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todovino.com febrero 2006 AÑO I. Nº I Al día de las tendencias, las bodegas y qué vinos comprar, beber y guardar 2 Weblogs El vino en Madrid Fusión ¿Quién teme al sumiller? 4 Bodega del mes Venus La Universal 6 Reportaje Dulce, dulce tokaji Desde Hungría con pasión: una guía rápida para entender y disfrutar de uno de los grandes vinos dulces del mundo. 10 Recomendaciones Las mejores gangas Grandes vinos por debajo de 10 € para seguir disfrutando de la máxima calidad gastando lo mínimo 14 Especial Rioja ¿Qué significa ser clásico? Cronología del cambio Artadi Pagos Viejos, en vertical Toda la información necesaria para entender la radical transformación que ha sufrido Rioja en los últimos 30 años y cata vertical de un tinto que ha ayudado a construir la modernidad de la denominación 27 Informe cosecha Los 2001, en su mejor momento La mejor del siglo XXI entre las que se encuentran en el mercado. 30 Selección de favoritos Edita: TodoVino The Spain Wine Shop, S.L. Dirección: Amaya Cervera Redacción: Zorrilla, 21. 28014 Madrid. Tel.: 91 531 23 24. Fax: 91 532 60 81. Atención al cliente: 902 010 791 (laborables de 9:00 a 19:00). © 2000-2006 TodoVino. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial por medios electrónicos y mecánicos o mediante cualquier otro sistema sin autorización previa de la empresa editora. Puede enviar sus comentarios o sugerencias a: [email protected] TodoVino es una empresa especializada en el asesoramiento y la venta a distancia de vinos españoles a particulares a través del Club TodoVino y de la página web www.todovino.com. Edita anualmente La Guía, la guía roja de nuestros mejores vinos, una selección de los vinos españoles más destacados. TodoVino recomienda el consumo responsable de vino. Weblogs El vino en Madrid Fusión Con su cuarta edición, celebrada del 17 al 19 de enero, Madrid Fusión se consolida como una cita ineludible de la gastronomía internacional que no hace sino reforzar el papel destacado que juegan en estos momentos nuestros grandes chefs, en la vanguardia de la culinaria mundial. El vino español, sin ser el protagonista del encuentro, se ha hecho con un hueco propio, aprovechando a la perfección el eco internacional del evento para promocionarse frente a la nutrida prensa extranjera que desfila por los pasillos del Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Desde el año pasado, Madrid Fusión cuenta con el apoyo destacado del ICEX que gestiona la presencia de destacados críticos gastronómicos y vinícolas de todo el mundo, así como la cata de vinos españoles a partir de una selección realizada por la Unión Española de Catadores. Este año, la prensa especializada extranjera pudo probar algo más de 130 vinos agrupados por categorías en razón de las uvas con la que estaban elaborados y que bajo el título “Spain: A Garden of Grape Varieties” descubrió una riqueza varietal que va mucho más allá de la tempranillo. También se celebró un año más el Concurso de Vinos de España de menos de 30 € en el que resultaron ganadores Pazo de Señorans Selección de Añada 2001 (Rías Baixas) en la categoría de blancos, San Vicente 2002 (Rioja) en la de tintos, Elisabeth Raventós 2000 (Cava) en la de vinos espumosos y PX Reserva Alvear (Montilla-Moriles) en la de vinos generosos y de licor de Andalucía. Pese a que la organización explique que los “menos de 30 €” se refiere al precio de salida de bodega antes de impuestos, nos sigue pareciendo extraño este criterio, ya que cuando hablamos del precio del vino siempre se entiende que es el de venta al consumidor final. Al final, es una forma de agrandar el saco para dar cabida a casi todas las etiquetas del país. Porque, ¿cuántos vinos españoles tienen un precio en bodega de más de 30 € ? Menos de 40, se lo podemos asegurar. La presencia del vino en Madrid Fusión se cerró con una serie de conferenciascatas que versaron en torno a las nuevas cartas de vinos digitales de los restaurantes (ya hay dos o tres establecimientos de altura que las tienen en nuestro país), las copas y el vino, y una tercera bajo el título “Las modas que entusiasman en el vino en diferentes países del mundo” entre cuyas conclusiones estaba la de que la tendencia a reducir la madera en nuestros vinos les ayudará a triunfar en los mercados internacionales; un capítulo en el que creemos que hay que seguir controlando los excesos. ¿Quién teme al sumiller? ¿Lo pasa usted mal cuando llega al restaurante y se encuentra frente a ese señor de negro con quien se supone que debe mantener una correcta y amigable charla en torno al vino que desea? febrero 2006 ¿Cuántas veces ha optado por una botella de precio medio y de una región “indiscutible” para tener que ahorrarse esa conversación en la que quizás se ponga en evidencia su modesto conocimiento del vino? 2 Weblogs ¿Sabía que una encuesta realizada en Estados Unidos concluyó que la mayoría de consumidores acababa pidiendo familiares blancos de chardonnay y tintos de cabernet porque les daba vergüenza no pronunciar adecuadamente el nombre de otras variedades? Y ello pese a que en su fuero interno desearan probar cosas nuevas. En nuestro país, seguro que muchos hacen lo propio con Rioja y Ribera del Duero; la mitad por el mismo motivo y la otra mitad por esa reticencia tan nuestra a probar cosas nuevas. No se obsesione en maridar el vino con la comida; hoy está totalmente aceptado tomar el vino que a uno le apetezca febrero 2006 A unos y a otros, por si les sirve, ahí van DIEZ consejos para conectar con el sumiller • Si quiere un entrenamiento previo antes de llegar al restaurante, practique en las tabernas que sirven vinos por copas; podrá probar una gran variedad y recibir un asesoramiento un tanto “informal”. Vaya quedándose también con aquellos establecimientos que tratan el vino con cierto mimo; aunque no tengan sumiller, siempre habrá alguien dispuesto a asesorar su elección. • Lo normal es que el sumiller busque un interlocutor en la mesa; anímese a llevar la voz cantante para familiarizarse con esta particular “ceremonia”. Recuerde que un buen sumiller siempre dará a catar el vino a la persona que lo haya solicitado. • ¿Le aterra el momento de probar el vino cuando todo el mundo tiene los ojos fijos en usted y está pendiente de su dictamen? La vergüenza sólo se pasa con la práctica. Así que ¡practique! Empiece en restaurantes más informales para ir ganando confianza. • Segunda parte de este momento cumbre: ¿cómo demonios sé si el vino está cómo tiene que estar? Esto sólo se consigue con más práctica. Es raro que en un restaurante medio-alto encuentre defectos mucho más graves que el típico “corcho”. Los perfeccionistas siempre pueden hacerse con las cajas de aromas de “La Nez du Vin”; hay una especializada en defectos. • Anímese: si usted se equivoca, un buen sumiller nunca le pondrá en evidencia. • Si la compañía se lo permite, sea claro respecto al tipo de vino que quiere y lo que está dispuesto a pagar por él. El sumiller es la