Lindsay Kemp es Elisabeth I en Baluarte
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Lindsay Kemp es Elisabeth I en Baluarte
marzo 05 • año 2 • número 5 revista de información de baluarte Lindsay Kemp es Elisabeth I en Baluarte REVISTA DE INFORMACIÓN DE BALUARTE Nº 5 MAR. 2005 PUBLICACIÓN GRATUITA TIRADA: 10.000 EJEMP. DIRECCIÓN ESPERANZA SOROA COORDINADOR DE REDACCIÓN ROBERTO VALENCIA FOTOGRAFÍA IÑAKI ZALDUA ILUSTRACIONES CÉSAR OROZ TRADUCCIÓN AL EUSKERA CRISTINA BERASAIN DISEÑO, MAQUETACIÓN Y COORDINACIÓN EDITORIAL KEN PUBLICIDAD IÑIGO MINONDO (T 609 407 418) EDITA BALUARTE Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra [email protected] PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE LOS ELEMENTOS GRÁFICOS DE ESTA PUBLICACIÓN. SE PERMITE LA DIFUSIÓN DE LOS TEXTOS CITANDO PROCEDENCIA Y AUTOR SI LO HUBIERA. D.L. NA-1919/2004 PORTADA ILUSTRACIÓN PARA EL CARTEL DE LA NUEVA OBRA DE LINDSAY KEMP “ELISABETH I. EL ÚLTIMO BAILE” EN ESTA PÁGINA VARIAS COMPONENTES DEL BALLET DE LA ÓPERA NACIONAL DE BURDEOS ESPERAN SU ENTRADA EN ESCENA EN LA REPRESENTACIÓN DE COPPELIA LINDSAY KEMP REGRESA A BALUARTE BALUARTERA DATOR BERRIZ LINDSAY KEMP Desde que Lindsay Kemp presentó su primer espectáculo Flowers en el Frontón Labrit de Pamplona, debe haber transcurrido un cuarto de siglo. A partir de ese momento, el lleno absoluto y el éxito han acompañado todas las producciones que el británico ha traído a Navarra. El penúltimo capítulo de esta historia ocurrió con su celebrada ópera Madama Butterfly, que el público navarro tuvo la oportunidad de ver el pasado año. Este mes de mayo, el director inglés regresa a BALUARTE con su último montaje, Elisabeth I, el último baile, que cuenta los últimos días de la Reina Elisabeth I de Inglaterra, la Reina virgen. En la entrevista que publicamos en este número, Lindsay Kemp desvela las claves de una obra que nace a partir de una anécdota sucedida al final de la vida de la reina. A través del teatro, de la música y de la danza, el director encarna y narra los últimos momentos de la monarca, dibujando un mundo de ensueño, de recuerdos y de delirio. La obra se estrena a primeros de abril en Santander. Cuenta con una singular escenografía, y su vestuario ha sido elaborado por Sandy Powell, ganadora de dos Oscars por Shakespeare in love y El aviador. Tal y como afirma el propio Kemp en la entrevista, esperamos “que el público se deje llevar de la mano de la música, por el hechizo visual y sonoro, para entrar en ese mundo de ensueño. Que se deje encantar” Iruñeko Labrit pilotalekuan Flowers ikuskizuna taularatu zuenetik hogeita bost urte pasa dira jada. Memento horretatik aurrera zuzendari britainiarrak ekarri dituen proposamen guztiak arrakasta itzela izan dute Nafarroan. Madama Butterfly izan zen, joan den urtean, gurean ikusi ahal izan genuen bere azken lana. Maiatzean, dena den, BALUARTEra itzuliko da zuzendaria bere azken muntaia eszenaratzera. Elisabeth erreginaren azken dantza ikuskizunean monarkaren bizitzaren azken egunak bildu ditu. Lindsay Kempek, aldizkari honetan argitaratzen dugun elkarrizketan, obraren gakoak azaltzen ditu. Erreginaren bizitzaren azken unean gertatzen den pasadizo baten harira osatu du obra zuzendariak. Antzerkia, musika eta dantzaren bidez, ametsez, oroitzapenez eta delirioz osatutako mundu magikoa sortu du, beste behin, Kempek. Santanderren estreinatuko da obra apirilaren erdialdean. Eszenografia oso berezia da eta jantziak Sandy Powellek egin ditu. Shakespeare in love eta El aviador pelikulekin Oscar bana eskuratu ditu jantzi arduradunak. Kempek esaten duen moduan, espero dezagun publikoak musikaren eskutik, koloreen eta soinuen liluraren eskutik ametsezko munduan barneratzea: “Liluratu ahal izatea espero dugu” S U M A R I O entrevista a Lindsay Kemp Elisabeth I. El último baile entrevista a Teresa Salgueiro Madredeus entrevista a 20 24 28 José Bros Tenor en Roberto Devereux Y ADEMÁS ENTREVISTA A Emilio Sagi 4 | DESDE EL CAMERINO: Las zapatillas de los ángeles 5 | ENTREVISTA A José María Pou 6 | ENTREVISTA A Igor Yebra 8 | EL ÁLBUM 11 | Ferias, Exposiciones y Congresos 16 | ENTREVISTA A Óscar Terol 18 | Etortzen direnak 30 | PROGRAMACIÓN: Abril-junio 2005 32 | EL BIS: P.I. P.I. P.I. 34 Al cierre de este número hemos sabido del fallecimiento del músico pamplonés Joaquín Zabalza. Sirvan estas líneas como sincero homenaje a su persona. entrevista a emilio sagi Vinieron “La zarzuela va directa al corazón” Emilio Sagi se mostraba contento de retomar un montaje creado en 1990. En él, el director asturiano sigue dos tradiciones: la popular (la zarzuela), y la familiar: esa que le pone al frente de la obra que el maestro Sorozábal compuso en 1934 para ser cantada por su tío, el ilustre Luis Sagi-Vela. Fue esta una buena oportunidad para saber algo más de un género a medio camino entre el teatro y la música popular. “ Hubo un momento en que la zarzuela se hacía tan mal que mucho gente la comenzó a considerar un subproducto” “ 04.05 | marzo 2005 Los personajes de la zarzuela están más cerca de un mundo de libertades que de conservadurismo” La zarzuela, ¿es una adaptación castiza de la ópera? No, es muchísimo más. La zarzuela es un género autóctono. Además, tiene otra genialidad añadida, y es que es un género único, sólo se hace aquí. La opereta, por ejemplo, hay muchos sitios en los que se hizo, pero la zarzuela sólo se hizo aquí y en algún país de Hispanoamérica. Por cierto, que hay zarzuelas cubanas extraordinarias. Pero es un género estupendo y con unas bases de enraizamiento popular grande. Yo creo que a la zarzuela no hay que compararla. Hay cosas buenas en todos los géneros: en el rock, en el jazz... Nadie compara el jazz con el rock, no sé, yo no comparo David Bowie con Fitzgerald ni se me ocurre decir que Bowie es un subproducto de Fitzgerald. Con la zarzuela y la ópera, pasa igual. La traviata es maravillosa pero hay óperas horrorosas, tanto en el repertorio italiano como en el alemán. Hay zarzuelas horrorosas pero también las hay estupendas. ¿Cuál es su esencia? Yo creo que la esencia es ir directo al corazón. Casi ninguna zarzuela tiene visos intelectuales. Siempre es directa, siempre te llega mucho, aunque el argumento no lo compartas. Te llega por el humor o por el sentimentalismo, o por la pasión, o por la querencia a tu tierra. A veces se la tiende a menospreciar. Yo hago más ópera que zarzuela, pero creo que, a veces, los mismos que hacemos zarzuela, tenemos un victimismo que es malo. Hubo un momento en que la zarzuela se hacía tan mal que mucho gente la comenzó a considerar un subproducto. ¿Cuándo ocurría esto? Hasta que el Teatro de la Zarzuela comenzó a programar zarzuelas con rigor escénico y musical, con cantantes y que tuvieran un físico apropiado al papel... En los últimos años, debido al coste tan grande que requiere poner sobre el escenario un espectáculo, ya no pasa esto. Y conste que no me meto con las compañía privadas, que, arriesgando su dinero, a veces hacían los montajes un poco como podían. Pero este bajo nivel hizo un daño tremendo a la zarzuela. ¿Y la política? Creo que la dictadura de Franco consideró la zarzuela como un arte al servicio de un ideal imperialista, Flandes, y toda esa cosa triunfal, fiel espada triunfadora... Las generaciones modernas ahora ven la zarzuela como un género de abuelos, conservador, pero la zarzuela no tiene nada de eso. A lo mejor hay zarzuelas hechas así en los años posteriores a la guerra civil, pero son pocas. Creo que los personajes de la zarzuela están más cerca de un mundo de libertades que de conservadurismo. ¿Es necesario adaptar la zarzuela a los nuevos tiempos? Los nuevos tiempos son los tiempos en los que vivimos, nada más. Ni vestimos igual que hace diez años, ni en nuestras casas hay un molinillo de café. Hoy día, nadie se pone a lavar la ropa con una tabla de lavar. Yo creo que para la factura de los espectáculos, también cambian los tiempos. Tú ahora no puedes hacer una zarzuela como en 1934. Hay que hacerla para la gente de hoy. Yo nunca he modificado la música de las zarzuelas, pero creo que el texto sí que hay que tocarlo un poco. Los textos se hicieron para la época en que se estrenaron, y algunos, escuchados hoy, dan risa. Simplemente hay que cortarlos un poco, adaptarlos un poco y ya está. Es una cosa natural. El mundo de ahora es distinto al del año 2020, que será otro. Hay que ir con el tiempo y hacer espectáculos para gente que ya no vive con el molinillo de café. Calixto Bieito “posmoderniza” a Shakespeare. ¿Es posible hacer lo mismo con la zarzuela? Por supuesto que sí. De hecho, Bieito, dirigió una zarzuela en Madrid, El barberillo de Lavapiés. Vamos, a mí me parece un director estupendo Calixto. Su Rey Lear me ha gustado mucho. Lo que pasa es que hay obras y obras. Habría que coger una zarzuela que no tuviera unos códigos muy claros. No puedes enfrentarte igual a una obra como La gran vía, de Chueca, que a La del manojo de rosas. Es diferente. Cada obra tiene un porqué y hay que buscarlo. Pero yo creo que todo es posible. Al teatro nadie tiene que ponerle límites. Cuando alguien dice “eso no se debe de hacer”, yo pregunto: ¿y por qué no? En el arte, la palabra “se debe” no debe existir. Pero la zarzuela permanece intocada, ¿no? No, en el Teatro de la Zarzuela se hicieron montajes con una carga moderna –que es una palabra que detesto–, con una carga dramatúrgica muy fuerte, muy conectada con lo que se hace muchas veces en teatro. Nada tiene que quedar intocado. La conservación de las partituras también es un problema. Sí, pero esto está cambiando porque el Instituto de las Ciencias Musicológicas de Madrid, que es una institución que pertenece a la SGAE, al Ministerio de Cultura y a la Universidad de Madrid, está rehaciendo las partituras de orquesta de zarzuela. Antes pasaba que pedías los materiales de orquesta, por ejemplo, la partitura del director, y te mandaban la de canto y piano porque no había partitura de maestro director. Venturosamente, esto está cambiando aunque aún hay mucho que hacer Baluarte en cifras Hasta el 31/01/05 Eventos culturales: 181 Asistencia a eventos culturales: 226.089 espectadores DESDE EL CAMERINO Las zapatillas de los ángeles Exposiciones: 7 Asistencia a exposiciones: 62.241 espectadores Ferias: 9 Asistencia a ferias: 98.680 asistentes Congresos y reuniones: 179 Asitencia a congresos y reuniones: 58.581 asistentes Asistencia total a Baluarte: 445.591 asistentes Mayumana / Adraba, Navidad 2004 El quinto concierto de abono de la Orquesta Sinfónica de Euskadi fue especial. La formación vasca interpretó la tercera sinfonía de Mahler, una pieza que requiere la participación de un coro femenino y otro infantil. Atendiendo a su llamada, la Escolanía del Orfeón Pamplonés se puso al servicio del director, Oleg Caetani, para cubrir el requerimiento. Ésta era la primera circunstancia particular. La otra era que la intervención de la Escolanía y del coro femenino apenas duraba cinco minutos. Ingresaban en el escenario en el descanso; un cuarto de hora después se levantaban para entonar su parte y volvían a sentarse hasta el término del recital. Así que los camerinos de Baluarte los ocuparon ese día una