breves contribuciones del ieg nº 20
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breves contribuciones del ieg nº 20
I.S.S.N. 0326 9574 BREVES CONTRIBUCIONES DEL I.E.G. Nº 20 Universidad Nacional de Tucumán Facultad de Filosofía y Letras 2008/09 1 Directora ANA ISABEL RIVAS (Instituto de Estudios Geográficos Facultad de Filosofía y Letras - UNT) Comité Editorial ANA TERESA CUSA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán) PAOLA VANESA HERRERA (IEG-Universidad Nacional de Tucumán) ARIEL OSATINSKY (Universidad Nacional de Tucumán-ISES-CONICET) ALEJANDRO VÍCTOR VERÓN (IEG-Universidad Nacional de Tucumán) Diseño de Cubierta: Lic Cecilia Carlino INFORMACIÓN SOBRE SUSCRIPCIÓN Y CANJE A: HEMEROTECA del INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS AV. BENJAMÍN ARÁOZ 800 (4000). SAN MIGUEL DE TUCUMÁN TEL. (0381) 410-7348 - FAX (0381) 431-0171 [email protected] ISSN 0326-9574 N°20 Hecho el depósito que proviene la ley 11.723 Impreso en Argentina 2 BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS Decana Dra. ELENA M. ROJAS MAYER Directora del Instituto Dra. ANA ISABEL RIVAS Comité Académico Dr. ENRIQUE D. BRUNIARD (Universidad Nacional del Nordeste) Dr. ALFREDO BOLSI (Universidad Nacional de Tucumán) Dr. RICARDO G. CAPITANELLI (Universidad Nacional de Cuyo) … Prof. ANALIA CONTE (Universidad Nacional de La Plata-CONICET) Dr. WILFRIED ENDLICHER (Universidad de Berlín-Alemania) Prof. MABEL GALLARDO (Universidad Nacional del Litoral) … Prof. IRENE GARCÍA de SALTOR (Universidad Nacional de Tucumán) Dr. GREGORY KNAPP (University of Texas at Austin-EE.UU) Dr. ERNESTO J. A. MAEDER (IIGHI-CONICET) Dra. NORMA MEICHTRY (Universidad Nacional del Nordeste) Dr. JUAN JOSÉ NATERA RIVAS (Universidad de Málaga-España) Prof. JOSEFINA OSTUNI (Universidad Nacional de Cuyo) Dr. CARLOS REBORATTI (Universidad de Buenos Aires) Prof. ZULMA RECCHINI DE LATTES (CENEP) Dra. CONCEPCIÓN SANZ HERRAIZ (Universidad Autónoma de Madrid) Lic. SUSANA M. SASSONE (PRIGEO-CONICET) Prof. LUIS URTEAGA (Universidad de Barcelona-España) Dr. MARIANO ZAMORANO (Universidad Nacional de Cuyo) 3 Ana Isabel Rivas Presentación - pp. 5-6 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 Presentación El Instituto de Estudios Geográficos "Dr. Guillermo Rohmeder" ofrece en esta oportunidad una nueva edición de su revista pero con un contenido de forma renovado. Luego de mucho esfuerzo y trabajo responsable el Comité Editorial pone a disposición de los lectores una revista cuyo contenido muestra en esta oportunidad un perfil multidisciplinar, donde se deja materializado un conjunto de trabajos que provienen de distintas disciplinas que conforman el cuerpo de las Ciencias Sociales. Se ha entendido que actualmente en virtud de los acelerados procesos de transformación social y económica a los que se ven sometidos los territorios, la mirada geográfica necesita y requiere el aporte de las otras disciplinas sociales. De esta manera, hemos dedicado mucho tiempo a convocar a investigadores de diferentes formaciones disciplinares cuya respuesta ha sido inmediata y han aportado los resultados de sus investigaciones que hemos considerado de gran valor para esta edición. Así, el lector podrá acercarse al análisis de diferentes problemáticas como por ejemplo los clásicos problemas de tenencia de la tierra y su relación con los estudios del género en el contexto rural del norte argentino, las dinámicas transformaciones productivas agrícolas de Tucumán con el estudio de caso de la producción de los cítricos, las problemáticas sociales de las áreas metropolitanas, entre otros. En este sentido, la dedicación y colaboración del Comité Académico ha sido respetable y por ello en esta presentaron acercamos nuestro agradecimiento. Por otra parte, también desde el Comité Editorial se ha buscado modificar la estructura interna de la revista generando secciones nuevas, incorporando nuevos especialistas al comité de árbitros y renovando su presentación exterior. Estas tareas han implicado mucho esfuerzo y dedicación, pues también nos orienta5 Ana Isabel Rivas Presentación - pp. 5-6 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 mos a abrir caminos para recibir trabajos en portugués entendiendo que hoy los procesos de cooperación e intercambio con la comunidad geográfica brasilera requieren ser dinamizados en el marco del funcionamiento del MERCOSUR. DRA. ANA ISABEL RIVAS Directora de la Revista 6 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 GÉNERO, DESIGUALDAD Y REGÍMENES DE PROPIEDAD EN EL LOTE EL CEIBAL, SANTIAGO DEL ESTERO. LA VOCES BAJAS Y ALTAS DE LAS MUJERES CAMPESINAS ENTRE LA COSTUMBRE Y EL DERECHO KARINA BIDASECA - [email protected] Universidad de San Martín - UBA - CONICET NATALIA BORGHINI - [email protected] Becaria UBACYT CLARA VALLEJOS - [email protected] Resumen Facultad de Ciencias Sociales - UBA Una de las variadas formas que adquiere la exclusión, como mecanismo que define la dominación en el mundo rural implica, según numerosos estudios específicos, negar u obstaculizar a los sujetos subalternos el derecho a la tierra. Ahora bien, existe una profunda diferencia en el goce de los derechos entre hombres y mujeres en lo que se refiere a la propiedad de tierra en América Latina. Distintos estudios (Deere y León, 2000; Agarwal, 1998) indican que en diversos países de Latinoamérica, y el mundo, las mujeres representan mucho menos de la mitad de los propietarios de tierras. Este escenario de desigualdad se debe, en gran parte, a factores culturales discriminatorios de género que impiden a las mujeres disfrutar de un acceso igualitario a la tierra, ya sean del orden familiar, comunitario y/o estatal. Creemos necesario adoptar una mirada crítica que escape a la esencialización del rol de las mujeres en el ámbito rural, intentando despejar qué factores inciden en la dificultad de ejercer su derecho a la posesión de la tierra. Lo que nos proponemos en este artículo es presentar un primer Ä 7 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 acercamiento sobre la problemática de género y el acceso a la tierra en base al resultado de los trabajos de campo realizados en el lote El Ceibal, en Santiago del Estero, durante 2007 y 2008, en torno a un conflicto por la tierra que en junio de 2005 derivó en el remate judicial del mismo, actualmente en suspenso por la acción Abstract colectiva desarrollada por la/os campesina/os. According to numerous specific studies, one of the varied ways it takes exclusion, as a mechanism that defines domination in rural world is to deny or hinder to subaltern people their right to land. There is a profound difference in the use of rights between men and women in regard to ownership of land in Latin America. Various studies (Deere and Leon, 2000; Agarwal, 1998) show that in several countries in Latin America and the world, women make far less than half of the landowners. This scenario of inequality is due, in large part, to gender discriminatory cultural factors that prevent women from having equal access to land. We think is necessary to take a critical look that escape the essentialization of the role of women in rural areas, trying to clear what factors influence the difficulty of exercising their right to land ownership. What we propose in this paper is to present a first approach on gender issues and access to land, based on the results of our field work in The Ceibal, in Santiago del Estero, during 2007 and 2008. In this plot there was a conflict over land in June 2005 that led to a judicial auction, currently in abeyance for the collective action carried out by the peasants that live there. ®®® 1. Introducción1 En los últimos años, los estudios rurales latinoamericanos comenzaron a 1 8 Esta trabajo es producto de las investigaciones UBACYT "Comunidad y derecho a la tierra: órdenes jurídicos y procesos culturales silenciados", y "Sujetos diaspóricos, orientalismo y racismo. Articulación política de la diferencia cultural desde el "otro interior" y la metrópoli" K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 consolidar una línea de investigación sobre la relación género y acceso a la tierra entre mujeres campesinas e indígenas, que en nuestro país es incipiente. En efecto, para el caso argentino no encontramos estudios específicos que se ocupen de indagar en las diferencias construidas en torno al género, sobre: la adquisición de tierras como propiedad privada, los derechos de propiedad de las viudas y la situación de los derechos de las mujeres a la tierra en situaciones en las que los campesinos y campesinas o comunidades indígenas poseen colectivamente la tierra. Los estudios que trabajan problemáticas similares centran su mirada en el proceso del surgimiento de la acción colectiva (Giarracca, 1994; Bidaseca, 2005), o en la (falsa) dicotomía espacio público/privado, producción/ reproducción o invisibilidad del trabajo femenino rural (Biaggi, 1998; Bravo y Garrido, 1994; Buonaccorsi, 1998; Bidaseca, 2002; Giarracca, 1998; entre otros), dejando sin problematizar la desigualdad de género en el acceso a la tierra. Particularmente en Santiago del Estero hemos encontrado pocos trabajos que aborden la problemática de la mujer rural. Se destacan los trabajos de Canevari y Ramirez (2005), sobre salud y mujeres campesinas; el trabajo de Farberman (2005) sobre hechicería en el Tucumán colonial (que abarca la zona de la actual Santiago del Estero); los trabajos de Bravo (1995); y algunos trabajos publicados desde la Secretaría de Agricultura como el de Bosco, Álvarez y Foti (1992) sobre mujeres rurales del NOA. El trabajo de Biaggi, Canevari y Tasso (2007) aborda un estudio sobre las mujeres rurales en el país. Por otra parte, hay una falencia importante que obstaculiza la posibilidad de interpretar esos procesos articulando los trabajos cualitativos con aquellos que aplican metodologías cuantitativas. Los censos agropecuarios existentes, tanto en nuestro país como extensivo a América Latina, no toman en cuenta la variable sexo, dificultando el estudio cuantitativo e invisibilizando aún más esta problemática. Por otra parte, a pesar de que los censos de población y vivienda en nuestro país diferencian los hogares según el sexo del jefe de familia, en ningún caso (UNSAM), dirigidas por Dra. Karina Bidaseca. Agradecemos a las campesinas y campesinos del lote El Ceibal la recepción de nuestro trabajo. Especialmente a Nelly y Maria. 9 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 realizan una distinción entre las viviendas rurales y las urbanas. En el mundo rural, de acuerdo al estrato social en que se ubique, la posesión de la tierra está asociada al poder y la autonomía. (Deere y León, 2000). Nuestra intención es contribuir a plantear las dificultades en el acceso a la tierra para las mujeres campesinas de nuestro país, particularizando en una de las provincias con mayor población rural, localizada en una región donde se concentra el mayor porcentaje de hogares rurales con necesidades básicas insatisfechas (44,7%) (Censo Nacional de Población, 2001). Basamos nuestro análisis en el registro etnográfico de nuestro trabajo en el Lote El Ceibal (San José del Boquerón, Santiago del Estero) que fuera objeto de remate judicial en junio de 2005.2 Un Edicto judicial penetra ese mundo campesino invocando el cambio de posición de todos los objetos simbólicos: el lenguaje judicial performa las estructuras cognoscitivas de los subalternos; las voces bajas campesinas (Guha, 2000) devienen, con el acontecimiento, en voces altas contrahegemónicas; el monótono monologismo del litigio se ve alterado por la polifonía; algunas voces femeninas sofocadas por las voces altas masculinas, encuentran canales para transformarse en voces altas públicas (Bidaseca, 2009). Este proceso se ubica en un contexto de mercantilización de las tierras por el avance de la frontera agropecuaria sobre zonas extra pampeanas (fundamentalmente para la soja), en el marco del nuevo modelo de agro-negocios.3 La metodología de tipo cualitativa se apoyó en la observación etnográfica, entrevistas en profundidad a distintos actores4. Hemos mantenido numerosas 2 Uno de los pueblos a rematar a fin de mes es sitio histórico", La Nación del 19/06/2005. 3 Un dato a considerar es que entre 1998 y 2002 Santiago del Estero incrementó el área cultivable en 379.000 hectáreas, que según el Informe de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, podría llegar a explicar la deforestación de 306.000 ha de superficie en dicho período. Santiago se convirtió en la provincia que más superficie de bosques nativos perdió. Pellegrini, uno de los departamentos del norte de esta provincia, donde se asienta la organización campesina con la que nos vinculamos; pierde 542 ha mensualmente. 4 Aunque aquí decidimos trabajar por razones de espacio tan sólo con las entrevistas a las familias de El Ceibal. 10 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 conversaciones con las familias, en presencia y ausencia de los cónyuges, en sucesivos trabajos de campo, hasta alcanzar la saturación teórica de la muestra de entrevistado/as. Asimismo hemos realizado un análisis socio-jurídico, complementando el trabajo con el análisis de otras fuentes estadísticas. Las distintas voces escuchadas nos permitieron plantear una "teoría de las voces"5, utilizada como otro de los instrumentos que nos ayudan a comprender las diferentes posiciones de de subordinación y subalternización (tomando el concepto gramsciano) en los dominios local y comunitario (Agarwal, 1998 y Deere y León, 2000), tanto de las mujeres respecto de otras mujeres, como respecto de los varones. Intentamos despejar qué factores inciden en la dificultad de ejercer su derecho a la posesión de la tierra, profundizados por las pautas culturales que, junto con el discurso preformativo de la legislación, re-producen ausencias e invisibilizaciones. No obstante, las conclusiones de nuestro análisis sólo tienen pretensión de comprender estos procesos para el lote elegido. De este modo, abordaremos el trabajo desde dos dimensiones analíticas: la histórico-cultural (supuestos teóricos, imaginarios sociales y asignación de roles) 5 Desde nuestro trabajo en torno de las voces, nos basamos en los estudios de la subalternidad que definen las voces bajas son las que "quedan sumergidas por el ruido de los mandatos estatistas. (…) Por esta razón no las oímos. Y es también por esta razón que debemos realizar un esfuerzo adicional, desarrollar las habilidades necesarias y, sobre todo, cultivar la disposición Se trata de un campo de 10.000 hectáreas ubicado en el norte de la provinpara oír estas voces e interactuar con ellas." (Guha, 2002: 20). Definimos, una voz alta, como algo opuesto a una voz baja. Sólo podemos entender su status en términos de hegemonía, con los entrecruces que lleva consigo esa palabra. La hegemonía implica un conjunto de prácticas, discursos, estrategias y dispositivos que cristalizan en un determinado bloque "consensual" que legitima el dominio de determinados grupos sociales sobre otros. Para Gramsci la hegemonía se vincula a un modo de concebir no sólo la dominación económica sino también la dimensión de lo social. Es un modo de concebir lo social en tanto construcción cultural de consensos y simultáneos procesos de resistencia. Claro que siempre la hegemonía expresa la situación social de una clase que es la productora del discurso mediante el cual se conforman las subjetividades compartidas que, sin embargo, no se cosifican: los sectores disconformes construirán tácticas y estrategias tendientes a derribarlas. Es por eso que el bloque hegemónico tiene que reforzar constantemente su legitimidad y credibilidad. Es en tal sentido que una voz alta no deja hablar a una baja, y ésta queda subalternizada (Bidaseca et al, 2008). 11 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 y la legal (leyes y políticas de Estado) en las que trabajaremos en torno a dos cuestiones: la jerarquización de saberes y las voces bajas/altas subalternas en el contexto de políticas estatistas productoras de esas ausencias e invisibilizaciones. Intentaremos, asimismo, en este texto desarrollar algunos interrogantes que ubican a la desigualdad, su teorización y su historicidad, en el centro de la escena, abordando la tensión entre costumbre y derecho. 2. El Lote El Ceibal en Santiago del Estero: regímenes precarios de tenencia de la tierra Se trata de un campo de 10.000 hectáreas ubicado en el norte de la provincia de Santiago, a 350 km de la ciudad capital, en el que habitan alrededor de 200 familias. En junio de 2005 fue objeto de remate judicial, luego de la quiebra del Banco Platense quien tenía el título de las tierras. Interpretamos que el título de la tierra como garantía de crédito, se vuelve la mercancía misma. Esta abstracción distancia la titularidad de la posesión real (Bidaseca y equipo, 2007 a, b, c)6, determinando dos territorios paralelos sin comunicación en el mismo espacio. En el juicio desatado por los acreedores del banco, los campesinos no cuentan como partes y según nuestras observaciones, estos últimos no cuestionan la legalidad de la titularidad del Banco Platense sobre las tierras. Los campesinos no se plantean una acción por fuera de la lógica jurídica, ésta funciona como un saber superior no cuestionado a la que apelan para conseguir la titularidad de las tierras que ocupan desde décadas. En este marco, interponen una tercería de mejor derecho, por intermedio del Defensor del Pueblo, para detener el remate mientras realizan los trámites de prescripción adquisitiva. Por este motivo, actualmente el 6 12 Al ser la posesión condición para obtener el dominio, se produce una paradoja entre las codificaciones jurídicas. Se encuentra bifurcado el dominio, pues a los pobladores les resta conseguir el titulo detentando la posesión, mientras que el Banco Platense, no tuvo ni tiene la posesión sobre el inmueble. Por otra parte, la posesión aparece como problema y como figura jurídica a partir del remate, ya que la posesión real era un silencio para las lógicas de dominación, y para las codificaciones del derecho positivo, hasta la instancia del conflicto. (Bidaseca y equipo, 2007c). K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 remate se encuentra suspendido de hecho. Cabe destacar que El Ceibal se ubica en una de las regiones más pobres del país, sometida desde largas décadas al clientelismo. En dicha provincia alrededor de 15 mil familias viven de la pequeña producción agropecuaria y aproximadamente el 55,56% de ese total, están afectadas por la tenencia precaria de tierras7. A menudo, las comunidades desconocen sus derechos jurídicos, siendo la escasez de recursos económicos y culturales para acceder a la justicia, el primer óbice para situarlos en igualdad de condiciones en el proceso judicial con quienes se adjudican la propiedad de las tierras. Se encuentra así, de manera recurrente, vulnerado el derecho posesorio sobre la tierra.8 Al respecto, Deere y León (2000: 3) distinguen entre derecho a la tierra, entendido como el reclamo legal y socialmente reconocido y aplicable por una autoridad externa "legitimada" y el acceso a la tierra, entendido como término más general e indefinido que puede incluir diferentes relaciones jurídicas como la tenencia o la posesión e incluso medios informales de uso. Como mencionamos al comienzo, esta región del noroeste –como en el 7 Consideramos tenencia precaria de la tierra a aquellas explotaciones sin límites definidos sumadas a aquellas con límites definidos, con régimen de la tierra de contrato accidental, ocupación y otros regímenes. 8 La ley enuncia tres formas de estar e la tierra: como propietaria/os; como poseedores y como tenedores de la tierra. A diferencia del poseedor, el tenedor es quien está en la tierra, pero reconociendo a otro como dueño. No tienen "ánimo de dueño" y no se siente dueño. Por ejemplo cuando se alquila la tierra (arrendamiento) o se la tiene prestada (comodato). El tenedor realiza actos posesorios pero en nombre de otra persona. Es Poseedor/a aquel que vive, trabaja o utiliza la tierra como si fuera su único dueño. Según la ley esto se denomina "ánimo de dueño" (es comportarse con la tierra como único dueño. Esto se demuestra por el sentimiento que tienen la persona por la tierra). Es decir, que el poseedor/a tiene la intención de ser propietario/a de la tierra que no reconoce en otra persona la propiedad de la misma, la trabaja y vive allí. Una persona tiene la posesión de la tierra si tiene ánimo de dueño y realiza actos posesorios (estar viviendo en el lugar, trabajando y haciendo mejoras como corrales, cercos, represa, huerta, pozo, cementerio, picadas, rancho, galpón, potreros, piruas o trojas, senderos, deslindes etc. y el pago de impuestos). El poseedor/a puede a adquirir la propiedad por el paso del tiempo mediante el juicio de prescripción (Ley veinteañal); ejercer la defensa de la posesión y protegerse ante la justicia civil. 13 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 noreste argentino– se concentra el mayor porcentaje de mujeres que viven en hogares rurales con necesidades básicas insatisfechas sobre el total de mujeres de la provincia, y este dato coincide con las regiones donde hay mayor concentración de pequeños productores agropecuarios. De acuerdo a los datos censales, el porcentaje total de mujeres jefas de hogar en Argentina es del 17 %; en Santiago ese porcentaje alcanza el 22%.9 Según Chiappe (2005) las jefaturas de hogares a cargo de mujeres son un fenómeno que está creciendo en las últimas décadas y que es interpretado como parte del proceso de "feminización de la pobreza". La autora precisa que la jefatura de hogar por parte de las mujeres en las áreas rurales en Argentina es muy alta en comparación con otras áreas, como las localidades de hasta 5000 habitantes (volveremos sobre esto más adelante.). Antes de abordar las dimensiones analíticas referidas en la introducción nos referiremos brevemente a la discusión teórica en torno a la desigualdad y la diferencia, de modo de poder contextualizar la discusión planteada. 3. Sobre la desigualdad y la diferencia: los regímenes de verdad En general se sostiene que el marxismo y las macroteorías se dedican a la desigualdad, mientras las teorías de género y etnicidad son consideradas por lo general teorías de la diferencia. Hay una brecha interesante para indagar y establecer como horizonte a alcanzar desde el punto de vista de revitalizar las perspectivas teóricas etno y androcentristas. Respecto al dilema diferencia e igualdad, hay una paradoja que ha sido analizada por las feministas y que ha traído tensiones al interior de los feminismos: por un lado, hay que aceptar las diferencias de género y por otro lado, deben rechazarse en pos de la igualdad. Martha Minow (en Bodelón, s/f) explica que, tanto basarse en la diferencia, como ignorarla puede recrearla. Ella sugiere que en lugar de actuar como si igualdad y diferencia fueran conceptos ciertos y constantes, es necesario examinar cómo son utilizados y en qué contextos la 9 14 Por sobre el 50% de mujeres en hogares con NBI están las provincias de Salta (el valor más alto de la serie), Formosa, Santiago del Estero, Chaco y Jujuy (Chiappe, 2005: 13). K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 diferencia es considerada relevante. Su propuesta nos sugiere pensar la diferencia rechazando su construcción como oposición a la igualdad. Según la autora, la diferencia se utiliza para describir las características de una relación y no de una persona o grupo. Lo interesante es ver los momentos en que la paradoja es recolocada en el debate público. En ese sentido, si tenemos en cuenta que la diferencia y la desigualdad son construcciones sociales, el significado que los actores le atribuyen a la diferencia es producto de prácticas sociales sedimentadas que instalan un modo específico de concebir la diferencia como desigualdad y que activan diferentes mecanismos para legitimarla. El pensamiento feminista pos-colonial se ha interesado en observar las diferencias entre las diversas experiencias femeninas atendiendo a las distinciones de las mujeres y enfatizando la necesidad de contextualización, siguiendo con la premisa de que la identidad de género no puede desgajarse de las particularidades culturales, raciales y sociales de cada cual. Como dice Gayatri Spivak (1985) no hay que celebrar ni rechazar la diferencia sino hallar qué caso específico de desigualdad provoca el uso de la diferencia. 4. La tierra: formas de acceso y de producción de ausencias y desigualdades 4.1. Aceso a la tierra y empoderamiento Hasta la publicación del libro de Bina Agarwal (1998), A Field of One’s Own: Gender and Land Rights in South Asia, la relación entre género y propiedad se había estudiado y teorizado poco. El principal punto de referencia había sido el texto clásico de Friedrich Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, que ejerció gran influencia en las feministas socialistas. Sugería que la subordinación de la mujer se asociaba con el aumento de la propiedad privada en manos de los hombres y la familia patriarcal, aspecto que se relacionaba con la aparición de la sociedad de clases que dio origen al Estado moderno. Para Agarwal, el acceso a la tierra puede estar determinado por diversas 15 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 formas (propiedad individual a través de la herencia; el regalo; la propiedad familiar; el usufructo del derecho a tierras comunales o privadas y la posesión de derechos temporarios o hereditarios), pero, "el acceso bajo ninguna de estas formas garantiza el control sobre las decisiones de gestión y producción" (p. 533). Por otro lado, la autora señala las múltiples implicancias que tiene el derecho a la tierra para las mujeres en la India. En términos económicos, la tierra funciona como una seguridad contra la pobreza ya que facilita el acceso a créditos, tecnología e información, y, por otro lado, provee alguna protección contra la violencia de género dentro y fuera del hogar. Al respecto, la hipótesis de Onvedtn (1981 en Agarwal, 1998), muestra que la incidencia de la pobreza y la no posesión de la tierra son mayores entre las explotaciones donde las mujeres son cabezas de familia. El punto central del argumento de estas autoras es que el empoderamiento de las mujeres en lo doméstico, está directamente relacionado a la fuerza de la posición de resguardo y del reconocimiento social y legal de sus demandas, como legítimas: propiedad y control de los bienes económicos; acceso a empleo o a otras modalidades de generación de ingresos; acceso a recursos comunales; acceso a sistemas tradicionales de apoyo social externo (dentro de la comunidad o la familia extensa); y acceso a apoyo estatal o de las ONGs.10 La base del fundamento de Agarwal (en Deere y León, 2000: 935) "el riesgo de pobreza y el bienestar físico de una mujer y sus hijos podrían depender significativamente de si tiene o no acceso directo al ingreso y a bienes productivos como la tierra, y no sólo un acceso mediado por su esposo o por otros varones de la familia". Esta realidad fáctica nos lleva a preguntarnos acerca de los factores que participan en la construcción y desarrollo de este escenario de desigualdad y a 10 16 Ésta es la propuesta básica del libro y la justificación de la propiedad. Si bien en la conclusión se destacan la importancia de la propiedad independiente para el momento en que viven las sociedades latinoamericanas y el grado de conciencia de las mujeres rurales, la propiedad compartida se constituye como segunda mejor opción y seguramente más viable desde el punto de vista político, en la medida que la propiedad conjunta, al menos, obliga a la negociación entre los cónyuges. K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 explorar los obstáculos que limitan y/o impiden el acceso de las mujeres a la tierra. Estos factores no se pueden pensar de manera escindible del contexto macro, que durante el último cuarto del siglo XX, generó nuevos escenarios rurales en A. Latina. La aplicación de políticas de corte neoliberal sostenidas por los Estados nacionales, basadas en ajustes económicos estructurales, eliminación de subsidios a la agricultura, liberalización de mercados, retiro progresivo de la intervención estatal en las estructuras de tenencia de tierras y protección de la propiedad y subsidios, fin de las líneas de crédito y eliminación de controles de precios; pues ellas impactaron fuertemente en las poblaciones campesinas, generando procesos de exclusión, surgimiento de familias sin tierras y destrucción de la agricultura campesina. (Bidaseca, 2003). Dichas políticas públicas alentaron un modelo de agricultura dirigido a los mercados de exportación, favoreciendo un libre mercado de tierras, reduciendo la cantidad y la calidad de éstas últimas a disposición de las comunidades rurales, acentuando situaciones de pobreza.11 4.2. Producción de ausencias y desigualdades Como mencionamos al comienzo, pocos censos agropecuarios de América Latina publican datos sobre el sexo de los agricultores (Deere y León, 2003: 925947). Asimismo, en una investigación que realizaron Wainerman y Moreno (1987) para nuestro país se pone en evidencia la invisibilización del trabajo de las mujeres en las estadísticas oficiales. El análisis realiza una fuerte crítica al modo en que los censos recogen los datos con respecto al módulo de "trabajo". En general, este tipo de herramientas están construidas desde la mirada de las economías capitalistas avanzadas con alto grado de industrialización y ocupación continua, que no tiene en cuenta a las áreas rurales, con predominio de producción agrícola para autoconsumo, períodos de trabajo estacional, etc. Por otra parte, los autores remarcan que las definiciones de los conceptos "trabajo" y "económi11 Autoras como Galán, sostienen que en 1990 el 60% de los campesinos de América latina y el Caribe se encontraba en una situación de pobreza. (2000:76) 17 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 camente activa" son poco precisas. En la práctica, lo que suele suceder es que este tipo de censos visibiliza una parte de los campesinos (los varones), que producen para el autoconsumo, pero no visibiliza el trabajo de las mujeres. Así, se ponen en juego una serie de condicionantes sociales acerca de la división del trabajo que privilegian el desempeño en actividades productivas para el varón y reproductivas para la mujer, y que contribuye a que las propias mujeres aunque lo sean, no se perciban como económicamente activas. En este sentido, las mujeres son subnumeradas en cuanto a su participación en la agricultura. Según los autores, esto se debe a que la mayoría de los censos clasifica a la población según su actividad principal, excluyendo de la población económicamente activa a aquellos para los que la actividad económica no es la principal. Además, dada la construcción social de género mediante la cual la agricultura se considera una actividad masculina, se debe suponer que pocas mujeres al responder el cuestionario del censo se declaran como agriculturas principales a menos que en realidad sean las propietarias y/o jefas de familia y que no exista un hombre adulto residente en el hogar. A pesar del alto número de mujeres jefas de hogar en ámbitos rurales que menciona Chiappe, a menudo el hecho de asociar a las mujeres con actividades reproductivas implicó que estas no sean reconocidas –por ellas mismas, por los varones ni por los registros estatales– como tales. Por otra parte, los investigadores y los encargados de diseñar las políticas, asumen que las fincas propias son propiedad del jefe del hogar.12 Asimismo, Blanco (2003) señala en su estudio, que los diseños de programas y políticas de tierras en América latina están elaborados y ejecutados sobre una base de supuestos teóricos que presumen: familias biparentales con hijos, presencia de un jefe de hogar que representa los intereses de la familia, y una división sexual del trabajo donde las mujeres se ocupan de la realización de las tareas ligadas a la reproducción social del hogar (los quehaceres domésticos) y 12 18 Ante la falta de datos duros, lo que Deere y León encuentran como salida es suponer que, dadas las normas de género prevalecientes, las mujeres que se declaran como agricultoras principales de una finca propia son de hecho las propietarias. K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 los hombres se ocupan de la agricultura y otras actividades generadoras de ingresos. Estos supuestos dejan por fuera muchas realidades sociales que no cumplen con esa suerte de requisitos. La autora enfatiza, al igual que Wainerman y Moreno, que las fuentes de información censal resultan inadecuadas a la hora de capturar el trabajo que realizan las mujeres rurales. Los censos registran en general a las mujeres que residen en establecimientos familiares como "ayudantes familiares no remuneradas" o "inactivas". Habla de un subregistro de su contribución a la producción y a la economía familiar.13 Estas falencias colaboran en la representación de una imagen de mujer campesina inactiva para el afuera (Estado, instituciones, etcétera). 5. Entre la costumbre y el derecho, la subalterna del subalterno La gran diversidad de dispositivos sociales observables no permite identificar empíricamente criterios de derecho universalmente válidos (Mahé, 1997). Una de las variadas formas que adquiere la exclusión, como forma de dominación en el mundo rural es negar u obstaculizar a los sujetos (varones y mujeres) con tenencia precaria de la tierra el derecho sobre ésta14. Ahora bien, consideramos que este proceso se acentúa en el caso de las mujeres. 13 "La sub-valoración del trabajo de la mujer es especialmente significativa en el caso de la mujer rural que reside en un establecimiento familiar, dado que el limite entre "trabajo productivo" y "trabajo no productivo" es poco claro. Los registros censales utilizan, por lo general, una definición muy restringida de actividad agrícola, considerando dentro de esta categoría el cultivo de la tierra, el cuidado del ganado, y trabajos de campo asociados a estas actividades. Otras tareas como la selección de semillas, almacenamiento, conservación y transformación de productos agrícolas, en las cuales las mujeres están frecuentemente involucradas, son en general dejadas de lado." (Chiappe, 2005: 10). Según el Censo de 2001, hay un 76% de mujeres "pobres" inactivas, cifra que, evidentemente, está desconociendo el trabajo intrapredial que realizan estas mujeres. 