La vocacion del cantor - Abraham Soshua Heschel

Transcripción

La vocacion del cantor - Abraham Soshua Heschel
LA VOCACION DEL CANTOR POR ABRAHAM SOSHUA HESCHEL
¿Qué espera una persona que entra en una sinagoga? Buscando aprender algo, uno
se va a una librería; si se busca placer estético, se va a un museo de arte; si se busca
la música, se va a una sala de conciertos. Muchas son las ocasiones que nos ayudan
para adquirir importantes virtudes mundanas, habilidad y técnica. Pero ¿Dónde se
podría aprender sobre las realidades más profundas del espíritu?.
Muchas son las oportunidades para los discursos públicos, ¿pero donde están las
ocasiones para el silencio interior? Es fácil encontrar gente que nos enseñara a ser
elocuentes, pero ¿quién nos enseñará a estar callados? Es importante desarrollar el
sentido del humor, ¿pero no es importante también tener un sentido de reverencia?
¿Dónde se podría aprender la eterna sabiduría de la compasión? ¿el miedo de ser
cruel? ¿el peligro de ser insensibles? ¿dónde podría uno aprender que la verdad más
grande se encuentra en la constricción y en el arrepentimiento?
Es importante y preciso el desarrollo de nuestras facultades, pero también el cultivo de
una conciencia sensible es indispensable. Estamos todos en peligro de ahogarnos en
la oscuridad de la vanidad; estamos todos envueltos en la adoración del propio ego.
¿Dónde podremos llegar a ser sensibles a las trampas del ingenio, o a la comprensión
de que el oportunismo no es “el no va mas” de la sabiduría, tenemos necesidad
constante de auto purificación. Tenemos necesidad de experimentar momentos en los
cuales lo espiritual sea tan relevante y concreto como, por ejemplo, lo estético. Cada
uno tenemos un sentido de la belleza, cada uno somos capaces de distinguir entre lo
maravilloso y lo horrible. Pero debemos aprender a ser sensibles al espíritu. Es en la
sinagoga donde debemos adquirir tal interioridad y tal sensibilidad.
Para alcanzar un cierto grado de seguridad espiritual no se puede basar uno en los
propios recursos. Hay necesidad de una atmósfera donde la tensión al espíritu es
compartida por una comunidad. Tenemos necesidad de estudiantes y escolares,
maestros y especialistas. Pero tenemos necesidad de la compañía de testimonios, de
seres humanos entregados al culto que por un momento sienten la verdad de que la
vida no tiene sentido sin estar unido a Dios. Es la misión del cantor LA DE CREAR
COMUNIDAD LITÚRGICA, LA DE CONVERTIR UNA PLURALIDAD DE INDIVIDUOS
QUE ORAN EN UNA UNIDAD DE CULTO, DE ADORACIÓN.
Reflexionando sobre su experiencia religiosa, un judío comprenderá que algunos de los
acontecimientos más grandes en el aspecto religioso suceden en ambientes de
oración. El culto es la fuente de la experiencia religiosa, de la intuición religiosa, y
algunos de nosotros vivimos a través de lo que ocurre en las horas que pasamos en la
sinagoga. Estas horas fueron en el pasado las fuentes de la intuición, las fuentes de la
fe. ¿Están abiertas estas fuentes todavía en nuestro tiempo?
Siguiendo un servicio en la sinagoga capté el comentario de una señora anciana a su
amiga: "¡Fue un servicio encantador”; me vinieron ganas de llorar. ¿Es esto lo que la
oración significa para nosotros? Dios es serio, él no es "encantador" nunca. Pero
nosotros pensamos que es posible estar bien lustrosos y orar. "Servid al Señor con
temor y alegraos con temor" (Ps.2) La oración es alegría y miedo, confianza y temor
juntos.
