tipo de prácticas se reforzó la visión unipolar norteamericana y se mantiene,
entre los espectadores, como principal aspiración el “american way of life”.
La cadena productiva favorece a los exhibidores y arruina a los productores. Estos
aceptan esas condiciones por su dependencia y la nula capacidad del gobierno para mejorar las condiciones de exhibición.
No hay ventas sistemáticas en el extranjero. Ni política de apoyo a través de instituciones gubernamentales al nivel de las necesidades de la industria.
Se acabó con la censura gubernamental, pero se vive la censura empresarial en casi
todas las etapas de la cadena productiva.
Las exhibidoras no estrenan toda la producción nacional, sólo en el D. F. se alcanza
el mayor número de títulos y muchos de éstos no alcanzan a estrenarse en la República
Mexicana. Se programa mal el cine mexicano y lo canibalizan entre sí.
La política actual de exhibición sólo le resta opciones a los consumidores saturando
los complejos con varias copias de un mismo título y ofertando el resto en pocos horarios y días.
La balanza de pagos cinematográficos es deficitaria en más del 95% año con año.
Uno de los grandes perdedores fue la Hacienda mexicana, ya que el gobierno mexicano eliminó los aranceles de importación y redujo las la captación tributaria. Los
tratados de doble tributación evitan que se pague impuestos en el país, así que son
pocos los ingresos fiscales que dejan las empresas distribuidoras y exhibidoras al desarrollo nacional.
Las cintas extranjeras de gran costo en su producción se ofrecen a precios dumping
poniendo en amenaza de daño serio a la producción nacional. Las distribuidoras del
cine mundial compran cintas a cinco o diez mil dólares y desplazan nuestros productos
de alta inversión nacional. En las condiciones actuales sólo un 10% de las cintas mexicanas se recuperan totalmente y un 30% alcanzan a recuperar una mínima parte. El resto
pierde sin remedio.
Las prácticas contrarias a la libertad de comercio ejercida por los distribuidores
y exhibidores dominantes ponen en competencia ruinosa las inversiones nacionales.
No se cumple la ley de cine, sobre todo en la posibilidad de la garantía de estreno por
una semana en todas las plazas. Se excluye del consumo al 72% de los mexicanos según
[ 85 ]
unos economistas y, según otros, este fenómeno llega hasta 92%. El modelo actual es
excluyente y elitista.
Cada día que pasa cierran pequeñas y medianas empresas en los tres sectores de la
cadena productiva (producción, distribución y exhibición).
Los empresarios de la distribución y la exhibición prefieren ganar por el alto margen
de ganancia que por el volumen de la demanda.
Se margina la propuesta estética audiovisual e ideológica de la nación al reducirse la
exhibición y la oferta de butacas al público consumidor. Situación que se vuelve intensiva al reducirse la capacidad de las minisalas y concentrar las salas en unas cuantas
zonas, estados y ciudades.
EN LA EXHIBICIÓN
[ 86 ]
El costo del boleto de admisión siguió su camino ascendente por arriba de la inflación;
sólo a partir del 2012 se ha reducido ligeramente su crecimiento.
El fenómeno de concentración del mercado continuó estrechándose y sólo quedan
dos empresas exhibidoras (Cinépolis-Cinemex/Multimedios y Cinemark). Éstas controlaron en el 2013 el 96.60% de los ingresos totales y 95.66% de los asistentes.
Ellos concentran 5,072 de 5,540 minipantallas que se agrupan en 604 complejos comerciales ubicados en las zonas urbanas de 151 ciudades, dejando sin opciones de este
tipo de diversión a la mayor parte de los habitantes de las pequeñas y medianas ciudades
de la República. Por lo alto del costo del boleto se ha eliminado de sus salas a más del
72% de los habitantes del país.
Las empresas exhibidoras se quedan con el mayor porcentaje de lo que se obtiene en
la taquilla, dejándole un porcentaje muy pequeño al productor y por esto están en riesgo
de quiebra de forma permanente.
Sólo en la ciudad de México se estrenaron 99 cintas mexicanas, pero en 50% de los
estados nacionales apenas alcanzaron a exhibirse 25 estrenos. Aunque no se crea, sólo
nueve cintas nacionales se exhibieron en todo el país. El 60% de las películas mexicanas
no alcanzaron a exhibirse en más de 20 estados y 30% en menos de diez entidades. En
estados como Colima, Nayarit y Tlaxcala no alcanzaron a verse más que un máximo de
20 películas mexicanas.
CONCLUSIÓN
Actualmente hemos recuperado un buen nivel de producción, gracias a las políticas
públicas y el abaratamiento de la tecnología, pero todos somos pequeños empresarios y
sufrimos los embates del modelo concentrador que privilegia a las grandes corporaciones.
Por ello la dominancia y preponderancia de las grandes corporaciones transnacionales en la distribución y exhibición no le permiten contar con una economía cinematográfica sana. Las empresas nacionales siempre están amenazadas con su extinción por
amenazas de daño serio y competencia ruinosa. Mientras no acotemos esto, no tendremos industria.
Debemos pelear porque nuestro gobierno abra el tlcan y saque las empresas culturales como el cine y hacer una reserva para que nuestro cine sea más fuerte y fructífero
cada día.
En tan sólo 20 años se consolidó una visión unipolar del mundo y se redujo la comunicación con el imaginario del mundo.
[ 87 ]
Jodidos y dependientes: 20 años de efectos del tlcan
en la industria cultural cinematográfica
Víctor Ugalde
Después de 20 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con América
del Norte (tlcan), no hay lugar a dudas, en el mundo occidental sólo hay un ganador y
estos son los grandes corporativos de los Estados Unidos de Norteamérica, más comúnmente conocidos como transnacionales o multinacionales de aparente capital mundial
pero dominados por la forma de ser y el financiamiento norteamericano, empresas que
son lideradas por los grandes estudios norteamericanos agrupados en el Film Board o
más comúnmente conocidos como la Motión Pictures Asociatión (mpa).1
Dentro de las industrias culturales del cine y del audiovisual, los integrantes de la mpa
lograron salir triunfantes y dominantes con su proyecto ideológico, económico y político. Todas las cinematografías occidentales vieron reducir su presencia y comunicación
con su público y el resto del mundo a pesar de que las nuevas tecnologías impulsan la producción masiva y acercan la expresión audiovisual a las mayorías; sin embargo, todos los
países vieron reducir, en términos reales, la circulación de su imaginario, empobreciéndose con esto las culturas del mundo y campeando libremente la visión norteamericana
al amparo del libre comercio que impone la versión unipolar estadounidense.
De poco importó el camino que siguieron las cinematografías del mundo para su defensa, protección y desarrollo, y mucho menos los caminos disímbolos que siguieron
1 Motion Picture Association of America (mpaa, Asociación Cinematográfica de Estados Unidos), llamada originalmente Motion Picture Producers and Distributors Association of America (Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de Estados Unidos), es una asociación industrial sin ánimo de lucro con sede en los Estados Unidos
que se constituyó para velar por los intereses de los estudios cinematográficos en el mundo. Sus miembros son los mayores estudios de Hollywood: Buena Vista (The Walt Disney Company), Sony Pictures, Paramount Pictures (Viacom,
que compró DreamWorks en febrero de 2006), 20th Century Fox (News Corporation), Universal Studios (nbc Universal), Warner Bros. (Time Warner) y Columbia Pictures. También es conocido como el Film Board y cuenta con más de
2,000 empleados para informar día a día sobre todo aquello que pueda afectar los intereses de sus representados.
[ 89 ]
[ 90 ]
tanto Canadá como México, célebres signatarios del primer Tratado de Libre Comercio;
ambos se pueden considerar como los grandes perdedores en materia económica, cultural y política.
No importó el camino que escogieron para la defensa de sus industrias culturales.
En sólo dos décadas los dos socios comerciales de EE.UU. concluyeron casi de forma
idéntica. En el siglo xxi las pantallas de cine, televisión e internet le pertenecen a Estados Unidos, sus producciones saturan la oferta cultural y los públicos se educan audiovisualmente al ritmo de la expresión norteamericana. Los dos países producen mucho
pero los dos sufren para que su producción logre contactarse con su público y sufren aún
más cuando pretenden que su cultura, reflejada en el audiovisual, establezca lazos con las
culturas del mundo.
A través del dominio económico y político de la cadena productiva, las grandes transnacionales siempre utilizan prácticas contrarias al libre comercio, que tanto pregonan
pero que poco practican, estos conglomerados de la comunicación han logrado imponer
su visión unipolar del mundo mediante el dumping, la presencia dominante la preponderancia y un largo etcétera de prácticas anticompetitivas que nadie se atreve a frenar por
desconocimiento, complicidad o miedo. Véanlo en los usos y costumbres de los ciudadanos de la segunda década del siglo xxi, la moda, la forma de vida, las aspiraciones de los
habitantes de diversos países, sean del primero, segundo, tercer y cuarto mundo. Todos aspiran en términos generales a lo mismo.
Con esta posición dominante en la cadena productiva han logrado expulsar el imaginario de los países sedes y acotar mediante la saturación de la publicidad y el mercado
la competencia y con ello la circulación del imaginario del mundo.
Desde hace más de 20 años, pero especialmente más en estos últimos, su visión del
mundo expresada a través de las imágenes en movimiento ha venido permeando cotidianamente el pensamiento de las nuevas generaciones de ciudadanos consumidores,
ya no ciudadanos de plenos derechos. Estos consumidores saben más del modo de vida
de los estadounidenses que sobre su país y la mayor parte de éstos son acríticos. El dios
dinero es el único fin a perseguir. La avaricia es virtud y no importa cómo se obtenga el
bienestar, cuando sólo hace unos años era un pecado mortal.
Atrás se quedó el pensar en el desarrollo de la sociedad, la solidaridad, la ecología y
un largo y distorsionado etcétera. Por un ciudadano consciente tenemos nueve que
quieren vivir y consumir como los países metropolitanos sin importar las consecuencias
globales o sociales, aunque sus realidades sean altamente contrastantes con sus sueños.
Las empresas dominantes del audiovisual y la cinematografía, con su propuesta
estética e ideológica que le permite dar trabajo a muchos de sus connacionales, han
logrado dominar la cadena productiva, lo que les produce pingües ganancias por su
comunicación pública en las salas, en la venta y renta de dvd y Blu-Ray, por la televisión abierta, restringida y por cable, así como ahora por la red. A esto agréguense los
productos consumibles que impulsan a través de sus imágenes en movimiento, así como
las sinergias económicas de los productos de sus conglomerados.2
Como si esto no fuera suficiente para marcarlos como dominantes —ahora preponderantes según nuestra pésima Ley de Competencia Económica—, saturan las posibilidades y dominan el espectáculo con grandes producciones espectaculares que impiden
la competencia por la diferencia de tamaño de sus mercados y porque éstos están dominados por prácticas anticompetitivas.
Si esto no fuera suficiente, súmenle los beneficios fiscales que lograron dentro del
2 En el campo de grandes empresas de alcance global: Time Warner y News Corporation, ambas bien representadas en la oferta multicanal del cable y satélite, pero además con fuerte presencia en otro ámbito muy vinculado al
principal objeto de estudio: el cine. Time Warner se fusionó con aol, America On Line, gigante en la provisión de servicios de internet. Previamente, Time Warner ha vivido una corta pero no menos importante asociación, en 1996, con
Turner Comunication, de Ted Turner, referente de señales televisivas de contenidos en el mundo. Time Warner ha
aportado un gigantesco sistema de cable en Estados Unidos, con trece millones de suscriptores, con principales emplazamientos en Nueva York, Cincinnati, Rochester, Lousville-Jefferson y Hampton Roads; los estudios Warner; las revistas
Time, Sports Illustrated y People y señales de pago como Warner, hbo y todas sus variantes. Por su lado, Ted Turner aportó
sus exitosas señales cnn, hoy en sus versiones Headline News, International, Financial News, Sport Illustrated, Airport
Network en Español, etc.; Cartoon Network y tnt a las que luego se sumaron axn, E! Entertainment y Mundo A&E. Es
relevante la participación de este conglomerado en la producción de películas para su presentación en el circuito integrado por cines, videoclubes, señales premium, televisión por abono y de recepción libre.
En Estados Unidos, News Corporation lanzó la cuarta gran cadena televisiva generalista: Fox Televisión Network,
con 23 estaciones en todo el territorio, señal que rápidamente ganó adeptos, especialmente en las jóvenes generaciones.
Posteriormente, el proyecto Fox se extendió a la televisión para abonados con sus señales Fox Kids, Fox Sports y Fox
News, este último para competir con el canal de noticias de su rival Ted Turner. En tiempo reciente Murdoch adquirió
a la empresa Chris-Craft en Estados Unidos diez cadenas regionales de televisión con estaciones en Nueva York, Los
Ángeles, San Francisco, Minneapolis-St. Paul, Phoenix, Orlando, Portland, Baltimore, Salt Lake City y San Antonio. En
Italia, entre otros casos, News Corp. es propietaria de Stream, una de las dos plataformas satelitales, cuyo fracaso en la
fusión con Telepiú de Vivendi ha sido reciente. News Corp. es además propietaria de la 20 Century Fox, una poderosa
empresa cinematográfica que imprime notables sinergias con las otras empresas del conglomerado, siendo importantes
ejemplos las series-películas-revistas-libros-merchandising, como “Los Expedientes X” y “Los Simpson”. Los éxitos
más recientes están marcados por la saga de Star Wars. El proyecto Sky de televisión satelital cuenta en Latinoamérica
con los socios nacionales más poderosos en México y Brasil, Televisa y Globo; naciones donde supera en forma cómoda
la penetración de Direct TV, liderada en su momento por la industria de satélites Hughes Comunications, también constituido en objetivo de adquisición en las estrategias de compra del conglomerado liderado por Murdoch, quien aspiraba a la fusión de los dos gigantes de la distribución satelital. En Sky, Murdoch está asociado a Liberty Media (ex tci).
[ 91 ]
tlcan. Les rebajaron y eliminaron los impuestos federales, locales y municipales, por
ejemplo el que se conocía como Impuesto sobre Espectáculos Públicos, que actualmente anda en tasa cero. Se le permitió transferir el iva al público, lo que incrementó
en más de 8% sus ganancias, y se eliminaron diversos impuestos que ellos consideraban
como carga fiscal. Además, el tratado para evitar la doble tributación permite que sólo
paguen 10% de las ganancias obtenidas en el país al gobierno mexicano, y propician
que lo demás lo capte el fisco norteamericano. ¿Cómo llegamos a esto?
INTRODUCCIÓN
[ 92 ]
Hace más de 20 años el grupo compacto de neoliberales encabezados por Carlos Salinas
de Gortari decidió integrar México a los EE.UU. a través de la firma de un acuerdo comercial, y los mexicanos ignorábamos las implicaciones políticas y económicas del mismo.
Se negociaba a nuestras espaldas el capítulo de las industrias culturales3 del tlcan
y nuestra incorporación a la Organización Mundial de Comercio (omc); los cineastas
dedicados al cine mexicano no teníamos idea de los efectos tan negativos y devastado-
Viacom, la propietaria de la señal televisiva generalista, de difusión libre y una de las mayores cadenas estadounidenses
cbs, Columbia Broadcasting Sistem, distribuye en numerosas naciones señales que se distinguen ante el público receptor;
se trata del canal de música para jóvenes generaciones, Music Televisión, mtv, todo un baluarte en la constitución de una
manifestación estética y de toda una cultura generacional, la X; y Nickelodeon, el canal infantil de tiras y personajes
propios y exclusivos para la televisión de pago, además de una importante participación en el mercado cinematográfico.
Viacom es además propietaria de los estudios Paramount, uno de los principales productores de películas. Por su parte
Sony, anteriormente socia de Liberty Media en la señal norteamericana de habla hispana, Telemundo, antes de ser adquirida por nbc, mantiene su base en la distribución musical, en los componentes tecnológicos y en la señal televisiva Sony,
para el cable y el satélite y en la producción cinematográfica. En materia de radio es propietaria de rca, en la esfera musical de cbs records, adquirida en 1988, y en el cine adquirió Columbia Pictures en 1989.
Cuatro de los más grandes estudios de Hollywood están vinculadas en América Latina a través de laptv: Universal,
de Seagram; Metro Goldwyn Mayer; Paramount Pictures, de Viacom, y Twentieth Century Fox, de News Corp., con base
en Atlanta, EE.UU., laptv. sacsa, crea y distribuye canales premium y básicos para sistemas de televisión paga de América
Latina. Tiene oficinas regionales de venta en los principales centros de los mercados audiovisuales de la región: México,
Caracas y Buenos Aires. Las señales de laptv son: Cinecanal y Cinecanal 2, Movie City y The Film Zone./ Las transnacionales de la comunicación: Oferta audiovisual en Latinoamérica, por Gustavo Iovino, blogspot, 2008.
3 Se considera “industria cultural” a medios gráficos e impresos; medios visuales; medios sonoros; medios audiovisuales; “industrias de edición discontinua” (libro, disco, cine, video); las “industrias de producción y difusión continua”
(prensa, radio, televisión), las “industrias de soporte” (equipos e insumos), a las que pueden agregarse las “industrias
de contenidos” ––destinadas a proporcionar los insumos simbólicos e intangibles que serán trasladados a soportes para
su conversión en mercancías tangibles.
res que tendrían para nuestra expresión cultural cinematográfica y nuestra economía
los compromisos adquiridos por los funcionarios de la administración del presidente
Carlos Salinas de Gortari. Compromisos que afectaron nuestra calidad de vida y que propiciaron de forma acelerada la pérdida de la comunicación entre nuestro cine y su público consumidor en el país y en el extranjero.
En otras palabras, no nos imaginábamos la magnitud del desastre que provocarían
los tecnócratas neoliberales y los cineastas que los apoyaron al aceptar la desaparición
del modelo popular de la industria cinematográfica y propiciar e impulsar el surgimiento del modelo de consumo neoliberal impuesto por las grandes trasnacionales de la
comunicación norteamericana agrupadas en la mpa.
Para que no protestáramos, en ese momento se nos prometió que se incrementarían
las importaciones y exportaciones, se aumentaría el empleo y sus percepciones, se elevaría nuestro poder adquisitivo y un largo etcétera.
Para que esto se hiciera realidad el partido gobernante reformó a su antojo un gran
número de leyes y decretos al tiempo que desaparecieron o privatizaron las empresas del
país. En su oportunidad, los cercanos a los gobernantes se adjudicaron gran parte del
ahorro de la nación.
En materia de cultura, mientras Canadá decidía hacer uso de la excepción cultural, los
tecnócratas del país decidieron incluirla, ya que a decir de Jaime Serra Puche, entonces
secretario de Comercio, “nos respaldaba la fortaleza de más de 30 siglos de nuestra cultura”. En las discusiones no hubo participación de los entonces titulares del Conaculta, Víctor Flores Olea y Rafael Tovar, ni del imcine. Era el tiempo de la presidencia imperial, de
las decisiones verticales. A la menor duda de la baja burocracia, lo siguiente era el desempleo y se truncaría su carrera política, tiempos de la obediencia perfecta. A los ciudadanos
que protestábamos sólo nos quedaba la cooptación, el ninguneo y la represión.
Por esto, en su momento, las organizaciones cinematográficas existentes y sus líderes4 manifestaron tibiamente sus quejas y objeciones. Estaban acostumbradas al
4 Las organizaciones sociales existentes principios de los noventa son: Sociedad General de Escritores de México,
Sociedad de Directores, Sociedad de Autores y Compositores de México, Asociación Nacional de Intérpretes, Sociedad
de Ejecutantes de Música, Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica, con sus seis secciones: Directores, Actores, Autores y Adaptadores, Compositores de Música, Actores, Técnicos y Manuales y Filarmónicos; Sindicato
de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Sección 49 del stic, Sindicato de Técnicos y Manuales, Federación de
Cooperativas de Cine y Medios Audiovisuales, Asociación de Productores y Distribuidores de la República Mexicana
y Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica.
[ 93 ]
[ 94 ]
corporativismo y los favores verticales del “gobierno benefactor”. Era la cultura de “el
que se mueve no sale en la foto” que sintetizó tan sabiamente Fidel Velázquez, eterno
líder de los trabajadores.
Las voces disidentes existían; acaso se escucharon en la cámara de diputados y senadores, pero nunca fueron atendidas. La oposición era mayoriteada cotidianamente por el partido gobernante. Aparentemente se le escuchaba pero nada decidían en términos reales.5
Primero se reformó y derogó la Ley de Cinematografía del 52, en 1992, donde se eliminaron las obligaciones del Estado de apoyar a la cultura fílmica, ley vigente por más
de 40 años y que había impulsado la producción de más de 3,000 películas y propiciado la creación de una infraestructura que ponía al alcance de la mayoría nuestra propuesta estética y el pensamiento del mundo. Con la nueva ley todo se dejaba a las fuerzas del mercado.
Las consecuencias inmediatas fueron una gran transformación con efectos negativos para nuestro país. Subieron los precios de entrada de las salas de cine por encima de
la inflación, cerraron salas en muchas ciudades y se abrieron nuevas, pequeñas y muy
concentradas en zonas de alto poder adquisitivo, sólo en algunas capitales. Casi desapareció la producción de largometrajes y cundió el desempleo en todos los sectores de la
cadena productiva cinematográfica.
Se dejó a la industria cultural cinematográfica a las fuerzas del mercado, lo que equivalía a dejarla totalmente desprotegida, mientras que a la industria cultural televisiva y a
la de la radiodifusión se le protegía y cuidaba: los extranjeros no podrían invertir en ella.6
Los artistas y creadores mexicanos nunca nos imaginamos las severas repercusiones
que traería para el ejercicio de nuestro oficio y de nuestra vida cotidiana la mala firma de
un tratado supuestamente comercial. Hoy nos expresamos menos, trabajamos ocasionalmente y nos pagan peor, mientras nos venden a precios excesivamente caros las películas extranjeras.
En este tiempo el cine mexicano pasó de ser una industria cinematográfica de potencial de producción media, con una cadena productiva sana de alto consumo popular y es-
5 En el diario de debates de la Cámara de Diputados se dejó plasmada la voz de los diputados de la oposición,
donde se advierten las consecuencias que traerá la nueva ley al cine mexicano que fue publicada el 23 de diciembre de
1992. prd, pan, Frente Cardenista, pps, parm, etcétera.
6 Restricciones del tlcan en materia de radiodifusión, televisión abierta y por cable. En tv por cable y radio, sólo
podrán adquirir hasta 49% de la empresa y la concesión será sólo para los mexicanos. En TV abierta las partes hablarán
cinco años de la puesta en marcha de la tlcan y está prohibida la participación de extranjeros.
trecha comunicación con un público de escasos recursos económicos y educativos que se
contactaba con más del 50% de la población, a ser una industria de producción media con
una cadena pervertida que sólo beneficia a los distribuidores norteamericanos y exhibidores de gran capital al tiempo que arruina a los productores fílmicos y encarece el acceso
a grandes estratos de nuestra población, lo que propició que a mediados de la década de
los noventa estuviera a punto de desaparecer nuestro cine como industria cultural.
En la producción
En la década de los ochenta se produjeron 82 películas de largometraje al año en promedio, y casi otro tanto de películas para consumo exclusivo en video.
La producción nacional se financiaba mayoritariamente con recursos de la iniciativa
privada gracias a los ingresos obtenidos en las salas del sur de los EE.UU., la inyección
extraordinaria de recursos que provenían por las ventas en video y la enorme penetración que tenía el cine mexicano popular en la República Mexicana.
El escaso dinero público era muy peleado por todos los cineastas que pretendían un
cine más ambicioso o crítico. En el imcine sólo se beneficiaban a los cercanos, a los conocidos. Para tratar de acabar con las decisiones unipersonales del uso del dinero público, a finales de esa década se crean los Comités de Selección de proyectos. Buena
idea que no tardó en mostrar algunos problemas, ya que algunos de sus integrantes sólo
autorizan los proyectos de sus amigos, conocidos o gente cercana a su realización, vicios del sistema, se decía. El Instituto Mexicano de Cinematografía producía siete películas anuales en promedio.
En la distribución
El mercado cinematográfico nacional se peleaba diariamente por dos grandes monopolios (mpa vs películas nacionales7), con la incipiente entrada en disputa de la distri-
7 Compañía Películas Nacionales S de RL de IP de CV. Empresa distribuidora de interés público surgida en los años
cuarenta, aglutinó a todos los productores de películas mexicanas mediante créditos y adelantos por más de 40
años. Desapareció en 1992. Durante su existencia mantuvo a raya al monopolio o cártel de la mpa.
[ 95 ]
[ 96 ]
buidora videocine, filial del grupo televisa que terminaría posicionándose a mediados de la última década del siglo xx.
La Compañía de Interés Público de Películas Nacionales distribuía más de 90% del
cine mexicano. En ese tiempo el cine mexicano aportaba 25.96% del total de los estrenos,
pero sus ingresos representaban entre 40 y 50% del mercado o más. La ciudad de México
representaba 20% de los ingresos de un título y el 80% restante se obtenía en las salas de
provincia. El 50% de los ingresos de esta distribuidora provenían de las empresas estatales cotsa y Afiliados, Cinematográfica Cadena de Oro, y el 50% restante de los 1,600
pequeños exhibidores independientes.
Las empresas norteamericanas que representaban los intereses del Film Board
agrupado en la mpa, que actúan como un cártel con prácticas monopólicas, aportaban
38.14% de los estrenos y captaban 33.01% de los ingresos. Los títulos más exitosos se estrenaban con diez o hasta 25 copias. El 29% restante del mercado le correspondía a unas
60 distribuidoras pequeñas y medianas que aportaban 101 estrenos del resto del mundo.
De los 358 millones de espectadores que asistieron al año en promedio, más de 170
millones consumían cine mexicano. Sin embargo, por la política de desgaste previo que
realizaron los políticos neoliberales en turno para preparar su venta y extinción se inició
una caída en la asistencia. Factor al que se sumó al efecto que provocaba el incremento
de precios de los boletos de entrada y al incremento general del costo de la vida.
En la exhibición
Las empresas exhibidoras de propiedad estatal (Compañía Operadora de Teatros y Cinematográfica Cadena de Oro) incumplían su función de exhibir el cine mexicano en más
del 50% de su tiempo de pantalla disponible, tal y como lo establecía la ley del 52. Los
funcionarios aprovechaban sus puestos para enriquecerse programando cine extranjero
y recibiendo a cambio prebendas para su beneficio. A pesar de lo anterior la empresa
estatal estrenaba todo nuestro cine y en los ochenta estrenó 71 películas mexicanas de
un total de 325 cintas al año en promedio. En números cerrados, en cotsa y Afiliados se
programaba 38.6% de cine mexicano, reduciéndose este porcentaje en las grandes ciudades e incrementándose al cien por ciento en las ciudades pequeñas y medianas. Las cintas que resultaban más perjudicadas por su mala o nula programación eran las producidas por las compañías gubernamentales y las independientes.
Las salas de cine lentamente pasaban de ser de un costo accesible a la población de
escasos recursos, a una clase social con más poder adquisitivo. De 1985 a 1989 el costo
del boleto se incrementó de 140 a 1,709 viejos pesos. Además de lo anterior, se dejó de
reinvertir en el mantenimiento de las salas de cine de cotsa, ya que existía el proyecto
oculto de desincorporarlas o venderlas y, para que eso ocurriera, había que hacer una
campaña de desprestigio del servicio de gobierno como mal administrador. Tal como se
hizo con Fertimex, Telmex, Luz y Fuerza del Centro y actualmente se hace con pemex.
VIRTUDES Y DEFECTOS DEL MODELO POPULAR
Los defectos del modelo popular
Ventajas
1.- Un grupo plutocrático dominante
9.- Se impedía el crecimiento de
1.- Gran comunicación con la mayor
monopolizaba la expresión y no
cadenas cinematográficas privadas.
parte de la población.
dejaba crecer o integrarse a otros
[ 97 ]
interesados en la producción.
2.- Los productores privados
10.- El costo promedio de una cinta
2.- Diversión incluyente que atendía
institucionales AMPDRM no hacen
era de cien mil dólares, lo que
a los mas desprotegidos
películas críticas al gobierno en
reflejaba carencia o pobreza de
económicamente.
turno y a cambio reciben apoyos en
calidad técnica.
la distribución y la exhibición en las
empresas estatales.
3.- El gobierno mexicano destinaba
11.- El producto extranjero se ofrecía
3- Alto número de inversiones y
poca atención al cine de clase media
al mismo precio que las nacionales,
empleo.
y el poco dinero lo utilizaba un
lo que equivalía a una práctica
funcionario como si fuera propio,
cotidiana de dumping.
beneficiando a sus amigos y
acallando las voces creativas y
críticas que lo molestaban.
4.- Las cintas independientes eran
12.- Las empresas de televisión no
mal distribuidas y mal exhibidas, casi
apoyan la difusión, el crecimiento y
igual que las que producía el
la recuperación del cine mexicano.
3.- Balanza de pagos más equitativa.
gobierno.
5.- Se negaba financiamiento a toda
13.- Desaparecen las empresas
4.- Gran captación de impuestos
historia que tuviera intenciones
gubernamentales de distribución en
tanto por la exhibición como por la
críticas.
el extranjero y caen las ventas de
exportación de regalías y la
nuestro cine.
introducción de material extranjero.
6.- Se censuraba a toda película que
14.- La expresión audiovisual sólo era
5.- Circulación del imaginario
molestara las reglas impuestas por el
posible para unos cuantos mexicanos
nacional y mundial.
PRI/gobierno (Ejército, figura
y sus propuestas artísticas estaban
presidencial, PRI, iglesia, etc.).
supeditadas, mayoritariamente, a la
comercialidad de su producto o a la
conveniencia de las autoridades en
turno.
7.- La balanza de pagos
15.- Descuido de la comunicación con
cinematográficos era deficitaria o
la clase media por falta de inversión
positiva en más o menos 40%.
en la producción y distribución
equitativa de los dineros públicos.
[ 98 ]
8.- Existía un corporativismo de
16.- Falta de un proyecto de política
control sindical que frenaba o detenía
pública que incluyera al cine infantil
la incorporación de nuevos talentos.
y su análisis en las escuelas.
Que 20 años no es nada...
Los nefastos resultados que hoy vivimos se anticiparon debidamente, sólo basta consultar el diario de debates de la Cámara de Diputados de 1992, donde los discursos de
la oposición nos alertaban sobre las consecuencias de la reforma de ley aprobada en el
92 con el propósito de allanar el camino al tlcan. Por esto y gracias a la inmediata movilización de la comunidad cinematográfica, a partir de 1994 se inició una titánica campaña de recuperación de nuestra expresión fílmica, logrando en 1998 la contrarreforma a la Ley de cine, gracias a que por fin se alcanzó la democracia en la Cámara de
Diputados. Los diputados María Rojo y Javier Corral, junto con muchos diputados y
senadores de la oposición, encabezaron las demandas de la comunidad fílmica, que
fueron apoyadas por diputados y senadores priistas de formación nacionalista.
En esta reforma se le regresó al gobierno y el estado la obligación de impulsar la
expresión cultural cinematográfica y el consumo de nuestro cine. Posteriormente, las
diferentes legislaturas apoyaron el camino de la recuperación de nuestra cinematografía, enmendándole año con año la propuesta reduccionista que hacía el poder ejecutivo, vía la Secretaría de Hacienda. La política pública fílmica impulsada desde el
poder legislativo, poco a poco, logró recuperar algo de lo perdido por los neoliberales
que entregaron nuestro cine en el 94, pero el daño ya está hecho y es muy grave.
CUADRO ESTADÍSTICO SOBRE LA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA
1994- 2013
Cuadro elaborado por el Instituto Mexicano de Cinematografía con datos de rentrak.
[ 99 ]
EL PRESENTE, LA REALIDAD EN LA SEGUNDA
DÉCADA DEL SIGLO XXI
Hoy, el grupo compacto de neoliberales encabezados por Carlos Salinas de Gortari está
de regreso y puede celebrar que sus planes casi le salieron. Somos un satélite de los norteamericanos como país y más en el cine y el audiovisual. Por unirnos comercialmente
al norte hemos perdido parte importante de la soberanía económica e intelectual, el desarrollo económico y social ha estado por debajo de las expectativas de acuerdo a nuestro potencial y desarrollo. Hemos retrocedido mientras el sur avanza; baste el ejemplo
de Brasil, que en estos 20 años pasó de ser la mitad de nuestra a economía a rebasarnos
y duplicar los principales indicadores macroeconómicos. El sur crece unido con sus más
de 430 millones de hispanoparlantes, mientras que nosotros nos hemos convertido en
exportador neto de regalías y divisas.
Nos estamos convirtiendo en un país consumidor de lo otro. En un país donde dejamos de ser dueños de lo nuestro y pasamos a ser simples administradores de lo que aparentemente parece nuestro pero la riqueza pertenece a otro. Hoy se presume como un
logro la macroeconomía. Nos dicen que el comercio trilateral creció en un 265%. Que los
[ 100 ]
tres países como región generan un pib de 20 billones de dólares. Que EE.UU. y Canadá
han invertido 176.2 mil millones de dólares, etc. No dicen que 34.3% de las investigaciones científicas son de EE.UU., 3.4% de Canadá y 0.6% de México. Que la inflación en
Estados Unidos en el 2013 fue de 2.5%; en Canadá de 1.5%, y en nuestro país de 4.1%. Del
crecimiento ni hablamos, porque es desastroso, y tampoco que 50% de nuestras exportaciones sólo benefician a las grandes transnacionales, y que el desempleo en el agro va
en aumento, por lo que ha crecido la migración a los centros urbanos y el extranjero. De
los efectos en las industrias culturales, nada se habla, sólo en este libro.
En las industrias culturales, cuyos productos o servicios inciden en el sector de las
conciencias y afectan el imaginario del que tiene contacto con sus productos, llámese
cine, televisión, audiovisual, etc., siempre hay que pensar que lo importante son las ideas
que transmiten sus contenidos. Y es justo en esta materia donde más ha perdido México.
En este periodo se han educado a las nuevas generaciones de mexicanos casi exclusivamente con productos audiovisuales norteamericanos, quedando fuera de su acceso la
realidad del mundo y de nuestro país. Esto traerá consecuencias negativas en el imaginario y la formación soberana en el proyecto de nación. Además, a Estados Unidos de Norteamérica se les ha dejado de cobrar miles, cientos y millones de dólares por concepto de
impuestos. Hoy las grandes transnacionales sólo dejan en el país 10% por concepto del
pago del impuesto sobre la renta, debido al acuerdo que existe para evitar la doble tributación, y eso que sus ingresos se incrementaron desmedidamente al pasar de obtener entre 35 y 40% de nuestro mercado en la década de los ochenta a más de 92% actualmente.
Diversos grupos sociales y de intelectuales han pedido reiteradamente que se cancele
o se renegocie el tlcan, pero nunca se nos informó que una vez cedida cualquier parte de
nuestra economía, no pueden existir vueltas atrás. Tampoco se nos dijo que los acuerdos
en EE.UU. no son nacionales y que una ley local puede echarlos abajo, mientras que en
México sólo están ligeramente por debajo de la Constitución.
Hoy, estos políticos millonarios están preparando no la renegociación del tlcan,
porque existen múltiples quejas y protestas de sectores como el del autotransporte y el
agropecuario que están iguales o peor que el cine. No, ellos están adecuándolo al acuerdo
Transpacífico (tpp), donde se planea incorporar los cambios tecnológicos que no se
pensaron o no existían hace 20 años. Será la puntilla para lo poco que queda de nuestra
soberanía audiovisual y política.
Ahora en el tpp se incluye la liberalización de la televisión mexicana a los capitales
extranjeros. Esto a pesar de que EE.UU. sigue cerrado en el mismo ramo a la penetración
y compra del capital externo. Necesitamos un nuevo modelo de radiodifusión que permita aprovechar los avances tecnológicos pero que sobre todo permita un modelo más
democrático para nuestros ciudadanos, con la existencia de televisoras públicas y comunitarias que sean una verdadera alternativa, y no como ahora, un nicho perseguido y
acotado por el gran capital. Desgraciadamente, la reforma de la Ley de Telecomunicaciones recién aprobada en el 2014 nos augura que se mantendrá el sistema imperante en
las últimas décadas en materia de cine y el audiovisual.
La exhibición
Se consumen 256.4 millones de boletos en las 5,547 mini pantallas que hay en la República Mexicana, generando ingresos en taquilla por $11,860 millones de pesos (mdp),
más otro tanto por ingresos por concepto de publicidad y venta de golosinas. En el país
sólo quedan diez empresas exhibidoras con 604 complejos en 161 ciudades, cifra que sólo
representa 7% de las poblaciones que se cubrían en la década de los ochenta antes de
la puesta en marcha del tlcan.
Desgraciadamente, el modelo de desarrollo neoliberal es discriminatorio y excluyente, tanto de países como de habitantes; está altamente concentrado en los países con
alto poder adquisitivo, así como en las zonas urbanas y principales regiones de México
que reúnan estas características.
Hoy los grandes grupos económicos dominan, concentran y están casi por encima
de los gobiernos de los Estados/nación. En México, sólo dos empresas de la exhibición
campean sobre el mercado fílmico. Por sus características de operación este tipo de
mercados son fácilmente controlables y manipulables. Su oferta es limitada y el número
de butacas, semanas y pantallas, es finito. Quien controla las mejores fechas —como el
verano— y los mejores cines controla el negocio. En algunas, como el Distrito Federal y
su área metropolitana, aparentemente se compite entre las grandes cadenas y algunas de
las pequeñas y los cineclubes; sin embargo, en la mayor parte de las plazas de provincia
su presencia es monopólica, tal como sucede en 44% de éstas.
La empresa Cinépolis, con sus 2,766 pantallas, posee 49.86% de la oferta nacional,
contenidos en sus 262 complejos que representan 43.37% del total del país. Con estas
instalaciones captan $7,835 mdp, (66.06% de la nación); producto de los 159.5 mde
(62.21% del total anual).
[ 101 ]
[ 102 ]
Cinemex, con sus 233 complejos, representó 38.57% del total y contó con 2,306
pantallas, 41.57%. Con este equipamiento producto de las fusiones de Mmcinemas,
Lumiere y Cinemark, obtuvo $3,128.4 mdp, 26.37% del total, producto de los 74.7 mde,
29.13% del total.
Estos dos gigantes acaparan 91.43% del total de las pantallas con sólo 81.95% de los
complejos fílmicos, y así obtienen 91.34% de los espectadores nacionales, cifra que se
incrementa hasta 92.44% de los ingresos en taquilla por el alto precio del boleto.
El resto del mercado del gran público corresponde a ocho pequeñas cadenas exhibidoras como Henry, Cinemagic, Citicinemas, Exhibidora del Bravo y algunos exhibidores independientes con un solo complejo. Entre todos suman 475 pantallas agrupadas en
109 cines, que representan 18.04% de los complejos, aportando sólo 8.56% de las pantallas nacionales. Por la forma en que se programan los estrenos, estas pequeñas empresas apenas obtienen 7.47% de los ingresos producto del 8.65% de los espectadores
nacionales. Estas cadenas están ubicadas mayoritariamente en pequeñas plazas, por lo
que su precio es menor y además les proporcionan los estrenos dos o tres semanas después de que pasaron los altos índices de asistencia; incluso, en ocasiones las grandes distribuidoras les imponen un precio fijo con un índice de asistencia altísimo que a la larga
los llevará a la ruina, la extinción o a venderle a alguna de las cadenas dominantes, tal y
como está sucediendo en los últimos años.
Analizando los resultados al detalle por su promedio por pantalla destaca que los cines de la empresa Cinépolis obtuvieron 576,645 espectadores al año; seguidos por los
cines independientes que captaron 467,368 asistentes, mientras que Cinemex obtuvo
los peores números con 323,937 espectadores por sala. En materia de ingresos, Cinépolis
obtuvo $2.83 millones por sala al año, seguidos por los independientes con $1.88 y Cinemex al último con $1.35 por sala.
Con la fusión de Cinemex con Cinemark retrocedimos más de 60 años en la historia de nuestro país y la supuesta modernidad nos devolvió a la situación que vivíamos
a finales de los años cincuenta, cuando el duopolio de Compañía Operadora de Teatros y Cinematográfica Cadena de Oro ahogaban a la producción nacional y obligaban
a cerrar a los pequeños y medianos empresarios de la exhibición. Por esto el gobierno
tuvo que intervenir en beneficio de la cultura fílmica nacional; comento esto porque
no tardan en aparecer las viejas prácticas como las ventas en exclusiva, la reducción
paulatina de porcentajes del peso en taquilla a los productores y distribuidores, las
compras de películas a precio fijo, las malas fechas, los estrenos de emergencia, la sus-
pensión de las fechas programadas para un estreno o para la continuidad de la película y un largo etcétera que ya son cotidianidad para las películas experimentales o con
propuestas de autor, que más temprano que tarde terminarán por alcanzar al resto de
nuestro cine.
La excesiva concentración y dominancia en dos grupos de exhibición, el incumplimiento a las leyes vigentes y las malas prácticas de comercio donde todos abusan gracias
a la condición de dependencia de los productores nacionales, está afectando el sano desempeño y recuperación de las cintas mexicanas e impidiendo su recuperación económica. De nada sirve producir 112 largometrajes en el 2012 o los 126 informados en el
anuario del imcine, si estas cintas no logran ponerse en contacto con su público natural
y logran verse en toda la República Mexicana y por todos los mexicanos.
La oferta fílmica nacional, es decir el número de títulos de estreno, se ha mantenido
en un promedio de 300 al año, mientras que sólo se estrenaron 37 filmes nacionales
anuales en los últimos 20 años, es decir que apenas superamos 12% de la oferta anual.
En contrasentido al modelo de desarrollo neoliberal, el 2013 fue muy generoso para
el cine mexicano y se obtuvo un repunte extraordinario entre los espectadores que vieron nuestro cine gracias al apoyo extraordinario del eprocine,8 que logró impulsar la
salida de 101 estrenos de un total de 374 filmes (29.10%). El consumo de cine mexicano
superó los $1,228 millones de pesos (10.35%) con sus 30.1 millones de boletos (11.73%).
A todos los mexicanos les gusta el cine y lo consumen donde pueden de acuerdo a su
poder de compra, ya sea en salas, los menos, y en el mercado informal o la televisión
abierta, los más.
Orgullosamente se destaca que desde hace varios años somos el cuarto país en consumo de boletos en el mundo, pero no se dice que sólo 11.73% de los asistentes del 2013
vio nuestro cine y eso que éste fue un año extraordinario. En realidad en estos últimos
20 años se ha perdido el contacto con el público masivo y sólo se mantiene una pobre
comunicación que en el mejor de los casos es un 5 o 6% de la población con ciertas posibilidades económicas que asisten a las salas. El 95% restante se educó exclusivamente
con filmes norteamericanos que muestran una realidad ajena y forma de pensar diferente
a nuestra idiosincrasia.
8 eprocine. Fondo que impulsó mediante concurso la distribución de 60 películas mexicanas que no tenían
salida comercial. Se convocó en el 2012 pero sus efectos positivos se vivieron en el 2013. También apoyó proyectos
de exhibición.
[ 103 ]
Lo anterior es un modelo de educación informal más que preocupante, pero éste se
acentúa aún más debido a que el número de títulos de estreno no es homogéneo en todos
los estados de la República. El Distrito Federal es la entidad que más cintas mexicanas logró estrenar, pero ni así llegó al cien por ciento. Le faltó una cinta. Los capitalinos y los
habitantes de su área conurbada son privilegiados: en su espacio se estrena casi todo y hay
una relativa competencia entre muchas de las cadenas, a esto agréguese la ventajas de
la programación alterna de la Cineteca Nacional, de la unam y el circuito de cineclubes
y festivales.
En contraparte, en cinco estados de la República, como Campeche, sólo se estrenaron
once filmes nacionales; le siguió Nayarit con 15; Durango, 16; Zacatecas, 17 y Colima, 18.
Es decir que apenas obtuvieron la posibilidad de ver un filme mexicano cada tres semanas. En estos estados no se estrenaron más de 80 películas nacionales.
En ocho estados más, apenas se logró programar una película a la semana, y en los
18 restantes les faltó la mayor parte de los estrenos del año.
[ 104 ]
ESTRENOS DEL CINE MEXICANO POR ESTADO
Estado
Estrenos
% Asistencia
a cine nacional
1. Aguascalientes
39
13.9
2. Baja California
37
11.1
3. Baja California Sur
27
11.5
4. Campeche
11
9.9
5. Chiapas
27
11.9
6. Chihuahua
32
12.0
7. Coahuila
49
12.5
8. Colima
18
11.9
100
12.1
10. Durango
16
12.4
11. Estado de México
67
13.0
9. Distrito Federal y Área
Metropolitana
Estado
Estrenos
% Asistencia
a cine nacional
12. Guanajuato
41
13.3
13. Guerrero
29
11.8
14. Hidalgo
56
13.5
15. Jalisco
58
12.5
16. Michoacán
38
14.0
17. Morelos
41
13.1
18. Nayarit
15
12.1
19. Nuevo León
56
10.6
20. Oaxaca
26
10.3
21. Puebla
58
12.2
22. Querétaro
43
12.2
23. Quintana Roo
31
9.5
24. San Luis Potosí
45
13.8
25. Sinaloa
35
14.1
26. Sonora
49
12.9
27. Tabasco
21
10.2
28. Tamaulipas
30
11.1
29. Tlaxcala
29
12.8
30. Veracruz
55
11.5
31. Yucatán
33
9.6
32. Zacatecas
17
13.3
Fuente: Imcine. Anuario estadístico 2013. p. 56
Las propuestas estéticas ideológicas mexicanas que alcanzaron todos los estados,
sólo fueron seis películas. Éstas alcanzaron a ser vistas en toda la República: No se aceptan
devoluciones, 15.1 mde; Nosotros los Nobles, 7.2 mde; Amor a primera Visa, 2.2 y No sé si cortarme las venas 1.2. El cartel de los sapos, 0.932 y Cinco de Mayo, la batalla, 0.732 mde. Entre todas éstas obtuvieron 27.36 millones de espectadores, lo que equivale al 90.89% del total.
[ 105 ]
% de asistencia a
películas mexicanas
2013
% de estrenos
mexicanos 2012
4
4
4
861,533
634,8977
24
85
200-399
12
5
18
5
502,315
585,080
57
10
100-199
4
4
6
4
346,842
92,277
13
1
50-99
6
10
9
10
56,519
71,426
3
2
10-49
14
41
21
41
17,814
12,929
2
2
2-9
16
25
24
24
1,469
3,108
0
0
1
12
12
18
12
418
906
0
0
Asistencia
promedio por
estreno 2013
Estrenos 2013
3
Asistencia
promedio por
estreno 2012
Estrenos 2012
400 o más
/ or more
% de estrenos
mexicanos 2013
Copias
[ 106 ]
% de asistencia a
películas mexicanas
2012
ESTRENOS DEL CINE MEXICANO POR NÚMERO DE COPIAS
2012-2013
Fuente: Imcine. Anuario estadístico 2013. p. 66
Los 2.74 millones restantes habrá que dividirlos entre 95 filmes, es decir que en promedio de asistencia serían 28,842 mil espectadores por título.
PELÍCULAS ESTRENADAS 1980 - 2013
Fuente: Imcine. Anuario estadístico 2013. p. 192
NÚMERO DE SALAS CINEMATOGRÁFICAS EN
LA REPÚBLICA MEXICANA 1984 - 2013.
Fuente: Imcine. Anuario estadístico 2013.
[ 107 ]
El circuito de salas comerciales está acaparado en salas y funciones por cintas mainstream, razón por la cual se ha venido desarrollando una tibia programación alternativa
a través de los cineclubes.
A decir del imcine, en su anuario del 2013, este tipo de salas, “Debido a su visión diferente de la exhibición mainstream, los cineclubes son unas de las mejores ventanas con
que cuenta la industria cinematográfica nacional para dar a conocer sus obras...”. Más
del 40% de los estrenos mexicanos del 2013 salieron en este tipo de circuitos marginales,
obteniendo una asistencia promedio de 3,280 espectadores por película. Este tipo de salas
“...la mayoría tiene alguna filiación y/o dependencia con alguna institución educativa,
fundaciones culturales, organizaciones de la sociedad civil y grupos sindicales, con variada infraestructura. Algunas tienen salas de proyección bien equipadas, programación
diversa, programas de mano, página web, etc. Otros por el contrario funcionan con pocos
recursos, escasa difusión”; tiene un público más exigente, sin embargo es un fiel reflejo
del sistema educativo nacional y por ello son aún parte de las minorías educadas; las mayorías de mínima educación y poco poder adquisitivo siguen y seguirán marginadas.
“Aunque no registran audiencias masivas, el número de pantallas por habitante se
incrementa un poco gracias a su contribución, exigua programación y espacios de proyección muy elementales”. A falta de corrección radical del modelo neoliberal, el modelo
de exhibición marginal para las mayorías continuará siendo excluyente de los más, que
somos 72% de la nación.
La distribución
A partir de la firma del tlcan y con el impulso del proyecto neoliberal, la mpa fue acaparando las pantallas de cine del país. De forma lenta pero segura ha impuesto su modelo
de negocio, que resulta lesivo y oneroso para la mayor parte de la cinematografía nacional y mundial.
La nueva estrategia de control y posicionamiento de mercados por parte de nuestros
socios comerciales se ha mostrado más claramente en los últimos siete años gracias al desarrollo de la tecnología y de una política global. Por una parte se ha reducido el número de
estrenos norteamericanos manejados por las distribuidoras integrantes de la mpa, pero a
su vez se ha incrementado el número de copias que se usan para el estreno por título.
[ 108 ]
CUADRO COMPARATIVO ESTRENOS Y COPIAS MÉXICO - ESTADOS UNIDOS 2007-2013
México
Estrenos
Copias
Copias
× estr.
E.U.A.
Estrenos
Copias
Copias
× estr.
2013
101
4,850
48.01
168
50,787
302.3
2012
67
5,781
86.28
134
49,262
367.63
4,830
77.9
163
53,409
327.66
2011
62
2010
56
5,365
95.8
167
47,182
282.53
2009
54
4,970
92
197
44,651
226.65
2008
49
5,432
110.86
189
43,670
231.06
2007
43
4,026
93.63
179
36,109
201.73
Cuadro elaborado por el Observatorio Rafael E. Portas con información de rentrak, nielsen, imcine y propia
Si vemos los números sin un marco teórico adecuado, no nos preocuparía tanto este
tipo de práctica, ya que aparentemente parecen cubrir cada día mejor el número de complejos existentes en el país, pero desgraciadamente las apariencias estadísticas engañan.
Decía José María Fernández Unsaín, expresidente de la Sociedad General de Escritores
de México (sogem), que las estadísticas son como los bikinis, aparentemente muestran
todo pero en realidad ocultan lo importante.
Veamos sólo los datos de los últimos dos años, cuando inició una aceleración del
fenómeno de la presencia dominante del material norteamericano en contra de la libre
competencia.
En los dos últimos años los distribuidores norteamericanos han estrenado 23 filmes
(2013) y 24 filmes (2012) con 21,003 y 25,099 copias respectivamente, lo que equivalió
a 913 y 1045 copias por título estrenado en promedio. Estos números superan con mucho
las 302 que nos indica el promedio del 2013 y las 367 del 2012 del total del cine norteamericano. Es decir, por poner sólo el ejemplo del 2013, que las distribuidoras norteamericanas sólo estrenaron 72 filmes, 19.25% del total nacional, usando para ello 38,101 copias, 58.14%. En otros términos aparentes, las empresas de la mpa usaron 529 copias por
título mientras que el cine norteamericano distribuido por las demás empresas usaron
132 copias.
Sin embargo, estos datos también son aparentes y no muestran efectivamente que
las nuevas formas de comercialización que están imponiendo los miembros del Film
Board que empezó en el 2013 y que se estilizó de forma depredadora en el 2014.
Esto ha sido posible gracias a la reducción de costos en materia del manejo de copias
en 35 mm, que han sido desplazadas por copias en discos duros que se almacenan directamente vía satélite y con ello las majors se ahorran múltiples gastos de elaboración, traslado, almacenamiento, etcétera.
Estas ventajas de la técnica han propiciado que a partir del primer trimestre del
2013 con el avance de la digitalización de las salas de cine, de manera concertada las distribuidoras que forman parte de la mpa, hayan decidido realizar un gran estreno quincenal con un elevado número de pantallas que en ocasiones supera 50% de la capacidad
instalada del país. Con esto arrasa la taquilla y elimina a la competencia por saturación
ya que el público asocia calidad con mayor propaganda, además de que al saturar la
oferta en salas y horarios se reduce enormemente la posibilidad de elección del público asistente.
A este tipo de prácticas hay que agregar que si sumamos los primeros cinco títulos
norteamericanos con más pantallas utilizadas por la mpa a la semana, descubriríamos
con alarma que en el 2013 y 2014 la mpa ha ocupado en promedio semanal 89.59% del
total de las pantallas mexicanas, lo que nos da un estreno promedio de 994 pantallas
por los primeros cinco títulos de la mpa a la semana.
[ 109 ]
ESTRENOS NORTEAMERICANOS EN SALAS DE LA REPUBLICA MEXICANA 2014
[ 110 ]
Semana
Total Pantallas
Pantallas del 1 al 5
%
Prom. copias
por titulo
1
5,547
4,803
72.65%
906
2
5,547
3,840
69.22%
768
3
5,547
3,334
62.40%
1,545
4
5,547
3,090
57.83%
1,721
5
5,547
3,666
68.61%
1,555
6
5,547
4,229
79.15%
1,144
7
5,547
4,162
77.90%
1,299
8
5,547
3,928
73.52%
1,032
9
5,547
4,106
76.85%
717
10
5,547
4,796
89.76%
1,220
11
5,547
4,404
82.43%
803
12
5,547
5,015
93.86%
1,112
13
5,547
5,686
106.42%
896
14
5,547
5,255
98.35%
583
15
5,547
6,293
117.78%
633
16
5,547
6,489
121.45%
603
17
5,547
5,403
101.12%
1,222
18
5,547
4,777
89.41%
1,108
19
5,547
4,160
77.86%
1,071
20
5,547
4,898
91.67%
1,050
21
5,547
6,100
114.17%
564
22
5,547
6,377
119.35%
337
23
5,547
6,538
122.37%
321
24
5,547
2,802
52.44%
651
25
5,547
5,891
110.26%
978
26
5,547
4,912
91.93%
1,310
27
5,547
4,790
89.65%
1,356
28
5,547
5,891
110.26%
1,035
29
5,547
6,025
112.76%
1,010
30
5,547
6,112
114.39%
825
31
5,547
5,471
102.40%
1,598
32
5,547
6,207
116.17%
1,025
33
5,547
5,210
97.51%
542
Cuadro elaborado por el Observatorio público cinematográfico Rafael E. Portas con datos del Instituto Mexicano de
Cinematografía y rentrak.
Por este tipo de prácticas concertadas entre las distribuidoras radicadas en México
de la mpa, como son Walt Disney, Warner Bross, Universal, Fox, Sony y Paramount, obtuvieron ingresos en taquilla con sus 72 títulos de estreno en el 2013 (19.25% del total
nacional). Cintas que se distribuyeron con 38,101 copias (58.14% del total nacional y
75% de las copias norteamericanas); captando 157.9 millones de espectadores (76.56%),
obteniendo 8476.9 millones de pesos en taquilla (76.50%) y ocupando el 89.04% semana a semana. ¿Acaso es casualidad que nunca se disputen una fecha los grandes títulos
norteamericanos entre sí?
CUADRO RENTRAK TÍTULOS POR COPIAS 2013
RANGOS POR COPIAS 2013
[ 111 ]
[ 112 ]
En términos de copias, sólo el cine mexicano les hace un poco de competencia y deja
al cine del mundo completamente marginado, ya que con sus 105 estrenos, 28.07% del
total ocupó 6,887 copias, es decir 11.01%, captando sólo 5.83% de los ingresos del año
con sus 14 millones de espectadores. Si analizamos estos resultados por título tenemos
que capta 133 mil espectadores por título, cifra muy por debajo de los 2,541,666 por título de la mpa.
Las grandes distribuidoras dominan el verano y las mejores fechas dejándole al cine
mexicano y al del resto del mundo las fechas de escasa asistencia. El promedio semanal
por sala fue de 828 espectadores por sala a la semana. En el verano se incrementa por
las vacaciones del público infantil y juvenil hasta 3,000 por sala, y en fechas de poca
asistencia como es el regreso a clases y hasta la llegada de la navidad es de 500 espectadores. Justamente en este tipo de fechas se estrenan las cintas mexicanas para incrementar el ingreso a los exhibidores pero se canibalizan entre sí los filmes mexicanos y
su público.
La producción
Así como nos fue bien en el número de estrenos en el 2013, en materia de producción
fílmica nos fue espectacular, ya que se produjeron 126 filmes, de los cuales 101 recibieron algún tipo de apoyo gubernamental. En sentido contrario al neoliberalismo que
dice que todo lo arregla el mercado y quiere reducir al máximo la participación estatal,
la producción fílmica mexicana no podría existir sin la oportuna intervención estatal,
que a través del gasto público corrige todas las perversiones y distorsiones del no tan
libre mercado.
Para cualquier persona ajena al medio el repunte de la producción fílmica podría
llenarlo de entusiasmo y le pueden parecer buenos resultados, sin embargo no hay que
olvidar que aparte de los resultados económicos en materia de cine siempre hay que pensar en las ideas que transmiten los contenidos. Y es justo en esta materia donde más ha
perdido México.
En promedio, en los últimos 20 años se redujo la producción a sólo 46 filmes al año,
es decir que perdió más de 50% de lo que se producía en la década de los ochenta. En esa
década las cintas nacionales se comunicaban con 50% de los más de 360 millones de
espectadores al año; ahora, en el mejor de los casos alcanzamos un pobre 5% de los 150
millones de espectadores al año en el tiempo de existencia del tlcan, es decir que nos
alcanzaron a ver sólo 7.5 millones al año en promedio.
Ahora, en el 2013, tenemos un crecimiento inédito en la producción gracias al acceso
a las nuevas tecnologías y las políticas públicas exitosas como han sido las de eficine,
fidecine, foprocine, Eprocine, etcétera.
Pero como se ha visto, las cintas nacionales en muchas ocasiones no encuentran salas
donde se puedan exhibir en las pocas ciudades que aún cuentan con cines, por lo que se
ha perdido gran parte de la comunicación con nuestros connacionales.
En este breve periodo de 20 años se han educado a las nuevas generaciones de mexicanos casi exclusivamente con productos audiovisuales norteamericanos, quedando
fuera de su acceso el imaginario del mundo y de nuestro país.
Aparte de las consecuencias en el imaginario y formación de ciudadanos de la nación,
esto también ha tenido pésimas repercusiones en materia económica. La balanza de pagos está completamente desnivelada y todos los años es altamente deficitaria para nuestro país y beneficiosa para los EE.UU. A este país se le ha dejado de cobrar miles de millones de pesos por concepto de impuestos. Hoy las grandes transnacionales sólo dejan
[ 113 ]
en el país 10% por concepto del pago del impuesto sobre la renta, debido al acuerdo que
existe para evitar la doble tributación, y eso que sus ingresos se incrementaron desmedidamente al pasar de obtener entre 35 y 40% de nuestro mercado en la década de los
ochenta a más del 92% actualmente.
A manera de conclusión
[ 114 ]
Los efectos de un acuerdo comercial como el tlcan no se vieron ni se vivieron de inmediato, fue paso a paso, donde existieron algunos avances y grandes retrocesos. Si realmente queremos saber cómo se vivió y sufrió en la vida de los mexicanos habrá que revisar sus efectos a los cinco, a los diez y 15 años.9 Tiempo en el que se afectó de forma
directa la vida y la carrera de grandes directores y artistas. El resultado en general es negativo, salvo para los grandes exhibidores que trabajan para las empresas norteamericanas y los medios de comunicación como la televisión.
Nuestro presente, aunque negativo, sería muy diferente y mucho peor si no hubiera
ocurrido la organización de toda la comunidad fílmica para defender sus derechos humanos y el cumplimiento del Tratado sobre la Diversidad Cultural encabezados desde
principios de los noventa por la sogem de Fernández Unsain.
Afortunadamente la movilización cinematográfica y el apoyo del poder legislativo
logró revertir una pequeña parte de los daños, producto de un mal tratado donde los
negociadores no tomaron en cuenta las asimetrías ni la desproporción entre las partes.
Nos mandaron a la guerra comercial sin estar debidamente preparados como nación ni
como sociedad. Mientras Canadá hacía las reservas con la excepción cultural y contaba
con una política de apoyo a sus industrias culturales de larga tradición, los Estados Unidos mantenían, aparte del control del mercado ya citado en los tres países socios, una
política de subsidios federales superior a los ocho mil millones de dólares por parte de los
norteamericanos, además de estímulos importantes en más de sus 35 estados. México,
por su parte, había venido reduciendo el presupuesto al cine año con año, al tiempo que
9 Artículos sobre los efectos del tlcan a los cinco, diez y 15 años fueron escritos por este autor y publicados en:
Bye, bye, Lumiere (UdeG/94), con el ensayo «¿Yankees, Welcome?, (tlcan a los cinco años)”, Industrias Culturales y
tlc (rmalc/2000) con el ensayo “¿El tlc, la otra conquista? (tlcan a los diez años)”, “tlcan a quince años”, Revista
Mexicana de la Comunicación, 2000.
destruyó la infraestructura fílmica de la cadena productiva que había hecho posible la
existencia de nuestro cine tal y como lo refiere Gonzalo Elvira en su artículo en este libro.
Si no se logró recuperar más de lo perdido fue por las limitantes que imponen los
acuerdos y tratados internacionales, por ejemplo la cláusula Ratched, que obliga a los países a la no regresividad en las áreas y términos que se cedieron en algún tratado o convenio internacional, valga por ejemplo la reducción que se hizo del tiempo de pantalla
obligatorio del 50% de cine nacional establecido en la ley de 1952 al inicial del 30% que
se puso en la ley de 1992, la cual traía aparejada un programa de reducción de 5% anual
hasta desaparecer, aunque gracias a una mala redacción se logró rescatar en la ley del
98 el 10% obligatorio, aunque hasta la fecha no se logra saber si se cumple o no a cabalidad ya que la autoridad encargada de hacerlo carece de recursos para vigilarlo debidamente y por ello no ha existido sanción alguna por incumplimiento, tal y como lo marca
la Ley de Cine vigente y como se puede observar a simple vista en el periódico diario.
Los cineastas también nos enteramos tarde y mal que había que dar “trato nacional” a las películas norteamericanas, es decir que los beneficios que se le otorguen a los
ciudadanos y empresas nacionales se les deben de otorgar a los miembros del tratado, así
también aplicar el término de “trato de nación más favorecida” y los “requisitos de desem­
peño”, etcétera.
Aparentemente, para defendernos de lo que podría sucedernos y que en realidad sí
nos sucedió, tal como se ha visto por lo ocurrido en los pasados 20 años —como ha sido
la competencia ruinosa (dumping, control de mercado, política de saturación, desplazamiento ilegal con prácticas anticompetitivas, películas y empresas subsidiadas en
demasía, etc.,— se estableció en el tlcan el capítulo VIII referente a las medidas de emergencia. Ahí se establece como causales de intervención inmediata para establecer medidas de emergencia ante la amenaza de daño serio, que a la letra dice: “Significa un daño
serio a todas luces inminente, con base en los hechos y no meramente en alegatos, conjeturas o posibilidades remotas”. El daño significa “el deterioro general significativo de
la posición de una industria nacional”. Industria nacional significa “el conjunto de productores del bien similar o del competidor directo que opera en territorio de una parte”.
Es notorio que aplican las anteriores definiciones producto de una competencia ruinosa
en estos 20 años.
Hasta la fecha ni la Secretaría de Economía, ni la de Relaciones Exteriores, ni Hacienda
y Crédito Público, mucho menos la Comisión de Competencia Económica se han dado
por enteradas del tipo de prácticas aquí reseñadas de forma sintética. Por ello no se ha
[ 115 ]
[ 116 ]
abierto un panel arbitral con lo dispuesto en el artículo 2008 del tlcan para que se adopten las medidas de emergencia, como las barreras arancelarias, mientras se desahoga si
existen o no las prácticas anticompetitivas que pudieran poner en riesgo a la industria
nacional, como ha venido sucediendo los últimos cuatro lustros.
Como se podrá desprender, el tlcan no fue un tratado exclusivamente comercial
sino que muchas de sus cláusulas son parte de un tratado que limita la soberanía e independencia mexicana; es un tratado de anexión política perfectamente desbalanceado.
El tratado es para México y Canadá una obligación ruinosa, pero para los EE.UU. es
un simple atraco ya que no le impone nada, ninguna obligación real.
Si alguien tiene dudas sobre nuestro destino como socios de EE.UU., léase en este
libro la excelente ponencia de Charles Vallenard, director general de la Coalición por la
Diversidad Cultural, donde nos informa que a pesar de que su país hizo uso de la excepción cultural para que su gobierno estuviera en libertad de establecer políticas públicas
para orientar e incentivar la producción cultural de su país, como subsidios directos,
limitantes en la propiedad autoral y de inversiones en radio, televisión y televisión por
cable, los Estados Unidos hicieron uso de otros instrumentos comerciales para realizar
represalias comerciales cuando afectaban su propiedad intelectual cultural, tales como
las establecidas en la Especial 301, para frenar el desarrollo de las industrias culturales
canadienses, y cuando no lograban frenarlas de forma legal lo hicieron mediante boicots
directos y prácticas chantajistas contra diversos empresarios culturales del audiovisual.10
En estos años los Estados Unidos han cerrado en términos reales su mercado, han
disminuido su consumo en salas de cine de arte y de material extranjero, mientras que
en el 2013, en Canadá 85 % de las importaciones de bienes culturales proviene de EE.UU.
Hoy sus pantallas están ocupadas por cine norteamericano hasta en 98% del total.
10 En Canadá varios directores crearon películas infantiles exitosas, que fueron exhibidas con gran éxito artístico
y económico, desplazando el producto del mismo género norteamericano. Después de la novena película, los exhibidores comerciales canadienses recibieron la amenaza de Walt Disney de que si seguían programando cine canadiense
nunca más tendrían acceso a su marca.
VIRTUDES Y DEFECTOS DEL MODELO NEOLIBERAL
Los defectos del modelo neoliberal
Las virtudes del modelo
neoliberal
1.- Propició una caída en la
producción fílmica mexicana
superior al 47%. Se pasó de 82 a
44 largos, mientras la población
y la economía crecía. A pesar del
crecimiento poblacional que
pasó de 75 millones a 112, es decir
49.33% más.
16.- Se programa mal el cine
mexicano y lo canibalizan entre
sí.
1.- Se amplió el acceso de
expresión audiovisual gracias a
las inversiones estatales y el
desarrollo tecnológico.
2.- Obligó al gobierno a
incrementar sus inversiones, lo
que permitió incrementar su
producción en un 233% pero
como resultado de gasto
público.
17.- Los exhibidores no exhiben
los trailers y no ponen la
publicidad en buenos sitios y
con el tiempo de anticipación
suficiente.
2- Se diversificó la temática
aunque se excluyó a los pobres.
3.- A pesar de su alta inversión,
desgraciadamente no tiene
propiedad ni conducción del
destino de los filmes que apoya.
18.- Se le restan opciones a los
consumidores saturando los
complejos con varias copias de
un mismo título y se ahoga la
competencia.
3.- Se ampliaron las opciones de
filmación, al diversificarse los
sindicatos y poder filmar con
éstos o no, según sea el caso.
4.- La iniciativa privada fue
descapitalizada, por lo que bajó
su participación en un 82%,
pasando de 75 largos al año a
sólo 14.
19.- La balanza de pagos
cinematográficos es deficitaria
en más del 95% año con año.
4- Se logró gran comunicación
con los festivales.
5.- Se redujo el número de
cintas exhibidas en un 29.6%; se
pasó de 358 estrenos a sólo 252.
Las cintas mexicanas pasaron
de 71 a 25, es decir 65% menos.
20.- El duopolio de la televisión
abierta frena el desarrollo de la
producción al pagar precios
ridículos aprovechando su
posición dominante.
5- Hay un alto número de
inversiones y empleo mejor
pagado, aunque estemos por
debajo de nuestro potencial de
país.
[ 117 ]
[ 118 ]
6.- Se redujo el número de
espectadores en un 56%, ya que
pasó de 358 millones a 158.4
millones en promedio.
21.- El gobierno mexicano
eliminó los aranceles de
importación y redujo las
posibilidades de ingresos, vía
impuestos, para estimular el
mercado interno del país.
6.- Gran captación de
impuestos tanto por la
exhibición como por la
circulación de las cintas
mexicanas.
7.- El cine mexicano ya no se
comunica realmente en las
salas: pasó de una asistencia
anual de 170 millones a sólo
siete millones al año, lo que
equivale a una caída de 93.6%.
22.- Los tratados de doble
tributación evitan que se pague
impuestos en el país, así que
son pocos los ingresos fiscales
que dejan las empresas
distribuidoras y exhibidoras al
desarrollo nacional.
7.- Mayor calidad técnica,
producto de la inversión y de
los avances técnicos.
8.- El costo promedio del film
supera el millón y medio de
dólares. Produjo una
hiperinflación en el sector
fílmico y dificultó la concreción
de fondos para expresarse y
recuperarse.
23.- Las cintas extranjeras de
gran costo en su producción se
ofrecen a precios dumping
poniendo en amenaza de daño
serio a la producción nacional.
8.- Se está empezando a atender
a la población infantil.
9.- La iniciativa privada produce
poco con recursos propios al
ciento por ciento y la mayor
24.- Las prácticas contrarias a la
libertad de comercio ejercida
por los distribuidores y
9.- Eliminación de la censura
económica.
parte de los productores
depende de la política de apoyo
gubernamental.
exhibidores dominantes ponen
en competencia ruinosa las
inversiones nacionales. Hay
presencia dominante y
prácticas de cartel y
monopólicas en la distribución
y en la exhibición.
10.- La cadena productiva
favorece a los exhibidores y
arruina a los productores. Estos
aceptan esas condiciones por su
condición de dependencia.
