Participación, ciudadanía y democracia: ¿hacia el tercer sistema?

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Participación, ciudadanía y democracia: ¿hacia el tercer sistema?
NOTAS Y DISCUSIONES
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-' ' J a d w i g a S t a n i s z k i s , T h e E y n a m i c . s o f t h e 1 1 M á s i n f o r m a c i ó n d e i n t e r é s s o b r e l a i d e a d e
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Participación, ciudadanía y democracia: ¿hacia e1 tercer sistema?
ROBERTO R. GUERRA Universidad de La Laguna
L a h e g e m o n í a d e u n a c o n c e p c i ó n d e l a d a d a n o s a a s o c i a r l a p o l í t i c a y l a d e m o p o l í t i c a , t a n c í n i c a c o m o i n s t r u m e n t a l y e f i - cracia con comportamientos y actitudes tista, unida a las insuficiencias y promesas ligadas a la corrupción, la mentira y el incumplidas de las democracias reales, ha clientelismo, sino también por fenómenos empezado a generar en las sociedades occi - como el reducido margen de participación dentales desarrolladas cierto pesimismo que permiten los sistemas democráticos sobre el futuro de la forma de gobierno imperantes, o la progresiva pérdi da de afid e m o c r á t i c o . N o d e b e s o r p r e n d e r n o s p o r l i a c i ó n d e l o s p a r t i d o s p o l í t i c o s y s u e v i tanto que junto a los acríticos festejos por dente agotamiento como instrumentos de el triunfo de la democracia liberal asista- mediación entre el ciudadano y el estado. mos desde hace algunos años a la percep- En un panorama tan preocupante, en el ción de su paradójica crisis. Buena parte que la política y la democracia parecen de la teoría política actual tiende así a mos- haberse divorciado definitivamente de la trarse profundamente preocupada no sólo participación y acción política ciudadana, por la
tendencia de amplios sectores ciu- la publicación de una obra como la de
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Tomás R. Villasante (Las democracias par- Participación y asociacionismo
ticipativas. De la participación ciudadana a
las alternativas de sociedad, Madrid, Edi- Frente a la ceguera de quienes ven en los
ciones HOAC, 1995) constituye un a l e n - p a r t i d o s , l a s e l e c c i o n e s y l o s r e p r e s e n t a n t e s
tador intento de poner de relieve que en políticos los únicos cauces de participación,
el interior de las democracias liberales de legitimidad y de iniciativa, Villasante
actuales existen ya ciertas experiencias, nos propone volver la mirada hacia el cam
m.étodos y prácticas de participación que, po de potencialidades que ofrecen las for
o pesar de sus problemas y carácter mino- mas alternativas de participación y orga
ritario, mucho pueden aportar a la h o r a n i z a c i ó n s o c i a l p r o p i a s d e l a m u l t i p l i c i d a d
de averiguar cómo podemos construir de movimientos y asociaciones vecinales,
democracias participativas y alternativas de juveniles, artísticas, pacifistas, étnicas,
sociedad. La obra aporta un amplio aba- feministas, culturales, ecologistas, recrea
nico de descripciones, reflexiones y suge- tivas, etcétera, presentes en las sociedades
rencias sobre las que aquí no puedo exten- democráticas actuales. En oposición a los
derme. Entre ellas destaca el esfuerzo por mínimos y rígidos cauces de participación
que brindan las democracias establecidas
mostrar, a través del análisis de diferentes (Aranguren, 1979), los movimientos socia
expericncias concretas, no sólo que la par- les y las asociaciones de ciudadanos' han
ticipación política de la ciudadanía «es sido capaces de adoptar en la práctica una
posible hoy cuando hay voluntad política amplia variedad de formas de participación
para ello», sino también que, a pesar de y acción política que desbordan abierta
los interesados discursos sobre la apatía mente las fronteras institucionales del sis
e indiferencia de los ciudadanos, «a la gen- tema político. La gran mayoría de movi
te le interesa realmente participar». Sobre- m i e n t o s y a s o c i a c i o n e s p o s e e n m o d e l o s d e
sale además cierta preocupación por organización interna que permiten una
reflexionar críticamente sobre esas mismas participación libre, cotidiana y directa de
experiencias (electorales y participativas), la ciudadanía, así como que ésta entable
sobre los métodos (planificación, descen- interacciones sencillas, personalizadas y
tralización, desburocratización) y sobre las horizontales.
prácticas (municipales). Descuella también Además la propia variedad de estos
la asunción de una perspectiva metodoló- movimientos y asociaciones ofrece la posi
gica que se niega a reducir la enorme com- bilidad de dar cauce a la multiplicidad de
plejidad y diversidad de las sociedades con- intereses ciudadanos, esto es, de abrir las
temporáneas, a simplificar las múltiples puertas a las diferencias inherentes a la
asociaciones, movimientos e iniciativas que riqueza y diversidad de la propia sociedad.
