Calidad de Vida Comunitaria

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Calidad de Vida Comunitaria
Comunidad en Calidad de Vida Percibida General
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Calidad de Vida Comunitaria:
Su Incidencia en la Calidad de Vida Percibida General
Reimel, S. y Jimenez, Y.; Universidad Simón Bolívar, Caracas, Venezuela;
Rojas, J.; El Museo de los Niños, Caracas, Venezuela;
Sara Marín; Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela
La investigación teórica y aplicada llevada a cabo desde diferentes perspectivas
disciplinarias durante los últimos 25 años ha demostrado que la Calidad de Vida (CV) no
depende exclusivamente de un número determinado de aspectos presentes en algún contexto
en particular sino resulta de la interacción entre variables pertenecientes a diferentes contextos,
tales como el familiar, el laboral, el comunitario y el educativo, entre otros. Igualmente, se ha
determinado que los atributos de la personalidad del individuo, su salud física, su edad y su
género también constituyen variables a ser integradas al estudio de la CV. Asimismo, el nivel
de formación educativo de la persona, su nivel socioeconómico, su lugar de residencia, la
tenencia de la tierra y de la vivienda influyen en la percepción y evaluación que hace de su
medio ambiente.
El aspecto dialéctico que caracteriza la CV, es decir la interacción bi-direccional entre
el individuo y su ambiente, ha sido comentado por varios autores; entre ellos Reimel y Muñoz
(1990), García (1991), Amérigo (1992), Landry y Rogerson (1994), Rogerson (1995), y
Reimel y Jimenez (1997). Por ejemplo, García (1991) al referirse al ambiente, afirma que “...no
sólo incluye el escenario donde se producen las relaciones sociales sino que se relaciona
íntimamente con la existencia humana a través de la satisfacción de las necesidades básicas y
del nivel y calidad de vida.” (p. 29)
Debido a la permanente interacción entre el hombre y su medio ambiente, muchos de
los estudios de la CV, independientemente de su focalización principal (laboral, familiar,
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educativo, comunitario o de salud), se han desarrollado dentro de un marco sistémico o
ecológico.
Además, los investigadores en el área han incrementado paulatinamente la
incorporación de múltiples contextos y la medición perceptual en los diseños de sus proyectos.
Es importante destacar que los estudios más recientes de planificadores urbanos y grupos
multidisciplinarios involucrados en proyectos de desarrollo urbano y comunitario también han
tomado en cuenta la dimensión psicosocial en el diseño y ejecución de sus trabajos, al solicitar
las opiniones y evaluaciones de los habitantes acerca de las condiciones existentes y las
propuestas modificaciones. (Landry y Rogerson, 1994; Gonzalez, 1996; Martín, C.; Olivo, M.,
Virtuoso, J., 1997)
Por cuanto diferentes autores, entre ellos, Landry y Rogerson (1994) han señalado que
las preferencias y prioridades de las personas pueden variar en función del tamaño o ubicación
de la unidad geográfica evaluada (nación, región, ciudad o comunidad) y otros (Hartman,
1963; Rapoport, 1977) han mencionado el nivel socioeconómico de los sujetos en relación a
su percepción y evaluación de espacios públicos y privados, decidimos utilizar los datos
provenientes de seis estudios de CV realizados en Venezuela durante los últimos ocho años a
fin de descubrir la incidencia de la ubicación geográfica y el estrato socioeconómico de las
personas en su evaluación de su CV. Al mismo tiempo, se pretendía identificar la incidencia de
la CV laboral, familiar y comunitario en la Calidad de Vida Percibida General (CVPG).
Aunque cuatro de los estudios se centraron en la CV laboral y dos de ellos focalizaron
principalmente la CV comunitaria, todos tenían como objetivo fundamental la evaluación de la
CVPG
Método
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Modelo conceptual: El modelo conceptual desarrollado por Reimel y Muñoz (1990)
fue utilizado en cada uno de los seis estudios. La Teoría de la Ecología del Desarrollo Humano
de Bronfenbrenner (1979) marcó las pautas para la definición del ambiente en términos de tres
(o más) contextos interconectados; cada uno compuesto de elementos provenientes de tres
niveles (físico/material, actividades y relaciones interpersonales). La Teoría Social-Cognitiva
(Bandura, 1986) proporcionó la base para la conceptualización de la CV P como una actitud
de satisfacción o insatisfacción del individuo para con todos los elementos constituyentes de
los contextos que conforman el medio ambiente.
