CuIdAr los dereChos defender la democracia permanecer alertas

Transcripción

CuIdAr los dereChos defender la democracia permanecer alertas
A 40 años
del golpe
CÍVICO-militar
de 1976
cuidar los derechos
defender la democracia
permanecer alertas 1
Marzo de 2016 / Nº 9 / Año 4
Dossier Nueva Tierra
Marzo de 2016
Año 4 / Nº 9
40 años del golpe
cívico-militar de 1976
Selección y edicción de textos:
Susana Ramos / Néstor Borri /
Sebastián Prevotel
Diseño:
Bárbara Couto
Foto de tapa:
Sebastián Miquel
www.nuevatierra.org.ar
facebook.com/centronuevatierra
2
Memoria / Verdad / Justicia
Para cuidar los derechos,
defender la democracia
y permanecer alertas En los 40 años transcurridos
desde el golpe cívico-militar de
1976 atravesamos como pueblo
distintas intemperies y reencuentros, con momentos de desierto, pero que han sido siempre de gran fecundidad.
Aprendimos. A mirar la historia
conjugando dolor y alegría, indignación y audacia. Trayendo
pasado y futuro al presente, proyectando la vida. Asumiendo la
tarea de buscar en cada huella
signos y sentidos que permiten
reconstruir la verdad. Y a soste-
3
ner la presencia de nuestros 30
mil desaparecidos/as. Sus luchas, sueños y proyectos siguen
siendo inspiración, compromiso
y horizonte.
cotidianas de versiones de la
historia maniqueas –como la
teoría de los dos demonios– y
superficiales –en forma de efemérides que corren el riesgo de
omitir o subvalorar los vínculos
de la dictadura con sectores dominantes de argentina, obviar
la participación de actores de la
sociedad civil o de instituciones
como la Iglesia Católica–. Omisiones que obstaculizan no sólo
la compresión del pasado, sino
fundamentalmente, la capacidad de acción en presente y una
mirada democrática sobre el futuro próximo de nuestro país.
La memoria no cesa, y continúa
ampliando conciencias, obstinada en su capacidad de recordar y no olvidar. Ella misma deja
al descubierto que el mayor acto
de justicia no han sido sólo los
juicios a los culpables. Hay justicia cuando una sociedad puede hacerse cargo, de manera
imperfecta pero concreta, del
cuidado de esa memoria.
El compromiso con la memoria
exige asumir hoy, en esta coyuntura social, política y económica, la comprensión histórica
del presente. Momento de exigencia que no puede separarse
del posicionamiento en torno
a la interpretación de la etapa
dictatorial y de las más de tres
décadas de democracia que celebramos. Luego de largos años
de luchas –y luego políticas–
de memoria, verdad y justicia,
con pasos y pisos significativos de consenso social para la
condena de crímenes de lesa
humanidad; somos testigos del
refuerzo en las conversaciones
Durante cuarenta años –tiempo paradigmático de camino
de un pueblo, como bien sabe
la Biblia– hemos sido parte de
búsquedas y alumbramientos.
Mujeres en marcha sosteniendo la memoria con las banderas
blancas de los nacimientos. Mujeres con urgencias clamores y
abrazos esperando. Y un pueblo
en camino que se reconoció y
se constituye cada vez al marchar junto a ellas.
También hemos visto partir, últimamente, a varias de las parteras que dieron a luz a la conciencia de la memoria colectiva.
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Y en ellas hay un milagro prodigioso: no vieron volver a sus
hijos, pero uno a uno fueron volviendo los nietos. Y cuando llega uno de regreso a la casa hay
alegría, esperanza y fiesta en
las casas de todos. Lo vivimos,
lo lloramos, lo debemos seguir
pensando y activando: haciendo
de esos regresos las señales que
son. Puntos de certeza y recomienzo y proyección.
compromiso y participación.
Ser levadura en la masa. Cuando los dispositivos del miedo
y la pérdida de derechos vuelven a tener vigencia vuelve a
ser tiempo de estar alertas.
Vigilantes.
No sólo conmemoramos el inicio de la siniestra dictadura
militar. También y sobre todo
celebramos como una cosecha fecunda todos los logros y
conquistas de esa lucha. Y nos
disponemos con inteligencia,
acción concreta, coraje y pasión a estar presentes en cada
lugar donde la vida y la democracia nos reclamen.
El compromiso con la memoria
exige cuidar los logros y los derechos. Los límites a la violencia y la represión que nuestra
sociedad -de la mano del movimiento de derechos humanos y
las instituciones del estado democrático- supo construir, hoy
se vuelven líneas delgadas en
muchos casos y han comenzado
a borrarse en otros, de manera
preocupante e inadmisible.
En el amplio y heterogéneo espectro de luchadores y defensores de los derechos humanos y
la democracia, quienes se consideren cristianos comprometidos con la memoria, la verdad
y la justicia, les y nos toca preguntarnos por nuestro lugar en
el cuidado de estos derechos.
En todos los espacios inserción,
5
Memoria
y presente
Oscar Campana
40 años después del último golpe cívico-militar, cuando vuelve a
favorecerse a un determinado modelo económico-política, cuando
asoma la incipiente instauración de un estado policial, cuando se
decretan emergencias de seguridad y aboliciones de hecho de derechos individuales, cuando muchos rostros del pasado reaparecen
remozados y se apabulla a los ciudadanos de a pie con climas intimidantes, es bueno recordar las palabras del Documento de Puebla
sobre los años dictatoriales en América Latina: “En nombre de la
seguridad nacional se institucionaliza la inseguridad de los individuos”. Oscar Campana invita a pensar en las tareas vinculadas a
la memoria y al compromiso social y cristiano hoy: Más que criticar
a la jerarquía de aquellos años, habrá que saber interrogarse por el
lugar de los cristianos en la coyuntura actual.
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Este 24 de marzo se hace memoria de los 40 años del último
golpe cívico-militar ocurrido
en Argentina, que daría inicio
a la dictadura más feroz que
nuestra breve historia nacional
haya conocido. El lugar que le
cupo a la jerarquía de la Iglesia
Católica en aquella ominosa
etapa histórica sigue siendo
motivo de debate para algunos;
para muchos es ya un caso cerrado y probado. El inicio de la
causa por el martirio de monseñor Enrique Angelelli –serán
también sus 40 años– constituye, indirectamente, el reconocimiento de la soledad en la que
el conjunto de la conducción
episcopal de entonces había
dejado al obispo de La Rioja.
Ya sabemos que dicha soledad
le resultó fatal. Para muestra,
basta un botón. Pero botones
hay demasiados, porque serán
los 40 años de los catequistas
del Bajo Flores, de los asuncionistas, de los palotinos, de Jalics y Yorio…
méticamente se expandía en la
región, fundamentalmente en
el Cono Sur.
Así, en 1977 Joseph Comblin, el
sacerdote belga por nacimiento y latinoamericano por adopción, publicaba una obra (Le
pouvoir militaire en Amérique
Latine. L’idéologie de la securité
national), adelantada anteriormente en artículos, donde ponía nombre y apellido a lo que
ya era una realidad para buena
parte del continente.
En 1979 los obispos reunidos en
la Tercera Conferencia General
del Episcopado Latinoamericano realizada en Puebla de los
Ángeles (México) se hacían eco
de la situación que padecían
nuestros pueblos y denunciaban clara y proféticamente: “En
los últimos años se afianza en
nuestro continente la llamada
‘Doctrina de la Seguridad Nacional’, que es de hecho más
una ideología que una doctrina.
Está vinculada a un determinado modelo económico-político,
de características elitistas y verticalistas que suprime la participación amplia del pueblo en
las decisiones políticas. Pretende incluso justificarse... como
En contraposición a lo que se
vivía en nuestra Iglesia, amplios sectores del catolicismo
latinoamericano fueron los
primeros en describir, analizar
y denunciar el sistema que mi-
7
cuando vuelve a favorecerse “a
un determinado modelo económico-político, de características
elitistas y verticalistas”, no estaría mal recordar las oportunas
palabras de Puebla para hablar
de aquellos años en América
Latina: “En nombre de ella [de
la seguridad nacional] se institucionaliza la inseguridad de los
individuos” (Puebla, 314).
doctrina defensora de la civilización occidental y cristiana.
Desarrolla un sistema represivo,
en concordancia con su concepto de ‘guerra permanente’” (Puebla, 547).
Cuarenta años después, cuando
asoma en nuestro país la incipiente instauración de un estado policial, cuando se decretan
emergencias de seguridad y
aboliciones de hecho de derechos individuales, cuando muchos rostros del pasado reaparecen remozados y se apabulla
a los ciudadanos de a pie con
climas intimidantes, cuando se
afianza un proceso de velada
remilitarización de la sociedad,
¿Estaremos ingresando a un
escenario similar? Quizás, entonces, más que criticar a la jerarquía de aquellos años, habrá
que saber interrogarse por el
lugar de los cristianos en esta
coyuntura. Que para eso sirve
la memoria.
***
Fuente: Revista Vida Pastoral
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Democracia y orden
neoliberal
Jorge Aleman
continúa la apropiación del Estado y su
división de poderes, destrucción de los
vínculos sociales que potencialmente
fueran creadores de nuevos sujetos
políticos y, por último, bajo una
máscara republicana y supuestamente
institucionalista, la instalación de
nuevas formas de disciplina.
Ese montaje neoliberal sólo puede
ser sostenido por una estrategia de
miedo, amenaza, endeudamiento,
estigmatización y persecución de
aquellos actores sociales y políticos
que no quieran ceder con respecto a
los legados simbólicos que hicieron
posible vislumbrar un horizonte
transformador de la Nación.
Cualquiera que se pregunte por el
sentido contemporáneo de la palabra
“democracia”, necesariamente debe
interrogarse por la capacidad del orden
neoliberal para implantar un nuevo
modo de control de la realidad, de
captura de las voluntades y producción
de subjetividades a medida.
Los que aún piensan que la democracia
no sólo no es excluyente de la justicia
social y la soberanía popular sino
que se realiza a través de las mismas,
han podido constatar en distintos
lugares del mundo cómo se repiten
los mismos procedimientos en el
interior del dispositivo neoliberal. A la
acumulación de poder económico en
los sectores oligárquicos-financieros
con estrecha colaboración de los
medios corporativos de comunicación,
Fragmento. Tomado de su muro
de Facebook 1 marzo 2016
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Sencillo exilio
Armando Tejada Gómez
Paso frente a esa casa
que alguna vez fue un nido,
donde a esperanza y sueños
jaqueamos al olvido,
echamos la tristeza
y limpiamos el tedio
del patio a la cocina,
porque la soledad,
al fin, se había ido.
Volvió un Golpe de Estado
con fanfarrias y edictos
y la noche, ya bruja,
pasó borrando amigos;
yo fui a las catacumbas
de las que salgo y entro
y al regresar a casa
aún estábamos vivos.
Empezamos de nuevo.
Cantó la cacerola
y la escoba barrió
el silencio del piso.
Huyó el moho. Abrimos
el sol de las ventanas
y entró, otra vez, la voz
del niño del vecino.
A poco, mi guitarra,
recuperó el sonido.
Después, no sé en qué espejo
un día no nos vimos.
Empezó la tristeza
y comenzó el olvido.
Las valijas partieron
por distintos caminos
y ahí quedó la casa
que alguna vez fue nido.
Hoy pasé frente a ella
con mis pasos perdidos:
recordé tus sollozos
y me lloré el exilio.
Buenos Aires,
noviembre 11 de 1982
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Entrevista a horacio gonzález
Repensar el lenguaje
de la memoria
Entrevista de María Freier
Horacio González, sociólogo, aporta su perspectiva acerca del significado que tiene la realización de los juicios por delitos de lesa
humanidad cometidos durante la última dictadura cívica militar en
la Argentina. También analiza los avances y los límites en la construcción de una memoria colectiva.
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¿Qué impacto cree que genera
dentro de la sociedad argentina la realización de los juicios
de lesa humanidad?
Algo puedo decir porque estuve en Tucumán. Lo que observé
ahí, me dejó muy preocupado en
realidad. Se trata de una sociedad muy particular, porque tuvo
a un fuerte índice de acompañamiento a (Antonio Domingo)
Bussi durante la época militar
y, luego, fue electo gobernador
ya en democracia. De modo que
quizás hay un acompañamiento
social más elevado a los represores que en otros lugares. Y eso
se notó en la sala del juicio, claramente. Me asombró un poco,
porque pensé que las organizaciones vinculadas a las víctimas
estaban más activas. De hecho
lo están, había personas, pero
no hubo tantas como las que estaban del lado de los llamados
familiares de “presos políticos”.
También me sorprendió el nombre, con un cartel muy llamativo
y con percusión durante toda
la duración del juicio. Mientras
que, del otro lado, sólo había
carteles con fotos de desaparecidos. Lo cual no está mal, no hay
por qué ser bullicioso, se soste-
nía en el relato. De los dos que
escuché, uno particularmente
me resultó muy impresionante.
Pero son relatos ya conocidos.
Es decir, se está reproduciendo
un relato que conocemos hace
treinta años, a través de distintas formas de expresión y de
distinto tipo de publicaciones.
Sólo que ahora ante la sede judicial. Es decir, en un ámbito que
pretende una pormenorización
más o menos fáctica, de modo
que enfría un poco el relato. Lo
que escuché era muy impresionante, pero también es un relato
de una trama complejísima de
colaboraciones, delaciones.
O sea, es como la tortura con
toda clase de amenazas que
se encajaban al sujeto político,
digamos. Eso es un tema muy
fuerte, porque nunca hay un
lugar muy claro donde alojar
la idea del que está preso en
las tenazas de la represión. Hay
torturas muy tremendas, que
casi siempre terminan en homicidio. En el caso de Tucumán se
usaba la sigla DF (Disposición
Final). Creo que era común. El
que no fue torturado, no está
muy habilitado para juzgar el
modo en que se habla y se trata
el comportamiento de un mili-
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tante después de la tortura. No
es fácil de tratar, porque como
todo el discurso de los derechos
humanos, el discurso militante... No en la época del primer
juicio que aparecían como víctimas civiles con menos compromiso militante.
Pero cuando quedó claro el vínculo militante, también el discurso era sostenido en cierta
clase de heroísmo o martirologio, lo cual está bien también.
No dejaron de ser héroes ni
mártires. Pero en ese lugar no
hay una fisura donde encajar el
personaje, sobre el cual se pueden decir muchas cosas, muchas palabras. Todas de algún
modo injustas, todas de algún
modo certeras… Son palabras
de la historia de la militancia.
“El trabajo esclavo”; estoy de
acuerdo también. Es muy fuerte la palabra esclavo, pero eso
quiere decir que no hay conceptos fáciles. Más bien, es un
tema que es difícil que surja a
primer plano y también es difícil mantenerlo sin ningún tipo
de discusión.
>>>
De acuerdo a estas reflexiones, ¿podríamos decir que esto
que señala torna más difícil la
comprensión que esperamos
tenga el resto de la sociedad?
Ahí en Tucumán surgió eso en
cierta manera, pero quizás era
menos importante eso para las
personas que estaban ahí. Era la
preocupación de una zaga partida en dos, en la que un sector
usaba las viejas especialidades
de la militancia social. Por otro
lado, había un cura, civiles, civiles de los servicios, la primera
vez que hay civiles del lado de la
acusación. Eran cerca de quince; había muchos civiles allá…
Hubo acompañamiento social,
también un nivel de militarización alto “en la insurgencia”.