persona más adecuada para aconsejarle. Si en cambio necesita desesperadamente quedar bien, anticípese: elija los vinos previamente con el sumiller y pídale información para justificar su elección y relatar sus principales características a sus invitados. • Exija un servicio impecable del vino: no sólo que se cumpla la ceremonia adecuada del “descorche” y la cata, sino que el vino se sirva y se mantenga a la temperatura adecuada durante toda la comida. • Desconfíe de los sumilleres que le recomiendan vinos muy caros sin ninguna justificación y de aquellos que le largan una conferencia sin haberla pedido. Valore la sensatez, discreción y la voluntad de diálogo. • No se obsesione en maridar el vino con la comida; hoy está totalmente aceptado tomar el vino que a uno le apetezca y el sumiller no se escandalizará por ello. No obstante evite las estridencias: vinos muy ligeros con platos muy contundentes y viceversa. Para la cocina más moderna y vanguardista, así como la oriental tan de moda parece demostrado que lo que mejor funciona son los espumosos y los blancos aromáticos. • Un “tic” de experto que le puede ayudar a quedar bien. Si pide una segunda botella del mismo vino, no deje que le sirvan hasta que no haya terminado el vino de la primera. Siempre puede haber una cierta “diferencia” entre dos botellas de un mismo vino. 3 Bodega del mes D.O. Montsant Venus La Universal A veces, las fronteras entre las denominaciones de Montsant y Priorat se difuminan. Montsant es el “anillo” del Priorat, al que rodea como una “c” en un abrazo envolvente y con el que comparte un microclima similar. En Montsant, sin embargo, la naturaleza de los suelos es más variada y pesa menos la mineralidad de la pizarra –esa famosa llicorella- del Priorat. También puede haber más presencia de variedades internacionales, con un creciente interés por la agradecida y siempre lucida syrah, así como por las archiconocidas cabernet sauvignon y merlot. En definitiva, una zona más heterogénea e “internacional”, pero con marcado carácter mediterráneo. Esta bodega, con una producción modesta, se ha consolidado como una de las más serias de Montsant febrero 2006 Incluso no es extraño ver a los mismo elaboradores trabajando en ambas denominaciones. Es el caso de la coautora de este singular vino, Sara Pérez, una de nuestras más famosas flying winemakers, con una sabiduría enológica que le viene casi de la cuna, ya que su padre es José Luis Pérez Verdú, profesor universitario y uno de los cuatro locos que hicieron del priorat uno de los grandes vinos de España en los ochenta y, a su vez, reconocido asesor enológico. La bodega de Priorat, Mas Martinet, la que más identifica a la familia fue la génesis, mientras que Venus La Universal, donde nace Dido, es un proyecto personal de Sara ahora en colaboración con su marido René Barbier. Dido es un nombre nuevo pero no un vino nuevo. Nació con el nombre de Eneas, el del héroe troyano, pero gracias a la Oficina de Marcas se reconvirtió, con la cosecha 2003, en reina de Cartago. Por eso no se extrañen del guiño que aparece en la etiqueta, en la que se ha mantenido, con un tono bastante difuminado, la marca antigua. Con un viñedo de cuatro hectáreas ubicado en Falset, Venus La Universal es un proyecto reciente fundado en 1999. En su corta vida se ha consolidado como una de las bodegas más serias de Montsant, siempre dentro de una producción modesta que destina 65.000 botellas para Dido, un tinto de excelente relación calidad-precio. La receta es de corte internacional, con mayor peso de las cabernet sauvignon y merlot sobre la garnacha local, pero el resultado se siente como un tinto comprometido con el entorno mediterráneo y con un patrón muy cercano al del Priorat. Hay abundantes notas minerales, fundidas con una carnosidad que llena la boca y produce en el consumidor una satisfacción inmediata. Un dechado de carácter y sabrosidad. 4 Bodega del mes Selección Club TodoVino febrero 2006 Dido, 2004 Tinto, D.O. Montsant Opiniones sobre el vino Tres añadas en el mercado y tres veces un lacre en La Guía, algo más que digno de mención, además de por zona, por estilo y nivel de precio. Con esta tercera añada y su tercer lacre se consolida como uno de nuestros favoritos, demostrando la excelente realidad y continuidad de la bodega. Un vino elegante, untuoso a la par que fresco, muy frutal, con una expresión tánica muy fina y que ha sabido ligar a la perfección el roble francés. Se nota especialmente su ascendencia mediterránea en ese carácter balsámico y de bosque umbrío y en esa extraordinaria madurez. En el paladar es especialmente fluido y con una vía retronasal plena de sensaciones aromáticas. Sin duda, estamos ante uno de los mayores descubrimientos del país a un precio inmejorable. No deje de probar esta “esencia” del Mediterráneo embotellada. Nota de Cata Aspecto: Picota amoratado. Aroma: Fruta roja y negra en confitura, balsámicos, bombón y especias dulces. Gusto: Sabroso, delicado, redondo, sedoso, equilibrado y muy agradable; final goloso. Acompañamiento: Caza, carnes rojas, setas (boletus, champiñón), guisos de carne y estofados, quesos fuertes. Otras características Variedades de uva: 40% merlot, 30% garnacha y 30% cabernet sauvignon Elaboración: 9 meses en barrica de roble francés. Tipo y capacidad de botella: borgoñona de 75 cl. Temperatura de servicio: 16º Grado: 13,5 % vol. Tiempo de conservación: Se encuentra en un momento perfecto de consumo gracias a su suavidad y sedosidad en boca. Es increíble cómo combina estas sensaciones aterciopeladas con la potencia y expresividad frutal. Estamos ante un tinto para disfrutar y no tanto para guardar. Consumir hasta el año 2008. 10,95 € por botella Solicite su adhesión al Club e información sobre selecciones de meses anteriores Atención al cliente: 902 010 791 (laborables, de 9:00 a 19:00) [email protected] febrero 2006 5 Reportaje Dulce, dulce tokaji Es una de las expresiones más extremas y maravillosas de dulzor, capaz de despertar y hacer vibrar al paladar más adormecido. Este vino mítico elaborado en la remota región húngara de Tokaj se nos ha hecho más cercano desde que Vega Sicilia adquiriera una de sus bodegas más emblemáticas: Oremus. Hemos catado todas las etiquetas de esta casa y una cuidada selección de algunas de las mejores firmas de la zona. ¿Qué le viene a usted a la cabeza cuando piensa “en dulce”? Seguramente moscateles, pedro ximénez o las mistelas que veía en su casa cuando era pequeño; son todos vinos de poso mediterráneo que nacen de la uva pasificada al sol. Mientras que el tokaji (el vino de Tokaj) se gesta en un paisaje frío de onduladas laderas, nieblas matutinas, viento y sol otoñal. Si hubiera que buscar un calificativo para ese fantástico juego de armonías y equilibrios dulceácido no podría ser otro que vibrante febrero 2006 Este vino es un regalo de la Naturaleza. La humedad hace aflorar el hongo de una podredumbre que se dice “noble” (botrytis cinerea) porque deshidrata la uva concentrando los azúcares (pero