Estudios y sujetos: Los datos cuantitativos provienen de los cuestionarios completados
por 421 sujetos y la información cualitativa fue obtenida mediante entrevistas con 26
informantes. Los estudios y las muestras se describen a continuación: a) Estudio No.1: (1991)
Una muestra aleatoria de 124 profesores, asignados en bloques latinos. (F = 46; M = 78) de
la Universidad Simún Bolívar (USB), Caracas, Venezuela; b) Estudio No. 2: (1993) Una
muestra aleatoria de 76 profesores, asignados en bloques latinos (F = 14, M = 62) de la
Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), San Cristóbal, Venezuela; c) Estudio
No. 3: (1995) Una muestra aleatoria de 26 residentes (F= 18, M = 8) de 56 familias de
Tusmare (T), una comunidad rural, marginal, Edo. Miranda, Venezuela; d) Estudio No. 4:
(1996) Una muestra aleatoria de 106 residentes (F = 52, M = 54) de la comunidad cooperativa
Los Castores (LC), San Antonio de los Altos, Venezuela; e) Estudio No. 5: (1997) Una
muestra intencional de 54 empleados (F = 18, M = 36) del Museo A (MA), Caracas,
Venezuela y; f) Estudio No. 6: (1997) Una muestra intencional de 61 empleados (F = 32, M
= 28) del Museo B (MB), Caracas, Venezuela.
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Instrumentos: Se emplearon cuestionarios auto-administrados de respuesta cerrada
con una orientación perceptual para la recolección de los datos de cinco de los seis estudios.
Se utilizó una escala bipolar, tipo Likert de cuatro intervalos para registrar las respuestas del
sujeto a tres preguntas acerca de un tópico en particular; su evaluación de la condición o
situación actual, su aspiración para con la misma y, su expectativa de obtener o alcanzar lo
aspirado. El grado de satisfacción o insatisfacción de la persona con cada elemento evaluado
se calculó de acuerdo a la siguiente formula : (a - b) - (b - c) = x, donde a, b y c representan
los puntos (1 a 4) asignados por el individuo a cada una de las tres preguntas. Los índices para
cada elemento de cada nivel de los tres contextos se obtuvieron al promediar las respuestas de
todos los sujetos para cada ítem.
Los tres índices correspondientes a cada nivel se
promediaron para obtener el índice contextual y el promedio de los tres índices contextuales
proporcionó el índice de calidad de vida perceptual general (CVPG).
El instrumento para el primer estudio (USB) contenía 65 ítemes, el cuestionario
utilizado en el segundo estudio (UNET) contenía 76 ítemes, él del tercer estudio (LC) contenía
93 ítemes y los instrumentos de los estudios cinco y seis (MA; MB) contenían 83 ítemes
respectivamente. Todos los instrumentos también ofrecían a la persona la oportunidad de
agregar cualquier información adicional que considerase relevante. El contenido de cada
instrumento fue validado por vía de jueces (3 a 5 expertos) y los resultados de la prueba alpha
de Cronbach indicaba una confiabilidad de entre .897 y .875 para los cinco cuestionarios.
Para el tercer estudio (Tusmare) se elaboró una guía de entrevista, semi-estructurada
con 59 reactivos formulados de la misma manera (tres preguntas en torno a un sólo tópico)
con una escala similar. Las respuestas de las personas entrevistadas se registraron en la hoja
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de la guía. También se solicitó permiso al entrevistado a grabar sus respuestas a fin de facilitar
su análisis posterior.
Análisis
Datos cuantitativos: Por cuanto la medición de CV es sensible a las modificaciones
personales y sociales, los datos de los cinco estudios se procesaron en forma individual. Se
elaboró una matriz de doble entrada contentiva de los cuatro índices (CVL, CVF, CVC, CVG)
para cada uno de los cinco estudios descritos anteriormente. Dado que los “scatterplots” de los
índices de los estudios indicaban relaciones positivas entre las cuatro variables, se procedió a
realizar regresiones múltiples de los índices a fin de identificar los pesos relativos de cada
índice contextual en el índice de CVPG para cada grupo.
