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Transcripción

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HOT CHIP
THE 2 BEARS
RICHIE HAWTIN
TOTALLY ENORMOUS EXTINCT DINOSAURS
JULIA HOLTER / FRANKE ROSE
MAYA JANE COLES
PATRICK WATSON
DANIEL MILLER
DOMINIQUE A
SAINT ETIENNE
TRUST
LANA
DEL
REY
SÓNAR’S
OFFICIAL MAGAZINE
132
JUNIO 2012
CONSIGUE LA EDICIÓN CON CD EN TU QUIOSCO
GO SERIES 91:
SÓNAR 2012 MIXED BY XXXY
Incluye temas de Richie Hawtin, The 2
Bears, Maya Jane Coles, John Talabot,
Untold, Modeselektor, Kode9, Nehuen
& xxxy, Azari & III, Yosi Horikawa,
Eltron John, DVA, Nightwave...
€ 4,90 (€ 5,05 en Islas Canarias)
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8
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020/021
sónar 2012 Lana Del Rey
ESPECIAL SÓNAR 2012
LANA
DEL
REY
LA FAMA Y LA LANA
Texto
Virginia Arroyo
Su vueltecita en el “Saturday Night Live” ha poblado la blogosfera superpuesta al hundimiento del Titanic, las cacerías del rey en Botswana, el ojo de Sauron, la mano de King Kong o los
cadáveres de las niñas de “El resplandor”. Muñequita de porcelana, personaje sacado de “Mad
men”, diva pop del momento, sufrida cantautora, niña bien con aspiraciones artísticas, sensible e introvertida chica de pueblo… Hay tantas versiones de Lana Del Rey como dedos escriben
o bocas hablan sobre ella, incluida la suya. Lana Del Rey conversa con nosotros acerca de la
fama, la difamación, su supuesto disco oculto y el controvertido “Born to die” (Universal, 12).
022/023
sónar 2012 Lana Del Rey
L
a penthouse del Hotel Majestic de Barcelona es el lugar fijado para nuestro encuentro una tarde de sábado. Lana acaba de enterarse de que va a ser portada de nuestro
número de junio y yo me he enterado la tarde anterior, así que la emoción se palpa en
el ambiente. “¡Es genial!”, exclama en cuanto nos dejan solas en la habitación, “dile a
todos que muchísimas gracias, de verdad”. Lana despliega una sonrisa de oreja a oreja
que raramente se borrará a lo largo de la media hora que dura nuestra charla. Fiel a su
habitual imagen, lleva un vestido blanco por la rodilla, una rebequita torera de algodón y una bandana de colores sujetándole la melena. Es una estrella mundial del pop
y no parece vestirse ni comportarse como tal. Pero lo cierto es que la carrera musical
de Lizzy Grant, más conocida como Lana Del Rey, nació como la de tantas otras jóvenes americanas: “Vivía en un pueblecito en el condado de Essex. Teníamos la iglesia al
lado de casa, así que empecé a cantar allí. Como siempre me había gustado escribir
historias, cuando cumplí 17 o 18 años aprendí a tocar la guitarra y empecé a componer
canciones”. Y, entonces, como en tantas otras historias, la niñita de pueblo se hace una
mujer y decide mudarse a la gran ciudad: “Me fui a vivir al Bronx y a Brooklyn y empecé a actuar en noches de Open Mic. Y así empezó todo”.
Para empezar a escribir tan joven, tus letras casi siempre han sido historias de amor
muy turbias. ¿Tan oscura era y es tu visión del amor? En realidad no. De hecho, mi
vida amorosa no era tan complicada, pero el resto de mi vida sí, así que cuando me
sentaba a escribir lo hacía con un estado de ánimo melancólico. No es que me gusten
los romances oscuros, sino los romances intensos (mira hacia la puerta, chasquea la
lengua, visiblemente molesta, y se levanta para pedirle a su crew que baje el volumen. Vuelve a sentarse y continúa, aunque se le nota un poco incómoda). La primera
vez que me enamoré, me sentí electrizada, viva. Pero él se metía en muchos problemas y yo, que había sido una adolescente conflictiva y ahora estaba intentando llevar
una buena vida… Espera... (Busca de nuevo algo con la mirada y con el oído, se gira y
lo halla en la puerta del balcón que, entreabierta, deja pasar el lejano murmullo de
los coches de Paseo de Gracia, diez plantas más abajo. Se levanta, la cierra, se queda
un segundo comprobando que el silencio es absoluto, y prosigue, manifiestamente
aliviada y mucho más relajada). Como decía, eso empezó a crear muchos problemas en nuestra relación. No obstante, no sólo me interesan las historias de amor, es
simplemente que cuando quise escribir me apeteció hacerlo sobre relaciones. Mucha
gente me ha tachado de antifeminista por escribir lo que escribo.
Es curioso que escribir sobre relaciones sea antifeminista y subir medio desnuda
a un escenario, como hacen gran parte de las cantantes pop mainstream, no lo
sea. Tú no vistes cosas bizarras como Lady Gaga ni vas enseñándolo todo. Tienes
un estilo propio en cuanto a imagen… Guau, gracias.
Es verdad. Y quería saber si alguien te advirtió no seguir esos ejemplos o si te
han aconsejado sobre tu imagen. Siempre he tenido trabajos normales y me he
dedicado a mi comunidad, así que, por la noche, cuando tenía tiempo de sentarme
a escribir, mi preocupación se centraba exclusivamente en mi voz y mis letras.
Supongo que por eso cuando llegó el momento de salir por televisión o de que me
hicieran fotos, simplemente… ¡Me daba igual mi imagen! (risas). A ver, hay cosas
que me gustan: me gusta maquillarme, vestir de blanco, llevar pañuelos en la cabeza… Pero nunca le he dado demasiadas vueltas.
Hablabas de cómo te centras principalmente en tu voz, y lo cierto es que es
posiblemente lo que le confiere más personalidad a tu música. ¿La entrenas de
alguna manera? Cuando estaba en Nueva York hice dos clases. El problema era
que ya tenía 22 años y mi voz ya estaba tan indisciplinada que intentar fortalecerla
no parecía posible en el poco tiempo libre del que disponía. ¿Y qué hago ahora?
No practico pero sí que escucho a mis favoritos, y eso es como una práctica en sí
misma porque oyes un montón de tonos y de timbres y los interiorizas.
¿Quiénes son esos favoritos? ¿Cuáles son esos artistas que han influido en tu
forma de cantar y de componer? En términos de mi voz, soy muy fan de dos voces
de oro, Elvis Presley y Frank Sinatra. En términos de contar historias, Kurt Cobain y
Bob Dylan. Aunque en realidad escucho muchísima música y no toda se ve reflejada en mis temas. Algo que sí que creo que ha influenciado mi sonido han sido las
bandas sonoras, como la de “American beauty” o la de “Scarface”. Por eso el disco
suena tan cinemático.
Tus primeros temas generaron muchísima expectación. ¿Te afectó de algún modo
a la hora de afrontar la composición del resto del álbum? No, porque supongo que
ya tenía otras presiones más importantes en otros aspectos de mi vida. A ver, me
encanta mi música y me la tomo en serio, pero sólo para mí misma porque nadie
escucha las canciones con tanta intensidad. Incluso cuando empezaba, nunca me
preocupé de lo que la gente diría de mis canciones porque en mi cabeza ya había
asumido que no les iban a gustar.
Sin embargo, parece que ciertas opiniones sí que te acaban afectando. Leí en una
revista que habías afirmado que no volverías a hacer un álbum… Me di cuenta de
que la gente puede escribir por ahí lo que quiera, aunque no sea verdad. Incluso gente
que yo tenía por periodistas responsables, que yo admiraba… Y la cuestión es que mi
álbum es bueno. Es bueno porque sencillamente no es malo. No hay nada horrible en
él. Puede no gustarte, pero no es tan malo como para que los críticos lo ataquen. Porque es que, además, en general, en lugar de escribir sobre mi música, escriben sobre
lo que creen que saben sobre mí. Y lo que ellos no saben es que yo me he dedicado
en cuerpo y alma a mi gente durante diez años, que tengo una familia que cuidar y de
la que preocuparme… Y ellos escriben cosas irresponsables sin tener en cuenta que
yo no opero sola, que tengo hermanos, primos… Así que, sí, si eso va a hacer daño a
mi familia, entonces no volveré a grabar un disco. Creo que siempre cantaré, pero no
tengo que hacerlo necesariamente para ganarme la vida. No es tan importante, he
trabajado de otras cosas antes y puedo volver a hacerlo. Para mí la paz es mucho más
importante que la música, y no tengo paz si la gente está atacando a mi familia.
Es verdad que la mayoría de gente, críticos incluidos, o te odia o te adora, y
ambos sentimientos parece que los suscitas con mucha intensidad. Los que te
odian, te odian visceralmente. Sí, y no entiendo muy bien por qué.
Lo cierto es que la gente no siempre ha fundamentado estas críticas. Por ejemplo:
tras tu aparición en el “Saturday Night Live” crítica y público se te echaron encima
y, aunque no fue precisamente tu mejor actuación, por decirlo de algún modo,
gran parte de ellos no se molestó en buscar por YouTube otros directos en los que
sí dabas la talla. Ahí es donde definitivamente me di cuenta de que la verdad ya
no importa. La verdad es lo que la gente dice que es verdad y si el New York Times
dice que algo es terrible, entonces mucha gente asumirá que así es. ¡El New York
Times retuiteó a una revista de cotilleos! ¡Eso debería ser ilegal!
¿Y qué hay de lo del disco escondido (hablamos de “Lana Del Rey AKA Lizzy
Grant” autopublicado en enero de 2010)? La gente habla del ‘disco oculto’ de Lana
Del Rey como si alguien lo hubiera hecho desaparecer, pero lo cierto es que todos
los temas se pueden encontrar en YouTube. Era un disco bonito y fue lanzado bajo
el nombre de Lana Del Rey, siempre actué bajo ese nombre.
Ese álbum fue producido por David Kahne; “Born to die” por Justin Parker, Jeff Bhasker, Rick Nowels… Parece que sabes rodearte de buenos productores. ¿Cuál es su
papel dentro de tus canciones? Yo escribía todas las letras y melodías y ellos se encargaban de la música que hay debajo. Una vez hecho esto, le llevaba los temas a Emile
Hainey y le decía “éste quiero que suene como unas adolescentes que se escapan de
casa en mitad de la noche en Miami”, y entonces él empezaba a añadir efectos de
chicas riendo y alarmas de coche, construyendo un paisaje sonoro que ayudara a crear
un estado de ánimo y a meterte en la canción. También los llevamos a la Philadelphia
Orchestra para que metieran cuerdas y les dieran el punto cinemático y exuberante.
