Revista en Línea No. 37 - Academia Nicaragüense de la Lengua
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Revista en Línea No. 37 - Academia Nicaragüense de la Lengua
lengua Revista de la Academia Nicaragüense de la Lengua 2a época, núm. 37 1523 Managua Julio, 2013 4 Lengua / Revista de la Academia Nicaragüense de la Lengua Consejo Editorial: D. Jorge Eduardo Arellano (coordinador), D. Sergio Ramírez Mercado, D. Francisco Arellano Oviedo, D. Pedro Xavier Solís Cuadra, D.a Rosario Fiallos de Aguilar, D.a Isolda Rodríguez Rosales, D. Julio Valle-Castillo Diagramación: Lydia González Martinica. PAVSA. Cubierta: Fachada y entrada principal de la Real Academia Española (RAE) Contracubierta: Escudo y lema de la RAE Managua, julio, 2013 El contenido de los artículos firmados representa únicamente el punto de vista del autor. 5 ACADEMIA NICARAGÜENSE DE LA LENGUA Director Subdirector Secretario Subsecretario Tesorero Bibliotecario Fiscal : : : : : : : D. Francisco Arellano Oviedo D. Alejandro Serrano Caldera D. Pedro Xavier Solís D. Erick Aguirre Aragón D.a Gloria Elena Espinoza Padilla D. Róger Matus Lazo D.a Ana Ilce Gómez Ortega Miembros de Número (Por orden de precedencia) D. Felipe Rodríguez Serrano D. Enrique Peña-Hernández D. Eduardo Zepeda-Henríquez D. Fernando Silva Espinosa D. Guillermo Rothschuh Tablada D. Carlos Mántica Abaunza D. Jorge Eduardo Arellano D. Emilio Álvarez Montalván D. Francisco Arellano Oviedo D. Carlos Tünnermann Bernheim D. Róger Matus Lazo D. Carlos Alemán Ocampo D. Pedro Xavier Solís D. Rosario Fiallos Aguilar D. Julio Valle-Castillo D. Alejandro Serrano Caldera D. Sergio Ramírez Mercado D. Ana Ilce Gómez Ortega D. Isolda Rodríguez Rosales D. Gloria Elena Espinoza de Tercero D. Erick Aguirre Aragón D.a María Auxiliadora Rosales Solís D. Luis Armando Rocha Urtecho Miembros correspondientes D. Jaime Íncer (Nicaragua) D. Mario Hernández Sánchez-Barba (España) D. Noel Rivas Bravo (España)* D. Ricardo Llopesa (España)* D. Günther Schmigalle (Alemania) D. Nicasio Urbina (EE.UU.)* D. Steven White (EE.UU.) D.a Nydia Palacios (Nicaragua) D.a Conny Palacios (EE.UU.)* D. Armando Íncer (Nicaragua) D.a Claire Pailler (Francia) D. Horacio Peña (EE.UU.)* D.a Gioconda Belli (EE.UU.)* D. Naohito Watanabe (Japón) D. Francisco de Asís Fernández (Nicaragua) D.a Gloria Guardia (Panamá) D. Guillermo Menocal Gómez (EE.UU.)* D. Jorge Eduardo Argüello Sansón (EE.UU.)* D. Julio Ortega (Perú) 6 ACADEMIA NICARAGÜENSE DE LA LENGUA Miembros correspondientes D. Pilar Llull Martinez de Bedoya (España) D. Jorge Chen Sham (Costa Rica) D.a Rocío Oviedo Pérez de Tudela (España) D. Mario Antonio Sandoval Samayoa (Guatemala) D. Jorge Luis Castillo (EE.UU.) a * Nicaragüenses en el extranjero. Miembros honorarios D. Ernesto Cardenal Martínez (Nicaragua) D. Óscar Acosta (Honduras) D. Alberto Cañas (Costa Rica) D. Ian Gibson (España) D. Víctor García de la Concha (España) D. Gregorio Salvador Caja (España) D. Humberto López Morales (Puerto Rico) D. Iván Escobar Fornos (Nicaragua) D.a Christina María van der Gulden (Holanda) D. Rodolfo Sandino Argüello (Nicaragua) D. José Joaquín Quadra Cardenal (Nicaragua) D. Carlos Mejía Godoy (Nicaragua) D. Róger Mendieta Alfaro (Nicaragua) D. José Moreno de Alba (México) 7 SILLAS DE LA ACADEMIA A: Mons. José Antonio Lezcano y Ortega (1865-1952), fundador; Dr. Julio Ycaza Tigerino (1919-2001), ingresó el 5 de enero de 1954; Dr. Alejandro Serrano Caldera (1938), ingresó el 10 de junio de 2002. B: Dr. Francisco Paniagua Prado (1861-1932), fundador; Dr. Fernando Buitrago Morales (1894-1979); Lic. Francisco Arellano Oviedo (1941), ingresó el 26 de mayo de 1995. C: Dr. Manuel Maldonado (1864-1945), fundador; Dr. Andrés Vega Bolaños (18901896), ingresó el 8 de agosto de 1948; Dr. Emilio Álvarez Montalván (1919), ingresó el 27 de enero de 1995. Ch: Dr. Diego Manuel Chamorro (1901-1971), ingresó el 19 de agosto de 1948); D. Carlos Mántica (1935), ingresó el 28 de abril de 1971. D: Consagrada a la memoria de Rubén Darío. Dr. Alfonso Ayón (1858-1944), fundador; Dr. Rafael Paniagua Rivas (1916-1994), ingresó el 22 de agosto de 1957. Lic. Carlos Alemán Ocampo (1941), ingresó el 10 de marzo de 1998. E: Pedro Joaquín Chamorro Zelaya (1891-1952), fundador; Ernesto Mejía Sánchez (1923-1985), ingresó el 26 de junio de 1955; Dr. Carlos Tünnermann Bernheim (1933), ingresó el 30 de agosto de 1995. F: Carlos Cuadra Pasos (1879-1964), fundador; Dr. Jorge Eduardo Arellano (1946), ingresó el 8 de septiembre de 1989. G: Consagrada a la memoria de Don Enrique Guzmán. Dr. Luis H. Debayle (18561938), fundador; D. Pablo Antonio Cuadra (1912-2002), ingresó el 26 de julio de 1945; D. Sergio Ramírez Mercado (1942), ingresó el 15 de mayo de 2003. H: Ing. José Andrés Urtecho (187?-1938), ingresó el 7 de junio de 1929; Dr. Emilio Álvarez Lejarza (1884-1969), ingresó el 23 de diciembre de 1941; Dr. Felipe Rodríguez Serrano (1920), ingresó el 9 de septiembre de 1955. I: Pbro. Azarías H. Pallais (1884-1954), ingresó el 20 de diciembre de 1929; Dr. Enrique Peña-Hernández (1922), ingresó el 28 de mayo de 1961. J: Consagrada a la memoria del Dr. Edgardo Buitrago Buitrago. Dr. Santiago Argüello (1871-1940), ingresó el 29 de enero de 1931; Dr. José H. Montalván (1904-1964), ingresó el 20 de octubre de 1948; Dr. Edgardo Buitrago (1924-2009), ingresó el 23 de septiembre de 1962; D. Erick Aguirre Aragón (1961), ingresó el 28 de julio de 2010. K: Don Pablo Hurtado (1853-1936), ingresó el 19 de julio de 1933; Gral. José María Moncada (1871-1945), ingresó el 5 de septiembre de 1940; Dr. Ramón Romero (1880-1964), ingresó el 8 de julio de 1948; Dr. José Sansón Terán, ingresó en 1954; Don José Jirón Terán (1916-2004), ingresó el 30 de septiembre de 1993; D.a Ana Ilce Gómez Ortega (1945), ingresó el 12 de julio de 2006. L: Don Pedro Joaquín Cuadra Chamorro (1887-1956), ingresó el 19 de julio de 1933; Don Eduardo Zepeda-Henríquez (1930), ingresó el 7 de julio de 1963. M: Dr. Rodrigo Sánchez, ingresó el 20 de enero de 1942; Dr. Julio Linares (19021971), ingresó en 1962; D.a Rosario Fiallos de Aguilar, (1938), ingresó el 21 de julio de 1999. N: Dr. Salvador Castrillo Gámez (1873-1950), ingresó el 8 de noviembre de 1942; Don Adolfo Calero Orozco (1899-1980); ingresó en 1956; Lic. Róger Matus Lazo (1943), ingresó el 26 de junio de 1996. Ñ: Prof. Carlos A. Bravo (1885-1975), ingresó el 13 de marzo de 1949; Don Guillermo Rothschuh Tablada (1926), ingresó el 10 de abril de 1970. O: Consagrada a la memoria de Don Pablo Antonio Cuadra. Dr. Santos Flores López (1878-195?), ingresó el 14 de octubre de 1942; Ing. Ernesto Gutiérrez (1929-1988), ingresó el 3 de agosto de 1967. Lic. Pedro Xavier Solís Cuadra (1963), ingresó el 5 de mayo de 1998. P: Dr. René Schick Gutiérrez (1909-1966), ingresó el 30 de abril de 1966; Dr. Fernando Silva (1927), ingresó en 1968. Q: Consagrada a la memoria de D. Quijote. Lic. Julio Valle-Castillo (1952), ingresó el 18 de mayo de 2001. R: D.a Isolda Rodríguez Rosales (1947), ingresó el 10 de julio de 2007. S: D.a Gloria Elena Espinoza de Tercero (1948), ingresó el 29 de noviembre de 2007. T: D.a María Auxiliadora Rosales Solís (1960),ingresó el 21 de agosto de 2012. U: D. Luis Armando Rocha Urtecho (1942), ingresó el 15 de noviembre de 2012. 9 Contenido I. Pluma invitada. ............................................................... 11 . La Real Academia Española, 300 años después / . José / Manuel Sánchez Ron............................................ 13 II.Discursos de ingreso. ..................................................... 19 . Pronunciación de /s/ en el español hablado . en América Central / Auxiliadora Rosales Solís............ 21 . La pronunciación del sonido alveolar, fricativo, sordo . / Francisco Arellano Oviedo.......................................... 47 . “La libertad de nuestra libertad” / Luis Rocha Urtecho.... 58 . El oro de la libertad / Sergio Ramírez Mercado................ 74 III.Ensayos y artículos........................................................ 83 . Las lenguas del Caribe nicaragüense . / Carlos Alemán Ocampo............................................... 85 . El espanglish, ¿una necesidad comunicativa de los . inmigrantes hispanos? / Róger Matus Lazo................... 97 . Nuevo elogio de la gastronomía nicaragüense . / Jorge Eduardo Arellano............................................ 113 . El amor como un ritual sagrado en la poesía . de Ana Ilce Gómez / Isolda Rodríguez Rosales........... 128 . La balada del campanero ciego de Julio Valle-Castillo . / Erick Aguirre Aragón................................................. 137 . El Ramírez Mercado que yo conozco . / Francisco Arellano Oviedo....................................... 142 . Metapa, Olominapa y el nacimiento de Rubén . / Eddy Kühl................................................................. 151 . El valor de la x en la lengua española . / Hilda Baltodano Reyes............................................. 159 . Semblanza de Franco Peñalba Cara / . Gilberto / Lacayo Bermúdez........................................ 167 10 IV. Poesía . Diez poemas / Francisco Pérez Estrada........................ 171 V. Documenta rubendariana............................................ 183 . Darío hace cien años / Carlos Tünnermann B............... 185 . Darío: el novelista que intentó ser . / Jorge Eduardo Arellano............................................ 190 . Darío y Borges: lectores agradecidos de las mil . y una noches / Noel Rivas Bravo................................ 215 . La edición crítica de las crónicas de Rubén Darío: . problemas, soluciones y hallazgos . / Günther Schmigalle.................................................. 228 . La recepción de Darío en Nicaragua vista por Erick . Blandón Guevara / José Clemente Carreño Medina...... 250 VI. . . . . . . . . . Homenajes. ................................................................... 257 Actividades conmemorativas del centenario de PAC........ 259 Cortez florecido. De árbol a mujer................................. 261 Nuestros ochenta años de Carlos Tünnermann B.......... 268 Personaje de dos siglos.................................................. 271 Agradecimiento a la Asamblea Nacional de Nicaragua............................................................... 275 Medalla de oro de la Asamblea Nacional de Nicaragua al poeta Francisco de Asís Fernández Arellano..................................................... 284 VII.Reseñas y notas............................................................ 291 I PLUMA INVITADA D. José Manuel Sánchez Ron, bibliotecario y encargado de la exposición “La lengua y la palabra: trescientos años de la Real Academia Española”. Pluma invitada 13 LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, 300 AÑOS DESPUÉS José Manuel Sánchez Ron* La Ilustración, el Siglo de las Luces, fue un período histórico maravilloso. Animados por la confianza que depositaron en la capacidad humana para comprender y utilizar la naturaleza, los ilustrados creyeron que era posible construir una sociedad más racional, más justa y menos indefensa ante la naturaleza. Comenzó entonces lo que se vino en denominar “modernidad”. En España, uno de los mejores productos de aquel esperanzado espíritu fue la creación, en 1713, de la Real Academia Española para, como se lee en la Real Cédula del 3 de octubre de 1714, con la que el rey Felipe V la aprobó, “lograr el fruto de ponér la lengua Castellána en su mayór propiedad, y pureza”. No es sorprendente, por consiguiente, que en su escudo (aprobado en abril de 1715), rodeando a un crisol en el fuego, aparezca la ahora célebre leyenda “Limpia, fija y da esplendor”. Trescientos años después celebramos su tercer centenario. Y lo celebramos con el orgullo de poder mirar al pasado, a esos tres siglos, sin vergüenza, con la seguridad de que se trata de una institución que ha ofrecido mucho a todos aquellos cuya lengua es el español. Comenzando por el gran ________________________ * José Manuel Sánchez 63.Ron ocupa el sillón G de la Real Academia Española, de la que actualmente es bibliotecario. 14 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de la voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua, conocido como Diccionario de autoridades, cuyo primer tomo —contenía las letras A y B— apareció en 1726 (el último, y sexto, se publicó en 1739). Sorprende y maravilla la rapidez, elegancia y propiedad con que aquellos académicos (14 nombrados en 1713, 8 en 1714 y 2 en 1715) compusieron semejante obra. Todavía hoy puede uno gozar sumergiéndose en sus páginas, en sus bellas definiciones y en los ejemplos “de autoridad” que las ilustran. Desde entonces, han sido muchas las obras que ha compuesto y publicado la Real Academia Española. Por supuesto, diccionarios (en 2001 apareció la vigésima segunda edición y en 2014 verá la luz la vigésimo tercera), gramáticas (la primera de 1771, la última, una monumental Nueva gramática de la lengua española, dividida en dos partes, “Morfología” y sintaxis” y “Fonética y fonología”, publicadas, respectivamente en 2009 y 2011), y ortografías (la primera es de 1741, la última de 2010). Pero no solo este tipo de obras: entre las muchas otras que ha preparado es obligado recordar la espléndida edición del Quijote publicada en cuatro tomos en la imprenta de Ibarra en 1780; los grabadores más afamados de entonces volcaron su arte en sus ilustraciones y se fabricó un papel especial para la edición. El español, patrimonio compartido Cuando se creó la Real Academia Española, hacía ya mucho que el español no era patrimonio único de España: había atravesado el Atlántico, instalándose por las tierras del continente americano. Y allí tuvo que competir con otras lenguas, poseedoras también de sus propias y largas historias. Pluma invitada 15 Ahora bien, la Corona española no impulsó una política que intentase hacer del castellano una lengua única, monocorde. “No parece conveniente apremiarlos [a los naturales de las tierras conquistadas]”, decretaba en 1573 Felipe II mediante una cédula, “a que dejen su lengua natural, más [bien] se podrán poner maestros para los que voluntariamente quisieren aprender la castellana, y se dé orden […] en no proveer los curatos sino a quien sepa la [lengua] de los indios”. Fue sobre todo con los procesos de independencia, y para favorecer la unidad de las nuevas naciones cuando el español se fue imponiendo como lengua americana. No hay, en efecto, mejor lazo de unión para una comunidad que una lengua común. El colombiano Rufino José Cuervo (1844-1911), junto al chileno Andrés Bello (1781-1865) uno de los grandes estudiosos americanos del español, expresó bien ese valor de una lengua común en sus Apuntaciones críticas sobre el lengua je bogotano (1872): “Nada en nuestro sentir simboliza tan cumplidamente a la patria como la lengua: en ella se encarna cuanto hay de más dulce y caro para el individuo y la familia, desde la oración aprendida del labio materno y los cuentos referidos al amor de la lumbre hasta la desolación que traen la muerte de los padres y el apagamiento del hogar”. La Real Academia Española entendió esa dimensión del objeto de su amor y de su estudio, y en la sesión que celebró el 24 de noviembre de 1870 aprobó establecer un marco para la creación de academias correspondientes en América. El 10 de mayo de 1871, animados por la iniciativa de Miguel Antonio Caro, Rufino José Cuervo y Marco Fidel Suárez, doce hombres fundaron en Bogotá la primera academia americana: la Academia Colombiana de la Lengua. Se iniciaba de esta forma un proceso que condujo, poco a poco, al establecimiento de un total de veintiuna academias, americanas todas —incluyendo una en Estados Unidos, fundada en 1973— salvo la Filipina (1924). 16 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Era natural que en algún momento se plantease algún tipo de actividad común entre todas esas academias. En 1951 se celebró en México el Primer Congreso de Academias de la Lengua Española. Todas las academias existentes entonces, diecinueve (la de Puerto Rico se fundó en 1955 y tampoco existía, como acabo de señalar, la de Estados Unidos), asistieron. Todas con la excepción de la Española, por razones políticas evidentes (México solo reconocía a la República, no al régimen del general Franco). Pero esto es agua pasada. La Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) que se acordó crear en aquel congreso, está formada hoy por las veintidós academias de nuestra lengua. Especialmente a partir de la dirección de don Víctor García de la Concha, la Real Academia Española se ha esforzado en que las obras que prepara cuenten con la participación de todas las academias. El español, es una obviedad recordarlo, no es solo de España. Así, los contenidos de obras como la ya citada Nue va gramática de la lengua española, o el espléndido Diccio nario panhispánico de dudas (2005), han sido revisadas y aprobadas por todos los miembros de ASALE, que a su vez es responsable de libros como el Diccionario de americanis mos (2010) y una serie de ediciones conmemorativas de los grandes escritores de nuestro idioma (El Quijote, Cien años de soledad, La ciudad y los perros, Antologías de Neruda y de Gabriela Mistral, y La región más transparente) Una Academia del siglo XXI Para producir obras como las anteriores, la Real Academia Española tuvo que adecuarse a los tiempos, introducirse en el tan poderoso como complejo mundo de la informática. La revolución que a lo largo de, sobre todo, el último tercio del siglo XX se llevó a cabo en el almacenamiento y tratamiento electrónico de textos, ha permitido a la Academia preparar una serie de bases de datos otrora inimaginables, así Pluma invitada 17 como poner en funcionamiento páginas web con conexiones al Diccionario, que recibe cada día más de un millón de visitas. Bases como el CORDE (Corpus Diacrónico del Español), un corpus textual de todas las épocas y lugares en que se habló español, desde los inicios del idioma hasta el año 1975, y el CREA (Corpus de Referencia del Español Actual), que se ocupa de los años posteriores, que reúnen cientos de millones de textos. “La lengua y la palabra”: La exposición del III Centenario Para celebrar tan larga vida y tantos logros, la Real Academia España decidió organizar una gran exposición que tendrá lugar, a partir del próximo septiembre, en la Biblioteca Nacional, con doña Carmen Iglesias y quien escribe estas líneas como comisarios. Estará compuesta esta exposición por unas 250 piezas artísticas o históricas de diferentes épocas: pinturas, grabados, joyas bibliográficas y tesoros incunables, objetos y muebles de diferentes tipos, documentales gráficos y periódicos que, junto a un diseño museográfico y montaje punteros, ilustrarán trozos significativos de nuestra historia y los avatares comunes de la lengua, de sus hablantes —a uno y a otro lado del Atlántico—, de la Academia y de los ciudadanos de cada momento histórico. Sin olvidarnos, claro está, del presente y del futuro; esto es, de las nuevas tecnologías y los soportes electrónicos que hacen, como he señalado, que la Real Academia Española sea, trescientos años después de su fundación, una institución que participa plenamente del siglo XXI. II DISCURSOS DE INGRESO Incorporación a la Academia Nicaragüense de la Lengua de doña María Auxiliadora Rosales Solís como académica de número Discursos de ingreso 21 Pronunciación de /s/ en el español hablado en América Central (Discurso de ingreso como académica de número, 21 de agosto de 2012) María Auxiliadora Rosales Solís Señor director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, señoras y señores académicos, invitadas e invitados: Me honra enormemente ingresar a la Academia Nica ragüense de la Lengua, conformada por ilustrísimos poetas, escritores, filósofos, humanistas, filólogos e hispa nistas, personas de las que tengo muchísimo que apren der. Agradezco profundamente a su director, D. Francisco Arellano Oviedo y a D.a Gloria Elena Espinoza por haber propuesto mi candidatura y a los académicos que me dieron su voto de confianza. Mi ingreso para ocupar la silla correspondiente a la letra T, que no tiene predecesor, surge en un contexto favorable para los estudios dialectales, porque las academias han venido transformándose al reconocer y aceptar los fenómenos de la variación lingüística del español de América como parte esencial y natural de esa diversidad. Por lo tanto, son válidas todas las denominaciones que utilizamos los hispanoamericanos para nombrar la realidad circundante, al igual que el uso del voseo como forma de tratamiento de la segunda persona del singular, desgraciadamente discriminado por los propios hablantes 22 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 (según un estudio realizado recientemente sobre las actitudes de los nicaragüenses frente al voseo por Ane Cristhiansen, 2012),1 y a nivel fonético, el debilitamiento de /s/ que al igual que el voseo ha estado estigmatizado en la literatura salvadoreña y nicaragüense, es decir que la literatura ha reflejado este sonido como registro de los grupos sociales marginados e incultos (Lipsky, 1998).2 A criterio de Gimeno (2012) tanto el voseo como la aspiración de /s/ son normas lingüísticas que se deben incorporar en las comunidades de habla. Esta heterogeneidad de la lengua es la que destaca Pilar García Muton (2001) cuando comenta: Antes de hablar del español de América, hay que conocerlo. No es una simple extensión del español de España, sino una lengua con carac terísticas propias que hay que describir, clasificar y respetar. Ese conocimiento de las variedades americanas resultará fundamental a los dos lados del océano, cuando se trate de mantener, implementar y difundir una lengua común que aspire a una cultura mejor que la actual. ________________________ 1. Según la lingüista noruega, el 51% de los hablantes entrevistados muestran actitud negativa frente al voseo, a pesar del uso cotidiano en la comunicación diaria. Uno de los factores es “debido a la invisibilidad en la escuela y en todo el lenguaje escrito” (Christiansen, 20012: 57). 2. A este respecto, Lipsky (1998) basa su apreciación principalmente en las transcripciones que aparecen en la literatura de tipo costumbrista donde los escritores representan esta alófono en los diálogos sostenidos por los peones, campesinos y personajes de poca instrucción. Para ilustrar el caso de Nicaragua tomó ejemplos de Cosmapa, la novela de José Román y cuentos de Fernando Silva. De manera general, concluye que no aparece mucho esta variante en la literatura porque es un fenómeno arraigado en todas las capas sociales. Discursos de ingreso 23 La lengua española está formada por dos grandes superdialectos, según Montes Giraldo: el americano y el europeo. Ambas variedades son focos de irradiación con características lingüísticas propias y su unidad no se puede organizar a partir únicamente de una región. Dialectólogos hispanistas, como Manuel Alvar (1996), Juan Miguel Lope Blanch (2012) Gregorio Salvador (1987), entre otros, han enfatizado que una variante dialectal es parte de un mosaico que conforma una lengua y cada dialecto posee un color que le da vistosidad y lo diferencia de los otros dialectos. De esta manera, lo que en una región puede ser válido y reconocido, en otros lugares puede ser rechazado. Actualmente la Real Academia Española, consciente de estos hechos lingüísticos, ha venido realizando cambios que se reflejan en la publicación de cuatro grandes obras: La Nueva gramática de la lengua española (2009) que toma como norma el modelo panhispánico sin imponer un ideal de lengua monocéntrico ni la modalidad de un país determinado o región, aunque todavía el voseo nicaragüense no ha sido descrito con toda la pertinencia del caso. Entiendo que se ha debido a los pocos estudios que en ese campo ha habido en Nicaragua, pero en general procura recoger las particularidades del uso en los distintos países de habla hispana. Otro extraordinario trabajo, dirigido por Humberto López Morales con la participación de las 22 Academias de la Lengua Española, es el Diccionario de america nismos (2010) que recoge 60 828 entradas y, aproximadamente, unas 120 000 acepciones y donde Nicaragua aportó unos 4000 lemas. Este es un diccionario con un enfoque descriptivo que recoge las variantes dialectales de manera diferencial, usual, descodificador y actual. 24 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Los otros dos textos están enfocados en el aspecto normativo: el Diccionario panhispánico de dudas (2005) y la Ortografía de la lengua española (2011), esta última relaciona por primera vez la fonología, la morfología y la sintaxis para dar una descripción de la evolución de los sonidos con el fin de prescribir y unificar la escritura. Dichosamente, quedó atrás aquella institución dogmática y prescriptiva que ilustrara Jorge Eduardo Arellano, cuando relata que en 1892 el académico y literato peruano Ricardo Palma (1833-1919) —en ocasión del IV centenario de la conquista de América— llevó una lista de 350 americanismos para que ingresaran al Diccionario de la Real Academia Española y en esa ocasión no se aceptó ninguno (Arellano, 2001 11-17). Así, era el pensamiento del siglo XIX que defendía el pionero de los estudios lingüísticos del habla nicaragüense, Juan Eligio de la Rocha, al manifestar: Preciso es que en Centroamérica se le dé im pulso a la mejora del idioma de nuestros pa dres con un estudio positivo de él, pues los Es tados y ciudades nuestras que hacen alarde de hablar mejor el español que sus vecinos, están equivocados. Arcaísmos que causan náuseas, resabios incorregibles, provincialismos pro cedentes de lenguas aborígenes inferiores, vo cales omitidas, silabeo, el hablar articulando apenas la consonante que hiere, acento false te y de asonancia nasal, tomados de los anti guos nahuales, quichés, lencas, mangues, etc., abundan en Guatemala, El Salvador, Hondu ras, Nicaragua y Costa Rica (De la Rocha 1858/2001: 39-40). Discursos de ingreso 25 Estos prejuicios lingüísticos se manifiestan hoy en día, aunque con mayor sutileza, en algunas columnas perio dísticas que presentan ejemplos del habla popular como formas incorrectas, peyorativamente denominadas barbarismos o vicios; y brindan serias recomendaciones sobre el “buen hablar” porque históricamente las variedades americanas han sido consideradas como poco correctas respecto del registro del español peninsular. Considero que estos “guardianes del lenguaje” no distinguen entre el uso popular y los términos malsonantes o vulgares. Sapir decía: “Todo mundo sabe que la lengua es variable, sin embargo, a lo largo de la historia de la lingüística, los lingüistas han tendido a actuar como que no lo fuera” (en Chambers & Trudgill, 1980:185). Ha sido un camino largo, pero paulatinamente a partir de Saussure hay más estudiosos que se inclinan por el reconocimiento y respeto de la variabilidad. Está demostrado que la variabilidad no afecta el principio de la unidad y que en la evolución de todas las lenguas, son los hablantes quienes la norman y no las instituciones. Este pensamiento queda resumido en las palabras de José Manuel Blecua, actual director de la Real Academia Española, quien afirma: “No se puede hacer una gramática, una ortografía o un diccionario sin la participación de América”. En Nicaragua los estudios dialectológicos han tenido un terreno fértil, sobre todo en el nivel léxico, en la última década la Academia Nicaragüense de la Lengua confeccionó el Diccionario de uso del español nicaragüense (DUEN) y el más reciente y completo diccionario elaborado hasta la fecha por Francisco Arellano, el Diccionario del español de Nicaragua (DEN) que ya va por su tercera edición. Este diccionario se fundamenta en una planta propia como la del Diccionario de americanismos y la del DRAE. 26 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Dado el prestigio y el trabajo que ha venido desarrollando la Academia Nicaragüense de la Lengua, mi incorporación me exige grandes retos, como son contribuir a la identidad lingüística del español nicaragüense, trabajar por elevar la autoestima de nuestra variedad, definir lo que es la norma culta en Nicaragua e incidir en la divulgación de esa norma culta, sin menoscabo del uso del registro popular y, finalmente, crear espacios de difusión de las lenguas indígenas habladas en nuestro país. Y en mi interés por destacar los fenómenos dialectales característicos del español de Nicaragua y de los demás países de América Central, expondré la articulación de uno de los rasgos fonéticos que mayormente nos caracteriza y a su vez nos diferencia de los demás dialectos de español hablado en el resto de América, en general: el fonema fricativo alveolar sordo /s/, en el contexto centroamericano. En el terreno de la fonética el habla hispanoamericana se mantiene inconmo vible en un solo cambio el seseo. Esa s no solo diferencia al habla hispanoame ricana de la española, sino que presta su modalidad específica al habla de cada región Más bien parece que hay que con siderar el seseo, salvo casos individuales, como un hecho consumado. Rosenblat. A.3 (1990: 248). De acuerdo con Samper (2001) para la lingüística hispánica el estudio de la variación del fonema /s/ es relevante porque favorece la diferencia de las dos macronormas, ________________________ 3. Filólogo, ensayista e hispanista venezolano de origen polaco. Discursos de ingreso 27 entre el español europeo y americano; establece líneas imaginarias o isoglosas que ayudan a delimitar claramente zonas dialectales. Desde la perspectiva pragmática, es una variable que presenta las características ideales que debe cumplir un fenómeno para convertirse en objeto de estudio, dado que es un elemento de elevada frecuencia en el discurso. Socialmente, es una variable que se muestra con un alto grado de estratificación asimétrica, puesto que la variación que se observa en los estilos seminformales y espontáneos escapa al control consciente de los hablantes. Desde el punto de vista gramatical, la aspiración y pérdida de /s/ puede afectar la distinción entre las marcas de plural y de segunda persona verbal. Por ejemplo, en el habla rápida y espontánea puede no distinguirse entre decir las aves y la sabes, las untas y las juntas; sin embargo, esta ausencia de /s/ se resuelve gracias al contexto extralingüístico y lingüístico. 1. Origen del seseo En esta ocasión, referiré brevemente uno de los procesos más complejos en la evolución fonológica del español denominado la “revolución de las sibilantes”, pues seis fonemas medievales sordos y sonoros (dentales africados/ʦ/ y /ʣ/; alveolares fricativos/ s/ y /z/ y palatales fricativos, /ʃ/ y /ʒ/, al transformarse resultaron en solo dos fonemas sibilantes; en el centro-norte de España se produjo s y z; y uno solo, s, en la región meridional y las Islas Canarias. Estos fonemas se desfonologizaron, es decir, se eliminaron los rasgos que los diferenciaban: los dos sonidos, sordo y sonoro, se fundieron en la variante sorda /s/ fenómeno que ya se había impuesto en el momento de la expansión del español por territorio americano. 28 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 De tal forma que parejas de palabras como casa/ caza; coser/ cozer; se convierten en homófonas y solo contrastan en la ortografía. Este proceso de reducción de sibilantes ya había tenido lugar en Sevilla y otras zonas de Andalucía occidental a finales del siglo XV. Según Frago & Figueroa (2003:100) la ese americana comparte el mismo origen con la ese andaluza, es decir, históricamente, la fricativa apicoalveolar /s/ castellana tuvo poco uso en el Nuevo Mundo, sustituida por la /s/ andaluza, fricativa predorsal, resultado del proceso del seseo. Esto se debió a que en los primeros cuarenta o cincuenta años de la colonización de América, casi la mitad eran andaluces y es la época cuando se fundaron los principales núcleos urbanos en el Nuevo Mundo como México, Lima, Cartagena de Indias y Panamá que posteriormente fueron focos de irradiación. 2. ¿Cómo se articula el fonema /s/ en el español de Nicaragua y resto de Centroamérica? Gracias a los atlas lingüísticos que ya se han venido elaborando de los siete países que conforman el istmo centroamericano se tiene ahora una visión más objetiva y sincrónica del español hablado en estos países: Guatemala (Utgård, 2006), Nicaragua (Rosales, 2008); Costa Rica (Vargas, 2000; Quesada, 2010a), El Salvador (Azcúnaga, 2010), Belice y Panamá (Cardona, 2010) y Honduras (Hernández, 2010).4 Asimismo, los mapas facilitan la comparación entre la realización de otras variantes con el resto del español hablado en América. ________________________ 4. Estos atlas se han elaborado bajo la coordinación de Miguel Ángel Quesada Pacheco. Discursos de ingreso 29 Para el caso que nos ocupa, Centroamérica, se analizó la realización de /s/ en 17 entornos: en posición inicial absoluta como en la pronunciación de sol, entre vocales, masa, ante pausa y en posición final, en los ojos; ante oclusivas sordas, /p, t, k/ aspecto, gesto, asco; ante oclusivas sonoras /b, d, g/, en el contexto fónico de los besos, los días, los gatos; ante nasales, /m, n/ asma, asno y ante líquidas, /l, r / isla, las rodillas. Del análisis de este material, se destacan más de diez alófonos de /s/, de los cuales agrupo los más frecuentes tomando en cuenta los siguientes criterios articulatorios: reforzamiento pleno de /s/ (con tendencia a la sonoridad, dentalización y nasalización); inestabilidad que se manifiesta por la alternancia de variedades), debilitamiento que va desde la aspiración, asimilación y finalmente, pérdida. En el siguiente esquema se muestra el continuum dialectal de los alófonos de /s/ recopilados en los atlas que conforman América Central. /s/ plena [s] Inestabilidad [Ɵ ] [z] [sn] [s~Ɵ] [s~z] [s~h] [h~Ø] debilitamiento asimilación [ʔ] [h] CC pérdida [Ø] A continuación describo los alófonos que predominan en los siete países en estudio. 30 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 2.1. [s] alveolar fricativa sorda En América la realización de [s] fricativa predorsal sorda es la más extendida. De manera general, los siete países centroamericanos muestran un alto porcentaje de pronunciación de /s/ plena sobre todo en posición inicial como en [‘sol] sol, [sa’kaɾ] sacar. Panamá presenta el 100% de esta realización, seguido de Nicaragua y Honduras con el 99%. Se conserva s plena en Belice, Guatemala y Costa Rica (80%) y El Salvador presenta el menor porcentaje de uso con un 64 %. Cuando /s/ va en posición intervocálica, como en la pronunciación de casa, los porcentajes bajan significativamente, se presentan otras variantes alofónicas en el español centroamericano. Según los datos consultados, Guatemala reduce su presencia en un 50%, porque opta por la pronunciación polifónica. Es decir que se escucha [kasa∼ kaza]; Nicaragua y Costa Rica comparten datos similares arriba del 80%. Belice, El Salvador y Honduras igualan en los porcentajes (79%). Panamá es el único país que presenta porcentaje arriba del 90% de conservación en esta posición. En el caso de Honduras, llama la atención estos resultados, pues Lipsky (2000:75) afirma que en Honduras y en El Salvador la aspiración se presenta con mayor frecuencia en posición inicial de palabra y sobre todo después de vocal; por ejemplo: se escucha, [sinkwentahen’taβos] cincuenta centavos, [elhalba’ðor] El Salvador, y señala que es en El Salvador donde se dan los procesos más avanzados de aspiración en posición inicial e intervocálica, sin embargo, estos datos no se corresponden con las últimas encuestas realizadas para la confección del atlas de Honduras, pero sí se confirman en los mapas de El Salvador (Azcúnaga, 2010:97), donde se testimonia la aspiración Discursos de ingreso 31 inicial e intervocálica como en salud se escucha [ha’luØ], de Santa Ana [dehan’tana], la Sandrita [lahan’drita]. En posición final y ante pausa, como en la pronunciación de los ojos o Estados Unidos los datos se modifican considerablemente. El país que muestra mayor retención de /s/ plena es Guatemala, seguido de Costa Rica y Belice. El resto de países, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá, reducen su presencia, principalmente, estos dos últimos muestran un porcentaje inferior al 50%, Nicaragua porque opta por la aspiración y Panamá por la elisión. Variables de /s/ en posición intervocálica 2.2. [z] fricativa alveolar sonora A continuación identificamos otra variante de /s/ que se articula sonora [z] como en la pronunciación de [‘izla] isla, [lazro’diʝas] las rodillas, [laz’benas] las venas y [loz’gatos] los gatos. Los atlas testimonian este alófono en Guatemala, particularmente en el altiplano occidental, en Puerto San 32 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 José, Zacapa y Petén, su uso domina en un 54% y afecta a los distintos estratos sociales, por lo que se ha convertido en un norma lingüística. En Belice este sonido tiene un bajo porcentaje de realización, se presenta sobre todo ante sonidos oclusivos sonoros y se eleva un poco ante sonidos nasales y vibrantes, como en la articulación de buenos días. En el resto de países de América Central la sonora aparece en porcentajes bajísimos, favorecida por la posición ante m y ante l, como en la articulación de [‘azma] asma e [‘izla] isla. 2.3. [Ɵ] dentalizada (fricativa posdental sorda) El tercer alófono que se testimonia es la s dentalizada en la articulación de entornos como [al’mweɾƟo] almuer zo, [de’Ɵiɾ] decir, [motoƟi’kleta] motocicleta. A este hecho no se le ha acabado de prestar toda la atención que merece: se trata de la dentalización de la s prevocálica, Alvar (1996:I203I, en Quesada, 2000:76) afirma que “la bibliografía de este rasgo va siendo muy abundante y considera que hay que replantearse la historia del seseo en Canarias e Hispanoamérica”. Lapesa (1959) registra la /s/ ciceante en Honduras, El Salvador y Nicaragua. Por el contrario, Canfield (1962) indica que las únicas regiones americanas donde se escucha la s dentalizada, son en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Sin embargo, según los atlas de los países de América Central, este sonido está fuertemente marcado en el habla de Guatemala donde alcanza iguales porcentajes que la /s/ plena, particularmente cuando va en posición inicial. Es decir que esta variante fonética es más Discursos de ingreso 33 frecuente escucharla en Guatemala que en el resto de países mencionados. Particularmente en Centroamérica se articula este sonido cuando va en posición intervocálica, presenta porcentajes variados en el Salvador (6%),5 Honduras (28%), sobre todo en la pronunciación de estados [[eθ’taðos], y Nicaragua (3%), En Costa Rica esta variante se registra a lo largo del litoral del Pacífico, específicamente en el noroeste y la zona sur del país. (Quesada y Vargas, 2010: 162). La ciceante no se registró en Belice ni Panamá. 2.4. [sn ] fricativa, sorda nasalizada El cuarto alófono de /s/ se escucha, por ejemplo, en la pronunciación de [aðjosn] adiós, [pwesn] pues, [dihe’ɾamosn] dijéramos. Este fenómeno no ha sido estu diado detalladamente. Pocos dialectólogos han señalado el fenómeno de la nasalización en Hispanoamérica. Particularmente Lipsky (2000) la reconoce en El Salvador, Sin embargo el atlas lingüístico de este país no recoge esta variante. Rosales (2008) la testimonia en Nicaragua cuando va al final ante pausa, por ejemplo, [en’tonsesn] entonces, pronunciado por dos informantes de zonas rurales de Juigalpa y Puerto Cabezas. ________________________ 5. Lipsky (2000) destaca que estos países se presenta la aspiración en posición intervocálica y afirma que en El Salvador se presenta la s dentalizada, en el habla rural. A pesar de su formación sociolingüística, este lingüística basó sus criterios en las fuentes literarias de tipo costumbrista y no en el habla oral y viva, tal como lo reflejan los datos recopilados para el atlas de Centroamérica. Igualmente, Lemus, (2008-143), reconoce el ceceo en Costa Rica, Venezuela y Paraguay. Además en las zonas rurales de El Salvador, el ceceo es parcial y s y θ están en variación libre con la articulación aspirada y la elisión. 34 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 2.5. /s/ polimórfica: inestabilidad en la realización El quinto alófono corresponde a la alternancia que realiza un mismo hablante al articular dos variedades de /s/ lo que manifiesta una inestabilidad con tendencia al dominio de una de estas. La inestabilidad de /s/ tiene altos porcentajes de articulación en el español centroamericano, principalmente la alternancia entre s y sonido interdental predominante cuando va en posición intervocálica en Guatemala, en una relación porcentual de 46% y 56%, respectivamente y Costa Rica (11%). Alterna [s~z] en Belice y Guatemala; El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica; [s~h y perdida]. Este polimorfismo como se conoce a la inestabilidad de un sonido tiende hacia el debilitamiento de /s/. Dentro ese proceso encontramos la glotalización [ʔ], la aspiración [h], la asimilación y la elisión de /s/. 2.5.1. Oclusión glotal [ʔ] La sexta variante es la oclusión glotal, la escuchamos cuando se pronuncia [laʔ’onse] las once, [laʔ’otʃo] las ocho. [djoʔ’mio] Dios mío. La articulación de este sonido se produce un obstáculo total en la salida del aire. Esta pronunciación es diferente a la aspiración que es un breve ruido de fricción producido en la glotis. La oclusión glotal tiene un valor fonológico en muchas lenguas indígenas americanas, por lo que muchas variedades del español de América, por influencia del contacto con esas lenguas aparecen antes de vocales o después de consonantes (DRAE, 2011: 141). Hara (1989, en Valentín-Márquez, 2006:326) considera que esta variante alofónica se debe a un condicionamiento fonológico, por Discursos de ingreso 35 el debilitamiento de la /s/ en final de sílaba, cuyas realizaciones aspiradas favorecen la geminación de la consonante siguiente y crean el ambiente propicio para la articulación oclusiva glotal. A diferencia de la pérdida o aspiración de /s/ la presencia del rasgo oclusivo no permite la ambigüedad léxica como en el caso de la pronunciación de dos y doce; o las aves y las sabes (cuando se retiene la s; las untas y las juntas (con la variante aspirada) y unas ideas y una idea (en caso de elisión) porque cuando el entorno varía, tal es el caso de la pronunciación de los anillos, se puede presentar la aspiración como en los hanillos o la resilabificación que impide la variación de s como en lo-sa-ni-llos. La oclusión glotal ha sido documentada en variedades hispanoamericanas (Canfield 1981, Granda 1988, Thon 1989, Lope Blanch 1993, Quesada Pacheco 1996, McKenzie 2001). De acuerdo con los atlas, en Centroamérica, la oclusiva glotal sorda se testimonia únicamente en Belice (Cardona, 2010), un caso en Sayaxché (norte de Guatemala (Utgård, 2010), Nicaragua y la zona de Guanacaste, Costa Rica, particularmente en la zona fronteriza con Nicaragua (Lipsky, Quesada, y Rosales, 2009).6 Tanto en Nicaragua como en Belice se presenta en posición final de palabra ante pausa y ante vocal tónica del segmento siguiente, como en la articulación de [loʔ’ohos] los ojos; [loʔ’indjos] los indios. Según Lipski (1994:314) en Nicaragua el corte glotal no presenta ninguna variedad geográfica significativa. Sin embargo, el mapa n.o 26 de ese país refleja un punto de vista opuesto a sus planteamientos, pues esta variante representa el 21% ________________________ 6. Los ejemplos que presenta Quesada (2000:76) son los otros [loʔ’otroh]; las once [laʔ’onse] y ante sonora: mismo [‘miʔmo], pero en el caso de la realización de [lohani’maleh] los animales no se presenta la glotal sino la aspirada porque no sigue una vocal tónica. 36 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 de realización y aparece principalmente en la zona Norte y en el pacífico Central. 2.5.2. El heheo o aspiración El séptimo alófono es la aspirada más o menos sorda que se escucha en la articulación de palabras como [‘ehta] esta, [no’hotroh] nosotros, [eh’taðo] estado. Tradicionalmente en la literatura se representa con la letra jota. Quillis (1999:276) afirma que la aspiración de /s/ incluye a toda Centroamérica y está condicionada por factores lingüísticos y sociales. Sin embargo, no llega a especificar las condiciones extralingüísticas que favorecen la aspiración. La aspiración es un rasgo marcado en la pronunciación en el occidente y centro de El Salvador. En Nicaragua es la variante con mayor porcentaje de realización, aparece en los entornos ante oclusivas sordas con un porcentaje del 55% y se incrementa ante sonoros con un total del 74% (Rosales, 2008). Por el contrario, Belice no es un país que aspire o elida la /s/ (Cardona, 2010:36). 2.5.3. Asimilación La octava realización es la asimilación que se produce cuando el segmento /s/ pierde algunos o todos los rasgos que lo caracterizan y toma los de la consonante siguiente. Alvar (1980:266-267) registró en el altiplano occidental de Guatemala el fenómeno de la geminación como en la articulación de dod días o dog gallinas, no obstante, el atlas de Guatemala no documenta ningún caso en esa región. (Utgard: 2006, 65). En Panamá se registra la asimilación sin llegar a la geminación como en el Caribe que se escucha [‘kappa] Discursos de ingreso 37 caspa ante /p/, en este país el fonema p asimila el rasgo fricativo de la /s/ dando como resultado la pronunciación de [‘kasɸa] Nótese que en estos casos la s se conserva plena. (Cardona, 2010:195). 2.5.4. Elisión de /s/ o cero fonético El noveno alófono es la elisión que se presenta generalmente en interior de palabra o al final de una palabra polisílaba. Por ejemplo: [a’ðjoØ] adiós, [‘pweØ] pues, [no’fwimoØ] nos fuimos, En las hablas de América Central, a excepción de Guatemala donde generalmente retiene /s/ en posición final, se encuentran pocos casos de pérdida en ambas zonas costeras, En el habla salvadoreña, la elisión representa el 21% , sin embargo, no llega a tener los valores elevados de la aspiración. El cero fonético se presenta en posición absoluta y alcanza máximos niveles ante vibrante y en sonidos oclusivos sonoros, igual entorno se da en Honduras y Nicaragua. En Honduras se muestra en porcentajes menores y en el contexto fonético cuando preceda a la nasal /n/ como en [bwenaØ’notʃes] buenas noches. Un ejemplo relevante de pérdida de /s/ lo tenemos en Panamá, donde Cardona observó que la elisión se presenta en todo el país, tanto en interior de palabra, principalmente ante /ɾ/ (55%), ante /t/ (51.3%) y en posición final (42%), a excepción de Tolé, David y Changuinola, ubicadas en el occidente del país. 3. Clasificación dialectal de América Central, según realización de /s/ Este estudio ha permitido establecer zonas dialectales a nivel de América Central y determinar que existen 38 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 diferencias dialectales marcadas por el fonema /s/. Tradicional y erróneamente se ha incluido a Centroamérica dentro del español caribeño junto con Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, zonas costeras de Venezuela y Colombia (Henríquez Ureña, 1921; Rona, 1964; Honsa, 1975; Resnick, 1975; Zamora, 1979-1980 en Araus 2005: 92-132; y Moreno, 1993:117-168). Sin embargo, conforme avanzan los estudios dialectales se observa que esta región presenta un perfil lingüístico diferente. Los resultados del presente trabajo muestran clara diferencia de la clasificación simplista que divide el español americano entre tierras altas y tierras bajas que no sigue criterios lingüísticos sino climáticos.7 De acuerdo con el análisis realizado a los atlas fonéticos de Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá durante la primera década del siglo XXI, se advierte una clara separación en tres zonas dialectales, que va de la conservación-aspiración y elisión de /s/. Estos cambios son determinados por factores fonéticos, frecuencia de uso, factores geográficos, sociales como la edad, sexo, nivel de escolaridad, el prestigio, la conciencia y actitud lingüística de los hablantes. Los hablantes del español centroamericano de las zonas urbanas principalmente se mueven en un continuum de variación que va desde la realización plena de la sibilante [s], inestabilidad fonética, hacia el debilitamiento de ________________________ 7. Fonéticamente, las tierras bajas se caracterizan por el debilitamiento de las consonantes y reforzamiento de las vocales. Estas características se le atribuyen al dialecto andaluz, pues sostiene que estos colonos buscaron un clima similar a su región de origen. Los españoles procedentes de regiones altas y frías emigraron hacia las zonas montañosas del interior Esta zona se caracteriza por debilitamiento de las vocales y articulación plena de las consonantes. Discursos de ingreso 39 /s/, en donde predomina la aspirada [ h] hasta llegar a la elisión o pérdida total. Siguiendo la clasificación de Samper (2001) y de acuerdo con el comportamiento de las isoglosas en la articulación de /s/, América Central se clasifica en tres zonas dialectales que se corresponden con hablas conservadoras que preservan los rasgos de la lengua madre, intermedias o de transición e innovadoras que provocan procesos de modificación.8 a. Dialectos conservadores donde predomina la retención de /s/ en la mayoría de los entornos estudiados. En este grupo se observa un predominio de la sibilante; En el primer continuum:9 sibilancia > aspiración -> elisión. Belice, Guatemala y el Valle Central de Costa Rica. En este último país se establece una clara división pues se observa afianzamiento del debilitamiento en la zona noroeste del país y la zona sur, frontera con Panamá (Cfr. Quesada y Vargas, 2010: 165) pero en la zona central se desacelera el potencial avance del uso de la variante aspirada. b. Dialectos intermedios, zonas donde mayoritariamente se presenta los índices: (aspiración -> sibilancia -> elisión) las realizaciones son cada vez más relajadas o debilitadas, puede ir de la aspiración a la pronunciación plena o sibilancia en una pronunciación ________________________ 8. En cuanto a Nicaragua, la variada articulación de /s/ permitió establecer zonas dialectales que diferencian el Pacífico, la zona central y el Atlántico. 9. Un continuum dialectal o dialecto área constituye una gama de dialectos que se hablan en algunas áreas geográficas que difieren muy poco entre las zonas vecinas. 40 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 más esmerada, hasta la pérdida total. En el segundo proceso, (aspiración -> elisión -> sibilancia) puede darse la aspiración, como articulación predominante, pasando por la elisión y en menor porcentaje la realización plena. A este grupo pertenecen El Salvador, Honduras y Nicaragua. c. Dialectos más avanzados, donde la elisión ocupa los porcentajes más elevados: elisión -> aspiración -> sibilancia. Como se podrá notar, de acuerdo con esta clasificación, la elisión es más dominante en Panamá. Conclusiones Según los resultados del presente estudio, el fonema /s/ continúa presentando nuevas áreas de interés dialectal y sociolingüístico, tanto en el español de Nicaragua como en el resto de Centroamérica. Las variables de s según el modo de articulación son de las más significativas: predominio de /s/ plena solo en Belice y Guatemala muestra un alto porcentaje de articulación polifónica: (alterna s plena con la ceceosa, sin llegar a perder la consonante) y el Valle Central de Costa Rica en menor proporción. Si bien se observa que en Honduras, El Salvador y Nicaragua hay un buen porcentaje de pérdida de /s/ en posición final, no obstante la aspiración mayor se presenta en Panamá. En los entornos analizados se demuestra que existe un condicionamiento articulatorio que favorece el debilitamiento hasta la pérdida de /s/, pues la tendencia a nivel de todo Centroamérica en a mantener la sibilante en posición explosiva o inicial de palabra, pero ante sonidos Discursos de ingreso 41 oclusivos sonoros y nasales /n/, aumenta el número de aspiración y articulaciones alofónicas variadas. En resumen, este análisis demuestra que es innegable el proceso de variación de /s/ hacia su debilitamiento creciente en la región centroamericana, debilita tanto un centroamericano culto como un semianalfabeta. No obstante, faltaría determinar cuáles son las causas que facilitan estos procesos, pues pueden obedecer a factores fonéticos como sociales y estos últimos pueden ser diferentes en cada lugar. Los atlas actuales poseen estos datos, habrá que continuar analizando para dar respuestas a estas interrogantes. Todos sabemos que la lengua no solo es un vehículo de comunicación social sino que constituye un elemento identitario y así como la población seseante de origen andaluz y canario resistió victoriosa al uso de la zeta castellana y al final en América se impuso la no distinción entre s y zeta, quizá no por una razón lingüística, sino de conciencia de pertenecer a un grupo social de los criollos en América. Para ilustrar este hecho, Guitarte (1991:101) refiere que Don Miguel Antonio Caro decía: “Hemos oído contar que alguna vez el soldado español descubría al insurgente americano porque este, como nosotros hoy en día, pronunciaba la z como s”. Entonces, quedará por ver si en la región centroamericana el debilitamiento de /-s/ se afianza y va alcanzando prestigio como un rasgo que reafirme la identidad nacional del español hablado en Nicaragua y el resto del istmo hasta llegar a constituir una norma culta o estandarizada, o si sigue siendo objeto de prejuicios por parte de otras comunidades de hablantes. Y como es un principio en lingüística, la respuesta únicamente la tienen sus usuarios. Océano Pacífico Zona de mayor debilitamiento de /s/ Océano Atlántico Retención de /s/ Zona de aspiración de /s/ Mayor retención de /s/ MAPA DIALECTAL DE AMÉRICA CENTRAL (según realización de /s/) 42 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Discursos de ingreso 43 Bibliografía Alvar. M. Manual de dialectología: el español de Améri ca. Madrid: Ariel. 1996. Aráus, C. Manual de Lingüística Hispanoamericana. Tomo II, Bogotá: Instituto Caro y Cuervo. 2005. Arellano. J. Nuestro español: área dialectal y fonética. Consultado el 4 de julio de 2012. 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Discursos de ingreso 47 La pronunciación del sonido alveolar, fricativo, sordo a (Contestación de discurso D.a María Auxiliadora Rosales Solís) Francisco Arellano Oviedo La Academia Nicaragüense de la Lengua está de fiesta y plural es nuestro gozo: recibimos en esta ocasión a D.a María Auxiliadora Rosales Solís, laureada por el éxito de sus investigaciones lingüísticas. En nombre de los colegas académicos, aquí presentes, le abrimos las puertas de nuestra Casa y le damos la bienvenida; el gozo plural se debe también al 84 aniversario de nuestra Academia, cumplido recientemente, el 8 de agosto; nos embarga la alegría porque este año estamos conmemorando el centenario del nacimiento de Pablo Antonio Cuadra, el más grande humanista de este país durante el siglo XX y quien fuera director de nuestra Casa desde 1964 hasta su deceso, el 2 de enero de 2002; otro acontecimiento que nos llena de gozo este año es el premio Reina Sofía para nuestro querido colega, padre Ernesto Cardenal Martínez; y finalmente la fiesta, durante todo este mes, del 70 aniversario de vida y 50 de escritor de nuestro colega don Sergio Ramírez Mercado. En la historia de los trabajos asumidos por los académicos que han ingresado a nuestra Casa, es la primera vez que se aborda un tema de fonética y nada menos que la pronunciación del fonema alveolar, fricativo, sordo, representado en la escritura de nuestra lengua común por 48 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 la grafía s. La articulación de este sonido da origen a un rasgo característico de la lengua diferencial de Nicaragua. Es tan interesante este tema como el fonema nasal, palatal, sonoro, representado en el español con la grafía ñ, que constituye otro rasgo propio de todas las lenguas romances. Digo esto no por simple erudición, sino porque muchas veces se ha especulado que la ñ va a salir del alfabeto y, aunque ahora las cosas cambian con mucha rapidez, tendremos ñ por mucho rato para escribir España, Ñaméndez, Ñurinda, ñato, “ñeto” y “ñoca”. Me alegra muchísimo que usted, doña María Auxiliadora, comprenda muy bien que ingresar a la Academia más que un honor significa un compromiso de trabajar por el don más preciado de nuestra cultura: la lengua común de los pueblos hispanos, que contiene el sustrato indígena y el superestrato hispánico y veo la claridad de su compromiso cuando manifiesta estar dispuesta a: 1.Contribuir a la identidad lingüística del español nicaragüense. 2.Trabajar por elevar la autoestima de nuestra variedad. 3.Definir lo que es la norma culta en Nicaragua. 4.Incidir en la divulgación de esa norma culta, sin menoscabo del uso del registro popular. 5.Crear espacios de difusión de las lenguas indígenas habladas en nuestro país. Todos sus retos, señora, constituyen un extenso programa de acción que, por su importancia, ya han sido incluidos en la agenda de Asociación de las veintidós Academias de la Lengua Española, pero es evidente que en lo que respecta al español de Nicaragua, requerimos de nuevos planteamientos y renovados entusiasmos. En esta Discursos de ingreso 49 Casa, en la medida de lo posible, trataremos de brindarle el apoyo y la compañía que requiera para la conformación de un equipo idóneo a fin de acometer una tarea así de vasta como urgente e impostergable. Sobre norma culta y autoestima, es notorio cómo muchos de los usuarios de nuestra lengua común cuando escriben no usan el vos con la misma espontaneidad que lo utilizan cuando lo hablan. Y sobre nuestras lenguas indígenas, más allá del territorio donde se hablan, no existe la universidad ni el instituto especializado que promueva la enseñanza y la investigación sobre las mismas. Sabemos que esta tarea es difícil y que implica conjuntar muchos recursos, esfuerzos y voluntades. Este año, ya nuestra Academia acordó celebrar en lo sucesivo el 17 de abril como Día de las Lenguas Indígenas en Nicaragua, porque mantener su presencia y fomentar su desarrollo es parte del patrimonio e identidad de la nación. Doble es el quehacer de la Academia: velar por la unidad de la lengua estándar y fomentar el estudio y el desarrollo de la lengua diferencial o dialecto nicaragüense. Pero aclaro, cuando decimos dialecto ya no nos referimos a aquellas lenguas de uso minoritario, sin escritura o literatura; menos aún a la connotación peyorativa de atraso o pobreza de sus usuarios. Cuando hablamos de dialecto de un país, de acuerdo con la moderna ciencia de la lingüística, que es precisamente la dialectología, nos referimos a las particularidades, entiéndase riqueza, que una lengua presenta en un país determinado. Estas características pueden ser en el nivel del sistema léxico-semántico, morfosintáctico o fonético. Así, el voseo y el seseo, sin ser privativos de Nicaragua, son rasgos diferenciadores del español americano ante el español europeo, del español de Nicaragua frente al español de sus vecinos de la región. 