CuIdAr los dereChos defender la democracia permanecer alertas
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CuIdAr los dereChos defender la democracia permanecer alertas
A 40 años del golpe CÍVICO-militar de 1976 cuidar los derechos defender la democracia permanecer alertas 1 Marzo de 2016 / Nº 9 / Año 4 Dossier Nueva Tierra Marzo de 2016 Año 4 / Nº 9 40 años del golpe cívico-militar de 1976 Selección y edicción de textos: Susana Ramos / Néstor Borri / Sebastián Prevotel Diseño: Bárbara Couto Foto de tapa: Sebastián Miquel www.nuevatierra.org.ar facebook.com/centronuevatierra 2 Memoria / Verdad / Justicia Para cuidar los derechos, defender la democracia y permanecer alertas En los 40 años transcurridos desde el golpe cívico-militar de 1976 atravesamos como pueblo distintas intemperies y reencuentros, con momentos de desierto, pero que han sido siempre de gran fecundidad. Aprendimos. A mirar la historia conjugando dolor y alegría, indignación y audacia. Trayendo pasado y futuro al presente, proyectando la vida. Asumiendo la tarea de buscar en cada huella signos y sentidos que permiten reconstruir la verdad. Y a soste- 3 ner la presencia de nuestros 30 mil desaparecidos/as. Sus luchas, sueños y proyectos siguen siendo inspiración, compromiso y horizonte. cotidianas de versiones de la historia maniqueas –como la teoría de los dos demonios– y superficiales –en forma de efemérides que corren el riesgo de omitir o subvalorar los vínculos de la dictadura con sectores dominantes de argentina, obviar la participación de actores de la sociedad civil o de instituciones como la Iglesia Católica–. Omisiones que obstaculizan no sólo la compresión del pasado, sino fundamentalmente, la capacidad de acción en presente y una mirada democrática sobre el futuro próximo de nuestro país. La memoria no cesa, y continúa ampliando conciencias, obstinada en su capacidad de recordar y no olvidar. Ella misma deja al descubierto que el mayor acto de justicia no han sido sólo los juicios a los culpables. Hay justicia cuando una sociedad puede hacerse cargo, de manera imperfecta pero concreta, del cuidado de esa memoria. El compromiso con la memoria exige asumir hoy, en esta coyuntura social, política y económica, la comprensión histórica del presente. Momento de exigencia que no puede separarse del posicionamiento en torno a la interpretación de la etapa dictatorial y de las más de tres décadas de democracia que celebramos. Luego de largos años de luchas –y luego políticas– de memoria, verdad y justicia, con pasos y pisos significativos de consenso social para la condena de crímenes de lesa humanidad; somos testigos del refuerzo en las conversaciones Durante cuarenta años –tiempo paradigmático de camino de un pueblo, como bien sabe la Biblia– hemos sido parte de búsquedas y alumbramientos. Mujeres en marcha sosteniendo la memoria con las banderas blancas de los nacimientos. Mujeres con urgencias clamores y abrazos esperando. Y un pueblo en camino que se reconoció y se constituye cada vez al marchar junto a ellas. También hemos visto partir, últimamente, a varias de las parteras que dieron a luz a la conciencia de la memoria colectiva. 4 Y en ellas hay un milagro prodigioso: no vieron volver a sus hijos, pero uno a uno fueron volviendo los nietos. Y cuando llega uno de regreso a la casa hay alegría, esperanza y fiesta en las casas de todos. Lo vivimos, lo lloramos, lo debemos seguir pensando y activando: haciendo de esos regresos las señales que son. Puntos de certeza y recomienzo y proyección. compromiso y participación. Ser levadura en la masa. Cuando los dispositivos del miedo y la pérdida de derechos vuelven a tener vigencia vuelve a ser tiempo de estar alertas. Vigilantes. No sólo conmemoramos el inicio de la siniestra dictadura militar. También y sobre todo celebramos como una cosecha fecunda todos los logros y conquistas de esa lucha. Y nos disponemos con inteligencia, acción concreta, coraje y pasión a estar presentes en cada lugar donde la vida y la democracia nos reclamen. El compromiso con la memoria exige cuidar los logros y los derechos. Los límites a la violencia y la represión que nuestra sociedad -de la mano del movimiento de derechos humanos y las instituciones del estado democrático- supo construir, hoy se vuelven líneas delgadas en muchos casos y han comenzado a borrarse en otros, de manera preocupante e inadmisible. En el amplio y heterogéneo espectro de luchadores y defensores de los derechos humanos y la democracia, quienes se consideren cristianos comprometidos con la memoria, la verdad y la justicia, les y nos toca preguntarnos por nuestro lugar en el cuidado de estos derechos. En todos los espacios inserción, 5 Memoria y presente Oscar Campana 40 años después del último golpe cívico-militar, cuando vuelve a favorecerse a un determinado modelo económico-política, cuando asoma la incipiente instauración de un estado policial, cuando se decretan emergencias de seguridad y aboliciones de hecho de derechos individuales, cuando muchos rostros del pasado reaparecen remozados y se apabulla a los ciudadanos de a pie con climas intimidantes, es bueno recordar las palabras del Documento de Puebla sobre los años dictatoriales en América Latina: “En nombre de la seguridad nacional se institucionaliza la inseguridad de los individuos”. Oscar Campana invita a pensar en las tareas vinculadas a la memoria y al compromiso social y cristiano hoy: Más que criticar a la jerarquía de aquellos años, habrá que saber interrogarse por el lugar de los cristianos en la coyuntura actual. 6 Este 24 de marzo se hace memoria de los 40 años del último golpe cívico-militar ocurrido en Argentina, que daría inicio a la dictadura más feroz que nuestra breve historia nacional haya conocido. El lugar que le cupo a la jerarquía de la Iglesia Católica en aquella ominosa etapa histórica sigue siendo motivo de debate para algunos; para muchos es ya un caso cerrado y probado. El inicio de la causa por el martirio de monseñor Enrique Angelelli –serán también sus 40 años– constituye, indirectamente, el reconocimiento de la soledad en la que el conjunto de la conducción episcopal de entonces había dejado al obispo de La Rioja. Ya sabemos que dicha soledad le resultó fatal. Para muestra, basta un botón. Pero botones hay demasiados, porque serán los 40 años de los catequistas del Bajo Flores, de los asuncionistas, de los palotinos, de Jalics y Yorio… méticamente se expandía en la región, fundamentalmente en el Cono Sur. Así, en 1977 Joseph Comblin, el sacerdote belga por nacimiento y latinoamericano por adopción, publicaba una obra (Le pouvoir militaire en Amérique Latine. L’idéologie de la securité national), adelantada anteriormente en artículos, donde ponía nombre y apellido a lo que ya era una realidad para buena parte del continente. En 1979 los obispos reunidos en la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Puebla de los Ángeles (México) se hacían eco de la situación que padecían nuestros pueblos y denunciaban clara y proféticamente: “En los últimos años se afianza en nuestro continente la llamada ‘Doctrina de la Seguridad Nacional’, que es de hecho más una ideología que una doctrina. Está vinculada a un determinado modelo económico-político, de características elitistas y verticalistas que suprime la participación amplia del pueblo en las decisiones políticas. Pretende incluso justificarse... como En contraposición a lo que se vivía en nuestra Iglesia, amplios sectores del catolicismo latinoamericano fueron los primeros en describir, analizar y denunciar el sistema que mi- 7 cuando vuelve a favorecerse “a un determinado modelo económico-político, de características elitistas y verticalistas”, no estaría mal recordar las oportunas palabras de Puebla para hablar de aquellos años en América Latina: “En nombre de ella [de la seguridad nacional] se institucionaliza la inseguridad de los individuos” (Puebla, 314). doctrina defensora de la civilización occidental y cristiana. Desarrolla un sistema represivo, en concordancia con su concepto de ‘guerra permanente’” (Puebla, 547). Cuarenta años después, cuando asoma en nuestro país la incipiente instauración de un estado policial, cuando se decretan emergencias de seguridad y aboliciones de hecho de derechos individuales, cuando muchos rostros del pasado reaparecen remozados y se apabulla a los ciudadanos de a pie con climas intimidantes, cuando se afianza un proceso de velada remilitarización de la sociedad, ¿Estaremos ingresando a un escenario similar? Quizás, entonces, más que criticar a la jerarquía de aquellos años, habrá que saber interrogarse por el lugar de los cristianos en esta coyuntura. Que para eso sirve la memoria. *** Fuente: Revista Vida Pastoral 8 Democracia y orden neoliberal Jorge Aleman continúa la apropiación del Estado y su división de poderes, destrucción de los vínculos sociales que potencialmente fueran creadores de nuevos sujetos políticos y, por último, bajo una máscara republicana y supuestamente institucionalista, la instalación de nuevas formas de disciplina. Ese montaje neoliberal sólo puede ser sostenido por una estrategia de miedo, amenaza, endeudamiento, estigmatización y persecución de aquellos actores sociales y políticos que no quieran ceder con respecto a los legados simbólicos que hicieron posible vislumbrar un horizonte transformador de la Nación. Cualquiera que se pregunte por el sentido contemporáneo de la palabra “democracia”, necesariamente debe interrogarse por la capacidad del orden neoliberal para implantar un nuevo modo de control de la realidad, de captura de las voluntades y producción de subjetividades a medida. Los que aún piensan que la democracia no sólo no es excluyente de la justicia social y la soberanía popular sino que se realiza a través de las mismas, han podido constatar en distintos lugares del mundo cómo se repiten los mismos procedimientos en el interior del dispositivo neoliberal. A la acumulación de poder económico en los sectores oligárquicos-financieros con estrecha colaboración de los medios corporativos de comunicación, Fragmento. Tomado de su muro de Facebook 1 marzo 2016 9 Sencillo exilio Armando Tejada Gómez Paso frente a esa casa que alguna vez fue un nido, donde a esperanza y sueños jaqueamos al olvido, echamos la tristeza y limpiamos el tedio del patio a la cocina, porque la soledad, al fin, se había ido. Volvió un Golpe de Estado con fanfarrias y edictos y la noche, ya bruja, pasó borrando amigos; yo fui a las catacumbas de las que salgo y entro y al regresar a casa aún estábamos vivos. Empezamos de nuevo. Cantó la cacerola y la escoba barrió el silencio del piso. Huyó el moho. Abrimos el sol de las ventanas y entró, otra vez, la voz del niño del vecino. A poco, mi guitarra, recuperó el sonido. Después, no sé en qué espejo un día no nos vimos. Empezó la tristeza y comenzó el olvido. Las valijas partieron por distintos caminos y ahí quedó la casa que alguna vez fue nido. Hoy pasé frente a ella con mis pasos perdidos: recordé tus sollozos y me lloré el exilio. Buenos Aires, noviembre 11 de 1982 10 Entrevista a horacio gonzález Repensar el lenguaje de la memoria Entrevista de María Freier Horacio González, sociólogo, aporta su perspectiva acerca del significado que tiene la realización de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívica militar en la Argentina. También analiza los avances y los límites en la construcción de una memoria colectiva. 11 ¿Qué impacto cree que genera dentro de la sociedad argentina la realización de los juicios de lesa humanidad? Algo puedo decir porque estuve en Tucumán. Lo que observé ahí, me dejó muy preocupado en realidad. Se trata de una sociedad muy particular, porque tuvo a un fuerte índice de acompañamiento a (Antonio Domingo) Bussi durante la época militar y, luego, fue electo gobernador ya en democracia. De modo que quizás hay un acompañamiento social más elevado a los represores que en otros lugares. Y eso se notó en la sala del juicio, claramente. Me asombró un poco, porque pensé que las organizaciones vinculadas a las víctimas estaban más activas. De hecho lo están, había personas, pero no hubo tantas como las que estaban del lado de los llamados familiares de “presos políticos”. También me sorprendió el nombre, con un cartel muy llamativo y con percusión durante toda la duración del juicio. Mientras que, del otro lado, sólo había carteles con fotos de desaparecidos. Lo cual no está mal, no hay por qué ser bullicioso, se soste- nía en el relato. De los dos que escuché, uno particularmente me resultó muy impresionante. Pero son relatos ya conocidos. Es decir, se está reproduciendo un relato que conocemos hace treinta años, a través de distintas formas de expresión y de distinto tipo de publicaciones. Sólo que ahora ante la sede judicial. Es decir, en un ámbito que pretende una pormenorización más o menos fáctica, de modo que enfría un poco el relato. Lo que escuché era muy impresionante, pero también es un relato de una trama complejísima de colaboraciones, delaciones. O sea, es como la tortura con toda clase de amenazas que se encajaban al sujeto político, digamos. Eso es un tema muy fuerte, porque nunca hay un lugar muy claro donde alojar la idea del que está preso en las tenazas de la represión. Hay torturas muy tremendas, que casi siempre terminan en homicidio. En el caso de Tucumán se usaba la sigla DF (Disposición Final). Creo que era común. El que no fue torturado, no está muy habilitado para juzgar el modo en que se habla y se trata el comportamiento de un mili- 12 tante después de la tortura. No es fácil de tratar, porque como todo el discurso de los derechos humanos, el discurso militante... No en la época del primer juicio que aparecían como víctimas civiles con menos compromiso militante. Pero cuando quedó claro el vínculo militante, también el discurso era sostenido en cierta clase de heroísmo o martirologio, lo cual está bien también. No dejaron de ser héroes ni mártires. Pero en ese lugar no hay una fisura donde encajar el personaje, sobre el cual se pueden decir muchas cosas, muchas palabras. Todas de algún modo injustas, todas de algún modo certeras… Son palabras de la historia de la militancia. “El trabajo esclavo”; estoy de acuerdo también. Es muy fuerte la palabra esclavo, pero eso quiere decir que no hay conceptos fáciles. Más bien, es un tema que es difícil que surja a primer plano y también es difícil mantenerlo sin ningún tipo de discusión. >>> De acuerdo a estas reflexiones, ¿podríamos decir que esto que señala torna más difícil la comprensión que esperamos tenga el resto de la sociedad? Ahí en Tucumán surgió eso en cierta manera, pero quizás era menos importante eso para las personas que estaban ahí. Era la preocupación de una zaga partida en dos, en la que un sector usaba las viejas especialidades de la militancia social. Por otro lado, había un cura, civiles, civiles