25.- No se cumple la ley de cine,
sobre todo en la posibilidad de la
garantía de estreno por una
semana en todas las plazas. Ni en
los estímulos. Mucho menos en
el 10% de tiempo de pantalla
para nuestro cine.
10.- Democratización en el
acceso a los dineros públicos.
11.- No hay ventas sistemáticas
en el extranjero. Ni política de
apoyo a través de instituciones
gubernamentales.
26.- Se excluye del consumo a
72% de los mexicanos según
unos economistas, y según
otros este fenómeno llega hasta
92%.
12.- Se perdió el mercado de los
Estados Unidos de
Norteamérica.
27.- Cada día que pasa cierran
más pequeñas y medianas
empresas en los tres sectores de
la cadena productiva
(producción, distribución y
exhibición).
13.- No hay empresas
productoras privadas fuertes,
salvo tres o cuatro; la mayor
parte depende de los apoyos
públicos.
28.- La autorregulación y los
acuerdos internos industriales no
se cumplen al no existir castigos
para los exhibidores y
distribuidores dominantes.
14.- Se acabó con la censura
gubernamental, pero se vive la
censura empresarial en casi
todas las etapas de la cadena
productiva.
29.- Los empresarios de la
distribución y la exhibición
prefieren ganar por el alto
margen de ganancia que por el
volumen de la demanda.
15.- Las exhibidoras no estrenan
toda la producción nacional en
las salas de la República.
30.- Falta ampliar la propuesta
estética audiovisual a la
pluralidad de la conformación
social de nuestro país.
31.- El modelo neoliberal sólo
beneficia a los
norteamericanos, quienes se
enriquecen el momento de
producir y circular sus
mercancías, arruinando a las
demás economías occidentales.
[ 119 ]
¿QUIÉN GANÓ Y QUIÉN PERDIÓ?
[ 120 ]
Los resultados obtenidos en la primera década del siglo xxi nos muestran un desastre
en la conducción de una política cultural audiovisual independiente y soberana. Desastre que puede ser aun más pronunciado si no se toman las medidas necesarias para
corregir el modelo de comunicación actual.
México ha perdido los beneficios de producir y circular su producto en nuestro territorio y ha perjudicado a la producción y circulación del resto del mundo occidental.
El modelo neoliberal, hasta el momento, sólo ha beneficiado al cine norteamericano
de gran capital incorporado en los grandes grupos de la comunicación y a un pequeño
grupo de empresarios de la exhibición nacional; esto nos ha convertido en consumidores de cine de EE.UU. con las repercusiones ideológicas que esto conlleva.
Si de lo que se trataba era de acabar con la expresión de nuestro imaginario fílmico
e incorporarnos mentalmente a los vecinos del norte como un Estado libre asociado
tipo Puerto Rico, se podría decir que es un éxito el modelo de integración a la economía
norteamericana impulsado en el salinato y que éste avanza a pasos agigantados en los
sexenios posteriores. (Ya no se pide visa mexicana a los visitantes extranjeros, sólo basta
que traiga la norteamericana. Ahora la introducción de electrodomésticos se hará con
las Normas oficiales de EE.UU. y Canadá y así un largo etcétera de despropósitos integracionistas).
El tlcan es una realidad dependiente que se refuerza ideológicamente día a día a
través de la apabullante oferta fílmica y televisiva norteamericana ofrecida a través de
las salas cinematográficas, los DVD y la televisión abierta y sobre todo restringida. Vean
cómo nos están educando cotidianamente a través de sus propuestas de cine infantil y
sus películas para adultos dobladas. ¿Dónde está la realidad mexicana?
Urge no dejarle la educación audiovisual a las empresas norteamericanas como ha
venido sucediendo en los últimos 20 años. La verdadera riqueza del mundo la hace la pluralidad del pensamiento. El modelo neoliberal sólo nos convertirá en una estrella más
de la bandera de barras y estrellas. Al tiempo.
COLOFÓN
Los creadores y artistas actuales de nuestro cine ya son producto de la educación audiovisual del tlcan. No vivieron el modelo de cine popular y sólo conocen el neoliberal.
A 20 años, la desmemoria del ser humano es sorprendente y ya no se imaginan que en
algún tiempo fuimos o intentamos ser una nación independiente y soberana cuyos productos fílmicos nos enorgullecieron y fueron elemento de unidad nacional.
Aprovechándose de esto, los negociadores y en realidad los grandes beneficiarios del
tlcan han emprendido una campaña mediática sobre los éxitos del tlcan a pesar de que
la realidad se empeña en desmentirlos, valgan como ejemplo las palabras de Jaime Serra
Puche que reconstruye algunos de los escasos momentos en que su persona y el equipo
de negociadores se ocuparon del campo cultural. Él afirma “Fueron tan sólo unos encuentros con intelectuales y artistas”. “Todo lo que incorpora bienes, servicios y productos culturales fue intocable. Me pareció muy sensata la argumentación de Michael
Wilson. A partir de tal decisión, nosotros pensamos que para México no había ni un pro
ni un contra muy grande en ese sentido, porque es de los tres países el que tiene la mayor
tradición cultural, la más antigua, la más profunda. Entonces no acabo de entender cómo
es que el proceso de apertura, se dice, afectó a la identidad nacional. No fue así”.
Oh, yeah, it´s rigth.
[ 121 ]
3
ubsectores de artes visuales
S
y editorial; artes escénicas
Las artes visuales: más sombras que luces
Angélica Abelleyra
La disyuntiva provocadora que nos presenta el foro Paso libre a la cultura para calificar
al Tratado de Libre Comercio para América del Norte (tlcan) como lubricante o engrudo
en el tema cultural, así como de observar sus tratos y maltratos hacia México a 20 años
de su firma con Estados Unidos y Canadá, tendrá sentido si nos sirve para plantear preguntas, poner el dedo en varias llagas y alcanzar posibles propuestas sobre este complejo sector en México.
La tarea de abordar con claridad al subsector de las artes visuales en específico resulta complicada porque su naturaleza es opaca. Por ejemplo, los índices de compraventa
de su mercado del arte no existen oficialmente; cada quien registra y hace sus propios
cálculos. Y de la misma manera que persiste la falta de transparencia y confianza a todos niveles sociales en este país, aquí domina también la suspicacia entre los eslabones de la cadena: artistas con galeristas, instituciones oficiales con agrupaciones civiles,
coleccionistas con autoridades hacendarias, secretarías de Comercio y Economía con
la diplomacia. Así, desde mi condición de periodista interesada en este universo, más no
de especialista en economía ni en la lectura analítica de estadísticas, trataré de compartir algunos puntos planteados por algunos actores en este conglomerado de lo
artístico-visual.
Ya sea en los ámbitos públicos o privados, este grupo se forma por mujeres y hombres
con amplia carrera de resistencia con obstáculos. Y en ese juego metafórico opcional de
lubricante o engrudo, masa que facilita o atrofia los intercambios, al ensayo le administramos otro flujo: la saliva que este grupo de actores y muchos otros agentes culturales
se han untado para sobar golpes, literalmente tragarla o para ayudarse a lanzar críticas,
sugerencias o exigencias, aunque podemos admitir que la llamada “comunidad artística
y cultural” se ha mostrado desvinculada y poco atenta a la organización y demanda del
[ 125 ]
[ 126 ]
debate, el análisis y la búsqueda de soluciones a tantos asuntos en el universo en que le
toca crear, vivir, desenvolverse.
Las reflexiones que aquí se plasman son apenas el arranque. Para cumplir con los objetivos del foro y el libro que nos reúne, queda abierta la tarea para las comparativas entre
México y los dos países firmantes a partir de los índices estadísticos y / o cuentas satélite.
Ya sabemos, las cifras no dicen nada si no llevan carne que las humanice junto con
una adecuada metodología de lectura y entrecruzamiento de datos. Precisamente para
darle cuerpo a las cifras o las problemáticas, traemos a estas páginas las consideraciones
de este grupo, integrado por dos especialistas en mercado del arte: la matemática Ercilia
Gómez Maqueo y el economista Rafael Matos Moctezuma; el investigador y curador del
arte Santiago Espinosa de los Monteros, exconsejero cultural de la Embajada de México
en Canadá. Finalmente está Miriam Kaiser, promotora cultural con 40 años de trayectoria en institutos como el Nacional de Bellas Artes y Literatura (inbal) y el de Antropología e Historia (inah).
Coinciden: en 20 años, el mundo de las artes visuales —antes llamadas artes plásticas
pero cuya denominación se amplió ante la incursión de nuevos medios tecnológicos y
plataformas como el video y la internet— ha extendido sus brazos en modos de creación,
aprehensión, flujos de producción, distribución y consumo. Sin embargo, esos pasos
andados hacia adelante y atrás, con letargo y recesos, no han tenido una relación directa
con la firma del tlcan.
Si algo es claro es que en estas dos décadas el mercado ha tomado las riendas del arte.
Han nacido museos privados a partir de colecciones ligadas al poder y al dinero: Museo
Soumaya, del Grupo Carso de Carlos Slim; Museo Jumex, de Eugenio López Alonso y
la fundación con nexos a la fábrica de jugos, por citar los dos más recientes hermanos
distantes, situados a escasos metros de distancia física pero kilómetros en lo conceptual (véase gráfico 1). Un museo universitario también vio la luz: el muac,1 Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la unam, que voces puntillosas han relacionado
con estrategias seguidas por galerías y ferias del mercado del arte: tendencia discutida
en España entre directores de museos como el Reina Sofía y el de Arte Contemporáneo
de Barcelona, lo cuales se tornan más “vulnerables” a la intromisión del mercado ante
la urgencia de financiamiento en las instituciones públicas (véase gráfico 2). Sin em1 El muac se inauguró en 2008 en el complejo cultural de Ciudad Universitaria, campus de la unam. Museo Soumaya
abrió en 2011 y Museo Jumex en 2013, ambos situados en una zona con escasez de recintos culturales, cerca del populoso
barrio de Legaria y el elitista Polanco. Véase www.soumaya.com.mx, www.fundaciónjumex.org y www.muac.unam.mx
Gráfica 1. MUSEOS PRIVADOS
Museo Soumaya /2011
Museo Jumex /2013
• 17,000 m2 construcción
• 2,500m2 construcción
• 6,000 m2 exhibición
• 1,600 m2 exhibición
• Un millón de visitantes a la fecha
• 300 mil visitantes al año (previsión)
• 2 millones 600 mil visitantes virtuales
• 2, 350 piezas / acervo Colección Jumex *
• 16 fondos de 30 siglos de arte europeo y de
América / 66,000 obras *
• Entrada 30 y 50 pesos
• Entrada gratuita general
• Descuentos a grupos de edad y estudiantes
Fuente: www.soumaya.com.mx
* www.arte informado.com
Fuente: fundaciónjumex.org/site/museojumex
* www.arte informado.com
bargo, en México somos ajenos al debate y todo queda en versiones aisladas que no
buscan puntos de encuentro.2
En tiempos actuales de flujos migratorios como regla global, en el arte el movimiento
se da en grado superlativo. Las nacionalidades están cada vez más diluidas y es frecuente
que un argentino viva en México y lo maneje una galería española. O que un mexicano con
galería estadounidense viva en Argentina. La feria chilanga de arte contemporáneo Zona
maco es ejemplo de estas mezcolanzas de identidades, esnobismo y dinero. Allí también
tenemos el intercambio a veces políticamente confrontante en inSite,3 festival binacional en la región fronteriza Tijuana-San Diego.
2 Miguel Ángel García Vega, El mercado del arte quiere tomar los museos (Blog ConArte y Sonante, El País, 9 de marzo
de 2014). Declaraciones de Bartomeu Marí —director del macba— y João Fernandes —subdirector del mrs—. Sobre
el MUAC, consultar en http://revistareplicante.com/mas-sobre-la-critica-del-arte-contemporaneo/ y El muac: evaluación y reestructuración I y II en http://www.proceso.com.mx/?p=301396 y http://www.proceso.com.mx/?p=302155
3 inSite es un proyecto binacional que organizó cinco exposiciones de arte público por medio de la comisión de
obras creadas para un contexto específico en la región de Tijuana (Baja California/México) y San Diego, (California/
EE.UU.). De 1992 a 2005 se comisionaron más de 200 obras que “conforman un análisis profundo sobre los aparatos de
control que operan en la construcción pública e ideológica de la frontera México/EE.UU.”, a decir de Lucía Sanromán,
curadora de la exposición inSite. Cuatro ensayos de lo público, sobre otro escenario (La Tallera, Cuernavaca, marzo/junio de
2014). En sus emisiones 1992, 1994, 1997, 2000/2001 y 2005, inSite abordó los temas de la frontera, la ciudad como laboratorio, el concepto de sitio como algo efímero, fluido y fugitivo; el espacio público, los flujos cotidianos y la concepción
política de la colectividad, a través de performances, proyecciones de cine, exposiciones, cursos y conferencias. Una de
las ediciones mediáticas fue Insite05, con el lanzamiento de Dave Smith como hombre bala para cruzar la barda fronteriza desde las playas de Tijuana. La siguiente emisión —sin fecha precisa para desarrollarse— será diseñada por el curador Osvaldo Sánchez desde la ciudad de México, teniendo como punto de partida “el barrio” como espacio para repensar lo público. Véase más en http://www.sic.gob.mx, http://ensayosbonet.blogspot.mx/2007/08/insite-05-arte-invisible.
html y entrevista personal con Lucía Sanromán (abril de 2014).
[ 127 ]
Gráfica 2. MUSEO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS
Y ARTES MUAC / UNAM NOV. 2008
• 13,947 m2 construcción
• 6,000 m2 exhibición
• 500 mil visitantes, a un año y medio de inaugurado.
• Acervo unam s/núm. “La colección pública más grande de arte
contemporáneo e internacional” en México (obras posteriores a 1952)
• Entrada 40 pesos. Descuento a grupos por edad y a estudiantes.
Fuente: www.muac.unam.mx y La Jornada, 13-nov-2006
[ 128 ]
Las identidades de los propios medios artísticos están desdibujadas. El arte visual es
multimedia y un músico hace instalaciones artísticas en soportes invisibles. Las instituciones de cultura han sido rebasadas por la realidad recientísima de chavos de 18 a 35 años
que conforman clusters creativos para generar proyectos y programas relacionados con
las artes visuales, la multimedia, la música y la edición. Lo hacen fuera de las instituciones
y los mercados culturales establecidos. El antropólogo Néstor García Canclini y el economista Ernesto Piedras han ofrecido datos del conglomerado en el D.F. que debiera ser
tomado en cuenta por instituciones y analistas al hablar de economía y cultura.4
UN CORO DE CUATRO VOCES. ESCUCHEMOS 5
1. Santiago Espinosa de los Monteros: “Si algo se ha logrado con el tlc es una suma
de negociaciones y proyectos culturales que han sido esfuerzos de personas, no de instituciones. El Estado en todo este tiempo ha querido poner en el extranjero una cara
amable cuando la vida cotidiana es diferente. Por eso, empieza por barrer tu casa y luego
4 Néstor García Canclini y Ernesto Piedras Feria (coords.), Jóvenes creativos. Estrategias y redes culturales, uam, Juan
Pablos Editor, 2013. En 2003, en el D.F. las industrias culturales representaron 8.92% de su pib, índice mayor al del pib
nacional, de 7.1%.
5 Entrevistas personales realizadas por Angélica Abelleyra, enero-febrero de 2014.
les pides a los demás que presenten a una Nación muy guapa aunque traiga los calzones
rotos. En todos estos años nunca hubo un real apoyo, además de que en términos tributarios hay una cantidad de cosas poco claras respecto de la salida y entrada de obra.
Cuando en México cerca de 80% de los espacios expositivos pertenecen al Estado y 20%
a los privados, en EE.UU. es a la inversa: sólo 20% son públicos y el resto es privado y
funciona bien porque se entiende que la cultura debe ser apoyada por la sociedad civil.
En México, cuando quieres instaurar un patronato o poner una tienda o librería resulta
tan complicado que se desincentiva; te orillan a hacer malabares burocráticos —no
quiero decir transas, pero sí movimientos poco legales—. Debería de haber más transparencia en todos sentidos”.
2. Ercilia Gómez Maqueo: “El tlc no ha beneficiado al mundo del arte y menos a su
mercado. Es más, el intercambio entre los tres países cada vez está más restringido y las
operaciones de importación y exportación de obras artísticas son un verdadero desastre. En términos fiscales estamos en la época de las cavernas”.
3. Miriam Kaiser: “Luego de trabajar 40 años en instituciones culturales, la política cultural no la encuentro. Política entendida como proyecto, idea, no existe. Sí hemos hecho
mucho pero no lo suficiente, y seguiremos mandando exposiciones de aztecas y mayas
al mundo, de Fridas y Diegos al infinito. No hay una programación sexenal. Si preguntas qué hay para el 2017 te mandan al diablo o te creen sospechosa. Hay una total ignorancia. Además, ahora resulta que la Secretaría de Hacienda rige los destinos del país...
y de la cultura, porque para hacer posible el control de entrada y salida de obra de arte
lo que vale es su famosa “ventanilla única” y no el inbal. Si antes había clandestinidad y
un panorama opaco, lo será más”.
4. Rafael Matos Moctezuma: “EL tlc ha servido de poco en todos los ámbitos. En el
caso del arte prácticamente no ha funcionado nada; claro, provocó muchos brindis. Y
bueno, hemos de ser justos con el gobierno mexicano: se maneja por ocurrencias en
términos fiscales. Tenemos al alto burócrata que dice: ¿qué tal si obligamos a todo aquel
que compre más de 150 mil pesos en arte que nos lo reporte, cada seis meses? Es la novedad, y lo que resulta es que la gente no compra arte o no pide factura. Y como la compra
es acumulable, tienes que llevar una cuenta por cada persona que te compró... por lo del
lavado de dinero. Cuando éste sucede allá arriba, entre los poderosos”.
[ 129 ]
¡MAMÁ! (PONGA CARA DE HORROR)... HACIENDA
[ 130 ]
Casi lugar común en el día a día del ciudadano mexicano, el tema hacendario es uno de
los principales escollos también en el sector de las artes visuales. Las “ocurrencias” de
cada sexenio en la materia, la falta de incentivos fiscales, la tramitología interminable,
la ventanilla única de Hacienda son condicionantes que afectan. Según se anuncia en la
página de la Coordinación Nacional de Artes Visuales (cnav) del inbal, para obtener una
exportación / importación definitiva o temporal de obra artística de los siglos xx y xxi
—de tipo no religiosa y no declarada Monumento Artístico— el interesado deberá hacer
los trámites por medio de la Ventanilla Única de Comercio Exterior Mexicano, vía el Servicio de Administración Tributaria (sat).6
Reflexiona al respecto Miriam Kaiser, ex funcionaria del inbal e inah, formadora de
al menos siete museos en el país: “Hacienda rige los destinos del país y del arte. Resulta
que sólo quien tenga llave fiel puede registrar la salida de obra. ¿Un chavo recién egresado de la escuela de arte, un señor artista de un pequeño poblado de Yucatán lo hará?
Claro que no. Agarra sus tiliches bajo el brazo y ya. Si antes había clandestinidad, todo
será más opaco. Además ¿quién supervisa a las compañías trasnacionales de paquetería?
Se supone que la aduana. ¡Ah, el panorama es negrísimo!”.
Ercilia Gómez Maqueo coincide: “No sabes lo que la gente hace para pasar piezas por
abajo del agua. Otra estrategia con lo contemporáneo es que si compras una escultura, el
escultor te da un cuaderno con las instrucciones para que se fabrique en el lugar de origen, la supervisa, firma un certificado y chiao. Lo que tienes que pagar de impuestos es
una aberración: aparte de todos los gastos, va entre un 35 y 50% de isr: casi impracticable
por la falta de comprensión”.
El extitular de la cnav del inbal, Santiago Espinosa de los Monteros, refrenda: “Las
normatividades del inbal y las de Hacienda son complejas y se contraponen. Por mi
escritorio pasaban las fichas técnicas de las obras que iban a aduana. No tuve empacho
de que eso se viera en otras partes. Se daba un manifiesto de exportación temporal, si se
vendía fuera había que pagar impuestos. Cuando son acervos del Estado, se gira una exportación temporal y deben volver. En obra que es patrimonio artístico7 se da una fian6 www.ventanillaunica.gob.mx. El glosario de lo que sale y entra queda registrado por Hacienda y lo notifica a la
cnav del inba, según informes de la instancia cultural.
7 En la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (1972), y siete decretos
presidenciales (con valor de ley), siete artistas mexicanos han sido catalogados como “Monumento Artístico”, lo cual
za para inhibir que el coleccionista la quiera vender en el exterior o se le dispensa
cuando es una persona confiable. En contrapartida, algunas veces no se puede ver en
México obra menos conocida de artistas que son patrimonio porque los coleccionistas
son desconfiados ante una ley bastante absurda por obsoleta —la Ley de Monumentos
del inah, 1972— y entonces el público en México se pierde de conocer obra que se supone
que el Estado protege. Todo es triste y disfuncional”.
Al respecto puntualiza Walther Boelsterly, titular de la cnav del inbal de 1997 a 2000:
“La importación de obra de arte es un trámite más fácil para los otros países. En el caso
de que quieras introducir de Estados Unidos un cuadro de Diego Rivera, por ejemplo,
debes tener la precaución de tramitar un permiso de exportación temporal hacia México
y luego comprobar que efectivamente salió de EE.UU. para que no tengas problema al
sacarlo de nuestro país. En términos administrativos es más sencillo porque se puede
introducir cualquier obra siempre y cuando se registre. Comparativamente, ha sido más
difícil para los mexicanos sacar su obra de México”.
Añade: “Con la serie de las recientes modificaciones en la reforma hacendaria todo
se ha problematizado. Ahora, el artista, el coleccionista, el artesano, deberán realizar una
serie de trámites ya no sólo en cuanto a la Ley de 1972 sino a una serie de gestiones ante la
shcp. Si bien sabemos que Hacienda busca formas de mayor recaudación, la radicalización de los argumentos para solicitar trámites hace que todo sea más difícil de cumplir.
Que me perdonen los señores de Hacienda pero habría que hacer distinciones y no medir con la misma vara a los empresarios que pueden tener más herramientas para salir
con sus obras al exterior, que un artista o un artesano.
“Recuerdo el caso hace unos años que se quiso sacar de México un cuadro de Dr. Atl.
El agente aduanal que impidió el paso fue el de EE.UU., ya que por la parte mexicana la
obra ya había pasado. Cuando llegó a EE.UU., el aduanal americano detuvo a los propietarios porque sólo lo podrían introducir en ese país con todos los papeles en regla. Qué
grave que ese funcionario hubiera tenido el conocimiento y control, y no en México.
Como sabemos, acá hay una práctica de irregularidades”. Actual director general del Fideicomiso Museo de Arte Popular Mexicano, Boelsterly plantea inconsistencias en la
significa que su obra está sujeta a supervisión del inbal en asuntos como restauración y exportación e importación
temporal/definitiva. Estos artistas son: José María Velasco (desde 1943), Gerardo Murillo Coronado (Dr. Atl) a partir
de 1964, José Clemente Orozco y Diego Rivera (desde 1959), David Alfaro Siqueiros (desde 1980), Frida Kahlo Calderón
(a partir de 1984) y Saturnino Herrán (desde 1987). Más en revista Nexos: “El patrimonio cultural y la ley”, de Irene
Herner: http://www.nexos.com.mx/?p=6337
[ 131 ]
legislación arancelaria en cuanto al tratamiento de la obra de arte. “Se le trata como cualquier otro producto. Si uno se fija, en las listas de aranceles es verdaderamente surrealista la manera como está clasificada la artesanía y la obra de arte: están en rubros sin
relación con el oficio o la profesión sino más bien con la materia prima que se utilizó
en la creación de dicha pieza. Entonces, si bien quien lleva hoy el chirrión por el palito
es Hacienda, lo urgente es que cambie la actitud tanto de los sectores institucionales
(Conaculta, inah, inbal y secretarías de cultura), como de la comunidad artística para
manifestarse, exigir y alcanzar un beneficio común; que galerías, artistas, museos privados y públicos se reúnan en Hacienda para ver beneficios y acuerdos. Esto nunca ha
sucedido, simplemente nos quejamos en el café, criticamos a todo mundo pero de allí
no pasa. Necesitamos ser menos apáticos, más formales y conformar grupos de trabajo
para analizar cuáles son las posibles soluciones”.8
UNOS CUANTOS NUMERITOS
[ 132 ]
El arte mexicano se vende bien en Estados Unidos y en otros destinos del mundo. Precisamente los más cotizados en el mercado internacional son los artistas declarados
patrimonio, o específicamente “monumento artístico”: José María Velasco, Frida Kahlo,
José Clemente Orozco, Diego Rivera, Gerardo Murillo (Dr. Atl), David Alfaro Siqueiros
y Saturnino Herrán.
Ercilia Gómez Maqueo da una lista de los top 20 en subastas internacionales (véanse gráficos 3 y 4). La fuente es el estudio sobre México en el libro The International Art
Markets. The essential guide for collectors and investors (Los mercados de arte internacional.
Guía esencial para coleccionistas e inversionistas).9 En el listado aparecen seis de los siete
“monumentos artísticos”: Frida Kahlo, Diego Rivera, José María Velasco y José Clemente Orozco en los primeros sitios. David Alfaro Siqueiros y Gerardo Murillo (Dr. Atl)
están por debajo en el récord de ventas, mientras que Herrán no aparece.
Del total, sólo Francisco Toledo y Rafael Coronel están en activo, el resto ha fallecido.
Aun cuando estos recuadros tienen información tope al 2008, Toledo se mantiene hasta
la fecha como el pintor mexicano en activo con la obra más cara en el mercado, con el
8 Entrevista personal realizada por Angélica Abelleyra. Abril de 2014.
9 Ercilia Gómez Maqueo y Rojas, y Patricia Bueno Delgado, en The International Art Markets. The essential guide for
collectors and investors, de James Goodwin (London, Kogan Page, 2008, pp. 207-213).
Gráfica 3. PRECIOS MÁS ALTOS ALCANZADOS POR ARTISTAS MEXICANOS
EN SUBASTAS INTERNACIONALES
Libro: The International Art Markets. Kogan Page (2008)
ARTE MODERNO
Artista
Frida Kahlo
Precio subasta (us $)
Fecha de subasta
5,616,000
24-mayo-2006
Alfredo Ramos Martínez
4,072,000
31-mayo-2007
Diego Rivera
2,800,000
17-mayo-1995
Rufino Tamayo
2,350,000
17-mayo-1993
José María Velasco
2,200,000
18-noviembre-1991
Remedios Varo
1,273,000
19-noviembre-2007
José Clemente Orozco
1,042,000
10-junio-2004
Gunther Gerzso
625,800
21-noviembre-2006
Francisco Toledo
622,400
31-mayo-2007
Ángel Zárraga
556,000
03-mayo-2000
Fuentes: www.shotebys.com, www.christies.com, www.findart.com, www.artnet.com
Gráfica 4. PRECIOS MÁS ALTOS ALCANZADOS POR ARTISTAS MEXICANOS
EN SUBASTAS INTERNACIONALES
Libro: The International Art Markets. Kogan Page (2008)
[ 133 ]
ARTE MODERNO
Precio subasta (us $)
Fecha de subasta
Leonora Carrington
Artista
541,000
19-noviembre-2007
María Izquierdo
497,000
23-noviembre-1999
Pedro Coronel
307,200
25-mayo-2005
Joaquín Clausell
300,000
15-noviembre-1995
David Alfaro Siqueiros
240,000
31-mayo-2007
Dr. Atl (Gerardo Murillo)
185,000
17-mayo-1993
Jesús Guerrero Galván
181,000
20-noviembre-2007
Raúl Anguiano
156,000
25-mayo-2005
Rafael Coronel
150,000
18-mayo-1994
Carlos Mérida
144,000
15-noviembre-2005
Fuentes: www.shotebys.com, www.christies.com, www.findart.com, www.artnet.com
Gráfica 4. EL MERCADO DEL ARTE MEXICANO EN CASAS SUBASTADORAS
DE NUEVA YORK COMPARATIVO 1992-2013
(Cifras en millones de dólares USD)
Fuente: US $ constantes base 1992: US Dept. of Labour Bureau Statistics www.bls.gov. Fuente México y subastas NY: catálogos y listas de
resultados
[ 134 ]
récord de 902,500 dólares (Christie’s N.Y., noviembre de 2011). Le sigue Gabriel Orozco,
con una venta por 665,000 dólares (Sotheby’s N.Y., noviembre de 2013).
Pese a estas cotizaciones que a todo mundo pone contento, Rafael Matos Moctezuma dice que el mercado mexicano del arte “es inestable y no ha logrado recuperarse
en 22 años, salvo picos ascendentes en 2007 y 2008” (véase gráfico 5).
Realizado por Rafael Matos a partir de los catálogos de las subastadoras de Nueva
York y México, el gráfico refleja lo sucedido en el mercado del arte mexicano en un marco comparativo de 1992 a noviembre de 2013. Sólo en los años 2011, 2012 y 2013 se han
sumado las ventas en México. En rojo se destacan los índices con referencia al tipo de
cotización del dólar en 1992. Se observa que los 24.9 millones de dólares en ese año no
fueron superados sino hasta 15 años después, cuando en 2007 se acumuló una venta por
38.4 millones de dólares (o el equivalente de 26 millones de dólares, cotización 1992) es
decir, un aumento de 10% en la venta. En 2008 hay una recuperación de 20% con 45.7
millones (29.7 millones, cotización dólar de 1992) que cae dramáticamente en 2009 en
16.5 millones (10.8 millones en cotización dólar del 92).
Para 2011, a la venta en EE.UU. por 27.9 millones se suman las ventas en México vía
subasta por 8.5, con la resultante de 36.4 millones (22.5 millones en cotización de 1992).
Para 2012, a 19.8 millones vendidos en EE.UU. se adicionan 11 millones vendidos en México, con el resultado de 30.8 millones (18.7 millones de dólares del 92). Finalmente, para
2013 —hasta noviembre— en subastas de arte mexicano en N.Y. se sumaron 19.1 millones,
más lo vendido en México por 11.8, da un total de 30.9 millones (19.1 millones de 1992).
Aquí hay que hacer una acotación respecto de China: el informe anual sobre el mercado del arte elaborado por Artprice en seis idiomas, a partir de 6.3 millones de resultados de subastas de 4,500 casas subastadoras en el mundo, pone de relieve el impulso del
mercado chino sobre el conjunto del mercado del arte: 41.4% de las ventas totales en
2011, que fueron de 11,570 millones de dólares. En tanto, EE.UU. reflejó 23.6% y Reino
Unido 19.4%. Muy por debajo estuvieron Francia (4.5%), Alemania (1.8%), Suiza (1.4%)
e Italia (1.2%). El resto de los países acumuló el 6.7% restante10 (véase gráfico 6).
Gráfica 6. EL MERCADO DEL ARTE EN 2011 Y LA TAJADA EN CHINA
El informe 2011 sobre el mercado del arte elaborado por Artprice, a partir de resultados en 4 mil 500 subastadoras
en el mundo, destaca el impulso del mercado chino: de las ventas totales por 11 mil 570 millones de dólares,
China tuvo el 41.4% de las ventas, EU el 23.6% y Reino Unido el 19.4%.
REINO UNIDO
19.4%
$2,240
millones USD
EU
23.6%
$2,720
millones USD
CHINA
41.4%
$4,800
millones USD
Fuente: artprice.com
10 Rafael Matos Moctezuma, “Producto de ventas públicas de Fine Art en 2011”, con información de Artprice.com
[ 135 ]
FRIDA REPETIDA ¿Y LOS OTROS ROSTROS?
[ 136 ]
Coincidentemente con su ubicación en los récords de venta de arte internacional como
la segunda artista mujer más cara de la historia del arte (la primera es la estadounidense
Georgia O’Keeffee), Frida Kahlo es desde los años noventa icono del arte mexicano en
el mundo. Desde antes del tlcan, ella y el arte prehispánico fueron bandera diplomática
mexicana surgida de la iniciativa y el apoyo en dineros de Televisa, para “representar”
a México en EE.UU. en la exposición Esplendor de 30 siglos, realizada en 1990 en el Museo
Metropolitano de Nueva York (met).11 Frida, junto con las cabezas olmecas y la traza de
mayas y el arte colonial fueron estrellas junto con la cantante pop Madonna y el poeta
Octavio Paz, los Rockefeller y Carlos Salinas de Gortari en una confluencia de tonos y
alcances con un interés, dicen, al unísono: México.
Frida es el “caballito de batalla” que trascendió la fiesta de Esplendores. Sabemos de
su bandera izada por feministas, chicanos, Salma Hayek, una secta de kahloístas que
hacen dos días de asueto en su nombre. También está Frida Kahlo Corporation o Frida
Kahlo/Pasión por la vida,12 a iniciativa de la sobrina de la pintora, Isolda Pineda Kahlo,
para “licenciar el uso del nombre de FK a los mejores corporativos nacionales e internacionales, supervisando los niveles de calidad, cuidando que siempre se exprese y se respete la verdadera esencia y pasión” de Frida. Isolda Pineda se asoció con el empresario
venezolano de origen gallego Carlos Dorado, y desde 2006 poseen los derechos de la
marca Frida Kahlo para vender tenis, cervezas, jabones, velas, cremas, corsés, tequila,
muñecas. Las oficinas están en Miami, Florida.
11 México, Esplendores de 30 siglos fue la exposición que ocupó 5 mil m2 en 25 salas del Museo Metropolitano de
Nueva York (met), entre octubre de 1990 y enero de 1991, y viajó después a Los Ángeles y San Antonio. Otra versión
vino al Antiguo Colegio de San Ildefonso (D.F.) en mayo de 1992. Suma de arte precolombino, colonial, del siglo xix
y hasta 1950 del xx, Esplendores fue en EE.UU. la estrella del programa cultural México. Una obra de arte (más de 150
exposiciones y eventos culturales) surgido a iniciativa y con el patrocinio de Emilio Azcárraga a través de la fundación privada Friends of the Arts of Mexico, auspiciada a su vez por otro organismo mexicano: la Fundación de Investigaciones Sociales apoyada por las empresas Televisa, Bacardí, Domecq, Grupo Cuervo y Seagram’s. Como Esplendores se limitó el arte producido hasta 1950, la trasnacional ibm y el Conaculta organizaron la expo Pintura Mexicana
1950-1980 con obra de 41 artistas como José Luis Cuevas, Vicente Rojo, Francisco Toledo, Alberto Gironella, entre
otros. Parallel Proyect fue otra serie de exposiciones con obra de artistas jóvenes que organizó la tríada de galerías
Arte Mexicano, omr y Arte Actual Mexicano, patrocinada por Cementos Mexicanos (véase Irene Herner en Nexos,
http://www.nexos.com.mx/?p=6024)
12 www.fkahlo.com y www.fridakahlocorporation.com
Desde este lado de la barrera, a nivel local Santiago Espinosa de los Monteros lamenta que México mismo alimente a Frida Kahlo como “el lugar común” y desearía que
las instituciones ampliaran “la cara” de México en el mundo, sobre todo si no es tan
bonita. Dice que Las dos Fridas, por ejemplo, el cuadro más representativo de la Kahlo
y acervo institucional (del Museo de Arte Moderno del inbal), “corre riesgos si continúa
viajando porque todos los presidentes lo piden como compañía en sus giras. El soporte
de la tela con base en algodón es vulnerable y si bien hay recomendaciones para hacerlo
patrimonio inamovible, esto “se lo han pasado por el arco del triunfo”, dice el curador.
Veremos si por fin reposa Las dos Fridas, pero al lado de esta Kahlo-muletilla, México
sigue con la tendencia de no poner cara fea en el mundo. Sucedió en Italia y tuvo eco global ligado con las relaciones México/EE.UU. Fue la presencia de Teresa Margolles en la
Bienal de Venecia 2009 con su obra De qué otra cosa podríamos hablar. Una instalación
“políticamente corrosiva”, definió el curador Cuauhtémoc Medina, conformada por una
banca de concreto, telas a manera de banderas y lienzos sobre muro impregnados con
residuos de sangre, producto de las muertes violentas en Culiacán y Ciudad Juárez por
el narcotráfico. Algunas telas estuvieron en puerta y ventanas del pabellón oficial de
EE.UU. A decir de Santiago Espinosa, el expresidente Felipe Calderón palmoteó en la
mesa por la imagen incómoda y relevó a un diplomático.
EL MEXICAN MOMENT Y ZONA MACO
Para cerrar, algo sobre la feria de arte Zona maco (véase gráfico 7), una de las formas visibles del flujo económico. Muchos le llaman el Mexican moment: la feria lleva en la ciudad
de México once emisiones. En 2013 reunió 40 mil visitantes, 115 galerías y 1,500 artistas de 21 países en 10 mil m2. Muchos números, pero los de venta no se hacen públicos.
Paradójicamente, este espacio que inició como de arte esencialmente contemporáneo
ha dado cabida a lo moderno con el paso de los años. Cuestión de asegurar sobre lo conocido: un Picasso, un Miró, un Rivera o un Orozco (no Gabriel sino José Clemente; el primero estaría en otros pasillos). Además de ampliar el número de participantes y público,
la feria ha provocado —durante sus once años— la salida de ferias paralelas o alternativas
como Estacionarte, Chachamaco, Y cuando el dinosaurio despertó... hasta la más reciente denominada Material Art Fair, con 39 expositores —de los cuales 30% procedían
de ciudades de EE.UU. y una de Toronto— para apoyar a artistas jóvenes y prácticas
[ 137 ]
Gráfica 7. FERIAS DE ARTE
Zona maco / mex / 2013
Basel miami / eu / 2013
• Nació en 2003
• Nació en 2002
• Crear coleccionistas*
• Supermercado del arte / vivir
de compradores*
• 11,300 m2 exposición
• 258 galerías (50% de EU y LA)
• 1,000 piezas de arte
• Seis galerías mexicanas
• 125 galerías / 14 de EU **
• 4,000 artistas de 31 países
• Ninguna de Canadá **
• 75,000 visitantes (2013)
• 30 de México **
• Arte contemp. + arte moderno
• 40 mil visitantes (2013)
• Arte contemporáneo + arte moderno
* Fuente: Pablo del Val, director artístico Zona maco. Gentleman
México, feb. 2014
** www.artishock.cl
Fuente: //www.artbasel.com/en/Miami-Beach
Gráfica 8. THE ARMORY SHOW / NY, 1994
(original, 1913)
[ 138 ]
• 30 galerías en la Gramercy International Art Fair. 50 USD la participación.(1994)
• 74 galerías (37 de EU) / 8,000 visitantes (1999)
• 200 galerías de 30 países (2013)
• Arte contemporáneo + arte moderno
• Marzo 2014: Doce ferias sólo en NY *
Fuente: http://www.masterarteactual.net/spip.php?article164
* www.hyperallergic.com
emergentes.13 Además, como tendencia estadounidense y europea, México tiene desde 2013 su Gallery Weekend o tres días con quince galerías que abren al unísono en las
zonas de Polanco, Condesa, San Miguel Chapultepec y Roma. Abonar la tierra para el
coleccionismo contemporáneo.14
Frente a Art Basel Miami y The Armory Show (véase gráfico 8) —donde participan
desde 2006 alrededor de seis galerías mexicanas—, Zona maco es pequeña pero engorda.
A lo largo de los años, la feria mexicana ha incrementado el número de países y galerías
participantes, aunque ha sido constante su interés por mantener una representatividad
internacional más europea y estadounidense que latinoamericana, además de contar con
una participación promedio de 20% de galerías de México en cada emisión. Otra constante ha sido la presencia de galerías de EE.UU. y Canadá y la poca atención a las galerías
procedentes de Asia y África del Sur que, como sabemos, son puntero en el mercado internacional global en el caso del arte chino e hindú, principalmente.
La historiadora del arte Kerstin Erdmann ha investigado la feria mexicana —antes
llamada Femaco— entre 2004 y 2008. En su estudio de caso para obtener la Maestría
en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana,15 anota la dificultad de conocer
las cifras exactas por concepto de ventas. Sin embargo, anota el tanto de 15 millones de
dólares facturados en la emisión de Femaco 2004, cuando se enlistaron 43 galerías de once
países y la visita de 15 mil personas. Así, entre aquella primera emisión y la décima, en
2013, ha habido un crecimiento que casi triplica el número de visitantes y galerías, en tanto
se duplicó el número de países. La feria, reiteramos, engorda.
De la misma manera, crece la producción de obra en nuevos soportes tecnológicos.
El mundo del arte está en internet desde hace rato, los internautas lo demandan y los corporativos online apoyan ferias de arte en Sillicon Valley (San Francisco), cluster de la innovación y desarrollo tecnológico de EE.UU. Google lo sabe: en diciembre abrió su instituto
cultural en París. No se conforma con su plataforma online y museo virtual con 57 mil
obras de 400 museos de 50 países: la Google Open Gallery. Su nuevo instituto supone un
13 www.material-fair.com
14 www.galleyweekendmexico.com
15 Erdmann, Kerstin. “femaco (Feria de Arte Contemporáneo en México) y su posicionamiento en el teatro de las ferias
de arte”. Estudio de caso para obtener el grado de Maestra en Estudios de Arte. Universidad Iberoamericana, México,
2008. Ya no hay cálculos de ventas para los años 2005 a 2008 pero sí el número de países y galerías participantes: 53
galerías de 13 países, en 2005; 72 galerías de 16 países en 2006; 84 galerías de 15 países en 2007, y 85 galerías de 17 naciones en 2008.
[ 139 ]
laboratorio creativo para financiar proyectos apoyados en las nuevas tecnologías. Una
de las aristas es 89plus, convocatoria a creadores nacidos después de 1989 y con un
plan de trabajo tecno-artístico que ya se presentó en México vía Museo Jumex y los curadores Hans Ulrich y Simon Castets. Se han realizado convocatorias en Hong Kong,
Nueva York, San Francisco, Zúrich, Miami, Río de Janeiro.16 La globalización a todo lo
que da. Y México, o al menos una parte, allí.
COLOFÓN: ALGUNAS PROPUESTAS
A partir de sugerencias de los entrevistados, enlistamos algunas propuestas para revertir
la opacidad del sector de las artes visuales.
[ 140 ]
• Que el Estado reconozca la importancia del arte en el desarrollo civilizado y equilibrado del país. Que tenga conocimiento sobre el modus operandi del sector para
restablecer una legislación promotora acorde con el registro y consolidación de las
artes visuales y su mercado, no de persecución y de terrorismo.
• Dar funcionalidad a la ley de protección del patrimonio artístico, sin que el Estado
abandone su objetivo de conservar y proteger la obra de los artistas mexicanos catalogados como Monumento Artístico.
• Que todos los agentes involucrados en el sector de las artes conozcan y tengan clara
la Ley de Patrimonio de 1972, la Ley de Derechos de Autor y de la Propiedad Intelectual e Industrial y las leyes hacendarias para atender los movimientos fiscales, deducciones impositivas y obligaciones de cada uno de los actores: artista, promotor, galerista, etcétera.
• Profesionalizar a los artistas, promotores culturales y administradores de recintos
culturales sobre los requisitos de manejo de obras de arte y sus movimientos de exportación / importación.
• Demandar la coordinación de autoridades culturales y hacendarias en la consulta
y adecuación de medidas arancelarias e impositivas que faciliten el registro de obra
artística para su exportación y/o importación. Que la “ventanilla única” del sat no
gobierne ni nuestros destinos ni los del arte.
16 http://89plus.com
• En vista de la futura firma de otros tratados comerciales, que la comunidad artística
y cultural establezca foros de análisis y discusión de las legislaciones que impactan
al sector en sus cadenas de producción, distribución y consumo culturales en México para establecer lineamientos que lo respalden y otorguen beneficios y responsabilidades tanto a nivel individual como social.
Ojalá que estas propuestas y otras surgidas en más subsectores culturales animen
el análisis, el debate y las propuestas para el bien de la comunidad artística y cultural de
México frente a los retos y lo que la globalización y múltiples tratados por venir le imponen en pleno siglo xxi.
[ 141 ]
La industria editorial: Todo lo impreso
se desvanece en el aire
Braulio Peralta
I: ALEMANIA, LA MECA DEL LIBRO
Ir cada año a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt es encontrarse a lo más granado de la industria editorial del mundo en diversos idiomas: autores, editores, libreros,
agentes literarios, distribuidores, directores generales de otras ferias en el planeta y, hasta
el final, los lectores de libros. Cinco edificios de dos a cuatro niveles atascados de gente:
de 150 a 300 mil visitantes. El número de países representados es de no menos de cien.
Literatura para todo gusto: de lo serio a lo mórbido, del prestigio a la basura, del fracaso
al bestseller, del autor de moda al clásico antiguo o contemporáneo. Si un editor no ha ido
al menos una vez en su vida, seguro entiende menos el oficio al que se dedica.
Frankfurt es la meca de los libros. Y una certeza: es ahí donde se manejan los millones de dólares para la contratación de libros en cualquier lugar del planeta. Lo ha sido
por siglos, donde se han llevado batallas dignas de contarse: del papiro al papel, y de ahí
a la pantalla de lectura o el libro electrónico. Una batalla que no concluye, una guerra
que no termina, un suceso poco estudiado a pesar de lo escrito en redes sociales o libros
impresos. Un mundo editorial que se ha venido transformando: la industria del libro no
es lo que fue y no sabemos aún hacia dónde irá los próximos años. Una cosa es cierta:
Frankfurt sigue allí, a pesar de que podemos adquirir derechos de autor simplemente
con un correo electrónico sin necesidad de ir a la feria. Con todo, nadie quiere perderse
el glamour de estar presente en el evento anual. Hay en Frankfurt un aire de fiesta, nostalgia y misterio...
La industria editorial ha ido perdiendo la posibilidad de abrir ventanas a la literatura
y el pensamiento: porque el comercio del libro encontró en consumidores de escasa cultura una forma de sentirse protegidos por el aura de la llamada “autoayuda”, o creerse
[ 143 ]
[ 144 ]
informados con libros de “ocasión” sobre los sucesos de un país. Ganó el cliente y el
dinero frente a la creación y el lector culto.
El libro no es lo que era cuando en el siglo xv apareció la imprenta, aunque se lea más
que entonces: bastaría con revisar el libro de Gabriel Zaid, Los demasiados libros, para
observar la crueldad de la historia del papel con letras. Lo hoy publicado no es el resultado de sociedades más cultas, sino de un mercado donde impera un lector poco avezado.
No estoy contra las leyes del mercado: las industrias venden. Punto. Pero es necesario
defender a un público culto contra la “moda” y el “comercio” sin pensar en la cultura. Con
todo, persiste un segmento casi marginal de lectores que buscan literatura, frente a
consumidores de libros casi sin autor, donde lo que importa es que sean famosos, ni
siquiera que redacten bien. Bastaría darse una vuelta en librerías y revisar las primeras
páginas de esas “obras” para saber que no miento.
Todo empezó en la década de los ochenta con la compra por grandes trasnacionales
de editoriales pequeñas hoy casi desaparecidas en medio de un rimbombante nombre
alemán, inglés, francés, o desde luego español. El negocio de unos cuantos. Monopolio
de mercado al alza, a pesar de la crisis editorial. Aun en la era digital, el libro es y seguirá
siendo un negocio en el que los únicos perdedores serán los lectores cultos, los antiguos editores y autores que se han negado a entrar al negocio de las letras para consumidores (aunque tengo dudas, siento que la era digital será positiva para todas las partes).
Algo hicieron mal los editores de antaño, los mejores, los que inventaron un negocio
que a algunos de ellos los llevó a la ruina y tuvieron que vender su editorial o perdieron la
energía con los años y decidieron liquidar su empresa. Digo que hicieron mal un negocio
redituable porque fueron incapaces de subirse al mundo donde el marketing es la panacea
de la globalización. El marketing no es el diablo: es un instrumento para capturar lectores
indistintos, cultos o no, pero con intención de crecer el mercado. Sería errático satanizar
al mercado y al marketing, como si no fueran importantes esos consumidores —incultos,
sí—, pero muchos de ellos serán algún día capaces de ir más allá que pedir autoayuda...
Todo prejuicio corroe y mata. El triunfo del factor humano es un título de Reinhard
Mohn, heredero de Bertelsmann. Se trata de estrategias para gestionar libros. No está
mal darle una leída: los editores y autores sobre literatura y pensamiento tendrían que
vislumbrar su futuro. Darnos la oportunidad de ir a la búsqueda del libro perdido. Hagamos caso de esta obra: los alemanes, con su feria de Frankfurt, con uno de los grupos
trasnacionales más poderosos—Penguin Random House, del que es socio mayoritario
Bertelsman—, saben por qué es posible pensar y pisar fuerte en el mundo editorial.
II: ESTADOS UNIDOS, EL COLOSO DE LAS VENTAS
Editar bestsellers en Estados Unidos es cómodo, fácil y redituable. Basta ver la lista de los
más vendidos, los nombres que encabezan la tendencia, seguir la historia de esos éxitos y ofrecer un adelanto de derechos de autor para garantizar su edición castellana...
Gana el que mejor paga la titularidad hasta por diez años: sin dinero no se mueve una hoja
de papel impresa. ¿Eso es un buen editor o sólo tiene una buena chequera? No importa la
respuesta: igual Estados Unidos domina un gran segmento del mundo editorial con sus
productos, los libros. Eso es lo que importa en el pragmatismo de la economía.
Hoy, un editor es un técnico, un gestor de la economía: que sabe lo que el dueño de una
trasnacional exige para sacar el presupuesto del año. Créanme: con colmillo, no es difícil.
Bastaría con leer memorias de editores extranjeros que dedicaron parte de su vida al negocio del bestseller: libros la mayoría en poder de agentes literarios, encargados de aceptar o
rechazar ofertas de las grandes editoriales del mundo. Los agentes son los verdaderos jeques para decidir el destino de un autor y su obra, sea buena o mala. Los editores hace buen
rato han quedado en segundo término. (Aunque existe una leyenda en torno al agente literario más famoso del mundo inglés, Andrew Wylie; la puede leer en las redes sociales. Él
apuesta por la literatura y lo hace mejor que editores que laboran para una trasnacional
dedicada a los números. Y ahora que se asocia con la española Carmen Balcells, poseedora
de una nómina de autores de primerísimo nivel, más. Ellos son la dignidad de los mejores
autores contemporáneos que apuestan por la literatura, sin detrimento de las ganancias).
Los editores tienen dinero para gastar, sí, pero para hacer ganar a una empresa: una
equivocación puede costarles el empleo. Apostar por un libro de calidad, de prestigio pero
de escasa venta, es peligroso: mejor dejarlo en manos de su autor, que piensa que salva a la
humanidad con su manuscrito de ideas y sueños. (Es sarcasmo). Los “editores” no deben
tener ningún sentimiento de culpa para decidir el destino de un libro así: no se publica.
La soberbia para editar es uno de los más graves problemas frente a la realidad: las ventas
del libro. Todos son culpables menos el autor. En la industria editorial el único responsable a los ojos del dueño es, precisamente, el editor: no el vendedor, el distribuidor de
libros, ni la publicidad. Aunque la verdad es la suma de todas las partes involucradas. Al
editor se le cargan los fracasos. Algo que un autor mediocre y soberbio nunca entenderá.
Menos esos escritores que creen van a ganar el Nobel de literatura. No es broma: tengo
confesiones de muchos que he publicado, soñadores sin ninguna esperanza pero con
ego robusto (sin nombres porque son más que varios).
[ 145 ]
Los grandes difusores del libro de ayer no tienen cabida en la industria donde lo importante es vender, no hacer catálogo; autores de prestigio, títulos para las generaciones del futuro. Se acabó. Adiós al xvii, considerado el siglo de la erudición, el inicio de las
grandes bibliotecas del mundo. En el xxi, ¿qué va a quedar de lo que hoy conocemos?
Muy poco a pesar de las listas anuales con “lo mejor del año”.
III: ESPAÑA, LA EXPERIENCIA TRASNACIONAL
[ 146 ]
Un exdirector general de Random House Mondadori de España —hoy Penguin Random
House—, tenía un bat de plástico, tamaño profesional, en su oficina. Cuando llegaba la
junta anual con los editores de toda América Latina en su oficina de Barcelona, el señor,
con ese poder de decisión, acostumbraba llevar el bat en su mano derecha: lo blandía
por los aires y decía de entrada:
—Pregunto, editores: ¿llegaremos al presupuesto de este año?
Con la interrogante continuaba un golpe con el bat sobre el escritorio. Los profesionales reían con la bromita. En el fondo, muchos lo veíamos como intimidación psicológica de pésimo gusto —de inspiración nazi—, algo que parecería imposible en un mundo de libros. De la broma con el bat al impulso de pegar de verdad, había un paso: aunque
nunca llegó más que a repetir varias veces el batazo cuando algo no le agradaba, y las
risas nerviosas...
Alto, corpulento, de tez morena, atractivo y con voz grave, el italiano no llegaba a los
40 años de edad. Me niego a pronunciar su nombre. Pero quiero dejar mi constancia por
escrito, por una simple razón: la presión a que someten a un editor por su presupuesto
anual que, por otra parte, obtuve la mayoría de veces.
Habló de ese grandulón en uno de los conglomerados editoriales más poderosos.
Desde Nueva York, de la cabeza de la organización —tampoco menciono su nombre—,
se cuentan cosas dignas de leerse. Quien lo dude, asómese al perfil que sobre él han escrito
en The New York Times. Yo lo conocí en la ciudad de México, antes de que se fusionara el
grupo Bertelsmann con Grijalbo, y naciera Random. Con mi inglés champurrado le explicaba las novedades editoriales de Plaza y Janés, a lo que el magnate me dijo, muy serio:
—No me explique los libros: Solo dígame cantidades y ganancias...
Respecto al hombre de España —el del bat—, lo vi muchas veces. Lo padecí muchas
veces. Pretendía rebajar mi puesto de director editorial al de director literario. No acepté.
Sucedió sin la solidaridad de nadie del grupo para el que trabajé. Siempre fui incómodo
porque siempre manifesté mis opiniones contra una burocracia editorial, el verdadero
enemigo del libro. Obviamente, me renunciaron bajo acuerdo. Era ilegal a todas luces
pero un empleado de confianza no puede hacer nada por sus derechos. Aquel señor—y
otros—, sabían amenazar, con o sin bat.
Lo cuento ahora porque pocos tienen idea de lo que es trabajar en un emporio trasnacional, hasta que uno es testigo de primera mano. Ser editor es el cielo y el infierno.
El paraíso si sueñas con libros sólo de literatura, y el espasmo ante resultados donde el
dinero no cubre el presupuesto consignado. ¡Y pensar que todavía me pasé casi cinco
años en otra editorial trasnacional, el Grupo Planeta! No cabe duda de que no terminaba de entender que aquello no era mi delirio. Lo peor: la gente ignorante que te critica por los libros que editas, cuando ni idea tienen de las necesidades de una empresa
que vive de libros.
IV: MÉXICO, HISTORIAS DE UN FRACASO
En México, según la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales realizada por el Conaculta en 2010, confirma un lugar común: más de la mitad de los mexicanos no adquieren libros para lectura. Con exactitud: 57% de los mexicanos ni siquiera
conoce una librería. O con números para que no tenga dudas: no más del 2% de los 100
millones de mexicanos, apenas lee un libro, que no sea escolar. ¿Así, o peor?
Si nos atenemos a la realidad, los editores conforman una industria editorial sin grandes visos de cambio en las próximas décadas. Es probable que sea por el lado de los libros
electrónicos que estos datos duros puedan cambiar paulatinamente, una vez que la mayoría posean servicio de internet en casa. Pero nada está escrito. Hoy, el libro tradicional
e impreso luchan por el mercado: el primero con el 70%, y el segundo con un 30%, en cifras
mundiales calculadas por los consorcios trasnacionales. La diferencia es que en un libro
de papel, los riesgos de pérdidas son inmediatas a los tres meses de una novedad: el resultado se palpa en las bodegas. En cambio el libro electrónico espera siempre ahí, en el
ciberespacio, a un cliente potencial.
Por eso es sano que un editor conozca la bodega de libros, el stock de obras que toda
empresa editorial tiene celosamente oculta. Libros en su mayoría sin posibilidades de
venta, una vez que retornaron de su primera distribución sin captar el interés del lector.
[ 147 ]
[ 148 ]
Que un editor no visite esas bodegas es negarse a observar de primera mano los fracasos
en su elección para decidir el libro que, creyó, sería un gran éxito comercial.
La primera vez que tuve oportunidad de ir a la bodega la imaginé como un cementerio de ideas que ni siquiera sobrevivieron, de cara al lector. Múltiples razones para el
fracaso de una obra. Los editores son soñadores; los vendedores, gente que apenas mira
la portada del volumen sin conocer sus contenidos: asume que el editor les cuenta la historia, que vierte al distribuidor para que lo adquiera para su colocación, y a esperar su
destino... si encuentra un lector o regresa a las bodegas.
Los fracasos del editor se huelen en esas bodegas. Sueños rotos en todo tipo de
género: narrativa o poesía, ensayo o crónica, autoayuda o supuestos bestsellers... Una
lista interminable de títulos que son un desastre económico para la editorial. Obras que
fueron “novedad” y salieron a la venta en una primera ronda, una segunda y quizá hasta
una tercera ocasión. Si no venden, el retorno a las bodegas será su tumba, hasta que llegue
a la trituradora, la desaparición absoluta de toda idea contenida en una página. Vida
cruel para un editor con ilusiones.
Las grandes empresas trasnacionales tienen igualmente bodegas enormes, insuficientes para tanto fracaso. Bodegas de libros que ahora salen a exhibición para venderse
a precios irrisibles en las ferias de libros de viejo: la vergüenza que se disfraza de éxito
cuando la realidad es otra. Dime qué libro publicaste y te diré que tipo de editor eres.
Enumerar los fiascos de un editor es hacerse hara kiri. Un editor aprende de sus errores: una larga lista de libros “extraordinarios” que por diversas razones no encontraron
su lector. O el vendedor no hizo su tarea, o el distribuidor no se interesó en el título, o
estuvo presente en librerías pero el lector simplemente ni lo peló. También, pésima difusión y peor publicidad. Un excesivo, inventado, o ineficiente mercado del libro. Es más
fácil fracasar que lograr un éxito de ventas.
Y así, hasta la eternidad. Una conclusión: ser editor de libros sigue siendo un misterio...
V: EL MUNDOY LA CRUELDAD DE LOS NÚMEROS
Cuestiones de las que nadie quiere enterarse
De un peso que se gasta para la producción de un libro, el porcentaje en la elaboración
del mismo es el siguiente: entre 23 y 26% es infraestructura de la editorial, de donde salen
costos para impresión, prensa y marketing del libro. Entre 45 y 50% va directo para su
distribución. El 8 y 12% son derechos de autor. Y el resto, aproximadamente 12%, son las
posibles ganancias de los productores, los hacedores de la industria editorial.
No existen en México datos exactos de la venta directa de libros en los canales de
distribución, a excepción de Sanborns. O sea: los distribuidores pueden vender el libro
o no y nadie puede exigir pago inmediato. Recuperar ese dinero lleva hasta nueve meses
para cobro. Las imprentas y librerías son los primeros ganadores en este negocio: cobran
su trabajo en un plazo no mayor de 90 días y las segundas tienen esos nueve meses para
liquidar la venta de un libro... O ninguno.
Los precios del libro suben hasta siete veces su costo o más, de cara al público, si son
nacionales. Lo mismo si son extranjeros, porque las exigencias de un libro importado
ante Hacienda, permisos de ingreso al país y demás cuestiones administrativas no leerán
nunca que un libro es cultura. Para ellos es negocio, como vender arte, medicinas o muebles. Es el lector el que paga los costos. Si un libro costó en producción 24 pesos, pues
vale alrededor de 148. O mejor: a peso por página, como viene sucediendo. Los extranjeros, si en sus países de origen cuestan, digamos, 100 pesos, aquí se dispara hasta en 700.
La vida de un libro puede durar como novedad no más de tres meses en exhibición. O
sea: se vende en esas fechas o simplemente regresa a la bodega a pudrirse como un fracaso editorial más. Si alguien quiere conocer a fondo el fracaso de la industria editorial le
aconsejo visitar sus bodegas, o ir a las ventas de saldos o a las librerías de viejo: ahí encontrarán libros con precios de hasta cinco pesos cuando llegaron a costar más de cien.
Para que la industria editorial no resulte un fiasco con todo lo anterior, los grandes
grupos trasnacionales tienen que producir entre 80 y 300 libros nacionales, más la venta
de los importados, que pueden sumar una cantidad similar. Todo a nivel anual. Lo importante es facturar: sumar una nómina alta para que al final los costos reditúen. Y
conste: la mayoría de las veces no pasa ese ideal, salvo que entre a la nómina de libros el
bestseller que ese mes salvará las ventas.
No me gusta culpar al tlc o al comercio editorial de lo que sucede dentro de la industria
del libro. El problema es multifactorial. Pero el humano ocupa sin duda una parte importante para que la industria crezca o sea un desastre. Se necesita enjundia para que un
libro sea exitoso. Parte del editor al vendedor o colocador de libros, al distribuidor, a la
prensa y al marketing. No importa siquiera que muchos de esos libros estén mal escritos:
Esa es la neta. Las conclusiones son evidentes: los libros se traducen en dinero, cuentas, pérdidas o ganancias.
[ 149 ]
Recomendación de lecturas:
Davies, Gill, Gestión de proyectos editoriales. Cómo encargar y
contratar libros, fce, 2005.
Epstein, Jason, La industria del libro. Pasado, presente y futuro
de la edición, Anagrama, 2001.
Ernesto de la Torre Villar, Elogio y defensa del libro, unam,
1999.
Escalante Gonzalbo, Fernando, A la sombra de los libros. Lectura, mercado y vida pública, El Colegio de México, 2007.
Mohn, Reinhard, El triunfo del factor humano. Estrategias para el
progreso y la evolución de la gestión, Galaxia Gutenberg, 2000.
Moret, Xavier, Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939-1975, Destino, 2002.
Schiffrin, André, La edición sin editores, Destino, 2000.
Vila-Sanjuán, Sergio, Pasando página. Autores y editores en la
España democrática, Destino, 2003.
Zaid, Gabriel, Los demasiados libros, Oceáno, 1996.
[ 150 ]
México traspasando fronteras
Viviana Amalia Basanta Hernández
México: país de una riqueza cultural inagotable, en el cual parte de nuestros retos es la
trascendencia desde sus raíces hasta nuestro tiempo, sin olvidar que el resultado se reflejará en el futuro.
Al afirmar la personalidad histórica y social de nuestro país se acentúan sus rasgos
básicos, uniéndose a nuevos factores culturales que rehacen las viejas formas, prestándoles nueva vida, expresión y diversidad. Esto constituye un patrimonio cultural que nos
ofrece un panorama muy variado, síntesis de nuestras raíces y geografía, que va desde
las danzas más antiguas a vigorosas manifestaciones en distintos momentos históricos,
dando gran riqueza al paisaje nacional y a las costumbres de este mágico país.
Así, para los espectadores de nuestra tradición, la cultura mexicana es sorprendente
por la espontaneidad de los bailes nacionales, nuestros usos y costumbres, que responden al sentir del pueblo mexicano y que se van actualizando en una expresión matizada
por las inspiraciones, aspiraciones, inquietudes, afectos, tendencias y creencias de nuestra gente, dando como resultado la fusión de distintas formas de expresión.
Pasamos entonces de la danza expresiva a los bailes que nos marcan estéticamente,
lo cual influye a la sociedad de la que estamos rodeados e influenciados. En este sentido
el Ballet Folklórico de México que fundó Amalia Hernández ha asumido el reto de cultivar el interés por el folclor, transmitiéndolo de generación en generación.
Desde sus orígenes la compañía tuvo experiencias que la llevaría a asumir su responsabilidad como embajadora artística de México en el mundo. De hecho, uno de los
acontecimientos que dieron pie a la formación y consolidación de la compañía fue la invitación que le hiciera el licenciado Miguel Álvarez Acosta, director del Organismo de
Promoción Internacional de Cultura para representar a México en los Juegos Panamericanos de Chicago en 1959. Esta presentación propició que el gobierno mexicano la
[ 151 ]
[ 152 ]
apoyara para realizar las funciones que tiene en el Palacio de Bellas Artes, convirtiendo
al principal recinto de la cultura en nuestro país en su sede; además de un sinfín de giras
y funciones que realiza a nivel internacional. Las invitaciones para que se presentara en
diferentes escenarios del mundo aumentaron.
En 1962 el Ballet Folklórico de Amalia Hernández efectuó la primera gira formal a los
Estados Unidos y Canadá con una duración de dos meses1 en las que estuvieron en varias
ciudades de Norteamérica, entre ellas Los Ángeles, San Diego, Portland, Chicago, Atlanta y Nueva Orleans. En 1963 regresaría para estar en Filadelfia, Boston, Connecticut,
Washington, Chicago, Detroit, Oklahoma y Miami, ente otras ciudades. Y los escenarios
han sido desde la reinauguración del Metropolitan Opera House y la Casa Blanca hasta
presentaciones en universidades y comunidades latinas. Las presentaciones en los Estados Unidos de América han sido constantes y se llegó a establecer una acostumbrada
gira, que llegó a sumar hasta 150 funciones al año.
Para cumplir con estos compromisos se estableció un grupo viajero de 60 personas,
de las cuales 40 son bailarines, 15 músicos y cinco son personal de apoyo. El número
varía según el presupuesto, el programa y el lugar de la gira.2 Esto definió su vocación de
traspasar fronteras con las expresiones de la riqueza cultural de México.
Muchos de nuestros compatriotas también pasan las fronteras del norte en otras
condiciones y motivos. Pensemos cómo eran los ojos hacia México antes de los años
treinta; se creía que éramos primitivos e inferiores. Y en décadas subsecuentes, la mayoría de los que cruzaba nuestra frontera eran trabajadores contratados debido al bajo salario que se les podía dar. Se les nombraba braceros.
Hoy millones de turistas, profesionistas, empresarios, científicos están interesados
en nuestro desarrollo no sólo económico sino cultural; en los años sesenta el Ballet
Folklórico de México traspasa fronteras y abre los ojos de mundo a nuestra cultura y
desde entonces ha sido fuente de inspiración no sólo para nuestros compatriotas sino
para extranjeros.
Hoy, los mexicanos más allá de la frontera con los Estados Unidos, los migrantes, se
unen para formar grupos que se convierten en pequeñas comunidades ya que todos cooperan para que un grupo se desarrolle artística y organizativamente. Posteriormente se
reconoce la importancia de que los estudiantes —desde niños hasta el momento previo
1 El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, Fomento Cultural Banamex A.C., 1999.
2 Ídem.
a entrar a la universidad— practiquen la danza. La danza folclórica se ha convertido en
parte integral de sus estudios y formación. La danza tradicional, la música de mariachi y
otros aspectos culturales, han abierto infinitas posibilidades de desarrollo de nuestras
costumbres, tradiciones, danzas y música, formas culturales más allá de las fronteras.
No puedo contabilizar el número de grupos de danza tradicional que existen, lo que sí
puedo decir es que están provocando un gran furor las competencias de danza. Esto incide en otros ámbitos: por ejemplo, las autoridades de los condados les dan más recursos
a las escuelas que tengan más trofeos ganados en las competencias de danza folclórica.
Las mismas autoridades son las que los apoyan la competencia. Paralelamente se da el
fenómeno de la necesidad de estudiar el patrimonio cultural dancístico: es necesario buscar maestros, coreógrafos e informantes en nuestro país para que el trabajo que realizan
los grupos de personas en los Estados Unidos esté bien documentado y bien realizado.
La fuerza parece realmente inagotable y debido a nuestra diversidad y riqueza se ha
vuelto una fuente interminable de inspiración; han quedado impresionados por nuestra
forma distinta de expresar la tradición, el arte y la cultura, y la participación se vuelve
motivo de gran orgullo, desde las grandes urbes hasta los pequeños poblados. Cada uno
en su propia forma de vivirlo y comunicarlo.
Hoy por hoy existe una profunda necesidad de estar orgullosos de nuestro país, de
que la imagen positiva alcance no sólo nuestras fronteras sino que las traspase, y esa imagen es posible gracias a nuestra cultura, nuestro arte, nuestra riqueza y nuestra tradición.
Así podremos fortalecer nuestros lazos de unión, versando sobre nuestros principios y fundamentos que se transmiten verbalmente para que perduren y garantizar un
diálogo de las naciones que nos permita reflexionar sobre nosotros mismos.
La cultura no sólo tiene aspectos comerciales, sino que es una fuente de identidad,
significado y desarrollo. De aquí que se derive la importancia de fortalecer los lazos culturales en distintos ámbitos:
1.- Educativo.
2.-Formativo.
3.-Investigación.
4.-Espectáculo.
Recordando a Juan González Alpuche, que nos habla de una definición de folklore:
“Arte típico nacido del alma popular, insertado en las tradiciones más profundas y por lo
mismo permanente y estable, de lenta evolución y siempre conserva sus características
[ 153 ]
[ 154 ]
fundamentales, afinadas por el transcurso del tiempo, la educación y el progreso, es
decir, no es un arte estancado pero sí eminentemente tradicional; no se transforma pero
sí se embellece y se utiliza”.
Nuestra riqueza no sólo radica en contar nuestra historia, ya que México canta su historia, pinta su historia, México baila su historia. Conocer los muchos México que habitan
en nosotros es motivo de orgullo. En la diversidad radica la diferencia que nos enriquece, si lo que podemos compartir se convierte en una fuerza motriz que nos lleva al diálogo entre civilizaciones y culturas, entre individuos y naciones.
Al respeto de la comprensión mutua, Amalia Hernández decía: “Nuestra cultura tiene
fuerza en su contenido, vitalidad en su expresión, dinámica en su intención, balance en
su composición”.
Elliot Weisner, ante la pregunta: ¿En qué contribuye el arte en la educación?, nos
compartía que “lenguajes estéticos nos permiten el acceso a la multiplicidad de los sentidos, significaciones que caracterizan la condición humana, acercarnos a la experiencia personal de otros... A manifestaciones perceptibles de ideas y emociones convertidas
en lenguajes estéticos”.
Asimismo, el arte y la cultura contribuyen a la formación de mejores individuos y al
desarrollo de una mejor sociedad. Esto se logra a través de la danza. Esto lo estamos
logrando traspasando fronteras con compatriotas y residentes norteamericanos de
origen hispano que han encontrado en la danza una contribución a su desarrollo.
