gibralfaro y la agenda21 de málaga

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gibralfaro y la agenda21 de málaga
GIBRALFARO Y LA AGENDA 21 DE MÁLAGA
¿Qué pasa con el Plan Especial de Gibralfaro? ¿De dónde procede tanto olvido para un
proyecto que fue aprobado unánimemente por todas las fuerzas políticas de la ciudad? La crisis, sí. La
crisis, ciertamente. La falta de medios. Ese fue el argumento, no exento de razones, que ha paralizado
totalmente el desarrollo de una idea crucial para estructurar la ciudad, conservar el entorno natural de
su zona verde más importante y emblemática, poner en valor su patrimonio histórico y aumentar la
biodiversidad. Ni un solo euro ha ido a parar a este proyecto desde que se aprobó inicialmente. Ni una
sola actuación relevante, ni organizativa ni de intervención, sobre el ámbito del Plan. Es más, a pesar
del largo tiempo transcurrido, aún no está aprobado definitivamente por la Junta de Andalucía, aún a
la espera de que se culminen los pasos necesarios. En una palabra: por una u otra razón, abandono.
No se trata de que no entendamos la realidad de la crisis. Claro que sí. Pero es que, mientras se
produce ese abandono, surgen nuevas ideas y se presupuestan gastos para otras actuaciones.
Bienvenidas sean todas las ideas que nazcan para el bien de Málaga. Sin duda, enriquecerán nuestra
ciudad en el futuro. No se trata de agitar el agravio comparativo. No. Todo lo contrario, queremos
sumar y complementar. Simplemente, es conveniente recordar que hay un proyecto, ya concretado,
que podría haberse ido desarrollando tranquilamente en algunas parcelas, sin que implicase un gasto
desproporcionado a la realidad social de nuestra ciudad. Pero, ya que no ha sido posible, intentemos,
al menos, buscarle cobijo en ámbitos adecuados para impulsarlo y para, potencialmente, optar a
fuentes de financiación alternativas.
En este sentido, el nuevo proceso de Agenda 21 que se está desarrollando desde el propio
ayuntamiento, a través del OMAU, contempla actuaciones territoriales, de conservación del entorno y
de diversificación biológica, perfectamente compatibles con las propuestas que se recogen en el Plan
Especial de Gibralfaro. Por eso, hacemos una petición expresa a sus responsables, para que no quede
en el olvido este instrumento de planificación y estudien la posibilidad de encajarlo, al menos
parcialmente, dentro de la actualización de la Agenda, si lo creen factible.
Para avalar su idoneidad respecto a los contenidos de la propia Agenda 21, recuerdo, a
continuación, el prefacio del Plan Especial de Gibralfaro, en el que se justificaba la oportunidad de
dicho proyecto:
“La zona de Monte Gibralfaro representa una oportunidad excepcional para la obtención de
zonas verdes en la ciudad con la ventaja de que ésta aportaría un alto valor preexistente: el que se
deriva de la naturalización de las especies presentes en este entorno… …De hecho, resulta un
importante hábitat para especies de flora y fauna y no sólo eso: la existencia de este tipo de bosques
ha venido a facilitar las condiciones de creación, protección y enriquecimiento del suelo que hacen
que sea posible plantear la restauración ecológica del mismo sin necesidad de incurrir en elevados
costes y manejando especies autóctonas que no sólo conviven, sino que necesitan en muchos casos de
este tipo de bosques como facilitadores de las condiciones iniciales para poder asentarse con éxito.
Por otro lado, ofrece la posibilidad de desarrollar un modelo de parque en el que las
características morfológicas y funcionales de la vegetación presentan un alto grado de integración
ecológica en el paisaje vegetal del entorno - Monte Victoria, Cerro San Cristóbal y los Montes de
Málaga -. Esto le confiere un innegable valor, no ya como elemento aislado, sino como una parte muy
importante de la matriz natural del territorio y de los procesos ecológicos de en ella tienen lugar y
que para mantenerse precisan de calidad, continuidad y conectividad de la misma…
En suma, representa una innegable oportunidad de desarrollar modelos que persigan la
integración de la naturaleza en entornos fuertemente urbanizados, siguiendo criterios de mejora de la
biodiversidad, creación de nuevos hábitat para las especies que están viendo reducidos los mismos en
la zona del mediterráneo, rehabilitación de zonas urbanas que actúan como traseras, adecuación de
las relaciones de movilidad interna y con la red de interrelación social adyacente, y creación de valor
por medio de la potenciación de la relación entre los elementos de interés cultural presentes en el
mismo y en el entorno cercano.”

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