tropa de 55 chavales de edades comprendidas entre los 10 y 14 años poniendo a punto sus gargantas para realizar su mejor aportación al programa. Un par de preguntas flotaban en el aire: ¿cómo se hace para sujetar los nervios de estos jóvenes? ¿Resulta difícil coordinar a tanta chavalería? Un último detalle hacía importante el acto: el concierto se repetía en Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona. El director de la Escolanía, Juan Gainza, nos explicó que había transmitido a los chavales que cantar una misma semana en cuatro auditorios constituye una experiencia al alcance de poca gente. Si bien su participación no revestía gran complicación técnica, sí que era necesario concentrarse para armonizar bien el conjunto. En la pieza, los chicos encarnaban a un coro de ángeles que transmiten un mensaje al mundo. En un principio, el deseo del director de la orquesta era que, tras la intervención, los chicos permanecieran de pie hasta el final del concierto (una media hora), y así se llegó a realizar en el ensayo general con público, efectuado días atrás en Donostia. En el ensayo, los chavales aguantaron bien, aunque un par acabaron mareados. Finalmente se decidió que, tras su intervención, tomarían asiento. Aquí se ve que la exigencia artística es una y determinada: buena afinación del canto y permanecer firme ante la platea. Pero lo que se le requiere a un profesional adulto puede resultarle arduo a un joven que, aunque esté habituado a la disciplina, cuenta con su ritmo interno y sus propias inquietudes. Hay que decir que los conciertos salieron muy bien. La anécdota fue que, momentos antes del recital de Baluarte, alguien se fijó en que entre los 55 uniformes oficiales del coro (zapatos negros, faldas y pantalones grises, chaquetas azul marina con el escudo del Orfeón), destacaban unas zapatillas azules de deporte, marca Virage, con cámara de aire. Calzado ideal para encestar un triple en un partido de ¿Donde están las Virage? baloncesto pero menos apropiado para revelar el mensaje de paz y armonía escrito por Mahler. Su dueño, un componente de la Escolanía de unos catorce años los llevaba puestos porque el día anterior había perdido sus zapatos negros en Bilbao. Hubo que buscar en los camerinos un par de zapatos negros para que la uniformidad del coro no lo rompiera el último grito en calzado deportivo. Supongo que, en el fututo, estos chavales recordarán la experiencia como un acontecimiento extraño de su vida. Algunos habrán continuado su carrera en el Orfeón adulto y no le concederán mayor importancia. Quizás otros la evoquen como un raro souvenir de la infancia: el día que imitaron el timbre de un ángel para transmitirle un poco de emoción a un público desconocido Roberto Valencia entrevista a josé maría pou “Para ser actor hay que mentir maravillosamente bien” 06.07 | marzo 2005 Vinieron José María Pou nos conmovió con su inspirada interpretación del Rey Lear. Tres horas de función en las que la transformación del monarca, de déspota todopoderoso a vagabundo senil, resultó convincente y desgarradora. ¿Cómo se hace para aguantar un espectáculo tan duro como Lear? Por suerte, ser actor no consiste sólo –tal y como era para muchos hasta hace relativamente poco– en aprender un texto y decirlo con tus mejores ademanes. Esto ha pasado a mejor vida. Ser actor significa implicarse hasta el fondo con los textos que se representan, cargarse de energía para transmitirla al público, y tocarle directamente sus sentimientos, más allá de hacerle pasar un rato. Para ello, necesitas una preparación técnica, ser consciente de qué cantidad de energía y fuerza se necesita en cada escena. En realidad, es casi como si te montaras una tabla de gimnasia a lo largo de la representación. Pero luego, todo eso tienes que olvidarlo, o sea, llega un momento en que lo olvidas porque va saliendo solo, porque a esto tienes que ponerle por encima lo más importante, que es el texto de Shakespeare, la emoción y la sinceridad. Si al espectador le llegara sólo esa técnica, que es casi como la que se gasta en un partido de fútbol, no serviría de nada. Eso hay que envolverlo con el texto, con la emoción y con la verdad. Para mí es impensable actuar como esos actores que no rompen la figura y se cuidan sólo de hablar bonito. La actuación, ¿es un secreto? Yo creo que ser actor es un oficio como otro cualquiera. Sólo que en lugar de trabajar con las manos, como trabaja un pintor, aquí el material es intangible: emociones, sentimientos y palabras. Eso significa que el actor tiene que convencer a los demás de su capacidad de transformación. Es curioso, porque esto es la paradoja del comediante. El engaño hay que hacerlo con sinceridad. Un actor es un gran embustero, es una persona que se presenta ante el público diciendo que es quien no es. O sea, yo salgo al escenario y digo que soy el Rey Lear, y es mentira, yo no soy el Rey Lear. Pero el público tiene que creer que sí lo soy. Lo que pasa es que el público, sabiendo que el actor miente, quiere olvidarse de ello y creerse esa mentira durante dos o tres horas. Así que hay que mentir maravillosamente bien. Y para ello, hay que utilizar la máxima sinceridad. Creo que, más allá de la capacidad de transformarse en otro, el material con el que trabaja el actor es la fantasía. Igual que el niño. En literatura pasa igual. Hay un libro de Vargas Llosa que lo explica. Se titula La verdad de las mentiras. Con las verdades del autor (sus experiencias, sus sentimientos), el escritor construye una enorme mentira que el lector acepta como verdad. Si lo miramos objetivamente, habría que decir que es una cosa estúpida: el espectador paga dinero para que le mientan. Él está dispuesto a creerse lo que le cuenten y si no se lo cree, se cabrea. Si el espectador no se lo cree, tiene todo el derecho a patalear y a protestar. Decirle al actor: “No me has mentido. No me has mentido lo bien que yo quería”. Es precioso analizar así este oficio. Sin embargo, a veces vamos al cine para ver a un actor determinado. Tú quieres ver al don Corleone que sabes que es capaz de hacer Marlon Brando, que es un Don Corleone distinto al que haría, por ejemplo, Clint Eastwood. En cuanto conoces a un actor, sabes cuál es su estilo de actuación. Cuando lo conoces y te gusta, es como el estilo de un escritor, de quien la gente compra sus novelas porque les produce satisfacción. En la actuación de cada actor, hay unas características especiales, y muy personales, que conmueven. Tú quieres ver a Don Corleone, pero pasado por el tamiz de Marlon Brando. O quieres ver al Rey Lear interpretado por José María Pou. Tú eres consciente de que el Rey Lear interpretado por José Luis Gómez sería distinto. Es otra de las magias del mundo de la interpretación. Pero esto resulta difícil de explicar. Claro. No hay una sola manera de hacer el Rey Lear. Cada actor tendrá una manera de encarnar a Lear. Cuando un actor interpreta a un personaje, no le aporta sólo su talento y su inspiración, le aporta toda su biografía personal y profesional. La biografía del actor la forman sus trabajos, y también su actitud ante la vida, la manera en que contesta a las entrevistas en televisión, el modo en que participa y se compromete en determinadas cosas... Todo eso crea una imagen suya que el público busca en la función. El público quiere encontrar un personaje a través de la personalidad del actor. Por eso yo creo que no es correcto cuando se dice –cada vez menos, eso sí– que el actor tiene que ser un muñeco mecánico al servicio del personaje. Eso es mentira, el actor tiene que ser un señor con una vida plena, con un currículum y con una visión particular del tiempo que vive. Pero esto puede resultar excesivo, ¿no? Aquí se corre un peligro, y es, por resumirlo, lo que ocurrió con la generación de actores que salió del famoso Actor’s Studio: Marlon Brando, James Dean, Montgomey Cliff y sus epígonos. De repente, el culto a la personalidad del actor desequilibró la balanza. El actor le aportaba al personaje tantas cosas de su vida personal que lo hacía desaparecer. La gente únicamente veía a Marlon Brando, importándole un pito si interpretaba Marco Bruto de Julio César o a otro. Esto sólo se les debe consentir a esas dos o tres figuras tocadas por la gracia divina, por ejemplo, Greta Garbo, que me parece la figura más excelsa que puede haber en el cine (y no hablo sólo de la interpretación). No se le puede negar a Greta Garbo el magnetismo que tenía, su mirada y esa forma de moverse. Lo que pasa es que, en este caso, en vez de esa relación contractual actor-público, lo que había era un rendirse ante una personalidad absolutamente seductora. Creo que el sueldo de los actores aumenta cuando se introduce el primer plano en el cine, allá por los años 30, y la gente comienza a adorarlos. Claro, esto hace que los actores sean lo que los americanos llaman “bigger than life”, más grandes que los seres humanos, más grandes que la vida. No sé si esta referencia que me das es cierta, pero yo más que a partir del primer plano diría que los actores se consideran seres elegidos, a nivel masivo, a partir de la invención del cine. En el teatro existía ya adoración hacia los actores. Los divos de los siglos XVIII, XIX y principios del XX arrastraban masas con su magnetismo. A raíz de la multiplicación de la imagen, la adoración fue masiva. Hay que fijarse que en el cine, el público siempre está abajo y mira la pantalla hacia arriba. Esto no es gratuito, esta situación marca unos estratos. En el teatro también pasa esto, aunque últimamente está cambiando. En algunos teatros, el público hoy mira hacia abajo, y esto hace que la actuación sea más difícil porque el escenario se inventó para que el actor estuviera en situación de superioridad. Esto está cambiando, y yo soy partidario de ello, cada vez hay más teatros en los que espectador y actor se encuentran al mismo nivel. También hay auditorios donde el público ejerce una mano de presión sobre el actor, lo cual impresiona mucho. Más que el primer plano, lo que convirtió a los actores en ídolos masivos fue lo que Hollywood llamó glamour, que hace aparecer a los actores como seres irreales. A veces parece que los actores de teatro sobreactúan en el cine. ¿Hay que contenerse delante de la cámara? Este es un tema muy delicado. Creo que no hay actores de teatro o actores de cine. Se es actor, y vale. Son los medios de expresión los que cambian. En cuanto a sinceridad, el actor tiene que trabajar igual en un medio que en otro, lo que pasa es que el oficio de actor tiene unos condicionantes técnicos que hay que conocer. Más allá de la capacidad de seducir o transmitir emociones, el actor sabe que cuando está en un teatro, su interpretación tiene que llegar a 50 metros de distancia. Para lograrlo, se dispone de recursos: dominio del cuerpo, proyección de la voz, etc. Cuando el actor está delante de la cámara, sabe que eso ya no es necesario, y que lo que vale es lo que sale por los ojos. Michael Caine decía que interpretar en el cine consiste, simplemente, en pensar lo que estás diciendo. Los ojos no engañan nunca. En principio, parece más fácil engañar a la gente desde un teatro que desde una