Tuvo santificación de la Iglesia. El cura que vi en Tucumán
estaba de gala, para dar misa,
saludando a todo el mundo, satisfecho. También falta esa pregunta realmente y no es para
omitir la incriminación. Pero la
pregunta es, digamos, ¿en qué
cambió la historia argentina
hasta hoy? ¿Las Fuerzas Armadas llegaron sostenidas en
qué? ¿En qué estructura moral?
Estaba la Iglesia, una porción
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de la población y cierta convicción de que el nivel militar, y su
desafío, implicaban la desaparición de un mundo social conocido. Esto último es el tema
más difícil, pues efectivamente
es una discusión que hasta hoy
perdura en los sobrevivientes
o en los recuerdos que dejaron
las organizaciones como ERP,
Montoneros, FAR, FAL. Es decir, si era posible una transformación socialista en la Argentina a través de una metodología
que tenía ya prestigiosos antecedentes. Era la época de Vietnam, de la Revolución Cubana.
De modo que acá tenemos también otro problema que no es
sólo la figura del colaborador…
Esto exige nuevas palabras, en
realidad hablamos con viejas
palabras y rituales. Por ejemplo
escuché un discurso muy bueno de una madre de 85 años, un
discurso ritualista. Pero la religión duró dos mil años y son
discursos ritualistas. Así que
eso, en principio, no sería un
problema y habría que ver para
qué tipo de discurso el ritual
es un problema. Pero también
otra palabra difícil es la disidencia, el “disidente”. Por ejemplo yo fui un disidente. ¿Dónde
se ubica al disidente moralmente? Tiene varias categorías.
Puede ser el disidente que trabajaba en un espacio político
abierto; y el disidente armado,
que había tenido compromisos armados reales. ¿En dónde
surge la duda? ¿En qué lugar
de la disidencia se establece?
Hubo más en Montoneros que
en ERP, porque la presencia de
Perón era muy fuerte y Montoneros no podía desligarse de
Perón, podía decir que compartía la conducción, podía incluso
despreciarlo, pero actuaban en
nombre de un tejido donde las
palabras del peronismo estaban
presentes. Aún hoy los sobrevivientes son más peronistas
que el Perón que los combatió
y al que ellos combatieron. Un
mundo extraño… y son partes
de un gobierno peronista. Entonces el disidente, si no era
armado, es más fácil porque
pesaba la condena de Perón a
la guerrilla. El disidente armado es otro tema muy difícil de
comprender también, quizás de
justificar para el núcleo militar
fundador, porque en todas las
organizaciones hubo disidencias armadas. Esto quiere decir
que hay que preguntarse también desde el punto de vista
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del razonamiento del disidente.
Si hay argumentos ideológicos
predominantes o si hay oscuros
cálculos sobre su sobrevivencia. ¡No creo fácil resolver eso!
Toda organización tiene el concepto de traición. Un concepto
muy difícil de explicar, como
no sea en casos específicos,
¿no? La traición es un elemento
de control muy fuerte. El traidor es alguien que previamente ha hecho algún pacto o selló
algún compromiso, tuvo algún
juramento, implícito puede ser.
Otros más posmodernos sugieren que la traición es la verdadera forma del movimiento de
la política, de diversificación y
de cambio.
En todo caso sigue aplicándose
la categoría de traición porque
se puede decir primero: “¿Por
qué entraste acá?” Y segundo:
“¿Por qué no te diste cuenta
antes? Lo decís ahora que hay
problemas”. El traidor también
carga con un tipo de conceptualización grave, como el cobarde, como el que no se animó…
No es sólo para los juicios, está
en todos los libros publicados,
en Recuerdos de la muerte, en
El Tren de la Victoria de Cristina Zucker... Está tratado lateral-
mente... Es muy difícil porque
toda la rememoración tiene
una base épica. Se estableció
en varios arquetipos. Lo cierto
es que lo que yo vi en Tucumán
me asustó.
En estos juicios quizás es más
fácil, va más gente. Las manifestaciones y bombos eran
del lado de los represores. Por
eso pasa esto. Porque estamos
en un punto crucial en el que
evidentemente hay un avance
muy grande de la posición de
la llamada teoría de los dos demonios. El avance de eso fue
grande, acompañando o nutriéndose de la crítica al kirchnerismo que hacen los medios.
Los medios formalmente sostienen todavía las políticas de
derechos humanos, pero informalmente la erosionan todos
los días, alimentando la tesis de
los dos demonios. Ese discurso
de (Alfredo) Astiz, no se podría
haber hecho hace unos años,
pero ahora siente que hay una
sociedad que puede escucharlo, que hay más audibilidad.
15
>>>
¿Cree que está faltando una
revisión de ciertas categorías
respecto a la militancia política de los años 60/70? ¿Urge
un debate más profundo en
relación a distintos temas que
contribuyan a la construcción
de la memoria?
Habría que revisar mucho el
lenguaje que se hablaba antes y
el que se habla ahora. Ahora se
reitera de alguna manera. Pero
es parte de una pregunta más
grande. Digamos, aunque siga
habiendo juicios, la pregunta
sería si la sociedad argentina
está dando por terminado el ciclo de los derechos humanos…
Se pasa a una fase en la que los
derechos humanos se tornan
sociales, vinculados a los derechos laborales, ya sea desde la
derecha para criticar al Gobierno o desde la izquierda con los
derechos a la naturaleza, como
lo propone (Eugenio Raúl)
Zaffaroni con los “derechos de
la Pacha Mama”. En ese sentido
habría una nueva historicidad.
Lo veo positivo en el sentido de
seguir hablando de los derechos
en relación a la memoria de una
manera más fresca. Caso contrario, ocurre lo que vi en Tucumán, donde el discurso de la
víctima estaba contado muchas
veces con un estado de rigidez
muy grande. El problema es quizás que faltan más cronistas, en
lugar de fiscales y abogados y
querellantes y jueces.
No creo que sea fácil un debate.
Ya se dio en Alemania. Hay una
corriente alemana muy fuerte,
anti-monumentalista, por ejemplo (Christian) Boltanski. A muchos no les gusta… Vino hace
muy poco a la Argentina y trata
de capturar a través de una experiencia anterior los pequeños
objetos, cosas olvidadas, como
las ranuras de la historia. Ya no
la memoria de personas, sino la
memoria de lugares que albergaron personas. No está mal,
pero también ha sido criticado.
Dice que faltan más cronistas. Pero también es cierto que
“todos hablan de la memoria”.
Probablemente falten muchas
reflexiones y el debate sea “interminable”, incluyendo también a los espacios de memoria…
Sí, porque museos hay que hacer. No soy contrario a los museos y a algún tipo de experiencia originaria que tienen los
museos. En el Museo Judío de
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Berlín, medio te obligan a que
pienses algo sobre el carácter
trágico y la experiencia última de la muerte, una especie
de ámbito de meditación. Hay
rituales que están ahí precisamente para hacerse disculpables, o a hacer disculpable al
que no se le ocurrió nada. La
Iglesia es muy sabia en eso. No
es que vas a misa y revivís la Pasión de Cristo. Los curas saben
esperar, alguna vez te ocurrirá o
no te ocurrirá nunca.
Hablar de la memoria ahora se
convierte en un tema académico o bibliográfico, con escala en
el Conicet. No digo que eso esté
mal, pero incluso las personas
que tratan el tema lo hacen para
problematizar también cómo se
calcifica o rectifica eso. Son todos problemas de sacralidad o
profanación. Me parece que está
la sustitución de la idea de una
especie de último recurso de una
sacralidad frente al lugar, de sustituirla por la idea de que tiene
que ser lo contrario, para rescatar al lugar de sus tinieblas.
algo más ahí, porque sino el lugar se de-sacraliza y se convierte en la administración de la
memoria y no corresponde.
No creo que esté mal continuar el debate sobre el Espacio de lo que fue la ESMA.
También que éste continúe
siendo interpelado, incluso
que siga interpelando a la población. Pienso que entre “un
lugar sacralizado” y “un lugar
para la alegría” existe otra dimensión, en la que se pueda
repensar nuevas actividades,
charlas nuevas, sin demasiada solemnidad…
Sí, como lugar de charla, como
lugar del arte también. Ahora
hay un arte vinculado a la ausencia, a la desaparición, al terror. Yo ingresé cuando entró
Néstor Kirchner, no lo conocía
de antes. Es un edificio que tiene
una larga historia en la memoria
militar. El hecho de que lo haya
tomado el Estado, en nombre de
otras cosas, es formidable.
Lo contrario sería la alegría. No
digo que no se hagan más espectáculos, espectáculos tiene
que haber, pero tiene que haber
17
>>>
Estas reflexiones que señala
tanto sobre los espacios de memoria como sobre los juicios,
¿de qué modo piensa que llegan a la población en general?
Creo que puede haber cierta
burocratización del tema, junto
con un avance de la militancia
a la derecha. Por lo tanto, una
reinterpretación de la historia
argentina muy fuerte. No es la
derecha ideológica. Es una apelación a los nuevos militares de
la democracia. Las condenas
que este Ejército y esta Marina
hicieron a la anterior son episódicas, muchas veces superficiales y estuvieron a cargo de
algunas pocas personas. No
sé cuán operativo es ese corte
y cómo hay que considerarlo,
más allá de que hay materias
de derechos humanos y que se
han producido discursos de derechos humanos.
A lo que voy es que no sé si el
país está o no preparando un
espacio común en el que reaparezca una ilusión, que no hay por
qué descartar, de unas Fuerzas
Armadas enteramente críticas
de su pasado. Esas evidencias
no las veo disponibles fácilmente, por lo menos yo. Depende un
poco de la estabilidad del presente Gobierno, que se sigue basando en símbolos muy fuertes,
como el acto descolgar el cuadro
de (Jorge Rafael) Videla en el interior de una institución militar.
Me parece que son fuerzas subterráneas de la sociedad argentina que se siguen moviendo y
los juicios son una oportunidad
para verlas. Es decir, sobre cómo
avanzan o cómo retroceden.
***
Fuente: http://www.espaciomemoria.ar/
18
Memoria colectiva:
defender, no repetir
Kevin Johansen*
La memoria colectiva es la de todos,
es la que tenemos que defender para
no repetir los hechos. Heredamos
la generación de los grandes
cantautores que fueron prohibidos,
amenazados, asesinados por escribir
una canción y hoy nuestra generación
disfruta las mieles de cantar sobre
lo que se quiera y eso conlleva otra
responsabilidad. Hoy cantamos sobre
nuevas libertades a conseguir.
Es importante acompañar con nuestra
música la lucha de los organismos
de derechos humanos que vienen
desde hace muchos años, levantando
la voz y las banderas para que no
volver a repetir lo que pasó durante
la última dictadura en nuestro país.
Todos los que nos dedicamos a la
cultura, los lugares como el Espacio
Memoria permiten que los artistas
podamos conectar con el público,
compartir información, concientizar y
eso es primordial. Soy muy consciente
de lo que sucedió en estos ex centros
clandestinos durante el terrorismo de
Estado, por eso es importante aportar
desde la música a la promoción y
defensa de los derechos humanos.
* Palabras pronunciadas en su
­actuación en el Espacio Memoria y
Derechos Humanos (ex ESMA)
el 16 de diciembre de 2015
Fuente: http://www.espaciomemoria.ar/
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Homilía de Monseñor Angelelli en la
misa por el asesinato de Carlos de
Dios Murias y Gabriel Longueville
Abrir los ojos
Enrique Angelelli (*)
“Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos!”, exclamó el obispo
riojano Enrique Angelelli el 22 de julio de 1976 en la homilía por el
asesinato de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville. Estos,
participaban de la pastoral de Angelelli en una parroquia de Chamical, La Rioja. Fueron secuesrados el 18 de julio de ese mismo año,
apresados en la base local de la Fuerza Área y sus cuerpos muertos
fueron arrojados dos días después con los ojos vendados y con marcas de fuertes torturas.
Mis queridos hermanos y amigos: vamos a seguir rezando,
como lo venimos haciendo desde que desaparecieron nuestros
hermanos sacerdotes, pastores de Jesucristo, en este noble
y sufrido pueblo de Chamical, elegido y probado, señalado como fiel testigo, testimonio
vivo de la muerte de estos dos
hermanos. (...)
Antes de proseguir tengo que
dar cumplimiento a lo que se
me ha pedido, no como una
cosa externa; debo comunicar
a la diócesis las condolencias
que hemos recibido. Una de
ellas proviene de parte de todo
el episcopado argentino, y me la
hace llegar mi hermano, el cardenal Primatesta, presidente
de la conferencia episcopal argentina. Todos los obispos hubieran deseado estar presentes,
como el mismo nuncio apostólico, representante del Papa en la
Argentina. Los obispos no pueden hacerlo en este día, porque
la comisión ejecutiva del episco-
21
pado tiene una entrevista con el
excelentísimo señor presidente
de la nación.
El segundo telegrama proviene del señor nuncio apostólico
del Santo Padre, monseñor Pío
Laghi; y el tercero del arzobispo de Santa Fe, monseñor Vicente Zazpe. La sola lectura de
estos mensajes nos habla de la
adhesión de toda la Iglesia argentina, del representante del
papa y de la comisión ejecutiva,
y nos explican por qué no están
concelebrando y presidiendo
-como lo harían con gusto- esta
eucaristía, en la despedida de
Carlos y Gabriel.
Por nuestro corazón, porque llevamos en la raíz la inclinación al
pecado, al mal, a veces nos convertimos a lo que es malo como
si eso fuese una cosa buena. Y no
nos damos cuenta de que el corazón se nos pudre, apesta, hace
daño. En cambio, ¡qué estupendo es cuando el corazón humano
está lleno de la palabra de Dios,
lleno del Señor y de todo lo que
él inspira y nosotros acogemos!
Esto también tiene que hacernos
pensar. No es algo de Chamical,
no es algo de La Rioja. Es de la
patria, es algo de toda la Iglesia
argentina, es de todos. Yo diría:
de creyentes y no creyentes. ¡Nos
toca a todos! (...)
Pero los hombres llevamos todo
esto en vasos de barro. ¡Miren
aquí las pruebas de cómo llevamos este tesoro en vasos de barro! Somos frágiles: ¡también nos
pueden quitar la vida por Jesucristo! Y nuestros cuerpos tenemos que guardarlos en una caja
y hasta soldarla antes de tiempo,
porque se descomponen. Y sin
embargo, por pura misericordia
de Dios, ellos fueron ministros
de Jesucristo, pastores del Chamical. (...)
¡Cómo quisiera decir a los que
les quitaron la vida, a los que
prepararon el crimen, a los que
lo instigaron: abran los ojos, hermanos! Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos ante el sacrilegio que se ha cometido, ante el
crimen que se ha cometido! (...)
Estamos doloridos, profundamente doloridos, pero no somos
locos. Porque gracias a Dios somos normales, y ¡cómo no vamos a llorar al que es carne de
nuestra carne y sangre de nuestra sangre, afecto de nuestro
afecto, miembro de nuestra fa-
22
milia, hijo del cuerpo de Cristo,
parte de su pueblo, testigo de su
Iglesia! ¡Cómo no los va a llorar
Chamical! (...) La primicia de la
sangre sacerdotal ha sido vertida en esta comunidad y en esta
tierra de Los Llanos: véanla con
ojos de fe, no la miren con ojos
de rencor ni de resentimiento.
