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Aportes
C e le
l eb r ac i ó n
p ar a l a
Homilía y guión para la Santa Misa
La Ascensión del Señor
Ciclo B. Color: Blanco
17 de mayo de 2015
Año XIX - Nº 1081
Aportes para la homilía
Subió al cielo,
a la derecha de Dios Padre
Hech 1, 1-11; Sal 46, 2-3. 6-9;
Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20
Llamamos cielo al espacio azul por encima de nuestras cabezas y al oír o leer que
el Señor Jesús asciende al cielo, miramos
a lo alto, imaginándolo entre las nubes. Sin
embargo, la realidad del Cielo, al hablar del
lugar donde habita Dios, va mucho más allá
del espacio físico.
Cuando Yuri Gagarin salió de su nave y
dio vueltas por el espacio declaró que “por
ningún lado vio a Dios”; y sin embargo, por
la fe sabemos que Dios estuvo a su lado. Así
también los pintores, al recrear la realidad
de Jesús resucitado en el cielo, lo pintan
entre las nubes, glorioso. Y en parte, tanto el
astronauta como los artistas tienen algo de
razón, pero no alcanzan a comunicar el verdadero sentido de cielo: Es necesaria la fe.
Sí, porque para ver a Dios hay que tener
fe, y el ruso carecía de ella o debía hacer
honor al ateísmo imperante en Rusia. También los escritores sagrados y los artistas,
recurren a imágenes que ayudan a entender
el misterio del Verbo de Dios, que luego de
dar su vida en cruz resucita y ahora reina
junto al Padre intercediendo por nosotros.
Jesús no es un extraterrestre caído
del cielo. Es el Verbo de Dios de la misma
naturaleza divina que el Padre. Su manifestación y palabra palpitante, que asume
nuestra naturaleza humana, se hermana
con nosotros en el seno purísimo de María
Virgen, en todo igual a nosotros menos en
el pecado, para mostrarnos la verdad y el
amor de Dios. ¿Pensamos con frecuencia
en esto? ¿Estas verdades iluminan nuestras
oscuridades? ¿Nos animan a seguir al que
viene a conducirnos de vuelta al Padre? La
ascensión de Jesús nos muestra cuanto nos
espera al fin de los tiempos, como escribe
Pablo a los colosenses: Ustedes han resucitado con Cristo: busquen, entonces, los
bienes de arriba, donde Cristo reina a la
derecha del Padre. ¿Nos entusiasmamos
con la esperanza luminosa que Cristo ha
encendido en nosotros?
Nuestra fe es mucho más que un sentimiento, es la firme convicción de cuanto
revela el Señor. Aunque no ha de ser una
fe tan ciega, porque nuestra inteligencia
juega un papel importante: Hasta donde
podemos, nuestra razón debe indagar el
por qué creemos lo que creemos. Pues si
bien creer a ojos cerrados es virtud como
canta el Salmista: Tus palabras, Señor, son
la verdad y la luz de mis ojos, la inteligencia
puede dar más motivaciones a nuestra fe,
¡de allí la necesidad de ahondar en estas
verdades con el estudio!, no sea que, también, no sepamos responder a quienes nos
pidan razones de nuestra fe.
Y sobre todo ahondar juntos, pues Jesús
promete estar presente y asistir a quienes
se esfuercen por juntarse en su nombre.
Cuántas veces perdemos tiempo con temas
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1) Introducción
indiferencia y del hedonismo. Cristo
ten piedad.
* Porque a veces sólo nos inquieta
salvarnos, sin preocuparnos de
quienes viven lejos de Dios. Señor,
ten piedad.
Hermanos: Jesús resucitado asciende al cielo, hacia la presencia
de su Padre Dios y está sentado a
su derecha. Y desde allí nos acompaña en todo momento hasta el fin de los
tiempos. Él mismo nos ha enviado a proDios todopoderoso tenga miseclamar el evangelio a todas las naciones,
ricordia de nosotros, perdone
la eterna novedad del amor divino, a la
nuestros pecados y nos lleve a la
humanidad, patente en su resurrección, la
vida eterna. Amén.
cual es anuncio de nuestra participación
en la eternidad.
4) Liturgia de la palabra
Con el corazón agradecido cantePrimera lectura (Hech 1, 1-11):
mos...
Lucas trata de hacernos entender
el misterio de Jesús, vencedor del
2) Saludo de bienvenida
pecado y de la muerte, que el PaHermanos: La celebración de hoy dre resucita y constituye Rey y Señor de
pone ante nuestros ojos la mara- cielos y tierra.
villa que nos espera, cuando Dios
Salmo responsorial (Sal 46, 2-3. 6-9):
sea todo en todos, y el amor de la Trinidad Acompañemos al salmista diciendo: R.
nos haga definitivamente uno en Jesús, El Señor asciende entre aclamaciones.
con el Padre que lo resucitó y lo sentó a
Segunda lectura (Ef 1, 17-23): Tamsu derecha, unidos todos en el Espíritu bién Pablo, en la carta a los efesios, nos
Santo, por siempre.
habla de Jesús resucitado y sentado a la
Que la gracia y el amor de Jesús derecha del Padre.
resucitado y sentado a la diestra del
Lectura del Evangelio (Mc 16, 15-20):
Padre estén siempre con cada uno Marcos muestra a Jesús que da las últide ustedes.
mas instrucciones a los suyos y los envía
a proclamar su evangelio a todo el mundo.
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3) Acto penitencial
Jesús asciende hasta el Padre 5) Oraciones de los fieles
para interceder por nosotros peJesús resucitado vive glorioso en
cadores y nos confiamos en sus
los cielos, sin dejar de interceder
brazos que nos esperan con amor y
por nosotros y de iluminarnos por
misericordia.
los caminos de este mundo.
Roguémosle confiadamente:
* Porque a veces cedemos a la
tentación de desconfiar de tus proJesús, ayúdanos a ser testigos y
mesas. Señor, ten piedad.
misioneros.
* Porque no damos buen ejemplo a 4 Por el Santo Padre Francisco, los
los demás y nos mantenemos en
pastores de la Iglesia y cuantos se conriesgo de caer en una cultura de la
sagran al anuncio del evangelio; para
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Aportes - 2

