JORGE LLACA: CENTROS DE PODER

Transcripción

JORGE LLACA: CENTROS DE PODER
Ruiz I. Jorge Llaca: Centros de poder, Intervención al Museo Imagina
a partir de La urdimbre de la imaginación. Elementos 84 (2011) 64
© Manuel Molina, proyecto Centros de Poder.
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JORGE LLACA: CENTROS DE PODER
Intervención al Museo Imagina a partir de La urdimbre de la imaginación.
“En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre, acabaron dentro de él.”
John F. Kennedy
La capacidad creativa que un museo posee para revisar su propio acervo se evalúa, en buena medida, por el riesgo que implica una movilización de sus piezas o dejar de sus salas. En este sentido, el Museo Imagina ha demostrado una apertura crítica sobre su función social
y estética en el momento en que formaliza una invitación para que un artista contemporáneo intervenga su sala principal, la cual posee un
valor monumental: la denominada “Arca”, donde se sitúan diversas plataformas con animales disecados que representan la riqueza de la
fauna del mundo y que, por el perfil del museo, poseen un valor didáctico.
Jorge Llaca (México, 1965) asumió esta invitación incorporada una de sus piezas escultóricas que si bien ya cuenta con una
trayectoria de exhibición –me refiero a La urdimbre de la imaginación (2006)–, para este montaje exigió un replanteamiento desde dos
ángulos. Por principio, el valor rotundo de una intervención que no funciona como un elemento aislado en el espacio (en este caso, como
una escultura), sino como una totalidad que forma y deforma la percepción del Arca. En segundo lugar, un valor simbólico en tanto esta
intervención se enfoca sobre los “restos” de lo que en otro momento fue un Museo de Historia Natural: una selección de animales disecados
que pervivieron a la lógica de un giro institucional y museográfico y que en esta exhibición adquieren un papel protagónico.
Centros de poder, de Jorge Llaca, consiste en un ejercicio de desmontaje museográfico de Arca del Museo Imagina y, a su vez, en un
novedoso montaje, francamente perturbador, que pone en tensión, dos fuerzas que a lo largo de la historia de la cultura han pugnado por
mostrar su primacía por un lado, el dominio de la razón, de la introspección de un artista que reflexiona sobre su oficio, y por el otro, el
dominio de la bestia, el grito feroz del león rampante, la mirada, ora penetrante, ora cautivadora de un alce o de un venado.
Iván Ruiz
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Elementos 84, 2011, pp.64

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