A l m i s m o t i e m p o , s u n o -g u b e r n a m e n t a l i
realmente la dinamizan. En suma, una dad e independencia del poder estatal (al
perspectiva la suya que tiene bien presente menos en teoría) las constituye en insti
tanto la riqueza y las potencialidades de tuciones autónomas capaces de actuar
la vida asociativa como la constatación de como «escuelas de democracia» en las que
q u e m á s q u e u n i f o r m e s l o s c a m i n o s d e m o - el autodesarrollo individual, la autodeter
cráticos son plurales. Por contra, se adivina minación cívica y el espíritu crítico son ele
cierta alergia a la teorización, motivada tal mentos centrales de su devenir. Finalmen
vez por una comprensible, desconfianza te, su carácter de asociaciones «sin ánimo
hacia la complacencia academicista que de lucro» hace posible otra manera de
con frecuencia nos rodea. entender y ejercer la participación política,
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NOTAS Y DISCUSIONES
es decir, una forma de participación no laba Tocqueville (1835) y como reconocie
centrada en la persecución de intereses pri- ron hace algunas décadas G. Almond y
vados o corporativos sino, por el contrario, S. Verba (1963, 265)-u n d e c i s i v o r o l d e n
en la autoorganización y puesta en marcha tro de la cultura política democrática en
de iniciativas locales que afectan a la glo- tanto que es bastante probable que el indi
balidad de la sociedad. El asociacionismo viduo asociado tienda «a considerarse más
ciudadano y sus redes de acción constituye competente como ciudadano, a ser un par
así para Villasante un tercer sector o tercer ticipante más activo en la política, a cono
sistema 2 que puede actuar como comple- cer y preocuparse más de los asuntos polí
mento crítico frente a los sistemas del esta- ticos. Está, por consiguiente, más cerca del
do y la economía. Pero es también un espa- modelo ideal de ciudadano democrático».
cio de potencialidades donde los movimien- La virtud del asociacionismo estaría
tos y asociaciones pueden dar rienda suelta constituida por el hecho de que permite
a sus propósitos y proyectos para el ensayo imaginar en términos no contractual istas
de nuevas experiencias económicas, polí- el surgimiento espontáneo de relaciones
ticas y culturales. Una tierra donde, según libres de dominación (J. Habermas, 1993,
se nos dice, se están incubando diferentes 47). De esta manera, « ya no será necesario
experiencias de control democrático, de concebir a la sociedad libre de dominación
economías sociales y de «movidas» cultu- como un orden instrumental y, por ende,
rales, que se han de ir generalizando, que prepolítico, que se establece por contratos;
h a n d e e n f r e n t a r s e c o n l a l ó g i c a d o m i n a n t e e s d e c i r , p o r a c u e r d o s i n t e r e s a d o s entre
de la tecnoestructura corporativa, y que particulares que actúan impulsados por la
por lo tanto no lo tienen nada fácil (276). búsqueda de su propio éxito. Una socie
dad integrada por asociaciones en lugar
de mercados representaría -s e g ú n i n d i c a
Plu r a l i s m o e m a n c i p a t o r i o J . H a b e r m a s - u n o r d e n q u e , p e s e a s e r
y asociacionismo crítico político, estaría exento de dominación».
