Libro De san agustin y malagana - hdiseno-i-gab20121
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Libro De san agustin y malagana - hdiseno-i-gab20121
Contenido Introducción Las culturas prehispánicas de América que nos han dejado huellas vigorosas de su existencia, son universalmente conocidas, La Inca, La Maya, y la Azteca. Sin embargo, existen otras culturas prehispánicas mucho menos conocidas y que, aun así, merecen atraer la atención de los especialistas y del público en general, por la grandeza y belleza de sus vestigios. Tal es el caso de la cultura de San Agustín, cuya milenaria herencia de piedra podemos hoy admirar en Colombia dentro del departamento del Huila. Los monumentos denominados como agustinianos, integrados por estatuaria lítica, dólmenes y montículos, que en gran número se encuentran diseminados en un hermoso y extenso territorio del Macizo Colombiano; constituyeron el más importante centro de producción escultórica de toda la región andina, durante la época precolombina. Cuando se produjo la Conquista, los monumentos funerarios que siglos atrás habían sido hechos en el valle que domina el primer curso del río Magdalena, yacían abandonados por circunstancias que todavía no se conocen bien. Una densa vegetación poco a poco, había cubierto de bosques el territorio ancestral que durante milenios, fuera el hábitat de una de las culturas prehispánicas más importantes de Colombia, tal como lo atestigua su estatuaria lítica monumental. Los sitios donde anteriormente se había elegido los centros ceremoniales dedicados a culto funerario, o los lugares de habitación y los campos de cultivo, desaparecieron por la acción incontrolada de la naturaleza especialmente feroz en este medio. En el transcurso del Siglo XVI, cuando lentamente comenzó a producirse la penetración española en la región del Alto Magdalena, esta se encontraba poblada por numerosas tribus indígenas, como son los Quinchana, Mulales, Laculata y Laboyos. Es posible que hubieran ocupado este territorio debido a las presiones migratorias ejercidas por otros grupos, en épocas anteriores, a través del Alto del Magdalena. El desconocimiento de los vestigios de esta cultura durante la Conquista fundamentalmente se debe a dos hechos: En primer lugar, esta cultura se extinguió antes de que llegaran los españoles por lo tanto no existió contacto. En segundo lugar porque principalmente se trataba de imágenes escultóricas, hechas para ser depositadas dentro de túmulos funerarios, que eran construcciones muy sencillas, que por esas mismas características rápidamente podían ser recubiertas por la vegetación, obras totalmente diferentes a la arquitectura pétrea colosal, que los conquistadores encontraron en México o Perú. Ubicacion geográfica de San Agustín Cerca de los paramos donde nacen juntos los ríos Magdalena, Cuaca, Patía y Caquetá, montañas frías habitualmente cubiertas de neblina y azotadas por la llovizna, se encuentra los monumentos de la civilización de San Agustín. Allí vivió un pueblo que solo conocemos por sus restos arqueológicos y que desarrolló una cultura que si, por un lado, ha sido un misterio, por otro nos declara muchas realidades sobre la antigüedad del hombre en América, sobre las vías que pudo seguir la inmigración asiática a nuestro territorio y sobre el grado que pudo lograr en su cultura espiritual. La aldea de San Agustín, centro principal donde se han descubierto extraños monumentos designados con su nombre, se halla en una alta meseta a 1.636 metros sobre el nivel del mar, en territorio huilense, dentro de la horqueta que forman, corriendo al fondo de profundos cañones, el río Magdalena y el Sombrerillo, uno de sus primeros afluentes por la banda derecha. Ya en la población de San Agustín puede ver el viajero muchas estatuas, tallas y cerámicas que son otros tantos restos de antiquísimos moradores de la región. Pero lo más sorprendente desde el punto de vista arqueológico, se halla más allá, en las Mesitas de Uyumbe y en sus cercanas laderas, hoy convertidas en uno de los Parques Arqueológicos más interesantes de América, obra que debemos a la inteligencia y fervor científico de Luis Duque Gómez. Arqueología A pesar de que es común hablar de una cultura de San Agustín, lo cierto es que se ha podido reconocer que el largo periodo de desarrollo prehispánico en la región, que abarcan por lo menos cinco mil años, se sucedieron al menos cuatro distintas culturas. Los diferentes arqueólogos que investigaron la región bautizaron en diversas formas estos periodos culturales. En el esquema periódico propuesto por los arqueólogos Luis Duque Gómez y Julio Cesar Cubillos se les denomina sucesivamente arcaico , formativo (inferior y superior),clásico regional y reciente , mientras que para el investigador Gerardo Reichel-Dolmatoff estos periodos se identificarían como horqueta , primavera(transicional). Isnos, potrero (transicional) y sombrerillos. Con el ánimo de evitar innecesarias confusiones y para no entrar en una pol`émica excesivamente