YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE LA COLONIA CLUNIA SULPICIA

Transcripción

YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE LA COLONIA CLUNIA SULPICIA
Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
1. Maqueta Clunia s. I d.C.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE LA COLONIA
CLUNIA SULPICIA
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
ÍNDICE.
Portada ………………………………………………………………………………………..
Pág. 1
Índice…………………………………………………………………………………………...
Pág. 2
1. LOCALIZACIÓN E HISTORIA ………………………………………………………
Pág. 4
1.1. La Clunia arévaca……………………………………………………….
Pág. 4
1.2. La Clunia romana……………………………………………………….
Pág. 5 - 7
2. DETALLE DE LA CIUDAD ROMANA…………………………………………….
2.1.
Conjunto del Foro (S. I d.C.)…………………………………...
Pág. 7
Pág. 8/9
2.1.1. Basílica jurídica y comercial…………………………………. .
Pág. 10
2.1.2. Cabecera religiosa del Foro. El Templo…………………..
Pág. 10/11
2.2.
Pág. 12
Ambiente urbano. (S. I – V d.C.) …………………………….
2.2.1. Las habitaciones…………………………………………………….
Pág. 12/13
2.2.2. Casa nº 1………………………………………………………………..
Pág. 13/14
2.2.3. Casa nº 3………………………………………………………………..
Pág. 14
2.2.4. Macellum……………………………………………………………… .
Pág. 14/15
2.3.
Teatro…………………………………………………………………….
Pág. 15/16
2.4.
Conjunto termal de Los Arcos (S. I – III d.C.)…………..
Pág. 16
2.5.
Necrópolis tardo-romana y visigoda………………………
Pág. 16/17
3. ABASTECIMIENTO……………………………………………………………………..
Pág. 17/18
3.1.
La Cueva de Román y su uso…………………………………..
Pág. 18 - 20
4. VÍAS ROMANAS DE CLUNIA……………………………………………………….
Pág. 20-23
5. LAS MONEDAS………………………………………………………………………….
Pág. 23 - 25
6. CONCLUSIONES…………………………………………………………………………
Pág. 25 - 28
7. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………
Pág. 28
7.1.
Otras fuentes………………………………………………………….
2
Pág. 28/29
Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
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1. LOCALIZACIÓN E HISTORIA
El yacimiento arqueológico de Clunia Sulpicia se encuentra en lo alto de un cerro
denominado, Alto de Castro, en el término municipal de Peñalba de Castro, pedanía
del Ayuntamiento de Huerta de Rey, provincia de Burgos.
Su extensión horizontal es de 130 Ha Y su altitud supera los 1.000 m.
A los pies del cerro discurre el río Arandilla, afluente del Duero. A su alrededor se
domina una rica y amplia zona con pinares y tierras de cultivo.
A partir de 1915, se comenzaron las excavaciones sistemáticas, pero se
abandonaron al creerse que el yacimiento estaba agotado lo que produjo una nueva
fase de expolio.
En 1931 se declaró a Clunia Monumento Nacional y se descubrieron varias
viviendas nobles bajo la dirección del profesor Blas Taracena.
Con la guerra civil volvieron a interrumpirse las excavaciones hasta que Pedro de
Palol, en 1958 se hizo cargo de las mismas.
En 1995 tomaron el relevo el arquitecto Miguel A. de la Iglesia y el arqueólogo
Francisco Tuset, redactores del Plan Director de la ciudad.
1.1. La Clunia arévaca
Todo lo que se sabe de la ciudad celtibérica es a través de las fuentes romanas.
Durante las guerras sertorianas Pompeyo asedia Clunia donde resiste Sertorio. A la
muerte de éste (75 a.C.) Pompeyo acaba con sus partidarios ocupando varias ciudades:
Clunia, Uxama, Termes, Valentia, Calagurris y Osca.
Veinte años más tarde protagoniza el último episodio de las guerras numantinas.
Tras la caída de Numancia, Clunia aparece como aliada de los vacceos que, en su
momento, la habían ayudado. Metelo los reduce y pone sitio a Clunia pero no logra
someterla (56 a.C.). Al año siguiente Afranio, legado de Pompeyo, somete a vacceos y
arévacos y a la misma Clunia.
No se conoce con exactitud el emplazamiento de la ciudad arévaca; en los
alrededores se documentan restos de asentamientos prerromanos.
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1.2. La Clunia romana
La fundación de la ciudad romana es de época Julio-Claudia. En las excavaciones de
la ciudad apareció un estrato profundo, en la casa nº 1 de tiempos de Tiberio con
acuñaciones hispanorromanas que atestiguan el titulo de municipium1 de la ciudad.
Bajo Tiberio (14-37 d.C.) Clunia cuenta con el estatuto de municipio romano pues,
con este emperador, acuña monedas con su efigie y los nombres de los magistrados de
la ciudad. Sabemos que es capital de convento jurídico a mediados del s. I d.C., centro
jurídico y religioso de un amplio territorio con el que se comunica por medio de
importantes vías que pasan por la ciudad o próximas a ella.
Composición del Convento Jurídico
de Clunia
Por la Tabula patronatus de C. Terentius Bassus, se sabe que en el 40 d.C., Clunia
no era todavía colonia. La promoción tuvo lugar después del 68 d.C.
La ciudad en la Guerra Civil romana fue asediada por Pompeyo en su lucha contra
Sertorio en el año 75 a.C., pero tuvo que abandonar el sitio a causa de las frecuentes
salidas de Sertorio y a las inclemencias del invierno. En el 56 a.C., se alía a los vacceos
en las revueltas por la independencia frente a Roma. El general romano Metelo sitió la
ciudad pero de nuevo el duro invierno cluniense le hizo desistir. Al año siguiente
Afranio tomó la ciudad de Clunia.
En el año 68 se vuelve a nombrar a Clunia En la sublevación de Galba contra
Nerón, éste se refugia en Clunia, levantando la Legión VII Gemina y esperando hasta
ser proclamado emperador por el Senado. Galba recibió la noticia de la muerte del
Emperador en Clunia de donde salió para ceñir la diadema imperial. Clunia fue
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Palabra latina que origina la castellana. Ciudad libre que se gobernaba por sus propias leyes aunque la
situación de los ciudadanos dependiera de las de Roma.
