Danza Contemporánea de Cuba en los Estados Unidos: volver a las

Transcripción

Danza Contemporánea de Cuba en los Estados Unidos: volver a las
Danza Contemporánea de Cuba en los Estados Unidos: volver a las raíces. Conversación con Yaday Ponc
Actualizado Martes, 27 de Diciembre de 2011 11:29
Realizada el 12 de junio de 2011 Por: Marilyn Garbey
¿Cuán difícil es organizar una gira promocional por los Estados Unidos?
Jorge Brooks: Es extremadamente difícil. Hace 52 años que se fundó la compañía y es la
primera vez que viaja a los Estados Unidos. Para poner un ejemplo, esta gira comenzó a
pensarse en 1998, y solo ahora pudo ser posible, después que concluyeron los dos mandatos
de George Bush. La ley de Ajuste Cubano es una realidad, a veces escuchamos hablar del
tema y no lo tenemos en cuenta, pero influye hasta en una gira de una compañía de danza.
Cuando se trata de presentaciones en Estados Unidos los trámites se multiplican por cinco, es
más engorroso que viajar a Europa, aunque está más lejos. Hay que preparar visados,
organizar repertorio, y Estados Unidos pide hasta datos de carácter personal. Los promotores
norteamericanos vinieron en repetidas veces a Cuba desde el 2009 hasta ahora, se
comprometieron mucho porque tenían gran interés en que Danza Contemporánea de Cuba
fuera a los Estados Unidos. Les pregunté por qué tanto interés, más allá del reconocimiento
que tiene la compañía en los escenarios internacionales, que desgraciadamente no ha
encontrado repercusión en Cuba. Hay que decir que es, ahora mismo, una de las grandes
agrupaciones del mundo, con bailarines fabulosos que sorprenden a todos los auditorios. Me
respondieron que los impulsaba la calidad de la compañía y el deseo de darle a conocer al
público norteamericano la herencia de la danza moderna norteamericana en Cuba. Querían
que vieran cómo, partiendo de Grahanm, de Humprhey y Limón, gracias a la lucidez de Ramiro
Guerra, desarrollamos una técnica de danza moderna cubana, teniendo como base la técnica
de danza norteamericana. Ese es uno de los motivos por el que seleccionan Súlkary, la obra de
Eduardo Rivero, es la única pieza del repertorio donde se revela la influencia de la danza
norteamericana.
¿Quiénes eran los interesados en que Danza Contemporánea de Cuba se presentara en los
Estados Unidos?
El Gobierno de ese país no tiene nada que ver con la cultura, no la subvenciona. El Joyce
Theater estaba muy interesado, es un espacio donde se validan propuestas de todo el mundo.
Si el Joyce Theater te abre las puertas te catapulta a los primeros planos. Ya hemos abierto
puertas en Europa, pero llegar al Joyce Theater es un espaldarazo para la compañía. Mucha
gente del mundo de la cultura y de la educación pusieron su esfuerzo para llevar a la compañía
a Estados Unidos. Por ejemplo, el gran bailarín Mijaíl Barynishkov dijo al canal 13 el día antes
de nuestra llegada que si querían ver bailar danza moderna que fueran a ver a Danza
Contemporánea de Cuba, que era la compañía que mejor defendía esa técnica en el mundo.
La Fundación Brothers Rockefeller, el Window Project, el Miami Light, entre otros contribuyeron
1/3
Danza Contemporánea de Cuba en los Estados Unidos: volver a las raíces. Conversación con Yaday Ponc
Actualizado Martes, 27 de Diciembre de 2011 11:29
en este empeño. Tras estas instituciones había muchos cubanos, interesados en promover el
intercambio entre Cuba y Estados Unidos, interesados en encontrarse con sus raíces, gente
que aman a Cuba. Nos dieron mucho apoyo y mucha promoción. El día del debut todos, los de
aquí y los de allá, nos sentimos muy orgullosos porque fue un suceso.
¿Qué presentó Danza Contemporánea de Cuba al público norteamericano?
Yaday Ponce: Presentamos un programa muy variado, creo que fue lo mejor que pudo hacer
la compañía, para que el público norteamericano vieran todo lo que podemos hacer. Trabajar
con diferentes coreógrafos, bailar diversos estilos nos preparó para bailar toda la danza, y el
público pudo apreciarlo con las obras que llevamos. Fue una gran responsabilidad bailar
Súlkary, de Eduardo Rivero, que llegaba a sus 40 años de estrenada y generó mucha
expectativa. Sabíamos que sobre nuestros hombros estaba la responsabilidad de bailar bien,
