HOLOCAUSTO MARÍTIMO DEL WILHELM GUSTLOFF(Y II)
Transcripción
HOLOCAUSTO MARÍTIMO DEL WILHELM GUSTLOFF(Y II)
EL DÍA, domingo, 12 de julio de 2015 p1 PASCUA, LA ISLA de los misterios. Sigue sin haber acuerdo sobre el origen de una cultura que ha legado los famosos moais. 6/7 del domingo revista semanal de EL DÍA RECUERDOS DEL PASADO El Wilhelm Gustloff, atracado en Gotenhafen, recibe la avalancha de refugiados (1945). Foto: maritimequest HOLOCAUSTO MARÍTIMO DEL WILHELM GUSTLOFF (Y II) Texto: Manuel Marrero Álvarez (exdelegado de la Compañía Trasatlántica Española en Canarias E l 21 de enero de 1945 llegan las ansiadas órdenes, directamente del comandante en jefe de la Armada, con las que se espera salvará la vida de más de dos millones de personas. En ellas se notifica que los 6.000 refugiados asignados al Wilhelm Gustloff deberán ser trasladados a puertos bálticos más occidentales, todavía por determinar. El gran problema es que hay mucha más gente que capacidad en los barcos y se teme una gran avalancha hacia los buques cuando se divulgue la noticia. Por ello hay que mantener la calma y procurar que nadie se entere. El Wilhelm Gustloff lleva más de cuatro años sin realizar ningún tipo de navegación, sirviendo como cuartel flotante y buque de alojamiento, pero ahora deberá ser preparado con la mayor urgencia para volver a navegar. Por ello, todos los miembros de la tripulación sin excepción se ponen a trabajar para dejar el barco en condiciones, antes de la llegada de los primeros refugiados y heridos. Asimismo, suben a bordo toneladas de víveres, cantidad necesaria para alimentar a un número de personas, tres veces superior a la capacidad del buque, para una travesía de tres o cuatro días. El 25 de enero de 1945, fecha señalada para el embarque, comienza la esperada avalancha hacia el Wilhelm Gustloff. Las colas para subir a bordo son kilométricas en medio de un frío atroz y las apreturas y empujones crecen a medida que pasan las horas. Según las directrices, solo debe ser evacuada la población no apta para el combate, preferentemente mujeres, niños y ancianos, cuyo control se torna muy complicado por lo difícil que se hace distinguir a aquellos que están “capacitados para el combate”. A cada pasajero se le entrega una tarjeta numerada en la cual figura el número de camarote o de la sala en que se alojará. Al día siguiente continúa el embarque y los problemas se complican aún más, ya que los camarotes están todos asignados, los salones llenos y el hospital militar y enfermería también están completos. Tres días después de haber comenzado la operación, ya hay a bordo del Wilhelm Gustloff 4.300 refugiados, encontrándose el buque sobrecargado al máximo y quedando aún algunos cientos por embarcar, toda vez que las órdenes son de que deben admitir más pasajeros, igual que en esos momentos lo hace el Deutschland, con 8.000, y el Cap Arcona, en el que han subido más de 9.000 refugiados. Así se hace y por la tarde un grupo de unas 40 chicas de entre 18 y 20 años, pertenecientes a las Juventudes Hitlerianas, embarcan y dan optimismo y alegría al barco y son alojadas en la piscina vacía, en la que han colocado colchonetas para dormir. Al día siguiente, 29 de enero de 1945, continúa el embarque con la llegada de un transporte de heridos bastante numeroso que son alojados en el salón de las damas, habilitado como hospital. Ahora sí que todo se ha desbordado. Ya no se sabe cuántas personas hay en el barco: ocho, nueve o diez mil. Todo está lleno de gente y no hay un espacio libre en la enorme nave. Pero al fin llegó la esperada noticia: el Wilhelm Gustloff zarpará al día siguiente, 30 de enero, p2 domingo, 12 de julio de 2015, EL DÍA EN PORTADA sobre el mediodía, y tres submarinos le escoltarán. El capitán y los oficiales respiran aliviados después de conocer la orden, mientras la aglomeración sobre las escaleras fuera del buque no ha cesado y se cuentan por miles las mujeres, niños y ancianos que no han logrado la ansiada autorización para subir a bordo, quedando a la intemperie, tiritando y muriendo de frío. El ejército soviético se encuentra a las puertas de Gotenhafen, por lo que el Wilhelm Gustloff debe zarpar cuanto antes. El último en subir al barco es el alcalde de la ciudad, con trece miembros de su familia, y que, una vez alojados, vuelve a bajar a tierra porque, según dice, tiene “la obligación de defender la ciudad”. Eso es lo que hizo y encontraría la muerte, igual que toda su familia en el hundimiento del barco. A las 12.30 horas, suelta amarras y cuatro remolcadores llevan el buque fuera de la dársena. Pero aún siguen subiendo refugiados, ya que cuando está listo para iniciar la navegación aparece un pequeño barco, de nombre Reval, con más de 500 personas gritando: “Llevadnos con vosotros, llevadnos con vosotros”. Ante el estado de las mismas y el grito desgarrador, el mando del buque ordena tender la escalerilla del portalón y suben a bordo con gran esfuerzo, congelados y fatigados, pero dando gracias a Dios por esa salvación en el último momento. Los cuatro remolcadores reanudan el arrastre hacia mar abierto y el Wilhelm Gustloff inicia la navegación con sus propios medios hacia un destino que nadie conoce, aunque poco tiempo después los operadores de radio se enteran de que será Kiel y Flens- burg. Por su proa va otro gran barco, compañero de aventura. Se trata del Hansa, que había salido poco antes de Gotenhafen con 5.000 refugiados, y ambos carecen de la escolta prometida. Por