Hablemos del Sónar. Serás una de sus cabezas de cartel este año y será tu primer
show en un festival ante miles de personas. Siempre me han encantado las actuaciones en noches de verano al aire libre, o sea que será perfecto, muy romántico y
glamuroso…
¡Y además será casi tu cumpleaños! (Risas) Sí, sí, ¡es cierto! ¡Qué buena celebración! Ya llevo preparada una tercera parte de las proyecciones que se verán durante
mi actuación, que están inspiradas en Europa y en el verano. Y, además de mi
banda habitual, también vendrá una sección de cuerdas, que creo que le aportará
todavía más romanticismo al concierto. El set incluye cinco canciones que no he
tocado todavía en directo y temas de mi disco muy apropiados para una noche de
verano, como “Summertime sadness” o “National anthem”.
Supongo que no faltará “Video games”, que ha sido la canción más remezclada
de los últimos tiempos. ¿Tienes algún remix favorito? Es una locura, ¿verdad? Me
gustó mucho la versión que hicieron Kasabian para BBC Radio1 y, en cuanto a los
remixes, no sabría elegir, pero me han gustado todos. Aunque no suelo salir por la
noche, la semana pasada fui con mis amigos a The Standard y estábamos bailando
y de repente empezó a sonar “Video games” con un ritmo super bailable por debajo (Empieza a cantar el estribillo del tema chasqueando los dedos al ritmo de un
bombo techno imaginario).
Cuando la compusiste, ¿pensaste que podría llegar a ser tan popular? Qué va. En
cuanto acabé de componerla, le dije a Justin: “Seguro que a nadie más le va a gustar, pero es mi canción favorita”.
Pues parece que te equivocaste... (Risas) Sí, eso parece.
* SonarPub, Sonar de noche, viernes 15
024/025
sónar 2012 Lana Del Rey
La Reina del remix
El fenómeno Lana Del Rey no termina en sus carnosos labios o en su ya mítico paso de baile de la actuación en “Saturday Night Live” que tan
bien nutre la blogosfera Tumblr. Su música, guste o no, inspira a otros artistas a realizar una serie de remezclas que añaden más gasolina al
fuego. Sin orden alguno y con el único criterio de rebuscar entre la mejor basura de internet, a continuación os dejamos con una selección de las
mejores remezclas.
Texto
Beto Vidal
Empezar por la contribución de Peter O'Grady en realidad es muy tramposo, ya
que para un servidor es el mejor remix de todos. Orbison sigue rayando al nivel del
último año —es decir, glorioso— e imprime una capa de ese house sui-generis al que
nos tiene acostumbrados. Cuando entra el bombo martilleante marca de la casa,
amigos, todo cobra sentido: estás ante un maldito temazo colosal. Imparable.
que destapó todo el fenómeno Lana Del Rey. Los de Londres extienden a más de 7
minutos el tema, insertando patrones rítmicos electrónicos y desvirtuando la voz
de Lana, equiparándola a la que podría darnos una máquina programada. A media
canción, la hipnótica atmósfera creada se dispara y el groove aumenta sin previo
aviso, mutando hacia una especie de hit clubber instantáneo para poner brazos en
alto. Una inesperada y agradable sorpresa, oigan.
ODD FUTURE'S THE INTERNET “BLUE JEANS”
BLOOD ORANGE “BLUE JEANS”
Que el raruno y devastador colectivo Odd Future se fijara en la diva mainstream algo
debe significar. Nunca sabremos si se debe a respeto o admiración o bien para realizar
más ruido. La cuestión es que el fin siempre justificará los medios. En concreto, The Internet (Syd The Kid y Matt Martian) manosean el single “Blue jeans” a su antojo, bajando
las pulsaciones hasta niveles comatosos. Con un parecido al tema “Fastlane” del dúo, la
remezcla añade más liviandad y ambiente acuoso al asunto. Y eso siempre es bueno.
Misterio y paisajes que fluctúan vertiginosamente entre lo cálido y gélido es lo que
propone Dev Hynes, el personaje detrás de Blood Orange. El productor mantiene
el esqueleto de “Blue jeans” prácticamente intacto, mientras se dedica a juguetear
con la capacidad de los sintes para crear una creativa versión sintética del single.
Hynes pasa de la luz a la oscuridad con la misma facilidad y rapidez con la que
untas margarina en una tostada recién hecha. Un mago.
JAMIE WOON “VIDEO GAMES”
WOODKID & THE SHOES “BORN TO DIE”
El talentoso cantante y beatmaker británico Jamie Woon convierte “Video games”
en un viaje post-dubstep a los rincones más placenteros del sistema límbico. El londinense aplica con la pericia que le caracteriza un plácido trasfondo R&B mientras
juega con el pitch a deformar la voz de Lana y suporponerla con la original. Notable
alto rozando el sobresaliente.
Yoann Lemoine, conocido como Woodkid en el entorno musical y director del
barroco vídeo con tigres de Bengala de la versión original del tema que nos ocupa,
une sus fuerzas a The Shoes para colorear de otra manera “Born to die”. La pareja
accidental mantiene en gran parte la esencia del tema original (percusiones bélicas
y orquestación), pero saben añadir con destreza una tuerca más de melancolía que
acaba por teñir el remix de una belleza palpable.
JOY ORBISON “VIDEO GAMES”
GESAFFELSTEIN “BLUE JEANS”
El bueno de Gesaffelstein quita el oxígeno al tema de Lana de la misma forma que
una mano parece estrangularla bajo el agua en la portada del sencillo. El francés
agrega sus delicias dark-electro que arropan con mala hostia la (¿excelsa?) voz de
la americana. Funciona para acentuar una pegajosa resaca, para una sesión de
sexo cargada de resentimientos o bien para bailar solo en la pista de baile con
movimientos de cabeza espasmódicos.
CHAD VALLEY “BORN TO DIE”
El jovenzuelo de Oxford instalado en la (ya falta de fuerza) escena Chillwave se
atreve con la canción que da título al debut en largo de la estadounidense. Hugo
Manuel, como se llama el majete artista, compone una de las más acertadas
remezclas: alisa el tema como si fuera a planchar una camisa, superponiendo paulatinamente capas de sintes ochenteros que acarician los gemidos de Lizzy Grant
mientras todo acaba estallando en un orgasmo controlado. Abre las ventanas de
par en par y deja correr el aire, que ya es verano.
WHITE LIES C-MIX “VIDEO GAMES”
La banda indie inglesa White Lies se atreve a desmembrar sin compasión el tema
PDP/13 “BORN TO DIE”
Damon Albarn es un tipo listo. Excepto cuando juega al gato y al ratón sobre el
futuro de sus proyectos, posee el don de escoger la ruta acertada. Por ejemplo,
firmar un remix del hype más apedreado del momento y salir a hombros del
estadio. Elaborado a medias con Richard Russel bajo el seudónimo pdp/13, la
remezcla huele a dub por todos los costados, y eso siempre es buena noticia.
“Born to die” es procesado a cámara lenta, como si un fantasma cruzase la habitación, con bajos bien gordotes y humo inundando todos los espacios. Tu gozo
en un pozo.
BONUS TRACK:
AZEALIA BANKS (SMIMS&BELLE) “BLUE JEANS”
Diva petarda (Azealia) versus diva botox (Lana) en una suerte de remix poligonero.
Por supuesto, entenderán que esto debía ser el bonus track forzado. El parto lo ejercen dos de los miembros de Foster The People, Isom Innis y Mark Foster, quienes
cometen la fechoría bajo el seudónimo Smims&Belle. La dupla inventa un tema
entre ZZT y Tiesto, con los rapeos de la propia Azealia Banks sobre una base electrónica muy ‘piyuli’. Hitazo.
026/027
sónar 2012 Hot Chip
* SonarPub, Sónar de noche, sábado 16
hot chip
READY FOR THE FLOOR (AGAIN)
Parecía que Hot Chip se nos habían hecho mayores y que, como esos matrimonios que con el tiempo se acaban queriendo mucho pero poco
más, tenían cubiertas sus necesidades festivas y musicales con sus escarceos individuales. Poco podíamos imaginar que, tras un flojillo “One
life stand”, el quinteto londinense volvería con un álbum preñado de house y electrónica bailonga. “In our heads” los trae de nuevo al centro
de la pista de baile con el puño en alto. Como debe ser.
Texto
Foto
Virginia Arroyo
Steve Gullick
A
finales del año pasado, los fans de Hot Chip estaban un poco inquietos, y
con razón. Ya habían pasado casi dos años desde el último trabajo del quinteto
británico y, no sólo no había noticias de un posible nuevo trabajo, sino que estaban todos desperdigados con proyectos musicales de diversa índole: Al Doyle
y Felix Martin llevaban un par de años con su banda de electropop New Build
(junto con Pat Mahoney de LCD Soundsystem, Janine Rostron de Planningtorock
y Tom Hopkins), igual que Alexis Taylor con el supergrupo de jazz About Group y
Joe Goddard en solitario con temazos como “Gabriel” o como mitad del dúo The
2 Bears que, para más INRI, lo estaba petando. Además, estos cinco londinenses
se habían recorrido por separado medio mundo, pasando por las cabinas de catedrales de la música de baile como Space o Ministry of Sound. Vamos, que nada
les empujaba a juntarse de nuevo. Por si fuera poco, su último trabajo, “One life
stand”, había pasado bastante desapercibido entre los críticos y el público general
olvidaba a pasos agigantados los pocos tracks memorables que contenía como “I
feel better” o “Take it in”. Por eso, cuando se desveló que Hot Chip tenían nuevo
LP bajo el brazo, hubo comedida cautela y alegría desmedida a partes iguales en
los mentideros virtuales. Lo que estaba claro es que tenerlos de vuelta siempre es
una buena noticia. “En ningún momento nos planteamos no volver. Nos lo hemos
pasado y nos lo pasamos muy bien con nuestros proyectos individuales, pero también con Hot Chip. Además, llevar tanto tiempo juntos hace que cada uno conozca
su rol en la banda y que tenga su parcela de autonomía”. Eso hace “más cómodo
trabajar juntos, no hay que discutirlo todo mil veces”.