de los servicios, la primera vez que hay civiles del lado de la acusación. Eran cerca de quince; había muchos civiles allá… Hubo acompañamiento social, también un nivel de militarización alto “en la insurgencia”. Tuvo santificación de la Iglesia. El cura que vi en Tucumán estaba de gala, para dar misa, saludando a todo el mundo, satisfecho. También falta esa pregunta realmente y no es para omitir la incriminación. Pero la pregunta es, digamos, ¿en qué cambió la historia argentina hasta hoy? ¿Las Fuerzas Armadas llegaron sostenidas en qué? ¿En qué estructura moral? Estaba la Iglesia, una porción 13 de la población y cierta convicción de que el nivel militar, y su desafío, implicaban la desaparición de un mundo social conocido. Esto último es el tema más difícil, pues efectivamente es una discusión que hasta hoy perdura en los sobrevivientes o en los recuerdos que dejaron las organizaciones como ERP, Montoneros, FAR, FAL. Es decir, si era posible una transformación socialista en la Argentina a través de una metodología que tenía ya prestigiosos antecedentes. Era la época de Vietnam, de la Revolución Cubana. De modo que acá tenemos también otro problema que no es sólo la figura del colaborador… Esto exige nuevas palabras, en realidad hablamos con viejas palabras y rituales. Por ejemplo escuché un discurso muy bueno de una madre de 85 años, un discurso ritualista. Pero la religión duró dos mil años y son discursos ritualistas. Así que eso, en principio, no sería un problema y habría que ver para qué tipo de discurso el ritual es un problema. Pero también otra palabra difícil es la disidencia, el “disidente”. Por ejemplo yo fui un disidente. ¿Dónde se ubica al disidente moralmente? Tiene varias categorías. Puede ser el disidente que trabajaba en un espacio político abierto; y el disidente armado, que había tenido compromisos armados reales. ¿En dónde surge la duda? ¿En qué lugar de la disidencia se establece? Hubo más en Montoneros que en ERP, porque la presencia de Perón era muy fuerte y Montoneros no podía desligarse de Perón, podía decir que compartía la conducción, podía incluso despreciarlo, pero actuaban en nombre de un tejido donde las palabras del peronismo estaban presentes. Aún hoy los sobrevivientes son más peronistas que el Perón que los combatió y al que ellos combatieron. Un mundo extraño… y son partes de un gobierno peronista. Entonces el disidente, si no era armado, es más fácil porque pesaba la condena de Perón a la guerrilla. El disidente armado es otro tema muy difícil de comprender también, quizás de justificar para el núcleo militar fundador, porque en todas las organizaciones hubo disidencias armadas. Esto quiere decir que hay que preguntarse también desde el punto de vista 14 del razonamiento del disidente. Si hay argumentos ideológicos predominantes o si hay oscuros cálculos sobre su sobrevivencia. ¡No creo fácil resolver eso! Toda organización tiene el concepto de traición. Un concepto muy difícil de explicar, como no sea en casos específicos, ¿no? La traición es un elemento de control muy fuerte. El traidor es alguien que previamente ha hecho algún pacto o selló algún compromiso, tuvo algún juramento, implícito puede ser. Otros más posmodernos sugieren que la traición es la verdadera forma del movimiento de la política, de diversificación y de cambio. En todo caso sigue aplicándose la categoría de traición porque se puede decir primero: “¿Por qué entraste acá?” Y segundo: “¿Por qué no te diste cuenta antes? Lo decís ahora que hay problemas”. El traidor también carga con un tipo de conceptualización grave, como el cobarde, como el que no se animó… No es sólo para los juicios, está en todos los libros publicados, en Recuerdos de la muerte, en El Tren de la Victoria de Cristina Zucker... Está tratado lateral- mente... Es muy difícil porque toda la rememoración tiene una base épica. Se estableció en varios arquetipos. Lo cierto es que lo que yo vi en Tucumán me asustó. En estos juicios quizás es más fácil, va más gente. Las manifestaciones y bombos eran del lado de los represores. Por eso pasa esto. Porque estamos en un punto crucial en el que evidentemente hay un avance muy grande de la posición de la llamada teoría de los dos demonios. El avance de eso fue grande, acompañando o nutriéndose de la crítica al kirchnerismo que hacen los medios. Los medios formalmente sostienen todavía las políticas de derechos humanos, pero informalmente la erosionan todos los días, alimentando la tesis de los dos demonios. Ese discurso de (Alfredo) Astiz, no se podría haber hecho hace unos años, pero ahora siente que hay una sociedad que puede escucharlo, que hay más audibilidad. 15 >>> ¿Cree que está faltando una revisión de ciertas categorías respecto a la militancia política de los años 60/70? ¿Urge un debate más profundo en relación a distintos temas que contribuyan a la construcción de la memoria? Habría que revisar mucho el lenguaje que se hablaba antes y el que se habla ahora. Ahora se reitera de alguna manera. Pero es parte de una pregunta más grande. Digamos, aunque siga habiendo juicios, la pregunta sería si la sociedad argentina está dando por terminado el ciclo de los derechos humanos… Se pasa a una fase en la que los derechos humanos se tornan sociales, vinculados a los derechos laborales, ya sea desde la derecha para criticar al Gobierno o desde la izquierda con los derechos a la naturaleza, como lo propone (Eugenio Raúl) Zaffaroni con los “derechos de la Pacha Mama”. En ese sentido habría una nueva historicidad. Lo veo positivo en el sentido de seguir hablando de los derechos en relación a la memoria de una manera más fresca. Caso contrario, ocurre lo que vi en Tucumán, donde el discurso de la víctima estaba contado muchas veces con un estado de rigidez muy grande. El problema es quizás que faltan más cronistas, en lugar de fiscales y abogados y querellantes y jueces. No creo que sea fácil un debate. Ya se dio en Alemania. Hay una corriente alemana muy fuerte, anti-monumentalista, por ejemplo (Christian) Boltanski. A muchos no les gusta… Vino hace muy poco a la Argentina y trata de capturar a través de una experiencia anterior los pequeños objetos, cosas olvidadas, como las ranuras de la historia. Ya no la memoria de personas, sino la memoria de lugares que albergaron personas. No está mal, pero también ha sido criticado. Dice que faltan más cronistas. Pero también es cierto que “todos hablan de la memoria”. Probablemente falten muchas reflexiones y el debate sea “interminable”, incluyendo también a los espacios de memoria… Sí, porque museos hay que hacer. No soy contrario a los museos y a algún tipo de experiencia originaria que tienen los museos. En el Museo Judío de 16 Berlín, medio te obligan a que pienses algo sobre el carácter trágico y la experiencia última de la muerte, una especie de ámbito de meditación. Hay rituales que están ahí precisamente para hacerse disculpables, o a hacer disculpable al que no se le ocurrió nada. La Iglesia es muy sabia en eso. No es que vas a misa y revivís la Pasión de Cristo. Los curas saben esperar, alguna vez te ocurrirá o no te ocurrirá nunca. Hablar de la memoria ahora se convierte en un tema académico o bibliográfico, con escala en el Conicet. No digo que eso esté mal, pero incluso las personas que tratan el tema lo hacen para problematizar también cómo se calcifica o rectifica eso. Son todos problemas de sacralidad o profanación. Me parece que está la sustitución de la idea de una especie de último recurso de una sacralidad frente al lugar, de sustituirla por la idea de que tiene que ser lo contrario, para rescatar al lugar de sus tinieblas. algo más ahí, porque sino el lugar se de-sacraliza y se convierte en la administración de la memoria y no corresponde. No creo que esté mal continuar el debate sobre el Espacio de lo que fue la ESMA. También que éste continúe siendo interpelado, incluso que siga interpelando a la población. Pienso que entre “un lugar sacralizado” y “un lugar para la alegría” existe otra dimensión, en la que se pueda repensar nuevas actividades, charlas nuevas, sin demasiada solemnidad… Sí, como lugar de charla, como lugar del arte también. Ahora hay un arte vinculado a la ausencia, a la desaparición, al terror. Yo ingresé cuando entró Néstor Kirchner, no lo conocía de antes. Es un edificio que tiene una larga historia en la memoria militar. El hecho de que lo haya tomado el Estado, en nombre de otras cosas, es formidable. Lo contrario sería la alegría. No digo que no se hagan más espectáculos, espectáculos tiene que haber, pero tiene que haber 17 >>> Estas reflexiones que señala tanto sobre los espacios de memoria como sobre los juicios, ¿de qué modo piensa que llegan a la población en general? Creo que puede haber cierta burocratización del tema, junto con un avance de la militancia a la derecha. Por lo tanto, una reinterpretación de la historia argentina muy fuerte. No es la derecha ideológica. Es una apelación a los nuevos militares de la democracia. Las condenas que este Ejército y esta Marina hicieron a la anterior son episódicas, muchas veces superficiales y estuvieron a cargo de algunas pocas personas. No sé cuán operativo es ese corte y cómo hay que considerarlo, más allá de que hay materias de derechos humanos y que se han producido discursos de derechos humanos. A lo que voy es que no sé si el país está o no preparando un espacio común en el que reaparezca una ilusión, que no hay por qué descartar, de unas Fuerzas Armadas enteramente críticas de su pasado. Esas evidencias no las veo disponibles fácilmente, por lo menos yo. Depende un poco de la estabilidad del presente Gobierno, que se sigue basando en símbolos muy fuertes, como el acto descolgar el cuadro de (Jorge Rafael) Videla en el interior de una institución militar. Me parece que son fuerzas subterráneas de la sociedad argentina que se siguen moviendo y los juicios son una oportunidad para verlas. Es decir, sobre cómo avanzan o cómo retroceden. *** Fuente: http://www.espaciomemoria.ar/ 18 Memoria colectiva: defender, no repetir Kevin Johansen* La memoria colectiva es la de todos, es la que tenemos que defender para no repetir los hechos. Heredamos la generación de los grandes cantautores que fueron prohibidos, amenazados, asesinados por escribir una canción y hoy nuestra generación disfruta las mieles de cantar sobre lo que se quiera y eso conlleva otra responsabilidad. Hoy cantamos sobre nuevas libertades a conseguir. Es importante acompañar con nuestra música la lucha de los organismos de derechos humanos que vienen desde hace muchos años, levantando la voz y las banderas para que no volver a repetir lo que pasó durante la última dictadura en nuestro país. Todos los que nos dedicamos a la cultura, los lugares como el Espacio Memoria permiten que los artistas podamos conectar con el público, compartir información, concientizar y eso es primordial. Soy muy consciente de lo que sucedió en estos ex centros clandestinos durante el terrorismo de Estado, por eso es importante aportar desde la música a la promoción y defensa de los derechos humanos. * Palabras pronunciadas en su actuación en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA) el 16 de diciembre de 2015 Fuente: http://www.espaciomemoria.ar/ 19 20 Homilía de Monseñor Angelelli en la misa por el asesinato de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville Abrir los ojos Enrique Angelelli (*) “Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos!”, exclamó el obispo riojano Enrique Angelelli el 22 de julio de 1976 en la homilía por el asesinato de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville. Estos, participaban de la pastoral de Angelelli en una parroquia de Chamical, La Rioja. Fueron secuesrados el 18 de julio de ese mismo año, apresados en la base local de la Fuerza Área y sus cuerpos muertos fueron arrojados dos días después con los ojos vendados y con marcas de fuertes torturas. Mis queridos hermanos y amigos: vamos a seguir rezando, como lo venimos haciendo desde que desaparecieron nuestros hermanos sacerdotes, pastores de Jesucristo, en este noble y sufrido pueblo de Chamical, elegido y probado, señalado como fiel testigo, testimonio vivo de la muerte de estos dos hermanos. (...) Antes de proseguir tengo que dar cumplimiento a lo que se me ha pedido, no como una cosa externa; debo comunicar a la diócesis las condolencias que hemos recibido. Una de ellas proviene de parte de todo el episcopado argentino, y me la hace llegar mi hermano, el cardenal Primatesta, presidente de la conferencia episcopal argentina. Todos los obispos hubieran deseado estar presentes, como el mismo nuncio apostólico, representante del Papa en la Argentina. Los obispos no pueden hacerlo en este día, porque la comisión ejecutiva del episco- 21 pado tiene una entrevista con el excelentísimo señor presidente de la nación. El segundo telegrama proviene del señor nuncio apostólico del Santo Padre, monseñor Pío Laghi; y el tercero del arzobispo de Santa Fe, monseñor Vicente Zazpe. La sola lectura de estos mensajes nos habla de la adhesión de toda la Iglesia argentina, del representante del papa y de la comisión ejecutiva, y nos explican por qué no están concelebrando y presidiendo -como lo harían con gusto- esta eucaristía, en la despedida de Carlos y Gabriel. Por nuestro corazón, porque llevamos en la raíz la inclinación al pecado, al mal, a veces nos convertimos a lo que es malo como si eso fuese una cosa buena. Y no nos damos cuenta de que el corazón se nos pudre, apesta, hace daño. En cambio, ¡qué estupendo es cuando el corazón humano está lleno de la palabra de Dios, lleno del Señor y de todo lo que él inspira y nosotros acogemos! Esto también tiene que hacernos pensar. No es algo de Chamical, no es algo de La Rioja. Es de la patria, es algo de toda la Iglesia argentina, es de todos. Yo diría: de creyentes y no creyentes. ¡Nos toca a todos! (...) Pero los hombres llevamos todo esto en vasos de barro. ¡Miren aquí las pruebas de cómo llevamos este tesoro en vasos de barro! Somos frágiles: ¡también nos pueden quitar la vida por Jesucristo! Y nuestros cuerpos tenemos que guardarlos en una caja y hasta soldarla antes de tiempo, porque se descomponen. Y sin embargo, por pura misericordia de Dios, ellos fueron ministros de Jesucristo, pastores del Chamical. (...) ¡Cómo quisiera decir a los que les quitaron la vida, a los que prepararon el crimen, a los que lo instigaron: abran los ojos, hermanos! Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos ante el sacrilegio que se ha cometido, ante el crimen que se ha cometido! (...) Estamos doloridos, profundamente doloridos, pero no somos locos. Porque gracias a Dios somos normales, y ¡cómo no vamos a llorar al que es carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre, afecto de nuestro afecto, miembro de nuestra fa- 22 milia, hijo del cuerpo de Cristo, parte de su pueblo, testigo de su Iglesia! ¡Cómo no los va a llorar Chamical! (...) La primicia de la sangre sacerdotal ha sido vertida en esta comunidad y en esta tierra de Los Llanos: véanla con ojos de fe, no la miren con ojos de rencor ni de resentimiento. Doloridos, con lágrimas, sí, pero con ojos de fe. (...) Este pueblo, como cualquier otro del país, necesita pastores que sigan haciendo lo que Carlos y Gabriel hicieron hasta ahora, y por lo que murieron. Y también para las religiosas es una bendición su muerte. Ellos, hermanas, han entregado la vida, no por tontos, ni por cándidos, sino por la fe, por servir, por amar, para que nosotros entendamos qué es servir, qué es amar, qué es no ser tontos. No hay ninguna página del evangelio que nos mande ser tontos. Cristo nos enseña a ser humildes como la paloma y astutos como la serpiente; nos manda tomar la cruz de cada día y seguirlo; nos manda que nos gocemos en la persecución; nos manda ser mansos de corazón, y tener alma y corazón de pobres; él nos manda buscar a los más necesitados porque son los privilegiados del Señor, y no rechazar a nadie, porque suya es la respuesta para todos los hombres y para todo hombre, aunque se quiera dudar de esta verdad. “Todo hombre es mi hermano”: esto es el evangelio, aunque se puedan mofar de él. (...) Hermanos míos, yo los invito a que oremos por los que mataron a Carlos y a Gabriel, sin que nos interesen ni las siglas ni los nombres. Lo repito, no tenemos ni los ojos ni los oídos cerrados; tenemos la inteligencia normal de todo ser humano, o sea, que si hay que saber y podemos conseguir elementos y estar así en condiciones de informar a quien se debe, vamos a hacerlo. Pero también nos preguntamos: ¿hay acaso hermanos nuestros que pueden imaginar o pensar o programar violencias, y hay otros que las ejecutan? ¿Y es posible que coincidan? (...) ¡Qué difícil es ser cristiano! Porque al cristiano se le exige perdonar. Si se nos dijera: “No tenemos que perdonar; esto no es cristiano, no es siquiera humano matar sacerdotes”, responderíamos sin vacilar: el cristiano tiene 23 que perdonar a todos. Pero otra cosa es aprobar los errores y otra aún no trabajar para evitar que estas cosas sucedan. Pero al responsable su conciencia ha de decirle seguramente: “¡Vos lo hiciste!” Y no sé cómo puede dormir y, si está casado, cómo puede darle un beso a su mujer y a sus hijos. No lo entiendo desde la fe, y ni siquiera humanamente, en este y en otros casos... No entiendo cómo esos hombres pueden tomar a sus semejantes y, diciéndose cristianos, despedazarlos y triturarlos como al trigo para hacer pan, por más que esta vez les haya salido pan bendito. ¿No se acuerdan que Tertuliano dice que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos? Así, los mis- mos verdugos son instrumentos, en cierta manera, para el bien, para que surja una comunidad fuerte en la fe, en la esperanza y en el amor. (...) Señor, permite a Gabriel y a Carlos que desde el cielo sacudan los corazones de sus asesinos, para que no sigan haciendo lo que están haciendo. Gabriel y Carlos: como obispo, yo tengo mucho que agradecerles a ambos. ¡Muchas gracias! Amén. (*) Palabras pronunciadas en la misa de cuerpo presente realizada el 22 de julio de 1976. 17 días después, Angelelli fue ejecutado por la dictadura militar en un falso accidente de ruta en los llanos riojanos. *** Fuente: Pastor y Profeta. Mensajes de Monseñor Angelelli, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 1986. 24 Me Llamarán Subversivo Dom Pedro Casaldáliga Con un callo por anillo, monseñor cortaba arroz. ¿Monseñor “martillo y hoz”? Me llamarán subversivo. Y yo les diré: lo soy. Por mi pueblo en lucha, vivo. Con mi pueblo en marcha, voy. Tengo fe de guerrillero y amor de revolución. Y entre Evangelio y canción sufro y digo lo que quiero. Si escandalizo, primero quemé el propio corazón al fuego de esta Pasión, cruz de Su mismo Madero. Incito a la subversión contra el Poder y el Dinero. Quiero subvertir la Ley que pervierte al Pueblo en grey y al Gobierno en carnicero. (Mi pastor se hizo Cordero. Servidor se hizo mi Rey). Creo en la Internacional de las frentes levantadas, de la voz de igual a igual y las manos enlazadas... Y llamo al Orden de mal, y al Progreso de mentira. Tengo menos Paz que ira. Tengo más amor que paz. ... Creo en la hoz y el haz de estas espigas caídas: ¡una Muerte y tantas vidas! ¡Creo en esta hoz que avanza - bajo este sol sin disfraz y en la común Esperanza tan encurvada y tenaz! 25 Los derechos humanos como tarea ética y política (*) Leonardo Boff Vivimos en un tipo de sociedad mundial que ha puesto a la economía como su eje estructurador. La razón es sólo utilitarista, y todo, hasta la persona humana, como lo denuncia el Papa Francisco, es convertido en «un bien de consumo que una vez usado se tira». En una sociedad así no hay lugar para derechos, sólo para intereses. 26 Vivimos en un mundo en el que los derechos humanos son violados prácticamente en todos los niveles: familiar, local, nacional y planetario. El Informe Anual de Amnistía Internacional, que cubre 159 países, hace esta dolorosa constatación. En vez de avanzar en el respeto a la dignidad humana y a los derechos de las personas, de los pueblos y de los ecosistemas, estamos retrocediendo a niveles de barbarie. Las violaciones no conocen fronteras y las formas de esta agresión se sofistican cada vez más. La forma más cobarde es la acción de los «drones», aviones no pilotados que desde una base de Texas, dirigidos por un joven militar ante una pantalla de televisión, como si estuviera jugando, consigue identificar a un grupo de afganos que están celebrando un matrimonio, en el cual presumiblemente debe haber algún guerrillero de Al Quaeda. Basta esta suposición para, con un pequeño clic, lanzar una bomba que aniquila a todo el grupo, con muchas madres y niños inocentes. Es la forma perversa de la guerra preventiva, inaugurada por Bush y llevada adelante criminalmente por el presidente Obama, que no ha cumplido las promesas de su campaña en lo referente a los derechos humanos, bien sea el cierre de Guantánamo o la supresión del “Acto Patriótico” (antipatriótico) por el cual cualquier persona en Estados Unidos puede ser detenida por terrorismo, sin necesidad de avisar a su familia. Esto significa secuestro ilegal, que nosotros en América Latina conocemos de sobra. En términos económicos y también de derechos humanos se está produciendo una verdadera latinoamericanización de Estados Unidos al estilo de nuestros peores momentos de la época de las dictaduras militares. Hoy, según dicho Informe de Amnistía Internacional, Estados Unidos es el país que más viola los derechos de las personas y de los pueblos. Con la mayor indiferencia, como un emperador romano absoluto, Obama se niega a dar cualquier justificación sobre el espionaje mundial que lleva a cabo su gobierno con el pretexto de la seguridad nacional, cubriendo áreas que van desde el intercambio de 27 correos amorosos entre dos enamorados hasta los negocios sigilosos y multimillonarios de Petrobrás, violando el derecho a la privacidad de las personas y la soberanía de todo un país. La seguridad anula la validez de los derechos irrenunciables. El continente que más violaciones sufre es África. Es el continente olvidado y vandalizado. Las grandes corporaciones y China compran tierras (land grabbing) para producir en ellas alimentos para sus poblaciones. Es una neocolonización, más perversa que la anterior. Los miles y miles de refugiados e inmigrantes por causa del hambre y de la erosión de sus tierras son los más vulnerables. Conforman una subclase de personas, rechazadas por casi todos los países, en una «globalización de la insensibilidad», como la llamó el Papa Francisco. La situación de muchas mujeres, dice el Informe de Amnistía Internacional, es dramática. Son más de la mitad de la humanidad, y muchas de ellas están sujetas a violencias de todo tipo, y en varias partes de África y de Asia todavía sometidas a la mutilación genital. El fundamento último del cultivo de los derechos humanos reside en la dignidad de cada persona humana y en el respeto que le es debido. Dignidad significa que ella es portadora de espíritu y de libertad que le permiten moldear su propia vida. El respeto es el reconocimiento de que cada ser humano posee un valor intrínseco, es un fin en sí mismo y jamás un medio para ninguna otra cosa. Delante de cada ser humano, por anónimo que sea, todo poder encuentra su límite, también el Estado. El hecho es que vivimos en un tipo de sociedad mundial que ha puesto a la economía como su eje estructurador. La razón es sólo utilitarista, y todo, hasta la persona humana, como lo denuncia el Papa Francisco, es convertido en «un bien de consumo que una vez usado se tira». En una sociedad así no hay lugar para derechos, sólo para intereses. Hasta el derecho sagrado a la comida y la bebida únicamente está garantizado para quien puede pagar. Si no puede, estará al pie de la mesa, con los perros, esperando alguna migaja que caiga de la mesa repleta de los epulones. 28 En este sistema económico, político y comercial se asientan las causas principales, no exclusivas, que llevan permanentemente a la violación de la dignidad humana. El sistema vigente no ama a las personas; solamente su capacidad de producir y de consumir. La tarea, además de humanitaria y ética es política: cómo transformar esta sociedad malvada en otra en la que los humanos puedan tratarse humanamente y gozar de derechos básicos. Si no, la violencia será la norma. *** 29 ¿Dónde está tu hermano? Mons. Jorge Novak, Obispo de Quilmes El 22 de Marzo de 1996, la Universidad Nacional de Quilmes nombró a Jorge Novak, Profesor Honorario “por su constante lucha en defensa de los Derechos Humanos”. En esa ocasión, el obispo de Quilmes en aquel entonces, expuso la siguiente disertación, que fue publicada en el número 30 de la Revista Nueva Tierra. Hoy, a 20 años, su palabra sigue siendo profecía, testimonio y compromiso. 30 Experiencia personal desgarradora En abril de 1985, al inaugurar la primera Cátedra de Derechos Humanos en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, dije: “El 19 de septiembre de 1976 fui ordenado obispo de la recién creada diócesis de Quilmes. No sospe-chaba en aquel momento que muy pronto me encontraría con un mundo insospechado de familias afectadas visceralmente por atroces sufrimientos espirituales. Familias, en cierta medida, moralmente proscritas en nuestra propia patria.” Mi visión de la realidad humana hubo de cambiar forzosa y rápidamente. Hasta entonces tenía mi propia opinión sobre los hechos, pero basada en una información insuficiente y deteriorada. Cada grupo familiar que trasponía los umbrales de mi oficina me comunicaba, a modo de ósmosis misteriosa, su carga de dolor y de angustia, reclamando comprensión, solidaridad, acción consecuente. Comprendí entonces cabalmente, a partir de estos diálogos que llenaban las más de las páginas de mi libro de audiencias, que la historia tiene una superficie en- gañosa y una profundidad lacerante. Comprendí que sólo quien desciende decididamente a bucear en los abismos del dolor provocado en la historia por la injusticia y la prepotencia, para compartirlo y para regenerarlo, adquiere en plenitud creciente su propia dimensión humana. En mi caso personal, valoré debidamente el axioma pastoral: ‘el hombre es el camino primero y necesario de la Iglesia’. En esta experiencia vi claro que sin actitudes sinceras con la situación de la familia argentina (la desaparición de personas, la destrucción premeditada de los centros de producción por los instrumentos de mezquinos intereses multinacionales; el hambre y la guerra...) me haría connivente y cómplice del mal en sus múltiples expresiones. Fue un aprendizaje duro pero eficaz, con la pedagogía sencilla de descubrir la verdad de los hechos; indagar en sus causas profundas, “Y asumir sin pérdida de tiempo, sin temor al peligro, sin cansancio en la entrega, la defensa y promoción de la dignidad de la persona y de la familia, reclamando la plena vigencia de los derechos humanos inalienables”. 31 Testimonio veraz “Mi aporte será humilde, transmitiendo la denuncia que escucharon mis oídos y registró mi corazón y expresando los gestos que inspiró la humana solidaridad y cristiana caridad. Otros hablarán de lo que han sufrido en su cuerpo, en su espíritu y en su familia. Entre todos escribiremos un libro de tan argentina vibración, que lo quieran repasar las generaciones del futuro para perpetua memoria y edificación.” Prologué en octubre de 1983 un folleto intitulado “Fraternidad sí, violencia no”, comenzando con estas palabras: “El poder sobrevivir a los grandes desastres de la historia evoca con fácil espontaneidad este refrán del prólogo de Job:‘Sólo yo pude escapar para traerte la noticia’(1, 15). Desde luego, que exageraría la nota del peligro o del derrumbe quien pretendiera ser casi el único náufrago, sobre todo al pasar la tempestad. “Si elijo el texto bíblico mencionado como epígrafe de la primera sección de mis palabras introductorias, es para asegurar la veracidad de un testimonio. Porque los temas son grandes y graves, eminente e íntimamente humanos, y han de ser tratados con el respeto debido a la verdad. “Me atrevo a llamarme testigo porque, dada mi condición de Obispo, he podido saber datos y circunstancias de tal magnitud y número que me capacitan a describir este breve y duro período de nuestra historia con rasgos bien definidos. Sin ser, sin más, el dueño de la verdad, me considero, a fuerza de testigo, servidor de ella. Creyente Las convicciones más profundas para perseverar en esta acción solidaria me las ha brindado mi fe en Dios. He descubierto, a la luz de los acontecimientos con mayor claridad, que Dios es compasivo con el que sufre, comprometido con el pobre, justiciero a favor del perseguido implacablemente. Es el Dios de la vida, que quiere ser respetado en todo ser humano. Su interpelación a Caín (“¿Dónde está tu hermano?”) atraviesa los siglos, iluminando como un relámpago las noches más tenebrosas de la historia. En los Salmos resuena el clamor de los indigentes y la respuesta 32 del Dios de la justicia. Un ejemplo: (Salmo 82,1-4): “El Señor se levanta en la asamblea divina y juzga en medio de los dioses: ¿Hasta cuándo juzgarán injustamente y favorecerán a los malvados? ¡Defiendan al desvalido y al huérfano, hagan justicia al oprimido y al pobre; liberen al débil y al indigente; rescátenlos del poder de los impíos”. El nuevo orden propuesto por Dios a la humanidad es la tarea del Mesías que, los cristianos creemos es Jesús de Nazareth (Salmo 72,12-14): “Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. los rescatará de la opresión y la violencia, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.” Discípulo Los que profesamos nuestra adhesión a este Jesús, escucha- mos sus palabras con respetuosa obediencia. Él no sólo nos señaló el camino hacia Dios. También expuso con meridiana claridad los fundamentos de la dignidad personal del ser humano, exigiendo una conducta consecuente. Nadie puede acceder a Dios, si no está en relación de fraternidad y amistad con su prójimo. La reconciliación es imprescindible y nadie ha de poner obstáculos a la felicidad de otra persona. En la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10,25-37) ha desplegado Jesús un esquema de sentimientos y acciones de vigencia permanente. Para quienes hemos acompañado el dolor de los familiares de los desaparecidos, esta página del Evangelio ha sido fuente inagotable de recursos morales y energías espirituales. En la descripción anticipada del Juicio Final, encontramos otro de los grandes estímulos de nuestra cercanía con los afectados por la represión totalitaria, así como con los afectados con posteriores medidas del régimen democrático que inferían grave daño a la familia y al individuo. 