El Astrolabio Coluccini J.B. (164 0). En razón del eclipse que
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El Astrolabio Coluccini J.B. (164 0). En razón del eclipse que
Coluccini J.B. (1640). En razón del eclipse que apareció en la ciudad el 13 de noviembre de 1640 visible en la Ciudad de Santafé. Archivo General de Indias\Santa Fe\Santa Fe,24\Santa Fe,24,R7, N39\1\1 a 2\10 Verso. Archivo Histórico “Juan Manuel Pacheco” Pontificia Univeridad Javeriana. 98 Eclipses en la colonia El Astrolabio 99 o DE REFLEXIÓN ARTÍCUL REPORTES DE ECLIPSES DURANTE LA COLONIA EN LA NUEVA GRANADA Daniel Londoño1 y Freddy Moreno2 1.Estudiante grado 11º del Gimnasio Campestre 2.Director del CEAF, Gimnasio Campestre Correspondencia para el autor: [email protected] Recibido: 1 de abril de 2011 Aprobado: 29 de abril de 2011 RESUMEN SUMMARY Los eclipses son fenómenos astronómicos que han causado gran admiración en la humanidad. A partir de una revisión bibliográfica se buscaron reportes de estos fenómenos en la época colonial en la Nueva Granada. El interés por estos fenómenos se debió principalmente a que a través de su observación se puede determinar la longitud geográfica. Como resultado se encontró que sólo seis de trece eclipses solares fueron reportados, dentro de los cuales se destaca el informe de Coluccini. Respecto a los eclipses lunares las observaciones de Feuilleé, Juan de Herrera y Caldas fueron las más exactas y extensas mientras que las realizadas por Gumilla fueron fuente de reportes etnográficos de las costumbres de los pueblos de los Llanos y del Orinoco. Eclipses are astronomical phenomena that have caused great admiration in humanity. A literature review was done looking for reports of these phenomena during colonial times in Nueva Granada. The interest in such phenomena was mainly due to the fact that through their observation we can estimate the geographical longitude. As a result of the literature review, it was found that only six of thirteen solar eclipses were reported, being Coluccini´s report the most relevant one. Regarding the observations of lunar eclipses, the ones made by Feuillée, Juan de Herrera and Caldas were the most accurate and extensive, while the ones conducted by Gumilla were a source of ethnographic accounts on the customs of aborigines of Llanos and Orinoco.. Palabras clave: eclipses, Nueva Granada, colonia, Coluccini, Gu milla, Caldas. Keywords: eclipses, Nueva Granada,Colonial period,Coluccini, Gumilla, Caldas. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 100 INTRODUCCIÓN Los eclipses se producen por la ocultación transitoria de un astro o la pérdida de luz ocasionada por la interposición de un cuerpo celeste para un observador y, al igual que los cometas, son fenómenos que llaman la atención por su majestuosidad y por la gran cantidad de personas que pueden observarlos. Ellos han tenido un gran papel en la eclosión de la ciencia pues son de los primeros fenómenos celestes cuyo mecanismo comprendió el hombre. El perfil circular del borde de la sombra de la Tierra sobre la Luna mostró a los hombres del siglo V a.C. que la Tierra es redonda. Las medidas del tamaño y la distancia a la Luna realizadas por Aristarco de Samos demostraron que el Sol está mucho más alejado de nosotros que la Luna (Courderc, 1963). A lo largo de la historia estos fenómenos también han sido objeto de estudio para buscar soluciones a problemas como el cálculo de la longitud de un sitio geográfico. El análisis espectrográfico de la corona solar permitió descubrir el Helio en el Sol y el eclipse del 29 de mayo de 1919, se utilizó para verificar la desviación de la luz producida por un cuerpo masivo como el Sol, demostrando el poder predictivo de la teoría de la relatividad general. Hay que resaltar de los eclipses que se observan desde la Tierra que ocurren con tal vistosidad y tamaño como en ningún otro planeta, ya que desde nuestra perspectiva los tamaños relativos de la Luna y el Sol alcanzan medio grado de diámetro cada uno. Nuestro satélite gira alrededor de la Tierra cada 27,3 días. Es evidente que si los planos de las órbitas Tierra - Luna y Sol - Tierra coincidieran en cada conjunción con el Sol habría un eclipse de este astro y en cada oposición El Astrolabio un eclipse de Luna (Figura1). La circunstancia de que entre estos planos se tenga un ángulo de 5 grados da por resultado que los eclipses sólo sean posibles en las oposiciones o conjunciones, cuando unas y otras tengan lugar en las proximidades de la línea de los nodos (Comas, 1962). Tipos de Eclipses Solares Suceden cuando la Luna está en la fase de nueva y, junto con el Sol, están cerca de los nodos. Para un observador situado dentro del cono de sombra, entre V y la Luna (Figura 2), el Sol estaría totalmente eclipsado. Para otro que estuviera dentro del cono pero más lejos de V, notaría que la Luna es más pequeña que el Sol, dejando alrededor de ella un anillo solar no eclipsado y tendría lo que se llama un eclipse anular. Estos son más frecuentes que los totales y alguna que otra vez un Figura 1. Los eclipses sólo pueden producirse en la época en que la línea de los nodos (n, n’) de la órbita lunar coincide en la dirección en que se ve el Sol: NL(Luna nueva) y PL (Luna llena). Tomado de Rudaux & De Vaucoleurs, (1962). Figura 2. Eclipse de Sol total y anular. Para un observador dentro del cono de sombra real (V y la Luna), el Sol estará completamente eclipsado. Para otro que estuviera más lejos de V, la Luna sería más pequeña que el Sol y por lo tanto se tendría uno anular. Tomado de Russell (1954). 