Diagnóstico de las unidades de producción familiar en pequeña

Transcripción

Diagnóstico de las unidades de producción familiar en pequeña
2009, 29,
165-184
Economía,Economía,
Sociedad ySociedad
Territorio,
vol. IX, núm.
y Territorio,
vol. 29,
IX , núm.
2009, 165-184
165
Diagnóstico de las unidades de
producción familiar en pequeña
irrigación en la subcuenca del río
Yautepec, Morelos
Diagnostics of the small irrigation family
production units in the sub-basin of the
Yautepec river, Morelos
GREGORIO BAHENA-DELGADO*
MARIO ALBERTO TORNERO-CAMPANTE**
Abstract
In 2002 a field study was carried out in order to identify the capabilities
and shortages of the resources that limit the agricultural modernisation
processes of the family production units with small irrigation. The results
showed that these producers have natural and human resources but are
older, have limited education and present higher emigration. Only one
member in each family works in agricultural activities.
Keywords: training, innovation, techonology transfer, rural family, family production unit, small irrigation.
Resumen
En 2002 se llevó a cabo un estudio para identificar las potencialidades
y carencias de recursos que limitan los procesos de modernización de
la agricultura en las unidades de producción familiar con pequeña
irrigación. Los resultados mostraron que los productores cuentan con
recursos naturales y humanos pero presentan edad avanzada, escasa
escolaridad y alta emigración; sólo un miembro de cada familia trabaja en actividades agrícolas.
Palabras clave: capacitación, innovación, transferencia de tecnología,
familia rural, unidad de producción familiar, pequeña irrigación.
* Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Correo-e: gbahena20@
yahoo.com.mx.
** Colegio de Postgraduados, campus Puebla, México. Correo-e: [email protected].
166
Bahena-Delgado, G. y M. Tornero-Campante: Diagnóstico de las...
Introducción
Actualmente el diagnóstico vuelve a tener vigencia en los programas y proyectos locales encaminados a mejorar las condiciones
que prevalecen en los pequeños agricultores y se considera una
herramienta de gran utilidad que sirve de base para avanzar en
las siguientes etapas de los procesos de desarrollo social. Su importancia cobra mayor relevancia cuando su finalidad no sólo es
identificar las potencialidades y carencias de un determinado lugar, sino que también debe llevar a identificar y priorizar los problemas que pueden solucionar los propios agricultores a partir
de los recursos con que cuentan. El diagnóstico debe considerar
aquellas potencialidades y oportunidades que difícilmente los
agricultores llegan a comprender y que constituyen el punto de
partida para lograr un desarrollo fundamentado en problemáticas reales y sus necesidades concretas. Es necesario que dicha
herramienta identifique con mayor precisión las causas que limitan el desarrollo de los agricultores y no los efectos, como tradicionalmente se ha venido interpretando en los procesos de desarrollo aplicados en el medio rural, debe proporcionar los
conocimientos necesarios de cómo usan los productores los recursos de que disponen y que por desconocimiento o mal manejo
están subutilizados. Al respecto, Axel Dourogeanni (2000: 123)
considera que teóricamente el diagnóstico es una explicación
precisa de las causas que originan las desviaciones observadas en
la fase evolutiva. Por su parte, Diez y García (2002: 8) establecen que el diagnóstico es una herramienta de gran utilidad cuando se trata de identificar en qué condiciones se encuentra un
sector de la población, ya que este toma formas diferentes en
cada territorio de acuerdo con sus condiciones específicas, de su
especialización productiva, de los recursos naturales y humanos
con que cuenta, así como de la apertura local a los mercados
nacionales e internacionales. En el mismo sentido, Lacki (2005:
49) considera que el diagnóstico se debe hacer de manera más
positiva y más constructiva, que priorice aquellos problemas cuya
solución esté al alcance de los propios agricultores, que considere lo que el extensionista puede ofrecerles (conocimientos) y no
lo que no puede proporcionarles (créditos, subsidios, insumos,
maquinarias, etcétera).
Por tanto, el diagnóstico debe proporcionar información que
sirva de base para el diseño de estrategias necesarias para hacer
frente a las condiciones actuales que prevalecen en las unidades
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de producción. Debe ser punto de partida para la realización de
futuros trabajos de desarrollo, indicando las formas de interacción entre los agentes de cambio y los productores de ese medio.