Sobre lo que sí que hubo debate fue sobre cómo empezar el disco. Y es que, tras
un álbum que los alejaba de las pistas de baile, este “In our heads” (Domino /
Pias, 12) los devuelve a la discoteca por la puerta grande desde el tema que lo
abre, “Motion sickness”. “Tuvimos bastante claro desde el principio que ése tenía
que ser el primer tema del disco, pero también nos preocupaba que fuera demasiado energético y potente y que pudiera dar una idea equivocada de lo que iba a
venir a continuación”. Porque la mona, aunque se vista de seda, mona se queda,
y aunque Hot Chip nos entreguen como tarjeta visita una intro festivalera y unos
sintes piyulis, siempre seguirán teniendo un hueco para la ñoñería en su corazón
y no todo el disco está hecho para ser bailado con el puño en alto. Los BPMs
suben considerablemente y, como ellos mismos reconocen, “el house de Chicago
vuelve a ser una influencia muy importante”, pero ahí están “Look at where we
are” o “Now there’s nothing” para recordarte que los románticos nunca mueren.
Aunque, qué quieren que les diga, igual deberían, porque toparte con el baladón
“Now there is nothing” después del subidón de “Flutes” es de destrempe total.
“Bueno, la puedes bailar, sólo que un poco más lento (risas). Le guste a la gente
o no, somos una banda de pop. Vamos evolucionando pero todas las sonoridades
que vamos adoptando y asimilando las encajamos dentro de las estructuras y el
enfoque pop. Y una de las características de nuestra forma de entender el pop es
combinar temas más rápidos con otros más lentos en el mismo álbum. No deja
de ser un disco duro en cierta medida, pero con sus luces y sus sombras”.
Con todo, sí que se nota esa voluntad de volver a ser los amos de la pista, un
gusanillo que han despertado sus intensas giras como DJs en los últimos años. “El
haber estado haciendo bailar a la gente tras los platos durante todo este tiempo
ha influido de una manera decisiva en este álbum. No estoy seguro de que haya
sido algo consciente, pero está claro que está ahí. Sin ir más lejos, algunos de
los temas más bailables de este disco duran más de seis minutos. Eso es pensar
en formato de club”. Un buen ejemplo es “Flutes”, hit absoluto del disco que
inicialmente habían descartado como single precisamente debido a su duración,
pero que te mantiene frenético en la pista durante sus siete minutos con subidón
festivalero incluido. No es de extrañar que Alexis Taylor, Joe Goddard y compañía
se declaren fans absolutos de los remixes y 12” de los temas pop de los 80. “Han
sido una gran inspiración para nosotros porque, al fin y al cabo, no deja de ser
pop de toda la vida, pero con una vuelta de tuerca más. Tienen garra y son únicos
porque toman un tema pop pulidito y lo retuercen, lo condimentan, le añaden
efectitos, ruidos extraños… Y eso era lo que queríamos nosotros, sonar pop pero
también impetuosos, deshacernos del corsé de la canción para la radio, romper la
barrera de los tres minutos, alcanzar, en definitiva, más libertad dentro de nuestro
propio estilo”.
También les confirió mucha más libertad el hecho de no estar bajo ninguna presión de tiempo, de juntarse en el estudio y poder trabajar los cinco codo con codo
con el productor y técnico Mark Ralph, quien “favorecía que fluyeran nuestras
ideas y además aportaba un enfoque fresco. Nos aportaba un equilibrio que le
ha ido muy bien al disco. No lo parece, porque es un tipo muy humilde, pero la
verdad es que su mano ha sido decisiva a la hora de dar forma al disco. Por otro
lado, nos lo hemos pasado genial todos juntos, ha sido la grabación más divertida que hemos hecho hasta la fecha. Las ideas fluían con mucha naturalidad y
eso es porque muchas veces estábamos ahí juntos en el estudio, sin hacer nada
en concreto, simplemente estar por allí, probar alguna cosa cuando te apetecía,
charlar… De ese modo las cosas van surgiendo de una manera muy espontánea”.
Y si encima trabajas con una mesa de mezclas fabricada por el mismísimo Conny
Plank (Kraftwerk), ¿qué más puedes pedir? Sí, puedes pedir no quedarte atascado
sin motivo aparente, pero cualquiera que haya tenido un trabajo creativo sabrá
que eso es prácticamente imposible: “Había un tema que no había manera de que
quedara bien, el que acabó siendo ‘Don’t deny your heart’. Pasamos una cantidad
de tiempo increíble dándole vueltas, metiéndole arreglos, quitándole capas… ¡Llegamos a tener como cinco versiones del tema! Y al final, cuando ya casi lo dábamos por perdido, dimos con la versión que nos convencía a todos”.
La nota de prensa que venía con “In our heads” definía a Hot Chip como electrorománticos, término con el que los autores de hits imperecederos como “Boy from
school” o “Ready for the floor” no se muestran ni de acuerdo ni en desacuerdo.
“No sé. Nosotros sólo hacemos música y le metemos una historia. Intentamos
explicar las cosas a nuestra manera y con las herramientas que dominamos y de
que disponemos. De hecho, normalmente la gente interpreta nuestros temas y
nuestras letras de un modo que jamás hubiéramos previsto, lo cual está muy bien,
porque significa que conectan con la canción a un nivel personal. No obstante,
piensa que, cuando escribimos las canciones para un disco, solemos hacerlo en
un periodo de tiempo relativamente corto, por lo que algunas cosas que tengamos
en mente en esa época, o que nos preocupen, o que hayamos vivido recientemente, o en las que estemos particularmente interesados en ese momento en concreto,
seguramente se verán reflejadas de un modo más o menos obvio en nuestras composiciones; otra cosa es que seamos conscientes de ello”.
En cualquier caso, si quieres contagiarte de su romanticismo, consciente e inconsciente, y bailar los mejores temas de su discografía, deberías pasarte por su actuación en el Sónar de Noche el sábado a la 01.30h (SonarPub). No verás “pirámides
rosas gigantes ni ninguna cosa rara por el estilo”, pero sí que disfrutarás de un
“buen show en el que, además, traemos unos visuales chulos. También nos acompañarán una nueva batería, Sarah Jones, y Grosvenor a la batería, guitarra y sintes. Queremos que el show fluya como un buen DJ set: ahora una versión, ahora
un tema nuevo, ahora una canción antigua”.
028/029
sónar 2012 Totally Enormous Extint Dinosaurs
Totally Enormous Extinct Dinosaurs
PASOS DE DINOSAURIO
Single tras single, video tras video, remix tras remix, Totally Enormous Extinct Dinosaurs (Orlando Higginbottom en su pasaporte) se ha convertido en una de las jóvenes promesas de la música electrónica internacional con su muy adictiva mezcla de pop, house, electro y synth-wave. Un
éxito que ha venido forjando desde 2009 con la publicación de varios EPs y que culmina ahora con el lanzamiento de su primer larga duración,
“Trouble”.
* SonarVillage, Sonar de día, jueves 14.
Texto
Israel Márquez
E
l joven Orlando ha sido testigo en muy poco tiempo de cómo su alter ego jurásico se convertía en algo más grande de lo que pretendía su creador, ese joven británico de apenas 24 años con aspecto tímido y reservado y no muy amigo de teorías
y conceptos enrevesados a la hora de explicar su música con palabras: “¿Realmente
importa? ¿Alguien lo necesita?”. De la entrevista que mantuvimos con Orlando se
deduce que lo que menos le gusta de su trabajo es hablar sobre su música, sobre el
origen de su alter ego y un puñado de preguntas más sobre las que no tiene mucho
que decir, o sencillamente no le apetece. Le contactamos vía Internet y lo primero
que nos dice es que está realmente cansado por toda la actividad (entrevistas,
viajes, conciertos, etc.) que está suponiendo el lanzamiento de “Trouble” (Polydor /
Universal, 12), su primer disco. Aún así, señala que está muy “emocionado y agradecido de que éste sea mi trabajo”. Muchos han sido los que han ayudado a Orlando
en este ascenso meteórico hacia lo más alto de la escena electrónica internacional,
empezando por Joe Goddard, de Hot Chip, quien no se lo pensó dos veces a la hora
de ficharle para su sello Greco-Roman. Damon Albarn también se fijó en él y le
invitó a participar en su proyecto de música africana contemporánea DRC Music,
cuyo resultado fue el corte “Virginia” para el álbum “Kinshasa One Two”. Su single
“Garden” pasó de sonar hasta la saciedad en la emisora británica BBC Radio 1 (de
la mano de Annie Mac y Nick Grimshaw) para convertirse en la banda sonora de un
anuncio de Nokia Lumia, del que Orlando dice estar muy orgulloso aunque “aún
hay mucho de la canción por descubrir”. Grimshaw lo elevó aún más haciendo de
“Trouble” y “Tapes and money” (remezclada recientemente por nuestro John Talabot) canciones del mes en mayo de 2011 y febrero de 2012 respectivamente. Y por si
esto fuera poco, la mismísima Lady Gaga le pidió a Orlando un remix de su reciente
“Marry the night” (“definitivamente, no es el mejor remix que he hecho”), sumándose a una larga lista de remezclas para gente como Sugarbabes, Friendly Fires o
Katy Perry. Con semejante nómina, todo estaba preparado para el lanzamiento de
“Trouble”, cuya mayor influencia, según Orlando, ha sido “escuchar música de mierda, que me ha hecho tener ganas de hacer algo mejor”. El resultado es un disco que
mezcla sin reparos un sinfín de influencias, géneros y subgéneros que forman un
conjunto tan ecléctico como el pasado musical del productor (corista, pianista, profesor de música y DJ de jungle y hip hop): “Empecé escuchando un montón de música clásica, y luego me metí en cosas que mis hermanos y hermanas escuchaban.
