Participación, ciudadanía y democracia: ¿hacia el tercer sistema?
Transcripción
Participación, ciudadanía y democracia: ¿hacia el tercer sistema?
NOTAS Y DISCUSIONES ków» («La pura locura de los políticos»), Gazeta obywatelskim» («El derecho en la sociedad civil»), en Wyborcza, 18 de julio de 1992. Obywatel Odrodzenie, cit., pp. 107-112. '" Bronislaw Geremek, «Civil Society Then and 2' Vid. Maciej Po t e p a , o p . c i t . , p . 2 6 3 , y T a d e u s z Now», 7ournal of Democracy (1992), vol. 3, 2. Véase Buksinski, «Spoleczenstwo obywatelskie a spolcczenst también su artículo «Die Civil Society gegen den Kom - w o r y n k o w e » ( « L a s o c i e d a d c i v i l y l a s o c i e d a d d e m e r m u n i s m u s: Polcns Botschaft», en K. Micbalski (Hrsg.), cado»), en Filosofía w dobie przemian, cit., p. 284. Europa und die Civil Society (Stuttgart, 199'1). =' Józef Tischner, Etyka Solidarnosci oraz Homo '° R. Sharlet, «Human Rights and Civil Society», Sovieticus (Cracovia, 1992); Aleksander Smolar, «Vom en W. Griffith (ed.), Eastern Europe: The Opening Cur- Homo Sovieticus zum Bürger», Transit (1993), 3. tain? (San Francisco/Londres: Westview, 1989). 26 Lena Kolarska-Bobinska, Aspiratinns, Values J o s é C a s a n o v a , « Kosciol wobec wyboru» («La and Interests. Poland 1989-9d (Varsovia: IFIS Publis Iglesia frente a una elección»), Res Publica (1991), 9/10. hers, 1994). -' ' J a d w i g a S t a n i s z k i s , T h e E y n a m i c . s o f t h e 1 1 M á s i n f o r m a c i ó n d e i n t e r é s s o b r e l a i d e a d e Breakthrough in Eastern Europe: The Poli.sh Experience sociedad civil en Polonia y en la Europa del Este se (Berkeley-L o s Á n g e l e s -Oxford, 1991), p. 26. encontrará en Jerzy Szacki, «Ein neues Land? Traum =' Maciej Potepa, «Rewolucja, spoleczenstwo und Wirklichkeit der polnischen Demokratic», Transit obywatelskie, dcmokracja» («Revolución, sociedad (1990), 3; Jcrzy Szacki, Liberalizm po komunizmie (El civil y democracia»), en Tadeusz Buksinski (ed.), Filo- liberalismo después del comunismo) (Cracovia, 1994), zofur w dobie przemian (La filosofía en un período de pp. 90 -145; Zbigniew Pelczynski, «Solidarity and the transformaciones) (Poznan, 1994), p. 262. Rebirth of Civil Society in Poland», en John Keane =' Vid. Krzysztof Wrzesinski, aPanstwo i prawo (cd.), Civil Socety and the State. New Europea» Pers a spoleczenstwo obywatelskie» («El Estado, el derecho pectives (Londres, 1988); Zbignicw Rau (cd.), The Ree y la sociedad civil»), Studia Filozoficzne (1990), 4, y mergence of Civil Society in Eastent Europe and the t a m b i én Janina Zakrzewska, «Prawo w spoleczenstwie Soviet Union (Boulder: Westview Press, 1991). Participación, ciudadanía y democracia: ¿hacia e1 tercer sistema? ROBERTO R. GUERRA Universidad de La Laguna L a h e g e m o n í a d e u n a c o n c e p c i ó n d e l a d a d a n o s a a s o c i a r l a p o l í t i c a y l a d e m o p o l í t i c a , t a n c í n i c a c o m o i n s t r u m e n t a l y e f i - cracia con comportamientos y actitudes tista, unida a las insuficiencias y promesas ligadas a la corrupción, la mentira y el incumplidas de las democracias reales, ha clientelismo, sino también por fenómenos empezado a generar en las sociedades occi - como el reducido margen de participación dentales desarrolladas cierto pesimismo que permiten los sistemas democráticos sobre el futuro de la forma de gobierno imperantes, o la progresiva pérdi da de afid e m o c r á t i c o . N o d e b e s o r p r e n d e r n o s p o r l i a c i ó n d e l o s p a r t i d o s p o l í t i c o s y s u e v i tanto que junto a los acríticos festejos por dente agotamiento como instrumentos de el triunfo de la democracia liberal asista- mediación entre el ciudadano y el estado. mos desde hace algunos años a la percep- En un panorama tan preocupante, en el ción de su paradójica crisis. Buena parte que la política y la democracia parecen de la teoría política actual tiende así a mos- haberse divorciado definitivamente de la trarse profundamente preocupada no sólo participación y acción política ciudadana, por la tendencia de amplios sectores ciu- la publicación de una obra como la de 162 ISEGORÍA/13 (1996) NOTAS Y DISCUSIONES Tomás R. Villasante (Las democracias par- Participación y asociacionismo ticipativas. De la participación ciudadana a las alternativas de sociedad, Madrid, Edi- Frente a la ceguera de quienes ven en los ciones HOAC, 1995) constituye un a l e n - p a r t i d o s , l a s e l e c c i o n e s y l o s r e p r e s e n t a n t e s tador intento de poner de relieve que en políticos los únicos cauces de participación, el interior de las democracias liberales de legitimidad y de iniciativa, Villasante actuales existen ya ciertas experiencias, nos propone volver la mirada hacia el cam m.