14 Son numerosos los trabajos que sustentan esta hipótesis en América Latina y en otras partes. Por sólo mencionar algunos representativos: Fernandes Mançano, Bernardo (2000) "Agricultura camponesa e/ou agricultura familiar". Artículo publicado en www.nera.org.br;Tavares dos Santos, Jose Vicente, (1994) "Formaçao do campesinato meridional", en Cadernos do Sociologia 6, 19 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 Y aquí habría que interpretar las situaciones en que las costumbres reifican situaciones de opresión. Se vuelve inercia. Por ello preferimos con Segato (2007), hablar de historia más que de cultura, o bien comprender la cultura como decantaciones de procesos históricos. Como vimos en el apartado anterior, la invisibilización de la división sexual del trabajo que aparece en los registros estatales –asignando a varones tareas productivas y a las mujeres las reproductivas–, tiene su correlato en la esfera de las costumbres. Creemos que estas dos lógicas se refuerzan continuamente. En muchas culturas la mujer tiene un status de inferioridad frente al varón por la fuerza de la ley y la religión. Las costumbres tradicionales determinan el acceso de sus miembros a la tierra y a sus recursos. Cuando la tierra no se considera un bien que se compra y vende, sino que se administra de acuerdo a las lógicas familiares, al linaje, etc., en general son los varones los que tiene el control sobre el uso de la tierra y el acceso de las mujeres a ella se da a través de las líneas patrilocales (Deere y Leon, 2000). En cuanto al eje histórico-cultural, el mundo campesino no escapa a la lógica de la división sexual del trabajo que, como argumentamos, asocia los roles de Porto Alegre: Universidad Federal do Rio Grande Do Sul.; Zander Navarro (1996) "Democracia, cidadania e representaçao: os movimentos sociais rurais no estado do Rio Grande do Sul, 1978-1990", en Navarro, Z. (comp.), Política, protesto e cidadania no campo. As lutas sociais dos colonos e dos trabalhadores rurais no Rio Grande do Sul, Editora da Universidade/UFRGS, Rio Grande do Sul, Brasil, en Brasil; Lindberg, Staffan (1999) "New Farmer´s Movements in India as Strutucral rersponse and Collective Identity Formation: The Cases of the Shetkari Sanghatana and the BKU", en The Journal of Peasant Studies para India; Deere y León, (2000) para Latinoamérica; Murmis, Miguel (1998) "El agro argentino: algunos problemas para su análisis", en Giarracca, N. y Cloquell, S. (comps.) Las agriculturas del Mercosur. El papel de los actores sociales, Buenos Aires, Ed. La Colmena-CLACSO; Giarracca, N. y colaboradores La protesta social en la Argentina. Transformaciones económicas y crisis social en el interior del país, Buenos Aires, Alianza; Stølen, Kristi Anne (1996) The Decency of Inequality. Gender, Power and Social Change on the Argentine Prairie, Oslo, Scandinavian University Press Bidaseca, Karina Colonos insurgentes, Discursos heréticos y acción colectiva por el derecho a la tierra. Argentina, 1900-2000. Tesis Doctoral de la Universidad de Buenos Aires para Argentina y especialmente, estos dos últimos desde la perspectiva de género. 20 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 las personas de acuerdo a su sexo biológico, circunscribiendo exclusivamente a las mujeres dentro de la esfera de la vida privada, encargadas de las actividades de tipo reproductivas, que implican principalmente: la realización de los quehaceres domésticos y el cuidado de los hijos y ancianos, y –en contrapartida–, ubicando a los hombres dentro de la esfera de la vida pública, encargándose de la realización de actividades de tipo productivas vinculadas al trabajo fuera del hogar, obteniendo recursos y/o ingresos económicos para la manutención del núcleo familiar. (Biaggi, Canevari, Tasso; 2007) Estos supuestos teóricos invisibilizan las prácticas de las mujeres campesinas, ya que ellas, además de realizar actividades reproductivas, realizan también actividades agrícolas y pecuarias, y en algunos casos, desarrollan tareas conocidas como "pluriactividad", trabajando en fábricas y plantas agroindustriales. Estos imaginarios sociales favorecen la negación del papel de las mujeres como productoras y fomentan la exclusión de las mismas, como actoras de los procesos de producción rural. En cuanto al eje de las legislaciones vigentes, en la última mitad del siglo XX, casi todas las Constituciones latinoamericanas incorporaron como ley la igualdad de trato y oportunidades entre sexos y se reformaron gran parte de los Códigos Civiles para establecer la doble jefatura del hogar, el reconocimiento de las uniones de hecho y el divorcio civil. Esta paridad legal entre mujeres y varones, supone (al menos desde la teoría) un equitativo acceso a bienes y recursos, y en la temática que nos interesa, implicaría un igual acceso a los derechos de tierras. Pero en la realidad fáctica, esto no ocurre, pues como señalan los estudios de Deere y Leon (2000), la posesión de la tierra continúa estando mayoritariamente en manos de los hombres. Lo que las autoras explican es que, al no haber datos censales sobre esta posesión, la misma se desprende del reconocimiento del jefe de hogar. En nuestro país, el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001 muestra que dentro de las familias monoparentales hay 242.226 hombres jefes de familia frente a 1.185.110 mujeres. Cruzar este análisis con la jefatura de hogar 21 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 en viviendas múltiples permite entender que las mujeres no tienen el mismo acceso a la jefatura de hogar que los hombres cuando las familias no son monoparentales: mientras que 7.287.853 hombres son jefes de hogar, tan solo 2.787.961 mujeres lo son. La principal diferencia se registra en los casos de familias múltiples conyugales completas, es decir cuando habitan la misma vivienda ambos (padre y madre). En esos casos encontramos 6.129.295 hombres jefes de familia y 386.641 mujeres. Se evidencia así una discrepancia entre la igualdad formal entre hombres y mujeres, consignada en la ley, y los alcances de la igualdad real, representada no sólo en la posesión de títulos de propiedad sino en el acceso, control y uso de la tierra. La naturalización de las relaciones de género hace que la producción agropecuaria y la administración de propiedades sigan asociadas al ámbito masculino, a pesar del trabajo femenino y las luchas de las mujeres rurales por el reconocimiento de sus derechos. Por otra parte, en nuestro país no existe un Código Agrario. La legislación existente se halla formulada en el Código Civil. Si miramos la Constitución Provincial de Santiago del Estero al expedirse sobre la mujer dice en su art. 28.- Protección de la mujer. La mujer y el hombre tienen iguales derechos. El Estado asume la obligación de emprender acciones positivas a fin de garantizar dicha igualdad. Y respecto del Desarrollo económico social en el art. 103 dice: "El Estado asume el compromiso de: - Fomentar la producción agraria y su desarrollo tecnológico - Estabilizar la población rural y procurar su acceso a la propiedad - Estimular la industrialización en la Provincia promoviendo, preferentemente, la relacionada con la transformación de las materias primas locales. Promueve también la radicación de capitales y de tecnología, así como de las pequeñas y medianas empresas - Colaborar con la actividad privada en el desarrollo de nuevos mercados nacionales e internacionales para la producción local - Elaborar planes de colonización de las tierras, orientados a su aprovechamiento económico y social, con preferencia en la adjudicación para la explotación directa y racional por el ocupante, su familia y grupos organizados como cooperativas - Establecer en la 22 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 Provincia zonas promocionales para los emprendimientos particulares, estatales o mixtos. A pesar de que la Constitución provincial nombra la igualdad formal entre la mujer y el hombre, es notorio que el sujeto de muchos de los derechos reconocidos es el Hombre, la familia o el conjunto Población, la mujer no es nombrada como tal. Ella es la otredad no nombrada, es otro (una otra) pero sin nombre. La falta de una categoría de otredad diferenciada por la ley para nombrar a la mujer, hace que la mujer vea reducidos sus derechos al no poder reivindicarlos en su propio nombre. Vuelve, una vez más, a ser subalternizada. La falencia en la letra de la legislación se deduce de la omisión de la desigualdad de género en el acto performativo del lenguaje, tal como es argumentado por las teorías del acto de habla (Austin y Searle, entre otros). Según nuestro punto de vista, la formulación discursiva de los derechos está atravesada por esta problemática. En otras palabras, que la mujer sea subsumida dentro del sujeto masculino "hombre" conlleva consecuencias prácticas en la reproducción de la desigualdad social entre los géneros. 6. Las mujeres en el Lote El Ceibal. Voces bajas y altas Analizaremos aquí las voces de distintas mujeres que habitan El Ceibal. Esperamos poder alumbrar acerca de la complejidad de los roles que ocupan las mujeres. Como explicitamos al comienzo, queremos escapar a las teorías que esencializan a las mujeres en lugares de inferioridad, comprendiendo los posibles factores que contribuyen a que ellas desarrollen distintos roles en sus lugares de vida, intentando despejar qué factores inciden en la dificultad de ejercer su derecho a la posesión de la tierra. Partiremos del conflicto por la tierra desatado en ese territorio, para luego adentrarnos específicamente en las resignificaciones y traducciones que los/as campesinos/as inscriben en sus experiencias de vida. Nos proponemos comprender esos factores mencionados, tanto de las mujeres respecto de otras mujeres, como respecto de los varones. Señalamos al comienzo que la tenencia de la tierra en el Lote se encuentra 23 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 en una situación de incertidumbre a la espera de la decisión del juez que falle en el litigio judicial. Asimismo otros factores son clave como mencionamos al inicio, para comprender la complejidad que asume la posesión de la propiedad de la tierra: su mercantilización y su decreciente disponibilidad por el avance de la frontera agropecuaria sobre zonas extra pampeanas. En El Ceibal, como en la mayoría de los poblados del norte de nuestro país, la propiedad de la tierra es comunitaria. Cada familia posee su vivienda y zona de corral, compartiendo el pozo de agua y el monte. El sistema judicial y la legislación de corte liberal se rigen por la lógica individualista de la propiedad privada y no pueden admitir el reclamo comunitario. Regirse bajo los parámetros que estipulan las leyes estatales, implica la mayoría de las veces, desconocer los usos y costumbres tradicionales de los/as campesinos/as e indígenas, y supone la imposición de otra lógica. Ante la amenaza inminente de desalojos la/os campesina/os del lote El Ceibal, recurrieron al derecho positivo basándose en su posesión real, que excede los veinte años, para solicitar prescripción adquisitiva. Pero este trámite basado en la ley de usucapión –o ley veinteañal– no estipula que las mensuras y el inicio del trámite se hagan comunitariamente. Es decir, para poder obtener la tierra que han ocupado durante años, en muchos casos por generaciones; las mensuras deben realizarse a través de la codificación que el derecho positivo hace de la tierra, delimitándola con la lógica de la propiedad privada y el alambrado, con todas las modificaciones que esto implica para las relaciones sociales que se tejen en dichos territorios. Por otra parte, el reclamo de posesión veinteañal del que disponen los campesinos se ve obstaculizado, pues, es difícil demostrar al juez actos posesorios, como sucede en la región pampeana (zona de cultivos, silos, etc.) A pesar de estos marcos, las comunidades encuentran estrategias para reclamar sus territorios comunitariamente, desafiando los moldes que el derecho estatal les impone: "Además cuando los jueces dicen que tiene que ser individual nosotros les decimos, cómo va a ser individual, yo tengo una represa. La tenemos entre diez. No le vamos a poder dar un pedazo a la represa a 24 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 cada uno. La represa o el pozo de agua es comunitario, y la prescripción no puede ser individual, porque una perforación, un pozo surgente no es nada (…) y ¿cómo haces para que si son diez socios dividirlo en diez pedazos?" (Entrevista a dirigente El Ceibal, 2007). Volviendo a poner el eje en las desigualdades de género que aparecen en el ámbito de las costumbres, la lucha por la tierra provoca, a menudo, una subordinación de las demandas de género a los objetivos primarios de las organizaciones, tal como lo han demostrado numerosos trabajos (Moulyneux, 199515; Stephen, 1996, entre otros). En la esfera privada la lógica masculina que asumen los patrones hereditarios, aún en los casos de tenencia precaria de la tierra, muestra que el poder de negociación al interior de las familias mantiene una correspondencia con el poder en la organización y la comunidad (Stolen, 2000). Así, cuando indagamos sobre el comportamiento de estos mecanismos de la herencia las relaciones de opresión que sufren las mujeres aparecieron inscriptas en las relaciones familiares. De esta manera, el hijo varón es aquel que permanece en el terreno familiar, mientras que las hijas mujeres generalmente abandonan sus tierras para instalarse en las del hombre con el que se casen: C: Me gustaría hablar sobre el tema de la herencia acá. Por ejemplo, sus hijos después se quedan a vivir por acá, en general se están yendo a las ciudades? Hay lugar para ellos que se armen su casa acá o se van a buscar otros lugares? R: y bueno, aquí, nosotros, la familia de nosotros, mi hijo que está ahí está ocupando el mismo terreno de nosotros, y bueno, las chicas los han llevado, se han casado y las han llevado el marido a su lugar de ellos. Difícil es traerles de allá para acá (…) 15 Como demuestra Moulyneaux (1985, citada por Navarro, 2002) respecto de la revolución sandinista: "Si bien la revolución no exigió la disolución de la identidad de las mujeres exigió sí una subordinación de sus intereses específicos a los objetivos mayores (...) de establecer un nuevo orden" (pág. 228). 25 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 C. y en general eso en otras familias usted, ¿cómo ve que es? ¿Que es así parecido, que las mujeres son las que van para…? R: para el lado donde son los hombres, sí. Muy raro es que la mujer lo traiga al hombre para su lugar de origen. (Entrevista mujer campesina, 2008) Esta problemática reaparece en los conflictos legales. Al momento de reclamar los títulos de las tierras, frente a un conflicto que les impone hacer las mensuras de sus lotes para registrarlas en Catastro e iniciar los trámites de prescripción veinteañal, las mujeres vuelven a ser invisibilizadas. Incluso cuando la mujer tiene un rol activo en el ámbito político y cuestiona los problemas de tierras –como es el caso de algunas mujeres dirigentes de organizaciones campesinas–, las titulaciones de sus tierras se realizan a nombre de los hombres mayores de la familia: C: ¿Pusieron los nombres de toda la familia, o aparecen los dos jefes de la familia, o aparece uno solo? R: No, el jefe nomás. C: ¿Quién aparece? R: el de nosotros está nomás…los mayores nomás de cada casa, los cuatro de cada casa están en el plano. C: ¿Quiénes son? R: uno es mi marido, mi hijo, mi suegro y mi sobrino. Son los que… C: ¿Eso por qué decidieron? R Y eso porque como él es el titular de la casa pensábamos… (Entrevista mujer campesina, 2008). Como sostiene Agarwal, "las luchas individuales de las mujeres para adquirir una parte de la tierra familiar requerirían también luchas interrelacionadas fuera del hogar, como las luchas para legitimar la necesidad de la mujer de tener un derecho independiente a la tierra y de movilizar apoyo económico, social y político para su causa" (1998). El punto aquí es que las diferencias de género en el poder 26 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 de negociación en el interior del hogar están ligadas al poder de negociación fuera del hogar, con la comunidad y el Estado. 6.1. Saberes jerarquizados Nos centraremos ahora en rastrear esta correspondencia de los espacios familiar y colectivo en la doble sualbternidad que oprime a la mujer en el ámbito rural en el Lote El Ceibal. Trabajaremos sobre: los saberes y las voces tomados como epítomes de las dificultades que encuentran las mujeres campesinas para des-subalternizarse, pero mostrando también las condiciones de posibilidad de intensificar sus voces. Nos encontramos con distintos caminos trazados por las mujeres entrevistadas. Al final del apartado esbozaremos algunas hipótesis acerca de las realidades divergentes en cuanto a la división sexual que opera en el grupo familiar y la comunidad campesina. Respecto de los saberes, buscamos hallar los límites que silenciaron a los discursos subalternos femeninos y notamos que hay determinados lugares en donde los saberes de las mujeres están legitimados y otros temas que les están vedados. En nuestros trabajos de campo, notamos desde el primer momento roles muy marcados que asumieron hombres y mujeres al aceptar conversar con nosotras. Observamos la presencia de un complejo entramado de jerarquía de saberes desplegado en los vínculos entre los distintos actores. Esto no es exclusivo de la relación intergéneros, pero es muy frecuente que ellas cedan el lugar a los hombres a la hora de preguntar, informarse y opinar. C: Ud. doña E. participa también de la OCCAP16? E: No, yo he ido a las reuniones pero nosotros tenemos aparte el grupo de las mujeres C: Ah, en dónde? E: Trabajamos con la María… 16 Organización campesina de Copo, Alberdi y Pellegrini. 27 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 C: Y ¿que estuvieron haciendo? E: y… trabajábamos… este… con la señoras digamos, ella venían aprendían C: Y ¿de que temas por ejemplo? E: eh, trabajábamos… eh nosotros hacíamos este, cría… de animales C: ¿Y no se siguen reuniendo? E: Y ahora no porque, María se viene C: ¿Cuántas mujeres eran? E: De acá de la zona? 15, 15 mujeres eran… si, digamos, yo era la de aquí la única, había de Nuevo Simbolar y una señora de allá de Santa Luisa. C: ¿Y con el tema de tierras, alguna de esas mujeres estuvo participando con los varones? E: No, nosotros a la tierra no, pero estábamos con ellos. (Entrevista a mujer campesina, 2008) En otra charla mantenida con una campesina del lote preguntamos acerca del conflicto desatado por el remate de sus tierras. Ella nos respondió: "de eso se encargan los hombres". Ante este conflicto que amenaza con desalojar a todas las familias, persiste la idea de algunos de los pobladores (los menos organizados, en general) que los problemas de la tierra son adscriptos a un rol masculino. Como indica Plaza (2003) "las mujeres acostumbran delegar el control de sus predios en algún miembro varón de su familia, quien llega incluso a cobrar por ellas, a asistir en su nombre a las asambleas y, a la larga, suele entrar en posesión del patrimonio" (p. 3). La jerarquía de saberes de la que hablábamos, diferencia las posiciones de los sujetos: hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, referentes políticos, entre otros. Los hombres mayores nos contaron que deben elegir representantes para ir a litigar a la capital de Santiago. En esos casos no sólo participan con mucha mayor frecuencia los hombres, sino que también prefieren designar a los más jóvenes 28 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 que suelen tener mayor interés: "... va el que se anime de ir, suelen ser los más jóvenes..." (Entrevista hombre campesino, 2007). Dentro de un paraje alejado del pueblo –Nuevo Yuchán– las campesinas y campesinos cuentan con un referente varón, que es el que han designado para hacerse de la información que necesitan. Éste es el que suele estar en contacto con los actores que mayor participación tienen en el escenario político y judicial de la zona: el padre de la iglesia y el comisionado municipal. La necesidad de representación es algo usual, sobre todo en zonas alejadas de los centros de decisión política. Pero una vez elegido el representante, los actores suelan adoptar una actitud pasiva, esperando que éste actúe y se acerque con las novedades del caso. Así no sabían de la eminente audiencia entre el juez a cargo y el comisionado municipal para detener el remate. Creemos que el des-conocimiento es una barrera difícil de franquear, tanto para los hombres como para las mujeres que enfrentan conflictos por la tierra en territorios alejados de los núcleos de decisión. En El Ceibal notamos una estructura dinámica a través de la cual, esos saberes se encuentran ordenados jerárquicamente e inmovilizando roles donde la mujer se encuentra en fuerte desigualdad respecto de los hombres. En las observaciones participantes registramos que en las entrevistas, generalmente es el hombre quien responde y lleva el ritmo de la charla, él contesta la mayoría de las preguntas referidas a los conflictos de tierra, la mujer queda en silencio. En las comunidades más alejadas del pueblo, pudimos ver con mayor claridad cómo las mujeres silencian su voz respecto de los conflictos por la tierra sintiéndose más cómodas al hablar de las cuestiones familiares o domésticas. A modo ilustrativo la primera respuesta de una mujer campesina ante nuestro interés de conversar con ellas, fue decirnos que no nos serviría de mucho ya que no sabían nada: "No entendemos mucho" nos decían; y nos contaron que los hombres no estaban, que habían migrado a realizar trabajos a otras provincias por la cosecha, dando por entendido que el saber estaba en ellos y que era a ellos a quienes debíamos buscar. Los que migran en busca de trabajos estacionales son los hombres; ellas también viajaban pero dejaron de hacerlo. La mujer se queda a realizar trabajos domésticos y cuidar la casa. Ven29 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 den pan, trabajan en telares, aunque esto no es considerado por ellas como tareas productivas. Cuando les preguntamos si pertenecían a alguna agrupación campesina dijeron que sí y nos contaron que también había otras en la zona, pero expresaron no saber las diferencias entre las organizaciones. La agrupación a la que pertenecen es la más antigua y está ligada a la Iglesia. No tienen problemas con las otras, ni discrepancias; pero ya pertenecían a ésta cuando se crearon las demás y nunca cambiaron. La falta de información también se manifiesta en el orden de la representación política; ellas no sabían que el comisionado municipal –quien además es el referente entre los campesinos y el juez– había sido elegido (por primera y única vez) por el gobernador. Otro momento de la conversación donde apareció la falta de conocimiento, en asuntos en que se mostraban interesadas, fue al hablar de los planes sociales. Habían escuchado en algunas oficinas y en rumores que circulan por la zona, que para obtener uno de estos planes debían salir sorteados y que esto no era siempre seguro, etc. Ante estas incertidumbres les preguntamos si habían concurrido a la (recientemente abierta) comisión municipal, pero todas nos dijeron que no. Otra vez, en cuanto al trabajo y a los problemas económicos de la familia, no se sentían seguras para averiguar y despejar sus inquietudes. Ellas confesaban sentir vergüenza de ir a las reuniones y plantear que no entienden, ante sus propios vecinos: "Hay reuniones y cuando están los hombres participan ellos". (Entrevista a mujer campesina, 2007). 6.2. Voces bajas y altas femeninas Aparte de los contenidos de sus discursos, la doble subalternidad que experimentan estas mujeres rurales aparece en el tono de su voz. No sólo los temas en los que se sienten las mujeres habilitadas a tomar la palabra, muestran la relación directa que tienen con los problemas domésticos y la lejanía frente a los conflictos por la tierra; cuando levantan la voz para hacerse oír, lo hacen con menor intensidad que los hombres. 30 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 Encontramos una situación distinta en lo que se refiere a la cuestión de género y a las voces de las/os actores ante el conflicto entre estas mujeres y las que habitan las zonas más cercanas al pueblo, donde se encuentran las instituciones locales. Pudimos escuchar los discursos de algunas dirigentes campesinas que son las que llamamos voces altas femeninas. Son ellas miembros activos de la OCCAP, voces fuertes dentro de la comunidad: C. ¿vos sola te ibas a la reunión o con tu marido? R: no, yo sola C: ¿Tu marido dejó de participar de la OCCAP? R: risas…sí, no él participa de las reuniones, pero así de tierras siempre he participado yo nomás. C. ¿y eso por qué? R: y, no sé, dice él, a veces vos te das más con distinta gente, porque él es de poco conversar, ha visto. Y yo una duda que tengo, ahí nomás pregunto, no me quedo con la duda. (Entrevista, 2008) Estas diferencias en el espacio público se expresan también en los roles que reproducen dentro de la familia. El marido de una de las dirigentes femeninas es cuestionado por parte de los otros hombres de la comunidad respecto del lugar que tiene su mujer, y el hecho de que ella viaje y salga de su casa para participar de los distintos encuentros. Una de las hipótesis que sostenemos para explicar las trayectorias que estas mujeres dirigentes desplegaron, a diferencia de otras, es que sus experiencias personales marcaron sus formas de lucha dentro de una comunidad que no tenía un lugar de visibilidad destinado para ellas. Muchas migraron de sus comunidades hacia ciudades como Buenos Aires y Santiago del Estero, y luego de vivir distintas experiencias en los centros urbanos, regresaron a un ámbito rural donde las mujeres deben luchar más fuertemente por modificar posiciones que las acercan a las problemáticas puramente domésticas. Esto, creemos que les permitió 31 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 romper con ciertos estereotipos que ahora son los que marcan las diferencias con otras mujeres. De esta forma vemos que, poco a poco en el espacio rural, las mujeres van ocupando espacios de mayor visibilidad y participación (Bidaseca, 2000; Biaggi, Canevari, Tasso, 2007). Esas voces dirigentes alcanzaban un mayor nivel de audición en comparación con las voces femeninas marginales. Esto es un poco lo que queremos mostrar cuando hablamos de las formas en que actúan en sus territorios las mujeres campesinas: si bien las desigualdades de género persisten encontramos hoy dirigentes mujeres que se enfrentan a los hombres ocupando roles que en el espacio rural siempre habían estado reservados a ellos. En base a las trayectorias disímiles de estas mujeres con voces altas, pudimos observar que las posiciones de mayor visibilidad y legitimidad de sus discursos se da en la lucha por la tierra, como proceso que marca las biografías de estas mujeres. Un caso que resulta paradigmático es el de Nelly Solorza, quien comenzó hace años su militancia desde la lucha campesina por el derecho a la tierra y actualmente ocupa una banca como legisladora provincial, siendo la primera mujer campesina elegida. Reflexiones finales Como hemos desarrollado a lo largo de este trabajo, las voces de las mujeres rurales en el Ceibal han sido y son silenciadas tanto por los discursos de los campesinos y campesinas. como por los registros estatales (estadísticas y censos, legislación). Las mujeres rurales de nuestro país sufren distintas subalternizaciones como habitantes de un campo negado17 y como mujeres desfavorecidas en el acceso a la propiedad de las tierras que precariamente habitan. Acompaña este hecho la carencia de políticas públicas activas respecto a la discriminación de género en el 17 32 Para esta reflexión es interesante analizar en los diarios nacionales y provinciales de los últimos dos años el conflicto entre el campo y el gobierno y cuál es la visión hegemónica y homogénea de lo que se entiende por "campo". Ello excede este trabajo. K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 acceso a la tierra y a la propiedad de la misma. En este largo silenciamiento vemos que en distintos momentos y situaciones se tejieron resistencias a las distintas situaciones de subordinación.Este silencio no necesariamente implica un silencio total y absoluto, la imposibilidad de hablar; sino la presencia de ciertos espacios institucionales o comunitarios que están dispuestos a escuchar la voz de las mujeres y otros temas sobre los cuales no pueden levantar la voz, y que son propios de los hombres. A la condición de precariedad que sufren en la posesión de sus tierras se suma una desigualdad de género que ubica a las mujeres campesinas en una situación de doble subalternidad. La tierra es el sustento de la vida material y cultural de las personas y sus comunidades, con claras significaciones simbólicas y cognitivas. A medida que se intensifica la mercantilización de la tierra, disminuyendo su disponibilidad en el mercado, se profundiza la desigualdad en el acceso. Este proceso, que podría ser analizado sólo en términos económicos está sobredeterminado, en términos althusserianos, pos las costumbres de las comunidades que refuerzan este proceso. En la negación del derecho de las mujeres a la tierra se pone en juego no sólo una subordinación económica, sino toda una serie de condicionantes sociales, culturales, jurídicos, que hacen que la mujer deba enfrentar una doble subalternidad (en tanto mujer y pobre) y subalterna del subalterno. La experiencia de las mujeres dirigentes de El Ceibal –las llamadas aquí voces altas– y sus roles activos en defensa de sus territorios, nos muestran algunos cambios culturales cotidianos en el ámbito rural; la aparición de estas resistencias en espacios aún fuertemente dominados por la lógica masculina. Hay por parte de algunas mujeres rurales, una apropiación de la voz y de la palabra. Pensamos que la posibilidad de levantar la intensidad del tono de la voz, para estas mujeres, se debe por un lado a un contexto de lucha de los y las campesinas por conocer sus derechos –principalmente los de posesión de la tierra– y, por otro lado a este nuevo proceso que mencionábamos anteriormente, 33 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 gracias al cual las mujeres se están resituando como sujetos de derechos en el ámbito rural. Para ello es indispensable tener un nombre, condición de posibilidad de la visibilidad: sólo una otredad con nombre puede reivindicar derechos. El caso analizado nos ayuda a observar que es mediante la lucha política por el derecho a la tierra que las mujeres están comenzando a generar un cambio en sus propias comunidades. Sin embargo, a pesar de la toma de la palabra y el posicionamiento en el espacio público, estas reivindicaciones no toman en cuenta los reclamos de género, ellos se subsumen a las demandas de la comunidad. (Bidaseca, Borghini, Vallejos, 2007). Es por esto que sostenemos que, cualquier cambio en las relaciones sociales y de género al interior del mundo rural, debe tener su correlato en los discursos estatales mediante la visibilización de las desigualdades de género y el diseño de políticas tendientes a su eliminación. Consideramos que es en este diálogo entre el Estado y la comunidad, entre legislación y costumbre, que será posible alterar los modos tradicionales de habitar el territorio. 34 K. Bidaseca, N. Borghini, C. Vallejos Género, desigualdad y regímenes... - pp. 7-36 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 BIBLIOGRAFÍA ¡ Agarwal, Bina (1998): "Who Sows? Who Reaps? 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UNT Durante los últimos treinta años se han manifestado espacial y económicamente importantes transformaciones en el espacio rural tucumano. Uno de los cambios más destacados y de mayor impacto territorial ha sido el avance de la superficie destinada a la producción del limón con el notable incremento en su productividad. Se evidencia una serie de factores que han contribuido para que la provincia de Tucumán adquiera una importante participación en el contexto nacional e internacional de la producción de cítricos. Este peso es el resultado de un proceso de aparición y consolidación de un potente complejo agroindustrial, cuyo origen debe buscarse en la década del ´70, cuando espoleados por la posibilidad de colocar fruta y derivados en el mercado externo, aparecieron los primeros establecimientos industriales para procesar fruta. El desarrollo de este complejo está marcado por los factores mencionados, como el aumento de las hectáreas dedicadas al limón y su productividad, que llevaron al incremento y mejoras de la capacidad de procesamiento instalada para obtener productos que permitan su inserción en los exigentes mercados externos. Asimismo, contribuyeron a este desarrollo la concentración de la tierra y de la capacidad industrial en unas pocas empresas perfectamente integradas verticalmente. En este contexto este trabajo se orienta al análisis de los problemas de comercialización de esta producción y de los cambios en el interior de su estructura agraria. 1 Este estudio forma parte de los resultados del Proyecto de Excelencia “Caracterización y diagnóstico del complejo agrocomercial limonero malagueño en un contexto de crisis” (P07HUM-02727), financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, España. 37 Abstract A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 During the past 30 years have been expressed space and economically important changes in the countryside tucumano. One of the changes highlights and more territorial impact has been the progress of the surface for the production of lemon with the remarkable increase in their productivity. It shows a series of factors have contributed to the province of Tucuman acquires a substantial participation in the national and international context of the citrus production. This weight is the result of a process of appearance and consolidation of a powerful agro-industrial complex, whose origin should be sought in the decade of ´70, when reawakened by the possibility of putting fruit and derivates in the external market, the first industrial establishments to process fruit. The development of this complex is marked by the factors mentioned, as the increase in the hectares devoted to the lemon and its productivity, which led to the increase and improvements to the processing capacity installed for products that allow their insertion in the demanding external markets: It also contributed to this development the concentration of land and the industrial capacity in a few companies perfectly vertically integrated. Against this background this paper is geared to the analysis of the problems of marketing of this production and changes in the interior of their agricultural structure. ®®® La producción de cítricos en el contexto mundial y nacional Históricamente, el cultivo de cítricos en Argentina en general, y en Tucumán en particular, se ha caracterizado por el predominio de la obtención de la naranja sobre el resto de las especies cítricas; en 1941 la naranja representaba el 63% de la producción cítrica del país, seguida por la mandarina (30%); el limón (algo menos del 6% de la producción) y especialmente el pomelo (tan sólo el 1%) participaban en forma residual. Esta tendencia se mantuvo con reducidas oscilaciones hasta los años ochenta del siglo pasado, momento en que el limón comenzaría a incrementar su producción como resultado tanto del incremento en la superficie cultivada como de los rendimientos por hectárea (Gráfico 1). 38 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Gráfico 1. Evolución de la producción citrícola argentina por especies. 1600000 1400000 1200000 1000000 800000 600000 400000 200000 0 Limó n Naranja M andarina Años P o melo Fuente: Datos facilitados por SEAGPyA, FEDERCITRUS y MECON. Elaboración propia. Como se aprecia en la tabla 1, las hectáreas existentes en el Norte Grande Argentino (NGA) –región en la que podemos encuadrar a la provincia de Tucumán– dedicadas a los cítricos suponen un importante porcentaje del total nacional, concretamente el 56% de la superficie dedicada a este cultivo en Argentina en 1988 y más del 60% en 2002. Ahora bien, si analizamos la participación de la región por especie podemos apreciar que el limón mantiene una importante significación, puesto que ya para el año 1988 representaba el 88% del limón argentino, y en el año 2002 el 96%, peso en el que las 30.688 hectáreas de la provincia de Tucumán censadas en ese año se resuelven como las principales responsables. 39 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Tabla 1. ARGENTINA Y NORTE GRANDE ARGENTINO: superficie citrícola según especie (hectáreas) 1988/2002 Área Geográfica Año ARGENTINA Norte Grande Argentino Porcentaje NGA/Argentina Limón Mandarina Naranja Pomelo Otros Total 1988 24.367,4 27.543,3 45.985,2 8535,2 - 106.639,2 2002 39.497,1 37.093,6 53.040,7 6.825,5 528,4 136.985,3 1988 21.455,8 8.806,2 23.722,6 6.016,2 - 60.000,8 2002 37.898 14.791,3 25.023,2 5.298,6 414,3 83.425,2 1988 88% 32% 57% 71% - 56% 2002 96% 40% 47% 78% 78% 61% Nota: Otros incluye la especie lima y otros cítricos. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988 y 2002. Elaboración propia. En el contexto internacional, según la información proporcionada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, puede apreciarse que la producción citrícola argentina en conjunto representa una reducida proporción del total mundial (tabla 2); no obstante, y siendo esto así, al considerar las especies cítricas individualmente pueden identificarse dos situaciones diferentes: por un lado, la correspondiente al limón, donde en la campaña 2003/04 Argentina se situaba en el 3º puesto2 en producción de fruta (lo que se traduce en el 20% de limón producido en el mundo) y en el primero en industrialización (35% del total mundial). Por otro, el resto de especies cítricas (naranja, mandarina, pomelo), con una participación muy baja, situándose Argentina a gran distancia de los mayores productores mundiales según cifras de la campaña 2003/04, como Brasil (18.360.000 tns. de naranjas), Estados Unidos (12.311.000 tns. de naranjas y 1.895.000 de pomelos), China (6.500.000 tns de mandarinas), o España (2.020.000 2 40 En las dos campañas anteriores (2001/02 y 2002/03) Argentina ocupaba el primer puesto en la producción de limones por países, seguido a muy corta distancia por Estados Unidos y España. A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 tns. de mandarinas), ente otros. Tabla 2. Producción mundial y argentina de cítricos (2003/2004). Especie cítrica Total cítricos Limón TOTAL MUNDIAL Toneladas Toneladas producidas industrializadas 73.275.000 30.677.000 ARGENTINA Toneladas Toneladas producidas industrializadas 2.207.000 890.000 4.286.000 1.743.000 900.000 615.000 Mandarina 13.338.000 1.268.000 420.000 45.000 Naranja 50.052.000 25.759.000 730.000 160.000 Pomelo 3.297.000 1.600.000 157.000 70.000 Otras 2.302.000 307.000 S/D S/D Fuente: Fuente: World Horticultural Trade & U.S. Export Opportunities-U.S. Departament of Agriculture, January 2004. Elaboración propia. La importancia que tiene el limón argentino, tucumano, en el contexto internacional es reflejo no sólo de las buenas condiciones naturales que áreas concretas del espacio provincial presentan para el desarrollo del cultivo, sino también del grado de competitividad que el complejo agroindustrial limonero tucumano ha alcanzado, gracias al cual puede no sólo producir grandes cantidades de fruta y de derivados industriales, sino colocarlas en el exigente mercado internacional. En este sentido, es conocido el hecho de que la competitividad, tanto interna como especialmente externa de la agroindustria limonera está en relación con una multiplicidad de factores; de ellos, unos, los naturales, están más allá del control de los productores, aunque ciertamente pueden ser modificados en mayor o menor medida (como las características del suelo, la disponibilidad de agua, etc.). Otros vienen determinados por las políticas gubernamentales, mientras que un tercer grupo está en estrecha relación con el comportamiento de los propios productores, que, a través de la adopción de prácticas culturales, del control de los costes de producción, etc., pueden incrementar la competitividad de sus explotaciones. Un resumen del grado de competitividad del limón argentino atendiendo a diferentes factores y comparado con distintos países productores se muestra en la tabla 3. 41 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Tabla 3. Comparación de factores competitivos entre países productores e industrializadores de limón. Factor Condiciones Naturales Plagas y enfermedades Tecnología Acceso al Capital Disponibilidad y coste de la tierra Coste de trabajo y disponibilidad Escala de producción Argentina Australia Chile China México Sudáfrica España EE UU xxx xx xxx xx xx xxx xx xxx xxx xx xxx xx xxx xxx xxx xx xxx xxx xxx x xx xxx xx xxx xxx xxx xxx x x xxx xxx xxx xxx xx xxx xx xx xx x x xxx x xxx xxx xxx xx x x xxx xxx xxx x xx xxx xx xxx Producciones xxx xxx xxx x xx xxx xxx xxx Estacionalidad xxx xxx xxx x x xxx xx xx Clima empresarial xx xxx xx x xx xx xxx xxx xx xx xx x x x xxx xx x xxx x xx xx x xx xx xx x xx xxx xx xx x x x x x xxx xxx x x x xxx xx x na xxx x xx 0.8 -0,9 -0,2 -1,0 0,5 0,4 -0,2 Apoyo gubernamental Tipo de cambio Esquema regulatorio Cumplimiento de los requerimientos de mercado Costo de producción Valor del ISVCR en 2004 0,5 NOTA: XXX denota lo más favorable, XX favorable, X lo menos favorable Fuente: USICT, 2006:59. Valor del ISVCR, ibid p.82. En ella puede observarse cómo la situación argentina se encuentra entre las más favorables dentro del conjunto de los principales países productores de limón, contando con tan sólo dos factores poco favorables: el tipo de cambio y el cumplimiento de los requerimientos de los mercados. En este momento, indicaremos que en relación con el primero de ellos, si bien el abandono de la paridad peso/dólar abarató el precio de la fruta en el mercado internacional, el impacto sobre el incremento del precio de los insumos ha sido muy importante, con las consecuencias lógicas sobre el balance económico final de las explotaciones. 42 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Esta situación positiva de los factores competitivos del limón argentino tiene su correlato en su valor en el Índice Simétrico de Ventajas Comparativas Reveladas (ISVCR)3, cuyos valores ofrecemos en la última fila de la tabla 3. En ella se aprecia claramente la existencia de ventajas comparativas en la producción de limón en Argentina con respecto al resto de países productores. La importancia de la producción e industrialización de limón en Tucumán trasciende, como hemos visto, las fronteras de la República, para situarse en uno de los primeros lugares en el contexto mundial, por lo que en las páginas que siguen nos centraremos en el estudio de esta actividad agroindustrial en particular. 2. El conglomerado agroindustrial limonero tucumano 2.1. Breve reseña histórica Los departamentos situados en el pedemonte tucumano representan el área con mayor concentración de superficie dedicadas al cultivo de cítricos (Fig. 1); en esta zona los contrastes térmicos son poco marcados, condición natural que favorece el cultivo de los cítricos, pero especialmente el del limón, la especie menos resistente a las bajas temperaturas (Palacios, J., 1978:22-23). A estas condiciones climáticas favorables se unió la eclosión de una serie de problemáticas y circunstancias (crisis de la caña de azúcar, problemas fitosanitarios de los cítricos dulces y aumento de la demanda internacional) que condujeron a partir mediados de los años ’70 al despegue de la actividad agroindustrial limonera, con una marcada tendencia a colocar tanto la fruta fresca como sus derivados industriales (aceites esenciales, cáscara deshidratada, jugos concentrados, entre otros de menor significación) en el mercado internacional. Así, a finales de la década de 3 El Índice Simétrico de Ventajas Comparativas Reveladas (Simmetric revealed comparative advantage index) tiene como objetivo comparar las ventajas comparativas en la producción de un bien incluso aunque ese producto agrario no se encuentre entre las exportaciones clave de un país, teniendo un rango de valores que oscila entre 1 (mayor competitividad) y -1 (indicando falta de competitividad). 43 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 los sesenta el número de hectáreas dedicadas en la provincia a esta especie cítrica era relativamente escaso, no alcanzándose las 7.000, pero desde entonces el área limonera tucumana ha visto cómo se ha ido incrementando progresivamente su superficie. Este incremento se ha realizado tanto reemplazando a cultivos preexistentes (en un primer momento las hectáreas dedicadas a naranjos, para luego avanzar sobre el cultivo de la caña de azúcar) como desmontando vegetación natural para dedicar el suelo así obtenido a este cítrico (cfr. Natera y Batista, 2005). Resultado de todo ello, la superficie limonera tucumana se duplicó entre 1988 y 2005, hasta alcanzar prácticamente 34.000 hectáreas en el último año (Tabla 4). Tabla 4. Provincia de Tucumán: evolución de la superficie cultivada y cantidad de explotaciones con limón. Limón Superficie (ha) Nº EAPs 1960 1.730 818 1969 6.837,52 1.002 1988 16.618,5 593 1995 23.363,7 515 2002 30.668,2 362 2005 33.928,85 S/D Fuente: Censos Nacionales Agropecuarios y Provinciales Citrícolas. Elaboración propia. Por su parte, el volumen de la producción ha tendido al alza, no sólo en estrecha relación con el aumento del área limonera, sino también con las mejoras tecnológicas implementadas, que han permitido pasar de rendimientos promedio de 24 toneladas por hectárea en 1988 a 47 toneladas en 2002, rendimientos que en plantaciones manejadas con tecnología de punta alcanzan valores que rondan las 80 ton./ha4. Consecuencia de ello, del medio millón de toneladas que se cosecharon a comienzos de los noventa se pasó en la campaña 2005/2006 a casi 1.300.000 toneladas, consolidando a Tucumán como una de las principales áreas productoras de limón del mundo. La demanda por parte del mercado internacional (muy exigente en los re4 44 Actualmente existe una variedad limonera, la Trifoliata Flying Dragon, cuyos rendimientos alcanzan las 140 Ton/ha.; se trata de una planta que por sus características morfológicas permite que se implanten alrededor de 720 plantas por hectárea, lo que incrementa aún más los rendimientos. A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 querimientos de calidad y salubridad) de derivados industriales y de fruta fresca sin duda ha sido el principal motor de las transformaciones experimentadas en la estructura socio productiva limonera, puesto que para poder no sólo competir, sino permanecer en los circuitos de comercialización, los productores han tenido que incorporar tanto tecnologías de avanzada como incrementar el tamaño de sus explotaciones; además, y como respuesta a las necesidades de lograr una mayor competitividad, otros buscaron integrar su producción con la instalación de plantas empacadoras, o bien instalar industrias, incrementando su capacidad fabril aquellos productores que ya disponían de establecimientos para procesar la fruta. Muestra de este aumento en la capacidad fabril tucumana es que la provincia pasó de 135.500 Ton/año en 1974 a 718.000 en el año 2000; cifra que en 2008 ronda ya el millón de toneladas. Este proceso de industrialización del limón comenzó en la provincia a partir de la década del sesenta del siglo pasado con el emplazamiento de las primeras plantas en los departamentos Tafí Viejo, Capital y Cruz Alta. Dicha instalación fue resultado de un proceso de integración vertical, con distintas variantes; por un lado podemos encuadrar a aquellos productores que contaban con plantaciones de limoneros y que pusieron en funcionamiento su propia industria (S.S. San Miguel en 1960, Vicente Trápani en 1965, Francisca Talavera de Trápani 1973, y Citrusvil en 1988), al tiempo que también instalaban su propia planta empacadora. Además, ellos mismos comercializaban directamente sus productos (tanto la fruta fresca como los derivados del limón). Un segundo tipo de integración es la asociativa, la cual presenta a su vez dos variantes: la primera es la registrada en una cooperativa de productores limoneros, la C.O.T.A, que puso en funcionamiento su propia planta industrializadora y de acondicionamiento en 1973, encargándose asimismo de la comercialización de los productos obtenidos. La segunda variante corresponde a la unión de diversos agentes; este es el caso de la unión de un empresario capitalista y un productor que contaba con tierras dedicadas al limón, que resultó en la fundación de Citrus Trade Famaillá (1993), hoy en manos de S.A. San Miguel. El tercer tipo de integración es el correspondiente a CITROMAX (1963), que en un primer momento puso en funcionamiento la indus45 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 tria, comprando la fruta a terceros para abastecerla, y posteriormente adquirió fincas e instaló su propio empaque. Además, incorpora el rasgo distintivo de haber sido el primer caso de desembarco de capital extranjero en este complejo agroindustrial. La firma S.A. San Miguel es la principal protagonista de la tendencia más reciente de la fase industrial del complejo, y es el aumento del tamaño de las empresas, el cual se vio reforzado cuando en la década de los noventa pasa de ser una empresa familiar a una sociedad anónima de accionistas, donde si bien entraron como socios un grupo de inversores del MBA Banco de Inversiones, entre otros; firmas nacionales con conexiones internacionales tuvieron una mayor participación como es el caso de los Miguens-Bemberg y Otero Monsegur; también pasaron a formar parte del paquete accionarial las AFJP, que se introdujeron en el negocio apenas fueron creadas en los ’90. En la actualidad los grupos Miguens-Bemberg y Otero Monsegur, han dejado fuera de la sociedad a un grupo de socios del MBA Banco de Inversiones tras la adquisición sus acciones, haciéndose de esta forma con el 52% del capital de la empresa, en tanto que las AFJP tienen aproximadamente el 29% del capital, y el resto cotiza en Bolsa (Beresovsky, A., 2007). Como reflejo de la necesidad de aumentar su competitividad S.A. San Miguel en los años noventa, adquirió el 100% de uno de sus principales competidores, Citrus Trade Famaillá, y, consecuencia de ello, esta firma ha procesado en los últimos años en torno al 30% del limón industrializado en la provincia, y comercializado porcentajes que rondan el 40% del limón en fresco exportado desde Tucumán (cfr. Batista Zamora, 2002). Indudablemente, la magnitud de las empresas agroindustirales limoneras tucumanas, y su grado de integración vertical, se resuelven como una de las fortalezas de complejo en su conjunto (USTIC, 2006:XVIII) pero también es cierto que, como inmediatamente vamos a ver, su proceso de consolidación ha corrido paralelo al de expulsión de la actividad de un significativo número de productores. 46 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 3.2. Desarrollo del complejo limonero y variaciones en la estructura agraria En este proceso de transformación productiva un segmento importante de productores no ha podido hacer frente a las exigencias del mercado, desencadenándose una disminución en el número de explotaciones limoneras; en la tabla 4 se aprecia una drástica disminución de su número desde 1969, reducidas a poco más de 500 en 1995. Este número, según información del CNA 2002, podría haber bajado a tan sólo 362, lo que es muestra de la importancia del proceso de expulsión de la actividad de los productores menos competitivos, un proceso que se habría acelerado en los últimos años. Gráfico 2. Evolución del tamaño de las EAPs limoneras según escala de extensión (1969-1995). 700 600 Nº EAPS 500 1969 400 1988 1995 300 200 100 0 has ta5 5.1-10 10.1-25 25.1-50 50.1-100 100.1- 200.1- 500.1 y R AN G O EAPS Fuente: CNA 1969 y 1988, y Censo Provincial Citrícola de Tucumán 1995. Elaboración propia. En este contexto, han sido las pequeñas explotaciones (menos de 10 hectáreas) las que han visto disminuir drásticamente su numero (gráfico 2), una dinámica opuesta a la correspondiente a las de mayor extensión, que han experimentado un incremento: a modo de ejemplo, indicaremos que las explotaciones de 47 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 más de 50 hectáreas pasaron de 8 en 1969 (según Censo Nacional Agropecuario de 1969) a 103 en 19955. Entre estas explotaciones destaca el segmento de las de más de 200 hectáreas, que son las que mayores aumentos en número y superficie implantada han experimentado, y entre las que se encuentran las correspondientes a las empresas agroindustriales, que, en su intento por autoabastecerse, han llegado a conformar fincas con más de 2.000 hectáreas dedicadas a limón (cfr. Batista Zamora, 2002). El proceso de concentración de la tierra que se ha venido registrando desde finales de los ochenta puede observarse con más claridad en la tabla 5. Del análisis de la información contenida en ella pueden entresacarse diferentes hechos, de los cuales creemos que pueden destacarse dos, de diferente signo. Por un lado, la práctica expulsión de la actividad que han experimentado los productores más pequeños, con menos de 10 hectáreas, lo cual no es sino el colofón de un proceso que ya se había iniciado al menos a finales de los ochenta. No obstante, lo novedoso es que esta expulsión está comenzando a afectar también, con seguridad, y como ya arriba indicamos, a los productores cuyas explotaciones se mueven entre las 25 y las 50 hectáreas de limón, grupo que, si bien había experimentado una dinámica positiva hasta mediados de los noventa (reflejada en el aumento de la proporción de tierras que abarcaban), en el último intercenso han visto muy severamente reducida su presencia en el complejo limonero tucumano. 5 48 La información sobre esta variable correspondiente al CNA 2002 no está disponible, pese a reiterados intentos de obtención en INDEC. A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Tabla 5. Limón. Superficie implantada según escala de extensión de la EAP (1988/2002). Censo Hectáreas 1988 Hectáreas 1995 % Hectáreas 2002 % Hectáreas % Hasta 5 497,9 3,00% 290,1 1,24% 31,6 0,10% 5,1 - 10 899,9 5,42% 647,9 2,77% 138,0 0,45% 10,1 - 25 2.255,7 13,57% 2.138,1 9,15% 786,8 2,57% 25,1 - 50 2.344,3 14,11% 3.288,2 14,07% 1.560,0 5,09% 50,1 - 100 2.674,1 16,09% 3.926,6 16,81% 3.034,8 9,90% 100,1 - 200 1.602,5 9,64% 4.042,4 17,30% 3.242,4 10,57% 200,1 - 500 1403 8,44% 4.650,3 19,90% 3.854,1 12,57% 500,1 - 1.000 1243 7,48% 2.103,8 9,00% 3.599,0 11,74% 3.698,1 22,25% 2.276,3 9,74% 4.613,5 15,04% 0 0% 0,0 0,0% 9.808,0 31,98% 16.618,5 100% 23.363,7 100,0% 30.668,2 100% 1.000,1 - 2.500 Más de 2.500 Total Fuente: CNA 1988 y 2002 y Censo citrícola provincial 1995. Elaboración propia. El porqué habría que buscarlo en el hecho de que para que una explotación sea rentable necesita cada vez mayor número de hectáreas y producir fruta de excelente calidad; además, debe ser capaz de insertar su producción en circuitos comerciales rentables, a los cuales resulta muy difícil acceder, desde el momento en que, cada vez en mayor medida, son las empresas agroindustriales las que monopolizan el apetitoso mercado internacional. Por otro lado, en el otro extremo de la escala puede también apreciarse cómo son los intervalos que agrupan a las explotaciones mayores, con 500 hectáreas o más, los únicas que registran una dinámica positiva, muy positiva, desde fines de los ochenta, destacando la aparición, por primera vez en 2002, de EAPs con más de 2.500 hectáreas de extensión. Éstas últimas controlan el 32% del monte limonero tucumano, porcentaje que se eleva al 58% añadiendo los correspondientes a las restantes EAPs con más de 500 hectáreas de limón implantado. 49 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Todo ello no es sino la muestra de que el proceso de concentración de la tierra, y de poder de decisión, en el complejo agroindustrial limonero tucumano se ha incrementado de manera muy notable. Esta tendencia a la desaparición o, al menos, franca disminución, de las pequeñas explotaciones al interior de las producciones no tradicionales (entre las que se encuentra el limón tucumano6) es una tendencia mundial, aunque se ha indicado que hay circunstancias en las que estos pequeños productores son capaces de sobrevivir: concretamente, cuando la producción es muy intensiva en mano de obra y debe cumplir niveles de calidad muy elevados, desde el momento en que estos pequeños productores hacen amplio uso de la mano de obra familiar y son capaces de realizar las labores de manera diestra y cuidadosa (Collins, J., 1995, 1104). Ese, sin embargo, no pareciera ser el caso de la citricultura tucumana, puesto que, como acabamos de ver, las pequeñas explotaciones están sistemáticamente desapareciendo, mientras que las medianas y especialmente las grandes están incrementando su número y su peso en todos los aspectos de la actividad. Por ello, pareciera que la situación tucumana encaja mejor con la corriente que indica que en el desarrollo de los cultivos no tradicionales tan sólo los productores medianos y grandes acaban siendo capaces de mantenerse en el circuito productivo, mientras que los más pequeños muy a menudo desaparecen. Este fenómeno no es exclusivo del caso tucumano, desde el momento en que el éxito de algunos países en la exportación de productos no tradicionales ha venido de la mano de un proceso de segmentación de los productores. En la base de este proceso estaría el hecho de que los beneficios de la liberalización de los mercados y del contexto productivo registrados desde fines de los ochenta tan sólo han alcanzado a aquellos que estaban en condiciones de hacer frente al 6 50 No hay una definición universalmente aceptada de producción –exportación– no tradicional, englobándose las existentes en dos grupos: las que se basan en la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional, y las que parten de algunos principios lógicos, como su novedad e importancia en el grupo las exportaciones nacionales, entre otros. En cualquiera de ellas, el limón se considera como no tradicional. Para una discusión sobre el concepto y su aplicación, cfr. Kouzmine, 2000. A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 incremento de los riesgos, apareciendo varios tipos de agricultura: un sector empresarial, que surgió de empresas familiares que contaban con ventajas iniciales o que se beneficiaron de inversiones directas de otros sectores; y un grupo marginado, cada vez más grande, compuesto por productores que no tienen los medios para seguir reproduciéndose. Entre ambos grupos se situarían productores familiares que pueden caer en el segundo de ellos, como consecuencia de inestabilidad en el mercado o de desastres naturales, de los que tienen dificultades para recuperarse (Losch, B., 2001, 349-350). Centrándonos en el caso argentino, y en relación con otro cultivo no tradicional, la soja, en el área pampeana y cordobesa se ha constatado la disminución del número de explotaciones y el aumento del tamaño medio de las restantes, un proceso en el que han sido las explotaciones más pequeñas –englobando a agricultores de tipo familiar, tanto capitalizados como no capitalizados– las más afectadas. Una de las causas más importantes que explicaría este fenómeno son las necesidades de capital para hacer frente a las compras de insumos necesarios para llevar a cabo una agricultura cada vez más tecnificada (Román, M., y González, M., 2006). Este mismo proceso de constante desaparición de explotaciones familiares, en el contexto de la expansión del cultivo sojero, ha sido puesto de manifiesto por Albanesi (2007) en la provincia de Santa Fe. Según la autora, los nuevos requerimientos de la producción –con incremento de las necesidades de capital para acceder a tecnología e insumos– llevó a la desaparición de las explotaciones familiares que no pudieron asimilar dichos condicionamientos externos. Y para el caso de la vitivinicultura mendocina, es cierto que entre 1988 y 1997 el número de explotaciones pequeñas se ha incrementado, pero ha sido vía subdivisión de las preexistentes, por lo que no resultan rentables (Gudiño, M., y Villegas, B., 2001, 157). En este sentido, las autoras indican que el proceso de reconversión de esta agroindustria tan sólo puede ser generado por unas pocas grandes empresas, de capital extranjero, desde el momento en que gran parte de los que se dedican a estas actividades se encuentran marginados del sistema e incapacitados para integrarse al mercado mundial (ibid.: 169) 51 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 3.3. Problemática comercial reciente En sus inicios el limón producido en las explotaciones limoneras tucumanas era destinado al consumo en fresco, comercializándose en los mercados locales y en los principales mercados de abastecimiento del país (Buenos Aires, Córdoba y Mendoza). No obstante, y manteniendo dichos mercados, desde los años 60 del siglo pasado comenzó a venderse derivados del limón (aceite esencial, jugos concentrados y cáscara deshidratada) al exterior, al tiempo que será la década de los setenta el momento en el que se empieza a colocar la fruta fresca también en el mercado internacional. Ambos nichos, especialmente el segundo, son los más rentables –y más difíciles de acceder–, por lo que la comercialización internacional se convirtió en el objetivo prioritario de las empresas limoneras tucumanas. La diferencia de precios que alcanza la fruta fresca, a favor de la venta exterior, se muestra en el gráfico 3, siendo comprensible, a partir de dicha información, el interés por colocar la fruta en este rentable destino. 52 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Gráfico 3. Evolución de los precios (promedio) facturados en el mercado interno y externo, 1985-2007 U$S/Ton 600 500 400 300 200 100 0 19 85 19 87 19 89 19 91 19 93 M. Interno 19 95 19 97 19 99 20 01 20 03 20 05 M. Externo Fuente: Fuente: Dirección de Estadística Tucumán (Publicaciones tomando como base estadísticas del INDEC); Dirección de Comercio Exterior Tucumán (Mimeos y soporte informático suministrados por el INDEC); Cattaneo, Carlos (1993); Subsecretraría de Programación Regional (1997) y Web de la SAGPyA.. Elaboración propia. Fruto de este interés, y de los elevados estándares de calidad alcanzados por la producción tucumana –no olvidemos que los condicionantes para la entrada de fruta a destinos como Europa, Estados Unidos o Japón son muy estrictos y elevados–, es que la comercialización del limón fresco en el mercado externo ha cobrado un singular papel, tanto por el volumen de fruta vendida (se pasó de exportar 38.669 Ton. en 1990 a casi 280.000 Ton. en 2006), como por los ingresos en dólares que representa, los cuales han alcanzado, y superado en algunos años, los valores de exportación de los derivados del limón (gráfico 4). De cualquier forma, los beneficios de estas ventas al exterior no han alcanzado a todos los productores por igual, sino que han sido las grandes empresas agroindustriales 53 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 las que más se han beneficiado. Recuérdese que San Miguel S.A. es la responsable en estos últimos años alrededor de las dos quintas partes del total de limón fresco exportado desde Tucumán, al tiempo que representa el 30% del limón exportado por Argentina. Grafico 4. Tucumán. Evolución de los ingresos en dólares (FOB) del limón en fresco y derivados industriales. U$S (Miles ) 140000 120000 100000 80000 60000 40000 20000 0 Derivados industriales Limón en fresco Fuente: Dirección de Estadística Tucumán (Publicaciones tomando como base estadísticas del INDEC); Dirección de Comercio Exterior Tucumán (Mimeos y soporte informático suministrados por el INDEC); Cattaneo, Carlos (1993); Subsecretraría de Programación Regional (1997) y Web de la SAGPyA. Elaboración propia. En el gráfico anterior también se aprecia cómo el valor de las exportaciones de derivados industriales de limón también ha experimentado un notable incremento. No obstante, y siendo efectivamente esto así, también lo es el que la cáscara deshidratada y el jugo están experimentando en este último quinquenio dificultades para ser vendidos en el exterior –su principal destino–, lo que se refleja en el valor de las exportaciones (gráfico 5). 54 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Grafico 5. Tucumán. Evolución de los ingresos en dólares (FOB) de los derivados industriales del limón. 90000 80000 U$S (Miles) 70000 60000 50000 40000 30000 20000 10000 0 Aceite esencial Cáscara deshidratada Jugo concentrado Fuente: Dirección de Estadística Tucumán (Publicaciones tomando como base estadísticas del INDEC); Dirección de Comercio Exterior Tucumán (Mimeos y soporte informático suministrados por el INDEC); Cattaneo, Carlos (1993); Subsecretraría de Programación Regional (1997) y Web de la SAGPyA. Elaboración propia. Ello no es sino el reflejo de que en la última década incluso las empresas más competitivas están teniendo problemas para ubicar sus productos, debido a cuestiones relacionadas con la demanda externa. Ésta parece haber llegado en los últimos años a un techo en el caso de los derivados del limón, ocasionando una caída en los precios –principalmente en los jugos y cáscara deshidratada (tabla 6)–, mientras que la fruta fresca si bien ha incrementado sus volúmenes exportados, el valor de sus exportaciones se mantiene, en promedio, estancado desde 2003. Además, su inserción en los mercados continúa dependiendo en gran medida de la presencia o ausencia de limón mediterráneo en la Unión Europea, con la inestabilidad que ello supone para los productores y comercializadores. Este aparente techo en la demanda, unido al vertiginoso crecimiento de la producción tucumana, ha llevado a una crisis tal envergadura que se están sustituyendo plantaciones de limón por otros cultivos, tales como caña de azúcar (revirtiendo el proceso al que anteriormente hicimos referencia), palta, frutilla o 55 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 arándano (unas 4.000 hectáreas totales entre 2005 y 2006). Dado el exceso de producción (que unido al estancamiento de las ventas da lugar problemas de aumento de stokcs), las industrias bajan el precio pagado a los productores, por lo que estos no logran cubrir el coste de producción, hasta el punto de que por esta causa en la campaña de 2005 una parte importante de la fruta quedó en los árboles. Importante es señalar que este hecho acabó en el quebranto de algunas empresas y, en palabras de los máximos responsables de la Asociación Tucumana de Citrus en “la profundización de un proceso de concentración de la actividad en los grupos más fuertes e integrados” (Omodeo et al. 2006). Tabla 6. Evolución de precios de los derivados del limón y fruta fresca 2001/2006 (USS/Tonelada-Valores FOB) Subproducto Cáscara Jugos Aceite Fruta fresca 2001 2002 2003 2004 2005 2006 661 664 620 592 459 438 1121 935 903 873 658 680 15374 10896 13861 12336 16766 18683 444 325 385 406 403 380 Fuente: Pérez et al. (2006:6). Al descenso en los precios obtenidos por el grueso de los productores hay que unir el incremento de los costes de producción, especialmente los relativos a la mano de obra –que supone alrededor de la mitad de los mismos–, y también los insumos agroquímicos, de los cuales los abonos nitrogenados en 2005 habrían aumentado su coste en un 45% en relación a 2004, proporción parecida a la experimentada por el aceite emulsivo, mientras que el cobre micronizado habría subido un 80%7. Esta caída en el volumen y precio en las exportaciones de Jugos Concentrados y Cáscara deshidratada, unido al incremento en los costes de producción, 7 56 Si bien todos los agroquímicos son importantes para obtener producciones medias, la importancia de estos dos últimos estriba en que son componentes fundamentales de las pulverizaciones necesarias para obtener fruta de primera calidad. A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 está afectando a todo el conglomerado agroindustrial. Las industrias al obtener bajos precios por sus productos buscan reducir costes, y lo hacen bajando el precio pagado por tonelada de limón a los productores, situación, que de manera directa, está expulsando de la actividad a los más pequeños. Por otro lado, las empresas agroindustriales, que también cuentan con fruta de alta calidad, hacen competencia directa a los empacadores que destinan limón al mercado externo, condicionando incluso la cantidad y la época en la que estos pueden exportar. El conjunto de las empresas agroindustriales se ha convertido, por tanto, en el núcleo del complejo, de manera que las decisiones adoptadas en ellas sin duda repercuten directamente en el resto de los agentes que participan en las diferentes fases. Sin embargo, las decisiones que en ellas se toman están, a su vez, condicionadas por los mercados, fundamentalmente el externo, a los que se dirigen sus productos, lo cual las hace dependientes de ellos. Conclusión Como en las páginas anteriores hemos mostrado, la participación en el total argentino de las hectáreas dedicadas a las diferentes especies cítricas en el NGA es muy destacable, más de la mitad del monte citrícola argentino se encuentra en nuestra región. No obstante, en el contexto internacional este peso se diluye, con la única excepción del limón. Argentina participa con el 20% del limón producido en el mundo y el 35% del industrializado, resultando ser la provincia de Tucumán –donde se concentraba en 2002 el 96% del limón argentino– uno de los principales centros de producción e industrialización mundiales de este cítrico. Este peso es el resultado de un proceso de aparición y consolidación de un potente complejo agroindustrial, cuyo origen debe buscarse en la década de los 70 del siglo pasado, cuando, espoleados por la posibilidad de colocar fruta y derivados en el mercado externo, aparecieron los primeros establecimientos industriales para procesar la fruta. El aumento de las hectáreas dedicadas a limón, de la capacidad de procesamiento instalada, y la obtención y mantenimiento de elevados estándares de calidad que permiten la venta de la producción en los exigentes mercados externos jalonan el desarrollo del complejo. Pero también lo 57 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 jalonan la tendencia a la concentración de la tierra y la capacidad industrial en unas pocas empresas perfectamente integradas verticalmente (S.A. San Miguel la más grande); por otro, la expulsión de la actividad de los pequeños y medianos productores (que hasta la década de los ochenta tuvieron una participación de primera magnitud), como queda reflejado en el drástico descenso de EAPs limoneras y la simbólica participación que suponen en las hectáreas destinadas a esta especie cítrica. Y, en este sentido, podríamos esperar que el momento de incertidumbre que la actividad limonera tucumana atraviesa en el comienzo de este siglo, debido a una caída de los precios de los productos industriales, una aparente incapacidad de colocar más fruta fresca en el mercado externo, y la aparición de importantes stocks de derivados, puede resolverse como una prueba de continuidad que no todos los actores superarán, lo que muy probablemente redundará en una mayor concentración en un número muy reducido de megacitrícolas que, de cualquier forma, son a su vez dependientes de un mercado externo en el que deben necesariamente colocar sus producciones. 58 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 Figura Nº 1 59 A. E. Batista Zamora, J. J. Natera Rivas, A. I. Rivas Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 El complejo agroindustrial limonero tucumano:... - pp. 37-61 2008-09 BIBLIOGRAFÍA ¡ Albanesi, R. P. (2007): “La modernización en el devenir de la producción familiar capitalizada”. Mundo Agrario, págs. 7-14. ¡ Beresovsky, Alejandra (2007): “Un grupo de socios de MBA Banco de Inversiones dejó la compañía tucumana. Los Bemberg y Otero Monsegur toman el control de la citrícola San Miguel”. En EL CRONISTA.COM 26-01-2007. Buenos Aires. ¡ Batista Zamora, A. E. (2002). El complejo agroindustrial limonero y su articulación territorial en el piedemonte tucumano (Argentina). Ed. Departamento de Geografía de la Universidad de Málaga. I.S.B.N. 84-930012-4-4. ¡ Cattaneo, C. (1993): La actividad citrícola en la Argentina. Diagnóstico y elementos de análisis para las propuestas de acción. Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Mimeo. 87 págs. ¡ Collins, J. 