Después con 12 o 13 años me enamoré de la música jungle y rave, y en cierta forma
vengo de todo eso”. Pero es sin duda la mezcla de house, electro y synth-wave con
una sensibilidad pop y cierto aire melancólico lo que hace de este disco una pieza
realmente adictiva, que en cortes como “Panpipes” recuerda incluso a los mejores
Radiohead: “Creo que Radiohead han tenido una enorme influencia en la mayoría
de músicos de mi generación”. En su meteórico ascenso, igual de importante que su
música ha sido todo el imaginario jurásico que rodea su nombre (“es sólo un nombre al azar, no soy aficionado a los dinosaurios ni nada de eso”), así como su gusto
por disfrazarse, ya sea de dinosaurio, de indio o de lo que le venga en gana: “Me
gusta disfrazarme. Es divertido. También me gusta diseñar los disfraces. De hecho,
yo mismo hice el primero aunque descubrí que no soy muy bueno en ello. Ahora,
algunos amigos lo hacen por mí”. Asimismo, el interés que ha despertado en blogs,
foros y redes sociales ha hecho que más de una publicación le haya caracterizado
como un “fenómeno de Internet”, aunque Orlando no sea “un gran fan de los blogs.
La mayor parte del tiempo no hay ningún tipo de periodismo involucrado. Mi forma
de verlo es que me permite dar un mayor acceso a mi música, pero tampoco pienso
mucho en ello”. Y es que al productor de Oxford sólo parece importarle su música,
sus disfraces, sus conciertos y “seguir trabajando”, como me dice al despedirnos por
esas redes digitales que siguen y seguirán alimentando al joven dinosaurio.
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sónar 2012 Trust
trust
SALE EL ESPECTRO
Tal vez te suene la historia: una banda formada por un tío hosco y ajeno y una chica ajena y misteriosa, provenientes de Toronto, cuyas canciones retuercen los sintetizadores atmosféricos de los años ochenta hasta volverlos nebulosas oscuras y densas. No, no son Crystal Castles, pero
casi. Robert Alfons y Maya Postepski siguen el mismo ritual de malditismo, afectación y sonoridades electrónicas opresivas que Ethan Kath y
Alice Glash. “TRST" (Arts & Crafts, 12) es su credo.
* SonarComplex, Sonar de día, jueves 14
Texto
Albert Fernández
A
h, la música y las personas. La música, las personas y los teléfonos. Desde
el momento en que Robert Alfons descuelga, mi oído desciende a un infierno de
ruidos que resuenan e interferencias, como si todo lo que le rodeara fuera cargado
de una estática parecida a la extraña aureola de sus canciones. En algún lugar de
ese miasma de chasquidos de bar, conversaciones ajenas y grandes carcajadas
de la mesa de al lado, se adivina el hilo de voz de Robert. Aunque su disposición
es tensa, pues está todo el tiempo alerta, como a punto de lanzarse sobre algún
error que yo cometiera, y su tono distante, nuestro diálogo se convierte en un
buen intercambio, donde a cada propuesta de disertación le sigue una frase lapidaria, en un crescendo de entendimiento dislocado formidable. Para introducir a
la banda, le consulto sobre la fugacidad de la formación de Trust. Es curioso que
Robert y Maya se conocieran a finales de 2009, y a principios de 2010 ya estuvieran
editando singles y EPs. "Nos conocimos porque íbamos los dos al mismo estudio.
Teníamos amigos en común. Intentamos hacer alguna cosa juntos y todo fluyó.
Fue una bonita colaboración", comenta Robert con desapego. Colaboración, dice.
Es curioso, porque en todas partes se habla de Trust como un dúo. Ahí están en
las fotos, los dos con las gafas oscuras, todo actitud. Pero parece que Robert ya no
quiera acordarse de Maya, también componente de Austra. Yo buscaba un relato
sobre dos músicos que conectaron sus mundos instantáneamente, y tal vez haya
dado con una pseudo-ruptura. "Honestamente, hablo por mí mismo. Tenía escritas
unas cuantas canciones que quería empezar a utilizar. También tenía la idea de lo
que quería hacer en un espectáculo en directo. Maya apareció y resultó ser algo así
como el ingrediente secreto". En todo caso, desde que se conocieron, han llegado
a editar cinco EPs, y un disco que se llama casi como la banda, "TRST", de Trust.
"Creo que hay algo realmente temeroso en mí. Diría que eso es lo que explica el
nombre", asevera Robert. Una de las primeras señales cuando alcanzas cierto reconocimiento en el mundo de la música es el florecimiento de etiquetas alrededor de
una banda. De Trust se puede leer que hacen dark pop, electro goth, dance, sinth
pop, trance, electro gloom... "Yo tampoco tengo una sola palabra para expresar lo
que hacemos. Creo que todas esas etiquetas pueden resumir lo que pasa en nuestras canciones hasta cierto punto, pero prefiero acogerme a decir que lo que sucede
en nuestra música tiene que ver con la maldad". Brrrr. En "TRST" caminamos por
un reguero fantasmagórico de melodías aterradoramente hermosas. Son canciones
de puntas redondeadas, moldeadas sobre un sonido suave, que parece haber
nacido limpio y haberse ido embruteciendo, como cuando se pasa levemente un
borrador sobre una línea de tiza perfecta, hasta volverla borrosa. "No sé si puedo
explicar cómo conseguimos eso. Es como leer una gran historia épica. Cualquiera
que nos escuche debería apreciar que son sonidos que se deben acoger desde la
espiritualidad". No hay duda de que Trust son un grupo ligado a la deriva electrónica de hoy en día, pero albergan una clara impronta de los ochenta. Si ponderas
sobre eso, te das cuenta de cuán dificil es crear algo nuevo en música, es posible
que haga lustros que nadie consiga hacer algo que pueda calificarse así. Pero tal
vez sea incluso más duro tratar de levantar algo bello, capaz de ser recordado,
sobre el legado del sonido de otras décadas. "Creo que, cuando creas, todo el
mundo se siente de la misma manera, siente una excitación genuina. Imagino que
tiraría la toalla si le diera demasiadas vueltas a lo que hago, si pensara mucho
sobre ello. Es cierto que en ocasiones puedo ser extremadamente nostálgico, si
la ocasión lo requiere. Y la verdad es que la historia se solapa y se repite, simplemente es así". En ese patrón de sintetizadores, paisajismo sintético y beats ciclotímicos, es posible que se haga difícil encontrar el camino que te lleve a casa, dar
con el paso correcto para terminar la canción. "A veces intento diferentes rutas. En
cierta manera te conviertes en el narrador de la historia, necesitas llevarla donde
debería. Tienes que escuchar la canción y saber lo que necesita, y esa es justo la
parte divertida".
032/033
sónar 2012 The 2 Bears
the 2 bears
ANIMALICOS
Joe Goddard no sólo tiene tiempo para componer y cantar en Hot Chip. También le sobra para pinchar, remezclar y otra vez componer, junto a
Raf Rundell, para el proyecto de house-pop The 2 Bears. Y aún le sigue sobrando para publicar bajo su propio nombre joyas como “Gabriel” y
descubrir voces espectaculares como la de Valentina. Y aún le queda tiempo para dar entrevistas y para tener hijos: eso es a lo que yo llamo
hiperactividad.
* SÓnarPub, Sónar de noche, sábado 16
Texto
Half Nelson
P
illamos a Joe Goddard en Barcelona junto a Alexander Waldron (DJ Full Nelson)
a punto de pinchar en Razzmatazz en una de las fiestas organizadas por el colectivo
transformado en sello Greco-Roman Soundsystem. Precisamente, de una de estas
fiestas en Londres surgió el proyecto The 3 Bears con el propio Goddard (que también está en Hot Chip), Raf Rundell y Joe Mount, aunque este último abandonó en
favor de sus compromisos con Metronomy. Así que ya sólo quedan dos. “El nombre
era una referencia a nuestro aspecto: barbudos que pinchan house y disco music”,
nos explica amablemente Joe, “aunque no seamos ‘osos’ en el sentido gay del término”. Tras largas conversaciones a altas horas de la madrugada, los compromisos
de Goddard les dejan tiempo para publicar varios maxis que desembocan en su
debut en largo “Be strong” (Southern Fried, 12), una bonita colección de canciones
de base electrónica, pero con multitud de referencias, “algo inevitable cuando vives
en Londres”, asegura Goddard. Más house que la de Hot Chip, la música de The 2
Bears está al mismo tiempo llena de speeches de películas o series, acepta canciones con pedal steel y hasta con steel drums (“Church”), todas ellas con letras de lo
más optimista. “Ya está el mundo bastante mal como para que ahora vengamos
nosotros a deprimiros a todos”, aclara Goddard mientras recuerdo sus impagables
fotos disfrazado de oso y haciendo el cabra por las calles de Londres o las palas
de ping-pong (“nos encanta el ping-pong”) con el logo de The 2 Bears que puedes
comprar en su página web. “No somos una banda de broma, nos lo tomamos muy
en serio, pero sí que es cierto que hay mucho sentido del humor en el disco. En la
música electrónica hay demasiada seriedad, incluso en la música de baile, que se
supone que ha de ser pura diversión”.
Me sorprende la hiperactividad de Goddard, quien organiza su vida alrededor de
tres proyectos musicales distintos. “No es tan difícil, si escribo con Alexis (Taylor)
es para Hot Chip, si estoy con Raf es para The 2 Bears y si estoy solo, es para mí
(risas). Pero el proyecto más importante ahora mismo es la niña que tuve el año
pasado con mi mujer”. Dejamos de lado la nota rosa y avanzamos hacia “Gabriel”
(Greco-Roman / Blanco y negro, 11), un auténtico trallazo house-pop a nombre
de Goddard con la voz de la debutante Valentina. “En realidad se trata de una
remezcla de un tema escrito por la propia Valentina, que efectivamente es una gran
cantante. Su mánager Dom Mentsh también es miembro de Greco-Roman, pero a
ella no le interesa para nada la música electrónica, así que sacamos el tema a mi
nombre. A lo largo del año sacaremos cosas suyas en Greco-Roman, pero nada de
electrónica, ya verás… (risas)”. Nos explica Alexander Waldron, tercer responsable
del sello, que Greco-Roman empezó a consecuencia del éxito de las fiestas del
mismo nombre en las que él y Joe “pinchábamos y sudábamos como si fuéramos
dos luchadores en los Juegos Olímpicos (risas)”. Ahora tienen oficinas en Londres y
Berlín y lanzamientos de Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Hackman, Disclosure,
Drums Of Death y Baio (proyecto en solitario de Chris Baio de Vampire Weekend).