sin perder un ápice de acidez) y ya en la copa aporta sublimes notas melosas y recuerdos de trufa y champiñón. Para que el proceso se complete con éxito las finas lluvias o nieblas de la mañana deben dejar paso al aire y al sol que sequen y aireen los racimos. Sin embargo, en Tokaj esto apenas ocurre en tres vendimias durante toda una década. Sus vinos, por tanto, al igual que otros elaborados a partir de uvas atacadas por la podredumbre noble (como los sauternes franceses y los beerenauslese y trockenbeerenauslese germanos), son preciados, caros y escasos. En Tokaj se les conoce como aszú y así se llama también a los granos de uva botritizados. ¿Pero qué diferencia realmente a los tokaji? Quizás una increíble acidez cítrica que actúa como una auténtica columna vertebral del vino: aporta grandes dosis de frescura, da gran nitidez a los sabores, los expande por el paladar y los mantiene y prolonga en el final de boca. Si hubiera que buscar un calificativo para ese fantástico juego de armonías y equilibrios dulce-ácido no podría ser otro que “vibrante”. Es imposible beber distraídamente una copa de un tokaji de calidad sin sobresaltarse por el enorme estímulo que ejerce sobre las papilas gustativas. Otra característica propia de la zona es la mineralidad de los suelos. Y es que los montes Zemplén en cuyas faldas se asienta el viñedo adquirieron esta fisonomía por la actividad de cientos de volcanes hace miles de años. La riqueza y diversidad mineral es perfectamente patente a la vista en la variada policromía de los terrenos. El argumento del terroir que siempre atribuimos a los 6 Reportaje franceses aquí se aplicó a rajatabla con una clasificación de viñedos por calidades realizada ¡en 1803! Más y menos dulces Los vinos aszú se califican por puttonyos en función de su mayor o menor contenido de uvas botritizadas y, por tanto, de dulzor. En línea ascendente de puttonyos (y precio), podemos encontrarlos de 3, 4, 5 y 6 hasta llegar a los raros y escasísimos “eszencia”, elaborados con el jugo que resulta de la presión por el simple peso de estas uvas mágicas. Una botella de 25 cl. de estos últimos supera ampliamente los 100 euros. En un plano más modesto, un tres puttonyos tiene todo el carácter que cabe esperar en un tokaji y expresa perfectamente la personalidad de la zona y la esencia de sus vinos. Sirva como ejemplo la cata del Oremus Aszú 3 Puttonyos 2000 que ofrece aromas a fruta escarchada, compota, miel y flores secas, mientras que en boca tiene una ligera pastosidad, una viva acidez cítrica y gran amplitud y largura. A medida que aumenta el porcentaje de uva botritizada, las sensaciones son más extremas. En el Oremus Aszú 5 Puttonyos 1999 hay claras notas a hongo y champiñón, fruta escarchada y hierbas aromáticas; en boca es más denso y estructurado, con una increíble frescura y sabores a corteza de limón y mandarina. Si llegamos al extremo del Oremus Eszencia, aparecen curiosas notas a infusión, té, fruta desecada y especias orientales. En boca las percepciones se acrecientan: muy pastoso y cítrico, pero tremendamente fresco, con una increíble conjunción de azúcar-acidez y gran persistencia. El grado alcohólico ha des- febrero 2006 cendido a 3,5%. El 5 puttonyos tenía 11,5% y el 3 puttonyos 12,5%. ¡Si volviéramos ahora a este último nos parecería ligero e incluso acuoso! En un plano totalmente distinto, la región también elabora vinos secos a partir de su uva blanca más abundante, la furmint (las otras son hárslevelu, muscat y zéta). Son en general blancos frescos y sin pretensiones pensados para un consumo rápido con excepción quizás del Mandolàs de Oremus, que intenta proyectar la nobleza de esta variedad en un vino más serio introduciendo la fermentación y crianza en barrica. El resultado es un blanco “de aromas”, con notas de fruta escarchada, heno, lías finas, de sutil sencillez y agradable fondo de cítricos; en boca es glicérico y suave, con un buen equilibrio con la acidez y un final fresco y muy largo con finos ahumados. Es una de las novedades que han aparecido en la región desde que el Gobierno húngaro abriera las puertas a la inversión extranjera. Los franceses, presentes a traves de Axa, propietaria de Disznöko, y de Jean Louis Laborde, que se hizo con Pajzos, miraron hacia Sauternes e incorporaron el concepto y el estilo de los “vendimias tardías”. Menos exigentes en cuanto a la selección de uva (se hacen con racimos de uva botritizada y no botritizada, por lo que no hay que separar grano a grano) y a los tiempos de crianza, y posibles prácticamente todos los años salvo que ocurra alguna catástrofe climática, son frescos, sutiles y muy aromáticos (florales), aunque menos concentrados. El Oremus Late Harvest 2002 fermenta en acero inoxidable y se cría cuatro meses en barrica. Tiene aromas a albaricoque, membrillo y piel de mandarina; en boca es untuoso, intenso, aromático y con la característica acidez cítrica de la zona. 7 Reportaje La liga de los 6 puttonyos Estamos en la categoría “reina” de Tokaj teniendo en cuenta la rareza que constituyen los eszencia. Hemos podido catar algunas de las marcas más representativas y de mayor calidad de la región; toda una sinfonía de aromas y sensaciones que ponen de relieve la complejidad y la altura de estas joyas dulces que durante años brillaron con luz propia en las principales cortes europeas hasta el punto de merecer el calificativo de “vino de reyes, rey de los vinos”. Todos ellos ofrecen graduaciones que oscilan entre los 10,5% y 11,5%. Al igual que en el resto de los tokajis dulces, el alcohol y azúcar proceden únicamente de la uva, sin que exista ningún tipo de adición posterior. Para que se hagan una idea, un 6 puttonyos tiene prácticamente el doble de azúcar que un sauternes. Salvo la muestra de Royal Tokaji, compañía impulsada por el famoso crítico y escritor inglés Hugh Johnson, el resto de vinos catados pertenecen a bodegas integradas en la asociación Tokaj Renaissance que tiene por objetivo devolver el esplendor perdido a este vino mítico. Sin embargo, esta iniciativa ha discurrido de forma paralela a una debate sobre el estilo que realmente corresponde al tokaji y el mayor o menor peso de crianza oxidativa que debe tener. En España se ha dado un caso muy parecido en Rioja: ¿es más rioja un tinto clásico que aboga por las largas crianzas o uno moderno que apuesta por una mayor presencia de fruta y estructura? El Royal Tokaji es el ejemplo perfecto de un dulce en el que la crianza en madera juega un papel especialmente destacado, sobre todo en la nariz. El resto, en cambio, aboga por un patrón mucho más fresco, frutal y elegante. Y, obviamente podemos febrero 2006 encontrar estilo intermedios. De modo que Tokaj, al igual que ocurre con la mayoría de regiones vitivinícolas, es una realidad bastante compleja. Sobre lo que no hay discusión es que los siguientes son algunos de los mejores vinos que allí se elaboran: Oremus Aszú 6 Puttonyos 1999 Dorado cobrizo. Aroma intenso, piel de naranja, fruta desecada (orejón, almendra