101 eclipse es anular para ciertos lugares de la Tierra y para otros total. Eclipses parciales: Un observador situado dentro de la penumbra CD ve un eclipse parcial. Si está cerca del cono de sombra, verá el Sol casi cubierto por la Luna; pero si esta próximo al borde de la penumbra, verá a la Luna morder ligeramente el disco solar. Además, mientras que los eclipses totales y anulares son visibles solamente para los observadores que están situados en la estrecha faja que contiene la mancha de sombra, el mismo eclipse será visible como parcial para los que se encuentran hasta unos tres mil kilómetros a uno y otro lado de la trayectoria de la sombra. El ancho de la faja de sombra es de unos 267 kilómetros y se mueve de oeste a este a unos 1600 km/h (Russell et al., 1954). Tipos de Eclipses de Luna Se generan cuando la Luna está en la fase llena. Nuestro planeta como cuerpo celeste iluminado por el Sol, proyecta detrás de sí un cono de dos sombras, la umbra y la penumbra. Son visibles para todo el hemisferio que se encuentra de noche (Figura 3). Eclipse penumbral: en este caso la Luna sólo atraviesa por la penumbra y no es fácil ver el contacto; a continuación pasa por encima o por debajo de la umbra. Eclipse parcial: la Luna después de haber entrado en la penumbra sólo penetra parcialmente en la sombra y luego la abandona para volver a atravesar la penumbra. Eclipse total: la sucesión es la misma que en el caso anterior, pero aquí el curso del satélite es tal, que todo el disco pasa por el cono de sombra (Rudaux & De Vaucouleurs, 1966). El mayor número de eclipses en un año civil es de siete, pero esta circunstancia es muy rara y sólo puede ocurrir en estas combinaciones (Cepeda, 2001): - 5 eclipses de Sol y 2 eclipses de Luna - 5 eclipses de Luna y 2 eclipses de Sol - 4 eclipses de Sol y 3 eclipses de Luna - 4 eclipses de Luna y 3 eclipses de Sol Figura 3. Esquema de un eclipse de sol y de luna tomado de Theoricae novae planetarium (Peuerbach). Halley llamó Saros al periodo de 6585 días descubierto por los caldeos, al cabo de los cuales los eclipses se reproducen en las mismas fases, latitud y duración, que equivalen a 18 años y 10 1/3 u 11 1/3 días, según este intervalo contenga 4 ó 5 años bisiestos. El siguiente eclipse ocurrirá a 120° de longitud del primero. Para un punto cualquiera de la Tierra un eclipse podrá volver a verse después de 350 años (Pasachoff, 2009). Durante un ciclo de Saros se producen 86 eclipInvestigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 102 ses: 43 de Sol y 43 de Luna (28 de Sol centrales y 15 parciales). Para la Luna hay 13 totales, 15 parciales de umbra y 15 parciales de penumbra. El período Saros es aproximado y genera repetición pero las condiciones no son idénticas ya que el eclipse podría ser parcial o total (Figura 4). Las condiciones que afectan un eclipse son las siguientes (Courderc, 1963): •La inclinación del eje de rotación terrestre. •La distancia Tierra-Sol perihelioafelio. Los eclipses más largos se producen durante el afelio es decir en la última semana de junio y en la primera de julio. •Distancia Tierra-Luna: perigeoapogeo. El eclipse más largo se generaría si la Luna estuviera en su perigeo ya que el disco lunar estará más grande y cubrirá más tiempo el Sol. •La posición relativa de la Luna con respecto al Sol, debido a la oblicuidad de su órbita. Para una misma familia de Saros el eclipse siguiente puede ser parcial o total. •Cuando la sombra de la Luna cae sobre el ecuador el eclipse puede durar más, debido a que aunque la velocidad de la sombra es alta, la velocidad de rotación del ecuador es mayor que en los polos. Como resultado la Luna sólo puede ocultar al Sol en latitudes bajas como máximo por 7 minutos y 58 segundos y en los polos por máximo 6 minutos y 10 segundos. •Los eclipses anulares duran como máximo 12 minutos y 24 segundos en el ecuador y 9 minutos y 56 segundos para 50 grados de latitud. •Los eclipses que se producen hacia el medio día duran más. METODOLOGÍA Se hizo una revisión en libros de historia, en los Archivum Romanun Societatis Iesu (ARSI) y en el Archivo General de Indias (AGI) de la Nueva Granada, disponibles en el Archivo Histórico “Juan Manuel Pacheco” de la Pontificia Universidad Javeriana, buscando reportes de eclipses. Una vez identificados, se procedió a verificar la exactitud del informe del eclipse utilizando el programa Guide 6.0. Como objetivo adicional de esta investigación, se pretendió conocer el pensamiento de la sociedad respecto a estos fenómenos y establecer las estrategias desarrolladas por entidades civiles y eclesiásticas que favorecieron la observación y estudio de estos fenómenos y por lo tanto el desarrollo de la astronomía en la colonia. REPORTES DE ECLIPSES DE SOL Figura 4. Eclipse total de Luna del 3 de marzo de 2007. Imagen tomada por Raúl Joya. El Astrolabio La ciudad de Tenochtitlán fue fundada según algunas crónicas en el año 1325. El 13 de abril de ese año se observó un eclipse total de Sol y, según varios manuscritos, fue uno de los presagios que favoreció dicho centro. Para el pueblo Mexica los eclipses de este tipo eran 103 Fecha Observador Lugar Entrada a la parcialidad Entrada a la totalidad ( *anularidad ) Fin de la totalidad ( *anularidad ) Fin de la parcialidad Saros (Espenak y Meeus, 2009) 1543 Ago 10 1640 May20 Bogotá 15:52 18:38 128 Cúcuta 1640 Nov 13 Coluccini Buga 1691 1745 Ago23 Sep25 1749 Ene 18 1756 Ago. 25 Bogotá Tunja 21:19 *22:31 11:34 12:35 15:19 16:42 14:47 16:06 19:16 20:31 18:26 *20:03 Manta (Ecuador) 14:21 *!6:03 *22:35 23:37 122 12:37 13:47 127 16:48 18:09 130 16:11 17:32 130 20:32 21:37 147 *20:04 21:26 131 *16:06 17:58 131 Popayán Popayán 1810 Sep.28 Tabla 1. Eclipses solares observados durante la colonia en la Nueva Granada. La hora está dada en tiempo universal. considerados como una guerra entre el Sol y la Luna de la que el primero salía triunfante (Matos, 2006). El eclipse de Sol de 1543 La primera noticia de un eclipse reportado en la Nueva Granada proviene de la Historia general de las conquistas del Nuevo Reino de Granada: “con estos acontecimientos había terminado ya el año de cuarenta y tres, y entrando el de cuarenta y cuatro, memorable por haber padecido el Sol un eclipse, que le duró todo el día”(Fernández, 1688, p.188). En cuanto lo escrito por Lucas Fernández de Piedrahita, se encontró que la fecha de referencia no es la correcta ya que el fenómeno ocurrió el 31 de Julio de 1543; fue un eclipse parcial en Bogotá, y en general en la Nueva Granada y sobre la franja de la totalidad fue híbrido, es decir que en ciertas zonas fue total y en otras anular. Este eclipse pertenece al Saros 128 (Espenak & Meeus. 2009). Las condiciones del eclipse se pueden observar en la tabla 1. quizás sirvió de preámbulo al reporte más detallado durante los siglos XVI a XVIII realizado en la Nueva Granada de este tipo de sucesos astronómicos escrito por el padre Coluccini. El eclipse fue anular, el lapso de anularidad duró 4m 12s y sucedió sobre los actuales territorios de los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Norte de Santander, Arauca y Vichada (Espenak & Meeus, 2009). Eclipse total de Sol de 1640 El presidente del Nuevo Reino, Don Martín de Saavedra y Guzmán dirigió al padre Baltasar Mas, rector del Colegio de Santafé, la siguiente misiva con motivo del eclipse del 13 de noviembre de 1640 (Figura 5): Eclipse de Sol de 1640 El 20 de mayo de 1640 ocurrió el primero de dos eclipses de Sol sobre nuestro territorio en este año, sin embargo no se encontraron reportes del fenómeno; Figura 5. Detalle del informe del eclipse de Sol de 1640 realizado por Juan Bautista Coluccini S. J.(1640) AGI. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 104 Su Majestad (Dios le guarde) en cédula de 3 de junio de 1587 manda que siempre que haya eclipse se observe la hora y lo que insinúa este accidente y se le dé cuenta. Y porque ese día me hallé malo, y vuestra V.P. y sus religiosos, con su curiosidad, habrán observado este, me harán particular gusto de decirme lo que han practicado sobre esta materia y discurrido con el parecer de todos.” (Coluccini, 1640; Pacheco,1956). El informe que rindió el padre Juan Bautista Coluccini (1640) dice así: Lo que toca a lo primero. Digo señor que el medio de este eclipse cuando fue en su mayor oscuridad, pareció a las siete y cuarto de la mañana a trece de noviembre. Y porque fue casi total duró todo desde las seis y un cuarto hasta la ocho y otro cuarto, y aunque en esta ciudad no se pudo ver ocularmente, por la mucha neblina y nubes espesas, pero se ha sabido por relaciones ciertas de personas dignas de fe y de buen ingenio y juicio, que estando lejos de esta ciudad algunas leguas, así lo vieron claramente. Figura 6. Mapa de la zona de totalidad y parcialidad del eclipse del 13 de noviembre de 1640. Tomado de Espenak y Meeus (2009). El Astrolabio El eclipse que pertenece al Saros 127 (Figura 6), no fue total en Bogotá como lo describe Coluccini y la ocultación estuvo cerca del 99 por ciento. La totalidad cubrió una franja desde el norte del Valle y sur del Chocó hasta el Vaupés. Territorios pertenecientes a las actuales poblaciones de Tuluá, Buga, Ibagué y Mitú fueron cubiertas por la oscuridad. Para Buga duró 2h 04m (ver Tabla 1). El fenómeno empezó a las 11h 35m UT para Bogotá y el instante de mayor eclipsamiento ocurrió sobre las 12h36m UT (7:36 am) alcanzando un ocultamiento del 98 por ciento y terminando a las 13h49m UT, lo que coincide adecuadamente con lo reportado por el padre Coluccini. Eclipse total de Sol del año 1691 En la traducción del libro de Mateo Mimbela S.J. (Fajardo & Marquínez, 2004) se encuentra la siguiente anotación: “En esta ciudad de Santafé el día 23 de agosto del año del señor de 1691, la Luna cubrió el Sol hasta el punto de no verse en absoluto…”. Este ha sido el único eclipse total en los últimos cuatrocientos años en el cual Bogotá queda dentro de la franja Figura 7. Mapa de la zona de totalidad y parcialidad del eclipse del 23 de agosto de 1691. Tomado de Espenak y Meeus (2009). 105 de totalidad, el eclipse duró cerca de cinco minutos y la franja de oscuridad se extendió desde el norte de Antioquia pasando por Caldas, Cundinamarca, Meta y finalizando en Vaupés (Figura 7). Territorios pertenecientes a las actuales poblaciones de Panamá, Medellín y Bogotá fueron cubiertas por la totalidad. Este eclipse pertenece al Saros 130, el mismo que produjo el eclipse total del 25 de septiembre de 1745 y del 26 de febrero de 1998 en la costa atlántica colombiana (Figura 8). La máxima duración para el eclipse ocurrió sobre el territorio colombiano cerca a la población de Soacha en Cundinamarca con seis minutos. (Espenak & Meeus, 2009). En la tabla 1 se dan los tiempos para este eclipse. Eclipse total de Sol de 1745 En el libro Tiempos coloniales puede leerse: “En 25 de Septiembre de 745, entre las 11 y las 2 del día, eclipsó el Sol con la Luna cosa que no había yo visto” (Vargas, 1902 p.45). El eclipse duró cerca de cuatro minutos y la franja de oscuridad se