técnica, se adoptará una terminología sencilla y un esquema que representa un compromiso equilibrado entre las diferentes propuestas de periodización vigentes. El primer periodo cultura se denomina pre cerámico, por corresponder a una época en la cual no se conocía la manufactura de la orfebrería. Su duración es desconocida, puesto que solo se cuenta con una fecha correspondiente al año 3.300 A.C. Se supone que su duración se extiende hasta el siglo VII A.C. Posteriormente se presenta un periodo agrícola temprano que va del siglo VII al siglo II A.C. Le sigue el periodo agrícola intermedio que abarca el lapso entre el siglo IIA.AC y el siglo X D.C. Finalmente aparece un periodo Agrícola Tardío entre los siglos X y VXII D.C. Este último es contemporáneo, en sus etapas finales, a la conquista y colonización españolas del área. La colonia tiene en San Agustín características particulares e las cuales se hablara después. Periodo Pre-cerámico (3.300 A.C. – Siglo VIII A.C.) Hacia finales del cuarto milenio A.C. la región fue poblada por bandas de recolectores y cazadores que practicaban una economía mixta de caza de medianos y pequeños animales, y recolección de frutos y semillas. Estos primeros habitantes nómadas poseían una rudimentaria industria de talla de instrumentos de piedra para la cual empleaban como materia prima el basalto volcánico, abundante en la zona. Se desconocen aún otros datos más precisos relativos a la duración de la ocupación de estos primeros pobladores, así como sobre su organización social y du modo de vida. Su existencia se ha podido comprobar por el hallazgo de un fogón fechado en esta época, en el cual probablemente cocían sus alimentos y junto al mismo arrojaban los desechos. La escases de datos relativos a este periodo se ha podido compensar con el estudio de yacimientos arqueológicos contemporáneos y que comparten las mismas características en otras regiones del país. Mediante estos estudios ha sido posible aproximarse al modo de vida de los pobladores tempranos del territorio. Su cotidianidad se vio afectada por condiciones climáticas extremas, cuyos efectos perduraron varios milenios después de la desaparición de los hielos, en otra regiones del suroccidente colombiano se ha podido comprobar que estos grupos ingresaron a las áreas cordilleras procedentes de las tierras bajas, y es posible que en San Agustín la vía de ingreso hubiera sido del rio magdalena. Entre el cuarto milenio y el siglo VII A.C. trascurren veintiséis siglos , cuya historia aún permanece en la oscuridad, y que constituyen un interesante desafío para los arqueólogos que investigan el área. Periodo Agrícola Temprano (Siglo VIIA.C.-Siglo A.C.) Ya se sabe a ciencia cierta que hacia el año 650 A.C. se habían asentado en la región grupos de agricultores avanzados cuyas industrias y costumbres se conocen en algún detalle. Loa agricultores de este periodo temprano construyeron pequeños poblado en las riberas del rio Magdalena, cerca de los cuales enterraron a sus congéneres. No se conocen vestigios de talla de piedra de esta antigüedad pero si hay ejemplos sobresalientes de tallas en madera como sarcófagos cilíndricos labrados en grandes troncos. Es probable que hicieran estatuillas en madera cuyo estilo posiblemente se convertiría en el antecesor de la gran estatuaria en piedra de épocas posteriores. Las tumbas eran, por lo general, de pozo vertical y cámara lateral abovedada. En ellas los cadáveres se colocaban de pie, extendidos, o flexados en posición fetal junto con vasijas de cerámica y adornos varios, La cerámica de esta época se caracteriza por un cuidadoso acabad que da a la superficie un aspecto brillante. La decoración se hizo mediante incisiones, siguiendo líneas rectas y motivos geométricos que se rellenaban con pasta blanca, en contraste con el fondo café oscuro de arcilla cocida. El desarrollo de la región de San Agustín no puede considerarse como un fenómeno aislado e independiente del que ocurría en regiones vecinas. Es probable que, desde las primeras épocas, hubiera un actico intercambio de cultura y que grupos numerosos se desplazaban con cierta frecuencia en busca de nuevas tierras para poblar. Las evidencias sobre estos fenómenos son escasas para el periodo pre cerámico, pero ya en el periodo agrícola temprano son mucho más claras y numerosas. Periodo Agrícola Intermedio (Siglo II A.C. – Siglo X D.C.) El intenso intercambio cultural del suroccidente explica, en parte, el florecimiento que se vivió en toda la región y que se hizo más intenso a partir del siglo I D.C. . es probable que , a lo largo de los cinco siglos que duró esta ocupación, se produjeron cambios culturales graduales que ,eventualmente, llevaron al surgimiento de una nueva cultura arqueológica. En el siglo II A.C. esta nueva época floreciente ya se puede identificar claramente en los vestigios y yacimientos de la zona. Este segundo periodo agrícola marco la iniciación de una época d auge durante la cual se produjeron la mayor parte de los monumentos