EL OFICIO DEL RESTAURADOR*
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EL OFICIO DEL RESTAURADOR*
EL OFICIO DEL RESTAURADOR* ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO** Espacio conformado por elementos de diverso origen y época de construcción. RESUMEN La necesidad de ocuparse con seriedad de los problemas de la ciudad construida ha generado otra no menos urgente de dar un sentido a las tareas que corresponden al arquitecto restaurador como protagonista imprescindible dentro de este proceso. El oficio del arquitecto restaurador como técnico en reconstrucción histórica de edificios o experto en el mantenimiento físico de obras de valor arquitectónico resulta ahora insuficiente a la luz del progreso del conocimiento sobre el patrimonio construido y su papel como factor de desarrollo del individuo y de la sociedad. * Fecha de recepción: 1 de mayo de 2003. Fecha de aceptación para publicación: 18 de mayo de 2003. * * Arquitecto, Universidad de Los Andes. Especialista en restauración y rehabilitación de obras arquitectónicas, OEA - España. Profesor asociado Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana. Correo electrónico: [email protected] * * * El material gráfico que no lleva fuente es propiedad del autor. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 APUNTES Es urgente la discusión sobre el papel de la restauración en el presente y futuro de la ciudad. Este texto contiene algunas reflexiones acerca de la utilidad de esta tarea; de cómo enfocarla; de la sobrada desconfianza que despierta el hecho de su origen ajeno, no obstante la esencial preocupación de no perder lo que ya se tiene. Con muy pocas excepciones los proyectos arquitectónicos o urbanísticos de mediano o gran tamaño, han ignorado las consideraciones acerca del patrimonio construido en toda su dimensión. Cuando no es así su conservación depende del grado de aislamiento de la vida de la comunidad, predeterminado en las teorías vigentes sobre el tema. 27 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ PALABRAS CLAVE Arquitecto Restaurador - Conservación - Adecuación Funcional - Patrimonio Arquitectónico - Oficio del Restaurador. ABSTRACT The need to deal seriously with the problems of building cities has generated another no less urgent need, that is, to give sense to the tasks that befall to architects specialized in conservation and restoration, their role being essential role in this process. In the light of increasing knowledge about the built heritage, the role of their work as a factor of individual and social development, as technicians in the historical reconstruction of buildings, or as experts in the conservation of works of architectural value, turns out to be somewhat insufficient. An urgent discussion must take place about the role of conservation in existing and future cities. Hereby are some reflections about the usefulness of the task of specialists, on the various ways to approach it, and about the ample suspicions it raises due to its extraneous origin, notwithstanding the essential need of keeping control of existing buildings. With few exceptions, architectural or urban projects, either of small or great scale have not incorporated considerations about the built heritage in its full dimension. Its conservation, therefore depends on the degree of its isolation from communal life, predetermined in current theories about the subject. KEY WORDS APUNTES Conservation - Architectural Heritage - Restoration Project - Functional Adaptation - Architectural Restorer. 28 Espacios interiores de Cartagena. Centro Histórico. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR Es probable que la mayor parte del patrimonio construido existente no sobreviva por mucho tiempo. Una proporción de éste desaparecerá por físico abandono y la falta de recursos para su conservación. Otra por la imposibilidad de adaptarlo a la vida de la época actual. Una tercera porque no existe aquí y ahora una cultura de conservación de la arquitectura que rompa con esta situación. Y por fin, una última, por la combinación de las tres anteriores. La conservación y recuperación del patrimonio construido corresponde, según la ley, al Estado. En la práctica, esto es cierto sólo en lo que se refiere a los monumentos nacionales y dentro de esta categoría, a los edificios de interés institucional como las iglesias y otros que tienen que ver con la administración pública. No obstante el mandato de la ley, esta tarea se ve cada día más limitada por la falta de recursos, consecuencia de la baja prioridad que el Estado concede a la conservación del patrimonio construido y a las condiciones económicas adversas en que se vive. La conservación de la inmensa mayoría del patrimonio construido -el de la vivienda, el espacio público y las construcciones de menor valor institucional- está, con pocas excepciones, en manos de los particulares. En Cartagena de Indias, por ejemplo, la recuperación e intervención de la arquitectura doméstica