1 TRISTEZA La principal función de la tristeza consiste en

Transcripción

1 TRISTEZA La principal función de la tristeza consiste en
TRISTEZA
La principal función de la tristeza
consiste en ayudarnos a asimilar una
pérdida irreparable (como la muerte de
un ser querido o un gran desengaño). La
tristeza provoca la disminución de la
energía
y
del
entusiasmo
por
las
actividades vitales —especialmente las
diversiones y los placeres— y, cuanto
más se profundiza y se acerca a la
depresión, más se enlentece el metabolismo corporal. Este encierro introspectivo nos
brinda así la oportunidad de llorar una pérdida o una esperanza frustrada, sopesar sus
consecuencias y planificar, cuando la energía retorna, un nuevo comienzo. Esta
disminución de la energía debe haber mantenido tristes y apesadumbrados a los
primitivos seres humanos en las proximidades de su hábitat, donde más seguros se
encontraban. Estas predisposiciones biológicas a la acción son modeladas posteriormente
por nuestras experiencias vitales y por el medio cultural en que nos ha tocado vivir.
La pérdida de un ser querido por ejemplo, provoca universalmente tristeza y aflicción,
pero la forma en que expresamos esa aflicción -el tipo de emociones que expresamos o
que guardamos en la intimidad— es moldeada por nuestra cultura, como también lo es,
por ejemplo, el tipo concreto de personas que entran en la categoría de «seres
queridos»
y
que,
por
tanto,
deben
ser
llorados.
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Significado de la Tristeza
Muchas causas pueden disparar la tristeza: el
rechazo de un amigo o amante, la pérdida de
autoestima al fracasar en un objetivo en el
trabajo, la pérdida de admiración de un
superior, la pérdida de la salud; la pérdida de
alguna
partes
o
funciones
del cuerpo por
accidente o enfermedad, y, para algunos, la
pérdida de un objeto preciado. Hay muchas
palabras para describir los sentimientos tristes:
angustia,
decepción,
abatido,
desanimado,
desesperado,
desamparado,
miserable,
deprimido,
afligido,
y
triste.
Esta emoción tiene dos lados distintivos: la tristeza y la angustia (Ekman le llama
agonía). En la angustia aparece la protesta, en la tristeza hay más resignación y
desesperanza. La angustia trata de hacer frente activamente con la fuente de la
pérdida. La tristeza es más pasiva. A menudo, la angustia parece no tener fin cuando no
hay
nada
que
se
pueda
hacer
para
recuperar
lo
que
ha
sido
perdido.
La tristeza es una de las emociones más duraderas. Después de un período de protestar
con angustia, por lo general aparece una tristeza resignada, en que la persona se siente
totalmente indefensa, y luego, de nuevo, vuelve la agonía en un intento de recuperar la
pérdida, seguida por la tristeza, y así sucesivamente. Cuando las emociones son leves o
incluso moderadas, pueden ser tan breves como algunos segundos, o puede durar unos
pocos minutos antes de que otra emoción (o ninguna emoción específica) se sienta.
En los casos de pérdida de seres queridos el dolor es tan intenso, que hay momentos en
que pueden sentirse otras emociones. Una persona en duelo puede tener momentos de
enojo con la vida, con Dios, con la persona o cosa que ha causado la pérdida, o incluso
con la persona que murió por morir, especialmente si el fallecido se puso a sí mismo en
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riesgo de alguna manera. La ira puede ser dirigida hacia el interior por no haber hecho
algo, por no haber expresado un sentimiento importante, por no haber evitado la
muerte. Incluso, aunque racionalmente no había nada que se podría haber hecho para
impedir la muerte del ser querido, las personas que están de duelo pueden sentirse
culpables y enojadas con ellas mismos por no haber tenido el poder para evitarlo.