pantalla, porque en el teatro, el público lo ve todo en plano general, no entra en el detalle. En cambio en el cine, cuando a uno le colocan la cámara a un metro, sabe que no puede engañar, la cámara lo capta todo. Si tú no sacas por los ojos la máxima sinceridad, el espectador no se lo cree. Lo que el actor tiene que saber es que en el cine hay que engañar con otra técnica: limitando los movimientos, y haciendo que tu máscara tenga un código de expresión más pequeño que el del teatro. Esto no es más que una acomodación de tipo técnico que el actor tiene que saber hacer. Es parte fundamental de su oficio entrevista a igor yebra Ciudades para bailar 08.09 | marzo 2005 Vinieron Llegó reclamando ayudas para el baile, reivindicando la danza clásica y agradeciendo la oportunidad de bailar en Baluarte. Además, nos regaló su interpretación de Coppèlia. Aunque joven, Igor Yebra ha recorrido medio planeta con sus zapatillas de baile. ¿En cuántas ciudades ha bailado? Mi carrera es un poco atípica porque empecé tarde para lo que es el ballet clásico, a los doce o trece años. Cuando Víctor Ullate formó su compañía, necesitaba chicos, y entré en ella. Por eso, tuve que hacer paralelamente la escuela y la carrera profesional. Me resulta difícil decir cuántas ciudades: desde los catorce años son muchísimas. Vamos a hacer un juego, le preguntamos algo y usted nos responde con una ciudad. De acuerdo. ¿En qué ciudad le gustaría bailar todos los meses? ¿Puedo decir dos? Sí Una es Bilbao, porque es mi casa, donde he nacido y está mi familia. Y la otra Moscú, porque siempre he tenido una gran admiración hacia la cultura rusa. ¿De verdad bailaría todos los meses en Moscú y en Bilbao? Ya estoy bailando todos los meses en varias ciudades. De hecho, este mes, estoy en cinco ciudades. Por lo tanto, sin ningún problema. ¿Cuál es la ciudad en la que más a gusto ha bailado? Es complicado porque cada ciudad, cada público, te aporta una cosa diferente y te saca de ti algo diferente. En Moscú he sentido emociones muy intensas. ¿La ciudad es la que más nervioso ha bailado? Son pocas las ciudades en las que no han ocurrido cosas. Una de ellas fue Sydney. Un bailarín se había lesionado, yo acababa de llegar y tuve que sustituirle. ¿Sintió muchos nervios? Yo no soy una persona nerviosa. Más que nervios, sentí excitación. Tengo la fortuna de que poseo rapidez de concentración. El inicio de la obra fue muy duro, pero según fue transcurriendo la función, se convirtió en una más. ¿Qué ciudad ha colmado su mitomanía? Creo que podría dar la misma respuesta a todas las preguntas: Moscú. ¿A qué ciudad le gustaría volver? A Moscú. Yo empecé a bailar porque en el Bolshoi vi a Vladimir Vassiliev bailar Espartaco. Yo tuve la suerte de bailar Don Quijote en el Kremlin ante 6.000 personas, y luego Iván el Terrible con Grigoróvich. Eso deja una marca muy fuerte. Me gustaría volver porque cuando uno juega la final de la Copa de Europa, quiere jugarla otra vez. No es culpa mía si la final de la Copa de Europa se juega en Moscú. ¿En que ciudad no ha bailado y le gustaría hacerlo? En un país donde no haya la tradición del baile tal y como la conocemos. Un país como la India, donde aman la danza de un modo increíble, pero no están acostumbrados a este tipo de espectáculos. Me gustaría actuar ante un público virgen, que es el mejor público. ¿Se le ocurre alguna otra ciudad? Ahora me acuerdo de Ufá, en Rusia. Fui porque allí nació Nureiev. Es una ciudad remota, donde son habituales temperaturas de -10º. Fue impresionante ver a la gente cuando acabó la función, las cosas que nos decían. Gente que no tiene para comer, pero que aparta un dinero para poder ir al ballet todos los meses. Yo prefiero bailar para esta gente que para la que compra un abono pero que, en realidad, le importa dos narices el espectáculo, porque viene al teatro para aparentar El Álbum El teatro ha reunido en el cuatrimestre diciembre-marzo a varias de las estrellas nacionales de la interpretación. Verónica Forqué encarnó a una soltera con principios: Doña Rosita. Por su parte, Jose María Pou fue un Lear convincente: despotismo y decadencia en un montaje de Calixto Bieito. 2 12.13 | marzo 2005 Vinieron El Álbum 1 La programación de Navidad ofreció tres espectáculos diferentes: (1) The Georgia Mass Choir y su alegría espiritual. (2) Benito Lertxundi interpretó un cancionero conocido por todos. Y (3) los más pequeños disfrutaron con las percusiones y juegos educativos de Mayumana / Adraba. 4. En la nueva revisión de Coppélia a cargo del Ballet de la Ópera Nacional de Burdeos, hubo misterio y belleza. 5 y 6. La compañía de Rafael Amargo: fuego y pasión gitana. La mejor Celestina resucitó de manos de una impresionante Nuria Espert (7), cuya alcahuetería hizo desgraciados a unos distanciados Calixto y Melibea (8). 3 4 6 5 8 7 El Álbum La del manojo de rosas volvió a elegir marido en el montaje de Emilio Sagi (1 y 2). Y el Ballet de la Ópera Nacional de Lyon bailó dos obras diferentes: (3) Petite morte creada por Jiri Kylian, y una recreación de Carmen, del coreógrafo sueco Mats Ek (4). Vinieron 1 14.15 | marzo 2005 2 3 4 Ferias, Exposiciones y Congresos 2 de febrero Presentación del equipo ciclista Kaiku La formación se presentó en sociedad con el deseo de brindarle muchos éxitos a la afición vasca y navarra 16.17 | marzo 2005 Vinieron 18-20 de marzo La Orquesta Pablo Sarasate recibió la Medalla de Oro de Pamplona El 21 de enero, minutos antes de su VI concierto de abono, la Presidenta de la Fundación Pablo Sarasate, María Jesús Artaiz, recibió de la alcaldesa Yolanda Barcina la Medalla de Oro de Pamplona. El gerente de la Orquesta, Florentino Briones, se mostró satisfecho por la distinción antes de responder a nuestras preguntas. ¿Qué supone para la Orquesta recibir esta Medalla? florentino briones. Un gran honor. La Orquesta fue fundada por D. Pablo Sarasate para Pamplona, y es precisamente esta misma ciudad la que ahora recompensa su labor. Interpretamos la medalla como un reconocimiento a la profunda imbricación que la Orquesta tiene en la sociedad de Pamplona, a la identificación de los ciudadanos con su Orquesta. El hecho de que haya sido otorgada por unanimidad de todos los grupos políticos, y que la entrega se realizara con presencia de todos sus portavoces, señala realmente que la Orquesta es de todos. De hecho, precisamente de la mano del Ayuntamiento de Pamplona y de la programación que éste organiza en Baluarte, la Orquesta está inmersa, junto con otras entidades, en un ambicioso proyecto para llegar a cuantos ciudadanos sea posible, no sólo a través de la música clásica, sino mediante otras manifestaciones musicales como la música de cine, el jazz, el flamenco, los cantautores, etc. La Orquesta debe ser capaz de tener algo atractivo que ofrecer a todos y cada uno de los ciudadanos con cuyos impuestos, en buena medida, se mantiene. Esta concesión cierra de algún modo las celebraciones por el 125 Cumpleaños de la Orquesta. ¿Cuál es el balance del Aniversario? f.b. Enormemente positivo. Nuestro objetivo era que los ciudadanos de Pamplona y Navarra conocieran su Orquesta y fueran conscientes de que constituye una parte importante de su patrimonio cultural. Tener la Orquesta más antigua de España, y una de las primeras del mundo, no es cualquier cosa. Creemos que lo hemos conseguido. Y no sólo en nuestra Comunidad. No hace mucho que un buen amigo visitó Budapest, donde estaban celebrando el 150 aniversario de la Orquesta de la Ópera, y la guía del teatro de la Ópera de Budapest le comentó “pero uds. también celebran ahora los 125 años de su Orquesta, ¿no?” No me parece mal ejemplo de la trascendencia de algo que, tal vez, no siempre valoramos en su justa medida I Salón Inmobiliario de Navarra Profesionales y público en general se dieron cita del 18 al 20 de marzo para visitar los 32 stans relacionados con la vivienda , la residencia vacacional y el equipamiento del hogar enero - febrero Exposición: Los dialectos del euskera La sala de exposiciones acogió la muestra “El vacuence en Navarra: sus dialectos / Nafarroako euskalkiak”, que se abrió al público el 30 de diciembre y estuvo abierta un mes 14 de febrero 13 de marzo 17 de febrero Desfile de Dior VII Congreso UPN Coincidiendo con el día de los enamorados, y en el año de la celebración del centenario del nacimiento de Christian Dior, la firma de maquillaje ofreció un pase de modelos Mariano Rajoy intervino en el VII Congreso de la formación navarra. Miguel Sanz resultó reelegido presidente y Alberto Catalán, secretario general Entrega de los Premios Iparraguirre 13 de marzo Asamblea de ahorradores de Caja Laboral Se dio lectura a la cuenta de resultados de 2004 11 de marzo Convención Mapfre La compañía reveló, entre otros datos, que durante 2004 ingresó 50 millones de euros por sus automóviles asegurados 21 de enero Plataforma cívica por Europa Diversas personalidades pidieron el Sí para el Referéndum sobre el Tratado que establece una Constitución para Europa La radiotelevisión pública vasca Euskal Irratia Telebista entregó los Premios Iparraguirre en una gala que contó con la participación de caras conocidas de la cultura y sociedad, como el entrenador de Osasuna Javier Aguirre y el exciclista Miguel Indurain. Los galardones reconocieron a los profesionales y programas más destacados de los diversos medios que conforman el grupo vasco de comunicación entrevista a óscar terol 18.19 | marzo 2005 Vinieron Entrega de los Premios Iparraguirre “Vaya semanita es un reflejo de la sociedad” Los integrantes del espacio televisivo Vaya Semanita estuvieron en Baluarte recogiendo el Premio Iparraguirre al mejor programa. Con cifras de audiencia cercanas a los 260.000 espectadores semanales y una cuota de pantalla en Euskadi del 30%, el programa conforma uno de los buques insignia de la cadena autonómica vasca ETB. Su director atendió a nuestras preguntas. ¿Se puede uno reír de cualquier cosa? El humor se produce con la distancia física y emocional. Si lo que buscamos es hacer humor y sólo humor, sin hacer daño a nadie, sin criticar, sin dar un mensaje ni apoyar una ideología, si es así, creo que se pueden tocar todos los palos. Creo que ésta es una de las claves de nuestra popularidad. Esto lo consideramos sagrado. En nuestro equipo hay gente de todas las ideologías, y yo sé que a nivel de grupo no hemos tenido la tentación de hacer otra cosa que humor. ¿Lo políticamente correcto es un obstáculo para el humor? Hay unos términos que no entiendo. Políticamente correcto e incorrecto, no sé, es como lo de humor blanco y humor negro. Toda la vida hemos escuchado que Gila hacía humor blanco pero yo nunca lo he visto así: él criticaba a los ejércitos. Otra cosa es que no utilizara palabras malsonantes ni insultos. Yo no sé lo que es políti- camente correcto. Sé que el humor se produce cuando tienes una pequeña barrera, una limitación, y el mensaje te llega justo ahí, de manera que se produce una liberación que se encauza por la risa. Otra cosa es que socialmente esté aceptado en un momento dado, por unas claves culturales, hablar de unas cosas concretas y de otras no. Por ejemplo, ahora en el programa se puede decir la palabra