33 La aseveración de Cristo: “les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo” (Mateo 25, 40), ratificaba mi propósito y nuestro propósito (me refiero a cuántos bregábamos juntos por la causa de los derechos humanos) de afrontar en ese empeño todas las consecuencias. profundamente mi corazón de Pastor. Decía San Basilio (muerto en el año 379): “¿Qué responderás al Juez, tú que revistes las paredes y dejas desnudo al hombre? ¿Tú, que adornas a los caballos y ni siquiera te dignas mirar a tu hermano cubierto de harapos? ¿Tú, que dejas que se te pudran los alimentos y no alimentas a los hambrientos? ¿Tú, que guardas el dinero y desprecias al que muere por no tenerlo? Pero, dime: ¿De qué te aprovecha llevar la mano iluminada por piedras preciosas? ¿A quién perdonó la muerte por consideración a sus riquezas? ¿De quién se espantó la enfermedad por su mucho dinero? ¿Hasta cuándo habrá riquezas que sean causa de guerras, por las que se fabrican las armas y se afilan las espadas?” Sí la acción social determina la conducta del discípulo y seguidor de Jesús con la fuerza de una consigna, deduzcamos que la defensa y promoción de la vida y dignidad de la persona humana constituye uno de los aspectos más salientes de ese campo, llegando a ser un verdadero test de autenticidad cristiana. Una valiosa tradición Cuando la historia, después de la Paz de la Iglesia (año 313) fue marcándose en forma creciente con la cultura cristiana, los pastores fieles a su misión tuvieron que urgir la denuncia de los excesos de una clase social que presumía de cristiana. La expresión más frecuente aparece en la defensa del pobre. Los textos son numerosos y han marcado (José Ignacio González Faus: Vicarios de Cristo, Madrid, 1991, págs. 22- 3). En otro orden de cosas, Obispos conscientes de su deber no se amilanaban ante el gobierno, si los hombres que lo representaban claudicaban en su moral cristiana. Es bien conocido el episodio de San Ambrosio (Obispo de Milán, muerto en el año 397), enfrentando al emperador Teodosio. Este, en un arrebato de ira, 34 35 había hecho matar a 7000 hombres de Tesalónica, como represalia. Estas palabras las pone el historiador Teodoreto en labios de Ambrosio, excomulgando transitoriamente al emperador: “¿Y con esos vuestros ojos os atrevéis a contemplar la Iglesia, que es el hogar común para todos? ¿Tenéis valor para extender esas manos en actitud orante? ¿No véis cómo aún chorrea la sangre de aquella criminal mortandad? ¡No concibo que tales manos se atrevan a recibir el Sacrosanto Cuerpo del Señor!” El Concilio Vaticano II ha retomado un principio de aquella legislación, en la que palpita tanta sensibilidad humana y cristiana: “alimenta al que muere de hambre porque, si no lo alimentas, lo asesinas” («Decreto de Graciano», capítulo 21, distinción 86; citado en la Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual N° 69). Fidelidad al Concilio Vaticano II (Hugo Rahner: «Libertad de la Iglesia en Occidente», Buenos Aires, 1949, Pag. 155). No es extraño que el Evangelio penetrara profundamente en la legislación de la Iglesia. Los Obispos participantes de los Concilios Provinciales en los siglos de transformación cultural de Europa (segun-da mitad del primer milenio cristiano) tomaron como suya la causa del pobre, del oprimido, del violentado. Reiteran la proclamación de la dignidad e igualdad de toda persona humana en la presencia de Dios y cohíben con amenazas y penas especiales a los incendiarios y violentos. Los Obispos reunidos en el Concilio Vaticano II asumieron la causa de los Derechos Humanos. En el documento “Gaudium et Spes” (1965), sobre la Iglesia en el mundo moderno, se expresaron así (N° 27c): 36 “No sólo esto. Cuanto atenta contra la vida -homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eu-tanasia y el mismo suicidio deliberado-; cuanto mola la integridad de la persona humana, como, por ejemplo, las mutilaciones, las torturas morales o físicas, los conatos sistemáticos para dominar la mente ajena; cuanto ofende a la dignidad humana, como son las condiciones infrahumanas de vida, las detenciones arbitrarias, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; o las condiciones laborales degradantes, que reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de la persona humana: todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador”. te, sobre todo porque se obraba con el poder omnímodo de un régimen que carecía de toda base jurídica. Esa mentira institucionalizada asentaba antecedentes de gravísimas consecuencias para nuestro estilo de convivencia social. Ha sido norma invariable de mi conducta poner en práctica las orientaciones doctrinales y pastorales del Concilio. Consiguientemente, he reparado una y otra vez los principios que, en materia de antropología y sociología y respecto del dinamismo histórico, propone la primera parte de este documento rector de la cosmovisión cristiana. Modesto servicio al ser humano Servicio a la verdad Me consideré siempre obligado a la verdad, en mi acompañamiento de los familiares de los desaparecidos. El encubrimiento del lugar de detención y del trato de los desaparecidos ha sido una maniobra repugnan- Servicio a la vida También entendí defender la vida. Nunca quise aceptar la alternativa de la muerte inferida violentamente a los desaparecidos. Con una profunda convicción del valor de la vida humana, a la que sólo Dios ha de poner fin, evité en mis mensajes y homilías hasta la impresión de que aceptaba, como hecho consumado e irreversible, el asesinato a mansalva de miles y miles de jóvenes. Servicio a la familia En mis contactos con los familiares, me pronuncié claramente a favor de esta célula fundante de la sociedad. Escuchando los relatos desgarradores de la sustracción nocturna de los seres queridos, participé angustias, compartí la esperanza contra toda esperanza del reencuentro, me uní en la oración a la apelación creyente y apasionada al Dios de la vida y de la justicia. 37 Servicio a la libertad “Cuando se aplasta bajo el pie a todos los cautivos de un país; cuando se distorsiona el derecho de un hombre en la presencia del Altísimo; cuando se perjudica a alguien en un proceso, ¿acaso no lo ve el Señor?” (Lamentaciones 3, 34-36). ¿Cómo se atrevían a entonar las estrofas del Himno Nacional los que habían reducido el goce de la libertad a un silencio temeroso y precavido, mediante acciones violatorias de las garantías constitucionales? y de toda mujer. Compartí más plenamente el asombro del salmista: Servicio a la justicia Unido a las diversas organizaciones de Derechos Humanos tratamos de apelar a la justicia según la letra y el espíritu de nuestra Constitución. ¡Cuántos atropellos! Atropellos inauditos: privación arbitraría de la libertad, interrogatorios bajo la presión de torturas, juicios sumarios, sentencias inapelables, indefensión absoluta, condenas a muerte, ejecuciones clandestinas. Permítanme, entonces, saludar con respeto y entusiasmo: Dignidad personal del ser humano En esta actitud comprendí mejor la grandeza personal de todo hombre “¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu nombre en toda la tierral ¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?” (Salmo 8, 2-5). Me asombro yo también ante todo ser humano, a quien Dios quiso tener como colaborador en la obra de la Creación. Admiro irrestrictamente a este señor, a quien Jesús quiso tener como hermano, sin excluir a nadie. al ser humano que está por nacer, exigiendo que se lo salvaguarde, que no lo asesinen cobardemente, sino que le dejen ver la luz del sol y compartir plenamente la vida con sus semejantes; al niño que ya ha nacido, como un mensaje viviente de alegría, para que no sea condenado a una muerte prematura o una existencia agónica por desnutrición; al joven y a la joven, para que no sean víctimas de la desesperanza, por falta de ejemplos, de ideales, de trabajo: 38 al anciano, cubierto de canas y de méritos, para que la sociedad no lo relegue a una marginación deprimente, sino que le permita disfrutar todavía de muchos años de existencia serena; al migrante, que no es nuestro enemigo, sino un amigo que golpea a las puertas y al corazón de una patria bendecida por Dios con riquezas inagotables; al aborigen, desterrado prácticamente de las tierras en que sus ancestros vivieron miles de años, para que sea acogido con todos los honores y derechos de un ciudadano honrado y pacífico. Cuando tengamos en cuenta, a la luz de la fe, de la razón y de la historia, la inmensa dignidad de todo ser humano, desaparecerán las discriminaciones, las marginaciones, las opresiones que envilecen y envenenan la convivencia nacional e internacional. Respetaremos en el otro, hombre o mujer, joven o adulto, blanco o negro, a un amigo, saludándolo con afecto y sirviéndole con desinterés. >>> Compromiso ulterior con los Derechos Humanos El gesto de buena voluntad que ha tenido para conmigo la Universidad Nacional de Quilmes representa para mí el compromiso de unirme ulteriormente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para defender y promover los derechos humanos inalienables, constantemente amenazados y aún atropellados. La democracia, felizmente restituida en nuestra Patria a partir del 10 de diciembre de 1983, gozará de buena salud y podrá prometerse larga duración si asegura a todo ciudadano el goce de derechos que la Nación Argentina asumió ante la opinión pública mundial. Enumeramos algunos de ellos: El derecho al trabajo, superando con urgencia el grave problema de la desocupación, que deprime al individuo y desintegra la familia; el derecho a la vivienda propia y digna para que desaparezca de la escena nacional el cuadro de familias que han de vivir en carpas de nylon, castigados por el frío y las lluvias; 39 el derecho a la salud, destinando en los presupuestos partidas suficientes, con planes bien elaborados, para que ningún argentino se vea impedido de acceder al médico, disponer de la medicación necesaria y asegurarse una eventual internación; el derecho a la educación, para que recuperemos nuestra otrora bien merecido nombre de país inteligente y bien formado, el derecho a la información, completa, veraz y edificante, para que los poderosos medios de comunicación colaboren con las familias y no las atropellen, ingresando en la intimidad del hogar con imágenes y mensajes contrarios a nuestra cultura. Fidelidad a la consigna de Santo Domingo (1992) Los Obispos reunidos en la 4ª Conferencia del Episcopado Latinoamericano se expresaron en este tenor respecto de los Derechos Humanos: a. Desafíos pastorales N° 166. “La conciencia de los derechos humanos ha progresado notablemente desde Puebla, junto con acciones significativas de la Iglesia en este campo. Pero al mismo tiempo ha crecido el problema de la violación de algunos derechos, se han incrementado las condiciones sociales y políticas adversas. Igualmente se ha oscurecido la concepción de los mismos derechos por interpretaciones ideologizadas y manipulación de grupos, mientras aparece una mayor necesidad de mecanismos jurídicos y de participación ciudadana”. N° 167. “Los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades. La intolerancia política y el indiferentismo frente a la situación del empobrecimiento generalizado muestran un desprecio a la vida humana concreta que no podemos callar”. “Merecen una denuncia especial las violencias contra los derechos de los niños, la mujer y los grupos más pobres de la sociedad: campesinos, indígenas 40 y afroamericanos. También hay que denunciar el negocio del narcotráfico”. b. Líneas pastorales N° 168. “Promover, de modo más eficaz y valiente, los derechos humanos, desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, con la palabra, la acción y la colaboración, comprometiéndose en la defensa de los derechos individuales y sociales del hombre, de los pueblos, de las culturas y de los sectores marginados, así como de los desprotegidos y encarcelados”. “Comprometerse en la defensa de la vida desde el primer momento de la concepción hasta su último aliento”. “Participar con discernimiento en organismos de diálogo y mediación y también en instituciones de apoyo a las diversas clases de víctimas, con la condición de que sean serios y no instrumentalicen mediante ideologías incompatibles con la Doctrina Social de la Iglesia”. “Empeñarse firmemente, a la luz de los valores evangélicos, en la superación de toda injusta dis- criminación por razón de razas, nacionalismos, culturas, sexos y credos, procurando eliminar todo odio, resentimiento y espíritu de venganza y promoviendo la re-conciliación y la justicia.” Se ha hecho algo, pero no todo En mi prólogo al folleto “Fraternidad sí, violencia no”, tracé un cuadro de los gestos y servicios concretos de la situación cercada por el terrorismo del Estado que existía. Transcribo parcialmente: “¿Hubo llamados de emergencia? Por de pronto, la respuesta ha de ser: hubo casos de emergencia. Hubo numerosos casos. De emergencia extrema: allí donde la dignidad y la vida, no ya sólo de un individuo, sino de la humanidad misma son prostituidas y deterioradas hasta la desfiguración”. “Cuando hay un tornado que arrasa barrios enteros, cunde la alarma y toda la comunidad acude en socorro de los siniestrados. Dígase lo propio de grandes incendios y de inundaciones devastadoras. Entre nosotros hubo emergencia en 41 42 muchos hogares, en dimensiones profundas de la cultura, en consecuencias de largo alcance en nuestro dinamismo histórico. La comunidad no acudió ni pronta, ni masivamente en ayuda de estos damnificados. ¿No hubo alarma? Si la hubo, ¿fue débil, indecisa o complaciente con el poder?” “¿O falló la respuesta solidaria? ¿O faltaron voluntarios para la acción de salvataje que exigían las críticas circunstancias por las que atravesaban tantos hermanos nuestros? Tal vez, ordenando más los ítem, quede