depende del mecenazgo que algunos particulares han ejercido durante las últimas décadas, como defensores, locales y extranjeros, voluntarios y extraoficiales, de una arquitectura cuyos valores, por fortuna, no les han sido ajenos. En otras partes, con menor renombre y por consiguiente con Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 menor prestigio, el patrimonio construido es materia disponible para el redesarrollo y renovación de unas ciudades y poblados que no acaban de consolidar su desarrollo urbano y mucho menos su arquitectura. Es así como la mayoría de los centros fundacionales de las ciudades colombianas están considerados en la actualidad como centros urbanos deteriorados, cuyo destino final parece ser la eliminación de todo cuanto allí está construido, para dar paso a nuevos proyectos. En Bogotá los proyectos importantes de renovación urbana adelantados en las últimas décadas no surgieron de mayores consideraciones sobre la conservación del patrimonio construido ni tienen nada que decir sobre la cada vez más confusa tradición espacial y constructiva. El trazado de nuevas vías, vehiculares o peatonales, o la apertura de nuevas plazas o parques, rara vez ceden ante la presencia de la arquitectura preexistente. En general, el deterioro urbano es sinónimo de mala calidad arquitectónica. El conocimiento del patrimonio construido todavía es privilegio de la academia, sin que ésta encuentre aún el modo de influir sobre la vida cotidiana de la ciudad. Ningún plan de gobierno contempla nada serio sobre los problemas del patrimonio construido. La necesidad de prestar atención a la cultura arquitectónica y urbanística en Colombia no ha evolucionado mucho durante las últimas décadas, desde cuando en los años setenta y ochenta se recibió, con alguna intensidad, el influjo de las corrientes italiana y española de estudio y tratamiento de los centros históricos en general. De aquella época se heredó todo un paquete ideológico sobre el cual se construyeron, a las carreras, APUNTES CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL PATRIMONIO CONSTRUIDO 29 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ los conceptos sobre el manejo del patrimonio construido de los países latinoamericanos. Esta influencia se tradujo en la práctica en el conjunto de normas mediante las cuales se ha intentado el manejo de la arquitectura de interés patrimonial, con grandes inconvenientes de fondo y forma generados por las diferencias entre el patrimonio cultural local y el de los países donde se pensaron esos conceptos. La profundización en este tema no es objeto del presente artículo, pero su consideración es básica para poder opinar sobre cuál es el papel que el arquitecto restaurador está llamado a desempeñar en la actualidad y el porqué es un profesional absolutamente necesario para actuar y decidir sobre el desarrollo de la arquitectura y el urbanismo en la ciudad. APUNTES La naturalidad con la cual los europeos ven, usan y entienden su patrimonio construido, no existe en nuestro medio. Allá la decisión sobre la nueva arquitectura de la ciudad es ante todo, como debe ser, una toma de posición con respecto a lo construido. Aquí se conoce más el patrimonio externo que el propio y casi ningún proyecto de la ciudad indaga sobre la arquitectura que le precede. 30 En estas líneas se intentará presentar una visión de lo que debe ser un arquitecto restaurador, basado en la doble experiencia del autor de haber ejercido el oficio de la restauración durante más de 20 años, y la no menos importante de haber estado vinculado a la academia el mismo tiempo, en distintas formas: como profesor de Historia de la Arquitectura, como investigador, y finalmente como profesor de Taller de Pregrado en el campo del patrimonio, actividad esta última de carácter experimental en nuestro medio, no exenta de situaciones polémicas generadas por las ne- cesarias diferencias metodológicas del Taller de Patrimonio con respecto al taller de diseño arquitectónico convencional. Dejaremos a un lado la influencia que los estudios sobre patrimonio pueden ejercer en la enseñanza de la arquitectura. El ejercicio normal del diseño, en cualquier proyecto urbanístico o arquitectónico, se ve afectado en lo referente al uso de tipologías, a la propuesta de una estructura espacial y formal de los proyectos nuevos y también en lo que respecta al desarrollo tecnológico y al uso de materiales. Es importante preguntarse cuánto acerca del manejo del patrimonio debe saber un arquitecto sin especialización como parte de su formación básica, y qué tan imprescindible es la intervención de arquitectos restauradores en las decisiones sobre el manejo de las zonas de la ciudad en estado de deterioro, como consecuencia y ante la necesidad de tratar sus problemas urbanos y arquitectónicos de manera individual, y cómo esto complica el planteamiento de proyectos a gran escala. Estas situaciones han sido difíciles de manejar dentro de los planes de desarrollo o planes de ordenamiento territorial y han generado peligrosas generalizaciones para el tratamiento y manejo de las zonas de interés patrimonial reconocido, las cuales corren el peligro de perder la esencia de sus valores, cuando estos descansan en las singularidades arquitectónicas. Tampoco se puede olvidar la existencia de zonas en las ciudades donde ni siquiera se adelantan procesos de valoración patrimonial antes de implementar en ellas proyectos de renovación urbana, y donde la ausencia de estudios de la arquitectura del lugar genera pérdidas irremplazables del patrimonio construido. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR Se confunde con mucha frecuencia deterioro social con deterioro arquitectónico y todavía se está lejos de considerar el valor arquitectónico como parte importante del bienestar de la comunidad. ARTE Y OFICIO DE LA RESTAURACIÓN Dentro de este panorama general se tratará de definir el perfil del arquitecto restaurador en aquellos aspectos que superan el simple conocimiento técnico necesario para la conservación y restauración de los monumentos arquitectónicos. Se entiende aquí que éste depende en gran medida del manejo ideológico particular dado a cada obra intervenida. Dos son los pilares sobre los cuales descansa el oficio del arquitecto restaurador: la salvación del patrimonio arquitectónico y urbanístico constr uido y su adaptación a la vida de la sociedad de hoy. Ambos dependen entre sí en la medida en que se entienda que una rápida y correcta adaptación del patrimonio a las necesidades físicas y espirituales de la gente, es garantía de su conservación. A su vez, la conservación suple en muchas formas una buena parte de esos requerimientos. Cada uno de estos aspectos requiere de un proceso for mativo, apoyado en ciertos conocimientos, imposible de reducir a un simple manual de instrucciones. científica, y para otros artística, perceptiva y casi cien por cien intuitiva. Las posibilidades de acierto en el manejo, conservación y restauración del patrimonio construido no pueden estar basadas en forma exclusiva en el cruce de variables de orden estadístico, o en una supuesta verdad histórica encontrada en los estudios documentales o como resultado de exploraciones arqueológicas juiciosas. Valorar es asumir una posición individual con respecto al objeto o espacio encontrado o descubierto y analizado en toda su dimensión. La valoración ha sido siempre parte de todo proceso de diseño y no sólo de la restauración del patrimonio construido. La solución de un proyecto arquitectónico lleva dentro de su dinámica, el examen de muchas alternativas de actitud y manejo del lu- El proceso de identificación y clasificación de los valores del patrimonio arquitectónico construido es la base para su conservación y restauración. Esta tarea es para unos Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 Balcón típico cartagenero en medio de múltiples intervenciones contemporáneas. APUNTES LA SALVACIÓN DEL PATRIMONIO CONSTRUIDO 31 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ gar, de fór mulas espaciales y repertorio for mal, lo cual conduce a la selección de una de ellas. APUNTES También el ordenamiento de los valores de un sector construido de la ciudad, tanto como el de los elementos que conforman una edificación, sirven a los restauradores para seleccionar una posibilidad proyectual. Por ejemplo el reconocimiento de diferentes categorías de conservación, como está establecido en las reglamentaciones vigentes para los centros históricos en Colombia, es un acto de diseño o pre-diseño que utiliza la arquitectura preexistente como principal determinante para el manejo espacial y formal de un lugar. En la conservación integral de arquitectura o de sectores de la ciudad y en 32 Templo de Nuestra Señora del Carmen en Bogotá, 1990. el proceso de selección de los elementos de conservación, hay un acto creativo de reconocimiento de valores que deben perdurar similar al que genera un diseño nuevo. Hay creación de arquitectura en el reconocimiento de un valor antes ignorado y en la visión renovada de la ciudad de todos los días que nos brinda el estudio de la historia de la arquitectura y de los nuevos significados que puede revelar. Cuánto hay de producción, salida de la nada, en un proceso de diseño convencional, y cuánto de innovación, en un proceso de conservación, es la reflexión que salta a la vista. Si se acepta que en el proyecto arquitectónico hay un proceso previo de valoración de alternativas para el manejo de Proceso de reposición de una pilastra de la torre del templo de Nuestra Señora del Carmen en Bogotá. Foto: María Victoria Vieco. 1992. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR Dentro de este orden de ideas, la restauración deja de ser la simple repetición de las formas y estructuras espaciales del pasado para convertirse en una actividad que busca dar un significado al legado de la arquitectu- ra dentro de la vida de hoy, y busca el uso del patrimonio construido como factor de desarrollo personal y colectivo. La definición tradicional de la restauración ha retrasado la ubicación del arquitecto restaurador como actor protagonista en los procesos urbanos. Ese personaje que se limita a reconstruir procesos históricos constructivos en sectores urbanos y edificios de la ciudad, ya sea en for ma real o virtual, está cuestionado. No se puede negar la importancia del conocimiento histórico por sí mismo como indispensable dentro de la formación profesional y personal, pero la labor del arquitecto restaurador no se puede limitar a la conservación o reconstrucción histórica. Detalle elaboración del montaje de dos secciones de la pilastra. El mosaico aplica de manera que disimule el empate de las piezas. Foto: María Victoria Vieco. 1992. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 APUNTES las condiciones existentes, hay que admitir la existencia de una acción creativa en la conservación o restauración. La salvación del patrimonio construido es entonces un proyecto de arquitectura y debe entenderse como tal. La cantidad de arquitectura por conservar o por hacer nueva, no cambia la naturaleza del compromiso que tiene el proyecto de restauración con la ciudad del presente y tampoco exime al proyecto arquitectónico y urbanístico de sus compromisos con la ciudad que le precede. 33 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ CONOCER Y DAR A CONOCER La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en Bogotá fue declarada Monumento Nacional en 1992. Antes de esa fecha era considerada como un ejemplo de arquitectura de mal gusto, por lo cual su declaratoria y reconocimiento fueron el resultado de grandes polémicas sobre sus valores y características dentro del sector de La Candelaria, donde se encuentra situada en la ciudad de Bogotá, y dentro de la historia de la arquitectura del país. Este templo, cuyas singularísimas características mantuvo desconcertados durante muchas décadas a buena parte de los rectores de la cultura arquitectónica del país de entonces, pasó de ser una especie de puntilla en el zapato dentro del colonial sector de La Candelaria, que se miraba de soslayo al pasar por la carrera 5ª no sin un poco de rubor, a constituirse en uno de los hitos más representativos y queridos del lugar. APUNTES Registro Municipal, homenaje del cabildo a la ciudad en el IV centenario de su fundación, 1538-1938. Dibujo: Moreno Otero. Ediciones del Concejo de Bogotá. 34 El desarrollo teórico y práctico del oficio de la restauración en los países europeos les ha permitido asignar un papel determinante, no pasivo, a su patrimonio construido, y ha convertido éste en uno de los principales elementos de identidad de los pueblos y por ende en el principal factor para su desarrollo. Algo similar podría ocurrir en los países latinoamericanos. Aquí en Colombia se ha hecho una valoración a la manera europea en los ejemplos más notables. Pero no existen suficientes planteamientos originales confiables para el patrimonio no monumental que demuestren cómo lograr aquí lo que ya es común allá. Como si se hubiera construido en ese momento y no entre 1918 y 1938, esta edificación comenzó a ejercer una fuerte influencia en el sector. De repente, como consecuencia de la gestión de los padres salesianos y de sus arquitectos asesores, todos sus valores espaciales, for males y constructivos cobraron vigencia. Las razones de su proscripción, por no pertenecer al periodo colonial, perdieron fuerza. Hoy en día, este templo ya apropiado por la comunidad como lugar de peregrinación y rito religioso, es también un sitio de encuentro para el aprendizaje y el disfr ute de la arquitectura de un lugar amable de la ciudad. Éste es sólo un ejemplo de los muchos que con seguridad se pueden citar sobre el papel que cumple el arquitecto restaurador en la salvación del patrimonio construido, urbano y arquitectónico, y en Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR su función en la consolidación de la cultura arquitectónica del lugar. La arquitectura, monumental o modesta, de origen lejano o cercano, de pobres o de ricos, antigua o moderna, tiene valores irremplazables, los cuales deben ser identificados y defendidos como parte del oficio del arquitecto restaurador. LA BÚSQUEDA DE LOS VALORES OCULTOS Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 Vista general del eje ambiental de la Avenida Jiménez, sector de Las Aguas. Bogotá. 2003. Detalle del puente siglo XIX encontrado durante el proceso de las obras. 