ello, a las 14.00 horas, reciben instrucciones de fondear en la rada de Hela y esperar órdenes. Llegan dos barcos de escolta, pero el Hansa ha sufrido una avería que le impide continuar de momento, por Primer impacto de torpedo del submarino soviético S-13. Foto: archivo Wikipedia Inc. El Wilhelm Gustloff está perdido:“Sálvese quien pueda”. Ilustración H. Rathe. lo cual el Wilhelm Gustloff deberá seguir su travesía en solitario. Los contratiempos persisten y es ahora uno de los buques escolta el que pide regresar a puerto porque tiene una brecha en el casco, por lo cual a partir de ahora solo le acompaña el torpedero Löwe. Y desgraciadamente aparece en escena el peor de los invitados, el que nadie quiere ver ni oír: el submarino ruso S-13, al mando del cual va su co- mandante Alexander Marinesko, que navegaba por el Báltico en busca de alguna presa importante y a buen seguro que la encontró. Lleva doce torpedos a bordo, cuatro de los cuales están en sus respectivos tubos, listos para ser lanzados. El submarino S-13, que navega en superficie en medio de una gran nevada que dificulta la visibilidad exterior, divisa al Wilhelm Gustloff y se p3 EL DÍA, domingo, 12 de julio de 2015 EN PORTADA pone en disposición de ataque sin que el torpedero escolta pueda descubrirlo. La hora fatídica que dará origen a la mayor catástrofe de la historia de la navegación ha llegado. Son las 21 horas y 16 minutos del 30 de enero de 1945, cuando el S-13 lanza el primer torpedo; a continuación el segundo e inmediatamente después el tercero. El buque está condenado a muerte y se hunde irremisiblemente de proa en una temperatura exterior de 20 grados bajo cero. La escora a babor es muy pronunciada y solo falta conocer cuánto tiempo podrá aguantar a flote. Todos se lamentan y se ahogan en un mar de lágrimas, al tiempo que el grito de socorro se propaga como un huracán por todo el barco, mientras que desde el puente de mando solicitan noticias del buque escolta Löwe. Los impactos de los torpedos han matado a muchos cientos de personas, tal vez miles, entre las que se encuentran la casi totalidad de los tripulantes de la nave, que iban alojados en la zona de proa. Difícilmente se podrán utilizar los botes salvavidas, porque no hay nadie para manejarlos. El pánico se desata a bordo y comienza una lucha a vida o muerte. Todos buscan una salida hacia arriba, como si quisieran alcanzar el cielo. La realidad es que si alguien quiere sobrevivir, si quiere tener un atisbo de esperanza, debe ir hacia arriba, porque allí, en lo más alto, en la cubierta ocho, están los botes salvavidas, aunque lamentablemente en el caos total de lucha por la supervivencia todo se pone en favor de los más fuertes, que se abren paso como sea, a costa de los débiles, que van cayendo en el camino. Las madres con sus pequeños hijos, los ancianos y los heridos, que se cuentan por miles, son las víctimas propiciatorias y no tienen ninguna posibilidad. Muchos logran llegar a esa cubierta, con nombre de sol o cubierta de botes, pero ante la falta de medios de salvamento, saltan por la borda a las heladas aguas del Báltico y algunos corren con la suerte de que son recogidos por el torpedero Löwe, que ha Crucero pesado alemán “Admiral Hipper”. Foto: Archivo Wikipedia Inc. Alexander Marinesko, comandante del submarino soviético “S-13”. Foto: archivo Wikipedia Inc. comenzado el rescate de náufragos hace rato. El Wilhelm Gustloff se hunde con miles de personas aún a bordo y nadie ha acudido al lugar del siniestro para auxiliarle, aunque solo ha pasado poco más de media hora desde que el buque fue torpedeado. Por ello, cuando se ve que el barco está definitivamente perdido y que se hundirá en pocos minutos, desde el puente de mando suena la terrible orden: “Sálvese quien pueda” y la repiten varias veces: “¡A todo el personal a bordo: sálvese quien pueda!”. A las 22.18 horas, el Wilhelm Gustloff está prácticamente hundido e instantes más tarde un potente estruendo desde el interior, unido a los gritos desgarradores de los pasajeros que quedan a bordo, lo inclinan cada vez más y el mar lo devora totalmente, llevándose consigo a miles de víctimas, especialmente mujeres, niños y ancianos, a su tumba, localizada a 60 metros de profundidad, donde ahora reposan los restos del barco dividido en tres secciones, después de que los rusos quisieran hacer desaparecer todo vestigio de la matanza. La guerra que trae la muerte se los había llevado a todos en una noche, sin saber por qué ni para qué. El lugar del naufragio es un hervidero de lanchas, balsas, botes neumáticos, restos del buque, cuerpos humanos, cientos de ellos luchando por sobrevivir, y muchísimos cadáveres que flotan en las aguas gélidas del mar Báltico. De pronto, y surgiendo de la oscuridad, aparece el crucero pesado alemán Admiral Hipper, que acude como ángel salvador a rescatar del agua a los supervivientes del buque siniestrado, pero lamentablemente debe abandonar la zona de la tragedia sin subir a bordo ni un solo náufrago, porque han detectado ruidos de motor de un submarino y temen que se produzca un ataque en cualquier momento. El Admiral Hipper es la unidad de combate más poderosa de la Marina de guerra alemana del mar Báltico y por ello irreemplazable. Además, trae a bordo 1.377 refugiados embarcados en Gotenhafen, que sumados a los 1.600 tripulantes del crucero, suman cerca de tres mil personas a bordo a las que hay que proteger. Sin embargo, continúan los torpederos Löwe y el