arqueológicos que han hecho de San Agustín un nombre universalmente reconocido. Es notable, en primer lugar, un considerable incremento en la densidad de población , el cual se tradujo en la creación de nuevos sitios de vivencia ubicados en las partes altas de las colinas. Surgieron poblados de más de cien viviendas rodeados de campos de cultivo en los cuales se realizaron obras como terrazas y zanjas de drenaje para mejorar la producción agrícola. Recientes investigaciones arqueológicas han resultado en el descubrimiento de un sitio de vivienda en la parte norte de san Agustín (Morelia, Salado blanco) en donde se ha podido ver, por vez primera, lo que debió ser el patrón de vivienda de esa época. En Morelia se construyeron Terrazas sobre la ladera para adecuar el espacio de vivienda , se trazaron caminos para comunicar los barrios , se protegió el poblado de la erosión por medio de zanjas de drenaje y se aseguró la provisión de alimentos mediante la adecuación de las laderas vecinas para el cultivo de terrazas. Periodo Agrícola Tardío (Siglo X D.C. – Siglo XVII D.C.) La cultura de los talladores de estatuas desaparece de la zona de san Agustín hacia el siglo Z D.C. Hasta el momento no se tiene una idea muy precisa de las causas de este fenómeno. Lo cierto es que por esta época apareció en el área una nueva cultura con características muy distintas. Aun cuando se trataba de un pueblo agricultor, su subsistencia no se basó en el cultivo de maíz sino que prefirió los tubérculos, en especial la yuca. Esta tradición agrícola, junto con la construcción de grandes viviendas circulares, propias para albergar familias extensas, y la introducción de una alfarería decorada por incisión y en la que predominan las formas relacionadas con el procesamiento de las harinas de yuca , hacen pensar a los arqueólogos que esta gente pudo llegar a san Agustín proveniente del área amazónica en donde estos rasgos culturales están arraigados desde tiempo inmemoriales La llegada de esta cultura al área esta marcada por un cambio radical en el registro arqueológico que no permite pensar en una supervivencia parcial de la cultura del periodo intermedio. Parece ser que todo el suroccidente colombiano vivió por esa época un periodo caracterizado por grandes invasiones y cambios culturales drásticos. En el área de calima , en la región del Quimbaya y , posiblemente , también en el Tolima , desaparecieron las antiguas culturas y fueron remplazadas por gente nueva. Sin embargo san Agustín en su periodo mayor de florescencia no desapareció del suroccidente sin dejar huella. un poco hacia el norte se encuentran los vestigios del valle de la plata, mosco pan , agua bonita y tierra dentro , que aparecen haber recibido , a partir del siglo VII D.C. un fuerte influjo de esculturas en piedra y de cerámica con notables similitudes a la agustiniana en Tierradentro , indicada claramente una relación entre las dos zonas. Por otro lado se ha comprobado que el desarrollo de la cultura de Tierradentro es posterior a la de san Agustín. La Orfebrería Aun cuando los hallazgos de orfebrería son en san Agustín son relativamente escasos, especialmente si se comparan con las áreas vecinas, la orfebrería tuvo allí un carácter propio , y se han encontrado algunas piezas sobresalientes. Se utilizó primordialmente la técnica de martillado y recortado sobre láminas de oro de alta pureza, aun cuando también se conoció y utilizo la fundición a la cera perdida. La decoración de las piezas se hizo por medio del repujado. Sobresalen las diademas en forma de H, las orejas de carrete, las cuentas de collar, pinzas depilatorias y figuras ensambladas. Algunas figuras en lámina de oro semejan esculturas de piedra. La orfebrería tuvo una significación relacionada con el nivel social. Su uso se restringiría a los caciques y jefes religiosos, los cuales portaban las piezas como emblema de autoridad y rango. Collar de cuentas de oro y piedraSe puede apreciar en la cuentas metalicas el trabjo de martillado y grabado sobre oro de alta pureza La cerámica En cerámica fueron comunes las copas con base de pedestal; los cuencos y platos , y las vasijas de doble vertedera asa puente con prioridades musicales. La técnica de decoración preferida fue la pintura ejecutada por medio de la técnica negativa, que consistía en sumergir la pieza en la pintura, recubriendo previamente con cera las zonas que no deseaban pintar. Al retirar la cera, los diseños deseados quedaban plasmados en negativo. Se utilizaron colores rojo y blanco, y se produjeron diseños geométricos rectilíneos. Aparecieron también como decoración humana o de animales modeladas sobre vasijas. Tumbas y estructuras funerarias Fue, no obstante, en el campo del culto religioso y , en especial, en lo relacionado con la muere donde se conjugaron todo el esfuerzo y los logros artísticos de esta sociedad . En esta época el patrón de enterramiento se volvió supremamente complejo: además de la tumba misma se construyeron estructuras y monumentos funerarios