A través del diagnóstico es posible encontrar las limitaciones y
potencialidades con que cuenta la comunidad agrícola y a partir
de ellas desarrollar de manera tanto teórica como práctica las
actividades a desempeñar, para lograr los objetivos planteados
con anterioridad por los distintos actores que promueven el desarrollo. Este conocimiento del medio permite priorizar las actividades que requieren de acciones para mejorar a corto, mediano o largo plazos las condiciones que prevalecen en el entorno
que se va a trabajar, considerando la participación de los productores no sólo para conocer su realidad, sino también en los
futuros procesos de planificación. El objetivo de este artículo es
identificar las variables que limitan el proceso de innovación y
transferencia de tecnología agrícola en el sistema de pequeña
irrigación en la subcuenca del río Yautepec, en el estado de Morelos, el cual es importante desde el punto de vista agrícola, social y económico, de acuerdo con diferentes variables relativas al
productor (edad, integrantes de la familia, personas dedicadas al
trabajo de campo, número de hijos en el extranjero por familia,
escolaridad, ingreso económico, tecnología agrícola, problemas
en el manejo del agua) y a la unidad de producción (tenencia de
la tierra, agricultura).
Partimos de la hipótesis de que el diagnóstico permite identificar las potencialidades y oportunidades con que cuentan los
pequeños productores agrícolas de la región para lograr el desarrollo de la agricultura y el bienestar de la familia.
1. Metodología de investigación
Para identificar los principales factores que existen en la región
de estudio se realizaron 184 entrevistas en tres municipios seleccionados en el ciclo agrícola 2002. Para estimar la muestra se
utilizó la fórmula de Cochran (1976). El universo de la muestra
se compuso de 13 ejidos distribuidos en tres municipios: siete en
Yautepec, cinco en Tlaltizapán y uno en Tlaquiltenango.
El tamaño de muestra determinado (K) para cada municipio
fue de: 65, 65 y 54, mediante un esquema de muestreo aleatorio
con varianza máxima, con un nivel de confiabilidad de 95% y el
error asignado fue de 10%.
168
Bahena-Delgado, G. y M. Tornero-Campante: Diagnóstico de las...
Figura 1
Localización de la zona centro del estado de Morelos
Municipio de Yautepec
Municipio de Tlaltizapán
Municipio de Tlaquiltenango
La fórmula que utilizamos para calcular las unidades de muestreo fue la siguiente:
K = N(Z±/2)² pq
Nd² + (Z±/2)² pq
Donde K = tamaño de la muestra, N = tamaño de la población, (Z±/2)² = confiabilidad, en este caso se propone ± = .05,
pq = 0.25, d = error estándar, en este caso se propone 10%
(0.10).
En la estimación de la muestra para la aplicación de cuestionarios se identificó el número de ejidatarios que se encontraban
inscritos legalmente en el padrón de usuarios de agua del Distrito de Desarrollo Rural número 16 de Galeana Morelos, se seleccionaron ejidatarios con superficies de cultivo de hasta dos hectáreas y que fueran jefes de familia, sin importar sexo, edad,
escolaridad y nivel socioeconómico y con disponibilidad de agua.
El enfoque fue de tipo cuantitativo. En cuanto al enfoque cuali-
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tativo, se realizaron reuniones informales con presidentes municipales, comisariados ejidales, instituciones públicas y privadas.
La presentación de los indicadores y el tipo de análisis de las
variables fueron: frecuencias, porcentajes y medidas de estadística descriptiva (media, moda, máximo y mínimo).
Para el procesamiento de la información se elaboró una base
de datos en Microsoft Excel, la cual se analizó utilizando el paquete estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS)
versión 11.5.
Variables determinantes. Las variables de estudio fueron: características de las unidades de producción familiar, escolaridad,
tenencia de la tierra, agricultura, tecnología agrícola, sistemas
de riego, manejo de cultivos, organización para la producción,
comercialización, administración y servicios.
2. Resultados y discusión
2.1. Características de las unidades de producción familiar
Los resultados que obtuvimos con la aplicación de los cuestionarios muestran que los ejidatarios dedicados a la agricultura son
personas de edad avanzada, tanto en Yautepec, Tlaltizapán y Tlaquiltenango. A partir de esta variable se observa que las unidades de producción familiar en los tres municipios de estudio se
caracterizan porque son familias de tamaño medio, en promedio
se componen de tres a cuatro integrantes. También se encontró
que solamente una persona de cada familia se dedica a las actividades del campo y existe una migración, principalmente de jóvenes, al extranjero (cuadro 1). Al respecto, Lacki (2002: 24) establece que la emigración de la gente joven de las comunidades
rurales se debe a la escasa posibilidad de encontrar fuentes de
empleo en los campos agrícolas, ya que persisten los bajos salarios y las pocas oportunidades de desarrollo. Por ese motivo, en
los últimos años las personas de edad avanzada son quienes realizan las labores de siembra, cosecha y comercialización de productos agrícolas.