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entonces erigida como capital del Imperio. Existen acuñaciones de monedas del
emperador Galba con la leyenda HISPANIACLUNIA SUL(pifia). Posiblemente la
denominación de Sulpicia se deba a Galba.
Galba creó la famosa Legión VII Gemina precedente de la Legión Galbiana, sus
tropas eran mayoritariamente hispanas y desde el año 74 fue la única legión romana
en la Península Ibérica con sede en lo que posteriormente sería León.
Augusto, emperador de Roma, establece la denominación de tres provincias: la
Tarraconense, la Bética y la Lusitania. Dentro de estas, se crearon circunscripciones en
cada provincia con la denominación de conventus que dependían de un gobernador.
Clunia fue la capital del conventus, que era una asamblea consultiva en la que se
reunían los miembros de las distintas oligarquías ciudadanas. La capitalidad de estos se
elegía en función de las comunicaciones, el prestigio y el carácter financiero de la
ciudad.
Dentro de la provincia Tarraconense, uno de los siete conventos jurídicos era
Clunia Sulpicia con 67 agrupaciones humanas, según el historiador Plinio el Viejo en su
Historia Natural, 3, 27.
Este convento ocupó una extensión que comprendía por el norte, la costa
cantábrica desde Villaviciosa en Asturias hasta Roncesvalles en Navarra; por el este,
Logroño, Montes de Oca, la Demanda y hasta el Moncayo, Medinaceli y Ssigüenza; por
el sur Somosierra, Guadarrama hasta Segovia y norte de Ávila, y por el oeste, Cauca
(Coca), Valladolid y Pallentia (Palencia).
Los conventos desaparecerían con la reforma en época de Diocleciano, cuando se
segregaron las provincias cartaginenses y Gallecia de la Tarraconense y con las
invasiones bárbaras.
o Extensión del Convento.
Dichas capitales jurídicas se crearon en tiempos del emperador Claudio. Clunia
desempeñó desde época de Claudio y durante los siglos I y II, el papel de cabeza de
Convento Jurídico de la Hispania Citerior o Tarraconense. El Convento Jurídico de
Clunia ocupó en extensión casi la totalidad de la vieja Celtiberia, descrita y limitada por
Plinio y Ptolomeo. Según Plinio, el Conventus cluniensis tenía 67 agrupaciones
humanas o populi entre ellos los alabanenses, los turmódigos, con cuatro pueblos,
entre ellos los segisamonses y los segisamonjulienses, los carietes y los vennenses con
cinco tribus, una de ellas, la de los velienses.
En el mismo convento están los pelendones del grupo de los celtíberos, con cuatro
pueblos de los que fueron ilustres los numantinos, así como los vacceos, con
diecisiete tribus, entre ellos, los de Intercatia, Pallantia, Lacóbrica y Cauca. Entre los
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nueve pueblos cántabros, solo menciona Plinio a los de Iuliobrig. De los diez de los
antrigones, menciona Tricio y Virovesca (Vibriesca). Entre los arévacos, Segontia y
Uxama, además de Segovia, Augusta Nueva, Termes y la misma Clunia, límite de la
Celtiberia.
El resto del territorio mira al océano, así como, entre los pueblos mencionados, los
várdulos y los cántabros.
A continuación de ellos se hallan los veintidós pueblos de los ástures, divididos en
augustanos y transmontanos con Astorga: entre ellos están los gigurros, los pésicos, los
lancienses y los zoelas.
Según Plinio en su escrito, el número de hombres libres de toda esa población llega
a ser de 240.000.
La vida en Clunia debió ser bastante próspera, tenía unas 100 hectáreas de
extensión y una población de unos 40.000 habitantes. Algunas citas comentan que
llegaron a vivir en tiempos de su mayor esplendor unos 100.000 habitantes.
Con las invasiones bárbaras del siglo III comenzó la inestabilidad económica y la
inseguridad de los caminos. En las excavaciones realizadas han aparecido áreas
urbanas destruidas y no reedificadas datadas a finales del siglo III. Durante los siglos IV
y parte del V la ciudad se reactiva. En el siglo IX se abandona definitivamente Clunia y
se funda Coruña del Conde, más próxima al río.
El nombre de Clunia tiene su origen en el nombre de Clounioq, por los
asentamientos Celtíberos. Posteriormente se llamó Clunia, como asentamiento
romano, para pasar a llamarse Cruña en el siglo IX y las diferentes adaptaciones de
éste, fueron Curuña, Coruña y finalmente Coruña del Conde, que tomó su nombre por
el dueño de estas tierras en el siglo XV.
2. DETALLE DE LA CIUDAD ROMANA
2. Las tabernae del Foro
3. Tejas utilizadas en los edificios
de Clunia.
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2.1. Conjunto del Foro. (s. I d.C.)
En Clunia, como en otras ciudades del Imperio romano, la plaza principal de la
ciudad quedaba muy bien delimitada por los cuatro costados y aislada del gran tráfico
rodado.
En ella se integraban los edificios representativos de la vida ciudadana distribuidos
según un esquema cuidadosamente planificado.
Construido en el s. I d.C., sufre transformaciones en los siglos posteriores,
documentándose actividad hasta el s. V d.C.
Presidiendo la plaza se encuentra el templo principal de la ciudad circundado por
un pórtico en forma de U para las procesiones; en el lado opuesto, y colocada de
forma transversal, una Basílica de tres naves y sus habitaciones anejas; a los lados,
hileras de tabernae donde se desarrollaba gran parte de la actividad administrativa y
comercial de la ciudad. Estas habitaciones estaban a disposición de ciudadanos que
ofrecían servicios comerciales u otros tipos de transacción. Cabe a este respecto
señalar, el hallazgo de numerosos tinteros que indican una actividad especializada.
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En el centro de este frente de tabernae una reforma posterior unificó cuatro de
ellas para crear un sistema de tres habitaciones decoradas de forma especialmente
suntuosa, a base de aplacados y pavimentos de mármoles de colores y de estucos
pintados.
En el fondo de cada uno de los ambientes, se encontraron restos de grandes basas
así como un apreciable número de fragmentos de esculturas que representaban a
miembros de la familia imperial de la época que precedía a toda la serie de tabernas,
rompía su ritmo, constituyendo posiblemente, una fachada monumental para este
espacio.