que vivan siempre con entusiasmo la
alegría evangélica y se den por entero
a la misión. Oremos.
4 Por nuestra patria; para que consciente
del urgente llamado a la fraternidad y la
solidaridad, que cada día se hace más
fuerte, pueda caminar por senderos de
paz y de la búsqueda del bien común.
Oremos.
nosotros y se reaviven nuestras ansias
de eternidad. Oremos.
Señor Jesús, misionero del Padre,
que nos encomiendas la continuidad de tu misión evangelizadora,
ayúdanos a ser “evangelios vivientes”
con palabras y todo nuestro obrar. Tú
que vives y reinas por los siglos de
los siglos.
4 Por los alejados y los relegados de la
6) Presentación de las ofrendas
sociedad; para que se encienda en noPresentemos nuestra ofrenda de
sotros el anhelo misionero del corazón
pan y vino al que reina a la diestra
del Buen Pastor y podamos avivar en
de Dios como cabeza de su Iglesia
ellos la esperanza con nuestra soliday Señor del universo, para que, al
ridad y así el mundo crea. Oremos.
consagrarla en Sacramento de su Cuerpo
4 Por los que trabajan en la evangeliza- y Sangre y renovar su entrega redentora
ción con los medios de comunicación; al Padre, se nos dé en alimento para el
para que sean cada vez más cons- camino.
cientes de la compañía del Dios-conCantemos…
nosotros y continúen así la misión

salvadora. Oremos.
4 Por nuestros hermanos que han partido a la eternidad; para que por la
comunión de los santos, intercedan por
7) Comunión
LA FUERZA DEL AMOR
Parábolas del corazón
En la Consagración, Jesús renovó
su ofrenda redentora al Padre. Ahora se nos da en comida y bebida
de salvación. Que al recibirlo, nos
abramos a su acción redentora y nos
llenemos de su mismo anhelo misionero.
Cantemos…
Eusebio Gómez Navarro
8) Despedida y bendición final
Este libro está
orientado a
quienes quieren
optar o han optado por el amor.
De una manera
sencilla y práctica, combina
los textos de la
Sagrada Escritura con el pensamiento de grandes
escritores y testigos anónimos.
Jesús vive junto al Padre intercediendo por todos, especialmente
por los que envía a anunciar su
Evangelio. Estamos llamados a anunciarlo con nuestro estilo de vida, a su imagen
y semejanza, también con nuestras palabras, guiados por la verdad y la justicia,
el amor y la paz.

Que el Señor nos ayude y proteja, nos
mire con amor y nos conceda su paz,
que la bendición del Padre, del Hijo X
y del Espíritu Santo descienda y permanezca con todos ustedes.
¡Vayamos en paz!
Aportes - 3
RELLENOS PARA APORTES… MAYO JUNIO 2015
(Viene de la p. 1).
banales pero, ¡cómo cuesta ponernos a hablar del Señor! Por eso, es necesario que en
nuestro examen de conciencia evaluemos
el tiempo y la dedicación que debemos dar
a nuestra acción misionera, según nuestro
estilo de vida y preguntarnos: ¿Qué espacio
nos damos para conversar del evangelio,
ya sea en casa como en la comunidad, en
nuestros encuentros, etc.?
Y a propósito, cuando vemos una
ocasión favorable en el trabajo, la calle o
el colectivo, con vecinos o parientes, ¿llevamos la conversación al tema de Dios, su
obrar con nosotros, Jesús y su Evangelio,
nuestra esperanza de vivir para siempre
con él, también la Virgen María, la madre
que siempre nos acompaña, etc., etc.? ¿O
tenemos miedo y vergüenza?
¡Señor Jesús!, enviado del Padre, que
habiendo vencido todo pecado y muerte,
ahora reinas junto a él sin dejar de caminar
a nuestro lado, iluminándonos con tu Espíritu, fortaleciéndonos con tus Sacramentos,
animándonos a testimoniarte sin cobardías,
confortándonos en la lucha, corrigiendo
nuestros errores e ilusionándonos con tus
promesas de vida eterna.
Cuando ascendías, tus discípulos
quedaron boquiabiertos mirando las nubes y los ángeles tuvieron que hacerles
pisar tierra y recorrerla anunciando tu
Evangelio. Hoy, corremos el riesgo de no
mirar al cielo, quedándonos centrados en
nosotros mismos y nuestro individualismo,
apartándonos de la voluntad del Padre y
del dolor ajeno.
Enséñanos y ayúdanos a ser testigos
del mundo futuro, los pies bien firmes al
suelo, pero la vista al horizonte luminoso. Y
que tu santa Madre nos tome de la mano,
caminando jubilosos hacia la eterna alborada, por los siglos y de los siglos. Amén.
MENSAJE PARA LA XLIX JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
Lema: Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor.
El tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial… En efecto, la familia es
el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar,
tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo
punto de vista.
Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel (cf. Lc 1, 39-56). “En
cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó a voz en grito: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!’” (vv. 41-42).
Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje
del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente
en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el
símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno
materno que nos acoge es la primera “escuela” de comunicación, hecha de escucha y de contacto
corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y
con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a
la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es
nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque
todos nosotros hemos nacido de una madre.
Papa Francisco
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