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“Balcón” por Sebastián Piel Fotografía de Calle Esmeralda, Santiago de Chile, 2011 Migrantes en el barrio: Apropiación del espacio público y condiciones para su incorporación en Ruzafa y Esmeralda. Autoría: María Gabriela Córdova Rivera Directora Tesis (Santiago): Carolina Stefoni Espinoza Tesis para optar al grado de Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos Santiago, Octubre, 2014 1 Migrantes en el barrio: Apropiación del espacio público y condiciones para su incorporación en Ruzafa y Esmeralda. Autoría: María Gabriela Córdova Rivera Directora Tesis (Santiago): Carolina Stefoni Espinoza Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos Santiago, Octubre, 2014 RESUMEN La incorporación de la población migrante en los contextos receptores -como situación con la que estos se suelen encontrar en destino- se comprende un proceso bidireccional y multidimensional. Si bien, los gobiernos y las políticas públicas adquieren un papel protagónico en la incorporación de los migrantes, a partir de la extensión de derechos económicos, jurídicos, sociales, y culturales, existen otros dos actores relevantes a considerar: la población autóctona, y los/as migrantes. La investigación a presentar en formato comparado sitúa estas dimensiones, en el ámbito más local de la inserción el espacio público de los Barrio Ruzafa (Valencia) y Esmeralda (Santiago), a partir de las Apropiación del espacio público por parte de la población migrante latinoamericana como eje central, en estrecha relación con las percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local. PALABRAS CLAVE Migración Latinoamericana, Barrio de migrantes y multicultural, Apropiación del Espacio público, dinámicas de sociabilidad Modos de incorporación, 2 AGRADECIMIENTOS Mi más sentido agradecimiento y reconocimiento a todas las personas que formaron parte directa e indirectamente del proceso de construcción, desarrollo y finalmente consolidación de este trabajo que de investigación. Muy especialmente quiero agradecer a la Dra. Carolina Stefoni, por haber dirigido mi Tesis en el apartado de Santiago, y haberme incluido en su equipo de trabajo del Proyecto FONDECYT (20112013) No 1110414 “La construcción del espacio y del lugar en contextos de migración trasnacional. Espacios públicos y privados de la migración peruana en chile”. Por haberme introducido en la temática migratoria, sus orientaciones en esta investigación, y el aprendizaje colectivo de las sesiones de trabajo. Al Dr. Eduardo Thayer, por el apoyo profesional, por sus recomendaciones y orientaciones en la temática migratoria y de espacio y el dar estructura a la multiplicidad de ideas dispersas que dieron origen a este trabajo. Por haberme incluido en su Proyecto de investigación FONDECYT (2010-2012) No11100043 “Discriminación y lucha por el reconocimiento en el proceso de incorporación de los inmigrantes argentinos, peruanos y ecuatorianos a la Región Metropolitana” a mí retorno a Chile y haber dirigido mi práctica de la Maestría. Quiero agradecer a mi tutor de esta investigación en España, al Dr. Francisco Torres Pérez, por haberme guiado e introducido en la problemática migratoria valenciana, por haber compartido conmigo sus conocimientos en la materia, por sus recomendaciones, revisiones exhaustivas y dedicación, y asi tambien por el tiempo y comprensión. Fundamentales en la última etapa de la investigación. A la ONGD, Red Jovesolides por haberme concedido una beca de para esta Maestría, además de garantizarme la una estadía de 9 meses. Un especial reconocimiento a mis compañeros de Master 2011-2012 y a los también becarios del Programa Agora, especialmente a María Jimena Gamboa, Mariana Otazú, Wilmer López y Sazkia del Rio, por las conversaciones, los momentos, la amistad y el compartir. A Antonio Elizalde, por la confianza, el apoyo, la amistad y el haberme prácticamente obligado a postular a la beca para la maestría en MCAD en la especialidad de estudios migratorios. A Gonzalo Delamaza, por el apoyo profesional en el proceso de partida y llegada, por la comprensión, y el resguardo del lugar. A María Angélica Mena, por el tiempo regalado y comprensión, imprescindibles en la conclusión de este proceso. A Mónica Sagredo y Claudia Acevedo por el compañerismo, la entrega sincera y el cariño. Mis agradecimientos a todas aquellas personas que tanto en Valencia como en Santiago contribuyeron con sus relatos e historias de vida a la construcción de esta investigación. A las Organizaciones sociales de Ruzafa; Jarit, Sariri, Plataforma Per Russafa, Xaloc y Russafa Conviu. Asi tambien al Comité de Adelanto Paseo Esmeralda y al colectivo del mismo. A mi familia, por el apoyo incondicional. Muy especialmente a mi abuela María Magdalena Valenzuela, a mi madre Ximena Rivera, por el apoyo moral y emocional, y a mi hermana Javiera Córdova Rivera por la contención y comprensión. A mi amiga Daniella Gac, por sus orientaciones profesionales, las discusiones, su amistad, y el inmenso apoyo emocional. A mis amigas Macarena Acuña, Pamela Jiménez y Bernardita Salinas, todas implicadas en este proceso, por el apoyo profesional, orientaciones y la amistad. A Gemma García mi amiga valenciana, por mostrarme con sus ojos la ciudad, por los buenos momentos compartidos y el haberme apoyado en el cierre de este proceso. Finalmente a la niña de mis ojos, Julieta Thayer Córdova, por el tiempo restado a sus días, por su amor. 3 TABLA DE CONTENIDOS Portada ..........................................................................................................................................2 Agradecimientos ..........................................................................................................................3 Tabla de Contenidos ....................................................................................................................4 Acrónimos y Abreviaciones .........................................................................................................7 PRESENTACIÓN ..........................................................................................................................8 1. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN ........................................................................................... 11 1.1- La inmigración en Chile, una cuestión social emergente 1.2.- La perspectiva analítica. La incorporación de los inmigrantes en contextos locales 1.3.- La investigación que se presenta 1.3.1.- Preguntas y Objetivos de investigación 1.3.2.- Dimensiones del Estudio 1.4.- Ruzafa – Esmeralda. Dos barrios significativos de migración 1.5.- Diseño Metodológico 1.5.1.- Tipo y Enfoque de Investigación 1.5.2.-Trabajo de Campo y Técnicas de Investigación 1.5.3.- Técnicas de Análisis 1.5.4.-Limitantes del estudio y decisiones metodológicas 2.- MARCO TEÓRICO .................................................................................................................34 2.1.- La figura de la alteridad/diferencia en el vínculo social Incorporación, Espacio Público y Sociabilidad 2.2.- Inmigración como proceso constitutivo de la globalización 2.3.- Modos de incorporación de los migrantes los contextos receptores y modelos de gestión de la diversidad 2.4.- Espacio público socio- urbano, Apropiación y Sociabilidad 2.4.1.- Apropiación del espacio público 2.4.2.- Sociabilidad 3.- ANÁLISIS Y DISCUSION .......................................................................................................48 3. I.- Primera Parte: Ruzafa: Aproximación a un barrio multicultural en Valencia 3. I.1.- Antecedentes Históricos del Barrio Ruzafa 3. I. 2.- Trayectoria Migratoria en Ruzafa 3. I. 3.- Migración Latinoamericana en Valencia-Ruzafa 3. I. 4.- Formas de apropiación del espacio de los Latinoamericanos de Ruzafa 3. I. 4.1.- Apropiación Económica 3. I. 4.2.- Apropiación socio-cultural 4 3. I. 4.3.- Apropiación política 3. I. 5.- Percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona 3. I. 5.1.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes 3. I. 5.2.- Tejido asociativo de Ruzafa y el ingreso del sujeto migrante en el mismo 3. I. 6.- Actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes desde la convivencia ciudadana en barrios multiculturales 3. I. 6.1.- Oficina Técnica del Plan Norte Sur 2009-2013 3. II.- Segunda Parte: Invisibilización del Sujeto Migrante en el Barrio Esmeralda del Centro Histórico de Santiago ................................................................................................................79 3. II.1.- Migración Sur –Sur en Chile, la Región Metropolitana y Santiago 3. II.2.- Antecedentes del Barrio Esmeralda y el Centro Histórico 3. II.2.1.- Espacios de Centralidad Migrante 3. II.3.- Migración latinoamericana en Esmeralda 3. II.3.1.-Formas de habitar la vivienda migrante 3. II.3.2.-Atributos de la población migrante 3. II.3.3.- Plaza de Armas como Centralidad Migrante 3. II.4. Formas de apropiación del espacio público de la población migrante en Esmeralda 3. II.4.1.- Apropiación Económica 3. II.4.2.- Apropiación socio-cultural 3. II.4.3.- Apropiación política 3. II.5.- Percepciones y disposiciones de la población autóctona y organizaciones de la sociedad civil 3. II.5.1.- Percepciones ante el migrante indeseado 3. II.5.2.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes 3. II.5.3.- El ingreso del “vecino” migrante en el Barrio Esmeralda: “Diverso y Patrimonial” 3. II.6.- Políticas locales para la incorporación de los vecinos migrantes y la convivencia ciudadana en barrios multiculturales 3. II.6.1.- El Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago (2009 – 2013) 4. CONCLUSIONES ..................................................................................................................110 5.- BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................119 6.- ANEXOS ..............................................................................................................................125 5 MATERIALES Y RECURSOS COMPLEMENTARIOS Cuadros: • • • • Cuadro Nº1: Modelo empírico de la Investigación. Operacionalización y Dimensiones Cuadro Nº 2: Ejes transversales para la recolección de información Entrevistas y Grupo de Discusión a la población migrantes en ambos contextos Cuadro Nº3: Percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante en Esmeralda • Cuadro Nº4: Percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante en Esmeralda Tablas: • • Tabla Nº1: Estimación de Extranjeros residentes en Chile 2002-2009 Tabla Nº2: Representatividad de Migrantes Andinos en la RM (2009). Gráficos: • • • • Gráfico Nº1: Porcentaje de Migrantes respecto del total de Población en Barrio Ruzafa Entre 2008 y 2014 Gráfico Nº2: Colectivos de extranjeros de mayor presencia por país de origen en Barrio Ruzafa. Años 2008, 2010 y 2012 Gráfico Nº3: Estimación del porcentaje de crecimiento de los grupos migratorios en Chile entre 2002 y 2009 Gráfico Nº4: Estimación de extranjeros en la Comuna de Santiago Imágenes: • • • • • • • Imagen Nº1: Distritos de la ciudad de Valencia y Detalle de L’Eixample Imagen Nº2: Apropiación económica del espacio en Ruzafa Imagen Nº3: Apropiación socio-cultural del espacio en Ruzafa Imagen Nº4: Proximidad espacial con distancia relacional en los espacios públicos Imagen Nº5: “Pequeña Lima I” Imagen Nº6: Barrios de la comuna de Santiago y Detalle del Barrio Esmeralda Imagen Nº7: Plaza del Corregidor Zañartu. Barrio Esmeralda Anexos: • • • • • • • • • • • Anexo Nº1: Iniciativas gubernamentales en Chile respecto a la Legislación Migratoria Anexo Nº2: Mapa Conceptual Problema de Investigación Anexo Nº3: Centralidad Migrante en los Jardines del Turia Anexo Nº4: Pauta de observación Anexo Nº5: Observación en el Espacio Público socio urbano. Barrios Esmeralda y Ruzafa Anexo Nº6: Organizaciones sociales de población autóctona entrevistada en Barrio Esmeralda y Ruzafa entre 2011-2012 Anexo Nº7: Caracterización de la población migrante entrevistada. Barrio Esmeralda y Ruzafa entre 2011-2012 Anexo Nº8: Ruzafa. Sección del Plano de Valencia y su huerta en 1812 Anexo Nº9: Plano Oficial de los Barrios de L' Eixample y Detalle de Ruzafa Anexo Nº10: Evolución del Porcentaje de Migrantes respecto del total de población en Barrio Ruzafa. Decenio 2002 -2012 Anexo Nº11: Presencia de personas extranjeras y Concentración de colectivos de migrantes por sección en Barrio Ruzafa. 2003-2008 6 • • • • • • • Anexo Nº12: Hitos de movilizaciones sociales del Barrio Ruzafa Anexo Nº13: Programas y Proyectos implementados desde la Administración local para la Convivencia Barrios Multiculturales. Ruzafa Anexo Nº14: Mapa de Chile y regiones con alto porcentaje de población migrante Anexo Nº15: Plano del Centro Histórico de la comuna de Santiago (Centro) Detalle de la Plaza de Armas y el sector Mapocho Anexo Nº16: Vivienda Migrante y Patrimonio Anexo Nº17: Detalle del Barrio Esmeralda en el Centro Histórico de Santiago Anexo Nº18: Organizaciones de la sociedad civil y población autóctona Barrio Esmeralda ACRÓNIMOS Y ABREVIACIONES CAI: Centro de Apoyo a la Inmigración CAN: Comunidad Andina CASEN: Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional. Ministerio de Desarrollo Social (hasta 2009, Ministerio de Planificación y Cooperación MIDEPLAN) CMN: Consejo de Monumentos Nacionales CMN CIE: Centro de Internamiento de Extranjeros CONCERTACIÓN: Concertación de Partidos por la democracia CV: Comunidad Valenciana DEM: Departamento de Extranjería y Migración, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública FONDECYT: Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico INE: Instituto Nacional de Estadísticas de Chile MERCOSUR: Mercado Común del Sur, bloque subregional integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Países asociados: Chile, Colombia, Perú y Ecuador. OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OIM: Organización Internacional para las Migraciones OG: Objetivo General OE: Objetivo Especifico PECI: Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración PM: Programa Migrante Ilustre Municipalidad de Santiago RAE: Real Academia española de la lengua RM: Región Metropolitana 7 PRESENTACION La investigación “Migrantes en el barrio: Apropiación del espacio público y condiciones para su incorporación en Ruzafa y Esmeralda”, se origina en un interés por conocer cómo se manifiesta el fenómeno global de las migraciones internacionales, en el ámbito más local y cotidiano como factores y condiciones para la inserción social de los migrantes en el espacio urbano local: el barrio. Uno de los grandes desafíos para las sociedades democráticas, radica en la adopción de modelos idóneos para la incorporación de los migrantes a las sociedades de acogida, fundamentados en el pluralismo cultural 1. Si bien, los gobiernos y las políticas públicas de las adquieren un papel protagónico en la incorporación de los migrantes, a partir de la extensión de derechos económicos, jurídicos, sociales, y culturales, existen otros dos actores relevantes a considerar: población autóctona y los/as migrantes. (Portes y Böröcz, 1998; Canales y Montiel, 2005; Cachón, 2009). Portes y Böröcz (1998), identifican tres elementos que enmarcan la situación con la que “los nuevos inmigrantes” se suelen encontrar en destino- los contextos de recepción,- y que a su vez inciden en el asentamiento de los flujos migratorios contemporáneos: “la actitud de los gobiernos de los países receptores”, “los patronos y la población nativa que rodea a los inmigrantes”, y “las características propias de los estos (inmigrantes). (Portes y Böröcz, 1998: 59). En función de la conjugación y comportamiento de estos tres factores, la incorporación de los migrantes, desde la perspectiva de los contextos de recepción puede ser más inclusiva o por el contrario tornarse más excluyente. Desde esta lógica analítica desarrollada por Portes y Böröcz, (1998) relativa a los contextos receptores, se sitúa la presente investigación, para trasladarla al ámbito local, concretamente al Barrio, a partir de la tres dimensiones: la Apropiación del espacio público por parte de la población migrante latinoamericana como eje central, en estrecha relación con las percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local. El estudio se enmarca en los contextos receptores de Valencia –España y Santiago-Chile, ambos destinos escogidos por los migrantes latinoamericanos, atraídos principalmente por la estabilidad social, política y economía y por las mejores expectativas laborales. Se inscribe en el espacio 1 Los pilares del pluralismo cultural responden a la valoración positiva de la diversidad, igualdad y no discriminación por razones de diferenciación etnocultural de las personas, respeto al diferente, etc (Giménez, 2003:4 ) 8 público del Barrio Esmeralda (Santiago) y Barrio Ruzafa (Valencia), caracterizados por: ubicarse en el centro de la ciudad, la presencia de significativa de población migrante latinoamericana, y la emergencia de nuevas dinámicas de transformación urbana, asociadas a procesos de gentrificación. Como dimensión espacial de la incorporación, este ámbito del barrio, tiende a favorecer los procesos de integración, la convivencia social y la formación de identidad en el seno de la sociedad urbana (Segovia, 2007), y asimismo los limita, pues como diría Bourdieu, (1999), todo espacio esta jerarquizado, “no existen espacios que no expresen las jerarquías y distancias sociales, de un modo (más o menos) deformado y sobre todo enmascarado por el efecto de la naturalización que entraña la inscripción duradera de las realidades sociales en el mundo natural (pp.120). Desde aquí se intente dilucidar ¿De qué manera las formas de apropiación del espacio público, por parte de la población migrante, están condicionadas por las percepciones de la sociedad civil autóctona y las garantías ofrecidas por el gobierno local? Cabe señalar que el devenir de la investigación, en formato comparado responde en parte a situaciones personales coyunturales, y al hacer y rehacer constante en función de objeto de estudio. Si bien se inscribe –en principio- al contexto de Santiago, al alero de un proyecto FONDECYT de investigación de mayor envergadura2(2011), más tarde se opta por ampliar el espectro de la misma ante la oportunidad haber sido favorecida por una beca de estudios 3 que me permite; cursar el Máster en Cooperación al Desarrollo 2011-2012, en la Especialidad Movimientos Migratorios y Codesarrollo, pasar una estadía en Valencia y conocer de primera fuente la realidad migratoria de la ciudad 4. El hecho de abordar el estudio de dos contextos locales de recepción, trajo una serie de consecuencias relativas al incremento en el volumen de trabajo y al tiempo implicado en el desarrollo de la misma, desde el diseño, hasta el análisis de resultado. Esto también se refleja en la presentación de un Trabajo Fin de Master que si bien excede las normas establecidas en cuento al número de páginas, es producto del alcance y las justificaciones antes expuestas Este trabajo se articula en función de 4 secciones, en la primera Diseño de la Investigación, se describe en detalle el problema de investigación, los principales objetivos y la propuesta metodológica y analítica para abordarlo. En la segunda, Marco Teórico se exponen los principales 2 Esta investigación se origina en el marco del Proyecto Fondecyt No 1110414 “La construcción del espacio y del lugar en contextos de migración trasnacional. Espacios públicos y privados de la migración peruana en Chile” (2011-2013) 3 ONGD, Red Jovesolides, http://redjovesolides.org/ 4 A partir de la participación como voluntaria en asociaciones; de migrantes y de la sociedad civil pro migrante: Rumiñahui Valencia y Jarit, asociación civil (en Ruzafa). En la primera durante un tiempo estimado de 6 meses, la segunda fundamentalmente referida a los preparativos de la segunda versión del Carnaval intercultural, Russafa Cultura Viva (2012). Este última fue fundamental para el ingreso al trabajo de campo. 9 fundamentos teóricos a partir de los cuales se sitúa esta investigación social. La tercera sección de este trabajo está dedicada al Análisis y Discusión, y se estructura en dos partes referida a la descripción cada uno de los contextos receptores y a los principales hallazgos en función de las dimensiones guías. De esta forma la Primera: Ruzafa: Aproximación a un barrio multicultural en Valencia y la Segunda: Invisibilización del Sujeto Migrante en el Barrio Esmeralda del Centro Histórico de Santiago. Finalmente la 4 sección reúne alguna de las conclusiones de esta investigación en formato comparado, en la idea de hacer dialogar los principales hallazgos en cada uno de los Barrios; Ruzafa y Esmeralda. 10 1.- DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN 1.1.- La inmigración en Chile, una cuestión social emergente La globalización como el devenir radicalizado de las consecuencias de la modernidad, (Giddens, 1993), involucra una serie de transformaciones de orden económico, político, social y cultural. Comprender al fenómeno de la migración como una consecuencia de la globalización, implica pensarla como un “factor sistémico” del cual ésta no se hace cargo. La migración debe su causa y consecuencia entre otras cosas a “Las divergencias en el ingreso de países ricos y pobres, las desiguales condiciones de vida, los desequilibrios demográficos entre regiones, las necesidades de los mercados de trabajo, a lo que se agrega la existencia de redes migratorias y el bajo costo económico que implica desplazarse de un país a otro” (Elizalde, Thayer y Córdova; 2013:7-13) Hoy lo que predomina, es un desequilibrio entre el crecimiento de las condiciones sociales y económicas que tienden a motivar los flujos migratorios y el aumento mismo de estos. El hecho de que las migraciones no crezcan en una relación proporcional a las condiciones que las propician responde a las actuales políticas fronterizas restrictivas, asumidas por los distintos Estados receptores. La escasa movilidad global de fuerza de trabajo, -a pesar de la demanda económica por los países receptores de que las motiva-, se encuentra cercada por control policial y militar de las fronteras, elemento característico de los flujos migratorios del nuevo siglo XX. Esta nueva realidad migratoria, apoyada en engrosamiento, y endurecimiento de las políticas represivas, más que impedir o limitar los flujos migratorios, incrementa el riesgo a migrar, incentiva la irregularidad y dificulta el acceso a los derechos en la sociedad de destino, dando cuenta de una contradicción vital en el modo en que los Estados gestionan los procesos de la globalización. (Elizalde et al., 2013). Los Estados, se ven obligados a crear instancias institucionales y normativas orientadas específicamente a los migrantes, incluirlos en las políticas de educación, salud y trabajo y a gestionar los procesos migratorios que transforman las sociedades receptoras (mediante nuevos referentes culturales, prácticas y usos que van cambiando la fisonomía de ciudades y barrios, entre otros), y van complejizando el concepto de identidad nacional construido, lo que se traduce muchas veces en violencia social, prejuicio y xenofobia ante la presencia de población migrante. Tal y como se afirma en la siguiente cita: “el migrante contemporáneo como un sujeto nuevo, móvil y diverso interpela la ideología que fundamenta la nación; complejiza el sistema de distribución de recursos, oportunidades y derechos; modifica de hecho el sistema de símbolos que había constituido la cultura local; trastoca y transforma en definitiva los fundamentos sobre los cuales las sociedades democráticas buscan reproducirse” (Ibíd., pp. 9) 11 Ante esta situación, el migrante, por su parte, enfrenta una serie de procesos desafortunados que vienen asimismo a transformar sus referentes de identidad personal y colectiva; la degradación socio-ocupacional (debido a las condiciones laborales y el desconocimiento de sus competencias acumuladas en origen) ; las dificultades para encontrar espacios de realización de la personalidad y de los afectos; la humillación y violencia xenófoba, todo ello sumado a la presión constante de desarrollar sus proyectos de bienestar en destino y origen (a partir de las remesas enviadas, el mantenimientos del vínculo familiar transnacional, entre otros) (Elizalde et al., 2013) Hecho similar ocurre con los movimientos poblacionales en América latina, acrecentados en el último tiempo por las brechas de desarrollo entre países de origen y destino, y la búsqueda de mejores oportunidades de vida. En los procesos migratorios sur-sur normalmente los Estados receptores no tienen la capacidad para desarrollar políticas dirigidas a revertir la precariedad en la que se incorporan los migrantes, siendo estos últimos categorizados como “problema social” (Feldman-Bianco, Rivera, Stefoni y Villa: 2011). Tal es el caso de Chile, donde ya en el 2003, la Organización Internacional para las Migraciones, OIM señalaba que “Chile nunca ha tenido políticas claras de inmigración. Éstas han sido más bien producto de coyunturas sociales y han estado marcadas, según se desprende de documentos oficiales, por consideraciones racistas que tenían como fin dotar al país de una estructura cultural, social y económica superior” (OIM, 2003). En estos términos, la afirmación de la OIM, resulta aún más agravante, transcurridos 10 años de esa declaración y convertido Chile - miembro de la OCDE5- en país receptor de migrantes, principalmente de migración sur-sur. Si bien, algunos autores afirman que históricamente Chile, no ha sido considerado país de inmigración, sino que más bien se ha caracterizado por oleadas migratorias en determinados contextos, los últimos estudios reflejan un cambio en las dinámicas migratorias hacia este país, iniciado a partir de la década de los noventa. Desde entonces, factores como; el retorno de los exiliados/as y la inmigración fronteriza, (debido entre otras cosas a la estabilización de las instituciones democráticas y la expansión de la economía) revierten el 6 balance negativo de la migración (Cano, Soffia y Martínez, 2009; Tijoux, 2007; 2011, Martínez, 2011, Stefoni, 2011) y ponen en evidencia la nueva realidad migratoria del país, más como receptor, que como emisor de migrantes. (Thayer, 2012) Estimaciones realizadas en el 2009 por la sección de Estudios del Departamento de Extranjería y Migración (DEM) del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile, afirman que la población 5 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico Se estima que desde 1995 a la fecha el saldo migratorio anual es positivo. El número de extranjeros que ha llegado a Chile supera al número de ciudadanos chilenos que ha dejado el país. Según la estimación del INECELADE (2005) 6 12 total de migrantes en el país alcanzaba a 352.344 personas 7, lo que representaba algo más del 2% de la población total del país ( Ver Tabla Nº1) Tabla Nº1: Estimación de Extranjeros residentes en Chile 2002-2009 Nº Pais Estimación Diciembre 2009 % 1º Perú 130.859 37.1% 2º Argentina 60.597 17.2% 3º Bolivia 24.116 6.8% 4º Ecuador 19.089 5.4% 5º Colombia 12.929 3.7% 6º España 11.025 3.1% 7º Estados Unidos 9.720 2.8% 8º Brasil 9.624 2.7% 9º Alemania 6.547 1.9% 10º China 4.589 1.3% 11º Resto de Paises Total 63.249 18.0% 352.344 100% Fuente: Censo de Población 2002 y Registros de Permisos de residencia otorgado en Chile. Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior Si bien los principales flujos migratorios provienen de países del sur, ordenados según su presencia: Perú, Argentina, el Estado Plurinacional de Bolivia, Ecuador y Colombia, si nos referimos, al comportamiento de los colectivos predominantes, se registra un incremento inter censal en el crecimiento porcentual de: peruanos (246%), colombianos (216%), bolivianos (122%), y ecuatorianos (103%) (Martínez, 2011:28). Estos 5 colectivos, representan dos tercios de los inmigrantes que residen en Chile. Un reciente estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas UC (2012), a propósito de la gestión local y la migración, confirma en base a datos actuales del Ministerio del interior que la población migrante en Chile representa alrededor del 2,3% respecto al total de la población, cifra que supera la media latinoamericana de inmigrantes, que excluyendo a México, alcanza al 1,3%en la región. (Matus, Sabatini, Cortez-Monroy, Hermansen y Silva, 2012:4). Los más de 350.000 extranjeros que residen actualmente en Chile no han encontrado en el Estado un soporte que facilite su proceso de incorporación a la sociedad, dando claras muestras de un 7 A la fecha, aún no existe certidumbre respecto a la veracidad de la información del último Censo de Población 2012 a cargo del INE. A pesar de que este incorpora el dato de las personas nacidas en el extranjero residentes en Chile, no existe absoluta confianza en los resultados entregados, debido – entre otras cosas- a un cambio en la metodología de este instrumento estadístico. 13 escenario democrático deficitario y perjudicial para la cohesión social. (Stefoni 2011; Thayer, 2013). El proceder del Estado chileno ante el fenómeno migratorio se caracteriza, como lo enuncia Stefoni (2011) por una “ambivalencia en la comprensión del migrante” desde la ley y política migratoria chilena pues por un lado, se avanza en la protección de derechos puntuales y por otro, se sigue manteniendo una legislación que facilita la generación de migración irregular, todo esto en el marco la inexistencia de una “política explicita en materia migratoria”, acorde a las necesidades y requerimientos de los nuevos inmigrantes que están llegando (Cano et al., 2009) De aquí que uno de los grandes desafíos que enfrenta Chile en la actualidad, radique en el desarrollo de una política migratoria explicita que atienda más allá del control y la regulación de la migración en el territorio nacional, a los procesos de normalización favorables para los inmigrantes que llegan y esté a la altura de estos “nuevos flujos migratorios”. La normativa vigente que regula la migración en Chile fue promulgada en 1975 (Ley de Extranjería Decreto Nº 1.904), y el reglamento que la complementa data de 1984. En términos concretos, esta Ley presentaría dos problemas: Una lógica de seguridad nacional y un desfase temporal. Mientras en la primera, se aborda el problema migratorio desde una dimensión fronteriza por parte el Ministerio del Interior, el segundo, se origina debido al desajuste entre la ley y el contexto migratorio actual8. Por su parte, Stefoni (2011), quien realiza un exhaustivo análisis histórico acerca del tratamiento oficial de la “cuestión migratoria”, pone de manifiesto además, el devenir de ciertas denominaciones producto de la “ambivalencia en la comprensión del migrante”. La construcción de las categorías “deseable/indeseable”, “extranjero”, e “irregular”, para definir al sujeto migrante en determinados periodos históricos, da cuenta de cómo la migración ha sido entendida, desde la legislación y la política, como un problema social y cómo se ha ido configurado lo que la autora denomina “la política de la no política”, para definir la situación de Chile, que sigue perpetuando la construcción de un sujeto excluido, por su condición de inmigrante. Independientemente, de los aportes de los gobiernos de la Concertación 9, (Ver Anexo Nº1) en cuanto a la introducción de modificaciones a la Ley de Extranjería vigente (20.050) y a los avances en la materia, mediante nuevos preceptos que apuntaban a una política de “fronteras abierta” y a un tratamiento de la migración de manera integral, el vacío legal persistirá en tanto dicha ley no se actualice 10 (Cano et al., 2009) En términos institucionales, este país estaría en deuda con una 8 A nuestros días se mantiene una ley migratoria creada en la dictadura, y los instrumentos normativos para la regulación de los flujos migratorios en Chile, son anteriores, a la presencia misma de inmigrantes. 9 La Concertación de Partidos por la democracia es una coalición de partidos políticos de izquierda, centro izquierda y centro que gobernó Chile desde el 11 de marzo de 1990 hasta el 11 de marzo de 2010 10 Si bien esta situación ha cambiado, convirtiéndose “La nueva Política Migratoria” al 2014, en uno de los desafíos centrales del nuevo periodo administrativo del Gobierno de Michelle Bachelet 2014-2018, los avances en materia de legislación migratoria y Gobernanza de las migraciones en el marco de los Derechos 14 política migratoria, que asuma la singularidad del actual flujo desde los parámetros de la democracia y la justicia social (Thayer, 2011). La posibilidad de corregir esta condición y saldar al menos en parte esta deuda de años, radica en propiciar tanto de parte del Estado, como de la sociedad, normativas, medidas y acciones orientadas hacia la incorporación y reconocimiento de los migrantes, desde plano institucional, pero también en el plano de la convivencia cotidiana (Thayer, 2011; Thayer, Córdova y Avalos, 2013). 1.2.- La perspectiva analítica. La incorporación de los inmigrantes en contextos locales Según la propuesta de Portes y Böröcz, (1998), la incorporación de los migrantes en las sociedades de acogida, tiene relación con tres factores determinantes: las condiciones de salida, el origen de clase y los contextos de recepción. Para efectos de esta investigación, nos centraremos en el tercero, los contextos de recepción, comprendidos desde los aspectos políticos, sociales, económicos y normativos que van condicionando las oportunidades y formas que adquiere la incorporación en destino. A partir de estos, es posible identifican tres elementos que enmarcan la situación con la que “los nuevos inmigrantes” se suelen encontrar en destino: “la actitud de los gobiernos de los países receptores”, “los patronos y la población nativa que rodea a los inmigrantes”, y “las características propias de los estos (inmigrantes). (Portes y Böröcz, 1998: 59). La conjugación estos tres factores condicionan la incorporación de los migrantes, desde la perspectiva de los contextos de recepción. Uno de los grandes desafíos para las sociedades democráticas, radica en la adopción de modelos idóneos para la incorporación de los migrantes a las sociedades receptoras, fundamentados en el pluralismo cultural 11. Tal como se expresó con anterioridad, si bien, el Estado y las políticas públicas de las sociedades de acogida, adquieren un papel protagónico en la incorporación de los migrantes, por ser los principales responsables en; la extensión de derechos económicos, sociales, y culturales a estos colectivos, y de brindarles las condiciones necesarias para su normalización en el acceso a los servicios básicos de salud, educación, vivienda y seguridad social, existen otros dos actores relevantes a considerar: la sociedad autóctona, y los/as migrantes. (Portes y Böröcz, 1998; Canales y Montiel, 2005; Cachón, 2009). La investigación a presentar, se enmarca en esta lógica analítica desarrollada por Portes y Böröcz, relativa a los contextos receptores de migrantes en las sociedades de destino, trasladándola al ámbito local, a partir de la tres dimensiones: la Apropiación del espacio público de las personas migrantes, son más bien incipientes,- provocadas por iniciativas aisladas de algunos gobiernos municipales- pues aún no se concretan de manera oficial. 11 Los pilares del pluralismo cultural responden a la valoración positiva de la diversidad, igualdad y no discriminación por razones de diferenciación etnocultural de las personas, respeto al diferente, etc (Giménez, 2003:4 ) 15 por parte de la población migrante latinoamericana como eje central, en estrecha relación con las percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local. (Ver Anexo Nº2, del plano conceptual del desarrollo de esta investigación) Para referirnos a la incorporación en este nivel, se acopia el término “inserción urbana”, que, definida esta en términos facticos como: “el proceso de paulatina incorporación de los inmigrantes a la ciudad como vecinos, trabajadores, consumidores y usuarios de los servicios públicos” (Torres, 2006:3), posibilita un distanciamiento del concepto de integración y del carácter normativo que lo constituye 12. Se asume que el comportamiento e interrelación - o la ausencia de esta última entre los distintos actores y sus prácticas en el espacio público es lo que va construyendo la especificidad propia del lugar. En palabras de Auge (2000) “La organización del espacio y la construcción de lugares son, en el interior de un mismo grupo social, una de las apuestas y una de las modalidades de las prácticas colectivas e individuales” (pp.57). El estudio se inscribe en el espacio público del Barrio Esmeralda (Santiago, Chile) y Barrio Ruzafa (Valencia, España). Como dimensión espacial de la incorporación, este ámbito tiende a favorecer los procesos de integración, la convivencia social y la formación de identidad en el seno de la sociedad urbana (Segovia, 2007), y asimismo los limita, pues como diría Bourdieu, (1999), todo espacio esta jerarquizado, “no existen espacios que no expresen las jerarquías y distancias sociales, de un modo (más o menos) deformado y sobre todo enmascarado por el efecto de la naturalización que entraña la inscripción duradera de las realidades sociales en el mundo natural (pp.120). Desde aquí se pretende dilucidar ¿De qué manera las formas de apropiación del espacio público, por parte de la población migrante, están condicionadas por las percepciones de la sociedad civil autóctona y las garantías ofrecidas por el gobierno local en el Barrio Esmerada y Barrio Ruzafa? En términos teóricos el problema de investigación se sustenta a partir de tres fuentes complementarias, en primer lugar desde los paradigmas analíticos de la sociología relativos a la Escuela de Chicago con sus investigaciones empíricas en micro sociología; sociabilidad e interaccionismo simbólico (George Simmel, Goffman,). En segundo lugar, desde contribuciones de la sociología de las migraciones; a partir del estudio de los modos de incorporación de los inmigrantes a las sociedades receptoras 13 (Portes y Böröcz, 1989; Portes y Rumbaut 1990; Portes 12 El concepto integración según Torres (2006) implica; la igualdad de condiciones, derechos y obligaciones, el respeto y derecho a la diferencia y una dinámica social que fomente la interrelación entre grupos, (p. 3) todo ello en el marco de un proceso de larga duración. 13 Interés especial cobran aquí los antecedentes generales en torno a los modelos de gestión de las migraciones, adoptados por las decisiones de los agentes del gobierno y las instituciones (Malgesini y Giménez, 1997; Giménez, 2003, Torres, 2004). 16 y DeWind, 2006). En tercer lugar y desde un ámbito más local, se dialogará con aquellas teorías relativas al espacio (socio-urbano), a través de la apropiación del espacio e investigaciones acerca de la inserción urbana de los migrantes en el espacio público del barrio y las dinámicas de convivencia (Torres, 2006; 2011; Moncusi; 2009). 1.3.- La investigación que se presenta El primer objetivo de investigación está referido Identificar las formas de apropiación del espacio público por parte de los migrantes latinoamericanos – suramericanos- en Barrio Esmeralda del centro histórico de Santiago de Chile y Barrio Ruzafa, del centro de Valencia. La apropiación del espacio, se comprende a partir, de acciones de: transformación, de la identificación de los sujetos con el espacio vivido y desde el proceso de interacción (Pol, 1996). En términos materiales, la apropiación del espacio público para la experiencia del sujeto migrante, supone una transformación objetiva de los lugares ante los ojos de la sociedad autóctona. La apropiación en sentido simbólico, afectaría a la forma que tienen los propios migrantes de concebir y abordar el espacio (Castles y Davidson; 2000; Thayer, 2008:195). Si bien la apropiación en un nivel material como expresión misma de la presencia migrante, no necesariamente implicaría una apropiación simbólica - entendida a partir de un sentido de pertenencia o identidad otorgada a dicha apropiación material, ésta última es un requisito primigenio para que el significado mismo ocurra. La apropiación simbólica asume formas más complejas, además de las particularidades propias del proyecto de vida y las condiciones sociales de los migrantes en destino (condiciones laborales, vivienda, educación de sus hijos, entre otros), la reciprocidad juega un papel fundamental, pues la apropiación es también interacción. Se construye a partir de una relación secuencial de carácter individual (con el espacio físico o apropiación material) y dialógica, es decir con la población autóctona como otros de oposición, por tanto requiere del reconocimiento social. A modo de ejemplo, cabe recurrir al caso de la Calle Catedral, en el Centro Histórico de Santiago de Chile, o “Pequeña Lima”. Como lugar practicado por los migrantes peruanos y ahora también latinoamericanos, esta calle da cuenta de una apropiación que va más allá de la definición más material de la misma, pues en ocasiones se convierte en lugar de reuniones políticas -en caso de elecciones en el vecino país-, en improvisada agencia de empleos informales, y/o en un lugar idóneo para las relaciones sociales entre paisanos y degustar gastronomía típica del país de origen. Hechos que al trascender el acto mismo del estar ahí y de la transacción económica inmediata, lo constituyen como un lugar practicado, como un “espacio de migración”. 17 Las formas de apropiación, como usos, prácticas y costumbres de los sujetos migrantes en este espacio público, no están exentas de conflictos y tensiones provocadas por la “toma” de uno de los lugares más simbólicos de la historia republicana del país, el centro de Santiago. Desde este foco neurálgico de poder, la presencia extranjera parece interpelar al transeúnte, a la población autóctona y a la sociedad el reconocimiento social que merece como cualquier otro individuo, vecino y trabajador. En palabras de Bauman (2003) “el reconocimiento social se define como el derecho a la participación en la interacción social en pie de igualdad y si ese derecho se constituye a su vez como una cuestión de justicia social, se sigue de esto que todos tienen el mismo derecho a perseguir la estima social en condiciones justas de igualdad de oportunidades.” (p. 93) Algo similar ocurre en el caso valenciano, avanzada la década del 2000, donde la población migrante latinoamericana –en su mayoría ecuatorianos-adquiere mayor visibilidad producto de los usos sociales y prácticas de los domingos en los Jardines del Río Túria -uno de los parques más representativos de la ciudad. La zona cercana a las Torres de Serrano se va convirtiendo de manera espontánea en un espacio de migración principalmente latinoamericana-, haciéndose popularmente conocido como el “Jardín de los ecuatorianos” (Ver Anexo Nº3) Las “ligas de integración”; campeonatos de futbol auto gestionados y organizados por la Asociación Hispano ecuatoriana Rumiñahui de Valencia y la liga ESBOL, son algunas de las actividades que inauguran este espacio público, y que traen consigo una serie de prácticas paralelas asociadas al comercio informal y a desordenes propios del esparcimiento (Moncusí y Llopis; 2005). Paseos dominicales, bailes, puestos informales de comida típica, e improvisadas sesiones de peluquería, así como también la venta ambulante y el beber en la vía pública, son algunas de las prácticas que lejos de pasar desapercibidas, son concebidas como expresión del “mal uso del espacio público”, provocando cierta animadversión entre la población autóctona, que finalmente - junto al Ayuntamiento- terminan erradicándolas del lugar14 . El segundo objetivo, - vinculado al anterior- propone caracterizar las percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona, en el Barrio Esmeralda y Ruzafa, ante la incorporación de los nuevos vecinos migrantes, sus formas de apropiación, las relaciones de intercambio15 y sociabilidad entre migrantes y la población autóctona en el espacio público. 