turorial-de-pesca-desde-costa

Transcripción

turorial-de-pesca-desde-costa
ANZUELOS
PARTES
OJAL O PALETA
ABERTURA
GARGANTA
PUNTA
PATA
TRABAS
MUERTE
CURVA
El ojo, ojal o paleta: es por donde se lo ata al sedal o al bajo. Parece no influir en la pesca pero sí lo hace ya que
induce al anzuelo a diferentes presentaciones de éste en el agua.
Los anzuelos en los que dejamos el ojo hacia arriba tienden a ir hacia abajo en el agua y a la inversa. Muchas
veces esto no influye en el pique pero sí en el sutil desplazamiento del engaño en el agua. Eso se ve mucho en el
atado de moscas donde se deja el ojo hacia abajo para que ésta suba en cada tirón y darle más vida. Cuando se
usa carnada debe atarse firmemente a la pata ya que la clavada debería ser más directa. Cualquier posición que
elijamos para el ojo siempre debemos hacer salir el nylon por dentro de éste. Hay distintos tipos: Argollado,
argollado con filo, ojal, argolla ojal con filo, abierto, de paleta, con girador y del tipo aguja.
El ojal del anzuelo puede ser de diferentes tipos, e incluso puede ser del tipo paleta. En la siguiente imagen
podemos ver varios ojales.
ARGOLLA
ARGOLLA SOLDADA
OJAL
ARGOLLA OJAL AFILADO
ARGOLLA AFILADO
ARGOLLA ABIERTA
PALETA
GIRADOR
AGUJA
El tipo anilla, que es el más común, fabricado con alambre redondo; el tipo ojal ahusado, el cual posee un
estrechamiento del alambre en la unión con la pata; el tipo aguja, en el cual el ojal posee forma oval, siendo usado
en algunos anzuelos para tiburón, atún, en los triples, y en algunos tipos de moscas; el tipo paleta, que es
simplemente un achatamiento en el extremo de la pata del anzuelo, siendo su principal característica el poco peso
empleado, razón por la cual es utilizado en anzuelos de sección fina, que son muy usados en anzuelos para
torneos por cantidad de piezas; y por último apreciamos el ojal lazo, que es utilizado en anzuelos simples para
salmón.
Con respecto a la posición del ojal, estos pueden ser rectos, hacia afuera o hacia adentro, apreciándolos en las
siguientes imágenes.
La polémica es: ¿De ojal o de paleta? Como ya dijimos para los diferentes tipos de pesca existen diferentes
tipos de anzuelos en forma, tamaño y material utilizado. Muchos pescadores prefieren el de ojal ya que son fáciles
de atar y muchos otros eligen el de paleta por la mejor clavada. Las mejores versiones de anzuelos de paleta son
construidos con una mayor concentración de carbono en el acero lo que los hace clavar mucho mejor. Digamos
que son ideales para la pesca del pejerrey ya que tiene la boca delicada y un anzuelo de punta gruesa tiene más
posibilidades de romperla por lo que creemos que resulta mucho mejor un anzuelo de paleta que clava mejor,
hace menos daño, es más duro y nos dura más.
La pata: Tiene una función específica e importante y se dividen en tres grandes grupos. Pata corta, standard y
larga. En el armado de moscas tiene que ver con el cuerpo que queramos darle al insecto. En la pesca con
carnada logramos enganchar una mayor cantidad de ésta en un anzuelo de pata larga que en uno de pata corta.
También evita la pata larga que los dientes de la presa lleguen a cortar el sedal si no tenemos líder. También las
hay curvas en su desarrollo.
La curva: Es la parte del anzuelo donde se efectúa la mayor fuerza cuando se clava un pez. Los hay de curva
caída y los semicirculares. Esta característica debe adaptarse al tipo de boca del pez y a su forma de comer. Se
nota en ciertas especies.
A continuación vemos las fotos de algunas de las curvas de anzuelos que pueden encontrarse en el mercado.
ABERDEEN
CAMARÓN
O´SHAUGNESSY
CRISTAL
REDONDEADA
KENDAL
SPECIMEN
LIMERICK
TIEMCO
Las trabas: Son pequeñas "muertes" que se aprecian sobre el "lomo" de la pata que hacen a la efectividad del
enganche del pez desde su boca. Lógicamente son más dificultosos de zafar a la hora de querer soltar la pieza sin
daño en el agua y no son del todo necesarias en casi ninguna clase de pata si dejamos una tensión permanente
en el nylon.
La abertura: Incide directamente con la especie que queramos pescar y el tamaño de su boca y la forma de
comer que esta desarrolle.
La punta: Si el filo de los anzuelos no sirven por estar desafiladas o no ser las correctas lo más probable será que
perdamos el pique. Existen varios tipos a saber: Filo navaja, aguja, aguja con barba, sin barba, micro barba, corta,
larga, pico de loro, torcido y torcido al revés. Siempre debemos tenerlas bien afiladas y elegir la que más se
adapte a la especie que estamos buscando ya que hay las de clavada rápida, para que coman , para ensartarlos
con curvas cerradas y puntas hacia adentro, etc. Las hay con y sin muerte. Personalmente usamos sin muerte ya
que ésta es la que lastima al animal de más si queremos soltarlo con el menor daño posible. En la siguiente
imágen se pueden apreciar diferentes puntas de anzuelo.
La punta flecha es también una punta sin muerte, tipos éstas que son utilizadas en flycasting principalmente,
pero que también se encuentra instalado en muchos pescadores que practican el "capturar y soltar", y no
precisamente en Fly, sino también en casi todos los tipos de pesca. El hecho de no poseer traba o muerte,
asegura (en las formas de pesca en la que el pez no traga el anzuelo) en un 100% de que el pez sobrevivirá
cuando sea soltado. La punta con muerte externa, es utilizada en anzuelos triples.
La resistencia: Se relaciona directamente con la fortaleza y tiene a veces que ver directamente con el grosor del
alambre.
La muerte: Siempre en contra de este detalle del anzuelo en casi todos los casos creemos que no es una parte
que sea indispensable para que el anzuelo funcione como tal. Es más: En muchos casos hace más difícil la
clavada ya que tiene que entrar mayor cantidad de material en la boca del pez y todos sabemos que la punta lisa
penetra con un menor roce y por lo tanto menor esfuerzo. Volvemos a la pesca con devolución: Sin la "muerte" es
casi seguro que el animal ni siquiera sienta la herida (solo la resistencia) y podamos devolverlo sin siquiera un
rasguño.
Sección: Es el grosor del anzuelo. Va en relación directa con su resistencia, aunque influye la calidad del acero
con que esté fabricado. Muy a tener en cuenta a la hora de capturar grandes especies. Podemos tener secciones
circulares o aplanadas.
Los tamaños de anzuelos de sección circular suelen ser muy pequeñas, utilizados en la mayoría de las pescas
de flote o de peces de tamaño reducido. Los de sección aplanada o forjados poseen mayor resistencia. El
achatamiento, que antiguamente se realizaba con un martilleo sobre el anzuelo, se realiza en la zona curva, lo que
le otorga una mayor resistencia que al anzuelo de sección circular.
TAMAÑOS DE ANZUELOS APROXIMADOS POR ESPECIE
Peces de agua salada
Pejerrey: 10 al 1.
Pescadilla: 4 al 1.
Corvina rubia: 1 al
4/0.
Burriqueta: 4 al 1/0.
Corvina negra: 3/0 al Sargo: 1 al 2/0.
7/0.
Tiburones: 12/0 al
16/0.
Salmón: 3/0 al 10/0.
Cazón: 7/0 al 10/0.
Róbalo: 1 al 4/0.
Gatuzo: 2/0 al 5/0.
Lenguado: 1 al 4/0.
Pez limón: 3/0 al 7/0. Congrio: 3 al 4/0.
Anchoa: 1 al 6/0.
Bonito: 1/0 al 4/0.
Pez palo: 3 al 1/0.
Brótola: 4 al 2/0.
Mero: 4/0 al 7/0.
Besugo: 3 al 3/0.
SEÑUELOS
PECES ARTIFICIALES
Se trata del señuelo clásico: una figura con forma de pez, con un babero en su cabeza que hace que se hunda
durante su desplazamiento. La variedad de formas y tamaños existentes en el mercado es casi infinita. Existen
algunos modelos específicos para mar, dotados con anzuelos de acero inoxidable que los hacen más resistentes
al agua salada.
Los colores más efectivos son, por un lado, aquellos que imitan las presas habituales de los depredadores a los
que están destinados, y por otro los que no imitan ninguna especie en particular, pero que pueden resultar
tremendamente efectivos, como el caso de los llamados "red head" (cuerpo blanco y cabeza roja), los pintados en
blanco o plata con el lomo amarillo o aquellos de fantasía en colores chillones (naranja, amarillo fluorescente,
dorado), que serán especialmente efectivos en aguas tomadas.
VENTAJAS
Son fáciles de manejar. Existe una enorme variedad en el mercado y hay modelos para trabajar a todas las
profundidades y especies depredadoras.
INCONVENIENTES
Son caros (más caros cuanto mejor calidad).
Su peso es limitado, por lo que no se pueden alcanzar grandes distancias, aunque siempre nos podremos
ayudar de un flotador lastrado.
Las poteras se enganchan fácilmente en lugares rocosos o en las algas.
VINILOS
En principio utilizados para la pesca en agua dulce, han acabado siendo también utilizados en la pesca en el
mar.
Los podemos encontrar con una gran variedad de formas, texturas y acabados (ojos, colores reales, etc), e
incluso impregnados con esencias para atraer más aún al pescado.
Los más utilizados son los siguientes:
-
Lombrices: imitación casi perfecta del cebo rey por excelencia. Existe una amplia gama de tamaños que
abarca desde 5 cm. hasta los 30 cm. Generalmente la cola está moldeada de forma que cuando está en
movimiento genera unas ondulaciones muy atractivas para el depredador.
-
Cangrejos: imitación al cangrejo de río o de mar, que en función de la marca tienen más o menos parecido a
la realidad. Su principal atractivo es que al moverlos mueven sus pinzas y ondulan ligeramente el cuerpo,
imitando el movimiento del crustáceo.
-
Salamandras: ampliamente utilizadas en la pesca en agua dulce, también dan resultado en el mar.
-
Grubs: pequeñas lombrices con el cuerpo rechoncho y corto, y una cola que forma casi una circunferencia
cerrada. Esta cola produce un fantástico movimiento durante su recogida, que es su principal atractivo.
-
Pikies: imitación de pececillos, con cola aplanada en sentido perpendicular al señuelo. Cuando se produce
la recogida del pikie el movimiento de la cola imita la natación de un pececillo. Para nuestros depredadores
marinos es uno de los señuelos comodín más utilizado.
-
Jerkbaits: son imitaciones de pececillos, aunque más alargados y delgados que los pikies, lo que les
confiere un movimiento y acción inigualables. Son los señuelos de vinilo de superficie por excelencia. Al ser
recogidos saltan, se retuercen, crean burbujas, salpican, todo un espectáculo que no pasa desapercibido
ante la atenta mirada de cualquier depredador que esté merodeando por la zona.
Para el empleo de los vinilos se deben utilizar unos anzuelos específicos. Son anzuelos de ojal que suelen
estar entre el 0/0 y el 5/0, y disponibles en varias longitudes de pata. Se introducen en el interior del vinilo por el
conducto que tiene para tal efecto, desde la cabeza. La longitud del anzuelo debe estar acorde con la del conducto
del vinilo, de manera que éste no quede arrugado en la pata del anzuelo, o bien que sobresalga mucho anzuelo
del vinilo.
Su utilización es realmente curiosa, ya que, debido a su escasísimo peso, apenas se pueden lanzar unos
cuantos metros, por lo que se hace uso de las corrientes que se crean en las salidas de los puertos, de las propias
mareas o de las salidas de agua dulce de rías y arrollos para dejarlo arrastrar a enormes distancias, hasta llegar a
una zona muerta. A partir de ahí comienza una recogida a tirones y pasusas hasta que se produce la picada.
También se pueden emplear con la ayuda de un flotador lastrado (bulrag o buldo), o bien utilizar un tipo
especial de anzuelo plomado, denominado "jig". Estos jigs se pueden encontrar con diferentes pesos, lo que
permite cambiar los montajes para variar las distancias y profundidades a alcanzar.
En las siguiente figuras vemos cómo se montan los anzuelos en los vinilos.
VENTAJAS
Son baratos.
Fáciles de usar. Cambiando el anzuelo plomado (jig) se puede utilizar el mismo vinilo en superficie, medias
aguas o en profundidad. Con los jigs más pesados se pueden alcanzar distancias y profundidades considerables.
INCONVENIENTES
Son menos resistentes que los peces artificiales.
En principio no provocan sonido durante su movimiento en el agua, lo que merma su efectividad en aguas
tomadas o con espuma (a excepción de los jerkbaits).
CUCHARAS
El ondulante movimiento de las cucharas en el agua imita el errático nadar de un pez en apuros, lo que
despierta la atención de muchos depredadores.
Actualmente podemos encontrar cucharas con poteras decoradas con lanas o tiras, adhesivos de espejo u
holográficos, que aumentan su poder de atracción.
VENTAJAS
Son económicas y fáciles de utilizar.
Producen gran cantidad de brillos y vibraciones que atraen a sus presas en las peores condiciones de
visibilidad.
Su variedad de pesos permiten su utilización en cualquier capa de agua.
INCONVENIENTES
No flotan, por lo que la velocidad de recogida debe ser constante.
Se enganchan con cierta facilidad.
HÉLICES
Esta es otra adaptación de señuelos de agua dulce al agua salada. Se trata de un pez artificial sin babero, que
navega exclusivamente por la superficie. En su parte delantera o trasera posee una o dos hélices, que rasgan las
superficie del agua tanto si recogemos el señuelo a tirones cortos como si lo hacemos de manera contínua.
El sonido y las vibraciones que producen estas hélices en la superficie del agua suelen desencadenar el ataque
del depredador, incluso en las peores condiciones de mar.
En acantilados con rompientes que produzcan gran cantidad de espuma pueden ser los señuelos más
efectivos, pescando en superficie, donde ningún otro puede (excepto el popper).
VENTAJAS
Son muy detectables debido al ruído y vibraciones que producen.
INCONVENIENTES
Condiciones de uso limitadas.
POPPERS
De características muy similares al pez de hélices, el popper es otro de esos señuelos poco utilizado en el mar
y que, en determinadas condiciones, puede resultar muy efectivo.
Se caracteriza por su cabeza, desprovista de babero, y de forma cóncava. Esta concavidad es la responsable
de producir un enorme desplazamiento de agua acompañada de un sonoro "pop" (que es lo que le da nombre al
artilugio).
Se utiliza en circunstancias iguales a las de la hélice, pero a diferencia de ésta, el popper tiene un lugar donde
trabaja especialmente bien: tras el paso de la ola, en el remanso que deja delande de la siguiente, allí donde el
blanco de la espuma se empieza a diluir y la calma no es más que el presagio de una nueva ola. En este lugar se
darán tirones secos, que rompan la momentánea quietud del remanso.
VENTAJA
Similares a las de la hélice: mucho ruído.
INCONVENIENTES
Condiciones de uso limitadas.
PASEANTES (WALKER)
Se podría definir un paseante como la versión "tranquila" de los dos modelos anteriores. Se trata de una
adaptación del pez artificial desprovisto de babero, que a base de tirones se desplaza con un acusado movimiento
de zig-zag sobre la superficie del agua.
El truco de se empleo: tirones cortos secos y acompasados, dejando unas décimas de segundo entre tirón y
tirón para que quede un poco de línea suelta que permita a la cabeza del paseante girar de lado. Suena
complicado, pero una vez que se da con el movimiento es como montar en bici...
VENTAJAS
Es válido para pescar en aguas revueltas, pero se defiende mejor en aguas tranquilas.
INCONVENIENTES
Sus condiciones de uso están bastante limitadas, aunque no tanto como en el caso de las hélices y los
poppers.
ANGUILÓN Y PLUMA
Muy utilizados en el curri costero, también resultan útiles en el lanzado desde la orilla. A los neófitos les puede
sorprender por su sencillez, lo que les hace recelar.
Tanto la iscabela (tubito de plástico o silicona que recubre el anzuelo) como el anguilón de caucho o vinilo
(señuelo algo más sofisticado con ojos y cola móvil, como los Raglou y Exolurex) o las simples plumas (anzuelo
cubierto con una o varias plumas naturales, generalmente blancas) tienen una efectividad asombrosa.
Al igual que otros señuelos, evolucionan a marchas forzadas, incorporando hoy en día ojos móviles, perlas
fluorescentes, tiras holográficas, etc. Están disponibles en una gran variedad de colores y tamaños.
Se pueden montar de uno en uno o poniendo varios en línea (aparejo conocido coloquialmente en el Sur como
"rosario")
Debido a su escasísimo peso, para su lanzado se utiliza un flotador lastrado.
VENTAJAS
Señuelo polivalente, fácil de usar y muy económico.
INCONVENIENTES
Utilizado como rosario los anzuelos suelen enredarse mucho, especialmente en condiciones de fuerte aire.
PEZ DE PLOMO
A caballo entre la cuchara y el pez artificial se encuentra este tipo de señuelo. Su tosco aspecto (cuerpo de
plomo mazizo, habitualmente sin pintar, con una potera en la cola) no debe engañar al pescador, ya que muchas
lubinas de nuestras costas, y de muchos kilos, han sucumbido a los encantos de este pesado señuelo.
De los primeros modelos, un simple trozo de plomo adornado quizá con una pluma blanca, denominados
"chivos", a los más modernos, con ojos, adhesivos holográficos, imitación de escamas, etc, ha habido una
evidente evolución, pero siguen ofreciendo una imagen poco atractiva para el pescador, pero muy atractiva para el
depredador.
VENTAJAS
Su peso: si buscamos un señuelo que llegue donde ningún otro lo hace, éste es el pez de plomo. No resulta
descabellado pensar en lances de 60 ó 70 metros, distancia normal para una caña de surf, pero inimaginable con
una de lanzado medio con otro señuelo.
INCONVENIENTE
No se puede utilizar en aguas superficiales. Necesita una alta velocidad de recogida para evitar los enganches
en el fondo.
POTERAS
PLOMOS
BALA
ESTRELLA
LÁGRIMA
GRAPA
CON ALETAS
REDONDO
HEXAGONAL
OLIVA
TORPEDO
PERA
CON CEBADOR
FLOTADORES
PERA
VELETA
PATER NOSTER
LÁPIZ
LASTRADO
CAÑAS DE SURFCASTING
LONGITUD
A mayor longitud más lejos llegaremos ... pues no, así de claro.
El lance y la distancia que logremos no depende de la longitud de la caña exclusivamente, pues entran en
juego muchos elementos, como son los materiales, la acción, los punteros, el carrete, las bobinas, el sedal, los
pesos, los aparejos y los cebos. Todos estos aspectos los veremos más adelante.
La caña es una palanca, y reacciona ante la fuerza que ejercemos nosotros al lanzar. Para transmitir mejor la
energía desde el mango hasta el puntero las cañas tienen diferentes acciones (en cuanto a pesos y rigidez) y
diferentes longitudes.
Longitud y acción deben estar en equilibrio para que saquemos todo el partido a la hora de lanzar. No podemos
decantarnos por una caña demasiado larga ni por una demasiado corta: tenemos que tener en cuenta nuestro
físico, nuestra altura y nuestra envergadura (distancia entre manos con los brazos extendidos), en la soltura y
elasticidad de nuestros brzsos y cintura.
Actualmente la medida estándar se situa en 4.50 metros. Las cañas más cortas (por ejemplo 3,90 m. ó 4.20 m.)
pueden resultar más cómodas, pero la línea quedará menos elevada, con lo que resultará más sensible al olejaje,
y además perderemos unos metros de lance que pueden resultar preciosos. Y viceversa ..., en casos de fuerte
oleaje puede ser recomendable disponer de una caña un poco más larga, pero sería demasiado aparatosa en
otras ocasiones.
La mayoría de las cañas de surf se ofrecen en esta medida de 4,50 metros y, en algunas firmas, podemos
encontrar el mismo modelo en otras longitudes.