En la mayoría de los casos, la plaza del Foro estaba enlosada y en ella se disponían
monumentos honoríficos, epigráficos y esculturas. Al foro se podía acceder mediante
cuatro puertas que daban al interior de los pórticos laterales, dos accesos en cada uno.
Dichas puertas se cerraban por la noche.
Desde el decumano, tras franquear la puerta, se accedía al Foro a través de un
doble pórtico que flanqueaba las tabernae. Este doble pórtico además de servir para la
circulación de los ciudadanos protegidos por los rigores del clima, servía para la
realización del mercado eventual, mientras que en las tabernae se situaban los
negocios fijos.
En el caso de Clunia, las aguas de lluvia de la plaza y de los distintos edificios del
foro se recogían por medio de una canaleta hasta la gran cisterna subterránea situada
bajo el espacio de la cabecera del Foro y que aún se puede ver.
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2.1.1. Basílica jurídica y comercial
La Basílica del Foro era un lugar cubierto donde se alojaban los tribunales y otras
dependencias administrativas y comerciales.
En ella, los magistrados, bajo una imagen del emperador, impartían justicia y
sancionaban los contratos mercantiles.
Lo que se observa en la actualidad de la Basílica, sólo es la mitad este ya que se
supone, en base a diversos sondeos e indicios arqueológicos, que ocuparían toda la
anchura del foro. Sus dimensiones, por lo tanto, alcanzarían los 114 m. de longitud.
Comunicaba con la plaza del Foro a través de puertas como intercolumnios de modo
que, en las horas de apertura la gente podía circular con toda facilidad entre el exterior
y el interior del edificio.
En el interior, hileras de 14 columnas definían tres naves con techos a gran altura.
En los extremos, había pequeñas tribunas a las que se accedían a través de algunos
peldaños, y que sirvieron en principio
para impartir justicia.
Años más tarde, se creó un
nuevo tribunal aprovechando en la
nave central el espacio entre las
columnas.
Por el lado norte, y en
comunicación con el interior del
espacio, se adosaba a la Basílica un
elemento fundamental, el llamado
aedes augusti donde tal vez se reunía
4. Ruinas de la Basílica
la asamblea de ciudadanos en el marco de un espacio dedicado también al culto
del emperador.
Al lado de este espacio construido en el mismo eje que el templo de la plaza, se
fueron añadiendo, con el tiempo, nuevas habitaciones de función imprecisa.
2.1.2. Cabecera religiosa del Foro. El Templo
Los habitantes de Clunia, además de participar de otros cultos vinculados a su
profesión, familia o condición, como buenos ciudadanos romanos honraban así mismo
a los dioses tutelares de Roma: la Tríada Capitolina, formada por Júpiter, Juno y
Minerva.
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Igualmente y según la epigrafía, se tenía en lugar destacado el culto de Roma y
Augusto.
La plaza del Foro albergaba los principales edificios de la ciudad destinados a
funciones religiosas y civiles. El lado meridional de la plaza estaba estructurado en
Clunia para poner en relieve el llamado templo de Júpiter.
No solo por su posición preeminente en el eje principal de la plaza, sino porque
estaba rodeado por un pórtico sobre elevado donde se llevaría a cabo vistosas
procesiones relacionadas con el culto.
A ambos lados del templo, había muros en exedra (curvos) que servían para
realzar
estatuas
monumentales y al mismo
tiempo, crear un cierre para el
jardín posterior que, siendo de
tipo religioso, tendría acceso
restringido.
Del templo solo se ha
conservado el gran macizo de
argamasa que servía como
Recreación del Templo dentro del Foro
podio para sustentar y levantar el santuario respecto del nivel de la plaza. Sin
embargo, en algunas partes, se conservaron las hiladas inferiores de su revestimiento
de piedra con molduras, lo que, junto al hallazgo de algunos elementos de decoración
arquitectónica, ha permitido hacer una propuesta de restitución de alzado con fachada
tetrástila (cuatro columnas). La planta era rectangular y presentaba un pequeño ábside
en su parte posterior que debía servir para alojar la estatua de culto.
El acceso a la parte superior del podio se realizaba por las fachadas laterales desde
donde arrancaban sendas escaleras que llevaban a una primera plataforma a partir de
la cual empezaba la gran escalinata frontal.
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2.2. Ambiente urbano.
(S. I – V d.C.)
5. Detalle de los mojones que permitían
el paso de la gente
En Clunia es fácil
observar la forma que
tenían de adaptar los
edificios a las parcelas
definidas por la trama
urbana. En el punto
menos monumental de
la ciudad, el espacio
era más recoleto y
contaba
con
elementos para
facilitar la circulación de peatones.
La calle disponía de una acera y había de vez en cuando pasos elevados de piedra
para que los ciudadanos no tuvieran que descender a la vía. En este punto daban a la
calle la llamada casa triangular, la casa número 3 y unas termas de tamaño medio que
daban servicio a todo el barrio.
Estas termas de c. 450m2 abiertas al cardo que recorre la plaza foral en su lado
este y que se ha interpretado como un balneum, vinculado, como viene siendo
habitual en los edificios catalogados, con la residencia más importante de la ciudad, en
este caso, la llamada Casa Taracena o casa número 1. Asociada con un alto funcionario
de la ciudad, la residencia, originada en época tiberiana, se dotó de un pequeño
balneum añadido al extremo occidental de la casa misma a mediados del s. II d.C.
Hoy es posible observar muchas transformaciones de los edificios a lo largo de los
siglos que demuestra la vitalidad del tejido urbano de esta parte de la ciudad hasta el
bajo imperio y su posterior ocupación por la ermita de la Virgen de Castro.
2.2.1. Las habitaciones
Hacia el Oeste limita con el cardo lateral del Foro. Junto a la pared Oeste de la
ermita, hay una gran habitación rectangular con grandes ventanas de ventilación para
un nivel de sótano, y fuertes y robustos
muros. Respecto a esta habitación con
sótano, en un momento de destrucción, la
bóveda del suelo desapareció y, para utilizar
la planta superior, se rellenó el sótano con
adobes hasta el nivel de la calle. Su
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excavación ha aportado materiales muy diversos anteriores al siglo IV, entre ellos un
fragmento de una placa de bronce con inscripción de un texto jurídico.