étodos y prácticas de participación que, po de potencialidades que ofrecen las for o pesar de sus problemas y carácter mino- mas alternativas de participación y orga ritario, mucho pueden aportar a la h o r a n i z a c i ó n s o c i a l p r o p i a s d e l a m u l t i p l i c i d a d de averiguar cómo podemos construir de movimientos y asociaciones vecinales, democracias participativas y alternativas de juveniles, artísticas, pacifistas, étnicas, sociedad. La obra aporta un amplio aba- feministas, culturales, ecologistas, recrea nico de descripciones, reflexiones y suge- tivas, etcétera, presentes en las sociedades rencias sobre las que aquí no puedo exten- democráticas actuales. En oposición a los derme. Entre ellas destaca el esfuerzo por mínimos y rígidos cauces de participación que brindan las democracias establecidas mostrar, a través del análisis de diferentes (Aranguren, 1979), los movimientos socia expericncias concretas, no sólo que la par- les y las asociaciones de ciudadanos' han ticipación política de la ciudadanía «es sido capaces de adoptar en la práctica una posible hoy cuando hay voluntad política amplia variedad de formas de participación para ello», sino también que, a pesar de y acción política que desbordan abierta los interesados discursos sobre la apatía mente las fronteras institucionales del sis e indiferencia de los ciudadanos, «a la gen- tema político. La gran mayoría de movi te le interesa realmente participar». Sobre- m i e n t o s y a s o c i a c i o n e s p o s e e n m o d e l o s d e sale además cierta preocupación por organización interna que permiten una reflexionar críticamente sobre esas mismas participación libre, cotidiana y directa de experiencias (electorales y participativas), la ciudadanía, así como que ésta entable sobre los métodos (planificación, descen- interacciones sencillas, personalizadas y tralización, desburocratización) y sobre las horizontales. prácticas (municipales). Descuella también Además la propia variedad de estos la asunción de una perspectiva metodoló- movimientos y asociaciones ofrece la posi gica que se niega a reducir la enorme com- bilidad de dar cauce a la multiplicidad de plejidad y diversidad de las sociedades con- intereses ciudadanos, esto es, de abrir las temporáneas, a simplificar las múltiples puertas a las diferencias inherentes a la asociaciones, movimientos e iniciativas que riqueza y diversidad de la propia sociedad. A l m i s m o t i e m p o , s u n o -g u b e r n a m e n t a l i realmente la dinamizan. En suma, una dad e independencia del poder estatal (al perspectiva la suya que tiene bien presente menos en teoría) las constituye en insti tanto la riqueza y las potencialidades de tuciones autónomas capaces de actuar la vida asociativa como la constatación de como «escuelas de democracia» en las que q u e m á s q u e u n i f o r m e s l o s c a m i n o s d e m o - el autodesarrollo individual, la autodeter cráticos son plurales. Por contra, se adivina minación cívica y el espíritu crítico son ele cierta alergia a la teorización, motivada tal mentos centrales de su devenir. Finalmen vez por una comprensible, desconfianza te, su carácter de asociaciones «sin ánimo hacia la complacencia academicista que de lucro» hace posible otra manera de con frecuencia nos rodea. entender y ejercer la participación política, ISEGORÍA/13 (1996) 163 NOTAS Y DISCUSIONES es decir, una forma de participación no laba Tocqueville (1835) y como reconocie centrada en la persecución de intereses pri- ron hace algunas décadas G. Almond y vados o corporativos sino, por el contrario, S. Verba (1963, 265)-u n d e c i s i v o r o l d e n en la autoorganización y puesta en marcha tro de la cultura política democrática en de iniciativas locales que afectan a la glo- tanto que es bastante probable que el indi balidad de la sociedad. El asociacionismo viduo asociado tienda «a considerarse más ciudadano y sus redes de acción constituye competente como ciudadano, a ser un par así para Villasante un tercer sector o tercer ticipante más activo en la política, a cono sistema 2 que puede actuar como comple- cer y preocuparse más de los asuntos polí mento crítico frente a los sistemas del esta- ticos. Está, por consiguiente, más cerca del do y la economía. Pero