Una situación económica cada vez más difícil

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Una situación económica cada vez más difícil
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LA ECONOMÍA DESDE MI OBSERVATORIO
Por Carlos Berzosa*
Una situación económica cada vez más difícil
E
l gobierno en funciones y
los organismos internacionales han modificado
a la baja las previsiones
del crecimiento económico español
para el año 2016. El descenso en el
crecimiento es resultado de la situación de desaceleración que está sufriendo la economía mundial y en un
contexto global la economía española no puede ser ajena a la evolución
de la coyuntura internacional. El bajón que ya se está dando en el crecimiento se debe fundamentalmente a
factores económicos y no como gusta
decir a ciertos analistas y empresarios
a la incertidumbre política, que influye, no cabe duda, pero con los datos
de los que se dispone, la disminución
en el crecimiento es bastante general.
En el espacio de la Unión Europea
(UE) el crecimiento es bastante débil,
como consecuencia de las políticas
restrictivas puestas en marcha. Medidas que han mostrado su ineficacia,
pues se combina una política monetaria expansiva y una política fiscal
restrictiva. En una situación en la que
el crédito no fluye como debiera a las
familias y las empresas, sobre todo a
las medianas y pequeñas, se genera
una burbuja. Los bancos compran dinero barato al Banco Central Europeo
(BCE) para sanear sus balances, y lo
utilizan para adquirir deuda pública.
De manera que están haciendo de intermediarios con la obtención de recursos a bajísimos tipos de interés para comprar deuda pública por la que
obtienen unos tipos mayores. Es una
forma fácil de ganar dinero.
Por esto es por lo que los créditos
se han convertido en un bien escaso,
de forma que la política monetaria está resolviendo pocos problemas de los
muchos que están encima de la mesa. La riada monetaria resuelve algunas cuestiones pero no las funda-
mentales que afectan a las diferentes
economías. La reactivación tiene que
pasar por una política fiscal expansiva. En una situación de atonía seguir
insistiendo en las restricciones del gasto público es agravar más los problemas de insuficiencia de la demanda
agregada. La obsesión por el déficit
está conduciendo a una débil y endeble recuperación.
La UE, con las medidas que impone a los diferentes países, está generando un escaso margen de maniobra
a la actuación de los gobiernos nacionales. Los países se encuentran atrapados en una red de la que no pueden escapar. A su vez la recomendación de la misma receta igual para todos sin contemplar las peculiaridades
de cada país intensifica los problemas
de los más vulnerables. Las desigualdades aumentan entre los países y en
el interior de éstos. Los dirigentes de
la UE parecen insensibles a las muchas privaciones que están generando y a los escasos resultados logrados.
Ellos siguen encriptados en las mismas recomendaciones, a pesar de los
daños causados y de la ruptura de la
cohesión social.
La economía española tiene que
añadir a los muchos problemas, que
se han causado por la crisis y las medidas tomadas, del déficit público superior al establecido por Bruselas. El
Gobierno no ha cumplido el único objetivo que planteaba, como es la reducción del déficit. La herencia que
reciba el futuro Gobierno no puede
ser peor, pues a los destrozos causados hay que añadir la necesidad de tener que hacer ajustes siguiendo los imperativos establecidos por la UE. El comisario de Asuntos Económicos y Financieros de la UE, el socialista francés Moscovici, ya lo ha dicho: está esperando a la formación del nuevo Gobierno para forzar a introducir restric-
Los bancos
compran
dinero barato
al Banco
Central
Europeo (BCE)
para sanear
sus balances,
al tiempo que
lo utilizan
para adquirir
deuda
pública. Una
forma fácil de
ganar dinero
ciones drásticas al gasto público. Tal
como están las cosas y los niveles alcanzados por el endeudamiento público, el 100% del PIB, no hay otra salida que la necesidad de negociar con
Bruselas una flexibilización de la reducción del déficit. Lo que sería sin
duda deseable, pero me siento escéptico ante ello por el comportamiento
tan inflexible que están demostrando.
Un nuevo Gobierno que, en definitiva, se va a tener que enfrentar a un
crecimiento menor y a una dura exigencia de reducción del déficit público, lo que va a conducir a realizar duros ajustes en la última mitad de año.
La herencia del PP es mucho peor de
lo que se manifiesta oficialmente. Si
añadimos a lo dicho la cantidad de
basura que está dejando con la corrupción, se está ante un panorama
poco prometedor. La decadencia a la
que nos han llevado afecta no solamente a la economía, sino a las instituciones políticas, a la moral y al desánimo y desengaño de la ciudadanía.
Las cosas no están para que los políticos sigan mareando la perdiz tratando de responsabilizar al otro de la
no consecución de un pacto de Gobierno y mirándose hacia dentro, sin
que parezca importarles demasiado
las situaciones de emergencia social
existentes y los muchos sufrimientos
que se está causando a parte de la población. Las cosas se deterioran con
el paso del tiempo y la ilusión creada
con las elecciones se desvanece. La
regeneración democrática, la derogación de muchas leyes, la lucha contra
el fraude fiscal y la puesta en marcha
reformas que corrijan la desigualdad
resultan de cierta urgencia. No va a
ser fácil gobernar en una situación como la que hemos descrito, pero es una
necesidad el cambio. ●
*Catedrático de Economía Aplicada de la
Universidad Complutense.
nº 1152. 25 de abril–1 de mayo de 2016
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