50 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Usted, apreciada colega, se ha referido a un rasgo particularmente diferenciador entre el español caribeñoatlántico y el español trasatlántico. Esta diferenciación, como bien lo ha señalado usted, tiene su origen en la Andalucía del siglo XVI y por los andaluces que vinieron y se radicaron, en aquellos días, en los puntos de enclave del dominio español. El tercer tomo de la Nueva Gra mática de la lengua española, dedicado a la fonética y fonología, que vio la luz en diciembre de 2011, describe el fonema alveolar, fricativo sordo, que nosotros representamos en la escritura con la grafía s, como obstruyente porque la salida del aire se ve dificultada y se produce una fricción, de aquí la característica de sonido fricativo; por el punto de articulación, este sonido se produce con el ápice o punta de la lengua que se acerca a los alvéolos o cavidades en que están encajados los dientes incisivos en la mandíbula superior, por eso el término alveolar; y se considera un sonido sordo porque las cuerdas vocales no vibran al producirlo. De esta manera, la descripción del fonema de la tradición castellana o norcentral de España es ápico-alveolar, fricativo, sordo.1 En cambio, y usted lo explica muy bien, el fonema americano se produce no juntando la punta de la lengua a los alvéolos, sino el predorso de la lengua a estos. Esta pequeña diferencia en el punto de articulación da origen a un fonema interdental, fricativo, sordo, que representamos con la grafía z. En América carecemos de este último fonema y por eso pronunciamos de la misma manera z, s y c, fenómeno que se denomina seseo. ________________________ 1. Cfr. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. 2011. Nueva Gramática de la lengua españo la: fonética y fonología. España: Espasa Libros S. L., p. 178. Discursos de ingreso 51 Entre los apodos afectuosos que los nicaragüenses hemos recibido en la región, se destacan dos: nicas y pinoleros; a estos se suman otros dos: “mucos” y “chochos”, ambos peyorativos, que nos dicen loj jondureñoj y loj halvadoreñoj, en clara alusión a la manera de hablar de los nicaragüenses. Nos dicen “mucos” porque, en términos generales, se piensa que no pronunciamos el fonema alveolar, fricativo, sordo; estimación que no es exacta porque en Nicaragua, como lo demuestran las últimas investigaciones fonéticas, el fonema alveolar, fricativo, sordo se debilita en forma de aspiración y elisión en posición final de sílaba o palabra. Por ejemplo: laj bejtiaj, por las bestias, y loj sojtenej por los sostenes. Y nos dicen “chochos” porque, según ellos, exageramos en el uso de esta interjección: ¡Chocho, qué chochada! Si bien los estudios fonéticos han esclarecido este rasgo particular de nuestra habla, es bien claro observar que este fenómeno ya lo habían abordado nuestros narradores, aunque no con la propiedad científica de esta disciplina. Así lo hicieron José Román en la novela costumbrista Cosmapa;2 Alberto Ordóñez Argüello en el teatro La novia de Tola ;3 y Juan Aburto, maestro de la narrativa nicaragüense contemporánea, en su obra Prosa narrati va.4 Veamos algunos ejemplos. En el diálogo entre Juana Corrales y Mercedes Gúnera, José Román, en Cosmapa, dice: ________________________ 2. Cfr. José Román. Cosmapa. 7.ª ed. Nicaragua: Libros Especializados, S. A. 1978. 3. Cfr. (s. a.). Tres obras teatrales de Nicaragua. Managua: Ediciones Distribuidora Cultural. 4. Cfr. Juan Aburto. Prosa narrativa. Managua: Ediciones Primavera Popular. 1985. 52 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 “—Puej loqués yo no pienso ir a la fiesta—…” (p. 8). “—Bueno, pero vamoj´a ver. ¿Por qué carajo no vir usté a la fiejta?—” (p. 8). “—Mire Primá, ¡Yo le apuejto un chelín que usté viene conmigo! (p. 8). “…¿Y qué le parece puej de una tort´e güevo con arroji frijole y queso frito en tortilla caliente”. (p. 9). En los ejemplos, José Román ilustra casos de aspiración del fonema predorso-alveolar, fricativo, sordo al final de sílaba y de palabra; y también se encuentran ejemplos de elisión del mismo fonema en final de palabra. Alberto Ordóñez Argüello, en La novia de Tola; diálogo entre La Trigueña y don Juan: “La Trig.—...Ta bien,señor, ta bien… Hay que cumplir con el deber. Cuestión de plata… (Reclamándole) Pero… ¿y mi honra? ¿No vale a se mismo plata? ¿Mi querer es nada pa usté?” (p. 8). “¿Y pa adónde es que lo iremos?” (p. 14). (Diálogo entre la Moza y la Trigueña) “La Trig. — Entonce aguardémolo pa mañana…” (p. 10). “La Moza.— Tate quieta, te digo. Vos no la pondrás más que en tu presencia, pues el embrujo lo hará todo, todo… Quedate como que ni sabés, pero dirte no me digás ni palabra… ¿Oyte?” (p. 12). En los ejemplos de Ordóñez Argüello encontramos casos de elisión de la sílaba “es” en inicio de palabra y seguida por un sonido dental, oclusivo, sordo, representado por la grafía t; cambio del pronombre nos por los, ambos terminados con el sonido alveolar, fricativo, sordo, que lo representamos por la grafía s, en este caso este sonido se elide, y elisiones del sonido representado por la s en final de palabra. Discursos de ingreso 53 Con menos insistencia que los narradores anteriores, Juan Aburto nos ofrece ejemplos de elisión del fonema predorso-alveolar, fricativo, sordo en posición final de sílaba, en Prosa narrativa: “—¡Yas tuvo!—” (p.58). “—Ta bueno que le pase por mal agradecido…—” (p. 146). “—Ai ta! Ai ta! Ya va entrando, siga, siga!” (p. 263). Más tarde, narradores contemporáneos, como nuestra colega Gloria Elena Espinoza en la novela La casa de los Mondragón5 y Pedro Avellán en Balastro6 retoman y reafirman la característica. Veamos algunos ejemplos. “—¡Machalá, machalá! ¡Ave María Purísima! ¡San Miguel Arcángel amarrá´tuj animalej! —decía la nana que iba pasando…—” (p. 15). “—Y para qué quiere agarrarloj niña, si ya el pencazo`e gente se loj martajó toditoj, son dijuntoj todoj” (p. 32). “—No puej, si tengo un poco´hermanoj, somoj diejisey, yo soy tres para llegar al último, el cumiche ejtá bien tiernito, mamando tuavilla” (p. 58). “La enfermedá viene en el aire, en el mal aire viene el mal ezpíritu. Y zi el mal ezpíritu enzuzia a laz perzonaz hay que limpiarlaz y ezo ez lo qui´ago yo. Silbaba al hablar por la falta de dientes y usaba la zeta para pronunciar la ese y la ce” (p. 60). ________________________ 5. Cfr. Gloria Elena Espinoza de Tercero. La casa de los Mon dragón. 2.a ed. Managua: Centro Nicaragüense de Escritores. 2008. 6. Cfr. Pedro Avellán Centeno. Balastro. Managua: Centro Nicaragüense de Escritores. 2006. 54 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Doña Gloria Elena refleja la aspiración del sonido representado por s en final de sílaba y de palabra; y la pronunciación interdental, fricativa, sorda de los sonidos representados por las grafías de s, c y z, mediante la cual se evita el seseo, que es la norma culta en Nicaragua. Pedro Avellán Centeno en Balastro, Diálogo entre Cundano Pérez y un mozo: “—¡Ta bien, patrón!— exclamó Atiliano—si usted lo dice es cosa suya, yo solo cumplo con decirle—” (p. 35). Diálogo entre el chofer de un bus y su ayudante: “—Ahitá hom— dijo el ayudante—, agora se le va a meter un palo al neumático—” (p. 150). En Avellán Centeno vemos nuevamente la elisión de la sílaba “es” ante sonido dental, oclusivo, sordo en ambos casos. En los escritores mencionados no se registra una descripción científica ni sistemática del fenómeno, ellos lo representan desde su perspectiva de creadores literarios que, de alguna manera, intentan reflejar particularidades en el habla de sus personajes. Estos narradores marcan la aspiración y la elisión del fonema alveolar, fricativo, sordo mediante la sustitución de la grafía s, unas veces, por la grafía j y, otras, por la grafía h. Ninguno de ellos recurre al alfabeto fonético internacional, como lo haría un lingüista al registrar las singularidades del hablante, varón o mujer, de una región determinada o de un estrato social específico. Además del fonema predorso-alveolar, fricativo, sordo, encontramos en la novela citada de José Román el cambio del fonema alveolar, vibrante múltiple, sonoro, representado por la grafía rr, por el fonema alveolar, Discursos de ingreso 55 lateral, sonoro, representado por la grafía l; fenómeno que recibe el nombre de lambdacismo. Casos de yeísmo los encontramos en la novela Los conquistadores7 de José Román. Otras percepciones, como el cambio de acento, corrido a la última sílaba, particularmente en los nombres propios de personas, lo registra don Fernando Silva, el autor más representativo en el uso de voces nicaragüenses, y sería injusto silenciar en esta ocasión los aportes que en el campo teórico sobre el español de Nicaragua nos han dado académicos, como D. Pablo Antonio Cuadra, D. Julio Ycaza Tigerino, D. Carlos Mántica, D. Jorge Eduardo Arellano, D. Enrique Peña Hernández, D. Carlos Alemán Ocampo, D. Róger Matus Lazo y otros, entre estos quien les habla, disculpen la inmodestia. La lingüística moderna tiene su auge en la primera mitad del siglo XX, cuando tiene origen nuestra Academia. Ya entonces se consideraba como una necesidad la elaboración de un “Diccionario de la Lengua” para atender al estudio de términos regionales nicaragüenses por su uso general y constante, pero el desarrollo de la lingüística como tal se empieza a conocer en nuestro país hasta en los años 60. Los maestros Fidel Coloma González, Julián Corrales Munguía y Reina García son los primeros en dar a conocer el Curso de lingüística general de Ferdinad de Saussure, publicado por los alumnos de este: Charles Bally y Albert Secheaye. Este libro es tan importante para comprender la lingüística como Azul… para entender el modernismo. En nuestros días, la lingüística es un universo profundo y extenso, solo asomándonos a ese mundo nos damos cuenta de que es más lo que se desconoce de la lengua que lo que en realidad dominamos. Alguien podría preguntar: ________________________ 7. Cfr. José Román. Los conquistadores. Madrid: Ediciones Centro. 1966. 56 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 ¿para qué sirve la lingüística, si hasta el siglo pasado la desconocíamos y siempre hubo comunicación, novelas, poesía, crítica, oratoria…? La pregunta es como interrogar ¿para qué sirven los rayos x o el tomógrafo en la medicina, si siempre han existido los médicos que son quienes dan los dictámenes de las enfermedades que aquejan a los humanos? En la actualidad, el médico apoya con mayor certeza su dictamen sobre un paciente ayudado de la imagenología, de la misma manera que el especialista en la lengua describe los comportamientos de esta ayudado por la lingüística moderna. En el pasado se elaboraron muchos diccionarios sin el rigor científico que tienen los actuales. No hay duda de que ese trabajo fue valioso para su tiempo, pero ahora resulta una tarea difícil de lograr sin el auxilio de las nuevas herramientas que facilita la lingüística. En nuestros días, consultar un diccionario y, más aún, su elaboración implican el dominio de la lexicografía, la ciencia que se ocupa de los diccionarios, la gramática para determinar las categorías gramaticales de los lemas y las locuciones; es importante, además de saber redactar, tener dominio de la semántica para determinar la cantidad de acepciones y sus significados; es necesaria la sociolingüística para el uso de marcas referidas a un lugar, las diatópicas; las referidas a la categoría del usuario según el nivel sociocultural de este, las diastráticas; y las diacrónicas si se considera el tiempo. Por esto, resulta difícil emprender cualquier estudio de análisis o crítica sin el auxilio y la interacción de las diferentes ciencias que conocemos como lingüística. Su colaboración, D.a María Auxiliadora, dada su especialidad, sus calidades humanas y la energía dinámica que propicia la juventud, es importante, ¡más todavía, imprescindible! para el desarrollo y cumplimiento de la agenda de la Academia. Discursos de ingreso 57 Es notorio que en la lista de los fundadores no se otorgó a nadie la letra CH, actualmente eliminada del alfabeto en la Ortografía de la lengua española (2010). Ahora, le hemos asignado a usted, apreciada colega, la silla T, de la cual usted viene a ser la fundadora. Muchos términos emblemáticos consigna el diccionario con esta letra: talento, tea, tesón, tertulia, tesoro, texto, tiempo, tierra, trabajo, tributo y triunfo. Permítanme ya concluir esta intervención con dos sintagmas estructurados con las palabras enunciadas: María Auxiliadora, que su talento sea tea resplandeciente más allá de la tertulia, en el coloquio y diálogo de nuestro trabajo. Si el tedio y la tristeza le exigen tributo en esta tierra, su tesón y su talante la recompensen con el triunfo. En espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua. Managua, 21 de agosto de 2012 58 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 LA LIBERTAD DE NUESTRA LIBERTAD (Discurso de ingreso como académico de número, 15 de noviembre de 2012) Luis Rocha Urtecho Excelentísimo señor director de la Academia Nicaragüense de la Lengua. Honorables señores académicos. Amigas y amigos aquí presentes: Honorable jurado, infalibles doctores: Son las doce. / Hora de saludar vuestros bigotes. / Buenos días, señores. ¿Estáis sentados hace rato? No importa. / Ese es viejo oficio de doctores. / No os levantéis, señores. / Guardad la com postura y distinguida / línea que os proporcionan vuestros cargos. / Alzad la frente sabia y entendida/ para juzgar el arte, y de corrida / pronunciad juicios agrios y amargos, dice Joaquín Pasos en su “Oda a los literatos de mi tierra”. Y Rubén Darío, en su “Letanía de nuestro señor Don Quijote”, escribe: Ruega generoso, piadoso, orgulloso, / ruega casto, puro, celeste, animoso; / por nos intercede, suplica por nos, / pues casi ya estamos sin savia, sin brote, / sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote, / sin pies y sin alas, sin Sancho y sin Dios. /… / De tantas tristezas, de dolores tantos, / de los superhombres de Nietzsche, de cantos / áfonos, recetas que firma un doctor, / de las epidemias de horribles blasfemias / de las Academias, / líbranos, señor. Así, como Joaquín y Rubén veían a las academias y a los literatos, veía yo la Academia en mi adolescen- Discursos de ingreso 59 cia hasta que conocí y aprecié a Pablo Antonio Cuadra, —cuyo centenario de nacimiento, un 4 de noviembre de 1912, continuamos celebrando hoy— y quien con su esbelta figura de hidalgo cacique, siempre llevó intrínsecas tolerancia y generosidad. Fue un padre para nuestra literatura y para muchos de nosotros, vanguardista, custodio y propagador del pensamiento vivo de Rubén Darío. Precisamente en su discurso de incorporación a la Academia Nicaragüense de la Lengua, el 26 de julio de 1945, titulado “Introducción al pensamiento vivo de Rubén Darío”, refiriéndose a las iniciales contradicciones “académicas” entre don Enrique Guzmán y Rubén Darío, Pablo Antonio Cuadra desde entonces, premonitoriamente, me estaba induciendo a ser académico, conciliando tradición con liberación: Es decir, don Enrique y Rubén —escribe Pablo Antonio— vienen a formar, a través del tiempo, una sola unidad en la vida gloriosa del castellano. Don Enrique es el pasado que se defiende para no sucumbir. Rubén es el futuro que batalla briosamente por no abortarse. Am bos acaban uniéndose. Ambos acaban formando una sola tradición, un solo caudal de riqueza para la raza hispa na y para la expresión ecuménica Enrique Guzmán es el académico. Rubén Darío es el antiacadémico, el que hizo todo el daño posible —según sus propias palabras— al anquilosamiento académico. El uno salvaba a la Acade mia luchando por su conservación. El otro salvaba a la Academia luchando por su libertad. Esa misma lucha por la libertad fue una constante en la vida y obra de Pablo Antonio Cuadra, el principal de los académicos por haberse iniciado antiacadémico, en lo estético, y en lo ético contrario a cualquier tipo de dictadura que quisiera oprimir a nuestro pueblo. “Sin ética no hay estética” dejó escrito, en latín, en el pizarrón a sus alumnos el también muy nuestro escritor extremeño, 60 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 —descrito por José Coronel Urtecho como el “muchacho olivar José María”— Valverde, cuando los más insignes catedráticos españoles ya no podían soportar la dictadura de Franco y marchó al exilio. De Pablo Antonio ahí están sus “Escritos a Máquina” e innumerables poemas y ensayos antidictatoriales para corroborar mi afirmación. Toda su obra proclama su rebeldía ética y estética, y a la vez su nicaraguanidad, universalizada en y con Rubén Darío. Fueron él y mi padre, Octavio Rocha, amigos y compañeros a la hora de editar juntos la Página de Vanguardia, que les había cedido mi abuelo, Carlos Rocha, en El Correo, periódico granadino de su propiedad, y quiero agradecer al destino, que treinta años después yo relevara a mi padre en tantas aventuras de publicaciones en que acompañé a Pablo Antonio. A él y a José Coronel les debo España, y si a Coronel le debo todos los raudales de la literatura y el imborrable recuerdo de su magistral locuacidad, sobre todo a Pablo Antonio le debo Nicaragua, y el sentido misericordioso de vivir la vida. Precisamente por ese sentido misericordioso de vivir la vida, no quiero obviar aquí el hecho de que en la década de los 80 nos quisieron robar la esperanza a quienes compartimos entre otras cosas la Teología de la Liberación, queríamos que todo nuestro pueblo fuera salvado por la esperanza. Fuimos muchos los amigos temporalmente colocados en posiciones antagónicas, entre ellos Pablo Antonio y yo. Es lo que Ernesto Cardenal llama “La Revolución Perdida”. La revolución robada a quienes actuamos de buena fe, y si nos equivocamos, lo hicimos por caridad. Caridad que en este caso significa entrega y servicio. No nos robamos nada y nos traicionaron. Lo hermoso es que todos hemos vuelto, vivos y muertos por la libertad, a estar donde estábamos. Cuando a Theodor W. Adorno le tocó vivir circunstancias parecidas en los años Discursos de ingreso 61 20, explicó que en aquel momento “todo estaba eclipsado por la ideología”. Diría hoy que ya pasó el eclipse y hemos aprendido a distinguir mejor entre el bien y el mal. Fe, esperanza y caridad pueden presentarse en ocasiones como senderos que se bifurcan. Pero tarde o temprano vuelven a converger en una sola verdad histórica. No sabía qué título darle a este discurso que lograra precisar la pretensión de ser una aproximación a mi forma de entender, como escritor, la palabra, depositaria y gestora de verdad y libertad, y que este a la vez fuera una simple reflexión sobre mi concepción de ella. ¿Prisionera o revolucionaria? Creo que Pablo Antonio Cuadra nos da la clave de ser lo segundo, y por ello el título es de Pablo Antonio, pues concuerdo con él en que toda palabra es esencialmente verdadera y que, en cuanto se la despoja de veracidad, deja de ser libre, deja de ser palabra, no tiene música ni vuelo, es tan solo un sonido gutural, algo que se asfixia o ahoga. Juan el evangelista relata, citando a Jesús en el capítulo 8, cómo el Maestro, hablándole a los judíos, asocia libertad y palabra: Si os quedáis en mi palabra, seréis de veras discípulos míos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Como escritor sé que las palabras tienen conciencia y que por lo mismo no puedo perder mi libertad callando o mintiendo. Me doy cuenta de nuestra enorme e ineludible responsabilidad para con las palabras. Los escritores debemos ser cuidadosos de nuestra expresión dotando a nuestros escritos de palabras precisas y verdaderas, y no ser manipuladores de la lengua o de nuestra habla, pues entonces, peligra hasta la palabra escritor. Elías Canetti, en La conciencia de las palabras, pregunta: ¿Qué puede esperarse hoy en día de un escritor, cuando sabemos lo poco que nosotros mismos hemos hecho? ¿Podría alguien que empiece ahora, recuperar 62 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 el sentido de esa palabra, aparentemente destruido? El cuestionamiento continúa en su discurso “La profesión del escritor”, donde afirma: He dicho que solo puede ser escritor quien sienta responsabilidad, aunque tal vez no haga mucho más que otros por acreditarla a través de la acción individual. Es una responsabilidad ante esa vida que se destruye, y no debiéramos avergonzarnos de afirmar que dicha responsabilidad se alimenta de miseri cordia. Misericordia, ética y solidaridad son, pues, otros atributos de la palabra. Porque las palabras tienen alma. Bien sabemos que lo dijo Rubén Darío en sus Palabras liminares a Prosas Profanas: Como cada palabra tiene un alma, hay en cada verso, además de la harmonía verbal, una melodía ideal. La música es sólo de la idea, mu chas veces. Y se me antoja que tan grande afirmación, es complementada por Víctor Hugo: El alma tiene ilusiones, como el pájaro alas; eso es lo que la sostiene. Y refrendaría Rubén: Una sed de ilusiones infinita. En su “Introducción al pensamiento vivo de Rubén Darío”, escribe Pablo Antonio: Ahora comprendo que al fundar la Antiacademia en mis primeros años juveniles, fundaba, sin saberlo, mi propia Academia; la continua ción viva y sin interrupción de una tradición de libertad y fidelidad, que es el doble carril por donde corre glorio samente nuestra lengua. Me explico una vez más, por tan hermoso reconocimiento a la libertad, que es gracias a Pablo Antonio Cuadra que estoy aquí para apoyar el concepto de una Academia ajena a solemnidades, sarcófagos y pompas fúnebres, teniendo a la lengua como prioridad y entregada a dar libertad a las palabras como quien suelta bandadas de palomas. Como quien instala una orquesta y llena los recintos del mundo con notas musicales que son palabras. Las millones de palabras con alma y música que escritores como Rubén Darío y Pablo Antonio Cua- Discursos de ingreso 63 dra nos legaron. Al respecto la investigadora alemana Erika Lorenz, en su libro Rubén Darío. Bajo el divino imperio de la música, dice de Rubén: En lo más hondo, su pensamiento artístico gira en torno del misterio de lo musical y su obra está penetrada de nociones venidas de ese campo. Vista esa perspectiva, parece fácilmente com prensible aquella confesión de Darío: He querido ir hacia el porvenir siempre bajo el divino imperio de la música. Concluye Rubén: música de las ideas, música del verbo, y en estas Dilucidaciones para El canto errante, Darío había escrito poco antes: No gusto de moldes nuevos ni viejos… Mi verso ha nacido siempre con su cuerpo y su alma, y no he aplicado ninguna clase de ortopedia. Para mí que la palabra tiene música y si es verdad que es sonora, también puede ser muda o desentonada adrede. Puede la palabra ser “un arma cargada de futuro”, piedra, caricia y suavidad. Puede conducirnos al cielo o al infierno. Y pueden, en plural de poesía, ser Barro en la sangre, título del primer poemario de Fernando Silva, quien en La lengua nuestra de cada día nos entrega esta ejemplar y pedagógica apreciación de lo que es habla, sonido, palabra, en fin, la lengua nuestra: Para pelar una naranja, quitándole la cáscara, lo hacen cortando con el cuchillo trocitos de la cáscara en pequeños cortes, igual a como se hace cuando se está tajando un lápiz. En con creto, estos fenómenos, a mi manera de ver, cuando el sonido de la voz de la palabra es sustituido por la acción del gesto, pudiera decirse que si se ve el gesto que hacen, de alguna manera se estaría oyendo lo que no se dijo hablando. ¿Está implícita en el gesto la palabra que no se oye? Es obvio. Entiendo por habla el uso individual que se hace del lenguaje y que acepta por única norma, la forma normal, frecuente y habitual de expresarse, de modo que la regla 64 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 es resultado de la costumbre y no de una reglamentación convencional. Eso mismo que escribe y entiende Carlos Mántica, entiendo yo, y con él, el que un “rimero” de palabras configuran nuestra historia. Luego la palabra es historia, y si bien me siento incómodo al no dar el lugar preponderante que se merecen diccionarios y estudios relativamente recientes sobre y de nuestra lengua y habla, como entre otros los de Róger Matus Lazo y Francisco Arellano Oviedo, que como dijo este último: descubren, difunden y defienden el ingenio de los nicaragüenses de mostrado en sus palabras, me doy por muy satisfecho, por razones de espacio y tema, con El habla nicaragüense de Carlos Mántica, porque lo que citaré de Carlos abona a mis propósitos de revolver las palabras y encontrarles, además de lo que de libertad y verdad encierran, su importancia en nuestra historia: Reviso mis escritos, los leo una y otra vez y me pregunto qué significado tienen estas páginas monótonas y áridas. Diccionarios: Rimero de palabras inconexas, palabras extrañas, palabras solas y sólo palabras. Palabras y sin embargo, nuestra única his toria. Fuimos un pueblo sin libros. Un pueblo sin histo riadores y en ese sentido, un pueblo sin historia. Nuestra historia es hablada y el habla es nuestra historia. Todas las cosas hablan. La historia habla en las cosas. La palabra que no se oye, se puede escuchar en su silencio. No hay nada en el mundo sin expresión, porque hasta las piedras hablan. El Hno. Hildeberto María (Joaquín Matilló Vila), tituló su libro sobre Arte Rupestre Estas piedras hablan. En el Prólogo, el inolvidable profesor Dr. Ricardo Paiz Castillo, escribe: El autor lo ha titulado con el sugestivo nombre Estas piedras hablan, porque los grabados rupestres, son como otros tantos documentos cincelados o pintados por nuestros indios en las peñas y rocas, y porque en sus pétreas páginas pode Discursos de ingreso 65 mos contemplar y leer la vida y costumbres de los prime ros forjadores de nuestra nacionalidad. Y Pablo Antonio Cuadra, en su prologo al libro del mismo autor, “Ometepe, isla de círculos y espirales”, dice: la gran biblioteca pétrea va entregándonos infinidad de mensajes y signos cifrados. Vemos dioses, creencias, símbolos religiosos, objetos de culto, altares, sacrificios, danzas, armas, ritos culturales, ritos de cacería, animales, astros, probables signos astronómicos, utensilios, ceremonias de la vida agrícola, vestidos, adornos, máscaras “cabos sueltos de un enorme texto de historia y de vida, páginas rotas de un vasto poema del pasado. Hablan las piedras y habla la tierra en la voz de sus poetas, y la nuestra habla muy especialmente en la voz nacional de Pablo Antonio Cuadra, así como en Azarías H. Pallais encontramos “Palabras evangelizadas”, la palabra como ministerio para encontrar siempre el camino de la libertad. Lo dice Pablo Antonio en sus “Palabras para la segunda edición”: Ahora que lo recordamos con la pers pectiva del tiempo y que volvemos a leer sus sermones, sus glosas, y sus Palabras evangelizadas vemos que no era una figura del pasado, sino un precursor, un revolu cionario de Cristo que abrió en Nicaragua el camino de la Iglesia de los pobres, que daba un sentido al ministe rio de la Palabra, que tenía una sensibilidad evangélica a flor de piel para preferir al humilde, para descubrir siempre el fariseísmo, para encontrar siempre el camino de la libertad,… Sobre la voz nacional de Pablo Antonio Cuadra, escribió Ernesto Cardenal: Desde su libro inicial se nos re vela como el más nicaragüense de todos nuestros poetas Cualquier nicaragüense reconocería aquí (en su poesía) inmediatamente a Nicaragua, Porque su poesía es una tierra que habla. Su voz es nacional. Y Pablo Antonio, co- 66 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 rroborando lo anterior, su poema “Mayo” lo finaliza: Y el corazón del niño se apresura escribiendo/ en su cuaderno una palabra ¿Libertad?/ ¿o Muerte?...¡No lo interrum pas!/ ¿No ves que el niño está aprendiendo a escribir una República?/ En Mayo las palabras caen en los surcos./ En Mayo comienzan a conjugarse los verbos. Habla así nuestra tierra con voz nacional. Siempre me ha apasionado la libertad que contiene cada palabra y la libertad que nos es inherente a todos. Infunde respeto y clama por no ser desvirtuada en la mediocridad o la charlatanería. Precisamente este es el reto que, ante la palabra y su libertad, tiene todo escritor, y tiene todo académico de la lengua española que por lo demás debe de ser cervantino. El entrañable escritor y académico español Luis Rosales, quien mientras vivió tan amigo fuera de todos los escritores nicaragüenses, comenzando por José Coronel Urtecho y Pablo Antonio Cuadra, inicia el primero de sus Ensayos de filosofía y literatura diciendo: La libertad, entendida de modo castizamente universal, es la capacidad de hacer lo que queremos. En el arranque de la filosofía moderna, Descartes llamaba acción libre a toda acción deliberada y voluntaria. Y en Cervantes y la libertad, escribe: Difícil es poner de acuerdo a muchos, y por ello no es cosa sólita y frecuente entre los cervantis tas reconocer que la libertad es el núcleo vivo y central del pensamiento de Cervantes. Sin embargo, la relación entre la vida y la obra del más genial de nuestros poe tas debía de ser indudable. La libertad, por la cual puso su vida en riesgo en tantas ocasiones, tiene que haber dejado una huella profunda en su creación artística El pensamiento de Cervantes igual que el de cualquier autor necesita expresarse en el texto y en la conducta de los personajes, a estos dos medios conjuntamente es preciso atender para entenderle. Discursos de ingreso 67 Y para atender y entender el por qué la libertad es el núcleo vivo y central del pensamiento de Cervantes, al final de ese libro, Rosales nos obsequia “Algunos textos cervantinos sobre la libertad”, de los que seleccionaré uno solamente, que abona con creces a mi propósito: La libertad, Sancho, es uno de los más precio sos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida; y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. En su libro Libertad bajo palabra, dice Octavio Paz: Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, liber tad que se inventa y me inventa cada día. En su poema “Las palabras”, Paz pide guerra: Dales la vuelta,/ cógelas del rabo (chillen, putas), / azótalas, / dales azúcar en la boca a las rejegas, / ínflalas, globos, pínchalas, / sórbeles sangre y tuétanos, / sécalas, / cápalas, / písalas, gallo galante, / tuérceles el gaznate, cocinero, / desplúmalas, / destrípalas, toro, / buey, arrástralas, / hazlas, poeta,/ haz que se traguen todas sus palabras. Desde otro ángulo, Joaquín Pasos, en “Por, en, sin, sobre, tras… las palabras”, tras ellas se va diciendo: Escribamos palabras sencillas, / de buen corazón, y adornemos con azul de cielo/ nuestra expresión. / / ¡Y los niños que juegan! Las palabras / con calzones bombachos. / Todas ingenuas palabras abejas / palabras arenas, palabras Mombachos. / De todo hay en mi cielo: las palabras / que retozan en el Parque Infantil, / y las que sueltan junto a los labios rojos / la melodía sin fin. / Llamad a los niños / de buen corazón, / y pongámosle calzones bombachos/ a nuestra expresión. Y cierro esta selección poética sobre la y las 68 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 palabras, con este contundente verso de Alfonso Cortés: Por eso, mis palabras son silencio hablado. Cuando el Dr. Edgardo Buitrago, con su discurso “Perspectivas de la Lengua Española”, hizo su ingreso a esta Academia, dijo al inicio estas palabras que, en su memoria, quiero hoy hacer mías: Sean las primeras pala bras que pronuncie, en esta para mí dichosa ocasión, de profunda y sincera gratitud para vosotros, señores aca démicos, por el señalado honor que me habéis conferido al llamarme a formar parte de esta ilustre Corporación. Y permitidme que os exprese así toda mi emoción, con la sencillez y simplicidad de esta sola palabra: “gra cias”, para resguardarme, precisamente en su sencillez y su simplicidad, de todo peligro de afectación o de fal sa modestia, y asegurarme plenamente en mí mismo de la autenticidad con que quiero presentarme. No fueron las suyas mis primeras palabras, pero las siento propias, como una oración o invocación al Espíritu de la palabra: el verbo. Compartida esta invocación, continúo diciendo que me animaron a este ingreso la perspectiva de la alegría iconoclasta de las palabras; el tener tantos y tan buenos amigos, que de tan buenos ni parecen académicos; el que quien contestará mi discurso, no por casualidad ocupando el sillón que fuera nada menos que de Pablo Antonio Cuadra, sea mi viejo amigo y compañero Sergio Ramírez Mercado, a quien nunca imaginé académico, de la misma manera que siempre vi como tales, pero de los magníficos, a los doctores Carlos Tünnermann y Alejandro Serrano Caldera; y el recuerdo del espíritu libérrimo de Pablo Antonio Cuadra, quien siendo director de la Academia Nicaragüense de la Lengua no solo permitió, sino que propició y disfrutó de que Fernando Silva hiciera su ingreso silbando, un hecho insólito en cualquier Academia Discursos de ingreso 69 del mundo, que da la medida de un Pablo Antonio no solo tolerante, sino que cómplice del humor que siempre será una forma de amor. La libertad, que en poesía es amor escribe él mismo. Soy consciente de que estoy ingresando a esta Academia a una edad apta para salir de este mundo —si nos atenemos al promedio de vida de los nicaragüenses—, pero creo que en lo de útil que le quede a mi vida, sobrado tiempo tendré para seguir revolviendo las palabras y buscando la libertad que tanta falta nos hace. Libertad para hablar, escribir, proclamando así la realidad de lengua y espíritu que equivale a vivir. Al ingresar a esta Academia Nicaragüense de la Lengua, pienso en no pocos ejemplos de académicos como Guillermo Rothschuh Tablada y no académicos como el poeta Francisco Pérez Estrada, que directa o indirectamente, entre muchísimos, hicieron de esta una Academia de la lengua nicaragüense. Al ingresar, lo imagino con orgullo, lo hago flanqueado en espíritu por dos académicos que no lo fueron formalmente, pero cuyas personalidades de por sí fueron academias al mejor estilo de Platón. Me refiero a D. José Coronel Urtecho, académico de la palabra, y al Dr. Mariano Fiallos Gil, académico de la libertad. Por supuesto no estoy afirmando que uno u otro tuviera la exclusiva de esos términos: virtudes vitales propias de ambos, y siendo como casi siempre son las síntesis, incompletas, y más cuando se trata de semejantes personalidades, he querido emplear por justas aunque breves, esas dos caracterizaciones. José Coronel Urtecho decía que Ante la literatura hay que ser humilde como ante el mar. Me quedé sin palabras, dice mucha gente ante la inmensidad. Y precisamente respecto a las palabras —que junto con la libertad son mi tema de fondo—, decía Coronel: Todo está en la lengua. No solo las palabras son 70 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 cosas, sino que todas las cosas son palabras. El silen cio es la esencia más íntima de la lengua, su invisible substancia, su espacio y su sostén. Por su parte el Dr. Mariano Fiallos Gil, de “humanismo beligerante”, “Padre de la Autonomía Universitaria” y creador del lema “A la Libertad por la Universidad”, lo explica así: Pensamos que la Universidad es el sitio ideal para adquirir este conocimiento y de irradiarlo al pueblo, agobiado por la miseria, las enfermedades, la ignorancia y la tristeza… En la Universidad queremos formar una juventud capaz de comprender y emprender estas cosas, para liberar a nuestra Nicaragua, tan malherida por tantos dioses y tantos siglos. Palabra, libertad y verdad en la Academia: Sí existen. En su citada “Introducción al pensamiento vivo de Rubén Darío”, Pablo Antonio concluye su primera parte con esta conciliación que me abarca, persuade y seduce, y que dio título a este discurso: Rubén Darío había ex clamado también: ¡De las Academias, líbranos Señor!, y ahora él es un tesoro de la Academia; es, como he di cho, una libertad más que hemos incorporado a nuestro enriquecido verbo hispanoamericano, libertad a la que negamos la libertad de perderse y para lo cual la Aca demia se impone la vigilante obligación de conservarla. Guardadas las distancias —distancias casi infinitas— lo que yo puedo significar aquí es, también, otra libertad. Libertad muy pequeña. Libertad que una hormiga puede acarrear sobre su espalda. Pero libertad que vosotros, indulgentemente, habéis querido conservar. Libertad, en fin, que viene a probarnos, por contradicción, que no es posible —¡Oh, querido Rubén Darío!— libertarnos de la Academia, porque ella, vencedora de cualquier carrera sobre el tiempo, nos da alcance y se toma la libertad de nuestra libertad. Discursos de ingreso 71 Incorporación a la Academia Nicaragüense de la Lengua de don Luis Rocha Urtecho como académico de número. De izquierda a derecha: don Francisco Arellano Oviedo, don Luis Rocha Urtecho, don Pedro Xavier Solís Cuadra y don Sergio Ramírez Mercado Es así, por lo tanto, cómo la Academia nos da alcance para alcanzar la libertad, porque lo más valioso que tiene un escritor es su palabra. Palabra de Honor. Palabra que lleva implícita la libertad de nuestra libertad, y que cuando es amenazada, quema, como hoy “Me quema la palabra”. Finalmente, que la libertad de nuestra libertad sea entre todos nosotros, más libertad, es, gracias a Pablo Antonio Cuadra, mi ideal de Academia. Les doy mi palabra. 72 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Bibliografía Adorno, Theodor W. Theodor W. Adorno, Walter Benja min, correspondencia: 1928-1940. Madrid: Editorial TROTTA. 1998. Buitrago, Edgardo. Perspectivas de la lengua española. Discurso de ingreso a la Academia Nicaragüense de la Lengua. Managua: Ediciones de la Academia Nicaragüense de la Lengua. 1962. Canetti, Elias. La conciencia de las palabras. 3.a impresión. México: Fondo de Cultura Económica. 2001. Cardenal, Ernesto. La revolución perdida. Managua: Anamá Ediciones. 2003. Cardenal, Ernesto. Nueva poesía nicaragüense. Madrid: Instituto de Cultura Hispánica. 1949. Coronel Urtecho, José. El Pez y la Serpiente nº 17. Homenaje a José Coronel Urtecho. “Anotaciones”. Verano. Managua. 1976. Cortés, Alfonso. Alfonso Cortés. Selección de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal. Poema “Yo”, 2009, p. 58. Managua: Centro Nicaragüense de Escritores. Cuadra, Pablo Antonio. Poesía I. Managua: Colección Cultural de Centroamérica. 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Luis Rocha Urtecho) Sergio Ramírez Quien primero me habló de Luis Rocha fue nuestro poeta bucólico Octavio Robleto, eterno estudiante de derecho en la Universidad de León. Corría el año de 1960, Fernando Gordillo y yo habíamos publicado ya los primeros números de la revista Ventana y cuando conocí a Luis en uno de mis viajes de fin de semana a Managua, empezamos a ser amigos de quedarme a dormir en casa de su padre, Octavio Rocha, en las vecindades de la vieja Nunciatura, un lugar para entonces bastante extramuros en aquella capital provinciana. Octavio Rocha, uno de los fundadores y partícipes del grupo de vanguardia en Granada, tal como Luis lo ha recordado en su discurso, veía ahora la poesía, y los desplantes de su adolescencia literaria, con silencioso desdén, y se había convertido un hombre de negocios establecido esquina opuesta a la Casa Liliam, dedicado a la distribución de películas de las que se exhibían en los cines de Nicaragua, y al comercio de todo lo que tenía que ver con aquello, proyectores, equipos de sonido, carbones voltaicos, carretes, devanadoras y demás. Yo le tenía tanto miedo como el que le tenía Luis, por su severidad siempre a punto del regaño, y lo eludía, hasta que una mañana en que él se preparaba para irse a su trabajo, mientras nosotros no dejábamos la cama, lo oí dar Discursos de ingreso 75 a la cocinera unas órdenes perentorias, en su mismo tono terminante de siempre, mientras le entregaba seguramente unos billetes: “tome, compre un lomo de dentro y todo lo demás que se necesite y me les hace a estos muchachos un buen almuerzo”. Entonces entendí la naturaleza de aquella severidad y el por qué, por fin, dejaría a Luis ir a correr su aventura literaria a Madrid, disfrazado de estudiante de medicina, para que hiciera de su vida lo que él no había hecho y siguiera siendo aquel joven rebelde que él había dejado de ser, y que aún era cuando escribió su trilogía de los Cisnes. El Cisne Aristocrático: ¡Zas! ¡Zas! Pomposamente se sacude las alas el cisne aristocrático; es bello y blanco pero muy orgulloso Usa pañuelo de seda roja bajo el albor del ala y lo emplea cuando se moja el pico. El cisne burgués: Bajo y obeso, obeso y bajo, así es, así es, majo y sin seso sin seso y majo, ¡cisne burgués! El cisne de barrio: Sucio y flaco el cisne de barrio tiene frío. 76 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Él puede ir al lago y a la fuente donde no hay nada que comer. Y en el campo no hay estufas y en la ciudad sólo estafas. Se busca, bajo el ala algún centavo para comprarse tortillas y carbón, pero sólo se encuentra su osamenta, su osamenta y su dolor. El Cisne de barrio, flaco y sucio se está muriendo de hambre, tan sucio, que parece Cisne de barro; y tan flaco como esos cisnes de gabinete de historia natural. José Coronel Urtecho, su compañero de extravagancias y experimentaciones literarias y capitán del grupo de vanguardia, dice sobre él: “Fuera de sus más próximos familiares y amigos, deben ser pocos los que lo recuerden, puesto que él mismo, cuando empezaba apenas a darse a conocer como escritor y periodista literario, inesperadamente se empeñó en desaparecer de la literatura, que él más que nadie había contribuido a remover. Más todavía que a remover, a renovar”. Qué buen poeta de tan rebeldía nos perdimos. Un poeta que desapareció de la poesía, para reaparecer en el hijo a quien hoy recibimos en esta Academia, en lo que nuestro Rubén llamaba metempsicosis, una rencarnación, una manera de prolongarse, y de sobrevivir. Y estas palabras iniciales sirvan como homenaje para el poeta que desapareció, callándose, pero solo para darle la palabra a quien tan buen uso ha hecho de ella a lo largo de su vida. Luis se fue a España en aquellos años sesenta en que Madrid era la meca literaria nicaragüense, como para Discursos de ingreso 77 otros latinoamericanos esa meca era París. Por allí de julio de 1964 pasó por León Carlos Martínez Rivas y el doctor Mariano Fiallos Gil me invitó a que fuéramos a la casa de Edgardo Buitrago para encontrarnos con aquel poeta ya para mi legendario, a quien me extrañó ver de saco y corbata. Se iba para Madrid como diplomático. De allá había vuelto Coronel Urtecho, otro extravagante diplomático, y también se irían Rolando Steiner, Horacio Peña, Jorge Eduardo Arellano, Francisco de Asís Fernández, Julio Cabrales, Beltrán Morales, subido a un barco de carga de la Mamenic Line: “Para serte franco, aquí solo Franco es…”, dice Beltrán en uno de sus poemas de entonces, pasado por el agua regia. En mis cartas a Luis, tiempos aquellos en que se usaba escribir cartas, y existían las estampillas, y los sobre y el papel aéreos, leves para que no pesaran tanto en la balanza postal, yo solía escribir su dirección: “Altamirano 8, 5º, extrema izquierda”, hasta que él, alarmado, me llamó la atención, era exterior izquierda, no extrema izquierda, mención aquella que podía costarle cárcel en la España franquista. A finales de julio de 1964 lo visité en Madrid, mi primer viaje a Europa, y me recibió en el aeropuerto de Barajas junto con el poeta gaditano Fernando Quiñones. Esa noche hicimos una ronda de tascas acompañados de un cuarto personaje, Jesús Aguirre, que entonces vestía la sotana de sacerdote jesuita, y así, con sotana y todo, le dio el amanecer a nuestro lado en la Cueva de Luis Candelas, ante la admiración de los parroquianos de ver a un cura encendido de vino, jurando y vociferando, locuaz, ingenioso, irreverente, ya para entonces miembro en secreto del Frente de Liberación Popular. Luego que dejó la sotana, este profundo filósofo, doctorado en teología en Múnich, y compañero de banco del cardenal Ratzinger, se 78 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 hizo editor, y fundó la editorial Taurus, y luego se casó con doña Cayetana Fitz-James Stuart, la mismísima duquesa de Alba, con lo que pasó a ser el Duque Consorte de Alba hasta su muerte; ella, aunque todavía lo llora, volvió a casarse, pasados los ochenta, con un novio de apenas cincuenta y ocho. Qué personaje para don Manuel del Valle-Inclán, este que nos deparó aquella tan lejana noche madrileña. Luis volvió a la sierra de Guadarrama junto con Fernando Quiñones, donde pasaban ambos las vacaciones del verano, y donde los esperaba Nadia, la esposa de Fernando, y Mercedes, quien pronto se casaría con Luis, y se trasplantaría para siempre a Nicaragua desde Badajoz, extremeña como es, y por eso mismo, la finca donde ahora viven en Masatepe se llama Extremadura, a la que se llega, tal como alguna vez lo he contado, siguiendo la dirección que da Luis, y en la que unos borrachines consuetudinarios que siempre están en el camino sirven como referentes seguros, salvo que se cambien de lugar. Hace poco, cuando acompañé al fotógrafo franco argentino Daniel Mordzinski, que quería hacerle a Luis unas fotos, Daniel comentó, en presencia de Mercedes, acerca de la grave responsabilidad que sobrellevaba Luis, hecho cargo de todos aquellos cultivos de cítricos, plátanos, aguacates, piñas, y el poeta Carlos Alemán Ocampo, miembro de número de esta augusta corporación, me ha comentado recientemente que piensa Luis, de manera temeraria, agregar un apiario de abejas africanas. Un poeta capaz de escribir un tratado de agricultura, como Horacio, insistió Mordzinski, y entonces Mercedes, ante aquella afirmación tan atrevida, solo se rió, con una sonora y cortante carcajada que lo decía todo, como se hubiera reído doña María Kautz si alguien hubiese alabado las artes agrícolas de su esposo, el poeta José Coronel. Discursos de ingreso 79 Mercedes, algo callada, pero no tan sumisa como su esposo el poeta la pone, es la musa omnipresente de Domus Aurea, ese hermoso libro de poesía amatoria, de iluminada dimensión doméstica: domus, domesticus, el poeta domesticado en la casa de oro; el poeta es el rusti ca conjunx, el cónyuge rural en el que se asumía Coronel, y Luis se asume en las palabras que, como en las Odas Elementales de Neruda, describen la experiencia cotidiana y sus elementos naturales que esas mismas palabras nombran, mesa, silla, plato, pan, lecho, cuna: La mesa. La maravillosa y dócil Única mesa de mi pequeño hogar En donde a duras penas, ya, el amor alcanza (aún cuando la casa fuera infinita)… Pero no hay que equivocarse con la mansedumbre conyugal de este poeta, a veces cascarrabias como su padre, y a veces no, quien, cuando nos conocimos, venía ya de correr lances revolucionarias al lado de Carlos Fonseca y de Germán Gaitán, participante de la conspiración de Casa Colorada, cuando la lucha contra la dictadura se hallaba en sus albores, y quien, desde entonces, no separó a la palabra de su sustancia de compromiso con el arte, pero tampoco separó a quien escribe esas palabras de su compromiso con las verdades de la vida, y con la justicia, y con las consecuencias inevitables que trae luchar por la justicia, por la equidad y por la democracia. Lo demostraría luego en su participación en la lucha por la libertad académica en la UCA en los años setenta, desde el Sindicato de Escritores Cristianos, desde el semanario cristiano Testimonio, que editó junto con Tito Castillo, al lado de su fidelidad a la literatura, al lado de Pablo Antonio Cuadra, en La Prensa Literaria y El Pez y la Serpiente, y, más tarde, en El Nuevo Amanecer 80 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Cultural. Las palabras encantadas, y decantadas, en esa alquimia en la que siempre es necesario dar a Dios lo que es de Dios, y quitar al César lo que nunca ha sido del César, porque lo ha usurpado. Quien ingresa esta noche a nuestra Academia, y quien le recibe, nacieron el mismo año, nacimos, y sin apenas darnos cuenta hemos llegado ambos a lo alto de la cuesta desde la que es posible contemplar el paisaje que va quedando atrás. Es un paisaje a veces luminoso, y a veces desolado. Pero, atreviéndome a hablar por los dos, tanta amistad hay de por medio a lo largo de tantos años, diría que seguimos viendo a Nicaragua como empezamos a verla cuando entramos en la edad de la razón y de los sueños, y que aquello en lo que creímos entonces sigue intacto en lo hondo de esa lejanía brumosa, como el puñado de luces que señalan una ciudad lejana. La ciudad del sol, que no es otra cosa que la visión nunca engañosa de la libertad. Por eso celebro que al ingresar a esta Academia, Luis dedica su discurso a la libertad. La libertad de la libertad, que es como colocar un espejo frente a otro, y obtener entonces una sucesión de planos infinitos que reflejan el tiempo vivido y el tiempo por venir, y nos reflejan, porque la libertad está colocada en el primer plano y también en el último. Existe la libertad mientras se penetra en esa galería sin término para buscarla, como quien va abriendo puertas transparentes, una tras otra. Existe mientras se cree en ella, mientras se la busca, mientras uno no da por agotada esa persecución en la que nos va la vida, y sin la cual la vida perdería todo sentido. Nunca ceder nuestro derecho a pensar, esa es la esencia de la libertad. Nunca aceptar que otros busquen la verdad en nuestro nombre y que nos entreguen las verdades Discursos de ingreso 81 digeridas, masticadas. En nuestra identidad individual, dueños del universo, somos el todo. Y es una identidad que nunca deberemos ceder a ningún caudillo, a ningún partido, ni al estado, ni a ninguna ideología. En mi generación tuvimos la suerte de disfrutar de un triple magisterio: José Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra y Mariano Fiallos Gil. Hoy me asombro de esa coincidencia de astros en nuestro cielo juvenil. Luis los ha citado a los tres, cada uno en los suyo, pero en los tres hubo siempre imaginación, rigor, sentido de la libertad. Mariano Fiallos nos dio el mandato de revisar siempre lo que otros han aceptado como verdad, porque la insistencia en la certeza es ya la caída en el error, las semillas del dogma generando la mentira. Toda verdad absoluta, sobre todo si se convierte en un sistema de ideas capaz de generar poder, ha conspirado siempre contra la integridad del hombre, única medida de todas las cosas, según Protágoras. La negación, pues, de la falsedad. Saber nada más que no se sabe nada, como Sócrates, en ejercicio permanente de rigor con uno mismo; que nada de lo que es humano nos es ajeno, como Terencio en El verdugo de sí mismo. Y como Erasmo, que no hay humanismo sin tolerancia, y que son los intolerantes, dueños de la verdad absoluta, los que siempre acusan de herejes a quienes no piensan igual; así lo explica, entre risas sosegadas, en su Elogio de la locura. Es lo que Luis ha venido a reafirmar esta noche delante de nosotros. Los temores sobre la verdad absoluta son hoy más modernos que nunca, cuando todas las preguntas de la filosofía regresan a buscar el verdadero sentido del humanismo, que es el ser humano, soterrado antes bajo el culto del estado, y ahora bajo el culto del mercado o del populismo, viejos dogmas en odres nuevos. 