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ESTUDIO DE CASO SOBRE DOS BARRIOS POPULARES CONTIGUOS A URBANIZACIONES CERRADAS EN EL PARTIDO DE ESCOBAR BEATRIZ GOLDWASER - [email protected] Resumen Facultad de Antropología Urbana - UBA En esta instancia, se analiza la segregación socio-residencial, en estrecha relación de contigüidad espacial, de cuatro barrios ubicados en el partido de Escobar, cuyas características reflejan la permanente reconstrucción de los territorios de la RMBA, en tanto coexistencia geográfica de dos urbanizaciones cerradas, una villa de emergencia y un barrio popular consolidado. En este caso, se pretende desentrañar, o "descubrir", el velo que oculta una trama, si bien intuida, poco investigada empíricamente sobre cómo se visualizan los espacios comunes, cómo se relacionan los sujetos sociales que comparten ese espacio, y de qué manera impacta en las familias pobres la diferencia tan marcada con el "otro" oculto detrás del paredón, las rejas o el frondoso cerco verde... La metodología conjuga la dinámica de la investigación socioespacial del territorio mencionado y el análisis etnográfico y relacional de las personas que lo habitan. El desarrollo del trabajo prevé generar un análisis sistematizado acerca de la problemática propuesta y aportar conocimiento en un área que presenta cierta vacancia de abordajes empíricos, porque, si bien se conocen numerosos trabajos sobre las urbanizaciones cerradas, casi es inexistente el trabajo de campo relacio- Ä 63 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 nado con "los otros" como habitantes de los barrios populares y la situación de "vecindad" mencionada. Palabras clave: expansión metropolitana - barrios populares - segregación residencial -estigmatización social - pobreza urbana Abstract In this instance, the social residential segregation is analyzed, in narrow relation of spatial contiguity, of four neighbourhoods located in Escobar of Sweeping, which characteristics reflect the permanent reconstruction of the territories of the RMBA, while geographical coexistence of two closed urbanizations, an emergency villa and a popular consolidated neighbourhood. In this case, it is tried to uncover, or "to "discover", the veil that conceals a plot, though felt, little investigated empirically on how the common spaces are visualized, how the social subject that share this space are related, and in which way the poor families are affected by the marked differences between the "other one" hidden behind the walls, the gratings or the leafy green fence …. The methodology brings together the dynamics of the socioespacial investigation of the mentioned territory and the ethnographic analysis and relationship of the persons who live in. The development of the work foresees to generate a systematized analysis of the problematic and to contribute knowledge in an area that presents certain vacancy of empirical boardings, because, though there are numbers of known works about closed urbanizations, almost it is non-existent the work of field related to " others " as citizens of the popular neighborhoods and the "vicinity" situation mentioned. Key Words: Metropolitan expansion - popular neighbourhoods - residential segregration - social stigmatization - urban poverty ®®® Introducción El presente trabajo fue aprobado como pre-proyecto de tesis doctoral en el área de Antropología Urbana en la Facultad de Filosofía y Letras de Universidad 64 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 de Buenos Aires, a fines del año 2008. El objetivo general es analizar la problemática de la segregación residencial de los barrios populares colindantes a las urbanizaciones cerradas (UB) en la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA)1 El estudio de caso se focaliza entre dos urbanizaciones cerradas: Fincas de Maschwitz y Fincas del Lago, el barrio popular San Luis y la villa Stone2, localizados en Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar, Pcia. de Buenos Aires. Se prioriza la escala barrial, ya que la segregación residencial se verifica ampliamente en el desarrollo territorial metropolitano donde se conjugan espacios periurbanos caracterizados por el avance de urbanizaciones cerradas, el terciario avanzado y el hábitat popular ya constituido, o generado a partir de dichas urbanizaciones. Algunos de los objetivos específicos apuntan a: redescubrir las problemáticas de la pobreza urbana de los barrios populares, y las situaciones y percepciones de la realidad de sus habitantes con relación a su entorno barrial, frente a la otra realidad, la de un entorno diferente que se les presenta en una situación de contigüidad espacial; b) relevar la existencia de demanda de trabajo desde las UC hacia los barrios populares colindantes como posibles puentes de interacción social en estos enclaves de lujo en periferias empobrecidas; c) cuantificar la dinámica de crecimiento de dichos barrios en sí mismos, y en el crecimiento por agregación de otros barrios en el área de influencia de las UC.; d) analizar si el horizonte debilitante de la pobreza de los integrantes de los barrios populares inhibe, profundiza o incentiva –frente a las UC– la producción de un espacio residencial diferente. También, en este contexto, se apunta a identificar la estigmatización (o auto-estigmatización) y/o limitación (o autolimitación) de la condición social y habitacional (pobreza) en virtud de la vecindad territorial con las UC. Resulta interesante analizar las desigualdades y la percepción de esas desigualdades. Entre estos objetivos, también se pretende averiguar cuál es el horizonte de los pobres frente a una realidad física concreta; cómo es compartir un paisaje 1 La especificación de colindantes se refiere a aquellos barrios populares que se encuentran separados sólo por una calle o cualquier otro artefacto urbano de las urbanizaciones cerradas. 2 Equivalente a las favelas brasileras. 65 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 urbano sencillo, la mayoría de las veces degradado, frente a un paisaje urbano enriquecido por estructuras edilicias y paisajísticas, con seguridad, iluminación y otras bondades con las que cuentan las UC. Interesa sobre todo, desde una mirada problematizadora, "entrar" al mundo de "los de afuera" para oír sus voces y sus percepciones con relación a "los otros", los de "adentro". La reflexión teórica involucra la reflexión empírica sobre las formas de entrecruzamiento, fragilidad y/o ruptura de los lazos sociales, en un momento histórico donde la pobreza integrada pasa a traducirse en pobreza marginada (Paugam, 2007) El proyecto de investigación permitirá complementar una serie de estudios que se vienen desarrollando en la RMBA desde enfoques multidisciplinares, y cuyas miradas permiten integrar conocimientos sobre el devenir de las sociedades urbanas, testigos, como apunta Wacquant (2001), del florecimiento de la opulencia y la indigencia, la abundancia y la miseria. Estos pares de opuestos que se manifiestan en los países centrales, se agudizan en los países periféricos, aumentando la brecha entre los que tienen mucho y los que carecen de todo, y entre ciudades centrales y ciudades periféricas donde la realidad de unas y otras aparece, desde algunas décadas, conviviendo sobre los mismos territorios, pero con situaciones que reflejan múltiples caras y "velocidades" (Mongin, 2006). Estas velocidades, si bien separan los grupos y las sociedades, no pueden hacer desaparecer los espacios geográficos que, por distancias mínimas los ubican cara a cara con la pobreza y con la opulencia. Muchas de las familias que comparten los territorios involucrados, integran el colectivo de la pobreza estructural. Preguntas a la investigación Como preguntas específicas de la investigación, el planteo disparador está focalizado en analizar qué obstáculos o beneficios genera a los barrios populares la vecindad de las urbanizaciones cerradas: ü 66 ¿Cómo se manifiesta la segregación residencial en los barrios populares colindantes a las urbanizaciones cerradas? Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 ü ¿Existen estigmas territoriales hacia los barrios populares y/o sus habitantes? ü ¿Se establecen relaciones entre los habitantes de ambos barrios, y, en todo caso, qué tipo de relaciones. De ser afirmativo, ¿cuáles son los espacios de comunicación? ü ¿Las personas consiguen trabajo genuino dentro de las UC? ü ¿Existen conflictos, cómo se resuelven? ü ¿Se originan situaciones de riesgo ambiental en este contexto? ü ¿Ha mejorado el hábitat de estos barrios a partir de las nuevas urbanizaciones? Estos y otros interrogantes dinamizan la reflexión de la investigación que conducen a la formulación de la hipótesis general que intenta constatar que, en la Región Metropolitana de Buenos Aires se manifiestan diversos efectos territoriales que modifican la tradicional estructura socioterritorial de la Región. Específicamente, las urbanizaciones cerradas impactan sobre los barrios populares colindantes, generando un proceso de segregación residencial. Los datos En la actualidad, integran el partido de Escobar (creado en 1959) las localidades de Belén de Escobar (Cabecera de Partido), Garín, Ing. Maschwitz, Mathew y Maquinista Savio, las cuales, según datos históricos que brinda el municipio, se hallan asentadas sobre nueve grandes y primitivas fracciones de tierra, cuya historia se remonta a los siglos XVI y XVII. El partido está ubicado a 50 Km. al norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se accede en forma directa por la Autopista del Sol (Ruta Panamericana) y las Rutas 25 y 26. El Municipio tiene una superficie total de 303 Km2, está asentado sobre lomadas, alternadas con guadales y albardones sobre el río Paraná, la cota de mayor nivel alcanza los 22,8 metros. El barrio San Luis, se halla ubicado calle por medio a dos urbanizaciones cerradas, Fincas de Maschwitz y Fincas del Lago. Según datos estadísticos de población obtenidos de la Unión Vecinal del Barrio San Luís, tiene aproximadamente 2600 habitantes. Está circunscrito a la diagramación inicial (loteo particular 67 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 realizado en 1968), pero desde la construcción de las UC (Fincas del Lago 1999 y Fincas de Maschwitz de 1987), comenzó a expandirse por ocupación ilegal y por compra de lotes en el mercado inmobiliario formal e informal. Otro dato importante es la localización de la Villa Stone paralela a las vías del ferrocarril, la cual también se encuentra a unos 100 metros del ingreso de uno de los barrios. La villa es lineal y no cuenta con espacio para su expansión, salvo que siga extendiéndose hacia el barrio San Luis. Situación que tienen muy en cuenta los vecinos, evidenciándose por el momento, cierta discriminación intra barrios (Chiasso, Goldwaser, Soria, Pereyra, 2008). Algunos abordajes teóricos como insumos a la investigación No se desconoce la importancia y el valor de los numerosos trabajos –nacionales e internacionales– que desde distintos ángulos del campo ideológico como temático, han analizado y descrito el fenómeno urbano-territorial de la Región Metropolitana de Buenos Aires, como expresión de la singular estructuración territorial, económica y social que presenta la Argentina, o partiendo de una visión comparativa con otros conglomerados urbanos en América Latina. Parte de la bibliografía que se presenta implica incorporar algunas cuestiones teóricas y metodológicas que hacen al desarrollo de la investigación y que permiten comprender a través de estudios generales, pero con problemáticas comunes en las regiones metropolitanas; por otra parte, en el análisis teórico-filosófico, que desarrolla Olivier Mongin, se rescatan los cambios y "velocidades" en que se estructuran los territorios urbanos entre incluidos y excluidos. En el caso particular del presente trabajo, y según la diagnosis realizada en los seminarios de Quito (2005)3, se percibe cierta la vacancia relacionada con una investigación empírica, específicamente entre los habitantes de los barrios populares linderos a las urbanizaciones cerradas, profundizando sobre la existencia/inexistencia del "efecto derrame" hacia sus entornos, o alguna interacción 3 68 Actualización y profundización para los alumnos de cursos del programa para América Latina y el Caribe" – FLACSO – Lincoln Institute – Quito, Ecuador. Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 entre los diferentes sujetos sociales, o qué percepción tiene la comunidad o los individuos frente a este fenómeno urbano. Dicho esto, se presentan textos de algunos autores que se incorporan al debate del trabajo, y que permitirán profundizar sobre la temática planteada. En este recorrido de ideas, los autores que se toman como eje de la discusión son Francisco Sabatini y Gustavo Cáceres (2005), cuyo material, y seminarios dictados en la Universidad Nacional de General Sarmiento y en el curso del Instituto Lincoln realizado en Quito, fueron los disparadores de la presente inquietud. Sabatini (2003) realiza un estudio general respecto a las características y tendencias de la segregación residencial en las ciudades de América Latina, sus causas y consecuencias. Precisa diferentes definiciones y enfoques de la segregación y las explicaciones populares del término (las que refuta con hechos). Asimismo los impactos producidos por este fenómeno (al que considera "no un problema", "no una situación" y si un proceso y parte de la realidad social) como el tipo de políticas llevadas a cabo en Latinoamérica para el control de la segregación. Del mismo modo, Francisco Sabatini y Gonzalo Cáceres (2005), argumentan sobre la problemática de la segregación residencial como un fenómeno complejo debido a las distintas dimensiones que la conforman, a sus variaciones según escalas geográficas y a las relaciones ambivalentes que mantiene con la formación de identidades sociales, y tiende a ser excesivamente simplificada en el paradigma latinoamericano. "En la visión dominante, la segregación no tendría dimensiones diferenciables. Sería siempre negativa. Carecería de autonomía como fenómeno espacial capaz de influir en otros, sino que sería una simple manifestación de otras fuerzas". Según afirman los autores, no suelen ser estudiadas las dimensiones subjetivas del fenómeno, cuya realidad más importante son los estigmas territoriales, de gran importancia hoy frente al aumento de la "nueva pobreza", y en la creciente marginalidad que presenta hoy la segregación espacial de los pobres en las ciudades de América Latina. Consideran también que se observa en marcado 69 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 sesgo hacia el estudio estático de la segregación, a pesar de tratarse de un proceso, predomina entre los estudiosos, un enfoque estático, o cuando más de "estática comparativa", sobre la segregación. También Girola (2005) realiza un estudio muy interesante del fenómeno de las urbanizaciones cerradas pero considerando la recualificación de áreas vacantes y la periurbanización de sectores medios en espacios alejados del centro vinculando el trabajo con otros conceptos como urbanismo escenográfico (entendido como espacios de simulación) y urbanismo afinitario (espacios con homogeneidad de clases). Por su parte, Correa do Lago, realiza una evaluación crítica sobre catorce trabajos referidos a la segregación residencial urbana en San Pablo y Río de Janeiro centrándose para el análisis en diferentes dimensiones teóricas, desde la noción de segregación espacial urbana y/o de exclusión social, como fenómeno o proceso presentes en dichas metrópolis, así como el concepto de auto-segregación y segregación impuesta. En el trabajo de Denis Merklen (2003) se puede reconocer no sólo el modelo de abordaje metodológico de su investigación, sino también cómo se vive en los asentamientos y villas del gran Buenos Aires, y qué tipo de lógicas y estrategias de sobreviviencia deben adoptar los vecinos en esos márgenes urbanos. En un plano más teórico, es interesante el trabajo de Jesús Martín Barbero (2006) que, sobre el pensamiento foucauliano, amplía la mirada que transcurre desde un espacio tradicional polarizado entre pares de opuestos –urbano-rural, lejos-cerca, agrupado-disperso–, a un enfoque donde el espacio está vinculado con el ejercicio del poder, Avanzando desde el enfoque tradicional, Barbero plantea el espacio de en medio, la diseminación como nuevo modus oprendi del poder, un modo poroso –un espacio poroso– que puede servir para encuadrar la organización de los nuevos espacios-territorios, donde el poder o los grupos de poder (llámese Estado, agentes inmobiliarios, propietarios de tierra) deciden nuevos patrones de organización territorial. Siguiendo con el análisis más general, surge un interesante planteo de Olivier 70 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 Mongin (2006) quien, analizando convergencias y divergencias urbanas, toma la idea Eric Maurin (Le Ghetto français. Enquete sur la ségrétaion sociales París, Senil, 2004) y sugiere, en lugar de una ciudad de excluidos, una ciudad de "tres velocidades" o de "muchas velocidades", dentro de la cual, y en el caso francés en particular, el gheto pasa de ser el lugar de un enfrentamiento entre incluidos y excluidos, a verse como el teatro en el cual cada grupo trata de huir, para evitar al grupo inmediatamente inferior en la escala de las dificultades. Una reflexión que posibilita profundizar en el análisis de las relaciones intra barrios populares, parte del objeto de estudio presentado. En miradas más concretas de la investigación, se rescata el abordaje de Sonia Barrios (2000) cuando analizando la cultura urbana y sus distintas dimensiones, resalta la calle como un elemento universal de la integración social, política y de la identidad colectiva, entre otros factores, considerando que este análisis contribuye al debate de la integración o no de estructuras barriales diferentes, léase urbanizaciones cerradas/barrios populares, en la medida que la calle, en más de una ocasión, es el linde concreto entre "unos y otros", es el cruce ocasional, es el "afuera" y el "adentro", es decir, entre lo público de los barrios y lo privado de las urbanizaciones cerradas. Por otra parte, este listado de autores de ninguna manera agota la extensa bibliografía sobre la temática. A lo largo del trabajo se irán incorporando líneas de investigación y sus respectivos representantes, como así también otra bibliografía pertinente que pueda surgir. Breve abordaje metodológico y técnicas de análisis Tanto la propuesta metodológica, como las técnicas a emplear requiere de un análisis multivariado articulado con disciplinas que posibilitan una mirada del objeto de estudio desde una construcción de naturaleza conceptual con un fuerte referente empírico, y a su vez, una investigación crítica que intente resignificar los procesos socioterritoriales mediante el conocimiento cotidiano de los lugares, como apropiación concreta, pero también desde el imaginario urbano, en tanto este 71 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 proceso de construcción de la ciudad con las nuevas propuestas urbanísticas asumen nuevas formas y nuevas modalidades relacionales que van modificando los escenarios urbanos tradicionales, subsumiendo y debilitando, por contraste, los espacios logrados por los grupos sociales más desprotegidos del supuesto "efecto derrame" del sistema capitalista con predominio del capital financiero internacional. Además de la utilización de bibliografía, fuentes estadísticas y cartografía temática oficial, la técnica que más se privilegia radica en el trabajo de campo, del cual, uno de los instrumentos base es la entrevista en profundidad a los diferentes actores sociales que conforman el área de estudio, ya que constituye la manera más acabada en que se puede acceder a los escenarios planteados porque: 1. Responde a los objetivos e intereses del trabajo, los cuales se encuentran relativamente bien definidos. 2. Es la manera en que se puede acceder a las personas y los escenarios planteados, buscando experiencias humanas subjetivas. Diseño de la entrevista: Ø El diseño será flexible: no se puede por el momento especificar concretamente el número final de entrevistas a realizar, tampoco precisar la totalidad de los informantes, se considera que el inventario se puede modificar después de las entrevistas iniciales. Ø El muestreo "teórico" se calcula en 30 entrevistas que se pueden modificar a medida que el estudio progresa. Pueden surgir casos adicionales a estudiar de acuerdo con el potencial para el desarrollo de nuevas intelecciones, o para el refinamiento y expansión de las ya adquiridas. El punto de saturación determinará el cese de las entrevistas, ya que la repetición no aporta mayor información. Ø Se plantea registrar palabras y conductas de las personas sometidas a la investigación. Ø La unidad de registro será individual (al referente principal de una familia) y la toma de datos será continua. 72 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 Ø Los informantes clave se seleccionarán de acuerdo al grado de intervención en el recorte territorial seleccionado en relación al proyecto de investigación: representantes de los municipios, de los agentes inmobiliarios, empresas constructoras, O.N.Gs. Ø Se prevé la observación participativa (ya se vienen realizando observaciones y análisis) con el objetivo de registrar en forma escrita y fotográfica la acción que se desarrolla en los lugares donde transcurre la vida cotidiana de los vecinos de ambos barrios. Ø Para el contacto con los vecinos de la Villa Stone, se piensa entrevistar a una de las vecinas que se perfila como la más representativa de la villa, y por su intermedio poder acceder a algunas de las familias residentes. Ø Entrevistas con los niño/as de la escuela, fundamental a la hora de perfilar no sólo las necesidades concretas para este grupo etario, sino también para registrar el imaginario concreto de sus barrios y de los barrios privados. Ø Una cuestión más dificultosa será acceder a residentes de los barios privados. Un interesante trabajo de Maristela Swampa (2001) señala estas dificultades, por tanto, es de suponer que sólo el tiempo requerido para la gestión será más largo y problemático que para el resto del trabajo. Ø Establecer (de acuerdo a los recursos económicos) una triangulación entre dos observadores que estudien el mismo escenario (el barrio), con el objetivo de registrar diferentes miradas sobre el mismo objeto de estudio. Ø La comparación de la situación de la RMBA con casos localizados en el ámbito latinoamericano. Esto se realizará con la finalidad de aportar nuevas ideas y propuestas que se estén llevando a cabo, y/o aprender de las dificultades que se han presentado en otros países ámbitos. Hasta el momento, se avanzó en la realización de entrevistas a informantes claves residentes del barrio San Luis. Uno de los informantes es la coordinadora del comedor San Luis, Sra. Beatriz Galizia (un local adaptado para brindar almuerzos y meriendas a los niños carenciados del barrio y de la villa) ha comentado la "ayuda en alimentos" que recibían oportunamente como colaboración de las 73 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 UC (cada vez más espaciadas) y que a su leal saber y entender era sólo para cubrir cierta apariencia de responsabilidad debido a la ubicación de dichos barrios. Otras entrevistas fueron realizadas a la directora de la escuela primaria EPB Nº 29 del barrio (San Luis) que presta servicios también a los niño/as de la villa Stone. –demás está aclarar que los niño/as de las UC concurren a escuelas privadas fuera del área de residencia. La directora Viviana Suárez informa sobre la alta discriminación de la gente del barrio con respecto a la gente de la villa; por otra parte, no existen contactos directos con las personas residentes en las urbanizaciones cerradas. También se han entrevistado vecinos del barrio San Luis que han migrado de provincias vecinas y se han radicado con la expectativa –a veces cumplida, otras no– de encontrar trabajo, aún considerando que el área no representa un atractivo especial por su accesibilidad y distancia a centros urbanos relevantes. Otro de los informantes clave es el arquitecto Augusto Buyé, presidente de la Unión Vecinal (si bien no vive en barrio, colabora con los vecinos), quien señala una serie de problemas que tiene el barrio, fundamentalmente con el agua potable y que se plantea como una necesidad acuciante de los vecinos, siendo esta problemática común a muchos de los partidos de la RMBA. Los informes obtenidos sobre el desarrollo de barrio han sido valiosos dado que el municipio de Escobar no registra información sobre el mismo. Una de las técnicas a utilizar, son los cortes espaciales de análisis que se ha diseñado para esta investigación. En el barrio San Luis el primer corte será lineal, correspondiendo a los polígonos (manzanas) que conforman los bordes más cercanos a las urbanizaciones cerradas ya que el impacto del contacto es más directo; el segundo corte se realizará sobre aquellas manzanas que se encuentran más alejadas, de manera de comprobar diferencias relacionadas con la cercanía y el contacto. 74 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 Resultados esperados al finalizar el proyecto Los resultados de la investigación a partir de los objetivos planteados contribuirán al conocimiento del tipo de interacciones entre los barrios objeto de estudio, posibilitando el conocimiento empírico sobre la segregación residencial y la estigmatización social; la realidad en la demanda de trabajo; la socialización; la estimación de los riesgos ambientales producto de los procesos de cambio asociados a los contrastes residenciales en la prestación de servicios: agua potable, gas natural, educación, salud, saneamiento, entre otros. La investigación permitirá abordar una problemática poco estudiada a nivel barrial específicamente y por ende, contribuir a la generación de nuevos conocimientos sobre el tema, y tal vez, desmitificar concepciones que, a favor o en contra de las urbanizaciones cerradas y sus efectos colaterales se vienen desarrollando en la bibliografía temática, teniendo en cuenta el escenario geográfico de la RMBA que muestra una diversidad y complejidad en su ordenamiento territorial relacionado con el completamiento del proceso de urbanización y el avance del mismo proceso en los demás partidos que componen la Región. Por otra parte, se intenta acercar información a los decisores políticos y técnicos estatales con la finalidad de atender la planificación, el ordenamiento territorial y uso del suelo. 75 Beatriz Goldwaser Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Segregación y segregados. Los unos y los otros... - pp. 63-78 2008-09 BIBLIOGRAFÍA ¡ Achilli, E. L. 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RECONSTRUCCIÓN Y CRÍTICA IDEOLÓGICA DE SU DESARROLLO DIEGO J. CHEIN - [email protected] Resumen CONICET - UNT Pensamiento económico y contexto histórico. Reconstrucción y crítica ideológica de su desarrollo. Proponemos una síntesis de los principales desarrollos de la teoría económica desde sus orígenes hasta la revolución keynesiana, atendiendo a las relaciones del pensamiento económico con los contextos sociales de su emergencia y analizando críticamente los fundamentos ideológicos de sus presupuestos. Nuestro punto de vista para el desarrollo de esta crítica ideológica parte de una perspectiva materialista histórica que concibe a las ideas como parte indisociable de la praxis y las relaciones sociales históricas en las que se definen los intereses y las luchas sociales. Abstract Palabras clave: Teoría económica - Contexto histórico - Ideología. Recontruction and idelogical criticism of economic thinking and its historic context In this essay I develop a synthesys of the main proposals of Economic Theory from its origins until the Keynesian revolution. I particularly emphasize the relationship between the Economic Theory and its original social context, and I propose a critical analysis of its ideological foundations. In order to develop this ideological criticism, I use a historical materialist approach that conceives human thinking as part of praxis, and focuses on social relationships in which self-interest and social struggles are defined. Key words: Economic Theory - Historic context - Ideology. 79 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 Presentación El objetivo general del presente trabajo es el de desarrollar un recorrido por algunas de las ideas fundamentales que jalonaron el pensamiento económico desde el pensamiento de Adam Smith hasta la llamada revolución keynesiana. Luego de una breve revisión de las concepciones del mercantilismo y la fisiocracia que, tanto en el terreno de la práctica como en el de las ideas, prepararon las condiciones para la emergencia de un pensamiento económico autónomo y racionalizado, se intenta explorar en las propuestas de una serie de pensadores las continuidades y rupturas que diseñan, más que un desarrollo continuo y progresivo del pensamiento, una trama de relaciones con contextos históricos y espaciales específicos y una serie de articulaciones con posiciones políticas e ideológicas particulares. Desde luego, sería deshonesto pretender que una reconstrucción como ésta pueda llegar a ser puramente objetiva y desinteresada. Probablemente se hará evidente en el curso de la misma exposición la presencia de una perspectiva sobre la teoría económica que surge de ciertas coincidencias fundamentales con el pensamiento económico y social marxista, o al menos con una de sus interpretaciones posibles. El sistema mercantil El mercantilismo, más que una doctrina sistemática o una teoría económica fruto de la especulación, constituyó una práctica concreta. Se expresó mejor en las medidas económicas implementadas en las naciones europeas entre los siglos XV y XVIII, que en el discurso doctrinal o filosófico de la época. El período del mercantilismo se caracterizó por el afianzamiento de un nuevo sujeto histórico y social: el mercader. El extraordinario crecimiento del comercio redundó en el fortalecimiento y consolidación de este nuevo agente económico. Su crecimiento económico fue acompañado por un progresivo afianzamiento de su poder político, en un comienzo en las ciudades característicamente mercantiles y más adelante en el Estado nacional mismo. Por su parte, las ideas de la 80 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 reforma protestante, con un nuevo apoyo al individualismo y al afán de lucro, contribuyeron a que su actividad económica comenzara a ser vista por primera vez como una ocupación socialmente respetable. Los nuevos descubrimientos geográficos no sólo ampliaron las dimensiones de un mercado posible, sino que propiciaron un ingreso inusitado de metales preciosos que incrementarían considerablemente la circulación monetaria. Uno de los efectos característicos de este hecho fue la llamada “revolución de los precios”. Los efectos de la inflación constituyeron también un estímulo para la actividad comercial. El fortalecimiento de las monarquías sobre el poder de los señores feudales y la consolidación del Estado moderno resultaron de enorme importancia para el surgimiento del mercantilismo. La necesidad de superar la autosuficiencia de los feudos y de derribar las barreras aduaneras internas para un control unificado fueron intereses comunes tanto de los monarcas como de los mercaderes. La situación de conflicto bélico permanente entre los nuevos Estados en pugna por su consolidación también contribuyó a fortalecer la relación entre los mercaderes y el Estado. En tanto el orden interno y la protección exterior beneficiaban a los mercaderes, los monopolios comerciales contribuían a la seguridad y control territorial del Estado.1 Las ideas mercantilistas representaron el primer paso significativo hacia la autonomía del pensamiento económico en relación con las cuestiones propias de la filosofía y de la ética. El afán de riqueza pasó a ser objeto de un discurso racional autónomo en la medida en que se desprendía de las connotaciones morales negativas características en la mentalidad antigua y medieval. Por ejemplo, la condena moral que pesaba sobre el interés comenzó a decaer ya desde fines de la edad media cuando se planteó la distinción entre el cobro de interés en 1 Al respecto, Galbraith afirma: “Todas ellas [las Compañías] se veían asimismo en la necesidad de resistir, mediante el uso o la amenaza de las armas, la penetración de los restantes monopolios nacionales a quienes se habían otorgado privilegios similares. De este modo las empresas hicieron su aparición no sólo como instrumentos comerciales, sino también bélicos.” (Galbraith 1994: 54). 81 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 un préstamo originado en necesidades y urgencias personales y en uno en el que el prestatario obtenía beneficios. El incremento progresivo de este segundo tipo de préstamo contribuyó indudablemente a cimentar la idea de que el prestador era merecedor de una recompensa por el riesgo asumido. Así también, la noción medieval de “justo precio” perdió vigencia cuando la preocupación central del mercader ya no fue tanto la de elevar lo más posible el precio, sino la de impedir que la competencia lo redujera demasiado. La relación entre la emergencia de los Estados nacionales modernos y el surgimiento del mercantilismo fue tan estrecha, que puede afirmarse que las medidas mercantilistas fueron los medios económicos para el fin de la constitución de un Estado independiente, autárquico y poderoso. En palabras de Ferguson: El estado se convirtió no sólo en la unidad política natural, sino también en la unidad económica natural. Hasta entonces, nunca se había glorificado tanto a la habilidad de estadista como fuente principal de la prosperidad económica. (Ferguson 1948: 39). En este contexto, surgió la posibilidad (y la necesidad) de la teorización económica a escala nacional. El término “economía política” devino usual para designar “el arte gracias al cual un pueblo podía hacerse rico y poderoso con el crecimiento nacional” (Ferguson 1948: 45). En el marco de esta nueva alianza entre los mercaderes y el Estado, comenzó a hacerse frecuente por parte de los comerciantes el discurso ideológico, tantas veces reiterado, que disfraza el interés privado como interés nacional. La situación de los Estados fortaleciendo el control sobre sus territorios y en permanente pugna con otras naciones es fundamental incluso para comprender una de las ideas más conocidas, y tal vez más trivializadas, del mercantilismo: la identificación de la riqueza con los metales preciosos. Esta noción tantas veces señalada como uno de los errores centrales del pensamiento económico mercantilista, como una falacia de composición que traslada lo que es bueno para la economía del individuo (en este caso, del mercader) como lo mejor para la eco82 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 nomía del Estado, se revela comprensible cuando consideramos que en el contexto de la época el dinero era fundamental para mantener la defensa nacional (v.g. para adquirir buques, armamento, etc.). Además, el dinero había alcanzado entonces una importancia que no había detentado nunca antes y que normalmente no posee en la actualidad, cuando ya se han generalizado las instituciones de crédito y se han desarrollado los valores industriales. Resulta entonces comprensible que, para los países europeos carentes de minas, un objetivo central haya sido el de contar con una balanza comercial favorable. El establecimiento de derechos de importación prohibitivos y la implementación de subvenciones a las industrias exportadoras son algunas de las medidas características del mercantilismo tendientes a atesorar en la nación la mayor proporción posible de metálico. El interés de los mercaderes por impedir la competencia se vio ampliamente favorecido por las medidas del sistema mercantil. El incremento de la libertad económica en relación con el comercio interior, el establecimiento de monopolios comerciales, las concesiones oficiales, las patentes, así como los aranceles aduaneros y las prohibiciones a la importación, fueron el tipo característico de medidas beneficiosas para los intereses privados de algunos comerciantes que se concebían como convenientes para la nación en su conjunto. Pero esta situación no duraría para siempre y el sistema mercantil llegaría a tocar fin. En efecto, uno de los factores fundamentales por el que entraron en crisis tanto las medidas prácticas como el pensamiento mercantilista fue el hecho de que llegó un punto en que la interferencia estatal, que por muchos años había favorecido el desarrollo de los capitales (sobre todo desarticulando el poder feudal), comenzó a representar un verdadero obstáculo. La Fisiocracia y el nacimiento de la economía política En contraste con el mercantilismo, la fisiocracia constituyó más un cuerpo doctrinal de pensamiento que una práctica concreta. Para comprender la emergencia del primer sistema orgánico y sistemático de ideas económicas, es necesario tomar en consideración el contexto intelectual de la época y, sobre todo, de Francia. Resulta imprescindible tener en cuenta el extraordinario impulso que 83 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 recibió el pensamiento secularizado en la Europa del siglo XVIII. En Francia, los representantes de la Ilustración habían desarrollado un pensamiento acerca de los fenómenos sociales que buscaba asentarse en verdaderas bases científicas. El modelo de las ciencias de la naturaleza expandía su prestigio y alcanzaba al estudio de lo social, impulsando una búsqueda de leyes naturales mediante la razón y la observación incluso en los ámbitos que entonces se designaban con el nombre de filosofía moral. En Francia se había desarrollado ya el capitalismo mercantil, pero la agricultura conservaba una importancia y, sobre todo, un prestigio tal vez mayor que el de otras naciones europeas como Inglaterra.2 Además, la mala implementación de las medidas mercantilistas en los gobiernos de Luis XIV y XV no fue muy exitosa y condujo a la ruina la economía francesa. A la decadencia de la agricultura por esta situación, se sumaban las fuertes cargas impositivas y las dificultades para el acceso al crédito. Fue en este contexto que surgieron del seno de la clase terrateniente los pensadores hoy llamados fisiócratas, tales como Quesnay (1694-1774), Turgot (1727-1781) y Pont de Nemours (1738-1817). Historiadores del pensamiento económico como Ferguson y Galbraith no coinciden completamente en la apreciación del origen o la representatividad social de los fisiócratas. Mientras que para Galbraith representaron los intereses de la tradicional clase terrateniente francesa, cuyos objetivos centrales eran los de conservar el privilegio de los propietarios rurales frente al avance del capital mercantil e industrial, para Ferguson se trataba de voceros de una nueva clase de agricultores, integrada por burgueses ennoblecidos, que procuraban hacer de la agricultura una nueva actividad lucrativa. En sus palabras: “la fisiocracia debe su origen al nacimiento de la agricultura capitalista en Francia” (Ferguson 1948: 51). Lo cierto es que estos pensadores fundaron las bases para la ciencia económica proyectando el primer conjunto sistemático de ideas en este campo. Apoyándose en una visión organicista, probablemente inspirada en los modelos de 2 84 El gran prestigio de la agricultura es un rasgo que caracteriza a Francia hasta nuestros días. Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 las ciencias biológicas, dieron forma al primer cuerpo doctrinal sistemático en el que intentaban reducir a principios básicos todos los fenómenos sociales y económicos. Construyeron un concepto unificado de sociedad económica como objeto de la economía política. El objetivo de la nueva disciplina sería el de descubrir las leyes naturales de la actividad económica. En concordancia con el pensamiento racionalista de su época, sostenían que la sociedad respondía a un orden natural que había sido establecido por Dios y que era accesible a la razón humana. La misma noción de orden natural conllevaba un presupuesto cientificista que no distinguía entre la naturaleza de las leyes del mundo natural y las del mundo social. Pero, como al mismo tiempo fundamentaban el orden natural en la creación divina, las leyes sociales adquirían no sólo un valor descriptivo en tanto expresaban relaciones causales, sino también un carácter teleológico: apuntaban hacia un fin providencial que era al mismo tiempo un orden moral. En este orden establecido por Dios, los hombres detentaban una serie de derechos naturales. Esos derechos eran inmanentes a su condición humana y configuraban un orden moral. Entre los derechos naturales se encontraban los derechos específicamente económicos, tales como el de la propiedad privada, la libertad de contratación y la libertad de comercio. Desde luego, la identificación de un orden social e histórico específico con un orden natural y la presunción de la universalidad de los valores morales erigidos constituyen formas de naturalización características de las modernas ideologías burguesas, que legitiman un orden social dominante con argumentos presuntamente científicos que probarían su necesidad o su inevitabilidad. Según la concepción de los fisiócratas, en el orden natural la búsqueda del interés personal redundaría en el beneficio de todos. Esta creencia presuponía, por un lado, una noción básica de la psicología humana y, por otro, la realización providencial de un bien común. Sin dudas, si el orden natural diseñado por Dios era librado a su curso, el resultado no podía ser otro que el bien.3 El famoso 3 Años después, Adam Smith, aunque no del todo libre de un lenguaje metafísico, aduciría un argumento estrictamente racional y fáctico en esta cuestión. 85 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 eslogan “laissez faire, laissez passer” sintetizaba esta actitud. Desde un punto de vista ideológico, esta concepción constituía una clara apologética y legitimación de la emergente noción burguesa de individuo. El Estado no debía interferir en los asuntos económicos, sino sólo proteger la vida, la propiedad y garantizar la libertad de contratación y comercio. Desde luego, las disposiciones estatales favorables a los mercaderes (monopolios, etc.) entraban en conflicto con el derecho natural. Siguiendo la interpretación de Schumpeter (1967), podemos afirmar que la visión de conjunto de los fenómenos económicos alcanzada por los fisiócratas respondió a la novedosa propuesta conceptual del ciclo económico. El autor destaca el hecho de que los fisiócratas explicaron: cómo cada período económico se convierte en la base del siguiente, no ya sólo desde el punto de vista técnico, sino en el sentido siguiente: cada período conduce, precisamente, a resultados tales que incitan a los agentes del mundo económico a renovar el mismo proceso, bajo la misma forma, en el curso del período posterior y les confiere la posibilidad de hacerlo. (Schumpeter 1967: 54). El concepto de ciclo proporcionó el hilo conductor de la causalidad económica, el marco en el cual se podían deslindar las relaciones entre los diversos fenómenos locales y aparentemente aislados de la economía. Según su visión, en cada ciclo económico, nuevos bienes provenientes del aporte de la naturaleza ingresaban en la economía nacional y se difundían y transmitían por medio de intercambios. Esos nuevos productos eran concebidos como un producto social que se distribuía en cada ciclo. Esta abstracta visión de conjunto constituyó una proeza metodológica que permitió precisar la idea de riqueza nacional estableciendo, por primera vez, la relación entre riqueza nacional y producción. Otra de las nociones que con mayor frecuencia se señala como característica del pensamiento fisiocrático fue la identificación de la agricultura como el 86 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 origen de la riqueza. El concepto de “producto neto” resumía esta noción. Según la misma, el productor agrícola consumía una parte de su producción y cambiaba otra por bienes de valor equivalente que le permitían sostener su actividad y por otros bienes para su uso personal; pero una parte de lo que producía no se intercambiaba por un equivalente sino que se entregaba como renta al terrateniente. Los fisiócratas entendieron esto como una evidencia de que la naturaleza rendía un exceso sobre el costo de producción, un producto neto del que en definitiva se sostenían las demás clases de la sociedad, que no agregaban riqueza, sino sólo la transferían. La auténtica producción era concebida como la creación de un exceso material sobre el costo de producción. En contra de la opinión más corriente, Schumpeter interpreta como una cuestión secundaria la identificación del “origen técnico” de la corriente económica por parte de los fisiócratas. Sostiene que el aspecto cíclico y permanentemente renovado de la producción agraria influyó en la identificación de este origen. El ingreso periódico al circuito económico de los productos de la agricultura permitía marcar con claridad la reiniciación del ciclo. Reconoce, no obstante, que la insistencia de los propios fisiócratas en este punto revela el hecho de que confundieron la productividad física con la productividad en valor, es decir, concibieron el valor como una cantidad concreta de materia prima.4 Sin embargo, las ideas que de ello se derivaban, tales como la identificación del progreso nacional con el aumento del producto neto mediante el fomento de la agricultura, permiten suponer que, más allá de la coherencia interna de su modelo, una razón de peso para sostener estos principios estaba dada por sus concretos intereses de clase. Dobb (1973) afirma: se trataba de un concepto que nació de la sociedad económica anterior a la Revolución Francesa y que era apropiado a ella, pues entonces estaban todavía en su infancia las manufacturas de carácter capi4 Consecuentemente con la idea de que sólo la agricultura era una actividad que producía riqueza, propugnaron la sanción de un impuesto único. 87 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 talista, y la renta de la tierra era la base esencial de los ingresos de la clase gobernante. (Dobb 1973: 15-16) De este modo, se desarrollaba una doble operación ideológica: la identificación de los intereses de una clase con el interés nacional y la naturalización de esta situación mediante un discurso científico que supuestamente probaba su necesidad. En este sentido, el pensamiento fisiocrático representó una auténtica filosofía de transición histórica: por un lado, la importancia concedida a la agricultura y a la renta legitimaban aspectos del antiguo orden, mientras que, por otro, la oposición a las restricciones feudales del desarrollo agrícola y de la inversión de capitales en el campo, la defensa de la libertad económica, apuntaban claramente a los intereses de la nueva clase emergente. Adam Smith (1723-1790) Adam Smith produce su obra capital en años de profundas transformaciones desatadas por el inicio de la Revolución Industrial. En esas circunstancias de fines del siglo XVIII, una nueva figura comenzaba a dominar el ámbito económico: el industrial, quien, a diferencia del mercader, orientaba específicamente su actividad a la producción. Eran años en las que, si bien persistía aún el sistema doméstico en el cual los trabajadores no producían directamente para el consumidor sino que producían por encargo para el mercader que le proporcionaba materiales, la tendencia creciente a reunirlos en un local y a proporcionarles maquinaria propendía hacia el crecimiento de la manufactura. Los talleres industriales y las minas se hacían corrientes en Inglaterra. Sin embargo, todavía no se habían desarrollado las fábricas realmente grandes y las ciudades industriales que verían la luz en el siglo XIX. El surgimiento del empresariado y, más aún, de los asalariados como nuevos sujetos políticos estaba en sus inicios. Una de las preocupaciones centrales que atraviesan la obra de A. Smith es la inquietud por los factores que contribuyen al aumento de la riqueza. A pesar de que ya se había incorporado la máquina de vapor y se había comenzado a meca- 88 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 nizar parte de la producción industrial, lo que llamó su atención como factor central del aumento de la productividad fue la división del trabajo. No es del todo justo afirmar que ignoró el papel de la tecnología para el aumento de la riqueza, ya que, como veremos, reconoció su importancia, aunque subordinó la posibilidad de su desarrollo a la misma división del trabajo. Smith reconoció en la manufactura el ámbito de la producción en el que la división del trabajo tenía mayores posibilidades de progresar, llegándose a dividir la tarea en la fábrica en numerosas operaciones especializadas a cargo de diferentes obreros. Más allá del ámbito de la fábrica, la diversificación de actividades productivas en la sociedad era también un motor del progreso económico. El autor explicó el modo en que la división del trabajo contribuía al aumento de la productividad señalando tres factores: el aumento de la destreza (“la división del trabajo, al reducir la tarea del hombre a una operación sencilla, y hacer de ésta la única ocupación de su vida, aumenta considerablemente al pericia del operario”, Smith 1998: 23); el ahorro de tiempo (“ahorrar el tiempo que por lo general se pierde, al pasar de una clase de actividad a otra”, Smith 1998: 24); y la posibilidad de inventar máquinas que faciliten el trabajo. Es en este sentido que subordinó la productividad que aportaba la tecnología a la posibilidad de la división del trabajo. Sostenía que la concentración del obrero en una única y simple tarea le permitiría con mayor facilidad encontrar un método y aun un mecanismo que facilitaran su tarea; aparecerían, además, fabricantes que se dedicarían exclusivamente a la invención de máquinas cuando esto se hubiera vuelto un negocio especializado; y, por último, la especialización en el seno de la ciencia daría lugar a una producción mucho más cuantiosa de conocimientos específicos. Una de las variables de las que dependía, a su criterio, la posibilidad de la progresiva división del trabajo era la amplitud del mercado. Sostenía que en un mercado pequeño la especialización conllevaba para el productor el riesgo de no conseguir cambiar todo lo que producía y de no encontrar disponibles para el cambio aquellos bienes que necesitaba y no producía. La otra variable que promovería la división del trabajo era la acumulación de capital. Estimó que tanto la cantidad de negocios como la eficacia de la empresa individual eran proporciona89 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 les a la acumulación de capital. Smith consideró que la progresiva división del trabajo era una tendencia necesaria que se fundaba en dos rasgos propios de la naturaleza humana: la búsqueda del propio interés y la tendencia al intercambio. Dado que algunos individuos tenían mayor destreza en determinadas actividades productivas que en otras, podían producir más de lo que necesitaban para sí, y, movidos por su propio interés, llegarían a encontrar más conveniente dedicarse a ello e intercambiar el excedente por las otras cosas que necesitaran, que procurarse por sí mismos la satisfacción de cada una de sus necesidades. Al dedicarse cada productor a lo que mejor hacía, conseguía más para sí y la productividad general aumentaba. Aunque el argumento es completamente racional, descansa sobre supuestos ideológicos que son susceptibles (y de hecho luego lo fueron) de crítica. Por un lado, naturaliza el intercambio de mercancías fuera de cualquier condición histórica. Esto se hace evidente cuando se afirma que el productor de esa sociedad primitiva decide dedicarse a la actividad que mejor realiza porque posee “la certidumbre de poder cambiar el exceso de su propio producto” (Smith 1998: 34). La propiedad privada es otro de los supuestos que en este argumento aparece naturalizado como si se tratara de un hecho universal y ahistórico. En consonancia con el pensamiento fisiocrático, sostuvo que la búsqueda natural y competitiva del interés individual constituía la máxima fuente del bien público. El individuo era guiado por una “mano invisible” para la consecución de este fin que no había previsto. Si bien estas expresiones conservan un halo metafísico, es preciso reconocer que se trataba sólo de una metáfora. Smith argumentó este principio ateniéndose a la consideración de los hechos estrictamente económicos. Así, como en el ejemplo desarrollado para explicar el desarrollo de la división del trabajo, el hecho de que todos buscaran el mayor beneficio personal redundó en el crecimiento de la abundancia colectiva. Así también, por ejemplo, el empresario emprendedor conseguiría mayores beneficios en tanto fuera capaz de ajustarse a las necesidades de los consumidores; si sus precios fueran demasiado altos o la calidad de su producto muy baja, no conseguiría el beneficio esperado. El argumento es impecable desde un punto de vista racional, aunque 90 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 desde luego, presupone condiciones de competencia perfecta y un punto de partida en igualdad de condiciones para la competencia. Mediante estas apreciaciones no sólo negaba la condena moral que tradicionalmente pesó sobre el afán de lucro, sino que convirtió al mismo en la condición necesaria del bien común. Abonó los valores que caracterizarían al liberalismo económico, tales como libertad personal, la propiedad privada (defendida sobre la base de que tendía a la utilización más deseable de la riqueza), y la iniciativa y control individual de empresa. Desde luego, al formular estos criterios halló un terreno propicio para su aceptación en la clase industrial en ascenso, ya que ello les garantizaba que, en realidad, lo que venían haciendo no era en absoluto malo sino más bien muy deseable desde su punto de vista y el de la nación en su conjunto. El interrogante acerca del origen de la riqueza fue abordado por Smith en relación con el problema de la determinación del valor. Inquirió acerca de las reglas que determinaban las proporciones del cambio de una cosa por otra. Para ello, partió de la distinción aristotélica de “valor en uso” y “valor en cambio”. Mientras el valor en uso representaba la utilidad de un objeto particular, el valor en cambio era la capacidad de un bien para comprar otros. Planteó la paradoja de que algunas de las cosas que mayor valor de uso detentaban solían poseer un escaso o nulo valor de cambio, y viceversa, pero no buscó resolverla, sino que concentró su atención en el valor en cambio. Definió a éste como “la cantidad de trabajo que [se] pueda adquirir o de que [se] pueda disponer por mediación suya” (Smith 1998: 40). Identificó al trabajo como la medida universal del valor en cambio y estimó que la aparición de la moneda, en tanto ella misma era una mercancía, vino a representar una cantidad determinada de éste.5 Tanto el tiempo del 5 Según Smith, la moneda habría surgido para facilitar y extender el cambio en el espacio y el tiempo, porque permitiría al productor despojarse del exceso sin necesidad de recibir de inmediato algo que necesite para usar, así como obtener lo que en el momento necesita aún cuando el otro productor no necesite lo que el produce en ese momento. Para evitar estos inconvenientes, los productores habrían tendido a concentrar una mercancía que pocos rechazarían. Los metales fueron en general la mercancía elegida. 91 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 trabajo empleado, como los grados de fatiga o las exigencias de ingenio, aplicados en la producción de un bien determinaban su valor. De este modo, a diferencia de los mercantilistas y fisiócratas, Smith identificó la fuente de la riqueza en la misma actividad humana. Sin embargo, reconoció que la medida del trabajo sólo determinaba en forma directa el valor en cambio de una mercancía en las sociedades más “simples” y “primitivas”. En las sociedades “civilizadas”, la acumulación de capital y la escasez creciente de las mejores tierras determinaban una complejidad mayor en la determinación del precio. En este caso el precio respondía a los costos de producción, los cuales incluían los salarios, la renta de la tierra y las ganancias del empresario. En una situación de libre competencia y en una sociedad dada, las tasas de los salarios y de las ganancias se regularían naturalmente. Así también, la tasa promedio de renta dependería de las condiciones de fertilidad del suelo en cuestión. Cuando los precios de los productos se ajustaban efectivamente a estas tasas naturales, entonces eran vendidos por lo que llamó “precio natural”. Sin embargo, la situación más corriente era que estos se vendieran a un “precio de mercado”, el cual “no responde a una medida exacta, sino al regateo y la puja del mercado” (Smith 1998: 42), es decir, se regula por la oferta y la demanda. La competencia de los consumidores por ciertos productos elevaría el precio de mercado, mientras que la competencia entre los productores tendería a deprimirlo. En condiciones “naturales” (es decir, de libre competencia), el precio de mercado tendería hacia un equilibrio dado que gravitaría siempre hacia el precio natural. Como resultado de la conducta individual y racional de cada agente, estas variaciones tenderían siempre, a un punto de equilibrio, determinado por la demanda efectiva. La determinación del valor por el trabajo, por un lado, y por los costos de producción, por otro, constituye una de las ambigüedades irresueltas en la teoría de Adam Smith. Los mismos elementos que aparecían como constitutivos del precio, esto es, los salarios, la renta y la ganancia, eran al mismo tiempo los componentes del ingreso. Éste constituyó el punto de partida para explicar la distribución del ingre92 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 so. Al respecto, no fue menos contradictorio que en la cuestión del valor. Identificó el valor del salario con el costo necesario para atraer al trabajador a su trabajo y de mantenerlo para que siguiera trabajando. Pero también afirmó que este se definía en la negociación con intereses contrapuestos entre patrones y obreros. De hecho, reconoció que el menor grado de urgencia de las necesidades de los patrones le otorgaban un poder de negociación superior. Sin embargo, de no existir acuerdos o asociaciones de una u otra parte, los salarios tenderían a un precio natural, dadas las condiciones de libre movilidad de la fuerza laboral. Para comprender por qué la renta de la tierra ocupaba un lugar especial en el análisis del precio, es preciso tomar en cuenta la importancia y el enorme peso que la misma tenía por entonces en la economía. Smith también enunció definiciones incompatibles al respecto. En primer lugar, la definió como un residuo de los ingresos por venta, una vez pagados los salarios y los beneficios. Luego, la relacionó con la calidad de la tierra. Al afirmar que “en la agricultura, la naturaleza colabora con el hombre” y, en consecuencia, se produce un exceso que permite el pago de la renta, Smith deslizaba un matiz fisiocrático incompatible con su teoría del valor-trabajo. Más ambigua aún resultó la determinación del origen de la ganancia o beneficio. Para otorgarle alguna legitimidad, sólo alegó que, si bien la fuente de la riqueza era el trabajo, el capital, logrado por medio del ahorro y dirigido por el empresario, era la fuerza que ponía en movimiento la maquinaria productiva de la sociedad y aumentaba la eficacia del trabajo organizándolo y proporcionándole los elementos necesarios. El ahorro individual constituía, desde este punto de vista, un valor para la sociedad en su conjunto y, en consecuencia, todo hombre frugal debía considerarse un benefactor público. De su concepción del orden natural, según la cual la búsqueda del interés individual conducía naturalmente al beneficio colectivo, se derivaba, como en el caso de los fisiócratas, una determinación clara de cual debía ser el rol del Estado: cuanto menor fuera su intervención en la economía, tanto mejor para el progreso económico. Smith se pronunció enérgicamente en contra de las medidas 93 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 restrictivas propias de la política mercantilista. Consideraba que el Estado debía garantizar la libertad del comercio interior e internacional, para de este modo incentivar el progreso de la división del trabajo. Pero no fue del todo dogmático a este respecto. De hecho admitió la necesidad de los aranceles en las industrias esenciales para la defensa. Entre las funciones que reconoció como inherentes al mismo, pueden mencionarse la defensa común, la justicia, las obras públicas que ningún particular podría o querría desarrollar, la recaudación impositiva (de acuerdo con las posibilidades de cada sector), e incluso la educación gratuita para quienes no pudieran pagarla. J. B. Say (1767-1832) La obra de Say constituye en gran medida una síntesis ordenadora de las ideas propuestas por Smith. Uno de sus aportes originales, consecuente con sus antecedentes como hombre de negocios, fue la distinción entre el capitalista que presta los fondos y el empresario, quien combina la tierra, la mano de obra y el capital en un emprendimiento económico. Resaltó el papel de este último para explotar las oportunidades y constituirse en la fuerza motriz de las transformaciones y mejoras. El aporte por el que obtuvo mayor trascendencia fue el de la formulación de la llamada Ley de Say o Ley de los mercados. Say argumentaba que, al generar la producción de bienes unos ingresos equivalentes al valor de mercado de los mismos, era imposible que se produjera una insuficiencia en la demanda o un estado perdurable de superproducción. En definitiva, la oferta creaba siempre su propia demanda. De acuerdo con esto, no existiría nunca una razón que justificara la intervención del Estado en la economía. Un nuevo contexto en Inglaterra Smith fue testigo del inicio de la revolución industrial, pero los efectos más evidentes de la misma no se harían notorios sino hacia las primeras décadas del siglo XIX. Estos años verían un desarrollo inusitado de la producción y la riqueza, 94 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 así como un incremento notable de la población en Inglaterra. La aparición y el crecimiento acelerado de las ciudades industriales, las grandes migraciones y la intensificación de la presión sobre los recursos agrícolas fueron algunas de las consecuencias evidentes de este impulso. A su vez, el aumento de la producción manufacturera, consecuencia de la introducción de adelantos tecnológicos y de una nueva forma de organización industrial, se vería retroalimentado por la creciente demanda internacional. El incremento de la producción de cereales en Inglaterra, con la creciente presión sobre los recursos del suelo, dio lugar a una nueva problemática económica que captaría la atención de sus contemporáneos. El alza del precio de los granos generaba posiciones encontradas en los diversos estratos sociales del país. Había quienes, defendiendo los intereses de los grandes propietarios de las tierras, buscaban establecer restricciones a la importación de granos para evitar la caída del precio y alegaban que sería imprudente para Inglaterra no independizarse de las provisiones exteriores. Por el contrario, en relación con los intereses mercantiles, los precios altos de los cereales suponían salarios altos y, en consecuencia, costos altos, hecho que dificultaría la colocación en el exterior de los productos de la industria. En este nuevo contexto, emergerían las ideas de Malthus y Ricardo. Thomas R. Malthus (1766-1834) Uno de los méritos más reconocidos al siempre polémico aporte de Malthus al pensamiento económico fue el de haber señalado la importancia de la población en el estudio de la economía. Desde esta perspectiva, formuló la ley que, a su criterio, regiría el crecimiento demográfico, influyendo además en la determinación de los salarios. Tomó como punto de partida de su razonamiento la relación entre los medios de subsistencia y la población. Señaló que un aumento de los medios de subsistencia tenía como consecuencia un aumento en proporción geométrica de la población. Esta correlación, efectivamente corroborada por el contexto de su 95 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 época, descansaba sobre el supuesto de que las clases más bajas de la sociedad se caracterizaban por una tendencia natural a la procreación ilimitada si las condiciones de los medios de subsistencia se lo permitían. Por su parte, la oferta de alimentos sólo podría incrementarse en proporción aritmética. Dada esta asimetría inevitable, el incremento demográfico se vería necesariamente limitado por la oferta proporcionalmente menor de alimentos, a menos que otras limitaciones se interpusieran al crecimiento poblacional. Consideró las restricciones morales y el “vicio” como algunas de estas limitaciones posibles. Sin embargo, a su entender, la restricción moral era prácticamente imposible y el vicio no constituía una alternativa moralmente recomendable. Lo más probable, entonces, era que la miseria o las enfermedades acudieran a poner límites a la población. La postergación del matrimonio era, tal vez, una de las pocas medidas que, a su criterio, podrían atenuar las nefastas consecuencias de esta problemática. Una visión como ésta resultaba ideológicamente funcional para legitimar los intereses de las clases más poderosas de la sociedad. Según la misma, la causa de la miseria de las clases bajas no residía en ninguna forma de explotación, sino más bien en las propias tendencias naturales de éstas. La intervención del Estado o de manos privadas para palear la miseria de los trabajadores no haría sino empeorar la situación, dado que la procreación desenfrenada los restituiría a la miseria. De todos modos, cabe destacar que, por primera vez en la teoría económica inglesa, se admitió la posibilidad de una crisis originada por causas inherentes al mismo sistema. En este sentido, su visión constituyó un primer cuestionamiento a la Ley de Say. La pobreza y los mínimos salarios –causados por la fecundidad– provocarían una tendencia a la producción de más mercancías de las que efectivamente se pueden comprar y consumir. La superproducción y la escasez de la demanda se presentaban como posibilidades muy reales, cuyo origen no provendría de factores externos al propio sistema económico. David Ricardo (1772-1823) A diferencia de A. Smith, Ricardo elaboró sus ideas aplicando una metodolo96 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 gía que en adelante se extendería prolíficamente en el desarrollo del pensamiento económico. En lugar de partir inductivamente de los hechos, Ricardo dedujo en abstracto unas proposiciones a partir de otras mediante un procedimiento claramente deductivo. No sin razón, este método llegaría a hacerse muy corriente, dado que no exigía muchos datos y permitía desembarazarse de una realidad muchas veces desagradable o inconveniente. Ricardo se involucró en la polémica de su época en torno a las leyes de granos, problemática que, como vimos, colocaba sobre el tapete la cuestión de la distribución. Éste y otros participantes de la polémica llegaron a conclusiones similares respecto de lo que se conocería como ley de rendimiento decreciente de la tierra. Según su análisis, en un tiempo dado existiría un punto en la inversión de mano de obra y capital sobre una cantidad fija de tierra, excedido el cual cualquier inversión posterior de mano de obra y capital, aunque proporcionara un ingreso total mayor, rendiría un ingreso menos que proporcional a las unidades de trabajo y capital utilizado. La propuesta de Ricardo para Inglaterra de volcarse a la producción industrial y abolir los derechos sobre la importación de granos, podrá comprenderse cabalmente más adelante una vez que consideremos su concepción de la renta de la tierra. En relación con la noción de valor, Ricardo dio continuidad y refinó las ideas ya vertidas por Smith. Distinguió como éste el valor en uso del valor en cambio, pero concedió una función más importante de la que Smith había considerado al valor en uso para la determinación del valor en cambio, al señalar que la condición fundamental para que un bien poseyera valor en cambio era que éste resultara útil en algún sentido. A pesar de este reconocimiento, no veía forma alguna de medir el valor en cambio desde el punto de vista de la capacidad que un producto puede tener para satisfacer las necesidades humanas. Reconoció dos fuentes posibles para la determinación del valor en cambio: la escasez de un bien y la cantidad de trabajo necesaria para obtenerlo. Aclaró que estas fuentes determinaban el valor de los bienes que tenían la propiedad de ser reproducibles, no así en el caso de bienes únicos o extremadamente escasos. Aunque en el desarrollo de su pensamiento matizó algunas de estas afirmaciones de diversos mo97 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 dos, la posteridad identificó su pensamiento con lo que se llegó a conocer como la teoría del valor-trabajo. Según la misma, la medida del valor de un producto residía fundamentalmente en la cantidad (y, en cierta medida, la calidad) de trabajo que podía adquirirse a cambio del mismo. Siguiendo a Smith, destacó en la producción de la riqueza tres factores: tierra, trabajo y capital. Cada uno de ellos se correspondía claramente con las grandes clases sociales de la época: terratenientes, asalariados y capitalistas. Cada una de estas clases recibía una parte del ingreso de la industria en las formas de la renta, los salarios y las ganancias. En relación con esta problemática de la distribución elaboró una ley para explicar cada una de sus formas: ley de la renta, ley de los salarios y ley de las ganancias. Como veremos, su teoría de la distribución reemplazó la visión armónica de Smith por una diversidad de intereses contrapuestos, tales como los que dividían a asalariados y patrones, o a los terratenientes y las otras clases de la sociedad. Ricardo definió la renta como la “porción del producto de la tierra que se paga al terrateniente por el uso de los poderes originales e indestructibles del suelo”. En un marco malthusiano, estableció su determinación a partir de dos premisas: las tierras buenas son limitadas y el crecimiento poblacional presiona sobre la producción de alimentos y, por lo tanto, sobre los recursos del suelo. El avance sobre las tierras menos provechosas se daría hasta que se alcanzara un rendimiento mínimo para la subsistencia. La renta constituiría entonces el ingreso diferencial exigido por el propietario al arrendatario por la fertilidad o situación ventajosa de su tierra. La única opción que se presentaría para el arrendatario que no quisiera pagarla sería la de cultivar las tierras más pobres, con lo cual su situación no mejoraría en nada. La elevación del precio de los productos de la tierra llevarían naturalmente al encarecimiento de los salarios. De este modo, la renta no constituiría (como lo era para los fisiócratas, Smith y Malthus) un don de la naturaleza a la sociedad o una creación de nueva riqueza que legítimamente podrían retener los terratenientes, sino simplemente una deducción de la riqueza de las otras clases para la clase terrateniente. La renta sería consecuencia de la elevación de la riqueza en el ámbito de la industria y de la dificultad de proveer 98 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 alimentos para una mayor población. Por ello, Ricardo consideraba que la decisión más sabia para Inglaterra, que por cierto no contaba con condiciones óptimas para la agricultura, era la de volcarse a la producción industrial y exportar manufactura a cambio de grano más barato de los países con mejores condiciones para ello. Al abolirse los derechos sobre la importación de granos, se reduciría la presión sobre los terrenos pobres, bajaría el precio de los alimentos, los negociantes obtendrían mayores beneficios e Inglaterra prosperaría. En relación con la determinación de los salarios, Ricardo formuló lo que hoy conocemos como la Ley de hierro de los salarios. El precio natural de los mismos estaría dado por el costo de producción de los trabajadores, es decir, la medida necesaria para que los asalariados