garrapiñada), tremendamente fresco, miel de hierbas aromáticas, buen carácter de botritis. Boca muy vivo y fresco, pastoso, muy frutal, miel, final con agradable amargor (combinación de miel y limón). Hetszolo Aszú 6 Puttonyos 1999 Cobrizo vivo. Aroma potente, bastante carácter de botritis (trufa blanca), pero con gran finura, fruta dulce, membrillo. Boca algo más ligero que los demás pero con gran intensidad de sabores, final a caramelos de miel y limón, gran equilibrio; muy aromático y largo. Es el mejor representante de los tokajis procedentes de la zona de montaña, más delicados y finos, pero algo menos corpulentos. Nos quedamos prendados de su nariz. Château Pajzos Aszú 6 Puttonyos 1999 Cobrizo intenso. Aroma a hidrocarburos, boletus, especias, nuez moscada. Boca muy denso y pastoso, glicérico (excelente textura), bien equilibrado con la acidez, largo y persistente. La boca es tremendamente sedosa y amplia. Nuestra favorita. Disznóko Aszú 6 Puttonyos 1999 Dorado cobrizo. Aroma más sutil y delicado (más floral que los demás, acacia, flor blanca), notas de farmacia, menos 8 Reportaje intenso, hidrocarburo. Boca acetonas (barniz, fruta escarchada), acidez muy marcada, quizás algo menos armonizada que en los demás. Royal Tokaji Aszú 6 Puttonyos 1999 Ámbar caoba ribete yodado. Aroma con notas acetaldehídicas, madera más vieja, carácter evidente de crianza oxidativa (frutos secos, uva pasa, madera febrero 2006 seca) que enmascara la botritis. Boca con vibrante acidez, untuoso, muy aromático, muy cítrico, persistente. Al final, cada uno en su estilo, constituyen cinco buenas razones para hacerse tokajinómano. Aunque, sin llegar a esos extremos, podemos asegurarle que cuando se prueba un buen tokaji, ya no se olvida. 9 Recomendaciones Las mejores gangas Para seguir bebiendo buenos vinos gastando lo mínimo Parece inevitable en estas fechas hablar de vinos baratos, pero, por favor, que esto no signifique renunciar a la calidad. Las propuestas que siguen están por debajo o en el entorno de los 10 € y tienen todas ellas “lacre”, lo que las sitúa, con todos los honores, entre los 325 mejores vinos de España según el criterio de La Guía MMVI. No está mal para empezar este 2006 con buen pie, ¿verdad? Si sigue nuestros consejos, podrá beber excelentes vinos en las próximas semanas sin que su bolsillo se resienta en exceso. Haga un espacio en su mesa a los blancos y a tintos de crianzas algo más cortas que, además, van en consonancia con platos no demasiado pesados. Así, matará dos pájaros de un tiro: cuidará el billetero y tomará comidas sanas a modo de cura postnavideña. Todas estas etiquetas ofrecen una relación calidad-precio fuera de serie y, por tanto, constituyen una opción de consumo de primer orden febrero 2006 La selección que hemos realizado incluye etiquetas de Navarra, Rueda y Rías Baixas en blancos y de Almansa, Baleares, Cigales, Jumilla, La Mancha, Castilla La Mancha, Ribera del Duero, Rioja, Valencia y Vinos de Madrid en tintos. En todos los casos indicamos las variedades de uva que intervienen en su composición y el tipo de crianza, y les hacemos recomendaciones sobre su estilo que le ayudarán a ver si el vino encaja con sus preferencias y a decidir el momento o la situación de consumo. Los precios de aquellos vinos no disponibles en “La Tienda” de TodoVino son una referencia de la media del merca- do. No hace falta que insistamos en que todas estas etiquetas ofrecen una relación calidad-precio fuera de serie y, por tanto, constituyen una opción de consumo de primer orden independientemente del poder adquisitivo del aficionado y de la coyuntura de su cuenta corriente. BLANCOS Rueda, cada vez más sólida La denominación castellana lo tiene todo: calidad, originalidad y buenos precios. Desde nuestro punto de vista, es cada vez más el “lugar” a dónde acudir para no equivocarse en la elección de un blanco. La personalidad de la verdejo da a estos vinos sobrada entidad para convertirse en un trago sólido y enormemente satisfactorio. En nuestra lista de favoritos figuran también un albariño de Rías Baixas, nuestra otra gran uva blanca, pero a precios superiores a los de Rueda y un estupendo chardonnay de una de las firmas que con más calidad y éxito ha trabajado esta variedad en Navarra. Ninguno de los siguientes vinos le decepcionarán. 10 Recomendaciones Castillo de Monjardín Barrica 2003 (Navarra) 5,93 € 100% chardonnay Magnífica expresión de la variedad a un precio imbatible: fragante y potente en nariz; graso y con excepcional equilibrio fruta-madera en boca. Además, elegante y versátil: ¿se puede pedir más? José Pariente 2004 (Rueda) 7,00 € 100% verdejo Uno de los mejores verdejos de Rueda, fresco, fragante, limpio y con excelente expresión varietal. Sensaciones de hierba fresca para dar una nota de alegría al invierno. Finca La Colina 2004 (Rueda) 7,00 € 100% sauvignon blanc El mejor ejemplo del último año de sauvignon blanc en Rueda; una expresión algo más “golosa” que la de la verdejo, con notas de fruta tropical, hierbas aromáticas, anisados y una agradable textura glicérica en boca. Naia 2004 (Rueda) 8,00 € 100% verdejo Un gran verdejo y un gran blanco, todo finura y complejidad; y además con excelente equilibrio y armonía. Un vino que se disfruta de principio a fin. Nora 2004 (Rías Baixas) 10,00 € 100% albariño Probablemente, el blanco de mejor relación calidad-precio de la denominación. Todo el sabor de la albariño a un precio moderado para la zona. Fruta carnosa, florales, hierbas aromáticas, lleno y pleno en boca, fresco, glicérico y con gran intensidad. febrero 2006 TINTOS Mucho tempranillo Nuestra gran variedad tinta de calidad manda en esta selección en la que, de hecho, nos encontramos numerosos vinos cortados por el mismo patrón: tempranillos jóvenes o en maceración carbónica, otros con breve paso por madera de entre cuatro y seis meses y, por último, con crianzas más serias en el entorno de los 12 meses. Combine los más jóvenes con platos ligeros y sencillos. A medida que se vaya incrementando el tiempo en madera, busque platos más complejos y con sabores más potentes. La variación viene de las regiones de procedencia, donde hay para todos los gustos. Si usted es de ideas “fijas” respecto al origen de lo que bebe, no tendrá que renunciar a los baluartes de Rioja y Ribera porque hemos seleccionado lo mejor y más asequible de estas míticas regiones. Pero también hay tempranillos de mucho nivel que llegan de Mancha (con o sin DO), Cigales o Madrid. La nota “diferente” hay que buscarla en los originales ensamblajes del Mestizaje valenciano y el Sió mallorquín, en el syrah que nos llega de Jumilla y en una curiosa propuesta de Almansa. Esencia Valdemar 2004 (Rioja) 4,95 € 100% tempranillo Uno de los mejores jóvenes de esta cosecha. Para los amantes de la fruta en estado puro, con mucha limpieza en nariz pero también delicadas notas florales y una persistencia que ennoblece este tipo de vinos. Pago de los Capellanes 2004 (Ribera del Duero) 6,40 € 11 Recomendaciones 