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“Balcón” por Sebastián Piel
Fotografía de Calle Esmeralda, Santiago de Chile, 2011
Migrantes en el barrio:
Apropiación del espacio público y condiciones para
su incorporación en Ruzafa y Esmeralda.
Autoría: María Gabriela Córdova Rivera
Directora Tesis (Santiago): Carolina Stefoni Espinoza
Tesis para optar al grado de Magíster en Estudios Sociales y Políticos
Latinoamericanos
Santiago, Octubre, 2014
1
Migrantes en el barrio:
Apropiación del espacio público y condiciones para su incorporación
en Ruzafa y Esmeralda.
Autoría: María Gabriela Córdova Rivera
Directora Tesis (Santiago): Carolina Stefoni Espinoza
Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos
Santiago, Octubre, 2014
RESUMEN
La incorporación de la población migrante en los contextos receptores -como situación con la que
estos se suelen encontrar en destino- se comprende un proceso bidireccional y multidimensional.
Si bien, los gobiernos y las políticas públicas adquieren un papel protagónico en la incorporación
de los migrantes, a partir de la
extensión de derechos económicos, jurídicos,
sociales, y
culturales, existen otros dos actores relevantes a considerar: la población autóctona, y los/as
migrantes. La investigación a presentar en formato comparado sitúa estas dimensiones, en el
ámbito más local de la inserción el espacio público de los Barrio Ruzafa (Valencia) y Esmeralda
(Santiago), a partir de las Apropiación del espacio público por parte de la población migrante
latinoamericana como eje central, en estrecha relación con las percepciones de las organizaciones
de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local.
PALABRAS CLAVE
Migración Latinoamericana, Barrio de migrantes y multicultural,
Apropiación del Espacio público, dinámicas de sociabilidad
Modos de incorporación,
2
AGRADECIMIENTOS
Mi más sentido agradecimiento y reconocimiento a todas las personas que formaron parte directa e
indirectamente del proceso de construcción, desarrollo y finalmente consolidación de este trabajo
que de investigación.
Muy especialmente quiero agradecer a la Dra. Carolina Stefoni, por haber dirigido mi Tesis en el
apartado de Santiago, y haberme incluido en su equipo de trabajo del Proyecto FONDECYT (20112013) No 1110414 “La construcción del espacio y del lugar en contextos de migración trasnacional.
Espacios públicos y privados de la migración peruana en chile”. Por haberme introducido en la
temática migratoria, sus orientaciones en esta investigación, y el aprendizaje colectivo de las
sesiones de trabajo.
Al Dr. Eduardo Thayer, por el apoyo profesional, por sus recomendaciones y orientaciones en la
temática migratoria y de espacio y el dar estructura a la multiplicidad de ideas dispersas que
dieron origen a este trabajo. Por haberme incluido en su Proyecto de investigación FONDECYT
(2010-2012) No11100043 “Discriminación y lucha por el reconocimiento en el proceso de
incorporación de los inmigrantes argentinos, peruanos y ecuatorianos a la Región Metropolitana” a
mí retorno a Chile y haber dirigido mi práctica de la Maestría.
Quiero agradecer a mi tutor de esta investigación en España, al Dr. Francisco Torres Pérez, por
haberme guiado e introducido en la problemática migratoria valenciana, por haber compartido
conmigo sus conocimientos en la materia, por sus recomendaciones, revisiones exhaustivas y
dedicación, y asi tambien por el tiempo y comprensión. Fundamentales en la última etapa de la
investigación.
A la ONGD, Red Jovesolides por haberme concedido una beca de para esta Maestría, además de
garantizarme la una estadía de 9 meses. Un especial reconocimiento a mis compañeros de Master
2011-2012 y a los también becarios del Programa Agora, especialmente a María Jimena Gamboa,
Mariana Otazú, Wilmer López y Sazkia del Rio, por las conversaciones, los momentos, la amistad
y el compartir.
A Antonio Elizalde, por la confianza, el apoyo, la amistad y el haberme prácticamente obligado a
postular a la beca para la maestría en MCAD en la especialidad de estudios migratorios. A Gonzalo
Delamaza, por el apoyo profesional en el proceso de partida y llegada, por la comprensión, y el
resguardo del lugar. A María Angélica Mena, por el tiempo regalado y comprensión,
imprescindibles en la conclusión de este proceso. A Mónica Sagredo y Claudia Acevedo por el
compañerismo, la entrega sincera y el cariño.
Mis agradecimientos a todas aquellas personas que tanto en Valencia como en Santiago
contribuyeron con sus relatos e historias de vida a la construcción de esta investigación. A las
Organizaciones sociales de Ruzafa; Jarit, Sariri, Plataforma Per Russafa, Xaloc y Russafa Conviu.
Asi tambien al Comité de Adelanto Paseo Esmeralda y al colectivo del mismo.
A mi familia, por el apoyo incondicional. Muy especialmente a mi abuela María Magdalena
Valenzuela, a mi madre Ximena Rivera, por el apoyo moral y emocional, y a mi hermana Javiera
Córdova Rivera por la contención y comprensión. A mi amiga Daniella Gac, por sus orientaciones
profesionales, las discusiones, su amistad, y el inmenso apoyo emocional. A mis amigas Macarena
Acuña, Pamela Jiménez y Bernardita Salinas, todas implicadas en este proceso, por el apoyo
profesional, orientaciones y la amistad. A Gemma García mi amiga valenciana, por mostrarme con
sus ojos la ciudad, por los buenos momentos compartidos y el haberme apoyado en el cierre de
este proceso.
Finalmente a la niña de mis ojos, Julieta Thayer Córdova, por el tiempo restado a sus días, por su
amor.
3
TABLA DE CONTENIDOS
Portada ..........................................................................................................................................2
Agradecimientos ..........................................................................................................................3
Tabla de Contenidos ....................................................................................................................4
Acrónimos y Abreviaciones .........................................................................................................7
PRESENTACIÓN ..........................................................................................................................8
1. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN ........................................................................................... 11
1.1- La inmigración en Chile, una cuestión social emergente
1.2.- La perspectiva analítica. La incorporación de los inmigrantes en contextos locales
1.3.- La investigación que se presenta
1.3.1.- Preguntas y Objetivos de investigación
1.3.2.- Dimensiones del Estudio
1.4.- Ruzafa – Esmeralda. Dos barrios significativos de migración
1.5.- Diseño Metodológico
1.5.1.- Tipo y Enfoque de Investigación
1.5.2.-Trabajo de Campo y Técnicas de Investigación
1.5.3.- Técnicas de Análisis
1.5.4.-Limitantes del estudio y decisiones metodológicas
2.- MARCO TEÓRICO .................................................................................................................34
2.1.- La figura de la alteridad/diferencia en el vínculo social Incorporación, Espacio Público y
Sociabilidad
2.2.- Inmigración como proceso constitutivo de la globalización
2.3.- Modos de incorporación de los migrantes los contextos receptores y modelos de gestión
de la diversidad
2.4.- Espacio público socio- urbano, Apropiación y Sociabilidad
2.4.1.- Apropiación del espacio público
2.4.2.- Sociabilidad
3.- ANÁLISIS Y DISCUSION .......................................................................................................48
3. I.- Primera Parte: Ruzafa: Aproximación a un barrio multicultural en Valencia
3. I.1.- Antecedentes Históricos del Barrio Ruzafa
3. I. 2.- Trayectoria Migratoria en Ruzafa
3. I. 3.- Migración Latinoamericana en Valencia-Ruzafa
3. I. 4.- Formas de apropiación del espacio de los Latinoamericanos de Ruzafa
3. I. 4.1.- Apropiación Económica
3. I. 4.2.- Apropiación socio-cultural
4
3. I. 4.3.- Apropiación política
3. I. 5.- Percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población
autóctona
3. I. 5.1.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes
3. I. 5.2.- Tejido asociativo de Ruzafa y el ingreso del sujeto migrante en el mismo
3. I. 6.- Actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes desde
la convivencia ciudadana en barrios multiculturales
3. I. 6.1.- Oficina Técnica del Plan Norte Sur 2009-2013
3. II.- Segunda Parte: Invisibilización del Sujeto Migrante en el Barrio Esmeralda del Centro
Histórico de Santiago ................................................................................................................79
3. II.1.- Migración Sur –Sur en Chile, la Región Metropolitana y Santiago
3. II.2.- Antecedentes del Barrio Esmeralda y el Centro Histórico
3. II.2.1.- Espacios de Centralidad Migrante
3. II.3.- Migración latinoamericana en Esmeralda
3. II.3.1.-Formas de habitar la vivienda migrante
3. II.3.2.-Atributos de la población migrante
3. II.3.3.- Plaza de Armas como Centralidad Migrante
3. II.4. Formas de apropiación del espacio público de la población migrante en Esmeralda
3. II.4.1.- Apropiación Económica
3. II.4.2.- Apropiación socio-cultural
3. II.4.3.- Apropiación política
3. II.5.- Percepciones y disposiciones de la población autóctona y organizaciones de la
sociedad civil
3. II.5.1.- Percepciones ante el migrante indeseado
3. II.5.2.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes
3. II.5.3.- El ingreso del “vecino” migrante en el Barrio Esmeralda: “Diverso y Patrimonial”
3. II.6.- Políticas locales para la incorporación de los vecinos migrantes y la convivencia
ciudadana en barrios multiculturales
3. II.6.1.- El Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago (2009 – 2013)
4. CONCLUSIONES ..................................................................................................................110
5.- BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................119
6.- ANEXOS ..............................................................................................................................125
5
MATERIALES Y RECURSOS COMPLEMENTARIOS
Cuadros:
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Cuadro Nº1: Modelo empírico de la Investigación. Operacionalización y Dimensiones
Cuadro Nº 2: Ejes transversales para la recolección de información
Entrevistas y Grupo de Discusión a la población migrantes en ambos contextos
Cuadro Nº3: Percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante en
Esmeralda
• Cuadro Nº4: Percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante en
Esmeralda
Tablas:
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Tabla Nº1: Estimación de Extranjeros residentes en Chile 2002-2009
Tabla Nº2: Representatividad de Migrantes Andinos en la RM (2009).
Gráficos:
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Gráfico Nº1: Porcentaje de Migrantes respecto del total de Población en Barrio Ruzafa Entre
2008 y 2014
Gráfico Nº2: Colectivos de extranjeros de mayor presencia por país de origen en Barrio Ruzafa.
Años 2008, 2010 y 2012
Gráfico Nº3: Estimación del porcentaje de crecimiento de los grupos migratorios en Chile entre
2002 y 2009
Gráfico Nº4: Estimación de extranjeros en la Comuna de Santiago
Imágenes:
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Imagen Nº1: Distritos de la ciudad de Valencia y Detalle de L’Eixample
Imagen Nº2: Apropiación económica del espacio en Ruzafa
Imagen Nº3: Apropiación socio-cultural del espacio en Ruzafa
Imagen Nº4: Proximidad espacial con distancia relacional en los espacios públicos
Imagen Nº5: “Pequeña Lima I”
Imagen Nº6: Barrios de la comuna de Santiago y Detalle del Barrio Esmeralda
Imagen Nº7: Plaza del Corregidor Zañartu. Barrio Esmeralda
Anexos:
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Anexo Nº1: Iniciativas gubernamentales en Chile respecto a la Legislación Migratoria
Anexo Nº2: Mapa Conceptual Problema de Investigación
Anexo Nº3: Centralidad Migrante en los Jardines del Turia
Anexo Nº4: Pauta de observación
Anexo Nº5: Observación en el Espacio Público socio urbano. Barrios Esmeralda y Ruzafa
Anexo Nº6: Organizaciones sociales de población autóctona entrevistada en Barrio Esmeralda
y Ruzafa entre 2011-2012
Anexo Nº7: Caracterización de la población migrante entrevistada. Barrio Esmeralda y Ruzafa
entre 2011-2012
Anexo Nº8: Ruzafa. Sección del Plano de Valencia y su huerta en 1812
Anexo Nº9: Plano Oficial de los Barrios de L' Eixample y Detalle de Ruzafa
Anexo Nº10: Evolución del Porcentaje de Migrantes respecto del total de población en Barrio
Ruzafa. Decenio 2002 -2012
Anexo Nº11: Presencia de personas extranjeras y Concentración de colectivos de migrantes
por sección en Barrio Ruzafa. 2003-2008
6
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Anexo Nº12: Hitos de movilizaciones sociales del Barrio Ruzafa
Anexo Nº13: Programas y Proyectos implementados desde la Administración local para la
Convivencia Barrios Multiculturales. Ruzafa
Anexo Nº14: Mapa de Chile y regiones con alto porcentaje de población migrante
Anexo Nº15: Plano del Centro Histórico de la comuna de Santiago (Centro) Detalle de la Plaza
de Armas y el sector Mapocho
Anexo Nº16: Vivienda Migrante y Patrimonio
Anexo Nº17: Detalle del Barrio Esmeralda en el Centro Histórico de Santiago
Anexo Nº18: Organizaciones de la sociedad civil y población autóctona Barrio Esmeralda
ACRÓNIMOS Y ABREVIACIONES
CAI: Centro de Apoyo a la Inmigración
CAN: Comunidad Andina
CASEN: Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional. Ministerio de Desarrollo Social
(hasta 2009, Ministerio de Planificación y Cooperación MIDEPLAN)
CMN: Consejo de Monumentos Nacionales CMN
CIE: Centro de Internamiento de Extranjeros
CONCERTACIÓN: Concertación de Partidos por la democracia
CV: Comunidad Valenciana
DEM: Departamento de Extranjería y Migración, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública
FONDECYT: Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico
INE: Instituto Nacional de Estadísticas de Chile
MERCOSUR: Mercado Común del Sur, bloque subregional integrado por Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay y Venezuela. Países asociados: Chile, Colombia, Perú y Ecuador.
OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
OIM: Organización Internacional para las Migraciones
OG: Objetivo General
OE: Objetivo Especifico
PECI: Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración
PM: Programa Migrante Ilustre Municipalidad de Santiago
RAE: Real Academia española de la lengua
RM: Región Metropolitana
7
PRESENTACION
La investigación “Migrantes en el barrio: Apropiación del espacio público y condiciones para su
incorporación en Ruzafa y Esmeralda”, se origina en un interés por conocer cómo se manifiesta el
fenómeno global de las migraciones internacionales, en el ámbito más local y cotidiano como
factores y condiciones para la inserción social de los migrantes en el espacio urbano local: el
barrio.
Uno de los grandes desafíos para las sociedades democráticas, radica en la adopción de modelos
idóneos para la incorporación de los migrantes a las sociedades de acogida, fundamentados en el
pluralismo cultural 1. Si bien, los gobiernos y las políticas públicas de las adquieren un papel
protagónico en la incorporación de los migrantes, a partir de la extensión de derechos económicos,
jurídicos,
sociales, y culturales, existen otros dos actores relevantes a considerar: población
autóctona y los/as migrantes. (Portes y Böröcz, 1998; Canales y Montiel, 2005; Cachón, 2009).
Portes y Böröcz (1998), identifican tres elementos que enmarcan la situación con la que “los
nuevos inmigrantes” se suelen encontrar en destino- los contextos de recepción,- y que a su vez
inciden en el asentamiento de los flujos migratorios contemporáneos: “la actitud de los gobiernos
de los países receptores”, “los patronos y la población nativa que rodea a los inmigrantes”, y “las
características propias de los estos (inmigrantes). (Portes y Böröcz, 1998: 59). En función de la
conjugación y comportamiento de estos tres factores, la incorporación de los migrantes, desde la
perspectiva de los contextos de recepción puede ser más inclusiva o por el contrario tornarse más
excluyente.
Desde esta lógica analítica desarrollada por Portes y Böröcz, (1998) relativa a los contextos
receptores, se sitúa la presente investigación, para trasladarla al ámbito local, concretamente al
Barrio, a partir de la tres dimensiones: la Apropiación del espacio público por parte de la población
migrante latinoamericana como eje central, en estrecha relación con las percepciones de las
organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno
local.
El estudio se enmarca en los contextos receptores de Valencia –España y Santiago-Chile, ambos
destinos escogidos por los migrantes latinoamericanos, atraídos principalmente por la estabilidad
social, política y economía y por las mejores expectativas laborales. Se inscribe en el espacio
1
Los pilares del pluralismo cultural responden a la valoración positiva de la diversidad, igualdad y no
discriminación por razones de diferenciación etnocultural de las personas, respeto al diferente, etc (Giménez,
2003:4 )
8
público del Barrio Esmeralda (Santiago) y Barrio Ruzafa (Valencia), caracterizados por: ubicarse
en el centro de la ciudad, la presencia de significativa de población migrante latinoamericana, y la
emergencia de nuevas dinámicas de transformación urbana, asociadas a procesos de
gentrificación. Como dimensión espacial de la incorporación, este ámbito del barrio,
tiende a
favorecer los procesos de integración, la convivencia social y la formación de identidad en el seno
de la sociedad urbana (Segovia, 2007), y asimismo los limita, pues como diría Bourdieu, (1999),
todo espacio esta jerarquizado, “no existen espacios que no expresen las jerarquías y distancias
sociales, de un modo (más o menos) deformado y sobre todo enmascarado por el efecto de la
naturalización que entraña la inscripción duradera de las realidades sociales en el mundo natural
(pp.120).
Desde aquí se intente dilucidar ¿De qué manera las formas de apropiación del espacio público, por
parte de la población migrante, están condicionadas por las percepciones de la sociedad civil
autóctona y las garantías ofrecidas por el gobierno local?
Cabe señalar que el devenir de la investigación, en formato comparado responde en parte a
situaciones personales coyunturales, y al hacer y rehacer constante en función de objeto de
estudio. Si bien se inscribe –en principio- al contexto de Santiago, al alero de un proyecto
FONDECYT de investigación de mayor envergadura2(2011), más tarde se opta por ampliar el
espectro de la misma ante la oportunidad haber sido favorecida por una beca de estudios 3 que me
permite; cursar el Máster en Cooperación al Desarrollo 2011-2012, en la Especialidad Movimientos
Migratorios y Codesarrollo, pasar una estadía en Valencia y conocer de primera fuente la realidad
migratoria de la ciudad 4. El hecho de abordar el estudio de dos contextos locales de recepción,
trajo una serie de consecuencias relativas al incremento en el volumen de trabajo y al tiempo
implicado en el desarrollo de la misma, desde el diseño, hasta el análisis de resultado. Esto
también se refleja en la presentación de un Trabajo Fin de Master que si bien excede las normas
establecidas en cuento al número de páginas, es producto del alcance y las justificaciones antes
expuestas
Este trabajo se articula en función de 4 secciones, en la primera Diseño de la Investigación, se
describe en detalle el problema de investigación, los principales objetivos y la propuesta
metodológica y analítica para abordarlo. En la segunda, Marco Teórico se exponen los principales
2
Esta investigación se origina en el marco del Proyecto Fondecyt No 1110414 “La construcción del espacio y
del lugar en contextos de migración trasnacional. Espacios públicos y privados de la migración peruana en
Chile” (2011-2013)
3
ONGD, Red Jovesolides, http://redjovesolides.org/
4
A partir de la participación como voluntaria en asociaciones; de migrantes y de la sociedad civil pro migrante:
Rumiñahui Valencia y Jarit, asociación civil (en Ruzafa). En la primera durante un tiempo estimado de 6
meses, la segunda fundamentalmente referida a los preparativos de la segunda versión del Carnaval
intercultural, Russafa Cultura Viva (2012). Este última fue fundamental para el ingreso al trabajo de campo.
9
fundamentos teóricos a partir de los cuales se sitúa esta investigación social. La tercera sección de
este trabajo está dedicada al Análisis y Discusión, y se estructura en dos partes referida a la
descripción cada uno de los contextos receptores y a los principales hallazgos en función de las
dimensiones guías. De esta forma la Primera: Ruzafa: Aproximación a un barrio multicultural en
Valencia y la Segunda: Invisibilización del Sujeto Migrante en el Barrio Esmeralda del Centro
Histórico de Santiago. Finalmente la 4 sección reúne alguna de las conclusiones de esta
investigación en formato comparado, en la idea de hacer dialogar los principales hallazgos en cada
uno de los Barrios; Ruzafa y Esmeralda.
10
1.- DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
1.1.- La inmigración en Chile, una cuestión social emergente
La globalización como el devenir radicalizado de las consecuencias de la modernidad, (Giddens,
1993), involucra una serie de transformaciones de orden económico, político, social y cultural.
Comprender al fenómeno de la migración como una consecuencia de la globalización, implica
pensarla como un “factor sistémico” del cual ésta no se hace cargo. La migración debe su causa y
consecuencia entre otras cosas a “Las divergencias en el ingreso de países ricos y pobres, las
desiguales condiciones de vida, los desequilibrios demográficos entre regiones, las necesidades de
los mercados de trabajo, a lo que se agrega la existencia de redes migratorias y el bajo costo
económico que implica desplazarse de un país a otro” (Elizalde, Thayer y Córdova; 2013:7-13)
Hoy lo que predomina, es un desequilibrio entre el crecimiento de las condiciones sociales y
económicas que tienden a motivar los flujos migratorios y el aumento mismo de estos. El hecho de
que las migraciones no crezcan en una relación proporcional a las condiciones que las propician
responde a las actuales políticas fronterizas restrictivas, asumidas por los distintos Estados
receptores. La escasa movilidad global de fuerza de trabajo, -a pesar de la demanda económica
por los países receptores de que las motiva-, se encuentra cercada por control policial y militar de
las fronteras, elemento característico de los flujos migratorios del nuevo siglo XX.
Esta nueva realidad migratoria, apoyada en engrosamiento, y endurecimiento de las políticas
represivas, más que impedir o limitar los flujos migratorios, incrementa el riesgo a migrar, incentiva
la irregularidad y dificulta el acceso a los derechos en la sociedad de destino, dando cuenta de una
contradicción vital en el modo en que los Estados gestionan los procesos de la globalización.
(Elizalde et al., 2013). Los Estados, se ven obligados a crear instancias institucionales y normativas
orientadas específicamente a los migrantes, incluirlos en las políticas de educación, salud y trabajo
y a gestionar los procesos migratorios que transforman las sociedades receptoras (mediante
nuevos referentes culturales, prácticas y usos que van cambiando la fisonomía de ciudades y
barrios, entre otros), y van complejizando el concepto de identidad nacional construido, lo que se
traduce muchas veces en violencia social, prejuicio y xenofobia ante la presencia de población
migrante. Tal y como se afirma en la siguiente cita:
“el migrante contemporáneo como un sujeto nuevo, móvil y diverso interpela la ideología que
fundamenta la nación; complejiza el sistema de distribución de recursos, oportunidades y derechos;
modifica de hecho el sistema de símbolos que había constituido la cultura local; trastoca y transforma
en definitiva los fundamentos sobre los cuales las sociedades democráticas buscan reproducirse”
(Ibíd., pp. 9)
11
Ante esta situación, el migrante, por su parte, enfrenta una serie de procesos desafortunados que
vienen asimismo a transformar sus referentes de identidad personal y colectiva; la degradación
socio-ocupacional (debido a las condiciones laborales y el desconocimiento de sus competencias
acumuladas en origen) ; las dificultades para encontrar espacios de realización de la personalidad
y de los afectos; la humillación y violencia xenófoba, todo ello sumado a la presión constante de
desarrollar sus proyectos de bienestar en destino y origen (a partir de las remesas enviadas, el
mantenimientos del vínculo familiar transnacional, entre otros) (Elizalde et al., 2013)
Hecho similar ocurre con los movimientos poblacionales en América latina, acrecentados en el
último tiempo por las brechas de desarrollo entre países de origen y destino, y la búsqueda de
mejores oportunidades de vida. En los procesos migratorios sur-sur normalmente los Estados
receptores no tienen la capacidad para desarrollar políticas dirigidas a revertir la precariedad en la
que se incorporan los migrantes, siendo estos últimos categorizados como
“problema social”
(Feldman-Bianco, Rivera, Stefoni y Villa: 2011). Tal es el caso de Chile, donde ya en el 2003, la
Organización Internacional para las Migraciones, OIM señalaba que
“Chile nunca ha tenido
políticas claras de inmigración. Éstas han sido más bien producto de coyunturas sociales y han
estado marcadas, según se desprende de documentos oficiales, por consideraciones racistas que
tenían como fin dotar al país de una estructura cultural, social y económica superior” (OIM, 2003).
En estos términos, la afirmación de la OIM, resulta aún más agravante, transcurridos 10 años de
esa declaración y convertido Chile - miembro de la OCDE5- en país receptor de migrantes,
principalmente de migración sur-sur. Si bien, algunos autores afirman que históricamente Chile, no
ha sido considerado país de inmigración, sino que más bien se ha caracterizado por oleadas
migratorias en determinados contextos, los últimos estudios reflejan un cambio en las dinámicas
migratorias hacia este país, iniciado a partir de la década de los noventa. Desde entonces, factores
como; el retorno de los exiliados/as y la inmigración fronteriza, (debido entre otras cosas a la
estabilización de las instituciones democráticas y
la expansión de la economía) revierten
el
6
balance negativo de la migración (Cano, Soffia y Martínez, 2009; Tijoux, 2007; 2011, Martínez,
2011, Stefoni, 2011) y ponen en evidencia la nueva realidad migratoria del país, más como
receptor, que como emisor de migrantes. (Thayer, 2012)
Estimaciones realizadas en el 2009 por la sección de Estudios del Departamento de Extranjería y
Migración (DEM) del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile, afirman que la población
5
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
Se estima que desde 1995 a la fecha el saldo migratorio anual es positivo. El número de extranjeros que ha
llegado a Chile supera al número de ciudadanos chilenos que ha dejado el país. Según la estimación del INECELADE (2005)
6
12
total de migrantes en el país alcanzaba a 352.344 personas 7, lo que representaba algo más del 2%
de la población total del país ( Ver Tabla Nº1)
Tabla Nº1: Estimación de Extranjeros residentes en Chile 2002-2009
Nº
Pais
Estimación
Diciembre 2009
%
1º
Perú
130.859
37.1%
2º
Argentina
60.597
17.2%
3º
Bolivia
24.116
6.8%
4º
Ecuador
19.089
5.4%
5º
Colombia
12.929
3.7%
6º
España
11.025
3.1%
7º
Estados Unidos
9.720
2.8%
8º
Brasil
9.624
2.7%
9º
Alemania
6.547
1.9%
10º
China
4.589
1.3%
11º
Resto de Paises
Total
63.249
18.0%
352.344
100%
Fuente: Censo de Población 2002 y Registros de Permisos de residencia otorgado en Chile.
Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior
Si bien los principales flujos migratorios provienen de países del sur, ordenados según su
presencia: Perú, Argentina, el Estado Plurinacional de Bolivia, Ecuador y Colombia, si nos
referimos, al comportamiento de los colectivos predominantes, se registra un incremento inter
censal en el crecimiento porcentual de: peruanos (246%), colombianos (216%), bolivianos (122%),
y ecuatorianos (103%) (Martínez, 2011:28). Estos 5 colectivos, representan dos tercios de los
inmigrantes que residen en Chile.
Un reciente estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas UC (2012), a propósito de la
gestión local y la migración, confirma en base a datos actuales del Ministerio del interior que la
población migrante en Chile representa alrededor del 2,3% respecto al total de la población, cifra
que supera la media latinoamericana de inmigrantes, que excluyendo a México, alcanza al 1,3%en
la región. (Matus, Sabatini, Cortez-Monroy, Hermansen y Silva, 2012:4).
Los más de 350.000 extranjeros que residen actualmente en Chile no han encontrado en el Estado
un soporte que facilite su proceso de incorporación a la sociedad, dando claras muestras de un
7
A la fecha, aún no existe certidumbre respecto a la veracidad de la información del último Censo de
Población 2012 a cargo del INE. A pesar de que este incorpora el dato de las personas nacidas en el
extranjero residentes en Chile, no existe absoluta confianza en los resultados entregados, debido – entre otras
cosas- a un cambio en la metodología de este instrumento estadístico.
13
escenario democrático deficitario y perjudicial para la cohesión social. (Stefoni 2011; Thayer, 2013).
El proceder del Estado chileno ante el fenómeno migratorio se caracteriza, como lo enuncia Stefoni
(2011) por una “ambivalencia en la comprensión del migrante” desde la ley y política migratoria
chilena pues por un lado, se avanza en la protección de derechos puntuales y por otro, se sigue
manteniendo una legislación que facilita la generación de migración irregular, todo esto en el marco
la inexistencia de una “política explicita en materia migratoria”, acorde a las necesidades y
requerimientos de los nuevos inmigrantes que están llegando (Cano et al., 2009)
De aquí que uno de los grandes desafíos que enfrenta Chile en la actualidad, radique en el
desarrollo de una política migratoria explicita que atienda más allá del control y la regulación de la
migración en el territorio nacional, a los procesos de normalización favorables para los inmigrantes
que llegan y esté a la altura de estos “nuevos flujos migratorios”. La normativa vigente que regula
la migración en Chile fue promulgada en 1975 (Ley de Extranjería Decreto Nº 1.904), y el
reglamento que la complementa data de 1984. En términos concretos, esta Ley presentaría dos
problemas: Una lógica de seguridad nacional y un desfase temporal. Mientras en la primera, se
aborda el problema migratorio desde una dimensión fronteriza por parte el Ministerio del Interior, el
segundo, se origina debido al desajuste entre la ley y el contexto migratorio actual8.
Por su parte, Stefoni (2011), quien realiza un exhaustivo análisis histórico acerca del tratamiento
oficial de la “cuestión migratoria”, pone de manifiesto además, el devenir de ciertas
denominaciones producto de la “ambivalencia en la comprensión del migrante”. La construcción de
las categorías “deseable/indeseable”, “extranjero”, e “irregular”, para definir al sujeto migrante en
determinados periodos históricos, da cuenta de cómo la migración ha sido entendida, desde la
legislación y la política, como un problema social y cómo se ha ido configurado lo que la autora
denomina “la política de la no política”, para definir la situación de Chile, que sigue perpetuando la
construcción de un sujeto excluido, por su condición de inmigrante.
Independientemente, de los aportes de los gobiernos de la Concertación 9, (Ver Anexo Nº1) en
cuanto a la introducción de modificaciones a la Ley de Extranjería vigente (20.050) y a los avances
en la materia, mediante nuevos preceptos que apuntaban a una política de “fronteras abierta” y a
un tratamiento de la migración de manera integral, el vacío legal persistirá en tanto dicha ley no se
actualice 10 (Cano et al., 2009) En términos institucionales, este país estaría en deuda con una
8
A nuestros días se mantiene una ley migratoria creada en la dictadura, y los instrumentos normativos para la
regulación de los flujos migratorios en Chile, son anteriores, a la presencia misma de inmigrantes.
9
La Concertación de Partidos por la democracia es una coalición de partidos políticos de izquierda, centro
izquierda y centro que gobernó Chile desde el 11 de marzo de 1990 hasta el 11 de marzo de 2010
10
Si bien esta situación ha cambiado, convirtiéndose “La nueva Política Migratoria” al 2014, en uno de los
desafíos centrales del nuevo periodo administrativo del Gobierno de Michelle Bachelet 2014-2018, los
avances en materia de legislación migratoria y Gobernanza de las migraciones en el marco de los Derechos
14
política migratoria, que asuma la singularidad del actual flujo desde los parámetros de la
democracia y la justicia social (Thayer, 2011). La posibilidad de corregir esta condición y saldar al
menos en parte esta deuda de años, radica en propiciar tanto de parte del Estado, como de la
sociedad, normativas, medidas y acciones orientadas hacia la incorporación y reconocimiento de
los migrantes, desde plano institucional, pero también en el plano de la convivencia cotidiana
(Thayer, 2011; Thayer, Córdova y Avalos, 2013).
1.2.- La perspectiva analítica. La incorporación de los inmigrantes en
contextos locales
Según la propuesta de Portes y Böröcz, (1998),
la incorporación de los migrantes en las
sociedades de acogida, tiene relación con tres factores determinantes: las condiciones de salida,
el origen de clase y los contextos de recepción. Para efectos de esta investigación, nos
centraremos en el tercero, los contextos de recepción, comprendidos desde los aspectos políticos,
sociales, económicos y normativos que van condicionando las oportunidades y formas que
adquiere la incorporación en destino. A partir de estos, es posible identifican tres elementos que
enmarcan la situación con la que “los nuevos inmigrantes” se suelen encontrar en destino: “la
actitud de los gobiernos de los países receptores”, “los patronos y la población nativa que rodea a
los inmigrantes”, y “las características propias de los estos (inmigrantes). (Portes y Böröcz, 1998:
59). La conjugación estos tres factores condicionan la incorporación de los migrantes, desde la
perspectiva de los contextos de recepción.
Uno de los grandes desafíos para las sociedades democráticas, radica en la adopción de modelos
idóneos para la incorporación de los migrantes a las sociedades receptoras, fundamentados en el
pluralismo cultural 11. Tal como se expresó con anterioridad, si bien, el Estado y las políticas
públicas de las sociedades de acogida, adquieren un papel protagónico en la incorporación de los
migrantes, por ser los principales responsables en; la extensión de derechos económicos,
sociales, y culturales a estos colectivos, y de brindarles las condiciones
necesarias para su
normalización en el acceso a los servicios básicos de salud, educación, vivienda y seguridad
social, existen otros dos actores relevantes a considerar: la sociedad autóctona, y los/as
migrantes. (Portes y Böröcz, 1998; Canales y Montiel, 2005; Cachón, 2009).
La investigación a presentar, se enmarca en esta lógica analítica desarrollada por
Portes y
Böröcz, relativa a los contextos receptores de migrantes en las sociedades de destino,
trasladándola al ámbito local, a partir de la tres dimensiones: la Apropiación del espacio público
de las personas migrantes, son más bien incipientes,- provocadas por iniciativas aisladas de algunos
gobiernos municipales- pues aún no se concretan de manera oficial.
11
Los pilares del pluralismo cultural responden a la valoración positiva de la diversidad, igualdad y no
discriminación por razones de diferenciación etnocultural de las personas, respeto al diferente, etc (Giménez,
2003:4 )
15
por parte de la población migrante latinoamericana como eje central, en estrecha relación con las
percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las
actitudes y decisiones del gobierno local. (Ver Anexo Nº2, del plano conceptual del desarrollo
de esta investigación)
Para referirnos a la incorporación en este nivel,
se acopia el término “inserción urbana”, que,
definida esta en términos facticos como: “el proceso de paulatina incorporación de los inmigrantes
a la ciudad como vecinos, trabajadores, consumidores y usuarios de los servicios públicos” (Torres,
2006:3), posibilita un distanciamiento del concepto de integración y del carácter normativo que lo
constituye 12. Se asume que el comportamiento e interrelación - o la ausencia de esta última entre los distintos actores y sus prácticas en el espacio público es lo que va construyendo la
especificidad propia del lugar. En palabras de Auge (2000) “La organización del espacio y la
construcción de lugares son, en el interior de un mismo grupo social, una de las apuestas y una de
las modalidades de las prácticas colectivas e individuales” (pp.57).
El estudio se inscribe en el espacio público del Barrio Esmeralda (Santiago, Chile) y Barrio Ruzafa
(Valencia, España). Como dimensión espacial de la incorporación, este ámbito tiende a favorecer
los procesos de integración, la convivencia social y la formación de identidad en el seno de la
sociedad urbana (Segovia, 2007), y asimismo los limita, pues como diría Bourdieu, (1999), todo
espacio esta jerarquizado,
“no existen espacios que no expresen las jerarquías y distancias
sociales, de un modo (más o menos) deformado y sobre todo enmascarado por el efecto de la
naturalización que entraña la inscripción duradera de las realidades sociales en el mundo natural
(pp.120). Desde aquí se pretende dilucidar ¿De qué manera las formas de apropiación del espacio
público, por parte de la población migrante, están condicionadas por las percepciones de la
sociedad civil autóctona y las garantías ofrecidas por el gobierno local en el Barrio Esmerada y
Barrio Ruzafa?
En términos teóricos el problema de investigación se sustenta a partir de tres fuentes
complementarias, en primer lugar desde los paradigmas analíticos de la sociología relativos a la
Escuela de Chicago con sus investigaciones empíricas en micro sociología; sociabilidad e
interaccionismo simbólico (George Simmel, Goffman,). En segundo lugar, desde contribuciones de
la sociología de las migraciones; a partir del estudio de los modos de incorporación de los
inmigrantes a las sociedades receptoras 13 (Portes y Böröcz, 1989; Portes y Rumbaut 1990; Portes
12
El concepto integración según Torres (2006) implica; la igualdad de condiciones, derechos y obligaciones, el
respeto y derecho a la diferencia y una dinámica social que fomente la interrelación entre grupos, (p. 3) todo
ello en el marco de un proceso de larga duración.
13
Interés especial cobran aquí los antecedentes generales en torno a los modelos de gestión de las
migraciones, adoptados por las decisiones de los agentes del gobierno y las instituciones (Malgesini y
Giménez, 1997; Giménez, 2003, Torres, 2004).
16
y DeWind, 2006). En tercer lugar y desde un ámbito más local, se dialogará con aquellas teorías
relativas al espacio (socio-urbano), a través de la apropiación del espacio e investigaciones
acerca de la inserción urbana de los migrantes en el espacio público del barrio y las dinámicas de
convivencia (Torres, 2006; 2011; Moncusi; 2009).
1.3.- La investigación que se presenta
El primer objetivo de investigación está referido Identificar las formas de apropiación del espacio
público por parte de los migrantes latinoamericanos – suramericanos- en Barrio Esmeralda del
centro histórico de Santiago de Chile y Barrio Ruzafa, del centro de Valencia. La apropiación del
espacio, se comprende a partir, de acciones de: transformación, de la identificación de los sujetos
con el espacio vivido y desde el proceso de interacción (Pol, 1996). En términos materiales, la
apropiación del espacio público para la experiencia del sujeto migrante,
supone una
transformación objetiva de los lugares ante los ojos de la sociedad autóctona. La apropiación en
sentido simbólico, afectaría a la forma que tienen los propios migrantes de concebir y abordar el
espacio (Castles y Davidson; 2000; Thayer, 2008:195). Si bien la apropiación en un nivel material
como expresión misma de la presencia migrante, no necesariamente implicaría una apropiación
simbólica - entendida a partir de un sentido de pertenencia o identidad otorgada a dicha
apropiación material, ésta última es un requisito primigenio para que el significado mismo ocurra.
La apropiación simbólica asume formas más complejas, además de las particularidades propias
del proyecto de vida y las condiciones sociales de los migrantes en destino (condiciones laborales,
vivienda, educación de sus hijos, entre otros), la reciprocidad juega un papel fundamental, pues la
apropiación es también interacción. Se construye a partir de una relación secuencial de carácter
individual (con el espacio físico o apropiación material) y dialógica, es decir con la población
autóctona como otros de oposición, por tanto requiere del reconocimiento social.
A modo de ejemplo, cabe recurrir al caso de la Calle Catedral, en el Centro Histórico de Santiago
de Chile, o “Pequeña Lima”. Como lugar practicado por los migrantes peruanos y ahora también
latinoamericanos, esta calle da cuenta de una apropiación que va más allá de la definición más
material de la misma, pues en ocasiones se convierte en lugar de reuniones políticas -en caso de
elecciones en el vecino país-, en improvisada agencia de empleos informales, y/o en un lugar
idóneo para las relaciones sociales entre paisanos y degustar gastronomía típica del país de
origen. Hechos que al trascender el acto mismo del estar ahí y de la transacción económica
inmediata, lo constituyen como un lugar practicado, como un “espacio de migración”.
17
Las formas de apropiación, como usos, prácticas y costumbres de los sujetos migrantes en este
espacio público, no están exentas de conflictos y tensiones provocadas por la “toma” de uno de los
lugares más simbólicos de la historia republicana del país, el centro de Santiago. Desde este foco
neurálgico de poder, la presencia extranjera parece interpelar al transeúnte, a la población
autóctona y a la sociedad el reconocimiento social que merece como cualquier otro individuo,
vecino y trabajador. En palabras de Bauman (2003) “el reconocimiento social se define como el
derecho a la participación en la interacción social en pie de igualdad y si ese derecho se constituye
a su vez como una cuestión de justicia social, se sigue de esto que todos tienen el mismo derecho
a perseguir la estima social en condiciones justas de igualdad de oportunidades.” (p. 93)
Algo similar ocurre en el caso valenciano, avanzada la década del 2000, donde la población
migrante latinoamericana –en su mayoría ecuatorianos-adquiere mayor visibilidad producto de los
usos sociales y prácticas de los domingos en los Jardines del Río Túria -uno de los parques más
representativos de la ciudad. La zona cercana a las Torres de Serrano se va convirtiendo de
manera espontánea en un espacio de migración principalmente latinoamericana-,
haciéndose
popularmente conocido como el “Jardín de los ecuatorianos” (Ver Anexo Nº3)
Las “ligas de integración”; campeonatos de futbol
auto gestionados y organizados por la
Asociación Hispano ecuatoriana Rumiñahui de Valencia y la liga ESBOL, son algunas de las
actividades que inauguran este espacio público, y que traen consigo una serie de prácticas
paralelas asociadas
al comercio informal y a desordenes propios del esparcimiento (Moncusí y
Llopis; 2005). Paseos dominicales, bailes, puestos informales de comida típica, e improvisadas
sesiones de peluquería, así como también la venta ambulante y el beber en la vía pública, son
algunas de las prácticas que lejos de pasar desapercibidas, son concebidas como expresión del
“mal uso del espacio público”, provocando cierta animadversión entre la población autóctona, que
finalmente - junto al Ayuntamiento- terminan erradicándolas del lugar14 .