2003. APUNTES Una vez terminadas las obras de rehabilitación del llamado eje ambiental en la avenida Gonzalo Jiménez de Quezada, límite del centro fundacional de Bogotá, a pocos metros de profundidad, al pie del cerro Monserrate, se encontraron los restos de uno de los puentes que conectaban a la ciudad de la época colonial con el mundo exterior. Este hallazgo resultó insólito y embarazoso dentro del curso normal de las obras que allí se adelantaban y no encontró cabida dentro del rígido diseño, ya definido e inmodificable que se estaba llevando a la realidad. Desde el punto de vista de un arquitecto restaurador esta situación era previsible. La simbología de un tejido urbano flanqueado por dos ríos al norte y al sur, y contenida al oriente por los cerros y al occidente por la planicie de la sabana, donde los ríos se unen, explica ahora y explicaba antes la razón de ser del tejido urbano y de la arquitectura de la ciudad primigenia, perdida durante siglos y ahora encontrada de nuevo. La bella simbología del puente entrometido y de otros muchos que debe haber en cada intersección de las vías de acceso al centro fundacional, que de norte a sur interceptan la avenida, debe repetirse a lo largo de la calle séptima, como límite sur del centro. Las condiciones de aislamiento 35 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ del centro fundacional denotadas en este hallazgo contribuyen a recuperar la identidad perdida. Es muy insensato, a estas alturas, modificar los claros planteamientos de un proyecto ya ejecutado que parte de otras premisas, dentro de las cuales, sólo recoge del pasado la presencia abstracta del agua como noción de límite y a la vez de unión del centro con la ciudad. Pero una visión más integral y más completa de ese pasado y de ese faltante habría modificado, y tal vez enriquecido, pero nunca perjudicado la intervención realizada sobre la tradicional avenida. APUNTES En este caso es evidente que faltó la visión del arquitecto restaurador, para el cual habría sido muy importante el conocimiento de la preexistencia del sector. Esto no 36 habría implicado la realización de un proyecto de reconstrucción histórica en reemplazo del que ya se hizo, pero sí la inclusión de los hallazgos físicos y de los conceptos originales como parte de las premisas para el desarrollo del proyecto, y lo que es más importante, la recuperación de la memoria no sólo en los aspectos funcionales, sino también del carácter disímil del sector. Las ideas generadoras de la arquitectura de la ciudad permanecen ocultas detrás de las obras que década tras década las han modificado, pero casi nunca desaparecen del todo. Hay lugares cuya única posibilidad de desarrollo, o por lo menos la mejor, estará establecida en la recuperación de su condición anterior original, en su valor patrimonial. El mencionado puente es en sí mismo una pieza arquitectónica digna de conservación por sus calidades constructivas y Vista general del eje ambiental de la Avenida Jiménez. A la derecha se ve el lugar donde se encontró el puente original. 2003. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR El arquitecto restaurador es en la actualidad el único profesional llamado a tratar con naturalidad los problemas teóricos y prácticos que plantea el patrimonio arquitectónico en los centros urbanos, porque su formación le permite el manejo de esta variable, como contribución al desarrollo de lugares cuya razón de ser hay que buscarla en lo construido. La atemporalidad de los valores artísticos (arquitectónicos) hace indiferente el hecho de que estemos ante obras cuya construcción tuvo lugar hace muchos años, pero que están presentes como hechos físicos evidentes o en una especie de estado de hibernación. La búsqueda y puesta en evidencia de estos valores es pues una tarea indispensable. LA ADAPTACIÓN A LOS TIEMPOS ACTUALES Las lamentaciones sobre la pérdida del patrimonio construido se escuchan cada vez con mayor fuerza, pero la atención a la conservación del mismo no aumenta en la misma proporción. Esto nos indica que no es posible avanzar en la recuperación del patrimonio si no se adelanta en el desarrollo de una gran creatividad en la forma de aprovecharlo de manera óptima para la vida cotidiana de la sociedad. Arriba se dijo que el conocimiento y análisis del patrimonio son inútiles sin una buena estrategia para reactivarlos. La creatividad del arquitecto restaurador en la actualidad radica en enApunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 contrar un tratamiento conceptual y físico de la arquitectura que garantice su supervivencia y, a través de ésta, transmita mensajes de liberación y de progreso. Hablamos pues, del manejo de los valores. No basta la sola identificación de éstos, es necesaria su activación dentro de la sociedad. La localización de los valores permanentes y la determinación de los posibles cambios, es la clave del proceso de adaptación y salvación del patrimonio construido. No todo el patrimonio de una época requiere el mismo tratamiento y no todo vale igual para todas las épocas. Esto ya se ha dicho desde hace algún tiempo, pero no se lleva a la práctica. En cierta forma no ha pasado de ser una figura retórica. La conservación arquitectónica cae cada vez más en formulismos que la sitúan al otro lado de las necesidades y aspiraciones de las personas. LA GRAN CONTRADICCIÓN El oficio del arquitecto restaurador se desenvuelve hoy en día en medio de una gran