pudieran subsistir y reproducirse (o, lo que entenderíamos en cada sociedad como un mínimo nivel de vida convencional y acostumbrado), sin aumentar ni disminuir su número. En función de la oferta y la demanda, permaneciendo los otros factores estables, el salario tendería hacia el equilibrio de su precio natural. Entendió que, en principio, en una sociedad en crecimiento económico ininterrumpido los salarios y el nivel acostumbrado de vida de esta clase tendería a mejorar. Sin embargo, siguiendo los principios malthusianos, sostuvo que la tendencia inevitable al aumento poblacional indefectiblemente haría bajar los salarios. Ricardo dotó a la ley de hierro de un carácter necesario y natural. Evidentemente, esto resultaba ideológicamente funcional a los intereses de las clases más poderosas, dado que la pobreza de quienes trabajaban resultaba, como en la visión de Malthus, un destino inevitable y cualquier acción correctiva resultaría, en este sentido, errónea o fútil. Sin embargo, la conjunción de la idea que sostenía que el precio del salario era equivalente al costo de producción de los trabajadores con el principio de que el valor de cambio de los bienes era una función de la cantidad de trabajo invertida en su producción, constituiría más tarde uno de los intersticios por los cuales Marx edificaría su crítica del sistema capitalista. En efecto, es en su determinación de los beneficios donde esta cuestión surge de un modo más evidente. Una vez determinados la renta y los salarios, lo 99 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 restante debía corresponder al beneficio. Pero, justamente, si el valor del producto era el coste del trabajo que se podía pagar con él, en el punto marginal en que no hay renta, y la renta era el excedente previo al margen, aparentemente, el terrateniente tendría ingreso pero el capitalista no. La fuente del beneficio estaría dada por una reducción al mínimo posible de los salarios, es decir, que el asalariado recibiría una cantidad menor que el valor que produce con su trabajo. Frente a estas conclusiones, Ricardo intentó esbozar una justificación del beneficio argumentando que se trataba de un cobro diferido por el valor del trabajo implicado en el capital fijo invertido. Esta explicación dejaba sin resolver el aspecto central de la cuestión, dado que si los beneficios respondían a los ingresos de la mano de obra empleada en el pasado para producir el capital, la ganancia del capitalista continuaba apareciendo como una forma de robo. En estas reflexiones aparecía el elemento que luego retomaría la crítica marxista al hablar de la plusvalía y de las contradicciones intrínsecas al sistema entre trabajo y capital. Es evidente que Ricardo, así como Malthus, era un vocero de una nueva clase social y a ella se dirigía, y es probable que, en este sentido, no haya sido capaz de prever las consecuencias contrarias que desencadenaría. Hacia la teoría subjetiva del valor Una de las influencias fundamentales en la nueva dirección del pensamiento económico hacia la perspectiva de la teoría neoclásica fue el aporte de la escuela filosófica inglesa utilitarista, cuyo representante central fue Bentham. Su propósito era el de aplicar el método científico para desarrollar una ciencia de la conducta humana capaz de descubrir las “fuerzas” que la rigen, como lo había hecho la física en relación con los fenómenos naturales. El principio de utilidad, conocido como hedonismo, establecía que estas fuerzas se identificaban con las motivaciones de la conducta que se fundaban en el deseo del placer y el desagrado por el dolor. Dado que, desde su perspectiva, el consumo de bienes deseados era una fuente fundamental del placer, la maximización de la felicidad podía conseguirse con la maximización de la producción de bienes, proeza irrefutable del industrialismo. Aquello que fomentara la producción sería útil o beneficioso, 100 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 aunque una minoría sufriera para ello, dado que, según el principio ético que proponían, el Bien estaba representado por la mayor felicidad para el mayor número. En consecuencia, había que ignorar el sufrimiento de una minoría para no menoscabar el bienestar de la mayoría. Consideraban la actividad privada en condiciones de libre competencia como la situación ideal para esta maximización de la riqueza y la felicidad de la mayoría, mientras que la intervención estatal era vista como fuente de represión y dolor. Esta coincidencia con los principios del laissez-faire y su justificación del sufrimiento de las clases inferiores en el sistema capitalista constituyeron, evidentemente, una visión ideal para legitimar los intereses de los capitalistas. El hedonismo constituiría la base para la nueva orientación del pensamiento económico en las últimas tres décadas del siglo XIX. En efecto, tanto la escuela austríaca como Jevons en Inglaterra, originarían un decisivo cambio de perspectiva a partir de sus fundamentos, desplazando la atención del pensamiento económico desde la cuestión de la oferta y el costo hacia la de la demanda y la utilidad como determinantes del valor. Estos economistas abandonaron la búsqueda de un principio de valor intrínseco como una clave para el problema de la equivalencia, de un elemento primario al que pudieran ser referidas todas las cuestiones de cambio y distribución. Les interesaba una investigación más empírica: las causas de las variaciones en los valores de mercado. Este cambio de perspectiva resultaría sumamente conveniente desde un punto de vista ideológico, dado que se desembarazaba de la teoría del valor-trabajo fundamentada por los clásicos y esgrimida como argumento crítico para el sistema capitalista por Marx. El nuevo punto de partida para la cuestión del valor era el de abordarlo como el resultado una realidad psicológica: la capacidad de los bienes de dar satisfacción a los consumidores, su utilidad. El hedonismo proveyó la pista para identificar el factor determinante de lo que sostenía la demanda: la demanda era reflejo del deseo del consumidor por obtener cierto placer. La base de la propuesta era el resultado de una observación empírica respecto de la naturaleza de los deseos: la Ley de la utilidad decreciente. Según la misma, la utilidad de una cosa 101 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 aumentará generalmente con la cantidad que de ella se posea y goce, pero en general en una escala descendente. Pero, como ya lo había apuntado Ricardo, la utilidad no era una cantidad y no podía tener relación con el valor cuantitativo. La idea que contrapusieron a esto y que solucionaba la antigua paradoja del valor, ya formulada por Smith, fue la de que el precio no era una función de una suma de utilidad (lo cual era inconcebible), sino del incremento de la utilidad adicional que ofrecía al consumidor la última unidad disponible de una oferta dada. Y este incremento de utilidad, según los principios de la ley de la utilidad decreciente, sería tanto menor cuanto mayor fuera la cantidad de un bien disponible en una oferta dada. De este modo, colocaron en el centro de la determinación del valor el papel de la utilidad marginal en lugar de la utilidad general: lo que determinaba el valor de mercado de un producto no era la satisfacción total proporcionada por su posesión o uso, sino la satisfacción y el goce procedente de la última y menos deseada adición al consumo de un individuo dado. Y esta utilidad marginal disminuiría o aumentaría, en idénticas circunstancias, en proporción inversa y directa con su disponibilidad. El valor aparecía siempre como un valor relativo, una posición de equilibrio de una mercancía respecto del resto de las mercancías. En el caso más sencillo del trueque, el punto de equilibrio se daría cuando la utilidad marginal de ambos productos se igualara para cada parte, dado que los involucrados en el cambio continuarían el intercambio sólo hasta el punto en que el incremento de utilidad del otro producto igualara la que atribuyen al propio, porque más allá de esto considerarían que están perdiendo. En el caso del intercambio mediante la moneda, el precio de un bien no podría ser mayor que el que estaría a dispuesto a pagar el consumidor por la unidad marginal, pues de otra manera la última porción no se vendería. Y, por su parte, el vendedor no desearía vender a un precio menor que éste, por lo tanto el precio no habría de ser apreciablemente menor que este valor. Un primer problema con el que se enfrentaron estas ideas era que en el 102 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 mundo comercial moderno las mercancías que el vendedor coloca en el mercado no tenían una utilidad directa para éste. Para representar el valor que la mercancía tenía para el vendedor retomaron la noción de costos de producción de los clásicos, pero desvinculándola de la cuestión de la distribución en relación con la cual había sido formulada. En efecto, la problemática de la participación que las diversas clases sociales tenían respecto del producto total quedaba reducida a la cuestión de las mercancías componentes que entraban en la producción de las mercancías acabadas. Los factores de producción eran simplemente estas mercancías componentes. Mientras los austríacos optaron por tomar a los factores de la producción como variables independientes, cuyo valor correspondía al de la unidad final o marginal de la oferta de cada factor, Jevons concibió el aporte de los factores de producción en términos de desutilidad. Al no ser una variable independiente, la oferta de trabajo, por ejemplo, dependería en parte de los cambios de salario. Alfred Marshall (1842-1924) El contexto económico de la obra de Marshall era el de un sistema capitalista afianzado, en el que las fuerzas sociales del capitalismo occidental se habían impuesto decididamente sobre las formas precapitalistas y en el que ya comenzaban a manifestarse los signos de las crisis endémicas del sistema, aunque en un clima de confianza generalizada no siempre eran percibidos o a veces podía subestimarse su importancia. Así pues, el capitalismo mundial enfrentó una decadencia mundial del nivel general de precios entre 1880 hasta 1890, con un balanceo de la prosperidad a la depresión relativa. El lento aumento poblacional en muchos países con un capitalismo avanzado representaba una contraprueba evidente de la teoría malthusiana de la población. Así también, los desastres agrícolas, tanto en Gran Bretaña como en el resto de Europa, arrojaban dudas sobre la teoría ricardiana de la renta. El movimiento sindical cobraba fuerza y alcanzaba logros significativos en el plano jurídico-legal. Aunque las tendencias monopólicas crecían y en muchos casos el Estado intervenía, la libre competencia era aún la forma dominante y fue precisamente sobre esta base que Marshall edificó su 103 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 teoría del valor. En los planos de la teoría y de la práctica, el marxismo aparecía como una peligrosa amenaza al pensamiento y al sistema capitalistas. Acorde con el espíritu científico de la época, Marshall se propuso fundamentar la ciencia económica sobre bases propias e independientes. En este sentido, colocó en el centro de atención de la misma el dinero. Consideró al dinero como el mejor medio a disposición del científico para medir el conjunto de fuerzas que dominan la conducta económica humana. Su objetivo fue el de explicar la vida económica en términos del sistema de precios. En el marco de una teoría del valor como un problema de equilibrio entre las fuerzas de la demanda y la oferta, elaboró una poderosa síntesis de las viejas y nuevas teorías, con referencia a los problemas de su época. Tomó el enfoque unilateral del costo de los clásicos y el de los economistas de la utilidad marginal y los fundió en uno. En su examen de la demanda utilizó los conceptos austríacos de utilidad, utilidad marginal, ley de utilidad decreciente y curva de demanda. En su explicación de la oferta tomó de las teorías clásicas elementos como la ley de rendimientos decrecientes en la agricultura, la teoría malthusiana de la población, la división del trabajo en relación la eficacia productiva y el concepto de abstinencia en su relación con la formación de capital. Como vimos, las propuestas de la teoría subjetiva del valor, al reducir el problema al juego recíproco de la oferta y la demanda en la determinación de los precios, resultaba un modo conveniente y efectivo de desembarazarse de la crítica marxista fundada en la teoría clásica del valor objetivo. Marshall, consecuentemente con esta orientación, desarrolló una teoría en la que la tendencia hacia el equilibrio constituía la base de la explicación de casi toda la conducta económica. El autor definió la demanda como el total de artículos que un comprador podía adquirir en un mercado, en un tiempo y a un precio dados. Según su concepción, cada comprador llevaba al mercado un precio de demanda que reflejaba un equilibrio entre la utilidad marginal que representaba para él el artículo y su utilidad marginal (rico o pobre) para el dinero. En este aspecto se mantuvo fiel a los principios elaborados por los teóricos de la utilidad marginal que ya analiza- 104 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 mos, aunque en verdad no intentó fundamentarlos sobre la base de la psicología hedonista. De hecho, su modelo sólo exigía tener en cuenta una serie dada y observable de preferencias de los consumidores y no presuponía que tales preferencias constituyeran una satisfacción de algún tipo de necesidad fundamental. Paralelamente, la oferta fue definida como el conjunto de artículos que los vendedores podían suministrar a un mercado, en un momento y a un precio dados. El vendedor llevaba al mercado un precio de oferta que reflejaba el equilibrio entre sus costos totales de producción y su utilidad marginal por el dinero. No partió del supuesto de considerar la oferta de los factores de producción como variables independientes, sino que concibió sus respectivos aportes en términos de desutilidad, esfuerzos o sacrificios, que tendían hacia un equilibrio respecto de las compensaciones necesarias para atraer dichos factores a la producción. Fue así como Marshall, realizando una síntesis entre la escuela moderna y la clásica, llegó a justificar la ganancia, tan pasible de cuestionamientos en las propuestas de los clásicos. Para Marshall, tanto el trabajo del obrero, el ahorro del inversionista como el riesgo del empresario implicaban un “costo real”, en términos de “esfuerzos y sacrificios”. Las compensaciones necesarias para atraer ciertas cantidades de trabajo, capital y empresa a la producción podía representarse como una función de la oferta o como una tabla de precios de la oferta. Acorde con la tradición clásica, la renta de la tierra seguía apareciendo como un caso especial, dado que su oferta era fija y no resultaba de ningún esfuerzo o “costo real”. Como Ricardo, Marshall sostuvo que la renta era el exceso de rendimiento de las mejores tierras a causa de su mayor fertilidad o su situación más favorable. Sin embargo, entendió la renta como el caso más común de la situación general en que elementos del excedente de los productores eran ganados por otros factores de producción. En efecto, “cuasirrentas” (como en el caso de los bienes inmuebles de capital) fue el término empleado para designar los excesos de ingreso rendido por ciertos instrumentos de producción de manufactura humana. A diferencia de los clásicos, trató la distribución como una aplicación de la teoría del valor a un conjunto especial de circunstancias. Propuso la considera105 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 ción de un cuarto factor de producción que se agregó a tierra, trabajo y capital. Designó a este cuarto factor como “organización industrial”, aludiendo a lo que en la actualidad se entiende como “empresa”. De este modo, el interés era la compensación recibida por el capital mientras la ganancia o beneficio correspondía al factor “organización industrial”, que aludía al rol de organización y emprendimiento impulsado por el empresario. A partir de estos cuatro factores, enfocó la distribución como el problema de la participación en el dividendo anual que correspondía a cada factor. Tanto para la determinación del salario como para la del interés y la ganancia Marshall recurrió al modelo del equilibrio entre la oferta y la demanda. Uno de los supuestos sobre los que se edificaba su teoría del equilibrio era el de la libre competencia. Pero no sólo constituía un supuesto de sus ecuaciones, sino que representaba un ideal legitimado por la propia teoría. En efecto, el equilibrio basado en la competencia representaba el sistema de precios que produciría el mayor producto (de utilidad) común a todas las partes interesadas. A su vez, la distribución de los factores de la producción entre los diversos usos de modo que igualara el rendimiento marginal de ellos, constituía la condición de su productividad máxima. Cualquier interferencia en la libre competencia tendería en consecuencia a reducir el bienestar económico. De este modo, la teoría neoclásica proporcionó una justificación más convincente al orden burgués en una época que ya no creía en la “mano invisible” y en la “ley natural”. Sin embargo, cabe destacar que esta función ideológica se fundaba en otro supuesto menos explícito, cuya eficacia persuasiva residía justamente en el hecho de que no se advertía su carácter de presupuesto. En efecto, la apología del laissez-faire surge de un razonamiento que lleva a la conclusión de que la libre competencia constituye el mejor modo de equilibrar las compensaciones, cuando en realidad esto era lo que se presuponía desde un comienzo. De hecho, si dos personas están igualmente colocadas desde el principio continuarán, por hipótesis, realizando el intercambio hasta que deje de convenirles seguir adelante en la transacción. Con un punto de partida desigual, el laissez-faire per- 106 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 petuaría un desventajoso orden de cosas. En los hechos, el avance del capitalismo monopolista llegaría a echar por tierra estos presupuestos neoclásicos. También el tratamiento aplicado a la problemática de la distribución resultó eficaz desde un punto de vista ideológico. La idea de que tanto las compensaciones del trabajo y el capital corresponden a los “esfuerzos y sacrificios” realizados, desdibuja la oposición y el conflicto entre los ingresos de las diferentes clases sociales que ya se hacía evidente en el pensamiento de los clásicos como Ricardo. La concepción del “costo real” como “esfuerzo y sacrificio” que reemplazó a los conceptos clásicos del “costo real” objetivo permitía ocultar las diferencias cualitativas básicas entre ahorro y trabajo. Por último, la abierta tendencia cientificista hacia los modelos matemáticos del equilibrio, constituyó un punto de inflexión crucial respecto de la tradición de la Economía Política y permitió desentenderse a los economistas de los juicios valorativos explícitos respecto de las situaciones más deseables o más justas. En efecto, la ciencia económica que fundó Marshall se proponía contestar un conjunto de interrogantes muy diferentes a los de la Economía Política. La nueva economía, al desembarazarse de la teoría objetiva del valor, quedaba libre de principios sobre los que se pudiera basar un juicio de naturaleza moral, ya que era precisamente a través de esta teoría que la Economía Política intentaba suministrar un marco normativo. Incluso los presupuestos hedonistas que aún conservaban un principio normativo en las teorías subjetivas del valor fueron desechados por la nueva teoría neoclásica tomando como base unos principios puramente empíricos o behavioristas según los cuales sólo sería necesario tomar en consideración las preferencias observables de los consumidores en un momento dado, sin atribuir ninguna significación particular a las mismas. El concepto original de utilidad como índice de alguna satisfacción fundamental de las necesidades humanas se desdibujaba en estas nuevas propuestas. Los reformadores sociales y los socialistas utópicos Casi desde los inicios de la revolución industrial se alzaron voces de pensa- 107 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 dores sociales que reaccionaban ante los efectos negativos del industrialismo y el capitalismo. Muchas de estas consecuencias negativas fueron atribuidas en principio a una especie de “maligna influencia” de la introducción de la maquinaria en la producción. El empleo indiscriminado de mujeres y niños en la producción, la explotación de los trabajadores en general, los salarios generalmente bajos y los reiterados desajustes entre la producción y el consumo fueron una fuente permanente tanto de movimientos sociales opositores como de fuertes críticas intelectuales a la sociedad y la economía capitalistas. Además, los nuevos movimientos políticos que abrieron el acceso de la clase burguesa al poder de Estado aportaron gérmenes potenciales para el cuestionamiento de la misma sociedad burguesa. Así por ejemplo, muchas de las ideas opositoras surgieron precisamente de las nuevas corrientes del pensamiento filosófico de la Revolución Francesa, que reforzaron los ideales de igualdad y fraternidad. Aunque los límites no sean del todo nítidos, es posible distinguir dos grandes grupos entre estos pensadores críticos del capitalismo. Mientras que los socialistas abogaban por la sustitución de la empresa competidora libre por una sociedad cooperativa y organizada colectivamente, los llamados reformadores sociales consideraban el statu quo como esencialmente saludable y buscaban mejorar la sociedad alterando sólo algunos de sus aspectos particulares. A diferencia de aquellos, éstos últimos creían en los principios del propio interés y la competencia, siempre dirigidos hacia un fin social y con una importante intervención del Estado. Analicemos brevemente las líneas de pensamiento de algunos de estos reformadores sociales. Sismondi desarrolló una crítica de la finalidad y el método de la economía política. En relación con la finalidad, sostenía que los economistas se habían ocupado demasiado de los medios para aumentar la riqueza material y muy poco de la cuestión del fomento del bienestar humano por medio del uso de esa riqueza. Así también, propuso la aplicación de un método concreto e histórico: el economista debía llegar a conclusiones como consecuencia del estudio histórico y abstenerse de las generalizaciones amplias puramente deductivas. Estas ideas contenían el germen de la interpretación histórica de Marx y lo posicionaron como 108 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 un precursor de la escuela histórica en economía. Hobson es otro de los reformadores sociales que ha recibido el reconocimiento posterior de una figura como Keynes y de los llamados economistas del bienestar. También desarrolló una crítica de la finalidad de la economía política al reclamar una atención al hombre como ser humano más que como producto. Criticó el acento exagerado de la ciencia económica en relación con la producción, el establecimiento de un tipo de valores nominales que no corresponde al bienestar humano y que trata las acciones humanas como simples medios para la producción de riqueza susceptible de comercio. Para Hobson, el bienestar representaba el verdadero problema central de la economía: producción, consumo y distribución debían estudiarse desde este punto de vista. Como alternativa al modelo de la economía clásica, propuso un análisis de la producción desde el punto de vista de los “costos humanos”, un análisis similar de las utilidades humanas que emergen como consecuencia de la producción y el cálculo de un equilibrio entre estos costos y utilidades humanos. Su teoría del ciclo económico proponía una explicación de las depresiones cíclicas que identificaba como causa fundamental la desigual distribución de riqueza entre el capital y la mano de obra. En la prosperidad, sostenía Hobson, los capitalistas que no alcanzaban a consumir todo lo que ganaban invertían nuevamente en producción y, como consecuencia, se producía cada vez más productos de los que se podían efectivamente consumir. En esta situación, los precios tendían a caer y así también las ganancias. La industria reducía entonces la producción hasta que se acomodaba nuevamente al consumo. Nuevamente los precios y las ganancias subían y se iniciaba un nuevo ciclo. Como veremos, este modelo que identificaba como origen de la depresión la falla de la demanda del consumidor sería retomado muchos años después por Keynes. Los llamados socialistas utópicos del siglo XIX, a diferencia de utopistas de siglos anteriores, no se ocupaban sólo de ideales intelectuales sino también de los métodos para alcanzarlos. Sus propuestas tenían un alcance más radical que las del grupo de los reformadores sociales. En líneas generales, proponían susti- 109 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 tuir la propiedad privada de los medios de producción por la propiedad colectiva en grado apreciable; en lugar de la libertad de empresa individual, apostaban por la cooperación fraternal. Su ideal era el de la mayor igualdad posible en la distribución de la riqueza o el ingreso. Fourier, por ejemplo, fue un defensor de las asociaciones socialistas en las que recibieran las mayores recompensas quienes realizaran las tareas menos atractivas. Owen, por su parte, considerando como el origen de los males tanto al capitalismo como a la religión y la institución del matrimonio, impulsó también la formación de colonias industriales. Un anarquista individualista como Proudhon denunció todas las formas de autoridad de su época y juzgó a la propiedad privada como una auténtica forma de robo. Karl Marx (1818-1883) En este mismo contexto del crudo capitalismo occidental del siglo XIX, en momentos en que tanto los capitalistas como los obreros se constituían en efectivos sujetos históricos y encarnaban enconadas luchas, como las de la comuna francesa de mediados de siglo, surgió el pensamiento Carlos Marx. Sus ideas, que en absoluto se redujeron al ámbito de la economía, fueron hasta nuestros días fuente de acaloradas polémicas y encontradas interpretaciones, aun en el seno del propio movimiento marxista. La clave para entender el punto de vista general de Marx sobre los fenómenos económicos y su crítica de la economía política clásica reside en su análisis de la mercancía. Como los clásicos, Marx adoptó la distinción entre valor de uso y valor de cambio. Compartió también con éstos la concepción del valor de cambio como expresión del tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una determinada mercancía. Pero a diferencia de Smith o Ricardo, entendió el valor de cambio y la forma mercancía misma como una realidad histórica y social específica. Estas dos formas del valor tendrían origen en dos aspectos diferentes del trabajo humano: en tanto valor de uso, la mercancía (como cualquier bien) sería 110 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 el resultado de un “trabajo concreto”, es decir, de un conjunto específico de operaciones mediante las que se transformaría la naturaleza para la satisfacción de determinadas necesidades; en cuanto valor de cambio, la mercancía sería producto de lo que llamó “trabajo abstracto”. Dado que cualquier trabajo concreto sería cualitativamente diferente de otros, no podría determinarse sobre su base una relación de equivalencia cuantitativa entre una mercancía y otra. En cambio, el trabajo abstracto, el gasto de trabajo humano en general separado de las características especiales que distinguen una forma de trabajo concreto de otra, permitiría la comparación cuantitativa. Hasta este punto, el análisis del valor no parece ser más que una versión más precisa de la teoría objetiva de Smith y Ricardo. Sin embargo, mientras que éstos consideraban al valor de cambio en cuanto expresión del tiempo de trabajo invertido como la forma universal del valor económico, Marx entendió que se trataba de una forma histórica característica de una formación social específica. Así, por ejemplo, sostuvo que la noción de trabajo abstracto no representaba una abstracción universal ni arbitraria, sino que surgía de las condiciones históricas en que se movilizaba el trabajo en la formación capitalista: La indiferencia hacia la clase particular de trabajo corresponde a una clase de sociedad en la que los individuos pasan fácilmente de una clase de trabajo a otra, debido a lo cual no es importante para ellos qué clase particular de trabajo pueda tocarles desempeñar. El trabajo se ha convertido aquí, no sólo como categoría sino realmente, en un medio de crear riqueza en general y ha dejado de desarrollarse junto con el individuo en un destino particular. Como veremos, la distinción que, a propósito del análisis del fetichismo de la mercancía, estableció Marx entre las categorías históricamente objetivas y las naturales es central para comprender lo que separa su pensamiento de la perspectiva clásica e incluso del pensamiento económico posterior. En realidad, Marx analizó el fetichismo de la mercancía en dos niveles con 111 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 significación diferente. En un primer nivel, encontramos lo que podemos llamar el fetichismo del lego, del actor social que vive y actúa en el marco de una economía de mercado. Dado que para este agente las proporciones del cambio cobran fuerza objetiva por la costumbre, el mismo tiende a pensar y a desarrollar la práctica del intercambio como si el valor fuera una propiedad inmanente de los objetos mismos. Destacar este modo de percibir el valor desde la perspectiva del agente de la economía de mercado no sólo servía para señalar su evidente falsedad, sino que constituía la base de una explicación del funcionamiento y la reproducción del sistema económico mismo. En efecto, esta noción “ingenua” del valor cumpliría una función ideológica decisiva al estar involucrada en la realización de la práctica misma del intercambio: es justamente por el hecho de que creen (falsamente, diría Marx) que el valor es una propiedad independiente de su voluntad y propia de los objetos mismos que los agentes pierden control sobre el valor de cambio y éste termina por imponérseles como una realidad externa e independiente. Es en este sentido precisamente que la forma mercancía y el valor de cambio constituirían categorías no naturales pero tampoco arbitrarias, ya que funcionarían efectiva y objetivamente en el marco de ciertas relaciones sociales históricas y específicas. En relación con esto Marx desarrolló el concepto filosófico de alienación que había venido ocupando su pensamiento desde sus primeras obras. El modelo del concepto de alienación fue tomado por Marx de la teoría de Feuerbach en relación con la religión: los hombres concebían la divinidad como una realidad superior y externa y esta creación de sí mismos terminaba por imponérseles como tal. Así, el concepto de alienación explicaba cómo, cuando se percibía como externo y ajeno a la voluntad de los hombres lo que en realidad era producto de sus propias acciones, esto llegaba a funcionar de un modo históricamente objetivo, escapando realmente a la voluntad y el control consciente de los hombres. Para Marx, el fetichismo que aparecía en el nivel de los procesos económicos mismos, también se realizaba en el plano de la teoría económica. La economía política clásica había develado la falsedad de la noción ingenua del valor al descubrir la relación entre valor de cambio y trabajo. Sin embargo, Marx planteó 112 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 que al pensamiento de la economía burguesa no se le había ocurrido “preguntarse siquiera por qué este contenido reviste aquella forma, es decir por qué el trabajo toma cuerpo en el valor y por qué la medida del trabajo según el tiempo de su duración se traduce en la magnitud de valor del producto del trabajo.” (Marx 1973, 45). Por el contrario, los representantes de la economía clásica burguesa habían incurrido en otra forma de fetichismo al interpretar esta relación como necesaria y universal, como la consecuencia de una ley natural, cuando en realidad el valor de cambio no era otra cosa que “una determinada manera social de expresar el trabajo invertido en un objeto” (Marx 1973, 46). La economía política burguesa, al naturalizar las categorías propias de la economía capitalista, las concebía como entidades con una dinámica propia e independiente de las relaciones sociales históricas en el marco de las cuales habían surgido y se reproducían. Marx expresaba este punto vista cuando afirmaba: Estas formas son las que constituyen precisamente las categorías de la economía burguesa. Son formas mentales aceptadas por la sociedad, y por tanto objetivas, en que se expresan las condiciones de producción de este régimen social de producción históricamente dado que es la producción de mercancías. (Marx 1973, 41) Así, la categoría del valor de cambio como expresión del tiempo de trabajo invertido, lejos de revelar una relación natural y universal, representaba adecuadamente (como una categoría históricamente objetiva) las proporciones del cambio en una formación social caracterizada por la división social del trabajo y la producción privada de mercancías. Pero además, este funcionamiento de la economía efectivamente ajeno a la voluntad de los hombres y aparentemente natural sólo podía reproducirse sobre la base de una forma de conciencia alienada. Nuevamente, el funcionamiento externo y ajeno de la economía era tal precisamente porque los hombres que lo producían lo concebían como una naturaleza externa. No tener en cuenta esta perspectiva social e histórica acerca de la econo113 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 mía, puede hacer confuso el sentido que el concepto de “Ley” adoptaba en su análisis. Aunque es probable que ni siquiera el propio Marx mantuviera siempre la claridad al respecto, en este marco teórico una ley económica no podría ser nunca asimilada a las propiedades de una ley natural. La “ley del valor”, por ejemplo, resumía las fuerzas actuantes en la determinación de las proporciones del intercambio de mercancías, la cantidad producida de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción en una sociedad de producción simple de mercancías6 y en condiciones de libre competencia. La misma pretendía expresar el equilibrio al que tenderían estas fuerzas en estas condiciones históricas objetivas y, por lo tanto, no podía concebirse como universal o natural, sino como la expresión de una regularidad limitada a un tipo de sociedad y a un momento de la historia. Pero además, si su funcionamiento era también inseparable de ciertas condiciones culturales o subjetivas expresadas en el fetichismo de la mercancía, no sólo no se trataría de una ley natural sino que una transformación de la conciencia sería capaz de modificar su funcionamiento. En este sentido, Marx expresaba: La forma del proceso social de vida, o lo que es lo mismo, del proceso material de producción, sólo se despojará de su halo místico cuando ese proceso sea obra de hombres libremente socializados y puesta bajo su mando consciente y racional. (Marx 1973, 44) La relación entre valor y precio es uno de los aspectos más discutidos en referencia a la teoría económica de Marx, aunque en verdad no era un objetivo central del mismo ser exhaustivo o exacto en esta cuestión. Marx dio por supuestas primero a nivel teórico ciertas condiciones ideales en las que las proporciones del cambio se corresponderían de manera exacta con el tiempo de trabajo social- 6 Es decir, una sociedad en la que cada productor posee sus propios medios de producción y satisface sus múltiples necesidades por el cambio con otros productores que se encuentran en situación similar. 