escolta del crucero, T-36, que siguen salvando vidas de los muchos náufragos que esperan su rescate. Uno de ellos es el capitán Friedrich Petersen, que nadaba exhausto desde que el Wilhelm Gustloff desapareció. Lo mismo ocurrió con el primer oficial, Louis Reese, que fue recogido por el Löwe, además de 472 náufragos, nueve de ellos fallecidos por congelación, en la corta travesía hasta el puerto de Kolberg. También el T-36 trajo a 564 supervivientes. El número de rescatados con vida se cifró oficiosamente en 1.300 y los fallecidos en 5.500, pero las investigaciones posteriores concluyeron que el número fue muy superior porque la invasión de última hora fue incontrolable. Finalmente, coinciden en que los muertos ascendieron a la escalofriante cifra de 9.343, entre los que había más de tres mil niños, y los rescatados fueron 1.239, que convierten a este naufragio en la mayor tragedia naval de la historia; en un holocausto marítimo. Observando el escenario de esta locura, que fue la Segunda Guerra Mundial, en la que hubo más de sesenta millones de víctimas, cuya mecha fue encendida por la Alemania nazi aquel 1º de septiembre de 1939, no extraña que el comandante en jefe de la Marina alemana dijera: “Este naufragio debe considerarse como una catástrofe más en la época de desastres de la fase final de la guerra”. Al comandante soviético Alexander Marinesko no se le reconoció mérito militar alguno por este hundimiento y fue descalificado por su desacreditada conducta y adicción a la bebida, motivo por el que pasó dos años recluido en un campo de concentración. Al salir era un hombre indigente y enfermo. Había nacido en 1913 y murió víctima de un cáncer de garganta en diciembre de 1963, en la ciudad de Leningrado. 32 años después de su fallecimiento y 50 desde el bárbaro hundimiento del Wilhelm Gustloff, fue reivindicado a título póstumo como “héroe de la Unión Soviética”. p4 domingo, 12 de julio de 2015, EL DÍA p5 EL DÍA, domingo, 12 de julio de 2015 NICARAGUA ANTE EL TURISMO QUE VIENE LA AGRICULTURA, EL COMERCIO Y LA INDUSTRIA IMPULSAN EL SECTOR EN EL PAÍS El trepidante impulso del turismo internacional tiene que ser aprovechado por los países en desarrollo para generar las condiciones óptimas necesarias para el aprovechamiento de sus pobladores. El turismo es riqueza sociocultural para la persona, la familia, la comunidad y para el mundo entero. lia, la comunidad, para el mundo entero” (OMT, 2003) Nicaragua, el espectáculo Para los que tenemos el privilegio de haber disfrutado de los paseos por las Isletas de Granada, los más recoletos rincones de los “pueblos blancos”, las históricas calles de León, o las míticas reliquias del terremoto de Managua la conjunción de estos recuerdos nos lleva necesariamente a toda una larga serie de hechos vividos donde la seguridad social que se vive en Nicaragua tiene un muy especial significado, cuando el respeto y el orden se han perdido por todos esos mundos de Dios. No nos resistimos a volver a publicar el sistema de cambio de monedas en las fronteras de NicaraguaHonduras hace solo un par de años, donde bajo un árbol dos personas desprovistas de cualquier prejuicio o elementos de defensa cambiaban dólares con grandes fajos de billetes en sus manos, ante la atónica mirada de un Texto: Antonio Pedro Tejera Reyes (Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. ONU) Foto: Cedida “C uando se mira a Nicaragua sin prejuicios y sin sesgo político, se puede apreciar un país diferente que ofrece buenas oportunidades para invertir. Nadie mejor para hacer ese ejercicio que un empresario vinculado a la producción real. Recientemente, un productor e industrial cafetalero realizó una gira por Nicaragua constatando que la realidad del país presenta cambios profundos que, entre otras cosas, le generaron una preocupación inmediata: si la economía de ese país sigue su rumbo ascendente, dentro de tres o cuatro años no habrá quien recoja el café en Costa Rica. Los nicaragüenses tendrán suficiente trabajo en su país y no les será atractivo ir a buscarlo en Costa Rica. “También observó las posibilidades de inversión, que apreció como muy favorables, teniendo en cuenta especialmente los bajos costos de la mano de obra, una menor incidencia relativa de las actividades criminales y la predisposición general observada en funcionarios estatales a favorecer la inversión productiva, aparte de una buena sintonía entre gremios empresariales y el actual gobierno”. Estas son las noticias internacionales que circulan sobre Nicaragua, independientemente del “boom” sobre la construcción del Canal de Nicaragua, que uniría las océanos Pacifico y Atlántico, con una obra monumental. Nicaragua pisa terreno firme en cuanto a su desarrollo comercial, fundamentalmente con EEUU, aunque sus miras empresariales contemplan, como debe ser, el excepcional mercado que supone toda la re gión americana, como lo demuestra su acercamiento a Perú, acerca de lo cual es significativo lo declarado por el embajador de ese país en Nicaragua, Dr. Alfredo Castro Pérez, cuando dice que deben participar un importante número de empresas nicaragüenses y peruanas en el propósito de la constitución de una cámara para fortalecer el intercambio comercial entre ambos países, con lo que se buscará la creación de un Tratado de Libre Comercio. La Nicaragua turística Con este escenario real que conocemos íntimamente de la Nicaragua turística tiene que ser una preo-cupación principal la formación profesional de su