Así, la cultura se convierte en un emblema representativo del México de ayer y hoy.
Dos escenarios a dos décadas de un tratado comercial
Las artes escénicas en el contexto del tlcan
Héctor Manuel Garay Aguilera
A dos décadas de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (tlcan) es difícil dar respuestas inequívocas sobre sus consecuencias debido a
la complejidad del proceso generado que implican mucho más que lo exclusivamente
económico, toca lo poético y desde luego lo cultural.
La apertura de nuestra economía al comercio internacional trajo un significativo crecimiento de las exportaciones.1 Sin embargo, otros componentes de la economía disminuyeron su crecimiento. Que México se convierta en un país desarrollado espera mejores momentos. El tratado es sólo un instrumento pero no la estrategia integral que
requiere nuestro país para desarrollarse; esta estrategia desde luego incluye una reforma
cultural, como lo ha afirmado el grecu.
El tlcan tuvo como fundamentos la necesidad de liberalizar los mercados locales,
abrir la economía a los flujos y mercados internacionales, reducción de las intervenciones públicas, privatización de los activos propiedad estatal. Varias de estas medidas se
tomaron con el supuesto de facilitar el comercio, pero influyeron en el desempeño de
subsectores culturales.
El tema de nuestro interés es el sector cultural y de manera particular el subsector
de las artes escénicas. Para iniciar la conversación sobre el tema expresaremos algunas
salvedades. Primero hablaremos de un sector que en apariencia no fue incluido en las negociaciones del tratado.2 Una exclusión manifiesta en la firma del Tratado de Libre
1 Del 7.8% del pib en 1970 al 38.6% en 2005. fmi, citado por Luis Rubio, México, 2025. El futuro se construye hoy, cidac, 2006.
2 En el caso de México, las industrias culturales quedan incluidas en el acuerdo, pero sí se estipulan limitaciones
relativas al porcentaje de inversiones extranjeras en el sector audiovisual, al requerimiento de usar el idioma español
en las transmisiones de radiodifusión, una cuota mínima de 30% de pantalla para el cine nacional y la restricción del
otorgamiento de licencias de radiodifusión. Hernán Galperi, Las industrias culturales en los acuerdos de integración regional: el caso del nafta, la ue y el mercosur, unesco, 1998.
[ 155 ]
[ 156 ]
Comercio de América del Norte (tlcan) fue la cultura. Sabemos cómo Canadá estipuló
una cláusula de “excepción cultural”. La posición canadiense sentó “un precedente legal
para otros acuerdos de libre comercio, en especial para la exclusión de las industrias culturales de la Ronda Uruguay del gatt lograda luego por la Unión Europea a fines de 1993”.3
Sin embargo, las consecuencias de la puesta en marcha de este tratado para los diversos subsectores culturales es evidente. El argumento dado en el tiempo de la negociación
fue que la fortaleza de nuestra cultura (El esplendor de treinta siglos)4 era suficiente
garantía ante las probables consecuencias del libre comercio. Veinte años más tarde uno
de sus principales negociadores, Serra Puche, afirma que faltó: “la dimensión industrial
a la cultura”. Este debería ser el tema a tratar, qué significa ahora la dimensión industrial o comercial de la cultura de cara a futuras negociaciones, y relacionarlo con el ajuste
de una política pública que vea en la cultura no sólo una forma de apoyo asistencial para
las comunidades artísticas, sino un medio de desarrollo fincado en la economía cultural.
La afirmación de que los flujos de bienes y servicios culturales se incrementan a nivel
mundial no es nueva. Hay indicadores de este suceso; por ejemplo, la tasa de crecimiento
anual promedio durante el periodo de 2002 a 2011 fue de 8.8 por ciento.5 Esto justifica
la importancia que adquieren ahora las industrias culturales y creativas a la luz de nuevos
tratados internacionales. El comercio mundial de bienes y servicios creativos totalizó
un récord de 624,000,000 de dólares en 2011, frente a los 559.5 mil millones dólares en
2010, de acuerdo con la Base de Datos Global de la unctad sobre la economía creativa.
Sin embargo, en nuestro país no se le da importancia debida, a pesar de que México es uno
de los principales exportadores de estos bienes a nivel mundial en América Latina.
No obstante, hay que aclarar que el presente texto habla del subsector de las artes
escénicas, de las expresiones culturales como bienes y servicios susceptibles de analizar
desde el marco de la economía cultural y las políticas públicas de promoción cultural
internacional; y no un análisis sólo de las expresiones culturales en el terreno de las
artes escénicas. Los vínculos que se destacan desde la perspectiva de flujos de bienes y
servicios culturales (comercio) y las prácticas comerciales que pueda generar el intercambio cultural entre México, Canadá y los Estados Unidos. Aun aquellas que sólo manifiestan la intención de propiciarlo, sin lograrlo del todo. Como consecuencia planteamos
3 Ídem.
4 Es el nombre de la famosa exposición presentada en uno de los medios para complementar el cabildeo.
5 Estadísticas de la economía creativa de la UNCTAD.
reflexiones sobre el mercado de las artes escénicas en nuestro país con la potencialidad
de generar beneficios y desarrollo para los profesionales de este subsector.
La internacionalización del comercio se da desde hace siglos, pero es desde la década
de los ochenta que se busca la integración económica entre países. En particular, en las
artes escénicas en el periodo del tlcan, vemos un crecimiento que ha tenido que ver con
las políticas culturales implementadas como consecuencia de las políticas públicas de
modernización, éstas sí vinculadas con las consecuencias del tratado; así como la visión
(modelos de negocio) que particulares (iniciativa privada) han aplicado para aprovechar las oportunidades de un mercado del entretenimiento en aumento a nivel internacional y la necesidad de competencia para liderar este mercado.
De inicio podemos afirmar que el subsector de las artes escénicas en nuestro país
ha experimentado un crecimiento; para demostrarlo de manera fehaciente tendríamos
que tener indicadores para este sector. ¿Por qué hablamos de crecimiento? A priori, hay
indicios en el aumento en la construcción de infraestructura teatral, en la venta de boletos (al menos de un tipo de arte escénico),6 en la diversificación de la oferta artística
en géneros y estilos; en la aparición de políticas culturales de apoyo a las artes escénicas
(programas e incentivos), para su sustentabilidad y para su internacionalización. Estos
elementos en el contexto de un mercado de artes escénicas que algunos insisten en negar.
El subsector de las artes escénicas también ha experimentado un crecimiento en
campos ligados a la distribución de productos extranjeros, sobre todo de la industria del
entretenimiento, que tiene una intervención privada y que ha revolucionado sus modelos de negocios para entrar a competir en mercados internacionales. En particular, la
Corporación Interamericana de Entretenimiento (cie) y la Operadora de Centros de
Espectáculos (ocesa). Se observa una inversión en el campo de la producción, con visiones distintas de distribución y recuperación de lo invertido según el tipo de control administrativo de los espacios teatrales, ya sea privado o público.
En el periodo iniciado desde la firma del tratado se ha incrementado la construcción
de infraestructura teatral, con objetivos distintos. Las instituciones públicas han detectado el desequilibrio de la existencia de este tipo de equipamientos en ciertas regiones
del país, consecuencia de la lectura sobre todo de diagnósticos que se hicieron sobre la
6 México es uno de los países con más foros exitosos en el mundo. Según datos de la empresa Pollstar, entre
enero y diciembre del 2013 la venta de entradas para espectáculos en el Distrito Federal alcanzó los 4,577,426 de boletos. Vicente Gutiérrez, “México cuenta con el teatro más concurrido del mundo”, en El Economista, 5 de febrero 2014.
[ 157 ]
materia (Atlas de infraestructura cultural) y se han dedicado a construirlos o a reparar
los ya existentes con recursos del presupuesto de cultura llamados “etiquetados”, a
veces sin un plan de operación definido.
INFRAESTRUCTURA TEATRAL
Año
Número de teatros
2003
544
2007
557
2013
620
Fuente: Atlas de infraestructura cultural y Sistema de Información Cultural, Conaculta.
[ 158 ]
En el ámbito privado se entiende la necesidad de aumentar su capacidad de distribución y venta de boletos, y la competencia por el mercado del entretenimiento. Un ejemplo de esto es la creación de una empresa por el grupo Salinas: Zignya Live y la construcción de la Arena ciudad de México que les sirve de lugar para programar sus eventos.
También podemos señalar el surgimiento de esquemas mixtos de construcción y manejo
de equipamientos teatrales, por ejemplo el Centro Cultural Telmex de Guadalajara,7
construido por la Universidad de aquel estado y programado con espectáculos a la manera
de una empresa privada para obtener recursos económicos con el fin de recuperar la inversión y para realizar proyectos de difusión cultural de la institución. Otro ejemplo es el
del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario ccmb en la modalidad de pps (Proyecto de
Prestación de Servicios).8
En el terreno de las artes escénicas que requieren de la intervención de apoyos gubernamentales, si bien al igual que el resto de otros campos del sector cultural, no se han
7 Su nombre se debe a que la Universidad de Guadalajara recibió a cambio diez millones de dólares por parte de
la compañía telefónica propiedad de Carlos Slim. Diego Mendiburu, “Recursos privados, beneficios públicos”, en Revista Equis, 22 febrero de 2010.
8 La construcción y equipamiento de esta obra tuvo un costo aproximado de 850 millones de pesos y fue entregado en contrato de entre 20 a 25 años a la empresa española Abengoa. Esto implica que el gobierno estatal deberá
hacer pagos anuales a esta empresa por un monto de 180 millones de pesos, hasta cubrir un total de 3,780 millones
de pesos.
dado los cambios estructurales que lleven a una mayor profesionalización y promoción
internacional de las artes escénicas, los cambios tienen como denominador común la necesidad de promover transformaciones de gran calado en la estructura de promoción
de la cultura, de aquellas políticas públicas que tienen que ver con la comprensión de la
cultura como eje de una economía cultural y motor de desarrollo. Sin embargo, sí se
han dado propuestas innovadoras en el sentido de alentar la sostenibilidad de los proyectos de artes escénicas; entre ellos tenemos: México en escena y Teatro para la comunidad teatral, así como programa específicos para su promoción internacional: Puerta
de las Américas y muestras de artes escénicas de México en Nueva York. Más adelante
entraremos en detalle en estos programas y su incidencia a partir de la firma del tlcan.
LAS ARTES ESCÉNICAS, UN ARTE VIVO
Hemos estado hablando del objeto de nuestras observaciones: el subsector de las artes
escénicas que parecerá muy obvio reconocerlas. No obstante, necesitamos una definición del campo de estas artes en nuestro país. El arte vivo expresa la cualidad innegable
del arte escénico, el espíritu de la representación que, es cierto, acompaña a la humanidad. Las artes escénicas, un arte vivo, un arte humano. Que tiene el valor de heredar a
generaciones futuras sus cualidades, conformar un legado que se puede transmitir, el fortalecimiento de la identidad, la contribución a la formación integral, la satisfacción de
necesidades de entretenimiento. El desarrollo de la innovación y aprovechamiento de la
creatividad; además de beneficios económicos.
Por tratarse de un arte vivo, más que poseer un carácter de excepcionalidad, posee
cualidades de diferenciación para el tipo de intercambios que se establecen, porque el
arte escénico no sólo intercambia productos (obras) como lo haría la industria editorial
(libros, revistas) o la música grabada (cd, dvd), sino que se centra en la presencia de personas, en la movilidad de artistas, intérpretes (actores, músicos, bailarines), productores
y creativos. Y el traslado de producciones que incluyen escenografías, vestuario, instrumentos musicales, y que también requieren espacios con infraestructura y tiempos de
traslado y montajes.
Esta situación de entrada causa durante el tiempo del tlcan tensiones para lograr
el intercambio de personas y producciones como un fuerte componente de los bienes
y servicios ofrecidos. Y en varias ocasiones se propone el tráfico libre de ideas a través
[ 159 ]
[ 160 ]
de la circulación libre de personas. Como sabemos, este tratado no se planteó una situación en este sentido.9
Al hablar de artes escénicas no hablamos sólo de teatro, sino de una diversidad de
disciplinas. Para analizar el subsector de las artes escénicas hay que considerar al teatro,
la ópera, pero también los conciertos masivos musicales, sin importar si su temática es
popular (lo que se da por llamar la industria del espectáculo). Esta parte de la industria ha
propuesto un nuevo modelo de negocios denominado oferta de 360 grados que consiste
en firmar a un artista como una marca y ofrecer prácticamente cualquier producto o servicio de él que pueda ser remunerado (conciertos en vivo, los nuevos álbumes de estudio,
merchandising, club de fans, películas, televisión y cine).10
Un análisis de la música grabada y su convergencia en la red es parte de estudios específicos y lo diferencian del campo de las artes escénicas. Pero sí forman parte de este
campo los espectáculos escénicos masivos (incluidos los interdisciplinarios), las comedias musicales, la danza contemporánea, la danza folclórica y el ballet, el circo y el manejo
de marionetas, las cuales son usualmente presentadas con propósitos culturales, educacionales, de entretenimiento o de negocios.11
En las artes escénicas también hay intersticios producto de la innovación del propio
arte que amplía términos y expresiones culturales que provocan formas híbridas. Un
ejemplo evidente de esto es la agrupación canadiense Circo del sol, que integra algunos
elementos del circo; clown, malabaristas, trapecistas, pero también danza aérea, canto,
música con una trama.
LAS ARTES ESCÉNICAS COMO INDUSTRIA CULTURAL
Y LA INDUSTRIA DEL ENTRETENIMIENTO
Un aspecto a considerar es la evolución, durante estas dos décadas, de la noción de industria cultural. Se ha pasado de la consideración de sólo las grandes industrias basadas
9 Propuesta de integración cultural como lo hace la UE. Y es en gran medida la objeción que se la hace a los alcances del tlcan.
10 Live Nation apareció para poner el tema sobre la mesa de lleno en octubre de 2007, cuando firmó Madonna un
acuerdo de diez años por $ 120 millones a través de su nueva división, Live Nation Artistas. Citado por Peter Alhadeff
en “El valor de la música en vivo”, Music Business Journal, enero de 2009.
11 Clasificación incluida en el Informe Economía Creativa unctad, 2010.
en el empleo de los medios de comunicación masiva a la inclusión de las nuevas tecnologías y los bienes y servicios (internet) que de ellos se deriva (videojuegos, por ejemplo)
al tomar en cuenta las industrias o empresas que muestran expresiones culturales del
patrimonio intangible y las artes vivas. De aquí que a partir de la firma del tlc a la fecha
las artes escénicas se han incorporado con mayor intensidad a la noción de industria
cultural. La incorporación de un conjunto más amplio de manifestaciones culturales y
artísticas ha llevado también a la ampliación al término de industrias creativas. Entonces
se ha llegado a hablar de Industria Cultural y Creativa (icc). La fuerza que el manejo de
algunos contenidos ha tenido ha llevado a usar también el término de industria del entretenimiento. Un ejemplo es cie, que define a su negocio como líder en el entretenimiento
en vivo “fuera de casa”, lo cual al parecer se constituye en uno de los retos en la actualidad
frente a los recursos tecnológicos, la desigualdad económica y la violencia que inhibe el
salir a divertirnos fuera de nuestro hogar. Hay un concepto más amplio de industria
del entretenimiento y medios que aglutinan la idea de entretenimiento aprovechando
los medios de comunicación y nuevas tecnologías, que incluyen entre otras disciplinas
internet, televisión, prensa, revistas y mercado editorial, publicidad, cine y videojuegos.
Este sector tiene una amplia perspectiva de crecimiento en América Latina; es un área
de oportunidad para las artes escénicas, porque se nutre de contenidos representados
que son grabados, pero a la vez un riesgo porque inhibe el interés de las personas por
acudir a representaciones en vivo.
Las artes escénicas o interpretativas son una importante industria creativa, particularmente por su interacción con otras actividades creativas, como la música y difusión
de medios de comunicación como la radio y la televisión.
El mercado mundial de las artes escénicas o interpretativas genera ingresos de taquilla de aproximadamente $40 mil millones de dólares. Los mercados más grandes son
los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.12
EL MERCADO DE LAS ARTES ESCÉNICAS EN MÉXICO
Al hablar de comercio, hablamos de mercado. Desde luego, hay que advertir cuáles son
las diferencias entre las artes escénicas en materia de comercialización. Diferencias
12 Informe Economía Creativa unctad, 2010.
[ 161 ]
entre el teatro, la danza con la música, y aun entre las diferentes manifestaciones teatrales. Veamos por ejemplo que, en el terreno teatral, el grado de comercialización de
obras apoyadas por el Estado no se da en nuestro país. Tienen su similitud como las asociaciones teatrales sin fines de lucro estadounidenses, con la pequeña salvedad de que
algunas de ellas procuran sostenerse por un tiempo mayor al de la temporada de una obra
o poseen sede.
En ese sentido, las artes escénicas, al igual que cualquier otro bien y servicio en una
economía de mercado, presenta el esquema general de que por una parte existe una oferta
de diversa índole de teatro, danza, música, para grandes audiencias o pequeños grupos,
con fines lucrativos o sin ánimo de lucro, pequeños grupos informales o formales, entre
otros. Y por otro lado, existe un grupo de agentes que demandan estos bienes y servicios
(públicos). En conjunto, estas actividades forman el mercado de las artes escénicas, el
cual asigna por sí mismo “las cantidades de artes escénicas” que se transan en el mercado
a un determinado precio.
No obstante, la existencia de este mercado no necesariamente garantiza que las cantidades ofrecidas y demandadas lleven a un óptimo social. La existencia de fallas de mercado puede hacer que estas cantidades no sean óptimas, justificando así la intervención
del Estado.13
[ 162 ]
ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO
Dedicaremos atención a la oferta de las artes escénicas, a través de dos etapas de la cadena de valor: la producción y la distribución en dos escenarios principales, los agentes
privados y aquellos con apoyo del Estado, no precisamente públicos, porque se trata de
un conjunto de agrupaciones y artistas autónomos pero que reciben una serie de apoyos
del gobierno vía sus instituciones culturales.
El entendimiento de lo público y lo privado en las artes escénicas entre Estados Unidos y México crea un desequilibrio y barreras al intercambio. Esto se da en diferentes
grados entre el subsector teatral y el de la industria del entretenimiento.
13 Diagnóstico económico de los espectáculos públicos de las artes escénicas en Bogotá: teatro, danza, música y
circo. Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico-cede, Facultad de Economía Universidad de los Andes, Bogotá,
Colombia, 2006.
El intercambio de una oferta teatral llegada desde los Estados Unidos (las comedias
musicales) la aprovechaban productores teatrales independientes como la familia Fábregas, que llegó a una severa crisis en la década de los noventa, precisamente antes de la
firma del tratado. Lo que alejó esta oferta de los escenarios mexicanos hasta que ocesa
se dio a la tarea de recobrar el montaje de este enero en nuestro país. Entre las obras tipo
“Broadway” como las llaman, han montado: Chicago, El Fantasma de la Opera, El Full
Monty, El Hombre de La Mancha, Gaudi, Jesucristo Superestrella, La Bella y la Bestia, Los
Miserables, José el Soñador y rent. Lograron una alianza estratégica con Walt Disney
Theatrical Worldwide, lo que le dio el derecho exclusivo de poner en escena las producciones teatrales de Disney en Latinoamérica. Gracias a esto, en 1997 se da el estreno de
La bella y la bestia, que fue el reinicio de la trayectoria en este tipo de obras.
En el terreno de la danza desde la década de los años sesenta el Ballet Folklórico de
México tenía exitosas giras a Canadá y Estados Unidos. Pero es más claro que desde hace
un par de décadas la presencia de grupos y montajes provenientes de Estados Unidos y
Canadá se ha intensificado. También han aumentado las acciones para que expresiones
de las artes escénicas nacionales visiten las naciones de Norteamérica y del mundo. Esto
con el tlcan como contexto, propiciando políticas e iniciativas al margen del tratado,
pero también consecuencia de la globalización que provoca el contacto entre creadores
y públicos que implican una movilidad a nivel mundial. El volumen y las condiciones que
lo hacen son un punto a destacar para definir el grado de influencia del comercio internacional de las artes escénicas en el ámbito nacional.
En obras teatrales no musicales se da la barrera del idioma, que productores nacionales han solventado a través de la traducción. Por este camino también se ha aumentado el conocimiento y presentación de obras canadienses en nuestro país. No así el de
obras mexicanas en el extranjero; casos aislados se han dado con el intercambio que ha
propiciado Teatro Línea de sombra con temas fronterizos o de migrantes. Y en el terreno privado la reciente incursión de ocesa al presentar en Nueva York, “la meca del
teatro”, una versión en español de Los monólogos de la vagina, buscando la respuesta
del público hispano.
También tenemos por ejemplo la presencia en nuestro país de uno de los grupos de
artes escénicas más exitosos del mundo: el Circo del sol, que ha potenciado su presencia
con la alianza que estableció con cie-ocesa para su comercialización. Su modelo de negocios va más allá al asociarse con uno de los grupos hoteleros de la riviera maya para la
construcción de un teatro con una inversión de 20 millones de dólares. La conjunción
[ 163 ]
de tres elementos: el grupo artístico, el grupo Vidanta y ocesa en la comercialización.
En noviembre de 2014 se abrirá con el estreno de una obra producida especialmente
para este escenario: Joya.14
LOS ELEMENTOS Y AGENTES DEL MERCADO DE ARTES ESCÉNICAS
Entre bicentenarios y centros de espectáculos
Entre los elementos para analizar el flujo de bienes y servicios culturales ligados a las
artes escénicas, consideraremos los escenarios, la infraestructura teatral. Al hablar en
nuestro país de ella, tenemos que reconocer que forma parte del patrimonio cultural, a
través de un conjunto de teatros centenarios (aquellos construidos hace más de un siglo)
y la infraestructura de teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss). Inclusive
forman parte de nuestro patrimonio teatros privados como el Insurgentes o el Manolo
Fábregas (con una intensa actividad de comedia musical).
Tabla 1. 2000
[ 164 ]
Año de
inauguración
Escenario
Ciudad
2001
Teatro San Benito Abad
Cuautitlán
Capacidad
Estudios (2)
1500
2003
Teatro Metropolitano
Tampico
1100
2004
Teatro del Centro Cultural
Nuevo Laredo
1200
2004
Teatro del Centro de
Convenciones
Coatzacoalcos
1724
2004
Teatro Nazas (1)
Torreón
1445
2005
Teatro Diana (1)
Guadalajara
2345
2005
Teatro Auditorio Gota de plata
Pachuca
1853
2008
Complejo Cultural Universitario
Puebla
3494
2006
Teatro Víctor Hugo Rascón Banda
Ciudad Juárez
1737
2010
Teatro del Bicentenario
León
1500
400
120
434
14 Roberto Arteaga, “Cirque du Soleil crea nueva marca para México y AL”, en revista Forbes, México, 11 de febrero
de 2014.
2010
Centro Cultural Universitario
Bicentenario
San Luis Potosí
1368
2010
Teatro de la ciudad
Monclova
1000
2010
Parque Cultural
Reynosa
1100
2011
Teatro de la ciudad
Piedras Negras
800
2011
Centro Cultural Bicentenario
Mexiquense
Texcoco
1200
631
200
(1) Cine que se trasformaron en teatros.
(2) Teatros experimentales o segundos teatros.
Sin embargo, el auge de la industria del entretenimiento y la competencia por el
mercado provoca la construcción de otros escenarios similares al Auditorio Nacional.
Arena, en la ciudad de México; el Arena en Monterrey. Y la apertura para presentar arte
escénico y espectáculos de otros teatros de menor capacidad: Teatro Banamex. Pero a
la vez la adecuación de espacios con otra finalidad para convertirlos en escenarios
para conciertos de menor capacidad, por lo general de música. Esto se origina a partir
de la reutilización del Foro Sol y el Palacio de los Deportes para conciertos. Pero también con espacios con capacidades mayores o menores al Auditorio Nacional, adaptable a espectáculos entre cinco mil y diez mil personas (tabla 2).
[ 165 ]
Tabla 2. CENTROS DE ESPECTÁCULOS
Año
Centro
1993-2007
Ubicación
Capacidad
Auditorio Coca Cola-Fundidora (1)
Monterrey
23,122
2003
Arena Monterrey
Monterrey
17,599
2007
Auditorio Telmex
Guadalajara
11,500
2010
Auditorio Banamex
Monterrey
2, 500 a 8,000
2011
Plaza Condesa
Ciudad de México
1,900
2012
Arena ciudad de México
Ciudad de México
22,300
2012
Auditorio BlackBerry (2)
Ciudad de México
7,600
2012
Pepsi Show Center (WTC)
Ciudad de México
De 3,500 a 7,500
(1) Se reabre como Auditorio Banamex.
(2) Antes Cine de las Américas.
[ 166 ]
El ejemplo del crecimiento del mercado en las artes escénicas, en particular las del
entretenimiento en vivo, es el lugar que ocupan escenarios y promotores mexicanos en
el ranking mundial. Específicamente los de la revista Pollstar que coloca al Auditorio
Nacional, con un aforo de hasta diez mil espectadores, como el número uno en venta
de boletos en el 2013, y sigue en este lugar a mitad del presente año con una venta de
1,359,243 boletos; en esta clasificación está el Auditorio Telmex de Guadalajara, en el
lugar siete con 159,111, y el Auditorio Banamex de Monterrey en el veinte, con 112, 277
entradas. Otro recinto que está en la clasificación de Arenas (más de 10 mil asistentes) es
Arena ciudad de México, en el lugar sexto con 342,198 boletos. El grupo cie lleva vendidos 1,963,756 boletos en este semestre, lo que lo coloca en el tercer lugar como promotor, sólo atrás de Live Nation, que lleva 9,921,090 y de aeg Live, con 4,864,243.15
Este hecho está dado por el crecimiento de la oferta y la demanda de conciertos a
nivel mundial, los modelos de negocio en entretenimiento y desde luego el accionar de
empresas nacionales que comprenden estas situaciones y tratan de aprovecharlas con
una visión de competitividad, de alianzas estratégicas y de inversión en un sector que les
redituará beneficios.
Esta situación también ha provocado el crecimiento de la competencia en un mercado donde se culpaba a cie-ocesa de presencia monopólica, pero se ha demostrado que
hay posibilidades para diferentes actores. Qué se ofrece, qué llega a nuestro país y cómo
se va templando el gusto de los espectadores es otro tema, consecuencia de los flujos de
productos, del comercio y de la globalización.
LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE APOYO A LA PROMOCIÓN
INTERNACIONAL DE LAS ARTES ESCÉNICAS
Veinte años cumple la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio y 25 el decreto
presidencial que daba existencia a la institución encargada de las políticas culturales en
nuestro país, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Como institución, el Conaculta surge dentro de un proceso de modernización de México y de la administración
15 Vicente Gutiérrez, “Grupo cie, tercer promotor más poderoso del mundo”, en El Economista, 18 de julio de 2014.
pública. Creado el 7 de diciembre de 1988, se fundamentó en tres valores esenciales:
identidad nacional, irrestricta libertad de creación y acceso creciente de los mexicanos
a los bienes y servicios culturales.16
Este organismo desde sus inicios ha planteado programas de proyección internacional de la cultura mexicana, que tienen como objetivos reafirmar la identidad nacional
y ampliar la presencia del país en el mundo.17 Propósitos que se siguen tomando para argumentar los programas de apoyo a las artes escénicas en eventos internacionales, sin considerarlas también, como lo hacen otras naciones, como una forma de estimular el crecimiento de sus industrias y empresas culturales. La política cultural de nuestro país
cuando mira al exterior complementa las acciones las relaciones económicas y políticas
que quiere establecer nuestro país con otros países. En ese momento se trataba de trabajar por la apertura comercial, entonces una de las primeras iniciativas de Conaculta fue
la organización de la exposición México. Esplendores de treinta siglos, que tuvo 650,000
asistentes en el Museo Metropolitano de Nueva York y 800,00 en los museos de San
Antonio y Los Ángeles.
Otra de las iniciativas de este organismo fue la creación, en 1991, del Fideicomiso
para la Cultura México Estados Unidos y el Programa de Residencias, pero aún en el
ámbito de intercambio cultural. El entendimiento de las artes escénicas como industrias
culturales aún no se tiene. Sin embargo, sí se realizaron programas con la intención de
apoyar su profesionalización y proyección internacional, medios intermedios que veían
a las artes escénicas con una visión más allá de la idealización generalizada de las artes.
PUERTA DE LAS AMÉRICAS
Estas iniciativas vinieron por necesidades de los artistas pero también por la visión de
quien dirigió el fonca, Mario Espinosa, una gente de teatro.
Él escribe sobre los motivos de la creación de esta iniciativa:
• Tenía como fin la creación de mecanismos que permitieran construir soluciones
para la siguiente problemática:
16 Rafael Tovar y de Teresa, Modernización y política cultural, México, fce, 1994.
17 Ídem.
[ 167 ]
• La desarticulación de las artes escénicas y sus consecuencias: escasez de referentes comunes; estancamiento en la circulación de información y propuestas; limitación en la construcción de conocimiento; insuficiencia de espacios escénicos; corta duración de los espectáculos; esterilidad de las inversiones para la generación
de riqueza, y precariedad en la relación entre programadores y artistas.
• La desvinculación entre el hecho artístico y el mercado de trabajo en los ámbitos
nacional e internacional.
• La desigualdad entre los agentes del mercado: debilidad y atomización de los creadores; centralización y concentración de los demandantes y desorganización de
los públicos.18
[ 168 ]
Se realizó por vez primera e incluyó un encuentro de las artes escénicas entre los
países para construir acuerdos y crear nuevas vías de colaboración cultural en esta nueva plataforma continental. El encuentro abarcó tres dimensiones: el Coloquio de las
Artes Escénicas, el Mercado de las Artes Escénicas y la Primera Muestra Escénica de
las Américas.
El coloquio congregó en asambleas a la Alianza Binacional México-Estados Unidos,
la Red de Festivales Culturales de México, la Asociación de Presentadores de Artes Escénicas (apap) y la Red de Promotores Culturales de Latinoamérica y el Caribe, entre
otros. A la muestra asistieron más de 15 mil espectadores y se presentaron 92 grupos
de danza, música y teatro en importantes centros culturales de la ciudad de México
MUESTRAS DE ARTES ESCÉNICAS EN NUEVA YORK
Se comprendió que no era suficiente recibir a programadores y presentadores del mundo,
sino que había que acudir a encuentros internacionales. Se aprovechó durante varias
ocasiones el encuentro anual de la apap (Association of Performing Arts Presenters), una
de las asociaciones de presentadores de artes escénicas más importantes de los Estados
Unidos, al principio del año en Nueva York, para organizar muestras completas de grupos mexicanos en la sección de mercado.
18 Mario Espinosa, Dos ejemplos de política cultural en México, 1er Simposio Internacional de Políticas Públicas Cul-
turales de Iberoamérica, 22 y 23 de agosto 2008. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Córdoba, Argentina.
CONGRESO ISPA
Julio Solórzano Foppa, productor independiente que trabajó promoviendo al Ballet
Folklórico de Amalia Hernández, propuso en 2004 a nuestro país como sede del Congreso
Internacional ispa, la Sociedad Internacional de las Artes Escénicas, lo que significó la
presencia en nuestro país de 200 directores de teatro, festivales, compañías artísticas
y concursos de artes escénicas; organizaciones culturales, funcionarios gubernamentales de cultura, representantes de artistas y demás partes interesadas e involucradas en
el campo de las artes escénicas que formaban parte de la organización en ese momento.
Realizaron su congreso anual dentro el segundo encuentro Puerta de las Américas: era
la primera vez que se hacía en Latinoamérica.19 Hay que destacar que una gran parte de
los presentadores venían de los Estados Unidos.
Al arte escénico mexicano no sólo le faltaba promoción internacional sino, como lo
señalara Juan Melía, actual coordinador de teatro del inba, para estar en los procesos de
gira y en los festivales internacionales, además de la calidad se necesita “una larga vida
de las obras”.20 La incertidumbre que les provocaba a los propios artistas nacionales era
dudar si podrían mantener sus elencos y obras durante uno o dos años para cumplir con
las invitaciones que les hacían. Para ello es importante entonces la continuidad, la estabilidad y sostenibilidad de los grupos, condiciones que se buscan a través de otro programa.
[ 169 ]
MÉXICO EN ESCENA
Otro de los programas implementado es México en escena.21 Sus objetivos particulares
eran los siguientes: fortalecer a las artes escénicas en una dimensión nacional, impulsar
su proyección internacional y constituirlas en actividades de interés público.
Ha sido un programa controvertido, pero que sin duda ha provocado la consolidación de algunas agrupaciones de artes escénicas; las más destacadas y reconocidas a
nivel internacional han tenido apoyo de este programa: Delfos, Contempodanza, Teatro
19 Rocío Macías, “Cumbre entre 200 años del escenario”, en La Crónica, 2 de junio de 2004.
20 Juan Melía, “El teatro mexicano actual y su internacionalización”, en revista Paso de Gato, octubre-diciembre
de 2012.
21 Mario Espinosa, op. cit.
[ 170 ]
Línea de sombra, Teatro de Ciertos habitantes, Lux Boreal, Antares, Barro Rojo, el Cuarteto Latinoamericano.
Pero la sostenibilidad aún es relativa y precaria. Es obvio que varios de estos destacados grupos ya no podrían vivir sin un apoyo de esta naturaleza. Y la idea es que fuera un
recurso semilla para que pudieran encontrar sus propios recursos. Desde luego aquí
hay un círculo vicioso que no logra convertirse en virtuoso. Eso en gran medida, porque
el teatro apoyado por el Estado mexicano no logra acrecentar su público y desarrollar su
mercado más allá de unos cuantos conocedores.
La internacionalización también ha sucumbido al choque entre civilizaciones y modelos de gestión, producción, promoción y consumo. Si bien estamos ante una amplia
posibilidad de un público potencial entre nuestros compatriotas más allá de la frontera,
las formas de financiamiento y de organización han sido limitadas. Aquí, a la manera de
las organizaciones de artes escénicas norteamericanas, deberían atender más a la demanda, a las necesidades específicas de comunidades concretas tanto en nuestro país
como más allá de las fronteras. Sin embargo, las artes escénicas y los apoyos que se dan
a ellas atienden más a la oferta, es decir, a los proyectos artísticos que se les ocurren a los
profesionales y que a menudo no atienden un mercado, sea éste comercial o social.
Hay que comprender que existe y puede explotarse un mercado con necesidades inclusive sólo de entretenimiento tanto en nuestro país (mercado interno) como fuera de él
(mercado internacional) que pude mantener agrupaciones artísticas. Un ejemplo de
ello es la iniciativa de presentar Veracruz! The Show, en el Planet Hollywood Resort &
Casino en Las Vegas.22 Una respuesta al hecho de que una de las obras más famosa de
hace años que tuvo un recorrido internacional fue producida por un extranjero.
Los esfuerzos de internacionalización que sin duda tocarían los mercados de América
del Norte por el grado de cercanía e influencia, se han inhibido. Por decisiones personales de funcionarios que no ven su utilidad a corto plazo o por los recursos que sin duda
deben invertirse de manera continua.
***
La dinámica económica y política que generó el tlcan, aunado a la globalización, han
provocado cambios en la gestión, promoción y consumo de las artes escénicas. Existe
22 Vicente Gutiérrez, «Veracruzanos quieren conquistar Las Vegas», en El Economista, 8 de julio de 2014.
un mercado diversificado de las artes escénicas, por especialidades y por el ámbito público o privado en que se desarrolla. En el ámbito privado se da más la lógica de liberalización de los flujos que provoca una competencia y que a su vez exige inversiones y
estrategias para aprovechar el continuo aumento de venta de boletos que colocan nuestro país en un lugar atractivo para la industria escénica del entretenimiento.
En el aspecto específico del flujo de expresiones de las artes escénicas entre los países firmantes del tlcan es evidente la existencia de un desequilibrio de mercados también en los ámbitos privado y público, dado por la falta de interés en la cultura de ambos
países, por las barreras del idioma, el impedimento a la libre circulación de personas tan
esencial en las artes escénicas. También por la disparidad de economías y divisas que se
refleja en los precios. Además hay que considerar lo dispar que es enfrentar expresiones
culturales propias, genuinas, con un panorama de un gusto generalizado de ciertas expresiones culturales determinadas por los medios de comunicación.
Una certeza es que las artes escénicas están presentes en la actualidad nacional con
mayor fuerza desde hace 20 años y esto se refleja en el reconocimiento como parte de
las industrias culturales y creativas con posibilidades de contribuir al desarrollo humano en todas sus posibilidades y ser fuente de economía cultural.
PRINCIPALES ACONTECIMIENTOS EN LAS ARTES ESCÉNICAS
DURANTE LA VIGENCIA DEL TLCAN
Evento
Fecha
Reinauguración del Auditorio
Nacional
1991
Inicio del Fideicomiso para la
Cultura México Estados
Unidos
1991
cie Construcción y operación
del Auditorio Coca ColaFundidora en Monterrey
1993
Reconocido por las revistas especializadas
Pollstar y Billboard como el recinto más
importante para la industria del espectáculo en
México, ha sobresalido entre los tres mejores
foros del mundo en su género, siendo ya
referencia y escala obligada para artistas
nacionales y extranjeros.
[ 171 ]
Premio Príncipe de Asturias a
Carlos Fuentes
1994
Estreno La dama de negro
1994
Nace CIE
1995
Alianza CIE-Walt Disney
Theatrical Worldwide
Coinversión
1996
Lo cual le dio el derecho exclusivo de poner en
escena las producciones teatrales de Disney en
Latinoamérica.
Alianza cie-feld
Entertainment
1997
Derechos de Disney on Ice.
Confesiones de mujeres de 30
La Bella y la Bestia
12 de marzo de 1997
8 de mayo de 1997
1,200 representaciones en cuatro años y
diversos teatros de la capital.
Primera obra que estrenó Ocesa Presenta como
productora teatral.
ocesa se convirtió en una de las empresas
productoras de teatro más importantes de
Latinoamérica al realizar el musical de
Broadway.
cie Asociación con Hauser
2001
(Eventos latinos en Estados Unidos).
Contacto cultural, iniciativa
del Conaculta
2002
Contacto cultural proporciona más de un
millón de dólares anualmente en apoyos a
artistas y organizaciones culturales, tanto
mexicanos como estadounidenses, que
promueven el intercambio cultural en ambos
sentidos.
Alianza cie-Cirque du Soleil
2002
Para presentar obras del repertorio de esta
compañía en México.
Asociación de Cie con Stage
Holding
2003
El mayor grupo de teatro tipo Broadway en
Europa Continental que detenta los derechos
de las producciones más importantes en el
continente, para la puesta en escena conjunta
de este tipo de realizaciones en el mercado
teatral español.
11 al 14 de junio
de 2003
Encuentro de las artes escénicas entre los
países para construir acuerdos y crear nuevas
vías de colaboración cultural en esta nueva
plataforma continental.
[ 172 ]
México: Puerta de las Américas
Conaculta
Convenio cie-Disney
Luis Miguel, récord en el
Auditorio Nacional
2004
Congreso XVIII
La Sociedad Internacional de
las Artes Escénicas (ispa, por
sus siglas en inglés)
Junio de 2004
49 Conferencia de la
Asociación de Presentadores
de Artes Escénicas en Nueva
York
2006
Zygma Live
2007
25 funciones
600 ejecutivos y directores de teatros,
festivales, compañías artísticas y concursos de
artes escénicas; organizaciones culturales,
funcionarios gubernamentales de cultura,
representantes de artistas y demás partes
interesadas e involucradas en el campo de las
artes escénicas.
21 de enero, participarán nueve propuestas
mexicanas.
Inauguración del Auditorio
Telmex Guadalajara
1 de septiembre
de 2007
11,500 espectadores.
Acuerdo cie-Live Nation
2008
Por cinco años
Convenio con la empresa de entretenimiento
en vivo más grande del mundo.
Inauguración Teatro Banamex
Santa Fe, en Plaza Zéntrika
3 de noviembre
de 2009
ocesa.
Efiteatro
2011
Aprobado en 2010
50 millones para producir obras de teatro.
Abre Arena ciudad de México
2012
Recinto multifuncional, con una capacidad de
22,300 espectadores.
Auditorio Nacional, primer
lugar en el Top 100 de
estadísticas de ocupación
mundial en la categoría
“Teatros”
2013
1,359,243 boletos, superando a recintos tan
importantes como el Radio City Music Hall de
Nueva York, el Colosseum del Caesars Palace
de Las Vegas y el Eventim Apollo de Londres.
[ 173 ]
4
El subsector telecomunicaciones
y de ciencia y tecnología
Las telecomunicaciones y el tlc. Crecimiento de
un sector con impactos disruptivos en la cultura
Jorge Fernando Negrete P.
INTRODUCCIÓN
La relación entre telecomunicaciones y cultura se integra por dos objetivos y un momento histórico. Los objetivos son preguntarnos: ¿qué ha sucedido en materia de telecomunicaciones en los últimos 20 años y cuál ha sido su impacto en la política de la
cultura y las tecnologías de la información? El momento histórico es el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (tlcan). Hablamos de un acuerdo regional entre los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México para crear una zona de libre
comercio vital para la economía y el desarrollo regional de Norteamérica, de México
en particular.
Estos objetivos y contexto histórico nos obligan a reflexionar en diversos sentidos,
antes de abordar el tema.
Primera reflexión. Es vital entender que las telecomunicaciones representan varios aspectos en diversas dimensiones. Las telecomunicaciones deben abordarse desde
una perspectiva multidimensional, que permita acercarnos a este objeto de conocimiento y obtener aproximaciones sólidas, menos emocional-persuasivas y más lógicoracionales. Abordarlas desde múltiples perspectivas de conocimiento implica acercarse
a lo jurídico, económico, tecnológico, social y cultural.
Segunda reflexión. Las telecomunicaciones son un factor de cambio social formidable y su presencia provoca la transformación disruptiva de formas de trabajar en la
sociedad, en la administración pública, en las empresas y en la vida cotidiana. Las tecnologías de la información han transformado el modelo de negocios de las industrias
de la información y de la cultura como jamás sucedió desde la creación de la imprenta,
la radio y la televisión.
[ 177 ]
Tercera reflexión: Cada vez que la penetración de banda ancha se incrementa 10%
impacta en el crecimiento de 1.5% del pib; cada vez que la penetración móvil crece
10%, impacta en el crecimiento de 0.8% del pib; cada vez que se incrementa el ancho de
banda 10%, impacta en el crecimiento de 0.3% del pib; cada mil conexiones de internet
generan 80 nuevos empleos. En suma, no hay herramienta más poderosa de transformación que las telecomunicaciones y su servicio por excelencia llamado internet. La
materia prima de la internet es la información, es decir, datos; pero cuando éstos adquieren un significado, es decir, se simbolizan, se transforman en cultura y conocimiento.
Desde esa perspectiva, la tecnología se transforma en eso cuando el individuo decide
usarla e incorporarla en sus procesos sociales y productivos; la cultura sigue un proceso
semejante, hay cultura cuando el individuo le atribuye un significado a la información y
la apropia, decide sobre su valor e importancia en su vida cotidiana. Podemos afirmar que
todo lo que circula en internet y en las telecomunicaciones son información y cultura.
¿QUÉ ES EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO?
[ 178 ]
Desde una dimensión económica, los tratados de libre comercio son herramientas complejas de Política Pública Económica y de Derecho Internacional que buscan transformar positivamente la economía de los países y de los ciudadanos, pues se constituyen
en un medio eficaz para garantizar el acceso de productos a los mercados externos, de
una forma más fácil y sin barreras. Además, permiten incrementar la comercialización
de productos nacionales, generar empleos, modernizar el aparato productivo, mejorar el bienestar de la población y promover la creación de nuevas empresas por inversionistas nacionales y extranjeros. Y es que el intercambio internacional de bienes y
servicios beneficia al consumidor, al acceder a nuevos productos con mejores precios
y calidad.
Los principales objetivos de un acuerdo de libre comercio son:
• Eliminar barreras artificiales que afecten o mermen el comercio.
• Promover las condiciones para una competencia justa.
• Incrementar las oportunidades de inversión.
• Proporcionar una protección adecuada a los derechos de propiedad intelectual.
• Establecer procesos efectivos para la estimulación de la producción nacional.
• Fomentar la cooperación entre países amigos.
• Ofrecer una solución a controversias.
En el caso del Tratado de Libre Comercio que México suscribió con Estados Unidos
y Canadá, fue negociado durante la administración de los presidentes Carlos Salinas de
Gortari, del estadounidense George W. Bush y del primer ministro canadiense Brian
Mulroney. El acuerdo comercial se firmó por México en noviembre de 1993 y entró en
vigencia a partir del 1º de enero de 1994, cuando fue ratificado por parte del Poder Legislativo de cada país que lo suscribió. Sus principales objetivos son:
• Eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación trilateral de bienes y de
servicios entre los territorios de las partes.
• Promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio.
• Aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión en los territorios de
las partes.
• Proteger y hacer valer, de manera adecuada y efectiva, los derechos de propiedad
intelectual en el territorio de cada una de las partes.
• Crear procedimientos eficaces para la aplicación y cumplimiento de este tratado,
para su administración conjunta y para la solución de controversias.
• Establecer lineamientos para la ulterior cooperación trilateral, regional y multilateral, encaminada a ampliar y mejorar los beneficios de este tratado.
LOS RESULTADOS DESPUÉS DE 20 AÑOS
Los resultados del acuerdo comercial saltan a la vista en diversas áreas y con distintos
efectos. Cuando hablamos de resultados producto del tlcan en materia económica,
encontramos que hasta 2014 ha generado un superávit comercial para México, es decir,
han salido menos divisas con respecto a las entrantes. Esto se debe principalmente a la
“liberalización” del mercado local. En otras palabras, México atrajo inversión extranjera y es una de las “potencias exportadoras” de América Latina. Jaime Serra Puche, uno
de sus creadores y principal negociador, dijo: “México exportaba un poco más de 100
millones de dólares al día. Hoy exporta más de mil millones de dólares por día. En los
cinco años previos al tlcan, digamos de 1988 a 1993, en promedio recibíamos al año
[ 179 ]
[ 180 ]
alrededor de 2 mil millones de dólares de inversión extranjera directa; el promedio
desde que entró el tlcan es de 20 mil mdd, entonces ahí se multiplicó 10 veces y ese
objetivo también se logró”.1
En ese orden de ideas, la ustr dice en su portal que el comercio de bienes y servicios
de EE.UU. con México ascendió a 500 mil millones de dólares en 2011 (últimos datos
disponibles para los bienes y servicios comerciales). Las exportaciones totalizaron
224 mil millones de dólares; las importaciones ascendieron a 277 mil millones de dólares. El déficit comercial de los bienes y servicios comerciados de EE.UU. con México era
por 53 mil millones dólares en 2011.2 En general, el tlcan ha sido benéfico para los tres
países firmantes, al grado de que después de 20 años los gobiernos de cada Estado han
decidido no abrirlo a negociación alguna porque se trabaja satisfactoriamente para los
socios firmantes.
Ahora bien, ¿en materia de telecomunicaciones qué sucedió? ¿Los resultados fueron
tan positivos en lo general o el comportamiento fue distinto? Hay que recordar que el
acuerdo dedicó su capítulo XIII a telecomunicaciones.3 De los artículos 1301 al 1310,4 el
capítulo XIII versa sobre las medidas relacionadas con el acceso y uso de redes y servicios de telecomunicaciones en cada territorio, costos de los servicios públicos y de valor
agregado, así como con aquellas relativas a la normalización de equipos terminales u otros
equipos para la conexión con las redes públicas de telecomunicaciones. Existen obligaciones específicas para las partes como aquellas respecto a los monopolios u otras personas con privilegios exclusivos, las de transparencia y publicidad de las medidas vinculadas con el acceso a redes y servicios de telecomunicaciones.5 La historia de la aplicación
de estas disposiciones es una compleja enseñanza de apuestas a invertir, errores estratégicos y monumentales errores de inversionistas extranjeros, mezcladas con una falta de
política regulatoria y de competencia, potenciada por una exitosa filosofía de negocios
y visión por parte de Telmex y, eventualmente, de América Móvil.
En efecto, la privatización de Telmex fue realizada el 19 de diciembre de 1990, cuando
Carlos Slim Helú recibió Teléfonos de México después de una reñida subasta en la que
1 http://www.excelsior.com.mx/global/2014/01/02/936296
2 http://www.ustr.gov/countries-regions/americas/mexico
3 http://www.sice.oas.org/Trade/nafta_s/Indice1.asp#Telecomunicaciones
4 http://www.sice.oas.org/Trade/nafta_s/CAP13.asp#Cap.XIII
5 Decreto de promulgación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 20 de diciembre de 1993.
ganó la postura presentada por Grupo Carso y sus socios Southwestern Bell y France
Telecom, es decir, casi cuatro años antes de la entrada en vigor del tlcan, por lo que fue
parte de las reformas profundas a la economía que se realizaron en ese sexenio.
Tan pronto entró en vigor el tlcan, llegaron empresas a México para competir en el
sector de larga distancia y, eventualmente, en telefonía móvil. mci creó en México la empresa Avantel para competir con Telmex y se asoció con el principal banco privado nacional, Banamex, convirtiéndose en la primer alternativa en ofrecer servicios de larga
distancia en México. Al poco tiempo surgió un periodo llamado “la batalla de la larga distancia”, que ha sido detallado ampliamente en otros trabajos de investigación, pero
donde el centro del problema fue la competencia de la interconexión. El presidente de
Telmex, Jaime Chico Pardo, replicó que su compañía imponía a mci o at&t las mismas
tarifas que las operadoras estadounidenses marcaron en su territorio y la respuesta
oficial a este debate corrió a cargo del responsable de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Carlos Casasús, quien dijo que el gravamen de interconexión es un sistema inventado por los estadounidenses, que debieron cumplir los acuerdos de 1995
sobre la apertura del mercado, como lo ha hecho México.
En materia de telefonía móvil, el asunto tuvo también su historia. En 1993, Iusacell
se había convertido en el líder tras comprar varios operadores regionales. Debido a
que Telmex no tenía inversiones en este negocio, decidió entrar al mercado con la empresa Telcel, que estaba en un lejano segundo lugar en el mercado nacional, ya que
cuando Iusacell contaba con 3 millones de usuarios, Telcel tenía menos de un millón.
Iusacell decidió enfocarse en clientes de alto nivel (ejecutivos y empresas) con planes
de renta mensual de alto costo, mientras que Telcel decidió enfocarse al sector de menor ingreso, impulsando los primeros planes de prepago y, con ello, acaparando un
mayor número de clientes para convertirse en el líder de telefonía celular en el mercado mexicano.
En 2001 Vodafone y su subsidiaria Verizon Communications adquirieron de la familia Peralta 74% de Iusacell por más de 2 mil millones de dólares. La situación de Iusacell era precaria, tenía una deuda creciente y pérdida constante de suscriptores;
todo empeoró con la entrada de nuevos operadores en el país y la poca visión de los
directivos de Vodafone/Verizon que pese a la crisis económica de 1995, insistieron en
seguir ofreciendo sólo planes de pospago, intentando replicar el modelo de negocio
que funcionaba en Estados Unidos. Sólo cuando que vieron el éxito de su competidor
Telcel, lanzaron la oferta de prepago Viva Universal, pero demasiado tarde, cuando
[ 181 ]
[ 182 ]
Telcel era líder en el mercado de la telefonía celular prepagada en México. También se
encontraban en el mercado Motorola en el norte de México (Motorola era un grupo de
empresas que operaba desde 1990 en el norte del país conformadas por las marcas Cedetel, Norcel, Baja Celular y Movitel, que compró en 2001 Telefónica de España, ingresando al mercado mexicano como Movistar), Pegaso PCS (empresa también integrada a Telefónica) y Unefon en el centro.
Vodafone decidió en 2003 vender Iusacell a Móvil@ccess, proveedor de comunicación móvil por correo electrónico, en una operación valuada en 7.4 millones de dólares
y una deuda acumulada que llegó a ser de hasta más de mil millones de dólares. Según
la empresa británica, la decisión se tomó con base en la filosofía de “ser los número uno”,
por lo que si no lo son, se salen del mercado.
Ricardo Salinas Pliego, a través de su subisidiaria Móvil@ccess, adquirió Iusacell,
pero a su vez era dueño en sociedad de Unefon, razón por la cual se mantuvieron las
operaciones separadas en un inicio. En marzo de 2007, Unefon y Iusacell finalmente se
unieron en una sola compañía.
Como parte de esta historia entre México y Estados Unidos, y debido a las presiones de la ustr, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) notificó el 9 de
junio de 2011 a Teléfonos de México (Telmex) que debía reducir de 75 a 4 centavos por
minuto su tarifa de interconexión en áreas rurales e interurbanas, donde otras empresas
no invierten.6 Esta decisión de la autoridad fue ampliamente criticada, esencialmente
porque la reducción de la tarifa por usar la red de Telmex para las llamadas de larga distancia ni siquiera beneficiará a usuarios mexicanos, sino a los operadores de Estados
Unidos, porque 90% de las llamadas de este tipo provienen del país vecino. Es decir, las
empresas estadounidenses fueron las que se beneficiaron de esta medida. Así, México
dejó de percibir ingresos por este concepto y no existe evidencia de que esta medida se
haya reflejado a los usuarios finales en Estados Unidos.
Desde la perspectiva de inversiones por parte de México en Estados Unidos, sobresalen las realizadas por Marcatel y América Móvil. La primera se consolidó el 27 de
octubre de 2011, cuando se informó oficialmente que Grupo Marcatel había realizado
la adquisición de Vivaro Corporation y de sti Prepaid. Éstas son dos de las más importantes compañías dedicadas a la venta y distribución de tarjetas de prepago en Estados
6 http://www.jornada.unam.mx/2011/06/10/economia/031n1eco
Unidos. En junio del 2010, Grupo Marcatel adquirió Epana, Kare y Unidos, las tres compañías que formaron Vivaro Corporation, y el 14 de octubre concluyeron las negociaciones para adquirir sti Prepaid. La integración de ambas compañías implicó a Grupo
Marcatel 700% de crecimiento en sus ingresos y una participación en el mercado de
tarjetas prepagadas de 60% en Estados Unidos. Sin embargo, es importante subrayar
que esta empresa fue sancionada con una multa por 5 millones de dólares por presuntas
prácticas irregulares en servicios de telefonía con tarjetas de prepago. La resolución la
emitió la Comisión Antimonopolio estadounidense en contra de la empresa sti, subsidiaria de Marcatel (sti Telecom-Epana), por irregularidades “intencionales y frecuentes”
en su sistema de tarjetas prepagadas. La máxima autoridad en materia de competencia
estadounidense tomó la decisión luego de una exhaustiva investigación sobre las tarjetas prepagadas denominadas La Cruda, El Chavo, El Gorrión y la Organización Mundial de Adictos al Futbol. El 26 de agosto del 2011, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (fcc, por su siglas en inglés) emitió un aviso de responsabilidad
evidente en contra de Epana Networks, ahora conocida como sti Telecom, por violar de
manera engañosa y constante la sección 201 del Acta de Comunicaciones. La violación
es por no entregar minutos completos, con base en lo ofrecido en sus tarjetas de prepago,
además de tener tarifas ocultas y poco claras para el cliente.
Por su parte, América Móvil cuenta en Estados Unidos con una base de 25 millones
de usuarios mediante el operador móvil virtual TracFone, lo que da una participación de
6% del mercado inalámbrico estadounidense. TracFone Wireless es actualmente el quinto mayor operador de telefonía móvil por número de clientes y el primero y más grande
operador móvil virtual en el mercados de Estados Unidos, todo un suceso para el mercado de las telecomunicaciones en aquel país.7
[ 183 ]
SITUACIÓN ACTUAL
A 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el mercado con EE.UU.
es de 11 mil millones de minutos al año, lo cual es relevante, ya que con todos los países
que integran la Unión Europea, EE.UU tiene 9 mil millones de minutos de tráfico al año.
Actualmente, los indicadores del sector en México son los siguientes:
7 http://www.americamovil.com/amx/en/about/footprint#country
Concepto
Valor 2013
Penetración de telefonía móvil
Penetración de banda ancha móvil
87%
13.99%
Penetración de smartphones
31%
Penetración de telefonía fija
17.39%
Penetración de banda ancha fija
11.87%
Penetración de TV paga
44.2%
RETOS Y OPORTUNIDADES PARA LA CULTURA.
POLÍTICA DIGITAL PARA LA CULTURA
El impacto de las tecnologías de la información en la cultura ha venido a provocar el
colapso de diversas cadenas de valor de la producción cultural y la transformación
sustancial de diversas industrias, particularmente la industria del fonograma, la industria editorial y la industria de la televisión en todas sus versiones: satelital, abierta,
cable y por internet. Podemos sintetizar lo anterior de la siguiente forma:
[ 184 ]
1. Fonograma
• Venta de fonogramas en flujo digital por internet, usando la infraestructura de
las telecomunicaciones.
• Venta de tracks unitarios vs. la compra de histórico soporte material con más de
diez tracks, que encarecía el precio del producto.
• Venta del track en cualquier terminal digital.
• Baja de precio del producto.
• Cambio de valor del fonograma, ahora sólo sirve para dar a conocer al artista y
promocionar sus conciertos.
• La música ahora se regala patrocinada por marcas.
• Los sistemas de transmisión online como estaciones de radio o suites digitales
como Spotify, vuelven epidémico el consumo de música bajo nuevos modelos
de patrocinio y generando nuevas cadenas de valor.
• La mayor cantidad de empresas de música digital son extranjeras: por ejemplo,
Spotify y iTunes.
2. Editorial
• Aquí sucede esencialmente el mismo fenómeno que en la música, la diferencia
es que el soporte de papel dura más a partir de políticas financiadas por el gobierno. Esta industria cuenta con una Ley de Fomento para la Lectura del Libro,8 un
programa de apoyo de la industria editorial, una Comisión Nacional del Libro
de Texto Gratuito9 que compra enormes cantidades de libros, un Programa Nacional Salas de Lectura10 y editoriales públicas como el Fondo de Cultura Económica. El modelo de venta digital permite acceder desde cualquier dispositivo
móvil, en cualquier lugar y a cualquier hora a libros digitales a bajo costo, sin cargar con los costos de inventarios, logística y almacenaje.
3. Televisión
• Uno de los modelos de negocio que se transformará de manera más dramática
es el de la televisión. Año con año los raitings de la TV abierta vienen bajando. A
más penetración de banda ancha bajan los raitings de la televisión abierta y
ocurre una migración de usuarios o televidentes.
Recientemente, se puso en marcha la Estrategia Digital Nacional (edn) desde la
Oficina de la Presidencia, situación que llama la atención dado que debería ser la Secretaría de Comunicaciones y Transportes la encarga de la política pública, según la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones. La edn estableció diversas metas
en cuanto al uso de tecnologías de la información en ámbitos como innovación, transacciones financieras, trámites gubernamentales, educación y otros, todos ellos sumamente vagos y sin objetivos claros.
Aunque la estrategia tiene definidos algunos conceptos y metas, requiere de un mayor diagnóstico del sector de las telecomunicaciones en la actualidad y sobre todo la
composición de metas claras, medibles y comparables. Lo más que alcanzó a establecer
el gobierno fue la identificación de Chile como líder del sector en América Latina y la
aspiración de que México iguale sus indicadores de penetración hacia 2018. De acuerdo
8 http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFLL.pdf. Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, Texto Vigente.
Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de julio de 2008.
9 http://www.conaliteg.gob.mx/
10 http://www.conaculta.gob.mx/detalle-nota/?id=31347#.U4J8PPl5N5Y
[ 185 ]
a lo anterior, por ejemplo, México requeriría de 68 millones de conexiones adicionales
de telefonía móvil para igualar una penetración de 137.6% que mostró Chile en 2012 y,
por supuesto, hay que tomar en cuenta el crecimiento que mantendrá dicho país hacia
2018 y la integración de nuevas tecnologías.
ESTIMACIONES DE CRECIMIENTO DE CONECTIVIDAD MÉXICO VS. CHILE 2018
!
Chile actual
(líder regional, 2012)*
México actual
(itel-3T13)*
Expectativas
México 2018
(124.7 millones de habitantes)
Telefónía móvil
137.6%
86.9%
(103 millones de
dispositivos)
68 millones adicionales
(171.6 millones totales)
Banda ancha móvil
29.38%
12.81%
(15.2 millones de
conexiones)
21.4 millones adicionales
(36.64 millones totales)
Banda ancha fija
12.89%
11.6% (ocde, 2012)
(13.8 millones de
accesos)
2.3 millones adicionales
(16 millones de totales)
Telefonía fija
18.61%
17.4%
(20.6 millones de
conexiones)
2.61 millones adicionales
(23.2 millones de totales)
Networked
Readiness Index
Lugar 34
Lugar 63
Líder en América Latina
e-government Survey
Lugar 39
Lugar 55
Líder en América Latina
* Conexiones por cada 100 habitantes
[ 186 ]
Hasta el cierre de 2013, en México se cuenta una penetración de 87% de telefonía
móvil y de 13.99% de banda ancha móvil, niveles que se encuentran entre los más bajos
de la región. La importancia de la telefonía móvil radica en que es la tecnología que por
primera vez puede dotar a cada ciudadano del mundo con un dispositivo individual para
acceder a los beneficios de las tecnologías de la información, de acuerdo a sus gustos,
reglas y necesidades. No por ello la tecnología fija deja de revestir importancia para la
conectividad, ya que continuará siendo la proveedora de la infraestructura de respaldo
para el dispositivo móvil, a través de fibra óptica, servidores, centros de datos o puntos
de interconexión necesarios para soportar internet en pleno funcionamiento.
CONCLUSIÓN
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha intensificado los flujos de capital,
mercancías y servicios entre los tres países. El intercambio cultural también ha sido
intenso y las Tecnologías de la Información y la Comunicación han sido el transporte
idóneo de información y símbolos culturales, al mismo tiempo que han propagado las
diversas manifestaciones culturales de los tres países, aunque en condiciones diferentes.
Cuando México firmó junto con Estados Unidos y Canadá el tlcan, se dijo que el país
miraba hacia el norte y daba la espalda hacia países con semejanzas políticas, económicas, culturales y sociales, como es el caso de las naciones latinoamericanas. Estos países
de Centro y Sudamérica avanzaron a su propio ritmo y establecieron acuerdos comerciales de distinto tipo.
A dos décadas del tlcan, América Latina superó a México en penetración de telefonía móvil, entre otros indicadores del sector telecomunicaciones. Así como en 1994
México miró al norte para impulsar su crecimiento y desarrollo económico, 20 años
después vuelve la mirada hacia el sur y busca alcanzar y superar al país de América Latina más conectado: Chile.
[ 187 ]
Internet y derechos de autor. El impostergable
balance entre economía y cultura
María Elena Meneses
PROTECCIONISMO DEL CONOCIMIENTO
La digitalización ha producido nuevas condiciones para la producción cultural, su distribución y consumo. Los productos culturales inmateriales desvanecen la cadena de
valor y diluyen el sentido de pertenencia física, característicos de la era industrial,
como el límite espacio-temporal, la autoría, la nacionalidad y el precio. Presenciamos
un ecosistema cultural complejo, cuyos rasgos sobresalientes son: la gratuidad, el libre flujo de contenidos, la distribución entre pares y la producción no profesional
(Meneses, 2012).
La propiedad intelectual, que incluye marcas registradas, patentes y derechos de autor, se ha convertido en un tema álgido de nuestra época, que devela una extrema rigidez
del sistema de comercio global, basado contradictoriamente en el “proteccionismo del
conocimiento” en detrimento del interés de la sociedad y de las economías emergentes
(Green, 2012). Estados Unidos es el país con mayores beneficios del régimen global de
la propiedad intelectual y, por tanto, el que más pugna por su preservación. Tan sólo en
2010, en ese país las industrias que generan algún tipo de licencia alcanzaron un valor de
5 trillones de dólares y crearon 40 mil empleos, 27.7% del total generado ese año (gipc
Intellectual Property Index, 2014).
Es objetivo del presente capítulo explicar cómo los países que mantienen el monopolio del conocimiento intentan imponer medidas restrictivas a la cibercultura, mediante acuerdos comerciales como el Anti-Counterfeiting Trade Agreement (acta) y,
más recientemente, el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica
(tpp, por sus siglas en inglés) con implicaciones no sólo en el desarrollo de internet, sino
en los derechos fundamentales de los internautas.
[ 189 ]
En los últimos 20 años, la intervención de las grandes corporaciones y de los gobiernos de donde son originarias las empresas que detentan la propiedad intelectual se
ha reforzado con la generalización del liberalismo económico, lo cual profundiza la inequidad, frena la innovación y el desarrollo. La industria farmacéutica ha encabezado
la batalla por endurecer el régimen de propiedad intelectual y, luego de la generalización
de internet, los conglomerados del entretenimiento han entrado de lleno a la batalla. Al
ser centrales en el sistema económico, éstos mantienen una férrea oposición a desmonopolizar el patrimonio de los derechos de autor. El rasgo distintivo de estos cuasi
monopolios globales es su excesiva concentración vertical, que aglutina todos los procesos de la producción cultural, desde las ideas hasta el consumo y, por tanto, estrecha
las posibilidades a otras opciones culturales que quedan fuera del mapa mental de los
ciudadanos del mundo (Smiers, 2006).
LA BATALLA POR LOS DERECHOS DE AUTOR
EN INTERNET: DEL ACTA AL TPP
[ 190 ]
En los países con una débil infraestructura científica y tecnológica, el endurecimiento
del régimen de protección de propiedad intelectual podría entorpecer el crecimiento
económico. A esta conclusión han llegado algunos estudios, como el reporte del comisionado Ian Hargreaves, quien en 2011 elaboró un estudio sobre creatividad, innovación y oportunidad digital a petición del primer ministro británico David Cameron. Sin
embargo, los tratados que tienden a proteger de manera implacable la propiedad intelectual han proliferado en los últimos años. Este capítulo no hace referencia a las patentes, sino se centra en la dimensión de los derechos de autor.
En 2010, en Francia fue aprobada una de las más duras leyes para quienes descargan
material de sitios P2P. La conocida “Ley Sarkozy” ha sido controversial no sólo en
Francia, sino en el mundo, por criminalizar a los internautas y permitir la vigilancia a los
usuarios por parte de los proveedores de internet, lo cual afecta derechos fundamentales como la libertad de expresión, el derecho a la información y a la privacidad.
Leyes y tratados reactivos ante el escenario digital comenzaron a negociarse, lo que
dio como resultado un sinnúmero de iniciativas. En España la “Ley Sinde”, en Estados
Unidos la Stop Online Piracy Act (sopa) y la Protect Intellectual Property Act (pipa). En
América Latina hubo iniciativas como la “Ley Lleras” en Colombia y la “Ley Döring”
en México, que no prosperó. Más recientemente, en 2013, la iniciativa propuesta por el
diputado Héctor Gutiérrez de la Garza, presidente de la Comisión de Tecnologías de
la Información y la Comunicación de la Cámara Baja.
En México, pese al llamamiento del Congreso a no hacerlo, el gobierno firmó en 2012
el controversial acta, que pretendía la vigilancia de las prácticas de los internautas
mediante los proveedores de internet con sanciones criminalizantes poco definidas en
un borrador que los internautas mexicanos conocieron por un cable filtrado por el sitio
WikiLeaks (Meneses, 2012). La desconexión sin órdenes judiciales atenta contra la presunción de inocencia y puede prestarse a abusos y romper la neutralidad de internet,
entendida como un contrato tecnológico con implicaciones prácticas que supone que
todos los contenidos son iguales ante la red y que es en el mundo físico en donde deben
castigarse conductas criminales como la pornografía infantil.
La excesiva responsabilidad que estas iniciativas otorgan a los intermediarios de
internet podría acarrear gastos elevados y, por tanto, el encarecimiento del servicio y
afectaciones a derechos fundamentales. En México sólo la cuarta parte de la población
tiene acceso a internet, con lo cual la criminalización podría inhibir su uso, cuando el
entorno virtual no es sólo para consumir videos, sino que se trata de un universo potencialmente educativo e innovador para pequeños empresarios. Internet no equivale
solamente a entretenimiento: es una indiscutible herramienta para favorecer el desarrollo humano.1
Para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), observar al desarrollo más allá de los indicadores económicos implica ampliar las opciones que tienen las personas para llevar la vida que valoran, es decir, aumentar el conjunto de cosas que las personas pueden ser y hacer en sus vidas. Desde este enfoque, internet es una
infraestructura que puede promover el desarrollo de las personas, sobre todo en economías emergentes, en donde aún hay importantes capas de la población desconectadas.
Las iniciativas y tratados mencionados tienen detrás enormes cabildeos de la industria del entretenimiento y constituyen un freno para el desarrollo de la red. Paralelamente, los argumentos de la industria, sobre todo del cine y de la música, se basan en
1 En 2012, 38% de los mexicanos tiene acceso a internet, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet
(2013). La brecha digital es multidimensional, a la conectividad se agrega una variable dependiente: la banda ancha.
De acuerdo con el documento Acciones para el fortalecimiento de la Banda Ancha y las Tecnologías de Información y Comunicación de la sct, en 2011 se registraba una penetración de banda ancha fija de 11.4% y 7% de banda ancha móvil.
[ 191 ]
[ 192 ]
cifras que son producto de metodologías imprecisas, sin el debido consenso científico.2
El acta fue rechazado por el Parlamento Europeo en 2012 y tampoco prosperó en México, ya que nunca fue ratificado por el Senado, que prefirió darle carpetazo y privilegiar
otro acuerdo comercial más ambicioso: el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica.
El tpp es negociado por once países: Australia, Brunéi Darussalam, Canadá, Chile,
Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam, Perú y México. Representa
un mercado de más de 650 millones de habitantes y con el ingreso de Japón se consolidará como el área de libre comercio más grande del mundo. A decir del gobierno estadounidense, promotor del acuerdo junto con Japón, la relación comercial entre México
y su principal socio comercial se mejorará vía el tpp, porque permitirá revisar temas y
problemas que no se incluyeron en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(tlcan), tales como mecanismos para solucionar controversias, comercio electrónico,
economía digital, empresas del Estado, derechos humanos y protección al medio ambiente (Saldaña, 2013).