El
segundo objetivo, - vinculado al anterior- propone caracterizar las percepciones y
disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona, en el Barrio
Esmeralda y Ruzafa, ante la incorporación de los nuevos vecinos migrantes, sus formas de
apropiación,
las relaciones de intercambio15 y sociabilidad entre migrantes y la población
autóctona en el espacio público.
14
Entre algunas de las medidas, se realiza una mesa de dialogo entre la Federación de Asociaciones de
Vecinos, el Ayuntamiento, la Asociación Rumiñahui, a fin de regularizar las actividades realizadas en ese
espacio.
15
El intercambio, entendido como forma de interacción social – al igual que la sociabilidad- “es la acción
recíproca más pura y más elevada de las que componen la vida humana (…) la mayoría de las relaciones
humanas se pueden considerar como un intercambio: toda conversación, todo amor (aunque sea
correspondido con otro tipo de sentimientos), todo juego y toda mirada mutua. (Simmel, 2002:113)
“intercambio
18
Las percepciones y disposiciones de la población autóctona respecto a la incorporación de la
población migrante al ámbito local, están relacionadas con el ideal de “aceptación de la forma de
vida, prácticas y costumbres de los individuos sobre la
base del
respeto e igualdad” –
“reconocimiento social” en Bauman (2003), y asimismo con el concepto de “sociabilidad” en
Simmel (2002), arraigado en las formas que adopta la interacción social, en el “carácter relacional
de los individuos, con énfasis en la dimensión asociativa”. Simmel (2002), comprende a la sociedad
como una “realidad dual”, conformada por dos dimensiones; los individuos y sus intereses, hecho
que vendría a explicar la tendencia casi natural de los hombres y mujeres hacia la interacción y la
sociabilidad. Esta última, entendida como “forma lúdica de asociación”, vendría a trascender la
dimensión más instrumental del interés. (Simmel, 2002; Rizo, 2006)
Algunas exploraciones a propósito de la percepción de la población chilena
respecto de los
migrantes, apuntan en dirección opuesta al ideal de reconocimiento enunciado por Bauman (2013),
debido a que este estaría supeditado a un “deber ser” impuesto por la población autóctona, como
formas un tanto asimilativas de inserción. (Thayer et al., 2013:163-191; Thayer; 2013: 259-285).
Concretamente definen las proposiciones sobre las relaciones de intercambio y de sociabilidad en
los espacios públicos como
“proximidad espacial con distancia relacional”, similar al tipo de
inserción urbana identificado por Torres (2006) en su estudio del Barrio Ruzafa, quien da cuenta de
una Copresencia residencial, caracterizada por la “convivencia pacífica pero distante” (Germain,
1995 en Torres, 2006). En este caso, se indagará en la disposición ante la apropiación “migrante”
del espacio público
y su posible
incorporación al barrio, en la idea determinar qué tipo de
prácticas, estrategias o iniciativas tienden a favorecer un intercambio y sociabilidad entre
autóctonos y extranjeros o por el contrario la obstruyen.
El tercer objetivo consiste en describir a grandes rasgos,
las actitudes y decisiones del
gobierno local para la incorporación de los migrantes, con especial atención en el fomento de
la “convivencia ciudadana en barrios multiculturales 16”, la interrelación entre los distintos
grupos 17 y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, como elementos de la
incorporación de los vecinos/as migrantes al barrio.
El supuesto que sustenta este objetivo tiene relación con la incidencia de las respuestas políticas
del Estado frente a la inmigración, en “cómo estas afectan las construcciones sociales que se
elaboran alrededor sus características (atribuidas o no) y su función social, así como también en
16
El término multiculturalismo, se emplea a partir de dos acepciones, como un hecho fáctico
(multiculturalidad), es decir constatación empírica del “pluralismo cultural” en un determinado espacio y
asimismo para caracterizar el enfoque con que las políticas y administraciones locales emplean para
gestionan la migración y/o la diversidad cultural (Giménez, 2003).Para esta investigación toda vez que
hablamos de lo “multicultural” aludiremos a la primera acepción.
17
Como componente normativo de la integración.
19
las representaciones de los distintos actores sociales sobre los inmigrantes (Domenech, 2005:4).
Desde este ámbito las Políticas orientadas a la incorporación de los migrantes en destino y las
posibles iniciativas impulsadas desde los municipios y ayuntamientos orientados a la educación y
sensibilización de la población ante el tema migratorio, los valores de la tolerancia, el respeto a la
diferencia y los principios democráticos, inciden en la construcción social del migrante. Así como
también programas que promuevan la convivencia ciudadana en barrios multiculturales y formas
de intercambio y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, tenderían más a potenciar
la convivencia que a fomentar la reproducción de espacios de segregación, característicos de
centros históricos de las ciudades. Por tanto, desde esta dimensión, interesará indagar en la
existencia
de iniciativas
orientadas a la población migrante y al intercambio en barrios de
migración, mediante Planes, Programas y/o Medidas.
1.3.1.- Preguntas y Objetivos de investigación
Preguntas de investigación:
¿De qué manera las formas de apropiación del espacio público, por parte de la población migrante,
están condicionadas por las percepciones de la sociedad civil autóctona y las actitudes decisiones
del gobierno local en el Barrio Ruzafa y Barrio Esmerada?
P1: ¿Cuáles son las formas de apropiación del espacio público por parte de los migrantes
latinoamericanos en el Barrio Ruzafa y Barrio Esmerada?
P1.1: ¿Cuáles son los usos, prácticas y/o estrategias (económicas, socioculturales y
políticas) que despliegan los migrantes latinoamericanos en Ruzafa y Esmerada?
P1.2: ¿Cómo dichas formas de apropiación del espacio público de los migrantes
favorecen, tensionan y/o entran en conflicto con los vecinos autóctonos y su discurso del
barrio?
P2: ¿Cuáles son las condiciones sociales creadas por la población autóctona para la incorporación
de los migrantes al Barrio Esmeralda y Ruzafa?
P2.1: ¿Cuál es la percepción y disposición de la sociedad civil del barrio ante la
incorporación de los nuevos vecinos migrantes?
P2.2: ¿De qué manera el tejido social del barrio incorpora a la población migrante del
barrio?
P2.3: ¿Qué dinámicas de sociabilidad - entre migrantes y autóctonos- es posible identificar
en cada uno de los barrios?
20
P.3 ¿De qué manera las instituciones del gobierno local viabilizan la “convivencia ciudadana en
barrios multiculturales”; la interrelación entre los distintos grupos y sociabilidad entre la población
autóctona y migrante, como elementos de la
incorporación de los vecinos/as migrantes?
¿Mediante qué planes, programas y/o medidas se promueve el intercambio entre los distintos
grupos?
Objetivos de investigación:
Objetivo General
1.- Indagar en la apropiación del espacio público por parte de la población migrante
latinoamericana en los Barrios Ruzafa (Valencia) y Esmeralda (Santiago), a partir de las
percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y
las actitudes y decisiones de los gobiernos locales para la incorporación de los migrantes desde la
perspectiva de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales
Objetivos Específicos
1.1.-Identificar las formas de apropiación del espacio público por parte de los migrantes
latinoamericanos en el Barrio Ruzafa, del centro de Valencia y el Barrio Esmeralda del centro
histórico de Santiago.
1.2.-Caracterizar las percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad civil de
población autóctona en el Barrio Ruzafa y Esmeralda, ante la incorporación de los nuevos vecinos
migrantes: sus formas de apropiación del espacio público, las relaciones de intercambio y
sociabilidad entre la población autóctona y migrante y el ingreso de este último en el tejido
asociativo del mismo.
1.3.-Describir las actitudes y decisiones de la Política local para la incorporación de los vecinos
migrantes desde la perspectiva de la
convivencia ciudadana en barrios multiculturales;
la
interrelación entre los distintos grupos y sociabilidad entre la población autóctona y migrante, como
elementos de la incorporación de los vecinos/as migrantes al barrio.
1.3.2.- Dimensiones del Estudio
El estudio esta articulado en función de tres dimensiones relativas a la inserción urbana de los
migrantes al ámbito local: la Apropiación del espacio público, las percepciones y disposiciones de
las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del
gobierno local para la incorporación de los migrantes. Mientras la primera se comprende en
términos fácticos, desde las transformaciones materiales del espacio socio-urbano y su fisonomía,
producto del asentamiento de la población migrante en cada uno de los barrios, las dos últimas se
comprenden como condicionantes de la primera. El siguiente Cuadro Nº1 referido al Modelo
21
empírico de la Investigación permite operacionalizar las dimensiones teóricas de los modos de
incorporación de los sujetos migrantes en los contextos locales de recepción, permitiendo
identificar las dimensiones y sub-dimensiones que guiaron el trabajo de campo y análisis.
Sub-dimensiones de la Apropiación del Espacio:
Las formas de apropiación del espacio, entendidas como usos, prácticas y/o estrategias de los
sujetos migrantes en el cada uno de los barrios, manifiestan además de transferencias socioculturales, económicas y políticas entre el lugar de origen y destino, los elementos materiales y
simbólicos necesarios para desarrollar su vida en destino, como vecinos del barrio.
Económica:
•
Comercio étnico: Este tipo de comercio, gestionado y regentado por población migrante,
además de suplir las necesidades básicas de empleo y salario de los /las migrantes en las
localidades de destino,
se presenta como una forma material de apropiación económica
del espacio. Se caracteriza por la venta de mercancía propia de la cultura de origen en los
contextos locales. Independientemente de la subjetividad contenida en la elección de estos
rubros comerciales, lo cierto es que estos productos originarios, se transfieren al país de
destino, convirtiéndose en materia prima para el desarrollo de una actividad económica
Entre estos encontramos, las carnicerías Halal, algunos restaurantes o puestos de venta
de comida típica, artesanía, entre otros.
•
Comercio Migrante: Este tipo de comercio, gestionado o regentado por migrantes, se
caracteriza por la venta de mercancía ordinaria. A diferencia del comercio étnico, este no
se constituye a partir de elementos materiales de la cultura del origen, sino estos pueden
aparecer de manera ocasional, como complementarios al comercio ofrecido. Dentro de
esta clasificación, por ejemplo,
podríamos distinguir las tiendas de venta de frutas y
verduras a cargo de población Pakistán, algunos bares más tradicionales españoles ahora
a cargo de población China y así también los locutorios.
Socio-cultural: La sub-dimensión socio-cultural de la apropiación del espacio, se comprende a
partir de los usos del espacio público como lugar para la interacción cotidiana y las dinámicas de
sociabilidad. Tanto en espacios públicos de encuentro y tránsito, vinculados al ocio; como el
parque, la plaza, la calle y la esquina, como en aquellos espacio privados de uso y acceso público,
principalmente en las afueras de espacios de comercio y consumo. Así también, está referida a
prácticas culturales en el espacio local, que teniendo como eje central aspectos relativos a las
transferencias culturales propias del lugar de origen, se constituyen como formas de apropiación a
22
partir de su participación en la celebración fiestas nacionales, religiosas, carnavales, reuniones
interculturales en el espacio público.
Política: Por su parte la sub-dimensión política tiene relación con la participación política el ámbito
local
de
destino,
concretamente
mediante
prácticas
de
asociacionismo
migrante,
su
involucramiento en el tejido asociativo del barrio, en organizaciones sociales del barrio más bien
mixtas, manifestaciones políticas en el espacio público, entre otras.
Cuadro Nº1: Modelo empírico de la Investigación. Operacionalización y Dimensiones
Am bitos de la
Dim ensiones de la
incorporación en
Inserción Urbana en
los contextos de
el Am bito Local
recepción
Descripción
Ejem plos
Económica: Espacios de
comercio, consumo y
producción.
Las
características
propias de los
inmigrantes
Restaurantes etnicos, medicina
alternativa, Locutorios, almacenes de
alimentacion y servicios, peluquerias,
comercio ambulante, comercio
Socio-cultural: Usos del
Usos del espacio publico y practicas.
espacio público: interacción Participacion de los migrantes en
cotidiana, dinámicas de
carnavales, actividades, reuniones
sociabilidad y practicas
interculturales, festividades
Apropiación del
culturales.
religiosas, ferias de exposiciones,
Espacio (Migrantes
etc.
latinoamericanos)
Políticas: Estrategias de
asociación de la población
migrante y/ o
involucramiento en el tejido
asociativo del barrio
Los patronos y la Percepciones de las
población nativa organizaciones de
que rodea a los
la sociedad civil de
inmigrantes
población autóctona
La actitud de los
Las actitudes y
gobiernos de los
decisiones del
países receptores gobierno local para
la incorporación de
los migrantes
Asociación de migrantes ( politicas,
sociales, cuturales,deportivas, etc)
Participación de migrantes en
agrupaciones formales e informales
del barrio, en manifestaciones y
organizaciones comunitarias, entre
otras.
Percepción e iniciativas ante Disposición a las relaciones
la incorporación de los
interetnicas, la sociabilidad en el
nuevos vecinos migrantes. espacio público y el involucramiento
de los migrantes en el tejido social
del barrio (Asociaciones de vecinos,
ONGs, Comités de Adelanto,
Politicas orientadas a la
incorporacion de los
migrantes en destino desde
la perspectiva de
convivencia ciudadana en
barrios multiculturales.
Acceso a servicios de salud,
educación, empleo y vivienda.
Programas y/o Medidas para el
intercambio intercultural y , la
sociabilidad entre autóctonos y
migrantes en barrios de migración (
fortalecimiento del asociacionismo
migrante, mediación intercultural, de
convivencia en los barrios, u otros)
Elaboración propia
23
Las percepciones de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona, se
comprenden a partir de sus disposiciones ante la incorporación de los migrantes del barrio, a sus
formas de apropiación del espacio público (reciprocidad, hostilidad, por mencionar algunas
situaciones). Con el propósito de indagar en las reglas implícitas que operan para que los nuevos
residentes del barrio sean incorporados, en aquellos factores que inciden en la posible
incorporación del migrante en un nivel micro-local, que podrá entenderse –por ejemplo- a partir
del “buen vivir” de los extranjeros, del ajuste de su comportamiento a ciertas “normas de
convivencia” tácitas o evidentes impuestas por los(as) residentes nativos (evitar ruidos molestos,
suciedad, determinados comportamientos, entre otros). Así también, esta dimensión profundiza en
la propensión a la sociabilidad entre la población autóctona y migrante, el involucramiento de este
último en el tejido asociativo del barrio y su ingreso la construcción social del mismo, a partir del
discurso más identitario del barrio.
Por su parte la dimensión referida a las actitudes y decisiones del gobierno local para la
incorporación de los migrantes, alude a las Políticas orientadas a la incorporación de los migrantes
en el ámbito local, desde la perspectiva de convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Esta
dimensión más que indagar en las decisiones en torno a la normalización de la población migrante
(salud, educación, empleo, vivienda), apunta a identificar si desde el gobierno local se generan
dinámicas, (Programas y/o Medidas) orientadas a: la sensibilización de la población autóctona
respecto al fenómeno migratorio, (campañas contra el racismo y la xenofobia), iniciativas de
promoción de convivencia ciudadana en barrios multiculturales, el intercambio entre autóctonos y
migrantes, el fortalecimiento del asociacionismo migrante para garantizar su participación social,
mediación intercultural entre otras.
1.4.- Ruzafa – Esmeralda. Dos barrios significativos de migración
Los parámetros para definir el estudio están determinados por patrones migratorios ocurridos en la
Región Metropolitana de Santiago de Chile (RM), como destino de migración sur-sur, escogido por
migrantes procedentes en su mayoría de Latinoamérica, concretamente de la Comunidad
Andina 18- CAN, de América del sur. Si bien el estudio está emplazado en Santiago de Chile, en el
Barrio Esmeralda del centro histórico de esa ciudad, la investigación se construye en diálogo con
los hallazgos recogidos en el Barrio Ruzafa de Valencia-España.
La elección de los dos contextos receptores, Barrio Esmerada y Barrio Ruzafa, responde a que
tanto la Comunidad Autónoma Valenciana como la Región Metropolitana de Santiago son destinos
escogidos por los migrantes procedentes de América latina, atraídos principalmente por la
18
Integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú tiene entre sus objetivos alcanzar un desarrollo integral, más
equilibrado y autónomo.
24
estabilidad social, política y economía y por las mejores expectativas laborales, que tanto Chile
como España pueden ofrecer19, al menos hasta antes de la crisis económica española del 2008,
que sin duda ha incidido en la reducción de los flujos migratorios de llegada al país europeo y ha
desestabilizado el proceso de inserción social de los migrantes (Torres, 2012).
Los datos confirman que la crisis española, manifestada en la crisis del empleo afecta
principalmente a la población migrante. Al 2010
el desempleo en los trabajadores migrantes
(30.2%) supera con creces el de los trabajadores españoles (18,2%) debido a la incidencia de esta,
en los principales nichos laborales de la población migrante: la construcción y los servicios de
mercado. A esta situación de precariedad laboral se le suma la desprotección en el derecho a la
vivienda, debido a los múltiples desahucios, por créditos hipotecarios impagos y la exclusión de la
sanidad pública producto de las nuevas normas de acceso para inmigrantes y residentes
extranjeros en España. Esta medida que entró en vigencia en septiembre del 2012, afecta
principalmente a todos aquellos migrantes que residen en el país de manera irregular, a los
comúnmente llamados “sin papeles” 20. A pesar de la condición de vulnerabilidad social y laboral,
los migrantes residentes en su mayoría “afrontan la crisis ahí” (Torres, 2012)
En los últimos 10 años, España se ha convertido en el segundo país de destino escogido por los
migrantes latinoamericanos, después de Estados Unidos, llegando éstos a representar un tercio del
total de inmigrantes en el país. Esta notable presencia latinoamericana, se debería a cierta
preferencia por este colectivo producto -entre otras cosas- del “dominio del idioma castellano, las
políticas migratorias del Estado español y las percepciones de la sociedad civil nativa” , por
oposición a otros colectivos de migrantes , con los cuales se identifica un mayor choque cultural y
distancia religiosa (Izquierdo, López de Lera, y Martínez, 2002; Vono, 2011)
Este “el auge
21
latinoamericano ” se manifiesta además en el mercado laboral y en la convivencia social. Para el
caso de Valencia, desde el año 2000 en adelante, se ha incrementado rápidamente el número de
inmigrantes en la ciudad y ha cambiado también su composición respecto a lo ocurrido en la
década de los 90’. Si en ese entonces predominaba migrantes chinos y marroquíes, hoy por hoy,
19
Cabe mencionar que mientras en la Comunidad Valenciana (CV) - contexto receptor de migración de mayor
flujo y más antigua trayectoria que Santiago- los migrantes andinos al 2012 representaban cerca del 14% del
total de migrantes de la CV, en la Región Metropolitana (RM), -con una proporción de extranjeros mucho
19
menor en relación al total de la población - estos alcanzaban un 41% respecto del total de inmigrantes
(Ayuntamiento de Valencia: 2012 ; MIDEPLAN, 2009)
20
Tal y como se afirma en el sitio MUGAK (2012) con su Editorial dedicada al Fin de la sanidad como derecho
fundamental, “Se deja sin efecto la Ley General de Sanidad 14/1986, que establecía que son titulares del
derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y extranjeros que tengan
establecida su residencia en territorio nacional.”
21
La utilización del concepto “Latinoamericano”, se acopia para distinguir a la población objeto de
investigación, respecto de otras procedencias de los diversos flujos migratorios en España. De igual forma,
esta denominación, responde a la auto identificación de los migrantes respecto al concepto de “colectivo de
migrantes latinoamericano”, que si bien es una construcción por parte de la sociedad de recepción, surge
como consecuencia de esta proyección.
25
“Ecuatorianos, bolivianos y colombianos constituyen los colectivos de extranjeros más numerosos
de la ciudad, expresión del protagonismo del flujo Latinoamericano” (Torres, 2009:74)
Una situación similar se observa en los patrones migratorios hacia Santiago recién entrado el
nuevo siglo. Si bien se trata en general de población extranjera proveniente de Latinoamérica,
desde el 2000 proliferan en mayor medida los flujos de migrantes andinos, (peruanos, bolivianos
colombianos y ecuatorianos, ordenados por su protagonismo), que de acuerdo a los datos
arrojados por la Encuesta Casen (2006-2009) han incrementado su población en un 40% respecto
del total de migrantes en la región2 (MIDEPLAN, 2009). Mientras en Valencia, el grupo
predominante es el de los ecuatorianos, en Santiago es el colectivo de peruanos, el que tiene
mayor presencia respecto al total de inmigrantes. Este hecho además justifica la decisión de
abordar en mayor profundidad las “formas de apropiación del espacio” de parte de los migrantes
latinoamericanos presentes en ambos barrios.
Existen ciertos elementos que facilitan la comparación como: el tratamiento de los “lugares
geográficos” como unidades de análisis “discretas e independientes”, el contraste
de las
semejanzas y las diferencias entre los casos que se comparan, la equivalencia de los indicadores
que se quiere comparar, entre otros (Goldring y Landolt, 2009; Ariza, 2009). En este contexto, se
realiza una exploración preliminar de los distintos barrios en la ciudad de Valencia, con alto
componente extranjero entre su población, y con características similares a las de Barrio
Esmeralda en Santiago de Chile, es decir caracterizados por: ubicarse en el centro de la ciudad, la
presencia de colectivos de migrantes latinoamericanos, y la emergencia de nuevas dinámicas de
transformación urbana, asociadas a procesos de gentrificación. Se selecciona al Barrio Ruzafa
como representativo en términos de barrio de migrantes, multicultural y con una serie de elementos
que lo constituyen como una centralidad migrante
La elección de Ruzafa, se relaciona con lo expresado en algunas de las investigaciones realizadas
en el mismo, a propósito de la inserción urbana de los migrantes (Torres, 2006, 2007, 2011;
Moncusí, 2008, 2009), ratificado también por los medios de comunicación de circulación masiva
que destacan sus buenas prácticas en torno al “multiculturalismo positivo”.
En Ruzafa se hace patente una lógica transformadora debido a la constante rehabilitación de los
edificios y sus fachadas, y al giro en el uso y fines de los inmuebles comerciales. Cada vez se
cede más espacio a la instalación de bares y cafés, y se restringe, la instalación del comercio
Chino (de calle Cuba) o del Senegalés, (este último persiste, por razones estratégicas, en las
cercanías del borde del barrio, contiguo a la estación de trenes). En cosa de meses o incluso
semanas, la antigua carnicería puede convertirse en una muy estilosa cafetería - librería que re
utiliza los ganchos, antes destinados para colgar el ganado, como percheros para los abrigos de la
26
clientela22. Un barrio en proceso de cambio, con huellas de gentrificación que atrajo a nuevos
residentes al sector, principalmente jóvenes estudiantes y artistas, que coexisten con los habitantes
autóctonos de toda una vida en el barrio y la población migrante que ha hecho del mismo – a más
de una década- su lugar de residencia.
Se trata de un barrio, con una proporción de extranjeros superior al de la media de la ciudad23, con
una composición de población altamente heterogénea y socialmente activa. Esta visión es
compartida por algunas ONGs del sector, que describen a Ruzafa como un referente respecto a
convivencia y ciudadanía, un espacio donde confluye “un proceso intercultural, de activismo social
y de creación artística; de dinamización de nuevos proyectos independientes en el ámbito de la
cultura, el arte y los movimientos sociales” (Russafa Cultura Viva, 2012)
La posibilidad de contrastar los principales elementos de la realidad migratoria en el Barrio
Esmeralda (Centro historio de Santiago), con los de otras realidades similares ya conocidas, como
es el caso del Barrio Ruzafa (Centro de Valencia) resulta interesante en la búsqueda de
“semejanzas y diferencias” (Echart, Cabezas y Sotillo, 2010). Así también lo es, estar al tanto de
las diferentes formas que adquiere la incorporación de los migrantes en la escala local, (dinámicas
más inclusivas o excluyentes) dependiendo de cómo interactúan o no, los distintos actores;
Instituciones de gobierno, población autóctona y/o sociedad civil y migrantes latinoamericanos dos
barrios escogidos y de las particularidades propias y constitutivas de cada ámbito micro-local.
1.5.- Diseño Metodológico
1.5.1.- Tipo y Enfoque de Investigación
En atención del problema y los objetivos, el enfoque de aproximación al estudio, se ejecuta desde
una perspectiva cualitativa, orientada a “lo que no se conoce y que no es medible” mediante el
descubrimiento y la saturación. Esta investigación recoge elementos del método exploratorio- y
descriptivo, para -en un segundo momento- llevar a cabo un ejercicio comparativo a fin de
descubrir y establecer proposiciones generales en torno a la investigación de un mismo fenómeno
desde ángulos diferentes, Esmeralda y Ruzafa.
Exploratoria, pues no existen mayores antecedentes acerca del tema a abordar en el caso del
contexto chileno. Tanto la revisión de diversas fuentes de documentación como, el contacto directo
con el objeto de estudio en ambos barrios; Esmeralda y Ruzafa, fueron instancias cruciales en el
proceso de identificación del problema a investigar y su desarrollo. Se define asimismo como
descriptiva, porque interesa responder a una serie de preguntas guías que se han planteado en
torno al problema de estudio, recopilar y detallar lo ocurrido con las dimensiones del estudio en los
22
Es el caso de un café de Ruzafa, Slaughterhouse- librería-carnicería de Valencia, en calle Denia 22.
Un 15,7% de población extranjera en Ruzafa ante el 13,6% relativo a Valencia hasta 2012,
manteniéndose al 2014, sobre la media valenciana con un 13,7% de extranjeros sobre el 12,3%.
23
27
dos contextos receptores de población migrante. El componente comparativo tiene lugar en una
vez finalizado el trabajo de campo y recabados los antecedentes en ambos contextos.
Concretamente interesa comparar a grandes rasgos, las dinámicas que asume la incorporación de
los migrantes en el ámbito local, a la luz de los hallazgos entre las formas de apropiación del
espacio por los migrantes latinoamericanos en relación a las percepciones de las organizaciones
de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del gobierno local para la
incorporación de los migrantes en cada uno de los contextos.
1.5.2.-Trabajo de Campo y Técnicas de Investigación
Revisión y Análisis de Documentos secundarios:
Se emplea para contextualizar y
caracterizar los procesos y trayectorias migratorias en Santiago y Valencia
respectivamente
(antecedentes demográficos), abordar desde una perspectiva histórica la conformación de los
barrios Esmeralda y Ruzafa, así como también las transformaciones urbanas y sociales propias de
los centros de las ciudades que los sostienen 24. Esta técnica resulta fundamental sobre todo para
el desarrollo del apartado de Ruzafa, cuya historia y experiencia migratoria como contexto receptor,
ha sido bastante documentada 25. Así mismo se recurre a la revisión de documentos oficiales como
Políticas, Planes y/o Programas dirigidos a la población migrante, en la idea de abordar el OE.3
Observación: La observación, estuvo orientada principalmente a los espacios públicos del
barrio, en la idea de identificar en términos facticos, - lo que se definió de manera a priori- como las
sub-dimensiones de la apropiación del espacio (económicas, socio- culturales y políticas), en
estrecha relación a los relaciones de intercambio entre migrantes y la población autóctona. El
trabajo de campo estuvo dirigido a lugares de tránsito y más propicios para el encuentro, (la plaza,
la esquina y la calle), en afueras de locales de comercio y consumo y a aquellas prácticas socioculturales realizadas en el ámbito público, en una primera instancia de manera espontánea y más
tarde programada, con una pauta de registro (Ver Anexo Nº4). Así también se procuró indagar en
los espacios privados de uso y/o acceso público (o semipúblicos), frecuentados por la población
migrante latinoamericana de cada uno de los Barrios Esmeralda y Ruzafa (Ver anexo Nº5). Desde
esta técnica se aborda el OE1 y el OE2.
Entrevista: Se realizaron entrevistas a expertos e informantes clave (4) y también entrevistas en
profundidad (11). Las primeras se aplican en los dos contextos locales: Santiago y Valencia, las
24
Entre la revisión de documentos secundarios, se recurre a: datos estadísticos del INE (España y Chile) y a
Información oficial proporcionada por el Departamento de Estudios Sociales de la Municipalidad de Santiago,
correspondientes al Censo 2002 y al Pre- censo 2011.
25
Se acude además a la revisión de información extra oficial, a las redes sociales, prensa y sitios webs de
las organizaciones sociales del barrio, para conocer de primera fuente (desde sus actores), la composición y
dinámicas actuales del mismo
28
segundas, - y por una decisión justificada más adelante en las limitantes del estudio- solo tienen
cabida en el caso de Ruzafa.
Entrevistas a expertos o informantes claves: En un primer momento se realizaron 2 entrevistas
para el caso español, se recurre a dos fuentes, una académica; relativa a temas de migración,
inserción urbana y formas de convivencia ampliamente trabajados en el barrio Ruzafa (AcadémicoUV) y otra relativa a la experiencia y trayectoria de los migrantes en la comunidad valenciana y a
las prácticas de asociacionismo migrante, (Asociación Hispano-ecuatoriana Rumiñahui, Delegación
Valencia). Ambos entrevistados, cada uno desde su experticia facilitó la aproximación al objeto de
estudio en el contexto valenciano26.
En un segundo momento, se realizan (2) entrevistas para abordar el OE.3, referido a las actitudes y
decisiones del gobierno local para la incorporación de los migrantes, desde la perspectiva de la
convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Para esto se recurre a personalidades del
Gobierno local: la encargada del Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago y el
Encargado de la Oficina Técnica del Plan Norte Sur, para el caso del Ayuntamiento de Valencia.
Entrevistas en profundidad: En el barrio Ruzafa, se entrevista a población migrante
latinoamericana- principalmente suramericana- (6), en estas participaron migrantes provenientes
de Bolivia,
Ecuador, Colombia
y, se refleja la diversificación en cuanto a los países de
procedencia de los de grupos migratorios residentes en Ruzafa y Valencia. Se aplica esta técnica
además con miembros de algunas de las organizaciones de la sociedad civil más representativas
de Ruzafa27 (5) (Ver Anexo Nº6) Con esta técnica se aborda el OE1 y OE2
Grupos de Discusión: Se realizan (2) grupos de discusión (Canales, 2006), segmentados por
criterios de circunscripción al
Barrio Esmeralda (residentes y/o trabajadores), para población
migrante como para miembros de organizaciones sociales del barrio y la población autóctona
(residentes y locatarios).
En ambos se procuró homogeneidad en la elección de los (as)
participantes; respecto a similar estrato socioeconómico, edad y sexo.
,
De esta forma , uno de los grupos contó con la participación de población migrante peruana de
Esmeralda28, el promedio de años de los consultados en la comuna alcanza los 8 años, sus
26
Debido a que el contexto chileno es fácilmente abordable, -por la procedencia misma de la investigadora y
candidata a Maestra-, no fue necesario recurrir a entrevistas con informantes claves para el caso de Santiago,
pues se tiene mayor conocimiento al respecto.
27
Para el caso de Ruzafa se realizan 5 entrevistas a miembros de organizaciones de la sociedad civil de
población autóctona con más de 5 años en el barrio.
28
Si bien en un comienzo se intentó incluir a migrantes colombianos para el caso de Esmeralda, pues es un
colectivo representativo en la comuna de Santiago, esto no tuvo mayores resultados durante el trabajo de
campo. De tal forma que se prefirió no forzar la muestra sino dar cuenta de lo que había.
29
edades varían entre 25 y 50 años, con una media aproximada de 40 años, y la mayoría se
desempeña en trabajos de baja cualificación (Ver Anexo Nº7)
El grupo de discusión
con organizaciones de la sociedad civil
y población autóctona no
organizada en el caso de Esmeralda, estuvo integrado por 10 asistentes, miembros de algunas
organizaciones sociales del barrio (6) y población autóctona no organizada (4), con un promedio de
7 años en el barrio (como residente y/o locatario). Esta media varia en los extremos pues el grupo
lo integran vecinos de toda “la vida en el barrio” (de más de 7 años en el barrio, priorizando su
involucramiento en las asociaciones) y así también, vecinos nuevos (principalmente locatarios de
menos de 4 años en el barrio). Con esta técnica se aborda el OE1 y OE2
Tanto en las entrevistas en profundidad como en los grupos de discusión aplicados, a la población
migrante en Esmeralda y Ruzafa, se emplea una misma pauta de preguntas (Ver Cuadro Nº2). Se
procuró consultar a población migrante latinoamericana- concretamente suramericana- procedente
de las nacionalidades de origen predominantes en cada uno de los barrios, cuidando asimismo,
cierta paridad de género entre los entrevistados/as 29.
Cuadro Nº 2: Ejes transversales para la recolección de información
Entrevistas y Grupo de Discusión a la población migrantes en ambos contextos
Barrio Esmeralda
Barrio Ruzafa
Percepción actual de la sociedad
Chilena
Percepción actual de la
sociedad Española
Vida en Santiago/ Condiciones de
llegada y habitabilidad
Vida en Valencia/Condiciones
de llegada y habitabilidad
Vida en el Barrio y uso del espacio Público
Percepción de espacialidad y barrio
Apropiación material del Espacio en la vida cotidiana.
(Apropiación económica, socio-cultural y política)
Relaciones sociales y sociabilidad
Percepciones de las relaciones de intercambio y tipos de
sociabilidad entre autoctonos y migrantes
Participación social e Involucramiento en el Tejido asociativo
PAUTA 2012 VALENCIA
PAUTA 2011 SANTIAGO
Delimitación del Mapa del barrio desde los actores
Percepciones de las instituciones políticas locales.
Municipio y Ayuntamiento
Percepción de garantías y beneficios para la incorporación
Elaboración propia
29
El grupo de discusión en el caso de la población migrante en Esmeralda-Santiago, contaron con la
participación de 6 personas, (4 mujeres y 2 hombres). Las entrevistas en profundidad realizadas a la
población migrante del cono sur de América Latina, en el caso de Ruzafa-Valencia, también fueron 6 y con la
misma cuota de género.
30
Las entrevistas en profundidad, y los grupos de discusión, tienen por objeto el habla, como “el
nudo critico en el que lo social se reproduce y cambia” (Canales, 2006). En este caso, el habla de
los entrevistados (as) se concibe como “estructuralmente representativo, esto es, relacionado con
otros sujetos en clases de orden y de equivalencia, donde el hablar del primero representa al
agente nombrado y situado por esas relaciones” (Canales y Binimelis, 1994: 110). La recolección
de datos a partir de estas dos técnicas, se organiza de acuerdo a algunos ejes transversales30 en
consideración a las tres dimensiones esta investigación (Ver Cuadro Nº1)
1.5.3.- Técnicas de Análisis
El problema de investigación se aborda desde dos perspectivas teóricas; la primera referida a la
corriente de interaccionismo simbólico que releva la importancia de las interpretaciones y
significados sociales que los sujetos asignan al mundo que los rodea, en función de la interacción;
con las cosas o con otras personas (Taylor y Bogdan, 1996) y la segunda más cercana a la
corriente estructuralista, a fin de reconocer que dichas interpretaciones producidas por las
interacciones sociales y simbólicas,
se circunscriben a ciertos contextos y/o posiciones, que las
estructuran y a su vez inciden en interpretación que los sujetos hacen de sí mismos y del mundo
que los rodea. En palabras de Bourdieu (1999) “la posición de un agente en el espacio social se
expresa en el lugar del espacio físico en el que está situado y por la posición relativa que sus
localizaciones temporarias y sobre todo permanentes ocupan con respecto a las localizaciones de
los otros agentes” (pp.120).
Con el propósito de indagar en el significado que los sujetos le otorgan a sus acciones y su
realidad inmediata y cotidiana, las entrevistas y grupos de discusión, aplicadas a la población
migrante y a la sociedad civil autóctona, se abordan a partir de un mapa emic “desde el punto de
vista de los actores” 31, que complementa el material recogido mediante la observación en terreno.
Desde su interpretación se construye la delimitación subjetiva de cada uno de los barrios, se
identifican los puntos de concentración de la población migrante latinoamericana y sus formas de
apropiación material del espacio - económica, socio-cultural y/o política- y sus percepciones
relativas a las relaciones sociales y sociabilidad entre la población autóctona y migrante. El
resultado de este análisis se triangulará con la información recogida en las entrevistas a
informantes claves, realizadas a los agentes del gobierno local para ambos destinos.
La experiencia de Ruzafa es abordada desde la revisión bibliográfica, pero también a partir de la
observación, y entrevistas, estructuradas según las mismas dimensiones y sub-dimensiones que
30
Cabe señalar que el guion de preguntas es más bien flexible, razón por la cual en el transcurso del análisis
para el caso de Esmeralda, aparecen elementos que no necesariamente están contemplados en los Ejes
transversales para la recolección de información, pero que cobran sentido relevante para comprender la
realidad a la cual se enfrenta el sujeto migrante en el caso de Chile.
31
En la idea de contextualizar la conversación y distenderla, al comienzo de cada entrevista se les solicita a
los interlocutores identificar los límites de lo que ellos consideraban su barrio, Esmeralda o Ruzafa
respectivamente (ya sea mediante la oralidad o desde el dibujo).
31
organizan la investigación,
intentando emplear las mismas pautas para la recolección de
información en terreno. Se propone contrastar los principales antecedentes y conclusiones
recogidas en Ruzafa con los hallazgos de lo acontecido en el caso chileno, en el marco de una
relación dialógica entre ambos contextos distintos pero asimismo similares. Ruzafa, se abordará
principalmente desde cuatro aspectos: la trayectoria migratoria del barrio, la apropiación material
del espacio público de parte de los extranjeros– principalmente latinoamericanos- , la recepción de
los vecinos autóctonos – a partir de la aproximación al tejido asociativo del barrio- y las dinámicas
de sociabilidad en los espacios públicos. El analizar Barrio Esmeralda a la luz del caso valenciano,
apuesta por la búsqueda de patrones comunes que permitan un mayor aprendizaje, enfatizando en
las buenas prácticas que se dan en sociedades con una elevada tasa de inmigración como la
española y marcada trayectoria en la implementación de políticas y programas orientados a este
grupo minoritario.
1.5.4.-Limitantes del estudio y decisiones metodológicas
El trabajo de campo de esta investigación tuvo lugar entre 2011 y 2012. En el caso de EsmeraldaSantiago, se realizó en un primer momento entre los meses de julio- septiembre 2011 y en un
segundo entre octubre y diciembre 2012. En Ruzafa el trabajo de campo se llevó a cabo entre
diciembre 2011 y junio 2012 32. En atención a las estadísticas, desde el periodo que comprende
esta investigación comparada (2011-2012) hasta la actualidad 2014, se ha producido un cambio
significativo en el panorama migratorio en la ciudad de Valencia. No solo ha disminuido el número
total de extranjeros residentes en la ciudad en algo de más de 14.000 habitantes -de 111.415
extranjeros en 2011 a 96.734 en 2014 33-, sino también se observan cambios en términos de la
representatividad, proporción y distribución de la población migrante, en el marco de los distritos y
barrios de Valencia, y en relación al país y/o continente de procedencia.
A pesar de esta situación, se toma la decisión metodológica de conservar los datos estadísticos
relativos al contexto temporal en el cual se desarrolló esta investigación (2011-2012), pues lo
cierto es que más allá de otorgar un panorama general, su variabilidad no incide mayormente en
el trabajo exploratorio a nivel micro ni en el imaginario social del barrio. Para el caso de Ruzafa,
más allá de los datos - que evidencian que la población migrante residente (13,7% de extranjeros)
sigue superando al de la media valenciana al 2014 (12,3% de extranjero)- existen otros elementos
32
Es preciso señalar que la segunda aproximación al terreno en el caso de Esmeralda, responde al propósito
de complementar y actualizar las indagaciones recabadas en la primera oportunidad, y como un ejercicio más
reflexivo en torno a la información conseguida en Ruzafa, (durante la estadía de la investigadora en Valencia,
como alumna del MCAD 2011-2012 Especialidad Movimientos Migratorios y Codesarrollo)
33
Cifras consideradas para una población total en Valencia de 800.469 habitantes en 2011, versus los
787.301 en 2014. Según datos recientes de los Documentos e Informes Estadísticos, (Nº 64) Área de
Dinamización Económica y Ocupación, de la Oficina de estadísticas del Ayuntamiento de Valencia. Disponible
en línea: www.valencia.es/estadistica.
32
más de carácter cualitativo –bastante documentados- que hacen de éste, un barrio de migración y
multicultural por excelencia, como: la trayectoria migratoria, la concentración de población migrante
que no solo reside sino que frecuenta el sector – como centralidad migrante- y el peso de la historia
asociativa y reivindicativa del mismo, entre otros.
Entre las principales limitantes del estudio en el caso de Santiago, cabe mencionar el repentino
cambio fisonómico del espacio donde este se emplazó y de la población residente. Esto nos remite
al hecho de que gran parte de la población migrante, que formó parte de esta investigación, en el
Barrio Esmeralda ya no están ahí. A mediados del 2012 34, la mayoría de las propiedades antiguas,
subdivididas y subarrendadas del Pasaje Colonial, que – como se desarrolla más adelanteservían de vivienda para migrantes dominicanos y peruanos en menor medida, fueron vendidas
para la construcción de un proyecto de educación. Lo mismo ocurrió, con la edificación antigua
frente a la Plaza del corregidor, habitado principalmente para los migrantes peruanos del barrio, la
cual fue refaccionada y destinada al rubro de la hostelería, y el diseño. Este hecho, además de
cambiar el entorno mismo del barrio de un año a otro, pone de manifiesto un proceso gentrificador
que se traduce en traslado obligado de los migrantes del Barrio Esmeralda, no así del centro
histórico de Santiago que lo contiene.