ETA. Nosotros no queremos reírnos de la gente que está sufriendo con ETA, ni de los de ETA. Pero consideramos que ahora es el momento oportuno para utilizar esto en el lenguaje del humor. No sé, igual hacer esto ahora ya es políticamente correcto, porque ya hay un precedente. Lo políticamente correcto depende del momento en que se hagan las cosas. ¿Vaya semanita hubiera sido posible hace quince años? Posible como programa semanal de humor sí. Pero las cotas alcanzadas de trasgresión por supuesto que no. Yo tuve un programa con el grupo Louviers hace diez años, y también hacíamos incursiones en temas políticos. Como anécdota te diré que uno de los sketches que considerábamos utópico era hacer en ETB una familia en el que hubiera un hijo ertzaina y otro de la kale borroka, y vinieran los dos de la misma manifestación para cenar juntos en casa. Hoy en día este sketch es una de las claves de Vaya semanita. ¿Cuáles eran esos impedimentos que no existen ahora? Hay uno que es fundamental: el programa tiene éxito porque ha sido listo y oportuno. El momento lo ha decidido el público. Nosotros lanzamos este humor porque notába- mos que a nivel social la cosa está de otra manera. La sociedad siempre está por delante de los políticos, más avanzada en conseguir la convivencia. Cuando digo convivencia, me refiero a hablar de cualquier cosa, que cada uno se exprese sin miedo a ser criticado o incluso asesinado. Creo que ahora la sociedad está en este punto, y Vaya semanita es el reflejo. ¿Usted cree que cualquiera puede expresar sus opiniones en el País Vasco? Yo quiero pensar que es así. No creo que a los que hacemos el programa se nos trate como a unos marcianos que hacen unas cosas que son una burrada. A nosotros no nos llega eso. Lo que nos llega es: “Ya era hora de que se pudiera hablar”. Nosotros no hemos impuesto la hora. No hemos hecho que la gente se plantee cosas que no tenga que plantearse. Tampoco esto quiere decir que, aunque esté el “ya era hora”, no esté lo de hace quince años: hay gente amenazada, hay gente en cárceles, hay gente que sufre lo que se llama el conflicto vasco. Eso está, pero también hay una energía que va para adelante, un querer superar de una vez esto, aunque no se sepa cómo. Vosotros parodiáis lugares comunes del País Vasco. ¿Habéis recibido críticas? A nivel institucional, no. Sí las hemos tenido a nivel individual. Nosotros hacemos un programa que ve mucha gente, tratamos muchos temas, ponemos nombre a cosas que pueden ser un problema... Por ejemplo, nombramos una enfermedad en un sketch y una persona que la sufría llamó diciéndonos que lo que habíamos hecho le había llegado al alma ” ente ologías g y ha ide uipo das las q e ro de to uest n n “E Elisabeth I. El último baile, 17 y 18 de mayo Vienen entrevista a lindsay kemp 20.21 | marzo 2005 Cuerpo de mujer, corazón de rey Lindsay Kemp regresa al teatro. Director e intérprete principal de su nueva obra, Elisabeth I, en ella se propone “realizar una celebración de la vida”. A medio camino entre la ópera y la dramaturgia, entre el cuento y la tragedia, la pieza sitúa la acción en los últimos días del reinado de Elisabeth I, monarca singular y personaje de gran peso histórico que reinó en Inglaterra desde 1558 hasta 1603. E n el momento de la entrevista, Lindsay Kemp y su equipo se encontraban sumidos en plena fase de ensayos en Santander, donde tiene lugar el estreno de la obra el 1 de abril. Se trata, por tanto, de un trabajo que llega joven a Pamplona, cuando los críticos aún no han descubierto sus virtudes y el público apenas ha sido avisado. En Elisabeth I. El último baile, tal y como es habitual en sus producciones, el dramaturgo inglés se sirve de varios lenguajes artísticos –la danza, el teatro, lo audiovisual– para desarrollar una historia conmovedora. Presenciar esta obra en sus primeras funciones supone un privilegio para el público navarro. Para nosotros, constituyó un honor escuchar de boca del propio Kemp sus reflexiones sobre un trabajo que, en el momento de la entrevista, se hallaba en fase de gestación. Para un inglés, Elisabeth I es una figura histórica, pero el público español quizás no la conozca tanto. ¿Qué nos puede decir de ella? Elisabeth (Isabel I) fue reina en un momento histórico tumultuoso desde el punto de vista político y religioso. En un mundo dominado por los hombres, su reinado representaba un hecho extraordinario. Elisabeth también representa para los ingleses una figura casi mitológica. Simboliza un edad de oro cultural para Inglaterra, porque con ella se produjo un florecer de las artes. Además, ella tuvo una vida personal y pública extraordinaria, la interrelación entre ambas fue de lo más sorprendente. ¿Por qué le interesa esta figura tan lejana? Elisabeth llegó a mí porque ha generado muchas obras de literatura y cine sobre su persona. Mi primer contacto con ella se produjo cuando yo tenía cinco años, y fui con mi madre al cine para ver La vida privada de Elisabeth Essex, con Bette Davis y Errol Flynn, que es una de tantas películas que se han hecho sobre ella. Luego vi La reina virgen, también con Bette Davis. A través de tantas formas, esta figura siempre me ha inspirado mucho. Es difícil explicar por qué me gustaba hasta el punto de identificarme con ella, con su figura legendaria. Porque está claro que le resultaría difícil meterse en su piel si no hubiera algo que le uniera a ella. Claro, esta identificación siempre ha sido el motor de mis personajes. Todos mis espectáculos son de algún modo un autorretrato, figuras de personas reales o imaginarias que me acompañan en mi vida. Son como señales en el camino de la búsqueda de la identidad. Elisabeth siempre ha sido uno de estos personajes para mí. Más en concreto, ¿qué es lo que le interesa de la reina? Muchas figuras que interpreto se mueven en zonas un poco ambiguas entre lo masculino y lo femenino. Elisabeth se encontró en una posición en la que su feminidad era al mismo tiempo un punto de fuerza y de debilidad. Pero esto lo manejó de un modo maravilloso. Ella decía que tenía el cuerpo de una mujer pero que su corazón era el de un rey. Fue un personaje con poder pero su don más exitoso fue su compromiso, la manera en que consiguió evitar mucha violencia, hay que darse cuenta que en su época había pugnas entre el catolicismo y el protestantismo. Por otra parte, tenía la debilidad propia de una mujer de aquella época, a la que se le presionaba para casarse y tener herederos. Siempre había negociaciones con otros reyes de Europa para casarla. Llegamos pues al tema de su sexualidad. ¿Era controvertida? Ella sufría la paradoja de tener que soportar el mito de la reina virgen mientras, al mismo tiempo, tenía un corazón muy apasionado. Los juegos de amor con muchísimos hombres fueron un hecho dominante en su vida. Al final se quedó sola, porque su fuerza era ésa, no quería compartir su vida con nadie. Se aprovechó de la fragilidad de ser una mujer apasionada, pero con la voluntad de hierro de su aspecto masculino. ¿Qué Elisabeth se va a encontrar el espectador? Una reina vieja. La idea de esta producción nace de una imagen, de un momento al final de su vida. Tras cuarenta y cinco años reinando, en la antecámara de la muerte, ella quedó paralizada durante catorce horas en el centro de su corte, con el dedo en la boca. Inmóvil. También, en sus últimos días, pedía que sonara la música y hacía unos pasos de baile como para “ Todos mis espectáculos son de algún modo un autorretrato” “ Los trajes han sido diseñados por Sandy Powell, que acaba de ganar su segundo Oscar por “El aviador”, de Martin Scorsese” alejar a la muerte. ¿Bailar para alejar a la muerte? Exacto. Este último baile, que es el subtítulo del espectáculo, se refiere al último baile, que es el que está al final de la vida, pero también a cada baile. Representa lo que enseño siempre a mis estudiantes: hay que vivir la vida hasta el fondo. Hay que vivir cada momento y bailar cada baile como si fuera el último. Decíamos que la obra comienza con esta imagen de la reina decadente. La base de la obra son los sueños de la reina. En el momento de su delirio, ella revive las tramas de su vida pasada. Es como si sus cortesanos, en su último momento, tomaran los papeles, en modo confuso, de los protagonistas de la historia de su vida. Es una especie de extraña representación teatral del drama de su vida. Entonces, ¿la obra tiene un ambiente de sueño? Completamente. Es un mundo de ensueño, de recuerdos y de delirio. La escenografía es toda negra. Hay un juego de proyecciones, que son siluetas en blanco y negro. El color llega de los trajes, y se inserta en este marco de sombras. Los trajes han sido diseñados por Sandy Powell, que ya tenía un Oscar por Shakespeare in love, y acaba de ganar su segunda estatuilla por El aviador, de Martin Scorsese. El vestuario tiene pues un papel protagonista. Ya antes de que lo diseñara Sandy, mi concepción de la escena era un contexto en blanco y negro, con manchas luminosísimas de color de los trajes. Yo adoro los trajes de aquella época, que son estilizados. A mis ojos de pintor, son estimulantes porque crean muchas formas y colores. La obra, ¿va a tener un tono nostálgico, melancólico, amargo, trágico? Un poco de todo. La obra mira hacia atrás, pero mirar hacia atrás sirve para mirar hacia delante. Mucho de lo que Elisabeth recuerda es felicidad, amores sobre todo, y también recuerdos de cultura. El baile, por ejemplo. Pero diré que las emociones son como lenguajes teatrales, por eso en la obra hay mezcla de danza, teatro, etc. Este espectáculo es una especie de ópera Elisabeth I. El último baile, 17 y 18 de mayo Vienen 22.23 | marzo 2005 bailada. Las pocas personas que hay sobre el escenario, nueve, hacen varias cosas, lo que supone un estímulo para la colectividad. Tenemos, entonces, figuras que actúan, que cantan y que bailan: se puede decir que cada momento del espectáculo tiene su banda sonora de música. También hay muchos momentos de humor. Elisabeth hizo ejecutar a su gran amor, Roberto Devereux. El tema de la traición, ¿aparece en la obra? Sí, mucho. En el inicio, por ejemplo. A la madre de Elisabeth le cortaron la cabeza cuando ella tenía tres años. Cuando su hermana, María Estuardo, se casó con Felipe II de España, Elisabeth también estuvo a punto de ser ejecutada. Ella vivió, pues, bajo la sombra del hacha, y en los momentos cruciales de su vida temió ser ejecutada. En la obra, la muerte de María Estuardo se evoca en sueños, así como otros complots y traiciones. Y también, claro, la ejecución de Devereux, conde de Essex. Porque Devereux traicionó a Elisabeth, ¿no? Bueno, es una historia complicada. Devereux era el último de sus grandes amores. Entre los dos se llevaban treinta y cinco años de diferencia. Eran dos personalidades que se atraían, pero generaban muchos contrastes. Durante diez años mantuvieron una relación tempestuosa, con momentos de amor y otros de conflicto, conflicto personal entre amantes pero también político. Al final, el orgullo y la ambición (es decir, los defectos de la personalidad de Essex) provocaron una especie de sublevación, no para matar a Elisabeth sino para eliminar a sus enemigos y que