Para comenzar a ejecutar nuestros primeros lances deberíamos optar por una caña de longitud intermedia
tirando a larga (de 4 a 4,20 metros), lo que nos permitirá realizar estos primeros lances con más efectividad a la
par que iremos aprendiendo y mejorando nuestro estilo.
Mango largo, buena distancia entre empuñadura y anclaje del carrete, pues si los brazos los tenemos
demasiado juntos a la hora de disponernos a lanzar, la fuerza transmitida por la palanca no sólo será mínima, sino
mal graduada, por lo que en vez de propiciar un movimiento suelto y progresivo de impulso al volcar la caña
estaremos realizando un movimiento rígido y falto de energía, lo que se traduce en lances cortos y poco
agraciados.
NÚMERO DE TRAMOS
Si vamos a adquirir una caña enchufable (no telescópica) no tendremos muchas alternativas. La mayoría de las
marcas nos ofertan sus cañas en tres tramos enchufables. Las de dos tramos se puede afirmar que se encuentran
"en extinción" por ser poco prácticas en el almacenaje y en el transporte (que no en el comportamiento), y más de
tres tramos supone más puntos débiles. Así pues, no hay duda: si adquirimos una caña enchufable, será de tres
tramos.
TALÓN
El talón debe ser lo suficientemente largo como para permitir hacer palanca con comodidad y potencia. Ante la
duda es mucho más recomendable un talón que peque por exceso, antes que por defecto (una longitud inferior a
70 cm. puede resultar incómoda aunque no seas demasiado alto). Además, sería recomendable que llevará algún
tipo de antideslizante para facilitar la sujección de la mano izquierda (si se es diestro, claro).
La longitud idónea se puede situar entre 80 cm. y un metro de longitud para un pescador de 1,80 metros de
altura.
MATERIAL
En este punto tampoco hay demasiadas dudas. Todas las cañas de gama media y alta se fabrican con
derivados del carbono (con mayor o menor número de módulos). El carbono aporta comportamientos muy rígidos
co menos peso. Sin embargo, este comportamiento es poco benévolo con el pescador lanzador, y exige un cierto
nivel para poder extraer todo su potencial.
Las antiguas cañas de fibra de vidrio y derivados eran mucho más parabólicas y mucho más pesadas, pero
considerablemente más sencillas a la hora de lanzar.
En algunos modelos encontraremos otros materiales de última generación, como es el caso del kevlar, que se
suele utilizar para reforzar los enchufes y otros puntos críticos.
ACCIÓN
Este es un punto importantísimo y al que no se le suele prestar la atención debida. Es más importante si cabe,
por el hecho de no ser un parámetro "medible". Estamos hablando del comportamiento de la caña, y eso (entre
otras cosas) es una elección personal, pues hay pescadores a los que gustan acciones muy rápidas y agresivas
mientras que otros las prefieren parabólicas, sin que exista otra razón más que los gustos personales.
Las acciones que podemos encontrar en las cañas de surfcasting son las siguientes:
-
Acción rápida (de punta): permiten imprimir mucha velocidad al aparejo, lo que redunda en lances más
largos, siempre que se cuente con la experiencia adecuada. Son cañas en las que la flexión se centra en el
último tramo, la puntera, con un comportamiento mucho más rígido en el resto de la caña.
´
- Acción media (semiparabólica): es la caña ideal para la mayoría de los pescadores. No es demasiado
agresiva (hemos visto que estas cañas son muy exigentes con el lanzador) ni tampoco "blandengue". La
distinguiremos porque, sometida a esfuerzo, este tipo de caña flexiona sus dos primeros tramos, siendo el
talón el más rígido.
-
Acción lenta (parabólica): siempre hablando de equipos tradicionales (no de repartición), las cañas lentas
son muy amables con el pescador, fáciles de usar y muy permisivas con los errores cometidos durante el
lanzado. Se lanza fácil, pero olvídate de alcanzar las distancias que obtiene un pescador medio con una
caña "de punta". Las distinguiremos porque flexionan por igual a lo largo de toda su longitud.
POTENCIA
La potencia, confundida casi siempre con la "acción" es la capacidad de soportar el lance de un aparejo de un
peso determinado. Casi la totalidad del peso del aparejo recae sobre el plomo.
Las potencias más empleadas es la de 100 - 200 gramos, pero esto depende, como hemos dicho, del aparejo a
lanzar, y éste, a su vez, del mar en que se pesque, las especies buscadas, los gustos personales, etc.
ANILLADO
Hoy en día no es raro encontrar materiales como el titanio en la fabricación de las anillas.
A la anilla de salida, la primera por la que tiene que pasar la línea en dirección hacia la puntera de la caña, se
la denomina anilla de salida. La mayoría de las cañas enchufables tienen la anilla de salida en el segundo tramo.
Sin embargo no existen reglas extrictas, pues el número de anillas y la colocación a lo largo de la caña dependerá
de la acción de la caña, y además cada fabricante tiene sus reglas.
PORTACARRETES
Existen de dos tipos: de rosca y de cremallera. Los de rosca, siempre que sean de buena calidad, permiten una
corecta sujección del carrete, aunque en ocasiones pueden bloquearse, sobre todo con la arena. Los de
cremallera o similares son muy sencillos y rápidos, además de garantizar una sujección sin holgura.
REFUERZOS
Nuestra caña de surf, si es de tres tramos, tendrá dos uniones, que se suponen sendos puntos débiles que
debemos vigilar. Para solucionar posibles problemas ante esfuerzos intensivos se recurre a refuerzos metálicos
(en las cañas más clásicas) o de espiral de kevlar o carbono (modelos de última generación). La función en ambos
casos es la misma, sólo cambia el material y el precio.
OTROS DETALLES
Las cañas pueden incorporar infinidad de detalles de acabado, pero lo verdaderamente importante es aquello
que resulte útil. Por eso nos parece una excelente idea el acabado antideslizante en los enchufes y en el talón.
Gracias a estas zonas rugosas podremos
PELIGRO CON EL CARBONO
El carbono ha supuesto una verdadera revolución en la construcción de cañas de pesca. Sin embargo tiene un
problema especialmente grave para nuestra actividad: las cañas fabricadas en este material se convierten en un
verdadero pararrayos en caso de tormenta. Nunca (y nunca significa nunca) se debe pescar con cañas de carbono
en caso de probabilidad de tormenta. Los accidentes de este tipo, en el mejor de los caos, se saldan con
quemaduras graves o incluso la muerte.
CAÑAS DE REPARTICIÓN
Este tipo de cañas se utilizaron, en un primer momento, en la modalidad de surfcasting denominada
"longcasting", en las competiciones de máximo nivel, donde el fin último es lograr la máxima distancia posible con
unos diámetros de línea y pesos ya determinados y establecidos por las distintas federaciones.
Naturalmente encontraremos cañas de este tipo pero adaptadas para utilizarlas en la modalidad de surfcating.
Las posibilidades de este tipo de cañas son muchas y los resultados serán excelentes a la hora de alcanzar
grandes distancias con los diferentes tipos de lanzamientos. Pero su complejidad exigirá al usuario una inversión
no económica, sino de tiempo, encaminada a aprender la disciplina y los secretos del lance moderno.
ESTRUCTURA
Este tipo de cañas están construídas normalmente en dos tramos, y con una unión entre ambos denominada
"espigot". Este tipo de unión es el más indicado para mantener el tipo de acción entre las dos partes de la caña sin
alterarlo.
La acción o forma de trabajar de la caña está dividida en tres zonas: la puntera, situada en la parte alta de la
caña, el tramo medio, situado en el punto de unión de ambas partes y por último el talón o mango, en la parte
baja.
-
Situada en la parte alta de la caña es el segmento más sensible. Permite señalar la picada más suave y se
caracteriza por una notable elasticidad que conseguirá cansar al pez más combativo durante su
recuperación.
-
El tramo medio, situado en el punto de unión de ambas partes, actúa como acumulador de energía que
posteriormente se transmitirá en el lance.
-
El talón o mango, en la parte más baja de la caña, se caracteriza por su particular rigidez, lo que le confiere
a la caña las características de una palanca, ya que es el elemento que agarraremos con ambas manos y
mediante el cual dominamos el movimiento que queremos darle al conjunto.
REPARTICIÓN
Este término alude a la característica de la caña por la que la acción de la misma está repartida entre las tres
zonas que la componen, independientemente de que, como hemos dicho, la caña tenga normalmente dos tramos,
en lugar de tres, como las típicas cañas de surf.
Puede parecer que una caña de dos piezas pueda tener tres zonas o segmentos, pero insistimos en que no
hablamos de tramos de caña, sino de tramos de acción. Es una acción repartida a lo largo de toda la longitud de la
caña, de ahí su potencia, su robustez y también su apodo de "rompeespaldas".
La reserva de energía de estas cañas es enorme, dada su particular estructura y confección, y lejos de ser
consideradas cañas para el fin de semana podemos decir que son prácticamente profesionales.
ELECCIÓN DE LA CAÑA
No es fácil acertar en el momento de la elección. Algo que debemos tener presente y que no debemos pasar
por alto es escoger siempre una caña que seamos capaces de comprimir, es decir, que podamos "cargar", o de lo
contrario tendremos una caña a la que no le sacaremos el rendimiento que de ella se espera y que sin duda se
puede esperar. Casi con toda seguridad terminaremos dejándola de lado, olvidada en el trastero de casa.
El mejor consejo que se puede dar para la elección es recurrir a laguien que sepamos que posee una o las
conoce profundamente. Lo ideal sería que nos la dejaran probar, y si no puede ser interesante explicarle cuál es
nuestra constitución física (fortaleza, longitud de brazos, altura, forma física, elasticidad, ...) y para qué tipo de
pesca la vamos a utilizar. Conviene dejarse aconsejar, obviamente si el consejero tiene los conocimientos
necesarios. De esta forma no iremos tan a ciegas a la hora de escoger el modelo adecuado para nosotros.
A la hora de la elección tendremos que tener en cuenta vairas cosas: la condición física en la que nos
encontramos, así como nuestra complexión, y también si somos lanzadores rápidos o lentos; en definitiva, nuestra
manera particular de ejecutar el lance. Se trata de elegir aquella caña que seamos capaces de comprimir, de
doblar, de cargar sin un esfuerzo físico excesivo por nuestra parte.
Si escogemos una caña demasiado potentes y no somos capaces de comprimirla quedaremos muy por detrás
de la distancia que conseguiremos con otras cañas menos potentes y más ligeras. Lo ideal sería encontrar el
equilibrio entre lanzador y caña, y debemos tener presentes que bajo ningún concepto tenemos que ser nosotros
los que nos amoldemos a la caña, sino que tenemos que preocuparnos de encontrar la caña que se amolde a
nuestras condiciones y necesidades.
Dentro de las cañas de este tipo deberíamos, si somos de constitución fuerte deberíamos escoger una caña de
las más largas, de entre 4,20 a 4,30 metros, y en cambio si nuestra constitución es fina deberíamos escoger cañas
más cortas, de 3,90 a 4,0 metros.
Un lanzador potente suele ser más lento, por lo que podrá comprimir mejor una caña larga, compensando de
esta forma la falta de velocidad en el lanzamiento. Por el contrario, el lanzador más rápido arrastrará con mucha
más alegría e inercia una caña corta.
PORTACARRETES SUPERIOR
La caña de repartición es la clásica para utilizar con carrete de bobina giratoria, aunque esto no quiere decir
que no se pueda utilizar con ella uno de bobina fija. Pero lo cierto es que las cañas de repartición y los carretes
multiplicadores fueron creados para ser un todo.
OTRAS CONSIDERACIONES
Cuando adquirimos (o estamos pensando en hacerlo) una caña de este tipo, deberemos tener en cuenta una
serie de factores de suma importancia, para no llevarnos una decepción a las primeras de cambio. He aquí alguno
de ellos:
-
Más peso: debemos acostumbrarnos a lanzar con más peso de plomo. Por regla general el peso a lanzar de
estas cañas vienen siendo de 125 a 150 gramos, y con algunas hasta 175 gramos.
-
Puente: se convierte en obligatorio. Su diámetro debe ser de al menos 0,50 ó 0,60 milímetros, ya que la gran
inercia rompería las líneas de menor diámetro durante el lance.
-
Nudos especiales: habrá que dominar los nudos para los puentes de salida. Será de suma importancia el
conocimiento por nuestra parte de ciertos tipos de nudos, concebidos especialmente para la unión entre dos
líneas de diámetros completamente desiguales. De lo correremos el riesgo de que se desbaraten en pleno
lanzamiento ambas líneas, con el consiguiente peligro de que el plomo salga completamente libre y sin control.
-
Complementos: tendremos que conocer los materiales de alta resistencia, como las grapas o mosquetones
empleados en la unión entre el puente y el plomo. Deberán ser de una construcción sumamento sólida o muy
fuerte, para poder aguantar la tracción del lanzamiento sin que estos lleguen a abrirse o incluso a romperse.
-
Portacarretes: a diferencia de las cañas tradicionales, este tipo de cañas se suministra sin porta-carretes, pero
vienen equipadas con dos bridas ajustables con el diámetro regulable, lo que nos permitirá montar el carrete en
la posición que más nos convenga en función de nuestra estatura.
Una forma de determinar la posición óptima del carrete puede ser la siguiente: colocando el talón de la caña
por debajo de nuestra axila con el brazo totalmente extendido, la mano indicará la posición base del carrete.
El hecho de que estas cañas se suministren sin portacarretes no impide que, una vez encontrado el lugar
adecuado, no le montemos uno.
Algunas de estas cañas nos permiten lanzar con el carrete montado en la base, es decir, al final del talón. Este
tipo de montaje suele ser utilizado en algunos lanzamientos como el péndulo, logrando sacar así todas las
prestaciones del conjunto y, como consecuencia, las máximas distancias en cuanto a metros de línea lanzados
se refiere. Se requiere, eso sí, un entrenamiento especial, pues el carrete pasaría a ser controlado por la mano
izquierda, cosa que tendremos que tener muy clara a la hora del lanzamiento.
TÉCNICAS DE LANCE
Tendremos que emplear cierto tiempo en aprender alguna de las técnicas de lanzamiento habitual, como
pueden ser ground-cast, péndulo, unitech, etcétera. No obstante aún sin dominar ninguna de las técnicas
anteriores este tipo de caña nos daría una ligera ventaja incluso con un lanzamiento ejecutado por encima de la
cabeza, es decir, el lanzado tradicional. Eso sí, sólo en uno o dos de estos lanzamientos puede ser tal el esfuerzo
hecho que nuestra espalda puede quedar maltrecha, y no por la dureza de la caña en sí, sino porque para poder
doblar la estructura de la fibra de la que está compuesta suele ser una técnica necesaria que haga la mitad del
trabajo, a favor nuestro, lo cual no está dentro del lanzado clásico por encima del hombro.
Bien vale la pena invertir cierto tiempo en aprender a lanzar en ground-cast, ya que si no dominamos el
arranque de un plomo posado en el suelo es del todo imposible acometer un lance más complejo como sería el
péndulo.
CARRETES
Junto a la caña, es el accesorio más importante para la pesca. El conjunto caña - carrete ha de estar
equilibrado, lo que facilitará considerablemente la acción de pesca.
TIPOS
Hay dos tipos de carrete: de bobina fija y de bobina giratoria.
-
De bobina fija: este tipo de carrete está formado por una bobina cuyo eje, al montar el carrete, queda
paralelo a la caña. La línea se enrolla en el carrete debido a la acción de un elemento giratorio externo,
denominado recogedor o "pick-up". Este elemento es el que mueve la manivela del carrete, de manera que
va enrrollando la línea alrededor de éste. Además, para facilitar el enrollado de la línea, un mecanismo hace
oscilar carrete hacia arriba y hacia abajo a medida que se efectúa la recogida. De esta forma la línea queda
distribuída uniformemente en el carrete.
Cuando se monta, el carrete debe quedar bajo la caña.
-
De bobina giratoria: en este caso la bobina gira por acción de la manivela. Está colocada con el eje de giro
perpendicular a la dirección de la caña. A medida que se produce la recogida una guía se mueve
lateralmente, de manera que las vueltas se reparten uniformemente en todo el ancho del carrete. Cuando se
monta, el carrete queda por encima de la caña.
PESO
El peso es importante, puesto qur vamos a tener que soportarlo durante gran cantidad de tiempo. Los pesos de
los carretes los podemos encontrar en onzas o en gramos (el factor de conversión es 1 oz. = 28,35 gr.), y es un
valor que debe proporcionar el fabricante.
VELOCIDAD DE RECOGIDA
Denominada también mediante la palabra inglesa "ratio", nos da en número de vueltas del tambor (alrededor
del carrete, en el caso de los de bobina fija, o del propio carrete, en el caso de los de bobina giratoria) por cada
vuelta de manivela. Por ejemplo, un carrete con un ratio de 4:1 significa que por cada vuelta de manivela el guiahilos (en los carretes de bobina fija) o la bobina (en los de bobina móvil) del carrete dará 4.
Al igual que sucece con cualquier mecanismo de engranajes, una relación alta (por ejemplo un 6,1:1) ayudará a
recoger más deprisa, pero con menor potencia, es decir, si arrastramo pesos elevados tendremos que dar con
más fuerza a la manivela. Por el contrario, una relación lenta (por ejemplo 4,8:1) implicará que tendremos que dar
más vueltas de carrete que en el caso anterior para recoger la misma cantidad de línea, pero lo haremos con
mayor potencia.
En la práctica del surfcasting se huye de los carretes con velocidades de recogida altas. Podemos considerar
como correcto un ratio de entre 4 y 5 a 1.
RODAMIENTOS
Últimamente todas las marcas se afanan en ofrecer carretes con infinidad de rodamientos. Es cierto que los
rodamientos suponen una mayor suavidad, pero siempre y cuando sean rodamientos de calidad. Y, por supuesto,
a igual precio entre dos carretes es recomendable invertir en aquellos cuyos rodamientos sean de calidad
superior, aunque el número de rodamiento sea inferior.
FRENO
Es un punto importantísimo a tener en cuenta en los carretes de surf. Mejor si es frontal (en los de bobina).
Puede tener diferentes elementos de fricción, como el corcho o el teflón. En cualquier caso debe ser regulable y
potente, puesto que nunca se sabe con qué pez se puede llegar a pelear.
PIÑONAJE
La mayoría de los carretes de pesca en la mar suelen indicar que llevan piñones de bronce (más resistentes y
duraderos). Evidentemente es algo que no podemos comprobar en la tienda, así que se debe confiar en las
características proporcionadas por el fabricante.
MANIVELA
Larga, que permita hacer una buena palanca, y con el pomo de buenas dimensiones, de tal forma que se
pueda agarrar correctamente, incluso con guantes. El material también debe ser de buena calidad, para evitar que
parta con los golpes.
BOBINAS
Un par de ellas es suficientes. En los de bobina fija el diseño cónico permite evacuar línea con facilidad durante
el lanzado. Mejor todavía si el borde lleva algún tipo de acabado deslizante (las hay con el labio en titanio).
LA ELECCIÓN DEL CARRETE
Dependiendo de la modalidad de pesca que practiquemos, la elección de un carrete u otro nos va a facilitar o
dificultar un lance adecuado, que es donde más podremos apreciar las prestaciones del carrete, ya que en la
recogida de las piezas no encontraremos grandes diferencias, a priori, entre los diferentes carretes del mercado.
Para llegar lejos con nuestro aparejo, además de una buena técnica, necesitamos un carrete que facilite la
salida rápida y ordenada del sedal tras el empuje ejercido por nuestra caña. En esto influyen básicamente dos
aspectos del carrete: su tamaño y su bobina.
Para la práctica del surfcasting debemos elegir un carrete cuya bobina tenga un buen diámetro, con cuerpo en
forma de cono (mayor diámetro en la base que en la corona de salida), y que permita una amplia recuperación del
sedal, pues en caso contrario traer de vuelta a la orilla el plomo, después de lanzar, tras una picada o para cebar
de nuevo el anzuelo, puede hacerse eterno, además de cansarnos los brazos, lo que hará que los lances sean
progresivamente perore.
Un carrete para pesca en mar debe estar en un peso que ronde los 600 gramos, pues con este peso no
descompensará la caña en el lance y nos permitirá maniobrar adecuadamente sin que tengamos la contínua
sensación de que la caña tiende a irse atrás por el peso del carrete.