Por otro lado, y referido a las técnicas de recolección de información, en principio se decide realizar
grupos de discusión como la metodología más pertinente para abordar el OE.1 y OE.2 referido a la
población migrante y autóctona en ambos barrios. Sin embargo, al llegar al contexto valenciano
esta opción se descarta, debido a que no se dieron las condiciones materiales para el caso español
(en cuanto al tiempo, gestión, recursos, entre otros). Por esta razón, se opta por realizar entrevistas
en profundidad en Ruzafa, basadas en la misma pauta de preguntas que guiaron los grupos de
discusión realizado en Santiago. Si bien son dos instrumentos distintos, comparten un matriz
cualitativa, orientada al enfoque del investigado, a la subjetividad, al habla como “objeto y objetivo
de investigación” pues es en ese “decir” donde el orden social y la subjetividad se articulan: la
sociedad se subjetiviza y la subjetividad se socializa” (Canales, 2006)
Asimismo, para abarcar el OE2, en principio se propone trabajar solo con organizaciones de la
sociedad civil de población autóctona en ambos contextos. Si bien para el caso de Ruzafa, esto se
consigue sin mayores problemas, debido al nutrido tejido asociativo del barrio, para el caso de
Esmeralda esta posibilidad se vio restringida35, optando finalmente por incluir en la muestra a
población autóctona, no necesariamente organizada.
34
Fecha en que la investigadora retorna a Santiago de Chile y al trabajo de campo en Esmeralda.
No hay muchas organizaciones de la sociedad civil en el barrio Esmeralda, de las que figuran en el registro
de organizaciones facilitado por los datos del Municipio de Santiago- la mitad están inactivas y el resto son
más bien nuevas o están en proceso de conformación.
35
33
2.- MARCO TEÓRICO
Lo siguiente, está referido a los principales fundamentos teóricos a partir de los cuales se sustenta
esta investigación social desde un contexto más general. Cabe mencionar, que este marco teórico
se va concretando a medida que se ingresa a los distintos apartados que constituyen este trabajo.
2.1.- La figura de la alteridad/diferencia en el vínculo social
La sociedad entendida según Simmel et al. (2012) es la suma de "acciones recíprocamente
orientadas" en constante flujo y movimiento. Estas acciones reciprocas como formas de
socialización, van tejiendo hilos invisibles que tienden a generar vínculos entre unos y otros, los
que por un lado condicionan las acciones individuales y asimismo son condicionados por las
mismas – por las consecuencias de las acciones otros-. De aquí que la construcción de la cohesión
social implique necesariamente una relación con la alteridad.
El objeto de su teoría social se centra en aquellas formas sociales de reciprocidad, a partir de las
cuales los contenidos individuales se vuelven “sociales” (Penchaszadeh, 2008). Existen tres a priori
que posibilitan la sociedad como "acciones recíprocamente orientadas": los tipos sociales, la unión
fenoménica del individuo con su entorno social objetivo y la insociable sociabilidad humana.
(Simmel, 1986:4). El primero alude a la necesidad individual de construir tipos sociales respecto de
los otros y de nosotros mismos, es a partir de este procedimiento que “nos es dado convertir a
cada fragmento en un tipo general y evaluarnos a nosotros mismos a partir de una personalidad
ideal” (Penchaszadeh, 2008), la cual por lo demás, nunca aparecerá en su estado puro. El segundo
tiene relación con la unión fenoménica del individuo con su entorno social objetivo, es decir con la
armonía entre el individuo y la sociedad “mediante la unión fenoménica inmediata del destino
individual con el todo social”, de aquí que toda practica individual deviene en social, y en esta se
impregnan los elementos propios de la estructura social que lo determinan. El tercer a priori de la
socialización se refiere a la idea de la insociable sociabilidad humana, según la cual el individuo
como elemento social “nunca se integra y se orienta absolutamente a la sociedad; una parte de él
queda necesariamente excluida de ella” (Penchaszadeh, 2008:53).
En este tercer a priori, conviene adentrarnos en la figura del extranjero como relación con la
alteridad, en la cual opera simultáneamente una unión hacia el interior, y un cierre hacia el exterior
(Simmel, 2002:50). El otro de oposición similar o diferente se presenta como un elemento
necesario para la “constitución del nosotros” independientemente de que “coincidencia y diferencia,
son las dos grandes tendencias que atraviesan el desarrollo interior y exterior de la unidad social”,
la diferencia adquiere un papel más significativo pues “ilumina los hilos de la trama identitaria”
34
(Penchaszadeh, 2008:54). Desde esa distancia con el otro se va configurando lo que no somos,
por ende lo que somos.
Simmel (1986) rescata a Kant, quien define el espacio como: “la posibilidad de la coexistencia”.
Desde el ámbito del espacio, como determinación fundamental “de la condición y del sentido de las
relaciones con el hombre”, la figura del extranjero se presenta como la “síntesis de lo próximo y lo
lejano” donde “la distancia, dentro de la relación, significa que el próximo está lejano, pero el ser
extranjero significa que el lejano está próximo” (Simmel, 1986, pp. 716-717). No necesariamente la
proximidad física deviene en vinculación social, así como tampoco el alejamiento físico se traduce
en la no vinculación. La dualidad proximidad y lejanía en relación a esta figura de la alteridad se
expresa en términos de la similitudes y diferencias, en este sentido el carácter móvil del extranjero,
con sus cualidades propias y diferentes a las del grupo de referencia, si bien puede entrar en
contacto de manera ocasional con este, no está “orgánicamente ligado al mismo”. En palabras de
Simmel: “El extranjero nos resulta próximo en la medida en que sentimos que compartimos con él
una misma naturaleza nacional, social, profesional o genéricamente humana. Pero también nos
resulta distante en la medida en esos mismos rasgos no pertenecen sólo a él y a nosotros sino que
son propios de muchas más personas… Pero en el juego entre cercanía y distancia se produce
una tensión específica en la medida en que la conciencia de compartir lo genérico acentúa todo
aquello que no se tiene en común. (Simmel, 2012:25)
Como tal el extranjero esta al mismo tiempo próximo y lejano, entre estos dos elementos se
produce una tensión particular, la conciencia de no tener de común más que lo general, hace que
se acentúe especialmente lo no común. Al respecto, este cabe señalar dos dimensiones relativas a
la configuración de identidad por diferencia: una se logra mediante fronteras externas, lo que da
como resultado la no-pertenencia a un determinado grupo, la otra se produce mediante fronteras
internas, relacionada a la exclusión dentro de un determinado grupo (Penchaszadeh,2008) .
Mientras la primera aparece ejemplificada en Simmel (1986) a partir de la figura del bárbaro
(extranjero exterior), como una relación de negación, basada en la distancia y diferencia, pues con
este no se tiene ninguna similitud. La segunda es posible identificarla en la del esclavo-excluido
(extranjero interior).
La frontera externa, es posible comprenderla desde la figura moderna del Estado – Nación. Esta
ópera a partir de un procedimiento de “ponderación hegemónica de las diferencias para la
constitución de la “nacionalidad” y, luego, de la “ciudadanía” (Bauman, 1996:107). En palabras de
Penchaszadeh, (2008) “la frontera externa regula y determina, en las sociedades capitalistas, la
participación de los individuos; pone en juego una serie de implicancias “reales” asociadas a la
ciudadanía, en la medida en que abre (y cierra) ámbitos de acción legítimos y protegidos para los
nativos” (pp: 56). La identidad nacional opera en base a una lógica que privilegia el orden, lo
35
homogéneo y define lo que está adentro, en oposición a la figura del caos, lo heterogéneo y el
afuera. Los Estados nacionales modernos, asumen la consolidación de una identidad nacional,
como
“comunidad imaginada” (Bauman, 2002:52). Una identidad colectiva, como un discurso
unificado que oculta o bien niega la diferencia, a cambio de la construcción de una imagen sólida
(Kymlicka, 1996). En este contexto, el extranjero se encontraría determinado por las fronteras
externas, por las leyes de los Estados Nacionales mantiene una relación social negativa, de no
pertenencia al grupo (Beck, 1995 en Penchaszadeh, 2008:57)
Por su parte como frontera interna, el extranjero o extraño en Beck (1995) esta vez al interior, está
condicionado por las leyes que rigen los Estados Nacionales antes expuestos, se presenta como
“exclusión en la inclusión dentro de ellas”. El extraño al resistirse a la categorización social, atenta
contra el conjunto de construcciones sociales que establecen las diferencias y las distancias (Beck,
1995 en Penchaszadeh, 2008:57).De aquí su papel protagónico en la configuración de la identidad,
esta vez como “enemigo interno”, pues por un lado es parte del conjunto social, y por otro se halla
“por fuera y enfrente”.
En el extranjero de Simmel -como una de las formas sociales posibles en la relación con la
alteridad- la diferencia cobra un papel relevante en la constitución de la sociedad, convirtiéndose
en el núcleo de análisis de los vínculos sociales (Willadino, 2003).Para este autor, la modernidad
es definida como excluyente por naturaleza, esto queda en evidencia a partir de las formas que
asume la interacción social al interior de los centros urbanos, caracterizados por el debilitamiento
del lazo social, por una “exacerbación de las diferencias y la intensificación de las relaciones
sociales marcada por el cálculo racional, la desconfianza, la hostilidad, el conflicto, la extrañeza
generalizada, o bien por la indiferencia” (Willadino, 2003:13). La diferenciación e individualización
se agudizan, complejizando la consolidación de la cohesión social que se construye
necesariamente en el campo de la alteridad.
2.2.- Inmigración como proceso constitutivo de la globalización
Giddens (1994) se refiere a la globalización, como un efecto de la radicalización propia de las
“consecuencias de la modernidad”. Como un proceso desigual de desarrollo -que fragmenta al
mismo tiempo que coordina- ésta, va introduciendo nuevas formas de interdependencia mundial,
que se traducen en formas de riesgo al tiempo que promueven posibilidades de largo alcance para
la seguridad global. La radicalización de la modernidad, así como sus dinámicas intrínsecas
derivan entre otras cosas de: la separación del espacio-temporal, el desanclaje de los sistemas
sociales y la reflexividad institucional.
36
En la modernidad (radicalizada para Giddens, 1994), se separa la figura del espacio y el lugar, ahí
donde este último se refiere exclusivamente al carácter local de los asentamientos físicos y
geográficos específicos, la noción de “espacio” involucra acciones sociales que pueden
desarrollarse en lugares muy distintos y distantes pero directamente relacionados por determinada
actividad. El desanclaje”, se define como “el despegar de las relaciones sociales de sus contextos
locales de interacción y reestructurarlas en indefinidos intervalos espacio temporales” (Giddens,
1994). Estos mecanismos de desanclaje, posibilitan la reorganización de las relaciones sociales;
reduciendo la distancia espacio-temporal y fomentando las relaciones entre ausentes. Como
consecuencia de estos dos elementos se tiende a propiciar la capacidad reflexiva propia de la
modernidad, a partir de “la revisión del camino seguido por nuestras sociedades” (Giddens,
1994:32), como formas de reordenamiento reflexivo de las relaciones sociales y las acciones de los
individuos y grupos.
Por su parte, Bauman (2000) desde su concepto de modernidad liquida, confirma que la
“irrelevancia del espacio disfrazada como la aniquilación del tiempo”, es uno de los elementos
característicos de esta época. La figura del tiempo se difumina en las conexiones instantáneas a
escala global y la figura del territorio, pierde el valor antes asignado al componente estratégicomilitar, económico, simbólico.
En la globalización se radicalizan los “rasgos institucionales de la modernidad”, además de la
transformación espacio-temporal, y la desvalorización del territorio y la vida cotidiana, se modifican
elementos constitutivos de las sociedades modernas como la economía, el Estado y el papel de las
fronteras. Al respecto, Sassen (2003), afirma que la inmigración es un proceso constitutivo de la
globalización, “de la actividad económica, de la actividad cultural y de la formación de identidad”
(pp.17). A partir de este proceso, se instituye una economía política transnacional vinculada a la
nueva comprensión de la economía política y la centralidad del lugar -neutralizado por la
“hipermovilidad del capital” y dichas comunicaciones globales.
El proceso de inmigración y la diversidad de ambientes culturales asociados a la etnicidad como
alteridad-diferente, son representaciones de la globalidad que le otorgan un nuevo sentido a la
irrelevancia del espacio y la desvalorización del territorio (Bauman, 2000). A partir de estas
‘otredades’, “los elementos globales son localizados, los mercados internacionales de trabajo son
constituidos y las culturas de todo el mundo son desterritorializadas y reterritorializadas” (Sassen
2003:29). La ciudad global, se presenta como un lugar estratégico tanto para las “operaciones
políticas y económicas desplegadas por los principales sectores del capital”, como también para
gran parte de los trabajadores en desventaja,
pues “les permite ganar presencia para poder
emerger como sujetos”. La figura de la alteridad en los sujetos en desventaja (mujeres, inmigrantes
y las personas de color) es su condición de exclusión y desarraigo, debido a que sus “identidades
37
no están necesariamente incorporadas a la ‘nación’ o a la ‘comunidad nacional’”. (Sassen,
2003:17)
Tanto el crecimiento del sistema económico global como los procesos transnacionales, generan
determinadas condiciones que transforman el papel del Estado en cuanto a su soberanía y agente
regulatorio, por efecto de relocalización de varios componentes de la autoridad estatal en supra
organizaciones (UE, OMC, entre otras) y el régimen transnacional del capital privado en las
transacciones comerciales transfronterizas. Es esta reconfiguración del Estado la que “trajo
consigo un transnacionalismo de facto en el manejo creciente de los temas inmigratorios” (Sassen,
2003:38), dando como resultado la
configuración e implementación de nuevas políticas
migratorias.
La frontera y el individuo como sitios de la observancia regulatoria son según Sassen (2003) los
ejes que articulan la política migratoria en la mayoría de los países “altamente desarrollados”.
Mientras la primera se sustenta en la regulación de la inmigración desde la “soberanía del Estado y
el control de las fronteras”, ejerciendo desde la política migratoria toda su autoridad sobre los
individuos, la segunda tiene relación con la comprensión de la inmigración como una consecuencia
de las acciones individuales. A pesar de la evidencia de que la cuestión migratoria se constituye
mediante “dinámicas económicas transnacionales y geopolíticas mayores” (Sassen, 1998), esta
postura evade la responsabilidad de los Estados involucrados, debido a que el país receptor es
considerado un agente pasivo no implicado en el proceso de emigración.
De aquí que la
inmigración según la autora, sea “parcialmente un resultado de las acciones de los gobiernos y de
los principales actores económicos privados de los países receptores” (Sassen, 2003:40)
2.3.- Modos de incorporación de los migrantes los contextos
receptores y modelos de gestión de la diversidad
La incorporación referida a los contextos receptores en el campo de las migraciones
internacionales, tal y como se aprehende en este estudio, se refiere a la inserción de la población
migrante a las sociedades de acogida, desde un enfoque bidireccional y multidimensional (Portes
y Böröcz, 1998). Bidireccional, porque involucra el mutuo ajuste entre la población inmigrada y la
población autóctona. Multidimensional porque comprende distintas esferas en el asentamiento de
los flujos migratorios contemporáneos, que ya no recaen única y exclusivamente en el sujeto
migrante, pues involucra tanto a los gobiernos de los países receptores (a sus actitudes y
decisiones), como a la población autóctona que rodea a los inmigrantes. De acuerdo a lo
expresado por Torres (2011),
la sociedad de acogida,
incorpora a su vez una serie de
modificaciones de carácter normativo, institucional e ideológico para facilitar dicho proceso de
incorporación.
38
La incorporación en Portes y Böröcz (1998) esta desprovista de la carga valorativa- normativa
propia del termino integración, que en su versión más “asimilacionista, lineal y unilateral” (Torres,
2004) atribuye responsabilidad exclusiva a las acciones individuales de los/las migrante en el
proceso de “adaptación” a la sociedades receptoras. La incorporación, más que comprenderla
como un punto de llegada o un fin en sí mismo, se la entiende como un proceso
Los autores, hacen referencia a los modos de incorporación de los inmigrantes en las sociedades
de acogida, a partir de tres factores determinantes: las condiciones de salida, el origen de clase y
los contextos de recepción. Las condiciones de salida, tienen relación con el contexto, político y
social propio del país de procedencia de los/as
migrantes como “condiciones políticas”
que
influyen de manera significativa sobre los modelos posteriores de asentamiento (Portes y Böröcz,
1998:56). El origen de clase, actúa como determinante en la posible incorporación que estos
puedan conseguir en destino, pues esta última estaría
condicionada por la posición
socioeconómica del sujeto migrante en la sociedad de origen. Los contextos de recepción por
último, tienen relación con los aspectos políticos, sociales económicos y normativos que van
determinado las oportunidades y formas que adquiere la incorporación en destino.
Tres dimensiones inciden y enmarcan la situación con la que los nuevos inmigrantes se encuentran
en los contextos de recepción: la actitud de los gobiernos de los países receptores, los patronos y
la población nativa que rodea a los inmigrantes y las características propias de los estos últimos.
(Portes y Böröcz, 1998: 59). Es posible identificar asimismo, tres tipos ideales respecto a la
recepción en las sociedades de acogida: contextos poco favorables, medianamente favorables e
idóneos para la inmigración. En función de la conjugación y comportamiento de estos tres factores,
la incorporación de los migrantes, puede ser más inclusiva o
por el contrario tornarse más
excluyente.
En contextos receptores poco favorables desde el “aparato gubernamental”, el sector empresarial
y la población autóctona, la migración tiende a ser mayoritariamente clandestina y temporal. Desde
esta situación, caracterizada por políticas migratorias
represivas, se tiende a propiciar la
irregularidad y a dificultar el acceso a los derechos en la sociedad de destino. El endurecimiento de
las fronteras más que limitar la llegada de nuevos migrantes, empeora sus condiciones de vida,
acrecentando los niveles de pobreza y vulnerabilidad en estos grupos y llanamente bloqueando las
posibilidades de movilidad social de estos. (Portes y Böröcz, 1998).
La nula o limitada responsabilidad de los gobiernos de las sociedades de acogida ante la
inmigración, en este tipo de contextos, afecta también a las representaciones que los distintos
39
actores sociales elaboran respecto de la población migrante, convirtiéndose estos en escenarios
propicios para actitudes discriminatorias y racistas por parte de la población nativa.
Podríamos decir que desde esta construcción del sujeto migrante por omisión, emerge la figura del
extranjero (Simmel, 1986) como aquel negado y relegado a la no pertenencia -desde el aparato
gubernamental.
En condiciones de recepción medianamente favorables, la migración esta de cierta forma permitida
y regulada. No existe un incentivo a la inmigración por parte de los Estados, ni tampoco
“estereotipos importantes” por parte de la población nativa relacionados con las características de
los inmigrantes (Portes y Böröcz, 1998: 60). En este escenario, más bien neutro, y sobre una base
de respeto a los derechos de los migrantes, se posibilita la libre competencia “individual” en
igualdad de oportunidades profesionales y económicas con la población autóctona, en función
exclusiva de sus capacidades, “niveles de educación y habilidades personales” y sus atributos
meritocráticos.
El contexto receptor considerado como el más idóneo, es a la vez el tipo ideal por excelencia, y por
ende el más difícil de llevar a la práctica. Este se da cuando los migrantes cuentan con la
asistencia activa del gobierno de acogida y en general con actitudes positivas de la población
nativa. En esta situación, “los recién llegados tiene oportunidades sumamente favorables para
capitalizar sus habilidades y su experiencia, de tal manera que pueden verse mejor
recompensados aún que los nativos” (Portes y Böröcz, 1998: 60). En este escenario, el papel del
gobierno resulta primordial para el proceso de incorporación de los migrantes a las sociedades
receptoras.
El recorrido anterior por los tipos ideales de los contextos de recepción, evidencia el papel
protagónico de aparato gubernamental y las políticas de las sociedades de acogida, en la
incorporación de los migrantes. Como los principales responsables en; la extensión de derechos
económicos, sociales, y culturales a estos colectivos, y de brindarles las condiciones necesarias
para su normalización en el acceso a los servicios básicos de salud, educación, vivienda y
seguridad social (Portes y Böröcz, 1998; Canales y Montiel, 2005; Cachón, 2009). En sus
decisiones, actitudes y voluntades políticas descansa principalmente la posibilidad de responder a
la figura de la alteridad/ diferencia desde la inclusión, y reconocer a aquellos actores que sufren la
triple exclusión: discriminación cultural, exclusión socioeconómica y marginación de los
mecanismos de representación y participación política” (Calderón, F. et al. Año, p.105). Pues, la
consolidación de la cohesión social en sociedades cada vez más multiculturales, se construye
necesariamente en relación a la alteridad, en el campo de la relación con el otro, negado o
excluido en la forma social del extranjero.
40
El tratamiento de la migración por parte del aparato gubernamental y las políticas de los contextos,
es posible identificar dos modelos de gestión de las migraciones característicos, que responden a
un conjunto de “ideologías, políticas y prácticas”, adoptadas por las decisiones de los agentes del
gobierno y las instituciones. Integración de la población migrante a las sociedades de acogida por;
asimilación y diferenciación o multiculturalismo (Giménez, 2003; Torres, 2004)
La integración por asimilación, radica en la adopción de los valores y símbolos nacionales de la
cultura hegemónica y la renuncia/ sumisión de su diversidad cultural (alteridad/diferencia). Este
ejercicio de desprendimiento de su identidad cultural diferenciada y afiliación a la “identidad
nacional” se convierte en valor de cambio, al otorgarle a los migrantes mayores posibilidades de
integración social y económica y de movilidad ascendente, al menos teóricamente36. Asimismo se
presenta como una forma de resguardar la cohesión social de la misma, entendida según
preceptos de lo homogéneo y universal.
La integración por diferenciación o multiculturalismo 37, por su parte, se sustenta en el principio de
igualdad, de no discriminación y/o aceptación del otro, y en el respeto a las diferencias (Giménez,
2003). En este modelo, el Estado y sus instituciones se encargan de proteger la cultura de la
población migrante, al mismo tiempo que promueven su participación en la sociedad de recepción.
Los principales cuestionamientos al enfoque multiculturalista, confluyen en la insuficiencia de este
como proyecto de cohesión social, debido- entre otras cosas -a la tendencia a la “guetización”
como consecuencia del resguardo de la diversidad cultural (grupos étnicos o migrantes). Esta
última se convierte al mismo tiempo en objeto de protección pero también de reclusión pues lo
aleja de toda posibilidad de generar interrelaciones entre los diversos grupos que coexisten en un
mismo territorio.
Por su parte, Torres (2011) constata que la tan anhelada “Inclusión de los migrantes” debe
responder a: la Integración social y la gestión de la diversidad cultural (de manera respetuosa y
adecuada). Ambos elementos son centrales para la “buena integración” entendida como la “clave”
para la “sociedad deseable que se pretende construir”, en base a: “la igualdad de derechos
obligaciones, el reconocimiento del pluralismo cultural y la incidencia en la interacción, la
interrelación y la interculturalidad como base del funcionamiento social y construcción del nosotros”
(Torres, 2011:55)
36
En la práctica, la experiencia da cuenta de que se produciría un efecto contrario, pues aumentan las
diferencias y las dinámicas sociales de exclusión tienden a etnificarse.
37
“El término multiculturalismo se utiliza en diversos sentidos. Multiculturalismo como hecho, constatación
empírica del creciente pluralismo cultural. En otros casos, multiculturalismo designa las políticas aplicadas por
gobiernos y administraciones. En tercer lugar, multiculturalismo hace referencia a un proyecto normativo que
considere “el pluralismo cultural como principio jurídico y político” (Torres: 2004:13)
41
Parafraseando a Giménez, el enfoque intercultural, como un tipo ideal de integración vendría
precisamente a llenar el vacío dejado por el multiculturalismo, a partir de “su énfasis en el terreno
de la interacción entre los sujetos o entidades culturalmente diferenciados”. (Giménez, 2003).
Para referirnos a la incorporación desarrollada desde
el
nivel local,
se acopia el término
38
“inserción urbana” , de Torres (2006) comprendida como: “el proceso de paulatina incorporación
de los inmigrantes a la ciudad como vecinos, trabajadores, consumidores y usuarios de los
servicios públicos” (pp.3). La inserción social
de los sujetos migrantes supone un posible
reconocimiento en términos del acceso al “derecho a los servicios sociales, sanitarios y escolares”.
En función del tipo de reconocimiento, la inserción puede adoptar formas más inclusivas y
excluyentes, dejando en evidencia que ésta no necesariamente se traduce en “integración social”,
pues otros factores como el
“aislamiento e incluso rechazo social hacia quienes se insertan”
además de la ausencia de reconocimiento, configuran una inserción desde la exclusión (Torres,
2007).
Moncusí y Llopis (2008) en base a las investigaciones realizadas por Torres (2007) y Martiniello
(1995), proponen cinco dimensiones características de la inserción social como proceso
multidimensional: normativa, de sociabilidad, sociocultural e identitaria, socioeconómica y espacial
y de tres escalas o niveles (micro, meso y macro). Con el propósito de aproximarnos al objeto de
estudio de esta investigación, nos centraremos en dos dimensiones estrechamente relacionadas:
La dimensión espacial y la de sociabilidad 39
La dimensión espacial se relaciona con “la ubicación de las personas en un entramado urbano
construido como espacio a través de los usos
y experiencias de quienes transitan por sus
espacios públicos (Delgado, 2007 en Moncusí y Llopis; 2008). De acuerdo a lo expresado por
Moncusí y Llopis (2008) esta dimensión, tiende a “condicionar la generación y mantenimiento de
tramas relacionales y la Copresencia con personas de distinta condición, en distintos campos consumo, uso de servicios y espacios públicos-“(pp.97)
En este sentido, la dimensión de las formas de sociabilidad resulta fundamental porque son las
relaciones sociales las que le otorgan sentido a la realidad. Ahí donde esta se comprende
necesariamente en relación a la otredad. Las acciones de reciprocidad propiciada por los vínculos
38
Una de las principales distinciones entre el concepto de integración y el de inserción, radica en que mientras
el primero atiende a elementos normativos (como la plena ciudadanía, la igualdad de derechos y obligaciones
y la interculturalidad, entre otras cosas) El segundo responde más bien a un “proceso social” en términos
facticos, que comporta una relación entre dos partes. ( Torres, 2006)
39
Cabe mencionar que ambas dimensiones de la inserción social de los migrantes como un proceso
multidimensional , se desarrollan con mayor profundidad en la siguiente sección NºXX
42
y relaciones sociales, se concretan en el espacio público, y en los diversos usos de este por parte
de los grupos que ahí convergen, se visibilizan y expresan la mayor o menor relación entre estos
(Moncusí y Llopis, 2008)
2.4.- Espacio público socio- urbano, Apropiación y Sociabilidad
Independientemente de qué tan complejamente articuladas se vuelvan las sociedades, con la
transnacionalización de los flujos económicos, políticos y culturales, según Smith y Guarnizo,
(1998), la construcción social del ‘lugar’ “todavía es un proceso local de elaboración de
significados,
especificidad
territorial,
control
judicial,
y
desarrollo
económico”
independientemente (Smith y Guarnizo, 1998:12).
A lo largo de este apartado teórico hemos definidos algunos elementos propios de la configuración
actual de las sociedades globalizadas, que sirven para distinguir la figura del espacio respecto del
lugar, desde el ámbito de las ciencias sociales. Interesa particularmente enfatizar en cómo este el
espacio deviene en lugar por efecto de su apropiación.
La definición kantiana de espacio, resulta pertinente e ilustrativa para distinguirlo, de las
condiciones de estabilidad y de univocidad más propias del lugar, entendido como espacio
practicado por los sujetos (Delgado, 2007). En palabras de Kant (1978) ”El espacio es pues,
considerado como condición de posibilidad de los fenómenos, no como una determinación
dependiente de ellos, y es una representación a priori en la que se basan necesariamente los
fenómenos externos” (pp.68)
A diferencia de esta definición más abstracta y pura del espacio a priori, y externo (Kant, 1978), es
de interés profundizar en la figura del espacio urbano, como forma radical de espacio social, como
“escenario y producto de lo colectivo” a través de los usos y experiencias de quienes lo transitan.
El espacio urbano, existe producto de un determinado sistema de relaciones sociales,
protagonizadas por individuos que no necesariamente se identifican con el mismo. Más bien se
trata de un espacio que requiere ser llenado por
la acción constante de sus
usuarios que
reinterpretan una y otra vez la forma urbana en cuanto acceden a ella y la caminan, “como
experiencia masiva de dislocación y del extrañamiento” (Delgado 2007).
Lo urbano como “obra perpetua de los habitantes, a su vez móviles y movilizados por y para esa
obra” (Lefebvre, 1978), tiene lugar en la ciudad, entendida “como un asentamiento humano en el
que los extraños tienen probabilidades de conocerse”, (Sennet, 1977 en Bauman, 2002: 102). El
espacio urbano se presenta como un tener lugar de los cuerpos que lo ocupan en extensión, y en
43
tiempo” (Delgado, 2007:13), como relaciones entre objetos, desprovisto del sentido de pertenencia
y de la construcción social del mismo producto de las prácticas sociales.
Por su parte el lugar, a diferencia del espacio socio-urbano, adquiere cualidades de estabilidad,
estancia y especificidad (De Certeau, 1999), lleva implícito un carácter simbólico que alude a un
sentido de pertenencia y propiedad, como producto de la subjetivación del objeto.
En este punto conviene precisar los conceptos de barrio, espacio público socio-urbano y
apropiación, a partir de los cuales se posiciona esta investigación referida a las formas de
apropiación del espacio público socio-urbano por parte de la población migrante en barrios
multiculturales.
Ante la fluidez e inestabilidad de las interacciones sociales características de la modernidad liquida
como representación de cambios y transitoriedad en la realidad social (Bauman, 2000), la noción
de barrio adquiere relevancia no solo desde su acepción espacial como “variable más tangible que
comprende los limites e identificaciones de lugares concretos” (Gravano, 2003:255), sino también,
a partir de su acepción social, referida al carácter significante de éste, a las representaciones que
los sujetos se hacen del espacio y al tipo de relaciones sociales que se establecen entre sí.
(Gravano, 2005)
Desde los estudios urbanos de la Escuela de Chicago, Lynch (1985) señala al barrio “como un
espacio que habitualmente se define y al que se le da un nombre, y en cuyo interior la gente
encuentra relativamente fácil el cerrar filas cuando la cosas se ponen feas. Esta comunidades
vecinales existen en las mentes de los habitantes de la ciudad, y a menudo, todo el mundo está
bastante de acuerdo sobre cuáles son sus frontera y sus características estereotipadas” (Lynch,
1985:178) En este sentido, el concepto de barrio se comprenderá a partir de los imaginarios
sociales y las delimitaciones subjetivas propias de quienes lo habitan: población migrante y
autóctona.
Por su parte, entenderemos al espacio público socio-urbano “como el espacio físico socialmente
conformado por ser accesible a todos, susceptible de diversos usos, y que implica una
Copresencia entre desconocidos”, referida a una interacción “superficial, ocasional y banal”.
(Torres, 2008:369). Los espacios públicos como la calle, la esquina y la plaza, son propicios para
“socialización en la diferencia y la relación con extraños”, favorecen los intercambios y la
interacción social entre los diversos grupos que confluyen en estos y así mismos las limitan, pues
“todo espacio expresa jerarquías y distancias sociales” (Bourdieu, 1999). Una serie de normas
tacitas constitutivas de la urbanidad, regulan el cuadro de interacciones posibles en este, a partir
de formas adecuadas de gestión de la proximidad-distancia con desconocidos, dependiendo de los
contextos, usos y situaciones (Torres, 2008:370).
44
En palabras de Torres (2008) “Los inmigrantes llegan a unos espacios ya conformados
socialmente, con unos códigos de uso, significados y conductas. Sin embargo, no son simples
usuarios pasivos sino que desarrollan estrategias, un conjunto de actuaciones y prácticas para
conseguir un uso y apropiación de los espacios públicos adecuados a sus necesidades” (pp. 373)
El concepto de apropiación del espacio, ha sido ampliamente desarrollado (Lefebvre, 1971; Sansot,
1976, Pol, 1996; Castles y Davidson; 2000), a partir de las diversas acepciones otorgadas al
mismo, podríamos definirlo en primera instancia como una acción de transformación a partir de la
práctica del espacio en el ámbito cotidiano, que en ocasiones se traduce en procesos de
identificación, de significación interactiva, y sentido de pertenencia
para los sujetos que lo
practican. La apropiación del espacio público, entendida según Pol (1996) es “la causa de nuevas
acciones y transformaciones sobre el espacio, y al mismo tiempo el efecto de las modificaciones en
los procesos de identificación”
2.4.1.- Apropiación del espacio público
Lefebvre, desde el ámbito de la sociología urbana afirma que la acción de los grupos humanos
sobre el medio natural o material se regula en base a la dominación y a la apropiación. En el primer
caso, mediante operaciones técnicas, el ser humano es capaz de arrasar la naturaleza y dominarla,
sustituyéndola por sus productos tecnológicos. El segundo caso el medio no se sustituye sino que
se transforma. En este sentido, “La apropiación es el objetivo, el sentido, la finalidad de la vida
social” (Lefebvre, 197: 165)
Por su parte Sansot (1976) también desde la disciplina sociológica, enfatiza en el componente
identitario de la apropiación consignado en la práctica del espacio, en la posibilidad de apropiación
como agente de transformación de la realidad social, la vida cotidiana y como un proceso de
identificación, pues según el “solo nos apropiamos con aquello que nos identificamos” (Sansot,
1976 en Pol, 1996)
Al respecto, Pol (1996) identifica dos componentes principales en la figura de la apropiación como
proceso cíclico y circular; uno comportamental y otro simbólico. Estos pueden entenderse como
una relación secuencial, desde una apropiación por acción – transformación a una apropiación por
identificación más elaborada, vinculada a las acciones de reciprocidad con la alteridad, a la
interacción con los otros. “pero que a su vez en sus aspectos interactivos, deviene en uso del
espacio, conducta territorial y por tanto acción - transformación (Pol, 1996:53).
De acuerdo a la teoría del interaccionismo simbólico, “los seres humanos construyen su realidad a
partir de la significación que otorgan a la experiencia social”. Así podríamos decir que la
45
apropiación deviene plenamente social en cuanto la creación de un espacio con significación para
el sujeto individual – o grupo-, o la identificación con el lugar preexistente, es reconocida o
matizada en la interacción con el colectivo referente” (Pol, 1996:51)
A partir de los antecedentes entregados en torno a las diversas acepciones de la apropiación,
distinguiremos entre apropiación material y apropiación simbólica del espacio público. Mientras la
apropiación en términos materiales para la experiencia del sujeto migrante,
implica una
transformación objetiva de los lugares ante los ojos de la sociedad autóctona -apropiación primaria,
como acción- transformación-. La apropiación en sentido simbólico, afectaría a la forma que tienen
los propios migrantes de concebir y abordar el espacio- apropiación por identificación, interacción
y/o sentido de pertenencia (Castles y Davidson; 2000; Thayer, 2008:195).
Recordemos que el espacio deviene en lugar por efecto de su apropiación temporal o cíclicamente,
por parte de la experiencia de los sujetos. Por tanto, las formas en que los migrantes hacen uso y
posiblemente se apropian del espacio 40 ponen en evidencia este proceso de imbricación entre
espacio y lugar, como el paso desde un “espacio vacío” al devenir del lugar con sentido” (Pol,
1996:45).
2.4.2.- Sociabilidad
Simmel (2002), comprende a la sociedad como una “realidad dual”, conformada por dos
dimensiones; los individuos y sus intereses, este hecho que vendría a explicar la tendencia casi
natural de los hombres y mujeres hacia la interacción social. Según el autor “la mayoría de las
relaciones humanas se pueden considerar como un intercambio” pues es la acción recíproca más
pura y más elevada de la vida humana, en la medida en que ésta ha de ganar sustancia y
contenido” (Simmel 2002:113).
Además del intercambio, Simmel (2002) distingue tipos sociales en la figura de la interacción
social entre ellos: la subordinación, la supraordinación, el conflicto y la sociabilidad. Es esta última
la que se arraigada en el “carácter relacional de los individuos, con énfasis en la “dimensión
asociativa”, vendría a trascender la dimensión más instrumental del interés, pues además de
posibilitar la relación entre el individuo y sus semejantes,
sienta los cimientos para generar
vínculos y significados para definir al mundo y definirse a sí mismos a partir de la otredad
constitutiva de toda interacción. (Simmel, 2002; Rizo, 2006). Indiferencia emocional y la
40
Si bien la apropiación del espacio como “un proceso de identificación en el espacio y en el tiempo con una
influencia mutua entre espacio y sujeto” (Pol, 1996:50), puede darse tanto en el ámbito público, como en el
privado, para efectos de esta investigación cada vez que se mencione el concepto “apropiación del espacio”,
se estará aludiendo al ámbito de lo público.
46
desatención cortés (Goffman, 1975), son los elementos constitutivos de la sociabilidad moderna,
(Simmel, 1986; Cucó, 2008).
La vida urbana exige cierto tipo de habilidad que Sennet (1977) denomino civilidad: entendida
como la actividad que protege mutuamente a las personas y que no obstante les permite disfrutar
de su mutua compañía. Usar la máscara es esencial para la civilidad, pues esta permite una
sociabilidad pura, ajena a circunstancias de poder, al malestar o sentimientos de aquellos que las
llevan. “El propósito de la civilidad es proteger a los demás de la carga de uno mismo” (Sennett,
1977:264).
La sociabilidad se comprende “como el conjunto de relaciones y prácticas organizadas que se
desarrollan en el ámbito intermedio entre el núcleo familiar y las esferas del Estado y del mercado,
altamente formalizadas y con lógicas propias” (Cucó, 2004; 2008). En este campo de sociabilidad
caben; las relaciones vecinales, las redes sociales, el asociacionismo, los grupos étnicos y las
comunidades del ámbito local (Torres, 2006). En el marco de esta investigación esta dimensión
llevada al espacio púbico en barrios multiculturales, cobra relevancia en relación a la apropiación
de este por parte de la población migrante y a las formas posibles que asume la sociabilidad entre
la población migrante y autóctona del mismo. Recordemos que además de la igualdad de derechos
y el reconocimiento del pluralismo cultural, la interacción social, interrelación y la interculturalidad
se presentan como la base para la construcción del “nosotros” (Torres, 2011)
La investigación propuesta se sitúa desde la comprensión de la sociabilidad como relaciones,
prácticas y agrupamientos sociales, circunscritas principalmente en el ámbito del espacio público
del barrio, y así también en algunos espacios semi públicos de este como-lugares de comercio y/o
consumo.
47
3.- ANÁLISIS Y DISCUSION
3. I.- Primera Parte: Ruzafa: Aproximación a un barrio multicultural en
Valencia
3. I. 1.- Antecedentes Históricos del Barrio Ruzafa
Ruzafa es la traducción al castellano de Russafa (valenciano) y que a su vez deriva del árabe
Ruçaffa, cuyo significado alude a “jardín” (Cavanilles, 1795). Situado, al sur del centro histórico de
la Ciudad de Valencia, en el distrito Nº2 del Ensanche (l´eixample), este barrio clasificado como
“popular semicentral” según la tipología de Torres (2007:79), fue municipio independiente hasta
1877. Su origen lo debe al príncipe omeya Abd Allah al-Balansi, quien en el siglo IX ordena
construir una hacienda de recreo a 2 km de la ciudad de Valencia, en imagen y semejanza a la de
su padre Abderramán I, en Andalucía. (Ver Anexo Nº8)
Desde entonces esta zona, conservada como parque público, “fue elogiada por literatos y poetas
árabes, que la consideraban como un vergel admirable por sus jardines”, esto hasta la llegada de
los cristianos que los transformaron en “tierras de labor” (Cartografía Russafa, 2011).
Posteriormente, en el siglo XIV la muralla de la ciudad de Valencia se ensancha, Ruzafa queda por
fuera del muro, y mantiene su carácter rural, ahora con tintes arrabaleros. Fue solo hasta 1865,
cuando los muros de la ciudad son derribados, permitiendo que Ruzafa se una a la ciudad (Ver
Imagen Nº1 y Anexo Nº9).
Imagen Nº1: Distritos de la ciudad de Valencia y Detalle de L’Eixample
Detalle del distrito Nº2, perímetro donde se encuentra el Barrio Ruzafa.
Fuente: Ayuntamiento de Valencia. Elaboración Propia
48
Avanzada la segunda mitad del siglo XX, Ruzafa se mantenía como un barrio semi-central,
bastante popular, de artesanos y comercio. Entre fines de los años 70 y mediados de los 80
comienza a padecer la crisis del pequeño comercio tradicional -tal como ocurre en España y el
resto de Europa-, debido a un conjunto de factores como: el cambio en el sistema de distribuidores
y las transformaciones en los hábitos de vida y compra. Como consecuencia de estos sucesos, en
todo el barrio, pero particularmente alrededor del Mercado de Ruzafa, se cierran locales
comerciales y de pequeños artesanos (zapatero, relojeros, entre otros oficios).
Más tarde, hacia fines de los 90, comienzos de los 2000 y en el marco del mejoramiento de
situación económica española, Ruzafa inicia un proceso de “desarrollo urbanístico” y
“gentrificación”
41
de
, que trae aparejado entre otras cosas la construcción y rehabilitación de antiguas
viviendas, nuevos locales de comercio nocturno, arte y turismo. En este escenario, el barrio va a
experimentar una especie de “recambio poblacional”, que coincide por un lado con el progresivo
envejecimiento de parte de la población autóctona y la ausencia de renovación generacional. La
población española residente -fundamentalmente valenciana- presenta un índice de envejecimiento
superior al de la media (173 por sobre 121) según lo expuesto por Albert Moncusi (2009). Entre
otras cosas el hecho de que los hijos e hijas de esos pequeños comerciantes autóctonos -con un
mayor nivel educativo que el de sus padres y expectativas más altas- opten por no permanecer en
el barrio, incide sin duda en el estancamiento generacional. Por otro lado un hecho que vendría a
contrarrestar cierto déficit del lado del “recambio poblacional” tiene relación con la llegada de
jóvenes estudiantes, nueva población migrante y población española con mayor poder adquisitivo asociada a las nuevas viviendas y dinámicas de gentrificación (Torres, 2007; Moncusí, 2009).
