ricardo andrés campos soto
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ricardo andrés campos soto
UNIVERSIDAD DE CHILE Campus Sur Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos Facultad de Ciencias Agronómicas Facultad de Ciencias Forestales Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS SILVOAGROPECUARIAS Y VETERINARIAS “GENOTIPIFICACIÓN DE Trypanosoma cruzi EN LOS VECTORES SILVESTRES DE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS EN CHILE (Mepraia spinolai y Mepraia gajardoi) Y CARACTERIZACIÓN GENÉTICA DE ESTOS VECTORES” RICARDO ANDRÉS CAMPOS SOTO Tesis para optar al Grado Académico de Doctor en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias PROFESOR GUÍA: ALDO SOLARI ILLESCAS PROFESOR COGUÍA: CAREZZA BOTTO MAHAN SANTIAGO, CHILE 2012 PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS SILVOAGROPECUARIAS Y VETERINARIAS “GENOTIPIFICACIÓN DE Trypanosoma cruzi EN LOS VECTORES SILVESTRES DE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS EN CHILE (Mepraia spinolai y Mepraia gajardoi) Y CARACTERIZACIÓN GENÉTICA DE ESTOS VECTORES” RICARDO ANDRÉS CAMPOS SOTO Tesis para optar al Grado Académico de Doctor en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias COMITÉ DE TESIS Calificación Aldo Solari Illescas Carezza Botto-Mahan Pedro Cattan Ayala Norbel Galanti Garrone Daniel Frías Lasserre Julio Larenas Herrera Financiamiento proyecto FONDECYT Nº 1085154 Número de registro SANTIAGO, CHILE 2012 Firma “La inmortalidad está en los genes la descendencia, la evolución y en el pensamiento que trasciende a generar una vida mejor” Ricardo Campos Agradecimientos Agradecimientos a mis profesores tutores Aldo Solari y Carezza Botto a la comisión de revisión Pedro Cattan, Norvel Galanti y Daniel Frías. A los alumnos Iván Córdova, Marco Arenas por su gran ayuda en las actividades de terreno así como a Ángel Moreno, Bernardo Arriaza, Jorge González, Sandro Navia y a todas las personas que colaboraron y me sacaron de apuros en estas arduas labores. Ximena Coronado por su gran ayuda de laboratorio, Nicanor Villarroel. Fernando Torres, Marco Méndez y Nicolás Jaramillo por su ayuda académica. A la beca de Doctorado CONICYT, FONDECYT 1085184, 11090086 y PSD-66 y a todas las personas que de alguna manera colaboraron para hacer posible este trabajo. Muchas gracias. Dedicado a mis padres Hugo y Ana RESUMEN Trypanosoma cruzi es un protozoo flagelado muy ancestral con una gran variabilidad genética, es el agente etiológico de la enfermedad de Chagas, considerada una importante zoonosis de América. Este parásito es transmitido principalmente por más de cien especies de triatominos hematófagos. Mepraia spinolai y Mepraia gajardoi son triatominos endémicos de Chile que cumplen un importante papel en la transmisión de T. cruzi en el ciclo silvestre, sin embargo su distribución entre hábitat silvestre y peridoméstico así como su conducta de alimentación oportunista los hacen potenciales vectores para el hombre. Estos vectores silvestres se distribuyen en zonas costeras y el interior de los valles siendo M. gajardoi la especie que habita zonas netamente costera del norte (18º 30` y 26º 30` S) mientras que M. spinolai se puede encontrar tanto en la costa como el interior entre las regiones de Atacama y Metropolitana (26° 30` y 34º 20` S), existiendo un conflicto taxonómico en las zonas geográficas limítrofes de distribución (24° 36' y 26° 51' S). Con el fin de detectar y genotipificar T. cruzi en los vectores silvestres, se realizaron capturas en zonas costeras y el interior abarcando todo el rango de distribución del género Mepraia. Utilizando la reacción de la polimerasa en cadena (PCR) se encontró un menor porcentaje de infección de T. cruzi en los insectos que habitan zonas geográficas costeras, lo que puede ser explicado por el tipo de alimentación que es escasa en hospederos mamíferos, que actúan como reservorios del parásito. Las pruebas de hibridación con sonda no revelan una estructura geográfica de los genotipos de T. cruzi. Para determinar la estructura filogeográfica una fracción de los insectos capturados se ocuparon para obtener secuencias de los genes mitocondriales Citocromo b y la subunidad I de la Citocromo Oxidasa. La relación filogenética entre los haplotipos mostró tres grupos monofiléticos de los cuales dos de ellos coinciden con las dos especies descritas y un tercer grupo corresponde a insectos provenientes de zonas limítrofes en la distribución de estos dos grupos, las relaciones de ancestralidad de estos linajes no esta resuelta. Estos linajes también se confirman con los análisis de la morfometría alar que revela dos conformaciones alares diferentes y un nuevo fenotipo descrito en la zona de intersección. Los análisis de varianza molecular indican una alta estructuración poblacional y la red de haplotipos muestra una relación estrecha de la filogenia con el lugar de procedencia geográfica muestreado. La posible existencia de hibridación y otras hipótesis serán discutidas. Palabras Claves: Trypanosoma cruzi, Filogeografia, Mepraia spinolai, Mepraia gajardoi. ABSTRACT Trypanosoma cruzi is a very ancient flagellate protozoan with a high genetic variability, is the etiologic agent of Chagas disease, considered a major zoonosis in America. This parasite is transmitted primarily by more than one hundred hematophagous triatomine species. Mepraia spinolai and Mepraia gajardoi are the triatomine endemic of Chile that play important roles in the transmission of T. cruzi in the wild cycle. However, their distribution between peridomestic and sylvatic habitat and opportunistic feeding behavior make them potential vectors for humans. These wild vectors are distributed in coastal and inland valleys being M. gajardoi the species that inhabits the coastal zones of northern (18º 30' y 26º 30' S), while M. spinolai can be found both on the coast and the interior between the Region de Atacama and Metropolitana regions (26° 30` y 34º 20` S) however, there is a taxonomic conflict in the boundary zones of the geographical distribution of these sister species (24° 36' y 26° 51' S). In order to detect and genotype T. cruzi in the sylvatic vectors, captures were made in coastal areas and inland covering the entire range of Mepraia genus distribution. Results from the polymerase chain reaction (PCR) showed a lower percentage of T. cruzi infection in insects that inhabit coastal areas, which can be explained by the type of blood meal that is low in mammalian hosts which act as reservoirs of the parasite. The hybridization tests do not reveal a geographic structure of T. cruzi genotypes. To determine the phylogeographic structure, a subset of the captured insects was used to obtain mitochondrial Cytochrome b and subunit I Cytochrome Oxidase gene sequences. The phylogenetic relationships among haplotypes showed three monophyletic groups, two of them coincide with the two described species and a third group corresponds to insects from neighboring areas in the distribution of these two groups, however, ancestral relationships of these lineages is not resolved. These lineages are also confirmed by morphometric analyses that reveals two different wing conformations different and a new phenotype described in the intersection area. Analysis of molecular variance (AMOVA) indicated a high population structure, and haplotype network shows a close relationship of the phylogeny with the place of geographic origin sampled. The potential existence of hybridization and other assumptions is discussed. Keywords: Trypanosoma cruzi, Phylogeography, Mepraia spinolai, Mepraia gajardoi. 2 INTRODUCCIÓN La enfermedad de Chagas es una de las zoonosis más importantes en áreas tropicales y subtropicales de América con aproximadamente 200.000 casos por año (WHO, 2002). En Chile esta enfermedad ha sido detectada en áreas rurales y suburbanas entre los paralelos 18º30’ y 34º16’ S. correspondiente a zonas áridas y semiáridas, existiendo aproximadamente 142.000 personas infectadas y más de 1.000.000 en riesgo de infección (OPS/OMS, 2003). El agente etiológico de esta enfermedad es el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi, capaz de infectar al ser humano, mamíferos domésticos, sinantrópicos y silvestres siendo las aves refractarias a la infección (Nery-Guimaraes y Lage, 1972; Kierszenbaum et al., 1976). Esta enfermedad es transmitida principalmente por más de cien especies de Triatominos, pudiendo ser adquirida también por vía transfusional, transplacentaria, transplante de órganos, oral y lactogénica. (Apt y Reyes, 1990; Schofield, 1994). Mepraia spinolai y Mepraia gajardoi son vectores que cumplen un importante papel en la transmisión de T. cruzi en el ciclo silvestre de Chile. Sin embargo, su distribución entre hábitat silvestre y peridoméstico, sus conductas de alimentación oportunista así como el asentamiento humano en zonas de riesgo los hacen potenciales vectores para el hombre. Estos vectores silvestres se distribuyen en zonas costeras y el interior de los valles siendo M. gajardoi la especie que habita zonas netamente costera del norte grande (18º 30` y 26º 30` S) mientras que M. spinolai se puede encontrar tanto en la costa como el interior entre las regiones de Atacama y Metropolitana (26° 30' y 34º 20' S) (Frias et al., 1998), existiendo un conflicto taxonómico en las zonas geográficas limítrofes de distribución (24° 36' y 26° 51' S). Utilizando como método diagnóstico la reacción de la polimerasa en cadena (PCR) se detectó la infección por T. cruzi en estos vectores silvestres capturados en zonas costeras y en el interior de los valles abarcando todo el rango de distribución del género Mepraia y mediante pruebas de hibridación con sondas se genotipificó al parásito en los vectores infectados. La caracterización genética molecular y morfométrica de los vectores nos permite aclarar las relaciones taxonómicas y junto con los eventos geológicos pasados interpretar aspectos de su estructura filogeográfica e historia evolutiva. De esta manera una fracción de los insectos capturados se utilizaron para obtener secuencias de los genes mitocondriales Citocromo b (Cyt b) y la subunidad I de la Citocromo Oxidasa (COI), además de analizar la variación de la conformación de sus alas a través de la morfometría geométrica. 3 REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 1.