De igual forma, sus elementos deben estar proporcionados, de manera que el conjunto bobina, aro de
retención de sedal y cuerpo estén en armonía.
BOBINAS
Una vez montado el carrete en nuestra caña de surf, según el pesquero y las condiciones de pesca
necesitaremos poner la bobina más indicada a la vez que se hace indicado disponer el sedal adecuado, unido a
un puente que soporte.
Para comenzar a pescar serían suficiente dos bobinas, aunque poco a poco iremos viendo la necesidad de
incrementar este equipamiento y terminaremos con cinco o seis.
Una bobina debería ser en forma de tronco de cono, de perfil bajo y gran diámetro interior es ideal para cargar
al menos entre 200 ó 300 metros de sedal fino (0,20 - 0,25), ideal para familiarizarnos en una primera temporada
con el lanzado largo, en playas donde el fondo, en principio, no favorezca los enganches.
Otra bobina sería de mayor perfil y menor diámetro interior, generalmente de cuerpo cilíndrico y no
troncocónico, que sirve para cargarla con una capacidad similar pero esta vez de sedal de mayor diámetro (0,35 0,40), sedales pensados para pesqueros más conflictivos, con más piedras, o para zonas donde, por ejemplo, un
palometón puede entrarnos delante de ese espigón que se adentra en el mar, o donde merodean las chovas.
LA LÍNEA
La línea es un componente más del equipo y por lo tanto también es muy importante. Su elección depende del tipo
de pesca, especie y técnica que vas a utilizar. Las características de la línea se pueden definir por:
-
Resistencia al nudo. Una línea con una alta resistencia al nudo permite que la rotura del nudo esté en el límite
de la rotura de la línea. Por otro lado, si la resistencia al nudo es baja, puede romperse incluso en una fracción
de la resistencia de la línea.
-
Resistencia a la abrasión. En la acción pesca el número de lanzamientos es muy grande, por lo que el
rozamiento de la línea con las anillas es continuo. Además, el contacto con obstáculos en la recogida suele ser
también numeroso. Una línea con una buena resistencia a la abrasión nos garantiza una mayor vida de la
misma y menos roturas por la degradación de la misma.
-
Resistencia al desgaste. Los tirones, lances, anudados,... "estresan" la línea.
-
Elasticidad. Lo que se estira la línea, como si tiráramos de una goma. Un línea muy elástica transmitirá tarde
los tirones y el "cachete" al señuelo. Un línea muy "dura" transmitirá enseguida la acción de la caña... Pero
sufrirán más las anillas y el carrete. Un elasticidad "controlada" proporcionará una buena relación entre
absorción del cachete y durabilidad.
-
Resistencia a la tensión. Está relacionada con la fuerza que aguanta la línea al tirar de ella, sin partirse
(semide en libras o en kilogramos). Parece claro que esta característica es muy importante.
-
Memoria. La línea está alojada en la bobina, y por lo tanto enrollada; de igual manera, el manejar el señuelo
hace que aquella gire y se tuerza. Un línea con mucha "memoria" saldrá como si fuera un muelle, lo que
dificulta el lanzado y la recogida.
-
Resistencia a UV. Las líneas se decoloran y endurecen por la acción del sol, perdiendo parte de sus
propiedades. UV es la nomenclatura de rayos UltraVioletas.
TIPOS DE LÍNEAS
a) Monofilamento.
Es la línea que conocemos vulgarmente por nylon. Se utiliza una vaina simple de nylon. Son las más baratas y
con más tendencia a la abrasión.
b) Cofilamento
Sigue siendo una línea de nylon con un recubrimiento, lo que las hace más resistentes.
c) Flurorcarbono
Es lo último en tecnología de líneas monofilamento. Es un polímero de fluórido sintetizado a carbón. Su grado
de refracción la hace prácticamente invisible en el agua. Presenta una alta resistencia a la tensión, resistencia a la
abrasión (roces), resistencia a los rayos ultravioletas-UV- (que no se decolora) y poca elasticidad. No absorbe
agua, lo que hace que mantenga todas sus propiedades. Algunos monofilamentos pierden entre un 15-20% de sus
propiedades debido a la absorción de agua.
d) Trenzado
El nylon se entreteje (trenza) para dar mayor resistencia a la línea. Un línea fina tiene igual o mayor resistencia
que una de nylon de mucho mayor diámetro. Si utilizas este tipo de líneas tienes que tener en cuenta que:
-
Debes utilizar el nudo que propone el fabricante (suele ser el nudo palomar) si no quieres que se deshaga.
-
La mayoría de ellas están aplastadas, por lo que el lance es más difícil, especialmente en carretes de
spinning.
-
Por último y aunque es común a todas las líneas, debes vigilar las "mordeduras" de la línea. Al estar el nylon
trenzado puede ser que no repares en que un filamento o varios estén partidos y por lo tanto corres el
riesgo de partir la línea. Vigila los "deshilaches".
e) Fusión
Es una variante de las trenzadas, con un nuevo proceso de fusión. Las microfibras se fusionan unidas para
mantener la elasticidad y resistencia y obtener una línea fina. Estas líneas tienen elasticidad casi nula, muy alta
resistencia a la tensión y a la abrasión. Con una línea muy fina se pueden soportar muchos kilos. Es
recomendable utilizar carretes específicos y las anillas de la caña han de ser al menos SiC. El material se castiga
más que con monofilamentos, pero sus propiedades de elasticidad nula y resistencia extrema las hacen telegrafiar
perfectamente lo que se cuece desde el nudo.
Si vas a utilizar este tipo de líneas, te recomendamos que utilices el nudo palomar y poner encima de él una
gotita de pegamento de cianocrilato.
ACCESORIOS
BOMBETA
Accesorio de forma fusiforme y vástago largo hueco. Se utiliza para montajes de lanzamiento de señuelos. La
línea madre se pasa por el interior del vástago y el cuerpo y con la ayuda de una perla y grillete giratorio se sujeta
el bajo del señuelo.
Se fabrican de tres tipos: de superficie, de aguas medias y de fondo.
BULDO
Se utiliza en montajes para lanzamiento de señuelos. Se trata de una burbuja transparente fabricada en
material plástico, con dos orificios y dos tapones. Estos orificios sirven para rellenar el buldo de agua y adecuarlo a
la potencia de la caña, permitiéndono realizar lances más largos.
Posee dos agujeros en sus extremos en los que se anudan por una parte la línea madre y por otra el terminal
con el señuelo. Como estos agujeros pueden tener rebabas, resulta recomendable colocar sendos emerillones, a
ser posible giratorios, para evitar roturas de las líneas.
BULRAG
Se emplea en montajes para lanzamiento de señuelos. Es una alternativa al buldo. Se trata de una especie de
boya bastante compacta, con forma de huevo, fabricado en un material denso (foam u otros compuestos plásticos)
pero menos que el agua, y además muy resistentes a impactos. Generalmente ya viene equipado con emerillones
giratorios para poder anudar las líneas.
Los hay en varios tamaños y colores.
EMERILLÓN O QUITAVUELTAS. Como su nombre indica, evita que la línea se retuerza. Muy útil en los montajes
como drop-shot o con terminales de acero. Algunos, como el de la imagen de la derecha, se fabrican con
rodamientos.
Algunos quitavueltas son triples, lo que permite realizar derivaciones para gametas intercalándolas en los bajos
de línea.
También existe un tipo de emerillones, denominados "en cascada", que permiten la sujección de los anzuelos
de cada gameta durante el lance.
BAIT CLIP
Se utilizan, al igual que los emerillones en cascada, para permitir la sujección de las gametas durante el lance,
y proteger así el cebo. Los bait clip se introducen por la línea y se fijan a la altura elegida mediante un tubillón de
silicona. No sirven como quitavueltas.
ESCUDO DE IMPACTO
Como su nombre indica, se como escudo, para proteger al cebo en el instante en que la línea impacta en el
agua, momento en el que libera el anzuelo.
CLIP. Pieza que se monta al final de la línea para conectar los señuelos o los plomos. De esta manera se evita el
estar anudando estos accesorios cada vez que se cambien o se necesiten reponer. En las fotos, las dos primeras
son específicos para plomadas, mientras que la de la derecha muestra clips para señuelos.
TORNIQUETE. Pieza montada con quitavueltas y clip.
PERLAS
Se utilizan en los montajes por diferentes motivos: para hacer los bajos de línea más llamativos para los peces,
en derivaciones directas sobre la línea, para ayudar al giro de los torniquetes, etc. Las hay de muchas formas,
tamaños y colores, algunas de ellas incluso fluorescentes. También hay lentejuelas, muy utilizadas también hoy en
día, junto a las perlas, para la elaboración de los bajos.
TOPES
También llamados "tubillones" se trata de pequeños tubos, de metal o silicona, que se fijan en las líneas. Los
de silicona suelen utilizarse para montajes en los que se requiere variar la posición. Quedan firmes por la presión
que ejercen sobre la línea. Los metálicos se utilizan para montajes en los que los accesorios quedan en una
posición fija. Se aseguran a la línea mediante unos alicates, mordiéndolos para achatarlos, ejerciendo así la
presión necesaria sobre la línea.
Los tubillones metálicos también se utilizan para afirmar las líneas realizadas con cable de acero, en las que un
nudo sería impracticable.
TERMINAL DE LÍNEA. Aunque se utiliza este término para distintas técnicas (como por ejemplo con cola de rata),
en nuestro caso se monta para la pesca del lucio. De esta manera se evita que la línea se parta por el mordisco
del depredador (no olvidéis que tiene unos 700 dientes). Suelen ser de acero en varios colores (negro, verde o
cromado) o de Kevlar.
CEBADOR
Se trata de un pequeño recipiente con orificios que se sujeta al bajo de línea, y se llena con engodo, para
permitir la difusión de los aromas del engodo en el mismo lugar en el que está la línea.
BAJOS DE LÍNEA
Para empezar a pescar uniremos al final de la linea con su puente,un mosqueton giratorio para enganchar ahi
nuestro bajo de linea.Esto es el complemento final de un equipo de lanzado en el cual colocaremos los
anzuelos.Tendra una longitud de entre 1.20m y 1.50m ,en un extremo lo uniremos al mosqueton y en el otro
colocaremos el plomo.Es sorprendente ver como en los ultimos años esta parte el material empleado ha sufrido
una gran evolucion,lo que ha llevado a los fabricantes a investigar e innovar en todo tipo de accesorios,lo que ha
llenado las vitrinas de las tiendas de materiales de montaje de una variedad que resultaria dificil creer tan solo
unos años atras.Unos de los principales problemas hace algunos años,era como lanzar unas gametas de
considerable longitud sin tener enredos.Pues bien con la llegada de los modernos accesorios,como pueden ser
clips,bait-clips,escudos de cebos,quitavueltas,uni-stop,perlas ovaladas y redondas etc este problema ha quedado
solucionado.
En el surfcasting se puede decir que casi la totalidad del peso del aparejo recae en el plomo. Por lo tanto, este
plomo debe estar dentro del margen de tolerancia que nos indique el fabricante en la caña.
Una caña de 100-200 de acción puede lanzar un aparejo de 250 gramos, pero con total seguridad la estaremos
forzando y desarrollará mal su potencia. Y viceversa, con un plomo de 70 gramos no alcanzará el punto de flexión
suficiente como para proyectar el aparejo de forma natural.
MODALIDADES DE PESCA
LANZADO (SURFCASTING)
El término "surfcasting" tendría una traducción que sería "lanzar detrás de las olas" o "lanzar detrás de la
rompiente".
Si el aficionado al surfcasting tiene una obsesión ésta es sin duda la de ganar más y más metros en cada
lance, en cada intento de llegar alí donde parece que, por la climatología, el tipo de costa, el estado de la mar, etc,
los peces están comiendo.
Este tipo de pesca se basa en llegar lanzando a aquellos lugares donde nuestro cebo tentará la pesca, y un
equipo y una técnica adecuada nos ayudará a lanzar lejos.
Cuando disfrutamos de rompientes francas y de olas que entran decididamente con fuerza hata l orilla, el
pescado que entra a comer lo hace justo allí donde la ola se levanta y con ella el fondo, es decir, donde esa acción
Venturi que la ola efectúa al tomar cuerpo mueve la arenilla del fonde, dejando al descubierto cangrejos, gusanas,
pulpitos y otros manjares que, de esta forma, estarán al alcance de los peces que por allí deambulen buscando
alimento.
De ahí la importancia de superar esa barrera de tres, cuatro o cinco olas desde la orilla, para llegar a esa franja
mágica donde la comida tienta a la pesca.
En este apartado describiremos tanto el equipo de surfcasting como las técnicas de lanzado, pues de nada vale
el mejor de los equipos si no sabemos sacar de él todo su provecho.
TIPOS DE LANCE
Aunque existen más variantes, en nuestras playas se suelen utilizar tres técnicas de lance, unas más
complejas de ejecutar que otras, aunque con cualquiera de ellas podrmos situar nustro plomo a buena distancia,
en algunos casos por encima de los 150 metros desde nuestra posición.
-
Vertical: es el tipo de lance más habitual, por ser el más sencillo. Nos situamos frente a la mar, y colocando
la caña sobre nuestras cabeza, en posición casi horizontal, lazamos con toda nuestras fuerzas sólo
mediante el movimiento de los brazos, hasta realizar un lance casi igual pero repartiendo el peso y la fuerza
en nuestras piernas, pues de este modo siempre ganaremos más metos de lance, ya que la fuerza
generado solamente por nuestro tronco se ve aumentado si compensamos la fuerza con las piernas,
descargando mayor peso y haciendo más juego muscular sobre nuestra pierna izquierda en el momento de
soltar el sedal (al ser la que generalmente tenemos adelantada).
Es importante entender que no se lanza con los brazos, es decir, no solo trabajan nuestros brazos en el
momento del lance para ganar fuerza y distancia, sino que nuestro cuerpo debe trabajar para que,
implicando tronco y extremidades, podamos aunar esfuerzos y que el lance se produzca de manera no
forzada.
-
Con plomo en el suelo o "ground cast": es un tipo de lanzamiento que permite alcanzar grandes distancias,
aunque sólo después de un asiduo entrenamiento para ejecutar correctamente los movimientos.
Se aconseja no practicarlo en lugares frecuentados por personas, animales y en las proximidades de casas
o coches.
Supongamos que nos encontramos en el centro de un reloj. Si la dirección del lance fueran las 12,
pondríamos el pie derecho a las 3, angulado unos 30 grados en la dirección del lanzamiento,
completamente apoyado en el suelo, y el pie izquierdo paralelo al otro, ligeramente atrasado y apoyado
solamente en la punta de los dedos, ya que el peso del cuerpo descansará sobre el pie derecho.
Posicionaremos el plomo a las 8, dejando libre unos dos metros de línea. La punta de la caña casi rozando
el suelo, quedará a las 7.
La siguiente figura muestra la posición de partida (caña en negro, 2 metros de línea en rojo).
A continuación veremos la secuencia de de este movimiento.
El pecho debe permanecer hacia las 5 (es decir, el torso girado hacia la derecha respecto a dirección el la
que apuntan la puntera de nuestros pies), la mano izquierda tendrá que estar casi estirada, con el puño de
la caña a la altura de nuestra barbilla, mientras que la mano derecha, con el brazo ligeramente flexionado,
se encontrará a la altura del hombro derecho, ni muy cerca ni muy lejos, en una posición cómoda.
Una vez llegado este punto hay que dirigir la mirada hacia nuestro objetivo a lanzar, con una altura
aproximada de 45º, de la siguiente forma: comenzamos a girar, moviendo el pie izquierdo hacia atrás,
intentando mantener una separación suficiente con el derecho para encontrar una posicón estable. El pie
derecho girará a la vez sobre sí mismo como el punto fijo de un compás, mientras que el izquierdo rodará
para trazar una semicircunferencia.
En el momento en que el pie izquierdo efectue la rotación el cuerpo también girará en la dirección de
nuestro lance. Los brazos, firmes en su posición respecto al cuerpo, le seguirán, y en el preciso momento
en que le brazo izquierdo quede delante de nuestra cara será el momento del movimiento denominado
empujar-tirar (push - pull). Durante la rotación la caña describe una circunferencia de 45º.
Cuando todo el peso del cuerpo se encuentre sobre la pierna derecha se tirará del talón de la caña con el
brazo izquierdo hacia nuestras costillas, debajo de nuestro brazo, mientras que con el brazo derecho
haremos como si quisieramos dar un puñetazo hacia delante, a la altura de nuestros ojos y en la dirección
del lance. Una vez llegados a este punto bloqueamos la caña casi violentamente, , sin que la puntera se
pase debido a la inercia que lleva.
Es una operación que requiere paciencia, perseverancia y un poco de entrenamiento. La clave de la
consecución de este movimiento es el entrenamiento y nada más, aunque hacerlo en compañía de algún
experto será del todo provechoso. A continuación podemos observar la secuencia de lanzamiento dando
cara al lanzador.
No nos desilusionemos. Conseguir un buen lance con esta técnica puede ser cuestión de un año. Resulta
conveniente la práctica en seco de los lances, es decir, realizar lances sobre la arena, paralelos a la orilla
del mar, mejor sobre el borde de arena mojada que sobre arena seca (nos costará menos recuperar el
plomo), y con aparejos viejos. Para afinar cada vez más nuestra puntería y nuestro alcance no está de más
marcar sobre la arena, con la ayuda de estacas o de un cordel, una especie de pista, sobre la que
efectuaremos los lances.
-
Lateral: es conocido también como "lance catalán", "valenciano" y "media catalana". Es una variante del
lance vertical, en la que la caña, en vez de situarla sobre nuestra cabeza, la colocamos paralala a la arena.
Nos situamos de manera que nuestro tronco esté girado, dando espaldas al mar, situando el plomo en
ángulo recto con respecto a la caña, y comenzando el giro de nuestro tronco seguido de un movimiento
coordinado de nuestros brazos, obtenemos mayor potencia que en el caso anterior.
Esta técnica es más laboriosa, y requiere práctica, concentración, buena coordianción y equilibrio. Existen
variantes en las que se da un paso para apoyar y seguir nuestro esfuerzo en el momento del lance,
pudiendo conseguir lances verdaderamente largos.
-
Péndulo: también conocida como "balanceo" o "bolea". Se trata de situarnos de espaldas a la orilla, y con la
caña hacia arriba y un poco inclinada hacia delante se hace pendulear el plomo hacia delante y hacia atrás,
para en uno de esos movimientos y cuando el plomo nos supere hacia nuestra espalda, girar levemente la
caña para que dicho plomo pase por detrás nuestro hacia el otro lado, y forzando la caña, de un fuerte
golpe, dirigir la caña hacia el mar, movimiento que consigue que el plomo responda de forma enérgica y
salte muy rápido hacia el agua.
Es la técnica más difícil de aprender, y requiere un buen manejo y mucha práctica, pero con ella
conseguiremos los mejores y más lejanos lances una vez aprendida su dinámica.
MATERIALES
-
Líneas: en la actualidad las técnicas modernas de lanzado en playa se basan en el empleo de líneas muy
finas, de tal forma que el rozamiento disminuya por las anillas. El problema es que las líneas finas (con
diámetros comprendidos entre 0,14 y 0,24 mm) no son capaces de soportar el esfuerzo del lance,
partiéndose irremisiblemente cuando actúa la caña. Más aún en las modernas cañas de grafito o titanio, de
acciones muy rápidas.
Si empleamos monofilamentos para la línea principal deben cumplir una serie de condiciones:
-
*
Poca memoria para que salga con facilidad de la bobina del carrete y no se enrede.
*
Máxima resistencia en comparación con su diámetro.
*
Resistencia a la abrasión. En ocasiones tendremos varios metros de nuestra línea tendidos en la
superficie marina, que sufrirá roce con algas, arena, rocas, etc.
*
Poca elasticidad. Los lances son de muchos metros, y un hilo elástico puede desvirtuar nuestra
percepción de las picadas.
*
El color no es importante, aunque hay líneas de colores vivos, e incluso fluorescentes, que ayudan al
pescador a localizar la línea de noche.