población para atender los miles de turistas que generará esta situación. Vivir de espaldas a esta realidad conduciría a sus habitantes a una dependencia gerencial del extranjero sobre cuyas consecuencias funestas tenemos los más amplios ejemplos en el mundo de las empresas públicas y privadas internacionales. Nicaragua tiene con qué. No es la primera ni la segunda vez que tratamos sobre este tema. La capacitación en el manejo del turismo – llámese política o empresarialmente– es una necesidad total. No se pueden construir puentes ni edificios, ni manejar grandes empresas, de manera exitosa sin los conocimientos necesarios para ello. Se hacen precisos unos estudios profesionales basados en las experiencias positivas, que hoy afortunadamente existen gracias a los fracasos de los destinos turísticos que no han tenido otro remedio que experimentar para obtener resultados, ante la carencia de las experiencias que tenemos hoy. El manejo y la dirección de todo este conglomerado de estudios tiene que conformar un espectro donde el humanismo y la cultura de paz se den la mano con las más modernas técnicas aplicadas a las empresas directamente relacionadas con el turismo, pero sin despreciar ni apartar la visión necesaria que toda la ciudadanía ha de tener sobre su implicación en el beneficio que el turismo aporta para su bienestar, llámese económico o en el desarrollo de su actividad social. “El turismo produce riqueza para la persona, la fami- San Juan del Sur, en Nicaragua numeroso grupo de viajeros que pasábamos esa frontera. La misma operación la hemos presenciado en las calles de Managua, o a las puertas de la catedral de León. Esa seguridad no se puede perder. Habrá que luchar con todas nuestras armas para que siga presente. Es la marca que Nicaragua tiene que expandir por el mundo, como bien está recogido en los párrafos que inician este reportaje, escogidos de la prensa internacional. Complementos de este bienestar que influye positivamente en la percepción del turista, Nicaragua tiene unos valores ancestrales arraigados en su población, de los cuales tenemos cientos de íntimos recuerdos que celosamente han conformado nuestra visión de este gran país, cuyo futuro vislumbramos con la mayor ilusión ante el panorama que hemos podido apreciar en la actitud de sus gentes, laboriosas, interesadas, y con unas ansias de superación de las más loables. Hoy, Nicaragua despierta al acon- tecer mundial con una oferta turística de primera que hay que complementar con muchas obras, pero que tiene un sentir popular que no se puede dejar perder, sin encandilarse en copiar culturas extrañas sino apoyando y enriqueciendo el valor popular de nuestros propios ancestros. Valgan como muestra estas fiestas patronales en San Juan del Sur, con la exaltación a sus mas valiosas tradiciones. “San Juan del Sur invita a participar del Carnaval del Malinche, Huipil y el Mar. Con el objetivo de promover las tradiciones municipales, la identidad folclórica sanjuaneña, todo esto en el marco de las fiestas patronales, se contará con la animación de representaciones artísticas tales como: grupos folclóricos locales y agrupaciones musicales, destacando la participación de la familia y la comunidad. Las personas que asistan a esta actividad deberán de usar un atuendo alusivo al malinche, el huipil y el mar (el malinche (flamboyán) es un árbol que florece en esta época del año, invitando a la fiesta de San Juan Bautista y de la Virgen del Carmen, colorido racimo de tonos rojos y naranja admirado por los indígenas por su parecido a los tonos de la puesta del sol; el huipil es el traje típico de Nicaragua como máxima representación de nuestra vestimenta folclórica, y en el contexto municipal el mar es la raíz, el sustento, desde tiempos inmemoriales). “En el recorrido desfilarán las tradicionales Reinas del Carnaval, la imagen del Santo Patrono, comparsas, carrozas alegóricas, filarmónicos, marimbas, la traída del palo lucio (palo encebado le decimos en Canarias, donde también es tradicional en las fiestas pueblerinas) y toda la algarabía popular de nuestra identidad sanjuaneña”. Epílogo La estampa de un país muy joven, donde está surgiendo un turismo que selecciona su destino en base a la seguridad, la amabilidad de sus receptores y todo ese conglomerado de atractivos que Nicaragua tiene para ofrecer –bastante más que lagos y volcanes: ríos, montes, cañadas, playas, historia…–, toda una impresionante visión refrendada por la cordialidad y amabilidad de sus habitantes, dentro de las más calificadas formas de la excelencia. Un país para soñar degustando el sabroso jugo de su pitahaya en la “zona rosa” de Managua, en las playas de Montelimar o en la histórica plaza de Granada, la primera ciudad fundada en el continente americano. El guapote y el “gallo pinto” lo dejaremos para otro reportaje. p6 domingo, 12 de julio de 2015, EL DÍA CLAVES DEL CAMINO Texto: José Gregorio González E s bastante probable que el mayor desafío que ofrece el pasado de la Isla de Pascua sea el que describe el desarrollo y la convivencia pacífica que protagonizaron sus gentes durante casi mil años. La cohesión y solidez de su modelo social hizo posible la realización de gigantescas proezas arquitectónicas, un megalitismo apoyado en lo religioso que con toda probabilidad contribuyó a su vez al fortalecimiento de esa misma estructura comunitaria. Ese trasfondo místico que impregnó la vida de sus gentes explicaría en parte que la comunidad rapanuí no