- Trypanosoma cruzi y el DNA kinetoplastidico Trypanosoma cruzi es un protozoo flagelado del orden Kinetoplastida, orden caracterizado por poseer una gran mitocondria (kinetoplasto). Análisis filogenéticos basados en una serie de marcadores nucleares y mitocondriales indican que el género Trypanosoma es monofilético (Lake et al. 1988; Stevens et al. 2001). Como todos los trypanosomas son parásitos la hipótesis de monofilia sugiere que un parásito ancestral originó a los trypanosomas mamíferos de África, América y Australia. Por consiguiente este ancestro se habría desarrollado antes de la división de los continentes durante la era mesozoica hace aproximadamente 230 millones de años (ma) (Schofield, 2000; Stevens et al. 2001). El clado cruzi se habría originado antes de la separación del supercontinente del sur (Gondwana) durante la era cenozoica y las primeras formas de T. cruzi habrían estado asociadas con marsupiales de la familia Didelphidae (zarigüeyas) en el momento en que se separó Sudamérica de Gondwana hace unos 40 ma. En estos mamíferos de gran antigüedad en América no se han detectado graves patologías, posiblemente y dado que han tenido una larga asociación con T. cruzi habrían coevolucionado permitiendo atenuar los niveles de virulencia. (Schofield, 2000; Stevens et al. 2001). El DNA kinetoplastídico de T. cruzi representa cerca del 20% del DNA total. Está formado por minicírculos (1.4 kb) y maxicírculos (16.0 kb) de DNA encadenados formando una compleja red compacta (Riou y Pautrizel, 1969). Existen al menos 50 copias idénticas de maxicírculos que son similares al DNA mitocondrial de los eucariontes superiores y codifican RNAs ribosomales y proteínas involucradas en la generación de ATP en la mitocondria (Simpson, 1987). Los minicírculos, en cambio, existen en un número variable entre 3.000 y 30.000 copias/parásito, existiendo heterogeneidad de secuencia entre los minicírculos de cada clón de T. cruzi. La función de estos minicírculos es la de codificar transcritos llamados RNA guías, los cuales dirigen la modificación postranscripcional de los mRNA mitocondriales, fenómeno llamado “editing” (Sturn y Simpson, 1990). Cada minicírculo presenta cuatro regiones de secuencia altamente conservada, las cuales están regularmente distribuidas cada 90º entre sí y con un tamaño cercano a las 120 pb, y representan los orígenes de la replicación de los minicírculos (Kitchin et al., 1985). También cada minicírculo contiene cuatro regiones hipervariables con una secuencia de tamaño cercano a 250 pb, codificantes para los RNA guías las cuales están entre las 4 regiones conservadas. En todos los minicírculos secuenciados de las distintas especies de tripanosomátidos, se ha observado en la región conservada la existencia de tres bloques denominados bloques de secuencia conservada: BSC-1 (5¨ -AGGGGCGTTC-3¨), BSC-2 (5¨ CCCCGTAC-3¨) y BSC-3 (5¨-GGGGTTGGTGTA-3¨); los cuales son uniformes en sus secuencias, ordenamiento y distancia entre ellos (Ray, 1989; Sheline y Ray, 1989). 2.- Ciclo biológico T. cruzi presenta distintos estados morfológicos según el hospedero en que se encuentre, describiéndose las siguientes formas: 1.- Tripomastigote: de aspecto fusiforme, alargado y un flagelo en el extremo anterior; se encuentra en la sangre de mamíferos y en el intestino posterior de triatominos; es la forma infectante para mamíferos y triatominos, pero no se multiplica; 2.Epimastigote: de aspecto ovalado con un flagelo en el extremo anterior; se encuentra en el intestino medio de los triatominos donde se multiplica; 3.- Amastigote: forma ovalada con un flagelo no emergente; y es la forma proliferativa del parásito en las células de los hospederos vertebrados (Atias, 1998). Los triatominos se infectan al ingerir sangre de mamíferos infectados con tripomastigotes, los cuales pasan al lumen del intestino medio donde se multiplica como epimastigotes. Después de 15 a 30 días los epimastigotes migran a la pared del intestino posterior, para transformarse en tripomastigotes metacíclicos. Posteriormente, el triatomino al picar emite heces con tripomastigotes que al atravesar la piel por el sitio de picadura o vía mucosa infectan al mamífero. Una vez en la sangre de éste, los tripomastigotes penetran en células de diferentes tejidos y se multiplican como amastigotes hasta destruir la célula liberando los parásitos a circulación y penetrando en otras células. El ciclo se completa cuando triatominos no infectados ingieren sangre de mamíferos infectados con tripomastigotes (Schofield, 1994; Atias, 1998). 3.- Genotipos de T. cruzi Los primeros estudios de genética de poblaciones en T. cruzi determinaron que este tiene una estructura clonal (Tibayrenc et al., 1986). Sin embargo, hoy en día existen nuevos estudios basados en secuenciación de diversos loci nucleares como mitocondriales que postulan que T. cruzi tiene la capacidad de intercambiar segmentos de DNA, esto por el descubrimiento de genotipos con características híbridas sin embargo estos eventos ocurren de forma excepcional en 5 las poblaciones naturales de T. cruzi y como consecuencia de esta limitada recombinación genética los linajes de T. cruzi se mantienen estables en el espacio y tiempo (Machado y Ayala, 2002; Westenberger et al., 2005). Con estudios isoenzimáticos de patrones electroforéticos se pudo demostrar la existencia de tres grupos de parásitos que fueron llamados zimodemos Z1, Z2, y Z3. Estudios epidemiológicos demostraron que Z1 y Z3 están principalmente asociados al ciclo silvestre, en tanto que Z2 con el ciclo doméstico (Miles et al., 1978). Otra clasificación basada en estudios filogenéticos distingue a dos grandes linajes divergentes llamados T. cruzi I (TcI) y T. cruzi II (TcII), a su vez el segundo linaje puede ser dividido en cinco subdivisiones TcIIa, TcIIb, TcIIc, TcIId y TcIIe. Z1 corresponde a TcI, mientras que Z2 y Z3 corresponden a los sublinajes TcIIb y TcIIa, respectivamente. Los sublinajes TcIIa, TcIIc, TcIId y TcIIe se consideran híbridos generados por fenómenos de recombinación (Brisse et al., 2001; Westernberger et al., 2005; Freitas et al., 2006). Se puede decir entonces que TcI y TcIIb son los genotipos más ancestrales, mientras que los híbridos los más recientes. La nueva clasificación reconoce seis linajes T. cruzi I-IV (Zingales et al., 2009), siendo TcI, TcII, TcV y TcVI los genotipos encontrados frecuentemente en Chile (Solari et al., 2001). 4.- Taxonomía y antigüedad de los vectores Los vectores de la enfermedad de Chagas pertenecen al orden Hemíptera, familia Reduviidae, subfamilia Triatominae. La familia Reduviidae es muy ancestral, con registros de fósiles que sugieren que las primeras formas depredadoras pueden haber derivado de hemípteros fitófagos durante el Periodo Pérmico - Triásico hace 230 ma (Evans, 1956). Estos especimenes fueron anteriores a los hematófagos, ya que los mamíferos y aves más antiguas aparecen recién en el periodo Jurásico, 50 ma más tarde. La hematofagia deriva de un hábito depredador tal vez de insectos que depredaban invertebrados que vivían en nidos o madrigueras, seguido de un hábito hematófago facultativo sobre los vertebrados que habitaban estas madrigueras. Una prueba de esto se sustenta por el comportamiento de canibalismo que tienen algunas especies de triatominos y que puede ser visto como un hábito ancestral transitorio entre la depredación y la hematofagia (Ryckman, 1951). De hecho, existen sorprendentes similitudes morfológicas entre algunos Reduviidae depredadores y Triatominae hematófagos que incluso han sido erróneamente clasificados (Lent, 1982). Algunos Triatominae no han desarrollado eficientes adaptaciones 6 fisiológicas, salivales y de su aparato bucal, debido a esto la picadura suele ser bastante dolorosa incluso se han reportado casos humanos de shock anafiláctico. Todas estas observaciones sugieren que la conducta de hematofagia se ha desarrollado recientemente en la subfamilia, existiendo una aparente paradoja al considerar que el parásito circulaba por sangre de mamíferos marsupiales hace 40 ma atrás (Schofield, 2000; Stevens et al., 2001). En la actualidad, existen más de 6.000 especies de redúvidos distribuidos en todo el mundo (Maldonado Capriles, 1990). La mayoría de los géneros de la subfamilia Triatominae están en América y sólo un pequeño número en África y Asia (Schofield, 2000). Existen descritas en América 116 especies, las cuales se agrupan en 14 géneros. Estas habitan áreas principalmente silvestres en asociación estrecha con sus hospederos vertebrados, aunque hay algunas que se acercan al ambiente peridoméstico y otras que pudieron colonizar las viviendas humanas. Los géneros epidemiológicamente más importantes en América son Rhodnius, Panstrongylus y Triatoma (Schofield, 1994). En Chile existen tres especies de Triatominos: Triatoma infestans, Klug 1834; Mepraia spinolai Porter 1934 y la recientemente descrita Mepraia gajardoi Frias 1998 (Frías y Atria, 1998; Frías et al., 1998). T. infestans corresponde a la especie doméstica mientras que M. spinolai y M. gajardoi corresponden a especies silvestres endémicas de Chile. El género Mepraia fue descrito por Mazza (Mazza et al., 1940) y revalidado por Lent (Lent et al., 1994) quienes lo describieron como un género monotípico constituido sólo por Mepraia spinolai. Lent y Wygodzinsky (1979) describieron al complejo spinolai integrado por Triatoma eratyrusiformis Del Ponte 1929, Triatoma breyeri Del Ponte 1929 y Triatoma (Mepraia) spinolai, como un grupo de especies taxonómica y geográficamente aislado que habita regiones semiáridas de América del Sur. T. eratyrusiformis y T. breyeri están separadas geográficamente de M. spinolai por la Cordillera de los Andes (Lent y Wygodzinsky, 1979). De esta manera las especies de este complejo provendrían de una población ancestral común que se separó con el surgimiento de la cordillera de los andes durante el mioceno en la era geológica terciaria hace 20 a 25 ma (Moreno et al., 2006; Frías, 2010). Posteriormente, otro estudio basándose en un análisis filogenético a través de secuencias de DNA mitocondrial de RNA ribosomal 16S de 57 especies de triatominos propusieron la inclusión de T. eratyrusiformis y T. breyeri en el género Mepraia (Hypsa et al., 2002). Sin embargo, esta sugerencia difiere de la realizada en otro estudio mediante análisis de caracteres morfológicos, distribución de vectores y conductas de alimentación que mantienen a T. 7 eratyrusiformis y T. breyeri en el género Triatoma (Carcavallo et al., 2000). Algunos autores sugieren que mientras no se esclarezcan las relaciones de todos los integrantes del complejo spinolai, el género Mepraia se excluye de la clasificación y sus especies quedan incluidas en el género Triatoma (Schofield y Galvao, 2009). 5.- Características de los vectores silvestres de Chile 5.1.- Mepraia spinolai M. spinolai se distribuye entre los paralelos 26º y 34º S desde los valles y las zonas costeras y el interior hasta los 3000 m de altura (Frías y Atria, 1998; Frías et al., 1998). Ha sido encontrada entre piedras, en grietas de rocas, en sitios de descanso de diferentes mamíferos como zorros, conejos, liebres, vizcachas y otros roedores, y marsupiales. En el peridomicilio, se ha encontrado en corrales de animales domésticos (Lent y Wygodzinsky, 1979), y también existen algunos antecedentes que indican a esta especie como colonizadora de viviendas rurales (Schenone et al., 1995). Desde el punto de vista de la alimentación, se considera a esta especie como un depredador oportunista que se alimenta principalmente del hospedero más abundante o del que esté presente incluyendo al ser humano (Canals et al., 2000; Molina et al., 2004). Los primeros cálculos del índice tripano-triatomino en M. spinolai se realizaron por observación microscópica (Apt y Reyes, 1990; Ordenes et al., 1996), técnica específica pero poco sensible al compararla con técnicas moleculares como la PCR. A través de esta última, se detectó que la infección en M. spinolai y T. infestans puede llegar a un 50% en áreas endémicas de la Región de Coquimbo y Til Til, Región Metropolitana (Botto-Mahan et al., 2005; Bacigalupo et al., 2006). 5.2.- Mepraia gajardoi Antiguamente se creía que todas las vinchucas de la zona costera pertenecían a la especie M. spinolai, pero estudios morfométricos y citogenéticos de ejemplares costeros capturados en las Regiones de Arica y Antofagasta dieron cuenta que estos pertenecían a otra especie que se denominó M. gajardoi distribuida entre los paralelos 18º y 26º S (Frías y Atria, 1998; Frías et al., 1998; Pérez et al., 2004). Frías y colaboradores (1998) describen a M. gajardoi sobre la base de que en las zonas costeras del norte grande no existen machos micrópteros (sin alas), siendo todos braquípteros (alas que no sobrepasan la longitud del abdomen), mientras que en las zonas en que se distribuye M. spinolai los machos pueden ser micrópteros, braquípteros y macrópteros (alas 8 que sobrepasan el largo del abdomen). Frías y Atria (1998) proponen que estas características se deben a las diferencias en los cromosomas sexuales de estas especies, ya que M. gajardoi tiene un sexo cromosomal de X1 X2 Y con un gran cromosoma Y que al sufrir eventos de ruptura facilitado por la característica que presenta esta familia de poseer cromosomas holocéntricos, pudo formar dos nuevos cromosomas Y1 y Y2, siendo el Y1 el que porta el gen para las alas (Frías y Atria, 1998). De esto también se deduce que M. gajardoi sería un vector más ancestral, y que la distribución de esta especie hacia el sur y el interior provocó este tipo de especiación parapátrica originando a M. spinolai. Sin embargo, otro estudio propone que en M. spinolai los neo cromosomas Y son cromosomas supernumerarios o cromosomas B, los cuales se encuentran en hembras y machos micrópteros con distinto fenotipo alar sugiriendo que estos elementos no tienen relación con el fenotipo alar (Calleros et al., 2010). Estudios de detección de T. cruzi a través de métodos moleculares en M. gajardoi indican que también amplifica a T. cruzi (Botto-Mahan et al., 2008), describiéndose un ciclo costero silvestre de la infección Chagásica. 