Si bien, las consecuencias de “la explosión demográfica” y el “desarrollo urbanístico”, de fines del
siglo pasado y el actual siglo XXI, han hecho de Ruzafa, “una barriada urbana como tantas otras de
la capital”, esta conserva su particularidad y personalidad propia, entre los nuevos locales de; ocio,
comercio étnico y vida nocturna, y las actividades artístico culturales42, e interculturales
(Cartografía Russafa, 2011).
41
En términos generales, este fenómeno puede ser comprendido como un “aburguesamiento”, de ciertas
zonas urbanas, asociado “al desplazamiento de familias de clase media alta hacia estas zonas bien
localizadas que hacen que el valor de la propiedad se incremente” .Según un informante clave, en no más allá
de 5 años, este proceso de “gentrificación” de alguna forma ha ido arrasando con negocios de comercio étnico
característicos del barrio.
42
Ruzafa es también barrio de artistas, del arte más de vanguardia y alternativo, en todas sus expresiones:
galerías de arte, teatros, academias, agencias de diseño y arquitectura y muestras como: la bienal Russafart
(jornadas de puertas abiertas ) y el festival Russafa Escénica, por mencionar algunas.
49
3. I.2.- Trayectoria Migratoria en Ruzafa
Los barrios de inmigrantes, pueden entenderse como aquellos conformados por una proporción
mayor que la media (valenciana) de vecinos y vecinas migrantes, son barrios multiculturales, pues
hay personas de diversos orígenes. (Torres, 2011). Para el caso de la ciudad de Valencia, se
pueden identificar tres tipos de barrios de inmigrantes, de acuerdo a la tipología propuesta por
Torres (2007) para estos contextos locales de recepción migratoria: el Centro Histórico, el Barrio
popular semi-central y el Barrio Periférico (y/u obrero). Mientras el barrio Del Pilar se ubica entre
los del primer tipo: céntrico popular, y Orriols estaría inmerso en la periferia, Ruzafa y la Roqueta
tienen un carácter más popular y se ubican en el área semi-central de la ciudad.
La concentración relativamente importante de población migrante, la diversidad en cuanto al origen
de estos y así también sus prácticas en la cotidianidad de espacio público del barrio, lentamente
van configurando la imagen de Ruzafa como “barrio de inmigración”. Los primeros migrantes que
arriban al barrio, lo hacen ahí por los ochenta, atraídos entre otras cosas por;
la accesibilidad a
vivienda barata en un barrio céntrico y conectado, y la posibilidad de emprendimientos económicos
como medio para ganarse la vida. Gracias al bajo coste de los “bajos comerciales” y a la ventaja tanto para locatarios mayoristas, como para vendedores ambulantes- de estar al lado de la
Estación central de trenes, se van abriendo una serie de comercios étnicos: “Si a mediados de los
años 90 había registros de solo 10 locales abiertos, en el 2004 estos llegan casi a 200” (Torres,
2007)
Mientras los árabes –en su mayoría marroquíes- se situaron con sus bazares en la Calle Cuba 43,
los subsaharianos - principalmente sirios y argelinos- dispusieron sus locales de venta al por mayor
en la Calle Castellón (Torres, 2006; Russafa Cultura Viva, 2012). Ya entrados los noventa, son los
migrantes chinos, los que llegan al sector y se ubican con sus tiendas de ropa en las cercanías de
Calle Puerto Rico, donde hasta el día de hoy se encuentra el Oratorio.
Hacia fin de la década de los noventa y comienzos del 2000, se abre paso a la migración
latinoamericana, que comienza a hacerse más visible, al igual que ocurre en otros sitios de
España, a partir del 2002. Se trataba en primera instancia de población ecuatoriana, y también
boliviana residente,- hoy colectivo con mayor presencia en el barrio- ocupadas principalmente en
trabajos temporales y de cuidado realizados por fuera del barrio44. (Torres, 2007; Moncusí, 2009).
43
Comercios propios dedicados en su mayoría a: las comunicaciones (locutorios), la artesanía, y la
alimentación (Algunas carnicerías “Halal” donde se vende carne sacrificada mediante el rito musulmán)
(Moncusí, 2009)
44
Se dedican al servicio doméstico, al cuidado de niños/as y adultos mayores, y así también a empleos
temporales en la construcción y ocasionalmente en el agro (cosechas de frutas, verduras, hortalizas, etc)
50
Ruzafa, lejos del protagonismo alcanzado a más de una década cuando se le distinguía como un
barrio de inmigración producto de las estadísticas oficiales45, mantiene una proporción
considerable de población extranjera residente (13,7% al 2014). El porcentaje de población
extranjera sobre la población total del Barrio Ruzafa,
al 2012 alcanzaba un 15,7% (3.870 de
24.616 habitantes), por sobre la media del total de migrantes en la ciudad de Valencia, 13,6% para
el mismo año (108.449 de 799.188 habitantes que conforman el total de la población).
En relación a la trayectoria y consolidación de Ruzafa, como destino y barrio de inmigración, cabe
mencionar que éste alcanza su punto más álgido en el decenio 2002-2012, particularmente el 2009
(Ver Anexo Nº10), que es cuando la proporción de vecinos migrantes llega al 18% respecto del
total de la población (con una estimación de 4.525 personas extranjeras). Desde entonces, los
datos confirman el descenso en el porcentaje de población migrante en el barrio46. Como se puede
apreciar en el Gráfico Nº1, entre los años 2008 y 2012, se produce una baja considerable respecto
a la presencia de extranjeros en el Barrio Ruzafa, la que se sigue incrementando para el 2014.
Independientemente de esto, hoy con un 13,7% de extranjeros (3.294 de 24.006), se mantiene por
sobre la media de migrantes en la ciudad valenciana estimada en un 12,3% al 2014 (96.734 de
878.301)
Gráfico Nº1: Porcentaje de Migrantes respecto del total de Población en Barrio Ruzafa
Entre 2008 y 2014
45
De haberse ubicado Ruzafa, como el cuarto barrio con una gran proporción de población extranjera, en
2001, pasa al veinteavo lugar, en 2008 y en 2012 se sitúa solo en el vigésimo séptimo puesto.
46
Documentos e Informes Estadísticos Nº53 Oficina de Estadística, Ayuntamiento de Valencia.
www.valencia.es/estadistica.
51
Fuente: Documentos e Informes Estadísticos: Nº42, 48, 53 y 64 Oficina de Estadística, Ayuntamiento
de Valencia. Elaboración Propia.
Es preciso señalar, que desde el 2005, España es el principal país de destino de los emigrantes
rumanos con una población estimada en 5.598.691 de acuerdo a los datos provisionales del
Padrón de Habitantes 2009 (Viruela, 2010). Estos, “constituyen el colectivo extranjero con mayor
número de residentes y trabajadores”, se concentran tanto en centros grandes y medianos 47, como
en zonas rurales y municipios pequeños (Viruela, 2010: 160) Al igual que lo ocurrido en el ámbito
nacional, la migración rumana es la de mayor representatividad en el ámbito valenciano, con una
población estimada de 11.496 (2014). A pesar de esto último, el protagonismo alcanzado por el
colectivo de rumanos en la ciudad ha venido decayendo, alcanzando a la fecha cifras similares a
las del 2011 (11.568). A nivel distrital,- concretamente en el distrito de interés para esta
investigación l’Eixample,- su protagonismo no se expresa mayormente 48, ni tampoco en el ámbito
del Barrio Ruzafa, pues como se puede observar en el siguiente Gráfico Nº2, no aparecen entre
los primeros puestos de grupos de extranjeros de más proporción.
Gráfico Nº2: Colectivos de extranjeros de mayor presencia por país de origen en Barrio
Ruzafa. Años 2008, 2010 y 2012
Fuente: Padrón Municipal de Habitantes Oficina de Estadísticas, Ayuntamiento de Valencia.
Elaboración Propia.
47
Principalmente en Madrid, Castellón, Zaragoza, Coslada, entre otras.
A la fecha (2014) los colectivos de migrantes más representativos en el distrito del l’Eixample con un total
de 4.299 extranjeros son: bolivianos (507), italianos (459), ecuatorianos (276), rumanos ( 242) y colombianos
(131). Según los datos de los Documentos e Informes Estadísticos Nº64 Oficina de Estadística, Ayuntamiento
de Valencia. www.valencia.es/estadistica.
48
52
El Gráfico Nº2 permite comparar los colectivos de extranjeros de mayor presencia en Barrio Ruzafa
-por país de origen-, y años. Al respecto no se observan diferencias relevantes, pues tres, de las
cuatro primeras nacionalidades predominantes
se mantienen para el 2008, 2010 y 2012.
Boliviana, en primer lugar, seguida de la ecuatoriana, en segundo y la China en tercer lugar. La
única variación, resulta estar en la nacionalidad colombiana, desaparece de las cuatro primeras
posiciones, siendo reemplazada por la italiana. A la fecha, -pero bajando considerablemente su
proporción en relación al 2012, siguen predominando los mismos países de origen de la población
migrante en Ruzafa. En relación a los años anteriores, al 2014, se mantiene en primera posición
Bolivia (12,8%), la segunda es ocupada por Italia (9,4), seguida por China (8,5%) que se mantiene
en tercer lugar y finalmente Ecuador (7,3%) que varía considerablemente su proporción y posición
en relación a los demás países.
La trayectoria de la población extranjera en el Barrio Ruzafa, así como su distribución en el espacio
en relación a su procedencia y usos, es posible identificarla en siguiente plano del Anexo Nº11,
relativo a concentración de colectivos de migrantes por sección en el Barrio Ruzafa. Cabe señalar
que a pesar de transcurridos los años, el panorama respecto a la ubicación de los diferentes
grupos de migrantes, no ha variado mayormente, sobre todo en lo referido a aquellos provenientes
del Magreb, Asia y América Latina aun predominantes. La sección Nº30 del plano delimitada en
color rojo, (Ver Anexo Nº11), se caracteriza por registrar el mayor porcentaje de población
extranjera residente 30% - principalmente marroquíes49-. Por su parte, la zona delimitada en color
celeste (secciones; 15, 31,13 y 25) le sigue de cerca, con un porcentaje de población migrante, que
va entre el 23 y el 28,5% de la población total- (Moncusí, 2009)
En relación a la distribución de los extranjeros en el barrio según su nacionalidad, cabe señalar
que, a diferencia del colectivo Chino, que suele concentrarse casi exclusivamente en la zona norte
del barrio (Ver Anexo Nº11, secciones 31 y 20 50), la población latinoamericana – sobre todo
bolivianos y ecuatorianos- suele disgregarse de manera equitativa por las diferentes secciones del
plano 51. Al respecto, cabe mencionar que -en términos generales- la representatividad de
migrantes de una única nacionalidad en cada sección, es escasa si se la compara con el total de la
población por sección. La mayor concentración de un determinado colectivo tiene lugar en la
sección Nº25 con una proporción de migrantes bolivianos relativa al 9%. (ibíd.)
49
Según datos del 2008, “El 34% de los 203 marroquíes empadronados en el barrio residían en la sección
Nº 30) (Moncusí, 2009:29).
50
Al mismo año, los datos muestra que en la sección 31 reside el 22% de chinos residentes en Ruzafa y en
la 20, el 18,9% (ibíd.)
51
Ver detalle en color amarillo (distribución de bolivianos/as) y verde (distribución de ecuatorianos)
53
3. I.3.- Migración Latinoamericana en Valencia-Ruzafa
La representatividad porcentual de la población migrante latinoamericana, específicamente
proveniente de países de América del sur, ha variado a la baja, al igual que lo ocurrido con el
número total de extranjeros residentes en la ciudad, (de un 13,9% en 2011 a un 12,3% en 2014).
Mientras en 2011, el 40,3% de extranjeros en Valencia, provenía de América del Sur hoy solo el
31,5% puede identificarse como población migrante con esta procedencia (130.485), de los cuales
cerca del 60% lleva cuatro años o más residiendo en algunos de los barrios de la ciudad52.Esto
confirma por un lado, que se trataría de migración relativamente antigua, con cierta permanencia
en el barrio, y por otro, refleja el estancamiento en la llegada de los flujos migratorios producto de
la crisis económica. Al detenernos en los datos en torno a la distribución por distritos, de las
nacionalidades más frecuentes, se obtiene que la gran mayoría de la
población extranjera -
proveniente de América del sur-, se asienta (según orden de preponderancia) en los distritos de;
Quatre Carreres (11,4%), Rascanya (10,0%), Olivereta (8,8%) y Camins al Grau (8,2%) .
Más bien distanciado de las posiciones alcanzadas por los distritos enunciados, el distrito Nº2 de
L’Eixample, integrado por los barrios: Ruzafa, El Plan del Remedio, y la Gran Vía, ha
experimentado una disminución de la población migrante ahí residente (4.299 personas) en
relación al total de la población, en algo más de un punto porcentual (de 11,8 en 2011 a 10,1),
prevaleciendo las personas provenientes del cono sur de América, (1.213). En base a los datos
estadísticos, de los tres barrios que integran el Eixample, Ruzafa mantiene su posición de
liderazgo, registrando un estimado de 3.294 extranjeros residentes.
Un elemento a considerar en el liderazgo de Ruzafa entre los tres barrios que integran el distrito del
Eixample, tiene relación con el distinto carácter de clase entre estos: El Pla del Remei (o Plano del
Remedio) y Gran Vía son barrios burgueses desde su conformación, a diferencia de los ocurrido
con el
barrio de Ruzafa que desde sus orígenes se reconoce como una
barrio popular,
heterogéneo socialmente (Torres y García Pilán, 2013)
Referido expresamente a la migración latinoamericana en el Barrio: no se observa mayor
representatividad del colectivo de peruanos/as -ni en el barrio ni en la ciudad- pues la mayoría
prefiere Madrid como destino, y el colectivo de argentinos y bolivianos comienza a percibirse
sustancialmente desde el 2003. El crecimiento y protagonismo de estos últimos, prevalece como
el colectivo de extranjeros de mayor presencia en el barrio (Ver Gráfico Nº2)
52
Documentos e Informes Estadísticos, (Nº 64) en su apartado dedicado a Población extranjera según
continente de procedencia, confirma lo siguiente para los años 2012 (36,3%) y 2013 (34,3%)
54
Respecto a la llegada y motivos de asentamiento de los migrantes latinoamericanos en Ruzafa,
surgen elementos fundamentales para la elección de este, además del carácter central, se valora la
existencia de población migrante, las redes de contacto (familiares o de amistades), la posibilidad
de acceder a una vivienda barata y a trabajo, (al ser un barrio de concentración migrantes los
empleadores acuden al mismo por sus servicios, generalmente temporales). Factores que de
alguna forma les proporcionan la herramientas para paliar
las condiciones propias del sujeto
migrante latinoamericano que ingresa en su mayoría sin papeles, y desarrolla trabajos en “negro” al
menos en esta primera etapa.
“Cuando llegamos al barrio llegamos porque había mucho inmigrante en este lugar, podías encontrar
un alquiler de piso en este barrio. Es que una de las mejores maneras es estar precisamente donde
hay más colectivo inmigrante, más personas con tus costumbre y todo eso entonces es así como
llegas al lugar donde sabes que hay muchos migrantes y donde puedes estar a gusto” ( Migrante
boliviano)
La condición del sujeto migrante –según la interpretación del discurso de los/as entrevistados/asestaría caracterizada por la dedicación casi exclusiva al trabajo, muchas veces precario por su
forma temporal, desprovisto de contrato y seguridad social, mal pagado, con extensas jornadas
laborales y escaso tiempo para el descanso y el ocio, Al menos durante los primeros años en
destino, el trabajo “en negro” y sus consecuencias, suele ser un elemento transversal a los y las
entrevistados/as. Así también, el tiempo en el cual estos trabajos son realizados se diferencia del
destinado
por la población autóctona para su jornada laboral. Para el caso de las mujeres
entrevistadas con hijos, este era un tema particularmente sensible por la falta de momentos para
compartir con ellos, y la incompatibilidad entre sus trabajos y el tiempo libre de escuela de los
mismos. De aquí, por ejemplo, la limitante de acudir a los espacios públicos de recreación, como
el Parque Granero, o participar de alguna de la actividades multiculturales, o asociativas del barrio.
“Es diferente la vida del migrante a la vida de la gente de aquí puede que sea fiesta para el de aquí
pero para el migrante puede que sea día de trabajo. La gente local trabaja de lunes a viernes el
sábado y domingo tiene fiesta, nosotros los inmigrantes trabajamos de miércoles a domingo porque
lunes y martes tal vez no puedas trabajar...pero lo puedes trabajar el domingo....mucha de la gente
inmigrante consigue trabajo por horas las chapuzas que se llaman, las mujeres trabajan la mayoría
de internas entonces salen el sábado” (Migrante boliviano)
Entre algunas de las características de la población migrante latinoamericana de Ruzafa, -y
concretamente suramericana 53, cabe mencionar: el liderazgo de las mujeres y sus formas de
habitabilidad. El protagonismo de la mujer migrante (principalmente ecuatoriana), resultó
fundamental para la cadena migratoria posterior. Primero: la principal fuente de trabajo la
encontraron en el servicio doméstico. Segundo; La alta demanda por parte de este sector, les
permitió a corto plazo reagrupar a alguna hija o hermana para que se dedicase al mismo oficio.
53
Identificadas previamente en diversos estudios, de Torres (2007) y Moncusí (2009) y confirmadas por el
relato de los y las informantes entrevistados/as.
55
Tercero: Una vez que conseguían vivienda, estabilidad laboral y económica iniciaban los trámites
para reagrupar al resto de la familia, incluidos maridos e hijos/as. (Torres, 2007)
Cabe mencionar el perfil familiar que en general asumen las formas de habitar la vivienda por
parte de la población latinoamericana, en principio se trata de viviendas de alquiler compartidas,
que cuentan- en su mayoría- con los elementos básicos. Las deficiencias en cuanto a la vivienda,
para el caso de los latinoamericanos,
estarían
relacionadas más con las condiciones de
hacinamiento, que con la ausencia de servicios básicos (Torres, 2011). Más avanzado el
asentamiento y con los papeles en regla, y un trabajo que lo permitiese, se da la posibilidad de
acceder a formas más nucleares de habitar sus hogares. Tal como lo declara una entrevistada
colombiana:
“Llegamos hace 10 años y la situación era bastante diferente a lo que es ahora porque en ese
entonces había que compartir piso con muchísima gente, vivíamos con 13 personas entonces la
convivencia siempre era difícil, pero el trabajo iba bien había trabajo prácticamente para todo el
mundo y ya después de 2 años o 3 nos fuimos a vivir ya a una casita cerca también, no era en las
mejores condiciones pero estaba bien para nosotros que en ese entonces no teníamos papeles ni
nada. Cambia mucho con papeles porque tienes más derechos, puedes acceder a más puestos de
trabajo cambia muchísimo para bien” (Migrante colombiana)
La delimitación de Ruzafa por parte de la población migrante tiene relación por un lado, con el uso
más próximo, referido en la mayoría de los casos al tránsito cotidiano y al abastecimiento en
comercio (por donde se desplazan normalmente y donde realizan las compras). Por otro lado esta
delimitación subjetiva del espacio se construye a partir de las percepciones de los sujetos respecto
a un barrio que se distingue de otros, debido a la diversidad cultural producto de la población
migrante, al componente multicultural, asociativo y reivindicativo del mismo. De aquí que además
del identificado “límite natural de las grandes vías 54”, se deje por fuera de Ruzafa, al sector más
pudiente “la zona pija” como le llaman- cercana a la Gran Vía-, debido a que se trataría de “otro
mundo, de gente rica y súper chula”, que poco o casi nada tiene que ver con el imaginario de este
barrio Ruzafa multicultural, que acoge a los extranjeros.
“Ruzafa es el más conocido de todos porque está el tema, por ejemplo lo que es el comercio hay
montón de bares, restaurantes sea latinos sea subsaharianos de todos los inmigrantes, es un barrio
bastante movido en el tema cultural, donde se acoge a todos los inmigrantes y más que todo es un
barrio bastante céntrico donde también muy accesible para poder conseguir trabajo” (Migrante
venezolana-ecuatoriana)
Al igual que el Raval en Barcelona, y Lavapiés en Madrid, el Barrio Ruzafa presenta características
de Centralidad migrante, definida así por Toubon y Messamah (1990), debido a la proporción
significativa de migrantes en el sector, la existencia de comercios étnicos, y migrantes y los
espacios de sociabilidad propicios para el encuentro entre estos (Toubon y Messamah, 1990 en
Torres, 2006), como procesos geográficos de concentración/centralización urbana de la población
54
La Gran vía de las Germanías, Avenida del Reino de Valencia, Pérez y Valero y Calle Filipinas.
56
migrante (Garcés, 2011). Además de la trayectoria migratoria del barrio, la población extranjera
residente y las dinámicas de socialización comunitaria en un mismo perímetro (Torres, 2006) cabe
mencionar: las muestras de sociabilidad en espacios específicos, los lugares de culto, negocios de
migrantes y étnicos55, los programas implementados en el barrio para la convivencia, -en el ámbito
escolar y comunitario- y las jornadas organizadas por la sociedad civil (Torres, 2006; Moncusí,
2009).
Son esta formas de sociabilidad inmigrante concentrada las que de alguna forma van
configurando en
opinión pública de la ciudad la concepción de Ruzafa como el "barrio
multicultural" de Valencia (Torres, 2006).
Un ejemplo de Ruzafa como centralidad migrante, tiene relación con la denominada “Pantera
Rosa” -fuente ubicada en Peris i Valero-, como lugar propicio para la búsqueda de contactos
laborales y trabajo. Desde las seis de la mañana se reunían migrantes provenientes de distintas
localidades de valencia, no solo de Ruzafa, y al lugar acudían los empleadores a buscar
trabajadores temporales para el campo, la construcción y otros oficios. Tal como lo expresa un
informante boliviano:
“En Pérez y Valero, en la Pantera Rosa, es la parte donde se concentran para ir a trabajar, los
trabajadores del campo, obra… ahí pero se llenaba a las seis de la mañana, todos y venían los
empleadores a buscar trabajadores, por ese motivo es bastante conocido el barrio Ruzafa. Dentro de
esta área hay locutorios, cantidades donde ponían también que se buscaba trabajo y también donde
buscan trabajadores en esta área” (Migrante boliviano)
3. I.4.- Formas de apropiación del espacio de los latinoamericanos de Ruzafa
La apropiación del espacio por parte de la población migrante, es hacer de él una “utilización
reconocida”, pero también establecer relaciones con él, incorporarlo en las propias vivencias,
enraizarse y dejar la propia impronta, “organizarlo y devenir actor de su transformación” (Chombart,
1976 en Pol: 1996:51). Así como los grupos de migrantes integran elementos propios de las
sociedades receptoras y más particularmente del barrio y de su cotidianidad, van dejando su
impronta y transformando con esta el entorno, al tiempo que con ello reciben de vuelta
la
afirmación de sí mismos mediada por esa utilización reconocida del espacio.
3. I.4.1.- Apropiación Económica
Aún prevalece, aunque diversificado, el carácter comercial y de servicios propio del barrio, nutrido
además con una participación –no
menor- de algunos migrantes en el rubro, fácilmente
identificables en Calle Cuba, Puerto Rico, Literato de Azorín, por mencionar algunas. Al respecto,
55
Concentra buena parte de los negocios étnicos de la ciudad (entre 180-190 aprox., básicamente de chinos,
marroquíes, latinos y senegaleses) Torres, 2007.
57
se distingue entre locales de comercio étnico, por un lado,
y comercio migrante56,
por otro,
(relativo al rubro escogido por estos últimos). Mientras entre los primeros emergen elementos
materiales propios de la cultura de origen en destino, en los segundos surge un componente
transnacional vinculado al uso social que adquiere por ejemplo el locutorio, como lugar donde el
aquí y el allá se confunden, las relaciones sociales se retroalimentan y los roles se perpetúan.
Comercio étnico: Este tipo de comercio, gestionado y regentado por población migrante,
se
caracteriza por la venta de mercancía propia de la cultura de origen en los contextos locales.
Independientemente de la subjetividad contenida en la elección de estos rubros comerciales, lo
cierto es que estos productos originarios, se transfieren al país de destino, convirtiéndose en
materia prima para el desarrollo de una actividad económica. En el caso de Ruzafa encontramos,
las carnicerías Halal, algunos bazares de ropa árabe, restaurantes africanos, latinoamericanos
entre otros.
Comercio Migrante: Este tipo de comercio, gestionado o regentado por migrantes, se caracteriza
por la venta de mercancía ordinaria. A diferencia del comercio étnico, este no se constituye a partir
de elementos materiales de la cultura del origen, sino estos pueden aparecer de manera ocasional,
como complementarios al comercio ofrecido. Dentro de esta clasificación, por ejemplo, podríamos
distinguir las tiendas de venta de frutas y verduras a cargo de población pakistaní, algunos bares
más tradicionales españoles ahora a cargo de población china y así también los locutorios (para el
caso de Ruzafa regentados principalmente por población marroquí y latinoamericana)
Los espacios de comercio, consumo y servicios, como micro emprendimientos de parte de la
población migrante, ya sea mediante el comercio migrante (locutorios, comercio chino) o étnico
(restaurantes de comida,
venta de productos típicos, por mencionar algunos) adquieren una
connotación más social que tiende a trascender la transacción puramente económica. Algunos de
los más mencionados por la población migrante latinoamericana entrevistada: los locales de
abastecimiento al interior del Mercado (de ecuatorianos), la panadería peruana, el “Agapito” de
venta de productos latinos, dispuestos en las afueras del mismo. En calles aledañas el Bar
Boliviano ubicado en Sueca, y una panadería colombiana. Uno de los entrevistados referido al
“Agapito”, señala:
“Eso se convierte en un centro de reunión a raíz de que por ejemplo no podemos olvidar la
57
salteñas , tomar una cerveza paceña que es de allá… entonces vas, compras una salteñita y al día
siguiente vas compras una salteñita y es tu amigo, viene otro a comprar otra salteña y es tu amigo,
ya conversas y se hace como un centro de reunión. Ahí el tema laboral también como que se da,
56
Es preciso señalar que el propósito de graficar esta distinción referida a las formas de apropiación
económica, asumidas por el comercio, responde a fines explicativos, que en la práctica no necesariamente
aparecen como un tipo ideal puro.
57
Empanada típica boliviana.
58
“¿dónde hay trabajo? mientras se come una empanadilla, ya se contactan unos con otros y más
todavía los sábados y los domingos se encuentran” (Migrante boliviano)
La Imagen Nº2, da cuenta de lo anterior y retrata al “Agapito”, concurrido local de productos latinos,
donde suele acudir población latinoamericana -no solo del barrio sino de diferentes localidades de
la ciudad -, en busca de comidas y bebidas típicas, contactos laborales y conversación. Este local
como una forma de apropiación material del espacio, como un micro-espacio etnificado que
concentra a al colectivo latinoamericano (Torres), opera además como un elemento simbólico de
centralidad casi exclusivamente migrante, como lugar de sociabilidad -en su mayoría entre
ecuatorianos, bolivianos y colombianos- debido a que entre su clientela no se observa un mayor
involucramiento de la población autóctona.
Imagen Nº2: Apropiación económica del espacio en Ruzafa
Fuente: Calles del Barrio Ruzafa 2011-2012. Elaboración propia58
58
Desde el centro a la derecha de la fotografía se trata de Migración latinoamericana (en las cercanías del
Mercado de Ruzafa). Desde el centro hacia la izquierda predominan imágenes de comercio oriental y árabe.
59
Algo muy similar ocurre los domingos, al interior del locutorio ubicado en Carrer dels Tomasos en
las cercanías del Mercado, donde el dependiente de origen brasileño, -en una mesa improvisada al
fondo del lugar-, ofrecía cerveza a la clientela asidua, que encontraba conversación y tal vez
consuelo, con un otro en circunstancias similares. El domingo, era el día en que la mayoría de los
migrantes (generalmente ecuatorianos y bolivianos) tomaba contacto con sus familiares “del otro
lado del charco”. Una atmosfera más bien melancólica circundaba este espacio semipúblico, y
encontraba su haber en la condición misma del migrante, alejado del núcleo familiar más próximo,
obligado a lidiar con la transnacionalidad de los afectos 59. La siguiente cita, extraída de una
conversación entablada con una migrante boliviana, da cuenta de esto último:
“¿Me contabas que tienes amigos acá?
Si ahí al frente tengo un amigo de Brasil, el del locutorio, muy amable él se pone triste......con el
siempre hablamos, me cuenta de su familia como están…Claro, todos los inmigrantes nos sentimos
mal, no hay a quien avisar de las cosas que te pasan, a veces uno la retiene no se puede desahogar
y yo creo que cuando una persona se desahoga está tranquilo” (Migrante boliviana)
La idea de transnacionalidad, referida a una posible dualización de las vidas de los y las migrantes
como lo diría Blanco (2006), en un ir y venir entre origen y destino. En este sentido, podría decirse
que el locutorio como espacio de comercio migrante además de facilitar el intercambio y las
relaciones sociales periódicas entre población migrante –ejemplificada en la práctica habitual en
torno a la mesa improvisada del día domingo- deviene en la configuración de este como un espacio
social transnacional, determinado por las relaciones estrechas entre el origen y el destino60.
3. I.4.2.- Apropiación socio-cultural
Es preciso mencionar que se observa una imbricación entre las dimensiones de la apropiación
del espacio público, relacionada con la apropiación
económica y su devenir en formas de
apropiación socio-culturales, debido a al carácter más social que adquieren algunos de los locales
comerciales antes descritos. Tal y como lo expresaría Torres (2007) años atrás, estos “se
convierten -y persisten- como lugares de encuentro, propicios para el intercambio de información y
relaciones sociales”.
Las formas de apropiación socio-cultural comprendidas como los usos del espacio público como
lugar para la interacción cotidiana y las dinámicas de sociabilidad, en el caso de la población objeto
de este estudio, están atravesadas por consecuencias propias de la condición migrante. Este
59
Reflejada por ejemplo, en los roles familiares desarrollados a distancia, el de la madre sostenedora, que
sigue cumpliendo con el cuidado y educación de los hijos a través de skype o de otra red social virtual o vía
telefónica
60
Investigaciones en torno a la migración internacional actual, evidencian su complejidad producto de: las
trayectorias, temporalidad, y direccionalidad, y del carácter transnacional de las dinámicas migratorias. Las
innovaciones tecnológicas, comunicacionales y de transporte,-entre otras- al tiempo que van difuminando las
fronteras, y des-radicalizando la separación espacio- temporal, transforman “las condiciones materiales de
existencia de los migrantes y sus formas de relacionarse con la comunidad receptora y de origen (Portes,
1999).
60
sujeto migrante, con una jornada laboral -más extenuante-, diferente a la población autóctona y
más exigida en cuanto a horas de trabajo, estaría inmerso en una situación que le impide delegar
tiempo para el ocio, llevar a sus hijos al parque, y disfrutar del tiempo libre en el espacio público.
Los usos mismos del espacio público del barrio- en función de un tiempo restringido-, están en su
mayoría circunscritos al tránsito.
“Es que el barrio, es mas de tránsito, me voy del trabajo a casa, de casa al trabajo, la ruta nomás.
Algunas veces me voy al parque con mis hijas, del parque a la casa y los domingos mayormente en
la cancha de la Plata… No formo parte de ninguna asociación porque el horario de trabajo mío
pues… yo trabajo limpiando casas, entonces algunas veces o me resulta un trabajo o no tengo con
quien dejar los niños entonces se me dificulta “(Migrante boliviana)
Como se puede apreciar en la cita anterior, esta condición propia del sujeto migrante, si bien
restringe la posibilidad de participación social, en algunas de las organizaciones de la sociedad
civil, asociaciones de migrantes, y de las actividades impulsadas por estas -como se verá más
adelante- no la anula completamente.
Otro de los puntos de concentración de la población migrante latinoamericana identificados por los
entrevistados, además del mencionado “Pantera Rosa”, está referido a espacios propicios para el
esparcimiento, la sociabilidad, y
la búsqueda de contactos laborales. Tal es el caso de
las
canchas deportivas situadas en “La plata”, -ubicada en la periferia de Ruzafa - entre Avenida de la
Plata y la calle Bombero Ramón Duart, escenario para la recreación deportiva (futbol y baloncesto)
y las prácticas socio-culturales que se generan alrededor de las mismas los fines de semana (venta
de salteñas, entre otras). Este espacio recreativo, como una forma de apropiación material del
espacio, favorece la interacción entre la población migrante que los frecuenta, principalmente
ecuatorianos, bolivianos y colombianos.
Un elemento recurrente en las conversaciones establecidas con los entrevistados/as, tiene relación
con ciertas responsabilidades atribuidas al sujeto migrante, en términos de disposiciones para la
incorporación al Barrio. Esta idea de disposición del migrante para su incorporación, puede ser
comprendida desde dos ámbitos: uno relativo a la necesaria proactividad del extranjero en su
propia inserción como “nuevo vecino del barrio”, y otra más cercana a las normas sociales tácitas
impuestas por la población autóctona. La primera, alude a la disposición y apertura a conocer al
otro -vecino autóctono-, a la sociabilidad y la participación social y no cerrarse exclusivamente al
círculo social más próximo relativo a la personas del mismo colectivo o prevenientes de países de
Latinoamérica, como formas de guetización.
“Yo creo que es lo mismo, lo que me pasa a mi o sea si los extranjeros que estén abiertos a
integrarse hay un grupo de españoles que están dispuestos a aceptarlos pero hay algunos que
pasan…Hay una minoría como yo que somos extranjeros que nos mezclamos entre todos que
hacemos amistad yo tengo amigos senegaleses, me he relacionado con los árabes. Pues también los
que están abiertos a hacer amistad con otra gente que no sea de su gueto, conozco algunos, no
somos amigos íntimos pero te saludan frecuentemente.” (Entrevistada venezolana-ecuatoriana)
61
De alguna forma la propensión a la interacción social- como elemento distintivo de lo
latinoamericano- tendría cabida principalmente entre los colectivos de migrantes latinoamericanos,
como una apertura “etnificada 61 y selectiva a las relaciones sociales.
“Es que lo que pasa que a nosotros los latinos, la mayoría de las veces somos más sociables y más
activas, en relación a las personas de aquí que casi no les gusta muchas cosas de fiestas, de
reuniones, son diferentes, más tranquilos y nosotros somos más…más abiertos. Digo yo...”
(Migrante ecuatoriana)
Por su parte la segunda, más apegada al cumplimiento del “deber ser” en el marco del respeto,
responde a cierto acomodo de las prácticas desplegadas por “los latinos” a los modos autóctonos.
Prácticas sociales y culturales propias de la migración proveniente de países de Latinoamérica,
que tienden a propiciar tensiones en la convivencia relativas a: ruidos molestos, y ocupaciones del
espacio público, (como el citado caso del Jardín de los ecuatorianos en el Túria, entre otros). La
siguiente cita de una entrevistada colombiana refleja esta situación:
“Hay cosas que si vives donde hay otros, tú no puedes hacer, por respetar a los otros para no
molestarles. Entonces lo que perjudica la convivencia: el ruido, la música… yo siempre he escuchado
que molesta mucho a los españoles, porque no están acostumbrados a la música tan alta, siempre
dicen “¡Ah es que los latinos!”. Yo digo que en la convivencia estamos bien siempre y cuando cada
persona tenga claro los límites, lo que está bien, acomodarse a un lugar, sin dejar de ser uno mismo.
En el punto en que cada uno hace lo que está bien, lo que es correcto, puede integrarse mejor yo
creo a la sociedad y al sitio donde esté” (Migrante colombiana)
Según las indagaciones de Torres (2011), a pesar de que los principales puntos de conflicto
estarían asociados al incumplimiento de normas básicas de convivencia, estas “tensiones
vecinales” no han cobrado un mayor protagonismo con los años. Más allá de las desavenencias
entre los modos de comportamiento, tras la idea de “buena convivencia” en el marco del respeto,
se aprecian distinciones en cuanto al derecho de habitar. Este derecho es distinto para la población
autóctona y la población migrante, quedando este último supeditado al primero, por su carácter de
extranjero-ajeno. Mientras el actuar de este extranjero es observado “con lupa” y exacerbado, el
actuar de un autóctono -que pudiese estar en una situación similar- no recibe el mismo tratamiento
e incluso puede pasar desapercibido, debido a la categoría de nativo-propio .La siguiente cita
ejemplifica con claridad la interpretación de esta diferencia.
“Claro, como somos latinos nos tenemos que tragar todo lo que nos dicen, “eso lo dije yo una señora”
que le decía cosas a mis hijas, y otra cosita “¿Por qué no te quejas de lo que están haciendo aquí en
la esquina lleno de botellones? Afuera de la discoteca, están haciendo todas sus cosas ahí abajo, se
están meando…si un latino mea un sitio ya tiene su multa, pero eso no lo ve la gente española”
61
Referido a una colectividad que reúne miembros que comparten, y/o se identifican con ciertos elementos
comunes o bien y además son vistos como “diferentes” ante un grupo que así los distingue. Como lo afirma
Moncusi (2009)” son grupos que resultan de un doble proceso de categorización externa e identificación
interna” (p.35)
62
(Migrante boliviana)
En este contexto, surge la posición del extranjero (Simmel, 1986), donde la proximidad y
alejamiento parecen fusionarse en las relaciones sociales espacializadas. “El extranjero es quien
se encuentra en el horizonte espacial de un grupo social dado, pero se integra mediante su
exclusión” (Simmel, 1986; Penchaszadeh, 2008). El migrante (latinoamericano) del barrio- si bien
por un lado, forma parte del conjunto social, por otro, especialmente determinante, estaría “por
fuera y enfrente”. Lo siguiente, vendría a ejemplificar esta posición asumida por el sujeto migrante,
a través de la figura de la fiesta como materialidad de apropiación socio-cultural del espacio en
Ruzafa.
La gran festividad tradicional religiosa y cultural por excelencia a nivel nacional son las Fallas,
todo un referente respecto a formas de apropiación sociocultural por parte de la población
autóctona en la comunidad valenciana. Si bien este tipo de fiestas 62, así como los casales que a
sustentan, se declaran abiertas a la posibilidad de incorporación de los vecinos migrantes en las
mismas - con excepción de algunas Fallas de grupos de extrema derecha-, en la práctica, no se
observa un mayor involucramiento de la población migrante del barrio en este centro de
sociabilidad autóctona.
A diferencia de lo anterior, existen una serie de actividades y festividades culturales en Ruzafa, que
incentivan la participación de la población migrante residente y al mismo tiempo operan como otro
de los elementos que configuran a Ruzafa como un barrio multicultural63 de centralidad migrante.
Ya sea de espectador o participante, extranjeros de otras localidades acuden además con la
certeza de encontrar en un mismo lugar los servicios que este barrio de inmigrantes les puede
ofrecer: oratorio, locutorios, restaurantes étnicos, celebraciones interculturales, amistades, asesoría
legal, acogida u otras proporcionadas por las ONGs, entre otros. (Torres, 2011)
Organizaciones como la Asociación Civil JARIT en articulación con la Asociación Intercultural
SARIRI, y Russafa Conviu, promueven acciones para acercar a “los ciudadanos y ciudadanas a la
riqueza cultural de este barrio, punto de encuentro de personas de diferentes culturas y
procedencias”, (Russafa Cultura Viva, 2011). El carnaval anual Russafa Cultura Viva,
de
pasacalles, música y danzas típicas, es una de estas actividades (Ver Imagen Nº3). La siguiente
cita, de uno de los entrevistados migrantes, da cuenta de la figura del Carnaval como una forma
62
La Fallas se celebran entre el 15 y 19 de marzo, y durante todo el año se trabaja en torno a la elaboración
del monumento. El Casal Fallero (sectorizados por calles) opera como una especie de club, con una cuota
mensual para socios. Desde este centro de reuniones, se organizan una serie de actividades para financiar
la fiesta y su propio monumento, entre otras.
63
Testimonios de Ruzafa Barrio Multicultural en Cartografía Russafa: Mapa Relacional de identidades
Urbanas. Promoción del proyecto cartográfico de Russafa: http://vimeo.com/21985311
63
de apropiación del espacio temporalmente delimitada, que contribuye a generar instancias de
sociabilidad entre los distintos colectivos de migrantes y la población autóctona.
“A mí siempre me ha gustado dar a conocer nuestra cultura, nuestro folclor, en este caso cuando
llegue al barrio dije “ya vamos a hacer algo para dar conocer las danzas bolivianas”...pero poco a
poco iba saliendo el barrio completo y no solo de mi país de todos los países de Latinoamérica.
Ahora en el Carnaval Cultura Viva que se ha hecho el año pasado y este año, fuera de grupos latinos
han participado grupos de África y grupos locales de acá de Valencia, participan, se inmiscuyen en
lo que es la celebración del carnaval, ha mejorado, ha habido interrelación, demostrando que sí que
se puede vivir entre todos juntos. (Migrante boliviano)
Independientemente del propósito consignado al Carnaval, como una instancia para la promoción
de la “convivencia activa en barrios multiculturales y el intercambio social entre la población
autóctona y migrante, existe cierta evidencia - más adelante- que pone en duda el fin último del
mismo 64, debido a percepciones divergentes de parte de los actores involucrados.