82 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El pensamiento de Mariano Fiallos, tan contemporáneo, nos llama siempre a apropiarnos de la libertad crítica y a rechazar todas las imposiciones que pesan sobre el ser humano, “entidades abstractas que se llaman sociedad, estado o clase, y peor aún, sacrificándolo a ideas absolutas denominadas la justicia, la verdad, la belleza o el bien” escribió. Bienvenido, entonces, poeta, desde su casa de oro, su casa iluminada por el fulgor del hogar doméstico, a esta casa de la lengua, que es la casa de la palabra, y por eso mismo, de la libertad. Managua, 15 de noviembre de 2012 III ENSAYOS Y ARTÍCULOS Carlos Alemán Ocampo Ensayos y artículos 85 LAS LENGUAS DEL CARIBE NICARAGÜENSE Carlos Alemán Ocampo DE ACUERDO con la Constitución vigente de 1987, las lenguas indígenas de los grupos étnicos deben ser protegidas; además, pueden ser oficiales en situaciones jurídicas. Con la Revolución Sandinista, surgió la recuperación de algunos elementos identificadores: la educación bilingüe, el respeto a la cosmovisión de sus hablantes, la medicina tradicional y la tendencia a valorar sus tierras comunitarias. También, se llevó a cabo el proyecto de Autonomía Regional, de mayor trascendencia, que no termina de consolidarse. El artículo 11 de la Constitución, título II, específica: “El español es el idioma oficial del Estado. Las lenguas de las comunidades de la Costa Atlántica de Nicaragua también tendrán uso oficial en los casos que establezca la ley”. En el artículo 121 se aborda el derecho a la educación de los nicaragüenses en su propia lengua, en el artículo 180 se definen las formas de autonomía a través de la organización de sus propias formas tradicionales y en el artículo 181 se especifican los órganos que preservarán las formas de la autonomía: los consejos regionales y la coordinación del gobierno regional. El coordinador es llamado popularmente gobernador. Esta organización regional ha generado diferentes proyectos que, efectivamente, están transformando la región. Entre estos proyectos, el más importante en el orden estratégico es la creación de la Universidad de las Regiones 86 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, URACCAN, que le ha otorgado gran impulso a los programas de educación bilingüe desarrollados por el Ministerio de Educación. Y para las carreras tradicionales, como Administración y Derecho, se creó la Bluefileans, Indian and Caribbean University, BICU, con sedes en Bluefields y Puerto Cabezas (Bilwi). Estos nuevos fenómenos dieron un impulso definitivo a las lenguas minúsculas que estaban en decadencia y mayores niveles de estudio y conocimiento teórico a las fuertes, como el miskito. La educación bilingüe, además de los aspectos identificadores culturales, también tiene implicaciones pedagógicas en relación al proceso del aprendizaje en general, lo cual tiende a promover el crecimiento económico y el desarrollo intelectual. Gurdián y Salamanca han presentado un análisis sobre los “Orígenes de la situación lingüística actual de Nicaragua” (Wani, enero-abril, 1991). Junto con los ingleses arribaron los esclavos de origen africano. Ellos provenían de etnias distintas, carecían de una lengua común y adoptaron el inglés; esto dio origen al inglés criollo, hablado actualmente en la franja del Caribe de Nicaragua. Como consecuencia de ese dominio inglés más relajado, en la costa no se practicó directamente y por largo tiempo una política deliberada de exterminio ni de promoción de las lenguas indígenas. Indirectamente, sin embargo, varios cosas ocurrieron: el sometimiento de otros grupos indígenas al régimen de semiesclavitud impuesto por los miskitos (instigados por los ingleses) iba en la dirección de un exterminio cultural y físico y, por ello, algunos de estos grupos desaparecieron. Además, el prestigio asociado con los ingleses, verdaderos amos de la región, se extrapolaba a esa lengua Ensayos y artículos 87 el hecho de que los ramas, por ejemplo, parecen haber adoptado muy tempranamente el inglés; los garífunos y algunas comunidades mískitas han seguido el mismo proceso. Otra consecuencia de la situación imperante es que el miskito adquirió un rol prestigioso en el área dominada por este pueblo. La tendencia, seguramente antigua, de las comunidades sumos a adoptar el miskito a cambio de su idioma original puede observarse en algunos pueblos como Karawala o Wasakín. La lógica de todo esto tiene su origen en una jerarquía étnica promovida por fuerzas económicas y políticas hegemónicas en la zona. Desde mediados del siglo antepasado (s. XIX), estas fuerzas fueron las compañías extranjeras, especialmente norteamericanas. En los tiempos de las compañías, la jerarquía imperante se comportaba de la siguiente manera: norteamericanos / criollos / mestizos/ miskitos / sumus / ramas / garífunas. Es mucho más completo el análisis sociolingüístico que hace Guillermo Mc Lean (1995) sobre la estratificación de las lenguas en función de las oportunidades de trabajo y de destacamento social, el cual determina el orden de las lenguas que necesita saber una persona para estar en la cumbre de una posición económica y social: El hablante de español no necesita hablar ninguna de las otras lenguas para desempeñarse con éxito en cualquier puesto que ofrezca el Estado, como principal empleador. El criollo necesita hablar español, el miskito necesita hablar español o inglés según el cargo y la empresa que lo ofrece; el sumo necesita hablar miskito para poder ir a la escuela y aprender a leer, después tiene que aprender español, si intenta optar a un cargo y más aún si intenta estudiar. El rama necesita hablar inglés y español, el garífuna igualmente necesita hablar inglés y español. De tal forma que se conforma una pirámide de exigencias de 88 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 conocimientos de lenguas en donde los pueblos indígenas más débiles tienen mayores exigencias de conocimiento. La presencia religiosa también impuso un sistema estratificado. Al llegar, los moravos —el principal grupo religioso— usaron la lengua miskita como instrumento de penetración. En los cantos religiosos, aparecen influencias africanas y caribeñas, las cuales se extendieron a grupos que nunca habían visto el mar y que tampoco habían tenido contacto con grupos criollos o sambos en un período anterior. A comienzos del siglo XX, se produce un fenómeno cultural trascendental para los pueblos sumos. El reverendo moravo Carlos Bregenzer, todavía recordado en las canciones y leyendas de los sumos, se establece en Musawás, donde lleva a convivir con grupos de diferentes dialectos como los panamahka y twahka. Un poco después se funda Karawala con grupos panamahka y ulwas, incluyendo población miskita encargada del servicio religioso. Los únicos sumos que no se movieron fueron los ulwas de las riberas del río Mahogany, quienes siguen hablando su lengua, venden cocos en Bluefields y quizás, por estar olvidados y aislados, son el grupo que ha conservado con mayor firmeza su identidad y lengua. No obstante, se preveía que podían sucumbir ante el empuje de los mestizos que comenzaban a convivir con mujeres sumos. Ubicación geográfica Una ojeada rápida al mapa de Nicaragua podría ubicar, en forma más o menos aproximada, los lugares donde viven actualmente los pueblos indígenas y los grupos étnicos. Los miskitos están asentados a lo largo del litoral norte y el llano, desde la laguna de Wounta hasta Ensayos y artículos 89 prácticamente el río Tinto en Honduras, cubriendo toda la sabana de pinos desde el llano entre Puerto Cabezas y el río Coco, a lo largo del río Prinzapolka y el litoral hasta el río Grande de Matagalpa; luego en el litoral hasta la entrada a Laguna de Perlas y los asentamientos menores de Raitipura y Kakabila en Laguna de Perlas. Los panamakas están en Bocay y Bonanza, donde su principal asentamiento es Musawás y las márgenes del Waspuk; los twahkas se ubican principalmente en Rosita, los ulwas en Karawala y un grupo olvidado que vive en Caño Negro y el río Mahogany, que posiblemente también sean ulwas. Los creoles se encuentran en las islas del Caribe, la bahía de Bluefields, Laguna de Perlas e importantes asentamientos en Puerto Cabezas, un poco menores en Rosita y Siuna, además del litoral al sur de Bluefields y San Juan del Norte. Los garífunas están asentados en la parte noroeste de Laguna de Perlas. Bernard Nietschmann publicó un pequeño folleto titulado La distribución de los indios miskitos, sumos y ramas en el este de Nicaragua (1971), siendo su trabajo el primer intento moderno por ubicar los diferentes pueblos indígenas. Pero Nietschmann no tomó en cuenta a los grupos étnicos garífunas y criollos. En 1977, el autor de este artículo presentó una segunda distribución lingüística que toma en cuenta todas las diferentes lenguas. Por primera vez, se planteó en Nicaragua la existencia de los caribes negros o garífunas y se ubicaron todos los lugares de habla inglesa y el estado en que se hallaban los hablantes. Posiblemente el principal defecto de esta investigación era su escasa bibliografía. Pero implicó un exhaustivo trabajo de campo. De hecho, constituyó el primer intento de un nicaragüense por visitar todas las comunidades lingüísticas 90 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 con fines de estudio. El único lugar omitido fue el de los sumos de Mahogany por falta de información. En sus páginas trata de explicar la ubicación geográfica, la cantidad de hablantes y perspectivas de la lengua. El trabajo quedó incompleto, porque no se lograron publicar todos los estudios lingüísticos y étnicos elaborados en cada lugar. Por primera vez, se planteaban las diferencias estructurales del sumo y las variantes entre twahka, ulwa y panamaka; se llegó a la conclusión de que se trataba de diferentes lenguas. De inmediato surgieron versiones contrarias que pretendían demostrar que se trataba de una misma lengua y que el panamahka y twahka eran solo variantes dialectales. Estudios posteriores y el reclamo de los twahkas han dado la razón al autor y a su clasificación como lenguas diferenciadas. Con el ulwa la variante es mucho mayor, en donde se presentan variantes léxicas y estructurales. Este tema tiene trascendencia para los indígenas por la elaboración de las cartillas en la lengua materna. En agosto de 1991, Danilo Salamanca publicó un trabajo sobre “Las lenguas de la costa: estudio y documentación”, ignorando los dos trabajos anteriores; por lo menos sus citas bibliográficas no se separan mucho de la “Distribución de las lenguas” del autor, ni de La dis tribución de los indios... de Nietschmann; pero sí aporta algo más a la información sobre los trabajos específicos que se están elaborando sobre cada lengua. El trabajo es precisamente la presentación de lo que paralelamente a la educación bilingüe y en gran parte motivada por ella, se ha venido desarrollando en Nicaragua: la investigación científica sobre los idiomas de la costa Caribe. En el presente ensayo presentaremos un breve resumen del trabajo impulsado por el Cidca (...) Presentaremos el trabajo de Ensayos y artículos 91 cada lengua por separado. En cada sección ofreceremos también datos demográficos lingüísticos. Lo más importante del trabajo de Salamanca no son los datos demográficos y los criterios históricos y geográficos, donde encontramos algunos puntos con los cuales disiente el autor, pero sí es valiosa la información sistematizada que indica las acciones realizadas en cada comunidad, por lo menos durante la Revolución Sandinista. Fue durante esa época cuando se incorporó el estudio de las lenguas indígenas a nivel oficial, cumpliendo el mandato constitucional del estudio de las lenguas indígenas. El Cidca y el Ministerio de Educación llevaron adelante este proyecto. Seguiremos el desarrollo del trabajo, de acuerdo con la presentación de Salamanca: El miskito: dependiendo de la localización geográfica de las diferentes comunidades, los miskitos hablan, además de su propia lengua, español (sobre todo hacia el norte de la costa) o inglés (sobre todo hacia el sur), reflejando esto sus contactos históricos e interacción con las otras comunidades del país. El miskito fue utilizado por la Iglesia morava para su trabajo proselitista entre los indígenas miskitos y sumos desde el siglo pasado. Por esta razón, esa lengua fue objeto de estudio de los misioneros moravos [...]. Entre los traba jos de esta tradición se destacan, particular mente, la Gramática (1927) y el Diccionario (1961) realizados por el misionero George Reinke Heath, el segundo libro en colabora ción con el también misionero W. G. Marx (...). El antropólogo alemán Walter Lehmann y su discípulo luxemburgués Edouard Conzemius 92 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 contribuyeron, a su vez, a enriquecer los tra bajos pioneros de los moravos, en los que se basaron para sus diversos escritos. En parti cular, el monumental e influyente Zentral Amerika, publicado en Berlín por Walter Lehmann en 1920. El programa de alfabetización del río Coco Después, siguen otras publicaciones de los moravos: el diccionario trilingüe (inglés, miskito, español) de Adolfo Vaugham bajo el patrocinio de la Iglesia católica en 1962 y una buena cantidad de manuales para el aprendizaje de la lengua miskita, dedicados a misioneros, catequistas y maestros. Aunque Salamanca no lo menciona, en los años de publicación de estos diccionarios, la región de los miskitos, principalmente el río Coco, estuvo bajo el influjo del programa de alfabetización en el río Coco, iniciado en 1955, que tuvo como sede central Waspán y significó la presencia de miles de maestros armados de cartillas en español españolizando en el río Coco. Ello culminó en la fundación del Instituto de Secundaria y de la Escuela Normal 11 de Septiembre. Allí se preparaban maestros miskitos para impartir clases en el río Coco, en el llano y en los litorales. A este centro llegaron incluso miskitos de Honduras a prepararse como maestros normalistas para las escuelas públicas. Actualmente, existe una normal en Puerto Cabezas con la visión de preparar maestros bilingües. Fonética y ortografía del miskito En 1980, al inicio de la Cruzada Nacional de Alfabetización, el autor y Hazel Law trabajaron en el inventario de la fonética miskita y establecieron por primera vez las reglas ortográficas que se usarían en la Cartilla de Ensayos y artículos 93 alfabetización en miskito. Este mismo inventario, a nivel metodológico, sirvió de base para el sumu. Salamanca continúa diciendo: A partir de 1982 y bajo el impulso transfor mador de la revolución popular sandinista, el Cidca inició una investigación científica sobre la gramática de la lengua miskita. [...] Como resultado se publicó una primera gramática de esta lengua, Mískitu bila aisanka, y un año des pués un Diccionario elemental... La investiga ción ha continuado, produjo incluso una tesis doctoral, Elementos de Gramática del Miskito (Salamanca, 1988), que resume los avances hechos en estos años. Durante el período revolucionario se editaron numerosos trabajos de diferentes investigadores, pero lo fundamental fue el inicio de la educación intercultural bilingüe. Con relación al sumo, Salamanca continúa: Existen hoy en Nicaragua esencialmente dos dialectos diferenciados del sumo: el twahka-panamahka o sumo meridional (RAAN) [...] y el ulwa hablado o sumo septentrional, hablado so bre todo en Karawala, comunidad de la RAAS. Aquí habría que agregar los sumos de Mahogany y río Negro, afluentes ambos del río Escondido y cercanos a Bluefields que, aunque algunos hablan inglés, están recibiendo la embestida de pioneros mestizos hablantes de español. Su situación es dramática porque no aparecen en ninguna de las listas de los organismos oficiales de investigación lingüística, aunque sí figuran en las listas del Consejo Supremo Electoral, bajo la denominación grupo étnico no determinado. Con relación al rama, Salamanca explica que “solo quedan unos pocos hablantes de la lengua materna. El 94 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 programa educativo vigente para esta comunidad es el programa criollo. La mayoría de los hablantes nativos del rama que todavía quedan vive en tierra firme en un lugar llamado Cane Creek, cerca de Punta Gorda”. Lehmann y Conzemius también estudiaron esta lengua. Colette Craig, de la Universidad de Oregon, y Nora Rigby son las investigadoras que avanzaron más en el estudio del rama. Actualmente, se hacen esfuerzos para revitalizar la lengua, termina diciendo Salamanca con relación al rama. Sobre los estudios del inglés criollo, Salamanca señala el de John Holm como el más importante hasta 1978: Desde 1986, el lingüista norteamericano Wayne O’Neill ha venido realizando, en colaboración con téc nicos y maestros del programa bicultural bilingüe criollo con el apoyo del Cidca, estudios tendientes a esclarecer las propiedades lingüísticas básicas de esta variedad del inglés. Con relación al garífuna, Salamanca aporta datos de población e indica que “se ha venido impartiendo un curso sobre la lengua en la escuela de Orinoco, según el modelo de lo que se venía haciendo sobre el rama en Rama Key”. En Orinoco y La Fe, los dos poblados garífunas por excelencia, ha sido muy importante la colaboración de garífunas beliceños y hondureños para las clases de recuperación de la lengua. Preponderancia de los miskitos La historia de los pueblos de la costa Caribe de Nicaragua en gran medida ha sido definida por los miskitos; el grupo más numeroso, de mayor contacto con el exterior y de mayor participación política y militar en diferentes situaciones. Sin embargo, cada grupo conserva sus propias características y sus elementos diferenciados y contradic- Ensayos y artículos 95 torios entre ellos, con diferentes historias, diferentes lenguas, diferentes ámbitos de aspiración hacia un destino mítico. Aunque actualmente se entrelazan algunos grupos, todos luchan por conservar su propia identidad. La autonomía no es solamente de cara a las autoridades del Pacífico, sino hacia la solución de los conflictos interculturales para aceptarse unos a otros con sus propias características. La comunicación entre ambas costas sigue siendo escasa, la comunicación con el resto del Caribe es precaria. Si en siglos XVII y XVIII abundaron piratas y corsarios enfrentados a los colonizadores españoles, ahora es el narcotráfico con todas sus secuelas el que intenta asentarse. Esto significa un azote enfrentado a los esfuerzos de los nativos por el desarrollo de las culturas propias, el conocimiento de una nueva tecnología a partir de sus tradiciones y el mejoramiento de las condiciones de vida en esa zona, donde en algún momento de su historia se ubicó el Río de los Perdidos. [Tomado de la obra Colón y la Costa Caribe de Cen troamérica. 2002. Managua: Fundación Vida. pp. 151156] 96 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Bibliografía ALEMÁN OCAMPO, Carlos. “Distribución de las lenguas habladas de Nicaragua”, en Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación, núm. 26, noviembrediciembre, pp. 25-30. [Datado en Recinto Universitario “Rubén Darío”, Managua, noviembre, 1977]. 1978. ____________________. “Etnias y lenguas del Caribe nicaragüense” en Jaime Íncer, Ed.: Colón y la Costa Caribe de Centroamérica. Managua: Fundación Vida, 2002, pp. 132-156. NIETSCHMANN, Bernard. La distribución de los indios miskitos, sumos y ramas en el este de Nicaragua. Managua: Instituto Geográfico Nacional, 1971, 12 p. SALAMANCA, Danilo. “Las lenguas de la Costa: su estudio y documentación”, en Wani, núm. 10, mayo-agosto de 1991, 1991, pp. 60-66. Ensayos y artículos 97 El espanglish, ¿una necesidad comunicativa de los inmigrantes hispanos? Róger Matus Lazo DE ENTRADA, como el antipasto —ese aperitivo de la culinaria italiana que se sirve como preludio al banquete, aunque aquí se trate de un simple gallopinto o, para decirlo en términos más oportunos, “rice and frijoles”— queremos presentar algunas consideraciones previas, con el objeto de exponer en forma sencilla y didáctica cuestiones relacionadas con la lengua, evitando en lo posible el uso de una terminología técnica, propia de los grandes especialistas de la lingüística. Consideraciones previas 1. La lengua es un “sistema de signos”, como la concibe Saussure,1 o un “sistema de reglas”, como la reformuló Chomsky,2 que viene a constituir —como se define en términos “cristianos”— un instrumento de comunicación entre los seres humanos. Se trata de un “contrato colectivo”, agrega Dubois,3 una convención social, un convenio o, para emplear una palabra de moda en nuestros días, __________________________ 1. F. Saussure. Curso de lingüística general. Traducción, prólogo y notas de Amado Alonso. 12.ª ed. Buenos Aires: Editorial Losada, S. A. 1973. 2. Citado por J. Dubois y otros. Diccionario de lingüística. 4.ª reimpresión. Madrid: Alianza Editorial, S.A. 1994. 3. Íbid. 98 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 un “pacto” establecido entre los miembros que forman parte de una comunidad, sea esta una nación, un país o una región. ¿Qué importancia tiene este “acuerdo” entre los grupos humanos? Entenderse entre sí, porque todos y cada uno de ellos han convenido en dar a determinados signos determinados valores o significados específicos, cuyo intercambio entre unas personas y otras hace posible la vida en común. La lengua, entonces, va íntimamente vinculada con el vivir en sociedad, porque la sociedad solo es posible gracias a la existencia de la lengua. 2. La lengua que habla una comunidad es un sistema organizado de signos que todos aceptan como medio de comunicación, pero que cada uno en particular emplea de manera parcial. El uso que cada uno de los hablantes hace de la lengua es el habla. La lengua, entonces, es “un producto social”, mientras que el habla es un “acto individual”. Pero no pueden concebirse separados. Ya lo dice Manuel Seco: “Si no existiera la lengua, no existieran las hablas individuales; si no existiera la lengua, no existiría el uso que de ella hace cada hablante”.4 3. La lengua, como el idioma español, hablada en un espacio geográfico más o menos delimitado, Nicaragua, por ejemplo, experimenta —por diversas razones— “variaciones” con respecto al uso de la lengua estándar, considerada como variedad ampliamente difundida y, en general, entendida por todos los hablantes de la lengua. Estas “variaciones” suelen ser propias de la pronunciación, el vocabulario y en menor grado de las construcciones de las frases y oraciones. Se trata de variedades o dialectos, como el español de Nicaragua, que se diferencia de otras __________________________ 4. Manuel Seco. Gramática esencial del español. 4.ª ed. Madrid: Espasa-Calpe, S. A. 1996. Ensayos y artículos 99 variedades, como el español de Costa Rica, de México o Argentina, pero que son mutuamente comprensibles. Por eso, como afirma Hockett, una lengua es “un conjunto de dialectos más o menos similares o inteligibles”.5 4. Todo dialecto, como variedad regional de una lengua, tiene su propia dignidad y validez. Ningún dialecto es superior o inferior a otro. Toda persona habla uno u otro dialecto, y ninguno puede ufanarse de que habla una variedad considerada “correcta”. Incluso el “haiga” (haya) común en nuestros campos y aun en algunas zonas urbano marginales, tiene una explicación natural dentro de la historia de la lengua.6 El verbo “vide” (vi) y los adverbios “agora” (ahora) y “enantes” (antes), hoy voces anticuadas, los encontramos en nuestros grandes escritores y poetas del siglo de oro español. Si algunos jóvenes de Jinotega dicen “jacar” por sacar y otros en Juigalpa dicen “jutbol”,7 no es más que un fenómeno fonético, una forma de pronunciar determinadas palabras que nos dicen de una realidad que debe estudiarse no desde la perspectiva de la gramática, sino dentro del campo de la dialectología. 5. Las lenguas, como los grupos humanos que las hablan, no viven aisladas. Y tarde o temprano, entran en contacto con otras enriqueciéndose mutuamente a través de palabras prestadas. Charles Bally8 afirma que el préstamo __________________________ 5. Charles F Hockett. Curso de lingüística moderna. 2ª. ed. Buenos Aires, Argentina: Editorial Universitaria. 1972. 6. Rafael Seco. Manual de gramática española. Revisado y ampliado por Manuel Seco. Madrid: Aguilar S. A., Ediciones. 1980. 7. María A Rosales. Atlas lingüístico pluridimensional de Nicara gua: nivel fonético (análisis geolingüístico pluridimensional). Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua. 2008. 8. Charles Bally. El lenguaje y la vida. 4.ª ed. Traducción de Amado Alonso. Buenos Aires: Editorial Losada, S. A. 1962. 100 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 juega un papel significativo en la lengua y en la sociedad. Este gran discípulo de Saussure escribe: “No hay sistema lingüístico por más aislado y compacto que sea, que se libre completamente de las influencias que le vienen, ya sea de afuera, ya de los subgrupos o de los individuos, porque las comunidades sociales más cerradas no viven del todo en el aislamiento y no son nunca completamente homogéneas”. Rosenblat afirma: Se opera hoy en todos los ámbitos del español una multiforme acción interlingüística, como expresión de un mundo cada vez más abierto al movimiento de pueblos y al desarrollo uni versal de la cultura.9 Así surgen, justificados o no, los vocablos prestados de otros idiomas pues —como afirma el padre Feijoo10— “no hay idioma alguno que no necesite del subsidio de otros, porque ninguno tiene voces para todo”. En verdad, cuando se produce un silencio en el vocabulario, la lengua echa mano del recurso que viene a llenar el vacío producido en el sistema. Por tal razón, afirma Lázaro Carreter11 que “el préstamo es un extranjerismo incorporado al sistema” de una lengua que lo toma “bien adoptándolo en su forma primitiva, bien imitándolo y transformándolo más o menos”. Jakobson dice al respecto: __________________________ 9. A. Rosenblat. ‘Actual nivelación léxica en el mundo hispánico’, en la Biblioteca Ángel Rosenblat, vol. III, Estudios sobre el es pañol de América, Venezuela: Monte Ávila Editores. 1990. 10.Benito Jerónimo Feijoo. Discursos y cartas. 5.ª ed. Madrid: Ed. Clásicos Ebro. 1965. 11. Fernando Lázaro Carreter. Diccionario de términos filológicos, 8.ª Reimpresión, Madrid: Editorial Gredos, S. A. 1990. Ensayos y artículos 101 Todas las lenguas sirven para expresar cual quier experiencia de orden intelectual, sea cual sea la clasificación de la realidad que la subyazga. Cuando se produce algún hueco en la terminología, esta puede adaptarse y ampli ficarse mediante el uso de préstamos, calcos semánticos, neologismos, adaptaciones se mánticas o de circunloquios.12 Por eso, se habla de situaciones de lenguas en contacto cuando lo establecen dos o más lenguas cualesquiera en una situación cualquiera.13 En la misma España, el español ha tomado a lo largo del tiempo algunos términos del gallego (morriña), del catalán (cantimplora) y del vasco (chatarra). Un caso muy cercano a nosotros es el contacto del español con las lenguas amerindias. Canoa fue la primera palabra indígena que llegó a España y se asentó, con toda su dignidad, en el Diccionario de Nebrija. Pero el español —mi lengua materna, porque la aprendí de mi madre, mi primera maestra— contiene voces de lenguas diversas, originarias de los cinco continentes. Algunas se derivan de lenguas tan familiares como el inglés (líder) o el francés (carné) o el italiano (coliseo); tan sorprendentes como el alemán (búnker) o el islandés (géiser), tan interesantes como el noruego (esquí) o el malayo (orangután), tan desconocidas como el indostánico (caqui) o el urdu (sandía), tan extrañas como el turco (caviar) o el tártaro (mamut), tan inimaginables como el checo (robot), tan aisladas geográficamente como el australiano (canguro) o el polinesio (tabú), tan antiguas __________________________ 12.Roman Jakobson. Ensayos de lingüística general. Barcelona: Editorial Ariel, S. A. 1984. 13.F. Moreno. Principios de sociolingüística y sociología del len guaje. Madrid: Ariel. 2008. 102 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 como el egipcio (faraón), tan milenarias como el hebreo (rabí), tan misteriosas como el sánscrito (rajá) o el persa (momia), tan lejanas como el chino (pequinés) o el japonés (yudo), tan cercanas como el quechua (llama) o el náhuatl (pepenar). Es de tal magnitud el enriquecimiento de nuestro idioma con palabras prestadas, que a veces es difícil rastrear la cadena de orígenes de un vocablo. Orgía, ese “festín en que se come y bebe inmoderadamente o se cometen excesos de actividad sexual”, viene del francés (orgie), que lo tomó del latín (orgia), que lo tomó del griego (órgia), que lo tomó del indoeuropeo (worg). Y el mostacho (bigote) el español lo tomó del italiano (mostaccio), este del latín tardío (mustaceum), este del griego tardío (moustákion), este del griego dórico (myístak) y este, finalmente, del indoeuropeo (menth).14 Tanta “prestadera” llevó a un investigador a afirmar que hablamos en ciento cuarenta lenguas distintas; y otro, más “aventado”, se voló la cerca: si quitamos todos los préstamos y dejamos solamente nuestras palabras patrimoniales, nos quedaríamos hablando por señas. El espanglish, ¿una variedad, resultado del contacto entre el español y el inglés? Un contacto entre lenguas genera un cambio lingüístico como fenómeno inevitable en la evolución constante que experimenta la sociedad humana. Así es la vida de la lengua, aspecto fundamental de la realidad y de la esencia __________________________ 14.Guido Gómez de Silva. Breve diccionario etimológico de la lengua española. 2.ª ed. México: Fondo de Cultura Económica. 1998. Ensayos y artículos 103 humana. La historia de la lengua es la historia de la humanidad y sus contingencias: vencedores y dominados, invasores y sometidos, conquistadores y colonizados, migrantes y desplazados. Algunos puristas pueden mostrarse reacios a la innovación, como el rechazo que sufrió en un comienzo el galicismo ‘asamblea’ o el anglicismo ‘implementar’; pero nuestro Darío15 entendió mejor que las ideas nuevas que necesitaban expresarse comenzaban por la introducción de voces, no solo creadas (nefelibata), recreadas, resemantizadas o redivivas (prosa profana), sino prestadas (como el galicismo azur o el anglicismo esplín, hoy asentados en nuestro idioma) como fenómeno necesario del enriquecimiento del idioma. Y es que la historia de las lenguas nos enseña que el uso prolongado de determinadas palabras, trátese de préstamos o de neologismos, vienen finalmente a aceptarse y a adoptarse en la lengua de todos. Es preciso enfatizar que el préstamo, como lo señala Dubois, es “el fenómeno sociolingüístico más importante en todos los contactos de lenguas”.16 En efecto, cuando dos lenguas entran en contacto, es probable que en una de ellas o en ambas se produzcan modificaciones, ora en el plano del habla, ora en el de la lengua. El rasgo que se imita es el modelo de la “lengua prestadora”, y la lengua que adquiere el rasgo nuevo en el proceso es la “prestataria”. La palabra alberca, por ejemplo, es un préstamo del árabe (al-birka, el estanque), resultado de más de siete siglos de permanencia de los moros en la Península Ibérica. El árabe es la “lengua prestadora” y el español la “lengua prestataria”. Lo que se __________________________ 15.Guillermo L. Guitarte. Siete estudios sobre el español de Amé rica, México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas. 1983. 16.Dubois, op. cit. 104 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 toma en préstamo, dice Hockett, “no se devuelve ni hay que devolverlo; la lengua prestadora no realiza sacrificio alguno y no es necesario tampoco obtener su permiso. En realidad, nada cambia de dueño: el prestador continúa hablando como antes y únicamente se modifica el habla del prestatario”.17 Si no existe contacto directo, el préstamo llega a través de una lengua que sirve de intermediaria. Por ejemplo, el vocablo brasier es un galicismo de pura cepa, pero anglicismo al fin porque vino a nosotros a través del inglés. Y lo mismo podemos decir de pijama, de origen indostano (paejama), de donde la tomó el inglés (pyjamas) y del cual pasó finalmente al español. Cuando los hablantes de una lengua —el español, en este caso— entran en contacto con hablantes de otra lengua —el inglés, en este caso también— de la cual tienen un dominio limitado, es normal —incluso inevitable— que se produzcan modificaciones del habla con la incorporación de palabras y, aunque en menor grado, de estructuras gramaticales de otra lengua. ¿Por qué ocurre esto? Porque se trata de un hablante inmerso en un mundo cultural y lingüísticamente complejo que está respondiendo por medio de su comportamiento verbal a las necesidades comunicativas de ese contexto. Estamos aludiendo a un comportamiento lingüístico universal, porque todos los seres humanos somos pluridialectales y en muchos casos plurilingües, porque adaptamos nuestras posibilidades expresivas a las circunstancias en que nos encontramos.18 __________________________ 17.Hockett, op. cit. 18.Amparo Morales. “Tendencias de la lengua española en Estados Unidos”, en El Español en el Mundo: Anuario del Instituto Cervantes 1999. Madrid: Círculo de Lectores / Plaza & Janés / Instituto Cervantes, 1999, pp. 242-272; disponible en línea: <http://cvc.cervantes.es/obref/anuario/anuario_99/morales/>. Ensayos y artículos 105 Es lo que ha ocurrido con ese fenómeno lingüístico conocido como “espanglish”, término acuñado por primera vez por el humorista puertorriqueño Salvador Tio en su columna titulada “Teoría del Espanglish”, publicada originalmente en el periódico El Diario de Puerto Rico el 28 de octubre de 1948, diez años antes de que un crítico francés, Etieble, hiciera lo mismo en París con el “franglais”.19 Tio definió el “espanglish” en forma difusa y bastante confusa como “la españolización del inglés”. Sin embargo, para los angloparlantes estadounidenses, especialmente en las zonas con una gran población de habla hispana, la denominación “spanglish” es dada o al uso de palabras españolas —o con este origen, pero morfológicamente “anglificadas”— en frases de idioma inglés, o bien, formas jergales, como ocurre en California, Florida, Nuevo México, Texas y los barrios latinos de Nueva York, y otras ciudades. El doctor Humberto López Morales, secretario de la Asociación de Academias de la Lengua Española afirmó, en su intervención en el Segundo Seminario del Idioma Español celebrado por el Instituto Cervantes de Nueva York en marzo de 2001, que el “espanglish” es una estructura comunicativa, particularmente en el plano léxico, un medio, darle categoría de lengua o dialecto sería peligroso. Lo único cierto —agregó el director del Instituto Cervantes en Nueva York, Antonio Garrido— es que “nadie sabe a ciencia cierta qué es exactamente el espanglish y no lo sabremos hasta que alguien nos lo aclare desde el punto de vista científico.20 El mismo Ilán Stavans, con quien conversé en Managua hace tres __________________________ 19.http://es.wikipedia.org/wiki/Spanglish 20.http://lab.chass.utoronto.ca/rescentre/spanish/PDF/El_Spanglish.pdf 106 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 años, erigido el más entusiasta y propagador del “espanglish”, tiene una cátedra en una universidad de Massachussetts y ha elaborado un breve lexicón, pero no nos ofrece todavía una explicación científica. El término mismo es lingüísticamente impreciso, según algunos, porque agrupa sin un criterio común al empleo de préstamos lingüísticos, normal en el desarrollo de la lengua, con muy raros casos de código lingüístico frecuente entre hablantes bilingües o en las jergas profesionales, con criterios de pureza estilística que carecen, en rigor, de fundamento científico. El término “espanglish”, lógicamente, no está incluido en el Diccionario de la lengua española, aunque hay escritores que ya tienen obras en esta variedad como las puertorriqueñas Ana Lydia Vega y, sobre todo, Giannina Braschi con su novela “Yo-Yo Boing!” que tiene muchos ejemplos del “espanglish”. El doctor Stavans, por su parte, ha traducido al “espanglish” algunas páginas del Quijote. Pero, ¿qué se puede decir del “espanglish”, considerado una realidad lingüística en el habla de los hispanos residentes en Estados Unidos y otras partes, incluso Australia, cuando no existe un estudio científico de este fenómeno? Nosotros, a ojo de buen cubero, solamente nos vamos a referir a este fenómeno lingüístico que se abre paso entre más de la mitad de los cuarenta millones de los inmigrantes hispanos, a las variaciones léxicas, fundamentalmente, que vienen a constituir una destreza lingüística —resultante del contacto entre el español y el inglés— empujada por una necesidad comunicativa. Conformémonos con una muestra del vocabulario. Comencemos con el verbo “resetear” ¿Qué se ha hecho? Tomar del inglés, específicamente de la informática, la palabra (reset) con la misma morfología y significado de Ensayos y artículos 107 la lengua de origen y se ha construido un verbo siguiendo la norma del español. ¿Quién no ha dicho alguna vez entre nosotros “resetear”, en lugar de “reiniciar la computadora”? El procedimiento se repite en muchos casos como “clickear” (to click, hacer clic), incluso en otros aun cuando no pertenezcan a la informática como “enjoyar” (to enjoy, disfrutar), “mopear” (trapear, lampacear; de mop, fregona, lampazo). “Emailiar”, enviar un “imeil” (to e-mail, enviar un correo electrónico) es un caso exactamente igual a faxear (“enviar por fax”) incluido ya en el Diccionario de la len gua española,21 como lo está también chat y el derivado chatear. Y tarde o temprano veremos también el sustantivo “chateo”. De blog, ese ‘sitio electrónico personal, actualizado con mucha frecuencia, donde alguien escribe a modo de diario o sobre temas que despiertan su interés, y donde quedan recopilados, asimismo, los comentarios [¡y qué comentarios!] que esos textos suscitan en sus lectores’,22 el Diccionario panhispánico de dudas propone —como la “copia de seguridad o respaldo” en sustitución del anglicismo back-up o backup— el uso del larguísimo “cuaderno de bitácora” que ya empiezan a emplear algunos, sobre todo en España. Pero el inmigrante hispano no se complica la existencia y construye el derivado “bloguero”, como se dice roquero, un adjetivo hispanizado, incorporado a nuestro idioma, derivado de rock, voz inglesa que se usa como abreviación de rock and roll. __________________________ 21.Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, avance de la vigésima tercera edición. Disponible en http:// www.rae.es/rae.html. 22.Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. Diccionario panhispánico de dudas. 2005. Bogotá: Santillana. 108 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 “Jaiwey” (de highway, autopista) es una voz que el inmigrante hispano ha adaptado casi en su totalidad a la escritura española siguiendo la pronunciación inglesa. Lo mismo podemos decir de “microwey” (de microwave, microondas). ¿A quién de nosotros no se nos ha salido en algún momento el “microwey” cuando estamos calentando el “lonch” en el microondas? Los “espanglishados” “jaus” (de house, casa), “bildin” (de building, edificio) y “jaiskul” (High School, escuela secundaria) son ejemplos de una perfecta “hispanización”: la escritura española está adaptada totalmente a la pronunciación inglesa. Ahora, díganme ustedes, ¿quién que es no se ha sentido estresado con esta exposición “espanglishcista”? Y si no está, se va a estresar con lo que viene, más estresante todavía. ¿De dónde nos vienen estos vocablos? De estrés (stress), una voz inglesa que nosotros acomodamos conforme a la pronunciación en su lengua de origen, pero eso sí: vino a llenar un vacío en nuestro idioma. “Lonche” (de lunch, comida, almuerzo) es igualmente una “hispanización”, como sucede con “carpeta” (de car pet, alfombra) y “marqueta” (de market, mercado). ¿No decimos acaso casete (de casset) incluido en el DRAE? Y muchas otras también incorporadas a nuestro idioma: boicot (boycott), baipás (by pass), bazuca (bazooka) y champú (shampoo). ¿No decimos acaso “boicotear”, “baipasear”, “bazucazo” y “champusear” aun cuando no figuren todavía en el diccionario académico? Pero anglicismos perfectamente hispanizados en nuestro idioma tenemos más: bluyín (blue jean), bistec (beefsteak), bléiser (blazer), tique (ticket), búmeran (boomerang) y, sobre todo, blúmer (bloomer), más romántico que el bayunco calzón. De “lonche” (lunch), los inmigrantes hispanos dicen “lonchar” (to lunch, comer, almorzar). ¿No se dice acaso Ensayos y artículos 109 adecuadamente en nuestro idioma breque (brake) y brequear (to brake) o cheque (chek, comprobación) y chequear (to check) o, como dicen los mexicanos, checar? “Aplicar” con el sentido de solicitar (especialmente por escrito) y “aplicación” por solicitud son calcos semánticos o léxicos del inglés to apply y application, respectivamente. El hablante adopta el significado extranjero para una palabra ya existente en la lengua. El DRAE lo define como la “adopción del contenido semántico de una palabra o expresión extranjera, traduciendo su significado mediante unidades lingüísticas propias de la lengua de recepción”.23 Un caso muy conocido en nuestro idioma es “jardín de infantes”, calco del alemán kindergarten. Pero los calcos del inglés abundan en nuestro idioma. Uno de los más recientes es “empoderar (se)”, de to empower, que “se emplea en textos de sociología política con el sentido de ‘conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente] para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida’. El verbo “empoderar” ya existía en español como variante desusada de apode rar. Su resucitación con este nuevo sentido tiene la ventaja, sobre “apoderar”, de usarse hoy únicamente con este significado específico”.24 También es típica del “espanglish” la confusión de significados entre palabras españolas y otras inglesas que suenan de forma parecida, como la llevada y traída frase “vacunar la carpeta” (de vacuum the carpet) en lugar de “aspirar (el polvo) de la alfombra”. Son los falsos amigos que John Lyons25 denomina —incluyendo los calcos— __________________________ 23.RAE y ASALE. 2005, op. cit. 24.RAE y ASALE. 2005, op. cit. 25.John Lyons. Introducción al lenguaje y a la lingüística. Barcelona: Editorial Teide. 1993. 110 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 fenómeno de traducción literal o “calco de traducción”, el cual implica “el trasvase de las partes constitutivas de una palabra o frase de otra lengua” que suponen ciertos cambios en la estructura léxica del cambio lingüístico”. Un ejemplo característico de un falso amigo en portugués es la palabra embaraçado, que significa ‘avergonzado’. Según una anécdota, el presidente de Portugal dijo en España: «¡Estoy embarazado...!» y todos los españoles se rieron, hasta que se explicó el malentendido. Otro ejemplo es la palabra “chingada”. Se dice que el príncipe WillemAlexander de Holanda en una visita oficial en México y para identificarse con los presentes, dijo en un discurso: “Camarón que se duerme se lo lleva la chingada”, con lo que los mexicanos se rieron porque, por variedad lingüística chingada significa para ellos, entre los diferentes sentidos, “rejodida”.26 Pero algunas voces ya sean anglicadas o “espanglishadas” andan también por casa y aun fuera de ella. Porque las palabras “niu” (new, nuevo) y “pípol” (people, gente) —totalmente “hispanizadas” por los inmigrantes hispanos— las registro igualmente en el libro sobre el habla de los adolescentes.27 Lo mismo puedo decir de “wachar” (to watch, observar) que aparece exactamente igual en su morfología y significado: “Vamos a wachar a aquellos tipos”. Del “muvi” (movie) de los inmigrantes hispanos, el pandillero en Nicaragua dice “move”: “Bato, hacete Alka-Seltzer rapipús del move que los titiles te andan buceando”.28 De nerd (persona estudiosa), el inmigrante __________________________ 26.Renaud Richard, coordinador. Diccionario de hispanoamerica nismos no recogidos por la Real Academia Española. 2.ª ed. Madrid: Cátedra. 2000. 27.Róger Matus Lazo. Cómo hablan los adolescentes en Nicara gua. Managua: Matus Lazo Ediciones. 2004. 28._____________. El lenguaje del pandillero en Nicaragua. Managua: CIRA. 1977. Ensayos y artículos 111 hispano lo usa con una ligera variante morfológica: “nerdio”. Nuestros adolescentes dicen “nerdo”, con el mismo significado pero matizado con una connotación peyorativa. Y el espanglishado “wachimán” es una adaptación (de watchman, vigilante) que ha llegado hasta nosotros con una ligera variante morfológica (“guachimán”) y semántica (“cachimbero”). Otra más: “nais” (nice, bueno, bonito), se pasea por casa como uno de nuestros invitados favoritos. Un establecimiento de servicio a clientes “emparejados” anunciaba por televisión hace algunos años su servicio de esta manera: “Un lugar nais para la gente nais”. Pero no era tan “nais” porque lo cerraron poco tiempo después. Tomar palabras y frases de otra lengua —crudas, adaptadas, calcadas o traducidas— no es una estrategia nueva, sino muy antigua. Una práctica que adquiere más vigencia que nunca en la actualidad con el intercambio lingüístico y cultural empujado por las continuas migraciones, el gran desarrollo de la industrialización y hasta la presencia o ausencia de la enseñanza bilingüe. El “espanglish” es una variedad resultante de este proceso. No tengo motivos para dudar de su realidad como fenómeno lingüístico; y de su desarrollo y perdurabilidad futuros solo podrán decirlo y decidirlo sus usuarios. Para entonces, tendremos seguramente los estudios científicos que hoy estamos demandando. Quiero terminar con lo que me ocurrió como hispano monolingüe, no inmigrante en Estados Unidos, sino turista en Londres. Después de un rápido tránsito por la capital de Inglaterra y ya de regreso hacia la estación del velocísimo Eurostar rumbo a París, vimos con mi esposa a la orilla del río Támesis una inmensa rueda, como la “rueda Chicago”, que giraba lentamente, mientras los turistas tomaban fotografías del paisaje y podían apreciarse, desde 112 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 su parte más alta, los “bildins” más altos y más “tuanis” de la “city”. Como disponíamos de dos horas solamente para abordar el tren, nos fuimos a la oficina donde vendían los tiquetes para preguntar por el tiempo que tardaba “El Ojo de Londres” en dar la vuelta entera. El escueto diálogo fue así: —Plis, may lov, ¿cuánto taim “El London Ey”? (y tracé con el dedo índice un círculo en el aire acompañándolo con un prolongado chiflido). Ella sonrió discretamente y me respondió en un español mejor que el mío: —Media hora, señor. Ensayos y artículos 113 NUEVO ELOGIO DE LA GASTRONOMÍA NICARAGÜENSE Jorge Eduardo Arellano “Y QUÉ capítulo por escribir será el de la cocina nicaragüense —acotó Rubén Darío—, que viene de seguro de aquellos platos profusos y maravillosos que se hacían servir el emperador mexicano Moctezuma y de los que hablan Cortés, Gómara, Díaz del Castillo”. Y tenía razón: la base primigenia de la gastronomía de su país natal pertenece al ámbito de la cultura indígena, o más bien, mesoamericana. El maíz, los frijoles, la calabaza o ayote (Cu curbita pepo) eran tres de sus productos, que llegaron a integrarse a los aportados por el legado culinario español, especialmente las carnes de cerdo y ganado vacuno. El nacatamal, el “bajo”, el vigorón y el indio viejo Así, en la época colonial, surgieron bocados sustanciales como el suculento nacatamal, el “bajo”, el vigorón y el indio viejo. La masa de maíz y otros elementos americanos —achiote (Bixa orellana), papa, tomate— se acompañan de los europeos —carne porcina, cebolla, pasa, alcaparra, aceituna— para constituir el nacatamal, cuyo consumo es regla los domingos por la mañana. La carne en vaho —una comida familiar— consiste en cecina de res y yuca, plátano verde, plátano maduro medio encerrado en su cáscara y ensalada de repollo y tomate 114 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 que, cocidos en su hoja de plátano al vapor, adquieren un color y sabor particulares. El vigorón contiene también yuca, chicharrón, vinagre y ensalada con chile congo; mientras más suave la yuca y carnoso el chicharrón, será mejor este plato típico del país y emblemático de Granada, cuyo nombre se tomó —a principios del siglo pasado— de un famoso reconstituyente. El vigorón es un alimento completo. La grasa la suministra el chicharrón, los hidratos de carbono la yuca y los minerales la sal. El sabor se lo da el vinagre y las vitaminas —A, B, C y D— van en la ensalada. Para los granadinos, el chicharrón debe ser tostado, sin llegar a grasoso. En cuanto al vinagre, ha de ser de guineo cuadrado maduro, nada de esencias extranjeras, ni métodos exóticos de echarle tabasco o salsa inglesa. Tampoco hay que desnaturalizar el vigorón colocándolo en platillos o ensartándole palillos a la yuca. “Se ha de comer con los dedos y en hojas de chagüite, como lo venden en los quioscos del parque Colón de Granada”. Por su lado, el indioviejo combina carne cocida y guiso de maíz, achiote y yerbabuena. En Chontales se llama macho cansado y en Carazo masa de cazuela. Una variante es el picadillo diriambino que se obsequia en las fiestas de san Sebastián y cuyos ingredientes, para diez raciones, comprenden dos libras de masa de tortillas, media de queso seco, una naranja agria, dos tomates, diez semillas de achiote, una libra de filete de res, un cuarto de litro de aceite vegetal, una cebolla, tres chiles redondos y sal. El gallopinto y su carácter urbano Otro plato habitual del nicaragüense es el gallopinto: arroz —introducido por los españoles— mezclado con el frijol rojo nativo (Phascolus vulgaris). Una vez fritos por Ensayos y artículos 115 separado el arroz y los frijoles, se refríen en manteca o aceite. Según Jaime Wheelock Román, el origen es urbano, enseñoreándose como plato de todos los días y contiene elementos básicos de la dieta: los carbohidratos proporcionados por el arroz, la proteína por los frijoles y las grasas por el aceite o la manteca. Arroz y frijoles aportan además una aceptable dosis de vitaminas y minerales. Solución alimenticia práctica, el gallopinto se ha exportado a otros países de Centroamérica, donde lo preparan muy húmedo, perdiendo su aspecto y buen sabor. El gallopinto suele acompañarse de otros elementos procedentes de España: huevo, crema, queso, cuajada o chorizo y se come también con tortilla caliente. La tortilla —compañera aborigen del pueblo— y los derivados del maíz De origen precolombino, la tortilla de maíz —además de bastimento, sirve de plato y cuchara— reina en las comiderías populares. De hecho, se derivan del maíz interminables comidas y bebidas. Entre las primeras figuran los tamales —el tamal pisque (simple y verdoso moreno, acompañado de queso o cuajada), el tamal paco (dulce pero no relleno), el tamal tigre, el yoltamal, el relleno—, las enchiladas —tortillas dobladas y rellenas de arroz con carne en hilachas y especias ruborizantes—, las güirilas, yoltascas, viejitas u hojuelas, el perrerreque, las rosquillas, etc.; y, entre las segundas el atol, el atol agrio, el atolillo, el chilate, el motas de atol —con frutas, por ejemplo de los piñuelares de Sutiava—, el posol, el tibio, el chingue y diversas, múltiples clases de chicha, como la de color rosado de Granada, la chicha monimboseña o ciliano, la chicha bruja, la calavera de gato, la cususa —especialmente la morir soñando de Juigalpa— y la chicha de maíz negrito, 116 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 repartida a los devotos de san Benito de Palermo el Lunes Santo en León. La sopa borracha y otros postres “de muerte” El marquesote —una suerte de maíz molido con huevo, especias y tratado al horno— es consumido en Navidad y Año Nuevo como sopa borracha, es decir, mezclada con mieles y aguardiente. A este postre se suma otro no menos delicioso: el dulce de tres leches —nacido en el exilio de Miami durante los años 80— que consta de tres variedades de leche: entera, evaporada y condensada. Pero si este postre se ha proyectado internacionalmente, el famoso curbasá —de rigor en la Semana Santa— continúa restringido al país; se trata de una verdadera fiesta de frutas tropicales —mango, jocote, papaya, marañón, mamey, grosea— y de una orgía de sabores, a pesar de la predominante miel de fondo. En la rica dulcería nicaragüense sobresalen las cajetas de leche y de leche rellena, las de coco —negra, blanca y rosada—, de naranja agria, coyolito, frijol y batata, los piñonates de coco y de papaya, la toronja, los icacos, los nancites encurtidos, los jocotes cocidos, los tomates y los limones en miel, la chiricaya, la cuznaca —o jocotes machacados—, la melcocha, las hojuelas, el manjar, las roscas bañadas, el maduro en gloria —¡oh glorioso maduro!—, los pasteles de queso dulce, la lecheburra, el arroz con leche, la torta de pan, la torta de yuca, las pupusas de harina, el garapiñado, los turrones de trigo, los bollos de ajonjolí, los buñuelos de yuca, y los de yuca y arroz, los buñuelos de ayote, los alfajores o gofios, las tortas de elote, las espumillas, los suspiros, los enmantecados, los polvorones, los huevos chimbos y el pío V. Ensayos y artículos 117 Dentro de esta lista no podían faltar los buñuelos de viento leoneses, elaborados con harina y arroz y endulzados con miel de azúcar quemada y canela. Los venden el día de los difuntos en el panteón de Guadalupe en medio del ajetreo de quienes limpian de monte las tumbas, del grave rumor de los responsos y del olor a lirios, corozos y demás flores. Su sabor es un poco salado y se ven exageradamente grandes, pero el primer mordisco da fe de lo bien puesto de su nombre. Se desintegran en la boca. El tiste —monarca local— y las bebidas En cuanto a las bebidas más frecuentes, es inevitable referir el pinol —maíz tostado y agua— y el pinolillo —mezcla de cacao, maíz, canela y clavo de olor—, además de puntualizar que el tiste —masa de pinol y cacao batida en agua y azúcar— los superó a partir de la introducción del hielo. Batido en jícara —vaso de origen precolombino— produce espuma y un chingaste, o residuo, grato al paladar. En Nagarote y La Paz Centro, el tiste —que, según Levy, debería llamarse la bebida nacional de Nicaragua— contrae maridaje con el quesillo enrollado en suave tortilla de maíz crujiente, con cebollas cocidas en vinagre y rociados de fresca y espesa crema. Durante mucho tiempo, el tiste más sabroso y peculiar era el leonés; “el de ahora —escribió Alejandro Cuadra en 1946—, además de ser bien batido, debe tener mucho hielo para poderlo menear con la mano derecha, mientras con la izquierda se sostiene la cosa de horno, que viene a ser el complemento obligado de una buena jícara de tiste”. El mismo Cuadra no olvidaría nunca un tiste sin azúcar, con rosquillas y curbasá, que le obsequiaron una Semana Santa en casa de una muchacha leonesa. ¡Cómo sabía a gloria! 118 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Otras bebidas habituales, llamadas frescos, son la semilla de jícaro con leche, el cacao con leche, la cebada, la chía con limón o tamarindo, las chichas de coyolito y garrafón —cremor, jengibre fresco, pelado y martillado, pimienta de Chiapas, clavos de olor, azúcar y agua—, los refrescos de granadilla, calala (o maracuyá), pitahaya, tamarindo, mandarina, jamaica, linaza con limón, mamón, melón, marañón, zanahoria, piña licuada y ensalada de frutas. En León se beben la chicha de cohombro —roja y refrescante— y la de piña (la cáscara de la piña se observa en el recipiente donde se sirve la chicha) con jengibre y dulce de rapadura; es una chicha de fermentación rápida, llegadora; ¡parece cerveza! Otra de mucho respeto es la chicha de coyol, abundante en Chontales. El referido Alejandro Cuadra describió su elaboración: “Se bota un palo de coyol. Se le abre en el tronco del tallo una canoa pequeña y se tapa. A los tres días aquella canoa ha recogido la savia del palo, llenándola, entonces, con un carrizo de papaya —que tiene en una de las puntas un colador de crin de caballo— uno pone la rodilla en tierra y se sorbe aquella canoíta entera. El primer día es un refresco; a los cinco, un licor y después…, después una dinamita!”. En una de las coplas del atabal granadino, esta bebida ha quedado perennizada: “Trago de aguardiente, / chicha de coyol / trago de aguardiente / chicha de coyol…”. Nuestras frutas comestibles Como se ve, nuestra tierra es pródiga en frutas comestibles. No solo ha producido cuarenta variedades de guineo, sino catorce de jocotes —como el dulce, el rojo, el tronador, el guaturco—, y a las exquisitas numeradas anteriormente, que no son pocas, habría que añadir veinte Ensayos y artículos 119 más, tomadas del clásico libro del francés Gérard Barbeau: Frutas tropicales de Nicaragua (1990): aguacate, almendra, anona, caimito, carao, guanábana, lima, limoncillo, melocotón, membrillo, mimbro, naranjilla, níspero, olosapo, papaturro, pejibaye, sandía, zonzapote, tigüilote y zapote. El mondongo y otras sopas célebres y celebradas Entre las sopas vale la pena destacar la de mondongo, consumida tras unos tragos de ron o de guarolija en ambientes fiesteros. De mucho color, lleva pata y suficientes trozos de librillo —los cuales, muy bien cocinados, se mezclan con una buena tortilla y chile— y cantidad de verduras y tubérculos: yuca, chilote, elote, algunos pedazos de plátano, achiote, mucho chile y muy caliente. “¡Tanto que saque lágrimas de tan caliente y mocos de enchilado!”. Es la sopa por excelencia de los ebrios y las de Masatepe han alcanzado el mayor prestigio. En Granada, Masaya y Managua hicieron época algunas mondonguerías. En la de Las Dormes, de la capital, era cliente fijo Mr. Cranshaw, de quien se hizo famosa la anécdota cuando su mujer le sirvió mondongo en su casa y después de saborearlo, exclamó: —“No es lo mismo, Chabelita”. Otras sopas célebres y celebradas, herederas del puchero español, corresponden a las de res, de albóndigas —con carne de pollo o gallina— y de queso. Ingerida durante los viernes de Cuaresma, esta se prepara con tortas de queso chontaleño y maíz, fritas aparte, vertidas sobre la sopa y su recado —molido en metate— de achiote, ajo, chile, chiltoma, tomate, cebolla y una porción de crema. Sin duda, cumple con las exigencias de los días de ayuno. En Granada se le conoce como sopa de rosquilla. 120 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 “Sopas honradas y verdaderas, realmente populares pero sin nada que envidiar a las mejores de cualquier parte —acota José Coronel Urtecho—, eran y siguen siéndolo las de Nicaragua, principalmente la sopa de frijoles [rojos] y la de gallina, la de pescado y la de cangrejo. Cada una de ellas con un toque especial que no permite confundirlas con las de otros países, aunque lleven los mismos o parecidos elementos”. Pero este autor olvida cuatro menos comunes: la sopa de sardinas de San Marcos, la sopa rivense de cachetes de garrobo isleño —tan buena para los parturientas—, la de urraca, que dicen suelta la lengua de los tartamudos, y la de frijoles blancos con costillas de cerdo. Su receta consiste en una taza de queso rallado —parmesano o amarillo—, una cucharada de azúcar, seis ajos, una cebolla, un tomate, una chiltoma, un repollo mediano —de corte fino—, media libra de papas grandes, una cucharada de mostaza, otra de salsa inglesa, sal, pimienta y chile, sumados a una libra de queso de espinazo o de aguja, a otra libra de frijoles blancos y a dos de costillitas de cerdo sin mucha gordura. El chancho con yuca de León Y es que el cerdo ibérico se adaptó muy pronto al trópico. En 1528, el cronista Oviedo registraba la crianza de cerdos que había iniciado Diego de Mora, en sociedad con un Avilés, cerca de Granada; su producción era tal que abastecía a la ciudad. Los cerdos, cuidados por perros negros tigreros, “comían infinito pescado” y “parábanse muy gordos”. En 1873, Pablo Levy aseguraba: “Los chicharrones y otras partes grasosas, cuyo uso debe ser muy moderado en los países calientes, son a veces, en Nicaragua, el único alimento animal de una familia Ensayos y artículos 121 durante semanas enteras”. Al respecto la carne de chancho está presente en numerosos platos, entre ellos la lengua fingida, el lomo de cerdo, el pebre —la cabeza y las pezuñas en caldillo del animal doméstico—, la chanfaina —revoltijo masoso con la misma cabeza y las entrañas o menudo—, el arroz con chancho —tema de una canción anónima en su honor— y el chancho con yuca de León. Pariente del vigorón granadino, el último es servido también en hojas de chagüite y adobado con achiote, engalanando los pedazos de la reventada y blanca yuca. Su ensalada —con menos adornos que el vigorón— se limita a repollo, tomate y cebolla; y no lleva incorporado el chile, que se sirve aparte al gusto del cliente. El churrasco nicaragüense Introducido por Pedrarias Dávila, el ganado vacuno proliferó durante la época colonial. No en vano el país ofrecía condiciones óptimas para la cría y el engorde. Nicaragua produjo más reses que todas las restantes provincias juntas del reino de Guatemala, a las cuales proveía; de manera que entre sus exportaciones ocupaba los primeros lugares con el cacao y el añil. Los productos derivados de la res —sebo, cueros, carne salada y quesos— se exportaban menos, siendo más bien de consumo interno. Lo anterior explica nuestra tradición pecuaria de la que podemos ufanarnos, en primer lugar, con la carne asada —presente en los almuerzos durante el siglo XIX, como lo refiere el mismo Levy— y que, junto al gallopinto, la cebolla picada y la tortilla conforma una de las más populares y sustanciales comidas típicas. Al mismo tiempo, explica la presencia de la carne vacuna en muchos platos ya referidos y en otros como el ya olvidado ajiaco o carne de res —cecina seca salada— con hojas de quelite, 122 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 masa de maíz, costillas de cerdo, plátanos, jocotes, piña, dulce de rapadura y otros aderezos. La misma carne de res al horno constituye una deliciosa comida, al igual que el lomo asado, el lomo de costilla, la carne deshilachada, las tortitas de carne, el salpicón, el bistec de hígado, el corazón a la plancha, los sesos y riñones. ¿Y la ubre? ¿Y las criadillas o huevos de toro, toda una delicatessen? ¿Y la excelsa lengua en salsa? Para concluir este aspecto de la cocina nica aportado por el ganado criollo, muy apreciable en restaurantes nicaragüenses del extranjero —sobre todo en los de Miami—, es necesario enaltecer nuestro churrasco que nada tiene que envidiar al argentino. De carne blanda y gustosa, se acompaña de arroz blanco, papas fritas, pan con ajo y chimichurri. Pescados y mariscos Al contrario de la costa Caribe, la región del Pacífico no ha explotado la riqueza de sus peces y mariscos, como en otros países. En 1873, Levy apuntaba: “El pescado no es tan común como pudiera creerse al considerar las disposiciones hidrográficas del territorio”. Con todo, León —por su cercanía con Poneloya— conserva platos muy apetecibles. El primero es el pargo, ofrecido no solo en restaurantes de Poneloya y Las Peñitas, sino del barrio de Sutiava. Allí pargos de regular tamaño y boca colorada se acompañan de arroz blanco bien volteado y tortillas recién sacadas del comal. Otro plato leonés es el de las conchas negras llamadas vírgenes, las cuales se consumen rociadas de limón —que hacen retorcerse al molusco— junto a cervezas bien frías. Ensayos y artículos 123 Pero el plato de mayor personalidad es el punche relleno, elogiado por Rubén Darío. De acuerdo con una receta de Pinita Gurdián de Vigil, para cuatro raciones se requiere una docena de punches. La carne que resulte de sus patas y tenazas dará la medida para el arroz del relleno. Si salen, fuera el caso, dos tazas de carne, se pone una taza de arroz ya cocinado. ¿Y los camarones empanizados de Bilwi? ¿Y los apiñados? ¿Y los calamares de Corinto, los más deliciosos que Fidel Castro probó en su vida? ¿Y los todavía aceptables pescados sin espina de Tipitapa, procedentes de Tisma y Malacatoya, bocones, copetudos y carnosos de lomos? ¿Y los guapotes —o guaposaurios— entomatados de Granada? Platos de nuestra costa Caribe En la costa Caribe se impone el guabul (wabul): plato cotidiano obtenido cociendo el plátano o el pejibaye en un caldero hasta que se ablandan. Luego se bate para convertirlo en puré, se le añade agua o leche de coco rallado y se pone a hervir. El resultado es un sabor que no se repite en ninguna otra comida que lleve coco, por ejemplo el rondón (rum-down). Este se logra con una cantidad equivalente a dos litros de leche de coco: una vez hervido, se vierte en ella quequisque, yuca y banano verde. Los pescados se fríen aparte y, ya dorados, se depositan sobre las verduras, para que el pescado les impregne sabor. Se agrega mantequilla, chiltomas, cebollas y tomates, y queda listo para servirlo después de un nuevo hervor. Donovan Brautigam-Beer especifica que hay variedades de rondones, de tortuga, etc., pero el rondón por antonomasia es el de pescado; y ofrece las recetas de otras comidas costeñas: pescado escabechado y coctel de ostras 124 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 (ostiones); del condimento fruta de pan (breadfruit), comible hervida, asada y frita; del postre pudín de coco y de la bebida de jengibre (ginger beer). A ellos habría que agregar rice and beans —frijoles rojos, arroz lavado, leche de coco, cebolla, chiltoma, aceite y una pizca de sal—, los chacalines o camarones diminutos que, una vez secados al sol, se preparan para acompañar tragos de ron; dos cosas de horno —el pastel de banano y la torta de quequiste—, más el patí (patee), o sea, una pequeña empanada de harina que envuelve una masa de carne con chile cabro. La tortuga y las carnes de monte Si en el Pacífico la carne de tortuga constituye otro bocado capital —me refiero a las del Gran Lago—, siendo famosos los guisos de Ometepe y Granada, además de los huevos de paslama durante la Cuaresma y Semana Santa, en el Caribe tiene un permanente consumo. Diversas son la formas de preparación, dependiendo de las partes extraídas de la misma. Lonjas de carne se cocinan al estilo bistec. Trozos grasosos se desmenuzan y de las patas traseras de la tortuga se deriva la llamada sopa de aletas. Pasando a las carnes de animales silvestres, o de monte, no se han extinguido del todo. Al menos figuran en los recetarios el ayiaco y el pinol de venado de Jinotepe y Diriamba, el salpicón de cusuco de San Jorge y el caldo de armadillo en albóndigas de Sébaco. ¿Y la deliciosa iguana en pinol o pinol de iguana? ¿Y el garrobo en caldillo? ¿Y el garrobo en semilla de ayote de Mozonte y Totogalpa? El cabayobayo Finalmente, en las zonas Pacífico y Central se ha consolidado, durante las últimas décadas, el cabayobayo: Ensayos y artículos 125 una variedad de cazuelas —sostenidas por quemadores— conteniendo carne desmenuzada, trocitos de moronga —la morcilla nicaragüense—, chorizo criollo, frijoles molidos, guacamol, chicharrón también molido, maduro, cerdo y queso fritos, crema, queso rallado, tortillas calientes, etc. Concebida para bufé, se sirve en plato de barro sobre una hoja de chagüite. Nuestra cocina: estimulante, contundente e imaginativa A Gloria Rodríguez de Reparaz, una de las autoras del libro Cocina nicaragüense: un descubrimiento gastronó mico (Madrid, 2002) se le debe esta valoración: “Nuestra cocina es parecida, pero diferente del resto de las cocinas centroamericanas; es condimentada pero no picante como la mexicana. A lo dulce siempre se le agrega un puntito de sal; para resaltar el sabor, a lo salado se le añade una chispa de agrio para matar el chicuis o tufillo del pescado o de las carnes de monte. Es estimulante como un buen vaso o trago de un ron añejo, contundente como un nacatamal o una sopa de mondongo; tiene el ardor de la canela en los buñuelos de yuca, el picorcillo del clavo de olor de sus rompopes y ponches. Es imaginativa como lo demuestra el indioviejo, la carne en vaho o el ajiaco donde lo dulce, lo salado y las especias se mezclan magistralmente. Pero también puede ser tierna, como un yoltamal de crema, un dulce de guayaba o una espumilla que se funde en la boca”. 