14 Entre algunas de las medidas, se realiza una mesa de dialogo entre la Federación de Asociaciones de Vecinos, el Ayuntamiento, la Asociación Rumiñahui, a fin de regularizar las actividades realizadas en ese espacio. 15 El intercambio, entendido como forma de interacción social – al igual que la sociabilidad- “es la acción recíproca más pura y más elevada de las que componen la vida humana (…) la mayoría de las relaciones humanas se pueden considerar como un intercambio: toda conversación, todo amor (aunque sea correspondido con otro tipo de sentimientos), todo juego y toda mirada mutua. (Simmel, 2002:113) “intercambio 18 Las percepciones y disposiciones de la población autóctona respecto a la incorporación de la población migrante al ámbito local, están relacionadas con el ideal de “aceptación de la forma de vida, prácticas y costumbres de los individuos sobre la base del respeto e igualdad” – “reconocimiento social” en Bauman (2003), y asimismo con el concepto de “sociabilidad” en Simmel (2002), arraigado en las formas que adopta la interacción social, en el “carácter relacional de los individuos, con énfasis en la dimensión asociativa”. Simmel (2002), comprende a la sociedad como una “realidad dual”, conformada por dos dimensiones; los individuos y sus intereses, hecho que vendría a explicar la tendencia casi natural de los hombres y mujeres hacia la interacción y la sociabilidad. Esta última, entendida como “forma lúdica de asociación”, vendría a trascender la dimensión más instrumental del interés. (Simmel, 2002; Rizo, 2006) Algunas exploraciones a propósito de la percepción de la población chilena respecto de los migrantes, apuntan en dirección opuesta al ideal de reconocimiento enunciado por Bauman (2013), debido a que este estaría supeditado a un “deber ser” impuesto por la población autóctona, como formas un tanto asimilativas de inserción. (Thayer et al., 2013:163-191; Thayer; 2013: 259-285). Concretamente definen las proposiciones sobre las relaciones de intercambio y de sociabilidad en los espacios públicos como “proximidad espacial con distancia relacional”, similar al tipo de inserción urbana identificado por Torres (2006) en su estudio del Barrio Ruzafa, quien da cuenta de una Copresencia residencial, caracterizada por la “convivencia pacífica pero distante” (Germain, 1995 en Torres, 2006). En este caso, se indagará en la disposición ante la apropiación “migrante” del espacio público y su posible incorporación al barrio, en la idea determinar qué tipo de prácticas, estrategias o iniciativas tienden a favorecer un intercambio y sociabilidad entre autóctonos y extranjeros o por el contrario la obstruyen. El tercer objetivo consiste en describir a grandes rasgos, las actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes, con especial atención en el fomento de la “convivencia ciudadana en barrios multiculturales 16”, la interrelación entre los distintos grupos 17 y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, como elementos de la incorporación de los vecinos/as migrantes al barrio. El supuesto que sustenta este objetivo tiene relación con la incidencia de las respuestas políticas del Estado frente a la inmigración, en “cómo estas afectan las construcciones sociales que se elaboran alrededor sus características (atribuidas o no) y su función social, así como también en 16 El término multiculturalismo, se emplea a partir de dos acepciones, como un hecho fáctico (multiculturalidad), es decir constatación empírica del “pluralismo cultural” en un determinado espacio y asimismo para caracterizar el enfoque con que las políticas y administraciones locales emplean para gestionan la migración y/o la diversidad cultural (Giménez, 2003).Para esta investigación toda vez que hablamos de lo “multicultural” aludiremos a la primera acepción. 17 Como componente normativo de la integración. 19 las representaciones de los distintos actores sociales sobre los inmigrantes (Domenech, 2005:4). Desde este ámbito las Políticas orientadas a la incorporación de los migrantes en destino y las posibles iniciativas impulsadas desde los municipios y ayuntamientos orientados a la educación y sensibilización de la población ante el tema migratorio, los valores de la tolerancia, el respeto a la diferencia y los principios democráticos, inciden en la construcción social del migrante. Así como también programas que promuevan la convivencia ciudadana en barrios multiculturales y formas de intercambio y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, tenderían más a potenciar la convivencia que a fomentar la reproducción de espacios de segregación, característicos de centros históricos de las ciudades. Por tanto, desde esta dimensión, interesará indagar en la existencia de iniciativas orientadas a la población migrante y al intercambio en barrios de migración, mediante Planes, Programas y/o Medidas. 1.3.1.- Preguntas y Objetivos de investigación Preguntas de investigación: ¿De qué manera las formas de apropiación del espacio público, por parte de la población migrante, están condicionadas por las percepciones de la sociedad civil autóctona y las actitudes decisiones del gobierno local en el Barrio Ruzafa y Barrio Esmerada? P1: ¿Cuáles son las formas de apropiación del espacio público por parte de los migrantes latinoamericanos en el Barrio Ruzafa y Barrio Esmerada? P1.1: ¿Cuáles son los usos, prácticas y/o estrategias (económicas, socioculturales y políticas) que despliegan los migrantes latinoamericanos en Ruzafa y Esmerada? P1.2: ¿Cómo dichas formas de apropiación del espacio público de los migrantes favorecen, tensionan y/o entran en conflicto con los vecinos autóctonos y su discurso del barrio? P2: ¿Cuáles son las condiciones sociales creadas por la población autóctona para la incorporación de los migrantes al Barrio Esmeralda y Ruzafa? P2.1: ¿Cuál es la percepción y disposición de la sociedad civil del barrio ante la incorporación de los nuevos vecinos migrantes? P2.2: ¿De qué manera el tejido social del barrio incorpora a la población migrante del barrio? P2.3: ¿Qué dinámicas de sociabilidad - entre migrantes y autóctonos- es posible identificar en cada uno de los barrios? 20 P.3 ¿De qué manera las instituciones del gobierno local viabilizan la “convivencia ciudadana en barrios multiculturales”; la interrelación entre los distintos grupos y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, como elementos de la incorporación de los vecinos/as migrantes? ¿Mediante qué planes, programas y/o medidas se promueve el intercambio entre los distintos grupos? Objetivos de investigación: Objetivo General 1.- Indagar en la apropiación del espacio público por parte de la población migrante latinoamericana en los Barrios Ruzafa (Valencia) y Esmeralda (Santiago), a partir de las percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones de los gobiernos locales para la incorporación de los migrantes desde la perspectiva de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales Objetivos Específicos 1.1.-Identificar las formas de apropiación del espacio público por parte de los migrantes latinoamericanos en el Barrio Ruzafa, del centro de Valencia y el Barrio Esmeralda del centro histórico de Santiago. 1.2.-Caracterizar las percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona en el Barrio Ruzafa y Esmeralda, ante la incorporación de los nuevos vecinos migrantes: sus formas de apropiación del espacio público, las relaciones de intercambio y sociabilidad entre la población autóctona y migrante y el ingreso de este último en el tejido asociativo del mismo. 1.3.-Describir las actitudes y decisiones de la Política local para la incorporación de los vecinos migrantes desde la perspectiva de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales; la interrelación entre los distintos grupos y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, como elementos de la incorporación de los vecinos/as migrantes al barrio. 1.3.2.- Dimensiones del Estudio El estudio esta articulado en función de tres dimensiones relativas a la inserción urbana de los migrantes al ámbito local: la Apropiación del espacio público, las percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes. Mientras la primera se comprende en términos fácticos, desde las transformaciones materiales del espacio socio-urbano y su fisonomía, producto del asentamiento de la población migrante en cada uno de los barrios, las dos últimas se comprenden como condicionantes de la primera. El siguiente Cuadro Nº1 referido al Modelo 21 empírico de la Investigación permite operacionalizar las dimensiones teóricas de los modos de incorporación de los sujetos migrantes en los contextos locales de recepción, permitiendo identificar las dimensiones y sub-dimensiones que guiaron el trabajo de campo y análisis. Sub-dimensiones de la Apropiación del Espacio: Las formas de apropiación del espacio, entendidas como usos, prácticas y/o estrategias de los sujetos migrantes en el cada uno de los barrios, manifiestan además de transferencias socioculturales, económicas y políticas entre el lugar de origen y destino, los elementos materiales y simbólicos necesarios para desarrollar su vida en destino, como vecinos del barrio. Económica: • Comercio étnico: Este tipo de comercio, gestionado y regentado por población migrante, además de suplir las necesidades básicas de empleo y salario de los /las migrantes en las localidades de destino, se presenta como una forma material de apropiación económica del espacio. Se caracteriza por la venta de mercancía propia de la cultura de origen en los contextos locales. Independientemente de la subjetividad contenida en la elección de estos rubros comerciales, lo cierto es que estos productos originarios, se transfieren al país de destino, convirtiéndose en materia prima para el desarrollo de una actividad económica Entre estos encontramos, las carnicerías Halal, algunos restaurantes o puestos de venta de comida típica, artesanía, entre otros. • Comercio Migrante: Este tipo de comercio, gestionado o regentado por migrantes, se caracteriza por la venta de mercancía ordinaria. A diferencia del comercio étnico, este no se constituye a partir de elementos materiales de la cultura del origen, sino estos pueden aparecer de manera ocasional, como complementarios al comercio ofrecido. Dentro de esta clasificación, por ejemplo, podríamos distinguir las tiendas de venta de frutas y verduras a cargo de población Pakistán, algunos bares más tradicionales españoles ahora a cargo de población China y así también los locutorios. Socio-cultural: La sub-dimensión socio-cultural de la apropiación del espacio, se comprende a partir de los usos del espacio público como lugar para la interacción cotidiana y las dinámicas de sociabilidad. Tanto en espacios públicos de encuentro y tránsito, vinculados al ocio; como el parque, la plaza, la calle y la esquina, como en aquellos espacio privados de uso y acceso público, principalmente en las afueras de espacios de comercio y consumo. Así también, está referida a prácticas culturales en el espacio local, que teniendo como eje central aspectos relativos a las transferencias culturales propias del lugar de origen, se constituyen como formas de apropiación a 22 partir de su participación en la celebración fiestas nacionales, religiosas, carnavales, reuniones interculturales en el espacio público. Política: Por su parte la sub-dimensión política tiene relación con la participación política el ámbito local de destino, concretamente mediante prácticas de asociacionismo migrante, su involucramiento en el tejido asociativo del barrio, en organizaciones sociales del barrio más bien mixtas, manifestaciones políticas en el espacio público, entre otras. Cuadro Nº1: Modelo empírico de la Investigación. Operacionalización y Dimensiones Am bitos de la Dim ensiones de la incorporación en Inserción Urbana en los contextos de el Am bito Local recepción Descripción Ejem plos Económica: Espacios de comercio, consumo y producción. Las características propias de los inmigrantes Restaurantes etnicos, medicina alternativa, Locutorios, almacenes de alimentacion y servicios, peluquerias, comercio ambulante, comercio Socio-cultural: Usos del Usos del espacio publico y practicas. espacio público: interacción Participacion de los migrantes en cotidiana, dinámicas de carnavales, actividades, reuniones sociabilidad y practicas interculturales, festividades Apropiación del culturales. religiosas, ferias de exposiciones, Espacio (Migrantes etc. latinoamericanos) Políticas: Estrategias de asociación de la población migrante y/ o involucramiento en el tejido asociativo del barrio Los patronos y la Percepciones de las población nativa organizaciones de que rodea a los la sociedad civil de inmigrantes población autóctona La actitud de los Las actitudes y gobiernos de los decisiones del países receptores gobierno local para la incorporación de los migrantes Asociación de migrantes ( politicas, sociales, cuturales,deportivas, etc) Participación de migrantes en agrupaciones formales e informales del barrio, en manifestaciones y organizaciones comunitarias, entre otras. Percepción e iniciativas ante Disposición a las relaciones la incorporación de los interetnicas, la sociabilidad en el nuevos vecinos migrantes. espacio público y el involucramiento de los migrantes en el tejido social del barrio (Asociaciones de vecinos, ONGs, Comités de Adelanto, Politicas orientadas a la incorporacion de los migrantes en destino desde la perspectiva de convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Acceso a servicios de salud, educación, empleo y vivienda. Programas y/o Medidas para el intercambio intercultural y , la sociabilidad entre autóctonos y migrantes en barrios de migración ( fortalecimiento del asociacionismo migrante, mediación intercultural, de convivencia en los barrios, u otros) Elaboración propia 23 Las percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona, se comprenden a partir de sus disposiciones ante la incorporación de los migrantes del barrio, a sus formas de apropiación del espacio público (reciprocidad, hostilidad, por mencionar algunas situaciones). Con el propósito de indagar en las reglas implícitas que operan para que los nuevos residentes del barrio sean incorporados, en aquellos factores que inciden en la posible incorporación del migrante en un nivel micro-local, que podrá entenderse –por ejemplo- a partir del “buen vivir” de los extranjeros, del ajuste de su comportamiento a ciertas “normas de convivencia” tácitas o evidentes impuestas por los(as) residentes nativos (evitar ruidos molestos, suciedad, determinados comportamientos, entre otros). Así también, esta dimensión profundiza en la propensión a la sociabilidad entre la población autóctona y migrante, el involucramiento de este último en el tejido asociativo del barrio y su ingreso la construcción social del mismo, a partir del discurso más identitario del barrio. Por su parte la dimensión referida a las actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes, alude a las Políticas orientadas a la incorporación de los migrantes en el ámbito local, desde la perspectiva de convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Esta dimensión más que indagar en las decisiones en torno a la normalización de la población migrante (salud, educación, empleo, vivienda), apunta a identificar si desde el gobierno local se generan dinámicas, (Programas y/o Medidas) orientadas a: la sensibilización de la población autóctona respecto al fenómeno migratorio, (campañas contra el racismo y la xenofobia), iniciativas de promoción de convivencia ciudadana en barrios multiculturales, el intercambio entre autóctonos y migrantes, el fortalecimiento del asociacionismo migrante para garantizar su participación social, mediación intercultural entre otras. 1.4.- Ruzafa – Esmeralda. Dos barrios significativos de migración Los parámetros para definir el estudio están determinados por patrones migratorios ocurridos en la Región Metropolitana de Santiago de Chile (RM), como destino de migración sur-sur, escogido por migrantes procedentes en su mayoría de Latinoamérica, concretamente de la Comunidad Andina 18- CAN, de América del sur. Si bien el estudio está emplazado en Santiago de Chile, en el Barrio Esmeralda del centro histórico de esa ciudad, la investigación se construye en diálogo con los hallazgos recogidos en el Barrio Ruzafa de Valencia-España. La elección de los dos contextos receptores, Barrio Esmerada y Barrio Ruzafa, responde a que tanto la Comunidad Autónoma Valenciana como la Región Metropolitana de Santiago son destinos escogidos por los migrantes procedentes de América latina, atraídos principalmente por la 18 Integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú tiene entre sus objetivos alcanzar un desarrollo integral, más equilibrado y autónomo. 24 estabilidad social, política y economía y por las mejores expectativas laborales, que tanto Chile como España pueden ofrecer19, al menos hasta antes de la crisis económica española del 2008, que sin duda ha incidido en la reducción de los flujos migratorios de llegada al país europeo y ha desestabilizado el proceso de inserción social de los migrantes (Torres, 2012). Los datos confirman que la crisis española, manifestada en la crisis del empleo afecta principalmente a la población migrante. Al 2010 el desempleo en los trabajadores migrantes (30.2%) supera con creces el de los trabajadores españoles (18,2%) debido a la incidencia de esta, en los principales nichos laborales de la población migrante: la construcción y los servicios de mercado. A esta situación de precariedad laboral se le suma la desprotección en el derecho a la vivienda, debido a los múltiples desahucios, por créditos hipotecarios impagos y la exclusión de la sanidad pública producto de las nuevas normas de acceso para inmigrantes y residentes extranjeros en España. Esta medida que entró en vigencia en septiembre del 2012, afecta principalmente a todos aquellos migrantes que residen en el país de manera irregular, a los comúnmente llamados “sin papeles” 20. A pesar de la condición de vulnerabilidad social y laboral, los migrantes residentes en su mayoría “afrontan la crisis ahí” (Torres, 2012) En los últimos 10 años, España se ha convertido en el segundo país de destino escogido por los migrantes latinoamericanos, después de Estados Unidos, llegando éstos a representar un tercio del total de inmigrantes en el país. Esta notable presencia latinoamericana, se debería a cierta preferencia por este colectivo producto -entre otras cosas- del “dominio del idioma castellano, las políticas migratorias del Estado español y las percepciones de la sociedad civil nativa” , por oposición a otros colectivos de migrantes , con los cuales se identifica un mayor choque cultural y distancia religiosa (Izquierdo, López de Lera, y Martínez, 2002; Vono, 2011) Este “el auge 21 latinoamericano ” se manifiesta además en el mercado laboral y en la convivencia social. Para el caso de Valencia, desde el año 2000 en adelante, se ha incrementado rápidamente el número de inmigrantes en la ciudad y ha cambiado también su composición respecto a lo ocurrido en la década de los 90’. Si en ese entonces predominaba migrantes chinos y marroquíes, hoy por hoy, 19 Cabe mencionar que mientras en la Comunidad Valenciana (CV) - contexto receptor de migración de mayor flujo y más antigua trayectoria que Santiago- los migrantes andinos al 2012 representaban cerca del 14% del total de migrantes de la CV, en la Región Metropolitana (RM), -con una proporción de extranjeros mucho 19 menor en relación al total de la población - estos alcanzaban un 41% respecto del total de inmigrantes (Ayuntamiento de Valencia: 2012 ; MIDEPLAN, 2009) 20 Tal y como se afirma en el sitio MUGAK (2012) con su Editorial dedicada al Fin de la sanidad como derecho fundamental, “Se deja sin efecto la Ley General de Sanidad 14/1986, que establecía que son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y extranjeros que tengan establecida su residencia en territorio nacional.” 21 La utilización del concepto “Latinoamericano”, se acopia para distinguir a la población objeto de investigación, respecto de otras procedencias de los diversos flujos migratorios en España. De igual forma, esta denominación, responde a la auto identificación de los migrantes respecto al concepto de “colectivo de migrantes latinoamericano”, que si bien es una construcción por parte de la sociedad de recepción, surge como consecuencia de esta proyección. 25 “Ecuatorianos, bolivianos y colombianos constituyen los colectivos de extranjeros más numerosos de la ciudad, expresión del protagonismo del flujo Latinoamericano” (Torres, 2009:74) Una situación similar se observa en los patrones migratorios hacia Santiago recién entrado el nuevo siglo. Si bien se trata en general de población extranjera proveniente de Latinoamérica, desde el 2000 proliferan en mayor medida los flujos de migrantes andinos, (peruanos, bolivianos colombianos y ecuatorianos, ordenados por su protagonismo), que de acuerdo a los datos arrojados por la Encuesta Casen (2006-2009) han incrementado su población en un 40% respecto del total de migrantes en la región2 (MIDEPLAN, 2009). Mientras en Valencia, el grupo predominante es el de los ecuatorianos, en Santiago es el colectivo de peruanos, el que tiene mayor presencia respecto al total de inmigrantes. Este hecho además justifica la decisión de abordar en mayor profundidad las “formas de apropiación del espacio” de parte de los migrantes latinoamericanos presentes en ambos barrios. Existen ciertos elementos que facilitan la comparación como: el tratamiento de los “lugares geográficos” como unidades de análisis “discretas e independientes”, el contraste de las semejanzas y las diferencias entre los casos que se comparan, la equivalencia de los indicadores que se quiere comparar, entre otros (Goldring y Landolt, 2009; Ariza, 2009). En este contexto, se realiza una exploración preliminar de los distintos barrios en la ciudad de Valencia, con alto componente extranjero entre su población, y con características similares a las de Barrio Esmeralda en Santiago de Chile, es decir caracterizados por: ubicarse en el centro de la ciudad, la presencia de colectivos de migrantes latinoamericanos, y la emergencia de nuevas dinámicas de transformación urbana, asociadas a procesos de gentrificación. Se selecciona al Barrio Ruzafa como representativo en términos de barrio de migrantes, multicultural y con una serie de elementos que lo constituyen como una centralidad migrante La elección de Ruzafa, se relaciona con lo expresado en algunas de las investigaciones realizadas en el mismo, a propósito de la inserción urbana de los migrantes (Torres, 2006, 2007, 2011; Moncusí, 2008, 2009), ratificado también por los medios de comunicación de circulación masiva que destacan sus buenas prácticas en torno al “multiculturalismo positivo”. En Ruzafa se hace patente una lógica transformadora debido a la constante rehabilitación de los edificios y sus fachadas, y al giro en el uso y fines de los inmuebles comerciales. Cada vez se cede más espacio a la instalación de bares y cafés, y se restringe, la instalación del comercio Chino (de calle Cuba) o del Senegalés, (este último persiste, por razones estratégicas, en las cercanías del borde del barrio, contiguo a la estación de trenes). En cosa de meses o incluso semanas, la antigua carnicería puede convertirse en una muy estilosa cafetería - librería que re utiliza los ganchos, antes destinados para colgar el ganado, como percheros para los abrigos de la 26 clientela22. Un barrio en proceso de cambio, con huellas de gentrificación que atrajo a nuevos residentes al sector, principalmente jóvenes estudiantes y artistas, que coexisten con los habitantes autóctonos de toda una vida en el barrio y la población migrante que ha hecho del mismo – a más de una década- su lugar de residencia. Se trata de un barrio, con una proporción de extranjeros superior al de la media de la ciudad23, con una composición de población altamente heterogénea y socialmente activa. Esta visión es compartida por algunas ONGs del sector, que describen a Ruzafa como un referente respecto a convivencia y ciudadanía, un espacio donde confluye “un proceso intercultural, de activismo social y de creación artística; de dinamización de nuevos proyectos independientes en el ámbito de la cultura, el arte y los movimientos sociales” (Russafa Cultura Viva, 2012) La posibilidad de contrastar los principales elementos de la realidad migratoria en el Barrio Esmeralda (Centro historio de Santiago), con los de otras realidades similares ya conocidas, como es el caso del Barrio Ruzafa (Centro de Valencia) resulta interesante en la búsqueda de “semejanzas y diferencias” (Echart, Cabezas y Sotillo, 2010). Así también lo es, estar al tanto de las diferentes formas que adquiere la incorporación de los migrantes en la escala local, (dinámicas más inclusivas o excluyentes) dependiendo de cómo interactúan o no, los distintos actores; Instituciones de gobierno, población autóctona y/o sociedad civil y migrantes latinoamericanos dos barrios escogidos y de las particularidades propias y constitutivas de cada ámbito micro-local. 1.5.- Diseño Metodológico 1.5.1.- Tipo y Enfoque de Investigación En atención del problema y los objetivos, el enfoque de aproximación al estudio, se ejecuta desde una perspectiva cualitativa, orientada a “lo que no se conoce y que no es medible” mediante el descubrimiento y la saturación. Esta investigación recoge elementos del método exploratorio- y descriptivo, para -en un segundo momento- llevar a cabo un ejercicio comparativo a fin de descubrir y establecer proposiciones generales en torno a la investigación de un mismo fenómeno desde ángulos diferentes, Esmeralda y Ruzafa. Exploratoria, pues no existen mayores antecedentes acerca del tema a abordar en el caso del contexto chileno. Tanto la revisión de diversas fuentes de documentación como, el contacto directo con el objeto de estudio en ambos barrios; Esmeralda y Ruzafa, fueron instancias cruciales en el proceso de identificación del problema a investigar y su desarrollo. Se define asimismo como descriptiva, porque interesa responder a una serie de preguntas guías que se han planteado en torno al problema de estudio, recopilar y detallar lo ocurrido con las dimensiones del estudio en los 22 Es el caso de un café de Ruzafa, Slaughterhouse- librería-carnicería de Valencia, en calle Denia 22. Un 15,7% de población extranjera en Ruzafa ante el 13,6% relativo a Valencia hasta 2012, manteniéndose al 2014, sobre la media valenciana con un 13,7% de extranjeros sobre el 12,3%. 23 27 dos contextos receptores de población migrante. El componente comparativo tiene lugar en una vez finalizado el trabajo de campo y recabados los antecedentes en ambos contextos. Concretamente interesa comparar a grandes rasgos, las dinámicas que asume la incorporación de los migrantes en el ámbito local, a la luz de los hallazgos entre las formas de apropiación del espacio por los migrantes latinoamericanos en relación a las percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes en cada uno de los contextos. 1.5.2.-Trabajo de Campo y Técnicas de Investigación Revisión y Análisis de Documentos secundarios: Se emplea para contextualizar y caracterizar los procesos y trayectorias migratorias en Santiago y Valencia respectivamente (antecedentes demográficos), abordar desde una perspectiva histórica la conformación de los barrios Esmeralda y Ruzafa, así como también las transformaciones urbanas y sociales propias de los centros de las ciudades que los sostienen 24. Esta técnica resulta fundamental sobre todo para el desarrollo del apartado de Ruzafa, cuya historia y experiencia migratoria como contexto receptor, ha sido bastante documentada 25. Así mismo se recurre a la revisión de documentos oficiales como Políticas, Planes y/o Programas dirigidos a la población migrante, en la idea de abordar el OE.3 Observación: La observación, estuvo orientada principalmente a los espacios públicos del barrio, en la idea de identificar en términos facticos, - lo que se definió de manera a priori- como las sub-dimensiones de la apropiación del espacio (económicas, socio- culturales y políticas), en estrecha relación a los relaciones de intercambio entre migrantes y la población autóctona. El trabajo de campo estuvo dirigido a lugares de tránsito y más propicios para el encuentro, (la plaza, la esquina y la calle), en afueras de locales de comercio y consumo y a aquellas prácticas socioculturales realizadas en el ámbito público, en una primera instancia de manera espontánea y más tarde programada, con una pauta de registro (Ver Anexo Nº4). Así también se procuró indagar en los espacios privados de uso y/o acceso público (o semipúblicos), frecuentados por la población migrante latinoamericana de cada uno de los Barrios Esmeralda y Ruzafa (Ver anexo Nº5). Desde esta técnica se aborda el OE1 y el OE2. Entrevista: Se realizaron entrevistas a expertos e informantes clave (4) y también entrevistas en profundidad (11). Las primeras se aplican en los dos contextos locales: Santiago y Valencia, las 24 Entre la revisión de documentos secundarios, se recurre a: datos estadísticos del INE (España y Chile) y a Información oficial proporcionada por el Departamento de Estudios Sociales de la Municipalidad de Santiago, correspondientes al Censo 2002 y al Pre- censo 2011. 25 Se acude además a la revisión de información extra oficial, a las redes sociales, prensa y sitios webs de las organizaciones sociales del barrio, para conocer de primera fuente (desde sus actores), la composición y dinámicas actuales del mismo 28 segundas, - y por una decisión justificada más adelante en las limitantes del estudio- solo tienen cabida en el caso de Ruzafa. Entrevistas a expertos o informantes claves: En un primer momento se realizaron 2 entrevistas para el caso español, se recurre a dos fuentes, una académica; relativa a temas de migración, inserción urbana y formas de convivencia ampliamente trabajados en el barrio Ruzafa (AcadémicoUV) y otra relativa a la experiencia y trayectoria de los migrantes en la comunidad valenciana y a las prácticas de asociacionismo migrante, (Asociación Hispano-ecuatoriana Rumiñahui, Delegación Valencia). Ambos entrevistados, cada uno desde su experticia facilitó la aproximación al objeto de estudio en el contexto valenciano26. En un segundo momento, se realizan (2) entrevistas para abordar el OE.3, referido a las actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes, desde la perspectiva de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Para esto se recurre a personalidades del Gobierno local: la encargada del Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago y el Encargado de la Oficina Técnica del Plan Norte Sur, para el caso del Ayuntamiento de Valencia. Entrevistas en profundidad: En el barrio Ruzafa, se entrevista a población migrante latinoamericana- principalmente suramericana- (6), en estas participaron migrantes provenientes de Bolivia, Ecuador, Colombia y, se refleja la diversificación en cuanto a los países de procedencia de los de grupos migratorios residentes en Ruzafa y Valencia. Se aplica esta técnica además con miembros de algunas de las organizaciones de la sociedad civil más representativas de Ruzafa27 (5) (Ver Anexo Nº6) Con esta técnica se aborda el OE1 y OE2 Grupos de Discusión: Se realizan (2) grupos de discusión (Canales, 2006), segmentados por criterios de circunscripción al Barrio Esmeralda (residentes y/o trabajadores), para población migrante como para miembros de organizaciones sociales del barrio y la población autóctona (residentes y locatarios). En ambos se procuró homogeneidad en la elección de los (as) participantes; respecto a similar estrato socioeconómico, edad y sexo. , De esta forma , uno de los grupos contó con la participación de población migrante peruana de Esmeralda28, el promedio de años de los consultados en la comuna alcanza los 8 años, sus 26 Debido a que el contexto chileno es fácilmente abordable, -por la procedencia misma de la investigadora y candidata a Maestra-, no fue necesario recurrir a entrevistas con informantes claves para el caso de Santiago, pues se tiene mayor conocimiento al respecto. 27 Para el caso de Ruzafa se realizan 5 entrevistas a miembros de organizaciones de la sociedad civil de población autóctona con más de 5 años en el barrio. 28 Si bien en un comienzo se intentó incluir a migrantes colombianos para el caso de Esmeralda, pues es un colectivo representativo en la comuna de Santiago, esto no tuvo mayores resultados durante el trabajo de campo. De tal forma que se prefirió no forzar la muestra sino dar cuenta de lo que había. 29 edades varían entre 25 y 50 años, con una media aproximada de 40 años, y la mayoría se desempeña en trabajos de baja cualificación (Ver Anexo Nº7) El grupo de discusión con organizaciones de la sociedad civil y población autóctona no organizada en el caso de Esmeralda, estuvo integrado por 10 asistentes, miembros de algunas organizaciones sociales del barrio (6) y población autóctona no organizada (4), con un promedio de 7 años en el barrio (como residente y/o locatario). Esta media varia en los extremos pues el grupo lo integran vecinos de toda “la vida en el barrio” (de más de 7 años en el barrio, priorizando su involucramiento en las asociaciones) y así también, vecinos nuevos (principalmente locatarios de menos de 4 años en el barrio). Con esta técnica se aborda el OE1 y OE2 Tanto en las entrevistas en profundidad como en los grupos de discusión aplicados, a la población migrante en Esmeralda y Ruzafa, se emplea una misma pauta de preguntas (Ver Cuadro Nº2). Se procuró consultar a población migrante latinoamericana- concretamente suramericana- procedente de las nacionalidades de origen predominantes en cada uno de los barrios, cuidando asimismo, cierta paridad de género entre los entrevistados/as 29. Cuadro Nº 2: Ejes transversales para la recolección de información Entrevistas y Grupo de Discusión a la población migrantes en ambos contextos Barrio Esmeralda Barrio Ruzafa Percepción actual de la sociedad Chilena Percepción actual de la sociedad Española Vida en Santiago/ Condiciones de llegada y habitabilidad Vida en Valencia/Condiciones de llegada y habitabilidad Vida en el Barrio y uso del espacio Público Percepción de espacialidad y barrio Apropiación material del Espacio en la vida cotidiana. (Apropiación económica, socio-cultural y política) Relaciones sociales y sociabilidad Percepciones de las relaciones de intercambio y tipos de sociabilidad entre autoctonos y migrantes Participación social e Involucramiento en el Tejido asociativo PAUTA 2012 VALENCIA PAUTA 2011 SANTIAGO Delimitación del Mapa del barrio desde los actores Percepciones de las instituciones políticas locales. Municipio y Ayuntamiento Percepción de garantías y beneficios para la incorporación Elaboración propia 29 El grupo de discusión en el caso de la población migrante en Esmeralda-Santiago, contaron con la participación de 6 personas, (4 mujeres y 2 hombres). Las entrevistas en profundidad realizadas a la población migrante del cono sur de América Latina, en el caso de Ruzafa-Valencia, también fueron 6 y con la misma cuota de género. 30 Las entrevistas en profundidad, y los grupos de discusión, tienen por objeto el habla, como “el nudo critico en el que lo social se reproduce y cambia” (Canales, 2006). En este caso, el habla de los entrevistados (as) se concibe como “estructuralmente representativo, esto es, relacionado con otros sujetos en clases de orden y de equivalencia, donde el hablar del primero representa al agente nombrado y situado por esas relaciones” (Canales y Binimelis, 1994: 110). La recolección de datos a partir de estas dos técnicas, se organiza de acuerdo a algunos ejes transversales30 en consideración a las tres dimensiones esta investigación (Ver Cuadro Nº1) 1.5.3.- Técnicas de Análisis El problema de investigación se aborda desde dos perspectivas teóricas; la primera referida a la corriente de interaccionismo simbólico que releva la importancia de las interpretaciones y significados sociales que los sujetos asignan al mundo que los rodea, en función de la interacción; con las cosas o con otras personas (Taylor y Bogdan, 1996) y la segunda más cercana a la corriente estructuralista, a fin de reconocer que dichas interpretaciones producidas por las interacciones sociales y simbólicas, se circunscriben a ciertos contextos y/o posiciones, que las estructuran y a su vez inciden en interpretación que los sujetos hacen de sí mismos y del mundo que los rodea. En palabras de Bourdieu (1999) “la posición de un agente en el espacio social se expresa en el lugar del espacio físico en el que está situado y por la posición relativa que sus localizaciones temporarias y sobre todo permanentes ocupan con respecto a las localizaciones de los otros agentes” (pp.120). Con el propósito de indagar en el significado que los sujetos le otorgan a sus acciones y su realidad inmediata y cotidiana, las entrevistas y grupos de discusión, aplicadas a la población migrante y a la sociedad civil autóctona, se abordan a partir de un mapa emic “desde el punto de vista de los actores” 31, que complementa el material recogido mediante la observación en terreno. Desde su interpretación se construye la delimitación subjetiva de cada uno de los barrios, se identifican los puntos de concentración de la población migrante latinoamericana y sus formas de apropiación material del espacio - económica, socio-cultural y/o política- y sus percepciones relativas a las relaciones sociales y sociabilidad entre la población autóctona y migrante. El resultado de este análisis se triangulará con la información recogida en las entrevistas a informantes claves, realizadas a los agentes del gobierno local para ambos destinos. La experiencia de Ruzafa es abordada desde la revisión bibliográfica, pero también a partir de la observación, y entrevistas, estructuradas según las mismas dimensiones y sub-dimensiones que 30 Cabe señalar que el guion de preguntas es más bien flexible, razón por la cual en el transcurso del análisis para el caso de Esmeralda, aparecen elementos que no necesariamente están contemplados en los Ejes transversales para la recolección de información, pero que cobran sentido relevante para comprender la realidad a la cual se enfrenta el sujeto migrante en el caso de Chile. 31 En la idea de contextualizar la conversación y distenderla, al comienzo de cada entrevista se les solicita a los interlocutores identificar los límites de lo que ellos consideraban su barrio, Esmeralda o Ruzafa respectivamente (ya sea mediante la oralidad o desde el dibujo). 31 organizan la investigación, intentando emplear las mismas pautas para la recolección de información en terreno. Se propone contrastar los principales antecedentes y conclusiones recogidas en Ruzafa con los hallazgos de lo acontecido en el caso chileno, en el marco de una relación dialógica entre ambos contextos distintos pero asimismo similares. Ruzafa, se abordará principalmente desde cuatro aspectos: la trayectoria migratoria del barrio, la apropiación material del espacio público de parte de los extranjeros– principalmente latinoamericanos- , la recepción de los vecinos autóctonos – a partir de la aproximación al tejido asociativo del barrio- y las dinámicas de sociabilidad en los espacios públicos. El analizar Barrio Esmeralda a la luz del caso valenciano, apuesta por la búsqueda de patrones comunes que permitan un mayor aprendizaje, enfatizando en las buenas prácticas que se dan en sociedades con una elevada tasa de inmigración como la española y marcada trayectoria en la implementación de políticas y programas orientados a este grupo minoritario. 1.5.4.-Limitantes del estudio y decisiones metodológicas El trabajo de campo de esta investigación tuvo lugar entre 2011 y 2012. En el caso de EsmeraldaSantiago, se realizó en un primer momento entre los meses de julio- septiembre 2011 y en un segundo entre octubre y diciembre 2012. En Ruzafa el trabajo de campo se llevó a cabo entre diciembre 2011 y junio 2012 32. En atención a las estadísticas, desde el periodo que comprende esta investigación comparada (2011-2012) hasta la actualidad 2014, se ha producido un cambio significativo en el panorama migratorio en la ciudad de Valencia. No solo ha disminuido el número total de extranjeros residentes en la ciudad en algo de más de 14.000 habitantes -de 111.415 extranjeros en 2011 a 96.734 en 2014 33-, sino también se observan cambios en términos de la representatividad, proporción y distribución de la población migrante, en el marco de los distritos y barrios de Valencia, y en relación al país y/o continente de procedencia. A pesar de esta situación, se toma la decisión metodológica de conservar los datos estadísticos relativos al contexto temporal en el cual se desarrolló esta investigación (2011-2012), pues lo cierto es que más allá de otorgar un panorama general, su variabilidad no incide mayormente en el trabajo exploratorio a nivel micro ni en el imaginario social del barrio. Para el caso de Ruzafa, más allá de los datos - que evidencian que la población migrante residente (13,7% de extranjeros) sigue superando al de la media valenciana al 2014 (12,3% de extranjero)- existen otros elementos 32 Es preciso señalar que la segunda aproximación al terreno en el caso de Esmeralda, responde al propósito de complementar y actualizar las indagaciones recabadas en la primera oportunidad, y como un ejercicio más reflexivo en torno a la información conseguida en Ruzafa, (durante la estadía de la investigadora en Valencia, como alumna del MCAD 2011-2012 Especialidad Movimientos Migratorios y Codesarrollo) 33 Cifras consideradas para una población total en Valencia de 800.469 habitantes en 2011, versus los 787.301 en 2014. Según datos recientes de los Documentos e Informes Estadísticos, (Nº 64) Área de Dinamización Económica y Ocupación, de la Oficina de estadísticas del Ayuntamiento de Valencia. Disponible en línea: www.valencia.es/estadistica. 