114 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 mente necesario para producirlas. Estas condiciones serían las de una sociedad de producción simple de mercancías en la que se daba por sentado la libre competencia. En estas condiciones, la oferta y la demanda estarían equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía fuera proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla. El análisis propuesto de la relación entre el valor y el precio en el capitalismo de su tiempo es tan compleja que difícilmente pueda ser útil para predecir precios, pero, como decíamos, no era esto lo que a Marx le interesaba sino, fundamentalmente, socavar la influencia que tenían en la teoría de la economía política categorías físicas como las de precios, rentas, o tipos de interés, con el fin de poner al descubierto las relaciones sociales que estaban en la raíz de las mismas. Una vez desarrollado el análisis de la forma mercancía, Marx se ocupó de las relaciones sociales de producción características del capitalismo que subyacían a las categorías históricamente objetivas de la economía burguesa, tales como salarios, ganancia, renta, etc. A diferencia del régimen de producción simple de mercancías, el capitalismo se caracterizaba por el hecho de que la propiedad de los medios de producción era exclusiva de una clase y otra clase no propietaria realizaba el trabajo. Otro rasgo específico significativo estaba dado por el hecho de que tanto los medios de producción como la fuerza de trabajo eran mercancías, es decir, detentaban un valor de cambio. La racionalidad del intercambio también era diferente en el capitalismo. En el sistema de producción simple de mercancías el productor vendía su producto a fin de comprar otros productos que satisficieran sus necesidades concretas. El movimiento de intercambios propio de este tipo histórico de racionalidad económica podía representarse mediante la fórmula Mercancía-Dinero-Mercancía. En cambio, en el capitalismo, el capitalista, actuando en calidad de tal, usaba dinero para comprar mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y, luego del proceso de producción, volvía al mercado con un producto que convertiría una vez más en dinero. De este modo, la transacción cualitativa del valor de uso era reemplazada por la expansión cuantitativa del valor de cambio como objetivo de la producción (Dinero-Mercancía-Dinero’). El incremento de dinero resultante es 115 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 lo que Marx llamó plusvalía y constituiría el fin y el incentivo de la producción en el capitalismo. El interrogante clave para Marx era cómo obtenía el capitalista una ganancia, un incremento, si compraba y vendía las mercancías a sus precios de equilibrio. Para responderlo dirigió su atención a la única mercancía capaz de producir valor: la fuerza de trabajo. Entendía como Ricardo que el valor de cambio de la fuerza de trabajo, como el de toda mercancía, equivalía al tiempo de trabajo necesario para producirla, es decir, al valor de los medios de subsistencia necesarios para mantener al trabajador, de acuerdo con la costumbre y el grado de desarrollo social. Pero la respuesta al interrogante aparecía en el hecho de que, al aplicarse a la producción en relación con las modernas fuerzas productivas del capitalismo, la fuerza de trabajo producía un valor proporcionalmente mayor que el que se reconocía a la fuerza de trabajo misma mediante el salario. Este valor excedente, más allá del valor retribuido en el salario, producido por la fuerza de trabajo constituía la plusvalía, base de la ganancia del capitalista. Como advertíamos más arriba, este análisis crítico del capitalismo emerge en el marco de un pensamiento que rebasa los límites de la problemática económica: el materialismo histórico. Esta filosofía constituyó el fundamento de todo un nuevo modo de plantear las ciencias sociales en general. Las interpretaciones en relación con la significación de esta propuesta han sido muy diversas en el seno del propio marxismo, e incluso es probable que los fueran en los propios textos de Marx. En líneas generales, podríamos decir que los primeros escritos de Marx realizaban una crítica tanto del idealismo hegeliano que pretendía que la historia se desarrollaba según la lógica de ciertas ideas que constituían el espíritu de cada época, como del materialismo “vulgar” de Feuerbach que pretendía que toda idea tenía origen en la pura percepción empírica. El concepto de praxis buscaba representar la naturaleza indisociable de ideas y prácticas que defendía Marx: las ideas no constituían una naturaleza independiente ni se originaban en la pura percepción del mundo material y empírico, sino que se desarrollaban en la praxis social mediante la cual el hombre transformaba su realidad y se transformaba a sí mismo. Es decir, la prioridad de la idea sobre la práctica constituía una 116 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 falacia, porque era precisamente en sus prácticas sociales que el hombre las producía y actualizaba. A su vez, la práctica material pura (en un sentido fisicalista) no puede preceder a las ideas, porque la auténtica praxis humana involucra siempre al mismo tiempo una realización material y la actualización de ideas.7 Probablemente el hecho de que Marx haya insistido mucho en las determinaciones económicas de la historia en oposición a las interpretaciones de carácter idealista que eran predominantes en su época, estableció las condiciones para la interpretación del materialismo marxista como una filosofía cuyo planteo era el de que todas las ideas estarían determinadas por las prácticas económicas. Desde esta perspectiva, que fue la que se impuso en el marco de la ortodoxia soviética, las fuerzas productivas, entendidas como el conjunto de factores que deciden la productividad social del trabajo en cada nivel del desarrollo de la sociedad, representaban el motor de la evolución histórica. Éstas determinaban ciertas relaciones de producción, y en conjunto con las mismas constituían el modo de producción de la sociedad sobre el cual se determinaba la superestructura de las relaciones y las ideas jurídicas, políticas, religiosas, filosóficas, etc. Las relaciones de producción (fundamentalmente las que determinan el modo de propiedad vigente) adecuadas a las fuerzas productivas funcionarían como un estímulo de su desarrollo, hasta un punto en el que las fuerzas productivas habrían de desarrollarse tanto que las relaciones de producción resultarían inadecuadas y comenzarían a constituir un verdadero obstáculo. Entonces, las relaciones de producción se modificarían para adecuarse a las nuevas fuerzas productivas y darían lugar a la emergencia de un nuevo modo de producción. La inadecuación de la superestructura en relación con la nueva base económica llevaría, según esta interpretación historicista, a un proceso revolucionario al término del cual ésta última sería definitivamente sustituida. 7 Este carácter inseparable de idea y práctica material es lo que el autor, según mi interpretación, cifró en la tesis del fetichismo de la mercancía que analizamos con anterioridad. 117 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 John M. Keynes (1883-1946) La crisis de la Bolsa de 1929 y la Gran Depresión de la década de 1930 conformaron el negativo contexto económico en el que Keynes revolucionaría el pensamiento económico del siglo XX. La primera guerra mundial puede interpretarse como el gran punto de inflexión de la historia económica moderna. Para entonces, los prestamos internacionales para el pago de la guerra llevarían a los Estados Unidos a convertirse en el centro financiero mundial. Con el advenimiento de la paz, la gran entrada de dinero en efectivo en Estados Unidos proveyó los fondos para los préstamos y las inversiones, pero también para la especulación. El alza de algún precio originaba la corrida de especuladores, que esperaban una subida aún mayor, para comprar acciones y contribuir de esta manera a la suba. Esto atraía más y más compras, y cada una de las nuevas subidas del precio contribuía a confirmar el buen juicio de quienes compraron antes. Pero las compras y la buena disposición hacia ellas podían continuar mientras no se agotara la existencia de compradores confiados y económicamente viables. Cuando se producía el cambio de opiniones acerca de las perspectivas y aparecía consecuentemente la tendencia a deshacerse de estas acciones, los acreedores que habían financiado con préstamos las compras de los especuladores presionaban para recibir el pago y obligaban a su venta. En líneas muy generales, estos fueron los tipos de procesos que desembocaron en la crisis de 1929. Tras la crisis de la Bolsa sobrevino la Gran Depresión, que duraría diez años y se extendería por todo el mundo industrial con economía de mercado. En la década de 1930 aparecería, como algo no observado por la ciencia económica hasta entonces, la posibilidad de un equilibrio económico con fábricas desocupadas y un desempleo persistente, es decir, la depresión o la recesión aparecían no como un episodio sino como un comportamiento económico normal. Según el modelo de la economía neoclásica, las plantas industriales no utilizadas y el desempleo no podían durar. Si los trabajadores estaban desocupados, ofrecerían 118 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 sus servicios a un precio inferior, con lo que valdría la pena emplearlos. Si había una fábrica u otro tipo de medio de producción sin utilizar, los precios se reducirían para atraer a los clientes. Las facetas más visibles y dramáticas que acarreó la depresión fueron la deflación de los precios, con quiebras en la industria y la agricultura, el desempleo y los visibles padecimientos de los grupos más vulnerables, tales como los ancianos, los jóvenes, etc. Un hecho económico central que Keynes, apartándose de los presupuestos neoclásicos, fue capaz de percibir en los acontecimientos de la época fue que los ingresos no tenían necesariamente que consumirse o invertirse. En épocas de inseguridad como ésta, los ingresos se guardaban, y los mismos bancos se sentían inseguros como para prestarlos en estas condiciones. Contradiciendo los principios de la ortodoxia económica, los precios no se acomodaban del todo a una demanda reducida. Ante esta situación de demanda reducida, muchos encontraron conveniente disminuir la producción y despedir trabajadores. Y la consecuente reducción de ingresos no hacía más que ahondar la depresión. La alta concentración de capitales y la irregular distribución de los ingresos personales, hacían que la predicción de la Ley de Say de que no podía haber insuficiencia de la demanda se viera aún más frustrada, ya que los afortunados individuos que concentraban grandes cantidades de poder adquisitivo no utilizado no se sentían presionados a gastar ni a invertir. Esta situación condujo a un progresivo retroceso de la economía, hasta que se produjo finalmente una situación estable con una baja producción y un desempleo sustancial. Sin embargo, persistía entre los economistas ortodoxos la idea sólida e influyente de que la depresión se corregiría por sí sola y que lo normal sería un empleo elevado o pleno. Se pensaba que lo central era inspirar confianza y que si el gobierno gastaba dinero para estimular la economía, se destruiría más aún la confianza comercial. El hecho fue que la depresión se extendió desde Estados Unidos a todo el mundo industrializado. La década de 1930 en las sociedades industrializadas fue el escenario de la pugna entre los avances de nuevas medidas pragmáticas que, a todas luces, contradecían la teoría económica neoclásica y no contaban con una teoría firme 119 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 y alternativa, y la oposición permanente tanto por parte de los economistas tradicionales cuya visión era dominante, como por los mismos actores en el escenario empresarial, para quienes el sistema neoclásico constituía un dogma indiscutible. Tampoco faltó la implementación de medidas que no hicieron más que profundizar la depresión. Por ejemplo, durante la presidencia de Hoover, se implementaron algunas medidas económicas acordes con los supuestos del modelo neoclásico. Uno de los cálculos contables bancarios de la época era el del exceso de reservas disponibles para respaldar la concesión de préstamos. Para los neoclásicos, el interés era el precio que se pagaba por el capital, y como tal representaba un equilibrio entre las fuerzas de la demanda de capital y su oferta, un equilibrio entre el ahorro y la inversión. Consecuentemente, la política adoptada para incentivar el préstamo y la inversión fue la reducción de los tipos de interés. Sin embargo, dado el sentimiento de inseguridad generado por la reciente gran crisis, los bancos mantuvieron cautela en el otorgamiento de préstamos y los posibles prestatarios no acudieron para invertir porque los precios eran demasiado bajos. Para Keynes, el fracaso de medidas como ésta revelaba una asimetría fundamental de la política monetaria y bancaria. Era posible para el Estado disminuir el volumen de préstamos bancarios mediante la aplicación de una política austera con aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central, restringiendo y aun reduciendo de este modo la oferta monetaria. Pero, a la inversa, el Estado no podía asegurar el aumento del volumen de préstamos mediante la reducción de los tipos de interés y la facilidad del crédito. Esta constatación se popularizo en economía a través de una metáfora que indicaba que era posible tirar de una cuerda pero no empujarla en dirección contraria. En el marco de un gran exceso de capacidad productiva y la ausencia de un beneficio aceptable, podía lograrse incluso el efecto inverso reforzando el ahorro sin inversión, ya que los agentes económicos no tenían por qué renunciar a las diversas ventajas de poseer dinero en efectivo a cambio de un beneficio prácticamente simbólico. Dado que no se podía asegurar el aumento de la demanda mediante la reducción de los tipos de interés, Keynes entendió que la herramienta de la que 120 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 efectivamente podía hacerse uso para este fin era el incremento del gasto público. La justificación de una medida como ésta, que contradecía abiertamente la lógica del pensamiento económico dominante, requería la construcción de un aparato teórico diferente capaz de dar cuenta de los nuevos procesos económicos que estaban a la vista. El novedoso modelo propuesto por Keynes establecía un cambio sustancial en el foco de la problemática económica. Los economistas se habían ocupado hasta entonces de la microeconomía del mercado, del ajuste de los salarios y de los costes de los precios, y viceversa. Con Keynes se habría paso el enfoque macroeconómico que consideraba el flujo general de poder adquisitivo en el sistema considerado en su conjunto. La demanda total o gasto nacional era una medida que resultaba de la suma total del gasto privado en consumo, el gasto privado en inversión y el gasto público. A partir de este enfoque macroeconómico, Keynes pudo explicar el equilibrio que se producía en una situación de subempleo. Cuando aumentaban la producción, el empleo y los ingresos, decrecía la propensión marginal al consumo, es decir, el consumo obtenido de los aumentos adicionales del ingreso era proporcionalmente menor.8 Y, en realidad, no había ninguna seguridad de que, como creían los economistas neoclásicos, con el descenso de los tipos de interés tales ahorros fueran a ser invertidos. Por diversas razones, entre las que ocuparía un lugar central la incertidumbre generalizada, podía predominar la preferencia por la liquidez, es decir, por la retención de dinero líquido que no era consumido ni reinvertido. Así, tendría lugar una reducción de la demanda total, y con ella, un descenso del producto y del empleo. La reducción continuaría hasta que se disminuyeran los ahorros al nivel apropiado. Lo mismo que en la concepción clásica, el ahorro y la inversión tendían a 8 El análisis keynesiano evidenciaba, además del problema social, un aspecto puramente económico del problema de la distribución: la propensión al ahorro era mayor para las rentas personales altas que para las rentas personales bajas y las rentas no distribuidas, aquellas que permanecen en el interior de las empresas, eran enteramente sustraídas al consumo. 121 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 igualarse, pero mientras que para éstos eran las variaciones del tipo de interés las que llevaban a la igualdad entre ahorro e inversión, en el modelo keynesiano eran las variaciones de la renta las inducían esta igualdad. Ahorro y consumo ya no se igualarían necesariamente, ni siquiera normalmente, en los niveles correspondientes al pleno empleo. Para igualar los ahorros a las inversiones, y para asegurar que los primeros fueran gastados, podía resultar necesario reducir los ingresos y forzar una reducción del gasto. De modo que la situación de equilibrio en la economía no aseguraba el pleno empleo obligatoriamente, sino que podía asumir distintos grados de desocupación, inclusive en severas proporciones. Y, en una situación como ésta, un descenso de los salarios, tendencia que según el modelo neoclásico traería nuevamente el pleno empleo, podía tener el efecto contrario, dado que sus consecuencias inmediatas podían ser las de reducir aún más la demanda total, y con ello conducir a un equilibrio en un nivel inferior de producción y empleo. La salida más efectiva era para Keynes el déficit y el gasto público. Si el Estado tomaba prestados los fondos no gastados o, más exactamente, su equivalente y los gastaba, se creaba una demanda adicional que aumentaba el gasto nacional. Desde luego, la eficacia de esta medida requería que existieran factores productivos disponibles sin utilizar, de modo que la oferta de los diversos bienes pudiera ser adecuada a la demanda adicional que de ellos se ejercería. En caso contrario, el proceso tendría lugar no en términos reales, sino en términos monetarios; es decir, estaría constituido por los aumentos de precios tanto como por los aumentos de producción. Desde un punto estrictamente económico, en qué se gastara era completamente irrelevante en relación con el objetivo de crear una demanda adicional. El sistema de Keynes ofrecía también una política equivalente para los buenos tiempos. En este caso, las recomendaciones eran las opuestas: cuando subieran los ingresos fiscales y disminuyeran las necesidades sociales, debía reducirse el déficit. Si para la depresión había un remedio fiscal, cuando la economía gozara de buena salud había que hacer lo contrario. 122 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 Fuera de los Estados Unidos, donde la adhesión al modelo neoclásico era muy fuerte, en países como Alemania y Suecia, la efectiva intervención del Estado con políticas de gasto público resultaron efectivas salidas de la depresión. Pero una política económica pragmática como ésta no se fundaba en ningún modelo teórico alternativo al neoclásico. El pensamiento de Keynes vino a llenar este vacío en la teoría. Para otros países del mundo industrial, el equilibrio de subempleo se rompería decisivamente con la llegada de la guerra y con el consiguiente gasto masivo por parte de los gobiernos. Para Estados Unidos y Gran Bretaña, así como para Canadá y los demás países del Commonwealth, la guerra significó una expansión en la utilización de las fábricas y el empleo. Paradójicamente, podría pensarse que para los Aliados occidentales, la reserva de trabajadores desempleados y de recursos no utilizados creada por la depresión demostró ser una de las principales fuentes de su poder durante la guerra. 123 Diego J. Cheín Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 Pensamiento económico y contexto histórico... - pp. 79-124 2008-09 BIBLIOGRAFÍA ¡ Denis, Henri (1970): Historia del pensamiento económico, Barcelona: Ariel. ¡ Dobb, Maurice (1973): Introducción a la Economía, México: Fondo de Cultura Económica. ¡ Ferguson, J. M. (1971): Historia de la Economía, México D.F.: Fondo de Cultura Económica. ¡ Galbraith, J. Kenneth (1995): Un viaje por la Economía de nuestro tiempo, Buenos Aires: Ariel Sociedad Económica. ¡ Galbraith, John Kenneth (1994): Historia de la Economía, Buenos Aires: Ariel Sociedad Económica. ¡ Krugman, Paul R. 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La unidades de análisis espacial fueron La colonia Azteca y el Fraccionamiento El Dorado, se trata de dos área urbanas cuyas características reflejan la dualidad de la ciudad y representan un nuevo modelo de ciudades en América Latina, donde por un lado se manifiesta el desarrollo inmobiliario con lujos y comodidad, con servicios públicos de calidad y por el otro, se localizan las zonas marginadas, los cinturones de pobreza y miseria. Para ello ha sido importante partir de la definición de globalización, entendida como un proceso que influye en la reconfiguración del espacio urbano, manifestándose en la fragmentación socio espacial. Asimismo, se analizaron los tipos de espacio; estableciendo aquellos en que el ser humano despliega sus actividades y que en gran medida han sido modificados por el fenómeno globalizador; aquí se puso énfasis en aquellos indicadores que justifican el desarrollo inmobiliario y que a su vez genera, la exclusión social. Finalmente, 125 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 mediante un cuadro comparativo se expone las características relacionadas con la infraestructura y servicios de ambos centros urbanos, buscando mostrar la dualidad de la ciudad, bifurcando lo global con lo local. En el primer capítulo nos ocupamos del concepto globalización. Lo definimos como un suceso del mundo moderno que a través de internet ha penetrado en todos los rincones del mundo, de manera que la información se desplaza de manera casi instantánea y lo que ocurre en un país influye en otros. No hay fronteras comerciales, sino una apertura al libre comercio y Mazatlán no ha sido la excepción en estas vicisitudes; por tanto, es primordial iniciar este estudio a partir de este concepto, en virtud que tal transición afecto al tiempo y espacio, por lo tanto en la transformación del espacio urbano. Así también, la globalización penetra el tejido societal, trastocando al individuo en todas las actividades que desarrolla, lo que genera, en primer lugar, una transculturación y la combinación de culturas distintas en una misma localidad y por consecuencia una pérdida de tradiciones, costumbres e identidad; en segundo lugar ocasiona una cultura hedonista y consumista, donde lo más importante es el consumo exacerbado de bienes y artículos, con el predominio de lo superfluo y lo instantáneo. A partir de estas perturbaciones originadas por la globalización se da en la ciudad una reconfiguración del espacio urbano y se produce un nuevo modelo de ciudades, las llamadas ciudades duales, concepto acuñado a Manuel Castells, expresión que refiere las ciudades donde hay zonas de desarrollo y progreso, atribuyéndoles características de las ciudades globales, y la ciudad residual, que representa el gran número de zonas de exclusión social, en ellas se encuentran los cinturones de pobreza y miseria. Son los espacios marginados de la bonanza de la globalización. Asimismo, en el marco de estas transformaciones surgen los barrios amurallados, en los que viven las personas de clase alta, separadas de las zonas residuales, a manera de protección ante el estigma de que se trata de zonas peligrosas, habitadas por los parias de la sociedad. Los cambios planetarios, por consecuencia de la globalización, influyen en 126 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 los espacios de reproducción del ser humano, pese a que el concepto espacio es multidimensional y que por su naturaleza puede verse desde las más pequeñas dimensiones, hasta las categorías infinitas, como es el espacio donde coexiste la humanidad, esa gran masa formada por materia y donde la materia es la que le otorga forma; desde esta perspectiva, Aristóteles concebía el espacio. El segundo apartado, por lo tanto, comprende una descripción de esta variable. El espacio se convierte en una variable importante de estudio, considerando que el espacio es moldeado por la intervención del ser humano y pasa a ser una creación del hombre, quien determina cada uno de los elementos que lo forman. El significado de espacio es diferente para cada ente que lo integra y, en ese sentido, la simbología que cada uno le atribuye es en función de sus actividades. Desde esta lógica, el espacio puede definirse caleidoscópicamente, surgen así sus distintos tipos de espacio que se distinguen unos de otros y es en ellos donde el ser humano reproduce todas sus actividades, por lo tanto es concebido desde sus diversos alcances: espacio público, espacio privado, espacio transitable, espacio cultural, espacio político, espacio estatal, espacio social, espacio comercial formal e informal, espacio industrial artesanal, espacio líquido y espacio urbano. El tercer capítulo comprende el trabajo de campo, partiendo de una explicación sobre las transformaciones en el puerto de Mazatlán, el cual cuenta con un muelle de alto calado y es destino turístico de altura, asimismo sesgado por el reordenamiento del espacio urbano, influido de manera significativa por el proceso de globalización y que ha insertado a la ciudad en el flujo internacional de información, acorde a los avances de la tecnología de punta. Esas dimensiones le dan características de una ciudad global, de tal forma que en esta misma área geográfica coexisten las dos economías: una economía local o regional y una global. La ciudad residual y la ciudad global conforman parte del espacio urbano en Mazatlán. Son economías contrastantes, que responden al modelo de las ciudades duales. La ciudad alberga gran desarrollo inmobiliario compuesto por hoteles, condominios y fraccionamientos, además de una marina a la que llegan turistas de 127 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 talla internacional en sus lujosos yates. Esa infraestructura es afín a la nueva época de la globalización. Se cuenta con un equipamiento compuesto por hospitales privados, instituciones educativas privadas, tintorerías, centros comerciales, restaurantes y casino. Asimismo, con una red vial que vincula a la ciudad de norte a sur y de oriente a poniente, además de sus recursos naturales, como lo es: el mar y sus playas, un malecón con una extensión de 21 kilómetros y el faro más alto del mundo, son atributos que gracias a su ubicación geográfica, convierten a la ciudad en destino turístico internacional y lugar atractivo para grandes inversiones. La ciudad y puerto de Mazatlán se localiza en la costa noroeste occidental de México, con clima cálido seco y tropical. Está situada a dos metros y cincuenta centímetros sobre el nivel medio del mar. Topográficamente, el territorio de la ciudad es en general plano y está protegido al sur por la Sierra Madre Occidental. Su extensión territorial es de poco más de cinco mil kilómetros del trópico de cáncer, colinda al norte con el municipio de San Ignacio y con el Estado de Durango, al Sur con el municipio de Rosario y Océano Pacífico; al este limita con el municipio de Concordia y al poniente con el litoral del Océano Pacífico. La sociedad mazatleca centra su conducta en patrones impuestos por la modernidad, caracterizada por buscar el placer como fin último. Por tanto, predomina una cultura hedonista y de consumo, el gusto por la compra compulsiva de artículos y servicios como manera de satisfacer sus deseos. En la ciudad hay una gran plaza que expende marcas extranjeras de ropa y accesorios, de igual manera aloja espacios recreativos que exacerban el consumismo. Mazatlán forma un tejido de relaciones diplomáticas, a través de los consulados localizados en la ciudad: consulado de E.U., consulado de Francia, consulado de Canadá, consulado de Dinamarca, consulado de Holanda, consulado de Guatemala y consulado de Alemania; asimismo sostiene contactos comerciales, políticos y sociales. Establece vínculos comerciales de nivel internacional mediante el sistema mundial dividido en tres grandes bloques; Estados Unidos –con el Tratado de Libre Comercio–, la Unión Europea y el bloque asiático; lo hace con 128 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 sus relaciones diplomáticas y consulares y con las agencias aduanales encargadas de administrar legalmente las exportaciones e importaciones que sostiene con el resto de los países. Otra de las peculiaridades de las ciudades vinculadas a lo global es el lastre de la ciudad residual, donde se hallan las colonias populares, lugares de residencia de la mano de obra industrial y de servicios, afectada por las malas condiciones de vivienda y el escaso acceso a servicios básicos en general y una precarización del ingreso, que en estas condiciones generan una enorme diversidad de problemas sociales: la delincuencia, el crimen organizado, el narcomenudeo, la prostitución y la pornografía infantil, entre otros. Se trata de problemas urbanos que son el producto de la ciudad residual, estigma que encasilla y pone límites entre los que son parte del desarrollo moderno, los incluidos, y quienes están excluidos de ella, pero que aparecen como parte importante en el crecimiento y progreso de la ciudad, ya que la hacen posible con la contribución de su fuerza laboral, por medio de los servicios que prestan como camaristas, albañiles, cocineros, recepcionistas o empleados, etcétera. Dando continuidad al trabajo de campo y como último apartado de este esbozo de investigación, se realizó un estudio comparativo, considerando como referentes dos espacios físicos, contrastantes, con el objeto de confrontar las teorías y datos indagados y plasmados en este trabajo. Para ello se consideró la colonia Azteca, que forma parte de las áreas periféricas de la ciudad y de los cinturones de pobreza y, en contraparte, se estudió el fraccionamiento El Dorado, localizado en la zona exclusiva de la localidad, en la parte turística, donde despunta el auge y el progreso, es decir, la parte global de Mazatlán. Al seguir la lógica del urbanismo y en función del análisis comparativo entre los dos franjas, según sus características socio espaciales, es notorio el desarrollo desigual en un mismo espacio urbano, mientras en la primera cara de estudio los costos sociales de la modernidad se reflejan en el elevado costo social y en considerables atrasos estructurales en infraestructura y en equipamiento colectivos de consumo, la otra expresa la concentración de capitales y un derroche masivo de recursos. 129 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 La inequidad en el desarrollo urbano produce segregación socio espacial y se manifiesta en la medida en que la planeación y crecimiento de la ciudad se confiere en función de los grupos privilegiados, desdeña y confina a la exclusión social a la clase trabajadora, que vive en la pobreza, sin prerrogativas a vivir en una sociedad de pares y con mejores oportunidades, situación que figura en los dos segmentos de estudio. Ambos espacios son contrastantes. Mientras en la colonia Azteca viven en la penuria, sin servicios públicos, sin acceso a la cultura y medios de comunicación coherentes con el desarrollo tecnológico, en el fraccionamiento El Dorado hay un auge de servicios públicos, acceso a la cultura, a medios de información y comunicación, como Internet, además de vivir en un ambiente de comodidad y de lujos. A modo de conclusión se parte que estos resultados con el reflejo, en gran medida, de las nuevas ciudades que surgen en la modernidad, fenómeno aplicado en América Latina a partir de la globalización. En este sentido se ha evidenciado que el crecimiento y planeación de las ciudades –tarea del urbanismo– se da en función de las personas dueñas de capitales excesivos, en tanto desdeñan de esa bonanza a los grupos que viven en la marginación y exclusión social. Bajo esta lógica, surgen comentarios acerca de la globalización, unos a favor y otros en contra, aludiendo que el fenómeno globalizador, consecuencia del modelo neoliberal, ha penetrado en cada célula de la sociedad con el discurso inicial que sería la panacea a los grandes males societales y arribaría a una civilización más justa y equitativa. No obstante, ese discurso significó sólo una falacia porque semejantes prerrogativas beneficiaron apenas a un grupo muy reducido, dueños de los grandes capitales, y desdeñó a grandes masas que constituyen la clase trabajadora empobrecida ampliando la brecha de exclusión social. En este sentido ha sido deshumanizante con las mayorías y con la naturaleza. Es deshumanizante con la naturaleza en la medida en que solo beneficia la lógica del mercado, sin importar el consumo exacerbado de bienes y productos, lo que contribuye al deterioro del planeta, sobre todo porque quienes más contaminan son los grupos privilegiados con mayor capacidad para disipar los servicios y mercancías puestos en el mercado. De manera que los Estados naciona130 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 les son serviles a las políticas neoliberales y junto con la economía de mercado deciden a quiénes favorecen con sus políticas distributivas y a quiénes excluyen del usufructo que arroja la globalización. Todo este contexto de desamparo para los grupos que viven en desventaja origina una fragmentación del espacio urbano. La fragmentación del espacio urbano se observa en la dualidad de la ciudad, en que hay franjas globales que denotan progreso, desarrollo inmobiliario y el uso de las tecnologías de punta. Ellos cuentan con lo más reciente de la modernidad y con un fácil acceso a la comunicación e información. Pero ante este matiz existe lo opuesto: las zonas de exclusión y marginalidad. Esta gama es ocupada por los sujetos que han sido despojados de una vida digna. Este segmento de la población vive con deficiencias en los servicios públicos indispensables para cubrir sus necesidades básicas, no tienen expectativas a una educación de calidad, mucho menos a la cultura y, por tanto, viven bajo un imaginario que los perpetúa a vivir confinados en esas condiciones de miseria. Este orden de marginación y exclusión se reproduce por las políticas sociales ejecutadas por el Estado servil al neoliberalismo mediante los organismos internacionales, los cuales delinean las especificidades de esas políticas, que llegan a la ciudadanía, pero atenuadas ante la severa problemática; no logran resolver los problemas estructurales que afectan a la sociedad en su conjunto. Esta dualidad del espacio urbano, donde convive lo local con lo global, recrudece la segregación residencial, clasificando a las personas de primera, segunda y tercera categorías, entre aquellos que se mantienen en situación privilegiada y quienes se hallan en total detrimento, que son los grupos vulnerables que viven en la pobreza. Bajo esta mirada se perfila Mazatlán, puerto y destino turístico que merece importancia por las actividades que desarrolla, y por la contribución económica al país por medio de sus dos grandes ramas: la pesca y el turismo. Ciertamente que estas virtudes lo acreditan como una de las regiones más relevantes del Estado y uno de los puertos más visitados por nacionales y extranjeros, pero no se puede 131 Leonor Velarde Páez El impacto de la globalización... - pp. 125-132 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 soslayar la influencia de la globalización ejercida sobre este espacio urbano. Finalmente, agregamos que la participación de la ciudadanía en las políticas sociales es el eje central para diversificar sus fuentes, que hasta el momento sólo han sido enfocadas a atender problemas específicos y que no han resuelto los problemas de raíz. Hoy día, el Estado pretende desligarse de las necesidades de los ciudadanos y dejar la responsabilidad en manos del tercer sector, constituido por las organizaciones de la sociedad civil, en un marco jurídico que comprende las Asociaciones civiles (AC), las Instituciones de Asistencia Privada (IAP) y las Instituciones de Beneficiencia Privada. De ahí que es importante la articulación social de los sujetos, en función de que el individuo vive en relación con el otro y es determinante establecer alianzas con los otros para impulsar políticas sociales que verdaderamente coadyuven a resolver las necesidades reales de la sociedad; en virtud de ello, la participación debe ser incluyente, plural, considerando a todos los actores, sin etiquetas de liderazgo, debe construirse un frente horizontal donde todos los participantes sean protagónicos de la lucha social, siendo el mejor escenario las calles y los espacios públicos. 