Yo crecí en una casa de culto donde lo espiritual era real. No había elegancia, pero
había constricción; no habla gran riqueza, pero había una gran espera. Era un lugar
donde cuando veía a un judío sentía el Judaísmo; algo ocurría en la gente cuando
entraban en la casa de culto. Todavía hoy cuando voy a la sinagoga mi esperanza es la
de experimentar el sabor de tal atmósfera. ¿Pero guía es lo que encuentro dentro de la
sinagoga contemporánea? Todos estamos de acuerdo sobré la importancia de la
oración. LOS CANTORES DEDICAN SU VIDA AL ARTE DE CONDUCIR A NUESTRO
PUEBLO EN LA ORACIÓN. Es verdad que de todos los actos religiosos, la oración es
el que más se observa; cada séptimo día centenares de millares de Judíos entran en la
sinagoga. ¿Pero qué sucede en la mayoría de nuestros servicios?
Es necesario comprender las dificultades del cantor. La llamada a la oración muchas
veces choca contra un muro de hierro; la asamblea no está siempre abierta y pronta
para adorar. EL CANTOR DEBE PERFORAR LA ARMADURA DE LA INDIFERENCIA,
TIENE QUE LUCHAR PARA OBTENER UNA RESPUESTA. Debe conquistarles Para
hablar en nombre de ellos. A ,yesos, debe ser el que despierta a los que dormitan,
antes de ser un "shelich sibbur". Me parece que no-debemos olvidar que existe una
herencia de capacidad espiritual de respuesta en las almas de nuestro pueblo. Es ver
dad, incluso, que esta capacidad de respuesta puede perderse por falta de nueva
inspiración, del mismo modo que un fuego se puede apagar por falta de combustible.
La tragedia de la sinagoga es la despersonalización de la oración. "liazzanuth" (¿el
canto?) se ha convertido en un virtuosismo, una demostración técnica, un negocio
personal. El resultado es que en los sonidos que vienen fuera de la ''cierran'' no
tendremos participación; los sonidos penetran los oídos, pero no tocan el corazón. La
palabra hebrea justa para cantar es "Da'al tefilleh", "maestro de oración". La misión del
cantor es conducir en la oración. El está delante del Arca, no como un artista aislado
que trata de demostrar su habilidad o de desahogar virtuosismos Vocales; él está
delante del Arca, NO COMO UN INDIVIDUO SINO COMO UNA ASAMBLEA. El se
debe identificar con la asamblea. Su oficio es representar e inspirar a una asamblea.
Dentro de la sinagoga, la música no es un fin en sí misma sino un medio de experiencia
religiosa. Su función es la de ayudarnos a vivir a través de un momento frente a la
presencia de Dios, de ponernos ante al en las alabanzas, en el auto escrutinio y en la
esperanza.
Hemos adoptado la actitud de creer que el mundo es un vacío espiritual, en tanto que
los Serafines proclaman que "la tierra entera está llena de su gloria". Solamente los
Serafines están dotados de este sentido pro la Gloria? "Los cielos narran la gloria de
Dios" ¿Cómo la narran? ¿Cómo la revelan ellos? "No es un mensaje, no hay palabras,
ni su voz se puede oír'' (Ps.19,4), los cielos no tienen voz, la Gloria no se puede oír. Es
una misión del hombre revelar aquello que está escondido, ser la voz de la Gloria,
cantar su silencio; articular -por decirlo así- lo que está en el corazón de todas las
cosas. La Gloria aquí es invisible y silenciosa; el hombre es su voz, su misión es ser la
canción. El Cosmos es una asamblea con necesidad de un cantor.
Cada 7º día proclamamos como un hecho:
"Todos ellos te dan gracias,
todos ellos te alaban,
todos ellos te dicen:
no hay Santo como el Señor".
¿Qué oído ha escuchado jamás cómo cantan los árboles al Señor? ¿Ha pensado
alguna vez nuestra razón en invitar al Sol a alabar al Señor? Y, sin embargo, lo que el
oído" no es capaz de percibir, lo que la razón no es capaz de concebir nuestra oración
lo hace claro a nuestra alma. Esto es una verdad que debe ser aferrada por el espíritu:
"Te darán gracias, Señor, todas tus obras" (Ps.145,10). Nosotros no estamos solos en
nuestros actos de alabanza; allí donde hay vida existe un culto silencioso. El mundo
esta siempre a punto de llegar a ser una realidad en adoración.