Imagen Nº3: Apropiación socio-cultural del espacio en Ruzafa
Fuente: Grafitis callejeros y Pasacalles en el espacio público
Calles de Ruzafa y Russafa Cultura Viva (2011), Elaboración propia
64
En estas festividades participa principalmente población latinoamericana, no se observa una participación
otros colectivos como marroquíes y chinos, - de acuerdo a las indagaciones esto podría deberse a su cultura
más cerrada64
La figura del carnaval también adquiere -para algunos de los participantes- una connotación que va
más allá del hecho de perpetuar la cultura y tradiciones de los diversos colectivos de migrantes en
destino, pues se convierte en una apropiación legitima del espacio. La festividad interpretada
como expresión de una demanda por un reconocimiento, como afirmación del derecho del sujeto
migrante a “estar aquí”. La siguiente cita, enmarcada en las reuniones de organización del
Carnaval Russafa Cultura Viva, integradas por
diversas asociaciones de migrantes
latinoamericanos, refleja lo anterior:
“lo bueno sería que las comparsas pasaran por la calle Colon, que es más grande, para que los
65
españoles conozcan... no como una muestra de bailes típicos sino como un espectáculo mayor”
(Migrante boliviano)
A pesar de esto último en la práctica, este acto festivo se presenta más bien como uno de los
“microclimas culturales” (Delgado, 1998), que los migrantes tienden a crear en los lugares en los
que se establecen, y a partir de los cuales reorganizan elementos de su tradición de origen, que a
menudo se convierten en instrumentos de adaptación. Si las formas de apropiación del espacio por
parte de la población migrante, reciben de vuelta una afirmación de sí mismos, esta última no
parece trascender el carácter de “espectáculo folclórico” en el marco de un barrio Multicultural. Los
referentes culturales de esta apropiación del espacio parecen responder más a una estrategia del
“estar ahí”, que a relaciones de reciprocidad y reconocimiento social, por parte de la población
autóctona como otros de oposición, pues ésta escasamente se involucra (Ver imagen Nº4)
“Yo creo que cada uno lo suyo y ya te digo hay minorías que sí que trabajan por la integración ...pero
yo creo que son guetos...¡tú te fijaste en el parque, el día del Carnaval!, cada uno tenía su historia, el
sábado me parece que habían actuado los ecuatorianos y había más gente porque venían a ver a los
suyos, y el domingo ya no estaban…y luego en esta fiesta no habían muchos españoles, la mayoría
era la misma gente que participaba, no hay una acogida no sé si no se publicita lo suficiente o qué
pero no es una cosa que tenga mucho apoyo por parte de la población española” (Migrante
venezolana- ecuatoriana)
La cita confirma – como se desarrollará en el siguiente apartado Nº3. I.5- las indagaciones de
Torres (2007) respecto a los tipos de convivencia practicadas en el barrio. La visibilidad de los
recién llegados -más allá de las ocasionales prácticas socio- culturales llevadas al ámbito del
espacio público- se vuelve aún más tangible en la cotidianidad misma del barrio, donde -entre
autóctonos y los nuevos vecinos migrantes-, primaría una relación de “convivencia pacífica pero
distante” (Torres, 2007; Cartografía Russafa, 2011) .
65
Extracto de la intervención de un dirigente de una asociación boliviana de danzas del oriente, en el marco
de los preparativos del carnaval 2012, 3 de diciembre 2012. Ruzafa, Valencia
65
3. I.4.3.- Apropiación política
Las prácticas de asociacionismo migrante latinoamericano en el barrio Ruzafa se pueden
comprender como formas de apropiación política del espacio público, entendida esta como acción
– transformación (Pol, 1996), debido a la participación activa de este colectivo. Tal y como lo
confirma un representante de las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona:
“Y luego los latinos, a nivel cultural sí que participan bastante y todo el tema de grupos de carnaval lo
tienen bastante desarrollado, de hecho el carnaval se ha montado por los latinos, se ha conseguido
implicar a otros colectivos, pero si los latinos no hubieran montado -cerca de 1000 personas
participando en el carnaval- el carnaval no tendría base” (Asociación civil Jarit)
Respecto a la disposición a la participación e involucramiento por parte de la población migrante en
el tejido asociativo del barrio, se pueden identificar dos tendencias bastante dicotómicas. La
primera, se refiere a la nula participación social en este tipo de agrupaciones -sean de sociedad
civil autóctona y/o migrante- debido entre otras cosas a condiciones propias del sujeto migrante,
mientras que la segunda da cuenta de una participación activa en el entramado asociativo del
barrio. Entre las segundas, la asociación Intercultural SARIRI, de migrantes latinoamericanos en
Ruzafa, ofrece orientación al migrante al tiempo que fomenta “las relaciones culturales y de
integración siguiendo los pasos adecuados de interculturalidad y participación social” 66. Tareas que
realiza –según lo declarado- con el propósito de “conseguir una igualdad en el entorno en el que
vivimos, dando a conocer nuestros Derechos y Obligaciones en la sociedad en la que nos
desenvolvemos cotidianamente”. Si bien se trata, - al igual que lo ocurrido en general con el resto
de las asociaciones de migrantes en Ruzafa- de agrupaciones más incipientes en cuanto a la
posible incidencia en el espacio público- político 67, existen ciertos elementos que junto con
evidenciar su demanda por un reconocimiento social en términos de igualdad, tienden a posibilitar
su participación social en el mismo. Al estar organizados, se convierten en interlocutores válidos
ante sus símiles en el barrio –sociedad civil de población autóctona organizada- y así también ante
el gobierno local.
En el componente asociativo están contenidos tres elementos identificados como: una acción de
empoderamiento y legitimidad de la organización migrante, la posibilidad de participación en el
tejido asociativo del barrio y así también la generación de acciones e instancias propicias para
66
Mediante la promoción personal y colectiva y de la identidad cultural en un ambiente de respeto e
interdependencia socio-cultural, se dedica entre otras cosas a la sensibilización de la sociedad sobre los
problemas que afectan a los países del Sur, entendida esta como la promoción de la interacción entre
culturas, proyectos de cooperación internacional ( codesarrollo), el fomento del desarrollo social de la
población migrante y la lucha contra toda forma de discriminación y segregación (www.sariri.org )
67
Debido a factores como: la falta de dedicación invertida, debilidades en cuanto a la estructura organizativa,
y al escaso apoyo por parte de la administración local para la conformación y sostenibilidad de las mismas,
este tipo de asociaciones no alcanza el protagonismo deseado y necesario para una mayor participación
política.
66
compartir con el resto de la población (autóctona y migrante). Un entrevistado y miembro de la
asociación SARIRI, relata su impresión respecto a las prácticas asociativas en general:
“Los servicios que prestan son talleres, educativos, de valencianos, de inglés, y también de
informática, luego algún servicio de orientación jurídica de los planes de extranjería… y entonces
dentro de los cursos, por ejemplo hemos tenido un cierto porcentaje de españoles, de ecuador, un
chico de Mali y todo. A mi parecer, las asociaciones son un eje principal si, digamos no hubieran
asociaciones, el colectivo no participaría”. (Migrante Boliviano)
Esta asociación migrante, como apropiación del espacio público-político, además de ofrecer
servicios para la acogida de la población migrante en general - no solo de Ruzafa, sino también de
otras localidades-, le otorga una mayor visibilidad a esta y a los migrantes latinoamericanos que la
integran, legitimando de paso su actuar frente a los otros de oposición. El trabajo conjunto que
viene realizando la asociación de migrantes SARIRI con la Asociación Civil Jarit,68 para la puesta
en marcha de diversas actividades -entre ellas el citado Carnaval Russafa Cultura Viva- da cuenta
de su incipiente involucramiento en el entramado asociativo del barrio. Por su parte se presume
que estas formas de apropiación política, en articulación con las múltiples organizaciones sociales
del barrio Ruzafa, contribuyen a mayores instancias para intercambio entre la población autóctona
y migrante, y entre migrantes, propiciando de alguna forma la incorporación de estos últimos, en
los discursos identitarios del mismo.
“La necesidad de compartir más allá de la vivencia diaria, de participar en lo que significa tratar de
conocer al que está al lado conocer, entonces te inmiscuyes en eso, en un proyecto donde dices:
“pues venga, vamos a juntar a toda nuestra gente y vamos a ver cómo podemos interactuar con los
demás colectivos de inmigrantes. Con esas asociaciones, conoces gente, y dices “sí que es bueno
meterse en el boyo y tratar de mejorar cosas”, buscar soluciones para problemas que tengan otros,
buscar maneras que todos seamos nosotros.” (Migrante boliviano)
El final de la cita, expresa una construcción colectiva del “nosotros”, donde el sujeto migrante
tenga cabida. La posibilidad de esta participación social, en términos más horizontales -tal se
abordará con mayor profundidad en el apartado 3.I.5– se relaciona con las problemáticas de
Ruzafa, relativas al déficit en la provisión de servicios para sus habitantes, y su trayectoria
reivindicativa. Independientemente del país de procedencia de los habitantes del barrio, y de sus
condiciones administrativas de regularidad, la premisa es que existen problemas transversales a
todos, que es preciso resolver.
“Es un barrio de gente que le gusta mucho estar en actividades que sean de hacer cosas para los
niños, llevan mucho tiempo luchando por una escuela. Lo mismo cuando querían un polideportivo en
el barrio. La gente de este barrio es muy activa siempre está queriendo luchar por hacer cosas, eso
es lo que más me llama la atención del barrio que la gente se reúne. Se unen y luchan por cosas”
(Migrante colombiana)
68
Organización social pro-migrante , de origen mixto, (integrada por población autóctona y extranjera,
principalmente del Magreb, del Norte de África: Marruecos, Túnez y Argelia
67
3. I.5.- Percepciones y disposiciones de las organizaciones de la sociedad
civil de población autóctona
3. I.5.1.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes
Al igual que en Barcelona, la inserción urbana de los migrantes al ámbito local valenciano, - y
específicamente para el caso del aspecto residencial en el Barrio Ruzafa, se presenta más como
una dinámica “inclusiva” y mayoritariamente de Copresencia residencial que como una dinámica de
segregación, que excluye y concibe al migrante como un “factor degradante y vecino indeseable”
(Torres, 2006). Por su parte, referido a las dinámicas de convivencia que tienen lugar en los
espacios públicos, -de encuentro, de estar y de tránsito-, primaría el precepto más clásico de la
civilidad cortés pero distante, sin mayores relaciones o intercambios sociales, una sociabilidad en
los márgenes de lo políticamente correcto no exento de dificultades y desencuentros. Identificada
por Torres (2006) como “convivencia pacífica pero distante”, caracterizada por una interrelación
más bien superficial entre unos y otros, que suele tornarse más significativas cuando se dan con
personas del propio origen. La siguiente cita, de un estudio realizado ya hace ocho años atrás,
refleja la tendencia actual de la convivencia:
“El uso compartido de las calles y espacios del barrio presenta diferencias notables según los grupos
de vecinos, tanto autóctonos como inmigrantes. Sin embargo, la mayoría de los espacios esta
Copresencia se resuelve en términos de “convivencia pacífica pero distante” (Germain, 1995), una
educada e indiferente reserva frente al otro, que en la medida que se consolida como cotidianeidad,
no deja de tener sus efectos.”(Torres, 2006:22)
La composición de Ruzafa es también bastante heterogénea, en relación a sus vecinos y formas
de sociabilidad. En este contexto es posible distinguir entre los vecinos “de toda la vida”, los
“multiculturales” y los “extranjeros”. Los vecinos de toda la vida, de origen valenciano y valenciano
parlantes, cuyas redes de sociabilidad están concentradas principalmente en caritas de la
parroquia de
San Valero69 y la gran mayoría en las fallas70. Los vecinos “multiculturales”:
principalmente profesionales, parejas jóvenes entre treinta y cuarenta años, con un nivel cultural
elevado, atraídos por la centralidad del barrio y el ambiente cosmopolita. A pesar de que su
sociabilidad es dispersa, y no necesariamente circunscrita a al barrio, el Mercado de Ruzafa, los
sábados se presenta como uno de principales espacios para esta. Por su parte, los vecinos
extranjeros, tienden a reproducir sociabilidades más etnificadas, relativa a los miembros del mismo
69
La parroquia de San Valero, es un referente en Ruzafa, “como centro donde se desarrollan multitud de
iniciativas culturales para toda la barriada” y diferentes proyectos solidarios para las personas necesitadas de
la zona entre ellas migrantes y personas en paro.
70
La sociabilidad de tipo festivo es importantísima, y las fallas- como la crítica irónica y sarcástica de la
sociedad, del contexto económico, social, político y cultural de la misma- es el gran tejido popular de
Valencia. Además de la función explicita de la falla, esta asociación cultural tradicional opera como un club
segmentado territorialmente, que requiere de una cuota monetaria para el financiamiento y funcionamiento de
las mismas, cumplen otras funciones, empleadas por los partidos políticos.
68
colectivo y también por fuera del barrio (principalmente en parques y plazas, en torno a prácticas
deportivas).
Imagen Nº4: Proximidad espacial con distancia relacional en los espacios públicos
Fuente: Calles del Barrio Ruzafa, Carnaval Cultura Viva (2011). Elaboración propia
La metáfora del “Mosaico”, con distintas piezas que están unas al lado de otras pero que
interrelacionan poco, sirve para graficar esta idea de proximidad espacial con distancia relacional
71
en los espacios públicos comunes .La siguiente cita vendría a confirmar esta distancia relacional
así como también el carácter más multicultural – en lugar de intercultural- del barrio.
“Yo creo que Ruzafa es más multicultural, que intercultural realmente por lo que comentábamos
antes que sí que hay mucha variedad de culturas realmente pero no conviven entre ellas, las
culturas no tienen intercambio igual de acciones de asociacionismo... Que no conviven realmente la
percepción que tengo al menos es esa, sí que hay muchos, latinos marroquíes, india pero no
conviven entre ellos. (Associacio Xaloc Russafa)
En términos generales, diversos factores inciden en las dinámicas de sociabilidad al interior de
Ruzafa72; la antigüedad de un colectivo, la imagen social que se tiene de ese colectivo, y así
71
Los espacios públicos comunes propicios para la interrelación en Ruzafa, identificados Torres (2006) son
principalmente; la Plaza Manuel granero, la puerta de los colegios y determinadas paradas del autobús.
72
Factores extrapolables también para los tipos de sociabilidad en España y Valencia
69
también la historia- trayectoria en el barrio. De aquí que los latinoamericanos tengan mayores
facilidades para insertarse en las relaciones informales cotidianas y para ser “mejor aceptados”.
Otros los elementos que tenderían a favorecer su inserción en Ruzafa, además del idioma, cultura
y la religión cristiana en común con la sociedad receptora - antes mencionados-, tiene relación con
cierta “apertura a la incorporación en el barrio” en comparación con otros grupos de extranjeros y
con el perfil familiar de este colectivo migratorio (madre, padre e hijos). Este último al tiempo que
levanta menos sospecha que la migración masculina (principalmente de países árabes), contribuye
a la construcción positiva de su imagen social, pues al igual que las anteriores presenta
características similares a las formas autóctonas. La siguiente cita da cuenta de lo anterior:
“Yo creo que igual latinos, sí que ellos tienen una cultura más abierta, más integrada en el barrio,
más de calle y de convivir en comparación con Marruecos, igual por el idioma -si creo que les
afectará para relacionarse y todo-, pero la cultura latina siempre la veo más propensa a hacer cosas
de barrio. Los demás también pero son más de introversión, cuesta un poco más” (Xaloc)
Desde la perspectiva de un migrante, se corrobora lo anterior y se justifica cierta “deuda” atribuida
a instituciones de gobierno, respecto a mejores condiciones de incorporación para los extranjeros
latinoamericanos.
“El mismo hecho que somos digamos como que ex colonia, somos parte de España por llevar
muchas de sus costumbres: las fiestas patronales, fiestas de la virgen que hay en España pues en
Latinoamérica también las llevan. Por ese mismo hecho digamos, podría haber un poco más de
facilidades en el caso de conseguir trabajo, residencia legal que en cuanto a otro colectivo
inmigrante, por ser parte de su historia” (Migrante boliviano)
3. I.5.2.- Tejido asociativo de Ruzafa y el ingreso del sujeto migrante en el mismo
El común denominador entre algunas de las asociaciones del barrio, deja traslucir un diagnóstico
más bien crítico en cuanto a la insuficiencia de servicios públicos y a una compartida sensación de
“abandono” por parte de las instituciones del gobierno local. (Torres, 2006: 9). Entre los principales
aspectos negativos del barrio, cabe mencionar: La degradación de la viviendas, y sus casi nulas
condiciones de habitabilidad, así como también la falta de servicios públicos y equipamiento,
(escuelas e institutos públicos, centros de salud, bibliotecas, entre otros), así como también, la
escasez de áreas verdes y el intenso tráfico.
Algo representativo de Ruzafa es la capacidad organizativa73 de los vecinos y vecinas y el papel
reivindicativo que estos/as asumen toda vez que sus derechos intenten ser vulnerados (Ver Cuadro
Nº5). Este activismo social, colabora y se organiza en torno a la denuncia y defensa de causas y
73
Desde juntas de vecinos y organizaciones sociales, hasta asociaciones de migrantes y ONGs “Asociaciones
civiles y ONG´s del barrio: SARIRI, Jarit y Russafa Cultura Viva como plataformas de orientación e integración
de inmigrantes, Xaloc que realiza un trabajo socioeducativo con los menores, en el marco de la educación
para el desarrollo con un enfoque intercultural o Plataforma per Russafa orientada a conseguir más
dotaciones y servicios públicos para construir entre todos un barrio más digno y habitable” Ver: http://facetasurbanas.blogspot.com/2013/03/ruzafa-2012-indicadores-de-cohesion.html
70
a la demanda por mejores servicios para los y las ruzafinos/as, evidenciado el protagonismo
asumido por algunas de las organizaciones sociales más representativas del barrio como
Plataforma Per Russafa y la Asociación Civil Jarit, por mencionar algunas.
Podríamos identificar ciertos hitos en la historia reivindicativa de Ruzafa, que asimismo dan cuenta
de cierto involucramiento de parte de la población migrante (Ver Anexo Nº11). Referido
concretamente a cómo ingresa el vecino migrante -latinoamericano- en el tejido asociativo de
Ruzafa, cabe mencionar que más bien se trataría de formas de participación social, aisladas,
temporales y coyunturales. Por una serie de razones, antes expuestas, las organizaciones de
migrantes y la población migrante no logran una participación activa y permanente en términos de
lo que se ha definido –con anterioridad- como formas de apropiación política. Iniciativas como: la
organización de la
festividad cultural anual, de Ruzafa, el
protagónico papel de los migrantes latinoamericanos-,
Carnaval Cultura Viva, - con un
así como también algunas convocatorias
de carácter reivindicativo por parte de la sociedad civil autóctona organizada, relativa a la defensa
el Parque Granero y la denuncia por mejores servicios públicos, por ejemplo, dan cuenta de esta
especie de involucramiento ocasional por parte de la población migrante. Esto último, aparece ya
documentado entre algunas de las conclusiones del estudio comparado de Moncusí (2009) en
Orriols y Ruzafa, afirmando que:
“Ruzafa tiene una gran densidad asociativa en comparación con barrios de similares características
hasta seis asociaciones de extranjeros de distintas nacionalidades se encuentran en el barrio (…) Se
trata, sin embargo, de un tejido asociativo que podríamos calificar como etnificado, dado que por un
lado incluye entidades festeras y tradicionales y ONG con participación fundamentalmente autóctona
y, por otro, varias asociaciones compuestas fundamentalmente por extranjeros de distintas
nacionalidades” (Moncusí, 2009:34).
Desde un plano más ideal, más cercano a cómo debiesen ser las cosas, opera una lógica distinta
por parte de las percepciones de algunas de las organizaciones de sociedad civil de población
autóctona. Si bien se observa una postura favorable a dichas formas de apropiación política de la
población migrante, y su posible involucramiento en el tejido asociativo del barrio, se reconoce que
es más bien una práctica incipiente, un proceso complejo que requiere de un trabajo continuo en
el tiempo y en conjunto con todos los actores involucrados -como un proceso de incorporación
bidireccional-. El
superar el estadio del puro discurso, implica establecer relaciones de
horizontalidad e igualdad con el otro diferente – legitimo.
“Sí que es un barrio reivindicativo que ha estado ahí con toda su problemática, que no tenía servicios,
poco a poco parece que va consiguiendo algunas cosas, que aún queda mucho por cambiar, que
debe seguir siendo reivindicativo, pero que debe intentar conseguir entre todos los grupos hacer un
trabajo más colectivo, pero es difícil. Se intenta, se hace pero queda muchas veces más como
discurso, que como práctica pero bueno en ello estamos” (Asociación Civil, Jarit)
71
Algunos elementos que contribuyen a avanzar en la inserción de la población migrante en el relato
del barrio, como “vecinos” (independientemente del origen de estos), y en
la apertura a la
participación social de los mismos en su tejido asociativo, tiene relación con las
reivindicativas, originadas por una necesidad o algún problema común
74
instancias
(Torres, 2007). Estas, en
formato de movilizaciones conjuntas por un determinado objetivo –en general convocadas por la
sociedad civil autóctona organizada- (Ver Anexo Nº11) se presentan como instancias propicias
para las relaciones de vecindad y la construcción colectiva de un “nosotros” como miembros del
mismo barrio.
“Yo pienso que es de los barrios donde hay más inmigrantes en un plano tan pequeño, es muchísima
la inmigración que hay aquí, es un barrio multicultural total y reivindicativo porque la gente que está
aquí toda se une tanto inmigrantes como la gente de acá, por conseguir algo que es de beneficio
para todos” (Migrante colombiana)
En las conversaciones sostenidas con los distintos actores entrevistados/as, - población migrante y
sociedad civil autóctona-, frente a esta situación tiende a predominar la valoración del concepto de
vecindad por sobre el de nacionalidad, debido la compartida condición de precariedad. Si bien se
trata de una valoración minoritariamente social orientada a un “deber ser”, prevalece la idea de que
todos los vecinos -independientemente de su nacionalidad- se ven afectados por las mismas
problemáticas barriales. En este tipo de acciones más coyunturales, podríamos hablar de una
relativa horizontalidad entre los actores y así también de cierta legitimación de los extranjeros del
barrio, y sus formas de apropiación más política.
En el marco de acciones de sensibilización social y educación para el desarrollo 75 y a partir de
enfoques culturales (festivos y educativos), políticos (SARIRI, Asociación intercultural, Asociación
Civil Jarit, y Asociación Xaloc Ruzafa), y sociales (Russafa Conviu), en general las asociaciones
coinciden en que el tipo ideal de barrio intercultural al cual se aspira llegar, no se reduce a la
generación de encuentros, ni carnavales, pues este es más bien un proceso lento y bidireccional.
Estas actividades, si bien son importantes para promover la diversidad de población que vive en el
barrio no son un factor decisivo en la posible convivencia intercultural, pues – como lo diría Torresexisten factores tales como; el tiempo social, una interrelación cotidiana continuada sin mayores
problemas, que facilitan – o bien dificultan76-, la construcción colectiva del imaginario de vecinos
del barrio.
74
La precariedad en cuanto a los servicios públicos y establecimientos educacionales, la escases de las áreas
verdes, entre otras.
75
La Estrategia de Educación para el Desarrollo de la Cooperación Española (2007) define a la Educación
para el desarrollo,( ED), como “un proceso educativo (formal, no formal e informal) constante, encaminado a
promover una ciudadanía global, a través de conocimientos, actitudes y valores capaces de generar una
cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión así como con la promoción
del desarrollo humano y sostenible”.
76
Relativa a la competencia por recursos sociales básicos, al uso y percepción de abuso que los migrantes
hacen de los servicios públicos del barrio, de salud, por mencionar alguno.
72
“Lo que quiere hacer Rusafa Conviu, es trabajar temas sociales, trabajar los temas de
interculturalidad de integración real de todas las personas desde la diversidad que hay sea cual sea
su origen y su circunstancia como se puede mejorar la convivencia real del día a día. Se trata de
realmente que somos personas y para mejorar la realidad del barrio de aquí y ahora es lo que
tenemos que trabajar” (Russafa Conviu)
Desde el colegio -como una realidad multicultural de hecho- y las nuevas generaciones y así
también desde el trabajo educativo
emprendido por asociaciones como Xaloc Ruzafa77 (que
involucran necesariamente a sus progenitores) y Jarit (educación intercultural), se suplen y cubren las
carencias administrativas, avanzando
en la conformación de
procesos convivencia más
interculturales, que solo tiempo y los factores antes señalados podrán consolidar.
3. I.6.- Políticas locales para la incorporación de los vecinos migrantes y la
convivencia ciudadana en Ruzafa
El concepto de integración – desde el ámbito normativo-, implica por un lado, un reconocimiento de
aquella minoría que se incorpora a la sociedad de acogida, en “igualdad de condiciones, derechos,
obligaciones y oportunidades con los ciudadanos autóctonos” (Malgesini y Giménez: 1997), sin que
esto vaya en desmedro de su cultura de origen. Por otro, un proceso mediante el cual la mayoría,
(sociedad de acogida) incorpora a su vez una serie de modificaciones de carácter normativo,
institucional e ideológico para hacer posible dicho proceso de integración. (Torres, 2011)
Pensar la integración como la construcción de una “nueva ciudadanía” a través de la cual las
personas puedan alcanzan una incorporación plena, libre y autónoma en la sociedad” (III Plan
Vasco, 2011-2013: 10), implica ir más allá de la necesaria normalización entendida como la
extensión de atención a los inmigrantes en “los subsistemas de bienestar ya existentes, y compartir
con la población autóctona instituciones, servicios y programas” (Torres, 2011: 266). Se requiere
incorporar nuevas dimensiones orientadas a comprender y gestionar eficazmente la construcción
de sociedades más cohesionadas como la noción de “ciudadanía inclusiva” y la “convivencia
intercultural”.
Uno de los planteamientos referidos al papel del Estado del Bienestar respecto de la inmigración,
apunta a la existencia de regímenes, cuyas reglas y normas establecen la posibilidad o
imposibilidad para que las personas inmigradas se conviertan en ciudadanas del país receptor
señalando que: “el modo de entender la ciudadanía y la nacionalidad en cada país conforma no
solo las reglas de admisión y pertenencia a esta comunidad (política de inmigración) sino también
el trato y las oportunidades de inclusión que reciben los extranjeros asentados en el territorio
nacional (política de integración).”(CeiMigra, 2010-2011:95)
77
En un espacio lúdico, abierto y flexible orientada a la educación intercultural e inclusión “Realizan un
trabajo socioeducativo con los menores, un acompañamiento con sus familias y una coordinación directa con
los diferentes ámbitos que intervienen en la vida de los niños.”
73
En este contexto, el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración (PECI 2007-2011), y el Plan
Valenciano de Inmigración y Convivencia (2008-2011) tanto a nivel central como autonómico,
comprenden la integración como un proceso de “construcción de cohesión social bidireccional”
orientadas al conjunto de la ciudadanía –población autóctona y migrante-. La aproximación hacia
la población migrante en destino, -en condiciones de mayor vulnerabilidad respecto a la autóctonase materializa
en la elaboración de políticas públicas orientadas a: Generar igualdad de
oportunidades, igualdad en el acceso a derechos y en el cumplimiento de deberes, estimular el
desarrollo de un sentido de pertenencia de los inmigrantes a la sociedad de destino y el respeto de
la diversidad cultural en el marco de las normas generales del Estado de derecho.
Para ello, algunas de las medidas desplegadas hacia los/las migrante en destino, se relacionan
con: iniciativas de acogida y acompañamiento, garantías en acceso a los derechos básicos para su
desarrollo (Salud, Educación, Empleo y formación, Vivienda), y el fortalecimiento de su tejido
asociativo (las asociaciones de inmigrantes como componente de participación
social, que
propiciaría la integración). Todo lo anterior acompañado por un trabajo transversal a la ciudadanía,
enfocado en la sensibilización respecto a la realidad migratoria, a fin de evitar actitudes xenófobas
y racistas78 y así también a la mediación en barrios multiculturales.
El Plan Autonómico de la Comunidad Valenciana para la Integración Ciudadana, así como los tres
Planes Directores que lo articulan: De Cooperación Valenciana, De Inmigración y Convivencia y De
Participación Ciudadana para los años 2008-2011 comprenden la Integración como uno de los
presupuestos necesarios para la convivencia y cohesión social, pues: “la cohesión social, la
igualdad en derechos y obligaciones y el sentido de pertenencia a una comunidad se construye con
la participación de todas las personas que la componen” (Plan Director de Inmigración y
Convivencia, 2008-2011:2)
El Plan Director de Inmigración y Convivencia (2008-2011), está conformado por diez áreas de
actuación79 orientadas a favorecer la implicación de toda la sociedad civil en la construcción de una
sociedad justa, solidaria, tolerante e integrada. En este contexto,
llama la atención como en
paralelo a esta la declaratoria de principios basada en los derechos humanos, justicia social y
solidaridad, desde la Generalitat Valenciana, se avalen prácticas como: las restricciones en el
acceso a salud para los migrantes –justificada en los tiempos de crisis- y el mantenimiento de un
78
Independientemente del papel que haya jugado la administración local en esta, en términos generales, la
apreciación de los entrevistados acerca las actitudes racistas y xenófobas por parte de la población autóctona,
coincide en que actualmente se trataría de sucesos aislados. A diferencia de lo ocurrido en los primeros años
de la inmigración ( años 2000), ha habido un cambio sustantivo en la actitud y disposición del vecino
autóctono, referido a la percepción de una relativa aceptación de los extranjeros, relacionada con el tiempo de
asentamiento de estos en la ciudad y el contacto en la cotidianidad del barrio. ( Para el caso de Ruzafa)
79
Acogida y acompañamiento, Garantías jurídicas, Salud, Educación, Empleo y formación, Vivienda Igualdad,
Familia, infancia y juventud, Sensibilización y opinión pública, Codesarrollo y relaciones interinstitucionales.
74
Centro de Internamientos de Extranjeros CIE80. Estas, al amparo de políticas restrictivas y de
exclusión, y tratos vejatorios a la población migrante injustamente recluida, atentan precisamente
contra la dignidad de las personas que enuncian resguardar.
La bajada desde esta política y planes para la incorporación de los individuos a la sociedad
valenciana en igualdad de “condiciones, derechos y deberes, mediada por la participación activa de
la población migrante en la vida social, económica y cultural” a nivel local y más específicamente al
ámbito micro-local de los barrios, difícilmente se condice con lo estipulado en los mismos. Las
indagaciones realizadas en el marco de este estudio, revelan la poca efectividad en la
implementación de programas y medidas orientadas a la población migrante, principalmente por el
tratamiento institucional que se le otorga. Desde la Sección de Participación Social 81, de la
Concejalía bienestar social y de integración del Ayuntamiento de Valencia, la problemática
migratoria se aborda y resuelve desde el servicio social, concibiendo en la práctica a la inmigración
solo desde esta perspectiva.
3. I.6.1.- Oficina Técnica del Plan Norte Sur 2009-2013
El Plan Norte-Sur (2009- 2013), es el segundo de la ciudad de Valencia82 y se implementa desde la
Oficina Técnica del mismo nombre. Desde aquí hace operativo, a través de una serie de medidas
de actuaciones asociadas a una planificación presupuestaria, se organiza la implementación de las
actuaciones, los indicadores de evaluación, entre otros. Este Plan, surge en un intento por
coordinar y dar coherencia a todas las actuaciones que lleva a cabo la Concejalía de Bienestar
Social e Integración:
“Como propuesta para integrar inmigración y desarrollo, desde el convencimiento de que los flujos
migratorios son una fuente de riqueza para los países de origen y destino, y que las políticas públicas
que vinculan las respectivas comunidades son imprescindibles en el contexto de interculturalidad en
que nos encontramos” (Concejalía de Bienestar Social e Integración)
Muy por el contrario a lo que se tendería a pensar, pues la participación social de los migrantes
aparece como uno de los principios fundamentales de la integración, el proceso de elaboración de
este segundo Plan Norte- Sur, en términos reales no consideró la implicación de las asociaciones
de migrantes. Se realiza más bien en base a los resultados de evaluación interna, del primer Plan
Municipal para la Integración de la Inmigración (2002-2005) y en trabajo conjunto con la Sección de
80
Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores en Valencia. http://ciesno.wordpress.com/
Conformada por seis departamentos u oficinas. Por un lado; Mesas de solidaridad, Cooperación al
desarrollo internacional, y Proyectos Lucha contra la pobreza y la Exclusión, (estos primeros enfocados
principalmente a las convocatorias de ayudas y subvenciones). Por otro el Centro de Apoyo a la Inmigración,
CAI (implementado a partir del I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración), el Banco del Tiempo y
finalmente la Oficina Técnica del Plan Norte Sur 2009-2013 ( que no figura en el organigrama oficial).
82
El primero y del cual devino la conformación del Centro de Atención Inmigrante- CAI, de la misma sección,
es I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración (2002-2005).
81
75
Estudios y Planificación del Municipio. Desde aquí se diseña, se le integra un programa de
cooperación y otro de codesarrollo, para luego presentarlo a la “entidad participativa”, el Consejo
de Acción Social 83, con quienes finalmente se aprueba En palabras del informante clave del
Ayuntamiento de Valencia:
“En realidad hay un Consejo de Acción Social pero que es poco participativo, en participación este
ayuntamiento suspende. Con el tema del Plan anterior, no pudimos implementar grupos de discusión
para enfocar la evaluación del primer plan, no se nos permitió...entonces lo evaluamos internamente
en el equipo del CAI, que se hizo una buena evaluación… pero bueno necesitamos saber lo que la
gente piensa, lo que las entidades y asociaciones de inmigrantes piensan. Tienen miedo a que la
gente participe y diga cosas” (Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia)
Una de las principales problemáticas que enfrenta este instrumento para su idónea ejecución a
nivel local, está relacionado con la falta de apoyo político, reflejado también en la ubicación de este
dentro de la estructura municipal. Hecho que se traduce en una invisibilización del Plan a nivel intra
institucional, y en una falta de incidencia del mismo. Esto sumado a falta de la participación de los
actores involucrados en la elaboración
del mismo,
así como los recortes presupuestarios
destinados para su implementación, hacen que este instrumento
transversal- pues involucra
teóricamente a todas las concejalías- se reduzca solo a un plan de servicios sociales. De aquí la
importancia atribuida al trabajo conjunto que vienen desarrollando la oficina técnica del Plan NorteSur y el CAI. El diagnóstico más bien negativo atribuido por un informante de la Oficina Técnica del
Plan:
“Bueno entre nosotros lo del Plan (Norte- Sur) está muy bien, se editó, se publicó y punto final yo
creo que el Plan no le interesa a nadie más que al CAI, a mí y a mi jefe. Hablando sinceramente
contigo… no le interesa a nadie, ni nadie se siente comprometido con esto, nadie destina
presupuesto. Pero esto es un problema de la ubicación del Plan, porque si esta allá en los servicios
sociales, nadie se siente vinculado” (Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia)
El Plan, se articula en función de tres ejes-programas: Inmigración, Cooperación Internacional y
Codesarrollo. En la idea de profundizar en las garantías ofrecidas por los agentes del gobierno
local para convivencia ciudadana en barrios multiculturales, la atención se centra en el primero. El
Programa de Inmigración del Plan, actúa mediante siete Áreas: De Primera acogida, de
Información, orientación y asesoramiento, Educación, Interculturalidad, Promoción de la salud.
Empleo y Participación y asociacionismo.
En párrafos anteriores de dio ciertas luces acerca de la escasa participación de la población
migrante y sus formas de asociacionismo, garantizadas desde los agentes del gobierno local. El
cuadro del Anexo Nº13, reúne algunas de las iniciativas originadas desde – o en participación con83
El principal problema de este Consejo de Acción Social, es que no hay representación de asociaciones de
inmigrantes, solo grandes ONGs como Cruz Roja, y Caritas, que tienen programas de inmigración y/o
atienden a población inmigrante. Entre las limitantes para incluir a las asociaciones de migrantes, se alude a
las restricciones a la participación ciudadana, en general, práctica habitual de la ideología del PP, Partido
Popular de derecha, al mando de la Alcaldia de Valencia desde 1991, a la fecha.
76
la administración local en el Barrio Ruzafa para la promoción de espacios de interculturalidad.
Entendida esta última como un paso más allá de la multiculturalidad, como promoción de espacios
de interrelación entre los grupos. La interculturalidad 84 se basa en un principio de interacción
positiva, la negociación con el otro diferente y la convivencia en la diversidad, distinto al hecho de
constatar y aceptar diferencia en la distancia (más propio de la multiculturalidad).
En relación Anexo Nº13, cabe mencionar que se trata en su mayoría de actuaciones no vigentes con excepción de las últimas- , implementadas en el marco del I Plan Municipal para la Integración
de la Inmigración (2002-2005). Actualmente, desde el Plan Norte- Sur, se trabaja en articulación
con la población escolar y joven y en alguna actividad de sensibilización hacia la población en
general, pero no necesariamente circunscrito a barrios determinados.
“El City to city fue una experiencia exitosa en cuanto a intervención comunitaria, ahí por el 2008 pero
se acabó la historia....No hemos podido continuar con ese trabajo en esos barrios, y es una de las
grandes oportunidades que tiene el trabajo social para trabajar con colectivos de inmigrantes y en
general con esta diversidad pues es una oportunidad que estamos perdiendo… lo mismo con los del
tema de la utilización de los espacios públicos... en eso de todas maneras suspendemos totalmente”
(Oficina Técnica del Plan Norte- Sur. Ayuntamiento de Valencia)
El apartado anterior (3.I.5.) ya daba señas de la percepción que tienen los habitantes de Ruzafa, independientemente de su procedencia- acerca del papel del gobierno local. En este sentido, se
cuestiona el actuar del ayuntamiento en el tema de “la integración de los extranjeros”, pues opera
desde una lógica asistencialista no desde una “implicación real”, confirmando el diagnostico al
interior de la institucionalidad, de que en la práctica se aborda la realidad migratoria como un
problema de servicio social. Esta situación – al igual que una serie de asuntos propio de la
condición migrante como por ejemplo,
las trabas para conseguir la residencia- se asocia
justamente a una falta de voluntad política propia de los gobiernos de derecha en el poder, y su
escaso interés, - en Valencia y en la mayoría del globo- por destinar recursos a la inversión
pública, y al bienestar social.
“Somos los últimos que hemos entrado al tema de la ley integración de personas que vienen de
otros países y se plantea más desde un tema asistencia, de caridad y tal, no como una implicación
real, entonces yo creo que el ayuntamiento es contraproducente… a lo mejor existe en el papel,
pero no se ha hecho nada… Te voy a decir que en todos los años que llevo yo trabajando temas
interculturales en el barrio, que ya son casi 10, solo una vez vino una especie de Consellería de
Inmigración, pero venía un poco a intentar sumarse a un carro que estaba empezando a andar, en
lugar de ofrecer recursos y opciones ¿y de Plan y tal?.. Nada, cero... (Russafa Conviu)
Ante la escaza presencia de la administración local y la percepción de abandono respecto a la
misma,- en cuanto a la provisión de servicios
y en temas de convivencia en barrios
84
Desde el plano normativo, comprendida como interculturalismo, basado en los principios de igualdad, de
diferencia e de interacción positiva, necesarios para la “convivencia en la diversidad”, se distingue de la
Multiculturalidad,–Multiculturalismo desde lo normativo- sustentado en el “Reconocimiento de la diferencia”, a
partir de los principios de igualdad y diferencia. Si bien ambos conceptos provienen del Pluralismo Cultural,
son distintos en cuanto a la interacción que comportan. (Giménez, 2003:5)
77
multiculturales85-, algunas organizaciones de Ruzafa asumen este rol y vienen desde hace años
trabajando por bienestar de la población más vulnerable (muchas veces desde la autogestión y al
margen de la administración local) y generando instancias para mayores intercambios entre la
diversidad de grupos que cohabitan en el mismo. Si el cohabitar no implica necesariamente el
intercambio entre los distintos habitantes del barrio y los múltiples colectivos de extranjeros y el
“compartir” un mismo espacio, tampoco significa de por si un sentido reciproco de colaboración, la
responsabilidad de los agentes sociales – como la sociedad civil organizada - resulta primordial
para estimular estas instancias que no vienen otorgadas por defecto.