Para Estados Unidos, los países negociadores constituyen el mayor mercado para
sus exportaciones de bienes y servicios, con un total de 942 billones de dólares en 2012,
que equivale a 61% del total de las exportaciones de bienes de ese país (Meachman,
2013). En un discurso pronunciado en 2011 por la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, para promover un eventual tratado comercial con la región se observa el interés estratégico de establecer alianzas con el bloque de naciones
del Pacífico para frenar a Corea del Norte. “Articularemos un ambiente en la región con
acento económico y continuaremos desarrollando capacidades para responder a las
provocaciones de Corea del Norte”, señaló la funcionaria. Japón es otro negociador que
ha puesto precio a su firma en el tpp. En 2011 sus inversiones en la economía estadounidense alcanzaron 289.5 mil millones de dólares, luego de las de Gran Bretaña (Meachman, 2013).
El gobierno mexicano asegura que el tpp representará para México entrar al mercado Asia-Pacífico, el más dinámico del mundo, sobre lo cual no hay duda. Sin embargo,
2 A esta conclusión llegaron académicos de la London School of Economics and Political Science en el estudio
Creative Destruction and Copyright Protection (2011). Disponible en: http://eprints.lse.ac.uk/33905/1/LSEMPPBrief1.pdf
Sobre el millonario cabildeo de la industria cinematográfica y musical en Estados Unidos, de acuerdo con el
Center for Responsive Politics, la industria del entretenimiento en ese país gastó en 2011 durante el cabildeo de las
leyes sopa y pipa, 92 millones de dólares en lobbying y contrató a 566 cabilderos (Novak, 2012).
tiene un capítulo sobre propiedad intelectual en el entorno digital similar al del acta,
del que han dado cuenta organizaciones de activistas digitales en Chile, Perú y México.
Las negociaciones del tpp en México han sido relativamente más abiertas a la opinión
pública que las del acta. Entre 2012 y 2014, la Secretaría de Economía ha invitado en
diversas ocasiones a sesiones informativas a diferentes actores de la sociedad; no obstante, las ruedas de negociaciones no han dejado de ser discrecionales.
En diciembre de 2013 se preveía la firma del tpp, pero ésta se pospuso para 2014 sin
mayores explicaciones, aunque diversas agrupaciones de derechos civiles en internet,
como Electronic Frontier Foundation y La Quadrature du net, así como grupos de internautas de Chile, Perú y México, países que mantienen tratados de libre comercio
con Estados Unidos, sugirieron una falta de acuerdo entre los negociadores. Estados
Unidos y Japón, líderes del tpp, poseen la mayoría de las patentes del mercado digital
y derechos de autor de la producción de la industria del entretenimiento en tiempos
globales, de los cuales economías emergentes son consumidoras indiscutibles. En
México, 89% de la taquilla recabada en 2011 fue para Hollywood (Gutiérrez, 2012), situación que podría ser replicable en otros países que producen muy poco a nivel local,
en contraste con el consumo de bienes culturales primordialmente del mercado estadounidense.
De acuerdo con organizaciones defensoras de derechos digitales, el tpp, cuyo borrador fue filtrado por el sitio WikiLeaks en 2013, podría afectar derechos como el de la
privacidad y la libertad de expresión, y requerirá reescribir algunas leyes nacionales de
derechos de autor e incrementar la posesión de estos de 50 a más de 70 años en algunos
países3 (Electronic Frontier Foundation, s.f.; Derechos Digitales, 2013).
De acuerdo con el colectivo chileno Derechos Digitales, los países firmantes tendrán que adoptar leyes que refuercen los candados digitales que, se supone, buscan
proteger los derechos de autor, basados en lo establecido en el Millenium Copyright Act
estadounidense, una ley aprobada en 1998, en la cual se criminaliza la producción y
diseminación de tecnología, dispositivos y servicios que infrinjan el control de acceso
a trabajos protegidos por la ley de derechos de autor. De acuerdo a la ley es ilegal tanto
violar los derechos de autor, como crear cualquier tipo de tecnología que haga posible
dichas violaciones.
3 En México, desde 2003 la Ley Federal de Derechos de Autor garantiza su protección hasta por 100 años luego de
la muerte del autor.
[ 193 ]
Ejemplos de estas medidas tecnológicas de protección (tpm) son passwords, encriptación y restricciones para audiencias de distintas regiones del mundo.4
INTERNET Y EL CIRCUITO DE LA CULTURA
Internet trastoca en su totalidad el circuito de la cultura —entendido desde la propuesta
metodológica de Du Gay (2012)—, que contempla todas las etapas de la producción cultural. Ante esta realidad cultural hay posturas encontradas que son aquellas que dominan el
debate en los medios de comunicación y las redes digitales, la de la industria y la de aquellos grupos de activistas que consideran que todo lo que circula en internet debe ser libre.
Sin embargo, no todo es blanco y negro; algunos actores de la sociedad civil, la academia y del ámbito de internet en México han optado por mantener una postura flexible
y realista que no reprueba los acuerdos comerciales en su totalidad, por los supuestos
beneficios que atraería al país, pero que sugieren vetar el apartado “entorno digital” por
las particularidades de éste que no son tomadas en cuenta.5 A continuación se mencionan algunos efectos visibles de este conjunto de iniciativas que pueden alterar el carácter abierto de internet:
[ 194 ]
1) Técnicamente los bloqueos súbitos, sin juicios de por medio, pueden provocar un
caos en la red, cuyo orden está dado por los dominios.
2) R
epresentaría el fin de internet como un territorio de libre flujo de contenidos, que
es herramienta para la democracia, para la innovación y la creatividad.
3) Podría inhibir el uso de la red, detener su crecimiento y desarrollo.
4) Al contemplar la intermediación de los proveedores de internet para ubicar a los
sospechosos en Estados cuyas democracias sean débiles. ¿Qué garantías tienen
los ciudadanos de que esta práctica no tendrá fines de censura?
5) Puede inhibir el potencial creativo de internet para generar expresiones culturales diversas desde lo local.
4 Significaría reescribir la legislación actual en lugares como Australia donde, en algunos casos, está permitido
abrir estos candados para hacer ciertas copias de seguridad.
De acuerdo con la eff, los candados digitales repercuten y obstaculizan la investigación, la innovación, la educación en línea y afectan la libertad de expresión.
5 Tal es el caso de la Asociación Mexicana de Internet.
6) Afectan el derecho a la cultura y parten de una visión restringida de ésta, ya que
limitan las expresiones culturales a la producción de la industria tradicional. ¿En
dónde quedan las expresiones fuera del mercado producto de colectivos, de universitarios, trendsetters y grupos minoritarios?
7) Las cifras que ofrece la industria del entretenimiento, el actor que cabildea estas
iniciativas en el mundo, no son producto de metodologías precisas. ¿Descargar
una canción equivale a no comprar un CD?
REFLEXIONES FINALES
Las iniciativas domésticas y los tratados comerciales descritos evidencian un choque
de paradigmas, el de la industria del entretenimiento tradicional que se dice afectada
por las prácticas culturales de la era digital y, por el otro, una industria que gana poder
y millones basada en inéditas prácticas culturales como las descargas, la producción
amateur y el compartir contenidos, tal es el caso de Google y Facebook. Por ahora los
internautas agrupados en algunas asociaciones civiles comienzan a hacer frente a esta
compleja batalla por internet.
La red es territorio propicio para la educación, la innovación y la democracia, tal
como se observó en África del Norte. Una ley criminalizante significa cancelar todas estas potencialidades. ¿Quién querría participar en un territorio hipervigilado? Modelos
mixtos como iTunes de Apple, la plataforma musical Spotify y la fórmula de protección
autoral conocida como Creative Commons son medidas híbridas propias de una nueva
realidad cultural. Se trata de una confrontación, en la cual poco se toma en cuenta a los
internautas que nos hemos apropiado de internet con fines significativos para nuestra
vida social, laboral, afectiva y cívica.
La articulación de una jurisprudencia para la era digital, que sea parte de la gobernanza de internet, tiene que conciliar derechos y obligaciones de manera multisectorial,
lo cual, por ahora, se mira complejo pero posible.6 Es momento de reconocer que la realidad cultural se ha modificado a partir de internet, lo cual requiere de nuevos marcos de
6 Entre 2013 y 2014 la Unión Europea llevó a cabo una consulta sobre copyright con el objetivo de “reunir información de todos las partes involucradas en la revisión de las reglas de derechos de autor en la UE”. La consulta fue lanzada el 5 de diciembre de 2013 y se mantuvo abierta hasta el 5 de marzo de 2014. Se convocó a participar a consumidores,
usuarios, autores, productores, intermediarios, distribuidores, autoridades públicas, entre otros.
[ 195 ]
entendimiento en el que ningún actor del circuito cultural sea perjudicado. Estar en contra de estas iniciativas no significa estar en contra de los autores que viven de su trabajo
creativo.
A los representantes corresponde transparentar el origen y las negociaciones de estos tratados e iniciativas domésticas, así como promover debates abiertos e incluyentes sobre el futuro internet en nuestros países. Por lo aquí discutido resulta impostergable repensar de manera colaborativa e incluyente alternativas para conciliar economía y
cultura en tiempos de internet.
[ 196 ]
Referencias
amipci (2012). Hábitos de los usuarios de Internet
en México. amipci. Recuperado de: http://www.
amipci.org.mx/?P=esthabitos
Cámara de Diputados (2013, 3 de diciembre). Iniciativas. Gaceta Parlamentaria, año XVII, número 3919-VIII. Recuperado de: http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/62/2013/dic/
20131203-VIII.html#Iniciativa19
Cammaerts, B. y Meng, B. (2011, marzo). Creative
Destruction and Copyright Protection. London School of Economics and Political Science.
Recuperado de: http://eprints.lse.ac.uk/33905/
1/LSEMPPBrief1.pdf
Clinton, H. (2011, 11 de octubre). America’s Pacific
Century. The future of politics will be decided
in Asia, not Afghanistan or Iraq, and the United
States will be right at the center of the action.
Foreign Policy. Recuperado de: http://www.foreignpolicy.com/articles/2011/ 10/11/americas_
pacific_century
Coalición por el Acceso Legal a la Cultura (2011, 7
de abril). México, orgullo cultural. [Desplegado].
El Universal. A13.
Comisión Europea (2014, 31 de enero). Public Consultation on the review of the EU copyright
rules. European Commission. Recupe­rado de:
http://ec.europa.eu/internal_market/consultations/2013/copyright-rules/index_en.htm
Derechos Digitales (2013, 13 de noviembre). Nueva
filtración del tpp cuestiona los supuestos beneficios que obtendría Chile según el gobierno.
Derechos Digitales. Recuperado de: http://www.
derechos digitales.org/6484/nueva-filtraciondel-tpp-cuestiona-los-supuestos-beneficios
-que-obtendria-chile-segun-el-gobierno/
Du Gay, P., Hall, S., Janes, L., MacKay, H. y Negus, K.
(1997). Doing Cultural Studies. The story of the
Sony Walkman. London: The Open University.
EFF (s.f.). Trans-Pacific Partnership Agreement.
Electronic Frontier Foundation. Recuperado de:
https://www.eff.org/issues/tpp
Global Intellectual Property Center (2014). Charting
the course. Internet IP Index. USA: US Chamber
of Commerce. Recuperado de: www.theglobalipcenter.com/GIPCindex.
Green, D. (2012). From Poverty to Power.How Active
Citizens and Effective States can change the
World. United Kingdom: Oxfam.
Gutiérrez, V. (2012, 28 de marzo). México hace
más cine del que se ve. El Economista. Recuperado de: http://eleconomista.com.mx/entretenimiento/2012/03/28/mexico-hace-mas-cineque-se-ve
Hargreaves, I. (2011, mayo). Digital Opportunity: A
Review of Intellectual Property and Growth. Recuperado de: http://www.ipo.gov.uk/ipreviewfinalreport.pdf
Novak, V. (2012, 26 de enero). sopa and pipa Spur
Lobbying Spike. Opensecrets.org Center for responsive politics. Recuperado de: http://www.
opensecrets.org/news/2012/01/sopa-and-pipa-create-lobbying-spike.html
Lara, J. C. (2014, 9 de enero). Día del dominio público: la fiesta que el TPP quiere suprimir. Derechos
Digitales. Recuperado de: http://www.derechosdigitales.org/6769/dia-del-dominiopublico-la-fiesta-que-el-tpp-quiere-suprimir/
Leahy, P. (2011). Protect ip act of 7 2011. Recuperado
de 12th Congress of the United States website:
http://www.leahy.senate.gov/imo/media/doc/
BillText-PROTECTIPAct.pdf
Ley Federal del derecho de autor (1996). Diario Oficial de la Federación. Recuperada de: http://www.
diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/122.pdf
Meachman, C. (2013, 16 de mayo). Is Japan’s entry
into the Trans-Pacific Partnership good for the
Americas? Center for Strategic & International
Studies. Recuperado de: http://csis.org/publication/japans-­entry-trans-pacific-partnershipgood-americas
[ 197 ]
[ 198 ]
Meneses, M. E. (2011, 23 de febrero). Postura ante el acta expuesta ante
el Grupo Plural del acta. México: Senado de la República.
Meneses, M. E. (2012). El circuito de la cultura en la Sociedad de la
información. El caso del acta y otras leyes reactivas ante el escenario digital. En Arellano, W. (coord.). La Sociedad de la Información en Iberoamérica. Enfoque multidisciplinar. México: infotec.
Saldaña, I. (2014, 5 de febrero). tpp modernizará el Tratado de Libre
Comercio: EU. El Universal. Recuperado de: http://www.eluniversal.com.mx/finanzas-cartera/2014/tpp-tratado-libre-comercio-­
­985166.html
Secretaría de Comunicaciones y Transportes. (2011). Acciones para el
fortalecimiento de la Banda Ancha y las Tecnologías de la Información
y la Comunicación. Recuperado de: http://www.sct.gob.mx/uploads/
media/afbaytics.pdf
Smiers, J. (2006). Un mundo sin copyright. Artes y medios en la globalización. Barcelona: Gedisa.
Smith, L. (2011). A bill: H3261. Recuperado de 12th Congress of the
United States website: http://es.scribd.com/doc/73371905/StopOnline-Piracy-Act-sopa-and-the-protect-ip-Act
Smith, L. (2011). H3261: manager’s amendment summary. Recuperado
de: http://judiciary.house.gov/issues/Rogue Websites/Summary
Manager’s Amendment.pdf
Sutton, M. (2013). Stop Congress From Taking the Fast Track to
One-Sided Copyright Laws. Electronic Frontier Foundation. Recuperado de: https://www.eff.org/deeplinks/2013/08/stop-congresstaking-fast-track-one-sided-copyright-laws
WikiLeaks (2013, 13 de noviembre). Acuerdo Secreto de la Asociación
Trans-Pacífico (tpp). WikiLeaks. Recuperado de: https://wikileaks.
org/tpp/pressrelease-es.html
Zittrain, J. (2008). The Future of the Internet. Estados Unidos: Penguin Books.
La telefonía móvil, tecnología e industrias culturales
Francisco Vidal Bonifaz
Estamos viviendo una época de transición: si en el pasado los teléfonos móviles se utilizaban para comunicaciones de voz y texto, en la actualidad se añade la función de
transportar datos y dentro de éstos se encuentran los productos de las industrias culturales, especialmente las que se mueven en torno a lo que, hasta ahora, conocemos genéricamente como televisión, radio e internet.
El auge de las redes de comunicación móviles nos ha colocado al borde de que esté
funcionado un teléfono celular por cada habitante del planeta. De acuerdo con estimaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (2014) al término de 2013 operaban en el mundo 6.8 mil millones de aparatos de telefonía móvil, para una población
que sumó 7.1 mil millones de habitantes (Population Reference Bureau, 2013).
En México la expansión del servicio de telefonía móvil ha sido explosivo. En 1990,
en los albores de este servicio, solamente existían 64 mil aparatos en funcionamiento; en
cambio, al finalizar 2013 el número de unidades en operación ascendió a 103.6 millones
(ift, 2014a). De esta manera, 87 de cada 100 mexicanos poseen un celular.
En realidad la evolución de la telefonía móvil forma parte de la vertiginosa expansión
de las telecomunicaciones. Mientras que en los últimos 20 años (1993-2013) la economía
nacional registró una tasa media de crecimiento de 2.7%, la de las telecomunicaciones
fue de 11.7% en su promedio anual (inegi, 2014). Es difícil encontrar alguna otra actividad económica que pueda compararse, desde el punto de vista de su dinamismo, con
las telecomunicaciones. Al respecto véase gráfica 1.
Por cierto, durante todo este periodo, ya con las principales empresas privatizadas,
las telecomunicaciones fueron una de las ramas más reguladas (precios, calidad, territorios, etc.) y, esto no constituyó un freno a su, casi frenética, expansión.
[ 199 ]
Gráfica 1. MÉXICO: EVOLUCIÓN DEL PIB GENERAL Y DE LAS TELECOMUNICACIONES
(Variación anual en porcentajes)
Fuente: Elaboración propia con información del inegi.
[ 200 ]
El crecimiento de la comunicación móvil superó al de casi todas las otras formas
de telecomunicaciones. Hasta ahora el inegi no ha dispuesto la publicación de los datos de la composición del pib de esta rama económica para poder apreciar el valor de
cada una de sus actividades; pese a todo, se puede afirmar que la telefonía móvil es la principal actividad de las telecomunicaciones. Tan sólo tómese en cuenta que, según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (ift) (2014a) acaparó 44% de los ingresos de las
comunicaciones a distancia en el periodo que corre de 1998 a 2012. En ese lapso la telefonía móvil acumuló ingresos por 144.3 mil millones de dólares.
La forma más generalizada de comunicación móvil es la que se realiza por medio de
los llamados teléfono celulares. Como mencionamos más arriba, estos dispositivos han
transitado de una función exclusiva para comunicación mediante voz a una gama de servicios que incluye la comunicación personal audiovisual y el acceso a los servicios en línea, internet, que involucra texto, audio y video.
Los suscriptores totales del servicio de telefonía móvil reportan una expansión promedio de 33.5%, en su promedio anual del lapso 1996-2013 (véase la tabla 1). El crecimiento se apoyó, sobre todo, en la expansión de los servicios de prepago. Sin embargo la
expansión será más modesta en el futuro si se tiene en cuenta que se está llegando a tasas
muy altas de penetración: 87 suscriptores por cada 100 habitantes para el cierre de 2013.
Tabla 1. MÉXICO: EVOLUCIÓN DE LOS SUSCRIPTORES DE TELEFONÍA MÓVIL
(miles)
Concepto
Suscriptores totales
1996
2013
Evolución anual 1/
1,022
103,600
33.5%
Prepago
423
87,600
39.5%
Pospago
599
16,000
22.9%
Fuente: elaboración propia con datos de ift (2014a y 2014b).
1/ Tasa media anual de crecimiento.
Al mismo tiempo la red está sufriendo constantes modificaciones —lo que implica
inversiones— para poder hacer frente a la tendencia a la diversificación de los llamados servicios móviles. Tómese en cuenta que:
• El tráfico de voz reporta una expansión promedio de 40.2% al año en el periodo que
corre de 1995 a 2012; pese a todo, en los cuatro últimos años ha aminorado este
crecimiento (con incrementos anuales de alrededor de 23%).
• Los mensajes de texto, por su parte, vivieron su etapa de oro a partir de 2006, pues
entre ese año y 2012 se incrementaron 34.8% en promedio, cada año, aunque durante 2013 se desaceleró su crecimiento.
• En cambio, se expande con rapidez el uso de la llamada ancha banda móvil, que permite tener acceso a internet y a diversos servicios audiovisuales. Este tipo de servicios son relativamente nuevos en el país, de forma tal que durante 2013 los abonados a los servicios de banda ancha móviles se incrementaron 46.7% y representan
ya 12% del parque celular total.
De acuerdo con estimaciones recientes dadas a conocer por la Presidencia de la
República (2014: 10): “Se considera que el tráfico cursado a través de las redes inalámbricas móviles continuará creciendo a tasas exponenciales; se ha estimado que el tráfico
promedio mensual móvil registrado en el mundo durante 2013 habrá aumentado en tres
[ 201 ]
veces para el 2015 y diez veces para 2018; en Latinoamérica los crecimientos para el
mismos años serán de 3.3 veces y de 12 veces, respectivamente”.
Los servicios de telefonía quedaron fuera de las negociaciones del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (tlcan), en el que solamente se incluyó a los servicios
de valor agregado y a los equipos de telecomunicaciones (Mariscal, 2003).
No obstante, el sistema de telecomunicaciones de México permaneció estructuralmente asociado al de Estados Unidos. Tan sólo tómese en cuenta que, en principio, 85.6%
del tráfico de llamadas de larga distancia de salida entre 1997 y 2013 fue hacia el vecino del
norte. Al mismo tiempo, 97.5% del tráfico de entrada tuvo su origen en los Estados Unidos.
Las ligas de la integración ya estaban establecidas desde antes de la firma del tlc. En
realidad, el proceso de liberalización del mercado de las telecomunicaciones, que prácticamente se inició con la privatización de Teléfonos de México (Telmex), ya incluía
estos lazos.
En diciembre de 1990 se anunció que el consorcio ganador de la privatización incluía
al mexicano Grupo Carso, al francés France Cables et Radio (subsidiaria de France Telecom) y al estadounidense Southwestern Bell International (Telmex, 1991). A la postre,
este último se convertiría en un pilar de la nueva AT&T, la compañía que históricamente
pelea por la supremacía en el mercado mundial de las telecomunicaciones.
Al mismo tiempo, la liberalización del mercado de las telecomunicaciones, que comenzó con los servicios de larga distancia en 1997, promovió la presencia de nuevas empresas en las que, por supuesto, existió una fuerte presencia del capital con origen en los
Estados Unidos (tabla 2).
Tabla 2. PRIMEROS CONCESIONARIOS DE LARGA DISTANCIA (1995-1996)
[ 202 ]
Empresa
Accionista mexicano
Accionista extranjero
Alestra
Grupo Alfa
AT&T (EU)
Avantel
Grupo Banamex-Accival
MCI (EU)
Marcatel
Radio Beep
IXC y Westel Inc. (EU) Teleglobe (Canadá)
Iusatel
Grupo Iusacell
Bell Atlantic (EU)
Protel
Grupo Comunicaciones San Luis
Nextel (EU)
Unicom 1/
Grupo VISA-Bancomer
GTE (EU)
1/ Unicom no operó. Acabó uniéndose a Alestra.
Fuente: Reforma, 1995; Reforma, 1996
En el caso de la telefonía móvil, la creación de grandes empresas globales trajo consigo la consolidación de dos o tres grandes operadores por país. Para el caso de México,
el mercado está dominado por Telcel —filial de América Móvil— y por Movistar, que
opera la española Telefónica (véase gráfica 2).
La concentración en el mercado de las telefonía móvil es una constante en la vida
económica moderna pese a todos los esfuerzos por incentivar la competencia. A guisa
de ejemplo vale la pena mencionar los acuerdos más recientes:
• Portugal Telecom y Oi acordaron fusionarse para crear la empresa de telecomunicaciones en portugués más importante del planeta, que atenderá a 53 millones de
usuarios de móviles (Bloomberg, 2013).
• La japonesa SoftBank completó la adquisición de la estadounidense Sprint-Nextel,
con lo que se agenció 47 millones de suscriptores móviles en Estados Unidos (Sprint,
2014:38) y ahora se encuentra en pláticas para fusionar a otra operadora de ese
mercado, T-Mobile, con lo que agregaría otros 46.6 millones de usuarios móviles
en Estados Unidos (El Economista, 2014).
Gráfica 2. COMPOSICIÓN DEL MERCADO DE TELEFONÍA MÓVIL, 2013
(Porcentaje de los suscriptores totales)
[ 203 ]
Fuente: Elaborado con información de las empresas y del Instituto Federal de Telecomunicaciones
• La española Telefónica está terminando los trámites para adquirir a la alemana
E-Plus y añadir 23.9 millones de usuarios a su activo (The Wall Street Journal, 2014).
[ 204 ]
No sería extraño que en nuestro país Nextel sea absorbida en el mediano plazo y el
control de Iusacell pase a otras manos.
El cambio tecnológico está posibilitando que, por medio de los teléfonos celulares
(smartphones), se pueda tener acceso a diversos servicios de comunicación móvil, lo
que a su vez requiere la expansión de las redes de banda ancha. De hecho, de acuerdo con
los datos del ift (2014,b) al finalizar 2013 operaban 12.4 millones de teléfonos que se
podían conectar a banda ancha móvil y otros 4 millones de aditamentos adicionales (tabletas, entre otros). En el caso de los teléfonos móviles con acceso a banda ancha, representan ya 12% de todos los aparatos que funcionan en México.
De acuerdo con otras estimaciones (Presidencia de la República, 2014:10): “En
México, los equipos terminales inteligentes, conocidos como “smartphones” [...] crecen
a tasas elevadas. Según datos de diferentes consultores, en tanto que en 2010 estos aparatos terminales representaban el 8.8% del total de teléfonos celulares, para 2013 se
estima que elevaron su participación al 34.7%, mientras que para el 2015 será del 68%”.
Las redes móviles de comunicación se están convirtiendo en otras de las vías para
la distribución de los bienes y servicios de la industrias culturales. En los hechos este
segmento está en los albores de su desarrollo.
Por ejemplo, el periódico El Universal señala que en 2013 tenía dos millones de usuarios en dispositivos móviles de su página electrónica que consultaron 4.1 millones de
páginas cada mes (El Universal:15). Por su parte, Milenio reporta 1 millón de usuarios de
su página electrónica por medio de dispositivos móviles (Grupo Milenio). El sitio Animalpolitico.com informa que tiene alrededor de un millón de personas que se conectan
a través de dispositivos móviles (Animal Político, 2013:8).
Pero el auge en el consumo de productos culturales en las redes móviles estará encabezado por los mercados audiovisuales. En este segmento, también de desarrollo embrionario, llevan la voz cantante los grandes consorcios de medios nacionales y extranjeros.
En el rubro de los servicios audiovisuales de paga bajo demanda, especialmente de
películas y series de televisión, llevan la delantera la estadounidense Netflix y le siguen
las mexicanas Claro Video (América Móvil), Veo (Televisa), Cinépolis Klic y Crakcle
(Sony). Las grandes cadenas productoras de televisión y cine de Estados Unidos (véase
tabla 3) son los grandes abastecedores de los contenidos que distribuyen estos servicios.
Adicionalmente, estas mismas compañías, la mayoría con sede en Estados Unidos,
están desarrollando aplicaciones para que sus contenidos de televisión puedan ser vistos en diferentes aditamentos (TV Everywhere).
Tabla 3. GRANDES PRODUCTORES ESTADOUNIDENSES
DE CONTENIDO AUDIOVISUAL
Consorcio
Productora
de televisión
Productora de cine
Comcast
NBC
Universal
Disney
ABC
Disney
Fox
Fox
21th. Century Fox
Time Warner
Warner
CBS-Viacom
CBS
Sony
Warner Bros.
Paramount
Columbia
Fuente: elaboración propia con información de las empresas.
En términos generales se trata de los contenidos que se producen por medio de los
canales de paga. De acuerdo con información inicial, en México se puede tener acceso a:
• Disney: espn, espn2, espn3, espn Play.
• 21th. Century Fox: Fox, Fox Life, FX, Nat GEO, Fox Life, Fox Sports, Fox Sports2,
Fox Sports3.
• lap tv:1 Cine Canal, Film Zone, Moviecity.
• Time Warner: hbo.
• Adicionalmente, a través de los aparatos de comunicación móvil se puede tener
acceso a otra serie de servicios de audio y video. Entre los más populares destacan
los que aparecen en la tabla 4.
• En los hechos, las grades corporaciones de medios y entretenimiento, especialmente las estadounidenses, ya tienen porciones importantes del mercado de las industrias culturales. Para muestra basten los siguiente ejemplos:
• De los 319 estrenos de películas en cines mexicanos en 2012, solamente 67 fueron
películas mexicanas, el resto llegaron del extranjero, especialmente de los Estados Unidos.
1 Latin American Pay Television Service (lap tv) ahora ya pertenece a una de las filiales de la firma estadouniden-
se 21th. Century Fox (Fernández González, 2013).
[ 205 ]
Tabla 4. GRANDES DISTRIBUIDORES DE SERVICIOS
DE VIDEO Y AUDIO EN LÍNEA
Nombre
Servicio
Grupo
YouTube
Videos
Google
iTunes
Audio, video, impresos
Apple
Spotify
Música
Independiente
Rdio
Música
Independiente
Fuente: elaboración propia con información de las empresas.
• De los 267 canales de televisión de paga que distribuyeron los siete operadores
más importantes del país en 2013, 163 son producidos en el extranjero, la mayoría
en Estados Unidos (Vidal, 2013).
• El 39% de la programación de los cuatro canales nacionales de televisión en México (del 25 de marzo de 2014), fue abastecida por productoras extranjeras, especialmente de Estados Unidos.
• En el caso del cine, solamente 22% de las películas exhibidas en las televisión
abierta durante 2012 era de origen mexicano, y 18% en el caso de la televisión de
paga, reporta el Instituto Mexicano de Cinematografía (imcine) (12, 42). En el
caso de la operación de los cines: “De los 319 estrenos que hubo en el país, 143
provinieron de Estados Unidos (45%)” y 21% correspondió a filmes mexicanos.
[ 206 ]
Bajo esta realidad, la mayor penetración de las redes móviles significará una mayor
presencia del contenido importado, especialmente del puñado de los cinco grandes consorcios mediáticos de los Estados Unidos.
La situación puede catalogarse ya como de un renovado neocolonialismo cultural,
una situación en la que un centro imperial con enorme fuerza e importancia en el ámbito de las industrias culturales controla la suerte y el desarrollo de estas industrias en su
propio país y en las naciones que forman parte de su periferia.
Ese, y no otro, parece ser el destino de la industria cultural mexicana y que, el desarrollo de las redes y la comunicación inalámbrica, lo empujará a límites que todavía no
conocemos en la actualidad.
Referencias
Animal Político (2013). Media Kit 2013.
Bloomberg (2013). Oi, Portugal Telecom to merge,
creating $17 billion giant. Fecha de consulta: 19
de marzo de 2014. Disponible en: http://goo.gl/
bG7tRu.
El Economista (2014). Softbank insiste en fusión con
T-Mobile. Fecha de consulta: 19 de marzo de
2014. Disponible en: http://goo.gl/eoyBev.
El Universal. Tarfiario 2013.
González Fernández, Juan (2013). Fox International owns 100% of laptv. Fecha de consulta: 17 de
mayo de 2014. Disponible en: http://www.rapidtvnews.com/2013100330099/fox-international-owns-100-of-laptv.html.
Grupo Milenio. Milenio Digital.
Instituto Federal de Telecomunicaciones ift (2014a).
Sistema de información estadística de mercados de
telecomunicaciones. Fecha de consulta: 19 de febrero de 2014. Disponible en: http://siemt.cft.
gob.mx/.
Instituto Federal de Telecomunicaciones ift. (2014b).
Creció 3.4 por ciento el sector telecomunicaciones
durante el cuarto trimestre de 2013. México, 28 de
febrero de 2014.
Instituto Mexicano de Cinematografía imcine. Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2012. México.
International Telecommunications Union (2014).
ict Facts and figures 2013. Fecha de consulta: 19
de febrero de 2014. Disponible en: http://www.itu.
int/en/ITU-D/Statistics/Pages/stat/default.aspx.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía inegi
(2014). Producto interno bruto a precios de mer­
cado. Banco de Información Económica. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/sistemas/
bie/default.aspx.
Mariscal, Ángeles (2003). Telecomunicaciones en
el tlcan: una oportunidad perdida. México: cide.
Population Reference Bureau (2013). World population data dheet 2013. Washington. Disponible en:
http://www.prb.org/pdf13/2013-population-data-sheet_eng.pdf.
Presidencia de la República (2014). Iniciativa de decreto por el que se expiden la Ley Federal de
Telecomunicaciones y Radiodifusión, y la Ley
del Sistema Público de Radiodifusión de México; y se reforman, adicionan y derogan diversas
disposiciones en materia de telecomunicaciones y radiodifusión. México.
Reforma (1995). Crean alianza telefónica. 23 de abril.
Reforma (1996). Proyecta Investcom conjuntar tecnologías. 24 de octubre.
Srpint Corporation (2014). Annual report pursuant
to Section 13 or 15(d) of the Securities Exchange Act
of 1934.
The Wal Street Journal online (2014). Telefónica receives EU complaint over E-Plus bid. Fecha de
consulta: 19 de marzo de 2014. Disponible en:
http://goo.gl/8Q8hPv.
Vidal, Francisco (2013). Canales de televisión de paga,
2013. Fecha de consulta: 19 de marzo de 2014.
Disponible en: http://ruedadelafortuna.com.
mx/2014/01/21/canales-de-television-depaga-2013/.
[ 207 ]
La radio: un fenómeno cultural sin tlcan
Gabriel Sosa Plata1
A diferencia de otras industrias culturales, la radio mexicana ha logrado invadir cultural
y empresarialmente las ondas hertzianas de diversas regiones del territorio estadounidense. Parece la excepción de la regla ante la apabullante presencia de las industrias
culturales de Estados Unidos en el mundo, en particular en México y América Latina.
El impresionante crecimiento de la población hispana en el país vecino y su cada
vez mayor poder adquisitivo es una de las principales razones por las que la música, los
conductores radiofónicos, los artistas y las estaciones de radio de México han podido
incrementar su presencia en el territorio estadounidense. Cultura y negocio se entretejen en este fenómeno mediático, en el que muy poco o casi nada influyó el Tratado
de Libre Comercio de Norteamérica (tlcan).
Como bien afirma Delia Crovi, la dinámica del sector de la radiodifusión y las telecomunicaciones de cualquier manera “se ha desarrollado a la sombra del nafta o tlc”.
Dicho en otros términos, agrega, “el tlc o nafta no incluye en su letra normas o directrices claras para el sector audiovisual y de telecomunicaciones, sin embargo, ello no significa que tales modificaciones no se hayan producido y mucho menos que no sean
significativas”.2 Es el caso de la radio abierta que se transmite por la bandas de am y fm
y por la denominada radio restringida o de paga que se transmite por satélite y ahora
por internet.
La radio es uno de los medios menos investigados por la academia y de los más ignorados en el trabajo periodístico cotidiano, no obstante su importancia económica,
1 En la investigación participó la Lic. Karina Judith Godines, de la Universidad Autónoma de Nayarit.
2 Delia Crovi Druetta, “Las industrias audiovisuales de México a partir del TLC. Una lectura desde la perspectiva
del Proyecto Monarca”, en Razón y Palabra N° 19, octubre 2000, disponible en http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n19/19_dcrovi.html. Fecha de consulta: 18 de marzo 2014.
[ 209 ]
comunicacional y por supuesto cultural. Y en el tema que nos ocupa —la cultura en el
marco del tlcan—, la radio ha jugado un papel fundamental.
MERCADO DE LA RADIO ABIERTA
Empecemos con algunos números. Hasta 2013, el mercado de la radio en los tres países
que firmaron el tlcan está integrado por un aproximado de casi 21 mil estaciones de
am y fm. Sin embargo, en cuanto a penetración por país, las diferencias son importantes.
Mientras que en Canadá —cifras cerradas— hay una estación por cada 13 mil habitantes y en Estados Unidos una por cada 20 mil habitantes, en México la cifra es muy superior: más de 54 mil habitantes por radiodifusora.
Estos datos ilustran los desequilibrios en el desarrollo de la radio en los tres países,
lo que es una expresión de las diferencias económicas de cada nación, pero también
del papel que históricamente han jugado los gobiernos y los grupos radiofónicos dominantes para la apertura de esta industria cultural. Mientras que en México la radio
ha sido controlada por pocas familias y el gobierno ha otorgado a cuentagotas frecuencias para diversificar la oferta radiofónica, en Estados Unidos se ha incentivado el crecimiento de la radio local y regional para atender las necesidades de información, cultura y educación de una población heterogénea y dispersa. Este es también uno de los
factores que han propiciado el crecimiento de la radio hispana en los últimos años.
ESTACIONES DE RADIO Y POBLACIÓN EN
ESTADOS UNIDOS, CANADÁ Y MÉXICO
[ 210 ]
Estados Unidos
Radiodifusoras
Población
Habitantes por
estación
Canadá
México
Total/promedio
15,952
2,723
2,181
20,856
317,135,349
35,344,962
118,395,054
470,875,365
19,881
12,980
54,285
22,577
Fuente: Elaboración propia con información de FCC, IFT y Wikipedia, 2014.
INVERSIÓN EXTRANJERA
El tlcan y otros acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales han influido en la
apertura a la inversión extranjera en telecomunicaciones y en radiodifusión (radio y
televisión abiertas) en México, en un contexto de acciones y cambios regulatorios a favor
de una economía de mercado más fuerte. Sin embargo, como ya se dijo, esto no ha sido
un elemento sustancial en la radio.
En 1995, al aprobarse la Ley Federal de Telecomunicaciones, México permitió hasta
49% de inversión extranjera directa en telecomunicaciones, con excepción de la telefonía móvil, donde la inversión puede ser hasta de 100%. En radiodifusión la inversión
extranjera directa no era permitida, salvo con la figura de inversión extranjera neutra,
también hasta de 49%, con base en la Ley de Inversión Extranjera, aprobada en 1993. Estas restricciones cambiaron con la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones de 2013, la cual permite hasta 100% de inversión extranjera en telecomunicaciones y hasta 49% en radiodifusión, pero este último sector con cláusula de reciprocidad.
Esta apertura a capitales extranjeros se reflejó particularmente en el campo de las
telecomunicaciones, en mercados como la televisión por cable, la televisión satelital, la
telefonía fija y móvil, con la llegada de empresas como Telefónica, AT&T, Nextel, entre
otras, pero muy poco en radiodifusión.
En el caso específico de la radio abierta, destaca la compra en 1997 de 40% de acir por
57 millones y medio de dólares por parte de la estadounidense Clear Channel Communications. Para ello, Carlos Slim, a través de Sinca Inbursa, vendió al nuevo inversionista 30%
que poseía en acir. En 2008 esta alianza se disolvió y Grupo acir recompró sus acciones.
En 2001, el grupo español Prisa adquiere 50% de Televisa Radio por un monto de
60 millones de dólares. Esta inversión continuaba vigente a inicios de 2014.3
Otras operaciones de compraventa de acciones de empresas concesionarias de
frecuencias de radio, particularmente en el norte de México, se han concretado en los
últimos años. Sin embargo, los detalles de estas operaciones no son públicos.
De acuerdo con el reporte de Inversión Extranjera Directa en México, del Sistema de
Clasificación Industrial de América del Norte, de la Secretaría de Economía, entre 1999
3 Rosario G. Gómez, “El Grupo prisa se alía con Televisa para desarrollar el sector radiofónico en México”, en
El País, 16 de octubre de 2001, disponible en http://elpais.com/diario/2001/10/16/sociedad/1003183210_850215.html.
Fecha de consulta: 15 mayo 2014.
[ 211 ]
[ 212 ]
y 2013 sólo hubo dos movimientos en la subrama “transmisión de programas de radio”:
una desinversión de cinco millones de dólares en 2011 y una inversión de 136.7 millones
de dólares en 2012, lo que arroja un balance, en los 15 años considerados, de tan sólo
131.8 millones de dólares de inversión extranjera directa, es decir casi nada, frente a los
13,521.4 millones de dólares invertidos en el sector de las telecomunicaciones, aunque
cercano a los 247.2 millones de dólares invertidos en la “producción de programación
de canales para sistemas de televisión por cable o satelitales”.4
¿Esto pudo ser producto del tlc? Por supuesto que no. Veamos ahora la situación
de Estados Unidos y Canadá.
En cuanto a Estados Unidos, el Acta Federal de Comunicaciones de 1934, posteriormente modificada por el Acta de Telecomunicaciones de 1996, precisa que las licencias
para operar estaciones de radio y televisión no se otorgan a compañías con una participación extranjera superior al 25%, salvo casos de interés nacional, lo cual prácticamente
no ha ocurrido en el campo de las comunicaciones.5
Esto es lo que ha llevado a que organizaciones como Minority Media y Telecommunications Council (mmtc) cuestionen que Estados Unidos promueva, por una parte, la
globalización, la apertura de mercados, pero al mismo tiempo sea restrictivo para la inversión extranjera en el país, particularmente en telecomunicaciones y en radiodifusión.
Las limitaciones son muy graves, según esta organización, ya que aunque habría
posibilidades para que un extranjero aumente el 25% de inversión en radiodifusión, la
Comisión Federal de Comunicaciones (fcc, por sus siglas en inglés) ve con preocupación
que sea un extranjero el que asuma el control de la titularidad de alguna licencia, sin muchas explicaciones, lo que obstaculiza la diversidad, la competencia y la oferta de contenidos locales y para las minorías.
Esta organización es de la idea de que el acceso a capital extranjero en Estados Unidos permitiría diversificar la propiedad y fortalecer la presencia de las mujeres y las minorías en la radiodifusión. Con base en un estudio realizado en 2009, las minorías en
Estados Unidos son propietarias de aproximadamente 7.24% en la radio comercial y
3.15% en la televisión.
4 Secretaría de Economía, Reportes estadísticas en materia de ied, disponibles en http://www.economia.gob.mx/
comunidad-negocios/competitividad-normatividad/inversion-extranjera-directa/estadistica-oficial-de-­ied-enmexico. Fecha de consulta: 10 de mayo 2014.
5 Federal Communications Act: 47 U.S.C., disponible en http://www.ictregulationtoolkit.org/content/practice_
notes/detail/1803. Fecha de consulta: 2 de mayo de 2014.
“Con un número tan triste, no puede haber una expresión amplia y variada de puntos de vista y creencias que se presentan en los medios de comunicación. Esto tiene que
cambiar. Como Estados Unidos es más del crisol de culturas, siempre se ha dicho que la
industria de la radiodifusión debe reflejar los cambios demográficos”.6
¿Por qué la fcc se opone? Dice esta organización que sería por razones de seguridad
nacional. “Sin embargo —escribe Latoya Livingston—, los intereses de seguridad nacional de no permitir la inversión extranjera en la industria de la radiodifusión EE.UU.
son lamentablemente anticuados. En 1912, cuando se originaron estas reglas, había un
riesgo real de la dominación alemana de una industria de la radiodifusión en su infancia.
Ahora, sin embargo, es difícil prever que las inversiones extranjeras —especialmente
de los miembros de la omc (Organización Mundial de Comercio)— pongan en peligro
nuestra seguridad nacional a través de sus participaciones en la propiedad de emisoras”.7
Pese a estas limitaciones, los empresarios mexicanos han obtenido en décadas más
recientes un poco más de provecho en su incursión a la radio en Estados Unidos, a diferencia de sus contrapartes estadounidenses en México.
Entre los inversionistas mexicanos más destacados se encuentra la empresa Grupo
Radio Centro (grc), de la familia Aguirre. Poco después de lanzarse el primer satélite
mexicano, el Morelos I, en 1985, esta compañía creó la Cadena Radio Centro (crc), la
cual llegó a afiliar a 99 estaciones: 68 de Estados Unidos, 15 en Puerto Rico, 12 en Guatemala y dos en El Salvador. grc les proporcionaba a sus emisoras afiliadas programas musicales y noticiarios las 24 horas del día.8
En 1994, grc vendió la mayor parte de sus acciones en CRC a la empresa estadounidense Heftel Broadcasting para estar en condiciones económicas de adquirir Radiodifusión Red en México. Se quedó con el 20%, que en 1995 vendería a su vez a la empresa
Clear Channel Communications, lo que derivó en una recomposición del mercado de
la radio hispana en Estados Unidos.
grc mantuvo desde entonces diversos convenios con grupos y estaciones de Estados Unidos, pero la operación reciente más destacada fue la adquisición, en agosto de
6 Latoya Livingston, “Foreign Ownership in U.S. Media and Telecommunications Companies and Why the fcc Is
Reluctant to Allow it to Happen”, 30 de diciembre de 2010, disponible en http://broadbandandsocialjustice.
org/2010/12/foreign-ownership-in-u-s-media-and-telecommunications-companies-and-why-the-fcc-is-reluctantto-allow-it-to-happen/. Fecha de consulta: 28 de abril de 2014.
7 Ibidem.
8 Gabriel Sosa Plata, “Presencia de radio mexicana”, en Radio World, 27 de noviembre de 1996, p. 55.
[ 213 ]
2012, de la estación kxos-fm a través de la empresa 93.9 Investment, llc, la cual es propiedad de miembros de la familia Aguirre que son ciudadanos estadounidenses. Esta
operación se concretó luego de que en abril de 2009 grc firmara un contrato con Emmis
Communications Corporation para proporcionarle programación y vender tiempo aire
de publicidad en kxos-fm (antes kmvn-fm) por un periodo de siete años. kxos-fm es una
estación de radiodifusión ubicada en Los Ángeles, California, en la frecuencia 93.9 de fm.9
Por lo que respecta a otros grupos, no se han presentado más casos de adquisición de
licencias en Estados Unidos, pero sí acuerdos para la transmisión de formatos o programas producidos en nuestro país en diversas estaciones estadounidenses. Por ejemplo,
dos de los formatos más exitosos en el país, Exa —de balada moderna en español— y
La Mejor —música grupera—, de mvs Radio, empresa de la familia Vargas, transmiten en
una decena de estaciones en Texas, Nevada y Arizona, como se aprecia a continuación.
MVS RADIO EN ESTADOS UNIDOS
(Diciembre de 2013)
exa-fm
Ciudad
Estado
Frecuencia
Siglas
El Paso
Texas
98.3 MHz
xhpx-fm (Propia,
Las Vegas
Nevada
94.5 MHz
kxli-fm
Abilene
Texas
92.1 MHz
kgdl-fm
Big Wells
Texas
102.1 MHz
khbe-fm
Cotulla
Texas
96.2 MHz
kcot-fm
Phoenex
Arizona
1400 KHz
ksun-am
Reno
Nevada
1400 KHz
knnr-am
Uvalde
Texas
103.5 MHz
kewp-fm
Río Grande
Texas
95.1 MHz
xrgx-fm
ubicada en México)
la mejor
[ 214 ]
Fuente: MVS Radio, enero de 2014.
9 grc, Informe anual 2011 ante la cnbv, disponible en http://www.bmv.com.mx/Digital/fina/rcentro/2011/rcentro_­
infoanua_2011.pdf. Fecha de consulta: 15 de abril de 2014.
También se encuentra la estación Diego 91.7, ubicada en Tijuana, pero en realidad
su mercado es San Diego, California. Transmite en los 99.3 MHz con las siglas xocl-fm.
Por su parte, Grupo Fórmula creó una división, Radio Fórmula Network, para la
venta de su programación en estados de la Unión Americana que colindan con México:
California, Arizona, Nuevo México y Texas. Al menos dos estaciones transmiten los
contenidos de este grupo radiofónico.10
Paralelamente, Grupo Fórmula, como se precisará más adelante, puede escucharse en todo el territorio estadounidense a través de la radio satelital, en el canal 156 en
el sistema SiriusXM.
GRUPO FÓRMULA EN ESTADOS UNIDOS
(Enero de 2014)
Ciudad
Estado
Frecuencia
Siglas
San Antonio
Texas
102.3 MHz
kbrn-fm
Boerne
Texas
1500 KHz
kbrn-am
Fuente: Radio Fórmula Network, 2014.
Otro grupo con presencia en Estados Unidos es Promomedios, una empresa con
sede en Guadalajara, propiedad de José Pérez Ramírez, y que a través su división Canal
Continental de Noticias afirma contar con 43 estaciones afiliadas en el país vecino, para
la transmisión de noticiarios breves y programas como Fiesta Mexicana, Noches de
Fiesta, Autoestéreo, Con Sazón, entre otros.11
En lo que se refiere a Canadá, este país permite hasta 20% de inversión extranjera,
pero no existen casos documentados de mexicanos que hayan invertido en estaciones
de radio de aquel país ni de canadienses que hayan invertido en estaciones mexicanas.
10 Cfr. Radio Fórmula Network, en http://www.radioformulasa.com/. Fecha de consulta: 28 de abril de 2014.
11 Cfr. el sitio web de Promomedios: www.canalcontinental.com .
[ 215 ]
RADIO HISPANA Y SU “BOOM”
El interés de los empresarios en los medios de comunicación de Estados Unidos se
debe, como es de suponerse, al numeroso incremento de la población de origen hispano, particularmente de México, en aquel país. Se trata de la minoría más importante
de Estados Unidos y la de mayor crecimiento desde el siglo pasado. De 14 millones en
1990 se ha pasado a más de 53 millones en 2012. En el gráfico siguiente se aprecia la
estadística de los últimos años.
POBLACIÓN HISPANA EN EE.UU.
2004-2012
Año
Población
2004
41,501,375
2005
43,023,614
2006
44,606,305
2007
46,196,853
2008
47,793,785
2009
49,327,489
2010
50,747,840
2011
51,881,267
2012
53,027,708
Fuente: Censo de los EE.UU., 2014.
[ 216 ]
Un estudio del Centro Pew dice que mientras la población de Estados Unidos ha crecido 12% desde 1970, hasta alcanzar los 317 millones de habitantes, el número de hispanos en este país se ha sextuplicado y en 2012 llegó a 53.03 millones. Desde 2000, la población hispana de Estados Unidos ha crecido casi 50%. Las ciudades con mayor proporción
de hispanos en la población en general son el Condado Miami-Dade (Florida), donde
los hispanos son 64.5% de la población; Bexar (Texas), con 58.9%, y San Bernardino
(California) con 49.9%, anotó Pew, y ese incremento representa más de la mitad de todo
el aumento de población en el país en ese periodo.
Precisa el estudio que los mexicanos siguen siendo el mayor grupo dentro de los
hispanos, aunque con variantes regionales. “Si bien los hispanos de origen mexicano son
la mayoría de los latinos en 39 estados, los puertorriqueños son el grupo mayor en Nueva
York y Nueva Jersey y los cubanos lo son en Florida”. Agrega: “Los hispanos de origen
mexicano tienden a ser los más jóvenes entre los catorce grupos de latinos más numerosos, con una edad promedio de 25 años”.12
Como refieren Rosa Franquet y Francesc Xavier Ribes, ya desde inicios del nuevo
siglo el poder adquisitivo de la población hispana comenzaba a mostrar cierta fortaleza.
“Este colectivo tiene un potencial adquisitivo que crece a un ritmo del 8.2 por ciento
anual, mientras que la tasa de crecimiento del grupo ‘no hispano’ se incrementa de forma
más moderada (4.9 por ciento)”. Para el 2009, los latinos contaban con 9% del total del
poder adquisitivo en Estados Unidos, frente al 5.2 registrado en 2004.
“En este contexto expansivo debe situarse el fenómeno de la radio hispana”, refieren
los autores citados. Y tienen razón porque su crecimiento ha sido impresionante. De
1980 a 2002 creció cerca del 100%. “En 1980 sólo existían 67 estaciones comerciales de
radio hispana diseminadas por todos los Estados Unidos y en 2000 se pasó a las 600 licencias”. Para 2006 su número llega a 796.13 Y en el 2013, de acuerdo con Arbitron, habría
904 estaciones con programación hablada o musical en español, de más de 15 mil estaciones que funcionan en Estados Unidos. En lo que respecta a estaciones que ya transmiten
con tecnología digital (hd Radio), 135 cuentan con contenidos en español, de un universo de 2,973 radiodifusoras digitalizadas. En lo que se refiere a géneros, había hasta 2013
un total de 336 estaciones (204 fm y 132 am) que transmitían música mexicana.14
RADIO EN ESPAÑOL/MEXICANA EN LA RADIO EN ESTADOS UNIDOS
2008-2013
AM-FM
AM-FM (español/mexicana/latina)
HD
HD (español/mexicana/latina)
2013
2012
2011
2010
2009
2008
15012
15376
15136
14661
14425
14429
904
953
930
857
871
851
2973
2912
2919
2431
1708
135
149
147
105
92
Fuente: Arbitron, 2014.
12
efe, “La población hispana se ha sextuplicado desde 1970”, en http://noticias.univision.com/article/1866747/
2014-02-27/estados-unidos/noticias/la-poblacion-hispana-se-ha-sextuplicado-desde-1970, 27 de febrero 2014. Fecha
de consulta: 15 de marzo de 2014.
13 Rosa Franquet y Francesc Xavier Ribes, “Los radiodifusores estadounidenses buscan empatizar con la audiencia hispana”, en Telos N° 70, enero-marzo de 2007.
14 Arbitron, Hispanic radio today 2013, disponible en http://www.arbitron.com/downloads/Hispanic_Radio_Today_
2013_execsum.pdf. Fecha de consulta: 25 de abril de 2014.
[ 217 ]
Como se aprecia, en Estados Unidos se escucha cada vez más música en español,
hay más locutores que hablan en español, hay más programas dedicados a las preocupaciones y noticias alrededor de la población de habla hispana, pero el dato contundente
es que las estaciones que transmiten esos contenidos son fundamentalmente de ciudadanos estadounidenses y que forman parte de las grandes compañías de radio. Los
autores citados, Rosa Franquet y Francesc Xavier Ribes, refieren parte de la historia de
los grupos radiofónicos, todos estadounidenses, que han lanzado formatos de música
o programación hablada destinadas a la población hispana, como Spanish Radio Group,
Spanish Broadcasting System, Entravision Radio Group, Clear Channel Communications, Univision Radio y Cumulus Broadcasting Inc.
De esas operaciones sobresale la que se concretó en junio de 2002, cuando Univisión
Radio adquirió Hipanic Broadcasting Corporation para convertirse en la mayor compañía de radio que opera en español en Estados Unidos, con 73 estaciones afiliadas que
cubren buena parte del mercado hispano de EE.UU. y Puerto Rico, y su audiencia llega
a los diez millones de oyentes semanales.15
Este fenómeno de la radio hispana, por supuesto, no se ve en Canadá. El censo canadiense de 2011 estima en 480,410 hispanos. Este bajo número repercute en la poca
cantidad estaciones o programas destinados a la población hispana. En Canadá sólo se
registra una radio que transmite para ese público, en Toronto: Voces Latinas, del San Lorenzo Latin American Community Centre, que transmite en la banda de am, en la frecuencia de los 1610 KHz, con las siglas chha.16
En una página sobre latinoamericanos, también se menciona que hay un par de estaciones de la Universidad de Ottawa que ofrecen algunas horas a la semana para programas en español o música latinoamericana.17
[ 218 ]
15 Goldfarb, Jeffrey, “Univision compra grupo radial Hispanic Broadcasting”, 12 de junio 2002, en http://www.invertia.­
com/noticias/articulo-final.asp?idNoticia=642121. Fecha consulta: 12 de junio 2014.
16 Centro Comunitario Latinoamericano San Lorenzo, sitio web disponible en http://www.sanlorenzo.ca/english/­
home.html.
17 Ottawa Multicultural Media Initiative, sitio web disponible en http://artsites.uottawa.ca/ommi/en/communities/­
latin-american/.
PRESENCIA DE EE.UU. EN LA RADIO MEXICANA
La presencia de estadounidenses y canadienses en México es baja. La Secretaría de Go­
bernación refiere que hasta 2009 vivían en México 262,672 extranjeros. De ese total,
59,996 (22.8%) son estadounidenses y 10,869 (4.1 %) de Canadá.18
En materia de contenidos de programación estadounidense en la radio mexicana, no
hay cifras exactas, pero es una obviedad que particularmente la industria musical estadounidense y de habla inglesa domina los contenidos en cientos de estaciones mexicanas.
Ahora bien, de las estaciones en México que han transmitido o transmiten programación hablada en inglés, una de las historias más interesantes fue la de X-Press Radio
(xeph-am, 590 KHz), emisora del Núcleo Radio Mil (nrm), que nació el 15 de enero de
1992 en la capital del país con el pretexto de la firma del tlc y “porque hay mucha gente
(estadounidense) que trabaja en México, o que lleva años y aunque hable español, prefiere noticias o programas en inglés, porque le resulta más fácil sus comprensión”, justificó
en su momento la directora de Operaciones del grupo radiofónico, Kathryn Loretta.19
Esta emisora contó, entre otros programas, con los servicios informativos de ABC News,
los reportes del Down Jones y con un programa del afamado periodista Larry King.
La vida de X-Press Radio fue efímera. En abril de 1995 salió del aire porque, según el
gobierno, la estación no contaba con autorización para transmitir en idioma inglés y por
lo tanto se había iniciado un proceso legal para revocar la concesión a la familia Salas,
que la operaba. Sin embargo, como en su momento se documentó, la presión que tuvo la
emisora fue en realidad una manifestación del descontento de algunos funcionarios de
la administración del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari por la apertura a las
voces de la oposición en el espacio que conducía en Radio Mil (estación propiedad del
mismo grupo radiofónico) el periodista Miguel Ángel Granados Chapa.20
En la historia reciente de la radio mexicana, hay pocos casos de emisoras que transmiten en inglés o que transmiten programas en inglés. A inicios de 2014, sólo una decena
estaciones ubicadas en la frontera norte del territorio mexicano transmiten en inglés, con
18 Ernesto Rodríguez Chávez y Salvador Cobo, Extranjeros residentes en México, México, Centro de Estudios Migratorios de la Secretaría de Gobernación, 2012, disponible en: http://www.politicamigratoria.gob.mx/work/models/segob/
cem/pdf/Estadisticas/Poblacion_Extranjera/ExtranjerosResMex.pdf. Fecha de consulta: 2 de abril de 2014.
19 Cit. pos. en Alberto Esquivel Villar y Gabriel Sosa Plata, Las mil y una radios, México, McGraw-Hill Interamericana
Editores, 1997, p. 151.
20 Ibidem.
[ 219 ]
el objetivo de captar audiencia y anunciantes de Estados Unidos. Estas emisoras muy probablemente cuenten con inversión de empresas estadounidenses.
ESTACIONES EN MÉXICO QUE TRANSMITEN EN IDIOMA INGLÉS
(MARZO DE 2014)
Estado
Baja California
Coahuila
Chihuahua
Ciudad
Frecuencia
Distintivo
1090 AM
xeprs
The Mighty
1700 AM
xepe
espn Radio
92.5 FM
xhrm
Magic 92.5
90.3 FM
xhitz
Z90.3
104.9 FM
xhlnc
Hits Forever
91.1 FM
xhtra
91X
105.7 FM
xhprs
The Walrus
Mexicali
98.3 FM
xhmix
Power 98 Jams
Ciudad Acuña
650 AM
xercg
D-Rock
105.1 FM
xhrcg
D-Rock
105.1 FM
xhim
Rock 105
Tijuana
Ciudad Juárez
Nombre
Fuente: elaboración propia.
RADIO SATELITAL SIN FRONTERAS21
[ 220 ]
Otro aspecto sobresaliente de la interrelación cultural y tecnológica entre los tres países,
es el nacimiento y consolidación de un sistema de radio de paga, en este caso vía satélite.
Este sistema nació en Estados Unidos en el año 2001, con cinco potentes satélites
que cubren, desde entonces, todo el territorio estadounidense, pero también Canadá,
Puerto Rico, Cuba, Centroamérica y, por supuesto México, donde cualquier persona con
21 Parte de este apartado fue tomado de Gabriel Sosa Plata, “10 años de la radio satelital… en México”, blog Mediateca
Digital, El Universal, 1 de noviembre de 2011, disponible en http://blogs.eluniversal.com.mx/wweblogs_detalle.php?p_
fecha=2011-11-01&p_id_blog=118&p_id_tema=15085. Fecha de consulta: 30 de abril de 2014.
tarjeta de crédito puede contratar este servicio, no supervisado por el gobierno pero
tampoco prohibido.
XM Satellite Radio (XM) inició transmisiones el 25 de septiembre de 2001 y Sirius
Satellite Radio (Sirius) el 14 de febrero de 2002. Al inicio de sus operaciones ambas empresas fueron acérrimas competidoras, pero ante las cuantiosas pérdidas, en febrero
de 2007 decidieron fusionarse y el gobierno estadounidense terminó aprobando la
concentración —con algunas condiciones—, pese a la oposición de los empresarios
de la radio abierta de AM y FM.
La radio satelital es un servicio de canales digitales de audio, como de datos asociados (identificación del canal, título de la canción, intérprete, hora, entre otros) que son
recibidos a través de equipos de recepción satelital de diferentes modalidades: portátiles, de mesa o instalados de fábrica en vehículos, barcos y aviones.
De igual manera es posible captar las transmisiones en internet y mediante decodificadores de recepción satelital para conectarse a aparatos de sonido analógicos destinados al hogar, la oficina o instalados en automóviles desde su fabricación. Los smart­
phones de Apple, Blackberry y Android también pueden ofrecer el servicio a través de
las frecuencias de telefonía e internet.
Actualmente la empresa ahora llamada SiriusXM Radio ofrece casi 400 canales de
radio por satélite de música sin comerciales, así como decenas de canales de deportes,
noticias, entretenimiento, tráfico y tiempo.
Aunque el servicio no se ha caracterizado por ofrecer contenidos (música o programas hablados) fuera de los convencionales, sí se distinguen por incluir canales que
la radio abierta de AM y FM no puede transmitir por las prohibiciones establecidas en la
legislación. Por ejemplo, en su oferta se encuentran los canales para adultos Play Boy
Radio y uno dirigido a homosexuales y lesbianas, Out Q.
También es posible escuchar a uno de los locutores más escuchados de la radio en
Estados Unidos, pero también de los más sancionados por la Comisión Federal de Comunicaciones (fcc) de ese país: Howard Stern, quien en 2005 firmó un contrato millonario de exclusividad. Fiel a su estilo, en sus diversos canales de programas regulares, especiales y repeticiones de sus “shows”, el afamado locutor hace gala de su
lenguaje irreverente, de alto contenido sexual y de una fuerte carga ideológica en contra de minorías como los latinos.
Del total de 382 canales disponibles en este servicio, 44 (11.51%) pueden clasificarse como latinos: once musicales, dos de noticias, cuatro de programas hablados y 27 de
[ 221 ]
[ 222 ]
deportes. Uno de estos canales es el que transmite programación de Grupo Fórmula,
lo que es un hecho muy relevante, ya que es la única estación de radio abierta mexicana
que tiene cobertura en todo el territorio estadounidense.22
Desde que nació este servicio, se sabía que las transmisiones llegarían a México (los
satélites no tienen fronteras), pero la empresa no tiene autorización para prestar servicios en el país. Sin embargo, se pueden adquirir equipos en establecimientos en diversas
ciudades o bien en internet.
La suscripción a SiriusXM Radio también es en línea en la página de la empresa y
aunque se solicita una dirección en Estados Unidos la empresa no la confirma; lo que importa es, en todo caso, que la tarjeta de crédito esté vigente y la operación sea autorizada
por el banco correspondiente.
¿Por qué legalmente no se ofrece el servicio en México? Fundamentalmente por la
oposición de los empresarios de la radio mexicana y porque el gobierno, en diferentes
momentos, consideró que no había mercado para esta tecnología ni para nuevos competidores.
Los canadienses pensaron distinto y ante lo mismo que sucede en México —la venta
de equipos de recepción y suscripciones a distancia— decidieron regularizar el servicio
en su país, se aliaron con SiriusXM y colocaron en los satélites programación en francés
y contenidos acorde a su cultura y necesidades de información. Según la lista de canales que presentan en su guía destinada al público canadiense, ofrecen 147 estaciones,
de las cuales dos son clasificadas como latinas, cuatro de programación francófona y
nueve relacionadas con la cultura de Canadá.
En México, desde el nacimiento de la radio satelital, hubo empresas nacionales interesadas en aliarse con SiriusXM y ofrecer el servicio en nuestro país. Una de ellas fue
mvs Comunicaciones, de la familia Vargas, pero fue tal la oposición en la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (cirt), que canceló su proyecto.
Años después, en marzo de 2010, SiriusXM informó su posible ingreso al mercado
mexicano, luego de que firmara una carta de intención con Grupo acir, de la familia
Ibarra, y con ella la creación de una filial llamada acir dars México, S de RL de CV, con la
cual se asociaría la empresa estadounidense. Según la carta de intención, acir dars pagaría derechos a SiriuXM para poder prestar el servicio en México y tendría la opción
para comprar en el futuro acciones de la compañía mexicana. Sin embargo, meses des22 Véase el sitio web de SiriusXM Radio: www.siriusxm.com.
pués, SiriusXM notificó que se había cancelado la operación, sin conocerse oficialmente
las causas.23
Sobre el tema, recupero lo que hace un tiempo escribí: “Es evidente que los creadores
de la radio por satélite en Estados Unidos tienen centrados sus objetivos sólo en esa
nación. Es el mercado que les importa, pero ni siquiera en su totalidad. Muchas de las
minorías que viven en ese país no se ven reflejadas en la programación de la radio por
satélite. Por ejemplo, la más numerosa de ellas, la hispana, ha merecido, como se describió atrás, un porcentaje mínimo del total de la programación y se limita a pocos formatos musicales. Los operadores de la tecnología, pues, no tienen la intención, como
sí otras industrias culturales de Estados Unidos, de acaparar mercados distintos a los
estadounidenses, pero la tecnología les ha permitido expandirse hacia otros países sin
propósitos hasta ahora no específicos, ni siquiera comerciales, aunque con efectos
culturales y económicos transregionales”.24
DIGITALIZACIÓN Y DEPENDENCIA TECNOLÓGICA
La digitalización es un proceso irreversible y la radio abierta no ha sido la excepción.
En el marco del tlcan ha ocurrido, a diferencia de la televisión, un hecho interesante:
Canadá eligió el estándar europeo Eureka 147 y Estados Unidos desarrolló su propia
tecnología, la In Band On Channel (iboc), que busca digitalizar las estaciones de am y
fm, sin tener que utilizar otras bandas de frecuencias, como sí lo exige la norma europea.
Gobierno y radiodifusores mexicanos simpatizaron inicialmente con la idea de adoptar el estándar europeo por ser una tecnología más desarrollada, pero hubo oposición.
Los empresarios radiofónicos de la frontera norte consideraron que la incompatibilidad
tecnológica entre un país y otro pondría en riesgo sus inversiones. Esto detuvo durante
años la digitalización de la radio abierta en México. No fue hasta junio de 2011 que se
adoptó la norma estadounidense iboc.25
23 arvm, “Ofrecería acir Radio Satelital”, 25 marzo 2010, disponible en http://arvm.mx/ofreceria-acir-radio-satelital/.
Fecha de consulta: 18 de abril de 2014.
24 Gabriel Sosa Plata, “El impacto de la radio por satélite en México”, en Revista Iberoamericana de Comunicación
N° 12, de la Universidad Iberoamericana, primavera-verano 2007, p. 137.
25 “Acuerdo por el que se adopta el estándar para la radio digital terrestre y se establece la política para que los
concesionarios y permisionarios de radiodifusión en las bandas 535.1705 kHz y 88-108 MHz, lleven a cabo la transición
a la tecnología digital en forma voluntaria”, Diario Oficial de la Federación, 16 de junio de 2011.
[ 223 ]
[ 224 ]
Canadá ahora simpatiza con la posibilidad de adoptar el estándar iboc, especialmente en sus radiodifusoras ubicadas en la frontera con Estados Unidos, pero prevalece
como norma la tecnología europea.
El hecho de que México se haya inclinado finalmente por la norma estadounidense,
como ocurrió con la televisión, no sorprende. La interrelación comercial y la enorme frontera compartida hacían improbable operar con una tecnología distinta a la elegida por la
industria radiofónica estadounidense. Sin embargo, en su momento la Comisión Federal
de Telecomunicaciones (Cofetel) no se dio la oportunidad de analizar a fondo el asunto y
establecer, como sí lo hicieron otros países en desarrollo, algún convenio de cooperación o
de transferencia tecnológica para impulsar empresas nacionales que fabricaran y surtieran
de equipos a la industria nacional durante esta transición digital. La dependencia tecnológica con respecto a Estados Unidos se afianzó con la elección del estándar iboc.
Hasta inicios de 2014, operaban en México unas 30 estaciones con tecnología iboc,
mientras que en Estados Unidos lo hacían casi tres mil radiodifusoras.26 Pocas frente
a las más de 18 mil estaciones que operan en los dos países. La digitalización en la radio
abierta ha sido lenta, debido al elevado costo de los receptores digitales, a los pocos incentivos (por ejemplo de programación) para adquirirlos, a la escasa oferta de modelos
en México y al crecimiento de otras tecnologías y servicios relacionados con la radio,
como la música en línea y las aplicaciones de contenidos audiovisuales en computadoras y dispositivos móviles.
El fenómeno de la radio y audio por internet y a través de los dispositivos móviles abre
un nuevo campo de estudio. Tener acceso, vía web, a las radios estadounidenses, canadienses y mexicanas puede traer consigo una modificación en los hábitos de consumo de la población y un abanico enorme de posibilidades de explorar y desarrollar nuevos contenidos,
nuevas formas de interrelación entre medios y audiencias, e impulsar proyectos culturales.
Pero de ello hablaremos en otra ocasión. Por lo pronto, destaco el dato de que seis de cada
diez emisoras mexicanas tienen también transmisiones en internet, lo que potencia los sonidos emitidos en México para ser escuchados en Estados Unidos, Canadá y el mundo entero. Si las coberturas radiofónicas invadían fronteras, con la radio por internet desaparecen,
lo que ha dado origen a una nueva manera de escuchar y sentir la radio, con o sin tlcan.27
26 Cfr. el sitio web de HD-Radio en México: http://hdradio.com/mexico/estaciones
27 Gabriel Sosa Plata, “En México, 6 de cada 10 estaciones de radio ya transmiten en internet”, blog Mediateca
Digital, El Universal, 6 de noviembre de 2012, disponible en http://blogs.eluniversal.com.mx/weblogs_detalle17335.
html. Fecha de consulta: 15 de mayo de 2014.
CONCLUSIONES
Con base en los datos generales presentados, algunas conclusiones preliminares:
1) El tlcan en muy poco o en nada ha incidido en los esquemas de propiedad, en la
inversión extranjera, en la producción de contenidos, en la preservación o mayor difusión de las culturas entre los países que firmaron el Pacto o en el consumo de este y otros
medios de comunicación.