Es el hombre el que es el Cantor del Universo; en su vida, el secreto de la oración
cósmica está desvelado. Cantar significa oír y afirmar que el Espíritu es real y que su
Gloria está presente. Al cantar, nosotros percibimos lo que de otra manera está más
allá de la percepción. Canto, y en particular canto litúrgico, no es solamente un acto de
expresión, sino también un modo de hacer bajar el Espíritu del cielo sobre la tierra.
El valor numérico de las letras que constituyen la palabra "shirch", "canto", es igual al
valor numérico de la palabra "tefillah", oración. oración es canción. "¡Cantadle,
salmodiad para él, meditad todas sus maravillas¡" (1Co.16,9), sobretodo el misterio que
nos rodea.
La maravilla desafía toda descripción; el misterio sobrepasa los límites de la expresión.
El solo lenguaje que parece compatible con la maravilla y el misterio del ser, es el
lenguaje de la música. La música es algo más que expresividad; ella es más bien un
impulso hacia un dominio que goza más allá de las expresiones verbales. La expresión
verbal tiene el peligro de ser tomada literalmente y de servir como un sustituto para la
intuición; las palabras se convierten en "slogans", los "slogans" se convierten en ¡dolos.
Mas la música es la demostración de la finalidad humana; la música es el antídoto
contra una idolatría más alta.
Mientras otras fuerzas en la sociedad se combinan para aplastar nuestra mente, la
música nos reviste de momentos en los cuales el sentido de lo inefable llega a ser vivo.
Oír una gran música es una experiencia extraordinaria que impulsa al alma a un
encuentro con un aspecto de la realidad con el cual la mente no puede nunca
relacionarse adecuadamente. Tales experiencias rebajan la arrogancia y la
complacencia, y pueden final mente producir un sentido de constricción y una prontitud
para la conversión.
Yo no soy ni un músico ni un experto en música, pero la experiencia extraordinaria de
la-música ha sido un desafío para mi pensamiento en los problemas fundamentales.
Yo paso mi vida trabajando con pensamientos, y un problema que no me da descanso
es: estos pensamientos ¿se elevan jamás a la altura radiante de la música auténtica
Se ha dicho alguna vez que cuando alguno había transgredido la ley y llevaba su
sacrificio al templo santo de Jerusalén, el sacerdote lo miraba y percibía todos sus
pensamientos. si él descubría que el hombre no estaba arrepentido completamente, el
sacerdote daba la orden a los Levitas de comenzar a cantar una melodía para llevar al
pecador a la "teshubali" (conversión, arrepentimiento). La música nos lleva a las
puertas de la conversión. del arrepentimiento; de la insoportable realidad de nuestra
vanidad y fragilidad y de la terrible importancia de Dios.
Yo me definiría como una persona que ha sido impactada por la música como una
persona que no se ha rehecho de los impactos de la música Sin embargo, la música es
un recipiente que puede contener cualquier cosa: ella puede expresar vulgaridad,
puede transmitir sublimidad. Puede acentuar la vanidad; puede inspirar humildad.
Puede engendrar furia; puede encender la compasión. Puede provocar estupidez y
puede ser la voz de la grandeza. Si a menudo proclama la más alta reverencia del
hombre, también a menudo puede expresar la más terrible arrogancia.
La música cantoral es la primera de todas en el servicio de la Palabra literales. Su
centro es "hussali" (canto) y su integridad depende de la "nussali" (canto). En otro lugar
he sugerido que una de las principales causas de la decadencia de la oración en la
sinagoga es la pérdida de las "nussali" (canto), la pérdida del canto; y seguramente la
separación de la música vocal-cantoral de las "nussali" ha sido la cosa más dañosa.