con las otras obras también, pero era especial con Súlkary, por su permanencia en el repertorio
de la compañía. Hicimos Demo-n/Crazy, del catalán Rafael Bonachela; Horizonte, del
cubanoamericano Pedro Ruiz; Casi casa, del sueco Mats Ek; y Mambo 3XXI, del cubano
George Céspedes.
¿Cómo reaccionó el público ante Mambo 3XXI?
Yaday Ponce: Creo que lo que llama la atención de la obra es la defensa de la identidad
cubana, esa manera de mirar el mambo desde este siglo. La energía que sale del mambo
conquistó al público. Nos dijeron que Súlkary es una obra atemporal, que podía ponerse en
cualquier lugar del mundo. Con el Mambo 3XXI el público se puso de pie a aplaudir.
¿Qué fue lo más importante para la compañía y para ti durante el viaje a los Estados
Unidos?
Joel Suárez: Creo que fue un logro para Danza Contemporánea de Cuba presentarse en los
Estados Unidos, acceder a esa plaza cultural y hacerlo de la manera en que lo hicimos es
extraordinario. Habíamos conquistado Europa y Australia, pero nos faltaban los Estados
Unidos. Llegar allí y hacerlo bien fue importante. En lo personal, me reencontré con algunos
amigos.
Me gustaría que compartieran alguna anécdota ocurrida en Estados Unidos...
Joel Suárez: Lo más difícil es pasar de una obra a la otra, y luego a la otra, sobre todo
después de un mes de gira. A nosotros lo que más nos gusta es bailar, pero en esos
momentos no te dan ganas de continuar, y cuando sabes que vas a terminar entonces te pones
triste porque se acaba el programa.
2/3
Danza Contemporánea de Cuba en los Estados Unidos: volver a las raíces. Conversación con Yaday Ponc
Actualizado Martes, 27 de Diciembre de 2011 11:29
Jorge Brooks: Lo más difícil fue trabajar con Mariko, la japonesa asistente de Mats Ek, que era
un azote. Ella tiene un sistema de trabajo al que no estamos acostumbrados. Nosotros
ensayamos, estrenamos, se hacen rectificaciones. Mariko es la precisión hecha persona, hace
rectificaciones apenas concluye la función, antes que comience, en el baño, en los camerinos,
en el restaurante, en el pasillo.
Yaday Ponce: A veces era agobiante, Edson decía que era como un ninja tirando estrellitas al
escenario, pero nos ayudó mucho. A veces nosotros dejamos mucho margen a la
improvisación, un poco de disciplina no viene mal, pero lo de ella era excesivo. El trabajo con
Mats Ek nos marcó por la limpieza de la obra, por la disciplina que exigían.
¿Cómo se organizaba el trabajo en los Estados Unidos?
Joel Suárez: Como siempre. Una clase, calentamiento, ensayos. Cuando llegábamos a un
lugar es un poco más complicado porque exige más trabajo al tener que conocer el espacio
donde vamos a actuar. Cuando nos aclimatamos en el lugar es más fácil.
Jorge Brooks: En esta gira impartimos clases e hicimos talleres demostrativos a profesionales y
alumnos de danza. Por ejemplo en Virginia. Llegamos un día a las diez de la noche, y a la
mañana siguiente hicimos una función para una escuela católica con niños entre 9 y 14 años, y
hubo que hacer cambios sobre la marcha. Todo el programa de la gira estuvo asociado a
temas educacionales, porque esa una de las vías que tienen los teatros para obtener fondos
para invitar a grandes compañías, así pueden lograr fondos del Estado.
¿Cuál fue el criterio para seleccionar el programa?
Nosotros enviamos los videos con las obras del repertorio y dejamos que eligieran lo que les
interesaba. Tratamos de que vean todas las potencialidades de la compañía, que las obras no
se asemejen entre sí. ES difícil para los bailarines porque en una noche hacen tres estilos
diferentes, pero es la forma que tiene la compañía de impresionar al público, somos de las
pocas compañías del mundo que pueden hacer varios estilos en una misma noche. Todo el ve
Súlkary la solicita, parece que se estrenó ayer. Mambo 3XXI y Demo-n/Crazy han recibido
elogios en todo el mundo. Horizontes fue la última pieza que entró al programa. El coreógrafo
Pedro Ruiz es un cubano americano que fue durante 21 años, primer bailarín del Ballet
Hispánico de Nueva Cork, conoce muy bien al público norteamericano, su obra fue como un
reencuentro con sus raíces y funcionó muy bien. En el programa fluían todas las energías de
las diferentes piezas.
3/3

Documentos relacionados