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REVISTA ANÁLISIS Publicación científica de carácter internacional sobre problemas asociados con el uso de drogas Centro Coordinador de la Investigación de la Federación Internacional de Universidades Católicas –FIUC– 21, Rue d’Assas 75270 París, cedex 06 France Tel: (331) 44395227. Fax: (331) 44395228 http://www.fiuc.org - E-mail:[email protected] Fundación Universitaria Luis Amigó -FUNLAMTransversal Fundación Universitaria Luis Amigó 51A No. 67B-90. Medellín - Colombia Tel: (574) 4487666. Fax: (574) 3849797. http://www.funlam.edu.co - E-mail: [email protected] Los autores son responsables de la información expresada en los artículos publicados en esta edición y del respeto a los derechos de autor. Por lo tanto, su contenido no compromete, ni moral ni legalmente, a la Fundación Universitaria Luis Amigó ni al Centro Coordinador de la Investigación de la Federación Internacional de Universidades Católicas –FIUC–. Las ilustraciones de los textos se presentan conforme al Artículo 32 de la Ley 23 de 1982 de la República de Colombia. REVISTA ANÁLISIS ISSN 0123-6814 N.° 8, 2011 Representantes institucionales Fray José Wílmar Sánchez Duque Rector general. Fundación Universitaria Luis Amigó, FUNLAM. Medellín, Colombia Francisco López Segrera PhD. en Estudios Latinoamericanos e Hispánicos (Paris VIII, Sorbonne) Instituto Universitario de Ciencias de la Educación (España) Profesor Monseñor Guy-Réal Thivierge Secretario General y Director del Centro Coordinador de la Investigación. Federación Internacional de Universidades Católicas, FIUC. París, Francia Maristela G. Monteiro PhD. Medicina Pan-American Health Organization (Suiza) Director de la Revista Guillermo A. Castaño Pérez Fundación Universitaria Luis Amigó, FUNLAM. Medellín, Colombia Luis Flórez Alarcón PhD. en Psicología Experimental Universidad Nacional de Colombia. Centro de Estudios Sociales (Colombia) Asistente de la dirección Nicolás Uribe Aramburo Fundación Universitaria Luis Amigó, FUNLAM. Medellín, Colombia Comité científico Philippe Bourgois PhD. Antropólogo. Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) Armando F. De Jesús PhD. In Education in Management University of Santo Tomas (Filipinas) Tania Machado PhD. Psiquiatría St. John´s National Academy of Health Sciences (India) Noel Simard PhD. en Teología Université Saint-Paul (Canadá) Jean Paul Roussaux Dr. en Psiquiatría Université Catholique de Louvain (Bélgica) Pedro Nel Medina Varón Sociólogo. Director Centro Coordinador de la Investigación -FIUC-. Federación Internacional de Universidades Católicas -FIUC- (Francia) José Antonio García del Castillo PhD. en Psicología Instituto de Investigación de Drogodependencias (INID). Universidad Miguel Hernández (España) Ronaldo Laranjeira MD. Psiquiatra, PhD. em Dependência Química Universidad Federal de São Paulo. National Institute of Alcohol and Drug Policies (Brasil) Efrem Milanese PhD. Psicología Caritas (Alemania) Carlos Darío Patiño Gaviria Mg. en Educación y Desarrollo Comunitario Universidad de San Buenaventura (Colombia) Carmen Elena Meza Estrada Mg. En Planificación Territorial y Desarrollo Regional Universidad de San Buenaventura (Colombia) Arturo B. Rojas Yanguas PhD. en Psicología Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (Bolivia) Bismarck Pinto Tapia PhD. Psicología Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (Bolivia) Jorge B. Baeza Correa PhD. En Ciencias de la Educación Universidad Católica Silva Henríquez (Chile) Mario Waldo Sandoval Manríquez PhD. En Sociología Universidad Católica Silva Henríquez (Chile) Alvin P. Ang PhD. Economía University of Santo Tomas (Filipinas) Juan Vicente Beneit Montesinos PhD. en Medicina Instituto Universitario de Drogodependencias. Universidad Complutense de Madrid (España) Houwayda Youssef Matta PhD. Professor Associate. Université Saint-Joseph (Líbano) Carmen López-Sánchez PhD. en Psicología Universidad de Alicante (España) Montserrat Alom Historiadora. Especialista en Cooperación Federación Internacional de Universidades Católicas –FIUC- (Francia) Francisco Xavier Méndez Carrillo PhD. en Psicología Universidad de Murcia (España) Juan Daniel Gómez Rojas PhD. en Psicología Universidad Javeriana (Colombia) Maite Cortés Tomás PhD. En Psicología Universidad de Valencia (España) Comité editorial Jaime Alberto Carmona Parra PhD. en Psicología Social Fundación Universitaria Luis Amigó (Colombia) Adriana Alzate Echeverri PhD. en Historia Universidad del Rosario (Colombia) Gustavo Adolfo Calderón Vallejo Mg. Estudios Urbano-Regionales Fundación Universitaria Luis Amigo (Colombia) Hernando Bernal Zuluaga Mg. En Ciencias Sociales y Humanas Fundación Universitaria Luis Amigó (Colombia) Efrén Martínez Ortiz PhD. en Psicología Colectivo Aquí y Ahora (Colombia) Juan Carlos Mancilla Psicólogo Especialista en Drogodependencias Universidad Córdoba (Argentina) Graciela Touzé Trabajadora Social y Especialista en Ciencias Sociales y Salud Universidad de Buenos Aires (Argentina) Rafael Navarro Cueva PhD. en Medicina Universidad Peruana Cayetano Heredia (Perú) Eduardo Mejía Luna Mg. Psicólogo Universidad de Antioquia (Colombia) Daniel Lloret Irles PhD. en Psicología Instituto de Investigación de Drogodependencias (INID) Universidad Miguel Hernández Alicante (España) Mario Alberto Zapata Mg. en Epidemiología Comfenalco- Universidad Libre (Colombia) Eusebio Mejías Valenzuela Médico. Especialista en Psiquiatría Fundación de Ayuda a la Drogadicción FAD (España) Bernardo A. Vélez M. Mg. Salud Pública con énfasis en Salud Mental Universidad de Antioquia (Colombia) Edición Carolina Orrego Moscoso Departamento Fondo Editorial, FUNLAM, Medellín (Colombia) Nicolás Ignacio Uribe Aramburo Mg. En Investigación Psicoanalítica Fundación Universitaria Luis Amigó (Colombia) Corrección estilo Luz Ofelia Jaramillo Arboleda Francisco J. Arias Zapata Mg. en Psicología Universidad San Buenaventura (Colombia) Pedro Puentes Rozo PhD. en Psicología Universidad Simón Bolívar (Colombia) Johan Acosta López Mg. Psicólogo Universidad Simón Bolívar (Colombia) Debsy Berbesy Fernández PhD. en Salud Pública Universidad CES (Colombia) Orlando Escopetta Diazgranados Mg. en Análisis de Datos Asesor externo Naciones UNIDAS. Ministerio de la Protección Social (Colombia) Augusto Pérez Gómez PhD. Psicólogo Corporación Nuevos Rumbos. Tribunal Nacional Bioético y Deontológico de la Psicología (Colombia) Traducciones Diana Marcela Jaramillo Cataño Gloria Lucía Arboleda González Margarita María Osorio Arango María Isabel Restrepo Marín Joseph Fevrier Julius Plaza Mondejar Juan Fernando Yepes Mazo Liliana María Maturana Patarroyo José Vicente Abad Olaya Blanca Montoya Ramírez Departamento de Idiomas, FUNLAM, Medellín (Colombia) Revisión final Montserrat Alom Nicolas Vergier Centro Coordinador de la Investigación, Federación Internacional de Universidades Católicas -FIUC- Paris (Francia) Diagramación y diseño Carlos Hernando Zapata Sepúlveda Oficina de Comunicaciones, Relaciones Públicas y Mercadeo, FUNLAM, Medellín (Colombia) Número de ejemplares: 750 Correspondencia y canje: Fundación Universitaria Luis Amigó. Transversal 51 A No. 67B - 90 Tel: (574) 4487666 Fax: (574) 3849797. E-mail: [email protected] Medellín, Colombia CONTENIDO EDITORIAL ............................................................................................................... 9 ARTÍCULOS ORIGINALES Factores de riesgo interpersonales para el abuso de internet en jóvenes universitarios ....... 13 Interpersonal risk factors for internet abuse among college students José Luis Carballo, Paula Antón Torres, Nicolás Ruiz Robledillo, María Isabel Santos Sánchez, María Virtudes Pérez-Jover y Olaya García-Rodríguez Consumo de sustancias psicoactivas y maltrato infantil ................................................ 23 Psychoactive substance use and child abuse Nicolás Chahín Pinzón y Blanca Libia Briñez L’insertion socioprofessionnelle de la personne ex-toxicomane au Liban ......................... 33 The socio-professional integration of the individual ex-addict in Lebanon Houwayda Matta y May Hazaz Análisis relacional sobre el grado de credibilidad entre diferentes medios de comunicación en materia de drogas .......................................................................... 55 RELATIONAL ANALYSIS ON DEGREE OF CREDIBILITY AMONG DIFFERENT MEDIA ON DRUGS José Antonio García del Castillo, Mónica Gázquez, Álvaro García del Castillo-López y Carmen LópezSánchez Consumo de sustancias adictivas por género, en universitarios mexicanos de capital y de provincia ........................................................................................................ Substance use by gender, in Mexican university students from the capital and the province Ana Laura Gamboa Muñoz y Covadonga Cuétara Priede 67 Contexto sociocultural del consumo de alcohol entre jóvenes estudiantes de una institución universitaria de Medellín ......................................................................... 77 The psychosocial context of alcohol consumption among young students of a university in the city of Medellin. Gustavo Adolfo Calderón Vallejo, Guillermo A. Castaño Pérez, Víctor Hugo Cano Bedoya y Ángela María Urrea Cuellar Percepción del personal de la salud sobre la calidad de la atención a adolescentes que abusan de drogas ............................................................................................... 101 Perception of health staff on the quality of care for adolescents who abuse drugs Cristina Gloribel Juárez, Mirna Maribel García y Ana Milena Marquina Problemas psicosociales y consumo de heroína en una muestra de consumidores de Medellín ................................................................................................................. 113 Psychosocial problems and heroin use in a sample of consumers in Medellin Guillermo A. Castaño Pérez y Gustavo Adolfo Calderón Vallejo CONTEXTO / Context / Contexte Making Sense of the Philippine Drug Policies ................................................................. 125 Sens des politiques de drogues dans les Philippines Armando F. de Jesús Las drogas en Colombia. Anotaciones sobre historia y políticas públicas ........................... 137 Drugs in Colombia. Notes on history and public policies Jaime Velosa Forero El conocimiento científico sobre las drogas y su importancia en los programas de prevención e intervención ......................................................................................... 149 Scientific knowledge about drugs and their importance in prevention and intervention programs Nicolás Uribe y estudiantes del curso Trabajo de Grado I. Farmacodependencia y Psicología Social Consumo de sustancias psicoactivas, causas y tratamientos. Una revisión a la investigación ......................................................................................................... Consumption of psychoactive substances, causes and treatments. A review of research Marcela Arana Medina y Luis Felipe Sarmiento Rivera 159 FORO- DEBATE / Forum-Debate / Forum-Débat Una aproximación desde el psicoanálisis a la toxicomanía y su relación con el mundo contemporáneo ............................................................................................ 169 An approach from psychoanalysis to addiction and its relationship to the contemporary world Andrés Felipe Palacio Pérez La hoja de coca en Bolivia. Una propuesta de ajuste a las políticas públicas bajo el enfoque de la reducción de daños ............................................................................ 175 The coca leaf in Bolivia. A proposal for setting public policy under the focus of harm reduction Godofredo German Reinicke Borda publicaciones de interes / interesting publications / publications d´intérêt ...................... 183 APORTES DE LA WEB / WEB SITES CONTRIBUTION / APPORT DU WEB ............................................ 191 NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS / STANDARDS FOR ARTICLE PRESENTATION / STANDARDS POUR LA PRÉSENTATION DES ARTICLES .............................................................................. 195 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. P EDITORIAL / EDITORIAL / ÉDITORIAL Acordes con la finalidad de la Federación Internacional de Universidades Catódicas (FIUC) de contribuir al progreso del saber y la ciencia, y con la misión de la Fundación Universitaria Luis Amigó (FUNLAM) de generar, conservar y divulgar el conocimiento científico, con el fin de contribuir al desarrollo integral de la sociedad y basados en el principio cristiano de la solidaridad, propugnamos por un acceso libre al conocimiento. Estas son las nuevas tendencias hacia una globalización del saber y de los estudios científicos. Ya desde principios del siglo XXI, varias universidades han acogido las declaraciones de: Budapest Open Access Initiative (2002); Bethesda Statement on Open Access Publishing (2003); y Berlin Declaration on Open Access to Knowledge in the Science and Humanities (2003), que proclaman “el acceso libre y sin restricciones a la ciencia y la representación del conocimiento humano en todo el mundo”. Open Access Initiative (AOI) es un proyecto internacional que promueve el acceso libre a la ciencia a fin de incrementar el impacto de los trabajos desarrollados por los investigadores y contribuir a mejorar el sistema de comunicación científica, así como el acceso al saber basado en la evidencia. Entre sus principales ventajas se encuentran: el aumento del impacto de las publicaciones, al ser éstas más visibles y accesibles; el aumento en la difusión de la ciencia; el conseguir un mayor posicionamiento de Universidades e Instituciones; la oportunidad para los países en desarrollo de acceder a información de calidad que de otro modo sería muy costoso para ellos; y el permitir preservar en repositorios electrónicos las publicaciones. El reto de esta forma de publicar ciencia es encontrar nuevas formas de gestión y financiación para poder garantizar la permanencia de las publicaciones. Tal propósito básicamente se logrará con las colaboraciones permanentes de los autores que hacen posible la edición de las Revistas, con las consultas de éstas por parte de investigadores y del público en general, y con las citaciones 8 de lo publicado allí, lo cual sin lugar a dudas posiciona a la Universidad y a los científicos que en ellas colaboran. Con este número cerramos entonces el capítulo de ediciones en papel y nos disponemos a iniciar la publicación de la Revista en formato digital de acceso libre para todo el mundo. Con ello esperamos aportar al desarrollo de nuevos modelos de comunicación científica, sobre todo acelerando la investigación gracias a la rapidez de la publicación y distribución que esta estrategia permite; incrementar la visibilidad y el impacto de la investigación así como su número de citas, procurando así un mayor beneficio para autores, investigadores, bibliotecas, centros de documentación y sociedad en general, razón última de la investigación y de las publicaciones, y que por tanto no dejan en el aire la consabida frase de ¿investigar para qué y para quién?. MD. Guillermo A. Castaño Director Revista ANÁLISIS REVISTA ANÁLISIS P EDITORIAL / EDITORIAL / ÉDITORIAL According to the purpose of the International Federation of Catholic Universities (IFCU) of contributing to the progress of knowledge and science and to the mission of the Fundación Universitaria Luis Amigó (FUNLAM) of generating, conserving and sharing scientific knowledge in order to contribute to the integral social development and based on the Christian principle of solidarity, we strive to free access to knowledge. This issue is, therefore, our last paper edition and we are set to start an online journal with free access. We hope to support and contribute to the new scientific communication models, especially, making research a more dynamic process with this new strategy which provides a faster publication and distribution process. There is, also, the possibility to increase the visibility and the impact of research projects through citations that benefits authors, researchers, libraries, documentation centers and society in general, which is the purpose of research and publications and therefore answers the wellknown question: why research and for whom? MD. Guillermo A. Castaño Director Revista ANÁLISIS Such are the new tendencies towards a globalized knowledge and scientific studies. Since the early XXI century several universities have acknowledge the Budapest Open Access Initiative (2002); Bethesda Statement on Open Access Publishing (2003); y Berlin Declaration on Open Access to Knowledge in the Science and Humanities (2003), which proclaim “free access and without restrictions to science and the representation of human knowledge throughout the world.” Open Access Initiative (AOI) is an international project that promotes free access to science, in order to increase the impact of research developed by researchers and to contribute to the scientific communication system as well as the access to knowledge based on evidence. Some of the advantages are: increase of the impact in publications since they are more visible and accessible; there is an growth on the diffusion of science; a better position for universities and institutions; the opportunity for developing countries to access high quality information which would otherwise be far too expensive; and the possibility to preserve the publications in electronic repositories. The challenge that comes with this way of publishing science is to find other possibilities to manage and finance in order to guarantee the permanence of publications. Such purpose will basically be achieved with the permanent cooperation that authors provide to make Journal issues possible. The inquiries and the citations that researchers make of such journals definitely position the universities and their professors. 9 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. P EDITORIAL / EDITORIAL / ÉDITORIAL Conformément aux objectifs de la Fédération Internationale des Universités catholiques (FIUC) de contribuer au progrès des connaissances et de la science, et avec la mission de la Fundación Universitaria Luis Amigo (FUNLAM) de générer, de préserver et de diffuser des connaissances scientifiques, dans le but de contribuer au développement intégral de la société basée sur le principe de la solidarité chrétienne, nous plaidons pour un libre accès à la connaissance. Ce sont les nouvelles tendances vers la mondialisation des connaissances et des études scientifiques. Depuis le début du 21e siècle, plusieurs universités ont accueilli les déclarations de Budapest Open Access Initiative in (2002) ; de Bethesda Statement on Open Access Publishing in (2003) ; et de Berlin on Open Access to Knowledge in the Science and Humanities in (2003), proclamant «l’accès libre et gratuit à la science et la représentation des connaissances humaines dans le monde entier.» Open Access Initiative (AOI) est un projet international qui favorise l’accès libre à la science afin d’accroître l’impact des travaux accomplis par les chercheurs et de contribuer à l’amélioration du système de la communication scientifique, tout comme l’accès aux connaissances basées sur des preuves. Parmi ses principaux avantages on peut citer: l’impact croissant de publications, comme celles-ci sont plus visibles et accessibles ; l’augmentation de la diffusion de la science, l’idée d’obtenir un meilleur positionnement des universités et institutions ; la possibilité pour les pays en voie de développement d›accéder à une information de qualité qui serait autrement très coûteux pour eux, et l’accès aux référentiels de préserver les publications électroniques. Le défi de cette forme de publications scientifiques est de trouver de nouvelles formes de gestion et de financement pour pouvoir assurer la poursuite des publications. Ces objectifs seront atteints principalement avec les collaborations permanentes des auteurs qui rendent possible l›édition des revues, avec les enquêtes 10 des chercheurs et du public en général, et des citations d›ouvrages publiés là-bas, qui sans doute positionne l›université et les chercheurs qui en collaborent. Avec cette question alors, nous fermons le chapitre sur les éditions imprimées et nous disposons de commencer à publier le magazine en format numérique avec accès gratuit, ouvert à tout le monde. Avec cela, nous espérons contribuer à la mise en place de nouveaux modèles de communication scientifique, surtout en accélérant les recherches grâce à la vitesse de la stratégie de publication et de distribution qui permet : d›accroître la visibilité, l›impact de la recherche, ainsi comme le nombre de rendez-vous, procurant un plus grand bénéfice pour les auteurs, les chercheurs, les bibliothèques, les centres de documentation et de la société en général, raison ultime de la recherche et des publications, et que par conséquent on ne laisse pas dans l›air l›expression familière de ¿enquêter pour quoi et pour qui? MD. Guillermo A. Castaño Director Revista ANÁLISIS Artículos Originales Factores de riesgo interpersonales para el abuso de internet en jóvenes universitarios Interpersonal risk factors for internet abuse among college students José Luis Carballo* Paula Antón Torres* Nicolás Ruiz Robledillo* María Isabel Santos Sánchez* María Virtudes Pérez-Jover* Olaya García-Rodríguez** * Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Miguel Hernández de Elche ** Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo Enviar correspondencia a: Dr. José Luis Carballo Crespo. Universidad Miguel Hernández. Departamento de Psicología de la Salud (Avda. de la Universidad, s/n 03202 ELCHE (Alicante)- SPAIN). E-mail:[email protected] Tel. (+34) 96665 8309 – Fax (+34) 966658904. REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 13 - 21. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen El aumento exponencial del uso de internet entre los jóvenes no ha ido acompañado de estrategias educativas que aborden el correcto uso de la red. Este hecho ha desencadenando la aparición de diversos problemas de conducta relacionados con el uso abusivo de internet. En este estudio se analizó si ciertos factores de riesgo interpersonales, relacionados en la literatura con otras conductas adictivas, pueden influir sobre el abuso de Internet en jóvenes. La muestra de este estudio estuvo compuesta por 207 jóvenes (63.8% mujeres) de entre 18 y 23 años. Los sujetos fueron evaluados con cuestionarios válidos y fiables en sus hábitos de uso de internet, el abuso de internet y factores de riesgo relacionados con el uso de internet (los amigos, la familia, la accesibilidad, el tiempo libre y el rendimiento académico). Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de abusadores y no abusadores en los factores de riesgo relacionados con el tiempo libre, las relaciones familiares y el rendimiento académico. Además, dichos factores mostraron un muy buen poder predictivo sobre el abuso de internet (R2=0.97). Este estudio aporta nuevas evidencias acerca de la relación entre los factores de riesgo interpersonales y la conducta de abuso de internet. Palabras clave: internet, abuso, factores de riesgo, jóvenes, interpersonal. Abstract The Internet use exponential growth among young people has not been accompanied by network’s proper use educational strategies. This fact has triggered the emergence of several behavioral problems related to Internet abuse. This study examined whether interpersonal risk factors, which listed in the literature with other addictive behaviors, may influence Internet abuse in youth. A total of 207 young people (63.8% women) between 18 and 23 participated on this study. Participants internet usage habits were assessed, Internet abuse and risk factors (i.e. friends, family, accessibility, recreation and academic performance) with valid and reliable questionnaires. Statistically significant differences were found in the risk factors related to leisure, family relationships and academic performance between the Internet abusers and non abusers. Moreover, these factors showed a very good predictive power of internet abuse (R2 = 0.97). This study provides new evidence about the relationship between interpersonal risk factors and Internet abuse. 14 Key words: internet, abuse, risk factors, youngsters, interpersonal. Résumé L’incrémentation exponentielle de l’utilisation de l’internet par les jeunes n’a pas été accompagnée des stratégies éducatives qui abordent l’utilisation correcte du réseau. Ce fait a désenchainé l’apparition des différents problèmes de comportement reliés à l’utilisation abusive de l’internet. Dans cette étude on a analysé si quelques facteurs de risque interpersonnel, liés à des autres comportements additifs, peuvent influer sur l’utilisation abusive de l’internet parmi les jeunes. L’échantillon de l’étude est composé de 207 jeunes (63.8 femmes) de 18 à 23 ans. Les individués ont été évalués avec des questionnaires valides et fiables sur leurs habitudes d’utilisation de l’internet (les amis, la famille, l’accès, le temps libre et le rendement académique). On a trouvé des différences statistiques significatives entre le groupe d’utilisateurs abusifs et les utilisateurs non-abusifs par rapport aux facteurs de risque liés avec les temps libres, les relations familiers et le rendement académique. En plus, ces facteurs ci ont montré un pourvoir prédictif sur l’abuse de l’internet (R2=0.97). Cette étude apporte des nouvelles évidences par rapport à la relation entre les facteurs de risque interpersonnels et le comportement abusif de l’internet. Mots clés: internet, abuse, facteurs de risque, jeunes, interpersonnel. Introducción El uso de internet, como herramienta para obtener e intercambiar información o como medio de comunicación entre personas, ha aumentado de forma exponencial en la última década. Más de la mitad de los hogares españoles (53,3%) disponen de conexión de banda ancha a internet, lo que supone aproximadamente 21 millones de internautas, número que año a año se incrementa (un 6% en el último año). En población juvenil, el uso de internet se encuentra aún más extendido. En este sentido, más del 90% de los jóvenes usan internet con cierta frecuencia. Sin embargo, este aumento no ha ido acompañado de estrategias educativas y preventivas adecuadas que aborden el correcto uso de la red, lo que está desencadenando la aparición de diversos problemas de conducta entre los jóvenes, relacionados con el uso abusivo de internet y especialmente de las redes sociales. REVISTA ANÁLISIS Se han llevado a cabo diversos estudios sobre la prevalencia del abuso de internet en los que se muestran porcentajes que oscilan entre el 1 y el 15% (Byun et al., 2009; Ghassemzadeh, Shahraray & Moradi, 2008; Shaw & Black, 2008; Zboralski et al., 2009). Sin embargo, estos datos se han de tomar con cautela puesto que aún no se han establecido unos criterios claros para definir esta problemática (Byun et al., 2009). Queda pendiente por tanto un análisis más profundo de los factores de riesgo interpersonales relacionados con la adicción a internet, así como un estudio de la incidencia de esta problemática en población española dado lo reciente del problema y la escasez de estudios sobre esta temática en nuestro país (Beranuy, Chamarro, Graner & Carbonell, 2009; García et al., 2008; Echeburúa, Labrador & Becoña, 2009). Aún quedando pendiente una definición clara del trastorno, y a la espera de si el DSM-V incluirá el abuso de internet en su clasificación de trastornos, se han llevado a cabo diversas investigaciones con el fin de identificar qué factores inciden en la aparición y mantenimiento de este tipo de conducta adictiva. En este estudio se pretende analizar si ciertos factores de riesgo interpersonales pueden influir sobre el abuso de internet en jóvenes españoles. Entre estos factores se incluyen el uso de internet por parte de los amigos, las normas familiares, la actitud de la familia acerca del uso de internet, la accesibilidad, la utilización que se haga del tiempo libre, las relaciones familiares y el rendimiento académico. Por un lado, se pretende analizar si los factores de riesgo de abuso de drogas en jóvenes son aplicables al uso problemático de internet. Por otro lado, se pretende realizar un análisis, en población hispanohablante, de posibles factores que puedan influir sobre el abuso de internet con el objetivo de comparar los resultados con los obtenidos en otros países y culturas. La mayoría de los trabajos realizados se han centrado en el análisis de factores psicológicos, así por ejemplo Echeburúa (2000) definió una vulnerabilidad psicológica a la adicción a internet dividida en cuatro factores: déficits de personalidad (por ejemplo, introversión acusada, baja autoestima, nivel alto de búsqueda de sensaciones), déficits en las relaciones interpersonales (por ejemplo, timidez, fobia social), déficits cognitivos (por ejemplo, fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia a la distracción), y alteraciones psicopatológicas (por ejemplo, adiciones químicas o psicológicas presentes o pasadas, depresión). En esta misma línea, estudios recientes han encontrado que el estado de ánimo depresivo, la impulsividad, los problemas emocionales familiares, los sentimientos de soledad y el consumo de alcohol se correlacionan significativamente con el abuso de internet (Mihajlovic, Hinic, Damjanovic, Gajic & Dukic-Dejanovic, 2008; Milani, Osualdella & Di Blasio, 2009; Mottram & Fleming, 2009; Ni, Yan, Chen & Liu, 2009; Tsitsika et al., 2009; Xu et al., 2008). Igualmente, se ha encontrado una importante relación con otras adicciones comportamentales como la adicción al sexo y a otras nuevas tecnologías (Dryer & Lijtmae, 2007; Sanchez-Carbonell, Beranuy, Castellana, Chamarro & Oberst, 2008). Sin embargo, son pocos los estudios que han evaluado factores de riesgo interpersonales, que en gran medida determinan la aparición de otros trastornos adictivos (Carballo et al., 2004), como son los relacionados con la familia, el grupo de iguales, la facilidad de acceso, el ámbito escolar, etc. Algunos autores señalan además que los factores familiares son similares entre la adicción a internet y el consumo de sustancias psicoactivas, destacando la actitud favorable de los padres o cuidadores (Yen, Ko, Yen, Chang & Cheng, 2009). Métodos Participantes La muestra de este estudio estuvo compuesta por 207 jóvenes de entre 18 y 23 años que estaban cursando sus estudios en la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universidad de Alicante. La edad media de los sujetos que participaron fue de 19.1 (SD=2.75), siendo el 63.8% mujeres. Variables e instrumentos Las variables que se tuvieron en cuenta para realizar el estudio fueron: - Uso de internet. Para los ítems descriptivos tales como número de días y horas en conexión con internet, lugar desternet (CERI) elaborado por Beranuy Fargues y colaboradores (2009). Es un cuestionario breve y autoaplicado de 10 ítems que ha mostrado buenas propiedades psicométricas en términos de fiabilidad y validez. Los participantes valoran cada uno de los ítems mediante una escala tipo Likert que va desde nunca (1) a siempre (4). El rango de puntuaciones del cuestionario va de 10 a 40, siendo las puntuaciones más altas indicadoras de abuso de internet. - Factores de riesgo interpersonales. Para la evaluación de los factores de riesgo se utilizó el Cuestionario de Evaluación de Factores de Riesgo 15 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Interpersonales para el Consumo de Drogas en Adolescentes (FRIDA; Secades, Carballo, Fernández, García & García, 2006). Dicho instrumento ha mostrado muy buenas propiedades psicométricas, tales como una elevada consistencia interna y una buena validez predictiva del consumo de sustancias psicoactivas (Carballo et al., 2004). Se trata de un cuestionario autoaplicado que se compone de 90 ítems agrupados en 7 factores que se corresponden con los que se evaluaron en esta investigación. Dichos factores están relacionados con el grupo de iguales, las relaciones familiares, el uso del tiempo de ocio, etc. Los ítems se puntúan con una escala tipo Likert en función del grado de acuerdo y desacuerdo con las afirmaciones presentadas. Puntuaciones altas indican mayor presencia del factor de riesgo. Procedimiento Se trata de un diseño descriptivo donde los participantes fueron seleccionados en la Universidad de Alicante y la Universidad Miguel Hernández. Los instrumentos de evaluación fueron aplicados por personal entrenado para tal fin en grupo y en horario de clase. Los estudiantes participaron de forma voluntaria y anónima. El estudio fue aprobado por la Comisión de Ética de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Análisis de datos Los datos fueron codificados y analizados con el SPSS 15.0. Se realizaron análisis descriptivos y de frecuencias de las distintas variables evaluadas con el objetivo de describir la muestra y obtener datos sobre la prevalencia de la adicción a internet. En segundo lugar, los participantes fueron divididos en dos grupos: abusadores (n=29) y no abusadores (n= 178). La división de los participantes en los dos grupos se realizó con base en la puntuación que obtuvieron en el Cuestionario de Experiencias Relacionadas con Internet (CERI). Aquellos que obtuvieron una puntuación mayor a 34 se consideraron abusadores. El punto de corte para diferenciar abusadores de no abusadores se estableció teniendo en cuenta la media y desviación típica del total de la muestra en el CERI (M=29,7; DT=4,22). Se llevaron a cabo análisis bivariados de comparación de medias entre jóvenes con y sin problemas de adicción a internet con el objetivo de analizar posibles diferencias en el uso de internet y en los distintos factores de riesgo interpersonales. Para este fin se utilizó la t de Student para muestras independientes. Con el objetivo de reducir al mínimo el error tipo I asociado a la realización de múltiples comparaciones, se utilizó un nivel de confianza del 99%. De todos modos, también se describieron las diferencias marginalmente significativas para p<0,05. Para estimar el tamaño del efecto de las posibles diferencias se ha utilizado el coeficiente r, considerándose efectos moderados a partir de 0,20 y altos a partir de 0,50 (Cohen, 1977). Por último, se ha llevado a cabo un análisis de regresión lineal para estudiar el poder predictivo de los distintos factores evaluados sobre la adicción a internet y redes sociales. Se llevó a cabo mediante el método de pasos sucesivos adelante, incluyendo como variable dependiente la puntuación total del CERI y como variables independientes los factores de riesgo evaluados. Resultados En la Tabla 1 se muestran los resultados de los análisis descriptivos de la muestra de jóvenes en las variables relacionadas con el uso de internet. Tabla 1. Análisis descriptivo de las variables relacionadas con el uso de internet Horas conectadoa 2.94 ±3.17 Registros en websa 3.57 ±4.53 Registros redes socialesa 1.99 ± 2.14 Abuso de internet (CERI > 34)b 14 (29) a 16 Media ± DT; b Porcentaje (n) REVISTA ANÁLISIS En la Tabla 2 se muestran los análisis de las diferencias existentes en los individuos que llevan a cabo un uso abusivo de internet y los que no lo hacen, con relación a las variables de uso de internet. Tabla 2. Comparación entre abusadores y no abusadores en relación con el uso de Internet Abuso No Abuso (n=29) (n=178) Horas conectado 6,8 ±6,4 2,3 ± 1,4 -8,1 (,00)** 0,50 Registros webs 6,9 ±8,6 3 ±3,7 -3,8 (,00)** 0,27 Registros redes sociales 2,8 ± 4,9 1,8 ± 1,1 2,3 (,021)* 0,16 t (p) r *Significativo para p<0,05 **Significativo para p<0,01 Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la media de horas conectado entre abusadores y no abusadores: permanecen más horas conectados a la red aquellos individuos que hacen un uso abusivo de la red. Por otro lado, también se han hallado diferencias estadísticamente significativas (t =-3,8; p<0,01) en la media (dt) de aquellas personas que hacen un uso problemático de internet y aquellas que no lo hacen con respecto al número de páginas webs en las que los individuos se han registrado, siendo este número mayor entre los abusadores. Los individuos que abusan de internet permanecen registrados en un mayor número de redes sociales que aquellos sujetos que hacen un uso normalizado del mismo. En la Tabla 3 se presentan las diferencias existentes entre abusadores y no abusadores con relación a los factores de riesgo interpersonales evaluados. En primer lugar, se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en las puntuaciones medias del factor de riesgo relacionado tanto con la actitud de los amigos hacia el uso abusivo de la red como con el uso problemático que las amistades del individuo hacen de la misma, obteniendo una mayor puntuación en el factor aquellos estudiantes que llevan a cabo un uso problemático de internet. En segundo lugar, también se han hallado diferencias significativas entre abusadores y no abusadores con respecto a la actitud que mantiene la familia del individuo con relación al uso abusivo de internet, hallándose una puntuación mayor entre los abusadores. Por otro lado, hay que destacar las diferencias significativas encontradas en el uso y la gestión del tiempo libre y de ocio que llevan a cabo aquellos sujetos que presentan un uso problemático de la red frente aquellos que no lo presentan, encontrándose una puntuación más elevada entre los primeros. En cuarto lugar, se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre abusadores y no abusadores con relación a la calidad de las relaciones que mantienen los individuos con sus familias, siendo superior la puntuación en este factor en el grupo de los abusadores. Finalmente, también se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en el factor de riesgo que hace referencia al rendimiento académico, obteniendo una mayor puntuación los abusadores. 17 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Tabla 3. Comparación entre abusadores y no abusadores en factores interpersonalesa Abuso No Abuso t (p) r (n=29) (n=178) Amigos 7,2 ± 1,7 6,5 ± 1,7 -2,19 (,029)* 0,15 Normas familiares 6,0 ± 1,84 5,8 ± 1,53 0,45 (0,64) 0,03 Actitud familia 6,1 ± 2,0 4,7 ± 2,8 -2,50 (,013)* 0,17 Accesibilidad 8,6 ± 2,07 8,7 ± 1,87 -0,11 (0,91) 0,01 Tiempo libre 5,7 ± 1,0 4,8 ± 1,0 -4,12 (,00)** 0,56 Relaciones familiares 4,6 ± 1,7 3,8 ± 1,3 -2,9 (,004)** 0,20 Rendimiento académico 3,2 ± 2,8 0,6 ± 1,1 -8,79 (,00)** 0,52 El rango de puntuaciones en todos los factores va de 0 a 10 *Significativo para p<0,05 **Significativo para p<0,01 a Por último, se llevó a cabo un análisis de regresión con el objetivo de estudiar en qué medida los factores de riesgo evaluados pueden predecir el abuso de internet en los estudiantes. Con relación a los resultados obtenidos, el modelo predictivo ha resultado significativo (F= 2099,63; p<0,01), siendo los factores que predicen este tipo de problemática en los individuos los presentados en la Tabla 4. Cabe destacar que la capacidad predictiva del modelo resultó muy elevada (R2 = 0,97). Tabla 4. Análisis de regresión de los factores de riesgo sobre el abuso de internet Betaa t (p) Tiempo libre 2,21 8,42 (,00)** Amigos 1,28 7,53 (,00)** Accesibilidad 0,71 5,43 (,00)** Relaciones familiares 0,87 3,92 (,00)** **Significativo para p<0,01 a R2=0,97 Discusión El objetivo de este estudio fue analizar la influencia de determinados factores de riesgo interpersonales sobre el abuso de internet entre jóvenes universitarios. Los resultados muestran que la mayor parte de los factores evaluados pueden determinar la probabilidad de realizar un uso problemático de internet. En términos de prevalencia, se ha encontrado que un 14% de la muestra evaluada presenta problemas de abuso 18 de internet. Estos datos son similares a los encontrados en otras investigaciones sobre prevalencia de este tipo de conductas (Byun et al., 2009; Ghassemzadeh et al., 2008; Shaw & Black, 2008; Zboralski et al., 2009). Por otro lado, y como era de esperarse, aquellos jóvenes que abusan de la red son más proclives a mantenerse más horas conectados y a registrarse en un mayor número de sitios webs. Con relación a los factores de riesgo, a la vista de los resultados, existen algunos factores que parecen REVISTA ANÁLISIS aumentar la probabilidad de un comportamiento abusivo de la red por parte del individuo. En lo relacionado con las amistades, a la vista de los resultados, aquellos individuos que mantienen un uso problemático de internet disponen de un círculo de amistades que tiene una actitud positiva hacia el uso de la red, además de ser ellos mismos usuarios frecuentes de ella. Los amigos conforman un factor de riesgo realmente importante, ya que estamos hablando de población comprendida dentro de un rango de edad donde los iguales son parte primordial de la socialización del individuo y, en este caso, gran parte de la socialización puede venir dada por el uso de las propias redes sociales, además de las conductas de imitación de éstos con el fin de integrarse en el grupo. La presión social que el grupo de amigos puede ejercer sobre el individuo podría influir en el desarrollo de conductas problemáticas en los jóvenes, como se ha podido comprobar en otro tipo de estudios donde se ha investigado la relación entre el consumo de sustancias y la presión social (Hawkins, Catalano & Miller, 1992; Moral, Rodríguez & Sirvent, 2005; Petterson, Hawkins & Catalano, 1992). Este hecho podría explicar la importancia que tiene tanto la actitud de los amigos hacia el uso de la red como la posibilidad de que éstos hagan un uso problemático de la misma, a la hora de que un individuo pueda desarrollar conductas de este tipo. Otro de los aspectos importantes a destacar como factor de riesgo en el abuso de internet es la familia. En este sentido, en el estudio se ha diferenciado, por un lado, la actitud de la familia ante el uso excesivo de internet por parte del individuo, y, por otro lado, el tipo de relación que éste mantiene con ella. Según los datos obtenidos, una actitud permisiva por parte de la familia ante el uso de la red contribuye directamente y conforma un factor de riesgo relevante a la hora de que el sujeto pueda desarrollar un abuso de internet. El gran crecimiento que las tecnologías de la información han tenido en los últimos años ha hecho que se instauren rápidamente en centros educativos y domicilios, estando al alcance de cualquier individuo en cualquier momento. Este hecho, unido a la permisividad y falta de supervisión por parte de los padres con relación al acceso de sus hijos, hace que progresivamente vayamos encontrándonos con este tipo de problemática. Al igual que sucede en otros estudios similares (Yen et al., 2009), los resultados avalan la idea de que el estilo parental de cuidado influye en el desarrollo de conductas de abuso por parte de los hijos, siendo aquellos estilos de cuidado basados en la permisividad y la actitud favorable hacia el abuso los que promueven conductas problemáticas como el abuso de internet. Continuando con el papel de la familia como factor de riesgo, a la vista de los resultados, no podemos obviar la influencia que tienen el tipo y la calidad de las relaciones que mantiene el sujeto con su familia. Se ha podido comprobar como los abusadores sostienen relaciones familiares desadaptativas, teniendo escaso o nulo contacto con alguno de los progenitores o simplemente declarando que mantienen una mala relación con ellos. Por otro lado, también se ha podido comprobar como existe una ausencia de normas familiares claras, y, en el caso de que las hubiera, el abusador no las suele respetar y se autoimpone las suyas propias. Un clima familiar perjudicial para el individuo podría predisponer al desarrollo de conductas disruptivas, entre las que se encuentran aquellas que tienen que ver con el abuso de sustancias psicoactivas, y en este caso, con el abuso de la red (Hawkins et al., 1992; Moral Jiménez, 2009; MuñozRivas, Graña & Cruzado, 2000; Petterson et al., 1992). En cuanto al tiempo libre, se ha comprobado que aquellos individuos que mantienen un comportamiento problemático con relación al uso de internet, gestionan de forma inadecuada su tiempo de ocio. La mayoría afirma que durante el tiempo libre se aburren y no disponen de actividades a desarrollar en estas circunstancias. Tampoco practican ningún deporte y se limitan, generalmente, a conectarse a la red en su tiempo de ocio. Este hecho pone de manifiesto la carencia de habilidades por parte de los individuos para gestionar su tiempo e involucrarse en actividades de ocio saludables. El desarrollo de las tecnologías de la información ha permitido que muchas de las necesidades de los individuos se vean satisfechas a través de un simple clic. Como ocurre con el consumo de sustancias, la mala gestión del ocio por parte de los individuos es un factor de riesgo para las conductas adictivas (Becoña, 2003; Gázquez, García & Espada, 2009). Respecto al rendimiento académico, según los datos obtenidos, existen diferencias notables entre abusadores y no abusadores en este aspecto. El bajo rendimiento académico es característico entre los individuos que mantienen un uso problemático de la red. La falta de dedicación al estudio por permanecer conectados puede ser una de las causas principales del bajo rendimiento de los estudiantes que abusan de la red. Si se tienen en cuenta las horas que en promedio dedican los individuos abusadores a permanecer conectados a la red (6,8 horas diarias), realmente disponen de muy poco tiempo para dedicarle a las tareas académicas, eximiendo las horas que el estudiante debe acudir al centro educativo. En 19 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. este sentido, los resultados son parecidos a los obtenidos en otros estudios similares en relación al abuso de sustancias (Becoña, 2003). En general, tras la revisión de los resultados obtenidos, los factores de riesgo interpersonales que parecen tener un buen poder predictivo sobre el desarrollo de conductas problemáticas con relación al uso de internet, coinciden con los estudiados en el consumo de otro tipo de sustancias en jóvenes. Este resultado apoya la idea de incorporar en los programas inespecíficos de promoción de la salud componentes que aborden los riesgos del uso abusivo de internet. No obstante, sería conveniente un análisis más profundo de este tipo de factores de riesgo en un futuro con el fin de desarrollar estrategias preventivas específicas, fundamentadas en este tipo de factores de riesgo y orientadas a evitar de forma eficaz el desarrollo de conductas problemáticas relacionadas con la red en jóvenes españoles, al igual que ocurre con los programas de prevención de conductas adictivas (Gázquez et al., 2009). A pesar de los buenos resultados obtenidos, en términos de diferencias entre abusadores y no abusadores y el poder predictivo de estos factores sobre el uso problemático de internet, éstos se han de tomar con cautela. Debido al bajo tamaño muestral se han de tomar como tendencias o como una primera aproximación a la importancia que dichos factores pueden tener a la hora de diseñar intervenciones preventivas con adolescentes y jóvenes. Son necesarios, por lo tanto, estudios con muestras más amplias y representativas, así como diseños longitudinales que ayuden a profundizar sobre el estudio de la relación entre las variables interpersonales y la conducta de abuso de internet puesto que uno de los objetivos fundamentales de todo programa preventivo es la reducción de los factores de riesgo y el aumento de los factores de protección (Hawkins, Catalano & Arthur, 2002). Lista de referencias Becoña, E. (2003). Bases científicas de la prevención de las drogodependencias. Madrid, España: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Beranuy, M., Chamarro, A., Graner, C. & Carbonell, X. (2009). Validation of two brief scales for Internet addiction and mobile phone problem use. Psicothema, 21, 480-485. 20 Byun, S., Ruffini, C., Mills, J. E., Douglas, A. C., Niang, M., Stepchenkova, S., Lee, S. K., Loutfi, J., Lee, J. K., Atallah, M. & Blanton, M. (2009). 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(2008). Internet and cell phone addiction: passing fad or disorder? Adicciones, 20, 149-159. 21 Consumo de sustancias psicoactivas y maltrato infantil Psychoactive substance use and child abuse Nicolás Chahín Pinzón* Blanca Libia Briñez** * ** Profesor, Universitat Rovira i Virgili. España. Correo electrónico: [email protected] Profesor, Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Colombia REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 23 - 31. 23 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen Esta investigación con madres adolescentes drogadictas busca establecer la relación existente entre el consumo de sustancias psicoactivas y el maltrato que propinan a sus hijos. Se ha trabajado con una muestra de 50 adolescentes en edades comprendidas entre los 13 y 19 años. Los resultados indican la existencia de una relación estadísticamente significativa entre el consumo de sustancias psicoactivas y el maltrato infantil, asimismo se observan correlaciones con los componentes de maltrato psicológico, por descuido y físico. Se hallaron diferencias entre el grupo de madres que tenían un hijo con las que tenían dos, tanto a nivel de consumo, como de maltrato. Del mismo modo, hay diferencias entre los grupos de edad en consumo y maltrato. Palabras clave: adolescencia, niñez. adicción, maltrato infantil, Abstract This research with drug-addicted teenage mothers seeks to establish the existent relationship between the use of psychoactive substances and the abuse towards their children. Researchers have worked with a sample of 50 teenagers aged between 13 and 19.The results reveal the existence of a statistically significant relation between psychoactive substance use and child abuse; likewise, they show correlations with the components of psychological abuse, by carelessness and by physical abuse. Differences were found between the group of mothers who had a child and those that had two, both at the level of consumption and abuse. Similarly, there are differences among age groups in terms of consumption and abuse. Key words: addiction, child abuse, adolescence, childhood. Résumé Cette investigation sur les mères adolescentes toxicomanes cherche à établir la relation qui existe entre la consommation de substances psychoactives et le mauvais traitement qui affecte les enfants. L’équipe de chercheurs a travaillé sur un échantillon de 50 adolescentes entre 13 et 19 ans. Les résultats indiquent statistiquement l’existence d’une relation significative entre la consommation de substances psychoactives et le mauvais traitement infantile, ainsi on observe des corrélations avec les composants du mauvais traitement psychologique, par négligence 24 physique. Des diiférences ont été observées entre le groupe de mères qui avaient un fils et celles qui en avaient deux, tant au niveau de consommation, que du mauvais traitement. Dans ce sens, il y a des différences entre les groupes d’âge en terme de consommation et de mauvais traitement. Mots clés: dépendance, mauvais traitement infantile, adolescence, enfance. INTRODUCCIÓN La adolescencia es una etapa de maduración física, psicológica y social enmarcada entre la niñez y la adultez, vivida por la persona entre los 10 y 19 años y definida como un período de tiempo de transición que los individuos requieren para llegar a ser autónomos e independientes (Monterrosa, 1994; Cerrutis, 1990; Prada, 1989; Rico, 1986). Este tiempo se caracteriza por ser el que presenta los mayores índices de riesgo en cuanto a la incidencia en el consumo de psicoactivos. El inicio de este consumo está ligado a variables psicológicas específicas tales como falta de control de impulsos, depresión, ansiedad, estrés y otro tipo de trastornos, que acompañados por factores genéticos, biológicos, socioculturales, escolares y comunitarios, influyen en gran medida en su inicio y mantenimiento (Chahín, Briñez, en prensa; Hawkins, 1992). En los últimos años, el uso de sustancias psicoactivas en la mujer ha venido incrementándose progresivamente en cuanto a incidencia y prevalencia, unido además a un factor agravante: el consumo en mujeres adolescentes tiende a equipararse con el de los hombres en prácticamente todos los psicoactivos, según lo señalan las estadísticas de la última década (Rueda, Camacho, Rangel & Duarte, 2008). La adicción femenina altera el normal funcionamiento de los centros del placer y otras áreas del cerebro. El uso, abuso y dependencia de sustancias afecta a la adolescente produciendo daños orgánicos, trastornos psiquiátricos, cambios de comportamiento y problemas sociales, académicos, legales y familiares (Lorenzo, Ladero, Leza & Lizasoain, 1998). Por otra parte, a raíz de las profundas transformaciones socioculturales de la sociedad latinoamericana, especialmente en lo relacionado con el inicio cada vez más temprano de la sexualidad, se ha generado otra serie de problemas que están afectando a la población femenina, como es el caso de la maternidad en jóvenes drogadictas adolescentes (Castillo, Meneses, Silva, Navarrete & Campo-Arias, 2003). Los hijos nacidos de estas mujeres están más expuestos a riesgos tanto médicos como REVISTA ANÁLISIS psicológicos desde el momento de su nacimiento y durante todo su proceso evolutivo, convirtiéndose en una población de alto riesgo de maltratos y abusos (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2008; Monterrosa, 1993). Asimismo, la maternidad es una situación que afecta en gran medida la vida de la adolescente. A partir del nacimiento del hijo todo en su vida cambia bruscamente, el foco de atención de su ambiente circundante se desplaza hacia el niño, privilegiándose el papel de madre, situación que la obliga a asumir roles y responsabilidades para las que no está preparada (Blume, 1998; Deschamps, 1979). Diversos estudios reportan que ser madre en la adolescencia es un factor determinante en los problemas de maltrato infantil, definido según los criterios diagnósticos para el abuso y la negligencia en la infancia en el DSM-IV y el CIE-10 (American Psychiatric Association, 2001; Organización Mundial de la Salud, 1992). Flanagan, Coll, Andreozzi y Riggs (1995), en un estudio de cohortes, encontraron que la edad de las madres adolescentes es un predictor del maltrato hacia los hijos. Asimismo George y Lee (1997) señalaron que existe un gran riesgo de maltrato y abuso infantil en esta población, siendo el maltrato mayor en madres adolescentes en comparación con otras edades (Paul & Doménech, 2000), llegando en algunos casos a duplicarse (Stier, Leventhal, Berg, Johnson & Mezger, 1993). Las conductas agresivas en la adolescencia se encuentran relacionadas con los componentes instrumentales de la impulsividad (Chahín, LorenzoSeva & Vigil-Colet, en prensa; Morales-Vives, CodorniuRaga & Vigil-Colet, 2005). Las dificultades en la inhibición de impulsos son un elemento relevante en la aparición y permanencia de diversas conductas problemáticas de la adolescencia (Chahín & Briñez, 2011; Chahín, Cosi, Lorenzo-Seva & Vigil-Colet, 2010; Cosi, Vigil-Colet, Canals & Lorenzo-Seva, 2008; Santisteban, Alvarado & Recio, 2007; Vigil-Colet & Cordorniu, 2004; Wilcox, Hersen & Van Hasselt, 2000). De hecho, en Colombia son las madres adolescentes las que reportan una mayor utilización de algunas formas de castigo físico (Profamilia, 2005). Pero estos datos pueden variar sustancialmente si además se añade un factor adicional como es el consumo de psicoactivos, convirtiéndose en un predictor del maltrato (Chaffin, Kelleher & Hollenberg, 1996; Vega et al., 2008), que ha sido relacionado con un deficiente desempeño en los roles maternales, dificultades de crianza y maltrato (Amaro, Zuckerman & Cabral, 1989; Kelley, 1992; Nair, Schuler, Black, Kettinger & Harrington, 2003; Suchman & Luthar, 2000). En este sentido, Famularo, Kinscherff y Fenton (1992) investigaron la relación entre consumo de psicoactivos y maltrato infantil, obteniendo en el análisis de regresión una alta correlación entre estas dos variables, lo que posteriormente también pudo ser comprobado en otros estudios (Marcenko, Kemp & Larson, 2000). En la misma línea, Wasserman y Leventhal (1993) profundizaron la relación existente entre la adicción y el maltrato, en una muestra de recién nacidos donde se pudo establecer que el maltrato y el abuso, al cabo de dos años, era casi seis veces superior en las madres adictas. Resultados similares obtuvieron Jaudes, Ekwo y Van Boris (1995). Toda la anterior evidencia indica que, en general, los hijos de adictas muestran signos de maltrato, negligencia y abandono (Besinger, Garland, Litrownik & Landsverk, 1999; Casado & Baño, 1997; Leventhal et al., 1997; Moreno, 2005; Quinlivan, Petersen & Gurrin, 1999; Smith & Testa, 2002). Con base en la problemática del maltrato infantil, enmarcado en la maternidad y la adicción en madres adolescentes, la presente investigación busca encontrar las posibles relaciones entre el consumo de psicoactivos con los componentes del maltrato infantil, físico, psicológico y por descuido (De Paúl, Alzate, Ortiz, Echeberría & Arruabarrena, 1998), asimismo determinar si existen diferencias en los grupos de edad y número de hijos en el consumo de psicoactivos y en el maltrato. Método Participantes Muestra compuesta por 50 madres adolescentes de la ciudad de Bucaramanga, pertenecientes al estrato socioeconómico 2, de las cuales 38 (76%) tenían un hijo y 12(24%) dos. Las edades están comprendidas entre los 13 y 19 años de edad (M=16.18; DT = 1.99). Procedimiento Se procedió a contactar a cada una de las adolescentes en los centros educativos y de salud del norte de Bucaramanga. Posteriormente se les solicitó responder las preguntas del instrumento. Quienes aceptaron respondieron preguntas y firmaron el consentimiento informado. Las instrucciones y manejo de la información 25 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. garantizaban la confidencialidad y el anonimato de todas las participantes. ítems utilizados, que informaban sobre las situaciones de maltrato físico, maltrato psicológico y maltrato por descuido. Para medir la cantidad de psicoactivos se preguntó acerca de la cantidad y la frecuencia semanal del consumo. Para estas preguntas se halló la validez de contenido por criterio de jueces, mediante el coeficiente de Aiken. 5 jueces psicólogos, con experiencia mínima profesional de dos años en el trabajo con adolescentes, calificaron cada ítem, en función de la definición operacional dada para la prueba. El grado de acuerdo mínimo fue de .8 en todos los ítems. Análisis estadístico El tratamiento estadístico de los datos se ha llevado a cabo con el SPSS 18. Por la falta de normalidad de los datos, determinada a través de la prueba de KolmogorovSmirnov, se ha llevado a cabo el análisis no paramétrico. Se ha trabajado con el coeficiente de correlación de r de Spearman para las relaciones entre las distintas variables, y para las comparaciones entre grupos, con las pruebas U Mann-Whitney muestras independientes. Resultados Instrumento En la Tabla 1 se observa que existe una alta correlación entre el consumo de psicoactivos y el maltrato (rs=.805, p< .001), asimismo las relaciones son buenas entre consumo y maltrato psicológico (rs =.760, p< .001) y maltrato por descuido (rs =.684, p< .001), pero el maltrato físico presenta la correlación más baja (rs =.518, p< .001). La edad también correlaciona positivamente con consumo (rs =.612, p< .001) y con el maltrato (rs =.525, p< .001). Se elaboró un cuestionario diseñado por los autores de esta investigación, en el cual se solicitaba información acerca del maltrato infantil que el niño o la niña había recibido por parte de su madre en la última semana. Para este fin se utilizó una escala tipo Likert (nunca, a veces, algunas veces, casi siempre y siempre) para los 12 Tabla 1. Correlaciones entre el consumo de sustancias psicoactivas, edad, maltrato y sus componentes Consumo Consumo Maltrato Maltrato psicológico Maltrato por descuido Maltrato físico Edad Maltrato 1.000 Maltrato Maltrato psicológico por descuido físico .805** 1.000 .760 ** .975** 1.000 .684 ** .768 ** .682** 1.000 .547 .525** .453 .476** .274 .358* .518 .612** ** **. Correlation is significant at the 0.01 level (2-tailed). *. Correlation is significant at the 0.05 level (2-tailed) 26 Maltrato ** ** 1.000 .458** Edad 1.000 REVISTA ANÁLISIS En cuanto a la diferencias encontradas en las madres con respecto al número de hijos, se observa que las medias de las puntuaciones son en todos los casos mayores en las madres que tienen dos hijos, encontrándose diferencias significativas en consumo (U = 75.000, p <.001), maltrato (U = 93.500, p < .001), maltrato psicológico (U = 108.000, p < .001), por descuido (U = 88.500, p < .001) y maltrato físico (U = 149.500, p < .001). Con respecto a los grupos de edad, se ha dividido la muestra en dos grupos con el objeto de obtener una comparación más clara: uno con edad superior a los 15 años y el otro con edad igual o inferior a 15 años. Se observa que el grupo de mayor edad tiene unas puntuaciones más altas tanto en consumo como en maltrato, presentándose diferencias significativas en consumo (U = 89.500, p < .001) y maltrato (U = 137.000, p < .001). El comportamiento de las puntuaciones medias del consumo y el maltrato en las diferentes edades tiende a incrementarse a medida que se tiene una mayor edad, como se puede apreciar en el comportamiento de la gráfica de las dos variables que se exhibe a continuación. Figura 1. Puntuaciones medias del consumo y el maltrato en las diferentes edades 27 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Discusión Las relaciones entre la utilización de sustancias psicoactivas y maltrato infantil, obtenidas a partir de este estudio, muestran que existe una correlación alta entre ellas. Lo que implica que aquellas adolescentes que consumen cantidades bajas maltratan menos a sus hijos, y a medida que se incrementa el consumo el maltrato a su vez es mayor. Este hallazgo se encuentra en concordancia con varios autores que han reportado a la adicción a sustancias psicoactivas como uno de los principales factores asociados al maltrato infantil en mujeres drogadictas (Kumpfer & Bays, 1995; National Clearing House on Child Abuse and Neglect, 2003). Del mismo modo también lo encontrado aquí se refrenda en estudios realizados en poblaciones similares de madres adolescentes (Flanagan et al., 1995; Lounds, Borkowski & Whitman, 2006; Stier et al., 1993; Vega et al., 2008). Desglosando algo más lo hallado, en los componentes específicos del maltrato se han encontrado algunos resultados que vale la pena resaltar. En primer término la correlación más alta entre todos los componentes ha sido en el maltrato psicológico, lo que sugiere que los cambios en la cantidad de consumo de sustancias psicoactivas están en gran medida asociados con este tipo de comportamientos, que puede ser debido al proceso de escalamiento que tienen los comportamientos agresivos en las adolescentes, donde primero se dan con más frecuencia las agresiones verbales que son las que involucran el maltrato psicológico (McMurran, Blair & Egan, 2002; Strauss & Mouradian, 1998). Por otra parte, la correlación con maltrato por descuido ha sido buena, aquí el elemento tiene un componente que se relaciona menos con una conducta agresiva y se enmarca más en la falta de atención de las labores propias del cuidado del niño, situación que se ha reportado repetidamente en madres consumidoras de drogas y que se ve agravada por la falta de experiencia y madurez que dificulta el manejo y cuidado del niño (Kumpfer & DeMarsh, 1985; Rico, 1986). Finalmente, el componente de maltrato físico ha presentado una correlación un poco más baja, pero significativa. Este tipo de componente instrumental de la agresión está relacionado con el proceso de adicción, deterioro social y falta de control de impulsos (Jaudes et al., 1995; Leventhal, et al., 1997; Vigil-Colet & Codorniu, 2004). 28 En lo referente a las diferencias en los grupos de edad, se ha comprobado que existen diferencias entre los grupos de madres de edad menor o igual a 15 años y las de mayor edad. Hay más consumo de sustancias psicoactivas en las adolescentes de edad superior, lo que puede deberse a que una mayor edad implica un incremento en el deterioro social y psicológico (Amaro et al., 1989; Wasserman & Leventhal, 1993). Adicionalmente, también existe un mayor maltrato en el grupo de más edad, que podría ser causado por la historia de deterioro mencionada anteriormente, lo que lleva a una menor capacidad de control de los impulsos agresivos, que terminan desencadenándose en maltrato (Casado & Baño, 1997). Referente al número de hijos, se observa que quienes tienen dos hijos presentan niveles superiores de maltrato y consumo de psicoactivos. Un mayor número de hijos implica más responsabilidades, en especial cuando los hijos son pequeños y, si además se carece de habilidades para llevar a cabo las tareas propias del cuidado de los niños, es posible que las conductas de maltrato afloren con mayor frecuencia (Vega et al., 2008). De la misma forma, es posible que el número de hijos esté también relacionado con una mayor historia de adicción y deterioro psicosocial que lleva a embarazos indeseados (Deschamps, 1979; Kelley, 1992; Marcenko et al., 2000). Para finalizar, se propone para futuras investigaciones medir, con otro tipo de instrumentos debidamente validados, los componentes agresivos e impulsivos que presentan estas adolescentes, para poderlos relacionar con los distintos tipos de maltrato que reciben los niños. Asimismo, sería de gran utilidad determinar con mayor precisión el tipo y la intensidad del maltrato y sus posibles diferencias, en cuanto a tipo de sustancia consumida, en especial, en los momentos en que se encuentran bajo sus efectos. Lista de referencias Amaro, H., Zuckerman, B. & Cabral, H. (1989). Drug Use Among Adolescent Mothers: Profile of Risk. Pediatrics, 84(1), 144-151. American Psychiatric Association. (2001). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. DSM-IV TR. 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En V. B. Van Hasselt & M. Hersen (Eds.) Aggression and Violence. Boston, Estados Unidos: Allyn and Bacon. 31 L’insertion socioprofessionnelle de la personne extoxicomane au Liban1 The socio-professional integration of the individual ex-addict in Lebanon Houwayda Matta* May Hazaz** * ** 1 Ph.D. Chef de département. Masters et doctorat en Travail social. Ecole libanaise de formation sociale. Université Saint-Joseph, Beyrouth. Correo electrónico: [email protected] Ph.D. Professeur Ecole libanaise de formation sociale. Université SaintJoseph, Beyrouth La primera versión en francés de este artículo fue publicada en la revista «Drogues, Santé et Société, volumen 10, numéo 1». REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 33 - 53. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Résume La complexité de l’approche s’adressant à la toxicomanie réside dans la nature multidimensionnelle de cette problématique s’articulant autour de plusieurs sphères: économique, politique, juridique, culturelle et sociale. La présente recherche se penche sur l’étude de l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane au Liban. Ce sujet a été largement inspiré de la réflexion et du partage avec des intervenants sociaux, des personnes toxicomanes et des membres de leurs familles ayant lieu dans le cadre d’interventions psychosociales et/ou sur des tables de concertation entre différents organismes. Cet échange met de l’avant la nécessité de consacrer une recherche scientifique à l’étude de ce sujet. En effet, ces différents acteurs mettent en lumière une lutte quotidienne pour faire valoir le droit des personnes toxicomanes de s’inscrire dans la dynamique d’une société tolérante et d’avoir accès à un travail stable leur assurant satisfaction et dignité. Le parcours des résultats des recherches publiées à ce sujet dans le contexte libanais nous a confirmé la pertinence d’entreprendre une telle recherche. La recension de ces écrits fait dégager que l’emphase est mise sur la description du phénomène de la toxicomanie, des pratiques des usagers, des stratégies de réhabilitation, du taux de rechutes post traitement et de la prévention (Kahi, 2001, Karam, 2003). La question des dispositions et de l’aptitude de l’environnement social à favoriser l’insertion de la personne toxicomane semble jusque là absente de l’agenda des chercheurs. C’est dans ce cadre que se situe notre question de recherche qui se propose d’étudier l’abord des différents acteurs concernés par l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane au Liban. Les objectifs spécifiques découlant de cette question de recherche sont de trois ordres. En premier lieu, il s’agit de définir le concept d’insertion socioprofessionnelle tel que perçu par les différents acteurs concernés par la problématique au Liban. Le deuxième objectif vise à explorer les stratégies d’insertion socioprofessionnelle mises en œuvre ainsi que les différents enjeux qui leur sont inhérents. Explorer des pistes d’action susceptibles de renforcer la réussite de l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane, représente le troisième objectif. 34 Dans cette perspective, une étude succincte des concepts de base liés à la problématique de la toxicomanie précèdera une brève exposition du cadre théorique. Un plus grand développement du cadre méthodologique s’effectuera en troisième lieu. La synthèse et la présentation des résultats occuperont la dernière et la plus grande partie de cet article. Mots clés: l’intégration socio-professionnelle ex toxicomanes, au Liban. Resumen La complejidad del acercamiento a la toxicomanía reside en la naturaleza multidimensional de esta problemática, que se articula alrededor de numerosas esferas: económica, política, jurídica, cultural y social. Esta investigación se enfoca al estudio de la inserción sociolaboral del toxicómano en el Líbano. Este tema fue inspirado en gran medida por la reflexión y el trabajo con los actores sociales, las personas toxicómanas y los miembros de sus familias, en el marco de intervenciones psicosociales y/o de mesas de concertación entre diferentes organismos. Este intercambio pone de manifiesto la necesidad de dedicar una investigación científica al estudio del tema. En efecto, estos diferentes actores dan fe de la lucha cotidiana para hacer valer el derecho de las personas toxicómanas a inscribirse en la dinámica de una sociedad tolerante y a tener acceso a un trabajo estable que les asegure satisfacción y dignidad. Una revisión de los resultados de investigaciones publicadas en este tema en el contexto libanés confirmó la pertinencia de emprender una investigación de tal tipo. La comparación de dichos escritos manifiesta que el énfasis se hace sobre la descripción del fenómeno de la toxicomanía, de las prácticas de los adictos, de las estrategias de rehabilitación, de la tasa de recaídas luego de un tratamiento y de la prevención (Kahi, 2001, Kram, 2003). El asunto de la disposición y de la aptitud del medio social a favorecer la inserción de la persona toxicómana parece hasta ahí ausente de la agenda de los investigadores. En este marco se inscribe nuestra pregunta de investigación, que se propone estudiar la acogida de los diferentes actores involucrados en la inserción sociolaboral de la persona toxicómana en el Líbano. Los objetivos específicos que derivan de esta pregunta de investigación son de tres tipos. En primer REVISTA ANÁLISIS lugar, se trata de definir el concepto de inserción socioprofesional tal como lo perciben los diferentes actores involucrados en la problemática en el Líbano; el segundo objetivo apunta a explorar las estrategias de inserción socioprofesional desarrolladas, así como las diferentes apuestas que le son inherentes. La exploración de las pautas de acción susceptibles de reforzar el éxito de la inserción socioprofesional de la persona toxicómana representa el tercer objetivo. Desde esta perspectiva, un estudio sucinto de los conceptos de base relacionados con esta problemática precederá una breve exposición del marco teórico. En tercer lugar, se presentará con más detalle el desarrollo del marco metodológico. La síntesis y la presentación de los resultados constituirán la última, y más extensa, parte de este artículo. Palabras clave: inserción socio laboral, ex–adicto, Líbano. Summary The complexity to approach drugs use/abuse underlies in the multidimensional nature of this issue, which comes together in different areas: political, economic, legal, cultural and social. This research project focuses on the study of the social and professional inclusion of drug addicts in Lebanon. The topic came about from the reflection and work carried out with social actors, drug addicts and their family members within the framework of psychosocial interventions and round tables with different consulting organizations. This exchange shows that scientific research on this topic should be carried out. Indeed, these different actors witness the everyday struggle to defend the right of drug addicts to be part of a tolerant society and to have a stable job that can guarantee satisfaction and dignity. An analysis of the research results available on this issue in the Lebanese context confirmed that carrying out such a project was relevant. Comparing the literature on the topic leads to the conclusion that there is an emphasis on the description of the phenomenon, the practices, the rehab strategies and the relapse rates after treatment and prevention (Kahi, 2001, Kram, 2003). However, the issue of the disposition and of the social environment that favors the insertion of the addict seems to be absent from the researchers’ agenda. And hence our research question, which fits within this framework and aims at studying how the actors involved in the social and professional inclusion of addicts in Lebanon welcome the latter. The specific objectives that result from this research question can be classified into three different types. First of all, there is the purpose of defining the concept of “social and professional insertion” as it is perceived by the different actors involved in Lebanon; the second one aims at exploring the social and professional insertion strategies that have been implemented as well as the inherent aspects. The last one deals with the exploration of action routes that can reinforce the success of social and professional reinsertion. This is the starting point for a brief study of the fundamental concepts related to this issue and for a brief presentation of the theoretical framework. Then, there will be a more extensive development of the methodological framework. Finally, the summary and the findings will be presented. Key words: inclusion, social work, ex - drug addicts, Lebanon 1. CONCEPTS DE BASE RELIÉS À LA DIMENSION À L’ÉTUDE La recension des écrits autour du sujet à l’étude permet d’observer que les deux termes d’insertion et de réinsertion sont les plus utilisés et de façon interchangeable par les auteurs consultés. La présente recherche traitera de ce phénomène en parlant d’insertion socioprofessionnelle tout en respectant les termes utilisés par les auteurs auxquels elle fait référence. La notion d’insertion ne peut être étudiée séparément de la notion d’exclusion. En fait, la toxicomanie semble amener les personnes qui en sont victimes à l’exclusion et ce, à plusieurs niveaux. 1.1. Toxicomanie et exclusion Robert Castel (1994) définit l’exclusion comme la résultante d’un double processus de décrochage et ce, par rapport au travail et à l’insertion relationnelle de la personne. Ce concept d’exclusion s’avère être parfaitement transposable à la réalité des personnes toxicomanes suivant deux visions. 35 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. D’une part, l’exclusion peut résulter de la toxicomanie dans la mesure où «la désaffiliation dans l’une ou l’autre sphère de la vie sociale et professionnelle» peut se constituer lentement lors d’un tel parcours (Boivin et De Montigny, 2002: 9). D’autre part, «c’est la toxicomanie qui est venue se greffer à une trajectoire déjà en voie de désaffiliation» (Ibid). Dans les deux cas, «la personne est en perte de repères et s’éloigne de ce qui constitue ses liens d’attachement avec son milieu social» (Boivin et Ibid). Les écrits scientifiques mettent en lumière cette exclusion vécue par les personnes toxicomanes. Uchtenhagen, Schaaf et Berger (2000: 9) traitant du contexte européen soulèvent que «les toxicomanes connaissent un risque nettement accru de marginalisation sur le marché de l’emploi et de chômage». Ils rapportent également que ces personnes font «l’objet d’une stigmatisation sociale et sont considérés comme des criminels, des individus peu fiables, inaptes au travail et irresponsables» (Ibid). Une autre étude portant sur la Martinique et la France métropole observe que les chômeurs et inactifs représentent presque deux tiers des personnes toxicomanes accueillies en établissements du système de soin et de santé (Madin, 2001: 5). Sur un autre plan, plusieurs sociologues intéressés «à la drogue» dans les quartiers en difficulté se centrent sur les dérégulations sociales pour expliquer le développement de la toxicomanie (Morel, Hervé et Fontaine, 1997: 155). Au Liban, une recherche action situant parmi ses intérêts l’étude des représentations de la toxicomanie, confirme la situation d’exclusion de cette population (Kahi, 2001). Cette étude a ciblé les professionnels dans le domaine, les parents des usagers de drogue, les personnes toxicomanes ainsi des leaders communautaires. Les résultats recueillis font dégager des représentations de la personne toxicomane comme un «échec pour la famille et pour la société», la toxicomanie étant perçue comme un «crime contre soimême, qui pousse à commettre des délits» (Ibid). Le regard de la société libanaise sur la toxicomanie est par ailleurs décrit par les interviewés comme étant «marqué par une impitoyable dureté» (Kahi, 2001: 6). La société tend à étiqueter la personne toxicomane, «elle la refuse, la rejette et la piétine» (Ibid). Un jugement moral est porté sur ces personnes chez qui toxicomanie, délinquance et criminalité sont associées. Pour les parents, cette exclusion s’élargit pour toucher toute la cellule familiale. De là, ils cherchent souvent à cacher 36 le problème et ont peur du «qu’en dira t-on» de leur entourage (Ibid). Certains parents voient dans cette attitude sociétale une raison à la rechute de la personne réhabilitée et un obstacle au monde du travail. 1.1.1. Une exclusion intensifiée par la criminalisation visant la normalisation Bien que la vision scientifique donne désormais de la toxicomanie «une conception moins tournée vers la déviance» (Morel, Hervé et Fontaine, 1997: 155), dans les faits, cette problématique demeure associée à la marginalité qu’il importe de contrôler. En effet, la criminalisation de la marginalité se présente comme «une modalité importante de sa gestion sociale» vu que les marginaux vivent souvent à la marge des normes sociales (Castel, 1994: 18). À ce titre, la toxicomanie offre un exemple pertinent. Dans sa définition classique la toxicomanie est conçue comme «un comportement antisocial, […] une déviance sociale presque toujours associée à la marginalité et à la délinquance» (Morel, Hervé et Fontaine, 1997: 155). Il s’ensuit que les toxicomanes soient «toujours menacés de relever de l’appareil judiciaire» (Castel, 1994: 18) tel qu’est le cas au Liban et dans d’autres pays. Dans le contexte libanais, en plus de l’incarcération des personnes consommatrices de drogues, leur infraction est signalée sur leur casier judiciaire durant un minimum de trois ans (Kahi, 2001). 1.1.2. L’exclusion: un phénomène multifactoriel L’exclusion se présente comme un phénomène complexe et multifactoriel. L’étude de cette notion avise de la nécessité d’évacuer toute vision déterministe qui tend à accuser un acteur sans l’autre. En effet, si les valeurs dominantes et les conditions sociales se réunissent pour rejeter certaines populations qui ne répondent pas aux normes préétablies (Xiberras, 1998: 25), les personnes exclues, elles-mêmes, ne sont pas sans contribuer à ce processus. Sur un premier plan, il s’agit de certaines «caractéristiques habituelles des populations défavorisées [tels que] la sous-qualification professionnelle, le faible niveau d’instruction» (Castel, 1994: 22). Sur un autre plan, tel que le démontrent les chercheurs de l’interactionnisme symbolique «les minorités se forgent elles aussi des mécanismes de protection et d’exclusion d’ordre symbolique» (Xiberras, 1998: 25). Dans le cas des personnes toxicomanes, ces «êtres blessés, infantilisés […] coupent les circuits relationnels, pour […] compenser leur sentiment REVISTA ANÁLISIS d’inexistence ou leur peur du chaos intérieur» (Morel, Hervé et Fontaine, 1997: 178). 1.2. L’insertion socioprofessionnelle: une médaille à deux versants Selon Castel (1994), face à un processus d’exclusion qui va en descendant de l’intégration vers la désaffiliation passant par la vulnérabilité, l’insertion représente une stratégie pour remonter la pente. Cette stratégie s’appuie sur la reconstruction de soutiens à la fois relationnels et occupationnels. Transposée à la réalité des personnes toxicomanes, l’analyse de Castel permet de représenter l’insertion socioprofessionnelle comme la reconstruction du réseau familial et social, la réhabilitation professionnelle ainsi que la participation à un mode de vie productif. Ainsi, remonter la pente de l’exclusion vers l’insertion ne peut que tenir compte d’une façon simultanée des deux sphères occupationnelle et relationnelle. 2. LE CADRE D’ANALYSE Marqué par une trajectoire très personnelle caractérisée par des mouvements d’avancée et de recul, le processus d’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane se situe dans une perspective de continuum de services. Mais, il n’en reste pas moins que ce processus correspond à un double parcours, celui de la personne toxicomane complété par une démarche assumée par la société d’accueil. 2.1. Le processus d’insertion: une démarche personnelle sur un continuum de services L’insertion apparaît comme «un cheminement propre à chacun [qui] ne s’exprime pas de la même manière pour tous» (Boivin et De Montigny, 2002: 12). Cette démarche constitue un défi de taille et revêt chez les personnes concernées une signification particulière. Alors, qu’elle représente pour certaines d’entre elles un passage réussi, elle s’avère empreinte d’obstacles et de discontinuité chez d’autres, provoquant par le fait même un retour à la consommation (Boivin et De Montigny, 2002: 11). En fait, en cherchant à retisser les liens tout d’abord avec soi, ensuite avec les proches, le monde du travail et la communauté, les personnes toxicomanes font particulièrement face à des difficultés relationnelles et sociales importantes. Quant au moment opportun pour envisager une approche de réinsertion auprès de la personne toxicomane, il peut autant se situer en amont comme en aval ou encore pendant l’étape de la désintoxication ou de la réadaptation (Boivin et De Montigny, 2002: 11). «Peu importe son positionnement dans la phase de réhabilitation de la personne toxicomane, la réinsertion devrait toujours se situer dans une perspective de continuum de services» (Ibid). Dans cette perspective de continuum, la compréhension de la notion d’insertion implique nécessairement la compréhension de sa relation avec le traitement et la réhabilitation. Morel, Hervé et Fontaine (1997: 207) affirment que «ce qu’il faut soigner, c’est un rapport au monde». Selon eux, «ce n’est pas parce qu’on arrête la drogue que l’on retrouve des liens satisfaisants, mais c’est parce que qu’on retrouve des liens satisfaisants qu’on peut arrêter la drogue» (Ibid). Le soin de la personne toxicomane suppose ainsi la modification des rapports à autrui, au temps, à l’espace et au corps. Ces modification jouent un rôle déterminant dans la résolution des conflits intérieurs et des sentiments de solitude ayant fortement contribué à la toxicomanie (Morel, Hervé et Fontaine, 1997). Le traitement basé sur une telle philosophie comporte évidemment une composante d’insertion. 2.1.1. L’insertion: un double parcours individuel et sociétal Xiberras (1998: 23) qui s’appuie sur la logique de l’interactionnisme symbolique présente l’interaction entre la société et les populations exclues comme un duel qui se joue à coup de représentations stigmatisantes aboutissant à des exclusions symboliques. Il est question d’un enjeu entre deux regards où il s’agit d’observer les «exclus» face à «une société de rejet», et d’appréhender des «entrants» dans une «société d’accueil». Dans ce double regard, l’insertion socioprofessionnelle implique la société ou la cellule d’accueil au même titre que la personne à insérer. Ce processus repose largement sur la contribution apportée par la société à travers ses réseaux primaires et secondaires, pour faire de la place à la personne exclue. Son rôle consiste à offrir à la personne toxicomane une aide et un support accru (Xiberras, 1998) afin qu’elle puisse parachever sa démarche d’insertion avant qu’elle ne soit exposée «aux enjeux que suppose l’intégration en société» (Boivin et De Montigny, 2002: 11). En contrepartie, ce processus dépend de la façon dont la personne exclue utilise les moyens qui se mobilisent à nouveau pour elle (Xiberras, 1998). L’insertion escomptée repose chez les personnes exclues sur le renforcement de leurs ressources personnelles qui 37 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. facilitent leur rapport à autrui et au milieu (Boivin et De Montigny (2003:15). C’est en référence à un tel cadre théorique qui met de l’avant le constat que l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane est une cause qui, loin d’être individuelle, engage toute une société, que la présente recherche pose sa question fondamentale. En effet, cette dernière qui s’intéresse au rôle des différents acteurs gravitant autour de la personne toxicomane et contribuant par conséquent directement ou indirectement à son insertion, privilégie un devis de recherche qui va dans ce sens. 3. LE CADRE METHODOLOGIQUE En respect à la perspective théorique privilégiée, le devis de recherche a voulu toucher une population hétérogène constituée de différents membres de la société, concernés directement ou indirectement par la problématique. Dans cette optique, la collecte de données envisagée par la présente recherche a pu rejoindre soixante-quinze interlocuteurs et s’est appuyée sur trois instruments: des focus groupe, une analyse documentaire et des entrevues semi-dirigées. 3.1. Des focus-groupes Les focus groupe ont été menés auprès d’un éventail réunissant des institutions sociales, directeurs et professionnels, des personnes toxicomanes, des personnes ex-toxicomanes des deux sexes, des parents de personnes ex-toxicomanes et des représentants des conseils municipaux comme instance de la gouvernance locale entre le citoyen et l’État. Cet instrument de collecte de données permet de représenter «l’hétérogénéité du tissu social» (Mayer et Ouellet, 1991: 80) impliqué dans cette problématique. La cueillette des données auprès des directeurs des institutions sociales actives en la matière vise à explorer la philosophie qui guide l’action de ces dernières, leurs stratégies d’action, les buts qu’elles privilégient, les plans d’action qu’elles mettent en oeuvre ainsi que les entraves et les facilités qui peuvent à leur avis se poser en cours de route. Quant aux professionnels, ils rendent compte de leur expérience relative aux stratégies d’insertion appliquées concrètement et nous informent sur les facteurs entravant ou facilitant une telle démarche. Les personnes touchées personnellement par la problématique, étant les premières concernées par le sujet ont été ciblées pour réfléchir sur leur propre cheminement ainsi que sur les difficultés ou les facilités qui y sont reliées et les besoins qu’elles expérimentent. Le focus groupe réalisé auprès des parents de personnes ex-toxicomanes vise à jeter un éclairage sur leur expérience dans l’accompagnement de leur membre toxicomane, les contraintes et difficultés qu’ils rencontrent et les besoins et attentes qu’ils posent pour une meilleure approche dans ce sens. Quant aux représentants des conseils municipaux, ils se sont exprimés sur la capacité de la communauté à favoriser la démarche d’insertion et sa contribution dans l’accompagnement de la personne toxicomane engagée dans un tel parcours. Nous avions prévu de joindre aux acteurs nommés précédemment les directeurs de quelques sociétés économiques afin de mettre en lumière l’aptitude de la société économique à accueillir les personnes toxicomanes et à faciliter leur insertion professionnelle. Plusieurs contacts ont été entamés avec différentes personnes concernées (visite, appels téléphoniques, courriels) sans réussir à obtenir leur collaboration à la recherche. Par conséquent, cette population s’est avérée inaccessible, 3.2. Une étude de la documentation officielle Sur un autre niveau, nous avons porté un intérêt particulier aux ressources du pays afin d’explorer les politiques sociales et les stratégies étatiques qui visent à favoriser l’insertion socioprofessionnelle des personnes toxicomanes au Liban. Dans ce sens, une étude documentaire visant à étudier les textes écrits en la matière a été planifiée. Une première étape de cette recherche documentaire a consisté à explorer auprès de personnes représentant les différents ministères concernés par la question (travail, affaires sociales, justice), les documents écrits portant sur des stratégies, politiques et législations conçues en matière d’insertion socioprofessionnelle des personnes toxicomanes spécifiquement et des populations marginalisées globalement. 3.3. Des entrevues semi-dirigées L’analyse des textes législatifs confirmant l’absence de stratégies gouvernementales particulières en faveur 38 REVISTA ANÁLISIS de l’insertion des personnes toxicomanes, un guide d’entrevue a été préparé visant différentes instances étatiques: législatives, exécutives et juridiques. Le but de ces entrevues vise globalement à explorer la perception de ces instances de l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane, du rôle qui doit revenir à l’État dans cette problématique et d’identifier auprès d’eux des pistes d’action à ce niveau. Sept entrevues ont été effectuées: auprès de deux juges, deux représentants des Forces de la sécurité intérieures (FSI), un représentant du Ministère des affaires sociales, un représentant du Ministère de la santé et un député. Ces personnes ont été ciblées et recrutées selon l’échantillonnage typique par choix raisonné. Il s’agit de personnes qui ont une expérience dans le domaine et qui doivent être impliquées de part leur statut dans la problématique de la toxicomanie au sens large. 4. SYNTHÈSE ET INTERPRÉTATION DES DONNÉES L’analyse descriptive et transversale permet une synthèse et interprétation des données qui fait dégager les thèmes principaux de la recherche et la signification sous-jacente aux différents propos émis. 4.1. Une insertion à double volet versus une exclusion similaire L’insertion socioprofessionnelle de la personne ex-toxicomane telle que perçue par les différents participants à notre recherche consiste dans un retour à une vie qualifiée de «normale». Cette dernière revêt deux caractéristiques essentielles, la productivité et le retissage des liens sociaux. Ce processus d’insertion se présente par ailleurs comme un chemin de retour d’une exclusion causée par la toxicomanie qui s’avère avoir un impact négatif tant sur la capacité productive de la personne que sur ses interactions sociales. Une telle perception combinant les deux volets professionnel et social rejoint la conception de Castel (1994: 16) tant pour l’exclusion qui consiste dans une désaffiliation aux deux niveaux occupationnel et relationnel, que pour l’insertion qui en constitue le parcours inverse. 4.2. L’insertion, un processus fondé principalement sur la sobriété La majorité de nos interlocuteurs des différentes catégories posent la sobriété comme une condition essentielle à la réussite de l’insertion socioprofessionnelle escomptée. Cependant, la sobriété n’est pas recherchée comme une fin en soi, mais de par son influence sur la productivité de la personne et ses interactions sociales. Elle est en fait associée à une libération des influences négatives de la drogue tant sur l’engagement de la personne dans un travail productif que sur ses interactions sociales limitées aux pairs toxicomanes ou encore sur ses comportements négatifs associés à l’addiction et à la dépendance tel que le vol, la fraude et les mensonges. C’est justement à partir de là et en respect à la perception de la majorité de nos interlocuteurs que nous sommes parvenus à discuter dans le cadre de cette recherche de l’insertion socioprofessionnelle d’une personne ex-toxicomane. Il s’agit d’une personne qui s’est libérée de son aliénation à la drogue et qu’il importe par ailleurs de libérer d’une identité permanente et figée de toxicomane. 4.3. Un processus théorique d’un double parcours, individuel et sociétal Nos différents interlocuteurs tracent une représentation théorique d’un processus d’insertion qui s’accomplit par l’implication de différents acteurs se présentant comme le résultat d’une double démarche personnelle et sociétale (Xiberras, 1998). La combinaison positive des efforts constitue une base fondamentale à l’accomplissement de la démarche visée, alors que son absence en contrepartie constitue une entrave sérieuse. Dans cette logique, la personne concernée doit être munie d’habiletés personnelles, sociales et professionnelles. Ces habiletés semblent être acquise lors de la réhabilitation et de toute autre forme d’aide professionnelle. Parmi ces habiletés, nos interlocuteurs insistent sur l’acquisition d’une certaine maturité susceptible d’aider la personne concernée à savoir mieux composer avec ses problèmes et difficultés en assumant et gérant les frustrations. Une telle habileté outille la personne contre les risques de la rechute menaçant perpétuellement son cheminement. Les personnes ex-toxicomanes participant à notre recherche ajoutent une autre habileté, celle de savoir répondre aux codes de la société. Alors que l’un de ces codes consiste à avoir une bonne forme physique traduisant leur libération complète de l’emprise de la drogue, un autre code est celui d’éviter de commettre des fautes et des erreurs que la société ne peut admettre. 39 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Quant à la famille, la compréhension, l’absence de blâme, l’appui et la confiance qu’elle reflète à son membre sont de rigueur. Elle doit accueillir son membre ex-toxicomane en lui pardonnant son passé et en l’aidant à construire un nouveau futur. Cependant, la compréhension et l’affection familiale ne doivent pas aller jusqu’à l’extrême du laisser aller. Il est requis de la famille d’encadrer et d’observer étroitement son membre afin de détecter tout signe de danger et de prévenir la rechute. De leur côté, les deux réseaux primaire et secondaire sont responsables d’assurer un accueil favorable à la personne ex-toxicomane et de lui attribuer une deuxième chance tant sur le plan des relations sociales que celui de l’emploi. Le non jugement, l’absence de stigmatisation, l’abord compréhensif et le respect des réalisations effectuées sur la voie de l’insertion s’imposent. En ce qui concerne l’État, la décriminalisation totale de la toxicomanie et l’abord de la personne toxicomane comme un malade à traiter est l’approche gouvernementale la plus favorable pour l’insertion socioprofessionnelle. Une telle approche sauvegarde l’image de la personne et des années précieuses de sa vie. D’une part, l’attribut du criminel à sanctionner du fait de la détention, de l’incarcération et du signalement sur le casier judiciaire ne lui sera plus assigné. D’autre part, l’incarcération est remplacée par la possibilité de se faire traiter et de redémarrer un nouveau projet de vie. Cette approche requiert un fonctionnement particulier de la part des instances officielles chargées d’appliquer la loi tant sur le plan exécutif que juridique. Dans ce sens, la confidentialité des investigations, l’abord humain et respectueux et l’orientation rapide aux centres de traitement sont des comportements de base au moment de la détention. Sur un autre plan, les procédures juridiques qui se rallient au rythme du parcours traversé par la personne concernée sont de rigueur. Par ailleurs, un État pratiquement concerné par l’insertion socioprofessionnelle des personnes toxicomanes doit œuvrer sérieusement pour mettre en place les interventions et les structures nécessaires pour atteindre ce but et de se préoccuper sérieusement de la création des opportunités de travail. Dans cet ensemble, la complémentarité entre les deux secteurs privé et public est une exigence cruciale pour 40 apporter les réponses adéquates à une problématique d’une telle complexité. 4.4. Les stratégies d’insertion privilégiées Les stratégies d’insertion privilégiées sont d’ordre institutionnel, familial alors que l’on remarque une carence au niveau étatique. L’aide institutionnelle mise sur la réhabilitation et le suivi continu. La réhabilitation se base principalement sur le renforcement des compétences personnelles et sociales et la conception d’un nouveau projet de vie. Le suivi continu vise à assurer à la personne ex-toxicomane après l’incarcération ou la réhabilitation dans un centre fermé, un accompagnement professionnel susceptible de l’aider à dépasser les difficultés qui l’attendent en société. La concertation et l’implication de la famille tout au long de ce processus thérapeutique sont de rigueur. Sur le plan familial, la peur de la stigmatisation et surtout celle de leur jeune amène les parents à vouloir protéger ce dernier de la soi-disant société. L’une des stratégies adoptées pour assurer cette protection est celle de dissimuler la réalité aux autres. De plus, lors du retour de la prison ou du centre de réhabilitation, ils veillent à l’avertir des déceptions qui l’attendent en société disant vouloir le préparer à confronter les difficultés qui guettent son cheminement. Par ailleurs, par peur que leur problème ne soit dévoilé et de devenir par conséquent victimes du jugement des autres, ces parents finissent par s’isoler et se résignent à réduire au minimum leurs interactions sociales. Cette stratégie adoptée par les personnes extoxicomane et par leurs parents est appuyée par les institutions sociales. Les directeurs et les professionnels participant à cette recherche argumentent que la toxicomanie relève de la vie privée et que la personne a le droit d’avoir ce choix et de se protéger des réactions discriminantes de cette société. Cette mise à l’écart de la société forme une sorte de stratégie d’exclusion de la société de la problématique. En effet, en parallèle à la dissimulation de la toxicomanie, les stratégies institutionnelles et interventions professionnelles se concentrent sur la personne toxicomane et à sa famille alors que celles adressées à la société sont extrêmement réduites et se limitent à la prévention primaire. L’ensemble de ces stratégies se situe dans un contexte où les efforts étatiques semblent être plus avancés au niveau législatif que dans les autres domaines. REVISTA ANÁLISIS 4.5. Principaux facteurs favorables dans le contexte libanais Les facteurs favorisant l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane tels qu’ils se dégagent de l’expérience concrète de nos interlocuteurs, se regroupent en trois idées principales, à savoir l’implication active d’un réseau institutionnel proactif, l’implication intense de la famille et l’effort étatique pour occulter la coercition. 4.5.1. Un réseau institutionnel proactif Alors que l’État souffre de carences sur les deux plans technique et financier pour une prise en charge complète et adéquate de la problématique, les institutions privées semblent prendre la relève en assurant à la personne toxicomane une diversité de services qui visent à préparer ou à favoriser son insertion. Ces institutions se préoccupent d’accroître l’efficacité de leurs services en veillant à instaurer et renforcer un climat de collaboration interinstitutionnelle dont l’une des actions consiste dans un militantisme pour l’amendement des lois en faveur des personnes aux prises avec cette problématique. 4.5.2. Une famille impliquée profondément De son côté, la famille s’efforce de répondre adéquatement aux besoins de son membre. En effet, dès le moment où elle connaît ou reconnaît le problème de ce dernier, elle n’épargne aucun effort pour l’aider et le supporter. Ce support prend différentes formes telles que l’appui moral et l’accompagnement en phase de détention, d’incarcération et d’insertion, l’encouragement au traitement, le payement des pénalités et des frais des avocats. Sur un autre plan, la famille s’implique activement dans la réhabilitation et le suivi post réhabilitation n’hésitant pas à réviser son fonctionnement et à transposer les acquis et apprentissages cumulés aux interactions quotidiennes. Par ailleurs, même les attitudes parentales jugées négatives telles que l’observation étroite exagérée de la personne ex-toxicomane et la limitation de son autonomie ne manquent pas pour autant de refléter une préoccupation majeure de la part des parents au sujet de leur membre malade. 4.5.3. Un État visant à occulter la coercition Au niveau étatique, la dernière décennie, précisément depuis la promulgation de la loi numéro 673 en l’année 1998, témoigne d’une évolution notable des lois et de l’approche gouvernementale. Alors que les anciens textes juridiques présentent la personne toxicomane comme un criminel qu’il faut sanctionner, la loi 673 la conçoit comme un malade à traiter. Cette nouvelle conception se traduit dans le comportement des instances officielles par une approche plus humaine vis-à-vis des personnes concernées. L’encouragement au traitement et la limitation de la période de détention en faveur d’une orientation aux centres de traitement et de réhabilitation rentrent désormais dans les habitudes. Néanmoins, la situation demeure loin d’être idéale, des carences énormes sur ce plan demeurent tel que discuté dans les facteurs défavorables à l’insertion. 4.6. Facteurs défavorables alarmants dans le contexte libanais Des facteurs défavorables de différents ordres interceptent le processus d’insertion de la personne extoxicomane dans le contexte libanais. 4.6.1. Des facteurs personnels et familiaux: de la carence à la vulnérabilité Sur le plan personnel, certaines personnes ex-toxicomanes peuvent souffrir de carences au niveau socioéducatif qui limitent considérablement l’accomplissement de leur processus d’insertion, notamment sur le plan professionnel. Mais, même les personnes qui détiennent un niveau d’éducation universitaire ou qui maîtrisaient antérieurement un métier semblent avoir perdu leurs compétences du fait de leur toxicomanie. Par ailleurs, la libération psychologique et morale de la drogue ne s’avère pas une affaire simple et évidente. Une vulnérabilité vis-à-vis de la drogue est soulignée par nos interlocuteurs et confirmée par la littérature qui présente la rechute comme un état qui menace perpétuellement la démarche d’insertion (Uchtenhagen, Schaaf et Berger, 2000, Vienny et al., 2000). De plus, la rechute est vécue comme un réel échec générant une «déception de soi» qui risque de faire enfoncer la personne de plus en plus dans son problème. La sévérité de cet état de fait devient plus exacerbée avec les réactions de la famille qui se trouve complètement désorientée en cas de rechute. 4.6.2. Des facteurs sociaux: de l’évitement à la discrimination Sur le plan social, une discrimination à l’égard de la personne ex-toxicomane ressort fortement. Elle se traduit 41 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. par une tendance chez les membres du réseau primaire à éviter les personnes concernées ou de maintenir avec elles des relations superficielles. Ils vont même jusqu’à affecter la relation de ces dernières avec leur parents et nuire à leur réputation n’hésitant pas à les priver d’une opportunité d’emploi en révélant à l’éventuel employeur leur situation. Ceci dans un contexte où le refus du poste vacant aux personnes aux prises avec la toxicomanie est une attitude typique. Ces attitudes discriminantes conduisent les personnes toxicomanes à une double précarité sociale et professionnelle (Maranda et Morissette, 2002). Elles sont similaires à celle relevées par une étude menée plusieurs années plus tôt (Kahi, 2001) démontrant ainsi que le regard de la société libanaise à l’égard de la personne toxicomane n’a pas du tout évolué pour se rallier à l’évolution des législations. Cependant, des exceptions demeurent et méritent d’être soulignées. De rares personnes sensibilisées à la problématique recherchent délibérément des individus touchés par la problématique pour leur accorder des emplois. Par ailleurs, d’anciens amis ou voisins connaissant de près la personne et valorisant la démarche qu’elle avait effectuée sur la voie de la sobriété et de l’insertion n’hésitent pas à lui tendre la main. Il ressort de ces exceptions que les membres des deux réseaux primaires et secondaires qui semblent les plus enclins à faire preuve d’une approche positive sont ceux sensibilisés à la problématique soit parce qu’ils ont connu ou accompagné quelqu’un de toxicomane, qu’ils détiennent des connaissances scientifiques et justes à propos de la problématique ou ayant traversé euxmêmes une expérience pareille. L’attitude discriminante de la société semble être accompagnée et renforcée par une absence totale de cette société du processus d’insertion. Touchée et visée par des interventions préventives et de conscientisation extrêmement minimes et limitées, la société demeure pratiquement à l’extérieur de ce processus surtout que son exclusion de la problématique ressort comme étant l’une des stratégies privilégiées. Cette exclusion de la société s’avère d’un grand désavantage pour l’insertion de la personne extoxicomane, constituant une fuite des défis à défaut d’une réelle et sérieuse confrontation susceptible de remédier adéquatement à la situation. Cet écartement de la société limite son aptitude à jouer un rôle favorable en regard de l’insertion escomptée, l’attitude positive 42 des gens sensibilisés à la problématique n’en est qu’une solide preuve. 4.6.3. Une personne enfermée dans son identité de toxicomane Les différentes personnes et instances gravitant autour de la personne ex-toxicomane semblent continuer à traiter avec cette dernière à la seule base de sa toxicomanie en dénigrant les efforts qu’elle a déployés pour changer sa situation. Ces données confirment le déterminisme avec lequel la personne ex-toxicomane est abordée dans le contexte libanais. Élément qui a été soulevé par une recherche effectuée autour des années 2000 ayant ciblé des professionnels dans le domaine, des personnes toxicomanes, des parents ainsi que des leaders communautaires (Kahi, 2000). 4.6.4. Des interventions médiatiques véhiculant un message négatif erroné Le contenu des messages diffusés dans les médias libanais est remis en question. D’une part, ces messages se limitent à la prévention primaire visant à lutter contre la toxicomanie, négligeant complètement l’aspect relatif à l’insertion socioprofessionnelle. D’autre part, ces messages ont pour commun la présentation de la personne toxicomane d’une façon effrayante et erronée qui nourrit les représentations négatives, la crainte et les jugements négatifs à son égard, ce qui accentue la distance qui la sépare du reste de la société. Cet état de fait ne peut que se répercuter négativement sur l’aptitude des autres membres de la société à accueillir parmi eux une personne atteinte par cette problématique, la reléguant à une zone d’exclusion et de marginalisation. 4.6.5. Un contexte en carence Le pays éprouvé par des difficultés énormes sur le plan sécuritaire, politique et économique s’avère encore incapable de répondre aux besoins pressants de cette population. À ce titre, il s’agit d’une carence majeure qui se situe au niveau de l’offre d’opportunités de travail en mesure d’aider ces personnes à retrouver leur productivité et par conséquent leur autonomie et d’initier ainsi leur inscription dans un réseau social favorable. Sur un autre plan, il est question de l’absence de structures de loisirs, sains et abordables financièrement, qui puissent aider les personnes concernées à dépenser leur énergie d’une façon positive et profiter de relations sociales constructives. Le secteur privé qui essaie de prendre la relève ne parvient cependant pas à répondre à l’ampleur du besoin ou encore à accorder l’attention nécessaire à l’insertion. Les conseils municipaux comme instance locale capable d’agir à proximité souffre de besoins plus urgents au niveau de l’infrastructure, du manque de financement et de la centralisation qui la paralyse. Cet état de fait l’empêche de faire une intervention directe dont elle se considère capable auprès des personnes concernées ou de veiller à la création de structures de loisirs et de socialisation saines fort importantes pour cette population. 4.6.6. Des lacunes persistant dans l’approche et les pratiques gouvernementales En dépit des efforts étatiques sur le plan législatif plusieurs lacunes persistent. Formulées par nos interlocuteurs en terme d’absence d’une stratégie nationale globale, cette carence consiste plus précisément dans une absence de politique sociale laissant des lacunes évidentes aux différents niveaux législatif, stratégique et institutionnel. Même sur le plan législatif, la loi numéro 673\1998 ne semble pas encore être complètement mise en vigueur ou connue, maîtrisée et comprise entièrement en la présence de plusieurs textes qui nécessitent une plus grande précision. Cependant, sa plus grande carence demeure l’absence de mécanismes d’application et de décrets ministériels opérationnels. Par ailleurs, elle ne semble pas avoir contourné la complexité de la problématique. En fait, une absence de distinction entre un vrai trafiquant et un toxicomane qui vend de la drogue pour s’en procurer y figure. De plus, les seules personnes profitant de cette mesure sont celles détenues pour la première fois (articles 127-130). Par ailleurs, la décriminalisation de la toxicomanie n’est pas entière, les traces les plus nocives étant marquées sur le casier judiciaire, ce qui établit pour la vie des obstacles sérieux à l’insertion des personnes concernées. Ces lacunes législatives deviennent de plus en plus exacerbées avec l’absence de spécialisation et parfois le manque d’expérience des juges et magistrats intervenant auprès des personnes touchées par la problématique, ce qui donne lieu à des pratiques inadéquates à l’égard de ces dernières. Sur le plan stratégique concernant l’insertion socioprofessionnelle des personnes toxicomanes, les actions mises en œuvre actuellement par l’État demeurent primaires. En fait, les seules stratégies privilégiées se limitent à la réduction de l’offre et de la demande donnant lieu à des actions de prévention primaire et secondaire ne s’avérant jusque là avoir aucun impact concret sur le plan de l’insertion. Dans ce contexte, une certaine répression semble encore prévaloir. Des verdicts injustes conduisant à l’incarcération, un harcèlement permanent des personnes ex-toxicomanes, une lenteur des procédures judiciaires ainsi que les conditions désastreuses des centres de détention sont à plusieurs reprises déplorées par nos différents interlocuteurs. Les méfaits de cet état de fait sont d’autant plus accrus qu’ils confinent aux personnes concernées un attribut d’illégalité qui porte atteinte à leur image sociale et affecte leur inscription relationnelle, les excluant de l’espace social élargi et créant une rupture avec leur réseau social primaire (Suissa, 2001: 74). Sur le plan institutionnel, une carence évidente aux niveaux des institutions publiques se préoccupant de l’insertion socioprofessionnelle n’est pas à démontrer. Un rôle théorique requis des différents ministères, définis dans ses moindres détails dans la loi ne trouve jusqu’à date aucune voie de réalisation. 4.7. Le processus d’insertion concret: un double parcours amputé Le processus d’insertion perçu théoriquement comme un double parcours personnel et sociétal s’avère concrètement relever de la seule responsabilité de la personne engagée dans une démarche pareille. Ce constat est établi à la base de l’analyse approfondie des stratégies d’insertion privilégiées dans le contexte libanais ainsi que des facteurs favorisant et entravant le processus d’insertion dans ce milieu. Cette analyse nous permet d’observer que le plus grand effort se concrétisant notamment dans la réhabilitation est investi par ou sur la personne concernée elle-même, appuyée dans la mesure du possible par sa famille. Les interventions adressées à la société d’accueil bien que jugées pertinentes et nécessaires sont pratiquement moindres et demeurent en fait de l’ordre global de la prévention primaire qui reste loin de pouvoir comporter des retombées directes sur l’insertion. Par contre, lorsqu’un rôle commence à être pratiquement requis de la société dans l’accueil de la personne extoxicomane, cette société est évitée et écartée et ce, par peur de sa réaction stigmatisante. Cependant, celle-ci ne peut s’estomper que par une intervention qui l’aide à dépasser ses peurs vis-à-vis de la problématique. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. 4.7.1. Une l’insertion appréhension mutuelle bloquant L’amputation de ce processus est en partie due à une certaine appréhension mutuelle, celle de la personne vis-à-vis de la société, mais encore celle de la société envers la personne aux prises avec un problème de drogues. Peur, méfiance, crainte du jugement et de la stigmatisation imprègnent la vie des personnes toxicomanes aussi bien que celle de leurs parents et sont autant des motifs qui justifient la dissimulation de la toxicomanie au reste des membres de la société. La société confirme ces peurs en manifestant refus et évitement de la personne aux prises avec une telle problématique et ce sous différentes formes sur le plan social et professionnel. Une analyse approfondie de cette discrimination sociale permet de la renvoyer à une peur sociétale véhiculée à propos de la personne toxicomane et des effets négatifs de ses comportements associés à la drogue. Comme si la société tend à rejeter «hors de [ses] espaces, de [ses] marchés matériels et/ou symboliques, hors de [ses] valeurs», ces personnes qui ne semblent pas représenter le «bien», le «beau», le «convenable» et le «performant» qu’elle exige (Xiberras, 1998: 21). Cette analyse est d’ailleurs appuyée par nos interlocuteurs ex-toxicomanes qui expliquent le refus des différents membres du réseau primaire et secondaire à leur égard par leur crainte de la nocivité que la personne toxicomane peut leur apporter. Ainsi, la société semble craindre la perturbation de sa stabilité, mais lorsqu’elle se sent sécurisée, son attitude ne peut que devenir plus favorable. En somme, ces parties s’appréhendent et semble être engagées tel que Xiberras (1998: 23) le présente, dans un duel qui se joue à coup de représentations stigmatisantes. La méconnaissance et les préjugés véhiculés de part et d’autre contribuent largement à ces appréhensions. Une meilleure connaissance mutuelle permet un réajustement des perceptions ainsi qu’une meilleure interaction favorisant l’insertion escomptée tel que le démontre l’attitude positive des personnes sensibilisées à la problématique soulevée par la présente recherche. 4.8. Insertion et prévention: un lien étroit L’insertion et la prévention s’avèrent, d’après une analyse approfondie des résultats de la présente 44 recherche, étroitement liées. D’une part, la prévention primaire transmettant une information scientifique concernant la drogue et ses méfaits peut consister à lutter contre la demande du produit. Cette information qui vise manifestement la prévention de la toxicomanie comporte par ailleurs un effet favorisant l’insertion. En effet, le mérite d’une telle information scientifique est celui de briser les préjugés, de démystifier les tabous et les peurs associées à cette problématique et à la personne toxicomane en la présentant comme une personne malade et non comme un criminel. Mais, cette maladie n’est pas irréversible, une personne aux prises avec la problématique ne devant être guère éternellement enfermée dans son identité de toxicomane. Quant à la prévention secondaire, elle agit sur les facteurs de risque et cherche à promouvoir les conditions de vie des populations vulnérables (Pransky, 1988). Face à la toxicomanie qui s’avère être dans certains cas une résultante de l’exclusion (Morel, Hervé et Fontaine, 1997), la prévention secondaire sera en mesure de réaliser ce qui peut être appelé une insertion préventive. Pour sa part, l’insertion socioprofessionnelle de la personne ex-toxicomane s’avère une étape décisive dans la vie de l’individu en question. Dans leur parcours sur le chemin de l’insertion, les personnes ex-toxicomanes qui se trouvent incapables de relever les différents défis et de faire face aux déceptions de la réalité, se voient perpétuellement exposées aux tentations du recours à la drogue. Ce risque se trouve de plus en plus accentué lorsque les deux dimensions cruciales de l’insertion socioprofessionnelle escomptée se trouvent affectées à savoir la productivité et le retissage des liens sociaux. A partir de là, il ressort que la réussite de l’insertion socioprofessionnelle de la personne ex-toxicomane est décisive pour la libération de la personne de l’emprise de la drogue. L’insertion ressort ainsi comme une forme de prévention tertiaire consolidant les acquis de la réhabilitation. Un moyen de prévenir la toxicomanie sera alors de concentrer les efforts sur la réussite de ce processus, ce qui est confirmé par la littérature qui précise que l’exclusion du marché de travail et la marginalisation du réseau social constituent des facteurs de risque menant à l’usage de drogue (Uchtenhagen, Schaaf et Berger, 2000). Un individu doté d’habiletés personnelles, sociales et professionnelles et en alerte continue Une famille, compréhensive, bienveillante Des réseaux primaires et secondaires offrant une deuxième chance structurelles créant des opportunités la coercition, Un État occultant Une contribution complémentaire de différents acteurs Un double parcours personel et sociétal Le parcours théorique d´insertion La collaboration du secteur privé REVISTA ANÁLISIS 45 46 méconnaissent la problématique et nourrissent des appréhensions discriminants, Méfiants, Des réseaux désintéressé vis-àvis de l’insertion - En carence et - Prévalence de la répression Un État Un double parcours amputé La première responsabilité incombe à la personne ex-toxicamane protège son membre de la société personnel, familial et social Désarmée, seule, Une famille Vulnérable à plusieurs niveaux: Un individu Le processus d´insertion concret orientées vers la société à moindre degré Stratégies misant sur l’individu Un réseau institutionnel Schéma représentant le processus d’insertion amputé de l’insertion socioprofessionnelle REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. REVISTA ANÁLISIS CONCLUSION ET RECOMMANDATIONS La présente recherche met en lumière les efforts individuels, institutionnels et étatiques investis en faveur de l’insertion socioprofessionnelle de la personne toxicomane. Elle permet également d’identifier et de cerner les enjeux sous-jacents à la démarche. La responsabilité de cette dernière s’avère relever principalement de la personne concernée et ce, en la persistance d’une discrimination sociale à son égard et de plusieurs lacunes dans l’approche et les dispositions gouvernementales. Ainsi, l’importance voire l’urgence de consacrer des efforts communs à l’insertion socioprofessionnelle est soulignée. Elle s’avère décisive pour la prévention de la rechute à court terme et pour la lutte contre la drogue à plus long terme. L’ensemble des constats qui se dégagent de la présente recherche soulève la nécessité d’entamer une réforme au niveau gouvernemental reposant sur la mise en place d’une politique sociale préventive comportant foncièrement une préoccupation de l’insertion socioprofessionnelle des personnes aux prises avec cette problématique. Les grandes lignes d’une politique sociale favorisant l’insertion La toxicomanie est une problématique de taille où différents enjeux politiques, économique, idéologiques et autres sont à prendre en considération. L’éradiquer comme le reconnaît l’une des instances étatiques participant à notre recherche serait utopique. Par contre, réduire ses méfaits n’est guère impossible notamment en renforçant l’immunité de notre société vis-à-vis de sa force. Cette immunisation se révèle d’après les résultats de la présente recherche comme étant fondée simultanément sur la prévention de la toxicomanie et l’insertion réussie et durable des personnes touchées par ce problème. Il s’agit là de la philosophie globale qui inspire la conception d’une politique sociale préventive en la matière dont nous essayons de tracer les grandes lignes en nous référant à Pransky (1991: 258) sur plusieurs registres: législatif, stratégique et institutionnel. Au niveau législatif La loi 673/98 fait preuve d’une évolution notable au niveau légal. Mais les différentes lacunes qui persistent doivent être le plus urgemment traitées. À ce titre, il faut procéder à l’amendement de certains articles et à la précision de certains textes. Dans cet ordre d’idées, il est question de la distinction entre un vrai trafiquant et un toxicomane qui vend de la drogue pour s’en procurer ou celui qui partage sa provision avec un ami. Comme il peut être question de la décriminalisation du casier judiciaire. Par ailleurs, il importe de cerner la complexité de la problématique car seules les personnes qui peuvent profiter du soin sont celles détenues pour la première fois alors que les récidivistes ou celles qui refusent le traitement sont incarcérées dans les mêmes lieux que les personnes ayant commis des crimes. Sur un autre plan, la prévision de mécanismes d’application et décrets ministériels opérationnels devient d’une première urgence. Au niveau stratégique Le niveau stratégique doit renforcer la prévention aux trois plans primaire, secondaire et tertiaire. Au niveau de la prévention primaire, une intensification des interventions s’adressant au grand public, mais visant particulièrement la population jeune notamment scolaire et universitaire s’impose. Ces interventions doivent se baser sur une information scientifique traitant des dangers de la drogue et véhiculant une représentation juste de la personne aux prises avec cette problématique. En plus de leur effet inhibiteur, ces interventions auront le mérite de briser et de créer une plus grande aptitude sociale à accueillir adéquatement des personnes concernées par ce phénomène. En un sens plus subtil et d’une façon indirecte, de telles interventions créeront une plus grande acceptation d’elle-même et de la société de la personne touchée par la problématique. En effet, se sentant déjà acceptée par son environnement, elle acceptera mieux son problème, apprendra à composer adéquatement avec sa situation en s’orientant vers la demande du traitement. La prévention secondaire doit se préoccuper de renforcer l’insertion socioprofessionnelle de certaines personnes à risque, la désaffiliation à ces deux niveaux relevée autant par la littérature que par la présente recherche s’avérant un facteur important de toxicomanie. Il s’agit là, d’un ensemble de facteurs à contourner et qui relèvent de différents ordres personnel, familial, social et structurel qu’il importe à notre avis de mieux préciser dans notre contexte par le biais d’une étude scientifique. 47 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Sur ce même plan, la transmission d’une information claire aux personnes déjà touchées, de services disponibles sur le terrain libanais s’avère d’une grande pertinence. Son plus grand mérite est d’expliquer l’avantage et l’apport important des différentes méthodes et approche privilégiées afin de créer une plus grande motivation et d’encourager les personnes toxicomanes à demander de l’aide brisant un tas de préjugés qu’ils véhiculent à ce propos. Par ailleurs, l’habilitation des parents à savoir détecter un problème de drogues chez leur fils ou fille, orienter ce dernier vers une aide professionnelle propice et composer adéquatement avec la situation est de rigueur. Dans ce cadre, nous pouvons évoquer l’importance d’un accompagnement professionnel à fournir aux parents lors de la phase de détention et des procès juridiques pour les aider à agir convenablement lors de cette étape. Une telle stratégie comporte essentiellement une composante d’insertion car en encourageant, facilitant et orientant la demande de traitement, elle déclenche ainsi la première étape du processus d’insertion Elle s’appuie sur l’idée de permettre aux personnes en démarche d’insertion de prendre place parmi les autres qui leur reconnaissent l’ampleur de leur investissement. Retournées à la société après une telle épreuve, ces personnes reflèteront à cette dernière sa propre compétence et au lieu de succomber davantage à l’emprise de la matière, ils aideront, assisteront et aviseront d’autres de ses dangers et méfaits. Aussi, sur le plan de la prévention secondaire une surveillance des lieux de loisirs, où la drogue est rendue d’une accessibilité notable, de la part des agents de la sécurité intérieure est une urgence à ne plus reporter. Il est de même des stratégies nationales pour l’aménagement de structures de loisirs sains à la population jeune qui semble être le plus à risque. Dans le même sens, il importe de veiller à la création d’opportunités de travail et de lutte contre la pauvreté qui se présente d’après les propos de nos répondant comme un facteur important amenant les personnes à se réfugier dans la drogue. Sur un autre plan, il importe de veiller à la création de structures de divertissement sain procurant à ces personnes une occasion de socialisation favorable à la réalisation d’un nouveau projet de vie hors du monde de la drogue. Quant à la prévention tertiaire, elle vise, sur un premier plan, à maintenir et renforcer les stratégies de réhabilitation appliquée actuellement par les institutions actives en la matière et qui se sont avérées efficaces. Dans ce cadre, nous mettons l’accent sur le développement des compétences personnelles et sociales et l’implication étroite des parents dans le traitement et la réhabilitation sur laquelle la majorité de nos répondants ont insisté. Cependant, une plus grande emphase doit être mise sur les stratégies d’insertion professionnelle visant la facilitation d’accès à l’emploi soit par le renforcement des compétences personnelles soit par la création d’opportunités. Sur un deuxième plan, celui du suivi continu et de la prévention de la rechute, la prévention tertiaire doit viser à consolider les acquis de la réhabilitation. 48 Pour ce faire, l’implication de la société avec ses différents acteurs et instances est de rigueur. Bien que la toxicomanie soit vécue à l’individuel, il n’en demeure pas moins qu’il s’agit d’une souffrance sociale que toute la société doit chercher à remédier. L’un des moyens les plus efficaces est l’insertion réussie des personnes survivant à une telle épreuve, une société compétente étant celle qui leur donne une place en son sein et les implique dans sa guerre contre la drogue. L’ennemi sera la matière et non la personne. C’est là, le message intense qu’il faut transmettre au niveau social par le biais de campagnes de conscientisation destinées à cette fin. Par ailleurs, des interventions professionnelles destinées aux personnes ex-toxicomanes et à leur famille en cas de rechute sont de rigueur. Dans ce sens, il importe de renforcer les habiletés de la famille à mieux composer avec la situation afin de la contourner adéquatement et de prévenir le retour définitif de la personne à la drogue. Comme il importe d’offrir à la personne concernée ellemême une aide professionnelle spécialisée pour l’aider à dépasser ce cap et ne pas le vivre comme un échec définitif. Cette perspective préventive se décline sur le plan concret par différentes dispositions à mettre en place sur le plan institutionnel. Au niveau du développement institutionnel La nécessité d’entamer une réforme au niveau étatique touchant l’action et la performance des instances et agents intervenant directement auprès de la population toxicomane s’avère d’une première urgence. Au niveau juridique, la formation des différents agents et instances qui interviennent directement auprès de cette population est suggérée. À ce dernier titre, il REVISTA ANÁLISIS peut être question de la spécialisation des magistrats et des avocats en exercice dans ce domaine. Sur le plan exécutif, la formation des agents des Forces de la sécurité intérieure (FSI) responsables de la détention, de l’investigation et du suivi des personnes ayant achevé leur peine ou leur réhabilitation est une action à entamer dans les plus brefs délais. Ces initiatives réduisent la répression qui semble encore prévaloir dans les pratiques par l’accélération des procédures judiciaires, la garantie d’une plus grande justice à l’égard des personnes toxicomanes et l’arrêt du harcèlement de ces dernières. Au niveau ministériel, une activation des rôles des différents ministères concernés par l’insertion des personnes ex-toxicomanes tel qu’il est stipulé par la loi se situe sur l’échelle des priorités. Dans ce sens et à titre d’exemple, le Ministère du travail doit s’activer davantage pour faciliter l’insertion professionnelle des personnes concernées. Le Ministère de l’éducation doit entamer des actions urgentes pour faciliter leur insertion scolaire et universitaire. Quant au Ministère de la jeunesse et des sports il doit veiller à la création de structure de loisirs saines permettant aux jeunes à risque, aux prises avec le problème ou ceux ayant achevé leur réhabilitation de vivre une expérience de socialisation indemne des dangers de la drogue. problématique sont à plusieurs reprises soulignés par nos interlocuteurs dont les figures étatiques. Toutefois, la nécessité et l’urgence de la collaboration sont perçues par les différents partenaires. Appréciant fortement la dynamique générée par la présente recherche, différents participants à la recherche insistent sur l’importance d’une dynamique similaire pour l’élaboration d’un plan national. C’est dans ce cadre que la politique sociale préventive en la matière peut être située, conçue à la base d’un partenariat qui s’avère urgent à instaurer entre les différents partenaires du secteur public et privé. Une plus grande implication dans ce chantier tant des conseils municipaux comme instance active dans la communauté locale, que des médias s’avérant jouer un rôle clé n’est plus à reporter. Nous profitons de cette recherche pour mettre en lumière cette urgence et pour inviter les instances concernées à prendre les initiatives nécessaires. Dans ce sens, favoriser l’insertion socioprofessionnelle des personnes toxicomane en vue de lutter plus efficacement contre la drogue sera à signaler sur l’agenda commun. Par ailleurs, une action plus complète peut porter sur la mise en place de structures gouvernementales spécialisées en matières de toxicomanie destinées à la prise en charge de la population toxicomane dans les différentes phases de son parcours à partir de la désintoxication jusqu’à l’insertion. Si elle est à mettre en veilleuse en raisons des contraintes actuelles subies par un État en recherche de paix et de stabilité, une initiative de cette envergure n’est plus à négliger. Dans ce sens, l’initiative la plus urgente s’avère celle de mettre en place des structures se préoccupant du suivi post réhabilitation tant auprès de la personne ex-toxicomane que de sa famille. Une formation de ressources humaines qualifiées pour offrir une intervention professionnelle de qualité (travail social, psychologie, sciences médicales) aux différentes étapes du processus parcouru par la personne toxicomane est un pilier essentiel de cette restructuration. En attendant le moment propice, renforcer le partenariat entre le secteur privé et public ainsi qu’au sein de ce dernier sera de rigueur. En effet, un certain manque de concertation et de coordination entre les différents ministères impliqués dans cette 49 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Schéma global d’une politique sociale préventive se déclinant sur un continuum de services Une politique sociale préventive Fondée Opérant sur trois registres sur une philosophie Lien étroit Législatif Prévention Stratégique Institutionnel Insertion Impliquant des services sur un continuum De prévention Primaire 50 Secondaire Tertiaire REVISTA ANÁLISIS Schémas représentant les actions stratégiques d’un politique sociale préventive Une Politique sociale préventive en faveur de l´insertion Un continuum de services Actions stratégiques Prévention primaire - Information Prévention secondaire - Grand public - Population scolaire et universitaire Transmettant: une connaissance scientifique et précise. Traitement et Réhabilitation - Information ciblée: population à risque - Aide professionnelle aux parents - Création d’opportunités - Aménagement structurels Suivi et Prévention de la rechute - Prévention de la rechute - Insertion préventive éducative Adressée au: Prévention tertiaire - Réhabilitation Sociale - Réhabilitation professionnelle - Implication continue de la famille - Suivi individuel -Accompagnement familial. - Information éducative: conscientisation des réseaux primaires et secondaires sur leur rôle. - Opportunités: emploi, études, loisirs. 