paris, un viaje inolvidable
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paris, un viaje inolvidable
RIAZOR BLUES ZONA ULTRA UN DESPLAZAMIENTO CON INCIDENTE El autobús que transportaba a los seguidores deportivistas fue apedreado en medio del trayecto y una de las lunas se rompió PARIS, UN VIAJE INOLVIDABLE EL CAMINO DE IDA EL PRIMER DESPLAZAMIENTO EN MASA que realizaron los Riazor Blues por Europa siguiendo al Deportivo fue a París. Allí, en el estadio ‘Parque de los Príncipes’ se iba a disputar, el 18 de abril de 1996, la vuelta de las semifinales de la Recopa de Europa 1995-96. Sandro Zapata, uno de los componentes del grupo que viajó a París, cuenta en primera persona la experiencia. El trayecto hasta la ‘Ciudad de la luz’ transcurrió con absoluta normalidad, a excepción del incidente que ocurrió en la zona de Boulogne, donde, al salir de un túnel, el bus fue apedreado. El ‘chiste’ se saldó con una luna rota. “Nos apedrearon y, al parecer, según nos contó la policía un poco más tarde, esto era lo mas común, puesto que los días de partidos importantes, como aquel PSG-Depor, los ultras del equipo parisino solían merodear los alrededores del estadio para dar ‘la bienvenida’ a los aficionados foráneos”, apunta Sandro. Al llegar al estadio, los hinchas blanquiazules tuvieron que pasar varios controles. Antes, ellos se habían tomado la molestia de desmontar los bombos pegándole por dentro las bengalas con cinta aislante. “A los policías no se les ocurrió revisar los bombos. Y una vez dentro del estadio, al salir los jugadores, encendimos todas las bengalas. Recuerdo como si fuera ayer la cara de uno de los ‘stewards’ que estaban a pie de pista, en frente de nosotros. El hombre no daba crédito a lo que estaba viendo”. EL REGRESO DEJANDO AL MARGEN LA ELIMINACIÓN DEL DEPORTIVO, todo lo demás acontecido en aquel inolvidable desplazamiento a París salió a pedir de boca. Después de abandonar el Parque de los Príncipes, los aficionados aprovecharon sus pocas horas de estancia en la capital parisina para conocerla lo máximo posible. “Todos estábamos un poco apenados, pero decidimos salir por la noche por la ciudad, y al contrario que en nuestra llegada, no hubo que lamentar ningún tipo de incidente”, señala Sandro. A la mañana siguiente, poco antes de emprender el viaje de vuelta a A Coruña, los seguidores blanquiazules visitaron el monumento más famoso de la ciudad, la Torre Eiffel. “Después de dormir unas pocas horas aprovechamos el tiempo que nos quedaba dando un paseo. Estuvimos en la Torre Eiffel, y nos fotografiamos todos en grupo con ella de fondo”, recuerda. Tras conocer un poco más de la cultura parisina, llegó el momento de volver a casa, aunque una luna del autobús ‘decidió’ quedarse en tierra. “Había alguno que no se acordaba que el día anterior nos habían roto una luna 60 RCD 61 del autobús que nos tenía que llevar de vuelta a casa, y no nos quedó más remedio que volver con el aire acondicionado gratis, aunque por la noche pasamos un poco de frío la verdad”, confiesa Sandro, quien comenta la gentileza del hotel en el que se hospedaron al ver semejante despropósito. “Nos regalaron unas cuantas mantas para la vuelta, para poder protegernos del frío. La verdad es que se portaron muy bien”, afirma. Pero la verdadera anécdota del viaje sucedió en plena marcha, cuando uno de los viajantes, Víctor, se quedó ‘olvidado’ en una gasolinera. “Resulta difícil de creer, pero en una de las paradas que hicimos nos olvidamos de Víctor, un miembro de la Xentalla, pero lo peor es que nos dimos cuenta tranquilamente unos cien kilómetros más adelante”, relata. “Tuvimos que parar en otra gasolinera para hablar con la policía y pedirles que nos lo trajeran. Al final todo salió bien, pero a Víctor no le sentó nada bien que la policía fuera a buscarle. ‘Ya te vale Sandro, yo fumándome un porro y vas tú y me mandas a la policía para que me recoja’, me dijo”, recuerda Sandro entre risas.