de grandes dimensiones Las tumbas eran rectangulares. El piso, paredes y techo iban forrados con grandes lajas de piedra sobre las cuales se dibujaban círculos en color negro , blanco y rojo . Dentro de ellas los cadáveres se colocaban en posición extendida y acompañados de vasijas de cerámica, adornados de oro y collares de cuentas vegetales. En las tumbas principales de encuentran gigantescos sarcófagos tallados en un solo bloque de piedra, cubiertos en ocasiones con tapas cuidadosamente talladas. Un soberbio ejemplar de este sitio de sarcófago con tapa se puede observar en el sitio alto de los ídolos. Algunos sarcófagos tienen cargaderas talladas en el mismo bloque. Aun cuando aquí solo tienen una función decorativa, puesto que es imposible levantar este enorme peso sosteniéndolo por estos apéndices, su presencia es interesante por constituir un remanente en la tradición de talla de sarcófagos en madera. Estatuaria Los lugares ceremoniales forman parte de un sofisticado sistema iconográfico y, al parecer, la distribución, ubicación, orientación y rasgos de las estatuas obedecieron a una concepción general armónica. Es posible que todos estos sitios estuviesen unidos por caminos que ya han desaparecido en su mayoría. Un tramo cerca de120 metros conformados por un terraplén artificial y un enlosado de conservas entre las mesitas B y D del parque arqueológico. Aún hay mucho por investigar respecto a la función y el significado de los lugares ceremoniales, las esculturas y las tumbas de este periodo intermedio. No solamente dentro de las tumbas de montículo ese encuentran esculturas de piedra. También sobre los recintos funerarios o cercas de ellos hay estatuas libres al visitante que ingresa a la necrópolis. Este tipo de disposición ha sido alterado por los sucesivos traslados de las esculturas, que han modificado sustancialmente se distribución. Existen otras tallas en bajo o alto relieve diseminadas por la región. Estas últimas se esculpieron aprovechando afloramientos naturales de la roca volcánica, como en el caso del sitio de la chaquira o en la quebrada de lava patas, en la cual el lecho rocoso de canales y piletas por los cuales circula el agua entre esculturas de serpientes y batracios, creando uno de los monumentos más espectaculares de la América per hispánica: la fuente del lava patas. Principales sitios Arqueológicos En toda la región del Alto Magdalena se encuentran dispersos yacimientos arqueológicos de los diversos periodos prehis-pánicos. Por ejemplo, los estudios de reconocimiento de una rea de trescientos kilómetros cuadrados entre Isnos y San Agustín identificaron más de tres mil sitios arqueológicos, de los cuales la gran mayoría son áreas residenciales. Solo cincuenta de ellos contienen monumentos funerarios del periodo Clásico Regional, y de estos solo algunos tienen estructuras arqueológicas o esculturas accesibles al visitante. Campo arqueológico en san Agustín Las Mesitas Aunque los elementos que caracterizan la cultura arqueológica de San Agustín, tales como las estatuas de piedra tallada, las tumbas de lajas, el estilo clásico de orfebrería y la cerámica sin decoración del periodo Clásico Regional, se encuentran en una amplia región, tienen una clara concentración espacial alrededor de la vereda Mesitas, en San Agustín, en donde también se localizaba una alta densidad de sitios residenciales Mesitas, que cuenta con las fechas de radiocarbono más anti-guas de la región, incluye en un área de menos de un kilómetro cuadrado varios de los ejemplos más impresionantes de montículos funerarios y estatuarios agustinianos. En la vereda Mesitas se han estudiado numerosos sitios residencia-les de todos los periodos, de los cuales sobresale La Estación, el área dentro del predio del parque arqueológico que posee los restos de la mayor estructura arquitectónica hasta ahora encontrada en la región (nueve metros de diámetro), perteneciente al periodo Reciente y que se ha interpretado como un templo o casa ceremonial. Al llegar al parque, el visitante encuentra la Mesita D, donde está localizada la sede administrativa, y puede recorrer un museo que exhibe artefactos de distintos periodos y sitios de la región y presenta un resumen de la investigación científica. Desde allí puede comenzar el re-corrido del parque iniciando por el Bosque de las Estatuas, un circuito de exhibición lineal al aire libre, directamente al sur de la Mesita D, en donde se han localizado 35 estatuas provenientes de diversos sitios funerarios dispersos en toda la región, incluyendo algunas de las tallas agustinianas más impresionantes). A continuación se pueden recorrer cinco áreas monumentales restaurada sin situ y localizadas hacia el sur y el oeste de la Mesita D: las Me-sitas A, B y C, la Fuente del Lavapatas y el Alto de Lavapatas. Al recorrer estos sitios funerarios, el visitante podrá apreciar también los trabajos de ingeniería que realizaron los antiguos habitantes para adecuar el terreno, aplanando las cimas de las lomas, rellenando