sEgUid gRitaNdo - Revista Voluntas
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sEgUid gRitaNdo - Revista Voluntas
GRITAD de RABIA, DE DOLOR O DE placer, PERO sEgUid gRitaNdo 13 noviembre 04 Nuestroctubre Entrevista En la gran ciudad las estrellas no pueden verse. La contaminación del aire y las malditas luces eléctricas eclipsan esas viejas explosiones del universo. ¿Y eso es poético? Para nada. Un imbécil va al campo y grita: «¡Mira cuántas hay, aquí pueden verse!». Y se siente pequeño e insignificante, como si su vida no fuese realmente tan importante. Joder, esa gente me revienta. ¿Se necesita un día soleado para darte cuenta de que ahí arriba, a tomar por culo, está el Sol? No. No, a no ser que estés ciego. Entonces, ¿quién necesita poder ver las estrellas para darse cuenta de que solo somos insectos sobrealimentados? Yo te diré quién: el mismo imbécil que no tiene ni un segundo al día para pararse y mirar al cielo contaminado de la gran urbe, para ver que las más fuertes todavía siguen mirándote. Si te fijas bien. Si te detienes y dejas que corra el reloj, están allí. Es lo que tiene vivir en la ciudad. No todas las estrellas pueden brillar por culpa de las luces eléctricas y el humo. Pero las mejores, las que explotan con verdadera rabia, pueden vencer lo artificial. Pueden atravesar las nubes tóxicas con su luz azul, para que la mayoría de las personas las ignore y solo unos pocos puedan apreciar esa fuerza de la naturaleza. Esa rabia explosiva que nada ni nadie puede parar, y que seguirá luciendo cuando ninguno de nosotros estemos aquí para verla. Y sí, la anterior revista fue la 12 y la próxima será la 14. Pero de eso no quiero hablar, que trae mala suerte. 14 Abecehaikus Jorge Roy Clara González 24 Cut-up RATM Luis Navarro Miguel Valenzuela Editor Creativo Luis Navarro Redactores Jorge Roy Laura Garcés Clara González Luis Navarro Miguel Valenzuela Director de Arte Enrique Salvo Fe de ratas Cuando la redacción de Voluntas_ lanzaba vítores a la Providencia porque no había encontrado erratas en la publicación de septiembre, llegó el chico este nuevo y encontró una. Y detrás de esa, otra. Y así se jodió la ilusión y la perfección seguirá siendo nuestra utopía. Las palabras erróneas del anterior número son: • 600: en esta cifra sobra un cerete, de manera que la frase correcta sería «su hipoteca le cueste 60 euros menos el próximo mes» (Pág. 3). • Se: en este verbo hace falta un acento en la e para que la frase «pero todavía no se a qué religión» esté escrita correctamente (Pág. 15). Ilustrador Adrián Vázquez Desarrollador web Javier Pardos ¡Síguenos! @RevistaVoluntas Portada Jesús Jerez Maquetación y Diseño Gráfico Enrique Salvo Publicidad Laura Garcés Edita Asociación Cultural Voluntas Aragón Depósito legal Z-1308-2011 Imprime GAMBÓN GRÁFICA ZARAGOZA [email protected] www.revistavoluntas.com 2 Imagen: Enrique Salvo 15_noviembre_2012 Persona non grata laura garcés lambán La gallina levanta la vista y ante todos los presentes cacarea: «Inocente». El conejo respira aliviado y sus bigotes tiemblan. Los cerdos gruñen sorprendidos ante la pérdida del caso. Los caballos presentes en la sala relinchan curiosos y los perros les ordenan silencio. El cuervo levanta el vuelo para informar a sus amos: «Vaxevanis ha sido absuelto». El periodista griego, Kostas Vaxevanis, fue detenido el 28 de octubre por un delito de violación de la ley sobre datos personales. Un día después de que Hot Doc, la revista que dirige, publicara la «lista Lagarde». En ella aparecían los nombres de 2059 griegos con cuentas bancarias en Suiza. En su mayoría son editores, empresarios, armadores, artistas, aunque entre ellos destaca la presencia de dos exministros y un asesor del actual primer ministro griego, Antonis Samarás. La juez, Malia Volika, considera que no hay violación de los derechos de privacidad, ya que la lista no desvela datos personales como el valor económico de las cuentas. En 2010 Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional y quien ha dado nombre a la famosa lista, entregó al entonces ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinou, un documento con los titulares griegos que poseían cuentas en bancos extranjeros, la mayoría de «dinero negro». Papaconstantinou aseguró haber perdido los datos de dicha lista, aunque entre- gó una copia a su sucesor Evangelos Venizelos. No es un delito como tal tener una cuenta bancaria en Suiza. Lo que sí está mal visto a los ojos de la ley es abrir una cuenta en tierra de nadie para evadir impuestos y blanquear «dinero negro». «Los que están en el poder se aseguran de que el derecho al voto se entienda como democracia y al mismo tiempo niegan la democracia al abusar de los derechos que les confieren los votantes. Y la justicia sigue siendo esclava de la política.», escribió Kostas Vaxevanis en The Guardian. La política se ha convertido en el hábitat perfecto para el crecimiento de la corrupción y el tráfico de influencias. Los votantes hemos dejado en manos putrefactas nuestro futuro y nos hemos sentado a esperar el trágico final. La justicia invierte su tiempo en perseguir a los que desvelan verdades incómodas en vez de a quienes las generan y Suiza es el nuevo Disneyland. La «lista Lagarde» tan solo es una parte de otra mucho mayor, la que Hervé Falciani sustrajo del banco suizo HSBC donde trabajaba. En ella están algunos de los nombres de los titulares de cuentas en dicho banco, algunas de dudosa legalidad. Entre ellos se encuentran nuestro ya conocidísimo Emilio Botín y su hija Ana Patricia. Los dos reconocieron ante la Audiencia Nacional la propiedad de las cuentas y el juez Fernando Andreu archivó poco después el caso, sin sanción, tras comprobar que el banquero había abonado lo que debía: 200 millones de euros. 3 Existe una orden de detención internacional contra Hervé Falciani procedente de Suiza, a pesar de que su informe ha hecho posible enjuiciar miles de casos de evasores fiscales en toda Europa. En el territorio español dichos datos hicieron posible que Hacienda recuperara más de 6.000 millones de euros. El 1 de julio de este año Falciani fue detenido en Barcelona. Para evitar la cárcel se ofreció a colaborar con la justicia española en su lucha contra los delitos fiscales. No nos vendría nada mal. Por ahora continúa encarcelado en Valdemoro. El Gobierno español permanece inmóvil a la espera de conocer la decisión de la Audiencia Nacional y no se pronuncia sobre si le extraditarán o no a Suiza. Lo ilógico del orden establecido hace que quien intenta aplicar justicia a un ladrón sea convertido en otro. Lógico o ilógico, los ladrones son los dueños de esta granja. Falciani es presuntamente culpable y los banqueros suizos los inocentes. Nada es lo que parece en este juicio infinito: el banco suizo HSBC fue investigado por la subcomisión de Seguridad Interior del Senado de EEUU por irregularidades en sus controles en relación con el blanqueo de dinero. La Cámara estadounidense, 15 días después del arresto de Falciani, concluyó que los cárteles mejicanos de la droga hacían uso del HSBC para introducir dinero en EEUU y blanquearlo. Además, su filial americana transfirió 1.000 millones de dólares al banco saudí Al Rajhi, del que se sospecha alguna relación con Al Qaeda. Al caer la noche en la granja todos intercambian sus máscaras. El perro es cerdo, el cerdo caballo y el caballo gallina. Da igual tras qué hocico, pico o plumas se escondan; siguen siendo animales. Lo malo es que compartimos con ellos pesebre y fango. Voy a dejar de tirar del hilo porque el jersey se está deshaciendo y aquí hace mucho frío. El pasado octubre tuvo lugar una inmensa descarga de lluvia en Aragón. El torrente de lodo, agua y escombros anegó los campos, las carreteras y las calles. La naturaleza se alió contra nuestra tierra y el resultado de su ira dañó los ya maltrechos corazones. La suma de todas estas fuerzas confluyó en nuestro