quedara así la reina a su entera influencia. Esta sublevación falló, lo que condenó a Devereux. ¿Podemos decir que la corona proporcionaba poder, pero también una vida difícil? Sí, en aquel período muchos reyes terminaron mal. Elisabeth reinó durante cuarenta y cinco años pero nunca creyó que terminaría su reinado, siempre tuvo la impresión de que su vida y su poder podían acabar en cualquier momento. Ella dijo muchas Lindsay Kemp Nacido en Liverpool, estudió teatro y danza desde sus primeros años. En 1964 formó la Lindsay Kemp Company. Su síntesis de diversos lenguajes teatrales culminó con su primera producción: Flowers... A Pantomime for Jean Genet. Le siguieron versiones de Salomé, Woyzeck y diversas producciones vanguardistas. En 1974, con el estreno de una nueva versión de Flowers en Broadway, comenzó el período de oro de su compañía. En los quince años siguientes, Kemp fue reconocido internacionalment e como una influencia en la campo del teatrodanza. En el cine ha representado papeles protagonistas en diversas películas. En 1972 su dirección teatral del los conciertos Ziggy Stardust de David Bowie (exmiembro de su compañía), cambió el concepto de concierto de rock. Ha creado obras de danza para varias compañías importantes. En ópera, dirigió El Barbero de Sevilla de Rossini en 1995 y La flauta mágica de Mozart en 1998. Sus últimos trabajos son The Fairy Queen de Purcell, Madama Butterfly de Puccini, La Traviata de Verdi y Sueño de una noche de verano de Britten. veces que ser rey parece glorioso para quienes lo miran desde fuera, pero la corona es una pesadilla. Hay una pregunta obligada. Antes ya nos ha dicho que a usted le interesa lo ambiguo. ¿Por qué encarna usted a un personaje femenino? ¿Lo ha hecho antes? Mi papel más famoso quizás ha sido el de Flowers, basado en el libro de Jean Genet, Santa María de las flores, donde hice un personaje ni masculino ni femenino o, más bien, de los dos. Otro personaje femenino muy famoso que yo he interpretado fue Salomé. Pero hay más. Este cambio de sexo le interesa, por lo que vemos. Sí, he hecho papeles masculinos y femeninos. He buscado trascender el sexo. Creo que uno de los puntos de contacto con mi público es trascender la identidad de todos los días y llegar allí donde todos somos hombres y mujeres indistintamente. También, por otro lado, vivir el conflicto, la relación tan compleja entre estos dos aspectos de nosotros mismos. La verdad es que siento fascinación por las figuras carismáticas, figuras que, prescindiendo de su sexo, han tenido algún tipo de locura heroica, como lo llamo yo. Es decir, figuras muy frágiles pero al mismo tiempo dueñas de mucha fuerza interior para afrontar todos los obstáculos, incluida la realidad. Tras cinco años dirigiendo óperas y ballets, ¿por qué vuelve al teatro? Puede parecer que me había puesto a trabajar en un mundo convencional como es el de la ópera. Pero trabajar en la ópera es una continuación del trabajo de toda una vida. Yo siempre he buscado cultivar todos los aspectos del teatro. Porque, ¿qué es el teatro? El teatro es mimo, es danza... Siempre he buscado un teatro total, unir la música con el cuento, un teatro musical, mudo, sin palabras, pero con muchos lenguajes escénicos. La ópera era un punto de llegada lógico en esta trayectoria. Los cuentos de ópera que he hecho, por ejemplo, Madama Butterfly, son cuentos con música maravillosa, donde me he identificado con la historia y con los protagonistas. En Elisabeth también siento un poco la presencia de figuras como Butterfly o Traviata, así como las dos óperas que he hecho en los últimos años. El tenor José Bros canta en Baluarte la ópera de Donizetti Roberto Devereux, en el mes de abril, así que en poco tiempo vamos a poder disfrutar de dos versiones de la misma historia. ¿Hay algo en común entre ellas? Como Donizetti, nosotros también hemos introducido una historia que nunca ocurrió en la vida real, que es el encuentro entre Elisabeth y María Estuardo. Este encuentro imaginario entre las dos reinas es uno de los momentos más dramáticos de la producción. El papel de María Estuardo lo hace Nuria Moreno, extraordinaria intérprete que lleva muchos años trabajando conmigo. En la obra, todos los actores se encargan de varios papeles porque Elisabeth cree ver en sus cortesanos a personas de otras épocas. Aparte de esto, el espíritu de este espectáculo es muy operístico. Hay muchos homenajes a la música de la época, aunque nosotros utilicemos música moderna. Esta no es una producción histórica, de ahí que el cartel tenga un grabado de Elisabeth con mi cara, pero con colores a lo Andy Warhol. ¿Quién ha escrito el libreto? Lo he concebido yo con mi ayudante David Haughton y con el compositor de música Carlos Miranda. Pero no es un guión cerrado, sino un “work in progress”, un trabajo continuo. En los ensayos estamos desarrollando aún muchas cosas, de hecho son como un laboratorio de creación. Ahora estamos amoldando el cuento a todo el aspecto gestual, y también a lo coreográfico del asunto. Para terminar, ¿qué les diría a los que van a venir a ver la obra? Que se dejen encantar. Que, como en mis óperas, se dejen llevar de la mano de la música, por el hechizo visual y sonoro, para entrar en este mundo de ensueño. Y que vivan conmigo este autorretrato, este duelo eterno bailado entre el amor y la muerte. Aunque en él hay lágrimas, la obra constituye una celebración de la vida Vienen Madredeus: Un amor infinito, 3 de mayo entrevista a teresa salgueiro “La esencia del fado radica en la urgencia de decir algo que no puede dejar de ser dicho” Acogidos con veneración y cariño allí donde acuden, Madredeus simboliza todo lo que Portugal ofrece hoy al mundo. Tradición y modernidad, tristeza y hermosura, su música nos transporta a un confín de la memoria donde la serenidad se mezcla con la emoción. E n torno al sonido de Madredeus gravitan una serie de conceptos pertenecientes al espacio geográfico portugués: el fado, el océano Atlántico, la saudade... El grupo lisboeta ha sabido explotarlos en una propuesta donde los elementos tradicionales gozan de gran presencia, pero cuya piel adopta siempre una forma nueva. Reinventándose en cada etapa del camino, su actitud como célula creativa resulta ejemplar. Su vocalista, Teresa Salgueiro, nos explicó esos conceptos inequívocamente portugueses con los que Madredeus ha construido su identidad. Dueña de una voz magnética y cristalina, y mujer de una educación exquisita, sus respuestas colmaron nuestra curiosidad atlántica. 24.25 | marzo 2005 Dos discos en dos años “Nuestros dos últimos discos, Um Amor Infinito y Faluas do Tejo, forman una unidad. Han sido escritos y grabados al mismo tiempo. Juntos forman el nuevo concierto de Madredeus. Cuando los músicos de Madredeus se juntan para componer un nuevo trabajo, siempre tienen en mente un concierto. Ellos suelen manejar un repertorio vasto, porque al estar de gira mucho tiempo en el que no grabamos, se acumulan muchas canciones, muchas propuestas. Como en este repertorio muchas canciones estaban inspiradas en la ciudad de Lisboa (porque no puede ser indiferente el hecho de que seamos de allí), le encontramos sentido a agruparlas en Faluas do Tejo. Con Um Amor Infinito queríamos agradecer al público que lleva siguiéndonos a lo largo de tantos años y que nos recibe de una forma tan entusiasta. De modo que estos dos discos conforman el quinto concierto original creado por Madredeus”. La importancia de avanzar “Estos dos discos presentan una vez más los recursos de los músicos, sus diversas inspiraciones. Supone un crecimiento, aunque también una continuidad del estilo del grupo. Siempre intentamos que cada canción pueda representar a todas las otras. También es importante no repetir una idea, ni poética ni musical. Esto supone un trabajo laborioso, de una gran dedicación. Yo admiro mucho que los músicos de Madredeus sepan recrear su propio estilo con los pocos instrumentos que utilizan. Es decir, volver a escribir un concierto, que se pueda considerar un recital para guitarra clásica, y por otro lado, que aporte algo nuevo. A nivel de la voz, ellos siempre me invitan a recorrer nuevos caminos, lo que me permiten continuar creciendo como cantante. En estos dos últimos discos, los músicos me han vuelto a hacer propuestas nuevas de vocalización, de canto. Esto hace que para mí sea un privilegio cantar para ellos”. Lisboa, capital de Madredeus “Lisboa es una ciudad muy especial. Es una ciudad abierta, que tradicionalmente fue un gran puerto, aunque ya no lo sea. Siempre ha sido el lugar más distante, el fin de Europa. Es una ciudad que siempre ha recibido otras culturas, una ciudad privilegiada para escuchar música de lugares tan diversos como el Mediterráneo, África o Brasil. Además, tiene la particularidad de poseer su propia música, que es el fado (no hay muchas ciudades en el mundo que tengan una canción propia). Está construida en un lugar muy particular, este delta enorme del río Tajo. Este horizonte inmenso de agua siempre ha funcionado como una puerta de entrada a otras cultura, pero también como una gran invitación a los portugueses a descubrir lo que está detrás. Su luminosidad es muy particular, y además, en ella, aun hoy se puede vivir con familiaridad, a un ritmo un poco más tranquilo que otras ciudades europeas. En fin, es una ciudad que siempre está en crecimiento pero que tiene una memoria, que ofrece una aventura mítica reciente, y que tiene una gran historia para contar”. El corazón del fado “Yo no soy una especialista en fado, pero es un género de música que me apasiona. Pienso que la esencia del fado es la palabra, la necesidad de comunicar un sentimiento, la urgencia de decir algo que no puede dejar de ser dicho. Pienso que tiene que ver con esto y con la dignidad humana, con la asunción de cada uno de su propia vida, de su propio destino. Después, claro, es una música con una tradición muy antigua, pero sobre todo es esto, el fado se dedica a cantar las palabras. No es una música que esté hecha para danzar. Se puede decir que una de las pruebas de esto, es que para diversos fados se puede mantener la melodía mientras el cantante cambia el poema. Se mantiene la estructura melódica y armónica pero el cantante cambia las palabras, para encontrar aquellas que son más apropiadas para lo que siente. Por eso es una música conectada con la persona que la canta, en función de su propia historia. Cuando cambia el poema, la melodía no es exactamente la misma, cambia un poco, y así el fado va creciendo. Es una tradición muy rica y singular”. chan. A diferencia del fado, Madredeus no asume como su experiencia aquello que canta”. El cálido eco de un microchip Redefinir la tradición “Nosotros no hacemos fado. Fado es una música ya escrita que puede interpretarse de diversas formas. La música de Madredeus ha sido creada originalmente por nosotros. Jamás hemos hecho una versión de una canción existente. En nuestra música, hemos buscado la tradición del fado, por un lado está la forma como nos presentamos en el escenario, con la cantante en medio y los músicos en media luna, alrededor. Por otro, la importancia primordial de la palabra. Nuestra música está