De acuerdo con la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 2000:
54), la distribución de la población por edad indica que la mayor
parte de la gente joven en México oscila entre 15 y 19 años, por
lo que los jefes de las unidades de producción familiar son perso-
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Cuadro 1
Características de las unidades de producción familiar
Municipios
Conceptos
Yautepec
Tlaltizapán
Tlaquiltenango
Media Mínimo Máximo Moda
Tamaño de la familia
Edad del jefe de familia
Fuerza de trabajo familiar
Hijos en el extranjero
Otras actividades
Tamaño de la familia
Edad del jefe de familia
Fuerza de trabajo familiar
Hijos en el extranjero
Otras actividades
Tamaño de la familia
Edad del jefe de familia
Fuerza de trabajo familiar
Hijos en el extranjero
Otras actividades
4.2
55.46
1.2
1.1
0.37
3.5
56.58
0.95
1.1
0.55
3.6
59.52
1.05
1.1
0.31
2
24
1
0.00
0.00
1
19
0.00
0.00
0.00
1
32
0.00
0.00
0.00
9
85
4
4
4
8
85
3
4
4
8
80
3
8
3
3
52
1
1
0.00
3
65
1
0.00
0.00
4
62
1
0.00
0.00
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
Cuadro 2
Grado de escolaridad de los productores
Escolaridad
Municipios
Total de
observaciones
Yautepec Tlaltizapán Tlaquiltenango
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
No asistió a la escuela 3(4.6)+ 9(13.7)
1° de primaria
2° de primaria
5(7.7)
3° de primaria
4(6.2)
4° de primaria
3(4.6)
5° de primaria
1(1.5)
6° de primaria
18(27.7) 41(62.1)
1° de secundaria
1(1.5)
2° de secundaria
1(1.5)
3° de secundaria
15(23.1) 9(13.7)
Educación técnica
terminada
1(1.5)
1(1.5)
12. Preparatoria
terminada
5(7.7)
2(3.0)
13. Normal
terminada
5(7.7)
1(1.5)
14. Licenciatura
3(4.6)
2(4.5)
Total
65(35.3)* 65(35.3)
+Porcentaje en relación con a n = 65, 65, y 54.
*Porcentaje en relación con a n = 184.
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
32(59.2)
15(27.8)
6(11.1)
44(23.8)
5(2.7)
4(2.2)
3(1.6)
1(0.5)
74(40)
1(0.5
1(0.5)
30(16.2)
2(1.0)
1(1.9)
8(4.3)
54(29.4)
6(3.3)
5(2.9)
184(100)
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nas de edad avanzada cercana a los 60 años, población que a
partir de esta edad representa 10% del total nacional.
En cuanto al número de hijos que emigraron al extranjero, el
INEGI (2000: 18) informó un promedio de 4.2% miembros, incluyendo hombres y mujeres; y la edad de la población del estado de
Morelos que emigró en mayor porcentaje oscila entre 25 y 39
años, y su destino final fueron los Estados Unidos.
Lo anterior posiblemente se deba a la escasa rentabilidad de
las actividades agrícolas. Sobre esta variable, Berdegue et al.
(2000: 120) señalaron que el trabajo rural no agrícola constituye
más de un tercio del empleo de los hogares rurales y aporta alrededor de 40% de su ingreso total.
2.2. Escolaridad
En el cuadro 2 se observa que 23.8% de la población total no
asistió a ningún plantel de enseñanza formal y que 40% sólo cursó hasta el sexto grado de educación primaria. También se muestra que el mayor grado de analfabetismo se presentó en el municipio de Tlaquiltenango, lo que probablemente tenga que ver con
las limitaciones que tienen los productores para utilizar nuevas
tecnologías. De acuerdo con el INEGI (2001: 52), en la zona de
estudio los grados de analfabetismo son los siguientes: 7.59% en
Yautepec, 11.28% en Tlaltizapán y 11.29% en Tlaquiltenango, lo
que quizá sea una de las causas que dificulta la aplicación de
programas de transferencia y adopción de tecnología.
Por su parte, Galindo (1994: 12), en un estudio en la región
central de Zacatecas, encontró correlación entre el grado de escolaridad y las variables exposición a medios de comunicación, relación con agentes de cambio y contacto con casas comerciales.
2.3. Tenencia de la tierra
El ejidal es el tipo de tenencia de la tierra que predomina en los
tres municipios de estudio, son tierras propias, poseen superficies
pequeñas con la modalidad de riego y en ocasiones rentan tierras
para hacer más grandes las áreas de cultivo (cuadro 3). Resultados
similares informan Palerm y Martínez (2000: 10), quienes encontraron que en el estado de Morelos los campesinos de la región
oriente siembran en parcelas ejidales cuyas extensiones van de 2 a
2.5 ha-1 en promedio, casos excepcionales de 5 y 6 h-1 y de menos
de 2. Según el INEGI (1998: 129), en Morelos 72.3% de la tierra es
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Cuadro 3
Superficie agrícola de las unidades de producción en los tres
municipios de estudio
Conceptos
Superficie agrícola
Propia
Con riego
Rentada
Obs.