Puente o "cola de rata": para solventar el problema expuesto en el párrafo anterior disponemos de los
denominados puentes. Se trate de un tramo de monofilamento descentrado, de una longitud variable
(generalmente 5 a 10 metros) que se anuda en su extremo fina a la línea madre y en su extremo grueso al
aparejo.
Permite, una vez enlazado a nuestra línea madre, contar con unos primeros metros de diámetro superior,
más resistente, con lo que podremos realizar lances más fuertes con menor probabilidad de rotura de la
línea durante el lance.
Una medida habitual para un puente sería una longitud de unos 10 metros, empezando en un 0.14 - 0,16 y
terminando en un 0.50 - 0,60.
Los monofilamentos para puentes deben cumplir las siguientes características:
*
Poca memoria.
*
Máxima resistencia, ya que emplearemos diámetros finos para unirlos a la línea madre.
*
No importa el color, aunque quizá sean preferibles transparentes, por ser tramos próximos al cebo.
*
Resistencia a la abrasión puesto que, como el resto de la línea, el puente entrará en contacto con la
arena, algas, rocas, etc.
*
"Pastosidad" para facilitar los nudos.
*
La elasticidad no es crítica, teniendo en cuenta que un puente llegará a una longitud máxima de unos 10
metros. No obstante un poco de elasticidad evitará roturas.
Si queremos, podemos construirnos nosotros mismos nuestros puentes. Hay dos formas de realizarlos, de
tres y de siete tramos. No obstante, debido a la gran cantidad de nudos que hay que realizar es menos
recomendable que el de tres.
-
*
El puente de tres tramos, o puente simple, se realiza con tres tramos de monofilamento, de tres metros
cada uno, y con los siguientes diámetros: 0,20 mm, 0,30 mm y 0,40 mm.
*
El de siete tramos se realiza con tramos de dos metros de longitud y con los siguientes diámetros: 0,20
mm, 0,25 mm, 0,30 mm, 0,35 mm, 0,40 mm, 0,45 mm y 0,50 mm.
Plomada: el peso de la plomada debe estar en riguroso equlibrio respecto a la acción de la caña. Una caña
con acción 100 - 300, un buen carrete y un sedal adecuado, con un plomo de 60 gr. no podrá
proporcionarlos lances largos. Hemos de ir probando con diferentes pesos y formas del plomo, hasta
encontrar un equilibrio entre componentes que nos proporcionen el mejor rendimiento para nuestra caña.
Por sistema hay que huir de pesos elevados, al igual que tampoco ayuda quedarnos cortos. También
debemos considerar el cebo a lanzar, pues el peso final del plomo más el del cebo puede desiquilibrar el
conjunto.
LANCE LIGERO (SPINNING)
El lance ligero es una modalidad de pesca desde costa consistente en la que se lanza un señuelo o pez
artificial para inmediatamente comenzar la recuperación de la línea. Se trata de un tipo de pesca dirigida a la
captura de especies de depredadores.
Podría decirse que el lance ligero es la adaptación de la pesca al curricán para su práctica desde costa. Se
trata de una modalidad dinámica y divertida, indicada para aquellos a los que la pesca al lanzado (surfcasting) no
les llama mucho la atención.
Cualquier momento del año será propicio para su práctica, aunque, como es habitual, tendremos que tener en
cuenta muchos factores, como son las mareas, viento, especie buscada, tipo de artificial, etc.
DÓNDE Y CUANDO
Como todo lo referente a la pesca, no hay nada exacto, y cualquier lugar o estructura puede ser bueno para la
práctica del lance ligero. La única regla fija es la de observar previamente los posibles lugares de lance. De
nuestras sucesivas visitas y de la información que obtengamos hablando con los lugareños.
A continuación describimos las características de los lugares habituales para este tipo de pesca.
-
Bocanas de puerto: son sitios de entrada y salida tanto de nutrientes como de los peces pasto que se
alimentan de ellos, peces que constituirán la presa de los depredadores que buscamos. Uno de los mejores
momentos para hacer los lances en las bocanas de los puertos coinciden con la entrada de los barcos que
regresan de faenar: durante la vuelta los pescadores van limpiando las redes, tirando al mar el pescado que
desdeñan o que no se puede comercializar debido a su escaso valor. Los depredadores estarán
acostumbrados a este ritual diario, y nosotros tenemos que estar allí, esperando pacientes la entrada de los
barcos, y lanzando tras la estela de cada embarcación.
Conviene, en función de la anchura de la bocana, pescar con diámetros finos y con el freno del carrete bien
regulado, o apoyarnos en buldos o bulrags y bombetas para realizar buenos lances.
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Espigones y rompeolas: son el principal refugio de infinidad de peces que buscan comida en sus bloques y
se ocultan en sus oquedades. Por lo tanto, son punto obligatorio de visita de depredadores. Los lances se
harán en paralelo, separados unos dos metros del contorno del espigón, de manera que nuestro señuelo
sea visible desde cualquier punto del mismo.
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Entre las embarcaciones: muchísimos predadores se alojan o descansan debajo de las embarcaciones o de
barcos varados en los puertos.
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Rompientes y puntas rocosas naturales: típicos puestos de caza que examinaremos concienzudamente
hasta estar seguros de que no se esconde ningún ejemplar.
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Cacerías: no es de extrañar observar una cacería de anjovas o lubinas acosando un banco de arenques,
lliseras o sardinas. Este hecho provoca un alboroto impresionante en la superficie del agua, donde los
peces pasto llegan a saltar fuera del agua e incluso a salirse literalmente a la arena en su frenética huída
para escapar de las fauces de estos predadores. En este caso sólo nos resta lanzar nuestro artificial en
medio del jolgorio, porque la picada está garantizada.
Estos comeríos también son fáciles de adivinar gracias a las gaviotas que caen en picado sobre los bancos
de pececillos. A buen seguro los predadores están cerca, si es que no están ya allí.
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Desembocaduras de ríos, canales de desagües, golas: las entradas de agua dulce al mar siempre han sido
verdaderos puntos calientes para la pesca de depredadores. En estas zonas se agrupan gran cantidad de
pececillos atraídos por el aporte de nutrientes, y tras ellos sus cazadores.
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Dunas y barras: promontorios constantemente barridos por la acción del oleaje que ponen al descubierto
gusanos, caracoles, almejas, cangrejos, etc, presas muy apetecidas por nuestros cazadores.
Siempre que sea posible eligiremos los puntos más elevados respecto al nivel del mar por varios motivos:
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Podremos observar todos los posibles cazaderos o puntos que creamos convenientes para lanzar nuestro
artificial.
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Controlaremos mejor la evolución de nuestro señuelo, así como sus posibles subidas.
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En caso de pasear nuestro señuelo por macizos rocosos, con la caña en alto evitaremos gran cantidad de
enganches, ya que habrá menos contacto entre la línea y los obstáculos.
Cualquier momento del año es bueno para tentar la suerte con este tipo de pesca, aunque el número de
capturas aumentarán desde la primavera hasta el otoño, destacando los meses de abril, mayo, junio, septiembre,
octubre y noviembre.
Las mejores horas del día, sin desaconsejar el resto, son por orden el alba y el anochecer.
En España la pesca de los predadores difiere bastante según nos encontremos en el Mediterráneo o en el
Atlántico o Cantábrico.
En el caso del Atlántico y Cantábrico la pesca está muy condicionada por las mareas, aunque no existen
cánones establecidos. Por "norma general" encontraremos mayor actividad entre las dos últimas horas de la
bajamar, la calma de la bajamar y las dos primeras horas de la subida.
La bajamar nos ayudará a localizar esos cazaderos tan apetecibles por los depredadores como son las puntas
sumergidas, pasillos arenosos, grandes rocas, dunas, etc, estructuras todas ellas que durante la pleamar pueden
albergar alguna buena pieza.
Otro factor a tener en cuenta es el tiempo atmosférico. La esperiencia de muchos pescadores dictan una serie
de condicionantes que propician la consecución de capturas:
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Presión atmosférica alta (del orden de 1010 - 1020 mb).
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Vientos de Levante con fuerza 4/5 y vientos de Tramontana (Norte). La calma chicha vuelve apáticos a los
depredadores, que se sienten más seguros entre el oleaje y la espuma.
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Cielos nubosos.
MATERIALES
El medio marino es un medio agresivo. El salitre y el aire cargado de sales en disolución pueden deteriorar todo
nuestro equipo. Por lo tanto nuestro equipo debe ser robusto y fiable.
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Cañas: como en cualquier otra modalidad de pesca, buscaremos una caña acorde a esta modalidad. Como
todo, no existe una caña que sea la panacea. No es lo mismo pescar con señuelos de vinilo tipo jerkbait o
con pequeños cranckbaits, cuyo peso máximo llegará a los 10 gramos, que otra caña para lanzar un popper
o un paseante de 30 gramos.
Igualmente no es lo mismo una caña para pescar caballas, pequeños boquerones y lubinas de mediano
tamaño que otra caña para pescar dorados, palometones, corvinas, petos o barracudas. Veamos las
principales características a la hora de decidirnos por una caña u otra:
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Longitud: vendrá determinada según el lugar en el que pesquemos. Una caña para pescar en el
Mediterráneo debería tener una longitud óptima de 2 a 2,2 metros para pescar en playas y espigones. En
cambio, un pescador del Atlántico, acostumbrado a pescar desde promontorios rocosos o a merced de
las mareas, agradecerá una longitud de 3 a 4 metros para salvar cualquier obstáculo.
*
Acción: de rápida a ultrarrápida para lanzar fácilmente en condiciones adversas, con marcada acción de
punta y el resto del blank semiparabólico.
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Potencia: adecuada al peso de nuestros artificiales: 10-20, 10-35, 20-30, 30-50 e incluso 50-100 gramos
para grandes artificiales y adversarios de elevada categoría. Nos debe permitir usar líneas de 10 a 30
libras de resistencia.
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Blank y anillado: podríamos emplear una caña de un solo tramo, pero por cuestiones de transporte lo
normal será emplear las de dos, con un buen enchufe, o incluso de tres tramos si es que tenemos que
viajar. Respecto a la composición, lo máximo en ligereza y seguridad que encontremos. Van a ser
muchas horas lanzando y recogiendo.
En la actualidad casi todas las marcas comerciales trabajan con blanks de excelente grafito.
Exigiremos que el anillado sea de excelente calidad, ya que trabajaremos tanto con monofilamento como
con fusionados y trenzados, y el rozamiento de la línea, junto con el salitre, atacan contínuamente las
anillas, agrietándolas y oxidándolas con facilidad.
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Carretes: con este elemento no nos andaremos con bromas. El material debe ser de excelente calidad,
bobina de fisonomía cónica, de las denominadas "long cast", y con una capacidad mínima de 200 metros de
20 libras, con una recuperación 5:1 a 6:1.
El carrete es un elemento que va a sufrir mucho, por lo que buscaremos un freno microrregulable y
antirretroceso infinito para asegurar la clavada y el combate. Lo más liviano posible, ya que el conjunto caña
- carrete debe estar lo más compensado posible. Vamos a pasar horas lanzando y nuestro brazo lo va a
sufrir. Un modelo tamaño 4000 ó 6000 será ideal para este tipo de pesca.
Una cualidad imprescindible de nuestro carrete es la buna y correcta rotación del guía-hilos, así como su
naturaleza, ya que las líneas, sobre todo las trenzadas, atacan mucho este componente, que sufre
directamente su fricción.
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Líneas: monofilamento o trenzado. El monofilamento es más elástico y permite una mejor animación del
artificial. Las líneas trenzadas tienen su fuerte en la excelente relación diámetro / resistencia. En algunos
casos, y ante determinadas especies, como por ejemplo la anjova, tendremos que utilizar bajos acerados.
No obstante hay que tener en cuenta que los artificiales pierden acción cuando se anudan a un acero.
También hay que tener en cuenta que hay especies, como la lubina, que pueden presentar desconfianza
ante una línea trenzada.
El diámetro de la línea, en cualquier caso, debe estar de acuerdo al tamaño del señuelo.
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Señuelos: como ya sabemos, podemos elegir entre un sinfín de tipos, modelos, tamaños y colores. Será
cuestión probar con cada tipo, o bien dejarse llevar por la experiencia de otros pescadores. Tampoco hay
regla fija en cuanto al color a utilizar. Una vez más lo mejor es tratar de conseguir información de las
experiencias de otros pescadores.
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Accesorios para los montajes: si utilizamos buldos para nuestro montaje podremos rellenarlos con agua
dulce. Al ser ésta menos densa que el agua de mar, el buldo se hundirá menos, lo que provocará una estela
durante su recogida muy atractiva para los peces.
Si nuestro buldo no es muy visible, podremos añadir un tinte (acuarela o témpera escolar vale
perfectamente) al agua de relleno.
Si utilizamos bulrags, tendremos que elegir el del peso adecuado a la acción de nuestra caña.
Podríamos definir unos criterios para el empleo de unos u otros:
*
Para pesca en superficie puede ser recomendable el buldo o el bulrag. La estela que provoca es un
atractivo indiscutible para los peces, y si son de colores podremos controlar en todo momento su
posición y velocidad de recogida.
*
Si se pesca en zonas profundas y lejanas será preferible el empleo de bombetas, adecuando su peso a
la profundidad que deseemos alcanzar, aunque su manejo es más complicado que en el caso del buldo
o bulrag.
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Si pescando con buldo no se obtiene ningún resultado en superficie, sería recomendable montar una
bombeta, e intentar prospectar zonas más lejanas y diferentes niveles de agua. Una vez más la
posibilidad de montar bombetas de diferentes pesos nos ofrece la indudable ventaja de alcanzar la capa
de agua que deseemos.
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En el caso en que nos decidamos por el empleo de bombetas, tendremos que tener en cuenta que
existen tres tipos, según la profundidad en la que se desplazará en la recogida.
PROCEDIMIENTO
Los primeros lances deben ser cortos, observando si se produce alguna subida del señuelo o persecución.
Poco a poco iremos incrementando la distancia de lanzado.
Los lances siempre deben ser perpendiculares a la dirección del oleaje, para tener el máximo de tiempo
nuestro artificial en el agua. En lances diagonales o paralelos a las olas estas arrastrarán con facilidad nuestro
señuelo, lo que se traduce en la pérdida de su control y un menor tiempo de recogida. No obstante no debemos
descartar estos lances por experimentar o bien si es que no queda otra opción.
Si el tiempo es calro y soleado y el agua cristalina se recomienda una recuperación rápida del señuelo, de
manera que el resto del montaje pase desapercibido y no de tiempo al depredador a apreciar el engaño.
En cualquier otro caso la recuperación debe ser lenta, con paradas frecuentes y movimientos de la puntera de
la caña, buscando diferentes niveles de agua y dando al señuelo una apariencia de "vida". Estas paradas hacen
que el señuelo descienda lentamente y luego, con pequeños pero bruscos movimientos de la puntera, se provoca
una remontada súbita.
Durante la recogida se debe mover la caña contínuamente, de manera que transmitamos al señuelo
movimientos que simulen el de un pez con problemas, herido o asustado.
La clavada será firme y seca, tratando de mantener una tensión continuada en la línea. La recogida de la pieza
se realizará también de manera continuada, sin prisas pero sin pausas, sin destensar en ningún momento la línea.
El freno muy bien regulado. Si el pez tira ya se encargará éste de mantener la tensión adecuada.
PESCA AL VOLANTÍN
Los peces, no todos, pero sí muchos de ellos, viven en bandadas, en cardúmenes. Esto no es más que una
forma de defensa: cuando un enemigo les ataca, acaba con uno o varios ejemplares, pero pese a las pérdidas el
cardúmen sigue vivo, permanece, y eso es lo que cuenta.
Por desgracia cada vez son menos los mares con abundancia de pesca, y con lo grande que es el océano,
encontrar un pez, o mejor dicho, que un pez encuentre nuestro cebo, requiere su tiempo y por qué no decirlo, una
cierta dosis de suerte. Supongamos que después de varias horas de espera conseguimos una pieza de alguna
especie que sepamos vive en cardúmen. Lo normal será que sigamos intentando lances en el mismo sitio para
seguir aumentando las capturas.
La pesca al volantín es una modalidad que permite en cada lance poner varios anzuelos en el agua. El volantín
no es mas que un bajo de línea del que cuelgan varias gametas, y cuando decimos varias, en este caso, nos
estamos refiriendo a un mínimo de tres, puesto que ya conocemos aparejos que nos permiten poner un par de
anzuelos en el agua.
Los volantines serán diferentes según el fondo sobre el que se pesca, la profundidad, especies buscadas, etc.
En tiendas especializadas se pueden encontrar volantines de diversas formas y tamaños. No obstante, los
pescadores suelen confeccionarse sus propios volantines. No es una cuestión de precio, pues si empezamos a
sumar el precio de los quitavueltas, imperdibles, perlas fluorescentes, hilos de acero, bobinas de nailon, tubillones
de silicona, etc, podremos comprobar que en muchas ocasiones resultaría más barato acudir al volantín comprado
en tienda. Sin embargo, las ventajas de poder personalizar nuestro aparejo "no tiene precio".
La ventaja de poder capturar más de un ejemplar a la vez resulta obvia, pero no siempre resulta fácil
aprovecharla. Se necesitan nervios de acero para, a sabiendas de que un pez se encuentra ya enganchado en
uno de nuestros anzuelos, esperar el tiempo necesario para que se produzcan otras picadas, más todavía en el
caso de que lo que encontramos no sean especies menores.
Una posibilidad importante que nos permite la pesca al volantín es la de utilizar diferentes cebos en un mismo
aparejo. Esta posibilidad nos ayudará a decidir qué cebo puede resultar más efectivo en cada ocasión. No
obstante no es esta la única ventaja. También aprovecharemos la puesta de los diferentes anzuelos a distintas
profundidades. Sumando estas dos consideraciones, lo más apropiado será cebar cada anzuelo con el cebo
indicado para la especie moradora de cada capa que podamos alcanzar con las distintas gametas de nuestro
volantín.
Un importante detalle a tener en cuenta en la preparación de un volantín es la plomada. Como en cualquier otro
aparejo, la función de la plomada no es otra que la de llevar nuestro cebo a la profundidad deseada, en un tiempo
razonable, y mantenerlo allí si ésta es nuestra voluntad.
No siempre resulta sencillo adecuar nuestra plomada a las circunstancias reinantes. Buscar el justo equilibrio
requiere su tiempo, y aquí la experiencia del pescador es determinante. Una plomada demasiado ligera puede
hacer eterno el camino de descenso de nuestro aparejo, especialmente si pescamos desde embarcación con
bastante agua bajo nuestra quilla, y además la corriente puede quitarnos el control del mismo. Por el contrario, el
exceso de plomo se puede convertir en un infierno a la hora de levarlo, más aún si hay varias piezas de cierto
peso que acompañan nuestro aparejo. Además, una plomada excesiva puede hacer que, debido a la gran
velocidad a la que hará descender nuestros anzuelos, éstos lleguen limpios al fondo, perdiendo por el camino la
suculenta carnada.
Al ser éste el elemento situado más abajo es el más propenso a engancharse. Hay varias soluciones: la
primera y más lógica es fijar el plomo con una línea menor que la de la línea madre, para perder, en su caso,
solamente la plomada. Otra solución es la utilización de quijarros en lugar de plomo, sujetos con un anillo de
velcro que, en caso de enroque, libere la piedra y nos permita recuperar el resto de elementos.
Podemos, además, utilizar nuestro plomo con otros fines. Por otra parte se le puede incorporar un cebador, con
lo que difundiermos el aroma de nuestro engodo en los alrededores de nuestro volantín. Por otra parte, se puede
aprovechar el contacto del plomo con el fondo para levantar pequeñas nubecillas de arena (por supuesto, en este
tipo de fondos) que atraerán a los depredadores que se alimenten de animalillos del fondo. Este efecto será aún
mayor si nuestro plomo va provisto de uñas o alambres que aumenten el efecto de dragado, pero como hemos
dicho, sólo los utilizaremos en el caso de fondos arenosos.
Por último, un truco: podemos fijar barritas de luz química en la parte inferior de la línea madre o en los
tubillones de las gametas, que indudablemente llamarán la atención de los peces que circulen en las cercanías.
Las perlas de colores, fluorescentes o fosforescentes realizan esta misma función.