2) Sin embargo, esto no significa que no se hayan generado fenómenos de transculturización, de un crecimiento importante de presencia de programas y estaciones de radio con contenidos dirigidos a la población hispana en Estados Unidos y de una abrumadora presencia, particularmente de la música estadounidense, en estaciones de
radio de México y Canadá.
3) En contra de lo que se pudiese pensar, es mayor la presencia de empresarios mexicanos en la radio de Estados Unidos, que la de empresarios estadounidenses en la radio mexicana.
4) El fenómeno cultural, que no analizamos en este artículo, de lo que sucede entre
las fronteras de México y Estados Unidos y que tiene una expresión, una salida, en las
transmisiones radiales, es una muestra de las complejidad del papel de la radio entre
nuestros países y de lo tanto que nos falta por investigar.
5) Radialmente, y en actividades de telecomunicaciones, México ha estado mucho
más cerca de Estados Unidos que de Canadá. Es más, Canadá prácticamente no existe en
la radio mexicana ni México en la radio canadiense. El punto de unión es por razones
territoriales y culturales, Estados Unidos, pero ni aun así hay puentes de comunicación
ni de interrelación estrecha.
6) El tlcan en nada influyó para que Canadá estuviese más presente con su cultura
y su visión del mundo en los medios de comunicación en México y viceversa.
7) Durante estos últimos años, México consolidó su dependencia con Estados Unidos. La radio no fue la excepción.
[ 225 ]
Bibliografía
Crovi Druetta, Delia, “Las industrias audiovisuales
de México a partir del tlc. Una lectura desde la
perspectiva del Proyecto Monarca”, en Razón
y Palabra N° 19, octubre 2000, disponible en
http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/
n19/19_dcrovi.html.
Esquivel Villar, Alberto y Gabriel Sosa Plata,
Las mil y una radios, México, McGraw-Hill Interamericana Editores, 1997.
Franquet, Rosa y Francesc Xavier Ribes, “Los radiodifusores estadounidenses buscan empatizar
con la audiencia hispana”, en Telos N° 70, enero-­
marzo de 2007.
Rodríguez Chávez, Ernesto y Salvador Cobo,
Extranjeros residentes en México, México, Centro
de Estudios Migratorios de la Secretaría de
Gobernación, 2012, disponible en http://www.
politicamigratoria.gob.mx/work/models/segob/­
cem/pdf/Estadisticas/Poblacion_Extranjera/
ExtranjerosResMex.pdf.
Sosa Plata, Gabriel “El impacto de la radio por satélite en México”, en Revista Iberoamericana de
Comunicación N° 12, Universidad Iberoamericana, primavera-verano de 2007, p. 137.
——, Innovaciones tecnológicas de la radio en México,
México, Fundación Manuel Buendía, 2004.
[ 226 ]
México, innovación a contracorriente
Manuel Lino
La innovación puede ser una ruta para transitar hacia un mayor desarrollo económico
pero, si no se adapta este concepto a la realidad mexicana, corre el riesgo de ser como
el libre comercio: una promesa de mejoría que se cumple a medias y beneficia principalmente
a unos cuantos. Para evitarlo, se requiere de políticas públicas en ciencia, desarrollo y transferencia,
de incorporar en mucha mayor medida al sector privado en esas materias y de considerar
siempre y con alta prioridad a los capitales Natural, Social y Cultural. México está
dando algunas brazadas en las direcciones adecuadas, pero pocas y lentas.
INTRODUCCIÓN
Desde hace unos cuantos años, México se ha sumado a la tendencia mundial de promover la innovación como si ésta fuese una forma inequívoca no sólo de hacer crecer
la economía de la nación sino también de combatir la inequidad entre sus pobladores.
Estos dos objetivos son por supuesto muy deseables, y se han puesto esperanzas en la
innovación del mismo modo en que, hace ya un par de decenios, se esperaba que el libre
comercio permitiera (o al menos contribuyera a) alcanzar esos mismos objetivos. Así
que, a 20 años de que México firmara con Estados Unidos y Canadá el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (tlcan), el primero de este tipo que firmamos, vale la
pena preguntarse si la aplicación del libre comercio ha cumplido con las expectativas
y qué lecciones podemos retomar para la “innovadora” (al menos para México) idea
de fomentar la innovación.
Esta fue la propuesta de reflexión con la que Pedro Álvarez-Icaza Longoria, coordinador general de Corredores y Recursos Biológicos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio); Gabriela Dutrénit, coordinadora del Foro
Consultivo Científico y Tecnológico (fccyt); Luis Torreblanca, director adjunto de
Desarrollo Tecnológico e Innovación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
[ 227 ]
(conacyt), y quien firma este texto nos juntamos para compartir información y dar
nuestros puntos de vista en el foro “Paso libre a la cultura. Tratos y maltratos del tlcan”.
Este texto está formado a partir de las cuatro ponencias que ahí se presentaron, pero la
redacción y las opiniones aquí expresadas, aun si son eco de las emitidas por los otros
ponentes, son responsabilidad exclusiva del firmante.
QUÉ PALABRAS SON ESAS, A LAVARSE LA BOCA
[ 228 ]
El coordinador del taller tiene el “ejemplo perfecto” para explicar cómo la innovación
puede provenir de cualquier parte, y cuenta el caso de una reunión en una compañía
que elabora cierta marca de pasta de dientes (no pongo el nombre porque el coordinador no lo dijo). Se pidieron ideas para aumentar las ganancias sin necesidad de hacer
cambios en el producto, su forma de producción o distribución. “Un empleado de limpieza ofreció la solución” comenta el coordinador: “Ampliar la boca del tubo dispensador”. Esto le permitió a la empresa aumentar en 30% sus ganancias.
Más que como ejemplo de que “todos podemos innovar”, éste, para propósitos de
este texto, es un ejemplo de una perversión del concepto de innovación, ya que entendemos aquí la innovación como un proceso de transformación que parte del conocimiento y la creatividad para crear beneficios tangibles o intangibles para la sociedad, es
decir, que parte de la concepción, creación y desarrollo de nuevos productos, bienes,
servicios o procedimientos, o la mejora de los existentes, y llega hasta su incorporación
al mercado.
La innovación se puede aplicar a todo tipo de productos, bienes, servicios o procedimientos (culturales, agrícolas, sociales, etcétera), pero el énfasis mundial, y México se
ha sumado a la idea, se está haciendo en aquellos que tienen una base en el conocimiento
científico y tecnológico y encuentran un vehículo en el emprendedurismo.1
Ahora, el fomento a la innovación en un país (o en una pyme) no se da por decreto ni
por deseo; requiere de condiciones legales, impositivas, de los estímulos, apoyos y directrices adecuadas a cada país o economía, que deben ser, a su vez, innovadoras, es
decir: deben estar basadas en el conocimiento y la creatividad y tener como meta el
1
Sin embargo, hay autores, como Edmund Phelps (Nobel de Ciencias Económicas 2007), que piensan que las
principales innovaciones no provienen de la ciencia.
beneficio social. Además, deben generar un clima propicio para la innovación, ya que
ésta depende de la iniciativa de los individuos.
Así que cabe preguntarnos: ¿estamos importando sin adaptar o “tropicalizar” el concepto de innovación, sin verdaderamente apropiarnos de él, sin ser innovadores a la
hora de tratar de innovar? ¿Estamos en vías de cometer los mismos errores que cometimos con el tlcan?
QUÉ PASÓ CON EL TLCAN EN CIENCIA,
TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN
Apenas al comenzar a hacer este análisis, salta a la vista que una de las principales causas
por las que el libre comercio no ha tenido para los mexicanos el éxito que se esperaba
es justamente por la falta de innovación.
Hablando estrictamente de comercio, las cifras del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte pueden ser halagadoras y optimistas; he aquí algunos ejemplos que
maneja la Secretaría de Relaciones Exteriores:
• Desde el inicio del tlcan hasta el 2012, el comercio trilateral ha crecido 265.4% y
la tasa de crecimiento promedio anual ha sido de 7.1%.
• Lo anterior llevó a que en 2012 se alcanzara una cifra record en el comercio trilateral de 1,056 billones de dólares.
• El comercio México y Estados Unidos es de cerca de 500,000 millones de dólares
al año, un millón de dólares por minuto.
• Estados Unidos es el principal socio comercial de México. El 77.6% de las exportaciones de México fueron a Estados Unidos. México es el tercer socio comercial
de Estados Unidos.
• El comercio bilateral entre México y Canadá se multiplicó por 8.7 bajo el tlcan,
de 4,100 millones de dólares en 1993 a 35,400 millones de dólares en 2012.
• Las importaciones de Canadá procedentes de México crecieron 8.9 veces durante la vigencia del tlcan (de 2,900 millones a 25,500 millones de dólares). En ese
mismo lapso, las compras de México procedentes de Canadá crecieron 8.4 veces,
de 1,200 millones de dólares a 9,900 millones de dólares.
Pero no todas las cifras son buenas, en especial para México, y ni siquiera las que
refieren sólo al comercio son tan buenas. Por ejemplo, en el aumento del comercio tri-
[ 229 ]
lateral, la participación de los países es muy desigual. México es el que menos aumento
ha tenido, 18.5%; sigue Canadá con 24.5%, y Estados Unidos, que ya hace 20 años tenía
cifras muy altas, tuvo un 57% de aumento.
Si miramos los datos comerciales en relación con la innovación, el desbalance es
mucho mayor. De acuerdo con datos de 2011 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (ompi), en América del Norte estaban vigentes 2,340,988 patentes, de
las cuales 90.3% (2,113,628) son de Estados Unidos; 5.86% (137,368) son canadienses, y
3.84% (89,992) mexicanas.
Y si vemos la Balanza de Pagos Tecnológica mexicana a lo largo de los últimos años,
la situación empieza a ser desoladora (Figura 1). Si antes de la firma del tlcan la relación
entre los egresos por lo que importamos y los ingresos por lo que exportamos en materia
tecnológica era de 5 a 1, ésta llegó a ser de 30 a 1 en 2004. En 2011 (la última cifra reportada
por inegi al momento de hacer esta redacción) fue de 8 a 1, pero no porque hayan aumentado las exportaciones mexicanas sino porque estamos importando menos. Visto
como porcentaje del total del intercambio, hemos descendido del 16% en 1990 (o 13%
en 1994) a 11% en 2011.
FIGURA. 1
[ 230 ]
Esto hace que los saldos en bienes de alta tecnología de los últimos años sean negativos y consistentemente superen los 10,000 millones de dólares a pesar de que en los
datos de paso por la aduana se incluyen las compras intrafirma y la maquila, es decir
las compras de grandes multinacionales se hacen a sí mismas desde un lado de la frontera (EE.UU., en general) al otro (México).
Si no vendemos bienes de alta tecnología, ni al mercado externo ni al interno, es porque no los estamos generando. No tenemos la investigación, el desarrollo ni la innovación para hacerlo. No sorprende entonces que la mayor parte de las patentes que se
solicitan en México no sean de mexicanos. En este rubro, las cosas no hicieron sino
empeorar a partir de la firma del tlcan. Si vemos el porcentaje de solicitudes mexicanas
del total (Figura 2), en 1990 era el 13%, para 1994 cayó al 5% (la caída real fue mayor, pues
además hubo una caída general del total de solicitudes),2 y entre 1998 y el 2008 no logró
rebasar el 4%. Cierto es que de ahí al 2012 el número de solicitudes ha ido en aumento,
hasta a ser poco más del 8%.
FIGURA. 2
Pero este pequeño indicio esperanzador se desvanece en cuanto vemos los datos
para las patentes concedidas (la concesión ocurre años después de que se hace la solicitud, México es particularmente lento en ese tema). En este rubro (Figura 3), los mexicanos pasan del tercer lugar en solicitudes al sexto en concesión de patentes en México,
después de los estadounidenses, alemanes, franceses, suizos y japoneses, cuyas solicitudes de patentes son más exitosas que las de los mexicanos.
Al ver el porcentaje de concesiones a mexicanos del total en México a lo largo del
tiempo, el tlcan tampoco parece haber ayudado, pues pasamos del 8% en 1990 a quedar
sistemáticamente alrededor del 2% del 2000 al 2012. En ese mismo periodo, Alemania,
2 Esa caída general quizá fue debida a la confusión administrativa que debió generar la creación, ese mismo año,
del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (impi) como consecuencia de la afiliación de México a la Organización Mundial de la Propiedad Industrial (ompi).
[ 231 ]
por ejemplo, ha tenido casi cada año el 8% o poco más de las concesiones de patentes
en México.
FIGURA. 3
Ahora, los bienes tecnológicos y las patentes dan una idea sobre cómo la ciencia no ha
beneficiado a la producción, es decir, no hubo generación de innovación, he indica que,
igual que en los terrenos agrícola (donde hubo plazos de hasta 15 años para fortalecer la
producción antes de abrir el mercado) o el cultural (que simplemente no fue tomado en
cuenta) en el campo de la cti, lo que ha hecho México es desperdiciar oportunidades.
Y esto ha sucedido por la perene falta de una estrategia definida o, en otras palabras, de
un modelo de desarrollo como país.
[ 232 ]
MODELO TÁCITO Y FALLIDO
México no ha tenido un modelo explícito de desarrollo, sin embargo, en los hechos se ha
generado un modelo en el que el Estado y el comercio tienen sus papeles más o menos
definidos. Este modelo tácito se basó en el liderazgo de un conjunto de grandes grupos
industriales que, con las sucesivas crisis internas de hace unos años, se orientó hacia el
mercado externo. Después vinieron la firma del tlcan, la entrada en la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde), a la Organización Mundial de
Comercio (omc) y otras acciones en un proceso que condujo a la transnacionalización
de esos grandes grupos, los cuales se transformaron en lo que hoy se conoce como mul-
tilatinas. Cemex, Maseca, Telmex son ahora multinacionales con sus bases en México.
Junto con eso, se dieron un crecimiento y por tanto un cambio estructural de la economía
mexicana que creció hasta ser ahora la número 14 del mundo.
Así, México no es el mismo que era hace 20 años, salvo quizá en que todo ese impulso de crecimiento que se ha dado ha mejorado en muy poco las condiciones de vida
de una buena parte de la población y hay muchas personas en condiciones de pobreza,
en que seguimos teniendo dificultades para la articulación de las pequeñas y medianas
empresas y en que somos un país de baja productividad. Seguimos siendo un país “con
mucho potencial” que no detona. Ahí es donde entra el tema de la innovación, ya que
se espera que sea el detonador del desarrollo.
De que la ciencia, la tecnología y la innovación pueden contribuir de manera definitiva al desarrollo económico y social no cabe duda. De acuerdo con Knowledge Economy
Index (Índice de Economía del Conocimiento) del Banco Mundial, en los países más
desarrollados la innovación explica entre el 66 y el 75% de las tasas de crecimiento observadas para el Producto Interno Bruto (pib) entre 1995 y 2006 y que a mayor conocimiento corresponde un mayor nivel de ingresos por habitante. En ese índice México
ocupa el lugar 72 entre 144 países evaluados, por debajo de Chile (el latinoamericano
más alto, en la posición 40), Uruguay, Costa Rica, Brasil y Argentina.
Se pueden citar ejemplos toscos como el motor de combustión interna, la electricidad, la electrónica o la espintrónica,3 que han generado una gran cantidad de riqueza, o
mencionar que según una encuesta de la revista Fortune 500, entre 45% y 75% de la riqueza de las empresas individuales proviene de su Propiedad Intelectual (pi).
También se pueden citar datos que relacionan el pib de un país con el gasto en investigación y desarrollo. Si relacionamos estos indicadores para los tres países que nos
ocupan la hipótesis se mantiene. Estados Unidos tiene un pib per cápita de los mayores
del mundo: 45,000 dólares por año y cerca del 3% de su pib se dedica a la investigación
y el desarrollo. Canadá tiene un pib per cápita un poco más pequeño, 38,000 dólares, y
gasta en id el 1.8%. México tiene un pib per cápita mucho menor, de 15,000 dólares con
una inversión en cti de apenas 0.5 del pib (con los aumentos recientes) y una cantidad
muy significativa proviene del Estado.
3 La espintrónica consiste en la manipulación del espín de los electrones, no de su flujo —materia de la electrónica— y está detrás de las grandes capacidades de memoria de los dispositivos portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes, y de que las memorias usb no se borren al contacto con los imanes.
[ 233 ]
Si vemos el panorama mundial de la inversión en I&D, en realidad México no queda
tanto en América del Norte como en América Latina y el Caribe (alc), que en 2011 (según el informe 2013 El estado de la ciencia de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología) tuvo una inversión de 3.2% del total mundial. Mientras que la región Estados
Unidos y Canadá tuvo diez veces más (Figura 4). Pero aun dentro de la región alc, México queda en segundo lugar ante Brasil. En 2011, el país amazónico invirtió 63% del total de la región, México 18% y Argentina 11% (Figura 5). Cabe añadir que de 2002 a 2011,
la participación de México en el total de inversión de la región disminuyó del 21 al 18%
mientras que la de Argentina prácticamente se duplicó al pasar del 6 al 11%.
FIGURA. 4
FIGURA. 5
[ 234 ]
LOS PROBLEMAS DE LA FALTA DE INVERSIÓN
El actual Gobierno Federal mexicano hizo la promesa de aumentar la inversión en cti
durante el sexenio hasta llegar al 1% que recomienda la unesco y que marca la ley
mexicana desde hace años, pues en general los recursos para la ciencia apenas rondan
el 0.4% del pib. Los aumentos se han dado en los últimos dos años, han sido de alrededor del 18% por año en términos reales en el presupuesto federal. El Conacyt maneja
alrededor de un 40% de estos recursos y el resto lo manejan secretarías como las de Salud y de Energía, con lo que se llega a alrededor de 81,000 millones de pesos. De acuerdo
al Programa Especial de Ciencia Tecnología e Innovación 2014-2018 (el peciti, presentado a mediados del 2014), en 2012 la inversión en Investigación Científica y Desarrollo
Experimental (ide, el indicador que, afirman, hay que tomar en cuenta) fue de 0.43% del
pib nacional y, según informó Enrique Cabrero (director de Conacyt) en la presentación
del peciti a la prensa, para 2013 fue de 0.51% del pib.
Sin embargo, esos números resultan “curiosos” por dos razones. Una es que a pesar
de que se suele decir que la iniciativa privada mexicana no invierte en investigación, en
el peciti se considera que, en 2012, nada menos que 36.8% del presupuesto para ide proviene de la inversión de empresas privadas y 59.6% del Estado (el 3.6% restante correspondería a “otros”), el cual subió su participación en 2013 a 68%. Apenas unas semanas antes de la presentación del Programa, funcionarios del propio Conacyt manejaron
la cifra aproximada de 20% de participación privada y 80% pública.
La otra razón es que, según datos del propio Conacyt y el inegi, no resulta exagerado
decir que en México las empresas no hacen investigación, pues apenas un 5% de ellas
lo hace según la Encuesta sobre Investigación y Desarrollo Tecnológico (esidet 2012,
que aunque aclara que no tiene una muestra representativa tampoco es de esperar una
diferencia demasiado grande).4 Tampoco es exagerado afirmar que en México casi no
se hace innovación, ya que de acuerdo con la misma esidet 2012, apenas 8% de las empresas dijeron haber realizado al menos un proyecto de innovación en el año, el cual podía haber sido implementado en cualquiera de cuatro rubros: producto (bienes o servicios), proceso (incluye métodos), organizacional o mercadotecnia.
4 La Esidet 2012 hecha por inegi y Conacyt fue publicada el 14 de noviembre de 2013 y cuenta con datos del 2011
sobre una muestra de 35,748 empresas.
[ 235 ]
Así las cosas, en general, cuando en México se habla de que hay que invertir más en
la ciencia o la investigación se asume que esa responsabilidad es exclusiva del Estado,5
pero no debiera ser así. En Alemania, por poner un ejemplo de un país reconocido por
su alta tecnología (y ya vimos que, después de EE.UU., es el que más patentes consigue
en México), 68% de la inversión en cti proviene de la industria, mientras que sólo 28%
es de fondos públicos o estatales (el 4% restante es inversión extranjera).
Pero lo que sí es responsabilidad de los Estados es fomentar la inversión privada en
cti, lo cual se puede hacer de dos formas: una es dando apoyos directos y la otra es a
través de incentivos fiscales, es decir, se permite a las empresas deducir impuestos por los
gastos que hacen en cti. México da algunos apoyos directos pero es uno de los campeones mundiales en no dar estímulos fiscales, y entre los países de la ocde es el que
menos estímulos directos o indirectos da (Figura 6). Antes daba estímulos fiscales, pero
cuando se detectaron irregularidades (como que grandes empresas en realidad estaban
usando los recursos para otras actividades disfrazadas) se cancelaron los incentivos en
lugar de mejorar su instrumentación.
FIGURA. 6
[ 236 ]
5 En 2012, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, encabezado entonces por Juan Pedro Laclette, presentó
sendas denuncias ante la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación para que se investigue a los funcionarios responsables por incurrir en probables ilícitos al no presupuestar alrededor de 464,000 millones de pesos a ciencia y tecnología entre los años 2006 y 2011. Dicho monto correspondería al 1% del pib por año por
seis años desde que la ley mexicana obliga a destinar a la investigación científica y el desarrollo tecnológico.
Los estímulos directos y los indirectos son complementarios. Los países en general combinan los dos; nosotros usamos sólo uno y en muy pequeña medida, lo cual nos
aleja de la competencia internacional, que en general se lleva a cabo sobre la base de
cadenas de valor y por regiones. Como región, el caso de la Unión Europea ha sido notable en cuanto a la colaboración en cti, empezaron con algunos acuerdos y fueron
avanzando, colaborando y creciendo (aunque países como Grecia y Portugal se han quedado rezagados). En la región de Norteamérica se empezó con el tlcan y nos quedamos ahí estancados.
Este aumento de la inversión no debe ser sólo para las labores de investigación, que
es lo que tradicionalmente se ha hecho en México, sino en el proceso completo de innovación, lo cual implica desarrollar tecnología, procesos de escalamiento a producción
industrial, encontrar nichos de mercado y hacer marketing y promoción para que el beneficio pueda llegar a los usuarios.
Para tratar de solventar estos problemas, en años recientes se han hecho acuerdos
nacionales e internacionales, se están dando más apoyos directos a la investigación y
se han formado oficinas de transferencia, entre otras iniciativas que comentaremos más
adelante, pero no parecen ser suficientes para evitar el riesgo de que suceda lo que sucedió con el tlcan, es decir, que de alguna manera las buenas intenciones se manejen de tal
forma que actualmente, pese al gran crecimiento económico que ha dado ese tratado y
otros, que nos han convertido en la economía 14 del mundo, seamos un fuerte competidor al título del país más desigual, con el hombre más rico del mundo y algunos de los
más miserables.6
Esto sucede por una multitud de factores, como las dificultades de aplicación de las
leyes, la politización de temas fundamentales para el país, las fallas en el sistema educativo y otras. Pero quizá la principal sea la falta de políticas públicas diseñadas con una
base científica y una visión integral, que considere no sólo los beneficios en términos de
capital económico, sino también los aspectos sociales, ambientales y humanos o, en la
terminología que se está usando desde hace unos pocos años, los capitales Cultural,
Natural y Social.
6 Puesto así es sólo anecdótico. Nuestro coeficiente Gini, según el Banco Mundial, es de 0.47, donde el 0 es la
equidad perfecta y el 1 la inequidad absoluta. Somos mucho más inequitativos que los países escandinavos, que los
europeos en general y la India y, en menor medida, que Estados Unidos y Canadá… Aun así, lo anecdótico pasa desapercibido a los deciles y quintoniles del coeficiente.
[ 237 ]
UN PAÍS RICO PERO CON MEXICANOS
[ 238 ]
Desde antes de la firma del tlcan, circulaba un chiste por todo México: Dios hace un país
al le pone de todo tipo de riquezas, mucho petróleo, plata, playas, bosques, selvas y cuando
san Pedro le pregunta si no está cometiendo una injusticia favoreciendo tanto ese país,
Dios contesta “Pero vas a ver a los habitantes que le pongo”, y le pone a los mexicanos.
El caricaturista Abel Quezada hizo una versión gráfica del chiste (o tal vez lo inventó)
y como esos “mexicanos” puso al charrito con que solía representar al cacique o político
corrupto y atrabiliario que toma decisiones “por sus pistolas”. Con lo cual, hizo una clara
distinción entre quienes dilapidan y abusan de todo tipo de capital y los pobladores que
conforman el Capital Humano, detentan buena parte del Capital Cultural y pueden proteger el Capital Natural, aunque no se usaran esos términos entonces. Como aún ahora
no son de uso corriente, pues fueron introducidos de manera más o menos amplia a nivel
mundial como parte del Índice de Riqueza Incluyente en noviembre de 2012 en la reunión Rio+20, vale dar aquí una breve explicación de qué son estos capitales.
Hay que aclarar que no se trata de meras abstracciones sino de términos económicos
susceptibles de ser medidos, parten de las nociones de un conjunto de economistas, ecólogos y científicos sociales que percibieron que sólo estimar productividad y flujos de capital (monetario) no era suficiente para generar modelos sustentables, y que, con esos enfoques, se estaba perdiendo la finalidad real de que un país tenga una economía fuerte, que es
que sus pobladores se beneficien de ello. A este enfoque se le ha llamado economía verde.
De manera muy resumida, se considera que prácticamente toda riqueza proviene en
última instancia de la naturaleza (Capital Natural) que se transforma por la acción del
trabajo de los seres humanos (Capital Social o Humano) gracias a sus conocimientos
y creatividad (Capital Cultural), y que la finalidad de esa riqueza es generar bienestar perdurable para la sociedad.
En ese sentido, por poner un ejemplo rápido, sobreexplotar un manto acuífero o talar
una gran extensión de bosque, puede generar mucha riqueza momentánea, del tipo de la
que se refleja en el Producto Interno Bruto (pib), pero reduce peligrosamente las reservas de Capital Natural para el futuro, que es parte de lo que pretende reflejar el Índice de
Riqueza Incluyente, dando una idea más clara que el pib de la economía de un país.
Ahora sí, ¿cómo se han manejando estos capitales en México? ¿Es posible incorporarlos a la noción de “innovación a la mexicana”? ¿Se está haciendo? Como en el preliminar Inclusive Wealth Report sólo se estudiaron 20 países entre los que no está México
podemos aproximarnos un poco a las respuestas a través del trabajo que se ha hecho en
torno al Capital Natural en la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio), organismo que nació casi paralelamente al tlcan.7
ENTRE AGUACATES Y MONTAÑAS
No es exagerado, ni nada más parte de un chiste, decir que México es riquísimo. Además
de lo que tiene en recursos no renovables, como el petróleo y otras minerías, se le considera, por ejemplo, el quinto país más biodiverso del mundo, pero eso es debido a las limitaciones de la geografía política, ya que, al formar parte de Mesoamérica, se puede decir
que estamos en la región más biodiversa del mundo por kilómetro cuadrado. El 10% de
la biodiversidad de todo el mundo está en esta zona. Eso es mucho Capital Natural y su
valor para el futuro es mucho mayor del que estamos considerando, incluso ahora que se
empieza a hablar de los servicios ecosistémicos. Aunque hay que mencionar que Mesoamérica es también una región sumamente vulnerable al incremento en número y
potencia de los fenómenos meteorológicos, como los huracanes y sequías extremos que
se están dando por el cambio climático.
La firma del tlcan también elevó las expectativas en el terreno del Capital Natural.
En 1992 se le hicieron modificaciones al artículo 27 constitucional que se suponía debían
generar desarrollo económico en el campo. “Ahora sí se van a hacer negocios en el campo”, se decía. Después de 20 años, en general, no se ha tenido el éxito que se esperaba, no
se hicieron negocios ni se crearon oportunidades de empleo ni se mejoraron los ingresos
de las personas.
Una parte poco conocida del tlcan es el Acuerdo Ambiental Paralelo, una condición
que puso Estados Unidos para firmar el tratado que implica una flexibilización de la ley
ambiental para favorecer algún proceso económico, es decir, no se descuenta el pib ambiental. Pero si no se considera el pib ecológico que cuesta producir algo no se está contando de verdad cuánto cuesta. Lo que se provocó con esto es que se tuvieron que crear
muchas reglamentaciones paralelas favorables para la biodiversidad, pero un desequili-
7 México no hace una medición de su Capital Natural, sin embargo, el inegi publicó recientemente un cálculo,
con datos de 2011, de los costos ambientales por agotamiento y degradación, y llegó a la cifra de 6.3% del pib, lo que
equivale a dos veces lo que genera todo el sector agropecuario.
[ 239 ]
[ 240 ]
brio en términos de la producción agrícola y manufacturera que, junto con otros factores, se ha traducido en el gran éxodo poblacional que se vive actualmente.8
En ese sentido, el caso más dramático es el que se da en Montes Azules, Chiapas, que
después del Amazonas, es la reserva compacta más importante del mundo. En los 20 años
del tlcan pasó de 2 millones de hectáreas a cerca de 400,000, y se calcula que perdió
alrededor de la mitad de su biodiversidad. El terreno que se perdió de selva fue por
invasión y demanda de tierras para criar ganado, cuya carne en su mayoría se exporta a
Estados Unidos y Canadá.
Podría decirse que no importa, que destruimos nuestra biodiversidad pero mejoramos los ingresos de las personas, sin embargo, sucede todo lo contrario: los niveles de
marginación en la zona siguen siendo los más altos del país.
Un caso representativo de cómo la innovación y el libre comercio pueden tener
resultados desastrosos si no se aplican bien se dio con el cultivo del aguacate.
El doctor Martín Aluja, Premio Nacional del Ciencias y Artes 2013, es ampliamente
reconocido por el trabajo de investigación que desarrolló, a petición de la Asociación de
Productores Empacadores y Exportadores de Aguacate de Michoacán (apeam), para
comprobar que el aguacate Hass mexicano no está infectado por la llamada mosca de la
fruta, lo que había sido un argumento para que Estados Unidos limitara su importación
durante casi 90 años. Gracias al trabajo de Aluja, en el que se invirtió un millón de pesos,
se eliminaron las barreras sanitarias y se generaron ganancias por 4,500 millones de
dólares entre 2005 y 2013. Hasta ahí, las noticias son muy buenas...
Sin embargo, cuando se abrió el mercado se provocó una tragedia ecológica, pues
aceleró el proceso de deforestación en la región productora de aguacate y eso ha generado un enorme problema de deterioro. Por otra parte, se puede decir que entre los
aguacateros michoacanos hay muy ricos, los dueños de los ranchos, y pobres, los que
trabajan para los ricos, y una pequeña clase media de comerciantes que les venden a
ricos y pobres.9
8 México no es el país con mayor emigración, le gana la India; sin embargo, mientras aquí, con un pib per cápita
de entre 10,000 y 20,000 dólares, somos un país de renta media, allá es de renta baja con entre 2,000 y 5,000 dólares
por cabeza.
9 No es un índice, es una descripción del periodista Diego Petersen en su novela Los que habitan el abismo (Planeta, 2014).
PESO A PESITO EN LA DIRECCIÓN ¿CORRECTA?
Estos casos, en los que la preocupación por el capital económico eclipsa a los otros capitales no son, ni mucho menos, aislados en México. Son, más bien, la norma. Pero, aunque
suene improbable dados estos antecedentes y otros que el lector seguramente conoce,
en México sí hay algunos avances para tratar de alcanzar un equilibrio en el manejo de
la economía, la naturaleza y la población. He aquí algunos de los más destacados.
El esfuerzo con más “tradición” para llevar los beneficios de la cti a la sociedad es el
de los fondos sectoriales, que se destinan a proyectos que resuelvan problemas y atiendan necesidades concretas. Secretarías de Estado, como las de Salud, Agricultura o
Energía, establecen las prioridades y se convoca a la comunidad científica, tecnológica
y en ocasiones inclusive la industrial, a que presenten opciones de solución a estos problemas. Con estos fondos se han resuelto muchos problemas, algunos de los cuales tienen impactos económicos muy grandes.
Sin embargo, estos fondos, además de que no suelen incluir al sector privado, tienen
el problema de carecer de seguridad económica. Año con año se negocian en el Congreso
en una dinámica desgastante para todos los involucrados y con resultados disparejos
que en muchas ocasiones interrumpen trabajos promisorios.
Un caso diferente se da en materia energética, ya que 0.65% del total de los ingresos
petroleros (incluyendo el gas y lo que se vende dentro y fuera de México) por ley se destina a la investigación, el desarrollo y la formación de recursos humanos en materia
energética dividida en dos fondos, uno para el tema de los hidrocarburos y otro para el
de las energías renovables. Como ya está en la ley no hay que negociarlo cada año.
Así, aunque una parte de 0.65% no suena a mucho dinero, con esos fondos en este
2014 se destinaron 1,627 millones de pesos para hacer cti en energías renovables:
geotérmica, eólica y solar, y se espera que pronto se sumen la oceánica y los bioenergéticos. La meta es que, para el año 2028, México produzca 35% de su energía eléctrica
a partir de fuentes renovables. Una virtud de estos fondos es que se destinan a asociaciones público privadas, es decir, los proyectos se hacen entre instituciones académicas públicas y empresas y fundaciones privadas (tabla 1). Y es que la idea es generar tecnología propia, pues no se trata de que haya, por ejemplo, grandes granjas de
recolección de energía solar y que la participación de la industria y la tecnología local
sea cero y los únicos mexicanos involucrados sean sólo los que limpian los paneles
solares.
[ 241 ]
TABLA. 1
Energía renovable
Geotérmica
Solar
Eólica
Centro
Cemie-Geo
Cemie-Sol
Cemie-Eólica
Institución líder
Centro de Investigación
Científica y de Educación
Superior de Ensenada
(cicese)
Instituto de Energías
Renovables de la unam
(ier-unam)
Instituto de
Investigaciones
Eléctricas (iie)
Instituciones académicas
y públicas
12
67
22
Empresas y fundaciones
privadas
11
21
10
Número de proyectos
30
22
13
958.5
452.8
216.3
Presupuesto asignado en
millones de pesos
[ 242 ]
Más o menos en el mismo tenor está el Programa de Estímulos a la Innovación (pei),
una forma de dar apoyos directos a la iniciativa privada para que haga labores de investigación y desarrollo. Arrancó en el 2009, y en 2014 se entregaron 4,500 millones de
pesos a empresas para que realicen investigación, lo cual puede sonar a mucho pero
hay que considerar que la demanda que hubo fue de 7,000 millones. Sea como sea, el
dinero se está ejerciendo en unos 860 proyectos presentados por alrededor de 770
empresas distintas. Hay que mencionar que estos recursos son complementarios, es
decir, por cada peso que pone el Estado la industria está poniendo 1.15 pesos. Y además
el Programa tiene la función de vincular las capacidades de investigación y desarrollo
de universidades y centros de investigación, así 90% de los proyectos se están haciendo con la participación de universidades y centros de investigación.
Pero el PEI también tiene el problema de que funciona con recursos fiscales a discreción, y año con año hay que negociarlo en el Congreso y atenerse a resultados disparejos.
Otro esfuerzo que vale la pena destacar es la creación, con un fondo de Conacyt y la
Secretaría de Economía, de las llamadas Oficinas de Transferencia Tecnológica (ott),
que tienen la función de facilitar la transformación del conocimiento que se genera en
las instituciones de investigación en productos que puedan llegar al mercado. Para ello
realizan servicios en materia de gestión, transferencia, escalamiento y comercialización de tecnología.
Desde la primera que se abrió en el 2012, en Ensenada, Baja California, hasta mediados de junio de 2014 ya hay 117 oficinas de transferencia, y otras en espera de poderse
certificar. Sin embargo, este crecimiento acelerado de las ott no oculta las dificultades
en su operación, donde se enfrenta a dos grandes problemas. El primero y más relevante
es que las normativas de las instituciones de investigación las hacen poco dinámicas y
hasta poco factibles. En la ley, se considera a los investigadores como funcionarios públicos, y por lo tanto no pueden beneficiarse de la licitación que se haga de sus inventos o
tener participación accionaria en la empresa que comercializa los productos hechos gracias al conocimiento que transfieren (para cambiar esta situación hay una iniciativa de
ley pendiente para septiembre de 2014).
El otro problema es quizá más difícil de solucionar pues es de índole cultural: se
trata de que las comunidades académica y empresarial tienen desde hace años una relación de desconfianza mutua que hace muy difícil que trabajen juntas. De cualquier manera, los primeros resultados de las ott se esperan para 2017 o 2018.
Uno de los grandes problemas de estos pasos es que, como muchas otras cosas en
México, tiene una distribución muy desigual en el territorio nacional. Pero ahí ya se
dio también un primer paso con la elaboración, por el FCCyT, del Ranking Nacional de
Ciencia, Tecnología e Innovación 2013, que analiza a los estados en diez dimensiones
(como inversión, recursos humanos, infraestructura empresarial).
En el Ranking, no es para extrañarse, los punteros son: Distrito Federal (por mucho),
Nuevo León, Querétaro, Jalisco y Morelos, mientras que los estados posicionados al
final de la distribución son Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y, al último, Campeche (Figura 7).
La separación entre ellos se da en las diez dimensiones; sin embargo la diferencia
más grande está en la deinversiónprivada. Por ejemplo: Querétaro (tercer lugar del
Ranking) capta casi cuatro veces más recursos de Conacyt que Campeche (último lugar); pero en el caso de la inversión privada respecto del pib, la distancia es de 5,000
veces; mientras que en el 2012, en promedio, el Distrito Federal captó 1,034.2 pesos por
habitante de los recursos del Conacyt, Guerrero pudo captar únicamente 18.3 pesos.
[ 243 ]
FIGURA. 7
[ 244 ]
La buena noticia es que el Ranking del FCCyT ya se está empezando a usar para
generar propuestas. Recientemente, Conacyt anunció que se están diseñando dos nuevos tipos de centros de investigación, unos en asociación con los gobiernos estatales y
otros en asociación con la iniciativa privada, de los cuales se van a crear “muchos más
de 10” y se ubicarán en sitios estratégicos en busca de una nivelación a nivel país de las
capacidades de cti.
Otra acción reciente es la firma entre organismos académicos y empresariales del
Acuerdo para el Impulso y Fortalecimiento Nacional de la Innovación y Desarrollo Tecnológico Industrial y la Vinculación Efectiva entre Universidades y Sector Productivo: La inversión privada como motor para el desarrollo científico y tecnológico nacional.
Y aunque parezca que con tan largo nombre no requiere de mayor explicación, vale
la pena comentar que el primer esfuerzo del Acuerdo será la realización de foros para
puntualizar las necesidades de la industria para impulsar la innovación y la investiga-
ción científica aplicada a los sectores productivos y que el Poder Legislativo hizo el compromiso de transformar las conclusiones de los foros en modificaciones a la ley, por lo
que no sería de extrañar que los fondos sectoriales y el Programa de Estímulos a la Innovación y quizá algún programa de estímulos fiscales se incorporen a la ley y que eventualmente la inversión del sector privado en cti sea mayor que la del gobierno.
Sin embargo, esto implica ir contra inercias de muchos años. No sólo la de las malas relaciones entre científicos y empresarios sino otras más graves.
Por un lado, tenemos un poderoso sistema empresarial que en muchos de sus niveles
parece haberse comprado completa la peor propuesta del capitalismo, la de “el negocio de los negocios son los negocios”, y que por lo tanto en muchas ocasiones basa su
competitividad en la evasión de impuestos y la subcontratación, que espera y demanda subsidios en electricidad y gas en lugar de ahorrar energía (de las 16 economías más
grandes del mundo, somos la más ineficiente en ese sentido), que parte de una estructura social vertical y caciquil que tiende a generar monopolios y que (aunque ellos hicieron su empresa para hacer dinero) cree que la justificación social de las empresas es
que “producen empleos” y no los beneficios que dan a sus clientes y al entorno social,
cultural y físico.
Por el otro, tenemos a un debilitado sistema científico que tiene su principal incentivo económico en el Sistema Nacional de Investigadores que, en mi humilde y simplista
opinión, fue la solución para subir el salario de los universitarios que no andaban de revoltosos (o sí, pero además trabajaban en sus investigaciones) en un momento en que
la principal fuente de disidencia política en contra de la llamada “dictadura perfecta”
se encontraba justamente en las universidades, pero que, al estimular sólo la investigación, opacó otras vocaciones y salidas del conocimiento hacia la sociedad igual de fundamentales, como las de profesor, divulgador, tecnólogo, innovador y emprendedor, por
mencionar algunas, y generó aisladas “torres de marfil” y un sistema educativo superior
que, con notables excepciones, parece tener una sola misión: generar investigadores, y
una sola fuente de recursos: el Estado.
Además, aun con todas sus promesas, el Acuerdo parece no haber aprendido la lección del tlcan, ya que se está fijando sólo en el capital Manufacturero y no en el Natural,
el Humano ni el Cultural. “Hay que empezar por algún lado” y “Eso vendrá en algunos
pasos posteriores” fueron algunas de las respuestas que se dieron a preguntas expresas
sobre el tema durante la firma del Acuerdo. El argumento es que se necesita la productividad para ser más competitivos, que el país crezca y entonces resuelva sus problemas
[ 245 ]
sociales. Así que conviene analizar un par de casos en los que, en el tema de la innovación, se empieza por otro lado y “eso” no viene “algunos pasos” detrás, como para el
Acuerdo, sino desde antes de arrancar. Y también recordar que México ya es una de las
16 economías más grandes del mundo, que juntas generan alrededor del 81% del pib
global y consumen el 71% de la energía eléctrica. Nuestro verdadero problema no es
tanto de producción sino de inequidad económica y social y de que buena parte de esa
alta producción parece estarse haciendo con base en esa inequidad y a costa de nuestro futuro.
LA TROPICALIZACIÓN, EL OTRO PRINCIPIO
[ 246 ]
Ya comenté en este texto la propuesta básica del Reporte de Riqueza Incluyente al considerar que toda riqueza tiene su origen en la naturaleza, pero lo vuelvo a mencionar
porque hay avances en la incorporación de la innovación a la realidad mexicana, y los
está dando el organismo que ha tomado como bandera y punto de partida la protección
y el manejo del Capital Natural, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad, la conabio, que se ha ocupado también de los capitales Humano y Cultural y, por esa vía, ha llegado a la generación de capital Manufacturero.
Por cierto, como esos avances se han dado sobre todo en la región sur del país, el
término “tropicalización” de la innovación les queda muy bien.
La conservación de la biodiversidad hasta hace no mucho parecía ser sólo un lujo o
una obsesión de hippies y biólogos (confieso que, por estudios, pertenezco al segundo de
estos grupos), ahora sabemos que es un elemento fundamental de la sustentabilidad.
De hecho en el reporte Our Common Future (Nuestro futuro común, 1987) de la Comisión Mundial de Ecología y Desarrollo (wced, por sus siglas en inglés) se asienta que “el
desarrollo sustentable debe de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la
capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” y se establece que los componentes de desarrollo económico han de ser vistos como interdependientes con el desarrollo social y la conservación.
Así, la propuesta de conabio es que las políticas y estrategias de conservación no
pueden basarse en la exclusión, en crear áreas naturales protegidas que excluyan a los
dueños de la tierra sobre las oportunidades de su aprovechamiento. Cualquier modelo de desarrollo para el país, ese que aún no tenemos claro y que hemos hecho con palos
de ciego, debe considerar estos factores. Esa propuesta, que parece muy obvia, en el
mundo es un debate que entra en conflicto con el modelo estadounidense de parques
nacionales manejados por el Estado y donde los pobladores del territorio pueden vivir
dentro del mismo pero no manejarlo. Ese modelo, además de que tiene muchas deficiencias desde el punto de vista ecológico, no se puede aplicar a México, donde 95% de las
tierras están repartidas, por lo tanto los modelos de conservación e intervención que
se usen deben incluir a las comunidades locales.
La parte biológica de la propuesta de conservación de conabio se basa en el fenómeno, bien conocido por los ecólogos, de la irremediable pérdida de biodiversidad en las
islas, naturales o artificiales. No es un dato menor que en el mundo, 70% de las extinciones de especies han ocurrido en islas.10 Así que mantener, al estilo de las reservas estadounidenses, “islas de conservación en medio de mares de deterioro” sólo conduce a la
pérdida de biodiversidad.
La estrategia que conabio está implementando en algunas zonas del sureste mexicano (y junto con países de América Central) es hacer corredores biológicos entre las
islas o zonas de conservación, corredores que son ocupados a la vez por ecosistemas
naturales y seres humanos que, muy importante, se benefician de ellos. La apuesta fue
contribuir a conservar la biodiversidad a partir de un conocimiento biológico preciso
pero también de generar modelos de gestión territorial antiburocráticos en las comunidades (la mayor parte, hablantes de lenguas indígenas) e incorporar los saberes tradicionales para el manejo de esa biodiversidad.
Esta apuesta está diversificada, no están todas las fichas en la producción agropecuaria, también hay en el ecoturismo, en los servicios ambientales, en las certificaciones
orgánicas, y la apuesta ya se ha ganado en algunas de estas casillas. Por ejemplo, la extracción certificada de chicle orgánico, biodegradable, ya es la segunda actividad forestal en
la región sureste del país donde se ubican los corredores; se producen 300 toneladas al
año y se conservan dos millones de hectáreas de selva tropical, que apoya la economía de
comunidades y la producción de miel.
México ya es el tercer mayor productor de miel orgánica (y está entre los más relevantes de miel en general), sin embargo en este caso es muy necesario fortalecer el mer-
10 El ejemplo más claro de este fenómeno se dio cuando se hizo el canal de Panamá. Se inundó toda la zona y hubo
una montaña que quedó como una isla, Barro Colorado, que es uno de los sitios más estudiados del mundo en su diversidad biológica. Y se vio que a pesar de que se hizo una protección muy estricta de la zona, ésta empezó a perder
especies, lo que reveló que no era sólo cuestión de proteger un sitio sino de mantenerlo comunicado.
[ 247 ]
[ 248 ]
cado interno, ya que lo mexicanos consumimos un promedio de dos cucharadas de
miel al año.11
México es el principal productor y exportador de cacao orgánico del mundo con un
crecimiento en las ventas de 433% de 2004 a 2009. En el mismo periodo, las ventas de
cacao orgánico aumentaron en 248% (en México, a pesar de ser el centro de origen de
este alimento, se consume poco).
Estas acciones, y el dinero invertido (627 millones de pesos de los cuales conabio
ha puesto poco menos de la tercera parte), han permitido levantar sistemas productivos
que generan valor para las comunidades y dan oportunidad al consumo interno y hasta
la exportación buscando garantizar calidad, aumentar vínculos efectivos en el mercado
y alianzas estratégicas y obtener un retorno económico. Así, se ha dado el fenómeno de
que esos pobladores y beneficiarios de los corredores se han convertido en guardianes
del Capital Natural.
Cabe añadir algunas palabras sobre el papel del Capital Cultural en este esquema, el
cual va desde el conocimiento científico que trabajan y aportan los biólogos de conabio
a los conocimientos tradicionales de los pobladores locales. Todo ello puede monetizarse y tener un sentido de intercambio, es decir, actuar como otros capitales, sin embargo hay trabas históricas al respecto. Como ejemplo se pueden poner las muchas historias
de saqueo de información y conocimiento tradicional que están detrás de la farmacopea
moderna, buena parte de la cual proviene de las herbolarias tradicionales, aunque los beneficios han sido exclusivamente para los laboratorios.
Sin embargo, para el futuro, el panorama puede ser diferente, ya que en el Convenio
sobre la Diversidad Biológica se encuentra el Protocolo de Nagoya sobre el Acceso a los
Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de
su Utilización, que establece que el conocimiento indígena o el conocimiento tradicional que se convierta en una medicina o un remedio ecológico debe generar un beneficio
para los detentores de ese conocimiento. Para que el protocolo entre en acción se requiere la firma de 51 países, y al momento de escribir este texto falta la Unión Europea,
por lo que es muy posible que entre en vigor el 12 de diciembre de 2014. México ya lo firmó,
pero de nada servirá si no se establece una forma clara de manejo del Capital Cultural, lo
que se podría hacer con una legislación nacional para los pueblos indígenas, algo que
nuestra gran diversidad cultural nos obliga a hacer.
Ahora bien, la conabio ya no es un esfuerzo aislado, está en comunicación con Sagarpa, ha firmado con diversos estados de la República convenios de protección del Ca-
pital Natural y, por poner un ejemplo, colabora con la Comisión Federal de Electricidad
en la elaboración de un proyecto hidrológico integral (pionero en el mundo por su cuidado de los ya famosos —en este texto— tres capitales alternativos) y, muy importante,
en asociación con Conacyt está creando un modelo alternativo de gestión en zonas rurales de alta biodiversidad para el Gobierno Federal. Este último esfuerzo requeriría de una
importante fuente de recursos, y adquirirlos implicaría ir en contra de un sistema que
por años ha mantenido una multitud de subsidios perversos que fomentan la ganadería
a cambio de talar la selva y que no pueden garantizar que se sostengan las economías
familiares.12 Muchas de las zonas en donde, por lo menos desde hace 20 años, se ha mantenido esta estructura siguen estando entre las de mayor marginación en el país.
[ 249 ]
11 Un cálculo interesante es que si sustituyéramos el uso de caña de azúcar por miel de abeja, cumpliríamos con
todos nuestros compromisos internacionales en emisiones de carbono.
12 La superficie dedicada a la ganadería en México, según datos de Sagarpa, es de 113 millones de hectáreas, lo cual
equivale a más de la mitad del territorio nacional. Se dedica principalmente a vacas y toros, el ganado más costoso
desde el punto de vista ambiental, seguido de cerdos, pollos, cabras y borregos.
UNA CONCLUSIÓN QUE SABE A COMIENZO
[ 250 ]
Dicho lo anterior, no sé al lector pero a mí me da la sensación de que, más que unos cómodos pasos sobre un camino trazado, estamos empezando a dar unas brazadas contra
la corriente histórica sin una idea muy clara de cuál es la dirección no sólo en la que debemos nadar sino, válgame, cambiar de dirección a la mismísima corriente que se nos
opone...
Además de metafórico estoy siendo melodramático (aunque no del todo desacertado), porque en realidad no vamos nadando contra esa corriente sino que vamos, ya
bastantes, en una lancha o barquito. Pero tampoco nos ponemos muy de acuerdo que
digamos. Porque hay quienes creen (sobre todo entre los altos mandos) que para revertir la corriente y convertirnos en un país innovador, hace falta una “hélice triple” (así la
llaman) formada por empresarios, políticos y científicos. Pero habemos quienes sostenemos que esa cantidad de aspas no es suficiente para el barquito, que debería ser
cuádruple e incluir a los Humanistas... o, mejor, quíntuple y sumar a los Detentores del
conocimiento tradicional. Y que el funcionamiento adecuado de esa hélice, de la dirección que toma el barco y en que se revierten las corrientes deberían estar vigilados por
la sociedad a través de un periodismo independiente, íntegro, popular (que le llegue a
mucha gente), y sabio, es decir, con conocimientos de ciencias naturales y sociales, tecnología, economía, humanidades y demás.
Este último renglón, el del periodismo, aunque sea el mío (estudié biología pero soy
periodista de profesión), no sólo no está exento de crítica sino que, ni modo, se merece
las más duras ya que es probablemente el más atrasado, al menos si lo medimos en términos de los periodistas de ciencia.
En Estados Unidos, la National Association of Science Writers (nasw) tiene 2,082
miembros (1,838 basados en EE.UU.) entre reporteros freelancers, contratados, de tiempo
completo, pio, editores, divulgadores y maestros de periodismo de ciencia. El presidente
de la nasw asegura que hay más que no están registrados.
La Canadian Science Writers Association distingue a sus 198 periodistas de ciencia
de sus 600 comunicadores de la ciencia o investigadores que hacen divulgación, y su
presidente también asegura que hay muchos que ejercen y publican sin registrarse en
la cswa.
La Asociación Alemana de Periodistas de Ciencia estima que en su país hay más de
mil periodistas de ciencia de tiempo completo, además de los divulgadores, y universi-
dades donde puedes estudiar periodismo de ciencia a nivel licenciatura y maestría.
En México no hay asociación y un estudio exhaustivo encontró que en el Distrito
Federal hay 47 periodistas de ciencia (sin incluir a los divulgadores), de los que sólo 17
trabajan en ello el 100% de su tiempo, nueve al 50% y 21 al 30%. No se sabe cuántos hay
en el resto de la República, pero intuyo que deben ser apenas unos cuantos más.
Así que, extendiendo quizá demasiado la metáfora, creo que puedo decir que este
barquito apenas va saliendo del puerto en medio de tremenda marejada, pero con la gran
ventaja de que siempre pueden subirse nuevos tripulantes.
[ 251 ]
5
ubsector de cultura y arte
S
del Estado
El TLCAN y el modelo de política cultural
gubernamental en México
Tomás Ejea Mendoza
La actual estructura gubernamental referente a la cultura fue establecida a principios
del sexenio de Carlos Salinas de Gortari en 1988; el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) se negoció en el transcurso de ese sexenio y entró en vigor al
final del mismo, en enero de 1994.
Ambos, estructura institucional para la cultura gubernamental —con el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) al frente— y el tlcan son dos instrumentos de gobierno que se engloban en la política gubernamental que estableció la administración de Salinas de Gortari. La siguiente afirmación de Víctor Flores Olea —primer
presidente del Conaculta en 1988— resume adecuadamente la interrelación que adquieren ambas medidas como parte de la política gubernamental de ese momento: “Carlos Salinas de Gortari le quería dar a la cultura una cara de izquierda para equilibrar
todo lo que en el plano económico iba a hacer por la derecha”.1
A la política cultural de ese sexenio se le quiso dar un cariz de renovación progresista.
Ello tenía antecedentes que se deben de tomar en cuenta. La situación prevaleciente
antes de la fundación del Conaculta (cuando funcionaba la Subsecretaría de Cultura,
dependiente de la Secretaría de Educación Pública), en que prácticamente la mayoría de
las decisiones en el ámbito cultural eran tomadas de manera personal, vertical y discrecional por parte de los funcionarios en turno, resultaba realmente insostenible cuando
se pretendía conformar un discurso gubernamental cuyo eje central era promover una
política de renovación y modernización de las instituciones gubernamentales.
Sonaba bien en el discurso. En un subsector cultural definido fundamentalmente por
las decisiones personales y verticales de los funcionarios se oponía un nuevo mecanismo
1 Entrevista del autor con Víctor Flores Olea el 20 de febrero de 2009.
[ 255 ]
[ 256 ]
en que se privilegiaba la corresponsabilidad en la toma de decisiones y ante el uso
centralizado de los recursos se oponía la descentralización. Sin embargo, como se ha
tratado a profundidad en otro texto,2 al Conaculta no se le dieron los instrumentos
legales, organizacionales o administrativos para lograrlo, de tal forma que la denominada corresponsabilidad acabó siendo una forma más de discrecionalidad y la desconcentración sigue brillando por su ausencia.
Ahora bien, lo que aquí resulta relevante es que el discurso oficial permitía establecer
la idea de que el proyecto cultural del gobierno era representativo de las necesidades de
modernización de la vida política y económica del país. Que el Estado, sin perder su función rectora, abría el juego para la participación de los creadores y actores sociales involucrados en la cultura, que los preparaba adecuadamente para ser parte del nuevo contexto internacional en constante cambio. Contexto en el que México presentaría la
riqueza de su acervo cultural como un punto de avanzada en el ascendente papel que
nuestro país jugaría en el concierto del mundo globalizado. Entre esas manifestaciones culturales estaba la célebre exposición itinerante México: esplendores de treinta siglos
de 1990, que sirvió de vanguardia en las relaciones diplomáticas con algunos países
del mundo.
Probablemente la confianza depositada en este tipo de magno-exposiciones llevó a
los funcionarios salinistas a considerar que la cultura en México era de tal riqueza y solidez, que no vieron necesario detenerse a analizar detenidamente el papel que debería
jugar en un tratado tan relevante para la vida económica y social del país como lo fue el
tlcan, pues la entendían fundamentalmente como cuestión de ornamentos, decoraciones y costumbres folclóricas.
En este sentido, desde mi punto de vista, considero que a 20 años de haber entrado
en vigor, el tlcan no cumplió con las expectativas que el gobierno de la República generó en su momento. Basta mencionar dos indicadores económicos que mencionan
Weisbrot et al. (2014):3 primero, el crecimiento del pib per cápita de México, de tan sólo
18.6% en los últimos 20 años, es aproximadamente la mitad de la tasa de crecimiento alcanzado por el resto de América Latina. Segundo, el resto de América Latina registró una caída en la pobreza que resultó ser más de dos veces y media mayor que la de
2 Tomás Ejea Mendoza, Poder y creación artística en México. Un análisis del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes
(fonca), México, uam-Azcapotzalco, 2011.
3Mark Weisbrot, Stephan Lefebvre y Joseph Sammut, ¿El tlcan ayudó a México? Una valoración tras 20 años,
Washington, Center for Economic and Policy Research, 2014.
México: 20 puntos porcentuales (de 46 al 26%) para el resto de América Latina, frente
a 8 puntos porcentuales (de 45 a 37%) para México.
No creo que los tratados de libre comercio sean nocivos en sí mismos. La globalización y los procesos de regionalización comercial son procesos innegables y oponerse a
ellos es como enfrentarse a molinos de viento. Sin embargo, se vuelven terriblemente
desastrosos para las condiciones de vida de la mayor parte de la población, como en el
caso de México en el tlcan, cuando se obliga a competir a sectores económicos en una
estructura tan asimétrica tal como lo hizo el gobierno mexicano. Un deber irrenunciable
del gobierno de una nación es el garantizar que sus ciudadanos se enfrenten a los procesos de comercialización lo mejor preparados posible y garantizar una competencia equilibrada. La clase gobernante de aquel entonces, la misma que aún detenta el poder, no vio
por los intereses comunes de la Nación. Por eso dejaron indefensos a sectores fundamentales de nuestra economía, tal como al campo mexicano. Más bien velaron por los
intereses de un grupo de empresarios que veían con buenos ojos la posibilidad de integrarse comercialmente con los Estados Unidos sin importar sus costos para la mayoría
de la población. Con ello se perdió una gran oportunidad de poner a discusión problemas
comerciales realmente de urgente resolución para nuestro país y se aceptaron las condiciones de los vecinos del norte.
Por el lado de la cultura, las repercusiones de tal hecho son múltiples y de diferente
signo, algunos sectores fueron beneficiados y otros fueron fuertemente maltratados.
Pero atrás de todo ello, lo realmente preocupante es que estamos frente a un Estado que
dejó de jugar su papel principal en este tipo de acuerdos económicos, a saber: ser garante
de los intereses de los connacionales. El gobierno mexicano dejó desprotegidos a sectores culturales fundamentales y consideró, con un criterio absolutamente equivocado,
que la cultura mexicana se podía defender por sí sola, “debido a la inmensa riqueza cultural de que dispone el país”. Uno se pregunta: ¿dónde estuvo la evaluación seria y precisa al respecto? ¿Dónde está el análisis bien fundamentado de las consecuencias que
este tratado comercial iba a traer a la sociedad mexicana, entre ellos al plano cultural?
El argumento esgrimido de que la cultura no se incluyó en el tratado —como dice Jaime
Serra Puche— y por lo tanto no se puede replicar nada en contra de este principio, totalmente insostenible.4 Un gobernante que promueve una medida económica tan
4 Véase la excelente entrevista que Eduardo Cruz Vázquez realizó a Jaime Serra Puche, ttps://www.youtube.com/
watch?v=4ª7t4dQgw1A&feature=youtu.be (consultada el 24 de marzo de 2014).
[ 257 ]
trascendente como el tlcan y se desinteresa de las consecuencias que esa medida puede
tener en diversos sectores de la economía y de la sociedad, es alguien que no se responsabiliza de sus acciones, ni de sus consecuencias; es, en todo el sentido de la palabra,
un irresponsable.
Tenemos entonces una conclusión por demás clara: el tlcan y el modelo económico
del cual forma parte, pone en evidencia a los dos Méxicos existentes y contradictorios.
Por una parte al México de los poderosos, el de los diez más ricos del país según la revista
Forbes,5 que tienen en conjunto una fortuna aproximada de 132 mil millones dólares; y
el otro, al México de los necesitados, que según la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (ocde) tiene una población de 38.3% a la que el dinero no le alcanza para comprar comida.6 Los primeros han sido los ganones con el tlcan, los segundos sufren cada vez más sus consecuencias.
Lo que cada claro es que en última instancia lo que se está discutiendo es el papel que
el Estado juega en este tipo de instrumentos de política gubernamental. Este fue precisamente el cometido de la mesa denominada “Subsector de cultura y arte del Estado”,
que mostró posicionamientos por demás interesantes sobre esta problemática con especialistas reconocidos en la materia tales como Javier Esteinou, Carlos A. Lara y Eduardo
Nivón. En la discusión se confrontaron algunos puntos y se coincidió en algunos otros,
tal como lo muestran los textos de dichos autores que a continuación se presentan.
[ 258 ]
5 Revista Forbes México. Marzo de 2014.
6 http://www.compareyourcountry.org/chart?project=crisis-impact&cr=esp&lg=es
El impacto del tratado de libre comercio sobre
la cultura y la comunicación 20 años después
Javier Esteinou Madrid
I. EL PROCESO DE GESTACIÓN DEL
TRATADO DE LIBRE COMERCIO EN MÉXICO
El nuevo modelo de crecimiento “modernizador” que adoptó el gobierno mexicano desde principios de la década de los años ochenta para salir de la crisis estructural que dejó
la secuela de su último ciclo de crecimiento, ocasionó que la sociedad mexicana se
adentrara en un nuevo panorama histórico de inevitable globalización de la economía, de
integración a modernas zonas hegemónicas y de adaptación sistémica a la “modernidad
económica” global. Esa gran transformación estructural que experimentó la sociedad
mexicana desde el 1 de enero de 1994 a la fecha, se utilizó oficialmente como el nuevo
detonador del crecimiento nacional y cobró forma concreta a través de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlc) entre México, Estados Unidos y
Canadá, funcionando como un mecanismo de integración económica, comercial y social
entre los tres países.1
Sin embargo, dentro del largo y difícil proceso de incorporación acelerada del país
al nuevo proceso de globalización mundial que siguió el gobierno mexicano para negociar el establecimiento del Tratado de Libre Comercio,2 surgió el enfrentamiento entre
1 El 22 de noviembre de 1993 el Senado de la República Mexicana aprobó el texto del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (tlcan) con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá y entró en operación en el país el 1 de
enero de 1994.
2 Para conocer de manera detallada el proceso de cómo México negoció políticamente, vía fast track, al interior
de la sociedad mexicana la aprobación del Tratado de Libre Comercio, consultar de Jorge Chabat, “México en 1991:
Diversificando la interdependencia”, en Enfrentando los cambios globales. Anuario de políticas exteriores latinoamericanas
1991-1992, Jorge Heine (compilador), Santiago de Chile, Ediciones Pedagógicas Chilenas, Ediciones Dolmen, 1993,
pp. 47-65, http://www.libros.uchile.cl/files/presses/1/monographs/331/submission/proof/index.html#53/z
[ 259 ]
diversos sectores nacionales e internacionales de la sociedad mexicana sobre el proyecto de nación que ambicionaban. Algunos de tales posicionamientos se convirtieron en altamente dominantes, atravesando o subordinando las otras propuestas sobre
cómo insertar al país en el nuevo mosaico de la modernidad global.
Así, dentro de la gama de tópicos de acuerdos que se pactaron para ser considerados,
el gobierno en turno del presidente Salinas de Gortari le dio gran importancia a diversas áreas como fueron la transferencia tecnológica, la protección de la propiedad intelectual, la apertura financiera, la definición de los principios de origen, la desgravación
de cientos de aranceles, la formalización de las reglas del intercambio de mercancías, la
reglamentación de los flujos de capital, la transformación jurídica, la competencia laboral,
etc.; y no le prestó la menor atención a la función estratégica que debería ocupar nuestra
cultura dentro de este acuerdo mercantil trinacional, dejando su funcionamiento al
designo del libre juego de las reglas del mercado.
Esta realidad produjo un doble efecto político muy contrastante en la esfera de la opinión pública de la sociedad mexicana: por una parte, generó una corriente dominante
de posicionamientos aperturistas que sostuvo que ante el nuevo acuerdo comercial no
peligraba ningún aspecto de la identidad nacional debido a que la comunidad nacional
contaba con una sólida estructura cultural de Nación proveniente de nuestras sólidas
raíces milenarias, que le servían de protección ante las influencias exteriores. Por otra
parte, creó otra tendencia de sensibilización ciudadana nacionalista que formuló que
era muy delicado el proceso de apertura pues alteraría sustantivamente la estructura
cultural básica del país y, por consiguiente, habría que encararlo con sumo cuidado.
Debido a ello, es necesario analizar cuáles fueron los diversos enfoques político sociales que existieron respecto a esta nueva influencia comunicativo-cultural en nuestro
país, para desde éstas examinar las consecuencias que produjo sobre la sociedad mexicana la aplicación de dicho tratado trilateral. Con ello, se podrán construir las concepciones históricas y las prácticas políticas que equilibren o corrijan la continuidad de este fenómeno que implantó en México la nueva dinámica de la “modernidad contemporánea”.
[ 260 ]
El consenso a favor
En la esfera de la opinión pública de la sociedad mexicana los discursos oficiales del gobierno y de algunos de los grandes empresarios construyeron un consenso contradictorio
sobre el papel de la cultura y la comunicación dentro del Tratado de Libre Comercio. Así,
por un lado, algunos funcionarios argumentaron que con la presencia de éste las bases
culturales, identitarias y comunicativas de la comunidad nacional no serían modificadas, pues dicho rubro no se incluiría en el pacto comercial; al contrario, se consolidarían,
enriquecerían y desarrollarían más con el flujo del intercambio global. Por otro lado,
Carla Hills, contraparte negociadora de EE.UU., aseguró formalmente que el Tratado de
Libre Comercio sí incluiría a la cultura y a las industrias comunicativas. Ante este conflicto múltiples sectores intelectuales demandaron al gobierno mexicano que deslindara
institucionalmente dicha situación.3
Para despejar tales incertidumbres un conjunto de funcionarios del más alto nivel
del Estado mexicano y de la clase política del momento expresaron sus posiciones y convicciones al respecto. Así, el presidente Carlos Salinas de Gortari indicó que esos eran
“tiempos de cambio y reafirmación cultural, para sin chauvinismos ir al encuentro del
mundo como Nación independiente”.4 La oficina de la Presidencia de la República destacó, por una parte, que la “apertura a los mercados mundiales y la participación en el
concierto de las naciones nos obligaba a afirmar lo propio”;5 por otra parte, que el proyecto económico “no sólo se basó en el interés eficientista de sólo elevar la producción,
sino de respetar la dignidad y las costumbres del país”;6 y por último, que en el “proceso
3 “La educación pública superior se pierde: Hay que defenderla. ¡Por un nuevo acuerdo social para la educación
superior!”, en Uno Más Uno, México, D.F, 8 de octubre de 1991; “¿El tlc una amenaza para la cultura mexicana?”, en La
Jornada, México, D.F, 8 de septiembre de 1991.
Ampliando las mismas demandas a América Latina en noviembre de 1991 la “Conferencia Latinoamericana Sobre
el Tratado de Libre Comercio, la Iniciativa de las Américas y la Integración Latinoamericana”, a través de la “Declaración de México” solicitó en su octava conclusión que “era urgente la apertura y la profundización del espacio cultural
latinoamericano, pues era la clave maestra y el alma de la integración regional. Ello, con el fin de preservar, enriquecer,
y consolidar las raíces éticas y culturales de nuestros pueblos y naciones en el pleno respeto de su riquísima variedad;
pero debía hacerse en la perspectiva convergente de perfilar sólidamente la identidad común de todos los latinoamericanos, garantía esencial de nuestra autoestima y de nuestro destino común. En esta perspectiva se exige que la educación, la cultura y la comunicación sean excluidas de cualquier acuerdo comercial que se estableciera con países ajenos a la región latinoamericana, señalando que cultura, educación y comunicación eran parte sustantiva del modelo
de desarrollo y de integración respetuosa de la idiosincrasia y de la autodeterminación de los pueblos”. “Declaración de
México”, Conferencia Latinoamericana Sobre el Tratado de Libre Comercio, en La Jornada, México, D.F, 21 de noviembre de 1991.
4 “Primacía y prioridad de la cultura”, en Excélsior, México, D.F, 25 de junio de 1991.
5 “Los retos entre México y EU los resolveremos mejor amparados en el encuentro de muestras culturas”, en Uno
Más Uno, México, D.F, 2 de octubre de 1990.
6 “Respetar dignidad y costumbres, no sólo elevar la producción: Salinas”, en El Financiero, México, D.F, 9 de
agosto de 1991.
[ 261 ]
de interrelación de México con la economía más grande del mundo, nadie borraría nuestras fronteras”.7
El director de las negociaciones mexicanas del tlc, Jaime Serra Puche, secretario
de Comercio, en repetidas ocasiones señaló enfáticamente que dentro de las gestiones
efectuadas la cultura y los valores nacionales no serían afectados, ya que “la cultura no
representaba un capítulo preocupante en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio debido a que la cultura mexicana poseía una solidez que le provenía de la gran
herencia cultural de los mexicanos”,8 o que “la firma del Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos y Canadá no menguaría la soberanía ideológica”,9 pues México contaba
“con una herencia firme de 30 siglos de cultura que nutría nuestra identidad nacional,
y por lo tanto, nuestras bases culturales no estaban en peligro”.10 En síntesis, en dichas
negociaciones globales, “la cultura no era importante, y por consiguiente, no habría
que preocuparse”.11
El exsecretario de Relaciones Exteriores, Fernando Solana, comentó que “los mexicanos queremos ser cada vez mejores amigos de los Estados Unidos, pero jamás a costa
de nuestros valores que determinan nuestra esencia y nos conforman como Nación”.12
El subsecretario de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Javier Barros Valero, expresó
que nuestra identidad era irrenunciable, y por ello, ascenderíamos nuestra personalidad
7 “csg: Nadie borrar nuestras fronteras”, en La Jornada, México, D.F, 30 de septiembre de 1991.
[ 262 ]
8 “Culturalmente ¿Qué gana o que pierde México ante el tlc?” (Primera parte), en El Financiero, México, D.F, 14 de
octubre de 1991.