6.- Capacidad de amplificación de T. cruzi en T. infestans y M. spinolai Con respecto de la eficiencia vectorial, estudios han demostrado que T. infestans tiene una mayor eficiencia vectorial que M. spinolai. Esto último se infiere por el hecho que M. spinolai tiene un mayor lapso de tiempo entre la alimentación y la defecación en comparación con T. infestans, situación que disminuye la probabilidad de transmitir a T. cruzi (Canals et al., 1999). Sin embargo, recientes estudios revelan que cohortes de M. spinolai positivas a T. cruzi cambian sus patrones de comportamiento, disminuyendo el tiempo entre alimentación y defecación, con lo cual se aumenta la transmisibilidad del parásito (Botto-Mahan et al., 2006). Otros estudios realizados en regiones endémicas de Brasil en relación a la susceptibilidad que tienen diferentes triatominos a la infección con T. cruzi, revelaron que T. infestans tiene una baja eficiencia vectorial en comparación con otras especies (Alejandre et al., 1993; De Carvalho et al., 1997). Por otro lado, se ha demostrado que T. infestans no transmite los diferentes genotipos de T. cruzi con la misma eficiencia, encontrándose algunos de baja transmisibilidad (Nirschl et al., 1994; De Lana et al., 1998; Da Silveira et al., 2000). Similares resultados se obtuvieron al comparar por xenodiagnóstico en roedores la susceptibilidad a la infección de los diferentes genotipos de T. cruzi circulantes de Chile entre T. infestans y M. spinolai, demostrando que M. spinolai es capaz 9 de detectar más positivos. Esto último se comprobó con ensayos de hibridación con sondas que revelaron que M. spinolai es capaz de propagar más genotipos de T. cruzi y a su vez combinarlos en un mismo insecto (Campos et al., 2007a; Campos et al., 2007b). Estos estudios revelan la importancia que pueden desempeñar los vectores silvestres en la transmisión de la enfermedad de Chagas, infiriendo que M. spinolai ha tenido un mayor tiempo para coevolucionar con T. cruzi en el ciclo silvestre respecto de T. infestans (Briones et al., 1999). De esta forma, el vector silvestre podría propagar mayor cantidad y más eficientemente los genotipos de T. cruzi en Chile. 7.- Problemática de los vectores silvestres Las adecuadas campañas de saneamiento en contra de T. infestans han disminuido la población de este insecto vector (Lorca et al., 2001). Surge entonces el problema de los vectores silvestres y el papel que pueden desempeñar éstos en la epidemiología de la enfermedad de Chagas, debido a que la probabilidad de encontrar al vector doméstico y silvestre en el mismo hábitat es muy baja. De este modo, se puede inferir que los vectores silvestres podrían eventualmente colonizar el ambiente doméstico al erradicar localmente a T. infestans (Frías et al., 1995). Situación que ya ha ocurrido en otras zonas endémicas de América con Triatoma sordida Stál 1859 y Triatoma guasayana Wygodzinsky y Abalos 1949 (Gorla et al., 1993). Sin embargo, en Chile se ha reportado el caso contrario, es decir, se han descubierto focos silvestres de T. infestans coexistiendo con M. spinolai asociados a bromeliáceas en áreas de Til Til y Calera de Tango, Región Metropolitana (Bacigalupo et al., 2006). Situación que también ha ocurrido en Argentina con T. guasayana (Vezzani et al., 2001). Por otro lado, el asentamiento humano en zonas con un alto índice tripano-triatomino es considerado otro factor de riesgo. Esto hoy se puede observar en zonas de Til Til, Colina y Calera de Tango. En las playas rocosas del norte de Chile, se ha detectado un creciente grupo de recolectores de algas y pescadores que junto con sus mascotas caninas se convierten en otra fuente de alimento para M. gajardoi. Sin lugar a duda, los vectores silvestres deben cumplir un importante papel en la epidemiología de la enfermedad de Chagas en Chile. Por esto, es necesario realizar estudios rigurosos acerca de la distribución de los vectores silvestres en las zonas de riesgo, evidenciar parámetros de variabilidad genética y aspectos de la estructuración filogeográfica de este género, calcular porcentajes de infección e identificar los genotipos de T. cruzi que son transmitidos por estos triatominos endémicos. 10 Con respecto a la distribución de los vectores silvestres, existen zonas geográficas donde ambos vectores podrían estar coexistiendo, existiendo en estas zonas un conflicto taxonómico, esto es sustentado por un reciente estudio que revela que los insectos provenientes de estas zonas limítrofes (Región de Antofagasta) se agrupan con la línea evolutiva de M. spinolai a través de marcadores nucleares pero con marcadores mitocondriales estos ejemplares se agrupan con la línea de M. gajardoi, sugiriendo que esta incongruencia entre ambos marcadores es el resultado de introgresión debido a pasados eventos de hibridación o la retención de polimorfismos ancestrales (Calleros et al., 2010). La hipótesis más reciente señala a través de caracteres morfológicos y de cariotipos que en estas zonas se distribuye otra especie denominada M. parapatrica (Frías, 2010). Dada esta situación, el problema que surge es cómo identificar estas especies en sus estados ninfales, ya que estos tienen una gran similitud de su morfología externa y son los que mayoritariamente se encuentran al momento de realizar la recolección de ejemplares. Entonces al calcular los porcentajes de infección en estos lugares se pueden estar atribuyendo porcentajes a ejemplares que no son de la especie determinada. Como estos vectores habitan diversos tipos de hábitat, y tomando en cuenta que la evolución conjunta entre parásito y vector en ecosistemas geográficamente distintos genera patrones de diversificación, entonces en las zonas geográficas distintas como las costeras surgen las siguientes interrogantes: ¿Qué porcentajes de infección existen? ¿Cuáles son los genotipos de T. cruzi más representados? ¿Existirán genotipos de T. cruzi no descritos circulando en estas zonas silvestres no estudiadas? ¿Existirá un patrón geográfico en los genotipos de T. cruzi? Y con respecto a los vectores ¿Qué tan diferenciadas y estructuradas están sus poblaciones? ¿Cuales son sus orígenes? ¿Existe coestructuración parásito-vector? Todos estos problemas se pueden hoy en día abordar con metodologías modernas de investigación que incluyen la morfometría geométrica, biología molecular y filogeografía. 8.- Caracterización de los vectores con marcadores moleculares 8.1.- Generalidades en Triatominae Los métodos moleculares de caracterización se basan en la secuenciación de regiones del DNA. Estas técnicas ocupan diversos marcadores moleculares, con diferentes grados de conservación de sus secuencias las cuales son amplificadas a través de PCR secuenciadas y alineadas con el objeto de encontrar homología usando programas específicos. Uno de los marcadores más 11 utilizado son las secuencias de DNA mitocondrial (mtDNA). Dentro de los genes codificantes del genoma mitocondrial están los que codifican para dos subunidades ribosomales (12S y 16S), RNA de transferencia y genes que codifican para proteínas de la membrana interna de la mitocondria. Entre estos últimos están los genes que codifican para las tres citocromo oxidasas (COI, COII y COIII) y el del citocromo b (Cyt b), muy utilizados en estudios filogenéticos de diversos organismos (Dotson y Beard, 2001). En triatominos estos marcadores han permitido realizar análisis filogenéticos, llevando a proponer nuevas hipótesis acerca de los diferentes complejos que conforman esta subfamilia, como por ejemplo la hipótesis sobre la inclusión del complejo spinolai en el género Mepraia y la inclusión de Triatoma costalimai Verano y Galvao 1959 y Triatoma guazu Lent y Wygodzinsky 1979 en el complejo infestans (Hypsa et al., 2002; Sainz et al., 2004). También se han usado estas secuencias para inferir el origen evolutivo de la subfamilia Triatominae, siendo la hipótesis de la polifilia la más aceptada actualmente (de Paula et al., 2005). Las secuencias que codifican para el Cyt b y COI también han sido ocupadas en triatominos para esclarecer la relación entre las especies del complejo infestans y phylosoma (Sainz et al., 2004; Pfeiler et al., 2006), situación que deja abierta la posibilidad de ocupar estos marcadores para poder dilucidar las relaciones del complejo spinolai y confirmar la hipótesis de Hypsa et al., (2002) de incluir a T. eratyrusiformis y T. breyeri en el género Mepraia. 8.2.- La variabilidad genética La variedad genética de una especie es fundamental para mantener sus expectativas evolutivas y representa la base que asegura su reproducción, resistencia a enfermedades y su capacidad de adaptación a los cambios ambientales. Sin variabilidad genética no hay potencial evolutivo y la población esta destinada a la extinción (Frankham, 1995; Hedrick, 2001). Los modernos análisis de secuencias de genes, tanto mitocondriales como nucleares, permiten obtener claros patrones de variabilidad genética intrapoblacional así como comparaciones de dichos parámetros entre poblaciones. Alguno de estos parámetros son: el número de sitios polimórficos (S), el número de haplotipos (h) que para el caso de marcadores moleculares esta definido como el número de secuencias diferentes, la diversidad haplotípica (Hd) que se interpreta como la probabilidad de que dos haplotipos tomados al azar en una población sean diferentes (Nei, 1987), el número promedio de diferencias entre dos secuencias (k) (Tajima, 1983) y la diversidad nucleotídica (Π) 12 que se define por el número promedio de diferencias entre dos secuencias pero por sitio (Nei, 1987). 8.3.