"A mi tío Juan de Benito, que con su inestimable ayuda ha
Transcripción
"A mi tío Juan de Benito, que con su inestimable ayuda ha
"A mi tío Juan de Benito, que con su inestimable ayuda ha enriquecido el presente trabajo" PRÓLOGO Me ha decidido la realización del presente estudio, la posibilidad que se perdiesen para siempre los “toques” que ancestralmente se han venido repitiendo con las campanas de la Iglesia de San Miguel. Al día de hoy, no somos más de dos personas las que sepamos “tocar” la totalidad de la variedad de “Toques” que en este campanario se venían desarrollando desde hace mas de setenta años. El número de campanas existentes en esta iglesia y la variedad de sonidos de las mismas, enriquecían sin lugar a dudas los distintos toques que en ella se realizaban. Como quiera que los mismos han formado parte de la historia de nuestra Villa, voy a intentar recogerlos lo mejor posible, para que las nuevas generaciones no olviden la función que tiempos atrás cumplieron las campanas de esta iglesia. Santa Marina de Cuéllar.- F.J. Parcerisa. 1865 Las campanas además de cumplir su misión para actos religiosos, realizaban asimismo una función social. Todos nos acordamos que en el Pregón de Fiestas de nuestro pueblo, en uno de los párrafos del nombramiento de Corregidora y Pregonero se lee: “ A campana repicada convocando a Concejo .....”, el cual servía para tomar decisiones por la mayoría de los vecinos asistentes, que afectaban en algún asunto importante a la mayoría de los vecinos. El toque de “Rebato”, servía asimismo para convocar a todos los habitantes de nuestra Villa, a fin de defenderse cuando sobrevenía algún peligro. Cuando se producía un incendio, a una de las personas que primero se avisaba era al sacristán; el cual subía al campanario y tocaba “a fuego”; alertando a los vecinos de la existencia de un incendio y colaborasen en la extinción del mismo. Dada la inexistencia de relojes por aquella época y el carácter eminentemente agrícola de nuestra Villa, las personas que trabajaban en el campo (que eran la mayoría), se servían de los toques de misa para almorzar; el de clamor del medio día para comer; siendo el último toque de la tarde , para recoger y volver a casa. DESCRIPCIÓN DE LAS CAMPANAS DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL, CUÉLLAR Las campanas existentes en la Torre de la Iglesia de San Miguel, son un total de siete. Las describiré en función de su volumen: Nº 1.- Denominado CAMPANON GRANDE, está situado en el hueco Este de la torre y mira a la calle de Las Excadenas. Su sonido evidentemente es grave. Nº 2..- CAMPANON DE LA PLAZA. Así se denomina a este campanón y toma su nombre porque el hueco de la torre donde está ubicado da a la Plaza mayor. Está situado al Oeste y su sonido era menos grave que el campanón grande. El badajo de este campanón, estaba unido con soga y cadena hasta la capilla de La Dolorosa y podía tocarse desde esa capilla. Nº 3.- CAMPANA DE SANTA MARINA. Debe su nombre a que fue rescatada de la iglesia del mismo nombre existente en la localidad. El tamaño de la misma permitía que se pudiera tocar “a vuelo” Está situada al Norte de la torre, y perpendicular a la C/ San Julián. En el hueco que mira al Sur y que da también a la Plaza Mayor, están ubicadas dos campanas. Nº4.- Denominado CAMPANO, y Nº 5.- Denominado CAMPANIN. Esta última era más pequeña que la anterior, y al igual que la da Santa marina, ambas se podían tocar “a vuelo”. Nº 6.- EL ESQUILIN. Su propio nombre indica que era la más pequeña. Está situado en un hueco por debajo del campanón de la plaza. Se utiliza solamente para dar “Las últimas” a misas y novenas. Al igual que el campanón de la plaza, este se podía tocar desde la Capilla de la Dolorosa, por estar unido con soga y cadena. Nº 7.- CAMPANA DEL RELOJ. Además de las descritas anteriormente, existe una campana que correspondió a un “reloj de torre” que hubo en la misma y que debió de ser uno de los primeros que se instalaron en España. Esta campana era un poco mayor que las tres anteriormente descritas, pero no se podía tocar, dado que estaba encima del tejado y tenía un acceso muy complicado. Campana “SANTA MAARINA”, en San Miguel .- Foto del autor A continuación se describen los distintos toques conocidos: TOQUE A MISA DE DIARIO Al PRIMER TOQUE se le denomina “las primeras”, se tocaba media hora antes del comienzo de la misa y se daban 31 campanadas todas ellas seguidas con un espacio de un segundo de tiempo entre una y otra. Estas se daban con el Campanón del la Plaza (nº 2), cuyo badajo estaba unido a una soga o cadena que se podía accionar desde la misma iglesia (Capilla de la Dolosa). El SEGUNDO TOQUE o “segundas”, se realizaba quince minutos después que “las Primeras” y consistía en dar dos campanadas muy seguidas, dejar un segundo de espacio de tiempo y seguir con otras dos campanadas. Así hasta treinta veces y el treinta y uno de daban tres campanadas muy seguidas. Al igual que en “las primeras”, este toque se realizaba con el Campanón de la Plaza. El TERCER TOQUE o “últimas” se realizaba quince minutos después de las segundas y consistía en dar tres campanadas seguidas, dejar un segundo, seguir con otras tres, dejar un segundo, y dar otras tres . Estas campanadas se realizaban con el Campanón de la Plaza (nº 2). Seguidamente se