hecha para cantar y la palabra tiene un lugar primordial pero, después, toda la poética, toda la creación, está hecha de otra forma. No es una poética personalizada por la persona que canta. La cantante de Madredeus, al final, se identifica con todos los que la están escuchando, como si pudiera ser cada una de las personas que la escu- “ Siempre intentamos no repetir una idea, ni poética ni musical” “Siempre hemos utilizado los sintetizadores. Carlos Maria Trindade (que está en el grupo desde el 93) crea sus propios sonidos. Es un músico con formación clásica de piano. Es él el creador de cada uno de los sonidos que utiliza en la música. Tiene una capacidad extraordinaria para inventar una sonoridad específica para cada ambiente, para cada canción de Madredeus. Es el único miembro que utiliza la electrónica. La otra experiencia electrónica que hemos tenido fue un disco propuesto por la editorial, donde diversos músicos electrónicos remezclaron nuestras canciones. Nosotros entregamos los masters a los músicos y esperamos las mezclas. Al final, las aceptamos todas, porque estaban hechas con muy buen gusto. Fue muy interesante ver cómo los artistas electrónicos interpretaron nuestra música de otra forma, pero al mismo tiempo seguía siendo la música de Madredeus”. La experiencia cinematográfica “El gobierno portugués encargó en 1994 al director alemán Wim Wenders un documental sobre la ciudad de Lisboa, que sería presentado durante la capitalidad de la cultura europea de la cultura. Cuando el señor Wim Wenders contactó con nosotros, estábamos a punto de entrar en el estudio para grabar nuestro tercer disco, O espirito da paz, y teníamos un vastísimo repertorio porque ya llevábamos tres o más años de gira. El Sr. Wim Wenders contactó con nosotros para preguntarnos si podía utilizar alguna de nuestras canciones para el documental. El compositor del grupo, Pedro Ayres, le dijo que sí pero que sería más interesante, dado que el grupo iba a grabar en ese momento, utilizar música nueva, porque tendría mejor sonido y estaría mejor tocada. Entonces, el Sr. Wim Wenders vino al estudio para conocernos. Después, nos invitó a participar en la película. Al final, dijo que la música acabó por convertirse en un story board. Ha sido para nosotros una oportunidad de tener imágenes muy bonitas de Lisboa con nuestra música. Y es que, cuando nos pedían que definiéramos nuestra música, siempre decíamos que era una banda sonora para la imagen portuguesa. La película supuso además la oportunidad de presentar nuestra música a un público de muchos países que, de otro modo, quizás no la conocerían” Una ciudad con su propio sonido 26.27 | marzo 2005 Vienen Madredeus: Un amor infinito, 3 de mayo La saudade: receta portuguesa para estar triste “Da igual lo que me esfuerce en explicarla, fracasaré miserablemente”, anota el escritor Miguel Esteves Cardoso acerca de la saudade. “Aunque escribí una tesis de doctorado sobre ella, todavía me siento perdido al explicar la agridulce añoranza (más dulce que agria) que tan bien describe y representa esta palabra. Sólo sé que, en inglés, ‘nostalgia’ es la peor manera de abordarla y que ‘homesick’ (echar de menos) es la mejor”. En realidad, igual que pasa con otros sentimientos, resulta imposible atrapar con palabras la saudade. Uno siente esa tristeza agridulce, colmada a partes desiguales de calor y amargura, pero a la hora de delimitarla, faltan palabras. Teresa Salgueiro nos explicó que “esta palabra encierra un conjunto de conceptos y de vivencias, e imprime un carácter a la cultura portuguesa. Es un sentimiento que tiene una historia en la creación lírica portuguesa, desde muchos siglos atrás”. Preguntada por lo que abarca, respondió que “es un sentimiento que se produce cuando estamos distantes de alguien o de algo que nos gusta. Por eso, por un lado nos sentimos tristes, pero al mismo tiempo sentimos alegría por experimentar el sentimiento, ya que tenerlo constituye la prueba del amor que sentimos. También, por otra parte, experimentar saudade supone la posibilidad de vivir en la distancia ese amor y de que ese amor no desaparezca, sino que siga creciendo en lo que constituye nuestra mejor vivencia. Es un sentimiento complejo de explicar”. Por constituir uno de los mimbres que Madredeus trenza en su poética musical, la saudade se identifica ya con el grupo portugués. “Madredeus tiene la intención de poner en escena la saudade, presentada por esta mujer que canta y que es una mujer que espera, no se sabe muy bien qué o qué cosa, pero que espera conscientemente. Esta mujer es un ser incompleto, pero se encuentra satisfecho con su condición y describe su espera en la multiplicidad de sentimientos, de emociones, de pensamientos, de preguntas, de certezas y de ilusiones que tiene”. “ “ Lisboa tiene una gran historia para contar” El público nos ha permitido crecer en el escenario, como músicos y como estilo musical” “El protagonista de la película se dedicaba a grabar sonidos, tratando de captar el alma de la ciudad a través del sonido. Una de las cosas que se ve en la película es el barrio de Alzama, de características moriscas, que se construyó como un laberinto donde los carros no entran, y es como una pequeña aldea dentro de la ciudad, allí la gente lleva un modo de vida muy familiar. Se puede escuchar a la gente hablando desde las casas, porque hay calles muy estrechas, también a los canarios cantando, se ve a los niños jugando en las calles. Es un ejemplo de lugar donde hay sonidos muy particulares: no se escucha el tráfico de la ciudad. Igual que éste, hay otros lugares con sus sonidos, el ruido de los navíos del puerto, los ruidos de los mercados de la ciudad, los ruidos que no son ruidos: la música del fado, que también es algo único... Sí, a través de los sonidos de Lisboa podemos conocerla un poco”. Razones para hacer la maleta “Primero de todo, el viaje nos aporta la oportunidad de presentar nuestra música y compartirla con gente de otras culturas. Esto ya tiene en sí un valor inmenso. El hecho de viajar, nos aporta la oportunidad de tener una perspectiva del mundo en movimiento, y de nuestro tiempo, que es una perspectiva muy diferente de la que se tiene cuando uno se encuentra siempre en el mismo lugar. Esto es algo muy particular. Es un gran privilegio. También nos aporta la posibilidad de conocer un poco cada cultura que visitamos. Finalmente, nos aporta la saudade de los familiares, pero eso es algo que, después, cuan- do volvemos, se transforma en proximidad”. Entusiasmo globalizado “Ahora hemos planificado un viaje que va a durar tres años, que nos permitirá volver a cada uno de los lugares que ya hemos estado y conocer lugares nuevos, de manera que vamos a estar fuera de Lisboa de doce a catorce días de cada mes. Nuestra propuesta musical siempre ha sido recibida de una forma extraordinaria. El público nos ha permitido crecer en el escenario, como músicos y como estilo musical. Y por eso, una vez más vamos a hacer una gran gira (que empezó en febrero), para agradecer el entusiasmo que recibimos de tantas culturas distintas a la nuestra. Cada lugar reacciona de un modo diferente al fenómeno de la música, en un mismo país hay ciudades cuyo tipo de reacción es distinta. Nosotros siempre palpamos el mismo entusiasmo por nuestra música, pero expresado de formas diversas. Los conciertos de 2005 ya están cerrados, también muchos del año próximo. La gira comenzó en Vitoria y continuará con un gran recorrido por Francia, por España, por Italia, por Bélgica... Ahora venimos de estar por primera vez en Estambul, y hemos estado otra vez en Belgrado y en Zagreb. En esta gira vamos por primera vez a México, a Uruguay y a Angola” Discografía: La belleza en trece movimientos 1987, Os dias da Madredeus 1990, Existir 1992, Lisboa 1994, O espirito da paz 1995, Ainda 1997, O paraiso 1998, O porto 2000, Antología 2001, Movimento 2002, Electrónico 2003, Euforia 2004, Um Amor Infinito 2005, Faluas do Tejo 28.29 | marzo 2005 Vienen Roberto Devereux, ópera en concierto, 9 de abril entrevista a josé bros El amo de la voz En apenas nueve días, el tenor barcelonés actúa dos veces en Baluarte. En su primera visita, acompañará a la soprano Monserrat Martí en un repertorio de operas y zarzuelas. En la segunda, cantará la ópera Roberto Devereux, de Gaetano Donizzeti, en versión de concierto, con la Orquesta Pablo Sarasate y la Coral de Cámara de Pamplona. E scrita en 1837, la ópera Roberto Devereux ossia il conte di Essex, narra cómo se fraguó el asesinato de Roberto Devereux. La reina Elisabeth I de Inglaterra lo hizo ejecutar a pesar de amarle apasionadamente. En las razones de aquella terrible decisión, pesaba la implicación del conde en un complot contra la reina así como los celos de la monarca ante la relación que éste mantenía con Sara, una dama de la corte. A medio camino entre el crimen pasional y el ajuste de cuentas político, la obra conforma un melodrama romántico de gran fuerza dramática. En la versión cantada que los espectadores de Baluarte escucharán el 9 de abril, el protagonismo corre a cargo del tenor José Bros. Es una ópera cantada, no representada. Esto, ¿exige más concentración al público? Creo que no. El público sabe que la ópera se ha compuesto para ser escenificada, con sus decorados y su puesta en escena correspondiente. En ese caso, el cantante sabe que tiene que cantar y, además, interpretar a un personaje. Los movimientos de escena, el vestuario y todo lo demás hacen que uno se olvide un poco de lo que está cantando y se concentre más en la interpretación. En una versión cantada –y más en un repertorio de bel canto–, la concentración debe venir más del cantante que del público, puesto que uno se encuentra solo con su atril, con su partitura, y sólo hay pensar en el canto. ¿Se disfruta más la música cuando no hay decorados que acaparen la atención de los ojos? Desde luego. El público sólo tiene que pensar en escuchar. Si quiere ver, puede mirar a los cantantes en primera línea, cerquita. No hay ningún movimiento que le distraiga. A pesar de estar considerada como una de las mejores obras de Donizzeti, Roberto Devereux desapareció de los escenarios a finales del siglo XIX, y no se recuperó hasta los años sesenta del siglo XX. ¿Por qué ocurrió esto? En la época, las obras necesitaban un buen estreno, un maravilloso estreno. No es como ahora, que dis- ponemos de un repertorio y lo programamos según las exigencias del público y de la disponibilidad de los cantantes. Era impensable decir: vamos a hacer 500 funciones en los próximos tres años. El compositor vivía del estreno, y también de las reposiciones. Tener un buen estreno significaba que la ópera perduraría años. Pero no todas las obras lo lograron. Además, también hay que tener en cuenta que entre las distintas obras había competencia. O sea, que un mal estreno podía sepultar una ópera. Claro. A veces, mirándolas con el tiempo, no entiendes por qué a algunas óperas les pasó esto, pero en otras entiendes que, por ejemplo, una precipitación en el libreto o un argumento de poco peso, hacían que la obra flojeara. La tiranía del público. Exacto. Roberto Devereux, además, resultó difícil de recuperar, porque