extendió desde el norte de Antioquia y Córdoba, pasando por Santander, Boyacá, Meta y finalizando sobre Guainía y Vaupés. Territorios pertenecientes a las actuales poblaciones de Montería, Sincelejo, Tunja y Sogamoso fueron cubiertas Figura 8. Imagen del llamado anillo de diamante durante el eclipse total de Sol del 26 de febrero de 1998 tomada en Valledupar, segundos antes de la totalidad. por la totalidad. En Bogotá el disco solar fue cubierto en un 99 por ciento. Este eclipse pertenece al Saros 130 (Espenak & Meeus, 2009). En Tunja en dónde la oscuridad duró 5m 39s las condiciones del eclipse pueden verse en la tabla 1. Eclipse de Sol de 1749 Vargas (1902) reporta otro eclipse de Sol en 1749. En esta ocasión el eclipse pertenece al Saros 147 (Espenak & Meeus, 2009) y sucedió el 18 de enero de 1749. Fue parcial en Bogotá y total en los departamentos de Nariño, Cauca, Caquetá, Huila, Cundinamarca, Casanare, y Arauca. Territorios pertenecientes en la actualidad a Pasto, Popayán y Neiva fueron cubiertos por la totalidad. Para Popayán el eclipse duró 1m y 49s (Tabla 1). Eclipse total de Sol de 1756 “En 25 de agosto de 1756 hubo medio eclipse de las dos a las tres de la tarde” (Vargas, 1902 p.45). Fue un eclipse anular, que entró en Colombia por el norte del Cauca y siguió por los cielos del Caquetá y Amazonas. Realmente la Luna ocultó el noventa por ciento del disco solar en Bogotá. Las condiciones para la ciudad de Popayán se pueden leer en la tabla 1. Pertenece al Saros 131 cuya anularidad duró 1m y 37s (Espenak & Meeus, 2009 p.) tal y como lo describe el cronista. En el período final de la colonia ocurrieron cinco eclipses sobre los cuales no se encontraron informes. Ellos fueron: junio 24 de 1759, eclipse total sobre Pasto y el sur de Colombia y en el mismo año el 19 de diciembre, otro anular sobre el sur y occidente de la Nueva Granada. El 23 de abril y el 22 de abril de 1792 dos eclipses del tipo anular sobre Panamá. Finalmente el 28 de septiembre de 1810 Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 106 sucedió otro eclipse anular sobre el sur del Ecuador y del cual Caldas publicó un pronóstico (Figura 9). La expulsión de los jesuitas ocurrida en el año de 1767 sin duda afectó el desarrollo de ciencias como la astronomía y la cartografía cuyo vacío sólo llenarían Mutis y Caldas. En resumen, durante la colonia (1550-1810) se tiene noticia de cinco de trece eclipses totales o anulares de Sol que sucedieron sobre territorio de la Nueva Granada y de sólo uno ha quedado un informe de tipo oficial. ECLIPSES DE LUNA El primer eclipse observado y quizás el más famoso de la conquista fue el eclipse de Luna del 29 de febrero de 1504. Cristóbal Colón y su flota regresaban de recorrer las actuales costas de Nicaragua y Panamá y después de haber abandonado dos naves, tuvieron que fondear al norte de Jamaica con otras dos carabelas por escasez de agua y alimentos. Colón envió unos emisarios para solicitar ayuda a los caciques pero ellos se negaron (Figura 10). El Almirante tenía un copia del Calendarium de Regiomontanus (1474) y sabía que una hora después de salir la Luna entraría completamente en la umbra terrestre y les advirtió a los caciques que el dios de los españoles era más poderoso que las deidades aborígenes y castigaría a estos pueblos con pestes y hambruna, pero que les daría una última oportunidad mostrando en el cielo su poca complacencia con la decisión de los caciques, oscureciendo la Luna y volviéndola roja. Cumplido el tiempo la Luna se había sumido en la oscuridad, ante tal situación los jefes accedieron a ayudar al Almirante (Steel, 2001). Eclipse de Luna de 1620 Este fenómeno está documentado en el reporte del eclipse de Sol de 1640 de Coluccini, quien narra lo siguiente: Otro eclipse de Luna que pareció en esta ciudad de Santafé a las siete y tres cuartos y después de mediodía, y en Sevilla a las doce de la noche medio con medio, y para la respuesta mejor nos está el eclipse de luna que Figura 9. Pronóstico del eclipse de Sol del 28 de septiembre de 1810 publicado por Francisco José de Caldas. El Astrolabio Figura 10. El eclipse de Luna de Cristóbal Colón. Tomado de L´ Astronomie. 107 el del sol por ser universal y más fácil para usar del astrolabio astronómico… Fue este eclipse el año de 1620 a 14 de junio, a la hora dicha, y según esta cuenta, amanecerá más presto en Sevilla que en Santafé cuatro horas y cuarto que fue la diferencia que hubo entre los dos tiempos que se vio el eclipse, acá a las siete y tres cuartos y en Sevilla a las doce de la noche (Coluccini, 1640). Las condiciones del eclipse para Bogotá están en la tabla 2. Este fue un eclipse total de Luna de la familia Saros 114. El momento máximo del eclipse ocurrió a las 19h49m UT muy cercano al narrado por Coluccini 19h:45m UT (Espenak & Meeus, 2009). El padre José Gumilla S.J. tiene muchas facetas como geógrafo, historiador y etnógrafo y encontró en los eclipses que ocurrieron durante su vida una fuente de información para contarnos con detalle las reacciones costumbres y mitos de las naciones del Orinoco como no lo hizo ningún otro cronista de la Nueva Granada. Eclipse de Luna de 1715 Me hallaba entre las naciones Lolaca y Atabasca, quando a cosa de las diez de la noche levantaron tal gritería, y llanto descompasado, que me persuadí haverse puesto en batalla cruda una, otra nación: salí asustado y hallé a casi todos los hombres juntos gritando, y a las mujeres iban corriendo, y llorando, cada cual con el tizón en las manos, para esconderle entre la arena o entre la tierra. ¿Qué alboroto es este?