Extracto de entrevista a Montserrat Colell Extracto de entrevista a
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Extracto de entrevista a Montserrat Colell Profesora titular de Etología Facultad de Psicología Universidad de Barcelona Enero, 2010. -¿Cuáles son los descubrimientos más trascendentes, según tu parecer, en términos de inteligencia y conducta de chimpancés, que se han hecho hasta ahora? En pan troglodytes, es decir solo chimpancés quizás lo más trascendente sería la diversidad que tienen de conductas instrumentales, tecnología, y el hecho de que podemos hablar realmente de “culturas”, ya que, dependiendo de la población de chimpancé que estudiemos, vemos que tienen unas conductas instrumentales diferentes de las que tienen otras poblaciones. Es decir, hubo un chimpancé que inventó algo, esto se difundió al resto del grupo, y esto se ha mantenido por las generaciones pasando de madres a hijos. Y ahora, por ejemplo cuando vemos las diferentes poblaciones (estoy hablando en la naturaleza), las podemos calificar por las conductas que tienen, que son conductas de tipo cultural. Por ejemplo los chimpancés en Costa de Marfil utilizan piedras para romper nueces. En cambio, si miramos los chimpancés que viven en algunas regiónes de Tanzania, estos no presentan esta conducta, teniendo exactamente los mismos recursos (las piedras y nueces en el entorno). Además a los chimpancés de Tanzania les gustan, e intentan romperlas con los dientes, pero no han desarrollado esta técnica todavía. Entonces esto es muy importante, estamos hablando de cultura en animales no humanos. -En 1974, Jane Goodall observó la primera guerra entre chimpancés (la cual duró cuatro años) de la cual se tiene registro, ¿es posible una situación de estas características con chimpancés en cautiverio? ¿Qué factores podrían desencadenarla? No, hablar de guerra en chimpancés en cautiverio, imposible. Cuando tienes la palabra “guerra” realmente es una palabra muy antropocéntrica. Aunque realmente en el caso de los chimpancés que comentas, se podría explicar así, ya que “invadieron” el territorio y “aniquilaron” a los individuos del otro grupo, para tener el control de aquella zona, de las hembras y de los recursos que había, y de manera persistente por cuatro años. Pero en cautividad esto no. Sí que te puedes encontrar – dependiendo del espacio- que a lo mejor en un grupo solo podrás tener un macho adulto, ya que si el espacio es limitado, y pones dos machos adultos, seguramente habrá mucha agresión entre ellos. Pero incluso si se da una agresión entre machos adultos no la podemos considerar una guerra. Aquí lo que tenemos es que considerar una serie de factores que inciden: poco espacio, pocas hembras disponibles, las condiciones en que viven, etc. Pero guerra sería difícil porque estamos hablando de un grupo de sujetos grande, que compite e intenta exterminar a otro grupo de sujetos, en cautiverio no tiene sentido. En un zoológico lo que se habla es de agresión entre los animales, pero no de guerra. Extracto de entrevista a Raúl Galindo Cuidador del Zoológico Nacional del Parque Metropolitano de Santiago Febrero, 2010. -¿Cómo fue que comenzaste a acercarte a ellos, tomaron alguna actitud agresiva al principio? Lo que pasa es que ellos llegaron a una parte desconocida, había que tener paciencia y trabajar con ellos hasta que se fueron adaptando a uno porque aunque no eran violentos, sí eran muy esquivos, andaban para todos lados, entonces no se acercaban a uno. Entonces uno con estos animales tiene que irlos engatusando de a poquito, darles cosas que le gusten.. hasta que nos fuimos haciendo “uña y mugre”. -¿Qué actitudes recuerdas que te hayan sorprendido? No, lo que pasa es que el chimpancé de a poco se fue adaptando a las costumbres de uno y uno también a las costumbres del mono porque uno ve que una cosa no le gusta, y como si fuera un niño chico, al principio teníamos que tener cuidado de cualquier peligro que hubiera como elementos donde pueda quedar enredado. En ese sentido era bien cuidadoso con los monos. Y uno se va dando cuenta enseguida de que el mono es muy inteligente. Incluso tiempo atrás, el Toto se salió del recinto, así que tuvieron que ir a buscarme a mi casa. Cuando él me vio llegar a mí me mostró los dientes igual que un niño chico cuando hace una maldad, y se esconde de las maldades que hizo. Y yo le dije: “¿Qué estás haciendo aquí?, ándate para dentro que tienes a todos asustados!” y el mono me hacía ciertos sonidos que parecían de arrepentimiento, como queriendo decir que él no tenía culpa, ya que había sido un error del personal que el mono se saliera de su recinto.