PESCA DESDE ROCAS (ROCK-FISHING)
Con el término anglosajón rock-fishing se conoce a una técnica practicada por miles de aficionados desde
tiempos inmemoriales en las que, obviamente, se combinan los dos elementos mencionados, las rocas y la pesca,
pero ... no toda la pesca desde rocas o sobre rocas se puede considerar rock-fishing.
Se trata de una especie de surfcasting realizado sobre fondos rocosos, así de sencillo y a la vez así de
complejo, debido a todos los cambios y adaptaciones que en materia de cebos, técnicas de lanzado y
recuperación, estrategias y aparejos tendremos que realizar para conseguir nuestro propósito. Esta técnica no
debe confundirse con el corcheo realizado en zonas más o menos escarpadas en las que se trata de mantener
una boya en una posición a escasos centímetros de las rocas.
Mediante esta práctica el pescador busca capturar piezas difícilmente alcanzables mediante otras técnicas, ya
sea por la especie de que se trate (como puede ser el caso del mero o el dentón) como por su tamaño (sargos de
tres kilos, serviolas de veinte o congrios de quince), ejemplares más propios de pesca embarcada, ya sea al
curricán, al brumeo o con volantín de fondo.
DONDE
Los ejemplares anteriormente mencionado demandan todos lo mismo: zonas de aguas muy profundas y
presencia de rocas. Las especies buscadas serán las propias de rocas, viven en ellas, sobre ellas o dentro de las
cuevas y grietas que forman, y otras son pelágicas, nadadoras, y se encuentran a gusto allí donde el líquiedo
elemento se extiende en todas direcciones.
Estas condiciones se dan normalmente en el escenario que comentábamos al principio, en ese acantilado
vertical y salvaje. Una pared vertical, o cuando menos en pronunciada pendiente, suele tener su continuidad bajo
las aguas, lo que permite que, a sólo algunas decenas de metros de distancia se consiguan profundidades más
que notables. Son éstas unas aguas difíciles de pescar, duras, complicadas, pero de una riqueza sorprendente.
Pero ojo, no todo el mundo está capacitado para adentrarse en este mundo; una mínima (o no tan mínima)
preparación tanto física como síquica se torna en esta ocasión en algo imprescindible para no convertir una
jornada de pesca en algo digno de olvidar.
EQUIPO
Con nuestro equipo para esta modalidad de pesca tenemos que tener en cuenta dos cosas. Una: las presas
que pretendemos no son pequeños sargos de 300 gramos ni cabrillas de 100, sino grandes presas, en ocasiones
especies hasta inesperadas, pero desde luego siempre grandes, por lo que nuestro equipo debe ser lo
suficientemente potente como para combatir con ellos. La segunda: las condiciones en las que vamos a trabajar
son extremadamente duras, por lo que además de potente debe ser resistente.
La cañas que más se utiliza en este tipo de pesca es, normalmente, de una longitud mínima equivalente a la
caña de surf, es decir de 4,5 metros. Pero en muchas ocasiones será conveniente utilizar longitudes mayores para
poder así librar las rocas de la orilla o el correspondiente desnivel.
La acción más común suele ser de hasta 300 gramos, ya que utilizaremos plomos bastante pesados para
poder sacar la gruesa línea necesaria, y para fijar nuestro aparejo en aguas con fuertes corrientes. Al plomo habrá
que sumar una carnada voluminosa, normalmente muy pesada.
Últimamente están muy de moda las cañas de carbono. Este material es sencillamente fantástico, aunque su
único "pero" es su fragilidad ante los golpes. Así pues puede ser más recomendable el empleo de las tradicionales
cañas de fibra de vídrio, más pesadas y menos sensible, pero bastante más resistente que las anteriores.
Especial atención merece el anillado, que debe estar capacitado para soportar el peor trato imaginable sin
doblegarse, pisotones incluídos.
En cuanto al carrete es fácil de suponer igualmente sus cualidades. Potencia y dureza extremas, acompañadas
de una capacidad de almacenamiento de línea superior a lo habitual. En este elemento también puede ser
conveniente renunciar a los nuevos materiales, muy resistentes para su peso, pero no tan preparados para resistir
el mal trato como lo puede estar el tradicional acero inoxidable.
Un pick-up reforzado, un freno delantero realmente potente, una manivela metálica con un buen pomo, y sobre
todo un eje y piñón central extremadamente duros son los más recomendables para este tipo de pesca. No
debemos dejarnos engañar por la publicidad, que nos puede hacer creer que los nuevos modelos de carretes de
fantástico diseño están realizados con materiales de "tecnología espacial" capaces de resistir una re-entrada del
espacio exterior a la atmósfera. Tan sólo aquellos modelos de contrastada valía demostrada a lo largo de los años
ofrecerán las garantías debidas. Cualquier practicante de esta modalidad podrá dar nombres y apellidos de
carretes casi sin pensarlo.
La línea debe ir acorde al resto del equipo. Su principal cualidad debe ser la resistencia. Esta vez cuestiones
como la visibilidad, la memoria, capacidad de lance, etc, sin dejar de tener importancia pasan a un segundo plano.
Muchos aficionados se decantan, no sin buenas razones, por las líneas trenzadas.
TÉCNICA
La técnica se podría comparar a la del surfcasting tradicional, pero con una serie de diferencias que a
continuación detallaremos.
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La primera de ellas es la referida a las horas de pesca. La influencia de la marea en esta técnica es ínfima con
la que pueda tener en la pesca desde la playa, y también podríamos decir lo mismo con la horas ideales para la
pesca.
En estas aguas es posible hacer interesantes pescatas a cualquier hora del día. Quizá sean amanecer y
anochecer los mejores momentos, pero ni mucho menos es siempre así, y además, ni a una hora ni a otra es
conveniente estar en el peligroso roquedo, pues implica que o bien la ida o la venida se realizarán de noche o
entre dos luces.
-
El lance también tiene diferencia respecto al realizado en la playa. Por un lado, la imposibilidad de posar el
aparejo en el suelo y por otro la habitual falta de necesidad de hacer lances largos para alcanzar profundidades
interesantes hacen que el clasico lance vertical sobre el hombro sea el más adecuado.
-
Nuevas diferencias, esta vez ahora respecto a la picada. Aquí no hay concesiones. Nuestro equipo y nuestra
fuerza son las armas de las que disponemos para vencer a los poderosos ejemplares que posiblemente
capturaremos. En el caso de los nadadores, de los que de aguas abiertas, es más una cuestión de técnica y
paciencia lo de conseguir traerlos hacia nosotros. Si se trata de un pez de roca, un buen mero, un congrio
adulto o incluso un buen sargo, nuestras esperanzas de cobro pasan por aguantar la primera embestida, el
primer picado en busca de la roca o de la piedra. Si evitamos que el ejemplar se encueve tendremos media
batalla ganada; si lo hace nueve décimas partes de ella perdida...
APAREJOS
Básicamente son dos los aparejos a utilizar en esta modalidad. Por un lado el típico "ascensor" o de cebo
corrido, utilizado por pescadores que buscan especies pelágicas que navegan entre dos aguas, como pueden ser
las anjovas, palometones, serviolas y en algunas ocasiones incluso barracudas o pequeños escualos.
El otro aparejo es el más común y el utilizado para la mayoría de las especies cuando se utiliza cebo muerto,
sea de la clase que sea. Un emerillón al final de la línea valdrá para atar a él la gameta de la que pende la
plomada, siempre realizada con una línea de resistencia bastante inferior a la de la línea madre para romper
siempre por este punto cuando se produzcan los frecuentísimos enroques de la plomada. Por encima del emerillón
habremos introducido previamente otro suelto del que colgará la gameta con el cebo.
Los nudos se protegerán con perlas o tubos de silicona. No hace falta decir que todos los materiales deben ser
extremadamente resistentes: imperdibles, quitavueltas, anzuelos, etcétera, salvo la mencionada gameta que une
la plomada a la línea madre, y en su caso, las patas metálicas de la plomada, que deberán ceder siempre ante la
presión.
CEBOS
Son numerosas las especies susceptibles de morder nuestro anzuelo, y la selección del cebo que utilicemos
nos dará una idea de qué picará en el próximo lance.
Todo vale: desde la sardina hasta la navaja, desde el calamar hasta el xorrón, desde una salpa viva hasta un
pataleante cangrejo.
PELIGROS
Los peligros de los lugares en los que practicaremos el rock-fishing son evidentes. Tanto lo escarpado del
terreno, incluso su acceso, como la virulencia de la mar pueden llegar a ser extremos, y si no se toman las
medidas oportunas para evitar accidentes la cosa puede resultar fatal. Estas son algunas medidas que todo
pescador debería contemplar a la hora de acercarse a uno de estos bellos pero agrestes lugares de pesca.
-
Ir siempre acompañado es imprescindible. Nunca se debe acceder a uno de estos lugares sin la compañía de
al menos otra persona que pueda reaccionar en caso de accidente.
-
Mantener informados a familiares y amigos. Siempre debe haber alguien que sepa exactamente el lugar al que
nos dirigimos, así como la hora prevista de salida y llegada.
-
Utilizar siempre ropa adecuada. Un plumífero o una larga y pesada parka pueden resultar un gran impedimento
para nadar en caso de caer al agua. Ropa ligera y fácilmente desprendible nos permitirán acercarnos a una
salida o alejarnos de las peligrosas rocas con la celeridad suficiente para escapar de las rocas.
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Llevar el calzado adecuado. Las chanclas son para la playa. Un calzado con suela que agarre bien sobre la
piedra mojada es imprescindible. Zapatillas y botas ligeras de trecking pueden ser buena opción (ojo con los
cordones). Las botas de goma nos mantendrán secos, pero en caso de caída al agua resultan fatales.
-
Llevar material específico. Una sencilla cuerda puede salvar la vida a nuestro compañero de pesca. Un chaleco
salvavidas también, y hoy en día los tenemos en forma de cómodos tirantes auto-hinchables. El teléfono móvil
también ha salvado ya un buen puñado de vidas.
CON LA MAR EN CALMA
Al aficionado del surf casting le encantan las olas. Playas con contínuas tandas de olas que llegan furiosas a la
orilla son ideales para poder situar nuestros cebos justo allí donde la primera espuma de la creciente ola levanta
masa de agua para estrellarla contra la orilla, o deonde vemos que de forma reiterada confluyen olas en sentido
oblícuo, sinónimo de que un pequeño remolino está lenvantando el fondo.
Pero otras veces llegamos a la playa y vemos que la mar está totalmente en calma: han pasado variso días sin
apenas aire, con un estancamiento generalizado del tiempo que provoca que la mar se encuentre en calma casi
absoluta. En estos días sólo unas cuantas especies llegarán a nuestro cubo. Veamos cómo llegar nosotros a ellas.
Los días de mar calma tenemos que contar que las especies combativas estarán fuera de nuestro alcance, en
unos caoso por que van a deambular sin zonas fijas en las que estar al acecho (sería el caso de lubinas, bailas,
anjovas, depredadores en general), en otros porque no entrarán a la playa o al menos a la zona que alcanzamos
con nuestros lances (el caso de las doradas, principalmente), y en otros porque ante una quietud tan manifiesta y
la claridad de las aguas preferirán mantenerse en sus grietas o cuevas esperando la noche para salir (sargos).
Si la mar está en calma, y a esto le sumamos una marea vacía o con flujo vaciante, acompañada de ausencia
de viento, con nuestros lances solo podemos esperar la captura de alguna especie típica del arenal o como alguno
algún pez de roca si es que con nuestros lances somos capaces de alcanzar los roquedos que desde tierra no se
suelen distinguir, o bien que conocemos por días anteriores. Nos referimos a la araña, a los peces planos, alguna
que otra raya pequeña o tembladera, salmonetes, cucos y poco más. Se trata de especies poco combativas, pero
que también tienen su encanto para el pescador.
CEBO
En los días de mar en calma tendremos que recurrir a los cebos que de forma natural estén presentes en la
zona de pesca, pues si sumamos a la poca probabilidad de que entren peces interesantes las pocas ocasiones
que tendremos de captura, lo más normal será presentarle a estas especies lo que estén acostumbradas a comer.
Por tanto, en arenas limpias emplearemos gusanillo de playa, aunque también podremos tentar con coreana.
Estos no son días de emplear cebos caros, pues a menudo no tendremos respuesta por parte de ejemplares de
talla grande o tan siquiera mediana. Sin embargo, y ante la duda de dar en nuestros lances con alguna corriente
de resaca, tampoco está de más llevar alguna tita con la que tentar alguna que otra dorada.
EQUIPO
En cuanto al equipo solo cabe decir que es el momento de utilizar carretes con bobinas cargadas de hilo muy
fino, del 0,16 al 0,18. Se trata de conseguir lances muy lejanos, sobre todo si nos encontramos en una playa de
pendiente muy suave, en la que los peces no se acercarán a menos de unos 60 metros de la orilla. También
tenemos que contar que muchas de las especies anteriormente mencionadas suelen estar quietas en el fondo de
arena, de manera que sólo acudirán a nuestro cebo si con nuestros lances se los situamos muy cerca de donde
estén.
Utilizaremos aparejos de dos anzuelos, de patilla larga y tamaño medio, que nos permita encebar
convenientemente las gusanas.
Al pescar en zonas de arenas límpias utilizaremos plomos de pera, de puro, de huso o de bola, montados al
final de la línea.
DONDE
Evidentemente estamos hablando de la playa. No obstante tendremos en cuenta una serie de factores que se
nos pueden presentar.
Por una parte es posible que, a pesar de la aparente calma y ausencia de olas, se formen en el lugar pequeñas
corrientes de reflujo (o de resaca, como se denominan en algunos lugares de Andalucía). Se trata de pequeñas
corrientes que parten desde la misma orilla y que mueven una manga de agua mar adentro.
No es frecuente que demos con una de ellas por casualidad, pero si tenemos la suerte de notar que una de
nuestras cañas cabecea suavemente, si observamos una cierta succión de nuestro aparejo, intentad liberar hilo
poco a poco, conforme lo pide la corriente, aunque esto suele ocurrir a un ritmo muy lengo.
Haciendo esto alguna ver podemos llegar a soltar cuarenta o cincuenta metros de hilo adicionales, por lo que
nuestros cebos se colocarán a una distancia considerable, y en mucha mejor posición de cara a esos peces que
deambulan retirados de la orilla.
Si notamos esta corriente, en nuestro siguiente lance tendremos que cambiar nuestro plomo de pera o de puro
por uno de bola, que permitirá ganar más distancia con ayuda de dicha corriente.
Además de la playa, estos días también son buenos para acudir a los rompeolas de los puertos, a la parte
exterior, la que da al mar abierto, o a espigones que cortan playas en dos, e incluso a pequeños malecones que
se prolongan a veces desde pié de playa hasta varios centenares mar adentro. Aquí podremos tentar en lugares
con mayor profundidad que la que podríamos alcanzar desde la orilla de la playa.
EL LANCE
Como hemos dicho, nuestros lances deben ser lo más lejanos posible. Si se han producido picadas
anteriormente ya tenemos una referencia de los primeros objetivos de nuestros lances.
Si pescamos en playas de arenas límpias, después del lance vamos recogiendo unos metros despacio y
paramos, esperamos unos minutos, y seguimos recogiendo otros pocos metros, para volve a parar. De esa
manera intentaremos provocar que el pescado que entra en las playas de aguas claras acuda a las turbulencias
de arena que creamos al arrastrar nuestro plomo.
PICADA
La picada en estos días suele ser muy apática: a menudo, si no estamos muy atentos a los punteros o si estos
son demasiado rígidos, la picada de un rascacio o escorpa, de un lenguado o quizá de una raya no suele notarse,
más si tenemos en cuenta que son peces que se quedan quietos, que no tiran aunque hayan tragado el anzuelo.
En estos casos notaremos la picada justo cuando recuperemos nuestra línea para cambiar el cebo. El salmonete
sí que nos alertará con un leve repiqueteo de la puntera.
PESCA EN RÍAS
Las rías actúan como enormes viveros en los que abundan los pequeños ejemplares de multitud de especies.
Podría decirse que son las "guarderías" del mar, en los que los alevines de doradas, sargos, lubinas, etc,
deambulan a sus anchas.
En las rías existe un verdadero punto caliente para la pesca de grandes depredadores: la salida de la ría.
Durante la bajada de la marea se producen importantes corrientes que arrastran comida, restos de todo tipo y
también pequeños peces. Los depredadores no andarán lejos, conscientes de que en estos momentos
(coincidentes con el periodo comprendido entre la segunda y la cuarta hora de la bajada), son los mejores para
llevarse a la boca una incauta lisa o una pequeña mojarrita.
PECES TÍPICOS DE RÍAS
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Salmonetes: es un típico pez veraniego y de aguas tranquilas. Su método de alimentación, removiendo el fondo
con sus barbillones, es perfecto en estas enormes balsas de aguas quietas que son las rías.
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Herreras: pez de aguas someras por excelencia, la herrera es una de las especies más populares por su
abundancia, pelea y comportamiento ante el cebo del pescador.
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Peces planos: se encuentran a sus anchas en las rías. Como máximo exponente, encontraremos a lenguados
y sollas. Estas últimas incluso pueden vivir en agua dulce.
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Rayas: aunque ha disminuído su número en la década de los 90, las rayas pueden resultar frecuente en las
rías, sobre todo la raya de clavos (raja clavata). Como es lógico, es más abundante en su etapa juvenil.
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Doradas: sus preferencias por todo tipo de mariscos las llevan a penetrar en las rías, en ocasiones muy dentro,
en busca de mejillones, galeras, muergos, etc.
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Lubinas: hace algunos años, en los libros de biología, se diferenciaban dos especies de lubinas, una de agua
dulce y otra de agua salada. Hoy sabemos que es la misma especie, que en ocasiones puede llegar a remontar
incluso los ríos.
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Sargos: los grandes sargos sólo penetrarán en las rías en aquellos momentos en que la mar se encuentre muy
agitada. En otras circunstancias sólo se les encontrará en los aledaños de la desembocadura. En cambio los
pequeños sí son habituales de las rías, donde encuentran un ambiente óptimo para su etapa de crecimiento.
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Congrios: no toleran el agua dulce, pero en las rías de grandes dimensiones es frecuente su presencia en las
zonas rocosas. No se deben confundir con las anguilas, que sí es especie frecuente en estas zonas.
Y LOS NO TAN TÍPICOS
Se trata de aquellas especies de peces propios de aguas abiertas, que no frecuentan las rías ni tampoco las
zonas costeras en general.
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Pargo, breca: a estos espáridos les gusta el fondo de manchón. En algunas zonas se encuentran a tiro de caña
(los famosos brequeros asturianos) pero no es frecuente su presencia a menos de un par de millas costa con
rías.
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Caballa: escómbrido típico de aguas abiertas. No es frecuente, por no decir que es casi imposible, encontrarlo
en las rías, a no ser que se trate de lugares que den directamente a mar abierto.
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Corvina: cuando es jóven sí permanece en rías y estuarios, pero en cuanto alcanza un cierto tamaño
abandonan estos lugares para dirigirse a lugares de más fondo.
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Anjova: aunque puede alcanzar la orilla en las rías en sus alocadas persecuciones tras los peces pasto, la
anjova es un nadador y necesita espacios amplios y abiertos.
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Peces planos, rodaballo: hemos visto que alugnos pleuronectos (peces planos) se desarrollan a la perfección
en ambientes tranquilos y fértiles como las rías (caso del lenguado), pero otros, como el rodaballo, sólo los
encontraremos en las desembocaduras de las mismas al mar, y rara vez en el interior.
INFLUENCIA DE LAS MAREAS
Como norma general la pesca en las rías es fructífera durante la subida y casi en pleamar (horas 3 a 6 de la
subida), o también durante el principio de la bajada (horas 1 a 3 de la bajada). Las horas cercanas a la bajamar
(tanto a la subida como a la bajada) no son de las mejores, a excepción de la pesca de pequeñas robalizas, a las
que les encanta entrar en las zonas recién inundadas cuando repunta la marea.
Con mareas vivas, con coeficientes superiores a 80, pescar en rías de grandes dimensiones puede resultar
todo un calvario. Millones y millones de litros de agua marina desplazándose al son de la marea son un obstáculo
casi infranqueable para el pescador. Lo mejor en estos casos es buscar un remanso, zonas más o menos
tranquilas en las que el aparejo está, por lo menos, unos minutos reposando en el fondo.
