OPINION DE ASOCIADOS Retos de las Instituciones Educativas en
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OPINION DE ASOCIADOS Retos de las Instituciones Educativas en
OPINION DE ASOCIADOS Retos de las Instituciones Educativas en Materia Energética Sean McCoy-Cador* En mis tiempos de estudiante universitario casi al final de la carrera uno podría optar por cursar las materias de Derecho Bancario, Derecho Medioambiental o Derecho Agrario. La materia de Derecho Medioambiental, era en ese entonces de incipiente inicio. Por su parte, el Derecho Agrario había sido –para esa época y momento- “radicalmente modificado”, a partir de la reforma del Presidente Salinas en el año de 1992. Si en algún momento un estudiante sentía alguna simpatía, interés o simplemente quería aprender del derecho de los energéticos, tenía que remitirse necesariamente a la materia del Derecho Administrativo. No había per see una materia propia de los energéticos. En aquel entonces, no se entreveía siquiera una reforma energética del calado, profundad e importancia que la reforma que acabos de vivir. A finales del año 1993 y muy al estilo priísta de antaño se modificó la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica y posteriormente su Reglamento, a fin de permitir la inversión privada en el sector de generación de energía eléctrica. En aquel entonces ya se comenzaban a sentir los problemas de falta de capital por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para poder realizar todas las obras necesarias a fin de satisfacer la creciente demanda de energía y la necesaria modernización del Sistema Eléctrico Nacional. Llego la crisis que todo mondo llamó como “efecto tequila” –que en retrospectiva, uno podría decir que era un juego de niños a comparación de la crisis financiera del 2008/2009– y por tal motivo, el Gobierno mexicano tuvo que comenzar a abrir sectores productivos de la economía mexicana que estaban en manos de los monopolios de Estado o del monopolio privado de las telecomunicaciones. Así entonces, vino la liberalización del gas natural. Se creó el Reglamento de Gas Natural, a fin de crear un “mercado” de gas natural para que los sectores social y privado pudiesen invertir en infraestructura gasística, así como vinieron las primeras licitaciones para asignar los primeros permisos de distribución de gas natural en zonas de distribución. __________ *Maestro en Derecho por la Universidad de Boston, especialista en temas del sector eléctrico con más de 15 años de experiencia; miembro del Consejo Consultivo de la CRE. Actualmente es Secretario del Consejo Directivo de la Asolmex, así como Counsel internacional del Despacho Chadbourne & Parke, S.C. Las opiniones en este artículo son a título personaly no necesariamente reflejan las opiniones de Chadbourne & Parke, S.C. y de la CRE. Desde mi óptica ambos esquemas fueron exitosos en la medida de sus posibilidades. Desafortunadamente, el desarrollo de la industria de la distribución de gas natural se vio acotada por la rampante corrupción en las administraciones municipales y en la hoy Ciudad de México, en donde la prensa jugó un papel poco afortunado desde mi perspectiva, al dar echo a ramplones argumentos de falta de seguridad en el uso del gas natural a través de tuberías en las calles. Recodemos el desafortunado evento de 1992 en la ciudad de Guadalajara, en donde explotaron las calles de un sector residencial de dicha ciudad, causando un grave daño en la población, debido a que en el desagüe de la ciudad se concentraban grandes volúmenes de gasolina –que todo parece indicar fue a causa del no común delito de robo de combustible. En el caso de la generación de energía eléctrica, el exitoso programa de CFE de productores independientes dio oxígeno a CFE para que ésta pudiese destinar de mejor manera los recursos con los que contaba. Solo para apuntar, este esquema resultó en que el 34% del total de la generación a 2014 en México se realizaba por empresas privadas bajo estándares de confiabilidad de primer nivel. De tal suerte que para este Siglo XXI México cuenta con una incipiente “cultura energética” no perteneciente a los monopolios del Estado. Uno de los grandes retos que se encontraron los primeros inversionistas en materia energética en México a finales de la década de los noventa fue que, el conocimiento o era proveniente del personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) o de CFE. Si mal