mejor bosquejado todo un mundo de interrogantes. “En el seguimiento pastoral de “desaparecidos” y de “detenidos del PEN” pueden desglosarse cuestiones como: Salas de reunión con garantías de seguridad personal ante actitudes intimidatorias de fuerzas de seguridad en los meses más duros de la represión. Asistencia pastoral de consolación (lectura comentada de la Biblia; oración, escucha y diálogo sereno). Tramitaciones de visitas a los penales. Reclamos ante las jefaturas y direcciones para conseguir trato humano en las cárceles. Facilitar tramitaciones ante las autoridades reclamando información en el caso de las desapariciones. Asistencia en dinero a familias pobres que debían hacer, a veces, largos viajes, para reclamar por desaparecidos o para visitar a familiares detenidos. Asistencia a los abuelos que se debían encargar de los nietos “huérfanos”. Reclamar de las autoridades y medios de comunicación social respeto al dolor y a la fama de los familiares siniestrados. Llevar el eco de este reclamo a la catequesis de la iglesia (homilía, preparación a los sacramentos, colegios, órganos periodísticos católicos...). Preocuparse del buen nombre de los hijos o hermanos menores 43 de las víctimas de la represión en escuelas y universidades. Reconocimiento agradecido Preocuparse de la extrema necesidad de las familias privadas de recursos por las desapariciones (abuelos, niños...). ¡Honremos a los hombres y mujeres que nos han marcado, con su vida ejemplar y su muerte heroica, el sendero luminoso del valor, de la defensa y de la promoción de los Derechos Humanos! La historia, tomando distancia de los acontecimientos para justipreciarlos en su real significación, los ha integrado en la galería de los héroes verdaderos, para admiración e imitación. Nuestro siglo, que tantos horrores vio, causados por personajes nefastos, también conoció la noble lucha del Mahatma Gandhi, de Luther King, de Oscar Romero y de Enrique Angelelli. ¡Gloria a ellos y a los innumerables hombres y mujeres que, anónimamente, con su conducta, pusieron el basamento de la efigie de una humanidad libre y fraterna! “La lista es larga, pero de ninguna manera es completa. Para el fin propuesto aquí no hace falta la integridad material de los ítem. Lo que sí cabe afirmar es que se trata de realidades muy concretas y agónicas: no se puede pasar de largo indiferentemente. Porque Cristo estuvo en esos cuerpos torturados, en esos corazones desgarrados, en esos niños aterrorizados.” “Hemos de confesar nuestras limitaciones, a veces graves. En momentos en que el Papa nos exhorta a reconocer faltas y pecados, aún del pasado de la Iglesia, pedimos perdón a Dios, a los familiares de los desaparecidos y a toda la comunidad. La conmemoración de los 20 años del fatídico 24 de marzo de 1976 agrega su cuota de urgencia y reparación a este sincero recono-cimiento.” >>> Mi reconocimiento se dirige igualmente a los familiares de los desaparecidos. Con su tesón indoblegable representan para el país una reserva moral, aquilatada en el mundo entero. Agradezco mis hermanos católicos de la Diócesis de Quilmes, 44 que supieron interpretar correctamente mi actitud en el área de los Derechos Humanos. Un emocionado reconocimiento va para mis hermanos del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Hemos compartido, en la defensa y promoción de la dignidad de la persona humana, densos años del más genuino ecumenismo. Agradezco a la Universidad Nacional de Quilmes el aliento que ha brindado a un grupo investigador sobre los Derechos Humanos. Agradezco, en fin, la distinción que la misma Universidad me ha que-rido otorgar y que dedico a todos los que, creyendo en el hombre, se le acercan como amigo, hermano, servidor. *** 45 UNA MIRADA SOBRE LA PASTORAL DE LOS dERECHOS HUMANOS DE JORGE NOVAK Esperanza en acción y búsqueda de la verdad Isabel Iñiguez La praxis de la fe en la experiencia de dolor y acción, obró como fuente posibilitadora de mudanzas y motivadora de reacciones ante el poder dictatorial. La oración como encuentro con Dios, y como práctica realizada en el templo fue desplazada hacia la plaza, a las calles, comisarías, despachos, haciéndolos emerger como nuevos areópagos. Isabel Iñiguez propone en este texto una mirada teológico-pastoral sobre el compromiso de Jorge Novak como obispo de la Diócesis de Quilmes durante la última dictadura militar. Reconoce en su figura un ícono de inspiración y responsabilidad ética y evangélica. 46 Presento la Pastoral de los Derechos Humanos, resaltando desde la imagen de pastor al obispo Jorge Novak, el diálogo con las Madres de la Plaza Quilmes y el trabajo ecuménico en el MEDH, conformando una figura pastoral significativa, porque públicamente han emergido de la realidad, por lo significativo de sus vidas y el compromiso de sus prácticas con los sufrientes de la historia, en los contextos que le tocó vivir, generando un testimonio relevante de interpelación de enseñanzas del evangelio en nuestra contemporaneidad. En primer lugar me voy a referir a la figura teológico-pastoral, que representa el Obispo Jorge Novak durante su Ministerio Episcopal, como primer Obispo de la diócesis de Quilmes, (19762001), luego en relación al diálogo con las Madres de la Plaza de Quilmes y el trabajo conjunto con el MEDH en la pastoral de los Derechos humanos. Como figura teológico-pastoral, el Obispo Novak, emerge con significado por la implementación organizativa diocesana en todas las pastorales, desde la modalidad de Iglesia gestada y recreada en ese espacio vital en el que confluyen la inculturación diocesana de las opciones y orientaciones emanadas del Concilio Vaticano II. En este sentido, toda la obra del Padre Obispo Jorge Novak, ha dejado impreso en la diócesis una marca, configurándola con el espíritu pastoral del Concilio Vaticano II que tuvo su recepción significativa en el Sínodo Diocesano de la Palabra en (1981-1984). En lo académico, ejerce desde 1958 en la docencia de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de la Universidad Católica “Santa María de los Buenos Aires”; en la Facultad de Historia y Letras de la Universidad del Salvador (Buenos Aires); en el Seminario Mayor San José (La Plata); en el Instituto de Cultura Religiosa Superior (Buenos Aires); en el Escolasticado, San Francisco Javier de los Misioneros del Verbo Divino, (Rafael Calzada); en el Instituto Superior del Profesorado Presbítero Antonio Sáenz (Lomas de Zamora); en el Instituto del Profesorado del Espíritu Santo, (Quilmes); en el Seminario de Catequesis de la Diócesis de Quilmes y en el Centro de Estudios Filosóficos y Teo- 47 lógicos Santo Toribio de Mogrovejo (Quilmes); y como titular de la Cátedra de Derechos Humanos en la Universidad Nacional, (Lomas de Zamora). La vida y el ministerio episcopal de Jorge Novak en la diócesis de Quilmes, han sido abordados desde muchos ángulos. En su transcurso se ha ido abriendo camino una presentación del conjunto de su praxis evangelizadora en cuatro ejes temáticos: Derechos Humanos, misión permanente, ecumenismo y opción preferencial por los pobres. En esta presentación trato uno de los ejes: La Pastoral de los Derechos Humanos en el ministerio episcopal de Jorge Novak (19762001) como defensor de la vida y de la dignidad, reflexionó e implementó dando respuesta a los “signos de los tiempos” a lo largo de su servicio episcopal. La figura de un hombre y pastor que entrega su vida y lo significativo de su figura en su ministerio episcopal lo manifiesta su práctica en la opción por los pobres, por el compromiso con los sufrientes de la historia: “Es nuestra más urgente tarea como comunidad cristiana la Evange- lización, lo que hago es expresar en esta frase punzante del Apóstol: Pobre de mí si no predicare el Evangelio” (1 Co 9,16), (Novak 1976p.2). Esta tarea que le tocó desarrollar en el marco del teodrama de la noche oscura, dado el contexto, el período de dictadura militar que gobernó nuestro país entre 1976 y 1983 auto titulado “Proceso de Reorganización Nacional”; y en el marco de la democracia 1983-2001, como “Nuevos tiempos”. El testimonio del Obispo, dejó impreso un camino de referencia en los fieles y en hombres y mujeres de buena voluntad como pastor que “escucha” el clamor en la Iglesia de Quilmes. Su voz fuerte y clara en tantos planos, lo ha sido especialmente cuando se levantó para denunciar toda violación a los Derechos Humanos como contradicción al plan de Dios releyendo el episodio de Caín y Abel:“Dónde está tu hermano, Abel”, (Gn, 4,9-10), Novak, (1976),p.5. En este proceso se observa el modo como los Derechos Humanos fueron concebidos por su práctica y discursos como contenido propio de la acción pastoral confluyendo en una correlación ente Bi- 48 blia- cristología-antropología; teología- historia de la Iglesia y evangelización profética. En este plano, el ministerio de Jorge Novak desde el prisma de los Derechos Humanos supone un original acceso a una vida/ teología que puso en primer plano la convicción de la presencia de Jesús, el Cristo en los sufrientes pisoteados en sus prerrogativas básicas e identificados con Él, por su inalienable condición de imagen y semejanza del Creador. En el contexto de una situación cultural latinoamericana y argentina marcada por la violación sistemática de la dignidad humana, desde los resortes del Estado, que pone de manifiesto la novedad evangelizadora del Padre Obispo y lo que significó su opción por los sufrientes que derivó en una propuesta pastoral y el servicio a los pobres como sujeto de derechos, ante las necesidades básicas de los habitantes de la diócesis. La Pastoral de los Derechos Humanos llevada adelante por Jorge Novak como Obispo de Quilmes está en íntima relación con una concepción eclesiológica que tiene al binomio inclusión/ comunión como eje articulador. Se trata de una modalidad de Iglesia, Pueblo de Dios en el que confluyen la inculturación diocesana de las opciones y orientaciones emanadas del Concilio Vaticano II –particularmente del tándem Lumen Gentiun, Gaudium et Spes– y la teología post-conciliar de América Latina. En este proceso, percibo que Jorge Novak buscó y logró plasmar, en la vida diocesana en general y en la pastoral de los Derechos Humanos en particular, una Iglesia Pueblo de Dios incluyente y comunional. Al decir Pastoral de los Derechos humanos, desde sus dimensiones, me refiero a la diakonia, kerigma y martyria, (Brighenti, 2011, p.43), y aplicados en relación con los derechos humanos (Iñiguez,2014,p.51). Diakonía en cuanto a la práctica, de acciones, dichos y escritos pastorales llevadas a cabo por Jorge Novak como servicio de la Iglesia diocesana en la temática de los Derechos Humanos referidas a la defensa de la dignidad de la persona humana. Tal dignidad, se traduce en temas concretos: la verdad sobre los desaparecidos; la justicia hacia quienes 49 han sido sustraídos de la acción del Poder Judicial para quedar a disposición del Poder Ejecutivo Nacional; la vida de los Niños nacidos en cautiverio. Así como el reclamo de los emergentes derechos fundamentales, que derivan de la Opción preferencial por los pobres en el proceso democrático (1983-2001). El Kerigma como proclamación fundamental es la dignidad que a todos, sin distinción alguna les es propia. Al reivindicar tal dignidad nos mueve la revelación contenida en el mensaje y en la persona misma de Jesucristo: El conocía lo que hay en el hombre (Jn 2,25) (Cf DP316). El Padre Obispo Novak, en la Carta Pastoral sobre la actitud solidaria con los familiares de los desaparecidos ha expresado sus objetivos trazados y logrados: “Mi magisterio ha llenado un triple objetivo: de consolación y esperanza a los familiares inmediatamente afectados; de evangelización a la opinión pública y de enseñanza a nuestros fieles de parroquias y colegios”, (Novak, 1983). La defensa de la vida y de los Derechos Humanos, como ampliamente se expresa en la publicación en homenaje a Jorge Novak, Testigo y sembrador de esperanza, son presentadas como acentos constitutivos de una respuesta/ propuesta de pastoral frente a la situación histórica, que buscó defender los derechos de las Personas en su dignidad y de los pedidos de paz ante las guerras en que se intentaban someter a los Pueblos, en esos contextos. Al presentarlas, implica también asumir algunos criterios de discernimiento teológico pastoral como Interpretación de los Hechos de Pastoral de los Derechos Humanos desde una Hermenéutica teológica con el abordaje teológico-sistemático, desde la pregunta: ¿Qué hiciste de tu hermano?, desde un abordaje bíblico; el rostro de la pastoral de los Derechos Humanos, desde el enfoque antropológico-cristológico y la Pastoral de los Derechos Humanos desde una eclesiología de inclusión y comunión. La reflexión teológica de los Derechos Humanos como signo de los tiempos y la Pastoral de Jorge Novak, como reacción ante los anti-signos explicitan el modelo pastoral que está en juego en estas acciones, opciones y discursos, en el cauce de la her- 50 menéutica bíblica y teológica de la Gaudium et Spes y de su recepción latinoamericana. Considero que una pastoral como la de los Derechos Humanos sólo puede ser fielmente interpretada desde una actitud profética de denuncia del contexto y del poder oculto y manifiesto de las dictaduras latinoamericanas. Proceso, leído desde los aportes de la teología de la liberación como reflexión crítica de la praxis histórica a la luz de la Palabra de Dios y de los Documentos pastorales de la Iglesia. Momento reflexivo de la profecía que arranca de la realidad humana, social, histórica para pensar desde un horizonte más macro las relaciones de injusticia que se ejercen desde el centro contra la periferia de los pueblos, produciendo situaciones de extrema pobreza que adquieren en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela. (Cf. DP 31) >>> Las Madres de la Plaza Quilmes En este punto me refiero a las Madres, como mujeres, ante la desaparición de sus hijos e hijas en el contexto histórico de dictadura en el país y la consecuente forma organizativa en el escenario de la plaza. Desde la reflexión teológico pastoral y en la perspectiva de género resalto la figura novedosa de resistencia y de fe en la pastoral de los derechos humanos. Para este tema me remito a la presentación realizada en el marco del 1º Congreso de Teólogas Latinoamericanas y Alemanas (Bs.As.2008). Las Madres de la Plaza, emergieron del silencio y la noche frente a la época más cruel en el escenario de la plaza. Todo esto en el marco de las dictaduras para América Latina, diseñada desde los centros de poder y la implementación del Plan Cóndor para América del Sur, en aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional. El secuestro de miles de personas, con la consecuente privación ilegítima de la libertad en Centros Clandestinos de Detención. En ese período se realiza la apropiación de los hijos de 51 los desaparecidos-bebés secuestrados y nacidos en cautiverio implementándose una campaña de acción psicológica específica basada en el control social. La Plaza se tornó espacio de conquista de libertad y resistencia: “Nos creamos en la Plaza porque en otros organismos no nos sentíamos bien cerca; había siempre una cosa más burocrática y en la Plaza éramos todas iguales, nos contábamos ese ¿qué pasó?, ¿cómo fue?; a todas nos pasaba lo mismo, por eso la Plaza nos agrupó, nos consolidó. Además, no queríamos que se le llame ronda a lo que hacíamos, porque ronda es rondar sobre lo mismo, pero marchar es marchar hacia algo y las Madres, creemos que aunque sea en círculo, estamos marchando hacia algo”. En la plaza, las mujeres encuentran un lugar para situarse, un lugar desde el cual pueden desafiar los prejuicios de todo tipo que siguen rebajando el valor de sus vidas en la sociedad y también experimentado en las Iglesias. La práctica de las madres por la ausencia, por el grito desde sus entrañas ante el secuestro y desaparición forzada de sus hi- jos e hijas, arrancadas/os de sus hogares, pudieron saltar todos los muros. Sintieron la fuerza y la Fe que vence el miedo para resistir, organizarse y salir tocando puertas, iniciando una búsqueda incansable. Resalto la sorprendente Fe de las Madres, frente a la exclusión que vivieron y en algunos ámbitos de iglesias. La oración de sus labios, manifiesta su fuente de fuerza para resistir el dolor y el miedo, algunas voces: “Rezamos al gritar y pedir gritando por los desaparecidos alrededor de la Plaza de Luján, fue cuando el país se enteró que había desaparecidos” (…) “Frente a la persecución que sufrimos, cuando se llevaron a Familiares, a las Religiosas y a dos de nuestras Madres: Mary Ponce y Esther Balestrino de Cariada en la Iglesia de la Santa Cruz y luego a Azucena Villaflor” (…) “Cuando llegamos a la Plaza Moreno, en La Plata, la policía nos rodeó para aislarnos del grupo, comenzamos a rezar. Y rezamos Padres Nuestros y Aves Marías y Rosarios”. 