depresiones, construyendo caminos elevados sobre terraplenes y apuntalando los rellenos con estructuras de piedra. El sitio conocido como Mesita A está localizado seis-cientos metros al sur de la Mesita D y ha sido desde comienzos del siglo XX uno de los mayores atractivos del parque. Se llega allí después de pasar sobre un terraplén prehispánico y de atravesar el portón de Las Mesitas, tomando luego la desviación del camino a la izquierda (sur). Contiene los dos montículos funerarios más grandes del periodo Clásico Regional (1-900 d.C.), con cuatro metros de altura y treinta de diámetro, en donde se sepultaron, en diferentes momentos, personajes de gran importancia. Los corredores y dólmenes de estas dos tumbas principales contenían al menos quince estatuas y estuvieron rodeados por numerosas tumbas de lajas de piedra más sencillas, probablemente de familiares de los caciques o señores principales que habían vivido en el área vecina (GR/63). El sitio conocido como Mesita B está localizado cuatrocientos metros al sur de la Mesita D y se puede visitar al analizar el recorrido al inicio, como alternativa a la Mesita A, tomando en cambio la desviación del camino a la derecha desde el portón (oeste). Está localizado doscientos metros al noroeste de la Mesita A sobre la cima de una loma aplanada artificialmente, a orillas de la quebrada Lavapatas. Este lugar que un sitio de ocupación residencial de alto estatus social desde el Formativo 1 y cumplió durante toda la secuencia prehispánica un papel central en la organización de la comunidad. Allí se han encontrado evidencias claras de actividades ceremoniales comunales y de producción de ornamentos de oro. Durante el periodo Clásico Regional (1-900 d.C.) en este sitio se construyeron tres gran-des montículos funerarios, acompañados de, al menos, 63 estatuas. Al igual que la Mesita A, contiene numerosas tumbas más simples de todos los periodos arqueológicos y un área residencial (GR/68). Las Mesitas A y B son especiales porque las excavaciones arqueológicas encontraron allí suficiente información como para hacer una reconstrucción bastante precisa de la arquitectura funeraria de los montículos y especialmente sobre la disposición original de las estatuas y tumbas, exceptuando el montículo norte de la Mesita B. En otros sitios, como la Me-sita C, la D y el Alto de Lavapatas, cuando los arqueólogos comenzaron los estudios, los monumentos estaban muy intervenidos y se habían removido ya estatuas y lajas, lo que impide siquiera una reconstrucción muy aproximada. En contraste con las Mesitas A y B, que además de monumentos presentan ambas ocupación residencial desde el Formativo, la Mesita C Cuatrocientos metros al suroeste de la A, es un sitio ocupado solamente desde el periodo Clásico Regional. En esa época se erigió allí un solo montículo funerario, ya inexistente, que estuvo acompañado de quince estatuas y rodeado de 49 tumbas relativamente simples. Las esculturas se hicieron con una talla poco profunda, sobre las caras de piedras grandes planas, poco modificadas, lo que presenta un contraste con la fina talla tridimensional de la Mesita A. Fechados por radiocarbono en el siglo VII d.C., estos monumentos, posteriores varios siglos a los de las Mesitas A y B, muestran que con el tiempo la talla de las estatuas agustinianas sé Que haciendo más abstracta y menos elaborada. A cien metros sobre el camino entre la Mesita C y el Alto de Lavapatas se encuentra la Fuente de Lavapatas, un monumento lítico sin asociación funeraria descubierto en 1937 por los arqueólogos Gregorio Hernández de Alba y José Pérez de Barradas. Lavapatas es un gran complejo de canales, estanques y tallas de figuras humanas y anima-les, en el que predominan reptiles y anfibios. Seguramente era un lugar sagrado dedicado a ceremonias religiosas y baños rituales. Fue esculpido cuidadosamente en la roca volcánica que forma el lecho natural de la quebrada Lavapatas, de manera que el agua de la quebrada se distribuía por canales y pequeñas piletas dándole sonido y movimiento a la escultura. Actualmente, el visitante puede apreciar una buena parte de la superficie tallada, perteneciente, a juzgar por el estilo de las tallas, al final del periodo Clásico Regional o incluso al periodo Reciente. La fragilidad de la roca, aunada a la contaminación de las aguas, ha acelerado el proceso natural de deterioro. Existe un plan de emergencia liderado por el ICANH que busca, mediante la investigación científica en conservación preventiva, encontrar formas adecuadas para preservar este tipo de tallas hechas en piedras tan deleznables. El sitio Alto de Lavapatas, seiscientos metros al oeste de l Mesita C, está separado de las Mesitas por la quebrada del mismo nombre. Los arqueólogos Luis Duque Gómez y Julio César Cubillos excavaron una parte de este yacimiento en 1974. Fecharon allí, mediante radiocarbono, un fogón hecho en 3300 a.C., la más antigua evidencia de actividad humana en el Alto Magdalena. Durante el periodo Clásico Regional se construyó