es también un espa- modelo ideal de ciudadano democrático». cio de potencialidades donde los movimien- La virtud del asociacionismo estaría tos y asociaciones pueden dar rienda suelta constituida por el hecho de que permite a sus propósitos y proyectos para el ensayo imaginar en términos no contractual istas de nuevas experiencias económicas, polí- el surgimiento espontáneo de relaciones ticas y culturales. Una tierra donde, según libres de dominación (J. Habermas, 1993, se nos dice, se están incubando diferentes 47). De esta manera, « ya no será necesario experiencias de control democrático, de concebir a la sociedad libre de dominación economías sociales y de «movidas» cultu- como un orden instrumental y, por ende, rales, que se han de ir generalizando, que prepolítico, que se establece por contratos; h a n d e e n f r e n t a r s e c o n l a l ó g i c a d o m i n a n t e e s d e c i r , p o r a c u e r d o s i n t e r e s a d o s entre de la tecnoestructura corporativa, y que particulares que actúan impulsados por la por lo tanto no lo tienen nada fácil (276). búsqueda de su propio éxito. Una socie dad integrada por asociaciones en lugar de mercados representaría -s e g ú n i n d i c a Plu r a l i s m o e m a n c i p a t o r i o J . H a b e r m a s - u n o r d e n q u e , p e s e a s e r y asociacionismo crítico político, estaría exento de dominación». Es cierto, como muchos reconocen, que Las sugerencias de Villasante entroncan el proyecto de una sociedad integrada por abiertamen t e c o n l a s r e c i e n t e s r e f l e x i o n e s u n a s e r i e d e r e d e s h o r i z o n t a l e s d e a s o c i a sobre el pluralismo emancipatorio desde C. ciones voluntarias' tropieza hoy día con B. Macpherson (1977 y 1985) a J.R. Cape- m u l t i t u d d e o b s t á c u l o s . E n t r e e l l o s d e s c u e lla (1993) o s o b r e e l a s o c i a c i o n i s m o c r í t i c o l l a n a q u e l l o s q u e J . H a b e r m a s c o n s i d e r a desde J. Keane (1988) a M. Walzer (1991), derivados de las necesidades de dirección como posibles vías de salida a la parálisis y organización de las sociedades modernas. y problemas de las democracias represen- Porque no podemos ignorar el escaso peso tativas de final de siglo. Se trata, desde que el sistema político actual asigna a estas unas y otras perspectivas, de volver la vista asociaciones, ni tampoco sus realmente hacia el vasto ámbito social constituido por reducidas capacidades de presión e las redes horizontales de asociación y influencia sobre la toma de decisiones polí acción en las que los ciudadanos pueden ticas y económicas. Sin embargo, no por ejercer y desarrollar a c t i v a m e n t e s u s e l l o d e j a n d e r e p r e s e n t a r u n r e t o a l o r d e n potencialidades individuales, sus plurales político establecido (R. J. Dalton y M. concepciones de la vida buena y sus alter- Kucchlcr, 1990). En especial debido a que n a t i v a s d e s o c i e d a d . E s t a s a s o c i a c i o n e s -d i c h o d e n u e v o e n p a l a b r a s d e J . H a b e r voluntarias, a pesar de sus diversos inte- m a s - tales asociaciones no sólo pueden r e s e s y f i n e s , d e s e m p e ñ a n -c o m o y a s e ñ a - c o l a b o r a r d e f o r m a d e c i s i v a e n l a f o r m a 164 ISEGORÍA/13 (1996) NOTAS Y DISCUSIONES ción autónoma y discursiva de la opinión el autodesarrollo individual y la acción y la voluntad pública (1993, 51 y ss.). Pue- deliberada, democrática y solidaria en el den también, a través de la deliberación devenir colectivo. pública y la acción política, difundir con vicciones prácticas, poner de relieve asun tos importantes para la sociedad, aportar Sociedad civil y tercer sistema posibles soluciones a los problemas socia les, descubrir valores, generar buenas razo- La importancia de los movimientos socia nes, modificar actitudes, etcétera, que sur- les y del asociacionismo para la construc tan efectos, al menos a medio plazo, sobre ción de sociedades más democráticas no el poder político establecido. ha pasado, ni mucho menos, desapercibida R e p e n s a r l a d e m o c r a c i a d e s d e e l p l u - para la teoría política actual. Existe ya una ralismo emancipatorio y el asociacionismo amplia y conocida bibliografía al respecto c r í t i c o p o d r í a n s u p o n e r a s í l a p o s i b i l i d a d q u e n o p a r e c e n e c e s a r i o m e n c i o n ar aquí. tanto de avanzar hacia modelos participa- Lo que pretendo en lo que sigue es más tivos de democracia como de recuperar bien