184
184
184
184
Frecuencia Media
(porcentaje)
100
98.5
100
2.7
2.18
2.14
2.13
1.58
Mínimo Máximo Moda
0.80
0.80
0.03
0.8
4.0
3.5
4.0
8.0
2
2
2
1
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico
de tipo ejidal, 16.2% de los productores poseen tierras de pequeña propiedad y el restante 11.5% es tanto de tenencia ejidal como
de pequeña propiedad. Lo anterior indica que la agricultura de
pequeña irrigación que existe hoy en día en la región centro de
Morelos es de tipo minifundista.
2.4. Agricultura
Los cultivos principales de las unidades de producción familiar
son de tipo industrial, granos básicos y, en menor cantidad, hortalizas y flores de corte. En el cuadro 4 se observa que el cultivo
principal es la caña de azúcar, siendo éste la especialidad de las
unidades de producción familiar. Sin embargo, no han logrado
rendimientos que les permitan obtener suficientes ingresos para
el sostenimiento de la familia, por lo que deben complementar
sus ingresos con otras actividades agrícolas y pecuarias fuera de
la unidad familiar.
Al respecto, Mier (2002: 140) encontró que en los cultivos
considerados como básicos se aprecia con mayor efecto la escasa rentabilidad. Por su parte, Baldovinos (2002: 225) informa
que donde se percibe con mayor claridad el efecto de una apertura comercial es en cultivos perennes y granos básicos como el
maíz y el sorgo, de los que se obtiene poca rentabilidad económica por parte de los pequeños productores de temporal y riego.
Según el INEGI (1998: 135), 53% de la superficie del estado se
destina a la agricultura (caña de azúcar, arroz, maíz, frijol, cacahuate, sorgo, hortalizas, flores y sandía). Las tierras de riego (17%)
se ocupan para sembrar caña de azúcar, arroz y, recientemente,
flores (rosas, gladiolas, claveles, ave del paraíso), hortalizas (jitomate, pepinos, tomate de cáscara, calabacitas y cebollas), así
como hierbas de olor.
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Cuadro 4
Principales cultivos sembrados en la región de estudio y
porcentajes de productores dedicados a ellos
(2000-2001)
Observaciones Caña Maíz Maíz Sorgo Agave Gladiola Frijol Arroz Caña Jícama
grano elote tequilana
fruta
65
65
54
66.2 4.6 4.6 12.3
90.8 1.5 3.1 0.00
96.3 0.00 0.00 0.00
4.6
1.5
0.00
3.1
0.00
0.00
1.5
1.5
1.5
0.00 0.00 0.00
0.00
3.7 0.00
0.00
3.1
0.00
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
En términos generales se observa que en Yautepec existe mayor diversificación de cultivos, en comparación con los otros dos
municipios. Lo anterior indica que los productores de este municipio han tenido que buscar opciones distintas al cultivo de la
caña de azúcar debido al cierre del Ingenio de Oacalco, por lo
que diversificaron en mayor grado la producción de cultivos para
hacer frente a las condiciones actuales de mercado, caracterizadas por la apertura comercial al exterior, la liberalización de la
economía, la caída internacional de los precios, el retiro del Estado de las funciones de comercialización y almacenamiento que
ocasionó el abandono de la actividad agrícola, la urbanización de
las tierras de cultivo, la emigración y la marginación que enfrentan las unidades de producción familiar.
Acerca de esta variable, Kenneth (2005: 5) considera que el
Tratado de Libre Comercio ha provocado descenso en los precios de los productos, lo que implica la creación de un excedente
para el consumidor a costa del productor. Los productores agrícolas esperaban mejorar su desempeño en la economía del país,
así como su calidad de vida en lo que se refiere a la economía
agrícola. La caída de este sector en términos de producción provoca problemas sociales como el aumento de la pobreza y la
emigración hacia otros países, caída de los precios y el notable
aumento en los costes de producción, y en consecuencia, en la
disminución de la superficie cosechada y la caída en la producción. Para los productores de los cultivos básicos esta situación
no ha generado ingresos para mejorar su calidad de vida, pero sí
cambió su ubicación en la estructura económica del país. Además, se aumentó la vulnerabilidad campesina a la marginación y
afectó las relaciones de la economía nacional.