51 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Schémas représentant les retombées d’une politique sociale préventive Un continnum de services Retombées Individu - Meilleure acceptation de soi et de la société Plus grande aptitude à accepter et demander le traitement. - Meilleure connaissances des ressources et un plus grand profit à ce niveau. - Individu doté de plus grandes habiletés sociales et professionnelles. - Individu habilité à composer avec la rechute. - Insertion professionnelle préventive. - Emploi de temps sain favorisant des expériences sociales constructives. 52 Famille Société - Famille impliquée à fond prête à réajuster son fonctionnement en faveur du membre concerné. - Société avertie, conscientisée, concernée. - Meilleur abord pour le membre atteint. - Meilleure acceptation de la personne toxicomane. - Soutien générant un comportement plus adéquat au moment de l’arrestation. - Famille habilitée à composer avec la rechute. - Préjugés brisés. - Une plus grande implication. - Utilisation adéquate de ses structures : emploi, études, loisirs. État - Approche étatique adéquate sur le plan exécutif : répression occultée, justice. - Ressources humaines officielles sauvegardant l’insertion. - Ministères actifs. - Partenariat renforcé: Privé / public. - Conseils municipaux plus actifs. - Médias mieux impliqués. REVISTA ANÁLISIS Lista de referencias Boivin, Marie-Denyse et Marie-Josée De Montigny, (2002). La réinsertion sociale en toxicomanie: une voie à découvrir, Comité permanent de lutte à la toxicomanie, Bibliothèque nationale du Canada, Bibliothèque nationale du Québec, 37 pages. Castel, Robert, (1994). «La dynamique des processus de marginalisation: de la vulnérabilité à la désaffiliation», Cahiers de recherche sociologique, numéro 22, pp 11-27. sur tous les États membres du Groupe Pompidou, Groupe de coopération en matière de lutte contre l’abus et le trafic illicite des stupéfiants, Institut de Recherche sur la Toxicomanie, Université de Zurich, Strasbourg 2000. Xiberras, Martine (1998). 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Réinsertion professionnelle des toxicomanes, Projet Eureha, État des lieux et résultats d’une étude 53 Análisis relacional sobre el grado de credibilidad entre diferentes medios de comunicación en materia de drogas Analyse relationnel sur le degré de crédibilité entre les differents médias en matière de drogues J.A. García del Castillo* M. Gázquez** A. García del Castillo-López*** C. López-Sánchez**** * Director del Instituto de Investigación de Drogodependencias (INID). Universidad Miguel Hernández de Elche (España). Director del Grupo de Investigación PREVENGO. Correo electrónico: [email protected] Profesora del Departamento de Psicología de la Salud. Investigadora del INID. Universidad Miguel Hernández de Elche (España). Miembro del Grupo de Investigación PREVENGO. *** Profesor del Departamento de Psicología de la Salud. Investigador del INID. Universidad Miguel Hernández de Elche (España). Miembro del Grupo de Investigación PREVENGO. ** **** Profesora Titular del Departamento de Comunicación y Psicología Social. Universidad de Alicante (España). Miembro del Grupo de Investigación PREVENGO. REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 55 - 65. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen Antecedentes: En la actualidad los medios de comunicación se constituyen como la principal fuente de información de la que se nutren los jóvenes. No obstante, y pese a la gran cantidad y variedad de mensajes disponibles, la información no siempre se construye adecuadamente debido a las frecuentes discrepancias con las que los medios de comunicación suelen exponerla. En referencia al tratamiento informativo que los diversos medios confieren a temas relacionados con la salud en general, y de forma más concreta sobre temas referentes a las drogas, es muy frecuente que la percepción tienda hacia un sensacionalismo exacerbado y una gran descontextualización de la información, lo que incide negativamente en la credibilidad que se otorga a los diversos medios. Metodología: En este estudio piloto se analiza la relación existente entre el grado de credibilidad que los jóvenes encuestados conceden a los distintos medios de comunicación, tanto si se refiere a información en general como si se refiere a temas sobre drogas. De igual modo, se indaga la relación existente entre el grado de información objetivo que poseen los sujetos sobre las distintas sustancias y la percepción del tratamiento que los medios de comunicación dan a la información sobre drogas. Para ello, participaron en el estudio 115 alumnos (27% varones y 73% mujeres) de primero de grado en Psicología, de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante-España). Conclusiones: Los resultados muestran correlaciones positivas del grado de credibilidad otorgado a los diversos medios, tanto si se trata sobre temas de información general como sobre temas relacionados con las drogas. Por otra parte, los jóvenes mantienen diferentes percepciones sobre el tratamiento que realizan los medios de comunicación de las noticias y contenidos sobre drogas, en función del nivel de información objetivo que poseen de las distintas sustancias de abuso. Palabras clave: Medios de comunicación, información sobre drogas, grado de credibilidad, jóvenes universitarios. Abstract Background: Actually media are the first information source for young people. Notwithstanding, in spite of quantity and variety of available messages, information is not always built properly because of frequent 56 discrepancies media usually expose it. With reference to the informative treatment that media brings to health issues in general, and more specific about drug issues, it’s frequent that perception tend to a big sensationalism and non contextualized information, what has a negative bearing on credibility over media. Methodology: In this pilot study it’s analyzed the relation between credibility degree given by young people polled to different media, whether is referred to general information or is referred to drug issues. In the same way, it’s investigated the relation between information degree about different substances and perception over treatment that media give to drug information. For that, 115 students (27% men and 73% women) of 1st Grade in Psychology in Miguel Hernandez University (Spain) participated in this study. Conclusions: Results shows positive correlations about credibility degree given to different media, whether is about general information or drug issues. In the other hand, young people keep different perceptions about media treatment of news and issues contents, based on objective information level about different drugs. Key words: media, drug information, credibility degree, university young people. Résume Contexte: Actuellement, les médias sont la principale source d’informations qui nourrissent les jeunes. Néanmoins, malgré le grand nombre et la variété de messages disponibles, l’information n’est pas toujours bien construit due aux fréquents divergences avec les médias l’exposent souvent. Par rapport à la couverture de l’information que les médias donnent sur des différentes sujets liées à la santé en général et plus spécifiquement sur les questions relatives à la drogue, c’est fréquent que la perception tend vers le sensationnalisme exacerbé et une décontextualisation de l’information, qui a incidence négative sur la crédibilité accordée aux différents médias. Méthodologie: Cette étude pilote examine la relation parmi le degré de crédibilité que les répondants jeunes attachent à divers médias, qu’il s’agisse de l’information en général et où qu’elle se rapporte à des questions de drogues. De même, il examine la relation entre le degré d’information -objective que les sujets ont sur les différentes substances- et la perception du traitement REVISTA ANÁLISIS que les médias donnent sur les drogues. Pour ce faire, ils ont participé à l’étude 115 étudiants (hommes 27% et 73% de femmes) du premier année de Psychologie de la Universidad Miguel Hernández de Elche (AlicanteEspaña). Conclusions: Les résultats ont montré des corrélations positives sur le degré de crédibilité concédée aux différents médias, soit sur des sujets d’information générale que sur les questions liées à la drogue. En outre, les jeunes ont des perceptions différentes sur le traitement de nouvelles et de contenu de drogue qui font les médias, selon le niveau d’information objective qu’ils disposent sur des diverses substances d’abus. Mots clés: Médias, information sur les drogues, degré de crédibilité, étudiants universitaires. Introducción Los medios de comunicación son, sin duda alguna, uno de los pilares fundamentales de la trasmisión de información en la sociedad actual, y las vías de difusión se han multiplicado en los últimos años gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías de la información. En la actualidad es imposible pasar un solo día sin recibir multitud de estímulos informativos en distintos formatos -noticias, publicidad, etc.-, a través de los medios a nuestro alcance (García del Castillo & López-Sánchez, 2009). Vivimos una época en la que estar informado puede abarcar un amplísimo panorama de posibilidades, desde los medios tradicionales en soporte papel hasta los más sofisticados usos de las nuevas tecnologías, que con un solo golpe de ratón te conectan al mundo, a sus incidencias y a un flujo de información constante en tiempo real. Las fuentes de las que nos podemos nutrir para recabar nuevos contenidos son muchas y variadas, pero aunque su número está en claro crecimiento, el grado de confianza que se deposita en ellas parece estar en decremento, dependiendo siempre de cuáles sean y quiénes las respalden. Tradicionalmente ha sido un tema controvertido dirimir el papel que juegan los medios de comunicación en relación con su fin último. No debemos olvidar que la mayoría de los llamados mass media o medios de comunicación de masas son empresas gestionadas de manera privada, por lo que deben responder a unos objetivos concretos y ceñirse en la mayoría de las ocasiones a unas determinadas líneas ideológicas que pueden influir sobre los contenidos que transmiten. Como demostraron Moynihan & et. al., (2000), tras realizar un extenso estudio del tratamiento informativo de tres medicamentos en la prensa escrita y en la televisión inglesa durante los años 1994 y 1998, la transmisión de información puede ser inadecuada o incompleta, hablando más de daños que de beneficios, enfatizando más los costes que los riesgos o dejando de lado a grupos de investigación que podrían aportar una información de mejor calidad y mayor fiabilidad. No siempre la calidad de la información está seguida de la credibilidad de la misma. Los estudios precursores sobre credibilidad surgen de la escuela de Yale en los años cincuenta del siglo pasado, con el nacimiento de las teorías de la persuasión (Hovland, Janis & Kelley, 1953) basadas en la búsqueda de un cambio de actitud a través de mensajes persuasivos. En la actualidad, podemos afirmar que se ha generalizado el supuesto básico de que las fuentes de información serán tanto más creíbles, cuanto más clara y fehacientemente se perciba una gran especialización de los emisores, así como la citación de fuentes fiables (Insko, 1973 citado en Otero, 2004; Pérez Curiel, 2008). De hecho recientes investigaciones demuestran la baja credibilidad que tiene la información sobre salud a través de los medios de comunicación, en familias con bajos ingresos (Stroever, Mackert, McAlister & Hoelscher, 2011). Ortiz, Ruíz y Mauricio (2002) aseguran que el alto consumo de un medio determinado no necesariamente conlleva un alto grado de credibilidad. Para aumentar la credibilidad de los medios abogan por abrir al público suficientes espacios donde puedan participar activamente en la construcción del sentir ciudadano. La credibilidad de los medios de comunicación en España está liderada por la televisión, por delante de cualquier otro medio, incluidos el periódico, que para los periodistas es el medio más creíble. Además, los medios públicos tienen una credibilidad mayor que los privados para más de un 43% de la población encuestada (APM, 2011). Estos datos contrastan con los del año 2007, donde sí eran los periódicos los medios más creíbles para más de un 34% de la población, quedando la televisión cercana al 31% (APM, 2007). La credibilidad también parece estar en función de la exposición al medio. En un trabajo con universitarios americanos se demuestra que cuanta más exposición al medio, más alto es el grado de credibilidad hacia el mismo, y mayor es la influencia que ejercen para que sus padres también aumenten la credibilidad hacia ese medio. Asimismo, a mayor interés por los contenidos, mayor grado de credibilidad (Armstrong & Collins, 2009). En población universitaria, se comprueba que la credibilidad es más alta entre las 57 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. revistas de divulgación científica, que se corresponde con la alta especialización de sus contenidos, tanto para información general como para información específica sobre drogas. Los medios más creíbles después de las revistas de divulgación científica son los periódicos y la radio, quedando la televisión en tercer lugar (García del Castillo, Gázquez & García del Castillo-López, 2011). Los estudios que han analizado las fuentes de información en relación a las drogas en muestras de adolescentes y jóvenes, han encontrado que la principal fuente de información sobre drogas es la televisión, en un 90,5% de los casos (Prieto-Cruz, 2009) siendo por tanto un medio altamente consumido por los jóvenes, con muchas horas de audiencia y que puede influir en su comportamiento de consumo (Sevillano, González & Rey, 2009) aunque por lo general la calidad de la información o la credibilidad que se le otorga al medio que transmite dicha información no se recoge de manera concreta. Según el Comisionado Regional para la Droga de la Junta de Castilla y León (2007), la mayor fuente de información en materia de drogas para más del 99% de la población española son los medios de comunicación. Si damos credibilidad a este estudio, podríamos llegar a la conclusión de que la mayoría de los españoles tendrá un sesgo importante con respecto a la información sobre drogas, dado que los contenidos informativos de los medios no suelen contar siempre con fuentes especializadas, por lo que la información trasmitida podría cuestionarse seriamente. No obstante, según Segura et al., (2010), en un estudio con universitarios españoles, más del 64% de la muestra había recurrido a Internet para realizar búsquedas especializadas en temas de drogodependencias, a pesar de que el 84% se percibían suficientemente informados. Lo más representativo es que el nivel de satisfacción con las páginas visitadas y con la información recogida en ellas era para más del 67% de la muestra de un nivel bueno, lo que implica credibilidad en los contenidos dado que estos son contrastados con la información previa que tienen del tema y que consideran de calidad. La gran ventaja de los medios de comunicación de masas estriba precisamente en esa característica de globalidad que se deriva de su nomenclatura. Gracias a la rapidez con la que llegan a cualquier parte del mundo y la cantidad de público a la que pueden acceder, dotan a este sistema de comunicación de un gran potencial. Utilizar los medios para realizar campañas de prevención del consumo de drogas o campañas de promoción de la salud, suele mostrar, en términos generales, 58 buenos resultados, produciendo cambios positivos o previniendo consecuencias negativas de manera directa o indirecta en la población (Wakefield, Loken & Hornik, 2010). Habría que matizar, que para que este hecho sea cierto, los medios han de seguir las pautas de los especialistas en prevención y/o promoción de salud, sin añadir argumentos ideológicos, críticos o subjetivos. Incluso cuando se utilizan los medios para llevar a cabo una campaña auspiciada por el gobierno y dirigida por expertos en drogas, como fue el caso de la llevada a cabo en el Reino Unido, los resultados finales no son los esperados, apareciendo el efecto bumerán en muchas ocasiones (Coomber, Morris & Dunn, 2000). El tratamiento informativo que se desarrolla en el ámbito de la salud en general, incluyendo las drogas en particular, se podría analizar desde dos niveles de acción diferentes (García del Castillo et al., 2011): 1) Tendencia de los medios de comunicación a generar un alto grado de sensacionalismo. 2) Tendencia a descontextualizar la información. Tenemos ejemplos de sensacionalismo exacerbado en diferentes temáticas especializadas, como es el caso que nos presentan Moreno & Fazio (2011) en torno al primer hombre embarazado del mundo. Los referidos a la política con un contenido extremadamente volcado en las malas noticias, con una cobertura de obsesión sensacionalista (Jorge & Miró, 2011) o la llamada “porno-miseria” de los reality donde se exponen de forma grotesca las miserias de unos para la identificación de otros (Rincón, 2008 citado en Saad, 2012). En referencia a temas de salud, también encontramos exabruptos sensacionalistas, como fue el caso de la epidemia de influenza en muchos países, donde a partir del alarmismo técnico-científico de los profesionales de la salud, los medios reconstruían una realidad sensacionalista y tendenciosa (Menéndez, 2010). En materia de drogas los medios son muy proclives a utilizar un lenguaje sensacionalista en torno al tráfico y el consumo (Rocha de Souza & Freitas, 2009), como se demostró en un estudio del Reino Unido donde los medios de comunicación consiguieron cundir el pánico social mediante niveles de sensacionalismo altos con respecto a la “miau-miau” (mefedrona) (Lancaster et al., 2011). Estos niveles de información sensacionalistas que interpretan y trasforman la realidad, pueden inducir a que la credibilidad de la información transmitida baje REVISTA ANÁLISIS significativamente, así como también puede llevar al desconcierto de los receptores y al aprendizaje de contenidos de salud y drogas de muy dudosa calidad, si no se han contrastado las fuentes debidamente. En la actualidad, una de las fuentes de información más consultada es Internet, sobre todo por la población joven. Según García del Castillo et al., (2011), más del 53% de la población universitaria encuestada recurre a la red para realizar consultas en referencia con el ámbito de las drogodependencias, prevaleciendo las búsquedas en páginas especializadas de drogas (66,1%), meta-buscadores (52,2%), instituciones especializadas (50,4%) y fundaciones (40%). Es interesante destacar que las consultas no son indiscriminadas, sino que se recurren a fuentes más fiables que puedan asegurar algo más de calidad y credibilidad. No obstante son muchos los autores que aseguran que la información en Internet es poco fiable en general y/o se aleja de un mínimo de calidad científica en relación con temas de salud y drogas (Aguilar et al., 2009; Boyer, et al., 2001; Carabantes, 2009; Tatsioni et al., 2003). Por este motivo, desde la Comisión Europea (2002), se desarrollaron los primeros mecanismos para intentar paliar los déficits de calidad de los contenidos de Internet en materia de salud, mediante la propuesta de una serie de criterios de calidad que tendrían que cumplir todas las páginas webs con algún tipo de contenido sanitario, para poder optar a un sello de calidad europeo. El presente estudio piloto trata de analizar la relación existente entre el grado de credibilidad que los jóvenes encuestados conceden a los distintos medios de comunicación, tanto si se refiere a información en general como si se refiere a temas sobre drogas, así como la relación existente entre el grado de información objetiva que poseen sobre las distintas sustancias y la percepción que tienen los jóvenes sobre el tratamiento que los medios de comunicación dan a la información sobre drogas. MÉTODO Muestra Como se detalla en la Tabla 1, participaron en el estudio 115 alumnos de primer semestre de Psicología, de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Del total de la muestra un 27% eran hombres y un 73% mujeres, presentando una edad media de 20,92 (desv. típ. 6,33). Tabla 1. Características de identificación de la muestra. Edad Media (DT) N= 115 20,92 (6,63) Sexo % Hombres (n) 27 (31) % Mujeres (n) 73 (84) Instrumentos Se construyó un cuestionario ad hoc que sondeaba el nivel de información objetivo que tienen los jóvenes universitarios sobre las distintas sustancias de abuso, junto con el grado de credibilidad otorgado a las diversas fuentes de información que con mayor frecuencia consultan los estudiantes universitarios, para obtener información general o información sobre drogas. A su vez, el cuestionario exploraba la percepción que los encuestados mantenían sobre el tratamiento que los medios de comunicación dan a la información según se tratase de información en general o de información sobre drogas. Diseño Se utilizó un diseño de corte transversal y descriptivo. Procedimiento Se solicitó a los sujetos su participación voluntaria y anónima en el estudio. Por parte de los profesores que intervinieron en el estudio se les motivó para que la ejecución fuera lo más fiable posible al ser un instrumento auto-administrado. Se les proporcionó una dirección Web donde estaba alojado el cuestionario dándoles un plazo de diez días para su cumplimiento. Cuando se completaba el cuestionario se emitía una clave automática y aleatoria desde la aplicación para poder verificar la participación y suministrar retroalimentación a los participantes. Análisis de los datos Los datos obtenidos se codificaron y analizaron mediante el programa IBM SPSS en su versión 19, para Windows. 59 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Para analizar la relación existente entre el grado de credibilidad que se concede a los distintos medios de comunicación, en temáticas generales o referidas a drogas, así como entre el grado de información objetiva sobre las sustancias y el tratamiento percibido que los medios dan a la información, se llevaron a cabo análisis correlacionales para variables cuantitativas, mediante el coeficiente de correlación de Pearson. Con objeto de determinar la relevancia clínica de las asociaciones obtenidas se calculó el coeficiente de determinación, el coeficiente de correlación de Pearson elevado al cuadrado, como índice que refleja el grado de variación conjunta de las variables relacionadas. Por último, para detectar las diferencias existentes en el tratamiento percibido que los medios dan a la información sobre drogas en función del grado de conocimiento objetivo sobre las sustancias (AltoBajo), se ha empleado la prueba χ2 de Pearson para proporciones independientes. El nivel de confianza utilizado en la aplicación de los análisis estadísticos fue del 95%. RESULTADOS Grado de asociación entre la credibilidad concedida a los diversos medios sobre temas de información general. Al analizar el grado de asociación existente entre la credibilidad que los universitarios otorgan a los diversos medios, se observa que en referencia a temas sobre información general las correlaciones son positivas y elevadas, en la gran mayoría de casos, lo que indica que a mayor grado de credibilidad otorgado a un medio, mayor grado de credibilidad otorgado a otro. En este sentido, la radio y la prensa diaria presentan la correlación más elevada, con un porcentaje de variación conjunta igual a 52,7%. A continuación los libros de divulgación científica y las revistas de divulgación científica registran un 45,83% de variación conjunta, la televisión y la radio un 43,6% y la prensa diaria en papel y la televisión un 35,3%. Por otro lado, las revistas de información general muestran relaciones positivas con internet, la televisión, la radio y la prensa, el porcentaje de variación conjunta oscila entre un 31,2% y un 27,4%. De igual modo, las revistas de divulgación científica y la prensa en papel muestran un 26,9% de variación conjunta. Con respecto a Internet como fuente de información sobre temas en general, se observa que un nivel de credibilidad más elevado se asocia con mayores niveles de credibilidad atribuidos a las revistas de información general (31,25%), a la radio (24,7%), a la prensa escrita (22,2%) y a la televisión (21,34%). Cabe destacar, que las revistas del corazón muestran una relación lineal nula tanto con las revistas de divulgación científica (0,10%) como con los libros de divulgación (0,073%). El resto de correlaciones se detallan en la Tabla 2. Tabla 2. Matriz correlacional de la credibilidad otorgada a los diversos medio en cuanto a información general. Prensa Internet TV Radio (papel) R. Inform. R. del General corazón R. Divlg. Libros cientí- divul- fica gac. Internet TV ,462** Radio ,497** ,660** Prensa diaria (papel) ** ,471 ,594** ,726** ,559** ,549** ,523** ,547** ,257** ,442** ,381** ,325** ,272** ,273** ,270** ,420** ,519** ,359** -,032 ,293** ,260** ,316** ,383** ,336** ,027 Revistas información general Revistas del corazón Revistas divulgación científica Libros divulgación * p ≤ 0,05; ** p ≤ 0,01 60 ,677** 1 REVISTA ANÁLISIS Grado de asociación entre la credibilidad concedida a los diversos medios para consultar temas sobre drogas. Como se detalla en la Tabla 3, cuando se analizan las relaciones existentes entre el grado de credibilidad otorgado a los diversos medios cuando informan de temas relacionados con las drogas, se observan de nuevo altas correlaciones positivas, a excepción, de nuevo, de la relación que mantienen las revistas del corazón con los libros y revistas de divulgación científica, que es prácticamente inexistente (0,09% y 0,13%, respectivamente). Destaca principalmente la relación entre la credibilidad concedida a la radio y la prensa escrita y la relación observada entre el grado de confiabilidad otorgado a la radio y la televisión, obteniéndose porcentajes de variación conjuntas iguales a un 67,2 y un 60,5, respectivamente. En este sentido, los sujetos que otorgan una elevada credibilidad a la radio también conceden una elevada credibilidad a la prensa escrita y la televisión cuando informan sobre temas relacionados sobre drogas. De igual modo, la relación existente entre la credibilidad otorgada a los libros de divulgación y las revistas de divulgación es elevada y positiva (un 62,6% de variación conjunta), lo que indica que un mayor grado de credibilidad otorgado a los libros de divulgación se corresponde con un mayor grado de credibilidad concedida a las revistas de divulgación científica. De igual modo, los sujetos que atribuyen una elevada credibilidad a la televisión también adjudican una mayor credibilidad a la prensa diaria, cuando informa sobre temas relacionados con las diversas sustancias adictivas, obteniéndose un 56,4% de variación conjunta. Asimismo, las revistas de divulgación científica también muestran una asociación positiva con la radio y la prensa escrita (27,6% y 32,9% respectivamente). Por otro lado, se observa que la credibilidad concedida a Internet cuando informa sobre temas de drogas muestra relaciones positivas principalmente con la radio (23,91%), la prensa en papel (21,62%) y la televisión (21,62%). A su vez, las revistas de información general se asocian positivamente con la radio (23,62%), la televisión (23,52%) y la prensa escrita (19,71%). Tabla 3. Matriz correlacional de la credibilidad otorgada a los diversos medios para consultar temas sobre drogas. Prensa Internet TV Radio (papel) R. In- R. Divlg. Libros form. R. del cientí- divul- General corazón fica gac Internet TV ,457** Radio ,489** ,778** Prensa diaria (papel) ,465** ,751** ,820** Revistas información ,293** ,485** ,486** ,444** ,394** ,304** ,302** ,236* ,309** ,461** ,526** ,574** ,443** ,036 ,292** ,377** ,406** ,462** ,430** -,031 general Revistas del corazón Revistas divulgación ,193* científica Libros divulgación ,791** 1 * p ≤ 0,05; ** p ≤ 0,01 61 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Nivel de información objetivo sobre las distintas sustancias y percepción del tratamiento que los medios de comunicación dan a las noticias relacionadas con temas de drogas. Por último, en referencia a la consideración que tienen los jóvenes universitarios acerca del tratamiento que realizan los medios de comunicación de las noticias sobre drogas, se observan diferencias significativas en los porcentajes en función del nivel de información o conocimiento objetivo que poseen los sujetos sobre las diversas sustancias (bajo-alto). Como se detalla en la Tabla 4, dentro del grupo de sujetos que han mostrado un nivel bajo de información, un 35,7% consideran sensacionalista el tratamiento que se da a las noticas sobre drogas, un 26,8% lo catalogan como tendencioso, un 16% lo clasifican como equilibrado, un 14,3% como neutro y un 7,1% como realista. Por su parte, entre los sujetos cuyo grado de información sobre drogas es elevado, un 47,5% considera que los medios dan un tratamiento sensacionalista a las noticias relacionadas con las drogas, un 27,1% lo considera tendencioso, un 13,6% realista y un 11,9% opina que los temas sobre drogas son tratados de forma neutra en los medios de comunicación. Tabla 4. Tratamiento percibido de la información en función del grado de conocimiento objetivo sobre las diversas sustancias. Nivel de Información Sensacionalista Equilibrado Neutro Tendencioso Realista Bajo 35,7% 16,1% 14,3% 26,8% 7,1% Alto 47,5% 0% 11,9% 27,1% 13,6% χ2 (4) = 11,695 * p= 0,020 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Sin entrar en la disquisición clásica de qué papel juegan los medios de comunicación para la sociedad, en cuanto a si son medios formativos, de pura transmisión de información, de formación de ideologías o de mero entretenimiento, siempre en función del medio y el contexto, lo que sí está meridianamente claro es el poder de influencia que ejercen y han ejercido a lo largo de la historia. Hoy, según algunas voces, no podemos hablar de cuarto poder cuando nos referimos a los medios, sino de primer poder (Pingaud & Poulet, 2006; Sorj, 2010). Pero frente a este hecho, tenemos la otra cara de la moneda, porque para ejercer poder mediático o simplemente influir en determinados ámbitos se hace imprescindible que el grado de credibilidad de las fuentes sea medio o alto, ya que en caso contrario se perdería cualquier influencia sobre los receptores potenciales. De hecho, en la literatura podemos encontrar quienes afirman que estamos en un periodo de crisis de confianza y credibilidad de los medios de comunicación (Torregrosa & Gutiérrez, 2009). 62 En nuestro estudio podemos comprobar que la credibilidad de los medios está altamente asociada entre sí, indicándonos que cuanto más credibilidad se reconoce a un medio determinado, más credibilidad se le otorga a otro. La correlación más elevada la encontramos entre la radio y la prensa diaria, donde la credibilidad es más alta tanto para temas de información general como para temas relacionados con las drogas, en consonancia con otros estudios que marcan a la prensa como el medio más serio y creíble (Kiousis, 2001), señalando a la radio como el medio más especializado con un índice alto de credibilidad (Bernal, 2010; Haye, 2010; Parrat, 2010). Aquellos que presentan un grado de credibilidad alto hacia Internet, indistintamente de que sea en temas de información general o relacionada con las drogodependencias, muestran niveles de credibilidad altos en revistas, radio, prensa y televisión. De estos datos se desprende que aquellos sujetos que confían en la información suministrada en Internet, tienden a confiar en los demás medios, dado que en la literatura REVISTA ANÁLISIS encontramos que Internet suele ser el medio menos creíble (García del Castillo et al., 2011; Parrat, 2010). En general comprobamos que la credibilidad de las revistas del corazón es la que no se asocia con medios considerados más especializados en temas de información general, así como en temas de salud y drogas, como las revistas de divulgación científica y los libros de divulgación. En esta línea encontramos trabajos que consideran la percepción de la fuente periodística como determinante para la credibilidad final del medio (Nah & Chung, 2012). La interpretación que podemos desprender de estos argumentos es que a las revistas del corazón se le concede poca o ninguna confianza en relación a una información creíble por el papel que juegan los periodistas y/o informadores en estos medios de comunicación. El nivel de información previo con el que cuentan los sujetos en torno a un tema concreto, marca significativamente la percepción del tratamiento que dan los medios de comunicación a ese medio, y esto, a su vez, influye en los niveles de credibilidad totales que le otorgan al mismo. En el ámbito de la salud y las drogas, podemos comprobar que la tendencia es idéntica. Para romper esta sinergia, la única solución pasaría por el trabajo conjunto de periodistas especializados y profesionales de la salud (Sánchez-Martos, 2010). Según Cárdenas (2010) los medios de comunicación construyen una realidad sobre las drogas que desemboca en una percepción subjetiva del fenómeno y una alienación por parte de los receptores. En nuestro estudio los que tienen niveles de información más altos en temas de drogas, son los que perciben a los medios de comunicación como sensacionalistas y tendenciosos. Estos datos irían en consonancia con el argumento de que los propios expertos juegan un papel ambivalente en los medios de comunicación. Desde la óptica de un experto, la información mediática se podría considerar como de un bajo nivel científico, ya que las fuentes informantes están supeditadas o mediatizadas por otros factores (políticos, mercantiles, ideológicos) alejados de la ciencia (Navas, 2010). Podemos finalizar concluyendo que la cantidad de información que tenemos a nuestra disposición, de cualquier temática y condición, está aumentando a gran velocidad en línea con los avances sociales y, sobre todo, tecnológicos. No obstante observamos que conforme aumenta la posibilidad de acceder a más fuentes de información también lo hace el cuestionamiento de los usuarios sobre su validez y su falibilidad, potenciándose y reforzándose unos medios de comunicación con otros a partir de aquellos que se consideran más confiables. La excepción viene marcada por los medios que en ningún caso cuentan con un mínimo de credibilidad, que entrarían dentro de los denominados como prensa amarilla, entre las que incluiríamos la prensa del corazón, y las nuevas formas de participación ciudadana en los medios (Alonso, 2007; Saad, 2011; Salvat & Serrano, 2011). En el caso de las drogas, una información de calidad a través de un medio fiable puede marcar la diferencia entre una prevención eficaz de resultados positivos y/o una contra prevención, con consecuencias muy negativas. Hemos comprobado en el presente estudio como la relación entre los diferentes medios de comunicación puede condicionar la percepción que se tiene de la información que transmiten, afectando directamente a su credibilidad. Es necesario por tanto remarcar la necesidad de que los medios de comunicación hagan un esfuerzo por mejorar al máximo, al menos en temas sensibles como el de las drogodependencias, la calidad de la información suministrada. Entre las limitaciones de nuestro estudio hemos de señalar en primer lugar el tamaño de la muestra utilizada, al ser un estudio piloto carece de representatividad, además de que un estudio transversal y descriptivo no nos permite generar causalidad, teniendo que remitirnos únicamente a la asociación entre variables. Se ha intentado paliar este problema mediante el empleo de un lenguaje sencillo en los ítems del instrumento y no dando información de los objetivos perseguidos en el estudio a los sujetos participantes, siendo conscientes que con estas medidas podemos pensar que la validez interna será mucho más razonable (Clemente, et al., 2011). Lista de referencias Aguilar, R., Gavidia, V., Chorén, S. & Valderrama, J. C. (2009). Los sistemas de recuperación de información en Internet y el acceso a contenidos sobre prevención del consumo de drogas. Revista Española de Drogodependencias, 34(1), 46-61. Alonso, B. (2007). Entre lo popular y lo masivo. Aproximaciones a la prensa moderna. 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Este trabajo que intenta explorar los patrones de consumo de sustancias adictivas en poblaciones universitarias se propone procesar las bases de datos existentes para elucidar la manera en que éste fenómeno se relaciona con los factores de género y localidad, es decir, la ubicación de la casa de estudios de los consumidores, ya sea en la provincia o la capital mexicana. Palabras clave: drogas ilícitas, salud de grupos específicos, género y salud Abstract A review of research on substance abuse nationwide and in school populations shows the problem of lacking common criteria in databases, which hampers the use of comparative methodologies allowing for measuring the use and abuse of drugs in a given population. This paper attempts to explore the patterns of substance abuse in college populations by processing some of the existing databases in order to elucidate gender clues in this phenomenon, as well as those related with the location of the campus, either in the Mexican capital or in the province. Key words: illicit drugs, health of specific groups, gender and health Résumé Une revue de la recherche sur la toxicomanie à l’échelle nationale et dans les populations scolaires montre le problème de manque de critères communs pour les bases de données, ce qui entrave l’utilisation de méthodologies comparatives permettant de mesurer l’utilisation et l’abus de drogues sur une population donnée. Cet article tente d’explorer les tendances de la toxicomanie chez les populations collégiennes par le traitement de certaines des bases de données existantes en vue de décrypter les indices de genre dans ce phénomène, ainsi que ceux liés à l’emplacement du campus, soit dans la capitale mexicaine ou en province. 68 Mots clés: drogues illicites, santé des groupes spécifiques, genre et santé. Introducción Prevenir el consumo de alcohol y drogas en poblaciones universitarias requiere de una profunda comprensión del fenómeno que considere el género entre los diversos factores que intervienen. Con esta mirada se analizan los datos recogidos en 2008 por Alcántara, Cuétara, Pérez & Pulido (2011) en una universidad de provincia y los de Pulido, Barrera, Huerta & Moreno (2008) levantados en el mismo año en universidades de la Ciudad de México. Sirven como antecedentes algunos estudios previos que permiten contextualizar el imperativo de desagregar por género los resultados de encuestas sobre consumo de alcohol y drogas; así como diseñar deliberadamente los grupos de edad para elucidar patrones diferenciados de consumo y proponer algunos criterios y parámetros comunes de análisis que permitan comparaciones y rutas pertinentes. Consumo de sustancias en el contexto nacional La última Encuesta Nacional de Adicciones (ENA), realizada en 2008 en México por el Consejo Nacional de Adicciones de México (CONADIC, 2010), refiere que el consumo de alcohol, drogas ilegales y médicas aumentó de 5 % a 5.7% en la población rural y urbana de 12 a 65 años con respecto a los 6 años previos. Según estas encuestas, el consumo de drogas ilegales (marihuana, cocaína y sus derivados, heroína, metanfetaminas, alucinógenos, inhalantes y otras drogas) aumentó de 4.6% a 5.2% mientras que el consumo de drogas médicas, con potencial adictivo usadas fuera de prescripción, mantuvo el nivel observado en 2002. Si se considera el consumo por grupos, se observa que, si bien el consumo de drogas ilegales es mayor en los hombres (en una proporción de 4.6 hombres por cada mujer), el índice de crecimiento de consumidores es proporcionalmente mayor en las mujeres ya que entre ellas casi se duplicó el consumo de drogas ilegales (de 1% en 2002 a 1.9% en 2008) mientras que entre los varones aumentó en menos de un punto porcentual (de 8 a 8.8% en el mismo período), según reporta la misma fuente. Debido a que la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) organiza la información en amplios rangos de edad, no se hace visible la prevalencia de consumo de drogas en poblaciones universitarias. El mayor acercamiento que aporta esta encuesta a la comprensión de nuestro REVISTA ANÁLISIS problema resulta al examinar el grupo de edad de 18 a 34 años, aunque hay que tener presente que este rango excede con 10 años a la población que nos ocupa. El análisis de consumo de drogas por grupos de edad en este estudio arroja que se acentúan las diferencias de género conforme aumenta la edad. La prevalencia actual que arroja para la franja etaria mencionada refiere que una mujer por cada 6 hombres ha consumido drogas en el último mes. Adicionalmente, los resultados de este estudio dan cuenta de que la franja etaria de 18 a 34 años es la de mayor prevalencia de consumo alguna vez en la vida, tanto en hombres como en mujeres. Estos resultados invitan a estudiar más a fondo este grupo que coincide con los años universitarios y considerar el género en el análisis del problema. Como se viene afirmando, los resultados que arrojan las encuestas realizadas a gran escala no satisfacen nuestro interés en recabar información para aproximarnos al fenómeno del consumo de estas sustancias en universitarios, con mirada de género. Por otra parte, las encuestas sobre consumo de sustancias realizadas en poblaciones universitarias ofrecen algunas pistas aunque no siempre se desagregan los datos por género. Consumo de sustancias en poblaciones universitarias Las universidades que, en la última década, han recogido y publicado información que podría resultar valiosa para nuestra meta son Guanajuato, San Luis Potosí, Ciudad de México y Puebla. Seguramente muchas otras instituciones de educación superior han explorado este fenómeno entre sus estudiantes, pero no han realizado publicaciones. El primer ejemplo que se citará lleva el nombre de “Consumo de drogas en estudiantes del nivel medio superior de la universidad de Guanajuato” (Chávez, Macías, Páramo, Martínez & Ojeda, 2005), el cual, como respuesta a la falta de información publicada sobre el consumo de drogas en universitarios, se trazó el objetivo de detectar la prevalencia y los factores psicosociales asociados al consumo de drogas. Los resultados nos aportan luces pues el estudio comparte nuestro interés en desagregar los resultados por género pero con la reserva de que los participantes no fueron únicamente universitarios pues se incluyeron jóvenes de educación media y media superior en la muestra. Los resultados de este trabajo permiten afirmar que existen diferencias de género con significancia estadística en el consumo de tranquilizantes y anfetaminas y marihuana, siendo feminizado el de las dos primeras, mientras que el de marihuana es masculinizado, tendencia que aparece también en el consumo de cocaína y sustancias más duras. Llama la atención que en el estudio de Chávez et al., (2005) no es la marihuana la sustancia que preside la lista de consumo, sino los tranquilizantes. En San Luis Potosí, se realizó el estudio “Detección de consumo de tabaco, alcohol y drogas en estudiantes de nuevo ingreso a la universidad y su relación con la depresión” (García E., García C., Delgado, & Alfaro, 2008). Este trabajo se trazó como objetivo determinar la incidencia del uso de sustancias en jóvenes que conformaban la generación de nuevo ingreso de la Facultad de Psicología de una universidad del Estado. El resultado más relevante con respecto al consumo por género es que la incidencia del consumo de drogas de prescripción médica es mucho mayor en las mujeres que en los hombres. Por su parte, en la Ciudad de México, se realizó una investigación llamada “Consumo de alcohol, tabaco y otras drogas en estudiantes universitarios” (Quiroga et al., 2003). Los resultados no desagregan la información por género sino por licenciatura, lo que permite afirmar que 84.3% de los alumnos de psicología ingiere alcohol; 70.6% consume tabaco; 7.8% consume tranquilizantes; 6.9% consume marihuana y 2% anfetaminas. Por último, universidades mexicanas de orientación cristiana con régimen privado han realizado esfuerzos por explorar y contrastar el consumo de drogas entre sus estudiantes. Una de ellas, en la Ciudad de México, ha hecho seguimiento longitudinal del consumo de sustancias entre sus estudiantes de dos licenciaturas del área de humanidades a lo largo de 6 años (Pulido et al., 2003 y 2008). Los resultados de estos trabajos no se desagregan por género, pero su aporte es que el monitoreo continuo permite detectar valiosas pistas para la prevención. Otra investigación, en la Ciudad de Puebla, con un instrumento y metodología similar a la de Pulido realizó un censo entre todos sus estudiantes llamado “Cuéntanos Cuánto” en el año 2008 (Alcántara, Cuétara, Pérez & Pulido, 2009). La similitud y afinidad metodológica entre estas dos investigaciones, realizadas en 2008, permitió correr algunos filtros en las bases de datos para hacer comparaciones ordenadas por 69 REVISTA ANÁLISIS género y lugar de procedencia. Sobre este particular profundizaremos más adelante. La investigación sobre el consumo de sustancias en poblaciones universitarias La información obtenida en las diversas investigaciones citadas más arriba se sintetiza en la Tabla 1. Este ejercicio tiene la finalidad de analizar cómo es que en las publicaciones existentes sobre el consumo de drogas, ciertas medidas pueden ser comparables pero, como se viene mostrando, en su mayoría los datos no ofrecen posibilidad de comparación pues el diseño, los instrumentos, los sujetos y el procesamiento mismo no poseen elementos que permitan comparaciones y, por ende, se impide ponderar el consumo entre diferentes poblaciones universitarias. TABLA 1. Síntesis de estudios de consumo de sustancias en diferentes estados de México ESTADO GUANAJUATO Año de publicación 2005 Chávez, A; Macías, L; Páramo, D; Martínez; Ojeda, D Autores Total de la muestra Sujetos Consumo de Tabaco Consumo de alcohol alguna vez Consumo de alcohol 1-2 veces al mes Intoxicación por alcohol Consumo de alguna droga Consumo de alguna droga últimos 30 días Marihuana Marihuana últimos 30 días Cocaína Cocaína últimos 30 días Tranquilizantes Tranquilizantes últimos 30 días Anfetaminas Anfetaminas últimos 30 días *NA (no aplica) 70 2532 Bachiller y universidad SAN LUIS POTOSI 2008 CD MEXICO (U UBLICA) 2003 Garcia, J Garcia, N; Delgado, L; Alfaro, F 112 Psicología 2008 CD MEXICO (U PRIVADA) 2008 Mora, J; Natera, G Alcántara, A; Cuetara, C; Pérez, J; Pulido, M. Pulido, M; Barreda, E; Huerta, G; Moreno, F 1793 Todas licenciaturas 2332 Todas licenciaturas 290 Psicología y comunicación PUEBLA NA NA 71.3% 76.54% NA 71.3% NA 86.6% 97.38% 15.17% 16% NA 51.1% 73.84% NA NA NA 22.9% 46.56% 35.5% 14.2% 33% 24.8% NA NA NA 12.5% 4.7% NA NA 4.6% NA 14.9% NA 24.5% NA NA NA 5.45% 12.4% 4.2% NA 11.1% NA 4.48% NA NA 1.4% 0.69% 2.41% 5% NA 6.0% NA 6.2% NA NA 12.0% 0.81% 2.10% 3.7% NA 4.8% NA 5.86% NA NA 16.2% 0.47% 1.03% REVISTA ANÁLISIS En este contexto y a fin de tener elementos que permitan ponderar el consumo de drogas en poblaciones universitarias por género se realizó una primera exploración con las bases de datos disponibles, obtenidas en 2008. La ubicación de estas universidades en la capital y la provincia mexicana permite adicionalmente establecer algunas comparaciones, hallar pistas y asentar hipótesis sobre patrones de consumo según la ubicación en la geografía mexicana. Consumo de sustancias en universitarios por género y localidad Como se viene afirmando y con la finalidad de ponderar el consumo de sustancias adictivas por género se accedió a las bases de datos obtenidas en Puebla por Alcántara & et al., (2009) y por Pulido & et al., (2008) en ciudad de México para tratar los registros a fin de balancear las muestras, ya que la encuesta en la universidad capitalina sólo se aplicó a estudiantes de las licenciaturas de Psicología y Comunicación mientras que en provincia se trató de un censo. Para homologar el perfil de participantes se separó de la base de datos poblana la información referente a los estudiantes varones y mujeres universitarios de las carreras de Psicología y Comunicación. El grupo participante quedó compuesto mayoritariamente por mujeres ya que en ambas universidades este grupo de género estuvo representado por encima del 70%. Es necesario tener presente que participación mayoritaria de mujeres se corresponde con la composición de la población universitaria en instituciones privadas con matrícula inferior a 5000 estudiantes. Como es sabido, la tendencia feminizada de la matrícula se ha generalizado en las instituciones de educación superior a nivel mundial, particularmente en las europeas y americanas (Harwart; Maline & De Bra, 2000). El manejo de los datos para realizar las comparaciones se realizó mediante tabulaciones de doble entrada: género (masculino y femenino) y localidad (provincia y capital). Conviene mencionar que no se corrieron pruebas de correlación debido a que las muestras no se encuentran contrabalanceadas en número al interior de los grupos por género y lugar. Los rubros que se consideraron para hacer las comparaciones sobre la prevalencia actual fueron: a) la intoxicación por alcohol, b) las drogas más consumidas y c) el consumo de drogas de prescripción médica. Prevalencia actual de intoxicación por alcohol El porcentaje de estudiantes que se intoxicaron con alcohol en el último mes (con respecto al total de los participantes considerados en las muestras) arroja mayores dimensiones en la universidad poblana: la prevalencia actual de borracheras de los varones poblanos duplica la de su contraparte en Ciudad de México, mientras que las borracheras femeninas en Puebla triplican la prevalencia de borracheras femeninas en la capital (ver Tabla 2). TABLA 2. Intoxicación alcohólica por género y lugar en los últimos 30 días con relación al total de hombres y mujeres encuestados. Puebla Hombres Mujeres f % 49 83 48.03 34.72% Ciudad de México f % 16 23 26.23 10.4 Incluye solo la opción últimos 30 días del reactivo Las drogas más consumidas La droga más consumida en la población estudiada es la marihuana. En ambas localidades el consumo en los 30 días previos fue cercano al 30%. En la capital la cocaína y el hachís ocupan el segundo y tercer lugar, ambas con proporciones porcentuales muy cercanas al 7%. En provincia las mismas sustancias se consumen en orden inverso y el consumo de hachís (8.11%) es proporcionalmente el doble que el de cocaína (3.77%). De esta suerte, el consumo de hachís guarda proporciones bastante similares en ambas localidades, mientras que el de cocaína es casi el doble en la Ciudad de México (ver Tabla 3). 71 REVISTA ANÁLISIS TABLA 3. Prevalencia actual de las drogas más consumidas por localidad Marihuana Total por localidad Hashish Total por localidad Cocaína Total por localidad Antidepresivos Total por localidad Tranquilizantes f 39 f 10 f 5 f 5 f Total por localidad PUEBLA PUEBLA PUEBLA PUEBLA PUEBLA 3 % 29.23 % 8.11 % 3.77 % 2.09 % 1.25 CIUDAD DE MEXICO f % 36 27.74 CIUDAD DE MEXICO f % 9 7.74 CIUDAD DE MEXICO f % 7 7.87 CIUDAD DE MEXICO f % 9 6.34 CIUDAD DE MEXICO f % 6 5.03 Por su parte la organización de los datos por género nos permite afirmar que, cuando se considera este factor en la población estudiada, varía el orden de consumo pues, aunque la marihuana ocupa el primer lugar para ambos géneros, el segundo lugar es ocupado por el consumo femenino de antidepresivos y el masculino de hachís (ver Tabla 4). TABLA 4. Prevalencia actual de las drogas más consumidas por género Sustancia Consumo Total por género % f Hombres Mujeres 38.93 18.04 33 42 Hombres 11.78 10 Mujeres 5.12 9 Hombres 9.5 7 Mujeres 2.14 5 Hombres Mujeres 3.28 5.15 2 12 Hombres Mujeres 3.28 3 2 7 Marihuana Hashish Cocaína Antidepresivos Tranquilizantes Por último, cuando se organiza la información tomando en cuenta ambos factores (género y localidad), se hacen visibles algunas particularidades en el consumo de sustancias. 72 TABLA 5. Prevalencia actual de las drogas más consumidas por género y localidad. Marihuana f PUEBLA % CIUDAD DE MEXICO f % Hombres 23 22.54% 10 16.39 Mujeres 16 6.69% 26 11.35 f % f Hombres 7 6.86% 3 4.92 Mujeres 3 1.25% 6 2.62 Hashish Cocaína PUEBLA PUEBLA CIUDAD DE MEXICO % CIUDAD DE MEXICO f % f % Hombres 3 2.94% 4 6.56% Mujeres 2 0.83% 3 1.31% Antidepresivos PUEBLA CIUDAD DE MEXICO f % f % Hombres 0 0.0% 2 3.28% Mujeres 5 2.09% 7 3.06% Hombres f 0 % 0.0% CIUDAD DE MEXICO f % 2 3.28% Mujeres 3 1.25% 4 Tranquilizantes PUEBLA La Tabla 5 permite destacar que en la Ciudad de México todas las drogas son consumidas en mayor proporción por los varones que por las mujeres. Lo mismo ocurre en la Ciudad de Puebla, salvo que en esta localidad, el consumo masculino de drogas de prescripción médica está ausente. Igualmente se observa que el consumo masculino de cocaína en la capital duplica a su contraparte de provincia; mientras que el consumo de marihuana y hachís en universitarios provincianos excede con mucho el de universitarios de la capital. Así, el consumo de marihuana en los universitarios de provincia se coloca seis puntos porcentuales por encima de los de la capital, siendo a la inversa el consumo femenino de esta sustancia pues las universitarias capitalinas la consumen cuatro puntos porcentuales por encima de las poblanas. Cabe destacar que en todas las drogas estudiadas, el consumo de universitarias capitalinas supera el de las poblanas. En ambas localidades el consumo femenino de 1.75% marihuana ocupa el primer lugar, seguido del consumo de antidepresivos. El consumo femenino de cocaína en ambas localidades es inferior al masculino en una tercera parte. Consumo de drogas de prescripción Las cifras totales de consumo de tranquilizantes y antidepresivos permiten observar que existe menor consumo de estas sustancias en provincia que en la capital. Las drogas de prescripción médica son consumidas por las universitarias de ambas localidades, siendo mayor el consumo de antidepresivos que el de tranquilizantes. Cabe destacar que mientras está ausente en provincia el consumo masculino de drogas de prescripción, las consume un 3.28% de los universitarios capitalinos, siendo éste el grupo que preside la lista de consumo de estas sustancias. De hecho, el consumo masculino de REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. drogas de prescripción en la capital excede al consumo masculino de cocaína en provincia. En síntesis, el análisis de los datos que surgieron a partir de esta estrategia comparativa permite afirmar que: La prevalencia femenina de intoxicación alcohólica en provincia triplica la de su contraparte en la capital. Las universitarias de provincia se emborrachan más que las y los universitarios de la capital, mientras que las mujeres de esta localidad consumen drogas más duras y drogas de prescripción en mayor proporción que las mujeres de la universidad de provincia. El consumo de marihuana se comporta de manera diferenciada por género y lugar: los universitarios poblanos superan en consumo a los de la capital y, por el contrario, las mujeres de la capital superan a su contraparte de provincia. El grupo que arroja mayor prevalencia de consumo de alcohol, marihuana y hashish es el de universitarios poblanos. El grupo de universitarios con mayor consumo de cocaína es el de varones en la capital. La misma tendencia existe en las mujeres por encima de las de provincia. El consumo de drogas de prescripción es mayor en la capital siendo los varones de esta localidad el grupo de mayor consumo en esta categoría, mientras que en provincia el consumo masculino de estas sustancias está ausente. Discusión ¿Qué retos plantea esta información para la labor preventiva? Si el consumo de drogas de prescripción es mucho más alto en la capital y está ausente en los varones de provincia, conviene considerar si la medida del consumo de estas sustancias sugiere alguna relación con el ritmo de vida y el estrés capitalino -lo que no descarta su consumo combinado con otras sustancias-. Igualmente puede denotar una mayor aceptación de medidas farmacológicas para los varones capitalinos mas no entre los poblanos quienes posiblemente utilizan otras sustancias como vías para liberar el estrés. La prevención de trastornos duales plantea la necesidad de explorar más a fondo sobre el consumo de estas sustancias en los grupos estudiados. Así mismo, si el consumo de drogas más duras como la cocaína es mayor en la capital mientras que en provincia prevalecen las borracheras y el consumo 74 de marihuana y hachís, las medidas preventivas deben tener presente el acceso a estas sustancias. Conviene, de hecho, considerar la disponibilidad del alcohol en el entorno ya que si las borracheras de las mujeres poblanas triplican las de su contraparte en la capital, tal vez convenga orientar la mirada a la regulación de antros y lugares de consumo de alcohol que rodean el campus y la aceptación de estas prácticas en el entorno. Entre otros factores convendría considerar en la prevención, la relación entre el género y la dureza de la sustancia. Por otra parte, la investigación al servicio de la prevención ha de redoblar esfuerzos por continuar con la realizada en población universitaria pues es en este rango de edad donde se dan las mayores cifras de consumo alguna vez en la vida. Siendo que a nivel nacional el consumo global se incrementa a pesar de las grandes iniciativas por la prevención universal, los esfuerzos preventivos han de especificarse para poblaciones determinadas, lo que requiere una profunda comprensión del consumo considerando los factores de riesgo en poblaciones específicas y los patrones culturales de consumo en grupos determinados. Las intervenciones preventivas de Salazar & et al., (2010) se basan en investigación sistemática que permite detectar patrones de riesgo en poblaciones específicas. Señalan estos autores: “…los programas preventivos indicados, permiten la identificación temprana de individuos con patrones de consumo de riesgo y la instrumentación de intervenciones terapéuticas breves […] en diferentes escenarios y grupos de la población, manteniendo un bajo costo” (Salazar, Ávila, Pérez & Martínez, 2010, p. 41). A fin de establecer parámetros que permitan ponderar patrones específicos en poblaciones determinadas, es necesario cerrar filas con pares investigadores y funcionarios universitarios para establecer factores (tales como los socioculturales) y rutas comunes que permitan ponderar las cifras de consumo de diversas universidades. Por último, considerando la delicadeza del manejo de los datos sobre consumo en instituciones educativas, se sugeriría que se hiciera una red de investigadores y expertos en el tema para que en ella se concentre la información de diversas fuentes, se proteja la identidad de las instituciones y se publique la información bajo la autoría de la red. un Sin duda, la prevención de las adicciones requiere esfuerzo intelectual y hermenéutico para REVISTA ANÁLISIS comprender el fenómeno y una disposición educativa con ánimo propositivo que, con intervenciones breves pero específicas, resulten menos costosas, más esperanzadoras, humanizantes y efectivas que la guerra armada contra las drogas. Pulido, M., Barrera, E., Huerta, G. & Moreno, F. (2008). Consumo de drogas y alcohol en dos facultades de la Universidad Intercontinental: Resultados de la encuesta 2008. Revista Intercontinental de Psicología y Educación, en proceso de publicación. Lista de referencias Quiroga, A., Mata, M. A., Zepeda, V. H., Cabrera, A., Herrera, R., Reidl, M. L. & Villatoro, V. J. (2003). Consumo de alcohol, tabaco y otras drogas en estudiantes universitarios. Observatorio Mexicano en tabaco, alcohol y otras drogas. México: Secretaría de Salud. Recuperado el 10 de julio de 2011, de http:// www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/publicaciones/ obs2003_III.pdf Alcántara, E. A., Cuétara, P. C, Pérez, S. J. & Pulido, R. M. (2011). Consumo de drogas y alcohol en universidades privadas de la Ciudad de México y la Ciudad de Puebla. Revista Psicología y Salud, 21 3946. Alcántara, E. A., Cuétara, P. C., Pérez, S.J & Pulido, R. M. (2009). Cuéntanos cuánto consumo de alcohol, tabaco y drogas. Recuperado el 3 de agosto de 2011, de http://es.calameo.com/ books/000013302f6326baca9c8 Salazar, G. M., Ávila, H. O., Pérez, C. J. & Martínez, M. K. (2010). Detección temprana de jóvenes universitarios en riesgo por su consumo de alcohol. Investigación y Ciencia, 50, 40-46. Consejo Nacional de Adicciones (CONADIC) (2010). Encuesta Nacional de Adicciones 2008. Recuperado el 4 de enero de 2012, de http://conadic.salud.gob. mx/pie/ena2008.html Chávez, H. A., Macías, G. L., Páramo, C. D., Martínez, H. C. & Ojeda, R. D. (2005). Consumo de drogas en estudiantes del nivel medio superior de la universidad de Guanajuato. Acta universitaria Universidad de Guanajuato,15, 13-21. García, E. J., García, C. N., Delgado, R. L. & Alfaro, C.F. (2008). Nuevos paradigmas, nuevas soluciones. Universidad Autónoma de San Luis Potosí Congreso Internacional de Adicciones CIJ 2008. Recuperado el 4 de enero de 2012, de http://www.cij.gob.mx/ Cong2009/pdf/m4_estudiodefactores.pdf Harwart, I., Maline, M. & De Bra, E. (2000). Women´s College in the United States: History, issues and challenges. A research overview. [executive summary]. California, U.S.A: California Association of Post Secondary Schools. Pulido, M., Tovilla, A., Lanzagorta, N., Espinosa, V., Mendivil, C., Calvo, I. & García, G. (2003). Consumo de drogas y alcohol en estudiantes de dos universidades privadas de la ciudad de México: Resultados de la Encuesta 2002. Psicología Iberoamericana, 11, 190197. 75 Contexto sociocultural del consumo de alcohol entre jóvenes estudiantes de una institución universitaria de Medellín The psychosocial context of alcohol consumption among young students of a university in the city of Medellin. Gustavo Adolfo Calderón Vallejo* Guillermo Alonso Castaño Pérez** Víctor Hugo Cano Bedoya*** Ángela María Urrea Cuellar**** Magíster y sociólogo de la Universidad de Antioquia. Investigador del grupo GIAF de la FUNLAM. Correo electrónico: [email protected] ** Magíster y médico de la Universidad de Caldas. Líder del grupo GIAF de la FUNLAM. *** Magíster y psicólogo de la Universidad de San Buenaventura (Medellín). Auxiliar de investigación. **** Magíster y psicóloga de la Universidad de San Buenaventura (Cali). Auxiliar de investigación. * REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 77 - 99. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen El objetivo general de este trabajo es identificar la influencia del contexto sociocultural en el consumo de alcohol entre jóvenes universitarios. En relación a la metodología el enfoque es interpretativo, diseño general de tipo cualitativo con base en la hermenéutica. Se realizaron grupos focales, entrevistas a estudiantes universitarios, entrevistas a trabajadores de bares, y registros de observación de campo. Entre los hallazgos más relevantes, se tiene que el inicio del consumo de bebidas alcohólicas es anterior al inicio de la vida universitaria, y la familia desempeña un papel como facilitador. La vivencia universitaria se constituye como un entorno que favorece el consumo y existen múltiples manifestaciones o expresiones que hablan de una especie de cultura alcohólica. Palabras clave: consumo de alcohol, jóvenes, universidad, contexto social y cultural, investigación cualitativa. Abstract The overall general objective of this paper is to identify the influence of the sociocultural context of alcohol consumption among university students. With reference to the methodology employed, an interpretative approach has been adopted; the study relies on a qualitative design based on hermeneutics. Focus groups, interviews to college students and bar workers, as well as field observation were the main techniques used. Among the most relevant findings, the study revealed that the beginning of consumption of alcoholic beverages is prior to the start of university life, and it seems that the family plays a role as a facilitator. The university becomes an environment that favors such consumption and there are many manifestations or expressions that point towards a sort of alcoholic culture. Key words: alcohol, young, university, social and cultural context, qualitative research. Résumé L’objectif général de ce travail est d’identifier l’influence du contexte socioculturel dans la consommation de l’alcool entre les jeunes universitaires. En relation à la méthodologie l’approche est interprétative, motif général du type qualitatif avec pour 78 base l’herméneutique. Nous avons réalisé des groupes focaux, des entrevues avec les universitaires, personnel travaillant dans les bars, ainsi que l’observation de terrain ont été les principales techniques utilisées. Parmi les conclusions les plus pertinentes, l’étude a révélé que le début de la consommation de boissons alcoolisées est antérieure au début de la vie universitaire, dès lors la famille joue un rôle comme facilitateur. Le logement universitaire constitue un environnement qui favorise une telle consommation et il y a plusieurs manifestations ou expressions qui traduisent une sorte de culture alcoolique. Mots clés: consommation de l’alcool, jeunes, université, contexte social et culturel, recherche qualitative. Introducción Históricamente el consumo de alcohol ha desempeñado un papel importante como elemento socializador, a pesar de las prohibiciones de las que ha sido objeto en algunas épocas, y de las distintas iniciativas que han pretendido frenar su abuso. Los usos que el alcohol tenía en la antigüedad estuvieron muy relacionados con lo mítico religioso, evolucionaron luego hacia aplicaciones médicas, y pasaron después a formar parte de actividades lúdico recreativas (Castaño, 2004). En la mayoría de las sociedades, beber es esencialmente un acto social y está muy arraigado en un contexto de valores, actitudes y tradiciones. Las actitudes hacia el alcohol tienen una gran importancia, pues influyen poderosamente en el consumo de bebidas alcohólicas (Razvodovsky, 2004). La idea de que el modelo de consumo de alcohol se transmite por el aprendizaje cultural de influencia social ha sido propuesta por Mc Andrew y Edgerton (1969, citados por Razvodovsky, 2004) quienes afirman que, durante el proceso de socialización, la gente aprende sobre el alcohol lo que su sociedad sabe sobre el mismo, se acepta este saber, se actúa según las interpretaciones que se han adquirido, y los sujetos se convierten en formas vivientes de las enseñanzas de su sociedad. Con respecto al consumo de bebidas alcohólicas, en el caso de Medellín (Colombia), una observación da cuenta de que a lo largo y ancho de la ciudad hay lugares de rumba y de consumo de estas bebidas. Este tipo de establecimientos existen en la zona occidental (La carrera 70, La Calle 33, La Carrera 80, La Calle Colombia, Calle San Juan, y el barrio Carlos E. Restrepo); en el centro de REVISTA ANÁLISIS la ciudad (Avenida la Playa, y el Parque del Periodista); en la zona norte oriental (Manrique La 45); y en la zona sur (La calle 10, Parque del Poblado, y el Parque Lleras). Al hacer una lectura de las Páginas Amarillas del Directorio, en la sección de bares, aparecen alrededor de 250 establecimientos diferentes repartidos por las diversas zonas de la ciudad. Lo anterior da cuenta de un contexto en el que abundan las posibilidades de consumir este tipo de sustancias y en el que existe una amplia difusión de los lugares donde éstas pueden consumirse. Con respecto al concepto “contexto” (Vivas et al., 2005), se puede afirmar que las personas al ocupar un espacio hacen de éste un lugar, como miembros o actores que siguen unas pautas determinadas. El lugar adquiere el carácter de escenario de prácticas. Cada escenario, de acuerdo con las reglas de interacción, produce, para sus participantes, un conjunto de creencias, significados, percepciones, alteridades legitimadas, que hacen que dicho escenario sirva de contexto con el cual se puede entender lo que allí sucede. El tema del contexto sociocultural es amplio. Existen teorías, conceptos y disciplinas que hacen planteamientos relacionados con la importancia y relevancia de la influencia social en cualquier tipo de problemática y el tema ha sido abordado, entre otras disciplinas, por la Psicología y la Sociología. El contexto guarda relación con la influencia social, la cual es evidente en cada una de las relaciones que establecen los seres humanos. En ellas inciden las necesidades del individuo, así como los intereses personales y sociales, y se da una interrelación de todos estos elementos. Es así como se crea un colectivo en el que las actitudes y formas de interpretar lo externo se van modificando y se instaura una representación cultural y social de un determinado comportamiento. Esto genera aprobación o desaprobación de las prácticas cotidianas en un grupo, para el caso de la investigación que nos ocupa: los estudiantes universitarios y su consumo de alcohol en el entorno universitario. En países como Colombia (Londoño, Patiño, Cano, & Arias, 2007; Gallego, Patiño, Arias & Cano, 2008), se indica que los jóvenes que consumen alcohol u otras drogas le dan un gran significado a los sitios de consumo, ya que hay un sentido compartido por medio de las prácticas generadas en éstos. Se resalta además que los jóvenes resignifican ciertos sitios, dándoles un significado diferente al que tenían cuando fueron creados, y estos lugares se constituyen para ellos en la oportunidad de vivir experiencias de mayor intensidad, riesgo y emoción. Por su parte, Echeverría, Mettifogo & Sapiains (2004) consideran que el uso de espacios públicos facilita la construcción de identidad, a la vez que otorga un sentido de pertenencia física, de ser de un lugar. Igualmente, otros estudios como los de Nuño & Flores (2004), Pérez, Castrillón & Cano (2001), Sierra, Pérez, M., Pérez, A. & Núñez (2005) mencionan que los escenarios o contextos de consumo se relacionan con las representaciones sociales que los jóvenes que asisten a ciertos lugares tienen respecto al consumo de alcohol u otras drogas. Así mismo se asume que los escenarios públicos o de consumo deben jugar un papel importante a la hora de hacer prevención. En este sentido, puede considerarse como simbólico un espacio sobre el cual un actor social o grupo ha depositado una determinada carga de significaciones, emociones o afectos, como consecuencia de su bagaje cultural-ideológico, de su pasado ambiental y de las interacciones que en ese espacio mantiene con los otros actores o grupos sociales. Ya que se considera que todo espacio construido es un producto social, un espacio será simbólicamente más potente, no necesariamente cuando más sujetos compartan unos mismos significados, emociones o afectos referidos a ese espacio, sino cuando más claramente estén definidos estos significados, emociones o afectos por el grupo social en relación con ese espacio Diseño metodológico Objetivos - Describir la influencia del contexto sociocultural en el consumo de alcohol en la población universitaria. - Explorar las representaciones sociales entre los estudiantes universitarios en relación con el contexto de consumo de bebidas alcohólicas. Enfoque La presente investigación se fundamenta en el enfoque denominado interpretativo, ya que busca la comprensión del contexto sociocultural que sostiene y orienta la práctica social de consumo de alcohol entre jóvenes universitarios de Medellín. La escogencia de un diseño general de tipo cualitativo obedece a la naturaleza del objeto de estudio, o de conocimiento, que se pretende construir (González, 2000). La hermenéutica 79 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. se entiende como la actitud interpretativa que mantiene el investigador durante todo el estudio, siendo la base de la construcción de conocimiento. Técnicas de producción de información Se realizaron tres grupos focales, 8 entrevistas a estudiantes universitarios, 5 entrevistas a personas relacionadas con los negocios donde se venden bebidas alcohólicas, y 5 registros de observación de campo. De manera paralela, se realizó una aproximación empírico analítica de la cual se presentan algunos datos al momento de describir los hallazgos de naturaleza cualitativa. Muestreo Es de tipo intencional. Los participantes del estudio fueron estudiantes de ambos sexos y de diferentes semestres, de una institución universitaria de la ciudad de Medellín, a quienes se les preguntó acerca de la influencia social y cultural del consumo de alcohol en el entorno universitario. Y de igual manera, se entrevistaron personas vinculadas a los negocios donde se venden bebidas alcohólicas. Las observaciones de campo fueron realizadas en varios sitios de rumba cercanos a una institución universitaria de la ciudad de Medellín. Consentimiento informado A todas las personas que participaron en los grupos focales y en las entrevistas se les pidió de forma voluntaria su participación, y su identificación personal es reservada. En el presente escrito no se mencionan nombres propios de establecimientos, marcas de bebidas alcohólicas, o denominaciones de las instituciones universitarias. Hallazgos Se asume como núcleo temático el contexto sociocultural del consumo de alcohol, que también se podría entender como el fondo cultural acumulado (Moscovici, 1979; Jodelet, 1986; Abric, 2001). De este núcleo se desprende una serie de categorías que dan cuenta de él, las cuales emergen a partir de la revisión, discusión, análisis y clasificación de los testimonios obtenidos, tanto en los grupos focales, como en las entrevistas a los estudiantes universitarios y a las personas vinculadas laboralmente a los sitios de rumba observados. En las categorías se construyen unos indicadores que en cierto sentido darían cuenta de las tendencias de los conocimientos relacionados con la categoría de la cual emergen. En el siguiente cuadro, se exponen las categorías e indicadores construidos: Cuadro 1: Núcleo temático, categoría e indicadores NÚCLEO TEMÁTICO Contexto sociocultural (el fondo cultural acumulado) CATEGORÍAS INDICADORES El inicio del consumo La influencia de la familia, momento del inicio del consumo, los fines de semana. La influencia de los pares La presión de otros estudiantes, necesidad de socializar. La capacidad de decisión La responsabilidad del propio sujeto, poder adquisitivo, formación cultural. La universidad y el consumo de sustancias Libertad, facilidad, consumo al interior, control de la ingesta, y crítica. Los primíparos (estudiantes de los primeros semestres) Madurez psicológica, el tiempo libre, el ser universitarios. Días y horas de afluencia, descripción física de los lugares, los asistentes, las sustancias, la música, el control por parte de los negocios, y la crítica. Lugares de expendio y consumo Los medios de comunicación 80 La publicidad y las ofertas REVISTA ANÁLISIS Para efectos de la presentación de los hallazgos, se seguirá el orden en que son reseñados en el Cuadro 1. El inicio del consumo Sobre el inicio del consumo de alcohol, la familia juega un papel importante. Se notan en ella actitudes que podrían entenderse como de permisividad y tolerancia en relación con la ingesta de bebidas alcohólicas y, además, favorece el consumo de estas bebidas en el caso de los hombres. En testimonios aportados a la investigación se afirma lo siguiente: Hay muchos padres que, inclusive, dicen: “¡mijo, va llegando el viernes!, tome estos veinte mil pesos, para que se vaya al parche”. Eso también depende del núcleo familiar donde uno se haya desarrollado. Hay familias en las cuales la mamá le da a uno plata para ir a beber, o ella llega y compra el litro de ron. El papá le dice al hijo: “¡tome!”. Pero con las mujeres pasa muy distinto, depende de la mujer que sea, eso no ocurre en todo tipo de familia. Sobre la influencia de la familia se podría plantear incluso un proceso de aprendizaje por modelamiento, basado en que personas significativas realizan la práctica social de ingerir alcohol, y ésta se valora positivamente, como se muestra en el siguiente fragmento: Cuando uno es niño, uno no sabe el papá qué está haciendo, uno qué va a saber que el licor produce felicidad. Entonces el niño ve que el papá toma, y está contento. El niño piensa: “¡ah!, entonces cuando uno toma se siente bien”. La influencia de la familia guarda relación con la disminución de la edad de inicio del consumo de bebidas alcohólicas (Cortés, Espejo & Giménez, 2007). Ahora, si bien se reconoce esta influencia, también se menciona que el sujeto tiene una posición frente a ella y, además, no se evidencia el abuso en la práctica social del consumo de alcohol: Por ejemplo, yo he visto a mi papá y a mi mamá tomando, pero yo no puedo decir que ellos me han influenciado. Los he visto en las relaciones sociales, dentro de la casa, pero no alcoholizados. A los estudiantes se les preguntó por problemas de alcoholismo en sus familias. además del papel de éstas como facilitadoras del consumo. Quienes colaboraron con esta investigación tienen conocimiento sobre los factores genéticos que influyen en el consumo de alcohol e incluso sobre el papel que juega en ello la falta de afecto: Puede que los papás sean alcohólicos, y eso lo impulse también a tomar. Hay alumnos que son hijos de padres alcohólicos, y puede que sea falta de afecto lo que los incite a tomar. Con relación a los padres alcohólicos, la literatura científica demuestra sistemáticamente que, aunque los hijos de consumidores de sustancias sufren riesgos biológicos, psicológicos y ambientales, los efectos negativos de estos riesgos se pueden reducir con el empleo de intervenciones y tratamientos efectivos (Kumpfer & Jonson, 2007). Entre estos riegos estaría cierta actitud de tolerancia, pero también emerge que en algunos casos hay descuido de los padres frente al hijo, o que por la confianza que se le tiene a éste “se le suelta” y no se le presta la atención suficiente, lo cual también podría facilitar la ingesta de licor y, más aún, que el joven termine abusando de su consumo: El papá se desentiende completamente, o sea para él es: “consigno la plata semanal, o una plata mensual, le pago el semestre, le pago donde vive, y no sé más” […] Viene el papá, y se da cuenta que el estudiante va repitiendo, o no está viendo las materias que supuestamente tenía que matricular. En todo ese proceso de desconocimiento del padre, el hijo se aprovecha. Con relación al desconocimiento del padre sobre la vida del hijo, se presenta un engaño: el joven estudiante disimula lo que está realmente haciendo, es como una especie de ocultación del consumo: Uno ve, por ejemplo, al frente: muchos chicos de la jornada de la diurna, que están allá en la rumba y pasan al frente, acá al baño, o a llamar a la mamá, y dicen que: “no, acá en la universidad” y uno ya los ve con los ojitos todos idos, volados, y aquí a todo el frente de la biblioteca, dice el joven: “amá aquí en todo el frente de la biblioteca”, claro porque ahí está el teléfono público. 81 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. A modo de contraparte, también se plantea que, si bien es cierto que en el consumo de bebidas alcohólicas existe la influencia de aspectos de la vida familiar, hay estudiantes que, a pesar de esto, tendrían cierta capacidad de resiliencia que les permitiría enfrentar la situación: Se podría inferir que no es cierto que el consumo de sustancias comience con la experiencia universitaria, sino que éste se inicia antes. El asunto sería reflexionar sobre la forma como el contexto universitario puede facilitar o no los diversos consumos de sustancias psicoactivas. Así sienta falta de afecto, no me voy a refugiar en esto, voy a echar para delante. La alta vulnerabilidad de la adolescencia es planteada, entre otros, por Espada, Méndez, Griffin & Botvin (2003) y por López & Da Costa (2008). Ellos han escrito, además, sobre la preocupación social que suscita el consumo de alcohol y otras drogas en este segmento de la población y afirman que el consumo suele iniciarse en esta etapa de la vida. Los siguientes testimonios se refieren a tal aspecto: Además de la familia, se reconoce el papel que tendría el fondo cultural acumulado en la ingesta de alcohol, y como estos conocimientos sirven para justificar la práctica de consumo: Es un asunto también a nivel cultural, porque vivimos en una sociedad en la cual todo lo celebramos con licor: si estamos tristes, si estamos contentos, si estamos de cumpleaños, el Bautizo, la Primera Comunión… todo lo celebramos alrededor del alcohol. En la cultura colombiana se celebra todo con alcohol, entonces cada uno dice: “venga nos tomamos una y después la otra”. Con relación al fondo cultural del consumo, y según los testimonios recopilados en los grupos focales sobre el momento de inicio del consumo de alcohol, se plantea que es anterior a la vivencia universitaria: Hay unos que pueden venir desde antes, desde antes. Pero yo no creo que sea una etapa, porque es que el consumo de alcohol no es sólo en la universidad, eso es a lo largo de la vida, es siempre uno. En las instituciones educativas, es muy común ver un consumo en los alumnos de décimo, once, hasta en los de noveno, pues es muy normal ver eso en las instituciones educativas, pero en el paso a la universidad aumenta. El inicio del consumo de alcohol se da antes de llegar a la etapa universitaria, comienza en la adolescencia, en la época de colegio, así lo sostienen diversos estudios. Por ejemplo, Cortes, Espejo & Giménez (2007) aseguran que sus resultados confirman la reducción progresiva en la edad de inicio de la práctica de consumo de alcohol, situándose ésta a los 13 años. De la misma manera, Muñoz (2008) afirma que el 80% de los estudiantes de una institución educativa consumen bebidas alcohólicas. 82 Yo digo que hay más consumo en los primeros semestres, porque igual la carga laboral, los trabajos son más. Cuando uno está terminando, entonces, no hay como tanto tiempo para ir a socializar, y la madurez psicológica... Pero yo creo que los del primer semestre llegan muy entusiasmados a lo que es la universidad y uno ve, por ejemplo, al frente, muchos chicos de la jornada de la diurna, y están pues allá metidos. En estos testimonios, entra en juego la imagen que se tiene sobre el relajamiento de los estudiantes de los primeros semestres, incluso en ocasiones se utilizan expresiones como “son bachilleres en la universidad”, “los muchachos por ahí en el cuarto semestre ya son universitarios de verdad”, “los primeros tres semestres son el colador, los que llegan al cuarto esos son los que van a terminar la carrera”. Los investigadores García-Moreno, Expósito, Sanhueza & Angulo (2008) plantean que el consumo elevado de alcohol por parte de los jóvenes universitarios, durante los fines de semana, se traduce en un problema social, familiar y de salud. Sobre esto en los grupos focales se comentó: Hay personas que dicen, por ejemplo, que están juiciosos y el viernes se la beben toda. Y hay personas que me han dicho a mí: “yo un viernes por la noche me los bebo”. En el sentido de que siempre llega un viernes o un sábado, siempre están en el […] y llegan embriagados. REVISTA ANÁLISIS El día viernes es como que donde se concreta ya el fin de semana, con toda la carga académica, entonces, vamos a descansar un rato, y a recrearnos un rato, y nos tomamos un par de cervezas, o alguna copa así especial, y conversamos, entonces también para uno relajarse, y uno estar ya tranquilo. En los testimonios, puede verse que culturalmente hay una especie de normalización del consumo de licor durante los fines de semana. Se considera que el viernes y el sábado hay un cese de las obligaciones y, por tanto, hay licencia para la ingesta de bebidas alcohólicas. Con base en lo descrito, se podría plantear que es común considerar que el inicio del consumo de bebidas alcohólicas es anterior al inicio de la vida universitaria, y que la familia desempeña el papel de provocadora o facilitadora de ello. En otras palabras, si bien la vivencia universitaria se constituye en un entorno que favorece el consumo de licor, la realidad es que éste ya viene desde antes. Además, hay múltiples manifestaciones o expresiones que hablan de una especie de “cultura” alcoholizada. La influencia de los pares Esta categoría guarda relación con la existencia de ciertas características del período evolutivo de la adolescencia que hacen más vulnerables a estos sujetos en particular (Espada, Méndez, Griffin & Botvin, 2003). Por ello, no es de extrañar que en el estudio emergiera la influencia de los otros. En los testimonios aportados por los universitarios entrevistados en los grupos focales también aparece el tema de la influencia de otros estudiantes, y como ésta se relaciona con el escenario de consumo de licor: Puede que no sea tanta la presión del bar, de que te estén exigiendo consumir. El mero hecho de que uno esté viendo que los compañeros con los que uno está, o los de alrededor, están consumiendo, eso genera cierto tipo de presión. Los mismos compañeros, la música fuerte del frente, las ganas de cambiar de ambiente. Ahora bien, esta influencia de los otros también parte de una necesidad compartida de conocerse e interactuar entre sí, y de ser aceptado por los otros: Uno llega solo, sin conocer a nadie, entra a un sitio de socialización: “vámonos para al frente un ratico, allá hablamos, para socializar”. Uno puede venir de ese contexto en el que no se consumía, y que no se estaba enseñado a consumir, pero llegar acá, y esa presión social y ese deseo de ser aceptado, inciden en que eso ocurra, en que eso pase. Esta necesidad de socializar y de poder interactuar con los otros puede incluso llevar a que una persona ajena al ambiente asociado al consumo de licor, por el hecho de querer ser aceptada, sea en cierto sentido “jalonada” por las circunstancias, como se registra en el testimonio anterior y en el siguiente: Hay gente que ya consumía, incluso desde antes de ingresar a la universidad, y es de ese tipo de persona que jalan y arrastran a los otros, a los que quieren ser aceptados. Ahora bien, esta relación entre consumo de bebidas alcohólicas y socialización no solamente está vinculada al contexto universitario, es vista como una especie de “condición social”: Vemos que en la sociedad, muchas veces, para uno socializar o empatizar con las demás personas, está de por medio el licor. Entonces, para una socialización con X o Y personas, está de por medio el alcohol. Entonces, por inclusión social, se puede dejar llevar uno. Los jóvenes entrevistados hacen también mención a lo que se podría entender como presión directa, aunque en principio ésta parece que se hace de manera “amistosa”: Siempre que salgo con los amigos, es tome y tome. Si uno no quiere tomar, dice: “¡no!, es que estoy tomando pastillas”, te responden: “¡cuáles pastillas!, tome pues pa´ que se integre”. Si no tomas te dicen: “usted si es amargado, usted si es aguafiestas porque ya no toma, usted sí es”. Es como difícil ser amigo de alguien que no está desempeñando el mismo rol que uno, por lo tanto, uno lo clasifica como asocial o nerd. 83 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. La ingesta de alcohol es vista en principio como un pretexto, pero llega un momento en que se transforma en una especie de requisito para poder interactuar con los otros: Creo que uno de los factores de riesgo más grande que hay en el consumo de alcohol es que es el pretexto para ir a la reunión, a la rumba, ir al frente. La persona siempre busca crear el vínculo con el otro, y el otro, de cierta forma, le pone como condición…: “vámonos a encontrar allí, vamos a tomar”, se va como convirtiendo en un requisito. A modo de colofón para este apartado, en la investigación, se hace mención a cierta presión social para el consumo de licor que es percibida como obligatoria por algunos sujetos, sobre todo si en ellos hay una necesidad marcada de ser aceptados, no conocen a nadie y son más influenciables. Se tiene conocimiento, también, de cierta normalización del uso del alcohol. Capacidad de decisión Las decisiones que toma el sujeto con relación al consumo de bebidas alcohólicas están mediadas por los otros, bien sea para actuar en concordancia con lo que éstos piensan o para tomar distancia frente a ellos. Ahora bien, a pesar de que en los grupos focales aparece el asunto de la influencia de los otros, también emerge el tema de que el consumo de bebidas alcohólicas pasa por la responsabilidad asumida por el propio sujeto. Por una parte, se menciona que hay personalidades más influenciables: Sí, eso depende del estilo de cada persona, de que tan influenciable sea. Por otra parte, se menciona el poder adquisitivo o la capacidad económica en relación con lo que podría consumirse y lo que no: Eso también depende de la plata que tenga la persona, pues si tienes mucha plata, podés conseguir una droga cara, podés conseguir cocaína, heroína, cualquier cosa. Esta capacidad de tomar decisiones también se relaciona con lo que podría entenderse como el proceso de maduración que hace que el sujeto deba responder a un mayor número de exigencias: 84 Hay muchas personas que ven el […], y ven ese poco de gente, y [dicen]: “no, yo voy para mi casa a descansar”. Eso depende de la madurez que uno ha tenido, ya eso lo veo tan normal […] que ya no le encuentro ningún sabor. Mientras que va pasando el tiempo, vas avanzando en tu carrera, y se supone que se van adquiriendo más responsabilidades, te vas entregando mucho más a la profesión, y el tiempo es menos. No sólo es la carga laboral y estudiantil, pienso que también puede ser esa madurez que uno va adquiriendo, y esa preocupación por algo laboral, por el estudio. Y debido a esa madurez, relaciona mejor las cosas, comprende mejor las cosas, sabe que ciertos actos pueden traer consecuencias, y que no van a ser muy favorables para la etapa en la que uno está. Relacionado con la capacidad de tomar decisiones, los entrevistados mencionan un asunto que se podría entender como falta de educación o de estrategias para socializar sin necesidad de consumir bebidas alcohólicas e, incluso, como la posibilidad de utilizar para la socialización otros escenarios diferentes a los espacios de rumba: Pero uno todavía no está como culturizado, no está como todavía metido en ese cuento de ir al Parque de los Pies Descalzos a tomarse un café, ir a conversar con unos amigos, o hacer un grupo de estudio. Uno no, todavía está pensando en la cervecita, y venga vámonos para la rumba. Entonces, también hay que generar esos espacios de formación a nivel cultural. Uno con un grupo de amigos en vez de irse para allá, para el bar del frente, por qué no pensar en un grupo de estudio, en una discusión de un caso. Pues, si estamos interesados en la academia, si estamos interesados en los fenómenos sociales, por qué no tomarse uno un café, bueno e incluso una cerveza, pero que sea un consumo no dañino, que no nos perjudique, que no altere nuestra responsabilidad, que no altere nuestras relaciones en la casa... Sobre la capacidad de “resistir la presión” y la influencia de los otros, hay evidencias que apuntan a que existe una asociación entre la conducta asertiva y los niveles de consumo de alcohol y la resistencia (Londoño & Valencia, 2008). Con relación a ello, los estudiantes hablan de la capacidad de tomar decisiones y de resistir REVISTA ANÁLISIS la presión por parte de los otros, pero dicen que, a la vez, esto es difícil: Puede que no sea tanta la presión del bar, de que te estén exigiendo consumir. El mero hecho de que uno esté viendo que los compañeros con los que uno está, o los de alrededor, están consumiendo, eso genera cierto tipo de presión. Hay gente que sí puede tomar la decisión y se puede pasar todo el día o toda la noche, o en el momento en el que están con ciertas personas que están consumiendo, y tener la capacidad de decir no. Es verdad, porque puede ser que estén tomando algo, y la persona no quiera eso, sino que quiera otra cosa. Puede ser que en el lugar se va a sentir un poco incómodo, pero uno ya tomó la decisión, y no le interesa estar con otra cosa. También sobre las vulnerabilidades personales, además de la conducta pasiva en oposición a la asertividad, se plantea que, en el caso de los adolescentes que consumen más alcohol, hay mayor insatisfacción respecto a su imagen corporal, se sienten menos felices, padecen más trastornos del estado de ánimo y los sentimientos de indefensión son más frecuentes, comparados con los no consumidores (Mendoza, Carrasco & Sánchez, 2003). La asertividad tiene que ver con la toma de decisiones, ya que se refiere a la acción que el sujeto realiza en interacción con su entorno inmediato. Y si bien es cierto que pueden existir “motivaciones” que sirvan de sustento o de justificación para el consumo de licor, en última instancia el sujeto es quien decide: Pienso que el consumo es más un asunto de decisión, que de motivación. Es la excusa de que porque peleé en mi casa, me voy a ir a beber; porque mi novio no está bien conmigo… por todas esas cosas. Entonces es un asunto más de decisión, que de motivación. A modo de cierre para estas reflexiones sobre la capacidad de tomar decisiones, se concluye lo siguiente: - Se presenta una especie de tensión entre el sujeto y el contexto, entre la búsqueda de placer y la culpa. - Según la visión de los estudiantes que se asumen como “veteranos”, hay sujetos que no queman la etapa de primíparos (estudiantes de primer semestre) en lo que tiene que ver con el consumo de psicoactivos, y estos alumnos son considerados como los más vulnerables. - Hay ciertos rasgos de personalidad que hacen a los sujetos más influenciables y poco resistentes a la presión de grupo. - La influencia de los otros es vista por los diversos colaboradores como un asunto poco importante. La universidad y el consumo de sustancias psicoactivas Si bien es cierto que las instituciones educativas superiores no están pensadas como escenarios de consumo de psicoactivos, en los testimonios se puede evidenciar que el conocimiento popular asocia la experiencia y el tránsito por la universidad con diversos consumos de estas sustancias. En términos generales, la universidad se asocia con la libertad y, por su ubicación cercana a los lugares de expendio de licor, facilita la ingesta de bebidas alcohólicas. El cambio del colegio a la universidad donde se da más libertad. Se supone que ya, en la universidad, voy a ser autónomo, voy a ser libre, voy a ser responsable. Pero vengo también con ciertos indicios de que hay que consumir para entrar en el hábitat de todos, dentro de una universidad. En el ámbito universitario y, sobre todo en esta universidad, lo que generalmente la gente consume es licor. Además de considerar el consumo de bebidas alcohólicas como algo propio del entorno universitario, se considera esta práctica como un espacio de socialización para los estudiantes: Más que verlo como sólo consumo, se podría ver como una forma de integración y conocimiento fuera de las aulas de los estudiantes. Para ampliar lo anterior, es interesante anotar un asunto que tiene cierta relación con lo observado sobre la influencia de la familia y con los adultos significativos: se piensa que los jóvenes de los primeros semestres serían influenciables por parte de los profesores consumidores 85 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. de licor, aunque más que esto, se podría afirmar que el consumo por parte de los docentes sirve de excusa para el joven justificar su propia práctica social de consumo de bebidas alcohólicas: Los de los primeros semestres, que son más adolescentes, ven que el profe también toma licor, que lo está haciendo. El menor piensa: “entonces yo también, si ellos lo están haciendo…”. Debido a la cercanía de la universidad con los lugares de rumba y de consumo de licor, en los testimonios emerge el tema de la facilidad de acceso a las sustancias psicoactivas, en especial, a las bebidas alcohólicas: Yo pienso que puede afectar, y específicamente en esta universidad por la predisposición que hay en los lugares que tenemos al frente. Si en esta universidad no existieran esos lugares que están al frente, seguro que cada quien sí formaría pues grupitos para salir, y tener ese lugar de compartir, pero sería mínima la probabilidad de eso, por el solo hecho de que yo me tenga que desplazar con un grupo de amigas. El solo hecho de tener ese lugar, esos lugares, no es solamente. Uno puede escoger, elegir, es un factor que incide demasiado, específicamente a esta universidad, y que habría que mirar en qué medida está afectando eso a los estudiantes. Si vos salís y no hay nada cerca, a uno le da pereza ir a un lugar. Y si vamos con los amigos y te toca ir hasta […], tienes que pensar en cambiarte, en la plata que vas a gastar para pasajes y es mucho. Hay testimonios que apuntan al consumo de licor al interior de la universidad: Cuando es acá adentro, es mucho más… la fiesta, la rumba, con el tablado y eso, es más factible ingresar licor. Más que todo como en las fiestas. Yo lo que he visto mucho es que pasan frecuente al baño. Yo he visto acá dentro alcohol, pero prohibido está acá, por lo que ves los letreros y ahí dice prohibido fumar, prohibido beber, hasta prohibieron jugar cartas. Pero algunos traen botellas y venden guaro. Nosotras sabemos que lo hacen. 86 Es normal que uno se haga en la entrada, cerca de donde está la fuente, y ver el grupo de amigos escuchando música y tener la de ron o la de aguardiente. Mire que todos hemos visto eso, acá en la fiesta de la universidad. Si supuestamente es prohibido el consumo de alcohol, es cuando más borracha sale la gente de acá. Pero también es porque nosotros entrábamos el trago y nadie decía nada, y las fiestas fueron las peores, hasta con los cocteles salían mareados. Desde el punto de vista de la ubicación geográfica, la universidad se relaciona con los escenarios de rumba, hasta se la identifica con esos lugares: Yo tengo compañeras del trabajo que ni siquiera estudian, pero dicen: “vámonos para el […]”. La universidad es más conocida, por así decirlo, más que por lo que hace como institución, por los lugares del frente. Sobre lo que se podría entender como control de estas situaciones, quienes participaron en esta investigación tienen conocimiento de las normas que regulan la distancia que debe existir entre los lugares de expendio de bebidas alcohólicas y las instituciones educativas: Por Ley, de aquí al salir a la calle, a veinte metros, si mucho a menos de cincuenta metros de una institución pública o privada, no va a haber ningún expendio, ni ningún tipo de venta de consumo de alcohol. Al frente está que eso no se cumple, las instituciones lo saben, y no hay forma de hacerlo cumplir. Hay es que intervenir, que las otras universidades también intervengan, porque en casi todas hay un bar al frente. Se debe de procurar intervenir por el Ministerio de Educación y por Ley. Es también concientizar, porque hay personas a las que el trago les hace daño y siguen. La Ley existe pero todos la incumplen. Ante la discusión sobre la distancia entre la institución educativa y los lugares de expendio y consumo de bebidas alcohólicas, se ha planteado la siguiente pregunta: ¿quién llegó primero, la institución educativa o los bares? Esto también es mencionado por uno de los colaboradores del presente estudio: Esos lugares estuvieron primero, antes que la universidad. Por eso no había apelación. No los tenían REVISTA ANÁLISIS que quitar, porque estaban antes que la institución educativa. Entonces ese es el problema, que ya fuimos nosotros los que llegamos a hacernos aquí, al frente del lugar. Además del tema relacionado con el control que se denominaría externo a la institución, se hace mención a otro control que se da a nivel interno: Yo he visto acá dentro alcohol, pero prohibido está acá, por lo que ves los letreros y ahí dice prohibido fumar, prohibido beber, hasta prohibieron jugar cartas, pero algunos traen botellas y venden guaro. También en lo comentado por los estudiantes aparece una postura crítica frente a la institución educativa y a su papel con relación al tema del consumo de bebidas alcohólicas: Yo creo que la universidad debería plantear más alternativas para los estudiantes, en cuanto a los espacios de recreación, en cuanto a espacios de encontrar nuevas alternativas. Uno muchas veces ve muchas cosas, es si no sentarse al frente de las escalas: “vamos allí a tomarnos una cervecita, allí, al frente”. Yo veo que no hay suficientes espacios en la universidad. Hay un asunto cultural, porque a nivel de ciudad ya se han ido creando como espacios culturales, teatro o cine gratis, un parque. Está la universidad, y tenemos un problema social, entonces, ¿qué estamos haciendo?, ¿qué proyectos de prevención y promoción tenemos para combatir esto? no tenemos ninguno. Tenemos practicantes, por qué no entonces: “vamos a demandar equis cantidad de practicantes de la universidad para que ellos puedan practicar combatiendo esto, con programas de prevención y promoción”. ¿Dónde está esa universidad con énfasis social, que se preocupa por el ser humano y ese querer que esté bien? Para cerrar las reflexiones de este apartado, uno de los aspectos que se mencionan en él es el consumo de licor al interior de la universidad, pero asociado a la realización de las fiestas de la institución. También se hace mención a la universidad como una instancia que ejerce cierto control desde la restricción al consumo de cigarrillo, al juego y a otras conductas que se dan en su interior. Pero, a su vez, es un espacio de libertad porque en ella hay menos control por parte de la familia y porque tradicionalmente es un sitio para el debate y el libre pensamiento. Aparece la necesidad de socializar, de conocer a otros, y el consumo de sustancias se convierte en un medio para ello. En otras palabras, no necesariamente el consumo de alcohol se constituye en un fin en sí mismo. Debido a su cercanía con lugares de expendio y de rumba, la universidad actúa como un facilitador. Incluso debido a esto, se le asocia con los lugares que están ubicados al frente de ella. Se critica a la institución universitaria porque no se sabe cuáles son las acciones que está realizando en materia de promoción y prevención, y qué difusión hace de las mismas. Los primíparos (estudiantes de los primeros semestres) Además de las influencias de los escenarios, están mediando en el consumo de alcohol, las expectativas que la persona tiene frente a esta ingesta. El conjunto de creencias acerca de la salud y el consumo de licor se encuentra estrechamente relacionado con la actitud positiva o negativa hacia él, pues si las expectativas de los adultos sobre los efectos del consumo son positivas y agradables, se aumenta la posibilidad de que los jóvenes adopten estas mismas creencias. Lo que lleva a que éstos se expongan más fácilmente a situaciones de abuso (Carmona & Chávez, 1991, citados por Londoño, 2005). Aquí entraría a operar una de las funciones de las representaciones sociales: justificar las prácticas socialmente compartidas del consumo de alcohol, cuando el sujeto conoce que otros envestidos de autoridad consumen estas bebidas. Esos otros son los profesores, los padres de familia y otros adultos significativos. Lo mismo sucede cuando se recurre al origen primitivo y ancestral del consumo. Otro de los temas que surgió en los grupos focales son las representaciones que existen frente a los estudiantes de los primeros semestres que, en el contexto colombiano, son denominados “primíparos”. Una de las representaciones sociales sobre el consumo de alcohol se refiere a que se percibe mayor ingesta en los primeros semestres, pero, al avanzar en la formación, aparece un asunto que se podría denominar como madurez psicológica, la cual está asociada a las responsabilidades y compromisos que el sujeto debe de asumir y que lo alejan de las prácticas de consumo de licor: 87 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Yo digo que hay más consumo en los primeros semestres, porque igual la carga laboral, los trabajos son más cuando uno está terminando, entonces, no hay como tanto tiempo para ir a socializar y hay la madurez psicológica. clase nuevamente en la noche. Un joven de 20 años puede estar en un décimo semestre, ¡pero hombre!, [él dice:] “si yo sólo estudio, yo no tengo afán de irme para la casa, yo no tengo que levantarme a las 6 de la mañana”. Consecuente con la idea anterior, otro de los colaboradores, en uno de los grupos focales, menciona que a medida que pasan los semestres el número de estudiantes se reduce de manera progresiva, y aduce que la razón de esto es la seriedad, el compromiso y la dedicación que la academia va exigiendo y que esto aumenta de un semestre a otro: De nuevo, aparece la idea de la universidad como espacio al que se le atribuye la propiedad de la libertad y, por ende, que facilita determinadas conductas, y que éstas se pueden ver como propias del estudiante universitario, aunque no necesariamente esto sea cierto: Yo me uno también a la postura que uno alcanza a percibir a grosso modo: que es más frecuente [el consumo de bebidas alcohólicas] en los estudiantes de primer semestre. A medida que va pasando el tiempo, uno va adquiriendo un poquito más de seriedad, de compromiso con la carrera, de dedicación, y alcanza uno también a notar, a lo sumo, que los estudiantes de primer semestre que uno veía ahí al frente, y todo eso segundo semestre, ya son menos al tercer semestre, cuarto semestre muy poquitos, de los que se mantenían allá. Uno alcanza a percibir eso. La llamada madurez psicológica también tiene que ver con el uso del tiempo, que desde la visión adulta se traduce en expresiones como “no tengo tiempo”, “el día no me rinde”, “ojalá el día tuviera 36 horas”. Uno de los participantes de un grupo focal menciona que prefiere dedicar su tiempo a actividades distintas a la ingesta de licor y que al parecer los prímiparos sí tienen tiempo. Dice además que esto lo diferencia a él de los estudiantes de los primeros semestres: [En vez de tomar], de ir a estar allá, voy a mi casa y me leo un libro, adelanto algo para mañana. Mientras los del primer semestre [piensan]: “faltan muchos semestres y todavía podemos recuperar”. En otro de los testimonios, que complementa lo anterior, se plantea que los estudiantes más adultos disponen de poco tiempo, pero que para los más jóvenes eso no es así: ellos tienen tiempo para el ocio. Esto se ve como un facilitador del consumo de sustancias psicoactivas: En mi opinión influye mucho el tiempo libre que tiene una persona. A mí me invitan a tomar una cerveza el jueves, pero yo me levanto a las 6 de la mañana para ir a clase y luego trabajo todo el día, y tengo 88 Yo me atrevería a plantear que en los primeros semestres hay el deseo de que somos universitarios y estamos comenzando, y la universidad es algo libre, y comenzamos a hacer un montón de cosas, que quizás no se hacían en el colegio. Son un montón de cosas que nos caracterizan como universitarios, entre comillas, se podría decir. Para sintetizar las reflexiones acerca de las representaciones sociales sobre los primíparos debemos decir que se percibe que, en los primeros semestres, hay más consumo de licor y que a medida que avanzan los estudiantes en la carrera, la ingesta va disminuyendo. El consumo de alcohol u otras sustancias se considera como parte del proceso de ser universitario, aunque hay una línea de pensamiento que diría lo contrario al afirmar que el consumo viene desde antes de que los sujetos ingresen a la educación superior. Lugares de expendio y consumo La vivencia de ser universitario se extiende más allá de los claustros, de las edificaciones de las instituciones. El día a día de las personas que pertenecen a las instituciones no se limita al horario de clases y las vivencias se extienden a otros espacios de la ciudad (FUNLAM, 2009). Además de lo anterior, Navarrete (2001) afirma que si bien es cierto que el inicio del consumo de alcohol se sitúa de manera previa en la adolescencia, el mantenimiento del consumo se relaciona con la institución universitaria. Al respecto se puede citar el siguiente testimonio conseguido en los grupos focales: Llegan los de primeros semestres… uno siempre tiende a analizar el ambiente. Uno dice: estudio, pero también hay un lugar de esparcimiento… entonces he notado que muchos de los que en el primer semestre solamente íbamos a divertirnos, por ahí a veces no REVISTA ANÁLISIS nos daban alguna clase, íbamos para allá para como hacer el rato. El indicador del conocimiento relacionado con los lugares de expendio y de consumo posee varios subindicadores que dan cuenta de cómo se agrupan los diversos conocimientos sobre el tema. Se seguirá este orden con fines expositivos: días y horas de afluencia; descripción física de los lugares; los asistentes; las sustancias; la música; el control y la crítica. Días y horas de afluencia Los testimonios recogidos sobre los días y horas de afluencia a los lugares donde se consume licor apuntan al fin de semana. Nótese que éste comienza desde el jueves: Jueves, viernes y sábados son los más frecuentes. Jueves y viernes son los días en que más se ven al frente los estudiantes. Al frente de la universidad es muy chévere, sitio ideal para rematar después de una semana de clase. Todos los días, en especial juernes [sic] y viernes. Con respecto a las horas, la ingesta de licor comienza en la tarde: Desde las 5 p.m. que es cuando uno sale y hay mejor ambiente. Desde las dos de la tarde, se pueden ver estudiantes tomando al frente. Se vende más los jueves, viernes y sábados después de las 4 p.m. Con base en los elementos anteriores, es de notar, entonces, que estos mismos sitios cambian su condición de uso dependiendo de la hora, y se podría hablar de distintos ambientes en el mismo lugar físico: Hablando de ambiente, depende del lugar que se escoja para estar, y el tiempo que uno permanezca, porque si vos vas al “Parche Pilsen”1, por ejemplo, a las tres de la tarde hasta las cinco es un ambiente más 1 Tiendas de expendio de cerveza en la ciudad de Medellin, patrocinados por una empresa productora. relajado, porque si se queda hasta las diez o doce de la noche, se vuelve muy tensionante porque allá hay muchas peleas. Ahora bien, aparte de estos días y horarios, hay varias situaciones que son propias de la vida académica y que, según los testimonios de los entrevistados, guardan relación con el consumo de licor porque las personas las ven como momentos propicios para ello. Es el caso del principio de semestre y de la necesidad de integración entre los estudiantes: Es que es una tentación salir de clases a tomarse un chorro. Es que uno sale y está la música, la gente, el ambiente y es principio de semestre y uno quiere conocer a todo el mundo, entonces vamos a integrarnos al frente. Allá se ve integración de carreras, de todo. Después de haber empezado el semestre académico aparecen otros momentos como son las fiestas y los parciales: Terminar una semana de clases, las fiestas de la universidad, los exámenes finales y terminar un semestre, ganar un parcial. Generalmente, es cuando se sale de parciales duros o cuando se termina el semestre. Descripción física de los lugares En este caso, se tendrán en cuenta tres sitios que son los de mayor referenciación para los estudiantes: el A, el B y el C (por asuntos éticos no se escriben nombres propios). Sobre el lugar A, en las observaciones de campo, se anotan sus dimensiones, su capacidad de recibir clientes, la silletería y la publicidad: Es el local con mayor afluencia de individuos durante toda la jornada. Su espacio mide alrededor de 5 metros de ancho por 10 metros de largo, con silletería y mesas alusivas al patrocinador del local que es la marca de cerveza […]. En la parte delantera se ubica la barra de atención con algunas sillas a su alrededor, en el centro una pista de baile y los servicios sanitarios y, distribuidas por todo el local, sillas y mesas para el uso de los clientes. El sitio de mayor afluencia fue el lugar A. Es un salón bastante amplio, dotado de mucha silletería alusiva a 89 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. cerveza. Este sitio tiene capacidad, aproximadamente, para 60 ó 70 personas. Con relación al lugar B, en los registros de la observación de campo se anota lo siguiente: El establecimiento comercial conocido como B presenta una gran acogida entre los usuarios que frecuentan el área observada, no obstante que su capacidad instalada para brindar servicios es limitada, su espacio es muy pequeño. La disposición de mobiliario es la siguiente: a la derecha la barra de atención al público, la cual está rodeada de silletería y mesas, dispuestas a lo largo de todo el local comercial. En el extremo izquierdo se sitúa una barra que limita todo el establecimiento hacia el espacio público, en este sector se tiene visión frontal de la universidad y del área pública. No se observa área de baile dentro del local, además, por su infraestructura limitada se extiende el mobiliario hacia el corredor del mall comercial en el cual se ubica. Pasando al tercero de los lugares, el C, se anota lo siguiente: Presenta una alta concurrencia por parte de los jóvenes que frecuentan el sector, sin embargo la capacidad de atención es limitada ya que el área es de 4 m de ancho y 7 m de profundidad. Llega a recibir hasta 60 personas. El mobiliario tiene como elemento principal una mesa de billar que no cumple su función recreativa. La mesa está rodeada por silletería que se ubica tanto dentro del local como en el corredor frontal del mall comercial. En la parte interna, al fondo, se encuentra la barra de servicio al público. Los asistentes De las personas que frecuentan los sitios de expendio y de consumo de licor, se dice en los testimonios que son básicamente estudiantes universitarios, pero que no pertenecen a una institución universitaria en particular: Hay que mirar qué tanto porcentaje hay de universidad, qué tanto porcentaje es de la otra institución. Sí asisten personajes de otras universidades, amigos de uno que los invitamos. Algunos se comportan bien, otros no. 90 Con respecto a la presencia de menores de edad en lugares de expendio de bebidas alcohólicas, hay varios testimonios que apuntan en esa dirección: Creo que sí no se fijan en la cedula y creo que es muy grave: uno nunca sabe qué les pueda pasar a estos niños y a los vendedores lo que les importa es hacerse su dinero y nada más. Pues la verdad no estoy seguro. En algunas ocasiones piden documento de identificación, pero en otras no. Y se ven muchos jóvenes que en ocasiones, pienso, son menores de edad. No lo sé, pero supongo que sí porque a nadie le piden identificación. Lo anterior se relaciona con lo anotado en los diarios de observación de campo: Igualmente los menores consumen licor sin ningún reparo. Los asistentes son en su mayoría jóvenes entre 16 y 23 años, sin que se observe control alguno sobre el ingreso de menores de edad al establecimiento, ni sobre el expendio de bebidas alcohólicas a éstos. También se menciona la presencia de personas adultas identificadas como “no universitarias” y su comportamiento es considerado raro y extraño por los estudiantes que colaboraron en el presente estudio: Se ven otros, no sé cómo decirlo, raros, en el sentido que van es con otras intenciones: sea a vender drogas o a conquistar niñas jóvenes, porque las que van más allá son peladitas como de colegio. Creo que depende más del tipo de gente que va, ya que hay muchas personas como raras. Aunque el lugar sí puede prestarse para eso ya que no tiene precauciones, ni ningún tipo de normas para la asistencia de personas así. Siempre están en la barra o en mesa, pero son poquitos, 2 ó 3, no bailan, sino que se quedan sentados mirando alrededor. No sé con qué intenciones, Se quedan la mayoría del tiempo hasta que se cansan o encuentran a alguien con quien conversar. REVISTA ANÁLISIS Las sustancias En los escenarios de expendio de bebidas alcohólicas, según lo visto en las observaciones de campo, los licores que más se consumen son: Las bebidas de mayor consumo son la cerveza, consumo de aguardiente en tetrapak de un litro, el chorro que es una mezcla de varios tragos, y el aguardiente. Las bebidas con mayor demanda son la cerveza y el aguardiente. Los colaboradores también mencionan el consumo de otras sustancias de carácter ilegal: No pienso que sea la publicidad, es más la música, la música es llamativa, porque la publicidad no es agradable o llamativa para mi gusto. En los grupos focales y las entrevistas, se les preguntó a los jóvenes colaboradores sobre cuáles eran los géneros musicales que, desde su punto de vista, se podría pensar “que incitan” a la práctica social del consumo de alcohol. Esto fue lo que respondieron: Pues a mí el reggaeton, la electrónica y la de despecho. Los vallenatos y el reggaeton. La música de despecho y el merengue. La electrónica. De igual manera dentro del establecimiento se percibe el consumo de drogas como son perico, aunque este consumo se realiza sin que se percaten los encargados del establecimiento. Lo anterior coincide con las observaciones de campo que dan cuenta de los géneros musicales que se escuchan en los lugares de rumba: Me tocó pasar por la mitad de los sitios de acá del frente, el día anterior había una rumba, cuando yo venía pasando por el callejón, vi una cantidad de tarritos café […] yo cogí varios tarritos de esos porque tenía una idea de que ahí se envasaba el popper. La música que se escucha en el local es de diferentes géneros: reggaeton, salsa, vallenatos, merengue y bachata, siendo la de mayor acogida el reggaetón, género con el cual se observa una mayor interacción en el baile entre los asistentes. También se ve el consumo de marihuana, de pepas, y del perico. El tipo de música que se escucha es variada: salsa, merengue, vallenato, aunque está muy marcado el reggaeton que lo bailan mucho. La pista de baile está en la parte de atrás del establecimiento y tiene poca luz. Lo que yo he visto que revuelven es marihuana. La música Dado que el mayor consumo de sustancias en la adolescencia se produce asociado a una situación de ocio y diversión (los fines de semana, en discotecas y pubs) donde la música está presente, y es […] uno de los factores más importantes de la cultura juvenil (Fouce, 2003). Conscientes de lo anterior, uno de los elementos clave observado en los lugares de expendio y consumo de alcohol que fueron visitados para las observaciones de campo, y por el que se indagó en las entrevistas y los grupos focales, es la música y cómo ésta entra a formar parte del ambiente y del espacio de rumba: En un entorno de esos debe de haber música, principalmente. La música que tenga de todo y desde que allá uno esté pasando bueno y esté contento, está bien. Por otra parte, aunque se reconoce el papel de la música, se plantea que ésta se pone a un volumen tal que dificulta que las personas puedan conversar y, por ello, deben hablar casi a gritos: Exageradamente escandaloso, aunque me gusta. Uno asiste a esos lugares con el ánimo de compartir con los compañeros, pero es un ambiente en el que no escuchamos bien lo que hablamos, hay que hablar gritando. Lo anterior guarda relación con planteamientos que explican los altos volúmenes del sonido como estrategia para lograr que las personas consuman más licor, ya que se dificulta hablar y sólo quedan como opciones bailar e ingerir bebidas alcohólicas. 91 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. El siguiente ingrediente que los colaboradores consideran importante, después de la música, es la buena atención y que los lugares de rumba sean atendidos por personas amables: Pues creo que depende de lo que uno espera. Para mí es un lugar agradable si tiene buena música, es buena la atención, las chicas son muy amables, le colaboran a uno en lo que necesite… cumple con mis requisitos. El control por parte de los negocios Con relación a los controles realizados en los sitios de expendio y consumo de bebidas alcoholicas, se entrevistó a un empleado de uno de los lugares, éste habló de los mecanismos de control que ellos utilizan: En caso que un cliente esté muy ebrio, se le dice que ya no beba más o no se le vende más. Cuando se presenta el consumo de drogas ilegales, llamamos a seguridad, para que ellos se encarguen. Ellos controlan que no entren drogas. Cuando los clientes entran, se revisa que no traigan licor de afuera y que sean mayores de edad. Se les mira la cédula. La policía a diario hace visitas. Hay dos patrulleros ahora mismo justo al frente y nos están observando. La crítica También en los relatos de los estudiantes hay fragmentos que apuntan a que el ir a estos lugares, aunque es una forma de socialización, no es la única. Incluso algunos estudiantes no la ven como la más adecuada e identifican, además, aspectos negativos de los lugares de expendio y de rumba. Señalan nuevamente las dificultades para poder hablar con los otros: Pienso que el licor no integra. Reuniones al lado de una cervecita, por lo general, son sitios muy ruidosos y en grupos de 3, 4, ó 5 y de ahí para arriba, si mucho se pueden integrar los de la derecha, o los de la izquierda, y eso que gritando. Además hay espacios que son percibidos como facilitadores de estados depresivos, estimuladores 92 del consumo de otras sustancias diferentes del licor, e incluso propiciadores de conductas agresivas y de situaciones de carácter delictivo: Yo pienso que aparte de que […] le genera a uno depresión, también lo incita al consumo de otras sustancias, ¿cierto?, a la violencia, a ser agresivos. Pienso que eso es totalmente desfavorable. Son espacios de desintegración por los conflictos, y qué me dice del tema de las bandas. Incluso las mismas violaciones… han [sic] habido cantidad de casos… los mismos porteros le cuentan a uno: “vea eso anoche estuvo impresionante”. A modo de conclusiones generales, en relación con los lugares de venta y expendio de bebidas alcohólicas, podemos mencionar que la cercanía de los bares a la institución educativa hace que el consumo de licor no sólo se dé durante los fines de semana, es posible que se presente cualquier día. Cabe reflexionar que la cercanía facilita el consumo pero, de igual manera, sigue existiendo la posibilidad de que quien quiera consumir licor se desplace a otros lugares, así esto implique gastos extras. La relación que el sujeto establece con el escenario de consumo se expresa con el baile, la tertulia, la expresión de emociones asociadas a estilos y gustos personales. Puede que los escenarios físicamente sean los mismos, pero dependiendo de la hora en que se transite, o se “habite” en ellos, hay dinámicas que son muy diferentes. El alto volumen es otra estrategia para aumentar los niveles de consumo de bebidas alcohólicas, ya que éste interfiere la comunicación entre los asistentes, y hace que éstos consuman más bebidas alcohólicas u otras sustancias que estén disponibles. Los medios de comunicación Hay una constante exposición a mensajes de medios masivos y del entorno universitario en los que se reitera la importancia de alcanzar los efectos benéficos del consumo de licor (Londoño, 2005; Londoño, García, Valencia & Vinaccia, 2005). Los gastos publicitarios de las bebidas alcohólicas son altos y los jóvenes son el objetivo preferente. Por otra parte, son modestas las inversiones publicitarias en prevención (MontesSantiago & Lado, 2009). Así mismo, las campañas de REVISTA ANÁLISIS mercadeo de las bebidas alcohólicas sólo enfatizan en los aspectos positivos de la ingesta de alcohol, y ocultan los negativos (Calderón, Castaño & Villa, 2007). La influencia de los medios, que incluso se nombra como seducción (y que podría pensarse que guarda cierta similitud con la conducta sexual), también fue mencionada por los colaboradores del presente estudio: Sí, a mí me parece que los medios de comunicación influyen mucho. La seducción publicitaria también empuja mucho hacia el consumo. Esta publicidad va orientada al público juvenil. Y, según los colaboradores de esta investigación, los jóvenes se sugestionan con los mensajes de las vallas publicitarias: Son jóvenes y son seducidos totalmente o sugestionados por vallas publicitarias de cervezas como […] y también de cigarrillos, sí en todo el frente hay una. La publicidad también se particulariza en cuanto al género. Para incitar a los hombres al consumo de licor se recurre a la estrategia de asociar la cerveza con mujeres de cuerpos esculturales y atractivos. En uno de los registros de las observaciones de campo se escribe al respecto: Hay algo muy peculiar en estos establecimientos, y es el perfil que deben manejar las empleadas: para llamar la atención de los clientes tienden a ser chicas jóvenes con una estructura de cuerpo muy esbelta. Lo anterior responde al principio conductual de asociar determinados estímulos. Volviendo a lo expresado por los participantes de los grupos focales: Para los hombres las chicas águila, e inclusive cuando están en esas, en propagandas, incluso, cuando vienen al frente de la universidad modelos a ofrecer el trago gratis, y eso también incita a que ellos quieran probar: “¡hay trago, vamos a probar qué tal ese producto!”