Nos sentimos enojados con la persona responsable de una pérdida, mientras que
sentimos la tristeza y la angustia por la pérdida en sí misma. La ira es todo lo que se
puede sentir si la pérdida no es permanente, como en el caso de la muerte, sino que se
debe a un rechazo. Puede haber momentos en que la persona en duelo tiene miedo de
cómo será capaz de vivir sin la persona fallecida, temerosa también de que no será
capaz de recuperarse. Este temor puede alternar con la sensación de no poder reanudar
la vida después de esa pérdida. Si la pérdida no ha ocurrido todavía, la emoción
predominante puede ser el miedo en lugar de la tristeza o angustia. Incluso pueden
sentirse emociones positivas durante un breve lapso. Puede haber momentos de
diversión al recordar algún momento gracioso compartido con el fallecido. A menudo, los
amigos y familiares en un sepelio, lo recuerdan hasta con risa. También puede haber
placer al saludar a un familiar cercano que ha venido a compartir el dolor. Una
expresión intensa de dolor puede aparecer incluso cuando alguien que estaba
anticipando una pérdida devastadora recibe la buena noticia de que el ser querido está
bien. En ese primer momento de alivio, toda la agonía que estaba retenida, estalla. El
dolor anticipado, pero que estaba contenido, se expresa. En ese momento la persona
siente tanto dolor y alivio. Las emociones aplazadas o suprimidas por una razón u otra,
surgen cuando es seguro que se sientan, incluso si la emoción ya no es relevante para la
situación inmediata. A veces vemos los signos de angustia, completa con las lágrimas,
cuando una persona recibe una noticia maravillosa. La alegría intensa desborda al
sistema emocional. La ira puede ser una defensa contra la angustia, un sustituto, y a
veces incluso la cura. Un amante rechazado puede enojarse por la situación y luego
tranquilizarse, pero después, en un momento de intensa soledad, la tristeza volverá una
y otra vez. Algunos psicoterapeutas han sostienen que la tristeza prolongada en
respuesta a la pérdida es el resultado del enojo hacia adentro. Si la persona que sufre
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puede dirigir la ira hacia el exterior, hacia la persona fallecida, hacia el que le dejó o
rechazó, el esposo, maestro o jefe, entonces la tristeza y la agonía se puede "curar".
Funciones de la Expresión de la Tristeza
Las personas medicadas con calmantes
pueden aparentar no estar sufriendo, y
esto
podría
llegar
a
ser
un
inconveniente. La tristeza y la agonía
en el rostro y en las expresiones
vocales,
evolutivamente
hablando,
sirven para llamar y pedir ayuda a los
demás. El apoyo social, el cuidado de
amigos y familiares, son curativos. Una
persona que está medicada para no
mostrar la tristeza podría recibir menos
atención por parte de los demás. No estamos diciendo que la tristeza debe expresarse
deliberadamente
para
pedir
ayuda.
Estas
expresiones
son
involuntarias,
no
intencionales, pero una de sus funciones evolutivas es hacer que otras personas vean las
expresiones, sienta preocupación y ofrezcan ayuda. Otra de las funciones de la
expresión de la tristeza es enriquecer la experiencia de lo que ha significado la pérdida.
Estamos muy conscientes de lo que se siente al llorar, por el sufrimiento que sentimos
en nuestro rostro después de expresar la angustia y la tristeza por mucho tiempo. No es
que no sepamos qué significa la pérdida si no hay expresión, pero no se siente
plenamente si los medicamentos calman nuestra desesperación. Otra función de la
tristeza es permitir a la persona armarse de sus recursos y conservar su energía.
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Vale la pena señalar que no todo el mundo quiere ser
ayudado cuando está triste o angustiado. Algunas
personas desean retirarse, estar solas, para no ser vistos
en ese estado. Puede que estén avergonzadas por ser
débil o indefensas, avergonzadas por haber sido tan
dependientes de otra persona. Hasta puede que se
enorgullezcan de no mostrar
nunca una emoción
desagradable y en lugar mostrar una "buena cara". Pero
el hecho de que alguien no quiera mostrar sus
sentimientos no significa que tendrá éxito. Existen al
respecto, muchos prejuicios sociales, como que “los
hombres no lloran”.
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