INVICTUS En la noche que me cubre, tenebrosa como el abismo
Transcripción
INVICTUS En la noche que me cubre, tenebrosa como el abismo
FORO Francisco Calzada Gámiz [email protected] Preparación de Oposiciones "—…encuentro que todo está al revés entre los hombres, que nadie conoce sus derechos ni sus deberes (…) — Lo que sé es que cada uno tiene que cultivar su propio jardín –le interrumpió Cándido. — Tenéis razón –reconoció Pangloss-, porque cuando el hombre fue colocado en el jardín del Edén fue puesto "ut operaretur eum", para trabajar. Prueba de que el hombre no ha nacido para el ocio. — Pues trabajemos sin discutir –concluyó Martín-. Es el único medio de hacer la vida tolerable." Del “Cándido”, de Voltaire El poema “Invictus”, de una belleza melancólica, victoriana, marmórea, sobrecogedora, es un canto a la fe, a la libertad y a la resistencia humana enfrentadas a los momentos más desoladores, solitarios y terribles de la existencia. No es de extrañar que el poema fuera escrito por un hombre que fue niño condenado a la enfermedad y la minusvalía; no es de extrañar que este poema le sirviera de guía y consuelo espiritual a Nelson Mandela mientras estaba encarcelado y era humillado y vejado por sus ideas, por su compromiso ético con los suyos, consigo mismo. El poema dice así en su traducción española: INVICTUS En la noche que me cubre, tenebrosa como el abismo insondable, doy gracias a los dioses que pudieran existir por mi alma inconquistable. En las azarosas garras de las circunstancias nunca me he lamentado ni he pestañeado. Sometido a los golpes del destino, mi cabeza está ensangrentada, pero erguida. Más allá de este lugar de cólera y de lágrimas donde yacen los horrores de la sombra, la amenaza de los años me encuentra, y me encontrará, sin miedo. No importa cuán estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma. William Ernest Henley. 1