amado río Ebro y sacudió la capital, mostrándonos el tremendo poder de su caudal pero sin que la violencia llegase a tocar a los zaragozanos. Solo fue un aviso, una advertencia de lo que está por llegar. Porque la tormenta también despertó un mal por largo tiempo dormido. Los gigantes de fango y las mareas de troncos anunciaban la llegada de un titánico ser tentacular que se ocultaba en nuestras aguas. Este engendro, denominado durante los años a través de múltiples eufemismos (desaceleración, rescate, copago, flexibilidad laboral, reajuste) y cuya manifestación será en términos mucho más claros (apocalipsis, violencia, alienación, odio, cataclismo), extiende ya sus viscosos y largos brazos por las áreas que, de forma idealista, hemos creído nuestras: cultura, educación, sanidad; y aún más allá: justicia, libertad o amor. El monstruo milenario cerró nuestros ojos a la realidad desde la profundidad de sus dominios y nos adormiló con píldoras y caramelos, al mismo tiempo que nos hundía poco a poco. Tendió ante nosotros unas arenas movedizas donde quedarte quieto no servía para salir antes sino para enterrarte de forma más lenta y, por lo tanto, más imperceptible. Este fue el motivo real de la marea. No vino para arrasar irracionalmente, sino para hacernos ver que cuando el escenario se vuelve más complejo y desconocido, el camino más escabroso y enrevesado, y cuando las aguas bajan más turbias y oscuras, echarse a un lado ya no sirve de nada. Desterrar el miedo y hacer frente a la destrucción será doloroso, pero hará que todas aquellas estatuas de barro que nos rodean sean barridas y que los hombres hundidos, que estaban cerca de ahogarse, se vean obligados a asomar la cabeza por encima del nivel, mirando al sol directamente antes de tomar aire y lanzar un grito desgarrado por última vez. Pero no nos asomemos al abismo aún, esta solo fue la crónica de aquel octubre de nuestras vidas. El próximo no será mejor. El invierno de nuestra era se acerca introduciendo más frío en nuestro ya podrido corazón. Solo el calor de otros cuerpos humanos nos mantendrá con vida. En realidad no necesitamos nada más, solo te necesitamos a ti. introducción: enrique salvo lizalde entrevista: luis navarro garcía fotografías: laura garcés lambán L a entrevista estaba concertada hacía un par de semanas. El día convenido, sobre las ocho y media de la tarde, había quedado con el Sr. Graham. Llegué a las nueve y diez, justo para verle llegar y poner cara de estar cansado de esperarme. Me monté en su coche y me acomodé en el asiento del copiloto. —¿Sabes llegar? —le dije. —¡Relájate, co! Sé perfectamente dónde está el sitio, pero está claro que así no podemos ir —me dijo él—. Tenemos que llevar un cámara, para grabar bien a esos cabrones. Y necesitaremos fotos, te aconsejo que llevemos a una fotógrafa. —Cojonudo, tendríamos que estar allí hace quince minutos. ¿De dónde demonios vamos a sacar ahora un cámara y… una fotógrafa? ¿Por qué una fotógrafa? —exclamé. —Las mujeres entienden de estas cosas, créeme. Las imágenes penetran mejor en su cerebro. Fibra óptica, co. Y no te preocupes por nada, ya he quedado con ellos. Pasaremos a recogerlos de camino —dijo. Tiene sus momentos, pero hay que reconocer que bajo presión diseña planes mejor que nadie, pensé. Seguimos por una gran avenida en honor a un César romano unos doscientos metros y paró. Allí estaban, el cámara y la fotógrafa. Ella era una rubia con buen culo, la verdad es que no me fijé tanto en él. Hola y etc. El cámara comenzó a hablar. Parecía seguro de cómo iba a afrontar todo aquello de la entrevista. Mientras, ella estaba acomodada en el asiento trasero, divertida y sexualmente sugerente. Pero no era el momento de pensar en eso. Nos pusimos en marcha de nuevo. Por supuesto, nos perdimos un par de veces antes de llegar. Incluso estuvimos a punto de aparcar en la puerta de una comisaría de policía, pero pusimos nuestra cara más inocente y el Sr. Graham metió la marcha atrás. El cabrón no dejaba de sonreír, mientras el cámara hablaba con él de no sé qué película de Tarantino y la fotógrafa observaba y reía. Me estaban poniendo de los hígados, pero no podía hacer otra cosa que olvidarme de aquella cháchara y empezar a pensar en la entrevista. Por fin, entramos en un descampado rodeado de naves industriales. Si la URSS hubiese ganado la Guerra Fría, posiblemente hubiese establecido allí un cuartel de la KGB. Ahora, con las repúblicas soviéticas desperdigadas, aquello era la ciudad del transportista de Europa del Este, donde también ensayan un puñado de grupos de música locales. —Es ese de ahí, reconozco el coche de Xexu —dijo el Sr. Graham—. Están ahí dentro, lo sé. Es ahí. Cruzamos la puerta y entramos en lo que parecía un almacén lleno de trastos, sofás y baterías, con una puerta iluminada al final. —Es ahí dentro, por esa puerta. — dijo el Sr. Graham, excitado. Nos acercamos y, en ese momento, un grito nos hizo retroceder un par de metros. —¡¿Aspirinas?! ¡Maldito enano hijoputa! ¿Quieres que se desangre? ¡Se ha tatuado la pierna esta misma tarde, te pido algo para el dolor del muchacho y me traes aspirinas!, ¿no sabes que son anticoagulantes? ¡Sal de aquí cagando hostias y tráeme algo que no vaya a matarme a Xexu! —Es Víctor, están ahí dentro —dijo el Sr. Graham, frotándose las manos mientras no paraba de reír. Se abrió la puerta y salió un enano montado en monociclo, con una bandeja de plata en la mano y, sobre ella, una tableta de aspirinas de Bayer. Parecía cansado, ojeroso y triste. Nos apartamos para dejarle pasar y, fingiendo una torpe sonrisa, gimió: —Sus majestades están en el interior de esa sala. ¿Tienen invitación? —Somos de prensa —le dije—. Yo soy el entrevistador. El Sr. Graham, el cámara y la fotógrafa. Pareció entender. Siguió su camino y entramos en el local. Allí nos recibieron cuatro tipos bastante bien plantados, con barba y todo eso. El Sr. Graham y yo ya los habíamos visto to- cando en un concierto. Unos tíos que, sobre el escenario, tienen más de rebeldes que de hombres hundidos. Todavía conservan esa pasión por la música que hace que un grupo crezca y se supere a sí mismo, y eso lo transmiten al público tanto en directo como a través de su disco. Realmente cojonudos. Hola y etc. Se sentaron en unos sofás blancos de cuero, el cámara comenzó a grabar y la fotógrafa empezó a disparar fogonazos de flash con su maldita cámara de 800€, quemándonos las córneas a todos. Yo había tomado asiento en un taburete de batería, frente a los chicos de Nuestroctubre, y estaba dispuesto a lanzar la primera pregunta, cuando entró de nuevo el enano en monociclo. —¿Ibuprofeno, señor? —dijo servicial. —Déjalos sobre la mesa y piérdete, enano inútil. No sé por qué te contraté, y mucho menos por qué demonios te enseñé a montar en monociclo —le gritó Víctor, con tono autoritario. Dejó la bandeja sobre una pequeña mesita y se marchó, mientras un par de enanas lágrimas resbalaban por sus enanas mejillas. Xexu cogió uno y se lo tomó, pasándole la bandeja al Sr. Graham, quien cogió un par y se los tragó, y después me ofreció otro a mí. Estábamos en su local y aquellas eran sus normas. ¿Qué otra cosa podíamos hacer? Me lo tragué sin dificultad y empecé: Presentasteis vuestro disco el 27 de octubre en el bar Arena Rock. ¿Cómo valoráis la respuesta del público, tanto al directo como a las nuevas canciones en sí? xexu: El público, increíble. No hay palabras para describir lo que vivimos nosotros desde arriba, porque además íbamos apurados de tiempo y salimos un poco agobiados, pero nada más tocar la primera nota todo el mundo nos recibió enormemente. Nos llenó de alegría ver a todos saltando y pasándoselo tan bien como nosotros. ¿Había por allí muchos hombres hundidos? alejandro: Bastantes (risas). víctor: Más que mujeres hundidas… Nuestro, como su propio nombre indica, es de nosotros, posesivo. Oct es ocho y ubre son tetas ¿Cuánto tiempo lleváis trabajando