. Aparte de las campañas de publicidad que se realizan en los medios masivos de comunicación, también en los sitios de rumba hay actividades publicitarias relacionadas con las bebidas alcohólicas. Frente a esto los entrevistados dijeron lo siguiente: Uno allá ve visuales, incitadores, volantes y suvenires [sic]. Hay carrozas con bailarinas y con música a todo volumen. Pues las pancartas, y cuando hay algo nuevo en tragos, aparecen jóvenes promotores. En consonancia con lo anterior, en las observaciones de campo también aparecen anotaciones relacionadas con la publicidad en los sitios de rumba: La publicidad es de la cerveza […], tiene afiches por todos lados, uno de ellos dice: […] Las mesas y sillas también son de la cerveza […]. Además de la publicidad, se llevan a cabo ofertas de licores y concursos que hacen parte de la difusión y promoción de estos productos y que buscan estimular su consumo. Sobre el tema también hablaron los jóvenes colaboradores: Ocurre eso, que vengan a regalar, pues que una bebida nueva, que un trago nuevo. Hay ofertas en donde el licor es dos por uno, además se dan premios de media de guaro, por ejemplo, a la mesa más animada en un sitio de rumba. A veces hacen promociones y rebajan el precio de la cerveza, o rifan casas por comprar cervezas. Se realizan concursos: el que más rápido se tome la cerveza, o el que más tome en determinado tiempo. En relación con las ofertas y promociones, uno de los colaboradores comentó que se ha sentido engañado: En cuanto a las promociones, se manejan varias que son engañosas. Le dicen a uno que se acabó y, entonces, le toca comprar a uno al valor normal. Los jóvenes universitarios que colaboran en el estudio reconocen la presencia de los medios publicitarios y también la influencia que éstos generan, pero, a su vez, afirman que los noticieros de televisión transmiten o dan a conocer la otra cara del consumo de alcohol, aunque este aspecto no recibe tanta difusión como la publicidad a favor. Esto dijeron al respecto los universitarios entrevistados: 93 REVISTA ANÁLISIS Yo recordaría, por ejemplo, lo que pasó esta semana. Un abogado prestigioso que ingiere alcohol, la vida se le acaba y cambia, porque la carrera de él, quién sabe si vuelve a ser la misma. Tiene una condena. Mientras lo condenan está en la cárcel, todo mundo lo está juzgando, porque lastimó a otra persona, entonces creo que, a nivel psicológico, él también se está viendo afectado, por lo que se le vio en los comentarios que hizo en las noticias. Por ejemplo, hace días que salió por las noticias que ese niño con apenas dos años, y ya toma guaritos. Si los papás lo dejan, es porque ellos no vieron problema en que lo haga. Sobre la realización de campañas preventivas al interior de los lugares de expendio y de consumo de licor, algunos de los colaboradores dicen que no conocen ninguna y consideran que éstas serían contraproducentes para los mismos negocios: Sobre las campañas no conozco, porque así no venderían, sinceramente no conozco ninguna de licor. Como aspectos para resaltar sobre los medios de comunicación, y de acuerdo con lo descrito, se puede afirmar que la publicidad recurre a la estrategia de relacionar la sustancia psicoactiva con otro objeto, en el caso de las bebidas alcohólicas, se utilizan mujeres jóvenes, muy atractivas, de cuerpo escultural, alegres, extrovertidas y rumberas. La imitación y la publicidad son formas de aprendizaje popular que ayudan a generar conocimiento de sentido común sobre el consumo de alcohol y sus efectos. Los jóvenes que asisten a los lugares de expendio de licores afirman, en términos generales, que no tienen conocimiento de que existan en ellos estrategias de prevención y, según las entrevistas realizadas a los dueños de estos negocios, solamente uno de ellos sabe de las campañas. Discusión Según varios autores, ciertas características de la adolescencia pueden facilitar el consumo de alcohol y otras drogas y, por lo tanto, éste suele iniciarse en esta etapa de la vida (Espada, Méndez, Griffin & Botvin, 2003). Por su parte, otros estudios plantean que la dependencia alcohólica de un miembro de la familia es un factor estresante que debilita la resistencia familiar en muchos aspectos y la hace insuficiente o incluso 94 perturbadora en alguna de sus funciones esenciales (Santo Domingo, 1990). Igualmente, se ha sugerido que en las familias con algún miembro alcohólico, el alcohol puede llegar a convertirse en el elemento o eje alrededor del cual se desarrolle toda la vida familiar (Starr, 1989; Silvia & Liepman, 1991). En la experimentación juvenil con alcohol subyacen multitud de condicionantes de índole psicosocial, tales como deseos de integración grupal e intentos de evitación del rechazo, déficits de habilidades interpersonales ante presiones grupales, elicitaciones de liderazgo grupal, así como procesos de modelamiento simbólico (Moral, Rodríguez & Sirvent, 2005, 2006). Además de lo anterior, otro estudio sobre la relación entre salud mental y abuso de SPA entre adolescentes encontró que los jóvenes con problemas emocionales serios consumieron dos veces más cigarrillo, alcohol y marihuana y son más dependientes del alcohol y otras drogas en comparación con los que tienen bajos niveles de problemas emocionales (Cooper et al., 1994). El alcohol permite además la evasión, sin romper aparentemente el orden social. Por otro lado, y en lo referente a las relaciones entre el nivel de información y el consumo de los distintos tipos de bebidas alcohólicas, Berjano (1988) encontró que existía alguna relación entre el desconocimiento de las consecuencias negativas de las drogas, y el consumo de bebidas alcohólicas, pero no demostró que esta variable tuviera un poder de discriminación significativo entre alumnos consumidores y no consumidores. Este dato pone en cuestión que el desconocimiento o la falta de información sea un factor. La influencia del grupo de pares y la necesidad de pertenecer a algún grupo son el marco de referencia que ayuda a afianzar la identidad adolescente frente al mundo adulto y satisface el sentimiento de afiliación o pertenencia a un grupo de iguales. La probabilidad de beber aumenta si el adolescente se integra en un grupo que consume alcohol, por influencia indirecta del modelado de los compañeros o directa de la presión de grupo al instigar a la bebida mediante invitaciones explícitas (Comas, 1992). Junto a la motivación hedónica, la presión normativa del grupo de iguales o la vinculada a la propia experimentación de sensaciones nuevas, el consumo de sustancias psicoactivas podría emplearse como vía de escape de la situación de moratoria psicosocial y cautividad en la adolescencia por la que atraviesan los jóvenes contemporáneos, evidenciada en diversos trabajos (Castillo, 1999; Moral & Ovejero, 2004; Ovejero, 2000). Complementando lo anterior, la REVISTA ANÁLISIS ansiedad social ha sido significativamente asociada con las razones que influencian la bebida en estudiantes universitarios (Owen, 1996). la percepción de su bajo rendimiento tendía a asociarse a niveles bajos de autoestima, autoconcepto negativo y escasas expectativas académicas. Ampliando la información sobre la influencia del grupo de pares, ésta guarda relación además con las expectativas frente al consumo de bebidas alcohólicas, más concretamente con la visión del alcohol como facilitador social y la expectativa de reducción de la tensión psicológica. El alcohol es percibido como reforzante debido a varios factores: en primer lugar, a las experiencias vividas por los jóvenes y adolescentes evaluadas positivamente ocurren cada vez con más frecuencia en el ambiente universitario; en segundo lugar, a la constante exposición a mensajes tanto en medios masivos como en el entorno universitario que reiteran la importancia de alcanzar los efectos benéficos del consumo de licor; en tercer lugar, a la disponibilidad y al fácil acceso de las bebidas alcohólicas; y finalmente, a que los efectos negativos más importantes aparecen tardíamente y no son asociados con la ingesta de la sustancia (Londoño, 2005). Con respecto a la universidad y la influencia del consumo de sustancias, y teniendo en cuenta la preponderancia desde las representaciones sociales sobre los estudiantes que inician sus estudios universitarios y su abuso en el consumo de bebidas alcohólicas, los resultados de otros estudios ponen de manifiesto que los escolares que consumen alcohol muestran mayor ausentismo y un mayor índice de abandono escolar (Crum, Ensminger, Ro & McCord, 1998; McBroom, 1994; Wichstrom, 1998), una elevada insatisfacción escolar (García & Carrasco, 2003; Karatzias, Power & Swanson, 2001; Newcomb & Félix, 1992), mayor cantidad de repeticiones de cursos (Ruiz, Lozano & Polaino, 1994; Shannon, James & Gansneder, 1993) y, además, parecen estar menos comprometidos con las normas de la escuela y con la participación en actividades extraacadémicas. Así, Bloch, Crockett & Vicary (1991) señalan que el consumo de alcohol está asociado a una menor participación en actividades académicas fuera del horario escolar, tales como la realización de los deberes o la lectura de libros. En la misma vía van Carrasco, Barriga & León (2004), al expresar que el consumo de cerveza y bebidas destiladas, así como la frecuencia de embriaguez, están asociados negativamente con la satisfacción escolar, el autoconcepto académico, el tiempo dedicado a la realización de los deberes y las expectativas académicas. La capacidad de decisión está mediada, entre otros aspectos, por las consecuencias positivas que hombres y mujeres atribuyen al consumo: lo asocian al mayor disfrute de la interacción social cuando ésta se acompaña de alcohol, aunque es una atribución significativamente más pronunciada en los hombres que en las mujeres (Flórez-Alarcón, 2003). Hacen referencia a la interacción sexual cuando se asocia al alcohol, así como a los efectos de relajación y disminución de la tensión. Las relaciones sexuales entre adolescentes a menudo tienen lugar durante el fin de semana, igual que el consumo de alcohol. O’hara, Parris, Fichtner & Oster (1998) hallaron que un tercio de las experiencias sexuales entre adolescentes tenían lugar después de haber tomado drogas. Aunque los adolescentes disponen de información sobre los métodos para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados, la embriaguez puede actuar como una barrera que dificulta la puesta en práctica de las conductas de salud (Cooper et al., 1994). También en relación con la capacidad de tomar decisiones sobre el consumo de bebidas alcohólicas, hay una relación negativa entre el consumo de alcohol y el autoconcepto académico. Ésta ha sido reseñada por Singh & Mustapha (1994) en un estudio realizado con 1,603 adolescentes de 14 a 18 años de Trinidad y Tobago. Los autores hallaron que los escolares con bajas calificaciones académicas consumían más alcohol y que Con respecto a los primíparos, desde la perspectiva más individualista, el alcohol serviría como medio para eliminar la insatisfacción existente en el propio individuo. Este punto de vista sugiere que se comienza a abusar del alcohol para aliviar tensiones emocionales, problemas personales, depresiones, etc. De cualquier modo, no es fácil aducir como origen del consumo abusivo los propios trastornos psicológicos del sujeto, aunque sí puede afirmarse que el alcohol dependiente presenta al menos dos características claramente definidas: un alto nivel de frustración y un bajo nivel de autoestima (Berjano & Musitu, 1987). Teniendo en cuenta que la mayoría de los llamados primíparos se encuentran todavía en la adolescencia, según la investigación de Mendoza, Carrasco & Sánchez (2003), los jóvenes que consumen alcohol se sienten menos sanos, presentan una mayor insatisfacción respecto a su imagen corporal, se sienten menos felices, padecen más trastornos del estado de ánimo y los sentimientos de indefensión suelen ser más frecuentes entre ellos que en los no consumidores. 95 REVISTA ANÁLISIS Sobre los lugares de expendio y consumo, y más concretamente, los días y horas de afluencia, para los jóvenes la noche se convierte en el tiempo elegido, la calle en el espacio, el grupo de iguales en la compañía y lo lúdico en la principal motivación bajo manifestaciones de ritualizaciones grupales y fiestas compartidas (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2006a, 2006b, 2006c). Evidentemente, semejantes prácticas en absoluto agotan otras muchas manifestaciones saludables de tipologías de jóvenes no identificados con las mismas y que desarrollan otro estilo de ocupación enriquecedora del tiempo libre de las diversas subculturas juveniles. Sobre la relevancia de los fines de semana en la ingesta del consumo de bebidas alcohólicas, es decir, el aumento de la cantidad de consumida, ésta es señalada por Calafat (2007) al enunciar un consumo hasta la embriaguez en pocas horas. Finalmente, en relación con los medios de comunicación, si bien es cierto se hacen esfuerzos en acciones de prevención, el consumo de alcohol y otras drogas en la adolescencia suscita preocupación en la sociedad y a esto hay que sumarle el papel que desempeñan las empresas de licores, en cuanto a la difusión de las bebidas y su ingesta, y la dificultad del mundo adulto para tener una posición clara al respecto (Calafat, 2007). Además, la publicidad de alcohol se correlaciona con su consumo, de forma positiva o directamente proporcional, particularmente entre los jóvenes (Montes - Santiago & Lado, 2009). Hoy se conoce que una intervención eficaz debe incluir al menos una fase de adquisición de conocimientos por medio de la transmisión persuasiva de determinados contenidos, una fase de adquisición de habilidades mediante variados entrenamientos y tareas para casa, y una fase de toma de postura personal culminada en un compromiso público sobre el uso de sustancias. Urge, pues, continuar investigando en un campo donde las pautas de consumo evolucionan rápidamente. Lista de referencias Abric, J. (2001). Representaciones y prácticas sociales. México DF: Ediciones Coyoacán – Ambassade de France. Berjano, E. (1988). Análisis psicosociológico del consumo de drogas en el contexto escolar: Mecanismos de 96 prevención. Tesis Doctoral. Dirs.: G. Musitu y J.M. Peiró. Universitat de València. Berjano, E. & Musitu, G. 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En la última década el país ha realizado grandes esfuerzos, pero aún no cuenta con un mecanismo para verificar el cumplimiento de protocolos de atención ni para evaluar la calidad de los servicios brindados (CICAD-OEA-MEM, 2005-2006). El objetivo del estudio fue conocer la percepción del personal que labora en las unidades de salud de la región metropolitana de El Salvador, respecto a la calidad de la atención que les brindan a los y las adolescentes que consultan por abuso de drogas. Esta investigación cuantitativa, descriptiva y de corte transversal, se realizó en 35 unidades de salud de la región metropolitana, utilizándose un cuestionario de 24 preguntas distribuidas en 3 secciones y realizando la prueba binomial para contrastar la significación de los datos. De acuerdo a los resultados, se encontró que no se cuenta con el personal idóneo ni con un equipo multidisciplinario. Sin embargo, el personal asignado afirma brindar el servicio con calidez, respeto, y confidencialidad. Otro dato importante de mencionar es que no se aplican los protocolos de atención establecidos. En general, la calidad de la atención que se brinda no es adecuada y se hace necesario tomar medidas correctivas; para lo cual a partir de los resultados se hacen recomendaciones a las instancias pertinentes. Palabras clave: abuso de drogas, adolescencia, percepción, calidad de la atención. Abstract In El Salvador both male and female teenagers make up the population with the highest drug consumption (Rivas, 2006), which becomes an important challenge for the Public Health Ministry-MSPAS, institution responsible for designing policies to prevent consumption and for providing high quality attention. In the last decades some efforts have been made, but a mechanism that monitors compliance with attention protocols or that evaluates the quality of the service provided has not been established (CICAD-OEA-MEM, 2005-2006). The purpose of this study was to become familiar with the perception of the people working in these areas regarding the quality of the service they provide to teenagers with drug abuse problems. This quantitative, 102 descriptive and transversal research was carried out in 35 health facilities of the metropolitan area through a 24-question questionnaire divided into 3 sections and also through a binomial test to contrast the meaning of data. The results showed that these facilities did not have appropriate multidisciplinary staff. However, the staff in place stated that they provide a warm, respectful and confidential service. Another important fact is that they do not apply the attention protocols. Overall, the quality of the attention they provide is not appropriate and it is necessary to implement corrective actions. That is why recommendations have been suggested based on the results. Key words: drug abuse, adolescence, perception, quality of care. Résumé Au Salvador, les adolescents de sexe masculin et féminin constituent la population la plus consommatrice de drogue (Rivas, 2006), ce qui devient un enjeu important pour le Ministère de la Santé Publique MSPAS, institution en charge de la conception des politiques visant à prévenir la consommation et de fournir une aide de haute qualité. Durant ces dernières décennies, le pays a réalisé de grands efforts, mais il ne dispose pas d’un mécanisme permettant de vérifier la conformité des protocoles de traitement, ni pour évaluer la qualité des services offerts (CICAD- OEAMEM, 2005-2006). Le but de cette étude était de se familiariser avec la perception des gens qui travaillent dans ces domaines concernant la qualité du service qu’ils offrent aux adolescents rencontrant des problèmes de toxicomanie. Cette recherche quantitative, descriptive et transversale a été réalisée dans 35 centres de santé de la région métropolitaine grâce à un questionnaire de 24 questions réparties en 3 sections et aussi à travers un test binomial pour contraster avec la signification des données. Selon les résultats, nous avons constaté qu’il n’y avait pas de personnel qualifié et une équipe multidisciplinaire. Cependant, le personnel assigné affirme offrir un service avec soin, dévouement, respect, et confidentialité. Un autre fait important à mentionner est que les protocoles de traitement ne sont appliqués comme prévu. En général, la qualité des soins fournis n’est pas suffisante et il est donc nécessaire de prendre des mesures correctives. C’est pourquoi des recommandations ont été proposées sur la base des résultats. Mots clés: abus de drogues, adolescence, perception, qualité de soin. REVISTA ANÁLISIS Introducción Metodología En el 2004, la Fundación Antidrogas de El Salvador (FUNDASALVA) afirma que los jóvenes entre 12 y 24 años de edad representan un 43% de los consumidores actuales. De acuerdo con Bautista (2010), la edad en que los estudiantes salvadoreños inician el consumo de sustancias psicoactivas es entre los 14 y los 19 años. Esta investigación cuantitativa, descriptiva, y de corte transversal se realizó en las 35 unidades de salud de la región metropolitana de El Salvador. Actualmente se dispone de guías, normas y protocolos de atención para este tipo de pacientes (MSPAS, 2004, 2006), no obstante, El Salvador no mantiene un registro de los servicios, centros ni programas de tratamiento (CICAD-OEA-MEM 20052006). Rodríguez, et al., (2007) afirma que El Salvador tiene serias limitaciones en su Sistema Nacional de Salud Mental, en especial en la atención primaria, así como déficit de recursos humanos capacitados en el tema. Reconocidos organismos mundiales coinciden en que la adicción a sustancias psicoactivas demanda un tratamiento de calidad. En salud, calidad se define como el grado en el cual los servicios brindados incrementan la probabilidad de obtener el máximo beneficio alcanzable y reducen la probabilidad de ocurrencia de efectos no deseados. Según Calvo, et al., (2007), la implantación de políticas de calidad se está consolidando como herramienta para la mejora de los servicios ofertados y busca garantizar la consecución de objetivos tales como la satisfacción de las necesidades e intereses de los usuarios externos e internos, y la estandarización de procedimientos y procesos eficientes y eficaces. De acuerdo con Fernández (2000), actualmente los usuarios demandan más de los servicios, por lo que hay que controlar la calidad en un contexto diferente, donde el factor humano juega un papel capital considerando la percepción del servicio. Este estudio permite conocer, desde la perspectiva del personal de la salud, las fortalezas y debilidades del sistema, respecto a la calidad de la atención que se brinda a los y las adolescentes que consultan por abuso de drogas. La calidad de la atención se valoró bajo los parámetros siguientes: calidad de la estructura, relacionada con el recurso humano que brinda la atención; calidad del proceso, en relación al servicio brindado, y aplicación del protocolo oficial de atención. Muestra Participaron 41 profesionales de la salud, responsables directos del programa de atención a adolescentes que consultan por abuso de drogas, en las unidades de salud participantes de la región metropolitana de El Salvador. Instrumento El instrumento fue diseñado con base en los parámetros de atención definidos en la Normativa del Ministerio de Salud (2004). Éste poseía veinticuatro preguntas, las cuales estaban distribuidas en tres secciones: personal encargado de la atención, factores que influyen en la atención y protocolo de atención en unidades de salud. Respecto a su estructura, constaba de veintiuna preguntas cerradas y tres preguntas abiertas. Para validar el instrumento, fue sometido a una prueba piloto en la cual participaron diez profesionales de la salud, posteriormente, el instrumento fue corregido y mejorado. El tiempo para responder el cuestionario fue de, aproximadamente, 30 minutos. Éste fue autoadministrado, la técnica utilizada fue la encuesta. Cada participante completó el cuestionario de forma anónima. El protocolo de la investigación fue sometido a evaluación por el Comité de Ética Institucional (CEI) de la Universidad Evangélica de El Salvador. Dicho Comité consideró que no era necesaria la firma de un Consentimiento Informado (CI), debido a que el estudio no tenía ninguna injerencia moral ni ética sobre los encuestados, porque sólo se evaluaría la percepción del personal de la salud. La participación en el estudio fue voluntaria y confidencial. Análisis estadístico Con los formularios completados se procedió a la codificación de las variables, se construyó la estructura de la base de datos y se ingresó en ella toda la información. El software utilizado fue Microsoft Access (2009). La base de datos construida fue trasladada al Programa Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS) versión 15.0 para Windows. Posteriormente se procedió a analizar los datos, obteniéndose las estadísticas descriptivas de las variables, se realizó la prueba binomial para contrastar 103 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. la significación de los datos y luego se interpretaron los resultados. Validez de los resultados Las investigadoras consideran que debido a que la fuente de información son los mismos profesionales, ya que éstos se evalúan así mismos respecto a los servicios de salud que brindan, los resultados obtenidos pueden estar sesgados, probablemente, por temor a represalias de las jefaturas y directores de los diferentes centros de salud. Sin embargo, se considera que este estudio es el principio de la evaluación y monitoreo que deben hacerse en los sistemas nacionales de salud, los cuales deberían considerar no sólo al usuario sino también al servidor de salud. Sería interesante en un futuro contrastar estos resultados con la opinión de los usuarios del servicio. Análisis y discusión de los resultados Parte I. Personal encargado de la atención Tabla 1. Cargo del personal encuestado Cargo Válidos Asistente de enfermería Frecuencia 1 Porcentaje 2.4 Enfermera auxiliar 3 7.3 Coordinador del área médica 2 4.8 Coordinador de psicología 1 2.4 Director (a) 2 4.8 Educador (a) para la salud 2 4.8 Enfermera 8 19.5 Enfermera comunitaria 8 19.5 Enfermera supervisora 1 2.4 Médico general 3 7.3 Médico consultante 4 9.8 Médico director 1 2.4 Médico en año social 1 2.4 Promotor de salud 3 7.3 Psicóloga 1 2.4 Total 41 100 El cargo que ocupa el personal de la salud encuestado fue diverso, con predominio leve en los cargos de enfermera y enfermera comunitaria. 104 REVISTA ANÁLISIS Tabla 2. Personal responsable de la atención Pregunta Categoría N Proporción observada Proporción de prueba Significancia asintótica (bilateral) ¿Existe una persona encargada de la atención del paciente que consulta por uso o abuso de drogas lícitas o ilícitas? Grupo 1 NO 24 0.59 0.5 .349a Grupo 2 SI 17 0.41 41 1 0.5 .755a 0.5 .060a ¿Existe un equipo multidisciplinario responsable de la atención del paciente adolescente? ¿Cuenta la unidad de salud con psicólogo o psiquiatra? Total Grupo 1 NO 19 0.46 Grupo 2 SI 22 0.54 41 1 Total Grupo 1 SI 14 0.34 Grupo 2 NO 27 0.66 41 1 Total Según los resultados de la prueba binomial y con una probabilidad de error de 0.05, se puede afirmar que la mayor parte del personal de la salud encuestado desconoce si existe o no una persona encargada de la atención exclusiva para este tipo de pacientes. El 46% del personal desconoce además que exista un equipo multidisciplinario para la atención de este tipo de pacientes. 14 de las 35 unidades de salud, es decir, un 40% de ellas, cuentan con un psicólogo o psiquiatra para la atención de estos pacientes. Tabla 3. Horas laborales del psiquiatra o psicólogo Tiempo laboral (horas) 9.8 22 4.9 36.6 Porcentaje válido 26.7 60 13.3 100 Porcentaje acumulado 26.7 86.7 100 63.4 Frecuencia Porcentaje Válidos 2 horas 4 horas 8 horas Total 4 9 2 15 Perdidos Sistema 26 En las unidades de salud donde se cuenta con psicólogo o psiquiatra, el 87% de ellos labora 4 horas diarias o menos. 105 REVISTA 31,7 19,5 22 12,2 4,9 No hay profesional específico Psicólogo Médico Psiquiatra Médico General 2,4 Otro 7,3 Médico en año social 35 30 25 20 15 10 5 0 Enfermera Porcentaje ANÁLISIS Profesión Figura 1. Profesional quien debería ser responsable de la atención El 31.7% del personal opina que el médico general debería ser el responsable de la atención inicial del paciente adolescente que consulta por abuso de drogas; el 22% considera que debería ser el psicólogo y el 19.5% considera que debería ser el psiquiatra. Parte II. Factores que influyen en la atención Tabla 4. Tiempo destinado a la atención del paciente Válidos Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado MENOS DE 10 MINUTOS 2 4.9 5.4 5.4 ENTRE 10 Y 20 MINUTOS 13 31.7 35.1 40.5 MÁS DE 20 MINUTOS 22 53.7 59.5 100.0 Total 37 90.2 100.0 Sistema 4 9.8 41 100.0 Perdidos Total El tiempo destinado a la atención de los y las adolescentes que consultan por abuso de drogas es de más de 20 minutos (60% del personal), y esto se puede afirmar con una probabilidad de error del 0.05. 106 REVISTA ANÁLISIS Tabla 5. Factores que influyen en la calidad del servicio Pregunta ¿Es confidencial la atención al paciente? ¿La atención es con calidez? ¿El espacio físico permite la confiabilidad? ¿El responsable de la APS saluda con cordialidad y amabilidad al paciente? Grupo 1 Categoría N Proporción observada Proporción de prueba Significancia asintótica (bilateral) SI 38 1 0.5 .000a 38 1 0.5 .000a 0.5 .000a 0.5 .000a 0.5 .000a 0.5 .017a 0.5 .175a Total Grupo 1 SI 33 0.87 Grupo 2 NO 5 0.13 38 1 Total Grupo 1 SI 36 0.97 Grupo 2 NO 1 0.03 37 1 Total Grupo 1 SI 35 0.97 Grupo 2 NO 1 0.03 36 1 36 1 36 1 Total ¿Se llama por su nombre y con respeto al paciente? Grupo 1 SI ¿Es accesible el tratamiento que se proporciona? Grupo 1 NO 10 0.29 Grupo 2 SI 25 0.71 35 1 ¿Se mide el grado de satisfacción del paciente periódicamente? Grupo 1 NO 22 0.63 Grupo 2 SI 13 0.37 35 1 Total Total Total La percepción del personal es que la atención brindada fue confidencial (100%), cálida (87%) y se realiza en un espacio físico adecuado (88%). Se puede observar que la percepción de los profesionales encuestados es que el tratamiento que la institución proporciona es accesible (alfa 0.017). El 100% del personal opina que el trato que reciben los y las adolescentes es individualizado y respetuoso. El 99% de los participantes también opina que el trato que reciben estos pacientes en las unidades de salud donde hay un responsable de la atención es cordial y amable. El personal encuestado desconoce si se mide periódicamente el grado de satisfacción del paciente que consulta por abuso de drogas en las unidades de salud, y quien es el responsable de realizar dicha medición. 107 REVISTA ANÁLISIS 60% 52% Porcentaje 50% 43% 40% 30% 20% 5% 10% 0% Cada 6 meses Cada año Cada 2 a 4 años Período Figura 2. Período de Evaluación del Plan de Tratam iento Respecto a la evaluación del tratamiento, un poco más del 40% de los encuestados respondió que el plan de tratamiento se evalúa cada 6 meses. Parte III. Protocolos de atención primaria en unidades de salud Tabla 6. Protocolos de atención y evaluaciones Categoría N Proporción observada Proporción de prueba Grupo 1 Grupo 2 Total NO SI 22 19 41 0.54 0.46 1 0.5 Significancia asintótica (bilateral) .755a Grupo 1 Grupo 2 Total Grupo 1 Grupo 2 Total SI NO 21 19 40 21 18 39 0.53 0.48 1 0.54 0.46 1 0.5 .875a 0.5 .749a 0.5 .005a 0.5 .038a 0.5 .000a Pregunta ¿Existe un protocolo oficial para la atención del paciente? ¿El MSPAS tiene guías o normas que regulen la asistencia primaria en salud? ¿Existe un programa de seguimiento? ¿Realiza a su paciente evaluaciones como VIH SIDA, Hepatitis B y C, antes de iniciar el tratamiento? ¿Existen grupos de apoyo en la unidad de salud para este tipo de pacientes? ¿Existe un protocolo de referencia a centros más especializados? 108 NO SI Grupo 1 NO 8 0.24 Grupo 2 Total SI 25 33 0.76 1 Grupo 1 Grupo 2 Total Grupo 1 Grupo 2 Total NO SI 27 13 40 7 34 41 0.68 0.32 1 0.13 0.87 1 NO SI REVISTA ANÁLISIS Según los resultados obtenidos, podemos afirmar con una probabilidad de error del 0.05 que el grupo consultado desconoce que exista un protocolo oficial para la atención de estos pacientes, así como la existencia de guías o normas que regulen la asistencia primaria en salud para los adolescentes que abusan de drogas. Desconocen si existe un programa de seguimiento y quien es el responsable. SIDA y Hepatitis B y C, antes de iniciar el tratamiento. Según los encuestados, no existen grupos de apoyo para este tipo de pacientes en las unidades de salud. El personal de la salud encuestado está seguro de que existe un protocolo de referencia de centros más especializados de atención para aquellos pacientes que lo ameritan, y el principal centro de referencia es el Hospital Nacional Psiquiátrico. Frecuencia del porcentaje Además el 76% de los encuestados refiere que realizan, al paciente en riesgo, evaluaciones como VIH- 80 68 60 40 20 20 12 0 Tratamiento Farmacológico Tratamiento Farmacológico Tratamiento Farmacológico + terapia enfocada en + terapia enfocada en salud mental salud mental + apoyo familiar Tratamiento Figura 3. Distribución del porcentaje del Tratam ientos brindado por los profesionales entrevistados El 68% de los profesionales encuestados conoce que el plan de tratamiento de atención al paciente, se basa en tratamiento farmacológico, terapia enfocada en salud mental, y apoyo familiar. Conclusiones De acuerdo con la percepción del personal de la salud encuestado: 1. Las unidades de salud no cuentan con el personal idóneo ni con un equipo multidisciplinario responsable de la atención directa de los pacientes, por lo que la calidad del recurso humano responsable de brindar la atención no es la adecuada. 2. Con relación a la calidad de la atención del servicio brindado, a pesar de que no se dispone del recurso humano idóneo, cuando se presentan pacientes con esta problemática, el personal que se asigna para brindar el servicio lo hace con calidad, calidez, respeto, confidencialidad, en el espacio físico adecuado y designa el tiempo suficiente que requiere cada caso. 3. Respecto a la calidad de la atención por el cumplimiento de normas, guías y protocolos establecidos por el Ministerio de Salud de El Salvador, se concluye que no aplican dichos lineamientos por falta de conocimiento de los mismos. 109 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. 4. En general, la calidad de la atención que se brinda a los y las adolescentes que consultan por abuso de drogas en las unidades de salud de la región metropolitana de El Salvador, no es adecuada y se hace necesario tomar acciones correctivas para mejorar el servicio. Agradecimientos A los patrocinadores del estudio Recomendaciones Al Ministerio de Salud Pública de El Salvador - MSPAS A los asesores del estudio • • • Asegurar la socialización de la normativa y protocolo vigentes en la temática de atención a pacientes que abusan de drogas, entre el personal de la salud que se dedica a brindar la atención. Gestionar intercambios de capacitación y formación profesional en la temática de drogas, tanto a nivel regional como internacional, para que en un mediano plazo cada unidad de salud disponga del personal idóneo para la atención de este tipo de pacientes. Diseñar e implementar un mecanismo nacional para verificar el cumplimiento del protocolo de atención. A las unidades de salud • Diseñar y promover mecanismos internos que permitan evaluar periódicamente la calidad de la atención brindada a este tipo de pacientes. • Implementar estrategias que garanticen la asistencia del paciente a terapia grupal y su incorporación a grupos de apoyo, velando por la continuidad del tratamiento y la rehabilitación. A las universidades del país • Velar para que la temática de drogas sea constituida como una línea de investigación y un eje transversal en el diseño curricular de las carreras de la salud, contribuyendo con la formación de un profesional capacitado en el área. • Diseñar propuestas de capacitación formal a nivel de diplomados y/o maestrías en la temática de drogas, considerando que el fenómeno de las drogas ha sido catalogado por la OMS como un problema de salud pública con serias repercusiones individuales, familiares, sociales, judiciales y económicas. 110 Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD/OEA) Universidad Evangélica de El Salvador (UEES) • Juan Daniel Gómez Rojas. Dr. Phil • Leopoldo Francisco Merino. M. Sc • Rafael Cornejo Guardado. MD, Esp. Psiquiatría A la Directora de la Región Metropolitana de Salud de El Salvador • Dra. Milagro del Carmen Segovia de Cornejo A los Directores de las 35 unidades de salud de la Región Metropolitana de El Salvador Lista de referencias Bautista, F. (en prensa). Policonsumo simultáneo de drogas en estudiantes de pregrado en una Universidad en San Salvador. El Salvador. Calvo, H., De Lucas Avilés, A., Pozo, E., & López y Segarra, J. F. (2007). La calidad en el proceso de inserción del drogodependiente. Salud y drogas, 7(1), 159176. Recuperado el 14 de diciembre de 2011, de URL:http://www.haaj.org/es/la-calidad-en-elproceso-de-insercion-del-drogodependiente Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas CICAD-OEA –MEM. (2005-2006). Evaluación del progreso de control de drogas. El Salvador: Mecanismo de Acción Multilateral (MEM), Grupo de Expertos Gubernamentales (GEG). Fernández, C. (2000). Gestión de la calidad en drogodependencias. Adicciones, 12(1). 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Metodológicamente es un estudio mixto, se aplicó un cuestionario a una muestra intencionada de 42 consumidores de heroína, adultos, de ambos sexo y distinta condición socioeconómica. Entre los resultados se destacan que el 100% de los entrevistados evidenciaron deterioro de las relaciones familiares y sociales. El 57,1%, han tenido ideas suicidas y un 57,1%, hablan de depresión, irritabilidad y agresividad. Los comportamientos delictivos entre los consumidores de heroína son frecuentes, el 78.5% han robado para consumir, 28,5% han robado y traficado con drogas. La mayoría de los entrevistados, 90.4%, refiere problemas económicos relacionados con el consumo de esta sustancia. Fueron también frecuentes las dificultades laborales presentadas por los consumidores, 19%, trabajaban y todos presentaron problema en esta esfera Como conclusión, se logró evidenciar como los consumidores de heroína en Medellín, son afectados en todas sus áreas psicológica, familiar y social. Palabras clave: consumo heroína; afectación; áreas sicológica, social, familiar y laboral. Abstract The objective is to identify psychosocial problems in heroin users in the city of Medellin. This study is highly relevant as it is the first one carried out on this issue in Colombia. Methodologically speaking, this is a joint study in which a questionnaire was applied to a purposive sample of 42 heroin users, adults of both sexes and different socioeconomic status. The results highlighted that 100% of the respondents had suffered deterioration of family and social relationships, 57.1% have had a suicidal attitude and 57.1% talked about depression, irritability and aggressiveness. Criminal behavior among injecting heroin is prevalent, 78.5% have stolen to consume, 28.5% have stolen and trafficked drugs. Most respondents, that is, 114 90.4%, admitted having economic problems associated with the consumption of this substance. Work difficulties were also frequent among the consumers, with 19% of them working and all of them having experienced problems in this field. In conclusion, it was possible to show how all areas (psychological, family-related and social) are affected among heroin users in Medellin. Key words: heroin consumption; impact; psychological, social, family and work-related areas. Résumé L’objectif est d’identifier les problèmes psychosociaux chez les usagers d’héroïne dans la ville de Medellin. Cette étude est très pertinente car elle est la première réalisée sur ce problème en Colombie. Méthodologiquement, c’est une étude mixte, dans laquelle un questionnaire s’est appliqué à un échantillon de 42 consommateurs d’héroïne, adultes, des deux sexes et de différents conditions socioéconomiques. Parmi les résultats on souligne que le 100% des personnes interrogées ont mis en évidence l’état déplorable des relations familiales et sociales. Que 57,1% d’entre elles ont pensé au suicide et que 57,1%, parlent de dépression, d’irritabilité et d’agressivité. Les comportements criminels entre les consommateurs d’héroïne sont fréquents, 78.5% ont volé pour consommer, 28,5% ont volé et fait du trafic de drogues. La plupart des répondants, soit 90,4%, a admis avoir des problèmes économiques liés à la consommation de cette substance. Des difficultés professionnelles sont également fréquentes chez les consommateurs, sachant que 19% d’entre eux travaillent et ont vécu des problèmes à ce niveau. En conclusion, nous avons été capables de montrer comment les usagers d’héroïne à Medellin, sont affectés à tous les niveaux (psychologique, familial et social). Mots clés: consommation d’héroïne, affectation, zones sociologiques, sociales, familial et laboural. INTRODUCCIÓN En Colombia el consumo/abuso de sustancias psicoactivas plantea nuevos retos. A la presencia de sustancias psicoactivas legales ya tradicionales, como REVISTA ANÁLISIS el alcohol y el tabaco; de ilegales, como marihuana, cocaína, bazuco, benzodiazepinas, éxtasis; y de drogas emergentes, como la ketamina y el popper, se ha sumado la heroína, causando cierta alarma social. la droga, de modo que conforme el nuevo adicto va avanzando en grados de dependencia tales efectos placenteros se van difuminando y sus plazos se van volviendo cada vez más cortos. Aun cuando se conoce que el uso de la heroína no es un fenómeno reciente en Colombia, pues sus primeros reportes datan del año 1993, pero con tasas de prevalencia de vida muy bajas, de 0.2%; estudios posteriores, aunque realizados con metodologías distintas que no permiten comparaciones, sí muestran que el consumo ha venido en aumento. La falta de la droga, junto con el intenso grado de tolerancia que crea esta sustancia, acabará en una dolorosa necesidad del producto, y el consumo de heroína será ya el medio para evitar el sufrimiento propio del síndrome de abstinencia. Cuando éste aparece, la droga ha dejado de ser una simple fuente de placer para convertirse en una problemática necesidad vital, que produce cambios en la conducta, apatía, irritabilidad, confusión, pérdida de atención, de la concentración, de la memoria, deterioro del carácter y la personalidad y afectación en todas las áreas del sujeto. El estudio nacional más reciente realizado en 2008, en población general entre los 12 y los 65 años, reporta que al menos 37.863 personas han consumido heroína alguna vez en la vida y, de estas, 4.417 lo han hecho en el último año y 3.082 en el último mes (Ministerio de la Protección social, Dirección Nacional de Estupefacientes, 2008). En cuanto a las consecuencias y riesgos, el consumo de heroína expone a los usuarios a una variedad de problemas psicosociales y de salud, entre ellos: sobredosis; dependencia; lesiones por accidentes bajo su influencia; hepatitis; abscesos e infecciones y el VIH-SIDA, por el uso de jeringas no esterilizadas; conductas delictivas; problemas familiares y laborales; abandono escolar; afectando de esta manera todas las esferas del sujeto consumidor. La dependencia a la heroína está muy relacionada con los efectos psicodislépticos producidos por esta sustancia en los inicios del consumo y por el síndrome de abstinencia tras el consumo y al cese de éste. Según Freixa (1982), los efectos son de placer intenso, semejantes a un orgasmo sexual; después, tras pocos segundos, aparece la etapa de total sedación y cierta euforia con facilidad de pensamiento, alivio de cualquier malestar físico o molestia, desaparición de toda tensión, ansiedad, dolor, impulso o necesidad fisiológica. Con todo, la imaginación se libera facilitando las sensaciones de desinhibición, placer e inquietud. Durante dos o tres horas el heroinómano permanece indiferente, porque todo lo que le rodea le parece perfecto, hasta que los efectos van desapareciendo y de nuevo toma contacto con la realidad que ahora le parece cruda. Tras un tiempo prolongado, que oscila entre unas seis a ocho horas después del consumo, aparece la necesidad de una nueva dosis para recuperar el equilibrio de la homeostasis física y aliviar la ansiedad. De no hacerlo, empieza a manifestarse el síndrome de abstinencia. Naturalmente, este tipo de procesos tan claro y especial, ocurre sólo en los primeros contactos con Por lo general los heroinómanos llegan a esta sustancia tras haber consumido otras drogas (cocaína, marihuana, LSD, benzodiacepinas, etc.), de hecho “el heroinómano es un toxicómano apto para utilizar toda clase de droga (policonsumidor)”. Según Draper (1986), finalmente el heroinómano termina consumiendo, al mismo tiempo, toda clase de tóxicos. Con respecto a la personalidad del consumidor de heroína, Fernández & Gutiérrez (2005) afirman que el énfasis relativo a la importancia de la personalidad y sus trastornos en la patogénesis y curso de la adicción ha variado considerablemente. En la primera mitad del Siglo XX, la dependencia era considerada un trastorno subyacente a la personalidad, sobre lo cual se hicieron muchos estudios, pero no se consiguió identificar un tipo único de “personalidad preadictiva”. Verheul (2001), haciendo una revisión, ha propuesto, sin embargo, que es posible distinguir al menos tres vías causales o evolutivas diferentes para el desarrollo de la adicción en las que los factores de la personalidad son un factor etiológico importante. Estas vías se definieron como la vía de la desinhibición del comportamiento (Cloninger, Sigvardsson, & Bohnian, 1988), la vía de la reducción del estrés (Conrod, Pihl, & Vassileva, 1998; Merikangas, Stevens, Fenton, Stolar, O`Mallei, Woods et al., 1998) y la vía de la sensibilidad a la recompensa (Cloninger et al., 1988; Conrod et al., 1998). Estas tres vías pueden explicar la comorbilidad entre los trastornos de la personalidad (TP) y los trastornos por uso de sustancias. La vía de desinhibición puede explicar comorbilidad con el trastorno antisocial de la personalidad y, en cierta medida, el límite; la de reducción de estrés con los TP por evitación, dependencia, esquizotípico y límite; la de sensibilidad con los TP histriónico y narcisista. Es posible 115 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. que las tres vías se diferencien en cuanto a su pertinencia a través de sustancias psicoactivas diferentes. Por ejemplo, la vía de reducción del estrés posiblemente es adecuada para explicar sólo los trastornos por uso de depresores del sistema nervioso central (alcohol, benzodiacepinas y heroína). Los adictos con trastornos de la personalidad también se encuentran menos satisfechos con su vida, se muestran más impulsivos, aislados y con más tendencia a la depresión (Bobes, Bousoño & González, 1990; Rousar, Brooner, & Reiger Bigelow, 1994; González García, 1995). hasta saturar las categorías propuestas en el estudio. Se utilizó una entrevista semiestructurada, cara a cara, con un tiempo de administración de 40 minutos, la cual fue aplicada por cuatro profesionales del área psicosocial; una trabajadora social, especialista en fármacodependencia, y los otros tres, psicólogos ya graduados y en formación para esta misma especialización, todos conocedores del tema y del universo de estudio en Medellín y el Área Metropolitana. La entrevista fue grabada, previo consentimiento de los informantes. No se entregó ninguna retribución por contestarla. Otros de los autores que hablan de las características de los adictos es Dusek & Girdano (1990), quienes retoman a Chein, et al., (1964), y afirman que se es adicto debido a una personalidad subdesarrollada, retardada por condiciones sociales patológicas y no por una condición per se. Otra de las teorías propuesta por Khantzian (1977), citado por Dusek & Girdano (1990:98), para explicar la adicción, consiste en “la falta de respeto a sí mismo asociada con una disminución de la función del ego, reconocida como de autorregulación y autocuidado”. El cuestionario recogía información necesaria para dar cuenta de las características de este grupo de consumidores y de su consumo. El trabajo de campo se llevó a cabo en Medellín y el Área Metropolitana, entre julio y septiembre de 2008. En la elaboración del cuestionario se tuvo en cuenta su validez de contenido y su validez de construcción. El presente artículo hace énfasis en los problemas psicosociales ocasionados por el consumo de heroína, encontrados en la investigación “Características del consumo y de los consumidores de heroína en Medellín y Área Metropolitana 2008”, estudio de casos múltiples, pues el concepto clínico moderno de toxicomanía expresa no solamente una adicción establecida en términos estrictamente físicos, sino que también supone un grave deterioro en el mundo de las relaciones familiares, dificultades laborales, marginalidad, consecuencias penales, etc. Materiales y método La investigación responde a un enfoque mixto, con una intención más descriptiva, sin pretensiones de representatividad estadística, pero haciendo conteos para mostrar la magnitud del problema. La población estuvo constituida por consumidores de heroína en Medellín y en el Valle de Aburrá, mayores de edad, de ambos sexos y de cualquier condición socioeconómica. El reclutamiento de participantes para el estudio se realizó por medio de los centros de tratamiento al consumo de drogas que existen en la zona y con un muestreo conseguido mediante la técnica de bola de nieve. La muestra fue intencional y se compuso de 42 personas consumidores regulares de heroína, captada 116 Los análisis se llevaron a cabo con el paquete estadístico Atlas ti, versión 5.5, para Windows. A los entrevistados se les garantizó el anonimato y con ellos se firmó un consentimiento informado, mediante el cual decidían voluntariamente participar en la investigación y autorizaban utilizar los datos proporcionados con fines científicos. El mayor inconveniente de este estudio fue la dificultad para captar participantes. Aunque se hizo un gran esfuerzo (exploración de múltiples escenarios, contacto con gran número de captadores), hubo dificultades para reunir la muestra que finalmente se obtuvo. Resultados Perfil de los consumidores En esta investigación se encontró que dichos consumidores son predominantemente hombres, solteros, con edades comprendidas entre los 18 y los 23 años aproximadamente, sin hijos y muchos con estudios universitarios que aún no terminan. Mayoritariamente se ubican en un estrato socioeconómico medio y tienen antecedentes familiares de consumo de sustancias psicoactivas. La edad de inicio del consumo de drogas, por parte de los participantes de este estudio, está entre los 13 y los 15 años. Los consumidores de heroína de esta muestra presentan historia de policonsumo de sustancias psicoactivas entre las que cabe incluir el alcohol, el tabaco, la marihuana, la cocaína, los REVISTA ANÁLISIS alucinógenos, las benzodiacepinas y algunas drogas recreativas como el popper y el éxtasis. En cuanto a la edad en la que comenzaron a usar heroína se encontró que el 71% lo hizo entre los 17 y los 19 años. familias inicialmente quieren ayudar al consumidor, pero por los múltiples intentos fallidos de dejar de consumir, se produce desconfianza y optan por el rechazo, lo que acentúa el proceso de aislamiento y ruptura de las relaciones familiares por parte del consumidor. Problemas psicosociales asociados al consumo Problemas psicológicos Las pérdidas de relaciones afectivas, con las parejas y los amigos, también se dan. El heroinómano finalmente se aísla de todo, tiene un desinterés total por la vida en general y su círculo más cercano termina siendo el mismo grupo de consumidores. La mayoría de los entrevistados (24), 57,1%, hablan de problemas de comportamiento. Refieren problemas de disciplina relacionados con “el paso por varios colegios”, “problemas con la norma y la autoridad”. Además trastornos en el estado de ánimo (depresión, intolerancia, irritabilidad, agresividad). De éstos 9 (37,5%) fueron diagnosticados por un profesional con déficit de atención y/o hiperactividad. Ideas e intentos suicidas entre los consumidores de heroína Un poco más de la mitad (24), 57,1%, de los consumidores entrevistados han tenido ideas suicidas y, con excepción de un caso, no se logra esclarecer en las respuestas si han tenido efectivamente intentos reales de suicidio. Las ideas que manifiestan están vinculadas con las prácticas del consumo y, sobre todo, relacionadas con las depresiones postconsumo y la angustia que les genera el no poder parar de consumir la sustancia. Otras de las motivaciones que los consumidores entrevistados manifiestan para tener ideas suicidas son: la muerte de un ser querido (madre, padre o esposa), la baja autoestima, sentir que la vida para ellos ha perdido sentido, los sentimientos de culpa generados por el hecho de consumir esta sustancia, el estar cansados de consumir y no ser capaces de parar los consumos, el atravesar por problemas con su familia o el sentirse solos y desprotegidos. Los que tuvieron ideas suicidas manifiestan que éstas han estado relacionadas con sobredosis inducidas con heroína, sobredosis inducidas con otras drogas, cortarse las venas, desear que lo asesinaran, pensar en tirarse al vacío, dispararse con un arma, darse golpes en la cabeza hasta morir, o propiciar accidentes. No se encontraron en ellos ideas muy elaboradas. El único caso, con un efectivo intento suicida, lo hizo induciéndose una sobredosis de la sustancia. Problemas familiares y relacionales El 100% de los entrevistados evidenciaron visible deterioro de las relaciones familiares y sociales. Las Delitos relacionados con el consumo Los comportamientos delictivos entre los consumidores de heroína son frecuentes. Treinta y tres de los entrevistados (78.5%) han robado para consumir, doce (28,5%) han robado y traficado con drogas, nueve (21,4%) no han cometido ningún delito. Cabe resaltar que los entrevistados que afirman haber robado nunca fueron judicializados puesto que, en su gran mayoría, roban a las familias o amigos. Problemas económicos La mayoría de los entrevistados (38), 90.4%, refiere problemas económicos relacionados con el consumo de heroína: crecimiento de las deudas, pérdida de las fuentes de ingresos (trabajo, apoyo económico familiar), lo que deviene en robos y empeño de objetos personales o de su familia. Problemas laborales Fueron también frecuentes las dificultades laborales presentadas por los consumidores de esta sustancia. Ocho (19%) de ellos trabajaban y todos tenían problemas en esta esfera: “se mantenía elevada o dormida”, “no era capaz de trabajar”, “le daba pereza trabajar”, “bajó su rendimiento de trabajo”, “se agotaba mucho trabajando”. Seis de los que trabajaban (75%) perdieron su empleo por el consumo. Discusión Es innegable la afectación que genera la heroína en las esferas psicosociales de los consumidores. Con respecto a los trastornos psicológicos producidos tras el consumo de drogas, Ibáñez & Alfonso (1983), y Echeburúa (1984) analizan que actúan como causa y respuesta al efecto del consumo, no quedando muy claro si se comienza 117 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. a consumir por la presencia de la perturbación, o si la presencia de ésta es consecuencia del consumo. Los autores mencionados concluyen que ambas premisas pueden ser ciertas. De otro lado Kymissis, Bevacqua & Morales (1995) afirman que, en ocasiones, el consumo altera el curso de trastornos psicopatológicos. Son múltiples los estudios que dan cuenta de la ocurrencia de trastornos psicológicos por el consumo de drogas. Entre los trastornos psicopatológicos ocasionados por el consumo de drogas, Achenbach & Edelbrock (1983) establecen dos grandes síndromes: • Trastornos de tipo internalizante: trastorno de ansiedad o trastorno depresivo. • Trastornos de tipo externalizante: trastorno antisocial, trastorno límite o agresivo de personalidad. Pero además, Christie, Burke, Regier, Rae, Boyd & Locke (1988) encontraron que la relación entre el trastorno depresivo/ansiedad y el consumo de alcohol u otras drogas es estrecha y que el trastorno precede al consumo en un 75% de los casos. Brook, Walfish, Stenmark & Canger (1981), Khantzian (1985), Robson (1989) y Shedler & Block (1990), encontraron relación estadísticamente significativa entre el consumo de alcohol y de otras drogas, y de éste con altos niveles de ansiedad y depresión. Los trastornos psicológicos externalizantes son los que con más frecuencia se encuentran en los consumidores de heroína. Entre los que componen este grupo de trastornos, el que se da con mayor frecuencia es el trastorno de conducta o antisocial (Kellam & Brown, 1982 y Hirschi & Gottfredson, 1983). Por otra parte, Milin, Halikas, Meller & Morse (1991), en un grupo de consumidores de drogas, encontraron trastornos de conducta (91%), trastorno de conducta agresivo (68%), trastorno oposicionista (58%) y déficit atencional (23%). Estudios recientes y específicos sobre problemas psicosociales asociados al consumo de heroína no fueron encontrados. Villatoro et al., (1996) halló, en un grupo de consumidores de heroína, problemas psicológicos en el 89.7% y sociofamiliares en el 100%. Cuando se comparan los problemas psicosociales de los consumidores de heroína con los de consumidores de otras drogas, son notables las diferencias, incluso 118 en sustancias como la marihuana los estudios no hallan correlaciones significativas, con los no consumidores (Macleod et al., 2005). De otro lado y con respecto a la conducta suicida y el consumo de drogas, es frecuente la asociación hallada en la literatura internacional (Hoxey & Shah, 2000; Jacobs, Brewer & Klein-Benheim, 1999; Botega & Rapeli, 2002). En relación con ideas e intentos suicidas entre los consumidores de heroína, hecho que también preocupa en cuanto a la salud pública por la carga que implica la pérdida en años de vida para un sector tan joven de la población, se destaca en nuestro trabajo, el alto índice de ideas suicidas que se presenta entre los consumidores de esta sustancia; hallazgos que coinciden con los encontrados por Sánchez & Berjano (1996) y Secades et al., (2005) en una muestra de consumidores españoles. Finalmente, entre las diversas consecuencias sociales de las toxicomanías merecen especial interés las implicaciones criminológicas y penales (Hser, Anglin & Powers, 1993). La importancia de este factor atiende no sólo al elevado número de delitos cometidos por sujetos adictos, sino al peso que tiene como desencadenanteperpetuante de la drogadicción (Ariño, Tejero, Pérez, Mendia & Estebanez, 1993). Los consumidores de nuestra muestra aún son jóvenes y apenas están en las etapas iniciales de la dependencia y eso puede explicar el que no tengan aún problemas judiciales, ni penales. En unos años seguro tendremos más evidencia de esto, pues son varios los estudios que reportan asociación entre consumo de drogas y conductas criminales. En el año 1995, de los 3.464 usuarios atendidos en los Centros de Atención al Drogodependiente de España, el 47% tenía o había tenido problemas con la justicia (García, 1999). Madoz-Gúrpide, Sais-Amorin, Baca-García & Ochoa (2001), en un estudio realizado en un grupo de consumidores de heroína que estaban en un centro de tratamiento, encontró que el 49,6% de la población estudiada tenía incidencias legales. De ellos, casi una cuarta parte estaba pendiente de juicio, si bien la mayoría (63,4%) ya había cumplido sus condenas. El perfil del paciente con incidencias legales de esta investigación era varón (79,9%), de 33,6 años de edad (IC 95%: 33,034,2), soltero (47,5%), que convivía con su familia de origen en el 51,5% y dependía económicamente de otros (ama de casa o estudiante) en el 37,7% de los casos. No completó la escuela básica secundaria (45,6%). En el REVISTA ANÁLISIS momento del ingreso consumía heroína (65,7%), siendo la vía que más frecuentemente empleaba la inhalada (38,2%) frente a la vía parenteral (27,5%). Además consumía benzodiacepinas (70,5%) y cocaína (62%). Llevaba consumiendo opiáceos desde hace 13,2 años (IC 95%: 12,4-14,0) y padecía infección por VIH-1 (92,7%), haciendo un mal seguimiento terapéutico de la misma (54,2%). Seguro a este perfil nos enfrentaremos en unos años y para ello debemos estar preparados. Conclusiones Los problemas psicosociales asociados al consumo de drogas son finalmente los que permiten, además de la presencia de la tolerancia y la dependencia, diagnosticar una adicción a una sustancia psicoactiva, según criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades –CIE 10– de la Organización Mundial de la Salud –OMS–, y de la Asociación de Psiquiatría Americana y su DSM IV TR. La heroína, como se prueba en este estudio, produce importantes deterioros en las áreas psicosociales de los sujetos consumidores. En todos los contextos, aunque con sutiles diferencias, la sustancia es la misma, las prácticas de consumo y los riesgos los mismos y, por tanto, las problemáticas son iguales. Ahora lo que nos queda a los latinoamericanos es aprender a prevenir y tratar esta problemática, porque la heroína ya ha entrado por Colombia y seguramente se expandirá por todo el continente. Lista de referencias Achenbach, T. M. & Edelbrock, C. (1978). 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Summary The drug policies elaborated in the Philippines over the years reflect the historical dynamics of its colonial past, as well the political and economic forces bearing upon Philippine society today and in the past. The Philippines pursued varying policies on drugs across the periods of its history. Drug use was a nonproblem before the coming of the Spaniards. During the Spanish regime, the drug policy centered on opium and the Colonial government’s attitude towards it straddled between regulation and prohibition. Under the Americans, the policy shifted from a dual policy of regulation-cum-prohibition to a single policy which was distinctly prohibitionist in character. From then, up to the present, the Philippine policy towards the drug problem had not changed in any significant way. The prohibitionist perspective is still very much the controlling view and criminalization and enforcement remain the two main pillars of the Philippine’s response to the drug problem. What are the dynamics and driving force behind this policy? There are three hypothetical explanations for this. The first is the fact that our laws, in general, tend to follow the American pattern. A second reason is the fact that when it comes to the formulation of drug policy, the loudest voice heard is often that of the law enforcement sector. A third reason is the public’s perception of the drug problem, which is largely supportive of a prohibitionist attitude. Key words: social control, public policy, drug control policy Resume Les politiques pharmaceutiques développées aux Philippines ces dernières années reflètent la dynamique historique de son passé colonial, ainsi que les forces politiques et économiques affectant la société d’aujourd’hui et d’hier. A travers les différentes périodes historiques, les Philippines ont mis en œuvre diverses politiques concernant les drogues. L’usage de drogue a été un non-problème avant la venue des Espagnols. Pendant le régime espagnol, la politique du médicament axée sur l’opium et de l’attitude du gouvernement colonial vers lui à cheval entre la réglementation et l’interdiction. Sous le gouvernement américain, la politique est passée d’une double politique d’interdiction et de régulation à une politique unique qui a été clairement prohibitionniste. A partir de là, et jusqu’à aujourd’hui, la politique philippine concernant le problème de la drogue n’avait pas changé de manière 126 significative. La perspective prohibitionniste est encore très présente et la criminalisation ainsi l’application demeurent les deux principaux piliers de la réponse des Philippines au problème de la drogue. Quelles sont les dynamiques et la force motrice derrière cette politique? Il y a trois explications à cette hypothétique. La première est le fait que les lois, en général, ont tendance à suivre le modèle américain. La deuxième raison est le fait que quand il s’agit de la formulation de la politique des drogues, la plus haute voix entendue est souvent celle du secteur exécutif. La troisième raison est la perception du public sur le problème de toxicomanie, qui est largement favorable à une attitude prohibitionniste. Mots clés: contrôle social, politique publique, la politique de lutte contre la drogue. Resumen Las políticas de drogas elaboradas en Filipinas en los últimos años reflejan la dinámica histórica de su pasado colonial, así como las fuerzas políticas y económicas que inciden en dicha sociedad del hoy y del ayer. A través de los diferentes periodos históricos, Filipinas ha implementado diferentes políticas sobre las drogas. Antes de la llegada de los españoles el uso de las drogas no era un problema. Durante el régimen español, la política de drogas se centró en el opio y la actitud del gobierno iba de la regulación a la prohibición. Bajo el gobierno americano, la política pasó de una política doble de prohibición-regulación a una política única de carácter claramente prohibicionista. A partir de entonces, la política de Filipinas hacia las drogas no ha cambiado de manera significativa. La perspectiva prohibicionista sigue constituyendo en gran medida la visión dominante, de manera que la criminalización y el cumplimiento de la ley son los dos pilares de la respuesta de Filipinas a las drogas. ¿Cuáles son las dinámicas y el motor detrás de esa política? Hay tres explicaciones hipotéticas para esto: la primera es el hecho de que nuestras leyes, en general, tienden a seguir el modelo americano; una segunda razón es el hecho de que cuando se trata formular políticas de drogas, la voz más fuertemente escuchada es a menudo la del sector de la aplicación y del cumplimiento de la ley; una tercera razón es la percepción pública que existe sobre el problema de las drogas, que en gran medida respalda la actitud prohibicionista. Palabras clave: Control social, política pública, política de control de drogas. REVISTA ANÁLISIS Introducción Public policy is “a system of laws, regulatory measures, courses of action, and funding priorities concerning a given topic promulgated by a governmental entity or its representatives” (Caulkins, 2008, p. 117). Drug policies refer to the laws and measures promulgated by a government in the substance abuse domain. (Caulkins, 2008) Policies are a reflection of how a people view and define its social reality. In the same manner, drug policies are mirror images of how a society defines the nature of the drug problem. Hence, to gain an understanding of the drug policies, one has to look into these underlying definitions and understand the perspectives from which the policies are made. Theoretically, the drug problem may be defined in three major ways. It can be viewed as a crime, as a health issue, or as an unavoidable fact of social existence. The criminal perspective is based on the assumption that drug use proliferates because of the availability of drug supply, on the one hand, and the demand for them, on the other. Thus, to combat it, the answer is: choke the supply and diminish demand. The therapeutic perspective is based on the notion that drug addicts are so for reasons other than mere drug availability. Drug addiction is a sickness. The pragmatic perspective views drug abuse as being part and parcel of the ebb and flow of social life. It is a reality that comes with living in a society of many contradictions. In turn, these varying perspectives on the nature of drug abuse engender different policy responses. A society adopting a criminal definition of drug use is likely to move towards punitive kind of policies with enforcement as the principal tactic. A society that looks upon use of drugs as a health issue is likely to adopt medically-oriented policies. Being a public health issue rather than a criminal justice concern drug use is seen to be best addressed through treatment and rehabilitation, rather than prohibition and control. Societies that look upon drugs as an accepted social practice, not unlike smoking and drinking, are likely to adopt more tolerant attitudes and deal with the drug phenomenon in much the same way as it deals with other sociallytolerated practices. Regulation rather than eradication is considered to be the better policy alternative. Given the wide variations in policy responses towards the drug problem, typologies of drug policies had been proposed. For example, one study had suggested five policy options for the control of marijuana: (1) total prohibition, (2) prohibition with civil penalties for minor offenses, (3) partial prohibition, (4) regulation, and (5) free availability (Australian Government (online), 1994). MacCoun et. al., (1996) proposed a three-way classification of drug control regimes: (1) prohibitory, (2) prescription, and (3) regulatory. Using a legal standpoint, Ostrowski (1989) classified the various legal options for drug control into the following categories: (1) status quo: prohibition, (2) option A: Decriminization, (3) option B: Decriminalization (new British System), (3) option C: Decriminalization (Old British System), and(4) legalization (British and American Systems prior to 1914). Policies do not arise in a vacuum. Historical, social, economic, political, and cultural factors shape policy formulation. In analyzing policies, it is important to consider these contextual factors. Drug policies are no different. They cannot be fully understood if considered disconnected from the contextual factors. For instance, it has been suggested that the early US laws against opium, cocaine, and marijuana had racial undertones. Musto (1991) pointed out that the passage of legislations against opium, cocaine, and marijuana was influenced by the public’s association of the drug with racial groups: opium with the Chinese migrants, cocaine with the blacks, and marijuana with Mexicans. It has also been suggested that ideological considerations were at work in the crafting of early American drug policies. Gieringer (2003), commenting on the passage, in 1905, of “An Act to Revise and Amend The Tariff Laws of the Philippine Islands, and for other Purposes,” notes that the recommendation was “based less on the empirical evidence… than on a clear ideological commitment to prohibition” pushed by a strong religious lobby. Similarly playing an influential role were political considerations. Again, Musto (1991) makes this comment: “The antinarcotics campaign in America had several motivations. Appeasement of China was certainly one factor for officials of the State Department. The department’s opium commissioner, Hamilton Wright, thought the whole matter could be “used as oil to smooth the troubled water of our aggressive commercial policy there.” Another reason was the belief, strongly held by the federal government today, that controlling crops and traffic in producing countries could most efficiently stop U.S. non medical consumption of drugs. In a similar vein, the differing orientation of many of the countries in Europe regarding the drug issue is associated with certain unique European social, 127 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. historical, and cultural conditions. In a study comparing Western European and North American Drug policies, Reuter et al., (Reuter, Falco, & MacCoun, 1993) pointed to a number of factors that shape the European perspective on the drug issue such as the rather smaller prevalence of drug-associated crimes in Europe, social class of drug users, public interpretation and understanding about the nature of drug abuse, historical legacies. A proposed Typology for Analysis of Drug Policies In the light of the above considerations, the framework below is proposed as a template for analyzing drug policies. 