tocaba durante 10 ó 12 segundos seguidos el denominado “esquilín” (nº6) que al igual que el anterior se podía tocar desde la capilla. Este último toque indicaba el comienzo de la misa. TOQUE A MUERTO El toque “a muerto” iba precedido de nueve u once campanadas todas con el Campanón de la Plaza, e indicaban si era mujer (9 campanadas) u hombre (11 campanadas). Se tocaban espaciando cada dos segundos cada campanada. Seguidamente a las campanadas venían los toques de clamor (2 para mujeres y 3 para hombres). Estos clamores se tocaban, bien con el Campanón Grande (nº1) (indicaba que se había muerto un rico) o con la Campana de Santa Marina (para pobres). El toque de clamor podría durar un minuto aproximadamente. TOQUE DE CLAMOR Para este toque, se utilizaban siempre el campano (Nº 4), el campanón (nº 5), y una tercera que era la de Sta. Marina ( Nº 3), o bien el campanón grande (Nº 1), dependiendo si el clamor era para pobre o rico respectivamente. La duración de cada uno era de dos minutos aproximadamente. Para la realización de este toque, era preceptivo la unión de la campana nº 3 de santa Marina, o bién la nº 1 campanón, con la nº 4, mediante una cuerda y dos ganchos. TOQUE A FUEGO Se utilizaba para este toque los dos campanones. Como quiera que el de la plaza estaba enganchado a la cadena para utilizarlo desde la capilla de La Dolorosa, había que desengancharlo previamente. Mediante una cuerda y un gancho a cada extremo, se unían los dos badajos y se tocaban ambos casi simultáneamente y deprisa. El toque de una duración de poco más de dos minutos, era suficiente para que se enterase todo el pueblo. TOQUE DE RESURRECCIÓN Este toque se realizaba el Sábado Santo, o de Resurrección. Era el toque más discrecional que había. Ordinariamente se tocaban las campanas 3, 4 y 5 “a vuelo”, y los campanones discrecionalmente previa unión de los badajos. No estaba fijado tiempo de duración, aunque no solía sobrepasar los 15 ó 20 minutos. TOQUE DE PROCESIÓN Durante el tiempo que duraba una procesión (Excepción de las de Semana Santa que se utilizaban “las carracas”), se estaba tocando casi de continuo, aunque no de una forma ordenada las campanas y los campanones. Las campanas preferentemente “a vuelo”, que consistía en hacerlas girar mediante impulsos realizados con las manos y con los pies; y los campanones alternando el toque de dos campanadas seguidas en cada uno de ellos, espaciadas por un segundo. Los campanones previamente se habían unido con una de las cuerdas existentes para estas labores. TOQUE DE MISA DE DIFUNTOS Al igual que en la misa de diario se daban tres toques espaciados con el mismo tiempo que el toque de misa de diario. Cambiaba respecto a la misa de diario, que el primero de los toques, osea las 31 campanadas, eran complementadas por un toque previo de clamor. Este toque de clamor se podía realizar, bien con la campana de Sta. Mariana (Nº 3) o con el Campanón (Nº 1). Las “·segundas” y las “terceras” se repetían igual que en misa de diario. TOQUE DE GLORIA Se utilizaba para tocar a muerto y entierro de los niños pequeños. Este toque no iba precedido de las 9 ú 11 campanadas que se dan para los adultos. Se utilizaban las campanas nº 1, 4 y 5. Este toque sin duda alguna era el más difícil, pues una persona para tocarlo tenia que utilizar las dos manos y el pié. Las manos para tocar los badajos de las campanas nº 4 y 5 que estaban unidas con un gancho y cuerda; y el campanón nº 1, con la cuerda y el gancho se unía y tensaba previamente a la biga divisoria entre las campanas nº 4 y 5, accionándose el badajo del campanón con el pié puesto encima de la soga tensada. TOQUE DE BODA El presente toque se realizaba con las mismas campanas que el toque de “Gloria” y era bastante similar a este. TOQUE A ENTIERRO Al igual que el “Toque de Muerto”, este podría realizarse con dos tipos de campanas, en función de si la persona a enterrar era pobre (Se utilizaba la campana nº 3 de Santa Marina) o bien si era rico con la Nº 1 Este era el toque mas largo de todos, pues duraba treinta minutos. Era sencillo y lúgubre, se daban dos campanadas seguidas intercaladas por dos segundos, y se esperaba luego unos cinco segundos y se repetía el toque (Así los treinta minutos). Previamente se tocaba un clamor y este se realizaba bien con la campana de Sta. Marina o el Campanón nº 1. SEMANA SANTA Durante la Semana Santa no se podían tocar las campanas y se suplía esta carencia con las “carracas”, de tal forma, que se iba por las distintas calles del pueblo durante la media hora antes de comenzar la misa haciéndolas sonar, indicando a los vecinos la inmediata iniciación de la misa. Asimismo durante la celebración de la misa, la campanilla que habitualmente utiliza el monaguillo, se suplía con una carraquilla pequeña, que hacía sonar durante el Santus, Elevación, etc. AGRADECIMIENTOS Deseo expresar mi reconocimiento: A los Hermanos Ramos, que pusieron el máximo de interés en subir al campanario de la Iglesia de San Miguel y recoger la mayoría de los toques que en este estudio se recogen, al igual que cada uno de los sonidos de cada campana, que sin duda darán el máximo de fidelidad al mismo. Especialmente quiero destacar la labor de Ricardo Ramos, que con mucha paciencia y no poco trabajo ha sido el artífice de partiturizar el presente trabajo.