Doloridos, con lágrimas, sí, pero
con ojos de fe. (...)
Este pueblo, como cualquier otro
del país, necesita pastores que sigan haciendo lo que Carlos y Gabriel hicieron hasta ahora, y por
lo que murieron. Y también para
las religiosas es una bendición
su muerte. Ellos, hermanas, han
entregado la vida, no por tontos,
ni por cándidos, sino por la fe,
por servir, por amar, para que nosotros entendamos qué es servir,
qué es amar, qué es no ser tontos.
No hay ninguna página del evangelio que nos mande ser tontos.
Cristo nos enseña a ser humildes como la paloma y astutos
como la serpiente; nos manda tomar la cruz de cada día y seguirlo; nos manda que nos gocemos
en la persecución; nos manda ser
mansos de corazón, y tener alma
y corazón de pobres; él nos manda buscar a los más necesitados
porque son los privilegiados del
Señor, y no rechazar a nadie, porque suya es la respuesta para
todos los hombres y para todo
hombre, aunque se quiera dudar
de esta verdad. “Todo hombre es
mi hermano”: esto es el evangelio, aunque se puedan mofar de
él. (...)
Hermanos míos, yo los invito a
que oremos por los que mataron a Carlos y a Gabriel, sin que
nos interesen ni las siglas ni los
nombres. Lo repito, no tenemos
ni los ojos ni los oídos cerrados;
tenemos la inteligencia normal
de todo ser humano, o sea, que
si hay que saber y podemos conseguir elementos y estar así en
condiciones de informar a quien
se debe, vamos a hacerlo. Pero
también nos preguntamos: ¿hay
acaso hermanos nuestros que
pueden imaginar o pensar o programar violencias, y hay otros
que las ejecutan? ¿Y es posible
que coincidan? (...)
¡Qué difícil es ser cristiano! Porque al cristiano se le exige perdonar. Si se nos dijera: “No tenemos que perdonar; esto no es
cristiano, no es siquiera humano
matar sacerdotes”, responderíamos sin vacilar: el cristiano tiene
23
que perdonar a todos. Pero otra
cosa es aprobar los errores y otra
aún no trabajar para evitar que
estas cosas sucedan.
Pero al responsable su conciencia ha de decirle seguramente:
“¡Vos lo hiciste!” Y no sé cómo
puede dormir y, si está casado,
cómo puede darle un beso a su
mujer y a sus hijos. No lo entiendo desde la fe, y ni siquiera humanamente, en este y en otros
casos... No entiendo cómo esos
hombres pueden tomar a sus semejantes y, diciéndose cristianos, despedazarlos y triturarlos
como al trigo para hacer pan, por
más que esta vez les haya salido pan bendito. ¿No se acuerdan
que Tertuliano dice que la sangre de los mártires es semilla de
nuevos cristianos? Así, los mis-
mos verdugos son instrumentos,
en cierta manera, para el bien,
para que surja una comunidad
fuerte en la fe, en la esperanza y
en el amor. (...)
Señor, permite a Gabriel y a Carlos que desde el cielo sacudan
los corazones de sus asesinos,
para que no sigan haciendo lo
que están haciendo. Gabriel y
Carlos: como obispo, yo tengo
mucho que agradecerles a ambos. ¡Muchas gracias! Amén.
(*) Palabras pronunciadas
en la misa de cuerpo presente
realizada el 22 de julio de 1976.
17 días después, Angelelli
fue ejecutado por la dictadura
militar en un falso accidente
de ruta en los llanos riojanos.
***
Fuente: Pastor y Profeta. Mensajes de Monseñor Angelelli, Editorial Claretiana,
Buenos Aires, 1986.
24
Me Llamarán Subversivo
Dom Pedro Casaldáliga
Con un callo por anillo,
monseñor cortaba arroz.
¿Monseñor “martillo
y hoz”?
Me llamarán subversivo.
Y yo les diré: lo soy.
Por mi pueblo en lucha, vivo.
Con mi pueblo en marcha, voy.
Tengo fe de guerrillero
y amor de revolución.
Y entre Evangelio y canción
sufro y digo lo que quiero.
Si escandalizo, primero
quemé el propio corazón
al fuego de esta Pasión,
cruz de Su mismo Madero.
Incito a la subversión
contra el Poder y el Dinero.
Quiero subvertir la Ley
que pervierte al Pueblo en grey
y al Gobierno en carnicero.
(Mi pastor se hizo Cordero.
Servidor se hizo mi Rey).
Creo en la Internacional
de las frentes levantadas,
de la voz de igual a igual
y las manos enlazadas...
Y llamo al Orden de mal,
y al Progreso de mentira.
Tengo menos Paz que ira.
Tengo más amor que paz.
... Creo en la hoz y el haz
de estas espigas caídas:
¡una Muerte y tantas vidas!
¡Creo en esta hoz que avanza
- bajo este sol sin disfraz
y en la común Esperanza tan encurvada y tenaz!
25
Los derechos
humanos como tarea
ética y política (*)
Leonardo Boff
Vivimos en un tipo de sociedad mundial que ha puesto a la economía como su eje estructurador. La razón es sólo utilitarista, y todo,
hasta la persona humana, como lo denuncia el Papa Francisco, es
convertido en «un bien de consumo que una vez usado se tira». En
una sociedad así no hay lugar para derechos, sólo para intereses.
26
Vivimos en un mundo en el que
los derechos humanos son violados prácticamente en todos los
niveles: familiar, local, nacional y
planetario. El Informe Anual de
Amnistía Internacional, que cubre 159 países, hace esta dolorosa constatación. En vez de avanzar en el respeto a la dignidad
humana y a los derechos de las
personas, de los pueblos y de los
ecosistemas, estamos retrocediendo a niveles de barbarie. Las
violaciones no conocen fronteras y las formas de esta agresión
se sofistican cada vez más.
La forma más cobarde es la acción de los «drones», aviones no
pilotados que desde una base
de Texas, dirigidos por un joven
militar ante una pantalla de televisión, como si estuviera jugando, consigue identificar a
un grupo de afganos que están
celebrando un matrimonio, en
el cual presumiblemente debe
haber algún guerrillero de Al
Quaeda. Basta esta suposición
para, con un pequeño clic, lanzar una bomba que aniquila a
todo el grupo, con muchas madres y niños inocentes.
Es la forma perversa de la guerra preventiva, inaugurada por
Bush y llevada adelante criminalmente por el presidente Obama, que no ha cumplido las promesas de su campaña
en lo referente a los derechos
humanos, bien sea el cierre de
Guantánamo o la supresión del
“Acto Patriótico” (antipatriótico) por el cual cualquier persona en Estados Unidos puede ser detenida por terrorismo,
sin necesidad de avisar a su familia. Esto significa secuestro
ilegal, que nosotros en América Latina conocemos de sobra. En términos económicos y
también de derechos humanos
se está produciendo una verdadera latinoamericanización
de Estados Unidos al estilo de
nuestros peores momentos de
la época de las dictaduras militares. Hoy, según dicho Informe de Amnistía Internacional,
Estados Unidos es el país que
más viola los derechos de las
personas y de los pueblos.
Con la mayor indiferencia, como
un emperador romano absoluto,
Obama se niega a dar cualquier
justificación sobre el espionaje
mundial que lleva a cabo su gobierno con el pretexto de la seguridad nacional, cubriendo áreas
que van desde el intercambio de
27
correos amorosos entre dos enamorados hasta los negocios sigilosos y multimillonarios de Petrobrás, violando el derecho a
la privacidad de las personas y
la soberanía de todo un país. La
seguridad anula la validez de los
derechos irrenunciables.
El continente que más violaciones sufre es África. Es el continente olvidado y vandalizado. Las grandes corporaciones
y China compran tierras (land
grabbing) para producir en ellas
alimentos para sus poblaciones.
Es una neocolonización, más
perversa que la anterior.
Los miles y miles de refugiados e
inmigrantes por causa del hambre y de la erosión de sus tierras
son los más vulnerables. Conforman una subclase de personas,
rechazadas por casi todos los
países, en una «globalización de
la insensibilidad», como la llamó
el Papa Francisco. La situación
de muchas mujeres, dice el Informe de Amnistía Internacional, es
dramática. Son más de la mitad
de la humanidad, y muchas de
ellas están sujetas a violencias
de todo tipo, y en varias partes
de África y de Asia todavía sometidas a la mutilación genital.
El fundamento último del cultivo de los derechos humanos reside en la dignidad de cada persona humana y en el respeto
que le es debido. Dignidad significa que ella es portadora de
espíritu y de libertad que le permiten moldear su propia vida.
El respeto es el reconocimiento de que cada ser humano posee un valor intrínseco, es un fin
en sí mismo y jamás un medio
para ninguna otra cosa. Delante
de cada ser humano, por anónimo que sea, todo poder encuentra su límite, también el Estado.
El hecho es que vivimos en un
tipo de sociedad mundial que
ha puesto a la economía como
su eje estructurador. La razón
es sólo utilitarista, y todo, hasta la persona humana, como lo
denuncia el Papa Francisco, es
convertido en «un bien de consumo que una vez usado se
tira». En una sociedad así no
hay lugar para derechos, sólo
para intereses. Hasta el derecho
sagrado a la comida y la bebida únicamente está garantizado
para quien puede pagar. Si no
puede, estará al pie de la mesa,
con los perros, esperando alguna migaja que caiga de la mesa
repleta de los epulones.
28
En este sistema económico, político y comercial se asientan las
causas principales, no exclusivas,
que llevan permanentemente a la
violación de la dignidad humana. El sistema vigente no ama a
las personas; solamente su capacidad de producir y de consumir.
La tarea, además de humanitaria y ética es política: cómo
transformar esta sociedad malvada en otra en la que los humanos puedan tratarse humanamente y gozar de derechos
básicos. Si no, la violencia será
la norma.
***
29
¿Dónde está tu
hermano?
Mons. Jorge Novak, Obispo de Quilmes
El 22 de Marzo de 1996, la Universidad Nacional de Quilmes nombró a Jorge Novak, Profesor Honorario “por su constante lucha en
defensa de los Derechos Humanos”. En esa ocasión, el obispo de
Quilmes en aquel entonces, expuso la siguiente disertación, que fue
publicada en el número 30 de la Revista Nueva Tierra. Hoy, a 20
años, su palabra sigue siendo profecía, testimonio y compromiso.
30
Experiencia personal
desgarradora
En abril de 1985, al inaugurar la
primera Cátedra de Derechos
Humanos en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, dije:
“El 19 de septiembre de 1976 fui
ordenado obispo de la recién
creada diócesis de Quilmes. No
sospe-chaba en aquel momento
que muy pronto me encontraría
con un mundo insospechado
de familias afectadas visceralmente por atroces sufrimientos
espirituales. Familias, en cierta
medida, moralmente proscritas
en nuestra propia patria.”
Mi visión de la realidad humana
hubo de cambiar forzosa y rápidamente. Hasta entonces tenía
mi propia opinión sobre los hechos, pero basada en una información insuficiente y deteriorada. Cada grupo familiar que
trasponía los umbrales de mi
oficina me comunicaba, a modo
de ósmosis misteriosa, su carga de dolor y de angustia, reclamando comprensión, solidaridad, acción consecuente.
Comprendí entonces cabalmente, a partir de estos diálogos que
llenaban las más de las páginas
de mi libro de audiencias, que la
historia tiene una superficie en-
gañosa y una profundidad lacerante. Comprendí que sólo quien
desciende decididamente a bucear en los abismos del dolor
provocado en la historia por la
injusticia y la prepotencia, para
compartirlo y para regenerarlo,
adquiere en plenitud creciente
su propia dimensión humana.
En mi caso personal, valoré debidamente el axioma pastoral:
‘el hombre es el camino primero y necesario de la Iglesia’. En
esta experiencia vi claro que
sin actitudes sinceras con la situación de la familia argentina
(la desaparición de personas, la
destrucción premeditada de los
centros de producción por los
instrumentos de mezquinos intereses multinacionales; el hambre y la guerra...) me haría connivente y cómplice del mal en
sus múltiples expresiones.
Fue un aprendizaje duro pero
eficaz, con la pedagogía sencilla de descubrir la verdad de los
hechos; indagar en sus causas
profundas, “Y asumir sin pérdida de tiempo, sin temor al peligro, sin cansancio en la entrega, la defensa y promoción de
la dignidad de la persona y de
la familia, reclamando la plena
vigencia de los derechos humanos inalienables”.
31
Testimonio veraz
“Mi aporte será humilde, transmitiendo la denuncia que escucharon mis oídos y registró
mi corazón y expresando los
gestos que inspiró la humana
solidaridad y cristiana caridad. Otros hablarán de lo que
han sufrido en su cuerpo, en su
espíritu y en su familia. Entre
todos escribiremos un libro de
tan argentina vibración, que lo
quieran repasar las generaciones del futuro para perpetua
memoria y edificación.”
Prologué en octubre de 1983 un
folleto intitulado “Fraternidad
sí, violencia no”, comenzando
con estas palabras:
“El poder sobrevivir a los grandes desastres de la historia
evoca con fácil espontaneidad este refrán del prólogo
de Job:‘Sólo yo pude escapar
para traerte la noticia’(1, 15).
Desde luego, que exageraría la
nota del peligro o del derrumbe quien pretendiera ser casi
el único náufrago, sobre todo
al pasar la tempestad.
“Si elijo el texto bíblico mencionado como epígrafe de la
primera sección de mis palabras introductorias, es para
asegurar la veracidad de un
testimonio. Porque los temas
son grandes y graves, eminente
e íntimamente humanos, y han
de ser tratados con el respeto
debido a la verdad.
“Me atrevo a llamarme testigo
porque, dada mi condición de
Obispo, he podido saber datos
y circunstancias de tal magnitud y número que me capacitan
a describir este breve y duro
período de nuestra historia con
rasgos bien definidos. Sin ser,
sin más, el dueño de la verdad,
me considero, a fuerza de testigo, servidor de ella.
Creyente
Las convicciones más profundas para perseverar en esta
acción solidaria me las ha
brindado mi fe en Dios. He descubierto, a la luz de los acontecimientos con mayor claridad,
que Dios es compasivo con el
que sufre, comprometido con el
pobre, justiciero a favor del perseguido implacablemente.
Es el Dios de la vida, que quiere ser respetado en todo ser humano. Su interpelación a Caín
(“¿Dónde está tu hermano?”)
atraviesa los siglos, iluminando
como un relámpago las noches
más tenebrosas de la historia.
En los Salmos resuena el clamor
de los indigentes y la respuesta
32
del Dios de la justicia. Un ejemplo: (Salmo 82,1-4):
“El Señor se levanta en la asamblea divina y juzga en medio de
los dioses:
¿Hasta cuándo juzgarán injustamente
y favorecerán a los malvados?
¡Defiendan al desvalido y al
huérfano,
hagan justicia al oprimido y al
pobre;
liberen al débil y al indigente; rescátenlos del
poder de los impíos”.
El nuevo orden propuesto por
Dios a la humanidad es la tarea
del Mesías que, los cristianos
creemos es Jesús de Nazareth
(Salmo 72,12-14):
“Porque él librará al pobre que
suplica
y al humilde que está desamparado.