Es cierto, como muchos reconocen, que
Las sugerencias de Villasante entroncan el proyecto de una sociedad integrada por
abiertamen t e c o n l a s r e c i e n t e s r e f l e x i o n e s u n a s e r i e d e r e d e s h o r i z o n t a l e s d e a s o c i a
sobre el pluralismo emancipatorio desde C. ciones voluntarias' tropieza hoy día con
B. Macpherson (1977 y 1985) a J.R. Cape- m u l t i t u d d e o b s t á c u l o s . E n t r e e l l o s d e s c u e
lla (1993) o s o b r e e l a s o c i a c i o n i s m o c r í t i c o l l a n a q u e l l o s q u e J . H a b e r m a s c o n s i d e r a
desde J. Keane (1988) a M. Walzer (1991), derivados de las necesidades de dirección
como posibles vías de salida a la parálisis y organización de las sociedades modernas.
y problemas de las democracias represen- Porque no podemos ignorar el escaso peso
tativas de final de siglo. Se trata, desde que el sistema político actual asigna a estas
unas y otras perspectivas, de volver la vista asociaciones, ni tampoco sus realmente
hacia el vasto ámbito social constituido por reducidas capacidades de presión e
las redes horizontales de asociación y influencia sobre la toma de decisiones polí
acción en las que los ciudadanos pueden ticas y económicas. Sin embargo, no por
ejercer y desarrollar a c t i v a m e n t e s u s e l l o d e j a n d e r e p r e s e n t a r u n r e t o a l o r d e n
potencialidades individuales, sus plurales político establecido (R. J. Dalton y M.
concepciones de la vida buena y sus alter- Kucchlcr, 1990). En especial debido a que
n a t i v a s d e s o c i e d a d . E s t a s a s o c i a c i o n e s -d i c h o d e n u e v o e n p a l a b r a s d e J . H a b e r
voluntarias, a pesar de sus diversos inte- m a s - tales asociaciones no sólo pueden
r e s e s y f i n e s , d e s e m p e ñ a n -c o m o y a s e ñ a - c o l a b o r a r d e f o r m a d e c i s i v a e n l a f o r m a
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ción autónoma y discursiva de la opinión el autodesarrollo individual y la acción
y la voluntad pública (1993, 51 y ss.). Pue- deliberada, democrática y solidaria en el
den también, a través de la deliberación devenir colectivo.
pública y la acción política, difundir con
vicciones prácticas, poner de relieve asun
tos importantes para la sociedad, aportar Sociedad civil y tercer sistema
posibles soluciones a los problemas socia
les, descubrir valores, generar buenas razo- La importancia de los movimientos socia
nes, modificar actitudes, etcétera, que sur- les y del asociacionismo para la construc
tan efectos, al menos a medio plazo, sobre ción de sociedades más democráticas no
el poder político establecido. ha pasado, ni mucho menos, desapercibida
R e p e n s a r l a d e m o c r a c i a d e s d e e l p l u - para la teoría política actual. Existe ya una
ralismo emancipatorio y el asociacionismo amplia y conocida bibliografía al respecto
c r í t i c o p o d r í a n s u p o n e r a s í l a p o s i b i l i d a d q u e n o p a r e c e n e c e s a r i o m e n c i o n ar aquí.
tanto de avanzar hacia modelos participa- Lo que pretendo en lo que sigue es más
tivos de democracia como de recuperar bien relacionar las sugerencias de Villa
una ciudadanía activa atenta al estado y sante sobre los movimientos sociales y el
la acción gubernamental, pero comprome- asociacionismo ciudadano con algunos
tida también con múltiples asociaciones intentos de recuperar y redefinir la noción
de sociedad civil. De hecho, a pesar de
capaces de actuar de manera autónoma y sus reticencias hacia dicha noción, com
solidaria. Una ciudadanía que, a pesar de parte preocupaciones comunes con algu
que a menudo se abstenga de afiliarse a nos de los autores de esos intentos.