Todos los índices de cuatro de las cinco muestras obtuvieron valores Beta al 95% de
confiabilidad. La muestra de la UNET sólo obtuvo ese nivel (95%) en el índice de la CV
comunitaria; los índices laboral y familiar eran extremadamente bajos con valores Beta de -.008
y .010 respectivamente. Este resultado fue inesperado ya que presumimos que los datos
serían similares a los otros. Sin embargo, esta diferencia parece corroborar la tesis de que la
ubicación geográfica incide en la percepción y la evaluación del individuo de los elementos
constituyentes de su medio ambiente.
En cuanto a la contribución (peso relativo) de la calidad de vida percibida de los
diferentes contextos a la CVPG, los datos presentados en el Tabla 1, a continuación indican
que la calidad de vida percibida del contexto comunitario tiene el mayor peso en la CVP en
dos de los cinco grupos, mientras que la CV familiar cuenta por la mayor contribución en tres
de los cinco estudios.
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Tabla 1 :Contribuciones relativas de los contextos en CVPG: Todas las muestras
Variable
B
SE B
β
CV Laboral
.400
.026
.374*
CV Familiar
.453
.024
.439*
CV Comunitaria
.377
.026
.351*
U.N.E.T. (1993) CV Laboral
.056
.067
-.009
CV Familiar
,077
.067
.010
CV Comunitaria
.623
,059
.564*
L.C. (1996)
CV Laboral
.388
.024
.364*
CV Familiar
.378
.028
.389*
CV Comunitaria
.437
.027
.410*
M. A. (1997)
CV Laboral
.341
.024
.317*
CV Familiar
.480
.025
.455*
CV Comunitaria
.234
.027
.207*
M.B. (1997)
CV Laboral
.321
.039
.282*
CV Familiar
.438
.032
.405*
CV Comunitaria
.274
.036
,238*
Nota. R cuadrada:USB = .926;UNET = .826; LC = .918; MA = .962; MB = .936
*p <.05.
Muestra
U.S.B. (1991)
Información cualitativa. La comunidad rural de Tusmare, se encuentra a 20 minutos de
la urbanización más cercana de Caracas. Está compuesta de 56 familias, en su mayoría todos
descendientes de una sóla pareja y sus ocho hijos. Esta primera familia obtuvo posesión legal
del naranjal ya sembrado en el terreno hace 25 años. Sin embargo no tienen título de la tierra y
temen ser desalojados por los urbanizadores en áreas adyacentes. Aunque la mayoría de los
adultos viviendo en Tusmare, trabajan como obreros en construcción, en jardinería o como
sirvientas, todavía mantienen el naranjal y venden, cuando tengan la oportunidad, la fruta.
Casas de baharque de uno o dos habitación, con techos de zinc y piso de tierra son las
viviendas típicas de casi todos los habitantes de la comunidad y, con frecuencia, en ellas viven
dos familias y tres generaciones. Ninguna de las casas cuenta con las instalaciones para aguas
servidas. El agua potable se recolecta en pipotes con una manguera que se conecta a una
tubería principal a cierta de distancia de la comunidad. Se utilizan bombonas de gas para
cocinar y la electricidad que les llega es de bajo voltaje y de suministro esporádico. La
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carretera pavimentada más cercana se encuentra a seis kilómetros de distancia, lo que implica
que los residentes deben caminar una hora y media dos diarios para llevar sus hijos al colegio
y para llegar a sus lugares de trabajo. Esta situación también limita la posibilidad de los
miembros de la comunidad a comercializar la fruta del naranjal y así reduce aún más su
progreso económico.