se desintegrara durante tanto tiempo, como era más que probable esperar bajo la presión de un territorio reducido y aislado, un pedazo de tierra de poco más de 173 km2 perdido en la inmensidad del océano. Ese destino fatal finalmente llegó, pero el declive fue precedido por siglos de desarrollo que permitieron acometer una de las hazañas constructivas más espectaculares de la historia de la Humanidad. Este territorio conocido hoy bajo la expresión maorie Rapa Nui –Isla Grande– fue denominado por sus primeros pobladores con nombres como Te-Pito-O-Te-Henua (“el ombligo del mundo”) y Mata-Ki-Te-Rani (“ojos que miran al cielo”). Quizá este segundo título con el que la cultura nativa conoció a su propio universo insular aludiera a los desconcertantes ojos de las cerca de 900 descomunales estatuas de piedra que siembran su territorio, moais vigilantes que otean el cielo, quién sabe sí en busca de su origen celeste y que se han convertido con todo derecho en su símbolo más conocido. Una cultura en declive Para cuando Rapa Nui entró en la historia y sus contornos fueron fijados con precisión en los mapas, la esplendorosa cultura que pobló su territorio y levantó cerca de 300 centros ceremoniales o ahu apenas era ya una tímida caricatura de lo que había sido hasta unas pocas décadas atrás. Este triangulo rocoso del Pacífico Sur engarzado a partir de tres focos volcánicos principales –Poike, Rano Kau y Maunga Terevaka– se halla localizado a su vez en uno de los vértices que junto a Nueva Zelanda y Hawai delimitan triangularmente el área de la Polinesia, con cuya vasta y milenaria cultura comparte la mayoría de sus rasgos distintivos. Pese a ello, no es extraño que, hallándose a unos 2.000 km del territorio poblado más cercano, la isla Pitcairn, y a 3.700 de la costa continental chilena, a cuya nacionalidad pertenece, fuese concebido por su descubridor oficial, el almirante holandés Jacobo Roggeween, como un auténtico paraíso en medio de ninguna parte, paraíso que si alguna vez tuvo algún vínculo con otro territorio lo había PASCUA, LA ISLA DE LOS MISTERIOS Su ubicación en medio del océano Pacífico, a más de 3.700 km de la costa continental americana, la hace merecedora de su denominación ancestral, Te-Pito-O-Te-Henua, “el ombligo del mundo”. Sus primeros pobladores, cuyo origen continúa siendo incierto, sembraron este pequeño triángulo volcánico de interrogantes que siguen inquietando a la ciencia. Sus gigantescos moais, la orientación astronómica de sus templos o la indescifrable escritura de sus gentes son algunos de sus ejemplos más notorios. perdido de forma definitiva a su llegada en la víspera del día de Pascua del 1722. Tras el holandés llegarían los navegantes españoles, el célebre James Cook, comerciantes franceses, militares rusos y estadounidenses, etc., confirmando que la singular y exótica comunidad rapanui había sabido conservar a través de su folclore una buena parte del recuerdo del origen y de las proezas que lograron sus ancestros. Desgraciadamente, la población y su cultura sufrieron daños irreparables, como la arribada en 1862 de una expedición de siete barcos esclavistas peruanos. Causaron la muerte directa de centenares de pascuenses y más de un millar fueron esclavizados, entre ellos los ma’ori-ko-hau-rongorongo, sabios expertos que custodiaban las claves para interpretar la desconcertante escritura jeroglífica rapanui, conocida como rongo-rongo, cuya lectura sigue siendo uno de los mayores desafíos de esta cultura. La tradición cuenta que esos caracteres fueron llevados a la isla junto a los moaís por su primer poblador, el arika Hotu Matúa, monarca de un territorio oceánico desconocido y amenazado por las aguas al que se denomina Hiva. La supervivencia de su raza dependía de encontrar un lugar adecuado en el que establecerse, partiendo en su búsqueda siete exploradores con las indicaciones del mago Hua Maka. Finalmente, los aventureros arribaron a Te-Pito-O-Te-Henua, Moais alineados en Pascua y tablilla con escritura rongorongo. preparando tras su exploración la llegada de Hotu Matúa y su séquito a la playa de Anakena, donde un ahu con siete moaís rememora según la tradición la misteriosa expedición. Aunque oficialmente la isla fue colonizada en torno al 500 a.C. por navegantes polinesios, herederos a su vez de la llamada cultura lapita, surgida en la cercana Oceanía, elementos culturales, lingüísticos y arquitectónicos presentes en Rapa Nui no permiten descartar por completo la hipótesis de un segundo poblamiento a la inversa, acaecido poco después, procedente del continente americano y responsable en su origen de la existencia en la isla de dos grupos raciales bien diferenciados, el hanau momoko, o raza delgada, procedente de la Polinesia, y el hanau eepe, o raza ancha, de un supuesto origen continental, conocidos también respecti- vamente como los orejas cortas y los orejas largas. Poco antes de la llegada de los primeros europeos, ambos clanes protagonizaron el último y más sangriento de sus enfrentamientos, fruto de la rebelión de los orejas cortas contra la subordinación a la que estaban sometidos por los orejas largas. Estos últimos prácticamente fueron exterminados iniciándose a continuación la que es conocida como “la guerra de los moais”, un periodo en el que las estatuas fueron derribadas sin contemplaciones de sus ahu. El misterio de los moais El elemento mas representativo de Pascua, y al mismo tiempo el que mayor número de especulaciones ha generado, es