CUANDO PESCAR EN LAS RÍAS
El momento del año para la pesca en las rías viene más determinado por la especie buscada que al calendario
en sí mismo. Así pues, veamos las cuatro estaciones del año, y los peces más frecuentes en cada una de ellas.
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Primavera: sargo, lubina, peces planos. Muy buenos los días posteriores a un temporal. A medida que el agua
vaya ganando temperatura, irán haciendo acto de presencia otros peces, como la dorada y el salmonete.
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Verano: dorada, solla, herrera, salmonete. Por norma general se tratará de pequeños ejemplares, ya que en
verano la poca mar no facilita la entrada a los peces grandes en estas zonas resguardadas.
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Otoño: dorada, lubina. Quizá el mejor momento del año para la pesca en rías, porque se mantienen algunos
peces de verano, mientras que ya empiezan a ser frecuentes otros como la lubina (primero pequeñas y
medianas para ya cerca del invierno entrar las grandes). Los sargos de buen tamaño (kilo o más) permanecen
cerca de las salidas a mar abierto, pero son peces a los que les cuesta mucho entrar en las rías.
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Invierno: sargo, lubina. En pleno invierno, con la mar agitada por los cambios de presión que traen asociado los
frentes fríos, es frecuente que entren en las rías peces de buen tamaño, como es el caso de las lubinas.
MODALIDADES DE PESCA
La pesca en las rías no tiene ninguna complicación especial. De hecho se la puede calificar incluso de cómoda,
porque tendremos buenos accesos y aguas bastante tranquilas.
Si el fondo es arenoso el aparejo a utilizar irá provisto de dos anzuelos terminales, por debajo del plomo. Si el
sustrato es rocoso, utilizaremos aparejos de tipo "paternoster", con los anzuelos elevados del fondo.
Pero si hay algo verdaderamente importante para tener éxito en la pesca en rías esto sería elegir bien el lugar
donde lanzamos nuestros aparejos. Este entorno tiene infinidad de corrientes, zonas con desniveles, cauces que
se inundadan y luego quedan secos cuando llega la bajamar y remansos en los que podremos pescar incluso con
coeficientes de marea superiores a 100.
Hay zonas de arena con pequeños roquedos que actúan como un imán para sargos y espáridos, y otras zonas
muy ricas en anélidos, debilidad de salmonetes y peces planos. Y también grandes pozas que quedan aisladas en
la bajamar, pero que pueden albergar lubinas cazando alevines.
Estudiar nuestra ría durante la bajamar es una estrategia obligatoria. Observaremos los dondos, siempre
buscando accidentes que puedan resultar atractivos para los peces. Y también podremos precedir las corrientes,
porque tendremos perfectamente ubicados los cauces principales, los secundarios, las zonas de bajío, etc.
Una técnica alternativa a la pesca al lanzado es el curricán ligero o cacea. Nos podemos ayudar de un simple
bote a remos para desplazar nuestros anguilones o plumas por las zonas someras (mejor a primeras horas de la
subida) en busca de las plateadas robalizas. También nos servirá de carnada una miñoca (nereido), o una
quisquilla viva, que encontraremos fácilmente en los charcos que deja la marea.
DESDE LA ESCOLLERA
El pescador de surfcasting suele preferir la playa, sea cual sea su configuración de entorno y fondo, antes que
las rocas o bloques prefabricados que conforman las muchas escolleras, malecones, defensas portuarias,
espigones y rompeolas de nuestras costas. Pero hay ocasiones en las que el lanzado desde estas zonas nos
permite poner nuestros cebos al alcance de la pesca que no llega a acercarse a la playa. La playa tiene sus
atractivos, pero no debemos olvidar de que disponemos de estos otros lugares donde la pesca no se suele dar
mal, aunque el lance no resulte igual de largo y potente que desde la playa. De hecho, hay lugares en los que
estas zonas son las que proveen de pesca a las playas de alrededor.
Otros lugares mayores, preferentemente los puertos, albergan mucha pesca, mucha más de la que creemos.
Nada mejor para analizar lo que un espigón de un puerto nos puede dar que bucear en apnea recorriendo este
espigón por fuera. Veremos sargos en más de un agujero, con suerte doradas y herreras en las inmediaciones de
las rocas con arena, se podrá apreciar la presencia de serránidos, espáridos y otros peces, siendo estos lugares
recorridos por lubinas, peces limón, palometones, anjovas, etc.
Por supuesto, en estos entornos los congrios y las morenas, al igual que los pulpos, serán abundantes, no
siendo extraño ver alguna cueva natural o formada con bloques prefabricados de hormigón, a un corrillo de
corvas. Las lisas, abundantes en el interior de los puertos, salen de vez en cuando, atrayendo tras ellas a más de
un depredador que puede ponerse también al alcance de nuestro anzuelo.
CUÁNDO Y DÓNDE
Lo ideal es pescar en estas zonas desde el amanecer hasta media mañada, y desde media tarde hasta la
caída de la tarde, momentos en los que la pesca suele estar mucho más activa y en los que los peces de paso
pueden ir o volver desde las playas hasta otros lugares.
Ocurre también que desde estos lugares podemos poner nuestro cebo a mucha distancia si tenemos la
habilidad y la suerte de encontrar una corriente de salida hacia fondos mayores. No es fácil, pero en caso de
encontrarse una franja (una especie de pasillo) de color más claro que su entorno, deberemos lanzar allí, y estar
atentos pues a veces la corriente es tan fuerte que nos irá pidieno más hilo mientras se lleva el aparejo más al
fondo.
Esto nos puede permitir poner el cebo bastante lejos, en ocasiones hasta 400 metros (si es que hemos cargado
nuestro carrete con tal cantidad de línea). Estas franjas también sirven de entrada al pescado desde fondos
mayores, que a contracorriente lo recorrerán hasta la playa o hasta la zona de rocas, siendo el canal por el que
suelen entrar los grandes predadores.
En cuanto a las fechas, la primavera y el verano son las que el agua va adquiriendo mayor temperatura
gradualmente, y el pescado tiende a acercarse en mayor medida a las costas. Extraño es el verano en el que
algún aficionado que pasa la tarde en el exterior del puerto tentando con sus lances a la lubina, al sargo o a la
dorada, nose ve sorprendido por la entrada de algún pez de peso.
EQUIPO
Si nos decidimos a disfrutar de alguna jornada de pesca en un espigón o rompeolas, además de consultar si la
zona está permitida para la pesca deportiva (los puertos deportivos y comerciales suelen tener restricciones para
este tipo de pesca), debemos decidirnos por un equipo potente, que si bien nos va a restar algunos metros en
cada lance, nos va a ayudar a la hora de recuperar las piezas desde lo alto de las rocas, y batallar si tenemos la
suerte de enganchar algún pez de peso.
A no ser que demos con una zona con abundante pesca, caso en el que podremos montar un aparejo con dos
o tres anzuelos en derivación mediante perlas y plomo fijo al final, lo ideal será montar un bajo con un anzuelo
único y plomo corredizo, montaje que va muy bien en aguas claras y en fondos de buena profundidad, pues
presenta muy bien el cebo.
Anzuelos medios y grandes, según lo que veamos que se saca en el lugar.
CEBO
Los que los pescadores de la zona empleen. Los gusanos suelen funcionar muy bien, y si por la zona nos dicen
que entran doradas cabezonas, de buena talla, la tita pequeña o de media talla dará estupendos resultados.
Filetes de sardina amarrada con hilo de licra, cola de sardina empatada al revés, es decir, con la carne hacia
fuera, tira de calamar, almejas de la zona, tiras de caballa, cangrejos, ermitaños, etc, son cebos que funcionan
bien es esta agua más profundas a las que vamos a acceder desde la escollera y, además, son cebos atractivos
para todo tipo de peces.
Si optamos por lanzar vivos, lo idear será conseguir unas lisitas en el interior del puerto, y si tenemos
problemas para conseguirlas nosotros, en estas zonas hay pescadores que suelen proporcionarlas a un precio
interesante. Son el mejor cebo para este tipo de pesca, resistente y muy atractivo, y como está presente en la
zona, cualquier depredador que pase por allí entrará al engaño sin pensárselo mucho.
Al vivo que tenderemos a la lubina, normalmente la lisa con una o dos poteras en su cuerpo, puede entrarle sin
nisiquiera imaginárnoslo, una chova o palometa de peso, peces que a menudo llegan a dar una talla imponente.
Estas zonas son óptimas también para la pesca con vivo al "ascensor".
También podemos tentar a los peces de estos lugares mediante artificiales, modalidad que puede llegar a ser
muy productiva. Lanzar nuestros peces con baberos diferentes para pasearlos a distintas profundidades es muy
entretenido y suele dar muy buen resultado en lugares donde las rocas esconden alimentos para los
depredadores. En este caso será conveniente que elijamos diques o espigones no muy grandes para que no
pesquemos muy por encima del agua, lo que nos facilitará recuperar los peces que calvemos, teniendo en cuenta
que sigue siendo casi imprescindible la sacadera.
No hay que ser discreto con el tamaño de los artificiales, pues a mayor cebo, mayor puede ser la presa, y tanto
lubinas, peces limón, chovas o palometas tienen buena boca para, tentados por el nadar oscilante del artificial,
entrarle y metérselo entero (o casi) en la boca.
Si el lugar no es frecuentado por grandes depredadores, la imitación de angulón fluorescente con un buldo va
de maravilla allí donde los robalos y, a veces, las bailas están cazando. Incluso con rompiente, en un día de
buenas olas, las cucharillas sirven para ir a por peces que estén de caza, aunque los anguilones y los peces
artificiales tienen más potencial de cara a las picadas.
LANZANDO DESDE LA ROCA
Lanzar desde estas posiciones, con suelo irregular, resulta complicado y resta muchos metros de lance en
cada acción, algo que fastidia, pues ves que a pesar de poseer una buena técnica y llevar un buen equipo, no se
alcanza el punto deseado. Pero hay que aprender a sacar ventaja de estas zonas viendo la parte positiva:
podemos poner nuestros cebos en un fondo imposible de alcanzar desde la orilla, fondo al que acude el pescado
de la zona y el de paso, aquel que suele entrar desde lo profundo hasta tal vez 300 ó 400 metros de la orilla, que
no entrará a nuestros cebos lanzados desde la arena aunque nuestro alcance sean 180 metros, pero que sí
podemos clavar si lanzamos 100 metros desde un espigón.
A la hora de lanzar tenemos que tener mucho cuidado y equilibrio, pues el suelo irregular, incluso resbaladizo a
menudo, hace que un pequeño giro o cambio de peso de una pierna a otra en el momento del lance nos
desequilibre y podamos caernos. Y si es de noche ni que decir tiene que cualquier precaución debe tomarse en
extremo, pensando en no acudir a estos lugares a menos de hacerlo acompañado.
RECUPERACIÓN
Otro motivo que hace que muchos aficionados se resistan a acudir a estas zonas es que , como debemos
pescar en un plano superior al rasante del agua, al menos tres o cuatro metros, la recuperación de peces de más
de un kilo de peso puede llegar a ser muy complicada, ya que si intentamos izarlo por el aire hasta el lugar donde
estamos puede soltarse y lo perderemos muy cerca de nosotros.
Como mal menor, si elegimos un lugar donde podamos bajar con facilidad hasta las primeras rocas, al borde
del agua, un compañero nos puede auxiliar con el salabre o sacadera, imprescindible en estos lugares.
PESCA EN EL REBALAJE
Se trata de la franja de o zona próxima a la misma orilla que comprende hasta unos treinta metros hacia dentro
en el agua, y que en muchos casos alberga una gran cantidad y calidad de pesca. Bajo determinadas condiciones
es posible efectuar buenas pesqueras. Se trata fundamentalmente de viento, según la zona, y en la noche.
Con aguas tomadas, de oleaje de fondo o ante un temporal, hay peces que entran francos a la playa
amparados por las turbulencias de las aguas, y para aprovechar todo lo que va quedando a su alcance, al ir las
olas removiendo el fondo, más cuanto más cerca de la orilla.
Será la caída de la tarde, cuando la noche viene ya comiéndose la luz cuando el rebalaje comienza a animarse
todos los días.
Pescar en el rebalaje requiere de, al menos, tres cañas para que sea productiva. No se trata de llenar el cubo,
pero pescando el riesgo de muchas picadas de peces pequeños (que serán inmediatemente devueltos al mar), por
lo que con tres aparejos activos siempre tendremos más probabilidades de clavar peces ya interesantes.
Como suele ocurrir en casi cualquier lugar por la noche, a excepción de los roqueos puros, el pescado en su
deambular en busca de comida hace recorridos en paralelo a la orilla y siguiendo las corrientes, pues éstas les
facilita encontrar alimentos, ya sean peces depredadores o no. Por ello, con tres cañas (incluso hay quien monta
alguna más) podremos asistir de vez en cuando a un repiqueteo en los tres punteros, con un banco de besugos o
de herreras o con el bandete de sargos, que será signo inequívoco de prisa por sacar los tres aparejos. En esos
casos, alumbramos uno a uno los punteros o permanecemos unos instantes a las luces químicas, y aquella caña
que indique una presa mayor será la primera que atendamos.
Hay una buena dinámica de pesca para aprovechar mejor lo que el rebalaje nos ofrece en la noche. Consiste
en montar dos cañas para lance largo que iremos lanzando a una media distnacia y otra lo más alejado posible,
para así completar nuestra batería de aparejos calados.
Con estas cañas podemos optar por clavar las piezas que pasan más retiradas de la orilla, e incluso podremos
cortar el camino de alguna lubina o dorada que marisquean en la zona alejadas del ámbito del rebalaje, pues hay
ocasiones que por un motivo o por otro clavaremos piezas medias mientras alguna grande puede entrar a comer
más lejos. De ahí lo de ir tanteando a varias distancias.
EQUIPO
Las cañas para el rebalaje pueden ser perfectamente de fibra y telescópicas, o bien enchufables y de otro
material, pues el lance no será largo en ningún caso. La potencia media, pues rara vez necesitaremos lanzar
plomos de peso superior a los sesenta gramos, ya que lo que pretendemos es pescar en una zona muy concreta y
próxima a la orilla.
Los aparejos pueden ser de plomo final, con dos o tres anzuelos en derivación mediante perlas, o bien dos en
derivación y uno corredizo, siendo éste el situado más cerca del plomo.
Luces en los punteros. Incluso hay quien monta cascabeles en ellos. La cuestión es estar atentos a las cañas,
por si hay picadas discretas, ya que en el caso de que una buena dorada u otro pez de peso y embite nos entre, el
carrete va a chillar de lo lindo.
Por cierto, el freno hay que dejarlo bastante suelto. No sería la primera vez que un buen pez rompa de un
trallazo el sedal de una caña con el carrete cerrado.
APAREJO
El sedal a emplear no debe ser grueso, pudiendo emplear carretes medios o ligeros, tipo mar lance ligero o de
spinning, y en estos casos podemos optar por no montar "cola de rata", sino emplear únicamente un puente final
para mejorar el lance.
Base de 0,25 aproximadamente y puente de 0,40 es más que suficiente.
Los anzuelos no deben ser muy grandes, lo suficiente según las opciones de pesca que tengamos (peces
medianos o pequeños), pues si nos entra alguna buena pieza lo normal será que clave igualmente.
CEBOS
Como siempre, los cebos dependerán de la zona de pesca, pues vamos a tentar a la pesca allí donde acude
para alimentarse a diario. Visitar la zona de día o preguntar u observar a los pescadores lugareños es
imprescindible.
Pescando en arena suelen ser buenos cebos las almejas, las navajas, el muergo, las coquinas, conchas finas,
las gusanas. También hay quien opta por el universal filete de sardina, o mejillones bien amarrados con goma
elástica, aunque la sardina, en el rebalaje, atraerá muchísima morralla, que limpiará los anzuelos a la voz de ya.
También podremos utilizar cebos más duros, como tiras pequeñas de calamar, cuadraditos de sepia,
camarones salados o las citadas conchas finas, pues hay noches en que la morralla estará merodeando nuestros
cebos contínuamente.
MEJORES MOMENTOS
El rato de calma que hay entre la caída de la tarde y la entrada de la noche, momento en que el viento amaina
o incluso comienza a rolar a otra dirección distinta de la que tenía durante la tarde son buenos momentos para
tener ya montadas las cañas y lanzadas a las diferentes distancias.
Hay noches en las que las picadas comienzan ahí, y otras en las que no tendremos ninguna hasta la
madrugada. Solemos tener tres momentos claves (aunque esto varía mucho en función del periodo de actividad
de la pesca, del viento y de las condiciones de la mar) para pescar en el rebalaje: uno el citado con el declinar de
la tarde, el siguiente una o dos horas después de entrar la noche, y otro a partir de las doce y media o una de la
madrugada. No es regla fija, pero en estas franjas es en las que mejores pesqueras hemos hecho, sobre todo en
primavera y verano.
Pero también el amanecer puede proporcionarnos horas de distracción. Podemos optar por llegar a la playa
sobre las cinco, y montar las cañas rápido para empezar a pescar desde al menos una hora y media o dos antes
de la amanecida, pues en estas horas todavía hay pescado que entra a comer, sobre todo en noches con viento o
tiempo cambiante, pudiendo también clavar algún depredador que buscará al pez pequeño en esta zona.
LA PESCA CON VIENTO
El viento, amigo y enemigo del pescador. Gran aliado cuando sopla a favor (las menos de las veces) y terrible
adversario cuando lo hace cruzado o enfriando nuestra nariz.
Amigo porque es el responsable directo de las olas, que dan la vida al mar, olas que al acercarse a la costa y
chocar en su parte inferior con la arena o la roca, se rompen revolviendo el fondo, dejando al descubierto el
preciado alimento que ansían los peces, olas que al romperse dejan su lechoso rastro de espuma que valdrá de
escondite a diferentes depredadores, desde el que atacan plateados pececillos o nuestros plateados artificiales.
Pero también podemos sufrir sus efectos negativos, cuando nos viene en contra para dificultar nuestros lances.
No obstante no hay por qué desesperar ni perder la paciencia.
Si el viento nos viene en contra, lo primero que podemos intentar es localizar otro lugar donde la orientación de
la playa nos permita mejores lances. No tenemos que obsesionarnos si un día no podemos pescar en nuestro
lugar preferido.
Pero supongamos que no es viable esta alternativa, que nos encontramos en una larga playa sin posibilidad de
variar la orientación de nuestros lances. Entonces no nos queda más remedio que adaptar nuestro equipo a las
nuevas circunstancias.
PLOMADA
El primer elemento que nos va a ayudar a vencer la resistencia del aire será el plomo. Debe tener dos
características: aerodinamicidad y peso. Un plomo de cara plana, como el de ataud, ejercerá una resistencia al
aire tremenda. Hay que decantarse por los de forma ahusada, con la punta redondeada y afilándose hacia su
parte trasera, como el perfil de las alas de los aviones. De esta forma, aunque no estemos acostumbrados,
colocaremos un peso superior al utilizado en condiciones normales (sin superar el límite de la caña) y con un
plomo de las citadas características.
LA LÍNEA
Este es uno de los elementos menos cuidados y más determinantes a la hora de poder lanzar y pescar
razonablemente bien en condiciones de fuerte viento. Líneas finas, cuanto más, mejor. Muchos pescadores
cuando se tienen que enfrentar a estas malas condiciones recurren a sus equipos más pesados para poder forzar
los lances, incluyendo en estos equipos líneas de 35, 40 ó 45. Mal negocio. La resistencia que estas líneas
ejercen en el aire y en el agua impedirán no sólo el lanzado correcto, sino también la permanencia del aparejo en
su sitio, arrastrando por las olas y corrientes que el viento provoca al incidir sobre la guesa línea.
Un nailon muy fino cortará mucho mejor viento y agua, pero claro, para poder lanzar sin romper resultará más
que nunca necesarios los consabidos puentes o colas de rata.