A partir del siglo IV, la habitación se vuelve a utilizar, de forma que en el nivel
superior hallamos una riquísima serie de cerámicas de tipo de la terra sigillata tardía,
con abundancia de motivos y perfiles ornamentales, muy bien fechados por un
tesorillo de bronces del Bajo Imperio con 68 monedas que van desde Galieno hasta las
acuñaciones viejas de Honorio y de Arcadio, a principios del siglo V. Al lado de la
anterior habitación se excavaron otras dos, rectangulares, de menores dimensiones,
sin pavimento. En este punto el edificio fue cortado por el cardo del Foro y quedó una
cámara triangular. Luego sigue una serie de habitaciones. Una de ellas triangular que
proporcionó, entre sus cenizas de
destrucción, un importante tesoro de
monedas del siglo III con bastantes
acuñaciones de los pretendientes galos
anteriores a Galieno.
2.2.2. Casa nº 1
La casa Taracena consiste
en un
conjunto de tipo doméstico que abarca la
extensión de toda una manzana de la ciudad. Las profundas transformaciones que se
suceden entre los s. I-V d.C., enmascararán la forma de las viviendas más antiguas
aunque se puede observar la presencia de varios pozos que corresponderían al inicio, a
sendas casas unifamiliares. Además, llama la atención el grupo de grandes
habitaciones subterráneas al sur y al este. Posteriormente englobadas en la gran casa
señorial decorada con un importante conjunto de mosaicos, de gran interés tanto por
la variedad de composiciones como por las indicaciones que proporcionan respecto al
mobiliario y la distribución de los espacios.
En su amplia mayoría se encuentran en su lugar de procedencia tras haber sido
levantados y restaurados en el momento de su descubrimiento, pero uno de ellos, el
de la exedra del sector NE de la casa, se exhibe en la actualidad en el Museo
Arqueológico Nacional, en Madrid.
Todos ellos son polícromos y se trabajaron con materiales básicamente locales,
como son los mármoles de Espejón, que suministraron la gama de los amarillos y
violetas.
El repertorio de motivos decorativos se
ajusta a las modas imperantes en el mundo
romano en los siglos II y III d.C., con una
sofisticada elaboración de composiciones
geométricas y apenas algún motivo naturalista
6. Mármol de una casa cluniense
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como en el caso de la cenefa vegetal, con
hojas de acanto y flores diversas, en la
habitación nº 9.
Cabe destacar, en este sentido, los
tapices de pasillo y las franjas ubicadas a
uno de los lados de la habitación, como
lugar indicado para la instalación de
elementos del mobiliario.
Mosaico Nudo de Salomón
2.2.3. Casa nº 3
La llamada casa nº 3 ocupaba una manzana de forma cuadrangular y estaba
organizada alrededor de un gran jardín porticado, rodeado de habitaciones para
disfrute de los propietarios y sus
invitados.
La casa, todavía no completamente
excavada, parecía ocupar toda la
manzana situada al Este del Foro. De
modo que, se trataría de una gran
vivienda al estilo arquitectónico itálico al
igual que sus decoraciones pintadas, tal
como se ha podido apreciar gracias a los
fragmentos de pintura mural recuperados
en el transcurso de las excavaciones.
Mosaico de las cráteras
Un aspecto muy interesante de la
arquitectura de esta casa son los ambientes subterráneos del costado oeste que
servían para almacén y tal vez alojamiento del servicio.
Para iluminar y ventilar estas angostas habitaciones, se usaban tragaluces tallados
en piedra que daban a un jardín lateral y que todavía hoy se pueden observar in situ.
Destacan las dependencias pavimentadas con mosaicos (opus teselatum), entre
los que destacan por su excelente calidad, el llamado mosaico de cráteras y el de los
nudos de Salomón.
2.2.4. Macellum
Al lado E. del Foro y por el exterior del gran muro NS del mismo, al que están adosados las
tabernae, debajo del conjunto de edificios medievales y de la ermita de Ntra. Sra. De Castro, se
ha hallado parte de una gran construcción, un edificio público de muy interesante planta. El
Macellum.
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La importancia del edificio está plenamente atestiguada no solo por la extensión de su
planta sino también por su misma riqueza ornamental, de la que se han hallado dos módulos
distintos de cornisas una en ángulo y otras rectas de un bellísimo arte finamente tallado.
No hay muros de separación, ni sistemas de desagüe o colectores. La restitución del
edifico sugiere un amplio patio con columnas.
Se trata, muy probablemente, de una construcción de tiempos Flavios, s. I d.C. Una larga
canalización de desagüe que corre por el E. del edificio viene a confirmarlo.
2.3. Teatro
Descubierto desde siempre, ha sufrido una gran expoliación: sillares, estructuras.
Solo queda la cavea tallada en la roca y el encofrado del frente escénico.
Se calcula que tenía una capacidad para más de 9.000 espectadores aunque
algunos autores lo rebajan a algo más de las 7.800 personas. Se ha dicho igualmente,
que el teatro cluniense fue el
de mayo aforo de toda la
Hispania romana, tal vez por su
condición de capital de un
convento
jurídico
que
abarcaba una gran extensión
de territorio aunque estuviera
poco poblado.
Los arquitectos romanos
aprovecharon el borde de la
meseta, donde se asienta la
ciudad y sus vetas calizas, para
7. Teatro de Clunia en la actualidad
adosar el teatro. Excavaron en la roca la totalidad de la cavea: la media y la summa
talladas materialmente en caliza, y la ima apoyada en la vertiente y construida por
bloques aislados encima de lechada de cal sobre estructura natural. Por tanto, se
puede decir que la cavea en su conjunto no precisa de corredores de acceso o vomitoria
por debajo de las graderías. Por la parte alta, encima de la summa cavea, la roca
natural ha sido tallada en hemiciclo constituyendo la espalda del edificio. (De Palol,
1982, p. 67)
El graderío estaba en parte apoyado sobre la ladera y en parte tallado sobre la
roca, y quedaba rematado por un pórtico superior que servía de acceso. Los
espectadores contemplaban una fachada escénica compuesta por dos pisos de
columnas corintias, entre las que se situaban esculturas así como las puertas por
donde entraban y salían los actores (valva regium y valva hospitalium).