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2.5. Ingreso
Como se muestra en el cuadro 5, el ingreso que perciben las
unidades de producción familiar por la venta de maíz y sorgo
para grano es muy bajo. En el caso de la caña de azúcar, durante
el año 2000 se obtuvo una utilidad neta anual de $ 14,260.00 por
hectárea; visto de esta manera, se puede pensar que es un ingreso aceptable, pero las liquidaciones se retrasan hasta 15 meses,
si esta utilidad se divide entre los meses que tarda en pagar el
ingenio, se tiene que cada mes el productor sólo obtiene un ingreso de $ 1,188.00. Lo anterior muestra de que con esa cantidad es imposible cubrir las necesidades; por tanto, los miembros
de la unidad de producción deben dedicarse a otras actividades
para aumentar sus ingresos y hacer frente a los gastos de alimentación, vivienda, servicios, educación, etcétera.
En el caso del maíz grano, los resultados indican que en ese
mismo año los productores no tuvieron ingresos netos, ya que en
cinco meses se tuvo una pérdida de $ 1,100. En el caso del sorgo
grano, también en ese periodo, los agricultores sólo recuperaron
los costos de producción. Sobre esta variable, Galindo et al. (2000:
85) concluyeron que los ingresos de los productores son bajos, lo
que los limita seriamente para adoptar innovaciones en sus predios. Sin embargo, aunque los pequeños productores tienen pérdidas o bajas utilidades con la siembra de estos productos, siguen
cultivando maíz para su sustento y utilizan los esquilmos para alimentar a su ganado o animales de trabajo. En el caso del sorgo, lo
siguen cultivando debido al bajo riesgo y lo utilizan como base
para elaborar alimentos complementarios de aves y ganado.
2.6. Tecnología agrícola
2.6.1. Semillas mejoradas
Sobre el uso de este insumo, se determinó que 95.7% de los productores mencionaron que sembraron semillas mejoradas durante
el periodo señalado, sobre todo en cultivos de caña de azúcar,
maíz y hortalizas, básicamente en los municipios de Tlaltizapán
y Tlaquiltenango. De entre quienes siembran este tipo de semillas, 95% tiene de uno a diez años de hacerlo y 10% de uno a
cinco años.
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Cuadro 5
Costos e ingresos de los tres cultivos más importantes en la
región de estudio (2000)
Cultivos
Caña
Maíz
Sorgo
Costos
Rendimiento Precio por Ingreso bruto Ingreso neto
$ ha-1 2000
t.ha-1
tonelada ($) $ ha-1 2000 2000 ($ ha-1)
27,740
7,500
5,500
150
4
5
280
1,600
1,100
42,000
6,400
5,500
14,260
-1,100
0
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
2.6.2. Fertilizantes
Se encontró que la totalidad de los entrevistados aplican fertilizantes, tanto en Yautepec, Tlaltizapán y Tlaquiltenango. Sin embargo, lo hacen siguiendo el conocimiento empírico de los productores.
2.6.3. Herbicidas
Asimismo, 84.9% de los productores aplican herbicidas en sus cultivos. Yautepec y Tlaquiltenango son los municipios donde con mayor frecuencia se aplicó este insumo durante los años 2000 y 2001.
Al respecto, Mata (2000: 71) menciona que existe una gran
variedad de factores que influyen en la posibilidad de tomar una
decisión para adoptar o rechazar un procedimiento nuevo: las experiencias tradicionales, su cultura, el conocimiento acerca de la
existencia y el origen del nuevo procedimiento, sus objetivos personales y del núcleo familiar, la influencia de otros productores,
así como de otras entidades. Por su parte, Arriaga et al. (1999:
293) consideran que las modificaciones en los sistemas se ven como
innovaciones tecnológicas cuyo objetivo es lograr un equilibrio
dinámico entre los productores y su medio ambiente. A su vez,
Mendoza (1984: 64) dice que la adopción y uso de innovaciones
es un proceso de cambio que se inicia con el conocimiento de una
innovación y termina con la adecuación y uso de la misma.
2.7. Sistemas de riego
De los productores entrevistados durante los años 2000 y 2001
en el municipio de Yautepec, 96.92% respondió que utilizan el
sistema de riego por gravedad, 1.54% usó el sistema por inundación en el cultivo de arroz y 1.54% el sistema por aspersión. En
Bahena-Delgado, G. y M. Tornero-Campante: Diagnóstico de las...
176
Cuadro 6
Porcentaje de productores que utilizaron diferentes
sistemas de riego (2000-2001)
Municipio
Yautepec
Tlaltizapán
Tlaquiltenango
Riego por Riego por Riego por Riego por Riego por Riego por
gravedad gravedad aspersión aspersión inundación inundación
2000
2001
2000
2001
2000
2001
96.92
100
100
96.92
100
100
1.54
0.00
0.00
1.54
0.00
0.00
1.54
0.00
0.00
1.54
0.00
0.00
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
Tlaltizapán y Tlaquiltenango todos los productores utilizan el
sistema de riego por gravedad (cuadro 6). Sobre esta variable,
Aldama (1998: 10) y la Comisión Nacional del Agua (CNA, 2002:
5) informaron que, en la agricultura de México, los sistemas de
riego por gravedad operan con eficiencias de aplicación a nivel
parcelario promedio del orden de 34.5% a 50%, lo que indica
que de cada 100 litros de agua aplicados al cultivo se pierden 65
y 50, respectivamente, lo cual reduce la superficie que se puede
regar y sobreexplota los acuíferos del país.