…¿No ves cómo se nos muere la Luna? ¿Y las mujeres a dónde van corriendo? Van a enterrar y guardar tizones de fuego; porque si la Luna muere todo el fuego muere con ella, menos el que se esconde de su vista… Pero así nos lo han contado nuestros mayores, y ellos muy bien lo sabrían (Gumilla, 1741 p.458). Este eclipse fue un parcial de Luna que se observó en todo el continente americano, pertenece a la familia Saros 131. A finales de 1715 Gumilla estaba recién llegado a las misiones de los Betoyes, hoy Tame (Arauca) (Fajardo y Marquínez 2004). El eclipse ocurrió el 11 de noviembre a partir de las 9h 36m de la noche lo que coincide con la descripción. Las condiciones del eclipse pueden leerse en la tabla 2. Eclipse parcial de Luna de 1735 Acerca de las costumbres de la nación Saliva Gumilla nos refiere: En el año 1735 creí, que a las nueve, nos habían asaltado los bárbaros caribes, como lo acostumbran; tal era el estrépito de armas, toque de su formidable y gritería. Salí, y hallé a todos los indios de armas puestos en filas, presentándolas a la Luna, ofreciéndole su valor y esfuerzo, y rogándola, a que no se retirase. Los jóvenes de quince hasta veinte años, estaban en dos filas aparte, y algunos viejos con látigos azotándolos crudamente por sus turnos, y finalmente las mujeres, hechas un mar de lágrimas, lloraban la próxima retirada, y ausencia final de la Luna…No pude averiguar de raíz la idea que aquella nación se finge; Sólo llegué a entender que suponen que la Luna tiene enemigos, por cuyo miedo se quiere retirar para ir a lucir y a alumbrar a otras gentes (Gumilla, 1741 p.458). Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 108 Respecto a la reacción de la nación Otomaca dice: Acerca de la reacción que tenía la nación Guayana escribió: Toman los maridos arrebatadamente sus armas, dan carreras y gritos descompassados, aporrean las flechas contra los arcos, en señal de indignación, ruegan y suplican a la Luna que no se muera….Ella va menguando y descaeciendo sensiblemente; viendo que no se da por entendida, corren a sus casas, reprehenden agriamente a sus mujeres, porque no se apuran, ni lloran la enfermedad de la Luna…y por rigor no consiguen cosa, mudan el estilo…Sacan los otomacos las dádivas, que lo vencen todo... Sacan de sus alhajas, cada cual lo mejor que tiene, y les dan, unos sartas de quentas de vidrio, otros collares de dientes de mono y otras preseas similares: entonces salen a saludar a la Luna, y en tono lloroso le hacen muchas súplicas; y como esta función, a poco rato, que prodigan llega ya a tiempo, en que la Luna va recobrando su luz, al poco rato, que prodigan sus ruegos, queda la Luna entera y clara y entran los agradecimiento de los otomacos a sus mujeres (Gumilla, 1741 p.462). Cuando llega el caso y del eclypse de Luna; porque luego al punto, que le reconocen, echan mano de los instrumentos, que usan para cultivar sus campos; y diciendo y haciendo unos desmontan maleza, otros limpian, y otros cavan el terreno, y todos a una protestan a gritos: Que, tiene razón la Luna para estar enojada con ellos y sobrado motivo para desampararlos porque no han hecho sementera, como era puesto en razón; pero le ruegan que no los dexe, porque ya le previenen campo para sembrar maíz, plátanos, etc…Pero en cuanto la Luna recobra la luz, se vuelven a sus casas, celebrando con mucha alegría, el que no se hubiese ausentado… Fecha 1620 Jun 14 Observador Coluccini Las costumbres de la nación Guayana fueron posiblemente observadas durante el viaje que hizo Gumilla a esta región a finales de 1735, para formalizar un deslinde misional con los padres Capuchinos (Perera, 2005). En este año ocurrieron dos eclipses de Luna parciales, que seguramente fueron la fuente de las crónicas 1704 Dic 11 1715 1717 Nov 11 Mar 27 1719 Mar .6 1722 Jun. 28 1724 Mayo 8 1724 Nov 1 1725 Abr 27 1726 Oct 11 Feuillé Gumilla Herrera Herrera Herrera Herrera Herrera Herrera Herrera Cartagena Cartagena Tame Panamá Cartagena Cartagena Arauca 1735 Abr 7 1735 Oct 2 Gumilla Gumilla Lugar Bogotá Cartagena Cartagena Cartagena Guyana Guyana Entrada en la penumbra Entrada en la umbra Comienzo de la totalidad Fin de la totalidad Salida de la umbra Salida de la penumbra Saros (Espenak y Meeus, 2009) 21:41 04:27 01:33 00:37 05:38 23:13 05:37 01:03 05:38 02:02 08:23 22:36 22:55 05:48 02:36 01:49 06:48 00:11 07:14 02:12 06:41 03:27 09:40 23:57 00:02 01:20 07:45 01:36 02:19 09.27 02:42 08:33 05:24 04:33 09:08 03:27 09:25 04:41 10:31 05:56 12.12 02:40 03:54 09:55 06:26 05:50 10:19 04:26 11:01 05:49 11:33 07:18 13:30 04:01 114 130 131 108 128 125 107 112 117 132 108 113 Tabla 2. Eclipses lunares observados durante la colonia en la Nueva Granada. La hora está dada en tiempo universal. El Astrolabio 109 anteriores. En la ocultación del 2 de octubre la Luna empezó a entrar en la umbra producida por la Tierra a las 18h 57m del tiempo local, lo cual corrobora lo escrito por el jesuita (ver tabla 2). Eclipse parcial de Luna del 11 de diciembre de 1704 Fue observado por el sacerdote francés Louis Feuilleé en Cartagena como parte de las investigaciones en Astronomía y Botánica que realizó este canónigo en las colonias españolas. Durante las mediciones lo acompañaba Don Juan de Herrera, quien tomaría datos de otros cinco eclipses (Arias, 1998). El fenómeno fue parcial del Saros 130 y en él la sombra de la Tierra cubrió como máximo cerca del 50 por ciento del disco lunar. Las condiciones para Cartagena se dan en la tabla 2. Observaciones de Don Juan de Herrera