relacionar las sugerencias de Villa una ciudadanía activa atenta al estado y sante sobre los movimientos sociales y el la acción gubernamental, pero comprome- asociacionismo ciudadano con algunos tida también con múltiples asociaciones intentos de recuperar y redefinir la noción de sociedad civil. De hecho, a pesar de capaces de actuar de manera autónoma y sus reticencias hacia dicha noción, com solidaria. Una ciudadanía que, a pesar de parte preocupaciones comunes con algu que a menudo se abstenga de afiliarse a nos de los autores de esos intentos. uno u otro partido político, participa de La redefinición de la sociedad civil cons hecho en movimientos y asociaciones cuya tituye, para buena parte de la teoría polí actividad tiene claras repercusiones sobre tica reciente, una posible vía de solución la opinión pública y la toma de decisiones a las crecientes patologías de las sociedades gubernamentales, además de ser capaz occidentales (desarrollismo económico, -c o m o a d u c e V i l l a s a n t e - d e p r o m o v e r c o n t a m i n a c i ó n a m b i e n t a l , r a c i s m o , d r o g a valores y modelos alternativos de sociedad. dicción, etcétera). Tal perspectiva parece Desd e e s t a p e r s p e c t i v a , e l a s o c i a c i o n i s - o r i e n t a d a p o r l a c o n s t a t a c i ó n d e q u e l o s mo no significaría, ni mucho menos, un acuciantes problemas sociales menciona abandono de la política '. Sería, por el con- d o s n o p u e d e n e n c o n t r a r u n a s o l u c i ó n a d e trario, una d e c i s i v a c o n t r i b u c i ó n a l i n t e n t o c u a d a s i n u n a p a r t i c i p a c i ó n r e s p o n s a b l e y d e a l c a n z a r m o d e l o s m á s p l u r a l e s y s a t i s - Solidaria de la ciudadanía. Pero también factorios de democracia en tanto que pro- por la necesidad de encontrar, ante la sole porcionarí a o t r a s f o r m a s y c a u c e s d e p a r - d a d d e l c i u d a d a n o f r e n t e a l e s t a d o y l a ticipación, incorporando nuevos sujetos del creciente burocratizacióny oligarquización de las gigantescas organizaciones políticas quehacer político y nuevos ámbitos e ins- y económicas que nos rodean, un espacio tituciones democráticas en las cuales una de asociación y una trama de relaciones participación política más plena de los ciu- humanas sin coerción en la que los ciu dadanos podría ser posible. Es más, pro- dadanos, si así lo desean, pueden participar porcionaría tal vez una nueva forma de en condiciones de libertad (M. Walzer, h a c e r p o l í t i c a q u e , a l e j a d a d e l c i n i s m o , i n s - 1991, 31). El objetivo es, en suma, fomentar trumentalismo y elitismo políticos impe- una mayor participación política de la ciu rantes, estaría mucho más preocupada por dadanía y alcanzar un ámbito de relaciones ISEGORÍA(13 (1996) 165 NOTAS Y DISCUSIONES humanas en el que sea posible recuperar daridad y la fraternidad entre individuos la sociabilidad perdida en unas sociedades y colectivos, así como la revitalización de dominadas por relaciones sociales profun- una vida asociativa y activa en condiciones damente jerarquizadas y anónimas. La de libertad e igualdad. sociedad civil es reconceptualizada así Es por todo esto por lo que la pretensión como parte destacada de la vertiente de buena parte de estos esfuerzos de revi n o -i n s t i t u c i o n a l d e e s e á m b i t o p ú b l i c o 5 e n t a l i z a c i ó n d e l a s o c i e d a d c i v i l q u i z á p u e d a n el que los ciudadanos expresan, discuten ser resumidos como un intento de asumir y actualizan diferentes versiones del interés la rousseaniana aspiración de «aproximar público (V. Pérez-Díaz, 1993, 80). Deno- c u a n t o p o d a m o s a l h o m b r e y a l c i u d a d a n o , taría, pues, una esfera de acción política cuyo soporte es siempre el individuo, pero que, pese a su carácter contradictorio 6, cuidando de invertir el sentido de dicha incluiría a aquellas prácticas de comuni- aproximación [] puesto que el objetivo cación, rituales discursivos y tribunas públi- a perseguir no sería ya estatalizar a la socie cas, en que actores colectivos disputan dad civil sino, por así decirlo, sociocivilizar sobre la unidad y futuro de la sociedad al Estado» (J. Muguerza, 1995, 19 y ss_). (H. Dubiel, 1994, 118). Designaría además Las sugerencias esbozadas mucho tie una esfera pública autónoma que consti- nen en común con la perspectiva de Villa tuiría una precondición para la praxis de sante. Sin embargo, éste no duda en señalar la