DR. GERMÁN C. ESPARZA GÓMEZ
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DR. GERMÁN C. ESPARZA GÓMEZ
imágenes de medicina oral CasoClínicoXXVI DR. GERMÁN C. ESPARZA GÓMEZ Médico estomatólogo. Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor titular de Medicina Bucal. Departamento de Medicina y Cirugía Bucofacial. Facultad de Odontología. Universidad Complutense de Madrid. [email protected] Descripción del caso Una mujer de 37 años refiere que su dentista le extrajo el segundo premolar superior izquierdo (que al parecer estaba fracturado) y a los dos días empezó a sentir dolor intenso e hinchazón en el paladar en la zona próxima a la extracción. La paciente relata que nunca ha tenido un episodio similar. Carece de antecedentes dignos de mención. En la exploración se observa la presencia de una sutura en torno al alveolo del diente 25. En la zona de la fibromucosa palatina, que abarca de los dientes 24 al 26, se aprecia la presencia de numerosas erosiones, de tamaño milimétrico, algunas de las cuales coalescen hasta formar erosiones algo mayores y que, en menor número, se extienden hacia el centro del paladar y hacia la zona vestibular. Todas se encuentran rodeadas de un halo eritematoso y resultan muy dolorosas en la exploración. MaxillariS Marzo 2007 113 imágenes de medicina oral Diagnóstico clínico: Herpes recurrente intraoral Comentarios 114 Las recurrencias de la infección por el virus del herpes simple (VHS) se producen con mayor frecuencia en el borde bermellón del labio y la piel de la zona perioral, como ya se presentó en el Caso Clínico XX (MAXILLARIS, septiembre 2006, págs. 43-44). Pero las recurrencias también pueden afectar, más raramente, a la mucosa oral. En los pacientes inmunocompetentes la afectación suele estar limitada casi siempre a la mucosa queratinizada que recubre el hueso: encía queratinizada y paladar duro. Desde el punto de vista clínico, las lesiones comienzan con la aparición de pequeñas vesículas, de 1 a 3 mm de diámetro, dolorosas, que rápidamente van coalesciendo hasta agruparse formando una zona ulcerada. La curación suele tener lugar en un periodo de 7 a 10 días sin dejar cicatriz y sin formarse costras. Generalmente, se acompañan de una sintomatología menos acusada que en la primoinfección herpética, no suelen tener fase prodrómica y tampoco suelen asociarse con manifestaciones generales. No obstante, en ocasiones el proceso puede llegar a ser muy doloroso. Las lesiones pueden precipitarse algunas veces por factores desencadenantes, entre los que destacan sobre todo los tratamientos odontológicos en los días previos a la aparición de la recurrencia. Fundamental- MaxillariS mente, los procedimientos quirúrgicos realizados en una zona determinada (exodoncias, raspajes y alisados, cirugías a colgajo, etc.) son los que suelen referirse como antecedentes de la aparición de las lesiones. El diagnóstico suele ser casi siempre clínico y rara vez son necesarias técnicas auxiliares. Sí es interesante establecer el diagnóstico diferencial con las formas herpetiformes de la estomatitis aftosa recurrente (Caso Clínico X, M AXILLARIS , junio 2005, págs. 69-70) que también presentan múltiples ulceraciones milimétricas, pero que nunca van precedidas de la aparición de vesículas y que asientan siempre sobre mucosa no queratinizada. Respecto al tratamiento, debe comentarse que en muchos pacientes la sintomatología es muy leve y no requiere terapia alguna. En pacientes inmunocompetentes se han utilizado con éxito parcial soluciones anestésicas de lidocaína al 2% y aciclovir en suspensión oral, solo o combinado con clorhexidina, aunque no existen ensayos clínicos suficientes como para recomendar una pauta determinada. El empleo de aciclovir sistémico tampoco parece justificado en pacientes con inmunidad normal. En todo caso, lo que sí parece comprobado es que la efectividad de cualquier tratamiento es mayor si se inicia en las primeras fases del proceso. En el caso de sujetos inmunocomprometidos, el aciclovir, u otros antivíricos, debe administrarse por vía oral o intravenosa. • Marzo 2007