en La rebelión de los hombres hundidos? víctor: Un año más o menos. Bueno, llevábamos más de un año porque prácticamente después del único disco que tuvimos con el anterior grupo (Blackmatadero) ya nos pusimos a trabajar en estos temas nuevos, así que igual un par de años. En el último año, cuando decidimos cambiarnos el nombre y empezar como una nueva formación, fue cuando empezamos a dar forma al resto de temas y a hacer todos los arreglos. Me siento obligado a preguntaros esto, aunque odio que en las entrevistas a grupos de música lo hagan… así que no os sintáis obligados a dar mucha explicación: ¿De dónde viene el nombre del grupo? víctor: ¿Puedo decirlo yo? alejandro: No, que esa es fácil… venga va. víctor: Nuestro, como su propio nombre indica, es de nosotros, posesivo. Oct es ocho y ubre son tetas (risas). xexu: Porque somos cuatro, entonces cada uno tiene dos tetas. víctor: «Nuestras ocho tetas» vendría a ser. La última canción del disco, un bonus track que no está puesto en la carátula, es una versión de Maniac. ¿Lo de no ponerla en la carátula del disco es para pillar por sorpresa al oyente? xexu: Sí, también porque hemos visto que desde el primer tema hasta el once tiene un significado muy completo, muy redondo, por lo que la cover no pegaba mucho con la temática del disco. Así que decidimos ponerla un poco a parte para que la gente se llevase una sorpresilla. Va con grito de Chewbacca, sonido caballuno y ruido de ferias incluído… (Risas) xexu: Sí, eso fue en la grabación. Cuando acabamos, hicimos un grito entre todos y empezamos a descojonarnos, porque nosotros somos amantes del humor absurdo. Empezamos a imaginarnos que uno pegaba un tiro al aire con una escopeta, que se oía un caballo…y dijimos «lo voy a hacer, vamos a meter samples de todo lo que nos apetezca». Además, con Blackmatadero ya habíais versionado Take on me. Habladme de vuestra infancia… ¿Qué os ha dado con los 80’s? ¿Tenéis ahí una especie de trauma o qué? alejandro: Y espérate a la que viene… víctor: Fue una época muy buena para la música. xexu: También nos gusta mucho pillar canciones que no tienen mucho que ver con nuestro estilo y transformarlas a nuestro rollo. Los 80’s tienen himnos. ¿Cómo definiríais vuestro estilo musical y de qué modo se lo explicaríais a alguien que lo más metal que ha escuchado en su vida es Livin' On A Prayer, de Bon Jovi? alejandro: Yo suelo utilizar la siguiente descripción: El heavy metal es los Beatles en comparación con nosotros (risas de todos menos de él). Joder, en mi trabajo nadie escucha nada por encima de Iron Maiden. víctor: Estas cosas pasan. A veces si le explicas a alguien qué es lo que hacemos más técnicamente te acaban diciendo «¡Ah, o sea que es rollo Red Hot Chili Peppers pero más durete!», y le dices «mmm…seh». Obviamente, por la música que tocáis, tenéis influencias del metal o el hardcore, pero ¿tenéis alguna otra influencia que a priori pueda parecer raro en vuestra música, algún estilo que no sea ni parecido pero que os haya marcado a la hora de componer? víctor: Foo Fighters. xexu: Bueno, Foo Fighters en la actitud de los músicos, supongo. víctor: Sí, que son muy gilipollas (risas). alejandro: Últimamente hemos metido partes más ambientales, entonces Explosions in the Sky, Mogwai, This Will Destroy You… todo ese tipo de música también la escuchamos bastante. víctor: Livin’ On A Prayer, de Bon Jovi (risas). El heavy metal es los Beatles en comparación con nosotros. Joder, en mi trabajo nadie escucha nada por encima de Iron Maiden En la escena musical de Zaragoza, ¿qué creéis que falta más, oportunidades o talento? poza: Aquí lo que hace falta son salas gratuitas y gente que no ponga pegas para tocar. Falta de todo en Zaragoza. ¿Nos hemos quedado estancados en Héroes del Silencio? xexu: Sí, de hecho hay muchísimos grupos que me canso de verlos, que son sucesión o copia de Héroes del Silencio. Todo lo que sea rock estándar que se haga aquí en Zaragoza tiene que ir enfocado a Bunbury. Es como intentar seguir la estela que dejó él, nadie intenta hacer cosas diferentes. Volviendo al disco, en las dedicatorias habéis puesto «a todas las personas que están o han estado hundidas y han tenido el valor para levantarse y seguir luchando día a día». ¿Podríamos decir que esa es la filosofía del grupo, «levantarse y seguir luchando»? alejandro: Totalmente. xexu: ¡Sí, ante todo positive! (risas) Una pregunta personal a cada uno, directa al esternón El diseño del disco (al igual que la portada de este número) corre a cargo de Xexu, guitarrista de Nuestroctubre . Ciertos expertos afirman que tu estilo es sobrecargado, mientras que otros aseguran que bebes de los mejores artistas barrocos prerrafaelinos. ¿Qué tienes que decirles a todos ellos? xexu: Fuck you! (Risas) Sí, me mola todo cargado de líneas y de uuugh (sonido gutural con movimiento de manos indescriptible), esas cosas que molan tanto. Víctor, ¿Cuando gritas de forma autoritaria en los conciertos Circle pitch o Wall of death, lo haces para que el público se zurre y suelte adrenalina o porque tienes vocación de dominatrix? víctor: Sí. Soy autoritario. Me gusta mandar. Mando yo. Poza, has sido el último en entrar en Nuestroctubre, ¿cómo es la convivencia con el resto del grupo, ya has sido acosado sexualmente por Víctor? víctor: Recuerda que soy autoritario… (risas) poza: A lo segundo, sí, me ha acosado sexualmente, varias veces. Y a lo primero, me han tratado bien. Somos amigos de toda la vida y ha sido cojonudo entrar con ellos. Alejandro, tú también eres seguidor de la filosofía Straight edge, igual que tus compañeros, ¿miras a tus amigos, cuando se toman una simple cerveza, como si fuesen David Hasselhoff en sus horas más bajas? alejandro: (Risas) Yo no bebo ni me drogo, pero es algo que hago para mí. Si invito a una ronda y mis amigos quieren beber una cerveza, se la voy a pagar. Es decisión de cada uno el hacer con su cuerpo lo que quiera. Divididos en parejas, Nuestroctubre contesta a las mismas preguntas mientras corre el cronómetro poza: La rebelión de los hombres hundidos p: Smells like teen spirit xexu: ¡Hostia, iba a decir la misma! p: Dolly Parton x: Sabrina p: Sherlock Holmes x: Batman Una portada de disco Una canción de vuestra infancia Una cantante con buenas tetas Un personaje de ficción p: Chorizo x: Longaniza…¡mierda! Chorizo o longaniza p: Hitler x: ¡Jajaja! ¿Al presidente? Hombre al que os gustaría ver hundido x: E.T. p: El Exorcista Película a la que pondríais banda sonora Deporte que declararíais olímpico p: Skate x/p: ¡Helicóptero siempre! x/p: Embellece alejandro: El último de Have Heart víctor: Pon la boca así como si fueras a beber, de Willy Fog v: Katy Perry a: Superman v: Bruce Willis a: Longaniza v: Chorizo v: Xexu a: Aznar a: Jungla de Cristal v: Titanic a: El guiñote v: El club de la cobra Misionero o helicóptero v/a: ¡Helicóptero! La barba, ¿embellece o entorpece? v/a: ¡Embellece! Para escuchar el disco La rebelión de los hombres hundidos, entra en nuestroctubre.bandcamp.com Si quieres comprar el disco, puedes pillártelo en cualquiera de sus conciertos o en la tienda Urban Hell Tattoo de Zaragoza Sus próximos conciertos son el 30 de noviembre en El Refugio del Crápula (Zaragoza) y el 15 de diciembre en la sala Tube 2 (Barcelona) 9 10 Parte V músicos leyenda de miguel valenzuela santolaria “It’s better to burn out than to fade away” Neil Young clara gonzález tosat <LF><DY> A lo largo de la historia, muchos han sido los músicos que, como Ícaro en la mitología griega, quisieron volar demasiado cerca del Sol. En este número de Voluntas_ continuamos nuestro homenaje con dos músicos más. Dos genios cuyas cortas vidas sirvieron de inspiración a muchos otros músicos. Su llama ardió con tal fuerza que se consumió demasiado pronto, sin embargo, esa llama se apagó para no dejar nunca de brillar en nuestra memoria. Ahora son recordados como héroes o como locos, como personas que no estaban hechas para esta sociedad. Diferentes y frágiles, como personajes salidos de una tragedia griega. Su música es su inmortal legado. Se fueron sin saber que ya habían vencido a la muerte. 