126 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Bibliografía AA.VV. Cocina nicaragüense: un descubrimiento gastróno mico. Madrid: Asociación de Amistad Hispano-Nicaragüense. [Coordinación: Gloria Elena Rodríguez de Reparaz; colaboradores: Angélica Vivas de Ubagón, Elisa Salvador Zuloaga, Nelly Habed López, Violeta Chamorro, Thesalia Baltodano Gutiérrez, Mary Carmen Santander de Sotomayor y Ricardo Callejas Batres]. 2002. BRAUTIGAM-BEER, Donovan. “Comidas costeñas”, en Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documen tación, núm. 26, noviembre-diciembre, 1978, pp. 71-72. CORONEL URTECHO, José. “Elogio de la cocina nicaragüense”, en Reflexiones sobre la historia de Nicaragua. (De Gaínza a Somoza). I. Alrededor de la independencia. León: Editorial Hospicio, 1962, pp. 128-143. CUADRA, Alejandro. “Lugares, Tipos, Usos y Costumbres. / El Tiste y la Chicha” / “El Mondongo”, en Los Lunes de la Nueva Prensa, 25 de noviembre y 24 de febrero, 1947. 1946-1947. LEVY, Pablo. “Alimentación”. Notas geográficas y econó micas sobre la república de Nicaragua. París: Librería Española de E. Denné Schmitz, 1973, pp. 267-272. LÓPEZ GUZMÁN, María Esther. Cocinando con María Esther / Cocina nicaragüense y algo más… 7.a ed. Managua: Ediciones Mundo S. A. (s.a.) SILVA, Fernando. Bocados capitales. Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua. 2011. Ensayos y artículos 127 VIVAS, Angélica. Cocina nicaragüense. Managua: Editorial Vanguardia. 1991. WHEELOCK ROMÁN, Jaime. La comida nicaragüense. Managua: Hispamer. 1998. ZAMBRANA, Armando. “La cocina nicaragüense”, en Nues tras comidas. San José, C. R.: Coordinadora Educativa y Cultural Centroamericana, 2011, pp. 199-221. 128 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El amor como un ritual sagrado en la poesía de Ana Ilce Gómez Isolda Rodríguez Rosales PARA OCTAVIO Paz, el poema es un objeto de lenguaje, una constelación de signos, capaz de proyectar al lector a la experiencia de la poesía, que es reencuentro con la unidad original de la que ha sido expulsado el hombre. El tiempo primordial encarna en un instante y entonces la sucesión, en la que el hombre está atrapado, se convierte en un presente puro que lo alimenta y transmuta. Por otra parte, si la experiencia poética es eminentemente individual, simultáneamente es colectiva, si se toman en cuenta sus orígenes: la fiesta y sus relaciones con lo sagrado. La experiencia poética sucede dentro de la comunidad que, en sus ritos, repite los mitos fundadores; pero sucede también de una manera personal, como una experiencia religiosa. Lo sobrenatural, la religión, el amor y la poesía permiten al ser humano salir de sí mismo y ser otro. Ana Ilce Gómez escribe sus versos como una ceremonia sagrada, en la que dialoga con sus ancestros y se interroga a sí misma sobre los grandes temas de la vida. Dialoga incluso con sus poemas, los que parecen cobrar vida propia y salen por el mundo en busca de lectores. Al leer Las ceremonias del silencio se le percibe como una sacerdotisa, oficiando el rito del amor y dejando al viento el desamor que ha marcado sus rituales antiguos. Poema clave es “Piedra de sacrificio”, el cual —desde el título mismo— está lleno de connotaciones que implican la vida: Ensayos y artículos 129 Yo di vida a este canto, Y heme aquí reducida a polvo. Desvencijada, rota, hambrienta. Yo lo tuve dolorosamente Le di la vida y me mata, como cuervo me saca los ojos. Al final me llevará a la piedra al sacrificio donde he de soportar el hierro que merezco. He aquí una visión y actitud sacrificial, donde la poeta oficia una ceremonia en la que ella misma es víctima propiciatoria y que ofrece, resignada, un final funesto. Ella es paridora del canto, de la poesía, pero este acto creativo y engendrador solo la conducirá a la piedra del sacrificio, que ella acepta: donde he de soportar el hierro / que merezco. Hay una terrible actitud que sobrepasa el estoicismo y recuerda las doncellas indígenas prestas a ofrecer su corazón palpitante a Quetzalcóatl u otra deidad del panteón nativo. En el poema “Ama del día”, la poeta devela ese ser suyo como oficiante ceremonial remontada a sus ancestros más lejanos: por ustedes canto y oficio / la liturgia estremecida del poema, / sabias mujeres que me sucede rán luego / descabelladas… (Poemas de lo humano coti diano, 2004: 84). En el poema “Regresión” de este mismo poemario, Gómez dibuja una ceremonia de encuentro con sus abuelos, en un rito sagrado de viaje por el tiempo, donde lo 130 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 irreal se convierte en real y los sueños en verdades concretas: Sosteniendo esta vasija de barro, sobando su superficie depurada tersa como la piel de un niño de dos años, descubriendo sus colores frugales que nacen de la tierra y de los árboles, sintiendo su olor a lodo macerado a arcilla, a limo legendario, de repente comenzaron a nublarse mis ojos temblando mis manos se adentraron en los territorios sagrados, mis pensamientos se vieron sumergidos en un profundo remolino aún no creado descendí sin saberlo hacia el círculo donde se abren los milagros y llegué hasta el fondo del abismo primario. Así conocí por un instante a mis mayores a mis abuelos de barro. Este poema, de herencia surrealista, contiene varios elementos que es preciso destacar, porque es una declaración identitaria con sus raíces indígenas, las que busca y rescata en esta ceremonia, de carácter, se diría, iniciática. La poeta sostiene no un cántaro, ni una vasija cualquiera, sino una de barro, el barro con que los abuelos náhuas elaboraban las cosas cotidianas. El cántaro, símbolo femenino, de fecundidad, que recibe, se llena de vida, es a su vez urna funeraria, que quizás resguarde del tiempo los restos sagrados de los abuelos. Pero no solo la alza, sino que también la “soba” en un acto ritual, como para dar vida, rescatar a los padres de la progenie humana: So bando su superficie depurada / tersa como la piel de un niño de dos años, / descubriendo sus colores frugales / que nacen de la tierra y de los árboles, / sintiendo su olor Ensayos y artículos 131 a lodo macerado / a arcilla, a limo legendario, versos que contienen una ceremonia sutil, lenta, sin prisas, sintiendo el olor a tierra, a la naturaleza toda, porque es un acto telúrico, un encuentro con los hijos del barro. En un momento casi alucinante, la sacerdotisa tiembla, se desliza por un torbellino y llega al fondo de un abismo increado y allí se da el encuentro con los abuelos de barro. Es un poema de una gran belleza lírica que otorga categoría mítica al ceremonial telúrico y divino, es una búsqueda de sus raíces y un homenaje grandioso a esos abuelos de barro. Paz ubica al poeta entre el mago y el místico. Del primero toma su conocimiento del principio de la analogía y rechaza su afán de dominio; del segundo recoge su espíritu de comunión, desechando su búsqueda de la soledad. En esa ubicación, Gómez es maga-mística, con voces llenas de augurios y clarividentes. En Poemas de lo humano cotidiano, un poema define esta actitud visualizada por Octavio Paz; es el poema “Ella”, que revela un desdoblamiento del yo, para encontrar “la otra” ella misma, quien es la dueña de la voz poética: La que escribe no soy yo, sino la otra. Esa que viene del pasado Asediada y urdida Por sus fieles demonios y sus lívidos ángeles. No soy yo sino ella la que canta la que elige el azar y la clarividencia ella la que dicta las palabras y deshila los símbolos la que gira en la rueca y desmenuza el hilo. Ella contiene las palabras Yo cumplo su destino. 132 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Tal pareciese que ese desdoblamiento permite a la poeta percibir su sombra, la parte oculta y secreta que todos llevamos, y que es esa su otro yo, su alter ego, atormentada por demonios y ángeles, la que alza la voz, decodificando símbolos. He ahí el sentido de lo señala por Paz en relación al poema como una constelación de signos. De gran belleza semántica con las imágenes “dicta las palabras y deshila”, “gira en la rueca y desmenuza el hilo”, denotando el estricto sentido del lenguaje como lo definiera el lingüística francés Ferdinad de Saussure, como un sistema de signos. Son versos construidos con esos hilos sacados de la rueca lingüística nutrida en su identidad de mujer que amó y fue amada: ¡Ah! Pero yo fui una chica de 20 años que / plácidamente soportaba el amor y el tiempo. A lo largo de sus dos poemarios se encuentran repetidas alusiones a la mujer-poeta que hilvana, deshila, maneja la rueca —evocando la pintura “Las hilanderas” de Velázquez— y es que escribir un poema es hilvanar de forma estética, las palabras que reconstruyen la idea, el sentimiento: la estancia de una mujer / que hilvana rea lidad o eternidad / con los retazos que la vida / le ofrece (“Ecuación perfecta”, Gómez, 2004: 81) Y transmutándose en Penélope, dice: He tejido esta tela y la he destejido mil veces esperándote. Si tú lo merecieras, si tú me merecieras por esperarte agotaría todos los telares de la tierra. (“Ítaca”) Ensayos y artículos 133 Ese símbolo de la mujer-poeta tejiendo, hilando, aparentemente muy doméstico, está lleno de connotaciones referidas al oficio escritural, porque el poema se construye a fuerza de escrituras y reescrituras textuales, borrando, puliendo, volviendo a escribir, porque escribir un poema es como planear un crimen perfecto, como decía el gran CMR. Los poemas aparecen como “mecanismos de significaciones sucesivas”, dentro de una concepción poética, según la cual “el poema no significa pero engendra significaciones: es el lenguaje en su forma más pura”. El tema del amor-desamor es una constante en la poesía de Ana Ilce Gómez, tanto en Las ceremonias del silencio, como en Poemas de lo humano cotidiano, sus dos poemarios publicados. En “Reloj de arena” dice: Así cumplí con el amor / si me llega la hora no sabré / si es mi llegada / o mi partida / solo sé que sin treguas en la vida / pagué lo que el dios del fuego / me cobró”. Hay un concepto moral en estos versos, porque la poeta revela una visión del amor como una transgresión que requiere un castigo, y es el dios del fuego el que cobra el “haber cumplido con el amor”. El fuego, en todas las culturas religiosas tanto orientales como occidentales e indígenas, es el elemento purificador, el que limpia las culpas o desmanes amorosos, en este caso. En el poema “Esta tarde”, la poeta revela ese afán por disfrutar el amor, a pesar de los riesgos que pueda traerle: Esta tarde en que la lluvia cae mis huesos crujen. Mi carne espesa, ciega de alegría husmea sobre pálidas hierbas la cercanía del amor. 134 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Escucha su llamado rompiendo con violencia el aire, mientras en la agotada tarde mi húmedo corazón espera. Es un poema amatorio pero que expresa de manera muy original, sin cursilerías romanticonas, sino que es una mujer bien plantada, pasional: “mis huesos crujen” “mi carne espesa”…; es un amor que rompe con violencia el aire y hace temblar a la mujer que ama con toda intensidad. De gran belleza son las metáforas mientras en la agotada la tarde, en una humanización del tiempo, y mi húmedo corazón espera. La humedad como opuesto a reseco, árido, es decir, es un corazón fértil, regado por los ríos amorosos de la tierra. Los prosemas En Las ceremonias del silencio, Gómez dedica el apartado “Vida viva” a una serie de prosemas, esto es, poemas escritos en prosa. Esta forma poética, inaugurada con éxito por el poeta y ensayista, también de Masaya, Ernesto Mejía Sánchez, alcanza gran acierto en este poemario, donde aborda temas filiales, con gran ternura y buen manejo del lenguaje. En “Vida viva”, hablando del nacimiento de su hijo, revela una ternura de madre hacia su vástago: Así toma en pequeños sorbitos el azú car amanecido en mis manos. El sustantivo diminutivo sorbitos connota el afecto, el amor, así como el hecho de guardarlos amanecidos en sus manos. “Ella, la recién nacida” es de una belleza impresionante. Con brevedad y hermosas metáforas, Gómez habla de la muerte de su madre, hecho en sí doloroso, pero que ella sabe apartar de la tragedia, y otorgarle categoría estética: En el ocre silen cio de la tarde, unidos los corazones por el amor antiguo Ensayos y artículos 135 de la sangre, comenzamos el rezo, mientras ella, ajena ya a los rumores de la vida, yace sumida en el reino de la luz… Es una imagen de dolor contenido, de aceptación y fe en que con la muerte no termina todo: Ella… yace sumida en el reino de la luz. En “Letra viva” se plantea una actitud existencial expresada con palabras certeras y sencillas: Venimos de un punto harto verdadero a errar sobre esta calle imagi naria… que al fin y al cabo, nuestro único dominio será esto: El horror a la fosa co mún, la espalda inadecuada para el golpe que nos ha de partir, con claras evocaciones del poema dariano “Lo fatal”: la tumba que aguarda con sus Ana Ilce Gómez Ortega fúnebres ramos. En este prosema se percibe también la huella de Vallejo, ante el dolor humano. Son, pues, estos prosemas de un gran acierto en forma y contenido. Con ellos, la poeta experimenta una forma nueva y constituyen uno de sus logros poéticos. Ana Ilce Gómez ha dejado su impronta en la poesía nicaragüense al escribir versos en los que desnuda su alma, su ser. Son poemas que hablan de cosas cotidianas, del amor, los hijos, los padres, el amor que se fue, la ilusión y también de la muerte que, como dijo RD, “es de la vida inseparable 136 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 hermana”. Pero Ana Ilce enuncia sus poemas con naturalidad, sin aparataje melodramático ni cursi, más bien signado por la impronta de su herencia indígena que asume con orgullo y dignidad. La poeta se yergue con lentitud en sus ceremonias y rituales alcanzando una estatura de diosa mítica, porque para ella: El poema es una puerta por donde se cuelan / adioses aguaceros testamentos / del amor rencores tiernos /. El poema puede ser un abismo / Un racimo de espadas / Una medusa amenazante en el fondo / de su mar. Solo hay que saber cuándo adueñarse de esa luz / O quedar ciegos para siempre (“El poema es”, de Las ceremonias del silencio, 1987: 147). Bibliografía GÓMEZ, Ana Ilce. Las ceremonias del silencio. Managua: Ediciones El Pez y la Serpiente. 1975. _______________. Poemas de lo humano cotidiano. Managua, Anide. 2004. _______________. Las ceremonias del silencio. 2.a ed. Managua: Editorial Vanguardia. 1989. Ensayos y artículos 137 La Balada del campanero ciego de Julio Valle-Castillo Erick Aguirre DESDE MUY joven, cuando apenas empezaba a publicar algunos perogrullos en los periódicos, me acerqué con admiración y espíritu inocentemente crítico a la obra poética de Julio Valle-Castillo. Siempre admiré su erudición literaria, especialmente su profundo conocimiento de la literatura hispana, particularmente la española, mexicana y nicaragüense. Llamaban mi atención sus ademanes profesorales y la seguridad con que decía lo que sabía cada vez que alguien le consultaba, fuera un amigo, periodista o estudiante. Mucho tiempo después fui su alumno en un curso de posgrado en Literatura en la Universidad Centroamericana, creo que por el año 2000 o 2001. Y ahí corroboré sus enormes conocimientos no solo de la literatura sino de la gran pintura española del Renacimiento. En un curso sobre el Barroco nos hizo una exposición extraordinaria y para mí inolvidable (por la pasión y la facilidad con que identificaba y conocía los detalles) del “Entierro del conde de Orgaz” de El Greco. Pero, como decía, yo ya me había acercado desde muy joven a su poesía. Empecé por lo que primero tuve a mi alcance: Materia jubilosa (1986), pero después tuve oportunidad de acercarme más a otras vastas áreas de su poética, hasta el último de los libros que conforman ese libro de libros que tituló Con sus pasos cantados (1998), 138 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 que contiene, además de Materia…, Las armas iniciales (1972), Las primeras notas del laúd (1977), Formas mi gratorias (México, 1979), junto a otros volúmenes hasta entonces inéditos. La poesía de Valle-Castillo, sin embargo, es como una serpiente que se muerde la cola. El lapsus entre Las armas iniciales y Con sus pasos cantados dio paso luego a una especie de retorno a sus —valga la redundancia— verdaderas armas iniciales, a su poesía primigenia. Por otra parte, Lienzo del pajaritero (2003) y Memento de vivos y difuntos (2008) no son más que un regreso, una vuelta a las herramientas poéticas originales, y no es extraño que en ambos libros haya poemas escritos en esos tiempos y que permanecieron tanto tiempo inéditos, mezclados con otros poemas nuevos, escritos recientemente, pero que se corresponden y asumen su parentesco, su consanguinidad, con los que forman parte de esas armas poéticas iniciales. En ambos libros, la forma en que están construidos los poemas, tanto los “viejos” como los “nuevos”, parece de nuevo corresponder a esa espontaneidad de su poesía, que ya he mencionado en otro artículo, al acabado preciso que siempre termina por darles la memoria. La estructura de cada poema parece también corresponder, como ya he dicho, a la evocación emocional-figurativa de cada recuerdo. Lienzo del pajaritero es también, a su vez, un primer esbozo de lo que se nos representa ahora en este nuevo libro, aún inédito, de Valle-Castillo: Balada del campane ro ciego, ganador del Premio Internacional de Poesía “Pablo Antonio Cuadra” 2012. Tanto los del Pajaritero como los del Campanero son poemas gráficos, como casi toda la poesía de Julio; poemas casi cinemáticos: imágenes y Ensayos y artículos 139 evocaciones visuales, a veces inmóviles, a veces vertiginosamente en movimiento, aunque históricamente concretas. Es en el fondo un solo poema largo, sostenido, pero con pausas obligadas por la necesidad de enfocar los propósitos de cada evocación. Son evocaciones atávicas, casi arqueológicas, de la historia de su infancia y juventud, de sus entornos, de lo que algunos llamarían la Masaya o la Nicaragua “profunda”, pero —y esto es algo quizás más importante— del contexto no solo histórico, sino profundamente humano, cultural, que rodeó esa infancia y juventud, y, por supuesto, todo lo que eso significa. Como entes catárticos, tanto el Pajaritero como el Campanero ciego son figuras concretas, de un entorno cultural, aunque complejo e inasible, también concreto, pero son figuras también creadas literariamente, entes evocadores de la memoria, no solo de la memoria del poeta, sino de la memoria colectiva, de esa intrahistoria que solo puede constatarse en las vidas y azares de todos esos seres en apariencia comunes que conforman la cultura de Masaya, León, en fin, Nicaragua. Memoria mestiza, mixturizada en su factura poética y en su esencia. La palabra poética como instrumento de preservación de una cultura, de una herencia humana e histórica que desde las epifanías personales aflora y se transforma en epifanía total, en la reconstrucción de una identidad sociológicamente indefinible, antropológicamente inasible, políticamente irrepresentable, a la que solo la palabra poética puede dar cuerpo, como algo que ocultamos con celo en el hueco de las manos para luego, de pronto, mostrarlo a todos como una maravilla. Balada del campanero ciego es el texto que encabeza y en buena manera da sentido a este nuevo libro de Julio. 140 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Pero, si la balada como tal fue en un tiempo una forma artística, textual y musical de expresarse en las cortes europeas de la Edad Media, finalmente devino y deviene también, inevitablemente, en poesía, y en el caso del Campanero ciego de Julio Valle, en leit motiv poético. El campanario ciego de la catedral de León viene a azuzar los recuerdos, la conciencia o la inocencia rotunda del poeta siempre niño de Masaya, que se pregunta quién es, de dónde es, de qué vecindario, de qué mesón, de qué ronda o de qué hondo zaguán ha llegado hasta el centro de esas antiguas torres a tirar de los cordeles de la campana mayor, de la campana de San José o la de San Antonio. Ciego que nada ve pero que todo lo mira y que, sin ver o quizás mirando, sigue amando su oscuridad, viéndonos a todos desde el oído. Su ceguera lo convierte en prefigura del poeta, del que mira lo que no ve el hombre, del que escucha el concierto entero y le sonríe a la muerte y aspira todos los olores de la vida. Pieza fundamental entre toda la obra poética de Julio, Balada del campanero ciego es solo uno de los muchos poemas extraordinarios que conforman este libro. Particularmente, me han impresionado “Apertura del testamento de Mama Cha” y “Balada de las casas esquineras”, en los que insiste en reconfigurar con emoción inagotable la memoria de la provincia, de sus lugares entrañables por los que a veces no pasa el tiempo y se pueblan de espíritus, de muertos vivos y vivos muertos, como en Comala. Sitios y espectros provincianos, visiones y recuerdos de experiencias primarias enraizadas en el centro y los contornos de la provincia, o más bien de la memoria. Entrecruzamiento de tradiciones, teatro y poesía o teatro-poesía, el poema al pie del lecho de muerte de Rubén Darío, la puesta de las rosas alegóricas en la losa Ensayos y artículos 141 enternecida que guarda a la décima musa de sor Juana Inés de la Cruz y el “Retrato abstracto de Gilberto Owen” son más bien como puestas en escena logradas únicamente con Julio Valle-Castillo el poder evocador de la palabra y el aguzamiento extremo de la memoria. Los poemas “Espejo”, “Amantes sobre el mundo”, “Canción para una muchacha que se tarda en ser madre” y “Cordero de Dios” —dedicado a su hijo— son textos de un dramatismo inquietante, elaborados como en casi toda su obra con una forma de expresión siempre emotiva, con un lenguaje desnudo, abierto, y una versificación multiforme e irregular, a veces engañosamente libre o libérrima, construida sin ninguna inhibición de tipo formal, con un tono entre coloquial y evocativo capaz de transmitirnos con naturalidad, desde las emociones más sublimes hasta las escenas y expresiones más procaces. Entre casi toda la obra poética de Julio Valle-Castillo, Balada del campanero ciego encuentra una expresión distinta que, pienso yo, podría calificarse de superior. 142 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El Ramírez Mercado que yo conozco Francisco Arellano Oviedo 1. El periplo creador Por haber vivido parte de mi niñez, la adolescencia y dos lustros de la juventud fuera de mi Nicaragua natal, tardíamente descubrí a Sergio Ramírez Mercado. Era yo estudiante de Filosofía y Letras de la Universidad de San Carlos, Guatemala, cuando uno de mis maestros me habló de este paisano. El maestro era Guillermo Putseys Álvarez, el editor de Tiempo de fulgor, la primera novela de este narrador de la Nicaragua que, en su Canto general, Pablo Neruda llamó “garganta pastoril de América”. Después, otros intelectuales guatemaltecos y nicaragüenses en el exilio, me hablaron maravillas del joven escritor. Ya había leído y comentado en Prensa Libre de Guatemala Los cachorros, de Mario Vargas Llosa, cuando vino a mis manos Tiempo de fulgor, la edición príncipe editada en colección Los últimos de la Universidad de San Carlos. Una obra que disfruté con la nostalgia de quien recuerda páginas de historia y lugares de la patria cuando se está lejos de ella. Yo, que hasta entonces había leído más a los poetas que a los narradores, admiré aquella prosa de Ramírez que despertaba más imágenes y mayor imaginación a través de las palabras —que no eran las de los versos, pero se introducían en mí— produciendo una sensación de gozo capaz de borrar el tedio o los sinsabores de un día desafortunado. Ensayos y artículos 143 Cuando regresé a Nicaragua, Sergio Ramírez ya se había marchado a Costa Rica a trabajar al CSUCA. Fue a mediados de los años setenta cuando, en calidad de docente universitario, asistí a un congreso de español en el país vecino del sur. En esa ocasión conocí a Sergio Ramírez, aunque ya había leído mucho de su obra —particularmente la producción ensayística, la biografía de Mariano Fiallos Gil y De tropeles y tropelías—. En el caso de esta última obra, una afabulación magistral y maravillosa sobre la tentación mayor de los políticos latinoamericanos: la de convertirse en dictadores una vez que alcanzan el poder. Ramírez llegó a la clausura del evento y entregó a los participantes un pequeño diploma por asistencia al congreso. Todavía conservo este diploma que ostenta la firma de este formidable narrador de la lengua española. Poco tiempo después, no puedo precisar la fecha exacta de ese 1978 —la dictadura de Somoza estaba en su ocaso— cuando se formó el Grupo de los doce y entraron, una tarde, procedentes de Costa Rica para fortalecer la lucha contra el dictador. La guardia pretoriana trataba de detener a la gente por las calles, pero no se daban abasto. Mientras culeteaban a alguien, otros avanzaban al encuentro de los doce. Así pude llegar hasta el camión, que en Nicaragua no es el autobús mexicano sino un automotor de carga, que en su plataforma traía a los doce. Hasta entonces saludé con efusividad a Sergio Ramírez. Mi entusiasmo por él nada tenía que ver con el político, sino con el escritor. Ramírez Mercado iba más allá de la denuncia en las páginas de un libro en su lucha contra la opresión. Asumía el riesgo de enfrentar la rabia del dictador que se traducía en amenazas, garrote, cárcel, tortura y muerte. En el nuevo gobierno revolucionario, una de las tareas que asumió Ramírez Mercado fue la educación. 144 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 En aquellos años que siguieron al derrocamiento de Somoza, se realizó la Cruzada Nacional de Alfabetización muy eficaz para combatir la ignorancia. Se crearon talleres de poesía y de pintura para las clases populares; se recomendaba, a manera de crítica, que no había que llevar la cultura al pueblo sino el pueblo a la cultura. Se estructuró un esquema de educación que articulaba los diferentes subsistemas, hasta entonces dispersos: educación preescolar, educación primaria, educación técnica-básica, educación secundaria, educación superior y educación técnica-superior. Se amplió la cobertura educativa, pero debido a la crisis económica, en aquellos días de guerra, disminuyó la calidad de la educación. Aumentó considerablemente la matrícula femenina en la secundaria y en la universidad; pero hubo gran deserción de los varones. Sin embargo, lo más significativo en la vida del escritor mencionado es que no se dejó atrapar por la política ni dejó de escribir en aquellos días de dirigente político. Obras de aquella época son El alba de oro, Siglo XXI Editores, México, 1983; Estás en Nicaragua, Muchnik Editores, Barcelona, 1985; Balcanes y volcanes, Editorial Nueva América, Buenos Aires, 1985; y, particularmente, Castigo divino, Mondadori, Madrid, 1988. Esta última fue llevada a la televisión por RTI de Colombia y de ella, Carlos Fuentes ha escrito: “Entre la plenitud de la comedia y la inminencia de la tragedia, Sergio Ramírez ha escrito la gran novela de Centroamérica, la novela que hacía falta para llegar a la intimidad de sus gentes, para viajar a la frontera misma entre sus tradiciones persistentes y sus posibilidades de renovación”. Castigo Divino no fue una novela convencional sino controversial, basada en un acontecimiento real que dividió a la sociedad de León. El juicio que siguió a los Ensayos y artículos 145 hechos del personaje histórico, modelo del protagonista de la novela, despertó el interés de los nicaragüenses de los años treinta. La novela presenta muchos planos y numerosos personajes, algunos de la época y otros de nuestros días que nada tuvieron que ver con la vida ni con los crímenes cometidos por Oliverio Castañeda, pero que el autor los introduce en la obra con sus nombres verdaderos. La maestría del novelista radica no solo en la capacidad de romper diacronía y sincronía, sino también en articular de tal forma la trayectoria de los hechos con el efecto anecdótico. Es admirable observar la capacidad imaginativa y creativa de los personajes, así como el lenguaje tan preciso, tan plástico y tan dinámico que el lector devora las páginas y percibe los hechos como si estuviera viendo una animación en serie. Ramírez Mercado inicia, en los años noventa, una fase más intensa y brillante de su producción creativa: era de esperarse, ¡cuánto tiempo le quitó el político al escritor! ¡Cuánto tiempo ganó Vargas Llosa perdiendo las elecciones frente a Fujimori! ¡Bendita contradicción que nos devolvió al productor de cultura a cambio de privarnos de un gobernante que pudo caer en la tentación de ser un ocioso y odiado dictador! Obras representativas de la década de los noventa son Confesión de amor (testimonio), Tálasa, Madrid, 1992; Clave de sol (cuentos), Cal y arena, México, 1992; Un baile de máscaras (novela), Alfaguara, México, 1995; Margarita, está linda la mar (novela), Alfaguara, Madrid, 1998; y Adiós muchachos (memoria de la revolución sandinista), Aguilar, México, 1999. Si de Castigo divino dijo Tomás Eloy Martínez que era una epopeya de la conciencia, de Margarita, está linda la mar, premio Alfaguara de 1998, Rafael Azcona dijo, en Madrid: “…cincuenta años 146 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 de historia latinoamericana narrados en un doble plano temporal, donde todo encaja con la implacable precisión de un aparato de relojería”; Milo J. Krmpotic dijo en la revista Qué leer: “Margarita, está linda la mar tiene categoría de gran novela, de las grandes de verdad”; y Antonio Perdomo dijo en el diario Canarias 7: “…Sergio Ramírez crea una obra que, por pura dilación histórica, es tributaria de las grandes novelas hispanoamericanas”. Así, pues, se cerró el siglo XX dejando en el habet de las letras españolas la consagración de un maestro; paisano de Rubén Darío, Salomón de la Selva, Pablo Antonio Cuadra, Ernesto Cardenal..., pero no poeta como ellos, sino maestro en el arte de fabular, narrar testimonios y crear odiseas y hasta Mentiras verdaderas… Inicia el siglo XXI y pasa la primera década, el nicaragüense Sergio Ramírez nos presenta Catalina y Ca talina, Alfaguara, México y Madrid, 2001; Sombras nada más, Madrid, 2002; Mil y una muertes, Alfaguara, Madrid, 2005; El reino animal, Alfaguara, Madrid, 2007; Tambor olvidado, Aguilar, San José, 2007; El cielo llora por mí, Alfaguara, México, 2008; La fugitiva, Alfaguara, Madrid, 2011. En este nuevo milenio, las publicaciones de Ramírez Mercado se intensifican. Nuevos y contemporáneos temas son abordados en sus obras: la droga, el narcotráfico y la investigación policial. En El cielo llora por mí se analizan estos problemas sociales presentes en la humanidad de nuestros días. Otra manifestación que ha aflorado dentro de la sociedad actual es la libre opción sexual y, particularmente, el de la transgresión de lo normado por la cultura. Amanda Solano, protagonista de La fugitiva, es quien elige a los hombres que desea y no la elegida por los hombres. Las obras de Ramírez Mercado rebasan el medio centenar. Su último libro Flores oscuras, Ensayos y artículos 147 publicado este año por Alfaguara ya fue presentado por el autor en Madrid, Buenos Aires, México y Managua. 2. Universalidad de su obra La obra de Sergio Ramírez Mercado es universal, no porque haya sido publicada en España (12 obras), México (11 obras), Nicaragua (7 obras), Costa Rica (4 obras), Venezuela (3 obras), Guatemala (2 obras), Puerto Rico (2 obras), El Salvador (1 obra) y Argentina (1 obra); tampoco es universal por haber recibido el comentario positivo de consagrados maestros como Carlos Fuentes, Tomás Eloy Martínez, Ernesto Cardenal, Julio Cortázar o Mario Benedetti…, ni por haber recibido significativos premios como el latinoamericano de la revista Imagen, el internacional Dashiell Hammett, la orden Carlos Fonseca, el Caballero de las Artes y de las Letras, el internacional Alfaguara, el Laure Bataillon, el José María Arguedas; el Metrópolis Azul de Montreal, Canadá; la medalla presidencial Pablo Neruda de Chile; el premio José Donoso de Chile; la obra de Ramírez Mercado es universal porque presenta creativamente los problemas, conflictos y pasiones del ser humano de todas las culturas y de todas las latitudes. Bajo distintos géneros: el ensayo, el cuento, la novela, el testimonio, el artículo periodístico —en alguno de estos, como es el caso de la novela, se hace gala de subgéneros como la carta, la crónica, la poesía, el informe y otros textos técnicos del campo de la medicina y del derecho—. El autor observa al hombre y a la mujer con sus hábitos, vicios y virtudes. Ramírez Mercado examina la debilidad humana, no la grandeza de los héroes ni la virtud de los santos capaces de conseguir milagros. Sus personajes son hombres y mujeres de estas tierras, algunos 148 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 de ellos tienen sus modelos en personajes históricos; pero todo lo que dice, a través de sus personajes, despierta la empatía del lector porque existe una dosis equilibrada de humor que da sabor al escrito, como la sal a los alimentos o el azúcar a la bebida. Este escritor nicaragüense debe su gran éxito a muchos factores: los tópicos abordados, la documentación utilizada, los personajes que interactúan, el estilo de su prosa, la capacidad de influir en los estados anímicos del lector… Así, el autor aborda los temas universales: el amor, capaz de desencadenar la virtud y las pasiones; el poder por el cual muchos de los políticos latinoamericanos pierden la razón y se creen imprescindibles e insustituibles —los dictadores son especialistas en crear aduladores y personajes despreciables que alimentan el poder del tirano—; no omite el autor considerar la problemática de la mujer emancipada ni la libre elección sexual en uno y otro género. En su obra también encontramos el planteamiento de la violencia generada, particularmente, por el narcotráfico y la situación de injusticia en amplios sectores sociales; el deporte que, con sus sublimes momentos de suspenso, contagia a las multitudes en los estadios y a quienes están más allá de estos, observando el desarrollo de un partido en el propio hogar, en plazas o restaurantes. Ramírez Mercado escribe sobre beisbol y boxeo, los dos deportes que hacen vibrar el corazón de los nicaragüenses. La documentación que utiliza Ramírez Mercado es, particularmente, prolija. Así cuando habla en La fugitiva del cementerio en que fue enterrada Amanda Solano, reproduce los rostros, los gestos, las palabras, los utensilios de los sepultureros, describe los estilos y detalles de las bóvedas, la cantidad de ángeles sobre estas y los incontables instrumentos que ejecutan estos pequeños seres alados para asegurar Ensayos y artículos 149 el gozo y tranquilidad de aquellos que se han “desnacido”. Hábil en recrear ciudades y lugares que el tiempo ha transformado, Ramírez Mercado recurre a los periódicos, revistas y costumbres de la época que describe y siempre consigue ambientes exactos y pertinentes. La gran mayoría de los personajes principales de sus obras están basados en un modelo histórico. Tal es el caso de Amanda Solano, en La fugitiva; Alirio Martinica, en Sombras nada más; el inspector Dolores Morales y el subinspector Bert Dixon, en El cielo llora por mí. Incluso, algunos de ellos aparecen en sus novelas con el nombre verdadero, como Oliverio Castañeda, en Castigo divino. Muchos de los personajes secundarios suelen ser personajes de la vida real. El autor describe sus retratos y adecua el lenguaje al papel de cada uno. Todo lo que el autor dice lo dice a través de sus personajes y eso facilita no solo la conexión del lector con lo narrado, sino la participación del lector en la narración. La prosa de Sergio Ramírez es plástica, vivaz, comprensible, atractiva y atrayente. Posee una fluidez natural y mezcla hábilmente vocablos cultos con términos del lenguaje diferencial de un país o de una región. El humor y la ironía, a la vez que iluminan y dan gracia al texto, lo eximen de explicaciones innecesarias. A veces, el estribillo de una canción parece ser el fondo ideal de un texto que nos llena de ilusión, fortaleza, nostalgia, rubor, descontento y otros estados anímicos. 3. Magisterio El magisterio de Sergio Ramírez Mercado no se asegura solo con la docencia que hace desde la cátedra universitaria o desde el taller literario a un grupo de jóvenes, desde la página de un periódico ni tampoco desde la página 150 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 electrónica del blog o desde las redes sociales Facebook o Twitter. Su magisterio está dado por su obra, particularmente, por su novedad y calidad. La obra de Ramírez Mercado representa a una región, la mesoamericana. Por esto, no es extraño que escenarios de sus obras sean ciudades de Nicaragua, Costa Rica, México o Guatemala. Sergio Ramírez, a través de su prosa, lidera a escritores de su generación y de generaciones posteriores en el área centroamericana. ¿Por qué Ramírez Mercado es novedoso y seguido por muchos? Es un autor consistente y consecuente. Aunque ya hemos señalado que su documentación es prolija, habría que añadir que no solo se goza con la lectura de su prosa, sino que el lector aprende con mucha facilidad sobre política, economía o sobre el medioambiente, sin necesidad de ir a tratados complejos y miopes y no solo eso, la versatilidad de este escritor ofrece un abanico de temas y recursos para públicos de diferentes edades, gustos e intereses. Ramírez Mercado es un autor actualizado y renovador, ambas dotes le permiten estar bien informado de la sensibilidad de los lectores y, a la vez, estar cerca de estos a través de los poderosos medios de la comunicación masiva. Poder interactuar con su público desde las páginas del periódico, de la televisión y desde las redes sociales virtuales, como él lo hace, permite que su magisterio se sustente y se aumente por la vía directa. Por su obra, diversa y meritoria, por sus cualidades humanas y actitudes consecuentes, por su fe en el ser humano y en el futuro de este, por su capacidad creativa y creadora, por su lucha contra los poderes dictatoriales y totalitarios, por su creencia en la razón y en la distribución justa de los recursos, Ramírez Mercado merece el elogio cívico y el reconocimiento de las instituciones. Ensayos y artículos 151 METAPA, OLOMINAPA Y EL NACIMIENTO DE RUBÉN Eddy Kühl Aráuz Metapa (“lugar de piedras de moler”) fue poblado en 1623 por el misionero mercedario español fray García de Loysa con indios sacados de las montañas. Loysa escogió este bonito paraje con melodioso nombre en lengua populuca-matagalpa para ubicar a indígenas de la región llamada Taboabaca, convertidos por fray Juan de Alburquerque en 1608, al este del actual pueblo de Muy Muy, a orillas del río Ucumulali (río Grande). Este río pasaba a orillas de este poblado de Metapa, y en épocas terciaras desembocaba en el Pacífico, mas fuerzas catalíticas levantaron la muralla llamada Totumbla, obligando al poderoso río desviar su curso en 180 grados, ahora hacia el mar Caribe. De Loysa dedicó dicho pueblo al fundador de su iglesia llamándolo San Pedro de Metapa. En abril de 1752 Metapa fue visitado por el obispo fray Agustín Morel de Santa Cruz, quien encontró un pueblo organizado de españoles, ladinos e indios, con 120 casas, “de clima templado y aguas suaves” y una iglesia de tres naves con techo de tejas. En su jurisdicción había 59 haciendas de ganado, 66 trapiches y gran número de chacras. Metapa se ubica en las faldas orientales de la sierra Totumbla con su elevado pico de nombre Güisisil. Desde la cima del Güisisil se abarca una vista magnífica de la región del Pacífico de Nicaragua. Desde allí se divisa el 152 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 volcán San Cristóbal y el Cosigüina, pretérita tierra de los chondales o matagalpas. También, se divisa la cordillera volcánica de los Maribios y al suroeste, la meseta de la Manquesa, tierra de los mangues-chorotegas, hasta el volcán Concepción en tierra de los nahuas. El pueblo de Metapa (Ciudad Darío desde 1920) se encuentra a 22 leguas de León y a 9 leguas de Matagalpa; tiene una altitud de 433 metros sobre el nivel del mar, lo que hace que la temperatura media sea de 26.6 °C. La población actual es de 42 000 habitantes, en su mayoría rural. A cinco leguas al sureste de Metapa eligió Josefa Sarmiento instalar su puesto de comercio en un sitio llamado Olominapa, nombre indígena formado por las palabras “Olomín”, una especie de pescado —lo dice fray Fernando de Espino, primer nicaragüense que escribió un libro, en 1667—, “apa” significa “peñón” en lengua indígena matagalpa. A esos pescados ahora les llaman “gulominas”. A 28 leguas de la ciudad de León, Metapa había sido hasta 1858 parte del departamento de Segovia, pero desde ese año se constituyó en municipio del departamento de Matagalpa, dependiendo siempre eclesiásticamente de la Diócesis de León. Camino de León a Metapa y Olominapa El camino de las carretas de comercio de Josefa Sarmiento pasaba entre los volcanes Rota y Cerro Negro; luego por los poblados Las Pilas, Malpaisillo, Calle Real de Tolapa, Zarzas, Junquillo; cruzaban el río Sinecapa llegando al Madroñal, San Antonio y El Jicaral. Aquí hacían “sesteo”. El gancho de camino, el de la izquierda, se Ensayos y artículos 153 dirigía a Sébaco, y el de la derecha conducía a Metapa. Para llegar a este pueblo se tomaba un camino más angosto que iba rumbo “este franco” pasando por El Rodeo y Tierra Blanca. Aquí terminaba el departamento de León y comenzaba el de Matagalpa. Las carretas subían cuestas que las llevaban de los 200 metros a los 430 metros de elevación. Al sur se aprecian los hermosos picos de la sierra de Totumbla (sierra de los alfareros en lengua lencamatagalpa) con su pico Güisisil (cerro de los güises), y pasando por El Barco llegaban a Metapa. En este pueblo, Rosa Sarmiento tuvo los dolores y en cuestión de horas le sobrevino el parto. De parte del mismo Rubén se tiene las siguientes menciones de su nacimiento en Metapa. Una, en su discurso en el Teatro Municipal de León, el 22 de diciembre de 1907, en ocasión de su retorno a su patria después de quince años de ausencia: “Yo vine en un momento en que era precisa mi intervención en el porvenir del pensamiento español en América. Yo soy un instrumento del supremo destino; y bien pude haber nacido en Madrid, corte de los Alfonsos; en Buenos Aires, tierra de Mitre; en Bogotá o en Caracas, el que nació en la humilde Metapa”. Otra mención en su Autobiografía, dictada en Buenos Aires, en 1912: “El matrimonio de Manuel García, diré mejor de Manuel Darío —y de Rosa Sarmiento— fue un matrimonio de conveniencia, hecho por la familia. Así, no es de extrañar que a los ocho meses más o menos de aquella unión forzada y sin afecto viniese la separación. Un mes después nacía yo en un pueblecito, o más bien aldea, de la provincia, o, como allá se dice, departamento de la Nueva Segovia, llamado Chocoyos y hoy Metapa”. Con el transcurso del tiempo, Rubén confunde la antigua jurisdicción de Segovia, con la nueva de Matagalpa 154 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 desde 1858. Acerca del nombre “Chocoyos”, nunca fue nombre oficial del pueblo, sino un apodo muy generalizado. Cuarentena en Olominapa Pero aquí viene la novedad, pues dos de los autores que más conocen de su origen, Edgardo Buitrago y José Jirón Terán, mencionan que Josefa llevaba a su sobrina Rosa a dar a luz en su casa en el vallecito de Olominapa, para cuidar al niño y a Rosa con más tranquilidad que en León. Siendo norteño, me llamó la atención ese dato, y averigüé dónde queda Olominapa; visité ese vallecito, hablé con sus habitantes y encontré que algunos conservan la tradición de que Rubén pasó allí sus primeros días. La mención de Olominapa figura en el ensayo del doctor Edgardo Buitrago “La casa de Rubén Darío”. Acerca del drama del matrimonio de Manuel García y Rosa Sarmiento, Buitrago escribe: “Con lo que no resulta nada extraño que, en una mañanita de diciembre, la futura madre acongojada marcha con su tía Josefa, hacia el valle de Olominapa (adelante del pueblo de Metapa, en donde Josefa había establecido un pequeño negocio)”. El dariísta Jorge Eduardo Arellano escribe: “A los nueve meses y siete días —el 18 de enero de 1867— nacía el primogénito en Metapa, poblado de la zona central del país correspondiente hoy al departamento de Matagalpa. ¿Su nombre? Félix Rubén García Sarmiento. La madre, decidiendo huir de su cónyuge en compañía de su tía Josefa, había tomado el viejo camino carretero de Las Segovias hacia el valle de Olominapa, en donde la mencionada tía era dueña de un pequeño negocio. Mas la gravidez de Rosa, no permitiéndole avanzar, la obligó a dar a luz en la pobrísima vivienda de Cornelio Mendoza, Ensayos y artículos 155 amigo de la familia”. (“La trágica vida de Rosa Sarmiento”, El Nuevo Diario, 5 febrero de 2011). Al respecto el también dariísta Carlos Tünnermann nos dice: “Aunque don Edelberto Torres afirma que el destino del viaje de Rosa Sarmiento con su tía Josefa Sarmiento era Metapa, existe el testimonio de María Ester y Rosario Inocentes Mendoza, que yo incorporé a mi libro Darío Siempre (Hispamer) que el tren de mulas y carretas en que iba doña Rosa Sarmiento se dirigía a un lugar, adelante de Metapa, cuyo nombre no menciona, donde doña Josefa Sarmiento tenía su negocio de abarrotes y pulpería. Podría ser el valle de Olominapa. Parió en Metapa porque le agarraron los dolores del parto” (CTB, correspondencia electrónica con este autor el 13 de enero de 2013). El estudioso dariano Alfredo Barquero dice: “Josefa Sarmiento fue propietaria de un modesto negocio de ropa y abarrotes en la localidad de Olominapa, ubicado a unos veinte kilómetros hacia el sureste de Chocoyos… Ocho meses después de celebrado el matrimonio y en avanzado estado de embarazo… Rosa Sarmiento parte hacia el caserío de Olominapa en compañía de su tía Josefa Sarmiento” (Alfredo Barquero Brockmann, folleto de su conferencia en Matagalpa el 20 de septiembre de 2011: “Vida, pasión y muerte de Rubén Darío”, pp. 4.5). Otro dato significativo es que en Metapa, desde que nació el niño, su madre Rosa empezó a llamarlo con el nombre “Rubén”, es decir lo llamaba Rubén en Olominapa antes de ser recogido por su tío político don Félix Ramírez. No fue sino hasta su bautizo, mes y medio después, en la ciudad de León, el 3 de marzo, que lo nombraron Félix Rubén. El investigador Jaime Íncer Barquero, en su crónica “El viaje figurado de Rubén”, imagina a don Félix, acompañado 156 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 por el indio Goyo y dos sirvientes más, a cargo de una recua de mulas con mercancías que el coronel Ramírez llevaba consignadas a Sébaco, y luego de entregarla bajaron a Metapa (más bien a Olominapa) a recoger a Rosa y al recién nacido para llevarlos a León. Por su parte, el dariísta José Jirón Terán refiere que doña Bernarda Sarmiento envió suministros para ayudar al parto de Rosa Sarmiento con el sirviente de un señor Altamirano de Matagalpa, que viajaría desde León a Matagalpa pasando por Metapa y Olominapa. En mi criterio ese señor debió ser Perfecto Altamirano, hombre importante en Matagalpa, quien había sido jefe de Armas de Matagalpa durante la guerra nacional y luego fue prefecto del departamento. Tenía fincas, una mina de oro por San Ramón y hacía comercio con León. Lo cita Froebel y el historiador Jerónimo Pérez. En los archivos de la catedral de Matagalpa aparece como padrino de bautismo en 1860 y 1865. Perfecto Altamirano era amigo de mi bisabuelo Matías Baldizón Morales, ambos habían sido prefectos del departamento de Matagalpa. Nacimiento de Rubén Darío El alumbramiento de la madre de Darío se realizó en casa de Cornelia Mendoza (casa-cuna actual) y fue atendido por la partera Agatona Ruiz de Gutiérrez, originaria de la sierra de Totumbla. Pudo haber ocurrido que la parturienta tuviera un feto de gran tamaño y fuese necesario, según la costumbre, colgar una cuerda de la solera para que aquella se sujetara mientras expulsaba la criatura; mientras tanto, la partera tomaba un trago de cususa, entre puje y puje para reanimarse. Posteriormente le daban a la parturienta mistela, que según el DEN (Diccionario del español de Nicaragua), es un cocimiento hecho de Ensayos y artículos 157 manzanilla, clavo de olor, pimienta de chapa, miel de jicote, canela, café y guarón, que servía para desinflamar el vientre; al recién nacido se le aplicaba en el ombligo camíbar, aceite de brea de árbol, curativo, con propiedades cicatrizantes y de olor penetrante, que servía para que al recién nacido no le diera moto o tétano. Según me ha referido la doctora Juana Méndez, quien nació en una comarca cercana a Metapa que, por ser ella muy grande, su madre usó la cuerda y por eso le decía que esa era la forma de parto que debió sufrir doña Rosa Sarmiento. Ocho días después del nacimiento de Darío, el 25 de enero, la parturienta y su tía Josefa siguieron camino hacia Olominapa, donde los recogió el 26 de febrero su tío político el coronel Félix Ramírez Madregil, para llevar a Rosa y al niño a León. Allí lo bautizaron el 3 de marzo de 1867. Además de la cita de Olominapa por Buitrago, pensamos por lógica que si Josefa andaba en cosas de comercio debió llevar al menos dos carretas: una ocupó para llevar a Rosa con ella (almohadas, colchas, petates, porras de comida) y la otra para sus artículos de comercio (telas, agujas, sal, trastos, etc.). Al atrasarse en Metapa por el parto, una de las carretas debió seguir camino a Olominapa y la otra debió esperar para proseguir después del parto. A los ocho días de un parto normal acostumbraban las mujeres salir de sus casas. Así, ellas debieron proseguir a su destino en Olominapa, que estaba a tres horas de carreta. Allí pudieron las dos mujeres y el niño descansar por 30 días antes de ser recogidos por el tío político quien, según José Jirón, también hacía comercio con Matagalpa. Don Félix los habrá llevado a León, saliendo de Olominapa. Esta vez viajaban en mula, Rosa en montura “galápagos” (asiento de lado) y Rubén, de cuarenta días, en 158 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 un canasto con su tío Félix. Les tomaría máximo dos días llegar a León, o sea el 28 febrero. Luego tendrían tres días para preparar el bautismo. Esta familia quería bautizarlo pronto y debieron tener contacto con la Iglesia, con el padre Ocón tenían, pues, las puertas abiertas. ¿Dónde está Olominapa? El poeta metapeño Marcos Antonio Orozco me dio indicaciones de cómo llegar al sitio. Olominapa es un pequeño caserío ubicado adelante de Puertas Viejas, en el límite entre los municipios de Darío y Tipitapa, al costado este de la carretera Panamericana cuando se va hacia Managua. Está a un kilómetro y medio a orillas del camino que va a Ispangual. La entrada está en El Madroño, kilómetro 44 y ½, por donde venden artesanías hechas de bejucos de madera. Conclusión Este niño, nacido en la humilde Metapa, dio gloria a Nicaragua. A pesar de sus cortos 49 años de vida, vivió y viajó por el mundo occidental dejando obras y amigos en treinta países: Centroamérica y Panamá, México, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Cuba, España, Francia, Bélgica, Holanda, Italia, Alemania, Austria, Hungría, Inglaterra, Argelia, Canadá y Estados Unidos. A su regreso definitivo de Europa, realizó una campaña tratando de salvar al mundo de una guerra y vino a morir en su patria, en León de Nicaragua, el 6 de febrero de 1916. Ensayos y artículos 159 El valor de la x en la lengua española Hilda Baltodano Reyes La x es la vigésimo quinta letra del moderno alfabeto español.1 Proviene de la letra “xi” (ξ) del alfabeto griego, ha representado los sonidos /k+s/ desde su inclusión en el alfabeto latino —y no de “ji” (χ) que se transformó en /k+h/ pronunciándose como la moderna j española—. Se adecuó su nombre a “ix”, porque no existía el sonido doble al inicio de palabra en latín; su denominación, ahora, “equis” es una posible adaptación de los sonidos que caracteriza más la combinación de las vocales respectivas.2 Esta grafía posee una simbología muy valiosa. Es el popular signo de lo incógnito, misterioso y secreto en expresiones como X persona, factor X, rayos X3 o sala X4. Se cree que esta significación es por influencia del árabe, en este s de sai significaba cualquier cosa desconocida y se transformó en el castellano antiguo en x, que entonces caracterizaba un sonido similar,5 el del fonema sibilante __________________________ 1. Real Academia Española y Asociación de Academias de la lengua española (2010). Ortografía de la lengua española. España: Espasa Libros, p. 63. 2. Id., p. 68. 3. Wilhelm Röntgen descubrió los rayos X en 1895 y los nombró así porque desconocía la naturaleza de estas ondas electromagnéticas; a pesar de los posteriores descubrimientos conservó el mismo nombre. 4. Cine en el que se presentan películas pornográficas (DRAE). 5. Etimología de la letra x en etimologías.dechile.net/?x, consultado el 5 de junio de 2013. 