52 53 “En noviembre de 1977 comienzan a encontrarse todos los viernes en la Catedral de Quilmes, a las 17 hs, a rezar el rosario y a la salida encontrarse con las Otras madres”. “En la Peregrinación a Luján, como necesitábamos identificarnos comenzamos a usar el “pañuelo blanco”, que no era otra cosa que el símbolo de un pañal de nuestros hijos”. En los comienzos, muchas madres y familiares recurrían al Obispo para pedir ayuda y en Él, encontraron un padre, un amigo que las escuchó. En toda ocasión, el Obispo Novak, hacía parte a la comunidad diocesana sobre los hechos y en la apertura del Sínodo Diocesano, hizo memoria del trabajo pastoral. La acción del Obispado tenía un influjo fuertemente animador sobre las familias, brindando el espíritu, el espacio humano y favoreciendo la información y colaboración con los familiares de desaparecidos y los detenidos presos por el Poder Ejecutivo Nacional del gobierno de facto. Las Madres y Abuelas, mujeres, sujeto de conciencia y organiza- ción, desde la perspectiva de género han tenido que enfrentar la doble injusticia en la praxis de los derechos humanos. Las silenciadas en la vida cotidiana, las sin nombre y luego reforzado este silencio por las estructuras y el terrorismo de estado, utilizaron sus propios cuerpos como símbolo vivo del poder de la memoria, negándose a aceptar que la injusticia dijera la última palabra. A través de sus actos de memoria pública, literalmente peligroso, ayudaron a crear una realidad diferente. Pero, son ellas mismas, las Madres, en sus testimonios, quienes manifiestan el crecimiento de conciencia y organización en el proceso, así decían: “A pesar de que nos impidan voy a ir a la marcha, por primera vez voy a entrar en la ilegalidad, a desafiar la ley”. “He dejado de ser esa madre ingenua pero corajuda dispuesta a escalar montañas para encontrar a mi hijo”. “La sola idea de que a consecuencia de nuestra acción pudiéramos encontrar respuestas, es un motor cuya potencia ellos ni siquiera sospechan. Ni sus amenazas, ni sus fusiles pueden contra la fe de una madre”. “Nos llevaban presas, nos golpeaban, 54 ponían perros en la Plaza, nos tiraban gases”. Cuando las Madres hacen memoria de la lucha de sus hijos, se sienten continuadoras del proyecto de búsqueda de una nueva sociedad. Al considerar que sus hijos tenían razón, que había que cambiar el tipo de sociedad que excluye, asumen la legitimidad de la lucha política de ellos y permiten que se realice un ejercicio de memoria acerca de la génesis del plan de ajuste estructural, que comenzó durante el proceso y se consolidó en el gobierno de los 90 y ellas, aseguran en la conciencia colectiva la permanencia de la lucha por la defensa de los derechos humanos. Las Madres y Abuelas, experimentan la socialización de su maternidad como un milagro: “Fue un milagro socializar nuestra maternidad; fue un milagro encontrar en otros hijos a nuestros propios hijos”. Ellas, se han constituido en el paradigma de la práctica política a partir del dolor más allá de lo personal sino social, de una abierta rebeldía hacia el gobierno militar y hacia las formas de hacer política de los partidos tradicionales. Representan el ejercicio de maternidad social, la salida a lo público para buscar al hijo y a todos los hijos. Las Madres nos reflejan el concepto universal de maternidad. La praxis de la fe en la experiencia de dolor y acción, obró como fuente posibilitadora de mudanzas y motivadora de reacciones ante el poder dictatorial. La oración como encuentro con Dios, y como práctica realizada en el templo fue desplazada hacia la plaza, a las calles, comisarías, despachos, haciéndolos emerger como nuevos areópagos. La plaza que obrara como su huerto de los olivos, espacio de decisión, para enfrentar la pasión y muerte, fue también vivida simbólicamente, como escenario de resurrecciones, decían: “Nuestros hijos nacen cada día, el milagro de la resurrección se provoca cada jueves en la Plaza, ahí resucitan en cada plaza, ahí nacen todos los jueves y viven cada semana y cada día con nosotras”. Ellas, como gestoras del movimiento de reivindicación por la vida, tejiendo y compartiendo juntas han modificado su modo de estar en la familia y en 55 la sociedad, han puesto la palabra y el cuerpo, transformando públicamente su lugar y rol en la sociedad argentina, comenzando a ser sujeto y no objeto de los lugares prohibidos. Esa modificación del lugar del cuerpo de la mujer, del lugar de acción y de expresión, en lugar de la prohibición de la presencia, les hace experimentar la resurrección como presencia, memoria y esperanza, rememorando los huesos secos que expresa poética y profundamente el profeta Ezequiel. Ellas, con sus pañuelos blancos, constituyen el símbolo de continuidad de la defensa y dignidad de la vida, en la búsqueda de una sociedad que se aproxime al Reino de Dios y su justicia, ellas, mujeres de resistencia y de fe en la pastoral de los Derechos humanos y en comunión con el Obispo Novak e Incorporadas a Cristo por el bautismo, forman el Pueblo de Dios y realizan en su condición de mujer, la misión de todo el pueblo cristiano, marcando un camino de testimonio de fe transformadora de la realidad, como figura novedosa y singular aportando creatividades a la Pastoral por los Derechos Humanos. El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos Desde la diakonía vinculo la dimensión de la martyría en relación con la pastoral ecuménica por los Derechos Humanos y sus diversas acciones mancomunadas del Obispo Novak y el MEDH, que quedó plasmado en los Documentos Fundamentales y Declaraciones Públicas del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, volumen revelador de 323 páginas (1976-2002). El Obispo Jorge Novak, fue nombrado primer Obispo de Quilmes, el 19 de septiembre de 1976 y un mes después, en octubre de 1976, integra el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, como cofundador y copresidente. Ese organismo había sido fundado en mayo de 1976 y Quilmes fue la primera diócesis católica que se integra a ese compromiso ecuménico en ese organismo y el primer acto público ecuménico por los Derechos Humanos, se realizó en la Catedral de Quilmes, el 22 de diciembre de 1976, donde el Obispo lee una Carta citando pala- 56 bras del Papa, para referirse a los problemas de la represión en Argentina. El Obispo, siguiendo las orientaciones ecuménicas del Concilio Vaticano II, de promover la reintegración de la unidad entre todos los cristianos, (UR 1), estrechó vínculos y acciones comprometidas con los hermanos de otras Iglesias cristianas. El mismo, ha querido dejar testimoniada su apreciación, en relación a la Pastoral Ecuménica: “Una de las experiencias más valiosas de mi servicio a los Derechos Humanos ha sido el diálogo fraterno y activo con hermanos cristianos de otras Iglesias y Comunidades eclesiales, en mi condición de cofundador y copresidente del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. Tengo la certeza de que esta colaboración entra de lleno en la letra y en el espíritu del Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo, Nº 12”, (Novak, 1988, p.15) Las oraciones en común y los Encuentros nacionales del MEDH, han sido testimonio de vida y trabajo conjunto; las Declaraciones firmadas conjuntamente, desde los Fundamentos que inspiraron la defensa de la persona humana; la Realización de Jornadas de Pastoral Ecuménica, la comunicación llevada a cabo en el INFORMEDH y en el CEDIQ y las Celebraciones Ecuménicas en fechas significativas, entre otras acciones. Rescato algunas acciones, volcadas a continuación: El apoyo del Movimiento ecuménico ante la prohibición de la oración pública por la mediación del Papa, programada por el Obispado de Quilmes, en la plaza San Martín de esta localidad, (1981).El compromiso por la vida desde el Evangelio de Jesucristo en la participación del Movimiento Ecuménico en “La Marcha por la Vida” (1982), junto al Obispo De Nevares, con los demás hermanos en el Ecumenismo y otras organizaciones. Además, todos los Organismos de Derechos humanos se expidieron con una voz unánime de rechazo al documento de las fuerzas armadas. Entre ellos, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos hizo sentir su rechazo ante tal accionar expresado en el Documento de las Fuerza armadas, avalado por la Junta Pastoral del MEDH: Obis- 57 58 po Jorge Novak, Obispo Federico Pagura, el Pastor Juan Van der Valde, como los tres copresidentes, del mismo organismo. Ante la entrega de los Petitorios por los desaparecidos, junto a los Obispos Jaime de Nevares y Federico Pagura (1983). El Obispo Novak en la Carta Circular emitida públicamente, señalaba: “Nos ocupa la dignidad de la persona humana que se traduce en términos concretos: la verdad sobre los desaparecidos, la justicia hacia quienes han sido sustraídos a la acción del Poder Judicial para quedar a disposición del Poder Ejecutivo y la vida de los niños nacidos en cautiverio”. La voz profética ecuménica en el “No a la autoamnistía”. Y por la Verdad a la Justicia, en la entrega por parte de la CONADEP, del libro “Nunca más” (1984). Los Obispos y pastores expresaron su inaceptabilidad a las expresiones del Documento de la Junta, extraigo las distintas voces, al respecto: “No es este el momento, ni la Junta militar el organismo que tiene que hacer apelaciones religiosas. La religión tiene sus representantes a quienes les compete comentar las motivaciones de ese orden.” Una de las temáticas, derivadas de la política de silencio acallando la justicia por parte de las autoridades, han sido las leyes del Indulto y del Punto final. El Obispo y su Hermanos del MEDH se expresaron frente a los temas coyunturales, como ha sido el “Indulto”: “Reconozco plenamente la autonomía del orden temporal, la vigencia de la Constitución Nacional, la responsabilidad personal de los civiles en la administración de la cosa pública. (…) Me inspiro en la Palabra de Dios y en el Magisterio de la Iglesia, para nada entra en mi consideración el punto de vista de partidos políticos, de sistemas meramente filosóficos o de organizaciones ideologizadas. (…) Coincido en lo que atañe a temas como el presente, con una visión cristiana ecuménica. La comparto concretamente en el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, del que soy Cofundador y Copresidente y en tal condición representé a nuestro Movimiento en la entrevista que el Señor Presidente de la Nación tuvo a 59 bien conceder a los Organismos de Derechos Humanos, el pasado mes de agosto de 1989.” En conclusión, la figura teológico pastoral que representa la pastoral de los derechos humanos del Obispo Novak en los contextos por la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana fueron atravesados por la martirya como testimonio manifestado públicamente confiriéndole la dimensión profética liberadora a la pastoral al sumir las opciones preferenciales desde los pobres, durante la etapa del terrorismo de estado y en la democracia 1983 en adelante, expresados en el testimonio del Obispo y en el trabajo conjunto con sus hermanos en el Ecumenismo al “Defender la vida aún a costa de la nuestra.” (Cf. Is 6, 1-11). El papel de las Madres y Abuelas, desde su condición de gé- nero en cuyas prácticas de fe y compromiso con la vida buscaron traspasar el silencio, la invisibilidad y la exclusión para organizarse, levantar su voz y la de sus hijos e hijas, nietos y nietas, posibilitando que el estado (2003-2015) se haga cargo de tal atropello del gobierno de facto y que en democracia se llegue a los avances de la recuperación de la verdad, de la justicia y respuesta por los desaparecidos y nietos/as en cautiverio. En se prolonga la pasión de Jesús y prefiguran el rostro desfigurado del Señor. Y en el rol de las Madres y Abuelas desde su condición de género lo martirial en la vida del pueblo que abonó la tierra, en la comunidad eclesial en Argentina y en América Latina y cuya práctica concreta de pastoral ecuménica nos ha dejado la enseñanza de que es posible proyectarnos a un futuro en el que, “todos seamos uno”. *** Fuente: Presentación fundada en un abanico bibliográfico plasmado en el Libro: “ IÑIGUEZ, I, JORGE NOVAK y la Pastoral de los Derechos Humanos, Fidelidad a los Signos de los tiempos, Buenos Aires, Guadalupe, 2014” 60 Archivos de la represión, políticas de memoria y de olvido en los países del Cono Sur Derecho a saber / deber de recordar Laura Bálsamo (*) Es necesario que exista un marco legal que regule la administración, la preservación y el acceso de los archivos de la represión. Es necesario evitar la destrucción y/o sustracción de documentos, y reglamentar el acceso y la consulta de esos archivos. Los documentos allí archivados posibilitan no sólo reconstruir la historia reciente y de la memoria colectiva, sino indagar sobre las violaciones a los DD.HH., sus métodos y sus responsables. 