- Filogeografía y estructura poblacional El término “filogeografía” se refiere al estudio de los principios y procesos que determinan la distribución geográfica de los linajes genealógicos, especialmente dentro y entre especies cercanamente emparentadas (Avise et al., 1987). Los análisis filogeográficos consisten en “sobreponer” al espacio geográfico filogenias de linajes moleculares para buscar patrones que permitan inferir los procesos históricos y demográficos que les dieron lugar. Una de las aplicaciones más amplias de los estudios filogeográficos ha sido el poder determinar el grado de estructuración poblacional de las especies a lo largo de su área de distribución, así como descifrar cuáles han sido los procesos que han determinado dicha distribución (Vázquez et al., 2009). La diferenciación entre las poblaciones es a menudo la consecuencia de una restricción en el flujo génico entre ellas, de manera que los diferentes grupos poblacionales se aíslan parcial o totalmente permitiendo la acumulación de diferencias genéticas ya sea por mutación, deriva génica o selección (Slatkin, 1994). Por lo tanto el flujo génico es un importante componente de la estructura poblacional, ya que sus patrones y niveles determinan hasta qué grado cada población de una especie es una unidad evolutiva independiente (Slatkin, 1994). Entre los métodos de análisis de la filogeografía se encuentra la realización de árboles filogenéticos de haplotipos (árbol de genes) que describen los principales grupos o líneas evolutivas que servirán de base para la interpretación y la realización de los análisis siguientes. Otra manera de ver las relaciones entre haplotipos es a través de “redes de haplotipos”; estas redes se construyen minimizando el número de cambios mutacionales entre haplotipos que usualmente están separados por más de un paso mutacional (Vázquez et al., 2009). Hasta el momento no existen estudios que describan la estructura poblacional y los modelos de flujo génico que podrían estar actuando en el género Mepraia. El único estudio con marcadores moleculares (Calleros et al., 2010) carece de índices de variabilidad genética, estructura poblacional y no esta diseñado con un enfoque molecular filogeográfico sin embargo lo importante de este estudio es que los hallazgos que aporta se deducen a través de marcadores nucleares y mitocondriales. Los estudios filogeográficos pueden proporcionar importante información acerca de la estructura poblacional, identificar unidades evolutivas, resolver 13 problemas taxonómicos así como poder inferir los procesos demográficos por los cuales ha atravesado la población pudiendo estos servir como apoyo a la historia evolutiva de este género, incluso esta información puede ser de gran ayuda para campañas de control de vectores. 9.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica La morfometría geométrica es una técnica moderna que analiza la variación de la conformación morfológica capturando la mayor cantidad de información biológica posible de una estructura anatómica. Esta técnica se ha aplicado en la subfamilia Triatominae con fines taxonómicos (Matías et al., 2001; Villegas et al., 2002), para distinguir diferencias entre ejemplares silvestres y criados en el laboratorio (Jaramillo et al., 2002), para distinguir variaciones geográficas y cromática en poblaciones de T. infestans (Gumiel et al., 2003), para definir la estructuración espacial de las poblaciones de T. infestans en una más fina escala geográfica (Schachter-Broide et al., 2004), y para recuperar información acerca de los orígenes de una población, incluso de un solo individuo (Dujardin, 2008). Debido al bajo costo de esta moderna técnica, podría ser de aplicación común en los programas de vigilancia entomológica (Dujardin, 2008). . 14 HIPÓTESIS Hipótesis 1: Los porcentajes de infección por Trypanosoma cruzi son más bajos en las zonas geográficas costeras, dado el tipo de alimentación que estos insectos tienen en estos sectores, la que es escasa en hospederos mamíferos reservorios del parásito. Hipótesis 2: La gran diversidad de hospederos que son fuente de alimentación de los vectores no permite que los genotipos de T. cruzi tengan una distribución estructurada. Hipótesis 3: Dado el bajo nivel de dispersión de estos insectos, la existencia de barreras y distancias geográficas, sus poblaciones están estructuradas, con una filogenia de haplotipos que se corresponde con su distribución geográfica. OBJETIVO GENERAL Detectar y genotipificar el parásito Trypanosoma cruzi en los vectores silvestres de la enfermedad de Chagas capturados en distintas zonas periurbanas y silvestres de Chile, y caracterizar genéticamente los vectores capturados. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Objetivo 1: Determinar el nivel de infección por T. cruzi en M. gajardoi y M. spinolai en las distintas zonas geográficas estudiadas Objetivo 2: Genotipificar poblaciones de T. cruzi infectantes en los insectos vectores. Objetivo 3: Comparar los resultados de detección y genotipificación de T. cruzi entre las distintas zonas geográficas costeras y del interior. 15 Objetivo 4: Determinar los patrones filogeográficos y estructuración poblacional de los vectores silvestres a través de la secuenciación de los genes mitocondriales que codifican para la subunidad I de la Citocromo oxidasa (COI) y Citocromo b (Cyt b). Objetivo 5: Identificar diferencias de conformación alar entre las dos especies de vectores silvestres. 16 MATERIALES Y MÉTODOS 1.- Captura de insectos Se realizaron capturas de ejemplares de M. spinolai y M. gajardoi entre los años 2007 y 2010 en las siguientes regiones: XV Región de Arica y Parinacota en las localidades de Playa Corazones, Caleta Vitor y Caleta Camarones; I Región de Tarapacá en las localidades de Río Seco y San Marcos; II Región de Antofagasta en la localidad de El Médano; III Región de Atacama en Caleta Zenteno y Peral Norte; IV Región de Coquimbo en las localidades de Llanos de Challe, Montepatria, Caleta Toro y la Reserva Nacional las Chinchillas en Illapel; Región Metropolitana en la localidad de Til Til y Colina; las coordenadas geográficas de cada uno de los sitios de captura se encuentran en la Tabla 1. Los ejemplares fueron capturadas manualmente (ser humano como cebo), para esto se esperó aproximadamente 10 minutos en un lugar que cumplía con las condiciones bióticas/abióticas para albergar a estos insectos, y si durante este tiempo no se acercaba ningún insecto el investigador cambiaba de lugar para repetir la experiencia en otro sitio. Los ejemplares capturados se mantuvieron en condiciones óptimas de crecimiento (26° C, 65-70% de humedad relativa, fotoperiodo de 14 hrs luz y 10 hrs de oscuridad) en un incubador y fueron alimentadas con roedores de laboratorio (Mus musculus), aproximadamente 10 minutos después de la alimentación se recolectó muestras de sus deyecciones que fueron ocupadas para el posterior análisis de PCR. Para esto la muestra de cada vinchuca se diluyó con agua destilada, se centrifugó por 30 s a 14 x G y luego se hirvió por 10 minutos quedando la muestra lista para extraer los microlitros que fueron depositados en el tubo con la mezcla de la reacción. 2.- Detección de T. cruzi por PCR Esta técnica permite amplificar las regiones hipervariables de los minicírculos del DNA kinetoplastídico de T. cruzi. La reacción de amplificación se realizó utilizando un termociclador Techne® TC-512. La mezcla de la reacción tenía 5µl de la muestra, 3µl de los oligonucléotidos 121(5’- AAA TAA TGT ACG GGG GAG ATG CAT GA-3’) y 122 (5’- GTT TCG ATT GGG GTT GGT GTA ATA TA –3’) (Wincker et al., 1994) a una concentración de 25 µM, 5µl de buffer de Taq polimerasa (que contiene 67mM de Tris-HCl pH 8.8, 16.6mM de (NH4)2 SO4, 6.7mM de MgCl2, 10 mM 2-mercaptoetanol.), 0,5µl de BSA 1%, 5µl (0.4mM) de los cuatro 17 dNTP (dATP, dCTP, dGTP y dTTP), 4 unidades de Taq polimerasa (0,5µl) y agua bidestilada hasta un volumen final de 50µl. El procedimiento de amplificación consistió en 2 ciclos iniciales de 98º C por 1 min y 64º C por 2 min; 33 ciclos intermediarios de 94º C por 1 min y 64º C por 1 min y un ciclo final de 72º C por 10 min. Además, cada ensayo contenía un control positivo, un marcador de peso molecular (DNA en escalera de 100 pb) y un control negativo de PCR, donde el DNA de la muestra fue reemplazado por agua destilada. Luego 10 µl del amplificado se mezcló con 4 µl de buffer de carga al igual que ambos controles y el marcador de peso molecular. Para la visualización del producto amplificado que tenía un tamaño de 330 pb, se realizó electroforesis en gel de agarosa al 2% teñida con bromuro de etidio, y se examinó en un transiluminador digital de Bio Rad®. La presencia de una única banda al mismo nivel que la banda de 330 bp del marcador de peso molecular, indicó la presencia del kDNA y, en consecuencia, un resultado positivo de PCR (Botto-Mahan et al., 2005; Rozas et al., 2005; Campos et al., 2007a). 3.- Genotipificación de T. cruzi 3.1.- Transferencia del DNA a membranas por simple difusión Se realizaron geles en cuadruplicado con los resultados positivos de PCR, cada gel se sometió a incubación por dos veces en presencia de una solución de NaOH 0.5N y NaCl 1.5M por 20 min cada una. Posteriormente, se neutralizó con una solución de Tris-HCl 1M pH 8,0 y NaCl 1,5 M por dos veces, con agitación constante por 20 min cada una. Finalizado este tratamiento, el gel se invirtió sobre un papel filtro Whatman 3MM saturado previamente con una solución SSC 2x (NaCl 3M, citrato de Na 0.3M) que sirve como puente. Sobre el gel invertido se colocó la membrana de nylon y el papel absorbente. Todo el sistema se presionó con un peso de aproximadamente 1 kg por toda la noche para transferir el DNA por capilaridad desde el gel a la membrana de nylon. Después de terminada la transferencia, el DNA se fijó a la membrana irradiando ésta última con luz UV por 1 min y luego se dejó secar (Southern, 1975). 3.2.- Preparación de la sonda En este ensayo se ocuparon las sondas que detectan los linajes TcI, TcII TcV y TcVI que fueron generadas desde los clones de los parásitos sp104, NR, CBB y V195, respectivamente. Para 18 confeccionar las sondas, se realizó un PCR usando los primers CV1 y CV2 para cada uno de los clones a ocupar, según las condiciones descritas (Veas et al., 1991). Una vez terminada la reacción, el producto amplificado se digirió con enzimas de restricción (ScaI y Sau 96I) usando las condiciones del fabricante. Luego, se visualizó el producto con una electroforesis en gel de agarosa al 2%, descrito anteriormente. Una vez comprobado que el fragmento tenía el tamaño adecuado, el producto se purificó previa electroforesis en gel de agarosa de bajo punto de fusión y se diluyó la banda con un kit de purificación de DNA QIAGEN® dejando los fragmentos de DNA listos para la radiomarcación. 3.3.- Marcación radioactiva de la sonda Las sondas de DNA kinetoplastídico fueron marcadas utilizando el kit de marcación Rediprime de Amersham®. Para esto, se desnaturalizó el DNA por calentamiento y enfriamiento rápido en hielo. En un volumen final de 50µl la mezcla de reacción tenía además del DNA 2U del fragmento Klenow de la DNA polimerasa I, 5µl de dCTP marcado con P32, los nucleótidos dGTP, dATP y dTTP a 1 mM, oligonucléotidos al azar y tampón de reacción que viene en el kit. La incubación se realizó por 30 min, luego de lo cual se purificó la sonda marcada por cromatografía de exclusión en resina P6 (Solari et al., 2001; Zulantay et al., 2004; Campos et al., 2007b). 3.4.- Hibridación con la sonda radiactiva La membrana se prehibridó con solución de hibridación (5x SSC, reactivo bloqueador del kit 0.5% p/v, lauril sarcosinato de sodio 0.1%, SDS 0.02% p/v), en un frasco de hibridación a 55º C por 2 horas, distribuyendo la solución en un horno rotatorio. Luego se eliminó al máximo la solución de hibridación y se agregó 5 ml de solución fresca de hibridación la cual contiene la 32 sonda de DNA marcada con P previamente desnaturalizada. Las membranas se incubaron toda la noche a 55ºC y luego se lavaron dos veces por 30 minutos a 50° C con 50 ml de solución SSC 2x, SDS 0.1% y dos veces por 15 minutos a 68º C, en una solución de SSC 0.1x y SDS 0.1% (condición de máxima estrictez). Finalmente, para visualizar las muestras que hibridaron con la sonda marcada, las membranas se colocaron en una pantalla cuantificadora de P-imager de Bio Rad® (Solari et al., 2001; Zulantay et al., 2004; Campos et al., 2007b). Los resultados de las pruebas de PCR y genotipificación entre las poblaciones de insectos de las zonas costeras y el 19 interior de este estudio fueron analizados por estadística descriptiva y la prueba de Chi-cuadrado (análisis de tabla de contingencia) corrigiendo el alfa por el método de Bonferroni en el caso de la comparación de los genotipos (Sokal y Rohlf, 1995). 4.- Caracterización molecular de los vectores 4.1.