32 más de carácter cualitativo –bastante documentados- que hacen de éste, un barrio de migración y multicultural por excelencia, como: la trayectoria migratoria, la concentración de población migrante que no solo reside sino que frecuenta el sector – como centralidad migrante- y el peso de la historia asociativa y reivindicativa del mismo, entre otros. Entre las principales limitantes del estudio en el caso de Santiago, cabe mencionar el repentino cambio fisonómico del espacio donde este se emplazó y de la población residente. Esto nos remite al hecho de que gran parte de la población migrante, que formó parte de esta investigación, en el Barrio Esmeralda ya no están ahí. A mediados del 2012 34, la mayoría de las propiedades antiguas, subdivididas y subarrendadas del Pasaje Colonial, que – como se desarrolla más adelanteservían de vivienda para migrantes dominicanos y peruanos en menor medida, fueron vendidas para la construcción de un proyecto de educación. Lo mismo ocurrió, con la edificación antigua frente a la Plaza del corregidor, habitado principalmente para los migrantes peruanos del barrio, la cual fue refaccionada y destinada al rubro de la hostelería, y el diseño. Este hecho, además de cambiar el entorno mismo del barrio de un año a otro, pone de manifiesto un proceso gentrificador que se traduce en traslado obligado de los migrantes del Barrio Esmeralda, no así del centro histórico de Santiago que lo contiene. Por otro lado, y referido a las técnicas de recolección de información, en principio se decide realizar grupos de discusión como la metodología más pertinente para abordar el OE.1 y OE.2 referido a la población migrante y autóctona en ambos barrios. Sin embargo, al llegar al contexto valenciano esta opción se descarta, debido a que no se dieron las condiciones materiales para el caso español (en cuanto al tiempo, gestión, recursos, entre otros). Por esta razón, se opta por realizar entrevistas en profundidad en Ruzafa, basadas en la misma pauta de preguntas que guiaron los grupos de discusión realizado en Santiago. Si bien son dos instrumentos distintos, comparten un matriz cualitativa, orientada al enfoque del investigado, a la subjetividad, al habla como “objeto y objetivo de investigación” pues es en ese “decir” donde el orden social y la subjetividad se articulan: la sociedad se subjetiviza y la subjetividad se socializa” (Canales, 2006) Asimismo, para abarcar el OE2, en principio se propone trabajar solo con organizaciones de la sociedad civil de población autóctona en ambos contextos. Si bien para el caso de Ruzafa, esto se consigue sin mayores problemas, debido al nutrido tejido asociativo del barrio, para el caso de Esmeralda esta posibilidad se vio restringida35, optando finalmente por incluir en la muestra a población autóctona, no necesariamente organizada. 34 Fecha en que la investigadora retorna a Santiago de Chile y al trabajo de campo en Esmeralda. No hay muchas organizaciones de la sociedad civil en el barrio Esmeralda, de las que figuran en el registro de organizaciones facilitado por los datos del Municipio de Santiago- la mitad están inactivas y el resto son más bien nuevas o están en proceso de conformación. 35 33 2.- MARCO TEÓRICO Lo siguiente, está referido a los principales fundamentos teóricos a partir de los cuales se sustenta esta investigación social desde un contexto más general. Cabe mencionar, que este marco teórico se va concretando a medida que se ingresa a los distintos apartados que constituyen este trabajo. 2.1.- La figura de la alteridad/diferencia en el vínculo social La sociedad entendida según Simmel et al. (2012) es la suma de "acciones recíprocamente orientadas" en constante flujo y movimiento. Estas acciones reciprocas como formas de socialización, van tejiendo hilos invisibles que tienden a generar vínculos entre unos y otros, los que por un lado condicionan las acciones individuales y asimismo son condicionados por las mismas – por las consecuencias de las acciones otros-. De aquí que la construcción de la cohesión social implique necesariamente una relación con la alteridad. El objeto de su teoría social se centra en aquellas formas sociales de reciprocidad, a partir de las cuales los contenidos individuales se vuelven “sociales” (Penchaszadeh, 2008). Existen tres a priori que posibilitan la sociedad como "acciones recíprocamente orientadas": los tipos sociales, la unión fenoménica del individuo con su entorno social objetivo y la insociable sociabilidad humana. (Simmel, 1986:4). El primero alude a la necesidad individual de construir tipos sociales respecto de los otros y de nosotros mismos, es a partir de este procedimiento que “nos es dado convertir a cada fragmento en un tipo general y evaluarnos a nosotros mismos a partir de una personalidad ideal” (Penchaszadeh, 2008), la cual por lo demás, nunca aparecerá en su estado puro. El segundo tiene relación con la unión fenoménica del individuo con su entorno social objetivo, es decir con la armonía entre el individuo y la sociedad “mediante la unión fenoménica inmediata del destino individual con el todo social”, de aquí que toda practica individual deviene en social, y en esta se impregnan los elementos propios de la estructura social que lo determinan. El tercer a priori de la socialización se refiere a la idea de la insociable sociabilidad humana, según la cual el individuo como elemento social “nunca se integra y se orienta absolutamente a la sociedad; una parte de él queda necesariamente excluida de ella” (Penchaszadeh, 2008:53). En este tercer a priori, conviene adentrarnos en la figura del extranjero como relación con la alteridad, en la cual opera simultáneamente una unión hacia el interior, y un cierre hacia el exterior (Simmel, 2002:50). El otro de oposición similar o diferente se presenta como un elemento necesario para la “constitución del nosotros” independientemente de que “coincidencia y diferencia, son las dos grandes tendencias que atraviesan el desarrollo interior y exterior de la unidad social”, la diferencia adquiere un papel más significativo pues “ilumina los hilos de la trama identitaria” 34 (Penchaszadeh, 2008:54). Desde esa distancia con el otro se va configurando lo que no somos, por ende lo que somos. Simmel (1986) rescata a Kant, quien define el espacio como: “la posibilidad de la coexistencia”. Desde el ámbito del espacio, como determinación fundamental “de la condición y del sentido de las relaciones con el hombre”, la figura del extranjero se presenta como la “síntesis de lo próximo y lo lejano” donde “la distancia, dentro de la relación, significa que el próximo está lejano, pero el ser extranjero significa que el lejano está próximo” (Simmel, 1986, pp. 716-717). No necesariamente la proximidad física deviene en vinculación social, así como tampoco el alejamiento físico se traduce en la no vinculación. La dualidad proximidad y lejanía en relación a esta figura de la alteridad se expresa en términos de la similitudes y diferencias, en este sentido el carácter móvil del extranjero, con sus cualidades propias y diferentes a las del grupo de referencia, si bien puede entrar en contacto de manera ocasional con este, no está “orgánicamente ligado al mismo”. En palabras de Simmel: “El extranjero nos resulta próximo en la medida en que sentimos que compartimos con él una misma naturaleza nacional, social, profesional o genéricamente humana. Pero también nos resulta distante en la medida en esos mismos rasgos no pertenecen sólo a él y a nosotros sino que son propios de muchas más personas… Pero en el juego entre cercanía y distancia se produce una tensión específica en la medida en que la conciencia de compartir lo genérico acentúa todo aquello que no se tiene en común. (Simmel, 2012:25) Como tal el extranjero esta al mismo tiempo próximo y lejano, entre estos dos elementos se produce una tensión particular, la conciencia de no tener de común más que lo general, hace que se acentúe especialmente lo no común. Al respecto, este cabe señalar dos dimensiones relativas a la configuración de identidad por diferencia: una se logra mediante fronteras externas, lo que da como resultado la no-pertenencia a un determinado grupo, la otra se produce mediante fronteras internas, relacionada a la exclusión dentro de un determinado grupo (Penchaszadeh,2008) . Mientras la primera aparece ejemplificada en Simmel (1986) a partir de la figura del bárbaro (extranjero exterior), como una relación de negación, basada en la distancia y diferencia, pues con este no se tiene ninguna similitud. La segunda es posible identificarla en la del esclavo-excluido (extranjero interior). La frontera externa, es posible comprenderla desde la figura moderna del Estado – Nación. Esta ópera a partir de un procedimiento de “ponderación hegemónica de las diferencias para la constitución de la “nacionalidad” y, luego, de la “ciudadanía” (Bauman, 1996:107). En palabras de Penchaszadeh, (2008) “la frontera externa regula y determina, en las sociedades capitalistas, la participación de los individuos; pone en juego una serie de implicancias “reales” asociadas a la ciudadanía, en la medida en que abre (y cierra) ámbitos de acción legítimos y protegidos para los nativos” (pp: 56). La identidad nacional opera en base a una lógica que privilegia el orden, lo 35 homogéneo y define lo que está adentro, en oposición a la figura del caos, lo heterogéneo y el afuera. Los Estados nacionales modernos, asumen la consolidación de una identidad nacional, como “comunidad imaginada” (Bauman, 2002:52). Una identidad colectiva, como un discurso unificado que oculta o bien niega la diferencia, a cambio de la construcción de una imagen sólida (Kymlicka, 1996). En este contexto, el extranjero se encontraría determinado por las fronteras externas, por las leyes de los Estados Nacionales mantiene una relación social negativa, de no pertenencia al grupo (Beck, 1995 en Penchaszadeh, 2008:57) Por su parte como frontera interna, el extranjero o extraño en Beck (1995) esta vez al interior, está condicionado por las leyes que rigen los Estados Nacionales antes expuestos, se presenta como “exclusión en la inclusión dentro de ellas”. El extraño al resistirse a la categorización social, atenta contra el conjunto de construcciones sociales que establecen las diferencias y las distancias (Beck, 1995 en Penchaszadeh, 2008:57).De aquí su papel protagónico en la configuración de la identidad, esta vez como “enemigo interno”, pues por un lado es parte del conjunto social, y por otro se halla “por fuera y enfrente”. En el extranjero de Simmel -como una de las formas sociales posibles en la relación con la alteridad- la diferencia cobra un papel relevante en la constitución de la sociedad, convirtiéndose en el núcleo de análisis de los vínculos sociales (Willadino, 2003).Para este autor, la modernidad es definida como excluyente por naturaleza, esto queda en evidencia a partir de las formas que asume la interacción social al interior de los centros urbanos, caracterizados por el debilitamiento del lazo social, por una “exacerbación de las diferencias y la intensificación de las relaciones sociales marcada por el cálculo racional, la desconfianza, la hostilidad, el conflicto, la extrañeza generalizada, o bien por la indiferencia” (Willadino, 2003:13). La diferenciación e individualización se agudizan, complejizando la consolidación de la cohesión social que se construye necesariamente en el campo de la alteridad. 2.2.- Inmigración como proceso constitutivo de la globalización Giddens (1994) se refiere a la globalización, como un efecto de la radicalización propia de las “consecuencias de la modernidad”. Como un proceso desigual de desarrollo -que fragmenta al mismo tiempo que coordina- ésta, va introduciendo nuevas formas de interdependencia mundial, que se traducen en formas de riesgo al tiempo que promueven posibilidades de largo alcance para la seguridad global. La radicalización de la modernidad, así como sus dinámicas intrínsecas derivan entre otras cosas de: la separación del espacio-temporal, el desanclaje de los sistemas sociales y la reflexividad institucional. 36 En la modernidad (radicalizada para Giddens, 1994), se separa la figura del espacio y el lugar, ahí donde este último se refiere exclusivamente al carácter local de los asentamientos físicos y geográficos específicos, la noción de “espacio” involucra acciones sociales que pueden desarrollarse en lugares muy distintos y distantes pero directamente relacionados por determinada actividad. El desanclaje”, se define como “el despegar de las relaciones sociales de sus contextos locales de interacción y reestructurarlas en indefinidos intervalos espacio temporales” (Giddens, 1994). Estos mecanismos de desanclaje, posibilitan la reorganización de las relaciones sociales; reduciendo la distancia espacio-temporal y fomentando las relaciones entre ausentes. Como consecuencia de estos dos elementos se tiende a propiciar la capacidad reflexiva propia de la modernidad, a partir de “la revisión del camino seguido por nuestras sociedades” (Giddens, 1994:32), como formas de reordenamiento reflexivo de las relaciones sociales y las acciones de los individuos y grupos. Por su parte, Bauman (2000) desde su concepto de modernidad liquida, confirma que la “irrelevancia del espacio disfrazada como la aniquilación del tiempo”, es uno de los elementos característicos de esta época. La figura del tiempo se difumina en las conexiones instantáneas a escala global y la figura del territorio, pierde el valor antes asignado al componente estratégicomilitar, económico, simbólico. En la globalización se radicalizan los “rasgos institucionales de la modernidad”, además de la transformación espacio-temporal, y la desvalorización del territorio y la vida cotidiana, se modifican elementos constitutivos de las sociedades modernas como la economía, el Estado y el papel de las fronteras. Al respecto, Sassen (2003), afirma que la inmigración es un proceso constitutivo de la globalización, “de la actividad económica, de la actividad cultural y de la formación de identidad” (pp.17). A partir de este proceso, se instituye una economía política transnacional vinculada a la nueva comprensión de la economía política y la centralidad del lugar -neutralizado por la “hipermovilidad del capital” y dichas comunicaciones globales. El proceso de inmigración y la diversidad de ambientes culturales asociados a la etnicidad como alteridad-diferente, son representaciones de la globalidad que le otorgan un nuevo sentido a la irrelevancia del espacio y la desvalorización del territorio (Bauman, 2000). A partir de estas ‘otredades’, “los elementos globales son localizados, los mercados internacionales de trabajo son constituidos y las culturas de todo el mundo son desterritorializadas y reterritorializadas” (Sassen 2003:29). La ciudad global, se presenta como un lugar estratégico tanto para las “operaciones políticas y económicas desplegadas por los principales sectores del capital”, como también para gran parte de los trabajadores en desventaja, pues “les permite ganar presencia para poder emerger como sujetos”. La figura de la alteridad en los sujetos en desventaja (mujeres, inmigrantes y las personas de color) es su condición de exclusión y desarraigo, debido a que sus “identidades 37 no están necesariamente incorporadas a la ‘nación’ o a la ‘comunidad nacional’”. (Sassen, 2003:17) Tanto el crecimiento del sistema económico global como los procesos transnacionales, generan determinadas condiciones que transforman el papel del Estado en cuanto a su soberanía y agente regulatorio, por efecto de relocalización de varios componentes de la autoridad estatal en supra organizaciones (UE, OMC, entre otras) y el régimen transnacional del capital privado en las transacciones comerciales transfronterizas. Es esta reconfiguración del Estado la que “trajo consigo un transnacionalismo de facto en el manejo creciente de los temas inmigratorios” (Sassen, 2003:38), dando como resultado la configuración e implementación de nuevas políticas migratorias. La frontera y el individuo como sitios de la observancia regulatoria son según Sassen (2003) los ejes que articulan la política migratoria en la mayoría de los países “altamente desarrollados”. Mientras la primera se sustenta en la regulación de la inmigración desde la “soberanía del Estado y el control de las fronteras”, ejerciendo desde la política migratoria toda su autoridad sobre los individuos, la segunda tiene relación con la comprensión de la inmigración como una consecuencia de las acciones individuales. A pesar de la evidencia de que la cuestión migratoria se constituye mediante “dinámicas económicas transnacionales y geopolíticas mayores” (Sassen, 1998), esta postura evade la responsabilidad de los Estados involucrados, debido a que el país receptor es considerado un agente pasivo no implicado en el proceso de emigración. De aquí que la inmigración según la autora, sea “parcialmente un resultado de las acciones de los gobiernos y de los principales actores económicos privados de los países receptores” (Sassen, 2003:40) 2.3.- Modos de incorporación de los migrantes los contextos receptores y modelos de gestión de la diversidad La incorporación referida a los contextos receptores en el campo de las migraciones internacionales, tal y como se aprehende en este estudio, se refiere a la inserción de la población migrante a las sociedades de acogida, desde un enfoque bidireccional y multidimensional (Portes y Böröcz, 1998). Bidireccional, porque involucra el mutuo ajuste entre la población inmigrada y la población autóctona. Multidimensional porque comprende distintas esferas en el asentamiento de los flujos migratorios contemporáneos, que ya no recaen única y exclusivamente en el sujeto migrante, pues involucra tanto a los gobiernos de los países receptores (a sus actitudes y decisiones), como a la población autóctona que rodea a los inmigrantes. De acuerdo a lo expresado por Torres (2011), la sociedad de acogida, incorpora a su vez una serie de modificaciones de carácter normativo, institucional e ideológico para facilitar dicho proceso de incorporación. 38 La incorporación en Portes y Böröcz (1998) esta desprovista de la carga valorativa- normativa propia del termino integración, que en su versión más “asimilacionista, lineal y unilateral” (Torres, 2004) atribuye responsabilidad exclusiva a las acciones individuales de los/las migrante en el proceso de “adaptación” a la sociedades receptoras. La incorporación, más que comprenderla como un punto de llegada o un fin en sí mismo, se la entiende como un proceso Los autores, hacen referencia a los modos de incorporación de los inmigrantes en las sociedades de acogida, a partir de tres factores determinantes: las condiciones de salida, el origen de clase y los contextos de recepción. Las condiciones de salida, tienen relación con el contexto, político y social propio del país de procedencia de los/as migrantes como “condiciones políticas” que influyen de manera significativa sobre los modelos posteriores de asentamiento (Portes y Böröcz, 1998:56). El origen de clase, actúa como determinante en la posible incorporación que estos puedan conseguir en destino, pues esta última estaría condicionada por la posición socioeconómica del sujeto migrante en la sociedad de origen. Los contextos de recepción por último, tienen relación con los aspectos políticos, sociales económicos y normativos que van determinado las oportunidades y formas que adquiere la incorporación en destino. Tres dimensiones inciden y enmarcan la situación con la que los nuevos inmigrantes se encuentran en los contextos de recepción: la actitud de los gobiernos de los países receptores, los patronos y la población nativa que rodea a los inmigrantes y las características propias de los estos últimos. (Portes y Böröcz, 1998: 59). Es posible identificar asimismo, tres tipos ideales respecto a la recepción en las sociedades de acogida: contextos poco favorables, medianamente favorables e idóneos para la inmigración. En función de la conjugación y comportamiento de estos tres factores, la incorporación de los migrantes, puede ser más inclusiva o por el contrario tornarse más excluyente. En contextos receptores poco favorables desde el “aparato gubernamental”, el sector empresarial y la población autóctona, la migración tiende a ser mayoritariamente clandestina y temporal. Desde esta situación, caracterizada por políticas migratorias represivas, se tiende a propiciar la irregularidad y a dificultar el acceso a los derechos en la sociedad de destino. El endurecimiento de las fronteras más que limitar la llegada de nuevos migrantes, empeora sus condiciones de vida, acrecentando los niveles de pobreza y vulnerabilidad en estos grupos y llanamente bloqueando las posibilidades de movilidad social de estos. (Portes y Böröcz, 1998). La nula o limitada responsabilidad de los gobiernos de las sociedades de acogida ante la inmigración, en este tipo de contextos, afecta también a las representaciones que los distintos 39 actores sociales elaboran respecto de la población migrante, convirtiéndose estos en escenarios propicios para actitudes discriminatorias y racistas por parte de la población nativa. Podríamos decir que desde esta construcción del sujeto migrante por omisión, emerge la figura del extranjero (Simmel, 1986) como aquel negado y relegado a la no pertenencia -desde el aparato gubernamental. En condiciones de recepción medianamente favorables, la migración esta de cierta forma permitida y regulada. No existe un incentivo a la inmigración por parte de los Estados, ni tampoco “estereotipos importantes” por parte de la población nativa relacionados con las características de los inmigrantes (Portes y Böröcz, 1998: 60). En este escenario, más bien neutro, y sobre una base de respeto a los derechos de los migrantes, se posibilita la libre competencia “individual” en igualdad de oportunidades profesionales y económicas con la población autóctona, en función exclusiva de sus capacidades, “niveles de educación y habilidades personales” y sus atributos meritocráticos. El contexto receptor considerado como el más idóneo, es a la vez el tipo ideal por excelencia, y por ende el más difícil de llevar a la práctica. Este se da cuando los migrantes cuentan con la asistencia activa del gobierno de acogida y en general con actitudes positivas de la población nativa. En esta situación, “los recién llegados tiene oportunidades sumamente favorables para capitalizar sus habilidades y su experiencia, de tal manera que pueden verse mejor recompensados aún que los nativos” (Portes y Böröcz, 1998: 60). En este escenario, el papel del gobierno resulta primordial para el proceso de incorporación de los migrantes a las sociedades receptoras. El recorrido anterior por los tipos ideales de los contextos de recepción, evidencia el papel protagónico de aparato gubernamental y las políticas de las sociedades de acogida, en la incorporación de los migrantes. Como los principales responsables en; la extensión de derechos económicos, sociales, y culturales a estos colectivos, y de brindarles las condiciones necesarias para su normalización en el acceso a los servicios básicos de salud, educación, vivienda y seguridad social (Portes y Böröcz, 1998; Canales y Montiel, 2005; Cachón, 2009). En sus decisiones, actitudes y voluntades políticas descansa principalmente la posibilidad de responder a la figura de la alteridad/ diferencia desde la inclusión, y reconocer a aquellos actores que sufren la triple exclusión: discriminación cultural, exclusión socioeconómica y marginación de los mecanismos de representación y participación política” (Calderón, F. et al. Año, p.105). Pues, la consolidación de la cohesión social en sociedades cada vez más multiculturales, se construye necesariamente en relación a la alteridad, en el campo de la relación con el otro, negado o excluido en la forma social del extranjero. 40 El tratamiento de la migración por parte del aparato gubernamental y las políticas de los contextos, es posible identificar dos modelos de gestión de las migraciones característicos, que responden a un conjunto de “ideologías, políticas y prácticas”, adoptadas por las decisiones de los agentes del gobierno y las instituciones. Integración de la población migrante a las sociedades de acogida por; asimilación y diferenciación o multiculturalismo (Giménez, 2003; Torres, 2004) La integración por asimilación, radica en la adopción de los valores y símbolos nacionales de la cultura hegemónica y la renuncia/ sumisión de su diversidad cultural (alteridad/diferencia). Este ejercicio de desprendimiento de su identidad cultural diferenciada y afiliación a la “identidad nacional” se convierte en valor de cambio, al otorgarle a los migrantes mayores posibilidades de integración social y económica y de movilidad ascendente, al menos teóricamente36. Asimismo se presenta como una forma de resguardar la cohesión social de la misma, entendida según preceptos de lo homogéneo y universal. La integración por diferenciación o multiculturalismo 37, por su parte, se sustenta en el principio de igualdad, de no discriminación y/o aceptación del otro, y en el respeto a las diferencias (Giménez, 2003). En este modelo, el Estado y sus instituciones se encargan de proteger la cultura de la población migrante, al mismo tiempo que promueven su participación en la sociedad de recepción. Los principales cuestionamientos al enfoque multiculturalista, confluyen en la insuficiencia de este como proyecto de cohesión social, debido- entre otras cosas -a la tendencia a la “guetización” como consecuencia del resguardo de la diversidad cultural (grupos étnicos o migrantes). Esta última se convierte al mismo tiempo en objeto de protección pero también de reclusión pues lo aleja de toda posibilidad de generar interrelaciones entre los diversos grupos que coexisten en un mismo territorio. Por su parte, Torres (2011) constata que la tan anhelada “Inclusión de los migrantes” debe responder a: la Integración social y la gestión de la diversidad cultural (de manera respetuosa y adecuada). Ambos elementos son centrales para la “buena integración” entendida como la “clave” para la “sociedad deseable que se pretende construir”, en base a: “la igualdad de derechos obligaciones, el reconocimiento del pluralismo cultural y la incidencia en la interacción, la interrelación y la interculturalidad como base del funcionamiento social y construcción del nosotros” (Torres, 2011:55) 36 En la práctica, la experiencia da cuenta de que se produciría un efecto contrario, pues aumentan las diferencias y las dinámicas sociales de exclusión tienden a etnificarse. 37 “El término multiculturalismo se utiliza en diversos sentidos. Multiculturalismo como hecho, constatación empírica del creciente pluralismo cultural. En otros casos, multiculturalismo designa las políticas aplicadas por gobiernos y administraciones. En tercer lugar, multiculturalismo hace referencia a un proyecto normativo que considere “el pluralismo cultural como principio jurídico y político” (Torres: 2004:13) 41 Parafraseando a Giménez, el enfoque intercultural, como un tipo ideal de integración vendría precisamente a llenar el vacío dejado por el multiculturalismo, a partir de “su énfasis en el terreno de la interacción entre los sujetos o entidades culturalmente diferenciados”. (Giménez, 2003). Para referirnos a la incorporación desarrollada desde el nivel local, se acopia el término 38 “inserción urbana” , de Torres (2006) comprendida como: “el proceso de paulatina incorporación de los inmigrantes a la ciudad como vecinos, trabajadores, consumidores y usuarios de los servicios públicos” (pp.3). La inserción social de los sujetos migrantes supone un posible reconocimiento en términos del acceso al “derecho a los servicios sociales, sanitarios y escolares”. En función del tipo de reconocimiento, la inserción puede adoptar formas más inclusivas y excluyentes, dejando en evidencia que ésta no necesariamente se traduce en “integración social”, pues otros factores como el “aislamiento e incluso rechazo social hacia quienes se insertan” además de la ausencia de reconocimiento, configuran una inserción desde la exclusión (Torres, 2007). Moncusí y Llopis (2008) en base a las investigaciones realizadas por Torres (2007) y Martiniello (1995), proponen cinco dimensiones características de la inserción social como proceso multidimensional: normativa, de sociabilidad, sociocultural e identitaria, socioeconómica y espacial y de tres escalas o niveles (micro, meso y macro). Con el propósito de aproximarnos al objeto de estudio de esta investigación, nos centraremos en dos dimensiones estrechamente relacionadas: La dimensión espacial y la de sociabilidad 39 La dimensión espacial se relaciona con “la ubicación de las personas en un entramado urbano construido como espacio a través de los usos y experiencias de quienes transitan por sus espacios públicos (Delgado, 2007 en Moncusí y Llopis; 2008). De acuerdo a lo expresado por Moncusí y Llopis (2008) esta dimensión, tiende a “condicionar la generación y mantenimiento de tramas relacionales y la Copresencia con personas de distinta condición, en distintos campos consumo, uso de servicios y espacios públicos-“(pp.97) En este sentido, la dimensión de las formas de sociabilidad resulta fundamental porque son las relaciones sociales las que le otorgan sentido a la realidad. Ahí donde esta se comprende necesariamente en relación a la otredad. Las acciones de reciprocidad propiciada por los vínculos 38 Una de las principales distinciones entre el concepto de integración y el de inserción, radica en que mientras el primero atiende a elementos normativos (como la plena ciudadanía, la igualdad de derechos y obligaciones y la interculturalidad, entre otras cosas) El segundo responde más bien a un “proceso social” en términos facticos, que comporta una relación entre dos partes. ( Torres, 2006) 39 Cabe mencionar que ambas dimensiones de la inserción social de los migrantes como un proceso multidimensional , se desarrollan con mayor profundidad en la siguiente sección NºXX 42 y relaciones sociales, se concretan en el espacio público, y en los diversos usos de este por parte de los grupos que ahí convergen, se visibilizan y expresan la mayor o menor relación entre estos (Moncusí y Llopis, 2008) 2.4.- Espacio público socio- urbano, Apropiación y Sociabilidad Independientemente de qué tan complejamente articuladas se vuelvan las sociedades, con la transnacionalización de los flujos económicos, políticos y culturales, según Smith y Guarnizo, (1998), la construcción social del ‘lugar’ “todavía es un proceso local de elaboración de significados, especificidad territorial, control judicial, y desarrollo económico” independientemente (Smith y Guarnizo, 1998:12). A lo largo de este apartado teórico hemos definidos algunos elementos propios de la configuración actual de las sociedades globalizadas, que sirven para distinguir la figura del espacio respecto del lugar, desde el ámbito de las ciencias sociales. Interesa particularmente enfatizar en cómo este el espacio deviene en lugar por efecto de su apropiación. La definición kantiana de espacio, resulta pertinente e ilustrativa para distinguirlo, de las condiciones de estabilidad y de univocidad más propias del lugar, entendido como espacio practicado por los sujetos (Delgado, 2007). En palabras de Kant (1978) ”El espacio es pues, considerado como condición de posibilidad de los fenómenos, no como una determinación dependiente de ellos, y es una representación a priori en la que se basan necesariamente los fenómenos externos” (pp.68) A diferencia de esta definición más abstracta y pura del espacio a priori, y externo (Kant, 1978), es de interés profundizar en la figura del espacio urbano, como forma radical de espacio social, como “escenario y producto de lo colectivo” a través de los usos y experiencias de quienes lo transitan. El espacio urbano, existe producto de un determinado sistema de relaciones sociales, protagonizadas por individuos que no necesariamente se identifican con el mismo. Más bien se trata de un espacio que requiere ser llenado por la acción constante de sus usuarios que reinterpretan una y otra vez la forma urbana en cuanto acceden a ella y la caminan, “como experiencia masiva de dislocación y del extrañamiento” (Delgado 2007). Lo urbano como “obra perpetua de los habitantes, a su vez móviles y movilizados por y para esa obra” (Lefebvre, 1978), tiene lugar en la ciudad, entendida “como un asentamiento humano en el que los extraños tienen probabilidades de conocerse”, (Sennet, 1977 en Bauman, 2002: 102). El espacio urbano se presenta como un tener lugar de los cuerpos que lo ocupan en extensión, y en 43 tiempo” (Delgado, 2007:13), como relaciones entre objetos, desprovisto del sentido de pertenencia y de la construcción social del mismo producto de las prácticas sociales. Por su parte el lugar, a diferencia del espacio socio-urbano, adquiere cualidades de estabilidad, estancia y especificidad (De Certeau, 1999), lleva implícito un carácter simbólico que alude a un sentido de pertenencia y propiedad, como producto de la subjetivación del objeto. En este punto conviene precisar los conceptos de barrio, espacio público socio-urbano y apropiación, a partir de los cuales se posiciona esta investigación referida a las formas de apropiación del espacio público socio-urbano por parte de la población migrante en barrios multiculturales. Ante la fluidez e inestabilidad de las interacciones sociales características de la modernidad liquida como representación de cambios y transitoriedad en la realidad social (Bauman, 2000), la noción de barrio adquiere relevancia no solo desde su acepción espacial como “variable más tangible que comprende los limites e identificaciones de lugares concretos” (Gravano, 2003:255), sino también, a partir de su acepción social, referida al carácter significante de éste, a las representaciones que los sujetos se hacen del espacio y al tipo de relaciones sociales que se establecen entre sí. (Gravano, 2005) Desde los estudios urbanos de la Escuela de Chicago, Lynch (1985) señala al barrio “como un espacio que habitualmente se define y al que se le da un nombre, y en cuyo interior la gente encuentra relativamente fácil el cerrar filas cuando la cosas se ponen feas. Esta comunidades vecinales existen en las mentes de los habitantes de la ciudad, y a menudo, todo el mundo está bastante de acuerdo sobre cuáles son sus frontera y sus características estereotipadas” (Lynch, 1985:178) En este sentido, el concepto de barrio se comprenderá a partir de los imaginarios sociales y las delimitaciones subjetivas propias de quienes lo habitan: población migrante y autóctona. Por su parte, entenderemos al espacio público socio-urbano “como el espacio físico socialmente conformado por ser accesible a todos, susceptible de diversos usos, y que implica una Copresencia entre desconocidos”, referida a una interacción “superficial, ocasional y banal”. (Torres, 2008:369). Los espacios públicos como la calle, la esquina y la plaza, son propicios para “socialización en la diferencia y la relación con extraños”, favorecen los intercambios y la interacción social entre los diversos grupos que confluyen en estos y así mismos las limitan, pues “todo espacio expresa jerarquías y distancias sociales” (Bourdieu, 1999). Una serie de normas tacitas constitutivas de la urbanidad, regulan el cuadro de interacciones posibles en este, a partir de formas adecuadas de gestión de la proximidad-distancia con desconocidos, dependiendo de los contextos, usos y situaciones (Torres, 2008:370). 44 En palabras de Torres (2008) “Los inmigrantes llegan a unos espacios ya conformados socialmente, con unos códigos de uso, significados y conductas. Sin embargo, no son simples usuarios pasivos sino que desarrollan estrategias, un conjunto de actuaciones y prácticas para conseguir un uso y apropiación de los espacios públicos adecuados a sus necesidades” (pp. 373) El concepto de apropiación del espacio, ha sido ampliamente desarrollado (Lefebvre, 1971; Sansot, 1976, Pol, 1996; Castles y Davidson; 2000), a partir de las diversas acepciones otorgadas al mismo, podríamos definirlo en primera instancia como una acción de transformación a partir de la práctica del espacio en el ámbito cotidiano, que en ocasiones se traduce en procesos de identificación, de significación interactiva, y sentido de pertenencia para los sujetos que lo practican. La apropiación del espacio público, entendida según Pol (1996) es “la causa de nuevas acciones y transformaciones sobre el espacio, y al mismo tiempo el efecto de las modificaciones en los procesos de identificación” 2.4.1.- Apropiación del espacio público Lefebvre, desde el ámbito de la sociología urbana afirma que la acción de los grupos humanos sobre el medio natural o material se regula en base a la dominación y a la apropiación. En el primer caso, mediante operaciones técnicas, el ser humano es capaz de arrasar la naturaleza y dominarla, sustituyéndola por sus productos tecnológicos. El segundo caso el medio no se sustituye sino que se transforma. En este sentido, “La apropiación es el objetivo, el sentido, la finalidad de la vida social” (Lefebvre, 197: 165) Por su parte Sansot (1976) también desde la disciplina sociológica, enfatiza en el componente identitario de la apropiación consignado en la práctica del espacio, en la posibilidad de apropiación como agente de transformación de la realidad social, la vida cotidiana y como un proceso de identificación, pues según el “solo nos apropiamos con aquello que nos identificamos” (Sansot, 1976 en Pol, 1996) Al respecto, Pol (1996) identifica dos componentes principales en la figura de la apropiación como proceso cíclico y circular; uno comportamental y otro simbólico. Estos pueden entenderse como una relación secuencial, desde una apropiación por acción – transformación a una apropiación por identificación más elaborada, vinculada a las acciones de reciprocidad con la alteridad, a la interacción con los otros. “pero que a su vez en sus aspectos interactivos, deviene en uso del espacio, conducta territorial y por tanto acción - transformación (Pol, 1996:53). De acuerdo a la teoría del interaccionismo simbólico, “los seres humanos construyen su realidad a partir de la significación que otorgan a la experiencia social”. Así podríamos decir que la 45 apropiación deviene plenamente social en cuanto la creación de un espacio con significación para el sujeto individual – o grupo-, o la identificación con el lugar preexistente, es reconocida o matizada en la interacción con el colectivo referente” (Pol, 1996:51) A partir de los antecedentes entregados en torno a las diversas acepciones de la apropiación, distinguiremos entre apropiación material y apropiación simbólica del espacio público. Mientras la apropiación en términos materiales para la experiencia del sujeto migrante, implica una transformación objetiva de los lugares ante los ojos de la sociedad autóctona -apropiación primaria, como acción- transformación-. La apropiación en sentido simbólico, afectaría a la forma que tienen los propios migrantes de concebir y abordar el espacio- apropiación por identificación, interacción y/o sentido de pertenencia (Castles y Davidson; 2000; Thayer, 2008:195). Recordemos que el espacio deviene en lugar por efecto de su apropiación temporal o cíclicamente, por parte de la experiencia de los sujetos. Por tanto, las formas en que los migrantes hacen uso y posiblemente se apropian del espacio 40 ponen en evidencia este proceso de imbricación entre espacio y lugar, como el paso desde un “espacio vacío” al devenir del lugar con sentido” (Pol, 1996:45). 2.4.2.- Sociabilidad Simmel (2002), comprende a la sociedad como una “realidad dual”, conformada por dos dimensiones; los individuos y sus intereses, este hecho que vendría a explicar la tendencia casi natural de los hombres y mujeres hacia la interacción social. Según el autor “la mayoría de las relaciones humanas se pueden considerar como un intercambio” pues es la acción recíproca más pura y más elevada de la vida humana, en la medida en que ésta ha de ganar sustancia y contenido” (Simmel 2002:113). Además del intercambio, Simmel (2002) distingue tipos sociales en la figura de la interacción social entre ellos: la subordinación, la supraordinación, el conflicto y la sociabilidad. Es esta última la que se arraigada en el “carácter relacional de los individuos, con énfasis en la “dimensión asociativa”, vendría a trascender la dimensión más instrumental del interés, pues además de posibilitar la relación entre el individuo y sus semejantes, sienta los cimientos para generar vínculos y significados para definir al mundo y definirse a sí mismos a partir de la otredad constitutiva de toda interacción. (Simmel, 2002; Rizo, 2006). Indiferencia emocional y la 40 Si bien la apropiación del espacio como “un proceso de identificación en el espacio y en el tiempo con una influencia mutua entre espacio y sujeto” (Pol, 1996:50), puede darse tanto en el ámbito público, como en el privado, para efectos de esta investigación cada vez que se mencione el concepto “apropiación del espacio”, se estará aludiendo al ámbito de lo público. 46 desatención cortés (Goffman, 1975), son los elementos constitutivos de la sociabilidad moderna, (Simmel, 1986; Cucó, 2008). La vida urbana exige cierto tipo de habilidad que Sennet (1977) denomino civilidad: entendida como la actividad que protege mutuamente a las personas y que no obstante les permite disfrutar de su mutua compañía. Usar la máscara es esencial para la civilidad, pues esta permite una sociabilidad pura, ajena a circunstancias de poder, al malestar o sentimientos de aquellos que las llevan. “El propósito de la civilidad es proteger a los demás de la carga de uno mismo” (Sennett, 1977:264). La sociabilidad se comprende “como el conjunto de relaciones y prácticas organizadas que se desarrollan en el ámbito intermedio entre el núcleo familiar y las esferas del Estado y del mercado, altamente formalizadas y con lógicas propias” (Cucó, 2004; 2008). En este campo de sociabilidad caben; las relaciones vecinales, las redes sociales, el asociacionismo, los grupos étnicos y las comunidades del ámbito local (Torres, 2006). En el marco de esta investigación esta dimensión llevada al espacio púbico en barrios multiculturales, cobra relevancia en relación a la apropiación de este por parte de la población migrante y a las formas posibles que asume la sociabilidad entre la población migrante y autóctona del mismo. Recordemos que además de la igualdad de derechos y el reconocimiento del pluralismo cultural, la interacción social, interrelación y la interculturalidad se presentan como la base para la construcción del “nosotros” (Torres, 2011) La investigación propuesta se sitúa desde la comprensión de la sociabilidad como relaciones, prácticas y agrupamientos sociales, circunscritas principalmente en el ámbito del espacio público del barrio, y así también en algunos espacios semi públicos de este como-lugares de comercio y/o consumo. 47 3.- ANÁLISIS Y DISCUSION 3. I.- Primera Parte: Ruzafa: Aproximación a un barrio multicultural en Valencia 3. I. 1.