sin duda el moai, literalmente imagen en lengua rapanuí. Estamos ante moles de piedra elabo- p7 EL DÍA, domingo, 12 de julio de 2015 CLAVES DEL CAMINO radas en su inmensa mayoría en el lecho del volcán Rano Rarakú, en cuyas laderas se encuentran nada menos que 397 de los cerca de 900 ejemplares hasta el momento contabilizados. Aunque se estima en 4 metros el tamaño medio de estas figuras y su peso en 12,5 toneladas, lo cierto es que el más pequeño apenas supera el metro de altura, mientras que el más grande de cuantos fueron erigidos, ubicado en el ahu Te Pito Kura, alcanza los 9,80 metros y un peso de 74 toneladas. A pesar de su envergadura palidece ante las dimensiones del gigante en toba volcánica de 21,6 metros y 170 toneladas que reposa en la cantera de Rano Rarakú. El moai se completaba en su recinto final preparándose las cavidades en la que se colocaban los ojos de coral blanco decorados con pupilas rojas, así como el pukao, el tocado o sombrero que todavía lucen algunas de estas figuras y que por sus dimensiones no dejan de constituir otro enigma. Existe bastante unanimidad a la hora de interpretarlos como representación de los antepasados, símbolos sagrados que debían ser levantados en los centros ceremoniales o ahu moais, de cara a sus aldeas. El problema surge a la hora de explicar la forma en la que estas descomunales figuras fueron sacadas de la cantera y trasladas hasta sus ubicaciones finales a través de recorridos que llegan a superar los 6 y 7 km. Allí, además, debían ser levantadas sobre plataformas y recibir los pesados tocados sobre sus cabezas. Las explicaciones han sido diversas, en su mayor parte basadas en el uso de cuerdas, trineos, troncos como rodillos y, por supuesto, la pericia de los rapanuís. Sin embargo, hay muchas lagunas al respeto y los intentos por reproducir experimentalmente el proceso, como el llevado a cabo por Heyerdahl, han dejado huellas imborrables en los moais que no poseen los erigidos por los pascuenses. Para estos, la clave está en el mana o “brujería”, una energía o poder invisible que algunos sacerdotes podían manejar a voluntad tras concentrarse en una roca esférica llamada Te Pito Kura y emitir determinados sonidos, transportando así las estatuas y los grandes bloques de los recintos megalíticos. Como es obvio, para la ciencia el mana no es más que un mito. Retomando la incógnita del posible poblamiento continental, el trabajo del etnógrafo noruego Thor Heyerdahl y su histórica expedición KonTiki, en 1947 permitió demostrar que en la antigüedad esa larga travesía desde la costa americana hasta El Ombligo del Mundo se podía haber realizado con embarcaciones “primitivas” de troncos, apoyadas por los vientos y las corrientes marinas. El noruego demostró tan sólo una posibilidad, pero de un valor incuestionable pues le permitió articular explicaciones plausibles para las incómodas semejanzas rapanuís que encontró con la cultura preincaica de lado de los moais. Antes que el suyo, la historia académica de la Isla de Pascua recoge también de forma merecida y destacada los nombres de personajes como la investigadora británica Scoresby Routledge, cuyas determinantes indagaciones, entre 1914 y 1915, fueron las primeras que con espíritu científico se llevaron a cabo en la isla; o el de Antón Franz Englert, sacerdote capuchino alemán que ocupa otro lugar de honor por su incansable trabajo por la preservación de la cultura rapanuí. Su condición de lingüista le empujó a interesarse de forma especial y a estudiar en detalle la escritura rongo-rongo en los años treinta. Cruciales fueron también las figuras del etnólogo francés Alfred Métraux, autor de uno de los más completos estudios sobre la cultura nativa, así como el de uno de sus protegidos, Thomas Barthel, responsable en 1958 del único catálogo elaborado hasta la fecha sobre los símbolos rongo-rongo. El misterio de su construcción, transporte y erección sigue sin resolverse. Perú, así como para la curiosa tipología racial nórdica –ojos, cabellos y piel clara– que el propio Jacobo Roggeween describió en los indígenas de cuerpos tatuados que salieron a su encuentro, que al parecer predominaba entre el linaje de los Hanau eepe. Es evidente que el trabajo desarrollado posteriormente, en 1956, por Heyendahl en la isla fue determinante a la hora de que el mundo terminara de tomar conciencia de la envergadura del enigma pascuense, aunque tampoco, como es lógico, le faltaron detractores que consideraban sus propuestas cuando menos “excesivas”, sobre todo en lo relativo al tras- ¿Conexión egipcia? Sin embargo, y dejando a un lado las entusiastas y fantasiosas propuestas de otros autores, en el terreno más heterodoxo no fue Heyendahl el único en romper con las lecturas convencionalistas. El español Antonio Ribera encabezó en el año 1975 la Expedición Rapa Nui, la primera misión científica española que pisó la tierra de los moais, localizando entre estos uno que para el inquieto catalán presentaba una típica barbilla faraónica. ¿Casualidad? Tal vez, si no fuera porque Ribera fue más allá en su búsqueda de conexiones transoceánicas al proponer, siguiendo la estela difusionista de Heyedahl, que los primeros pobladores habían llegado en embarcaciones de totora, de las que encontró representaciones en petroglifos, portando una cultura y una técnica que sitúan su origen en Egipto. Amaro Pargo, la Siervita, Lercaro y otros misterios laguneros Prosiguen las actividades del colectivo Canarias Territorio