11 Mourning for Icarus (Herbert James Draper) miguel valenzuela santolaria Christopher Wallace «The Notorious B.I.G.» Nació el 21 de mayo de 1972 en Nueva York (Nueva York, Estados Unidos) – Murió el 9 de marzo de 1997 en Los Ángeles (California, Estados Unidos) E l pequeño Chris probablemente no llamaba la atención de sus vecinos de Bedford-Stuyvesant, el barrio de Brooklyn (Nueva York) donde se crió. Su familia emigró desde Jamaica. El padre, George Latore, se marchó cuando Christopher tenía dos años; su madre, Voletta Wallace, tuvo que sacar adelante a su hijo sola. Nada fuera de lo común. Christopher George Latore Wallace era un buen alumno, y su madre le animaba a seguir estudiando para labrarse un futuro. Sin embargo, su barrio hablaba un idioma radicalmente distinto y contaba que no había otra forma de prosperar que ganar dinero. La droga era la forma más sencilla. Wallace empezó a vender crack con 12 años y pasó su adolescencia escondiendo la mercancía de la policía y de su madre. A los 17 abandona los estudios y con el tiempo se hace con un sitio en la calle, aunque no pudo evitar varias visitas a la cárcel. Entre trapicheos de esquina se marcaba sus freestyles. A pesar de que lo entendía como una afición, el ya enorme Christopher Wallace sí que llamaba la atención de todo el que pasaba por ahí. Quizás había otra salida para ese negro de Brooklyn. Esa duda no tardó en disiparse. A las manos de Sean Diddy Combs llegó una maqueta de un tal The Notorious B.I.G. reseñada en la sección Unsigned Hype de la revista The Source. Sean Combs, más conocido como Puff Daddy, se encontraba en 1992 escalando puestos como productor en Uptown Records y decidió que Notorious sería su próxima apuesta. Con una condición: Notorious debía abandonar las calles. En ese momento, el Brooklyn de los noventa pierde a un dealer cualquiera y ve nacer a The Black Frank White, al Big Poppa, a Biggie Smalls, uno de sus más célebres y talentosos cronistas. A pesar de su expulsión de Uptown, Puff Daddy logra mantener a Biggie a su lado mientras crea el sello Bad Boy Records y comienza a introducir su nombre en la escena mediante colaboraciones y remixes con otros artistas. Notorious se encuentra por fin libre de lidiar con las drogas y las facturas, y se dedica a dar rienda suelta a su música. En 1994 ve la luz Ready to die, su primer disco, un ejercicio narrativo contundente. Notorious se sirve de su excepcional voz y de la enorme capacidad lírica que plasmará a lo largo de su carrera para recrear los paisajes que le han acompañado en su vida. Con un tono que oscila con soltura entre lo cómico y lo trascendental, encaja las vivencias de un padre joven vendedor de crack —tiene a su primera hija, T’yanna, con 20 años— con las de un rapero exitoso; hilvana con su control rítmico las miserias de un adolescente depresivo con las glorias de un negro gordo, feo y con un ojo vago que triunfa gracias a un ego colosal y a un ingenio incluso mayor. Su fama y su peso en la escena rap se disparan y, a partir de ahí, todo sucede muy rápido: su historia con la cantante Lil’ Kim, la boda con la también cantante y modelo Faith Evans —que le da su segundo hijo, Chris Wallace, Jr.— y el beef entre su costa Este y la costa Oeste de su anterior amigo Tupac. Su segundo LP, el disco doble Life after death, se lanza al mercado el 25 de marzo del 97, quince días después de que Notorious muera en Los Ángeles tras recibir cuatro disparos en el pecho. A día de hoy todavía no se ha resuelto el asesinato de Christopher Wallace y con frecuencia se apunta a una venganza de la costa Oeste —Tupac había sido tiroteado el año anterior—. En un semáforo rojo, cuatro balas volaron desde el interior de un Chevrolet Impala hasta el interior de Christopher Wallace. Su cuerpo conoció la muerte con la que dialogaba en sus canciones; su música se impuso al estruendo de la pistola para seguir repartiendo amor (it’s the Brooklyn way). “When I die, fuck it I wanna go to hell Cause I'm a piece of shit, it ain't hard to fuckin' tell It don't make sense, goin' to heaven with the goodie-goodies Dressed in white, I like black Tims and black hoodies” Suicidal thoughts, 1994 12 15_noviembre_2012 clara gonzález tosat Ronald Belford «Bon» Scott "So lock up your daughter And lock up your wife Lock up your back door And run for your life The man is back in town Nació el 9 de julio de 1946 en Kirriemuir (Escocia) – Murió el 19 de febrero de 1980 en Londres (Inglaterra) T.N.T., 1975 H ace unos cuantos años, cuando todavía no alcanzaba el armario donde mi madre guardaba el chocolate, me distraía poniendo y quitando viejos vinilos en el tocadiscos de casa. No llegaba a colocar la aguja, por lo que me perdí años y años de viejas glorias del jazz hasta que mi padre puso entre mis manos un álbum de ACϟDC. TNT fue la primera canción que escuché, y desde entonces he sido incapaz de olvidar esa voz desgarradora y electrizante que dio vida a la banda de rock australiana más espectacular de la historia. Ronald Belford Scott nació en Kirriemuir, Escocia, en julio de 1946. Su familia, al igual que otras muchas en Gran Bretaña, emigró a Australia seis años más tarde. Sus problemas con la autoridad se hicieron presentes desde niño, cuando ingresó en un correccional con apenas quince años, tras ser expulsado de su colegio. Poco después, y tras formar The Spektors, su primera banda, fue detenido por posesión de marihuana. Deambuló por varios grupos donde desarrolló su talento musical, e incluso fue de gira por Inglaterra con el grupo Fraternity. Se cruzó en el camino de ACϟDC unos años más tarde, cuando se convirtió en el conductor de la furgoneta del grupo. Poco después, se ofreció a los hermanos Young como batería, un instrumento que le había acompañado desde pequeño. Sin embargo, George Young, que lo conocía desde su época de los Easybeats, lo propuso como cantante. La banda, que estaba algo descontenta con la actitud del entonces cantante, Dave Evans, no dudó en apoyarle. La noche en la que Bon debutó se presentó con dos botellas de bourbon, coca y speed. Media hora más tarde, Scott se subió al escenario anunciando a los fans de Evans que éste no actuaría esta noche, e instantáneamente tomó el control del escenario. En ese momento, ACϟDC comenzó su carrera imparable hacia el éxito. Muchos dicen que Scott fue la chispa que hizo estallar la dinamita y catapultó al grupo, convirtiendo a una pequeña banda de rock en los ídolos musicales de medio mundo. Canciones como The Jack, compuesta por el cantante, cobraban un doble sentido cuando se analizaban sus letras. Una partida de póker se convertía en una ruleta rusa de enfermedades venéreas gracias al talento de Scott con las rimas, o una pelirroja exuberante (y sus partes más íntimas) da- 13 ba nombre a otro éxito como Whole Lotta Rosie. Poco a poco, la banda fue abandonando la estética glam mientras se entregaba a los vaqueros y a los tatuajes. La popular frase «A long way to the top if you wanna Rock and Roll» también surgió de la libreta de Scott, convirtiéndose en uno de los éxitos del grupo poco tiempo después. Una noche de invierno, tras una actuación en Londres, Scott inició una de sus juergas legendarias. Aunque sus compañeros no lo vieron tan ebrio como otras veces, el cantante terminó durmiendo en el coche de Alistair Kinnear, un amigo del grupo. A pesar de estar cubierto con una manta, las quince horas que pasó en el interior del vehículo (junto con el alcohol y el frío) acabaron con los treinta y tres años de vida del «Dragón tatuado». Back in Black, uno de los mejores discos de rock de la historia, fue creado como homenaje a este magnífico cantante. En él se incluía al nuevo miembro del grupo, Brian Johnson, a quien