- Extracción de DNA de los vectores y amplificación de los genes mitocondriales De las 14 localidades mencionadas anteriormente se excluye la localidad de Colina y se suma un ejemplar T. eratyrusiformis proveniente de Salinas de Bustos, y un ejemplar T. breyeri proveniente de Patquía Viejo, ambas localidades pertenecientes al Departamento de Independencia, Provincia de La Rioja, Argentina (cortesía de Catalá S). Parte de los ejemplares capturados fueron sacrificados para extraer sus extremidades y ocuparlas en la extracción de DNA del insecto. Para esto las extremidades fueron cortadas y maceradas en un tubo eppendorf e incubadas toda la noche con proteasa K. Se siguió el protocolo del Kit de extracción de DNA de tejido E.Z.N.A. Tissue DNA® de acuerdo con las indicaciones del fabricante. Luego, mediante PCR se amplificó un segmento de 663pb del gen micocondrial que codifica la proteína Cyt b y un segmento de 651pb que codifica la proteína COI. Para la amplificación del gen Cyt b se usaron los primers CYTB7432F, (forward) (5´-GGACG(AT)GG(AT)ATTTATTATGGATC-3´) y CYTB7433R, (reverse) (5´-GC(AT)CCAATTCA(AG)GTTA(AG)TAA -3´) (Monteiro et al., 2003), mientras que para la amplificación del gen COI, se usaron los primers LCO1490 (forward) (5´-GGTCAACAAATCATAAAGATATTGG-3´) y HCO2198 (reverse) (5´- TAAACTTCAGGGTGACCAAAAAATCA-3´) (Folmer et al., 1994), El procedimiento de amplificación se realizó de la misma manera para los dos genes como se describe a continuación: una fase de desnaturalización inicial de 94º C por 3 min, 30 ciclos de 94º C por 1 min de desnaturalización, 45º C por 1 min de alineación y 72º C por 1 min de elongación y una fase final de 72º C por 10 min (Pfeiler et al., 2006). Para la visualización del producto amplificado se realizó electroforesis en gel de agarosa al 2% teñida con bromuro de etidio, y se examinó en un transiluminador digital de Bio Rad®. 4.2.- Análisis de secuencias Posteriormente, los amplificados fueron secuenciados en un secuenciador automático ABI3730 XL por Macrogen®. Las secuencias fueron editadas con los programas Bioedit 7.0.8.0 (Hall, 20 1999) y se alinearon con Clustal W (Thompson et al., 1997) implementado en Bioedit 7.0.8.0. Después de la alineación, los sitios que mostraron sustituciones de nucleótidos fueron reexaminados por inspección visual con los datos del fluorograma en cada secuencia. Las secuencias de los genes COI y Cyt b fueron concatenadas de forma manual. En total 164 insectos fueron secuenciados con ambos genes. Las secuencias de cada gen fueron depositadas en Genbank con los números de accesión xxxxxx-xxxxxx. 4.3.- Relaciones filogenéticas entre haplotipos. El número de haplotipos sobre el total de secuencias se calculó usando DnaSp 5.1 (Librado y Rozas, 2009). Las relaciones filogenéticas entre haplotipos se infirieron con el métodos de máxima verosimilitud (ML) utilizando un servidor en línea PhyML 3.0 (Guindon y Gascuel, 2003) y el mejor modelo de sustitución nucleotídica fue seleccionado con el criterio Akaike Information Criterion (AIC) (Akaike, 1974), implementado en el programa JmodelTest 0.1.1 (Posada, 2008). Se eligió el modelo TrN + G (G = 0.129, -lnL = 3185.2847). El soporte estadístico de los nodos fue estimado con el método de bootstrap con 1000 árboles replicas (Felsenstein, 1985), usando PhyML 3.0 (Guindon y Gascuel, 2003). Se utilizó a T. eratyrusiformis y T. breyeri como grupo externo basado en su proximidad filogenética de ser especies hermanas con el género Mepraia (Hypsa et al., 2002; de Paula et al., 2005). El árbol filogenético se visualizó con el programa FigTree v1.1.2. Se consideraron los valores de bootstrap sobre 70% como significativos (Hillis y Bull, 1993; Wilcox et al., 2002). 4.4.- Estructura filogeográfica Se realizó una red de haplotipos sólo con las secuencias Mepraia spp. mediante el algoritmo de Median Joining implementado en el software Network 4.2.0.1 (Bandelt et al., 1999). Se calculó los índices de variabilidad genética de cada una de las poblaciones usando DnaSp 5.1 (Librado y Rozas, 2009). Los índices calculados fueron: el número de sitios polimórficos (S), número de haplotipos (h), número promedio de diferencias entre dos secuencias (k), diversidad haplotípica (Hd) y nucleotídica (Π). Las diferencias pareadas entre poblaciones fueron calculadas usando el índice de fijación (Fst) y la significancia de los valores se estimó con 1000 permutaciones usando Arlequin 3.5.1 (Excoffier et al., 2005). La estructura genética se estimó con un análisis de varianza molecular AMOVA (Excoffier et al., 1992) usando Arlequin 3.5.1 (Excoffier et al., 21 2005), esto fue realizado para calcular la proporción de la variacion genética explicado por la división de las distintas jerarquías poblacionales. Los niveles jerárquicos se definieron sobre la base del árbol filogenético y la red de haplotipos y su significancia en cada uno de los niveles se calculó con una prueba de 1000 permutaciones utilizando Arlequin 3.5.1 (Excoffier et al., 2005). 5.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica 5.1.- Obtención de alas y procesamiento de datos La caracterización por morfometría geométrica se realizó ocupando las alas de los ejemplares adultos provenientes de las distintas zonas de captura previamente mencionadas. Los ejemplares adultos representan un pequeño porcentaje en las poblaciones de las zonas endémicas, y son los que minoritariamente se encuentran al momento de realizar las recolecciones (Botto-Mahan et al., 2005; Bacigalupo et al., 2006). Es por esto, que para aumentar el número de ejemplares adultos, las ninfas de estadío III, IV y V recolectadas en cada una de las actividades de terreno fueron alimentadas regularmente con roedores de laboratorio y mantenidas en una cámara de crianza con condiciones controladas de 26° C, 70% de humedad relativa y 14 horas de luz y 10 horas de oscuridad hasta que alcanzaron su madurez sexual. Luego de ser sacrificados a cada macho se le extrajeron las alas las cuáles fueron montadas entre dos portaobjetos para conservarlas y fotografiarlas con una cámara digital (PowerShot SD600 Digital ELPH, 6.0 megapíxeles, Canon). Utilizando el software COO (Dujardin, 2004) se seleccionaron ocho puntos anatómicos o hitos (landmarks) previamente descritos (Dujardin, 2008) sobre el ala derecha de cada ejemplar (figura 1). Los puntos anatómicos seleccionado se convirtieron en matrices de coordenadas bidimensionales las cuales se sometieron al análisis generalizado de Procrustes (AGP) (Bookstein, 1991; Rohlf y Marcus, 1993; Rohlf y Slice, 1990) a través del software MOG (Dujardin, 2003). Este algoritmo permite obtener las variables de conformación excluyendo los efectos no biológicos dados por la traslación, escalamiento y rotación. Las variables de conformación se obtienen calculando las distancias para cada uno de los puntos de un individuo con respecto a un consenso (la configuración promedio de las estructuras estudiadas) utilizando el criterio de los mínimos cuadrados. Se obtuvo una matriz de variables de conformación que tiene los componentes no-uniformes (Partial Warps) y uniformes, que describen las deformaciones regionales y globales de la arquitectura del ala, respectivamente (Bookstein, 1991). 22 Figura 1: Puntos anatómicos que se ocuparon sobre el ala derecha de los insectos analizados 5.2.- Variación de la conformación Se formaron tres grupos correspondientes a M. gajardoi braquíptero, M. spinolai braquíptera y M. spinolai macróptero. Sobre la matriz de las variables de conformación, utilizando el software MOG (Dujardin, 2003), los grupos fueron comparados mediante un análisis de componentes principales denominado “Relative Warps” (RW) en morfometría geométrica. Este análisis permite visualizar la distribución de los individuos en los dos primeros componentes principales (PC o RW), los que representan la mayor parte de la variación de la conformación, de esta manera se puede detectar la formación de las agrupaciones. Distancias euclidianas se calcularon entre las conformaciones de consenso para cada grupo y la significancia estadística se estimó entre las distancias con 1000 permutaciones corregida por el método de Bonferroni utilizando el software COV (Dujardin, 2006). 5.3.- Alometría Cuando diferentes estructuras anatómicas crecen de manera desigual conforme crece el individuo se dice que son alométricas, entonces la alometría se puede definir como la diferencia en la conformación que se atribuye al crecimiento desproporcionado de las estructuras (efecto alométrico). Se estimó la existencia de este efecto y su significancia con 1000 permutaciones con el software COV (Dujardin, 2006) a través de un análisis de regresión multivariada entre el tamaño y las variables de conformación, esto también estima si las pendientes de crecimiento son iguales en caso de existir alometría. Luego se realizó un análisis multivariado de covarianza (MANCOVA) para estimar si las diferencias siguen siendo significativas entre los grupos al quitar el efecto alométrico. 23 RESULTADOS 1.- Detección y genotipificación de T. cruzi De las 14 localidades analizadas tres no mostraron insectos infectados (Llanos de Challe, Caleta Toro y Montepatria), y la localidad de la Reserva las Chinchillas (Illapel) fue la que mostró el mayor porcentaje de infección seguida de Colina (Tabla 1). Las zonas costeras tienen un menor porcentaje de positividad (16.3%) en comparación con las zonas del interior (29.3%), dichas diferencias resultaron significativas (P < 0.05) al igual que al comparar la positividad en M. gajardoi (18%) que resultó menor que en M. spinolai (26.7%) (criterio de separación de especies de Frías et al. 1998). El genotipo TcI fue el más frecuente seguido del TcII, no existen diferencias significativas en la frecuencia de genotipos entre la costa y el interior y sólo el genotipo TcI tuvo una mayor frecuencia estadísticamente significativa las zonas del interior (P < 0.0125). Dentro del grupo costero se observa una diferencia significativa con el genotipo TcVI al comparar las poblaciones de San Marcos y Río Seco con las poblaciones de la Región de Arica y Parinacota. Tabla 1: Porcentajes de infección y genotipificación de Trypanosoma cruzi en los vectores silvestres Mepraia spp. y sus respectivos sitios de muestreo. Nombre de la localidad Corazones, Arica, RAP Caleta Vitor, RAP Caleta Camarones, RAP Rio Seco, RT San Marcos, RT El Médano, RAN Caleta Zenteno, RAT Llanos de Challe, RAT Peral Norte, RAT Caleta Toro, RC Montepatria, RC Reserva Las Chinchillas, RC Til Til, RM Colina, RM Total Latitud y longitud 18°28'47" S; 70°19'27" O 18°45'45" S; 70°20'34" O 19°12'16" S; 70°16'08" O 21°00'06" S; 70°09'52" O 21°06'56" S; 70°07'30" O 24°36'51" S; 70°33'31" O 26°51'08" S; 70°48'36" O 28°08'52" S; 71°04'32" O 28°43'21" S; 70°31'02" O 30°44'30" S; 71°42'05" O 30°51'16" S; 70°41'51" O 31°30'28" S; 71°06'19" O 33°06'19" S; 70°55'53" O 33°14'52" S; 70°45'03" O NºPositivos 5/37 (21.6%) 13/58 (22.4%) 5/75 (5.3%) 12/46 (26.1%) 8/28 (28.6%) 6/60 (10%) 14/55 (25.4%) 0/42 (0%) 6/48 (12.5%) 0/40 (0%) 0/24 (0%) 41/75 (54.6%) 16/102 (15.6%) 60/128 (46.8%) 188 TcI 2 2 2 4 1 ---7 TcII 2 7 4 1 2 ---1 TcV TcVI 3 2 1 ---- ---- ---- ---- 16 6 50 90 11 2 20 50 9 15 3 21 11 40 3 1 ---- NN 7 6 ---6 10 13 29 TcI, TcII, TcV, TcVI: Trypanosoma cruzi I, II, V y VI respectivamente. NN: cepa no identificada. 1/14: número de individuos positivos/total de individuos capturados. RAP: Región de Arica & Parinacota, RAT: Region de Tarapaca, RAN: Región de Antofagasta, RAT: Región de Atacama, RC: Región de Coquimbo, RM: Región Metropolitana, ----: no se pudo genotipificar. Nota: la suma de los genotipos sobre el número de positivos representa los casos de infecciones mixtas con dos y hasta tres genotipos de T. cruzi. 24 2.- Caracterización molecular de los vectores 2.1.