En la parte superior se situaba un tornavoz inclinado de madera, que hacía que el
sonio llegase a las partes más altas del graderío.
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Durante los s. O y II se transformó para utilizarlo como lugar de espectáculos de
fieras y luchas.
2.4. Conjunto termal de Los Arcos (S. I-III d.C.)
Se pueden contemplar dos edificios independientes con orientaciones distintas y
separadas por una calle porticada y son conocidos como Los Arcos I y II.
La proximidad de ambos edificios quizás deba explicarse por una mayor facilidad
en esta zona para aprovisionarse de agua de las lagunas del subsuelo, más que por una
intención de crear una zona de baños en esta parte de la ciudad.
8. Hipocasto de las termas
Las fachadas principales y los ámbitos de uso público se orientan a mediodía.
Hacia el norte se disponen las dependencias destinadas a los servicios y equipamientos
necesarios para el funcionamiento de las instalaciones.
Construidas a lo largo del s. I sufren diversas modificaciones que transformaron su
configuración planimétrica ampliando sus espacios de recreo. La superficie edificada
conocida hasta el momento supera los 7.000 m2. Su excavación y estudio no se puede
dar por finalizado.
2.5. Necrópolis tardo-romana y visigoda
Se ha hallado una necrópolis tardo romana y visigoda, fechada desde finales del
siglo IV al siglo VII. Se formó sobre las pequeñas Termas del Foro y el área oriental de
la zona. Luego debió extenderse en los niveles superficiales de la casa nº 3, sobre todo
en la zona junto al muro Oeste de la ermita. Esta necrópolis de las termas ha
proporcionado un conjunto de 24 enterramientos, algunas veces superpuestos, caso
del n° 4 y 8 y de las número 20 y 19.
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La fecha del último nivel corresponde a la segunda mitad del siglo VII. Los
primeros son del siglo IV-V. El estudio antropológico de los 20 esqueletos (15 varones,
3 mujeres y 2 de sexo no identificable) demuestran una clara influencia racial nórdica
probablemente de origen visigodo. Se detectan algunos traumatismos. Cuatro varones
presentan fracturas. Hay huellas de artrosis, una espina ventosa en una falange y una
trepanación craneal. Sin embargo lo más destacable ha sido la aparición de una
neoplasia maligna de fémur y la de un probable osteoma del ala mayor del esfenoides,
según estudios efectuados por los doctores Daniel Turbón y Domingo Campillo.
Dos pequeños broches de cinturón visigodos, uno arriñonado y otro de placa y
hebilla rígida sin decorar, fechan el último momento del conjunto funerario que se
extendió más al norte hasta la habitación de la casa nº 3 hasta el siglo VII.
3. ABASTECIMIENTO
Clunia se encuentra sobre una gran reserva de agua. Se asienta sobre una meseta
cárstica, que es un terreno idóneo para las repentinas desapariciones de ríos y sobre
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todo, para la existencia de aguas subterráneas, en ocasiones asociadas a cavidades y
grutas extensas y espectaculares.
La Cueva de Román fue descubierta en las primeras excavaciones pero exploradas
solo en los últimos años debido a la extensión de la caverna, a las dificultades de
acceso y a que muchas de sus salas se encuentran anegadas.
Lo descubierto por los espeleólogos son huellas evidentes de que en época
romana el agua fósil, que en algunos casos, forma balsas de hasta 4.5 m. de
profundidad, se aprovechó para usos urbanos y con este fin se tallaron canales que
igualaban al nivel de los distintos lagos subterráneos y se acondicionaron los pozos que
permitían
extraer
el
agua
de
los
acuíferos
más
importantes.
Interior de las cuevas
En Clunia se proyectó una
verdadera
infraestructura
urbana, propia de una gran
ciudad. En el interior, se pueden
apreciar los trabajos realizados para un perfecto aprovechamiento del agua; canales de
interconexión de lagunas… Como si de un acueducto o un puente se tratara, los
magistrados de la ciudad supervisaban las condiciones del mantenimiento del
abastecimiento del agua. Por este medio, la ciudad obtiene la mayor parte del agua
que consume, del subsuelo, mediante pozos que alcanzan directamente a las lagunas
y otros que captan las aguas del nivel freático.
3.1. La Cueva de Román y su uso
El desnudo páramo en donde se asienta la ciudad de Clunia no inclina a pensar
que allí hubiera fuentes salutíferas que se diese culto a las aguas. Los manantiales
recuperados no son ni muy abundantes ni muy ostentosos; por ello siguen
conservando cierta veracidad las palabras del Conde de Cedillo relatando su visita a las
ruinas hace ahora más de 100 años (1899, pg. 126): “Una vez arriba… Señores, yo no
quería decíroslo hasta ahora para no quitaros la ilusión que llevaseis… Una vez arriba
no hay nada, absolutamente nada que ver”.
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Clunia plantea muchas cuestiones como por ejemplo, que en una ciudad alejada
del mar aparezcan dos altares consagrados a Neptuno (Palol – J.Viella, 1987 pp. 31 y
32) y algunos bloques esculpidos con un tridente, siendo ambos hechos chocantes,
salvo que allí, como en toda la Céltica, Neptuno fuese considerado el numen praesens
en cualquier manifestación acuática y en la creencia de que la compañera femenina
del dios no era otra que Salacia, la divinidad de las fuentes.
Suetonio, en su obra sobre Galva (9.2) permite suponer que en Clunia surgió en
torno a un fenómeno hídrico –un manantial, una cueva, un pozo-, un santuario con
funciones oraculares.
Como ya se ha comentado en el apartado 3 de esta exposición, en el subsuelo de
Clunia se halla la llamada Cueva de Román y en una de sus salas más profundas y no
anegadas –pero en donde el agua dejó un sedimento arcilloso de cierta potencia- una
serie de inscripciones sobre el barro permanentemente fresco de paredes y suelos
revelan que el lugar fue muy visitado en
la Antigüedad, posiblemente porque el
acceso era más cómodo y no exigía
arrastrarse dos horas por el barro y
superar sifones anegados.