Tendrá compasión del débil y
del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.
los rescatará de la opresión y
la violencia,
y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.”
Discípulo
Los que profesamos nuestra adhesión a este Jesús, escucha-
mos sus palabras con respetuosa obediencia. Él no sólo nos
señaló el camino hacia Dios.
También expuso con meridiana claridad los fundamentos de
la dignidad personal del ser humano, exigiendo una conducta
consecuente. Nadie puede acceder a Dios, si no está en relación
de fraternidad y amistad con su
prójimo. La reconciliación es
imprescindible y nadie ha de
poner obstáculos a la felicidad
de otra persona.
En la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10,25-37) ha desplegado Jesús un esquema de
sentimientos y acciones de vigencia permanente. Para quienes hemos acompañado el dolor de los familiares de los
desaparecidos, esta página del
Evangelio ha sido fuente inagotable de recursos morales y
energías espirituales.
En la descripción anticipada del
Juicio Final, encontramos otro
de los grandes estímulos de
nuestra cercanía con los afectados por la represión totalitaria,
así como con los afectados con
posteriores medidas del régimen
democrático que inferían grave
daño a la familia y al individuo.
33
La aseveración de Cristo: “les aseguro que cada vez que lo hicieron
con el más pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo” (Mateo 25, 40), ratificaba mi propósito y nuestro propósito (me refiero
a cuántos bregábamos juntos por
la causa de los derechos humanos) de afrontar en ese empeño
todas las consecuencias.
profundamente mi corazón de
Pastor. Decía San Basilio (muerto en el año 379):
“¿Qué responderás al Juez, tú
que revistes las paredes y dejas desnudo al hombre? ¿Tú,
que adornas a los caballos y
ni siquiera te dignas mirar a tu
hermano cubierto de harapos?
¿Tú, que dejas que se te pudran
los alimentos y no alimentas
a los hambrientos? ¿Tú, que
guardas el dinero y desprecias
al que muere por no tenerlo?
Pero, dime: ¿De qué te aprovecha llevar la mano iluminada por piedras preciosas? ¿A
quién perdonó la muerte por
consideración a sus riquezas?
¿De quién se espantó la enfermedad por su mucho dinero?
¿Hasta cuándo habrá riquezas
que sean causa de guerras, por
las que se fabrican las armas y
se afilan las espadas?”
Sí la acción social determina la
conducta del discípulo y seguidor de Jesús con la fuerza de una
consigna, deduzcamos que la defensa y promoción de la vida y
dignidad de la persona humana
constituye uno de los aspectos
más salientes de ese campo, llegando a ser un verdadero test de
autenticidad cristiana.
Una valiosa tradición
Cuando la historia, después de
la Paz de la Iglesia (año 313) fue
marcándose en forma creciente
con la cultura cristiana, los pastores fieles a su misión tuvieron
que urgir la denuncia de los excesos de una clase social que
presumía de cristiana. La expresión más frecuente aparece en
la defensa del pobre. Los textos
son numerosos y han marcado
(José Ignacio González Faus:
Vicarios de Cristo, Madrid, 1991,
págs. 22- 3).
En otro orden de cosas, Obispos
conscientes de su deber no se
amilanaban ante el gobierno, si
los hombres que lo representaban claudicaban en su moral cristiana. Es bien conocido el episodio de San Ambrosio (Obispo de
Milán, muerto en el año 397), enfrentando al emperador Teodosio. Este, en un arrebato de ira,
34
35
había hecho matar a 7000 hombres de Tesalónica, como represalia. Estas palabras las pone el historiador Teodoreto en labios de
Ambrosio, excomulgando transitoriamente al emperador:
“¿Y con esos vuestros ojos os
atrevéis a contemplar la Iglesia, que es el hogar común para
todos? ¿Tenéis valor para extender esas manos en actitud
orante? ¿No véis cómo aún chorrea la sangre de aquella criminal mortandad? ¡No concibo
que tales manos se atrevan a
recibir el Sacrosanto Cuerpo
del Señor!”
El Concilio Vaticano II ha retomado un principio de aquella legislación, en la que palpita tanta
sensibilidad humana y cristiana:
“alimenta al que muere de hambre porque, si no lo alimentas, lo
asesinas” («Decreto de Graciano», capítulo 21, distinción 86; citado en la Constitución sobre la
Iglesia en el mundo actual N° 69).
Fidelidad al Concilio
Vaticano II
(Hugo Rahner: «Libertad de la
Iglesia en Occidente», Buenos
Aires, 1949, Pag. 155).
No es extraño que el Evangelio penetrara profundamente en
la legislación de la Iglesia. Los
Obispos participantes de los
Concilios Provinciales en los siglos de transformación cultural
de Europa (segun-da mitad del
primer milenio cristiano) tomaron como suya la causa del pobre, del oprimido, del violentado. Reiteran la proclamación de
la dignidad e igualdad de toda
persona humana en la presencia de Dios y cohíben con amenazas y penas especiales a los
incendiarios y violentos.
Los Obispos reunidos en el
Concilio Vaticano II asumieron
la causa de los Derechos Humanos. En el documento “Gaudium et Spes” (1965), sobre la
Iglesia en el mundo moderno, se
expresaron así (N° 27c):
36
“No sólo esto. Cuanto atenta
contra la vida -homicidios de
cualquier clase, genocidios,
aborto, eu-tanasia y el mismo
suicidio deliberado-; cuanto
mola la integridad de la persona humana, como, por ejemplo,
las mutilaciones, las torturas
morales o físicas, los conatos
sistemáticos para dominar la
mente ajena; cuanto ofende a
la dignidad humana, como son
las condiciones infrahumanas
de vida, las detenciones arbitrarias, las deportaciones, la
esclavitud, la prostitución, la
trata de blancas y de jóvenes;
o las condiciones laborales degradantes, que reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la
libertad y a la responsabilidad
de la persona humana: todas
estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización
humana, deshonran más a sus
autores que a sus víctimas y son
totalmente contrarias al honor
debido al Creador”.
te, sobre todo porque se obraba con el poder omnímodo de
un régimen que carecía de toda
base jurídica. Esa mentira institucionalizada asentaba antecedentes de gravísimas consecuencias para nuestro estilo de
convivencia social.
Ha sido norma invariable de
mi conducta poner en práctica
las orientaciones doctrinales y
pastorales del Concilio. Consiguientemente, he reparado una
y otra vez los principios que, en
materia de antropología y sociología y respecto del dinamismo
histórico, propone la primera
parte de este documento rector
de la cosmovisión cristiana.
Modesto servicio
al ser humano
Servicio a la verdad
Me consideré siempre obligado a la verdad, en mi acompañamiento de los familiares de los
desaparecidos. El encubrimiento del lugar de detención y del
trato de los desaparecidos ha
sido una maniobra repugnan-
Servicio a la vida
También entendí defender la
vida. Nunca quise aceptar la alternativa de la muerte inferida violentamente a los desaparecidos.
Con una profunda convicción del
valor de la vida humana, a la que
sólo Dios ha de poner fin, evité en
mis mensajes y homilías hasta la
impresión de que aceptaba, como
hecho consumado e irreversible,
el asesinato a mansalva de miles
y miles de jóvenes.
Servicio a la familia
En mis contactos con los familiares, me pronuncié claramente
a favor de esta célula fundante
de la sociedad. Escuchando los
relatos desgarradores de la sustracción nocturna de los seres
queridos, participé angustias,
compartí la esperanza contra
toda esperanza del reencuentro,
me uní en la oración a la apelación creyente y apasionada al
Dios de la vida y de la justicia.
37
Servicio a la libertad
“Cuando se aplasta bajo el pie
a todos los cautivos de un país;
cuando se distorsiona el derecho
de un hombre en la presencia del
Altísimo; cuando se perjudica a
alguien en un proceso, ¿acaso no
lo ve el Señor?” (Lamentaciones
3, 34-36). ¿Cómo se atrevían a entonar las estrofas del Himno Nacional los que habían reducido el
goce de la libertad a un silencio
temeroso y precavido, mediante acciones violatorias de las garantías constitucionales?
y de toda mujer. Compartí más plenamente el asombro del salmista:
Servicio a la justicia
Unido a las diversas organizaciones de Derechos Humanos tratamos de apelar a la justicia según
la letra y el espíritu de nuestra
Constitución. ¡Cuántos atropellos! Atropellos inauditos: privación arbitraría de la libertad, interrogatorios bajo la presión de
torturas, juicios sumarios, sentencias inapelables, indefensión
absoluta, condenas a muerte, ejecuciones clandestinas.
Permítanme, entonces, saludar
con respeto y entusiasmo:
Dignidad personal
del ser humano
En esta actitud comprendí mejor la
grandeza personal de todo hombre
“¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu nombre en toda la tierral ¿Qué es el hombre para que
pienses en él, el ser humano para
que lo cuides?” (Salmo 8, 2-5). Me
asombro yo también ante todo
ser humano, a quien Dios quiso tener como colaborador en
la obra de la Creación. Admiro irrestrictamente a este señor,
a quien Jesús quiso tener como
hermano, sin excluir a nadie.
al ser humano que está por nacer, exigiendo que se lo salvaguarde, que no lo asesinen cobardemente, sino que le dejen ver la
luz del sol y compartir plenamente la vida con sus semejantes;
al niño que ya ha nacido, como
un mensaje viviente de alegría,
para que no sea condenado a una
muerte prematura o una existencia agónica por desnutrición;
al joven y a la joven, para que
no sean víctimas de la desesperanza, por falta de ejemplos, de
ideales, de trabajo:
38
al anciano, cubierto de canas y
de méritos, para que la sociedad
no lo relegue a una marginación
deprimente, sino que le permita disfrutar todavía de muchos
años de existencia serena;
al migrante, que no es nuestro enemigo, sino un amigo que
golpea a las puertas y al corazón de una patria bendecida por
Dios con riquezas inagotables;
al aborigen, desterrado prácticamente de las tierras en que sus
ancestros vivieron miles de años,
para que sea acogido con todos
los honores y derechos de un ciudadano honrado y pacífico.
Cuando tengamos en cuenta, a
la luz de la fe, de la razón y de
la historia, la inmensa dignidad
de todo ser humano, desaparecerán las discriminaciones, las
marginaciones, las opresiones
que envilecen y envenenan la
convivencia nacional e internacional. Respetaremos en el otro,
hombre o mujer, joven o adulto,
blanco o negro, a un amigo, saludándolo con afecto y sirviéndole con desinterés.
>>>
Compromiso ulterior con
los Derechos Humanos
El gesto de buena voluntad que
ha tenido para conmigo la Universidad Nacional de Quilmes
representa para mí el compromiso de unirme ulteriormente a
todos los hombres y mujeres de
buena voluntad para defender
y promover los derechos humanos inalienables, constantemente
amenazados y aún atropellados.
La democracia, felizmente restituida en nuestra Patria a partir del 10 de diciembre de 1983,
gozará de buena salud y podrá prometerse larga duración
si asegura a todo ciudadano el
goce de derechos que la Nación
Argentina asumió ante la opinión pública mundial. Enumeramos algunos de ellos:
El derecho al trabajo, superando
con urgencia el grave problema de
la desocupación, que deprime al
individuo y desintegra la familia;
el derecho a la vivienda propia
y digna para que desaparezca
de la escena nacional el cuadro
de familias que han de vivir en
carpas de nylon, castigados por
el frío y las lluvias;
39
el derecho a la salud, destinando en los presupuestos partidas
suficientes, con planes bien elaborados, para que ningún argentino se vea impedido de acceder al médico, disponer de la
medicación necesaria y asegurarse una eventual internación;
el derecho a la educación, para
que recuperemos nuestra otrora
bien merecido nombre de país
inteligente y bien formado,
el derecho a la información,
completa, veraz y edificante,
para que los poderosos medios
de comunicación colaboren con
las familias y no las atropellen,
ingresando en la intimidad del
hogar con imágenes y mensajes
contrarios a nuestra cultura.
Fidelidad a la consigna
de Santo Domingo (1992)
Los Obispos reunidos en la 4ª
Conferencia del Episcopado Latinoamericano se expresaron en
este tenor respecto de los Derechos Humanos:
a. Desafíos pastorales
N° 166. “La conciencia de los derechos humanos ha progresado
notablemente desde Puebla, junto con acciones significativas de
la Iglesia en este campo. Pero al
mismo tiempo ha crecido el problema de la violación de algunos
derechos, se han incrementado
las condiciones sociales y políticas adversas. Igualmente se ha
oscurecido la concepción de los
mismos derechos por interpretaciones ideologizadas y manipulación de grupos, mientras aparece una mayor necesidad de
mecanismos jurídicos y de participación ciudadana”.
N° 167. “Los derechos humanos
se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema
pobreza y de estructuras económicas injustas que originan
grandes desigualdades. La intolerancia política y el indiferentismo frente a la situación del
empobrecimiento generalizado
muestran un desprecio a la vida
humana concreta que no podemos callar”.
“Merecen una denuncia especial las violencias contra los derechos de los niños, la mujer y
los grupos más pobres de la sociedad: campesinos, indígenas
40
y afroamericanos. También hay
que denunciar el negocio del
narcotráfico”.
b. Líneas pastorales
N° 168. “Promover, de modo más
eficaz y valiente, los derechos
humanos, desde el Evangelio
y la Doctrina Social de la Iglesia, con la palabra, la acción y
la colaboración, comprometiéndose en la defensa de los derechos individuales y sociales del
hombre, de los pueblos, de las
culturas y de los sectores marginados, así como de los desprotegidos y encarcelados”.
“Comprometerse en la defensa
de la vida desde el primer momento de la concepción hasta
su último aliento”.
“Participar con discernimiento en organismos de diálogo y
mediación y también en instituciones de apoyo a las diversas clases de víctimas, con la
condición de que sean serios y
no instrumentalicen mediante
ideologías incompatibles con la
Doctrina Social de la Iglesia”.
“Empeñarse firmemente, a la
luz de los valores evangélicos, en
la superación de toda injusta dis-
criminación por razón de razas,
nacionalismos, culturas, sexos
y credos, procurando eliminar
todo odio, resentimiento y espíritu de venganza y promoviendo
la re-conciliación y la justicia.”
Se ha hecho algo,
pero no todo
En mi prólogo al folleto “Fraternidad sí, violencia no”, tracé un
cuadro de los gestos y servicios
concretos de la situación cercada
por el terrorismo del Estado que
existía. Transcribo parcialmente:
“¿Hubo llamados de emergencia?
Por de pronto, la respuesta ha de
ser: hubo casos de emergencia.
Hubo numerosos casos. De emergencia extrema: allí donde la dignidad y la vida, no ya sólo de un
individuo, sino de la humanidad
misma son prostituidas y deterioradas hasta la desfiguración”.
“Cuando hay un tornado que
arrasa barrios enteros, cunde la alarma y toda la comunidad acude en socorro de los siniestrados. Dígase lo propio de
grandes incendios y de inundaciones devastadoras. Entre
nosotros hubo emergencia en
41
42
muchos hogares, en dimensiones profundas de la cultura, en
consecuencias de largo alcance
en nuestro dinamismo histórico. La comunidad no acudió ni
pronta, ni masivamente en ayuda de estos damnificados. ¿No
hubo alarma? Si la hubo, ¿fue
débil, indecisa o complaciente
con el poder?”