- Relaciones filogenéticas entre haplotipos Luego de la edición, el largo de las secuencias fue de 508pb para el gen COI y 514pb para el gen Cyt b que al concatenarlas sumaron un largo de 1022pb. La matriz completa fue de 164 secuencias concatenadas sin el grupo externo que dieron un número de 33 haplotipos. Los ejemplares de T. eratyrusiformis y T. breyeri utilizados como grupo externo sólo tienen el gen Cyt b secuenciado, completando la matriz con “Missing data” (símbolo: ?) para el gen COI, método previamente validado por Wiens y Morrill (2011). El filograma de ML muestra un gran grupo monofilético coincidente con todos los haplotipos del género Mepraia, dentro de este grupo se observa tres líneas evolutivas bien soportadas correspondientes a M. gajardoi, M. spinolai y la tercera correspondientes a insectos capturados en las zonas limítrofes de distribución entre las dos líneas evolutivas anteriores (figura 2). Esta filogenia de haplotipos muestra una relación estrecha con el lugar de procedencia geográfica de los haplotipos (figura 3). 2.2-. Diversidad genética intrapoblacional En total se analizaros 13 poblaciones cuyos índices de variabilidad genética y de neutralidad se muestran en la tabla 2. Este análisis mostró una variedad en los valores de diversidad haplotípica (Hd) y bajos valores de diversidad nucleotídica (Π), observándose poblaciones monomórficas (Médano, Caleta Toro) así como poblaciones con moderada y alta variación (ver tabla 2). 2.3.- Estructura filogeográfica La red de haplotipos muestra una alta estructuración poblacional (figura 3), con sitios geográficos que muestran en su totalidad al menos un haplotipo distinto, existiendo sólo dos haplotipos compartidos: el haplotipo 9 compartido entre Caleta Vitor y Caleta Camarones, y el haplotipo 12 compartido entre Río Seco y San Marco. Los grupos del AMOVA se formaron de acuerdo a los clados que resultaron del análisis filogenético de haplotipos (figura 2), formando tres grupos de poblaciones. El porcentaje de variación aportado por los distintos niveles poblacionales fue: 56.4% entre grupos, 41.8% entre poblaciones dentro de su grupo y un 1.8% de la variacion es aportado por la variación intrapoblacional. Los índices de fijación basados en los componentes de la varianza dan valores altos y significativos (P < 0.05): Fct: 0.56376 (asociado a la variacion entre grupos), Fsc: 0.95880 25 (asociado a la variacion entre poblaciones dentro de su grupo), Fst: 0.98203 (coeficiente de diferenciación total). Se analizaron otras hipótesis: juntando la zona intermedia al linaje de M. gajardoi y otra juntando la zona intermedia al linaje de M. spinolai. Todas las hipótesis mostraron valores significativos de los índices de fijación, sin embargo la hipótesis filogenética es la que muestra los resultados más altos del índice Fct. La diferenciación pareada entre todas las poblaciones a través del índice Fst mostró elevados valores y completa significancia (P < 0.05) entre todas las comparaciones. Figura 2: Relaciones filogenéticas entre haplotipos método de máxima verosimilitud, modelo TrN + G (G = 0.129, -lnL = 3185.2847), construido con secuencias concatenadas de los genes COI y Cyt b. Los valores de soporte de los nodos fueron calculados mediante bootstrap con 1000 iteraciones. Los colores representan la distribución geográfica de los haplotipos. 26 Tabla 2: Índices de diversidad genética por población Localidad de la población Corazones, Arica, RAP Caleta Vitor, RAP Caleta Camarones, RAP Rio Seco, RT San Marcos, RT El Médano, RAN Caleta Zenteno, RAT Llanos de Challe, RAT Peral Norte, RAT Caleta Toro, RC Montepatria, RC Reserva Las Chinchillas, RC Til Til, RM N 13 13 13 15 11 11 16 8 14 14 14 11 11 S 5 5 5 6 1 0 1 6 1 0 8 4 1 h 5 4 2 4 2 1 2 4 2 1 3 3 2 k 1.026 1.359 2.692 1.676 0.545 0.000 0.458 2.607 0.143 0.000 3.604 1.891 0.327 Hd ± SD 0.628 ± 0.143 0.679 ± 0.112 0.538 ± 0.060 0.619 ± 0.120 0.545 ± 0.072 0.000 ± 0.000 0.458 ± 0.095 0.821 ± 0.101 0.143 ± 0.119 0.000 ± 0.000 0.582 ± 0.092 0,691± 0.086 0.327 ± 0.153 Π ± SD 0.00100 ± 0.00036 0.00133 ± 0.00032 0.00263 ± 0.00029 0.00164 ± 0.00060 0.00053 ± 0.00007 0.00000 ± 0.00000 0.00045 ± 0.00009 0.00255 ± 0.00040 0.00014 ± 0.00012 0.00000 ± 0.00000 0.00353 ± 0.00059 0.00185 ± 0.00023 0.00032 ± 0.00015 N: número de secuencias, S: número de sitios polimórficos, h: número de haplotipos, Hd: diversidad haplotípica, Π: diversidad nucleotídica, k: número promedio de diferencias entre dos secuencias. Las poblaciones son las mismas de la Tabla 1. Figura 3: Red de haplotipos construido con el algoritmo de Median Joining, cada circulo representa un haplotipo, el tamaño la frecuencia y los colores el lugar de procedencia geográfico visible en el mapa de la Figura 2. 27 3.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica En total se obtuvieron 31 alas de M. gajardoi provenientes de las distintas localidades de captura en la región de Arica y Parinacota, y 28 de M. spinolai provenientes de la Región de Coquimbo y Metropolitana. En 10 individuos adultos provenientes de la localidad costera de Médano, Región de Antofagasta se detectaron alas vestigiales que no fueron incluidas en el análisis morfométrico (figura 4). La inspección de los especimenes sobre los dos primeros componentes principales (PC) muestra claramente dos agrupaciones estadísticamente significativas correspondientes a M. gajardoi y a M. spinolai (M. gajardoi versus M. spinolai braquíptero P < 0.0001, M. gajardoi versus M. spinolai macróptero P < 0.0001), no observándose diferencias significativas entre los M. spinolai braquípteros y macrópteros (P = 0.508) (figura 5). Los dos primeros PC explicaron el 85% de la variación de la conformación total. El análisis del efecto alométrico muestra una contribución del tamaño alométrico en la variación de la conformación (P < 0.0001) y las pendientes de crecimiento en cada uno de los tres grupos no mostró diferencias significativas (Wilks lambda = 0.490, F = 1.502, P = 0.09). Esto sugiere que las pendientes de crecimiento son iguales, de esta manera se puede extraer la contribución del efecto alométrico en la variación de la conformación. Al quitar este efecto las diferencias en conformación alar siguen siendo significativas entre M. gajardoi y ambos M. spinolai braquípteros y macrópteros (P < 0.0001 y P = 0.002, respectivamente). Figura 4: Polimorfismos alares en machos de Mepraia spp. A: M. gajardoi braquíptero. B: ejemplar proveniente de la zona intermedia (Médano) con alas vestigiales. C: M. spinolai micróptero. D: M. spinolai braquíptero. E: M. spinolai macróptero. 28 Figura 5: Inspección de los especimenes sobre los dos primeros componentes principales (PC o relative warps). Las nubes correspondientes a cada grupo fueron delimitadas por la técnica de los polígonos. Los dos primeros PC explicaron el 85% de la variación de la conformación total. Rangos: PC1 de -0,0157 a 0,102, y PC2 de -0,045 a 0.046. 29 DISCUSIÓN 1.- Detección y genotipificación de T. cruzi La significativa diferencia en los porcentajes de infección entre los vectores costeros y del interior, se puede deber al tipo de alimentación. Los insectos costeros suelen coexistir con una mayor cantidad de aves y reptiles en su hábitat teniendo por lo tanto una mayor probabilidad de alimentarse de estos, ya que las aves son refractarias a la infección con T. cruzi (Nery-Guimaraes y Lage, 1972; Kierszenbaum et al., 1976). La mayor cantidad de sangre de éstas en la dieta de los vectores explicaría el menor porcentaje de infección en las zonas costeras, incluso antes que se reportara la infección en M. gajardoi por Botto-Mahan et al., (2008) se especulaba que estos insectos dado el tipo de alimentación no estarían infectados (Sagua et al., 2000). Sería importante dilucidar el papel que cumplen los reptiles en la transmisión del parásito, ya que son una población importante en los ecosistemas costeros del norte de Chile. Aunque el porcentaje de infección en las zonas costera es más bajo que en las zonas del interior, existe un claro riesgo de transmisión al hombre debido al asentamiento humano en estas zonas silvestres. Esto último está dado por un creciente grupo de recolectores de algas a lo largo de toda la franja costera del norte, así como en poblaciones rurales de pescadores (Caleta Camarones, Rio Seco y San Marcos), los cuales en los diferentes viajes a terreno reportaron ser picados y acechados por estos insectos, convirtiéndose con sus mascotas en un posible reservorio del parásito. Estos reportes son de gran importancia tomando en cuenta que a través de PCR se ha detectado la presencia de T. cruzi en momias de la cultura Chinchorro en las costas de la Región de Arica con una data de 9.000 años de antigüedad, que corresponde al reporte más antiguo de la enfermedad de Chagas (Guhl et al., 1999; Aufderheide et al., 2004). Probablemente los primeros eventos de dispersión de T. infestans no fueron asociados a humanos, luego un proceso pasivo de dispersión surgió con la domesticación animal en las primeras tribus andinas hace 3500 años atrás y se mantuvo en las culturas precolombinas (Solari, 2011; Torres et al., 2011). Si consideramos que T. infestan llegó a lo que es hoy territorio chileno durante los movimientos precolombinos, se puede deducir que el vector silvestre M. gajardoi fue el responsable de propagar la enfermedad en la cultura Chinchorro, ya que T. infestans aún no arribaba al país y M. spinolai se distribuía más hacia el sur. También hay que considerar que no existen reportes de T. infestans habitando las zonas costeras donde se asentaba esta Cultura. Los tiempos de divergencia entre las variantes andina y 30 no andina en T. infestans están datados alrededor de los 0.388-0.588 ma (Torres et al., 2011), una data mucho menor si consideramos que la diversificación de Mepraia con T. eratyrusiformis y T. breyeri podría haber empezado en el Mioceno hace aproximadamente 20 ma. Estos datos históricos sugieren que la infectividad de M. gajardoi y su papel en la diseminación de T. cruzi es bastante ancestral, sin dejar de lado el papel posterior que cumplió T. infestans. Los genotipos más frecuentes encontrados fueron TcI y TcII, existiendo una mayor frecuencia del genotipo TcI en las zonas del interior. Los demás genotipos no mostraron diferencias significativas en su distribución geográfica entre la costa y el interior, sugiriendo que la distribución de los genotipos no sigue un patrón filogeográfico. La diferencia del genotipo TcVI al comparar insectos de las poblaciones de San Marcos y Río Seco con poblaciones de la Región de Arica y Parinacota es un resultado importante de discutir, ya que este es un genotipo raro y más relacionado al ciclo doméstico (Sturm y Campbell, 2010). Considerando que las poblaciones de insectos capturados en San Marcos y Río Seco estaban bastante cercanas a los domicilios de los pescadores, se podría sugerir que estos genotipos tendrían su base en los pescadores o sus mascotas. La existencia de parásitos que no pudieron ser identificados, se puede deber a la variedad genética que existe dentro del linaje TcI o el TcII (Arenas et al., 2011), sugiriendo que existen subgrupos dentro de estos linajes que no tienen una complementariedad total con las sondas utilizadas en este estudio. Sería adecuado para afinar esta técnica la construcción de nuevas sondas que reconozcan estos genotipos. 2.- Caracterización molecular de los vectores 2.1.