Don Juan de Herrera y Sotomayor observó y tomó los tiempos correspondientes a dos eclipses totales de Luna y cinco parciales de Luna, que fueron utilizados para perfeccionar los cálculos de las longitudes de ciudades de Panamá y Cartagena (Arias,1998). Los primeros sucedieron el 28 de Junio de 1722 y el 27 de abril de de 1725. Los eclipses parciales de Luna ocurrieron el 27 de marzo de 1717, en donde el 60 por ciento del disco fue ocultado. El siguiente ocurrió el 6 de marzo de 1719, donde la umbra de la Tierra cubrió cerca del 50 por ciento del disco lunar. El siguiente fue observado el 8 de mayo de 1724. Allí la oscuridad cubrió cerca del 34 por ciento de la superficie lunar. Finalmente, el 11 de octubre de 1726 la magnitud de la ocultación alcanzó cerca del 49 por ciento (Espenak & Meeus, 2009). La información sobre estos eclipses se puede leer en la tabla 2. Eclipse del 30 de marzo de 1801 Alexander von Humboldt a su paso hacia Cartagena observó un eclipse total desde la Isla de Barú: Yo nunca creí que el disco lunar permaneciera tan claro en un eclipse total de luna. Una vez que transcurrió la inmersión total, el cielo se serenó, y todo el disco lunar apareció envuelto en una luz ígnea de un color rojo melancólico tal, que en Europa la luna llena cuando el cielo está nuboso, aparece menos iluminada. Los contornos de la luna roja en eclipse flotaban ondulantes, algo así como el borde del sol, cuando éste se levanta en el horizonte brumoso. En el centro del disco lunar, así extrañamente iluminado, se veía en la mitad una sombra circular de color negro grisoso, posiblemente el centro del núcleo sombreado de la tierra. Esta sombra se dirigió poco a poco hacia el lado occidental de la luna, de tal manera que el lado que primero debía recibir de nuevo la luz, parecía mucho, muchísimo más claro. En el momento mismo de la emersión fue sorprendente el efecto del contraste de los colores y la desaparición de los colores uno después de otro. Apenas brilló el primer rayo de la recuperada luz, el resto del disco perdió su anterior resplandor (Humboldt,1982 p.9) Este eclipse pertenece al Saros 119 y corresponde a un eclipse perfectamente central (Espenak & Meeus, 2009). Eclipse total de Luna de 1801 Pertenece al Saros 124. Fue observado parcialmente por Caldas en Quito, debido a la alta nubosidad sólo tomo el tiempo para el cráter Platón (Nieto, 2009). Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 110 Eclipse parcial de Luna de 1802 Fue observado por Caldas en Ibarra (Ecuador) el 11 de septiembre y según lo registrado en una de sus cartas lo utilizó para determinar la longitud de esta ciudad (Caldas,1978). Pertenece a la familia de Saros 134. LA EXACTITUD DE LOS REPORTES Al realizar una simulación de los eclipses encontrados en manuscritos y libros, se constató que en todos los casos esta información era exacta, a excepción del fenómeno descrito por Fernández de Piedrahita, ya que este ocurrió el 31 de julio de 1543. Respecto a los encontrados en el libro Tiempos coloniales (Vargas, 1902) se concluye que se basaron probablemente en reportes eclesiásticos, principalmente de las Cartas Anuas y otros documentos jesuitas, debido a la coincidencia de algunas fechas. En general, se puede decir que sólo seis de trece eclipses de Sol totales, que ocurrieron sobre la Nueva Granada entre los siglos XVII y XVIII, fueron reportados por observadores ocasionales o por personas que tenían conocimiento de los eclipses que iban a ocurrir, a través de publicaciones de los cosmógrafos oficiales o quizá a través de autores reconocidos como la traducción de la obra de Sacrobosco publicada por Jerónimo de Chaves (Becelas et. al, 2005). Una fuente para obtener las fechas de los eclipses lunares la constituían los llamados genéricamente regimientos de navegación, arte de navegar, luz de navegantes o espejos de navegantes. Estos incluían la cuenta o rueda de la Luna, conjunciones o fenómenos que se repiten cada 19 años también llamado el número áureo, el cuidado de los instrumentos, precauciones durante los naufragios, El Astrolabio tormentas, etc. Los pilotos debían llevar en sus navegaciones su propio regimiento con toda las reglas puestas al día, que compraban al cosmógrafo y que sellaba el piloto mayor. Ejemplo de estas publicaciones tenemos: el Regimiento de Navegación de Pedro de Medina (1552), el compendio del arte de navegar de Rodrigo de Zamorano (1575) y el Regimiento de Navegación de Andrés García de Céspedes (1606) (Martín-Merás, 2004). Otras publicaciones que tenían información sobre la Luna y eclipses eran Calendarium de Regiomontanus, Quadri Partitu en Cosmografía Práctica de Alonso de Chaves (Castañeda et al., 1983) y El Lunario de Gerónimo Cortés (1767). Un caso ejemplar, es el manuscrito del presbítero Antonio Sánchez de Coxar (1686) en el cual hace una serie de pronósticos de eclipses entre 1686 y 1688 con una relativa exactitud, a partir del método que explica con cierta minuciosidad y que es el mismo que se encuentra en publicaciones como las arriba mencionadas. Este manuscrito puede considerarse como el primer tratado de astronomía que profundiza sobre este tema escrito en suelo colombiano. En comparación, el documento sobre Astronomía escrito por Mimbela hacia 1698, para la cátedra de Filosofía y Teología en la Javeriana, aunque muestra un amplio conocimiento de las ideas modernas (Fajardo & Marquínez, 2004) no se preocupa por exponer el método para el cálculo de eclipses, sino de hacer una discusión acerca de sí el cielo de los planetas era uno o