Lo anterior muestra que es indispensable la tecnificación de los
sistemas de riego ya que ofrece posibilidades de mejorar la eficiencia y el ahorro de agua utilizada en agricultura.1 Al respecto,
Bahena y Tornero (2007: 42) consideran que es posible incrementar las superficies de riego y los rendimientos. Lo anterior lleva a
responder algunas preguntas para romper el círculo vicioso: si los
ingresos de los productores son bajos o nulos, entonces, ¿de dónde invertir en un sistema de riego que permita hacer más eficiente
el uso del agua y un incremento en los rendimientos? ¿Y el conocimiento sobre el manejo de los nuevos sistemas?
Si bien es cierto que existe una escasa generación de recursos
económicos con la siembra de cultivos tradicionales por parte de
los productores agrícolas, también es cierto que estos bajos rendimientos se deben en parte a la poca o nula tecnificación de sus
predios y a una escasa capacitación de los productores para poder diversificar su producción. Entonces, una de las primeras
acciones para efectuar un proceso de tecnificación de los siste1
En Morelos, como en muchos estados del país, la disponibilidad de agua dedicada
a la agricultura se agudiza cada vez más, por eso es necesario que se efectúen mayores
trabajos de validación y transferencia de tecnología en distintos cultivos en cuanto al
manejo del agua y del suelo, con sistemas tecnificados de riego que no sólo cuiden este
recurso, sino que contribuyan a elevar la productividad y mejorar los ingresos de los
productores y de sus familias.
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mas de riego es organizar a los productores en sociedades de
producción rural (SPR) para lograr los apoyos económicos de los
gobiernos federal y estatal en un esquema de aportación de recursos de 50:50 o de 70:30. O bien de forma directa con la formulación de proyectos para conseguir recursos económicos con
otras organizaciones gubernamentales, como la Secretaría de la
Reforma Agraria (SRA) y la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO), así como la formación de cooperativas donde cada socio aporte una cantidad de
recursos económicos.
Además de los recursos económicos, como punto de partida
es indispensable que se lleve a cabo un proceso de capacitación
de los productores para lograr con éxito un programa de transferencia de tecnología (modernización de los sistemas de riego)
que les permita, por una parte, cuidar sus recursos naturales utilizando de forma más racional sus recursos productivos y, por
otra, diversificar los cultivos y ser competitivos en la actividad
productiva, aumentando no sólo la cantidad sino también la calidad de sus cosechas para que de manera organizada aprovechen
las oportunidades que brinda la apertura comercial con otros
países exportando su producción, ya sea en materias primas o
dándole valor agregado.
Por su parte, Ortiz y Amado (2003: 60) consideran que en
agricultura el manejo convencional del agua y la eficiencia global
de riego a nivel parcelario es de 45%, lo cual es un pobre aprovechamiento del recurso, por lo que es necesario que se utilicen y
adopten sistemas de riego modernos, eficientes y de bajo costo
por parte de los pequeños productores.
José Medina (2000: 16) menciona que el sistema de riego por
goteo supone una mejora tecnológica importante que contribuye
a una mayor productividad, pues significa un cambio profundo
dentro de los sistemas de aplicación de agua al suelo que también incide en las prácticas culturales, hasta el punto que se puede considerar una nueva técnica de producción agrícola.
2.8. Manejo de cultivos
En el cuadro 7 se muestra que en los municipios de Yautepec,
Tlaltizapán y Tlaquiltenango los productores entrevistados respondieron que contrataron mano de obra para realizar los trabajos en el campo, es decir, existe disponibilidad de mano de obra
en la región. Esto probablemente se debe a que el cultivo de caña
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Cuadro 7
Porcentaje de productores que emplearon trabajadores
Municipio
Yautepec
Tlaltizapán
Tlaquiltenango
Contrató
mano de
obra
Problema
con mano
obra
Menos
mano de
obra
Maquinaria
agrícola
Tracción
animal
98.1
90.8
98.1
24.6
27.7
100
81.2
33.3
100
96.9
98.5
100
44.6
30.8
0
Fuente: Elaboración propia con datos del diagnóstico.
de azúcar requiere poca mano de obra y poco tiempo para desempeñar las labores agrícolas, de esa manera, los productores
tienen la oportunidad de trabajar fuera de su parcela y de emplearse para sembrar otros cultivos como maíz, hortalizas, flores de corte y agave tequilana.