128 Total absence of prohibition fo production, distribution, possession, and use of drugs. MEDICAL ENFORCEMENT Drug policies may be differentiated based on two features: legal restrictiveness and nature of the drug intervention program advocated. From the point of view of legal restrictiveness, drug policies can be viewed as gradations between high and low restrictiveness. Outright criminal prohibition and outright free availability are the extremes in the continuum. Most drug policies are likely located in between the two opposite poles. From the point of view of the nature of the intervention proposed, drug policies may be distinguished by their predisposition towards an enforcement or a treatment policy. The relationship between the two sets of factors is inverse: policies leaning towards the restrictive pole are likely to have a bias towards enforcement types of intervention while less restrictive policies tend to advocate medical models of intervention. OUTRIGHT FREE AVAILABILITY Allows possession and consumption of specified drugs for adult personal consumption with distribution, sale, and use regulated on a par with alcoholic beverage industry. LEGALIZATION Allows possession and use of small amounts of specified drugs without criminal liability for personal consumption by adults but criminal liability retained for non-personal consumption. DECRIMINALIZATION REGULATED MAINTENANCE USE Allows the use of otherwise prohibited drugs for the maintenance of addiction-related conditions. Licensed procurement and supervised administration is required. Allows the regulated use of prohibited drugs for therapeutic purpose for medical conditions excluding addiction-related conditions. Licensed procurement and supervised administration is required. LOW REGULATED THERAPEUTIC USE Production, trafficking, distribution, possession, and use of all drugs, without distinction of kind, for whatever reason, medical or non-medical, regardless of amount, is a criminal offense. OUTRIGHT CRIMINAL PROHIBITION HIGH Where can the Philippine drug policies be located in the framework? What factors account for why these policies have taken the route that that they have taken? These are the two main questions that the present essay addresses. But before tackling these two issues, it would be useful to have a brief overview of how the drug policies have evolved in the Philippines over the years. Evolution of Philippine Drug Policies Substance abuse, as presently understood, was nonexistent among the indigenous people inhabiting the islands that now constitute the Philippines. Zarco (1969) maintained that substance addiction was not a feature of the indigenous Filipino culture pattern. There were some native practices which involved consumption REVISTA ANÁLISIS of substances with some mood altering potencies. Examples of such practices were the mastication of preparations from local materials such as betel pepper leaves, areca nut, and lime and, later on, tobacco, or drinking of intoxicant beverages derived from rice, sugar cane, nipa and coconut palms. The consumption of these intoxicant beverages and engaging in these masticatory practices may be considered as the closest to substance abuse before the arrival of Magellan in the Philippines. These practices were, however, common features of many southwest Pacific and south Asian cultures. Use of these substances was integrated into their culture, either as part of ritual practices or of social celebrations. Certainly, these practices did not come to be considered as amounting to a social problem such as to be the target of any social regulation. Drug Policies during the Spanish Period The earliest that may be considered as the start of the use of drugs on a relatively large scale was the use of opium among the early Chinese who settled in the Philippines (Parungao, 1980). Zarco suggested that opium came to the Philippines from two sources: “from the British into China and from there into Manila through Chinese merchants who frequented its ports; and from the Dutch through southern Philippine waters” (1995, p. 4). The various edicts issued during the Spanish reign in the Philippines indicate a dual policy towards the use of opium. For the native inhabitants the goal was to isolate them from opium use. Thus an 1814 edict of the Spanish Governor General, Jose de Gardoqui, “imposed a sliding penalty of between fifteen months and four years’ imprisonment on anyone found smoking opium, while smuggling the drug into the colony was punishable by a six-year prison sentence“ (Bankoff, 1996, p. 46). In contrast, for the Chinese, the Spaniards followed a regulatory policy. Rather than out rightly prohibiting them from using opium, the government imposed restrictions on their access to the drug. In 1844, an opium monopoly was established and the Chinese were barred from obtaining the drug from any source other than from state-licensed opium outlets from whom the government gained revenue in the form of taxes (Gieringer, 2003). The Spaniards not only established an opium monopoly but also sanctioned, by a Royal Decree, the local cultivation of opium poppy for export purposes. Drug Policy during the American Regime In 1898, the Philippines were ceded to the Americans by the Spaniards. The Americans, confronted by the opium addiction problem, was initially minded to continue the Spanish policy of regulation through monopolization. Governor William Howard Taft and the Philippine Commission submitted a formal proposal to revive the policy and the proposal was almost at the verge of being adopted when a band of prohibitionist missionaries in Manila headed by Bishop Charles Brent opposed it. They launched a lobby against the proposal which resulted in President Roosevelt ordering the Philippine government to withdraw the proposed legislation for further study. Governor Taft subsequently formed an Opium Control Commission In 1903. The Commission was given the mandate to study the state of the opium problem and to make recommendations. The Commission, composed of Bishop Charles Brent, Dr. Jose Albert major Edward C. Carter, recommended a policy of “progressive prohibition,” in which opium would at first be strictly limited to confirmed addicts, then totally banned (except for medical use) after a three-year transition period. This policy of “progressive prohibition” was modeled after the Japanese policy implemented in its colony of Formosa which envisioned a total ban of opium but with a transition period of thirty years. On March 3, 1905, the U.S. Congress passed “An Act to Revise and Amend The Tariff Laws of the Philippine Islands, and for other Purposes,” empowering the Philippine colonial government to prohibit absolutely the importation or sale of opium, or to limit or restrict its importation and sale, or adopt such other measures as may be required for the suppression of the evils resulting from the sale and use of the drug: and provided, further, that after March 1, 1908, it shall be unlawful to import into the Philippine Islands opium, in whatever form, except by the government, and for medicinal purposes only, and at no time shall it be lawful to sell opium to any native of the Philippine Islands except for medicinal purposes (Washington Post, March 10, 1906 in Gieringer, 2003 ). In 1906, two years before the total ban was to come into effect, legislation was passed which allowed the Chinese addicts to obtain a license to use opium for a fee. Those who could not afford the fee were provided with free hospitalization. As a result of the new legislation, huge number of addicts sought help 129 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. from hospitals overstretching the limited capacities of the facilities existing then. In 1908, the total opium ban came into effect despite representation by the colonial government for the deferment of the total ban deadline. Thus, the Philippines became the first Asian country to legally prohibit opium use. In 1930, the League of Nations Commission of Inquiry into the Control of Opium Smoking in the Far East reported that opium use had not been prohibited in any Asian country except the Philippines. Another legislation that had an impact on the Philippines during the American period was the Harrison Act of 1914. The said Act restricted all forms of opium as well as cocaine to prescription use and imposing a tax on the medical use of these drugs. It required all people who imported, manufactured, produced, compounded, sold, dispensed, or otherwise distributed cocaine and opiate drugs to register with the Treasury Department, pay special taxes, and keep records of all transactions. The Act was signed by President Wilson on December 17, 1914, and became effective March 1, 1915. Subsequently, the Harrison Narcotic Act became operative in the Philippines. In 1932, the Revised Penal Code of the Philippines was promulgated. The Revised Penal Code supplanted the Spanish Penal Code, which was in force in the Philippines from 1886 to 1930. The Code contained five articles (Articles 190-194) under Title V - “Crimes Relative to Opium and other Prohibited Drugs.” These Articles imposed penalties ranging from imprisonment to fine for their violation, as follows: Article Crime 190 Possession, preparation and use of prohibited drugs and maintenance of opium dens 191 Serving as keeper, watchman or visiting opium dens 192 Importation and sale of prohibited drugs 193 Possession of opium pipe or other drug paraphernalia 194 Prescribing opium unnecessary for a patient The legislations were mostly directed against opium since use of other kinds of drugs was not widespread. Thus, it can be said that, apart from the opium problem mostly confined to the Chinese population, drug abuse was not a serious problem in the Philippines at this time (Goduco-Auglar, 1972). After 1935 the drug abuse scene changed slightly with a noticeable rise in the use of other drugs, particularly bromides and barbiturates, but most of the cases were of therapeutic addiction types. This development, however, was not thought alarming enough to precipitate any new drug legislation. The Japanese Occupation The Japanese followed the same policy that Japan adopted in their puppet governments in Asia, a policy 130 Penalty The penalty of arresto mayor in its medium period to prision correccional in its minimum period and a fine ranging from 300 to 1,000 pesos Arresto mayor and a fine ranging from 100 to 300 pesos Prision correccional in its medium and maximum periods and a fine ranging from 300 to 10,000 pesos Arresto mayor and a fine not exceeding 500 pesos Arresto mayor or a fine not exceeding two hundred pesos or both shaped largely by its military interests. They saw in opium an additional source of revenue to fund their military conquests. Thus, they did not rein in opium and other narcotics dealings being pursued by their Japanese merchants. In 1942, opium revenues accounted for 28 percent of the initial budget of Japan’s puppet regime set up in Inner Mongolia in 1937 (Eguchi, 1982, cited by Yoshida, 2007). Harumi Goto, also cited by Yoshida (2007) an associate professor at Chiba University, quoting an observation of a postwar Military Tribunal, wrote: “In all areas occupied by the Japanese, the use of opium and narcotics increased steadily from the time of such occupation until surrender.” The postwar International Military Tribunal for the Far East judged that Japan violated the three anti-opium treaties by promoting the drug in China to increase revenues for its military and puppet governments. REVISTA ANÁLISIS Post-World War II Period The early post-World War II saw the Philippine drug scene undergoing substantial transformation in terms of the kind of drugs used and the number of users. After World War II, large quantities of narcotic supplies intended for the American troops as part of their survival kit became easily available to the man on the street and large scale abuse of these medicines were reported in at least two poor districts in Manila (Saliba, 1993). In the 1960’s the Filipinos caught up with the counterculture movement in the U.S. Marijuana use became prevalent enough to precipitate a new legal enactment by Congress. The government passed Republic Act 2060 which amended Article 190 of the Revised Penal Code so as to include marijuana and similar drugs among the prohibited drugs. The legislation came into effect on June 13, 1958. For a decade up to 1972, the said Law stood as the staple source of policy on drugs. Martial Law Years: Republic Act 6425 – The Dangerous Drugs Act of 1972 The Philippines was not spared from the drug waves that marred the 70’s. In a bid to stem the growing drug problem, President Ferdinand Marcos, issued a presidential decree, one of his first acts after he declared martial law in the Philippines. Now known as Republic Act No. 6425 more commonly known as the Dangerous Drugs Act of 1972, this legislation imposed heavier penalties for drug offenses. Whereas the heaviest punishment imposed by the Revised Penal Code for drug offenses was imprisonment, RA 6425 imposed the maximum penalty of death for the manufacture of prohibited drugs. (The first to suffer the death penalty under this Act was the drug-trafficker Lim Seng who was put to death by firing squad in December 1972.) Republic Act No. 6425 also expanded the list of drugs covered, making a distinction, for the first time, between “prohibited” and “regulated” drugs, presumably to cover the ‘non-traditional’ drugs beginning to proliferate in the scene. It also created a ‘superbody’, the Dangerous Drugs Board, to whom it assigned the responsibility for the over-all supervision of programs and initiatives that address the drug problem. Furthermore, the law required the integration into the school curriculum the teaching of lessons related to drug abuse. The law also laid out mechanisms by which drug dependents who seek rehabilitation might be exempted, fully or partially, from the sanctions imposed by the law. Post Martial Law The 1987 Constitution: Abolition of the Death Penalty After Marcos was deposed in 1986 a new constitution was drafted which prohibited death penalty: Excessive fines shall not be imposed, nor cruel, degrading or inhuman punishment inflicted. Neither shall death penalty be imposed, unless, for compelling reasons involving heinous crimes, the Congress hereafter provides for it. Any death penalty already imposed shall be reduced to reclusion perpetua. (Article III, Section 19 – Bill of Rights). By operation of the new constitution, the penalty of death previously imposed for violation of certain provisions of the Dangerous Drugs Act of 1972, were reduced to reclusion perpetua. Republic Act 7659: Restoration of the Death Penalty for Heinous Crimes On December 13, 1993, Republic Act (RA) 7659, known as the death penalty law, was approved. It reimposed the death penalty on heinous crimes. The law allowed the death sentence to be imposed for a total of 46 different offenses, 23 of which punishable by mandatory death sentence. Certain drug offenses were included in the list of heinous crimes punishable by death. Among these offenses were: • • • • • • • • • • • Importation of prohibited drugs (Sec. 3) Sale, administration, delivery, distribution and transportation of prohibited drugs (Sec. 4) Maintenance of a den, dive or resort for prohibited drugs (Sec. 5) Manufacture of prohibited drugs (Sec. 7) Possession or use of prohibited drugs (Sec. 8) Cultivation of plants which are sources of prohibited drugs (Sec. 9) Importation of regulated drugs (Sec. 14) Manufacture of regulated drugs (Sec. 14-A) Sale, administration, dispensation, delivery, transportation and distribution of regulated drugs (Sec. 15) Maintenance of a den, dive, or resort for regulated drug users (Sec. 15-a) Possession or use of regulated drugs (Sec. 16) 131 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. In comparison to the Dangerous Drugs Act of 1972, Republic Act 7659 was stiffer as it covered more drug offenses potentially punishable by death. Republic Act 9346: Re-abolition of the Death Penalty Capital punishment was re-abolished via Republic Act No. 9346 signed into law on June 24, 2006. Once again, the penalties of life imprisonment and reclusion perpetua (indeterminate sentence, 30-year minimum) replaced the death penalty. Present Drug Policy: Republic Act 9165 The present Philippine policies on drugs are contained in Republic Act 9165 also known as the Comprehensive Dangerous Drugs Act of 2002 passed by the Philippine Congress on June 7, 2002. The Act views the campaign against drug abuse from a wider perspective. In the preamble, drug abuse is seen as “a threat to the territorial integrity of the State and to the well-being of its human resources.” It upheld a two-pronged policy approach with respect to the drug abuse problem – on the one hand, a hard-line approach, “an intensive and unrelenting campaign” towards drug traffickers and users and, on the other, the social “re-integration” of the drug dependents whom it views as “victims”. The hard line approach is reflected in its acceptance of the “heinous crimes” provision of Republic Act 7659, adopting its death penalty provision for certain drug offenses, such as the following: • • • • • • • • 132 Importation of dangerous drugs (Art. II, Sec. 4) Sale, trading, administration, dispensation, delivery, distribution of dangerous drugs (Art. II, Sec. 5) Maintenance of a den, dive, or resort (Art. II, Sec. 6) Manufacture of dangerous drugs (Art. II, Sec. 8) Possession of defined quantities of dangerous drugs (Art. II, Sec. 11) Cultivation of plants classified as dangerous drugs or are sources thereof (Art. II, Sec. 16) Unlawful prescription of dangerous drugs (Art. II, Sec. 19) Misappropriation, misapplication, failure to account by any public officer or employee for confiscated, seized or surrendered dangerous drugs, plant sources of dangerous drugs, controlled precursors and essential chemicals, instruments/ paraphernalia and/or laboratory equipment • • including the proceeds or properties obtained from the unlawful acts Attempt or conspiracy to import, sell, trade, administer, dispense, deliver, distribute, transport, manufacture dangerous drug and/or controlled precursor and essential chemical; to maintain of a den, dive or resort where any dangerous drug is used in any form; to cultivate or culture plants which are sources of dangerous drugs. “Planting” any dangerous drug and/or controlled precursor and essential chemical as evidence. The law also restructured the Philippine drug law enforcement system. While the Dangerous Drug Board (DDB) remained as the policy-making and strategyformulating body in the planning and formulation of policies and programs on drug prevention and control, it created the Philippine Drug Enforcement Agency (PDEA), under the Office of the President, to serve as the implementing arm of the Board, responsible for the efficient and effective law enforcement of all the provisions on dangerous drugs. It abolished the National Drug Law Enforcement and Prevention Coordinating Center, Philippine National Police Narcotics Group (PNP Nargrp), National Bureau of Investigation Narcotics Unit (NBI NU), and the Customs Narcotics Interdiction Office (CNIO). Applying the Typology Where can the Philippine drug policies be located in the typological framework? During the Spanish period the government attitude towards drug addiction (particularly opium addiction) straddled between prohibition and regulation. For the natives, the prohibitionist policy prevailed. For the Chinese community, the policy applied was regulation rather than prohibition. This dual policy was probably shaped by existing realities during that time. On the one hand, the regulatory attitude was dictated by two realities: the reality that opium use was somewhat of an aspect of Chinese life and culture and the reality that the trade in opium offered a rich opportunity for economic gain. On the other hand, the prohibitionist policy for the natives was defined by the fact that opium was alien to the Filipino indigenous culture and the Spanish course of action was its protection. During the American period, government policy became largely prohibitionist in orientation. In 1903, an Opium Control Commission was created by the Colonial REVISTA ANÁLISIS Government. The Commission recommended a gradual purge of opium addiction leading up to a policy of total ban against opium. In 1908 the prohibitionist policy came into complete operation and the shift from the dual Spanish policy of regulation-cum-prohibition to total prohibition was completed. The subsequent laws did not depart from this orientation in any significant way. The Revised Penal Code of the Philippines which became operative in the Philippines in 1930 contained five articles (Articles 190194) under Title V - “Crimes Relative to Opium and other Prohibited Drugs.” These Articles imposed penalties ranging from imprisonment to fine for the violation of the drug-related provisions of the Articles. The Dangerous Drugs Act of 1972 (RA 6425), among the first laws to be enacted by the martial law government of President Ferdinand Marcos, imposed heavier penalties for drug offenses. Whereas the heaviest punishment imposed by the Revised Penal Code for drug offenses was imprisonment, RA 6425 imposed the maximum penalty of death for the manufacture of prohibited drugs. In December of the same year the drug-trafficker, Lim Seng, was put to death by firing squad, the first to be executed under the said law. Even after the abolition of the death penalty law in 1987, drug related crimes were punishable with life imprisonment. After the restoration of the death penalty in 1993, drug-related crimes were included in the list of heinous crimes which were punishable by death. The Comprehensive Dangerous Drugs Act of 2002, continued to toe the prohibitionist line by incorporate the “heinous crimes” provision of Republic Act 7659, adopting its death penalty provision for certain drug offenses and introducing amendments to the penalty structure provided in the Dangerous Drugs act of 1972. Describing the stricter penalty features of the new law, Velasco & Saludo wrote: RA 9165 spelled out a tougher and more stringent law on drug trafficking. In the Dangerous Drugs Act of 1972, which the law repealed, someone had to have at least 200 grams of illegal drugs before he could be sent to jail. Now, possession of at least 10 grams of prohibited drugs would lead to imprisonment. And anyone caught with at least 50 grams of shabu, 500 grams of marijuana, 10 grams of opium, morphine, heroin, cocaine, ecstasy and other dangerous drugs would be punished with life imprisonment or death. Before, the death penalty was imposed only on those found with at least 200 grams of shabu. (Velasco & Saludo, 2010, p. 117). The hard-line approach is backed up by provisions that institutionalized drug testing in the workplace and in school and for certain transactions, such as obtaining a license for driving or for gun possession. However, the law did contain some provisions which supported the goal of social “re-integration” rather than punishment of the drug dependents. Foremost among these is the provision that allowed for courtordered referral of drug offenders to treatment centers. The program calls for the establishment of special drug courts which are authorized to suspend or defer sentencing of the drug offender and remand him/her, instead, to a treatment center. Patterned after the socalled “Florida court movement”, this program aims to divert drug offenders from the prison into the treatment system. On the whole, however, prohibition and regulation remains as main features of the Philippine policy towards the drug problem. Criminalization and enforcement remain the two main pillars of the Philippine’s response to the drug problem. The harm reduction model as an alternative to prohibition and control remains largely ignored in Philippine drug policies. In an interview, Tito Sotto, the former head of the Philippine Dangerous Drugs Board, was reported to have said during an internal conference on drugs: I will recommend to the President that the government come out with a strong stand against the harm reduction strategy… Due to its geographic expanse, vast population and varying rules of law and economic situations, Asia is experiencing the entire gamut of drug problems… My fear is that adopting the harm reduction scheme is the same as helping drug abusers to commit crime. Last time I heard, drug abuse was still a crime… The proper strategy is to prevent them from using drugs and not to tolerate them. Factors Sustaining Prohibitionist Philippine Drug Policies Orientation of Why have Philippine laws taken a largely prohibitionist stance with respect to the drug issue? I have three hypothetical explanations for this. The first is the fact that our laws, in general, tend to follow the American pattern. Our legal tradition is largely traceable to American jurisprudence. This 133 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. is particularly true of the laws pertaining to the drug problem. The policy of total opium ban that became operational in the Philippines in 1908 was a reflection of the American prohibitionist policy towards alcohol and, later on, to opium and marijuana. The provisions on drugs contained in the Revised Penal Code of 1930 echoes the spirit, if not the letter, of the 1914 Harrison Act. And in the subsequent legal enactments such as Republic Act 6425 are found reverberations of the US Marijuana Act of 1937. As a former American colony, the Philippines generally looks to the American legal tradition as standard for our legal direction. A second reason may be found in the way that laws are often formulated. Congress, the source of our laws, is, as elsewhere, very susceptible to pressure when formulating laws. Laws are not always crafted according to their intrinsic merit. Lobbying and influence peddling are often accompaniments of law making. Oftentimes it is not what is said that counts but who says it loudest. When it comes to the formulation of drug, the loudest voice heard is often that of the law enforcement sector. The voice of other sectors – social workers, academicians and scientists - is often sidelined. A third reason is to be found in the public’s perception of the drug user. The representation held by the public of the drug dependent is generally supportive of a prohibitionist attitude. The public’s imagination of the drug dependent is generally molded by fear. This is partly due to the way media have generally portrayed drugs as being inherently intertwined with crime. A cursory study of news clips on violent crimes would show a large amount of attribution to drugs as a leading factor for their commission. This is also a feature commonly found in crime films. Thus, in the public imagination, crime and drugs are entwined. Harrison et al., (1995, p. 190) makes this interesting remark: It is important to realize that facts and data per se have little to do with drug policy … It appears that public opinion, often as expressed by the mass media, drives drug policy. As frustrating as this might be to social scientists and academics, the introduction of data and facts, no matter how valid and reliable, has little to do with winning or losing the forum of public opinion. Religion, too, plays a role in shaping public understanding. In 1993, Jaime Sin, an influential leader of the Catholic Church issued a pastoral statement, saying 134 We have to go on fighting it through the classical threeintegrated-steps approach, namely, rehabilitation, law enforcement, and prevention. …our brothers and sisters living under the influence of hallucinogens, amphetamine, barbiturates, sedatives and narcotics are not to be considered criminals, but victims; not delinquents, but sick persons. For us Christians, they are our brothers and sisters in Christ and, therefore, special subjects of our fraternal love… The legal punitive provisions of the Dangerous Drug Act of 1972 must be carried out, and drug lords, manufacturers, producers and traffickers should be justly punished through appropriate nonviolent measures. The religious sentiment expressed in the statement differs little from the government’s dual policy of “social integration of the drug user” and punitive approach towards drug traffickers. What it does is to give it a religious justification. Conclusion The types of perspectives we have proposed are ideal categories. In reality these perspectives overlap and exist in combination. Thus one society can adopt a realistic-therapeutic perspective, a prohibitionisttherapeutic view, or a realistic-prohibitionist outlook. It is unlikely that one would encounter a society where one single type of perspective prevails. What is more likely to occur is for one perspective to be more predominant than others but not to the extent of totally excluding other perspectives. List of references Australian Government. (1994). Study of Marijuana Use in Australia. http://www.druglibrary.org/schaffer/ library/studies/aus/cannabis.htm Bankoff, G. (1996). Crime, Soceity, and the State in the Neneteenth Century Philippines. Quezon City: Ateneo de Manila University. Caulkins, J. P. (2008). Drug Policy Research. 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Candidato a Magíster en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos de la Universidad Central. Docente universitario de la Facultad de Medicina de la Fundación Universitaria San Martín y de la Facultad de Psicología de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Psicólogo del Hospital Santa Clara E.S.E. Bogotá. Director de la Fundación Aedificare. Correo electrónico: [email protected] REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 1137-148. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen En el presente artículo, se hace un recuento histórico sobre las drogas en Colombia, los usos, los sentidos, las prácticas y los efectos en la dinámica social. Así mismo, se habla de las políticas públicas, de las acciones de las instituciones y del Estado y se realiza un breve análisis donde se revisa y se discute la manera como se ha abordado el tema. políticas públicas que, en relación con el tema, se han desarrollado en Colombia. Se retomarán las políticas internacionales y sus efectos en el país. Se revisarán las acciones que desde diferentes instancias del Estado, así como desde los organismos multilaterales se plantean frente al fenómeno, y finalmente, se plantearán algunas consideraciones críticas y se desarrollarán ideas a manera de conclusión. Palabras clave: drogas, Colombia, políticas públicas, historia, subjetividad. Anotaciones sobre la historia de las drogas en Colombia Abstract This article consists of a historical account on drugs in Colombia, their uses, meanings, practices and effects on social dynamics. It also presents a short story on public policies, by reviewing the actions led by the institutions and the State. Finally it includes a brief analysis and discussion on how the issue has been addressed. Key words: drugs, Colombia, public policies, history, subjectivity. Résumé Dans cet article, il s’agit d’un récit historique sur la drogue en Colombie, les utilisations, les significations, les pratiques et les effets sur la dynamique sociale. Il présente également un court récit sur les politiques publiques, en passant en revue les actions menées par les institutions et l’Etat. Enfin, il comprend une brève analyse et une discussion sur la façon dont la question a été abordée. Mots clés: drogue, la Colombie, la politique publique, de l’histoire, de la subjectivité. Introducción En este escrito se hace una revisión de algunos elementos de la historia, del uso, del sentido y de las políticas públicas de las drogas en Colombia, con la intención de aportar elementos que nos permitan repensar la noción de “drogas” y ampliar la discusión sobre el tema. En primer lugar se hará un breve recorrido retomando algunos aspectos del uso de las sustancias psicoactivas en la historia de Colombia, incluyendo una referencia al período precolombino. Se comentará sobre los usos, las prácticas, los sentidos, los alcances y los efectos de su empleo. Luego se hará una revisión de las 138 Las drogas han acompañado al ser humano a lo largo de su historia. Así se ha descrito en prácticamente todas las regiones, épocas y culturas (Escohotado, 1998; Courtwright, 2002). El empleo de sustancias psicoactivas ha sido frecuente para no sentir dolor y aliviar el sufrimiento del cuerpo y del alma; para alcanzar placer; comunicarse con los dioses, con otros o consigo mismo; o para alcanzar estados, experiencias, sensaciones y percepciones novedosas (Davenport-hines, 2003; Jünger, 1950; Mckenna, 1993) Antes del Descubrimiento y de la Conquista, los pobladores de la América emplearon de diversas formas y para diferentes prácticas las sustancias que hoy se han denominado psicoactivas (García 2002). Se sabe por indicios, rastros y el trabajo principalmente de arqueólogos, antropólogos y sociólogos –pues es importante señalar la ausencia de crónicas prehispánicas– que en la región se conocía un número muy grande de plantas con diversas propiedades, que su uso era muy difundido y ocupaba un lugar muy importante en la dinámica de las culturas de la época (Ortiz, Unikel, Sosa & Romano, 1992; Pinzón, Suárez & Garay, 2003). En la Colombia precolombina las circunstancias eran similares a las de la región y el empleo de sustancias era muy difundido. Las sustancias que tenían un origen vegetal –muy esporádicamente se usaban secreciones animales– provenían de hongos, cactus, flores y semillas y sus efectos eran básicamente alucinógenos aunque también se usaron estimulantes como la coca y especialmente el tabaco y el cacao que tenían carácter sagrado. Se sabe también del uso de bebidas alcohólicas, principalmente debido a la utilización de bebidas derivadas del maíz como la chicha (Pinzón et al., 2003). El empleo de las sustancias era básicamente para fines religiosos, curativos y, en menor proporción, para fines lúdicos. Su utilización fue un hecho cultural, que se dio a lo largo del tiempo, no constituyéndose en REVISTA ANÁLISIS un hecho aislado o casual y sí en una actividad ligada de manera importante a la cultura, a las prácticas y a la cosmovisión. Debe resaltarse que los saberes, los sentidos y los contextos en que se desarrollaron y construyeron estas prácticas no corresponden a nuestra particular mirada actual (Pinzón et al., 1991, 2003). El empleo de las sustancias, ligado a prácticas religiosas en estas culturas, tenía como fines el poder alcanzar estados de trance, acceder a poderes mágicos, entrar en comunicación con dioses o vislumbrar las profundidades de sí mismo y de los demás. Para tal fin se empleaban principalmente el yagé, el borrachero o cacao sabanero, el yopo, la coca y el tabaco (Pinzón et al., 1991, 2003; Quevedo, 2007). Estas actividades religiosas también tenían que ver con acciones curativas, pues tales prácticas y sustancias posibilitaban la curación de los males –del cuerpo y especialmente del alma– o la superación de padecimientos y enfermedades. Diferentes autores, como el antropólogo norteamericano Peter Furst (2002), el antropólogo social y cultural de origen catalán Josep Fericgla (1994), los ya citados antropólogos García (2002), Pinzón & Suárez (1991) y Garay (2003) plantean la gran influencia del chamanismo en nuestra América precolombina y en particular con relación al empleo de sustancias: El interés de los indígenas americanos por las plantas alucinógenas está ligado directamente a la supervivencia en el Nuevo Mundo de un chamanismo que los antiguos cazadores llevaron consigo del Asia meridional y que resultó ser la base religiosa de los indios americanos. (García, 2002, p. 5). El chamanismo, como el mismo García lo define, fue un fenómeno sociocultural originado en Siberia y desarrollado en Asia central y septentrional que se extendió a Corea, Japón y luego a China, India y, finalmente, a América. El chamanismo se caracterizó por constituir un marco cultural en donde ciertas percepciones básicas de la realidad se construyen con base en estados modificados de la conciencia, para lo cual se usan sustancias derivadas de plantas. Una de las sustancias más difundida es un preparado que proviene de las ramas, bejucos de la Ayahuasca (banisteriopsis caapi), una enredadera de la selva amazónica que se combina con otras plantas y cuyo producto es el yagé (Díaz, 2004). Tambien se usó el yopo, un polvo que se inhala, derivado de unas semillas y que ha sido ampliamente estudiado (Zuluaga, 2004). Un tercer empleo de las sustancias tiene que ver con lo que podríamos denominar un uso recreativo. Las culturas que habitaban la región utilizaban las sustancias por una parte con fines festivos, en celebraciones y reuniones, para alcanzar estados de regocijo y goce. Para estas prácticas utilizaban principalmente la coca, el borrachero, el cacao, el tabaco y bebidas derivadas del maíz –la chicha en particular–. Por otra parte, se emplearon sustancias con el fin de alcanzar estados de trance y para experimentar estimulaciones sensoperceptivas, para lo cual, además de las sustancias ya señaladas, se emplearon hongos y semillas (Pinzón et al., 1991, 2003; Quevedo, 2007). Antes de proseguir, no sobra señalar que, con el aporte de diferentes disciplinas como la Historia, la Antropología y el Psicoanálisis, se pueden observar algunas de las diferencias que existen entre la toxicomanía y el consumo de drogas de las sociedades modernas versus el uso y en particular el consumo de las sustancias propio de las sociedades primitivas, tema que no será objeto de discusión ahora. Se pueden mencionar, solamente para tenerlos presente, algunos elementos que permitirán ampliar la discusión y que hacen diferencia: el lugar y la función de las sustancias y el consumo, que en unos casos se integran en el conjunto de las prácticas sociales propiciando el restablecimiento de los lazos (ritos de iniciación, de celebración, de nacimiento, de duelo), mientras que la expresión actual coincide más bien con una desligadura del lazo social propio de las sociedades modernas. Podría hacerse también referencia al lugar de la sustancia con relación al deseo, pues se debe señalar cómo la droga, en la época moderna, obtura (corta, no da paso) al deseo y el deseo le es atribuido al objeto, lo que da la sensación de que la droga u otros objetos tienen el poder de atraer, de atrapar, y el sujeto consumidor moderno queda sin deseo, a merced del objeto y del consumo, que lo dominan, que lo atrapan, lo desean (Le Poulichet, 1990; Vera, 2001; Carmona, 1995). Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en el territorio colombiano se continuaron usando con los mismos fines (lúdicos, recreativos, mágicos, místicos, curativos) estas plantas o sus derivados (yagé, coca, tabaco, el borrachero o cacao sabanero) pero hubo un importante incremento en nuestro medio de la utilización de la coca y la chicha (Quevedo, 2007). La coca, como ya se señaló, estaba ligada, por un lado, a creencias y prácticas mágicas relacionadas con la comunicación con dioses, con la obtención de poderes en ritos y ceremonias; se utilizaba para la comunicación 139 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. y el acceso a estados trascendentales; por otro lado, estaba relacionada con fines medicinales, terapéuticos y de curación y, también, era reconocida y empleada por sus poderes y posibilidades de excitación, de exaltación y estimulación (Molano, 2004; García, 2007). Su uso fue alentado por los conquistadores españoles debido a sus efectos temporales, pues produce, en la mayoría de los casos, disminución del hambre, de la sed, del sueño y del cansancio, lo que permitía extender las horas de trabajo de la mano de obra, especialmente, de los indígenas. Esto hizo que su empleo se propagara y su uso fuera generalizado y aceptado: “tan arraigada estaba esta costumbre que hasta hace poco la coca figuraba –en algunas regiones del país– como una parte obligatoria del salario…” (Rosselli, 1968, p. 27) o simplemente esa era la forma de pago por el trabajo, hecho que permite ver cómo la coca ha ocupado diferentes lugares en nuestra cultura (Molano, 2004; García, 2007). La chicha, bebida fermentada a base de maíz, hizo también parte de la vida de los pueblos que nos preceden y su consumo se constituyó en una práctica frecuente, con un lugar significativo en las dinámicas sociales de nuestra cultura (Montes & Rodríguez. 1975). La chicha se convirtió rápidamente en “un problema” pues su consumo ocasionaba, según aparece en los relatos, múltiples dificultades: se describen riñas y conflictos, pecados y ofensas que se cometían por su causa, enfermedades y males que se originaban por su consumo. Son numerosas las alusiones que, primero, la Iglesia y las autoridades y, finalmente, la ciencia y la academia hacen señalando sus daños, los problemas que acarrea y las dificultades que ocasiona, hasta lograr en el siglo XX su prohibición (Rosselli, 1968). Rosselli realiza una revisión de los hechos en los que la Iglesia, el Estado y la ciencia de la época se ocupan de prohibir el consumo de las sustancias que generaban preocupación. En 1660, el Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, Dionisio Pérez Manrique, dictó un auto prohibiendo la bebida: bebiendo desmesuradamente una bebida tan fuerte y contraria a la salud, embriagados con la mala calidad de dicha bebida y con los fuertes ingredientes que de propósito le echan, cometen muchos muy graves y enormes pecados y ofensas contra la majestad de Dios, así de deshonestidades como de muertes y alevosías y otros excesos… (Rosselli, 1968 p. 28). A principios de 1702, el arzobispo del Nuevo Reino de Granada (hoy Colombia), Ignacio de Urbina, 140 promulgó un edicto excomulgando a los que fabricaban, vendían y compraban la chicha. En los siguientes años, las disposiciones de arzobispos, gobernadores y otros funcionarios locales de Colombia que prohibían, castigaban y censuraban el uso, comercio de la chicha, no cesaron y permanentemente se reiteraba lo perjudicial de la chicha para el cuerpo y para el alma, así como para la convivencia ciudadana… Simón Bolívar, Presidente de la República de la Gran Colombia, sancionó un drástico decreto que prohibía para siempre la chicha en la provincia de Sogamoso y disponía severas sanciones para quien no cumpliera… (Rosselli, 1968, p. 80). Sabemos que estas prohibiciones, como muchas otras que procuraban extinguir este licor de los territorios, no prosperaron. La preocupación por la chicha y por otras sustancias ocupó no sólo a gobernantes, también a médicos, profesores e investigadores sociales en particular a finales del siglo XIX (Cordovez, 2006; Quevedo, 2007; Rosselli, 1968). La lucha contra el alcoholismo cobró mayor fuerza a partir de la década de 1880, con las campañas contra el chichismo emprendidas por los médicos Zerda y Gómez y con la publicación de artículos de otros profesionales de la medicina. Debe resaltarse una presentación del Presidente de la República de Colombia, General Rafael Uribe Uribe, que en 1911 hace referencia al tema dentro de un conjunto de conferencias denominadas “Los problemas nacionales”. Uribe Uribe, al año siguiente, presentó un proyecto al Senado para reglamentar las bebidas alcohólicas. En 1911, el médico Alfonso Robledo solicitó la creación de la Liga Nacional contra el Alcoholismo; y Manuel Dávila, Ministro de Instrucción Pública de la época, se interesó por la enseñanza antialcohólica en las escuelas públicas y contrató la redacción de la cartilla antialcohólica, que fue ampliamente difundida por el Ministerio en los años siguientes. Un hecho singular es el que varios médicos bogotanos propusieron que, en las clasificaciones médicas, se incluyera una nueva enfermedad que se llamara chichismo y adelantaron trabajos cuyo interés principal era conseguir la prohibición de la chicha en Colombia. El profesor Liborio Serna, en un texto denominado Estudio químico, patológico e higiénico de la chicha, bebida popular en Colombia, “define esta nueva patología, describe sus síntomas y sus características…” (Rosselli, 1968, p. 222). En las décadas de 1910 y de 1920, no fueron menores los escritos y las presentaciones que en los eventos médicos y pedagógicos de estos años se hicieron insistiendo en la malignidad de la chicha y en solicitar su erradicación (Cordovez, 2006). El profesor Luis López de Meza dedicó gran parte de sus trabajos a estos temas y planteó de múltiples formas su intención de que el consumo de chicha fuera prohibido (Cordovez, REVISTA ANÁLISIS 2006). Otras instituciones también hicieron lo propio: la asamblea de Norte de Santander, en 1915 y 1916, promulgó ordenanzas para limitar el consumo de dicha bebida y el Concejo de Bogotá reglamentó las chicherías en 1916 (Rosselli, 1968, pp. 325 y siguientes). La Cámara de Representantes debatió en 1918 un proyecto de Ley sobre la materia y la asamblea de Cundinamarca aprobó una ordenanza en 1919 contra el chichismo. El médico Eliseo Montaña presentó, en el Congreso Médico Nacional de 1919, un trabajo titulado “Lucha antialcohólica: El alcoholismo en Colombia y medios para combatirlo”, donde resalta de manera enfática la gravedad generada por el alcoholismo, solicita legislar sobre la industria, limitar el comercio y reprimir el consumo; propone entre otras cosas hacer propaganda, educación individual y colectiva, fundar La Liga Nacional Antialcohólica, fundar hospitales, sanatorios y asilos para tratar a los bebedores alcoholizados curables; solicita la expedición de leyes que reglamenten la industria y extinguir estas bebidas. Estas recomendaciones se tradujeron en la expedición de la Ley 88 de 1923 que restringía el consumo de alcohol pero cuya vigencia se aplazó. Más trabajos académicos, más presión social y más leyes se produjeron, que sin embargo no tenían mayor efecto. Fue con la Ley 34 de 1948, medida impuesta de la mano de la fuerza pública y luego de los destrozos de la ciudad capital posteriores al asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán, que finalmente se logró que desapareciera de manera oficial, por un buen tiempo, la chicha de nuestro medio. El problema sin embargo no terminó allí, pues la creación de las licoreras departamentales y el impulso que tomaron otras bebidas como la cerveza, el aguardiente, el ron y el whisky principalmente, trajeron nuevos problemas. A finales del siglo XIX otras sustancias como el opio, la morfina y la cocaína (derivada de la coca) ya habían empezado a aparecer. A propósito del empleo de otras sustancias, el Dr. Manuel Plata Azuero, en un texto de 1888, plantea el uso terapéutico en el país de sustancias como el opio, la morfina y la cocaína. Señala además el caso de un joven de la sociedad bogotana que “se entregó al uso de la morfina con tal exageración que al cabo de cuatro años y medio de continuo envenenamiento murió al fin repentinamente en diciembre de 1887…” (Rosselli, 1968, p.185). La marihuana aparece en Colombia a comienzos del siglo XX y su consumo es especialmente visible en el puerto de Barranquilla, principal puerto colombiano, en el que confluyen barcos de diferentes partes del mundo. En la década de los veinte del siglo pasado, se mencionan cultivos en la región de Santa Marta que anteceden la producción y el comercio que florecería en las décadas del sesenta y setenta (Sánchez, 2008). En el país, en los comienzos del siglo XX, sin embargo, la preocupación se mantiene centrada en el tema del alcohol. Por esta época aparecen una serie de investigadores y trabajos que dan lugar a las políticas y acciones frente al fenómeno (Quevedo, 2007). Uno de los más importantes investigadores es el profesor Luis López de Meza, médico psiquiatra, con una maestría en Psicología Experimental de Harvard y quien en su trabajo “El problema del alcoholismo y su posible solución” plantea como causas del alcoholismo las siguientes: “la existencia de bebidas al alcance de todos; la deficiencia de la educación; la trasmisión por herencia similar y semejante y por contagio; y la carencia de distracciones sustitutivas…” (Citado por Rosselli, 1968, p. 325). Con respecto al tratamiento plantea claramente como fin último el abolir el alcohol, aunque incluye tres etapas previas: la educación de la voluntad, tarea difícil; el uso de medicamentos –tónicos nerviosos físicos y químicos–, y finalmente los correctivos sociales, sobre estos plantea la prohibición absoluta de vender bebidas alcohólicas, un impuesto altísimo, la legislación para internar en asilos a quienes se embriaguen determinadas veces y la educación profiláctica (Rosselli, 1968). Colombia se había adherido a los tratados internacionales sobre el tema –Convenio de La Haya en 1912 y Convención de Ginebra en 1936– y la Dirección Nacional de Higiene había dictado medidas especialmente en relación con los tratamientos, que no se cumplían –Ley 82 de 1923, Ley 68 de 1939, Ley 12 de 1943, Ley 116 de 1937–, pero con las que empezaban a perfilarse las políticas de Estado (Rosselli, 1968; Sánchez, 2008). A pesar de esta legislación, el empleo de sustancias continuaba abriéndose espacio –con la incorporación de nuevas sustancias y con el uso no formulado de medicamentos– sin lograr aún ocupar la atención y tener las dimensiones actuales. Los años sesenta del siglo pasado producen a nivel global grandes cambios y trasformaciones sociales que tienen efecto sobre el tema que nos ocupa. Se generan nuevas formas de relación, de usos, nuevas prácticas y formas de comprensión. En nuestro contexto aparecen elementos que ocasionan grandes efectos y trasformaciones para nuestra dinámica social. El consumo de drogas se incrementó. Algunos autores 141 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. han descrito esta época como la Postmodernidad,1 con el fin de mostrar algunos efectos que se han generado de manera particular con el surgimiento de la sociedad de consumo y los desarrollos de la sociedad capitalista. El efecto del capitalismo ha sido descrito bajo esa nominación por varios autores, en particular por filósofos y psicoanalistas franceses (Berenguer, 2008; Lacan 1972), indicando principalmente cómo la sociedad de consumo repercute en el consumo (de objetos y naturalmente también de sustancias) pero, especialmente, afecta el vínculo que establece el sujeto con los objetos, transformando adicionalmente el vínculo social y, de manera particular, las incidencias sobre el deseo y el goce. Los autores describen las nuevas formas de relación, de obtención de placer, de satisfacción y las dificultades que esto plantea (Canclini, 1995; Melman, 2005; Miller, 2008; Pommier, 2002; Soler, 1998). Como ya se mencionó, las drogas han estado presentes en distintos momentos del desarrollo de la humanidad, desde tiempos antiguos. Sin embargo, no eran el “fenómeno social maligno” que se ha constituido en la actualidad y que ha producido, por una parte, “políticas de drogas” y, por otra, toda una red de discursos, acciones y presupuestos dirigidos a la atención de este tema; un problema de salud pública y un problema de seguridad nacional, que conduce a la actual “guerra contra las drogas”. Algunas anotaciones sobre políticas públicas y drogas en Colombia Si bien ya se han señalado acciones del Estado, un inicio formal de los planes y programas dirigidos desde el Estado colombiano para realizar acciones e intervenir frente al tema de las drogas se puede ubicar en el año 1969, cuando se creó el Consejo Nacional de Instrucción Criminal al que se le atribuyen, entre otras funciones, el control sobre los estupefacientes, aunque sus desarrollos fueron mínimos (Velosa, 2009). Fue sin embargo en 1973, bajo la administración del Presidente conservador Misael Pastrana Borrero, que se organizan las políticas públicas sobre el tema con la creación del Consejo Nacional de Estupefacientes y la Oficina de Estupefacientes del Ministerio de Justicia, que por medio del Decreto 1188 de 1974 prohíbe y 1 Término desarrollado por el filósofo y sociólogo francés JeanFrançois Lyotard, en particular en los textos La condición postmoderna (1987) y La posmodernidad (explicada a los niños) (1987). 142 penaliza las sustancias psicotrópicas y establece, en julio de 1974, un convenio entre el gobierno de Colombia y la oficina de las Naciones unidas –el PNUD–, cuyo mandato y objetivos están encaminados a coordinar todas las actividades de fiscalización de las drogas, promover la observancia de los tratados internacionales y ofrecer un liderazgo eficaz sobre la materia “Control del uso indebido de drogas”. A partir de ese momento y hasta 1990, las acciones en este sentido son coordinadas y lideradas en gran medida por este organismo. El período de los años setenta y ochenta está marcado por la “bonanza marimbera” que puso a Colombia en el escenario internacional por la exportación de marihuana principalmente hacia Estados Unidos y por la reacción de los gobiernos de entonces, que iniciaron acciones de control policial y de fumigación en extensas áreas de la costa Caribe. Un hecho muy importante ocurre en enero de 1986, tras el asesinato del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, víctima de un nuevo fenómeno: la aparición de las mafias ligadas al tráfico y exportación de cocaína, que hizo que el gobierno expidiera la Ley 30 de l986 que creó un nuevo estatuto nacional de estupefacientes que endureció su postura, introdujo la idea de “la lucha contra el crimen y la droga” y desarrolló políticas enfocadas a controlar el tráfico de sustancias y a judicializar a sus responsables. Esta Ley penaliza de manera drástica los hechos ligados a las drogas, incluyendo el consumo de sustancias. En 1990, bajo el gobierno del liberal Virgilio Barco, se creó la Dirección Nacional de Estupefacientes con la misión de ejecutar las acciones del gobierno y en especial las del Consejo Nacional de Estupefacientes, que sin bien plantea acciones de prevención y rehabilitación, dirige sus acciones al control y la represión. Otro hecho a resaltar dentro de esta secuencia histórica, fue la sentencia C221 de 1994, proferida por la Corte Constitucional, por medio de la cual se despenalizó el consumo de la dosis personal (Corte Constitucional, 1994). La inexequibilidad del artículo 51 de la Ley 30 de 1986 tuvo sustento en dos fundamentos primordiales: el primero es el libre desarrollo de la personalidad. Este principio, consagrado en la Constitución colombiana, establece que el individuo tiene la capacidad para encaminar su vida siempre y cuando no interfiera con la autonomía de las otras personas; es así como se considera que el consumo de la dosis mínima es una decisión individual que cumple con esta característica. El segundo es la limitación del Estado sobre la participación en la salud personal: la Corte señala que cada persona es REVISTA ANÁLISIS libre de decidir si es el caso o no de recuperar su salud, por lo cual es improcedente imponer acciones cuando una persona decide realizar alguna actividad que afecte su bienestar. En el gobierno de Andrés Pastrana (1998 – 2002) se dan nuevas circunstancias. Se crea un Plan Nacional de Lucha contra las Drogas y por medio del Decreto 1943 de 1999 se modifica la estructura de la Dirección Nacional de Estupefacientes, creando el Programa Presidencial para el Afrontamiento del Consumo de Sustancias Psicoactivas, “Programa Presidencial Rumbos”. El Plan de Lucha contra las Drogas se justifica porque Colombia ha demostrado al mundo su compromiso a fondo en la lucha contra el tráfico de drogas ilícitas y ha dado a conocer resultados contundentes. Se hace referencia a miles de hectáreas de coca y amapola fumigadas, toneladas de marihuana y opio incautadas, miles de toneladas de precursores químicos decomisados. En el gobierno de Andrés Pastrana se da inicio al Plan Colombia, un programa básicamente de ayuda militar y económica para combatir la droga (Universidad de los Andes, 2010). El gobierno de Álvaro Uribe (2002 – 2010) desmontó el “Programa Rumbos” y dejó de nuevo en manos de la Dirección Nacional de Estupefacientes las acciones que en ese sentido desarrolla el país. Durante el gobierno de Uribe, con el fortalecimiento del Plan Colombia, el país se centró en “una batalla”, en una “lucha” contra “el delito”, caracterizada por la presencia militar, la fumigación y erradicación de cultivos, las acciones policivas y jurídicas, la propaganda y la búsqueda de cooperación internacional (Colombia Departamento Nacional de Planeación, 2005; Universidad de los Andes, 2010). Dentro de esa lógica, el Presidente Uribe logró, al finalizar su segundo gobierno, aprobar una ley que penaliza nuevamente la dosis mínima y que va en la misma línea que ha mantenido el gobierno colombiano. Otros actores han venido desarrollando un proceso paralelo muy importante –liderado en gran medida por funcionarios del Ministerio de Protección y la Oficina de Naciones Unidas, entre otros– que ha conducido a la estructuración de una “política nacional para la reducción del consumo de sustancias psicoactivas y su impacto” (Colombia. Ministerio de la Protección Social, 2007, 2008). Este proceso ya no habla de eliminación o supresión del consumo, ni de lucha contra las drogas, ni hace referencia al delito, y sí se ocupa con gran interés de temas como prevención, rehabilitación, consumo problemático, inserción social, reducción de riesgos, lo que constituye un gran cambio, un gran avance en las políticas públicas sobre el tema de las drogas (Carvajal, 2005). Esta postura, llamada de reducción del daño, se ha ido posicionando (Machin, 2005; Milanese, 2006; Milanese & Machin, 2009; Velosa, 2009). Un cuestionamiento de los enfoques, las políticas y de las acciones frente al tema se ha ido desarrollando (Velosa, 2009) y un debate sobre si se debe prohibir o no el consumo se ha abierto y está en curso (Acevedo, 2003: Botero, 2002; Romaní, 2010). Los gastos del Estado en el tema de las drogas En los últimos años, la participación porcentual de los gastos del Estado colombiano en la lucha contra las drogas en el PIB, ha mostrado una tendencia creciente. En las décadas de los setenta y ochenta, esa participación es baja y se concentró en su totalidad en el desarrollo de la estrategia de reducción de la oferta de drogas ilícitas. En los noventa y los años posteriores al 2000, la participación del fortalecimiento a la justicia, desarrollo alternativo y reducción de la demanda de drogas es cada vez más alta. Siendo en 2008 cuando los recursos antidrogas alcanzan su mayor participación en el PIB con 0,47%. Entre 1995 y 2004, el Estado colombiano destinó aproximadamente $7.04 billones de pesos de 2004 a contener el cultivo, la producción, la fabricación, la distribución, el tráfico, el consumo de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y delitos conexos (Colombia, Departamento Nacional de Planeación, 2005; 2006). En el solo período 2007–2008, el gasto antidroga ascendió a $3.27 billones de pesos constantes de 2008 de los cuales $1.29 billones corresponden a la vigencia 2007 y $1.98 billones a 2008, con un incremento de 54.16% El gasto que el Estado ha destinado a combatir las drogas ilícitas, se ha clasificado en las siguientes estrategias: i) Desarrollo alternativo, ii) Reducción de la oferta de drogas ilícitas, iii) Fortalecimiento jurídico e institucional, iv) Reducción de la demanda de drogas; v) Gestión ambiental y vi) Política internacional. La Armada Nacional fue la de mayor participación en el gasto con 17% ($337,592 millones); seguida por la Gestión Presidencial Contra los Cultivos Ilícitos – PCI– de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional con 13.1% ($258,737 millones); la Fiscalía General de la Nación con 9.9% ($197,085 millones); la Fuerza Aérea Colombiana con 9.2% ($182,257 millones) y la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional con 8.3% ($163,863 millones). Las demás entidades mantienen una participación cercana al 143 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. 