Scott admiraba, y que siempre acudía a los ensayos. Los éxitos no han abandonado a ACϟDC, y el espíritu del escocés eléctrico pervive en la esencia de cada una de las canciones de la banda. Bon Scott sigue siendo dinamita pura más allá del vinilo de mi padre, superando conmigo esa jodida dificultad para alcanzar el estante del chocolate. clara gonzález tosat jorge roy martínez Abecehaikus Gamissans mola ¡Hostia qué escritorazo! Inimitable Ababol eres Burlesco estás aquí Cabecica pan Dime lo que eres En qué te convertirás Funambulista Miles de litros No saben dónde están Ñus mojados Joven y antiguo Kilos de madera La vida pasa ¡Oh! Tú, yo y él Parecemos obtusos ¡Qué desdichados! Reculando estoy Sin mirar, marcha atrás voy Toca el claxon ya Xilofonear Y tocar el banjo es Zarrapastroso Ulula el búho Vacila el hombre senil Wolframio toman 14 15_noviembre_2012 jorge roy martínez enrique salvo lizalde Las esperanzas bocazas Para este número, Voluntas_ quiere homenajear a una de las figuras más bocazas de la esfera política española que, alabado sea el Señor, se nos retira. Como nunca ha sido la protagonista de esta sección hemos aumentado la dosis de mierda por cuatro. ¡Embadúrnense! esperanza aguirre en “el último superviviente” "Yo iba descalza e iba pisando grandes charcos de sangre hasta que llegamos fuera y nos estaban esperando en un coche de la agencia que nos había traído. […] Además, hemos perdido mi equipaje" [Esto declaró la Espe tras el atentado sufrido en un hotel de Bombay en el que fallecieron decenas de personas y del que ella salió ilesa, aunque sin zapatillas, eso sí] la presidenta de todos los madrileños por abrumadora mayoría en “el penalti más largo del mundo” “Si la pitada se produce, al ser un delito, se debería suspender el partido. Esto es la Copa de España y no puede convertirse en un acto de manifestación hostil hacia los españoles” [Con ocasión de la final de la Copa del Rey entre Athletic de Bilbao y F.C. Barcelona, Aguirre ofreció la solución a la pitada del himno que con toda seguridad se iba a producir antes de comenzar el encuentro] hesperansa en “soy minero” “¿Apoyo masivo? ¿Ah si? ¿Más de 1000? ¡Ajá! Yo había oído 20.000 y me sigue pareciendo modesto. Tengan en cuenta que para salir concejal en el Ayuntamiento de Madrid hay que llenar 3 veces el Bernabéu de personas di-fe-ren-tes” [Durante las protestas de los mineros desplazados hasta Madrid para luchar por su trabajo, la entonces Presidenta de la comunidad (para los menos avispados os recuerdo que ya no lo es), ironizó de esta forma sobre las cifras de asistencia] esperanza aguirre en “el vientre de un arquitecto” "Habría que matarlos a todos. Sería necesario imponer la pena de muerte a los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida" 15 [Así se expresó la “Thatcher mad r ileña” — denominada así por un joven periodista de Heraldo— mientras contemplaba en la comunidad de Madrid uno de los edificios diseñado por un arquitecto local] escritor y humorista josé nogueras “el niño” Estigmatización y envenenamiento (Diagnóstico y tratamiento) Noche. El abuelo se levanta de la cama. Se pone las zapatillas y la bata. Agarra su bolsa de agua caliente. Llega a la cocina, deambula. Abre la nevera con la bolsa en la axila. Coge el bote de mermelada, lo destapa y va sacando el dulce confitado con dos dedos. El tarro se le resbala y cae con estruendo al suelo, seguido por la bolsa que también cae desparramando el agua. El ruido despierta a su hijo y a su nuera. —Me cago en Dios, papá, las cuatro de la mañana, no me jodas. —Este hombre, de verdad. —dice ella. —Métete en la cama, haz el favor. No toques nada. Abuelo con bata en el sofá con el Carrusel deportivo a todo gas. En otra habitación el hijo y la nuera discuten acaloradamente. El hijo surge precipitadamente en la sala de estar. —¡Pero quieres bajar ese chisme de una puta vez! ¿Estás sordo o qué? ¡No se puede discutir en esta casa!... ¿Pero otra vez lo estás chipiando todo con la jodida bolsa? ¡¡Pero es que no te das cuenta de que me cago en Dios!! —Tranquilo, Antonio, cálmate. Mañana solucionamos esto, que ya vale. Abuelo con traje en la consulta del psiquiatra. —Pues mire usted, me han traído mi hijo y mi nuera. Que «mestoy» yendo de cabeza, que se me va la cabeza según se ve. —Ujú. Sí, bien, dígame cuáles son los síntomas. Cuénteme, cuénteme. —Que me levanto por las noches y «matiborro» mermelada y el transistor pal Carrusel que lo pongo muy alto y el tapón de la bolsica pa los riñones que se conoce que no cierra bien y voy dejando rastro en el sofá. —Ya. ¿Sigue usted algún tratamiento? —Sí, pal asma, pa la circulación del riego, pa los huesos y unas pastillicas así pequeñicas que no sé pa lo que son. 16 —Muy bien, muy bien. No se preocupe, hum… Don Damián, es algo sin importancia, sufre usted un pequeño trastorno muy común, muy habitual… el llamado «conflicto familiar con chivo expiatorio». —¿Cómo dice? —Nada, don Damián, nada. Es una broma de psiquiatras. Casi todos los supuestos problemas mentales que atendemos responden a ese diagnóstico, «conflicto familiar con chivo expiatorio», pero nosotros le ponemos distintos nombres para que nadie se ofenda… esquizofrenia y sus múltiples variantes, brote de soja… imagínese usted que acude a mi consulta una muchacha de veinte años, ¿qué le digo a sus padres? ¿Que el problema de su hija es que no es ni vive como ellos desean? ¿Que los que necesitan revisar su cerebro son ellos?... Eso sería liar demasiado la manta. Mire, últimamente hemos creado la menopausia masculina, la farmacopea avanza tan deprisa que no podemos dejar de inventar enfermedades. Qué estrés, don Damián, qué estrés. Bueno, por otro lado también es un chollo. Chollo que se acabará cuando alguien con dos dedos de frente se dé cuenta de que las conductas humanas no son enfermedades y que la ausencia de felicidad no es susceptible de tratamiento médico… no le cuente esto a nadie que me quedaría sin trabajo. Jojojo, es otra broma de psiquiatras. En fin, se va a tomar usted estas pastillas, una en las comidas y dos antes de acostarse. El abuelo toma la receta entre sus manos, titubea y finalmente se decide a hablar del asunto sin tapujos morales. —Mire, doctor, yo a veces me siento… —Nada, don Damián, nada. Siga usted el tratamiento y ya verá qué bien. —Lo que usted diga doctor. —Faltaría más, don Damián, faltaría más. 15_noviembre_2012 Orilla de tempestades laura garcés lambán Pasado clavado en el estómago arde y tiene frío las arpías me tiran del pelo sigo remando un niño saluda en el fondo verde sonrisa mirada putrefacta sigo remando cuerpo desnudo canturrea maldiciones en mi oído se despelleja sigo remando alaridos en la playa sin destino ni brazos sigo remando 17 clara gonzález tosat No me cuadra Me costaba respirar. Habían apretado demasiado las cuerdas del corsé, que trataba de recolocar las imperfecciones de mi cuerpo en un retal ceñido y pomposo. La corte que me rodeaba no dejaba de darme órdenes, tratando de mantener recta mi espalda. Una joroba incipiente había aparecido bajo mi nuca, algo que habían solucionado rápidamente colocando una vara de ébano siguiendo la línea que marca mi columna, cada vez más retorcida. Me pesaban los brazos, y quería sentarme, pero no estaba permitido. Nada lo estaba, de hecho. No para mí. A lo lejos, vestido de negro y con los escasos bigotes retorcidos, se encontraba el artífice de la tortura. Manejaba sus pinceles con seguridad, confiando en que los trazos eran los indicados. De vez en cuando, chasqueaba ligeramente la lengua, y gritaba con fuerza nuevas órdenes, cada vez más complejas. Inmediatamente notaba una sucesión de calambres en la columna y las piernas. Él nunca estaba satisfecho. Me esforzaba. No había dejado de hacerlo desde que me contrataron para el puesto. Trataba, día tras día, de encajar en este armatoste que se me había asignado, a sabiendas de que no era para mí. Perdí