80% tempranillo, 10% cabernet sauvignon, 10% merlot 5 meses en barrica de roble francés Otro joven pero domado por un breve paso por madera, algo que siempre viene muy bien a los poderosos tintos de Ribera del Duero. Excelente combinación de fruta, mentolados, regaliz y sutiles notas cremosas de la madera (cacao), firmada por una de las bodegas más solventes de la zona. Finca Resalso 2004 (Ribera del Duero) 6,95 € 100% tempranillo 4 meses en barrica de roble francés Excelente vino, como todo lo que sale de la factoría de los hermanos Moro. Nos gusta la combinación de notas florales y frutales en nariz, el equilibrio en boca y el final persistente. Para quien no quiera dejar de tener un “gran nombre” en su mesa. Valdelosfrailes Vendimia Seleccionada 2002 (Cigales) 7,00 € 100% tempranillo 12 meses en roble americano Un tinto goloso y maduro que se encuentra en un excelente momento. Perfecta combinación de fruta madura, notas balsámicas, sabrosidad y frescura. Mano a Mano 2004 (La Mancha) 7,00 € 100% tempranillo 6 meses en barrica de roble francés y americano El mejor tinto joven de Mancha en versión de vino concentrado y potente, con una excelente expresión frutal y buenas maderas que apenas son perceptibles. Un tempranillo de altura que compite de tú a tú con los de las zonas más consagradas. febrero 2006 Vizcarra Senda Oro 2004 (Ribera del Duero) 7,00 € 100% tempranillo 7 meses en barrica de roble americano y francés Con madera más presente que en el Capellanes, notas tostadas en buena armonía con una fruta madura y de buena intensidad. Otra opción segura. Altico Syrah 2003 (Jumilla) 7,25 € 100% syrah 4 meses en barrica de roble francés Elaborado por Agapito Rico, pionero de Jumilla. Un vino expresivo, ideal para iniciarse en el conocimiento de la syrah. Cepa Gavilán 2003 (Ribera del Duero) 7,66 € 100% tempranillo 12 meses en barrica Una versión más elaborada y con mayor crianza en barrica para hacer un tinto algo más serio. Aunque no lleva la palabra crianza en la etiqueta, compite en este segmento y supera a muchos de la zona. También tiene linaje porque lo firman los Pérez Pascuas. Grego Crianza 2002 (Vinos de Madrid) 8,95 € 60% tempranillo, 30% syrah, 10% merlot 12 meses en barrica de roble francés Excelente relación calidad-precio para este tinto de corte moderno y maduro, muy goloso y envolvente, con buena concentración y que integra perfectamente fruta y madera. Fácil de beber, pero de los que llenan la boca. Castillo de Almansa Selección 2001 (Almansa) 9,00 € 12 Recomendaciones Tempranillo, garnacha, monastrell syrah 12 meses en barrica Un ejemplo de tinto muy bien elaborado en el que todos sus ingredientes encajan a la perfección. Sorprenda a sus amigos dándoselo a catar a ciegas. Seguro que le adjudican orígenes más “nobles”. Erre Punto 2004 (Rioja) 9,00 € 90% tempranillo, 5% graciano, 5% cabernet sauvignon La maceración carbónica convertida en arte. Fruta en estado puro y con gran intensidad. No sólo para los amantes de los vinos jóvenes; tiene cualidades más que suficientes para hacer disfrutar a cualquier aficionado. Ramón Bilbao Crianza Edición Limitada 2002 (Rioja) 9,25 € 100% tempranillo 15 meses en barrica y resto en botella Un rioja con moderados tintes de modernidad. Un vino excelentemente concebido, de esmerada elaboración y gran regularidad, modelo de equilibrio, Tiene mucho más de lo que se puede pedir a un crianza de Rioja. Siempre entre nuestros favoritos. Campillo Crianza 2001 (Rioja) 9,81 € 100% tempranillo Crianza en roble americano Un crianza en versión más clásica, con envejecimiento más prolongado en madera que marca tanto la nariz (especias, lácteos, tabaco) como la boca. Una excelente opción para quien busque los aromas y sabores de los riojas “de toda la vida”. Mestizaje 2004 (Valencia) 9,95 € Cabernet sauvignon, garnacha, merlot, syrah, tempranillo y bobal 8 meses en barrica de roble francés La larga lista de variedades explica en un momento el nombre del vino. Una de las propuestas más originales del vino español de los últimos tiempos a un precio excelente. Para quien realmente quiera probar algo distinto... AÚN MÁS BARATO: POR DEBAJO DE 6 € Blancos Palacio de Bornos Verdejo 2004 (Rueda) Palacio de Otazu Chardonnay 2003 (Navarra) Rosados Gran Feudo 2004 (Navarra) Tintos Canforrales Clásico 2004 (La Mancha) Fontal 2004 (La Mancha) Murviedro 2004 (Valencia) Casa Castillo Vendimia 2004 (Jumilla) Carchelo 2004 (Jumilla) Castaño Monastrell 2004 (Yecla) Terra Grande 2001 (Almansa) Finca Antigua 2004 (La Mancha) López Cristóbal Roble 2004 (Ribera del Duero) Mesoneros de Castilla Roble 2003 (Ribera del Duero) Señorío de Villarrica Maceración Carbónica 2004 (Rioja) febrero 2006 4,50 € 5,00 € 4,00 € 2,70 € 3,00 € 3,50 € 4,50 € 4,75 € 4,95 € 5,00 € 5,50 € 5,95 € 5,30 € 5,00 € 13 Especial Rioja ¿Qué significa ser clásico en Rioja? A unos años vista de la revolución que ha sacudido el vino español y que ha tocado con especial fuerza a una zona con tanto peso como Rioja, ¿qué queda de clasicismo en nuestra región más internacional? Dependiendo del bodeguero o enólogo que tenga uno enfrente, se pueden obtener definiciones bastante diferentes, incluso sorprendentemente distintas, de lo que es un vino moderno y un vino clásico. De hecho, muchos personajes iconoclastas de la denominación han razonado sus vinos más estructurados y poderosos buscando profundas raíces históricas para ello y han identificado los tintos delgados y maderizados con el boom productor de los sesenta y setenta. Los tintos riojanos han evolucionado en los últimos 25 años en una dirección común: tienen más color, más estructura, una presencia mayor de fruta y se deben menos a la madera y a sus efectos febrero 2006 De lo que no cabe duda es que los tintos riojanos han evolucionado en los últimos 25 años en una dirección común: tienen más color, más estructura, una presencia mayor de fruta y se deben menos a la madera y a sus efectos. ¿Qué prácticas se ocultan detrás de estas tendencias? En general, un mayor trabajo de viñedo que apunta a vendimiar uvas más maduras, maceraciones más largas (más tiempo de contacto entre pulpa y hollejos), reducción de los tiempos de crianza y empleo de maderas más nuevas. Estas técnicas se aplican “moderadamente” en los vinos tipo “crianza” y de manera mucho más acusada en los nuevos reservas de lujo (llamados por algunos de “alta expresión”) y en los tintos “genéricos” sin indicativo de crianza que se rebelan contra los estándares oficiales de envejecimiento en madera y en botella. Lo cierto es que el número de bodegas y vinos que, en mayor o menor medida, han apostado por esta tendencia, ha sido de tal magnitud que lo que llama la atención ahora mismo es el escaso número de firmas que se han mantenido fieles a las “viejas prácticas”. Reducto de clasicismo Si quisiéramos ser tremendamente estrictos, el grupo de bodegas que unánimemente cabría considerar como “clásicas” pueden contarse con los dedos de la mano. ¿Cuáles son sus señas de identidad? Firmas en su