el material orquestal, incluyendo las planchas, fue destruido en Milán por un bombardeo de la II Guerra Mundial. No estoy enterado de esto, pero sé que de la obra se conservan manuscritos en Nápoles. Este tipo de circunstancias es lo que obliga a hacer ‘ediciones críticas’ o lo que también se llama ‘edición en revisión’. Esto se hace para dar testimonio y que salga a la luz lo que el compositor había pensado inicialmente. A veces, cuando en las sucesivas transcripciones se acumulan errores, puede ocurrir que el resultado no tenga nada que ver con la realidad. El tiempo puede transformar una nota que se desvirtúa en un error tremendo. Con las planchas de Roberto Devereux no sé qué pasó. Sí sé que la partitura autógrafa no existe. Pero esto pasa también con otras obras de Bellini o de Donizzeti. Resulta paradójico que, siendo la ópera tan reciente, necesite un trabajo arqueológico. Sí. A veces, cuando se encuentran manuscritos, hay que descifrar la letra del compositor y conocerle muy bien para intuir qué es lo que ha escrito. Pasa un poco como con las recetas de los médicos, que a veces no se pueden leer con claridad. ¿Cómo ve el argumento de esta ópera? Es muy claro, muy transparente. Crea un triángulo amoroso que se ha vivido ya en muchas otras óperas. No creo que presente mucha dificultad. Los personajes están bien definidos, sin muchas pretensiones. La soledad, la tristeza y los celos de Elisabeth están muy bien trazados. También el modo en que la amistad entre Devereux y el duque de Nottingham se deshace cuando éste se entera de la posible infidelidad de su mujer con su mejor amigo. En este libreto, Donizzeti supo reflejar muy bien cada estado de ánimo. Quiero destacar, aparte del dúo con Sara, la escena de la cárcel del final. Allí hay un hombre que, a través de su canto, transmite su tristeza y desesperación por ser ejecutado, sin tener la oportunidad de defender el honor de Sara, a la que aún ama. Esta obra completa una trilogía de Donizzeti, la Tudor, que creo que es de una gran calidad, comparable a la verdiana o a la morzartiana. ¿Se le puede hacer alguna lectura? En concreto, en esta obra, no. En toda la obra de Donizzeti sí que hay mensajes. Lo que pasa es que son muy dirigidos, no son mensajes generales del tipo: “tiene que haber amor eterno en la tierra”, no. Cada ópera tiene su argumento, basado además en hechos históricos. No sólo él sino sus contemporáneos Bellini, Verdi, etc. todos lo buscaban. ¿Qué dificultades de canto presenta esta ópera? Creo que, como cualquier obra de bel canto, hay que estar muy atento a la emisión, la pureza del sonido, la dicción, el fraseo. En definitiva, hay que hacer un canto bello, como dice la palabra, hay que cantar bonito, con sentimiento. Hay que darse cuenta que, en muchos casos, la melodía la lleva la voz, no está doblada por una orquesta. En el bel canto, la orquesta acompaña. Quizás por eso las indicaciones de su partitura son doblemente importantes. Hay que tener claro el sentido del piano, del forte, del mezzoforte, del regulador. Hay que leer doblemente entre líneas. Mi maestro de cámara, Ángel Soler, en Barcelona, decía: leer entre líneas no quiere decir entre las líneas del pentagrama sino saber para qué sirven las indicaciones del compositor. Donde hay escrito piano, no es sólo que hay que cantar piano, sino llegar a saber porqué. Hay que desgranar un poco todo esto, ver qué verso hay escrito en cada momento, qué fraseo, cuántos compases ha dedicado el compositor a un clima concreto... El bel canto es un trabajo artesanal, incluso más que el resto de la ópera. Hay que hacer un trabajo previo, conjugando libreto y música, sabiendo identificar esos ingredientes individuales para luego conjuntarlos y transmitirlos. Lo que se busca es llegar a la idea original del compositor. Algunos cantantes consideran la voz como un agente vivo, independiente de ellos. Dicen “hoy la voz está mejor”. ¿Usted la siente así? No. Cuando hablas de la voz, lo haces igual que cuando dices “me duele la cabeza”. Si eres consciente del porqué de ese dolor, es decir, que te duele la cabeza porque has tenido un mal día, ya no es que duela la cabeza, es a ti al que le duele algo. La voz debería estar siempre bien. Pero no lo está. Un día está peor porque me he resfriado, otro día estoy en una ciudad donde el clima es más seco... Yo no separo la voz de mi cuerpo, no le doy un tratamiento individual. La voz forma parte de mí, forma parte de mi estado de ánimo. De hecho, en la voz se transmite todo. Si uno ha tenido un disgusto, enseguida se le nota en la voz, que experimenta un bajón. Cuando uno está nervioso, la voz le tiembla. Los cantantes tenemos que encontrar esa serenidad, esa tranquilidad en uno mismo para dar lo mejor de nosotros. ¿Y qué nos dice de los rituales? No hay que caer en las manías pero tampoco hay que hacer imprudencias. Uno tiene que ser consciente de a qué se dedica y, si hace frío en la calle, pues uno no sale con la camisa abierta, coge uno un abrigo y una bufanda y ya está. Si esto lo hace la mayoría de la gente, pues un cantante mucho más. Tampoco hay que vivir esclavo, sino vivir las cosas con naturalidad. El aire acondicionado por ejemplo, dicen que reseca la voz, pero también es malo que el cuerpo esté caliente. Todos los excesos son malos mes días hora sala org. espectáculo Abril 1 20.00 principal fb Montserrat Martí y José Bros: Recital de arias y dúos de ópera y zarzuela 9 20.00 principal fb Roberto Devereux, de Gaetano Donizetti Ópera en concierto 14 20.00 principal ose Obras de Aramburu, Aragüés, Bottesini y Prokofiev Solistas: Anna Savytska (violín) y Victor Bogdanov (contrabajo) Director: Vasily Petrenko 16 20.00 principal ap Orfeón Pamplonés y la Orchestre Bayonne Côte Basque La Creación, de F. J. Haydn 19-20 20.00 principal fb Ballet Nacional Estrella Roja de Pekín 21-22 20.00 principal ops Ciclo X: Obras de Brahms Solista: Rudolf Buchbinder (piano) Director: Ernest Martínez-Izquierdo 24 20.00 principal fb Orfeón Donostiarra y Orquesta de Szeged: La Creación, de F. J. Haydn 26 20.00 principal sfp Orquesta de Cámara Musica Vitae Obras de Shostakovich, Prokofiev, Dvorak y Bartok Solista: Anders Paulsson (saxo soprano) Director: Petter Sunkvist 27 20.00 principal ose Obras de Gluck, Mozart, Haydn y Schubert Carlos Mena (contratenor) Director: Paul McCreesh 3 20.00 principal fb Madredeus: Un amor infinito 5-6 20.00 principal ops Ciclo XI: Obras de Ginastera, Brahms, Berio y Schumann Solista: Carbonare (clarinete) Director: Maximiliano Valdés 10 20.00 principal fb Viktoria Mullova y Katia Labèque 11 20.00 principal ose Obras de Gershwin y Bernstein Director: Wayne Marshall 12-13 20.00 principal ops Ciclo XII: Orquesta del Siglo XVIII. Obras de Mozart Cyndia Sieden (soprano) Director: Frans Bruggen 17-18 20.00 principal fb Lindsay Kemp: Elisabeth I. El último baile 26 20.00 principal fb Compañía de danza de George Momboye: Adjaya 27 20.00 principal sfp London Simphony Orchestra: Obras de Shostakovich y Rachmaninov Solista: Han-Na Chang (violoncello) Director: Antonio Pappano 2 20.00 principal ose 50 Aniversario de la muerte de Arthur Honegger El rey David, de A. Honegger Director: Cristian Mandeal 9-10 20.00 principal ops Ciclo XIII: Obras de Charles, Scriabin y Schoenberg Solista: Javier Perianes (piano) Director: Vasily Petrenko 23-24 20.00 principal ops Ciclo XIV: Obras de Bartok y Mahler Lilli Paasikivi (mezzosoprano) y Mika Pohjonen (tenor) Director: Ernest Martínez-Izquierdo Vienen Programación abril-junio 2005 INFORMACIÓN DE INTERÉS RECEPCIÓN Y CENTRALITA t 948 066 066 General Chinchilla (puerta C) Horario de atención: de lunes a viernes de 8:30 a 19:30 TAQUILLA t 948 066 060 Horario: de lunes a sábado de 11 a 14 de 17 a 20 hrs. Festivos en horario de tarde si hay espectáculo. La taquilla permanecerá cerrada del 3 al 18 de julio y del 8 al 15 de agosto. CAFETERÍA Y RESTAURANTE t 948 066 050 Acceso por Avenida del Ejército y Plaza del Baluarte. Mayo 30.31 | marzo 2005 Junio SFP: Sociedad Filarmónica de Pamplona AP: Ayuntamiento de Pamplona FB: Fundación Baluarte OPS: Orquesta Pablo Sarasate OSE: Orquesta Sinfónica de Euskadi massalia Bergamín 4. T 948 234 229 Pamplona www.massalia.com.es 32.33 | marzo 2005 Etorri zirenak Etortzen direnak Igor Yebra eta dantzatzeko hiriak Dantza klasikoa aldarrikatuz, arte horrentzako sostengu zabalagoa eskatuz eta gure eskenatokian dantzatzeko aukera eskertuz etorri zen guregana. Coppelia lanean egiten duen emanaldi bikaina ikusteko oparia egin zigun Igor Yebrak. Dantzari gazteak munduari buelta osoa eman dio bere artearekin. Azken urteotan zenbat hiritan dantzatu duen ez da akordatzen: “Nire ibilbidea atipikoa da. Dantza klasikoan ohikoa dena baino beranduago hasi nintzen ni, hamabi edo hamahiru urterekin. Victor Ullatek bere konpainia osatu zuenean mutilak behar zituen eta bertan sartu ninduen. Zaila egiten zait esatea orduz geroztik zenbat hiritan egon naizen: asko eta asko dira”. Oroitzapen onak zituen hirietaz hitz egitea proposatu genion orduan. Hilabetero non aritzea gustatuko litzaiokeen adibidez. Bi hiri aipatu zizkigun. “Nire etxea delako, bertan jaio naizelako eta nire familia bertan dagoelako, batetik, Bilbon. Emozio oso sakonak bizi izan ditudalako eta bertako kultura miresten dudalako, bestetik, Moskun”. Errusiako hiriburuan eskaini dituen dantza emankizunak bikainak izan dira beti eta bertara itzultzea gustatuko litzaioke beti: “Bolshoi antzokian Vladimir Vassiliev dantzatzen ikusi nuelako hasi nintzen ni mundu honetan. Espartacoren rola jokatzen zuen eta hunkigarria izan zen. Mosku Kremlin antzokian, sei mila pertsonaren aurrean, Don Quijote dantzatzeko aukera izan nuen ni eta gerora Ivan Ikaragarria Grigorovichekin. Hori ahaztu ezina da”. Inoiz dantzatu ez duen eta eskenatokian aritzea gustatu litzaiokeen herrialderik badagoen galdetu genion: “Indian. Dantza izugarri maitatzen dute, baina ez daude ohituta gure ikuskizunak ikustera. Inoiz horrelakorik ikusi ez duen publikoaren aurrean aritzea gustatuko litzaidake, publiko hoberena da Oscar Terol: “Vaya Semanita gizartearen isla da” Emilio Sagi: “Zarzuela bihotzera doa zuzenean” Astero 260.000 ikus-entzulek ikusten dute eta %30eko telebista kuota du Euskadin. Vaya Semanita saioa mugarri da egun ETB Euskal Telebistan. Baluarten egindako ekitaldian programa onenaren Iparragirre Saria jaso dute aurten saioko kideek. Oscar Terol programako zuzendariak gure galderei erantzun zien saria jaso aurretik. Umorea egiteko “distantzia fisikoa eta emozionala” behar dela iritzi dio: “Bilatzen ari garena umorea eta, soilik umorea, egitea bada, inori minik egin gabe, kritikarik egin gabe, mezu bat edo ideologia bat sostengatzeko asmorik gabe, gai guztiak ukitu daitezkela uste dut. Gure arrakastaren gakoetako bat hori da. Sakratutzat jotzen dugu lelo hori. Gure taldean ideologia guztietako jendea dago eta umorea egitea ez den beste asmorik ez dugu”. Vaya Semanita bezalako saio bat duela hamabost urte egitea posible izango ote zen itaundu genion. “Asteroko umore programa bat bezala bai, baina ez gaur egungo transgresio mailarekin. Louviers taldearekin saio bat egin nuen duela hamar urte eta, neurri txiki batean, gai