En relación con la mano de obra contratada para realizar los
trabajos de campo, se encontró que en los tres municipios de
estudio los entrevistados respondieron que siempre utilizan la
misma cantidad de personas para realizar las actividades productivas y de cosecha. En cuanto a las labores de preparación de
los suelos que corresponden a las etapas de barbecho, rastreo y
surcado, entre 97 y 100% de los entrevistados en los tres municipios contestaron que utilizan maquinaria agrícola, no así en las
labores de cultivo.
En lo referente a la tracción animal, los productores entrevistados en los municipios de Yautepec y Tlaltizapán contestaron
que sólo utilizan tracción animal principalmente en beneficios al
cultivo (escarda y despacho); mientras que en Tlaquiltenango
ningún productor la utiliza, esto se debe a que en este municipio
el principal cultivo es la caña de azúcar y el arroz, cultivos que
no requieren de este tipo de actividades.
2.9. Organización para la producción y comercialización
En el municipio de Yautepec, 81.54% de los productores entrevistados respondieron que están organizados para llevar a cabo
la producción de cultivos, 43.07% mencionó que se organizan
para comprar insumos y 83.08% para la comercialización de sus
productos. En Tlaltizapán todos contestaron que están organizados para la producción de cultivos y para la compra de insumos, y 85.20% explicó que se organizan para comercializar sus
productos. En Tlaquiltenango 87.70% respondió que están or-
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ganizados para la producción, 55.40% para la compra de insumos y 89% para la comercialización de sus productos.
Sin embargo, al parecer su concepto de organización se relaciona con los programas de financiamiento y créditos que reciben por parte de los ingenios azucareros de Zacatepec y Casasano, ubicados en la región, cuando los productores siembran caña
de azúcar. No obstante, se evidencia que sólo se organizan para
adquirir insumos cuando se trata de este cultivo, ya que son los
ingenios azucareros quienes les proporcionan al inicio del ciclo
de siembra y les descuentan al momento de la cosecha; cuando
los productores se dedican a otros cultivos adquieren sus insumos de forma individual, lo cual aumentan los costos.
En cuanto a la comercialización de sus productos, entre 83 y
89% de los entrevistados respondieron que se organizan cuando
el cultivo es caña de azúcar, mientras que quienes siembran otros
cultivos como hortalizas y flores de corte consideraron que no
existe organización para la venta de sus cosechas y normalmente
lo hacen en las centrales de abasto de la región, sobre todo a los
intermediarios, por lo que obtienen precios bajos. De manera
general se puede interpretar que no hay organización sistemática para la producción, ni para obtener insumos, ni en la comercialización de sus cosechas.
2.10. Administración y servicios
Los resultados obtenidos en cuanto a la administración de sus
predios muestran que 55% de los productores en el municipio
de Yautepec llevan un control de los gastos e ingresos en la producción de sus cultivos, mientras que en Tlatizapán sólo 23% de
ellos lo hacen y en Tlaquiltenango 44% llevan ese registro, lo
que demuestra que la gran mayoría de quienes se dedican a la
actividad agrícola en estos municipios no tienen una idea clara
de cómo aplicar sus recursos en la producción y las utilidades
reales que obtienen en un ciclo productivo. En cuanto a los servicios, los resultados muestran que en Yautepec 32.3% de los
productores entrevistados recibieron asistencia técnica durante
los años 2000 y 2001, 61.5% contó con seguro médico y 10.8%
tuvo seguro agrícola. En Tlaltizapán 56.7% recibió asistencia
técnica, 92.3% contó con seguro médico y 3.1% con seguro agrícola. En cambio, en el municipio de Tlaquiltenango ningún productor tuvo acceso a la asistencia técnica, pero 96.3% contó con
seguro médico y 3.7% con seguro agrícola.
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Bahena-Delgado, G. y M. Tornero-Campante: Diagnóstico de las...
El servicio médico (Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS)
lo proporcionan los ingenios azucareros a quienes venden su producción, quizá sea una de las razones por las que siguen cultivando caña a pesar de que económicamente no es rentable en
comparación con la producción y venta de hortalizas. Así, prefieren seguir con este cultivo debido a la seguridad que representa el precio pagado por su cosecha, al poco tiempo de trabajo
que dedican en su parcela y a que no necesitan capacitación adicional para las labores de cultivo y cosecha. En los tres municipios de estudio, la asistencia técnica la recibieron principalmente de los ingenios azucareros cuando sembraron caña de azúcar,
cuando fueron cultivos diversos la asistencia provino de las casas comerciales y en menor porcentaje de instituciones de gobierno o de educación. En los tres municipios, estas diferencias
en cuanto a asistencia técnica se deben principalmente al grado
de organización de los productores, al trabajo que desarrollan
sus autoridades ejidales, así como a la disponibilidad para implementar innovaciones en sus sistemas productivos.