un montículo funerario monumental, acompañado por siete estatuas y rodeado por numerosas tumbas simples de lajas de piedra, incluyendo, directamente al sur del montículo, un grupo de diez sepulturas muy pequeñas, interpretadas como tumbas de infantes, seguramente pertenecientes a miembros jóvenes de la familia de un señor principal. Los montículos funerarios fueron construidos generalmente sobre la cima de lomas que tuvieron que ser adecuadas previamente con gran-des movimientos de tierra. La topografía de Las Mesitas que modificada además para unir a un mismo nivel lomas de diferentes alturas con caminos elevados y rellenos, de los cuales aún son visibles construcciones de piedra que sirvieron como muros de contención (que han sido confundidas con caminos empedrados) y el terraplén que une actualmente la casa de administración con Las Mesitas. Esta clase de obras de ingeniería, tan evidente en Mesitas, está presente, aunque pasa más desapercibida en muchos otros sitios funerarios monumentales de San Agustín. Las obras están construidas de tierra, a excepción de algunos refuerzos que utilizan el mismo elemento constructivo de los templetes o dólmenes, es decir, un corredor rectangular formado de lajas verticales se apisona y se cubre con techo de lajas. Excavaciones hechas por Gerardo Reichel-Dolmafof y por Luis Duque Gómez cerca del portón de entrada a las Mesitas mostraron que estas obras, que allí están sostenidas por un gran muro de contención en piedra, se realizaban en un solo evento constructivo y no por acumulación progresiva. Otros sitios en el municipio de San Agustín El Purutal o la pelota Ubicado entre el cerro de El Purutal y la vertiente noroeste del cerro de La Pelota, este sitio arqueológico está constituido por dos áreas monumentales del periodo Clásico Regional, cada una con un montículo FunerVario artificial construido sobre promontorios naturales unidos por un terraplén artificial de aproximadamente 230 metros de longitud. El área de El Purutal fue parcialmente excavada en 1984 por Julio César Cubillos y está compuesta por tres estructuras: una tumba y dos “templetes” o dólmenes, cada uno conformado por una estructura de lajas y una escultura policroma recientemente afectadas por vandalismo. El visitante encontrará en El Purutal cuatro estatuas. Dos de ellas, localizadas in situ, han conservado hasta hace poco la pintura policroma que una vez tuvieron todas las estatuas principales. En La Pelota, 150 metros al este, se encuentran tres estatuas movidas ochenta metros de su sitio original, en donde aún se ven los restos de un montículo de poca altura. En 1857 Agustín Codazzi describió cuatro estatuas asociadas en este lugar a un “templete” o estructura Funeraria de lajas que ya estaba destruido por los guaqueros. Uyumbe En la loma de Uyumbe o Ullumbe, quinientos metros al este de la cabecera municipal de San Agustín, se han encontrado varias estatuas y tumbas de piedra asociadas a un montículo funerario construido sobre la ladera, al que lo une con la loma un terraplén Formado por relleno artificial. Ya en 1857 estaba muy intervenido por excavaciones clandestinas, pero en 1991 fue excavado por el arqueólogo Julio César Cubillos, quien obtuvo una fecha de radiocarbono de 1040 ± 90 d.C. y logró reconstruir la forma de la tumba de cancel que tenía seis piedras columnares y cuatro grandes lajas a modo de tapa. El tabor El sitio de El Tabor, conocido también como La Florida, está localiza-do sobre el Filo de Lavaderos, cuatro kilómetros al sur de San Agustín y del río Naranjos, sobre la vía que lleva a la inspección de policía de El Rosario, en una región donde se han investigado numerosos sitios funerarios (Ordóñez,1995). Sobre una loma se encuentra un gran montículo artificial con tres re-cintos funerarios que incluyen tres sarcófagos monolíticos particularmente grandes y elaborados, y once grandes columnas de piedra con ranuras que no son típicas en los monumentos de esta región. A un lado del montículo, el arqueólogo Eduardo Forero excavó en 1995 una cuarta tumba formada por varias columnas y lajas, y en su interior, colocada aparentemente como ofrenda, una estatua de un personaje carrucado portando una flecha. Otra estatua ya había sido encontrada años antes por guaqueros. En este sitio sobresale la aparente inexistencia de dólmenes, aunque ya estaba muy alterado en los años treinta del siglo XX y es posible que esas estructuras se hayan removido Quebradillas Localizado cinco kilómetros al oeste de Mesitas, sobre la carretera que conduce a la vereda El Oso, este sitio presenta los restos ya poco visibles dedos montículos funerarios del periodo Clásico Regional, distanciados unos 270 metros y de los cuales los guaqueros han extraído innumerables vasijas y varias estatuas. Tres de ellas, de gran tamaño, se exhiben aún allí. Cuando Pérez de Barradas visitó la zona en 1937 encontró una intensa actividad de guaquería excitada por haberse hallado en alguna ocasión argollas o narigueras de oro, y logró examinar