61 Hacia la década de los años 60 y hasta los años 90, diversos Estados de América del Sur iniciaron un conjunto de prácticas políticas e ideológicas, que más tarde se conocerán como “terrorismo de estado”, enmarcadas en la «Doctrina de la Seguridad Nacional», bajo gobiernos autoritarios y dictatoriales. La coordinación represiva entre los distintos Estados tuvo una expresión sangrienta y tristemente eficaz: el denominado «Plan Cóndor». Con el advenimiento de la democracia en todo el Cono Sur latinoamericano, ante las múltiples violaciones a los DD.HH., las organizaciones de DD.HH. y gran parte de la sociedad reclaman justicia y reivindican el derecho a la verdad o derecho a saber, y el deber de la memoria o deber de recordar. Justicia El reclamo de justicia para acabar con la impunidad tuvo distinta suerte en los diferentes países, desde la impunidad absoluta impuesta por ley y convalidada por la población a través de un referéndum, en Uruguay, hasta el juicio a las Juntas y los procesos a los militares por secuestros de menores, en Argentina. En la mayoría de los países hubo leyes de «punto final» o de amnistía para los militares que cometieron las violaciones de DD.HH. Verdad Asimismo se conformaron en los diferentes países las denominadas Comisiones de la Verdad, creadas para ayudar a sociedades que han enfrentado situaciones de violencia política a superar los traumas creados y a evitar que todo ello se repita. Los objetivos específicos son la investigación de las violaciones contra los DD.HH., el establecimiento de las responsabilidades jurídicas y la recomendación de una política de reparación a las víctimas. En algunos países estas comisiones fueron fruto de una resolución gubernamental, en otros surgieron de las organizaciones de DD.HH. Memoria A partir del denominado “terrorismo de Estado” surgieron, se crearon y formaron archivos: documentos, datos, números, que hablan de los afectados y de los 62 que afectaron, de civiles, militares, torturados y desaparecidos; en fin, de la sociedad entera. Su existencia fue en muchos países, sistemáticamente negada por los gobiernos, durante años. El acceso a los archivos como parte del trabajo de recuperación de la memoria es de crucial importancia, pues los archivos de la represión, son uno de los puntos de partida para comenzar a reconstruir una sociedad digna, justa, y democrática. Es necesario preservar los documentos que testimonian la magnitud de la represión y la existencia de las víctimas, para que el «memoricidio» (olvido deliberado de las atrocidades cometidas por parte del Estado) que se intentó por parte de los regímenes dictatoriales y de algunos gobiernos democráticos que les sucedieron, no se instaure. Asimismo, los archivos pueden servir como medio de prueba para las víctimas en el ejercicio de sus derechos, y además sirve para la identificación de las responsabilidades por la violación de los DD.HH. >>> Apertura de archivos En Brasil, entre 1991 y 1996 se recuperaron -a causa de la presión de los organismos de derechos humanos- algunos de los archivos de los DOPS (Departamento de Orden Político y Social). Éstos se transfirieron a los archivos públicos y comenzaron a ser de acceso público. Son archivos provenientes de la policía política que han constituido fuentes de gran valor para el ejercicio del habeas data -reconocido en la constitución brasileña- para el reclamo de compensaciones por parte de las víctimas de las violaciones contra los derechos humanos y para la localización de desaparecidos. Los archivos pertenecientes al área militar aún no se han abierto para el acceso público debido a un decreto por el cual se establecen plazos extensísimos para la desclasificación de la información secreta. (El Presidente Fernando Henrique Cardozo establecía un plazo de 50 años, con prórroga indefinida; el Presidente Lula lo bajó a 30 años prorrogables a 30 más). El único caso de acceso a un archivo militar es el de un equipo 63 de abogados que fotocopiaron los procesos que estaban en poder del Superior Tribunal Militar, donde ex-presos denunciaban torturas y torturadores. Con esa filtración se editó posteriormente el libro Brasil Nunca mais. En Argentina, en 1998 fue descubierto el Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que posteriormente fue cedido a la «Comisión Provincial por la Memoria». Esta Comisión es un organismo creado por ley e integrado por personalidades provenientes de las organizaciones de DDHH, legisladores, y periodistas. En la Comisión hay un equipo que trabaja en la tarea de desclasificación, mapeo, conservación y digitalización de los documentos. El archivo contiene casi cuatro millones de folios y trescientas mil fichas personales y temáticas que van desde la década de 1940 hasta 1998, más 750 casetes de video y 160 casetes de audio con grabaciones de eventos y escuchas. En el año 2003, el presidente Kirchner creó el «Archivo Nacional de la Memoria», dependiente de la Secretaría de DD.HH. de la Nación. Ese archivo tiene como actividades fundamentales el obtener, analizar, clasificar, digitalizar y archivar informaciones, testimonios y documentos sobre el quebrantamiento de los DDHH. Tiene en su acervo los archivos de la CONADEP, el archivo de fallecidos, el Archivo de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad. Una de las utilidades del archivo está en función de las leyes reparatorias. Reúne información a fin de emitir los certificados de «ausencia por desaparición forzada» exigido por la legislación. En Paraguay se descubre en 1992 el llamado Archivo del Terror. Se encontraron 600 libros encuadernados, 115 libros de Novedades de Guardia, 574 carpetas sobre partidos políticos, más de 8000 fichas de detenidos, casi 2000 cédulas y pasaportes, 3000 fotografías, 543 casetes con grabaciones y miles de informes confidenciales. Cobró gran trascendencia por contener documentos que confirmaban la existencia de la coordinación represiva en el Continente, conocida como «Plan Cóndor». Está custodiado por el Poder Judicial y fue microfilmado; sus docu- 64 mentos han servido para iniciar juicios y separar a funcionarios implicados en torturas. En Uruguay, en el año 2003, un grupo de antiguos estudiantes universitarios, dirigieron una petición ante los Ministerios de Defensa e Interior solicitando la desclasificación de documentos de Inteligencia sobre las actividades estudiantiles desarrolladas durante la dictadura. Fue posible acceder a documentos reservados del archivo de Inteligencia del Ministerio del Interior. Por vez primera, se pudo acceder en Uruguay a fotografías, recortes de prensa, informes de seguimientos de marchas estudiantiles, etc., provenientes de un Archivo del Terror. En el año 2004 se produjeron elecciones nacionales en el Uruguay y si bien las nuevas autoridades tuvieron inicialmente una recepción favorable al tema, aún resta saber cómo se procederá respecto al acceso a los archivos. Los miembros del gobierno están preocupados sobre la confidencialidad de los datos y la regulación del acceso. A modo de conclusión Es necesario que exista un marco legal que regule la administración, la preservación y el acceso de los archivos de la represión. Es necesario evitar la destrucción y/o sustracción de documentos, y reglamentar el acceso y la consulta de esos archivos. Los documentos allí archivados posibilitan no sólo reconstruir la historia reciente y de la memoria colectiva, sino indagar sobre las violaciones a los DD.HH., sus métodos y sus responsables. Todo ello en función del «deber de memoria», ya que «recordamos para la posteridad (...) ese pasado en el que nuestra historia pareció enloquecerse y salió del mundo conocido para habitar por un tiempo en la realidad del infierno...» (Luis Pérez Aguirre, El Uruguay impune y la memoria social, Tribunal permanente de los Pueblos, Sesión Uruguay, 1990). Fuente: www.servicioskoinonia.org 65 (*) Centro de Documentación «Luis Pérez Aguirre» de SerPaJ-Uruguay Cómo resistir la prisión-mundo Un mensaje lleva a otro John Berger La maravillosa poeta estadunidense Adrienne Rich apuntó, en una conferencia reciente, que: “Este año, un informe del Bureau of Justice Statistics (oficina de estadísticas judiciales) revela que uno de cada 136 residentes en Estados Unidos está tras las rejas –muchos en cárceles, sin que se les haya dictado condena.” En la misma conferencia, citó al poeta griego Yannis Ritsos: En el campo, la última golondrina se dilata en partir, y se mece en el aire como listón negro en la manga del otoño. No queda nadie más. Sólo las casas quemadas que arden quietas. 66 *** Descolgué el teléfono y supe de inmediato que eras tú que me llamabas desde tu departamento en la vía Paolo Sarpi. (Dos días después de que los resultados electorales anunciaran el retorno de Berlusconi.) La velocidad con que identificamos una voz familiar que llega de la nada es algo que conforta pero también tiene algo de misterioso. Porque las medidas, las unidades que utilizamos en calcular la clara distinción entre una voz y otra, no pueden formularse y son innombrables. No tienen código. En estos días hay más y más códigos. Así que me pregunto si no habrá otras medidas, igualmente sin código y no obstante precisas, con las cuales calcular otros supuestos. Por ejemplo, el monto de la libertad circunstancial que existe en una situación dada, su rango y sus límites estrictos. Los prisioneros se vuelven expertos en esto. Desarrollan una sensibilidad particular hacia la libertad, no en tanto principio sino en tanto sustancia áspera y granular. Casi de inmediato detectan los fragmentos de libertad cuando ocurren. *** En un día ordinario, cuando nada sucede y las crisis que se anuncian hora tras hora son ya nuestras viejas conocidas –y mientras los políticos se presentan a sí mismos como única alternativa a la catástrofe–, las personas intercambian miradas al cruzarse unas con otras para cotejar si los demás entienden lo mismo cuando murmuran: así es la vida. Es frecuente que otros contemplen lo mismo y en ese instante compartan un cierto tipo de cercanía ante algo que no han dicho ni discutido. Busco palabras para describir el periodo de la historia en que vivimos. Decir que no tiene precedentes significa muy poco, porque ningún periodo tiene precedentes desde que se descubrió lo que llamamos historia. No busco una definición compleja para el periodo que atravesamos –hay algunos pensadores, como Zygmunt Bauman, que han asumido esta esencial tarea. Sólo busco una figura que sirva como coordenada, como hito o mojonera. Las mojoneras no se explican plenamente por 67 sí mismas, pero ofrecen un punto de referencia que se puede compartir. En eso son parecidas a las suposiciones tácitas contenidas en los proverbios populares. Sin referentes hay un gran riesgo de que los humanos demos vueltas y vueltas. *** El referente que encontré es ése de la prisión. Nada menos. Por todo el planeta vivimos en una prisión. La palabra nosotros, cuando se imprime o se pronuncia en las pantallas, se ha vuelto sospechosa. Todo el tiempo la usan los que, detentando el poder, con demagogia dicen hablar por aquellos a quienes les niegan ese poder. Hablemos de nosotros pronunciando ellos. Ellos viven en una prisión. Qué clase de prisión, cómo se construyó, dónde está situada, ¿o acaso utilizo la palabra únicamente como figura del lenguaje? No, no es metáfora, el encarcelamiento es real, pero para describirlo tiene uno que pensar históricamente. Qué tipo de prisión Michel Foucault ha mostrado gráficamente que la penitenciaría fue una invención de fines del siglo XVIII, principios del XIX, vinculada de cerca con la producción industrial y sus fábricas y su filosofía utilitaria. Antes hubo cárceles que eran extensiones de las jaulas y los calabozos. Lo que distingue a la penitenciaría es el número de presos que puede empacar, y el hecho de que todos ellos se encuentren bajo continua vigilancia –gracias al modelo del panóptico, según lo concibiera Jeremy Bentham, que introdujo el principio de la contabilidad a la ética. La contabilidad exige que toda transacción se anote. Por eso las paredes circulares de las penitenciarías, las celdas dispuestas en círculos y la torre de vigilancia como tornillo en el centro. Bentham, quien fuera el tutor de John Stuart Mill a principios del siglo XIX, fue el filósofo utilitarista que más justificó el capitalismo industrial. Hoy, en la era de la globalización, el mundo está dominado por el capital financiero, no el 68 capital industrial, y los dogmas que definen la criminalidad y la lógica del encarcelamiento han cambiado radicalmente. Las penitenciarías existen aún y se construyen más y más. Pero los muros de la prisión sirven ahora para un propósito diferente. Lo que constituye una área carcelaria se ha transformado. *** Hace veinticinco años, Nella Bielski y yo escribimos A Question of Geography, una obra acerca del gulag. En el acto dos un zek (un prisionero político) habla con un niño que acaba de llegar acerca de las opciones, de los límites a los que puede elegirse en un campo de trabajo. Cuando te arrastras de regreso, después de un día de laborar en la taiga, cuando te hacen marchar de regreso, medio muerto de fatiga y de hambre, te dan una ración de sopa y pan. En cuanto a la sopa, no hay opción –tienes que comerla mientras todavía esté caliente, o por lo menos tibia. Y en cuanto a los 400 gramos de pan, tienes una opción. Por ejemplo, puedes cortarlo en tres pedazos: uno para comer- lo junto con la sopa, otro para chuparlo antes de dormir en tu camastro y el tercero para guardarlo hasta la mañana siguiente a las diez, cuando trabajes en la taiga y el vacío de tu estómago se sienta como una piedra. Te hacen vaciar una carretilla llena de rocas. En cuanto a empujar la carretilla hacia el tiradero no hay opción alguna. Ahora que está vacía hay una opción. Puedes llevar tu carretilla de regreso en la misma posición en que la trajiste o –si eres listo, y la sobrevivencia te aviva– puedes empujarla casi parada. Si eliges el segundo modo le das un descanso a los hombros. Si eres un zek y te vuelven líder de un equipo, tienes la opción de jugar a ser un cabrón o no olvidar nunca que eres un zek. El gulag ya no existe. Sin embargo, hay millones que trabajan en condiciones no muy diferentes. Lo que ha cambiado es la lógica policiaca aplicada a los obreros y a los criminales. En los gulag, los prisioneros políticos, categorizados como criminales, fueron reducidos a 69 trabajadores esclavos. Hoy, millones de obreros explotados brutalmente son reducidos al estatus de criminales. La ecuación del gulag, que igualó criminal con trabajador esclavo, la redactó de nuevo el neoliberalismo igualando al trabajador con un criminal oculto. Todo el drama de la migración global está expresada en esta nueva fórmula: aquellos que trabajan son criminales en potencia. Cuando los acusan, son hallados culpables de intentar sobrevivir a toda costa. Quince millones de mujeres y hombres mexicanos trabajan en Estados Unidos sin papeles y en consecuencia son ilegales. En la frontera entre México y aquel país se está construyendo un muro de concreto de mil 200 kilómetros y un muro “virtual” de mil 800 torres de vigilancia. Pero, por supuesto, se hallarán caminos –todos ellos peligrosos– para darles la vuelta. Entre el capitalismo industrial – dependiente de la manufactura y las fábricas– y el capitalismo financiero –dependiente de la especulación de libre mercado y los mercachifles de mostrador– el área carcelaria cambió. (Hoy, las transacciones financieras especulativas suman diario un billón 300 mil millones de dólares; cincuenta veces la suma de los intercambios comerciales.) La prisión es ahora tan grande como el planeta y sus zonas asignadas varían. A veces se les dice sitio de trabajo, o campo de refugiados, centro comercial, periferia, guetto, conjunto de oficinas, favela, suburbio… Lo esencial es que en estas zonas todos están igualmente encarcelados y, por ende, son los compañeros presos. *** Es la primera semana de mayo y en las laderas de colinas y montañas, a lo largo de las avenidas que circundan las rejas, en el hemisferio norte, se renuevan las hojas de la mayoría de los árboles. No sólo son distintas todas sus variedades de verde, sino que la gente tiene la impresión de que cada una de las hojas es distinta, por lo que se confronta no con billones (la palabra la corrompieron los dólares) sino con una multitud infinita de hojas nuevas. 