“Para empezar deberíamos primero tener esas voluntades de trabajar juntos pero con los de aquí y
los de fuera, deberíamos crear ese clima de acogida de igual a igual de respeto de verdad: “quiero
conocerte, háblame cómo eres o de dónde vienes” y realmente los colectivos que conviven con
nosotros aquí lo que les falta asumir que es su realidad por el tiempo que estén. ( Russafa Conviu)
85
Desde las primeras manifestaciones vecinales del 2002, se responsabilizaba al Ayuntamiento de Valencia y
a la Generalitat valenciana por la degradación de la calidad de vida de los y las ruzafinos/as, y así también se
les exigía en ese entonces, la colaboración en la creación de un “Plan de Intervención Integral en el Barrio
Ruzafa”. ( Torres, 2007:316)
78
3. II.-Segunda Parte: Invisibilización del sujeto migrante en el Barrio
Esmeralda del Centro Histórico de Santiago
3. II.1.- Migración Sur –Sur en Chile, la Región Metropolitana y Santiago
En términos generales el porcentaje de población migrante, respecto al total de la población en el
caso de Chile, es más bien bajo en comparación con otros países como Estados Unidos o España
que son destino común de migrantes, superando escasamente el 2% (352.344 personas
extranjeras) 86. En la Región Metropolitana (RM) se concentra la mayor proporción de extranjeros
61,2%, principalmente por la centralización económica y político-administrativa, le siguen muy por
atrás la Región de Valparaíso (8,6%) las regiones de Antofagasta, Tarapacá y Arica, en el norte
(14,99%) y al sur, Biobío y la Región de Los Lagos (7,38%), mientras que el 8% restante se
distribuye entre el resto de las regiones del país. (OIM, 2011) (Ver Anexo Nº14)
Se trata de migración predominantemente laboral87 proveniente de países de América del sur; Perú
(37,1%), Argentina (17,2%), Bolivia (6,8%), Ecuador (5,4%) y Colombia (3,7%), proliferando en
mayor medida desde el 2000 los flujos de migrantes andinos 88.En comparación con los datos
arrojados por el censo realizado el 1992 (con aproximadamente 185.000 personas extranjeras),
se observa un aumento de población migrante del 72%, siendo los peruanos, ecuatorianos,
colombianos y en menor medida bolivianos, los que mostraron un mayor crecimiento intercensal
en el periodo (Martínez, 2011:28). El siguiente Gráfico Nº3, da cuenta del porcentaje de
crecimiento de la población migrante en Chile, para el periodo 2002-2009, según país de origen
predominantes. Llama la atención la baja en cuanto al porcentaje de argentinos en el país, en
contraste con el notable aumento de colombianos.
86
Estimaciones realizadas en el 2009 por la sección de Estudios del Departamento de Extranjería y Migración
(DEM) del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile, en base al Censo 2002.
87
Este hecho se confirma en función del alto nivel de empleabilidad para la población migrante en su mayoría
en edad activa. La tasa de ocupación para la población migrante al 2009, era de 62%, ante 50% de la
población autóctona. En base a los datos de la Encuesta de hogares 2009 (OIM, 2011:48)
88
De la Comunidad Andina CAN, integrado por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
79
Gráfico Nº3: Estimación del porcentaje de crecimiento de los grupos migratorios en Chile
entre 2002 y 200
Fuente: INE-Chile 2002, Registros de Permisos de Residencia otorgados en Chile, 2009 (DEM).
En Martínez (2011). Elaboración Propia
En relación a la Región Metropolitana, los nacidos en el extranjero se representan un 2,14%
(143.253) respecto del total de población Región (6.682.342). La migración peruana se concentra
principalmente en la RM, con un 77,9%, seguida por la ecuatoriana 67,9%. Más del 40% del total
de migrantes en la RM proviene de países miembros del CAN, con una población aproximada de
58.392 (CASEN, 2009), tal como se puede ver en la Tabla Nº2.
Tabla Nº2: Representatividad de Migrantes Andinos en la RM (2009).
REGION METROPOLITANA /CHILE
2009
% Respecto
del total
Inmigrantes
RM
% Respecto
del total
Inmigrantes
CAN/RM
40.266
28,1
69,0
BOLIVIA
6.830
4,8
11,7
COLOMBIA
6.221
4,3
10,7
ECUADOR
5.075
3,5
8,7
58.392
40,8
100,0
143.253
100,0
PAIS DE ORIGEN
PERU
TOTAL INMIGRANTES CAN RM
TOTAL INMIGRANTES RM
Fuente Encuesta Casen 2009, Ministerio de Planificación, MIDEPLAN. Elaboración Propia
80
Al comparar los antecedentes de la Encuesta CASEN para los años 2006 y 2009, referidos a la
RM, surgen datos relevantes acerca del porcentaje de crecimiento de los migrantes provenientes
de países andinos, pues presenta diferencias al observar su distribución interna. Al igual que lo
ocurrido a nivel nacional la migración peruana si bien es la más predominante, ha aumentado su
representatividad en la región escasamente en un 15,3%, en comparación con la población de
bolivianos que se ha incrementado, en un 417%, los colombianos en un 107% y los ecuatorianos
un 103%, al 2009. Estos datos permiten evidenciar, además del acelerado crecimiento de la
población de migrantes andinos en la Región, una mayor heterogeneidad en la conformación
interna del flujo migratorio y las dinámicas migratorias a nivel regional.
Una situación similar se observa en el caso de la comuna de Santiago, donde el flujo de migrantes
andinos se ha incrementado en un 40% de acuerdo a los datos arrojados por la Encuesta CASEN
2006 y 2009. (MIDEPLAN, 2009). El Gráfico Nº4, elaborado en función de los datos arrojados por
el último Censo (2012) estima que la población migrante en la comuna de Santiago alcanza un
12,44% (38.737 89), respecto del total de la población estimada de 311.415 personas, siendo la
migración peruana (17,23%), la que tiene mayor presencia respecto al total de inmigrantes.
Gráfico Nº4: Estimación de extranjeros en la Comuna de Santiago
Fuente: “Cifras y rostros de la migración” Ciudadano Global: Servicio Jesuita a Migrantes y
Refugiados. Elaborado en base al Censo, 2012.
89
Dato relativo a cifras oficiales que no consideran el número de migrantes en condiciones de irregularidad.
81
A diferencia de lo presentado en el Gráfico Nº4 en relación a los datos censales (2012), el
Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago (2012) estima un total de 57.195 migrantes 90
en la comuna, en base a información extra oficial, obtenida a partir de los registros de los servicios
de Salud y Educación.
3. II.2.- Antecedentes del Barrio Esmeralda y el Centro Histórico
Los “centros históricos” para el caso de las principales ciudades latinoamericanas, son concebidos
como lugares de encuentro y contraste de personas, prácticas, símbolos e imágenes, espacios
donde entran en escena diferentes y contrapuestos imaginarios sobre el presente y el pasado
(Hiernaux, Lindón, Aguilar, 2006). El doble significado del Centro, relacionado con lo espacial y lo
temporal, recae en su condición de centralidad física pero también simbólica respecto de la ciudad.
Es ahí donde, a lo largo del tiempo, se ha concentrado tanto el poder económico y político como el
religioso, donde, además de haber ocurrido hechos históricos relevantes en el pasado, opera una
lógica de lo funcional constitutiva del presente. De aquí que el hecho de establecerse en el centro
de la ciudad misma o en sus alrededores -ya sea mediante la residencia o por trabajo- además de
los reportes funcionales, constituye un valor simbólico relativo al posicionamiento en las cercanías
del poder.
Algo propio de las ciudades del centro tiene relación además con su carácter mixto, debido a la
diversidad de público y uso: residencial pero también comercial, sus áreas verdes y espacios
públicos, la población que ahí habita y/o transita normalmente y también al hecho de “no estar
exento ni de confrontación ni de conflicto”. En este tipo de espacio urbano se acrecientan las
formas de coexistencia en la distancia donde cada actor tiene tiempos y lugares de apropiación
legítima (Remy & Voyé, 2006, en Matus: 2010:66).
Hacia fines de los años ’80, y comienzos de los ’90, la comuna de Santiago 91 encuentra su punto
más álgido de pérdida de población 92, quedando de manifiesto, las consecuencias
de haber
privilegiado el uso del territorio para fines comerciales, industriales y de servicio, por sobre la
vigencia de éste como área residencial (Rojas, 2004). A partir de esta misma época, se inician una
90
El cálculo deducido -que difiere del estimado en 38.737 migrantes (Censo, 2012) -es el resultado de tres
veces el total de población migrante registrada en las bases de datos de la salud y educación de la
Municipalidad de Santiago, a fin de considerar a la población migrante en condiciones administrativas
irregulares. ( Programa Migrante, 2012)
91
Ver Anexo Nº17, del Plano de las comunas que integran el Gran Santiago
92
En esta fecha se estima un total de 230.000 residentes en la Comuna de Santiago, específicamente en el
centro histórico, muy por debajo de los 600.000 registrados en la década de los ’40. (Torres y Coquimbo,
2007:122). Esto sumado al déficit en construcción, que se venía arrastrando desde 1980 “donde no alcanzó a
representar más del 1,5% del número de unidades residenciales en la Región Metropolitana” (pp.166)
incrementa aún más el despoblamiento de la comuna.
82
serie de movimientos que buscan “revitalizar el centro histórico de Santiago” producto del
denominado “vaciamiento” (Torres y Coquimbo, 2007). Este contexto fue propicio para impulsar un
Programa de Repoblamiento habitacional que “orientado a promover los barrios antiguos del centro
como lugares de interés residencial,” (Rojas, 2004:166), estuviese en la línea de aumentar la
calidad de vida e integración al desarrollo de sus habitantes, aspirando a mejoras en el espacio
público, la recuperación medioambiental, la seguridad ciudadana, y la valorización del patrimonio
urbano y arquitectónico. (Colectivo Plaza Corregidor, 2011)
La atracción de parte importante del mercado inmobiliario hacia el área central, se logra gracias a
una estrategia que “liberaliza las alturas de edificación”, y la llegada de nuevos habitantes a la
comuna se consigue entre otras cosas, mediante los incentivos del Programa de Subsidios
Habitacionales del Gobierno nacional (Subsidios entre US$5.400 y US$6.000 para compras en
viviendas nuevas o refaccionadas). Paralelamente surge la idea de construir una imagen urbana
vinculada no solo a los aspectos funcionales de la ciudad, sino también a la valoración de aspectos
sociales, arquitectónicos e históricos, generándose un proceso de “patrimonialización” del centro
de Santiago. Esto determina un cambio en la concepción de los espacios, y en la forma de
abordarlos, pues lo que antes era considerado “viejo”, se transforma en algo histórico, identitario y
constitutivo de la sociedad y su ciudad 93.
Todo esto sumado a las múltiples ventajas de localización y servicios que ofrecía el área central de
Santiago -en algo más de diez años- logran cambiar la imagen urbana, transformándola en una
zona atractiva para la clase media, con alrededor de 21.000 nuevas viviendas construidas, y una
demanda habitacional estable (Rojas, 2004). Hecho que va provocando un masivo interés por
residir e invertir en este sector, acompañado del arribo de población joven, con tendencia de
transformar los barrios y revalorizar aquellas “zonas más ruinosas y desprestigiadas de Santiago”.
De forma paralela, comienza a asentarse población migrante en el centro de la ciudad, con mayor
regularidad, desde inicios del año 2000- gracias entre otras cosas a la buena ubicación y
conectividad del mismo, y al arriendo de viviendas antiguas y amplias a bajo coste. Si bien, al
principio la migración era esencialmente de peruana, con los años esta tendencia ha variado en
cuanto a la diversificación de origen de los migrantes, entre ellos: colombianos, dominicanos
argentinos, chinos, ecuatorianos, entre otros (Ver Gráfico Nº4)
93
La construcción de estacionamientos subterráneos, y el Paseo del Mercado, -en el área comercial contigua
a Esmeralda el 2004 -, y más tarde la remodelación de las calles San Antonio, Miraflores y Esmeralda, -el
2008- sumado a la restauración del adoquín y las fachadas de algunas casas históricas, de la Posada de
Corregidor y la Plaza de mismo nombre, son algunos de los cambios que trajo consigo el antes mencionado
auge inmobiliario y la “re-valorización”del centro de la ciudad.
83
A nivel comunal se identifican tres flujos migratorios provenientes de: América del Sur -Perú,
Argentina, Colombia, Ecuador, y Bolivia- del resto de países de América Latina -más recientemente
de Haití y República Dominicana- y de países del Norte –España- (Programa Migrante, 2012).Cabe
señalar que existen notables diferencias entre estos tres flujos, mientras los migrantes del norte se
enfrentan a situaciones más favorables,- deseados-, los migrantes del sur,
se encuentran en
circunstancias más vulnerables producto de la condición propia del sujeto migrante- indeseado- las
precarias condiciones laborales94 asociadas dificultades para conseguir un contrato de empleo
(necesario para acceder a la visa temporal de residencia), la situación de irregularidad propia de
esta consecuencia y algunas relativas al idioma para los haitianos, actitudes xenófobas y racistas
por parte de la población autóctona, entre otras.
El sector céntrico va adquiriendo tintes de “ciudad moderna”, del “espacio bi-funcional” ampliamente trabajado por la Escuela de Chicago- debido a que en él coexiste lo comercial con lo
residencial, pero también lo diverso. Lentamente -y siguiendo a Jacobs (1973)-, se va abriendo
paso a la relación entre la “valoración del centro” y la “diversidad cultural”, en la cual se releva el
“espíritu de vida urbana”, del antiguo centro de la ciudad, como espacio de interacción y contacto
entre diferentes habitantes (Jacobs, 1973 en Matus, 2010:55).
3. II.2.1.- Espacios de Centralidad Migrante
En el Centro Histórico de Santiago, existen determinadas calles que se han constituido como
espacios de referencia para la población migrante, entendidos como Centralidad migrante. A
diferencia de lo ocurrido Ruzafa y en otros barrios españoles como Lavapiés en Madrid y el Raval
en Barcelona, donde la Centralidad migrante tiene lugar en el ámbito del barrio, producto de las
características antes enunciadas, en el caso del Centro de Santiago, se trata más bien de calles y
sectores reducidos, como micro-localidades de “sociabilidad inmigrante concentrada” de carácter
más incipiente.
En el sector de Calle Catedral, al costado de Plaza de Armas y en las inmediaciones del Mercado
Central, del sector Mapocho (Ver Anexo Nº15), es posible observar cómo determinadas formas de
apropiación del espacio público, como lugar practicado principalmente por migración peruana,
articulada en función de un eje comercial van transformando parte del paisaje urbano en sectores
que podrían identificarse como de Centralidad migrante. En palabras de Garcés (2011).
94
A diferencia de la población local, los trabajos realizados por los extranjeros, se caracterizan por presentar
mayores precariedades debido a: la ausencia de contrato y tipo (de existir generalmente es a plazos), al
carácter temporal de los mismos. Se emplean generalmente en trabajos que requieren un menor nivel de
calificación, más inestables, con remuneraciones menores, con excepción del área de Salud (OIM, 2011)
84
“las formaciones comerciales de la migración peruana en Santiago forman parte de la construcción
de un espacio público de la migración, un marco de visibilidad para la heterogeneidad propia de lo
urbano, y en esa línea podemos interpretarlas como una estrategia más de apropiación de la ciudad
a partir de la experiencia migrante peruana, que aglutina una diversidad de otras dimensiones que
por supuesto exceden la hermeticidad comunitaria-espacial que la noción de enclave conlleva”
(Garcés, 2011:13)
Tal es el caso de la calle Catedral llamada popularmente “Pequeña Lima” (Ver Imagen Nº5), debido
a que este es uno de los puntos más representativos de concentración migrante-peruana en la
comuna.
Imagen Nº5: “Pequeña Lima”
Calle Catedral a un costado de la Plaza de Armas. Centro histórico de Santiago.
Fuente: http://cronicas-de-la-calle.blogspot.com/2010/04/la-pequena-lima-en-santiago.html
Algunos locales comerciales del entorno y otros ubicados al interior de la “renovada” Galería
Bandera en la misma calle, ofrecen servicios especializados en comunicaciones internacionales y
diversos productos de consumo, propios del país de origen: restaurantes de comida típica –
principalmente colombiana y peruana- agencias de viaje, centros de llamado e internet, envío de
dinero y encomiendas, entre otros. Estas formas de apropiación económicas, pero también
sociales del espacio público y privado de uso público (semipúblicos), le otorgan un carácter de
centralidad migrante, pues al sector acude regularmente población migrante de distintas
procedencias y localidades, atraída por la variada oferta de servicios ahí concentrada, y
principalmente por la posibilidad de conseguir trabajos temporales y contactos. Tal como se recoge
en la siguiente cita:
85
“¡La Plaza de Armas es de los peruanos ya vamos a estar en guerra con los dominicanos y los
colombianos! Colombia con Ecuador y Perú se van a quedar con la Plaza de Armas!...Cuando pasan
la mayoría de los chilenos, “estamos en Perú” dicen y bueno de broma yo digo: “Bienvenidos a Perú”,
pero como echando broma… mayormente hay personas buscan trabajo, hay trabajos por horas,
entonces les conviene mayormente a los hombres trabajar por horas, por eso se ve gente ahí”
(Migrante Peruana)
Recordemos, que la figura del Centro recae en su condición de centralidad física pero también
simbólica respecto de la ciudad, pues es ahí donde se ha concentrado tanto el poder económico,
como el político y religioso. Las formas de apropiación de la población migrante en este espacio
público, denominado “Pequeña Lima” no está exenta de conflictos y tensiones, provocadas por su
posicionamiento en las cercanías del poder y la “toma” de uno de los lugares más simbólicos de la
historia republicana del país.
Asimismo, en el perímetro que circunda al mencionado Mercado Central, -eje comercial por
excelencia- se observa un gran número de restaurantes, tiendas de alimentos y productos típicos
extranjeros, predominando el comercio peruano. Actualmente en el centro histórico de Santiago es
posible constatar la coexistencia de dos procesos simultáneos gentrificación95 y asentamientos
migratorios. Al respecto, algunos estudios referidos al caso español han venido abordando la
temática en barrios donde confluyen ambos fenómenos, tal es el caso de Ruzafa en Valencia y el
Raval en Barcelona. En este último, ubicado en el centro histórico de Barcelona, las evidencias no
descartan la posibilidad de una futura convivencia entre ambos actores y procesos, sin embargo en
la actualidad predominaría una civilidad distante (Sargatel, 2001), similar a la Copresencia
residencial identificada por Torres (2006) en el caso valenciano. En ambos casos no habría mayor
confluencia e interacción entre los actores.
El comprender la incorporación espacial de los migrantes, a partir de sus formas de apropiación del
espacio público, implica asociarla a su participación en la producción misma del espacio local.
Primero como acción de transformación espacial- conquista- por parte de la población migrante en
el ámbito local; segundo, como la creación de espacios con significación o la identificación con el
lugar preexistente, reconocida o matizada en la interacción con el colectivo referente (Pol,
1996:51). De aquí que la figura de alteridad sea constitutiva de la apropiación en su devenir social,
pues “los seres humanos construyen su realidad a partir de la significación que otorgan a la
experiencia social” (Goffman, 1993),
95
Al igual que lo ocurrido en Barcelona, en Santiago se trataría solo de un ajuste parcial al concepto de
“gentrificación”, pues es parte de las clases medias y no altas, las que se instalan en el centro de la ciudad
(Sargatel, 2001). Similar a lo ocurrido en Ruzafa, se trata principalmente de jóvenes treintañeros (en proceso
de alcanzar una estabilidad laboral).
86
Anclado en este territorio antiguo y patrimonial, surge el nuevo Barrio Esmeralda 96 (Ver Imagen
Nº6) pasadizo obligado entre Mapocho y Bellas Artes, que aún conserva la heterogeneidad más
propia del sector, y la refleja en sus habitantes, los usos comerciales y los espacios públicos. La
diversidad, como un rasgo característico de Esmeralda y sus alrededores, se remonta a sus
orígenes cuando denominada “Calle de las ramadas97” solía albergar sitios impregnados de un
ambiente carnavalesco donde, parafraseando a Salazar (2003), se tejía “en plano de igualdad y
con humor festivo, la cultura popular chilena y la identidad histórica del bajo pueblo”. (Salazar, 2003
en Colectivo Plaza Corregidor, 2011:27).
Imagen Nº6: Barrios de la comuna de Santiago y Detalle del Barrio Esmeralda
Fuente: Municipalidad de Santiago. Elaboración Propia
El Barrio Esmeralda es un micro-barrio emplazado entre cuatro o cinco calles del Centro Histórico
de Santiago, es definido por sus habitantes como dentro y fuera del mismo, pues por un lado
conserva elementos arquitectónicos, estéticos y comerciales característicos sector céntrico de la
ciudad, y por otro, se distingue del mismo debido su carácter más residencial y a las dinámicas
sociales que tienen lugar en el Barrio. El entorno próximo de Esmeralda, está conformado por
diversas áreas de influencia: calles y espacios con marcada trayectoria comercial; como San
Antonio y el Mercado Central, espacios públicos constitutivos de la sociedad chilena; como la Plaza
96
Nombre de fantasía, reconocido por la misma gente que vive y le da vida al barrio.
En las primeras décadas del siglo XVII, se denominaba ramadas (o “enramadas”) a los precarios
establecimientos de música, comida y licor que aparecían levantados en los sectores rurales, generalmente
de carácter provisorio determinado por el tránsito de las fiestas. (http://urbatorium.blogspot.com/)
97
87
de Armas, áreas verdes y monumentos históricos; como el Parque Forestal y el Museo de Bellas
Artes.
La documentación histórica además confirma la figura de Esmeralda como un pasadizo, como un
espacio intermedio que “conecta” -de norte a sur- la zona más popular de la Chimba con el corazón
de la ciudad y–de oeste a este- lo más tradicional del centro histórico de Santiago: el Mercado
Central en Mapocho, con las recientes y modernas ocupaciones del espacio, del Barrio Lastarria y
Bellas Artes. Como se afirma en el apartado histórico del informe elaborado por el Colectivo Plaza
Corregidor (2011): “la Calle Esmeralda” no ha escapado a la realidad del centro de Santiago, sino
más bien “por décadas ha sido parte de un ambiente heterogéneo y, de enorme importancia para el
encuentro con capacidad de acoger diferencias” (ibíd.).
Desde el 2008, Esmeralda, se vuelve más atractiva, tanto para los antiguos habitantes, como para
los nuevos, que al igual que los empresarios del rubro hotelero, alimentación y turismo, llegan al
barrio atraídos por la belleza patrimonial, la ubicación, y el nuevo aire del sector. (Colectivo Plaza
Corregidor, 2011:10). Más tarde, un grupo de vecinos pone en marcha una serie de dinámicas
económicas y socio-culturales, para la “promoción, conservación y revitalización del barrio” a través
de estrategias orientadas a; preservar y difundir el valor del patrimonio histórico- arquitectónico98,
cambiar el uso y/o giro comercial de algunos de los inmuebles con el propósito de erradicar “malas
prácticas” – referidas al comercio sexual practicado en algunos de estos- e incrementar el nuevo
tipo de comercio principalmente relacionado con el diseño independiente. En este contexto, la
plaza comienza a ser intervenida por una serie actividades culturales con énfasis en la
recuperación de los espacios públicos, el intercambio entre vecinos y la organización social 99, (Ver
Imagen Nº7)
98
A raíz de la investigación realizada para la Declaratoria de Esmeralda como Zona Típica, se descubrió que
el sector cuenta inmuebles de orden histórico y arquitectónico de relevancia, anteriores al nacimiento del
Parque Forestal .Con un perfil más bien ecléctico y un conjunto de viviendas construidas entre 1920 y 1930,
reúne múltiples estilos arquitectónicos, concentrados en dos de las tres cuadras que la conforman.
99
Ver: http://www.cchc.cl/publicacion/revista-en-concreto-n104/
88
Imagen Nº7: Plaza del Corregidor Zañartu. Barrio Esmeralda
Elaboración Propia. Fuente: http://www.plazacorregidor.com/
Podríamos decir que desde ese entonces aparecen los dos imaginarios urbanos propios de los
centros históricos latinoamericanos descritos por Hiernaux (2006); el patrimonialista y el
posmoderno. Por un lado, la visión más patrimonialista, que se basa en la conservación de las
manifestaciones materiales de las culturas del pasado como premisa fundamental para
la
producción actual de las identidades, y las formas de cohesión social” (Hiernaux, 2006:33). Por
otro, la visión más posmoderna relacionada con la idea de una modernidad acelerada donde “el
espacio se vuelve solo genérico pues pierde su sentido de lugar”, con la premisa de “transformar y
reutilizar para aumentar el consumo”. (Matus, 2010). Ambas practicas – patrimonialista y
posmoderna- orientadas a “recuperar” los centros históricos -como una estrategia y disposición
ante la pérdida de lo urbano-, (Carrión, 2006; Matus, 2010) tienen cabida en el céntrico Barrio
Esmeralda.
La re-valorización y la diversidad propias del centro histórico de la ciudad de Santiago, se ve
reflejada en el comercio y población del Barrio Esmeralda. Además de los vecinos de toda la vida,
en el coexisten los antiguos locatarios y los recién llegados; principalmente jóvenes profesionales
89
dedicados al diseño 100, -gentrificadores, y patrimonialistas-. A este
se suma la
llegada de
población migrante en su mayoría del Perú, que han instalado algunos locales de comercio étnico
(restaurantes de comida típica, tiendas de artesanía, medicina natural, y migrante) y comercio
migrante (abastecimiento de alimentos, peluquerías y centros de llamados e internet101).
3. II.3.- Migración en Esmeralda
3. II. 3.1.-Formas de habitar la vivienda migrante
En Esmeralda reside principalmente migración peruana y, en menor proporción, colombianos y
dominicanos. Se trata en general de hombres y mujeres, sin formación técnica ni universitaria, que
realizan trabajos -por fuera del barrio- que requieren baja calificación. Algunos son empleados de
manera permanente, mientras que otros de forma temporal y ocasional; estos últimos más propios
de la autogestión de los mismos.
Al igual que lo ocurrido en el sector de Mapocho, en este sector céntrico de Santiago es posible
ubicar a parte de la población migrante en inmuebles de conservación histórica (Ver anexo Nº16),
confluyendo las categorías de “lo antiguo y lo nuevo”, “lo propio y lo ajeno”. De acuerdo a las
indagaciones, se distinguen formas de habitar la vivienda migrante, en estrecha relación con los
años en el barrio y sector; las condiciones de empleabilidad, la procedencia de la población
extranjera y el perfil (familiar/ individual).
La primera referida a formas colectivas de habitar, se da en el uso compartido de pequeños
departamentos en modernas edificaciones (colombianos) y así también en el subarriendo de
habitaciones en inmuebles antiguos y de carácter patrimonial (peruanos y dominicanos). Estos
últimos son habitados en condiciones de hacinamiento, en medio del deterioro estructural y la
precariedad en cuanto a sus instalaciones eléctricas y sanitarias. En términos generales, se trata
de población relativamente nueva (1 a 3 años), e inestable laboralmente, producto entre otras de
su llegada reciente y sus condición administrativa de irregularidad o en proceso de regularización.
Según lo expresado, al interior de estos espacios privados, como ocurre en las viviendas del
100
El nombre “Barrio Esmeralda” surge mediante un proceso de intervención barrial de actores que apuestan
en primera instancia por invertir en la zona: mediante el comercio enfocado al diseño de vestuario, la cultura y
expresión artística en el espacio público del mismo. Se instala el Café Boa (2007); una especie de laboratorio
artístico, seguido por la refacción y adaptación de antiguas viviendas de carácter patrimonial Casona de Barrio
& Diseño,(2010), para consolidar más tarde, el circuito del diseño independiente con la recientemente
inaugurada, Casa Esmeralda (2012). En un segundo momento, esta intervención adquiere un carácter
comunitario pues involucra al tejido asociativo del barrio.
101
Conocidos como locutorios para el caso español.
90
Pasaje Colonial 102, opera una modalidad más colectiva del habitar, con mayores instancias para el
intercambio y el conflicto, asociadas a la cotidianidad propia de este vivir en espacios reducidos.
La segunda forma del habitar la vivienda migrante, tiene relación con un uso más reducido o
nuclear de la misma. Se trata de inmuebles similares a los anteriores pero en mejores condiciones,
habitados por migración carácter familiar (peruana), de mayor antigüedad en el sector (entre 5 y 10
años), y en mejor situación económica y laboral –de mayores permanencia pero informales-,
dedicados a trabajos por fuera de la casa. A diferencia de lo anterior, aquí no hay mayores
instancias para el encuentro entre residentes, no hay tiempo para el intercambio con los vecinos y
más bien se vive puertas adentro. La siguiente cita refleja la diferencia entre ambas modalidades
en el habitar, así también deja en evidencia su relativa tendencia al ámbito privado, por sobre lo
público, que se abordara en mayor profundidad en el apartado 3. II.4.
“Todos están con sus puertas cerradas, para que vamos a venir con otra cosa, cuando una persona
vive en casas donde arriendan piezas a hartos inmigrantes, ahí ellos tienen más comunicación, en
cambio nosotros no, yo tengo otro modo de vida, tengo mi departamento, vivo con mi pareja y mis
dos hijos, no vivo con otras personas más… pero si tú vas a otro lado por ejemplo donde vive la
señora, tienen hartas amigas, de repente yo le saludo “hola vecina “y “¿cómo le fue?” y “¿cómo
está?”. ¿Me entiende? pero acá no, porque acá todos trabajamos y cada quien vive en su casa.
(Migrante Peruana)
3. II.3.2.- Atributos de la población migrante
Se reconocen aspectos propios de la población migrante,- peruana-, construidas por oposición a la
población autóctona; diferencias culturales y sociales, desde el ámbito más laboral al familiar, que
los van configurando en relación a su propia condición de migrante y los distinguen tanto de sus
pares en origen, como de la población autóctona en destino.
De esta manera, al interior del grupo de discusión se autodefine al “peruano” como tímido, apegado
a sus tradiciones y dedicado al trabajo en cuanto a experticia y tiempo. El apego a las costumbres,
y la dedicación en la preparación de la comida -para el caso del migrante-, prevalece como un
componente de identidad cultural transnacional, que a pesar de la falta de tiempo, se convierte en
un elemento distintivo respecto a la cultura local 103.
“Para mí los chilenos, de repente tienen mucha personalidad para conversar, no tienen miedo a las
cosas. Nosotros los peruanos somos la mayoría más cohibidos, más tímidos, tienen que conocerte
102
En los 90 se arrendaba habitaciones por horas a mujeres que ejercían el comercio sexual en el sector,
debido a esta práctica los clausuran. Luego, por los 2000, se arriendan habitaciones a estudiantes y más tarde
–desde 2005 aproximadamente- a migrantes peruanos y dominicanos – entre 2009 y 2012-. Al 2012 la
población que habitaba el pasaje era casi exclusivamente extranjera (dominicanos), hasta la venta de los dos
inmuebles hoy destinados a un proyecto de educación superior.
103
Se reconoce el rol femenino dentro de los hogares, evidenciado principalmente en las preparaciones de
comida como relación de afecto y preocupación con sus familias. La cultura culinaria peruana, como elemento
distintivo muy valorado.
91
un poquito más para que se suelte, en cambio el chileno no, el chileno va y … ¿cómo estay, cómo te
va?...”( Migrante peruana)
La necesidad de obtener y conservar un trabajo en destino, en la mayoría de los casos, única
fuente de ingreso familiar, posibilita el abastecimiento de las necesidades básicas en destino y el
envío de remesas al país de origen, sin embargo se transforma en un elemento de
subordinación 104 reconocido en la condición misma del migrante respecto de la sociedad receptora.
Para el caso más específico de las mujeres el trabajo adquiere una valoración diferente, pues se
convierte además en la posibilidad de autonomía, respeto e igualdad, esta vez al interior del mismo
colectivo peruano, y no necesariamente en el ámbito de la sociedad. La emancipación de la mujer
peruana, y su salida de la condición de sumisión -más propia del lugar de origen105-, se genera en
parte por la independencia y empoderamiento que le retribuye la actividad laboral por fuera del
hogar y el poder adquisitivo. Tal y como lo afirma una de las entrevistadas:
“Ahora la mujer chilena quiere ser igual que el hombre, o sea tampoco se quiere quedar atrás. Lo que
pasa es que la mujer peruana es un poco a la antigua, pero la gente que están acá ya no lo es tanto
(…) Eso es lo que me gustó a mí de Chile, el derecho de la mujer, que nosotras tenemos que ser
iguales que los hombres, porque la mujer es independiente en un trabajo, ya no está a la disposición
del hombre” (Migrante Peruana)
Desde la teoría relativa a campos migratorios transnacionales la inserción de la mujer migrante al
mercado de trabajo en las sociedades de destino, confirma la existencia ocasional de un
“feminismo difuso” (Suarez, 2012) que se relaciona más bien con una “estrategia de emancipación”
que se esconde tras el proyecto de vida de la migrante laboral. Una visión de género a interior del
campo migratorio transnacional. El proceder de los y las migrantes, así como sus concepciones
propias de origen no son estáticas; van cambiando por efecto de la imbricación con el lugar de
destino y sus prácticas; la emancipación de la mujer migrante, y la valoración positiva al interior del
mismo grupo, es un ejemplo de este hecho. Tal como lo confirma uno de los asistentes al grupo de
discusión:
“Yo soy del campo, vengo de la agricultura al menos en mi sitio no se escuchaba que la mujer
trabajara señorita, nosotros hemos aprendido mucho al salir de nuestro sitio, tanto hombres como
mujeres, porque ahora que estamos acá, la mujer es independiente y por eso nosotros cada día
aprendemos” (Migrante Peruano).
104
Relacionada, con la condición de precariedad laboral, el no disponer de un contrato, ni de las horas libres
correspondientes, la no defensa de sus derechos, o el hecho de acallar sin reclamar, por temor a la perdida
de este ingreso económico.
105
Vinculada a una visión más conservadora y machista respecto al rol de la mujer en la sociedad,
generalmente relegada al ámbito de lo privado, a tareas domésticas y de cuidado, económicamente
dependiente de su pareja, con mayor frecuencia en las zonas rurales.
92
3. II.4.- Formas de apropiación del espacio público de la población migrante
en Esmeralda
A diferencia de lo ocurrido en otros sectores del centro histórico, en Barrio Esmeralda (Ver Anexo
Nº17) no se observa una concentración de población extranjera, tal y como se puede apreciar en
el sector de Mapocho, el Mercado Central, o Plaza de Armas y sus calles cercanas como: Catedral,
o San Antonio entre Santo Domingo y Monjitas106. Su presencia en el barrio, no necesariamente
estaría referida a una apropiación del espacio público, entendida de acuerdo a las acepciones del
termino especificadas con antelación, pues en términos facticos, no involucra una acción de
trasformación y mucho menos su participación en la producción misma del espacio local. La
población extranjera de Esmeralda, parece transitar entre la dualidad visibilidad/invisibilidad
(Monnet, 2000), debido al escaso uso de los espacios públicos del mismo, al vivir a puertas
cerradas y a la utilización más residencial del barrio, como “dormitorio”. En palabras de Lizama
(2007)
“El convivir en la ciudad implica necesariamente “interactuar en la relatividad de los espacios
públicos”, la calle “es el espacio público por excelencia, por el cual se camina, se pasea o se circula
(…) ahí donde el transeúnte es “indiferentemente igual a todos los demás” (Lizama, 2007:36).
El interactuar con la ciudad, por efecto de su ocupación y transitar cotidiano, y con el otro en el
espacio público, contribuye a generar lazos. Independientemente de la densidad y perdurabilidad
de estos, la no utilización del espacio, y el relegar el cuerpo y sus prácticas, al ámbito puramente
privado, incide en las formas de apropiación del mismo y en su posible devenir como sentido de
pertenencia con el lugar habitado. En palabras de Segovia (2007) “la relación que se establece
con el espacio público puede ser un factor importante en los procesos de integración y convivencia
social y de formación de identidad en el seno de la sociedad urbana” (Segovia, 2007:9). De aquí
que en lugar de hablar de formas de apropiación del espacio público- en atención a las
conceptualizaciones más arriba-
podríamos hablar de determinadas “formas de estar de los
migrantes” en el caso de Esmeralda, contrarias a la figura de la “apropiación como dominio de una
aptitud, como un proceso dinámico de interacción del individuo con su medio externo” (Pol, 1996)
En relación a la identificación subjetiva de los límites del barrio, por parte de la población migrante
en Barrio Esmerada, existe cierta discordancia respecto a lo mencionado por la población
autóctona que puede responder al uso y tránsito por el mismo. Los participantes del grupo de
discusión de migrantes identifican al barrio dentro de un perímetro bastante pequeño 107. Para la
106
Sector conocido por el ejercicio del comercio sexual durante todo el día, por parte de mujeres chilenas y
en su mayoría migrantes provenientes principalmente de República Dominicana y Colombia.
107
En relación al barrio reconocen como límites entre la calle Miraflores y San Antonio, éste último como
frontera por su carácter comercial.
93
gran mayoría de los habitantes autóctonos, estos límites se ensanchan y vuelven más difusos,principalmente para los vecinos de toda una vida en el barrio- . Esto a pesar de que –como señalo
con anterioridad- el Barrio Esmeralda no comprendería más de cinco calles, según la
denominación extraoficial del mismo 108. La delimitación subjetiva de Esmeralda tiene estrecha
relación con la concepción que se tiene del mismo, en oposición a otros sectores aledaños:
“Paseo Puente lamentablemente, -eso ya es una parte comercial-, se separa automáticamente con
nosotros que somos netamente residenciales, si bien tenemos un lado comercial, pero no es el
mismo rubro que ellos y se va enfocando directamente o a comida rápida, cosas al paso, este lado
no po, este lado es mas de café, de convivencia con los vecinos y eso hace que se haga la
separación en forma automática” (Vecino autóctono)
Se distingue el Barrio Esmeralda del sector más antiguo del centro histórico, Mapocho y Calle
Puente. Entre los elementos que justifican esta delimitación casi natural, es el carácter más
residencial de Esmeralda, el tipo de rubro comercial que éste ha adquirido (café, tiendas de diseño,
entre otras), y la convivencia con los vecinos, todos elementos que lo distinguen y separan “en
forma automática” de otros sectores.
Recordemos que la comprensión de barrio considerada para efectos de esta investigación
responde a “un espacio que habitualmente se define y al que se le da un nombre”, como
comunidades vecinales que
existen en las mentes de sus habitantes que a menudo son
compartidas y coincidentes en relación a sus fronteras y sus características (Lynch, 1985). Por esta
razón e independientemente la proximidad espacial de los sectores aledaños de centralidad
migrante; La Plaza de Armas y el Mercado Central, ubicadas a cuatro
Esmeralda; estos espacios no son reconocidos
por
o cinco
cuadras de
sus habitantes como “parte del barrio”,
quienes lo definen en función del carácter más residencial del mismo.
3. II.4.1.- Apropiación Económica
En algunos de los locales de comercio étnico y comercio migrante dispuestos en el barrio y
sectores colindantes, es posible identificar formas más incipientes de apropiación económica 109.
Migrantes residentes y/o microempresarios -provenientes en su mayoría del Perú, han instalado
algunos almacenes de abastecimiento de alimentos y restaurantes de comida típica, medicina
natural en base a yerbas autóctonas, peluquerías y centros de llamados e internet. A diferencia de
lo ocurrido en Ruzafa, este tipo de espacios no adquiere una mayor connotación social que
108
El nombre “Barrio Esmeralda” surge a partir de un proceso de intervención barrial de actores que apuestan
en primera instancia por invertir en la zona: mediante el comercio enfocado al diseño de vestuario, la cultura y
expresión artística en el espacio público del mismo. Se instala el Café Boa (2007); una especie de laboratorio
artístico, seguido por la refacción y adaptación de antiguas viviendas de carácter patrimonial Casona de Barrio
& Diseño,(2010), para hoy consolidar el circuito del diseño independiente con la recientemente inaugurada,
Casa Esmeralda (2012). Como se verá más adelante, en segunda instancia, esta intervención adquiere un
carácter comunitario pues involucra al tejido asociativo del barrio.
109
Los locales de comercio migrante principalmente, no superan la docena.
94
trascienda la pura transacción comercial, como lugares propicios para el intercambio de
información y relaciones sociales entre la población migrante, como si lo tienen sectores de
centralidad migrante como la mencionada “Pequeña Lima” y en sus galerías aledañas cercanas a
la Plaza de Armas.
Otras prácticas económicas habituales son la autogestión de trabajo y su comercialización en el
espacio público, en calles, plazas y esquinas, realizado principalmente por mujeres residentes en el
mencionado Pasaje Colonial. Mientras algunas elaboran alimentos típicos en cocinerías
improvisadas al interior de su hogar, para posteriormente venderlo en las calles; otras mujeres -en
su mayoría dominicanas- ejercen el comercio sexual en la calle San Antonio. Esto último, como se
verá más adelante, tiende a “justificar” cierta reticencia respecto al sujeto migrante, por parte de
población autóctona del barrio, que cuestiona estas malas prácticas, a pesar de que por años en
este sector el comercio sexual es ejercido por mujeres chilenas.
3. II.4.2.-Apropiación socio-cultural
Los espacios públicos, como mencionábamos con antelación, generalmente son subutilizados por
los migrantes del barrio o bien suelen estar mediados por prácticas de comercio; lo que nos lleva a
sostener que la ocupación de ese espacio público es concebido solo como forma de tránsito y
práctica comercial orientada a trabajos informales, no así para acciones vinculadas al ocio y al
estar.
Ya sea por la falta de tiempo libre, propia de la condición del sujeto migrante, algunos rasgos como
la “timidez” constitutiva del migrante peruano, la sensación de animadversión por parte del vecino
autóctono u otro, lo cierto es que los extranjeros residentes del Barrio Esmeralda suelen vivir hacia
adentro, recluidos en el ámbito privado. Esta situación evidencia además de su invisibilidad, su
marginación, al tiempo que rompe con la acepción más democrática de la calle como lugar donde
“todos son iguales”, pues esta concepción de igualdad, estaría más bien limitada y condicionada.
Al respecto, el estudio de Monnet (2000) relativo de uso del espacio público por parte de la
población migrante, en el casco antiguo de Barcelona, se refiere a la dualidad visibilidadinvisibilidad de algunos migrantes que, debido a características propias de su cultura –distinta a las
costumbres dominantes- suelen llamar la atención en el espacio público del barrio o bien pasar
desapercibidas. Para el caso de Esmeralda, esta dualidad estaría supeditada a la percepción de la
población autóctona, y a su discrecionalidad en cuanto a su posible incorporación al ámbito local.