9 “Los atrasos económicos y tecnológicos provocan la pérdida de soberanía e identidad”, Periódico El Financiero,
México, D.F, 20 de junio de 1991; “No menguar el tlc soberanía, ni cultura: Serra Puche”, en El Financiero, México, D.F,
21 de junio de 1991. Esta posición llegó a tal extremo, que el titular de la Secretaría de Comercio, Serra Puche, declaró
que en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio el caso de la cultura era importante. Es más, indicó que dentro de éste contexto trilateral “no hablamos del problema de la cultura, sino de que haya programas. Tenemos nuestras
restricciones los americanos y los canadienses las suyas. Lo que es cierto es que el cambio tecnológico está ocurriendo
a una velocidad tal que ser muy difícil detener programaciones porque van a llegar por medio de antenas parabólicas.
Entonces eso es cosa de sentarnos a ver este asunto con una actitud moderna”. “México no acepta un tlc con sólo buenas intensiones”, en Excélsior, México, D.F, 12 de septiembre de 1991.
10 “El síndrome de O.G. Mandino”, en El Financiero, México, D.F, 19 de junio de 1991.
11 “Tratado de Libre Comercio o integración subordinada”, en Excélsior, México, D.F, 18 de agosto de 1991; “El tlc:
¿Una amenaza para la cultura mexicana?, en La Jornada, México, D.F, 8 de septiembre de 1991; “Por el momento Estados
Unidos dejó de lado el tema cultural”, en El Financiero, México, D.F, 26 de septiembre de 199; “La educación pública
superior se pierde. Hay que defenderla. ¡Por un nuevo acuerdo social para la educación superior!, en Uno Más Uno,
México, D.F, 8 de septiembre de 1991.
12 Fernando Solana, “Nada a costa de nuestros valores”, Apertura de la VII Reunión Binacional México-Estados
Unidos, en Excélsior, México, D.F, 8 de agosto de 1989.
cultural incrementando intercambios con otras naciones.13 El embajador de México en
Estados Unidos, Gustavo Petricioli, observó que “el Acuerdo de Modernidad afectaba
política, económica, e incluso, culturalmente a la sociedad mexicana, sin por supuesto
perder nuestra identidad nacional”.14 La firma oficial de acuerdos internacionales por
el gobierno mexicano fue la “Declaración de Quito” que formuló “que era imperativo el
establecimiento de políticas nacionales de comunicación que resguardaran la pluralidad cultural, reafirmaran la soberanía nacional y movilizaran la participación de la comunidad”.15
El exdirector del Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio, afirmó
que en el marco de la globalización “México debía enfrentar cambios y transformaciones, pero siempre y cuando no se atentara contra los principios, valores o la propia
integridad nacional”.16 El exgobernador de Michoacán, Jenaro Figueroa Zamudio, anunció que el establecimiento del Tratado Trilateral “no representaba riesgo alguno para que
los mexicanos perdiéramos nuestra identidad cultural, sino al contrario era una oportunidad para que conservemos el patrimonio que hemos heredado”.17 El senador Miguel
Alemán Velasco aseguró que la apertura comercial traería muchos beneficios como el
“reforzar el estilo de televisión pública”.18
El exdirector del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Víctor Flores Olea, subrayó que era necesario descartar “absolutamente” que el tlc se convertiría en una amenaza para la cultura mexicana, por lo que ante el proceso de integración comercial de
13 “Nuestra identidad irrenunciable: Barros Valero”, en Excélsior, México, D.F, 11 de septiembre de 1991.
14 “El tlc nos afecta política, económica e incluso culturalmente: Gustavo Petricioli”, en Excélsior, México, D.F,
26 de junio de 1991.
15 Acuerdo firmado por el gobierno mexicano y otros 14 países de la región el 10 de marzo de 1989 en Quito Ecuador. “Declaración de Quito sobre el espacio audiovisual latinoamericano”, en Revista Video Red, No-5, Año 2, Lima,
Perú, abril-mayo de 1989.
Esta posición de seguridad de nuestra identidad nacional ante el establecimiento del Tratado de Libre Comercio, no sólo fue compartida por las autoridades nacionales, sino también por algunas autoridades políticas latinoamericanas. Este fue el caso de Rafael Ángel Calderón Fournier, Presidente de Costa Rica, quien señaló que “nuestra
identidad no estaba en peligro. Cada Nación mantiene las tradiciones que hicieron grandes a nuestros pueblos. Admiro como México ha defendido sus principios fundamentales y con ello, es un ejemplo para Latinoamérica”. “No peligra la identidad ante la globalización y el Libre Comercio”, en Excélsior, México, D.F, 16 de agosto de 1991.
16 “Cambios que no afecten valores e integridad nacional: Colosio”, en Excélsior, México, D.F, 21 de septiembre de 1991.
17 “El tlc no hará perder la identidad cultural a México: Genovevo Figueroa Z”, en Uno Más Uno, México, D.F, 9 de
octubre de 1991; “No perder México su identidad cultural con la firma del tlc”, en El Día, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
18 “La senaduría, al margen de los intereses de la TV: Miguel Alemán”, en El Financiero, México, D.F, 20 de junio
de 1991.
[ 263 ]
nuestra sociedad con Norteamérica, no debíamos aferrarnos a nociones preconcebidas
de identidad nacional.19 Finalmente, el director del Colegio de la Frontera Norte, Jorge
Bustamante, sostuvo que “la integración no implicaba que el país perdiera sus patrones culturales”.20
En el corazón de todos estos posicionamientos político-ideológicos a favor del tlc
se inyectó la nueva concepción estratégica de la corriente “modernizadora” que sustituyó la cultura tradicional del nacionalismo mexicano creado después de la Revolución
mexicana como una visión defensiva del territorio mexicano y la creación de un proyecto de desarrollo propio; por el nuevo pensamiento del “nacionalismo neoliberal” impulsado por el presidente Carlos Salinas de Gortari que formuló que la única forma de
defender lo propio era abandonar las viejas mentalidades del pasado e incorporarnos a
los nuevos procesos globales de integración y reorganización del mundo. Así, Salinas de
Gortari expresó en su Tercer Informe de Gobierno que “el nacionalismo difícilmente
puede expresarse hoy en los mismos términos del pasado. Ya no existe el mundo en el
que se formó el Estado mexicano, ni el de las grandes guerras y la depresión de los años
treinta, ni el mundo bipolar de la guerra fría. México, a pesar de sus muchas necesidades,
ya no es la nación que busca integrarse, dispersa y rural, analfabeta e incomunicada,
amenazada en su territorio [...]. Por eso, debemos rechazar las deformaciones que ven
en el nacionalismo una propuesta sacramental, congelada, compuesta por políticas
públicas de ayer, que hoy son ya inoperantes. También rechazamos el nacionalismo
negativo como aquel que fue símbolo de Estados excluyentes y opresores en la Europa
de los años treinta o como el que hoy sirve de bandera a regionalismos que dividen y
desintegran”.21
“La opción no está entre las manifestaciones agotadas del nacionalismo o en el abandono y la entrega. Nacionalista es lo que fortalece a la nación y no es la añoranza de
fórmulas y rasgos de otros tiempos que, en el contexto del mundo actual, lejos de robustecerla, la debilitan, la hacen más vulnerable, menos viable. El nacionalismo mexicano,
[ 264 ]
19
“Absolutamente” ninguna amenaza a la cultura en el Tratado: Flores Olea”, en Excélsior, México, D.F, 27 de
septiembre de 1991.
20 “La integración no implica cambio de identidad: Bustamante”, en Excélsior, México, D.F, 21 de junio de 1991;
“Urge reestructuración en nuestra música”, en Excélsior, México, D.F, 18 de julio de 1991.
21 Carlos Salinas de Gortari, “Tercer informe de gobierno”, Presidencia de la República, Gobierno de México,
México D.F, 1 de noviembre de 1991, p. 1, http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1991_57/Mensaje_del_Tercer_informe_de_gobierno_de_Carlos_S_73.shtml, consultado el 1 de mayo de 2014.
en nuestros tiempos y de cara al siglo xxi, heredero de principios derivados de la historia, tiene que modificar sus expresiones para asegurar el logro de cuatro principios fundamentales: la defensa de nuestra soberanía, el respeto a la libertad, la firme promoción
de la justicia en el ámbito de una prosperidad general, cada vez mayor, y el desarrollo de
la democracia”.22
“Históricamente, el impulso del nacionalismo fue la respuesta a un desafió externo.
Hoy, ese desafío está en riesgo de quedar fuera, al margen de los nuevos procesos integradores del mundo, de las grandes corrientes del intercambio y de los recursos; eso sería
debilitarse y sucumbir”.23
Por todo ello, “nuestra cultura no es, no puede, ni debe ser, un catálogo muerto o
intocable de triunfos pasados, inamovibles; no puede pretender tampoco ser impermeable al intercambio con otras culturas, que hoy se aviva con la intensa comunicación. En
la perspectiva histórica, nuestra cultura es dinámica y flexible, no rígida e inmutable; su
profundidad y su densidad son tales que estas influencias la enriquecerán. Nuestra cultura es rica acumulación de experiencias y de vivencias; es el fruto del cambio y del contacto constante con otras culturas y con los rasgos disímbolos, a veces contradictorios,
de su propia diversidad y, en ocasiones, ha sido influencia decisiva para otros pueblos. Así
se hizo nuestra cultura, con capas sedimentadas de muchos pueblos aborígenes y extranjeros, y es nuestra de manera inconfundible, como seguirá siéndolo en el cambio”.24
En consecuencia, según la escuela del “nacionalismo neoliberal”, los nuevos retos
del país eran buscar todos los mecanismos para que la sociedad mexicana se anexara velozmente a los procesos de integración del mundo externo, pues de lo contrario la nación quedaría fuera del “progreso” y eso significaría el quiebre del país.
La corriente en contra
Aunque en la fachada gubernamental de la sociedad mexicana se presentaron múltiples declaraciones oficiales e institucionales que sostuvieron la intranscendencia de
las repercusiones del acuerdo trilateral de libre intercambio sobre la estructura de
22 Carlos Salinas de Gortari, Tercer informe de gobierno, op. cit., p. 1.
23 Ibid., p. 3.
24 Ibid., p. 2.
[ 265 ]
nuestra cultura y comunicaciones nacionales, en el fondo de la dinámica de la vida cotidiana se constató la gran preocupación de muchos sectores políticos, empresariales,
sociales, intelectuales, sector público, académicos y otros más, por las serias consecuencias que representaba sobre nuestra base de identidad, reconocimiento y espiritualidad nacional este profundo fenómeno globalizador.
Dentro de los representantes de esta corriente figuraron, entre otros, Héctor Larios,
presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (coparmex), señaló
que ante la presencia del Tratado de Libre Comercio “tenemos que reforzar nuestra identidad por medio de programas educativos y el fortalecimiento de los valores familiares
para no sufrir la contaminación de las dos culturas: la norteamericana y la canadiense.
Así, ayudaremos a que la juventud no se pierda en la drogadicción o en la desintegración de la célula social”.25 El exdirector de la Confederación Patronal de la República
Mexicana, Jorge Ocejo Moreno, subrayó que “por el Acuerdo podemos ser víctima, en
el corto plazo, de nuevos sistemas de vida y de una transculturización que intente violentar o cambiar los valores tradicionales que nos han hecho existir como Nación”.26 El
presidente del Centro Empresarial de Jalisco, indicó que “como pueblo hispanoamericano enfrentamos una amenaza invisible al tener contacto con culturas sajonas, que pueden trastocar los valores que nos han distinguido como pueblo”.27 El presidente de la
empresa Consultores Internacionales, Julio A. Millán, testimonió que “los mexicanos no
debemos perder de vista que estamos ante un embate brutal de un materialismo egoísta
en general, y por lo mismo, no es necesario modificar el rumbo ni considerar el cambio
como objetivo; sino que es un medio para alcanzar el desarrollo integral tan anhelado”.28
El exprocurador de la República, Sergio García Ramírez, indicó que “ante la modernidad hay que conservar incólume una identidad que comienza a evadirse. Hoy, no se
trata solamente de luchas militares o económicas, sino de un profundo trabajo del espíritu. La contienda ocurre en el campo de la cultura y con sus medios característicos. Ahí
será donde nos ganemos o nos perdamos”.29 El subprocurador de Procesos de la Procuraduría General de la República (pgr), señaló que ante los tiempos actuales de cambio
[ 266 ]
25 “Reforzar nuestra identidad frente al tlc”, en Excélsior, México, D.F, 3 de junio de 1991.
26 “Asechanza invisible sobre México”, en Excélsior, 11 de marzo de 1991.
27 “En riesgo los valores culturales ante la apertura: Empresarios de Jalisco”, en El Financiero, México, D.F, 8 de
julio de 1991.
28 “Embate brutal del materialismo egoísta en general: Millán”, en Excélsior, México, D.F, 30 de agosto de 1991.
29 “El dilema de México”, en Excélsior, México, D.F, 6 de junio de 1991.
“es necesario que la juventud mexicana defienda y consolide los valores nacionales, los
familiares y los individuales que nos dan un rostro definido, propio y humano, y que
son el patriotismo, la soberanía, la solidaridad, el espíritu de servicio, la honestidad y
la lealtad”.30
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), José Sarukán,
aseveró que “sin pregonar nacionalismos aldeanos la mejor manera para que el país se
integrara a un mundo como el de hoy, que exige el abatimiento de fronteras, es conservar
su identidad, ya que en nuestras culturas residen nuestras mejores reservas”.31 Por ello,
“frente al Tratado México el país debe reafirmar su identidad nacional y cultural, así
como ampliar la base de investigación y desarrollo tecnológico”.32 La directora de publicaciones del Conaculta, Eugenia Meyer, expuso en las Consultas del Senado sobre el tlc
que la apertura cultural “puede significar una seria amenaza a ciertos valores culturales,
porque vamos a tener una penetración mucho más directa de formas de vida y de formas
de ser que no son propias”.33 La Facultad de Economía de la unam, el Sindicato Mexicano
de Electricistas (sme), la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (fenasb), el Centro Nacional de Promoción Social (cenpros) y la Central de Trabajadores Latinoamericanos (clat), quienes a través de la “Declaración de México” exigieron que “la educación,
la cultura, y la comunicación deben ser excluidas de cualquier acuerdo comercial que se
establezca con países ajenos a la región latinoamericana, pues cultura, educación y comunicación son parte sustantiva del modelo de desarrollo y de integración respetuosa de la
idiosincrasia y de la autodeterminación de los pueblos”.34
El notable investigador sobre cuestiones culturales, Guillermo Bonfil Batalla, manifestó que “lo que podría ocurrir con el tlc es que el Estado comience a considerar como
gasto improductivo todo aquello que no estaba correlacionado directamente con la producción de una utilidad monetaria, como podrían ser el arte, la difusión de la cultura o la
propia educación. Ante esta situación se podrían restringir sustantivamente los recursos
30 “Detener y consolidar valores nacionales, pide Dávalos a jóvenes”, en Excélsior, México, D.F, 28 de septiembre
de 1991.
31 “Preservar la identidad sin chovinismos: Sarukán”, en Excélsior, México, D.F, 9 de octubre de 1990.
32 “Reafirmar identidad nacional y ampliar la base de investigación del país: Sarukhán”, en El Financiero, México,
D.F, 24 de septiembre de 1991.
33 “Culturalmente, ¿Qué gana o qué pierde México ante el tlc?”, (Tercera parte), en El Financiero, México, D.F, 16
de octubre de 1991.
34 “Declaración de México”, en La Jornada, México, D.F, 21 de noviembre de 1991.
[ 267 ]
destinados a la promoción cultural, argumentando que se efectuaba para sanear las
finanzas públicas”.35
El director de la revista Nexos, Héctor Aguilar Camín, indicó que el Tratado nos
afectará de tal forma que “en tres generaciones México será un país bilingüe de habla
española.36 El suplemento cultural “El Búho” editorializó que ante el tlc “no es posible
descartar la posibilidad de que Estados Unidos con el peso de su cultura y su poderío
económico, de una u otra manera, contribuya a deteriorar aún más los valores nacionales y la identidad del mexicano. Actualmente, es obvio que la penetración estadounidense es cada día mayor y que los esfuerzos mexicanos por contenerla son realmente
mínimos”.37 El escritor y Premio Nacional de Periodismo 1991, René Avilés Favila, escribió que “con la aceptación del Tratado de Libre Comercio México acelerar la pérdida
de su identidad nacional y sus valores culturales. La invasión de la subcultura estadounidense aumentará, sin encontrar defensas por parte de un gobierno que de hecho ha
renunciado a promover y a desarrollar seria y responsablemente la cultura nacional. El
tlc no sólo entregará el país a dos poderosas economías, sino que también sacrificará,
asimismo, su cultura nacional”.38
El arquitecto Carlos Flores Marín declaró que el tlc crea un “nuevo mestizaje cultural, que lo enfrentaremos con el México dual, en donde los grupos marginados o débiles
culturales serán presa fácil del enorme peso tecnológico que nos invadirá. Al tlc opondremos 30 siglos de culturas mexicanas, pero reconociendo que la historia no se cambia
en un día, tenemos que aceptar la falta de un modelo cultural confiable, que ante su falta
de calidad y jerarquía de valores, puede ser pulverizado en muchas zonas del país en las
primeras marejadas”.39 La fundadora del Comité Nacional de Artes Plásticas, Laura Elenes, argumentó que “la globalización económica exige que los mexicanos estemos alertas para defender nuestra identidad y ser los propios transmisores de nuestra cultura.
La cultura es la única defensa para mantener viva nuestra identidad y enriquecer nuestra
mexicanidad”.40 El investigador especializado en la industria editorial Jesús Anaya, de-
[ 268 ]
35 “Culturalmente, ¿Qué gana o qué pierde México ante el tlc?”, (Segunda parte), en El Financiero, México, D.F, 16
de octubre de 1991.
36 “Las culturas aisladas perecen; sólo las comunicadas sobreviven: Fuentes”, en La Jornada, México, D.F, 20 de
julio de 1991.
37 “Consolidar la cultura nacional”, en Excélsior, México, D.F, 7 de julio de 1991.
38 “El Tratado de Libre Comercio y la cultura”, en Excélsior, México, D.F, 10 de junio de 1991.
39 “El tlc hacia un nuevo mestizaje cultural”, en Excélsior, México, D.F, 1 de septiembre de 1991.
40 “Con el tlc necesario defender la mexicanidad”, Agencia Notimex, México, D.F, 5 de septiembre de 1991.
claró que “ante el Tratado de Libre Comercio la cultura y todo lo que tiene que ver con los
bienes culturales es lo que más debería provocar una discusión y, sin embargo, es el debate
más sordo, más silencioso y escondido que vivimos. Las consecuencias de ello pueden
ser tan graves como esto: Si no pensamos en conjunto sobre qué puede suceder, no nos
extrañemos que la próxima generación de mexicanos nos reclame porque nosotros vendimos nuestro país a los Estados Unidos”.41 El periodista Andrés Ruiz escribió que “ante
el Tratado existe el peligro de que los Libros de Texto gratuitos desaparezcan al contar
con subsidio del Estado mexicano, y por consiguiente, ser impugnados en los términos
de la apertura por los industriales editores de los libros de texto estadounidenses. Esto
sería una realidad ominosa que pone en cuestionamiento el espíritu del artículo tercero
constitucional en lo referente a la gratuidad de la educación”.42
El presidente de la Asociación de Nacional de Productores y Distribuidores de Películas Mexicanas, Rubén Galindo, precisó que “la apertura no será buena para la industria
cinematográfica, pues los cineastas estadounidenses tendrán oportunidad de adquirir
salas de exhibición de México para presentar sus materiales, mientras que las producciones mexicanas quedarán relegadas y en cierta forma sin un lugar donde proyectarse.43
El pintor Felipe Enrenberg expresó que ante el Tratado “los medios de comunicación
deben ser un reducto importante para defender nuestra cultura e identidad nacional.44
Finalmente, el maestro Alberto Ortega V., declaró que “México no debería aceptar la inclusión de la cultura dentro del tlc porque habría riesgo de perder identidad nacional.
Hay que dejar muy claro que nuestro país y los estados unidos tienen una cultura que los
diferencia enormemente”.45, etcétera.
Dramática transformación cultural del país que también fue compartida por otro
amplio grupo de dirigentes públicos y privados nacionales e internacionales que plantearon la necesidad de abordar esta realidad con sumo cuidado y responsabilidad, evitando todo rasgo de frivolidades y superficialidades en su asimilación. Así, por ejemplo,
el secretario de Educación Pública de Estados Unidos, Lamar Alexander, declaró que “el
Tratado dislocará el sistema educativo de México y Estados Unidos en la zona fronteriza,
41 “Culturalmente, ¿Qué gana o qué pierde México ante el tlc?, (Tercera parte), en El Financiero, México, D.F, 16
de octubre de 1991.
42 “tlc discusión necesaria”, en El Financiero, México, D.F, 18 de octubre de 1991.
43 “Para la industria fílmica, el Tlc ser negativo”, en Cine Mundial, México, D.F, 7 de octubre de 1991.
44 “Los medios de comunicación reducto cultural para el tlc”, Agencia Notimex, México, D.F, 8 de julio de 1991.
45 “El tlc no deberla incluir los servicios culturales”, en El Universal, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
[ 269 ]
por lo que será necesario que ambos gobiernos instrumenten los programas que sean
necesarios durante el periodo de transición para aminorar los efectos del acuerdo comercial”.46 El primer ministro de Checoslovaquia, Vaclav Havel, expresó que ante el tlc
“confío en que México no pague por su futura prosperidad perdiendo su único carácter
cultural y erosionando su posición de primera fila en la región latinoamericana”.47 El
académico de la Universidad de Ohio, Erwin Epstein, sustentó que “la identidad mexicana podría ser debilitada por la influencia de la enseñanza impartida por instituciones
biculturales y otros efectos de orden económico”.48
II. LA CEGUERA DEL GOBIERNO MEXICANO
Pese a las diversas posiciones críticas planteadas insistentemente por múltiples sectores
de la sociedad anunciando los peligros que existirían al incluir indiscriminadamente la
cultura y la comunicación dentro del Tratado de Libre Comercio, lo asombroso fue que
el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari depreció completamente tales advertencias por considerarlas anacrónicas, alarmistas, desinformadas y contrarias al “progreso moderno”, y decidió incluir tales realidades superestructurales dentro del acuerdo.
Por ello, a diferencia de Canadá, que no incluyó dentro del proyecto mercantil al sector
de la cultura y de la comunicación, pues las contempló como zonas de “reserva cultural”
del Estado canadiense y las protegió mediante “cláusulas de excepción” para no anexarlas, México sí incorporó tales actividades y las entregó a la dinámica de las leyes del mercado, especialmente monopólico transnacional.
Ante dicha realidad es prioritario analizar cómo el Tratado de Libre Comercio afectó la infraestructura cultural y de medios de comunicación en nuestra sociedad, para
desde esta situación examinar las posibilidades concretas de construir el otro proyecto
mental que permita el crecimiento material, psíquico y espiritual de nuestras comunida-
[ 270 ]
46 “Dislocará el tlc los sistemas educativos de EU y México, sobre todo en la zona fronteriza”, en El Financiero,
México, D.F, 9 de octubre de 1991; “Con el tlc se dislocar la educación fronteriza de EU”, en La Jornada, México, D.F,
9 de octubre de 1991; “Se dislocarán las instituciones educativas de la frontera con el tlc: Alexander”, en El Sol de México, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
47 “Consolidar la cultura nacional”, en Excélsior, México, D.F, 7 de julio de 1991.
48 “El tlc podría debilitar la identidad del mexicano, advierte Erwin Epstein”, en, Excélsior, México, D.F, 22 de
octubre de 1991.
des ante el próximo milenio y no sólo facilite la acumulación de las empresas transnacionales, a costa de la riqueza nacional o de la devastación cultural del país.
III. ¿CÓMO AFECTÓ EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO
A LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN?
Debido a la forma confidencial y altamente selectiva en que fueron conducidas las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá,
quedaron muchas lagunas y confusiones informativas sobre la manera en que las bases
culturales y comunicativas de nuestra sociedad fueron afectadas por la presencia de dicho
acuerdo trilateral. Esto debido a que, en muchos casos, el Estado afirmó que las industrias
culturales y todos sus complejos aledaños sí serían incluidas dentro de las negociaciones,
y en otros aseveró rotundamente que no serían contemplados.
Frente a este horizonte independientemente de lo señalado por el gobierno, las realidades comunicativo-culturales del país que fueron afectadas por la acción del Acuerdo
Trilateral de Libre Comercio se efectuaron en los dos siguientes niveles básicos: por un
lado, se afectaron los aspectos reconocidos formalmente dentro del Tratado; y por el
otro, se modificaron las actividades que quedaron oficialmente fuera de éste pero que se
mantuvieron determinados esencialmente por la dinámica del libre mercado.
Así, por una parte, a partir de 1994 se transformaron directamente todas aquellas
áreas comunicativo-culturales que quedaron puntualmente delimitadas en el texto definitivo del Acuerdo Trinacional de Libre Comercio para América del Norte.49 Dentro de
este campo el contenido final del Tratado señaló que los rubros y las formas legales en
que quedaron modificadas las industrias de televisión, radio, cine, editorial y el patrimonio artístico y arqueológico, fueron las siguientes:
[ 271 ]
49 Para profundizar sobre este aspecto, consultar “Tratado de Libre Comercio de América del Norte”, Tomos I y
II, Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (secofi), Gobierno de México, México, D.F, 22 de noviembre de 1993,
Tomo I, 343 pp., y Tomo II, 273 pp.
CUADRO 1. IMPACTOS JURÍDICOS DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO
SOBRE LAS INDUSTRIAS CULTURALES MEXICANAS
I.- RADIO Y TELEVISIÓN
Régimen legal Vigente
Cambios legales con el tlc
Sector reservado a mexicanos o a sociedades
mexicanas
con cláusula de exclusión de extranjeros
Se permite hasta 49% de sociedades mexicanas con
televisión por cable
Requiere concesión
Vigente
Requisitos sobre la utilización del idioma
Vigente
Obligación de emplear a un número mínimo de
mexicanos
Vigente
Autorización de la Secretaría de Gobernación
para locutores y presentadores extranjeros
Vigente
II.- CINEMATOGRAFÍA
Régimen legal vigente.
Cambios legales con el tlc
Cambios legales con El tlc
Permiso de la Secretaría de Gobernación para la
importación y la exhibición de películas
extranjeras
Vigente
El 50% de pantalla esta reservado a películas
mexicanas
El tiempo de pantalla para películas mexicanas
pasa a 30%
Donación de una copia de toda película a la
Cineteca Nacional
La donación se aplica a 2 de cada 5 películas
importadas.
Uso de laboratorios mexicanos para procesar
copias de películas extranjeras
Vigente
Modificaciones con el proyecto de ley
de la industria Cinematográfica
[ 272 ]
Se conserva el requisito del permiso de la
Secretaría de Gobernación para la importación y
exhibición de películas extranjeras
Se incorporan los cambios de la nueva Ley de
Cinematografía aprobada después de la aplicación
del tlc
La proporción mínima para la exhibición de
películas nacionales se reduce al 30% (el régimen
vigente es de 50%)
Incorporar los cambios de la nueva Ley de
Cinematografía aprobada después de la aplicación
del tlc
III.- INDUSTRIA EDITORIAL
Régimen legal Vigente
Cambios legales con el tlc
Inversión extranjera hasta el 49%
Inversión extranjera hasta el 100% sin necesidad de
autorización de la Comisión Nacional de
Inversiones Extranjeras
Inversión extranjera hasta el 100% con
autorización de la Comisión Nacional de
Inversiones Extranjeras (inclusive periódicos)
En periódicos (publicaciones diarias o por lo menos
5 veces a la semana), la inversión extranjera máxima
es de 49%
IV.- COMERCIO DE BIENES CON VALOR
ARQUEOLÓGICO O ARTÍSTICO
Régimen legal Vigente
No es una industria cultural
La exportación de monumentos arqueológicos,
históricos y artísticos está restringida
Cambios legales con el tlc
Ninguno
El artículo XX del GATT, incorporado al tlc,
permite las restricciones en el comercio con objeto
de proteger bienes declarados tesoros nacionales,
de valor artístico, histórico o arqueológico. Por lo
tanto el régimen actual continuó vigente
Fuente: Jaime Serra Puche, “Análisis sintético sobre la forma que el Tratado de Libre Comercio afectará a las industrias
culturales en México”. Reunión con intelectuales del área de la cultura nacional, México, Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes, 20 de agosto de 1992, 3 pp.
Sin embargo, por otra parte, y quizás la más importante, no obstante que aparentemente diversos ámbitos culturales y comunicativos no quedaron, expresa y directamente,
incluidos dentro del Tratado de Libre Comercio, esto no significó que tales actividades
no fueran influidas; al contrario, todas las tareas culturales cuyo diseño y dirección quedaron en manos de las fuerzas del mercado y ya no del Estado o de otros grupos civiles
organizados, fueron drásticamente afectadas por el acuerdo mercantil. Es decir, el hecho
de que no fueran incorporados con toda precisión jurídica diversos aspectos de la cultura y de las comunicaciones nacionales en el acuerdo trilateral, esto no significó, en lo
más mínimo, que tales realidades quedaran exentas de su impacto; de igual forman
fueron sustancialmente impactadas por las dinámicas globalizadoras que produjo dicho proyecto modernizador con el fin de crear las condiciones subjetivas para que éste
[ 273 ]
operara. Esto debido a que la principal esencia del tlc fue impulsar en todos los ámbitos
de la vida el reinado de las leyes del mercado por encima de otras lógicas planificadoras
u organizadoras para dirigir el desarrollo de la sociedad.
En este sentido, al no ser explícitamente consideradas la cultura y la comunicación
dentro de la acción trinacional de libre mercado, no representó que éstas quedaran exentas de sufrir las consecuencias de la aplicación de este trascendental fenómeno pragmático de mercado; simplemente se realizó silenciosamente frente a nuestros ojos, como
sucedió con la difusión de las series norteamericanas de televisión, la transculturización
cotidiana de hábitos, la circulación de ideologías “modernizadoras”, el debilitamiento
de la identidad nacional, la circulación de los valores transnacionales, la creación de una
sicología consumista, la formación de una cultura chatarra, etc., de las empresas monopólicas y extranjeras ya existentes en nuestro país. En otros términos, al no incorporarse
estas realidades en las negociaciones, no significó que se conservara y fortaleciera nuestro proyecto cultural interno de nación, sino que las grandes empresas oligopólicas, nacionales y transnacionales, amparadas por las nuevas “Doctrinas del Mercado”, continuaron con las manos libres para actuar sobre el campo de la conciencia colectiva, a
través de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, para modelar
nuestra idiosincrasia con base en sus necesidades mercantiles de acumulación de capital.
De aquí la importancia crucial que tiene estudiar con todo rigor las características
y el impacto de la aplicación de los principios del mercado sobre nuestra estructura de
cultura y comunicaciones nacionales en la etapa de la globalización, pues es desde esta
dinámica de mercado donde se realizó con mayor fuerza la gran transformación de nuestras cerebralidades colectivas de nación al finalizar el siglo xx e inicios del siglo xxi.
IV. TENDENCIAS CULTURALES E INFORMATIVAS DERIVADAS
DE LA APLICACIÓN DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO
[ 274 ]
El establecimiento del Tratado de Libre Comercio en el país generó las mutaciones estructurales más profundas desde la época de la posrevolución hasta nuestros días en las
estructuras financieras, políticas, sociales, agrícolas, laborales, tecnológicas, legales, etc.,
del país. Tales cambios, a su vez, transformaron los sistemas de vida, producción, competencia, intercambio, negociación, organización, trabajo, educación, etc., de la mayoría
de la población nacional.
Sin embargo, dichas modificaciones no sólo impactaron la base económica y política
de la sociedad mexicana, sino sobre todo repercutieron drásticamente en la estructura
cultural, informativa, axiológica, emocional y espiritual de los pobladores de nuestra República. De esta forma, partiendo de los principios básicos de la Economía Política que
sostienen que todo cambio generado a nivel de la infraestructura económico-material
de una sociedad, ocasiona a mediano o largo plazo, transformaciones correlativas, de
igual o mayor dimensión, en la superestructura ideológico-cultural, se observó históricamente en los últimos 20 años que con las mutaciones jurídico-materiales que introdujo
el Tratado de Libre Comercio en el sistema económico del país se produjeron grandes
transformaciones culturales paralelas muy profundas para que dicho proceso material
pudiera cristalizar eficazmente en México. Así, constatamos que en la medida en que
penetraron en el país nuevas empresas del sector comercial, servicios, automotriz, bancarias, alimenticias, telecomunicaciones, financieras, entretenimiento, seguros, deportivas, etc., paulatinamente se construyeron en la nación culturas sectoriales específicas
que las legitimaron y contribuyeron a que estas ramas de la economía alcanzaran socialmente sus objetivos económicos, a costa de lo que fuera.
Pero no obstante el enorme cambio psico-mental-emocional que produjo la incorporación acelerada de la sociedad mexicana al proceso de la globalización, lo asombroso fue que dicho fenómeno no ha sido estudiado, ni evaluado, ni medido, ni sistematizado con profundidad por el Estado y los sectores críticos, sino que simplemente se
implementó y se continúa aplicando automáticamente con las nuevas “reglas modernas” de la apertura, sin conocer a fondo las consecuencias que provocó y continúa ocasionando en la vida de la nación. Así, si en las últimas dos décadas en otras áreas como la
industrial, financiera, comercial, agropecuaria, transportista, servicios, etc., el gobierno
sí construyó un conocimiento preciso sobre las ganancias o pérdidas del tlc en tales ámbitos,50 paradójicamente, en el terreno cultural y comunicativo, sin contar con análisis
50 Por ejemplo en el 2013 el Estado mexicano fue capaz de medir que “las exportaciones de México hacia Estados
Unidos pasaron de 43 mil millones de dólares en 1993 a 300 mil millones en 2013; y a Canadá, de 2 mil millones a 11 mil
millones. Es decir, aumentaron 600 por ciento y 569 por ciento, en cada caso, ambas a una tasa media anual de 10 por
ciento. Las importaciones mexicanas de esos países subieron de 45 mil millones de dólares a 187 mil millones, y de 1
mil millones a 10 mil millones, lo que representa un aumento de 313 y 738 por ciento, a un ritmo anual de 7 y 11 por
ciento de manera respectiva”. “Lo más novedoso del tlcan: La llegada impetuosa de China”, Revista Contralinea, México, D.F, 19 de marzo de 2014, http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2014/03/19/lo-mas-novedoso-del-tlcan-­
la-llegada-impetuosa-de-china/, consultado el 25 de marzo de 2014.
[ 275 ]
específicos,51 las autoridades dieron por benéficas todas las secuelas ideológicas que se
generaron, sin preocuparse por examinar la erosión que generó sobre el proyecto identitario y cultural de la República nacional. Incluso, sin revisarse y modificarse su contenido, se renovó por otras décadas en la cumbre de Líderes de América del Norte entre el
presidente Barack Obama de EE.UU., el presidente Stephen Harper de Canadá y el presidente Enrique Peña Nieto de México, celebrada el 19 de febrero del 2104, en Toluca,
Estado de México, con el fin de mantener las ventajas competitivas de Norteamérica y
posicionar esta región como una superpotencia dentro de la economía mundial, y con
ello asegurar las inversiones extranjeras en el país.52
Ante tal realidad histórica contundente, el problema actual ya no es preguntarnos
20 años después si aceptamos o no la globalización cultural e informativa que se impuso
y atravesó todas las estructuras de la sociedad mexicana de finales del siglo xx y principios del xxi; ahora debemos reconocer, para bien o para mal, que al inicio del Tercer
Milenio la globalización comunicativa es un hecho imparable en el cual ya estamos incorporados como sociedad y del cual no podemos desprendernos para aislarnos de la
dinámica mundial. Por ello, dos décadas después de la práctica del tlc en nuestro país
y de la firma de otros tratados con América del Norte, el Mercado Común Europeo, la
zona de los Tigres Asiáticos y los mercados latinoamericanos, los cuestionamientos que
debemos colocar en la reflexión estratégica contemporánea de comienzo del nuevo siglo,
son las cuatro siguientes: ¿Cómo con la aplicación de las leyes del mercado del Tratado
de Libre Comercio se transformó el esqueleto y la dinámica de nuestra cultura y comunicación nacionales? ¿Cuáles fueron las ventajas culturales que ganó la sociedad mexicana con la anexión al proceso globalizador? ¿Cómo podemos sobrevivir culturalmente
como nación soberana en esta rápida reorganización cultural, ideológica e informativa
que arrastró al mundo moderno con el severo proceso de globalización que se estableció
a escala mundial? Finalmente, ¿qué se debe hacer en las próximas décadas para avanzar
[ 276 ]
51 Una prueba de la ausencia de información sobre las realidades culturales del país, se localiza en el hecho que
apenas en el año 2012 el gobierno mexicano creó la primera cuenta satélite dependiente del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (inegi) destinada a elaborar estadísticas especializadas sobre el fenómeno cultural en México, con su correspondiente situación en la balanza de exportaciones e importaciones de bienes culturales. pero con muchas confusiones e imprecisiones en sus indicadores para medir con claridad la situación cultural
de México.
52 “tlcan van por más integración financiera y seguridad”, en El Economista, México, D.F, 19 de febrero de 2014,
http://eleconomista.com.mx/industrias/2014/02/19/tlcan-van-mas-integracion-financiera-seguridad, consultado el
25 de marzo de 2014.
hacia la formación de una “cultura orgánica nacional” que permita el desarrollo equilibrado del país y no el simple enriquecimiento de consorcios externos?
Dichos cuestionamientos nos permitirán construir diagnósticos y estrategias estatales y civiles paralelas que permitan enfrentar las consecuencias que generó el tlcan,
sin necesidad de abrir el acuerdo trinacional, pues esta posibilidad ya fue políticamente
cancelada en la Cumbre de América del Norte.
Reflexionando sobre estos cuestionamientos, se puede afirmar que con la aplicación
de las reglas de mercado del tlc sobre el terreno de la cultura y la información colectiva
en México, especialmente sobre los medios electrónicos de difusión masiva, se ampliaron
diversas tendencias estructurales que ya existían dentro de la sociedad y se incorporaron otras complementarias para eficientar el proceso de globalización trilateral.53 De
esta forma, tal acuerdo comercial ocasionó en las últimas dos décadas, entre otras, las
siguientes 15 transformaciones estructurales sobre la sociedad mexicana:
1. El retiro del Estado como rector de la cultura y la comunicación nacionales. La mutación
más grande que se produjo fue el retiro creciente del Estado mexicano como instancia
rectora de los procesos de cultura y comunicación nacionales, para delegar su dirección
a la dinámica del mercado bajo el simple mecanismo de acción de la oferta y la demanda
informativa. Así, la rectoría del Estado en el campo de la conciencia de lo público quedó
sustituida por la intervención de las leyes del mercado con su “mano invisible” de regulación natural, que no fue otra realidad que la acción de la “garra invisible” de los intereses de los grandes monopolios de la difusión sobre los procesos de la cultura, la conciencia y la identidad nacional.
De esta forma, ante el florecimiento en nuestro país en la década de los noventa de las
tesis “modernizadoras” que promovieron el adelgazamiento, la privatización, el repliegue, la desregulación, la apertura y la transnacionalización de todos los ámbitos de lo
público para impulsar el proceso de la globalización, se argumentó oficialmente, cada
vez con mayor convencimiento, que la dirección cultural de la sociedad mexicana no debía conducirse por la acción interventora de políticas planificadoras del Estado-nación,
sino que debía guiarse por el equilibrio “natural” y perfecto que produce el juego de los
“libres” principios del mercado entre productores y consumidores culturales.
53 Para ampliar más este punto consultar Javier Esteinou Madrid, “La comunicación y la cultura nacionales en los
tiempos del libre comercio”, Editorial Fundación Manuel Buendía, México, D.F., 1993, pp 119-203.
[ 277 ]
Con ello, los sectores impulsores de la “modernidad globalizada” pretendieron desregular crecientemente al Estado para convertirlo en un simple “gerente eficiente” del
capital, que construyera todas las condiciones estructurales necesarias para el funcionamiento eficiente del esquema de crecimiento neoliberal.
2. La aplicación de la política del “laissez faire informativo”. Para que el modelo de desarrollo
modernizador se consolidara en México de los años noventa a la fecha, especialmente
después de la implementación del tlc, fue indispensable la creación de una nueva “conciencia modernizadora” masiva que respaldara y afianzara las acciones de operación del
mercado. Dicha conciencia generó, a nivel colectivo, a través de los medios electrónicos
de difusión, las condiciones subjetivas necesarias para el funcionamiento de nuestra
sociedad dentro de las nuevas relaciones competitivas del mercado mundial y de acumulación de capital a escala nacional y planetaria.
La esencia de esta conciencia modernizadora formuló que ante la nueva globalidad
internacional para ser eficientes, especialmente en el terreno comunicacional, era necesario aceptar indiscriminadamente la propuesta de asimilar los principios del “laissez
faire informativo” en el terreno comunicativo o cultural, o lo que fue lo mismo, asumir la
mentalidad de que “lo que no deja dinero a nivel cultural, no sirve”. Bases que, llevadas
a sus últimas consecuencias, en la práctica real ocasionaron que en vez de fortalecer
nuestra cultura nacional en este periodo de globalización, ésta se flexibilizara, y erosionara más sus valores locales para incorporarnos “eficientemente” como comunidades
y sin restricción alguna a la nueva estructura de “competencia” y de concentración de los
mercados mundiales.54
[ 278 ]
54 Para analizar algunos de los efectos que produjo el impacto del modelo de mercado sobre las infraestructuras
informativas de México en la etapa de modernización nacional, consultar María de la Luz Casas Pérez, “El Marco Jurídico y la Política de Comunicación Social en el Marco del tlc”, Anuario de Investigación de la Comunicación, nímero IV,
Consejo Nacional Para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación (coneicc) y Universidad de
Guadalajara, México, D.F., octubre de 1997, pp. 29-57; Roger Darío Sánchez Martínez, “Privatización de las Telecomunicaciones: Un Estudio Comparativo de las Regulaciones en el Sector de México y Chile”, Anuario de Investigación de la
Comunicación, número IV, Consejo Nacional Para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación
(coneicc) y Universidad de Guadalajara, México, D.F., octubre de 1997, pp. 57-73; Ma. de la Luz Casas Pérez, “Identidad
Cultural y Medios de Comunicación: Una cuestión no resuelta para Canadá y para México”, Revista Comunicación y
Sociedad, número 27, Guadalajara, Departamento de Estudios de la Comunicación Social, Universidad de Guadalajara,
mayo-agosto de 1996, pp. 89-111; Carmen Gómez Mont, “La Liberalización de las Telecomunicaciones en México. De
un Sector Estratégico al Libre Juego de las Fuerzas del Mercado”, Anuario de Investigación de la Comunicación, número II,
3. El reforzamiento del modelo de comunicación-mercado. Con el debilitamiento del modelo
de medios de servicio público que exigió el esquema de desarrollo del mercado, el sistema de medios comercial-privados se expandió notablemente en el país, llegando a ser
éste el patrón dominante en nuestra atmósfera cultural, y con ello, se privatizó el campo
de lo público. Es decir, en la segunda década del siglo xxi las políticas culturales públicas
que se elaboraron en el país, cada vez más, se construyeron desde las necesidades privadas de la reproducción del capital, nacional y transnacional, que introdujo el proyecto de
la globalización, y no desde las necesidades de avance y humanización de la población.
De esta manera, al iniciar el tercer milenio, la herencia que dejó el Estado neoliberal
a la sociedad mexicana fue que actualmente se cuenta con menor infraestructura mental y comunicacional para crear la cultura orgánica indispensable que demanda el proceso de supervivencia social de nuestra República y posee mayor logística cultural mercantil para crear las condiciones subjetivas masivas para producir la “cultura rentable”
que permite la realización del proceso del capital ampliado, a escala nacional y global.
Así, al ser progresivamente regida la cultura y la información por las leyes del mercado, el proyecto de conciencia y de comunicación colectiva que se produjo en las últimas décadas en nuestra nación, a través de los medios de difusión masivos y de otras
infraestructuras culturales, fue crecientemente una propuesta lucrativa vinculada
con la dinámica de acumulación de capital.
4. La comunicación como aceleradora del capital. A partir de la aplicación de las reglas del
Tratado de Libre Comercio sobre el sistema cultural, los procesos de comunicación se
concibieron crecientemente como instrumentos aceleradores del proceso de realización
de capital y no como herramientas para la elevación de la conciencia social y el cambio
Consejo Nacional Para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación (coneicc) y Universidad de
Guadalajara, México, D.F., octubre de 1995, pp. 61-87; Delia Crovi Druetta (coord.), “Desarrollo de las Industrias Culturales en México y Canadá (Proyecto Monarca)”, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, México, D.F., 1995, 280 pp.; Guillermo Bonfil Batalla, “Dimensiones Culturales del Tratado de Libre
Comercio”, en La Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor García Canclini
(coords.), México, Editorial Nexos y Nueva Imagen, 1992, pp. 157-179; Carlos Monsiváis, “De la Cultura Mexicana en Vísperas del Tratado de Libre Comercio”, en La Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, op. cit., pp. 179-217;
Mauricio de María y Campos, “Las Industrias Culturales y del Entretenimiento en el Marco del Tratado de Libre Comercio”, en La Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, op. cit., pp. 235-299; Eduardo Nivón, “Propiedad
Intelectual y Derechos de Autor”, en La Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, op. cit., pp. 235-299; José
Manuel Valenzuela Arce, “En la Frontera Norte de México: Tratado de Libre Comercio e Identidad Cultural”, en La
Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, op. cit., pp. 311-339.
[ 279 ]
colectivo con el fin de resolver los grandes problemas del crecimiento nacional. Esto contribuyó a producir una nueva valoración estratégica comercial del campo de las telecomunicaciones y de la industria audiovisual que desató una lucha nacional y continental por la concentración privatizada de las cadenas de difusión sin ningún precedente
histórico en el país y la región.
5. La comunicación como mercancía. Para adecuar el espacio cultural de la sociedad mexicana a las nuevas necesidades del mercado que planteó el tlc, se alteró la concepción tradicional de la naturaleza de la actividad comunicativa que anteriormente la comprendía débilmente como un producto social y giró, con gran velocidad, a entenderla como una simple
mercancía más que debía estar regida por los principios de la oferta y la demanda mercantil
y no por otras lógicas sociales, como la del servicio público o los derechos comunicativos
ciudadanos. A través de ello, el proceso de la comunicación se convirtió en un factor más
del sistema económico y no en un elemento útil para la transformación de las cerebralidades colectivas, con el fin de encarar los conflictos que impiden el desarrollo de la República.
Así, se aplicaron las mismas reglas para vender alimentos, autos, vestidos, refrescos,
jabones, etc., que a comerciar con bienes culturales como producción intelectual, películas, programas de televisión, publicidad, eventos de entretenimiento, etc., para apoyar
al mercado trilateral.
[ 280 ]
6. La obtención de la ganancia a corto plazo. Con la supresión de aranceles y barreras comerciales, cada vez más se buscó obtener la ganancia a corto plazo a costa de lo que fuera.
Mientras menor fuera el tiempo de recuperación de la inversión realizada, más atractivo
sería el proyecto comunicativo o cultural a impulsar. Esto representó que las inversiones
mayoritarias que se destinaron en el terreno cultural y comunicativo quedaran determinadas muy directamente por la rapidez de la recuperación de la ganancia económica, y
no por otros criterios más humanos y equilibrados que requería la sociedad, y que anteriormente atendió parcialmente el Estado benefactor y que posteriormente fue desplazado o sustituido gradualmente por la dinámica del mercado, cada vez más desregulado.
Para entender la repercusión que tuvieron las leyes del mercado sobre el campo cultural es necesario tener presente que así como desde la década de los ochenta la aplicación intensiva de los principios de mercado al área forestal produjeron la devastación
de los bosques de Morelia, Michoacán y muchos otros estados de la República, al practicarse una tala inmoderada y un saqueo ilimitado de las zonas verdes con el fin de ob-
tener ganancias veloces,55 esta actitud de saqueo y depredación material también se
tradujo con idénticas características al terreno de la cultura tradicional en el país. Por ello,
al aplicarse con mayor fuerza los principios del mercado a nivel comunicativo a través
del Tratado de Libre Comercio, se generó el incremento de una erosión mental de
grandes dimensiones sobre las bases de nuestra estructura de identidad nacional y sobre la formación de la cultura orgánica que requerimos como sociedad para sobrevivir.
Los reducidos y débiles espacios de sostenimiento o de autonomía de las culturas
locales que se alcanzaron se debieron a los esfuerzos meritorios que efectuaron las comunidades organizadas o las intervenciones ocasionales del Estado, pero no por la aplicación constante de la dinámica del mercado que más bien las devoró para incorporarlas
a su proceso mercantil de acumulación de capital.
7. El diseño de los procesos de comunicación social desde la dinámica de la reproducción del
capital. Con el lugar estratégico que el nuevo modelo de desarrollo modernizador le
concedió al mercado para ser el eje fundamental que dirigiera y modelara los procesos
sociales, éste se convirtió en el condicionante central del cual se derivó el origen, el sentido, las características y el destino de la producción cultural y comunicativa en nuestro
país, especialmente a través de las industrias culturales. Es decir, de 1980 en adelante la
verdadera reactivación del proyecto de comunicación y de la cultura nacional en México
no surgió de la antiquísima demanda de los múltiples grupos sociales básicos del país por
resolver las necesidades de comunicación social más apremiantes de la población, sino
que se desprendió de la solución a las necesidades concretas de la incorporación acelerada de nuestra sociedad al mercado mundial, que no fue otra realidad que la adaptación
cultural y emocional de nuestras comunidades al proceso de reactivación y ampliación
intensiva del proyecto económico supertransnacional en la periferia.
8. El uso de ideologías comunicativas modernizadoras para abrir las fronteras culturales. Con
el fin de ampliar más los márgenes de la acción transnacional sobre el campo de la cultura y la comunicación en el proceso de modernización que vivió nuestro país con el Tratado de Libre Comercio, los sectores promotores del modelo de mercado mundial sin
fronteras recurrieron crecientemente al uso de dos ideologías neoliberales para legiti-
55 “La Ley de la Oferta y la Demanda es la que debe regir al mercado”, en El Financiero, México, D.F, 13 de agosto
de 1991; “Saquean industriales los Bosques de Michoacán”, en Excélsior, México, D.F, 24 de septiembre de 1991.
[ 281 ]
[ 282 ]
mar su avance y penetración en la periferia: la tesis del “Libre Flujo Internacional de la
Información” y la ideología del “Acceso a la Modernidad Cultural”.
Así, por una parte, argumentando que en la “Era de la Información” el mundo se
convirtió en una “aldea universal” a través de la expansión de las telecomunicaciones y
el crecimiento de las redes de información, que ocasionaron que todas las culturas quedaran interrelacionadas entre sí, derrumbando las “fronteras culturales”, se revitalizó
la tesis del “Libre Flujo Internacional de la Información” para ampliar las posiciones del
capital en todos los ámbitos mentales. Justificación, que en el fondo, no fue otra cuestión
que la legitimación de la fácil difusión y penetración de las imágenes transnacionales a
todas las zonas del planeta para realizar negocios, pues son sólo las empresas multinacionales las que pueden competir intensamente a escala global.
Por otra parte, paralelamente se promovió la adopción de la ideología del “Acceso
a la Modernidad Cultural” que en términos de concepciones de masas fue la visión que
intentó homogeneizar la mayor parte de los campos de imaginarios sociales con base en
los nuevos “reactivos” del consumo y del disfrute neoliberal para facilitar la expansión
del mercado capitalista que exigió el nuevo proceso de concentración de capital a escala
mundial. Así, surgió en el México moderno de la década de los ochenta y en adelante un
nuevo autoritarismo simbólico que se basó en la cancelación de las riquezas, particularidades y diferencias de las diversas manifestaciones culturales de los grupos sociales, para
dar paso a la formación de una nueva hegemonía ideológica de los monopolios locales y
transnacionales en el campo de la cultura nacional. Con ello, se impuso un concepto de
calidad, de estética, de modernidad, de progreso y de vida que partió de lo exótico, lo
folclórico, lo anecdótico, lo menudo, lo casual, lo atomizado, lo espectacular, lo frívolo,
lo adrenalínico, lo tecnológico, lo instantáneo, etc., marginando las especificidades de
la profundidad, pluralidad y trascendencia que posee la milenaria cultura nacional que
conforma a la República Mexicana.
De esta forma, las instituciones representantes del comercio internacional exigieron
mediante sus acciones diplomáticas, políticas, económicas, y especialmente de mercado, que nuestros valores, mentalidades, e identidades nacionales se flexibilizaran y
abrieran a la modernidad para “formar un mercado universal sin barreras o límites”,56 a
través de sus campañas de marketing hasta lograr que éstas se adaptaran de manera más
favorable a su nueva dinámica de concentración material.
56 Concepción del ex presidente norteamericano Ronald Regan.
9. La desregulación y autorregulación creciente de las comunicaciones. Al convertirse los
procesos de comunicación en elementos estratégicos para la realización y reproducción del sistema económico, con la aplicación del tlc el gobierno y los concesionarios
de los medios de información plantearon insistentemente que “en un mundo sistémico, sin fronteras, competitivo y globalizado, para que la dinámica del mercado se pudiera realizar se requería libertad de información. Por ello, no deberían ponerse más
regulaciones que las necesarias a la libertad de expresión en México, so pena de caer
en burocratismos extremos o lo que es peor, en la inoperancia de la ley. La sobre reglamentación se opone al avance económico”.57
En consecuencia, se formuló que lo que se debía fomentar en las sociedades modernas crecientemente competitivas era el libre flujo de la información y no su restricción. Por lo tanto, el funcionamiento de los procesos de comunicación no debían reglamentarse con normatividades rígidas, sino sólo tendrían que crearse mecanismos muy
flexibles que permitirían la autorregulación de los medios de difusión, como son los
“Códigos de Ética”, los “Tribunales de Honor” y los “Reglamentos de Buen Comportamiento Profesional”, la “Autocensura”, etc., y evitar la existencia de complicados ordenamientos que inhibieran la inversión.
Con la propuesta de la desregulación del funcionamiento de los medios de información en México y su substitución por los procesos de “autorregulación absoluta” por
parte del gobierno y de los propietarios de los medios, progresivamente se cayó en la concepción liberal extrema de introducir la fórmula del “Estado Cero” en el terreno cultural y comunicativo para crear mayor “eficiencia” y “competencia”. Esta concepción
planteó que la acción del Estado, cada vez, es menos necesaria como instancia rectora
para dirigir a la sociedad, ya que la dinámica del mercado es tan perfecta que se puede
autoconducir a sí misma por las leyes de la mano invisible de las lógicas del mercado.
Así, se justificó que en materia informativa el Estado debe reducirse a su mínima expresión, es decir, a su “fórmula cero”, para dejar que la sociedad, especialmente los procesos
culturales y comunicativos, fueran conducidos por otros mecanismos “naturales” de
autorregulación del poder y no por intervenciones jurídicas regulatorias del poder republicano central.
57 Emilio Nassar, “Palabras de clausura inauguración”, Presidente, Cámara Nacional de la Industria de la Radio y
la Televisión (cirt), Simposio sobre libertad de expresión y responsabilidad social, Cámara Nacional de la Industria de la
Radio y la Televisión (cirt), World Trade Center, México, D.F., 21 de julio de 1998.
[ 283 ]
En esta forma, con esta mecánica el mercado por sí mismo resolvería todos los problemas culturales e informativos del país, por lo cual el Estado debía reducirse a una presencia minúscula en el ámbito comunicativo, con la menor intervención posible en el
terreno público, para dejar que fuera la mano invisible de la oferta y la demanda la que
organizara el proceso de comunicación y cultura nacional.
Dicha teoría y práctica económico-social demostró, a lo largo del siglo xx y principios del siglo xxi, su enorme fracaso y límites al reflejar, finalmente, que toda sociedad
moderna para equilibrar los desajustes y las crisis que produce el funcionamiento autónomo o desbocado de la dinámica del mercado por sí misma, siempre requiere la presencia de un sólido Estado rector que introduzca acotamientos proporcionados para regular
el comportamiento social. Es decir, para crear las mínimas condiciones de gobernabilidad, y por lo tanto, de soberanía en el México contemporáneo, es indispensable que todas
las acciones públicas colectivas estén reglamentadas por la leyes generadas por el Estado,
pues de lo contrario se producen las bases formales para el surgimiento de los grandes
espacios de anarquía social.58
Es por ello que la autorregulación de los medios de comunicación vía los Códigos de
Ética y otros recursos morales o voluntaristas, son mecanismos colegiados muy útiles
que pueden ayudar a garantizar complementariamente el funcionamiento de los medios
masivos de difusión y de las iniciativas culturales, pero nunca deben operar como elementos únicos o independientes para normar y conducir socialmente dicha acción colectiva
estratégica. Una tarea tan central para construir una sociedad democrática, equilibrada y participativa no puede quedar expuesta a los altibajos subjetivos, caprichosos o discrecionales de los intereses políticos del poder o sujeta a la dinámica voraz de la “mano
invisible del mercado”, sino que debe ser reglamentada con toda exactitud por el interés
colectivo y la concepción del servicio público, como cualquier otro derecho social básico,
para garantizar su existencia y sana aplicación jurídica.
De lo contrario, siguiendo el razonamiento de la lógica autónoma del mercado por
sobre el orden social regulado colectivamente con base en un orden civilizatorio, también
[ 284 ]
58 Para ampliar el proceso de los excesos del mercado y la debilidad del Estado contemporáneo, revisar de Javier
Esteinou Madrid, “El origen ético moral de la crisis del modelo de la Economía Basura”, en Revista Mediaciones Sociales,
No. 5, Revista de Ciencias Sociales y de Comunicación, Sección de Comunicación, Grupo de Investigación Identidades
Sociales y Comunicación, Facultad de Ciencias de la Información, Departamento de Sociología IV, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España, II° Semestre de 2009, pp. 123-174, issn Electrónico: 1989-0494, http://www.ucm.
es/info/mediars/MediacioneS2/Indice/indice.html
podemos demandar que no existan reglamentos para organizar a los cuerpos de policía,
pues las comunidades pueden autoregular espontáneamente sus delitos. No se requieren
leyes para normar el servicio de recolección de basura, porque la sociedad por sí misma
puede autoregular como tirar sus desperdicios orgánicos. No se requiere una legislación
de comportamiento bancario, pues los banqueros se pueden autoregular a sí mismos en
beneficio de la sociedad. No son necesarios los semáforos en los cruces viales de las ciudades, pues todos los conductores pueden respetar con cortesía el paso de los otros
conductores. No es indispensable una legislación sobre la educación básica, pues cada
ciudadano puede asegurar por sí mismo su formación educativa. No es necesario un reglamento fiscal, pues todos los ciudadanos pueden autoregular voluntariamente el pago
de sus impuestos. No es necesario un protocolo urbano de recolección de la basura,
pues todos los habitantes depositarán civilizadamente sus desechos en la modalidad y
días indicados, etc. En suma, el Estado sale sobrando como órgano rector de regulación
colectiva, pues la sociedad se puede autoregular espontáneamente a sí misma en todos
los órdenes de la vida.59
Es necesario recordar históricamente que todos los Códigos de Ética, los Tribunales
de Honor, los Reglamentos de Buen Comportamiento Profesional, etc. que han existido
59 Para ampliar este punto consultar Javier Esteinou Madrid, “El Derecho a la Información y la democratización
del Estado Mexicano”, en Revista Iberoamericana de Derecho a la Información, No. 2, Año 1, Programa Iberoamericano de
Derecho a la Información de la Universidad Iberoamericana y Fundación Manuel Buendía, Departamento de Comunicación, Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe, México, D.F., septiembre-diciembre de 1998, pp. 59-81; Javier
Esteinou Madrid, “El Estado mexicano y el Derecho a la Información: Autorregulación o reglamentación de la comunicación”, en Anuario de Investigación de la Comunicación, No. VI, Consejo Nacional Para La Enseñanza e Investigación
de la Comunicación (coneicc), Universidad Iberoamericana (uia), Instituto Superiores de Estudios Tecnológicos de
Monterrey, Campus Estado de México (itesm), Guadalajara, Jalisco, México, marzo de 2000, pp. 77-95; Javier Esteinou
Madrid, “Autorregulación del Periodismo: ¿Por qué se opone el Estado mexicano a la reglamentación del Derecho a la
Información?, en Revista Chasqui, No. 69, Revista Latinoamericana de Comunicación, Centro Internacional de Estudios
Superiores de Periodismo para América Latina (ciespal), Quito, Ecuador, marzo de 2000, pp. 54-62; Javier Esteinou
Madrid, “¿Autorregulación o Nueva Ley de Medios?, en Revista Mexicana de Comunicación, No. 81, Fundación Manuel
Buendía, A.C (fmb), México, D.F, mayo-junio de 2003, pp. 36-39; y Javier Esteinou Madrid, “El Derecho de Acceso a la
Información y la Regulación de las Industrias Mediáticas en el México del Siglo XXI”, Premio: “Primer Lugar”, en “Segundo
Certamen Estatal de Ensayo en Materia de Transparencia y Acceso a la Información Pública, en Memorias del Segundo Certamen Estatal de Ensayo en Materia de Transparencia y Acceso a la Información Pública”, Instituto de Transparencia
y Acceso a la Información Pública del Estado de Quintara Roo (itaipqroo), Chetumal, Quintana Roo, México, marzo de
2009, pp. 7-61; Javier Esteinou Madrid, “Hacia la Regulación de la Videocracia en México”, en Revista Electrónica Razón
y Palabra, No. 70, Año 4, “Relaciones Públicas”, Yanyn Rincón Quintero (coord.), Revista Electrónica Vía internet,
Primera Revista Electrónica Especializada en Comunicación en América Latina, Departamento de Comunicación,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México (itesm), México, D.F, noviembre 2009-enero 2010, 66 pp., http://www.razonypalabra.org.mx
[ 285 ]
en el Estado y las agrupaciones de los informadores en México, han sido recursos éticos o
morales totalmente insuficientes para abrir los archivos políticos y militares sobre la mascare estudiantil de 1968 y 1971; los archivos de los sacadólares que generaron una fuertísima devaluación del peso mexicano en el sexenio del Presidente López Portillo; los
motivos por los cuales se cayó el sistema electrónico de cómputo en las elecciones presidenciales del sexenio del Presidente Salinas de Gortari en 1988; los sectores beneficiados
ilegítimamente con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (fobaproa) en el sexenio
del Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León; los archivos especiales del “Pemexgate” y de
los “Amigos de Fox” vinculados con apoyos irregulares en las elecciones presidenciales del
año 2000; el evitar la difusión de publicidad mentirosa, especialmente, a través de los infocomerciales; el impedir la manipulación de la información en las industrias culturales
electrónicas, particularmente en las fases electorales; la supresión de series televisivas,
cada vez más, violentas y sangrientas para obtener un rating crecientemente más exitoso
en la fase intensiva de apertura y competencia de mercados globales; etc.
Debemos considerar que la ética no puede sustituir o suprimir al derecho, sino sólo
enriquecerlo y complementarlo. No se puede cambiar el orden del jurídico por la aplicación de un “eticómetro” de los concesionarios y empresarios de los medios de comunicación que es un instrumento subjetivo de buena voluntad, absolutamente frágil ante
las fases de presión económica y política reales, como lo ha demostrado la historia de la
comunicación nacional a lo largo del siglo xx y principios del siglo xxi: La mera existencia unilateral de mecanismos de auto regulación, solamente promueven la permanencia del viejo orden de la comunicación y de la cultura que no permiten el avance del
país. Es la estrategia “moderna” del status quo para dar la imagen de cambio y en el fondo
no transformar nada de su esencia unilateral para permanecer dominado.60
[ 286 ]
10. La comunicación salvaje. Al quedar los procesos culturales del país regidos básicamente
por los principios de la economía de mercado sin contrapesos y no por otras racionalidades sociales más equilibradas, la sociedad fue conducida hacia a un sistema de comunicación salvaje que produjo silenciosamente frente a nuestras narices una enorme crisis
cultural, ética y moral. Proceso de comunicación bárbaro que se caracterizó por privilegiar lo superfluo por sobre lo básico; el espectáculo por sobre el pensamiento profundo;
60 Ikram Antaki, “Foro sobre libertad de expresión y responsabilidad social”, Cámara Nacional de la Industria de la
Radio y la Televisión (cirt), World Trade Center, México, D.F, 21 de julio de 1998.
la evasión de la realidad por sobre el incremento de nuestros niveles de conciencia; la incitación al consumo por sobre la participación ciudadana; el financiamiento de los proyectos eminentemente lucrativos por sobre los humanistas; la cosificación de nuestros
sentidos por sobre la humanización de nuestra conciencia; la visión reduccionista de
la cultura de la complejidad y el fomento de la cultura light; la homogeneización mental
por sobre la diferenciación cultural; la ideología del desperdicio por sobre las actitudes
sustentables; el desperdicio consumista por sobre la cultura ecológica, etcétera.
Los pocos contrapesos mentales o culturales que se incorporaron en la sociedad
mexicana en este periodo histórico —como fueron el hábito de la separación de la basura cotidiana, la verificación semestral de los automóviles, el cambio de aparatos
eléctricos para consumir menos energía eléctrica, la sustitución de grandes sanitarios
gastadores de mucha agua por modelos ahorradores de líquido, etc.— provinieron de
propuestas urgentes del Estado para evitar realizar menos gasto público en su gestión
de gobernabilidad, y no de la dinámica del mercado al cual dichas actividades no le interesaron por no ser altamente “rentables” desde los criterios econométricos.
Así, la aplicación de la dinámica de la “mano invisible del mercado” a los procesos de
comunicación colectivos no construyó en nuestras comunidades un sistema de comunicación superior, sino un modelo de comunicación para el retroceso nacional y la anarquía civilizatoria. Por ejemplo, el impacto de esa cultura parasitaria dejó en el país la
población con mayor obesidad y diabetes de todo el planeta, y la mayor práctica de cirugías plásticas femeninas de todo el mundo por no aceptar su propia identidad y desear
identificarse con los prototipos de mujeres exitosas que promueve el imaginario expandido de la globalización.
11. La transformación de los valores. Así como el capitalismo mexicano para afianzarse
en su fase de industrialización creó a mediados del siglo xx un tejido cultural consumista
que con el tiempo se convirtió en la religión de las ciudades, desde la cual los individuos
construyeron gran parte del sentido más profundo para vivir y se apoyó el modelo de
acumulación material; ahora, al final del siglo xx, el “capitalismo modernizador” para
consolidarse en su etapa neoliberal de apertura de fronteras requirió producir otros
rasgos de la identidad nacional a través de una nueva estructura de valores, algunos de
cuyos puntales fueron la desestatalización, la privatización, la desregulación, la globalización, la internacionalización, la supercompetencia, la tecnificación, el pragmatismo, la
eficiencia maquinizada, la obsolescencia, la aceleración, etcétera.
[ 287 ]
[ 288 ]
Nueva estructura axiológica que se distinguió por cancelar los valores del antiguo
“Estado del Bienestar” nacional generado a partir de la Revolución de 1910, e introducir los valores del “Estado neoliberal” que mantiene como centro de gravedad el “laissez faire, laissez passer” del proyecto de acumulación ampliada en el campo de la comunicación, la cultura, la conciencia y el espíritu. De esta forma, con el proceso de
globalización se intensificó la proliferación de diversos órdenes y expectativas pragmáticas del conocimiento y de la vida. En particular, “se dio un mayor énfasis científico y tecnológico en nuestra tradición intelectual; que hasta el momento ha sido más
propicia a la influencia de la cultura humanista y jurídica”.61
De esta manera, a partir de la aplicación del proyecto neoliberal en la sociedad mexicana se enfrentó a la redefinición y cambio profundo de nuestra identidad psíquica, cultural y humana como sociedad pluriétnica y pluricultural, para ahora incorporar otros
marcos de cosmovisión y de prácticas de la existencia desde las premisas de la “modernidad neoliberal”. Bases de visión de la vida y del espíritu que mayoritariamente tienden
a ser la mirada de la reproducción ampliada del capital a escala planetaria.
En este sentido, podemos decir que en las entrañas de nuestra vida cotidiana hoy estamos ante el silencioso embate de nuestras culturas y diferencias ideológicas tradicionales para reacomodarlas o destruirlas dentro del nuevo esquema de división del mundo por
modernos bloques hegemónicos. Recomposición mental que gradual y silenciosamente
está unificando los campos imaginarios, las aspiraciones profundas y las cosmovisiones
de los seres a través de la construcción de un nuevo concepto de relaciones humanas, de
placer, de triunfo, de trabajo, de felicidad, de moral, de religión, de etnia, etc., en una idea,
de un nuevo sentido y estilo de vida determinado por las nuevas exigencias de maduración del comercio mundial. Situación que se condensa en la creación del nuevo “México
imaginario” de la fase de la globalización mundial, que se opone al “México profundo” y
real de la segunda década del siglo xxi.
Ante este panorama, es conveniente considerar que si la historia de la publicidad en
México a lo largo de los últimos 40 años demostró que con tal de vender las mercancías
para acelerar el proceso de circulación del capital, esta política estuvo dispuesta a banalizar e incluso prostituir finamente la imagen de la mujer para presentarla fundamentalmente como un objeto de uso sexual; a añadirle cualidades falsas o “fetichizar” los pro-
61 “Las culturas aisladas perecen; sólo las comunicadas sobreviven: Fuentes”, en La Jornada, México, D.F, 20 de
julio de 1991.
ductos para hacerlos más atractivos; a crear necesidades artificiales en los consumidores
para alentar la compra; a hacer creer que el valor de las personas se deriva de la marca
que eligen y no en el porcentaje en que se conocen a sí mismos; a impulsar que el éxito de
los individuos se da en la medida en que se acumulan pertenencias y no en el grado en que
se es humano; a modificar la identidad nacional para revalorarse socialmente a través
de la adquisición progresiva de más productos transnacionales, etc.; ahora, al entrar intensivamente en la fase de desarrollo de “libres fronteras” se construirá masivamente a través de las industrias culturales una visión del hombre y de la vida cada vez más condicionada por los requerimientos de expansión y fortalecimiento del mercado universal y no
de la humanización de los individuos.