“Nuestra pretensión es editar música arriesgada, pero divertida; electrónica, pero
no siempre de baile… y por supuesto, extender las fiestas a Barcelona y otras ciudades, ya que es la mejor manera de dar el sello a conocer. Tú eres Half Nelson y
yo soy Full Nelson, estaría bien pinchar un día juntos…”. El talento comercial de
Waldron se pone de manifiesto a pasos agigantados hasta que Goddard le corta
elegantemente. “¿Y no me vas a preguntar nada de Hot Chip?”. Bueno, ¿qué hay
del nuevo disco de Hot Chip? “Aún no te puedo decir nada, saldrá en verano, entonces hablaremos (carcajadas)”.
Daniel Miller
034/035
sónar 2012 Daniel Miller
EL OTRO HOMBRE DE NEGRO
* SonarVillage, Sónar de Día, viernes 15
Pocas figuras hay tan influyentes y decisivas en la historia de la música electrónica como la de Daniel Miller, y no precisamente por su legado
musical, pues en su currículum apenas lucen un puñado de singles y algún disco largo, repartidos durante más de tres décadas de carrera. Sin
embargo, y más allá de su escasa discografía, Miller es el responsable de haber dirigido con mano firme una plataforma tan relevante para la escena como Mute Records. Un sello, y estudio de grabación, que ha apadrinado, protegido o publicado a un incontable listado de artistas: Depeche
Mode, Yazoo, D.A.F., Eisntürzende Neubauten, Nitzer Ebb, Plastikman, Pan Sonic, Moby o Goldfrapp conforman apenas la punta de lanza de un
catálogo único, irrepetible. A punto de cumplir treinta y cinco años al frente de su criatura, con su independencia recuperada y un sinfín de proyectos en cartera, Miller se subirá a la cabina del SonarVillage el próximo viernes 15 de junio. Una excusa perfecta para mantener una charla con él.
Texto
Vidal Romero
C
orría 1978 cuando el primer proyecto de Daniel Miller, The Normal, publicó su
single de debut, el seminal "Warm leatherette/TVOD". Nacido en el ecuador del siglo
XX, Miller había estudiado cine y televisión, y había dedicado su primera juventud a
recorrer Europa como ayudante de dirección en películas, series y documentales para
televisión. Viajes en los que había quedado expuesto a fenómenos tan poco conocidos en Inglaterra como el del krautrock, a la incipiente escena de clubes que recorría
el continente y, en fin, a esa cosa que entonces comenzaba a dar sus primeros pasos
fuera del ámbito de los laboratorios y las escuelas de arte contemporáneo, y que
terminaríamos por llamar música electrónica. Fiel a los dictados del efervescente
momento en el que vivía, el joven Miller inventó Mute sólo para publicar aquel single
de The Normal, pero sucesivos encontronazos con artistas que le fascinaban (Fad
Gadget, D.A.F., Non, Smegma) le llevaron a ir alejando poco a poco la fecha de caducidad del sello. Un par de años más tarde, descubrió a unos jovencísimos Depeche
Mode, y su inesperado éxito mundial terminó por convencer a nuestro hombre de
que su futuro pasaba por dirigir un sello, y no por subirse a un escenario.
Al otro lado del teléfono, tras conseguir hacer hueco en su apretada agenda, Daniel
Miller reflexiona sobre cómo ha cambiado el negocio de la música en más de tres
décadas. "Creo que la principal diferencia que existe entre la época en la que yo
comencé a hacer música, a finales de los setenta, y el momento actual es que entonces todos los músicos sabían manejar sus instrumentos. Quiero decir, que todos eran
músicos de verdad, que sabían lo que estaban haciendo y se tomaban su trabajo en
serio. Ahora, en cambio, la mayoría de la gente que hace música no sabe tocar muy
bien, o en el caso de muchos productores de música electrónica, no saben tocar en
absoluto. Un cambio que no tengo claro si ha sido para bien o para mal".
Sin embargo, en Mute siempre habéis sido grandes defensores de la estética ‘do it
yourself’ y de las músicas realizadas al margen de las convenciones. Por supuesto.
No me malinterpretes, sin el punk y esa energía que desprendía, posiblemente yo no
estaría aquí ahora mismo. Fue gracias a toda esa gente que comenzó a hacer las cosas
por sí misma, de una manera amateur, por lo que tipos como yo se atrevieron a coger
un equipo tan básico como un sintetizador y un cuatro pistas, para ver qué salía de
ahí. Cuando cayó en mis manos mi primer sintetizador, descubrí un universo lleno de
posibilidades. La música que se podía hacer con esas máquinas no se parecía a nada
que hubieras escuchado antes, así que de algún modo éramos como pioneros conquistando un nuevo mundo, en el que las leyes clásicas no tenían valor. Un sonido
que grabaras en la calle podía convertirse en la base para un ritmo, un patrón repetitivo podía sonar durante horas, las melodías no tenían por qué ser complicadas.
Todo estaba por inventar.
Algo que contrasta vívidamente con el entorno actual, en el que todo parece inventado. No creo que eso sea del todo cierto. Es verdad que ahora hay mucha más gente
haciendo música ahí fuera, y que además resulta mucho más sencillo escucharla.
Por eso puede dar la sensación de que todo suena igual. Pero en el fondo la situación
no ha cambiado tanto desde los primeros tiempos de Mute: hay muchos artistas,
pero muy pocos son excepcionales. Y la labor del sello sigue siendo descubrir a esos
artistas excepcionales y sacar lo mejor de ellos.
Acerca de lo que dices, el año pasado, en la feria del Sónar, había muchísimos
puestos con tecnología para hacer música o para pinchar, y sin embargo los puestos
de sellos y de venta de discos habían desaparecido en su práctica totalidad. Creo
que es un reflejo muy claro del momento que vivimos, en el que hay mucha más
gente haciendo música que comprando música. No creo que haya que trazar una
relación directa entre las ventas de discos y el interés de la gente por hacer música.
La gente sigue escuchando mucha música, aunque lo haga cada vez más de espaldas
a la industria; pero eso es cosa nuestra, somos nosotros los que tenemos que descubrir cómo sobrevivir y seguir aportando ideas. Y por otro lado, los equipos han bajado tanto de precio, y un estudio casero es tan fácil de montar, que es inevitable que
haya un montón de gente probando suerte. Otra cosa es que hagan algo interesante;
desafortunadamente, la mayoría no se esfuerzan por buscar un sonido propio, sino
que se limitan a copiar lo que les gusta con mayor o menor fortuna.
¿Crees que el revival de synth pop y música cósmica de los ochenta que se está pro-
duciendo ahora, sobre todo entre los artistas más jóvenes, tiene que ver con eso,
con la facilidad para producir música? La mayoría de los jóvenes que conozco tienen
la mente mucho más abierta que las generaciones anteriores. No tienen ningún
problema en tomar lo que les gusta; les da igual que se haya hecho antes o que les
vayan a acusar de plagio. Es algo que ha sucedido siempre en el pop y en el rock, así
que está bien que esa situación se normalice también en la música electrónica.
Yo creo que en ese revival tiene mucho que ver también la tecnología. Tradicionalmente, la música electrónica ha ido evolucionando a medida que se producían
avances a nivel de hardware o de software, hasta el punto de que determinadas
máquinas están asociadas a ciertos estilos (como la Roland TB-303 y el acid). Sin
embargo, la llegada de los ordenadores ha provocado un estancamiento inesperado. Es como si hubiéramos llegado tan lejos que ya no hay por donde avanzar. Hay
algo de cierto en lo que comentas. Existen tantos programas, sintetizadores y plugins,
que cualquier tipo de sonido que quieras manejar lo tienes al alcance de la mano. Y
lo que debería ser una ventaja es un problema, porque la gente se vuelve perezosa y
no investiga qué es lo que puede hacer con eso, no es consciente de la potencia que
tienen las herramientas que utilizan. En los ochenta, los músicos se preocupaban por
exprimir sus máquinas, por buscar un sonido que les diferenciara de los demás, y esa
actitud es la que han seguido los mejores artistas desde entonces. Soy de la opinión
de que los programas y los sintetizadores deberían venir en blanco, sin ningún tipo
de presets, para obligar a los músicos a trabajar en un sonido propio. Yo, al menos,
no conozco ningún disco bueno que esté hecho a partir de presets.
Treinta y cinco años después, sigues dándole vueltas a Mute. Acabáis de crear un
nuevo subsello, Liberation Technologies. Históricamente, Mute ha buscado un nicho
propio para trabajar con la música electrónica y experimental, así que esto es un
paso en esa dirección. Y aunque ése solía ser el papel de NovaMute, había llegado
un momento en el que como sello tenía una carga histórica demasiado potente, un
pasado del que no es posible desligarlo y que no encaja con lo que queremos que
sea Liberation Technologies. Básicamente, se trata de una plataforma con la que
proporcionar cobertura a artistas jóvenes para que puedan experimentar y llevar sus
ideas lo más lejos posible.
¿A qué te refieres con lo de "carga histórica"? NovaMute surgió porque a principios
de los noventa teníamos mucho contacto con el club Tresor de Berlín; les ayudábamos con el sello y con asuntos de márketing. Y a través de ellos llegamos a conocer
a mucha gente, sobre todo artistas de Detroit, que estaban construyendo una escena
fascinante. Ahora, esos artistas se han convertido en clásicos, y no nos parecía bien
que los jóvenes que queremos editar en Liberation Technologies tuvieran que crecer
a su sombra. Eso no quiere decir que NovaMute vaya a desaparecer; el techno es una
música que siempre me ha interesado, y que me sigue interesando todavía, es lo que
suelo pinchar en mi programa de radio, o cuando voy a algún club.
Entonces, ¿podemos esperar que tu sesión en el Sónar esté construida alrededor
del techno? Pues si te digo la verdad, todavía no lo había pensado. Es un entorno
muy particular y una hora muy particular, creo que las seis de la tarde. No sé, ¿qué
harías tú?
Bueno, yo he visto cosas muy distintas en ese mismo escenario y a esa misma hora,
y la verdad es que el público reacciona muy bien, tanto si tiras por palos más experimentales, como si apuestas por una música más de baile. Es lo que me encanta
del Sónar, que es como una especie de universo paralelo en el que las leyes que
supuestamente conoces, y que funcionan en el resto del mundo, se pueden pervertir
con una facilidad extrema.