El migrante del barrio es generalmente invisibilizado y solo se vuelve visible cuando irrumpe en la
“normalidad” del espacio público y también privado (entre viviendas colindantes) con ruidos
molestos y otras prácticas propias del “mal vivir”. Tal como se aprecia en la siguiente cita, las
95
diferencias en cuanto a hábitos, prácticas y conductas son las que
“incomodan” al vecino
autóctono, esto a pesar del escaso contacto con la población migrante de su entorno más próximo.
“Mira yo he hablado con unos poquísimos inmigrantes, lo que pasa que los inmigrantes se tipifican y
se estereotipan en un tipo… y el tipo lo da la misma calle San Antonio , prostitución delincuencia,
juego , malos manejos …Lo que ocurre es que siempre lo más feo, es lo que más se ve, si a mí me
sale un grano en la cara, pucha el viejo tremendo grano que tiene, y lamentablemente ese es el
grano de la comunidad peruana y el grano también es la conducta, hacen un entorno poco grato…
Es que tienen otra forma de vida, no es mejor ni peor, es distinta a la nuestra, mira ellos todos los
sábados hacen fiestas y ponen los parlantes a todo volumen y hacen unas fiestas ¡una jarana!, así
se divierten ellos, o sea son formas pero como ellos están al lado de nosotros nos producen más
incomodidad” (Vecino de toda la vida en el barrio)
Además de los usos del espacio público, las formas de apropiación socio-culturales de los
migrantes del barrio, se comprenden en relación a las dinámicas de sociabilidad en dicho espacio,
entendida -según Cucó (2008)- “como una sociabilidad que se expande más allá de las fronteras
del espacio interior y privado para proyectarse en el espacio público y apropiarse de él temporal o
cíclicamente, consolidando o trastocando con su actividad el orden establecido” (pp. 66). En este
sentido, no es posible referirnos a una “apropiación socio- cultural del espacio público, en el ámbito
del barrio Esmeralda, pues estas dinámicas, no se evidencian.
Los puntos de concentración de la población migrante latinoamericana, más propicios para esta, se
ubican por fuera del barrio y en espacios semipúblicos de consumo: Calle Catedral de la Plaza de
Armas y el Bar restaurante de Diagonal Cervantes. Mientras en la primera suele reunirse en su
mayoría migración peruana, colombianos y extranjeros de otras procedencias de Latinoamérica
(Galerías y comercio aledaños). En el segundo se puede identificar principalmente a los migrantes
dominicanos. La interacción y dinámicas de sociabilidad, asumen un carácter “etnificado”, pues en
general se da entre migrantes de un mismo país de procedencia, que comparten, y/o se identifican
con ciertos elementos comunes. En palabras de un participante del grupo de discusión:
“No se da mucho señorita , acá con los chilenos, nosotros, nos juntamos con nosotros nomás, con
los vecinos, a veces nos reunimos y nos juntamos, ahí que nos encontramos a veces, las
oportunidades que estamos en la puerta…es que cada uno llega del trabajo y no hay tiempo” (
Migrante Peruano)
En el grupo de discusión surgen referencias en torno a la vida de barrio y al sentido de pertenencia
respecto del mismo. En sus palabras:
“Para mí un barrio, es donde se forman los, ¿cómo dicen?, la sociedad, conoces a las personas que
viven, todo es tranquilo, que hay como una unión, una comunidad, uno anda cuidando, no sé si de
repente ve algo raro” (Migrante peruana)
“¿Ustedes se sienten parte del barrio?”
Claro, así tiene que ser porque nosotros vivimos en el barrio
(Migrante peruano)
96
En la cita anterior, la definición de barrio como el lugar cotidiano para el reconocimiento entre los
distintos actores que lo habitan, y a la convivencia - como una valoración positiva de la mismaaparece más como un ideal que en la práctica se distancia de la realidad. Recordemos que el
espacio público urbano adquiere significancia en función del uso que los actores sociales hacen de
éste, como ámbito de dominio público. De aquí que, en palabras de Segovia (2007) “una alta
calidad de uso y de apropiación de los espacios públicos contribuye al fortalecimiento del sentido
de pertenencia y la sociabilidad en un barrio, una zona o una ciudad” (Segovia, 2007:9)
Los participantes del grupo de discusión, en su mayoría afirman sentirse parte del barrio, al mismo
tiempo que señalan no hacer uso de los espacios públicos de este. No se involucran mayormente
con los vecinos autóctonos, no asisten a las actividades culturales realizadas en la plaza del barrio,
ni tampoco participan en organizaciones sociales del mismo u otras asociaciones de migrantes
funcionales. El sentido de pertenencia, se asocia al hecho de residir en el barrio, más como un
derecho “a estar ahí” y pertenecer, que como una evidencia.
Si bien, no se establecen mayores intercambios entre la población migrante y autóctona, además
de la cordialidad propia de los encuentros fortuitos, emerge una concepción ideal de las relaciones
cotidianas entre vecinos de un mismo barrio, independientemente del lugar de procedencia de
estos. Desde la perspectiva del migrante, se apela al ideal de vecindad por sobre el de
nacionalidad, que se erige desde un ámbito valorativo, del “deber ser”. Desde este tipo ideal, la
concepción de migrante – ajeno desaparece, pues más allá de elementos ceñidos a lugar de origen
de unos y otros, lo que prima en el ámbito micro-local del barrio, es la igualdad del derecho a
residir, contenida en un único territorio.
A diferencia de lo ocurrido en el caso del Barrio Ruzafa, en Esmeralda no se observan prácticas
culturales,
artísticas, o alguna otra festividad propia del lugar del origen, - fiestas religiosas,
muestras folclóricas- celebrada en el espacio público del barrio. Más bien se identifican prácticas,
que circunscriptas al ámbito privado, persisten como elementos identitarios de la cultura de origen,
la comida peruana como arte culinario, se distingue y reafirma en destino.
3. II.4.3.- Apropiación política
Tal como se anunció con anterioridad, no se observa un involucramiento de la población migrante
en organizaciones de la sociedad civil autóctona, ni tampoco prácticas de asociacionismo exclusivo
migrante, pues la falta de tiempo libre, tiende a predominar en esta abstinencia. Por ende, al igual
que en las otras dos dimensiones de la apropiación del espacio público, no es factible emplear la
denominación de “apropiación política del espacio público”.
97
“No, lo único que yo he visto es eso que hacen en la plaza, ponen letreros, invitan a la gente del
barrio a que participe, que vayan a mirar…pero yo no. A veces hay programas culturales, al menos
donde yo estaba antes, si había, lo que pasa es que complica porque lo hacen el domingo, y el
domingo se requiere para los hijos. Entonces uno no puede participar, porque está cansada o quiere
descansar, yo soy poco de participar no participo en nada, ni en las reuniones, ni en las actividades
del barrio” (Migrante Peruana)
Las redes sociales cumplen un rol esencial para ayudar a corregir la desprotección social y la
precariedad en la que se insertan los/as migrantes. Diversos autores confirman, que ante la falta de
directrices inclusivas provenientes desde las políticas erigidas desde arriba, las asociaciones de
migrantes y los distintos recursos (económicos, sociales, políticos y culturales) que por estas
circulan pueden operar como elementos de incorporación en destino, gracias a que se constituyen
como un instrumento institucionalizado de participación de un grupo de población determinado: los
vecinos migrantes, que, mediante los representantes de sus asociaciones, pueden plantear sus
necesidades y problemas. (De Lucas, 2009)
Para el caso de Santiago, según lo declarado por la gente del Programa Migrante del Municipio
(2012) la escasa participación de los migrantes y su falta de organización a nivel local es una de
las limitantes para garantizar un trabajo integral en los contextos locales de migración. Se espera
que estos (migrantes) se asocien en organizaciones funcionales, para, además de conseguir
apoyo mutuo, convertirse en un interlocutor válido con la entidad local, pero obstáculos como: la
falta de tiempo, la diversidad de intereses organizativos y la poca transparencia respecto a la base
comunitaria real que integra algunas de las organizaciones existentes, vuelven dificultosa esta
tarea. En sus palabras:
“Si bien se espera que los migrantes se asocien, en la práctica no lo hacen. Primero, por la falta de
tiempo, la mayoría de ellos trabaja hasta los sábados y la única disponibilidad que les queda es el día
domingo. Segundo, porque prefieren organizarse más en función de clubes y actividades deportivas,
que por cuestiones sociales. Aún no incorporan el componente asociativo por cuestiones sociales a
su forma de hacer las cosas ( refiriéndose principalmente a migrantes peruanos (as)” (Programa
Migrante)
La falta de representatividad real de algunas de las asociaciones existentes en la base comunitaria
y las “malas prácticas” adoptadas por algunos líderes de éstas, son también parte de este
diagnóstico asociativo por parte de la administración local. Llama particularmente la atención que
ante la “exigua cultura cívica” atribuida a la población migrante de la comuna, no exista fomento
alguno al asociacionismo migrante desde el Municipio, ni mayores iniciativas para la incorporación
del componente organizativo entre estos grupos.
Para el caso de Chile, ante la ausencia de una política migratoria –desde arriba- ceñida a la
realidad de los flujos migratorios contemporáneos, que considere al migrante como un sujeto de
derechos, las asociaciones de migrantes -desde abajo-, pueden convertirse en agentes de cambio,
al interpelar a las sociedades de destino. Tal y como ha ocurrido en el contexto español, con la
98
Marcha por la vida 110, y así también ocurre con la movilización política de los latinoamericanos,
aún en la lucha por el reconocimiento de sus derechos en Estados Unidos.
El hecho de que en términos generales no existan mayores dinámicas de asociación de los
migrantes entre sí,
ni tampoco un involucramiento de estos en el tejido asociativo del barrio en
cuestión, los ubica en una situación de vulnerabilidad y en una posición de subordinación ante el
autóctono aún mayor. Permanece en el anonimato, en una condición de invisibilidad que vulnera
aún más
la posibilidad de corregir determinadas abusos en el ámbito del trabajo, y en
prácticas económicas en torno a la vivienda migrante
las
111
3. II.5.- Percepciones y disposiciones de la población autóctona y
organizaciones de la sociedad civil
Al igual que lo ocurrido en el caso español, respecto de la coexistencia entre los procesos de
gentrificación y migración,- antes señalados- la convivencia entre ambos procesos 112 y actores,
para el caso de Esmeralda es escasa. Se trata más bien, de una Copresencia residencial, que
adopta formas de civilidad distante, donde no hay mayor cabida para la interacción positiva entre
estos. Un reciente estudio (2012) relativo al desajuste entre el reconocimiento que ofrecen los
ciudadanos chilenos a los inmigrantes y las expectativas de reconocimiento social de estos
últimos113, hace referencia a la percepción de la población chilena respecto de los migrantes en la
dimensión espacial, identificándola
en términos de una
“proximidad espacial con distancia
relacional” (Thayer et al., 2013). En relación a lo sucedido en el Barrio Esmeralda, esta proximidad
en términos fácticos se traduce en una “distancia espacial y relacional” con el migrante del barrio,
donde este último es invisibilizado. De
aquí que en los
apartados anteriores,
difícilmente
pudiésemos referirnos al concepto de apropiación del espacio público. Más bien se trata de una
Copresencia sin mayor comunicación e intercambio entre la población migrante y autóctona.
110
El 10 de enero del 2000 tuvo lugar la Marcha por la Vida, protagonizada por unos 1.500 migrantes
extracomunitarios, en la cual exigían al Gobierno un plan de regularización y permisos de trabajo para los “sin
papeles”. Seguido de los Encierros en distintas ciudades de España. Tras tres meses de reivindicación y
encierro de los “sin papeles”, se consigue la entrada en vigor de la Ley de extranjería. Para mayor
información ver Revista Mugak Nº 14 (2001-01-01) http://www.mugak.eu/revista-mugak/no-14
111
Como lo ocurrido en el Pasaje colonial, cuyo administrador –chileno- mantuvo por años un negocio de
subarriendo a migrantes, sin ningún tipo de garantías en cuanto al buen estado de los servicios básicos la
higiene y seguridad de sus habitantes, elementos mínimos para una vida digna. Condiciones de hacinamiento
y precarización que se vieron incrementadas con posterioridad al terremoto de febrero del 2010.
112
A diferencia de lo ocurrido en Ruzafa, en Esmeralda, la expansión de procesos de gentrificación; desde la
apertura de comercios de diseño independiente a las instalación de hostales- boutique, -tal y como se
explicitó con anterioridad-, terminó por erradicar a la mayoría de la población migrante del barrio.
113
Fondecyt Iniciación Nº 11100043, “Discriminación y lucha por el reconocimiento en el proceso de
incorporación de los inmigrantes argentinos, ecuatorianos y peruanos a la Región Metropolitana” Eduardo
Thayer, 2010-2012
99
3. II.5.1.- Percepciones ante el migrante indeseado
La sensación de “inmigración masiva”, como suele ser interpretado erróneamente, por población
autóctona y algunos medios de comunicación, más que aludir a un hecho real, ceñido a las
estadísticas antes demostradas, tiene relación con percepciones respecto del uso– migrante y
autóctonos- de los espacios públicos y los servicios sociales, además de características propias de
algunos migrantes afrodescendientes, que tienden a distinguirse de la población local que se auto
identifica como “blanca114” (Thayer, et al., 2012) .
Stefoni (2011) emplea las categoría deseado e indeseado para referirse a la construcción social del
sujeto migrante en Chile, por parte de las instituciones y la población local. Mientras la migración
indeseada responde a condiciones de clase y etnia, pues “las mayores dificultades de inserción
social, económica y cultural las enfrentan los grupos de inmigrantes que están en condiciones de
mayor pobreza y vulnerabilidad”, los deseados con mayor capital económico y cultural, y mejores
posibilidades de inserción laboral en trabajos calificados y bien remunerados,
se enfrentan a
condiciones más prósperas que los anteriores.
El sujeto migrante, parafraseando a Calderón et al, estaría inmerso en una situación de “triple
exclusión: discriminación cultural, exclusión socioeconómica y marginación de los mecanismos de
representación y participación política” (Calderón, et al., 1996:105). Ciertas actitudes racistas y
discriminatorias por parte de la población autóctona, además de denigrar a la población migrante,
inciden aún más en dicha condición de vulnerabilidad y exclusión. La siguiente cita, da cuenta de la
percepción de uno de los participantes en el grupo de discusión de población migrante respecto a
este tema:
“Los chilenos no están preparados para recibir inmigrantes… yo pienso porque de repente ven como
otras personas y dicen…”como que este no es de acá”, éste colombiano, éste cubano, está lleno y el
chileno es peor, ven un negro y parece que ven un carbón.., pero a mí nunca me ha pasado nada” (
Migrante Peruana)
Asimismo, en el grupo de discusión con la población autóctona 115 aparecen factores asociados a
elementos diferenciadores entre la población migrante y autóctona- que además de atentar contra
la dignidad de las personas y el derecho a la diferencia, se presentan como limitantes en la
posible inserción de los mismos al ámbito local. Entre estos el color de piel (oscura/blanca), la
114
A diferencia de lo ocurrido en países como Perú y Bolivia, de una gran diversidad étnica y elevado
componente indígena entre su población. El componente indígena, en Chile ha sido atenuado por la influencia
de la inmigración europea de fines del siglo XIX y primera mitad del XX. Esto, sumado al maltrato histórico de
las etnias en Chile, muy minoritarias en comparación con Perú y Bolivia, vendría a justificar la escaza
población mestiza .
115
Con vecinos de toda la vida, nuevos vecinos “gentrificadores-patrimonialistas” y algunos miembros de las
escasa organizaciones de la sociedad civil del barrio.
100
clase social y el tipo de convivencia en el ámbito del barrio (relativas al mal vivir/ gente de bien). Al
respecto un extracto del relato de una vecina116 en el grupo de discusión realizado con población y
asociaciones del barrio:
“Yo no siento, al margen de la prostitución que pasa en San Antonio- que la inmigración, que el
problema sea conmigo, porque ¡ojo que yo también soy inmigrante!...Pero claro se ríen, pero es así,
porque lo he visto en el Ministerio del interior, somos inmigrantes de primera, era ir a extranjería y me
iban a preguntar que numero tenía yo y me hacían pasar primero por el color de mi piel, es decir es
fuerte eso, es muy fuerte…somos tratados como inmigrantes de primera, al contrario de la
inmigración peruana o de los otros más nuevos” ( Comité Adelanto Paseo Esmeralda)
Un aspecto identificado en el grupo como propio del “carácter nacional”, es el prejuicio racista y
xenófobo, donde el color de la piel es el detonante de todas las desconfianzas. Esto además
devela problemas no resueltos que son propios de la identidad chilena en su constante negación
del componente étnico asociado al color más “oscuro”. La clase, es otro elemento transversal a las
percepciones de los entrevistados, asociada al deficitario capital socioeconómico y cultural de los
extranjeros que llegan. Esto último, aparece reflejado en el uso del espacio público, y se traduce en
formas del “mal vivir” por oposición a las formas propias de “la gente de bien”. La condición de
“pobreza” estigmatizada, y relegada a prácticas delictivas, el comercio sexual y el tráfico de drogas,
es otro de los elementos que contribuyen a la construcción de este migrante indeseado.
“Es que los chilenos somos racistas, mira somos muy prejuiciosos, sectarios y muy xenófobos y la
tenemos así, casi a flor de piel, por eso que hay que trabajar mucho este problema de la tolerancia,
de la convivencia, pero a la vez hay que moderar estos factores que distorsionan la
convivencia…Porque además hay un agregado, yo siempre cuando estoy en reuniones y la gente se
queja muy amargamente de los peruanos, de los colombianos, en fin de los extranjeros que tenemos
en Chile- que algunos no son muy deseables como vecinos, yo les digo nadie que es inmigrante en
esas condiciones por gusto, es por fuerza porque estaban mal en su país, lo que pasa es que nos
llega mucha gente indeseable, lo más bajo de la sociedad, sin desmerecer que pueden haber
brillanteces” ( Vecino de toda la vida en el barrio)
Lo anterior refleja la ausencia y necesidad de políticas y programas orientados a la sensibilización
de la población autóctona en la temática migratoria- a nivel nacional-, en la idea de prevenir y/o
revertir estas prácticas racistas y xenófobas, mediante la promoción de valores arraigados en la
tolerancia y el respeto a la diversidad. Así también da cuenta de la inexistencia de mecanismos de
mediación intercultural 117 entendida esta en contextos de “multiculturalidad significativa”,-como es
el caso del Centro histórico de Santiago- específicamente en el ámbito del barrio, como un valioso
recurso para fomentar la comunicación y facilitar las relaciones entre personas de culturas
116
Se considera su participación en el grupo de discusión realizado con población autóctona del barrio, pues
es una activa participante del tejido asociativo del mismo, y es considerada como parte de los vecinos de toda
“la vida en el barrio”.
117
Según Giménez (1997), “la mediación intercultural -o mediación social en contextos pluriétnicos o
multiculturales-, es una modalidad de intervención orientada hacia la consecución del reconocimiento del otro
y el acercamiento de las partes, la comunicación y comprensión mutua, el aprendizaje y desarrollo de la
convivencia, la regulación de conflictos y la adecuación institucional, entre actores sociales o institucionales
etnoculturalmente diferenciados” pp.142
101
diversas. La dualidad del migrante deseable/indeseable y a una disposición selectiva ante la
incorporación del migrante en el ámbito local, aparecen anunciando lo que se desarrollará con
mayor profundidad en el siguiente apartado.
3. II.5.2.- Sociabilidad y Relaciones de intercambio entre autóctonos y migrantes
En este apartado, se profundizará en los distintos tipos de vecinos y sus formas de sociabilidad en
el espacio público, a fin de indagar en la posible incorporación de la población migrante en el
discurso identitario del Barrio Esmeralda como “Diverso e Inclusivo” y en relaciones de intercambio
entre la población migrante y autóctona.
Desde mediados de los años 90, barrios como Bellavista y el Barrio Italia, experimentaron una
serie de cambios en su población, jóvenes profesionales, se trasladan de otras comunas -más
acomodadas- a los principales centros urbanos, que presentan óptimas condiciones para sus
actividades donde vivencian su particular fascinación por el patrimonio o lo “antiguo” (Andulce,
2012:34). Este fenómeno, catalogado por los algunos expertos como un “proceso de
gentrificación 118”, se ha reproducido en distintos barrios del centro histórico de Santiago, como el
movilizado Barrio Yungay y se asemeja, en menor escala, a lo que hoy por hoy está sucediendo en
el Barrio Esmeralda, en su eje comercial impulsado por promotores del diseño independiente y
contemporáneo.
En este contexto dos tipos de vecinos llegan a Barrio Esmeralda; jóvenes profesionales dedicados
al diseño independiente y el comercio (gentrificadores, defensores del patrimonio) y población
migrante (principalmente proveniente de Perú, pero
también de Colombia y escasamente de
República Dominicana). Mientras los primeros tienden a dispersarse visiblemente por el espacio
público -mediante ferias de exposiciones y otras actividades realizadas en la plaza del barrio-, en
espacios semipúblicos -casonas patrimoniales donde se ubican sus tiendas comerciales-, se
involucran en el tejido asociativo del barrio y así también sienten una reciprocidad por parte de los
vecinos de toda la vida que ven con buenos ojos su llegada al barrio. Los segundos más bien
pasan desapercibidos y a pesar de esta condición de invisibilidad su presencia tiende de igual
forma a “incomodar” (Ver apartado 3. II.4.2)
“Nosotros somos como queridos por el barrio, como que siempre es, “hola chiquillos de la casa de
diseño”, “hola que pusieron lindo”…Encuentro que es súper acogedor, más que sentirme parte o no
del barrio -porque no estoy todo el tiempo acá, no paso de noche- es como eso de sentirse acogido
por el barrio.” (Vecino autóctono nuevo)
118
Para el caso específico de la comuna de Santiago, existen otros factores a considerar antes de definir el re
poblamiento como “aburguesamiento”, principalmente porque detrás de éste operan una serie de estrategias e
incentivos promovidos, como el ya mencionado Programa de Repoblamiento de Santiago. (Rojas; 2004:43).
102
Estos nuevos residentes y locatarios, coexisten con los antiguos residentes y locatarios, en su
mayoría adultos mayores, que podríamos identificar como los vecinos “de toda una vida en el
barrio”. Las formas de sociabilidad de estos últimos tiene lugar en el ámbito público y en instancias
asociativas, al igual que la de los nuevos vecinos, -esta vez más ligada a las relaciones sociales
entre los distintos locatarios-. Por su parte como se especificó en el apartado anterior, los espacios
de esparcimiento y sociabilidad para los migrantes de Esmeralda tienen lugar por fuera del mismo
y entre miembros del mismo colectivo. No existe una relación con los vecinos migrantes más allá
de lo estrictamente comercial, tampoco se evidencia un involucramiento de éstos en las
organizaciones sociales del barrio que, si bien son escasas (Ver Anexo Nº18),- la de mayor
representatividad es el Comité de Adelanto Paseo Esmeralda119 - tampoco es una instancia que los
convoque.
“Igual siento que el barrio aún no le saca el provecho suficiente a que llegue gente de otras partes,
perfectamente se podría trabajar así como jornadas culturales como respecto a otros países y que
ellos expongan, porque sabemos que hay mucha gente de muchos países. De hecho a veces creo
que ellos mismos quieren hacer una actividad, por ejemplo el restorán peruano celebra el día de la
independencia del Perú, pero está súper encerrado, como que todavía no se toman los espacios
públicos… acá en Esmeralda ellos (los vecinos migrantes) no tienen ningún acercamiento así como
mayor, como directamente con la gente” (Comité Adelanto Paseo Esmeralda)
Las dinámicas relativas a la solidaridad y sentido de comunidad en el barrio se dan entre la
población autóctona, el vecino migrante no cabe en estas.
“Yo creo -no sé cómo serán otros barrios-, pero no sé si habrá tanta vida así como comunitaria
explicita, así como todos amigos, yo creo que cada en su mundo pero si tengo que ayudarte, tengo
que cooperarte en algo, voy a estar ahí siempre, ¿cachai?” (Vecino autóctono nuevo)
3. II.5.3.- El ingreso del “vecino” migrante en el Barrio
Patrimonial”
Esmeralda: “Diverso y
El siguiente Cuadro Nº4, reúne las percepciones valorativas respecto de la incorporación del
vecino migrante, identificadas de acuerdo a su posicionamiento y justificación, dependiendo de los
tres actores identificados en el ámbito del barrio. Si bien existen diferencias entre las percepciones
de la población autóctona más nueva del barrio y la de más antigüedad, un elemento transversal
suele ser el desconocimiento, y la escasa relación con la población migrante del barrio. El Cuadro
demás de plasmar las distintas percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino
migrante, da cuenta del desajuste entre las mismas. El ideal de “vecindad” arraigado en el derecho
otorgado por el habitar, propio de la percepción de los migrantes respecto a su incorporación, está
más bien distante de un reconocimiento por parte de la población autóctona del barrio.
Al igual
que lo ocurrido en el caso de Ruzafa -pero con ciertas distinciones relativas a la invisibilización de
119
Orientado al mejoramiento colectivo del barrio y de la calidad de vida de sus habitantes, esta organización
funcional, vendría a reemplazar en términos de representatividad, a la Junta Vecinal correspondiente a la
zona.
103
la población migrante en Esmeralda- aparece el concepto de “vecindad”, asociado a la valoración
de
las relaciones cotidianas entre vecinos de un mismo barrio independientemente de la
nacionalidad de estos. Para el caso de la población autóctona, esta última prevalece por sobre el
concepto de vecindad y vendría a determinar la posible incorporación del extranjero- ajeno,
persistiendo afirmaciones relativas a la condición de asimilación necesaria para que el vecino
migrante que llega al barrio “se integre”.
Cuadro Nº4: Percepciones valorativas respecto de la incorporación del vecino migrante en
Esmeralda
Actores
Justificación
Migrante
Desde el Derecho otorgado por el
habitar. Alude al ideal de Vecindad
Desde la Diversidad. Alude a la
Población Autóctona inclusión de la diversidad propia
del barrio
Organizada
Jóvenes Patrimonialistas
Población Autóctona
De toda la vida en el
Barrio
Desde la tolerancia. Alude a la
resignación producto de la
mimetización de la población
migrante asentada
Elaboración propia
Desde la construcción social, el Barrio Esmeralda se presenta como “Diverso e Inclusivo”. Esta
heterogeneidad se expresaría desde su composición urbanística y arquitectónica, hasta su
composición social, donde confluyen además de los vecinos identificados con anterioridad:
personas habituales en situación de calle que pernoctan y hacen uso de la plaza pública, y las
denominadas por la población autóctona como “patrimoniales” para referirse a mujeres dedicadas
al comercio sexual desde siempre en el barrio. Todos estos elementos lo distinguen de otros
barrios emergentes, otorgándole un carácter único. El siguiente relato da cuenta del componente
heterogéneo del Barrio Esmeralda:
“Lo que me gusta de este barrio es su poesía, porque tiene de todo, puedes enfocar la mirada y ver
algo muy bello, y después mirar para otro lado y ves algo terrible, (…), entonces tiene esa dicotomía
real, del pueblo chileno, ves a los mendigos, los curaos, a las señoras prostitutas que están ahí -que
las encuentro muy dignas a ellas (…) en comparación con las otras que están ahí en San Antonio,
ellas son como todas damas, entonces lo que uno ve, se ve poesía, ¿cachai?, aunque sea muy
horrible estéticamente puedes sacarle una hermosura… Creo que tiene eso, que no es la perfección,
acá tenemos una diferencia porque estamos al lado de San Antonio y Rosas, calles que de por sí, no
están en la estética convencional, no son las bellas por excelencia, sino que son más hediondas,
sucias, son calles que tienen como hartos inmigrantes, yo noto una diferencia directa porque Barrio
Esmeralda es un barrio más alternativo, que de vanguardia, es realmente un barrio” (Vecino
autóctono nuevo)
104
El Cuadro Nº4, explicita también una disposición más o menos favorable ante la incorporación de
la población migrante del barrio dependiendo del tipo de actor. Los vecinos autóctonos
relativamente nuevos son quienes representan el discurso más progresista de barrio, desde la
apropiación de los espacios públicos, la defensa del patrimonio, el emprendimiento comercial, y la
inclusión de la diversidad constitutiva del mismo En su discurso existe una apertura hacia el
migrante y una valoración de su cultura, -folclore, gastronomía, lenguaje, entre otros- pues estas
particularidades culturales vendrían a enriquecer la diversidad del barrio.
Esta disposición positiva frente a la posible incorporación del vecino migrante, más bien tiene
relación con una apertura a la diversidad cultural propia de los habitantes del Centro Histórico y
de Esmeralda, que con una inclusión real del vecino migrante, entendida en términos de un
“reconocimiento social” en base a la aceptación de sus forma de vida, prácticas y costumbres,
sobre la base del respeto e igualdad (Bauman, 2003). Se describe entonces al migrante casi
como un “adorno estético, exótico y pintoresco”, desanclado de su posición socioeconómica y de
la condición propia del sujeto migrante que lo determina. Asemejándolo a otros elementos propios
de este lugar “heterogéneo”, como lo son las “señoras patrimoniales”, o “Ben Hur” el mendigo de la
plaza, finalmente personajes que pasan a formar parte del imaginario del Barrio Esmeralda, pero
con los cuales no se tiene mayor intercambio.
En este contexto, cabe preguntarse por el Ingreso del migrante en la construcción del Barrio
Esmeralda Diverso y Patrimonial. El migrante - ya sea por omisión o evidente negación- aparece
como un punto de tensión ante la imagen de barrio patrimonial, alternativo e inclusivo. Hecho que
se confirma aún más con la invisibilidad del migrante en el espacio público, y con la construcción
social del migrante –por parte de parte de la población autóctona - como lo ajeno, lo sucio, lo
burdo, lo impropio. Todas categorías contrarias al ideal de patrimonio120 que se quiere preservar.
Desde la población autóctona, el tipo ideal de inclusión de la diversidad, es más bien discrecional
pues solo se permite el ingreso de la población autóctona en esta diversidad constitutiva del barrio
(“señoras patrimoniales” 121 población en situación de calle, el mendigo de la plaza, entre otros) y
no así al vecino migrante.
120
La puesta en valor del patrimonio material de la zona, como elementos propios e identitarios, entra en
tensión con la figura del extranjero- ajeno que lo habita. Se aprueba el uso de la vivienda patrimonial para sus
usos más posmoderno (aludiendo al apartado Nº1, Esmeralda) y fines comerciales en el rubro del diseño, no
así para la vivienda migrante.
121
Denominadas asi por la población local, para referirse a mujeres que ejercen el comercio sexual de
avanzada edad, y por años en el mismo sector del barrio
105
Por su parte, para la población autóctona “de toda la
vida en el barrio”, la
posibilidad de
incorporación del migrante, tiende a fundamentarse en la idea de tolerancia y resignación, pues “no
queda otra”
ante la eminente “mimetización” propiciada por los años de asentamiento de la
población migrante, y las consecuencias que trae aparejado el hacer su vida en destino (enviar a
sus hijos al colegio, casarse con población autóctona, emprender actividades económicas, entre
otras). Esta especie de resignación ante la migración más allá de una disposición favorable a la
incorporación de la misma, alude a cierta reticencia ante el migrante indeseado: pobre. En sus
palabras:
“Es que hay de todo es mixto como chile, no todos son malos ni todos son buenos. Te digo una cosa
que ya ha ocurrido y es que vamos a tener que aprender a vivir con ellos ojo, eso lo digo a veces
cuando voy a reuniones y se enojan conmigo, ellos ya se arrancharon acá y ¿sabes porque se
arrancharon? Porque tienen hijos que nacieron en Chile, hablan como chilenos, ya empiezan a
vestirse como chilenos incluso algunos se casan con chilenos o conviven con chilenos da lo mismo,
entonces ya son chilenos…Después se van a mimetizar, pero hay un sector que es muy muy… mira
¿sabes? voy a ser muy crudo, hay un sector que es para mí como si se viniera a vivir la gente de la
122
Pincoya al centro” (Vecino autóctono antiguo)
En términos generales se aprecia una disposición selectiva ante la incorporación del vecino
migrante de Esmeralda, la que tiende a favorecer al migrante deseado, considerado como “gente
de bien”: trabajadora, de esfuerzo y tranquila con los cuales no habría mayores problemas de
convivencia por oposición a lo ocurrido con aquellos más indeseados y su mal vivir. A diferencia
de lo explicitado en el Apartado 3. II.5.1, donde las categorías de migrante deseado e indeseado,
aludían a la clase social, el color de piel y el capital sociocultural de los mismos, esta distinción
opera además en función del comportamiento esperado de la población migrante. Se espera un
comportamiento de la población migrante dentro de las expectativas de “normalidad” propias del
vecino autóctono, como una
incorporación unidireccional y asimilativa,
que no involucra la
reciprocidad de ambos actores en la interacción (población autóctona y migrante) ni tampoco la
diferencia.
Recordemos que la asimilación no necesariamente es ejercida mediante “medidas explicitas de
coerción”, en palabras de Torres (2004) “La inclusión de los inmigrantes se realiza en un
determinado marco que establece unos límites y unas posibilidades. Al mismo tiempo, las
dinámicas que generan la creciente presencia de los inmigrantes, junto a otros fenómenos
122
La Pincoya es una población emblemática, ubicada en el sector norte de Santiago. Sus inicios se remontan
a las tomas de terreno realizadas por pobladores en la década de los sesenta. Existen grandes niveles de
hacinamiento, pobreza y desempleo, ocasionados en parte debido al fuerte estigma delictivo con que cargan
sus habitantes. Pese a ello, ésta población está llena de colores carnavalescos y de organizaciones
ciudadanas que buscan sacar adelante a su población.
106
sociales, ponen a prueba el marco social-identitario previo, lo alteran y -en mayor o menor medidalo modifican” (pp.3)
No habría una apertura ante el otro, como alteridad necesaria en la construcción de una
incorporación bidireccional, pues las identidades permanecen intactas. La figura del migrante como
indeseado inevitablemente choca con los relatos de Esmeralda como un Barrio Diverso,
Patrimonial e Inclusivo, que apela al “involucramiento de todos los vecinos, como actores en el
proceso de dinamización y construcción de un barrio más habitable”- .
3. II.6.- Políticas locales para la incorporación de los vecinos migrantes y la
convivencia ciudadana en Esmeralda.
Existen ciertas limitaciones relativas a la actitud de los gobiernos de los países receptores,
producto de las decisiones, tratamiento y gestión de la migración y la diversidad cultural ante la
ilusión de sociedades homogéneas. Desde este contexto, la posible incorporación de los migrantes
a las sociedades de destino se entrampa en posiciones totalitarias que tienden a asumir
construcciones identitarias duras. El sujeto migrante no cabe en la concepción de una identidad
colectiva, cerrada, y homogénea que tiende a proteger lo autóctono-propio y a erigir el “nosotros”
desde la exclusión, por oposición a ese “otro”, extranjero- ajeno, que vendría a perturbar el orden
establecido.
“De acuerdo con dicha asociación, la inmigración sería la que pondría en riesgo de alterar o romper
aquella homogeneidad mítica o fundacional, aquella homogeneidad étnica, cultural, religiosa o
política, que en realidad nunca existió y que siempre ha estado asociada a posiciones totalitarias y
excluyentes” (CeiMigra, 2010-2011:83)
Para el caso de Chile, estas posiciones son más evidentes,
debido al carácter de seguridad
nacional y control de flujos migratorio que ha asumido la política migratoria hasta ahora. Se opera
desde una lógica de seguridad nacional: que aborda el problema migratorio desde una dimensión
fronteriza por parte el Ministerio del Interior y un desfase temporal; debido al desajuste entre la ley
y el contexto migratorio actual. Los principales problemas que esta postura acarrea, están referidos
a la exclusión del migrante pues atenta contra la supuesta homogeneidad, lo que se traduce en su
deslegitimación y/o invisibilización, y la conformación de prácticas nacionalistas y racistas que
obstaculizan la cohesión social.
La posibilidad de corregir esta condición y saldar al menos en parte esta deuda con la singularidad
del actual flujo migratorio, implica abordarla desde los parámetros de la democracia y la justicia
social. Pues las respuestas políticas del Estado frente a la inmigración, afectan las construcciones
sociales que se elaboran alrededor sus características (atribuidas o no) y su función social, así
107
como también en las representaciones de los distintos actores sociales sobre los inmigrantes
(Domenech, 2005).
Al respecto, entre algunas propuestas para una “inmigración exitosa” (Putnam, 2007), cabe
mencionar: la tolerancia ante las diferencias, el refuerzo de las identidades compartidas, el apoyo
a la acción con migrantes desde el ámbito local, la promoción de organizaciones sociales y el
asociacionismo migrante, fomentar el involucramiento de aquellas instituciones religiosas y de las
organizaciones sociales que trabajan con inmigrantes para que sirvan como herramientas de
refuerzo de las leyes de inmigración, la promoción de las relaciones de convivencia más
armoniosas y el reconocimiento público de la contribución de los migrantes a las sociedades
receptoras, entre otras. (Putnam, 2007 en CeiMigra, 2010-2011: 88)
Ante la ausencia de una política migratoria integral, el papel de los gobiernos locales, en la gestión
de los procesos migratorios y su actitud y decisiones en materia de la incorporación de los
migrantes al ámbito local, resulta fundamental, desde plano institucional, pero también desde el
plano de la cotidianidad, de la convivencia ciudadana en barrios multiculturales. Desde este ámbito
podría suponerse que las posibles iniciativas impulsadas desde los municipios y ayuntamientos
orientados a la educación y sensibilización de la población ante el tema migratorio, los valores de
la tolerancia, el respeto a la diferencia y los principios democráticos, sin duda inciden en la
construcción social del migrante, así como también programas que promuevan la convivencia
ciudadana en barrios multiculturales y formas de intercambio y sociabilidad entre la población
autóctona y migrante, tenderían más a potenciar la convivencia que a fomentar la reproducción de
espacios de segregación, característicos de centros históricos de las ciudades.
3. II.6.1.- El Programa Migrante de la Municipalidad de Santiago (2009 – 2013)
La encargada del Programa hasta el 2013, da cuenta del diagnóstico antes explicitado.
“Mientras no entre en vigor la nueva ley de migración, el Programa Migrante de la comuna de
Santiago y su permanencia, seguirán dependiendo de la voluntad política del Alcalde de turno. Esto
debido a que este Programa no es fruto de una política pública, no está institucionalizado, y por ende
no dispone de financiamiento propio”. (Encargada Programa Migrante)
108
El Programa Migrante surge el año 2009, como parte de una política del gobierno local de la
Municipalidad de Santiago, en el marco de una Ordenanza contra la discriminación (104 / Mayo –
2009), orientado a la población migrante de la comuna desde un enfoque de derechos.
Al no estar institucionalizado y no ser producto de una política pública, este no cuenta con
financiamiento propio, en articulación con otros departamentos de la administración local
(Educación, Salud, Vivienda y Empleo), diseñado como un programa de gestión con un carácter
transversal.
Su funcionamiento lo realiza a partir de
alianzas estratégicas, con agentes externos a la
Municipalidad de Santiago, pero también internos. Servicio Jesuita de Migrantes (hoy Ciudadano
Global)
quienes trabajan desde hace más de 10 años en
la temática, la
Policía de
investigaciones, (PDI), el Fondo Nacional de Salud, (FONASA) y los algunos consulados.
Departamento de Extranjería, Universidades y algunas asociaciones de migrantes, como Mira
Chile. Quienes apoyan el trabajo de orientación para migrantes, en temáticas relativas a la Primera
Acogida.
Algunas áreas de intervención del Programa se orientan a : la acogida de los migrantes de la
comuna, su normalización e integración en el acceso a los servicios públicos de primera necesidad
y a la promoción de algunas prácticas interculturales es el ámbito escolar, dirigidas a niños/as y
padres migrantes y autóctonos y también a profesores.
Cabe mencionar que no se ha involucrado a las asociaciones de migrantes123 en el diseño del
Programa Migrante, ni tampoco en la elección de las áreas prioritarias, medidas y proyectos a
ejecutar. Se recogen sugerencias del trabajo en terreno con algunas familias migrantes, las que
sumadas a los resultados de investigación -encomendados a algunas de las instituciones
Universitarias con las cuales este Programa se articula-, dan origen a las actividades y proyectos
en cuestión. Esta forma de proceder más bien intuitiva encuentra su piedra de tope en la falta de
planificación, proyección programática y la posible articulación con otros departamentos
municipales. Asimismo contribuye a la reproducción del asistencialismo, y a la invisibilización del
migrante organizado como un interlocutor legítimo y activo en el proceso de incorporación al
contexto local.
Referida específicamente a la gestión social de la migración, este Programa Municipal, orienta su
intervención de acuerdo a dos líneas: Acogida e Integración,
ambas líneas de actuación se
encuentran bajo el principio de otorgar Garantías de Igualdad a los migrantes de la comuna
123
De acuerdo a lo expresado por la Encargada del Programa (2012), no habría un numero representativo
de asociaciones de migrantes, esta son más bien informales, carecen de organicidad y estabilidad en el
tiempo y operan de acuerdo a intereses deportivas.
109
Línea de Acogida: “Favorecer y mejorar la acogida de la población migrante en la comuna,
mediante actividades orientadas a la información, capacitación y la sensibilización, priorizando
garantías en la igualdad”. Entre las principales medidas de intervención destaca la Información y
Capacitación en el proceso de acogida de los y las migrantes, (derechos y deberes respecto a la
sociedad receptora) y la Sensibilización, orientada a principalmente a educar a la ciudadanía
respecto a los flujos migratorios y a la realidad del país como destino de estos y erradicar practicas
sensibilizar a la población
Línea de Integración: Objetivo: “Facilitar la integración de los/las migrantes y sus familias a la
comuna, mediante la protección y promoción de los derechos en: Salud, Educación, vivienda y
empleo” (Programa Migrante, 2012). Esta línea cuenta del nutrido entramado de
medidas, y
proyectos orientados a promover y facilitar el acceso igualitario al sistema de salud y educación, y
a los programas de empleo y vivienda comunales.