160 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 prepalatal fricativo sordo parecido al de la sh inglesa o ch francesa. También la x es la conocida representación del diez en numeración romana y en este caso, según la Ortogra fía (2010), debe emplearse en mayúscula “X” —solo se empleaban mayúsculas al inicio en el alfabeto latino—, especialmente en los nombres propios: X Simposio y Alfonso X; se convierten en excepciones de esta regla el uso de los “romanitos”6 en numeración de apartados o elementos de una lista y el uso de versalita por razones tipográficas. Otro empleo importante, especialmente para los estudios lingüísticos, se encuentra en el Alfabeto Fonético Internacional (AFI), en el que la x caracteriza el sonido del fonema fricativo velar sordo /x/, equivalente al de la “j” en ja, jo, ju y “g” en ge, gi del español actual. Se debe considerar, además, otras aplicaciones tradicionales para la x como el notable uso para marcar la casilla de un formulario, una firma de alguien que no sabe escribir, un lugar determinado en un mapa o escrito e incluso la temida respuesta incorrecta en la valoración que realiza un maestro en el examen de un alumno. Pero la evolución que ha tenido la x es la respuesta al interesante y, aún más, complejo valor que tiene en la lengua española; especialmente, cuando se analiza desde los enfoques léxicos, fonéticos y ortográficos, expresados ya sea en la escritura de un representativo vocabulario indígena o en la variada pronunciación de esta grafía. En cuanto al léxico generalizado que se escribe con x inicial, el Diccionario de la Real Academia Española __________________________ 6. Números romanos en minúscula. Ensayos y artículos 161 registra pocos vocablos, los cuales son de origen griego, entre los que se describen los cultismos derivados de xeno- ‘extranjero’: xenofobia y xenófobo, relacionados con el odio hacia los extranjeros, xenoglosia que es lenguaje inteligible y don de lenguas; xero- ‘seco’ o ‘árido’: xerófilo y xerófito, relacionados con las plantas que se adaptan a climas secos, xeroftalmia, que es la sequedad en los ojos y xerografía, más conocida como fotocopia; también se encuentran de xilo- ‘madera’: xilórgano, instrumento musical de madera y el más pintoresco, xilófono, presente en los abecedarios infantiles ilustrados.7 Sin embargo, existe una cuantiosa cantidad de vocablos con el empleo de la x dentro de los mismos, especialmente si se reconoce la productividad del prefijo ex-, ‘fuera’ y ‘privación’, en exesposo y exánime; extra-, ‘fuera de’, en extraterrestre; maxi-, ‘muy grande’, maxifalda; flex-, ‘curvatura’ en flexible; sex-, en ‘sexo’; tax-, ‘ordenación’, en taxi y sintaxis, etc…8 Pero existe una gran riqueza de términos que se escriben con x inicial y está registrada en el Diccionario de americanismos. Son 170 lemas, la mayor parte de ellos proviene de las lenguas indígenas maya y náhuatl. Se pueden identificar lemas adaptados al español como xaca (del maya xac) y significa canasta y metafóricamente, vulva; xalnene (del náhuatl) que es arena volcánica negra, y xiote (del náhuatl xiotl), enfermedad; también se distinguen voces no adaptadas como xaan (del maya yucateco) que es una planta de la que se extrae una fibra para hacer escobas y sombreros, y xconclé (voz maya) __________________________ 7. Diccionario de la Real Academia Española, en lema.rae.es, consultado el 6 de junio de 2013. 8. Ortografía de la lengua española, p. 156. 162 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 que es el conocido guarumo, cuya madera se emplea para las artesanías.9 El Diccionario del español de Nicaragua señala, además, en la letra x, 4 términos de origen indígena como xalteva, indígena de la esa comunidad; xilonem, diosa del maíz; xochitl, flor natural; y xulo, perro precolombino apreciado por su carne.10 Las toponimias en Nicaragua y otras regiones son parte del patrimonio lingüístico que dejaron los indígenas con palabras que inician con x, así se reconocen en este país Xalteva, poblado de Granada, significa “en la piedra arenosa”;11 Xiloá, laguna-cráter en la península de Chiltepe en Managua, significa “agua de los chilotes” (según Valle) o “laguna de Xilonem” (según Dávila Bolaños); y Xolotlán, nombre del lago de Managua, este era un personaje mítico con cara de perro, gemelo de Quetzalcoalt.12 Pero se debe tomar en cuenta que gran parte este léxico se escribe con x pero se pronuncia no solo como /k+s/ sino como /j/, /s/ y /sh/. Esta es una de las mayores interrogantes actuales sobre la letra x, incluso para los mismos hablantes del español: la pronunciación múltiple que presenta esta grafía, particularmente, en vocablos de origen indígena. __________________________ 9. Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Dic cionario de americanismos. Madrid: Santillana. 10.Francisco Arellano Oviedo. Diccionario del español de Nicara gua. Managua: PAVSA. 2007. 11. Rafael Urtecho. “Raíces náhuatl en el idioma nicaragüense” en Revista Conservadora, sn., en bibliotecageneral.enriquebolanos. org/coleccion_RC/714.pdf, consultado el 6 de junio de 2013. 12.Jaime Íncer. Toponimias indígenas de Nicaragua. San José: Asociación Libro Libre, 1985, p. 427. Ensayos y artículos 163 Esto es debido a las transformaciones que ha tenido la x y las modificaciones de su uso en los diferentes períodos históricos. En un inicio, al integrarse al alfabeto latino, la x solo tenía el valor /k+s/; pero fue evolucionando constantemente. Una síntesis de este desarrollo es que “en el castellano medieval la /k/ implosiva vocaliza en [i] y palatiza la /s/ dando lugar al nuevo fonema [∫] —equivalente a sh inglesa o ch francesa—, que se seguirá representando con la misma letra -x- durante siglos a pesar de su diferente valor. A finales del siglo XV o comienzo del siguiente, /∫/ (…) se velarizó y dio lugar al actual fonema /x/ escrito g, j: MATAXA > /mataisa/ > madexa > madeja ANNEXU > /anéisu/ > anexo > anejo, junto al cultismo anexo”.13 A partir del siglo XVI, entonces ya la x tenía diferentes valores fónicos que se prestaban a diversas confusiones; estos fueron restringido al inicial de /k+s/ en 1815; de esta manera, todos los términos escritos con x en representación de /j/ pasaron a escribirse con j: exemplo > ejemplo. En la Colonia, los españoles transcribieron con x el fonema /sh/, característico de las lenguas indígenas; pero este experimentó la misma evolución hasta /j/. Puntualizando en la vacilación sobre la pronunciación de la letra x, la nueva Ortografía de la lengua espa ñola expone claramente los valores fónicos de esta grafía, dependiendo de su lugar en el vocablo. Así, la x, en posición intervocálica, posición final de sílaba (seguida de consonante) y final de palabra constituye los fonemas /k+s/, como examen [eksámen], mixto [míksto] y relax __________________________ 13.María Torrens Álvarez. Evolución e historia de la lengua espa ñola. Madrid: Arcos Libros, 2007, p. 66. 164 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 [rreláks]; aunque en España es frecuente pronunciar relajada la x en el segundo caso [místo]. En cuanto a la posición inicial de palabra representa el fonema /s/ como xenofobia [senofóbia], esto es debido a que en el español esta articulación doble no es natural al inicio. En algunos nombres arcaicos o de procedencia indígena la x conserva el valor del fonema /j/ o el de /sh/ que poseía en el español medieval,14 como en los antropónimos Ximena (Jimena), Xavier (Javier) o Xalteva (Jalteva). Mántica, en los estudios que ha realizado sobre el habla nicaragüense, aclara sobre este aspecto lo siguiente: “La X inicial se convierte en j o ch: Xicotl-jicote, Xipalli-jipato, Xaltepan-Jalteva, Xima-chimar, Xilotl-chilote; dándose el caso de que una raíz dé origen a ambas formas, como Xocotl-agrio, del que se derivan jocote y choco. Excepciones: Xolotlán que se pronuncia Solotlán”.15 También Urtecho señala: “la X suena como la S inglesa. Así: Xalli (arena), Xicalli (jícara;) Xolotlán; al españolizarse esa X suena como J. Así: Xalteva (Jalteva) Jilinjoche palabra compuesta por Xilin (Campanilla) y Xochitl (flor); Jocote de Xocotl”. Íncer agrega xulo (sulo); xilonem (silonem); Xalapa (Jalapa): Tierra arenosa; xochitl (sochil): Cinco Flor Dios del Fuego; Xolotlán: Solotlán.16 Entre los términos discutidos por su pronunciación se encuentra México, el cual es [méjiko] y no [méksiko] sin cambiar totalmente su grafía a j, presentándose la doble grafía México/Méjico; aunque realmente al inicio se pronunciaba la x como sh. Sobre este punto, algunos investigadores presentan la vehemente carta de fray Servando Teresa __________________________ 14.Ortografía de la lengua española, pp. 153-157. 15.Carlos Mántica. El habla nicaragüense y otros ensayos. Managua: Hispamer, 1998, p. 38. 16.Rafael Urtecho, Ib. Ensayos y artículos 165 Mier como referencia: “Por eso pronunciaron los españoles México (Méjico), aunque los indios no pronuncian sino México (Mescico) con la letra hebrea scin. Y es un dolor, mexicanos, que italianos, franceses, ingleses y alemanes pronuncien mejor que nosotros el nombre de nuestra patria, pues nadie fuera de nosotros, pronuncia México con letra gutural. En todo caso, paisanos míos, sigamos a escribirlo con x, o para llegar con el tiempo, si la nueva ortografía predomina, a pronunciar como se debe este y los demás términos mexicanos, o para no echar en olvido enteramente una de nuestras mayores glorias. Si, México con x suave como lo pronuncian los indios significa: donde está o es adorado Cristo, y mexicanos es lo mismo que cristianos”.17 Otros topónimos conocidos que también conservan su grafía en x son Oaxaca y Texas. La Ortografía enfatiza que se deben pronunciar [oajáka] y [téjas]. También se conserva en vocablos autóctonos el fonema prepalatal fricativo sordo como mixiote [mishióte]: plato mexicano que consiste en un saquito hecho con carne envuelta en la membrana que recubre la penca del maguey, cocido al vapor.18 Se puede concluir que el valor de la letra x en la lengua española es excepcional, no se limita a la escritura de palabras sino que, además, contiene una apreciable simbología en diferentes áreas como la matemática, lingüística y la práctica, así se determina esta grafía para el diez romano, el fonema fricativo velar sordo, lo misterioso y desconocido y hasta para tachar una respuesta incorrecta. __________________________ 17.Carta de despedida a los mexicanos, en www.biblioteca.org. ar/libros/70879.pdf y es.wikipedia.org/wiki/Toponimia_de_ México, consultados el 6 de junio de 2013. 18.Ortografía de la lengua española, pp. 157-159. 166 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 En cuanto a la escritura, aunque son pocos los términos de uso general que se escriben con x inicial como los cultismos griegos xenofobia, xerófilo y xilófono; en la Conquista fue fundamental su empleo para la trascripción de vocablos indígenas, principalmente de origen náhuatl y maya, así se usa en toponimias como México, Xolotlán o antropónimos como Xochitl y Xilonem. La forma en que se pronuncia esta grafía ha sido una duda muy común entre los usuarios del español, debido a la vacilación entre los sonidos /k+s/, /j/, /sh/ y /s/ que tiene la x, producto de las transformaciones que ha sufrido en diferentes momentos históricos. Sin embargo, la Or tografía de la lengua española (2010) describe una pronunciación de ese signo gráfico: /s/ al inicio de palabra, /k+s/ en final de sílaba seguido de consonante y final de palabra, sh/ en voces indígenas y /j/ en términos que no variaron su grafía a j; sin embargo se debe considerar la variante dialectal que presenta la pronunciación de esta grafía tanto en España como Hispanoamérica. Pero más que una dificultad, tanto el uso gráfico como la pronunciación de la x debe ser, para el usuario, un maravilloso descubrimiento en el que se puede apreciar la historia, costumbres, flora, fauna, paraísos reales, mitología, gastronomía, en fin, todos los posibles aspectos culturales que identifican a los pueblos que han estado unidos por una misma lengua: el español. Ensayos y artículos 167 Semblanza de Franco Peñalba Cara Gilberto Lacayo Bermúdez Franco Peñalba Cara (Anticoli, 1946- Managua, 2013) vivió signado por la gran tradición del arte pictórico, al que se entregó con persistente afán de continuar lo que en el seno familiar inició su padre, Rodrigo Peñalba, maestro generacional de pintores nicaragüenses. Franco, consciente de lo difícil que resulta admirar a los maestros sin imitarlos, resolvió un día desertar de la cámara fotográfica, sin dejar de ser fotógrafo, para refugiarse en el lienzo y los colores, que luego prodigarían una obra original con la que hoy nos habla. Obra en la que encontramos reiteradamente cuerpos humanos, temas paisajísticos, bodegones, cosas que le modelaron para convertirse, con su magisterio, en objetos estéticos, recreados por su ingenio mediante la luz y el cromatismo. Logros de quienes se apropian de lo sustantivo que hay en todo lo que nos rodea, imperceptible para quienes no están poseídos por los demonios del arte. Incursionó en la fotografía, sacó partido del claroscuro, congeló imágenes entrenando su visión para penetrar en lo misterioso de los objetos, lo que posteriormente le permitió dibujar con el color, dar vida y movimiento a esas imágenes que la cámara fotográfica congela. Sabía que en la naturaleza no hay líneas, sino intersecciones de volúmenes. Las superficies eran relieves tratados como fronteras de aquellos, buscaba la sensación de profundidad, para lo que siempre mantenía limpias sus 168 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 puertas de percepción. Sumergido en el placer estético, logró penetrar en la profundidad del espíritu, en búsqueda de todo lo animado que hay en la naturaleza. Para el creador de obras de arte pictóricas, no hay naturaleza muerta, todo recobra vida cuando sublimado por el arte se nos ofrece tal cual es, bello e infinito. Por eso F. Bacon nos dice: Ars est homo additus naturae. Mediante su pensamiento dotado de una pupila educada para ver, se entregó a la comprensión del mundo, para hacerlo comprensible. La obra de Franco nos ofrece una muestra de la riqueza cromática de nuestra flora, la voluptuosidad de las frutas —muchas de ellas tratadas con rasgos femeninos—, árboles floridos posando en la fuga de un camino rural, inundado de luz matutina, donde aún no asoma el paisaje urbano. Abundan en su obra rasgos identificables de nuestra nicaraguanidad, elevados a esa categoría de universalidad mediante la sublime misión que solamente el arte ofrece a los hombres. Fue un pintor capaz de vivir emociones contemplativas y placeres estéticos, de amar y trabajar sus obras hasta la extenuación, vibrando con vitalidad ante cada partogénesis. No le interesó la fama que suele poner en peligro la intimidad del autor con su obra. En ese sentido, Franco fue un solitario a quien le interesó, por encima de todas las miserias humanas y apologías comerciales, su compromiso de esteta, su capacidad de ser hombre fiel a su misión creadora. Por ello, la obra que ha legado a la posteridad luce despojada de todo lo asimilable a lo que se hace por encargo, para decorar salones y satisfacer gustos baladíes de gente brutal. Sabía como Darío que “El arte es el glorioso vencedor”, eso le bastaba. A veces, su hedonismo saturado por tanta belleza contemplativa, la que sabía no era posible asir en su totalidad, le hacía exclamar pidiendo piedad como Cansinos Ensayos y artículos 169 Anssens: “Dios mío, no permitas que haya tanta belleza en este mundo”. Sabía que la belleza inundaba el mundo, por eso decidió ir a su encuentro, a pesar de saber que vivimos en un mundo brutal, indiferente, en una sociedad desdeñosa, huérfana de meditación y contemplación, a la que poco le importan las verdades profundas, los planos trascendentales del ser. Franco prosiguió su propósito con firmeza e inquebrantable honestidad, recorriendo el sendero que sabía le permitiría realizar su misión. Su tenacidad silenciosa lo llevaría al sitio eminente e impoluto, donde sin mecenas de operetas, ni promotores de salas comerciales, lograría realizar su cometido. Su obra, casi ignota y dispersa, entraña la autenticidad de un artista que, lejos de buscar el triunfo, se descubrió en el oficio de pintor. No se expuso al desequilibrio interior producto de cualquier éxito inventado por la publicidad, sabía, al igual que los antiguos, que toda forma de éxito podía desatar la envidia de los dioses. Los hombres somo libres en la superficie, mas no en las esferas de lo más profundo. Su único sentido del éxito habitaba en las profundidades de su anhelo estético, como vehículo para liberarse de tantas banalidades insustantivas en esta edad decadente, de hombres vacíos a quienes ya se les ha extirpado el alma. “Ningún artista tolera lo real”, dice Nietzsche. La creación de obras de arte exige unidad y rechazo del mundo, a pesar de que ningún artista puede prescindir de la realidad, rechaza el mundo por lo que le falta, mas no por lo que a veces es. Camus admite que “el arte debería ofrecernos una última perspectiva sobre el contenido de la rebeldía”. El genio creador rehace el mundo por su cuenta: “Creo cada vez más que no hay que juzgar a Dios por este mundo. Es un estudio de él poco acertado” escribe Van Gogh. La fuerza de crear fue la motivación profunda de Franco. 170 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Antes de ser artista, hay que ser hombre, es el mensaje testamentario que Rodin dejó a las generaciones de artistas que le sucederían. Quienes tuvimos el privilegio de haber gozado de la amistad de esta singular persona podemos afirmar que fue hombre y artista, en el sentido que Rodin refiere. Condujo su vida guiado por el amor, oficio de hijo, esposo, padre, hermano y amigo, con imperturbable firmeza y calidez humana. Lo vimos regar su jardín sumergido en el éxtasis de la creación, hizo suyo “El cántico de las criaturas” del poeta de Asís. Lo vimos aventurar sus dones de hombre sensible ante la vida, en todas las manifestaciones que le fueron ofrecidas. Vivió inmerso en el paisaje de su Nicaragua que tanto amó y cantó en sus obras. Amigo leal de una sola pieza, firme en “el arte de la amistad” como la firmeza de sus obras sobre el lienzo. Fue siempre un amigo dotado de sabia sencillez y franqueza, haciendo de su nombre su atributo característico. Por la calidad de ser que fue Franco, debemos sentir orgullo y alegría, sus hijos, hermanos y amigos que disfrutamos de las virtudes prodigadas en su tránsito por la vida, de esta noble persona que pasó por el mundo para enriquecerlo con el prodigio del color que dejó marcado con su huella imperecedera. Séneca le recordó que Ars longa, vita brevis. Por ello no dio tregua, sabía que el tiempo huye, que somos el río heraclitiano fluyendo sin cesar. Entonces del blanco lienzo, con su ingenio creador y la acumulación de múltiples instantes de vida, debieron surgir los prodigios de coloridas formas que hoy constituyen el otro Franco, el que perdura y sigue hablándonos a través de sus obras pictóricas y fotográficas, las que gracias al milagro del arte lucen vivas. Granada, junio de 2013 IV POESÍA Francisco Pérez Estrada: Antropólogo —con estudios en Argentina, México y España—, indigenista, investigador del folclor nacional y poeta fue Francisco Pérez Estrada, quien nació el 20 de mayo de 1913. Por tanto, en conmemoración de su centenario de nacimiento, publicamos una selección de su poemario Chinaste (Managua, Ediciones Nacionales, 1975) que tuvo tres ediciones. Diez suman los poemas reproducidos, todos ellos marcados por la indagación en el ser nicaragüense. Así, lo sugiere Chinaste: semilla, siembra, cultivo de ese mismo y que no puede ocultar su transfondo indígena, esencia popular y sensiblidad telúrica. Pérez Estrada falleció en Granada el 17 de octubre de 1982 / JEA. Poesía 173 DIEZ POEMAS Francisco Pérez Estrada La llegada de los mexicanos a Nicaragua DESDE Tula venimos. Desde Tula, la de espléndidas pirámides. Desde Tula, donde las manos esculpieron la dureza. Desde Tula, la espléndida, cuyo corazón dijo [en piedra su fe. No fue un sol. No fue una luna. Navegamos muchos soles de hambre, navegamos muchas lunas de sed. La sequía asolaba el Anáhuac. No teníamos agua; no teníamos maíz. Los pájaros morían, caían de las ramas; las flores se tronchaban en los tallos. No había cantos, no había flores. Se pararon las aguas del cielo por la cólera de Tláloc. 174 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Se hundieron las aguas en la tierra. Se secaron las acequias por la cólera de Tláloc. Los sacerdotes echaron suerte al maíz, observaron el vuelo de las aves, las entrañas de diversos animales; los dioses callaban un silencio seco. En vano le ofrendamos a Xilonem mariposas azules, mariposas rojas; los mejores pájaros: chichiltote, cenzontle; libélulas de alas iridiscentes. Ni las lágrimas calientes de las mujeres ni el llano angustiado de los niños ni la tristeza de los guerreros, todo fue en vano. Los dioses ordenaron partir… y partimos. Ahora hemos llegado. “Nican náhuatl: Nicaragua”. “Hasta aquí los nahuas”. Somos toltecas de rostro claro, de recto corazón. Por fin hemos llegado y traemos un canto. Poesía Poronga Manos precolombinas dieron forma a la sed, modelaron el agua primitiva. Fue después de la jícara, fue después del huacal. Las mujeres congregaron el barro en la plaza lo juntaron: barro rojo, como el oriente rojo; barro negro, como el oeste negro; barro blanco, del color del norte; barro amarillo, del color del sur. Recorriendo la sed para buscar la forma. Amasaron el barro, lo redondearon, lo cocieron. La poronga trajo el río a nuestras casas, Recogimos el invierno con guizpal. La virgen quiché Por amor concibió Izquic; por amor y por magia. De un árbol de jícaro, del espíritu de los árboles. Virgen quedó Izquic después que parió a Hunapuh, después que parió a Ixbalanqué. El corazón de Ixquic [1955] 175 176 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 perfumó la cólera de su padre. La creía ramera, su padre, Cuchimaquic; los amigos de su padre: Hun Camé y Vacub Camé; ramera la creían, las gentes de Xibalbá. Ella era una mazorca tierna. Virgen, su corazón virgen. Virgen, su cuerpo virgen. Rosa mística. ¡Castísima! ¡Torre de marfil! ¡Inmaculada! De quién es el hijo que tienes en el vientre, hija mía; y ella contestó: “No tengo hijo, señor padre, aún no he conocido varón”. Cuchumaquic, su padre, no sabía; Hun Camé no sabía ni los de Xibalbá sabían. Nadie sabía. Solo el Corazón del cielo lo sabía. Solo el Espíritu de todas las cosas lo sabía. Los búhos fueron encargados de sacrificarla. Cuatro fueron los que llevaron la jícara, para traer su sangre, para traer su corazón. Pero se condolieron de Ixquic y en vez de su sangre, en vez de su corazón, llevaron la sabia del Árbol rojo de grana. Poesía 177 Cuando los Señores quemaron la sangre de Ixquic, la sangre que llevaron los mensajeros, la que llevaron los búhos, “comenzaron a sentir el olor los de Xibalbá, y sentían muy dulce la fragancia de la sangre”, porque en realidad era virgen Ixquic. [1967] Fray Antonio Margil de Jesús Fray Antonio era veloz. Se trasmitía en árboles: pochote, madroño, guachipilín. Por sus hojas, por sus raíces se trasmitía. Los indios oían sus sandalias en el tronco [de los árboles. Fray Antonio era veloz. Se trasmitía en mineral: basalto, mármol, porcelana. Los indios oían sus sandalias en las piedras, en los cerros las oían. Su amor era velocidad de alabastro. Fray Antonio era veloz. Se trasmitía en alas, en cantos se trasmitía: cenzontle, chichiltote, gorrión. Los indios oían sus sandalias en el canto [de los pájaros. Su amor era velocidad de pájaro. [1968] 178 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El entierro de un pobre Solo, abandonado del calor, con los músculos extinguidos, llegó Manuel Guillén a la comarca. Fue un árbol más en Caña de Castilla. Pulía tomates con la paciencia de los años, daba color a las berenjenas con su puro [innumerable y nadie negó que su barba se convertía en chayote ni que sus dedos sermentosos fuesen antiguas [raíces. Era indefinible como los pobres y generoso como ellos, su muerte fue anónima como él. Lo confesó el padre Argüello, el alcalde dio la caja, lo acompaña el juez de Mesta. Los corazones de los pobres lo acompañaron; los músculos de los pobres cavaron su sepultura que se fue llenando de silencio y de sombra. Estaban alegres los pobres con su triste alegría de guaro. Se burlaron de la tristeza, de la humillación que es la muerte, de ser tan pobres como eran. Poesía 179 Yo, dijo uno, lo hago porque soy cristiano. Yo, dijo otro, porque Dios me ve. Yo comenté: ¡Qué pobres son los pobres! Lo enterramos de noche y en Diriomo, éramos doce, con el muerto. [1949] La María Martínez Era hermana de árboles. Niña, se dormía de sol entre la milpa, cuando volaba pájaros su grito. Un día subió la savia en ella y reventó mujer. Sus pasos olían a madroño, sus pechos llenaron la comarca. Su sexo se oyó en todos los caminos cuando los indios dijeron: está buena, está buena. Las ramas secas se asomaron en renuevos verdes, el día que subió la primavera; los monos cara blanca le tiraban ramitas, cuando iba a traer agua a la vertiente. No duró mucho su verdor, maduró en nueve lunas de barro y de madera. 180 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Fue vientre numeroso. Sus hijos sembraron músculos en Coajtepe, La Fuente, El Guapinol. Ahora, anciana, es solo una pregunta de piedra, de silencio, de sombra. [1954] Nocturno en Granada Nuestra casa duerme en la calle de Morazán del barrio de Cuiscoma. Es la casa modesta de una antigua familia, sin pretensiones, pero sin rebajamientos. Duerme el padre, romántico luchador proletario; —mi madre se convirtió en violeta para la Virgen de Dolores porque era muy sencilla— duerme la vieja tía que enciende las mañanas; las hermanas que bordan las horas en hilo de colores. Mi contemporáneo compañero, el jazminero, sostiene una blanca competencia con los luceros; un gallo canta claridades lunares. Bienestar, alegrías, tristezas, todo lo hemos vivido, sin pretensiones, ni rebajamientos. Poesía 181 Está segura esta casa en su silencio; toda la familia duerme su convicción burguesa, solo yo vigilo una inquietante estrella roja. Matrimonio Llegué a ella, como se llega a casa, habitualmente. La habité sin prisa, como esperando lo conocido, o conociendo lo esperado. Después, nos hemos entregado sin reservas: el gesto, la mirada, el sexo y una esperanza renovada. [Noviembre, 1969] Catalino ¿Qué dirá la montaña, los árboles, las hojas? ¿Qué dirán del hijo de Guayacán Inmaculado, del hermano Níspero Rebelde, del amigo Guachipilín airoso? ¿Qué dirán los senderos de sus pies caminando libertad? 182 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 ¿Qué dirán los cerros de su pecho aspirando justicia? ¿Qué dirán los volcanes de Catalino Cóndor? [Noviembre, 1974] Flor y canto Creí en la eternidad del canto y el viento se llevó tu nombre. Creí en la eternidad de la flor y la sombra se llevó tu rostro. [1971] V DOCUMENTA RUBENDARIANA Rubén Darío Documenta rubendariana 185 DARÍO HACE CIEN AÑOS Carlos Tünnermann Bernheim SI BIEN 1912 fue para Rubén Darío un año apoteósico por los múltiples homenajes y reconocimientos que recibió durante su periplo por Barcelona, Portugal, Brasil, Uruguay y Argentina para promocionar las revistas Mun dial y Elegancias, también fue un año de sensible deterioro en su ya resentida salud. El siguiente, 1913, lo pasó casi todo en París y fue para Darío un año difícil, no solo por sus continuos quebrantos de salud sino también por las cada vez más frecuentes contradicciones con los hermanos Alfredo y Armando Guido, dueños de las revistas de las que Darío era director literario. Sin embargo, el estro poético de Darío lejos de secarse, y pese a los excesos que minaban su salud, mantenía su potencia. Tan es así que durante ese año Darío escribió varios notables poemas que demuestran que su canto no había perdido altura. Baste mencionar “La canción de los osos”, “La Cartuja” y el tan popular “Los motivos del lobo”, poemas que en 2013 cumplen cien años de haber sido escritos. Los hermanos Guido no quedaron satisfechos con los resultados del viaje para promocionar las revistas. Las suscripciones no se incrementaron como ellos esperaban, lo que los llevó a reducir erogaciones y demorar el pago de los honorarios de los colaboradores, causando serios 186 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 problemas a Darío en su condición de director literario. Hasta el sueldo de Darío resultó afectado, todo lo cual enfurecía a Rubén al sentirse reducido a la condición de figura decorativa. “La Canción de los osos” se publica en el n.o 24 (abril de 1913) de la revista Mundial. En este poema, afirma Jaime Torres Bodet “reaparece el artista de Prosas profanas y, por momentos, el poeta de Cantos de vida y esperanza. El metro elegido es de dieciséis sílabas, con pausas de ocho y en ocasiones de cuatro”… “Exhibirse es función de osos –ay, y también de artistas”… “Y el poeta descubre, en los animales que canta, una triste fraternidad con su desventura”. Y es que los hermanos Guido no dejaban en paz a Darío, llevándolo de banquete en banquete para promocionar las revistas, al extremo de organizar banquetes por suscripción, donde cualquier bisoño escritor latinoamericano recién llegado a París podía codearse con el príncipe de la poesía en español. “Los mejores restaurantes de París vieron desfilar la sombra del poeta rodeada de admiradores y explotadores, en marcha triunfal hacia la muerte”, dice su biógrafo Arturo Torres Rioseco. Fastidiado de tanto ajetreo, debilitados su organismo y su ánimo, Rubén acepta en el mes de octubre la invitación de su amigo Juan Sureda para pasar una temporada de descanso en Valldemosa, Mallorca. “Libre de las garras de hechizo de París, escribe el propio Darío, emprendí camino hacia la isla dorada y cordial de Mallorca”, donde el poeta esperaba que la gracia virgiliana del ámbito mallorquín le devolvieran “paz y santidad”. Rubén ansía encontrar en esta nueva visita a Mallorca la serenidad de espíritu y el vigor de su cuerpo que la isla dorada le había proporcionado en 1907. El anfitrión de Rubén en Mallorca habita en el castillo de Valldemosa, Documenta rubendariana 187 construido por el rey Sancho en el siglo XIV, y que luego fue monasterio de los frailes cartujos. El ambiente es propicio para la reflexión y el recogimiento. Rubén inicia la redacción de su novela El oro de Mallorca, donde el protagonista, Benjamín Itaspes, es el propio Rubén quien en actitud confesional desnuda su alma, a tal punto que se trata más bien, como dice Torres Bodet, de una “autobiografía de su conciencia”. Desafortunadamente, la novela quedó inconclusa. Rubén abriga sinceros propósitos de enmienda y pasa días sin consumir alcohol. El catolicismo de su anfitrión Sureda lo mueve a leer La imitación de Cristo; va con frecuencia a misa; se confiesa y hasta viste el hábito de los monjes de San Bruno, que Sureda se ha confeccionado para que le sirva de mortaja. Una fotografía de Rubén, vistiendo el hábito, servirá más tarde de inspiración para el célebre retrato al óleo de Rubén como monje cartujo, de Daniel Vásquez Díaz. Sin embargo, todo era que lo visitara algún amigo para que Rubén volviera a las andadas. Visita el monasterio de la Cartuja y un “aliento místico lo posee”. Es entonces que escribe uno de sus últimos grandes poemas: “La Cartuja”. Admira a los “callados hijos de San Bruno” que mortificaron con las disciplinas y los cilicios la carne mortal… …………………………………………………… ¡Ah! fuera yo de esos que Dios quería, y que Dios quiere cuando así le place… ………………………………………………………….. Y al fauno que hay en mí, darle la ciencia que al Ángel hace estremecer las alas 188 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 por la oración y por la penitencia, poner en fuga a las diablesas malas… Según Edelberto Torres, el gran crítico español Marcelino Menéndez y Pelayo consideró este poema como una verdadera joya poética de la poesía religiosa, aunque no mística. A Valldemosa dedica también un bello poema: Vago con los corderos y con las cabras trepo como un pastor por estos montes de Valldemosa y entre olivares pingües y entre pinos de Alepo diviso el mar azul que el sol baña de rosa. En diciembre de 1913, la revista Mundial publica “Los motivos del lobo”, probablemente escrito en París ese mismo año, antes de su viaje a Mallorca. Es una prueba de que su númen poético mantenía vivo. Será uno de sus poemas más difundidos y declamados. Este hermoso poema, cuyo trasfondo filosófico es la lucha entre el bien y el mal, junto con “La Cartuja”, “La Canción de los osos”, “Valldemosa”, “Pequeño poema de carnaval”, “La Rosa niña” y “Gesta del coso” fueron incorporados más tarde a la primera edición de Canto a la Argentina y otros poemas, que apareció en mayo de 1914. Los últimos días de Rubén en Palma de Mallorca estuvieron marcados por constantes reincidencias alcohólicas, pese a los solícitos cuidados de Juan Sureda y su esposa Pilar Montaner. Los propósitos de enmienda de “La Cartuja” quedaron en eso: meros propósitos. El 26 de diciembre de 1913, Sureda lo rescata de una de sus peores crisis y lo embarca con rumbo a Barcelona, de donde regresará a París para continuar su vida de dificultades y anhelos no cumplidos. Documenta rubendariana 189 Días después de la partida de Rubén, Sureda escribe a Julio Piquet, amigo leal de Darío en París, una carta en la que describe la tragedia del gran poeta: “¡Gran dolor, inmensa pena me causa Rubén! Tantos talentos, tanta excelsa alma enfangados. He podido convencerme hasta la evidencia que cuando mejor juzga, cuando mejor escribe, es cuando se halla lejos del alcohol”. (Managua, enero de 2013). 190 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 DARÍO: EL NOVELISTA QUE INTENTÓ SER Jorge Eduardo Arellano CUATRO INTENTOS de novela emprendió, sin éxito, Rubén Darío en el siglo antepasado. Emelina (1887), perteneciente a su juvenil período chileno, fue la primera y vio la luz en libro, al contrario de las otras tres: Caín, El hombre de Oro y El secreto de Lázaro, desarrolladas durante su fecundo período argentino (1893-98). Pero no pudo acometerlas como lo hubiera deseado, ya que Rubén —en el fondo— albergaba un novelista. Sin embargo, diversas circunstancias literarias y extraliterarias le negaron ese destino. Mayores aproximaciones al género —y logros hasta cierto punto—, constituyeron En la isla de oro (1907) y El oro de Mallorca (1913), como se verá. La autoría de Emelina fue compartida por Darío, recién llegado a Chile de 19 años, con su amigo y periodista Eduardo Poirier (1860-1924). Escrita en julio de 1886 durante diez días, para un certamen del diario La Unión, de Valparaíso, la remitieron firmada con los seudónimos Pílades y Orestes. ¿Quién eligió los pseudónimos? Rubén Darío sin duda —se pregunta y contesta un estudioso nicaragüense.1 Pílades (Darío) era amigo de Orestes (Poirier), hermano de Electra con quien aquel se casó. __________________________ 1. Orlando Cuadra Downing. “Seudónimos nicaragüenses y chilenos en la vida y obra de Rubén Darío”. Revista Conservadora, núm. 14, 1961, p. 7. Documenta rubendariana 191 Pílades —con su ardiente fantasía— y Orestes —con su clara visión y tranquilidad fina— hacían un buen dúo. Emelina no obtuvo el premio, ganado por la novela Dos hermanos, de Enrique del Solar. Tampoco mereció una reseña crítica. Solo dos parrafitos en La Época, de Santiago. Uno firmado por Gil Pérez, seudónimo de José Gregorio Ossa (1860-1897), el 22 de noviembre de 1887, tras dar cuenta de otros libros: “en el prólogo de esta novela sus autores se han encargado de darnos una ligera apreciación de su mérito. Darío nos dice en una carta a su colaborador que Emelina es una novela del género espeluznante de las de la escritora inglesa que se firma Ouida […], una novelita de lectura entretenida que nada enseñará al lector, pero que en nada puede dañarlo”.2 El otro, anónimo y significativo, del 2 de noviembre de 1888, decía: “La vida social moderna palpita y centellea en las páginas de Emelina, constituyendo su mayor atractivo y novedad”. Sus autores recurrían a frecuentes comentarios sobre el desenvolvimiento de la novela, los cuales señalaban lúdicamente la convencionalidad y el anacronismo del género folletinesco. Poirier era experto en la materia, pues había traducido varios folletines ingleses para el diario El Mercurio; sin embargo, reconoció en el prólogo el aporte de Darío: “mi querido amigo, autor de los más bellos capítulos de Emelina”.3 En efecto, el nicaragüense mejoró el núcleo narrativo de Poirier, según Francisco Contreras, editor de la segunda edición de Emelina, treinta __________________________ 2. Citado en Raúl Silva Castro. Rubén Darío a los veinte años. Madrid: Gredos, 1956, pp. 26 y 27. 3. Eduardo Poirier y Rubén Darío. Emelina. Valparaíso: Imprenta y Litografía Universal de Chaigneau y Castro, 1887, p. vii. 192 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 años después, en París.4 Suyos fueron el apellido del protagonista (el joven pobre Marcelino Gavidia, abnegado teniente de la tercera compañía de Bomberos de Valparaíso) y el nombre de la protagonista: Emelina Darlington, hija de un noble inglés; la figura del “pavo real de Venezuela” Antonio Guzmán Blanco —entonces presidente de su país— y la intromisión de un secretario de la Legación de Nicaragua en Bélgica: don Joaquín Ortiz.5 Redactó, al menos, cinco capítulos completos. Raúl Silva Castro los enumera: el I, II, V, VIII y IX de la tercera parte.6 No hay duda de que también los pasajes de ecos parnasianos, alusiones mitológicas, sensualidad y referencia al mármol correspondieron a la pluma de Darío. Un buen ejemplo es el siguiente, cuando el conde francés Ernesto de Vernier (casado con Emelina por dinero), contempla a su joven esposa: Era rubia como una espiga, blanca como la leche, y sus azules ojos parecían dos zafiros medio encerrados en broche de oro. Sus labios frescos y rojos como dos pétalos de clavel pro vocaban al beso, y su casi desnudo seno, que subía y bajaba a impulsos de su respiración, __________________________ 4. Eduardo Poirier y Rubén Darío. Emelina. Novela en colaboración con Eduardo Poirier. Estudio preliminar de Francisco Contreras. París: Agencia Mundial de Librería, 1927, p. xxii. 5. Raúl Silva Castro. Rubén Darío a sus veinte años, op., cit., p. 26. El apellido Gavidia, desconocido en Chile, era el del mejor amigo centroamericano del poeta: Francisco Gavidia (18631955); Emelina, el segundo nombre de Rosario Emelina Murillo (1871-1953), su primer amor apasionado y, a partir del 8 de marzo de 1893, su segunda esposa. 6. Ibid., la mitad del capítulo nueve fue incluido, como ejemplo de la prosa dariana de Emelina, en la antología compilada por Donoso, Armando. 1927. Obras de juventud de Rubén Darío […] Santiago, Chile: Editorial Nascimento, pp. 177-178. Documenta rubendariana 193 parecía el nido de pulido mármol de las dos plateadas tórtolas de Cíteres.7 La imaginaria descripción de París en el capítulo IX (“Tito Matey”) de la segunda parte, asimismo, se le ha atribuido a Rubén. La narración se aligera y el estilo cambia notablemente. La novela exhibe “una lengua rápida, nerviosa, abigarrada, llena de exabruptos y esmaltada en palabras exóticas”.8 He aquí uno de sus párrafos: Las lar gas filas de coches no cesan de pasar en rápida sucesión. Aquí un elegante landó que luce corona ducal, lleva lin dos palmitos; allí una victoria conduce a un banquero, o a un diplomático; y esto se sucede a cada instante; hom bres, mujeres, niños, niñas, de todos tamaños; morenas, rubias, cabellos claros, cabellos oscuros, cabellos canos. Cada mujer es un bello estuche de pedrería. Sin que sea prosaico el símil. Los militares portan vistosos uniformes; los amigos del sport van caballeros en bien aperados bru tos, con el latiguito en la enguantada diestra, mientras el animal caracolea en caprichosas corvetas o trota que se las pela, haciendo sonar el hierro de sus cascos.9 Los personajes son estereotipados: buenos y malos. En un gigantesco incendio de Valparaíso, dos bomberos rescatan de entre las llamas a Emelina y a su dama de compañía Sara Springfield. Emelina había arribado a Valparaíso huyendo de su marido, miembro de la Cofradía del Guante Rojo, banda de criminales y ladrones. Al final, su consorte Ernesto de Duvernier pierde la vida en __________________________ 7. Citado en Ramón Luis Acevedo. La novela centroamericana. Desde el Popol Vuh hasta los umbrales de la novela actual. Río Piedras, Puerto Rico: Editorial Universitaria, 1998, p. 186. 8. Raúl Silva Castro. op., cit., p. 26. 9. Transcrito por Francisco Contreras. “Rubén Darío y su primera novela”, en Emelina, 1927, p. xxvi. 194 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 un duelo, celebrado en Bruselas, con José María Vergara, compañero bomberil de Gavidia y pretendiente de Sara Springfield. En consecuencia, Emelina Darington y Marcelino Gavidia contraen matrimonio. Lo mismo hacen José María y Sara. Pese a su carácter puramente libresco y a la típica trama folletinesca, Emelina tiene alguna importancia dentro de la evolución de la prosa literaria de Darío. No solo algunos pasajes anticipan el aristocratismo esteticista de Azul…; también se emplean en ella varios procedimientos narrativos como el collage, la inserción de cartas y la técnica teatral en el manejo del diálogo con acotaciones. En fin, a estos elementos —que le confieren a la narración cierto aire de modernidad— habría que agregar el jugueteo irónico de sus constantes llamados al lector, señalado por Allen W. Phillips. “Sirven para romper la ilusión de verosimilitud, y así la lectura de la obra es divertida, si uno piensa que los autores novelan de modo irónico, en un contrapunto entre convenciones prestadas y notas más modernas, parodiando con frecuencia un género convencional y periodístico”.10 Un curioso dato adicional: en el capítulo III de la cuarta parte se transcriben dos conversaciones telefónicas (una entre míster Darington —padre de Emelina— y Marcelino); la otra entre este y aquella. Nicasio Urbina lo señala.11 Sin duda, la introducción de este recurso tecnológico resulta pionero en la novela centroamericana. __________________________ 10.Allen W. Phillips. “Nueva luz sobre Emelina”, citado en Ramón Luis Acevedo. op., cit., 1974, p. 184. El estudio de Phillips puede consultarse en Temas del modernismo hispánico y otros estudios. Madrid, Gredos, pp. 13-42. 11. Nicasio Urbina. La estructura de la novela nicaragüense, Managua: anamá Ediciones, 1995, p. 132. Documenta rubendariana 195 En cuanto a la opinión de los coautores, Darío redactó la siguiente dedicatoria en un ejemplar de la primera edición: “A un buen amigo, esta novela que pide excusas”.12 Y Poirier escribió, años más tarde, que Eme lina había consistido en una “novela ingenua, romántica, cinematográfica y terrorífica que hoy es una simple curiosidad bibliográfica”.13 [Antes de la aparición de Azul…, Rubén planeó escribir La carne, una novela. Anunciada en su libro de 1888, nada tenía que ver con Emelina. Pero ni siquiera la inició. Solo alarmó en España a don Juan Valera, inquietado por “el tufillo a pornografía” que su título emanaba.] Caín y El hombre de oro: truncos intentos modernistas Dos novelas más, como ya dije, intentó Darío en la última década del siglo XIX. Caín (1895) y El hombre de oro (1897) fueron sus títulos. Ambas, fragmentariamente difundidas en publicaciones periódicas de Buenos Aires, respondían a una voluntad renovadora. Pero no pasaron de ser truncos intentos modernistas. La primera fue rescatada por el uruguayo Roberto Ibáñez.14 Reducida a un fragmento sobre la vida bonaerense de su autor, el relato deja entrever antecedentes y sugiere posibles desenlaces que el poeta —identificado con un pintor: Álvaro Blanco— no pudo acometer. __________________________ 12.Fotocopia de ese ejemplar en posesión del autor. 13.Citado por Víctor Rojas Farías. Ed. Emelina, 3.ª ed. Santiago: Ril Editores. 2007. 14.Roberto Ibáñez, comp. Páginas desconocidas de Rubén Darío. Montevideo: Biblioteca de Marcha, 1970, pp. 135-141, procedente de El Diario (Buenos Aires, 29 de junio de 1895). 196 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El fragmento tiene muchos rasgos de roman-clé. Aparte de los personajes bonaerenses identificados en una nota de Ibáñez (el general sería Lucio V. Mansilla, Portel el novelista: máscara por rima, de Julián Martel; el extranjero: Paul Groussac), el triunfo del pintor Álvaro Blanco en París puede leerse como una versión idealizada de la primera estancia de Darío en la capital francesa (seis semanas: junio y julio de 1893). Así —observa Günther Schmigalle—, Fachinoso y Sorivo —intelectuales argentinos que ayudaron a Blanco para lograr su triunfo— aluden sin duda a dos amigos que le dieron apoyo en París: Enrique Gómez Carrillo y Alejandro Sawa. Y agrega: Parisina (una rubia encantadora, una pari siense), que había llegado a Buenos Aires —se da a entender— como esposa legítima del pin tor, es la imagen idealizada de la cortesana Marion de Lorme, amante de Darío en París. Marion de Lorme, además de muy bella, tenía aspiraciones literarias (escribió una obra de teatro)… Que Álvaro Blanco sea llamado ca riñosamente Caín por sus camaradas puede sorprender a primera vista, pero el infame fra tricida se había revalorizado en Francia du rante el siglo XIX. León Bloy le había puesto el nombre de Cain Marchenoir al protagonista de su novela Le Desesperé, publicada en 1887 y admirada por Rubén Darío.15 La segunda incursión, más pretenciosa, parte de modelos franceses [Thais (1889) de Anatole France y Aphrodite (1895) de Pierre Louys] y tiende a reconstruir estéticamente un prestigioso pasado con el que Darío se __________________________ 15.Comunicación de Günther Schmigalle del 11 de marzo de 2012. Documenta rubendariana 197 identifica: Roma, en tiempos del emperador Tiberio César, poco después de la muerte y resurrección de Jesucristo. “La obra —dice Ramón Luis Acevedo— contrapone dos mundos: el mundo pagano o sensual, refinado y decadente del imperio romano y el mundo incipiente, intenso y austero, del cristianismo primitivo”.16 Tampoco quedó completa, solo se publicaron tres de sus capítulos en la revista La Biblioteca (mayo, junio y septiembre, 1897). También “La fiesta de Roma”, pieza narrativa que apareció en El Tiempo (20 de septiembre de 1898), parece haberse destinado a formar parte de dicha novela.17 Realmente, debió haber correspondido a un capítulo posterior de la novela, cuyo tema central sería la simultánea atracción del espíritu y la carne, o mejor dicho por su autor, “entre la catedral y las ruinas paganas”. En el primero de los capítulos, Darío narra una reunión de cristianos, de noche, dentro de una casucha situada en una de las callejuelas de Roma. Se comparte un ambiente fraternal y un hermoso recogimiento. Todos esperan a Lucila, muchacha que suele reunirse con ellos; pero ella no llega, y deciden proceder a la lectura de una epístola de San Pablo. Quien preside la reunión es un viejo fuerte y recio. Tiene una cicatriz en el cuello y le falta la oreja izquierda. Es Malco, el centurión romano herido por Pedro en el huerto de los Olivos y que Jesús sanó. Está, precisamente, dando testimonio de su conversión para luego leer la epístola. La lectura se interrumpe bruscamente, cuando entra “una joven, casi una niña, blanca, desmelenada, trémula, gritando: —¡Socorro! ¡Favorecedme, por Nuestro Señor __________________________ 16.Ramón Luis Acevedo, op., cit., p. 188. 17.Es la opinión de Erwin K.Mapes, quien la rescató en sus Es critos inéditos de Rubén Darío. (Recogidos de periódicos de Buenos Aires). New York: Instituto de las Españas, 1938, pp. 193-196. 198 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Jesús! Todos exclamaron: —¡Lucila! / Al mismo tiempo las lujosas togas de dos caballeros romanos aparecieron, sobre las cuales dos rostros encendidos por el vino: de la boca de uno de ellos, un hombre entrado en edad, salió una gran risa. Y el otro dijo: —¡Buen fauno!”. En el segundo capítulo el ambiente es distinto. Se describe otra reunión: en la granja de Quinto Flavio, “el más alegre, el más gentil, el más derrochador, el más mundano de los jóvenes de la alta sociedad romana”. Los invitados son Axio, joven centurión recién llegado de Judea; Lucio Varo, poeta y compañero asiduo del anfitrión sibarita, y Acrino, “el más joven de los tres, efebo de ponderada belleza y raro intelecto, de madre griega y padre romano”. La conversación recae en temas que Darío ha tratado en cuentos y poemas: el placer como máxima aspiración humana, la belleza natural del retiro bucólico, la juventud como única etapa plena y feliz en la vida, la triste condición del artista: hombre superior incomprendido igualmente por el vulgo y por los ostentadores de riqueza. Luego hablan del Hombre de Oro, excéntrico vecino de Quinto Flavio y para quien el juego, las mujeres y el vino son sus únicos atractivos sobre la tierra. En los últimos días se ha prendado de una joven del pueblo que ve en la calle. Quinto Flavio ha prometido ayudarle a conseguirla. El nuevo invitado llega y da inicio la cena, dentro de un ambiente sensual y refinado. Los comensales prosiguen la conversación. Quinto Flavio presenta a su querida, Hostilia, la lirista. Ella, Acrinio y Lucio interpretan un texto de Horacio.18 El Hombre __________________________ 18.Al respecto, Juan Loveluck. anota que en El hombre de oro se respira, a lo largo del texto, “la maciza presencia de Horacio y de su obra, convenientemente citado…”. “Rubén Darío y el modernismo en La Biblioteca”. La Torre, núms. 55 y 56, enerojunio, 1967, p. 238. Documenta rubendariana 199 de Oro, que apenas habla, se queda dormido. Dos horas más tarde, guiados por la confidencia de una vieja alcahueta, Quinto Flavio y el Hombre de Oro persiguen a la muchacha que ha deslumbrado a este. Ella corre, penetra violentamente a una casucha y grita: “—¡Socorro! ¡Favorecedme, por Nuestro Señor Jesús! […]”. Se entrelaza, pues, con el primer capítulo. Pero aquí Darío agrega un brevísimo desarrollo que hace culminar dramáticamente la narración. Malco sale a ver quién persigue a Lucila. “—¿A quién buscáis? —preguntó. / La luz dio de lleno en el rostro del Hombre de Oro. El anciano lo contempló fijamente; y en ese instante su faz se tornó pálida y su gesto cinceló una máscara de asombro. La lámpara de arcilla cayó de sus manos. El Hombre de Oro retrocedió un poco y se cubrió el rostro con la toga. Y Malco dijo con voz de espanto: / —¡Judas de Kariot!”. Por tanto, Judas Iscariote (“El Hombre de Oro”) no se había suicidado: era uno de los ricos de Roma después de haber vendido a Jesús. El tercer capítulo Darío lo dedica totalmente a Lucio Varo, el poeta: un desdoblamiento del propio Darío, subyugado por los dos pensamientos que dominan su espíritu: el amor y la muerte. También, recuerda que una vez sintió curiosidad de oír el canto de las sirenas y que un hombre, al parecer simple, lo había invitado a subir a su barca de pescador con ese objetivo. El hombre lo condujo a un lugar donde un grupo de mujeres, vestidas de blanco, cantaban el arribo y el triunfo de un dios nuevo. En medio de tan extraño culto, escuchó el nombre de Cristo. Cayó la noche y, durante el regreso, el barquero le habló de una nueva hermandad que estaba naciendo en Roma y de un hombre extraordinario que la predicaba con elocuencia y sabiduría. Su nombre era Pablo. Llegando perturbado a su casa, Lucio decidió visitarlo. El predicador lo inquietó aún más al hablarle de los padecimientos de los 200 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 desheredados, de los vicios y lujos imperiales costeados con los sufrimientos del pueblo, de la fraternidad que debía existir, al amparo de Dios, entre los hombres. Lucio, atraído por la nueva religión del maestro de Galilea, se siente incapaz de asumir una moralidad austera. A Pablo le confiesa: “Yo soy un poeta, señor, y vuestro Dios, os lo confieso, si me quita los labios de las mujeres y los cálices de las rosas, me da tristeza y me da miedo”. Mientras evoca su encuentro con Pablo y medita, llega su amigo Axio para recordarle un compromiso previo: acompañarlo a una fiesta del César en la villa de Capua. El capítulo concluye dejando al lector en estado de expectación. En “La fiesta de Roma”, Lucio Varo y Pablo navegan en una pequeña barca. Lucio se detiene a contemplar Roma, a la que elogia y exalta en versos como el último de sus dioses. Ha perdido la fe en las creencias de sus mayores, pero aún sustenta su paganismo. Pablo lo interrumpe en dos ocasiones para señalar que el desfallecimiento y la inquietud del poeta provienen de su hambre de Dios y destaca que, sobre el triunfo del imperio romano, él anuncia al Dios del verdadero triunfo venidero. No obstante, Lucio reafirma su creencia en la grandeza e inmortalidad de Roma. Según su propio testimonio, Darío descontinuó El hombre de oro abrumado por el éxito de Quo Vadis de Henryk Sienkiewicz (1846-1916). “Yo le respondí —cuenta Ángel Estrada—, que al contrario, eso debía estimularlo teniendo en cuenta sus calidades artísticas muy superiores a las del escritor polonés”.19 Al parecer, ya en Madrid la había continuado y planeaba darla a luz, __________________________ 19.Ángel Estrada. “Rubén Darío” en Nosotros, año X, núm. 62, febrero, 1916, p. 178 Documenta rubendariana 201 de acuerdo con información adscrita a su folleto Castelar (1899). Por su parte, Juan Loveluck apunta la posibilidad de que la súbita interrupción de La Biblioteca, dirigida por Paul Groussac, afectara el proyecto de Darío.20 El mismo Loveluck señala que la reelaboración del mundo romano, desde “el realismo de la actualidad”, Darío la ejecuta con “precisión y sabiduría, escondiendo toda exhibición arqueológica”.21 El secreto de Lázaro: novela oral de Darío Antes de concluir el siglo XIX, Darío concibió un cuarto intento de novela. Esta vez quedó a nivel oral, resultando definitivamente fallido; pero, al menos, revela una vez más su vivo interés novelístico. Se trata de El se creto de Lázaro, cuyo argumento refirió a su amigo Ángel Estrada en Buenos Aires. “En un restaurante subterráneo de la calle Piedad —transcribo el testimonio de Estrada— me contó elocuentemente, entre sus pausas características y con gran lujo de detalles, El secreto de Lázaro. Cuando acabó, impresionadísimo, su relato, tuve que romper mi silencio, que correspondía a su emoción: me había dejado entrever una novela magistral”.22 Y continúa Estrada: “Empezaba el libro con la conversión de Magdalena y la intimidad de su familia con Jesús; y después de capítulos diversos de caracteres en torno del martirio del maestro, que tanto había contribuido el milagro de Lázaro, este veíase asediado en el templo, en las ciudades, en los campos, por las gentes que empleaban mil ardides para arrancarle su secreto. Todos le __________________________ 20.Juan Loveluck. “Rubén Darío, novelista”, en Diez estudios so bre Rubén Darío. Santiago de Chile: Zig-Zag, 1967, p. 226. 21.Ibid., p. 227. 22.Ángel Estrada, art. cit., p. 188. 202 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 miraban sabiendo que era el único hombre vuelto de la tumba a la vida… Omito mucho, deseando abreviar; pero, por ejemplo, un sátrapa se le presentaba al frente de opulenta caravana; venía expresamente a ofrecerle la mitad de su fortuna. Otra vez un mago le echaba sus filtros con la esperanza de que se traicionase en el sueño, pero un ángel sellaba al dormido los labios. Renunciaba a su tetrarca, como había renunciado a la fortuna; y lo sostenía su amor a Jesús, puesto que Jesús le había prohibido hablar, amor que daba también fuerzas a Magdalena y a Marta para no interrogarle. Llega a Jericó una famosa cortesana: Lázaro, de paso en la ciudad, cae en sus redes; todo el mundo se la disputa sin éxito, pero ella en un festín lo amenaza con entregarse a un patricio. Cuando él le ofrece lo que tiene y mucho más, se le responde que no necesita de eso quien es amado, que solo se le exige una respuesta a una pregunta y la mujer se inclina a murmurársela… Lázaro siente su aliento, sus labios, su perfume, olvida a Jesús, y va a contar, y la cortesana da un grito: ha quedado muerto sobre el triclinio”.23 En la isla de oro: germen de una posible novela primaveral Pasando a la quinta tentativa de Darío, correspondió a En la isla de oro (1907), elaborada a raíz de su inicial estada en la isla de Mallorca, archipiélago de las Baleares, en el Mediterráneo. Pero no pasó de configurar el germen de una posible novela limitándola a seis capítulos, aparecidos en el diario bonaerense La Nación.24 __________________________ 23.Ibid., p. 189. 24.Se publicaron allí, en 1907, con los títulos de “Divagaciones” (5 de abril), “Jardines de España” (7 de abril), “George Sand y Chopin” (8 de julio), “Todavía George Sand” (14 de julio), “El Documenta rubendariana 203 Por eso se toma en cuenta aquí como material novelesco en potencia. En efecto, el uruguayo Roberto Ibáñez afirma que En la isla de oro su autor logra una “visión del paraíso mallorquín laxamente novelada”.25 Y el colombiano Luis M. Fernández Ripoll, quien la estudió a fondo, percibe “que la estructura de la narración y su hilo argumental se ciñen al relato de viajes, muy de acuerdo con la tradición inaugurada en el siglo XIX por los románticos y que tanta fascinación ejerce sobre los modernistas”.26 El propio Rubén decidió incorporarse a la tradición de quienes habían escrito páginas narrativas inspiradas en sus visitas a Mallorca. El ejemplo más notable era Un hiver á Majorque (1841) de George Sand (1804-1876).27 Pero conocía otros tantos autores. Así indica: “Pongamos, señora, nuestra parte de oro sobre el oro, nuestra parte de mirra sobre la mirra, nuestra parte de incienso sobre el incienso. Yo, por mi parte, he traído a revolar sobre esta agua y entre estas flores a mi cisne familiar”.28 __________________________ imperial filósofo” (23 de julio) y “Sollor: azul, velas, rocas” (25 de julio). Uno de sus capítulos debió publicarse en Nicaragua, pues hay constancia de que Darío durante el retorno a su patria (noviembre, 1907-abril, 1908) dejó en poder de Santiago Argüello el original de En la isla de oro y de que este había dado a luz dicho capítulo antes del 12 de enero de 1909 (Saavedra Molina, Julio. 1946. Bibliografía de Rubén Darío. Edición de la Revista Chilena de Historia y Geografía, Santiago de Chile, p. 103). 25.Roberto Ibáñez. “Prólogos”, en Páginas desconocidas de Rubén Darío. Montevideo: Biblioteca de Marcha, 1970, p. 22. 