- Relaciones filogenéticas entre haplotipos El filograma de haplotipos muestra claramente tres grupos monofiléticos soportados, un grupo formado por haplotipos provenientes del extremo norte, otro por el extremo sur y un tercer grupo ubicado en la zona intermedia (poblaciones de Médano y Caleta Zenteno) de los dos anteriores. El grupo del extremo norte es congruente con M. gajardoi mientras que el grupo sur lo es con M. spinolai. Esta topología es diferente a la encontrada con el gen COI por Calleros et al., (2010) quienes muestran sólo dos grupos monofiléticos agrupando a los individuos de la región intermedia con el nodo de M. gajardoi, cambiando de relación al nodo de M. spinolai al realizar el análisis con el marcador nuclear ITS de rRNA. Los estudios citogenéticos realizados por los 31 mismos autores revelan un patrón C-positivo en los insectos intermedios y M. spinolai mientras que en M. gajardoi un patrón C-negativo similar a los ITS. Ellos proponen que la diferencia entre estas topologías se podría explicar por introgresión debido a eventos ancestrales o actuales de hibridación entre las especies, es decir, los individuos de las zonas intermedias derivarían de una población que tenía o actualmente tiene flujo génico entre M. gajardoi y M. spinolai. De hecho, existen nuevas evidencias en base a cruzamientos en cautiverio que estas especies no tendrían un aislamiento reproductivo, existiendo híbridos fértiles (Botto-Mahan et al., 2011), lo que permite sugerir la existencia de hibridación en la naturaleza. Esto puede ocurrir en un contexto alopátrico con poblaciones que ya completaron su proceso de especiación o en poblaciones que aún están en etapa de especiación y no han completado su aislamiento. Estas últimas se caracterizan por tener una variación latitudinal en sus patrones ecológicos lo que se ajusta al caso de Mepraia. Como consecuencia de este flujo génico se forma una zona de hibridación que en este caso podría estar representada por las poblaciones de Médano y Caleta Zenteno. Para poder esclarecer esta hipótesis y detectar la introgresión con mayor certeza se recomienda hacer más estudios con marcadores nucleares como microsatélites o polimorfismos en la longitud de fragmentos amplificados (AFLP). Una segunda explicación es la existencia de haplotipos ancestrales. Si las actuales poblaciones de Mepraia descienden de una población ancestral donde existían múltiples haplotipos, es posible que la extinción diferencial de dichos haplotipos en las diferentes especies o poblaciones genere un patrón de relación entre éstos que no se corresponde con el proceso real de divergencia, es decir, el árbol de genes no es congruente con el de las especies. Esto es típico de las especies que han divergido recientemente, puesto que el proceso de aislamiento no se ha completado aún (Avise y Wollenberg, 1997). Frías (2010), basándose en caracteres mayoritariamente morfológicos y citogenéticos, propone que las poblaciones de la zona intermedia descienden del linaje de M. gajardoi a través de un modelo de especiación parapátrica, describiendo una tercera especie la que denominó Mepraia parapatrica. Esta hipótesis propone un origen de las especies de tipo latitudinal siendo el linaje de M. gajardoi el más ancestral, el cual previamente se habría separado de su especie hermana de Argentina T. eratyrusiformis por el surgimiento de la Cordillera de Los Andes. El carácter principal del primer evento habría sido la heterocromatinización de los telómeros originando a M. parapatrica, luego se plantea el quiebre del cromosoma Y con el surgimiento de los insectos 32 micrópteros típicos de M. spinolai. Esto se habría producido por la colonización de los insectos de acuerdo con los distintos cambios de hábitat debido a los eventos geológicos. La acomodación de los segmentos de heterocromatina separa los linajes de M. gagardoi y M. spinolai similar a lo demostrado por Calleros, et al., 2010 y congruente con sus resultados realizados con marcadores nucleares. Que las poblaciones de las zonas intermedias sean una tercera especie no deja de ser controversial, considerando que en esta subfamilia existe una gran plasticidad morfológica (Dujardin et al., 1999) y que la hipótesis cariotipica del quiebre del cromosoma Y no es aceptada por otros autores (Calleros et al., 2010). Según Mas-Coma y Bargues (2009) se deben reunir una serie de evidencias moleculares tanto mitocondriales como nucleares, datos morfológicos, citogenéticos y de cruzamientos para subir a nivel de especie una determinada población en Triatominae. Sin embargo, el modelo parapátrico propuesto se acomoda bien para explicar el origen de estos linajes. Los análisis de divergencia muestran que la distancia pareada media para el gen Cyt b entre el linaje de M. gajardoi y M. spinolai fue de 7.6%. Monteiro et al., 2004 reportan valores similares con el mismo gen entre especies que están cercanamente emparentadas (T. infestans – T. platensis y T. sordida – T. garciabesi). Sin embargo Mas-Coma y Bargues, (2009) reportan que estos valores están descritos en el rango que separa subespecies en Triatoma phyllosoma, Triatoma dimidiata y Triatoma brasiliensis lo que se ajusta con la capacidad de cruzamiento que tienen algunos de estos taxa. Considerar si estos linajes son especies distintas o no, dependerá del concepto de especie que se utilice para describirlos ya sea éste taxonómico, ecológico, evolutivo, filogenético o biológico, debido a que actualmente no existe un claro consenso del concepto único de especie siendo el más antigüo y frustrante problema de la biología (Mayr, 1996). De esta manera, tomando en cuenta el concepto filogenético y evolutivo de especie, estos grupos podrían ser tres unidades evolutivas independientes, lo que concuerda con M. gajardoi, M. parapatrica y M. spinolai, sin embargo el concepto biológico de especie basado en el aislamiento reproductivo sigue siendo el más universal. Tomando en cuenta este concepto estos linajes pueden ser tres subespecies derivadas de una variación latitudinal de las características ecológicas y climáticas. La aproximación más robusta para considerar a un linaje como especie es un criterio formado por 33 una combinación de estos conceptos. Por ejemplo, si tomamos como concepto de especie sólo el filogenético tendríamos que prácticamente duplicar el número total de especies existentes. 2.2.- Estructura filogeográfica y diversidad genética La red de haplotipos muestra una marcada estructuración con una relación estrecha de la filogenia con el lugar de procedencia geográfica de los haplotipos, así como los tres linajes que muestra la filogenia de haplotipos. Se observan nuevos haplotipos a una escasa distancia lo que nos permite sugerir una limitada capacidad de dispersión de estos insectos formando colonias con baja variabilidad intrapoblacional. Esto se confirma con el análisis de AMOVA. En todas las hipótesis realizadas, la mayor variabilidad se encuentra entre poblaciones dentro de su grupo, seguido de la variabilidad entre grupos y una baja variación intrapoblacional. Debido a que los índices de fijación fueron significativos en todas las hipótesis, nos sugiere que la zona intermedia se asemeja con los dos linajes, sin embargo, tiene una mayor cercanía con el linaje de M. gajardoi (Fct: 0.45) que con M. spinolai (Fct: 0.4). Esto se observa también en las diferencias pareadas que existen entre la zona intermedia con el linaje de M. gajardoi (4.9% COI, 5.9% Cyt b) y con el linaje de M. spinolai (6.3% COI, 7.9% Cyt b). La hipótesis filogenética de los tres linajes es la que presenta el mayor índice (Fct: 0.56) y, por lo tanto, es la estructura más marcada. La comparación entre pares de poblaciones muestra que todas las poblaciones entre si tienen una diferencia significativa debido a su alta estructuración haplotípica. Con respecto a los índices de diversidad genética (tabla 2), se observa una baja variabilidad en las poblaciones que forman el linaje intermedio (M. parapatrica). Esto se puede explicar por el proceso de formación de la zona de hibridación que sufrió fuerte selección en contra de los genotipos híbridos y, por lo tanto, las poblaciones derivan de unos pocos descendientes, similar a lo que sucede en un efecto fundador. Otra explicación que también se puede dar en el caso de la población de Caleta Toro, es la característica geográfica de playas rocosas aisladas o separadas por playas de arena que impiden un flujo génico continuo quedando poblaciones aisladas. De esta manera, los individuos fundadores de estos sectores rocosos se reproducen entre ellos dejando una descendencia con poca variabilidad. Se observa una marcada estructuración en las poblaciones del vector silvestre pero no se observa una distribución geográfica marcada en los genotipos de T. cruzi por lo menos a esta escala de análisis. Se sugiere que no existe una 34 coestructuración y esto se puede deber a la poca especificidad del vector dado sus hábitos oportunistas así como también del parásito. 2.3.- Probables orígenes de Mepraia y sus barreras geográficas Las mayores barreras geográficas que explican la distribución de esta genealogía de genes son el surgimiento de la Cordillera de Los Andes que comenzó a tener alturas importantes en el mioceno hace 20 ma. Como se dijo anteriormente, este evento separó una población ancestral originando por el lado de la región Argentina a T. eratyrusiformis y T. breyeri. Luego la formación del desierto de Atacama en el plioceno tardío (Hartley y Chong, 2002) logró aislar las poblaciones a la región costera. Otra barrera importante es la gran cuenca del Río Loa que aisló el linaje de M. gajardoi con el linaje intermedio, lo cual se sustenta por la gran extensión de bancos de arena que existe actualmente en su desembocadura, y que probablemente tuvo gran importancia como barrera durante el pleistoceno tardío cuando abundaban los cambios orogénicos, climáticos y volcánicos (Vuilleumier, 1971; Solari, 2011). Incluso, pese a una exhaustiva búsqueda, en una gran extensión entre el norte de la península de Mejillones y el Río Loa no fue posible encontrar ejemplares aunque existían las condiciones bióticas y abióticas para su existencia. La formación de los valles transversales permitió la colonización de la depresión intermedia, esto siguiendo el probable origen de Mepraia de tipo latitudinal propuesto por Frías (2010). Otra posible hipótesis es que la población ancestral se haya separado por el lado norte y sur, y que la formación del desierto de Atacama y los siguientes cambios geológicos moldearon estas dos grandes líneas evolutivas, que en su proceso de dispersión se solaparon permitiendo el flujo génico formando así una zona de hibridación. Considerando esto, no se puede descartar que la colonización haya empezado por el lado sur siendo el linaje de M. spinolai el más ancestral dispersándose de sur a norte. Probablemente por esto es que las actuales poblaciones de T. eratyrusiformis y T. breyeri se encuentran en la zona de La Rioja aproximadamente en los 30º S. La hipótesis que plantea la filogenia de haplotipos es que los insectos intermedios son los más ancestrales, es decir, la población ancestral se habría separado a nivel de la zona intermedia y por el lado chileno se diseminó hacia el norte por la costa y al sur a través de los valles transversales. Esta hipótesis no es estadísticamente significativa (bajo soporte del nodo) y se debe tener en cuenta que en los haplotipos del grupo externo falta la información del gen COI, por lo que la ancestralidad de los linajes aún no está resuelta. Un análisis posterior con una matriz completa 35 podría establecer de manera más robusta las relaciones de ancestralidad de los linajes así como poder datar la divergencia de éstos y contrastarlos con los diferentes eventos geológicos. 3.