132 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 PERCEPCIONES ESTÉTICAS ARQUITECTURALES COMO UNA ESTÉTICA DE DIFERENCIA DE CULTURA Architectural-aesthetic perception as an aesthetic of cultural difference KATHARINA LEHMANN [email protected] Universidad de Luneburgo / Alemania Institut für Stadt- und Kulturraumforschung (Instituto para la investigación de la ciudad y espacio cultural) El presente trabajo abordó la problemática instalada en primer lugar analizando la estructura de las percepciones humanas, para luego dejar al descubierto las relaciones existentes entre los hombres y el espacio urbano edificado. Finalmente se completó los resultados teoréticos con apreciaciones de la práctica estético-productiva. El objetivo establecido fue, estipular por medio de puntos de vista interdisciplinarios, cómo está formada la estructura de la percepción humana, qué relaciones e interacciones dominan entre los hombres y el espacio edificado y en que medida se puede admitir un modo de recepción de los diferentes espacios arquitectónicos específicos culturales. Este trabajo pudo demostrar que las formas de recepción humana se basan en procesos sensibles y complejos, que posibilitan la aceptación de percepciones espaciales especificas-culturales. Por su multiplicidad, el espacio edificado urbano influye sobre el ser humano en diferentes aspectos y se muestra como una estructura provista de significado, interpretándose esta estructura de diferentes maneras por cada sujeto. No obstante, se le da poca importancia a raíz de los intereses del lenguaje de las formas, que articula una determinada comprensión 133 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 de lo “moderno”. De esta forma se transfiere la modernidad de las culturas occidentales a otros ámbitos culturales. Sin embrago, quedan reconocidas las formas propias de lo moderno, adecuadas frente a la cultura, al mismo tiempo que auténticas. Sus consecuencias quedan como desiderata abierta a futuros estudios. De cada espacio natural y de su colonización por los seres humanos se desarrolla una relación específica entre el grupo de personas y su medio. Las posibilidades que ofrecen las realidades naturales de un lugar, llevan a diferentes formas del aprovechamiento de la tierra y traen aparejados, para los que la habitan, variados significados de los elementos de la naturaleza. Conforme la zona climática resultan diversos modos de vida y culturas, que determinan a las personan en sus características y modos de apreciación. De esta relación surge una relación específica hacia el medio ambiente y muestra que el espacio exterior se vive en forma diferente, que genera diversos estímulos y que él influye en forma variada en el modo de actuar de las personas. Los espacios urbanos del hombre son desde un principio naturalmente distintos y han creado a causa de las situaciones mencionadas precedentemente diferentes civilizaciones, las cuales también son diferenciadas y determinadas en la actualidad por otras sociedades en cuanto a sus características y mentalidades. Las estructuras edilicias de una cultura pueden observarse como representaciones de una época, mejor dicho como el estado de desarrollo de una civilización. Cada arquitectura observa determinadas tradiciones de construcción, las cuales nuevamente nos dejan entrever las realidades naturales del lugar ó las condiciones tecnológicas de un periodo de tiempo. No obstante, en las zonas urbanas de las grandes metrópolis se observa actualmente una semejanza de los aspectos externos de los espacios vitales; que a su vez trae aparejado la semejanza global de la forma de vida en las ciudades. Gracias al desarrollo tecnológico e independientemente de su espacio natural, es posible en la actualidad, formar espacios vitales urbanos semejantes en todas partes. La arquitectura de las áreas de negocios y lugares de esparcimiento de las grandes metrópolis, o las totalmente nuevas ciudades erigidas, como por 134 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 ejemplo las que se pueden encontrar en la actualidad en China, no pueden identificarse a una determinada región basándose sólo en su aspecto exterior, lo que hace este desarrollo más visible. A diferencia de su origen, la arquitectura aparece aquí como portadora de determinadas funciones o expresiones conciliadas al mundo exterior. Este desarrollo se hace particularmente visible en las nuevas zonas urbanas de una ciudad de varios millones de habitantes de los países asiáticos, a consecuencia de las extensas construcciones de acero y vidrio, que expresan los conceptos de interpretación específica de modernidad. Sin embargo, las estructuras edilicias semejantes se presentan desde hace siglos, a través de su espacio natural así como de presentaciones inmateriales en las sociedades culturales creadas heterogéneamente. El interés principal de este trabajo yace justamente en dilucidar si existen diferencias culturales específicas en la forma de percepción de los espacios urbanos homogéneos a causa de las improntas tradicionales mencionadas anteriormente y qué efectos causan en las personas que los habitan. Por un lado nos plantemos cómo está concebido el modo de percepción de las personas considerando el espacio edificado circundante y por otro lado nos preguntamos cómo actúa la arquitectura sobre las personas. Otro objetivo del trabajo se pretendió estudiar la arquitectura europea en regiones culturalmente ajenas, en virtud de las migraciones actuales y pasadas, y en qué medida se parte en la práctica de una especificidad cultural de las percepciones del espacio. A continuación se resumirán las diversas perspectivas del trabajo y se presentará una explicación considerando la aceptación de percepción urbana específica cultural. De las consideraciones de la fisiología de las percepciones se infiere que la percepción humana es un complejo proceso de captación de información que precede las decisiones de los actos. La percepción está impregnada de experiencias previas y presenta una condición esencial del desarrollo humano. Asimismo la fisiología de la percepción demuestra que las percepciones sensoriales siempre preceden a las percepciones cognitivas: estímulos primarios, percibidos con los sentidos que son procesados en la estructura del cerebro 135 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 para un conocimiento racional. Conforme la perspectiva fisiológica pura se infiere que la percepción siempre está impregnada especifica - culturalmente, ya que las experiencias anteriores se encuentran relaciones con la socialización de la persona. La perspectiva fisiológica también demuestra que la contribución sensorial de percepción es una contribución del reconocimiento, dado que el estímulo sensorial percibido representa el comienzo de cualquier proceso de percepción y es finalmente la base de todo reconocimiento y comportamiento. Desde la perspectiva del modo de observación estético cabe preguntarnos por la facultad de explicación de la contribución sensorial de la percepción. Desde épocas de Platón y Aristóteles el desarrollo de la estética se ocupa de esta problemática y explica en su transcurso histórico, actual y moderno que las percepciones, es decir el reconocimiento, desde el comienzo de su discurso apunta a una supremacía a favor de la apreciación racional. Incluso en la estética moderna se aprecia la sensibilidad de las percepciones como un complemento de la comprensión lógica y subordinado a la razón. Esta desigualdad a favor de la razón es una característica particular de la estética en la cultura occidental y subraya la orientación de la comprensión racional fundamental de los espacios culturales occidentales. Para la hipótesis de una percepción específica cultural de lo espacios edificados urbanos, la cual requerirá una organización cultural de los mismos, es particularmente significativo la relevancia de la sensibilidad de las percepciones, dado que las estructuras emocionales de los humanos presentan fuertes diferencias culturales como formas de pensamiento racional. Esto se ejemplifica, por ejemplo, en las diferencias de mentalidad. Sin embargo, la tendencia hacia una racionalidad impide la visibilidad de esta diferencia. Si llegase a darse mayor significado a la sensibilidad de las estructuras cognitivas del humano, obtendría la forma de percepción específica cultural una marcada explosividad, ya que la relevancia de la susceptibilidad emocional podría encontrar entonces como aspecto más importante, por ejemplo, entrada en la planificación urbana. Como la estética cultural comparada demuestra; la importancia de la racionalidad es uno de los conceptos más difundidos en la estética europea, y no tiene ningún tipo de reflejo en los conceptos asiáticos de estética. En clara contraposición a la 136 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 estética europea, las doctrinas asiáticas de lo estético reflejan que el modo de percepción en las culturas asiáticas no prevé una división entre razón y sensibilidad. Contrariamente al contexto europeo, el fin perseguido en el aspecto no es el interés cognitivo racional, sino la armonía entre el hombre y la naturaleza. El pensamiento conceptual original del espacio incluía esta observación y exigía una armonía de elementos, para influir positivamente sobre los hombres. No obstante, si nos posicionamos en el oeste estas ideas quedan truncas, abandonadas, ya que predomina una creencia sobre ésta, los principios occidentales organizativos representan modernidad y ésta es una situación anhelada por muchas sociedades asiáticas. Queda casi sin analizar que aunque la tecnología occidental sea moderna, sólo sus aplicaciones persiguen el principio de eficiencia económica pura, lo que deja en franca desventaja a las tradiciones asiáticas, en las cuales las personas viven en armonía con su medio ambiente. La arquitectura occidental de lo moderno responde al estado de desarrollo de su espacio original y no se adecua en forma indiferenciada con otras regiones o sus culturas y sus grados de desarrollo. En la medida, en que la arquitectura sea transferida aun en forma invariada de su espacio original a otro espacio cultural, estará presente sólo como símbolo para un determinado sector económico avanzado/progresista. Se confronta aquí al sujeto con un “aspecto moderno” apenas ajustado a su cultura local, que según el concepto de apariencia de Seel solamente aparecerá como verdadero al momento de su contemplación. Sin embargo, ese aspecto moderno no describe ninguna relación de realidad auténtica, ya que su expresión en relación con por ejemplo la orientación china en occidente no tubo cabida. Los objetivos de las doctrinas budistas y confucionistas, que pretenden liberarse del mundo exterior y buscan la armonía hacia el interior, parecieran en consecuencia, no encontrarse actualmente en conexión con las medidas planificadas de las numerosas organizaciones urbanas en los países asiáticos, Los conceptos estéticos tradicionales de las culturas asiáticas contienen sin embargo elementos, que demuestran el carácter ejemplificativo con relación al vertiginoso desarrollo económico. Además las formas y conceptos asiáti137 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 cos de lo estético disponen de una gran paleta de formas, cuyos elementos y principios encuentran utilización en el desarrollo de una auténtica cultura de construcción y pueden contribuir al lenguaje cultural de las formas. Las apreciaciones psicológicas de la arquitectura pueden demostrar que existe una relación clara entre las estructuras materiales y los procesos sociales que en ellas se encuentran: Las estructuras espaciales actúan sobre el ser humano e influyen en sus acciones. Partiendo de los conocimientos de la biología, la psicología de la arquitectura demuestra que el espacio al igual que un biotopo, influye en la forma de actuar de las personas y éstas a su vez tienen efecto sobre la organización del espacio. Esto se hace más evidente a causa de las relaciones de desarrollo psicológico de las percepciones, que demuestra que los efectos del espacio llevan a nuevas creaciones del espacio realizadas por el hombre. De ello surge un ciclo, que la arquitectura presenta como un instrumento de regulación social y que demuestra que las percepciones siempre están amarradas al sistema cultural, que condicionan el espacio habitable, En tanto y en cuanto la arquitectura condicione las necesidades espaciales de hábitat del ser humano, ésta representará un entorno favorable o contraproducente para la actividad del individuo. Esta interacción entre la estructura edificada y el hombre sucederá particularmente por la atribución de determinadas significancias del sujeto frente a las estructuras edificadas. La atribución de significancia sucede entonces ante el escenario de la socialización cultural y sugiere con ello el modo de percepción cultural del espacio. Ante este escenario queda de manifiesto para la organización del espacio edificado urbano, que es necesario para el traspaso de la arquitectura occidental a otros espacios culturales un análisis minucioso de las costumbres de percepción. Las exigencias de acción o la idea de acción que provocan, que emanan de la arquitectura deben ajustarse al modo de vida y mentalidad de las correspondientes culturas, para así ofrecer una arquitectura amigable al espacio habitado, que se ajuste a las necesidades del hombre y que cumpla con el mencionado equilibrio entre lo interno y lo externo. De no realizarse esta sintonía de los elementos o realizarse en forma acotada se producirá ó un rechazo a esta arquitec138 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 tura ó un ajuste al modo de vida y accionar por parte del usuario. En caso de un a adaptación, debiera analizarse en que medida ésta no produce también una adaptación, es decir un reajuste a la forma de vida de la cultura originaria de las referidas estructuras. Las condiciones de vida cada vez mas parecidas de los espacios exteriores hacen presumir que por ejemplo en los nuevos espacios urbanos de inclinación occidental de las mega-metrópolis de Asia oriental se profundice una adaptación a occidente de las formas de vida y finalmente de las mentalidades y características de los que sobre ellas habitan, de quienes frecuentan principalmente los ámbitos de la nueva arquitectura de los negocios, esparcimientos y viviendas. Ante las observaciones psicológicas y como consecuencia de esta adaptación y homogenización de la forma de vida es pronosticable el establecimiento de espacios individuales por parte de los individuos conforme sus experiencias internas. Esto puede ocurrir, por ejemplo ante una retirada del mundo mediático de internet, ya que este permite impresiones propias y específicas del espacio y cumple con las necesidades del ser humano en cuanto a individualidad. Aunque ésta no es una consecuencia obligada, por lo menos la búsqueda de formas e impresión de individualidad única si es predecible, ya que ésta experimenta perjuicios en la modo de vida a ajustarse. Ante este escenario puede ser favorable que en cada región cultural se construya espacios observando, que éstos mismos espacios no le causen a las personas limitaciones en su entorno. Para la percepción cultural de la ciudad esto pone en claro que la arquitectura representa el “bastidor” de las personas que viven en ella y que es representada en forma diferente según el modo de vida cultural. Sería interesante investigar qué cultura y a su vez qué modo de vida relevante para la organización del espacio exterior engendran y como puede esto ser tenido en cuenta en la planificación y realización de las estructuras urbanas edificadas. Sin embargo a menudo, al contemplar las nuevas arquitecturas en las metrópolis, por ejemplo la arquitectura de los nuevos grandes aeropuertos, centros de compras, zonas de negocios y nuevas ciudades de descongestión ya trazadas se tiene la impresión de no haberse llevado a cabo una planificación cultural y 139 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 mental siguiendo los lineamientos de la psicología arquitectural. El lenguaje claro, funcional y reducido en formas del mundo arquitectónico se presenta mayormente como portador de expresiones de determinados valores a transmitir, lenguaje que porta los anhelos de progreso de una modernidad entendida específicamente. Los desarrollos arquitectónicos actuales en las ciudades a menudo actúan en forma clara y objetiva y corporizan lo moderno racionalista de las sociedades de información. Esto caracteriza una clara des-materialización del mundo material y muestra una acumulación de actividades espirituales en las zonas urbanas mencionadas. Los aspectos perceptibles emocionales experimentan por consiguiente un abandono en la organización del espacio. Esto nos posibilita organizar la arquitectura también desde este punto de vista y por ejemplo crear una atmósfera más confortable en el planeamiento. En el plano social se observa que este fenómeno del espacio urbano trae un tipo particular de sociedad y persona. Esto se puede adjudicar al hecho de que las estructuras urbanas están sujetas a una transformación constante. Asimismo, el crecimiento en las aglomeraciones de las grandes ciudades, ocasionan un lenguaje de las formas del espacio exterior mas comercializado, que presenta un fuerte bastidor de sensaciones ante el sujeto perceptivo y determina la distancia al espacio exterior. Con respecto al planeamiento urbano habría aquí que analizar en relación a la especificidad cultural de la percepción, si una merma de las sensaciones de satisfacción de la superficie habitable y del espacio vital no sería necesaria. Sería particularmente interesante un análisis cultural en este contexto, ya que ante las observaciones fisiológicas y psicológicas arquitecturales se desprende que la transformación sensorial produce por sus características culturales diferentes formas de vivir el espacio. Las manifestaciones sociológicas dejan asimismo reconocer que una de las propiedades fundamentales de los espacios urbanos es su impronta racional. Esto se origina por la concentración de actividad sensorial en los espacios urbanos. Con motivo de la des-materialización de los medios arquitectónicos a causa del desarrollo tecnológico así como por los aspectos antes mencionados se origina en las ciudades un cúmulo de meseta ideológica y genera un desequilibrio en 140 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 desmedro del movimiento físico y vivencias emocionales. La impronta urbana debe incluir por ello una concepción sensorial en las estructuras arquitectónicas. Esto puede lograrse por ejemplo por estructuras que abordan la percepción de cerca. Eventualmente serian provechosas las estructuras de espacios pequeños, que exigen una comunicación directa y llevan consecuentemente al modo de vida al plano del espacio real. Ellas pueden detener la retirada de espacios mediales y contribuir a una desvirtualización es decir a una des-medialización del modo de vida. Sin embargo, para el pensamiento intelectual de la sociedad de información parece esta pretensión difícil de ejecutar. Otro aspecto que dio a conocer el análisis perceptivo urbano es la teoría de que la arquitectura se presenta como portador de símbolos y cada una de sus manifestaciones se transfiere al comportamiento del usuario. El principio teórico del dibujo puede demostrar que la arquitectura se deja entender como un proceso filológico, que está compuesto por manifestación e interpretación. Apreciable en este simple ejemplo: una sala de gran amplitud con sogas antiguas genera otra sensación y comportamiento que por ejemplo una nave de producción abandonada en un distrito industrial. Esto significa que un habitante, por ejemplo de un suburbio está sujeto a otras influencias a causa del aspecto exterior de su espacio que el habitante de un edificio de departamentos y por lo tanto desarrolla una determinada práctica de acción. Gracias al carácter de portador de símbolos de la arquitectura, ésta provoca diversos comportamientos en las personas, dependiendo de su origen cultural y socialización. Asimismo este aspecto trae aparejado una interpretación cultural de la arquitectura y exige su observación en la planificación. Tal como planteó Dovey1 el diálogo entre la arquitectura y la sociedad aun 1 Architecture will not progress by getting better and better at the spatial reproduction of the habitus (...). The illusion of ‘changing the world’ is maintained through the production of evernew imagery while the reproduction of social practice continues unchallenged. (...). Yet engagement with questions of the public interest need not to lead to comfortable consensus at 141 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 está en muchos lugares vagamente expresado. Las construcciones pueden ser asociadas a determinados lugares y generar así características lugareñas2. Para ejercer una unión del individuo con el lugar y crear conciencia cultural local, es importante que la arquitectura posibilite una identificación con el usuario. Por ello se debiera crear un fuerte encadenamiento de la planificación arquitectónica y edificaciones urbanas de modo que el espacio habitable de la persona se corresponda con sus necesidades estimulantes de desarrollo. El mundo exterior debería estar menos formado por tecnologías des-materializadoras y reducciones generales de materialidades, y mucho más favorecido con el fin de una percepción sensorial. No obstante, se ha demostrado en el plano de la estética de producción que con los pensamientos de lo moderno así como particularmente por la teoría del “Bauhaus” la arquitectura pierde peso y tambalea con el lenguaje de formas en filigrana, vale decir con los correspondientes materiales. Aquí la arquitectura se entiende como artista y establece un trato escultural con sus trabajos. Éstos son recepcionados en la actualidad con una fuerte actividad medial. En la Arquitectura posmoderna de por ejemplo Herzog y de Meuron o Zaha Hadid se exaltó la pérdida de sentido de corporalidad y pesadez de la arquitectura. Parece haberse perdido de visto la relación directa existente entre la construcción y el hombre. Esto nos hace reflexionar en qué medida la adición de estos elementos de construcción pueden generar la estructura “civil” de la “ciudad”, como conceptos arquitectónicos de la actualidad. La ciudad posmoderna tomó con su aspecto arquitectónico muy poca consideración de esto. Ella persigue con su forma de Megacity ampliamente difundida all. Real communities are shot through with differences of identity, ethnicity, age, class and gender. A socially engaged architecture entails the deconstructive and reconstructive tasks of exposing and giving voice to real public interests; unpacking and reconstructing the habitus.” Dovey, K.: “The Silent Complicity of Architecture”. In: Hillier, J. und Rooksby, E.: Habitus. A Sense of Place. Aldershot 2004. 2 Este es a menudo el caso en la arquitectura ligada a espacios naturales. Así por ejemplo una determinada forma de construcción nos recuerda un determinado lugar. 142 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 pero siempre igual, articulada por ciudades satélites y de descongestionamiento y semejante a una Metrópolis” multi-central, que presupone una red de ordenamiento espacial, orientada económicamente pero con muy pocas relaciones sociales. Mientras el espacio urbano fue concebido alguna vez como unidad geográfica, económica, política y social, se presentan las ciudades de millones de habitantes de la actualidad como conglomerados difíciles de delimitar. Queda por descifrar donde confluye este límite de una globalidad localizada y una localización globalizada. La disponibilidad de locales en cualquier lugar trae al proceso de desarrollo soluciones globales de los límites, y lleva a un entendimiento espacial diferente y comparativo en la sociedad3. Esta homogenización del espacio se puede representar de la siguiente manera: Fig. 40: La homogenización del espacio arquitectónico4. Orientación al occidente - progreso Poca valorización de la cultura propia Escaso interés en elementos históricos Homogenización del espacio arquitectónico Poco análisis de la propia cultura Poca inclusión del usuario Alta velocidad de construcción 3 Comp. del aspecto de la solución global de los límites: Chambers, I.: Border Dialogues: Journeys in Postmadernity. London/ New Cork 1990. Particularmente pág. 47. 4 Fuente: representación propia. 143 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 Un medio ambiente estandarizado arquitectónicamente pierde importancia como lugar de vida real y suscita la búsqueda de nuevos espacios y otras formas de vivencias. Éstos pueden ser encontrados de manera fácil en los espacios mediales de internet, dado que los mismos, a diferencia de otras formas de individualización5 poco le exigen al sujeto y gracias a su constante disponibilidad son particularmente atractivos. A continuación se representan las posibles consecuencias de la homogenización arquitectónica: 5 Nos referimos a las formas de individualización como por ej. actividades espirituales/musicales/ deportivas/etc. del tiempo libre. 144 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 Fig. 41: Las consecuencias de la homogenización arquitectónica Venta jas del estím u lo gr áfico virtu al Virtua lización del m odo de vida Realid ad de la vida me dial Cam bio del mo do d e vida en la realidad de la pa nta lla Construcción m odificad a de la realidad Reducción de la variable estím ulo Efecto s d e la hom ogenización arquitectónica Perdida de la identida d del lu gar Hom ogenización de la socied ad Pérdida del sig nificado de la arquitectura Realid ad de la vida física Perdida de u nión al entorno físico Descono cimiento del mu ndo exterior Pérdida de la cultu ra arquitectónic a Fuente: representación propia. La pérdida de diversidad urbana y la construcción de una característica propia no se pueden volver a alcanzar por la simple exigencia de riqueza en las formas y variedad constructiva. Al respecto Blum ejemplifica: “What makes the city appealing is not simply variation but it`s capacity to enforce a discipline upon its heterogeneity in a manner that that will guarantee productivity in ways that will lead to works and accomplishments that promise to distinguish the city from all others.”6 Con esta 6 Blum, A. (2003): The Imaginative Structure of the City. Montreal, pág. 98. 145 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 afirmación queda claro que el logro de alcanzar un desarrollo propio de la ciudad no es independiente de los componentes del tiempo. De ese modo se propicia una atmósfera urbana particular, que toma las cualidades temporales de su historia, las refleja y desarrolla un aspecto variado de carácter propio. También las actividades vitales son de particular importancia, ya que éstas crean estructuras variadas y heterogéneas en el espacio exterior, las cuales tal como señala Blum, se transforman en la característica de la ciudad, porque proporcionan un funcionamiento eficiente de la ciudad. Una medida que puede fomentar la especificidad cultural de la arquitectura, podría ser una mezcla nacional de arquitectos y proyectistas de estudios de arquitectura no chinos pero con asiento en China, como ya lo puso en práctica el estudio de arquitectura Fink y Jocher. Al momento de una construcción local de espacios externos es indispensable también un análisis de las formas de comunicación, usos y valores arquitectónicos, tradiciones y costumbre de la cultura extranjera. De esta manera se vinculan estrechamente innovaciones arquitectónicas y tradiciones específicas del país. Asimismo se podría obtener el establecimiento de una forma de conservación de los monumentos, fomentar la cultura de la construcción y apoyar la arquitectura de una región conforme su modo de percepción cultural. En virtud de las dificultades de comunicación e irritabilidades, que se suscitan cuando los arquitectos chinos se confrontan con las propuestas de los arquitectos alemanes queda demostrado que por un lado existe una recepción específica cultural de las estructuras arquitectónicas y por el otro que la inclusión de elementos culturales locales no se encuentra como prioridad de interés. Había que repreguntarse en qué medida el pensamiento gráfico dominante entre los arquitectos chinos puesto a discusión por los encuestados, es un principio esencial desarrollado culturalmente de su modo de pensar y/o actuar, ó si éste corresponde simplemente al interés de imitar la cultura occidental. La cultura china posee una gran paleta de formas, la cual sin embargo sólo se articula en pocos puntos de la arquitectura, dada su interés en la moderniza- 146 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 ción occidental. Particularmente la estética china contiene elementos que estimulan la creación de lo moderno en forma personal, auténtica. Individualizar este elemento y tener la posibilidad de analizar esta forma de articulación arquitectónica es materia que excede este trabajo, y queda para un futuro desideratum. En miras de las afirmaciones precedentes se hace evidente la necesidad de una forma exterior cultural del espacio urbano edificado. La participación en el planeamiento de los futuros usuarios7 y el análisis previo de las costumbres de hábitat y uso son indispensables, en particular cuando se trata del trazado de toda una ciudad. Es especialmente aconsejable el diálogo entre los proyectistas y los usuarios cuando se trate de actividades de la construcción en una cultura extranjera. Hasta el momento casi no han encontrado cabida en la práctica las apreciaciones individuales como la “User-needs-analysis” o la “post-occupancyevaluation”,8 que proponen una asociación de la arquitectura con las ciencias sociales para resolver la problemática de vivienda. Asimismo la mayoría de las investigaciones posteriores no se financian. La orientación económica de los inversionistas es en la actualidad la medida preferencial en virtud de la cual se decide la forma y aspecto de las nuevas construcciones y de ciudades completas. La percepción específica-cultural del usuario queda relegada o no tiene cabida. Propuestas para la estructuralización de la ciudad que transciendan culturalmente hay varias, sin embargo queda pendiente un análisis de las necesidades arquitectónicas culturales. Esto puede ser materia de un desiderátum de investigación que exceda este trabajo y que analice los delineamientos específicos culturales para la formación arquitectónica de nuevos espacios urbanos. Finalmente este trabajo quiso estimular una investigación más amplia de cómo está dispuesta la estética receptiva cultural de las culturas y cómo pueden 7 Compárase también: Harloff, H. J. (1993): Psicología de la construcción de viviendas y colonias. Göttingen, págs. 3 y 15. 8 Linneweber, V.: “¿Quiénes son los expertos?” En: Harloff 1993, págs. 75 y siguientes. 147 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 los nuevos espacios edificados reaccionar ante éstas. Principalmente se trató de buscar soluciones que actúen frente a la pérdida de localización y tengan en cuenta los componentes de percepción sensorial del hombre. Ya que esto en gran medida está relacionado con la cultura humana, debería analizarse, qué medidas constructivas corresponden a la mentalidad y formas de actuar de las sociedades. En este sentido puede detenerse la pérdida de tipicidad del lugar en el espacio exterior así como obtener creaciones locales y traer nuevos para su formación. 148 Katharina Lehmann Percepciones estéticas arquitecturales... - pp. 133-149 Breves Contribuciones del I.E.G. - Nº 20 2008-09 BIBLIOGRAFÍA ¡ Blum, A. (2003): The Imaginative Stricture of the City. Montreal. ¡ Chambers, I. (1990): Border Dialogues: Journeys in Postmodernity. London/ New York. ¡ Davey, K. (2004): “The Silent Complicity of Architecture”. In: Hillier, J. Y Rooksby, E.: Habitus. A sense of Place. Aldershot. ¡ Harloff, H. J. (1993): Psicología de la construcción de viviendas y colonias. Göttingen. ¡ Linneweber, V.: “¿Quiénes son los expertos?”. En: Harloff (1993). 149 REVISTA BREVES CONTRIBUCIONES DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOGRAFICOS Facultad de Filosofía y Letras - Universidad Nacional de Tucumán CONVOCATORIA La revista Breves Contribuciones del Instituto de Estudios Geográficos se publica en español, pero desde esta edición el Comité Académico de la misma ha decidido recibir contribuciones en portugués. Con esta publicación se busca cubrir las necesidades de difusión de la investigación científica en el área de la ciencia geográfica. Su cobertura temática abarca una extensa variedad de estudios tanto desde el ámbito geográfico como de las Ciencias Sociales. Esta revista tiene una periodicidad anual y está editada por el Instituto de Estudios Geográficos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. A través del Comité Académico se recibe los envíos de artículos originales e inéditos que presenten resultados de investigaciones, ensayos de reflexión analítica, comunicaciones, reseñas bibliográficas y resúmenes de tesis doctorales aprobadas con nota máxima y con una antigüedad no mayor a dos años de la presente convocatoria. Orientaciones para autores Los artículos y demás documentos propuestos para publicación deben tener una estructura que contenga, como mínimo, introducción, metodología, resultados, conclusiones y bibliografía (lista de referencias bibliográficas). Los mismos serán sometidos por el Comité Académico del Instituto a evaluación de su calidad científica por árbitros especializados en Geografía y disciplinas de las Ciencias Cociales. Para conservar el anonimato al someter los artículos a dictaminación, deberá anexarse en una página aparte la siguiente información del autor(es): ¡ Nombre completo. ¡ Institución, centro o departamento al que se encuentra(n) adscrito(s) laboralmente. ¡ Dirección postal institucional. ¡ Máximo nivel de estudios alcanzados (disciplina o campo e institución) y estudios en curso si los hubiera. ¡ Línea de investigación actual. a 151 ¡ Referencias bibliográficas completas de las últimas 3 o 4 publicaciones (incluye número de páginas). ¡ Cualquier otra actividad o función profesional destacada que corresponda. ¡ Teléfonos o fax. ¡ Dirección de correo electrónico. Lineamientos Editoriales Los originales serán dictaminados anónimamente por los integrantes de la cartera de árbitros, cuyo dictamen será inapelable en todos los casos. Por la naturaleza de la revista, es claro que no se aceptarán artículos de género periodístico o comentarios generales sobre algún tema. Las colaboraciones deberán presentarse en su versión final y completa, ya que no se admitirán cambios una vez iniciado el proceso de dictaminación y producción. Las mismas deben cumplir con las siguientes normas: Información de normas y envío de trabajo Revista Breves Contribuciones del IEG Comité Editorial del Instituto de Estudios Geográficos «Dr. Guillermo Rohmeder» Av. Benjamín Aráoz 800 San Miguel de Tucumán - CP 4000 Tucumán - Argentina Telefóno 0054-381-4107348 Fax: 0054-381-4310171 mail: [email protected] Comité Editorial ¡ 152 Dra. Ana Isabel Rivas ¡ Prof. Ana Teresa Cusa ¡ Prof. Paola Herrera ¡ Prof. Ariel Osatinsky