¿Has estado muchas veces en el festival? Sí, varias veces, hemos tenido showcases
del sello, y muchos de nuestros artistas han pasado por allí. Y aunque debo reconocer
que odio profundamente todos los festivales, el Sónar de Día me parece una excepción. Me encanta la energía que desprende el público, y me encanta la posibilidad de
ir dando tumbos por el recinto, descubriendo músicas extrañas y excitantes, de las
que nunca antes había oído hablar.
036/037
sónar 2012 Maya Jane Coles
Maya Jane Coles
IN DA HOUSE
Un nuevo embrión de la reina de las pistas de baile está gestándose. Desde Londres, despacito y con buena letra. Su nombre, Maya. Su lenguaje,
el deep house cocido a fuego lento con paciencia, tanto en sus pulcras producciones como en sus demandadas sesiones a los platos. Sin ir más
lejos, el reciente y sensacional “DJ Kicks” sirve como el mejor aperitivo para su actuación en el Sónar. Ahí nos vemos.
* SonarLab, Sónar de noche, sábado 16
Texto
Foto
Beto Vidal
Mads Perch
“N
o considero pinchar como un trabajo en particular, o al menos nunca lo
siento como tal, porque es algo que me apasiona. Esto no quiere decir que no me
tome las cosas muy en serio: consumo mucho tiempo tratando de encontrar la
música que me inspira y que también lo haga a la audiencia. No soy esa clase de
DJ que se mira el ombligo. Me gusta hacer las cosas bien y a mi manera”. Con esta
certera rotundidad se expresa Maya Jane Coles, la nueva esperanza del house femenino mundial. Desde Londres, uno de los principales altavoces universales de todo
lo que se guisa con sustancia en los clubs underground referente a la música de
baile, esta veinteañera viene aguijoneando con fuerza desde hace casi media década
(debutó en 2008 en la escudería Dogmatik con un estilo cercano al tech-house). Tras
certificar una progresión meteórica firmando maxis deep house 4x4 pata negra en
Mobilee o 20:20 Vision (qué grande es “Focus now”), la escena clubber ha hecho
sitio a Maya para que amenice sus noches en la pista de baile. Porque, oiga, la
jovenzuela que tiene un cuarto de siglo domina ambas disciplinas –la producción y
pinchar discos– como quien domina el arte de ponerse los calcetines cada mañana:
algo automático y trivial. Maya admite que “producir ha sido siempre mi primer
amor. Empecé a componer hip hop y trip hop cuando tenía 15 años. En realidad,
pinchar ha empezado a ser algo importante en mi vida solamente durante los dos
últimos años, pese a que aprendí a mezclar con vinilos ya hace unos años más. Pero
si te soy sincera, ahora me encuentro con la situación que mientras doy bolos por
aquí y por allá, resulta muy difícil sentarme con calma a producir. Pero sé que he de
encontrar el momento para hacerlo, ya que componer música es algo muy especial
e importante para mí”.
Pero vayamos por partes: referente a su innata habilidad para cuadrar temas con
escrupulosidad aritmética y su olfato para escoger entre las mejores temazos –como
ya ha demostrado sobradamente en su reciente inclusión en la serie “DJ Kicks” (!K7 /
¡Pop stock!)–, Maya confiesa que en la maleta “llevo de todo, no solo discos de deep
house. Como fanática de la música, prefiero no limitarme a ningún género. Durante
un día corriente puedo escuchar a Bat For Lashes, Missy Elliot, Peaking Lights, Portishead, The xx, Little Dragon, Jean Grae o Grimes... ¡sin escuchar ni un solo disco
de house! Prefiero no atrincherarme en ningún sitio”. Por otra parte, si hablamos de
sus benditas producciones, no sólo destaca su exquisito gusto por el house, sino que
cuando en su agenda de workaholic encuentra un slot disponible, Maya puede convertirse en una vampira del dubstep, como demuestra su alias Nocturnal Sunshine
que tan bien saca a pasear en “DJ Kicks”. Y si le dan algo más de tiempo, promete
sumergirse dentro de las aguas pantanosas del debut larga duración: el paso definitivo para toda promesa. Maya nos da los primeros detalles de su inmersión a pleno
pulmón: “Mi álbum no se basará solo en puro house o techno. Mi idea es que vaya
más allá de cualquier género establecido y que refleje que realmente mi música
está por encima de los gustos musicales que la gente me atribuye a priori. Prueba
de ello es que también he producido dub con She Is Danger y dubstep con mi otro
alias Nocturnal Sunshine. Todas las diferentes facetas unidas forman mi verdadera
expresión artística”. Por tanto, podemos esperar solo cosas buenas tanto de su debut
como, por supuesto, de la inminente actuación en el Sónar. “Pinché en una fiesta
off Sónar para el sello Dogmatik hace un tiempo y la verdad es que me lo pasé en
grande. Barcelona es una de mis ciudades favoritas, así que pienso descubrir la urbe
aprovechando que actúo”, declara Maya. Una sesión que prevé “cargada de buena
música y buenos momentos”, porque si en algo avasalla la londinense es en el
tempo clubber, en la satisfacción ajena del fiestero. No olvidemos que ella lo ha sido
antes: “Tengo mi grupo de amigos fiesteros todavía activo, pero por motivos de tiempo ya no estoy tan enérgica por la noche. De todos modos, amo la escena clubber de
Londres, ya que gracias al house y a Londres estoy donde estoy ahora mismo”.
038/039
sónar 2012 Richie Hawtin
* SonarClub, Sónar de noche, viernes 15
Richie Hawtin
TRADICIÓN
Al tiempo que estrena residencia los jueves en Space lbiza, el hombre de plástico vuelve a pisar su festival favorito en lo que ya se ha convertido en una tradición tan arraigada en la Ciudad Condal como el pà amb tomàquet o los escaparates rotos de Las Ramblas tras las victorias del
Barça. El inglés, consolidado tiempo ha en la élite del techno que engrasa en una misma cadena hedonismo de masas y vanguardia conceptual
con una facilidad pasmosa, charló un buen rato con nosotros.
Texto
David G. Balasch
C
omo buen treintañero que uno es, he bailado a Hawtin de noche, de día, bajo
los focos del club, en descampados viendo amanecer o en mi habitación en la más
absoluta soledad. Hubo un tiempo en que “Spastik” sonaba hasta en las sesiones
de los DJs de mi barrio, en la discoteca del pueblo. La empalmaban con cualquier
cosa, era una tema largo y con eternas y calculadas subidas y bajadas de intensidad. Como esas chicas dotadas con el maravilloso don del 'todo me sienta bien',
“Spastik” no dejaba dudas, fuera cual fuera la forma de mezclarse en vivo. Hawtin
me contesta al teléfono tras unas cuantas llamadas perdidas. No hay rastros espásticos en su voz a pesar de que es un viernes y son las 10 de la mañana en Montreal.
Desde algunos años atrás, el músico de ascendencia canadiense movió su base de
operaciones hasta la inagotable Berlín. “Montreal me encanta, pero lo que ocurre en
Berlín no pasa en ningún lado del mundo: es el epicentro mundial del clubbing y de
la tecnología musical. Están todas las compañías del sector. Hay más productores
aquí por metro cuadrado que en ninguna otra ciudad. Diría que toda la industria
alrededor de la música electrónica se concentra en esta ciudad”.
Ya desprendido de las colaboraciones con Sven Väth en su megaclub Cocoon y aprovechando que estrena residencia en Ibiza, le pregunto por los cambios que en la isla
se suceden desde los años 90 hasta nuestros días: “Bien, lo cierto es que en los 90
Ibiza estaba muy inmersa en el sonido más comercial, había poco espacio para las
propuestas más arriesgadas. Al minimal, por ejemplo, le costó entrar. Estos últimos
años, Ibiza ha cogido impulso; definitivamente ha mejorado en lo musical”. Entre el
5 de julio y el 20 de septiembre, Hawtin estrena sesión por todo alto, con las cuatro
salas de Space programadas por él y la pandilla de m_nus: Enter.Sake (bar de temática japonesa), Enter.Interakt (tecnología y conexiones en directo por internet), Enter.
Kehakuma (en la terraza) y Enter.Air (albergada en la sala principal de Space) serán
su apuesta semanal durante cada uno de esos jueves.
Hace menos de dos años, Hawtin se vio envuelto en una polémica que él mismo
fabricó un tanto absurda. En su facebook oficial publicó una fotografía de un DJ
arrastrando una maleta de vinilos con el jocoso comentario “¿Qué hace este DJ cargando con discos? ¿Estamos en Berlín en 2011 o en Nueva York/Detroit/Chicago en
1988? ¡Hasta dónde hemos llegado y que poco hemos progresado!”. Le pregunto por
ello, aunque me esquiva sutilmente.
Hace poco tuvimos a Óscar Mulero dando una lectura en Madrid y, en una parte
de la conversación, salió a colación el tema de la música digital, que me recordó
la polémica que tuviste con tus fans con la publicación de una foto en facebook
(que por cierto, sigue en tu ficha de la wikipedia). A Óscar, algunos de sus fans le
criticaron en foros de internet por arrinconar el vinilo al pasarse completamente al
digital. ¿Por qué crees que hay un sector de los oyentes de música electrónica que
sigue siendo en parte reacio a los cambios tecnológicos? España siempre ha sido
un sitio especial en muchos sentidos. Al principio, mediados-finales de los 90, tenía
que pinchar mucho más rápido y fuerte, subía los BPM cada vez que venía a vuestro
país. Había mucha gente que no soportaba lo que pinchaba, se notaba: algunos se
acercaban y se plantaban delante mío gritándome sin parar. En esto se trata de creer
en uno mismo, seguir tus propios pasos. Al final la gente te respetará. El tema del
digital y el vinilo es sólo una mota de polvo en un gran cuadro. Respecto a la pregunta: creo que el público es algo más conservador de lo que la música quiere ser
o es. Mientras el artista haga su trabajo y la gente se divierta... ¿A quién le importa
lo que pase de puertas para adentro en una cabina? Nosotros tratamos de buscar
herramientas que nos faciliten el trabajo. Hay que pasar página en este tema.
Lo cierto es que pasan los años y las generaciones que a ellos pertenecen siguen
confiando en los grandes nombres que pueblan los festivales como disparos seguros. Por ejemplo, nombres como el tuyo o el de Jeff Mills siguen en la picota. ¿Por
qué crees que no hay relevo en la parte alta del techno en clubes y festivales? Creo
que festivales como Sónar son un buen ejemplo de festival que abre las puertas a
nuevos talentos. Aunque hay gente nueva pisando fuerte, tienes parte de razón en
tus afirmaciones.