contradicción. La necesidad de una urgente adaptación, y de la adecuación funcional, como recursos ineludibles para la salvación del patrimonio construido, contradice la idea de la conservación. Es casi imposible lograr la conservación del patrimonio sin plantear intervenciones que impliquen cambios substanciales bien sea en la estructura espacial, en la tipología, o en los aspectos morfológicos del proyecto original. Lo mismo ocurre con las técnicas constructivas y los materiales de construcción, cuya posibilidad de conservación depende del cumplimiento de unos requerimientos de estabilidad y confiabilidad, raras veces presentes en las características técnicas del patrimonio construido en la época colonial o en los primeros años de la república. Sin em- APUNTES formales. Pero además aporta la clave para entender una buena parte de los problemas de funcionamiento que mantienen en una especie de limbo urbano al sector de La Candelaria en Bogotá, como consecuencia de la pérdida de su particular y autocontrolada relación con el resto de la ciudad. 37 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ bargo, en muchas oportunidades, se tratando de imponer la restauración, acepción más literal y más retrograda, única alternativa para el manejo del monio construido. sigue en su como patri- En el ejercicio de la restauración como disciplina integral se vive una ruptura entre la teoría y la práctica porque las normas o las metas planteadas a través de ellas, que son y representan la interpretación oficial sobre lo que el patrimonio debe ser, se desprenden más de teorías abstractas mal adecuadas, aunque bien intencionadas, que de una reflexión realista sobre las verdaderas características de la arquitectura y el urbanismo producido en este medio. APUNTES Se puede decir que la piedra angular sobre la cual está cimentado el tratamiento del patrimonio constr uido es la restauración, tomada en un sentido tan radical como literal que ni los mismos teóricos europeos, iniciadores de tan noble actividad, han logrado ejercerla en una forma tan fundamentalista como muchas veces se pretende hacer aquí. El mismo hecho de que las maestrías y especializaciones que hay actualmente en el país otorgan el título de arquitecto restaurador, crea ya un equívoco con respecto a la función de este profesional dentro de la sociedad. La acción de restaurar significa la aplicación de unas técnicas y el uso de deter minados materiales para lograr la conservación o, eventualmente, la reconstrucción histórica de la arquitectura del pasado. 38 Pero la palabra restaurar es bella, sólo que ha sido mal utilizada. Restaurar arquitectura o un lugar, además del regreso físico al estado original de las cosas, significa también la recuperación del valor y la vitalidad que en algún momento un lugar tuvo. La restauración no se refiriere sólo a la parte física de la arquitectura, accidental, confusa y casi siempre irreconocible y siempre dependiente de las circunstancias del momento, de las limitaciones del material humano y físico disponible. El arquitecto restaurador debe trabajar construyendo hipótesis sobre las ideas de la arquitectura del pasado, cuya versión temporal tiene ante sus ojos. El contenido del valor arquitectónico está en los conceptos que guarda el edificio y no en lo que muestra. Y también en las emociones que transmite y no en los materiales, que apenas son un medio de expresión. La visión encantadora y aleccionadora de Cartagena de Indias se sostiene a pesar de la evidencia de las limitaciones de tipo técnico y constructivo. Salvo contadas excepciones, la arquitectura se materializa con un repertorio formal y material disponible, que no es siempre el ideal. El debate teórico sobre los valores del patrimonio construido y su función social dentro de la disciplina de la arquitectura, en general o en particular, a escala urbana, de sector o individual, todavía se manejan en un segundo plano de importancia, lo que no ha permitido aún un desarrollo teórico y conceptual más rápido e influyente dentro del escenario de la vida urbana. LA RESTAURACIÓN Y EL PROYECTO TÉCNICO ESPACIAL Nosotros lo que queremos es que nos enseñen a restaurar me dijeron en una ocasión, en tono de protesta, unos estudiantes del postgrado en restauración de monumentos arquitectónicos. En principio parece una solicitud muy razonable, pero en la realidad no se puede resolver de una manera tan simple. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR Propuesta de intervención de la armadura con tecnología contemporánea. Fuente: Téllez Germán. Iglesia y Convento de San Agustín en Santafe y Bogotá. Santafe de Bogotá, Escala, 1998. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 APUNTES Armadura de cubierta de la Iglesia de San Agustín, Bogotá. Estado de la armadura antes de iniciar el proceso de restauración. 