varios, utilizando los eclipses como elemento de prueba. De igual manera podríamos hablar de la obra de Francisco Javier Trias, S.J. escrita hacia 1755 (Marquínez & Fajardo, 2005) quien escribe sobre las condiciones físicas en que ocurren, pero no realiza cálculo ni pronóstico alguno. No deja de llamar la atención la falta 111 de manuscritos de orden oficial, ya que solamente se encontró el manuscrito del padre Coluccini, quien hace referencia al cumplimiento de la Cédula Real de 1563 y 1587. Esta Cédula exigía observar los eclipses y tomar los tiempos correspondientes según instrucciones dadas por el Concejo de Indias en sus Ordenanzas de 1571. El método de observar los eclipses de Luna había sido propuesto por Pedro Apianus en 1534 (Portuondo, 2009). El Concejo Mayor de Indias en 1571 creó el cargo de cosmógrafo mayor cuyo primer titular fue Juan López de Velasco quien envió instrucciones precisas a distintos funcionarios del gobierno español sobre como determinar la latitud geográfica, el regimiento polar, la hora del día y la noche y otros procedimientos. También presentó el método de los eclipses, que consistía en observar un eclipse de Sol o de Luna desde distintos lugares y anotar la hora del comienzo o del final del fenómeno. La diferencia entre los tiempos locales en que ocurría el eclipse en estos lugares proporcionaba la longitud. (García, 2002). En el manuscrito de Coluccini (1640) hace también referencia a la longitud que se había calculado para Bogotá: Y así esta ciudad de Santafé según la cuenta antigua tendrá su longitud de 302° 30’ desde las Islas Canarias por el oriente, y esta distancia se halla en todos los globos, o mapas y en el mismo Abraham Ortelio y por el occidente como mandan las cedulas no hay sino 57° 30’ y por esto para evitar esta cuenta tan larga por el oriente mando el emperador Carlos V y después su majestad de Felipe II. Ortelius es el autor del que se considera el primer atlas moderno y en él como vemos ya estaba incluida Santafé, cuya longitud teniendo como base el meridiano de Toledo era de 57° 30’. En cuanto a la latitud de Bogotá, Coluccini (1640) escribió: pero porque su latitud de Santafé no es más que cuatro grados, cuarenta minutos, como lo tomó con sus propias manos y con ciertos astrolabios el señor Juan de Borja, presidente y gobernador que fue de este Reino, para avisar a su majestad en conformidad de las cédulas. Los tiempos tomados por Juan de Herrera tiene la exactitud de la época y son el fruto de los saberes recibidos del padre Feuillée, quien realizó una expedición al Caribe y las Antillas para determinar la posición geográfica de puertos marítimos y de ciudades de la zona. Herrera envió las observaciones de eclipses y de satélites de Júpiter a Cassini, director del Observatorio de París y a Halley, el astrónomo Real en Greenwich (Arias, 1998). Hay numerosos mapas de varias regiones de la Nueva Granada realizados durante la primera mitad del siglo XVIII, como los de D´ Anville, Herrera (Díaz et al.,2010), Fajardo y Gumilla (Fajardo, 2003) que exigieron utilizar métodos astronómicos y sin embargo, tales observaciones no están disponibles en la bibliografía revisada. Las observaciones realizadas por Caldas, como en el caso del eclipse gigante en 1797, fueron muy apreciadas por astrónomos de la talla de Oltmanns y el mismo Humboldt, aunque los instrumentos que utilizó no eran los más exactos. Para el siguiente año Caldas logró obtener un Almanaque Náutico de Cádiz y un telescopio, instrumentos con los cuales se propuso hacer un mapa del virreinato. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 112 Para 1802 el sabio adquiere equipos de la mejor precisión disponibles en la época y realiza numerosas observaciones de los satélites de Júpiter. Lamentablemente, los datos de observaciones astronómicas a partir 1802 se han perdido (Arias,1998). EL APORTE JESUITA Sin duda el reporte más importante encontrado entre los siglo XVI y XVIII corresponde al escrito por el padre Coluccini, por el interés mostrado en cumplir con la Cédula Real de 1563 y aunque no se tomaron los tiempos de entrada y salida posiblemente por cuestiones de clima, el documento nos muestra varios aspectos interesantes como la creencia astrológica sobre la influencia del fenómeno sobre ciertas zonas geográficas españolas, como se lee en el siguiente fragmento: Y aunque Marte tiene su casa en el escorpión, en el que se izo el eclipse a veinte grados, por estar entonces en la quinta casa, y el eclipse en la duodécima y undécima menos encendida será su influencia y porque este signó predomina a los reinos de Valencia, Aragón y Cataluña, será más dañoso en esos reinos que en otra parte adonde no predomina (Coluccini, 1640). También muestra la creencia que se tenía acerca de la interrelación entre el clima y los astros: Fue su color negro en los cuerpos eclipsados, y alrededor en el aire y nublado blanco señal, que aunque dañoso es de suyo, serán sus efectos templados por la benignidad de los aspectos de los planetas Venus y Júpiter que son benignos (Coluccini, 1640). El Astrolabio No es de extrañar que muchos de los reportes de eclipses hayan sido realizados por los jesuitas, ya que esta orden estaba comprometida con un cambio en la cartografía, empezando por Matteo Ricci (1552-1610) el evangelizador de China, quien había empleado observaciones astronómicas para establecer las posiciones de ciudades en Asia a finales del siglo XVI (Feingold,2003). Otro jesuita, Athanasius Kircher (1601-1680), deseaba utilizar todas las observaciones