del Misterio con un paseo el próximo viernes, 17 de julio, por el perfil misterioso, legendario e insólito de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Bajo la guía de los escritores José Gregorio González y Juan Carlos Romero, los asistentes podrán contemplar la ciudad desde los ojos de lo extraño y enigmático, recorriendo itinerarios en los que salen al encuentro personajes como el corsario Amaro Pargo, la mística de cuerpo incorrup- to sor María de Jesús, frailes que predicaban el final de los tiempos como Juan de Dios o edificaciones con leyendas de espectros como la Casa Lercaro, el Consejo Consultivo o la Casa de los Capitanes. El paseo también servirá para conocer anécdotas sobre objetos considerados prodigiosos, códigos encriptados, leyendas y otras curiosidades. Las plazas son limitadas y la inscripción debe formalizarse vía correo [email protected] o en el WhatsApp 628368842 Tendríamos que esperar un cuarto de siglo para que otro investigador diera un nuevo giro de tuerca a este asunto. En 1998, el investigador británico Graham Hancock estableció en su obra “El espejo del paraíso” unas reveladoras conexiones entre las leyendas pascuenses y la tradición religiosa egipcia ligada a la figura de los shemsu hor –los seguidores de Horus–, seres semidivinos predinásticos que jugaron un papel determinante en la articulación de la civilización faraónica. Es obvio que en el ámbito académico nadie quiere oír hablar de conexiones entre la cultura rapanuí y la egipcia, sin embargo no han faltado defensores de la misma, pese a lo cual Hancook enriqueció esta vieja propuesta con aportaciones adicionales que permiten describir al menos siete rasgos coincidentes: Primero. La leyenda fundacional de Pascua relacionada con los siete sabios exploradores explica que partieron de Hiva, una isla que se hundía. En los Textos de Edfú se cuenta la historia de siete sabios, dioses constructores que huyeron al Valle del Nilo desde una isla que se hundía. Segundo. En ambos casos una de sus misiones en la nueva tierra era marcar determinados lugares como sagrados, construyendo montículos en ellos. Se ha comprobado que unos ahus se levantan sobre otros más antiguos, lo mismo que las templos egipcios lo hacen sobre otros que la tradición atribuye a los shemsu hor. Tercero. Eran en ambos casos consumados constructores y navegantes, usando variedades de juncos para construir embarcaciones. Cuarto. Un determinado tipo de ahu tiene forma de barco, existiendo una tradición rapanuí que asegura que Hotu Matua descendió a la Tierra en una embarcación. La idea se haya también en Egipto, donde el concepto de barco-tumba estaba muy extendido. Quinto. La fuerza mana de Pascua es similar a la fuerza hekau egipcia. Sexto. La simbología del Manu-tera o pájaro del sol guarda una gran semejanza con el ave egipcia Bennu, asociada a los cultos de Heliópolis. Séptimo. Finalmente en el terreno lingüístico, términos como Raa en rapanuí y Ra en egipcio se usan para denominar al Sol, un caso similar al Aku de Pascua y al Ahu de Egipto, que en ambas localizaciones significa “espíritu”, “ser de luz”. Hoy en día el mundo académico no quiere oír hablar de enigmas sin resolver en la Isla de Pascua, ya que no en vano es uno de los territorios más explorados por los arqueólogos, pero lo cierto es que a juicio de muchos las principales incógnitas siguen vigentes. ¿A qué territorio correspondía Hiva, la patria de Hotu Matúa? ¿Existió realmente el “mana”, la misteriosa energía mental usada para desplazar los moais desde la cantera hasta sus centros ceremoniales? ¿Cuál fue el verdadero origen del culto al hombre-pájaro? ¿Hasta dónde llega la conexión con las culturas preincaicas? p8 domingo, 12 de julio de 2015, EL DÍA www.eldia.es/laprensa Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 988 MUJERES, MÁS QUE UN CUERPO DE VERANO B arbie nació en el año 1959, por lo que actualmente tiene 56 años. Pese a su edad, el tiempo no pasa por ella porque el plástico le permite ser eternamente joven y bella. A ella todo le queda bien, igual que a su novio Ken. Su cuerpo, que a simple vista podría parecer perfecto, en verdad es desproporcionado. Es imposible que exista una mujer con sus medidas. Para eso tendríamos que tener una altura de 2,28 metros, y parece difícil que a corto plazo las mujeres alcancemos esa altura de media. Por tanto, Barbie no es más que una ilusión, una muñeca que no refleja una mujer real. La realidad es que existen tantos tipos de cuerpos como de personas y de gustos, que tenemos distintos colores de ojos, estaturas, proporciones... Sin embargo, en una sociedad donde predomina el culto al cuerpo y donde se marca un modelo que hay que seguir, un canon de belleza, resulta difícil que nos miremos al espejo y nos gustemos. Vivimos en una cultura que sobrevalora la belleza y esto hace que, según se acerca el verano, esa preocupación que siempre estuvo presente se exacerbe, ya que la vestimenta deja ver más nuestro cuerpo. Y es justamente previo a los meses de verano cuando los gimnasios aumentan su clientela con el objetivo de bajar de peso lo más rápido posible. Pero, de toda esta población, a la que más le preocupa adelgazar de cara al verano son las mujeres. La mayoría de las personas preocupadas por su apariencia física o que desarrollan trastornos como la anorexia, bulimia o trastorno dismórfico corporal son mujeres, de las cuales son especialmente vulnerables las adolescentes debido a que a estas edades se