- Antecedentes Históricos del Barrio Ruzafa Ruzafa es la traducción al castellano de Russafa (valenciano) y que a su vez deriva del árabe Ruçaffa, cuyo significado alude a “jardín” (Cavanilles, 1795). Situado, al sur del centro histórico de la Ciudad de Valencia, en el distrito Nº2 del Ensanche (l´eixample), este barrio clasificado como “popular semicentral” según la tipología de Torres (2007:79), fue municipio independiente hasta 1877. Su origen lo debe al príncipe omeya Abd Allah al-Balansi, quien en el siglo IX ordena construir una hacienda de recreo a 2 km de la ciudad de Valencia, en imagen y semejanza a la de su padre Abderramán I, en Andalucía. (Ver Anexo Nº8) Desde entonces esta zona, conservada como parque público, “fue elogiada por literatos y poetas árabes, que la consideraban como un vergel admirable por sus jardines”, esto hasta la llegada de los cristianos que los transformaron en “tierras de labor” (Cartografía Russafa, 2011). Posteriormente, en el siglo XIV la muralla de la ciudad de Valencia se ensancha, Ruzafa queda por fuera del muro, y mantiene su carácter rural, ahora con tintes arrabaleros. Fue solo hasta 1865, cuando los muros de la ciudad son derribados, permitiendo que Ruzafa se una a la ciudad (Ver Imagen Nº1 y Anexo Nº9). Imagen Nº1: Distritos de la ciudad de Valencia y Detalle de L’Eixample Detalle del distrito Nº2, perímetro donde se encuentra el Barrio Ruzafa. Fuente: Ayuntamiento de Valencia. Elaboración Propia 48 Avanzada la segunda mitad del siglo XX, Ruzafa se mantenía como un barrio semi-central, bastante popular, de artesanos y comercio. Entre fines de los años 70 y mediados de los 80 comienza a padecer la crisis del pequeño comercio tradicional -tal como ocurre en España y el resto de Europa-, debido a un conjunto de factores como: el cambio en el sistema de distribuidores y las transformaciones en los hábitos de vida y compra. Como consecuencia de estos sucesos, en todo el barrio, pero particularmente alrededor del Mercado de Ruzafa, se cierran locales comerciales y de pequeños artesanos (zapatero, relojeros, entre otros oficios). Más tarde, hacia fines de los 90, comienzos de los 2000 y en el marco del mejoramiento de situación económica española, Ruzafa inicia un proceso de “desarrollo urbanístico” y “gentrificación” 41 de , que trae aparejado entre otras cosas la construcción y rehabilitación de antiguas viviendas, nuevos locales de comercio nocturno, arte y turismo. En este escenario, el barrio va a experimentar una especie de “recambio poblacional”, que coincide por un lado con el progresivo envejecimiento de parte de la población autóctona y la ausencia de renovación generacional. La población española residente -fundamentalmente valenciana- presenta un índice de envejecimiento superior al de la media (173 por sobre 121) según lo expuesto por Albert Moncusi (2009). Entre otras cosas el hecho de que los hijos e hijas de esos pequeños comerciantes autóctonos -con un mayor nivel educativo que el de sus padres y expectativas más altas- opten por no permanecer en el barrio, incide sin duda en el estancamiento generacional. Por otro lado un hecho que vendría a contrarrestar cierto déficit del lado del “recambio poblacional” tiene relación con la llegada de jóvenes estudiantes, nueva población migrante y población española con mayor poder adquisitivo asociada a las nuevas viviendas y dinámicas de gentrificación (Torres, 2007; Moncusí, 2009). Si bien, las consecuencias de “la explosión demográfica” y el “desarrollo urbanístico”, de fines del siglo pasado y el actual siglo XXI, han hecho de Ruzafa, “una barriada urbana como tantas otras de la capital”, esta conserva su particularidad y personalidad propia, entre los nuevos locales de; ocio, comercio étnico y vida nocturna, y las actividades artístico culturales42, e interculturales (Cartografía Russafa, 2011). 41 En términos generales, este fenómeno puede ser comprendido como un “aburguesamiento”, de ciertas zonas urbanas, asociado “al desplazamiento de familias de clase media alta hacia estas zonas bien localizadas que hacen que el valor de la propiedad se incremente” .Según un informante clave, en no más allá de 5 años, este proceso de “gentrificación” de alguna forma ha ido arrasando con negocios de comercio étnico característicos del barrio. 42 Ruzafa es también barrio de artistas, del arte más de vanguardia y alternativo, en todas sus expresiones: galerías de arte, teatros, academias, agencias de diseño y arquitectura y muestras como: la bienal Russafart (jornadas de puertas abiertas ) y el festival Russafa Escénica, por mencionar algunas. 49 3. I.2.- Trayectoria Migratoria en Ruzafa Los barrios de inmigrantes, pueden entenderse como aquellos conformados por una proporción mayor que la media (valenciana) de vecinos y vecinas migrantes, son barrios multiculturales, pues hay personas de diversos orígenes. (Torres, 2011). Para el caso de la ciudad de Valencia, se pueden identificar tres tipos de barrios de inmigrantes, de acuerdo a la tipología propuesta por Torres (2007) para estos contextos locales de recepción migratoria: el Centro Histórico, el Barrio popular semi-central y el Barrio Periférico (y/u obrero). Mientras el barrio Del Pilar se ubica entre los del primer tipo: céntrico popular, y Orriols estaría inmerso en la periferia, Ruzafa y la Roqueta tienen un carácter más popular y se ubican en el área semi-central de la ciudad. La concentración relativamente importante de población migrante, la diversidad en cuanto al origen de estos y así también sus prácticas en la cotidianidad de espacio público del barrio, lentamente van configurando la imagen de Ruzafa como “barrio de inmigración”. Los primeros migrantes que arriban al barrio, lo hacen ahí por los ochenta, atraídos entre otras cosas por; la accesibilidad a vivienda barata en un barrio céntrico y conectado, y la posibilidad de emprendimientos económicos como medio para ganarse la vida. Gracias al bajo coste de los “bajos comerciales” y a la ventaja tanto para locatarios mayoristas, como para vendedores ambulantes- de estar al lado de la Estación central de trenes, se van abriendo una serie de comercios étnicos: “Si a mediados de los años 90 había registros de solo 10 locales abiertos, en el 2004 estos llegan casi a 200” (Torres, 2007) Mientras los árabes –en su mayoría marroquíes- se situaron con sus bazares en la Calle Cuba 43, los subsaharianos - principalmente sirios y argelinos- dispusieron sus locales de venta al por mayor en la Calle Castellón (Torres, 2006; Russafa Cultura Viva, 2012). Ya entrados los noventa, son los migrantes chinos, los que llegan al sector y se ubican con sus tiendas de ropa en las cercanías de Calle Puerto Rico, donde hasta el día de hoy se encuentra el Oratorio. Hacia fin de la década de los noventa y comienzos del 2000, se abre paso a la migración latinoamericana, que comienza a hacerse más visible, al igual que ocurre en otros sitios de España, a partir del 2002. Se trataba en primera instancia de población ecuatoriana, y también boliviana residente,- hoy colectivo con mayor presencia en el barrio- ocupadas principalmente en trabajos temporales y de cuidado realizados por fuera del barrio44. (Torres, 2007; Moncusí, 2009). 43 Comercios propios dedicados en su mayoría a: las comunicaciones (locutorios), la artesanía, y la alimentación (Algunas carnicerías “Halal” donde se vende carne sacrificada mediante el rito musulmán) (Moncusí, 2009) 44 Se dedican al servicio doméstico, al cuidado de niños/as y adultos mayores, y así también a empleos temporales en la construcción y ocasionalmente en el agro (cosechas de frutas, verduras, hortalizas, etc) 50 Ruzafa, lejos del protagonismo alcanzado a más de una década cuando se le distinguía como un barrio de inmigración producto de las estadísticas oficiales45, mantiene una proporción considerable de población extranjera residente (13,7% al 2014). El porcentaje de población extranjera sobre la población total del Barrio Ruzafa, al 2012 alcanzaba un 15,7% (3.870 de 24.616 habitantes), por sobre la media del total de migrantes en la ciudad de Valencia, 13,6% para el mismo año (108.449 de 799.188 habitantes que conforman el total de la población). En relación a la trayectoria y consolidación de Ruzafa, como destino y barrio de inmigración, cabe mencionar que éste alcanza su punto más álgido en el decenio 2002-2012, particularmente el 2009 (Ver Anexo Nº10), que es cuando la proporción de vecinos migrantes llega al 18% respecto del total de la población (con una estimación de 4.525 personas extranjeras). Desde entonces, los datos confirman el descenso en el porcentaje de población migrante en el barrio46. Como se puede apreciar en el Gráfico Nº1, entre los años 2008 y 2012, se produce una baja considerable respecto a la presencia de extranjeros en el Barrio Ruzafa, la que se sigue incrementando para el 2014. Independientemente de esto, hoy con un 13,7% de extranjeros (3.294 de 24.006), se mantiene por sobre la media de migrantes en la ciudad valenciana estimada en un 12,3% al 2014 (96.734 de 878.301) Gráfico Nº1: Porcentaje de Migrantes respecto del total de Población en Barrio Ruzafa Entre 2008 y 2014 45 De haberse ubicado Ruzafa, como el cuarto barrio con una gran proporción de población extranjera, en 2001, pasa al veinteavo lugar, en 2008 y en 2012 se sitúa solo en el vigésimo séptimo puesto. 46 Documentos e Informes Estadísticos Nº53 Oficina de Estadística, Ayuntamiento de Valencia. www.valencia.es/estadistica. 51 Fuente: Documentos e Informes Estadísticos: Nº42, 48, 53 y 64 Oficina de Estadística, Ayuntamiento de Valencia. Elaboración Propia. Es preciso señalar, que desde el 2005, España es el principal país de destino de los emigrantes rumanos con una población estimada en 5.598.691 de acuerdo a los datos provisionales del Padrón de Habitantes 2009 (Viruela, 2010). Estos, “constituyen el colectivo extranjero con mayor número de residentes y trabajadores”, se concentran tanto en centros grandes y medianos 47, como en zonas rurales y municipios pequeños (Viruela, 2010: 160) Al igual que lo ocurrido en el ámbito nacional, la migración rumana es la de mayor representatividad en el ámbito valenciano, con una población estimada de 11.496 (2014). A pesar de esto último, el protagonismo alcanzado por el colectivo de rumanos en la ciudad ha venido decayendo, alcanzando a la fecha cifras similares a las del 2011 (11.568). A nivel distrital,- concretamente en el distrito de interés para esta investigación l’Eixample,- su protagonismo no se expresa mayormente 48, ni tampoco en el ámbito del Barrio Ruzafa, pues como se puede observar en el siguiente Gráfico Nº2, no aparecen entre los primeros puestos de grupos de extranjeros de más proporción. Gráfico Nº2: Colectivos de extranjeros de mayor presencia por país de origen en Barrio Ruzafa. Años 2008, 2010 y 2012 Fuente: Padrón Municipal de Habitantes Oficina de Estadísticas, Ayuntamiento de Valencia. Elaboración Propia. 47 Principalmente en Madrid, Castellón, Zaragoza, Coslada, entre otras. A la fecha (2014) los colectivos de migrantes más representativos en el distrito del l’Eixample con un total de 4.299 extranjeros son: bolivianos (507), italianos (459), ecuatorianos (276), rumanos ( 242) y colombianos (131). Según los datos de los Documentos e Informes Estadísticos Nº64 Oficina de Estadística, Ayuntamiento de Valencia. www.valencia.es/estadistica. 48 52 El Gráfico Nº2 permite comparar los colectivos de extranjeros de mayor presencia en Barrio Ruzafa -por país de origen-, y años. Al respecto no se observan diferencias relevantes, pues tres, de las cuatro primeras nacionalidades predominantes se mantienen para el 2008, 2010 y 2012. Boliviana, en primer lugar, seguida de la ecuatoriana, en segundo y la China en tercer lugar. La única variación, resulta estar en la nacionalidad colombiana, desaparece de las cuatro primeras posiciones, siendo reemplazada por la italiana. A la fecha, -pero bajando considerablemente su proporción en relación al 2012, siguen predominando los mismos países de origen de la población migrante en Ruzafa. En relación a los años anteriores, al 2014, se mantiene en primera posición Bolivia (12,8%), la segunda es ocupada por Italia (9,4), seguida por China (8,5%) que se mantiene en tercer lugar y finalmente Ecuador (7,3%) que varía considerablemente su proporción y posición en relación a los demás países. La trayectoria de la población extranjera en el Barrio Ruzafa, así como su distribución en el espacio en relación a su procedencia y usos, es posible identificarla en siguiente plano del Anexo Nº11, relativo a concentración de colectivos de migrantes por sección en el Barrio Ruzafa. Cabe señalar que a pesar de transcurridos los años, el panorama respecto a la ubicación de los diferentes grupos de migrantes, no ha variado mayormente, sobre todo en lo referido a aquellos provenientes del Magreb, Asia y América Latina aun predominantes. La sección Nº30 del plano delimitada en color rojo, (Ver Anexo Nº11), se caracteriza por registrar el mayor porcentaje de población extranjera residente 30% - principalmente marroquíes49-. Por su parte, la zona delimitada en color celeste (secciones; 15, 31,13 y 25) le sigue de cerca, con un porcentaje de población migrante, que va entre el 23 y el 28,5% de la población total- (Moncusí, 2009) En relación a la distribución de los extranjeros en el barrio según su nacionalidad, cabe señalar que, a diferencia del colectivo Chino, que suele concentrarse casi exclusivamente en la zona norte del barrio (Ver Anexo Nº11, secciones 31 y 20 50), la población latinoamericana – sobre todo bolivianos y ecuatorianos- suele disgregarse de manera equitativa por las diferentes secciones del plano 51. Al respecto, cabe mencionar que -en términos generales- la representatividad de migrantes de una única nacionalidad en cada sección, es escasa si se la compara con el total de la población por sección. La mayor concentración de un determinado colectivo tiene lugar en la sección Nº25 con una proporción de migrantes bolivianos relativa al 9%. (ibíd.) 49 Según datos del 2008, “El 34% de los 203 marroquíes empadronados en el barrio residían en la sección Nº 30) (Moncusí, 2009:29). 50 Al mismo año, los datos muestra que en la sección 31 reside el 22% de chinos residentes en Ruzafa y en la 20, el 18,9% (ibíd.) 51 Ver detalle en color amarillo (distribución de bolivianos/as) y verde (distribución de ecuatorianos) 53 3. I.3.- Migración Latinoamericana en Valencia-Ruzafa La representatividad porcentual de la población migrante latinoamericana, específicamente proveniente de países de América del sur, ha variado a la baja, al igual que lo ocurrido con el número total de extranjeros residentes en la ciudad, (de un 13,9% en 2011 a un 12,3% en 2014). Mientras en 2011, el 40,3% de extranjeros en Valencia, provenía de América del Sur hoy solo el 31,5% puede identificarse como población migrante con esta procedencia (130.485), de los cuales cerca del 60% lleva cuatro años o más residiendo en algunos de los barrios de la ciudad52.Esto confirma por un lado, que se trataría de migración relativamente antigua, con cierta permanencia en el barrio, y por otro, refleja el estancamiento en la llegada de los flujos migratorios producto de la crisis económica. Al detenernos en los datos en torno a la distribución por distritos, de las nacionalidades más frecuentes, se obtiene que la gran mayoría de la población extranjera - proveniente de América del sur-, se asienta (según orden de preponderancia) en los distritos de; Quatre Carreres (11,4%), Rascanya (10,0%), Olivereta (8,8%) y Camins al Grau (8,2%) . Más bien distanciado de las posiciones alcanzadas por los distritos enunciados, el distrito Nº2 de L’Eixample, integrado por los barrios: Ruzafa, El Plan del Remedio, y la Gran Vía, ha experimentado una disminución de la población migrante ahí residente (4.299 personas) en relación al total de la población, en algo más de un punto porcentual (de 11,8 en 2011 a 10,1), prevaleciendo las personas provenientes del cono sur de América, (1.213). En base a los datos estadísticos, de los tres barrios que integran el Eixample, Ruzafa mantiene su posición de liderazgo, registrando un estimado de 3.294 extranjeros residentes. Un elemento a considerar en el liderazgo de Ruzafa entre los tres barrios que integran el distrito del Eixample, tiene relación con el distinto carácter de clase entre estos: El Pla del Remei (o Plano del Remedio) y Gran Vía son barrios burgueses desde su conformación, a diferencia de los ocurrido con el barrio de Ruzafa que desde sus orígenes se reconoce como una barrio popular, heterogéneo socialmente (Torres y García Pilán, 2013) Referido expresamente a la migración latinoamericana en el Barrio: no se observa mayor representatividad del colectivo de peruanos/as -ni en el barrio ni en la ciudad- pues la mayoría prefiere Madrid como destino, y el colectivo de argentinos y bolivianos comienza a percibirse sustancialmente desde el 2003. El crecimiento y protagonismo de estos últimos, prevalece como el colectivo de extranjeros de mayor presencia en el barrio (Ver Gráfico Nº2) 52 Documentos e Informes Estadísticos, (Nº 64) en su apartado dedicado a Población extranjera según continente de procedencia, confirma lo siguiente para los años 2012 (36,3%) y 2013 (34,3%) 54 Respecto a la llegada y motivos de asentamiento de los migrantes latinoamericanos en Ruzafa, surgen elementos fundamentales para la elección de este, además del carácter central, se valora la existencia de población migrante, las redes de contacto (familiares o de amistades), la posibilidad de acceder a una vivienda barata y a trabajo, (al ser un barrio de concentración migrantes los empleadores acuden al mismo por sus servicios, generalmente temporales). Factores que de alguna forma les proporcionan la herramientas para paliar las condiciones propias del sujeto migrante latinoamericano que ingresa en su mayoría sin papeles, y desarrolla trabajos en “negro” al menos en esta primera etapa. “Cuando llegamos al barrio llegamos porque había mucho inmigrante en este lugar, podías encontrar un alquiler de piso en este barrio. Es que una de las mejores maneras es estar precisamente donde hay más colectivo inmigrante, más personas con tus costumbre y todo eso entonces es así como llegas al lugar donde sabes que hay muchos migrantes y donde puedes estar a gusto” ( Migrante boliviano) La condición del sujeto migrante –según la interpretación del discurso de los/as entrevistados/asestaría caracterizada por la dedicación casi exclusiva al trabajo, muchas veces precario por su forma temporal, desprovisto de contrato y seguridad social, mal pagado, con extensas jornadas laborales y escaso tiempo para el descanso y el ocio, Al menos durante los primeros años en destino, el trabajo “en negro” y sus consecuencias, suele ser un elemento transversal a los y las entrevistados/as. Así también, el tiempo en el cual estos trabajos son realizados se diferencia del destinado por la población autóctona para su jornada laboral. Para el caso de las mujeres entrevistadas con hijos, este era un tema particularmente sensible por la falta de momentos para compartir con ellos, y la incompatibilidad entre sus trabajos y el tiempo libre de escuela de los mismos. De aquí, por ejemplo, la limitante de acudir a los espacios públicos de recreación, como el Parque Granero, o participar de alguna de la actividades multiculturales, o asociativas del barrio. “Es diferente la vida del migrante a la vida de la gente de aquí puede que sea fiesta para el de aquí pero para el migrante puede que sea día de trabajo. La gente local trabaja de lunes a viernes el sábado y domingo tiene fiesta, nosotros los inmigrantes trabajamos de miércoles a domingo porque lunes y martes tal vez no puedas trabajar...pero lo puedes trabajar el domingo....mucha de la gente inmigrante consigue trabajo por horas las chapuzas que se llaman, las mujeres trabajan la mayoría de internas entonces salen el sábado” (Migrante boliviano) Entre algunas de las características de la población migrante latinoamericana de Ruzafa, -y concretamente suramericana 53, cabe mencionar: el liderazgo de las mujeres y sus formas de habitabilidad. El protagonismo de la mujer migrante (principalmente ecuatoriana), resultó fundamental para la cadena migratoria posterior. Primero: la principal fuente de trabajo la encontraron en el servicio doméstico. Segundo; La alta demanda por parte de este sector, les permitió a corto plazo reagrupar a alguna hija o hermana para que se dedicase al mismo oficio. 53 Identificadas previamente en diversos estudios, de Torres (2007) y Moncusí (2009) y confirmadas por el relato de los y las informantes entrevistados/as. 55 Tercero: Una vez que conseguían vivienda, estabilidad laboral y económica iniciaban los trámites para reagrupar al resto de la familia, incluidos maridos e hijos/as. (Torres, 2007) Cabe mencionar el perfil familiar que en general asumen las formas de habitar la vivienda por parte de la población latinoamericana, en principio se trata de viviendas de alquiler compartidas, que cuentan- en su mayoría- con los elementos básicos. Las deficiencias en cuanto a la vivienda, para el caso de los latinoamericanos, estarían relacionadas más con las condiciones de hacinamiento, que con la ausencia de servicios básicos (Torres, 2011). Más avanzado el asentamiento y con los papeles en regla, y un trabajo que lo permitiese, se da la posibilidad de acceder a formas más nucleares de habitar sus hogares. Tal como lo declara una entrevistada colombiana: “Llegamos hace 10 años y la situación era bastante diferente a lo que es ahora porque en ese entonces había que compartir piso con muchísima gente, vivíamos con 13 personas entonces la convivencia siempre era difícil, pero el trabajo iba bien había trabajo prácticamente para todo el mundo y ya después de 2 años o 3 nos fuimos a vivir ya a una casita cerca también, no era en las mejores condiciones pero estaba bien para nosotros que en ese entonces no teníamos papeles ni nada. Cambia mucho con papeles porque tienes más derechos, puedes acceder a más puestos de trabajo cambia muchísimo para bien” (Migrante colombiana) La delimitación de Ruzafa por parte de la población migrante tiene relación por un lado, con el uso más próximo, referido en la mayoría de los casos al tránsito cotidiano y al abastecimiento en comercio (por donde se desplazan normalmente y donde realizan las compras). Por otro lado esta delimitación subjetiva del espacio se construye a partir de las percepciones de los sujetos respecto a un barrio que se distingue de otros, debido a la diversidad cultural producto de la población migrante, al componente multicultural, asociativo y reivindicativo del mismo. De aquí que además del identificado “límite natural de las grandes vías 54”, se deje por fuera de Ruzafa, al sector más pudiente “la zona pija” como le llaman- cercana a la Gran Vía-, debido a que se trataría de “otro mundo, de gente rica y súper chula”, que poco o casi nada tiene que ver con el imaginario de este barrio Ruzafa multicultural, que acoge a los extranjeros. “Ruzafa es el más conocido de todos porque está el tema, por ejemplo lo que es el comercio hay montón de bares, restaurantes sea latinos sea subsaharianos de todos los inmigrantes, es un barrio bastante movido en el tema cultural, donde se acoge a todos los inmigrantes y más que todo es un barrio bastante céntrico donde también muy accesible para poder conseguir trabajo” (Migrante venezolana-ecuatoriana) Al igual que el Raval en Barcelona, y Lavapiés en Madrid, el Barrio Ruzafa presenta características de Centralidad migrante, definida así por Toubon y Messamah (1990), debido a la proporción significativa de migrantes en el sector, la existencia de comercios étnicos, y migrantes y los espacios de sociabilidad propicios para el encuentro entre estos (Toubon y Messamah, 1990 en Torres, 2006), como procesos geográficos de concentración/centralización urbana de la población 54 La Gran vía de las Germanías, Avenida del Reino de Valencia, Pérez y Valero y Calle Filipinas. 56 migrante (Garcés, 2011). Además de la trayectoria migratoria del barrio, la población extranjera residente y las dinámicas de socialización comunitaria en un mismo perímetro (Torres, 2006) cabe mencionar: las muestras de sociabilidad en espacios específicos, los lugares de culto, negocios de migrantes y étnicos55, los programas implementados en el barrio para la convivencia, -en el ámbito escolar y comunitario- y las jornadas organizadas por la sociedad civil (Torres, 2006; Moncusí, 2009). Son esta formas de sociabilidad inmigrante concentrada las que de alguna forma van configurando en opinión pública de la ciudad la concepción de Ruzafa como el "barrio multicultural" de Valencia (Torres, 2006). Un ejemplo de Ruzafa como centralidad migrante, tiene relación con la denominada “Pantera Rosa” -fuente ubicada en Peris i Valero-, como lugar propicio para la búsqueda de contactos laborales y trabajo. Desde las seis de la mañana se reunían migrantes provenientes de distintas localidades de valencia, no solo de Ruzafa, y al lugar acudían los empleadores a buscar trabajadores temporales para el campo, la construcción y otros oficios. Tal como lo expresa un informante boliviano: “En Pérez y Valero, en la Pantera Rosa, es la parte donde se concentran para ir a trabajar, los trabajadores del campo, obra… ahí pero se llenaba a las seis de la mañana, todos y venían los empleadores a buscar trabajadores, por ese motivo es bastante conocido el barrio Ruzafa. Dentro de esta área hay locutorios, cantidades donde ponían también que se buscaba trabajo y también donde buscan trabajadores en esta área” (Migrante boliviano) 3. I.4.- Formas de apropiación del espacio de los latinoamericanos de Ruzafa La apropiación del espacio por parte de la población migrante, es hacer de él una “utilización reconocida”, pero también establecer relaciones con él, incorporarlo en las propias vivencias, enraizarse y dejar la propia impronta, “organizarlo y devenir actor de su transformación” (Chombart, 1976 en Pol: 1996:51). Así como los grupos de migrantes integran elementos propios de las sociedades receptoras y más particularmente del barrio y de su cotidianidad, van dejando su impronta y transformando con esta el entorno, al tiempo que con ello reciben de vuelta la afirmación de sí mismos mediada por esa utilización reconocida del espacio. 3. I.4.1.- Apropiación Económica Aún prevalece, aunque diversificado, el carácter comercial y de servicios propio del barrio, nutrido además con una participación –no menor- de algunos migrantes en el rubro, fácilmente identificables en Calle Cuba, Puerto Rico, Literato de Azorín, por mencionar algunas. Al respecto, 55 Concentra buena parte de los negocios étnicos de la ciudad (entre 180-190 aprox., básicamente de chinos, marroquíes, latinos y senegaleses) Torres, 2007. 57 se distingue entre locales de comercio étnico, por un lado, y comercio migrante56, por otro, (relativo al rubro escogido por estos últimos). Mientras entre los primeros emergen elementos materiales propios de la cultura de origen en destino, en los segundos surge un componente transnacional vinculado al uso social que adquiere por ejemplo el locutorio, como lugar donde el aquí y el allá se confunden, las relaciones sociales se retroalimentan y los roles se perpetúan. Comercio étnico: Este tipo de comercio, gestionado y regentado por población migrante, se caracteriza por la venta de mercancía propia de la cultura de origen en los contextos locales. Independientemente de la subjetividad contenida en la elección de estos rubros comerciales, lo cierto es que estos productos originarios, se transfieren al país de destino, convirtiéndose en materia prima para el desarrollo de una actividad económica. En el caso de Ruzafa encontramos, las carnicerías Halal, algunos bazares de ropa árabe, restaurantes africanos, latinoamericanos entre otros. Comercio Migrante: Este tipo de comercio, gestionado o regentado por migrantes, se caracteriza por la venta de mercancía ordinaria. A diferencia del comercio étnico, este no se constituye a partir de elementos materiales de la cultura del origen, sino estos pueden aparecer de manera ocasional, como complementarios al comercio ofrecido. Dentro de esta clasificación, por ejemplo, podríamos distinguir las tiendas de venta de frutas y verduras a cargo de población pakistaní, algunos bares más tradicionales españoles ahora a cargo de población china y así también los locutorios (para el caso de Ruzafa regentados principalmente por población marroquí y latinoamericana) Los espacios de comercio, consumo y servicios, como micro emprendimientos de parte de la población migrante, ya sea mediante el comercio migrante (locutorios, comercio chino) o étnico (restaurantes de comida, venta de productos típicos, por mencionar algunos) adquieren una connotación más social que tiende a trascender la transacción puramente económica. Algunos de los más mencionados por la población migrante latinoamericana entrevistada: los locales de abastecimiento al interior del Mercado (de ecuatorianos), la panadería peruana, el “Agapito” de venta de productos latinos, dispuestos en las afueras del mismo. En calles aledañas el Bar Boliviano ubicado en Sueca, y una panadería colombiana. Uno de los entrevistados referido al “Agapito”, señala: “Eso se convierte en un centro de reunión a raíz de que por ejemplo no podemos olvidar la 57 salteñas , tomar una cerveza paceña que es de allá… entonces vas, compras una salteñita y al día siguiente vas compras una salteñita y es tu amigo, viene otro a comprar otra salteña y es tu amigo, ya conversas y se hace como un centro de reunión. Ahí el tema laboral también como que se da, 56 Es preciso señalar que el propósito de graficar esta distinción referida a las formas de apropiación económica, asumidas por el comercio, responde a fines explicativos, que en la práctica no necesariamente aparecen como un tipo ideal puro. 57 Empanada típica boliviana. 58 “¿dónde hay trabajo? mientras se come una empanadilla, ya se contactan unos con otros y más todavía los sábados y los domingos se encuentran” (Migrante boliviano) La Imagen Nº2, da cuenta de lo anterior y retrata al “Agapito”, concurrido local de productos latinos, donde suele acudir población latinoamericana -no solo del barrio sino de diferentes localidades de la ciudad -, en busca de comidas y bebidas típicas, contactos laborales y conversación. Este local como una forma de apropiación material del espacio, como un micro-espacio etnificado que concentra a al colectivo latinoamericano (Torres), opera además como un elemento simbólico de centralidad casi exclusivamente migrante, como lugar de sociabilidad -en su mayoría entre ecuatorianos, bolivianos y colombianos- debido a que entre su clientela no se observa un mayor involucramiento de la población autóctona. Imagen Nº2: Apropiación económica del espacio en Ruzafa Fuente: Calles del Barrio Ruzafa 2011-2012. Elaboración propia58 58 Desde el centro a la derecha de la fotografía se trata de Migración latinoamericana (en las cercanías del Mercado de Ruzafa). Desde el centro hacia la izquierda predominan imágenes de comercio oriental y árabe. 59 Algo muy similar ocurre los domingos, al interior del locutorio ubicado en Carrer dels Tomasos en las cercanías del Mercado, donde el dependiente de origen brasileño, -en una mesa improvisada al fondo del lugar-, ofrecía cerveza a la clientela asidua, que encontraba conversación y tal vez consuelo, con un otro en circunstancias similares. El domingo, era el día en que la mayoría de los migrantes (generalmente ecuatorianos y bolivianos) tomaba contacto con sus familiares “del otro lado del charco”. Una atmosfera más bien melancólica circundaba este espacio semipúblico, y encontraba su haber en la condición misma del migrante, alejado del núcleo familiar más próximo, obligado a lidiar con la transnacionalidad de los afectos 59. La siguiente cita, extraída de una conversación entablada con una migrante boliviana, da cuenta de esto último: “¿Me contabas que tienes amigos acá? Si ahí al frente tengo un amigo de Brasil, el del locutorio, muy amable él se pone triste......con el siempre hablamos, me cuenta de su familia como están…Claro, todos los inmigrantes nos sentimos mal, no hay a quien avisar de las cosas que te pasan, a veces uno la retiene no se puede desahogar y yo creo que cuando una persona se desahoga está tranquilo” (Migrante boliviana) La idea de transnacionalidad, referida a una posible dualización de las vidas de los y las migrantes como lo diría Blanco (2006), en un ir y venir entre origen y destino. En este sentido, podría decirse que el locutorio como espacio de comercio migrante además de facilitar el intercambio y las relaciones sociales periódicas entre población migrante –ejemplificada en la práctica habitual en torno a la mesa improvisada del día domingo- deviene en la configuración de este como un espacio social transnacional, determinado por las relaciones estrechas entre el origen y el destino60. 3. I.4.2.- Apropiación socio-cultural Es preciso mencionar que se observa una imbricación entre las dimensiones de la apropiación del espacio público, relacionada con la apropiación económica y su devenir en formas de apropiación socio-culturales, debido a al carácter más social que adquieren algunos de los locales comerciales antes descritos. Tal y como lo expresaría Torres (2007) años atrás, estos “se convierten -y persisten- como lugares de encuentro, propicios para el intercambio de información y relaciones sociales”. Las formas de apropiación socio-cultural comprendidas como los usos del espacio público como lugar para la interacción cotidiana y las dinámicas de sociabilidad, en el caso de la población objeto de este estudio, están atravesadas por consecuencias propias de la condición migrante. Este 59 Reflejada por ejemplo, en los roles familiares desarrollados a distancia, el de la madre sostenedora, que sigue cumpliendo con el cuidado y educación de los hijos a través de skype o de otra red social virtual o vía telefónica 60 Investigaciones en torno a la migración internacional actual, evidencian su complejidad producto de: las trayectorias, temporalidad, y direccionalidad, y del carácter transnacional de las dinámicas migratorias. Las innovaciones tecnológicas, comunicacionales y de transporte,-entre otras- al tiempo que van difuminando las fronteras, y des-radicalizando la separación espacio- temporal, transforman “las condiciones materiales de existencia de los migrantes y sus formas de relacionarse con la comunidad receptora y de origen (Portes, 1999). 60 sujeto migrante, con una jornada laboral -más extenuante-, diferente a la población autóctona y más exigida en cuanto a horas de trabajo, estaría inmerso en una situación que le impide delegar tiempo para el ocio, llevar a sus hijos al parque, y disfrutar del tiempo libre en el espacio público. Los usos mismos del espacio público del barrio- en función de un tiempo restringido-, están en su mayoría circunscritos al tránsito. “Es que el barrio, es mas de tránsito, me voy del trabajo a casa, de casa al trabajo, la ruta nomás. Algunas veces me voy al parque con mis hijas, del parque a la casa y los domingos mayormente en la cancha de la Plata… No formo parte de ninguna asociación porque el horario de trabajo mío pues… yo trabajo limpiando casas, entonces algunas veces o me resulta un trabajo o no tengo con quien dejar los niños entonces se me dificulta “(Migrante boliviana) Como se puede apreciar en la cita anterior, esta condición propia del sujeto migrante, si bien restringe la posibilidad de participación social, en algunas de las organizaciones de la sociedad civil, asociaciones de migrantes, y de las actividades impulsadas por estas -como se verá más adelante- no la anula completamente. Otro de los puntos de concentración de la población migrante latinoamericana identificados por los entrevistados, además del mencionado “Pantera Rosa”, está referido a espacios propicios para el esparcimiento, la sociabilidad, y la búsqueda de contactos laborales. Tal es el caso de las canchas deportivas situadas en “La plata”, -ubicada en la periferia de Ruzafa - entre Avenida de la Plata y la calle Bombero Ramón Duart, escenario para la recreación deportiva (futbol y baloncesto) y las prácticas socio-culturales que se generan alrededor de las mismas los fines de semana (venta de salteñas, entre otras). Este espacio recreativo, como una forma de apropiación material del espacio, favorece la interacción entre la población migrante que los frecuenta, principalmente ecuatorianos, bolivianos y colombianos. Un elemento recurrente en las conversaciones establecidas con los entrevistados/as, tiene relación con ciertas responsabilidades atribuidas al sujeto migrante, en términos de disposiciones para la incorporación al Barrio. Esta idea de disposición del migrante para su incorporación, puede ser comprendida desde dos ámbitos: uno relativo a la necesaria proactividad del extranjero en su propia inserción como “nuevo vecino del barrio”, y otra más cercana a las normas sociales tácitas impuestas por la población autóctona. La primera, alude a la disposición y apertura a conocer al otro -vecino autóctono-, a la sociabilidad y la participación social y no cerrarse exclusivamente al círculo social más próximo relativo a la personas del mismo colectivo o prevenientes de países de Latinoamérica, como formas de guetización. “Yo creo que es lo mismo, lo que me pasa a mi o sea si los extranjeros que estén abiertos a integrarse hay un grupo de españoles que están dispuestos a aceptarlos pero hay algunos que pasan…Hay una minoría como yo que somos extranjeros que nos mezclamos entre todos que hacemos amistad yo tengo amigos senegaleses, me he relacionado con los árabes. Pues también los que están abiertos a hacer amistad con otra gente que no sea de su gueto, conozco algunos, no somos amigos íntimos pero te saludan frecuentemente.” (Entrevistada venezolana-ecuatoriana) 61 De alguna forma la propensión a la interacción social- como elemento distintivo de lo latinoamericano- tendría cabida principalmente entre los colectivos de migrantes latinoamericanos, como una apertura “etnificada 61 y selectiva a las relaciones sociales. “Es que lo que pasa que a nosotros los latinos, la mayoría de las veces somos más sociables y más activas, en relación a las personas de aquí que casi no les gusta muchas cosas de fiestas, de reuniones, son diferentes, más tranquilos y nosotros somos más…más abiertos. Digo yo...” (Migrante ecuatoriana) Por su parte la segunda, más apegada al cumplimiento del “deber ser” en el marco del respeto, responde a cierto acomodo de las prácticas desplegadas por “los latinos” a los modos autóctonos. Prácticas sociales y culturales propias de la migración proveniente de países de Latinoamérica, que tienden a propiciar tensiones en la convivencia relativas a: ruidos molestos, y ocupaciones del espacio público, (como el citado caso del Jardín de los ecuatorianos en el Túria, entre otros). La siguiente cita de una entrevistada colombiana refleja esta situación: “Hay cosas que si vives donde hay otros, tú no puedes hacer, por respetar a los otros para no molestarles. Entonces lo que perjudica la convivencia: el ruido, la música… yo siempre he escuchado que molesta mucho a los españoles, porque no están acostumbrados a la música tan alta, siempre dicen “¡Ah es que los latinos!”. Yo digo que en la convivencia estamos bien siempre y cuando cada persona tenga claro los límites, lo que está bien, acomodarse a un lugar, sin dejar de ser uno mismo. En el punto en que cada uno hace lo que está bien, lo que es correcto, puede integrarse mejor yo creo a la sociedad y al sitio donde esté” (Migrante colombiana) Según las indagaciones de Torres (2011), a pesar de que los principales puntos de conflicto estarían asociados al incumplimiento de normas básicas de convivencia, estas “tensiones vecinales” no han cobrado un mayor protagonismo con los años. Más allá de las desavenencias entre los modos de comportamiento, tras la idea de “buena convivencia” en el marco del respeto, se aprecian distinciones en cuanto al derecho de habitar. Este derecho es distinto para la población autóctona y la población migrante, quedando este último supeditado al primero, por su carácter de extranjero-ajeno. Mientras el actuar de este extranjero es observado “con lupa” y exacerbado, el actuar de un autóctono -que pudiese estar en una situación similar- no recibe el mismo tratamiento e incluso puede pasar desapercibido, debido a la categoría de nativo-propio .La siguiente cita ejemplifica con claridad la interpretación de esta diferencia. “Claro, como somos latinos nos tenemos que tragar todo lo que nos dicen, “eso lo dije yo una señora” que le decía cosas a mis hijas, y otra cosita “¿Por qué no te quejas de lo que están haciendo aquí en la esquina lleno de botellones? Afuera de la discoteca, están haciendo todas sus cosas ahí abajo, se están meando…si un latino mea un sitio ya tiene su multa, pero eso no lo ve la gente española” 61 Referido a una colectividad que reúne miembros que comparten, y/o se identifican con ciertos elementos comunes o bien y además son vistos como “diferentes” ante un grupo que así los distingue. Como lo afirma Moncusi (2009)” son grupos que resultan de un doble proceso de categorización externa e identificación interna” (p.35) 62 (Migrante boliviana) En este contexto, surge la posición del extranjero (Simmel, 1986), donde la proximidad y alejamiento parecen fusionarse en las relaciones sociales espacializadas. “El extranjero es quien se encuentra en el horizonte espacial de un grupo social dado, pero se integra mediante su exclusión” (Simmel, 1986; Penchaszadeh, 2008). El migrante (latinoamericano) del barrio- si bien por un lado, forma parte del conjunto social, por otro, especialmente determinante, estaría “por fuera y enfrente”. Lo siguiente, vendría a ejemplificar esta posición asumida por el sujeto migrante, a través de la figura de la fiesta como materialidad de apropiación socio-cultural del espacio en Ruzafa. La gran festividad tradicional religiosa y cultural por excelencia a nivel nacional son las Fallas, todo un referente respecto a formas de apropiación sociocultural por parte de la población autóctona en la comunidad valenciana. Si bien este tipo de fiestas 62, así como los casales que a sustentan, se declaran abiertas a la posibilidad de incorporación de los vecinos migrantes en las mismas - con excepción de algunas Fallas de grupos de extrema derecha-, en la práctica, no se observa un mayor involucramiento de la población migrante del barrio en este centro de sociabilidad autóctona. A diferencia de lo anterior, existen una serie de actividades y festividades culturales en Ruzafa, que incentivan la participación de la población migrante residente y al mismo tiempo operan como otro de los elementos que configuran a Ruzafa como un barrio multicultural63 de centralidad migrante. Ya sea de espectador o participante, extranjeros de otras localidades acuden además con la certeza de encontrar en un mismo lugar los servicios que este barrio de inmigrantes les puede ofrecer: oratorio, locutorios, restaurantes étnicos, celebraciones interculturales, amistades, asesoría legal, acogida u otras proporcionadas por las ONGs, entre otros. (Torres, 2011) Organizaciones como la Asociación Civil JARIT en articulación con la Asociación Intercultural SARIRI, y Russafa Conviu, promueven acciones para acercar a “los ciudadanos y ciudadanas a la riqueza cultural de este barrio, punto de encuentro de personas de diferentes culturas y procedencias”, (Russafa Cultura Viva, 2011). El carnaval anual Russafa Cultura Viva, de pasacalles, música y danzas típicas, es una de estas actividades (Ver Imagen Nº3). La siguiente cita, de uno de los entrevistados migrantes, da cuenta de la figura del Carnaval como una forma 62 La Fallas se celebran entre el 15 y 19 de marzo, y durante todo el año se trabaja en torno a la elaboración del monumento. El Casal Fallero (sectorizados por calles) opera como una especie de club, con una cuota mensual para socios. Desde este centro de reuniones, se organizan una serie de actividades para financiar la fiesta y su propio monumento, entre otras. 