mayoría históricas que han permanecido fieles a unos patrones de elaboración: no buscan la máxima extracción y, en consonancia, los tiempos de maceración no son prolongados, el vino envejece durante incluso más tiempo que lo que establece la normativa del Consejo Regulador y la crianza en botella es igualmente prolongada. El acento se pone más “puertas adentro” (en la bodega) que en el viñedo, lo que se explica en muchos casos por la escasa cantidad de viñedo propio en manos 14 Especial Rioja de unos elaboradores que adquirían gran parte de la uva a terceros. Los tintos que así se elaboran salen al mercado con un color rubí teja más o menos acusado y con una paleta aromática compleja, pero no tanto por las sensaciones de fruta, sino por las notas especiadas y de reducción adquiridas durante el proceso de envejecimiento. Son suaves y redondos en boca, bastante aromáticos, de una persistencia media y tienen la virtud de ser muy versátiles en la mesa. Hay que exigirles limpieza y complejidad y desconfiar de aquellos que se muestren planos, con aromas avinagrados (acético) y con recuerdos a maderas viejas o incluso con notas a humedad o como a desván. Cuidado también con los taninos excesivamente secantes en boca y procedentes de la madera. Aunque nos encontremos con reservas notables que superan con creces los tiempos exigidos para figurar en esta categoría, el tipo de elaboración “cumbre” del clasicismo (y el que sale al mercado con mayor envejecimiento) es el “gran reserva”. Los tiempos oficiales hablan de 60 meses (cinco años), de los cuales al menos 24 corresponden a la crianza en madera, pero hay bodegas que superan con creces estas exigencias y pueden llegar incluso a duplicarlas, como ocurre con el Gran Reserva 890 de La Rioja Alta. ¿Qué bodegas se inscriben en este grupo? Las más características, sin duda, están entre aquellas “fundadoras” de Rioja, asentadas en el mítico Barrio de la Estación de Haro: R. López Heredia-Viña Tondonia, La Rioja Alta y Bodegas Bilbaínas, junto a Bodegas Riojanas en Cenicero. En febrero 2006 todas ellas confluyen el clasicismo en la elaboración con una trayectoria histórica más que centenaria. Son los más claros exponentes de unos vinos que hoy casi podríamos calificar “en peligro de extinción”. En resumidas cuentas, “clasicismo puro”. Neoclásicos Es el siguiente grado de evolución. Aunque estrictamente ninguna bodega se mantiene “estática”. De hecho en la lista anterior hay leves “guiños” hacia algo más de fruta y estructura por ejemplo en un Viña Ardanza (Rioja Alta) y sobre todo, en los Vicalanda lanzados hace unos años por Bilbaínas. Pero nuestros neoclásicos van más allá. Son aquellas bodegas históricas que han abierto sus puertas de una manera más clara e intencionada a la modernidad, la mayoría a través de la creación de una nueva marca que comulga con los presupuestos de los vinos de “alta expresión”. Es el caso de Barón de Chirel, pionero por otro lado de este tipo de vinos (Marqués de Riscal), Dalmau (Marqués de Murrieta), Torre Muga (Muga) y Real de Asúa y Pagos de Viña Real (Cvne). Pero además estas firmas han hecho “evolucionar” con gran cuidado sus vinos clásicos; no tanto como para perder a sus incondicionales de toda la vida, pero lo suficiente como para que complazcan a un consumidor que prueba habitualmente vinos de corte algo más moderno. Desde su punto de vista, estas etiquetas seguirán resultando “clásicas”, pero probablemente se sorprendería si tuviera que comparar en igualdad de condiciones el Muga Reserva que salió al mercado hace 20 años con la última añada de esta bodega que haya llegado a su mesa. 15 Especial Rioja A vueltas con el clasicismo La noción de clasicismo no es en absoluto estática. Es como un gran saco en el que, a medida que va pasando el tiempo, hay cabida cada vez para más cosas. No es descabellado en absoluto calificar así algunos vinos de bodegas como Valdemar, Campillo, Montecillo, Domecq, Faustino o Barón de Ley, especialmente aquellos que se someten a envejecimientos más prolongados. Más aún teniendo en cuenta que el modelo en el que se fijan son los vinos de las grandes casas históricas que acabamos de mencionar. Pero cada vez más se emplea el concepto “clásico” en la cata dentro de la descripción de un vino (aromas clásicos de crianza, reminiscencias clásicas, un toque de clasicismo...). Incluso consideramos “clásicas” marcas que en su día fueron un tanto revolucionarias. Con la perspectiva de hoy, por ejemplo, una etiqueta como Barón de Chirel que sentó las bases de los tintos de “alta expresión” se nos antoja como clásica entre las modernas. Es “moderada” en cuanto a su concepción de la extracción y la crianza, sigue utilizando el roble americano (cuando lo más “in” es el roble francés), y sale al mercado algo más tarde y, por tanto, más hecha que otras. En cierto modo es un estilo superado por la frenética velocidad con que se ha desarrollado y evolucionado el febrero 2006 vino español en los últimos años, con unos ciclos que se han su sucedido a ritmo trepidante. Por desgracia, también se ha utilizado la noción de clasicismo en sentido peyorativo para referirse a vinos delgados y acuosos, a aquellos que se encuentran en declive y, en general, o los que presentan defectos típicos de los vinos viejos. De hecho, hasta no hace tanto, para muchos elaboradores “clásico” era lo peor que podían decir de uno de sus tintos. Ahora, algunos empiezan a sentir una cierta saturación de modernidad, que discurre paralela a una cierta nostalgia de los clásicos o, al menos de algunas de las características que les hicieron grandes: finura, amabilidad, suavidad, elegancia, complejidad... ¿Por qué no reivindicar entonces las virtudes de un clasicismo bien entendido? A fin de cuentas, forma parte de la historia de Rioja y es un espejo en el que también deberían mirarse los vinos modernos. Porque ¿quién sabe cuántos nuevos vinos con pretensiones de modernidad no acabarán coqueteando con los conceptos del pasado? Al menos hay una característica que seguro que persiguen con ahínco: la capacidad demostrada de los mejores tintos clásicos riojanos para aguantar el paso del tiempo. 