Estuviste en el principio de casi todo. Tuviste relación estrecha con las raves, el
techno y Detroit y fundaste Plus 8, sello de referencia durante los años dorados
del género. Me interesa mucho tu visión de futuro acerca del tema. ¿Hacia dónde
crees que camina el sonido techno de Detroit y alrededores? El techno no para de
avanzar aunque a veces sean cosas intangibles. Estamos en un momento muy interesante. Por ejemplo, me encanta el sonido de Marcel Dettmann y el sonido de Berlín en su globalidad. Ahora, por ejemplo, está volviendo el primer beat más crudo de
Detroit. Todo me parece muy saludable.
El techno en sus primeros años fue una revolución social que tuvo consecuencias
enormes para mucha gente. Ahora, parece que toda ese pastel se lo está comiendo el dubstep, con sus sub-escenas y su creciente popularidad incluso en EE.UU.
¿Qué ha quedado de todo eso en el techno y por qué esos cambios? Siempre hay
excitación cuando un nuevo sonido, un nuevo movimiento, pasa por nuestras vidas.
Al mismo tiempo, es muy difícil mantener algo durante muchos años arriba y que
sea al mismo tiempo underground y puro. Innovar continuamente es casi imposible
y cada vez lo será más.
A veces, para los fans más veteranos, es complicado meterse en un recinto enorme con treinta mil personas rodeándote. ¿Has pensado alguna vez en cambiar el
formato de tus sesiones o directos hacia algo más íntimo? Quiero decir, te planteas
un 'back to basics' en salas pequeñas? A mí, por ejemplo, me cuesta entrar en una
dinámica con miles de personas alrededor. ¡Lo hago continuamente! Dos días atrás,
por ejemplo: estuve en Génova pinchando en un club bastante pequeño, creo que no
había más de 600 personas. Si sólo pinchara en grandes eventos al final me aburriría. A principios de abril estuve también en la sala Metro de Alicante. La pista de baile
albergaba a no más de 500 personas. Un sitio increíble, ¡la gente se volvía loca!
Personalmente, mi disco favorito de Plastikman siempre ha sido “Artifakts (BC)”,
pero creo que mis colegas no apoyarían mi moción. Para casi toda la prensa, tu
pico artístico está en la joya “Closer.” ¿Crees que ese ha sido tu zenit creativo? Si
pensara eso debería dejar mi carrera automáticamente. Como artista siempre tienes
que avanzar hacia adelante. No puedo negar que ése fue un disco muy importante
en mi carrera, estaba en un cruce de caminos importante en mi vida y es algo que
sigo percibiendo en el sonido. Pero no creo que ése fuera mi punto más alto. Muchas
cosas que me pasaron en ese momento se reflejan en el sonido del disco y eso lo he
utilizado en momentos posteriores.
Uno de los cambios sustanciales respecto al consumo de música electrónica viene,
cómo no, de internet. Publicar un CD mix se ha convertido ya casi en un suicidio,
sin embargo, los podcasts en los portales florecen a veces de forma incontrolada.
Hablando como empresario: ¿cuál es tu punto de vista en este nuevo paradigma?
Estos últimos años, especialmente los dos que nos preceden, el cambio ha sido
impresionante. Esto, lo que está haciendo, es llevar la música electrónica a todas
partes, haciendo la escena más y más grande. Se utilizan los podcasts en los gimnasios, cuando montamos en bici, corriendo de camino a la oficina. Quiero decir, es
algo que lo único que consigue es hacerlo todo más accesible, y eso está muy bien.
Tras un suave intercambio final de golpes, Hawtin me confirma que está trabajando
en nuevo material de Plastikman y se despide con un “¡nos vemos en Sónar, man!”
Un placer, Mr. Hawtin. Allí nos vemos.
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sónar 2012 Artistas Sónar 2012
Artistas Sónar 2012
INIMITABLES
Falta un año para que el Festival Internacional de Música Avanzada y New Media Art de Barcelona, Sónar, cumpla veinte años educando a más
de una generación de fans y artistas de la música electrónica. En esta edición 19ª, Sónar continúa apostando por artistas desconocidos y grandes
nombres, pero esta vez han mimado los espectáculos más visuales y experimentales como los de Squarepusher, Amon Tobin o Diamond Flash.
Texto
Manu González
DIAMOND VERSION + ATSUHIRO ITO
NINA KRAVIZ
Cualquiera que siga esta publicación sabe que en esta santa casa nos desvivimos
por todo lo que publican Castern Nicolai y Olaf Bender, los dueños de Raster-Noton.
Todavía no sabemos si Diamond Version es ese proyecto ultra-techno que los dos
llevan prometiendo años (se ve que sí), pero lo que está claro es que esta asociación con el artista Atsuhiro Ito (creador de sinfonías ruidistas con tubos fluorescentes manipulados) es un show muy exclusivo que no puedes dejar de perderte.
Esperemos que ese disco del proyecto Diamond Version vea la luz antes de que
acabe 2012.
*SonarHall, Sónar de Día, sábado 16
Radio Slave (gran músico, mejor persona y dueño del label Rekids) fue quien dio
la alternativa a esta joven DJ siberiana que residía en Moscú alegrando con sus
sesiones de house a las almas rusas ávidas de música de baile. Después fue un
cachorro de la prestigiosa Red Bull Music Academy. En menos de tres años se ha
convertido en la gran promesa europea del deep house con ese homónimo álbum
de debut que ha publicado hace apenas un par de meses. En el Sónar presentará
en directo ese trabajo cerrando el Sónar de Día el viernes en la carpa del SonarDôme.
* SonarDôme, Sónar de Día, viernes 15
ANNIE MAC
SQUAREPUSHER
A Annie MacManus la queremos por dos razones. La primera es que tiene el mismo
pelo loco que nuestra colaboradora Virginia Arroyo (y eso provoca cariño). La
segunda razón es su trabajo junto a Nick Grimshaw en el programa Switch de BBC
One (domingos a partir de las 19 h) donde monta los especiales “Annie Mac presents” en los que siempre hay algún artista nuevo que, seguro, petará en un futuro
no muy lejano. Si no, échenle un vistazo a su anterior “Annie Mac presents 2010”
(publicado por Island el mismo año) con temas de Tensnake, Totally Enormous
Extinct Dinosaurs, Joy Orbison o nuestros Delorean.
* SonarLab, Sónar de Noche, viernes 15
Como muy bien indica nuestro colaborador Beto Vidal en la crítica de “Ufabulum”
unas cuantas páginas más adelante (en la sección de discos), hace años que ya
no esperábamos a Tom Jenkinson. Sus trabajos de la primera década de este siglo
habían sido bastante decepcionantes (en relación con sus primeras obras para
Warp). Por eso el impacto de esta última obra de Squarepusher ha sido tan impresionante (por recuperar aquel glorioso pasado), y más cuando viene acompañado
de una puesta en escena deslumbrante gracias a ese espectáculo de luces leds al
que Jenkinson ha adornado con un casco de luz muy daftpunkiano, evidentemente, pero cien por cien efectivo.
* SonarClub, Sónar de Noche, viernes 15
FLYING LOTUS
No es la primera vez que un artista toca dos veces en el Sónar, pero normalmente
suele ser con dos facetas, con un directo como artista y DJ. El californiano Steven
Ellison actuará dos veces en esta edición del Sónar: el jueves comandando el showcase de su sello Brainfedeer (junto a Lapalux, Kutmah, Thundercat y Jeremiah Joe)
y el viernes en un directo para el SonarDôme de Red Bull Music Academy. Teniendo
en cuenta que su último trabajo es de 2010, ¿tendremos nuevas canciones en estos
dos conciertos?
* SonarVillage, Sónar de día, jueves 14
* SonarDôme, Sónar de día, viernes 15
AMON TOBIN
PEAKING LIGHTS
MOSTLY ROBOT
“936” (Not Not Fun-Weird World-Domino, 11) ha sido la carta de presentación mundial del matrimonio formado por los norteamericanos Indra Dunis y Aaron Coyes.
Un disco que se hizo fuerte con el boba-oreja de los blogs musicales de medio
mundo y que, a día de hoy, sigue siendo un misterio inclasificable. Por las canciones de “936” se pasean estilos como el dub, folk, la kosmiche o la psicodelia más
planeadora sin querer nunca casarse con ninguno de ellos, dejándonos siempre
una sensación dulce de frescura y una colección de melodías que podremos disfrutar en esta nueva edición del Sónar.
* SonarComplex, Sónar de Día, viernes 15
Esta reunión de ‘robots’ es uno de esos espectáculos que muy pocas veces se
pueden ver en España sino existiera un festival como el Sónar. Mostly Robot es la
feliz unión de seis personajes como son Jamie Lidell (la voz cantante del colectivo
No-Future), DJ Shiftee (campeón del DMC en dos ocasiones), Tim Exile (el abstracto artista de Warp y Planet Mu), Mr Jimmy (colaborador habitual de Lidell), Jeremy
Ellis (percusionista brillante especializado en finger-drumming) y el artista audiovisual Pfadfinderei (colaborador de gente como Modeselektor). Se rumorea que
habrá disco en breve y que es una jodida maravilla.
* SonarHall, Sóna de Día, jueves 14
El brasileño nunca fue uno de los grandes nombres de la época dorada del
drum’n’bass de finales de los noventa. Sus discos en Ninja Tune (siempre) como
Amon Tobin, o bajo el seudónimo Cujo, eran demasiado abstractos para ser plato
preferente de un gran público que demandaba beats acelerados. Gracias a esto, el
autor de “Supermodified” (01) ha podido disfrutar siempre de buenas críticas sin
muchas presiones. Su último y notable trabajo, “ISAM” (11), tiene un directo espectacular compuesto de un entramado de cubos con proyecciones en 3D.
* SonarClub, Sónar de Noche, viernes 15
042/043
sónar 2012 xxxy / go series 91 Sónar 2012
xxxy
INFALIBLE
Al señor Rupert Taylor no le falta ni sobra ningún cromosoma en su mapa genético, pese a las alusiones al síndrome de Klinefelter de su alias.
Tampoco anda falto de talento e inspiración durante el último año, donde ha rayado a un nivel que pocos pueden soportar firmando EPs estratosféricos. Un tipo hasta ahora infalible que viene a firmar el último “Go Series” en formato físico de esta santa casa. Todo un honor.