17% (Colombia, Departamento Nacional de Planeación, 2009). Debe señalarse que el gobierno colombiano resalta la disminución del cultivo y del tráfico de drogas (Colombia, Departamento Nacional de Planeación, 2009). Los estudios recientes muestran, sin embargo, un consumo importante de sustancias en la población colombiana (UNODC, 2006; Ministerio de la Protección Social, 2008; Secretaría Distrital de Salud & Oficina de las Naciones Unidas, 2009). Colombia es reconocido como uno de los mayores productores de cocaína y amapola del mundo, razón que argumenta el Estado para fortalecer la política antidroga con acciones dirigidas a la destrucción forzosa y voluntaria de cultivos ilícitos, control de sustancias químicas, desmantelamiento de laboratorios y complejos de procesamiento de drogas, control al tráfico y distribución de drogas ilícitas y en los procesos y juicios de las redes e individuos que soportan el tráfico ilícito de estupefacientes y delitos relacionados (Sistema Subregional de Información e Investigación sobre Drogas, 2008; UNODC, 2010). Estas prioridades se ven reflejadas claramente en la distribución del gasto, cuando más del 80% del total de recursos financieros han sido asignados a la interdicción y al fortalecimiento jurídico (Colombia, Departamento Nacional de Planeación, 2005; 2006; 2009). Políticas internacionales y sus efectos en Colombia Naciones Unidas ha liderado, a través del programa para la Fiscalización Internacional de Drogas (UNDCP), una política con un marco multilateral de tratados y con un conjunto de instrumentos internacionales que se han ido imponiendo sobre las políticas particulares en casi todos los Estados (Jelsma, 2003; Velosa, 2009). Algunos de los momentos que han ido delineando las políticas son: La Convención Única de 1961, enmendada por el protocolo de 1972, que plantea que las medidas contra el uso indebido de estupefacientes requieren de una acción universal y concertada de las naciones (Artigas, 2003); el Convenio de 1972, que se centró en la regulación de las sustancias estableciendo sistemas de licencias, recetas, etc.; y la Convención de 1988 contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas que procura promover la cooperación entre Estados para tipificar como delitos varias acciones (transporte, comercio, entre otras) y plantear la erradicación de los cultivos de plantas y otras medidas (Artigas, 2003; Jelsma, 2003). Además, en sesión especial de la Asamblea General de 1998, se adoptaron una declaración política y unos principios 144 sobre la demanda de drogas; se adoptaron también medidas para promover la cooperación internacional (para luchar contra el problema mundial de la droga), en particular dotando de medidas jurídicas y financieras a los Estados, y se fijaron metas para la disminución del cultivo y la producción de cannabis, amapola y coca, en este apartado se cita de manera específica y especial a Colombia (Artigas, 2003). Estas acciones iniciales de Naciones Unidas frente al tema apuntaron a una “lucha contra las drogas” cuyo principal escenario fue, por un lado, la prevención y, por otro, la erradicación de cultivos, la producción y la comercialización de drogas ilícitas, además de una asistencia técnica en las distintas esferas de la fiscalización de las drogas (Artigas, 2003). Estas acciones se centraron básicamente en erradicación de cultivos de marihuana y cocaína y en la producción y comercio de éstas fuera del país. La intervención de esta entidad cobró mayor impulso tras la celebración de La Asamblea General de Naciones Unidas en 1990, que decidió establecer el UNDCP (Artigas, 2003). Además, en el vigésimo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, dedicado al problema mundial de las drogas, que tuvo lugar en Nueva York, en junio de 1998, surgió la Declaración sobre los Principios Rectores de la Reducción de la Demanda de Drogas y los Estados miembros aprobaron una Declaración Política que enuncia la estrategia mundial orientada a lograr una reducción significativa tanto de la oferta como de la demanda de drogas ilícitas para el 2008 (Artigas, 2003; Jelsma, 2003). En el año 2000, en la llamada Asamblea del Milenio y en el documento del milenio, se resalta el papel de las drogas en la generación o ampliación de los conflictos armados y la consolidación de actividades ilícitas derivadas u ocasionadas por éstas. Contiene además el compromiso de los gobiernos de “incentivar los esfuerzos para enfrentar el problema mundial de la droga, intensificando la lucha contra la delincuencia organizada transnacional en todas sus dimensiones…” (Artigas, 2003, pp. 7-8). Conclusiones Las sustancias psicoactivas siempre han existido. Su uso ha sido una práctica presente en las diferentes regiones, culturas y momentos históricos. El empleo de tales sustancias tuvo, hasta inicios de la Modernidad, fundamentalmente una connotación medicinal, religiosa o recreativa. REVISTA ANÁLISIS La utilización de este tipo de sustancias tuvo, en los comienzos y hasta mediados del siglo pasado, mucho que ver con un conjunto de prácticas destinadas a establecer lazos sociales y articular las relaciones con los otros (ritos de iniciación, de celebración, de sanación, de duelo). En la Modernidad su empleo apunta más al aislamiento, al retiro, a formas de comunicación individual y, ahora, virtual. Criterios religiosos, morales, científicos y legales se retoman para limitar el uso de las drogas. En la historia de Colombia estos criterios se emplean inicialmente para mitigar y luego abolir el uso de la “chicha” y, más recientemente, para “enfrentar” las demás sustancias. Con la aparición de otras sustancias como la marihuana, la cocaína, la heroína, el éxtasis, etc. aparece una nueva serie de prácticas, de usos y de formas de concepción. Con la aparición del narcotráfico, el asunto termina convertido en un tema fundamentalmente económico, político y, finalmente, jurídico y policivo. Los abordajes se rigen por una nueva categoría “la lucha contra las drogas”, sobre lo cual resalta un suceso y es que no aparecen intentos de comprensión sobre el fenómeno, sino básicamente su interés por erradicarlo. Las actividades que surgen a partir del Estado son de prohibición y penalización, tiñendo de manera particular la concepción del sujeto consumidor. Las principales acciones y recursos que se han desarrollado en el país se han dirigido a lo que se ha dado en llamar la reducción de la oferta, esto es, a la erradicación de cultivos, a la lucha contra el tráfico, al control, vigilancia, penalización, judicialización de los actores involucrados. El discurso, las palabras, los sentidos con que se aborda el fenómeno en nuestro país se caracterizan porque se trata de una “lucha,” de “la batalla”, o “la guerra” contra las drogas. No aparecen mayores intentos de comprensión, ni preguntas por el sujeto, por su familia, por su entorno, por la relación entre sujeto y el objeto de consumo, por las formas de regulación del goce, por las formas de establecer relaciones y lazo social, por las dificultades en la Modernidad con la ley y con otras formas de regulación, etc. Los enfoques, las políticas, los abordajes clínicos se han centrado en gran medida en la droga, dejando de lado la noción de sujeto, su historia, las relaciones con lo social y lo subjetivo. Lista de referencias Acevedo, B. (2003). La política colombiana de drogas. En la nave de los locos. Un análisis desde la construcción social del problema de las drogas. www.mamacoca. org/.../acevedo_politica_colombiana_es.htm Artigas, C. (2003). La reducción de la oferta de drogas. Introducción a algunos instrumentos internacionales. Políticas sociales. [online] . Santiago de Chile: Naciones Unidas. CEPAL. 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Miembro del Grupo de Investigación en Farmacodependencia de la FUNLAM (Categoría C -COLCIENCIAS), y del Grupo de Investigación “Estudios sobre Juventud” de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia (Categoría C- COLCIENCIAS). Correo electrónico: [email protected] El presente artículo es fruto de la reflexión conjunta entre el docente Nicolás Uribe y los estudiantes que hacen parte del curso de Trabajo de Grado I. Farmacodependencia y Psicología Social, del Programa de Psicología de la Fundación Universitaria Luis Amigó. REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 149 - 157. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen A partir de un enfoque histórico y farmacológico acerca de las diversas formas de relación que el ser humano ha establecido con las drogas a lo largo de la historia de la civilización, éste articulo resalta la importancia del conocimiento profundo de estos asuntos en el diseño y ejecución de las campañas de prevención del uso/abuso de drogas y de las diversas formas de intervención que se realizan actualmente en diversos contextos (escolar, laboral, comunitario, entre otros). Todo con el ánimo de llamar la atención sobre la necesidad de que quienes realizan estas campañas sean verdaderamente expertos en el tema, pues para que estas tengan mayor posibilidad de producir los efectos esperados es indispensable que los responsables de las mismas tengan un claro conocimiento científico sobre las relaciones del ser humano con las drogas. Palabras clave: conocimiento científico, drogas prevención, tratamiento. Abstract From a historical and pharmacological perspective to the different types of relations established between humans and drugs throughout the history of civilization, this article highlights the importance of a deep knowledge of these issues for the design and implementation of prevention campaigns of use/ abuse of drugs and of the diverse ways of intervention carried out currently in diverse contexts (school, work, community, among others). All this, with the intention of raising the need that those who make campaigns are real experts on the matter at hand, so these campaigns have more possibilities to have the expected effects, it is indispensable that the ones in charge have a clear and concise knowledge. Key words: scientific knowledge, drug prevention, treatment Résumé À partir d’un approche historique et pharmacologique au sujet des différentes façons de relation que l’être humaine a établi avec les drogues pendent l’histoire de la civilisation; cet article montre l’importance de la connaissance approfondie de ces mêmes sujets durant la conception des campagnes de prévention de l’use et l’abus des drogues et des différents modes d’intervention 150 qui sont faites actuellement dans des divers contextes (l’école, le travail, la communauté, parmi des autres). Cela a la claire intention de faire évident le besoin d’avoir des experts parmi les personnes chargés de ces campagnes; car, pour produire les effets souhaités, il est impératif d’avoir la connaissance claire et scientifique sur des relations de l’être humaine avec les drogues. Mots clés: connaissances scientifiques, la prévention des drogues, le traitement Drogas e historia En el estudio de las drogas es indispensable recordar los primeros usos que los seres humanos hicieron de ellas, pues muchos de éstos se han mantenido a lo largo de la historia de la civilización y marcan el camino de los usos que posteriormente se reencuentran en períodos más avanzados del desarrollo de la civilización. Estos usos se refieren a que supuestamente las drogas permiten establecer una comunicación con seres sobrenaturales que gobiernan nuestro destino (divinidades), a partir de las alteraciones perceptivas y del pensamiento que hacen posible crear realidades alternas a la realidad física, las cuales tienen un carácter trascendental (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). Así mismo, es importante rememorar cómo fue evolucionando este modo de relación entre el hombre y las drogas, por lo que es fundamental conocer el lugar que éstas tenían en las culturas griegas y romanas, cuna de la civilización occidental. En ellas su uso hacía parte del hedonismo propio del hombre. Pero también en las culturas orientales la concepción de las drogas y sus consecuentes usos es diversa (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). De otro lado, se hace necesario entender los cambios de concepción acerca de las drogas ocurridos en Occidente, luego del advenimiento del cristianismo. Con él el uso de las drogas es asociado al placer y al pecado, y adquiere una connotación peyorativa que parte de un juicio moral basado en los preceptos del cristianismo acerca del hombre y su relación con el placer (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). También es importante conocer el desarrollo de esta relación en el Renacimiento y en los siglos XVIII y XIX, pues aun cuando en estos momentos de la historia se produce un cambio radical en la forma de ver al hombre y REVISTA ANÁLISIS su interacción con los objetos del mundo, la relación con las drogas seguirá siendo concebida desde una postura moralista ajena al campo científico, que nace en estos períodos de liberación e iluminación del pensamiento humano (López, 1992; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). De ese modo podrá comprenderse el notable cambio de posición de la sociedad frente a las drogas en la mitad del siglo XX, período en el cual empieza a ser estudiada esta relación de forma científica y amplios sectores de la sociedad comienzan a considerar su uso como algo normal y benéfico (recuérdese el movimiento hippie), al tiempo que constituye el período en el cual el uso de las drogas empieza a ser penalizado por representar un problema de salud que afecta amplios sectores de la sociedad que rechazan su uso (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001; Courtwright, 2009). Para entender este cambio de posturas en la sociedad, que da cuenta de posiciones contrarias que coexisten, es necesario conocer la evolución de las formas de relación con las drogas, pues al considerar que en la actualidad sus usos ya no se soportan sobre motivaciones religiosas, espirituales, médicas, militares, económicas, como en el pasado, sino sobre el hedonismo y el uso recreativo, es posible entender el porqué se torna en un problema de salud pública. En este nuevo contexto se pierden referentes que actuaban anteriormente como reguladores del uso de las sustancias, dando lugar a los abusos que caracterizan a las drogodependencias, farmacodependencias o toxicomanías, que en la Postmodernidad empiezan a presentarse en altos índices de la población y que tanto preocupan (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001; Courtwright, 2009). Más adelante ampliaremos estas ideas sobre los usos de las drogas a lo largo de la historia humana. Como puede verse, esta perspectiva histórica permite entender, además, como ha llegado a ser criminalizado y penalizado el consumo de drogas en algunos países, entre los cuales se cuenta Colombia, mientras que en otros, actualmente, se implementan medidas de abordaje menos represivas, tales como la política de reducción de daños (Castaño, 2001). Drogas, clasificaciones, efectos psicofisiológicos y programas de intervención Una vez se han descrito brevemente estos aspectos históricos, es fundamental conocer los tipos de sustancias que usan los seres humanos para obtener placer, así como las diversas clasificaciones que se han creado para estudiarlas científicamente, pero también para convertirlas en objeto de consideraciones penales. Dicho conocimiento es indispensable a la hora diseñar y ejecutar cualquier campaña de prevención o intervención acerca del uso/abuso de las drogas (Llanes, 1982; Herrell & et. al.,1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998). Entre estas clasificaciones, las más conocidas dividen las drogas en sustancias estimulantes (tabaco, café, cocaína, éxtasis, anfetaminas, bazuco, etc.), depresoras (benzodiacepinas, alcohol, marihuana, etc.), y alucinógenas (LSD, hongos, peyote, cacao sabanero, etc.), siendo posible que una sustancia tenga más de una propiedad o efecto, razón por la cual puede estar presente en diversas categorías, como es el caso del alcohol: aunque éste en principio produce efectos estimulantes, luego genera efectos depresores y aun alucinógenos (López, 1992). Las sustancias estimulantes generan una activación del sistema nervioso central, mientras que las depresoras generan el efecto contrario, a saber, desactivan el sistema nervioso central (López, 1992). Las sustancias alucinógenas producen una alteración de las funciones psicológicas superiores que permite modificar los procesos de la sensación, la percepción, el registro, la codificación y la recuperación de la información que proviene del medio externo así como del interior del organismo y del psiquismo, de suerte que allí se pueden producir fenómenos alucinatorios que dan a lugar a esta categoría (López, 1992). A partir del estudio de los efectos temporales que las drogas producen sobre el cuerpo y la mente, que en general son sentidos como placenteros, puede entenderse el porqué, mas allá del carácter legal o ilegal que tenga el uso de una determinada sustancia en un país, los seres humanos tienden a consumirla, llegando aun a persistir en su uso y abuso más allá de toda consideración racional sobre los efectos nocivos que puede generar en la salud física y mental, así como en los vínculos interpersonales y en las relaciones con la ley (López, 1992; Freud, 1930; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001). De otro modo, al pasar por alto los efectos placenteros que produce el consumo de drogas, no se logrará comprender el carácter compulsivo que determina el abuso de las mismas y que deriva entonces en una toxicomanía (López, 1992; Freud, 1930). Al no tener en cuenta este factor capital, las formas de intervención 151 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. propuestas pueden resultar totalmente ineficaces, tal como se observa en la mayoría de los programas que actualmente se llevan a cabo, pues erróneamente se desconoce el enorme influjo que generan el placer y la compulsión de repetición en la configuración de la toxicomanía como tal, de modo que la intervención ingenuamente se dirige sólo al sujeto de la razón y la conciencia, aun cuando el propio adicto manifieste que el impulso de consumir parte de algo que está más allá de su voluntad consciente, a saber, el placer psicofisiológico derivado de su uso. Éste, además, entra en relación de cooperación con otros factores, que en no pocos casos tienen un carácter inconsciente, es decir, desconocido para el propio sujeto (Freud, 1930; Parra, 1993; Carmona, 1995; Laurent, 2000; Askofaré, et al., 2005; Le Poulichet, 2005; Antonietti, 2008; Naparstek, 2008; Ubieto, 2008; Salamone, 2009). He aquí otro campo de estudio que se muestra fructífero para la generación de nuevos conocimientos que cuestionen y reorienten los programas de intervención psicológica, pues los enfoques de que disponen actualmente los colegios y demás instituciones sociales, para hacer las campañas de prevención e intervención, han sido ampliamente cuestionados por su visión reduccionista y moralista, que desconoce el placer psicofisiológico que generan las drogas y que explica el porqué se las ha usado en todos los tiempos y culturas (López, 1992; Freud, 1930; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). Así pues, llamamos la atención sobre el hecho de que, para aquellos que se ocupan de realizar campañas de prevención del uso/abuso de drogas, es indispensable conocer los efectos psicofisiológicos producidos por estas sustancias y los diversos usos que se han hecho de ellas a lo largo de la historia, pues de esa manea se entenderá por qué el paso de los usos religiosos, médicos, militares, entre otros, a los recreativos que caracterizan el consumo en el siglo XX, ha dado pie a que estos usos deriven en abusos, en excesos. Lo anterior ha generado el conocido fenómeno moderno de las drogodependencias como problema de salud pública, por el uso generalizado que amplios sectores de la sociedad hacen de las drogas (López, 1992; Freud, 1930; Llanes, 1982; Herrell & col, 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; De la Garza, 1999; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001; Courtwright, 2009). 152 Usos religiosos, médicos, militares, económicos y recreativos Cuando se estudian los usos religiosos que han tenido las drogas, puede observarse claramente que el hecho de que existiera un referente de tipo espiritual que marcaba el uso de la sustancia como una forma de comunicación con las divinidades evita que su uso se torne excesivo, pues no está centrado en el placer que produce y que puede ser entonces objeto de una repetición incesante, tal como se observa en el caso del toxicómano (López, 1992; Freud, 1930). Como puede colegirse, un estudio histórico sobre la relación entre las drogas y las religiones permite entrever los resortes del consumo en contextos diversos al recreativo, dándonos pistas sobre la función reguladora que ejercen los referentes de tipo religioso, ausentes en las formas de consumo recreativo que suelen derivar en las adicciones. Así mismo, el hecho de que las drogas presenten propiedades curativas, descubiertas por nuestros antepasados aun antes de que éstos tuvieran un método científico para conocer el mundo, explica por qué en medicina las drogas han tenido un uso que no deriva necesariamente en el abuso y dependencia de estas sustancias, pues el propósito médico no es otro que el de la curación de una determinada enfermedad, no el placer que se deriva del uso de la sustancia y que en tal caso podría ser considerado como un efecto secundario (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). Es decir, si las drogas se consumen según las indicaciones y criterios médicos, se esperaría que su uso no derivara en un abuso, cosa que, sin embargo, puede ocurrir. En todo caso, lo que se quiere señalar es el carácter regulador de la prescripción médica, que intenta ser un referente externo que modera el uso de las sustancias. Resulta importante entonces abocarse a la tarea de estudiar la relación que establece el ser humano con las drogas cuando está en calidad de paciente y cuando está en calidad de sujeto abusador, pues en el primer tipo de relación la droga es concebida como el agente que permite la curación y, por ende, evita el displacer, el dolor asociado a la enfermedad, mientras en el segundo tipo de relación la droga es vista como el agente que permite la obtención de placer. Y aun, es posible observar que el uso médico de algunas sustancias puede ser pervertido y, en ese sentido, puede hacerse un uso recreativo de drogas cuya finalidad era curativa, no recreativa, encontrando entonces nuevos usos por parte REVISTA ANÁLISIS de los seres humanos, más allá de su original intención médico-científica (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). Es bien sabido que algunas drogas sintéticas creadas en los laboratorios científicos fueron utilizadas con fines militares, tal como ocurrió con el éxtasis, desarrollado por los Laboratorios Merck en Alemania con la intención de que los soldados no experimentaran hambre y cansancio durante la Primera Guerra Mundial (López, 1992; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). La creación del éxtasis no sólo permitió aplicaciones militares sino también médicas, pues a partir de algunos derivados de esta sustancia se crearon las famosas anfetaminas, que inicialmente tenían un uso médico. Como favorecían la pérdida del apetito y por consiguiente de peso, eran una opción para el tratamiento en los casos de obesidad (López, 1992; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). De este fármaco sintético también se hizo un uso psicológico, pues en muchos consultorios se utilizó el éxtasis como una forma de establecer un vínculo más cercano y cálido entre el paciente y su psicoterapeuta, a partir de la ingesta de la sustancia por parte de ambos (López, 1992; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). No pasaría mucho tiempo para que los usos artísticos del éxtasis y sus derivados aparecieran, dando lugar a la famosa era psicodélica, en la cual las alucinaciones que producen estas sustancias son la base de la inspiración de numerosos artistas plásticos que plasman en sus pinturas sus alucinaciones visuales, o de algunos músicos que introducen en sus letras y composiciones elementos tomados de sus alucinaciones auditivas. Y ni qué decir de los poetas que, a partir de las alucinaciones y estados delirantes, crean novelas, cuentos, mitos y leyendas, en donde nos presentan una nueva realidad en la que se alteran las leyes que gobiernan nuestro mundo, dando pie a la ficción y a las fantasías que así se despliegan ampliamente (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). También se conocen registros de los usos económicos de las drogas por parte de algunos Estados, tal como ocurría con la chicha en los países suramericanos. Muchos gobiernos permitieron y fomentaron el uso de esta bebida como una forma de generar mayor productividad en el pueblo (insensibilidad frente al cansancio producto del trabajo físico) que representaba la fuerza laboral (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009). Es bien sabido que en la guerra de Vietnam, el gobierno norteamericano usó las drogas (López, 1992; De la Garza, 1999; Courtwright, 2009) como un elemento que facilitaría la adaptación de sus soldados a las terribles condiciones en que debían habitar los países que invadían. Las drogas tienen la capacidad de insensibilizar a los soldados frente a las atrocidades que pueden llegar a cometer en el contexto de la guerra, fenómeno muy similar al que se observa en los sicarios de la ciudad de Medellín y su relación con las llamadas “pepas”, es decir, con las benzodiacepinas. No resulta extraño entonces que a sustancias como el éxtasis o las benzodiacepinas se les encuentren diversos usos, y que en esa diversificación se hayan convertido en sustancias de consumo con fines recreativos, tal como se observa hoy en día a nivel mundial, pues en la actualidad encuentran un mercado negro entre los jóvenes que las usan para ambientar sus espacios de ocio. Importancia de los conceptos en farmacodependencia En ese orden de ideas, pensamos que en el diseño de las campañas de prevención es importante establecer diferencias entre los conceptos de consumo social y drogodependencia (farmacodependencia, adicción y toxicomanía), pues al no tener claras estas diferencias conceptuales, las formas de abordaje propuestas pueden resultar ineficaces, tal como se observa en muchos de los programas que se adelantan a nivel mundial para hacer frente a estas problemáticas psicosociales. En ellos no se tiene mayor conocimiento sobre los daños que puede generar el uso de estas sustancias, y no se establecen las mencionadas diferencias entre los conceptos en cuestión (López, 1992; D’Apolito, 1998; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003). Por lo tanto, es fundamental comprender los conceptos mencionados para establecer semejanzas y diferencias entre ellos, las cuales determinan las formas de comprensión y abordaje de estos fenómenos, pues las toxicomanías se diferencian claramente del fenómeno del uso social o consumo social (el cual no representa todavía una patología o un trastorno mental si se quiere) y, por ende, no son objeto de una misma forma de intervención (López, 1992; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001; FIUC, 2003). Se espera entonces que las reflexiones aquí presentadas generen un interés investigativo en quienes se ocupan de estos asuntos, pues de ese modo podrán 153 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. cuestionarse su propio nivel de conocimiento sobre los efectos nocivos que generan el uso y abuso de las drogas. Lo anterior con miras a repensar la relevancia que tiene el saber científico en el diseño e implementación de dichos programas de intervención, de modo que ésta pueda ir mas allá de la buena intención de prestar ayuda a las personas afectadas por estas problemáticas. Es pues necesario distinguir entre los usos sociales tradicionales que se han hecho de las drogas (descritos brevemente en párrafos anteriores), y los usos modernos, basados en el placer y el hedonismo, pues son estos últimos los que han derivado en las toxicomanías que afectan a amplios sectores de la sociedad (López, 1992; Freud, 1930; De la Garza, 1999; FIUC, 2003; Courtwright, 2009). De allí que resaltemos la importancia del enfoque histórico sobre las drogas que permite establecer la diferencia antes indicada. Se entiende entonces la necesidad de producir estudios que marquen claramente la diferencia entre las diversas formas de relación del hombre con las drogas, a partir de la descripción y explicación de los conceptos mencionados. Éstos tienen ya una larga tradición en la ciencia, pero a menudo son desconocidos, malinterpretados y vulgarizados. Es necesario concientizar a los profesionales y a la sociedad en general acerca de estos problemas conceptuales que tienen repercusiones en las intervenciones que se adelantan con estas poblaciones (López, 1992; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003). Los efectos nocivos de las drogas y las campañas de prevención En esta vía es indispensable conocer las principales alteraciones que pueden causar el uso y abuso de las sustancias psicoactivas, tanto sobre la salud física como mental, estableciendo diferencias entre los efectos temporales y los efectos permanentes. Estos últimos son los que determinarán las diversas patologías que pueden afectar la calidad de vida de las personas, en razón de su carácter crónico e irreversible (López, 1992; D’Apolito, 1998; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003). Este conocimiento es fundamental a la hora de adelantar cualquier campaña o programa de prevención del uso de las drogas en las escuelas, con los estudiantes de primaria y secundaria, y aun con los estudiantes universitarios, 154 pues el desconocimiento en parte determina el inicio del consumo y del posterior abuso de las sustancias. En las campañas de prevención se debe buscar transmitir estos saberes a los niños y jóvenes, pues de esa manera se espera que éstos se sensibilicen y adquieran conciencia sobre los graves riesgos a los que se exponen al consumir tales sustancias, y al mismo tiempo se les permite vislumbrar los beneficios que representa el abstenerse de iniciar el consumo (López, 1992; D’Apolito, 1998; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003). Se busca pues crear una conciencia sobre los efectos nocivos derivados del uso y abuso de las drogas, para evitar padecer tales perjuicios en la salud física y mental. El profesional encargado de esta labor debe estar adecuadamente capacitado sobre estas temáticas (López, 1992; D’Apolito, 1998; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003), debe, entonces, conocer el panorama de los factores de riesgo y protección, y los efectos nocivos que han sido descritos en la literatura científica sobre el tema, tanto desde el campo de las ciencias naturales y de la salud (la Medicina), así como desde las ciencias sociales (la Psicología, entre otras) (D’Apolito, 1998; Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; López, 1992; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003). Este conocimiento le permitirá al psicólogo diseñar programas de prevención del uso de sustancias en los contextos educativos, comunitarios y organizacionales, programas que estarán soportados sobre la base de un amplio conocimiento científico de estos asuntos, y no sobre la noble intención de prestar una ayuda a un ser humano aquejado de una problemática muy particular, o peor aún, desde los moralismos y prejuicios que suelen estar presentes en la mayoría de los supuestos expertos encargados de trabajar con estas problemáticas (Llanes, 1982; Herrell & et. al., 1985; Baldivieso & et. al., 1988; Cepeda, 1989; Belcher, 1998; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003; Uribe, 2009; Uribe, 2010). El hecho de que el consumo de sustancias sea penalizado en muchos países, como Colombia, hace necesario ampliar la visión penal represiva, que caracteriza el enfoque del administrador de empresas y del jurista, para introducir una visión psicosocial, en REVISTA ANÁLISIS la cual se reconoce que las causas y consecuencias del fenómeno involucran factores psicológicos y sociales, que pueden ser controlados e intervenidos mediante campañas educativas que deben desarrollarse en la familia, en la escuela y en la empresa. Ya se verá la importancia de que el propio psicólogo se libere de los prejuicios y estereotipos que asocian el uso de las drogas con la criminalidad (López, 1992; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003, Fernández, 2006, Uribe, 2009; Uribe, 2010), para poder adelantar verdaderas acciones de prevención e intervención psicoterapéutica, según el caso. Es necesario, entonces, que el psicólogo o cualquier profesional que asuma la tarea de diseñar este tipo de campañas de prevención, sea verdaderamente un experto en el tema, de otro modo las nobles intenciones podrán dar lugar al diseño y ejecución de campañas que parten de un desconocimiento de aquello que se pretende intervenir y, por esa misma razón, entre otras, no serán eficaces. De la exclusión y la marginación a la inclusión. Prejuicios frente a los procesos de rehabilitación, reeducación y reinserción Si el consumo de drogas genera problemas en los contextos familiar, escolar, barrial y empresarial (Baldivieso & et. al., 1988; López, 1992; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001. Véanse también De la Garza, 1999; FIUC, 2003; Courtwright, 2009), es necesario que los profesionales de las ciencias sociales y humanas realicen programas en los cuales se ocupen de los efectos vinculares y relacionales que se generan en dichos contextos a partir del uso o abuso de las drogas por parte de algún miembro de la comunidad educativa, organizacional, barrial o familiar (López, 1992. Véanse también Baldivieso & col, 1988; Calderón & col, 2001; Castaño, 2001; Uribe, 2009; Uribe, 2010). En especial, se hace necesario repensar los prejuicios que a menudo no llevan a los profesionales a observar, describir, diagnosticar e intervenir terapéuticamente, sino a vigilar, identificar el consumo y castigar, pues típicamente esta actitud conduce a la pérdida del cupo escolar, del trabajo, de la libertad, o de un lugar dentro de la familia, como forma de sanción. Erróneamente se piensa que la exclusión es una forma de castigo que siempre actúa pedagógicamente, yendo en contravía de las propias leyes que hablan del derecho a la educación, a la familia y al trabajo. Sobre este último aspecto, es importante que el psicólogo pueda darse a la tarea de analizar el problema que representan el uso y abuso de drogas en las empresas, pues allí no sólo deberá transmitir los saberes sobre los efectos nocivos que generan las drogas en la salud física y mental, con el ánimo de evitar los problemas de adaptación y de bajo desempeño de los empleados en el contexto empresarial, sino que, además, deberá generar reflexiones en los empleadores sobre los fenómenos de segregación y discriminación, que se presentan en relación con aquellos empleados que consumen sustancias psicoactivas o que tienen problemas de toxicomanías (López, 1992; Baldivieso & et. al., 1988; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001, FIUC, 2003; Fernández, 2006; Uribe, 2009; Uribe, 2010). Esto debido a que tales problemáticas y patologías mentales, generalmente, son concebidas desde un enfoque moralista y legal, que deriva típicamente en la persecución y criminalización de la persona que las padece (López, 1992. Véanse también Baldivieso & et. al., 1988; De la Garza, 1999; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001; FIUC, 2003; Fernández, 2006; Courtwright, 2009; Uribe, 2009; Uribe, 2010), la cual termina perdiendo el trabajo en un claro acto de violación de sus derechos por parte de la institución que se ampara en los criterios legales y científicos que hacen parte de la sociedad. Así pues, a partir del conocimiento sobre las problemáticas vinculares que generalmente se producen en estos casos, se entiende el porqué es necesario aportar elementos al debate sobre los mitos y realidades acerca del consumo de drogas, pues la relación que a menudo se establece entre ellas y la criminalidad (López, 1992; Calderón & et. al., 2001; Castaño, 2001. Véanse también De la Garza, 1999; FIUC, 2003; Fernández, 2006; Courtwright, 2009; Uribe, 2009; Uribe, 2010) hace que en muchos casos las personas terminen siendo objeto de exclusión y no de inclusión, de modo que allí se obturan los conocidos y cuestionados procesos de rehabilitación, reeducación y reinserción de las personas que, por diversas y variadas razones, han incurrido en el consumo, en el uso o abuso de sustancias psicoactivas, legales o ilegales en algún momento de sus vidas. Estos seres humanos no deberían ser excluidos y marginados de la sociedad y sus instituciones, sino por el contrario, incluidos, tenidos en cuenta, pues las particulares formas de relación del hombre con las drogas, en realidad, no impiden que éstos hagan parte de la sociedad, sociedad que instaura las formas de consumo de estas sustancias 155 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. y, por ende, determina la posibilidad de habitar el mundo de las drogas, que no es más que otra de las múltiples formas sintomáticas de vivir en la realidad social. Askofaré, S., Lapayre, M. & Sauret, M. (2005). Síntoma, sexualidad y lazo social: la implicación de la toxicomanía. Analisis, 3, 78-95. Conclusiones Baldivieso, M. & col. (1988) Quiero llegar a ser alguien. Manual de prevención contra el abuso de drogas (1114 años). La Paz, Bolivia: CESE. Es evidente la necesidad de realizar estudios que articulen diversos puntos de vista científicos sobre el fenómeno del consumo de las drogas pues, como vimos, el desconocimiento de la historia sobre las formas de relación del hombre con ellas generalmente conduce a una comprensión reduccionista y moralista del asunto, que deriva en el diseño y ejecución de programas de intervención que no resultan eficaces porque desconocen los factores socioculturales y psicológicos que determinan estos fenómenos. Los programas de intervención que se diseñen exigen un conocimiento sobre los efectos psicofisiológicos que producen estas sustancias, efectos que dan lugar a las diversas clasificaciones sobre las drogas, las cuales se han forjado esencialmente desde el campo de la Farmacología. Así pues, concluimos afirmando que el psicólogo o cualquier profesional que se dé a la tarea de diseñar y ejecutar programas de intervención, como las conocidas campañas de prevención del consumo de drogas, debe partir de un conocimiento profundo sobre la historia de éstas, sobre los efectos psicofisiológicos que éstas producen, las diversas clasificaciones farmacológicas y legales, así como sobre los efectos nocivos que las drogas pueden generar, pues sólo así podrá comprender los resortes que explican el porqué de los usos y abusos de las drogas por parte del hombre a lo largo de la historia de la civilización. Se espera que este breve recorrido por algunas de las temáticas conexas al tema de las drogas genere interés y cuestionamientos en la comunidad educativa en general, pues a partir de este interés se podrán emprender investigaciones que aporten elementos de debate y discusión sobre estos fenómenos y sus formas de abordaje. De esta manera se podrán vislumbrar diversas áreas de estudio para quienes se interesan por estos asuntos con el ánimo de que sus investigaciones puedan ser asociadas a un panorama más vasto y complejo, que vaya más allá del tradicional enfoque disciplinar que ha caracterizado el abordaje científico de las drogas. Lista de referencias Antonietti, M. (2008) El tóxico en los márgenes del Psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Lazos Editorial. 156 Belcher, H. (1998). Abuso de sustancias en niños: predicción, protección y prevención. Arch Pediatr Adolesc Med, Oct, 152(10), 952-960. Carmona, J. (1995). Adicciones: la droga no es la sustancia: de Freud a Lacan. Revista Colombiana de Psicología, 4, 72-76. Calderón, G. & et. al. (2001). Farmacodependencia: conceptos y enfoques. Medellín, Colombia: FUNLAM. Castaño, G. (2001). Nuevas estrategias de atención en drogodependencias: la reducción de riesgos y daños. Medellín, Colombia: FUNLAM. Cepeda, J. (1989). 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Marcela Arana Medina* Luis Felipe Sarmiento Rivera** * ** Psicóloga, especializada en Terapia Cognitiva, magíster en Neuropsicología. Correo electrónico: [email protected] Estudiante de sexto semestre de Psicología de la Fundación Universitaria Luis Amigó. REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 159 - 165. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen INTRODUCCIÓN El consumo de sustancias psicoactivas es un tema de interés para varias disciplinas de la salud, entre ellas la Psicología. Ésta se ha ocupado de indagar la etiología, las causas, las consecuencias de las adicciones y, a su vez, ha intentado profundizar en el tratamiento de las mismas. El presente artículo realiza una revisión investigativa del mencionado fenómeno enfocándose entonces en las causas y el tratamiento, desde la escuela cognitiva de la Psicología. Se espera que esta revisión motive y genere nuevos proyectos de investigación encaminados a indagar el fenómeno de forma integral. En la actualidad se ha identificado el fenómeno de la adicción a las drogas como uno de los problemas psicosociales más frecuentes. Y si bien, a partir de ello, las investigaciones se han centrado en indagar las causas y algunas de sus consecuencias, es importante determinar si estos hallazgos han sido pertinentes y efectivos en cuanto al tratamiento de las mismas. Palabras clave: Sustancias psicoactivas, causas, tratamiento, modelo cognitivo, ambiente. Abstract Psychoactive substance use is an issue of interest to several health-related disciplines, among which there is psychology. This discipline has dealt with the understanding of etiology, the causes and consequences of addiction, as well as the in-depth study of its treatment. This article consists of a research review on this phenomenon by focusing on its causes and treatment, from the perspective of the cognitive school of psychology. It is expected that this review will encourage researchers to work on new projects that take a look at this phenomenon as a whole. Key words: Psychoactive substances, treatment, cognitive model, environment. causes, Résumé La consommation de substances psycho actives est un thème d’intérêt pour plusieurs disciplines du secteur de la santé, entre autres la psychologie. Cette discipline a traité de la compréhension de l’étiologie, les causes et les conséquences de la dépendance, ainsi que l’étude en profondeur de son traitement. Cet article consiste en une revue des recherches sur ce phénomène en se concentrant sur ses causes et ses traitements, dans la perspective de l’école de la psychologie cognitive. En espérant que cet examen puisse d’encourager les chercheurs à travailler sur de nouveaux projets qui s’intéresseraient à ce phénomène dans son ensemble. Mots clés: substances psycho actives, causes, traitement, modèle cognitive, environnement. 160 Así mismo, hoy el consumo de sustancias constituye una de las causas que más muertes provoca cada año; esto acompañado de un interés mayor por la prevención y la promoción de la salud (Corominas, Roncero, Bruguera & Casas, 2007), ha provocado que disciplinas como la Psicología se interesen por comprender en profundidad esta problemática. El presente artículo teórico pretende exponer, desde una revisión de antecedentes investigativos, las posibles causas del consumo de sustancias psicoactivas y cuáles son y han sido los tratamientos más utilizados. Para comprender mejor este fenómeno se hace necesario conceptualizarlo de forma integral, esto es, considerar tanto los factores determinantes biológicos, como los factores determinantes de orden psicológico que lo sustentan. En consecuencia, la revisión de antecedentes se orienta a profundizar en estos dos factores. Lo anterior se realizará con el fin de poder construir conclusiones que generen, por una parte, nuevos retos investigativos y, por otra, retos en el tratamiento de dicha patología. Cerebro y sustancias psicoactivas Como se conoce, el cerebro es el órgano que dirige toda la actividad que realiza el hombre; esto se afirma teniendo en cuenta que desde él se regulan tanto funciones básicas, como respirar, hasta funciones complejas, como pensar, planear, hablar, entre otras (Pinel, 2004). Es relevante mencionar el cerebro, pues es uno de los órganos que más se ve afectado con el consumo de sustancias psicoactivas. El cerebro está integrado por varias estructuras que se especializan y hacen posible el comportamiento humano y está conformado por millones de neuronas, que son las células que hacen posible su funcionamiento en cuanto a la transmisión de información del sistema nervioso (Pinel, 2004). Estas células pueden morir o verse afectadas por varias causas, una de ellas la constituye el uso de sustancias psicoactivas. REVISTA ANÁLISIS Las drogas son sustancias químicas que interfieren en la comunicación entre las estructuras que componen el cerebro (Feldman, 2005). Se plantea que las áreas más afectadas con el uso de dichas sustancias son el tallo cerebral, que se especializa en funciones básicas tales como la respiración y el sueño; el sistema límbico, en el que se evidencia el circuito de la recompensa y gratificación; y por último, la corteza, que se encarga de las funciones psicológicas superiores, tales como el lenguaje, el pensamiento, el aprendizaje, entre otras (Bausela, 2008). Como se verá a continuación, el uso frecuente de sustancias psicoactivas hace que el funcionamiento cerebral varíe, de forma tal que los circuitos de ciertos neurotransmisores, por un lado, son alterados como consecuencia del consumo y, por otro, posteriormente explicarán la necesidad del consumo (Ferrero, 2010). Relación entre motivación y conductas adictivas Para relacionar la adicción y la motivación es necesario tener en cuenta los mecanismos neurobiológicos que se encuentran en la base de ellas. Kalivas y Volkow (2005) llevaron a cabo una investigación denominada “Fundamentos neurales de la adicción” y en ella exponen que el comportamiento adictivo se relaciona directamente con un cambio en el funcionamiento de ciertos circuitos y, a su vez, con cambios en la producción de ciertos neurotransmisores y proteínas. A continuación se mencionan estos hallazgos. El comportamiento basado en la motivación implica una activación del organismo que sucede ante la estimulación ambiental, que genera una conducta que estará dirigida al logro de un objetivo específico. La neurobiología ha encontrado tres estructuras cerebrales que se encuentran directamente relacionadas con la activación de la conducta, éstas son: la amígdala, la corteza prefrontal y el núcleo accumbens (Kalivas & Volkow, 2005). La amígdala se encuentra implicada en aquellas conductas que son motivadas por miedo; el núcleo accumbens se relaciona con conductas basadas en recompensas; y la corteza prefrontal regula el alcance motivacional general, a la vez que determina la intensidad de la respuesta comportamental. En este campo también se han evidenciado interconexiones glutamatérgicas entre la amígdala, el núcleo accumbens y la corteza prefrontal, junto con aferentes dopaminérgicos hacia estas tres regiones. A continuación se detallan las implicaciones de dichas estructuras en la conducta adictiva (Kalivas & Volkow, 2005): Desde el área tegmental anterior, se generan proyecciones hacia el núcleo accumbens y hacia el globo pálido, liberando dopamina a lo largo del circuito, en respuesta a un hecho que genere un interés motivacional. Esta liberación dopaminérgica se convierte en una señal para que el circuito ponga en marcha respuestas comportamentales adaptativas ante el mencionado acontecimiento. De esta manera, se facilitan cambios celulares que permiten el establecimiento de asociaciones con el evento, que terminarán siendo aprendidas. La dopamina entonces cumple dos funciones en el circuito: por un lado permite que el organismo se adapte a situaciones novedosas, ya que lo pone sobre aviso de las mismas, y así posibilita la memorización. Y por otro lado, permite que el organismo se prepare ante la aparición de un hecho conocido, basándose en asociaciones memorizadas, establecidas con estímulos ambientales que avisan sobre tal evento. La amígdala, por su parte, se constituye en la estructura que permite la formación de las asociaciones memorizadas entre acontecimientos relevantes (a nivel motivacional) y estímulos (neutrales), las cuales se convierten en factores pronósticos de dichos acontecimientos. La corteza prefrontal se encarga, por su lado, de los acontecimientos caracterizados por su alto nivel motivacional, y a su vez de los estímulos que pronostican dichos acontecimientos. Además está implicada en la determinación de la emisión o no de un tipo de respuesta comportamental, al igual que en la intensidad de la misma. La activación de la corteza prefrontal está ligada, entonces, a que aquellos estímulos gratificantes que generen una recompensa evidente. El núcleo accumbens cumple una función relevante en lo que respecta a la regulación de las conductas de ingestión. La distribución de dopamina, desde el área tegmental anterior hacia su capa externa, cumple un papel importante en la regulación de la intensidad motivacional y ayuda a establecer asociaciones memorizadas entre los acontecimientos motivacionales. Por otra parte, su capa central se ocupa de mediar en la expresión de las conductas memorizadas en respuesta a los estímulos que anuncian un acontecimiento que genera interés motivacional. La participación del núcleo accumbens, en la expresión de la conducta adaptativa, depende de la distribución glutamatérgica de la corteza prefrontal, y su regulación se da gracias a la liberación 161 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. de dopamina en respuesta a los estímulos que anuncian acontecimientos gratificantes. Teniendo claro el funcionamiento del circuito anterior, puede entonces continuarse con la exposición de lo que sucede a nivel neurobiológico en las personas adictas a una sustancia psicoactiva. Se ha comprobado por estudios científicos que el circuito descrito anteriormente puede ser modificado por el consumo persistente de sustancias adictivas (Kalivas & Volkow, 2005). En la adicción, el circuito opera del siguiente modo: cuando la persona comienza el consumo de droga, se da una liberación de dopamina en el núcleo accumbens; se presenta un estado de euforia desencadenado por la droga. Posteriormente, cuando se genera una conducta de consumo persistente, se da una utilización progresiva de la corteza prefrontal y de sus eferentes dopaminérgicos del núcleo accumbens. A partir de esto se pueden identificar tres fases de la adicción: la primera se relaciona con los efectos inmediatos de la droga; la segunda es el paso del consumo reactivo a un consumo adictivo; y, finalmente, la tercera es el deseo imperioso de obtener la droga que a su vez implica una disminución del placer que proporcionan las recompensas biológicas. La primera fase se caracteriza por evidenciar efectos inmediatos de la recompensa, esto se da a nivel neurobiológico por la liberación suprafisiológica de dopamina en todo el circuito motor, lo cual produce cambios en la señalización celular. En esta primera fase se evidencian cambios neuroplásticos que se dan como respuesta a la inyección de droga en el sistema nervioso de manera persistente. En la fase dos, por su parte, se trasciende a la adicción propiamente dicha. Ésta se acompaña de cambios en el funcionamiento neuronal que aumentan con el consumo repetido y disminuyen cuando deja de consumirse por varios días. Hay alteraciones también en cuanto al contenido y a las funciones de diversas proteínas que se relacionan directamente con la producción de dopamina. Posteriormente, en la fase final, se encuentra que la predisposición a las recaídas se debe a estos cambios celulares mencionados. Con esta investigación Peter W. Kalivas y Nora D. Volkow (2005) concluyen que los agentes farmacoterapéuticos que regulan la transmisión glutamatérgica prefrontal hacia el núcleo accumbens tendrían la capacidad para mejorar, por un lado, la excesiva importancia motivacional atribuida a los estímulos que vaticinan la 162 disponibilidad a la droga; y por otro, la poca capacidad que tienen los adictos para frenar el consumo de droga. Factores psicológicos y sustancias psicoactivas El papel del craving en el consumo de sustancias El craving se define como la querencia o la apetencia por re-experimentar los efectos de una droga. Hace referencia a un incentivo motivacional que genera predisposición a la autoadministración de drogas, teniendo en cuenta los efectos positivos que resultan del consumo de la misma (Iraurgi & Corcuera, 2008). Se diferencian dos tipos de craving, el físico y el psicológico (Muñoz, 2007). El primero se relaciona directamente con las alteraciones fisiológicas, las cuales se asocian al síndrome de abstinencia. Dichas alteraciones fisiológicas pueden entenderse desde la neurología de las adicciones que se mencionaron anteriormente. El segundo, el craving psicológico, se relaciona con la representación cognitiva que se genera después del consumo. Teniendo en cuenta que se ha profundizado ya en el aspecto neurobiológico, se procederá a comprender los aspectos psicológicos, tales como la motivación, la identificación con el grupo y las dificultades familiares, los cuales pueden intervenir en el consumo de las sustancias adictivas. Existen varios modelos psicológicos que realizan un acercamiento a tal asunto. Se encuentran los modelos conductistas basados en el condicionamiento, explicado en las reconocidas teorías del condicionamiento clásico y operante. Estos modelos postulan que el consumo de drogas se sustenta en el deseo apetitivo relacionado con el incentivo, es decir, en la asociación entre las motivaciones del acto y las consecuencias del mismo (Koob, 2000). Otros modelos de orden cognitivo conductual proponen explicaciones relacionadas con las expectativas, es decir, tienen en cuenta la motivación pero además las expectativas que se generan en una persona ante la experiencia del consumo (Tiffany, 1999). Tales expectativas se enmarcan en las representaciones mentales de uno mismo, del mundo y de los otros, que se han construido a partir de la experiencia. Los modelos cognitivos, además, plantean la relevancia de modelos sociales reconocidos, que se identifican y se imitan. A esto se le denomina aprendizaje vicario o social (Bandura, REVISTA ANÁLISIS 1986). Las aproximaciones cognitivas pretenden explicar el fenómeno de forma coherente con lo que se evidencia en la sociedad actual, caracterizada por el acceso fácil y rápido a la información, la familia monoparental, el incremento de la violencia intrafamiliar, en sí mismos fragmentados y saturados (Caro, 2003). El consumo está marcado tanto por procesos cognitivos, tales como las expectativas, como por procesos conductuales, por ejemplo, la obtención de recompensas; y a su vez es importante tener en cuenta el aprendizaje social, o vicario que implica el reconocimiento de un modelo, pero esta elección del mismo se realiza desde un orden individual, influido por el entorno, pero al fin y al cabo elegido por la persona. Bandura (1986), en su teoría, propone cuatro pasos que explican el proceso del modelado, el cual consiste en identificar un modelo que sea reforzado constantemente y luego imitarlo. Estos pasos son: primero se encuentra el proceso atencional que determina la efectividad del aprendizaje; segundo, la capacidad de retención o de memorización, por medio de la cual se organizan las representaciones mentales de aquello que se aprenderá; tercero, la reproducción, en la cual se demuestra aquello que se aprendió, es decir, se llevan las representaciones mentales a la acción, apareciendo la conducta aprendida. Y finalmente, cuarto paso, se encuentra la motivación, todo aprendizaje se dará en la medida en que el sujeto se encuentre motivado para adquirirlo. Estas motivaciones, sin duda, estarán determinadas por los refuerzos o los castigos que se generen ante la emisión de la conducta. Sin embargo, es importante aclarar que, sean refuerzos o castigos, es de suma importancia el significado que adquieran éstos para la persona que está aprendiendo. En el tema de las adicciones, si bien se observa un aprendizaje marcado por el contexto en el que se desarrolla la persona, también se encuentra que quienes se convierten en consumidores, lo harán desde sus propias elecciones, ya que tendrán sus propias expectativas, y al ser propias son individuales. Ahora bien, se ha logrado identificar diversos factores que explican la adicción a las sustancias psicoactivas y, como se ha mencionado, es importante recordar que el ser humano debe observarse y analizarse teniendo en cuenta modelos integrales que abarquen tanto la parte psicológica como la parte biológica, de tal manera que los procesos de intervención no deben dejar de lado ninguna de las dos. Sin embargo, en la revisión que se ha realizado hasta ahora, no se encuentran investigaciones que indaguen el papel de la autorregulación de la persona consumidora, y éste es un punto importante que tal vez orientaría el tratamiento de forma diferente. Siguiendo en el orden de las teorías cognitivas, Bandura (1977) plantea que una parte importante de la personalidad es el proceso de la autorregulación, definido como la capacidad de controlar el propio comportamiento. La autorregulación está compuesta por tres pasos, según este autor: el primero lo constituye la auto-observación, la cual pretende que la persona se vea a sí misma; el segundo paso lo constituye el juicio, el cual busca comparar lo que se ve de sí mismo con un estándar, identificando las reglas ya existentes, o proponiendo otras nuevas; finalmente se encuentra el tercer paso, la auto-respuesta. Éste sucede luego de llegar al juicio: de acuerdo con la comparación que se realiza con respecto al estándar se llega a conclusiones y se genera una auto-respuesta. Esta teoría de la autoregulación pone en escena la capacidad de elección que caracteriza a las personas, la cual en muchas ocasiones se obvia y, en el caso de las adicciones, en varias de las investigaciones rastreadas, aparece en un segundo plano al explicar tal fenómeno como algo incontrolable para el consumidor. Se realizó entonces una revisión de los factores que inciden en el consumo de sustancias psicoactivas, teniendo en cuenta investigaciones que se centraron no sólo en los aspectos biológicos, sino también en los aspectos psicológicos. Tratamiento El tratamiento que en la actualidad se utiliza a nivel farmacológico está enfocado a medicamentos que neutralicen la sensación de placer que proporcionan las drogas. En este caso la metadona alivia la ansiedad y bloquea el efecto de las sustancias psicoactivas. También, se plantea que los científicos estarán lejos de descubrir la píldora mágica, y que los tratamientos para la adicción tendrán que contemplar aspectos ambientales tales como la relación con la familia y el contexto social que rodea a las personas consumidoras. De otra parte, se encuentran los tratamientos enfocados al fenómeno del craving psicológico. Los modelos basados en el paradigma cognitivo proponen que las intervenciones terapéuticas se desarrollen posibilitando al paciente que aprenda a evitar o a bloquear las respuestas automáticas que se dan con respecto al consumo de sustancias psicoactivas (Bañuls, 2005). 163 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Dentro de las intervenciones propuestas por los modelos cognitivos se reconoce la realizada por Tiffany y Conkiln (2000). Estos autores proponen que el primer paso de la intervención terapéutica debe concentrarse en identificar aquellos estímulos que desencadenan las respuestas automáticas, de tal manera que la persona consumidora pueda, luego de tenerlos claramente identificados, evitarlos. El segundo paso del proceso terapéutico irá enfocado a desarrollar en el paciente estrategias de afrontamiento funcionales, particularmente cuando se encuentre en situaciones de estrés o de ansiedad, pues estos estados emocionales pueden actuar como provocadores de la aparición de la conducta de consumir de modo que la persona consumidora se sobrecargue a nivel de procesamiento y no pueda evitar los estímulos que la llevarían a consumir. Otra de las intervenciones propuestas por los modelos cognitivos es la llevada a cabo por Marlatt y Gordon (1985). En ella el tratamiento está compuesto por cuatro pasos básicamente: el primero se trata de que el paciente identifique las situaciones en las que se produce el craving y las registre. El segundo paso se enfoca en analizar las expectativas del paciente frente al consumo de sustancias en las diversas situaciones de riesgo. En el tercer paso se reestructuran las creencias del paciente frente al craving, de tal forma que éste comprenda que si evita consumir (teniendo claro que puede controlar sus pensamientos y su conducta), con el paso del tiempo las recaídas serán menos frecuentes. Y finalmente, el cuarto paso se centra en que el paciente pueda activar en su sistema cognitivo cada una de las consecuencias negativas que se suceden ante el consumo a largo plazo, de tal manera que prefiera evitarlo. Se observa entonces que los tratamientos propuestos hasta ahora, desde la Psiquiatría y la Psicología Cognitiva, se han enfocado, por un lado, a la terapia farmacológica y, por otro, se han centrado en propiciar que la persona consumidora de sustancias psicoactivas evite el contacto con tales sustancias controlando sus pensamientos y, por ende, su conducta. A continuación se encuentran las conclusiones a las que se llega con la revisión realizada. Discusión A lo largo de la revisión de antecedentes investigativos pudo encontrarse la existencia de factores comunes que dan explicación a las conductas adictivas (básicamente a sustancias psicoactivas) en el orden de lo biológico y 164 de lo ambiental. Las posturas biológicas se centran en el funcionamiento del sistema nervioso central para explicar la adicción como una respuesta neuroadaptativa. Por su parte, la postura ambiental centra sus explicaciones en los factores psicosociales que se evidencian en la mayoría de las personas que se convierten en adictas a sustancias psicoactivas. Los factores más comunes a este nivel serán las relaciones sociales, la relación con la familia, y las motivaciones y expectativas que se generan ante el consumo. De otro lado se observa que los tratamientos han sido enfocados principalmente a aliviar, por una parte, el aspecto neurobiológico, de tal manera que el uso de psicofármacos, en especial de la metadona, es un tratamiento que continúa vigente. Y por otra parte, los tratamientos psicológicos, en el orden de la Psicología Cognitiva, se han centrado en generar estrategias de afrontamiento que le permitan, a la persona que padece la adicción, controlar sus pensamientos y su conducta; de tal manera que la adicción desaparezca. En general, se observa que los tratamientos se enfocan de acuerdo con la postura que caracterice al profesional que intervenga, es decir, de acuerdo con lo biológico y/o ambiental. Sin embargo, es importante considerar que, al hablar de personas adictas a sustancias psicoactivas, se habla de seres humanos, y es comprobado que su intervención no puede fragmentarse, pues el hombre es un ser complejo, integral, que no puede subdividirse para explicarse, ya que, haciéndolo, se corre el riesgo de obviar, o simplemente no observar, aspectos importantes que aporten a su conocimiento. Valdría la pena, por ejemplo, en el asunto de las adicciones a sustancias psicoactivas, tener en cuenta aspectos tan importantes del ser humano como la auto-poiesis, la cual hace referencia a la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos. Según Humberto Maturana y Francisco Varela (1973), son auto-poiéticos los organismos que presentan una red de procesos u operaciones que los definen como tal y los hacen diferentes de los demás sistemas; que pueden crear o destruir elementos del mismo sistema, como respuesta a las perturbaciones del medio. Aunque el sistema cambie estructuralmente, dicha red permanece invariable durante toda su existencia, manteniendo así la identidad de éste. Es decir, analizar el fenómeno de las adicciones teniendo en cuenta aspectos biológicos y ambientales exige observarlo de forma integral; no es lo uno ni lo otro lo causante, son los dos factores los que explican el fenómeno; y estos dos factores están integrados en el ser humano, quien es auto-poiético, quien se construye y se destruye, es decir, puede autorregularse. REVISTA ANÁLISIS Si se tuviera en cuenta este aspecto determinante del ser, los tratamientos orientados a trabajar las adicciones se llevarían a cabo de una forma diferente, pues no se observaría la adicción como un fenómeno tan incontrolable para la persona, sino que desde la concientización, es decir, desde la comprensión profunda de lo que sucede no sólo con el proceso de convertirse en consumidor, si no del proceso de la elección de dicha opción, la persona adicta podría resignificar y re-pensar tal elección. De esta forma no deja de desconocerse que las adicciones se conceptualizan a través de aspectos biológico-ambientales, y se deja por sentado la importancia de reconocer al ser humano como aquel ser que tiene capacidad de elección. Así la adherencia a sustancias psicoactivas no será tan incontrolable como puede parecer ante los ojos de miradas científicas fragmentadas. Kalivas, P. W. & Volkow, N. D. (2005). The neural basis of addiction: a pathology of motivation and choice. 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Psicoanalista. Magister en Investigación Psicoanalítica. DocenteInvestigador de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia, Programa de Psicología. Miembro del Grupo de Investigación Sujeto……. del Departamento de Psicoanálisis (U. de A.) Miembro Fundador de la Corporación Social Fragua. Correo electrónico: [email protected] REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 169 - 173. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resumen El siguiente artículo aborda el tema de la toxicomanía y su abordaje clínico, desde los aportes de los psicoanalistas Sigmund Freud y Jacques Lacan; a la vez que aclara con sus explicaciones algunos de los problemas que influyen en el panorama actual con respecto al uso y el abuso de las drogas y su relación con el mundo contemporáneo. Ofrece pues algunas reflexiones que apuntan a pensar alternativas diferentes a la hora de abordar el fenómeno del uso y el consumo de sustancias prohibidas. Palabras clave: toxicomanía, sujeto del goce, goce fálico, identificación al síntoma. Abstract This article focuses on the issue of drugs use/abuse from the contributions of the psychoanalysts Sigmund Freud and Jacques Lacan; likewise, it gives some explanations about some of the problems that influence the current landscape on drugs use/abuse and its relation with the contemporary world. It points thus at different alternatives to tackle the phenomenon of use and consumption of forbidden substances. Keywords: drugs use/abuse, subject of joy, phallus joy, identification of symptom. Résumé L’article suivant aborde le thème de la toxicomanie et son traitement clinique, depuis les apports des psychanalystes Sigmund Freud et Jacques Lacan; de même il donne quelques explications sur certains des problèmes qui influencent dans le panorama actuel avec respect ou en fonction de l’usage et l’abus des drogues et sa relation avec le monde contemporain. Il offre donc quelques réflexions qui portent à penser sur différents types d’alternatives au moment d’aborder le phénomène de l’usage et de la consommation de substances interdites. Mots clés: toxicomanie, sujet de la jouissance, jouissance phallique, identification au symptôme. Introducción El siguiente texto presenta una aproximación dese el psicoanálisis al fenómeno de la toxicomanía y su abordaje clínico, en la cual se enfatiza que desde 170 esta postura teórica una comprensión y abordaje que abarque al sujeto es inherente a sus postulados, lo que consideramos de suma importancia para la puesta en acto de una praxis muy particular de la clínica del sujeto toxicómano que introduce la pregunta por su ser. A partir de algunas reflexiones sobre el fenómeno en cuestión, pretendemos aportar elementos de discusión que apunten a reivindicar la importancia de la práctica psicoanalítica en el abordaje de estas problemáticas en la actualidad. Empecemos por recordar que una “práctica” sería lo que Mejía & Ansermet (2000) exponen en su artículo Trauma y lenguaje, acerca del trabajo clínico. Veamos: ...la clínica se entiende como práctica de un saber y vía de búsqueda del saber mismo a partir de una práctica, es la puesta en acto de un método establecido para tratar de resolver la contradicción entre lo general y lo particular, es un modo de saber que permite pensarse a sí mismo, y pensar así su articulación, colocándose en entredicho constantemente en cada nuevo caso el saber que ella misma produce; por ello, lo que cada paciente presenta y refiere en su discurso, y en definitiva lo que él es, debe poner en cuestión las nociones ya adquiridas sobre la clínica, si tenemos presente que el progreso clínico intenta un acceso a lo general, para volver a encontrar enseguida lo particular. (Mejía & Ansermet 2000: 145) Partiendo de ésta introducción sobre la concepción de la clínica como una práctica, expondremos a continuación las hipótesis y algunos de los puntos básicos, los que son solo un breve acercamiento a una comprensión del complejo fenómeno de uso y el abuso de las drogas y la toxicomanía. Vale aclarar que lo que llamamos aquí toxicomanía es lo que nos permite entender estructuralmente el amplio abanico del consumo de drogas, la toxicomanía sería la punta extrema, el colmo o el límite del comportamiento en tanto está en peligro algo importante en la vida del sujeto, o su vida misma, como es el caso en algunos heroinómanos. Vale señalar también que ninguno de los autores que se citarán tiene, propiamente hablando, una teoría como tal con respecto a la etiología de la toxicomanía en tanto no es para ellos una entidad o una estructura clínica, es decir que no hay personalidad dependiente, la llamada dependencia no es más que uno de los tantos elementos propios de un carácter, como lo puede ser el orden y la pulcritud. Más bien, todos estos autores REVISTA ANÁLISIS comparten la idea de que, el comportamiento de consumo del toxicómano puede presentarse más como un síntoma que comparte con otros la configuración de la estructura, y no representar para el psicoanálisis, por tanto, el problema exclusivo de tratamiento como tal; ya que concebimos que el sujeto no puede ser reducido a un simple síntoma. Una comprensión psicoanalítica de la toxicomanía Ahora bien, Freud en la carta 55 y en la 79 de 1897 afirma en cuanto al posible origen de las adicción que: “La masturbación es el único gran habito que cabe designar “adicción primaria” y las otras adicciones sólo cobrarán vida como sustitutos y relevos de aquella (alcoholismo, morfinismo, tabaquismo, etc.)” (Freud, 1897); así, para el autor, la toxicomanía constituye una sustitución de un impulso a cambio del impulso sexual asociado, como sucede en la masturbación, por tanto, la relación inquebrantable del sujeto con la droga está destinada a sustituir el goce sexual faltante, constituyéndose en “el arquetipo de un matrimonio dichoso”, como lo diría el propio Freud, en tanto lazo de dependencia del sujeto a la sustancia. Quince años más tarde, en el célebre texto el Malestar en la Cultura de 1929, el mismo autor dirá que el malestar en la civilización podrá ser entendido como una rebelión contra la perdida de goce que implica todo mantenimiento de la existencia; es allí donde los tóxicos se constituyen como un calmante o un paliativo frente a esta pérdida que el deseo y la vida misma exigen para mantenerse y perseverar (Freud, 1930). A ello debe unirse que la civilización se construye y sostiene en la represión de los impulsos libidinales y agresivos, que es en ultimo termino, lo que conlleva una perdida de monto pulsional, es decir, una renuncia de goce y una organización del deseo, como frutos directos del paso del sujeto por el Complejo de Edipo; pero también, por las consecuencias superyoicas que el ejemplo y la educación de los padres prodigaron al sujeto en su infancia por vía del lenguaje. (Lacan, 1965). Por su parte, posteriormente Lacan 1965 en su Discurso de clausura a las jornadas de los carteles, expondrá el fenómeno desde una relación, que, aunque se inscribe en elementos similares enriquece la explicación dada ya por el propio Freud. Lacan, estableciendo una relación entre el goce y la castración, nos presenta ésta última paradójicamente como una forma de goce, puesto que el establecimiento de la castración -como sucede para los neuróticos-, libera al hombre de la angustia que aparece en el momento en que el niño y la niña se aperciben de que están casados con el goce falico, el que sólo puede entenderse en torno a la organización del sujeto del deseo que se introduce por la castración misma (Lacan, 1965). Es decir, en el momento en que la diferenciación anatómica de los sexos nos enfrenta con el hecho de que nos hacemos conscientes de la existencia de los dos sexos, de la diferencia que constituye la base de la sexuación. Así se entiende la función de la castración, la de civilizar el goce convirtiéndolo en goce sexual fálico, deseo por el reencuentro, por la re-unificación, aplazamiento del goce final que terminaría con la descarga, goce fálico que hace lazo, inscrito por tanto en el orden del deseo. (Lacan, 1965). Es esto lo que se expresa en último término en el fantasma, y prematuramente se estructura en lo que se ve en los juego infantiles que representan la masculinidad y la feminidad, aquellos mismos que repiten los juegos dialógicos entre los padres; juegos que han superado el periodo del goce repetitivo del Fort-Da, más parecido al juego compulsivo. (Freud, 1920). El sujeto toxicómano Ahora bien, en esta lógica, el toxicómano, su relación y su posición con respecto al objeto droga mostraría cómo es que se rompe radicalmente éste matrimonio con el goce fálico, cómo se desgarra progresivamente esa relación con la realidad; así, el goce del toxicómano viene a remplazar ese goce falico, convirtiéndolo en un goce Uno, un goce para Todo, goce del cuerpo en contra del goce sexual y del goce de sentido; S1 desencadenado (Lacan, 1975). Es esto lo que se nota más flagrantemente en los casos de muerte por cirrosis o en las sobre dosis por barbitúricos o por heroína. Así, si el deseo se ve implicado allí es en la forma de la demanda, una demanda que se establece desde un saber negativo, es decir, la droga aparece como un objeto que no está en relación con el sujeto de la palabra, síntoma que lleva al sujeto al silencio y a la eterna recaída, es decir, la droga es un conocimiento de causa – la teoría del propio sujeto sobre su adicción- que no produce saber, la verdad de lo real de su adicción, la identificación con el desecho, con el desechable. (Derrida, 1998). Lo anterior puede ser visto desde dos puntos de vista, el primero: si el deseo es dialéctico obliga para su realización a pasar por la demanda, paradójicamente 171 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. la relación del toxicómano con la droga no puede ser entendida como una relación de deseo, por ser un goce Uno; es esto lo que puede explicar la inexistencia de la demanda; segundo: porque la demanda del toxicómano se inscribe en una identificación al significante “soy un adicto” en el cual se hace representar, palabra petrificada, palabra vacía que confiere al individuo un sentido de piedra, en tanto está inscrita como certeza para el yo del sujeto. (Lacan, 1936). A pesar de mantenerse la lucha entre los ideales inconscientes y la forma de gozar particular del toxicómano, él demuestra que hay una manera de gozar que puede hacerse a expensas del fantasma, por lo que su posición nos demuestra que no necesariamente se necesita saber para gozar (Correa, 2001). Así mismo como se presentan los coleccionistas compulsivos, los jugadores, los apostadores, los retenedores compulsivos que proliferan en países como Norte América, y los que siguen ciegamente el modelo del sujeto de consumo moderno, el mismo del consumismo que sostiene el capitalismo. (Baudrillar, 1974). Por último y para ir concluyendo todo lo anterior puede verse reflejado en la clínica en una serie de fenómenos que se hacen manifiestos: - En la identificación que hace el toxicómano con la droga, lugar en el que se representa y responde a la pregunta por su ser como desecho o basura. - En la identificación que hacen los padres del joven sujeto que, experimentando es descubierto, y es inmediatamente identificado al significante de adicto por parte de sus mismos padres, peso doloroso que lo sumerge en un circuito de culpa que puede llegar a ser insoportable, y, en donde la demanda de “reinserción” y “recuperación” provienen en general de una familia que, más que dolida en su amor, está dolida en sus ideales. - En el aislamiento propio al que llegan muchos de estos sujetos, soledad que se acompaña por ese desbordamiento de energía invertida en el consumo que se hace por días, semanas, meses e incluso años; o en el aislamiento al que es proscrito y que se ve acompañado por el deterioro significativo de sus relaciones, choque que no borra, y que en ocasiones exacerba y aumenta esa lucha interminable entre ideales y goce, entre superyo y goce, entre culpa y goce. 172 - Puede verse también en la demanda tan común y directa que hacen dichos sujetos de estrategias que les permitan parar tajantemente con su consumo; grito desesperado que se inscribe en la descripción de un: “no sé que me pasa”, “el último viaje fue insoportable”, “me da mucha paranoia”, “he hecho tantas cosas bajo sus efectos, que ya no se quien soy”, “no sabia que podía hacer lo que hice”; entre otras muchas palabras que demuestran esa relación a lo real, frente a la que, por la lógica misma que la explica, puede demostrar que las estrategias terapéuticas no terminan sirviendo para mucho o por largos periodos de tiempo. - Se demuestra también porque ese recurso a Dios y a la fe (Otro Absoluto) no termina sirviendo en todos los casos; y en la gran mayoría de los que funciona se entiende que lo hace al precio de fortalecer formas de relación a sí mismo determinadas por una culpa insalvable, un superyo inquisitivo que se vale de un sentimiento de enfermedad perpetuo. Para concluir, todos estos ejemplos pueden determinar, junto con las reflexiones del presente ensayo, por qué el toxicómano puede identificarse con el sujeto gozante de nuestra época; como el masturbador de la época de Freud, el toxicómano de hoy goza de forma autoerótica; es un sujeto que decide por un goce Uno donde todo tercero esta excluido, donde se disfruta sin necesidad del fantasma, donde no se necesita el encuentro con el Otro, es decir, el sujeto que se entrega a un goce no falico, un goce en contra-sentido del deseo, que tapona la falta, la alteridad fundamental. Con la droga, que se pone en el lugar mismo de la falta, matrimonio perfecto, idilio paradisiaco, el toxicómano pretende, -a la vez que falla en su empresa-, alterar la condición misma de lo humano, la de ser un ser-enfalta; condición exaltada por nuestra época tan llena de objetos y gadgets, época que ha sabido explotar brillantemente al sujeto de consumo del capitalismo contemporáneo fundamento del malestar de nuestra cultura. (Baudrillar, 1974). Así pues, como lo propone Lacan a partir de 1965 en su célebre Seminario, un resultado esperado de todo análisis es la capacidad para “reírse del capitalismo” (Lacan, 1975), es decir, una salida ética por parte del sujeto una vez el conocimiento sobre el contenido de lo inconsciente lo ha hecho consciente del papel que cumple el ser un consumidor, es decir, el papel de su síntoma; en tanto emergencia de nueva posición, esta vez deseante y responsable frente a su deseo insatisfecho, aquel mismo REVISTA ANÁLISIS que se ha desviado por los caminos del puro goce de las drogas. Ahora comprendemos por qué el toxicómano no es más que el paradigma llevado extremo del sujeto consumidor de nuestra actualidad. (Derrida, 1998). Lista de referencias Askofaré, S., Lapayre, M. & Sauret, M. (2000). Síntoma, Sexualidad y lazo Social. Revista Análisis. Toxicomanía. Saberes y prácticas. Enfoques disciplinarios, 3, 66-95. Baudrillar, J. (1974). La sociedad de consumo, sus mitos y sus estructuras. Barcelona: Ediciones Plaza y Janes. Derrida, J. (1998). La retorica de las drogas. Pasto: Ed. Elipsis. Freud, S. (1897). Fragmentos de la correspondencias con Fliess. Carta 56 y Carta 77. Obras completas. T. 1. (pp. 211-320). Argentina: Amorrortu Editores. Freud, S. (1920). Más allá del principio del placer. Obras completas. T. 17. (pp. 1-60). Argentina: Amorrortu Editores. Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. Obras Completas. T. 21. (pp. 57-138). Argentina: Amorrortu Editores. Huertas, C. (1993) ¡Toxicómanos: Un esfuerzo más si queréis ser Republicanos! Conciencia, 16(56):59 - 68 Lacan, J. (1936). Más allá del principio de realidad. Escritos 1. México: Editorial Siglo XXI. Lacan, J. (1965). El Seminario 12. Problemas cruciales para el Psicoanálisis. El seminario de Jaques Lacan. Argentina: Grupo Verbum. Lacan, J. (1975). El Seminario 23. El Sinthome. El seminario de Jaques Lacan. Argentina: Editorial Paidós. Mejía, C. & Ansermet, F. (2000). “Traumatisme et langage. Notes pour une méthodologie de recherche clinique”. Neuropsychiatrie de l’enfant et de l’adolescence 48: 219-227. Parra, L. (1993). Toxicomanía: una mirada psicoanalítica. Revista Disparatorio, 4: 38 - 46 Correa, J. (2001) Enseñanzas de la toxicomanía (Artículo inédito). Medellin. 173 La hoja de coca en Bolivia. Una propuesta de ajuste a las políticas públicas bajo el enfoque de la reducción de daños The coca leaf in Bolivia. A proposal for setting public policy under the focus of harm reduction Godofredo German Reinicke Borda* * Médico, cirujano. Coordinador Nacional del Observatorio Boliviano de Drogas. Consultor de la Red Andina de Información. Jefe de la Unidad de Prevención Holística del Viceministerio de Defensa Social. Director de Puente, Investigación y Enlace. Representante del defensor del Pueblo en el Chapare. Correo electrónico: [email protected] REVISTA ANÁLISIS N.° 8. Año 2011, pp. 175 - 182. REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Resemen Se presentan brevemente algunas reflexiones sobre el fenómeno del cultivo de la coca en Bolivia, a partir del enfoque de reducción de daños que ha venido trabajando la institución Puente, Investigación y Enlace (PIE), la cual ha sido creada con el objetivo de integrar y vincular a las entidades del gobierno boliviano con la sociedad civil y con instituciones nacionales e internacionales, para trabajar conjuntamente en materia de derechos humanos, drogo-dependencias y su legislación. La institución se ocupa de examinar, analizar, discutir, repensar y aportar al rediseño de la normatividad y las políticas públicas sobre drogas en Bolivia, buscando que éstas tengan un carácter más humano, a partir de la introducción del concepto de “reducción de daños”, y desde una perspectiva holística que contempla aspectos históricos y culturales. La misión de la institución consiste en brindar colaboración e información sobre los avances y retrocesos de las políticas de drogas en el país y en otras regiones, con la esperanza de que estas acciones (talleres, conversatorios, entrevistas, artículos, entre otras estrategias de difusión del saber sobre las drogas) permitan reflexionar sobre las posibilidades de encarar la problemática de las drogas en Bolivia desde una posición más progresista, propia del ámbito científico. Palabras clave: hoja de coca, políticas públicas, reducción de daños Abstract Are briefly presented some reflections on the phenomenon of coca cultivation in Bolivia, from harm reduction approach that the institution has been working Puente, Research and Liaison Service (PIE), which has been created to integrate and link to the Bolivian government entities and civil society and international institutions to work together on human rights, drug addictions and legislation. The institution is responsible for reviewing, analyzing, discussing, rethink and redesign contribute to regulation and public policy on drugs in Bolivia, they are looking for a more humane, since the introduction of the concept of “harm reduction” and from a holistic perspective that includes historical and cultural aspects. The mission of the institution is to provide assistance and information on progress and setbacks in drug policy in the country and other regions, with the hope that these actions (workshops, conferences, interviews, articles, and other dissemination strategies knowledge about drugs) allow 176 reflection on the possibilities of addressing the drug problem in Bolivia since a more progressive position, typical of science. Key words: coca leaf, public policy, harm reduction Résumé Sont brièvement présenté quelques réflexions sur le phénomène de la culture de la coca en Bolivie, de l’approche de réduction des méfaits que l’institution travaille depuis Puente, de la Recherche et de la Liaison (PIE), qui a été créé pour intégrer et lien vers les entités du gouvernement bolivien et la société civile et les institutions internationales à travailler ensemble sur les droits humains, la toxicomanie et la législation. L’institution est chargée d’examiner, d’analyser, de discuter, de repenser et de redéfinir contribuer à la régulation et les politiques publiques sur les drogues en Bolivie, ils sont à la recherche d’une société plus humaine, depuis l’introduction du concept de «réduction des méfaits» et dans une perspective holistique qui inclut les aspects historiques et culturels. La mission de l’institution est de fournir assistance et informations sur les progrès et les reculs en matière de politique de drogue dans le pays et d’autres régions, avec l’espoir que ces actions (ateliers, conférences, interviews, articles, et d’autres stratégies de diffusion connaissances sur les drogues) permettent une réflexion sur les possibilités d’aborder le problème de la drogue en Bolivie depuis une position plus progressiste, typique de la science. Mots clés: feuilles de coca, les politiques publiques, réduction des méfaits La reducción de daños En términos generales, la estrategia de reducción de daños se refiere a políticas, programas, servicios y acciones dirigidos a minimizar los eventuales efectos negativos causados a la salud y la economía de los individuos, de las comunidades y de la sociedad en general, los cuales se asocian al cultivo, producción, tráfico y consumo de sustancias psicotrópicas. Se trata de un enfoque pragmático que acepta que el uso de estas sustancias por parte de los seres humanos es un hecho que se registra desde hace millones de años y que, aunque puede generar diversos perjuicios, el usuario lo relaciona con la búsqueda de un placer, al cual no quiere renunciar. Se contrapone al prohibicionismo REVISTA ANÁLISIS que desconoce este hecho social, al tiempo que resta importancia a la eficacia de sus medidas. El enfoque de reducción de daños, aunque no propende por la abstinencia, permite brindar ayuda especializada a quienes padecen afecciones diversas, asociadas al uso o abuso de estas sustancias, a partir de la idea de que el consumo puede tener el carácter de una compulsión, y que por ello lo más atinado y eficaz es reducir los daños asociados a la ingesta de la sustancia, mediante usos más racionales y regulados por parte de los sujetos y comunidades. Por ello, en este enfoque se identifican los patrones de consumo del usuario, así como las normas y actitudes sociales que lo condicionan. Además, exige tomar en cuenta y evaluar la información científica disponible acerca de las drogas, para diseñar políticas de intervención y prevención, desarrolladas a través de programas de formación y capacitación, en especial con la población de jóvenes, para evitar la propensión al consumo de las sustancias, o para sensibilizarlos y concientizarlos de los daños que puede causar el abuso de éstas, con el ánimo de que los individuos hagan un uso más moderado de las mismas. Así mismo, el enfoque de la reducción de daños busca garantizar el derecho a la salud física y mental, así como la protección de la integridad de las personas que sufren de un consumo compulsivo o que gozan de un consumo recreativo. Sostiene también que es necesario capacitar en reducción de daños al personal de las instituciones educativas y de bienestar social encargado de atender el tema del consumo y en especial a los usuarios en dificultades. El fracaso del enfoque prohibicionista y los ajustes a las políticas gubernamentales Ahora, en Bolivia, existe una Ley conocida como la 1008, vigente desde el año 1988, mediante la cual se exigió a los sucesivos gobiernos la implementación de líneas de acción frente a las drogas, tales como la prohibición del cultivo de hoja de coca en zonas denominadas excedentarias, en transición o ilícitas. Con base en dicha Ley se establecieron plazos de reducción del cultivo que no se concretaron satisfactoriamente y, por el contrario, se amplió la frontera agrícola con el consiguiente crecimiento de la oferta y demanda de la hoja de coca. Sin embargo, aun cuando es evidente el fracaso relativo de estas líneas de acción, en Bolivia todavía se continúan privilegiando las estrategias de control y erradicación de los cultivos, desde una perspectiva eminentemente represiva, que deriva en la criminalización de todos los actores que participan como los eslabones de la cadena de valor, desde el productor agrícola, hasta el consumidor final de la hoja de coca. Es evidente que este enfoque no permite establecer diferencias entre los sujetos antes mencionados, poniendo en el mismo plano al consumidor, al productor y al traficante. Al respecto, voces de importantes personalidades, como los ex Presidentes Henrique Cardozo, César Gaviria y Ernesto Zedillo, o el escritor Mario Vargas Llosa, afirman que la erradicación o eliminación de la coca y la cocaína es una utopía con resultados pírricos y que implica gastos enormes de recursos, tanto de los países productores como de los países consumidores. Entre las causas identificadas en Bolivia para este fracaso del enfoque prohibicionista pueden señalarse varios factores. Veamos: Entre ellos se destaca la dificultad para reconocer la construcción histórica de una identidad social y cultural, fuerte y dinámica, del sector productor cocalero boliviano, que debería ser el punto de partida para la llegada de planes, programas y proyectos de apoyo a nuevas alternativas o enfoques de desarrollo productivo e integral. Así mismo, otro de los factores que inciden es el hecho de que en respuesta a las políticas represivas de erradicación forzosa, se consolidó la identidad del sector productivo de hoja de coca y se definió una personalidad colectiva única, propia y diferente a los demás sectores productivos. Asociado a los factores anteriores, señalamos que no se tomó en cuenta la fortaleza colectiva del sector cocalero en la proposición de políticas de control social e implementación de mecanismos de regulación cuantitativa del cultivo, por parte del gobierno boliviano. Finalmente, enfatizamos que no se ha considerado el rol de la producción de hoja de coca en la economía predial familiar, pues se pasa por alto el hecho de que la producción de hoja de coca en las unidades agrícolas campesinas tiene por objeto el mantenimiento de la unidad familiar, de modo que desde estos sectores se busca maximizar la tasa de ganancia agrícola. En ese sentido, pensamos que es importante comprender los resortes económicos y sociales que sostienen el fenómeno del cultivo de la hoja de coca 177 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. en Bolivia, antes de proponer tal o cual estrategia de erradicación. Así por ejemplo, al considerar los altos ingresos que genera el cultivo de coca en comparación • • • • • Hoja de coca Cítricos Cacao Banano Café Ingresos ingresos Ingresos Ingresos Ingresos con otros cultivos, se entiende la dificultad para que las políticas de erradicación sean eficaces. Comparativamente los ingresos obtenidos en los cultivos comerciales son los siguientes: 2.400 1.188 750 711 600 U$/Ha/Año. U$/Ha/Año. U$/Ha/Año. U$/Ha/Año. U$/Ha/Año. Cuadro comparativo sobre los ingresos obtenidos en los cultivos comerciales en Bolivia. Fuente PIE Por ello nos interesa destacar la necesidad de reconocer y respetar el rol que ha tenido históricamente el cultivo de coca en la diversificación de actividades económicas de los campesinos bolivianos, pues representa -en muchos casos- una estrategia esencial de sobrevivencia para las familias ante la incertidumbre implícita de la agricultura temporal en Bolivia. En ese orden de ideas, consideramos que la adopción de una estrategia de reducción de daños en la política de la hoja de coca en Bolivia debería contemplar los siguientes objetivos estratégicos: En primer lugar, establecer en las políticas de control de la base productiva de Bolivia (especialmente en el tema de la erradicación de cultivos de hoja de coca) medidas de reducción del daño de tipo económicas y sociales, que no tiendan a la criminalización de amplios sectores productivos dedicados a este rubro agrícola ancestral y tradicional en Bolivia, y más bien propender a la reorientación, reformulación y transformación de las estrategias de represión al cultivo y a los cultivadores de coca. 178 En segundo lugar, el replanteamiento de estrategias de intervención basadas en conceptos democráticos de seguridad integral, humana y ciudadana de los productores de hoja de coca, buscando que la normatividad boliviana esté acorde con los tratados y normas internacionales de soberanía, justicia y cooperación, resaltando lo referido al Derecho Internacional Humanitario. Por último, reforzar los niveles de pacificación en las zonas cocaleras, la estabilidad política, y el respeto de los derechos humanos y la concertación social con los productores de hoja de coca. Ahora, a partir de las disposiciones legales que intentaron regir la producción de la hoja de coca en Bolivia (principalmente la Ley 1008), veamos las visiones diferenciadas del gobierno, los productores de coca y la sociedad civil respecto a las categorías conceptuales de delimitación, temporalidad, población, uso del suelo, destino de la producción, cobertura política administrativa y escala de producción. Veamos: REVISTA ANÁLISIS CATEGORÍAS CONCEPTUALES Tabla 2 DELIMITACIÓN ZONA DE PRODUCCIÓN TRADICIONAL ZONA DE PRODUCCIÓN EXCEDENTARIA EN TRANSICIÓN ZONA DE PRODUCCIÓN ILÍCITA TEMPORALIDAD POBLACIÓN USO DE SUELO DESTINO DE LA PRODUCCIÓN COBERTURA POLÍTICA ADMINISTRATIVA DEPARTAMEN-TOS: LA PAZ – CBBA HISTÓRICA, SOCIAL Y AGROECOLÓGICAMENTE HAN CULTIVADO COCA SE PRODUCEN EXCLUSIVAMENTE LOS VOLÚMENES NECESARIOS PARA ATENDER LA DEMANDA PARA EL CONSUMO Y USOS LÍCITOS ERRADICACIÓN FORZOSA ESCALA DE PRODUCCIÓN 20.000 ha DE COCA SUBTRÓPICOS DE LAS PROVINCIAS NOR Y SUD YUNGAS, MURILLO, MUÑECAS, FRANZ TAMAYO E INQUISIVI YUNGAS DE VANDIOLA, (AMPLIADO A CHAPARE, CARANAVI Y LA ASUNTA) Visión del gobierno CATEGORÍAS CONCEPTUALES Tabla 3 DELIMITACIÓN ZONA DE PRODUCCIÓN TRADICIONAL ZONA DE PRODUCCIÓN EXCEDENTARIA EN TRANSICIÓN ZONA DE PRODUCCIÓN ILÍCITA TEMPORALIDAD POBLACIÓN USO DE SUELO HISTÓRICA, SOCIAL Y AGROECOLÓGICAMENTE HAN CULTIVADO COCA DESTINO DE LA PRODUCCIÓN SE PRODUCEN EXCLUSIVAMENTE LOS VOLÚMENES NECESARIOS PARA ATENDER LA DEMANDA PARA EL CONSUMO Y USOS LÍCITOS COBERTURA POLÍTICA ADMINISTRATIVA TODOS LOS SUBTRÓPICOS DEL DEPARTAMENTODE LA PAZ Y COCHABAMBA ESCALA DE PRODUCCIÓN DE ACUERDO A LA DEMANDA Visión de los cultivadores de coca 179 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. CATEGORÍAS CONCEPTUALES Tabla 4 DELIMITACIÓN ZONA DE PRODUCCIÓN TRADICIONAL ZONA DE PRODUCCIÓN EXCEDENTARIA EN TRANSICIÓN TEMPORALIDAD POBLACIÓN USO DE SUELO HISTÓRICA, SOCIAL Y AGROECOLÓGICAMENTE HAN CULTIVADO COCA DESTINO DE LA PRODUCCIÓN SE PRODUCE PARA ATENDER LA DEMANDA PARA EL CONSUMO Y USOS LÍCITOS E ILÍCITOS ZONA DE PRODUCCIÓN ILÍCITA COBERTURA POLÍTICA ADMINISTRATIVA DEPARTAMEN-TOS: LA PAZ – CBBA ESCALA DE PRODUCCIÓN 12 000 ha DE COCA DE ACUERDO LEY 1008 SUBTRÓPICOS DE LAS PROVINCIAS NOR Y SUD YUNGAS, MURILLO, MUÑECAS, FRANZ TAMAYO E INQUISIVI YUNGAS DE VANDIOLA Visión de la sociedad civil Así mismo, es importante tener en cuenta que los productores de hoja de coca en Bolivia son heterogéneos, siendo fundamental construir una clasificación de tipos de productores de hoja de coca, de acuerdo con la escala y destino de la producción. Al respecto, mínimamente pueden establecerse las siguientes categorías que marcan diferencias entre los productores: - Productor de coca de subsistencia (o para el autoconsumo): produce coca para satisfacer las necesidades de acullicu del productor y la familia. - Productor de coca en transición de autoconsumo al mercado: apunta a las necesidades del agricultor y comercializa excedentes de relativa importancia. - Productor de coca con fines de abastecimiento del mercado: indaga la tendencia futura de precios por unidad de peso de la hoja de coca, a fin de que la asignación de los recursos de producción que dispone se efectúe en función de maximizar sus ingresos. Reflexiones para el ajuste de las políticas bolivianas sobre el cultivo de la hoja de coca Así, aunque desde algunos sectores conservadores de la sociedad civil internacional se considera a la 180 hoja de coca básicamente como una sustancia cuyo uso provoca alteraciones de carácter mental, físico y moral, las organizaciones sociales de productores y los consumidores tradicionales de hoja de coca en Bolivia la defienden como una sustancia beneficiosa, que hace parte del acervo cultural e histórico de los pueblos originarios del país, indicando que posee valores terapéuticos, nutritivos y con un valor económico superior a otros cultivos del sistema de producción agrícola de los sub-trópicos de Cochabamba y La Paz. Consideramos que la percepción de algunos segmentos de la sociedad civil y de los estados a nivel mundial está asociada al desconocimiento de la información histórico-cultural de la tradición del masticado (también llamado pijcheo, chajcheo, acullicu o mambeo) de la coca en los pueblos andino-amazónicos, mostrándose susceptibles a recibir información tendenciosa que desconoce esta tradición ancestral de los pueblos bolivianos, que por mucho tiempo han subsistido alrededor del cultivo y producción de la hoja de coca. En el pasado, la influencia de la política antidrogas de los Estados Unidos ha impulsado al gobierno boliviano a orientar sus mayores esfuerzos a eliminar el cultivo de la REVISTA ANÁLISIS Fotos tomadas por Godofredo Reinicke Borda hoja de coca, para lo cual se estimuló la promulgación de la Ley 1008 (denominada Ley especial sobre el régimen de la coca y de sustancias controladas). A partir de los años ochenta, cada gobierno a su turno -bajo un criterio de supeditación a la certificación y el apoyo condicionado de los Estados Unidos- ha aplicado diversas estrategias y planes basados en la erradicación de la coca como pilar central, con la consecuente y sistemática transgresión de los derechos humanos que implica su implementación. Lo anterior se sustenta en determinados prejuicios, tales como los supuestos efectos negativos en la salud, producto de la masticación de la hoja. Así mismo, es notable la discriminación y el desprecio de otros países en relación con los usos y costumbres ancestrales de los pueblos indígenas originarios de Bolivia, que cultivaban y consumían la hoja de coca. Consideramos que esto ha llevado a un sometimiento sistemático de las creencias propias de la cultura boliviana a paradigmas construidos en un mundo que pretende tipificar y responsabilizar a los cultivadores como los causantes de la demanda de drogas, conduciendo a la penalización de la producción de la hoja de coca en su estado natural. Como conclusión, pensamos que la implementación de estrategias cuantitativas de reducción y racionalización del cultivo, dentro del marco referencial de monitoreo anual de cultivos de hoja de coca, obliga a reflexionar sobre el hecho de que se ha venido consolidando un pensamiento concreto en el que los hechos cuantificables (superficies de plantas de coca erradicadas y/o racionalizadas), capaces de ser traducidos al lenguaje aritmético, pasan a ser los únicos hechos relevantes en el marco de esta visión retrógrada. Así mismo, pensamos que la historia de grupos sociales especializados en la producción tradicional y ancestral (cultural) del cultivo de hoja de coca, no existe o no es relevante para el conjunto 181 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. de instituciones gubernamentales encargadas de las tareas de erradicación en Bolivia. De ese modo, el futuro de las políticas sobre la hoja de coca estará determinado por la idea de la eliminación de la base productiva, lo cual sólo implica soluciones mecánicas con resultados meramente cuantitativos. Por último, consideramos que el marco institucional de apoyo implementa procesos de control de producción del cultivo de hoja de coca que fueron establecidos e impuestos por la cooperación internacional y por ende no contempla factores sociales, culturales o económicos propios de Bolivia. Esperamos que las reflexiones que aquí se aportan desde el enfoque de la reducción de daños, aplicado al cultivo de la hoja de coca en Bolivia, generen interés en la comunidad nacional e internacional, pues a partir de dicho interés se están sentando las bases para que se produzca un proceso de sensibilización y concientización acerca de la importancia de considerar los factores sociales, culturales y económicos implicados en los fenómenos de cultivo, fabricación, tráfico y consumo de sustancias psicoactivas a nivel mundial. De ese modo, esperamos que las políticas gubernamentales implementadas en Bolivia puedan rediseñarse a partir del reconocimiento de las diferencias sociales, culturales y económicas del pueblo boliviano en relación con los países industrializados que marcan la pauta a nivel de las políticas de drogas a nivel internacional. 182 REVISTA ANÁLISIS Publicaciones de interés1 Legalising Drugs. Debates and Dilemmas - Debate sobre la legalización de las drogas (Bean, P. Londres: Policy Press, 157 pp., 2010. Ref. 183199) La legalización de las drogas reconoce el derecho de las personas a consumir cualquier sustancia y puede ser una estrategia para luchar contra el consumo abusivo, la drogodependencia y la criminalidad. El autor de este libro, un reconocido académico especialista en la materia, revisa el debate sobre la legalización de las drogas en el ámbito británico, analizando en profundidad diferentes propuestas a favor y en contra. En este análisis, se insiste especialmente en aspectos relacionados con la reducción de las tasas de criminalidad y las implicaciones que la ilegalización tendría para la sociedad en general, y para la juventud en particular. A modo de resumen, se plantean las cinco cuestiones a las que toda política de drogas de calidad debería responder: los argumentos para controlar la venta y el consumo, la relación con el crimen, los aspectos financieros, la atención especializada para personas drogodependientes y el control de quienes incumplan las normas. 1 Physical Illness and Drugs of Abuse. A Review of the Evidence -Relaciones entre abuso de drogas y enfermedades físicas (Gordon, A. J. et al., Cambridge University Press, 377 pp. 2010. Ref. 183374) El abuso de alcohol y otras drogas tiene consecuencias en el bienestar y en el buen estado físico de la persona. Por ello, en los tratamientos de desintoxicación o mantenimiento, es importante tratar a los pacientes también de las comorbilidades en su salud física y mental. El presente trabajo es el primero de una serie de monografías sobre la relación entre trastornos mentales y enfermedades físicas, y en esta ocasión se centra en las relaciones que se dan entre el consumo de distintas drogas y los problemas en la salud física de la persona consumidora. Para llevar a cabo esta revisión, se hizo una búsqueda sistemática y detallada en la base de datos PubMed entre febrero y diciembre de 2008, y el resultado es, según los autores, un documento esencial para profesionales tanto del ámbito sanitario como de las drogodependencias, para estudiantes y también para agentes encargados del diseño de políticas sociosanitarias. Tomado del Boletín Aldizkaria http://www.siis.net/documentos/cdd 184 REVISTA ANÁLISIS Cocaína. Manejo de la adicción y los problemas derivados (Laespada, M. T. y Meana, J. J. Bilbao, Instituto Deusto de Drogodependencias, 157 pp., 2009. Ref. 183692) Music Therapy and Addictions (Aldridge, D. y Fachner, J. (eds.), Jessica Kingsley Publishers, Londres, 176 pp., 2010, Ref. 184859). Este libro reúne las comunicaciones presentadas en la jornada “Tratamiento de la adicción a la cocaína en nuestra práctica”, organizada en 2009 por la Sociedad Española de Toxicomanías y el Instituto Deusto de Drogodependencias. Los autores invitados, de reconocido prestigio en el ámbito de las adicciones, analizan y discuten distintos modelos de intervención en drogodependencias, específicamente la adicción a esa sustancia. En la actualidad, aunque las cifras indican que el uso de la cocaína permanece estable y que está relativamente extendido en nuestra sociedad, sigue siendo un problema de salud individual y colectiva preocupante, sobre todo por el consumo entre la juventud. En esta publicación, se pueden encontrar capítulos sobre la europsicología de la adicción a la cocaína, la gestión de las redes asistenciales, la evaluación biológica y psicológica de las personas consumidoras, el abordaje de las complicaciones médicas del consumo compulsivo, el tratamiento farmacológico, las urgencias psiquiátricas y el cumplimiento terapéutico, entre otros temas. Este texto constituye una de las pocas aportaciones monográficas en inglés publicadas sobre el tema de la música como complemento de los programas de tratamiento y rehabilitación en el consumo de drogas. En él se explica por qué la musicoterapia tiene la capacidad de mejorar los resultados de programas de tratamiento y, sobre todo, cómo el uso de la música mejora la calidad de vida y el bienestar de los pacientes. Los capítulos monográficos, redactados por diversos expertos internacionales, resultan a veces un poco breves, pero logran, pese a ello, despertar el interés del lector por este tema. 185 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Signals from Drug Research. - Descubrimientos en investigación sobre drogodependencias (Muscat, R. et al. Estrasburgo, Council of Europe, 72 pp., 2009, Ref. 182213) Tobacco Taxes: A Win-Win-Win for CashStrapped States - Consecuencias positivas de la subida de impuestos por la venta de tabaco (American Lung Association et al., Washington, AmericanLung Association, 92 pp., 2010. Ref.181829). Disponible en: http://www.rwjf.org/files/ research/20100209tobaccotax.pdf Expertos de las ciencias sociales, la psicología y la biomedicina revisan en este documento las últimas evidencias científicas en materia de drogodependencias. La publicación se divide en cuatro capítulos monográficos. El primero aborda, desde un enfoque sociológico, el cultivo, la venta y el consumo de cannabis en Europa. Lo último en estudios psicológicos, concretamente la investigación referente a los rasgos de personalidad y las expectativas de consumo, se presenta en el segundo capítulo. Se dedica el tercer capítulo al análisis de algunos resultados de la investigación en el campo de biomedicina, entre ellos, las teorías neurocientíficas sobre la etiología de las adicciones. El documento se cierra con un resumen de los principales resultados de la Conferencia Científica Europea sobre los Nuevos Retos Científicos y Clínicos del Tratamiento de las Adicciones, que se celebró en 2008. A pesar de su escasa extensión, se trata de una obra que puede resultar de gran interés tanto para investigadores como para políticos y profesionales. 186 Aunque el objetivo fundamental del incremento de los impuestos del tabaco puede ser el aumento de los ingresos del Estado, también produce beneficios para la salud asociados a la reducción de su consumo. El presente estudio mantiene que dicha subida permite poner en marcha programas de prevención y abandono del tabaco y es una de las formas más efectivas para reducir el consumo entre los jóvenes. El principal aporte del informe es la estimación que realiza sobre los beneficios económicos del gobierno estadounidense y los efectos positivos para la salud en caso de que se incrementara en un dólar el impuesto por la venta de cada paquete de tabaco. De esta manera, el estudio proporciona datos sobre el número de consumidores, los gastos sanitarios, así como el descenso en el número de jóvenes que se iniciarían en el consumo de esta droga si se llevara a cabo la medida propuesta. REVISTA ANÁLISIS Fetal A lcohol Spectrum Disorder: Management and Policy Perspectives of FASD. - Manual sobre el síndrome alcohólico fetal (West Sussex, John Wiley & SonsLimited, 458 pp., 2010. Ref. 189602). Alcohol Advertising and Young People’s Drinking. Representation, Reception and Regulation - Marketing de bebidas alcohólicas y consumo juvenil (Gunter, B. et al., Londres, Palgrave, 241 pp., 2010. Ref. 188451). El síndrome alcohólico fetal, como trastorno permanente provocado por la exposición del embrión y del feto al alcohol ingerido por la madre durante el período de gestación, conlleva numerosos problemas de tipo físico, psicológico, de conducta y social que afectan a individuos, familiares y a la sociedad en su conjunto. El presente libro explora este síndrome y presta especial interés a aspectos tan diversos como la prevalencia, las consecuencias en la salud y la conducta de los menores afectados, las distintas alternativas de tratamiento, el impacto socioeconómico y las estrategias de prevención. Según la última encuesta domiciliaria del Plan Nacional sobre Drogas, el alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más utilizada en España. Pero si bien el consumo general ha permanecido más o menos estable en el último decenio, los atracones y las borracheras han aumentado, particularmente entre la juventud. Este dato reafirma la preocupación social en torno al marketing de las bebidas alcohólicas, pues está comprobado que posee una influencia determinante en el inicio, el mantenimiento y las pautas de consumo. Esta obra, de gran utilidad para profesionales, proporciona una visión clara sobre el síndrome alcohólico fetal y cómo se pueden poner en marcha programas de tipo preventivo. El libro también cuenta con capítulos específicos que exploran las causas del fenómeno, el marco normativo vigente e incluso relatos de personas afectadas por este síndrome. El libro que aquí se reseña ahonda en este asunto, describiendo tanto las estrategias empleadas en la venta del alcohol como la normativa que regula dicha práctica. Los autores, tres especialistas del Reino Unido, consideran que el consumo juvenil de bebidas alcohólicas no se reducirá únicamente limitando la disponibilidad del producto o restringiendo su publicidad, sino mediante un cambio global de actitudes, en el que deben participar todos los agentes sociales, incluida la industria del alcohol. 187 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Social Work with Drug and Substance Misusers, 2a Ed. Trabajo social con personas que abusan de las drogas (Goodman, A. Editor: Learning Matters, 146 pp., 2009. Ref.189160) Guide d’organisation de soirées étudiantes en toute legalité, en toute Securité - Recomendaciones para la organización de una fiesta universitaria sin riesgos (Editor: Mission Interministérielle de Lutte Contre la Drogue et la Toxicomanie, 27 pp., 2010. Ref. 188923) Aunque el perfil de consumidor socialmente integrado es hoy más habitual que en décadas anteriores, las personas con problemas de drogodependencia a menudo se encuentran en riesgo de exclusión. Las fiestas estudiantiles constituyen una de las actividades de ocio favoritas entre los jóvenes. En ellas, sin embargo, se suele producir un consumo excesivo de alcohol y otras drogas y, en consecuencia, un elevado riesgo de accidentes de coche, que constituyen la primera causa de muerte entre los 15 y 24 años de edad. Esta breve guía proporciona a las asociaciones de estudiantes consejos para que organicen fiestas de modo seguro y legal. En la primera parte del documento, se clarifican los trámites administrativos que se deben tener en cuenta a la hora de organizar este tipo de celebraciones. La segunda, más extensa, contiene información sobre los riesgos asociados al consumo de diversas sustancias –alcohol, cannabis, poppers, fármacos psicoactivos, éxtasis, cocaína, GHB, LSD–, la normativa específica de aplicación –controles de alcoholemia, limitaciones a la venta de alcohol– y sobre los riesgos relacionados con la exposición a un nivel de ruido excesivo. Por último, se ofrecen ejemplos y consejos de actuaciones preventivas y de reducción de riesgos asociados al consumo de drogas, que se pueden poner en marcha antes y durante la celebración de la fiesta: instalación de puestos de información y de agua potable, descuentos en bebidas no alcohólicas o entrega gratis para los conductores identificados como tales, creación de espacios sin ruido o acceso a etilómetros. Por eso, al margen del sector en el que desarrollen su actividad, la mayoría de los profesionales del trabajo social se enfrentarán, en un momento u otro, a algún caso en el que intervengan las toxicomanías. Este manual universitario se propone transmitir a los futuros profesionales los conocimientos y las herramientas básicos para salir airosos de esas situaciones. Se trata de un libro muy bien diseñado para el fin didáctico que persigue, pues ofrece una estructura clara, cuadros resumen, actividades y recursos complementarios. La obra sigue, además, lo establecido por las autoridades educativas británicas en cuanto a los contenidos teóricos y las habilidades prácticas que debe tener todo trabajador social. Los aspectos relativos al contexto epidemiológico, la legislación y la organización de los servicios sociosanitarios suscitarán, como es lógico, un interés menor fuera del Reino Unido. En cambio, los casos prácticos resueltos y las pautas de intervención –que buscan siempre el empoderamiento de los usuarios– pueden resultar bastante útiles para el alumnado de otras latitudes. 188 REVISTA ANÁLISIS Report on the Risk Assessment of Mephedrone in the Framework of the Council Decision on New Psychoactive Substances - Riesgos del consumo de mefedrona (Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, Lisboa, OEDT, 193 pp., 2011. Ref. 194833) Les addictions à Internet. De l’ennui à la depéndanse (Hautefeuille, M. y Véléa, D. París, Payot, 200 pp., 2010. Ref. 189966) La elaboración, la distribución y el consumo de sustancias psicoactivas implica riesgos que deben tenerse en cuenta. Para identificarlos y justificar científicamente los eventuales controles, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) realiza de manera sistemática evaluaciones de los riesgos asociados a nuevas sustancias. Este informe, en concreto, versa sobre la mefedrona, una anfetamina sintética derivada de la catinona, que es una sustancia presente en las hojas de khat (Catha edulis). Su consumo se ha detectado en varios países europeos, pero la novedad y su baja prevalencia explican que la toxicidad de esta droga apenas esté documentada, más allá de algunos testimonios de personas que la han probado. Sus efectos estimulantes parecen similares a los del MDMA (éxtasis), pero su corta duración recuerda a la cocaína y propicia el consumo de varias dosis en un período breve de tiempo. Tras valorar la información disponible, todavía muy deficiente, el observatorio sopesa las ventajas y desventajas de fiscalizar esta sustancia. Los autores de este interesante libro advierten que la adicción a Internet responde al modelo de la denominada Ley de Ledermann, por lo que conforme aumenta el número de usuarios, el número de adicciones no aumenta lineal, sino exponencialmente. Michel Hautefeuille y Dan Véléa, pioneros (1996) en alertar del potencial adictivo de Internet, consideran fundamental distinguir entre dos tipos de adicción: la ciberdependencia, provocada directamente por Internet (juegos en línea, obsesión por el correo electrónico) y la dependencia ciberasistida, que agudiza una adicción previamente existente (ludopatía, compras compulsivas, voyeurismo). Este libro pretende ofrecer una visión objetiva sobre el uso y riesgos de Internet en una sociedad en la que, para un número cada vez mayor de personas, el mundo real se identifica con el aburrimiento y la frustración, mientras que el mundo virtual se muestra como más atractivo y soportable. 189 / REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. Sistema Mundial de Información del Alcohol y la Salud (Global Information System on Alcohol and Health, GISAH) URL: http://apps.who.int/ghodata/?theme=GISAH Un instrumento que la Organización Mundial de la Salud está desarrollando a partir de la base de datos global de alcohol existente desde 1997. Se trata de una herramienta útil para quienes busquen datos sobre el consumo de esta sustancia, sus efectos y las políticas antialcohol. Foro Euro-Methwork URL: http://www.q4q.nl/euromethwork/ Se dirige en primer lugar a médicos, investigadores y políticos, pero también ofrece materiales destinados a los drogodependientes, tales como la base de datos Maintenance Assistance Point, proporciona información sobre los programas de mantenimiento con metadona en diferentes países. Treatnet URL: www.unodc.org/treatment/ Ésta es la sede virtual de Treatnet, una red internacional compuesta por veinte centros de atención a las drogodependencias. El fin principal de este proyecto, impulsado por la Oficina sobre Drogas y Crimen de las Naciones Unidas, es el intercambio de experiencias y buenas prácticas en materia de tratamiento y rehabilitación. Programa DATCAP (Drug Abuse Treatment Cost Analysis Program) URL: www.datcap.com Este sitio Web, ofrece instrumentos para la evaluación económica de servicios sociales y sanitarios dirigidos a las personas drogodependientes, con todos los los cuestionarios traducidos al castellano. Biblioteca virtual de Scottish Addiction Studies URL: www.drugslibrary.stir.ac.uk Ungassondrug.org URL: www.ungassondrugs.org En 1998, las Naciones Unidas fijaron el objetivo de lograr “un mundo libre de drogas” antes de 2009. Un decenio después, la Comisión de Estupefacientes ha constatado que la lucha contra las drogodependencias durante estos últimos diez años ha sido un fracaso. Esta página electrónica del Transnational Institute ofrece una guía del proceso que la ONU ha puesto en marcha para determinar la nueva política internacional de drogas. En este URL se ubica la biblioteca virtual de Scottish Addiction Studies. La colección bibliográfica en línea contiene alrededor de 500 documentos en formato completo y dispone de un servicio RSS (Really Simple Syndication) para los usuarios que quieran recibir avisos cuando se incorporan nuevos documentos al catálogo. Substance Abuse and Mental Health Services Administration URL: www.nrepp.samhsa.gov La Substance Abuse and Mental Health Services Administration, una agencia del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los EE.UU., acaba de inaugurar esta sede electrónica. En ella se encuentra una base de datos con programas de prevención y tratamiento de las drogodependencias validados científicamente. 192 REVISTA ANÁLISIS DRCNET. On-Line Library of Drug Policy URL: www.druglibrary.org Este recurso de Internet se anuncia como “la biblioteca en línea especializada en drogodependencias más grande del mundo”. Responsable de su contenido es StoptheDrugWar. org, una entidad sin ánimo de lucro, pionera en el uso de Internet y otras nuevas tecnologías para difundir información sobre la despenalización de las drogas y las políticas de reducción de daños. Sobre MDMA- ÉxtasisURL: www.pillreports.com En esta página electrónica se encuentra una base de datos internacional sobre la composición de pastillas de éxtasis, en la que éstas se pueden buscar por su apariencia física. No obstante, cabe recordar que, al igual que ocurre con todas las marcas, en el ámbito de las drogas también hay falsificaciones, por lo que se recomienda el uso de programas de testing a quienes quieran obtener información fidedigna sobre el contenido de las pastillas. Das Schweizer Informationsportal von Infodrog zu Sucht, Drogen, Prävention und Hilfe – Infodrog Suizo URL: www.infoset.ch Este espacio virtual se presenta como una plataforma para divulgar información e intercambiar conocimientos entre profesionales que trabajan en el ámbito de las drogodependencias de Suiza. No obstante, este recurso bilingüe (en alemán y francés) tiene una gran riqueza y calidad de contenidos. 193 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS • Fuente: Arial. La Revista Análisis, publicación de la Fundación Universitaria Luis Amigó, FUNLAM, y el Centro Coordinador de la Investigación de la Federación Internacional de Universidades Católicas, FIUC, busca promover reflexiones y debates en torno a problemas asociados con el uso de drogas, que favorezcan el análisis crítico de los enfoques y prácticas existentes, la generación de aproximaciones novedosas y la elaboración de nuevos modelos conceptuales. • Tamaño de letra: 12 puntos. • Interlineado: Espacio y medio. • No se deben utilizar tabuladores, ni capitulares, ni ningún otro comando especial, pues estos dificultan el proceso de diagramación. Secciones Editorial Contexto: Los artículos publicados en Contexto presentan información actualizada, pertinente y completa sobre el tema de la publicación. Avances: En esta sección, los lectores podrán encontrar proyectos de investigación que están en desarrollo o han sido concluidos. Foro-Debate: Incluye conceptos, notas históricas, tensiones teóricas, artículos de controversia y asuntos sobre consumo de drogas. Publicaciones de interés: Tendrán un espacio en estas páginas las revisiones de publicaciones que pueden aportar información relevante sobre problemas asociados con el consumo de drogas a profesionales y personas interesadas en el tema. Aportes de la web: Estas líneas son utilizadas para publicar y comentar sitios electrónicos con información importante sobre drogas. Recomendaciones para colaboradores 1. Los artículos deben ser originales e inéditos. Es responsabilidad exclusiva del autor que así sea y será él el único responsable de cualquier violación a los derechos de autor. 2. La recepción de artículos no garantiza su publicación. Todo artículo pasará por un proceso de evaluación por parte de la dirección de la Revista y de los Comités Editorial y Científico, los cuales se reservan el derecho de rechazar aquellos artículos que no se ajusten a las políticas editoriales de la Revista. 3. Los artículos enviados pueden ser escritos en español, inglés o francés, preferiblemente en la lengua materna del autor. 4. Los artículos deben ser enviados al Comité Editorial de la Revista en disquete o CD, adjuntando original y copia impresos, o al siguiente correo electrónico: [email protected], con copia a [email protected]. 5. Los trabajos deben enviarse en Microsoft Word, con el siguiente formato: 196 6. El autor deberá incluir, además del artículo, un resumen de máximo 250 palabras, palabras clave, su currículo y sus datos personales: nombre completo, correo electrónico, dirección postal completa, número de teléfono, nacionalidad y lugar de residencia. 7. Los textos deben estar bien escritos y ser revisados varias veces antes de ser enviados. Sin embargo, estos serán siempre evaluados por un corrector de estilo y por el editor, quienes podrán hacer las correcciones necesarias, respetando siempre el sentido del contenido. 8. Los trabajos no deben llevar más de cinco ilustracio-nes en forma de cuadros, gráficas, figuras, esquemas o fotografías. 9. En caso de que el artículo incluya material gráfico, el autor deberá enviarlo por separado y éste deberá cumplir con las especificaciones de calidad y formato que se detallan a continuación. • Original bien impreso, tamaño carta. • Si se va a remitir de forma digital, la imagen debe enviarse en CD, en ALTA resolución, en jpg, photoshop o corel. • La dirección de la Revista evaluará la pertinencia de las imágenes entregadas por los autores y, en caso de que considere que no se ajustan, podrá elegir otras más apropiadas u optar por no ilustrar el articulo. 10. La Revista no asume responsabilidad alguna por eventuales daños sufridos en el envío o por pérdida del material. Además, no mantendrá correspondencia con los autores de los artículos que no sean aceptados y tampoco los devolverá. Por estas razones, es importante que el autor conserve siempre una copia de su trabajo. 11. En cuanto a las referencias bibliográficas, éstas deberán cumplir con las normas de citación de la APA (American Psychological Association http://www.apa.org). REVISTA ANÁLISIS STANDARDS FOR ARTICLE PRESENTATION The ANÁLISIS journal, publication edited by Fundación Universitaria Luis Amigó and the Center for Coordination of Research of the International Federation of Catholic Universities (IFCU), looks forward to promote reflection and debate about drug consumption related problems, to favor the critical analysis of existing approaches and practices, the generation of innovative ones and the creation of new conceptual models. 6. The author must attach the following information to the article: an abstract (200 words maximum), keywords, and his/ her personal information: complete name, e-mail, telephone number, address and nationality. 7. The texts should be well written and must be reviewed several times before being sent. However, they will always be corrected by a proofreader and the editor in chief, who will have the right to make the necessary changes without affecting the sense of the content. 8. The articles should not include more than five illustrations: charts, graphs, figures, pictures, etc. Sections Editorial Context: The articles published in Context present updated, pertinent information as complete as possible about the topic of the publication. Advances: In this section the readers will find research projects that are being developed or have been concluded. ForumDebate: It includes concepts, historical notes, issues, theoretical tensions, controversy and questions in drug consumption issues. Interesting publications: Here you can find reviews of publications that can provide relevant information about drug-related problems to professionals and people interested on the topic. Web sites contribution: This space is used to publish and comment electronic sites with important scientific information related to drugs. Recommendations for authors 9. In case the articles include graphical material, the author should send it separately and it must comply with the following quality specifications. • Letter sized and well printed original. • If the author sends the material digitally, the image must be sent in a CD, High Resolution, using Photoshop o Corel. • The Journal’s Director and Editor will evalúate if the material is appropriate and if they consider it is not, they will have the right to choose other images or to decide not to illustrate the article. 10.The sender must keep a copy because the Journal will not be held responsible for damages or losses, and will not be in contact with those authors whose articles are not approved. 11.When writing the references, the author must follow the APA (American Psychological Association - http://www.apa. org) citation style. 1. The articles must be original and unedited. It is the author’s responsibility that it is so, and he will be the unique responsible of any violation to author’s rights. 2. The reception of articles is not a guarantee that they will be published. Every article will follow an evaluation process undertaken by the Director of the publication, the Scientific and Editorial Committees, and expert evaluators (if necessary) who will have the right to reject those articles that do not fulfill the editorial policies of the publication. 3. The articles can be written in English, Spanish or French. 4. All articles must be sent to the Editorial Committee on a floppy 3 1/2, (word 6.0) or CD, an original draft and a copy. They can also be sent to the following e-mail addresses: [email protected] and fondoeditorial@funlam. edu.co. 5. The articles must be maximum 12 pages long and must be written with the following specifications: • Font: Arial. • Lettersize: 12. • Paragraph: Space and a half. • To make the designing process easier, tabs or any other special commands should not be used. 197 REVISTA ANÁLISIS, No. 8, 2011. STANDARDS POUR LA PRÉSENTATION DES ARTICLES La Revue Análisis, publication de la Fondation Universitaire Luis Amigó, FUNLAM, et du Centre de Coordination de la Recherche de la Fédération Internationale des Universités Catholiques, FIUC, a pour objectif la promotion des réflexions et des débats autour de problèmes associés à l’usage de drogues, favorisant l’analyse critique des approches et pratiques existantes, ainsi que l’élaboration de nouveaux modèles conceptuéls et la génération de nouvelles approches. Rubriques 5. Les travaux doivent être envoyés sous Microsoft Word, avec le format suivant: • Source: Arial • Taille de police: 12 • Interlignage: Un espace et demi • Ni tabulateurs, ni capitales, ni aucune autre commande spéciale ne doivent être utilisés car ceux-ci compliquent le processus de mise en page. 6. Les auteurs devront indure, outre l’article: un résumé de 250 mots máximum, mots cleef et ses données personnelles: nom complet, courriel, adresse complète, numéro de téléphone, nationalité et lieu de résidence. 7. Les textes doivent être correctement rédigés et être révisés plusieurs fois avant d’étre envoyés. Toutefois, ils seront systématiquement révisés par un correcteur de style et par la personne chargée de la mise en page, qui pourront procéder aux corrections nécessaires, non sans en respecter le sens du contenu. 8. aVLes travaux ne doivent pas comporter plus de cinq illustrations sous forme de tableaux, graphiques, figures, schémas ou photographies, chacune devant être dûment numérotée et accompagnée d’un titre ou d’une légende brève mais suffisamment explicative, de façon à être comprise sans avoir à se référer au texte, même s’il doit obligatoirement y être fait référence. 9. Dans le cas òu l’article contient du matériel graphique, l’auteur devra l’envoyer séparément et ce matériel devra remplir les spécifications de qualité et de format détaillées ci-après. Éditorial Contexte: Les articles publiés dans Contente présentent une information complète, pertinente et actualisée sur le thème de la publication. Avant-première: Dans ces pages, les lecteurs pourront trouver des projets de recherche en cours ou déjà achevés. Forum-Débat: On y trouve des opinions, des notes historiques, des tensions théoriques, des articles à controverse et des sujets sur la consommation des drogues. Publications d’intérêt: Les révisions de publications pouvant apporter une information importante, aux professionnels comme aux autres intéressés, sur les problèmes associés à la consommation de drogue, auront une espace dans ces pages. Apports du Web: Ces lignes sont utilisées pour publier et commenter certains sites Internet contenant des informations importantes sur les drogues. Recommandations pour les collaborateurs • Original bien imprimé, format lettre. 1. Les articles doivent être originaux et inconnus. Il est de la responsabilité exclusive de l’auteur qu’il en soit ainsi et luí seul sera responsable de toute violation aux droits d’auteur. • Si elle doit étre fourni sur support numérique, l’image doit étre envoyée sur CD, en HAUTE résolution, extension .jpg, sous Photoshop ou Corel. 2. La réception d’articles ne garantit pas leur publication. Tout article passera par un processus d’évaluation de la part de la direction de la Revue, du Comité Editorial et du Comité Scientifique, lesquels se .réservent le droit de rejeter ces articles s’ils ñe s’ajustent pas aux politiques éditoriales de la Revue. • A direction de la Revue évaluera la pertinence des images fournies par les auteurs et, dans le cas òu elle considère qu’ils n’y sont pas adaptes, elle pourra en choisir d’autres plus appropriées ou décider de ne pas illustrer l’article concerné. 3. La publication des articles n’implique pas que les Comités Scientifique et Editorial et les organismes d’édition approuvent leur contenu. Les auteurs seront les, responsables directs des idées, des jugements, opinions, avis et matériel qui y sont exposés. 4. Les articles doivent être des envoyés au Comité Editorial deia Revue sur support magnétique (disquette ou CD), en joignant l’original et la copie imprimes, ou aucourriel suivant gcastano@ funlam.edu.co, avec copie à [email protected]. 198 10. La Revue n’assume aucune responsabilité par les dommages éventuels subis lors de l’envoi ou pour la perte du matériel. En outre, elle ne correspondra plus avec les auteurs des articles qui ne sont pas acceptés et ceux-ci ne leur seront pas restitués. Par conséquent, il est important que l’auteur conserve-toujours une copie de son article. 11. Quant aux références en bas de page et à la bibliographie, celles-ci devront remplir les normes internationales de l’APA (American Psychological Association - http://www.apa.org).