De aquí la importancia estratégica en plena globalización de rescatar y reforzar nuestra base de identidad cultural para incorporarnos de manera firme a los nuevos cambios
inevitables que plantea el drástico reordenamiento económico, político y cultural del
mundo contemporáneo.
12. Surgimiento del neoconsumo nacional. Motivado por la necesidad de movilizar el enorme flujo de mercancías que acceden al país por la apertura de fronteras comerciales a través del Tratado de Libre Comercio, se produjo en nuestra República una nueva mentalidad neoconsumista que actúa como cemento ideológico que articula a todas las clases
sociales en una sola práctica: el neoconsumo. Dicha ideología se caracterizó por difundir
intensamente la propuesta que planteó que para ser modernos, estar al día y mantenerse
adaptados a la permanente dinámica de cambio que se vive en el mundo, hay que consumir constantemente los nuevos productos, especialmente extranjeros, que produce la
modernidad. De esta manera la nueva ecuación social formula la concepción: consumo,
igual a progreso social.
Con ello, las leyes internacionales del nuevo patrón de acumulación de capital que se
gestaron y que permearon todos los niveles de nuestra sociedad, exigieron en la esfera cultural que el alma colectiva que se construya en el país a través de los canales electrónicos
de información se base en una visión de la vida más cosificada y transnacionalizada que
nos lleve a saber cada vez más del gran mundo externo y cada día menos de nosotros como
República y como personas. En una idea, a lo largo de este periodo de libre comercio se
buscó producir culturalmente en México a los “hombres universales” y a los “ciudadanos
del mundo”, capaces de consumir cualquier mercancía elaborada por los acuerdos comerciales de los nuevos bloques hegemónicos y a adquirir mayor identidad a través de ello.
[ 289 ]
13. la anarquía cultural. La aplicación de la dinámica de la “mano invisible” del mercado sobre los procesos de comunicación y cultura generó en la sociedad mexicana un
fuerte desorden informativo que produjo silenciosamente una gran anarquía cultural
al permitir que la sociedad esté altamente informada sobre lo secundario y no sobre lo
fundamental para sobrevivir. Esta anarquía cultural acelerada por la dinámica del
mercado creó un caos en la conciencia colectiva que ocasionó que la energía social se
concentre en los procesos psico-mentales-emocionales de la superacumulación material del capitalismo contemporáneo e impidió que se resuelvan como sociedad los
grandes problemas nacionales que nos impiden crecer.
14. La crisis ético-moral. Con la acumulación de estas tendencias culturales que produjo la dinámica del mercado sobre los medios de comunicación, se generó en el seno
cultural del país una profunda crisis ético-moral que es más fuerte que la crisis económica y política y que está provocando a largo plazo el silencioso colapso de nuestra
sociedad. Es decir, al examinar el origen de la crisis nacional que hemos vivido en el
país, observamos que tradicionalmente se privilegió, casi con exclusividad, las explicaciones estructurales de carácter económico y político que produjo este fenómeno; y
se olvidó que detrás de dichos factores infraestructurales existe una drástica crisis de
cultura y de valores nacionales que es la que, en última instancia, provocó el colapso
de nuestra sociedad. En este sentido, podemos afirmar que, por debajo de la crisis de
desarrollo material que experimentó nuestro país, existe una severa bancarrota ético-moral que está produciendo el proceso de decadencia de nuestra República como
pocas veces se ha presentado en toda la historia de México.62
Es por ello que, al olvidar o renunciar a que la ética y moral fueran el alma de nuestra dirección nacional, permitimos que el proyecto salvaje de la acumulación de capital
a escala mundial, promovido por la ideología de la modernidad neoliberal, especialmente a través de los medios de difusión colectivos, actuara como las fuerzas que rigieran la
dinámica cotidiana de nuestra sociedad. Con ello se creó un proceso colectivo de descomposición de los valores y códigos sociales elementales que hacen posible la convi[ 290 ]
62 Javier Esteinou Madrid, “Crisis económica-política, cultura y reforma moral”, Octava Semana de la Investigación Científica, Cuadernos de Extensión Universitaria, Coordinación de Extensión Universitaria, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (uam-x), México, D.F., octubre de 1998, pp. 173-177; y Javier Esteinou Madrid,
“Crisis, valores y reforma moral” (tres partes), en Excélsior, México, D.F, 3 de septiembre de 1996.
vencia comunitaria y se generó una sociedad profundamente enferma que, cada vez
más, pierde su capacidad mental analítica para retomar su auto dirección equilibrada.63
De esta forma, al incorporarse México aceleradamente al proceso de modernización
internacional, se construyó en el país un nuevo sistema de “valores” que engendró una
cultura de la deshumanización y no del avance de la persona. Así, constatamos que un
conjunto de antivalores como el individualismo, el culto al ego, la ganancia monetaria
a corto plazo a costa de lo que sea, la avaricia, el consumismo ilimitado, la codicia sin
freno, el placer irrestricto, la obsesión por la acumulación, etc., ahora son presentados
por nuestro decadente sistema cultural, especialmente difundido por los medios de información electrónicos, como los nuevos “valores” modernos que hay que perseguir e
imitar para tener éxito y aceptación social.64
El gobierno creciente de este complejo sistema de antivalores nacionales creó una
reforzamiento de la cultura de la acumulación materialista que está exterminando todas
las relaciones de armonía y de formas de vida en nuestro territorio y en el planeta. Así,
cada vez más, disfrazada de moderna, avanzada y competitiva, se reforzó en nuestra
sociedad la presencia de la “cultura de la muerte” que mina todas las relaciones básicas
de convivencia del hombre con su entorno y que evita la construcción de una cultura de
la paz para sobrevivir.65
La presencia de esta devastación cultural que enfrentó la sociedad mexicana a principios del siglo xxi, reflejó que no asistimos a un simple reajuste cíclico o coyuntural
más de las estructuras económicas, políticas o culturales de nuestra sociedad, sino que
ahora experimentamos una profunda crisis de civilización, que tiene su origen en el deterioro de su fundamento ético-moral.
15. El debilitamiento cultural del Estado mexicano. Frente al panorama de creciente globalización cultural que vivió la sociedad mexicana en los últimos 20 años, debemos tener
presente que por la irresponsabilidad que se mostró al no planificar con fines colectivos el uso de los medios electrónicos en las últimas tres décadas, la falta de voluntad
política para formar desde los canales masivos una cultura para el desarrollo, la debilidad de los gobiernos pos cardenistas para defender la cultura nacional, la complicidad
63 Javier Esteinou Madrid, “Crisis económica-política, cultura y reforma moral”, op. cit., pp. 137-177.
64 Idem.
65 Idem.
[ 291 ]
[ 292 ]
de las autoridades públicas ante la penetración del proyecto transnacional en el terreno
psíquico, la desarticulación global que vive el proyecto cultural gubernamental y el retiro
sustancial de la presencia del Estado del campo de la comunicación colectiva para que
ésta sea conducida mayoritariamente por el mercado, hoy el Estado mexicano perdió un
enorme terreno para formar, a través de las industrias electrónicas, un fuerte nacionalismo, una sólida identidad y cohesión nacional que sirvieran como punto de despegue para
el proyecto de crecimiento interno.
Ante esta realidad comunicativa observamos cotidianamente la presencia de un Estado mexicano crecientemente más débil, pues no cuenta con un proyecto plural democratizador para la rectoría de los medios de comunicación electrónicos y de la cultura
nacional en la fase de la globalización, sino que el mismo los ha abandonado, mayoritariamente, a los caprichos tiranos de las “libres fuerzas del mercado” interno y externo.
Por ello, ante la privatización progresiva y el financiamiento endeble de los medios de
comunicación públicos, hoy somos crecientemente testigos de la derrota del proyecto
cultural del Estado y de la sociedad civil en el terreno cerebral para mantener y ampliar
el programa de identidad y democratización nacional a través de la superestructura
audiovisual de la República.
Por consiguiente, se puede pensar que la dirección cultural de la sociedad mexicana,
especialmente de las clases medias metropolitanas, es realizada, progresivamente, desde
las industrias audiovisuales, particularmente, de carácter transnacionales. Situación que
en la medida en que se consolide llevará al país a una mayor dependencia estructural del
exterior y en algunos casos a la parálisis cultural del proyecto de conciencia interna de
nuestra nación, pues los espectadores conocemos más sobre lo secundario y no sobre lo
central para nuestro desarrollo. Realidad que en el grado en el que se afiance acentuará
nuestra crisis nacional, y por consiguiente, ahondará nuestro estado generalizado de
infelicidad humana.
En este sentido, desde este horizonte presenciamos que contrariamente a las tesis
modernizadoras del Estado mexicano que planteó que éste se desregularía y se privatizaría para ya no ser más un Estado propietario, sino una entidad orientadora y directora
de la sociedad; en la práctica real del Tratado de Libre Comercio en el terreno cultural el
Estado se convirtió en una entidad progresivamente más endeble, es decir en un simple
“gerente oficial” de los oligopolios comunicativos, que no tiene capacidad para dirigir
mentalmente a la sociedad mexicana hacia un proyecto cultural propio que permita la
creación de una “cultura orgánica” para el desarrollo autónomo de la República.
Bajo esta perspectiva, podemos decir “que el México Profundo está de nuevo bajo
el riguroso control del México Imaginario que, como pocas veces, ha hecho suyo el
proyecto de las potencias dominantes. Sin embargo, ese México Profundo sigue vivo y su
contradicción con el México Imaginario no ha desaparecido, sino todo lo contrario se
ha agudizado”.66
De aquí, la importancia central de preguntarnos en el marco de la globalización mundial: ¿cuál debe ser el papel del Estado mexicano para construir una política de comunicación y cultura colectivas que permita el avance de nuestra nación y no la simple
subordinación subjetiva al modelo internacional de la acumulación de capital?
V. ¿QUÉ HACER?: HACIA LA FORMACIÓN DE UNA
NUEVA POLÍTICA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
EN EL MARCO DE LA GLOBALIZACIÓN
El modelo de desarrollo modernizador que gradualmente adoptó México en sus estructuras culturales y comunicativas al final del siglo xx y principios del siglo xxi con
el Tratado de Libre Comercio para incorporarse al nuevo orden mundial surgido después de la guerra fría, basado mayoritariamente en el supuesto del “poder regulatorio
mágico” de la “mano invisible” del mercado para dirigir la participación social, comprobó en una década sus enormes limitaciones y las bárbaras deformaciones humanas que produjo. Ejemplo de ello fue la drástica devaluación del peso, la brutal fuga de
capitales, el colapso agropecuario, la bárbara destrucción ecológica en todo el territorio nacional, la incontenible corrupción, el sensible avance de la violencia, la penetración del narco-poder, el agudo desempleo, la marcada reducción de nuestro nivel de
calidad de vida, la reducción del futuro de la juventud, el aumento de la incredulidad
institucional, la crisis de esperanza de la juventud, el vacío colectivo del sentido de la
vida, etcétera.
Por ello, después del fracaso de dicho modelo ahora se requiere la búsqueda e implementación de nuevas políticas, especialmente de cultura y comunicación, para lograr
la participación de la sociedad a través de otros procesos de información y contribuir,
66 “El México Profundo sigue vivo”, en Excélsior, México, D.F, 31 de julio de 1991.
[ 293 ]
con ello, a resolver las agudas contradicciones mentales que limitan el crecimiento equilibrado de nuestra nación.67
En este sentido, es fundamental sustituir dentro del contexto de la modernidad la
idea de crear un “Estado Mínimo” o “Ultra Mínimo” en el área cultural de México a través
de la adopción indiscriminada de la política del “laissez faire informativo”, para introducir ahora la concepción estratégica del “Nuevo Estado Básico para la Sobrevivencia
Social”, sin el cual no podrán construirse un orden civilizatorio superior que mantenga
[ 294 ]
67 Algunas de las contradicciones que se reflejan entre el nivel de conciencia y el proyecto de desarrollo nacional
se manifiestan en la oposición creciente que se establece entre formación de la conciencia nacional y la difusión de
los contenidos de los medios de comunicación, particularmente electrónicos, en México. En este sentido, debido a la
cultura paralela que han formado los medios electrónicos de difusión en México en las últimas décadas, se observa
que los niños mayores de seis años conocen más la información televisiva que la transmitida en la escuela primaria o
otros órganos culturales. Por ejemplo, en el terreno de la realidad nacional el 77% de los pequeños retienen más frases
como “La chispa de la vida” o “Recuérdame” y sólo el 49% conserva otras como “¡Viva la Independencia! o “La solución
somos todos” o “El respeto al derecho ajeno es la paz”. De igual manera, mientras que casi la totalidad de los niños
(92%) retiene la imagen del Gansito Marinela, menos de dos terceras partes (64%) identifica la Columna de nuestra
Independencia o al cura Hidalgo. El 63% de los niños asocia fácilmente el tema de la tarjeta de crédito “Carnet” y sólo
el 43% reconoce la frase “El respeto al derecho ajeno es la paz”. En resumen, observamos que de cada diez personajes que
los niños identifican, sólo tres son de la historia de México.
En el campo de la historia, el 67% de los niños identifican los días y horarios en que se transmiten sus programas
favoritos de televisión, mientras que sólo el 19% enuncia las fechas en que ocurrieron los acontecimientos más significativos de la historia nacional. Los super héroes de la televisión como “La mujer maravilla”, son más conocidos por los
pequeños (98%) que los héroes de la Revolución mexicana (33%). “El Chapulín Colorado” es más evocado por los infantes (96%) que los Niños Héroes de Chapultepec (82%). “Supermán” está más presente en la mente de los pequeños
(97%) que Don Benito Juárez.
En materia religiosa, no obstante que nuestra sociedad es acentuadamente católica, más de la mitad de los niños
(56%) conoce el día en que se transmitía “Hogar dulce hogar”, mientras que sólo el (86%) recuerda el día en que se
celebra la Navidad. Mientras el 55% de los niños puede decir qué día se difundía el programa “Mis huéspedes”, sólo el
32% sabe la fecha en que se celebra la fiesta de la Virgen de Guadalupe. Los pequeños identifican mejor el logotipo de
“Sabritas” (86%) que una ostia (46%).
En el área cívica, el 87% de los infantes conoce los días en que se transmiten los programas cómicos y sólo el 13%
sabe la fecha en que toma posesión el Presidente de la República. Sólo el 8% conoce la fecha en que el primer mandatario
rinde su informe anual, mientras que el 61% sí puede decir el día y la hora en que aparecen las series fantásticas. El 83%
de los niños identifica el logotipo de los pastelitos rellenos y sólo el 63% conoce el Calendario Azteca. Mientras que el
81% de los pequeños evoca el logotipo de los productos “Marinela”, sólo el 66% identifica el escudo nacional. Las tres
cuartas partes (77%) de los niños identifican la imagen de Chicles Adams y menos de una quinta parte (17%) reconoce
el Monumento a la Revolución. Finalmente, el logotipo de los chocolates “Carlos V” es más reconocido (77%) que el
Monumento del Ángel o la columna de la Independencia (40%). “La televisión y los niños. Conocimiento de la realidad
televisiva v.s. conocimiento de la realidad nacional”, Cuadernos del Consumidor, Instituto Nacional del Consumidor
(inco), México, D.F., noviembre de 1982.
Este problema de identidad se agrava crecientemente en la medida en que se avanza en la aplicación de los principios de mercado del Tratado de Libre Comercio sobre la comunicación colectiva nacional y se acentúa el debilitamiento de la política educativo-cultural del Estado Mexicano.
las condiciones elementales de la convivencia pacífica en comunidad, especialmente
en la medida en que en el país somos crecientemente sociedades de masas cada vez mayores.68 “Nuevo Estado Básico para la Sobrevivencia Social” que no se limite a ejercer la
labor meramente vigilancia policiaca, de atención a las urgencias inmediatas, de cubrir
el servicio de recolección de basura, asistencia de los bomberos, administración burocrática, etc., sino sobre todo que haga posible la participación democrática de la población en los procesos orgánicos de creación de cultura y comunicación colectivos. Es
decir, una comunicación de Estado al servicio del hombre y no el hombre al servicio del
mercado, vía la información.
Debemos recordar que ya en el siglo xix las profundas alteraciones que produjo el
funcionamiento autónomo del mercado autoregulado en México generaron tantas contradicciones sociales que dieron origen al capitalismo salvaje e hicieron indispensable el
surgimiento del Estado Benefactor para corregir dichos antagonismos insostenibles.
Por ello, desde principios del siglo xx se intentó sustituir la lógica de la supremacía del
mercado, por otra lógica más sensible y humana de justicia y participación social.69
Incluso, constatamos que las principales naciones que impulsaron el modelo neoliberal del “Estado Mínimo” en los años ochenta cómo fueron los gobiernos de Ronald Regan
en Estados Unidos y de Margaret Thatcher en la Gran Bretaña, a mediados de la década
de los noventa. fueron corregidos drásticamente por los respectivos gobiernos de William
Clinton en Norteamérica y de John Major en Inglaterra para fortalecer de nuevo al Estado
Benefactor y resolver las grandes contradicciones que produjeron la aplicación irrestricta de las leyes del mercado en estos países. Dicha neointervención del Estado planteó
ajustar el rumbo autónomo del mercado a través de una acción mas activa de éste en la
gestación de las macro políticas de crecimiento, pero no supone suprimirlo.70
68 “En el tlc el mercado fijará precios a los básicos”, en Excélsior, México, D.F, 27 de marzo de 1992; “¿De qué sirve la
democracia si pervive el mercantilismo en América Latina?”, en Excélsior, México, D.F, 3 de junio de 1992; “Está en duda que
el mercado solucionará mágicamente los problemas económicos”, en El Financiero, México, D.F, 26 de noviembre de 1993.
69 “La lógica del mercado”, en El Financiero, México, D.F, 4 de agosto de 1992; “Regula la existencia de la sociedad”, en Excélsior, México, D.F, México, D.F, 31 de mayo de 1992; “Base del Estado corporativo”, en Excélsior, México,
D.F, 2 de junio de 1992; “Intervencionismo del Estado. Orígenes y modalidades del Estado”, en Excélsior, México, D.F,
3 de junio de 1992; “Izquierda y totalitarismo. Orígenes y modalidades del Estado”, en Excélsior, México, D.F, 4 de junio
de 1992; “La teoría del Estado. Orígenes y modalidades del Estado”, en Excélsior, México, D.F, 5 de junio de 1992.
70 “El retiro del Estado impone retos capitales al neoliberalismo”, en Excélsior, México, D.F, 28 de septiembre de 1993;
“El cambio debe ser garantía de justicia”, en Excélsior, México, D.F, 28 de septiembre de 1993; “La nueva cara del regulador
económico”, en Excélsior, México, D.F, 28 de septiembre de 1993; “Peligro el capitalismo salvaje”, en Excélsior, México, D.F,
2 de noviembre de 1993.
[ 295 ]
Es por esto que, ante el nivel límite de evolución en el que nos encontramos como
civilización nacional y frente a la creciente penetración de la “Iniciativa del Mercado” en
el campo de la cultura y la comunicación colectiva del país, debemos considerar que así
como una cantidad de actividades estratégicas para el desarrollo del Estado mexicano
no pueden dejarse en manos del sector mercantil, a riesgo de que desaparezcan, como es
el caso de la medicina preventiva, la generación del transporte urbano público, el impulsar
a la ciencia básica, la educación pública, la producción de infraestructura urbana,71 etc.; así
tampoco puede delegarse a éste la construcción de una “Cultura Social para la Sobrevivencia Nacional”. Esto debido, a que aunque, paradójicamente, a largo plazo, la planificación cultural es la inversión económica más rentable que existe en México, a corto
plazo no es lucrativa dentro de los criterios dominantes de “ganancia pecuniaria” y de
corto plazo que establece la actual concepción neoliberal de la vida.
Frente a este panorama de creciente desigualdad comunicativa y espiritual que se
estableció con la aplicación del modelo de mercado trilateral en nuestra República, es necesario que el Estado mexicano cree las condiciones de otro equilibrio cultural a través
de la elaboración de una “Nueva Política de Cultura y Comunicación Social para la Sobrevivencia Nacional”, que actualmente no existe y se requiere urgentemente para coexistir.
Para ello, hay que considerar que así como en el campo económico el Estado reprivatizó
la banca estatal y paralelamente impulsó la banca de desarrollo para apoyar a los sectores más desfavorecidos, o que así como vendió empresas públicas para destinar fondos
a los proyectos de equilibrio social vía el “Programa Nacional de Solidaridad”,72 ahora es
necesario que así como ha permitido crecientemente el juego de los principios del mer-
[ 296 ]
71 “Sí al neoestatismo para guiar y no remplazar al mercado”, en Excélsior, México, D.F, 13 de abril de 1992; “Corrige
J. Major a M. Thatcher y fortalece al Estado Benefactor”, en Excélsior, México, D.F, 15 de julio de 1992; “Profundo rechazo
en Wall Street a Clinton. Temor a un incremento de tasas de interés e inflación”, en El Financiero, México, D.F, 13 de
noviembre de 1992; “El Neointervencionismo Estatal”, en El Financiero, México, D.F, 23 de noviembre de 1992; “Clinton:
¿Un nuevo Liberalismo Social?”, en El Financiero, México, D.F, 24 de noviembre de 1992; “Clinton, intervencionista
astuto si concilia Estado y mercado”, en Excélsior, México, D.F, 26 de noviembre de 1992.
La aplicación del liberalismo a ultranza en Estados Unidos durante más de 15 años provocó que una pequeña minoría se enriqueciera desproporcionadamente, mientras la mayoría social se convirtiera en más pobre, sin encontrar en el
“paraíso capitalista” la felicidad prometida. De igual forma, la implementación durante varios años de la dinámica de
la “mano invisible” en Inglaterra descuidó la educación pública al grado que en 1992 sólo el 34 % de los jóvenes entre 16
y 18 años gozaban de un sistema de capacitación, contra 47 % en Alemania y 66 % en Francia. “El Neoliberalismo continúa haciendo ´agua´ en Estados Unidos”, en El Universal, México, D.F, 2 de octubre de 1993.
72 “Liberalismo social, nuestra filosofía. Contra Estatismo y Neoliberalismo absorbente”, en El Financiero, México,
D.F, 5 de marzo de 1992; “El liberalismo social”, en Excélsior, México, D.F, 7 de marzo de 1992; “El liberalismo social:
cado en el área cultural, se apoye la dinámica de “Equilibrio de la Comunicación Social”
que surge desde las necesidades de expresión y participación ideológica más apremiantes de los grupos mayoritarios del país.
Con ello se podrán rescatar los aspectos positivos que ofrece la economía de mercado en el campo cultural, como son la eficiencia, la incorporación de tecnologías de punta,
la competitividad, la libertad individual, la apertura de mercados, la adopción de nuevos
financiamientos, etc., y al mismo tiempo se aplicarán los contrapesos culturales de nivelación mental necesarios para sobrevivir que no están incluidos en el frío cálculo económico neoliberal. Ante esto es imprescindible considerar que la práctica del libre juego
de las fuerzas culturales y comunicativas no generan automáticamente un proceso de
comunicación superior, sino que para lograrlo se requiere la presencia y la acción de procesos sociales planificadores, con alto nivel de participación de la sociedad civil.73 Contrapesos planificadores que no sean burocráticos, estatistas, paternalistas o populistas,
pero que sí vinculen globalmente los principales requerimientos de desarrollo social con
la dinámica de producción cultural.
En este sentido debemos de considerar que aunque la crisis de valores es muy antigua en nuestro país, para superar este colapso civilizatorio además de realizar proyectos
de reordenamiento económico, tecnológicos, jurídicos, laborales, políticos, electorales,
financieros etc.; ahora se requiere, por encima de todo, ejecutar una profunda reforma
ético-moral que rescate los principales valores que nos permitan vivir armónicamente
en comunidad.74 Reforma ético-moral que cree las bases de conciencia mínimas para que
todos los ciudadanos puedan desarrollarse material, cultural y espiritualmente, y permitan que los hombres convivan equilibradamente con las otras formas de vida biológicas,
animales y vegetales que nos rodean.
Nuestro camino”, en Uno Más Uno, México, D.F, 8 de marzo de 1992; “¿Neoliberalismo social?”, en Uno Más Uno, México,
D.F, 11 de marzo de 1992; “Entre la política y la economía. La condición de los serviles”, en Excélsior, México, D.F, 13 de
marzo de 1992; “El liberalismo social fortalece la soberanía”, en” Uno Más Uno, México, D.F, 1 de marzo de 1992; “Recursos a los marginados con mecanismos de mercado”, en Excélsior, México, D.F, 14 de marzo de 1992; “¿Qué del liberalismo”, en Uno Más Uno, México, D.F, 17 de marzo de 1992; “De nuevo sobre el liberalismo”, en Uno Más Uno, México,
D.F, 10 de marzo de 1992; “El liberalismo social se vive con el Pronasol”, en Excélsior, México, D.F, 21 de marzo de 1992;
“Ni la soberanía es obsoleta, ni existe un modelo único”, en Excélsior, México, D.F, 22 de marzo de 1992.
73 “Requiere la sociedad actual de una nueva revolución científica”, en Uno Más Uno, México, D.F, 31 de marzo de 1992.
74 “Demanda Octavio Paz el predominio de la moral en la vida pública”, en Excélsior, México, D.F, 17 de diciembre
de 1995; “Antes de las reformas políticas y económicas necesitamos una reforma moral”, en El Universal, México, D.F,
17 de diciembre de 1995; “Es momento de reformas en todos los órdenes: Rivera”, en La Jornada, México, D.F, 14 de
enero de 1996.
[ 297 ]
[ 298 ]
No podemos olvidar que la superación de la crisis de civilización que nos enmarca,
requiere la producción de un nuevo eje cultural, y éste en nuestro país deberá girar alrededor de la renovación de los medios de comunicación nacionales, especialmente de la
televisión, que son las instituciones culturales que más rápidamente difunden, promueven, cambian o deforman los valores sociales.
En este sentido, podemos decir que “la situación alarmante de pobreza y desempleo
que vive México pone en evidencia que el modelo economicista de desarrollo social no
es la opción para un verdadero progreso humano del país”.75 Es por todo ello que, para
recobrar la paz y la armonía social crecientemente perdida que nos coloca al borde del
delicadísimo desbordamiento social, ahora resulta indispensable la búsqueda de otro
modelo de crecimiento nacional que supere las finalidades “economicistas” y “tecnocráticas” que privilegian como valores supremos la acumulación de capital a costa de lo que
sea, para rescatar el valor de las personas y la vida como centro moral del desarrollo colectivo de nuestra nación.
Sintetizando, podemos decir que de no realizarse una severa reforma moral y cultural en nuestro país, especialmente a través de los medios de comunicación, se volverá a
vivir la profunda contradicción existente entre la cultura nacional y el proyecto de desarrollo global que se ha arrastrado en las últimas décadas. Cada uno se disparará por senderos distintos, la cabeza social avanzará por un lado y el cuerpo poblacional por otro
aumentando rápidamente, con ello, la descomposición de nuestra comunidad nacional.
De lo contrario, los grandes límites naturales, que por sí misma fija la economía de
mercado sobre las dinámicas comunicativas, generarán más contradicciones culturales
que las pretende resolver por la acción de la oferta y la demanda, y que sólo podrán resolverse con la introducción de la “Racionalidad de la Comunicación Social” en el campo de
lo público. De no construirse esta política de equilibrio en el área comunicativa y cultural,
cada vez más se vivirá el profundo divorcio existente entre necesidades materiales y espirituales de crecimiento social y la formación de la cerebralidad colectiva para resolverlas.
De esta forma, por nuestro propio bien como República, hoy estamos obligados a preguntarnos con todo rigor: ¿hasta dónde a mediano y largo plazo este modelo de desarrollo
modernizador creará una cultura que propicie el verdadero crecimiento de nuestra socie-
75 “Es la pobreza el reflejo del fracaso del actual modelo económico: De Gasperín”, en El Universal, México, D.F,
23 de septiembre de 1995.
dad o producirá un retroceso del avance del hombre? ¿Qué acciones culturales debemos
de realizar para reforzar nuestra identidad nacional dentro de los marcos de los principios del mercado?. ¿Cómo producir una cultura del desarrollo social dentro de la dinámica de la oferta y la demanda? ¿Cómo conciliar las presiones de un modelo económico
que deforma la estructura cultural para incrementar sus niveles de acumulación material, con la necesidad urgente de formar una cultura global para la sobrevivencia humana y el respeto a la vida? En la fase de globalización del país, ¿cuáles deben ser los contenidos culturales de una política nacional de comunicación social que propicie que se
eleven los niveles de calidad de vida material, comunitaria y espiritual en el México de
finales del siglo xx?
De aquí la necesidad urgente de reflexionar dentro de la dinámica de acelerado cambio modernizador que vive el país sobre nuestra cultura y proponer las acciones que deben ejercer los medios de comunicación para conservar su esencia nacional orientada
hacia el desarrollo de nuestra conciencia, pues el proceso de la globalización mundial nos
lleva a la creación de un nuevo orden cultural que modifica los contenidos y las fronteras
ideológicas de los actuales Estados nacionales. De no efectuar esto, el alma cultural de
nuestra sociedad correrá el gran riesgo de quedar sepultada por los nuevos espejismos
de la modernidad y sus derivados simbólicos parasitarios de esta nueva fase del desarrollo de la sociedad capitalista internacional.
Sin embargo, no obstante el panorama anterior, hasta el momento el Estado y las instituciones privadas nacionales estudian las consecuencias económicas, tecnológicas,
laborales, políticas, financieras, ecológicas, etc. que tuvo el Tratado de Libre Comercio
sobre estas áreas, pero no han analizado el impacto que ocasionó este convenio trilateral
y la aplicación de las leyes del mercado sobre la cultura y los medios de comunicación
mexicanos. Es por ello que en esta etapa de desarrollo neoliberal de la cultura nacional
consideramos altamente estratégico que la sociedad mexicana realice un permanente
análisis que examine esta situación y plantee diversas alternativas de acción de lo que
debe realizar el Estado y la sociedad civil para encarar maduramente esta realidad.
Para avanzar en la construcción de la “Nueva Política de Cultura y Comunicación
Social para la Sobrevivencia Social” es necesario que el Estado y la sociedad civil realicen
entre otras las siguientes nueve acciones mínimas de política cultural e informativa:
1. El Estado debe rescatar su función rectora en el campo de la comunicación frente
a la dinámica salvaje que han alcanzado las fuerzas del mercado en este terreno,
[ 299 ]
[ 300 ]
para construir un nuevo proyecto de información nacional de servicio público
basado en la participación de las comunidades.
2. En el ámbito cultural es imperioso plantear una moratoria de la firma del tlc hasta
no evaluar el impacto que produjo el tlc sobre la cultura y la comunicación y formular las nuevas estrategias que protejan a la identidad y las comunicaciones nacionales que nos permitan impulsar sólidamente el crecimiento interno y no sólo
incorporarnos a la maquinaria global de acumulación de capital.
3. Es ineludible que los ciudadanos presionen al Estado para que el gobierno mexicano cumpla con los tratados internacionales aprobados por México sobre la cultura,
como el “Tratado de la Diversidad Cultural”.
4. Es indispensable deslindar que nuestra fortaleza como país provendrá del rigor
con el que defendamos la claridad de quiénes somos como sociedad, esclarezcamos qué necesitamos saber colectivamente para sobrevivir, generemos los bienes
culturales y comunicativos adecuados para crecer, nos organicemos colectivamente para resolver los principales conflictos de la agenda nacional, y no simplemente imitar mecánicamente la cadena de espejismos mentales y emocionales
que provienen del sistema de globalización exterior para eficientar el proceso de
acumulación mundial.
5. Es forzoso considerar que el problema para reposicionarnos como sociedad ante
el fenómeno de la mundialización de la cultura y de la comunicación, con su respectiva aplicación del Tratado de Libre Comercio, no es entrar en el juego de la dinámica espectacular planetaria de la globalización para construir internacionalmente
otro show cultural mexicano como fue la muestra “México 200 años” en Nueva
York, o la exposición de la vida de los aztecas en California, o la difusión del Huapango de Moncayo en Washington, o la muestra de cabezas olmecas en Montreal,
o la organización de la “tocada” de mariachis en Chicago, etc., sino construir en grandes dimensiones una sólida “cultura orgánica” sobre los principales problemas estructurales que debemos solucionar para sobrevivir.
6. Sin esperar hasta la renegociación del tlc es necesario que se replantee el pacto social de comunicación existente entre el Estado, los medios de difusión y la sociedad
para orientarlo hacia un nuevo pacto tripartita de participación ciudadana plural y
multiétnica que equilibre el actual funcionamiento desigual. Esto permitirá que el
modelo de cultura y comunicación no sea exclusivamente gobernado por las leyes
neoliberales de “dejar hacer, dejar pasar”, sino por la dinámica del servicio público.
7. Es imperativo elevar a rango constitucional el acceso a la información como un
bien y un derecho público al cual han de acceder y ejercer todos los mexicanos. Con
ello, se podrán crear contrapesos al modelo mercantilista de comunicación y cultura que impuso el Tratado de Libre Comercio.
8. Es preciso que el Estado fortalezca y amplíe el esquema de medios de comunicación de servicio público para cumplir con su función de rector nacional y equilibrar
el funcionamiento del modelo de comunicación fenicio que domina.
9. Finalmente, considerando que el gobierno del presidente Peña Nieto no estuvo
dispuesto a renegociar el tlc en ningún renglón, y por ello, firmó el 19 de febrero
del 2104 la continuidad de dicho acuerdo con EE.UU. y Canadá, solamente se podrán lograr cambios estructurales en el ámbito de la comunicación y la cultura a
través de la aplicación de mecanismos paralelos que fortalezcan la pluriculturalidad e identidad nacional. Para ello, es fundamental que la sociedad civil organizada
presione al Poder Legislativo para que en la elaboración de las leyes reglamentarias de la Reforma Constitucional de las Telecomunicaciones, la Radiodifusión y la
Competencia Económica aprobada en junio de 2013, se respeten los avances y las
garantías culturales y comunicativas ya incorporadas en la Constitución Política
Mexicana en este terreno, y evitar con ello que sean los monopolios y oligopolios
mediáticos quienes continúen determinando la esencia de la comunicación y la
cultura en México. De lo contrario, si se ratifica el proyecto de leyes secundarias del
Poder Ejecutivo como fue enviado al Senado el 24 de marzo de 2014, la Cámara de
Senadores y la Cámara de Diputados, habrán legitimado la segunda “Ley Televisa”
con sus nefastas consecuencias para el desarrollo global del país en el siglo xxi.
De no hacernos estos cuestionamientos, y otros más, con severidad, encontraremos que
en plena fase de modernización nacional con la asimilación del Tratado de Libre Comercio,
se habrán modificado las estructuras económicas, políticas, jurídicas, tecnológicas, laborales, comerciales de nuestra sociedad, pero no se habrán transformado las estructuras mentales y emocionales profundas que, en última instancia, son las que sostienen y le dan vida a
nuestra comunidad. Bajo estas circunstancias la sociedad mexicana estará avanzando con
los “ojos vendados” por un precipicio muy peligroso y dentro de algunos años veremos y
sufriremos nuevamente las consecuencias devastadoras que dejará sobre nuestras estructuras de conciencia y comportamientos colectivos la presencia del funcionamiento desregulado de la lógica del mercado globalizado en el terreno cultural y espiritual de nuestro país.
[ 301 ]
Referencias
Libros, revistas y documentos
[ 302 ]
“Declaración de Quito sobre el espacio audiovisual
latinoamericano”, en Revista Video Red, No-5,
Año 2, Lima, Perú, abril-mayo de 1989.
“La televisión y los niños. Conocimiento de la realidad televisiva vs. conocimiento de la realidad
nacional”, Cuadernos del Consumidor, Instituto
Nacional del Consumidor (inco), México, D.F.,
noviembre de 1982.
“Lo más novedoso del tlcan: La llegada impetuosa
de China”, Revista Contralinea, México, D.F, 19 de
marzo de 2014, http://contralinea.info/archivorevista/index.php/2014/03/19/lo-mas-novedosodel-tlcan-la-llegada-impetuosa-de-china/,
consultado el 25 de marzo de 2014.
“Tratado de Libre Comercio de América del Norte”,
tomos I y II, Secretaría de Comercio y Fomento
Industrial (secofi), Gobierno de México, México, D.F, 22 de noviembre de 1993, tomo I, 343 p.,
y tomo II, 273 pp.
Antaki, Ikram, “Foro sobre libertad de expresión y
responsabilidad social”, Cámara Nacional de la
Industria de la Radio y la Televisión (cirt), World
Trade Center, México, D.F, 21 de julio de 1998.
Bonfil Batalla, Guillermo, “Dimensiones Culturales del Tratado de Libre Comercio”, en La Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor García
Canclini (coords.), México, Editorial Nexos y
Nueva Imagen, 1992.
Casas Pérez, Ma. de la Luz, “Identidad Cultural y
Medios de Comunicación: una cuestión no resuelta para Canadá y para México”, Revista Comunicación y Sociedad, número 27, Departamento
de Estudios de la Comunicación Social, Guadalajara, Jalisco, Universidad de Guadalajara, mayoagosto de 1996.
——­, “El Marco Jurídico y la Política de Comunicación Social en el Marco del tlc”, Anuario de Investigación de la Comunicación, número IV, México, Consejo Nacional Para la Enseñanza e
Investigación de las Ciencias de la Comunica-
ción (coneicc) y Universidad de Guadalajara,
octubre de 1997.
Chabat, Jorge, “México en 1991: Diversificando la
interdependencia”, en Enfrentando los cambios
globales. Anuario de políticas exteriores latinoamericanas 1991-1992, Jorge Heine (comp.), Santiago de Chile, Ediciones Pedagógicas Chilenas,
Ediciones Dolmen, 1993, pp. 47-65, http://www.
libros.uchile.cl/files/presses/1/monographs/331/submission/proof/index.html#53/z
Crovi Druetta, Delia (coord.), “Desarrollo de las
Industrias Culturales en México y Canadá (Proyecto Monarca)”, México, Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México (unam), 1995.
Esteinou Madrid, Javier, “¿Autorregulación o Nueva Ley de Medios?, en Revista Mexicana de Comunicación, No. 81, Fundación Manuel Buendía,
A.C (fmb), México, D.F, mayo-junio de 2003.
——, “Autorregulación del periodismo: ¿Por qué se
opone el Estado mexicano a la reglamentación
del Derecho a la Información?, en Revista Chasqui,
No. 69, Revista Latinoamericana de Comunicación, Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para América Latina (ciespal),
Quito, Ecuador, marzo de 2000.
——, “Crisis económica-política, cultura y reforma
moral”, Octava Semana de la Investigación Científica, Cuadernos de Extensión Universitaria, México, Coordinación de Extensión Universitaria,
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Xochimilco (uam-x), octubre de 1998.
——, “El Derecho a la Información y la democratización del Estado Mexicano”, en Revista Iberoamericana de Derecho a la Información, No. 2, Año 1,
Programa Iberoamericano de Derecho a la Información de la Universidad Iberoamericana y
Fundación Manuel Buendía, México, Departamento de Comunicación, Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe, septiembre-diciembre
de 1998.
——, “El Derecho de Acceso a la Información y la Regulación de las Industrias Mediáticas en el México del siglo xxi”, Premio: “Primer Lugar”, en
Segundo Certamen Estatal de Ensayo en Materia
de Transparencia y Acceso a la Información Pública, Memorias del Segundo Certamen Estatal de
Ensayo en Materia de Transparencia y Acceso a
la Información Pública, Chetumal, Quintana Roo,
Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Quintara Roo
(itaipqroo), marzo de 2009.
——, “El Estado Mexicano y el Derecho a la Información: Autorregulación o reglamentación de la
Comunicación”, en Anuario de Investigación de
la Comunicación, No. VI, Consejo Nacional Para
La Enseñanza e Investigación de la Comunicación (coneicc), Guadalajara, Jalisco, Universidad Iberoamericana (uia), Instituto de Estudios
Superiores Tecnológicos de Monterrey, Campus
Estado de México (itesm), marzo de 2000.
——, “El origen ético moral de la crisis del modelo de
la Economía Basura”, en Revista Mediaciones Sociales, No. 5, Revista de Ciencias Sociales y de Comunicación, Sección de Comunicación, Grupo de
Investigación Identidades Sociales y Comunicación, Madrid, España,Facultad de Ciencias de la
Información, Departamento de Sociología IV,
Universidad Complutense de Madrid, II° Semestre de 2009, pp. 123-174, http://www.ucm.es/info/
mediars/MediacioneS2/Indice/indice.html
——, “Hacia la Regulación de la Videocracia en México”, en Revista Electrónica Razón y Palabra, No. 70,
Año 4, “Relaciones Públicas”, Yanyn Rincón Quintero (coord.), Revista Electrónica, Primera Revista Electrónica Especializada en Comunicación
en América Latina, Departamento de Comunicación, México, D.F, Instituto Tecnológico de
Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México (itesm), noviembre 2009- enero
2010, 66 pp., http://www.razonypalabra.org.mx
——, “La comunicación y la cultura nacionales en los
tiempos del libre comercio”, México, Editorial
Fundación Manuel Buendía, 1993.
Gómez Mont, Carmen, “La liberalización de las telecomunicaciones en México. De un sector estratégico al libre juego de las fuerzas del mercado”,
Anuario de Investigación de la Comunicación,
número II, México, Consejo Nacional Para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la
Comunicación (coneicc) y Universidad de
Guadalajara, octubre de 1995.
Mauricio de María y Campos, “Las Industrias Culturales y del Entretenimiento en el marco del
tratado de Libre Comercio”, en La Educación y la
Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor García Canclini
(coords.), México, Editorial Nexos y Nueva Imagen, 1992.
Monsiváis, Carlos “De la Cultura Mexicana en Vísperas del Tratado de Libre Comercio”, en La
Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre
Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor García Canclini (coords.), México, Editorial Nexos y
Nueva Imagen, 1992.
Nassar, Emilio, “Palabras de clausura inauguración”,
Presidente, Cámara Nacional de la Industria de
la Radio y la Televisión (cirt), Simposio sobre libertad de expresión y responsabilidad social, Cámara
Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (cirt), World Trade Center, México, D.F.,
21 de julio de 1998.
Nivón, Eduardo, “Propiedad Intelectual y Derechos
de Autor”, en La Educación y la Cultura Ante el
Tratado de Libre Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor García Canclini (coords.), México,
Editorial Nexos y Nueva Imagen, 1992.
Salinas de Gortari, Carlos, “Tercer informe de gobierno”, Presidencia de la República, Gobierno
de México, México D.F, 1 de noviembre de 1991,
p. 1, http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/
1991_57/Mensaje_del_Tercer_informe_de_
gobierno_de_Carlos_S_73.shtml, consultado el
1 de mayo de 2014.
Sánchez Martínez, Roger Darío, “Privatización
de las telecomunicaciones: un estudio comparativo de las regulaciones en el Sector de México
y Chile”, Anuario de Investigación de la Comunicación, número IV, Consejo Nacional para la
Enseñanza e Investigación de las Ciencias de
la Comunicación (coneicc) y Universidad de
Guadalajara, México, D.F., octubre de 1997.
[ 303 ]
Valenzuela Arce, José Manuel, “En la Frontera
Norte de México: Tratado de Libre Comercio e
Identidad Cultural”, en La Educación y la Cul­
tura Ante el Tratado de Libre Comercio, Gilber­
to Guevara Niebla y Néstor García Canclini
(coords.), México, Editorial Nexos y Nueva
Imagen, 1992.
Hemerografía
[ 304 ]
—— “El síndrome de O.G. Mandino”, Periódico El
Financiero, México, D.F, 19 de junio de 1991.
—— “El tlc hacia un nuevo mestizaje cultural”, Periódico Excélsior, México, D.F, 1 de septiembre
de 1991.
—— “El tlc no deberla incluir los servicios culturales”, Periódico El Universal, México, D.F, 9 de
octubre de 1991.
“Absolutamente” ninguna amenaza a la cultura en
el Tratado: Flores Olea”, en Excélsior, México,
D.F, 27 de septiembre de 1991.
“Dislocará el tlc los sistemas educativos de EU y
México, sobre todo en la zona fronteriza”, en El
Financiero, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
“¿De qué sirve la democracia si pervive el mercantilismo en América Latina?”, en Excélsior, México,
D.F, 3 de junio de 1992.
“¿El tlc una amenaza para la cultura mexicana?”, en
La Jornada, México, D.F, 8 de septiembre de 1991.
“¿Neoliberalismo social?”, en Uno Más Uno, México,
D.F, 11 de marzo de 1992.
“¿Qué del liberalismo?”, en Uno Más Uno, México,
D.F, 17 de marzo de 1992.
“Antes de las reformas políticas y económicas necesitamos una reforma moral”, en El Universal,
México, D.F, 17 de diciembre de 1995.
“Asechanza invisible sobre México”, en Excélsior, 11
de marzo de 1991.
“Base del Estado corporativo”, en Excélsior, México,
D.F, 2 de junio de 1992.
“Cambios que no afecten valores e integridad nacional: Colosio”, en Excélsior, México, D.F, 21 de
septiembre de 1991.
“Clinton, intervencionista astuto si concilia Estado
y mercado”, en Excélsior, México, D.F, 26 de noviembre de 1992.
“Clinton: ¿Un nuevo Liberalismo Social?”, en El Financiero, México, D.F, 24 de noviembre de 1992.
“Con el tlc necesario defender la mexicanidad”, Agencia Notimex, México, D.F, 5 de septiembre de 1991.
“Con el tlc se dislocar la educación fronteriza de EU”,
en La Jornada, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
“Consolidar la cultura nacional”, en Excélsior, México, D.F, 7 de julio de 1991.
“Corrige J. Major a M. Thatcher y fortalece al Estado Benefactor”, en Excélsior, México, D.F, 15 de
julio de 1992.
“CSG: Nadie borrar nuestras fronteras”, en La Jornada, México, D.F, 30 de septiembre de 1991.
“Culturalmente ¿Qué gana o que pierde México
ante el tlc?” (primera parte), en El Financiero,
México, D.F, 14 de octubre de 1991.
“De nuevo sobre el liberalismo”, en Uno Más Uno,
México, D.F, 10 de marzo de 1992.
“Declaración de México”, Conferencia Latinoamericana Sobre el Tratado de Libre Comercio, en La
Jornada, México, D.F, 21 de noviembre de 1991.
“Declaración de México”, en La Jornada, México,
D.F, 21 de noviembre de 1991.
“Demanda Octavio Paz el predominio de la moral
en la vida pública”, en Excélsior, México, D.F, 17
de diciembre de 1995.
“Detener y consolidar valores nacionales, pide Dávalos a jóvenes”, en Excélsior, México, D.F, 28 de
septiembre de 1991.
“El cambio debe ser garantía de justicia”, en Excélsior, México, D.F, 28 de septiembre de 1993.
“El dilema de México”, en Excélsior, México, D.F, 6
de junio de 1991.
“El liberalismo social fortalece la soberanía”, en”
Uno Más Uno, México, D.F, 1 de marzo de 1992.
“El liberalismo social se vive con el Pronasol”, en
Excélsior, México, D.F, 21 de marzo de 1992.
“El liberalismo social: Nuestro camino”, en Uno Más
Uno, México, D.F, 8 de marzo de 1992.
“El liberalismo social”, en Excélsior, México, D.F, 7
de marzo de 1992.
“El México Profundo sigue vivo”, en Excélsior, México,
D.F, 31 de julio de 1991.
“El Neointervencionismo Estatal”, en El Financiero,
México, D.F, 23 de noviembre de 1992.
“El Neoliberalismo continúa haciendo ‘agua’ en Estados Unidos”, en El Universal, México, D.F, 2
de octubre de 1993.
“El retiro del Estado impone retos capitales al neoliberalismo”, en Excélsior, México, D.F, 28 de
septiembre de 1993.
“El tlc no hará perder la identidad cultural a México:
Genovevo Figueroa Z.”, en Uno Más Uno, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
“El tlc nos afectar política, económica e incluso
culturalmente: Gustavo Petricioli”, en Excélsior, México, D.F, 26 de junio de 1991.
“El tlc podría debilitar la identidad del mexicano,
advierte Erwin Epstein”, en, Excélsior, México,
D.F, 22 de octubre de 1991.
“El tlc: ¿Una amenaza para la cultura mexicana?”, en
La Jornada, México, D.F, 8 de septiembre de 1991.
“El Tratado de Libre Comercio y la cultura”, en Excélsior, México, D.F, 10 de junio de 1991.
“Embate brutal del materialismo egoísta en general:
Millán”, en Excélsior, México, D.F, 30 de agosto
de 1991.
“En el tlc el mercado fijará precios a los básicos”,
en Excélsior, México, D.F, 27 de marzo de 1992.
“En riesgo los valores culturales ante la apertura:
Empresarios de Jalisco”, en El Financiero, México, D.F, 8 de julio de 1991.
“Entre la política y la economía. La condición de los
serviles”, en Excélsior, México, D.F, 13 de marzo
de 1992.
“Es la pobreza el reflejo del fracaso del actual modelo económico: De Gasperín”, en El Universal,
México, D.F, 23 de septiembre de 1995.
“Es momento de reformas en todos los órdenes: Rivera”, en La Jornada, México, D.F, 14 de enero
de 1996.
“Está en duda que el mercado solucionará mágicamente los problemas económicos”, en El Financiero, México, D.F, 26 de noviembre de 1993.
“Intervencionismo del Estado. Orígenes y modali-
dades del Estado”, en Excélsior, México, D.F, 3
de junio de 1992.
“Izquierda y totalitarismo. Orígenes y modalidades
del Estado”, en Excélsior, México, D.F, 4 de junio de 1992.
“La educación pública superior se pierde. Hay que
defenderla. ¡Por un nuevo acuerdo social para
la educación superior!”, en Uno Más Uno, México, D.F, 8 de septiembre de 1991.
“La integración no implica cambio de identidad: Bustamante”, en Excélsior, México, D.F, 21 de junio
de 1991.
“La Ley de la Oferta y la Demanda es la que debe regir al mercado”, en El Financiero, México, D.F,
13 de agosto de 1991.
“La lógica del mercado”, en El Financiero, México,
D.F, 4 de agosto de 1992.
“La nueva cara del regulador económico”, en Excélsior, México, D.F, 28 de septiembre de 1993.
“La senaduría, al margen de los intereses de la TV:
Miguel Alemán”, en El Financiero, México, D.F,
20 de junio de 1991.
“La teoría del Estado. Orígenes y modalidades del
Estado”, en Excélsior, México, D.F, 5 de junio de
1992.
“Las culturas aisladas perecen; sólo las comunicadas sobreviven: Fuentes”, en La Jornada, México, D.F, 20 de julio de 1991.
“Liberalismo social, nuestra filosofía. Contra Estatismo y Neoliberalismo absorbente”, en El Financiero, México, D.F, 5 de marzo de 1992.
“Los atrasos económicos y tecnológicos provocan
la pérdida de soberanía e identidad”, en El Financiero, México, D.F, 20 de junio de 1991.
“Los medios de comunicación reducto cultural para
el tlc”, Agencia Notimex, México, D.F, 8 de julio de 1991.
“Los retos entre México y EU los resolveremos mejor amparados en el encuentro de muestras
culturas”, en Uno Más Uno, México, D.F, 2 de
octubre de 1990.
“México no acepta un tlc con sólo buenas intensiones”, en Excélsior, México, D.F, 12 de septiembre de 1991.
[ 305 ]
“Ni la soberanía es obsoleta, ni existe un modelo
único”, en Excélsior, México, D.F, 22 de marzo
de 1992.
“No menguar el tlc soberanía, ni cultura: Serra Puche”, en El Financiero, México, D.F, 21 de junio
de 1991.
“No peligra la identidad ante la globalización y el
Libre Comercio”, en Excélsior, México, D.F, 16
de agosto de 1991.
“No perder México su identidad cultural con la firma del tlc”, en El Día, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
“Nuestra identidad irrenunciable: Barros Valero”, en
Excélsior, México, D.F, 11 de septiembre de 1991.
“Para la industria fílmica, el TLC ser negativo”, en
Cine Mundial, México, D.F, 7 de octubre de 1991.
“Peligro el capitalismo salvaje”, en Excélsior, México, D.F, 2 de noviembre de 1993.
“Por el momento Estados Unidos dejó de lado el
tema cultural”, en El Financiero, México, D.F, 26
de septiembre de 1991.
“Preservar la identidad sin chovinismos: Sarukán”,
en Excélsior, México, D.F, 9 de octubre de 1990.
“Primacía y prioridad de la cultura”, en Excélsior,
México, D.F, 25 de junio de 1991.
“Profundo rechazo en Wall Street a Clinton. Temor
a un incremento de tasas de interés e inflación”, en El Financiero, México, D.F, 13 de noviembre de 1992.
“Reafirmar identidad nacional y ampliar la base de
investigación del país: Sarukhán”, en El Financiero, México, D.F, 24 de septiembre de 1991.
“Recursos a los marginados con mecanismos de
mercado”, en Excélsior, México, D.F, 14 de marzo de 1992.
“Reforzar nuestra identidad frente al tlc”, en Excélsior, México, D.F, 3 de junio de 1991.
[ 306 ]
“Regula la existencia de la sociedad”, en Excélsior,
México, D.F, México, D.F, 31 de mayo de 1992.
“Requiere la sociedad actual de una nueva revolución científica”, en Uno Más Uno, México, D.F,
31 de marzo de 1992.
“Respetar dignidad y costumbres, no sólo elevar la
producción: Salinas”, en El Financiero, México,
D.F, 9 de agosto de 1991.
“Saquean industriales los Bosques de Michoacán”,
en Excélsior, México, D.F, 24 de septiembre de
1991.
“Se dislocarán las instituciones educativas de la
frontera con el tlc: Alexander”, en El Sol de México, México, D.F, 9 de octubre de 1991.
“Sí al neoestatismo para guiar y no remplazar al
mercado”, en Excélsior, México, D.F, 13 de abril
de 1992.
“tlc discusión necesaria”, en El Financiero, México,
D.F, 18 de octubre de 1991.
“tlcan van por más integración financiera y seguridad”, en El Economista, México, D.F, 19 de febrero de 2014, http://eleconomista.com.mx/
industrias/2014/02/19tlcan-van-mas-integracionfinanciera-seguridad, consultado el 25 de marzo
de 2014.
“Tratado de Libre Comercio o integración subordinada”, en Excélsior, México, D.F, 18 de agosto de
1991.
“Urge reestructuración en nuestra música”, en Excélsior, México, D.F, 18 de julio de 1991.
Esteinou Madrid, Javier, “Crisis, valores y reforma
moral” (tres partes), en Excélsior, México, D.F,
3 de septiembre de 1996.
Solana, Fernando, “Nada a costa de nuestros valores”, Apertura de la VII Reunión Binacional
México-Estados Unidos, en Excélsior, México,
D.F, 8 de agosto de 1989.
Veinte años del TLCAN y la política
cultural en México
Eduardo Nivón Bolán
A 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) se imponen los
balances y éstos nos muestran panoramas diferentes. Hasta donde llega mi entendimiento, si hablamos exclusivamente de comercio, los resultados son positivos al menos
en algunos campos y, en consecuencia, se podría decir que el tlcan ha sido útil para incrementar las exportaciones. Cuando vemos el panorama completo del desarrollo —que
implica el bienestar, los ingresos y las capacidades de los ciudadanos— los datos no sólo
son pobres, sino alarmantes. Muchos países latinoamericanos, sin contar con un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá, muestran mejor desempeño
tanto en los indicadores macroeconómicos como en el combate a la pobreza (Weisbrot
et al., 2014:24). Y al mal desempeño de nuestro sistema económico y social se suma el
flagelo de la violencia que es la antítesis de la vida, la salud, el bienestar y desarrollo económico del país.
Desde luego que hay que evitar los escenarios en blanco y negro, no porque no haya
elementos para considerarlos, sino porque la parálisis que producen es contraproducente. Pensar que el tlc ha cumplido con sus objetivos es parcial si recordamos las expectativas difundidas hace 20 años. Mirar el tratado como un fracaso es olvidar que la
opción por centrar la dinámica en la exportación de manufacturas la tomó el gobierno
mexicano varios años antes y, que hasta cierto punto el tratado era una deriva natural de
esa opción y tal vez la menos inconveniente. No es que no hubiera opción ante la globalización económica pero, de entre las posibles —desde el alegre abandono a ella o su
radical rechazo—, el tlc era una opción racional.
En materia de cultura podemos hacer una reflexión parecida. Antes de la firma del
tlcan, Carlos Monsiváis escribió que frente al tratado había posturas igualmente difíciles de compartir. La primera, que llamó “apocalíptica”, olvidaba que muchas de sus
[ 307 ]
preocupaciones ya habían ocurrido y miraba con temor que condujera a una indeseable
censura de ideas sospechosas de amenazar la identidad nacional cuya defensa sería una
tarea mayúscula en caso de que fuera posible localizar tal identidad. La puesta en escena de esta postura despertaba, decía Monsiváis, mayor apoyo pues se identificaba con la
visión de los vencidos. La otra posición, que denominó “utópica”, era igualmente insustancial y hasta cierto punto más cuestionable pues se basaba en la ensoñación de algunos entusiastas del tlc que pensaban que el sólo acto de firmar el tratado iba a liquidar
siglos de atraso y escasez. Una postura que predicaba el ingreso a la religión del mercado
libre, sin importar las adversas condiciones en que el país lo hacía; sólo contaba “la reverencia ante la mentalidad triunfadora, la idea de existir por la imitación” (Monsiváis,
1992:207-209).
Pero el claro análisis de Monsiváis no tuvo el efecto práctico de diferenciar la consideración de cómo se iba a ver afectada la Cultura por el tratado de lo que debería ser
el contenido de una negociación precisa sobre el porvenir de los bienes culturales producidos por las industrias audiovisuales. Esto se expresó incluso en el reducido círculo
que discutió los efectos que atraería el tlcan en este campo. En efecto, a principios de
los noventa Gilberto Guevara Niebla y Néstor García Canclini (1992) coordinaron con el
apoyo de la Subsecretaría de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública
un seminario de análisis sobre las consecuencias del tratado en materia de cultura y educación. A éste asistieron muchos académicos, pero pocos funcionarios responsables de
la negociación e igualmente hubo una participación muy reducida de creadores, y aunque García Canclini colocó la discusión en el terreno del intercambio de bienes y servicios culturales, hubo en realidad escasas propuestas que orientaran, si es que aún había
tiempo, la negociación comercial en este campo.
LA CULTURA EN LA NEGOCIACIÓN DEL TLCAN
[ 308 ]
Como he propuesto más arriba, para un análisis productivo en esta materia hay que distinguir entre las consecuencias culturales del tlcan —tarea muy difícil de dilucidar—
y lo que tiene que ver con la negociación de la comercialización de los bienes culturales,
cuestión más práctica y evaluable. Hernán Galperin (1999), en un ensayo comparativo
de la política hacia las industrias culturales en los tres importantes acuerdos comerciales
que se negociaron en los noventa, el tlcan, la Unión Europea y el Mercosur, considera
que hay tres aspectos que intervienen en la adecuada conciliación de los aspectos económicos y culturales del comercio internacional de los productos del sector audiovisual: el
perfil industrial, las políticas culturales nacionales y la diferencia cultural. El primero se
refiere a la distribución de los recursos económicos y políticos entre los diferentes actores
de la industria audiovisual, por ejemplo la existencia de un sector público en el campo
audiovisual o su total ausencia. El segundo es el marco que regula las comunicaciones en
cada país, y el último consiste en las barreras en cuanto al lenguaje, los hábitos y los géneros preferidos por las audiencias que dificultan los flujos de productos culturales entre
los públicos de países diferentes. Cada uno de estos aspectos afecta el contenido de las
negociaciones comerciales en cualquier región del mundo, pero lo fue mucho más en el
caso del tlcan ya que Canadá, los Estados Unidos y México cuentan con condiciones muy
distintas en cada uno de estos aspectos. En los años noventa Canadá mantenía una actitud vigilante sobre su sector audiovisual en tanto que en México, a pesar de que había
participación pública en ese campo, se desarrollaba una tendencia hacia el mayor predominio del sector privado como sucedía en los Estados Unidos. Y en materia de consumo
la desigualdad entre los bienes importados por cada país en ese campo era contundente.
Es por esto que el tlcan parece expresar un conflicto enormemente desigual.
Resulta por demás sorprendente que ante las desiguales condiciones en materia
audiovisual con respecto a los Estados Unidos no se hayan tomado con más interés los
resultados de la negociación de Canadá con ese país en su Tratado de Libre Comercio. La
experiencia canadiense en la negociación del Tratado de Libre Comercio entre Canadá-­
Estados Unidos (tlcceu) que entró en vigor en enero de 1989, dejó el precedente de haber
podido excluir del tratamiento comercial a sus industrias culturales por ser un área que
el gobierno canadiense consideraba de vital importancia por sus implicaciones en la
construcción de su propio tejido social. La controversial cláusula 2005 de aquel acuerdo
estableció en su primer parágrafo que las industrias culturales quedaban exentas de las
provisiones del mismo y, en el segundo, que se permitía a cada una de las partes tomar
medidas de represalia de efectos comerciales equivalentes en respuesta a políticas de
proteccionismo.1 Como es de esperar, el primer parágrafo no causó ninguna simpatía en
[ 309 ]
1Art. 2005: “1. Cultural industries are exempt from the provisions of this Agreement, except as specifically provided in Article 401 (Tariff Elimination), paragraph 4 of Article 1607 (divestiture of an indirect acquisition) and Articles
2006 and 2007 of this Chapter. 2. Notwithstanding any other provision of this Agreement, a Party may take measures
of equivalent commercial effect in response to actions that wouldhave been inconsistent with this Agreement but for
paragraph 1.” Recuperado en abril de 2014 en <http://www.worldtradelaw.net/fta/agreements/cusfta.pdf>
los Estados Unidos en tanto que en el sector cultural canadiense tampoco logró gran
apoyo el segundo parágrafo, que fue visto como una concesión excesiva. Con todo, cuando la negociación del tlcan abrió de nuevo la discusión sobre el tema, incluso los sectores canadienses insatisfechos se mostraron totalmente en desacuerdo a modificar los
términos del acuerdo alcanzado, actitud que México aceptó sin pretender incorporarse
a la excepción canadiense. El jefe de la negociación mexicana, Jaime Serra Puche, explicó
en una entrevista reciente que tal posibilidad no estaba en el horizonte, sin embargo sólo
quedó de aquella circunstancia su comentario de que el tema cultural era poco relevante
para el país debido a nuestra valiosa herencia cultural.2
De este modo, la idea de excluir al sector audiovisual de la negociación comercial tripartita sólo fue impulsada, con limitaciones, por académicos y creadores, pero poco se
discutió en la opinión pública lo importante de esta postura. Más aún, considero que la
experiencia canadiense sólo fue usada en el caso mexicano con fines de agitación, pues
no estaba en el ánimo del gobierno y de gran parte de los actores culturales diseñar y promover una política activa en defensa de las industrias culturales, sea por intereses económicos o porque no podía evitarse la sospecha de que eran un instrumento de penetración cultural o que estuvieran dedicadas a la promoción de una cultura chabacana y vulgar.
[ 310 ]
Por otra parte, en el artículo 2016 define las actividades que se entiende por industrias culturales: (a) la publicación, distribución o venta de libros, revistas, revistas o periódicos en imprimir o legible por máquina, pero no incluye
la actividad exclusiva de impresión o composición cualquiera de los anteriores; (b) la producción, distribución, venta
o exhibición de la película o grabaciones de vídeo; (c) la producción, distribución, venta o exhibición de grabaciones
de audio o video de la música; (d) la publicación, distribución o venta de música en formato legible por máquina o
impresión; o (e) las radiocomunicaciones en las cuales las transmisiones están pensadas para recepción directa por
el público en general y todo radio, televisión y empresas de radiodifusión por cable y toda programación vía satélite y
servicios de red de difusión.
2 Esta fue la respuesta de Jaime Serra Puche a la pregunta de un periodista canadiensesobre si las industrias culturales entrarían en la negociación del tratado: “No es tan relevante para México. Si tiene tiempo debería ir a ver la
exhibición ´Treinta siglos de esplendor´ y se dará cuenta de que no hay mucho por qué preocuparse” (citado por García Canclini 1992:10). Más de 20 años después Serra Puche explica con un poco de más amplitud su posición: “Todo
lo que incorpora bienes, servicios y productos culturales fue intocable. Me pareció muy sensata la argumentación de
Michael Wilson [ministro canadiense encargado de la negociación, E.N.]. A partir de tal decisión, nosotros pensamos
que para México no había ni un pro ni un contra muy grande en ese sentido, porque es de los tres países el que tiene la
mayor tradición cultural, la más antigua, la más profunda”. Entrevista realizada por Eduardo Cruz para El Economista,
10-02-2014.
NECESARIA REEVALUACIÓN DE LAS INDUSTRIAS CULTURALES
Una autocrítica a la falta de comprensión de las industrias culturales en el desarrollo
cultural de México es imprescindible. Desde la creación del ministerio de cultura francés
en 1959 la misión que se asignó al quehacer cultural del estado era hacer accesibles las
obras capitales de la humanidad al mayor número posible de ciudadanos, de asegurar la
más amplia audiencia al patrimonio y de favorecer la creación de obras de arte y de enriquecimiento del espíritu,3 una tarea que se identificó con el nombre de democratización
de la cultura. Sin embargo, el amplio desarrollo de la producción de bienes culturales a
manos de empresas privadas que lograban una mayor difusión y despertaban más fácilmente el interés de los grandes públicos provocó si no el cuestionamiento de la misión del
Estado por considerarla elitista, sí al menos el reconocer que de las industrias culturales
dependía gran parte del acercamiento a la cultura de los sectores mayoritarios de la población. Mattelard lo expresó de este modo: “Esta noción [industrias culturales] encerraba el reconocimiento del combate desigual entre los objetivos de la política estatal
de democratización de los bienes culturales y el poder creciente que adquiría otra forma de democratización por el mercado, a través de los productos de la cultura de masa,
así como el reconocimiento de los peligros que corría la identidad nacional tras el desmantelamiento de las fronteras del Estado-nación” (Mattelard, 1995).
Un dilema que fue bien sintetizado por Augustin Girard, responsable del servicio
de investigación del Ministerio de Cultura quien daba entender que la política de democratización cultural había fracasado y que era necesario un nuevo enfoque: “Por una
curiosa concatenación, ciertas políticas culturales acarrean, en su afán de democratización, un gigantesco desequilibrio. La acción de los poderes públicos destinada a la población más pobre y más distante de la capital, que ha crecido en la proporción de 100,
200 o 300%, ha servido a la vez para favorecer a los ya privilegiados de la alta cultura y
para ampliar las instituciones centrales hasta el extremo de la esclerosis, al paso que la
población propiamente dicha, desinteresándose de las instalaciones públicas, equipaba
su hogar con máquinas culturales y consumía a domicilio los productos de la cultura de
masas” (Girard, 1982:29).
3 “Le ministère chargé des Affaires culturelles a pour mission de rendre accessibles les oeuvres capitales de l’humanité, et d’abord de la France, au plus grand nombre possible de Français ; d’assurer la plus vaste audience à notre patrimoine culturel, et de favoriser la création des oeuvres de l’art et de l’esprit qui l’enrichissent”. Artículo 1 del Décret
n°59-889 portant organisation du ministère chargé des Affaires culturelles, 24 juillet 1959.
[ 311 ]
Se abría así el momento en que las industrias culturales dejaban de verse exclusivamente como un instrumento de penetración cultural o un instrumento de enajenación
y empezaban a ser tomadas en cuenta por los responsables de las políticas culturales.
Conviene preguntarnos qué tan cercano estaba nuestro país a las reflexiones que desde la experiencia europea se estaba desarrollando en esta materia y me atrevería a decir
que había una gran distancia. Cuando se negociaba el tlc la cuestión de las industrias
culturales no era nueva en la academia mexicana pero sí lo era la idea —cosa que sí tenían clara los canadienses— de que había que intervenir para protegerlas. Lejos de pensar como lo hacía Girard que el programa de democratización cultural se había extraviado
o al menos alejado de los sectores populares de la población y que por tanto había que
intervenir en la cultura realmente existente que era la que se difundía a través del cine, la
radio y la televisión, la misión del Estado en materia de cultura se centraba en la intervención en el patrimonio y las formas tradicionales de creación.4
LA NEGOCIACIÓN
El resultado de las negociaciones del tlcan fue sorprendente en materia audiovisual.
Para el caso de Canadá se mantuvo la exención lograda en el anterior tratado bilateral
(anexo 2106) así como la disposición de que cada parte podría revisar cualquier inversión —independientemente de su monto— relacionado con el patrimonio cultural o la
identidad nacional canadiense (Capítulo 11, art. 1102).5 Para el caso de México, las industrias culturales fueron reguladas por las provisiones del nafta aunque hubo un límite
de 49% en la inversión extranjera en el sector de las telecomunicaciones (e.d. México
mantuvo una restricción en esta materia) y un 30% en la cuota de pantalla para filmes
mexicanos —que nunca se ha alcanzado y que ha sido disminuida en posteriores instrumentos legislativos.
[ 312 ]
4 Entre quienes pensaron que había que pensar los cambios que operaban en la cultura y desde ahí definir la acti-
tud hacia el tlc cuento a Néstor García Canclini y a Guillermo Bonfil quienes plantean un marco de análisis muy sugerente en los trabajos que presentaron para el seminario La educación y la cultura ante el tratado de libre comercio de 1992.
5 Se trata de una reserva sobre el trato de nacional (artículo 1102): 3. “In addition, specific acquisitions or new
businesses in designated types of business activities relating to Canada’s cultural heritage or national identity, which are
normally notifiable, may be reviewed if the Governor in Council authorizes a review in the public interest” (http://www.
sice.oas.org/trade/nafta/anx1cda.asp).
Son precisamente los factores señalados por Galperin los que ayudan a comprender
las diferentes visiones en esta materia. En cuanto al perfil industrial, los Estados Unidos
eran el país de mayor producción audiovisual con cerca de 70% a nivel mundial. Canadá
por su parte importaba alrededor de 80% de los bienes audiovisuales que consumía (con
excepción de la región quebequense) y aunque protegía y subsidiaba su industria audiovisual la participación de ésta en el consumo audiovisual de la población de ese país era
relativamente pobre. Favorecía aún más la penetración de los productos audiovisuales
estadounidenses la cercanía lingüística (de nuevo exceptuando a Quebec) y que la
gran mayoría de la población de ese país vivía a no más de 150 kilómetros de la frontera.