Orar sin "nussali" es perder la activa participación de la comunidad. La gente puede ser
incapaz de orar; todos somos capaces de cantar. Y el canto conduce a la oración Lo
que yo quiero decir de la separación de la música cantoral de la Palabra litúrgica, no es
cantar sin palabras sino cantar de un modo que contradice las palabras, ya sea esto un
problema espiritual o técnico. LA VOZ DEL CANTOR NO DEBE REEMPLAZAR TAS
PALABRAS NI MINI INTERPRETAR EL ESPÍRITU DE LAS PALABRAS. EL CANTOR
QUE PREFIERA HACER UN ALARDE DE SU VOZ ANTES QUE ACOMPAÑAR LAS
PALABRAS Y MANIFESTAR EL ESPÍRITU DE LAS PALABRAS, NO LLEVARA A LA
COMUNIDAD A LA ORACIÓN. "Sé humilde delante de la Palabra" debería ser el
imperativo del cantor.
La música es algo serio que puede ocupar el lugar del sentido religioso en el corazón
del hombre (la sala de conciertos es para mucha gente el sustituto de la sinagoga); el
hecho de separar la música de la Palabra puede, sin duda, fomentar una espiritualidad
sin una entrega personal y prestar más un ser vicio a la música de concierto que a un
enriquecimiento de la sinagoga.
UN CANTOR QUE SE PONE ANTE LA SANTIDAD DEL ARCA Y NO FRENTE A LA
CURIOSIDAD DEL HOMBRE, SE DARÁ CUENTA QUE SU AUDIENCIA ES DIOS.
APRENDERÁ A DARSE CUENTA QUE SU OFICIO NO ES ENTRETENER, SINO
REPRESENTAR AL PUEBLO DE ISRAEL. HABRÁ MOMENTOS EN LOS QUE SE
OLVIDARA DEL MUNDO, IGNORARA A LA ASAMBLEA Y SE VERÁ INVADIDO DE
LA SABIDURÍA DE AQUEL EN CUYA PRESENCIA ESTA. La Asamblea entonces
escuchará y sentirá que el cantor no está dando un recital, sino alabando al Señor .
QUE ORAR NO SIGNIFICA ESCUCHAR A UN CANTOR, SINO IDENTIFICARSE CON
LO QUE ESTA SIENDO PROCLAMADO EN EL SONIDO.
Cuando entro en la sinagoga lo primero que hago es abandonar lo que yo sé y tratar de
comenzar de nuevo. Las palabras están unas veces abiertas, otras cerradas, y a veces
hasta tienen su dificultad. El canto es una esfera que admitirá, incluso, al pobre en la fe.
Está tan lejos y, sin embargo, todos es- tamos allí. El orgullo comienza a desaparecer
poco a Poco y comienza a darse la alabanza. La voz del cantor es una puerta, pero a
menudo el abatir de la puerta puede desentonar nuestra susceptibilidad, que. se hace
pedazos.
La humanidad está siempre en proceso y el interrogatorio del alma puede ser audible
en la música. Una de las cosas que se reflejan en la moderna música cantoral, es la
falta del sen-tido del misterio que está a la raíz de la conciencia religiosa. La música
adquiere su dimensión religiosa cuando no se queda satisfecha con transmitir lo que
está a la puerta de la emo-ción y de la imaginación. La música religiosa es un intento
de envolver lo que está dentro de nuestra esfera, pero más allá de nuestro alcance; la
pérdida de esta tensión origina el peligro de que la música religiosa pueda ser una
distorsión del espíritu.
La música es el alma del lenguaje. Una buena frase es más que una serle de palabras
puestas juntas; una frase sin tonalidad, sin cualidad musical, es como un cuerpo sin
alma El secreto de una buena frase esta en la creación de una cualidad tonal que
corresponda al significado de las palabras; debe haber una armonía entre el tono justo
y las palabras justas. Esta armonía falta dolorosamente en la música cantoral. Se
queda uno estupefacto al escuchar cómo pensamientos magníficos vienen pronuncia
dos en tono falso Palabras sublimes y melodías crueles. Mucho de lo que escuchamos
en la sinagoga es extraño a nuestra liturgia; la música que oímos distorsiona y
contradice las palabras, en lugar de elevarlas si glorificarlas. Tal música produce un
efecto molesto en nuestra búsqueda de la oración Uno se siente a menudo herido al
escuchar algunas de las melodías en las sinagogas modernas.