26.Luis M. Fernández Ripoll. Los viajes de Rubén Darío a Mallor ca. Palma de Mallorca: José J. de Olaneta, 2001, p. 53. 27.La traducción que leyó Darío, Un invierno en Mallorca (1902), se le debe a Pere Estelrich (1845-1912) y lleva prólogo de Gabriel Alomar, a través del cual el poeta accedió a un ejemplar de esa obra. 28.Luis M. Fernández Ripoll, op. cit., p. 181. 204 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El poeta —héroe de la estética modernista— y Lady Perhaps —una inglesa cosmopolita y políglota— son los personajes centrales. El primero es el mismo Darío y la segunda una heroína que encarna la mujer maternal, confidente y amante del arte, o sea, una de las utopías femeninas de los modernistas. Ambos mantienen un fluido diálogo erudito a través del cual se revelan noticias y sucesos de la primera visita a Mallorca de su autor. La narración se interrumpe al concluir el cuarto capítulo y los dos últimos contienen descripciones de la isla, mejor dicho, de su impresionante paisaje. Aunque concebida como crónica, En la isla de oro se mezcla la divagación literaria con la impronta del diario intimista. Más aún, deja abierta la posible solución amorosa que Darío otorga a la narración, como también lo hará en El oro de Mallorca: ante las desilusiones de la vida, siente el amor como única vía de redención. Yo voy a soñar esta noche: un barco extraño que lo mismo va con su quilla reluciente sobre las aguas que sobre la tierra… Yo estoy a bordo, en compañía de Ella —¿cuál? ¿quién? ¿cómo es? ¿cómo será?—. En mí existe aún la prima vera, una primavera que quisiera renovarse. El barco pasa por Buenos Aires, por un pueblo de Nicaragua, por Londres, por un país que tan solo he conocido con los ojos cerrados… y en ese viaje fatal me pregunto apenas cuál es el punto señalado por la llegada. Sobre una roca alta y horadada, aparece san Raimundo de Pe ñafort en compañía de una ninfa… A lo lejos se divisan torres extraordinarias, en una ciudad babilónica, de visión de opio. Y me despertaré con una vaga angustia, a la luz de la lamparilla Documenta rubendariana 205 que vela mi sueño, siempre lista para el efecto de los malos sueños.29 Cuatro ediciones ha tenido En la isla de oro: a cargo de Alberto Ghiraldo en 1937, del uruguayo Roberto Ibáñez en 1970, del español Luis Maristany en 1978 y del colombiano Luis M. Fernández Ripoll en 2003. Respectivamente se publicaron en Santiago de Chile (Zig Zag), Montevideo (Biblioteca Marcha), Barcelona (J. R. S.) y Palma de Mallorca (José J. de Olañeta, editor). Ghiraldo se acreditó el mérito pionero con El oro de Mallorca, señalando en el prólogo que merecía “figurar entre las mejores de sus páginas, por la observación, la emoción, la sinceridad y el sello personal con que han sido concebidas y escritas”. Finalmente, al norteamericano Carlos D. Hamilton le correspondió denominarla —antes que los tres restantes editores citados— “apuntes autobiográficos seminovelados”.30 El oro de Mallorca: autobiográfica, existencial, moderna De El oro de Mallorca, su sexto y último intento novelístico, Darío publicó seis capítulos en el diario bonaerense La Nación, entre el 4 de diciembre de 1913 y el 13 de marzo de 1914. Años más tarde, Allen W. Phillips los compilaría.31 Posteriormente, Iván A. Schulman rescataría un __________________________ 29.Ibid., p. 215. 30.Roberto Hamilton D. “Rubén Darío en la isla de oro” en Cuadernos Hispanoamericanos, núms. 212-213, julio-agosto, 1967, p. 568. 31.Allen W. Phillips. “El oro de Mallorca: textos desconocidos y breve comentario sobre la novela autobiográfica de Darío” en Revista Iberoamericana, núm. 65, julio-diciembre, 1967, pp. 449-492. 206 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 capítulo más, aparte de revalorar la obra.32 De hecho, El oro de Mallorca constituye un maduro ejemplo de autobiografismo existencial e intimista. Darío se identifica con un músico, Benjamín Itaspes, quien navega de Marsella a la isla mediterránea de Mallorca, para pasar una temporada de reposo y terapia en casa de un amigo. Caracteriza a Itaspes, describe paisajes, retrata a los anfitriones, resume la historia de la mansión donde se hospeda —alcázar, castillo, monasterio—, refiere lecturas y transcribe conversaciones sobre los amores que allí vivieron Chopin y su mujer George Sand… Anderson Imbert anota: En las últimas líneas del capítulo IV parece que, por fin, la novela va a empezar, con la llegada de un automóvil en el que vienen amigos, entre ellos una elegante dama parisiense: la escultora Margarita Roger. Pero el capítulo V, que es una exposición de los antecedentes de Margarita y su divorcio, termina cuando Margarita e Itaspes se citan para comer juntos. Itaspes cuenta a Margarita su primer amor, su desencanto y su alejamiento a otras tierras, etc. Termina la primera parte [capítulo VI] de El oro de Mallorca cuando Itaspes besa a Margarita, pero ella prefiere que sean amigos, no amantes, y entonces Itaspes llama un coche y se va a la Cartuja.33 __________________________ 32.Ivan A. Schulman. “El oro de Mallorca: ¿novela inconclusa?”, en El proyecto inconcluso / La vigencia del modernismo. México: Siglo XXI Editores, pp. 193-206, reproducido en Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación, núm. 124, julio-septiembre de 2004, 2002, pp. 13-20. 33.Enrique Anderson Imbert. La originalidad de Rubén Darío. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1967, p. 175. Documenta rubendariana 207 Margarita Róger es una chueta, es decir, descendiente de judíos conversos, a quienes se discrimina en Mallorca. Había conocido en París a un joven español de apellido “Toronjí”, mallorquín para más señas, “de cierto talento, de excelente carácter y bastante adinerado, que supo primero jugar al amor con ella, y luego casarse (…) La separación había venido, no por incompatibilidad de carácter, ni por heridas, ni razonamientos de amor propio, sino por ir a vivir a su ciudad natal, Palma de Mallorca, en donde su mujer había de pasar momentos de angustias, de vergüenza, de sufrimiento”.34 El primer capítulo de la tercera parte, rescatado por Schulman, supone la redacción de la segunda —cuyas páginas desaparecieron— y varios hechos, entre ellos la ida de Margarita de Mallorca. Los días siguientes fueron para Itaspes de relativo descanso. Se dedicaba a la música, a pasear, a observar a los valdemosinos en sus faenas cotidianas. Un día se encuentra con el padre Merz, su amigo y “médico del alma”. Alternan profundamente. Itaspes retorna a su cuarto en la mansión donde se aloja. Se dirige hacia la biblioteca y toma, al azar, un libro: el texto de las páginas donde lo abre le impresiona: “una manifiesta advertencia de lo invisible… Estaré, pues, condenando a volver a la lucha de las miserias entre las manadas de los lobos sociales. Habré de seguir soportando el contacto de viscosas alimañas. Tendré que defenderme de mis propios nervios con su habitual droga funesta, que a su vez continuará siendo la más temible de las enfermedades. Sufriré el horror de la muchedumbre, la tiranía del rostro humano, los efluvios hostiles que se desprenden de cada bípedo lobo que pasa cerca de mí. Atacará mi __________________________ 34.Allen Phillips, art., cit., p. 484. 208 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 sensibilidad olfativa el demoníaco odor di fémina y seguiré obsesionado por toda suerte de fantasías carnales y pecaminosas, yo que a cada instante estoy tentado a creer en la no existencia del pecado…”.35 Si El hombre de oro corresponde a la etapa triunfal del modernismo, El oro de Mallorca al posmodernismo: al Darío angustiado, acosado por pasiones conflictivas y preocupaciones religiosas y metafísicas. Por tanto, se concentra en el autoanálisis psicológico y sentimental que hace Itaspes de sí mismo, de sus dolencias físicas y espirituales, de su propia vida. Al respecto, Ramón Luis Acevedo apunta: “La novela no sugiere solución alguna del dilema planteado y el protagonista, héroe plenamente moderno, queda preso de sus contradicciones”.36 En realidad, El oro de Mallorca no fue una novela inconclusa. El testimonio de Francisco Huezo sobre las confesiones preagónicas del propio Darío da la impresión de que se trataba de una obra concluida.37 Mucho antes del hallazgo de su último capítulo conocido, Mario Cajina Vega la estimaba un proyecto suficientemente acabado; opinión ajena a las de sus ocho editores: desde el primero, Alberto Ghiraldo, hasta el último, Luis M. Fernández Ripoll.38 En ese sentido, comparto la valoración de Schulman: “Novela __________________________ 35.Ivan Schulman, art., cit., pp. 204-205. 36.Ramón Luis Acevedo. op., cit., p. 197. 37.Francisco Huezo. Últimos días de Rubén Darío. Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, p. 44: “Minutos después me pidió [Darío] los originales de su novela El oro de Mallorca que días antes me diera para conocerla. Y se la devolví. Es una novela original, de trascendencia, del género romántico con su bravo héroe Benjamín Itaspes, artista genial y de sangre”. 1962. 38.Alberto Ghiraldo (Santiago de Chile, 1937); Allen W. Phillips (Pittsburg, 1967); Enrique Anderson Imbert (Buenos Aires, Documenta rubendariana 209 fragmentada en que, sin embargo, podemos leer los signos irruptivos de una primigenia vanguardia enunciada en la estrategia del discurso: la inestabilidad narrativa, los cambios abruptos del escenario, la movilidad del protagonista y la hibridación de técnicas ficticias que ensanchan los límites narrativos. Por espacios ampliados, mediante procesos textuales reservados históricamente para el diario, el tratado filosófico, el ensayo de especulación religiosa, el documento médico o la crónica de viaje, se filtra, racionalizada, la experiencia del sujeto traumatizado y alienado por las contradicciones de la experiencia moderna”.39 Agrega el scholar norteamericano: “Novela orquestada en tres partes, de las cuales solo hemos podido conocer la primera hasta la fecha; narración heterodoxa, anárquica, en consonancia con la caótica vida finisecular: cortes, suspensiones, superposiciones e incursiones intertextuales”.40 El oro de Mallorca es la única novela de Darío traducida a otro idioma: el alemán.41 Recientemente ha sido estudiada por Ignacio Campos Ruiz en su tesis doctoral. Para el catedrático nicaragüense, El oro de Mallorca plan__________________________ Marymar, 1966); Luis Maristany (Barcelona, La novela corta, 1978); Antonio Piedra (Madrid, 1990); Arturo Ramoneda (idem, 1991); Carlos Meneses (idem, Devenir / El otro, 1991) y Luis Fernández Ripoll (Palma de Mallorca, Terra incógnita, 2001). En cuanto a la crítica más reciente, cabe citar los trabajos de Campos Ruiz, Ignacio. 2004. “El cronotopo del camino a la expiación: entre el miedo, el gozo y la gloria en El oro de Mallorca” (Lengua, núm. 28, febrero, pp. 118-131) y Rodríguez Rosales, Isolda. 2004. “Intertexto y angustia existencial en El oro de Mallorca”. Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Do cumentación, núm., 124, julio-septiembre, pp. 105-114. 39. Ivan. A. Schulman, art., cit., pp. 193-194. 40.Ibid., p. 194. 41.Rubén Darío. Das Gold Mallorcas. Phillipp Reviam Jum, Leipzig: Verlag, 1983, pp. 5-48. 210 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 tea el dilema del personaje que entre el cruce del siglo XIX al XX experimenta la necesidad de encontrarse espiritualmente, mientras se debate con los problemas de identidad entre el hombre profano y el religioso. “Al entrar en tensiones con la sociedad moderna, opta por su aventura personal y primordial. Este aserto pone de relieve el valor mítico del viaje como aventura Jorge Eduardo Arellano del héroe, pese a que de lograr algún placer, dicho placer no deja de ser melancólico”.42 __________________________ 42.Ignacio Campos Ruiz. Ficcionalización auto(biográfica) de Rubén Darío […] Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, 2011, pp. 156-172. Documenta rubendariana 211 Bibliografía ACEVEDO, Ramón Luis. La novela centroamericana. Des de el Popol Vuh hasta los umbrales de la novela ac tual. Río Piedras, Puerto Rico: Editorial Universitaria. 1982. ANDERSON IMBERT, Enrique. La originalidad de Rubén Darío. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina. 1967. DONOSO, Armando [comp.]. Obras de juventud de Rubén Darío, Santiago de Chile, Editorial Nascimento. 1927. CAMPOS RUIZ, Ignacio. Ficcionalización auto(biográfica) de Rubén Darío […] Managua, Academia Nicaragüense de la Lengua, 2011, pp. 156-172. CUADRA DOWNING, Orlando. “Seudónimos nicaragüenses y chilenos en la vida y obra de Rubén Darío”. Re vista Conservadora, suplemento, núm. 14, noviembre, y núm. 15, diciembre. 1961. DARÍO, Rubén. Emelina. Valparaíso: Imprenta y Litografía Universal de Chaigueau y Castro, [Eduardo Poirier figura como coautor antes de Darío]. 1887. ______________. Emelina. Novela en colaboración de Eduardo Poirier. Estudio preliminar de Francisco Contreras. París: Agencia Mundial de Librería. 1927. ______________. Emelina. Novela en colaboración con Eduardo Poirier. En Obras completas. Tomo IV. Cuentos 212 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 y novelas. Madrid: Afrodisio y Aguado, 1955, pp. 219372. ______________. Emelina (4.a ed.) Con la colaboración de Eduardo Poirier. Prólogo de Víctor Rojas Farías. Santiago: Ril editores. 2007. ______________. “En la isla de oro”, en El hombre de oro (novela inédita). Prólogo de Alberto Ghiraldo. Santiago de Chile: Zig Zag, 1937, pp. 49-94. ______________. “En la isla de oro”, en Roberto Ibañez [comp.]: Páginas desconocidas de Rubén Darío. Montevideo: Biblioteca de Marcha, 1970, pp. 146-179. ______________. “En la isla de oro”, en Fernández Ripoll, Luis M. Los viajes de Rubén Darío a Mallorca. Seguido de La isla de oro y El oro de Mallorca. Prólogo de Cristóbal Serra. Palma de Mallorca, 2001, pp. 173225. ______________. “La isla de oro”, en La isla de oro / El oro de Mallorca. Edición, prólogo y notas de Luis Maristany. Barcelona: La novela corta, pp. 19-71; “El oro de Mallorca”, 1978, pp. 227-280. ______________. “Oro de Mallorca” (sic) en Rubén Darío: Autobiografía / Oro de Mallorca. 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Documenta rubendariana 215 Darío y Borges: lectores agradecidos de Las mil y una noches Noel Rivas Bravo RUBÉN DARÍO y Jorge Luis Borges leyeron en su niñez, con pasión y asombro, Las mil y una noches. En su Autobiografía Darío cuenta que en un viejo armario encontró los primeros libros que leyera. Eran, entre otros, Las mil y una noches, Don Quijote y la Biblia. “Extraña y ardua mezcla para la cabeza de un niño”, comentó. También recuerda su buena amistad en su viejo León con la ¨vieja cigarrera” Manuela, que, mientras manipulaba y enrollaba sus tabacos, le contaba los cuentos del príncipe Kamaralzamán y la princesa Badura, del Caballo Volador, de los genios orientales, de las invenciones maravillosas de Las mil y una noches. Es casi seguro que las versiones y traducciones de los cuentos que leyó y escuchó nuestro poeta fueron las del orientalista Antoine Galland, el primer traductor de la obra al francés, publicada a principios del siglo XVIII, entre 1707 y 1717, y casi las únicas que circulaban en español en ese tiempo. Veamos la importancia que Borges le atribuyó a esta traducción: “Doscientos años y diez traducciones mejores han transcurrido, pero el hombre de Europa o de las Américas que piensa en Las 1001 noches, piensa invariablemente en esa primera traducción”. Y en otra parte dice Borges: “Palabra por palabra, la versión de Galland es la peor escrita de todas, la más embustera y más débil, pero fue la mejor leída. Quienes intimaron con ella, conocieron la felicidad y el asombro”. 216 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 De igual modo, en el recuento que hace Borges de sus primeras lecturas en el libro de memorias Un ensayo autobiográfico, la versión inglesa de Las mil y un noches de Burton ocupa, junto a las obras de Stevenson, Dickens y Don Quijote, un lugar privilegiado, hasta el punto de tratarse de una lectura hecha en la clandestinidad debido a su contenido nada moralizante, para la mentalidad del momento. De ahí que Borges recuerde que “el Burton, lleno de lo que entonces se consideraba obscenidad, estaba prohibido y yo tenía que leerlo escondiéndome en el altillo. Pero en ese entonces me dejé llevar tanto por la magia que no reparé mucho en las partes objetables”. Y desde entonces su devoción por esta obra llegó a tanta estima que cuando se divorció de su primera esposa, Elsa Astete, casi a los setenta años, lo único que le pidió de todos sus bienes es que tuviera la gentileza de entregarle Las mil y una noches en la traducción de Lane. No es extraño, por consiguiente, que Las mil y una noches aparezca en citas, alusiones, reminiscencias, referencias, creaciones y recreaciones en las obras de ambos escritores. Tanto Darío como Borges le dedicaron sendos ensayos a las traducciones canónicas de esta obra. Darío a la francesa del doctor Mardrus en “Las mil noches y una noches”, incluido en Parisiana y Borges a los traductores franceses, ingleses y alemanes en “Los traductores de Las mil y una noches” incluido en Discu sión. Ambos reconocen también como más apropiado el título de la traducción literal del árabe: Alf lailah oua lai lah, Las mil noches y una noches, “que es como debe decirse”, afirma el nicaragüense, y no Las mil y una noches, que es como se conocen tradicionalmente. Y tanto Darío como Borges conceden legitimidad al epíteto “miliunanochesco”, al que nos referiremos más adelante y que, según Sánchez Castañer, es un neologismo incorporado Documenta rubendariana 217 por Darío a la lengua española. Como dice Borges, no debe decirse milyunanochero, porque adolece de la falta de criollismo, ni mucho menos milyunanocturno porque adolece de la falta de divergencia. En la poesía de Darío encontramos varios poemas de reminiscencias orientales, como los muy conocidos “La cabeza del rabí”, “Alí”, “Divagación”, “Pórtico”, “Elogio de la seguilla”, “Sonatina”, “A Margarita Debayle”, y dos inspirados concretamente en Las mil y una noches: “El soneto de trece versos”, de Cantos de Vida y Esperanza y “La hembra del pavo real” de El canto errante. En el primero, escrito en versos eneasílabos, el poeta evoca su infancia inocente e identifica su canto y su vida con un cuento oriental inacabado. Poema sumamente curioso si tomamos en cuenta la valoración que hace Darío sobre el mismo en la Historia de mis libros: “El “Soneto de trece versos”, cuyo sentido incomprendido ha hecho balbucir juicios distantes a más de un crítico de poca malicia, es un juego a lo Mallarmé, de sugestión y fantasía”: ¡De una juvenil inocencia qué conservar sino el sutil perfume, esencia de su abril, la más maravillosa esencia! Por lamentar a mi conciencia quedó de un sonoro marfil un cuento que fue de Las mil y una noches de mi existencia… Scherezada se entredurmió… El visir quedó meditando… Dinazarda el día olvidó… Mas el pájaro azul volvió… 218 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Pero… No obstante… Siempre… Cuando… Y en el segundo, también escrito en versos eneasílabos, el yo lírico contempla extasiado y sensual la imagen de una bella mujer desnuda en medio de un jardín exótico, personificación de la “hembra del pavo real” que le hace evocar escenas eróticas orientales propias de las grandiosas narraciones árabes. En palabras, que debemos subrayar, de Francisco Contreras, este poema “es la realización más cabal del alma miliunanochesca de Rubén Darío, que era, acaso, con su alma tropical la más personal que había en él”: En Ecbatana fue una vez O más bien creo que en Bagdag… Era en una rara ciudad, bien Samarcanda o quizá Fez. La hembra del pavo real estaba en el jardín desnuda; mi alma amorosa estaba muda y habló la fuente de cristal… La desnuda estaba divina salomónica y oriental: era una joya diamantina la hembra del pavo real… Era una voluptuosidad que sabía a almendra y a nuez y a vinos que gustó Simbad… En Ecbatana fue una vez, o más bien creo que en Bagdad… Documenta rubendariana 219 En las gemas resplandecientes de las colas de los pavones caían gotas de las fuentes de los orientes de ilusiones. La divina estaba desnuda. Rosa y nardo dieron su olor… Mi alma estaba extasiada y muda y en el sexo ardía una flor. En las terrazas decoradas con un gesto extraño y fatal fue desnuda ante mis miradas la hembra del pavo real. Asimismo en la poesía de Borges encontramos diversos temas y alusiones a Las mil y una noches reconociéndola como una obra inmortal y de influencia decisiva en su vida y en su obra. Así, en el poema “El pasado” recogido en El oro de los tigres, rememora algunos grandes episodios del pasado perdido y entre ellos recuerda, en versos endecasílabos blancos, a un persa que refiere la primera de Las mil y una noches y no sabe que inicia un libro que los largos siglos de las generaciones ulteriores no entregarán al silencioso olvido… Otros versos acerca de la perennidad de Las mil y una noches los encontramos en el poema “Ariosto y los árabes”: De un rey que entrega, al despuntar el día. Su reina de una noche a la implacable cimitarra, nos cuenta el deleitable libro que el tiempo hechiza, todavía. 220 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 y en el soneto “On his blindness”, de la misma obra, y cuyo título proviene de Milton, Borges, ya ciego, lamentándose del abandono de las cosas visibles, reconocía, sin embargo, la íntima y salvadora presencia de …Las mil noches y una que abren mares y auroras en mi sombra. Igualmente, en el “Otro poemas de los dones”, de El otro, el mismo, enumera, agradecido todas aquellas cosas que le han dado sentido y felicidad a su vida y evoca: … aquel sueño del Islam que abarcó mil noches y una noche. Y en el poema en prosa “Alguien”, recogido en la obra Historia de la noche, Borges recrea el ambiente y el lugar que dieron origen a estos cuentos, mitificando al anónimo narrador árabe, descendiente del linaje de los confabula tores nocturni, “de los rapsodas de la noche, que Alejandro Bicorne congregaba para solaz de sus vigilias. No sabe (nunca lo sabrá), dice Borges, que es nuestro bienhechor. Cree hablar para unos pocos y unas monedas y en un perdido ayer entreteje el libro de Las mil y una noches.” También en el poema “Metáforas de Las mil y unas noches”, incluido en la obra antes mencionada, encierra una poética y una teoría de la metáfora. El escritor argentino consideraba Las mil y una noches como un libro infinito, semejante al universo, poblado de cifras mágicas y simbólicas y cuya lectura es infinita. Dicen los árabes que nadie puede leer hasta el fin el Libro de las Noches. Las noches son el tiempo, el que no duerme. Sigue leyendo mientras muere el día Y Shararazad te contará su historia. Documenta rubendariana 221 Otros aprovechamientos encontramos en la obra en prosa de ambos escritores, viajeros impenitentes que algunas veces sintieron bajo sus plantas el influjo de Simbad. Para Darío fue un motivo recurrente en muchos de sus cuentos y crónicas y, principalmente, en estas últimas, que reunió en Tierras solares, durante su recorrido por Andalucía, Gibraltar y Tánger (diciembre de 1903 y mayo de 1904), porque en algunas de estas ciudades le pareció revivir el mundo mágico, exótico y maravilloso de los cuentos orientales. Como es de todo conocido, Darío, aquejado de una fuerte bronquitis, por recomendación de su médico, viajó a Málaga, en busca de un clima benigno, para paliar sus padecimientos, y desde esta ciudad emprendió una gira por el sur de España hasta llegar a Tánger, en Marruecos, en el norte de África. El entusiasmo, la exaltación, la felicidad del nicaragüense al visitar estas tierras, “con ese sabor de Arabia que ha quedado flotando en el aire”, como diría Alejandro Dumas, no tiene límites. Su orientalismo desborda sus sentimientos, su imaginación, sus amables lecturas de los viajeros románticos, creadores del mito de Andalucía, como una ciudad luminosa, poblada de toreros, bandoleros y bailarinas. Y aunque el poeta va más allá de los tópicos al uso sus explosiones y sus inspiraciones líricas le van brotando paso a paso, como agua de manantial. En el pasado de Andalucía, en su historia, en sus monumentos, en sus personajes, en sus lugares, el poeta va encontrando el trasunto, la reproducción, la imagen, la imitación de la vida y de la sociedad de los maravillosos cuentos árabes. Así durante su visita al Alcázar de Sevilla alude a la semejanza entre el rey don Pedro el Cruel, aquel raro monarca que comprendía la belleza morisca y que tenía mucho de oriental, con el sultán Harum al Raschid de Las mil y una noches, porque ambos acostumbraban 222 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 salir disfrazados, vagando en la noche para conocer las vidas de sus súbditos y hacerles justicia. En Córdoba, ciudad abuela, foco, en un tiempo, de la sabiduría universal, Darío reconoce que fueron los islamitas quienes la elevaron a su más alta potencia y que leer su historia era penetrar en su vida cuasi fabulosa de capital imperial, de un imperio, dice nuestro poeta, de cuento miliunanochesco. Aquí, en efecto, en Córdoba, permanecen aún las ruinas de Medina Azahara o Ciudad de la Flor, llamada así en honor de la favorita del Sultán, Aderramán III, quien la mandó a edificar. Y aquí, precisamente, evocando la grandeza, el lujo y el arte de estas ruinas, descubre el nicaragüense un escenario ideal no solo para revivir la famosa historia de “Camaralzamán y la princesa Badura, la luna más bella entre todas las lunas”, que fue, sin duda, su historia preferida de Las mil y una noches, sino también los míticos amores del rey Salomón y la reina de Saba. Su identificación con este mundo mágico y encantador de la cultura árabe es, diríamos, total, hasta el punto de evocar, de creer oír, la voz de Dinarzada, diciéndole a su hermana Scherezada, con palabras tomadas literalmente de Las mil y una noches: “Hermanita, quieres contar uno de los hermosos cuentos que tú sabes”. Para, a continuación, hacer un elogio del glorioso pasado arquitectónico cordobés, incomparable con las obras modernas y que solo podemos vislumbrar, apreciar, valorar en la lectura de los interminables cuentos árabes. De este modo comenta: “De tales mansiones no se gloría hoy la más soberbia de las testas coronadas y solamente pueden contemplarse, con ayuda de la imaginación, en las renombradas narraciones que he citado y que ha sacado a la luz y al arte moderno la sabia voluntad y el talento admirable del doctor Mardrus”. Documenta rubendariana 223 En la ciudad de Granada, el paraíso moro, nuestro poeta se siente poseído por amables imaginaciones y ha pensado, dice, en visiones miliunanochescas. Había leído a Gautier, quien decía que conocer Granada y la Alhambra era el sueño de todo poeta. Se siente poseído por lo que él denomina ¨tartarinismo sentimental”, en referencia a la actitud del protagonista de la novela Tartarín de Tarascón de Alfhonse Daudet que se sumía en lecturas novelescas, fantásticas, buscando, como el inmortal Don Quijote, alas en sus sueños para sustraerse a la despiadada realidad. De ahí que durante su recorrido por el palacio de la Alhambra, antigua fortaleza árabe, “piense en los novelescos guerreros y amadores que vinieron del África cercana a anticiparse en este país espléndido un poco del cielo mahometano. Nadie ha vivido la poesía como esa misteriosa y pensativa raza de hombres tristes de amor y fatalidad. Su arte labra esas mansiones de recelo y capricho con talento de abejas. La decoración viene de la naturaleza misma, de las líneas florales, de las geometrías de la clara del huevo batido o de los cristales de la nieve. Su arco diríase imitado de las herraduras de sus caballos; sus columnas de los datileros o de los tallos de las azucenas. Y hay algo de inaudito y de fantástico en todo esto, de tal manera, que vienen al pensamiento esas moradas ilusorias en que habitan los inmortales príncipes de los cuentos que cuenta la prodigiosa Scherazada”. Pero fue en Tánger, la ciudad pintoresca de Marruecos, en el norte de África, donde Darío tuvo la oportunidad de conocer y acercarse un poco al verdadero mundo oriental. Como se sabe, nuestro poeta tuvo el propósito, la intención, el anhelo de visitar el Extremo Oriente: “Yo iré mañana al Japón o a la India, si La Nación me envía, o si deseos me vienen de entenderme con la Agencia Cook”, escribió. Y llegó a tal extremo su deseo de conocer el 224 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Oriente que en algún momento confesó haber conocido en sueños alguna de estas ciudades: “Yo he visto también en sueños, con una exactitud de la realidad, una ciudad de la India, Delhi, que conozco y que, Dios mediante, he de confrontar algún día con la ilusión o visión de mis sueños”. Desgraciadamente estas aspiraciones del poeta no se cumplieron ni enviado por La Nación de Buenos Aires ni mucho menos valiéndose de sus propios recursos. Por eso su llegada a Tánger fue para él de una importancia reveladora, iniciática: “Confieso —dijo— que es para mí de un singular placer esta llegada a un lugar que se compadece con mis lecturas y ensueños orientales”. Y más adelante: “El aspecto de la ciudad es completamente oriental. Me siento por primera vez en la atmósfera de una de mis más preferidas obras, las deliciosas narraciones que han regocijado y hecho soñar mi infancia, en español, y complacido y recreado más de una vez mis horas de hombre en la incomparable y completa versión francesa del doctor Mardrus: Las mil noches y una noche”. Creo importante señalar que Rubén no olvida trazar ciertas diferencias entre la cultura occidental cristiana y la cultura oriental musulmana, anteponiendo esta última a la primera. Para él los orientales son espíritus creyentes y fatalistas, llenos de ferocidades, de noblezas, de arrojos, de vicios y de virtudes naturales, y, en cambio, los occidentales estamos llenos de artificialidad, de sequedad y de desencanto víctimas del progreso y de la civilización. “El desdén inmenso —dijo— que estos hombres sienten por nosotros tiene su base principal en el concepto distinto de la vida que hay en su cerebro. Ellos no guardan, como los que somos cristianos, ciertas ideas del pecado que hacen dura y despreciable la vida terrestre, y en su inmortalidad teológica, no esperan ni premios ni castigos que vayan más allá de nuestra comprensión”. Es decir, Documenta rubendariana 225 que, para Darío, en el Oriente se vive la vida con plenitud y naturalidad mientras que en Occidente las represiones de carácter religiosas y las filosofías racionalistas hacen más inauténticas y alienantes nuestras vidas. Según parece, Darío recordaba de memoria o llevaba consigo Las mil y una noches, porque al finalizar el viaje por Tánger escribió: “Y al partir y al despedirme de ese lugar y de este país… vuelve a mi memoria el libro maravilloso, el libro glorioso, a quien se debe tanta magia, tanto color, tantas sanas alegrías y visiones interiores, el adorable Alf lailah oua lailah-Las mil y una noches”. Por otra parte, en la obra en prosa de Borges la presencia de Las mil y una noches es constante, recurrente. Sin lugar a dudas, es el escritor en lengua española que más se ha ocupado y aprovechado de este libro. Realizó y publicó antologías, ensayos, traducciones y recreaciones. En la introducción de “El informe Brodie” llegó a decir: “No soy, ni he sido jamás, lo que antes se llamaba un fabulista o un predicador de fábulas y ahora un escritor comprometido… Mis cuentos como los de Las mil y una noches, quieren distraer o conmover, no persuadir”. Y en la conferencia “Credo de poeta” afirmó: “Cuando pienso en Las mil y una noches, lo primero que tengo es una sensación de libertad… encontramos —en este libro— hombres perversos y hombres buenos, recompensas y castigos, anillos mágicos y talismanes”. Tal como señaló Juan Goytisolo, el escritor argentino encontró en Las mil y una noches ese sueño del cuento “circular e infinito”, de cajas o muñecas rusas que resumió en aquellos versos memorables: El sueño se disgrega en otro sueño Y ese en otro y en otros, que entretejen Ociosos un ocioso laberinto. 226 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Mencionemos algunos de ellos: “Historia de los dos que soñaron”, “El espejo de tinta”, “El tintorero enmascarado Hákim de Merv”, “El acercamiento de Almotasin” y “El zahir”, entre otros. Y en el cuento “El hombre en el umbral” aspira a recrear y rememorar el tono y el estilo de los inigualables relatos árabes: “Mi texto será fiel: líbreme Alá de la tentación de añadir breves rasgos circunstanciales o de agravar, con interpolaciones de Kipling, el cariz exótico del relato. Este, por lo demás, tiene un antiguo y simple sabor que sería una lástima perder, acaso el de Las mil y una noches”. Ahora bien, como un ejemplo de uno de sus textos preferidos de Las mil y una noches no olvidemos que el escritor argentino recogió en la sección “Museo” de los Anales de Buenos Aires, el “Juramento del cautivo” que pertenece al cuento “El pescador y el efrit”. En él se refiere a la curiosa historia de un genio que desesperado después de miles de años de permanecer encerrado en una botella por haberse rebelado contra Soleimán jura que a quien le dé la libertad lo matará. “Juré —dice el genio— por el Nombre Muy Alto: a quien me dé la libertad yo lo mataré. Prepárate a morir, oh mi salvador.” Y a este mismo cuento, Borges cultivador de reiteraciones, alude en dos versos del poema “Metáforas de Las Mil y Una Noches”: el genio confinado en la vasija de cobre por el sello salomónico. Me parece oportuno reproducir aquí el párrafo con el que inicia Borges la conferencia “Las mil y una noches”, que incluyó en su libro Siete noches, y donde manifiesta su acendrado orientalismo identificado con el amor y el culto a los imperecederos y maravillosos cuentos árabes: “Un acontecimiento capital de la historia de las naciones Documenta rubendariana 227 occidentales es el descubrimiento del Oriente. Sería más exacto hablar de una conciencia del Oriente, continua, comparable a la presencia de Persia en la historia griega. Además de esa conciencia del Oriente —algo vasto, inmóvil, magnífico, incomprensible— hay altos momentos y voy a enumerar algunos. Lo que me parece conveniente, si queremos entrar en este tema que yo quiero tanto, que he querido desde la infancia, el tema del libro de Las mil y una noches, o, como se llamó en la versión inglesa —la primera que leí— The Arabian Nights: Noches árabes. No sin misterio también, aunque el título es menos bello que el libro de Las mil y una noches”. En definitiva, Darío y Borges, desde su niñez, fueron fervientes y agradecidos lectores de Las mil y una noches; se nutrieron de sus recursos literarios y retóricos, como la poética, el ambiente, los personajes y el marco del relato; mucho aprendieron de ella sobre la vida y la cultura del Oriente exótico y mágico que tanto les atrajo y sedujo; la consideraron como una de las grandes obras canónicas de la literatura universal; y, sobre todo, disfrutaron en sus páginas, cuento a cuento, narración tras narración, el deleite apasionado de la lectura. 228 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 La edición crítica de las crónicas de Rubén Darío: problemas, soluciones y hallazgos* Günther Schmigalle CUANDO LA crítica textual o ecdótica surgió en el siglo XIX, sus objetos preferidos fueron los textos clásicos de la edad antigua, la Biblia, las epopeyas de la Edad Media, y algunos de los grandes poetas nacionales, como Shakespeare, Goethe o Cervantes. La Iglesia se opuso un buen tiempo a una práctica que parecía convertir la palabra de Dios en un tejido de tradiciones manuscritas y orales, de copias, errores, coyunturas, palimpsestos y enmenda ciones. En el siglo XX, la crítica textual se extendió para abarcar también a los grandes poetas y escritores modernos, buscando siempre la forma ideal, original, o por lo menos la más auténtica posible, de sus obras. Tenían que ser poetas grandes y obras significativas, para justificar la gran inversión en tiempo y trabajo intelectual que implica la elaboración de una edición de ese tipo: cuando un teólogo y escritor británico propuso aplicar la crítica textual a los cuentos de Sherlock Holmes, lo hacía en un plan humorístico1 (Hoy, esa edición existe).2 En el caso de Darío, si las ediciones críticas de sus grandes libros de poesía ya fueron aceptadas hace buen __________________________ * Ponencia enviada al Congreso Internacional “Rubén Darío: archivos y revistas del modernismo en la era digital”. Madrid, Universidad Complutense, 29 y 30 de noviembre de 2012. 1. Knox, 1928. 2. Doyle, 2005-2006. Documenta rubendariana 229 tiempo por los expertos y por el público académico, con la ecdótica aplicada a sus crónicas nos encontramos todavía en un campo marginal, pero, creo, en un campo muy fértil. Sea como sea, buscar la versión más auténtica de las crónicas darianas no parece demasiado difícil. Los manuscritos de las crónicas de Darío se consideran como perdidos y la principal fuente de variantes es la existencia, en muchos casos, de una versión publicada en periódico y otra en volumen. Y todavía cuando la versión en volumen se debe al mismo Darío, como es el caso de sus libros en prosa desde Los raros hasta Todo al vuelo, las variantes no son problemáticas; es suficiente registrarlas en la edición crítica. Un problema mayor son los volúmenes compilados después de su muerte por diversos editores. Entre ellos había poetas, amigos y familiares de Darío, pero ningún filólogo. En muchos casos se empeñaron en mejorar los textos darianos y sus versiones mutiladas o tergiversadas fueron retomadas por editores posteriores, creando filiaciones poco auténticas. En estos casos el trabajo del editor crítico se parece a una vuelta a los orígenes o también a un trabajo de limpieza. “Para Housman, la crítica textual fue en primer lugar una empresa moral. Porque el crítico de texto está comprometido con la busca de la verdad y el destierro del error. … La perpetuación y multiplicación de errores durante la transmisión de textos a largo plazo es una buena imagen o paradigma del engaño y de la deterioración humana en general: decimos sobre textos, como sobre hombres o de ideas, que se corrompen. Determinar qué escribió realmente un autor antiguo es, de una manera limitada pero significativa, volver a poseer una certitud perdida, volver a ver las cosas como son en realidad”.3 Vamos a poner unos ejemplos. __________________________ 3. Page, 1983: p. 165. 230 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Estableciendo el texto auténtico: Mimí Pinson En 1902, el periodista francés Adolphe Brisson publicó una especie de novela documental, basada en una investigación sobre el ambiente de los obreros en Montmartre. Le puso como título Florise Bonheur, nombre (aparentemente auténtico) de una muchacha costurera con la cual hizo amistad y que le facilitó el acceso a ese mundo todavía bastante desconocido del público lector, a pesar del naturalismo y de las novelas de Émile Zola. Darío leyó el libro y redactó una reseña que se publicó en La Nación, el 13 de abril de 1902, bajo el título “Las transformaciones de Mimí Pinson”. Mimí Pinson es una griseta, protagonista de un poema de Alfred de Musset publicado en 1840. La reseña de RD se concentra en la obrerita, la cual trata de ubicar entre la tradición literaria (aparte de Musset, se refiere también a la obra de Murger, Escenas de la vida de bohemia) y la actualidad, agregando observaciones, impresiones y experiencias propias y comparando las grisetas de antaño con las adineradas cortesanas de la actualidad. “Las transformaciones de Mimí Pinson” pertenece, cronológicamente, a la época de La caravana pasa, pero por algún motivo que ignoramos, Darío no incluyó esta crónica en este libro. Alberto Ghiraldo la rescató en 1925. Al incluirla en el volumen “Impresiones y sensaciones” de su edición de Obras completas, hizo algunos cambios al texto, principalmente para hacer desaparecer todas las referencias al libro de Adolphe Brisson y ocultar el hecho de que se trataba de una reseña. Borró párrafos enteros del texto de Darío e introdujo algunas frases que no existían en el texto dariano. Su objetivo: aparentar que se trataba de una especie de poema en prosa, surgido del cerebro de Darío bajo la inspiración la musa. Le puso además una Documenta rubendariana 231 fecha equivocada: 1900.4 Las Obras completas de la editorial Afrodisio Aguado, cuyo editor no tuvo acceso a La Nación, reprodujeron la versión de Ghiraldo.5 Nosotros, en nuestra edición de Crónicas desconocidas, presentamos el texto tal como apareció en La Nación, tratando de hacerlo accesible como producto de lecturas y experiencias de Darío, como un texto surgido en un contexto histórico específico.6 Estableciendo el texto auténtico: En la isla de oro De los dos viajes de Darío a Mallorca (el primero de noviembre de 1906 a marzo de 1907, el segundo de octubre a diciembre de 1913) surgieron dos series de crónicas publicadas en La Nación: la primera, bajo el título “En la isla de oro”, publicada en seis partes, entre abril y julio de 1907; la segunda, bajo el título “El oro de Mallorca”, publicada también en seis partes, entre diciembre de 1913 y marzo de 1914. Esta segunda serie se puede caracterizar como novela inconclusa, con personajes ficticios y una trama esbozada; su interés principal reside en las confesiones del protagonista Benjamín Itaspes, que arrojan luz sobre la vida íntima de Darío, mucho más que su Autobio grafía. La primera serie, “En la isla de oro”, también suele clasificarse hoy como intento de novela, lo cual es más difícil de justificar, ya que se trata más bien de una serie de impresiones de viaje, de conversaciones y divagaciones entre el poeta y sus amigos mallorquines, agregando un solo personaje ficticio, una dama inglesa llamada “Lady Perhaps”. Contiene también muchos recuerdos de lectura, opiniones sobre Santiago Rusiñol, sobre Ramón Llull, __________________________ 4. Darío, 1925: 83-95. 5. Darío, 1950-1953: 1, pp. 789-797. 6. Darío, 2006: pp. 131-142. 232 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 sobre el archiduque Luis Salvador, y una larga polémica, única en la obra dariana, contra George Sand, mujer emancipada y “martirizadora de poetas”. En fin, novela o no, lo que nos preocupa aquí es la historia de ese texto. En la isla de oro fue rescatada, como muchos otros escritos darianos, por el incansable Alberto Ghiraldo, quien la publicó junto con otra novela inconclusa, El hombre de oro.7 Y como era de esperar, se esmeró en mejorar el texto: a) Cambió el título “En la isla de oro” en “La isla de oro”. Cambió en título del primer capítulo de “Divagaciones” en “Introducción” (ça fait plus b) Borró los cuatro primeros párrafos del primer capítulo, de manera que el relato ya no comienza por “Vea usted —me dijo la rubia dama inglesa de ojos extraordinarios y de boca de fruto” (¿comienzo demasiado frívolo?), sino por “He aquí la isla en que detiene su esquife el argonauta del inmortal ensueño” (ça fait beaucoup plus sérieux!). En 1970, 33 años después de Ghiraldo, Roberto Ibáñez, en sus Páginas desconocidas de Rubén Darío, incluyó una versión correcta de En la isla de oro, basada en una transcripción directa del diario La Nación.8 A partir de esta fecha, los editores de la primera narración mallorquina de Darío tenían la posibilidad de escoger entre el texto de Darío transcrito por Ibáñez, y el texto de Darío mutilado por Ghiraldo. Curiosamente, que yo sepa, todos han preferido la versión de Ghiraldo. Ejemplo: el libro __________________________ 7. Darío, 1937: pp. 49-94. 8. Darío, 1970. Documenta rubendariana 233 de Luis Miguel Fernández Ripoll, publicado en 2001 y basado en su tesis doctoral del año 1986. Después de una excelente introducción donde describe los viajes de Darío a Mallorca e interpreta detenidamente sus obras mallorquinas, el autor presenta una edición muy bien anotada de las dos “novelas”. Solamente, en el caso de En la isla de oro presenta la versión de Ghiraldo…9 Y sin embargo, una nota a pie de página (p. 175) demuestra que el autor conoce perfectamente la historia del “doble rescate” de En la isla de oro. No es posible que no se haya dado cuenta de las diferencias substanciales entre la versión de Ghiraldo y la de Ibáñez. ¿Por qué no trató de averiguar cuál de las dos versiones es la más auténtica? Ignoramus et ignorabimus. Estableciendo las fechas correctas: la visita de Darío a Lourdes La dramática vida de Rubén Darío de Edelberto Torres sigue siendo la más completa, la más detallada, la insuperada y quizás insuperable biografía del poeta. La octava edición, publicada en Nicaragua hace dos años gracias a los esfuerzos de Myrna Torres, hija del autor, y del editor Melvin Wallace, da testimonio de su actualidad. Torres tuvo la inmensa ventaja de contar con la colaboración de contemporáneos y amigos de Darío que aún vivían. Era un gran buscador de materiales y un buen estilista. Su narración tiene un hilo rojo que fascina al lector: la guerra implacable que le hizo a Darío su cuñado y cruel enemigo, Andrés Murillo, que logró destrozar para siempre la felicidad anhelada por el poeta. Y sin embargo, hoy tenemos acceso a materiales que no estaban al alcance de Torres. __________________________ 9. Fernández Ripoll, 2001: pp. 175-225. 234 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Apoyándonos en la edición crítica de las crónicas darianas, podemos corregir y mejorar algunos datos de su gran libro. Está, por ejemplo, la visita a Lourdes. Torres afirma que a inicios de 1900, Darío, como corresponsal de La Nación, después de recibir la orden de trasladarse de Madrid a París para “cubrir” la Exposición Universal, visitó el santuario de Lourdes como peregrino. Desde la primera hasta la cuarta edición del libro de Torres, el 11 de febrero Darío estaba de rodillas “ante la virgen blanca esculpida en mármol”.10 ¿De dónde salió este 11 de febrero? No lo sabremos nunca, ya que en las primeras ediciones de su biografía, Torres no indicaba sus fuentes. En ediciones posteriores, el 11 de febrero desaparece sin explicación alguna, y la peregrinación de Darío ocurre “un buen día”, pero sin fecha exacta.11 Aquí sí Torres indica su fuente: se trata de una crónica que apareció primero en el tomo VIII de las Obras completas editadas por Ghiraldo, y después en el tomo IV de las Obras completas de la editorial Afrodisio Aguado, bajo el título “Diorama de Lourdes. Bernadette”.12 Ese texto, a medio camino entre el poema en prosa y la impresión de viaje, contiene algunos detalles que parecen indicar la presencia del autor en el lugar de los hechos, es decir la presencia de Darío en Lourdes. No lleva fecha. Lourdes, se sabe, queda en los Pirineos, a medio camino entre Madrid y París; Darío redactó su última crónica madrileña el 31 de marzo de 1900, y su primera crónica parisiense el 20 de abril de 1900. Tuvo tiempo, pues, para visitar el santuario, aunque no en febrero, sino en __________________________ 10.Torres, 1952: pp. 235-236; Torres, 1982: p. 230. 11. Torres, 1980: 461; Torres 2010: p. 429. 12.Darío, 1924: 145; Darío, 1950-1953: 4, pp. 470-484. Documenta rubendariana 235 abril. Y la idea poética de que Darío fue a Lourdes para fortalecerse en la fe de sus antepasados, antes de entrar en el infierno decadente de París, fue aceptada y repetida por numerosos apreciables dariístas: “Parte para París haciendo una visita al santuario de Lourdes”.13 “Parte para París y hace una visita al santuario de Lourdes”.14 “En 1900 estuvo el poeta en Lourdes y su impresión es positiva”.15 “En el otoño viaja por Italia y con motivo del Año Santo visita al papa León XIII. Estas experiencias, sumadas a su visita al santuario de la Virgen en Lourdes, lo conmueven profundamente”.16 “Parte hacia París en donde hace una visita al santuario de Lourdes”.17 “Visita el Santuario de Lourdes, en Francia”.18 Se nota que algunos autores creen que Lourdes es un barrio de París, pero que ninguno cuestionó la fuente de la supuesta peregrinación de Darío. Sin embargo, una lectura atenta del texto tal como apareció en las Obras completas de Ghiraldo y de Aguado, despierta algunas dudas: ese texto pinta un paisaje de verano, y no un paisaje de abril. En abril, la nieve cubre todavía los Pirineos, y los peregrinos y enfermos prefieren quedarse en su casa. Avanzamos un paso más y consultamos la cronología de las crónicas de La Nación, establecida hace algunos años por Susana Zanetti: veremos que “Lourdes” fue publicada el 21 de marzo de 1894, bajo el título completo: “Diorama de Lourdes – Bernadette – Impresiones – Zola y su nueva novela”.19 No puede, pues, reflejar una visita que tuviera lugar en 1900. __________________________ 13.Valle-Castillo, 1992: 528; Valle-Castillo 2000: p. 203. 14.Valle-Castillo, 1993. 15.Montero, 1997: p. 133. 16.Rossi de Fiori, 2004: p.254. 17.Valle-Castillo, 2010: p. 22. 18.Rivera Montealegre, 2012: p. 409. 19.Zanetti, 2004: p. 142. 236 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 En fin, si tenemos la suerte de ubicar un ejemplar de La Nación y leemos la crónica original, vemos que el texto consta de doce párrafos, numeradas en cifras romanas de I a XII, y que en Ghiraldo y Aguado estamos frente a una versión mutilada, de la cual fueron eliminados los párrafos IX, X, XI y XII. Las referencias en estos párrafos permiten ubicar la crónica en su contexto. El mundo intelectual, en Francia, estaba dividido entre los adeptos del naturalismo, del materialismo, del darwinismo, cuyo protagonista principal era Zola, por un lado; y los partidarios de las corrientes neocristianas y neorreligiosas, por el otro. El anuncio de Zola, en 1891, de que su próxima novela trataría del tema de Lourdes despertó grandes expectativas; se hablaba de curar el cisma, se vaticinaba una conversión del gran escritor, seguida posiblemente de su admisión en la Academia Francesa, a la cual se había aplicado vanamente... En marzo de 1894 se anunció que Lourdes se publicaría por entregas en La Nación, lo cual provocó una animada discusión en las páginas del diario, bajo el lema “¿Cree Zola en el milagro?”. Algunos lectores atacaron ferozmente a Zola, apoyándose en los argumentos de Max Nordau; otros, que lo habían leído, lo defendieron, entre ellos el general Lucio V. Mansilla, amigo de Darío. El 14 de abril La Nación publicó un resumen del debate en el cual la redacción del diario, con una franqueza hoy inconcebible, tildaba a algunos lectores de “pobres de espíritu”. El 15 de abril comenzó la publicación de la novela por entregas. En fin, la crónica de Darío forma parte de esta discusión y fue quizás su punto culminante. Otros puntos culminantes del asunto, independientemente de las discusiones en La Nación, fueron el 19 de septiembre de 1894, día en que la novela fue puesta en el Índice por la Iglesia, prohibiendo su lectura a los católicos creyentes, y el 26 de enero de 1895, día en que el anatema cayó sobre toda la obra de Zola. Documenta rubendariana 237 No hubo, pues, visita o peregrinación de Darío a Lourdes, al menos que, durante su primera estancia en París, entre el 15 de junio y el 3 de agosto de 1893, haya viajado de París a Lourdes en el sleeping-car del Pyré nées-Express, como lo hiciera Zola el año anterior… Pero eso no es probable: si lo hubiera hecho, hubiera mencionado esta visita en su segunda crónica sobre Lourdes, la que fue incluida en el primer libro de La caravana pasa. Pero se sabe que el único que habla en esta crónica es Gonzalo Núñez, el famoso músico y ocultista puertorriqueño, amigo de Darío y de Amado Nervo; su conclusión es: “No creo que esos milagros sean hechos por Dios, y si no lo son, son obra de su enemigo”.20 Concluimos por nuestra parte que “Diorama de Lourdes” es un texto de ficción y que Darío nunca visitó la pequeña ciudad donde la Virgen apareció a Bernadette Soubirous. Comentando los textos: el abate Claude Además de averiguar la forma auténtica y la fecha correcta del texto, la edición crítica suele brindar también un comentario para facilitar la comprensión del mismo. Simplificando un poco, se pueden diferenciar dos tipos de comentario, que llamaremos el comentario escueto y el comentario amplio. El comentario escueto se mantiene subordinado al texto y se conforma con aportar informaciones para aclarar dificultades puntuales que el lector puede encontrar en él. El comentario amplio acompaña al texto, mantiene un diálogo con él, lo recontextualiza y lo interpreta. Para poner un ejemplo, si Darío en una crónica narra su desencuentro con Verlaine, el comentario escueto apunta que Paul Verlaine era un poeta francés nacido en __________________________ 20.Darío, 2000-2005: 1, p. 187. 238 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 tal fecha, muerto en tal fecha, y que sus obras principales se llaman así y así. El comentario amplio pregunta si el desencuentro tal como lo narra Darío es plausible, si existen otros testimonio sobre el mismo, cómo era la vida de Verlaine en la época en la cual Darío lo conoció, cómo fue su trato con otros poetas franceses y extranjeros, etc.21 El comentario amplio podría llamarse la conciencia crítica del texto. En el caso de textos clásicos como el Quijote o de la Destruición de las Indias,22 encontramos a veces un comentario amplio estructurado en dos partes: una combinación de notas breves al pie de página que facilitan la lectura y unas notas finales extensas para el lector que quiera profundizar en algún tema. En el caso de los clásicos, el comentario amplio suele presentar un resumen de la recepción crítica de la obra, de manera que el lector, con respecto a cualquier párrafo del Quijote o verso de Hamlet, puede verificar cómo tal párrafo o verso fue interpretado en el transcurso de los siglos. Tratándose de las crónicas de Darío, cuya recepción crítica hasta la fecha ha sido casi nula, el énfasis del comentario amplio no puede hacer hincapié en la recepción de estos textos, sino en su génesis. Como el comentario amplio tiene mucha afinidad con la investigación de los textos y con su interpretación, llega a veces a hallazgos inesperados, que permiten enriquecer hasta la biografía de Darío. Vamos a poner dos ejemplos. El 9 de abril de 1906 apareció en La Nación la crónica “El general y el abate”.23 Su protagonista principal es __________________________ 21.Schmigalle, 2011. 22.Cervantes, 2001; Las Casas, 2009. 23.Darío, 2006: pp. 492-499. Documenta rubendariana 239 un abate francés que dejó los hábitos y se puso a recorrer el mundo; se enamoró locamente de una mujer en una ciudad de provincia de la Argentina; tuvo varios hijos con esa mujer, que luego lo abandonó; se entregó al alcoholismo; y vivió un tiempo en Buenos Aires, formando parte de los círculos literarios a que pertenecían Darío y Eugenio Díaz Romero y de quienes Darío ha dicho: “Se comprende que la sobriedad no era nuestra principal virtud”.24 Su alcoholismo empeoró; el general Mitre lo salvó en una situación muy difícil; al fin resolvió volver a Francia, pedir perdón, hacer penitencia y reintegrarse a la Iglesia, con la ayuda de un cardenal pariente suyo. Darío, después de ser su amigo en Buenos Aires, lo fue nuevamente en París. Además de la crónica mencionada, le dedicó un capítulo de su autobiografía.25 Otros literatos, como Rufino Blanco Fombona, lo entrevistaron también, por recomendación de Darío.26 En la crónica citada, Darío abrevia el apellido del abate con la letra C…, en su autobiografía dice que su apellido fue Claude, de una tarjeta postal conservada en el Seminario Archivo deducimos que su nombre completo fue Charles Marie Claude. En los Archivos Históricos de la diócesis de París hemos encontrado algunos datos sobre él: nació el 28 de marzo de 1853 en Rambervillers (Vosgos), fue ordenado como sacerdote en Saint-Dié (Vosgos) el 23 de mayo de 1876, se desempeñó como profesor en el colegio de Rambervillers de 1876 a 1880 y luego como preceptor en la casa del señor Farcy, 22 bulevar de los Capuchinos, Paris (II.o), fue nombrado vicario de la iglesia Saint-Pierre de Montrouge el 23 de noviembre de 1881, __________________________ 24.Darío, 1915: p. 167. 25.Darío, 1915: pp. 187-189. Cf. Jirón Terán, 1999: p. 47. 26.Blanco Fombona, 1903: pp. 177-179. 240 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 y de la de Saint-Pierre du Gros Caillou el 4 de enero de 1889, y abandonó la diócesis de París en junio de 1889. Ya en mayo de aquel año el consejo arzobispal lo amenazaba con retirarle su celebret. Todavía no hemos encontrado documentos sobre su vida en Argentina, ni sobre su retorno a Francia y al redil de la Iglesia. La “Cartuja en una isla cerca de Niza” a la cual, según Darío, se retiró, se puede identificar: se trata de la abadía de Lérins, en la isla de Saint-Honorat, cerca de Cannes más bien que de Niza. La postal que el abate envió a Darío el 2 de diciembre de 1906 trae una foto de ese claustro, que parece fortaleza o cárcel. La tarjeta, dirigida al departamento de Darío en el número 3 de la rue Marivaux, “frente al costado de la Opera Cómica”,27 fue redirigida “chez Mme de Montfort, 2 de mayo, 10 Villa ‘El Terreno’,28 Palma de Mallorca (Baleares)”. El texto de la postal, corto pero bilingüe, dice: “Muchos recuerdos!!! Amitié, félicité --- Charles Marie Claude” (2-XII-1906. Carpeta 78 / n.° 4479).29 En cuanto a su parentesco con un cardenal, mencionado también por Darío, pareciera que el abate Claude fue hijo de una de las numerosas tías del cardenal François-Désiré Mathieu (1839-1908), escritor prodigioso, muy identificado con el papa León XIII. Por medio de la correspondencia de este purpurado se podrían sin duda verificar algunos de los detalles más rocambolescos que Darío refiere sobre su amigo. También sería interesante localizar las “inéditas homilías” del abate, admiradas por Darío. En cuanto al contexto histórico, los libros de Albert Houtin brindan una abundante documentación sobre los sacerdotes que __________________________ 27.Contreras, 1930: p. 96. 