63 Testimonios de Ruzafa Barrio Multicultural en Cartografía Russafa: Mapa Relacional de identidades Urbanas. Promoción del proyecto cartográfico de Russafa: http://vimeo.com/21985311 63 de apropiación del espacio temporalmente delimitada, que contribuye a generar instancias de sociabilidad entre los distintos colectivos de migrantes y la población autóctona. “A mí siempre me ha gustado dar a conocer nuestra cultura, nuestro folclor, en este caso cuando llegue al barrio dije “ya vamos a hacer algo para dar conocer las danzas bolivianas”...pero poco a poco iba saliendo el barrio completo y no solo de mi país de todos los países de Latinoamérica. Ahora en el Carnaval Cultura Viva que se ha hecho el año pasado y este año, fuera de grupos latinos han participado grupos de África y grupos locales de acá de Valencia, participan, se inmiscuyen en lo que es la celebración del carnaval, ha mejorado, ha habido interrelación, demostrando que sí que se puede vivir entre todos juntos. (Migrante boliviano) Independientemente del propósito consignado al Carnaval, como una instancia para la promoción de la “convivencia activa en barrios multiculturales y el intercambio social entre la población autóctona y migrante, existe cierta evidencia - más adelante- que pone en duda el fin último del mismo 64, debido a percepciones divergentes de parte de los actores involucrados. Imagen Nº3: Apropiación socio-cultural del espacio en Ruzafa Fuente: Grafitis callejeros y Pasacalles en el espacio público Calles de Ruzafa y Russafa Cultura Viva (2011), Elaboración propia 64 En estas festividades participa principalmente población latinoamericana, no se observa una participación otros colectivos como marroquíes y chinos, - de acuerdo a las indagaciones esto podría deberse a su cultura más cerrada64 La figura del carnaval también adquiere -para algunos de los participantes- una connotación que va más allá del hecho de perpetuar la cultura y tradiciones de los diversos colectivos de migrantes en destino, pues se convierte en una apropiación legitima del espacio. La festividad interpretada como expresión de una demanda por un reconocimiento, como afirmación del derecho del sujeto migrante a “estar aquí”. La siguiente cita, enmarcada en las reuniones de organización del Carnaval Russafa Cultura Viva, integradas por diversas asociaciones de migrantes latinoamericanos, refleja lo anterior: “lo bueno sería que las comparsas pasaran por la calle Colon, que es más grande, para que los 65 españoles conozcan... no como una muestra de bailes típicos sino como un espectáculo mayor” (Migrante boliviano) A pesar de esto último en la práctica, este acto festivo se presenta más bien como uno de los “microclimas culturales” (Delgado, 1998), que los migrantes tienden a crear en los lugares en los que se establecen, y a partir de los cuales reorganizan elementos de su tradición de origen, que a menudo se convierten en instrumentos de adaptación. Si las formas de apropiación del espacio por parte de la población migrante, reciben de vuelta una afirmación de sí mismos, esta última no parece trascender el carácter de “espectáculo folclórico” en el marco de un barrio Multicultural. Los referentes culturales de esta apropiación del espacio parecen responder más a una estrategia del “estar ahí”, que a relaciones de reciprocidad y reconocimiento social, por parte de la población autóctona como otros de oposición, pues ésta escasamente se involucra (Ver imagen Nº4) “Yo creo que cada uno lo suyo y ya te digo hay minorías que sí que trabajan por la integración ...pero yo creo que son guetos...¡tú te fijaste en el parque, el día del Carnaval!, cada uno tenía su historia, el sábado me parece que habían actuado los ecuatorianos y había más gente porque venían a ver a los suyos, y el domingo ya no estaban…y luego en esta fiesta no habían muchos españoles, la mayoría era la misma gente que participaba, no hay una acogida no sé si no se publicita lo suficiente o qué pero no es una cosa que tenga mucho apoyo por parte de la población española” (Migrante venezolana- ecuatoriana) La cita confirma – como se desarrollará en el siguiente apartado Nº3. I.5- las indagaciones de Torres (2007) respecto a los tipos de convivencia practicadas en el barrio. La visibilidad de los recién llegados -más allá de las ocasionales prácticas socio- culturales llevadas al ámbito del espacio público- se vuelve aún más tangible en la cotidianidad misma del barrio, donde -entre autóctonos y los nuevos vecinos migrantes-, primaría una relación de “convivencia pacífica pero distante” (Torres, 2007; Cartografía Russafa, 2011) . 65 Extracto de la intervención de un dirigente de una asociación boliviana de danzas del oriente, en el marco de los preparativos del carnaval 2012, 3 de diciembre 2012. Ruzafa, Valencia 65 3. I.4.3.- Apropiación política Las prácticas de asociacionismo migrante latinoamericano en el barrio Ruzafa se pueden comprender como formas de apropiación política del espacio público, entendida esta como acción – transformación (Pol, 1996), debido a la participación activa de este colectivo. Tal y como lo confirma un representante de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona: “Y luego los latinos, a nivel cultural sí que participan bastante y todo el tema de grupos de carnaval lo tienen bastante desarrollado, de hecho el carnaval se ha montado por los latinos, se ha conseguido implicar a otros colectivos, pero si los latinos no hubieran montado -cerca de 1000 personas participando en el carnaval- el carnaval no tendría base” (Asociación civil Jarit) Respecto a la disposición a la participación e involucramiento por parte de la población migrante en el tejido asociativo del barrio, se pueden identificar dos tendencias bastante dicotómicas. La primera, se refiere a la nula participación social en este tipo de agrupaciones -sean de sociedad civil autóctona y/o migrante- debido entre otras cosas a condiciones propias del sujeto migrante, mientras que la segunda da cuenta de una participación activa en el entramado asociativo del barrio. Entre las segundas, la asociación Intercultural SARIRI, de migrantes latinoamericanos en Ruzafa, ofrece orientación al migrante al tiempo que fomenta “las relaciones culturales y de integración siguiendo los pasos adecuados de interculturalidad y participación social” 66. Tareas que realiza –según lo declarado- con el propósito de “conseguir una igualdad en el entorno en el que vivimos, dando a conocer nuestros Derechos y Obligaciones en la sociedad en la que nos desenvolvemos cotidianamente”. Si bien se trata, - al igual que lo ocurrido en general con el resto de las asociaciones de migrantes en Ruzafa- de agrupaciones más incipientes en cuanto a la posible incidencia en el espacio público- político 67, existen ciertos elementos que junto con evidenciar su demanda por un reconocimiento social en términos de igualdad, tienden a posibilitar su participación social en el mismo. Al estar organizados, se convierten en interlocutores válidos ante sus símiles en el barrio –sociedad civil de población autóctona organizada- y así también ante el gobierno local. En el componente asociativo están contenidos tres elementos identificados como: una acción de empoderamiento y legitimidad de la organización migrante, la posibilidad de participación en el tejido asociativo del barrio y así también la generación de acciones e instancias propicias para 66 Mediante la promoción personal y colectiva y de la identidad cultural en un ambiente de respeto e interdependencia socio-cultural, se dedica entre otras cosas a la sensibilización de la sociedad sobre los problemas que afectan a los países del Sur, entendida esta como la promoción de la interacción entre culturas, proyectos de cooperación internacional ( codesarrollo), el fomento del desarrollo social de la población migrante y la lucha contra toda forma de discriminación y segregación (www.sariri.org ) 67 Debido a factores como: la falta de dedicación invertida, debilidades en cuanto a la estructura organizativa, y al escaso apoyo por parte de la administración local para la conformación y sostenibilidad de las mismas, este tipo de asociaciones no alcanza el protagonismo deseado y necesario para una mayor participación política. 66 compartir con el resto de la población (autóctona y migrante). Un entrevistado y miembro de la asociación SARIRI, relata su impresión respecto a las prácticas asociativas en general: “Los servicios que prestan son talleres, educativos, de valencianos, de inglés, y también de informática, luego algún servicio de orientación jurídica de los planes de extranjería… y entonces dentro de los cursos, por ejemplo hemos tenido un cierto porcentaje de españoles, de ecuador, un chico de Mali y todo. A mi parecer, las asociaciones son un eje principal si, digamos no hubieran asociaciones, el colectivo no participaría”. (Migrante Boliviano) Esta asociación migrante, como apropiación del espacio público-político, además de ofrecer servicios para la acogida de la población migrante en general - no solo de Ruzafa, sino también de otras localidades-, le otorga una mayor visibilidad a esta y a los migrantes latinoamericanos que la integran, legitimando de paso su actuar frente a los otros de oposición. El trabajo conjunto que viene realizando la asociación de migrantes SARIRI con la Asociación Civil Jarit,68 para la puesta en marcha de diversas actividades -entre ellas el citado Carnaval Russafa Cultura Viva- da cuenta de su incipiente involucramiento en el entramado asociativo del barrio. Por su parte se presume que estas formas de apropiación política, en articulación con las múltiples organizaciones sociales del barrio Ruzafa, contribuyen a mayores instancias para intercambio entre la población autóctona y migrante, y entre migrantes, propiciando de alguna forma la incorporación de estos últimos, en los discursos identitarios del mismo. “La necesidad de compartir más allá de la vivencia diaria, de participar en lo que significa tratar de conocer al que está al lado conocer, entonces te inmiscuyes en eso, en un proyecto donde dices: “pues venga, vamos a juntar a toda nuestra gente y vamos a ver cómo podemos interactuar con los demás colectivos de inmigrantes. Con esas asociaciones, conoces gente, y dices “sí que es bueno meterse en el boyo y tratar de mejorar cosas”, buscar soluciones para problemas que tengan otros, buscar maneras que todos seamos nosotros.” (Migrante boliviano) El final de la cita, expresa una construcción colectiva del “nosotros”, donde el sujeto migrante tenga cabida. La posibilidad de esta participación social, en términos más horizontales -tal se abordará con mayor profundidad en el apartado 3.I.5– se relaciona con las problemáticas de Ruzafa, relativas al déficit en la provisión de servicios para sus habitantes, y su trayectoria reivindicativa. Independientemente del país de procedencia de los habitantes del barrio, y de sus condiciones administrativas de regularidad, la premisa es que existen problemas transversales a todos, que es preciso resolver. “Es un barrio de gente que le gusta mucho estar en actividades que sean de hacer cosas para los niños, llevan mucho tiempo luchando por una escuela. Lo mismo cuando querían un polideportivo en el barrio. La gente de este barrio es muy activa siempre está queriendo luchar por hacer cosas, eso es lo que más me llama la atención del barrio que la gente se reúne. Se unen y luchan por cosas” (Migrante colombiana) 68 Organización social pro-migrante , de origen mixto, (integrada por población autóctona y extranjera, principalmente del Magreb, del Norte de África: Marruecos, Túnez y Argelia 67 3. I.5.- Percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona 3. I.5.1.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes Al igual que en Barcelona, la inserción urbana de los migrantes al ámbito local valenciano, - y específicamente para el caso del aspecto residencial en el Barrio Ruzafa, se presenta más como una dinámica “inclusiva” y mayoritariamente de Copresencia residencial que como una dinámica de segregación, que excluye y concibe al migrante como un “factor degradante y vecino indeseable” (Torres, 2006). Por su parte, referido a las dinámicas de convivencia que tienen lugar en los espacios públicos, -de encuentro, de estar y de tránsito-, primaría el precepto más clásico de la civilidad cortés pero distante, sin mayores relaciones o intercambios sociales, una sociabilidad en los márgenes de lo políticamente correcto no exento de dificultades y desencuentros. Identificada por Torres (2006) como “convivencia pacífica pero distante”, caracterizada por una interrelación más bien superficial entre unos y otros, que suele tornarse más significativas cuando se dan con personas del propio origen. La siguiente cita, de un estudio realizado ya hace ocho años atrás, refleja la tendencia actual de la convivencia: “El uso compartido de las calles y espacios del barrio presenta diferencias notables según los grupos de vecinos, tanto autóctonos como inmigrantes. Sin embargo, la mayoría de los espacios esta Copresencia se resuelve en términos de “convivencia pacífica pero distante” (Germain, 1995), una educada e indiferente reserva frente al otro, que en la medida que se consolida como cotidianeidad, no deja de tener sus efectos.”(Torres, 2006:22) La composición de Ruzafa es también bastante heterogénea, en relación a sus vecinos y formas de sociabilidad. En este contexto es posible distinguir entre los vecinos “de toda la vida”, los “multiculturales” y los “extranjeros”. Los vecinos de toda la vida, de origen valenciano y valenciano parlantes, cuyas redes de sociabilidad están concentradas principalmente en caritas de la parroquia de San Valero69 y la gran mayoría en las fallas70. Los vecinos “multiculturales”: principalmente profesionales, parejas jóvenes entre treinta y cuarenta años, con un nivel cultural elevado, atraídos por la centralidad del barrio y el ambiente cosmopolita. A pesar de que su sociabilidad es dispersa, y no necesariamente circunscrita a al barrio, el Mercado de Ruzafa, los sábados se presenta como uno de principales espacios para esta. Por su parte, los vecinos extranjeros, tienden a reproducir sociabilidades más etnificadas, relativa a los miembros del mismo 69 La parroquia de San Valero, es un referente en Ruzafa, “como centro donde se desarrollan multitud de iniciativas culturales para toda la barriada” y diferentes proyectos solidarios para las personas necesitadas de la zona entre ellas migrantes y personas en paro. 70 La sociabilidad de tipo festivo es importantísima, y las fallas- como la crítica irónica y sarcástica de la sociedad, del contexto económico, social, político y cultural de la misma- es el gran tejido popular de Valencia. Además de la función explicita de la falla, esta asociación cultural tradicional opera como un club segmentado territorialmente, que requiere de una cuota monetaria para el financiamiento y funcionamiento de las mismas, cumplen otras funciones, empleadas por los partidos políticos. 68 colectivo y también por fuera del barrio (principalmente en parques y plazas, en torno a prácticas deportivas). Imagen Nº4: Proximidad espacial con distancia relacional en los espacios públicos Fuente: Calles del Barrio Ruzafa, Carnaval Cultura Viva (2011). Elaboración propia La metáfora del “Mosaico”, con distintas piezas que están unas al lado de otras pero que interrelacionan poco, sirve para graficar esta idea de proximidad espacial con distancia relacional 71 en los espacios públicos comunes .La siguiente cita vendría a confirmar esta distancia relacional así como también el carácter más multicultural – en lugar de intercultural- del barrio. “Yo creo que Ruzafa es más multicultural, que intercultural realmente por lo que comentábamos antes que sí que hay mucha variedad de culturas realmente pero no conviven entre ellas, las culturas no tienen intercambio igual de acciones de asociacionismo... Que no conviven realmente la percepción que tengo al menos es esa, sí que hay muchos, latinos marroquíes, india pero no conviven entre ellos. (Associacio Xaloc Russafa) En términos generales, diversos factores inciden en las dinámicas de sociabilidad al interior de Ruzafa72; la antigüedad de un colectivo, la imagen social que se tiene de ese colectivo, y así 71 Los espacios públicos comunes propicios para la interrelación en Ruzafa, identificados Torres (2006) son principalmente; la Plaza Manuel granero, la puerta de los colegios y determinadas paradas del autobús. 72 Factores extrapolables también para los tipos de sociabilidad en España y Valencia 69 también la historia- trayectoria en el barrio. De aquí que los latinoamericanos tengan mayores facilidades para insertarse en las relaciones informales cotidianas y para ser “mejor aceptados”. Otros los elementos que tenderían a favorecer su inserción en Ruzafa, además del idioma, cultura y la religión cristiana en común con la sociedad receptora - antes mencionados-, tiene relación con cierta “apertura a la incorporación en el barrio” en comparación con otros grupos de extranjeros y con el perfil familiar de este colectivo migratorio (madre, padre e hijos). Este último al tiempo que levanta menos sospecha que la migración masculina (principalmente de países árabes), contribuye a la construcción positiva de su imagen social, pues al igual que las anteriores presenta características similares a las formas autóctonas. La siguiente cita da cuenta de lo anterior: “Yo creo que igual latinos, sí que ellos tienen una cultura más abierta, más integrada en el barrio, más de calle y de convivir en comparación con Marruecos, igual por el idioma -si creo que les afectará para relacionarse y todo-, pero la cultura latina siempre la veo más propensa a hacer cosas de barrio. Los demás también pero son más de introversión, cuesta un poco más” (Xaloc) Desde la perspectiva de un migrante, se corrobora lo anterior y se justifica cierta “deuda” atribuida a instituciones de gobierno, respecto a mejores condiciones de incorporación para los extranjeros latinoamericanos. “El mismo hecho que somos digamos como que ex colonia, somos parte de España por llevar muchas de sus costumbres: las fiestas patronales, fiestas de la virgen que hay en España pues en Latinoamérica también las llevan. Por ese mismo hecho digamos, podría haber un poco más de facilidades en el caso de conseguir trabajo, residencia legal que en cuanto a otro colectivo inmigrante, por ser parte de su historia” (Migrante boliviano) 3. I.5.2.- Tejido asociativo de Ruzafa y el ingreso del sujeto migrante en el mismo El común denominador entre algunas de las asociaciones del barrio, deja traslucir un diagnóstico más bien crítico en cuanto a la insuficiencia de servicios públicos y a una compartida sensación de “abandono” por parte de las instituciones del gobierno local. (Torres, 2006: 9). Entre los principales aspectos negativos del barrio, cabe mencionar: La degradación de la viviendas, y sus casi nulas condiciones de habitabilidad, así como también la falta de servicios públicos y equipamiento, (escuelas e institutos públicos, centros de salud, bibliotecas, entre otros), así como también, la escasez de áreas verdes y el intenso tráfico. Algo representativo de Ruzafa es la capacidad organizativa73 de los vecinos y vecinas y el papel reivindicativo que estos/as asumen toda vez que sus derechos intenten ser vulnerados (Ver Cuadro Nº5). Este activismo social, colabora y se organiza en torno a la denuncia y defensa de causas y 73 Desde juntas de vecinos y organizaciones sociales, hasta asociaciones de migrantes y ONGs “Asociaciones civiles y ONG´s del barrio: SARIRI, Jarit y Russafa Cultura Viva como plataformas de orientación e integración de inmigrantes, Xaloc que realiza un trabajo socioeducativo con los menores, en el marco de la educación para el desarrollo con un enfoque intercultural o Plataforma per Russafa orientada a conseguir más dotaciones y servicios públicos para construir entre todos un barrio más digno y habitable” Ver: http://facetasurbanas.blogspot.com/2013/03/ruzafa-2012-indicadores-de-cohesion.html 70 a la demanda por mejores servicios para los y las ruzafinos/as, evidenciado el protagonismo asumido por algunas de las organizaciones sociales más representativas del barrio como Plataforma Per Russafa y la Asociación Civil Jarit, por mencionar algunas. Podríamos identificar ciertos hitos en la historia reivindicativa de Ruzafa, que asimismo dan cuenta de cierto involucramiento de parte de la población migrante (Ver Anexo Nº11). Referido concretamente a cómo ingresa el vecino migrante -latinoamericano- en el tejido asociativo de Ruzafa, cabe mencionar que más bien se trataría de formas de participación social, aisladas, temporales y coyunturales. Por una serie de razones, antes expuestas, las organizaciones de migrantes y la población migrante no logran una participación activa y permanente en términos de lo que se ha definido –con anterioridad- como formas de apropiación política. Iniciativas como: la organización de la festividad cultural anual, de Ruzafa, el protagónico papel de los migrantes latinoamericanos-, Carnaval Cultura Viva, - con un así como también algunas convocatorias de carácter reivindicativo por parte de la sociedad civil autóctona organizada, relativa a la defensa el Parque Granero y la denuncia por mejores servicios públicos, por ejemplo, dan cuenta de esta especie de involucramiento ocasional por parte de la población migrante. Esto último, aparece ya documentado entre algunas de las conclusiones del estudio comparado de Moncusí (2009) en Orriols y Ruzafa, afirmando que: “Ruzafa tiene una gran densidad asociativa en comparación con barrios de similares características hasta seis asociaciones de extranjeros de distintas nacionalidades se encuentran en el barrio (…) Se trata, sin embargo, de un tejido asociativo que podríamos calificar como etnificado, dado que por un lado incluye entidades festeras y tradicionales y ONG con participación fundamentalmente autóctona y, por otro, varias asociaciones compuestas fundamentalmente por extranjeros de distintas nacionalidades” (Moncusí, 2009:34). Desde un plano más ideal, más cercano a cómo debiesen ser las cosas, opera una lógica distinta por parte de las percepciones de algunas de las organizaciones de sociedad civil de población autóctona. Si bien se observa una postura favorable a dichas formas de apropiación política de la población migrante, y su posible involucramiento en el tejido asociativo del barrio, se reconoce que es más bien una práctica incipiente, un proceso complejo que requiere de un trabajo continuo en el tiempo y en conjunto con todos los actores involucrados -como un proceso de incorporación bidireccional-. El superar el estadio del puro discurso, implica establecer relaciones de horizontalidad e igualdad con el otro diferente – legitimo. “Sí que es un barrio reivindicativo que ha estado ahí con toda su problemática, que no tenía servicios, poco a poco parece que va consiguiendo algunas cosas, que aún queda mucho por cambiar, que debe seguir siendo reivindicativo, pero que debe intentar conseguir entre todos los grupos hacer un trabajo más colectivo, pero es difícil. Se intenta, se hace pero queda muchas veces más como discurso, que como práctica pero bueno en ello estamos” (Asociación Civil, Jarit) 71 Algunos elementos que contribuyen a avanzar en la inserción de la población migrante en el relato del barrio, como “vecinos” (independientemente del origen de estos), y en la apertura a la participación social de los mismos en su tejido asociativo, tiene relación con las reivindicativas, originadas por una necesidad o algún problema común 74 instancias (Torres, 2007). Estas, en formato de movilizaciones conjuntas por un determinado objetivo –en general convocadas por la sociedad civil autóctona organizada- (Ver Anexo Nº11) se presentan como instancias propicias para las relaciones de vecindad y la construcción colectiva de un “nosotros” como miembros del mismo barrio. “Yo pienso que es de los barrios donde hay más inmigrantes en un plano tan pequeño, es muchísima la inmigración que hay aquí, es un barrio multicultural total y reivindicativo porque la gente que está aquí toda se une tanto inmigrantes como la gente de acá, por conseguir algo que es de beneficio para todos” (Migrante colombiana) En las conversaciones sostenidas con los distintos actores entrevistados/as, - población migrante y sociedad civil autóctona-, frente a esta situación tiende a predominar la valoración del concepto de vecindad por sobre el de nacionalidad, debido la compartida condición de precariedad. Si bien se trata de una valoración minoritariamente social orientada a un “deber ser”, prevalece la idea de que todos los vecinos -independientemente de su nacionalidad- se ven afectados por las mismas problemáticas barriales. En este tipo de acciones más coyunturales, podríamos hablar de una relativa horizontalidad entre los actores y así también de cierta legitimación de los extranjeros del barrio, y sus formas de apropiación más política. En el marco de acciones de sensibilización social y educación para el desarrollo 75 y a partir de enfoques culturales (festivos y educativos), políticos (SARIRI, Asociación intercultural, Asociación Civil Jarit, y Asociación Xaloc Ruzafa), y sociales (Russafa Conviu), en general las asociaciones coinciden en que el tipo ideal de barrio intercultural al cual se aspira llegar, no se reduce a la generación de encuentros, ni carnavales, pues este es más bien un proceso lento y bidireccional. Estas actividades, si bien son importantes para promover la diversidad de población que vive en el barrio no son un factor decisivo en la posible convivencia intercultural, pues – como lo diría Torresexisten factores tales como; el tiempo social, una interrelación cotidiana continuada sin mayores problemas, que facilitan – o bien dificultan76-, la construcción colectiva del imaginario de vecinos del barrio. 74 La precariedad en cuanto a los servicios públicos y establecimientos educacionales, la escases de las áreas verdes, entre otras. 75 La Estrategia de Educación para el Desarrollo de la Cooperación Española (2007) define a la Educación para el desarrollo,( ED), como “un proceso educativo (formal, no formal e informal) constante, encaminado a promover una ciudadanía global, a través de conocimientos, actitudes y valores capaces de generar una cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión así como con la promoción del desarrollo humano y sostenible”. 76 Relativa a la competencia por recursos sociales básicos, al uso y percepción de abuso que los migrantes hacen de los servicios públicos del barrio, de salud, por mencionar alguno. 72 “Lo que quiere hacer Rusafa Conviu, es trabajar temas sociales, trabajar los temas de interculturalidad de integración real de todas las personas desde la diversidad que hay sea cual sea su origen y su circunstancia como se puede mejorar la convivencia real del día a día. Se trata de realmente que somos personas y para mejorar la realidad del barrio de aquí y ahora es lo que tenemos que trabajar” (Russafa Conviu) Desde el colegio -como una realidad multicultural de hecho- y las nuevas generaciones y así también desde el trabajo educativo emprendido por asociaciones como Xaloc Ruzafa77 (que involucran necesariamente a sus progenitores) y Jarit (educación intercultural), se suplen y cubren las carencias administrativas, avanzando en la conformación de procesos convivencia más interculturales, que solo tiempo y los factores antes señalados podrán consolidar. 3. I.6.- Políticas locales para la incorporación de los vecinos migrantes y la convivencia ciudadana en Ruzafa El concepto de integración – desde el ámbito normativo-, implica por un lado, un reconocimiento de aquella minoría que se incorpora a la sociedad de acogida, en “igualdad de condiciones, derechos, obligaciones y oportunidades con los ciudadanos autóctonos” (Malgesini y Giménez: 1997), sin que esto vaya en desmedro de su cultura de origen. Por otro, un proceso mediante el cual la mayoría, (sociedad de acogida) incorpora a su vez una serie de modificaciones de carácter normativo, institucional e ideológico para hacer posible dicho proceso de integración. (Torres, 2011) Pensar la integración como la construcción de una “nueva ciudadanía” a través de la cual las personas puedan alcanzan una incorporación plena, libre y autónoma en la sociedad” (III Plan Vasco, 2011-2013: 10), implica ir más allá de la necesaria normalización entendida como la extensión de atención a los inmigrantes en “los subsistemas de bienestar ya existentes, y compartir con la población autóctona instituciones, servicios y programas” (Torres, 2011: 266). Se requiere incorporar nuevas dimensiones orientadas a comprender y gestionar eficazmente la construcción de sociedades más cohesionadas como la noción de “ciudadanía inclusiva” y la “convivencia intercultural”. Uno de los planteamientos referidos al papel del Estado del Bienestar respecto de la inmigración, apunta a la existencia de regímenes, cuyas reglas y normas establecen la posibilidad o imposibilidad para que las personas inmigradas se conviertan en ciudadanas del país receptor señalando que: “el modo de entender la ciudadanía y la nacionalidad en cada país conforma no solo las reglas de admisión y pertenencia a esta comunidad (política de inmigración) sino también el trato y las oportunidades de inclusión que reciben los extranjeros asentados en el territorio nacional (política de integración).”(CeiMigra, 2010-2011:95) 77 En un espacio lúdico, abierto y flexible orientada a la educación intercultural e inclusión “Realizan un trabajo socioeducativo con los menores, un acompañamiento con sus familias y una coordinación directa con los diferentes ámbitos que intervienen en la vida de los niños.” 73 En este contexto, el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración (PECI 2007-2011), y el Plan Valenciano de Inmigración y Convivencia (2008-2011) tanto a nivel central como autonómico, comprenden la integración como un proceso de “construcción de cohesión social bidireccional” orientadas al conjunto de la ciudadanía –población autóctona y migrante-. La aproximación hacia la población migrante en destino, -en condiciones de mayor vulnerabilidad respecto a la autóctonase materializa en la elaboración de políticas públicas orientadas a: Generar igualdad de oportunidades, igualdad en el acceso a derechos y en el cumplimiento de deberes, estimular el desarrollo de un sentido de pertenencia de los inmigrantes a la sociedad de destino y el respeto de la diversidad cultural en el marco de las normas generales del Estado de derecho. Para ello, algunas de las medidas desplegadas hacia los/las migrante en destino, se relacionan con: iniciativas de acogida y acompañamiento, garantías en acceso a los derechos básicos para su desarrollo (Salud, Educación, Empleo y formación, Vivienda), y el fortalecimiento de su tejido asociativo (las asociaciones de inmigrantes como componente de participación social, que propiciaría la integración). Todo lo anterior acompañado por un trabajo transversal a la ciudadanía, enfocado en la sensibilización respecto a la realidad migratoria, a fin de evitar actitudes xenófobas y racistas78 y así también a la mediación en barrios multiculturales. El Plan Autonómico de la Comunidad Valenciana para la Integración Ciudadana, así como los tres Planes Directores que lo articulan: De Cooperación Valenciana, De Inmigración y Convivencia y De Participación Ciudadana para los años 2008-2011 comprenden la Integración como uno de los presupuestos necesarios para la convivencia y cohesión social, pues: “la cohesión social, la igualdad en derechos y obligaciones y el sentido de pertenencia a una comunidad se construye con la participación de todas las personas que la componen” (Plan Director de Inmigración y Convivencia, 2008-2011:2) El Plan Director de Inmigración y Convivencia (2008-2011), está conformado por diez áreas de actuación79 orientadas a favorecer la implicación de toda la sociedad civil en la construcción de una sociedad justa, solidaria, tolerante e integrada. En este contexto, llama la atención como en paralelo a esta la declaratoria de principios basada en los derechos humanos, justicia social y solidaridad, desde la Generalitat Valenciana, se avalen prácticas como: las restricciones en el acceso a salud para los migrantes –justificada en los tiempos de crisis- y el mantenimiento de un 78 Independientemente del papel que haya jugado la administración local en esta, en términos generales, la apreciación de los entrevistados acerca las actitudes racistas y xenófobas por parte de la población autóctona, coincide en que actualmente se trataría de sucesos aislados. A diferencia de lo ocurrido en los primeros años de la inmigración ( años 2000), ha habido un cambio sustantivo en la actitud y disposición del vecino autóctono, referido a la percepción de una relativa aceptación de los extranjeros, relacionada con el tiempo de asentamiento de estos en la ciudad y el contacto en la cotidianidad del barrio. ( Para el caso de Ruzafa) 79 Acogida y acompañamiento, Garantías jurídicas, Salud, Educación, Empleo y formación, Vivienda Igualdad, Familia, infancia y juventud, Sensibilización y opinión pública, Codesarrollo y relaciones interinstitucionales. 74 Centro de Internamientos de Extranjeros CIE80. Estas, al amparo de políticas restrictivas y de exclusión, y tratos vejatorios a la población migrante injustamente recluida, atentan precisamente contra la dignidad de las personas que enuncian resguardar. La bajada desde esta política y planes para la incorporación de los individuos a la sociedad valenciana en igualdad de “condiciones, derechos y deberes, mediada por la participación activa de la población migrante en la vida social, económica y cultural” a nivel local y más específicamente al ámbito micro-local de los barrios, difícilmente se condice con lo estipulado en los mismos. Las indagaciones realizadas en el marco de este estudio, revelan la poca efectividad en la implementación de programas y medidas orientadas a la población migrante, principalmente por el tratamiento institucional que se le otorga. Desde la Sección de Participación Social 81, de la Concejalía bienestar social y de integración del Ayuntamiento de Valencia, la problemática migratoria se aborda y resuelve desde el servicio social, concibiendo en la práctica a la inmigración solo desde esta perspectiva. 3. I.6.1.- Oficina Técnica del Plan Norte Sur 2009-2013 El Plan Norte-Sur (2009- 2013), es el segundo de la ciudad de Valencia82 y se implementa desde la Oficina Técnica del mismo nombre. Desde aquí hace operativo, a través de una serie de medidas de actuaciones asociadas a una planificación presupuestaria, se organiza la implementación de las actuaciones, los indicadores de evaluación, entre otros. Este Plan, surge en un intento por coordinar y dar coherencia a todas las actuaciones que lleva a cabo la Concejalía de Bienestar Social e Integración: “Como propuesta para integrar inmigración y desarrollo, desde el convencimiento de que los flujos migratorios son una fuente de riqueza para los países de origen y destino, y que las políticas públicas que vinculan las respectivas comunidades son imprescindibles en el contexto de interculturalidad en que nos encontramos” (Concejalía de Bienestar Social e Integración) Muy por el contrario a lo que se tendería a pensar, pues la participación social de los migrantes aparece como uno de los principios fundamentales de la integración, el proceso de elaboración de este segundo Plan Norte- Sur, en términos reales no consideró la implicación de las asociaciones de migrantes. Se realiza más bien en base a los resultados de evaluación interna, del primer Plan Municipal para la Integración de la Inmigración (2002-2005) y en trabajo conjunto con la Sección de 80 Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores en Valencia. http://ciesno.wordpress.com/ Conformada por seis departamentos u oficinas. Por un lado; Mesas de solidaridad, Cooperación al desarrollo internacional, y Proyectos Lucha contra la pobreza y la Exclusión, (estos primeros enfocados principalmente a las convocatorias de ayudas y subvenciones). Por otro el Centro de Apoyo a la Inmigración, CAI (implementado a partir del I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración), el Banco del Tiempo y finalmente la Oficina Técnica del Plan Norte Sur 2009-2013 ( que no figura en el organigrama oficial). 82 El primero y del cual devino la conformación del Centro de Atención Inmigrante- CAI, de la misma sección, es I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración (2002-2005). 81 75 Estudios y Planificación del Municipio. Desde aquí se diseña, se le integra un programa de cooperación y otro de codesarrollo, para luego presentarlo a la “entidad participativa”, el Consejo de Acción Social 83, con quienes finalmente se aprueba En palabras del informante clave del Ayuntamiento de Valencia: “En realidad hay un Consejo de Acción Social pero que es poco participativo, en participación este ayuntamiento suspende. Con el tema del Plan anterior, no pudimos implementar grupos de discusión para enfocar la evaluación del primer plan, no se nos permitió...entonces lo evaluamos internamente en el equipo del CAI, que se hizo una buena evaluación… pero bueno necesitamos saber lo que la gente piensa, lo que las entidades y asociaciones de inmigrantes piensan. Tienen miedo a que la gente participe y diga cosas” (Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia) Una de las principales problemáticas que enfrenta este instrumento para su idónea ejecución a nivel local, está relacionado con la falta de apoyo político, reflejado también en la ubicación de este dentro de la estructura municipal. Hecho que se traduce en una invisibilización del Plan a nivel intra institucional, y en una falta de incidencia del mismo. Esto sumado a falta de la participación de los actores involucrados en la elaboración del mismo, así como los recortes presupuestarios destinados para su implementación, hacen que este instrumento transversal- pues involucra teóricamente a todas las concejalías- se reduzca solo a un plan de servicios sociales. De aquí la importancia atribuida al trabajo conjunto que vienen desarrollando la oficina técnica del Plan NorteSur y el CAI. El diagnóstico más bien negativo atribuido por un informante de la Oficina Técnica del Plan: “Bueno entre nosotros lo del Plan (Norte- Sur) está muy bien, se editó, se publicó y punto final yo creo que el Plan no le interesa a nadie más que al CAI, a mí y a mi jefe. Hablando sinceramente contigo… no le interesa a nadie, ni nadie se siente comprometido con esto, nadie destina presupuesto. Pero esto es un problema de la ubicación del Plan, porque si esta allá en los servicios sociales, nadie se siente vinculado” (Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia) El Plan, se articula en función de tres ejes-programas: Inmigración, Cooperación Internacional y Codesarrollo. En la idea de profundizar en las garantías ofrecidas por los agentes del gobierno local para convivencia ciudadana en barrios multiculturales, la atención se centra en el primero. El Programa de Inmigración del Plan, actúa mediante siete Áreas: De Primera acogida, de Información, orientación y asesoramiento, Educación, Interculturalidad, Promoción de la salud. Empleo y Participación y asociacionismo. En párrafos anteriores de dio ciertas luces acerca de la escasa participación de la población migrante y sus formas de asociacionismo, garantizadas desde los agentes del gobierno local. El cuadro del Anexo Nº13, reúne algunas de las iniciativas originadas desde – o en participación con83 El principal problema de este Consejo de Acción Social, es que no hay representación de asociaciones de inmigrantes, solo grandes ONGs como Cruz Roja, y Caritas, que tienen programas de inmigración y/o atienden a población inmigrante. Entre las limitantes para incluir a las asociaciones de migrantes, se alude a las restricciones a la participación ciudadana, en general, práctica habitual de la ideología del PP, Partido Popular de derecha, al mando de la Alcaldia de Valencia desde 1991, a la fecha. 76 la administración local en el Barrio Ruzafa para la promoción de espacios de interculturalidad. Entendida esta última como un paso más allá de la multiculturalidad, como promoción de espacios de interrelación entre los grupos. La interculturalidad 84 se basa en un principio de interacción positiva, la negociación con el otro diferente y la convivencia en la diversidad, distinto al hecho de constatar y aceptar diferencia en la distancia (más propio de la multiculturalidad). En relación Anexo Nº13, cabe mencionar que se trata en su mayoría de actuaciones no vigentes con excepción de las últimas- , implementadas en el marco del I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración (2002-2005). Actualmente, desde el Plan Norte- Sur, se trabaja en articulación con la población escolar y joven y en alguna actividad de sensibilización hacia la población en general, pero no necesariamente circunscrito a barrios determinados. “El City to city fue una experiencia exitosa en cuanto a intervención comunitaria, ahí por el 2008 pero se acabó la historia....No hemos podido continuar con ese trabajo en esos barrios, y es una de las grandes oportunidades que tiene el trabajo social para trabajar con colectivos de inmigrantes y en general con esta diversidad pues es una oportunidad que estamos perdiendo… lo mismo con los del tema de la utilización de los espacios públicos... en eso de todas maneras suspendemos totalmente” (Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia) El apartado anterior (3.I.5.) ya daba señas de la percepción que tienen los habitantes de Ruzafa, independientemente de su procedencia- acerca del papel del gobierno local. En este sentido, se cuestiona el actuar del ayuntamiento en el tema de “la integración de los extranjeros”, pues opera desde una lógica asistencialista no desde una “implicación real”, confirmando el diagnostico al interior de la institucionalidad, de que en la práctica se aborda la realidad migratoria como un problema de servicio social. Esta situación – al igual que una serie de asuntos propio de la condición migrante como por ejemplo, las trabas para conseguir la residencia- se asocia justamente a una falta de voluntad política propia de los gobiernos de derecha en el poder, y su escaso interés, - en Valencia y en la mayoría del globo- por destinar recursos a la inversión pública, y al bienestar social. “Somos los últimos que hemos entrado al tema de la ley integración de personas que vienen de otros países y se plantea más desde un tema asistencia, de caridad y tal, no como una implicación real, entonces yo creo que el ayuntamiento es contraproducente… a lo mejor existe en el papel, pero no se ha hecho nada… Te voy a decir que en todos los años que llevo yo trabajando temas interculturales en el barrio, que ya son casi 10, solo una vez vino una especie de Consellería de Inmigración, pero venía un poco a intentar sumarse a un carro que estaba empezando a andar, en lugar de ofrecer recursos y opciones ¿y de Plan y tal?.. Nada, cero... (Russafa Conviu) Ante la escaza presencia de la administración local y la percepción de abandono respecto a la misma,- en cuanto a la provisión de servicios y en temas de convivencia en barrios 84 Desde el plano normativo, comprendida como interculturalismo, basado en los principios de igualdad, de diferencia e de interacción positiva, necesarios para la “convivencia en la diversidad”, se distingue de la Multiculturalidad,–Multiculturalismo desde lo normativo- sustentado en el “Reconocimiento de la diferencia”, a partir de los principios de igualdad y diferencia. Si bien ambos conceptos provienen del Pluralismo Cultural, son distintos en cuanto a la interacción que comportan. (Giménez, 2003:5) 77 multiculturales85-, algunas organizaciones de Ruzafa asumen este rol y vienen desde hace años trabajando por bienestar de la población más vulnerable (muchas veces desde la autogestión y al margen de la administración local) y generando instancias para mayores intercambios entre la diversidad de grupos que cohabitan en el mismo. Si el cohabitar no implica necesariamente el intercambio entre los distintos habitantes del barrio y los múltiples colectivos de extranjeros y el “compartir” un mismo espacio, tampoco significa de por si un sentido reciproco de colaboración, la responsabilidad de los agentes sociales – como la sociedad civil organizada - resulta primordial para estimular estas instancias que no vienen otorgadas por defecto. “Para empezar deberíamos primero tener esas voluntades de trabajar juntos pero con los de aquí y los de fuera, deberíamos crear ese clima de acogida de igual a igual de respeto de verdad: “quiero conocerte, háblame cómo eres o de dónde vienes” y realmente los colectivos que conviven con nosotros aquí lo que les falta asumir que es su realidad por el tiempo que estén. ( Russafa Conviu) 85 Desde las primeras manifestaciones vecinales del 2002, se responsabilizaba al Ayuntamiento de Valencia y a la Generalitat valenciana por la degradación de la calidad de vida de los y las ruzafinos/as, y así también se les exigía en ese entonces, la colaboración en la creación de un “Plan de Intervención Integral en el Barrio Ruzafa”. ( Torres, 2007:316) 78 3. II.