“¿O falló la respuesta solidaria?
¿O faltaron voluntarios para la
acción de salvataje que exigían
las críticas circunstancias por
las que atravesaban tantos hermanos nuestros? Tal vez, ordenando más los ítem, quede mejor bosquejado todo un mundo
de interrogantes.
“En el seguimiento pastoral de
“desaparecidos” y de “detenidos
del PEN” pueden desglosarse
cuestiones como:
Salas de reunión con garantías
de seguridad personal ante actitudes intimidatorias de fuerzas
de seguridad en los meses más
duros de la represión.
Asistencia pastoral de consolación (lectura comentada de la
Biblia; oración, escucha y diálogo sereno).
Tramitaciones de visitas a los
penales.
Reclamos ante las jefaturas y
direcciones para conseguir trato humano en las cárceles.
Facilitar tramitaciones ante
las autoridades reclamando información en el caso de las desapariciones.
Asistencia en dinero a familias
pobres que debían hacer, a veces, largos viajes, para reclamar
por desaparecidos o para visitar
a familiares detenidos.
Asistencia a los abuelos que
se debían encargar de los nietos
“huérfanos”.
Reclamar de las autoridades y
medios de comunicación social
respeto al dolor y a la fama de
los familiares siniestrados.
Llevar el eco de este reclamo a
la catequesis de la iglesia (homilía, preparación a los sacramentos, colegios, órganos periodísticos católicos...).
Preocuparse del buen nombre
de los hijos o hermanos menores
43
de las víctimas de la represión
en escuelas y universidades.
Reconocimiento
agradecido
Preocuparse de la extrema necesidad de las familias privadas
de recursos por las desapariciones (abuelos, niños...).
¡Honremos a los hombres y mujeres que nos han marcado, con
su vida ejemplar y su muerte heroica, el sendero luminoso del valor, de la defensa y de la promoción de los Derechos Humanos!
La historia, tomando distancia
de los acontecimientos para justipreciarlos en su real significación, los ha integrado en la galería de los héroes verdaderos, para
admiración e imitación. Nuestro siglo, que tantos horrores vio,
causados por personajes nefastos, también conoció la noble lucha del Mahatma Gandhi, de Luther King, de Oscar Romero y de
Enrique Angelelli. ¡Gloria a ellos
y a los innumerables hombres y
mujeres que, anónimamente, con
su conducta, pusieron el basamento de la efigie de una humanidad libre y fraterna!
“La lista es larga, pero de ninguna manera es completa. Para el
fin propuesto aquí no hace falta la integridad material de los
ítem. Lo que sí cabe afirmar es
que se trata de realidades muy
concretas y agónicas: no se puede pasar de largo indiferentemente. Porque Cristo estuvo en
esos cuerpos torturados, en esos
corazones desgarrados, en esos
niños aterrorizados.”
“Hemos de confesar nuestras limitaciones, a veces graves. En
momentos en que el Papa nos
exhorta a reconocer faltas y pecados, aún del pasado de la Iglesia, pedimos perdón a Dios, a los
familiares de los desaparecidos
y a toda la comunidad. La conmemoración de los 20 años del
fatídico 24 de marzo de 1976
agrega su cuota de urgencia y
reparación a este sincero recono-cimiento.”
>>>
Mi reconocimiento se dirige
igualmente a los familiares de
los desaparecidos. Con su tesón
indoblegable representan para
el país una reserva moral, aquilatada en el mundo entero.
Agradezco mis hermanos católicos de la Diócesis de Quilmes,
44
que supieron interpretar correctamente mi actitud en el área de
los Derechos Humanos.
Un emocionado reconocimiento
va para mis hermanos del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Hemos compartido, en la defensa y promoción
de la dignidad de la persona humana, densos años del más genuino ecumenismo.
Agradezco a la Universidad
Nacional de Quilmes el aliento
que ha brindado a un grupo investigador sobre los Derechos
Humanos. Agradezco, en fin,
la distinción que la misma Universidad me ha que-rido otorgar y que dedico a todos los
que, creyendo en el hombre, se
le acercan como amigo, hermano, servidor.
***
45
UNA MIRADA SOBRE LA PASTORAL DE LOS
dERECHOS HUMANOS DE JORGE NOVAK
Esperanza en acción y
búsqueda de la verdad
Isabel Iñiguez
La praxis de la fe en la experiencia de dolor y acción, obró como
fuente posibilitadora de mudanzas y motivadora de reacciones
ante el poder dictatorial. La oración como encuentro con Dios, y
como práctica realizada en el templo fue desplazada hacia la plaza, a las calles, comisarías, despachos, haciéndolos emerger como
nuevos areópagos.
Isabel Iñiguez propone en este texto una mirada teológico-pastoral
sobre el compromiso de Jorge Novak como obispo de la Diócesis de
Quilmes durante la última dictadura militar. Reconoce en su figura
un ícono de inspiración y responsabilidad ética y evangélica.
46
Presento la Pastoral de los Derechos Humanos, resaltando desde la imagen de pastor al obispo
Jorge Novak, el diálogo con las
Madres de la Plaza Quilmes y el
trabajo ecuménico en el MEDH,
conformando una figura pastoral significativa, porque públicamente han emergido de la realidad, por lo significativo de sus
vidas y el compromiso de sus
prácticas con los sufrientes de la
historia, en los contextos que le
tocó vivir, generando un testimonio relevante de interpelación
de enseñanzas del evangelio en
nuestra contemporaneidad.
En primer lugar me voy a referir a la figura teológico-pastoral,
que representa el Obispo Jorge Novak durante su Ministerio
Episcopal, como primer Obispo
de la diócesis de Quilmes, (19762001), luego en relación al diálogo con las Madres de la Plaza
de Quilmes y el trabajo conjunto con el MEDH en la pastoral de
los Derechos humanos.
Como figura teológico-pastoral,
el Obispo Novak, emerge con
significado por la implementación organizativa diocesana en
todas las pastorales, desde la
modalidad de Iglesia gestada
y recreada en ese espacio vital
en el que confluyen la inculturación diocesana de las opciones y orientaciones emanadas
del Concilio Vaticano II. En este
sentido, toda la obra del Padre
Obispo Jorge Novak, ha dejado
impreso en la diócesis una marca, configurándola con el espíritu pastoral del Concilio Vaticano
II que tuvo su recepción significativa en el Sínodo Diocesano de
la Palabra en (1981-1984).
En lo académico, ejerce desde
1958 en la docencia de Historia
de la Iglesia en la Facultad de
Teología de la Universidad Católica “Santa María de los Buenos Aires”; en la Facultad de Historia y Letras de la Universidad
del Salvador (Buenos Aires); en
el Seminario Mayor San José (La
Plata); en el Instituto de Cultura Religiosa Superior (Buenos
Aires); en el Escolasticado, San
Francisco Javier de los Misioneros del Verbo Divino, (Rafael
Calzada); en el Instituto Superior
del Profesorado Presbítero Antonio Sáenz (Lomas de Zamora);
en el Instituto del Profesorado
del Espíritu Santo, (Quilmes); en
el Seminario de Catequesis de la
Diócesis de Quilmes y en el Centro de Estudios Filosóficos y Teo-
47
lógicos Santo Toribio de Mogrovejo (Quilmes); y como titular de
la Cátedra de Derechos Humanos en la Universidad Nacional,
(Lomas de Zamora).
La vida y el ministerio episcopal de Jorge Novak en la diócesis de Quilmes, han sido abordados desde muchos ángulos. En
su transcurso se ha ido abriendo camino una presentación del
conjunto de su praxis evangelizadora en cuatro ejes temáticos:
Derechos Humanos, misión permanente, ecumenismo y opción
preferencial por los pobres. En
esta presentación trato uno de
los ejes: La Pastoral de los Derechos Humanos en el ministerio
episcopal de Jorge Novak (19762001) como defensor de la vida y
de la dignidad, reflexionó e implementó dando respuesta a los
“signos de los tiempos” a lo largo
de su servicio episcopal.
La figura de un hombre y pastor que entrega su vida y lo significativo de su figura en su ministerio episcopal lo manifiesta
su práctica en la opción por los
pobres, por el compromiso con
los sufrientes de la historia: “Es
nuestra más urgente tarea como
comunidad cristiana la Evange-
lización, lo que hago es expresar en esta frase punzante del
Apóstol: Pobre de mí si no predicare el Evangelio” (1 Co 9,16),
(Novak 1976p.2). Esta tarea que
le tocó desarrollar en el marco
del teodrama de la noche oscura, dado el contexto, el período de dictadura militar que gobernó nuestro país entre 1976
y 1983 auto titulado “Proceso
de Reorganización Nacional”;
y en el marco de la democracia
1983-2001, como “Nuevos tiempos”. El testimonio del Obispo,
dejó impreso un camino de referencia en los fieles y en hombres y mujeres de buena voluntad como pastor que “escucha”
el clamor en la Iglesia de Quilmes. Su voz fuerte y clara en
tantos planos, lo ha sido especialmente cuando se levantó
para denunciar toda violación
a los Derechos Humanos como
contradicción al plan de Dios
releyendo el episodio de Caín
y Abel:“Dónde está tu hermano, Abel”, (Gn, 4,9-10), Novak,
(1976),p.5. En este proceso se
observa el modo como los Derechos Humanos fueron concebidos por su práctica y discursos como contenido propio de
la acción pastoral confluyendo en una correlación ente Bi-
48
blia- cristología-antropología;
teología- historia de la Iglesia y
evangelización profética.
En este plano, el ministerio de
Jorge Novak desde el prisma de
los Derechos Humanos supone
un original acceso a una vida/
teología que puso en primer plano la convicción de la presencia
de Jesús, el Cristo en los sufrientes pisoteados en sus prerrogativas básicas e identificados con
Él, por su inalienable condición
de imagen y semejanza del Creador. En el contexto de una situación cultural latinoamericana y
argentina marcada por la violación sistemática de la dignidad
humana, desde los resortes del
Estado, que pone de manifiesto
la novedad evangelizadora del
Padre Obispo y lo que significó
su opción por los sufrientes que
derivó en una propuesta pastoral
y el servicio a los pobres como
sujeto de derechos, ante las necesidades básicas de los habitantes de la diócesis.
La Pastoral de los Derechos Humanos llevada adelante por Jorge Novak como Obispo de Quilmes está en íntima relación con
una concepción eclesiológica
que tiene al binomio inclusión/
comunión como eje articulador. Se trata de una modalidad
de Iglesia, Pueblo de Dios en
el que confluyen la inculturación diocesana de las opciones
y orientaciones emanadas del
Concilio Vaticano II –particularmente del tándem Lumen Gentiun, Gaudium et Spes– y la teología post-conciliar de América
Latina. En este proceso, percibo
que Jorge Novak buscó y logró
plasmar, en la vida diocesana en
general y en la pastoral de los
Derechos Humanos en particular, una Iglesia Pueblo de Dios
incluyente y comunional.
Al decir Pastoral de los Derechos humanos, desde sus dimensiones, me refiero a la diakonia,
kerigma y martyria, (Brighenti,
2011, p.43), y aplicados en relación con los derechos humanos
(Iñiguez,2014,p.51). Diakonía en
cuanto a la práctica, de acciones, dichos y escritos pastorales
llevadas a cabo por Jorge Novak como servicio de la Iglesia
diocesana en la temática de los
Derechos Humanos referidas a
la defensa de la dignidad de la
persona humana. Tal dignidad,
se traduce en temas concretos:
la verdad sobre los desaparecidos; la justicia hacia quienes
49
han sido sustraídos de la acción
del Poder Judicial para quedar a
disposición del Poder Ejecutivo
Nacional; la vida de los Niños
nacidos en cautiverio. Así como
el reclamo de los emergentes
derechos fundamentales, que
derivan de la Opción preferencial por los pobres en el proceso
democrático (1983-2001). El Kerigma como proclamación fundamental es la dignidad que a
todos, sin distinción alguna les
es propia. Al reivindicar tal dignidad nos mueve la revelación
contenida en el mensaje y en la
persona misma de Jesucristo: El
conocía lo que hay en el hombre
(Jn 2,25) (Cf DP316).
El Padre Obispo Novak, en la
Carta Pastoral sobre la actitud
solidaria con los familiares de
los desaparecidos ha expresado
sus objetivos trazados y logrados: “Mi magisterio ha llenado
un triple objetivo: de consolación y esperanza a los familiares inmediatamente afectados;
de evangelización a la opinión
pública y de enseñanza a nuestros fieles de parroquias y colegios”, (Novak, 1983). La defensa de la vida y de los Derechos
Humanos, como ampliamente
se expresa en la publicación en
homenaje a Jorge Novak, Testigo y sembrador de esperanza,
son presentadas como acentos
constitutivos de una respuesta/
propuesta de pastoral frente a
la situación histórica, que buscó
defender los derechos de las Personas en su dignidad y de los pedidos de paz ante las guerras en
que se intentaban someter a los
Pueblos, en esos contextos.
Al presentarlas, implica también
asumir algunos criterios de discernimiento teológico pastoral
como Interpretación de los Hechos de Pastoral de los Derechos
Humanos desde una Hermenéutica teológica con el abordaje
teológico-sistemático, desde la
pregunta: ¿Qué hiciste de tu hermano?, desde un abordaje bíblico; el rostro de la pastoral de los
Derechos Humanos, desde el enfoque antropológico-cristológico y la Pastoral de los Derechos
Humanos desde una eclesiología de inclusión y comunión. La
reflexión teológica de los Derechos Humanos como signo de
los tiempos y la Pastoral de Jorge Novak, como reacción ante
los anti-signos explicitan el modelo pastoral que está en juego
en estas acciones, opciones y
discursos, en el cauce de la her-
50
menéutica bíblica y teológica de
la Gaudium et Spes y de su recepción latinoamericana.
Considero que una pastoral
como la de los Derechos Humanos sólo puede ser fielmente interpretada desde una actitud
profética de denuncia del contexto y del poder oculto y manifiesto de las dictaduras latinoamericanas. Proceso, leído desde
los aportes de la teología de la liberación como reflexión crítica
de la praxis histórica a la luz de
la Palabra de Dios y de los Documentos pastorales de la Iglesia.
Momento reflexivo de la profecía
que arranca de la realidad humana, social, histórica para pensar
desde un horizonte más macro
las relaciones de injusticia que
se ejercen desde el centro contra
la periferia de los pueblos, produciendo situaciones de extrema pobreza que adquieren en la
vida real rostros muy concretos
en los que deberíamos reconocer
los rasgos sufrientes de Cristo, el
Señor, que nos cuestiona e interpela. (Cf. DP 31)
>>>
Las Madres de la
Plaza Quilmes
En este punto me refiero a las
Madres, como mujeres, ante la
desaparición de sus hijos e hijas
en el contexto histórico de dictadura en el país y la consecuente
forma organizativa en el escenario de la plaza. Desde la reflexión
teológico pastoral y en la perspectiva de género resalto la figura novedosa de resistencia y de
fe en la pastoral de los derechos
humanos. Para este tema me remito a la presentación realizada en el marco del 1º Congreso
de Teólogas Latinoamericanas y
Alemanas (Bs.As.2008).