la cuenta de las veces que me mordí la lengua para reprimir los gritos de dolor. Retocar mi maquillaje era algo que siempre venía acompañado de golpes y arañazos. Notaba las muñecas entumecidas, y mis tobillos palpitaban con fuerza, anunciando una caída inminente debido al peso del vestido. No aguantaba más, y aun así me mantenía erguida mientras me clavaban otra docena de horquillas entre los bucles artificiales que enmarcaban mi rostro. Mi cobardía me sorprendía cada vez más. Había soñado con la liberación miles de veces, pero seguía sin mover un dedo. Los diálogos estaban planificados al milímetro, pero éstos siempre tenían lugar dentro de mis mejores sueños. Deliraba mientras imaginaba ese momento decisivo en el que mis dedos desgarraban la rigidez de las telas que me cubrían. Me sentía fuerte, notaba la sangre bullir con fuerza en mi interior, y se apoderaba de mí una rabia que jamás había experimentado. Una chispa, un pequeño incidente… eso era todo lo que necesitaba. Pero el pintor lo tenía todo bajo control. Ante el más leve atisbo de insumisión, cambiaba rápidamente de pincel o de Las meninas Diego Velázquez color. Los gritos atravesaban mis tímpanos, y notaba cierto nerviosismo en sus manos, pero nunca parecía hacer mella en su discurso. Sus cánidos, siempre fieles a los deseos de su amo, manoseaban mi cuerpo, dándole la forma adecuada. No fui capaz. Me sometí a los deseos de aquél que se hacía llamar maestro. Obedecí cada una de sus órdenes mientras mi espíritu se desvanecía entre bisutería y antiojeras. Mi entrega era absoluta. Me fui apagando poco a poco, dejando a un lado sueños e ilusiones que ya no sentía como míos. Mi cerebro funcionaba de otra manera, algo había cambiado, algo ajeno a mí. Un ser despiadado y manipulador se había adueñado de todos y cada uno de mis pensamientos. Lamió los restos de mi independencia, y escupió en los ánimos que aún guardaba. Ahora era yo la que me adecuaba a los deseos del artista. Las cuerdas del corsé cada vez tiraban 18 Perros jugando al póquer Cassius Marcellus Coolidge menos, y su textura me parecía una caricia fina y delicada. Comencé a pensar que, en realidad, esto era lo que yo deseaba. Era mi futuro, para lo que había nacido. Yo debía ser su creación. Empecé a llorar. Me sentía incapaz de reprimir las lágrimas. Veía la sangre caer, deslizándose suavemente por mis muñecas. Un hilo de oro rojo resbaló por mi barbilla y se introdujo entre mis pechos, acariciando mi cuello con suavidad. Lloré una vez más. Mis manos estaban manchadas con las lágrimas de mis muñecas, y no pude hacer nada para evitarlo. Sentí como la piel de mi espalda se desgarraba bajo capas y capas de apariencias y tul. Noté mis rodillas quebrarse, y mi cuello se dobló en un ángulo imposible. No podía ser. No ahora. Estaba estropeando el vestido. 15_noviembre_2012 ignacio escuín borao Autorretrato con monstruo Un lugar llamado Gijón De todos los lugares que he visitado este quizá sea el que más me ha cambiado. Hace ya casi diez años de aquello, una salida en falso hacia la nada que se convirtió en el inicio de algo que ya no iba a tener fin porque se había instalado en mí para siempre. Decimos demasiadas veces las palabras siempre y nunca, demasiadas, demasiadas, y en el mayor número de ocasiones no nos damos cuenta de que son palabras que no nos pertenecen porque solo es nuestro el momento presente. Gijón, un apartamento en medio del paseo de la Playa de San Lorenzo. Todos los días salía a caminar, a comprar algún libro a la Librería Paradiso o a tomar café con David González. Todos los días llovía. Escribía, al menos, todos los días un poema o un boceto del mismo y algunas páginas de prosa. Gijón estaba ahí, y la colección que David González dirigía para el Ateneo Obrero de Gijón, colección Zigurat, me esperaba con una gran sorpresa, las Canciones de la gran deriva de Vicente Muñoz Álvarez. 2 Un tren negro cruza España A Vicente Muñoz Álvarez lo conocí en Gijón unos meses después de haber leído su libro. Fue una noche tras un recital en la Semana negra de Gijón. David González y yo habíamos lanzado una antología titulada La verdadera historia de los hombres. Recorrimos España con ella (de mar a mar y entre los dos la guerra, que diría Machado) y en el inicio del verano del año 2004 nos desplazamos a Madrid para desde allí tomar el tren negro hasta Gijón acompañando a las poetas que habíamos seleccionado. Aquella noche, tras el recital, conocí a Vicente Muñoz. Era la viva imagen de un escritor tranquilo (sí, existen, os lo aseguro) y pronto entendí que en el camino nos íbamos a encontrar. Y así fue. 3 Un momento mágico Hablaré en estos términos porque sé que sois gente inteligente que lo va a comprender. Fue algo semejante al instante en el que conoces a la mujer de tu vida y todo se detiene, sabes que recordarás ese momento hasta el fin de tus días, sea como sea el desenlace. Vicente y yo hablamos durante toda la noche y conversamos acerca de sus canciones, de su poesía, de su prosa, de su manera de entender la literatura y la vida (que son, finalmente, lo mismo…). Él es un escritor comprometido que respira fuera de los círculos poéticos etiquetados y contaminados porque es libre, y en sus palabras, en cada una de ellas, aparece el reflejo de la verdad que hace que el texto cobre fuerza y, de inmediato, se proyecte ante nuestros ojos. De lo real Origami, una editorial joven y valiente, apuesta ahora por el rescate de este libro en el que tenemos aquello que ya existía en la versión publicada hace trece años por el Ateneo Obrero de Gijón, y se añaden unas emocionantes palabras de presentación de David González (que fue el editor de la primera versión de este texto), unas cuantas variaciones y unos inéditos que, a buen seguro, harán las delicias de los seguidores de este escritor leonés de mirada tierna y pulso firme. Esto demuestra que un buen libro escrito hace unos cuantos años lo sigue siendo sin que el tiempo y su transcurso lo perturben, porque las cosas, cuando son de verdad, sobreviven a los días de lluvia, los veranos e inviernos y todo tipo de manifestaciones creadas por los hombres para hacer este mundo maravilloso más difícil y doloroso. 19 Canciones de la gran deriva, Vicente Muñoz Álvarez, Origami, 2012. francisco bernal fernández Daydreaming El cine progresa mientras los espectadores duermen Antes, cuando detenías el coche en el semáforo y mirabas a tu derecha, veías al conductor del coche contiguo hurgándose la nariz, con suerte sacándose un buen moco. Mira ahora, verás al mismo conductor sacándose el móvil para mandar un whatsapp, twittear o apurar la partida a los marcianitos. El paradigma ha cambiado, y lo tradicional parece haberse quedado obsoleto. Y miramos a todo eso que se ha quedado atrás con mirada de superioridad mientras asumimos sin esfuerzo todas las micromutaciones tecnológicosociales que se producen cada día. Hemos abandonado las pantallas de cine. Llevamos años diciendo que el público ya no está en el cine. Entonces, ¿por qué ese público que ahora está en otros soportes sigue usando como referente la cartelera? La relación entre lo más visto en cine y lo más descargado lo deja claro: es mentira que el espectador haya cambiado. Solo se ha reubicado. Ahora que tiene acceso a absolutamente todo, sigue tomando las mismas decisiones. Las mismas que tomaba cuando tenía que comprar el periódico para mirar las sesiones. Continúa jugando a los marcianitos. Teniendo el mundo a golpe de pulgar, se sigue buscando en el cine una fuente de entretenimiento. ¿Por qué pausar la vida durante 90 minutos para entretenerse? Ahora que estamos inflados de redes sociales, de aplicaciones, de información… el entretenimiento es una necesidad de sobras cubierta. Pero aun así seguimos reuniéndonos para asistir a la película-evento, la cual haremos trending topic al salir de la proyección. ¿Será que solo buscamos una excusa para tener algo de que