uno u otro partido político, participa de La redefinición de la sociedad civil cons
hecho en movimientos y asociaciones cuya tituye, para buena parte de la teoría polí
actividad tiene claras repercusiones sobre tica reciente, una posible vía de solución
la opinión pública y la toma de decisiones a las crecientes patologías de las sociedades
gubernamentales, además de ser capaz occidentales (desarrollismo económico,
-c o m o a d u c e V i l l a s a n t e - d e p r o m o v e r c o n t a m i n a c i ó n a m b i e n t a l , r a c i s m o , d r o g a
valores y modelos alternativos de sociedad. dicción, etcétera). Tal perspectiva parece
Desd e e s t a p e r s p e c t i v a , e l a s o c i a c i o n i s - o r i e n t a d a p o r l a c o n s t a t a c i ó n d e q u e l o s
mo no significaría, ni mucho menos, un acuciantes problemas sociales menciona
abandono de la política '. Sería, por el con- d o s n o p u e d e n e n c o n t r a r u n a s o l u c i ó n a d e
trario, una d e c i s i v a c o n t r i b u c i ó n a l i n t e n t o c u a d a s i n u n a p a r t i c i p a c i ó n r e s p o n s a b l e y
d e a l c a n z a r m o d e l o s m á s p l u r a l e s y s a t i s - Solidaria de la ciudadanía. Pero también
factorios de democracia en tanto que pro- por la necesidad de encontrar, ante la sole
porcionarí a o t r a s f o r m a s y c a u c e s d e p a r - d a d d e l c i u d a d a n o f r e n t e a l e s t a d o y l a
ticipación, incorporando nuevos sujetos del creciente burocratizacióny oligarquización
de las gigantescas organizaciones políticas
quehacer político y nuevos ámbitos e ins- y económicas que nos rodean, un espacio
tituciones democráticas en las cuales una de asociación y una trama de relaciones
participación política más plena de los ciu- humanas sin coerción en la que los ciu
dadanos podría ser posible. Es más, pro- dadanos, si así lo desean, pueden participar
porcionaría tal vez una nueva forma de en condiciones de libertad (M. Walzer,
h a c e r p o l í t i c a q u e , a l e j a d a d e l c i n i s m o , i n s - 1991, 31). El objetivo es, en suma, fomentar
trumentalismo y elitismo políticos impe- una mayor participación política de la ciu
rantes, estaría mucho más preocupada por dadanía y alcanzar un ámbito de relaciones
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NOTAS Y DISCUSIONES
humanas en el que sea posible recuperar daridad y la fraternidad entre individuos
la sociabilidad perdida en unas sociedades y colectivos, así como la revitalización de
dominadas por relaciones sociales profun- una vida asociativa y activa en condiciones
damente jerarquizadas y anónimas. La de libertad e igualdad.
sociedad civil es reconceptualizada así Es por todo esto por lo que la pretensión
como parte destacada de la vertiente de buena parte de estos esfuerzos de revi
n o -i n s t i t u c i o n a l d e e s e á m b i t o p ú b l i c o 5 e n t a l i z a c i ó n d e l a s o c i e d a d c i v i l q u i z á p u e d a n
el que los ciudadanos expresan, discuten ser resumidos como un intento de asumir
y actualizan diferentes versiones del interés la rousseaniana aspiración de «aproximar
público (V. Pérez-Díaz, 1993, 80). Deno- c u a n t o p o d a m o s a l h o m b r e y a l c i u d a d a n o ,
taría, pues, una esfera de acción política cuyo soporte es siempre el individuo, pero
que, pese a su carácter contradictorio 6, cuidando de invertir el sentido de dicha
incluiría a aquellas prácticas de comuni- aproximación [] puesto que el objetivo
cación, rituales discursivos y tribunas públi- a perseguir no sería ya estatalizar a la socie
cas, en que actores colectivos disputan dad civil sino, por así decirlo, sociocivilizar
sobre la unidad y futuro de la sociedad al Estado» (J. Muguerza, 1995, 19 y ss_).