Es un hecho que, así como hay oradores que son mejores que sus palabras, hay
cantores que son mejores que sus melodías. Pero esto no es un problema de interés
personal; el futuro de la oración hebraica depende en grado considerable del poder del
cantor.
El "Siddur" es un libro del que todos hablan, mas pocos han leído este libro, que tiene
la particularidad de ser uno de los libros más desconocidos de nuestra literatura.
¿Consideramos de verdad el significado de su palabra? ¿Tratamos tal vez de identificar
nuestra vida interior con lo que se proclama en la "nishmath": "E! alma de todo ser
viviente bendice tu nombre, Señor Dios nuestro ..."? Hay quienes dicen, sin embargo,
que el "Siddur" no expresa los deseos, las necesidades, las aspiraciones del hombre
moderno.
Debemos aprender cómo estudiar la vida más íntima de las palabras que llenan el
mundo de nuestro Libro de Oración. sin un estudio intenso de su significado nos
encontramos, en real¡ dad, desconcertados cuando encontramos la multitud de seres
extraños y sublimes que pueblan el cosmos interior del espíritu judaico. El problema del
Libro de oración es que es demasía do grande para nosotros, demasiado sublime;
nuestras pequeñas almas deben, primero, elevarse a su grandeza. No liemos
conseguido traducir su grandeza a nuestras mentes, y nuestras almas se pierden en su
desierto sublime. No es bastante saber cómo traducir el hebreo al inglés; no es
bastante haber encontrado una palabra en el diccionario y haber experimentado
especiales aventuras aplicándole el estudio de la gramática. Una palabra tiene "un
alma", y nosotros debemos aprender a captar la intuición de su "vida". Las palabras
conllevan una especie de compro miso y no son solo el sujeto de reflexiones estéticas.
Este es nuestro dolor; decimos palabras pero no tomamos decisiones.. No sabemos ni
tan siquiera cómo mirar a través de una palabra para encontrar su significado; liemos
olvidado cómo encontrar el camino hacia la palabra, cómo entrar en relación íntima con
algunos pasajes del Libro de Oración. Estamos familiarizados con todas las palabras,
pero según nuestro gusto, y así no lo estamos con ninguna. El "siddur" (orden en la
oración se ha convertido en un lenguaje extraño que no sabe cómo pronunciar el alma.
Para que la Música cantoral pueda volver a adquirir su dignidad, no será suficiente
estudiar el modelo auténtico de nues-tra tradición musical; lo que hace falta es una
renovación litúrgica. Esto implicará no solamente un sentido nuevo de reverencia y de
fe, sino una nueva intuición del significado de las palabras litúrgicas y un modo interior
de proclamar y apropiar las pala-bras. La decadencia del "Hazzanuth" (cantor)
continuará hasta que no entendamos que el temor y la fe son tan importantes como el
talento y la técnica, y que la música no debe perder su rela-ción con el espíritu de las
palabras.
Es importante para el cantor estudiar la melodía, pero también es importante estudiar
las palabras del Libro de Oración. En el judaísmo el estudio es una forma de culto, pero
se puede decir que el culto es una forma de estudiar que incluye la meditaci6n. No es
bastante confiar en la propia voz; hace falta un esfuerzo constante para encontrar un
camino hacia la grandeza de las palabras en nuestro Libro de oración.
La esencia de nuestra liturgia es una combinación de palabras y de música. Por muy
grande que sea la música, ella no es ni lo último ni lo supremo. El último es Dios, y el
medio a través del cual llegar a él, es la Palabra. Nosotros no tenemos música sacra:
nosotros acompañamos las Sagradas Escrituras, la Palabra sagrada. La música es el
lenguaje del misterio. Dios es el significado más allá del misterio. Aquél significado está
escondido en las palabras bíblicas, y nuestras oraciones son una tentativa de descubrir
que hay encerrado en aquellas palabras.