28.No “El Torrero” (Torres 1980: p. 565; Torres, 2010: p. 525). 29.Villacastín, 1987: p. 476. Documenta rubendariana 241 abandonaron la Iglesia, para siempre o por un tiempo, en aquellos años de crisis modernista.30 Comentando los textos: una amante “Mi esposa es de mi tierra; mi querida, de París”, dice Darío en el prólogo a sus Prosas profanas. El poeta tuvo varias queridas en París, pero una de ellas tiene nombre y apellido: su “nombre de guerra” o seudónimo de artista fue Marion de Lorme. Darío la conoció cuando llegó a París en el verano de 1893, con “una buena suma de sueldos adelantados” del presidente de Colombia, Rafael Núñez.31 Un biógrafo la llama “cierta hetaira de coturno”,32 ya que sus amores fueron gratos, pero no gratis. Cuando se conocieron, Darío tenía 26 años; ella tenía 24. La menciona en varias crónicas, entre ellas en las famosas “Reflexiones del Año Nuevo parisiense”, donde la rubia Marion figura con la Bella Otero y Liane de Pougy entre las mujeres más fatales del fin de siglo.33 Pero hasta en 1912, cuando dicta su autobiografía, cuenta brevemente la historia de su relación y manda un nostálgico saludo a su amante de antaño.34 Marion de Lorme pertenecía a una categoría de hetairas a quienes se les pagaba “con cuadros, con estatuas o con libros recién publicados”.35 Su mansión, llena de obras de arte, se encontraba en la avenida Víctor Hugo, no muy lejos de la casa donde vivió y murió el gran poeta de Francia, cerca de la pastelería del señor Gagé, donde __________________________ 30.Houtin, 1908; Houtin, 1910. 31.Darío, 1915: pp. 141-142. 32.Contreras, 1930: p. 77. 33.Darío, 1901: p. 152. 34.Darío, 1915: p. 156. 35.Guzmán, 1893: p. 65. 242 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 “se dan y se reciben citas para las intrigas y pasatiempos lúbricos”,36 y cerca del “hôtel” de su colega y rival Liane de Pougy.37 A parte de las intrigas amorosas propiamente dichas, la bella Marion, que utilizaba para su correspondencia un lujoso papel de cartas con el lema “Me abro de noche”,38 tenía otros ingresos: en enero de 1893, su nombre surge en el contexto del escándalo de Panamá. Como Émilienne d’Alençon y otras de su medio, había cobrado fuertes cheques de los constructores del canal, por haber convencido a sus clientes más pudientes a invertir sus fondos en la fraudulenta compañía. Se les amenazaba a las damas con un juicio por corrupción, que, según parece, no se concretizó.39 En una entrevista con el escritor Victorien de Saussay, la rubia belleza ha contado su vida.40 Después de una infancia dramática e infeliz, debutó a los diecisiete años como cantante en el Alcázar del Invierno. Teresa y Paulus fueron sus maestros, y el público aplaudía su actuación y su voz de soprano en piezas como Manon, la Cagnotte y Un bébé. Se retiró del teatro (en 1886 según parece) para vivir tranquila con un hombre amado, lo cual no se logró: más bien cuenta con mucha emoción la historia de los jóvenes que se han matado, o han querido matarse por ella, por culpa (por supuesto) de los padres. Anuncia —punto culminante de la entrevista— que volverá pronto a las tablas, sin dar más detalles. En junio de 1893 —Darío llega a París el 15 o el 16 de este mes— Marion figura entre las acusadas del famoso escándalo del baile __________________________ 36.Guzmán, 1893: p. 60. 37.Chalon, 1994. 38.Buffet, 1930: p. 38. 39.Fin de Siècle, 24 de enero de 1893. 40.Fin de Siècle, 11 de febrero de 1893. Documenta rubendariana 243 de las Cuatro Artes, pero es absuelta.41 A continuación, se mantiene en los titulares por medio de los pequeños incidentes habituales: en julio de 1893 (Darío está todavía en París), cuando una tribu de indígenas de la Costa de Marfil es instalada en una exposición antropológica en el Jardín de Aclimatación, Marion decide averiguar “cómo son los Paï-Pi-Bri enamorados” y queda encantada con su aventura.42 Un poco después le roban su billetera, pero la logra recuperar.43 Durante una carrera de caballos, anuncia su próximo traslado a una mansión de la avenida de Wagram,44 más suntuosa todavía que la de la avenida Víctor Hugo.45 En diciembre se resfría durante un baile, sufre de pleuresía, pero se recupera.46 Un artículo nos lleva al segundo piso del pequeño hôtel estilo Renaissance, donde Marion, al terminar su dura jornada, es desvestida por su criada, antes de precipitarse en “su famosa cama de palo de rosa incrustado con maravillosas porcelanas de Sèvres, donde la fantasía de un artista ha pintado unos remolinos de amores y ha reproducido, para evocar el gran siglo de la pasión, los rasgos de la duquesa de Lamballe”.47 Todos los años, en la primavera, los reporteros enumeran las bellezas que desfilan en sus carruajes en las avenidas del Bosque de Bolonia o asisten en las carreras de caballos de Longchamp. El nombre de Marion no falta, pero siempre __________________________ 41.Gazette des Tribunaux, 24 junio de 1893 y 1. ° de julio de 1893. 42.Fin de Siècle, 30 de julio de 1893. 43.Fin de Siècle, 17 de agosto de 1893. RD partió de París el 2 o el 3 de agosto. 44.Fin de Siècle, 15 de abril de 1894. 45.Bonnefont 1895. 46.Fin de Siècle, 21 de diciembre de 1894. 47.Fin de Siècle, 25 de diciembre de 1894. 244 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 va incluido en el grupo de las semimundanas, nunca sube al grupo más alto de las “artistas”, donde figuran Émilienne d’Alençon, la Bella Otero, o Liane de Pougy. El éxito de esta última, que además de hetaira es actriz y bailarina, y pronto será escritora, molesta mucho a Marion, y el reportero menciona discretamente que “cierta belleza rubia, una de las joyas de Citera, ya no duerme bien por causa de los éxitos de la bella Liane. Bien pronto buscará en un escenario de bulevar los aplausos de los parisienses, y seguramente su bella sonrisa sabrá conquistar aun a los más difíciles”.48 En fin, en julio de 1896, en su mansión de la avenida de Wagram, durante una fiesta con sus allegados más íntimos, se escenifica la pieza escrita por Marion, en la cual ella misma desempeña el papel principal: El hombre del mundo, pieza autobiográfica y además “pièce à clé”, “donde se ponen en la escena unos personajes muy reales y muy conocidos del mundo parisiense”.49 La pieza, que pudo haberse llamado “Aquel joven que quiso matarse por mí”, no llegó nunca a una representación pública; tampoco se ha publicado el texto. La amante parisiense de Darío fue una actriz y escritora frustrada… Conclusión Averiguar la forma auténtica y la fecha correcta de un texto, acompañarlo con un comentario adaptado a sus características, facilitar el acceso por medio de índices completos son elementos de una edición crítica que no solamente permiten una mejor comprensión de las crónicas de Darío, sino también contribuyen a su interpretación, a la investigación dariana y pueden llegar hasta corregir __________________________ 48.Fin de Siècle, 26 de abril de 1894. 49.Fin de Siècle, 5 de julio de 1896. Documenta rubendariana 245 y profundizar nuestro conocimiento de la biografía del poeta. Para terminar, una sugerencia práctica. Darío publicó sus textos en numerosos periódicos de muchos países, pero aproximadamente un 70 por ciento de sus crónicas se publicaron en un solo diario: La Nación de Buenos Aires, de la cual fue colaborador durante 26 años (1889-1915). A partir de 1899, como su corresponsal en España y Francia, La Nación le pedía 4 correspondencias mensuales. Tenemos la buena suerte de que este diario todavía existe. En la calle Bouchard de Buenos Aires tiene sus oficinas y un buen archivo histórico. Allí compré una parte de los microfilmes de La Nación; otra me mandaron de la Biblioteca del Congreso de Washington, donde la colección comienza en 1906. El precio no fue exorbitante. Pienso que toda institución especializada en Rubén Darío debería hacer un esfuerzo para adquirir la versión histórica de ese diario, ya sea en microfilme, ya sea (como corresponde a la edad de la telemática) en forma digitalizada, para ponerla a la disposición de sus lectores. De esa manera se facilitaría el acceso a los originales de muchos textos darianos, se evitarían algunos de los errores que hemos tenido que analizar en esta ponencia, y se podrían leer sus crónicas no solamente en su forma original, sino también en su contexto histórico, ya que muchos de los amigos, maestros y contemporáneos con quienes Darío mantuvo un diálogo permanente, publicaron también en las páginas de La Nación. 246 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Bibliografía BLANCO-FOMBONA, Rufino. Más allá de los horizon tes… Prólogo de Enrique Gómez-Carrillo. Madrid: Viuda de Rodríguez Serra. 1903. BONNEFONT, Gaston. Nos belles mondaines: Marion de Lorme. Paris: Ernest Flammarion. 1895. BRISSON, Adolphe. Florise Bonheur. Dessins de Geo Dupuis. Paris: Ernest Flammarion. 1902. BUFFET, Eugénie. Ma vie, mes amours, mes aventures. Confidences recueillies par Maurice Hamel. Paris: Eugène Figuière. 1930. CONTRERAS, Francisco. Rubén Darío. Su vida y su obra. 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Este libro da continuidad al análisis crítico que desde el 2003, con Barroco descalzo, el autor ha venido desarrollando en torno a la supuesta identidad nicaragüense construida por esa élite, la cual usó al personaje principal del teatro colonial El Guegüense como prototipo, y a Rubén Darío como símbolo del mestizaje racial y cultural. __________________________ 1. Versión editada de reseña aparecida en La Habana Elegante 52. Otoño-Invierno. (2012): www.habanaelegante.com del estudio de Erick Blandón Guevara. Discursos transversales: la recep ción de Rubén Darío en Nicaragua. Managua. Banco Central de Nicaragua. 2011. Documenta rubendariana 251 Discursos transversales sigue la ruta teórica iniciada por Aimé Cesaire y Franz Fannon, así como por la de investigadores hispanoamericanos como Enrique Dussel, Santiago Castro-Gómez y Aníbal Quijano. Bajo este marco epistemológico descentralizador, Blandón cuestiona la crítica literaria, que basándose exclusivamente en su poesía, construyó y consolidó la imagen que hoy prevalece de Rubén Darío como pasatista, esteticista y ajeno a los problemas de su tiempo. Una espada con una cruz por empuñadura representa en la cubierta la violencia epistémica que, según el autor, estaba en el horizonte de expectativas fascistas de quienes en su primera juventud fueron parte del movimiento de vanguardia, y más tarde hicieron la recepción de Rubén Darío en Nicaragua. Es por eso que, desde una perspectiva deluzeana, Blandón fagocita el concepto de heterogeneidad de Antonio Cornejo Polar, al igual que la teoría de la recepción de Hans Robert Jauss, para analizar la visión homogeneizadora de los letrados vanguardistas que leyeron e institucionalizaron a Darío. El cómo y porqué la ciudad letrada nicaragüense ocultó la subjetividad múltiple y contradictoria del poeta para hacerlo devenir figura monolítica es quizás uno de los aportes principales de Blandón para abrir una brecha inédita en los estudios darianos. El autor trabaja sobre los diferentes géneros literarios y periodísticos que Darío frecuentó, con especial énfasis en las crónicas, muchas de las cuales provienen del libro Crónicas desconocidas que recién editó el investigador alemán Günther Schmigalle. El libro, prologado por Leonel Delgado Aburto, investigador y profesor nicaragüense en la Universidad de Chile, está dividido en seis capítulos, más un anexo con textos casi desconocidos de Darío. Delgado Aburto, en el 252 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 prólogo, destaca el giro que Blandón ha dado con su crítica a los estudios tradicionales sobre Darío al resaltar su singularidad ambigua y contradictoria, y agrega que este análisis deslocalizador restituye lo moderno en Darío por encima de lo nacional, que fue en lo que hizo énfasis la recepción conservadora nicaragüense. El capítulo I, “Máquinas al asedio”, es una introducción que explora por qué Rubén Darío es visto en Nicaragua como un símbolo racial, además de “orgullo nacional” junto a Augusto C. Sandino. Son estudiadas en esta sección las distorsiones y torsiones de que ha sido objeto la figura y obra de Darío por las distintas corrientes ideológicas que se han disputado el poder desde 1916 hasta la fecha. En el capítulo II, “Silencios y olvidos”, Blandón reflexiona sobre los efectos de la tan anhelada modernidad que no solo Nicaragua, sino en toda Latinoamérica, se buscó sin éxito después de las independencias del siglo XIX. El intento de europeizar racial y culturalmente al país fue una constante de la élite nicaragüense que demandaba el olvido y el desprecio de todo lo que no fuera español y católico. La tensión interétnica que azotó a Nicaragua durante los llamados “Treinta años conservadores” (1858-1893) tuvo su clímax en 1881 con la matanza de los indígenas en Matagalpa y con la expulsión del país a los miembros de la Compañía de Jesús. Blandón reflexiona sobre la posibilidad de que esos hechos históricos, que fueron la expresión de la lucha de la “civilización contra la barbarie” en Nicaragua, incidieran en la formación del joven Darío. Lucha en la que el poeta se manifestó a favor de la “civilización” asumiendo las posturas liberales en las que perseveró a lo largo de su vida. La matanza de los indios, así como la expulsión de los jesuitas, fue un episodio que tanto la élite, Darío incluido, intentó borrar de Documenta rubendariana 253 la memoria de la nación mediante los silencios y olvidos que Blandón enuncia en esta parte. En el capítulo III, “Espectador y náufrago”, a partir de una aplicación creativa del naufragio como metáfora de la existencia del filósofo alemán Hans Blumenberg, Blandón hace un relato trágico del manoseo que la clase gobernante de Nicaragua infligió a Darío, usando como primera fuente el “diario” personal en el que Rubén Darío describe las desventuras y frustraciones de su viaje a México para la celebración del centenario de la Independencia. La caída del presidente José Madriz impulsada por Washington más la intervención de los Estados Unidos en los asuntos de su país abrieron una hendidura en la vida nacional de la que Darío no logró recuperarse; pero a la que tampoco se resignó, aunque ello lo llevó al naufragio en los últimos años de su vida. Por otro lado, Blandón también expone cómo, a pesar de que los discursos nacionalistas que han convertido a Darío en “prócer de la independencia cultural” (67) por el rechazo del poeta a la intervención estadounidense, su visión ante el poderío norteamericano es ambivalente. Ciertamente ve en los yanquis una amenaza a la herencia cultural grecolatina de Nicaragua y Latinoamérica, pero también los ve como un modelo a seguir en muchos aspectos como el periodismo. Según Blandón: “Defendió ‘el lujo del arte’ como necesidad en un país donde abundaba la riqueza y vio en el ‘triunfo del gran periodismo’ el primer gran indicio significativo de ese nuevo estado de abundancia” (68). El libro nos muestra a ese Darío contradictorio al que se ha querido negar para presentarlo coherentemente antimperialista; y agrega que su lejanía física de Nicaragua no le impidió, a través de sus crónicas periodísticas, estar al tanto y participar de la vida política de su país, como se ha insistido con frecuencia. 254 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Esto, explica el autor, puede atribuirse a “su indeclinable voluntad de oponerse a la ocupación extranjera […]” (70) y puede ser también “el origen de la ansiedad letrada que, contra las evidencias, sostiene que Rubén Darío no intervino en política porque fue exclusivamente poeta” (71). En el capítulo IV, “El cuerpo devorado”, Blandón analiza el montaje que el gobierno conservador y la Iglesia católica llevaron a cabo para apropiarse de la imagen y prestigio internacional del poeta durante su agonía y después de su muerte en 1916. Esta interpretación resulta iluminadora si se pretende leer de manera crítica el discurso con que se enterró a Darío como Príncipe de la Iglesia, obviando sus prácticas heterodoxas. Aquí también se escudriña el episodio obsesivo de Rosario Murillo, la esposa con quien fue forzado a casarse, pero con quien casi nunca convivió. Obsesión que encontró apoyo de la Iglesia y del gobierno impuesto por la intervención norteamericana, con la finalidad de convertir a Rubén Darío en un símbolo cultural hispano-católico, ajeno a su propuesta modernizadora. En este mismo capítulo, el autor desentraña la recepción conservadoranacionalista que de Darío se hizo a partir de la década de 1930. Según el autor, ese es el momento histórico en que se hace “[u]na lectura que transforma a Rubén Darío en falangista […]” (88). Asegura que se trataba de ponerlo en consonancia con el espíritu pasatista y regenerador de la generación del 98 en España, lugar de enunciación que no había sido cuestionado en Nicaragua antes de Blandón. En el capítulo V, “Poética del mestizaje”, deconstruye el discurso normativo del mestizaje que los exvanguardistas desarrollaron como fórmula de blanqueamiento de los múltiples cruces raciales existentes en Nicaragua, a fin Documenta rubendariana 255 de crear la identidad nicaragüense a partir de “un devenir otro —español o blanco— purificado por la occidentalización” (117). De esta manera, todo lo que no era tocado por la limpieza de sangre blanca o española era considerado como un obstáculo para el desarrollo cultural del país. La lectura e interpretación de Pablo Antonio Cuadra fueron cruciales en la estructuración y difusión del discurso del mestizaje. Ese discurso estaba en consonancia con el falangismo que pretendía reconstruir en las Américas el antiguo imperio español para dar continuidad al exterminio inconcluso de la barbarie. Un discurso aparentemente terso que encubría la violencia epistémica, que sirvió para justificar la instauración de una dictadura personal en Nicaragua. Así hicieron hablar a Darío desde un lugar de enunciación ajeno a sus propuestas modernizadoras, derivando de su poesía una poética del mestizaje, que devino discurso nacional, el cual atravesaría transversalmente lo que realmente dijo, escribió y pensó Darío. Según Blandón, ese discurso da por sentado que la identidad mestiza ha sido asumida por el inconsciente nacional, lo cual deviene una aporía, si se advierte la heterogeneidad étnica y racial constitutiva de Nicaragua. Por eso, hace énfasis en la genealogía eurocéntrica de corte falangista de ese pensamiento, cuando dice: “Los vanguardistas definieron a la literatura nicaragüense como grecolatina, católica y mestiza; y monumentalizaron a Darío como su origen, además de orgullo racial del mestizaje” (101). Tal concepción, añade, se estrella con un problema fundamental: los ancestros africanos de la mayoría de los nicaragüenses, incluido Darío y la mayoría de los mismos exvanguardistas. La construcción y manipulación llevada a cabo para ignorar el ancestro africano es uno de los debates mejor elaborados por Blandón para actualizar la crítica sobre el pensamiento de Darío. 256 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Finalmente, el capítulo VI, “Salida del museo”, es una invitación a desmitificar la figura de Darío y el discurso eurocéntrico, y propone una recepción, otra, no colonial. La lectura unilateral letrada, vigente, lejos de acercar a los nicaragüenses al mejor conocimiento de la vida y obra de una de las máximas figuras literarias de nuestro continente, provoca que el nombre de Rubén Darío sea “un constructo letrado vacío de significado para un 65% de la población […]” (126), según datos que arroja la encuesta que llevó a cabo el autor en su investigación para este libro. Esta es talvez la importancia de la propuesta de Blandón: hacer una relectura y relaboración más allá de los discursos transversales que petrificaron la imagen de Rubén Darío vaciándolo de significado. En suma, Discursos transversales es un planteamiento que rejuvenece los estudios de la obra de Rubén Darío, poniendo en el centro su pensamiento, casi siempre ignorado por la crítica que privilegió las novedades métricas y musicales de su poesía. VI HOMENAJES Homenajes 259 Actividades conmemorativas del centenario de PAC 4 de noviembre 1912-2012, se cumplió un siglo del nacimiento de don Pablo Antonio Cuadra Cardenal, el humanista más importante de Nicaragua durante el siglo XX, poeta, dramaturgo, narrador, ensayista, pintor, periodista; ingresó a la Academia Nicaragüense de la Lengua en 1945 y fue director de esta desde 1964 hasta el día de su deceso, el 2 de enero de 2002. Varias instituciones culturales del país celebramos su centenario en 2012. En lo que respecta a nuestra Academia las cinco publicaciones programadas para ese año fueron dedicadas a la celebración de su centenario, así como todas las actividades públicas de nuestra Casa. Formamos parte del comité central creado para este propósito y de esta manera participamos en importantes actividades calendarizadas: exposición fotográfica, bibliográfica, de manuscritos y pinturas, concurso de poesía a nivel latinoamericano, simposios y paneles, etc. Entre las múltiples actividades de la ANL, se destacó la edición de dos obras Libro de Horas —traducido al inglés por Sarah y Mathew Hornsby— y el volumen de autores múltiples Llaman poeta al hombre que ha cum plido. El 4 de noviembre colocó una ofrenda floral en la tumba de PAC, en el cementerio de Granada; se hizo un recital en su memoria en la que participaron familiares y amigos. 260 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 La Academia consagró la silla O con su nombre, instituyó cada 4 de noviembre una misa por los académicos difuntos y el 13 de noviembre le dedicó una sesión solemne, en la que el subdirector don Alejandro Serrano Caldera tuvo a su cargo el discurso oficial. Además, académicos de número participaron en actos públicos entre ellos, don Róger Matus Lazo el 8 de marzo con su lección inaugural, “Pablo Antonio Cuadra y su aporte a la Pablo Antonio Cuadra poesía católica de América Latina”, en la Universidad Católica “Redemptoris Mater”; don Pedro Xavier Solís y don Jorge Eduardo Arellano el 23 de noviembre en el panel sobre PAC y la hispanidad, desarrollado en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica; el director don Francisco Arellano Oviedo, el secretario don Pedro Xavier Solís y don Armando Zambrana, catedrático de la UAM, realizaron un panel en la biblioteca que lleva el nombre del poeta en esta Alma Máter. Homenajes 261 Cortez florecido Me llamó el árbol y fui. Pero no me dijo —no, su secreto. Qué mandato qué cifrado mensaje ordenaba a la madera transformar su tejido suavizar su corteza pasar del duro palo al ramo de oro. ¡Lástima! Buscaba su código para dárselo a tus labios y pasar de tus duros reproches al ramo de besos. Pablo Antonio Cuadra 262 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 De árbol a mujer Rosa Amanda Mairena Uriarte El análisis siguiente tiene el propósito de identificar el proceso de transfiguración de árbol a mujer referido por el yo lírico en el poema “Cortez florecido”, del nicaragüense Pablo Antonio Cuadra, del poemario Canciones de pájaro y señora y otros poemas. Para realizar este estudio se recurre únicamente a la organización formal del poema, entendido como discurso, sin inclusión del contexto socio-histórico ni alusión a la vida del escritor. En principio, en “Cortez florecido” pueden identificarse dos actantes: “yo” y “él”. El “yo” es el que relata una experiencia pasada, lo cual se manifiesta formalmente en el uso de verbos en pretérito perfecto en los dos primeros versos: “Me llamó el árbol / y fui”. Asimismo, la presencia del pronombre “me” del primer verso refuerza la identificación del “yo” como partícipe sobre quien recae la acción: “Me llamó”. Del mismo modo, en este verso se identifica la intervención del otro actante: “él”, que está representado formalmente por “el árbol”, el cual, aunque se trata de un objeto inanimado, es considerado un ser vivo, que es parte de la naturaleza, al igual que el ser humano, y ese rasgo semántico de “ser vivo” permite que “el árbol” adquiera las características propias de los humanos, como el habla, facultad expresada mediante el verbo “llamar”: “Me llamó el árbol”. En este caso, “el árbol” es el sujeto activo del enunciado y, por ende, se trata de una personificación. Homenajes 263 Por su parte, el pronombre “me”, de primera persona del singular, funciona como objeto directo. De igual manera, en el segundo y tercer verso continúan manifestándose las intervenciones de ambos actantes: “él” y el “yo”. En el segundo verso, el verbo intransitivo en pretérito perfecto determina que la acción llevada a cabo por el “yo” ya concluyó y es posterior al llamado que le hizo “él”, es decir, “el árbol”, por tanto esa convocatoria fue atendida: Acción 1: “me llamó el árbol” (v. 1) → Acción 2: “y fui” (v. 2) Por su parte, con la expresión “pero no me dijo —no” del tercer verso, al ser la conjunción “pero” el elemento tematizado del enunciado, se señala que hay una contraposición a la idea anterior. Por tanto, los versos 1, 2 y 3 son secuencias de la experiencia comentada por el “yo”. De la misma forma, aunque en el tercer verso no está explícito y, por ende, hay una elipsis del sintagma nominal “el árbol”, según la flexión verbal el pronombre “él”, la tercera persona del singular, es el sujeto de la oración: “el árbol no me dijo”. Además de estos elementos gramaticales, en el tercer verso existe una reduplicación del adverbio negativo “no”, lo cual indica una reiteración y énfasis en la negación: “pero no me dijo —no”. Respecto al cuarto verso, este está conformado por un sintagma nominal: “su secreto”, sin embargo, este cumple la función gramatical de ser el objeto directo de la oración “no me dijo” del tercer verso, lo cual evidencia el mecanismo de concatenación. Llama la atención que sustantivo “secreto” está modificado por el pronombre posesivo “su”, el cual indica que se trata de la tercera persona, es decir, “él” o “el árbol”. 264 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Por su parte, al inicio de los versos cinco y seis se reitera el pronombre interrogativo “qué”: “qué mandato / qué cifrado mensaje”, es decir, hay una anáfora. También, puede hablarse de tematización de ese pronombre, la cual puede tener el propósito de resaltar el cuestionamiento, la duda y la incertidumbre del “yo” ante el secreto que no le fue revelado por “el árbol”. De igual manera, hay que destacar que desde el verso cuarto hasta el sexto existe una relación de equivalencia semántica entre las palabras “secreto”, “mandato” “mensaje”, que comparten la misma categoría gramatical: sustantivo. Sin embargo, uno de los sustantivos, “mensaje”, está modificado por “cifrado”, que es un adjetivo antepuesto, el cual permite asociar el lexema “mensaje” con los semas “información”, “código” y “secreto”, por lo cual hay una reiteración del contenido semántico del verso cuarto “su secreto”. Al igual que en los cuatro primeros versos, desde el verso quinto hasta el duodécimo existe un mecanismo de concatenación, donde el verbo que rige ese enunciado es “ordenaba”, que está conjugado en pretérito imperfecto, que se encuentra en el verso séptimo, y que, como ya quedó señalado, tiene por sujeto dos sintagmas yuxtapuestos en equivalencia: “qué mandato / qué cifrado mensaje”, que se encuentran en los versos quinto y sexto, respectivamente. En ese sentido, aunque no se explicite en el poema estos sintagmas deben complementarse con el sintagma preposicional “del árbol” para precisar el sentido: “qué mandato del árbol / qué cifrado mensaje del árbol”, ya que el verdadero sujeto activo de la oración es “el árbol”, quien “ordenaba”, porque como queda detallado previamente, se le atribuyen cualidades propias de los humanos mediante una personificación. Homenajes 265 Por su parte, el objeto indirecto de la oración, en otras palabras, a quien se le ordena algo, es “la madera”, que forma parte de un “árbol”, por lo cual se establece una relación metonímica. En este caso, “ella”, es decir, “la madera” o “el otro árbol”, es un tercer actante: y está en oposición a “él” o “el árbol”. Hay que señalar que en este enunciado concatenado desde el verso cuarto, el objeto directo o lo que se “ordenaba” está representado por tres elementos en yuxtaposición: “transformar su tejido / suavizar su corteza / pasar del duro palo al ramo / de oro”, donde hay equivalencia semántica y sintáctica o coupling, porque estas construcciones en infinitivo tienen la misma posición y función gramatical. Además, las tres comparten el sema de “cambio de forma” y “modificación de estado”. Sin embargo, puede apreciarse que aunque hay equivalencia en las estructuras señaladas, existe una gradación de lo que sufre ese cambio o modificación, es así que en el verso noveno: el “tejido” representa lo interior o la esencia del ser; en el verso décimo: la “corteza” representa lo superficial o el aspecto externo, y se asocia con el sentido del tacto, el cual se vincula con la forma de tratar a los demás; en el verso undécimo: el “duro palo”, puede relacionarse con el “rama sin florecer” y, por tanto, asociarse a lo seco y también puede vincularse al sentido del tacto y relacionarse con una actitud desapacible. Como se pudo apreciar, esa gradación va de lo interior hacia lo exterior: “transformar su tejido” (v. 9) “suavizar su corteza” (v. 10) → interior ↓ → exterior “pasar del duro palo” (vv. 11 y 12) → exterior 266 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 En relación con lo expuesto, en los versos undécimo y duodécimo se señala que el estado al que se pretende hacer llegar a “la madera” es al de “ramo / de oro”, expresión que constituye una metáfora de “flores amarillas”, como las de un cortez, árbol que se caracteriza por su madera dura y por su floración breve en el verano, que es un verdadero espectáculo de belleza natural, y es precisamente de estos versos de donde se obtiene el título del poema: “Cortez florecido”. Es importante señalar que el cambio de estado o transformación de “la madera” hasta “ramo de oro” implica que se trata de un proceso natural, que se manifiesta en etapas y, por ello, puede asociarse con el sema de “cambio”, por tanto, redunda en la idea de la “modificación de estado”, que debe hacerse patente o visible para “él” o “el árbol”. Del mismo modo la imagen “ramo / de oro” se asocia con lo sublime y lo bello de la naturaleza. Por su parte, en el verso décimo tercero hay una exclamación, que desde el punto de vista pragmático enuncia una intención comunicativa de lamento, por lo tanto vincula el pasado (las acciones que no llegaron a concretarse) con el presente, ya que el “yo” no pudo comprender el secreto de “él”, es decir, “el árbol”, que ha hecho posible la transformación o cambio en “ella”, “el otro árbol” o “la madera”. Por tanto, el “yo” se entristece, porque no pudo conocer ese misterio que tenía que ofrecerle “el árbol”. Más adelante en el poema, en el verso décimo cuarto, se observa claramente cuál era el propósito del “yo” al acudir a ese llamado que le hizo “el árbol”: “buscaba su código”, donde “código” permite la asociación con el lexema “mandato”, que aparece en el verso quinto. Llama la atención que el verbo utilizado está en pretérito imperfecto, Homenajes 267 lo cual evidencia que la acción fue reiterada o durativa: “buscaba” insistentemente. En el verso décimo quinto se explicita la finalidad de esa acción realizada por el “yo” mediante un sintagma preposicional: “para dárselo a tus labios”, donde “labios” es una parte del cuerpo, y establece una relación metonímica con “persona”, en este caso “vos”, que es el cuarto actante del poema y está en relación con el “yo”. Asimismo, desde el verso décimo sexto al décimo noveno continúa la concatenación de la finalidad del yo al acudir al llamado del árbol, mediante la coordinación: “y pasar / de tus duros reproches / al ramo / de besos”. Nuevamente se emplea el verbo “pasar”, que reitera el sema “cambio de estado”, siendo el estado inicial “tus duros reproches”, donde el adjetivo “duro” tiene el rasgo semántico de “resistencia” o de “poner dificultad”, hasta el estado final, que es convertirse en “ramo / de besos”, donde “ramo” se asocia con el sema “conjunto” y “besos”, que representa la manifestación o exteriorización del amor. Finalmente, como se ha indicado, el “yo” pretende seguir el ejemplo de “él” que logra transformar el interior y exterior de “ella”, “la madera”, en un ser sublime para mostrárselo al “vos” y lograr que cambie su actitud. Del mismo modo, los actantes “él” o “el árbol” y “ella” al estar personificados se humanizan y entre ellos se puede distinguir una relación amorosa de hombre y mujer, la cual es el modelo que el actante “yo” retoma para intentar que su amada, a “vos”, que es a quien se dirige el yo lírico en este discurso poético. 268 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Nuestros ochenta años de Carlos Tünnermann Luis Rocha Urtecho Un sOlo poema de Carlos Tünnermann basta para ubicarnos en el drama y la esperanza de ser nicaragüense: Soñé con una patria de lectores /no lo logré. /Soñé con un país sembrado de/ escuelas. /Sigue siendo un sueño. /Soñé con una universidad /henchida/ de humanidades y de ciencias. /¡Inútil empeño! /Al menos estos sueños / dieron sentido a mi vigilia. Este es el testimonio de sus frustraciones, pero a la vez la frustración es derrotada por la vigilia y quedan latentes la fe y la esperanza. Si yo tuviera que, en primer lugar, felicitar a alguien con motivo de los ochenta años recién cumplidos, el 10 de mayo, por Carlos Tünnermann Bernheim, no lo felicitaría a él sino a la patria, porque ha sido Nicaragua la beneficiada con el cumplimiento de una hermosa y épica trayectoria vital, que resume entereza, ecuanimidad y honestidad. Porque en Carlos esos tres calificativos alcanzan su justa dimensión ética, estética y pedagógica. Él es, en sí mismo, “humanismo beligerante”. Hoy, por ejemplo, la honestidad, además de devaluada ha sido prostituida por los políticos en general y por los gobernantes en particular. Su verdadero concepto lo rescata Carlos con el ejemplo de su propia vida, porque la honestidad es en él un principio sin fin. Sin otra interpretación que la que tiene y obliga incluso al Homenajes 269 sacrificio. Carlos es honesto —decoroso, razonable y justo— y es honrado por lo anterior, y porque es íntegro y honorable, cualidades que brillan por su ausencia en nuestro medio, donde para algunos el oportunismo es sinónimo de pragmatismo. Porque la honradez es antónima de la corrupción, es que José Martí escribió para los oportunistas y corruptos de todas las épocas: “La pobreza pasa, lo que no pasa es la deshonra”. Es además, Carlos, un hombre justo “que obra según justicia y razón”, y que como cristiano se indigna —como indignan los mercaderes del templo de todos los tiempos— porque en nuestra patria siempre estén pagando justos por pecadores. Porque ser justo no es ser masoquista, y menos cuando los pecadores que amasan fortunas se nos quieren hacer pasar por justos. Sin embargo todas las virtudes de Carlos aquí señaladas, no me hacen felicitarlo con motivo de sus ochenta años. Me felicito yo, eso sí, en todos los patriotas que sobrevivimos gracias a su ejemplo, pues somos beneficiarios de lo que él es. Me felicito por su amistad y me felicito porque su persona reivindica la nicaraguanidad. Da gusto ser un nicaragüense como él, que con su vida nos dice que se puede ser. Pero, claro que no tengo más remedio que felicitar a Carlos, y lo felicito, con gusto infinito, por su esposa Rosa Carlota. Los felicito a los dos por el amor que los hace inseparables. Nunca habrá nada que los separe, pues solo el odio y el desamor separan. El odio es la única y verdadera muerte. El amor, como el que ellos se tienen, es vida eterna. La pareja, me consta, es unidad, y saberlo no es para cualquiera. En “Pequeña biografía de mi mujer” lo dice José Coronel Urtecho: Solo yo la miraba exactamente como era. /No todo el mundo puede, 270 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 en el momento dado, reconocer /a su mujer y casarse con ella. ¿Carlos hasta en eso acertó o Rosa Carlota le permitió acertar? Con el pretexto de los ochenta años del patriarca en su familia, felicito a esa república del amor. Carlos Tünnermann Bernheim Homenajes 271 Personaje de dos siglos Francisco Arellano Oviedo Personaje del siglo XX y del siglo XXI, don Carlos Tünnermann Bernheim se aproxima a los 80 años y, en imagen pastoril —acaso de las Geórgicas de Publio Virgilio Marón—, lo veo venir con sus alforjas henchidas que cuelgan sobre sus hombros. No, él no carga en ellas atrás sus defectos y adelante sus virtudes como el personaje de la fábula. En su caso, las alforjas llevan en el depósito trasero que cae sobre sus espaldas las obras realizadas como estudiante disciplinado y aventajado; sus lecciones de joven maestro y secretario general de la Universidad; su labor de rector en tres períodos de aquella Alma Máter, ahora bicentenaria; su trabajo como ministro de Educación, que organiza y pone en marcha la Cruzada Nacional de Alfabetización, el acontecimiento y movimiento educativo más relevante y participativo de la juventud nicaragüense en la historia educativa de todos los tiempos, y aparecen en ella también sus realizaciones como diplomático, como conferencista itinerante al servicio de su país y de instituciones humanísticas internacionales. En el depósito delantero de la alforja encontramos otras obras, las que están frente al futuro, las obras del escritor que investiga y expone sobre la educación, particularmente sobre el papel de la Universidad en el desarrollo de América Latina; las obras de investigación dariana que le permitieron formular una tesis: La “paideia” en Rubén Darío, y su obra poética, breve pero reiterada, revelan, 272 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 más que su espíritu, su espiritualidad en comunión con el amor a Cristo, al hombre, a la familia y a ese sentimiento común de todos los presentes que se llama amor por Nicaragua. Sería incitante comentar en esta ocasión su poesía, hacer un análisis semántico de poemas como aquel que dice: Soñé con una patria de lectores no lo logré. Soñé con un país sembrado de escuelas. Sigue siendo un sueño. Soñé con una universidad henchida de humanidades y de ciencias. ¡Inútil empeño! Al menos estos sueños dieron sentido a mi vigilia. ¡Cuánto altruismo, amor por Nicaragua y optimismo en el nicaragüense encierran estos versos! En verdad, en sus alforjas hay materia abundante e importante para hablar sobre el doctor Carlos Tünnermann Bernheim, pues en ellas encontraremos elementos imprescindibles para definir su legado; yo quisiera comentar brevemente esta vez dos rasgos inmanentes de su personalidad y no tanto las obras que han salido de su persona. Es motivo de gozo encontrarse, en un mundo decadente —del cual la mayoría nos quejamos—, con personas íntegras en su fuero externo y en su fuero interno. La palabra íntegra en su raíz viene del término latino inte ger, que describe “lo que está sano en todas sus partes”, Homenajes 273 como el mármol de Carrara, de una sola pieza. Hablando del mármol integer, los latinos decían “mármol sine cera” porque cuando el mármol salía fallado lo curaban rellenando sus oquedades y partes dañadas con cera; de ese mármol íntegro viene la palabra sincero y su variante femenina sincera, aplicable a la persona recta en su actuar y en su decir. Conozco al doctor Tünnermann Bernheim desde hace muchos años, desde cuando él era rector y yo estudiante, y no recuerdo que él cambiara su discurso por conveniencias coyunturales, lo bueno para él ha sido lo bueno para los demás y lo malo para él ha sido lo malo para los demás, igual que los colores, lo blanco es blanco y lo negro es negro. Talvez quienes hasta ahora lo conozcan desconfíen de esta afirmación y quizás algunos de los lectores puedan decirme que no es bueno meter las manos al fuego por nadie, pero estimo e intuyo que detrás, al lado, delante, arriba, abajo, en fin, cualquiera sea la preposición que coloquemos para introducir la función de este personaje, nos encontraremos con su fe cristiana, que lo ilumina y lo fortalece paso a paso. Hay, pues, en él una actuación motivada por una fe en Cristo y no solo iluminada por la ética natural. Asimismo, otro don importante de la personalidad de Carlos Tünnermann Bernheim ha sido su franca amistad disponible para ortodoxos y heterodoxos. Así, él ha sido afectuoso para nacionales y extranjeros, para católicos y no católicos, para los de su ideología y para sus opositores, para ricos y pobres… Es, pues, la amistad de don Carlos Tünnermann Bernheim una amistad universal, desinteresada y disponible que muchos de nosotros, de hecho, hemos aprovechado y así, ganado su sabiduría, bondad y consejo. En los escritos y virtudes de don Carlos Tünnermann Bernheim, los nicaragüenses tenemos un hermoso y grande 274 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 tesoro que amén tiene la característica de no devaluarse como las pensiones del seguro o como las cuentas de los bancos. En esta ocasión, la Academia Nicaragüense de la Lengua presenta el libro conmemorativo de los ochenta años de vida y cincuenta y cinco años de trayectoria académica de don Carlos Tünnermann Bernheim; todos debemos leerlo detenidamente, a fin de que los más jóvenes conozcan y valoren la obra de este nicaragüense ejemplar, para que los mayores recuerden y reafirmen la excelencia de su quehacer, para que todos nos felicitemos de tener un paisano y amigo como él, para que todos le demos las gracias y lo aplaudamos con estruendos de ovación. Managua, abril de 2013 Homenajes 275 agradecimiento a la Asamblea Nacional de Nicaragua Francisco de Asís Fernández Arellano Presidente del Festival Internacional de Poesía de Granada Honorable Junta Directiva de la Asamblea Nacional: Excelentísimo señor presidente de la Asamblea Nacional, hermano René Núñez Téllez, amigo y compañero por más de cuarenta años. Honorables señores diputados de la Asamblea Nacional. Honorable jefe de bancada, amigo Edwin Castro. Honorable jefe de bancada, doctor Luis Alberto Callejas. Honorable licenciado Daniel Ortega Reyes, vicepresidente del Parlamento Centroamericano. Honorable diputado Jaime Morales Carazo, mi querido pariente y presidente honorario emérito del Festival Internacional de Poesía de Granada, que siempre ha tenido la voluntad de ser un ángel tutelar de la cultura en Nicaragua. Honorable diputado, amigo Wálmaro Gutiérrez, presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional, que siempre vela con cariño por la débil salud del Festival Internacional de Poesía de Granada. Magistrada de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos, esposa de mi primo hermano Leónidas Arellano, y mi amiga Magistrada Yadira Centeno. General de Ejército Julio César Avilés, amigo mío, amigo de la poesía y amigo del Festival Internacional de Poesía de Granada y su representante, general de brigada Adolfo Zepeda. General René Darce, director del Hospital Militar, amigo que me ha salvado la vida varias veces. 276 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Amiga Anneli Molina de Santos, esposa y representante del ministro Samuel Santos, amigo mío por cincuenta años, gracias a una valiosa amistad heredada de nuestros padres. Ministro Fernando Martínez y señora Nidia de Martínez, mis amigos y compañeros de tantos años. Amigo José Pintor, representante del embajador de España mi gran amigo, Sr. León de la Torre, presidente honorario de nuestro Festival. Amiga Gloria Fonseca, apoyo importantísimo a nuestro Festival en la Embajada de España. Honorable doña Julia Mena, alcaldesa de la Ciudad de Granada Compañeros de la Junta Directiva del Festival: poeta Gioconda Belli, poeta Nicasio Urbina, poeta Blanca Castellón, poeta Gloria Gabuardi, arquitecto Fernando López y poeta Pedro Xavier Solís. Queridísimo amigo y maestro, poeta Rodolfo Sandino Arguello. Licenciada Irene Arévalo. Poeta Luz Marina Acosta. Ingeniero Benjamín Lugo. Doctor Fernando Somarriba, asesor jurídico. Amigos de toda la vida Carlos Mejía Godoy y Luis Enrique Mejía Godoy. Señores miembros del Consejo Asesor: licenciado Dieter Stadler, licenciado Juan Pasos Lacayo, poeta Luis Rocha, licenciado José Adán Aguerri, presidente del COSEP, licenciada Lucy Valenti, doctor Melvin Wallace, poeta Daysi Zamora, licenciado Julio Francisco Báez, licenciado René González, presidente del INCH, artista plástico Ramiro Lacayo Deshón, poeta Julio Valle-Castillo, licenciado Roberto Stuart, licenciada Esilda Montiel y doctor Roberto Sánchez. Señores miembros del Comité Organizador del Festival Internacional de Granada: Homenajes 277 Poeta Anastasio Lovo, presidente del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE). Instituto Nicaragüense de Turismo. Instituto Nicaragüense de Cultura. Cancillería de la República. Licenciado Carlos Cuadra Cuadra. Señor rector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en Managua, Bayardo Martínez Saravia, señor Salomón Alarcón, poeta Héctor Avellán, poeta Víctor Chavarría, arquitecto Horacio Navas, poeta Álvaro Rivas, licenciada Carol Bendaña, licenciado Arnulfo Agüero, poeta Marta Leonor González, licenciada Letzira Sevilla, poeta Madeline Mendieta y pintora Yomi Amado. Alcaldías de Rivas, Nandaime, Diriá, Diriomo, Niquinohomo, Catarina, Masaya, Nindirí, San Marcos, Masatepe, Jinotepe, Diriamba y León. Amada familia mía, mi esposa, poeta Gloria Gabuardi, mis hijos Enrique Faustino y su esposa Gisele, Camilo René y su esposa Nadia, Gloria Marimelda, Blanca Fernanda y su esposo Camilo, Mis nietos Andrés Alejandro, Francisco de Asís, Andrea Camila y Paula Sofía. Mi tía Marta Arana de Arellano. Primos Jaime Arellano y Nelly Harding de Arellano, Marta Arellano e Iván Villa, Patricia Arellano y Fernando Morales, María Luisa Arellano y Alejandro Ramírez, Alejandro Sequeira e Isabel Mejia de Sequeira, Thelma Ximénez, Arturo Cruz Sequeira, Sheila Arellano, Jorge Eduardo Arellano y Telma Arellano. Amigos queridos, doctor Daniel Rivas Bravo y doctor Jaime Rivera, coronel Pedro Martínez, doctor José León Talavera, doctor Augusto Montealegre. Amiga Egda Vélez, Amiga Isabel Turcios. Amigos queridísimos que hoy me acompañan. Este es el más alto reconocimiento que mi país le da a mi obra poética y a mi dedicación apasionada al Festival Internacional de Poesía de Granada, a mi inmenso amor 278 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 a la poesía, a mi inmenso amor a Granada, a mi inmenso amor a Nicaragua, a mi inmenso amor a Darío. Y me siento absolutamente honrado por esta distinción y por esta valoración que hoy hace la Asamblea Nacional de mi obra literaria, y me siento inmensamente honrado de que esta sea la primera vez que la Asamblea Nacional impone esta condecoración por méritos culturales. Y siento que este homenaje es para toda la poesía de Nicaragua, para la obra poética de mi padre que me enseñó a escribir, que me enseñó a amar la poesía, que me enseñó a amar a Granada; siento que este es un homenaje para la obra poética de todos mis maestros; y siento que este homenaje es para toda la Directiva del Festival Internacional de Poesía de Granada, para el Comité Asesor y para el Comité Organizador del más grande e importante acontecimiento cultural que realizamos los nicaragüenses en el mundo para homenajear las pasiones del hombre sobre la faz de la tierra, para homenajear la libertad de pensamiento, la libertad de la palabra y para celebrar con los poetas del mundo el prodigio de la creación de Dios que nunca hizo en el mundo dos seres idénticos. Con esta Medalla de Honor en Oro que hoy me entrega la Asamblea Nacional, el Poder Legislativo de Nicaragua, le está diciendo a los nicaragüenses y a los poetas del mundo, que hoy está condecorando la obra poética de un hombre libre que ama la libertad de la palabra, la libertad del pensamiento, a un hombre que ama la poesía porque expresa las grandes pasiones del hombre y transforma a los seres humanos en seres sensibles y capaces de vivir en sociedad. Hoy, la Asamblea Nacional le está diciendo a los nicaragüenses y a los poetas del mundo, que se siente orgullosa de sus poetas, orgullosos del Festival Internacional Homenajes 279 de Poesía de Granada, y que asume la responsabilidad de tener en Nicaragua una inmensa y significativa fiesta de la palabra, un festival tan grande que ya es el Festival de Poesía más grande del mundo, que cada año reúne a más de cien poetas de cincuenta o sesenta países. Así las cosas, los nicaragüenses tenemos el privilegio de recibir, en muchos idiomas, el informe anual del estado de la poesía en el mundo. El Festival Internacional de Poesía de Granada es la más grande puesta en escena de la poesía del mundo en un escenario de América, el Festival Internacional de Poesía de Granada es un proyecto independiente, manejado por poetas independientes, que le da mucho prestigio a Nicaragua, es un factor de desarrollo, contribuye grandemente a crear una imagen positiva de Nicaragua, pone a Nicaragua en la agenda cultural del mundo contemporáneo, promueve a Granada como un importante destino turísticocultural, es el producto nicaragüense más conocido en el exterior, y beneficia la vida cultural de los nicaragüenses. Nuestro Festival es la más grande institución de la vida espiritual de los nicaragüenses. Y ese milagro lo hemos logrado porque no hemos politizado nunca nuestro Festival. Nosotros invitamos a poetas de izquierda y a poetas de derecha, nosotros solo vemos la calidad de su poesía. Somos libres para invitar, al mismo Festival, a poetas de Israel y a poetas palestinos, a poetas cubanos que defienden a la Revolución cubana y a poetas cubanos que viven en los Estados Unidos, y nuestros invitados son libres para leer sus poemas que dicen siempre lo que la libertad les permite. Nosotros aprendimos esa lección, como todos los nicaragüenses, amando la poesía de Darío, amando la poesía de Salomón de la Selva, de Alfonso Cortés, Aza- 280 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 rías Pallais, José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos, Pablo Antonio Cuadra, Luis Alberto Cabrales, Enrique Fernández Morales, Francisco Pérez Estrada, Carlos Martínez Rivas, Ernesto Mejía Sánchez y Ernesto Cardenal. Nosotros aprendimos la belleza de la poesía, en poetas que no tenían nada que ver con la izquierda, pero que sí tenían que ver con la gran calidad de su poesía. Una vez en 1973, Bayardo Arce me regaló el libro Fuera del Juego del gran poeta cubano Heberto Padilla que había sido obligado por la revolución a hacerse una autocrítica terriblemente humillante y vergonzosa. Bayardo me lo regaló diciéndome que a Heberto Padilla había que leerlo porque era un gran poeta, aunque ya no tuviera que ver nada con la revolución. Muchos años después conocí y me hice muy amigo de Heberto y le conté esa anécdota que involucra a un dirigente de la Revolución Sandinista. Y me acuerdo también de Ricardo Morales Avilés, quien me visitaba diario en mi cama de enfermo en Granada, que una vez llegó con un tomo de la Editorial Ruedo Ibérico con la obra de Trotski sobre la cultura, los poetas y la revolución, y me dijo: léete a este hombre extraordinario que tiene una visión magnífica sobre el arte y la cultura en un proceso revolucionario. Y José Coronel Urtecho, el maestro de todos los poetas de Nicaragua, en su “Mea culpa”, publicado en la Revista Conservadora, dice: “yo antes era de derecha, y ahora, sin moverme de sitio, estoy en la izquierda”. Y así podría relatar cientos de historias, anécdotas y cuentos, que nos enseñaron que el canon de la literatura nicaragüense, que el canon de la poesía universal no tiene nada que ver con los asuntos de las ideologías y que los Homenajes 281 nicaragüenses aprendimos a leer en los libros de la gran poesía nicaragüense escrita por poetas que Stalin con mucha alegría hubiera mandado a fusilar. Permítanme ahora darles algunos datos del Festival Internacional de Poesía de Granada: a) Al Festival han asistido 1106 poetas de los cinco continentes y todos o casi todos los poetas nicaragüenses. b) 100 países del mundo han estado representados en los 9 festivales: Argentina, Alemania, Australia, Austria, Angola, Bahamas-Nassau, Bangladesh, Barbados, Bélgica, Bolivia, Brasil, Benín, Bulgaria, Canadá -Quebec, Camerún, Chile, China Continental, Colombia, Costa Rica, Corea, Congo, Cuba, Croacia, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Escocia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Finlandia, Filipinas, Francia, Isla Guadalupe, Guatemala, Grecia, Gales, Groenlandia, Honduras, Haití, Holanda, Uruguay, Hungría, India, Irlanda, Islandia, Israel, Irak, Italia, Líbano, México, Malawi, Malaysia Marruecos, Macedonia, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelanda, Nigeria, Jamaica, Jordania, Japón, Panamá, Paraguay, Palestina, Perú, Portugal, Polonia, Países Bajos, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana, República Checa, Rumanía, Rusia, Lituania, Luxemburgo, Reino de Bahréin, Santa Lucía, Senegal, Serbia, Siria, South- África, Suecia, Suiza, Sri Lanka, Turquía, Taiwán, Tailandia, Uruguay, Uganda, Ucrania y Venezuela. c) 495 000 personas aproximadamente han asistido a las 9 ediciones del Festival. d) En los 9 festivales hemos tenido, 120 000 entradas a la Internet, en las redes sociales como Facebook, Twiter, Youtube, y la página web del Festival. 