hablar? Una sociedad así crea nuevas necesidades. Por eso, quizá deberíamos reivindicar el cine como paréntesis de un estilo de vida que se mide por la velocidad de los ceros y los unos. Quizá necesitemos, ahora más que nunca, un espacio de descubrimiento y de auto-descubrimiento; que nos imponga sus propios tiempos, que nos enseñe lo subjetivo de nuestras propias reglas, que nos preste un par de nuevos ojos para aplicarlos al mundo. El cine tiene todo lo necesario para suplir las necesidades espirituales del nuevo milenio. Esas necesidades de las que apenas somos conscientes, por la propia arrogancia adquirida. Cosmopolis (David Cronenberg, 2012) es ese árbol que cae en medio de un bosque y que nadie escucha. La película proyectada ante una sala vacía. Puede que sea el ejemplo más sangrante hasta el momento de la arrogancia del neoespectador. Hay muchas películas que nadie ve, pero que la crítica especializada (o aquellos que sí la han visto) se encargan de arropar mínimamente. Lo justo para que a los espectadores potenciales les pique el gusanillo. Esta vez, se le ha dado la espalda. Abucheos, malas críticas, puntuaciones bajísimas… a una de las películas más importantes de los últimos tiempos. Resultado 20 de un mundo que ha perdido la paciencia y la humildad. La crítica especializada lo mide todo de acuerdo a sus referentes y se ha olvidado de que cada nueva película exige unos ojos nuevos. Ya no solo se usan las etiquetas para el cine comercial, sino que se compartimentaliza cada vez más lo diferente. Lo nuevo tiene que seguir unos cánones, para que sepamos que cuando algo se sale de esos cánones es malo. Ahora que la tecnología se encarga de igualar la guerra entre el dinero y el arte, que cualquiera puede lanzarse a la calle con una DSLR a hacer cine, aquellos que lo hacen siguen con los mismos códigos en mente, haciendo lo mismo de siempre pero con menos dinero. De todo hay excepciones, pero la realidad es que, más que ideas, se necesita gente que responda a esas ideas. Ese es el papel del espectador del presente, nuestro papel. Pongámonos una peli. Una que despierte nuestra curiosidad, no es necesario guiarse por nada más. Prejuicios fuera, a ver qué es lo que nos ofrece. Guardémonos el ansia de juicio, ya criticaremos luego. Referentes fuera, pensemos que es una película única, que no rinde cuentas ante nada ni ante nadie. Nosotros somos pequeños, mucho más pequeños que lo que tenemos en pantalla, que pertenece al mundo del inconsciente, de los sueños, de las sensaciones, de todo aquello que no comprendemos. El cine es una forma infinita. El cine puede ser infinidad de cosas. El cine será lo que nosotros queramos que sea. Es mentira que el cine está en baja forma, es mentira que está muerto. Es verdad que al menos cuatro de las películas más interesantes de 2011 no se estrenaron en salas españolas o tuvieron un estreno muy minoritario (Once Upon a Time in Anatolia, de Nuri Bilge Ceylan; L’Apollonide, de Bertrand Bonello; Alps, de Giorgos Lanthimos y The Turin Horse, de Béla Tarr). No confiemos en el filtro del tiempo. Estamos solos, capacitados para emprender la búsqueda. Yo solo tengo un puñado de interrogantes, es todo lo que tengo. Esta vez, es posible que el tiempo no vaya a hacernos el trabajo. Porque hay demasiadas cosas, demasiadas, como dice Benno Levin en Cosmopolis. 15_noviembre_2012 vanity dust Menos que perro vanity dust Me suenas de algo, ¿te tiraste a mi novia en 1995, 19 de junio a las 04:52? Como un buen cinéfilo inexperto, puedes explicar el «argumento» de los tres capítulos independientes de la serie británica Black Mirror, dirigida por Charlie Brooker, en apenas una frase, generando una expectativa a tu alrededor bastante oscura. Y, una vez hecho esto de manera ágil y graciosa, comienza el percal. Es decir, ciego con tus colegas puedes pasarte horas especulando sobre posibles interpretaciones y futurismos chungos, y creerte, una vez más, el puto amo de la filosofía guarra de las series. Evitemos caer en esta supuestamente superada época púber, y charlemos un poco acerca de, pongamos, el tercer capítulo. The Entire History of You Resulta que tus ojos son una cámara que graba y archiva TODO lo que ves. Desde que naces hasta que la palmas. Y puedes reproducir los vídeos siempre que te dé la gana, como navegando en un iMovie bastante pro. Y a correr. Por primera vez, la tecnología permite realizar el tan norteamericano «todo lo que diga puede ser usado en su contra». Pero arrastrándolo, lanzándolo a la totalidad de tu existencia. «Todo lo que hayas dicho, hecho o visto desde que te cortaron un cordoncillo sucio que te unía a la mami puede ser usado en tu contra». Tu vida, o más bien, las percepciones de todo aquello que hayas hecho a lo largo de tu vida, queda en un iCloud a tu entera disposición. Y a la disposición de La Ley. Lanzado el dardo conceptual del episodio, se presenta un tema central: la relación entre el sujeto consigo mismo, con los otros, y con los objetos, y cómo todo ello queda automáticamente modificado por la sencilla razón de que todo será grabado y almacenado de forma cronológica y consultable en cualquier momento, de manera más o menos predecible —sobre todo en momentos chungos, imprevisibles, que te joderán bien—. Hagamos preguntas estúpidas pero bastante potentes, ¿actuarías igual que ahora si supieras que te estás grabando a ti mismo y si la otra persona te está grabando y si luego sabes que eso podrás consultarlo tú en cualquier momento o la otra persona y podrá ser visto tanto por su parte como por la tuya como por terceras personas? Sí, esto es un puto hastag #wtf. Como por arte de acojone general, Facebook te viene a la cabeza. Pero no el Facebook molón, en el que comentas las fotos de los colegas o vas de revolucionario metiéndote con la madre de Rajoy y buscando como loco las tetas de Olvido Hormigos. NO. Sino de aquella especie de nerviosismo chungo que sientes cuando algún colgado te comenta que comentaste algo que no tocaba, o estuviste en un sitio en el que no deberías haber estado. O agregas a la churri que no era. Toda aquella serie de disfunciones que son, como bien sabe nuestro querido Mark Zurreberg, el alma podrida que nutre Facebook. Grabo, ergo vas a pillar cacho En las entrevistas de trabajo te piden que mandes algunos fragmentos de tu vida, de tus anteriores curros. Es decir, que cuando te mataste a pajas aquella mañana en el baño, la cagaste; que cuando te dedicabas a comer donuts y a ver los goles de la liga china cuando debías estar mandando notas de prensa, la liaste. Para buscarte las castañas, tienes que ser perfecto ante el mundo empresarial. Cuando vas a un aeropuerto internacional, en un país de zumbados como es USA, te registran lo que has hecho el último fin de semana. Metiéndote merca hasta las trancas, ¿eh? Pues nada, al talego, chaval. ¿Qué pasaría con los amantes del techno berlinés? Pues que se ha acabado la juerga, back to the chupitos, y no te pases. ¿Y si comentamos un poco más el tema de las relaciones personales? Suma y sigue. En la serie, el tema central es el afectivo, centrado en las infidelidades más sórdidas. Ya que vas a rodar una serie de esta envergadura, por lo menos mete caña, hasta el fondo. Así que todo circunda a una infidelidad del estilo occidental de gente jodidamente bien acomodada. Y ahí vas viendo exponenciados, cámara reti- na aquí y allá, un Facebook mejorado. Es decir, un Facebook plenamente desarrollado. Un Facebook que ha alcanzado la perfección, su máxima potencialidad. Tu vida es Facebook, o tú formas parte del conglomerado de vidas gestionadas por un ente de control orgánico que beneficia a Facebook. Orgánico: te controlas a ti mismo, te controlan los demás, te controla el Estado. Again, #wtf. Supongo que bastantes lectores habréis visto la serie, y preguntas similares os habrán petado también la cabeza. Como siempre, o casi siempre, el cine va por