A pesar de toda su grandeza, hay algo más grande que la música. En el Sinaí nosotros
oímos el trueno y el relámpago; pero ellos no eran la música de los elementos, sino de
la Palabra a causa de la cual ocurrió el gran suceso. La Voz siempre va por delante y
nosotros vamos detrás de Ella. Nosotros no tenemos ni iconos ni imágenes en nuestras
sinagogas; ni siquiera tenemos necesidad de símbolos visibles para crear en nosotros
una actitud de culto y de adoración. Todo lo que nosotros tenemos en nuestra liturgia
son palabras, y lo mismo en nuestro corazón. Hoy, ambos están separados; la misión
de la música es reunirlos de nuevo.
"¿Quién subirá al monte del Señor,
quién estará en su lugar santo?
El que tiene manos puras y un corazón puro
y no vuelve su alma a la vanidad" (Ps.24).
NI POR LA FUERZA DE SU VOZ, NI POR LA FUERZA DE SU TALENTO, NI POR EL
SENTIDO DE LO ARCANO Y DEL MIEDO, SINO POR LA CONTRICIÓN Y LA
HUMILDAD ES COMO UN CANTOR CONSEGUIRÁ, CONDUCIR A OTROS A LA,
ORACIÓN. El cantor debe aprender constantemente cómo estar envuelto en aquello
que dice, comprendiendo que él debe enseñar a los otros cómo unirse a las palabras
de la liturgia. El tiene una misión secreta de convertir, de conducir a la Í Asamblea a un
punto en el cual puedan sentir que la arrogancia es un abismo y el sacrificio una
eternidad.
Hay testimonios de la existencia de Dios; entre los primeros de todos están la Biblia y la
música. Nuestra liturgia es un momento en el cual estos dos testimonios vienen
expresados. "Una afirmación es sostenida bajo la evidencia de dos testigos'' Nuestra
liturgia consiste en el testimonio de la música y de la Palabra. Quizás éste sea el modo
de definir a un maestro de oración: es una persona en la cual se encuentran los dos
testimonios. Es una persona en la cual se da una ecuación espiritual: la ecuación de
canto y "ánimo", de palabra Ir mente. El "yo" y la oración son una sola cosa.
Me gustaría concebir el "Hazzanuth" como el arte de hacer la exégesis del "Siddur"
(Libro de Oración equivalente a nuestro "Salterio") como el arte de interpretar las
palabras de la liturgia. Las palabras mueren por la rutina; la misión del cantor es la de
darles vida. EL CANTOR ES UNO QUE CONOCE EL SECRE-TO DE LA
RESURRECCIÓN DE LAS PALABRAS. El arte de dar vida a las palabras en nuestra
liturgia requiere, no solo el estar envuelto personalmente en ellas, sino en poder
expresar el contenido de piedad durante siglos. Nuestra liturgia contiene mucho más de
lo que nuestros corazones son capaces de oír. La Li-turgia hebrea es un resumen
espiritual (en textos y cantos) de nuestra Historia. Hay una Tohrá escrita y otra no
escrita; la Escritura y la Tradición. Nosotros hebreos, afirmamos que la una sin la otra
es ininteligible. Del mismo modo podemos decir que hay una liturgia escrita y una no
escrita; está la liturgia, pero está también un acercamiento interior a ella y una
respuesta a ella; un modo de dar vida a la Palabra, un estilo en el cual las palabras
llegan a ser una proclamación personal y única.