282 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 e) El Festival tiene un costo de un poco más de US$900 000.00 El Festival es un motor que mueve e inyecta la economía de Granada (hoteles, restaurantes, bares, comiderías, puertos, coches, etc.). f) El Festival realiza un proyecto titulado “El Autor y su Obra” y ya llevamos 4 años consecutivos realizándolo, lo que nos ha permitido tener, en la propia voz de los poetas, una exposición ordenada de la experiencia creadora de los poetas nicaragüenses, de la generación del cuarenta a la época actual. Y hemos publicado ya veintidós plaquets de este proyecto. g) Sobre el Festival se han escrito más de 350 000 páginas en el mundo en sus 9 ediciones. h) Hemos creado en Granada el Parque de la Poesía, y ya hemos puesto en ese parque las esculturas de los poetas Salomón de la Selva, Alfonso Cortés, Azarías Pallais, Joaquín Pasos, José Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra, Francisco Pérez Estrada, Enrique Fernández Morales, Carlos Martínez Rivas, Claribel Alegría y Ernesto Cardenal. Y este año pondremos en la calle La Calzada una bella escultura en bronce de nuestro Rubén Darío, de la magnífica escultora Maruca Gómez. Pero esta bella y valiosa historia de éxitos del Festival Internacional de Poesía de Granada tiene su drama secreto, que se repite cada año dejando consecuencias sumamente dolorosas: a mí me corresponde también conseguir el patrocinio necesario anual para realizar el Festival y hace tres años sufrí un derrame cerebral y hace dos años sufrí un derrame en el ojo derecho. Los dos Homenajes 283 derrames fueron graves, pero el derrame cerebral me mantiene minusválido y con unos dolores per manentes y terribles que ni la medicina ni el llanto ni el cuido amoroso de mi esposa, la poeta Gloria Gabuardi, logran mitigar. Y es que no es fácil conseguir a los patrocinadores, y es endemoniadament e difícil no angustiarse cuando ya viene el El presidente de la Asamblea Nacional, felicita al académico Francisco de Asís Festival y todavía an- Fernández Arellano damos tocando puertas y ventanas que no quieren abrirse para nosotros. Y no hay mejor ocasión que esta, honorables y queridos diputados de la Asamblea Nacional, no hay mejor ocasión que esta, en la que ustedes me deslumbran al entregarme la Medalla de Honor en Oro de la Asamblea Nacional, por los méritos de mi poesía y por los méritos de mi aporte al Festival Internacional de Poesía de Granada, para pedirles, para rogarles, que no dejen morir a esta extraordinaria fiesta universal de la poesía, que tanto bien le hace a Nicaragua y para pedirles que no me dejen morir a mí que amo tanto a la poesía, que amo tanto a Granada, que amo tanto a Nicaragua. Managua, 11 de junio de 2013 284 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Medalla de Oro de la Asamblea Nacional de Nicaragua al poeta Francisco de Asís Fernández Arellano Jaime Morales Carazo Exvicepresidente y diputado Agradezco, honrado y complacido, la especial deferencia con que me ha distinguido la Junta Directiva al comisionarme para dirigir unas palabras, en este acto especial de reconocimiento al poeta Francisco de Asís Fernández Arellano (Chichí), destacado y apreciado ciudadano por su trayectoria, valiosa contribución a la cultura y proyección de nuestro país a nivel internacional. Mi saludo cálido y fraterno al querido poeta, al amigo, al emprendedor de obras excepcionales, como es el prestigiado Festival Internacional de Poesía de Granada, y al cercano pariente. Reconocimientos y afectos extensivos a su esposa, también poeta, al igual que factor esencial y compañera insustituible en la ejecución de trabajos inéditos y de titanes doña Gloria Gabuardi, aquí presente en este hemiciclo parlamentario, con quien el laureado comparte logros y méritos. Ella ha estado detrás, adelante, en la vanguardia, a la par y corazón con corazón y mano a mano siempre juntos, dándole aliento, apoyo, constancia e inspiración. Doy testimonio de ello cuando siendo vicepresidente de Nicaragua y presidente honorario de esta admirable Homenajes 285 obra, aprecié, durante cinco años, como ambos salían incólumes y avantes del oscuro laberinto de circunstancias adversas, salvando escollos que parecían insalvables, tanto de orden económico como de otra índole, que mejor dejemos en el olvido. Todo ha ido quedando atrás, allanándose gradualmente el camino, aunque afrontando todavía angustiosas limitaciones financieras, auxiliadas con paliativos, gracias al mecenazgo generoso y visión de algunas personas y empresas del sector privado, ocasionalmente también por ciertas entidades del Estado y otras entidades de la cooperación externa; pero siempre con el apoyo de la Asamblea Nacional, que ha venido, en años recientes, bajo la presidencia del ingeniero René Núñez Téllez, reconociendo y exaltando valores nacionales, exclusivamente por sus méritos cívicos y contribuciones al acervo cultural, espiritual e histórico de Nicaragua. Así, hemos visto asombrados la continuada excelencia y sobrevivencia del Festival, hazaña harto difícil de darse en nuestros medios. Es algo ejemplar por su tesón y constancia, viéndole sortear negros nubarrones de incertidumbre económica, estando próximo a celebrar su décima edición ininterrumpida en febrero de 2014, en homenaje al padre de la poesía nicaragüense: el universal Rubén Darío, quien junto con el general Sandino son íconos sagrados de nuestro pueblo. A este merecido reconocimiento que reviste tanto significado y simbolismo, convergen en nuestro personaje, a mi parecer, tres grandes caudalosas y enriquecedoras corrientes, que han sido valoradas para hacerle acreedor al mismo: La primera, la de fibras sensible y sentimentales, de amores, sueños, pasiones, visiones y temores, que es la 286 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 vital, permanente y sustancial que más ama y que acompañará al poeta a lo largo de su fecundo andar —es la mágica veta de los iniciados que lleva en los genes de su padre—, el también destacado poeta granadino Enrique Fernández Morales (Quico). La casona de Quico —como le llamaban— pletórica de libros, obras de arte y antigüedades, era foro y oráculo, abierto, libre, seguro, sin horario ni calendario, como puerto acogedor de poetas, artistas e intelectuales de todas las corrientes. Esa fue la cuna y hábitat en donde nace, se nutre y crece, respirando poesía y amando entrañablemente a su Granada encantadora, tan nicaragüense y andaluza, bordada por mano divina a la orilla del Gran Lago de Nicaragua o Cocibolca, llamado por los conquistadores españoles “la Mar Dulce”, con su imponente volcán Mombacho, padre de los centenares de bellísimas y exóticas isletas —y centinela alerta de esta primera ciudad colonial nicaragüense—. Se dice, de mucho tiempo atrás, que por los misteriosos muros de Xalteva circula una leyenda, rumor o maldición gitana, que vaticina que se desatará la terrible furia, dormida silenciosa en las profundas entrañas de este colosal guardián, cuando una mano extraña se atreva a vulnerar la apacible y bucólica naturaleza del lago de Cifar, exponiéndolo a irreparable contaminación que lo lleve a su eventual extinción y a la pérdida de la dulzura de sus aguas… Desde muy temprana edad empieza a escribir prosa y poesía de calidad, publicadas en Nicaragua, España, México y Estados Unidos. Todas ellas recibidas elogiosamente por la crítica literaria. Por profano o simple lector que aprecia la cultura y a todos quienes la cultivan en sus diversas bellas Homenajes 287 manifestaciones, me limitaré a mencionar de las decenas de sus libros, tan solamente uno de los primeros y el más reciente, ellos son A principios de cuentas y La traición de los sueños, cuya portada fue diseñada por el notable maestro de la pintura Omar de León. La segunda vertiente es la del académico, profesional y revolucionario, que en apretada síntesis es la siguiente: hace estudios de Literatura en la Universidad Central de Madrid y de Teatro, en el Teatro Estudio de Madrid, continuando en la Universidad de Puerto Rico y luego en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Imparte clases en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) y en la UNAM de México, siendo también director de publicaciones de la Facultad de Filosofía de esta última, y fue director de Literatura en el Instituto Nacional de Bellas Artes de México. En Nicaragua es miembro correspondiente de la Academia Nicaragüense de la Lengua, habiendo representado a nuestro país en múltiples congresos y eventos internacionales. A partir de 1980, desempeña posiciones gubernamentales de importancia, inclinando sus preferencias hacia las áreas culturales y de fomento turístico. Su espíritu libertario y de rebeldía lo expresa el matiz revolucionario que se destaca desde 1974, cuando funda en México el primer comité de solidaridad de apoyo a la lucha contra la dictadura de los Somoza, logrando convocar a conocidos intelectuales, poetas y políticos, como Carlos Pellicer, Juan de la Cabada, Jaime Labastida y otros muchos más. Esta labor de apoyo y promoción sandinista la continuará activamente al triunfo de la revolución en 1979. La tercera corriente es la del mágico emprendedor y realizador de un sueño que parecía imposible, que es el de crear, desarrollar, consolidar y mantener vivo y en 288 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 crecimiento un proyecto quimérico, iniciado junto con un pequeño grupo de poetas y escritores, siendo él su principal inspirador y promotor, acompañado de su alter ego: Gloria. Esta gran tarea digna de Hércules rompe con el mito de que los poetas, como escogidos de los dioses viven únicamente en el Parnaso, tañendo la lira y cantando versos y odas, rodeados de musas, faunos, ninfas y alegres bacantes, libando continuamente el néctar y la ambrosía sustraídos por Baco del Olimpo, mientras ofician irreverentes en el sacro altar del rubicundo Apolo. Obviamente, nos referimos al Festival Internacional de Poesía de Granada, del que Chichí es su patriarca, mentor, su más dinámico motor y fuente permanente de motivación y proyección hacia lo interno y hacia el exterior. Impulso que catapulta a Granada como “capital mundial de la poesía” y a Nicaragua como un atractivo y original destino turístico, que combina su deslumbrante y exótica belleza natural con el arte y la cultura, a lo que se suma la alegría y hospitalidad única de su gente —de “almario abierto”— como la llamó el gran poeta Pablo Antonio Cuadra, profundo conocedor del alma y carácter del nicaragüense. El promedio anual de poetas extranjeros asistentes a los nueve festivales que se han celebrado es de 133, de más de 50 diferentes nacionalidades, elevando en el período su número en cerca de 1200 panidas de reconocido prestigio. Como referencia en 2012 asistieron 200 de los que 120 provenían de 59 países. Agreguemos a los numerosos poetas, intelectuales y artistas nacionales, que junto a millares de turistas y de nuestro pueblo, siempre campechano y alegre, inundan como un tsunami —para escuchar poesía, atentos y respetuosos— las plazas, atrios de las iglesias, calles, zaguanes, parques y balcones, acompañados de veladas y procesiones llenas de colorido, folclor, atabales, gigantonas y pregones que desbordan Homenajes 289 chispeante humor y sátira que culmina en el celebrado “carnaval de poesía”. Cabe destacar algo insólito en un país tan politizado o polarizado como el nuestro, que el Festival es totalmente ajeno a toda ideología y partidarismo, sin permitir ninguna contaminación. Finalmente, las tres corriente señala- Jaime Morales Carazo das concurren o desembocan fluidas, armoniosas, vigorosas y transparentes en el alma noble e iluminado númen del poeta Francisco de Asís Fernández Arellano (Chichí), a quien esta mañana la Asamblea Nacional de Nicaragua, en sesión especial, reconoce y honra otorgándole la alta presea de la Medalla de Honor en Oro, por sus méritos ciudadanos y aportes invaluables a la cultura nacional. Managua, 11 de junio de 2013 VII RESEÑAS Y NOTAS Reseñas y notas 293 Erick Aguirre. 2012. Diálogo infinito. La poesía nicaragüense y sus prolongados coloquios en el tiempo. Managua: Centro Nicaragüense de Escritores, 355 p. Este nuevo libro de Erick Aguirre me recuerda el cuarto volumen, Prosa crítica (1989), del poeta y académico cubano —nacido en Madrid— Eugenio Florit. Numerosas reseñas, publicadas entre 1941 y 1964 en la prestigiosa Revista Hispánica Moderna, contiene ese volumen donde han quedado interpretadas —a través de una cálida y serena vibración existencial— múltiples voces poéticas de España e Hispanoamérica. Pues bien, Aguirre realiza una similar tarea, aunque de dimensión local, en Diálogo infinito: un libro organizado (¡no orgánico!) sobre la poesía nicaragüense a partir de la vanguardia granadina, incluyendo la producción de la última década del siglo XX y de la primera del XXI. Una revisión y una reflexión que culmina con el ensayo “¿Ha muerto la poesía en Nicaragua?”. En las 355 páginas de Diálogo infinito se encuentra la respuesta a esta pregunta y a otras planteadas por Aguirre en su extenso prólogo ilustrativo; el más completo resumen y el más actualizado texto sobre la materia; no en vano abarca desde el parteaguas de la poesía en lengua española que significó Rubén Darío hasta el suicidio como performance de Francisco Ruiz Udiel, ejecutado el 31 de diciembre de 2011. La obra, dividida en cuatro partes, comprende 33 recepciones críticas. No sin un fiel y espléndido “Retrato 294 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 del joven vanguardista”, la primera trata de Pablo Antonio Cuadra (una visión totalizadora), del “Misterio indio” de Joaquín Pasos, de la recóndita religiosidad de Carlos Martínez Rivas, de Ernesto Cardenal (otra visión totalizadora), del genuino mundo indígena de Francisco Pérez Estrada, de los indios postrados de Mario Cajina Vega, del lirismo nostálgico de Eduardo Zepeda-Henríquez y del merecido homenaje que se le tributó a Claribel Alegría en la séptima edición del Festival Internacional de la Poesía de Granada. La segunda parte tiene de sujetos a Edwin Yllescas y los laberintos de su memoria; a Iván Uriarte y su poética del apocalipsis; a Francisco Valle y su solitaria travesía poética; a los “náufragos y polizones” de los años sesenta (Julio Cabrales, Beltrán Morales, Donaldo Altamirano, Fanor Téllez, Ana Ilce Gómez y “Chichi” Fernández y su eterna celebración); a Jorge Eduardo Arellano, historiógrafo literario y poeta; al espíritu en zozobra que fue Raúl Orozco, y a Gioconda Bella y su más alto erotismo. En la tercera parte, Aguirre diserta sobre Álvaro Urtecho (“Tiempo de canto y cenizas”), sobre Erick Blandón (“Todo vive en la realidad del poema”), sobre Julio Valle-Castillo con sus pasos contados, sobre Juan Carlos Vílchez y sus paisajes humanos, sobre Santiago Molina Rothschuh (“Gastado por las estaciones”), sobre Daisy Zamora y En limpio se escribe la vida, sobre Jorge Eliécer Rothschuh (“Provincia y trashumancia”), sobre Guillermo Rothschuh Villanueva y su Amor errante, y sobre Tito Leyva y su Puerta sin brújula. En la cuarta parte los privilegiados de la recepción de Aguirre —abierta y generosa— son Manuel Martínez, Carlos Calero, Juan Chow, la generación poética de los ochenta (Félix Navarrete, Armando Zambrana, Bosco Reseñas y notas 295 González, Silvio Páez, Xavier Quiñones, entre otros), las mujeres poetas del final del siglo XX (Yolanda Blanco, Blanca Castellón, Alba Azucena Torres, Carola Brantome, Helena Ramos, Milagros Terán), la poesía y los poetas en los años noventa y los del nuevo siglo. He ahí con claridad conceptual —y en prosa transparente— este nuevo libro de Erick Aguirre: producto de un tarea única y admirable —solo Álvaro Urtecho competiría con él—, la de cronista literario; tarea que ahora se aprecia mucho más en su verdadero valor y trascendencia. Jorge Eduardo ARELLANO Jorge Chen Sham. 2011. Nocturnos de mar inacabado. San José, Costa Rica: Editorial Fundación Interartes. Colección: Creación literaria, 60 p. El alma sensible ante la belleza, el amor, ante lo que admira o duele o siente no puede quedar quieta, tan solo analizando, escrutando. Se transforma en ella cuando el sentimiento no cabe en sí mismo. Eso ha pasado con Jorge Chen Sham: no podía nadar solamente en tantos mares disímiles. Escribió libros, críticas literarias exhaustivas sobre muchos autores e interpretó sus palabras como un director de orquesta. Pero hubo un momento cuando ese río sentimental dejó de surcar los meandros de la duda, de la indecisión, del apretado academicismo, del análisis de lo que otros y otras habíamos escrito, para desembocar en su propio mar. Estoy segura de que tuvo que existir un desgarramiento en su vida. El desgarramiento que a veces necesita el 296 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 alma para trascender, que necesita para sacar de sí aquello que la abrasa, que la tortura o le duele hasta tal profundidad que explota. El alma sensible puede expresarse de muchas formas. Sin embargo, cuando el dolor penetra hasta herir, tiembla; de tal suerte que las palabras salen en boca de personajes ficticios, de mundos extraños, de otras realidades inventadas por el alma torturada. Se crea otro espacio, otra dimensión. Esa realidad que ha surgido del dolor florece en la palabra y el creador es sorprendido por su misma creación. Supongo que Jorge ha tenido esa sorpresa, y que los latidos de su corazón pueden ser los mismos, pero tienen otro significado para su vida. Ahora, Jorge sigue siendo creador, porque cuando escribía sobre la creación de otros, también creaba y se recreaba. Pero la explosión del creador es fructífera. El dolor del creador produce criaturas. Hoy tenemos la primera de ellas: el poemario Nocturnos de mar inacabado. Y heme aquí, después de haber sido estudiada y analizada por él, convirtiéndome en escudriñadora de su palabra, de sus sentimientos, de esa creación que me ha conmovido. Desde el comienzo el poemario señala lo inconcluso, algo que seguirá fluyendo, formando su propio delta, que une su vida al mar. Y digo formando, porque está depositando palabras que organizan poesía y prosa. Este, como dije, es su primer poemario, pero ya existen dos novelas en proceso de publicación. Siendo nocturnos de mar, inicia con fuego. Esto me hizo pensar desde el comienzo que Jorge se había encontrado a sí mismo en los opuestos. Quiero decir con esto que, si bien el nocturno es aquello que nos acerca a la noche, que nos lleva de la mano con los “andantes” de Edvard Grieg o de los “lento sostenuto”, “andantino”, de los Nocturnos de Chopin, el fuego nos acerca al “apassionato” de sus expresivas notas y matices. Reseñas y notas 297 Entonces busqué en el pensamiento del filósofo Gaston Bachelard ese tipo de encuentro, en donde pude descubrir que para construir un instante complejo, para anudar sobre ese instante simultaneidades múltiples es por lo que el poeta destruye la continuidad simple del tiempo encadenado. Es entonces que se me revela que el instante poético es una relación armónica entre dos opuestos. Por eso, aunque su poemario es esencialmente mar; siendo mar, en el prólogo, que es la antesala, lo que introduce al mar, es la llama, la hoguera lo que abrasa… Veamos lo que dice en sus dos primeros versos: La hoguera despedaza la última palabra para que sea combustión certera. Su fuego es hoguera, algo que consume. Acercándonos a la simbología de Chevalier, el fuego simboliza las pasiones, especialmente el amor y la cólera. También el espíritu, que es el aliento, el conocimiento intuitivo. Para Bachelard el amor es la primera hipótesis científica para la reproducción objetiva del fuego, y antes de ser el hijo de la madera, el fuego es el hijo del hombre. Me doy cuenta, también, de que hay dos tipos de fuego: el de frotamiento y el de percusión. En este caso, tendríamos el de frotamiento que es el fuego sexual. En el primer verso el poeta no suaviza, sino que imprime dureza al usar el verbo despedazar: La hoguera despedaza la última palabra. Y es que el fuego, en este caso, varios fuegos juntos que forman una hoguera son puestos como lo más eficaz para despedazar la última palabra. 298 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Entonces, podemos observar que, aunque es el principio porque es el prólogo, lo que está abriendo para descubrir el corpus poético está señalando el contrapuesto de principio, cuando dice la “última palabra” con determinación por medio del adjetivo “certera” del segundo verso, que viene a ser sinónimo de eficaz, seguro y cierto. Siendo en esencia el instante poético una relación armónica entre dos opuestos, como afirma Bachelard; por el encanto, el éxtasis, las antítesis se contraen en ambivalencia que podremos observar dentro, entre los versos. Continuando en el prólogo, encontramos que el poeta da poder a la palabra de forma contundente; es mandato. Tendrá el poderío, ya que es necesario que una causa sentimental, íntima, se convierta en una causa formal para que la obra tenga la variedad del verbo, la vida cambiante de la luz que no solo servirá para aclarar oscuridades, sino para esclarecer las aguas que nunca estarán quietas porque están vivas, convirtiéndose a cada instante en una metamorfosis continuada, según sea de alegría o de pena. Dice el poeta: Que la palabra extinga nuestros cuerpos [enlazados para que no haya más simulación de ofrendas [sempiternas. Observamos que no existe la perennidad, ni siquiera la de los amantes que desean perpetuar el instante de amor. La palabra obtiene de él todo el poder para extinguir algo que es una simulación. Desde ese momento nos induce a pensar la manera en que se desenvolverán sus instantes. Destruirá la continuidad simple del tiempo encadenado. Y es que el instante poético tiene una perspectiva metafísica. Por eso, nos ha conducido a la esencia Reseñas y notas 299 del instante poético que es, repito, una relación armónica entre dos opuestos. En el poema “La pausa de meditado nocturno” poetisa su historia marina. En los nueve primeros versos dice: De luz, arena; de mar, arrullos; de sones, tu voz. de mañanas, conchas; de palmeras, caricias; de melodías, tu cuerpo. de tardes, horizonte: de brisas, aromas; de calypsos, tu compañía Si seguimos la cadencia musical, forman una danza ondulante y seductora. Al mismo tiempo que dan la sensación de ser versos condicionales que al final continúan su ondular con los puntos suspensivos. Dichos puntos, en este caso, sirven como un calderón, figura musical que desea perennizar la nota final para que quede como un eco en el sentimiento. Pero esta sucesión y tal eco se cortan con un verso. Y es que Jorge es dariano, tiene la influencia del genio, no ha podido sustraerse a ella. Con ese verso vuelve a la realidad. Deja el eco y dice: Me faltás vos... Y aunque sucede como si cayera en cuenta de pronto y por eso usa los puntos suspensivos, otra vez, para dejar el eco; siguen los puntos suspensivos que dan continuidad a la danza ondulante, quizás imaginada. Ese “faltás vos”… es como si la sorpresa le infundiera, en vez de seguridad, esa disminución de cadencia, un disminuyendo 300 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 que es susurro, más bien. Un disminuyendo que quedará en un suspenso de casi pregunta, casi duda, casi suspiro. Y concluirá: De noches, silencios; de espuma, el lecho. De dramas… Otra vez los puntos suspensivos para denotar quizás algo que se extingue, algo que no se acaba de definir. Pero es algo que tiene tintes fatales, tristes, que devienen “De noches y silencios”. Entonces, el suspiro que podría quizás traducirse en un leve llanto en los puntos suspensivos da lugar a otro verso solitario; también dariano; quizás con ese dolor que el poeta en versos tristes expresaba. En donde Jorge resume y esclarece lo que no se puede esclarecer, lo que deja entrever, lo que esa musical figura puntual y los puntos suspensivos denotan, como la figura musical del calderón. Confirma la relación armónica de los opuestos, porque en un último verso, afirma un convencimiento doloroso. Ya no hay duda, ya no hay sorpresa, ya no hay más que afirmación: Esa es nuestra historia. Continúo dando someros ejemplos de esta armonía que sucede en los instantes opuestos en el poema: “Afectos insalobres”. Dice: El silencio de tu inconmovible gesto, las horas de miradas ausentes; de eso se llena el ambiente. Podemos sentir en la primera estrofa la ausencia dentro de la compañía. El silencio, las miradas ausentes Reseñas y notas 301 tienen lleno el ambiente. Y hay dos compartiendo. Es un sentimiento que podría ser recíproco y no lo es; más que para poner la ausencia, el silencio. Toda esa ausencia que llena, pero de vacío. Este verbo lleva a comprimir, a cargar, a atiborrar de esas miradas que no están ahí, llegan hasta lo hondo del sentimiento al poner mayor ausencia que si no estuviera, porque esa mirada ausente nos conduce a la huida, al deseo de lejanía, de desprenderse del otro. Es, pues, una dolorosa separación implícita, dolorosa por no deseada. Sin embargo, la segunda estrofa entraña una justificación, una estrofa que podría también ser solitaria, seguida de una sucesión de si condicional en cada verso que denota una aseveración, más que una duda. También, el si en estos casos toma carácter distributivo en su repetida contraposición: Solo quería amarte Si no fuera por la noche, si no fuera por la tristeza de mi mano, si no fuera por el dolor que se abroga en el deseo. Para caer de nuevo en la levedad de la presencia al decir: El gesto de tus pasos mariposas, el espacio de afectos insalobres; de eso se inunda el mundo… Vuelve lo insalobre. Sabemos que la sal es la que proporciona sabor. Si los afectos son insalobres, es insípido el amor que, para colmo, inunda el mundo. Y eso está con puntos suspensivos que dan sensación de dejar pensar, de dejar que se disipe aún más, que la inundación se propague por todos los puntos cardinales. La inundación es colmar, de ahí, también los puntos suspensivos que desbordan. 302 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 “Pasos mariposa” son de levedad. Hay una etérea disposición de las palabras que dan esa sensación de esa levedad que se diluye más con los puntos suspensivos. Esa levedad da por sentado que todo es tan liviano que vuela, está en el aire, los puntos suspensivos no son antojadizos, en modo alguno, sino que perennizan todo lo etéreo del espacio. Otro si condicional, igual a los de la segunda estrofa comienza la última. Este condicional estará confirmado con el recuerdo y se deshace porque está en la imaginación que apabulla. Es la imaginación la que ayudará, quizás, a resistir todo el peso de lo que viene en el corpus poético: Si te quise así, todavía lo recuerdo en la inconmovible imaginación que apabulla. Todo lo demás en el poemario es intenso. Les dejo ante sus ojos de lector, ante sus sentimientos, para que se identifiquen con el poemario de mi amigo Jorge. Gloria Elena ESPINOZA Jorge Eduardo Arellano. 2013. La poesía nica en 166 antologías (1878-2012). Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, 173 p. Esta obra, única en nuestra bibliografía, es mucho más que un recuento de antologías. Las entradas contienen nóminas completas de antologados (con dos excepciones), extractos de prólogos y comentarios sobre las antologías y observaciones de Arellano. Esto nos da una Reseñas y notas 303 visión, a vuelo de pájaro, del desarrollo de nuestra poesía que nos permite apreciar mejor de dónde viene, dónde está y hacia dónde va. En una carta a Darío, Octavio Rivas Ortiz tildó de “la más ridícula colección de tontos que se dicen poetas” a los nicaragüenses (él mismo junto con líricos respetables como Manuel Maldonado, Ramón Sáenz Morales, Lino y Santiago Argüello y Juan de Dios Vanegas, entre otros) colocados por su medio hermano Alberto Ortiz a la par de Darío en Parnaso nicaragüense (Barcelona, 1912). La actitud de Rivas preconiza la de miles de nicaragüenses que resienten ver a compatriotas promocionados como poetas, por considerar que el traje de Rubén les queda a todos demasiado grande. Reflexiones preliminares Muchos podrán preguntarse qué condiciones permiten que una antología pueda tener valor más allá de la subjetividad del autor. En su prólogo, JEA cita al inglés Harold Bloom (catedrático de la Universidad de Yale), según el cual, el antólogo debe identificar y seleccionar textos caracterizados por el “dominio del lenguaje metafórico, la exuberancia en la dicción, el poder cognitivo y sobre todo la originalidad” (entendida como el estilo personal de un escritor que ha encontrado su propia voz). Las herramientas del antólogo son sus conocimientos (lo leído, lo aprendido), sus experiencias (como escritor, como ser humano) y una sensibilidad literaria madurada que le permita alcanzar el más alto grado de objetividad posible. Sus principales enemigos son los gustos y prejuicios, el amiguismo y el “enemiguismo”, y los compromisos (políticos, laborales, tribales o familiares). 304 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 El propósito es contribuir a un proceso de creación de espacios (en el que participan los directores de publicaciones literarias, los eruditos, los educadores y el público lector) necesarios para “consagrar textos y autores como modelos dignos de ser estudiados”. Sin esta labor mediadora, la literatura sería un conjunto impreciso de obras, entre las cuales cada lector seleccionaría sus lecturas al azar. Antologías básicas El primer intento serio por crear en Nicaragua una antología canónica fue 100 poemas nicaragüenses (1963), la hasta entonces (en palabras de JEA) “más rigurosa selección de la lírica nacional contemporánea a partir de Rubén Darío”. Con 30 poetas fue publicada en el número 4 de la revista El pez y la serpiente (dirigida por Pablo Antonio Cuadra). Además de nombres fundamentales, esta antología incluyó poemas igualmente fundamentales como “Canto de guerra de las cosas” de Joaquín Pasos, “Retrato de dama con joven donante” de Carlos Martínez Rivas y “Hora cero” de Ernesto Cardenal. La misma revista había presentado (1962) la primera muestra (con aguda visión de futuro) de los poetas que constituirían la llamada generación del sesenta (Octavio Robleto, Horacio Peña, Fernando Gordillo, Edwin Yllescas, Luis Rocha), algunos en plena adolescencia (Beltrán Morales, Julio Cabrales y Francisco de Asís Fernández). La selección de los 100 poemas nicaragüenses se enriqueció con nuevos poemas y nombres (“Pequeña biografía de mi mujer” de José Coronel Urtecho, David McField, Jorge Eduardo Arellano, Vidaluz Meneses, Gio- Reseñas y notas 305 conda Belli y Leonel Rugama), a la Nueva antología de la poesía nicaragüense (1972), reedición aumentada del citado n.o 4. Complemento importante de la labor canónica de El Pez y la Serpiente fue Poesía nicaragüense de Cardenal (editada originalmente en Cuba, en 1973), que arranca con los tres grandes (Azarías Pallais, Alfonso Cortés y Salomón de la Selva) e incluye básicamente los mismos autores, algunas adiciones de jóvenes (Iván Uriarte, Michèle Najlis, Carlos Rigby) y otros poemas fundamentales: “Alejandro Hamilton–Sonata” de Salomón de la Selva y “Pequeña biografía de mi mujer” de Coronel Urtecho. Hay dos antologías extensas y bien cuidadas que amplían las anteriores: Antología general de la poesía ni caragüense de JEA (1984/1994); y El siglo de la poesía en Nicaragua (2005) de Julio Valle-Castillo (el cual se autoexcluyó, práctica poco frecuente entre nuestros antólogos). La depuración más refinada de estos intentos de crear un canon es Soles de eternos días (1999) de Anastasio Lovo y Erwin Silva, con 28 textos poemáticos de 11 poetas, rigurosamente escogidos por “su belleza formal, densidad significativa y trascendencia”. Con extensos comentarios de sus autores (el de Lovo a “Memoria para el año viento inconstante” de CMR, es modelo de profundidad y erudición), se inicia con Darío y llega hasta Ana Ilce, única voz femenina (Claribel Alegría, salvadoreña, contemporánea de Cardenal y oriunda de Estelí, Nicaragua, no había sido incorporada oficialmente a nuestras letras). Dos décadas de poesía joven nicaragüense de JEA, publicada en el Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación n.o 61 (1989) es una primera muestra de 306 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 lo que podría ser un canon de poemas de la generación del sesenta. Algo similar hicieron Marta Leonor González y Juan Sobalvarro con respecto a la siguiente promoción en Poesía de fin de siglo (2001). Menos cantidad, más calidad En 1948, María Teresa Sánchez publicó la primera edición de Poesía nicaragüense. Su “apertura exhaustiva, democratizante” abarcó 165 poetas (en su mayoría poetastros, afirma JEA), de los cuales unos 25 siguen vigentes (Sánchez omitió a José Santos Rivera, cuyo poema a su padre fue rescatado recientemente por la revista Poesía Peregrina). Esta obra demuestra que el fenómeno de la profusión de poetas no es nuevo (como dijo Yllescas: “La poesía en Nicaragua es una de las ciudades más pobladas del mundo. Bélgica, París, Nueva York, Londres, Río, le quedan chiquitas”) y que el tiempo es implacable en su trabajo de valoración, selección y eliminación (sobre todo esto último). Pero en el pasado, el público lector podía distinguir con más claridad a los poetas con oficio, de los poetas “caseros” (semejantes a los pintores domingueros). Como secuela de la burocratización de la cultura en los ochenta, el mundo polémico y beligerante de los cafés literarios de antes de la revolución, fue reemplazado, después de la revolución, por un entorno de organizaciones culturales (estatales y no estatales) con oportunidades de reconocimientos, publicaciones y cargos administrativos (mayoritariamente ad honorem) para las personas dedicadas a las letras. Esto ha creado un ambiente de mutua dependencia con ausencia de apreciaciones críticas (excepto a sotto Reseñas y notas 307 voce) y exceso de alabanzas (entre los de la misma tribu) para desconcierto del lector potencial, sin orientación ante una oferta lírica en constante proceso de renovación, que supera con creces la demanda. (El literato nacional tiene que competir con los clásicos, los autores de moda, los entretenimientos electrónicos y la escasez de tiempo, por un público lector no muy acostumbrado, con las excepciones de rigor, a pensar en términos de literatura nicaragüense contemporánea). Leer más, escribir menos En el presente siglo se advierte una tendencia cada vez más generalizada, especialmente con respecto a los miembros de la generación del sesenta y siguientes, usualmente breve, a los más recientes, de mayor extensión y madurez creativa. Algunas ofrecen notas biográficas rigurosamente documentadas, pero las selecciones, más de poetas que de poemas, dan una idea muy devaluada de la calidad general de nuestra poesía. Son verdaderas «latas de sardinas», como titulara Yllescas el prólogo de su propia antología, Los hijos del minotauro, publicada por la revista chilena Trilce en 2009 (con autoexclusión del autor y apenas sesenta nombres). Un ejemplo de esta tendencia es la recién publicada antología Nicaragua: el más alto canto (2012, Fondo Editorial Instituto Nicaragüense de Cultura) de Héctor Avellán, “la más equilibrada e incluyente antología elaborada por un poeta joven”, nos dice JEA. En esta voluminosa colección (111 antologados, un 75% de los cuales son poetas vivos) brillan por su ausencia poemas verdaderamente paradigmáticos como “El 308 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 espectro de la rosa” (Julio Cabrales), “Elegía a la muerte de mi padre” (Ligia Guillén), “Darío en la gran cosmópolis” (JEA), “Un beso sobre la tumba es vida” (Rosario Murillo) y “De lo urbano y lo sagrado” (Yolanda Blanco), entre muchos otros, por lo que no podemos decir, junto con su autor, que incluya los poemas imprescindibles de cada poeta (aunque en algunos casos sí los incluya). Desconcierta en esta antología, con muestra lúcida de poemas sociales, dos textos políticamente comprometidos infaltables en trabajos similares anteriores: “Son los muchachos” de Mario Santos (q.e.p.d.), miniatura (digna de Fra Angélico) del combatiente de montaña y “A ese muchacho” de Fernando Antonio Silva, quizá el poema mejor logrado entre los ambientados dentro del servicio militar obligatorio. Todos los grandes movimientos artísticos cumplen su ciclo vital (y pocas veces se reproducen). Cuando concluye ese ciclo, es difícil advertirlo. Es posible que la gran poesía nicaragüense del siglo XX haya llegado hasta Cardenal. No obstante, continúan surgiendo poetas jóvenes (y en nuestro medio esta categoría llega hasta los 55 años) con voz y visión del mundo propias (Santiago Molina, Érick Aguirre Aragón, Marta Leonor González, el mismo Avellán, Yaoska Tijerino, Alejandra Sequeira…). Pero solo el tiempo, juez implacable, dirá qué voces seguirán siendo escuchadas dentro de cien o quinientos años (¿cuántos poetas del Siglo de Oro puede nombrar el lector?). Probablemente un puñado. O talvez (como dijo Salomón), solo Darío, Darío únicamente… Franklin CALDERA Reseñas y notas 309 Academia Nicaragüense de la Lengua. 2013. Valoración múltiple de la obra educativa y literaria de Carlos Tünnermann Bernheim. Managua: Academia Nicaragüense de la Lengua, 441 p. La Academia Nicaragüense de la Lengua ha publi cado, en su serie Homenajes, un volumen que, bajo el título Valoración múltiple, recopila opiniones sobre la obra educativa y literaria de su miembro de número y exsubdirector, doctor Carlos Tünnermann Bernheim. El prólogo lo suscribe el actual director de la Academia, licenciado Francisco Arellano Oviedo, y se titula “Personaje de dos siglos”. El libro comprende cuatro secciones. La primera sección, “Semblanzas y reconocimientos”, incluye 18 escritos de autores como Pablo Antonio Cuadra, Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez y Juan B. Arríen, así como los discursos de ofrecimiento de los rectores de las Universidades que en Nicaragua, República Dominicana, México y otros países han otorgado al doctor Tünnermann el doctorado honoris causa. Asimismo, en esta sección se incorporan los reconocimientos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA); el Sistema de las Naciones Unidas y la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL). Esta última le otorgó al doctor Tünnermann el Premio “Dr. Carlos Martínez Durán” por sus aportes al desarrollo y transformación de las universidades de América Latina y el Caribe. La segunda parte incluye 17 opiniones acerca de las obras publicadas por Tünnermann Bernheim sobre Educación Superior, que es su especialidad. Sobresalen los juicios críticos de Edelberto Torres Espinosa, Eduardo Avilés Ramírez, Luis Manuel Peñalver, exministro de Educación de Venezuela, exrector de la Universidad de Oriente; Xabier Gorostiaga; Luis Yarzábal, exdirector del 310 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 IESALC de la Unesco; Francisco López Segrera, de la Unesco; Alejandra Fernández y Víctor Morles, de la Universidad Central de Venezuela; el doctor Hugo Aboites, de CLACSO; y el máster Cefas Asensio Flores. La tercera sección está dedicada a los escritos que valoran la obra histórica y literaria del homenajeado. Figuran en ella trabajos de Ricardo Llopesa, Guillermo Rothschuh Tablada, Jorge Alvarado Pisani, Anastasio Lovo, Nydia Palacios, Isidro Rodríguez Silva y Erwin Silva, entre otros. Finalmente, la última parte reproduce poemas dedicados a Tünnermann por Federico Mayor Zaragoza, Carlos Martínez Rivas y Francisco Arellano Oviedo. El libro, de más de cuatrocientas páginas, cierra con un cuadernillo de fotografías de distintas etapas de la vida del homenajeado. Reproducimos, a continuación, tres opiniones extraídas de los textos del libro: 1. “La obra educativa del doctor Carlos Tünnermann Bernheim se ha extendido a numerosos países de América Latina y el Caribe, tanto por la difusión de sus obras sobre la problemática de la universidad latinoamericana, como por su constante participación, de más de medio siglo, en cursos, seminarios, congresos, etcétera, en todo el continente, donde casi siempre dictó conferencias magistrales”. Consejo Ejecutivo de la Unión de Universidades de América Latina al otorgarle el premio continental “Carlos Martínez Durán”. 2. “El doctor Carlos Tünnermann Bernheim, por haber comenzado su vida académica tan joven, Reseñas y notas 311 pertenece a una generación de hombres lúcidos e íntegros, que durante la segunda mitad del siglo pasado fueron decisivos al darle forma al desarrollo de la Educación Superior centroamericana que hoy conocemos. Conocedores de su fructífera trayectoria en la Educación Superior de Nicaragua, de Centroamérica y de América Latina, lo describimos como un hombre muy inteligente, de sólidos principios y valores éticos, honesto, visionario, emprendedor, sistemático, meticuloso, y un trabajador incansable, donde quiera que se ha desempeñado”. Efraín Medina Guerra Secretario General del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA). 3. “Carlos Tünnermann reúne las cualidades del maestro e intelectual dedicado a explorar las posibilidades educativas en nuestro continente, con un objetivo primordial: la construcción de una sociedad más próspera, justa y solidaria, basada en un modelo de desarrollo humano sustentable que fortalezca las identidades culturales, favorezca la cohesión social y promueva una cultura de paz”. Dr. Enrique Agüera Ibáñez. Rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, al otorgarle el doctorado honoris causa de dicha Universidad. Hilda Baltodano Reyes 312 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Fátima Villalta. 2011. Danzaré sobre su tumba. Managua: Centro Nicaragüense de Escritores, 169 p. Dieciséis años de existencia humana dieron como resultado en Fátima Villalta una visión real —no patética— de la vida, concentrada en esta novela, cuyo título refleja la genialidad de su inventiva: Danzaré sobre su tumba, que deja a cualquiera con los pelos de punta y con las manos en la boca. Su trama nos recuenta la prehistórica guerra del varón y la mujer; revelándonos la inhumana lucha por estar uno encima del otro. Lucha, no por el amor, sino por la posición del género. A su corta edad ha creado un monstruo de tentáculos psíquicos que pueden perturbar al lector no avisado. La historia de una longeva psicópata y trastornada desde la infancia, lo atrapa sin remedio, y lo sumerge en un mundo perverso donde reina el odio, la apatía, la envidia y el rechazo. Las manifestaciones de una mente esquizofrénica, de momentos maníaca y en ocasiones depresivas, son reflejadas de manera magistral en dos únicos protagonistas, comunes en cualquier parte del mundo. La condición de hermanos, en sus personajes centrales, es una clara alusión a los primeros habitantes del planeta, descendientes de un padre único, pero también desconocido por estos protagonistas, y de una madre encuartelada en un manicomio de emociones, que a la vez hereda a sus vástagos, y en el que vivirán hasta el final de sus días. Hablando un poco sobre María Eugenia (personaje que narra la historia) es una fémina que jamás —en toda la novela— logra superar el complejo de Electra. Condición, según Freud, tiene su origen en la inevitable experiencia que toda niña sufre de la llamada “envidia del Reseñas y notas 313 pene”, y es preciso que se supere para que, en la etapa genital y ya adulta, la mujer pueda dirigir adecuadamente su libido hacia los varones. La manifestación de este complejo es el amor de la niña hacia su padre y hostilidad y celos hacia la madre. Dado que Ma. Eugenia ha vivido sin padre, extrapola sus sentimientos hacia Eduardo, quien para ella funge implícitamente como un padre, pero sin perder de vista que son hermanos. Que más representativo que este párrafo: Desde que tengo memoria, la idea de ser hombre ha sido tentadora, maravillosa. Ese fue uno de los grandes motivos por los cuales odié a mi madre desde la infancia. ¿Por qué Eduardo nació hombre y yo no? Me resultaba injusto, no comprendía el azar de la lotería genética. (...) Un simple pene, un par de testículos, un pantaloncillo de mezclilla. ¿Era mucho pedir? En este párrafo, Fátima deja claro que la lucha por la posición vuelve contranatural los pensamientos de cualquiera de los dos únicos géneros existentes. En este caso fue explícita, no así con Eduardo, que es implícita en su manera de actuar. Quizá siente repulsión hacia las mujeres. Sus andanzas y la forma de tratar a su esposa resulta un acto de venganza contra el género contrario. Espectacularmente, ha podido la narradora, ocultarle al lector la repulsiva homosexualidad de Eduardo mediante el comportamiento machista de este personaje. Uno de los pasajes que me llamó la atención fue cuando, a todas luces, tanto María Eugenia como Eduardo se vuelven cínicos e hipócritas con tal de no perder la batalla. Muestra ínfima, pero notable, la encontramos en el siguiente diálogo: 314 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 —Señorita María Eugenia, usted se ve simplemente espectacular. Hasta diría que mejor que yo. Reí ante su ocurrencia, lo último que dijo no era cierto, pero decidí seguirle la corriente. —Siempre me veo así, Jorge Eduardo, lo que pasa es que usted no lo nota. No dejo de imaginar la posición corporal que hubo de haber tomado el muchacho: inclinado hacia delante, tomando su mano izquierda, con el rostro diabólico y la mirada maquiavélica, a la expectativa de cualquier gesto en la joven que le revelara algo de debilidad femenina cuando están siendo agasajadas. Oportunidad que no esperaba desperdiciar para humillarla, como eran sus pretensiones. Aunque el libro esté retratado en la época de los años sesenta, no deja de ser el informe global y acertado de la condición humana prevaleciente, con herramientas y técnicas más sofisticadas, que puedan permitirle ganar al bando contrario y de manera eficaz, la asquerosa guerra iniciada por Adán y Eva. Estoy seguro de que hay muchas María Eugenia y muchos Jorge Eduardo deambulando como ratas en las calles de cualquier país del mundo, pero Fátima Villalta solo hay una, con un Danzaré sobre su tumba debajo del brazo, para exorcizar a los idiotas moralistas. Luis MASIS Reseñas y notas 315 Francisco Arellano Oviedo. 2013. Entre piadosos ronda el diablo. Managua: PAVSA, 76 p. Esta vez el laureado poeta y lexicógrafo, Francisco Arellano Oviedo, se nos muestra como un hábil narrador. Nos presenta un breve libro de cuentos, con un título sugestivo que nos insinúa parte del contenido: el mundo religioso, que él conoce muy bien. Aunque breve, esta es una obra cargada de líneas llenas de humor, picardía e incluso irreverencia. Son cuatro cuentos que rescatan una de las funciones de la literatura: el entretenimiento, pero este no es ocioso, ya que va de la mano con la crítica social, especialmente con la de la doble moral. En estos relatos, el lector puede sentirse identificado y reconocer en cada personaje a algún conocido de su barrio, ya sea por su inocencia o por las bandidencias y zanganadas que realiza a escondidas o públicamente. Y es que los nicaragüenses somos pícaros por naturaleza, en todo vemos malicia, y de esta manera es como se nos presentan los protagonistas: como cualquier ser humano con sus propias virtudes, con sus problemas y contradicciones, en esa lucha interior, en la constante búsqueda de su identidad. Escritas en tono coloquial, estas anécdotas nos remiten de inmediato a nuestro entorno, a cualquier ciudad de Nicaragua y a algunas partes de Centroamérica. Nos llevan de paseo por las festividades religiosas de Managua y por Tola para contarnos la leyenda sobre Guacalito de la Isla. Asimismo, estos cuentos evocan otras tradiciones y nuestra historia, particularmente los años 70. También, se evidencia en la obra la intertextualidad de algunos clásicos, entre estos el Decamerón, obra del italiano Giovanni Boccaccio y la Biblia, con sus parábolas aleccionadoras. 316 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Esta obra ha tenido una excelente acogida en el público, especialmente entre los lectores jóvenes. Se agotó en menos de sesenta días, sin dar tiempo a que su autor organizara su presentación. Sin embargo, para quienes se quedaron con ganas de leerla, Francisco Arellano Oviedo prepara una segunda edición con nuevos relatos. Rosa Mairena Uriarte Ritomar Guillén. 2012. 360 grados. Managua: Sociedad de Jóvenes Escritores, 84 p. Decía el poeta y crítico Álvaro Urtecho que es difícil encontrar en la poesía nicaragüense, después de Ernesto Mejía Sánchez, a un autor capaz de monologar o dialogar desde una perspectiva en la que el fenómeno poético mismo se revele ante el lector; es decir, vislumbrar el proceso de generación del poema desde el balbuceo de las primeras palabras, de forma que ese mismo fenómeno pueda percibirse desde el propio misterio de las cosas: desde el génesis de un proceso en el que las cosas vistas o imaginadas, soñadas o contempladas empiezan a cobrar forma de palabras, luego forma de versos, hasta que los contornos del poema cobran una dimensión definitiva. Para Urtecho, pues, era difícil encontrar entre nosotros a un poeta que desde el poema mismo reflexione sobre su propio proceso creador, o bien, hacer que el poema reflexione o monologue sobre sí mismo, sobre su propio sentido existencial. Sin embargo, conozco a algunos poetas contemporáneos, y aun a algunos muy jóvenes que lo intentan, uno de ellos es Ritomar Guillén, específicamente en la sección (titulada significativamente “Poemas en la mente”) de su primer poemario, 360 grados. Esa sección Reseñas y notas 317 contiene a su vez un fragmento titulado “Conversación”, que da la impresión de ser un largo poema dividido en 16 partes, o bien 16 poemas que componen en su conjunto un solo gran poema. Y en ese gran poema de Guillén podemos leer, por ejemplo, estos versos: Las palabras no dichas eran la abstracción /de un diálogo consigo mismo. /Asumió el control del guión /y cada palabra debía decir /lo que no pudiera esperar y rebatir el otro; /cada pa labra exponía /un atributo de ingenio y locua cidad del Explorador. /Distintas retóricas que se purgaban en la cautela del argumento… No solo ese párrafo, sino casi todo el largo fragmento titulado “Conversación” me ha recordado la quizás caprichosa insistencia de entender o percibir en la tradición poética nicaragüense, incluyendo aun sus prolongaciones en este nuevo milenio, un largo y sostenido diálogo con ella misma. Un diálogo o una tradición visionaria que despegó con Rubén Darío. Tales son los “poemas en la mente” que poco a poco Ritomar Guillén va pergeñando y evocando a través de otros poetas y otras poéticas en esta primera parte de su libro. Es una alegoría en la que no se puede dejar de recordar al Borges dictador, el poeta ciego que atrapa en el ensueño y la oscuridad de la ceguera, en el oscuro caos de la memoria, las palabras precisas que poco a poco van dando forma a una obra precisa a un pequeño universo que otros podrán después leer y también imaginar. No pueden dejar de evocarnos, estas alegorías de Guillén, a ese escritor que, precisamente por su condición de ciego, tuvo que echar mano de las imágenes mentales; el escritor que fue capaz, durante sus últimos años de vida, de dibujar la escritura desde los difíciles y a veces oscuros retruécanos de la mente. 318 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Pero Borges tuvo, obligadamente, que aprender a escribir desde la mente, con la ayuda de un escriba. Y Guillén más bien nos propone, en la primera parte de su libro 360 grados, emprender deliberadamente —no por obligación o necesidad— el esfuerzo mental de Borges y potenciar ese proceso que Álvaro Urtecho añoraba en nuestra prolongada tradición poética: el de ver germinar y florecer al poema dentro del poema mismo; fluctuación de imágenes y palabras que se encuentran y desencuentran, se alinean, se entroncan, se unen o confabulan para después dejar ver el todo terminado; el poema cuyo proceso de corrección empezó desde el mismo momento en que la mente concibió sus primeras palabras. En fin, reescribirse, como Borges, desde antes que las palabras estén definitivamente escritas o puestas en el papel o en la pantalla del ordenador. Hay también otra característica interesante en este primer libro de Guillén: la tendencia o vocación por el llamado “poema de largo aliento”. Escojamos apenas uno de tantos intentos en el libro. Por ejemplo “América”, que no estoy seguro si es una sección de un poema aún más amplio y extenso o si es un poema autónomo. Se trata, en todo caso, de un llamamiento erótico a la seducción de un continente descubierto: mujer como alegoría de territorio; ente femenino a quien se le habla como a alguien a quien seducir o cazar; voluptuosa Circe que, según sugiere el poema, ha embrujado al idioma y lo ha transformado en algo extraño. Podría decir otras cosas interesantes de este poemario de Guillén. Por ahora solo habré de mencionar su voluntad o su quizás excesiva y juvenil ambición de erudición, al punto de recrear el procedimiento académico de las notas que introdujo a la poesía moderna, hace ya Reseñas y notas 319 tiempo, T. S. Eliot en The Waste Land. Así, Guillén nos va informando al pie de página de sus extensos poemas, que Vesterbygd, por ejemplo, fue una de las dos áreas de asentamiento nórdico en Groenlandia; que el verso que canta “Tú, nuestra antigua tierra”, es parte del Himno Nacional de Groenlandia. También nos informa o nos anota el origen intelectual de muchos de sus poemas (Góngora, García Lorca y su Romancero sonámbulo, la Carta de creencias de Octavio Paz, entre otras muchas anotaciones eruditas, y frecuentemente innecesarias, al pie de los poemas). Difícil no descubrir la ineludible influencia de Carlos Martínez Rivas en el tono de muchos de los poemas de este joven, cuya tesis de graduación en Literatura fue precisamente acerca de la obra del poeta nicaragüense fallecido en 1998. También está convocado aquí Joaquín Pasos con sus Poemas de un joven que no ha viajado nun ca, especialmente en “El río Lena”, “El legado del jueves en Nordkapp”, “Isla de monólogos en Barbeau Peak” (escrito en prosa) y “Los grandiosos espejismos en los desiertos de África”. Son poemas que revelan el proceso mental de un viajero imaginario, afanoso lector y poeta de imaginación vivaz. Luego hay otros ejercicios textuales como “Página blanca”, “Ejercicio de la escritura”, “Silencios”, entre otros que confluyen finalmente en el torrente de nuevos poemas sueltos, breves, aunque no del todo epigramáticos, como “Enunciación de vida”, “Peón”, “Razón de ser”, “Lustrador”, “El peregrino”, “El payaso o protagonista del sepelio”, además de otros que también revelan cierto tipo de conciencia ecológica como “Diosa Madre del mundo” o “Solidaridad líquida”, que integran la sección titulada “Contornos de un paisaje”; lo mismo que 320 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 los poemas contenidos en la última sección titulada “Una región transparente”, que no precisamente es evocadora de la obra prima del novelista mexicano Carlos Fuentes, sino más bien de la desolación presente y futura que crece hasta en el más desconocido rincón del planeta. 360 grados, primer poemario de Ritomar Guillén, no es pues un simple balbuceo más, sino un nuevo e interesante eslabón en esa cadena de voces dialogantes que conforman la tradición poética nicaragüense. Erick AGUIRRE ARAGÓN Jorge Eduardo Arellano. 2012. La novela nicaragüense: siglos XIX y XX. Tomo I. (1866-1959). Managua: JEA/Ediciones, 322 p. il. Todo lo que llega a mis manos, procedente de Nicaragua, tiene tanto valor como el trozo de una piedra volcánica salida del corazón de la tierra. Para sorpresa mía, después de su estudio analítico sobre 116 antologías, me llegó una nueva obra de Jorge Eduardo Arellano. Es la historia, en estado de pureza, salida de los sueños de los narradores, titulada “La novela nicaragüense: siglos XIX y XX”. Se trata del primer volumen, cuyo recorrido parte de 1876 y concluye en 1959. Felicito al autor, porque el tema da para mucho. Cuando concluya el segundo tomo la obra será la lectura pormenorizada de alrededor de 240 novelas, una a una analizadas con rigor, aun aquellas que no existen, y a las que ha llegado a través de referencias y testimonio de otros. El trabajo es sorprendente. Arellano ha tenido, como fray Blas del Castillo, la osadía de entrar en lo más Reseñas y notas 321 profundo del corazón humano, y desempolvar la memoria histórica de Nicaragua, que nunca debemos olvidar. Más que osadía es su veta volcánica por desenterrar la historia de la nación. La estructura de este libro-joya es lineal. Las novelas se suceden unas a otras, cronológicamente, mientras el lector contempla planos que se cambian o entrecruzan, a través de una temática de épocas que se suceden, hasta el punto de parecernos otra novela que cuenta la historia. Y no es más que la descripción de las ideas de esas novelas nicaragüenses. En este punto, la obra me parece poliédrica, porque al mismo tiempo es libro de lectura, viaje a través de la historia, antropología, sociología o manual de psicología. Casi me atrevería a decir que es un compendio del pensamiento nicaragüense a través del hilo de la historia. Para mí es más interesante el análisis de las novelas, que las novelas mismas. He tenido la fortuna de haber leído algunas de aquella época pasada, que se daban por buenas. Pero insisto en darle la razón a Enrique Guzmán, a propósito de Lucila, del masaya Carlos J. Valdez, cuando escribió que la novela es “género tan difícil en todas parte y tan descuidado aquí”. Fueron las suyas palabras proféticas. Ni siquiera Rubén Darío pudo indicar el camino a seguir, de la manera que lo hizo con la fundación del cuento moderno, el poema en prosa, la prosa poética, el microrrelato y el prosema. Hemos tenido un problema. Para que exista novela es imprescindible la crítica literaria. Sin crítica el novelista se siente frustrado, falto de dirección moral e intelectual. Es como el corredor sin agua o el conductor sin gasolina. El novelista es un crítico, feroz e intransigente; por tanto, necesita del crítico para ver con cuatro ojos. 322 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 La explicación pormenorizada de cada una de las novelas, sin excepción, más breve o más extensa, bien vale una copa de vino. Sin la necesidad de recurrir a teorías de autores extranjeros, a lo que somos tan dados por extranjerizantes, Arellano arremete con la objetividad propia del intelectual, dibuja el escenario y describe ideas y personajes con la mirada de cada momento histórico. Los años de la novela nicaragüense que van de 1876 a 1959 están llenos de vacío narrativo. Las pocas excepciones son las escasas sorpresas. Esta narrativa confirma la pobreza y la aridez que sustentó la teoría de Luis Alberto Sánchez. No hay novelistas, solo novelas salidas por azar. Y las pocas, en mi opinión, son tres: Sangre en el trópico (1930), Cosmapa (1944) y el esfuerzo poético de Ilustre familia (1954). Sus autores son Hernán Robleto (1892-1968), José Román (1906-1993) y Salomón de la Selva (1893-1952), respectivamente. Las dos primeras constituyen una rica contribución al conocimiento de la realidad ética y estética de Nicaragua. En cambio, la novela de Salomón de la Selva significa un legado de modelo estilístico, una isla poética sin continuidad. Sangre en el trópico, como dice Arellano: “significó el primer esfuerzo de un nicaragüense por captar, al menos en parte, la compleja realidad del país. Una novela a la altura de su tiempo y la más valorada hasta entonces, fuera de las fronteras” (p. 171). Cosmapa es la gran novela, la cumbre que describe el ímpetu psicológico de las distintas capas sociales, desde el poder hasta la obediencia. Es la obra por excelencia de la narrativa. Finalmente, hay que reconocer en Ilustre familia el enorme esfuerzo poético que domina en la obra, pese al alejamiento de la realidad y el rigor narrativo. Reseñas y notas 323 Con esto acabo. En su lista de las novelas nicas de 1876 a 1999 se le olvidó alguna de la última década del siglo XX que, sin duda, tratará a fondo en el segundo volumen. Ricardo LLOPESA La poesía nicaragüense en Santa Bárbara, California Un curso de primavera fue impartido en la Universidad de California (UCSB) por el profesor, crítico y miembro correspondiente de la Academia Nicaragüense de la Lengua Jorge Luis Castillo. Titulado “Fundadores de la moderna poesía nicaragüense”, consistió en un estudio panorámico desde la impronta fundacional de Rubén Darío y sus tres grandes sucesores (Azarías H. Pallais, Alfonso Cortés y Salomón de la Selva), pasando por los avatares de la Vanguardia en la lírica de José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos, Pablo Antonio Cuadra y Carlos Martínez Rivas, para concluir en la poesía exteriorista de Ernesto Cardenal. Esta es la segunda exposición (la primera impartida por este Stefan Baciú en 1970) sobre la materia desarrollada en una Universidad de los Estados Unidos. Bien documentado, Castillo eligió 90 poemas de los autores referidos para comentarlos con sus alumnos durante el curso. Este lo complementó nuestro académico de número, Pedro Xavier Solís, quien el 20 y el 22 de mayo, respectivamente, tuvo a su cargo dos conferencias magistrales: “La poesía nicaragüense de Pablo Antonio Cuadra” y “Un vistazo a la poesía nicaragüense”. Jorge Eduardo ARELLANO 324 Lengua, ranl, 37, julio, 2013 Última novela de Rosario Fiallos Doña Rosario Fiallos de Aguilar, mejor conocida en el mundo literario como Rosario Aguilar, es académica de número y publicó, en julio de 2012, su última novela Mi raflores cuando se cumplieron 48 años de haber aparecido su primera novela, Primavera sonámbula (1964), a la que han seguido ocho novelas más y otros relatos y biografías de familia. Casi toda la narrativa de Rosario Aguilar ha sido traducida al francés y algunas de sus obras han sido traducidas también al alemán y al inglés. Rosario Aguilar es considerada la primera novelista mujer con éxito de Nicaragua. La marginación de la mujer en el quehacer y la cultura, la psicología femenina y el lenguaje poético caracterizan la narrativa de esta escritora, que ha obtenido galardones nacionales y extranjeros. El 7 de octubre de ese año el director de nuestra Casa, don Francisco Arellano Oviedo, presentó la obra de Rosario Aguilar en el paraninfo de la bicentenaria Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León). En esta fecha concurrió el XLVIII aniversario del deceso del rector magnífico, Mariano Fiallos Gil, progenitor de la escritora y quien lleva el título de Padre de la Autonomía Universitaria en Nicaragua. Francisco Arellano Oviedo
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