-Segunda Parte: Invisibilización del sujeto migrante en el Barrio Esmeralda del Centro Histórico de Santiago 3. II.1.- Migración Sur –Sur en Chile, la Región Metropolitana y Santiago En términos generales el porcentaje de población migrante, respecto al total de la población en el caso de Chile, es más bien bajo en comparación con otros países como Estados Unidos o España que son destino común de migrantes, superando escasamente el 2% (352.344 personas extranjeras) 86. En la Región Metropolitana (RM) se concentra la mayor proporción de extranjeros 61,2%, principalmente por la centralización económica y político-administrativa, le siguen muy por atrás la Región de Valparaíso (8,6%) las regiones de Antofagasta, Tarapacá y Arica, en el norte (14,99%) y al sur, Biobío y la Región de Los Lagos (7,38%), mientras que el 8% restante se distribuye entre el resto de las regiones del país. (OIM, 2011) (Ver Anexo Nº14) Se trata de migración predominantemente laboral87 proveniente de países de América del sur; Perú (37,1%), Argentina (17,2%), Bolivia (6,8%), Ecuador (5,4%) y Colombia (3,7%), proliferando en mayor medida desde el 2000 los flujos de migrantes andinos 88.En comparación con los datos arrojados por el censo realizado el 1992 (con aproximadamente 185.000 personas extranjeras), se observa un aumento de población migrante del 72%, siendo los peruanos, ecuatorianos, colombianos y en menor medida bolivianos, los que mostraron un mayor crecimiento intercensal en el periodo (Martínez, 2011:28). El siguiente Gráfico Nº3, da cuenta del porcentaje de crecimiento de la población migrante en Chile, para el periodo 2002-2009, según país de origen predominantes. Llama la atención la baja en cuanto al porcentaje de argentinos en el país, en contraste con el notable aumento de colombianos. 86 Estimaciones realizadas en el 2009 por la sección de Estudios del Departamento de Extranjería y Migración (DEM) del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile, en base al Censo 2002. 87 Este hecho se confirma en función del alto nivel de empleabilidad para la población migrante en su mayoría en edad activa. La tasa de ocupación para la población migrante al 2009, era de 62%, ante 50% de la población autóctona. En base a los datos de la Encuesta de hogares 2009 (OIM, 2011:48) 88 De la Comunidad Andina CAN, integrado por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. 79 Gráfico Nº3: Estimación del porcentaje de crecimiento de los grupos migratorios en Chile entre 2002 y 200 Fuente: INE-Chile 2002, Registros de Permisos de Residencia otorgados en Chile, 2009 (DEM). En Martínez (2011). Elaboración Propia En relación a la Región Metropolitana, los nacidos en el extranjero se representan un 2,14% (143.253) respecto del total de población Región (6.682.342). La migración peruana se concentra principalmente en la RM, con un 77,9%, seguida por la ecuatoriana 67,9%. Más del 40% del total de migrantes en la RM proviene de países miembros del CAN, con una población aproximada de 58.392 (CASEN, 2009), tal como se puede ver en la Tabla Nº2. Tabla Nº2: Representatividad de Migrantes Andinos en la RM (2009). REGION METROPOLITANA /CHILE 2009 % Respecto del total Inmigrantes RM % Respecto del total Inmigrantes CAN/RM 40.266 28,1 69,0 BOLIVIA 6.830 4,8 11,7 COLOMBIA 6.221 4,3 10,7 ECUADOR 5.075 3,5 8,7 58.392 40,8 100,0 143.253 100,0 PAIS DE ORIGEN PERU TOTAL INMIGRANTES CAN RM TOTAL INMIGRANTES RM Fuente Encuesta Casen 2009, Ministerio de Planificación, MIDEPLAN. Elaboración Propia 80 Al comparar los antecedentes de la Encuesta CASEN para los años 2006 y 2009, referidos a la RM, surgen datos relevantes acerca del porcentaje de crecimiento de los migrantes provenientes de países andinos, pues presenta diferencias al observar su distribución interna. Al igual que lo ocurrido a nivel nacional la migración peruana si bien es la más predominante, ha aumentado su representatividad en la región escasamente en un 15,3%, en comparación con la población de bolivianos que se ha incrementado, en un 417%, los colombianos en un 107% y los ecuatorianos un 103%, al 2009. Estos datos permiten evidenciar, además del acelerado crecimiento de la población de migrantes andinos en la Región, una mayor heterogeneidad en la conformación interna del flujo migratorio y las dinámicas migratorias a nivel regional. Una situación similar se observa en el caso de la comuna de Santiago, donde el flujo de migrantes andinos se ha incrementado en un 40% de acuerdo a los datos arrojados por la Encuesta CASEN 2006 y 2009. (MIDEPLAN, 2009). El Gráfico Nº4, elaborado en función de los datos arrojados por el último Censo (2012) estima que la población migrante en la comuna de Santiago alcanza un 12,44% (38.737 89), respecto del total de la población estimada de 311.415 personas, siendo la migración peruana (17,23%), la que tiene mayor presencia respecto al total de inmigrantes. Gráfico Nº4: Estimación de extranjeros en la Comuna de Santiago Fuente: “Cifras y rostros de la migración” Ciudadano Global: Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados. Elaborado en base al Censo, 2012. 89 Dato relativo a cifras oficiales que no consideran el número de migrantes en condiciones de irregularidad. 81 A diferencia de lo presentado en el Gráfico Nº4 en relación a los datos censales (2012), el Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago (2012) estima un total de 57.195 migrantes 90 en la comuna, en base a información extra oficial, obtenida a partir de los registros de los servicios de Salud y Educación. 3. II.2.- Antecedentes del Barrio Esmeralda y el Centro Histórico Los “centros históricos” para el caso de las principales ciudades latinoamericanas, son concebidos como lugares de encuentro y contraste de personas, prácticas, símbolos e imágenes, espacios donde entran en escena diferentes y contrapuestos imaginarios sobre el presente y el pasado (Hiernaux, Lindón, Aguilar, 2006). El doble significado del Centro, relacionado con lo espacial y lo temporal, recae en su condición de centralidad física pero también simbólica respecto de la ciudad. Es ahí donde, a lo largo del tiempo, se ha concentrado tanto el poder económico y político como el religioso, donde, además de haber ocurrido hechos históricos relevantes en el pasado, opera una lógica de lo funcional constitutiva del presente. De aquí que el hecho de establecerse en el centro de la ciudad misma o en sus alrededores -ya sea mediante la residencia o por trabajo- además de los reportes funcionales, constituye un valor simbólico relativo al posicionamiento en las cercanías del poder. Algo propio de las ciudades del centro tiene relación además con su carácter mixto, debido a la diversidad de público y uso: residencial pero también comercial, sus áreas verdes y espacios públicos, la población que ahí habita y/o transita normalmente y también al hecho de “no estar exento ni de confrontación ni de conflicto”. En este tipo de espacio urbano se acrecientan las formas de coexistencia en la distancia donde cada actor tiene tiempos y lugares de apropiación legítima (Remy & Voyé, 2006, en Matus: 2010:66). Hacia fines de los años ’80, y comienzos de los ’90, la comuna de Santiago 91 encuentra su punto más álgido de pérdida de población 92, quedando de manifiesto, las consecuencias de haber privilegiado el uso del territorio para fines comerciales, industriales y de servicio, por sobre la vigencia de éste como área residencial (Rojas, 2004). A partir de esta misma época, se inician una 90 El cálculo deducido -que difiere del estimado en 38.737 migrantes (Censo, 2012) -es el resultado de tres veces el total de población migrante registrada en las bases de datos de la salud y educación de la Municipalidad de Santiago, a fin de considerar a la población migrante en condiciones administrativas irregulares. ( Programa Migrante, 2012) 91 Ver Anexo Nº17, del Plano de las comunas que integran el Gran Santiago 92 En esta fecha se estima un total de 230.000 residentes en la Comuna de Santiago, específicamente en el centro histórico, muy por debajo de los 600.000 registrados en la década de los ’40. (Torres y Coquimbo, 2007:122). Esto sumado al déficit en construcción, que se venía arrastrando desde 1980 “donde no alcanzó a representar más del 1,5% del número de unidades residenciales en la Región Metropolitana” (pp.166) incrementa aún más el despoblamiento de la comuna. 82 serie de movimientos que buscan “revitalizar el centro histórico de Santiago” producto del denominado “vaciamiento” (Torres y Coquimbo, 2007). Este contexto fue propicio para impulsar un Programa de Repoblamiento habitacional que “orientado a promover los barrios antiguos del centro como lugares de interés residencial,” (Rojas, 2004:166), estuviese en la línea de aumentar la calidad de vida e integración al desarrollo de sus habitantes, aspirando a mejoras en el espacio público, la recuperación medioambiental, la seguridad ciudadana, y la valorización del patrimonio urbano y arquitectónico. (Colectivo Plaza Corregidor, 2011) La atracción de parte importante del mercado inmobiliario hacia el área central, se logra gracias a una estrategia que “liberaliza las alturas de edificación”, y la llegada de nuevos habitantes a la comuna se consigue entre otras cosas, mediante los incentivos del Programa de Subsidios Habitacionales del Gobierno nacional (Subsidios entre US$5.400 y US$6.000 para compras en viviendas nuevas o refaccionadas). Paralelamente surge la idea de construir una imagen urbana vinculada no solo a los aspectos funcionales de la ciudad, sino también a la valoración de aspectos sociales, arquitectónicos e históricos, generándose un proceso de “patrimonialización” del centro de Santiago. Esto determina un cambio en la concepción de los espacios, y en la forma de abordarlos, pues lo que antes era considerado “viejo”, se transforma en algo histórico, identitario y constitutivo de la sociedad y su ciudad 93. Todo esto sumado a las múltiples ventajas de localización y servicios que ofrecía el área central de Santiago -en algo más de diez años- logran cambiar la imagen urbana, transformándola en una zona atractiva para la clase media, con alrededor de 21.000 nuevas viviendas construidas, y una demanda habitacional estable (Rojas, 2004). Hecho que va provocando un masivo interés por residir e invertir en este sector, acompañado del arribo de población joven, con tendencia de transformar los barrios y revalorizar aquellas “zonas más ruinosas y desprestigiadas de Santiago”. De forma paralela, comienza a asentarse población migrante en el centro de la ciudad, con mayor regularidad, desde inicios del año 2000- gracias entre otras cosas a la buena ubicación y conectividad del mismo, y al arriendo de viviendas antiguas y amplias a bajo coste. Si bien, al principio la migración era esencialmente de peruana, con los años esta tendencia ha variado en cuanto a la diversificación de origen de los migrantes, entre ellos: colombianos, dominicanos argentinos, chinos, ecuatorianos, entre otros (Ver Gráfico Nº4) 93 La construcción de estacionamientos subterráneos, y el Paseo del Mercado, -en el área comercial contigua a Esmeralda el 2004 -, y más tarde la remodelación de las calles San Antonio, Miraflores y Esmeralda, -el 2008- sumado a la restauración del adoquín y las fachadas de algunas casas históricas, de la Posada de Corregidor y la Plaza de mismo nombre, son algunos de los cambios que trajo consigo el antes mencionado auge inmobiliario y la “re-valorización”del centro de la ciudad. 83 A nivel comunal se identifican tres flujos migratorios provenientes de: América del Sur -Perú, Argentina, Colombia, Ecuador, y Bolivia- del resto de países de América Latina -más recientemente de Haití y República Dominicana- y de países del Norte –España- (Programa Migrante, 2012).Cabe señalar que existen notables diferencias entre estos tres flujos, mientras los migrantes del norte se enfrentan a situaciones más favorables,- deseados-, los migrantes del sur, se encuentran en circunstancias más vulnerables producto de la condición propia del sujeto migrante- indeseado- las precarias condiciones laborales94 asociadas dificultades para conseguir un contrato de empleo (necesario para acceder a la visa temporal de residencia), la situación de irregularidad propia de esta consecuencia y algunas relativas al idioma para los haitianos, actitudes xenófobas y racistas por parte de la población autóctona, entre otras. El sector céntrico va adquiriendo tintes de “ciudad moderna”, del “espacio bi-funcional” ampliamente trabajado por la Escuela de Chicago- debido a que en él coexiste lo comercial con lo residencial, pero también lo diverso. Lentamente -y siguiendo a Jacobs (1973)-, se va abriendo paso a la relación entre la “valoración del centro” y la “diversidad cultural”, en la cual se releva el “espíritu de vida urbana”, del antiguo centro de la ciudad, como espacio de interacción y contacto entre diferentes habitantes (Jacobs, 1973 en Matus, 2010:55). 3. II.2.1.- Espacios de Centralidad Migrante En el Centro Histórico de Santiago, existen determinadas calles que se han constituido como espacios de referencia para la población migrante, entendidos como Centralidad migrante. A diferencia de lo ocurrido Ruzafa y en otros barrios españoles como Lavapiés en Madrid y el Raval en Barcelona, donde la Centralidad migrante tiene lugar en el ámbito del barrio, producto de las características antes enunciadas, en el caso del Centro de Santiago, se trata más bien de calles y sectores reducidos, como micro-localidades de “sociabilidad inmigrante concentrada” de carácter más incipiente. En el sector de Calle Catedral, al costado de Plaza de Armas y en las inmediaciones del Mercado Central, del sector Mapocho (Ver Anexo Nº15), es posible observar cómo determinadas formas de apropiación del espacio público, como lugar practicado principalmente por migración peruana, articulada en función de un eje comercial van transformando parte del paisaje urbano en sectores que podrían identificarse como de Centralidad migrante. En palabras de Garcés (2011). 94 A diferencia de la población local, los trabajos realizados por los extranjeros, se caracterizan por presentar mayores precariedades debido a: la ausencia de contrato y tipo (de existir generalmente es a plazos), al carácter temporal de los mismos. Se emplean generalmente en trabajos que requieren un menor nivel de calificación, más inestables, con remuneraciones menores, con excepción del área de Salud (OIM, 2011) 84 “las formaciones comerciales de la migración peruana en Santiago forman parte de la construcción de un espacio público de la migración, un marco de visibilidad para la heterogeneidad propia de lo urbano, y en esa línea podemos interpretarlas como una estrategia más de apropiación de la ciudad a partir de la experiencia migrante peruana, que aglutina una diversidad de otras dimensiones que por supuesto exceden la hermeticidad comunitaria-espacial que la noción de enclave conlleva” (Garcés, 2011:13) Tal es el caso de la calle Catedral llamada popularmente “Pequeña Lima” (Ver Imagen Nº5), debido a que este es uno de los puntos más representativos de concentración migrante-peruana en la comuna. Imagen Nº5: “Pequeña Lima” Calle Catedral a un costado de la Plaza de Armas. Centro histórico de Santiago. Fuente: http://cronicas-de-la-calle.blogspot.com/2010/04/la-pequena-lima-en-santiago.html Algunos locales comerciales del entorno y otros ubicados al interior de la “renovada” Galería Bandera en la misma calle, ofrecen servicios especializados en comunicaciones internacionales y diversos productos de consumo, propios del país de origen: restaurantes de comida típica – principalmente colombiana y peruana- agencias de viaje, centros de llamado e internet, envío de dinero y encomiendas, entre otros. Estas formas de apropiación económicas, pero también sociales del espacio público y privado de uso público (semipúblicos), le otorgan un carácter de centralidad migrante, pues al sector acude regularmente población migrante de distintas procedencias y localidades, atraída por la variada oferta de servicios ahí concentrada, y principalmente por la posibilidad de conseguir trabajos temporales y contactos. Tal como se recoge en la siguiente cita: 85 “¡La Plaza de Armas es de los peruanos ya vamos a estar en guerra con los dominicanos y los colombianos! Colombia con Ecuador y Perú se van a quedar con la Plaza de Armas!...Cuando pasan la mayoría de los chilenos, “estamos en Perú” dicen y bueno de broma yo digo: “Bienvenidos a Perú”, pero como echando broma… mayormente hay personas buscan trabajo, hay trabajos por horas, entonces les conviene mayormente a los hombres trabajar por horas, por eso se ve gente ahí” (Migrante Peruana) Recordemos, que la figura del Centro recae en su condición de centralidad física pero también simbólica respecto de la ciudad, pues es ahí donde se ha concentrado tanto el poder económico, como el político y religioso. Las formas de apropiación de la población migrante en este espacio público, denominado “Pequeña Lima” no está exenta de conflictos y tensiones, provocadas por su posicionamiento en las cercanías del poder y la “toma” de uno de los lugares más simbólicos de la historia republicana del país. Asimismo, en el perímetro que circunda al mencionado Mercado Central, -eje comercial por excelencia- se observa un gran número de restaurantes, tiendas de alimentos y productos típicos extranjeros, predominando el comercio peruano. Actualmente en el centro histórico de Santiago es posible constatar la coexistencia de dos procesos simultáneos gentrificación95 y asentamientos migratorios. Al respecto, algunos estudios referidos al caso español han venido abordando la temática en barrios donde confluyen ambos fenómenos, tal es el caso de Ruzafa en Valencia y el Raval en Barcelona. En este último, ubicado en el centro histórico de Barcelona, las evidencias no descartan la posibilidad de una futura convivencia entre ambos actores y procesos, sin embargo en la actualidad predominaría una civilidad distante (Sargatel, 2001), similar a la Copresencia residencial identificada por Torres (2006) en el caso valenciano. En ambos casos no habría mayor confluencia e interacción entre los actores. El comprender la incorporación espacial de los migrantes, a partir de sus formas de apropiación del espacio público, implica asociarla a su participación en la producción misma del espacio local. Primero como acción de transformación espacial- conquista- por parte de la población migrante en el ámbito local; segundo, como la creación de espacios con significación o la identificación con el lugar preexistente, reconocida o matizada en la interacción con el colectivo referente (Pol, 1996:51). De aquí que la figura de alteridad sea constitutiva de la apropiación en su devenir social, pues “los seres humanos construyen su realidad a partir de la significación que otorgan a la experiencia social” (Goffman, 1993), 95 Al igual que lo ocurrido en Barcelona, en Santiago se trataría solo de un ajuste parcial al concepto de “gentrificación”, pues es parte de las clases medias y no altas, las que se instalan en el centro de la ciudad (Sargatel, 2001). Similar a lo ocurrido en Ruzafa, se trata principalmente de jóvenes treintañeros (en proceso de alcanzar una estabilidad laboral). 86 Anclado en este territorio antiguo y patrimonial, surge el nuevo Barrio Esmeralda 96 (Ver Imagen Nº6) pasadizo obligado entre Mapocho y Bellas Artes, que aún conserva la heterogeneidad más propia del sector, y la refleja en sus habitantes, los usos comerciales y los espacios públicos. La diversidad, como un rasgo característico de Esmeralda y sus alrededores, se remonta a sus orígenes cuando denominada “Calle de las ramadas97” solía albergar sitios impregnados de un ambiente carnavalesco donde, parafraseando a Salazar (2003), se tejía “en plano de igualdad y con humor festivo, la cultura popular chilena y la identidad histórica del bajo pueblo”. (Salazar, 2003 en Colectivo Plaza Corregidor, 2011:27). Imagen Nº6: Barrios de la comuna de Santiago y Detalle del Barrio Esmeralda Fuente: Municipalidad de Santiago. Elaboración Propia El Barrio Esmeralda es un micro-barrio emplazado entre cuatro o cinco calles del Centro Histórico de Santiago, es definido por sus habitantes como dentro y fuera del mismo, pues por un lado conserva elementos arquitectónicos, estéticos y comerciales característicos sector céntrico de la ciudad, y por otro, se distingue del mismo debido su carácter más residencial y a las dinámicas sociales que tienen lugar en el Barrio. El entorno próximo de Esmeralda, está conformado por diversas áreas de influencia: calles y espacios con marcada trayectoria comercial; como San Antonio y el Mercado Central, espacios públicos constitutivos de la sociedad chilena; como la Plaza 96 Nombre de fantasía, reconocido por la misma gente que vive y le da vida al barrio. En las primeras décadas del siglo XVII, se denominaba ramadas (o “enramadas”) a los precarios establecimientos de música, comida y licor que aparecían levantados en los sectores rurales, generalmente de carácter provisorio determinado por el tránsito de las fiestas. (http://urbatorium.blogspot.com/) 97 87 de Armas, áreas verdes y monumentos históricos; como el Parque Forestal y el Museo de Bellas Artes. La documentación histórica además confirma la figura de Esmeralda como un pasadizo, como un espacio intermedio que “conecta” -de norte a sur- la zona más popular de la Chimba con el corazón de la ciudad y–de oeste a este- lo más tradicional del centro histórico de Santiago: el Mercado Central en Mapocho, con las recientes y modernas ocupaciones del espacio, del Barrio Lastarria y Bellas Artes. Como se afirma en el apartado histórico del informe elaborado por el Colectivo Plaza Corregidor (2011): “la Calle Esmeralda” no ha escapado a la realidad del centro de Santiago, sino más bien “por décadas ha sido parte de un ambiente heterogéneo y, de enorme importancia para el encuentro con capacidad de acoger diferencias” (ibíd.). Desde el 2008, Esmeralda, se vuelve más atractiva, tanto para los antiguos habitantes, como para los nuevos, que al igual que los empresarios del rubro hotelero, alimentación y turismo, llegan al barrio atraídos por la belleza patrimonial, la ubicación, y el nuevo aire del sector. (Colectivo Plaza Corregidor, 2011:10). Más tarde, un grupo de vecinos pone en marcha una serie de dinámicas económicas y socio-culturales, para la “promoción, conservación y revitalización del barrio” a través de estrategias orientadas a; preservar y difundir el valor del patrimonio histórico- arquitectónico98, cambiar el uso y/o giro comercial de algunos de los inmuebles con el propósito de erradicar “malas prácticas” – referidas al comercio sexual practicado en algunos de estos- e incrementar el nuevo tipo de comercio principalmente relacionado con el diseño independiente. En este contexto, la plaza comienza a ser intervenida por una serie actividades culturales con énfasis en la recuperación de los espacios públicos, el intercambio entre vecinos y la organización social 99, (Ver Imagen Nº7) 98 A raíz de la investigación realizada para la Declaratoria de Esmeralda como Zona Típica, se descubrió que el sector cuenta inmuebles de orden histórico y arquitectónico de relevancia, anteriores al nacimiento del Parque Forestal .Con un perfil más bien ecléctico y un conjunto de viviendas construidas entre 1920 y 1930, reúne múltiples estilos arquitectónicos, concentrados en dos de las tres cuadras que la conforman. 99 Ver: http://www.cchc.cl/publicacion/revista-en-concreto-n104/ 88 Imagen Nº7: Plaza del Corregidor Zañartu. Barrio Esmeralda Elaboración Propia. Fuente: http://www.plazacorregidor.com/ Podríamos decir que desde ese entonces aparecen los dos imaginarios urbanos propios de los centros históricos latinoamericanos descritos por Hiernaux (2006); el patrimonialista y el posmoderno. Por un lado, la visión más patrimonialista, que se basa en la conservación de las manifestaciones materiales de las culturas del pasado como premisa fundamental para la producción actual de las identidades, y las formas de cohesión social” (Hiernaux, 2006:33). Por otro, la visión más posmoderna relacionada con la idea de una modernidad acelerada donde “el espacio se vuelve solo genérico pues pierde su sentido de lugar”, con la premisa de “transformar y reutilizar para aumentar el consumo”. (Matus, 2010). Ambas practicas – patrimonialista y posmoderna- orientadas a “recuperar” los centros históricos -como una estrategia y disposición ante la pérdida de lo urbano-, (Carrión, 2006; Matus, 2010) tienen cabida en el céntrico Barrio Esmeralda. La re-valorización y la diversidad propias del centro histórico de la ciudad de Santiago, se ve reflejada en el comercio y población del Barrio Esmeralda. Además de los vecinos de toda la vida, en el coexisten los antiguos locatarios y los recién llegados; principalmente jóvenes profesionales 89 dedicados al diseño 100, -gentrificadores, y patrimonialistas-. A este se suma la llegada de población migrante en su mayoría del Perú, que han instalado algunos locales de comercio étnico (restaurantes de comida típica, tiendas de artesanía, medicina natural, y migrante) y comercio migrante (abastecimiento de alimentos, peluquerías y centros de llamados e internet101). 3. II.3.- Migración en Esmeralda 3. II. 3.1.-Formas de habitar la vivienda migrante En Esmeralda reside principalmente migración peruana y, en menor proporción, colombianos y dominicanos. Se trata en general de hombres y mujeres, sin formación técnica ni universitaria, que realizan trabajos -por fuera del barrio- que requieren baja calificación. Algunos son empleados de manera permanente, mientras que otros de forma temporal y ocasional; estos últimos más propios de la autogestión de los mismos. Al igual que lo ocurrido en el sector de Mapocho, en este sector céntrico de Santiago es posible ubicar a parte de la población migrante en inmuebles de conservación histórica (Ver anexo Nº16), confluyendo las categorías de “lo antiguo y lo nuevo”, “lo propio y lo ajeno”. De acuerdo a las indagaciones, se distinguen formas de habitar la vivienda migrante, en estrecha relación con los años en el barrio y sector; las condiciones de empleabilidad, la procedencia de la población extranjera y el perfil (familiar/ individual). La primera referida a formas colectivas de habitar, se da en el uso compartido de pequeños departamentos en modernas edificaciones (colombianos) y así también en el subarriendo de habitaciones en inmuebles antiguos y de carácter patrimonial (peruanos y dominicanos). Estos últimos son habitados en condiciones de hacinamiento, en medio del deterioro estructural y la precariedad en cuanto a sus instalaciones eléctricas y sanitarias. En términos generales, se trata de población relativamente nueva (1 a 3 años), e inestable laboralmente, producto entre otras de su llegada reciente y sus condición administrativa de irregularidad o en proceso de regularización. Según lo expresado, al interior de estos espacios privados, como ocurre en las viviendas del 100 El nombre “Barrio Esmeralda” surge mediante un proceso de intervención barrial de actores que apuestan en primera instancia por invertir en la zona: mediante el comercio enfocado al diseño de vestuario, la cultura y expresión artística en el espacio público del mismo. Se instala el Café Boa (2007); una especie de laboratorio artístico, seguido por la refacción y adaptación de antiguas viviendas de carácter patrimonial Casona de Barrio & Diseño,(2010), para consolidar más tarde, el circuito del diseño independiente con la recientemente inaugurada, Casa Esmeralda (2012). En un segundo momento, esta intervención adquiere un carácter comunitario pues involucra al tejido asociativo del barrio. 101 Conocidos como locutorios para el caso español. 90 Pasaje Colonial 102, opera una modalidad más colectiva del habitar, con mayores instancias para el intercambio y el conflicto, asociadas a la cotidianidad propia de este vivir en espacios reducidos. La segunda forma del habitar la vivienda migrante, tiene relación con un uso más reducido o nuclear de la misma. Se trata de inmuebles similares a los anteriores pero en mejores condiciones, habitados por migración carácter familiar (peruana), de mayor antigüedad en el sector (entre 5 y 10 años), y en mejor situación económica y laboral –de mayores permanencia pero informales-, dedicados a trabajos por fuera de la casa. A diferencia de lo anterior, aquí no hay mayores instancias para el encuentro entre residentes, no hay tiempo para el intercambio con los vecinos y más bien se vive puertas adentro. La siguiente cita refleja la diferencia entre ambas modalidades en el habitar, así también deja en evidencia su relativa tendencia al ámbito privado, por sobre lo público, que se abordara en mayor profundidad en el apartado 3. II.4. “Todos están con sus puertas cerradas, para que vamos a venir con otra cosa, cuando una persona vive en casas donde arriendan piezas a hartos inmigrantes, ahí ellos tienen más comunicación, en cambio nosotros no, yo tengo otro modo de vida, tengo mi departamento, vivo con mi pareja y mis dos hijos, no vivo con otras personas más… pero si tú vas a otro lado por ejemplo donde vive la señora, tienen hartas amigas, de repente yo le saludo “hola vecina “y “¿cómo le fue?” y “¿cómo está?”. ¿Me entiende? pero acá no, porque acá todos trabajamos y cada quien vive en su casa. (Migrante Peruana) 3. II.3.2.- Atributos de la población migrante Se reconocen aspectos propios de la población migrante,- peruana-, construidas por oposición a la población autóctona; diferencias culturales y sociales, desde el ámbito más laboral al familiar, que los van configurando en relación a su propia condición de migrante y los distinguen tanto de sus pares en origen, como de la población autóctona en destino. De esta manera, al interior del grupo de discusión se autodefine al “peruano” como tímido, apegado a sus tradiciones y dedicado al trabajo en cuanto a experticia y tiempo. El apego a las costumbres, y la dedicación en la preparación de la comida -para el caso del migrante-, prevalece como un componente de identidad cultural transnacional, que a pesar de la falta de tiempo, se convierte en un elemento distintivo respecto a la cultura local 103. “Para mí los chilenos, de repente tienen mucha personalidad para conversar, no tienen miedo a las cosas. Nosotros los peruanos somos la mayoría más cohibidos, más tímidos, tienen que conocerte 102 En los 90 se arrendaba habitaciones por horas a mujeres que ejercían el comercio sexual en el sector, debido a esta práctica los clausuran. Luego, por los 2000, se arriendan habitaciones a estudiantes y más tarde –desde 2005 aproximadamente- a migrantes peruanos y dominicanos – entre 2009 y 2012-. Al 2012 la población que habitaba el pasaje era casi exclusivamente extranjera (dominicanos), hasta la venta de los dos inmuebles hoy destinados a un proyecto de educación superior. 103 Se reconoce el rol femenino dentro de los hogares, evidenciado principalmente en las preparaciones de comida como relación de afecto y preocupación con sus familias. La cultura culinaria peruana, como elemento distintivo muy valorado. 91 un poquito más para que se suelte, en cambio el chileno no, el chileno va y … ¿cómo estay, cómo te va?...”( Migrante peruana) La necesidad de obtener y conservar un trabajo en destino, en la mayoría de los casos, única fuente de ingreso familiar, posibilita el abastecimiento de las necesidades básicas en destino y el envío de remesas al país de origen, sin embargo se transforma en un elemento de subordinación 104 reconocido en la condición misma del migrante respecto de la sociedad receptora. Para el caso más específico de las mujeres el trabajo adquiere una valoración diferente, pues se convierte además en la posibilidad de autonomía, respeto e igualdad, esta vez al interior del mismo colectivo peruano, y no necesariamente en el ámbito de la sociedad. La emancipación de la mujer peruana, y su salida de la condición de sumisión -más propia del lugar de origen105-, se genera en parte por la independencia y empoderamiento que le retribuye la actividad laboral por fuera del hogar y el poder adquisitivo. Tal y como lo afirma una de las entrevistadas: “Ahora la mujer chilena quiere ser igual que el hombre, o sea tampoco se quiere quedar atrás. Lo que pasa es que la mujer peruana es un poco a la antigua, pero la gente que están acá ya no lo es tanto (…) Eso es lo que me gustó a mí de Chile, el derecho de la mujer, que nosotras tenemos que ser iguales que los hombres, porque la mujer es independiente en un trabajo, ya no está a la disposición del hombre” (Migrante Peruana) Desde la teoría relativa a campos migratorios transnacionales la inserción de la mujer migrante al mercado de trabajo en las sociedades de destino, confirma la existencia ocasional de un “feminismo difuso” (Suarez, 2012) que se relaciona más bien con una “estrategia de emancipación” que se esconde tras el proyecto de vida de la migrante laboral. Una visión de género a interior del campo migratorio transnacional. El proceder de los y las migrantes, así como sus concepciones propias de origen no son estáticas; van cambiando por efecto de la imbricación con el lugar de destino y sus prácticas; la emancipación de la mujer migrante, y la valoración positiva al interior del mismo grupo, es un ejemplo de este hecho. Tal como lo confirma uno de los asistentes al grupo de discusión: “Yo soy del campo, vengo de la agricultura al menos en mi sitio no se escuchaba que la mujer trabajara señorita, nosotros hemos aprendido mucho al salir de nuestro sitio, tanto hombres como mujeres, porque ahora que estamos acá, la mujer es independiente y por eso nosotros cada día aprendemos” (Migrante Peruano). 104 Relacionada, con la condición de precariedad laboral, el no disponer de un contrato, ni de las horas libres correspondientes, la no defensa de sus derechos, o el hecho de acallar sin reclamar, por temor a la perdida de este ingreso económico. 105 Vinculada a una visión más conservadora y machista respecto al rol de la mujer en la sociedad, generalmente relegada al ámbito de lo privado, a tareas domésticas y de cuidado, económicamente dependiente de su pareja, con mayor frecuencia en las zonas rurales. 92 3. II.4.- Formas de apropiación del espacio público de la población migrante en Esmeralda A diferencia de lo ocurrido en otros sectores del centro histórico, en Barrio Esmeralda (Ver Anexo Nº17) no se observa una concentración de población extranjera, tal y como se puede apreciar en el sector de Mapocho, el Mercado Central, o Plaza de Armas y sus calles cercanas como: Catedral, o San Antonio entre Santo Domingo y Monjitas106. Su presencia en el barrio, no necesariamente estaría referida a una apropiación del espacio público, entendida de acuerdo a las acepciones del termino especificadas con antelación, pues en términos facticos, no involucra una acción de trasformación y mucho menos su participación en la producción misma del espacio local. La población extranjera de Esmeralda, parece transitar entre la dualidad visibilidad/invisibilidad (Monnet, 2000), debido al escaso uso de los espacios públicos del mismo, al vivir a puertas cerradas y a la utilización más residencial del barrio, como “dormitorio”. En palabras de Lizama (2007) “El convivir en la ciudad implica necesariamente “interactuar en la relatividad de los espacios públicos”, la calle “es el espacio público por excelencia, por el cual se camina, se pasea o se circula (…) ahí donde el transeúnte es “indiferentemente igual a todos los demás” (Lizama, 2007:36). El interactuar con la ciudad, por efecto de su ocupación y transitar cotidiano, y con el otro en el espacio público, contribuye a generar lazos. Independientemente de la densidad y perdurabilidad de estos, la no utilización del espacio, y el relegar el cuerpo y sus prácticas, al ámbito puramente privado, incide en las formas de apropiación del mismo y en su posible devenir como sentido de pertenencia con el lugar habitado. En palabras de Segovia (2007) “la relación que se establece con el espacio público puede ser un factor importante en los procesos de integración y convivencia social y de formación de identidad en el seno de la sociedad urbana” (Segovia, 2007:9). De aquí que en lugar de hablar de formas de apropiación del espacio público- en atención a las conceptualizaciones más arriba- podríamos hablar de determinadas “formas de estar de los migrantes” en el caso de Esmeralda, contrarias a la figura de la “apropiación como dominio de una aptitud, como un proceso dinámico de interacción del individuo con su medio externo” (Pol, 1996) En relación a la identificación subjetiva de los límites del barrio, por parte de la población migrante en Barrio Esmerada, existe cierta discordancia respecto a lo mencionado por la población autóctona que puede responder al uso y tránsito por el mismo. Los participantes del grupo de discusión de migrantes identifican al barrio dentro de un perímetro bastante pequeño 107. Para la 106 Sector conocido por el ejercicio del comercio sexual durante todo el día, por parte de mujeres chilenas y en su mayoría migrantes provenientes principalmente de República Dominicana y Colombia. 107 En relación al barrio reconocen como límites entre la calle Miraflores y San Antonio, éste último como frontera por su carácter comercial. 93 gran mayoría de los habitantes autóctonos, estos límites se ensanchan y vuelven más difusos,principalmente para los vecinos de toda una vida en el barrio- . Esto a pesar de que –como señalo con anterioridad- el Barrio Esmeralda no comprendería más de cinco calles, según la denominación extraoficial del mismo 108. La delimitación subjetiva de Esmeralda tiene estrecha relación con la concepción que se tiene del mismo, en oposición a otros sectores aledaños: “Paseo Puente lamentablemente, -eso ya es una parte comercial-, se separa automáticamente con nosotros que somos netamente residenciales, si bien tenemos un lado comercial, pero no es el mismo rubro que ellos y se va enfocando directamente o a comida rápida, cosas al paso, este lado no po, este lado es mas de café, de convivencia con los vecinos y eso hace que se haga la separación en forma automática” (Vecino autóctono) Se distingue el Barrio Esmeralda del sector más antiguo del centro histórico, Mapocho y Calle Puente. Entre los elementos que justifican esta delimitación casi natural, es el carácter más residencial de Esmeralda, el tipo de rubro comercial que éste ha adquirido (café, tiendas de diseño, entre otras), y la convivencia con los vecinos, todos elementos que lo distinguen y separan “en forma automática” de otros sectores. Recordemos que la comprensión de barrio considerada para efectos de esta investigación responde a “un espacio que habitualmente se define y al que se le da un nombre”, como comunidades vecinales que existen en las mentes de sus habitantes que a menudo son compartidas y coincidentes en relación a sus fronteras y sus características (Lynch, 1985). Por esta razón e independientemente la proximidad espacial de los sectores aledaños de centralidad migrante; La Plaza de Armas y el Mercado Central, ubicadas a cuatro Esmeralda; estos espacios no son reconocidos por o cinco cuadras de sus habitantes como “parte del barrio”, quienes lo definen en función del carácter más residencial del mismo. 3. II.4.1.- Apropiación Económica En algunos de los locales de comercio étnico y comercio migrante dispuestos en el barrio y sectores colindantes, es posible identificar formas más incipientes de apropiación económica 109. Migrantes residentes y/o microempresarios -provenientes en su mayoría del Perú, han instalado algunos almacenes de abastecimiento de alimentos y restaurantes de comida típica, medicina natural en base a yerbas autóctonas, peluquerías y centros de llamados e internet. A diferencia de lo ocurrido en Ruzafa, este tipo de espacios no adquiere una mayor connotación social que 108 El nombre “Barrio Esmeralda” surge a partir de un proceso de intervención barrial de actores que apuestan en primera instancia por invertir en la zona: mediante el comercio enfocado al diseño de vestuario, la cultura y expresión artística en el espacio público del mismo. Se instala el Café Boa (2007); una especie de laboratorio artístico, seguido por la refacción y adaptación de antiguas viviendas de carácter patrimonial Casona de Barrio & Diseño,(2010), para hoy consolidar el circuito del diseño independiente con la recientemente inaugurada, Casa Esmeralda (2012). Como se verá más adelante, en segunda instancia, esta intervención adquiere un carácter comunitario pues involucra al tejido asociativo del barrio. 109 Los locales de comercio migrante principalmente, no superan la docena. 94 trascienda la pura transacción comercial, como lugares propicios para el intercambio de información y relaciones sociales entre la población migrante, como si lo tienen sectores de centralidad migrante como la mencionada “Pequeña Lima” y en sus galerías aledañas cercanas a la Plaza de Armas. Otras prácticas económicas habituales son la autogestión de trabajo y su comercialización en el espacio público, en calles, plazas y esquinas, realizado principalmente por mujeres residentes en el mencionado Pasaje Colonial. Mientras algunas elaboran alimentos típicos en cocinerías improvisadas al interior de su hogar, para posteriormente venderlo en las calles; otras mujeres -en su mayoría dominicanas- ejercen el comercio sexual en la calle San Antonio. Esto último, como se verá más adelante, tiende a “justificar” cierta reticencia respecto al sujeto migrante, por parte de población autóctona del barrio, que cuestiona estas malas prácticas, a pesar de que por años en este sector el comercio sexual es ejercido por mujeres chilenas. 3. II.4.2.