El Señor mandó a Noé: "Entra en la "tevah" (arca) tú y toda tu familia"
(Gen.7,1)."Tevah" significa "arca", pero también significa "palabra". En la oración, una
persona debe entrar en la Palabra con todo lo que tiene, con el alma y con el corazón,
con voz y pensamiento. "Haz una luz para la tevah''. La Palabra es oscura. Esta es la
misión del que reza: encender una luz en la Palabra. Debemos acercarnos
humildemente, sea a la Palabra, sea al canto. No debemos olvidar que la Palabra es
más profunda que nuestros pensamientos; que el canto es más sublime que nuestra
voz. Las palabras nos elevan. Los rabinos dicen que "aquellos que llevaban el Arca, en
realidad eran ellos llevados por el Arca" Verdaderamente, aquél que sabe cómo llevar
una palabra en todo su esplendor, es llevado también por la palabra. Aquél que ha
conseguido encender una luz dentro de la Palabra, descubrirá que la Palabra ha
encendido una luz dentro de su alma. ¿Dónde está la "Shekinah"? ¿Dónde se siente la
presencia de Dios? Según el "Tukkune Zohan'', la Shekinah está en las palabras. Dios
está presente en las palabras sagradas. Orando, nosotros descubrimos la Santidad en
las palabras.
El canto es la expresión más íntima del hombre; de ningún otro modo el hombre revela
lo que es en sí mismo tan perfecta mente como en el modo en el que canta, puesto que
la voz de una persona, especialmente durante el canto, es el alma en su total
desnudez. Cuando cantamos, pronunciamos y confesamos todos nuestros pecados.
"Hazzanuth" (canto) es "histapkuth hanefesh" (manifestación del corazón). Hay una
historia sobre Baal Shem; dicen que una vez estaba escuchando muy atentamente a
un músico. Cuando sus discípulos le preguntaron por que- estaba tan absorbido en lo
que estaba escuchando, el Baal Shem respondió: cuando un Cantor canta, echa fuera
y manifiesta todo lo que ha hecho.
Verdaderamente, un cantor en Pie frente al Arca desnuda toda su alma, expresa todos
sus secretos. El arte de ser cantor comprende la profundidad, la riqueza y la integridad
de su existencia personal.
Existe la historia de un "rabbikassidin" de Galicia. Entre. sus seguidores había muchos
cantores ("Kazzanim"); tenían la costumbre de reunirse en torno al rabbí para el
Sabbath que precede al Rosh Hashanah. Al final de su visita, entraban en la cámara
del Rabbí y pedían su bendición a fin de que su oración, Rosh Hashanah, fuera
aceptada por el cielo. Una vez -continúa diciendo la historia- uno de los "kazaanim"
entró en la cámara del rabbí para hablar con él Cuando el rabbí le preguntó por qué
tenía tanta prisa de partir, el "hazaanuth" respondió: "Debo volver a casa para repasar
el Mahzor (liturgia para los días de arrepentimiento) y echar un vistazo a las notas".
Entonces el rabí replic6: "¿Por qué tienes que repasar el Mahzor o las notas? son las
mismas del año pasado. Es más importante rezar por tu propia vida y echar un vistazo
a tus acciones, porque tú no eres el mismo que hace un año". . El "Hazan" no tuvo ya
prisa para partir.
El temor reverencial es el pre-requisito de la fe y un ingrediente esencial en el cantor;
la pérdida del temor que uno debe sentir en la presencia de una Asamblea, el no tener
presente lo pobres que somos en espíritu y en hechos, es peligroso. Un hombre sabio
perdió todos sus recursos y buscaba un modo de ganase la vida. Los miembros de su
comunidad, que lo admiraban por sus conocimientos y por su piedad, le sugirieron que
les hiciera el servicio como cantor en los "días de la Penitencia", pero él se consideraba
indigno de servir como mensajero de la -comunidad, como aquél que debería llevar las
oraciones de sus hermanos ante el Omnipotente. Fue a su maestro, el rabí de Husiatín,
y le contó su triste situación: la invitación que le habían hecho de hacer el servicio de
cantor en "los días de la Penitencia", y su miedo de aceptar el ponerse al frente de la
oración de su comunidad. "Ten miedo, y reza" fue la respuesta del rabí.

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