Las Madres de la Plaza, emergieron del silencio y la noche frente a la época más cruel en el escenario de la plaza. Todo esto en
el marco de las dictaduras para
América Latina, diseñada desde
los centros de poder y la implementación del Plan Cóndor para
América del Sur, en aplicación
de la Doctrina de la Seguridad
Nacional. El secuestro de miles
de personas, con la consecuente
privación ilegítima de la libertad
en Centros Clandestinos de Detención. En ese período se realiza la apropiación de los hijos de
51
los desaparecidos-bebés secuestrados y nacidos en cautiverio
implementándose una campaña
de acción psicológica específica
basada en el control social.
La Plaza se tornó espacio de conquista de libertad y resistencia:
“Nos creamos en la Plaza porque
en otros organismos no nos sentíamos bien cerca; había siempre una cosa más burocrática y
en la Plaza éramos todas iguales,
nos contábamos ese ¿qué pasó?,
¿cómo fue?; a todas nos pasaba
lo mismo, por eso la Plaza nos
agrupó, nos consolidó. Además,
no queríamos que se le llame ronda a lo que hacíamos, porque ronda es rondar sobre lo mismo, pero
marchar es marchar hacia algo y
las Madres, creemos que aunque
sea en círculo, estamos marchando hacia algo”.
En la plaza, las mujeres encuentran un lugar para situarse, un
lugar desde el cual pueden desafiar los prejuicios de todo tipo
que siguen rebajando el valor de
sus vidas en la sociedad y también experimentado en las Iglesias. La práctica de las madres
por la ausencia, por el grito desde sus entrañas ante el secuestro
y desaparición forzada de sus hi-
jos e hijas, arrancadas/os de sus
hogares, pudieron saltar todos
los muros. Sintieron la fuerza y
la Fe que vence el miedo para resistir, organizarse y salir tocando
puertas, iniciando una búsqueda
incansable.
Resalto la sorprendente Fe de
las Madres, frente a la exclusión
que vivieron y en algunos ámbitos de iglesias. La oración de sus
labios, manifiesta su fuente de
fuerza para resistir el dolor y el
miedo, algunas voces:
“Rezamos al gritar y pedir gritando por los desaparecidos alrededor de la Plaza de Luján, fue
cuando el país se enteró que había desaparecidos” (…)
“Frente a la persecución que sufrimos, cuando se llevaron a Familiares, a las Religiosas y a dos
de nuestras Madres: Mary Ponce
y Esther Balestrino de Cariada
en la Iglesia de la Santa Cruz y
luego a Azucena Villaflor” (…)
“Cuando llegamos a la Plaza
Moreno, en La Plata, la policía
nos rodeó para aislarnos del grupo, comenzamos a rezar. Y rezamos Padres Nuestros y Aves Marías y Rosarios”.
52
53
“En noviembre de 1977 comienzan a encontrarse todos los
viernes en la Catedral de Quilmes, a las 17 hs, a rezar el rosario y a la salida encontrarse con
las Otras madres”.
“En la Peregrinación a Luján,
como necesitábamos identificarnos comenzamos a usar el “pañuelo blanco”, que no era otra
cosa que el símbolo de un pañal
de nuestros hijos”.
En los comienzos, muchas madres y familiares recurrían al
Obispo para pedir ayuda y en
Él, encontraron un padre, un
amigo que las escuchó. En toda
ocasión, el Obispo Novak, hacía
parte a la comunidad diocesana
sobre los hechos y en la apertura del Sínodo Diocesano, hizo
memoria del trabajo pastoral. La
acción del Obispado tenía un
influjo fuertemente animador
sobre las familias, brindando el
espíritu, el espacio humano y favoreciendo la información y colaboración con los familiares de
desaparecidos y los detenidos
presos por el Poder Ejecutivo
Nacional del gobierno de facto.
Las Madres y Abuelas, mujeres,
sujeto de conciencia y organiza-
ción, desde la perspectiva de género han tenido que enfrentar la
doble injusticia en la praxis de
los derechos humanos. Las silenciadas en la vida cotidiana,
las sin nombre y luego reforzado este silencio por las estructuras y el terrorismo de estado,
utilizaron sus propios cuerpos
como símbolo vivo del poder de
la memoria, negándose a aceptar que la injusticia dijera la última palabra. A través de sus
actos de memoria pública, literalmente peligroso, ayudaron
a crear una realidad diferente.
Pero, son ellas mismas, las Madres, en sus testimonios, quienes manifiestan el crecimiento
de conciencia y organización
en el proceso, así decían: “A pesar de que nos impidan voy a
ir a la marcha, por primera vez
voy a entrar en la ilegalidad, a
desafiar la ley”. “He dejado de
ser esa madre ingenua pero corajuda dispuesta a escalar montañas para encontrar a mi hijo”.
“La sola idea de que a consecuencia de nuestra acción pudiéramos encontrar respuestas,
es un motor cuya potencia ellos
ni siquiera sospechan. Ni sus
amenazas, ni sus fusiles pueden
contra la fe de una madre”. “Nos
llevaban presas, nos golpeaban,
54
ponían perros en la Plaza, nos tiraban gases”.
Cuando las Madres hacen memoria de la lucha de sus hijos, se
sienten continuadoras del proyecto de búsqueda de una nueva
sociedad. Al considerar que sus
hijos tenían razón, que había que
cambiar el tipo de sociedad que
excluye, asumen la legitimidad
de la lucha política de ellos y permiten que se realice un ejercicio
de memoria acerca de la génesis del plan de ajuste estructural,
que comenzó durante el proceso
y se consolidó en el gobierno de
los 90 y ellas, aseguran en la conciencia colectiva la permanencia
de la lucha por la defensa de los
derechos humanos.
Las Madres y Abuelas, experimentan la socialización de su
maternidad como un milagro:
“Fue un milagro socializar nuestra maternidad; fue un milagro
encontrar en otros hijos a nuestros propios hijos”. Ellas, se han
constituido en el paradigma de
la práctica política a partir del
dolor más allá de lo personal
sino social, de una abierta rebeldía hacia el gobierno militar y
hacia las formas de hacer política de los partidos tradicionales.
Representan el ejercicio de maternidad social, la salida a lo público para buscar al hijo y a todos
los hijos. Las Madres nos reflejan
el concepto universal de maternidad.
La praxis de la fe en la experiencia de dolor y acción, obró como
fuente posibilitadora de mudanzas y motivadora de reacciones
ante el poder dictatorial. La oración como encuentro con Dios,
y como práctica realizada en el
templo fue desplazada hacia la
plaza, a las calles, comisarías,
despachos, haciéndolos emerger
como nuevos areópagos.
La plaza que obrara como su
huerto de los olivos, espacio de
decisión, para enfrentar la pasión y muerte, fue también vivida simbólicamente, como escenario de resurrecciones, decían:
“Nuestros hijos nacen cada día,
el milagro de la resurrección se
provoca cada jueves en la Plaza, ahí resucitan en cada plaza,
ahí nacen todos los jueves y viven
cada semana y cada día con nosotras”. Ellas, como gestoras del
movimiento de reivindicación
por la vida, tejiendo y compartiendo juntas han modificado su
modo de estar en la familia y en
55
la sociedad, han puesto la palabra y el cuerpo, transformando
públicamente su lugar y rol en la
sociedad argentina, comenzando a ser sujeto y no objeto de los
lugares prohibidos. Esa modificación del lugar del cuerpo de la
mujer, del lugar de acción y de
expresión, en lugar de la prohibición de la presencia, les hace experimentar la resurrección como
presencia, memoria y esperanza,
rememorando los huesos secos
que expresa poética y profundamente el profeta Ezequiel.
Ellas, con sus pañuelos blancos,
constituyen el símbolo de continuidad de la defensa y dignidad de la vida, en la búsqueda
de una sociedad que se aproxime al Reino de Dios y su justicia, ellas, mujeres de resistencia
y de fe en la pastoral de los Derechos humanos y en comunión
con el Obispo Novak e Incorporadas a Cristo por el bautismo, forman el Pueblo de Dios y
realizan en su condición de mujer, la misión de todo el pueblo
cristiano, marcando un camino
de testimonio de fe transformadora de la realidad, como figura
novedosa y singular aportando
creatividades a la Pastoral por
los Derechos Humanos.
El Movimiento
Ecuménico por los
Derechos Humanos
Desde la diakonía vinculo la dimensión de la martyría en relación con la pastoral ecuménica por los Derechos Humanos
y sus diversas acciones mancomunadas del Obispo Novak y
el MEDH, que quedó plasmado
en los Documentos Fundamentales y Declaraciones Públicas del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos,
volumen revelador de 323 páginas (1976-2002).
El Obispo Jorge Novak, fue nombrado primer Obispo de Quilmes, el 19 de septiembre de 1976
y un mes después, en octubre de
1976, integra el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, como cofundador y copresidente. Ese organismo había
sido fundado en mayo de 1976
y Quilmes fue la primera diócesis católica que se integra a ese
compromiso ecuménico en ese
organismo y el primer acto público ecuménico por los Derechos Humanos, se realizó en la
Catedral de Quilmes, el 22 de diciembre de 1976, donde el Obispo lee una Carta citando pala-
56
bras del Papa, para referirse a los
problemas de la represión en Argentina.
El Obispo, siguiendo las orientaciones ecuménicas del Concilio Vaticano II, de promover la
reintegración de la unidad entre
todos los cristianos, (UR 1), estrechó vínculos y acciones comprometidas con los hermanos de
otras Iglesias cristianas. El mismo, ha querido dejar testimoniada su apreciación, en relación a
la Pastoral Ecuménica:
“Una de las experiencias más
valiosas de mi servicio a los Derechos Humanos ha sido el diálogo fraterno y activo con hermanos cristianos de otras Iglesias y
Comunidades eclesiales, en mi
condición de cofundador y copresidente del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Tengo la certeza de que esta
colaboración entra de lleno en la
letra y en el espíritu del Decreto
Conciliar sobre el Ecumenismo,
Nº 12”, (Novak, 1988, p.15)
Las oraciones en común y los Encuentros nacionales del MEDH,
han sido testimonio de vida y trabajo conjunto; las Declaraciones
firmadas conjuntamente, desde
los Fundamentos que inspiraron
la defensa de la persona humana; la Realización de Jornadas
de Pastoral Ecuménica, la comunicación llevada a cabo en el INFORMEDH y en el CEDIQ y las
Celebraciones Ecuménicas en fechas significativas, entre otras acciones. Rescato algunas acciones,
volcadas a continuación:
El apoyo del Movimiento ecuménico ante la prohibición de
la oración pública por la mediación del Papa, programada por
el Obispado de Quilmes, en la
plaza San Martín de esta localidad, (1981).El compromiso por la
vida desde el Evangelio de Jesucristo en la participación del
Movimiento Ecuménico en “La
Marcha por la Vida” (1982), junto al Obispo De Nevares, con los
demás hermanos en el Ecumenismo y otras organizaciones.
Además, todos los Organismos
de Derechos humanos se expidieron con una voz unánime
de rechazo al documento de las
fuerzas armadas. Entre ellos, el
Movimiento Ecuménico por los
Derechos Humanos hizo sentir
su rechazo ante tal accionar expresado en el Documento de las
Fuerza armadas, avalado por la
Junta Pastoral del MEDH: Obis-
57
58
po Jorge Novak, Obispo Federico Pagura, el Pastor Juan Van
der Valde, como los tres copresidentes, del mismo organismo.
Ante la entrega de los Petitorios
por los desaparecidos, junto a los
Obispos Jaime de Nevares y Federico Pagura (1983). El Obispo
Novak en la Carta Circular emitida públicamente, señalaba: “Nos
ocupa la dignidad de la persona
humana que se traduce en términos concretos: la verdad sobre los
desaparecidos, la justicia hacia
quienes han sido sustraídos a la
acción del Poder Judicial para
quedar a disposición del Poder
Ejecutivo y la vida de los niños
nacidos en cautiverio”.
La voz profética ecuménica en
el “No a la autoamnistía”. Y por
la Verdad a la Justicia, en la entrega por parte de la CONADEP,
del libro “Nunca más” (1984).
Los Obispos y pastores expresaron su inaceptabilidad a las expresiones del Documento de la
Junta, extraigo las distintas voces, al respecto: “No es este el
momento, ni la Junta militar el
organismo que tiene que hacer
apelaciones religiosas. La religión tiene sus representantes a
quienes les compete comentar
las motivaciones de ese orden.”
Una de las temáticas, derivadas
de la política de silencio acallando la justicia por parte de
las autoridades, han sido las leyes del Indulto y del Punto final. El Obispo y su Hermanos
del MEDH se expresaron frente
a los temas coyunturales, como
ha sido el “Indulto”:
“Reconozco plenamente la autonomía del orden temporal, la vigencia de la Constitución Nacional, la responsabilidad personal
de los civiles en la administración de la cosa pública. (…) Me
inspiro en la Palabra de Dios y en
el Magisterio de la Iglesia, para
nada entra en mi consideración
el punto de vista de partidos políticos, de sistemas meramente
filosóficos o de organizaciones
ideologizadas. (…) Coincido en lo
que atañe a temas como el presente, con una visión cristiana
ecuménica. La comparto concretamente en el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, del que soy Cofundador y
Copresidente y en tal condición
representé a nuestro Movimiento en la entrevista que el Señor
Presidente de la Nación tuvo a
59
bien conceder a los Organismos
de Derechos Humanos, el pasado
mes de agosto de 1989.”
En conclusión, la figura teológico pastoral que representa la pastoral de los derechos humanos
del Obispo Novak en los contextos por la defensa de la vida y la
dignidad de la persona humana
fueron atravesados por la martirya como testimonio manifestado públicamente confiriéndole
la dimensión profética liberadora a la pastoral al sumir las opciones preferenciales desde los
pobres, durante la etapa del terrorismo de estado y en la democracia 1983 en adelante, expresados en el testimonio del Obispo
y en el trabajo conjunto con sus
hermanos en el Ecumenismo al
“Defender la vida aún a costa de
la nuestra.” (Cf. Is 6, 1-11).
El papel de las Madres y Abuelas, desde su condición de gé-
nero en cuyas prácticas de fe y
compromiso con la vida buscaron traspasar el silencio, la invisibilidad y la exclusión para organizarse, levantar su voz y la
de sus hijos e hijas, nietos y nietas, posibilitando que el estado
(2003-2015) se haga cargo de tal
atropello del gobierno de facto y que en democracia se llegue a los avances de la recuperación de la verdad, de la justicia
y respuesta por los desaparecidos y nietos/as en cautiverio. En
se prolonga la pasión de Jesús y
prefiguran el rostro desfigurado
del Señor. Y en el rol de las Madres y Abuelas desde su condición de género lo martirial en la
vida del pueblo que abonó la tierra, en la comunidad eclesial en
Argentina y en América Latina
y cuya práctica concreta de pastoral ecuménica nos ha dejado la
enseñanza de que es posible proyectarnos a un futuro en el que,
“todos seamos uno”.
