Sobre la dignidad femenina. Castidad, recato y honra.
Transcripción
Sobre la dignidad femenina. Castidad, recato y honra.
p A r A d i g m A s página 4 Los silencios que se llenan de palabras. Benito Garrido página 8 Sobre la dignidad femenina. Castidad, recato y honra. Erika Pardo Skoug página 15 Carta a un universitario. José Palacios Royán página 19 El valor de la palabra y el lenguaje científicos. Antonio Heredia Bayona página 24 El decir de lo oculto. Una aproximación a la inconsciencia de la palabra. Carlos Javier González Serrano página 28 Hacia un saber sobre la música: una perspectiva desde el orfismo de María Zambrano. Francisco Martínez González página 35 La palabra exacta en la época de la globalización y las nuevas tecnologías. Marta López-Luaces página 37 Nueva insistencia en el placer del texto. Francisco Ruiz Noguera página 45 Que las palabras no les engañen. Ana I. Bernal Triviño entrevista página 49 Albert Chillón El poder de la recreación del lenguaje. poesía página 54 página 58 ilustración Ferrán Fernández Recaredo Veredas Moisés Mahiques página 3 página 7 página 14 fotografía TRAS-CABEZA XVII TRAS-CABEZA XX TRAS-CABEZA XLIX Carlos Bolívar página 18 página 27 CON-FUSIÓN SOLEDAD Sandra Lara página 23 página 48 el carro de heno Cristina Consuegra REALIDAD TIERRA Palabra de acorde TRAS-CABEZA XVII — M oisés M ahiques — Los silencios que se llenan de palabras Benito Garrido González TRAS-CABEZA XX — M oisés M ahiques — Sobre la dignidad femenina. Castidad, recato y honra. Erika Pardo Skoug TRAS-CABEZA XLIX — M oisés M ahiques — C a r t a a u n u n i v e r s i t a r i o José Palacios Royán — Carlos Bolívar — El valor de la palabra y el lenguaje científicos Antonio Heredia Bayona — Sandra Lara — El decir de lo oculto. Una aproximación a la inconsciencia de la palabra Carlos Javier González Serrano — Carlos Bolívar — Hacia un saber sobre la música: una perspectiva desde el orfismo de María Zambrano Francisco Martínez González L a p a l a b ra e xa c t a e n l a época de la globalización y las nuevas tecnologías Marta López-Luaces Nueva insistencia en el placer del texto Francisco Ruiz Noguera Texto inaugural de la XLII Feria del Libro de Málaga Q u e l a s p a l a b ra s no les engañen Ana I. Bernal Triviño — Sandra Lara — entrevista Albert Chillón El poder de la recreación del lenguaje Albert Chillón es escritor y ensayista. Profesor de teoría de la comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Máster en Comunicación, Periodismo y Humanidades de la UAB. Es colaborador habitual en La Vanguardia y El País. Es autor de diversas obras como Periodismo y Literatura. Una tradición de relaciones promiscuas (Universidad Autónoma de Barcelona, 1 999), La condición ambigua. Diálogos con Lluís Duch (Herder Editorial, 201 1 ) y Un ser de mediaciones (Herder Editorial, 201 2). En febrero llegará a las librerías su novela El horizonte ayer (Luces de Gálibo). Donde más me conozco empiezan mis palabras. Quiero escribirme como se escribe el silencio en las piedras o la lluvia en las frentes; igual que el miedo al agua en el embarcadero. ............................................. ............................................. Por ellas tengo días colgados por el pecho, pájaros en la noche, amigos que ya no, aniversarios cada tres minutos. Desde el principio supe que son iguales que el silencio, a su manera. Ahora están viniendo de puntillas para que no les oiga la tristeza, para que no se alarme el hombre al que delatan. Llegan como un calor entre la sombra, como un color en medio de la niebla. ............................................... ............................................... Manuel Alcántara Ferrán Fernández cada vez que parpadeo cada vez que respiro cada minuto que pasa soy un hombre distinto y aunque algunos se confundan yo me reconozco en todos juego a que lo tengo todo y me quedo sin nada y sin tiempo para recuperarme acaba la partida dentro de cada noche hay una noche que avanza o una noche que retrocede ambas nos inquietan pero a veces dentro de la noche hay una noche inmóvil esa nos produce pavor corro y corro para dejar atrás todo lo que habrá de ser pasto del olvido pero solo voy acumulando razones para la melancolía hay que ponerle pruebas al infinito, para ver si resiste ROBERTO JUARROZ el principio y el fin de todo se encuentran en un punto el mismo en el que convergen el principio y el fin de nada más o menos ahí estoy yo un espejo no es una ventana pero yo me asomo a los espejos y contemplo los abismos del tiempo un espejo es una ventana abierta al vacío (a Fernando Broncano) Recaredo Veredas Las mejores mañanas asume la certeza: cruzará el océano, paseará por avenidas infinitas y su rostro solo será rasgado por las arrugas de la madurez. Viajará sin el lastre de su casa, invadida por insectos con pata serrada. Con la tarde crece, lenta, la evidencia: morirá asediado por las sondas y los insectos abrirán un nido en su espalda. Albergará crías y desechos cuya risa nunca escuchará. No volveremos a blanquear las paredes. Pequeños monstruos duermen bajo los huecos de los ladrillos. Incluso en los días más secos la pintura se abomba como el vientre de una gestante. La mujer sabe que sueña pero entiende los signos y las consecuencias. Y reza, mientras avanzan los síntomas del despertar, por la rapidez del olvido. Negar la muerte. Negarla una y otra vez, buscar sus pliegues y esconderse bajo su sombra, anhelando el olvido de nuestros pasos. Detener las pautas del sol aunque sepamos que no declinará su mandato, que seguirá definiendo la tierra con ritmo cerrado, poblando sus dominios con grietas y órbitas. Negar la muerte. Alzar teorías imposibles y creerlas, pese a que conozcamos su mentira. Negar la muerte. Olvidar que cuando su dominio expire la luz soñará y los niños no se alzarán de las cunas, convertidas en tumbas abiertas, llenas de carne viva y dormida. Adorar las noches de sueños densos, tan parecidos a la muerte que pueden duplicarla. Sueños regalados por somníferos y alcoholes, que caen como mantas de lana y regalan un sosiego dulce, con olor a fruta podrida. Nadie, siquiera el afortunado, sabrá que los pueblan hombres sin manos y niños que moldean colinas taladas. Me agarré a una Silla que pasaba por aquí. Emily Dickinson El carro de h en o Pal abra de acorde