delante de la filosofía, un poco por detrás de la literatura, pero siempre metiendo el dedo donde más duele. O donde más loco se pone todo. No me interesa en absoluto entrar en juicios de valor, en si la camarita retina significa que estamos fatal, o que estaremos fatal si llega algún día. Es sencillamente cojonudo plantear esa idea. La idea de que todo se acelera, todo se controla, todo se complica, todo se va de madre, otra vez. Solo un apunte final: los coches de The Entire Story of You son vintage. Como de los años cincuenta. Eso da también para otro artículo, o para hacer unas carreras con la retina dilatada y bien ciegos. Imagen: Enrique Salvo 21 Cut-up against machine Rage the If we don't take action now / Fuck you, i won't do what you tell me / Suicide / A mind full of fire / With a fistful of Steel / A world of violent rage / Fuck you, I won't do what you tell me / Motherfuck Uncle Sam / Still knee-deep in the system's shit / You are the witness of change / Action for reaction / 'Til our necks never swing on a rope / Freedom, freedom, yea right / Turn ya to stone before ya realize / Ignorance, hypocrisy / Instead I warm my hands upon the flames of the flag. Something about silence makes me sick / Radically poetic / And suckas be thinkin' that they can fake this / If your mind's in a somewhat complacent state / Know your enemy! / A yellow ribbon instead of a swastika / 'Cause I'm that bastard son / And then came the shot / I put my fist in 'em / Anger is a gift / Read my writing on the wall / Fuck Manifest destiny / I was born to rage against 'em. Now you're under control / And now you do what they told you / That's how ya got a bullet blasted through ya head / I've got no patience now / Mad boy grips the microphone / They say jump, you say how high / But I learned to burn that bridge and delete / Networks at work, keepin' people calm / Like the motherfuckin' weathermen / In Johannesburg or South Central / Paintings of rebellion drawn up by the thoughts I think Si no pasamos a la acción ahora / Que te jodan, no haré lo que me digas / Suicidio / Una mente llena de fuego / Con un puñado de acero / Un mundo de rabia violenta / Que te jodan, no haré lo que me digas / El hijo de puta del Tío Sam / Todavía hasta las rodillas en la mierda del sistema / Eres el testigo del cambio / Acción y reacción / Hasta que nuestros cuellos dejen de pender de una cuerda / Libertad, libertad, sí claro / Te quedarás de piedra antes de que te des cuenta / Ignorancia, hipocresía / En lugar de eso, caliento mis manos con las llamas de la bandera. Algo del silencio me pone enfermo / Radicalmente poético / Y los chupapollas piensan que pueden falsificar esto / Si tu mente está en algún tipo de estado complaciente / ¡Conoce a tu enemigo! / Una cinta amarilla en lugar de una esvástica / Porque soy ese hijo bastardo / Y entonces llegó el disparo / Les doy un puñetazo / La ira es un regalo / Lee mi pintada en la pared / Que le jodan al destino manifiesto / Nací para rabiar contra ellos. Ahora estás bajo control / Y ahora haces lo que te dicen / Y ahora tienes una bala en la cabeza / Ya no tengo paciencia / El chico loco sujeta el micrófono / Ellos dicen salta, tú dices cuánto / Pero aprendí a quemar ese puente y borrarlo / Las redes trabajando mantienen a la gente calmada / Como el hijo de puta del hombre del tiempo / En Johannesburgo o South Central / Pinturas de rebelión dibujadas por mis pensamientos. luis navarro garcía miguel valenzuela santolaria «Anger is a gift» (La ira es un regalo). Ese verso define a la perfección la filosofía de Rage Against the Machine. Su primer disco, homónimo, les presentó ante la sociedad de principios de los noventa. Hace 20 años, como ahora, la apática juventud estaba inmersa en una gran alienación y la desafección política se transformó en pasotismo. Sin embargo, en California surgió una banda que tenía muy claro que la única manera de cambiar las cosas era lanzar su rabia contra el Poder, contra esa abominable máquina que hundía chavales en la precariedad y la falta de oportunidades. Mezclando las incendiarias letras del rap y el poderoso sonido del metal, todo ello aderezado con un ritmo funk ineludible y grandes dosis de mala hostia, Rage Against the Machine consiguió un sonido que expresaba a la perfección la frustración de la Generación X, pero evitando el victimismo grunge. 22 El disco es una vacuna contra la indiferencia. Un puñetazo en el estómago de los poderosos y, a la vez, una sonora bofetada en la cara de los hijos de la era Reagan, a quienes se les exige luchar por sus derechos. Una música que transmite la necesidad de pensar, de plantearse las cosas y posicionarse en uno de los dos bandos. Blanco o negro. Acción o reacción. Se acabaron las medias tintas. Yo tengo encendedor, ¿quién trae la gasolina? 15_noviembre_2012 23 15_noviembre_2012 david rodríguez periodista La vuelta al sol en ochenta mundos «Otro día más en blanco en la gran desolación española. El colapso, se sabe, excede las peores previsiones. Camino de los seis millones de parados y sin expectativas de mejora. El trabajo se ha convertido en un bien codiciado y el nerviosismo generalizado es una carga demasiado pesada e inmune a los ansiolíticos. Las calles se desperezan cabizbajas, iluminadas por un sol febril que reblandece la ciudad gris, en la que ya no hay espacio para todos. Sin embargo, aquella mañana de marzo la vida parecía estar cubierta por un ligero tono añil que la volvía, si cabe, un poco más frágil…» Este podría ser un comienzo, más o menos aceptable (o no) para una novela, digna de estos tiempos en los que no reina precisamente el optimismo y en los que el consuelo ingrato y tonto de los males colectivos «ayuda» a sobrellevar la realidad circundante. Podría estar firmada por cualquier autor de moda, el prolífico Paul Auster por ejemplo, y desarrollarse en una pequeña y remota ciudad de Estados Unidos, quizás Vermont o alguna de las múltiples Springfields que se repiten por todo el territorio. En esta ficción, tan siniestramente familiar, un sol enfermo y un preocupante ambiente azulado sembrarían el terror entre los vecinos, desencadenando una sangrienta guerra fratricida que terminaría con la malograda población reducida a un terreno yermo y desolado, barrido cadenciosamente por un viento indómito, testigo de excepción de la barbarie. Como protagonista podría encajar un desempleado de mediana edad, con formación 24 de sobra para desempeñar cientos de tareas válidas para el sistema que lo rechaza, voluntarioso y con don de gentes pero falto de perspectivas favorables y con la mirada alicaída, cansada ya de sufrir tantas puertas cerradas. Faltaría, por último, encontrar un título lo suficientemente atractivo para rutilar con fuerza en las estanterías de las librerías. Por fortuna es solo una ficción, el comienzo de una novela barata, una «realidad» descabellada que solo podría acontecer en otro universo posible. En otro mundo con otra estrella en el horizonte. Puede que en alguno de los muchos que profetizó el controvertido filósofo italiano Giordano Bruno en el siglo XVI, antes de ser quemado en la hoguera por herejía. La Iglesia católica lo condenó por defender la pluralidad de los mundos y de los sistemas solares. A fin de cuentas, ¡por hablar de literatura! Muchas veces, ficción y realidad se entremezclan hasta tal punto que es imposible discernir la verdad de las mentiras, como diría Vargas Llosa. Me atrevería incluso a sostener, como acostumbraba el inolvidable Pereira de Tabucchi, que una y la otra son después de todo la misma cosa. Por ello, conviene no olvidar una grandiosa y sencilla frase que alguna vez pronunció el genio portugués de las letras Fernando Pessoa: «Nada existe, todo se imagina». Puede que este sol que nos alumbra sea solo fruto de una imaginación sobrexcitada en la que ha nacido un universo en crisis, curiosamente demasiado parecido al nuestro.