Quienes bajaron a la caverna
dejaron sus nombres junto a burdas
esculturas de rostros humanos, de falos
y de figurillas itifálicas. De Palol y J.
Vviella,( 1986 y 1987), sostienen que la
gruta acogió algún rito oculto de la
fecundidad asociado al liber pater como
parece deducirse de la reiterada presencia de las figuras de órganos masculinos.
No deja de ser llamativo que en ninguna de las inscripciones se haga mención de
la divinidad a la que supuestamente estaba dedicado el santuario, por ello y en la
actualidad, han surgido otras voces opinando que tal vez lo que allí se practicaba era la
fangoterapia y quienes bajaban a las profundidades buscaban el barro como remedio a
sus dolencias y enfermedades. (L. Gasperini, 1992, pp. 295-296 señalando la
coincidencia con las aquae apollinare etruscas, donde también se realizaba esa
práctica hidroterapeútica).
Por las inscripciones encontradas se tiene la seguridad de que el mayor número de
visitantes de la sima fueron hombres, pero hay también algunos nombres femeninos y
en este escenario frío, y húmedo y oscuro, las figuras de miembros y órganos
corporales recuerdan a las sanationes obtenidas o deseadas y señalan directamente
las partes del cuerpo que mejor respondían al tratamiento fangoso; sin duda el
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
aparato genital y, juzgando por algunos letreros incompletos (P. de Palol – J. Viella,
1986 nº 58, 15 y 33), se cree que también los pies y los ojos pues son dos órganos que
la medicina antigua osaba curar con aplicaciones de barro.
Así mismo, considerando la configuración geológica de la zona, es muy posible que
tanto en el barro como en el agua fósil haya concentraciones de azufre y otros
minerales, principalmente carbonatos y sulfuros. La práctica médica atribuye a las
aguas sulfuradas efectos terapéuticos por lo que no sería nada extraño que se
hubieran utilizado igualmente para los trastornos dermatológicos, inflamatorios y
diuréticos según los exvotos y las inscripciones encontradas.
Por todo ello, expertos atestiguan la existencia en Clunia de un fenómeno hídrico
al que posiblemente en la Antigüedad se le atribuían virtudes sanativas. Se asocia
igualmente a las fuentes medicinales por los siete altares consagrados a las Matres (1),
aunque estos estuvieran repartidos por toda la ciudad pero siempre en un círculo
sobre la sala subterránea en donde se encontraron las inscripciones.
No deja de ser notable igualmente, que
los dos altares de Neptuno mencionados
anteriormente, aparecieran uno en la ermita y
el otro con la dedicatoria junto con otros
elementos decorativos –una pilastra con
decoración fálica y un bloque labrado con un
falo en una casa y, un tridente en la otra- que
P. de Palol y Viella (1987. P. 132) ya
sospecharon que podían señalar en superficie
la ubicación del santuario hipogeo.
Inscripciones en el barro de la sima
Con todas estas consideraciones, a algunos autores les lleva a sugerir la posibilidad
de que el lugar de la ciudad consagrada a las Matres - al menos eso debe deducirse de
la aglomeración de altares- tuviera acceso directo a la cueva sanitaria a través de
alguno de los pozos localizados, desde donde los devotos y enfermos pudieron ser
descolgados hasta la sima y caminar un corto espacio hasta la sala de los exvotos. Esto
justificaría por qué no se han encontrado nombres divinos en el barro de la sima, ya
que los devotos y enfermos podían manifestar su gratitud en un lugar más lúcido y
público que la profunda y húmeda cueva.
4. VÍAS ROMANAS DE CLUNIA
Las vías romanas que afluían a Clunia:
De Zaragoza salían ocho grandes vías. Nueve terminaban en Mérida, siete en
Astorga, cuatro en Lisboa, otras tantas en Braga, tres en Sevilla y siete en Córdoba.
20
Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
Si se acude al Convento Jurídico de Clunia, según Plinio, catorce pueblos tenían
que poseer las suficientes vías para cumplir su cometido la cabeza del Convento
Jurídico cluniense.
En su discurso de ingreso en la Academia de la Historia, el 28 de diciembre de
1862, el Sr. Saavedra afirma que solo atravesaba la Colonia Sulpicia la vía Astorga
Zaragoza. Más adelante, historiadores como Fernández Guerra y Coello en su obra Vías
Romanas y Pueblos Antiguos del Norte de España, así como Sánchez Albornoz, añaden
e incluso cambian algunas vías, señalando otros puntos como acercamiento a Clunia.
En un trabajo de investigación realizado por Domingo Hergueta en 1930 y con
título Antigua Geografía Burgalesa, Observaciones a un trabajo del Sr. Sánchez
Albornoz (conclusión), se afirma que cinco vías concurrieron en Clunia:
ü La 27 del itinerario de Antonino Caracalla ab Asturica per Cantabriam
Caesaraugustam que arrancaba de Asturica, hoy Astorga, pasando por Palencia
y por Itercatia, (Benavente). Las huellas de su existencia se encuentran en
Rauda pues en su cumbre se han hallado lápidas, monedas y restos de
cimientos de un fuerte o castillo llamado Roda que en el siglo VII es llamado
Rodacis y más tarde Roa. Su paso lleva a localizar esta vía por las poblaciones
sorianas de Vasma y Uxama proporcionando un ramal a Zaragoza, pasando por
las localidades de Asna, Esteban de Gormaz y Termes en donde la presencia
romana está comprobada.
La segunda vía es la formada por la unión en San Esteban de Gormaz de la que
partía de Termes y aún más lejos y de la Caesaraugusta.
La tercera es la que partiendo de Clunia iba a Segeda y proseguía a Vergegium o
Berceo y se unía en Tritium Metallium a la vía de Astorga a Tarragona. En su
recorrido por Salas de los Infantes, se conservan restos de esta calzada como si
la hubieran arreglado varias veces por las avenidas del Arlanza.
La cuarta iba hacia Silos atravesando el valle de Travadillo. De esta vía se
supone que sea el miliario de Constantino, encontrado en el monasterio de
Arlanza y depositado en el Museo provincial de Burgos.
La quinta vía que afluía a Clunia, quizás la más importante, no aparece citada en
el itinerario de Antonino Caracalla ya que se sabe, que solo constaban en el
itinerario las vías costeadas por el presupuesto general del Estado.