politikoak jorratzen genituen bertan. Ertzaina den seme batez eta kale borrokan aritzen den beste batez osatutako familiarekin sketch bat egitea utopikotzat jotzen genuen garai horretan eta gaur egun gure saioaren giltzarrietako bat da”. Programa, ildo horretan, une egokian etorri dela uste du: “Saioak arrakasta du memento egokian egin dugulako eta memento hori publikoak erabaki du. Umore mota hau onartzeko giroa zegoela ikusi genuen; izan ere, gizartearen isla da Vaya Semanita” 1990. urtean sortutako muntaia berreskuratu eta berriz plazaratzeko aukerarekin pozik zegoen Emilio Sagi. Zarzuela zuzendari asturiarrak bi tradizio jarraitzen ditu: herrikoa eta familiakoa; izan ere, Sorozabal maisuak bere osaba Luis Sagi-Velak kantatzeko lana konposatu zuen 1934. urtean. Antzerkia eta herri-musika uztartzen zituen artean sakontzeko aukera zen. Zarzuela moldaketa bat ote zen galdetu genion: “Ez. Zarzuela bertako generoa dugu eta erakargarri egiten duen berezitasun bat dauka: bakarra da eta hemen eta ez beste inon egiten da. Opereta leku askotan egin izan da, baina zarzuela soilik Espainian. Traviata liluragarria da baina badaude, bai errepertorio italiarrean bai alemaniarrean, oso itsusiak diren operak. Zarzuela itsusiak ere badaude baina baita miresgarriak diren asko”. Zarzuelak dituen berezitasunak zeintzuk ziren argitu zizkigun Sagik: “Zuzenean bihotzera doan generoa da. Zarzuelak ez ditu zantzu intelektualak. Zuzena da beti, barruraino iristen da, argumentua partekatzen ez baduzu ere. Umorearen bidez, sentimenduen bidez, pasioaren bidez edo, akaso, gurea den zerbaiti diozun maitasunaren bidez iristen da barruraino”. Sarritan generoak jasotzen dituen kritikak zergatik sortzen diren azaldu digu: “Zarzuela oso gaizki taularatzen zen generoa zen, musikaren, kantarien eta koreografiaren aldetik, muntaiak zorroztasunez egiten hasi ziren arte. Francoren diktadurak, gainera, ideal inperialisten zerbitzura zegoen genero gisa saldu zuen zarzuela” Lindsay Kemp: “Obraren oinarria ametsak dira” Lindsay Kempekin mintzatu ginenean bete-betean ari zen taldearekin entseatzen, Santanderren. Bertan estreinatuko du bere azken obra apirilaren 1ean. Iruñera, berriz, estreinatu eta gutxira helduko da, hain zuzen ere, kritikoek bere magiaz idazten hasi aurretik eta publikoak bere samurtasunaz ezer entzun aurretik. Elisabeth erreginaren azken dantza antzeslanan 1558. urtetik 1603.era Ingalaterraren erregina izan zenaren bizitza kontatzen da. Kemp, bere obratan ohikoa den bezala, forma estetiko ezberdinetaz baliatzen da historia bat garatzeko: dantza, antzerkia, argiak… “Elisabeth ikuspuntu politiko eta erlijiosotik oso memento historiko berezian izan zen erregina. Gizonek menderatzen zuten munduan bere agintaldiak aparteko zerbait suposatu zuen. Ingalaterrako kulturarentzat urrezko urteak izan ziren; izan ere, arte guztien loraldia eman zen garai horretan”. Dramaturgo ingelesari pertsonaiaren izaera anbiguoa interesatzen zaio: “Emakume baten gorputza baina errege baten bihotza zuela esaten zuen”. Ikuskizunaz zerbait aurreratu zigun Kempek: “Obraren oinarria bere ametsak dira. Delirioaren unean bere iraganeko gauzak datozkio burura eta gortegizonak, azken unean, bere historiaren protagonistak bihurtzen dira. Bere drama propioaren antzeslan arraro baten modukoa da”. Obrak, hartara, izaera onirikoa du. “Eszenografia guztia beltza da. Jolas bat dago irudiekin, silueta zuriak eta beltzak dira. Kolorea aktoreen jantziekin batera dator eta itzalen eremu horrekin bat egiten du koloreak” Madredeus: “Fadoa liluratzen duen musika da” Jose Bros: “Operak sentipenak islatzen ditu” Portugalgo espazio geografikoaz mintzatzen diren kontzeptuak biltzen dira Madredeus taldearen soinuan: fadoa, atlantikoa, saudadea… Lisboako taldeak leku nabaria duten elementu tradizionalak uztartu ditu beti berriak diren moduekin. Bidearen etapa guztietan, etengabe, berritzen joan dira, benetako sormena zer den agerian jarriz. Maiatzean etorriko dira Baluartera. Teresa Salgueiro abeslariak taldearen identitatea eman dioten kontzeptuak zeintzuk diren argitu eta argitara eman dituzten azken bi lanen ezaugarriak azaldu dizkigu: “Batasun bakar bat osatzen dute. Aldi berean idatzi eta grabatu ditugu. Madredeus eskaintzen ari den emanaldia berria osatzen dute. Um Amor Infinito lanarekin gure ibilbidea jarraitu duten ikusleei euren babesa eskertu nahi izan diegu; Faluas do Tejo diskoan, berriz, gure hiriari eskaini nahi genion abesti sorta biltzen da”. Lisboa taldearen ideario estetikoaren zati da: “Lisboa oso berezia da, beti ari da aldatzen baina, era berean, memoria mantentzen jakin du, orainaldian egin daitekeen abentura mitikoa da eta kontatzeko historia handi bat dauka”. Portugalgo musika tradizionalarekin, fadoarekin, ildo horretan, lotura zuzena izan du beti taldeak: “Ez naiz fadoan aditua, baina liluratu egiten nauen musika mota da. Fadoaren muina hitza dela uste dut, sentimendu bat komunikatzeko beharra, esan gabe gelditu ezin daitekeena esateko modua. Gizakiaren dignitatearekin ere zerikusia du, norberaren bizitza onartzearekin, patuarekin” Roberto Devereux ossia il conti di Essex opera 1837. urtean idatzi zen eta kontearen hilketa nola prestatu zen kontatzen da bertan. Ingalaterrako Elisabeth I.goa erreginak, biziki maite bazuen ere, exekutatzea agindu zuen. Erabaki latzgarri haren arrazoiak bi izan ziren: batetik, konteak erreginaren kontrako konplotan zuen inplikazioa eta, bestetik, erreginaren iheloskortasuna; izan ere, Sara izeneko dama batekin maiteminduta zegoen Devereux. Krimen pasionala eta kontu garbitze politiko baten artean dagoen historia honek indar dramatiko handiko obra osatzen du. Baluarten apirilaren 9an entzun ahal izango da lana eta protagonistaren rola Jose Bros tenoreak egingo du. Opera hau zergatik ez den sarritan taularatu azaldu digu tenoreak: “Garai horretan, estreinaldi handia eta ikusgarria behar zuten opera guztiek. Konpositorea horretaz bizi zen, hau da, estreinaldiaren arrakastari esker egiten ziren emanaldiekin. Baina opera guztiek ez zuten arrakasta hori lortu”. Obraren argumentuaz mintzatu zen Bros: “Oso argia da, oso gardena. Operan askotan islatzen den amodiozko triangelu bat azaleratzen da. Ez da obra zaila. Rolak oso definituta daude eta ez dituzte asmo handiak. Erreginaren bakardadea, tristezia eta iheloskortasuna oso ondo zehaztuta daude. Nottinghamgo dukeak kondea bere emaztearekin oheratzen zela jakin zuenean bien arteko adiskidetasuna nola zapuzten den azaleratzen da ere. Donizzetik oso ongi jakin zuen sentipenak islatzen”. Tenoreak obraren azken eszenan egiten duen kantaldia goraipatzen du: “Gizon batek, kantuaren eta musikaren bidez, bere tristezia eta etsipena islatzeko duen gaitasuna ikusten da bertan. Badaki exekutatu egingo dutela maite duen emakumearen ohorea defendatzeko aukera izan gabe” baluarte. palacio de congresos y auditorio de navarra e l b i s P.I. (Pitido Indiscreto), P.I. (Pitido Insolente), P.I. (Pitido Impertinente)... “ 34.35 | marzo 2005 No resulta común que suene un móvil en mitad de un espectáculo, pero a veces pasa” Siempre hago caso a los psicólogos que nos alertan sobre una patología asociada al móvil. En un espectáculo de danza me ocurrió que a la señora de al lado le pitó el bicho. Esto no resulta común, porque la educación con los inalámbricos suele ser exquisita, pero de vez en cuando pasa. En mi caso, los bailarines estaban elongando las pantorrillas con la música a todo volumen, así que los espectadores no lo percibieron, pero yo sí oí cómo el bicho sonaba repetidas veces con la sintonía de Cine de Barrio. Me daba un poco de palo curiosear, la verdad. De hecho, prefería esperar a que la cosa terminara por sí misma, pero al mirar de reojo vi que la señora se contorsionaba sobre su asiento y, tapándose la boca con la manga de mi abrigo, le decía a su amiga que no podía hablar porque estaba en Baluarte. La sala permanecía a oscuras, así que me resultaba imposible verificar cómo el maquillaje facial y la saliva de la señora se extendían a discreción sobre mi abrigo. Pero me lo imaginaba, y eso suponía todo un estímulo para llamarle la atención a la señora. Ésta, ajena a mis inquietudes, repetía una y otra vez que, por respeto al público, no podía hablar y que, además, unos bailarines muy monos estaban haciendo unas cabriolas aeróbicas en el escenario. Un poco nervioso, le miré con mala cara, pero la señora, antes de agarrar mi abrigo y ponérselo en la cabeza para amortiguar su voz, me hizo un gesto de disculpa con los ojos. Subiendo un poco la voz repitió: “Me van a echar si sigo hablando, querida, me van a echar, en estos momentos ha salido una bailarina delgadísima y la gente está atontada mirándole las puntas de los pies”. No sabía qué me molestaba más: si aquellos susurros en alto, si estar perdiéndome la obra o si el importe que me iban a facturar los de la tintorería. Probé a toser, pero nada. Probé a carraspear pero tampoco. Probé a tocarle el hombro a la señora (o un sitio en el que yo creía que había un hombro), pero menos aún. Estiré un poco la manga de mi abrigo, cuidadosamente, para no llamar la atención, pero se ve que la señora había hecho un nudo marinero con él porque no conseguía recuperarlo. En ese momento, detrás de mí, un filantrópico del baile me tocó el hombro en el lugar justo y me ordenó con voz muy honda que me estuviera quieto. Justo en ese instante escuché a la señora decir: “si no fuera por un chico muy amable que tengo al lado y al que no le molesta tu llamada, ya te habría colgado hace rato”. Y también: “es que mira qué ocurrencias: llamarme en plena función del Baluarte”. Me erguí sobre mi columna vertebral. Apoyé la cabeza en la butaca y me propuse abstraerme de todo lo que no fuera el escenario. Pero una cosa es pensarlo y otra muy distinta hacerlo, sobre todo cuando escuchas: “chica, esto de la danza es un rollo. Más me hubiera valido haberme quedado en casa”. Descentrado, agonizante, con dolor de cuello y pensando en la salud de mi abrigo, me puse a mirar el techo y, en un acto reflejo, sin quererlo ni pensarlo, sin darme cuenta de mis actos, saqué mi móvil y me puse jugar con sus teclas. Para entonces, la señora había normalizado su conferencia y ya no hacía alusiones al espectáculo, sino que le estaba describiendo a su amiga una oferta de desodorante que había encontrado en una perfumería cerca de su casa. Para mi sorpresa, en un momento en que la música dejó de sonar en la sala, el bicho se me puso a pitar, el mío, pi pi pi pi, y la señora sacó la cabeza de debajo de mi abrigo y me guiñó el ojo, invitándome a meterme en su escondite. El filantrópico de al lado me pegó tal codazo que me dejó sin respiración. Me puse tieso, lo recuerdo bien, exageradamente tieso y pasé el resto de la función repasando la tabla de multiplicar del nueve, con un orden y una disciplina excepcionales. Cuando acabó la función, la señora dejó mi abrigo tirado en el suelo, le dijo a su amiga que se había acabado aquel rollo de la danza, y este servidor pudo inhalar un poco de aire. Desde aquel día, juro que entro a Baluarte sin móvil, no por temor a que me llamen mis amigos, sino para evitar que mis dedos actúen a espaldas de su dueño Roberto Valencia