-Apropiación socio-cultural Los espacios públicos, como mencionábamos con antelación, generalmente son subutilizados por los migrantes del barrio o bien suelen estar mediados por prácticas de comercio; lo que nos lleva a sostener que la ocupación de ese espacio público es concebido solo como forma de tránsito y práctica comercial orientada a trabajos informales, no así para acciones vinculadas al ocio y al estar. Ya sea por la falta de tiempo libre, propia de la condición del sujeto migrante, algunos rasgos como la “timidez” constitutiva del migrante peruano, la sensación de animadversión por parte del vecino autóctono u otro, lo cierto es que los extranjeros residentes del Barrio Esmeralda suelen vivir hacia adentro, recluidos en el ámbito privado. Esta situación evidencia además de su invisibilidad, su marginación, al tiempo que rompe con la acepción más democrática de la calle como lugar donde “todos son iguales”, pues esta concepción de igualdad, estaría más bien limitada y condicionada. Al respecto, el estudio de Monnet (2000) relativo de uso del espacio público por parte de la población migrante, en el casco antiguo de Barcelona, se refiere a la dualidad visibilidadinvisibilidad de algunos migrantes que, debido a características propias de su cultura –distinta a las costumbres dominantes- suelen llamar la atención en el espacio público del barrio o bien pasar desapercibidas. Para el caso de Esmeralda, esta dualidad estaría supeditada a la percepción de la población autóctona, y a su discrecionalidad en cuanto a su posible incorporación al ámbito local. El migrante del barrio es generalmente invisibilizado y solo se vuelve visible cuando irrumpe en la “normalidad” del espacio público y también privado (entre viviendas colindantes) con ruidos molestos y otras prácticas propias del “mal vivir”. Tal como se aprecia en la siguiente cita, las 95 diferencias en cuanto a hábitos, prácticas y conductas son las que “incomodan” al vecino autóctono, esto a pesar del escaso contacto con la población migrante de su entorno más próximo. “Mira yo he hablado con unos poquísimos inmigrantes, lo que pasa que los inmigrantes se tipifican y se estereotipan en un tipo… y el tipo lo da la misma calle San Antonio , prostitución delincuencia, juego , malos manejos …Lo que ocurre es que siempre lo más feo, es lo que más se ve, si a mí me sale un grano en la cara, pucha el viejo tremendo grano que tiene, y lamentablemente ese es el grano de la comunidad peruana y el grano también es la conducta, hacen un entorno poco grato… Es que tienen otra forma de vida, no es mejor ni peor, es distinta a la nuestra, mira ellos todos los sábados hacen fiestas y ponen los parlantes a todo volumen y hacen unas fiestas ¡una jarana!, así se divierten ellos, o sea son formas pero como ellos están al lado de nosotros nos producen más incomodidad” (Vecino de toda la vida en el barrio) Además de los usos del espacio público, las formas de apropiación socio-culturales de los migrantes del barrio, se comprenden en relación a las dinámicas de sociabilidad en dicho espacio, entendida -según Cucó (2008)- “como una sociabilidad que se expande más allá de las fronteras del espacio interior y privado para proyectarse en el espacio público y apropiarse de él temporal o cíclicamente, consolidando o trastocando con su actividad el orden establecido” (pp. 66). En este sentido, no es posible referirnos a una “apropiación socio- cultural del espacio público, en el ámbito del barrio Esmeralda, pues estas dinámicas, no se evidencian. Los puntos de concentración de la población migrante latinoamericana, más propicios para esta, se ubican por fuera del barrio y en espacios semipúblicos de consumo: Calle Catedral de la Plaza de Armas y el Bar restaurante de Diagonal Cervantes. Mientras en la primera suele reunirse en su mayoría migración peruana, colombianos y extranjeros de otras procedencias de Latinoamérica (Galerías y comercio aledaños). En el segundo se puede identificar principalmente a los migrantes dominicanos. La interacción y dinámicas de sociabilidad, asumen un carácter “etnificado”, pues en general se da entre migrantes de un mismo país de procedencia, que comparten, y/o se identifican con ciertos elementos comunes. En palabras de un participante del grupo de discusión: “No se da mucho señorita , acá con los chilenos, nosotros, nos juntamos con nosotros nomás, con los vecinos, a veces nos reunimos y nos juntamos, ahí que nos encontramos a veces, las oportunidades que estamos en la puerta…es que cada uno llega del trabajo y no hay tiempo” ( Migrante Peruano) En el grupo de discusión surgen referencias en torno a la vida de barrio y al sentido de pertenencia respecto del mismo. En sus palabras: “Para mí un barrio, es donde se forman los, ¿cómo dicen?, la sociedad, conoces a las personas que viven, todo es tranquilo, que hay como una unión, una comunidad, uno anda cuidando, no sé si de repente ve algo raro” (Migrante peruana) “¿Ustedes se sienten parte del barrio?” Claro, así tiene que ser porque nosotros vivimos en el barrio (Migrante peruano) 96 En la cita anterior, la definición de barrio como el lugar cotidiano para el reconocimiento entre los distintos actores que lo habitan, y a la convivencia - como una valoración positiva de la mismaaparece más como un ideal que en la práctica se distancia de la realidad. Recordemos que el espacio público urbano adquiere significancia en función del uso que los actores sociales hacen de éste, como ámbito de dominio público. De aquí que, en palabras de Segovia (2007) “una alta calidad de uso y de apropiación de los espacios públicos contribuye al fortalecimiento del sentido de pertenencia y la sociabilidad en un barrio, una zona o una ciudad” (Segovia, 2007:9) Los participantes del grupo de discusión, en su mayoría afirman sentirse parte del barrio, al mismo tiempo que señalan no hacer uso de los espacios públicos de este. No se involucran mayormente con los vecinos autóctonos, no asisten a las actividades culturales realizadas en la plaza del barrio, ni tampoco participan en organizaciones sociales del mismo u otras asociaciones de migrantes funcionales. El sentido de pertenencia, se asocia al hecho de residir en el barrio, más como un derecho “a estar ahí” y pertenecer, que como una evidencia. Si bien, no se establecen mayores intercambios entre la población migrante y autóctona, además de la cordialidad propia de los encuentros fortuitos, emerge una concepción ideal de las relaciones cotidianas entre vecinos de un mismo barrio, independientemente del lugar de procedencia de estos. Desde la perspectiva del migrante, se apela al ideal de vecindad por sobre el de nacionalidad, que se erige desde un ámbito valorativo, del “deber ser”. Desde este tipo ideal, la concepción de migrante – ajeno desaparece, pues más allá de elementos ceñidos a lugar de origen de unos y otros, lo que prima en el ámbito micro-local del barrio, es la igualdad del derecho a residir, contenida en un único territorio. A diferencia de lo ocurrido en el caso del Barrio Ruzafa, en Esmeralda no se observan prácticas culturales, artísticas, o alguna otra festividad propia del lugar del origen, - fiestas religiosas, muestras folclóricas- celebrada en el espacio público del barrio. Más bien se identifican prácticas, que circunscriptas al ámbito privado, persisten como elementos identitarios de la cultura de origen, la comida peruana como arte culinario, se distingue y reafirma en destino. 3. II.4.3.- Apropiación política Tal como se anunció con anterioridad, no se observa un involucramiento de la población migrante en organizaciones de la sociedad civil autóctona, ni tampoco prácticas de asociacionismo exclusivo migrante, pues la falta de tiempo libre, tiende a predominar en esta abstinencia. Por ende, al igual que en las otras dos dimensiones de la apropiación del espacio público, no es factible emplear la denominación de “apropiación política del espacio público”. 97 “No, lo único que yo he visto es eso que hacen en la plaza, ponen letreros, invitan a la gente del barrio a que participe, que vayan a mirar…pero yo no. A veces hay programas culturales, al menos donde yo estaba antes, si había, lo que pasa es que complica porque lo hacen el domingo, y el domingo se requiere para los hijos. Entonces uno no puede participar, porque está cansada o quiere descansar, yo soy poco de participar no participo en nada, ni en las reuniones, ni en las actividades del barrio” (Migrante Peruana) Las redes sociales cumplen un rol esencial para ayudar a corregir la desprotección social y la precariedad en la que se insertan los/as migrantes. Diversos autores confirman, que ante la falta de directrices inclusivas provenientes desde las políticas erigidas desde arriba, las asociaciones de migrantes y los distintos recursos (económicos, sociales, políticos y culturales) que por estas circulan pueden operar como elementos de incorporación en destino, gracias a que se constituyen como un instrumento institucionalizado de participación de un grupo de población determinado: los vecinos migrantes, que, mediante los representantes de sus asociaciones, pueden plantear sus necesidades y problemas. (De Lucas, 2009) Para el caso de Santiago, según lo declarado por la gente del Programa Migrante del Municipio (2012) la escasa participación de los migrantes y su falta de organización a nivel local es una de las limitantes para garantizar un trabajo integral en los contextos locales de migración. Se espera que estos (migrantes) se asocien en organizaciones funcionales, para, además de conseguir apoyo mutuo, convertirse en un interlocutor válido con la entidad local, pero obstáculos como: la falta de tiempo, la diversidad de intereses organizativos y la poca transparencia respecto a la base comunitaria real que integra algunas de las organizaciones existentes, vuelven dificultosa esta tarea. En sus palabras: “Si bien se espera que los migrantes se asocien, en la práctica no lo hacen. Primero, por la falta de tiempo, la mayoría de ellos trabaja hasta los sábados y la única disponibilidad que les queda es el día domingo. Segundo, porque prefieren organizarse más en función de clubes y actividades deportivas, que por cuestiones sociales. Aún no incorporan el componente asociativo por cuestiones sociales a su forma de hacer las cosas ( refiriéndose principalmente a migrantes peruanos (as)” (Programa Migrante) La falta de representatividad real de algunas de las asociaciones existentes en la base comunitaria y las “malas prácticas” adoptadas por algunos líderes de éstas, son también parte de este diagnóstico asociativo por parte de la administración local. Llama particularmente la atención que ante la “exigua cultura cívica” atribuida a la población migrante de la comuna, no exista fomento alguno al asociacionismo migrante desde el Municipio, ni mayores iniciativas para la incorporación del componente organizativo entre estos grupos. Para el caso de Chile, ante la ausencia de una política migratoria –desde arriba- ceñida a la realidad de los flujos migratorios contemporáneos, que considere al migrante como un sujeto de derechos, las asociaciones de migrantes -desde abajo-, pueden convertirse en agentes de cambio, al interpelar a las sociedades de destino. Tal y como ha ocurrido en el contexto español, con la 98 Marcha por la vida 110, y así también ocurre con la movilización política de los latinoamericanos, aún en la lucha por el reconocimiento de sus derechos en Estados Unidos. El hecho de que en términos generales no existan mayores dinámicas de asociación de los migrantes entre sí, ni tampoco un involucramiento de estos en el tejido asociativo del barrio en cuestión, los ubica en una situación de vulnerabilidad y en una posición de subordinación ante el autóctono aún mayor. Permanece en el anonimato, en una condición de invisibilidad que vulnera aún más la posibilidad de corregir determinadas abusos en el ámbito del trabajo, y en prácticas económicas en torno a la vivienda migrante las 111 3. II.5.- Percepciones y disposiciones de la población autóctona y organizaciones de la sociedad civil Al igual que lo ocurrido en el caso español, respecto de la coexistencia entre los procesos de gentrificación y migración,- antes señalados- la convivencia entre ambos procesos 112 y actores, para el caso de Esmeralda es escasa. Se trata más bien, de una Copresencia residencial, que adopta formas de civilidad distante, donde no hay mayor cabida para la interacción positiva entre estos. Un reciente estudio (2012) relativo al desajuste entre el reconocimiento que ofrecen los ciudadanos chilenos a los inmigrantes y las expectativas de reconocimiento social de estos últimos113, hace referencia a la percepción de la población chilena respecto de los migrantes en la dimensión espacial, identificándola en términos de una “proximidad espacial con distancia relacional” (Thayer et al., 2013). En relación a lo sucedido en el Barrio Esmeralda, esta proximidad en términos fácticos se traduce en una “distancia espacial y relacional” con el migrante del barrio, donde este último es invisibilizado. De aquí que en los apartados anteriores, difícilmente pudiésemos referirnos al concepto de apropiación del espacio público. Más bien se trata de una Copresencia sin mayor comunicación e intercambio entre la población migrante y autóctona. 110 El 10 de enero del 2000 tuvo lugar la Marcha por la Vida, protagonizada por unos 1.500 migrantes extracomunitarios, en la cual exigían al Gobierno un plan de regularización y permisos de trabajo para los “sin papeles”. Seguido de los Encierros en distintas ciudades de España. Tras tres meses de reivindicación y encierro de los “sin papeles”, se consigue la entrada en vigor de la Ley de extranjería. Para mayor información ver Revista Mugak Nº 14 (2001-01-01) http://www.mugak.eu/revista-mugak/no-14 111 Como lo ocurrido en el Pasaje colonial, cuyo administrador –chileno- mantuvo por años un negocio de subarriendo a migrantes, sin ningún tipo de garantías en cuanto al buen estado de los servicios básicos la higiene y seguridad de sus habitantes, elementos mínimos para una vida digna. Condiciones de hacinamiento y precarización que se vieron incrementadas con posterioridad al terremoto de febrero del 2010. 112 A diferencia de lo ocurrido en Ruzafa, en Esmeralda, la expansión de procesos de gentrificación; desde la apertura de comercios de diseño independiente a las instalación de hostales- boutique, -tal y como se explicitó con anterioridad-, terminó por erradicar a la mayoría de la población migrante del barrio. 113 Fondecyt Iniciación Nº 11100043, “Discriminación y lucha por el reconocimiento en el proceso de incorporación de los inmigrantes argentinos, ecuatorianos y peruanos a la Región Metropolitana” Eduardo Thayer, 2010-2012 99 3. II.5.1.- Percepciones ante el migrante indeseado La sensación de “inmigración masiva”, como suele ser interpretado erróneamente, por población autóctona y algunos medios de comunicación, más que aludir a un hecho real, ceñido a las estadísticas antes demostradas, tiene relación con percepciones respecto del uso– migrante y autóctonos- de los espacios públicos y los servicios sociales, además de características propias de algunos migrantes afrodescendientes, que tienden a distinguirse de la población local que se auto identifica como “blanca114” (Thayer, et al., 2012) . Stefoni (2011) emplea las categoría deseado e indeseado para referirse a la construcción social del sujeto migrante en Chile, por parte de las instituciones y la población local. Mientras la migración indeseada responde a condiciones de clase y etnia, pues “las mayores dificultades de inserción social, económica y cultural las enfrentan los grupos de inmigrantes que están en condiciones de mayor pobreza y vulnerabilidad”, los deseados con mayor capital económico y cultural, y mejores posibilidades de inserción laboral en trabajos calificados y bien remunerados, se enfrentan a condiciones más prósperas que los anteriores. El sujeto migrante, parafraseando a Calderón et al, estaría inmerso en una situación de “triple exclusión: discriminación cultural, exclusión socioeconómica y marginación de los mecanismos de representación y participación política” (Calderón, et al., 1996:105). Ciertas actitudes racistas y discriminatorias por parte de la población autóctona, además de denigrar a la población migrante, inciden aún más en dicha condición de vulnerabilidad y exclusión. La siguiente cita, da cuenta de la percepción de uno de los participantes en el grupo de discusión de población migrante respecto a este tema: “Los chilenos no están preparados para recibir inmigrantes… yo pienso porque de repente ven como otras personas y dicen…”como que este no es de acá”, éste colombiano, éste cubano, está lleno y el chileno es peor, ven un negro y parece que ven un carbón.., pero a mí nunca me ha pasado nada” ( Migrante Peruana) Asimismo, en el grupo de discusión con la población autóctona 115 aparecen factores asociados a elementos diferenciadores entre la población migrante y autóctona- que además de atentar contra la dignidad de las personas y el derecho a la diferencia, se presentan como limitantes en la posible inserción de los mismos al ámbito local. Entre estos el color de piel (oscura/blanca), la 114 A diferencia de lo ocurrido en países como Perú y Bolivia, de una gran diversidad étnica y elevado componente indígena entre su población. El componente indígena, en Chile ha sido atenuado por la influencia de la inmigración europea de fines del siglo XIX y primera mitad del XX. Esto, sumado al maltrato histórico de las etnias en Chile, muy minoritarias en comparación con Perú y Bolivia, vendría a justificar la escaza población mestiza . 115 Con vecinos de toda la vida, nuevos vecinos “gentrificadores-patrimonialistas” y algunos miembros de las escasa organizaciones de la sociedad civil del barrio. 100 clase social y el tipo de convivencia en el ámbito del barrio (relativas al mal vivir/ gente de bien). Al respecto un extracto del relato de una vecina116 en el grupo de discusión realizado con población y asociaciones del barrio: “Yo no siento, al margen de la prostitución que pasa en San Antonio- que la inmigración, que el problema sea conmigo, porque ¡ojo que yo también soy inmigrante!...Pero claro se ríen, pero es así, porque lo he visto en el Ministerio del interior, somos inmigrantes de primera, era ir a extranjería y me iban a preguntar que numero tenía yo y me hacían pasar primero por el color de mi piel, es decir es fuerte eso, es muy fuerte…somos tratados como inmigrantes de primera, al contrario de la inmigración peruana o de los otros más nuevos” ( Comité Adelanto Paseo Esmeralda) Un aspecto identificado en el grupo como propio del “carácter nacional”, es el prejuicio racista y xenófobo, donde el color de la piel es el detonante de todas las desconfianzas. Esto además devela problemas no resueltos que son propios de la identidad chilena en su constante negación del componente étnico asociado al color más “oscuro”. La clase, es otro elemento transversal a las percepciones de los entrevistados, asociada al deficitario capital socioeconómico y cultural de los extranjeros que llegan. Esto último, aparece reflejado en el uso del espacio público, y se traduce en formas del “mal vivir” por oposición a las formas propias de “la gente de bien”. La condición de “pobreza” estigmatizada, y relegada a prácticas delictivas, el comercio sexual y el tráfico de drogas, es otro de los elementos que contribuyen a la construcción de este migrante indeseado. “Es que los chilenos somos racistas, mira somos muy prejuiciosos, sectarios y muy xenófobos y la tenemos así, casi a flor de piel, por eso que hay que trabajar mucho este problema de la tolerancia, de la convivencia, pero a la vez hay que moderar estos factores que distorsionan la convivencia…Porque además hay un agregado, yo siempre cuando estoy en reuniones y la gente se queja muy amargamente de los peruanos, de los colombianos, en fin de los extranjeros que tenemos en Chile- que algunos no son muy deseables como vecinos, yo les digo nadie que es inmigrante en esas condiciones por gusto, es por fuerza porque estaban mal en su país, lo que pasa es que nos llega mucha gente indeseable, lo más bajo de la sociedad, sin desmerecer que pueden haber brillanteces” ( Vecino de toda la vida en el barrio) Lo anterior refleja la ausencia y necesidad de políticas y programas orientados a la sensibilización de la población autóctona en la temática migratoria- a nivel nacional-, en la idea de prevenir y/o revertir estas prácticas racistas y xenófobas, mediante la promoción de valores arraigados en la tolerancia y el respeto a la diversidad. Así también da cuenta de la inexistencia de mecanismos de mediación intercultural 117 entendida esta en contextos de “multiculturalidad significativa”,-como es el caso del Centro histórico de Santiago- específicamente en el ámbito del barrio, como un valioso recurso para fomentar la comunicación y facilitar las relaciones entre personas de culturas 116 Se considera su participación en el grupo de discusión realizado con población autóctona del barrio, pues es una activa participante del tejido asociativo del mismo, y es considerada como parte de los vecinos de toda “la vida en el barrio”. 117 Según Giménez (1997), “la mediación intercultural -o mediación social en contextos pluriétnicos o multiculturales-, es una modalidad de intervención orientada hacia la consecución del reconocimiento del otro y el acercamiento de las partes, la comunicación y comprensión mutua, el aprendizaje y desarrollo de la convivencia, la regulación de conflictos y la adecuación institucional, entre actores sociales o institucionales etnoculturalmente diferenciados” pp.142 101 diversas. La dualidad del migrante deseable/indeseable y a una disposición selectiva ante la incorporación del migrante en el ámbito local, aparecen anunciando lo que se desarrollará con mayor profundidad en el siguiente apartado. 3. II.5.2.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes En este apartado, se profundizará en los distintos tipos de vecinos y sus formas de sociabilidad en el espacio público, a fin de indagar en la posible incorporación de la población migrante en el discurso identitario del Barrio Esmeralda como “Diverso e Inclusivo” y en relaciones de intercambio entre la población migrante y autóctona. Desde mediados de los años 90, barrios como Bellavista y el Barrio Italia, experimentaron una serie de cambios en su población, jóvenes profesionales, se trasladan de otras comunas -más acomodadas- a los principales centros urbanos, que presentan óptimas condiciones para sus actividades donde vivencian su particular fascinación por el patrimonio o lo “antiguo” (Andulce, 2012:34). Este fenómeno, catalogado por los algunos expertos como un “proceso de gentrificación 118”, se ha reproducido en distintos barrios del centro histórico de Santiago, como el movilizado Barrio Yungay y se asemeja, en menor escala, a lo que hoy por hoy está sucediendo en el Barrio Esmeralda, en su eje comercial impulsado por promotores del diseño independiente y contemporáneo. En este contexto dos tipos de vecinos llegan a Barrio Esmeralda; jóvenes profesionales dedicados al diseño independiente y el comercio (gentrificadores, defensores del patrimonio) y población migrante (principalmente proveniente de Perú, pero también de Colombia y escasamente de República Dominicana). Mientras los primeros tienden a dispersarse visiblemente por el espacio público -mediante ferias de exposiciones y otras actividades realizadas en la plaza del barrio-, en espacios semipúblicos -casonas patrimoniales donde se ubican sus tiendas comerciales-, se involucran en el tejido asociativo del barrio y así también sienten una reciprocidad por parte de los vecinos de toda la vida que ven con buenos ojos su llegada al barrio. Los segundos más bien pasan desapercibidos y a pesar de esta condición de invisibilidad su presencia tiende de igual forma a “incomodar” (Ver apartado 3. II.4.2) “Nosotros somos como queridos por el barrio, como que siempre es, “hola chiquillos de la casa de diseño”, “hola que pusieron lindo”…Encuentro que es súper acogedor, más que sentirme parte o no del barrio -porque no estoy todo el tiempo acá, no paso de noche- es como eso de sentirse acogido por el barrio.” (Vecino autóctono nuevo) 118 Para el caso específico de la comuna de Santiago, existen otros factores a considerar antes de definir el re poblamiento como “aburguesamiento”, principalmente porque detrás de éste operan una serie de estrategias e incentivos promovidos, como el ya mencionado Programa de Repoblamiento de Santiago. (Rojas; 2004:43). 102 Estos nuevos residentes y locatarios, coexisten con los antiguos residentes y locatarios, en su mayoría adultos mayores, que podríamos identificar como los vecinos “de toda una vida en el barrio”. Las formas de sociabilidad de estos últimos tiene lugar en el ámbito público y en instancias asociativas, al igual que la de los nuevos vecinos, -esta vez más ligada a las relaciones sociales entre los distintos locatarios-. Por su parte como se especificó en el apartado anterior, los espacios de esparcimiento y sociabilidad para los migrantes de Esmeralda tienen lugar por fuera del mismo y entre miembros del mismo colectivo. No existe una relación con los vecinos migrantes más allá de lo estrictamente comercial, tampoco se evidencia un involucramiento de éstos en las organizaciones sociales del barrio que, si bien son escasas (Ver Anexo Nº18),- la de mayor representatividad es el Comité de Adelanto Paseo Esmeralda119 - tampoco es una instancia que los convoque. “Igual siento que el barrio aún no le saca el provecho suficiente a que llegue gente de otras partes, perfectamente se podría trabajar así como jornadas culturales como respecto a otros países y que ellos expongan, porque sabemos que hay mucha gente de muchos países. De hecho a veces creo que ellos mismos quieren hacer una actividad, por ejemplo el restorán peruano celebra el día de la independencia del Perú, pero está súper encerrado, como que todavía no se toman los espacios públicos… acá en Esmeralda ellos (los vecinos migrantes) no tienen ningún acercamiento así como mayor, como directamente con la gente” (Comité Adelanto Paseo Esmeralda) Las dinámicas relativas a la solidaridad y sentido de comunidad en el barrio se dan entre la población autóctona, el vecino migrante no cabe en estas. “Yo creo -no sé cómo serán otros barrios-, pero no sé si habrá tanta vida así como comunitaria explicita, así como todos amigos, yo creo que cada en su mundo pero si tengo que ayudarte, tengo que cooperarte en algo, voy a estar ahí siempre, ¿cachai?” (Vecino autóctono nuevo) 3. II.5.3.- El ingreso del “vecino” migrante en el Barrio Patrimonial” Esmeralda: “Diverso y El siguiente Cuadro Nº4, reúne las percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante, identificadas de acuerdo a su posicionamiento y justificación, dependiendo de los tres actores identificados en el ámbito del barrio. Si bien existen diferencias entre las percepciones de la población autóctona más nueva del barrio y la de más antigüedad, un elemento transversal suele ser el desconocimiento, y la escasa relación con la población migrante del barrio. El Cuadro demás de plasmar las distintas percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante, da cuenta del desajuste entre las mismas. El ideal de “vecindad” arraigado en el derecho otorgado por el habitar, propio de la percepción de los migrantes respecto a su incorporación, está más bien distante de un reconocimiento por parte de la población autóctona del barrio. Al igual que lo ocurrido en el caso de Ruzafa -pero con ciertas distinciones relativas a la invisibilización de 119 Orientado al mejoramiento colectivo del barrio y de la calidad de vida de sus habitantes, esta organización funcional, vendría a reemplazar en términos de representatividad, a la Junta Vecinal correspondiente a la zona. 103 la población migrante en Esmeralda- aparece el concepto de “vecindad”, asociado a la valoración de las relaciones cotidianas entre vecinos de un mismo barrio independientemente de la nacionalidad de estos. Para el caso de la población autóctona, esta última prevalece por sobre el concepto de vecindad y vendría a determinar la posible incorporación del extranjero- ajeno, persistiendo afirmaciones relativas a la condición de asimilación necesaria para que el vecino migrante que llega al barrio “se integre”. Cuadro Nº4: Percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante en Esmeralda Actores Justificación Migrante Desde el Derecho otorgado por el habitar. Alude al ideal de Vecindad Desde la Diversidad. Alude a la Población Autóctona inclusión de la diversidad propia del barrio Organizada Jóvenes Patrimonialistas Población Autóctona De toda la vida en el Barrio Desde la tolerancia. Alude a la resignación producto de la mimetización de la población migrante asentada Elaboración propia Desde la construcción social, el Barrio Esmeralda se presenta como “Diverso e Inclusivo”. Esta heterogeneidad se expresaría desde su composición urbanística y arquitectónica, hasta su composición social, donde confluyen además de los vecinos identificados con anterioridad: personas habituales en situación de calle que pernoctan y hacen uso de la plaza pública, y las denominadas por la población autóctona como “patrimoniales” para referirse a mujeres dedicadas al comercio sexual desde siempre en el barrio. Todos estos elementos lo distinguen de otros barrios emergentes, otorgándole un carácter único. El siguiente relato da cuenta del componente heterogéneo del Barrio Esmeralda: “Lo que me gusta de este barrio es su poesía, porque tiene de todo, puedes enfocar la mirada y ver algo muy bello, y después mirar para otro lado y ves algo terrible, (…), entonces tiene esa dicotomía real, del pueblo chileno, ves a los mendigos, los curaos, a las señoras prostitutas que están ahí -que las encuentro muy dignas a ellas (…) en comparación con las otras que están ahí en San Antonio, ellas son como todas damas, entonces lo que uno ve, se ve poesía, ¿cachai?, aunque sea muy horrible estéticamente puedes sacarle una hermosura… Creo que tiene eso, que no es la perfección, acá tenemos una diferencia porque estamos al lado de San Antonio y Rosas, calles que de por sí, no están en la estética convencional, no son las bellas por excelencia, sino que son más hediondas, sucias, son calles que tienen como hartos inmigrantes, yo noto una diferencia directa porque Barrio Esmeralda es un barrio más alternativo, que de vanguardia, es realmente un barrio” (Vecino autóctono nuevo) 104 El Cuadro Nº4, explicita también una disposición más o menos favorable ante la incorporación de la población migrante del barrio dependiendo del tipo de actor. Los vecinos autóctonos relativamente nuevos son quienes representan el discurso más progresista de barrio, desde la apropiación de los espacios públicos, la defensa del patrimonio, el emprendimiento comercial, y la inclusión de la diversidad constitutiva del mismo En su discurso existe una apertura hacia el migrante y una valoración de su cultura, -folclore, gastronomía, lenguaje, entre otros- pues estas particularidades culturales vendrían a enriquecer la diversidad del barrio. Esta disposición positiva frente a la posible incorporación del vecino migrante, más bien tiene relación con una apertura a la diversidad cultural propia de los habitantes del Centro Histórico y de Esmeralda, que con una inclusión real del vecino migrante, entendida en términos de un “reconocimiento social” en base a la aceptación de sus forma de vida, prácticas y costumbres, sobre la base del respeto e igualdad (Bauman, 2003). Se describe entonces al migrante casi como un “adorno estético, exótico y pintoresco”, desanclado de su posición socioeconómica y de la condición propia del sujeto migrante que lo determina. Asemejándolo a otros elementos propios de este lugar “heterogéneo”, como lo son las “señoras patrimoniales”, o “Ben Hur” el mendigo de la plaza, finalmente personajes que pasan a formar parte del imaginario del Barrio Esmeralda, pero con los cuales no se tiene mayor intercambio. En este contexto, cabe preguntarse por el Ingreso del migrante en la construcción del Barrio Esmeralda Diverso y Patrimonial. El migrante - ya sea por omisión o evidente negación- aparece como un punto de tensión ante la imagen de barrio patrimonial, alternativo e inclusivo. Hecho que se confirma aún más con la invisibilidad del migrante en el espacio público, y con la construcción social del migrante –por parte de parte de la población autóctona - como lo ajeno, lo sucio, lo burdo, lo impropio. Todas categorías contrarias al ideal de patrimonio120 que se quiere preservar. Desde la población autóctona, el tipo ideal de inclusión de la diversidad, es más bien discrecional pues solo se permite el ingreso de la población autóctona en esta diversidad constitutiva del barrio (“señoras patrimoniales” 121 población en situación de calle, el mendigo de la plaza, entre otros) y no así al vecino migrante. 120 La puesta en valor del patrimonio material de la zona, como elementos propios e identitarios, entra en tensión con la figura del extranjero- ajeno que lo habita. Se aprueba el uso de la vivienda patrimonial para sus usos más posmoderno (aludiendo al apartado Nº1, Esmeralda) y fines comerciales en el rubro del diseño, no así para la vivienda migrante. 121 Denominadas asi por la población local, para referirse a mujeres que ejercen el comercio sexual de avanzada edad, y por años en el mismo sector del barrio 105 Por su parte, para la población autóctona “de toda la vida en el barrio”, la posibilidad de incorporación del migrante, tiende a fundamentarse en la idea de tolerancia y resignación, pues “no queda otra” ante la eminente “mimetización” propiciada por los años de asentamiento de la población migrante, y las consecuencias que trae aparejado el hacer su vida en destino (enviar a sus hijos al colegio, casarse con población autóctona, emprender actividades económicas, entre otras). Esta especie de resignación ante la migración más allá de una disposición favorable a la incorporación de la misma, alude a cierta reticencia ante el migrante indeseado: pobre. En sus palabras: “Es que hay de todo es mixto como chile, no todos son malos ni todos son buenos. Te digo una cosa que ya ha ocurrido y es que vamos a tener que aprender a vivir con ellos ojo, eso lo digo a veces cuando voy a reuniones y se enojan conmigo, ellos ya se arrancharon acá y ¿sabes porque se arrancharon? Porque tienen hijos que nacieron en Chile, hablan como chilenos, ya empiezan a vestirse como chilenos incluso algunos se casan con chilenos o conviven con chilenos da lo mismo, entonces ya son chilenos…Después se van a mimetizar, pero hay un sector que es muy muy… mira ¿sabes? voy a ser muy crudo, hay un sector que es para mí como si se viniera a vivir la gente de la 122 Pincoya al centro” (Vecino autóctono antiguo) En términos generales se aprecia una disposición selectiva ante la incorporación del vecino migrante de Esmeralda, la que tiende a favorecer al migrante deseado, considerado como “gente de bien”: trabajadora, de esfuerzo y tranquila con los cuales no habría mayores problemas de convivencia por oposición a lo ocurrido con aquellos más indeseados y su mal vivir. A diferencia de lo explicitado en el Apartado 3. II.5.1, donde las categorías de migrante deseado e indeseado, aludían a la clase social, el color de piel y el capital sociocultural de los mismos, esta distinción opera además en función del comportamiento esperado de la población migrante. Se espera un comportamiento de la población migrante dentro de las expectativas de “normalidad” propias del vecino autóctono, como una incorporación unidireccional y asimilativa, que no involucra la reciprocidad de ambos actores en la interacción (población autóctona y migrante) ni tampoco la diferencia. Recordemos que la asimilación no necesariamente es ejercida mediante “medidas explicitas de coerción”, en palabras de Torres (2004) “La inclusión de los inmigrantes se realiza en un determinado marco que establece unos límites y unas posibilidades. Al mismo tiempo, las dinámicas que generan la creciente presencia de los inmigrantes, junto a otros fenómenos 122 La Pincoya es una población emblemática, ubicada en el sector norte de Santiago. Sus inicios se remontan a las tomas de terreno realizadas por pobladores en la década de los sesenta. Existen grandes niveles de hacinamiento, pobreza y desempleo, ocasionados en parte debido al fuerte estigma delictivo con que cargan sus habitantes. Pese a ello, ésta población está llena de colores carnavalescos y de organizaciones ciudadanas que buscan sacar adelante a su población. 106 sociales, ponen a prueba el marco social-identitario previo, lo alteran y -en mayor o menor medidalo modifican” (pp.3) No habría una apertura ante el otro, como alteridad necesaria en la construcción de una incorporación bidireccional, pues las identidades permanecen intactas. La figura del migrante como indeseado inevitablemente choca con los relatos de Esmeralda como un Barrio Diverso, Patrimonial e Inclusivo, que apela al “involucramiento de todos los vecinos, como actores en el proceso de dinamización y construcción de un barrio más habitable”- . 3. II.6.- Políticas locales para la incorporación de los vecinos migrantes y la convivencia ciudadana en Esmeralda. Existen ciertas limitaciones relativas a la actitud de los gobiernos de los países receptores, producto de las decisiones, tratamiento y gestión de la migración y la diversidad cultural ante la ilusión de sociedades homogéneas. Desde este contexto, la posible incorporación de los migrantes a las sociedades de destino se entrampa en posiciones totalitarias que tienden a asumir construcciones identitarias duras. El sujeto migrante no cabe en la concepción de una identidad colectiva, cerrada, y homogénea que tiende a proteger lo autóctono-propio y a erigir el “nosotros” desde la exclusión, por oposición a ese “otro”, extranjero- ajeno, que vendría a perturbar el orden establecido. “De acuerdo con dicha asociación, la inmigración sería la que pondría en riesgo de alterar o romper aquella homogeneidad mítica o fundacional, aquella homogeneidad étnica, cultural, religiosa o política, que en realidad nunca existió y que siempre ha estado asociada a posiciones totalitarias y excluyentes” (CeiMigra, 2010-2011:83) Para el caso de Chile, estas posiciones son más evidentes, debido al carácter de seguridad nacional y control de flujos migratorio que ha asumido la política migratoria hasta ahora. Se opera desde una lógica de seguridad nacional: que aborda el problema migratorio desde una dimensión fronteriza por parte el Ministerio del Interior y un desfase temporal; debido al desajuste entre la ley y el contexto migratorio actual. Los principales problemas que esta postura acarrea, están referidos a la exclusión del migrante pues atenta contra la supuesta homogeneidad, lo que se traduce en su deslegitimación y/o invisibilización, y la conformación de prácticas nacionalistas y racistas que obstaculizan la cohesión social. La posibilidad de corregir esta condición y saldar al menos en parte esta deuda con la singularidad del actual flujo migratorio, implica abordarla desde los parámetros de la democracia y la justicia social. Pues las respuestas políticas del Estado frente a la inmigración, afectan las construcciones sociales que se elaboran alrededor sus características (atribuidas o no) y su función social, así 107 como también en las representaciones de los distintos actores sociales sobre los inmigrantes (Domenech, 2005). Al respecto, entre algunas propuestas para una “inmigración exitosa” (Putnam, 2007), cabe mencionar: la tolerancia ante las diferencias, el refuerzo de las identidades compartidas, el apoyo a la acción con migrantes desde el ámbito local, la promoción de organizaciones sociales y el asociacionismo migrante, fomentar el involucramiento de aquellas instituciones religiosas y de las organizaciones sociales que trabajan con inmigrantes para que sirvan como herramientas de refuerzo de las leyes de inmigración, la promoción de las relaciones de convivencia más armoniosas y el reconocimiento público de la contribución de los migrantes a las sociedades receptoras, entre otras. (Putnam, 2007 en CeiMigra, 2010-2011: 88) Ante la ausencia de una política migratoria integral, el papel de los gobiernos locales, en la gestión de los procesos migratorios y su actitud y decisiones en materia de la incorporación de los migrantes al ámbito local, resulta fundamental, desde plano institucional, pero también desde el plano de la cotidianidad, de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Desde este ámbito podría suponerse que las posibles iniciativas impulsadas desde los municipios y ayuntamientos orientados a la educación y sensibilización de la población ante el tema migratorio, los valores de la tolerancia, el respeto a la diferencia y los principios democráticos, sin duda inciden en la construcción social del migrante, así como también programas que promuevan la convivencia ciudadana en barrios multiculturales y formas de intercambio y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, tenderían más a potenciar la convivencia que a fomentar la reproducción de espacios de segregación, característicos de centros históricos de las ciudades. 3. II.6.1.- El Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago (2009 – 2013) La encargada del Programa hasta el 2013, da cuenta del diagnóstico antes explicitado. “Mientras no entre en vigor la nueva ley de migración, el Programa Migrante de la comuna de Santiago y su permanencia, seguirán dependiendo de la voluntad política del Alcalde de turno. Esto debido a que este Programa no es fruto de una política pública, no está institucionalizado, y por ende no dispone de financiamiento propio”. (Encargada Programa Migrante) 108 El Programa Migrante surge el año 2009, como parte de una política del gobierno local de la Municipalidad de Santiago, en el marco de una Ordenanza contra la discriminación (104 / Mayo – 2009), orientado a la población migrante de la comuna desde un enfoque de derechos. Al no estar institucionalizado y no ser producto de una política pública, este no cuenta con financiamiento propio, en articulación con otros departamentos de la administración local (Educación, Salud, Vivienda y Empleo), diseñado como un programa de gestión con un carácter transversal. Su funcionamiento lo realiza a partir de alianzas estratégicas, con agentes externos a la Municipalidad de Santiago, pero también internos. Servicio Jesuita de Migrantes (hoy Ciudadano Global) quienes trabajan desde hace más de 10 años en la temática, la Policía de investigaciones, (PDI), el Fondo Nacional de Salud, (FONASA) y los algunos consulados. Departamento de Extranjería, Universidades y algunas asociaciones de migrantes, como Mira Chile. Quienes apoyan el trabajo de orientación para migrantes, en temáticas relativas a la Primera Acogida. Algunas áreas de intervención del Programa se orientan a : la acogida de los migrantes de la comuna, su normalización e integración en el acceso a los servicios públicos de primera necesidad y a la promoción de algunas prácticas interculturales es el ámbito escolar, dirigidas a niños/as y padres migrantes y autóctonos y también a profesores. Cabe mencionar que no se ha involucrado a las asociaciones de migrantes123 en el diseño del Programa Migrante, ni tampoco en la elección de las áreas prioritarias, medidas y proyectos a ejecutar. Se recogen sugerencias del trabajo en terreno con algunas familias migrantes, las que sumadas a los resultados de investigación -encomendados a algunas de las instituciones Universitarias con las cuales este Programa se articula-, dan origen a las actividades y proyectos en cuestión. Esta forma de proceder más bien intuitiva encuentra su piedra de tope en la falta de planificación, proyección programática y la posible articulación con otros departamentos municipales. Asimismo contribuye a la reproducción del asistencialismo, y a la invisibilización del migrante organizado como un interlocutor legítimo y activo en el proceso de incorporación al contexto local. Referida específicamente a la gestión social de la migración, este Programa Municipal, orienta su intervención de acuerdo a dos líneas: Acogida e Integración, ambas líneas de actuación se encuentran bajo el principio de otorgar Garantías de Igualdad a los migrantes de la comuna 123 De acuerdo a lo expresado por la Encargada del Programa (2012), no habría un numero representativo de asociaciones de migrantes, esta son más bien informales, carecen de organicidad y estabilidad en el tiempo y operan de acuerdo a intereses deportivas. 