restos óseos humanos allí presentes, que son raros en la región debido a la alta acidez de los suelos. De acuerdo con la descripción de la cerámica extraída por los guaqueros, el sitio contenía también tumbas del periodo Formativo. De allí proceden dos de las estatuas que muestran personajes que portan una máscara, una clara expresión de la importancia de las ceremonias en la organización social del periodo Clásico Regional El jabón La vereda de El Jabón hace parte de la inspección de Obando, en donde se han excavado y saqueado numerosas tumbas, incluso en la plaza misma del poblado, en donde se exhiben algunas de ellas, ya restauradas. Para acceder a El Jabón desde San Agustín hay que atravesar (siete kilómetros al norte) el río Magdalena hacia Obando, por la zona de El Es-trecho, donde el río pasa por una grieta en la roca de menos de tres metros de ancho, y desviarse hacia el oeste tres kilómetros en carretera destapada desde Obando. El sitio contiene los restos aún visibles de dos de los tres montículos funerarios reportados por Konrad Th. Preuss en 1914. Poseía al menos siete estatuas, de las cuales tres están actualmente en el Museo Arqueológico de Berlín y una se exhibe aún en el sitio, junto a dos sarcófagos y varias lajas que hacían parte de los templetes ya destruidos. Las demás están extraviadas. El tablón El sitio está ubicado dos kilómetros al norte del poblado de San Agustín, a orillas de la quebrada de El Tablón. Fue reportado en 1914 por Konrad Th.Preuss, quien halló sobre el estrecho lo de una loma tres templetes funerarios asociados a varias estatuas y cubiertos por un gran montículo de tierra. Una de estas estatuas, de 2,2 metros de altura, está ataviada con un tocado, una túnica, un collar y una nariguera. Porta un instrumento plano que tapa su boca. Esta y las demás estatuas del sitio han sido clasificadas como figuras femeninas. Directamente al sur del sitio, en un predio de propiedad del ICANH, se exhiben actualmente cinco de las estatuas encontradas en el lugar. El visitante puede acceder desde allí mismo a un museo etnográfico organizado por vecinos de la vereda El Tablón. La chaquira Uno de los ejemplos más importantes del arte escultórico de San Agustín es La Chaquira, ubicada cuatro kilómetros al norte del poblado de San Agustín, sobre la cuchilla que separa la quebrada El Tablón del cañón del río Magdalena. No es un sitio funerario, sino un singular conjunto de figuras naturalistas, humanas y animales, talladas sobre las paredes delas enormes rocas volcánicas naturales del lugar, mirando al cañón del río Magdalena que pasa doscientos metros abajo, directamente al este del monumento. Sobresalen tres grandes figuras humanas en relieve, talladas en un mismo bloque, con los brazos y los pies hacia los lados, como en actitud de adoración. En la actualidad, para acceder al lugar existe un empinado camino que conduce a una serie de escaleras de acceso al conjunto de rocas talladas. El parque arqueológico nacional de San Agustín y su protección La preocupación de los arqueólogos y de otros ciudadanos por proteger los monumentos Funerarios del periodo Clásico Regional ha hecho que desde hace décadas el Congreso de la República y el Gobierno nacional establecieran un régimen jurídico para proteger y preservar estos y otros bienes arqueológicos de Colombia. El Estado colombiano adquirió gradualmente los predios que formarían el Parque de San Agustín. Su declaratoria como monumento nacional data de 1993, y en diciembre de1995 la Unesco lo inscribió en la lista de patrimonio mundial. El parque está legalmente protegido desde 1931 como bien de “utilidad pública” bajo tutela del Estado. En desarrollo de la ley, en 1938 se creó el Servicio Arqueológico Nacional, administrado desde 1952 por el Instituto Colombiano de Antropología (ICAN), hoy Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), como entidad directamente responsable de su estudio y administración. El Instituto Colombiano de Antropología e Historia, como administrador de los bienes arqueológicos, cuenta con un plan de manejo que incluye programas para el mantenimiento de las instalaciones y de las áreas abiertas al público, la actualización periódica de los guiones museo gráficos y la señalización, la investigación arqueológica, los programas de conservación y restauración, el monitoreo de la actividad turística y las tareas de divulgación de los valores del parque. A finales de la década del treinta del siglo XX se identificaron algunos sectores de gran interés arqueológico, en los cuales se adelantaron con más intensidad las investigaciones arqueológicas, se reconstruye-ron algunos monumentos y se delimitaron áreas destinadas a servir de reserva arqueológica y parques educativos. Las amenazas directas a la adecuada preservación de los bienes arqueológicos en el parque son principalmente los ataques de hongos, líquenes e insectos, así como la erosión de las piedras talladas. Un actor primordial que interviene en estas amenazas es el muy elevado nivel