Se podrá suponer que tan evidente penetración de la industria audiovisual de los Estados Unidos otorgara un papel incierto a las excepciones alcanzadas en el acuerdo.
En el caso de México las condiciones eran distintas. Existía una menor influencia en
México de los bienes audiovisuales importados, sobre todo en el caso de la televisión y,
por el contrario, había empresas, principalmente Televisa, que tenía el 90% de la audiencia televisiva, que se habían posicionado con fortaleza en este mercado con una capacidad de exportación altísima principalmente en el terreno de las telenovelas. La distancia
cultural con respecto los Estados Unidos entraba también en escena dando pie a que los
productos en español y las telenovelas mantenían una importante presencia en el mercado e incluso en los propios Estados Unidos a través de Univisión y la televisión por cable. Pero las diferencias en cuanto al cine eran abismales; los productos norteamericanos
copaban las pantallas en México.
MÁS ALLÁ DEL TLCAN
Es muy relevante señalar que la experiencia canadiense de luchar con éxito por la excepción cultural, con escasa repercusión en México como he señalado, animó sin embargo
a muchos otros países, especialmente de Europa continental y de América Latina a excluir su sector audiovisual del mismo trato comercial que se daba a otras áreas de intercambio.6 Debo decir que el argumento de que los bienes culturales tienen un aura espe6 Las consideraciones de excepciones en los tratados comerciales ha sido parte constitutiva de todas las negociaciones comerciales desde la creación del gatt en 1947. Éstas podían deberse a la protección de áreas sensibles en un
determinado país debido a razones económicas o de seguridad nacional, como también a objeciones de tipo religioso,
moral, de salud pública o cultural, como la negativa de Arabia Saudita a la publicidad de bebidas alcohólicas o de ropa
[ 313 ]
cial que los hace merecedores de protección no me es del todo convincente. Creo que la
protección es necesaria para generar condiciones de equitativas de competencia y su
objetivo no es proteger productos, sino a los productores, así lo sean de bienes menos
“dignos” que los bienes culturales. Sin embargo, es valioso el argumento de que los bienes culturales aportan a las sociedades elementos para fortalecer su cohesión social y
un horizonte de futuro y, en el caso de los productos audiovisuales, son un recurso para
mantener la capacidad de producir y difundir una sensibilidad propia o al menos diferente de la que llegaba a través de industria audiovisual estadounidense. Con el paso del
tiempo y en la medida en que la negociación comercial se trasladó al gatt, la justificación de la exclusión cultural adquirió un sentido más democrático. No se trataba de
defender identidades nacionales sino la diversidad en sí misma, es decir, ese modo de
estar en el mundo de los seres humanos en el que reconocemos la universalidad de la
naturaleza y la dignidad humana, al tiempo que sostenemos que la diversidad no sólo
es un hecho sino el motor donde se funda el éxito de nuestra especie.
Nuestra política cultural a partir del tlc se ha pulido en términos de sus instrumentos institucionales (ahora tenemos, a diferencia de hace 20 años, programas de cultura
mejor elaborados) y de los principios que la orientan (que asumen claramente los valores
de la autonomía de la creación artística y el respeto a la diversidad), pero no ha acertado
aún a ubicar a las industrias culturales y la comunicación en el papel que juegan en este
mundo globalizado. Tan cierto como que en casi todo el mundo la diversidad se ha convertido en el eje de las políticas culturales, queda en México todavía un amplio espacio
para trabajar en esta materia.
Por otra parte, la propiedad intelectual se reveló sorpresivamente importante en la
negociación comercial de aquellos años y también debimos introducirnos en esas aguas.
México modificó la legislación en esa materia prácticamente al inicio de las negociaciones del tlcan, pero aún no ha podido asimilar todas sus consecuencias. Mirar el tema de
la propiedad desde el punto de vista de la diversidad abre nuevos caminos como el defender el derecho de los ciudadanos y de las comunidades al conocimiento y la revaloración de las creaciones colectivas como un terreno más de propiedad intelectual.
[ 314 ]
femenina o incluso las restricciones en los Estados Unidos a publicitar tabaco. Visto con cuidado, el Acuerdo General de
Aranceles y Comercio (gatt), el Acuerdo General de Comercio y Servicios (gats) y la posterior Organización Mundial
de Comercio se enfrentaban a muchas restricciones que eran en los hechos excepciones culturales sin que existiera
una doctrina o una conceptualización precisa. En el caso de la negociación del tlcan cada uno de los tres países estaba
interesado en defender algunas áreas de una apertura indiscriminada: las industrias culturales para Canadá los servicios
marítimos de Estados Unidos y el sector petrolero de México (Vega: 124).
CONCLUSIONES
Entonces, ¿qué balance hacer de los impactos culturales del tlcan? Hay una gran dificultad para dilucidar los efectos del tlcan de entre los factores de la globalización, el giro
neoliberal y la apertura del tlcan. Muchos de los efectos son entonces consecuencia de
un proceso que proviene de definiciones tomadas a partir de la crisis de 1982 y que supusieron una transformación de la matriz sociopolítica7 que en el último tercio del siglo xx
se caracterizó por el cambio del sistema productivo organizado ahora bajo la batuta de la
información, a partir de una definición ideológica centrada en el mercado y en el marco
de la reestructuración del sistema mundial a partir de un solo polo político, el poder estadounidense, ahora en crisis. Estas transformaciones llevaron a un vaciamiento de lo que
hasta entonces había sido el Estado nacional y las formas tradicionales de acción colectiva. De este modo la política tradicionalmente fundada en la acción del Estado se desplazó hacia el mercado, lo que despojó a los movimientos sociales de la vía tradicional de
su inclusión al campo de lo público. Esta transformación es claramente cultural como lo
fue aquella que estructuró la sociedad a partir del Estado. Esto explicaría por qué el país
no parece haberse reconciliado con el libre comercio como sí lo hizo, por ejemplo, con
decisiones político-económicas de gran trascendencia como la expropiación petrolera.
Sin duda gran parte de las posturas críticas al Tratado de Libre Comercio tanto en los
noventa como en la actualidad responde al rechazo a esta nueva estructuración de la
vida social, pero también es evidente que no es el tlcan en sí mismo el que ha producido
los efectos negativos que con frecuencia se han denunciado. Por ello ratifico mis señalamientos anteriores: los efectos del Tratado de Libre Comercio en la comercialización de
bienes culturales son limitados en gran parte porque los actores implicados no acertaron
a poner en claro una política en el momento de la negociación o, como crudamente expresó Jaime Serra Puche en 2014, faltó una “lectura industrial sobre la cultura mexicana”;8 una declaración que puede ser cuestionada aunque no por ello sea menos real.
7 Tomo este concepto de Manuel Antonio Garretón quien la define como “relaciones entre el Estado, una estruc-
tura de representación o un sistema de partidos políticos ––para agrupar demandas globales e implicar políticamente
a sujetos–– y una base socioeconómica de actores sociales con orientaciones y relaciones culturales, lo que incluye la
participación y diversidad de la sociedad civil de estructuras estatales formales, todo ello mediado institucionalmente por el régimen político” (2004:16-17).
8 Entrevista realizada por Eduardo Cruz para El Economista, 10-02-2014
[ 315 ]
Galperin (1999:634) concluyó su análisis del tlcan diciendo que el tratado no alteró
significativamente la estructura o funcionamiento del mercado audiovisual de la región.
Mientras Canadá tuvo éxito en mantener la excepción cultural negociada en los Estados
Unidos en 1988, México avanzó hacia un acuerdo como parte de una amplia reestructuración de sus industrias de medios y de telecomunicaciones. Lo que debería notarse es que
dado que sus objetivos se limitaban a la creación de una zona de libre comercio no hubo
en la agenda del tlcan —como sí ocurrió tanto en las negociaciones de la Unión Europea
y del Mercosur— ningún organismo o proyecto de cooperación que estimulara las industrias culturales. En este sentido la falta de propuesta en materia de las industrias culturales dejó el campo libre a la legitimación de la mercantilización de la cultura ignorando
sus implicaciones socioculturales.
Referencias
[ 316 ]
Bonfil, Guillermo (1992). “Dimensiones Culturales
del Tratado de Libre Comercio” en Gilberto
Guevara Niebla y Néstor García Canclini, coords.
La educación y la Cultura ante el Tratado de Libre
Comercio, México, Nexos-Nueva Imagen 157-178.
Galperin, Hernan (1999). “Cultural industries policy
in regional trade agreements: the cases of nafta,
the European Union and Mercosur” Media Culture & Society, sage (London Thousand Oaks and
New Delhi) 21: 627-648.
García Canclini, Néstor (1992a). “Prehistoria económica y cultural del Tratado de Libre Comercio”, en La Educación y la Cultura Ante el Tratado de
Libre Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor
García Canclini (coords.), México, Editorial Nexos y Nueva Imagen, pp. 3-14.
García Canclini, Néstor (1992b). “Las industrias
culturales”, en La Educación y la Cultura Ante el
Tratado de Libre Comercio, Gilberto Guevara
Niebla y Néstor García Canclini (coords.), México, Editorial Nexos y Nueva Imagen, pp. 211-234.
Garretón, Manuel Antonio et al. (2004). América
Latina en el siglo xxi, Santiago, lom, 163 pp
Girard, Augustin (1982). “las Industrias culturales:
¿obstáculo o nueva oportunidad para el desarrollo cultural?” en Anverre, Ari et al Industrias Culturales: el futuro de la cultura en juego MéxicoParís, fce-unesco, 25-45.
Mattelart, Armand (1995). “Excepción o especificidad cultural. Los desafíos del gatt” Telos, Fundación Telefónica, junio-agosto, núm 42. http://
telos.fundaciontelefonica.com/telos/anteriores/num_042/opi_perspectivas5.html
Monsiváis, Carlos (1992). “La cultura mexicana en
vísperas del tratado de libre comercio”, en La
Educación y la Cultura Ante el Tratado de Libre Comercio, Gilberto Guevara Niebla y Néstor García
Canclini (coords.), México, Editorial Nexos y
Nueva Imagen, pp. 179-209.
Vega Cánovas, Gustavo (2010). El tratado de Libre Comercio en América del Norte. Visión retrospectiva y retos a futuro, México, El Colegio de México, 408 pp.
Weisbrot Mark, Stephan Lefebvre y Joseph Sammut (2014). ¿El tlcan ayudó a México? Una valoración tras 20 años,Center for Economic and Policy Research, Washington, D.C.
La rectoría del Estado en materia de cultura. Una
reflexión a 20 años del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte
Carlos Lara G.
Que el Estado garantice los mínimos necesarios del derecho de acceso a
la cultura a los ciudadanos y que el mercado se encargue de estos mismos
en lo que tienen de usuarios y consumidores.
C.L.G.
LA RECTORÍA DEL ESTADO EN MATERIA DE CULTURA
La respuesta a esta pregunta se antoja catastrófica tras el balance del Tratado de Libre
Comercio para América del Norte. Pero en parte porque es lo único que hemos escuchado durante todo este tiempo en un vasto sector de la denominada comunidad cultural.
Es verdad que el liberalismo en gran parte del mundo se dio a la tarea de crear las bases
de un Estado que llegó a ser tan fuerte que se consolidó por mucho tiempo como un
Estado social y democrático. Lo es también el hecho de que hoy el neoliberalismo y sus
tecnócratas han desmantelado casi por completo al Estado. En este contexto México es
una de las economías más abiertas del mundo con 34 acuerdos comerciales firmados,
aunque ninguno de la profundidad e impacto del tlcan,1 pero esto no debe ser visto como
el gran obstáculo de nuestro desarrollo cultural. El Estado mexicano tiene hoy atribuciones fundamentales en materia de cultura que antes no tenía y se están haciendo
valer en este nuevo contexto.
Por supuesto que hay una rectoría del Estado y reside en el compromiso de los poderes públicos por dar cumplimiento a los principios consagrados en la Constitución,
1 El constructor de la economía liberal mexicana, impulsor de dicho tratado, Herminio Blanco, disputó la presi-
dencia de la Organización Mundial del Comercio, y a punto estuvo de conseguirlo.
[ 317 ]
garantizados en las leyes y reglamentos correspondientes y materializados en una política cultural. El planteamiento que quiero hacer es, qué podemos hacer a partir de lo
que tenemos, y no de lo que pudiéramos tener si renegociáramos el tlcan.
Las reformas publicadas en junio de 2011 elevaron a rango constitucional la protección de los derechos humanos y reconocieron por primera vez todas las garantías protegidas por tratados internacionales ratificados por México. Dicha reforma fue calificada
por la Organización de las Naciones Unidas como un hito histórico. Cabe señalar que se
desprenden del caso Rosendo Radilla Pacheco,2 considerado un caso ejemplar en todo el
mundo por servir de base a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos para determinar que los Estados de la región deberán concebir los derechos humanos en su
dimensión más integral. Con esto el juicio de amparo, institución protectora de los derechos fundamentales por excelencia, se ve robustecido al ampliarse la procedencia del
amparo respecto de cualquier norma general, por violaciones a los derechos humanos,
independientemente de que exista o no una legislación nacional aplicable. Otro aspecto
importante es que evidencia el reconocimiento de la progresividad de los derechos humanos, mediante la expresión clara del principio pro persona. Esto es, que tratándose de
violaciones a los derechos humanos (entiéndase derechos culturales), el Estado está obligado a brindar la protección más amplia en beneficio de la persona afectada.
En 2009 el Poder Legislativo aprobó la reforma constitucional al artículo 4°, que
establece el derecho de acceso a los bienes y servicios culturales que presta el Estado,
para todos los mexicanos,3 y el artículo 73 para facultar al congreso para expedir las
2
[ 318 ]
Por cierto, los expedientes judiciales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (scjn) de México, sobre la
participación del Poder Judicial de la Federación en la resolución de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coridh), derivada de la controversia Rosendo Radilla Pacheco contra el gobierno de México, fueron
registrados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en su
programa Memoria del Mundo, por tratarse de un caso ejemplar. Así lo resolvió el Comité del Programa Memoria del
Mundo en el Ámbito Regional para América Latina y el Caribe (Mowlac) de la Unesco, en su XIV reunión, celebrada
en Lima, Perú. El Programa Memoria del Mundo ha registrado el Archivo de la construcción y caída del Muro de Berlín, el Proceso penal (el Estado contra Nelson Mandela y otros), el Diario de Ana Frank, las colecciones Jean-Jacques
Rousseau de Ginebra y Neuchâtel, la colección Schubert de la Biblioteca Municipal de Viena y la colección de lenguas
indígenas de México, entre otros.
3 La reforma quedó de la siguiente manera: Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los
bienes y servicios que presta el estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y
participación a cualquier manifestación cultural.
leyes y establecer las bases sobre las cuales la federación, las entidades federativas y
los municipios coordinarán sus acciones en materia de cultura. Con esta reforma, el
autor de estas líneas ha recurrido a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
para hacer valer el derecho de acceso a la cultura, y ha visto con agrado cómo la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace valer este derecho en una serie de controversias
en las que incluso ha cambiado su criterio a partir de esta reforma.4 Existe ya una tesis
aislada de la scjn (ccvi/2012 10a), la cual establece en relación al derecho a la cultura
que el Estado mexicano debe garantizar y promover su libre emisión, recepción y circulación en sus aspectos individual y colectivo. Esto es, de la interpretación armónica
y sistemática de los artículos 3°, 7°, 25 y 26 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, que ha hecho la Corte, en relación con diversos preceptos sobre derechos humanos de carácter internacional, adoptados por el Estado mexicano, y conforme al artículo 4° constitucional, determina que el derecho a la cultura se incluye
dentro del marco de los derechos fundamentales. Lo que nos dice esta tesis aislada en
relación al derecho fundamental a la cultura, es que es inherente a la dignidad de la persona humana, y en virtud de su naturaleza de derecho fundamental, debe interpretarse
de manera armónica con los principios de universalidad, indivisibilidad, interdependencia y progresividad enmarcados recientemente por la reforma 2011 antes señalada,
en el párrafo tercero del artículo 1° de la Constitución; debiéndose garantizar tanto su
acceso, como su participación sin discriminación alguna y respetándose en su máxima
expresión, tanto en lo individual como en lo colectivo.5 Esta es una base fundamental
que anteriormente no existía, y a partir de la cual se puede hacer valer ante los posibles
excesos del mercado.
4 De ahí que el Estado deba garantizar y promover la libre emisión, recepción y circulación de la cultura, tanto en
su aspecto individual, como elemento esencial de la persona, como colectivo en lo social, dentro del cual está la difusión de múltiples valores, entre ellos, los históricos, las tradiciones, los populares, las obras de artistas, escritores y
científicos, y muchas otras manifestaciones del quehacer humano con carácter formativo de la identidad individual
y social o nacional. Amparo directo 11/2011. 02 de mayo de 2012.
5 Sin embargo, es preciso señalar que como cualquier derecho humano, no es absoluto o irrestricto, pues si bien
en su formulación o enunciación normativa no contiene límites internos, como el resto de derechos, encuentra ciertos
límites de manera externa, en su relación con el ejercicio de otros derechos, pues carecería de legitimidad constitucional todo acto que, bajo el auspicio de una expresión o manifestación cultural atentara contra otra serie de derechos
también protegidos de manera constitucional, lo cual, estaría en su caso, sujeto a valoración o a ponderación por la
autoridad correspondiente.
[ 319 ]
LA FUNCIÓN ESTATAL ANTE LA EXCEPCIÓN CULTURAL
Cuando utilizamos el término “excepción cultural”, nos referimos básicamente a las
medidas de protección adoptadas por algunos Estados mediante decretos y otras figuras jurídico-administrativas, a manera de política cultural, para garantizar a ésta un
tratamiento diferente y exclusivo en los tratados comerciales. Esto por considerar que
los bienes y servicios culturales son distintos a los productos comerciales. Ejemplo de
esta política son los países francófonos de Canadá y Francia.6
La reyerta en torno a su adopción a principios del milenio contó con más promotores que detractores, especialmente por la oposición a dar un tratamiento comercial
a la cultura. Quienes hablaban a favor partían de la premisa de que los bienes y productos culturales eran distintos a los bienes y productos industriales y comerciales; por lo
tanto no podían ser liberados a las fuerzas del mercado, es decir, a la ley de la oferta y la
demanda. De no aplicar la excepción cultural, decían, en particular los francófonos, estos productos no auténticos, ajenos incluso a una cultura determinada, desplazarían
entre los consumidores culturales a las auténticas creaciones artísticas y manifestaciones más originales y valiosas. Lo anterior traería como resultado, decían, el empobrecimiento y degradación de los valores estéticos en la colectividad; ya que dependerían
sólo del mercado y géneros como la poesía, el teatro, la danza y otras manifestaciones
artísticas y culturales podrían desaparecer. Esta es la razón por la que se considera que
los productos culturales requieren de un régimen especial en los tratados comerciales.7
Si aceptamos esta lógica de ofrecer a los productos culturales una protección estatal por
lo que representan en el fortalecimiento de la identidad de un pueblo; una especie de
espíritu, proemio, patrones estéticos, identificación con una tradición y manera de ser,
sentir, creer, soñar, en síntesis, el adhesivo moral, intelectual y espiritual entre la sociedad, sería tanto como aceptar la idea de que si un país quiere conservar su alma, debe defender su identidad salvaguardando sus productos culturales de la competencia y de la
devastadora globalización.
[ 320 ]
6 Su origen, como lo conocemos, se remonta a los acuerdos del gatt y tenía un corte cultural y religioso. Planteado así por los técnicos del comercio mundial para justificar, entre otras cosas, que no se anunciaran en Arabia Saudí
las bebidas alcohólicas o la lencería fina, o el tabaco en Estados Unidos. Lo anterior es entendible si consideramos el
excesivo conservadurismo de algunos grupos gobernantes en dichos países.
7 Carlos Lara G., “Excepción cultural y libertad de mercados”, en Los anteojos de Baskerville, introversiones editoriales en torno a las McReglas que rigen el arte y la cultura, Editorial Zafiro, 2010.
Desde mi punto de vista, nada es más peligroso que esta visión apocalíptica, fatalista,
acomplejada y proteccionista. Aceptarla nos conduciría a una conclusión irremediablemente natural: nos llevaría a aceptar, como bien sugiere Mario Vargas Llosa, que la cultura y la libertad son incompatibles. En efecto, considérese que si la única forma de garantizar a un país una vida cultural auténtica y participativa es volviendo al despotismo
ilustrado y practicando un nacionalismo cultural, que seguramente desembocaría en el
dirigismo cultural de Estado, las consecuencias serían peores. ¿Qué hacemos con muchas de las libertades ya conquistadas, tales como la creación?
En ese sentido, la excepción cultural es antidemocrática y siempre será mejor, bajo
mi punto de vista, respetar la libertad plena de los creadores y ciudadanos. En todo caso es
aquí donde debe prevalecer la rectoría del Estado para garantizar el mínimo de acceso a la
cultura a los ciudadanos, y dejar que el mercado atienda a éstos en lo que tienen de consumidores para que puedan consumir y producir lo que las industrias culturales generan
y ponen en circulación en todo el mundo. Si quitamos el traje del lobo feroz a Hollywood
y lo ponemos a los francófonos promotores de la excepción cultural, nos plantaremos en
el supuesto en el que el público puede ser tan poco sutil y riguroso en sus gustos estéticos, literarios, cinematográficos, incluso hasta para hacer uso de su tiempo libre, que se
vuelve casi una necesidad orientarlo hacia los considerados buenos productos y servicios
culturales, imponiendo así una especie de “buena elección”. ¿Qué sigue después?, ¿la penalización arancelaria a los considerados malos productos artísticos o culturales, el encarecimiento de los mismos en un determinado país, al mismo tiempo que se promueve
a los considerados buenos productos mediante regímenes especiales, subsidios y rentas
para privilegiar las creaciones genuinas?8 Respondamos las preguntas del citado Nobel
de literatura: ¿Quién debe encargarse de este delicado discrimen entre el “buen” arte y
8 Considérense casos como el del gobierno chino, que en el momento en que se discutía en el seno de la unesco
la excepción cultural, tomó la decisión de demorar el estreno de películas procedentes de Hollywood para proteger
su decaída industria nacional. Por primera vez intentaba aplicar cuotas para reducir la importación de películas estadounidenses. No se trataba de una prohibición, sino de coordinar la distribución de las cintas, decía a la agencia de
noticias efe un portavoz del China Film Group ( junto a la Corporación Huaxia, las únicas con derecho a distribuir
películas extranjeras en dicho país). Con esta medida, cintas como “Spiderman 2”, “Harry Potter” o la segunda entrega de la película de animación “Shrek”, verían retrasada su fecha de estreno en siete semanas. Los retrasos coincidían con la temporada en que los jóvenes chinos comenzarían sus vacaciones, por lo que el gobierno había hecho
todos los preparativos para que las películas producidas en China fueran las estrenadas en junio y julio. Las autoridades norteamericanas recurrieron a la Organización Mundial de Comercio y el organismo obligó al gobierno chino
a dar marcha atrás.
[ 321 ]
el “malo”? ¿La burocracia cultural? ¿Los gobernantes? ¿Los diputados? ¿Comisiones especiales de supremos miembros de la comunidad cultural designados por las secretarías de estado?9
Creo que quienes promueven la excepción cultural no han sido capaces de entender
que ésta sólo tiene sentido en sociedades que consideran la cultura como algo excepcional. Sí, Canadá y Francia, por ejemplo, pero el resto del mundo por qué tendría que adoptar esa misma manera de hacer de la cultura algo excepcional, si podemos desdoblar sus
bondades y proyectarla como algo habitual y cotidiano, o bien, como la está asumiendo
ahora el gobierno mexicano a través de su política cultural, atendiendo al contexto por
el que estamos pasando: como un medio para lograr el desarrollo social y contribuir a
la superación de los principales problemas de inseguridad que enfrenta el país. Quien
considere que se puede impulsar una excepción cultural como política de Estado, pensando sólo en los referentes francófonos, y sin aceptar que se pone en riesgo la libertad
ciudadana, que explique cómo no caer en un nacionalismo cultural, o peor aún, en un
antidemocrático dirigismo de Estado. En lo personal, me resisto a ver al Estado tratando
de orientar a los ciudadanos en sus vertientes de consumidores, usuarios y seminautas
en materia de estética. Me resisto a pensar en una política cultural que tenga la mirada
puesta en el regreso a la subordinación de la vida artística e intelectual a una doctrina
política.10 El especialista en políticas culturales Alfons Martinell es muy acertado al decir que ninguna cultura o política cultural puede comprenderse sino ligadas a un territorio. Esto es, las políticas culturales deben ser territoriales y responder al contexto de
cada país. Canadá y Francia tienen la excepción cultural como parte de su contexto, es
una buena experiencia para ellos. Es más, habría que recordar que cuando Jack Lang invocaba este principio, lo hacía como protección a las culturas francesas en lengua francesa, en oposición a la hegemonía de las culturas de expresión inglesa. Y quizá, como
sostienen diversos pensadores, sin comprender que la riqueza cultural debe estar sujeta
a su diversidad contradictoria y al debate constante de sus tradiciones, corrientes y creaciones. Es así como han trascendido las más importantes naciones del mundo en el terreno del arte y la cultura. México ha avanzado mucho en materia de cultura democrá[ 322 ]
9 Véase a Mario Vargas Llosa en “Razones contra la Excepción Cultural”, 5 de agosto de 2004, Revista Caretas
(Piedra de toque), diario El País.
10 El Partido Revolucionario Institucional que está de regreso en el poder, sabe que ya no puede utilizar la cultura
como un instrumento de consolidación política, como lo hizo gran parte del siglo pasado.
tica como para dejarse seducir por modelos y experiencias ajenas. Aspirar a acabar con
el mercado para los bienes culturales porque el público no sabe elegir, es una política
culturalmente regresiva.
Es la educación y el fomento y promoción de la cultura, no los subsidios, ni la protección estatal lo que puede crear un público más conocedor.11 Los mexicanos, dice acertadamente la antropóloga Lourdes Arizpe, debemos ser cuidadosos en reconocer nuestro
mundo cultural, pero aventurados en crear los nuevos significados para tener conciencia de nosotros en un mundo con barreras culturales”.12 Debemos tener claro que hablar
de modelos culturales, implica hablar de modelos de sociedad. Y México no tiene una cultura agonizante que deba ser protegida por el Estado para poder sobrevivir al siglo XXI.13
La cultura o culturas, como bien apunta Vargas Llosa, deben ser protegidas por la
sociedad, no por los burócratas. En ese sentido, podemos agregar que el día que las tradiciones y festividades culturales sean organizadas sólo por el Estado, éstas dejarán de
ser tales. El Estado debe ser aquí sólo un facilitador.
En México ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación se aclara con las excepciones.
Acaba de determinar el precio único al libro, negando el amparo a la librería de Porrúa
Hermanos y Compañía, argumentando que dicha excepción “no infringe los derechos
a la libertad de comercio, igualdad, seguridad jurídica, legalidad, libre concurrencia y
11 En ese sentido, en febrero de 2012 el Poder Legislativo adhirió dos párrafos al artículo 3o., para subrayar que la
educación que imparta el Estado Contribuirá a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto
por la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la
sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de
grupos, de sexos o de individuos (...); además, el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos,
incluyendo la educación inicial y a la educación superior, necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura. Esto último es importante, alentar
el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura, nunca se ha dado la encomienda al Estado de “proteger” la cultura. La
nuestra no es una cultura agonizante que requiera de protección estatal.
12 Entiendo la preocupación de esto al tener un magisterio como el que tenemos, al que en la mayoría de los
casos hay que alfabetizar, pero no sólo los maestros enseñan a leer, a oír buena música, a discriminar entre lo que es
arte y no. También las familias, es aquí donde conviene hablar de co-educación. Y qué decir de los medios de comunicación y del entorno social en que cada ciudadano se forma, por ello insisto en el desarrollo de una política pública
que genere condiciones que estimulen el desarrollo y la creatividad cultural y la primera de ellas es la libertad, con todo
lo que cabe en esta expresión. Libertad de opinión y creación sin interferencias ni censuras, así como de circulación a
los bienes culturales del mundo.
13 Considérense en este sentido las mismas declaratorias de patrimonio de la humanidad, otorgadas al revés, como
una especie de protección o salvaguarda y no como el reconocimiento a un esfuerzo institucional y ciudadano por mantener vivo un bien cultural.
[ 323 ]
competencia económica”. Sin embargo, en un caso similar, invalidó la norma emitida
por el Gobierno del Distrito Federal en 2011 que limitaba el establecimiento de supermercados y tiendas de autoservicio para proteger a los mercados tradicionales,
misceláneas y tiendas de abarrotes. Lo anterior bajo el argumento de que la Norma 29,
expedida por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en 2011, violaba el artículo
28 de la Constitución por ser contraria a los principios de libre competencia y libre
concurrencia, y atentaba contra los intereses de los consumidores. El objetivo de dicha norma de excepción era regular la instalación de las grandes cadenas de tiendas
de autoservicio fuera de las cercanías de los mercados públicos y tiendas de abarrotes
tradicionales.14
EL DISCURSO CHILLÓN DE LA AUTOCRACIA ILUSTRADA
Todos sabemos que la apertura comercial de nuestro país no ha sido lo exitosa que hubiésemos deseado en casi ningún rubro desde la firma del tlcan. Sin embargo, es tiempo
ya de superar el discurso chillón. “Si hubiéramos tenido parque, no estarían aquí”, diría
el maestro Ibargüengoitia. Esto va para algunas expresiones políticas de izquierda, que
han avivado en diferentes momentos la idea de separar la cultura de los tratados y agendas comerciales, para crear una especie de blindaje de Estado. Inspirados por afirmaciones apocalípticas como las de Andrés Ordóñez, para quien “nuestro imaginario colectivo
está siendo moldeado por el discurso cotidiano del mundo anglosajón”.15 En lo particular no estoy de acuerdo con esto, debido a que no se reconoce en ningún momento la
existencia de nuestras expresiones culturales en términos competitivos, sino como parte
de un discurso acomplejado que no para de señalar a la tecnocracia gobernante que sen-
14
[ 324 ]
Disponía límites al establecimiento de giros mercantiles en los que se pretendiera la venta de artículos que
conforman la canasta de productos básicos, y de manera complementaria, la de ropa y calzado, bajo la modalidad de
tiendas de autoservicio, supermercados, minisúper o tiendas de conveniencia. Sólo podrían situarse en predios cuya
zonificación secundaria fuera Habitacional Mixto (hm), así como en predios con frente a vías públicas en los que resultara aplicable alguna norma de ordenación sobre vialidad que otorgara la misma zonificación hm, indicada en el
plano del programa delegacional de desarrollo urbano correspondiente, según la citada Norma. Sin embargo, la scjn
consideró que “el cuerpo normativo es violatorio del artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en lo referente al proceso de competencia y libre concurrencia, en la comercialización de productos de la
canasta básica, en perjuicio de los consumidores”.
15 Fracaso del tlc; Ordóñez propone revisión. Por Judith Amador. Revista Proceso 1438, 23-05-2004.
tó las bases del neoliberalismo y se adhirieron en conciencia a sus criterios.16 Más allá de
desarrollar acciones y políticas competitivas a partir de las reglas existentes, la izquierda
mexicana y sus grandes coros de acompañamiento se han limitado sólo a dar cuerpo y
solidez a un discurso que tiene como marco las viejas glorias de nuestro pasado y como
tipo ideal weberiano el modelo francófono de política cultural.17 Mientras tanto, emerge una nueva generación de creadores como Cuarón, Lubezki, Del Toro, Iñárritu, Gael
García, Gary Alazraki, Diego Luna, Derbez...
Finalmente diría que, una vez que la unesco, tras sendos debates, sesiones de trabajo y
asambleas, logró transformar la excepción cultural en diversidad cultural, un segundo
paso natural sería impulsar los criterios de la mundialización como principios rectores del
estados miembros. Una mundialización entendida en oposición a la globalización, como
un proceso de integración donde los protagonistas son las personas, las comunidades y
las naciones que se relacionan entre ellas con libertad y dignidad, y que al lado de la estructura tecnológica y económica mundial, construyen leyes e instituciones responsables y solidarias que brindan un marco de acción conocido, construido y aceptado por todos, con
pleno respeto a la cultura, a la tradición, a los valores y a las creencias de cada pueblo.18 Se
trata de un proceso de integración que acompaña la formación de un mercado global, con
la expansión del Estado de Derecho, con la finalidad de arribar a un mundo de derecho,
donde se haga valer uno de los fundamentos centrales del Estado que es su facultad rectora. Una cualidad que debe hacer valer en todos los ámbitos de su esfera competencial, y
orientarla en el marco de la diversidad cultual hacia una política cultural que garantice los
mínimos elementos necesarios para el acceso a la cultura a los ciudadanos, y que deje el
mercado, insisto, hacer lo propio con lo que éstos tienen de usuarios y consumidores.
16 Lo ocurrido en abril del 2001, una vez aprobado el Reglamento de la Ley de Cine, es ilustrador. Víctor Hugo
Rascón Banda había dicho públicamente que Herminio Blanco, secretario de Comercio del gobierno de Ernesto Zedillo, había detenido el documento de dicha reglamentación por considerar que afectaba el espíritu del tlc y a Estados Unidos, y comentó lo siguiente: “El reglamento de la Ley de Cine sufrió ajustes, muchos a petición de los exhibidores y distribuidores y de oficio porque, como se sabe, la Secretaría de Economía es el guardián del tlc y tiene que
cuidar que los mexicanos no hagamos nada que afecte el comercio con Estados Unidos. Véase 1988-2012 Cultura y
transición de Eduardo Cruz Vázquez y Carlos Lara G., Universidad Autónoma de Nuevo León /uam..
17 Así lo hizo durante años la legisladora María Rojo, incluso llegó a decir que estaba en pláticas con legisladores
de Canadá y Estados Unidos para solicitar, en el marco de la renegociación del tlcan, dicha excepción. Nunca supo
que era un tema que escapaba al ámbito del Poder Legislativo, y ya ni hablar del artículo 414 inciso 2 numeral C de dicho tratado, que establece las reglas para una posible renegociación.
18 Globalización VS mundialización: la propuesta ético-humanista de Carlos Castillo Peraza. En Razón y Palabra,
vol. 12, núm. 56, abril-mayo, 2007. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. México.
[ 325 ]
Currículas
Eduardo Cruz Vázquez (Coordinador), es egresado de la licenciatura en
Comunicación de la uam-Xochimilco,
con Especialidad en Políticas Culturales
y Gestión Cultural por la uam-Iztapalapa.
Ejerce el periodismo desde 1980, como
también la gestión cultural. Por más de
una década ha desplegado una amplia
labor de análisis de la economía cultural, de las empresas culturales y en la de
formación de emprendedores culturales. En su trayectoria destaca su desempeño como agregado cultural en las
embajadas de México en Chile y Colombia, cuyo gobierno lo condecoró
con la Medalla al Mérito Cultural. Cuenta con dos obras que reúnen buena
parte de su quehacer como analista,
reportero y cronista: Desde la frontera
norte (uam-Iztapalapa, 1991) y Del mismo cuero salen las correas (uam-Xochimilco, 2002). La editorial colombiana
Común Presencia publicó el volumen
de prosas poéticas Saldo a favor (2005).
Coordinó las obras Diplomacia y cooperación cultural de México: una aproximación, obra pionera en su ámbito
(unicach/uanl, 2007); 1968-2008. Los
silencios de la democracia (Editorial
Planeta, 2008), serial de entrevistas que
abordan la situación de los medios de
comunicación en el país, y Economía
cultural para emprendedores. Perspectivas (uam/uanl, 2010), obra también
sin precedente en la materia. Es asesor
de la Rectoría General de la uam. En
2009 creó el Programa de Economía
Cultural y el Grupo de Refle­xión sobre Economía y Cultura (grecu) http://
economiacultural.xoc.uam.mx. Desarrolla una amplia tarea como consultor.
Destaca la coordinación del Programa Sectorial de Cultura del Gobierno
del Estado de Oaxaca (2011-2016). En
2011 apareció la novela Colombia tiene nombre de mujer, en coedición de
Ediciones Sin Nombre y la uanl. En el
campo del análisis sectorial, su más reciente obra, coordinada al lado de Carlos A. Lara González, es 1988-2012. Cultura y transición (uanl/icm, 2012).
Miguel Ángel Corzo (Estados Unidos), es presidente del Consejo de Catalyzis, una empresa de innovación,
con importantes proyectos mediáticos y académicos en Turquía y el Medio
Oriente. Es fundador y presidente de
la fundación The Global Alliance for
Conservation y conocido por su liderazgo y abogacía en las artes y la cultura, la educación, la economía creativa
y el movimiento mundial de desarrollo sostenible. Nacido en México y ciudadano de Estados Unidos, Corzo fue
—en México— subsecretario, asesor
técnico del secretario de Asentamientos Humanos y director académico
fundador de la Universidad Autónoma
Metropolitana.
Ha sido consultor de grandes proyectos internacionales de arquitectura
en Francia, Senegal y Egipto. Fue director del Getty Conservation Institute en
Los Ángeles, desarrollando proyectos
en más de 40 países. Sirvió como presidente de la Fundación Amigos de las
Artes de México, en donde tuvo un
papel principal en la organización de
la exposición México: Esplendores de
treinta siglos en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Fue nombrado por el presidente William Clinton
su asesor por dos periodos en el Comité Presidencial para el Patrimonio
Cultural.
Fungió como presidente y ceo de
La Plaza de Cultura y Artes, una institución cultural de Los Ángeles, en donde
desarrolló el programa cultural y museográfico; también fue presidente interino de The Colburn School, una institución dedicada a la enseñanza de música
clásica al más alto nivel de excelencia.
El Dr. Corzo fue presidente y ceo
de The University of the Arts en Filadelfia, una institución dedicada exclusivamente a las artes y reconocida por inspirar y educar a artistas innovadores y
líderes creativos. Durante su mandato,
una serie de iniciativas resultaron en una
importante expansión del programa
de estudios, del campus, de la tecnología y en el lanzamiento del Miguel Ángel
Corzo Center for the Creative Economy,
[ 327 ]
[ 328 ]
nombrado así por la Universidad en su
honor. Bajo su guía la Universidad incrementó por donativos su capital de
reservas con $100 millones de dólares,
recibiendo, entre muchos otros, dos
donativos de $US 25 millones cada uno.
Después de su licenciatura en ucla,
Corzo hizo sus estudios doctorales en
la Technische Universität en Munich y
fue Fulbright Scholar en la Universidad
de Harvard. Recibió de la unesco la Medalla Miró de Patrono de las Artes, conjuntamente con el rey Juan Carlos, el
violinista Yehudi Menuhin y el presidente de la República Checa Vaclav Havel.
Entre otras distinciones gubernamentales y honores le han otorgado el Premio Internacional de Conservación de
la Fundación Gabarrón y doctorados
honorarios de la Universidad de las Artes y de la Universidad de Lecce en Italia.
Miembro de la Comisión de las
Artes en Filadelfia, ha sido también, en
Estados Unidos, miembro de los Consejos de la Cultural Alliance, del Cultural Fund, Chamber of Commerce, Marian Anderson Award, Preservation
Alliance y del Plan Maestro Cultural de
Los Ángeles. En México es asesor del
Centro internacional de Guadalajara.
Es miembro fundador y co-presidente
de Baktún Pueblo Maya —una alianza
de instituciones e individuos dedicada
al fortalecimiento del patrimonio cultural maya en la península de Yucatán.
Es autor o editor de 21 libros, productor
ejecutivo de 15 documentales de televisión y organizador de 16 exposiciones
en museos alrededor del mundo.
Gregorio Luke Contreras (Estados
Unidos). Nacido en el Distrito Federal,
egresado de la licenciatura en Comunicación Social por la uam Xochimilco,
con Maestría en Cine y Video por la
Universidad Americana en Washington D.C., reside en los Estados Unidos
desde 1989. Es actualmente conferencista independiente y empresario cultural especializado en historia, arte y
cultura de México. Ha presentado más
de mil conferencias y seminarios en Estados Unidos, Europa, China, Australia
y América Latina en instituciones como
La Biblioteca del Congreso, El Smithonian Institution, el Detroit Institute of
Art, La Bienal de Florencia, el Centro
Borges de Buenos Aires y universidades
como Harvard, Georgetown y Columbia entre otras. Ha sido consejero del
Instituto de los Mexicanos en el Exterior; director del Museo de Arte Latinoamericano en Long Beach, California;
agregado cultural en el Consulado General de México en Los Ángeles y primer secretario de la Embajada de México en Washington, D.C. Durante la
negociación del Tratado de Libre Comercio, desarrolló un intenso programa de actividades culturales en Estados Unidos, incluyendo exposiciones,
conciertos, conferencias y festivales de
cine. Es miembro fundador del Instituto
Cultural Mexicano en Washington DC.
Su desempeño como conferencista le ha permitido presentarse en
instituciones, museos, universidades y
agencias gubernamentales de EU incluyendo: la Biblioteca del Congreso,
El Instituto Smithsonian, el Departamento de Estado, el Departamento de
Trabajo, el Departamento del Tesoro,
la Galería Corcoran en Washington D.C.
el Instituto de Arte de Detroit, el Museo de las Américas, la Organización
de Estados Americanos, el Museo de
Arte de Phoenix, y las Universidades
de Harvard, Columbia, John Hopkins,
Georgetown, ucla, usc, y UC Berkeley.
En 2011 presentó su serie murales bajo
las estrellas en la explanada del Palacio de Bellas Artes ante más de ocho
mil personas.
Entre sus principales reconocimientos destacan: Premio por difundir
el Arte Mexicano en las escuelas de Washington D.C, 1995; Premio March of Dimes, 2001; Lladró’s Vision and Imagination Award, 2004 y Artista del Año
ciudad de Long Beach 2011.
Charles Vallerand (Canadá). Es director ejecutivo de la Coalición Canadiense para la Diversidad Cultural y
secretario general de la Federación
Internacional de Coaliciones para la Diversidad Cultural. En particular, la Coalición por la Diversidad de Canadá trabaja con un grupo de expertos a cargo
de Vallerand, quien cuenta con una nutrida trayectoria y más de 20 años de
experiencia en el tema de industrias culturales y políticas culturales, bajo un
contexto tanto de análisis económico
como de cooperación cultural internacional. En su trayectoria, cuenta con
M.A en Comunicación por parte de la
Universidad de Quebec en Montreal
uqam y un M.B.A por parte de la Universidad Europea de Bruselas, Bélgica. Es
conferenciante invitado y profesor de
Medios de Comunicación y Relaciones
en la Escuela Publica de Administración
de Quebec. Su principal ocupación es
como director ejecutivo de la Coalición y como secretario general de la
Federación Internacional de Coaliciones por la Diversidad Cultural. Destaca
haber sido agregado cultural adjunto
de la Embajada de Canadá en Francia.
Su experiencia como vicepresidente
de la televisión francesa de Radio Canadá-TV5 Québec, le ha permitido desarrollar un amplio conocimiento y aprendizaje del sector cultural. Vallerand ha
fungido como director de Comunicación de una ong dedicada a la realización de los objetivos de la Carta
Internacional de las Naciones Unidas
dedicada a los Derechos del Hombre,
en la cual coordinó programas de ayuda ala sociedad civil en numerosos
países en desarrollo.
Antonio Mier Hughes. Es economista egresado de la uam Xochimilco, y
maestro en Economía por parte del
cide. Su acercamiento a la economía
cultural se dio a raíz de su incorporación al grecu en 2009, pero cuenta con
una amplia experiencia en la redacción
de informes sobre los resultados de la
gestión pública, en áreas tan diversas
como educación, función que incluye
a la cultura y el deporte, seguridad social, seguridad nacional, energía y medio ambiente, entre los más relevantes,
por lo que su aportación al grupo ha
consistido en la interpretación de los
resultados de las políticas culturales
con base en los instrumentos de asignación de gasto y rendición de cuentas utilizados por el sector público. Su
trayectoria laboral incluye a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la
fes Aragón de la unam, la unitec y, más
recientemente, a la uam Xochimilco,
como parte del cuerpo docente del
Diplomado en Oportunidades de Negocios en el Sector Cultural.
Misha MacLaird. Es escritora e investigadora independiente especializada en el cine y las políticas culturales
de América Latina. Su libro Aesthetics
and Politics in the Mexican Film Industry
(Palgrave, 2013) abarca el tema de los
efectos del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte sobre la industria
cinematográfica en México. Recibió
la maestría y el doctorado de Tulane
University y ha sido docente en varias
universidades de Estados Unidos, incluso la Universidad de California,
Davis. Ha trabajado como programadora en el International Latino Film
Festival en San Francisco y en evaluación de proyectos cinematográficos
con la Global Film Initiative. Colabora
actualmente con Ambulante Gira de
Documentales en la preselección de su
programación y es directora de Comunicación en el Oakland Underground
Film Festival.
Guillermo Vega Zaragoza. Presidente de la Asociación de Consumidores
de Cine y Televisión. Escritor, periodista
y maestro universitario. Nació en México, Distrito Federal en 1967. Es jefe
de Redacción de Revista de la Universidad (unam), y presidente de la Asociación de Consumidores de Cine y
Televisión. Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la unam y el
Diplomado de Creación Literaria en la
sogem. Ha impartido clases de periodismo, comunicación, literatura y creación literaria en unam, Ibero, Anáhuac,
uvm, unacar, inba, Escuela de Periodismo Carlos Septién y las escuelas de
la sogem en varios estados de la República. Impartió la materia de Historia del
Cine en el Centro de Iniciación y Formación Técnico Profesional de Cine,
creado por el Instituto Tlaxcalteca de
Cultura y Conaculta. Es colaborador
de La Jornada Semanal del diario La
Jornada, del suplemento Confabulario
de El Universal, de La Cultura en México
de la revista Siempre!, y de las revistas
Casa del Tiempo de la uam, etcétera y
toma. Revista Mexicana de Cine, entre
otras publicaciones. Ha publicado dos
libros de cuentos y dos poemario. Sus
textos han aparecido en diversas antologías y publicaciones de México, Estados Unidos, Colombia, Brasil, Cuba y
España, y han sido traducidos al inglés,
francés, portugués e italiano.
José Gonzalo Elvira Álvarez. Nació
en el Distrito Federal. Publicista de
carrera, gerente general desde 1980
de las empresas Oro Films, S. A. de C. V.
y Producciones Gonzalo Elvira, S. A. de
C. V., y G Ten Corporation Inc., residenciada en San Antonio Texas. Director
general de Tatis Films, S. A. de C. V., empresa de su propiedad. De 1976 a 1977
trabajó en Madrid, España para las
distribuidoras españolas Cinespaña y
Exclusivas Sánchez Ramade. En México trabajó para la Distribuidora Películas Nacionales en el año de 1979, empresa que distribuía el cine nacional en
la República Mexicana. En 1980 empezó
trabajando en el departamento de producción en la película producida por
J. Fernando Pérez Gavilán, Rigo es amor,
dirigida por Felipe Casals, después, en
1987 como productor ejecutivo en Conexión criminal, dirigida por Alfonso
Rosas Priego; en 1990 produce en sociedad con Producciones Rosas Priego
El Homicida, dirigida por Alfonso Rosas
Priego. Produce en 1993 para Producciones Gonzalo Elvira A Ritmo de salsa,
dirigida por Ramón Obón asociado con
F. Mier y Televicine. En el año de 1995,
produce con España El Cabezota, aka
Mas Terco Que Una Mula dirigida por
Francisco Lara Polop. También en 1995
productor ejecutivo de la película de
Televicine, El Arrecife de los Alacranes,
dirigida por Hugo Stieglitz. En el 2006
produce Hasta el viento tiene miedo,
dirigida por Gustavo Moheno, estrenada en octubre de 2007, productor ejecutivo de la película El libro de piedra,
[ 329 ]
dirigida por Julio César Estrada filmada en el 2007, productor ejecutivo de
la película Travesía del desierto, dirigida
por Mauricio Walerstein en noviembre de 2009. Miembro de Comité Técnico del fidecine del 2006 al 2007.
Miembro de la Comisión de Premiación
de la Academia Mexicana de Ciencias y
Artes Cinematográficas en los años
1995 y 1996. Desde el año 2000 a la fecha es presidente de la Asociación de
Productores y Distribuidores de Películas Mexicanas, A. C.
[ 330 ]
Víctor Ugalde. Estudió en el Centro
Universitario de Estudios Cinematográficos. Guionista, director, e investigador cinematográfico. Autor de diversas publicaciones: Bye, bye, Lumiere
(UdeG/94), con el ensayo “¿Yankees,
Welcome?” y su más reciente publicación Industrias Culturales y tlc (rmalc/
2000) con el ensayo “¿El tlc, la otra
conquista?” Colaborador de las revistas
Cámara de canacine, primera época,
Estudios cinematográficos del cuec,
Dicine, El Universo del Búho, Revista
Toma, entre otras. Ha filmado diez
películas como El extensionista (89/
35 mm.), ¿Me permites matarte? (92/35
mm.) y Hoy no circula (93/35 mm.),
entre otras. Dos veces ha estado nominado al Ariel con el guión Intriga contra México/ ¿Nos traicionará el presidente? (1987/ 35 mm.) y el cortometraje
de ficción Un día sin auto (35 mm). Actualmente es presidente de la Sociedad de Directores y Realizadores de
México. Integrante del grecu.
después fundadora del diario La Jornada, donde laboró por tres lustros, con
especialización en Artes Visuales. Es
autora de los libros Se busca un alma.
Retrato biográfico de Francisco Toledo (Plaza y Janés, 2001), De espejos y
espejismos. El arte actual en Oaxaca
(Conaculta, 2001) y Mujeres Insumisas (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2007). Tanto el libro de Toledo
como el de Mujeres Insumisas se reeditarán, revisados y aumentados, para
el año 2014 / 2015. Desde su fundación
en 2009, integra el Grupo de Reflexión
sobre Economía y Cultura (grecu / uam
Xochimilco), para el cual colaboró con
el libro colectivo Economía y cultura
para emprendedores. Con Fundación
Colección Jumex participó en la realización del programa televisado Arte
en construcción. Colabora en el suplemento Laberinto, del periódico Milenio; en la página web Artes e Historia e
imparte el curso de Periodismo Cultural para la Maestría de Periodismo y
Asuntos Públicos del cide (Centro de
Investigación y Docencia Económicas).
Ha hecho TV cultural en Canal 22, MVS
Canal 52 y en el programa Círculo Rojo.
Forma parte de los consejos consultivos del Museo de Mujeres Artistas Mexicanas (muma) y Debate Feminista. Fue
responsable de la curaduría y contenidos del libro y la exposición Vivir en
la raya, primera retrospectiva del caricaturista Rogelio Naranjo, organizados
por el Centro Cultural Universitario
Tlatelolco de la unam (enero-julio de
2013). Prepara su primera novela.
Angélica Abelleyra. Hace periodismo cultural desde hace 30 años. Se
formó en Ciencias de la Comunicación
en la uam Xochimilco y se ligó a la prensa escrita en el unomásuno, para ser
Braulio Peralta. Ha desarrollado por
más de 30 años una trayectoria como
periodista, crítico cultural y editor. Ha
merecido algunos de los premios más
relevantes de México y el extranjero.
Tres premios nacionales: El Gallo Pitagórico, en el marco del Festival Internacional Cervantino, en 1981. El de Periodismo Cultural Fernando Benítez,
2003. El Nacional de Testimonio Chihuahua, 2005. Y un premio internacional: el Pen Club a la “excelencia periodística” 2011, por su compromiso por la
lucha de los derechos humanos de las
minorías. Ha sido director editorial de
Random House Mondadori y editor del
Grupo Editorial Planeta. Ha publicado
los siguientes libros: De un mundo raro
(Conaculta), El poeta en su tierra. Diálogos con Octavio Paz (Editorial Grijalbo), Los nombres del arco iris (Editorial Nueva Imagen). Es coautor de
varios libros colectivos. Escribe en el
diario mexicano Milenio.
Viviana Amalia Basanta Hernández. Directora artística del Ballet Fol­
klórico de México. Nace en la Ciudad
de México, hija de la maestra Amalia
Hernández y del escritor argentino
Joaquín Basanta. Comienza sus estudios de danza a la edad de cinco años;
realiza la carrera de ballet clásico con
la maestra Nellie Happei, a la edad de 13
años ingresa al Ballet Nacional de México con la maestra Guillermina Bravo
cursando la carrera de danza contemporánea, estudia en el extranjero con
maestros como Alvin Nikolai, Murray
Louise, Hania Holm, Alvin Ailey en técnica jazz, Horton, Dunham y contemporáneo. Ingresa al Ballet Folklórico de
México en el año de 1977 como bailarina y monta los ballets fuera de repertorio, creados por la maestra Amalia
Hernández. En el año de 1979 es nombrada solista para después coordinar
artísticamente la Compañía por más
de 15 años y dirigir la escuela por diez
años. Realizó dentro de la Compañía
algunas de las investigaciones base
para la creación de los últimos ballets
de la maestra Amalia Hernández como
son: Navidad Mexicana, Tarahumara,
Sones y gustos de Guerrero. Ha recibido preseas como la de César Chávez
en la Universidad de Lansing, Michigan
y reconocimiento al “Artistry of Mexico” otorgado por el Congreso de los
Estados Unidos. Recibe la presea Ulama después de haber trabajado como
jurado del Encuentro de Arte y Cultura
por más de diez años, de la Dirección
de Tecnológicos Industriales, realizado
por la Secretaría de Educación Pública. Posteriormente es invitada por la
Cía. L. Sorilege de Montreal, Canadá
como bailarina solista. En 2002 crea la
Academia de la Danza Amalia Hernández, teniendo rotundo éxito con más
de 300 alumnos. En 2005 desarrolla el
proyecto México en Movimiento, Compañía de Danza Contemporánea. En
2010 recibe el reconocimiento por trayectoria, de parte de la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro, que por primera vez se otorga en el rubro de danza.
Héctor Garay. Director y fundador de
vitars. Fomento Cultural desde 1994.
Integrante del grecu y docente del
Diplomado en Oportunidades de Negocios en el Sector Cultural de la uam
Xo­chimilco impartido en Morelos, Oaxaca y Ciudad de México. Integrante
del Consejo Técnico Asesor del Programa ¿Cómo vamos ciudad de México?, del periódico El Universal. Fue coordinador cacional de Danza del inba
(2000-2002). Asesor de la Secretaría
“B” de la Presidencia del Conaculta
(1999-2000). Coautor en el libro Economía cultural para emprendedores.
Perspectivas, (uanl/uam, 2010). Colaborador de la Sociedad Mexicana de Co-
reógrafos (somec) y de la Unión Nacional de Sociedad Autorales (unsa).
Asesor del Centro Universitario de
Teatro de la unam y coordinador académico del Centro de Formación Actoral TV Azteca. Integrante del Comité de Danza del Centro Mexicano de
Danza ITI unesco 2004-2005. Colaborador artístico y coordinador de las
compañías: U, X. Onodanza (1985-1989),
El Cuerpo Mutable (1989-1990), Compañía Romero Domínguez (1991-1992),
En dos partes y Contempodanza
(2011), y fue gerente del Ballet Teatro
del Espacio (1994-1995). Compilador del
Programa Nacional de Apoyo a la Danza. Cien propuestas para el cambio.
2000. Ha colaborado como asistente
de dirección con la Compañía Nacional de Teatro del inba en las obras Los
negros pájaros del adiós y El viejo de la
Condesa, ambas bajo la dirección de
Raúl Quintanilla.
Jorge Fernando Negrete. Es licenciado en Derecho por la unam. Ha sido
profesor de Teoría del Estado, Derecho Administrativo, Instituciones de
Derecho Público y Derecho de la Comunicación en la Facultad de Derecho de la unam; del Instituto Autónomo de México (itam), de la Escuela de
Derecho de la Universidad La Salle y la
Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac del Sur. Fue secretario general de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información A.C.
(amedi) y coordinador del Programa
de Política Cultural de la Academia
Mexicana para el Derecho, la Educación y la Cultura A.C. (amedec). Su actividad académica se ha desarrollado
alrededor de la Política Cultural, el
Derecho de la Comunicación y las
Nuevas Tecnologías. Ha sido invitado
para dar conferencias en Brasil, España, Alemania, Costa Rica y ante el Senado de la República Argentina. Ha
publicado diversos artículos sobre la
materia en la Revista Mexicana de Derecho Privado, Revista mexicana de
Derecho y Cultura, Mediatelecom y los
Cuadernos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la unam. Se ha desempeñado como empresario y servidor público. Ha tenido la oportunidad
de crear y dirigir diversas empresas en
materia de comunicación, públicas y
privadas. Desde hace 15 años participa en los mercados mipcom, mip-tv,
medianet, Mobile Congress y midem de
derechos de autor, música, televisión
y nuevas tecnologías. Fue subdirector
general de Política Cultural de Canal 22,
donde tuvo a su cargo las direcciones
de Producción, Programación y Noticias. Fue asesor de la Presidencia del
Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes de México, en materia de Cultura y Desarrollo y Tecnologías de la información; de la Comisión de Radio,
Televisión y Cinematografía del Senado de la República de México; y del
rector general de la uam. Actualmente
es colaborador de Forbes y director
general de Mediatelecom Policy & Law,
una de las firmas consultoras más influyentes en México y América Latina,
en el área de políticas públicas de Telecomunicaciones y Tecnologías de la
información.
María Elena Meneses. Es profesora
e investigadora especializada en Medios, Internet y Cultura digital. En el Tecnológico de Monterrey dirige la Cátedra Sociedad de la información, espacio
que reúne investigadores y estudiantes
de posgrado, con el objeto de indagar
las implicaciones de la digitalización en
[ 331 ]
[ 332 ]
la sociedad. Directora de la revista científica Virtualis del Tec de Monterrey, la
primera revista arbitrada de acceso
abierto especializada en Sociedad de
la información en México. Es doctora
en Ciencias Políticas y Sociales por la
Universidad Nacional Autónoma de
México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Actualmente es
presidenta de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, amic. Autora del libro Periodismo Convergente. Tecnología, Medios
y Periodistas en el siglo xxi y coautora
de Elecciones e Internet en México. La
oportunidad postergada. Colaboradora de cnn México y de Antena Radio en
temas sobre Internet y Sociedad de la
información. Fue periodista de televisión por 18 años en medios nacionales y extranjeros.
Francisco Vidal Bonifaz. Maestro
en periodismo económico por la Escuela de Periodismo “Carlos Septién”
y licenciado en Economía por la Facultad de Economía (unam). Obtuvo
los diplomas de Asesor Financiero
Apoderado y de Periodismo de Investigación. Es profesor en la Escuela de
Comunicación de la Universidad Panamericana y en la Escuela de Periodismo “Carlos Septién”. Se especializa
en el análisis de los medios de comunicación y telecomunicaciones. Es consultor especializado en el desarrollo
de estrategias de comunicación y manejo de crisis. Es autor de los libros Los
dueños del cuarto poder. Quién es quién
en el negocio de los medios de comunicación y de Finanzas personales por
Internet y autor de la bitácora electrónica La Rueda de la Fortuna especializada en asuntos de economía de los
medios de comunicación. Ha imparti-
do más de 200 cursos, en México y el
extranjero, sobre manejo de medios y
manejo de crisis. Ha dado consultoría
a empresas mexicanas y extranjeras en
materia de manejo de crisis y estrategias de comunicación. Trabajó como
analista y editor en las áreas de economía y negocios de El Financiero, Infosel Financiero, Reforma, Milenio Semanal y Milenio Diario.
Gabriel Sosa Plata. Es profesor e
Investigador en la uam Xochimilco. Licenciado y maestro en Ciencias de la
Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam, titulado en ambos grados con mención
honorífica. Es autor del libro Innovaciones tecnológicas de la radio en México
(Fundación Manuel Buendía, Radio Edu­
cación, Radiotelevisión de Veracruz y
Gobierno del Estado de Puebla, 2004)
y coautor del libro Las mil y una radios
(McGraw-Hill Interamerica­na Editores,
1997). También ha participado con ensayos de investigación en más de 20
libros colectivos y revistas académicas.
Ha impartido cursos especializados y
más de 80 conferencias sobre legislación, comunicación y nuevas tecnologías en universidades públicas y privadas, así como en diversas empresas e
instituciones nacionales e internacionales. Docente del Diplomado en Comunicación Política del Instituto de
Investigaciones Sociales de la unam.
Ganador de dos premios nacionales de
investigación: en 1995 obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de
Trabajos Recepcionales en Comunicación, organizado por el coneicc. En
2004 obtuvo el segundo lugar del mismo concurso en la categoría de maestría. Columnista del periódico El Universal, desde el año 2005. Su columna
“Telecom y Medios” se publica, además,
en otros periódicos locales y portales
especializados del país. Antes fue columnista de los periódicos El Financiero y El Nacional. También es comentarista del noticiario “Pulso de la Mañana”
de Radio Educación xeep, Noticias mvs
de la Tarde y de Informativo 40 Noche
en Proyecto 40. Fue Coordinador del
Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación e integrante del
Consejo Editorial de la revista Versión,
del Departamento de Educación y Comunicación de la uam-Xochimilco. Integrante del Consejo Consultivo de la
Asociación Mexicana de Derecho a
la In­formación, socio de la Asociación
Mexicana de Investigadores de la Comunicación (amic), donde tuvo el cargo
de secretario, e integrante del Consejo
Directivo de Observatel (el Observatorio de las Telecomunicaciones de
México). Mediador del imer (2011-2013),
seleccionado, por primera vez, mediante un proceso democrático, a partir de
una votación del Consejo de Programación de Radio Ciudadana del imer.
Desde septiembre de 2013 es el ombudsman o defensor de las Audiencias
de Noticias mvs. Fue subdirector de In­
formación de Radio Educación (2005-­
2006), miembro del Consejo de Programación de Radio Ciudadana del
Instituto Mexicano de la Radio (imer)
y asesor en materia de medios de comunicación y telecomunicaciones en
la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados (2009-2011).
Manuel Lino. Actualmente trabaja
como editor de la sección cultural (llamada Arte, ideas y gente) del periódico El Economista, donde, además de
editar cuatro páginas diarias y coordinar a un pequeño equipo de trabajo,
reportea y hace crítica. Su formación
como biólogo, músico y cuentista sumada a más de 20 años de ejercer el
oficio periodístico le permiten abordar temas de ciencias y artes. Como
escritor de ficción ha obtenido los premios Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés, por el cuento En rigor
y el Nacional Ciudad Ecatepec con el
libro Números para contar. Como reportero de ciencia ha cubierto en dos
ocasiones (2012 y 2013) el Encuentro
con Laureados con el Premio Nobel
en Lindau donde ha tenido la oportunidad de entrevistar a nueve premios
Nobel de Física o Química. En febrero
2014 cubrió la reunión de la American
Association for the Advancement of
Science y fue invitado a la reunión de
la Federación Mundial de Periodis­
tas de Ciencia. En este momento está
echando a andar su propio emprendimiento periodístico dedicado a las
ciencias, las humanidades y las artes;
se llama Los Intangibles. Es integrante
del grecu.
Javier Esteinou Madrid. Investigador y docente de la uam-Xochimilco.
Doctor en Sociología (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la unam),
maestro en Sociología (Departamento de Sociología y Ciencias Políticas y
Sociales, Universidad Iberoamericana),
licenciado en Ciencias y Técnicas de la
Información (Departamento de Comunicación, Universidad Iberoamericana), también tiene Estudios de Filosofía (Instituto Superior de Estudios
Filosóficos). Autor de diversos libros y
artículos sobre medios de comunicación y cultura en México y América Latina. Miembro del sni (Nivel III). Ex Vicepresidente (fundador) de la Asociación
Mexicana de Investigadores de la Co-
municación (1981-1983). Miembro del
Consejo Consultivo Ciudadano de Programación del Canal de Televisión del
Congreso de la Unión, (2008-2013).
Premio Nacional de Periodismo en 2004
y en 2010. Premio Nacional de Comunicación 2011. Fundación Pagés Llergo
y revista Siempre. Integrante del grecu.
Eduardo Nivón. Investigador y docente de la uam Iztapalapa. Doctor en
Antropología Social (Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah).
Maestro en Antropología Social (enah)
y licenciado en Antropología Social
(enah). Coordinador del programa de
Especialización/Diplomado en Políticas Culturales y Gestión Cultural de la
uam-Iztapalapa. También ha desempeñado cargos en la Escuela de Administración Pública del D.F., en el Programa
de Actualización para el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en
la Fundación Cultural de la Ciudad de
México, en el Departamento de Antropología de la uam Iztapalapa, en la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura,
en la Universidad Autónoma de Barcelona y en la Universidad de Girona, entre otros. Miembro del sni (Nivel II).
De un vasto número de libros y artículos publicados podemos mencionar:
Públicos de Arte y Política Cultural. Un
estudio del II Festival de la Ciudad de
México (en colaboración con Néstor
García Canclini); Culturas Urbanas y
Movimientos Sociales; Cultura y territorio en la Ciudad de México; La política cultural. Temas, Problemas y Oportunidades; así como Desarrollo y cultura
en la Ciudad de México; Planeación
cultural, la asignatura pendiente: El
caso del Distrito Federal en México y
Cultura, medio ambiente y ciudadanía,
entre otros. Actualmente es presidente de C2 Cultura y Ciudadanía, plataforma de diseño e investigación de políticas culturales A.C. que, entre otros
trabajos, ha sido uno de los colaboradores de la elaboración del Libro Verde
para la Institucionalización del Sistema de Fomento y Desarrollo Cultural
de la Ciudad de México (2012) y de la
Encuesta de Lectura del Distrito Federal (2012).
Carlos A. Lara González. Analista
de la comunicación y la cultura. Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad del Valle
de Atemajac; maestro en Comunicación con Especialidad en la Difusión de
la Ciencia y la Cultura por el Instituto
de Estudios Superiores de Occidente
y doctorante del Doctorado en Derecho de la Cultura de la Universidad Carlos III de Madrid. Autor de los libros El
Patrimonio Cultural en México, un recurso estratégico para el desarrollo,
Editorial Fundap, México (2005), Los
Anteojos de Baskerville, introversiones
editoriales en torno a las McReglas que
rigen el arte y la cultura Editorial Zafiro, México (2009), de Manuel Gómez
Morin, un gestor cultural en la etapa
constructiva de la Revolución, Editorial Porrúa (2011), y coordinador, al lado
de Eduardo Cruz Vázquez, de 1988-2012
Cultura y transición (uanl/icm, 2012),
así como de diversos ensayos en materia de cultura y desarrollo, política
cultural y legislación de la cultura, temas que imparte en diversas insti­
tuciones nacionales, seminarios y encuentros internacional. Es miembro
del proyecto ¿Cómo vamos ciudad de
México? del periódico El Universal,
consultor de empresas y organismos
culturales y articulista del periódico
[ 333 ]
El Informador y del blog http://www.
losanteojosdebaskerville.blogspot.
com/. Colabora en la Mesa Directiva
del Senado de la República. Sus obras
más recientes son Ecos, voces y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI. 25 años de debate (Editorial
Porrúa, 2014) y La reforma cultural
(2014). Es integrante del grecu.
[ 334 ]
Tomás Ejea. Investigador y docente
de la uam Azcapotzalco en el área de
investigación de Teoría y Análisis de la
Política. Es licenciado en Sociología por
la uam Iztapalapa, maestro en Teatro
por la Universidad Estatal de Nueva
York, maestro en Historia del Arte por
la unam y doctor en Sociología Política, especializado en Política Cultural,
por la uam Azcapotzalco. Ha sido director de teatro y maestro de actuación, teoría teatral y dramaturgia en
México, Nueva York y Boston. Durante
cinco años se desempeñó como director del Teatro Casa de la Paz de la uam.
Trabaja temas relacionados con Política y Gestión Cultural; Políticas de Difusión; Cultural Universitarias; Movimiento Estudiantil en México; Estudios
de sociología de la cultural y sociolo-
gía del arte. Asimismo, es profesor en
el posgrado de Políticas Culturales y
Gestión Cultural coorganizado por la
uam Iztapalapa. Es miembro del sni (Nivel I). Es autor del libro, Poder y creación
artística en México, uam Azcapotzalco
(2011), que es un análisis sociológico
del Fondo Nacional para la Cultura y
las Artes (Fonca). Su más reciente trabajo es el capítulo “Cultura política y
discurso público: el desfile del bicentenario” del libro Cultura (y) Política,
coordinado por Sergio Tamayo y Alejandro López y editado por la uam Azcapotzalco (2013). Integrante del grecu.
tlcan/Cultura
Se terminó de imprimir en la Imprenta Universitaria de la
¿Lubricante o engrudo?
Universidad Autónoma de Nuevo León, en marzo de 2015.
Apuntes a 20 años
Para su composición se usaron los tipos de la familia Freigh.
El tiro consta de 1000 ejemplares.
En estas páginas se congregan una variedad de miradas
a las implicaciones del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (tlcan) en el sector cultural, a 20 años
del mercado común entre Canadá, Estados Unidos y
México. La diversidad de abordajes se encontraron en
marzo de 2014, en el Foro “Paso libre a la cultura. Tratos
y mal tratos del tlcan”, organizado por la uam, la Comisión
de Cultura del Senado de la República y la Comisión de
Cultura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
“Libre comercio para la cultura, ¿lubricante
o engrudo?”, fue la pregunta que guió el
empeño por encontrar respuestas para
un sector que, como el cultural, dista de
conocerse a sí mismo, y menos aún, de ser
reconocido como se merece en el
desarrollo del país. Con este libro que
reúne el conjunto de ponencias
presentadas en el foro, la uam, a través del
Programa de Economía Cultural y del Grupo
de Reflexión sobre Economía y Cultura (grecu),
y la Universidad Autónoma de Nuevo León,
confirman su compromiso a favor de la economía
cultural del país. Otros títulos de esta saga son
Diplomacia y cooperación cultural de México.
Una aproximación (2007), Economía cultural para
emprendedores. Perspectivas (2010) y 1988-2012.
Cultura y transición (2012).

Documentos relacionados