(H. Dubiel, 1994, 118). Designaría además Las sugerencias esbozadas mucho tie
una esfera pública autónoma que consti- nen en común con la perspectiva de Villa
tuiría una precondición para la praxis de sante. Sin embargo, éste no duda en señalar
la autodeterminación cívica y que podría que muchos «toman "sociedad" en un sen
generar un poder comunicativo capaz de tido tan amplio que les cabe todo con tal
ejercer cierto grado de control e i n f l u e n c i a d e q u e s e a c o n t r a e l E s t a d o » . Y n o l e f a l t a n
sobre el poder administrativo (J. Habermas, razones para apuntarlo, pues incluso algu
1994, 2 y 9; cf. también 1993). La sociedad nas de las concepciones de la sociedad civil
civil es pensada pues como un ámbito des- más alejadas de las pretensiones neolibe
de el cual los individuos pueden alcanzar rales de «retorno al mercado» la definen
tanto un amplio grado de influencia sobre como una esfera no estatal que incluye uni
la opinión pública como cierto control y dades productivas y domésticas, a la vez
presión política sobre la actividad estatal que organizaciones de ayuda mutua y ser
o gubernamental. Actuaría así como «una vicios comunitarios privatizados (J. Keane,
e s p i n a c l a v a d a p e r m a n e n t e m e n t e en el 1988, 33). El problema radicaría en que
flanco del poder político» (J. Keane, 1988, tales concepciones de la sociedad civil son
35) y, en esa misma medida aunque no demasiado inclusivas en cierto sentido y,
sin dificultades e insuficiencias, como cons- por ende, excluyentes en otro. Esto es:
tante desafío al poder del estado, sus ins- designan un marco social de referencia
tituciones y representantes, para las actividades de los movimientos
Pero, al mismo tiempo, la sociedad civil, sociales y las asociaciones ciudadanas
en tanto que conjunto de asociaciones ciu- mediante una noción que incluye también
dadanas, es concebida también como un a todas aquellas asociaciones y grupos de
dominio en el que se dan « solidaridades presión que siendo completamente inde
concretas y auténticas» (M. Walzer, 1991, pendientes del estado, en modo alguno lo
34), esto es, como un marco social en el son de la economía. «Sociedad civil» es
que una multitud de personas se asocian, la noción que, designando una esfera social
comunican, solidarizan y ayudan efectiva- de la que forman parte los movimientos
mente entre sí. Constituye de esta forma y asociaciones de carácter alternativo, tam
una esfera de relaciones humanas en la bién incluye a todas aquellas organizacio
que sería posible la cooperación, la sofi- nes o grupos económicos y de lucro que
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no poseen formas participativas de demo- das en el valor de uso frente al valor de
cracia ni están dispuestos a cuestionar los cambio; políticamente las legitimidades
valores egoístas imperantes. La red de aso- democráticas se están replanteando y
ciaciones ciudadanas no sería así, al menos empieza a haber experiencias de democra
en su totalidad, independiente de las exi- cias participativas; culturalmente son otros
gencias del sistema económico y de la los valores antipatriarcales, pacifistas, eco
racionalidad instrumental que le es propia. logistas, solidarios que cultivan los nuevos
Una tan amplia inclusión termina por favo- movimientos sociales» (289). Así las cosas,
recer el principio desigualitarista de exclu- frente la supuesta asepsia de ciertos usos
sión contra el que apuntan todas las expe- de la noción de sociedad civil, la idea de
riencias presentadas y analizadas por Villa- «tercer sistema» incorporaría los aspectos
sante. de la crítica política, económica, cultural
Son éstas l a s r a z o n e s b á s i c a s p o r l a s q u e y é t i c a q u e c i e r t o a s o c i a c i o n i s m o c i u d a
el autor de Las democracias parlicipativas dano está realizando ya frente al modelo
sugiere modificar nuestro esquema con- de sociedad en que nos encontramos
ceptual y adoptar la noción de «tercer sis- inmersos.
tema», como sistema del Ciudadano que Sin embargo, tampoco la débil concep
se opone al sistema del Príncipe (estatal) tualización que propone Villasante está
y a l s i s t e m a d e l M e r c a d e r ( e c o n ó m i c o ) . e x e n t a d e p r o b l e m a s . E n s u acierto parece
Con ella quiere designar un espacio social estar su insuficiencia. Sin ir más lejos la
en el que se desarrolla la actividad de movi- propia de idea de «sistema» puede indicar
mientos, asociaciones y redes de acción que existe cierta homogeneidad y cohesión
s o c i a l d e c a r á c t e r v o l u n t a r i o , n o -l u c r a t i v o ( q u e r e a l m e n t e n o e x i s t e ) e n t r e l a m u l
y n o -gubernamental. Porque la idea de ter- t i p l i c i d a d d e m o v i m i e n t o s s o c i a l e s y a s o
c e r s i s t e m a -t a l c o m o a d u c e V i l l a s a n t e - c i a c i o n e s c i u d a d a n a s d e p e r f i l crítico. Con
pretende designar un campo social espe- ello se corre el doble riesgo de no atender
cífico: un espacio, el de la ciudadanía, que a la realidad del movimiento asociativo y
apunta « a un profundo cambio de valores», de anular una de sus más enriquecedoras
que propone «un método democrático ins- cualidades: su pluralidad y diversidad de
tituyente», y que mira por tanto «hacia formas, objetivos, etcétera. Por otro lado,
u n a s " a l t e r n a t i v a s d e s o c i e d a d " , h a c i a u n p a r e c e s u g e r i r q u e e x i s t e c i e r t a h e t e roge
cambio civilizatorio». Y es que el principal neidad e incongruencia entre el «tercer sis
valor de las experiencias ciudadanas explo- tema» y el «primer» y «segundo» sistemas,
radas quizá resida en que, en las prácticas que son los que conformarían la «sociedad
y métodos que han puesto en marcha, ya burguesa» que está en el origen de la idea
se estén dando pequeños pero importantes de «sociedad civil» ahora repensada. Se
pasos en pro de ese «cambio civilizatorio». postula así una dualización (en realidad
En tal sentido no puede dejar de recono- una tripartición) del sistema social que
c e r s e q u e f r a c c i o n a d a m e n t e v a n a p a r e c i e n - resulta trivial por su apriorismo. Llama
do «alternativas de sociedad», en aquellas solución alternativa al problema estándar.