***
Fuente: Presentación fundada en un abanico bibliográfico plasmado en el Libro: “
IÑIGUEZ, I, JORGE NOVAK y la Pastoral de los Derechos Humanos, Fidelidad a
los Signos de los tiempos, Buenos Aires, Guadalupe, 2014”
60
Archivos de la represión, políticas de memoria
y de olvido en los países del Cono Sur
Derecho a saber
/ deber de recordar
Laura Bálsamo (*)
Es necesario que exista un marco legal que regule la administración, la preservación y el acceso de los archivos de la represión. Es
necesario evitar la destrucción y/o sustracción de documentos, y reglamentar el acceso y la consulta de esos archivos. Los documentos
allí archivados posibilitan no sólo reconstruir la historia reciente
y de la memoria colectiva, sino indagar sobre las violaciones a los
DD.HH., sus métodos y sus responsables.
61
Hacia la década de los años 60 y
hasta los años 90, diversos Estados de América del Sur iniciaron
un conjunto de prácticas políticas e ideológicas, que más tarde se conocerán como “terrorismo de estado”, enmarcadas en la
«Doctrina de la Seguridad Nacional», bajo gobiernos autoritarios y dictatoriales. La coordinación represiva entre los distintos
Estados tuvo una expresión sangrienta y tristemente eficaz: el
denominado «Plan Cóndor».
Con el advenimiento de la democracia en todo el Cono Sur
latinoamericano, ante las múltiples violaciones a los DD.HH.,
las organizaciones de DD.HH.
y gran parte de la sociedad reclaman justicia y reivindican el
derecho a la verdad o derecho
a saber, y el deber de la memoria o deber de recordar.
Justicia
El reclamo de justicia para acabar con la impunidad tuvo distinta suerte en los diferentes países, desde la impunidad absoluta
impuesta por ley y convalidada
por la población a través de un
referéndum, en Uruguay, hasta el
juicio a las Juntas y los procesos
a los militares por secuestros de
menores, en Argentina. En la mayoría de los países hubo leyes de
«punto final» o de amnistía para
los militares que cometieron las
violaciones de DD.HH.
Verdad
Asimismo se conformaron en
los diferentes países las denominadas Comisiones de la Verdad, creadas para ayudar a sociedades que han enfrentado
situaciones de violencia política
a superar los traumas creados y
a evitar que todo ello se repita.
Los objetivos específicos son la
investigación de las violaciones
contra los DD.HH., el establecimiento de las responsabilidades
jurídicas y la recomendación de
una política de reparación a las
víctimas. En algunos países estas comisiones fueron fruto de
una resolución gubernamental,
en otros surgieron de las organizaciones de DD.HH.
Memoria
A partir del denominado “terrorismo de Estado” surgieron, se
crearon y formaron archivos: documentos, datos, números, que
hablan de los afectados y de los
62
que afectaron, de civiles, militares, torturados y desaparecidos;
en fin, de la sociedad entera. Su
existencia fue en muchos países,
sistemáticamente negada por
los gobiernos, durante años.
El acceso a los archivos como
parte del trabajo de recuperación de la memoria es de crucial importancia, pues los archivos de la represión, son uno de
los puntos de partida para comenzar a reconstruir una sociedad digna, justa, y democrática.
Es necesario preservar los documentos que testimonian la magnitud de la represión y la existencia de las víctimas, para que
el «memoricidio» (olvido deliberado de las atrocidades cometidas por parte del Estado)
que se intentó por parte de los
regímenes dictatoriales y de algunos gobiernos democráticos
que les sucedieron, no se instaure. Asimismo, los archivos
pueden servir como medio de
prueba para las víctimas en el
ejercicio de sus derechos, y además sirve para la identificación
de las responsabilidades por la
violación de los DD.HH.
>>>
Apertura de archivos
En Brasil, entre 1991 y 1996 se recuperaron -a causa de la presión
de los organismos de derechos
humanos- algunos de los archivos de los DOPS (Departamento
de Orden Político y Social). Éstos
se transfirieron a los archivos públicos y comenzaron a ser de acceso público. Son archivos provenientes de la policía política que
han constituido fuentes de gran
valor para el ejercicio del habeas
data -reconocido en la constitución brasileña- para el reclamo de
compensaciones por parte de las
víctimas de las violaciones contra los derechos humanos y para
la localización de desaparecidos.
Los archivos pertenecientes al
área militar aún no se han abierto para el acceso público debido a un decreto por el cual se
establecen plazos extensísimos
para la desclasificación de la información secreta. (El Presidente Fernando Henrique Cardozo
establecía un plazo de 50 años,
con prórroga indefinida; el Presidente Lula lo bajó a 30 años
prorrogables a 30 más).
El único caso de acceso a un archivo militar es el de un equipo
63
de abogados que fotocopiaron
los procesos que estaban en poder del Superior Tribunal Militar,
donde ex-presos denunciaban
torturas y torturadores. Con esa
filtración se editó posteriormente el libro Brasil Nunca mais.
En Argentina, en 1998 fue descubierto el Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía
de la Provincia de Buenos Aires,
que posteriormente fue cedido
a la «Comisión Provincial por la
Memoria». Esta Comisión es un
organismo creado por ley e integrado por personalidades provenientes de las organizaciones
de DDHH, legisladores, y periodistas. En la Comisión hay un
equipo que trabaja en la tarea
de desclasificación, mapeo, conservación y digitalización de los
documentos. El archivo contiene
casi cuatro millones de folios y
trescientas mil fichas personales
y temáticas que van desde la década de 1940 hasta 1998, más 750
casetes de video y 160 casetes de
audio con grabaciones de eventos y escuchas.
En el año 2003, el presidente Kirchner creó el «Archivo Nacional de la Memoria», dependiente de la Secretaría de DD.HH.
de la Nación. Ese archivo tiene
como actividades fundamentales el obtener, analizar, clasificar,
digitalizar y archivar informaciones, testimonios y documentos sobre el quebrantamiento de
los DDHH. Tiene en su acervo
los archivos de la CONADEP, el
archivo de fallecidos, el Archivo
de la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad. Una de
las utilidades del archivo está en
función de las leyes reparatorias.
Reúne información a fin de emitir los certificados de «ausencia
por desaparición forzada» exigido por la legislación.
En Paraguay se descubre en
1992 el llamado Archivo del Terror. Se encontraron 600 libros
encuadernados, 115 libros de
Novedades de Guardia, 574 carpetas sobre partidos políticos,
más de 8000 fichas de detenidos, casi 2000 cédulas y pasaportes, 3000 fotografías, 543 casetes con grabaciones y miles de
informes confidenciales. Cobró
gran trascendencia por contener
documentos que confirmaban la
existencia de la coordinación represiva en el Continente, conocida como «Plan Cóndor». Está
custodiado por el Poder Judicial
y fue microfilmado; sus docu-
64
mentos han servido para iniciar
juicios y separar a funcionarios
implicados en torturas.
En Uruguay, en el año 2003, un
grupo de antiguos estudiantes
universitarios, dirigieron una
petición ante los Ministerios de
Defensa e Interior solicitando
la desclasificación de documentos de Inteligencia sobre las actividades estudiantiles desarrolladas durante la dictadura. Fue
posible acceder a documentos
reservados del archivo de Inteligencia del Ministerio del Interior. Por vez primera, se pudo acceder en Uruguay a fotografías,
recortes de prensa, informes de
seguimientos de marchas estudiantiles, etc., provenientes de
un Archivo del Terror.
En el año 2004 se produjeron
elecciones nacionales en el Uruguay y si bien las nuevas autoridades tuvieron inicialmente una
recepción favorable al tema, aún
resta saber cómo se procederá
respecto al acceso a los archivos.
Los miembros del gobierno están preocupados sobre la confidencialidad de los datos y la regulación del acceso.
A modo de conclusión
Es necesario que exista un marco legal que regule la administración, la preservación y el acceso
de los archivos de la represión.
Es necesario evitar la destrucción y/o sustracción de documentos, y reglamentar el acceso
y la consulta de esos archivos.
Los documentos allí archivados
posibilitan no sólo reconstruir la
historia reciente y de la memoria colectiva, sino indagar sobre
las violaciones a los DD.HH., sus
métodos y sus responsables.
Todo ello en función del «deber
de memoria», ya que «recordamos para la posteridad (...) ese
pasado en el que nuestra historia pareció enloquecerse y salió
del mundo conocido para habitar por un tiempo en la realidad del infierno...» (Luis Pérez
Aguirre, El Uruguay impune y
la memoria social, Tribunal permanente de los Pueblos, Sesión
Uruguay, 1990).
Fuente: www.servicioskoinonia.org
65
(*) Centro de Documentación «Luis
Pérez Aguirre» de SerPaJ-Uruguay
Cómo resistir la prisión-mundo
Un mensaje
lleva a otro
John Berger
La maravillosa poeta estadunidense Adrienne Rich apuntó, en una conferencia reciente,
que: “Este año, un informe del
Bureau of Justice Statistics (oficina de estadísticas judiciales)
revela que uno de cada 136 residentes en Estados Unidos está
tras las rejas –muchos en cárceles, sin que se les haya dictado
condena.”
En la misma conferencia, citó al
poeta griego Yannis Ritsos:
En el campo, la última
golondrina se dilata en partir, y
se mece en el aire como listón
negro en la manga del otoño.
No queda nadie más.
Sólo las casas quemadas
que arden quietas.
66
***
Descolgué el teléfono y supe de
inmediato que eras tú que me
llamabas desde tu departamento
en la vía Paolo Sarpi. (Dos días
después de que los resultados
electorales anunciaran el retorno
de Berlusconi.) La velocidad con
que identificamos una voz familiar que llega de la nada es algo
que conforta pero también tiene algo de misterioso. Porque las
medidas, las unidades que utilizamos en calcular la clara distinción entre una voz y otra, no
pueden formularse y son innombrables. No tienen código. En estos días hay más y más códigos.
Así que me pregunto si no habrá otras medidas, igualmente
sin código y no obstante precisas, con las cuales calcular
otros supuestos.
Por ejemplo, el monto de la libertad circunstancial que existe en
una situación dada, su rango y
sus límites estrictos. Los prisioneros se vuelven expertos en esto.
Desarrollan una sensibilidad particular hacia la libertad, no en tanto principio sino en tanto sustancia áspera y granular. Casi de
inmediato detectan los fragmentos de libertad cuando ocurren.
***
En un día ordinario, cuando
nada sucede y las crisis que se
anuncian hora tras hora son ya
nuestras viejas conocidas –y
mientras los políticos se presentan a sí mismos como única
alternativa a la catástrofe–, las
personas intercambian miradas
al cruzarse unas con otras para
cotejar si los demás entienden
lo mismo cuando murmuran:
así es la vida.
Es frecuente que otros contemplen lo mismo y en ese instante
compartan un cierto tipo de cercanía ante algo que no han dicho ni discutido.
Busco palabras para describir el
periodo de la historia en que vivimos. Decir que no tiene precedentes significa muy poco,
porque ningún periodo tiene
precedentes desde que se descubrió lo que llamamos historia.
No busco una definición compleja para el periodo que atravesamos –hay algunos pensadores, como Zygmunt Bauman,
que han asumido esta esencial
tarea. Sólo busco una figura que
sirva como coordenada, como
hito o mojonera. Las mojoneras
no se explican plenamente por
67
sí mismas, pero ofrecen un punto de referencia que se puede
compartir. En eso son parecidas
a las suposiciones tácitas contenidas en los proverbios populares. Sin referentes hay un gran
riesgo de que los humanos demos vueltas y vueltas.
***
El referente que encontré es
ése de la prisión. Nada menos.
Por todo el planeta vivimos en
una prisión.
La palabra nosotros, cuando se
imprime o se pronuncia en las
pantallas, se ha vuelto sospechosa. Todo el tiempo la usan
los que, detentando el poder,
con demagogia dicen hablar
por aquellos a quienes les niegan ese poder. Hablemos de nosotros pronunciando ellos. Ellos
viven en una prisión.
Qué clase de prisión, cómo se
construyó, dónde está situada,
¿o acaso utilizo la palabra únicamente como figura del lenguaje?
No, no es metáfora, el encarcelamiento es real, pero para describirlo tiene uno que pensar
históricamente.
Qué tipo de prisión
Michel Foucault ha mostrado
gráficamente que la penitenciaría fue una invención de fines del
siglo XVIII, principios del XIX,
vinculada de cerca con la producción industrial y sus fábricas y su filosofía utilitaria. Antes
hubo cárceles que eran extensiones de las jaulas y los calabozos. Lo que distingue a la penitenciaría es el número de presos
que puede empacar, y el hecho
de que todos ellos se encuentren
bajo continua vigilancia –gracias
al modelo del panóptico, según
lo concibiera Jeremy Bentham,
que introdujo el principio de la
contabilidad a la ética.
La contabilidad exige que toda
transacción se anote. Por eso las
paredes circulares de las penitenciarías, las celdas dispuestas
en círculos y la torre de vigilancia como tornillo en el centro.
Bentham, quien fuera el tutor de
John Stuart Mill a principios del
siglo XIX, fue el filósofo utilitarista que más justificó el capitalismo industrial.
Hoy, en la era de la globalización, el mundo está dominado
por el capital financiero, no el
68
capital industrial, y los dogmas
que definen la criminalidad y la
lógica del encarcelamiento han
cambiado radicalmente. Las penitenciarías existen aún y se
construyen más y más. Pero los
muros de la prisión sirven ahora
para un propósito diferente. Lo
que constituye una área carcelaria se ha transformado.
***
Hace veinticinco años, Nella
Bielski y yo escribimos A Question of Geography, una obra
acerca del gulag. En el acto dos
un zek (un prisionero político)
habla con un niño que acaba de
llegar acerca de las opciones, de
los límites a los que puede elegirse en un campo de trabajo.
Cuando te arrastras de regreso,
después de un día de laborar en
la taiga, cuando te hacen marchar de regreso, medio muerto
de fatiga y de hambre, te dan una
ración de sopa y pan. En cuanto a la sopa, no hay opción –tienes que comerla mientras todavía esté caliente, o por lo menos
tibia. Y en cuanto a los 400 gramos de pan, tienes una opción.
Por ejemplo, puedes cortarlo en
tres pedazos: uno para comer-
lo junto con la sopa, otro para
chuparlo antes de dormir en tu
camastro y el tercero para guardarlo hasta la mañana siguiente
a las diez, cuando trabajes en la
taiga y el vacío de tu estómago
se sienta como una piedra.
Te hacen vaciar una carretilla
llena de rocas. En cuanto a empujar la carretilla hacia el tiradero no hay opción alguna. Ahora
que está vacía hay una opción.
Puedes llevar tu carretilla de regreso en la misma posición en
que la trajiste o –si eres listo, y la
sobrevivencia te aviva– puedes
empujarla casi parada. Si eliges
el segundo modo le das un descanso a los hombros.
Si eres un zek y te vuelven líder
de un equipo, tienes la opción
de jugar a ser un cabrón o no olvidar nunca que eres un zek.
El gulag ya no existe. Sin embargo, hay millones que trabajan en
condiciones no muy diferentes.
Lo que ha cambiado es la lógica
policiaca aplicada a los obreros
y a los criminales.
En los gulag, los prisioneros
políticos, categorizados como
criminales, fueron reducidos a
69
trabajadores esclavos. Hoy, millones de obreros explotados
brutalmente son reducidos al
estatus de criminales.
La ecuación del gulag, que igualó criminal con trabajador esclavo, la redactó de nuevo el
neoliberalismo igualando al trabajador con un criminal oculto.