no recuerdo que solo existían un par de centros privados de conocimiento propio fuera de estos dos agentes estatales –uno de ellos es PEGI Planta Eléctrica Grupo Industrial, en Monterrey. Una de las primeras plantas de generación de energía eléctrica privadas en México. En materia de Derecho, se continuaba con la creencia que todo lo relacionado a la materia energética se encuadraba bajo el Derecho Administrativo. Sin embargo, ya para finales de la primera década de este Siglo XXI, los aspectos del Derecho Energético mexicano ya comenzaban a dar pasos sobre el campo de una especialidad propia. Si bien la regulación energética es de índole administrativa por cuanto a la “regulación” de la industria en sí misma, las transacciones entre los agentes económicos, no son de índole administrativo. Me refiero particularmente a los famosos contratos de servicios de generación y entrega de energía eléctrica o “PPAs” o bien, los contratos de compraventa de gas natural, en donde eminentemente la naturaleza de esos contratos es mercantil, pero con aspectos altamente sofisticados por cuanto a los aspectos intrínsecos del objeto material de dichos contratos. Uno de esos ejemplos como lo hemos señalado, fue la naturaleza de la compraventa de gas natural de importación. La única regulación en materia administrativa era la regulación sobre la venta de primera mano de gas natural realizada por Pemex, la cual estaba sujeta a la regulación del Reglamento de Gas Natural, pero, a contraposición, los acuerdos en materia de adquisición y transporte de gas natural de importación eran de índole puramente mercantil y privados. Por otra parte, si bien la venta de energía eléctrica estaba “técnicamente” prohibida al estar reservada a la Nación, los acuerdos entre los generadores y los socios consumidores de energía escapaban las disposiciones del Derecho Administrativo, por cuanto a que los contratos de servicios de generación y entrega de energía eléctrica eran contratos a típicos, en el marco de una relación mercantil, dado que el productor/permisionario se obligaba a generar y entregar una cierta cantidad de energía eléctrica –bien fungible- a cambio de una contraprestación cierta y en dinero. Hoy en día, las instituciones educativas de educación superior tienen un gran reto de hacer y crear una cultura jurídica energética entre los jóvenes mexicanos. Existen materias en la rama de las ciencias de ingeniería, no así en el mundo del Derecho. Esta reforma energética ha sido de tal tamaño, que ha cambiado de forma radical la visión de la política pública respecto a los energéticos. Hoy en día, deben formarse abogados que conozcan de las implicaciones técnicas y económicas de la industria eléctrica y petrolífera. No basta con saberse como “merolico” las disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica o de las Bases del Mercado. Se requiere un conocimiento sofisticado para entender aspectos relativos a que la energía eléctrica, por ejemplo, el que hoy en día no hay posibilidades de almacenamiento de energía eléctrica a gran escala, 1 así como la transmisión de la energía conlleva pérdidas técnicas. Además, los abogados deberán saber aspectos relativos a la oferta y demanda de precios de electricidad, así como a los aspectos relacionados a sistemas eléctricos. Deberán entender los aspectos económicos, ya que no es lo mismo generar en el estado de Oaxaca, en donde tenemos un recurso eólico formidable y transmitir esa energía a los centros de mayor consumo a más de 400 Kms de distancia conlleva pérdidas técnicas. Pocos lugares de la República mexicana cuentan con sitos formidables para la generación renovable que estén contiguos a los centros de consumo. Ello obliga a que se estudien las diferentes zonas de generación, de potencia y las fronteras entre unas y otras. Las instituciones académicas tienen una gran responsabilidad de formar grandes científicos y técnicos energéticos. La inversión privada demandará mano de obra local altamente calificada y la única forma de satisfacer esto, es a través de la educación y formación de profesionales y técnicos, responsables y competentes, que estén a la altura de las circunstancias que México requerirá en abrir y cerrar de ojos. 1 Si hay formas de almacenamiento de energía eléctrica hoy en día, pero que no son lo suficientemente potentes para que, digamos, almacenemos toda una semana de potencia eléctrica del Sistema Eléctrico Nacional.