Otra cosa que podemos hacer para que nuestra línea disminuya su resistencia al agua es utilizar cañas más
largas, de hasta 5 metros, o bien cañeros o picas elevadas, con la que podamos elevar aproximadamente un
metro la altura alcanzada por nuestro puntero. Este metro de más hará que las olas que rompen cerca de la orilla
lo hagan por debajo de nuestra línea, minimizando de esta forma sus efectos negativos.
CEBO
Dos características debe también cumplir el cebo: resistencia y aerodinamicidad. Parece claro que pese a que
vayamos a adoptar todas las medidas necesarias para vencer a nuestro enemigo a base de inteligencia y no de
fuerza, al final no nos va a quedar más remedio que pegar un buen latigazo. Un rico mejillón fuertemente
anzuelado se quedará con casi total seguridad sobre la arena de la playa tras imprimir la fuerza necesaria a
nuestra caña, eso si no nos cae sobre nuestra cabeza.
Será necesario utilizar cebos resistentes, cuanto más mejor, y en su defecto bien protegidos a base de hilo
elástico, hidrosoluble o licra.
LA CAÑA
También sufre la resistencia al penetrar en el aire, tanto durante el lanzado como en su posición estática, en la
piqueta. La primera impedirá que consigamos la aceleración necesaria de la caña, por lo que el aparejo tendrá
dificultades para alcanzar su objetivo. La segunda hará que las falsas picadas sacudan una y otra vez nuestro
puntal. Cañas finas y rápidas serán nuestras mejores aliadas.
LANCE
En teoría para que el lance consiga el máximo alcance debería soltarse la línea para que el plomo saliese a
unos 45º de elevación. En condiciones de viento fuerte lo soltaremos un poco más tarde, de manera que la
parábola descrita alcance una menor altura que en otras circunstancias. Esto disminuirá los metros de línea sobre
los que incidirá el viento, y además presentará la plomada de una forma más aerodinámica, favoreciendo su
penetración en el aire.
PECES DE ROCA
Sería casi más sencillo enumerar la lista de peces que no se encuentran entre las rocas que los que viven allí o
las frecuentan. En los roquedos se puede pescar prácticamente de todo por dos motivos principales:
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Las estructuras rocosas ofrecen protección y abrigo a gran cantidad de peces, que hacen de sus cuevas y
pequeñas oquedades su morada habitual.
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El segundo motivo es la comida, pues las rocas son despensas casi inagotables. Las irregularidades de las
superficies rocosas facilitan la fijación de pequeños seres vivos: algas, corales, crustáceos. Estos seres
vivos ven favorecido su crecimiento por la riqueza en oxígeno de las aguas batidas por las olas y
constituyen el principio de una cadena alimenticia que atrae a toda una lista de especies deseadas por los
pescadores: serranos, cabrillas, sargos, chopas, todos ellos especies propias del roquedo, así como a sus
depredadores naturales.
Sin duda el primer objetivo de los pescadores del roquedo son las especies que lo habitan, y no sus
depredadores. No suelen ser peces de tamaños descomunales, a excepción quizá de algún sargo, pero sí suelen
ser altamente combativos, y normalmente forman banco, lo que se puede traducir en una jornada de pesca
divertida e inolvidable.
Casi todos ellos viven en el pequeño ecosistema que forma la estrecha franja que separa el mar de la tierra.
Sus costumbres muchas veces coinciden, y sus alimentación también suele ser común: crustáceos, gusanos de
mar, restos de otros peces, cefalópodos muertos.
TÉCNICAS
Se pueden practicar tres modalidades de pesca, eso sí, cada una de ellas con una infinidad de variedades. Las
tres son francamente apasionantes y todas tienen sus trucos, aparejos específicos y momento ideal.
PESCA CON FLOTADOR
Esta técnica resulta ideal no sólo para la pesca desde muelles y diques, sino también desde rocas y
acantilados. Dependiendo de la profundidad de las aguas se puede utilizar aparejo con la foya fija o bien corrida.
Prácticamente siempre resulta más efectivo mantener nuestro cebo cerca del fondo, casi pegado a él, que entre
dos aguas. De ahí la importancia de adecuar la distancia entre el flotador y el anzuelo a la profundidad adecuada.
En el caso de que ésta supere la de nuestra caña, una boya corrida con un nudo tope será la solución ideal.
La última recomendación es la de apoyarnos con un buen engodo o cebado, que atraerá a los peces desde
considerables distancias hasta nuestro aparejo.
En cuanto al equipo a utilizar, la longitud de la caña puede variar mucho, y aunque en lugares de arena o en
muelles se suelen utilizar de siete metros o más, en lugares de roca la longitud no debería exceder de cinco o seis
metros. El carrete suele ser de tambor fijo, ni demasiado lento ni demasiado rápido, y dependiendo de la especie a
pescar, cargado con monofilamento de calidad de entre 25 y 45 centésimas. El de 35 centésimas suele ser válido
para casi todas las situaciones de pesca, y en el caso de aguas muy claras y peces muy pequeños o desconfiados
se puede reducir el bajo a un 25.
El aparejo no tiene grandes conplicaciones: un solo anzuelo, para evitar lios y enganches, una boya de tamaño
suficiente para ser vista con claridad (si vamos a lanzar lejos aumentaremos el tamaño del flotador) y los plomos
de perdigón necesarios para mantener la boya en posición vertical.
La variedad de cebos utilizados es enorme, pero dependiendo del pez buscado podremos emplear crustáceos
(gambas, camarones, quisquillas, mejillón, lapas, pulgas, cochinillas de mar) para los sargos, chopas, maragotas,
etc, y gusanos de mar (arenícola) y las nereidas (xorra, lombriz coreana) para serranos, doncellas, cabrillas,
burros, etc.
PESCA AL LANZADO
La pesca al lanzado sobre fondos rocosos no difiere mucho del lanzado sobre arena. Unas pequeñas
variaciones del equipo serán suficientes para adaptarlo a la roca.
La caña suele ser de cuatro metros en adelante y bastante recia, para poder evitar el enroque o en su defecto
para, en la medida de lo posible, poder desenrocar alguna de las especies que podamos capturar. Suele ser
imprescindible el empleo de sujetacañas para evitar tener que encajar nuestra caña entre las grietas, con el
consiguiente deterioro de la misma. Siendo estas cañas de cierto peso y tamaño no resulta práctico sujetarlas
entre las manos.
La línea debe ser de un calibre grueso, no ya por la posibilidad de enganchar alguna buena pieza (que sin duda
la habrá) sino por la cantidad de enganches, enroques y constantes rozaduras a los que se verá sometida.
En cuanto a los enganches, para evitarlos en la medida de lo posible se recomienda el uso de plomos de tipo
pera y oliva, que sortearán las grietas con menor probabilidad de enganche. Al igual que en el caso anterior, el
empleo de un único anzuelo también disminuirá esta circunstancia. En cualquier caso, la pérdida de material será
inevitable, por lo que debemos ir provistos del suficiente de repuesto.
Otra precaución a tomar es la de montar los anzuelos y plomos en líneas de resistencia algo inferior a la
principal, para no perder todo el aparejo en cada enganche.
Los anzuelos suelen ser algo más grandes que los utilizados en la pesca con flotador, por las mayores
posibilidades de pescar algún ejemplar de grandes dimensiones.
PESCA VERTICAL
Se trata de una técnica en la que armados con una caña ligera, de la longitud apropiada para acceder a los
agujeros cercanos, iremos "tentando" las diferentes zonas a nuestro alcance: cada piedar, cada grieta, rincón,
pared.
El indicador de la picada será el dedo índice de la mano que sujeta la caña o el de la mano contraria sujetando
el nilon entre los dedos. Cuando notemos los inconfundibles tironcillos propios de un pez mordiendo el cebo
esperaremos a notar el tirón ligeramente más profundo para clavar con un movimiento seco de puntera.
Este tipo de pesca resulta especialmente entretenido.
El aparejo suele ser de lo más sencillo: un plomo tipo pera al final de la línea y por encima de este, a medio
metro aproximadamente, un anzuelo saliendo de un codal de unos 10 cm. Los anzuelos no deben ser demasiado
grandes, y si no queremos agotar nuestro cebo en pocas horas, resulta conveniente cubrir el anzuelo por completo
pero sin dejar colgado ningún resto de carnada, o los pequeños serránidos y gobios aprovecharán este pellejillo
para limpiar el anzuelo (ver "Aparejos de pesca con anzuelo por encima de la línea).
CEBOS
De los peces de roca no puede decirse que sean unos esquisitos "gourmets". Al contrario, son muy voraces,
por lo que no harán asco a nada (o casi nada). Así pues, podermos enumerar al menos cinco grupos de cebos
recomendables:
-
Gusanos en general: nereidos de roca o fango. Son frágiles y duran poco, pero resultan muy atractivos.
-
Moluscos bivalvos: desde el mejillón hasta la almeja o la navaja todos ellos son excelentes cebos. Mejor
todavía si podemos recolectarlos el día de pesca.
-
Moluscos cefalópodos: el calamar cuenta a su favor con la resistencia de sus carnes, aunque en honor de la
verdad no es el mejor cebo para estos peces.
-
Crustáceos: sobre todo en el caso de buscar grandes maragotas, los cangrejos ermitaños o los de roca nos
serán de gran ayuda. Más complicado es conseguir quisquilla y parece un derroche emplearla con estos
pequeños pantagrueles.
En general cualquier cebo es bueno, pero debemos evitar aquellos a base de pescado.
En cuanto al empleo de engodo, estos peces de roca son algo vagos, por lo que aunque el mazizo nos ayudará
en algo, tampoco se puede esperar que mejoren mucho los resultados. El engodo más recomandable es aquel
que tenga mejillones y cangrejos como base. Será mucho más efectivo que cualquier otro realizado a base de
pescado (sardina o anchoa).
DÓNDE Y CUÁNDO
Podremos pescar peces de roca en cualquier sitio de la costa en el que haya rocas con algo de arena y algas,
pero sobre todo rocas. Aunque es cierto que algunas especies no siempre se encuentran donde quisiéramos
(como ocurre, por ejemplo, con las doncellas), lo normal es que la localización de estos peces no plantee ningún
problema.
Los fondos deben ser de profundidad superior a un par de metros, aunque en apenas dos cuartas de agua
podríamos encontrar ya algunos pececillos otros, como las cabras, julias o doncellas, suelen encontrarse algo más
lejos de la costa y en profundidades más importantes. De hecho empieza a ser demasiado habitual que las
mejores zonas de pesca para estas especies ya sólo se alcancen desde embarcación.
Todas las especies que englobamos como "peces de roca" no son migratorias, aunque se desplazan de zona
según las épocas del año. En los meses de frío se conseguirán menos capturas, puesto que se alejan más de la
costa y resultan más inaccesibles para el pescador no embarcado. En pleno verano, en cambio, se podrá disfrutar
de excelentes jornadas de pesca.
En cuanto a la influencia de las mareas, debemos decir que éstas no son un factor determinante, a excepción
del caso de una especie: la maragota. Este pez es el de mayores dimensiones que podemos tentar con estas
técnicas, y su kilo (más o menos) de peso sí le hace estar condicionado por la marea, porque necesita una mínima
capa de agua por encima de él.
Para la maragota suelen ser muy productivas las tres últimas horas de subida y un poco de la bajada.
LÍNEAS
CONSIDERACIONES
Casi todos, cuando hemos comenzado a utilizar los sedales finos, tenemos miedo de romper en el lanzado o al
recoger el aparejo después de tenerlo calado un rato. Sin embargo la verdad es que un sedal fino o muy fino,
como los inferiores a 0,20, resisten mucho e incluso nos permiten, cun un buen trabajo y si no perdemos los
nervios, cobrar piezas mayor peso que el que teóricamente aguanta el sedal.
Por lógica no podemos lanzar con la línea de sedal madre o directo, es decir, no podemos engarzar nuestro
aparejo a esta línea fina tal cual, pues la rotura está asegurada. Esto sólo cabe hacerlo cuando pescamos con
sedal grueso (de 0,40), capaz ya de aguantar la tracción del lance.
Habitualmente necesitaremos un sedal más grueso intermedio entre la línea madre y el aparejo que conecta
con el plomo. A este tramo se le denomina puente, por ser precisamente el nexo de unión entre aparejo y sedal
madre.
MONOFILAMENTOS
TRENZADAS
FLUOROCARBONOS
La principal virtud que nos promete el denominado fluorocarbón es la de su invisibilidad. El índice de refracción
es similar al del agua y, por consiguiente, resulta indetectable a los peces, o por lo menos eso se le supone.Pero
no todos los «fluorocarbones» que se anuncian como tal lo son, o no lo son completamente. El proceso normal de
fabricación del «nailon» es muy económico, de hecho el encarecimiento se produce sólo cuando el producto es de
una calidad elevada (diámetro controlado, recubrimientos especiales, etc.) Sin embargo el fluorocarbon sí tiene
unos costes muy elevados, y de ahí que algunos fabricantes hayan ideado una fórmula mixta: monofilamento de
nailon tradicional con un recubrimiento de fluorocarbón.
Evidentemente esto no es un fluorocarbón puro (en la mayoría de embalajes se encuentra un texto que indica
«fluorocarbon coated»), pero lo cierto es que son más baratos y cumplen aceptablemente.
Cualidades y calidades
Ya sabemos que no todos los fluorocarbón son tales, por lo que centraremos el reportaje en el verdadero y
auténtico. Bien, este material nos ofrece una resistencia, por lo menos equivalente a la de un monofilamento
tradicional, y además es menos visible por los peces. También es un material bastante duro, lo que nos ofrece una
excelente resistencia a la abrasión.
Y defectos...
Pero también tiene sus defectos, como por ejemplo un tacto bastante rígido que se acentúa en diámetros
gruesos, y un precio elevado. Por otro lado es muy denso, lo que significa que lo ideal es emplearlo con señuelos
hundidos.
Cuándo utilizarlo
Con lo que ya conocemos del fluorocarbon nos podemos hacer una idea muy aproximada de cuándo
emplearlo, y es que su mejor baza la tiene en los bajos para pesca a mosca, y más concretamente con ninfas en
el caso de la trucha, o streamers para bass, lucio, salmón, etcétera. Hay quien lo ha intentado utilizar como línea
de pesca (bobinando todo el carrete), pero ha abandonado la idea en los primeros lances, pues no olvidemos que
tiene un tacto muy duro, resultando perfecto para hacer unos bonitos enredos, especialmente en equipos de
casting (siempre hablando de fluorocarbón puro, los copolímeros recubiertos son más suaves).
Conclusiones
Que el fluorocarbón es un gran invento, no lo pone nadie en duda, pero hay que tener presente que tampoco
es la panacea que todo lo remedia. Es de gran ayuda en algunas situaciones, como puede ser ahora mismo, con
los ríos muy bajos, cristalinos y las truchas ya «pinchadas» en su mayoría, pero antes habrá que realizar un buen
lance, no alertar de nuestra presencia... En definitiva, un bajo de fluorocarbón ayudará en manos expertas, pero
no hará milagros si falla la presentación del artificial.
Otro punto de vista
Si el fluorocarbón resulta menos detectable por parte de los peces podemos llegar a dos conclusiones: o bien
pescamos con los diámetros de siempre... o los incrementamos de forma que minimicemos el riesgo de roturas.
Esto es especialmente importante con peces muy potentes, como es el caso de los barbos o las carpas, y también
con las truchas, pues una pelea más rápida supondrá un estrés inferior y redundará en la supervivencia de éstas
una vez liberadas.
Atención al nudo
Con el fluorocarbón se debe tener un cuidado exquisito a la hora de elaborar los nudos. Esa rigidez que
comentamos es la responsable de que un nudo mal confeccionado resulte quebradizo, por lo que es
imprescindible hacerlo cuidadosamente y siempre lubricar con saliva antes del apriete final.
La búsqueda de la invisibilidad
El principal argumento del fluorocarbón es su invisibilidad, basada a su vez en el efecto denominado
«refracción» del agua (en el colegio nos lo enseñaban introduciendo un lápiz en un vaso de agua. Daba la
impresión de que se encontraba quebrado). Pero hay otras casas que han tomado el rumbo opuesto, como es el
caso de Hart con sus líneas de la serie Invisible. Hart ha desarrollado una idea curiosa a la vez que revolucionaria
y efectiva: jugar con la ilusión de invisibilidad. Se trata de un monofilamento tradicional en el que se alternan dos
colores más o menos vivos, de tal forma que al pez le dé sensación de discontinuidad. La línea se ve, y mucho (lo
que resulta especialmente útil al pescador en muchas ocasiones), pero los peces no desconfían de ello porque no
son capaces de percibir la línea en toda su extensión. Una idea muy sencilla que está revolucionando el mercado
de la pesca.
En la tienda
No es frecuente encontrar en los comercios bobinas grandes de este tipo de línea, siendo las más frecuentes
las de 25 y 50 metros destinadas a la elaboración de bajos. Los precios varían mucho, pero en un fluorocarbón
«de los de verdad» oscila entre 1.500 y 5.000 pesetas. En el mejor de los casos el precio será el doble o el triple
que el de un monofilamento tradicional.
Monofilamento tradicional
Fluorocarbón
Se hunde en el agua, pero muy despacio
Es muy denso, se hunde rápidamente
Aceptable resistencia a la abrasión
Buena resistencia al nudo
Índice de refracción diferente al del agua
Tacto suave y dúctil
Admite todo tipo de utilización
Muy resistente a la abrasión
Delicada resistencia al nudo
Índice de refracción similar al del agua
Tacto duro y rígido
Mejor para bajos de línea
LAS MAREAS
Las mareas son como inmensas cintas transportadoras en las que suben los peces para efectuar sus
desplazamientos en la búsqueda de comida. Son su medio de transporte, su forma de ahorrar energías y también
su restaurante particular cuando arrastran el alimento.
Son, por tanto, aliadas del pez y del pescador, pues ayudan a éste a planificar las jornadas de pesca. Las
tablas de mareas son el libro de cabecera de cualquier pescador marino que se precie.
Como resumen, el ciclo de marea sube / marea baja podemos calificarlo en cuanto a resultados para la pesca
de la siguiente forma:
MAREA SUBIENDO
HORA
1
2
3
4
5
6
PESCA
♦♦♦♦♦
♦♦♦♦
♦♦♦
♦♦♦
♦♦♦♦
♦♦♦♦♦
MARA BAJANDO
HORA
1
2
3
4
5
6
PESCA
(1) ♦ ♦ ♦ ♦ ♦
♦♦♦
♦♦♦
♦♦♦
♦♦♦
♦♦♦♦
(1) Se debe entender la primera hora bajando como la hora después de pleamar.
MAREAS VIVAS
Se producen durante la luna llena y nueva. Los coeficientes de marea pueden llagar a superar la cifra de 100, y
el nivel del agua puede oscilar varios metros en vertical. Se producen grandes corrientes, con el consiguiente
desplazamiento de todo aquello que se encuentre en su seno.
LO MEJOR
-
Mueven peces de gran tamaño o especies no habituales en la costa.
Son excelentes para la pesca en rías y estuarios.
Suelen formar más oleaje, factor a tener en cuenta en la pesca en las rompientes.
LO PEOR
-
Provocan demasiada corriente para la pesca en determinadas zonas.
Es muy probable que estén acompañadas de algas arrancadas del fonfo.
Hace incómoda la pesca en la playa o lugares de perfil horizontal.
MAREAS MUERTAS
Se producen en las fases de cuarto creciente y menguante. Los coeficientes llegan a valores inferiores a 40.
Apenas deslizan agua y es posible que la diferencia de nivel en vertical apenas supere un metro. Las corrientes
son muy leves, lo que provoca pocos movimientos en la pesca, pero por el contrario son cómodas. Sin embargo,
las mareas muertas son buenas para las pescas "tranquilas", como la del salmonete o pequeños sargos y lubinas,
que apenas se desplazan de sus zonas habituales.
Podemos pescar fino, con aparejos ligeros, incluso en la playa.
LO MEJOR
-
Son cómodas para el pescador.
Se puede pescar "fino" sin problemas.
Son buenas para la pesca en costa abierta.
LO PEOR
-
Apenas desplazan pesca, sólo las especies propias del lugar.
Poco tiempo de actividad por parte de los peces.
Son malas para la pesca en rías y estuarios.