autodeterminación cívica y que podría que muchos «toman "sociedad" en un sen generar un poder comunicativo capaz de tido tan amplio que les cabe todo con tal ejercer cierto grado de control e i n f l u e n c i a d e q u e s e a c o n t r a e l E s t a d o » . Y n o l e f a l t a n sobre el poder administrativo (J. Habermas, razones para apuntarlo, pues incluso algu 1994, 2 y 9; cf. también 1993). La sociedad nas de las concepciones de la sociedad civil civil es pensada pues como un ámbito des- más alejadas de las pretensiones neolibe de el cual los individuos pueden alcanzar rales de «retorno al mercado» la definen tanto un amplio grado de influencia sobre como una esfera no estatal que incluye uni la opinión pública como cierto control y dades productivas y domésticas, a la vez presión política sobre la actividad estatal que organizaciones de ayuda mutua y ser o gubernamental. Actuaría así como «una vicios comunitarios privatizados (J. Keane, e s p i n a c l a v a d a p e r m a n e n t e m e n t e en el 1988, 33). El problema radicaría en que flanco del poder político» (J. Keane, 1988, tales concepciones de la sociedad civil son 35) y, en esa misma medida aunque no demasiado inclusivas en cierto sentido y, sin dificultades e insuficiencias, como cons- por ende, excluyentes en otro. Esto es: tante desafío al poder del estado, sus ins- designan un marco social de referencia tituciones y representantes, para las actividades de los movimientos Pero, al mismo tiempo, la sociedad civil, sociales y las asociaciones ciudadanas en tanto que conjunto de asociaciones ciu- mediante una noción que incluye también dadanas, es concebida también como un a todas aquellas asociaciones y grupos de dominio en el que se dan « solidaridades presión que siendo completamente inde concretas y auténticas» (M. Walzer, 1991, pendientes del estado, en modo alguno lo 34), esto es, como un marco social en el son de la economía. «Sociedad civil» es que una multitud de personas se asocian, la noción que, designando una esfera social comunican, solidarizan y ayudan efectiva- de la que forman parte los movimientos mente entre sí. Constituye de esta forma y asociaciones de carácter alternativo, tam una esfera de relaciones humanas en la bién incluye a todas aquellas organizacio que sería posible la cooperación, la sofi- nes o grupos económicos y de lucro que 166 ISEGORÍA/13 (1996) NOTAS Y DISCUSIONES no poseen formas participativas de demo- das en el valor de uso frente al valor de cracia ni están dispuestos a cuestionar los cambio; políticamente las legitimidades valores egoístas imperantes. La red de aso- democráticas se están replanteando y ciaciones ciudadanas no sería así, al menos empieza a haber experiencias de democra en su totalidad, independiente de las exi- cias participativas; culturalmente son otros gencias del sistema económico y de la los valores antipatriarcales, pacifistas, eco racionalidad instrumental que le es propia. logistas, solidarios que cultivan los nuevos Una tan amplia inclusión termina por favo- movimientos sociales» (289). Así las cosas, recer el principio desigualitarista de exclu- frente la supuesta asepsia de ciertos usos sión contra el que apuntan todas las expe- de la noción de sociedad civil, la idea de riencias presentadas y analizadas por Villa- «tercer sistema» incorporaría los aspectos sante. de la crítica política, económica, cultural Son éstas l a s r a z o n e s b á s i c a s p o r l a s q u e y é t i c a q u e c i e r t o a s o c i a c i o n i s m o c i u d a el autor de Las democracias parlicipativas dano está realizando ya frente al modelo sugiere modificar nuestro esquema con- de sociedad en que nos encontramos ceptual y adoptar la noción de «tercer sis- inmersos. tema», como sistema del Ciudadano que Sin embargo, tampoco la débil concep se opone al sistema del Príncipe (estatal) tualización que propone Villasante está y a l s i s t e m a d e l M e r c a d e r ( e c o n ó m i c o ) . e x e n t a d e p r o b l e m a s . E n s u acierto parece Con ella quiere designar un espacio social estar su insuficiencia. Sin ir más lejos la en el que se desarrolla la actividad de movi- propia de idea de «sistema» puede indicar mientos, asociaciones y redes de acción que existe cierta homogeneidad y cohesión s o c i a l d e c a r á c t e r v o l u n t a r i o , n o -l u c r a t i v o ( q u e r e a l m e n t e n o e x i s t e ) e n t r e l a m u l y n o -gubernamental. Porque la idea de ter- t i p l i c i d a d d e m o v i m i e n t o s s o c i a l e s y a s o c