de humedad, que junto con otros factores, como la exposición directa al sol, aceleran los procesos naturales de deterioro. El ICANH desarrolla en todos esos frentes investigación, tareas de conservación preventiva y restauración. Así mismo, ha invertido en la construcción de cercos alrededor de los predios y en la adecuación de la red de caminos del parque, lo que ha facilitado la vigilancia y ha mejorado las condiciones ofrecidas al visitante. Los recursos para el manejo del parque provienen del presupuesto general de la Nación y se adjudican anualmente mediante la Ley de presupuesto. El ICANH mantiene inscrito ante el Departamento Nacional de Planeación un proyecto de inversión para apoyar tales actividades. Algunas fuentes secundarias de financiamiento incluyen los recursos propios de la entidad, generados en una pequeña proporción por la venta de entradas al parque, así como los aportes del Ministerio de Cultura y de la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, del Banco de la República ` Glosario Aluvión: Material suelto en suspensión arrastrado por corrientes de agua y depositado en una llanura aluvial o un delta, en forma de lodo , arena o arcillas. Por lo general se localiza en la orilla de los ríos y en los lugares más bajos e inundables. Oro de aluvión es aquel que se encuentra en estado puro, mecánicamente mezclado con el suelo ya sea depositado por las actuales corrientes de agua o como resultado en la acción del flujo del agua en épocas remotas. Basalto: Roca volcánica, por lo común de color negro o verdoso de grano fino, muy dura, compuesta principalmente de feldespato y piroxena. Basurero: (en términos arqueológicos): lugar donde antiguamente los pueblos amontonaban la basura y donde hoy los arqueólogos buscan vestigios que permitan reconstruir y conocer mejor la vida y la cultura del hombre en épocas anteriores. Corográfica: (La comisión): uno de los grandes empeños de la nueva granada como republica organizada en busca de su afirmación nacional. El 1850, la comisión corográfica, bajo la dirección de Agustín Codazzi y la colaboración de escritores, pintores, cartógrafos y botánicos, elaboro el atlas y la geografía de la nueva granada: un estudio del país en todos sus aspectos geográficos, antropológicos y sociólogos. ` Cosmogonía: sistema que pretender explicar el origen, formación y funcionamiento del universo. Chamán: practicante de la religión y la medicina tradicionales indígenas, educado de niño para ponerse al servicio de la comunidad. Según cada cultura tiene un nombre diferente: jaibaná, paye, curaca, mítsenu. Doble Yo: en las figuras agustinianas que representan guerreros y sacerdotes es el símbolo de la doble personalidad, el alter ego , la fuerza protectora o tutelar , el desdoblamiento y la simbiosis de dos universos opuestos en la realidad que logran ulteriormente la comunicación mítica. Dolmen: monumento funerario megalítico, en forma de mesa , consistente en una o varias piedras horizontales colocadas sobre otras verticales que se asientan en el suelo. Encomienda: institución colonial española mediante la cual la corona retribuía servicios de conquista y colonia repartiendo indios y autorizando la explotación de su mano de obra. Etnografía: rama de la antropología cultural que estudia las características socioculturales de un grupo humano desde un punto de vista analítico y descriptivo. Puna: (voz quechua ) meseta o tierra alta y desértica , por encima de los 3.000 m.s.n.m. de los andes suramericanos Faldellín: falda corta Tótem: Animal planta u objeto natural o esfinge del mismo , con el que algunos grupos humanos o culturas establecen relaciones especiales . Generalmente toman su nombre del el y lo tienen como emblema de identidad. Hierática: relativo a las cosas sangradas , esculturas y pinturas religiosas , que produjeron formas tradicionales Ictiología: parte de la zoología que trata a los peces Laja: piedra plana y lisa Mesoamérica: parte comprendidas dentro del actual territorio mexicano y centroamericano , en la cual durante varios siglos , mucho antes de la en llegada de los europeos al nuevo mundo , florecieron una gran diversidad de pueblos indígenas , que dieron origen a importantes civilizaciones. Mimetismo: facultar de adaptarse o imitar, en cuanto a color y forma ,a los objetos y el entorno en general entre el cual se vive. Necrópolis: cementerio de gran extensión, en el que abundan los monumentos fúnebres. Bibliografía -Roberto, L. P. (1998). San Agustín. Colina. -Sánchez, E. (2011). El mundo del arte en San Agustín. Bogotá: Villegas editores. -http://www.todacolombia.com/culturas/sanagustin3.html -http://fotosdeciudadesypueblos.blogspot.com/2009/05/foto s-de-san-agustin-colombia.html -http://es.wikipedia.org/wiki/Parque_arqueol%C3%B3gico_d e_San_Agust%C3%ADn -http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_San_Agust%C3%ADn -http://es.scribd.com/doc/57227817/6/El-periodo-Formativo -http://huilaturistica.blogspot.com/2011/01/fuenteceremonial-de-lavapatas-san.html