MAREAS MEDIAS
Se trata de mareas con coeficientes que van entre 60 y 75. Son mareas excelentes para la pesca. Mueven lo
suficiente los peces, pero sin los inconvenientes de las mareas vivas. Mucas de las especies más apetecibles
(lubinas, sargos, ...) se sienten muy cómodas en esta agua, y se desplazan ágilmente con ayuda de las corrientes.
Aprovechándolo conseguiremos mejores capturas que con otro tipo de mareas.
Curiosamente las mejores capturas suelen coincidir con mareas medias, pero subiendo en intensidad. Esto
sucece con el cuarto menguante hacia nueva y cuarto creciente hacia llena.
SUBIDA DE LA MAREA
Ninguna de las teorías acerca del efecto de las mareas sobre la pesca es exacta al cien por cien. La más
popular es aquella que afirma que para la pesca es mejor el momento de la subida de la marea, aunque también
hay quien dice que lo mejor es el repunte (última hora de la bajada seguidad de la primera hora de la subida).
Las mareas son importantes, pero su efecto dependerá en gran manera del lugar donde estemos pescando,
pues no es lo mismo una ría que una playa, la rompiente de la costa o un puerto.
EN LA PLAYA
En las playas suelen ser buenas toda la subidad de la marea. Buena tanto por el movimiento de los peces
como por la facilidad que se le presenta al pescador para lanzar sus aparejos y retroceder a medida que lo pide el
agua, con lo que el cebo cada vez queda más lejos.
EN LA COSTA
Lo mejor es la subida pero son olvidar el repunte.
RÍAS Y ESTUARIOS
La subida es buena, pero la corriente de bajada actúa como un río arrastrando comida, con lo que los
depredadores se mantienen en las cercanías de la boca.
EN EL PUERTO
Las maeras afectan, pero en menor medida, puesto que los peces se suelen dejar llevar por la mano del
hombre, y sería mucho más importante la llegada de un barco limpiando pescado que cualquier otra circunstancia.
LA LUNA. TABLAS SOLUNARES
Antes de entrar en materia de pesca, es necesario recordar una serie de conceptos que vamos desarrollar en
los próximos párrafos.
La luna tiene un ciclo de 29,5 días, es decir, desde que está en luna llena hasta que vuelve a aparecer la
siguiente luna llena ha de transcurrir dicho tiempo. Como se ve, este periodo de tiempo no coincide exactamente
con la duración de ningún mes. Vamos a establecer la "edad lunar" de la siguiente forma aproximada:
-
0 (ó 29) luna nueva
1 - 14 periodo de cuarto creciente
15 luna llena
16 - 29 cuarto menguante
A efectos de pesca en realidad tenemos dos fases de luna, que son la creciente y la menguante, mientras que
la luna llena y la luna nueva podríamos denominarlas como picos o puntos de inflexión en los que se cambia de
fase (hay que decir que en astronomía se establecen muchas más fases, que no serán necesarias tener en cuenta
a efectos de la pesca deportiva).
Recordemos que existe una correspondencia entre las lunas y las mareas, dado que es la posición relativa
entre la Tierra, la Luna y el Sol la que provoca precisamente los movimientos de los mares en altura (los efectos
de los demás planetas son, sencillamente, despreciables).
Luna nueva
→
Cuarto creciente →
Luna llena
→
Cuarto menguante →
Mareas vivas
Mareas muertas
Mareas vivas
Mareas muertas
Esto se traduce en una primera y fundamental influencia de la luna sobre la pesca, como son las corrientes
marinas que se forman por efecto de las mareas. Desde luego un condicionante de primer orden para el pescador.
Antaño los pescadores (que como se puede imaginar lo eran por necesidad) se guiaban por una regla muy
sencilla: los mejores momentos, los que más peces traían a su despensa, coincidían justo con la luna encima de
sus cabezas o justo bajo sus pies (en el lado opuesto del globo terráqueo).
Las tablas solunares son la adaptación moderna de esta vieja teoría de "luna arriba - luna abajo". Ahora
también se tienen en cuenta otros factores, como son el ángulo de incidencia de la luna, el efecto del sol, etc.
Además, las tablas solunares consiguen afinar aún más, con dos periodos de actividad máxima diarios y otros de
actividad moderada.
Hoy en día predecir estos momentos de actividad es sencillo. Basta aplicar los algoritmos adecuados para que
no sea muy difícil conocer los horarios de orto y ocaso de la luna para el próximo año. Lo único malo es que hay
distintas corrientes, y no todas las tablas solunares que se encuentran en las diferentes publicaciones son fiables.
PERIODOS DE ACTIVIDAD
Generalmente a lo largo del día hay cuatro periodos de actividad para la pesca. No obstante, debido a la
diferencia entre la duración del mes y la del periodo lunar es posible que algunas jornadas solo tengan tres.
Es interesante conocer la duración y la intensidad de estos periodos de actividad. Diferenciando entre los picos
de actividad máxima y los de actividad moderada, nos encontramos con que mientras en los primeros la pesca se
puede prolongar por espacio de unas dos horas o incluso algo más, en los segundos se restringe como máximo a
una hora. La estadística no engaña: un buen porcentaje de los peces más grandes se consiguen durante la luna
llena o luna nueva, y más concretamente durante los cuatro días siguientes al punto de inflexión llena →
menguante (día 15 del periodo lunar) o nueva → creciente (día 29).
No obstante, aunque la influencia de la luna sea muy importante, no quiere decir que anule o supere a otros
condicionantes, como puede corrientes propias del lugar, presencia de algas, migraciones de peces, temperatura
del agua, viento, oleaje, etc. Las tablas solunares son una ayuda más, y así debemos entenderlas.
PESCA EN LA PLAYAS
No hay nada más erróneo que englobar bajo la definición "pesca en playa" a todo el complejo mundo del surf
casting. Cada playa tiene sus características que las hace única, y cada una de esas características será
responsable de la existencia o no de una determinada especia, y su preponderancia sobre las demás.
Las playas poseen todo lo que el pescador puede desear: comodidad y abundancia de pesca. Pero no es oro
todo lo que reluce, ni todas las playas igual de productivas a la hora de buscar buenos ejemplares. El tipo de
fondo, las corrientes, el oleaje, etc, son determinantes a la hora de practicar la pesca.
FONDO DE LAS PLAYAS
Lo más importante que debemos observar en una primera visita a la playa es el material sobre el que vamos a
colocar nuestros cebos. Básicamente podemos dividir las playas en tres categorías, según la composición de su
fondo, aunque pueden producirse alternancia de estos en un mismo escenario.
*
Playas de fango: no son playas propiamente dichas, pero albergan algunas especies de indudable interés
para el pescador. Se suelen formar en lugares con abundante sedimentación orgánica, salidas de rías o
estuarios. Son lugares muy ricos en alimento, y es frecuente la presencia de todo tipo de anélidos (nereidos
y arenícolas), además de crustaceos (galera, cangrejo).
En este tipo de playas podemos encontrar las siguientes especies: salmonetes, peces planos (lenguado,
solla, platija, rodaballo, etc), sargos, y en menor medida lubinas.
*
Playas de arena: se trata de la playa por excelencia, tanto para los peces como para los humanos. La playa
de arena guarda una gran vida interior: desde los moluscos bivalvos (coquinas y otros parientes de las
almejas) hasta los crustáceos o anélidos.
Podemos entontrar las siguientes especies: peces planos, rayas, lubinas, bailas, herreras y sargos.
También entrarán palometas y anjovas.
*
Playas de canto rodado: no son las más productivas en cuanto a pesca se refiere. De hecho los guijarros y
cantos rodados albergan mucha menos vida que la arena o el fango y, por tanto, los peces no las suelen
frecuentar en sus correrías de caza. Aún así no es raro que este tipo de playas alternen con grandes
formaciones rocosas, donde sí es muy probable que abunden crustáceos, algunos tipos de anélidos y
pequeños animalillos, en general.
Pueden encontrarse lubinas, bailas y sargos.
GRADIENTE Y PROFUNDIDAD
El gradiente (pendiente o inclinación de la playa) es el responsable, junto con las mareas, de la profundidad
que tendrá la playa, así como de las olas que se formen. A menor profundidad se corresponde un mayor número
de olas, y por tanto un mayor efecto erosivo de éstas sobre los fondos. En definitiva, un mayor poder de atracción
para algunas especies. Según el gradiente o perfil de las playas podemos clasificarlas en:
*
Someras: con gradientes muy pequeños y perfil cercano a la horizontal, se caracterizan por un mayor oleaje
(más número de olas pero no excesivamente grandes en altura) que remueven el fondo con facilidad. En
estas playas podemos introducirnos con facilidad en el agua (a veces incluso más de 100 metros) lo que
nos obligará a disponer de una buena reserva de línea en nuestro carrete (imprescindibles más de 200
metros). Además, y dado que no hay demasiada capa de agua, los movimientos de las corrientes no suelen
ser importantes, lo que nos permite pescar "fino", con líneas de 0,25 mm por ejemplo, y plomos de apenas
100 gramos si se corresponden con la acción de la caña.
Asimismo estas playas son las mejores para pescar con tiempo calmo. Esta facilidad para crear olas,
aunque sean pequeñas, atraerá algunos peces que como única condición requieren que exista un mínimo
movimiento de aguan que remueva el fondo.
En estas playas las especies típicas son la lubina (de talla generalmente pequeña) y en menor medida la
baila. También podremos encontrar bailas y herreras.
*
Medias: tienen un gradiente mayor que las someras, lo que hace que se presenten unas características
diferentes. Las olas son menos numerosas que en el caso de las playas someras, con una cadencia más
lenta (más distancia entre crestas) y con mayor altura. Estas olas removerán el fondo. Empiezan a darse
corrientes de cierta importancia, lo que nos obliga a sobredimensionar un poco el equipo, y no es raro que
con cierto mar de fondo nos encontremos con algunos problemas para mantener el aparejo en la "zona
caliente".
Estas playas son buenas para encontrar lubinas (cerca de la orilla), el sargo y la herrera (algo más lejos) y
los peces planos y grandes depredadores (muy lejos).
*
Abruptas: son aquellas con ángulos de caída más abiertos. Nos encontraremos con que las olas serán más
escasas y cercanas a la orilla aunque, eso sí, mueven mucha más agua y arena. Estas playas suelen ser
las mejores para tentar grandes peces que en otros lugares no son tan accesibles al pescador. Esto, unido
a que es más que probable que nos encontremos con grandes corrientes, nos obliga a sobredimensionar en
cierta medida nuestro equipo.
En estas playas encontraremos una gran variedad de especies, desde la herrera hasta la lubina o el sargo,
pero estas playas son especiales para peces planos y rayas. También hay posibilidades de capturar
anjovas, palometones y puede que corvinas.
*
Mixtas: no todas las playas tienen un perfil constante a lo largo de su extensión. Es más, algunas de las
mejores playas para la pesca las podemos considerar como mixtas, es decir, con diferentes pendientes y
abundantes accidentes dentro y fuera del agua.
Esto nos viene muy bien, porque cuanto más complicada sea una playa (más rocas sumergidas,
hondonadas, resaca, ...) menos interferencias tendremos del exterior por parte de bañistas o aficionados a
otros deportes.
CORRIENTES SUBACUÁTICAS
Las corrientes pueden producirse por varias causas. Se pueden deber a cambios en la temperatura del agua,
por la mar de fondo, por el oleaje, por la orografía del fondo marino o por entradas de aguas procedentes de tierra.
En cualquier caso el resultado siempre es el mismo: son incómodas para el pescador pero necesarias. Lo peor
que nos podemos encontrar es una corriente paralela a la línea de playa. Los aparejos se desplazan sin control, y
en pocos minutos se arruína el mejor de los lances
Las corrientes que se producen en las playas son realmente peligrosas para los bañistas, pero muy útiles para
los pescadores. Estas corrientes son las responsables de que se formen las pozas y alteraciones en el fondo, lo
que nos resulta especialmente útil. Las playas uniformes a lo largo de toda su extensión pueden albergar pesca,
sin duda, pero se encontrará muy repartida, por lo que a nosotros nos conviene que existan alteraciones, bien en
forma de rocas, desniveles, oquedades, etc.
En un fondo tan poco compacto, como la arena, las corrientes remueven y levantan todo lo que encuentran a
su paso, descubriendo el alimento oculto, cosa de la que se aprovechan los peces. También se aprovechan de las
corrientes para utilizarlas como "cinta transportadora" y así ahorrar energía en sus desplazamientos.
Hay un tipo de corriente especial para el surfer. Se trata de la que va de tierra hacia mar adentro. Sin duda es
la mejor para la pesca. Y si algún día (o noche) notas que el aparejo "te pide línea" para llevarse el cebo mar
adentro ... aprovecha tal situación.
ENTRADAS DE AGUA DULCE
Lo mejor que nos puede pasar, y que podríamos definir como "la playa ideal" es encontrarnos ante un inmenso
arenal de profundidad media en el que se forman tres o cuatro olas, con contínuos cambios de profundidad ... y un
pequeño arrollo adentrándose en el mar.
Algunas de estas entradas son aprovechadas por peces de pasto (desde lisas hasta angulas) o en su defecto
arrastran materia orgánica, lo que hace de la zona de mezconlanza entre agua dulce y dalada un lugar
extremadamente fértil, con abundancia de microorganismos. La base, en definitiva, de la cadena trófica.
ROCA
Las rocas sirven de hogar a multitud de animalillos, desde el cangrejo hasta el mejillón, el gusano o el pequeño
gobio que vive en las grietas. La roca es sinónimo de vida, y forma unas pequeñas rompientes que atraen a
sargos y lubinas.
Muchas veces son fácilmente identificables a simple vista, pero otras son fuente inagotable de enganches y
aparejos perdidos. Lo ideal sería localizar las zonas en las que las rocas formaran pasillos de arena, en los que se
puede lanzar con comodidad. En caso contrario, lo más cómodo es buscar grandes rocas aisladas.
Y no menos interesantes son el final y principio de la playa, que en ocasiones coinciden con formaciones
rocosas de cierta importancia. Sólo hay un punto negativo, y es que las rocas deben existir, pero en su justa
medida. Si entramos en una zona con muchas grietas y cuevas lo más seguro es que los pequeños congrios
arruínen nuestros aparejos.
LOS CEBOS RECOMENDADOS
Los mejores cebos para las playas son los que podríamos denominar "de arena". Estos son gusanos de todo
tipo (arenícolas, titas, etc), crustáceos (galeras y cangrejos de playa), moluscos (navaja, calamar, chipirón) y en
menor medida otros peces (sardina).
Es muy frecuente que la elección del cebo nos la marque el mismo mar, pues de nada sirve utilizar el mejor
cangrejillo que encontremos en un mar embravecido con olas de dos metros. Y viceversa, con la mar como un
plato podemos utilizar anélidos muy blandos o pequeñas sardinitas.
Otro factor decisivo a la hora de elegir entre uno u otro cebo es la especie que abunde o pretendamos pescar.
Evidentemente no es lo mismo ir a por salvajes anjovas que intentar la pesca de la siempre tímida herrera.
DÍA O NOCHE
La elección de pescar durante la noche o en pleno día nos la marcan varios factores, que son:
*
La especie que buscamos: algunos peces (la mayoría) presentan mucha más actividad duranta la noche, o
en los momentos de transición entre dos luces (orto y ocaso). Este es el caso de las lubinas y los sargos.
Otros, aunque no desprecian la noche, son presa habitual durante el día, como ocurre con las doradas o las
herreras.
*
El oleaje: como hemos visto es la verdadera clave para la pesca en las playas. Por eso, si apenas hay olas,
las únicas posibilidades de éxito pasan por pescar de noche.
*
Marea: con mareas muertas podemos intentar la pesca bajando, pero en playas lo más habitual es
aprovechar la subida. Más concretamente las tres horas antes de la pleamar. Si estas horas coinciden con
el anochecer entonces la marea promete.
UNA BUENA ESTRATEGIA
Siempre que podamos, lo mejor que podemos hacer antes de ir a pescar a un lugar desconocido, es prospectar
el terreno en varios momentos de la marea, desde la bajamar hasta la pleamar. De esta forma podemos observar
las irregularidades del terreno, las corrientes que se forman y, en definitiva, dónde debemos pescar en cada
momento de la subida de la marea.
Supongamos que comenzamos nuestra jornada de pesca en una playa desconocida. A priori no sabemos qué
especie es la predominante, pero debemos explorar con dos cañas hasta localizar la pesca. Actuaremos de la
siguiente forma:
-
Una buena estrategia es acudir a cebos comodín, aquellos que nos sirven para cualquier pez, como por
ejemplo los gusanos, cangrejos o moluscos como la navaja o el muergo.
-
Montaremos aparejos con anzuelos no demasiado grandes. Con lubinas no tendríamos problemas con
anzuelos del 1/0, pero los espáridos tienen la boca más pequeña.
-
Lanzaremos una caña a una distancia prudencial (no más de 50 metros). Nos servirá para explorar las
primeras rompientes, las más cercanas a la costa.
-
La segunda caña la lanzaremos todo lo lejos que podamos. Con un buen equipo podremos alcanzar los 100
metreos. Esta caña será la encargada de buscar sargos, peces planos o rayas.
-
Segiremos explorando a distancias intermedias a medida que se sucedan los lances: 60 metros, 70 metros,
hasta que obtengamos resultados.
No es infalible, pero siguiendo los puntos anteriores llevaremos a cabo una estrategis que nos permitirá
explorar todas las distancias y, por tanto, aumentar nuestas probabilidades de éxito.
Si tuviésemos que escoger una playa como idónea, sería de inclinación media, con formaciones rocosas, una
entrada de agua dulce, y por supuesto con más de tres olas.
Los más veteranos de la pesca se guian por la regla de que el "lance debe superar la tercera rompiente,
porque es donde se encuentran los peces". Esto no es, como resulta evidente, una regla fija. Lo que sí es muy
recomendable es que exista esa tercera rompiente. Algunos peces, como la lubina, se acercan muchísimo a la
orilla (no sería la primera vez que las descubrimos entre nuestros pies cuando nos en el agua para lanzar),
mientras que otros se mantienen a más distancia. Pero lo que sí es evidente, se trate de la especie de la que se
trate, es que el oleaje es la clave para que estos peces se sienten atraídos por las playas. Si no hay olas no hay
peces, así de sencillo.
ESPECIES
La pesca en la playa se centra en las siguientes especies:
*
Lubina: prefiere playas someras, aguas movidas, sin demasiada profundidad, con muchas rompientes que
levanten el fondo, y mejor todavía si existe una entrada de agua dulce.
*
Baila: tiene un comportamiento similar a la lubina, aunque es algo más tranquila y prefiere menos oleaje.
*
Sargos: por pura complexión (es de perfil muy alto) no puede evolucionar en poco agua. Por este motivo lo
encontraremos en playas con cierto desnivel y un mínimo de oleaje, o en caso contrario a una mayor
distancia que la lubina. Si además existen abundantes rocas en la cercanía (no olvidemos que el sargo es
un consumado marisquero) estaremos en el lugar perfecto.
*
Corvina: frecuentan sobre todo playas cercanas a algún tipo de desembocadura de agua dulce, pero
siempre están a grandes distancias de la orilla. Por eso los pocos ejemplares que se pescan desde la orilla
se capturan con mareas vivas, aprovechando la subida para mantener el cebo a más de doscientos metros
de la orilla.
*
Peces planos: por su propia configuración física los peces planos (pleuronectos) nos indican ya que su
fondo habitual es el arenoso. Sin embargo no están preparados para evolucionar por el oleaje, por lo que
solo los encontraremos en aguas tranquilas o muy lejos de la costa.
*
Rayas: tienen un comportamiento muy parecido al de los peces planos: se mantienen alejados de la orilla y
huyen de los lugares o momentos en los que el oleaje es excesivo.
*
Anjova: frecuenta la playa, pero se mantiene muy lejos, rara vez a distancias inferiores a los 100 metros.
Necesitan bastante agua bajo ellas y por eso sólo se acercarán a la orilla de playas con mucha pendiente.
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Palometón: de comportamiento radicalmente opuesto a la anjova, el palometón llega a quedarse
literalmente varado en la orilla durante sus cacerías de lisas. Así pues, a este pez no le importa demasiado
la distancia ni la profundidad cuando se encuentra cegado por la búsqueda de alimento.

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