39 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ taurador nunca podrá eludir, de definir qué elementos se conservan, cómo debe ser su tratamiento, cómo afrontar los daños en una edificación de conservación para que al hacerlo no se modifiquen los valores perdurables en ella descubiertos, o cómo, en qué materiales y cuándo se puede reemplazar, complementar o adicionar una edificación de valor patrimonial, cuando su adecuación funcional así lo requiera. Por ejemplo; la decisión del cambio de la armadura en madera por una estructura de cerchas metálicas de la cubierta en la obra de restauración de la iglesia de San Agustín en Bogotá no obedeció exclusivamente a los problemas técnicos o al grado de deterioro que ella mostraba, sino también a su contenido como valor arquitectónico y como mensaje cultural hacia la gente. La manera óptima de garantizar la estabilidad del edificio sin que sus valores sean vulnerados. Las cúpulas y bóvedas en ma- APUNTES El aprendizaje sobre los secretos del manejo de la cal, de cómo repetir las discutibles ventajas técnicas de las armaduras de cubierta, versión local, de cómo erradicar xilófagos de una viga solera centenaria o el conocimiento obsesivo de cómo se remienda un muro de argamasa, o qué hacer con una humedad ascendente o descendente en un muro de tapia pisada o si finalmente éste cumple con las normas mínimas de sismoresistencia que se han decretado para todas las construcciones en el país, son apenas unos pocos de los recursos técnicos que se podrían aplicar para la conservación de algunos componentes de la arquitectura construida. Pero estos aspectos están mejor manejados en las manos de los profesionales de cada ramo; ingenieros, biólogos, artesanos de todo perfil y técnicos con alto grado de especialización, quienes pueden y deben ser consultados cuando se requiera, sin que esto implique una renuncia a asumir la responsabilidad que el arquitecto res- Vista superior del conjunto de cúpulas del cielo raso de la Catedral que reemplaza visualmente la armadura de madera que quedó relegada a su función de sustento de la cubierta. Típico caso de cambio de sentido y significado del espacio y su correspondiente respuesta tecnológica. Se aprecia el sistema de nervaduras irregulares que le da rigidez y consistencia. 40 Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR Una circunstancia similar se presentó en el proyecto de intervención de la cubierta de la Catedral Primada de Bogotá, cuyas naves poseen también cielorrasos abovedados. Pero en este caso, en forma inexplicable, se decidió reponer una armadura de cubierta que nadie percibe, pero que a la postre resultó muy costosa y su eficiencia estructural es bastante discutible. Aquí era fácil comprobar que los valores estilísticos y el origen y calidad de los materiales utilizados eran bastante pobres en conjunto. Otro ejemplo interesante de manejo de los aspectos técnicos del proyecto por parte del arquitecto restaurador, es la intervención del Puente del Común o Puente de Chía, a las afueras de Bogotá. Allí se presentó el caso de una excesiva humedad en los terraplenes originales de aproximación al puente y en las plazoletas de arranque del mismo. Con anterioridad se había descubierto la existencia de estos elementos que habían permanecido ocultos, bajo toneladas de escombros, botados allí durante más de treinta años. Además los costados habían sido recubiertos con pañetes de cemento, el cual generaba otros efectos nocivos tanto en los terraplenes como en el puente mismo. Sistema de armadura de cubierta que quedo sobrepuesto al conjunto de bóvedas. Su función estrictamente técnica permite la combinación de elementos de diverso origen y la mezcla de los recursos técnicos disponibles en la época de su construcción. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 APUNTES dera decorada, que mantenían oculta la armadura de cubierta, fueron calificadas con un valor arquitectónico, histórico y formal superior al de la deteriorada estructura. En este caso, el análisis de los agentes que deterioraron la madera de la armadura sobraba y la decisión de su reemplazo por estructura en cercha metálica, resultó la más eficiente en lo técnico y la más económica, y además facilita el mantenimiento y refuerza la estructura que sostiene el cieloraso. Éste es un buen ejemplo del tipo de orientación creativa y definitiva que el arquitecto restaurador está llamado a hacer dentro del proceso de conservación de un monumento. 41 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ APUNTES Movimiento de tierras para liberar las bases de los camellones de aproximación al puente. 1997. 42 Aplicación de geotextil bajo la calzada en piedra. 1997. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR LA RESTAURACIÓN Y EL PROYECTO ARQUITECTÓNICO Y URBANÍSTICO La decisión casi mágica de la aplicación o conservación de tipologías espaciales abstractas y de trazados urbanos originales como remedio infalible para corregir los complejos problemas de adaptación y conservación del patrimonio urbano, es discutible en una sociedad en permanente estado de inestabilidad y de cambio, conformada dentro de una complejidad étnica y cultural de difícil definición. La mayoría de los problemas de la adaptación funcional de la arquitectura de valor patrimonial no monumental encuentra, y ha encontrado siempre, grandes dificultades en la conservación absoluta de las supuestas tipologías básicas generadoras del proyecto original porque disminuye las posibilidades de salvación del patrimonio forApunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 mal y espacial que muchas veces subsiste en forma autónoma. No se puede asumir por anticipado la conservación de un esquema tipológico, espacial, de un lenguaje formal o de un elemento constructivo, sin verificar si estos son los valores conservables de un sector o de un edificio. La previsión que hacen algunos teóricos sobre la necesidad de conservar tipologías y trazas urbanas, está basada en que estos elementos constituyen un valor real, conservable en determinados lugares. Sólo un examen concreto puede determinar si una tipología es modificable sin que los valores patrimoniales se vean afectados. Con frecuencia ocurre que los valores pueden centrarse sólo en lo formal, caso en el cual hacer énfasis en la conservación de las tipologías puede dar lugar a tergiversaciones. Por ejemplo, en muchos poblados de Colombia, las tipologías arquitectónicas de casa de patio en L, C u O no son más que formas lógicas de ocupación de un predio para una arquitectura que se desarrolla en forma progresiva. El establecimiento de unas bases conceptuales, elementos espaciales y formales que sirvan para la formulación de obras de restauración, es la tarea básica del arquitecto restaurador en la etapa del proyecto. Esta constante puesta en valor de los diferentes componentes de la arquitectura de la ciudad no debería estar amarrada a fórmulas a priori. Dar por sentada la conservación de algunos elementos impide el análisis profundo del patrimonio construido y reduce la actividad de la restauración a la simple aplicación de fórmulas técnicas para la preser vación de componentes ya establecidos. Basta con imaginar lo que ocurriría con la arquitectura en general, si APUNTES El aumento del valor histórico, espacial y técnico-constructivo de este descubrimiento fue considerable, al comprobar que los terraplenes eran artificiales y que habían sido construidos con murallas de gran factura, formadas por sillares de piedra traída desde una distancia de 15 a 20 kilómetros y rellenos con capas de arcilla también traída de otros lugares distantes. La valoración de los elementos encontrados imponía, en principio, la recuperación de las condiciones originales del lugar, pero esto fue imposible por la existencia de obras viales recientes e irreversibles que lo impedían. Se optó por la aplicación de una tela geotextil impermeable en toda la calzada, tanto en el puente como en los terraplenes de aproximación, pero no en los costados, para recuperar así las condiciones ideales de regulación de humedad, con nueva tecnología, pero sin alterar los valores de la edificación. 43 ◆ ARQUITECTO ERNESTO MOURE ERASO ◆ se decretara la utilización de un lenguaje oficial único y excluyente para la ejecución de proyectos nuevos. Es primordial entre las tareas del arquitecto restaurador hacer el libre y permanente examen de la ciudad construida, desde el punto de vista de los valores arquitectónicos, e influenciar en la formación de puntos de vista más realistas sobre la naturaleza del patrimonio construido. En la medida en que esto se logre, el planteamiento de nuevos proyectos con nuevos lenguajes formales y la propuesta de uso de tecnologías y materiales será más razonable. APUNTES Al juicio de los antropólogos, sociólogos, economistas, planificadores, y demás componentes en el estudio y definición de los procesos urbanos y arquitectónicos, hay que corresponder con el análisis juicioso de la arquitectura para demostrar cómo la misma complejidad, reconocida en aquellas disciplinas, queda también plasmada en ésta, y cómo las conclusiones y soluciones vertidas desde las fuentes de otros campos del saber no son suficientes, ni muchas veces pertinentes, para plantear, entender y solucionar la complejidad del espacio y la forma arquitectónica. 44 Proceso de reposición de la capa de piedra desgastada de uno de los machones del antepecho del puente. 1997. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 EL OFICIO DEL RESTAURADOR REFERENCIAS Capitel, Antón, Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración, Madrid, 1988. De Gracia, Francisco, Construir en lo construido, Madrid, 1992. Téllez, Germán. Moure, Ernesto, Arquitectura doméstica Cartagena de Indias, Bogotá, 1995. Téllez Germán. Iglesia y Convento de San Agustín en Santafe y Bogotá. Santafe de Bogotá, Escala, 1998. APUNTES Zuloaga, Gloria, Repertorio formal de la arquitectura doméstica de época republicana en el barrio Las Cruces, Bogotá, en Revista Apuntes No.2, Bogotá, 2002. Apunt. Bogotá (Colombia), (23): 27-45 enero-junio de 2003 45