109 Línea de Acogida: “Favorecer y mejorar la acogida de la población migrante en la comuna, mediante actividades orientadas a la información, capacitación y la sensibilización, priorizando garantías en la igualdad”. Entre las principales medidas de intervención destaca la Información y Capacitación en el proceso de acogida de los y las migrantes, (derechos y deberes respecto a la sociedad receptora) y la Sensibilización, orientada a principalmente a educar a la ciudadanía respecto a los flujos migratorios y a la realidad del país como destino de estos y erradicar practicas sensibilizar a la población Línea de Integración: Objetivo: “Facilitar la integración de los/las migrantes y sus familias a la comuna, mediante la protección y promoción de los derechos en: Salud, Educación, vivienda y empleo” (Programa Migrante, 2012). Esta línea cuenta del nutrido entramado de medidas, y proyectos orientados a promover y facilitar el acceso igualitario al sistema de salud y educación, y a los programas de empleo y vivienda comunales. Durante el último tiempo, se han venido produciendo dos fenómenos paralelos en la comuna de Santiago: Por un lado, un incremento en la demanda de servicios públicos por parte de la población migrante124 y por otro, un aumento de actitudes de carácter racistas y xenófobas entre la población autóctona. De aquí que el trabajo emprendido por el Programa Migrante, requiera de la actuación simultánea tanto en: la integración de los/las migrantes, como en la sensibilización de la población autóctona, respecto del tema migratorio. Según lo manifestado por la encargada del Programa Migrante, durante estos cuatro años de ejecución, la evaluación interna de esta línea, sobre todo en lo que respecta al trabajo de sensibilización con funcionarios municipales en temáticas migratorias es positiva. La limitación de esta última es que no se han implementado mayores proyectos de sensibilización orientados a la población local, ni tampoco en el ámbito del barrio. La carencia y urgencia de intervención de políticas y programas en materias de sensibilización, quedó en evidencia en el apartado 3. II.5.1, respecto a las percepciones ante el migrante indeseado, y a las actitudes xenófobas y racistas latentes entre la población autóctona. Así también se releva la importancia y ausencia de mecanismos de mediación intercultural como una “modalidad de intervención orientada hacia la consecución del reconocimiento del otro y el acercamiento de las partes, el desarrollo de la convivencia, y la regulación de conflictos” (Giménez, 1997) Desde el Programa de Migrante se espera cubrir esta necesidad, y abordar el ámbito barrial mediante prácticas de sensibilización a dirigentes vecinales, como primera medida: 124 Se trataría sobre todo de flujos migratorios provenientes de países de Latinoamérica, no así de migración europea. 110 “Lo ideal es llegar a tener este espacio de participación con mesas de trabajo con Migrantes, pero para llegar a eso, necesitamos trabajar con la sociedad santiaguina para que esté un poco más abierta a esta nueva realidad. Para nosotros es fundamental poner en marcha la sensibilización con los dirigentes vecinales en primera instancia, en las unidades vecinales donde hay un alto porcentaje de población migrante” (Encargada Programa Migrante) La administración local no ha tenido mayor protagonismo en la promoción de dinámicas de convivencia ciudadana en barrios multiculturales, o algún otro tipo de actividad orientada a propiciar el intercambio entre los vecinos migrantes y autóctonos del barrio. Sea por falta de financiamiento, y/o la ausencia de una legislación que ampare este tipo de intervenciones desde el nivel central, lo cierto es que esta ausencia limita el quehacer de los poderes públicos y su responsabilidad en la promoción de medidas necesarias para la comprensión y tratamiento de la incorporación como un proceso bi-direccional. De acuerdo a lo señalado por Felip i Sardà (2009): “Es necesario que consideremos que la integración no puede consistir en la asimilación por parte del inmigrante de las costumbres del otro, sino que ha de convenirse en algo con sentido recíproco, configurando, en consecuencia, un modelo de integración como un proceso dual exigente tanto para el inmigrante como para la sociedad en la que permanece.” (Felip i Sardà, 2009:15) Recordemos que dependiendo de la comprensión que tienen los Estados respecto de los conceptos de ciudadanía y nacionalidad, es como estos van conformando no solo las reglas de admisión y pertenencia a la sociedad receptora –contenidas en la política de inmigración propiamente tal- sino además van condicionando tanto el trato a esta minoría asentada en el territorio nacional, como las oportunidades de inclusión que estos reciben –más propia de la política de integración-. (CeiMigra, 2010). En este escenario, el Programa Migrante, bastante alejado de algunas de las propuestas para una “inmigración exitosa” (Putnam, 2007) está en deuda respecto al proceso de incorporación de los migrante en su dimensión espacial. Hecho que sin duda, se torna más complejo, al no existir una política de carácter nacional fundamentada en un enfoque de derechos que garantice la promoción de estas instancias y que ampare la inserción de los migrantes en todos los niveles. 111 4. CONCLUSIONES A continuación presento algunas de las principales conclusiones de esta investigación en formato comparado. Más allá de puntualizar de manera exhaustiva los principales hallazgos en cada uno de los Barrios; Ruzafa y Esmeralda por separado, interesa hacerlos dialogar en función de las tres dimensiones que articulan este trabajo, como un fin en sí mismo; la apropiación del espacio público para la experiencia del sujeto migrante, en relación a las percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local para su incorporación desde la perspectiva de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales. La comprensión y tratamiento de la cuestión migratoria por parte de la ley y la política migratoria en cada uno de los contextos, se presenta como un elemento distintivo y fundamental, pues incide en las condiciones propias del sujeto migrante y en las configuraciones sociales que se erigen respecto al mismo de parte de la población autóctona. Mientras en el caso español podríamos hablar de condiciones de recepción medianamente favorables, sobre la base de respeto a los derechos de los migrantes, la libre competencia “individual” y a la moderación de “estereotipos” relacionados con las características de los inmigrantes. El caso de Chile se interpreta más bien como un contexto receptor poco favorable respecto a la incorporación de la población migrante tanto desde el “aparato gubernamental” y el sector empresarial, como por parte de la población autóctona. Esto debido a que la política migratoria no se fundamenta en la concepción del migrante como sujeto de derechos, sino más bien en el control y regulación de las fronteras, tendiendo a propiciar la irregularidad y vulnerabilidad en estos grupos en esta sociedad de destino. En este contexto los estereotipos respecto de la población migrante cobran mayor relevancia y se traducen muchas veces en actitudes racistas y xenófobas por parte de la población autóctona. Independientemente de lo anterior, existen ciertos elementos compartidos por el sujeto migrante latinoamericano en ambos contextos locales; la forma colectiva de habitar la vivienda migrante principalmente en la primera etapa del asentamiento, al momento de la llegada-, la precarización de la misma – mayor en el caso de Esmeralda- Santiago-, el perfil familiar que asume la migración y el carácter feminizado de la misma, pues se trata en general de iniciativas de movilidad laboral emprendidas en primera instancia por mujeres. El carácter femenino de la migración peruana, para el caso de Santiago, cobra una significación especial atribuida a la “emancipación de la mujer en destino”, respecto del papel que ocupa en la estructura familiar más propia de origen. Barrio Ruzafa y Barrio Esmeralda, comparten su ubicación en el centro de la ciudad, su carácter comercial y residencial, un porcentaje significativo de población migrante entre su composición y un 112 marcado componente gentrificador. Por su parte, los distinguen elementos relativos al tipo de migración en cada uno de estos; de mayor diversificación en cuanto a los países de procedencia y a los años de asentamiento en el caso de Ruzafa, migración principalmente fronteriza y de menor trayectoria, para el caso de Esmeralda. Otro elemento distintivo radica en la configuración social que se tiene del mismo, mientras el Barrio Ruzafa es caracterizado socialmente como “multicultural”, producto entre otras cosas de su asociación en los medios de comunicación y la visión de los vecinos de Valencia (Moncusí, 2008). El Barrio Esmeralda se distingue por otros elementos más asociado al comercio, al patrimonio y la vanguardia. La inmigración en comparación con Ruzafa es más bien incipiente. El componente gentrificador atraviesa los dos barrios analizados en este trabajo; y asimismo determina el devenir los mismos. De esta forma y una vez trascurridos tres años, desde el inicio de esta investigación comparativa (2011-2014) se puede observar con mayor perspectiva cómo dichas prácticas gentrificadoras - patrimoniales para el caso del Barrio Esmeralda del Centro Histórico de Santiago, terminaron por limitar toda posibilidad de apropiación del espacio por parte de la población migrante ahí residente. Relegando de manera evidente la presencia migrante, producto de la llegada de nuevos inversionistas y emprendedores del rubro del diseño independiente, la hostelería y la gastronomía (por el uso comercial de espacios antes destinados para la vivienda). Un hecho similar, pero menos fulminante, tiene lugar en el Barrio Ruzafa, pues tanto a migrantes como a los habitantes de toda una vida en el barrio, no les ha quedado otra opción que ir cediendo ante la presión immobiliaria y los nuevos usos comerciales. Si bien Ruzafa se presenta como un barrio multicultural por excelencia, un ejemplo de convivencia “pacifica en la distancia”, existen ciertos elementos asociados al constante cambio del mismo que de alguna manera ponen en riesgo este imaginario social de barrio históricamente popular, reivindicativo y multicultural 125. En Ruzafa existen algunos elementos que tienden a posibilitar el ingreso del sujeto migrante en la valoración de este como multicultural, contrario a lo que ocurre con el ingreso del sujeto migrante en las configuraciones imaginarias en torno al barrio al Barrio Esmeralda; Diverso, Patrimonial e Inclusivo. En Esmeralda, ya sea por omisión o evidente negación- el migrante aparece como un punto de tensión ante la imagen de del barrio que se pretende. Hecho que se confirma aún más con la invisibilidad del migrante en el espacio público, y con la construcción social de este, asociado a categorías de lo ajeno, lo sucio, lo burdo, lo impropio. Todas estas, contrarias al ideal de patrimonio que se quiere preservar. 125 Entre estos, la renovación inmobiliaria, turística, gastronómica, y la posible pérdida del espacio público del mismo como posibilidad para el encuentro y sociabilidad entre los distintos vecinos. 113 Desde la población local de Esmeralda, la valoración ideal de inclusión de la diversidad, es más bien discrecional pues solo se permite el ingreso de la población autóctona en esta diversidad constitutiva del barrio y no así al vecino migrante. No habría una apertura ante el otro, como alteridad necesaria en la construcción de una incorporación bidireccional, pues las identidades permanecen intactas Formas de apropiación migrante del espacio público En términos generales podríamos decir que Ruzafa posee elementos y condiciones que hacen posible la apropiación del espacio por parte de los nuevos vecinos migrantes del barrio. Pues lo distancian de aquella “intersección de elementos móviles”, sin apropiación para situarlo cerca del ideal del barrio como “Lugar practicado” (De Certeau, 1984). Esto último es posible constatarlo a partir de: su presencia y distribución residencial, sus micro emprendimientos comerciales, (apropiación económica), las dinámicas sociales y prácticas culturales en el espacio público (apropiación socio-cultural) y desde su incipiente involucramiento en el tejido asociativo del barrio y las asociaciones de población migrante que operan en el mismo (apropiación política). El sujeto migrante de Ruzafa es visibilizado, así también lo son sus formas de apropiación del espacio que han transformado la configuración del mismo, a diferencia de lo ocurrido en el caso de Esmeralda, caracterizado por la invisibilización y marginación del vecino migrante. Las formas de apropiación primarias del espacio, propiciadas por la acción – transformación (materiales) de parte de la población migrante son evidentes en el caso Ruzafa, a través de los locales de comercio étnico y migrante, los oratorios y centros de culto religiosos, las practicas socio-culturales en el espacio público (carnavales y jornadas interculturales promovidas desde la sociedad civil organizada), entre otras. Hecho relevante y necesario para el devenir de formas de apropiación más complejas, continuas y dinámicas, vinculadas a las acciones de reciprocidad con la alteridad, a la interacción con los otros como apropiación (simbólica), por identificación y/o sentido de pertenencia. Independientemente de que no lleguemos a dilucidar el sentido conferido a dichas formas de apropiación, más propia de la experiencia de la población migrante del Barrio Ruzafa, (material y/o simbólica), pues no es interés de esta investigación profundizar en este campo más subjetivo. Lo cierto es que al menos en este barrio – a diferencia de lo ocurrido en Esmeralda-las formas de apropiación material sientan las bases necesarias y constitutivas para formas de apropiación más simbólicas, identitarias y de reconocimiento, como el devenir del espacio en lugar por efecto de dichas apropiaciones. 114 La apropiación económica en Ruzafa, se manifiesta en los espacios de comercio, consumo y servicios, como negocios étnicos o migrante (locutorios, comercio chino) o étnico (restaurantes de comida y venta de productos típicos del país de origen) adquieren una connotación más social que tiende a trascender la transacción puramente económica. Estos operan como micro-espacio etnificados, de “sociabilidad inmigrante concentrada” que no considera un mayor involucramiento de la población autóctona. Las formas de apropiación socio-cultural, como usos cotidianos del espacio público y las dinámicas de sociabilidad, en el caso de la población objeto de este estudio, están atravesadas por consecuencias propias de la condición migrante; extenuantes jornadas de trabajo y falta de tiempo libre. Estos elementos también inciden en la escasa participación de los mismos en el tejido asociativo del barrio. En relación a las dinámicas de interacción, se observa una apertura “etnificada” a la sociabilidad de parte de la población latinoamericana referida principalmente al círculo social más próximo entre personas del mismo colectivo. El migrante (latinoamericano) del barrio- si bien por un lado, forma parte del conjunto social, por otro, especialmente determinante, estaría “por fuera y enfrente”. En la práctica tiene lugar un tipo de convivencia “pacifica pero distante” (Torres, 2006) que no implica necesariamente el intercambio social entre la población autóctona y migrante, más allá de la civilidad propia de las relaciones entre extraños. Algunas prácticas culturales y asociaciones de carácter migrante, como apropiaciones socioculturales y políticas del espacio público, se presentan como estrategias de inserción al ámbito local, arraigadas en la valoración del derecho a residir en el mismo y a demandas de reconocimiento que no necesariamente son correspondidas por la población autóctona en la forma esperada. Esto último cobra relevancia al comprender que dichas formas de apropiación del espacio por parte de la población migrante, reciben de vuelta una afirmación de sí mismos, (Alteridad- reconocimiento-identidad). Por su parte la apropiación política respondería a estrategias de inserción. En este componente asociativo se identifican tres elementos: una acción de empoderamiento y legitimidad de la organización migrante, la posibilidad de participación en el tejido asociativo del barrio y así también la generación de acciones e instancias propicias para “compartir” con la población local. En lugar de formas de apropiación del espacio público, para el caso de Esmeralda, resulta más pertinente referirnos a formas de estar de los migrantes latinoamericanos, desprovistas de apropiación “como dominio de una aptitud, y/o un proceso dinámico de interacción del individuo con su medio externo” según una de las acepciones del termino especificado por Pol (1996:45). 115 Se trata de formas más incipientes de apropiación espacio público, que más bien se concretan por fuera del barrio 126. En espacios próximos de centralidad migrante y sociabilidad entre la población extranjera que los frecuenta como: “Pequeña Lima” en el sector de Plaza de Armas y el Mercado Central, en Barrio Mapocho. Al igual a lo ocurrido en Ruzafa, algunos de estos espacios públicos y semipúblicos de comercio, se vuelven propicios para el encuentro entre la población migrante, y en estos la apropiación económica del espacio público deviene en social. Los espacios públicos de Esmeralda, subutilizados por la población migrante, que más bien se repliega al ámbito privado, y solo los transita. Por otro lado, no se identifican formas de apropiación política, comprendidas a partir de la participación de ésta, en las organizaciones de la sociedad civil autóctona del barrio o mediante asociaciones exclusivas de la población migrante. Los migrantes en Esmeralda, suelen vivir hacia adentro, recluidos en el ámbito privado, se mueven en la dualidad visible/ invisible y no practican el espacio público, evidenciando su marginación. Esta dualidad estaría supeditada a la percepción de la población autóctona, y a su discrecionalidad en cuanto a su posible incorporación al ámbito local. El migrante del barrio es generalmente invisibilizado y solo se vuelve visible cuando irrumpe en la “normalidad” del espacio público y también privado (entre viviendas colindantes) con ruidos molestos y otras prácticas propias del “mal vivir”. Las formas de estar desde la perspectiva social responden más bien a prácticas asimilativas o de adaptación de los migrantes al ámbito local de destino, contrario a la figura de la apropiación como un proceso dinámico de interacción del individuo con su medio externo. Condiciones y condicionantes para la incorporación de los migrantes en el barrio Condición en términos de garantías en derecho otorgadas y dispuestas para la incorporación de los migrantes, como “Estado o circunstancia en que se encuentra una persona o una cosa”. Pero también en su acepción condicionante, como una “circunstancia necesaria e indispensable para que otra pueda ocurrir”, específicamente como aquellas condiciones que de alguna manera negocian o ponen trabas a la incorporación. En este sentido podremos distinguir entre condiciones y condicionantes para la inserción de los migrantes en el Barrio. Por un lado, las actitudes y disposiciones de los vecinos autóctonos ante los migrantes del barrio pueden considerarse como parte de las condiciones con las cuales se encuentran estos nuevos vecinos (mayor propensión a relaciones sociales, reciprocidad, hostilidad, por mencionar algunas situaciones). Por otro lado, los condicionantes, como aquellos requisitos 126 Recordemos que la comprensión de barrio considerada para efectos de esta investigación responde a delimitaciones subjetivas e imaginarios construidos y definidos por los propios habitantes del mismo, las cuales dejan por fuera de este a las micro-localidades aledañas definidas como de centralidad migrante; Plaza de Armas y el Mercado Central. 116 indispensables para que esta “incorporación” pueda ocurrir, - siempre desde la posición del vecino (a) autóctono (a) en un nivel micro-local. Respecto de las condiciones y disposiciones de la población autóctona respecto a la inserción de población migrante latinoamericana. En el Barrio Ruzafa se observa una apertura ante esta posibilidad, arraigada quizás en factores como; la trayectoria migratoria del barrio, la construcción social del mismo como multicultural, el trabajo de algunas organizaciones de la sociedad civil por generar instancias para el intercambio entre los distintos grupos y culturas, y así también cierta predilección por el colectivo latinoamericano. A diferencia de lo ocurrido en Ruzafa, en Esmeralda, el escenario se vuelve más hostil debido a cierta naturalización de las actitudes racistas y discriminatorias ante el migrante. Si bien podríamos identificar una actitud más favorable ante la inserción del vecino migrante- por parte de los vecinos más progresivos del mismo- esta se fundamenta en la distancia y desconocimiento respecto de la población migrante, y así también en la diversidad generalizada. Este último aspecto se relaciona con la tensión propia de la dualidad proximidad y lejanía referida a la alteridad en Simmel (1986), la diversidad como un elemento constitutivo del imaginario del barrio Esmeralda, es compartida y generalizada acentuando, asimismo todo aquello que no se tiene en común con el vecino migrante. Por su parte, las posturas menos favorables respecto a la de inserción social del vecino migrante, aluden a una “resignación” ante el evidente e inminente asentamiento de estos en el barrio y la sociedad. La inclusión de la diversidad no se hace extensible para la población migrante, no tiene asidero en la práctica, pues las percepciones valorativas respecto a su incorporación en el ámbito del barrio son restringidas, y condicionadas. Referido a los condicionantes, en ambos casos aparecen elementos más próximos a la integración por asimilación, en base a expectativas respecto al comportamiento del vecino migrante, pero en distintos niveles; para el caso de Ruzafa es más bien implícito y moderado, para el Esmeralda más evidente y exacerbado. Se espera que el migrante ajuste su comportamiento o lo adapte a ciertas “normas de convivencia” impuestas por la población autóctona propias del “buen vivir” entre estas; evitar ruidos molestos, suciedad, y el traslado de algunas prácticas del ámbito privado al público. Los migrantes latinoamericanos son “mejor aceptados” en el Barrio Ruzafa, favorecidos por características similares a las formas autóctonas contribuye a la construcción positiva de su imagen social. Entre estos: el idioma, cultura, y la religión cristiana en común con la sociedad receptora, además del perfil familiar de este colectivo migratorio, dan cuenta de cierta “apertura a su incorporación en el barrio” en comparación con otros grupos de extranjeros. 117 En el caso de Esmeralda esta situación, se observa una disposición selectiva ante la incorporación del vecino migrante de Esmeralda, la que tiende a favorecer al migrante deseado, considerado como “gente de bien”: trabajadora, de esfuerzo y tranquila con los cuales no habría mayores problemas de convivencia por oposición a lo ocurrido con aquellos más indeseados y su mal vivir. Dinámicas de sociabilidad entre migrantes y autóctonos En general, en los espacios públicos, -de encuentro, de estar y de tránsito-, primaría el precepto de civilidad cortés pero distante, sin mayores relaciones o intercambios sociales, una sociabilidad en los márgenes de lo políticamente correcto no exento de dificultades y desencuentros. Para el caso del Barrio Ruzafa, se daría en formato de proximidad espacial con distancia relacional en los espacios públicos, similar a la figura del “Mosaico”; distintas piezas que están unas al lado de otras pero que interrelacionan poco. Para el de Esmeralda, no hay mayor cabida para la interacción positiva entre estos los distintos grupos en el ámbito del espacio público. La proximidad en términos fácticos se traduce en una “distancia espacial y relacional” con el migrante del barrio, donde este último es invisibilizado. Tanto en Ruzafa, como Esmeralda, las dinámicas de sociabilidad propias de los migrantes latinoamericanos tienen lugar principalmente por fuera del barrio. En ambos contextos receptores, desde la perspectiva del migrante, se valora el ideal de vecindad por sobre el de nacionalidad, como un “deber ser” de las relaciones sociales de los habitantes de un barrio. Desde este tipo ideal, la concepción de extranjero – ajeno desaparece, pues más allá de elementos ceñidos a lugar de origen de unos y otros, lo que primaría en el ámbito micro-local del barrio, es la igualdad del derecho a residir, contenida en un único territorio. Por su parte, algunos elementos que contribuyen al ingreso de los vecinos migrantes en el relato del barrio Ruzafa y su participación social en el tejido asociativo del mismo, tiene relación con las instancias reivindicativas, originadas por una necesidad o algún problema común. Aparece esta vez desde la población local de Ruzafa, una valoración del concepto de vecindad por sobre el de nacionalidad. Si bien se trata de una valoración minoritariamente social orientada a un “deber ser”, prevalece la idea de que todos los vecinos -independientemente de su nacionalidad- se ven afectados por las mismas problemáticas barriales. En ambos casos de la valoración de vecindad por sobre el de nacionalidad, se asocia a un sentido de pertenencia, que al menos desde el discurso se legitima en el hecho de residir en un mismo barrio. Mientras en Esmeralda el concepto de vecindad se vincula con un derecho de la población migrante al habitar, en Ruzafa este aparece como un deber. 118 Ruzafa cuenta con un activo tejido asociativo, a diferencia de lo ocurrido en Esmeralda donde es más incipiente. Mientras el móvil del asociacionismo en el caso de Ruzafa tiende a ser la exigencia de derechos sociales, desde un carácter reivindicativo y multicultural para el caso de Esmeralda el móvil es el patrimonio y la calidad de vida de sus habitantes. Ante la escaza presencia de la administración local y la percepción de abandono respecto a la misma,- en cuanto a la provisión de servicios y en temas de convivencia en barrios multiculturales, algunas organizaciones del nutrido tejido asociativo de Ruzafa asumen este rol. Trabajan por el bienestar de la población más vulnerable, y generan instancias para mayores intercambios entre la diversidad de grupos que cohabitan en el mismo (promoviendo jornadas de sensibilización y actividades de carácter intercultural). Si bien, el tipo ideal de barrio intercultural que se pretende construir – por parte de algunas organizaciones minoritarias de Ruzafa- es un proceso complejo, lento y bidireccional, pues requiere de tiempo social y una interrelación cotidiana continuada sin mayores problemas. Esta instancias que; visibilizan al sujeto migrante, facilitan el encuentro entre estos y la población autóctona, y estimulan la expresión de la diversidad cultural característica del barrio, resultan relevantes en cuanto al reconocimiento de la alteridad/diferencia necesaria para la cohesión social. Por tanto se presentan como factores que contribuyen a la inserción de los migrantes en el espacio local. Actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes En ambos contextos locales receptores de migración, se ha venido desarrollando desde la administración pública local, -Oficina Técnica del Plan Norte- Sur, en Valencia y el Programa de Migrante en Santiago- un trabajo orientado principalmente a la acogida y la Integración social de la población migrante, entendida esta última desde su normalización en términos de acceso a salud, educación, empleo y vivienda. Un elemento común a estas formas de gestión local, tiene relación con un tratamiento asistencialista a la migración, concebida desde la óptica de “problema social”. Su quehacer en la incorporación de la población migrante al ámbito local es más bien limitado, pues no se aborda la cuestión migratoria en términos de una implicancia real de la misma, sino como un problema de servicio social a partir de la voluntad y eficiencia del administrador. Las principales problemáticas que enfrentan ambos departamentos municipales, están referidas a la falta de apoyo político reflejado en la ubicación de estos dentro de la estructura municipal; ninguno aparece en el organigrama y en la falta de financiamiento para el idóneo funcionamiento de los mismos. Esto se traduce en la escasa incidencia tanto al interior de la institución, como fuera 119 de esta, a nivel de intervención comunitaria, a pesar de que son concebidos como instrumentos transversales. A pesar de que son instrumentos dirigidos a la población migrante en el ámbito local, no hay un mayor involucramiento de las asociaciones de migrantes, no se las convoca, no participan, ni mucho menos inciden en la elección de las temáticas alusivas a los proyectos dirigidos para los mismos. No se observan incentivos para la participación de la población migrante a partir del fortalecimiento del asociacionismo migrante. Respecto a la implementación de medidas y programas orientados a la convivencia ciudadana en barrios multiculturales, en la actualidad el papel de estas instituciones de administración es más bien débil o nulo. No se evidencian intervenciones de mediación intercultural, dinámicas orientadas a la interacción positiva y la convivencia en barrios multiculturales, ni tampoco mayores iniciativas para la sensibilización127 de la población local en temas migratorios, como herramientas para prevenir y/o erradicar prácticas discriminatorias y xenófobas. Esta carencia es suplida por las organizaciones de la sociedad civil en el caso de Ruzafa, no así en Esmeralda. La sensibilización y educación de la población en materia migratoria, así como la promoción de instancias de intercambio entre la población autóctona y migrante, sin duda alguna contribuyen a la incorporación inclusiva de los migrantes en los contextos locales de recepción. En el caso de Chile la ausencia de estas iniciativas se hace más patente debido a las actitudes xenófobas y discriminatorias por parte de la sociedad. En este sentido, ambos departamentos municipales están en deuda con el tratamiento de la cuestión migratoria de manera integral. La gestión de la diversidad sociocultural centrada en la inclusión, implica además la promoción de espacios de interculturalidad, entendida esta última como una aceptación de la diversidad cultural, basada en un principio de interacción positiva, en la convivencia con la diferencia, en la negociación con el otro, que está, por ende un paso más allá del simple hecho de “reconocer” la diferencia en la distancia (más propio de la multiculturalidad) (Giménez, 2003; Torres; 2004) 127 Están en caso de Santiago están siendo ejecutadas a los funcionarios municipales, en el de Valencia son impulsadas principalmente desde organizaciones sociales. 120 5.- BIBLIOGRAFÍA ARIZA, M (2009) “Una mirada comparativa a la relación entre migración y mercados de trabajo femeninos en el contexto de la globalización: El caso del servicio doméstico. Notas metodológicas”, en Rivera, L y Lozano, F (coord.) Encuentros Disciplinarios y debates metodológicos. 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Disponible en 126 6.- ANEXOS Anexo Nº1: Iniciativas gubernamentales en Chile respecto a la Legislación Migratoria Fuente: Cano, M, Soffia, M y Martínez, J (2009) CELADE –CEPAL. Elaboración Propia 127 Anexo Nº2: Mapa Conceptual Problema de Investigación /Políticas Locales Económica Estado e Instituciones del gobierno Local Condicionan Sociedad Civil (Organizaciones de población autóctona) FORMAS DE APROPIACION Sociocultural Del Espacio Migrantes Latinoamericanos Políticas MODOS DE INCORPORACION MIGRANTE Barrio Esmeralda y Ruzafa CONTEXTO DE RECEPCIÓN – ÁMBITO LOCAL Anexo Nº3: Centralidad Migrante en los Jardines del Turia Fuente: http://artworkproject.com y http://www.lasprovincias.es/ Montaje Elaboración Propia 128 Anexo Nº4: Pauta de observación Fecha de observación: Hora: Nº Día: Lugar: Sector Plano: Observación en: 1) Espacio Público 1.1).-De encuentro Migrante) 1.2).- Transito Nº Semana: Calles Referencia: 2) Espacio Semipúblico 2.1).- Comercio (Étnico/ Registro Fotográfico N: Anotaciones del Contexto: Actor: la gente implicada Actividad: una serie de acciones relacionadas entre si que las personas realizan Objeto: las cosas físicas que están presentes Acto: una determinada acción Acontecimiento: una serie de actividades relacionadas entre sí que la gente lleva a cabo Sentimiento: las emociones sentidas y expresadas Relato 129 Anexo Nº5: Observación en el Espacio Público socio urbano. Barrios Esmeralda y Ruzafa Tipo de Espacio Espacios Públicos Descripción Barrio Esmeralda Barrio Ruzafa De encuentro/ De estar : Vinculados al ocio en la vida cotidiana (la plaza, el parque, la calle) De tránsito: Referida a la Calle como paso y a sus transeúntes. Alude a las principales calles del barrio Plaza del Corregidor Zañartu Parque Manuel Granero, y en las afueras del Mercado. Calles: Esmeralda, MacIver, San Antonio, Diagonal Cervantes, Ismael Valdés Vergara. Calles: Plaça del Baró de Cortés, Calle Cura Femenía, Calle del Dr. de Serrano, Tomasos, Cuba y Calle del Literato Azorin Espacios de comercio, consumo y/o servicios: Comercio Migrante y/o Comercio Étnico Centros de llamado e internet, Calle San Antonio, en las afueras de los restaurantes y comercio migrante Ferias libre, locutorios. Locales comerciales de migrantes y venta de productos Latinoamericanos, Terrazas restaurantes de comida típica Espacios privados de uso y/o acceso público. Espacios comunes en Patio común, pasillos el ámbito de la vivienda _ Elaboración Propia Anexo Nº6: Organizaciones sociales de población autóctona entrevistada en Barrio Esmeralda y Ruzafa entre 2011-2012 Barrio Esmeralda Comité de Seguridad Calle Esmeralda Organizaciones Formales Organizaciones Informales Junta de Vecinos Nº 3 Centro Comité de Adelanto Paseo Esmeralda Colectivo Barrio Esmeralda / Plaza del Corregidor. Comerciantes del Diseño y empresarios Grupo Adulto Mayor Barrio Ruzafa Organización Russafa Conviu Organizaciones Formales (Población autoctona, y mixtas) Asociacion civil Jarit Asociación Plataforma Per Russafa Agrupación Fallas CADIZ Ruzafa Asociación Xaloc Russafa 130 Anexo Nº7: Caracterización de la población migrante entrevistada. Esmeralda y Ruzafa entre 2011-2012 Contexto Nacionalidad Peruana Peruana Barrio EsmeraldaSantiago Peruana Peruana Peruana Peruana Boliviana Boliviana Barrio RuzafaValencia Venezolana Ecuatoriana Colombiana Boliviana Edad Ocupación 40 Años 25 Años 45 Años 30 Años 51 Años 50 Años 41 Años 37 Años 47Año s 50 Años 36 Años 38 Años Maestro constructor Maestro constructor Asesora del hogar Vendedora Tiempo en la comuna 13 años 4 años 14 años 4 años Vendedora 15 años ambulante Asesora del 4 años hogar Dueño de un 6 años Locutorio Comerciante 7 años Artista y Profesora Microempres aria Dueña de Casa Asesora del hogar 20 años 7 años 6 años 4 años Anexo Nº8: Ruzafa. Sección del Plano de Valencia y su huerta en 1812 Fuente: Cavanilles, A. J (1795-1797) Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia. 131 Anexo Nº9: Plano Oficial de los Barrios de L’ Eixample y Detalle de Ruzafa L’ Eixample (Ensanche), integrado por los barrios; El Plan del Remedio, La Gran Vía y Ruzafa. Elaboración Propia Anexo Nº10: Evolución del Porcentaje de Migrantes respecto del total de población en Barrio Ruzafa. Decenio 2002 -2012 Fuente: Oficina de Estadística, Padrón Municipal; 2004, 2008, 2011 y 2012. Ayuntamiento de Valencia. Elaboración Propia 132 Anexo Nº11: Presencia de personas extranjeras y Concentración de colectivos de migrantes por sección en Barrio Ruzafa. 2003-2008 Fuente: Torres, (2007); Moncusí, (2009) y Oficina de Estadística, Ay. de Valencia. Elaboración Propia. 133 Anexo Nº12: Hitos de movilizaciones sociales del Barrio Ruzafa Año 2002 2002 2008 2013 Noticia en los medios Relato Actores y/o Acciones- Ruzafa Entre las organizaciones convocantes, había asociaciones de la sociedad civil autóctona (AMPA CEIP J. BALMES, Jarit, la asociación de vecinos ACSUD- Las Segovias, Salvem Russafa, entre otras) y también migrante; Asociación de inmigrantes Argelinos, Marroquíes entre otros. (No hubo mayor participación de latinoamericanos, pues esa recién comenzaban a llegar al barrio) "Manifestación España Disputa por el espacio público, en la Denuncia colectiva, impulsada 2000" Los testigos acusan época de mayor asentamiento de por la Plataforma Per Russsfa en al líder de España 2000 de población migrante en Ruzafa conjunto con otras organizaciones. Se presenta una alentar consignas racistas (principalmente entre 1997-2004) La querella en contra de cualquier en la manifestación de extrema derecha valenciana, España provocación violenta y por la Ruzafa. Fuente: 2000 impulsa una serie de www.lasprovincias.es manifestaciones en el barrio de Ruzafa convivencia y respeto a la contra los inmigrantes bajo lemas como: diversidad que conforma el Lanzada a los pocos días "ilegales no", "los españoles primero", barrio. Denuncian la actitud de de la manifestación de España 2000 (en la marcha de entre otros. enero 2002. 2002) "Russafa salva el Parque Luego de varias manifestaciones Los vecinos recogieron miles de de Manuel Granero". El sociales y también culturales, se firmas, con el apoyo de ayuntamiento busca consigue que el Ayuntamiento asociaciones de distinto tipo de lugares alternativos para renunciara a construir un parking Russafa, las comisiones falleras construir el aparcamiento y subterráneo en el parque Manuel y las asociaciones de padres de la Generalitat remodelará el Granero, única zona verde del barrio. los colegios Entre ellas: Jarit, Más información ver video en apoyo a la AMPA CEIP J. BALMES, jardín. Fuente: www.levante-emv.com defensa de los árboles del parque: Plataforma Per Russafa, entre Anitaju Productio`s: otras. https://www.youtube.com/watch?v=XftNcROyJI "Construcción de un Reivindicación del colegio público Principalmente a cargo de colegio público para Puerto Rico, para hacer uso de los Plataforma Per Russafa en Ruzafa" Una cadena solares, reservados para equipamiento articulación con el AMPA CEIP humana reivindica la comunitario, es un trabajo continuo, que J. BALMES, y apoyadas por construcción de un colegio lleva más de 10 años en esta demanda, otras organizaciones: Xaloc, público en Ruzafa. Fuente: y que finalmente el 2013 consigue la entre otras www.elmundo.es aprobación. "Russafa sale a la Calle y protesta por el abandono y deterioro del barrio" Fuente: "El País. Comunidad Valenciana. 1 de febrero 2002, (Torres, 2007:316) Manifestación convocada por sociedad civil autóctona, en enero- 2002 "Por la convivencia, contra el abandono y olvido del barrio". Entre sus demandas: habilitación de un parque central, rechazo a la especulación, mejoras en seguridad ciudadana y de la convivencia, inversiones para favorecer la convivencia con los inmigrantes, así también la reforma del colegio Balmes y la construcción de uno nuevo en calle Puerto rico, etc. 134 Anexo Nº13: Programas y Proyectos implementados desde la Administración local para la Convivencia Barrios Multiculturales. Ruzafa Iniciativa Programa de Convivencia Intercultural "Valencia Mosaico de Culturas" (2004) City to City (20052007) Descripción Programa diseñado como dispositivo de la implementación del CAI (Centro de Apoyo a la Inmigración) que respondía a los principios inspiradores del I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración (2002-2005), en materia de integración de la población inmigrantes, la coordinación de diferentes áreas municipales y la potenciación de la participación de la ciudadanía. Este programa marcó las líneas de intervención del Área de Mediación Socio-Cultural del CAI. Experiencia de trabajo comunitario se implementó Orriols y Ruzafa, gracias a financiamiento europeo. Orientada al fomento de la convivencia entre culturas que comparten los espacios en barrios de la ciudad; prevenir conflictos derivados de la convivencia intercultural, intervenir en conflictos con estrategia de mediación; a partir de mediadores “naturales” (activistas de las organizaciones sociales del barrio) y profesionales. (Jabbaz y Moncusí, 2010:175) Pasa la bola Proyecto se llevaba a los barrios, con una mascota se trabajaba con las asociaciones del barrio. Se trataba de una actividad más teatral y de movilización implementada en la calle, en el marco de algún Foro, festividad o jornada intercultural, puesta en marcha por alguna asociación del Barrio Otras iniciativas de Sensibilización (vigentes) Orientadas a población escolar y joven, (a través de las asociaciones juveniles, colegios, y centros municipales de juventud). Entre ellas: Carpeta Educativa, la formación del personal municipal (monitores de juventud), y el Divercinema (Actividad de cine y diversidad, como medida prevención de racismo y xenofobia) Fuente: Entrevista informante Clave, Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia. Elaboración propia. 135 Anexo Nº14: Mapa de Chile y regiones con alto porcentaje de población migrante Fuente: Mapas y Planos del Mundo http://www.xpgalvez.cl 136 Anexo Nº15: Plano del Centro Histórico de la comuna de Santiago (Centro) Detalle de la Plaza de Armas y el sector Mapocho Anexo Nº16: Vivienda Migrante y Patrimonio. Calle Esmeralda (Izquierda) y Aillavilú c/ Bandera en Mapocho (Derecha). Elaboración propia 137 Anexo Nº17: Detalle del Barrio Esmeralda en el Centro Histórico de Santiago Elaboración Propia. Fuente: https://maps.google.cl Anexo Nº18: Organizaciones de la sociedad civil y población autóctona Barrio Esmeralda Sector Tipo Detalle Comité de Seguridad Calle Esmeralda Organizaciones Formales Sociedad Civil Junta de Vecinos Nº 3 Centro Comité de Adelanto Paseo Esmeralda Colegio de Médicos Colectivo Plaza del Corregidor / Barrio Esmeralda Organizaciones Informales Comerciantes del Diseño y empresarios Grupo Adulto Mayor Elaboración Propia. Fuente: Trabajo de campo, 2012 138