Conclusiones
Actualmente los productores que trabajan la tierra en las unidades de producción familiar son personas de edad avanzada y poseen bajos niveles educativos, si bien es cierto que hay un avance
en su desarrollo, todavía existen limitantes de índole económico
y educativo que se deben superar para tener mayores posibilidades de éxito. Estas unidades de producción familiar se caracterizan porque tienen pocos miembros y sólo el jefe de la unidad se
dedica a las actividades del campo, el cual, debido a que se obtienen bajos ingresos por las ventas de sus cosechas, debe dedicarse a actividades complementarias para sostener a su familia. Esto
ocasiona altas tasas de emigración de la gente joven, principalmente hacia Estados Unidos, que no cuenta con fuentes de trabajo permanentes y que considera que la agricultura es una actividad poco rentable.
Otra característica de estas unidades de producción es que
son de tipo ejidal, con pequeñas superficies de cultivo, disponibilidad de agua y suelos de buena calidad, sin embargo, aunque
cuentan con estos recursos no se han podido organizar de manera eficiente para adquirir insumos, producir cosechas a mayor
escala y comercializar sus productos, lo que limita sus posibilidades de acceder a diversos mercados. Sus cultivos son sobre
todo de tipo industrial y granos básicos, y debido a los altos cos-
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tos de producción y a la competencia con productos provenientes del extranjero, sus ingresos se ven mermados lo que les dificulta acceder a mejores niveles de bienestar para sus familias.
Aunque utilizan tecnología en sus cultivos, ésta se ve limitada
por la falta de conocimientos suficientes para su aplicación.
El sistema de riego que predomina en los tres municipios es el
de gravedad o riego rodado, lo que resulta en un gran desperdicio
del recurso. Aunque en la actualidad se cuenta con cantidad suficiente de agua, se percibe una preocupación por aprender nuevas
técnicas para ahorrarla. En cuanto al manejo de cultivos, si bien es
cierto que contratan la misma cantidad de personas para trabajar
en sus predios, éstos son los mismos productores que al terminar
las labores en sus parcelas se contratan para trabajar en otras unidades de producción debido a que hay poca disponibilidad de mano
de obra en las comunidades. Aunque existe una organización para
la producción, ésta sólo se da en el cultivo de caña de azúcar porque son los ingenios azucareros quienes se encargan de ello, mientras que cuando son cultivos diferentes no se organizan y siguen
produciendo y comercializando de manera individual, sobre todo
con intermediarios. La formación de organizaciones para crear
redes de producción y comercialización puede contribuir a que las
unidades de producción familiar se desarrollen de forma más eficiente con pequeñas superficies de riego y para que accedan a
mejores oportunidades de mercado.
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pp. 73-96.
Recibido: 4 de marzo de 2007.
Reenviado: 20 de julio de 2007.
Reenviado: 27 de noviembre de 2007.
Aceptado: 25 de mayo de 2008.
Gregorio Bahena-Delgado. Es doctor por el Colegio de Postgraduados Campus Puebla; realizó estudios de licenciatura y maestría en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad
Autónoma del Estado de Morelos. Actualmente es investigador
de tiempo completo nivel C y maestro de diversas disciplinas en
el área agrícola. Su línea actual de investigación es el sistema
maíz-frijol y la transferencia de tecnología. Entre sus publicaciones destacan: “La tecnología de microirrigación, una alternativa
para el manejo sustentable del agua en la producción de maíz en
el estado de Morelos, México”, Revista Agricultura, Editorial Agrícola Española, 892, año 72. “Evaluación de genotipos de maíz
elotero y para grano (Zea mays L.) en México”, Revista Agricultura, Editorial Agrícola Española, 903, año 72.
Mario A. Tornero-Campante. Es doctor y maestro por el Colegio de Postgraduados (becado por Conacyt); hizo la licenciatura
en la Escuela de Agricultura de la Universidad de Guadalajara.
Realizó una estancia de investigación en la Universidad de Florida con beca de la Fundación Kellogg. Actualmente es profesorinvestigador del posgrado en Estrategias para el Desarrollo Agrícola Regional en el Colegio de Postgraduados, campus Puebla.
Sus líneas de investigación son: sistemas de producción agrícola,
pecuaria, forestal, acuícola y pesquera, así como manejo sustentable de recursos naturales. Entre sus publicaciones más recientes destacan: “La tecnología de microirrigación, una alternativa
para el manejo sustentable del agua en la producción de maíz en
el estado de Morelos”, Revista Agricultura, Editorial Agrícola
Española, Madrid, pp. 42-49 (2007); “Uso eficiente del agua en
la agricultura bajo pequeña irrigación” (2006), Publicación especial del Colegio de Postgraduados y la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla. pp. 1-15.

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