Se sabe por el testimonio de algunos autores (Estrabón, Plinio, anónimo de
Ravena), que quizás era triple el número de vías rom,anas existentes en
Hispania que las contadas en el Itinerario de Caracalla.
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
Por otra parte, los cántabros, los turmogos así como los vacceos de Lerma
necesitaban una línea de comunicación con la capital de su convento jurídico y
a Roma, por su lado, le era preciso para dominar a estos pueblos tan guerreros,
un camino con el que poder movilizar sus legiones acuarteladas en Clunia y en
otras partes de la vía, en cualquier ocasión en que lo necesitasen.
Arrancaba la vía desde Clunia en el mismo sitio que terminaba la de Termes
hacia la hoy Peñalba de Castro, llevando la misma dirección NO. Tocaba Arauzo
de Torre y dejaba a la derecha las vías de Segeda y Silos y a la izquierda, la de
Astorga. En algunos pueblos como Caleruega y Valdeante, todavía se ven
grandes ramales de ella, llamados por los del lugar camino empedrado.
Una de las pruebas más concluyentes de la realidad de esta vía desde Clunia, se
encuentra en el puente de Tordomar (Burgos) atravesado por el río Arlanza. A
la entrada de este puente, se ha encontrado en el año 1909 una columna de
cuatro metros de altura que descansa sobre la coronación de un muro de
encauzamiento de 2 km. De longitud aproximadamente y que remata en dicho
puente de 23 arcos. La piedra superior de la columna (capitel) se halla invertida
para mejor asentar una calicostrada en la que descansa una cruz de piedra que
por un lado presenta una efigie de Cristo y por el otro una de la Virgen María,
de la misma materia, es decir, que posteriormente la convirtieron en un rollo
de Tordomar. En dicha piedra invertida se lee la siguiente inscripción, datada
aproximadamente en el año 98 d.C. e interpretada de la siguiente forma:
IMP. CAESAR – NERVA TRAIAVS – AUG – GER
PONTIF – MAXIMVS TRIB- POTEST – P.P. COS II
REFECIT
Imp(erator) Caesar Nerva Traianus Aug(ustus) Ger(manicus) pontif(ex) maximus
trib(unicae) potest(atis), p(ater) p(atriae) co(n) – s(ul) II refecit.
El emperador Nerva , Trajano, Augusto, Germánico, pontífice máximo,
revestido de la Tribunicia potestad, padre de la patria, cónsul por segunda vez,
rehízo (este puente, muro y vía).
Ya en el límite de Cantabria se llega a Urbel del Castillo en donde debió de llar
la atención de un pueblo tan militar como el romano para fortificarla
debidamente y para que sirviera de guarda y defensa de la vía y de otra que allí
concluía desde Sasamón y a la que denominan sendero de Cambalate. La
misma vía va tomando un aspecto más militar, remontando los páramos por
pendientes a veces de 45o como aún se observa en lo que los lugareños llaman
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
camino de los romanos, antes de uso más frecuente para la trashumancia de
Cantabria a Castilla. En el siglo XVIII se reformó y utilizó como carretera de
Burgos a Santander. Sale en continuas ocasiones de la provincia de Burgos y
entra en Palencia. Ya a partir de Aguilar de Campoó y las fuentes del Ebro, llega
a Iuliobriga, la ciudad más importante de los cántabros, según Plino, que se
elevaba sobre la orilla derecha del Ebro en el cerro y pueblo del hoy Retortillo.
De Iuliobriga aún seguiría a Puerto Victoria (Santander) a la que otros han
llamado Portus Blendium.
5. LAS MONEDAS
Ceca2
Clunia fue una ceca monetaria en tiempos celtibéricos y en los primeros años del
Imperio.
Indígenas
Su serie es de denarios con
jinete y letrero ibérico.
Únicamente se conservan
tres ejemplares, uno en el
Museo Británico de Londres
y dos en el tesoro de
Palenzuela, en el Museo de
Palencia. De los mismos
tipos, pero ya con letrero
latino, son los ases con jinete
e inscripción COLOUNIOCU,
de fecha posterior al año 45
a. C. Hay que señalar la falta
de bronce con letreros
ibéricos, y de las piezas
bilingües, frecuentes en
otras cecas indígenas.
Tiberio
2
Lugar en el que se fabrica o acuña moneda.
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
Bajo Tiberio, Clunia acuñó
bronce municipal latino,
ases y semises, con el
característico toro parado
en el reverso, la cabeza del
emperador y los nombres
de los quattuorviros de la
ciudad, y un jabalí en el
reverso de los semises, con
los letreros de aediles
municipales.
Claudio
Son muy abundantes las
monedas de Claudio I
halladas en Clunia, de la serie
llamada de imitación de las
acuñaciones oficiales de
Roma.
Áureos
En la campaña de 1973, el
20 de agosto, se halló un
tesoro de áureos del siglo
I, en la taberna nº 12 del
Foro. Es un conjunto de
20 piezas, en excelente
estado de conservación.
Todas ellas proceden de
la ceca de Roma, excepto
el nº 12, de Vespasiano,
acuñado en la ceca de
Lugdunum [Lyon], en el
1ño 71.
Otras
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
Se ha recogido en Clunia más de 200 monedas acuñadas en otras cecas. Varias
monedas de Galieno y de Claudio II el Gótico, del tipo de Consecratio; una pieza
importante de Maximiano, acuñada en Tesalónica; un lote importante de monedas
constantinianas; hay pocas monedas de la época de Teodosio y todas ellas de cecas
orientales; etc.
6. CONCLUSIONES
Recoger información acerca del yacimiento de Clunia-Sulpicia, para la preparación
de mi trabajo final de la asignatura de Cultura Clásica, ha sido algo complejo por
encontrarme con una mínima bibliografía en lo que respecta a las publicaciones que se
deberían haber hecho por los profesionales que desde mediados del pasado siglo
tuvieron a su cargo el descubrimiento de esta ciudad romana.