16 Especial Rioja Cronología del cambio Pocas zonas vitivinícolas con una historia tan sólida a sus espaldas han acometido una renovación tan profunda -y para algunos incluso radicalen un período de poco más de 30 años. Echamos la mirada atrás para entender mejor el estilo actual de nuestros vinos más internacionales y poder estar preparados “para lo que venga”. Casi todos los grandes nombres de los nuevos vinos riojanos se gestan en la década de los noventa febrero 2006 La década de los setenta del siglo XX marcó un importante punto de inflexión en la historia de la Denominación de Origen –hoy “Calificada”- Rioja, pero quizás no estaría mal preguntarse para empezar cómo era la realidad de la zona en los días previos a esa pequeña revolución. Son éstas las que llevan la voz cantante de la calidad en el siglo XX y las que configuran la élite de los tintos españoles. Sus señas de identidad: bodegas de tamaño medio, con una gama de vinos de alta calidad apoyados en la crianza y cuya producción suele rondar el medio millón de botellas. Los orígenes Permítannos antes un pequeño recordatorio sobre el nacimiento del “rioja moderno”. Teniendo como precedente las enseñanzas del clérigo Manuel Quintano a finales del siglo XVIII, la historia de los “vinos finos” de Rioja tiene como detonante la labor pionera de personajes adelantados a su tiempo como Camilo Hurtado de Amézaga, marqués de Riscal, y Luciano de Murrieta, firmes defensores e impulsores de las técnicas de elaboración bordelesas que acabaron conociendo gran difusión con la llegada a Rioja de los négociants franceses después de que la filoxera arrasara su viñedo. A ellas se suma un grupo nutrido de cooperativas, la mayoría fundadas a partir de la década de los sesenta del siglo XX en un panorama que completan otras firmas nacidas con mayor o menor ambición a lo largo del siglo y los tradicionales “cosecheros” que elaboran en su mayoría vino joven y a granel con destino al mercado local. Muchos de estos cosecheros irán paulatinamente dando el salto a la elaboración, en algunos casos con resultados especialmente brillantes. En el último tercio del XIX se funda la mayor parte de lo que hoy llamamos bodegas “históricas” de Rioja. Además de las mencionadas, Bilbaínas, R. López Heredia, Cvne, La Rioja Alta, Riojanas, Palacio, FrancoEspañolas o Paternina entre otras. El rioja “industrial” 1970 será una añada mítica e histórica; sin duda, una de las mejores del siglo. Y marcará el pistoletazo de salida de un nuevo tipo de bodega con una orientación comercial mucho más acusada, que no temerá a las grandes producciones e intentará explotar al máximo la nueva gran oportunidad de mercado que se abre frente a los vinos riojanos: la exportación. 17 Especial Rioja En 1968 tres firmas de la denominación se unieron para crear AGE, dando lugar a la mayor bodega del momento. Unos años más tarde, Jerez comienza a tomar posiciones en Rioja. Rumasa, que había creado un pequeño imperio en torno a Garvey, adquirió Paternina y FrancoEspañolas, prácticamente al mismo tiempo que Domecq se establece en Rioja y empieza a elaborar bajo la marca Marqués de Arienzo, y Osborne se hace con Montecillo. Nacen también por estas fechas Beronia (en la órbita de González Byass), Lan, Olarra o Marqués del Puerto. Hay una auténtica fiebre de compra de bodegas para explotar un negocio que se demuestra tremendamente rentable. Es también el momento del marketing. Pero para muchos, los setenta marcan también una disminución importante en la calidad. Para imitar a los grandes vinos históricos de crianzas prolongadas, los tintos se adelgazan, pierden carácter, no se cuidan lo suficiente las maderas... La máquina productiva es lo que manda. Y el centro es la bodega. El viñedo ocupa un segundo plano y casi ninguna de las nuevas firmas se preocupa por tener cepas en propiedad. Otra vez la influencia francesa La gran lección que hay que aprender en los 70 es cómo conjugar cantidad y calidad. Y quien la imparte de forma magistral viene otra vez de fuera. Los Forner, que ya poseen propiedades vinícolas en Burdeos, se instalan en Rioja y crean en 1970 Marqués de Cáceres contando con la ayuda de un asesor externo (toda una novedad en el vino español) y además de “lujo”: Emile Peynaud. Su filosofía de hacer vino poco tenía que ver con las largas crianza tradicionales de Rioja. De hecho, acortaron los perio- febrero 2006 dos de envejecimiento en madera, dejaron de lado las barricas viejas, trajeron algo de roble francés y se dedicaron a trabajar los equilibrios fruta-madera, dando especial importancia a una crianza en botella hasta entonces prácticamente inexistente. Con ese estilo de vinos, equilibrados y coherentes, contribuyeron a construir una imagen impecable del rioja fuera de nuestras fronteras. Y, desde luego, Marqués de Cáceres fue –y sigue siendo- la marca familiar y segura que se encuentra en cualquier lugar del mundo, con un posicionamiento sólo comparable al de los vinos de Torres. La relación calidad-precio empieza a cobrar significado en Rioja y un gran número de firmas de cierta magnitud se suma con mayor o menor éxito y más o menos calidad en sus vinos a la conquista de los mercados. Esta nueva generación de bodegas tampoco tiene problemas para asimilar el gran reserva como tinto de prestigio dentro de unas gamas de vinos cada vez más amplias. Sin embargo, los más punteros no tardaron mucho en replantearse el concepto de “gran vino”. Quien sienta las bases para ello, quizás sin una intencionalidad clara en este sentido, es nuevamente un francés. Jean Gervais, que se había hecho con una de las firmas históricas y centenarias de Rioja, Bodegas Palacio, no dudó un instante en aplicar la filosofía bordelesa más actual del momento. Y lo hace con conceptos tan renovadores como dar a cada vino sólo el tiempo necesario en madera. Se trae de asesor a un viejo amigo suyo, que resulta ser uno de los más prestigiosos e influyentes enólogos del momento: Michel Rolland, quien cola- 18 Especial Rioja bora en la modernización de todos los vinos de la bodega y en el relanzamiento de una marca, Cosme Palacio, que llevaba el nombre del fundador pero había quedado un tanto relegada entre los productos de la firma. Cosme Palacio 1986 es un vino revolucionario en muchos aspectos: apuesta por la fruta y la extracción (la maceración se prologó durante 28 días, toda una eternidad para la época), introduce la madera francesa en exclusiva y, además, toda “nueva”. En buena lógica, no quedaba más remedio que reducir los tiempos de envejecimiento en roble, de modo que el vino no apareció como reserva sino como crianza. Es más, la palabra “crianza” ni siquiera figuraba en la etiqueta. Y otra innovación: toda la cosecha se vendió en una especie de primeur o venta a la avanzada a través del Club Cosme Palacio. Los “superriojas”: la última revolución Pero la primera versión “riojana” de “gran vino moderno” fue Barón de Chirel, en un brillante movimiento de Marqués de Riscal que, más de un siglo después, volvía a situarse en la vanguardia de la denominación. Su primera cosecha, la 86, salió al mercado en 1991, con una crianza exclusiva en roble americano. También apostaba por el roble americano el Dominio de Conté que lanzaría al año siguiente Bodegas Bretón, firma fundada en 1985. Y EL MODELO CHÂTEAU De los pioneros riojanos del XIX, sólo Luciano de Murrieta se tomó esta parte de la filosofía bordelesa a rajatabla, la que pretendía delimitar claramente los orígenes de la uva como en los châteaux franceses. Y lo cierto es que tuvo muy pocos seguidores a lo largo de la historia. Los renovadores del concepto en los setenta del siglo XX fueron Contino y Remelluri. El primer Contino, de la cosecha del 74 salió al mercado en 1978 de la mano del enólogo Basilio Izquierdo, alumno de Peynaud y recién llegado de Burdeos, que supo transmitir el carácter netamente