70 Para los prisioneros, los pequeños signos de la continuidad de la naturaleza han sido siempre, y siguen siendo, un acicate encubierto para la confianza. *** Hoy, el propósito de casi todos los muros de la prisión (de concreto, electrónicos, de patrullaje o de interrogatorio) no es mantener a los prisioneros dentro para corregirlos, sino mantenerlos fuera y excluirlos. Casi todos los excluidos son anónimos –por eso hay la obsesión de las fuerzas de seguridad con el asunto de la identidad. También son incontables. Por dos razones. Primero, porque su cantidad fluctúa: cada hambruna, desastre natural e intervención militar (hoy llamadas acciones policiacas) disminuye o incrementa la multitud de excluidos. Segundo, porque evaluar su número es confrontar la verdad de que ellos constituyen la mayoría de los que viven sobre la tierra, y para el poder asumir esto implica hundirse en el absurdo absoluto. *** ¿Han notado que cada vez es más difícil sacar las mercancías pequeñas de sus empaques? Algo semejante ocurre con las vidas de quienes tienen un empleo que les brinda ganancias. Quienes tienen empleo legal y no son pobres viven en un espacio muy reducido que les permite menos y menos opciones –excepto la opción binaria y continua entre obedecer y la desobediencia. Sus horas laborales, su lugar de residencia, sus habilidades pasadas, su experiencia, su salud, el futuro de sus niños –todo lo que queda fuera de su función como empleados– ha tenido que asumir un pequeño segundo lugar ante las imprevisibles y vastas exigencias de la ganancia en efectivo. Es más, la rigidez de esta regla de la casa se conoce como flexibilidad. En prisión las palabras se voltean de cabeza. La alarmante presión de las condiciones del trabajo muy calificado obligaron recientemente a las cortes japonesas a reconocer y definir una nueva categoría propuesta por los médicos forenses: “muerte por trabajo excesivo”. Ningún otro sistema es posible, le dicen a los empleados bien re- 71 72 munerados. No hay alternativa. Tomen el elevador. El elevador es tan diminuto como una celda. *** Los pueblos no tienen sino el grado de libertad que su audacia le conquista al miedo. Stendhal Observo a una niña de cinco años mientras toma su clase de natación en la piscina municipal techada. Lleva un traje de baño azul oscuro. Puede nadar y sin embargo le falta la confianza para nadar sola sin ayuda alguna. La instructora la lleva al lado profundo de la alberca. La niña está por brincar al agua y mientras se aferra a la barra larga que le extiende su maestra. Es una manera de que le pierda el miedo al agua. Lo mismo hicieron ayer. Hoy, ella quiere que la niña brinque sin tomarse de la barra. ¡Uno, dos, tres! La niña brinca, pero en el último momento se prende de la barra. No se profieren palabras. Una leve sonrisa cruza entre la mujer y la niña. La niña se apena, la mujer es paciente. La niña sale de la piscina trepando por la escala y regresa al borde. Voy a brincar otra vez, dice. La mujer asiente. La niña inhala, expele el aire y brinca, con las manos a los lados, sin sostenerse de nada. Cuando sale a la superficie, la punta de la barra está ahí enfrente de su nariz. De dos brazadas llega a la escala sin tocar la barra. ¡Bravo! En el momento en que la niña brincó sin prenderse de la barra, ninguna de las dos mujeres estaba en prisión. *** Miremos la estructura del poder del mundo sin precedentes que nos circunda y cómo funciona su autoridad. Toda tiranía encuentra e improvisa su propia serie de controles. Es por eso que al principio uno no los identifica como los crueles controles que son. Las fuerzas de mercado que dominan al mundo aseguran que son inevitablemente más fuertes que cualquier Estado-nación. Su afirmación la corroboran minuto a minuto eventos que van de la llamada no solicitada que intenta persuadir a quien contesta 73 de comprar una nueva póliza de seguro médico o pensión, al más reciente ultimátum de la Organización Mundial de Comercio. nías del pasado? Sí, pero no en el modo que describo. Lo que se vive hoy es nuevo por su relación con el espacio. El resultado es que la mayoría de los gobiernos no gobierna más. Un gobierno ya no maniobra hacia su destino escogido. El término horizonte, con su promesa de un futuro esperado, se desvaneció como discurso político –en la derecha y en la izquierda. Lo que queda es debatir cómo medir los restos. Las encuestas de opinión remplazan el rumbo, remplazan el deseo. Es aquí donde el pensamiento de Zygmunt Bauman es iluminador. Él apunta que las fuerzas corporativas de mercado que ahora gobiernan el mundo son extraterritoriales, es decir, “sin restricciones territoriales, sin restricciones de localidad”. Son perpetuamente remotas, anónimas y nunca toman en cuenta las consecuencias físicas, territoriales, de sus acciones. Y cita a Hans Tietmeyer, presidente del Banco Federal de Alemania: “El reto de hoy es crear condiciones favorables para dar confianza a los inversionistas”. La prioridad suprema y única. La mayoría de los gobiernos pastorean en lugar de proponer un rumbo. (En la jerga carcelaria estadunidense, pastor es uno de las muchos apodos usados para los carceleros.) En el siglo XVIII, al encarcelamiento de largo plazo se le definía, con gran aprobación, como “muerte civil”. Tres siglos más tarde, los gobiernos imponen, por ley, por fuerza y mediante el ajetreo de las amenazas económicas, regímenes masivos de “muerte civil”. *** ¿No era una forma de prisión vivir bajo cualquiera de las tira- En seguimiento de esto, la tarea que le asignan a los obedientes gobiernos nacionales es controlar las poblaciones mundiales de productores, consumidores y pobres marginados. El planeta es una prisión y los gobiernos obedientes, sean de derecha o de izquierda, son los pastores, los guardias. 74 *** El sistema-prisión opera gracias al ciberespacio. Éste ofrece al mercado una velocidad de intercambio que lo vuelve casi instantáneo, y que se usa, día y noche, para comerciar por todo el mundo. A partir de esta velocidad la tiranía del mercado obtiene su licencia extraterritorial. Tal velocidad, sin embargo, tiene un efecto patológico sobre sus usuarios: los anestesia. Pase lo que pase, el Negocio como de Costumbre. No hay lugar para el dolor en tal velocidad: quizá existan anuncios de la existencia de un dolor, pero no alcanzan para hacer sentir su sufrimiento. En consecuencia, la condición humana se desvanece, es excluida de la operación del sistema. Los operadores, los estafadores, están solos porque son ruines en extremo. Antes, los tiranos eran inmisericordes e inaccesibles pero eran vecinos, gente sujeta al dolor. Éste ya no es el caso, lo que a largo plazo será el error fatal del sistema. *** Las altas puertas se vuelven a cerrar Estamos dentro del patio carcelario en una nueva temporada Tomas Transtömer Ellos son (nosotros somos) compañeros presos. Reconocer eso, en cualquier tono de voz que se declare, contiene una negativa. En ningún lugar como en la prisión se calcula y se espera tanto el futuro, como algo tan rotundamente opuesto al presente. Los encarcelados nunca aceptan el presente como algo definitivo. Entre tanto, cómo vivir este presente. Qué conclusiones sacar. Qué decisiones tomar. Cómo actuar. Tengo algunas sugerencias, ahora que la mojonera quedó establecida. De este lado de los muros las experiencias son escuchadas, no hay experiencias que se consideren obsoletas. Aquí se respeta la supervivencia y es un lugar común que con frecuencia la supervivencia dependa de la solidaridad entre los compañeros presos. Las autoridades saben esto –por eso recurren al confinamiento en solitario, sea por 75 medio del aislamiento físico o mediante su manipulador lavado de cerebro, con los cuales los individuos quedan aislados de la historia, con sus legados, de la tierra, y por encima de todo, de un futuro en común. Ignoren el parloteo de los carceleros. Hay por supuesto carceleros malos y menos malos. En ciertas condiciones es útil distinguir la diferencia. Pero lo que dicen –aun los menos malvados– es pura mierda. Sus himnos, sus consignas, sus fórmulas para encantar, como la seguridad, la democracia, la identidad, la civilización, la flexibilidad, la productividad, los derechos humanos, la integración, el terrorismo, la libertad, se repiten y se repiten con el fin de confundir, dividir, distraer y sedar a los compañeros presos. En este lado de los muros, las palabras que profieren los carceleros carecen de sentido y ya no son útiles para pensar. Cortan la nada. Hay que rechazarlas aun cuando se piensa en silencio. En contraste, los prisioneros tienen su propio vocabulario con el que piensan. Muchas palabras se mantienen en secreto y muchas son locales, con incontables variaciones. Frases y palabras diminutas que contienen un mundo: “te muestro mi modo”, “algunas veces me pregunto”, “pajarillo”, “algo pasa en el ala B”, “encuerado”, “toma este arete pequeño”, “murió por nosotros”, “anda, llégale, dale nomás”, etcétera. *** Entre los compañeros presos hay conflictos, algunas veces violentos. Todos los prisioneros están privados, aunque hay diversos grados de privación y las diferencias de grado provocan envidias. De este lado de los muros la vida vale muy poco. Que la tiranía global no tenga rostro alienta cacerías para hallar chivos expiatorios, para hallar enemigos definibles en lo instantáneo entre los otros prisioneros. Las asfixiantes celdas se tornan entonces una casa de locos. Los pobres atacan a los pobres, los invadidos saquean a los invadidos. No hay que idealizar a los compañeros presos. Al no idealizar, tomen nota de lo que guardan en común –su sufrimiento, su entereza, su astu- 76 cia– que son más significativas, más reveladoras, que aquello que los separa. Y de esto, nacen nuevas formas de solidaridad. Las nuevas solidaridades comienzan con el reconocimiento mutuo de las diferencias y la multiplicidad. Ésa es la vida. Una solidaridad, no de masas, sino de interconectividad, mucho más apropiada para las condiciones de la vida en prisión. *** Las autoridades sistematizan lo más posible sus acciones con tal de mantener mal informados a los compañeros presos de lo que ocurre en otras partes de la prisión mundial. En el sentido agresivo del término estas autoridades no indoctrinan. El indoctrinamiento está reservado para entrenar a la pequeña élite de mercaderes y de expertos gerenciales de mercado. Para la enorme población de presos, no es el propósito activarlos, sino mantenerlos en incertidumbre pasiva, recordarles sin cesar que no hay nada en la vida sino riesgos, y que la tierra es un lugar inseguro. Esto se logra con una información cuidadosamente seleccio- nada, con desinformación, con comentarios, rumores y ficciones. Al funcionar, esta operación propone y mantiene una alucinante paradoja porque engaña a la población de la cárcel haciéndola creer que la prioridad de cada uno es hacer arreglos para conseguir su propia protección personal y adquirir de algún modo, aun estando en la cárcel, su propia exención particular del destino común. La imagen de la humanidad, según la transmite esta visión del mundo, es nuevamente algo sin precedentes. La humanidad es presentada como cobarde. Sólo los ganadores son valientes. Además, no hay dones, sólo hay premios. Los prisioneros siempre han encontrado formas de comunicarse unos con otros. En la prisión global de hoy el ciberespacio puede ser usado en contra de los intereses de quienes primero lo instalaron. Así, los prisioneros se informan entre ellos acerca de lo que el mundo hace día tras día, y persiguen las historias suprimidas del pasado con tal de erguirse hombro con hombro con los muertos. 77 78 Al hacerlo así, redescubren pequeños dones, ejemplos de valentía, una rosa en una cocina donde no hay suficiente qué comer, penas indelebles, lo infatigable de las madres, la risa, la ayuda mutua, el silencio, la resistencia que se agranda siempre, el sacrificio voluntario, más risa. Los mensajes son breves pero se esparcen en la soledad de sus (nuestras) noches. *** La última sugerencia no es táctica sino estratégica. El hecho de que los tiranos del mundo sean extraterritoriales explica la extensión de su poder de vigilancia, pero anuncia también una debilidad próxima. Operan en el ciberespacio y se alojan en condominios resguardados. No tienen conocimiento alguno de la tierra que los circunda. Aun más, desprecian ese conocimiento por considerarlo superficial, sin profundidad. Únicamente cuentan los recursos extraídos. No pueden escuchar a la tierra. En el terreno son ciegos. En lo local, están perdidos. Para los compañeros presos lo contrario es cierto. Las celdas tienen muros que tocándose cruzan todo el mundo. Los actos efectivos de resistencia sostenida están incrustados en lo local, cerca y lejos. La resistencia más remota es escuchar a la tierra. Poco a poco, la libertad no se encuentra fuera, sino en las profundidades de la prisión. *** No sólo reconocí tu voz que me hablaba desde tu departamento en la vía Paolo Sarpi. Pude también adivinar, gracias a tu voz, lo que estabas sintiendo. Sentí la exasperación o, más bien, la exasperada entereza que se mezclaba –y eso es tan típico de ti– con los rápidos pasos encaminados a la esperanza siguiente. Fuente: La Jornada. 13 de julio de 2008 79 Traducción: Ramón Vera www.nuevatierra.org.ar