Efecto rebote: El miedo de toda dieta

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Efecto rebote: El miedo de toda dieta
Efecto rebote: El miedo de toda dieta
Ya estamos a pocos días de las ansiadas vacaciones y la lucha por bajar de peso
continúa. Los gimnasios siguen llenos y los más perseverantes continúan probando la
última dieta del año, la que se ha convertido en su última esperanza. A pesar que se
realiza de forma estricta, existe el riesgo de que todo el esfuerzo se pierda, debido al
famoso efecto rebote.
Según Karen Villalón, nutricionista de Red Salud UC, el efecto “se debe a un
proceso natural del organismo donde éste se ha visto desprovisto de un nutriente
importante en un tiempo determinado y al recibirlos nuevamente reacciona de
sobremanera provocando un almacenamiento excesivo de azúcares principalmente en la
zona abdominal”, explica.
Pero para lograr eliminar los kilos demás no sólo basta con tener una buena
alimentación, sino también se vuelve esencial realizar ejercicios, ya que de él depende
el gasto calórico que deseamos imponer en nuestro organismo, señala la nutricionista.
Y agrega: “Si bien existe un consumo calórico en todas las actividades que realizamos
diariamente, el practicar algún tipo de actividad física mínimo 3 veces por semana
contribuirá de manera efectiva en todo tratamiento para bajar de peso”, puntualizó.
Con respecto a la efectividad de las dietas la especialista asevera que son efectivas en la
medida que son equilibradas al aporte de nutrientes. Se deben considerar los tres
grandes grupos: carbohidratos, proteínas y lípidos o grasas. Además, afirma que “es
fundamental para cualquier plan de alimentación ser constante, poseer horarios fijos de
alimentación y escoger los alimentos adecuados y en lo posible más naturales para
nuestro organismo”, recomendó la experta.
Algunas recomendaciones para quienes aún esperan que su dieta les de buenos
resultados:
 Al momento de realizar un régimen siempre debemos cuidar incorporar todos
los grupos de alimentos de nuestra pirámide alimentaria a excepción de los
azúcares refinados.
 Debe ser balanceada. Rica en cereales integrales, verduras de diversos colores
para asegurar un consumo adecuado de vitaminas.
 Se deben consumir frutas (ideal 3 unidades por día), lácteos descremados,
carnes bajas en grasa preparadas a la plancha o parrilla, semillas y frutos secos
que se pueden utilizar como snack. Y una adecuada hidratación que podría estar
dada por aguas minerales sin gas o gelatinas sin azúcar de tonos claros.
 Es importante que los planes de alimentación siempre estén acompañados de
una guía profesional adecuada o supervisión de nutricionistas.
 Y fundamentalmente orientarse de manera adecuada a realizar un cambio de
hábitos de alimentación definitivo que beneficie a todo el grupo familiar.