Durante el último tiempo, se han venido produciendo dos fenómenos paralelos en la comuna de
Santiago: Por un lado, un incremento en la demanda de servicios públicos por parte de la población
migrante124 y por otro, un aumento de actitudes de carácter racistas y xenófobas entre la población
autóctona. De aquí que el trabajo emprendido por el Programa Migrante, requiera de la actuación
simultánea tanto en: la integración de los/las migrantes, como en la sensibilización de la población
autóctona, respecto del tema migratorio.
Según lo manifestado por la encargada del Programa Migrante, durante estos cuatro años de
ejecución, la evaluación interna de esta línea, sobre todo en lo que respecta al trabajo de
sensibilización con funcionarios municipales en temáticas migratorias es positiva. La limitación de
esta última es que no se han implementado mayores proyectos de sensibilización orientados a la
población local, ni tampoco en el ámbito del barrio. La carencia y urgencia de intervención de
políticas y programas en materias de sensibilización, quedó en evidencia en el apartado 3. II.5.1,
respecto a las percepciones ante el migrante indeseado, y a las actitudes xenófobas y racistas
latentes entre la población autóctona. Así también se releva la importancia y ausencia de
mecanismos de mediación intercultural como una “modalidad de intervención orientada hacia la
consecución del reconocimiento del otro y el acercamiento de las partes, el
desarrollo de la
convivencia, y la regulación de conflictos” (Giménez, 1997)
Desde el Programa de Migrante se espera cubrir esta necesidad, y abordar el ámbito barrial
mediante prácticas de sensibilización a dirigentes vecinales, como primera medida:
124
Se trataría sobre todo de flujos migratorios provenientes de países de Latinoamérica, no así de migración
europea.
110
“Lo ideal es llegar a tener este espacio de participación con mesas de trabajo con Migrantes, pero
para llegar a eso, necesitamos trabajar con la sociedad santiaguina para que esté un poco más
abierta a esta nueva realidad. Para nosotros es fundamental poner en marcha la sensibilización con
los dirigentes vecinales en primera instancia, en las unidades vecinales donde hay un alto porcentaje
de población migrante” (Encargada Programa Migrante)
La administración local no ha tenido mayor protagonismo en la promoción de dinámicas de
convivencia ciudadana en barrios multiculturales, o algún otro tipo de actividad orientada a
propiciar el intercambio entre los vecinos migrantes y autóctonos del barrio. Sea por falta de
financiamiento, y/o la ausencia de una legislación que ampare este tipo de intervenciones desde el
nivel central, lo cierto es que esta ausencia limita el quehacer de los poderes públicos y su
responsabilidad en la promoción de medidas necesarias para la comprensión y tratamiento de la
incorporación como un proceso bi-direccional. De acuerdo a lo señalado por Felip i Sardà (2009):
“Es necesario que consideremos que la integración no puede consistir en la asimilación por parte del
inmigrante de las costumbres del otro, sino que ha de convenirse en algo con sentido recíproco,
configurando, en consecuencia, un modelo de integración como un proceso dual exigente tanto para
el inmigrante como para la sociedad en la que permanece.” (Felip i Sardà, 2009:15)
Recordemos que dependiendo de la comprensión que tienen los Estados respecto
de los
conceptos de ciudadanía y nacionalidad, es como estos van conformando no solo las reglas de
admisión y pertenencia a la sociedad receptora –contenidas en la política de inmigración
propiamente tal- sino además van condicionando tanto el trato a esta minoría asentada en el
territorio nacional, como las oportunidades de inclusión que estos reciben –más propia de la
política de integración-. (CeiMigra, 2010). En este escenario, el Programa Migrante, bastante
alejado de algunas de las propuestas para una “inmigración exitosa” (Putnam, 2007) está en
deuda respecto al proceso de incorporación de los migrante en su dimensión espacial. Hecho que
sin duda, se torna más complejo, al no existir una política de carácter nacional fundamentada en un
enfoque de derechos que garantice la promoción de estas instancias y que ampare la inserción de
los migrantes en todos los niveles.
111
4. CONCLUSIONES
A continuación presento algunas de las principales conclusiones de esta investigación en formato
comparado. Más allá de puntualizar de manera exhaustiva los principales hallazgos en cada uno
de los Barrios; Ruzafa y Esmeralda por separado, interesa hacerlos dialogar en función de las tres
dimensiones que articulan este trabajo, como un fin en sí mismo; la apropiación del espacio
público para la experiencia del sujeto migrante, en relación a las percepciones y disposiciones de
las organizaciones de la sociedad civil de población autóctona y las actitudes y decisiones del
gobierno local para su incorporación desde la perspectiva de la convivencia ciudadana en barrios
multiculturales.
La comprensión y tratamiento de la cuestión migratoria por parte de la ley y la política migratoria en
cada uno de los contextos, se presenta como un elemento distintivo y fundamental, pues incide en
las condiciones propias del sujeto migrante y en las configuraciones sociales que se erigen
respecto al mismo de parte de la población autóctona. Mientras en el caso español podríamos
hablar de condiciones de recepción medianamente favorables, sobre la base de respeto a los
derechos de los migrantes, la libre competencia “individual” y a la moderación de “estereotipos”
relacionados con las características de los inmigrantes. El caso de Chile se interpreta más bien
como un contexto receptor poco favorable respecto a la incorporación de la población migrante
tanto desde el “aparato gubernamental” y el sector empresarial, como por parte de la población
autóctona. Esto debido a que la política migratoria no se fundamenta en la concepción del migrante
como sujeto de derechos, sino más bien en el control y regulación de las fronteras, tendiendo a
propiciar la irregularidad y vulnerabilidad en estos grupos en esta sociedad de destino. En este
contexto los estereotipos respecto de la población migrante cobran mayor relevancia y se traducen
muchas veces en actitudes racistas y xenófobas por parte de la población autóctona.
Independientemente de lo anterior, existen ciertos elementos compartidos por el sujeto migrante
latinoamericano en ambos contextos locales; la forma colectiva de habitar la vivienda migrante principalmente en la primera etapa del asentamiento, al momento de la llegada-, la precarización
de la misma – mayor en el caso de Esmeralda- Santiago-, el perfil familiar que asume la migración
y el carácter feminizado de la misma, pues se trata en general de iniciativas de movilidad laboral
emprendidas en primera instancia por mujeres. El carácter femenino de la migración peruana, para
el caso de Santiago, cobra una significación especial atribuida a la “emancipación de la mujer en
destino”, respecto del papel que ocupa en la estructura familiar más propia de origen.
Barrio Ruzafa y Barrio Esmeralda, comparten su ubicación en el centro de la ciudad, su carácter
comercial y residencial, un porcentaje significativo de población migrante entre su composición y un
112
marcado componente gentrificador. Por su parte, los distinguen elementos relativos al tipo de
migración en cada uno de estos; de mayor diversificación en cuanto a los países de procedencia y
a los años de asentamiento en el caso de Ruzafa, migración principalmente fronteriza y de menor
trayectoria, para el caso de Esmeralda. Otro elemento distintivo radica en la configuración social
que se tiene del mismo, mientras el Barrio Ruzafa es caracterizado socialmente como
“multicultural”, producto entre otras cosas de su asociación en los medios de comunicación y la
visión de los vecinos de Valencia (Moncusí, 2008). El Barrio Esmeralda se distingue por otros
elementos más asociado al comercio, al patrimonio y la vanguardia. La inmigración en
comparación con Ruzafa es más bien incipiente.
El componente gentrificador atraviesa los dos barrios analizados en este trabajo; y asimismo
determina el devenir los mismos. De esta forma y una vez trascurridos tres años, desde el inicio de
esta investigación comparativa (2011-2014) se puede observar con mayor perspectiva cómo dichas
prácticas gentrificadoras - patrimoniales para el caso del Barrio Esmeralda del Centro Histórico de
Santiago, terminaron por limitar toda posibilidad de apropiación del espacio por parte de la
población migrante ahí residente. Relegando de manera evidente la presencia migrante, producto
de la llegada de nuevos inversionistas y emprendedores del rubro del diseño independiente, la
hostelería y la gastronomía (por el uso comercial de espacios antes destinados para la vivienda).
Un hecho similar, pero menos fulminante, tiene lugar en el Barrio Ruzafa, pues tanto a migrantes
como a los habitantes de toda una vida en el barrio, no les ha quedado otra opción que ir cediendo
ante la presión immobiliaria y los nuevos usos comerciales.
Si bien Ruzafa se presenta como un barrio multicultural por excelencia, un ejemplo de convivencia
“pacifica en la distancia”, existen ciertos elementos asociados al constante cambio del mismo que
de alguna manera ponen en riesgo este imaginario social de barrio históricamente popular,
reivindicativo y multicultural 125. En Ruzafa existen algunos elementos que tienden a posibilitar el
ingreso del sujeto migrante en la valoración de este como multicultural, contrario a lo que ocurre
con el ingreso del sujeto migrante en las configuraciones imaginarias en torno al barrio al Barrio
Esmeralda; Diverso, Patrimonial e Inclusivo.
En Esmeralda, ya sea por omisión o evidente negación- el migrante aparece como un punto de
tensión ante la imagen de del barrio que se pretende. Hecho que se confirma aún más con la
invisibilidad del migrante en el espacio público, y con la construcción social de este, asociado a
categorías de lo ajeno, lo sucio, lo burdo, lo impropio. Todas estas, contrarias al ideal de patrimonio
que se quiere preservar.
125
Entre estos, la renovación inmobiliaria, turística, gastronómica, y la posible pérdida del espacio público del
mismo como posibilidad para el encuentro y sociabilidad entre los distintos vecinos.
113
Desde la población local de Esmeralda, la valoración ideal de inclusión de la diversidad, es más
bien discrecional pues solo se permite el ingreso de la población autóctona en esta diversidad
constitutiva del barrio y no así al vecino migrante. No habría una apertura ante el otro, como
alteridad necesaria en la construcción de una incorporación bidireccional, pues las identidades
permanecen intactas
Formas de apropiación migrante del espacio público
En términos generales podríamos decir que Ruzafa posee elementos y condiciones que hacen
posible la apropiación del espacio por parte de los nuevos vecinos migrantes del barrio. Pues lo
distancian de aquella “intersección de elementos móviles”, sin apropiación para situarlo cerca del
ideal del barrio como “Lugar practicado” (De Certeau, 1984). Esto último es posible constatarlo a
partir de: su presencia
y distribución residencial, sus micro emprendimientos comerciales,
(apropiación económica), las dinámicas sociales y prácticas culturales en el espacio público
(apropiación socio-cultural) y desde su incipiente involucramiento en el tejido asociativo del barrio
y las asociaciones de población migrante que operan en el mismo (apropiación política).
El sujeto migrante de Ruzafa es visibilizado, así también lo son sus formas de apropiación del
espacio que han transformado la configuración del mismo, a diferencia de lo ocurrido en el caso de
Esmeralda, caracterizado por la invisibilización y marginación del vecino migrante. Las formas de
apropiación primarias del espacio, propiciadas por la acción – transformación (materiales) de parte
de la población migrante son evidentes en el caso Ruzafa, a través de los locales de comercio
étnico y migrante, los oratorios y centros de culto religiosos, las practicas socio-culturales en el
espacio público (carnavales y jornadas interculturales promovidas desde la sociedad civil
organizada), entre otras. Hecho relevante y necesario para el devenir de formas de apropiación
más complejas, continuas y dinámicas, vinculadas a las acciones de reciprocidad con la alteridad,
a la interacción con los otros como apropiación (simbólica), por
identificación y/o sentido de
pertenencia.
Independientemente de que no lleguemos a dilucidar el sentido conferido a dichas formas de
apropiación, más propia de la experiencia de la población migrante del Barrio Ruzafa, (material y/o
simbólica), pues no es interés de esta investigación profundizar en este campo más subjetivo. Lo
cierto es que al menos en este barrio – a diferencia de lo ocurrido en Esmeralda-las formas de
apropiación material sientan las bases necesarias y constitutivas para formas de apropiación más
simbólicas, identitarias y de reconocimiento, como el devenir del espacio en lugar por efecto de
dichas apropiaciones.
114
La apropiación económica en Ruzafa, se manifiesta en los espacios de comercio, consumo y
servicios, como negocios étnicos o migrante (locutorios, comercio chino) o étnico (restaurantes de
comida y venta de productos típicos del país de origen) adquieren una connotación más social que
tiende a trascender la transacción puramente económica.
Estos operan como micro-espacio
etnificados, de “sociabilidad inmigrante concentrada” que no considera un mayor involucramiento
de la población autóctona.
Las formas de apropiación socio-cultural,
como usos cotidianos del espacio público y las
dinámicas de sociabilidad, en el caso de la población objeto de este estudio, están atravesadas por
consecuencias propias de la condición migrante; extenuantes jornadas de trabajo y falta de tiempo
libre. Estos elementos también inciden en la escasa participación de los mismos en el tejido
asociativo del barrio.
En relación a las dinámicas de interacción, se observa una apertura “etnificada” a la sociabilidad de
parte de la población latinoamericana referida principalmente al círculo social más próximo entre
personas del mismo colectivo. El migrante (latinoamericano) del barrio- si bien por un lado, forma
parte del conjunto social, por otro, especialmente determinante, estaría “por fuera y enfrente”. En la
práctica tiene lugar un tipo de convivencia “pacifica pero distante” (Torres, 2006) que no implica
necesariamente el intercambio social entre la población autóctona y migrante, más allá de la
civilidad propia de las relaciones entre extraños.
Algunas prácticas culturales y asociaciones de carácter migrante, como apropiaciones
socioculturales y políticas del espacio público, se presentan como estrategias de inserción al
ámbito local, arraigadas en la valoración del derecho a residir en el mismo y a demandas de
reconocimiento que no necesariamente son correspondidas por la población autóctona en la forma
esperada. Esto último cobra relevancia al comprender que dichas
formas de apropiación del
espacio por parte de la población migrante, reciben de vuelta una afirmación de sí mismos,
(Alteridad- reconocimiento-identidad).
Por su parte la apropiación política respondería a estrategias de inserción. En este componente
asociativo se identifican tres elementos: una acción de empoderamiento y legitimidad de la
organización migrante, la posibilidad de
participación en el tejido asociativo del barrio y así
también la generación de acciones e instancias propicias para “compartir” con la población local.
En lugar de formas de apropiación del espacio público, para el caso de Esmeralda, resulta más
pertinente referirnos a formas de estar de los migrantes latinoamericanos, desprovistas de
apropiación “como dominio de una aptitud, y/o un proceso dinámico de interacción del individuo
con su medio externo” según una de las acepciones del termino especificado por Pol (1996:45).
115
Se trata de formas más incipientes de apropiación espacio público, que más bien se concretan por
fuera del barrio 126. En espacios próximos de centralidad migrante y sociabilidad entre la población
extranjera que los frecuenta como: “Pequeña Lima” en el sector de Plaza de Armas y el Mercado
Central, en Barrio Mapocho. Al igual a lo ocurrido en Ruzafa, algunos de estos espacios públicos y
semipúblicos de comercio, se vuelven propicios para el encuentro entre la población migrante, y en
estos la apropiación económica del espacio público deviene en social. Los espacios públicos de
Esmeralda, subutilizados por la población migrante, que más bien se repliega al ámbito privado, y
solo los transita. Por otro lado, no se identifican formas de apropiación política, comprendidas a
partir de la participación de ésta, en las organizaciones de la sociedad civil autóctona del barrio o
mediante asociaciones exclusivas de la población migrante.
Los migrantes en Esmeralda, suelen vivir hacia adentro, recluidos en el ámbito privado, se mueven
en la dualidad visible/ invisible y no practican el espacio público, evidenciando su marginación.
Esta dualidad estaría supeditada a la percepción de la población autóctona, y a su discrecionalidad
en cuanto a su posible incorporación al ámbito local. El migrante del barrio es generalmente
invisibilizado y solo se vuelve visible cuando irrumpe en la “normalidad” del espacio público y
también privado (entre viviendas colindantes) con ruidos molestos y otras prácticas propias del
“mal vivir”. Las formas de estar desde la perspectiva social responden más bien a prácticas
asimilativas o de adaptación de los migrantes al ámbito local de destino, contrario a la figura de la
apropiación como un proceso dinámico de interacción del individuo con su medio externo.
Condiciones y condicionantes para la incorporación de los migrantes en el
barrio
Condición en términos de garantías en derecho otorgadas y dispuestas para la incorporación de los
migrantes, como “Estado o circunstancia en que se encuentra una persona o una cosa”. Pero
también en su acepción condicionante, como una “circunstancia necesaria e indispensable para
que otra pueda ocurrir”, específicamente como aquellas condiciones que de alguna manera
negocian o ponen trabas a la incorporación.
En este sentido podremos distinguir entre condiciones y condicionantes para la inserción de los
migrantes en el Barrio. Por un lado, las actitudes y disposiciones de los vecinos autóctonos ante los
migrantes del barrio pueden considerarse como parte de las condiciones con las cuales se
encuentran estos nuevos vecinos (mayor propensión a relaciones sociales, reciprocidad, hostilidad,
por mencionar algunas situaciones). Por otro lado, los condicionantes, como aquellos requisitos
126
Recordemos que la comprensión de barrio considerada para efectos de esta investigación responde a
delimitaciones subjetivas e imaginarios construidos y definidos por los propios habitantes del mismo, las
cuales dejan por fuera de este a las micro-localidades aledañas definidas como de centralidad migrante; Plaza
de Armas y el Mercado Central.
116
indispensables para que esta “incorporación” pueda ocurrir, - siempre desde la posición del vecino
(a) autóctono (a) en un nivel micro-local.
Respecto de las condiciones y disposiciones de la población autóctona respecto a la inserción de
población migrante latinoamericana. En el Barrio Ruzafa se observa una apertura ante esta
posibilidad, arraigada quizás en factores como; la trayectoria migratoria del barrio, la construcción
social del mismo como multicultural, el trabajo de algunas organizaciones de la sociedad civil por
generar instancias para el intercambio entre los distintos grupos y culturas, y así también cierta
predilección por el colectivo latinoamericano.
A diferencia de lo ocurrido en Ruzafa, en Esmeralda, el escenario se vuelve más hostil debido a
cierta naturalización de las actitudes racistas y discriminatorias ante el migrante. Si bien podríamos
identificar una actitud más favorable ante la inserción del vecino migrante- por parte de los vecinos
más progresivos del mismo- esta se fundamenta en la distancia y desconocimiento respecto de la
población migrante, y así también en la diversidad generalizada. Este último aspecto se relaciona
con la tensión propia de la dualidad proximidad y lejanía referida a la alteridad en Simmel (1986), la
diversidad como un elemento constitutivo del imaginario del barrio Esmeralda, es compartida y
generalizada acentuando, asimismo todo aquello que no se tiene en común con el vecino migrante.
Por su parte, las posturas menos favorables respecto a la de inserción social del vecino migrante,
aluden a una “resignación” ante el evidente e inminente asentamiento de estos en el barrio y la
sociedad. La inclusión de la diversidad no se hace extensible para la población migrante, no tiene
asidero en la práctica, pues las percepciones valorativas respecto a su incorporación en el ámbito
del barrio son restringidas, y condicionadas.
Referido a los condicionantes, en ambos casos aparecen elementos más próximos a la integración
por asimilación, en base a expectativas respecto al comportamiento del vecino migrante, pero en
distintos niveles; para el caso de Ruzafa es más bien implícito y moderado, para el Esmeralda más
evidente y exacerbado. Se espera que el migrante ajuste su comportamiento o lo adapte a ciertas
“normas de convivencia” impuestas por la población autóctona propias del “buen vivir” entre estas;
evitar ruidos molestos, suciedad, y el traslado de algunas prácticas del ámbito privado al público.
Los migrantes
latinoamericanos son “mejor aceptados” en el Barrio Ruzafa, favorecidos por
características similares a las formas autóctonas contribuye a la construcción positiva de su imagen
social. Entre estos: el idioma, cultura, y la religión cristiana en común con la sociedad receptora,
además del perfil familiar de este colectivo migratorio, dan cuenta de cierta
“apertura a su
incorporación en el barrio” en comparación con otros grupos de extranjeros.
117
En el caso de Esmeralda esta situación, se observa una disposición selectiva ante la incorporación
del vecino migrante de Esmeralda, la que tiende a favorecer al migrante deseado, considerado
como “gente de bien”: trabajadora, de esfuerzo y tranquila con los cuales no habría mayores
problemas de convivencia por oposición a lo ocurrido con aquellos más indeseados y su mal vivir.
Dinámicas de sociabilidad entre migrantes y autóctonos
En general, en los espacios públicos, -de encuentro, de estar y de tránsito-, primaría el precepto
de civilidad cortés pero distante, sin mayores relaciones o intercambios sociales, una sociabilidad
en los márgenes de lo políticamente correcto no exento de dificultades y desencuentros. Para el
caso del Barrio Ruzafa, se daría en formato de proximidad espacial con distancia relacional en los
espacios públicos, similar a la figura del “Mosaico”; distintas piezas que están unas al lado de otras
pero que interrelacionan poco. Para el de Esmeralda, no hay mayor cabida para la interacción
positiva entre estos los distintos grupos en el ámbito del espacio público. La proximidad en
términos fácticos se traduce en una “distancia espacial y relacional” con el migrante del barrio,
donde este último es invisibilizado.
Tanto en Ruzafa, como Esmeralda, las dinámicas de sociabilidad propias de los migrantes
latinoamericanos tienen lugar principalmente por fuera del barrio.
En ambos contextos receptores, desde la perspectiva del migrante, se valora el ideal de vecindad
por sobre el de nacionalidad, como un “deber ser” de las relaciones sociales de los habitantes de
un barrio. Desde este tipo ideal, la concepción de extranjero – ajeno desaparece, pues más allá de
elementos ceñidos a lugar de origen de unos y otros, lo que primaría en el ámbito micro-local del
barrio, es la igualdad del derecho a residir, contenida en un único territorio.
Por su parte, algunos elementos que contribuyen al ingreso de los vecinos migrantes en el relato
del barrio Ruzafa y su participación social en el tejido asociativo del mismo, tiene relación con las
instancias reivindicativas, originadas por una necesidad o algún problema común. Aparece esta
vez desde la población local de Ruzafa, una valoración del concepto de vecindad por sobre el de
nacionalidad. Si bien se trata de una valoración minoritariamente social orientada a un “deber ser”,
prevalece la idea de que todos los vecinos -independientemente de su nacionalidad- se ven
afectados por las mismas problemáticas barriales.
En ambos casos de la valoración de vecindad por sobre el de nacionalidad, se asocia a un sentido
de pertenencia, que al menos desde el discurso se legitima en el hecho de residir en un mismo
barrio. Mientras en Esmeralda el concepto de vecindad se vincula con un derecho de la población
migrante al habitar, en Ruzafa este aparece como un deber.
118
Ruzafa cuenta con un activo tejido asociativo, a diferencia de lo ocurrido en Esmeralda donde es
más incipiente. Mientras el móvil del asociacionismo en el caso de Ruzafa tiende a ser la exigencia
de derechos sociales, desde un carácter reivindicativo y multicultural para el caso de Esmeralda el
móvil es el patrimonio y la calidad de vida de sus habitantes.
Ante la escaza presencia de la administración local y la percepción de abandono respecto a la
misma,- en cuanto a la provisión de servicios y en temas de convivencia en barrios multiculturales,
algunas organizaciones del nutrido tejido asociativo de Ruzafa asumen este rol. Trabajan por el
bienestar de la población más vulnerable, y generan instancias para mayores intercambios entre la
diversidad de grupos que cohabitan en el mismo (promoviendo jornadas de sensibilización y
actividades de carácter intercultural).
Si bien, el tipo ideal de barrio intercultural que se pretende construir – por parte de algunas
organizaciones minoritarias de Ruzafa- es un proceso complejo,
lento y
bidireccional, pues
requiere de tiempo social y una interrelación cotidiana continuada sin mayores problemas. Esta
instancias que; visibilizan al sujeto migrante, facilitan el encuentro entre estos y la población
autóctona, y estimulan la expresión de la diversidad cultural característica del barrio, resultan
relevantes en cuanto al reconocimiento de la alteridad/diferencia necesaria para la cohesión social.
Por tanto se presentan como factores que contribuyen a la inserción de los migrantes en el
espacio local.
Actitudes y decisiones del gobierno local para la incorporación de los
migrantes
En ambos contextos locales receptores de migración, se ha venido desarrollando
desde la
administración pública local, -Oficina Técnica del Plan Norte- Sur, en Valencia y el Programa de
Migrante en Santiago- un trabajo orientado principalmente a la acogida y la Integración social de la
población migrante, entendida esta última desde su normalización en términos de acceso a salud,
educación, empleo y vivienda. Un elemento común a estas formas de gestión local, tiene relación
con un tratamiento asistencialista a la migración, concebida desde la óptica de “problema social”.
Su quehacer en la incorporación de la población migrante al ámbito local es más bien limitado,
pues no se aborda la cuestión migratoria en términos de una implicancia real de la misma, sino
como un problema de servicio social a partir de la voluntad y eficiencia del administrador.
Las principales problemáticas que enfrentan ambos departamentos municipales, están referidas a
la falta de apoyo político reflejado en la ubicación de estos dentro de la estructura municipal;
ninguno aparece en el organigrama y en la falta de financiamiento para el idóneo funcionamiento
de los mismos. Esto se traduce en la escasa incidencia tanto al interior de la institución, como fuera
119
de esta, a nivel de intervención comunitaria, a pesar de que son concebidos como instrumentos
transversales.
A pesar de que son instrumentos dirigidos a la población migrante en el ámbito local, no hay un
mayor involucramiento de las asociaciones de migrantes, no se las convoca, no participan, ni
mucho menos inciden en la elección de las temáticas alusivas a los proyectos dirigidos para los
mismos. No se observan incentivos para la participación de la población migrante a partir del
fortalecimiento del asociacionismo migrante.
Respecto a la implementación de medidas y programas orientados a la convivencia ciudadana en
barrios multiculturales, en la actualidad el papel de estas instituciones de administración es más
bien débil o nulo. No se evidencian intervenciones de mediación intercultural, dinámicas orientadas
a la interacción positiva y la convivencia en barrios multiculturales, ni tampoco mayores iniciativas
para la sensibilización127 de la población local en temas migratorios, como herramientas para
prevenir y/o erradicar prácticas discriminatorias y xenófobas. Esta carencia es suplida por las
organizaciones de la sociedad civil en el caso de Ruzafa, no así en Esmeralda.
La sensibilización y educación de la población en materia migratoria, así como la promoción de
instancias de intercambio entre la población autóctona y migrante, sin duda alguna contribuyen a la
incorporación inclusiva de los migrantes en los contextos locales de recepción. En el caso de Chile
la ausencia de estas iniciativas se hace más patente debido a las actitudes xenófobas y
discriminatorias por parte de la sociedad.
En este sentido, ambos departamentos municipales están en deuda con el tratamiento de la
cuestión migratoria de manera integral. La gestión de la diversidad sociocultural centrada en la
inclusión, implica además la promoción de espacios de interculturalidad, entendida esta última
como una aceptación de la diversidad cultural, basada en un principio de interacción positiva, en la
convivencia con la diferencia, en la negociación con el otro, que está, por ende un paso más allá
del simple hecho de “reconocer” la diferencia en la distancia (más propio de la multiculturalidad)
(Giménez, 2003; Torres; 2004)
127
Están en caso de Santiago están siendo ejecutadas a los funcionarios municipales, en el de Valencia son
impulsadas principalmente desde organizaciones sociales.
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gentrificación anunciada? http://facetas-urbanas.blogspot.com/2013/03/ruzafa-2012-indicadores-decohesion.html
GENERALITAT VALENCIANA (2008) Plan Director de Inmigración y Convivencia 2008-2011. Concejalía
de Inmigración y ciudadanía. Disponible en: www.bsocial.gva.es. Consultado el 23.07.2014
GOBIERNO VASCO (2003) Plan Vasco Inmigración, 2003-2005 Departamento de Vivienda y Asuntos
Sociales. Dirección de Inmigración. Disponible en : http://www.gizartelan.ejgv.euskadi.net/r45-home/es
(2011) III Plan de Inmigración Vasco 2011-2013. Departamento de Empleo y Asuntos Sociales.
Inmigración y Gestión de la Diversidad. En: http://www.gizartelan.ejgv.euskadi.net/r45-home/es
CARTOGRAFÍA
RUSSAFA.
Mapa
http://cartografiarussafa.wordpress.com
relacional
de
Identidades
Urbanas
(2011)
MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES Plan Estratégico de ciudadanía e integración (
PECI) 2011 – 2014. Disponible en: http: //www.mtas.es
RUSSAFA CULTURA VIVA, (2012) http://www.russafaculturaviva.org/sobre-russafa/
VERVOCLIP
(2014)
“Ruzafa,
el
barrio
http://www.verboclip.com/ruzafa-el-barrio-perfecto/
perfecto”
en,
26.03.2014.
Disponible
en
126
6.- ANEXOS
Anexo Nº1: Iniciativas gubernamentales en Chile respecto a la Legislación Migratoria
Fuente: Cano, M, Soffia, M y Martínez, J (2009) CELADE –CEPAL. Elaboración Propia
127
Anexo Nº2: Mapa Conceptual Problema de Investigación
/Políticas
Locales
Económica
Estado e Instituciones
del gobierno Local
Condicionan
Sociedad Civil
(Organizaciones de
población autóctona)
FORMAS DE
APROPIACION
Sociocultural
Del Espacio
Migrantes
Latinoamericanos
Políticas
MODOS DE INCORPORACION MIGRANTE
Barrio Esmeralda y Ruzafa
CONTEXTO DE RECEPCIÓN – ÁMBITO LOCAL
Anexo Nº3: Centralidad Migrante en los Jardines del Turia
Fuente: http://artworkproject.com y http://www.lasprovincias.es/
Montaje Elaboración Propia
128
Anexo Nº4: Pauta de observación
Fecha de observación:
Hora:
Nº Día:
Lugar:
Sector Plano:
Observación en:
1) Espacio Público
1.1).-De encuentro
Migrante)
1.2).- Transito
Nº Semana:
Calles Referencia:
2) Espacio Semipúblico
2.1).- Comercio (Étnico/
Registro Fotográfico N:
Anotaciones del Contexto:
Actor: la gente implicada
Actividad: una serie de acciones relacionadas entre si que las personas realizan
Objeto: las cosas físicas que están presentes
Acto: una determinada acción
Acontecimiento: una serie de actividades relacionadas entre sí que la gente lleva a cabo
Sentimiento: las emociones sentidas y expresadas
Relato
129
Anexo Nº5: Observación en el Espacio Público socio urbano. Barrios Esmeralda y Ruzafa
Tipo de
Espacio
Espacios
Públicos
Descripción
Barrio Esmeralda
Barrio Ruzafa
De encuentro/ De
estar : Vinculados al
ocio en la vida
cotidiana (la plaza, el
parque, la calle)
De tránsito: Referida
a la Calle como paso y
a sus transeúntes.
Alude a las principales
calles del barrio
Plaza del Corregidor
Zañartu
Parque Manuel Granero, y
en las afueras del Mercado.
Calles: Esmeralda,
MacIver, San Antonio,
Diagonal Cervantes,
Ismael Valdés Vergara.
Calles: Plaça del Baró de
Cortés, Calle Cura Femenía,
Calle del Dr. de Serrano,
Tomasos, Cuba y Calle del
Literato Azorin
Espacios de comercio,
consumo y/o servicios:
Comercio Migrante y/o
Comercio Étnico
Centros de llamado e
internet, Calle San
Antonio, en las afueras
de los restaurantes y
comercio migrante
Ferias libre, locutorios.
Locales comerciales de
migrantes y venta de
productos
Latinoamericanos, Terrazas
restaurantes de comida
típica
Espacios
privados de
uso
y/o
acceso
público.
Espacios comunes en Patio común, pasillos
el ámbito de la
vivienda
_
Elaboración Propia
Anexo Nº6: Organizaciones sociales de población autóctona entrevistada en
Barrio Esmeralda y Ruzafa entre 2011-2012
Barrio Esmeralda
Comité de Seguridad Calle Esmeralda
Organizaciones
Formales
Organizaciones
Informales
Junta de Vecinos Nº 3 Centro
Comité de Adelanto Paseo Esmeralda
Colectivo Barrio Esmeralda / Plaza del
Corregidor.
Comerciantes del Diseño y empresarios
Grupo Adulto Mayor
Barrio Ruzafa
Organización Russafa Conviu
Organizaciones
Formales
(Población
autoctona, y
mixtas)
Asociacion civil Jarit
Asociación Plataforma Per Russafa
Agrupación Fallas CADIZ Ruzafa
Asociación Xaloc Russafa
130
Anexo Nº7: Caracterización de la población migrante entrevistada.
Esmeralda y Ruzafa entre 2011-2012
Contexto
Nacionalidad
Peruana
Peruana
Barrio
EsmeraldaSantiago
Peruana
Peruana
Peruana
Peruana
Boliviana
Boliviana
Barrio
RuzafaValencia
Venezolana
Ecuatoriana
Colombiana
Boliviana
Edad
Ocupación
40
Años
25
Años
45
Años
30
Años
51
Años
50
Años
41
Años
37
Años
47Año
s
50
Años
36
Años
38
Años
Maestro
constructor
Maestro
constructor
Asesora del
hogar
Vendedora
Tiempo en la
comuna
13 años
4 años
14 años
4 años
Vendedora
15 años
ambulante
Asesora del
4 años
hogar
Dueño de un
6 años
Locutorio
Comerciante 7 años
Artista y
Profesora
Microempres
aria
Dueña de
Casa
Asesora del
hogar
20 años
7 años
6 años
4 años
Anexo Nº8: Ruzafa. Sección del Plano de Valencia y su huerta en 1812
Fuente: Cavanilles, A. J (1795-1797) Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura,
Población y Frutos del Reyno de Valencia.
131
Anexo Nº9: Plano Oficial de los Barrios de L’ Eixample y Detalle de Ruzafa
L’ Eixample (Ensanche), integrado por los barrios; El Plan del Remedio, La Gran Vía y Ruzafa.
Elaboración Propia
Anexo Nº10: Evolución del Porcentaje de Migrantes respecto del total de población en Barrio
Ruzafa. Decenio 2002 -2012
Fuente: Oficina de Estadística, Padrón Municipal; 2004, 2008, 2011 y 2012. Ayuntamiento de Valencia.
Elaboración Propia
132
Anexo Nº11: Presencia de personas extranjeras y Concentración de colectivos de migrantes
por sección en Barrio Ruzafa. 2003-2008
Fuente: Torres, (2007); Moncusí, (2009) y Oficina de Estadística, Ay. de Valencia. Elaboración Propia.
133
Anexo Nº12: Hitos de movilizaciones sociales del Barrio Ruzafa
Año
2002
2002
2008
2013
Noticia en los medios
Relato
Actores y/o Acciones- Ruzafa
Entre las organizaciones
convocantes, había asociaciones
de la sociedad civil autóctona
(AMPA CEIP J. BALMES, Jarit,
la asociación de vecinos
ACSUD- Las Segovias, Salvem
Russafa, entre otras) y también
migrante; Asociación de
inmigrantes Argelinos,
Marroquíes entre otros. (No
hubo mayor participación de
latinoamericanos, pues esa
recién comenzaban a llegar al
barrio)
"Manifestación España
Disputa por el espacio público, en la
Denuncia colectiva, impulsada
2000" Los testigos acusan época de mayor asentamiento de
por la Plataforma Per Russsfa en
al líder de España 2000 de población migrante en Ruzafa
conjunto con otras
organizaciones. Se presenta una
alentar consignas racistas
(principalmente entre 1997-2004) La
querella en contra de cualquier
en la manifestación de
extrema derecha valenciana, España
provocación violenta y por la
Ruzafa. Fuente:
2000 impulsa una serie de
www.lasprovincias.es
manifestaciones en el barrio de Ruzafa convivencia y respeto a la
contra los inmigrantes bajo lemas como: diversidad que conforma el
Lanzada a los pocos días "ilegales no", "los españoles primero",
barrio. Denuncian la actitud de
de la manifestación de
España 2000 (en la marcha de
entre otros.
enero 2002.
2002)
"Russafa salva el Parque Luego de varias manifestaciones
Los vecinos recogieron miles de
de Manuel Granero". El
sociales y también culturales, se
firmas, con el apoyo de
ayuntamiento busca
consigue que el Ayuntamiento
asociaciones de distinto tipo de
lugares alternativos para
renunciara a construir un parking
Russafa, las comisiones falleras
construir el aparcamiento y subterráneo en el parque Manuel
y las asociaciones de padres de
la Generalitat remodelará el Granero, única zona verde del barrio.
los colegios Entre ellas: Jarit,
Más información ver video en apoyo a la AMPA CEIP J. BALMES,
jardín. Fuente:
www.levante-emv.com
defensa de los árboles del parque:
Plataforma Per Russafa, entre
Anitaju Productio`s:
otras.
https://www.youtube.com/watch?v=XftNcROyJI
"Construcción de un
Reivindicación del colegio público
Principalmente a cargo de
colegio público para
Puerto Rico, para hacer uso de los
Plataforma Per Russafa en
Ruzafa" Una cadena
solares, reservados para equipamiento articulación con el AMPA CEIP
humana reivindica la
comunitario, es un trabajo continuo, que J. BALMES, y apoyadas por
construcción de un colegio lleva más de 10 años en esta demanda, otras organizaciones: Xaloc,
público en Ruzafa. Fuente: y que finalmente el 2013 consigue la
entre otras
www.elmundo.es
aprobación.
"Russafa sale a la Calle y
protesta por el abandono
y deterioro del barrio"
Fuente: "El País.
Comunidad Valenciana. 1
de febrero 2002, (Torres,
2007:316)
Manifestación convocada por sociedad
civil autóctona, en enero- 2002 "Por la
convivencia, contra el abandono y
olvido del barrio". Entre sus demandas:
habilitación de un parque central,
rechazo a la especulación, mejoras en
seguridad ciudadana y de la
convivencia, inversiones para favorecer
la convivencia con los inmigrantes, así
también la reforma del colegio Balmes y
la construcción de uno nuevo en calle
Puerto rico, etc.
134
Anexo Nº13: Programas y Proyectos implementados desde la Administración local para la
Convivencia Barrios Multiculturales. Ruzafa
Iniciativa
Programa de
Convivencia
Intercultural
"Valencia Mosaico
de Culturas" (2004)
City to City (20052007)
Descripción
Programa diseñado como dispositivo de la implementación del CAI
(Centro de Apoyo a la Inmigración) que respondía a los principios
inspiradores del I Plan Municipal para la Integración de la Inmigración
(2002-2005), en materia de integración de la población inmigrantes, la
coordinación de diferentes áreas municipales y la potenciación de la
participación de la ciudadanía. Este programa marcó las líneas de
intervención del Área de Mediación Socio-Cultural del CAI.
Experiencia de trabajo comunitario se implementó Orriols y Ruzafa,
gracias a
financiamiento europeo. Orientada al fomento de la
convivencia entre culturas que comparten los espacios en barrios de la
ciudad; prevenir conflictos derivados de la convivencia intercultural,
intervenir en conflictos con estrategia de mediación; a partir de
mediadores “naturales” (activistas de las organizaciones sociales del
barrio) y profesionales. (Jabbaz y Moncusí, 2010:175)
Pasa la bola
Proyecto se llevaba a los barrios, con una mascota se trabajaba con las
asociaciones del barrio. Se trataba de una actividad más teatral y de
movilización implementada en la calle, en el marco de algún Foro,
festividad o jornada intercultural, puesta en marcha por alguna
asociación del Barrio
Otras iniciativas de
Sensibilización
(vigentes)
Orientadas a población escolar y joven, (a través de las asociaciones
juveniles, colegios, y centros municipales de juventud). Entre ellas:
Carpeta Educativa, la formación del personal municipal (monitores de
juventud), y el Divercinema (Actividad de cine y diversidad, como
medida prevención de racismo y xenofobia)
Fuente: Entrevista informante Clave, Oficina Técnica del Plan Norte- Sur.
Ayuntamiento de Valencia. Elaboración propia.
135
Anexo Nº14: Mapa de Chile y regiones con alto porcentaje de población migrante
Fuente: Mapas y Planos del Mundo http://www.xpgalvez.cl
136
Anexo Nº15: Plano del Centro Histórico de la comuna de Santiago (Centro)
Detalle de la Plaza de Armas y el sector Mapocho
Anexo Nº16: Vivienda Migrante y Patrimonio.
Calle Esmeralda (Izquierda) y Aillavilú c/ Bandera en Mapocho (Derecha). Elaboración propia
137
Anexo Nº17: Detalle del Barrio Esmeralda en el Centro Histórico de Santiago
Elaboración Propia. Fuente: https://maps.google.cl
Anexo Nº18: Organizaciones de la sociedad civil y población autóctona
Barrio Esmeralda
Sector
Tipo
Detalle
Comité de Seguridad Calle Esmeralda
Organizaciones
Formales
Sociedad Civil
Junta de Vecinos Nº 3 Centro
Comité de Adelanto Paseo Esmeralda
Colegio de Médicos
Colectivo Plaza del Corregidor / Barrio
Esmeralda
Organizaciones
Informales
Comerciantes del Diseño y empresarios
Grupo Adulto Mayor
Elaboración Propia. Fuente: Trabajo de campo, 2012
138

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