grietas que se le escapan al actual sistema, A pesar de todo la construcción de una
sumido como está en diversas crisis que sociedad participativa y plural, de una
se entrecruzan (económica, ecológica, sociedad de ciudadanos activos sin relacio
demográfica, de valores, etcétera), como nes de dominación u opresión y de una
sugiere Villasante con un lenguaje que esfera de relaciones interpersonales solida
recuerda a Foucault. En concreto: «Eco- r i a s d e t i p o c o m u n i t a r i o p u e d e s e g u i r c o n s
nómicamente se inician experiencias basa- tituyendo un ideal que, a pesar de su carác
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NOTAS Y DISCUSIONES
ter utópico, es capaz de orientar nuestra
acción política real, precisamente por su REFERENCIAS
carácter pragmático. En tal sentido con
viene tener presente la importancia que A'MOND, G., y VERBA, S. (1963): The Civic
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en los pequeños detalles» (M. Walzer, DUBIEL, H. (1994): «Metamorfosis de la
1991, 39). En todo caso, tanto éste como sociedad civil. Autolimitación y moder
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ticinco siglos de historia. Pero también lar como procedimiento. Un concepto
hacia otras concepciones alternativas de la normativo de lo público», en HERRERA,
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168 ISEGORÍA/13 (1996)
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NOTAS
' I m p o r t a d e s t a c a r a q u í q u e l a s a s o c i a c i o n e s « s e : ' E l a s o c i a c i o n i s m o c í v i c o -c o m e n t a n , q u i z á c o n
distinguen de las organizaciones formales por el hecho excesivo entusiasmo, S. Giner y S. Sarasa (1995, 96)
de que la finalidad de la asociación aún no se ha inde- «satisface los requisitos más estrictos de una ciudadanía
pendizado funcionalmente de las orientaciones valo- activa. Articula e integra a los ciudadanos dentro del
rativas y de los objetivos de los miembros asociados» cuerpo político por medios muy distintos a los de la
(J. Habermas, 1993, 47). urna electoral, la manif e s t a c i ó n e n l a p l a z a p ú b l i c a y
2 Para una mayor información acerca de la com- los ruegos a los gobernantes. No existen hoy mejor
posicion del «tercer sector», así como sobre sus rela- expresión de la ciudadanía genuina que la participación
ciones con el sector estatal y el sector económico, cfr., voluntaria de las gentes en el reino de lo público por
entre otros, R. M. Kramer (1981); U. Ascoli (1987);
M. Nerfin (1988 y 1994); J. Cohen y J. Rogcrs (1992); media de la acción social altruista».
B. Gidron, R. M. Kramer y L. M. Salamon (1992); S. 5 Concibo aquí ese espacio o ámbito de «lo públi
Kuhnle y P. Selle (1992). co» como «un continuo que abarcaría por este orden
Redes -c o m o s e ñ a l a n J . R i e c h m a n n v F . F e r - l a s o c i e d a d c i v i l n o -i n s t i t u c i o n a l i z a d a , l a s i n s t i t u c i o n e s
nández Buey (1994, 14)- « d o n d e c o o p e r a n p e r s o n a s J u r í d i c o -a d m i n i s t r a t i v a s y l a p o l í t i c a i n s t i t u c i o n a l p r o
e n u n a l u c h a d e s i g u a l p o r l a s u p e r v i v e n c i a y l a e m a n - píamente dicha» (J. Muguerza, 1995, 17).