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica Los resultados de este análisis nos revela dos claras conformaciones que separan significativamente los linajes de M. gajardoi y M. spinolai (figura 5). El hallazgo de nuevos polimorfismos (alas vestigiales, figura 4) en la zona intermedia es congruente con el análisis filogenético de haplotipos, es decir, tres linajes siendo el intermedio con características morfológicas híbridas. Según los estudios de Frías (2010) los insectos de las zona intermedia (M. parapatrica) son todos alados braquípteros y la aparición de los individuos micrópteros es un carácter propio de M. spinolai debido al quiebre del cromosoma Y portador del gen de las alas sugerido por este autor. La existencia de estos insectos con alas vestigiales me permite inferir que el carácter de las alas es más bien un rasgo continúo, y como lo sugieren otros autores no estaría ligado a un sistema sexual polimórfico (Calleros et al. 2010). CONCLUSIONES • Se detecta un menor porcentaje de infección en los insectos costeros. A pesar de esto, son un claro riesgo de transmisión para el hombre sugiriendo que su participación en la trasmisión del parásito podría ser bastante antigua. • No se observa un claro patrón estructurado en la distribución de los genotipos de T. cruzi y, por lo tanto, no existe una congruencia con la filogenia de los vectores. • Se observa alta estructuración filogeográfica de los insectos, es decir, una relación estrecha de la filogenia de genes con el lugar de procedencia geográfica muestreado. • La filogenia de haplotipos muestra tres linajes significativos que se corresponden con M. gajardoi, M. parapatrica y M. spinolai. Sin embargo, según nuevos datos de cruzamiento estos tres linajes podrían ser subespecies que no han culminado su aislamiento reproductivo. Por otro lado, estos linajes cumplen con los conceptos de morfoespecies, filogenético y evolutivo, siendo unidades evolutivas que están siguiendo una historia independiente. 36 • La técnica de morfometría geométrica permitió separar perfectamente los linajes de M. gajardoi y M. spinolai, descubriéndose un nuevo polimorfismo (alas vestigiales) en los insectos de la zona intermedia (no analizados), lo que se corresponde con los resultados moleculares. Este hallazgo permite sugerir que el tamaño alar es más bien un carácter continuo. • Como conclusión final, la estructura poblacional del vector no es congruente con la distribución genética del parásito por lo que en este caso no se detectó coestructuración. BIBLIOGRAFÍA AKAIKE, H. 1974. A new look at the statistical model identification. IEEE Trans. Automat. Contr. 19(6):716-723. ALEJANDRE, R.; NOGUEDA, B.; CALVO, M.; CORTEZ, M. 1993. 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Use of polymerase chain reaction (PCR) and hybridization assays to detect Trypanosoma cruzi in chronic chagasic patients treated with itraconazole or allopurinol. Diagn. Micr. Infec. Dis. 48:253-257. 54 ÍNDICE RESUMEN ..................................................................................................................................................................... 1 ABSTRACT ................................................................................................................................................................... 2 INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................................................... 3 REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA...................................................................................................................................... 4 1.- Trypanosoma cruzi y el DNA kinetoplastidico ..................................................................................................... 4 2.- Ciclo biológico ...................................................................................................................................................... 5 3.- Genotipos de T. cruzi ............................................................................................................................................ 5 4.- Taxonomía y antigüedad de los vectores .............................................................................................................. 6 5.- Características de los vectores silvestres de Chile ................................................................................................ 8 5.1.- Mepraia spinolai ............................................................................................................................................ 8 5.2.- Mepraia gajardoi ........................................................................................................................................... 8 6.- Capacidad de amplificación de T. cruzi en T. infestans y M. spinolai ................................................................. 9 7.- Problemática de los vectores silvestres ............................................................................................................... 10 8.- Caracterización de los vectores con marcadores moleculares ............................................................................. 11 8.1.- Generalidades en Triatominae .................................................................................................................... 11 8.2.- La variabilidad genética .............................................................................................................................. 12 8.3.- Filogeografía y estructura poblacional ...................................................................................................... 13 9.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica ............................................................................. 14 HIPÓTESIS .................................................................................................................................................................. 15 OBJETIVO GENERAL ............................................................................................................................................... 15 OBJETIVOS ESPECÍFICOS ....................................................................................................................................... 15 MATERIALES Y MÉTODOS..................................................................................................................................... 17 1.- Captura de insectos ............................................................................................................................................. 17 2.- Detección de T. cruzi por PCR ............................................................................................................................ 17 3.- Genotipificación de T. cruzi ................................................................................................................................ 18 3.1.- Transferencia del DNA a membranas por simple difusión (Southern blotting) ...................................... 18 3.2.- Preparación de la sonda .............................................................................................................................. 18 3.3.- Marcación radioactiva de la sonda ............................................................................................................. 19 3.4.- Hibridación con la sonda radiactiva ........................................................................................................... 19 4.- Caracterización molecular de los vectores .......................................................................................................... 20 4.1.- Extracción de DNA de los vectores y amplificación de los genes mitocondriales ..................................... 20 4.2.- Análisis de secuencias ................................................................................................................................. 20 4.3.- Relaciones filogenéticas entre haplotipos................................................................................................... 21 4.4.- Estructura filogeográfica ............................................................................................................................ 21 5.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica ............................................................................. 22 5.1.- Obtención de alas y procesamiento de datos .............................................................................................. 22 5.2.- Variación de la conformación .................................................................................................................... 23 5.3.- Alometría ..................................................................................................................................................... 23 RESULTADOS ............................................................................................................................................................ 24 1.- Detección y genotipificación de T. cruzi ............................................................................................................. 24 2.- Caracterización molecular de los vectores .......................................................................................................... 25 2.1.- Relaciones filogenéticas entre haplotipos ................................................................................................... 25 2.2.- Diversidad genética intrapoblacional ......................................................................................................... 25 3.3.- Estructura filogeográfica ............................................................................................................................ 25 3.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica ............................................................................. 28 DISCUSIÓN................................................................................................................................................................. 30 1.- Detección y genotipificación de T. cruzi ............................................................................................................. 30 2.- Caracterización molecular de los vectores .......................................................................................................... 31 2.1.- Relaciones filogenéticas entre haplotipos ................................................................................................... 31 2.2.- Estructura filogeográfica y diversidad genética ......................................................................................... 34 3.3.- Probables orígenes de Mepraia y sus barreras geográficas ....................................................................... 35 3.- Caracterización de los vectores por morfometría geométrica ............................................................................. 36 55 CONCLUSIONES........................................................................................................................................................ 36 Tablas Tabla 1: Porcentajes de infección y genotipificación de Trypanosoma cruzi en los vectores silvestres Mepraia sp y sus respectivos sitios de muestreo. ............................................................................................................................... 24 Tabla 2: Índices de diversidad genética por población ................................................................................................. 27 Figuras Figura 1: Puntos de Landmark que se ocuparon sobre el ala derecha de los insectos analizados ................................ 23 Figura 2: Relaciones filogenéticas entre haplotipos ..................................................................................................... 26 Figura 3: Red de haplotipos .......................................................................................................................................... 27 Figura 4: Polimorfismos alares en machos de Mepraia sp. .......................................................................................... 28 Figura 5: Inspección de los especimenes sobre los dos primeros componentes principales......................................... 29 56