Una síntesis de los comentarios referentes a las condiciones y situaciones comunitarias,
familiares y laborales indica que a pesar de la evaluación negativa de muchos aspectos de su
comunidad (acceso fácil al transporte colectivo y la eficiencia del servicio de luz eléctrica), el
nivel de aceptación por parte de los habitantes de dichas condiciones y sus pocas expectativas
para su mejoramiento, se expresaron mínimamente satisfechos. Entre lo más atractivo del
lugar según los entrevistados es su aire fresco, sus bellas vistas de montañas y valles y su
seguridad (no hay robos y asaltos).
Para los miembros de la comunidad de Tusmare, la familia juega el papel importante en
la vida cotidiana. A pesar del hecho que casi todos los miembros de la familia nuclear y
extendida viven en la misma comunidad y a veces, en la misma casa, son verdaderamente
conscientes de la contribución de cada uno al bienestar y sobrevivencia de la familia. Aunque
viven juntos, y se ven a diario, los residentes entrevistados querían realizar actividades sociales
con su familia con más frecuencia.
Sin duda alguna, la familia genera altos grados de
satisfacción entre los habitantes de esta comunidad.
En cuanto al contexto de trabajo, los tusmareños no parecen obtener mucha
satisfacción de sus actividades laborales. No perciben sus trabajos como interesantes o
intrínsecamente satisfactorios sino como un modo de ganarse el sustento diario.
Los
compañeros de trabajo son percibidos como posibles amigos, pero el superior directo es una
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figura distante que se evalúa positivamente cuando no exige mucho. Debido a que sus
aspiraciones de obtener trabajos mejor remunerados son muy bajas, se ajustan a sus
expectativas igualmente bajas, lo que explica en gran parte su mínimo grado de satisfacción
para con los elementos constituyentes de este contexto.
Discusión
En base a estos resultados, parece que las diferencias regionales efectivamente inciden
el grado de satisfacción del individuo para con múltiples elementos de los contextos que
conforman su medio ambiente. El hecho que San Cristóbal es una ciudad intermedia, y muy
distante de Caracas, probablemente hacen que los componentes de la vida comunitaria ejercen
una influencia mayor en la calidad de vida de los habitantes que los contextos laboral y familiar;
particularmente en relación con las actividades y las relaciones interpersonales. Las
características mas “humanas” de las ciudades intermedias tales como mayores áreas verdes,
menos contaminación y más solidaridad, también han sido discutidas por Velasquez y García
(1996) como factores que tienen el potencial de incrementar la CV de dichas ciudades.
Además, la característica altamente afiliativa de los tachirenses también debe contar, en parte,
por la importancia que tiene la vida comunitaria para los encuestados.
Dado que los miembros de la comunidad marginal de Tusmare, expresaron grados de
satisfacción con sus condiciones de vida tenemos que concluir que el estatus socioeconómico
de la persona si incide en su percepción y evaluación de los aspectos que conforman su medio
ambiente. Es más, estos resultados demuestran una vez más la importancia de la medición
subjetiva fundamentada en las aspiraciones y expectativas tal como lo han enfatizado varios
autores (Marans y Rodgers, 1975; Amérigo, 1990; Riemel, 1993; Reimel y Jimenez, 1996).
Además, el hecho que los residentes de Tusmare manifestasen grados de satisfacción con sus
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condiciones de vida coincide con lo planteado por Brickman, et. al (1978) que sugiere que las
personas de países o regiones más pobres no son necesariamente menos felices que los
habitantes de zonas económica y socialmente favorecidas. Esto evidencia la activación de un
proceso cognitivo mediante el cual las personas incorporan sus experiencias previas y los
criterios del colectivos en forma comparativa al evaluar diferentes aspectos de su vida
cotidiana.
Por último, nos parece importante destacar que estos resultados indican nuevamente la
necesidad de integrar una variedad de variables ambientales provenientes de los contextos
donde se desenvuelve el individuo diariamente (familiar, comunitario, laboral, y/o educativo)
en la medición de la calidad de vida por cuanto cada contexto hace una contribución
significativa a la CVPG. Examinar la calidad de vida laboral, familiar o educativo de una
persona sin tomar en consideración las características geográficas de su lugar de residencia, su
nivel socioeconómico y, sobre todo su calidad de vida comunitaria, proporcionará sólo una
parte de la historia. Como afirmó Eyles en 1989, la comunidad da sentido a la vida.
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