Todo el drama de la migración
global está expresada en esta
nueva fórmula: aquellos que
trabajan son criminales en potencia. Cuando los acusan, son
hallados culpables de intentar
sobrevivir a toda costa.
Quince millones de mujeres y
hombres mexicanos trabajan
en Estados Unidos sin papeles
y en consecuencia son ilegales.
En la frontera entre México y
aquel país se está construyendo
un muro de concreto de mil 200
kilómetros y un muro “virtual”
de mil 800 torres de vigilancia.
Pero, por supuesto, se hallarán
caminos –todos ellos peligrosos– para darles la vuelta.
Entre el capitalismo industrial –
dependiente de la manufactura
y las fábricas– y el capitalismo
financiero –dependiente de la
especulación de libre mercado y
los mercachifles de mostrador–
el área carcelaria cambió. (Hoy,
las transacciones financieras especulativas suman diario un billón 300 mil millones de dólares; cincuenta veces la suma de
los intercambios comerciales.)
La prisión es ahora tan grande como el planeta y sus zonas
asignadas varían. A veces se
les dice sitio de trabajo, o campo de refugiados, centro comercial, periferia, guetto, conjunto
de oficinas, favela, suburbio…
Lo esencial es que en estas zonas todos están igualmente encarcelados y, por ende, son los
compañeros presos.
***
Es la primera semana de mayo y
en las laderas de colinas y montañas, a lo largo de las avenidas que
circundan las rejas, en el hemisferio norte, se renuevan las hojas
de la mayoría de los árboles. No
sólo son distintas todas sus variedades de verde, sino que la gente tiene la impresión de que cada
una de las hojas es distinta, por lo
que se confronta no con billones
(la palabra la corrompieron los
dólares) sino con una multitud
infinita de hojas nuevas.
70
Para los prisioneros, los pequeños signos de la continuidad de
la naturaleza han sido siempre,
y siguen siendo, un acicate encubierto para la confianza.
***
Hoy, el propósito de casi todos
los muros de la prisión (de concreto, electrónicos, de patrullaje
o de interrogatorio) no es mantener a los prisioneros dentro
para corregirlos, sino mantenerlos fuera y excluirlos.
Casi todos los excluidos son anónimos –por eso hay la obsesión
de las fuerzas de seguridad con el
asunto de la identidad. También
son incontables. Por dos razones. Primero, porque su cantidad
fluctúa: cada hambruna, desastre natural e intervención militar (hoy llamadas acciones policiacas) disminuye o incrementa
la multitud de excluidos. Segundo, porque evaluar su número es
confrontar la verdad de que ellos
constituyen la mayoría de los que
viven sobre la tierra, y para el poder asumir esto implica hundirse
en el absurdo absoluto.
***
¿Han notado que cada vez es
más difícil sacar las mercancías
pequeñas de sus empaques?
Algo semejante ocurre con las vidas de quienes tienen un empleo
que les brinda ganancias. Quienes tienen empleo legal y no son
pobres viven en un espacio muy
reducido que les permite menos
y menos opciones –excepto la
opción binaria y continua entre
obedecer y la desobediencia. Sus
horas laborales, su lugar de residencia, sus habilidades pasadas,
su experiencia, su salud, el futuro de sus niños –todo lo que queda fuera de su función como empleados– ha tenido que asumir
un pequeño segundo lugar ante
las imprevisibles y vastas exigencias de la ganancia en efectivo. Es más, la rigidez de esta
regla de la casa se conoce como
flexibilidad. En prisión las palabras se voltean de cabeza.
La alarmante presión de las condiciones del trabajo muy calificado obligaron recientemente a las
cortes japonesas a reconocer y
definir una nueva categoría propuesta por los médicos forenses:
“muerte por trabajo excesivo”.
Ningún otro sistema es posible,
le dicen a los empleados bien re-
71
72
munerados. No hay alternativa.
Tomen el elevador. El elevador
es tan diminuto como una celda.
***
Los pueblos no tienen sino el
grado de libertad que su audacia
le conquista al miedo.
Stendhal
Observo a una niña de cinco
años mientras toma su clase
de natación en la piscina municipal techada. Lleva un traje de baño azul oscuro. Puede
nadar y sin embargo le falta la
confianza para nadar sola sin
ayuda alguna. La instructora la
lleva al lado profundo de la alberca. La niña está por brincar
al agua y mientras se aferra a la
barra larga que le extiende su
maestra. Es una manera de que
le pierda el miedo al agua. Lo
mismo hicieron ayer.
Hoy, ella quiere que la niña
brinque sin tomarse de la barra.
¡Uno, dos, tres! La niña brinca,
pero en el último momento se
prende de la barra. No se profieren palabras. Una leve sonrisa cruza entre la mujer y la
niña. La niña se apena, la mujer
es paciente.
La niña sale de la piscina trepando por la escala y regresa al borde. Voy a brincar otra vez, dice.
La mujer asiente. La niña inhala, expele el aire y brinca, con las
manos a los lados, sin sostenerse de nada. Cuando sale a la superficie, la punta de la barra está
ahí enfrente de su nariz. De dos
brazadas llega a la escala sin tocar la barra. ¡Bravo!
En el momento en que la niña
brincó sin prenderse de la barra,
ninguna de las dos mujeres estaba en prisión.
***
Miremos la estructura del poder
del mundo sin precedentes que
nos circunda y cómo funciona su
autoridad. Toda tiranía encuentra e improvisa su propia serie de
controles. Es por eso que al principio uno no los identifica como
los crueles controles que son.
Las fuerzas de mercado que dominan al mundo aseguran que
son inevitablemente más fuertes
que cualquier Estado-nación. Su
afirmación la corroboran minuto a minuto eventos que van de
la llamada no solicitada que intenta persuadir a quien contesta
73
de comprar una nueva póliza de
seguro médico o pensión, al más
reciente ultimátum de la Organización Mundial de Comercio.
nías del pasado? Sí, pero no en
el modo que describo. Lo que se
vive hoy es nuevo por su relación con el espacio.
El resultado es que la mayoría de
los gobiernos no gobierna más. Un
gobierno ya no maniobra hacia su
destino escogido. El término horizonte, con su promesa de un futuro
esperado, se desvaneció como discurso político –en la derecha y en
la izquierda. Lo que queda es debatir cómo medir los restos. Las encuestas de opinión remplazan el
rumbo, remplazan el deseo.
Es aquí donde el pensamiento de
Zygmunt Bauman es iluminador.
Él apunta que las fuerzas corporativas de mercado que ahora gobiernan el mundo son extraterritoriales, es decir, “sin restricciones
territoriales, sin restricciones de
localidad”. Son perpetuamente
remotas, anónimas y nunca toman en cuenta las consecuencias
físicas, territoriales, de sus acciones. Y cita a Hans Tietmeyer, presidente del Banco Federal de Alemania: “El reto de hoy es crear
condiciones favorables para dar
confianza a los inversionistas”. La
prioridad suprema y única.
La mayoría de los gobiernos pastorean en lugar de proponer un rumbo. (En la jerga carcelaria estadunidense, pastor es uno de las muchos
apodos usados para los carceleros.)
En el siglo XVIII, al encarcelamiento de largo plazo se le definía, con gran aprobación, como
“muerte civil”. Tres siglos más tarde, los gobiernos imponen, por ley,
por fuerza y mediante el ajetreo de
las amenazas económicas, regímenes masivos de “muerte civil”.
***
¿No era una forma de prisión vivir bajo cualquiera de las tira-
En seguimiento de esto, la tarea
que le asignan a los obedientes
gobiernos nacionales es controlar las poblaciones mundiales
de productores, consumidores y
pobres marginados.
El planeta es una prisión y los
gobiernos obedientes, sean de
derecha o de izquierda, son los
pastores, los guardias.
74
***
El sistema-prisión opera gracias
al ciberespacio. Éste ofrece al
mercado una velocidad de intercambio que lo vuelve casi instantáneo, y que se usa, día y noche,
para comerciar por todo el mundo. A partir de esta velocidad la
tiranía del mercado obtiene su licencia extraterritorial. Tal velocidad, sin embargo, tiene un efecto patológico sobre sus usuarios:
los anestesia. Pase lo que pase, el
Negocio como de Costumbre.
No hay lugar para el dolor en tal
velocidad: quizá existan anuncios de la existencia de un dolor, pero no alcanzan para hacer
sentir su sufrimiento. En consecuencia, la condición humana se
desvanece, es excluida de la operación del sistema. Los operadores, los estafadores, están solos
porque son ruines en extremo.
Antes, los tiranos eran inmisericordes e inaccesibles pero
eran vecinos, gente sujeta al
dolor. Éste ya no es el caso, lo
que a largo plazo será el error
fatal del sistema.
***
Las altas puertas se vuelven
a cerrar
Estamos dentro del patio
carcelario
en una nueva temporada
Tomas Transtömer
Ellos son (nosotros somos) compañeros presos. Reconocer eso,
en cualquier tono de voz que se
declare, contiene una negativa.
En ningún lugar como en la prisión se calcula y se espera tanto
el futuro, como algo tan rotundamente opuesto al presente. Los
encarcelados nunca aceptan el
presente como algo definitivo.
Entre tanto, cómo vivir este presente. Qué conclusiones sacar.
Qué decisiones tomar. Cómo
actuar. Tengo algunas sugerencias, ahora que la mojonera quedó establecida.
De este lado de los muros las experiencias son escuchadas, no
hay experiencias que se consideren obsoletas. Aquí se respeta la supervivencia y es un lugar
común que con frecuencia la supervivencia dependa de la solidaridad entre los compañeros
presos. Las autoridades saben
esto –por eso recurren al confinamiento en solitario, sea por
75
medio del aislamiento físico o
mediante su manipulador lavado de cerebro, con los cuales los
individuos quedan aislados de
la historia, con sus legados, de
la tierra, y por encima de todo,
de un futuro en común.
Ignoren el parloteo de los carceleros. Hay por supuesto carceleros malos y menos malos.
En ciertas condiciones es útil
distinguir la diferencia. Pero lo
que dicen –aun los menos malvados– es pura mierda. Sus himnos, sus consignas, sus fórmulas
para encantar, como la seguridad, la democracia, la identidad,
la civilización, la flexibilidad, la
productividad, los derechos humanos, la integración, el terrorismo, la libertad, se repiten y
se repiten con el fin de confundir, dividir, distraer y sedar a
los compañeros presos. En este
lado de los muros, las palabras
que profieren los carceleros carecen de sentido y ya no son útiles para pensar. Cortan la nada.
Hay que rechazarlas aun cuando se piensa en silencio.
En contraste, los prisioneros tienen su propio vocabulario con
el que piensan. Muchas palabras se mantienen en secreto y
muchas son locales, con incontables variaciones. Frases y palabras diminutas que contienen un mundo: “te muestro mi
modo”, “algunas veces me pregunto”, “pajarillo”, “algo pasa
en el ala B”, “encuerado”, “toma
este arete pequeño”, “murió por
nosotros”, “anda, llégale, dale
nomás”, etcétera.
***
Entre los compañeros presos
hay conflictos, algunas veces
violentos. Todos los prisioneros están privados, aunque hay
diversos grados de privación y
las diferencias de grado provocan envidias. De este lado de los
muros la vida vale muy poco.
Que la tiranía global no tenga
rostro alienta cacerías para hallar chivos expiatorios, para hallar enemigos definibles en lo
instantáneo entre los otros prisioneros. Las asfixiantes celdas
se tornan entonces una casa de
locos. Los pobres atacan a los
pobres, los invadidos saquean a
los invadidos. No hay que idealizar a los compañeros presos.
Al no idealizar, tomen nota de lo
que guardan en común –su sufrimiento, su entereza, su astu-
76
cia– que son más significativas,
más reveladoras, que aquello
que los separa. Y de esto, nacen
nuevas formas de solidaridad.
Las nuevas solidaridades comienzan con el reconocimiento mutuo de las diferencias y
la multiplicidad. Ésa es la vida.
Una solidaridad, no de masas,
sino de interconectividad, mucho más apropiada para las condiciones de la vida en prisión.
***
Las autoridades sistematizan lo
más posible sus acciones con
tal de mantener mal informados a los compañeros presos de
lo que ocurre en otras partes de
la prisión mundial. En el sentido
agresivo del término estas autoridades no indoctrinan. El indoctrinamiento está reservado para
entrenar a la pequeña élite de
mercaderes y de expertos gerenciales de mercado. Para la enorme población de presos, no es el
propósito activarlos, sino mantenerlos en incertidumbre pasiva,
recordarles sin cesar que no hay
nada en la vida sino riesgos, y
que la tierra es un lugar inseguro.
Esto se logra con una información cuidadosamente seleccio-
nada, con desinformación, con
comentarios, rumores y ficciones. Al funcionar, esta operación propone y mantiene una
alucinante paradoja porque engaña a la población de la cárcel
haciéndola creer que la prioridad de cada uno es hacer arreglos para conseguir su propia
protección personal y adquirir de algún modo, aun estando
en la cárcel, su propia exención
particular del destino común.
La imagen de la humanidad,
según la transmite esta visión
del mundo, es nuevamente
algo sin precedentes. La humanidad es presentada como cobarde. Sólo los ganadores son
valientes. Además, no hay dones, sólo hay premios.
Los prisioneros siempre han
encontrado formas de comunicarse unos con otros. En la prisión global de hoy el ciberespacio puede ser usado en contra
de los intereses de quienes primero lo instalaron. Así, los prisioneros se informan entre ellos
acerca de lo que el mundo hace
día tras día, y persiguen las historias suprimidas del pasado
con tal de erguirse hombro con
hombro con los muertos.
77
78
Al hacerlo así, redescubren pequeños dones, ejemplos de valentía, una rosa en una cocina
donde no hay suficiente qué comer, penas indelebles, lo infatigable de las madres, la risa, la
ayuda mutua, el silencio, la resistencia que se agranda siempre,
el sacrificio voluntario, más risa.
Los mensajes son breves pero
se esparcen en la soledad de sus
(nuestras) noches.
***
La última sugerencia no es táctica sino estratégica.
El hecho de que los tiranos del
mundo sean extraterritoriales
explica la extensión de su poder de vigilancia, pero anuncia
también una debilidad próxima. Operan en el ciberespacio
y se alojan en condominios resguardados. No tienen conocimiento alguno de la tierra que
los circunda. Aun más, desprecian ese conocimiento por considerarlo superficial, sin profundidad. Únicamente cuentan
los recursos extraídos. No pueden escuchar a la tierra. En el
terreno son ciegos. En lo local,
están perdidos.
Para los compañeros presos lo
contrario es cierto. Las celdas
tienen muros que tocándose
cruzan todo el mundo. Los actos
efectivos de resistencia sostenida están incrustados en lo local,
cerca y lejos. La resistencia más
remota es escuchar a la tierra.
Poco a poco, la libertad no se
encuentra fuera, sino en las profundidades de la prisión.
***
No sólo reconocí tu voz que me
hablaba desde tu departamento
en la vía Paolo Sarpi. Pude también adivinar, gracias a tu voz,
lo que estabas sintiendo. Sentí
la exasperación o, más bien, la
exasperada entereza que se mezclaba –y eso es tan típico de ti–
con los rápidos pasos encaminados a la esperanza siguiente.
Fuente: La Jornada. 13 de julio de 2008
79
Traducción: Ramón Vera
www.nuevatierra.org.ar