c i p a c i ó n . R e d e s , p o r t a n t o , q u e n o s i r v e n p a ra apresar, ° Contradictorio porque en ella coexisten y com
s i n o q u e i n t e n t a n -d e s d e l a m í n i m a , d e s e s p e r a d a , r e s i - p i t e n m ú l t i p l e s g r u p o s , e n o c a s i o n e s d e c a r á c t e r c e r r a
dual esperanza aún posible en nuestro sombrío final do, con intereses, necesidades y fines frecuentemente
d e s i g l o - a b r i r u n a p e r s p e c t i v a d e l i b e r t a d y j u s t i c i a o p u e s t o s . P e r o c o n t r a d i c t o r i o t a m b i é n p o r q u e --c o m o
en este sombrío final de siglo». señala J. Keane (1988, 33)- « la sociedad civil no posee
ISEGORÍA/13 (1996) 169
NOTAS Y DISCUSIONES
una inocencia natural». En ella se dan relaciones de ' Para una introducción a esta particular y comopresión sexual, explotación laboral, discriminación pleja problemática tienen especial interés algunos traé t n i c a , e t c é t e r a . b a j o s d e P. RÓdena6 (1991 y 1994).
Isonomía, Isegoría, Isomoiría ~` y democracia a escala global
PHILIP RESNICK Universidad de British Columbia
Desde la antigüedad hasta nuestros descentralizado en la Unión Soviética mis
días, virtualmente todos los defensores ma, en donde se producía una creciente
a ultranza de la democracia y del separación entre el Estado y el partido,
gobierno republicano han subrayado el centro y las repúblicas de la unión, la
de manera enfática cómo las desigual
dades económicas amenazan la demo- sociedad civil y el estado, que se acabarían
cracia. por convertir en norma. Desde Polonia
Robert Dahi 1 hasta Bulgaria se producía, a finales de la
década de los ochenta, un aceleramiento
Uno de los procesos más sorprendentes de de la historia con el hundimiento de la
f i n a l e s d e l s i g l o x x e s l a t e n d e n c i a h a c i a m a ñ a n a a l a n o c h e d e l m o d e l o m a r x i s t a -l e
la globalización de la democracia. En Lati- ninista. La victoria del movimiento Soli
noamérica, la transición de autoritarismo daridad en Polonia, l a c a í d a d e l m u r o d e
a democracia dominó la política durante Berlín y la subsecuente unificación de las
la década de los ochenta y trajo consigo dos Alemanias, la Revolución de Tercio
l a r e s t a u r a c i ó n d e r e g í m e n e s d e m o c r á t i c o s p e l o c h e c o s l o v a c a , l a a d h e s i ó n de Hungría
a lo largo de todo el cono sur, así como a la economía de mercado, el violento
una mayor democratización de la vida polí- derrocamiento de Ceaucescu, la significa
tica en Centroamérica y México z. Desde tiva erosión del apoyo al comunismo en
1985, con la ascensión de Mijail Gorbachov Bulgaria, Yugoslavia y (ironía de ironías)
a la posición de Secretario General del Par- e n l a e s t a l i n i s t a A l b a n i a , t o d o e s t o s i g n i
tido Comunista de la Unión Soviética, los ficaba el comienzo de un nuevo capítulo
términos glasnost y perestroika se convir- en esa parte del mundo.
tieron en los emblemas de una fase nueva, Tanto en el sureste asiático como en
más democrática, en la Unión Soviética y, el sur de Asia se han producido avances,
por añadidura, en toda Europ a d e l E s t e 3 . a u n q u e f r á g i l e s , h a c i a l a d e m o c r a t i z a c i ó n :
E l m o d e l o m a r x i s t a -leninista de partido de en países como Corea del Sur, Taiwan y
v a n g u a r d i a y d e s i s t e m a d e p a r t i d o -E s t a d o F i l i p i n a s , a s í c o m o e n P a k i s t á n , N e p a l y
centralizado, comenzó a dejar paso a algo Bangladesh. Si bien estos avances hacia la
substancialmente más abierto, pluralista y democracia se han visto acompañados,
* Traducción de Elvira Barroso. Una primera versión del presente trabajo fue publicada por Praxis
Internalional.
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