acumuladas por sus compañeros de orden y coordinar un proyecto global para resolver el problema más importante de la navegación en el siglo XVII: determinar la longitud en el mar. Aprovechando la obediencia, la movilidad y la experticia matemática de los jesuitas. En 1642 fue invitado a coordinar el proyecto de observación de eclipses y de declinación magnética de la iglesia (Findlen, 2005). Hay que anotar que España durante gran parte del siglo XVII sufrió un periodo de aislamiento que Ortega y Gasset llamó la “Tibetanización” en que se hizo hermética ante los avances del resto del mundo (Fajardo & Marquínez, 2004). Sin embargo, obras como la del jesuita Riccioli, lograron penetrar y resultaron inapreciables para los matemáticos españoles, jesuitas o no, por su carácter enciclopédico del saber astronómico (García, 2002). A principios del siglo XVII, Felipe IV vincula el cargo de cosmógrafo a la orden de los jesuitas, quienes la monopolizan desde el Colegio Imperial de Madrid hasta su expulsión en 1767 (Bas, 2002). Entonces se puede explicar por qué Juan Baptista Coluccini, S.J. en 1640 se preocupa por cumplir con la Cédula Real de 1563 y por qué José Gumilla, S.J. deja un detallado informe de cómo eran los mitos de las naciones del Orinoco respecto a estos fenómenos (Figura 11). 113 LA ETNOGRAFÍA DE GUMILLA Kircher deseaba que su proyecto Concilium Geographicum fuera más allá de la cartografía y también que se observaran las mareas, los cuerpos de agua, ríos, plantas y minerales y finalmente las costumbres, leyes, lenguajes y ritos de los hombres. En ese sentido creemos que José Gumilla (1686-1750) retomó estos últimos objetivos, propuestos por su antecesor casi un siglo antes en su obra El Orinoco Ilustrado faltándole tomar mediciones de los sitios donde observó los eclipses. Sin embargo, las notas etnográficas acerca de los mitos y costumbres sobre estos fenómenos son las únicas que aparentemente se hicieron en la Nueva Granada durante la colonia. Alrededor de los eclipses existen varias leyendas e historias en las culturas; algo bastante curioso es que muchos pueblos, aunque fueran de diferentes continentes, tenían las mismas creencias. Por ejemplo, tanto las culturas asiáticas como las americanas pensaban que la Luna era un monstruo que se comía el Sol. En el caso de los Incas se pensaba que en el momento de un eclipse de Luna una serpiente o un puma se la estaban devorando (Figura 12). La acción correctiva era asustar la bestia gritando, sonando trompetas, tocando tambores o lanzando dardos y otras armas hacia el cielo o flagelando perros hasta que estos aullaban (D’Altroy, 2003). El franciscano Manuel Bueno confirma las diferentes formas que tenían los pueblos del Orinoco para ayudar a la Luna y la similitud que había entre la nación Guahiba y la Inca (Gumilla, 1741). CONCLUSIONES Sin duda el aspecto que más contribuyó a la observación de los eclipses en la Nueva Granada durante la época colonial, lo constituye el hecho de ser un método que da cierta exactitud en la construcción de mapas, antes que la intención astronómica. Aunque hay reportes de las observaciones de eclipses entre los siglos XVI y XVII Figura 11. Detalle del informe de Juan Bautista Coluccini S. J. (1640) sobre el eclipse de Luna del 14 de junio de de 1620. Figura 12. Grabado del siglo XVIII que muestra lo que el autor pensaba que sucedía durante un eclipse de Sol en el Perú. Tomado de Verdet (1989). Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 114 (figura 13) estos son en gran mayoría incidentales. Solamente las observaciones de eclipses hechas por el padre Feuilleé, Juan de Herrera y Caldas durante el siglo XVIII muestran el rigor científico adecuado para realizar una cartografía de calidad. Es clara la voluntad de los misioneros jesuitas en contribuir al proyecto cartográfico a nivel global que personajes importantes como Matteo Ricci y Athanasius Kircher habían diseñado. Aunque durante la colonia en la Nueva Granada hay evidencias escasas del cumplimiento de las Cédulas Reales que exigían la observación de los eclipses para determinar la longitud, han llegado hasta nosotros mapas de mediados del siglo XVIII como los de Gumilla y Fajardo que posiblemente utilizaron estos métodos astronómicos para dar mayor exactitud a la cartografía que estaban levantando, aunque en la bibliografía revisada no hay pruebas. Las observaciones realizadas por los jesuitas antes de su expulsión sirvieron sin duda al Plan Geográfico del Virreinato de Santafé dirigido por Moreno y Escandón en 1772. Una comparación del pensamiento y costumbres que tenían las naciones descritas por Gumilla con otros pueblos del Orinoco y del Amazonas podría ayudar a rastrear su origen y entender su pensamiento. AGRADECIMIENTOS Al Archivo Histórico “Juan Manuel Pacheco” y Alma Nohra Miranda Leal por su inapreciable colaboración en esta y otras investigaciones. LISTA DE REFERENCIAS Arias, J. (1998). La Astronomía en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Colección Enrique Pérez-Arbeláez No.8, pp.27-72. Bas, N. (2002). El Cosmógrafo e Historiador Juan Bautista Muñoz (1745-1799). Universitat de Valéncia, p.57. Becelas, M. et al. (2005). La ciencia y la técnica en la época de Cervantes. Ediciones Universidad de Salamanca, pp.70-73. Caldas, F.J. (1978) Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales p.49 Castañeda, P. , Cuesta, D. & Aparicio, P.(1983). Quatri partitu en Cosmografía práctica, y otro por nombre Espejo de Navegantes. 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