Cual ha sido mi sorpresa, que al llegar, hace unas semanas, al yacimiento con el fin
de comprobar in situ su grandiosidad, me encontré con la misma perspectiva d que
Aspecto actual del yacimiento
recordaba de mi última visita, hace algunos años. Con tristeza pude comprobar, que
en el yacimiento no se ha avanzado absolutamente nada, por lo menos a la vista del
neófito. Y es más, según la conversación mantenida con el guarda del lugar, los
arqueólogos llevan sin aparecer un par de años aproximadamente y por ser lo habitual,
se remata la conversación con el justificante de actualidad: “No hay presupuesto. La
crisis”. Y escucho la idea que sobresale de que “el dinero que hay, se lo lleva el otro
yacimiento famoso de la provincia”.
Pero aunque lamentándolo tenga que dar la razón a la persona de quien lo
escucho, en el fondo de mi ser predomina la idea que siempre he mantenido de que ya
sea por falta de información o por dejadez, los dirigentes políticos nunca valoran lo
suficientemente la gran riqueza cultural e histórica de que disponemos, dirigiendo sus
ayudas a otros fines que ellos creen que son más lucrativos. Y en el caso de Clunia,
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
esa riqueza fue lo que nos dejó el Imperio romano. Son las formas de vida de nuestros
antepasados para ser contadas a nuestros hijos y nietos.
Ya conocía el yacimiento de Clunia, pero he tenido la suficiente curiosidad de buscar
toda la información adicional que me ayudara a ampliar mis conocimientos y como si
de un ovillo se tratara, he ido tirando del hilo poco a poco y cada vez me he ido
encontrando con más y más información, tanta, que el número de páginas de esta
exposición ha sido superada en mis expectativas iniciales.
Como primera medida a mi trabajo, ha sido buscar la bibliografía necesaria para
poder comenzar, pero sorprendida, comprobé que oficialmente y desde la propia
excavación, apenas fueron publicadas guías. Tan solo encontré dos editadas una en los
años 60 y otra en los 80 siendo ambas del mismo autor, el arqueólogo-jefe del lugar.
En mi búsqueda por las bibliotecas, he podido revisar obras que tienen a Clunia de
protagonista, pero que trataban muy específicamente otros temas que no eran válidos
para una asignatura de Cultura Clásica, y sí, para Arte; no obstante, fueron
incrementando mi información sobre el lugar. Finalmente y debido a los tiempos
informáticos y audiovisuales en que vivimos, Internet vino en mi ayuda
proporcionándome un gran manantial de información y a la que he sometido a un
completo filtrado dedicación exclusiva a libros publicados, actas de congresos y
artículos de revistas o páginas Web especializadas, en la creencia de que realmente me
he
estado
encontrando
con
la
verdadera
historia
del
lugar.
9. Canalizaciones de
agua
Una vez recopilada toda la información que
creía necesaria, sabiendo que aún hay más datos
que contar, comencé a dar forma a un proyecto
del que puedo afirmar, que su elaboración ha
sido un disfrute personal.
La visita a Clunia Sulpicia me ha servido para
recordar mucho de lo que ya conocía, y sobre
todo, para descubrir un fenómeno que se oculta
en el subsuelo del yacimiento como es la llamada
Cueva de Román.
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
Tan pronto como supe de su existencia comencé a investigar y tuve la suerte de
encontrar mi filón de oro en algún artículo escrito por el Sr. Pedro de Palol, antiguo
arqueólogo-jefe de Clunia entre los periodos de 1958 y 1995, en donde se hacía
mención a estas lagunas del subsuelo cluniense, con algunas hipótesis personales al
respecto. Pero siguiendo con mi investigación, encontré alguna obra más que me
permitió desarrollar el tema de la cueva pudiendo comparar las versiones datas tanto
en los primeros tiempos de las excavaciones como ya en la actualidad en donde
existen otros puntos de vista más acordes con nuestros días.
Comentaba al principio de estas conclusiones, lo descorazonador de apreciar la
falta de actividad en la zona y más cuando se tiene en cuenta el número de años que
hace que se comenzó con las excavaciones y que ha llevado a más expolios. Hace unos
días pude leer la noticia del robo de un sillar en el que aparecían unos medio relieves
fálicos. Lo más asombroso fue que dicho sillar se lo llevaron con la ayuda de una grúa
introducida hasta el mismo yacimiento..
Antes de 1915, el yacimiento sirvió como cantera para la construcción de los
pueblos cercanos. Diversos materiales como frisos y cornisas, de los que no se pueden
precisar su ubicación originaria, pero se piensa que pudieron formar parte de la
ornamentación de edificios públicos, han sido reutilizados en los pueblos de los
alrededores. Por ejemplo, un fragmento de friso se ha visto reutilizado en una bodega
de Hinojosa del Rey. Otro fragmento perteneciente a la misma pieza, está reutilizado
en una casa de Peñalba de Castro. También se ha encontrado restos reutilizados en la
iglesia de Coruña del Conde. Se trata de un relieve decorado con una guirnalda
festoneada, constituida por diferentes frutos y hojas y recorrida longitudinalmente por
una taenia que se anuda en la parte superior. En el centro del arco que forma la
guirnalda, aparece una representación femenina, quizás una máscara.
Friso reutilizado en Coruña del Conde
Sillar supuestamente desaparecido
Y para concluir, no quiero dejar de mencionar la
idea mantenida por algún autor de los consultados,
en cuanto a la posibilidad de que en la etapa inicial,
Clunia tuviera su propio taller de cantería por el tipo
de adornos utilizados en sus obras, consiguiendo un
efecto decorativo más local. Sin embargo en su etapa
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Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
media-final, se ha podido observar la predominación de un arte más como se llevaba
en la gran Roma, por lo cual, es de suponer que en esos tiempos, los maestros
canteros que allí trabajaron pertenecieran a talleres itinerantes que traspasaban a las
viviendas y edificios de Clunia, el estilo de moda.
7. BIBLIOGRAFÍA
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28
Cultura Clásica – Elisa Nuez Patiño
(Páginas web)
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www.alerce.pntic.mec.es
www.cervantesvirtual.com
www.historia-antigua.com
www.cluniasulpicia.org
www.imperioromano.com
www.clunia.es
10. Piscina del caldarium
12. Horno de las termas
11. Uno de los pozos de Clunia
Fotografías: Elisa Nuez Patiño
De la 2 a la 12
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