e r s i s t e m a -t a l c o m o a d u c e V i l l a s a n t e - c i a c i o n e s c i u d a d a n a s d e p e r f i l crítico. Con pretende designar un campo social espe- ello se corre el doble riesgo de no atender cífico: un espacio, el de la ciudadanía, que a la realidad del movimiento asociativo y apunta « a un profundo cambio de valores», de anular una de sus más enriquecedoras que propone «un método democrático ins- cualidades: su pluralidad y diversidad de tituyente», y que mira por tanto «hacia formas, objetivos, etcétera. Por otro lado, u n a s " a l t e r n a t i v a s d e s o c i e d a d " , h a c i a u n p a r e c e s u g e r i r q u e e x i s t e c i e r t a h e t e roge cambio civilizatorio». Y es que el principal neidad e incongruencia entre el «tercer sis valor de las experiencias ciudadanas explo- tema» y el «primer» y «segundo» sistemas, radas quizá resida en que, en las prácticas que son los que conformarían la «sociedad y métodos que han puesto en marcha, ya burguesa» que está en el origen de la idea se estén dando pequeños pero importantes de «sociedad civil» ahora repensada. Se pasos en pro de ese «cambio civilizatorio». postula así una dualización (en realidad En tal sentido no puede dejar de recono- una tripartición) del sistema social que c e r s e q u e f r a c c i o n a d a m e n t e v a n a p a r e c i e n - resulta trivial por su apriorismo. Llama do «alternativas de sociedad», en aquellas solución alternativa al problema estándar. grietas que se le escapan al actual sistema, A pesar de todo la construcción de una sumido como está en diversas crisis que sociedad participativa y plural, de una se entrecruzan (económica, ecológica, sociedad de ciudadanos activos sin relacio demográfica, de valores, etcétera), como nes de dominación u opresión y de una sugiere Villasante con un lenguaje que esfera de relaciones interpersonales solida recuerda a Foucault. En concreto: «Eco- r i a s d e t i p o c o m u n i t a r i o p u e d e s e g u i r c o n s nómicamente se inician experiencias basa- tituyendo un ideal que, a pesar de su carác ISEGORíA/13 (1996) 167 NOTAS Y DISCUSIONES ter utópico, es capaz de orientar nuestra acción política real, precisamente por su REFERENCIAS carácter pragmático. En tal sentido con viene tener presente la importancia que A'MOND, G., y VERBA, S. (1963): The Civic para una idea alternativa de la democracia Culture: Political Attitudes and Demo cracy in Five Nations, Princeton, Prin realmente existente tiene la capacidad de ceton University Press. innovación política y crítica cultural que ARANGUREN, J. L. (1979): La democracia poseen los inquietos movimientos sociales establecida. Una crítica intelectual, y e l p e r s e v e r a n t e a s o c i a c i o n i s m o c i u d a d a - Madrid, Taurus. no. Cierto, por así decirlo, que no todo ASCOLI, U. (1987): «Estado de Bienestar e l m o n t e e s o r é g a n o . E s p o s i b l e -y d e y Acción voluntaria», en REIS, 38: h e c h o a s í o c u r r e , c o m o n o p o d í a s e r 1 1 9 -162. m e n o s - q u e e n m u c h a s d e e s t a s a s o c i a - BENIIABrs, S. (1994): «Deliberative Ratio ciones se pongan en juego visiones e inte- nality and Models of Democratic Legi r e s e s a l d e a n o s , particularistas o corpora- t i m a c y » , e n C o n s t e l l a t i o n s , 1 , 1 : 2 6 -52. t i v i s t a s . P e r o , s i n d u d a , d e s u e n o r m e c a p a - CAPELLA, J. R. (1993): Los ciudadanos sier vos, Madrid, Trotta. cidad para sorprender y desbordar las ruti- COHEN, J., y ROGERS, J. (1992): « Secon nas de la sociedad y de la democracia esta- dary associations and democratic blecida mucho podemos aprender sobre la governments», en Politics and Society, d e m o c r a t i z a c i ó n e f e c t i v a y l a c o n s t r u c c i ó n 4 : 3 9 3 -472. d e d e m o c r a c i a s m á s p a r t i c i p a d a s . S ó l o que DAHL, R. (1989): Democracy and Its Critics, p a r a e l l o s e r e q u i e r e « u n a n u e v a s e n s i b i - New Haven, Yale University Press. lidad para lo local, específico y contingente DALTON, R. J., y KLJECIILER, M. (comes.) -y , s o b r e t o d o , u n n u e v o r e c o n o c i m i e n t o ( 1 9 9 0 ) : L o s n u e v o s m o v i m i e n t o s s o c i a ( p a r a f r a s e a n d o u n a c é l e b r e m á x i m a ) - de lesa Un reto al orden político, Valencia, que la vida digna se encuentra [también] Alfons el Magnánim, 1992. en los pequeños detalles» (M. Walzer, DUBIEL, H. (1994): «Metamorfosis de la 1991, 39). En todo caso, tanto éste como sociedad civil. Autolimitación y moder nización reflexiva», en Debats, 50: m u c h o s o t r o s p e r s i s t e n t e s e i m a g i n a t i v o s 1 0 8 -123. e s f u e r z o s e n f a v o r d e u n a d e m o c r a c i a e l e - GIDRON, B.; KRAMER, R. M., y SALAMON, n a m e n t e pluralista (C. B. Macpherson, L. M. (1992): Government and the Third 1985; R. Dahl, 1989; J. Keane, 1988), deli- Sector, San Francisco, 1.B. Publisher. berativa (J. Habermas, 1993 y 1994; S. Ben- GINER, S. (1987): Ensayos civiles, Barce h a b i b , 1 9 9 4 ) y p a rticipativa (C. Pateman, lona, Península. 