dan los cambios físicos y existe una gran preocupación por el aspecto y por las relaciones sociales, en las que gustar a los demás se convierte en algo que consideran vital en sus vidas. Tras lo expuesto, debemos preguntarnos: ¿por qué existe mayoría de mujeres con problemas con su cuerpo o que desarrollan estos trastornos? Pues porque la mujer está asociada a la belleza entendida como felicidad y porque la belleza está asociada al éxito, pero no a su éxito laboral, sino al éxito con el sector masculino. Mientras que el éxito de los hombres, asociado a lo laboral, también se vincula con tener una mujer bella a su lado. Texto: Vanesa Castro Rodríguez (Psicóloga general sanitaria, psicóloga forense y docente en la formación profesional para el empleo. http://vanesacastropsicologa.blogspot.com.es/[email protected]) Todos estos son factores socioculturales, mientras que también hay factores psicológicos que influyen en el desarrollo de una preocupación excesiva por el cuerpo y que pueden llevar al desarrollo de un trastorno. Estos factores tienen que ver con la imagen corporal; es decir, con la percepción que la mujer tiene de su cuerpo, cómo se siente con él y si está satisfecha con su apariencia física. A esto se suma su nivel de autoestima y su educación y relaciones personales. La suma de estos factores son la combinación perfecta para desarrollar un problema o trastorno relacionado con nuestro cuerpo aunque, sin duda, la parte psicológica tiene un mayor peso puesto que sin cierta capacidad crítica y seguridad en sí misma resulta difícil combatir lo que la sociedad nos transmite, y especialmente los medios de comunicación, grandes responsables de perpetuar los estereotipos existentes. Afortunadamente, nuestra sociedad, por la parte que le toca, está tomando cartas en el asunto y ya podemos encontrar tiendas de ropa, marcas, diseñadores de moda y medios de comunicación que han tomado conciencia de su enorme influencia en la población y que comienzan a ser sensibles a la diversidad de formas físicas de la mujer. La prueba está en los escaparates de algunas tiendas, en las que la ropa se expone sobre maniquíes con distintas características, con mucho pecho, más gorditas, más altas o más delgadas. Estos maniquíes vienen a reflejar la realidad de la diversidad corporal de la mujer, haciendo conscientes a todos y todas de que esos cuerpos existen, que son lo normal y que son tan válidos como los de cualquier modelo de pasarela. Volviendo a esa preocupación excesiva por bajar de peso con la llegada del verano, decir que la belleza no importa, que no hagan nada con respecto a su imagen, que no se cuiden, sería muy hipócrita. Ir bien vestidos dentro de los gustos de cada persona, limpios y aseados, cuidar nuestra alimentación y realizar ejercicio físico para evitar el sobrepeso y la obesidad forman parte de unos hábitos de vida saludables que nos ayudan a ser un poquito más felices. Así que es lógico proponerles ciertos hábitos y algunos consejos para cuidarse, no sólo para practicar durante los meses previos al verano, sino todo el año, sin que sea una obsesión, sino una sana costumbre. –Practique algún ejercicio físico, al menos tres veces a la semana. Puede apuntarse en el gimnasio pero si su trabajo o el dinero no se lo permiten recuerde que la ciudad puede convertirse en su gimnasio particular. Caminar a paso ligero puede ser tan eficaz como correr y lo mejor de todo es que caminar es gratuito y la calle no tiene horario. –Mírese en el espejo y observe las partes de su cuerpo que más le gusten. Todas las mujeres tienen puntos fuertes, ¡céntrese en ellos! Luego trate de destacarlas con ropa adecuada o con el maquillaje si se trata de su rostro; o tal vez con cuidados para las manos, si lo que más le gusta son sus manos. El resto de su cuerpo también necesita de cuidados con una ropa adecuada, una dieta variada y ejercicio físico continuado. –Trabaje su autoestima. Deje de responsabilizarse de las decisiones de los demás y céntrese en usted misma. Reconozca sus cualidades, dése una oportunidad y afronte sus miedos. Para ello arriésguese y cree un proyecto propio que satisfaga todas sus necesidades. Cuanto más enfrente sus miedos, mejor se sentirá consigo misma. –Fórmese, estudie y busque retos que vayan más allá de tener un cuerpo diez. En un mundo donde conseguir un trabajo está resultando complicado es de enorme importancia formarse en diversos ámbitos. Actualmente, lo que manda es la polivalencia. No pierda su tiempo mirándose en el espejo y busque realizar actividades que la hagan crecer como persona y que saquen lo mejor de usted misma. ¡Arriésguese y descubra lo que es capaz de hacer! –Álejese de personas que sólo valoren su aspecto físico. Evite a personas que únicamente hagan mención y refuercen si está muy gorda o tiene poco pecho o mucho muslo. Las personas que constantemente hacen mención de lo que ellas consideran malo o feo en usted a nivel físico difícilmente le harán ver que usted es una persona que vale la pena, que tiene cualidades que la hacen especial y admirable. Sí, la belleza importa porque nos hace sentir bien en nuestra propia piel y porque juega un papel importante en la atracción física, en el deseo, pero esto es subjetivo. Debe saber que toda persona merece ser amada y puede ser amada, así que por mucho que haga por tener lo que usted considera un cuerpo diez los seres humanos nos enamoramos de una persona en su totalidad, no de unos pechos o de unas manos.