* SonarDôme Red Bull Music Academy, Sónar de Día, sábado 16
Texto
Beto Vidal
S
eguir el rastro de Rupert Taylor es igual o más difícil que buscar trufas en el
bosque. El mancuniano es capaz de firmar lindezas post-dubstep al nivel de Joy O.
—“You always start It / Ordinary thing” (Ten Thousand Yen, 11)—, meterse en jardines
electro y drum'n'bass —“You gotta do you / Open your eyes” (Orca, 11)— o bien crear
tres temazos sin bajarse del autobús —“Everything EP” (Well Rounded, 12)—. Decida
lo que decida su anárquica pero privilegiada cabeza, es una verdadera distinción
para esta casa contar con él para nuestro último “Go Series” de venta en kioscos.
Aprovechamos la ocasión para que nos rellenara un (escueto) cuestionario y nos
abriera las puertas y entrañas de la colosal mezcla que se ha marcado.
Es un verdadero placer que seas el último en cerrar la puerta del formato físico
para este último “Go Series 91” que has mezclado. ¡En la oficina hemos bailado
como posesos! Creo que la mezcla contiene las proporciones perfectas de bass
music, techno (gracias por incluir “Minus Orange A1” de Richie Hawtin) y house.
Pero más importante aún, refleja perfectamente el estado de ánimo del festival
Sónar. Cuando empezaste a crear esta mezcla, ¿qué pretendías expresar con las
canciones elegidas para la mezcla final? Muchas gracias. Mi intención era poner en
el mismo saco y mezclar a todos los artistas que más me gustan y que van a tocar
en esta edición del Sónar. He querido hacerlo de una manera en la que todo fluyera
armónicamente, sin parecer forzado. ¡Tan solo quería mostrar a la gente la cantidad
de buena música que va a haber este año en el Sónar!
¿Tuviste que dejar a muchos artistas que te gustan fuera de la mezcla final? No,
la verdad es que ninguno. Hubo un par de temas que fueron rechazados por los
respectivos sellos o por los mismos artistas, pero la mayoría de los temas que pretendía mezclar están presentes.
Pero volviendo a los artistas seleccionados, llama la atención que hayas elegido,
lógicamente, un montón de jóvenes cachorros que están en su punto de ebullición:
ahí están presentes Maya Jane Coles, Julio Bashmore, Lapalux o Nguzunguzu. Una
generación de artistas con mucha proyección y calidad contrastada. ¿Podemos
hablar de una escena real? ¿Una escena sana y fuerte? Definitivamente, existe una
gran cantidad de jóvenes y talentosos artistas que están rompiendo todas las barreras y límites establecidos dando lugar a una escena muy sana.
¿Qué opinión te merecen los jóvenes productores españoles? ¿Sigues de cerca la
escena electrónica española? Aprovechamos para comentar que la fusión entre
John Talabot y Pional con Untold es sencillamente excepcional. Gracias, la verdad
es que a priori no parecían pegar esas canciones tan distintas. Lamentablemente,
mi conocimiento de la escena electrónica española es muy limitada, me encantaría
conocer más artistas.
¿Consideras la bass music y todas las mutaciones dubstep en los últimos 3 o 4 años
como un género en sí mismo? Creo que los últimos años en Gran Bretaña han sido
muy saludables para la música electrónica en general, con un montón de artistas que
vienen haciendo una música excitante y diferente. Solo por eso, merece la pena.
¿Con qué equipo has grabado el “Go Series 91”? Utilicé el Serato Scratch Live y
Ableton, más un par de platos y el correspondiente ordenador.
¿Podríamos decir que esta mezcla refleja las sesiones de xxxy habituales? Hace un
par de semanas yo y muchos más nos quedamos hipnotizados con la sesionaca
que te marcaste en el Boiler Room... Gracias, en Boiler Room estuve muy cómodo
pinchando. La verdad es que esta sesión es diferente a las que suelo realizar habitualmente. Pero he considerado este “Go Series” como una oportunidad para experimentar con diferentes ritmos, efectos y loops.
Para todos los lectores que van a consumir esta gran sesión y antes de que la devoren, ¿dónde crees que les funcionará mejor la reproducción de la misma? Estoy
seguro que puede funcionar en muchas situaciones diversas: antes de salir de fiesta,
para bailar en tu sala de estar, en el autobús o tren, en el coche y por supuesto antes
de pisar el recinto del Sónar.
¿Dónde te sientes más cómodo, Rupert, detrás de un par de platos o produciendo
en el estudio? A decir verdad, me siento igual de cómodo en ambas situaciones.
Pero, qué vino por primera vez, ¿pinchar o producir? Ser DJ fue lo primero. Poco
después vino la producción. Creo que son cosas muy compatibles en el fondo.
En 2011, además de ser un gran año para tus producciones, compartiste espacio en
la Red Bull Music Academy con otros grandes artistas. ¿Qué es lo que te llevas de
la experiencia? Fue una vivencia increíble que me instruyó sobre todo en aprender
a dominar mis habilidades, además de mostrarme otras nuevas que desconocía por
completo. Conocer a otros jóvenes artistas que están en tu nueva posición y recibir
lecciones de otros ya consagrados acaba siendo muy útil.
Rupert Taylor nació en Manchester pero ahora vive en Londres. ¿Qué extrañas de
tu ciudad natal? ¿Cuán diferente es la escena clubber en ambas ciudades? Sobre
todo echo de menos a mis amigos, pero también echo de menos vivir en un lugar
donde conozco cada centímetro de la ciudad. Respecto a la escena clubbing, es
realmente diferente. Manchester es mucho más pequeña que Londres, por lo que
el grupo de promotores es más accesible. Adicionalmente, considero mucho más
agradable encontrarme las mismas caras de clubbers en las mismas discotecas de
siempre. Es más entrañable y a mí nunca me cansaba. Eso no quita que la escena
clubber de Londres sea espectacular y sobre todo muy variopinta.
Nuestros lectores quieren saber de antemano cómo será tu actuación en el Sónar.
¿Qué podemos esperar de xxxy? Espero que sea divertido para todos los que vienen
a verme. No puedo adelantar cómo va a ser en términos de lo que toco, pero lo que
está claro es que quiero hacer bailar a todo el mundo.
Y para terminar: ¿tienes en mente un álbum de debut? Creo que mucha gente (yo
incluido) está deseosa... Eso ya lo veremos...
C
Varios Autores / xxxy
“Go Series 91: Sónar 2012. Selected and mixed by xxxy”
ontar con Rupert Taylor para una sesión es sinónimo de los mejores artefactos
house y bass, asegurando el dominio de la pista de baile y del tempo de las emociones de los clubbers. Es por ello que el último Go Series con forma redondeada
no podría haber quedado en mejores manos. xxxy empieza la mezcla con UK funky,
es decir, toda una declaración de intenciones: DVA y su reciente “Madness” abren
la veda con la sensualidad suficiente para que coja el relevo el gamberro de Eltron
John con su infeccioso “Not in your hand”, que bien podría ser el himno del Sónar
2012 con ese in crescendo luminoso hasta tocar el cielo. Primera obra maestra de
Rupert: fusionar sutilmente la sucia y carcomida pieza techno “Motion the dance”
de Untold a cara de perro con la radiante y pulcra (de sobras conocida por todos)
“So will be now” de nuestros Talabot y Pional.
El camino que alumbra xxxy prosigue bajo la senda del house palpitante de Azari
and III (qué temazo es “Hungry for the power” y qué bien madura con el tiempo,
oiga), la pequeña reina Maya Jane Coles (“Little one”, house facturado con elegancia
extraído del EP “Focus now”) y con el tándem Joe Goddard y Raff Rundell de Hot
Chip (The 2 bears) dando por válido el género disco ochentero gracias al hit sudoroso “Be strong”. Es entonces cuando llega la primera producción —a medias con
Nehuen— del que firma el mix: la imperial “Jacktrax”, grabada en la última edición
de la Red Bull Music Academy y que significa un viaje retrospectivo a los tiempos
dorados de Phuture, donde los borbotones ácidos te salpicarán la cara sin remedio.
La senda del UK funky vuelve de la mano del galés y último fichaje de 50 Weapons,
Doc Daneeka. “Murdah strings” es un tema seguramente inspirado vía Kode9, ya
que si hablamos de UK funky queda claro que el “Black sun” de Goodman es un
referente. Otra salvajada acid, la corrosiva “What you do with what you have” de
Blawan vuelve a subir la temperatura de la sesión, para dar paso de puntillas —y de
nuevo con Rupert mezclando a la perfección— a “Minus Orange A1” de Hawtin. De
manera intermitente, el gran himno techno localizado en “Minus Orange” se amalgama con la aterciopelada voz de Thom Yorke (la viejuna pero infalible “The white
flash” junto con Modeselektor). Momentazo estelar y de lágrima de la sesión.
El francés Canblaster y su festivalera “Jetpack” sirve de transición para el Padre
Nuestro del post-dubstep: “Battle for middle you” del ya eterno Julio Bashmore.
La cabra tira al monte, ¿verdad Rupert? Las estrofas heladas de Cooly G no sirven
para derretir la imparable “Everything” de nuestro hombre. Un temazo casi recién
sacado del horno que coloca a xxxy en primer plano del complejo mapa UK garage
y sirve de punto álgido para este “Go Series”. A partir de aquí, bajada gradual de
temple con el R&B sensual de Brenmar o los beats abstractos y narcóticos de Nguzunguzu (“Timesup”), aunque el repunte de los temazos enganchados que firman
Jacques Greene (“Baby I don't know what you want”, de nuevo reflujo ácido) y
Nightwave (“Feel”, ese gran track trancero ninguneado) vuelven a activar el hipotálamo. El delicioso remix psicodélico que realiza Salva de “Prawn cocktail” suma
sus fuerzas con los también oníricos beats incrustados en “Gone” de Lapalux. Finalmente, la calma total aterriza con los ecos tribales y selváticos de “Wandering”,
mientras que la abstracción Chicago de Salva (“Wake ups”) coloca el punto final
a una serie épica que ha concentrado 91 referencias en las calles. Pero tranquilos,
que habrá 92 en formato digital muy pronto. Beto Vidal
* Este CD promocional se vende exclusivamente con el número #132 de GO MAG
disponible en quioscos de toda España.

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