1970; C. B. Macpherson, 1977; D. Held, GINER, S., y SARASA, S. (1995): «Altruismo 1 9 8 7 ) a p u n t a n h a c i a o t r a s f o r m a s d e e n t e n - y p o l í t i c a s o c i a l » , e n L e v i a t á n , 6 1 : 6 7 -98. d e r y v i v i r u n i d e a l a z a r o s o p e r o c o n v e i n - HABERMAS, J. (1993): < La soberanía popu ticinco siglos de historia. Pero también lar como procedimiento. Un concepto hacia otras concepciones alternativas de la normativo de lo público», en HERRERA, p o l í t i c a , d e l o p o l í t i c o y d e l o s p o l í t i c o s . M . ( c o o r d . ) : Jürgen Habermas: morali problema al dad, ética y política. Propuestas críticas, Y a c a s o e s t e ú l t i m o s e a u n P M a d r i d , A l i a n z a , p p . 2 7 -58. que las reflexiones sobre la participación, (1994), « Three Normative Models of l a c i u d a d a n í a y l a d e m o c r a c i a d e b a n pres- Democracy», en Constellations, 1, 1: t a r l e m u c h a m a y o r a t e n c i ó n ' . 1 -10. 168 ISEGORÍA/13 (1996) NOTAS Y DISCUSIONES HELD, D. (1987): Models of Democracy, - (1992): La gestión política, Madrid, Cambridge, Polity Press. MTSS. KEANE, J. (1988): Democracia y sociedad PATEMAN, C. (1970): Participation and civil, Madrid, Alianza, 1992. Democratic Theory, Cambridge, Cam KRAMER, R. M. (1981): VoluntaryAgencies bridge University Press. in the Welfare State, Berkeley, Univer- PÉREz -DíAZ, V. (1993): La primacía de la sity of California Press. sociedad civil, Madrid, Alianza. KUHNLE, S., y SELLE, P. (edS.) (1992): RIECHMANN, J., y FERNÁNDEz BUEY, F. Government and holuntary Organiza- (1994): Redes que dan libertad. Intro tions, Aldershot, Avebury. ducción a los nuevos movimientos socia MACPHERSON, C. B. (1977): The Life and les, Barcelona, Paidós. T i m e s o f L i b e ral Democracy, Oxford, RóDENAS, P. (1991): «Definición de la Oxford University Press. política», en Suplementos Anthropos, - (1985): The Rise and Fall of Economic 28: 71-80. Justice and Other Essays, Oxford, - ( 1 9 9 4 ) : « L o s l í m i t e s d e l a p o l í t i c a » , e n Oxford U n i v e r s i t y P r e s s . I d e a s p o l í t i c a s y m o v i m i e n t o s s o c i a l e s , MUGUERZA, J. (1995): El individuo ante volumen XVII de la Enciclopedia Ibe la ética pública, inédito. roamericana de Filosofía, Madrid, Trot NERFIN, M. (1988): Ni príncipe, ni merca- ta, en prens a . der: ciudadano, Lima, Socialismo y TOCQUEVILLE, A. de (1835): La democra Participación. cia en América, 2 vols., Madrid, Aguilar, - (1994): «Los movimientos sociales y 1989. otro desarrollo», en Cuadernos de la WALZER, M. (1991): «La idea de sociedad Red CIMS, 2. civil. Una vía hacia la reconstrucción OFFE, C. (1988): Partidos políticos y nuevos de los social», en Debats, 1992, 39: m o v i m i e n t o s s o c i a l e s , M a d r i d , S i s t e m a . 3 0 -39. NOTAS ' I m p o r t a d e s t a c a r a q u í q u e l a s a s o c i a c i o n e s « s e : ' E l a s o c i a c i o n i s m o c í v i c o -c o m e n t a n , q u i z á c o n distinguen de las organizaciones formales por el hecho excesivo entusiasmo, S. Giner y S. Sarasa (1995, 96) de que la finalidad de la asociación aún no se ha inde- «satisface los requisitos más estrictos de una ciudadanía pendizado funcionalmente de las orientaciones valo- activa. Articula e integra a los ciudadanos dentro del rativas y de los objetivos de los miembros asociados» cuerpo político por medios muy distintos a los de la (J. Habermas, 1993, 47). urna electoral, la manif e s t a c i ó n e n l a p l a z a p ú b l i c a y 2 Para una mayor información acerca de la com- los ruegos a los gobernantes. No existen hoy mejor posicion del «tercer sector», así como sobre sus rela- expresión de la ciudadanía genuina que la participación ciones con el sector estatal y el sector económico, cfr., voluntaria de las gentes en el reino de lo público por entre otros, R. M. Kramer (1981); U. Ascoli (1987); M. Nerfin (1988 y 1994); J. Cohen y J. Rogcrs (1992); media de la acción social altruista». B. Gidron, R. M. Kramer y L. M. Salamon (1992); S. 5 Concibo aquí ese espacio o ámbito de «lo públi Kuhnle y P. Selle (1992). co» como «un continuo que abarcaría por este orden Redes -c o m o s e ñ a l a n J . R i e c h m a n n v F . F e r - l a s o c i e d a d c i v i l n o -i n s t i t u c i o n a l i z a d a , l a s i n s t i t u c i o n e s nández Buey (1994, 14)- « d o n d e c o o p e r a n p e r s o n a s J u r í d i c o -a d m i n i s t r a t i v a s y l a p o l í t i c a i n s t i t u c i o n a l p r o e n u n a l u c h a d e s i g u a l p o r l a s u p e r v i v e n c i a y l a e m a n - píamente dicha» (J. Muguerza, 1995, 17). c i p a c i ó n . R e d e s , p o r t a n t o , q u e n o s i r v e n p a ra apresar, ° Contradictorio porque en ella coexisten y com s i n o q u e i n t e n t a n -d e s d e l a m í n i m a , d e s e s p e r a d a , r e s i - p i t e n m ú l t i p l e s g r u p o s , e n o c a s i o n e s d e c a r á c t e r c e r r a dual esperanza aún posible en nuestro sombrío final do, con intereses, necesidades y fines frecuentemente d e s i g l o - a b r i r u n a p e r s p e c t i v a d e l i b e r t a d y j u s t i c i a o p u e s t o s . P e r o c o n t r a d i c t o r i o t a m b i é n p o r q u e --c o m o en este sombrío final de siglo». señala J. Keane (1988, 33)- « la sociedad civil no posee ISEGORÍA/13 (1996) 169 NOTAS Y DISCUSIONES una inocencia natural». En ella se dan relaciones de ' Para una introducción a esta particular y comopresión sexual, explotación laboral, discriminación pleja problemática tienen especial interés algunos traé t n i c a , e t c é t e r a . b a j o s d e P. RÓdena6 (1991 y 1994). Isonomía, Isegoría, Isomoiría ~` y democracia a escala global PHILIP RESNICK Universidad de British Columbia Desde la antigüedad hasta nuestros descentralizado en la Unión Soviética mis días, virtualmente todos los defensores ma, en donde se producía una creciente a ultranza de la democracia y del separación entre el Estado y el partido, gobierno republicano han subrayado el centro y las repúblicas de la unión, la de manera enfática cómo las desigual dades económicas amenazan la demo- sociedad civil y el estado, que se acabarían cracia. por convertir en norma. Desde Polonia Robert Dahi 1 hasta Bulgaria se producía, a finales de la década de los ochenta, un aceleramiento Uno de los procesos más sorprendentes de de la historia con el hundimiento de la f i n a l e s d e l s i g l o x x e s l a t e n d e n c i a h a c i a m a ñ a n a a l a n o c h e d e l m o d e l o m a r x i s t a -l e la globalización de la democracia. En Lati- ninista. La victoria del movimiento Soli noamérica, la transición de autoritarismo daridad en Polonia, l a c a í d a d e l m u r o d e a democracia dominó la política durante Berlín y la subsecuente unificación de las la década de los ochenta y trajo consigo dos Alemanias, la Revolución de Tercio l a r e s t a u r a c i ó n d e r e g í m e n e s d e m o c r á t i c o s p e l o c h e c o s l o v a c a , l a a d h e s i ó n de Hungría a lo largo de todo el cono sur, así como a la economía de mercado, el violento una mayor democratización de la vida polí- derrocamiento de Ceaucescu, la significa tica en Centroamérica y México z. Desde tiva erosión del apoyo al comunismo en 1985, con la ascensión de Mijail Gorbachov Bulgaria, Yugoslavia y (ironía de ironías) a la posición de Secretario General del Par- e n l a e s t a l i n i s t a A l b a n i a , t o d o e s t o s i g n i tido Comunista de la Unión Soviética, los ficaba el comienzo de un nuevo capítulo términos glasnost y perestroika se convir- en esa parte del mundo. tieron en los emblemas de una fase nueva, Tanto en el sureste asiático como en más democrática, en la Unión Soviética y, el sur de Asia se han producido avances, por añadidura, en toda Europ a d e l E s t e 3 . a u n q u e f r á g i l e s , h a c i a l a d e m o c r a t i z a c i ó n : E l m o d e l o m a r x i s t a -leninista de partido de en países como Corea del Sur, Taiwan y v a n g u a r d i a y d e s i s t e m a d e p a r t i d o -E s t a d o F i l i p i n a s , a s í c o m o e n P a k i s t á n , N e p a l y centralizado, comenzó a dejar paso a algo Bangladesh. Si bien estos avances hacia la substancialmente más abierto, pluralista y democracia se han visto acompañados, * Traducción de Elvira Barroso. Una primera versión del presente trabajo fue publicada por Praxis Internalional. 170 ISEGORÍA/13 (1996)