mediterráneo de la finca en un tinto corpulento que resultó muy novedoso, tanto por concepto como por estilo. Cosme Palacio 1986 es un vino revolucionario en muchos aspectos: apuesta por la fruta y la extracción febrero 2006 En ambos casos hay un compromiso claro de “vino de finca”, ratificado en unos tintos de alta calidad y con las dificultades que da trabajar sólo con las uvas propias, sin posibilidad de compensar con las de otros lugares en años malos. Como dice Jesús Madrazo, actual director técnico de Contino, “es una fórmula económicamente más arriesgada”. Quizás por eso el concepto no ha prosperado demasiado. Salvo algunas excepciones posteriores como Finca Valpiedra, inspirada por otra casa emblemática de Rioja, Valdemar, se ha preferido el modelo de “vino de pago” elaborado en el marco de una bodega que tiene otras etiquetas y no depende en exclusiva de un vino que quizás no pueda elaborar con alta calidad todos los años. 19 Especial Rioja demostraba que con un equipo de buenos profesionales y las prácticas adecuadas de calidad cualquiera podía hacer un vino de altura, sin necesidad de ser una bodega histórica o tener origen francés. El supervisor de todo el proceso, Miguel Ángel de Gregorio, se ponía de repente bajo los focos de la nueva escena del vino riojano. Era el iniciador de una nueva saga de enólogos y personajes entusiastas que tenían “otra visión” de Rioja. Casi todos los grandes nombres de los nuevos vinos riojanos se gestan en la década de los noventa. La extracción, los vinos con mucho color, mucha fruta y maderas nuevas, a partir de entonces casi siempre francesas, buscan resucitar la personalidad de la tempranillo e intentan hacerse eco del terroir; esto es, buscan una expresión que va mucho más allá del mero envejecimiento o crianza. Las bodegas que elaboran vinos de calidad y altura en esta línea (muchas son antiguos cosecheros con visión y gran conocimiento del viñedo, ya que los nuevos vinos se gestan en la viña) configuran la nueva élite del vino riojano; una élite en la que participará quien sepa readaptarse y lanzar al mercado alguna marca que se corresponda con estos planteamientos sin importar su origen o ascendencia (bodegas históricas, de grandes producciones o recién llegadas al mundo del vino). El resto, en estos momentos de efervescencia, apenas merece atención. A Chirel y Conté siguen Pagos Viejos (Artadi), San Vicente (el primer gran vino de los Eguren), Roda, Remírez de Ganuza, Torre Muga, Aurus (de Miguel Ángel de Gregorio, ya en su propia bodega de Finca Allende), Dalmau (Murrieta)... Y algunas de estas bodegas siguen aumentando su gama de tintos febrero 2006 de altos vuelos. Viña El Pisón y Grandes Añadas por parte de Artadi; Cirsion por parte de Roda; Calvario por parte de Finca Allende; Colección Privada, El Bosque, Amancio y El Puntido por parte de los Eguren... La consigna es selección extrema en el viñedo y la bodega y producciones pequeñas y limitadas. Toda bodega que se precie tiene un “superrioja” o un tinto de “alta expresión” a un precio más que considerable. Y muchos de ellos no están a la altura, pero parece que la “moda” obliga. La crítica, que tanto alababa los primeros “vinazos” empieza a manifestar su cansancio por tintos que llegan a su mesa en botellas señoriales y cuyo contenido no se corresponde ni con el precio ni con sus aspiraciones. Como dice Juan Muga, representante de la bodega que posiblemente mejor aglutina el estilo clásico y el moderno, “es verdad que el mercado está saturado de ‘vinos de autor’ o de ‘alta expresión’, pero quien no lo hace parece que se queda fuera de las páginas de las revistas especializadas. Muchos vinos de altas puntuaciones son más para catar que para beber. Por eso no es extraño que algunos consumidores estén optando por clásicos con toques modernos como nuestro Selección Especial, que funcionan muy bien para acompañar la comida, porque no hay que olvidar que el vino se consume en la mesa”. ¿Y el futuro? Parece que el siglo XXI exige a gritos más moderación o, cuando menos planteamientos renovados. Los enólogos empiezan a hablar de la necesidad de domar los taninos suavizándolos con un trabajo aún mayor en el viñedo y en la bodega; se habla de elegancia, de vinos más amables y bebibles. ¿Hay más cosas 20 Especial Rioja En este punto vuelven a salir a la palestra los riojas históricos, los pocos “clásicos” que siguen siéndolo y que tampoco han permanecido quietos. Han ido incorporando más criterios de calidad a su elaboración: menos madera vieja, mucha limpieza en todo el proceso, cierto coqueteo con la fruta... Ya no son proscritos; ofrecen un patrón de finura y amabilidad al que se vuelve con agrado. Esta “reconciliación” entre presente y pasado está abriendo un hueco en la parte alta de la pirámide para los grandes clásicos. Pero, ¿qué ocurre en los estratos inferiores? Por doquier siguen creándose nuevas bodegas y surgen nuevos proyectos vinícolas atraídos por todas las puertas que se abren con sólo pronunciar la palabra “rioja”. ¿Hay sitio para todos en este mercado cada vez más competitivo en el que el consumo de vino sigue descendiendo dejando como única salida posible la exportación, con una competencia mayor si cabe? ¿Cómo se diferenciarán las bodegas para llamar la atención del consumidor? “Lo moderno y lo clásico pueden ser perfectamente conciliables, y cada vez más –nos dice Agustín Santolaya, de Roda-. En cierta forma, te ves un poco en grandes añadas de grandes clásicos como un Tondonia del 47 o un Riscal de cosecha gloriosa. Tenemos en común a Rioja y la tempranillo. El ecosistema puede ser el mismo, pero la interpretación es distinta; como la que harían dos pintores de un mismo tema”. Jesús Madrazo, de Contino, lo tiene claro: “Creo que el futuro no pasa por hacer un vino de dos euros, con mucho color y aromas de ‘noséquébosque’, combinando merlot y cabernet y para beber joven. Hay una historia que respetar; es la de la complejidad de los vinos de las grandes zonas (barolos, borgoñas, burdeos, riojas...) y eso ni lo saben hacer todos, ni todos lo pueden hacer”. además de la potencia? Los últimos proyectos de gran calidad de Rioja que hemos visto son altamente personales (Contador, Pujanza...). ¿Es éste el camino a seguir? febrero 2006 21 Especial Rioja Pagos Viejos, en vertical Hemos puesto a prueba a un icono de la modernidad del vino español, la primera etiqueta de altura que lanzara la bodega riojana Artadi, catando todas las cosechas que han salido al mercado hasta la fecha: desde 1990 hasta 2003. Y además de constatar su particular evolución, la cata nos ha permitido retomar viejos debates sobre el vino. Entre otros, si nos estamos bebiendo el vino demasiado pronto, aunque esto, en el fondo, no deja de ser una cuestión de gustos. Pero, ante todo, la privilegiada perspectiva que aporta una cata de esta naturaleza ha puesto de manifiesto que la modernidad no es en absoluto un fenómeno estático. Pagos Viejos, entre otros tintos de altura que revolucionaron el vino riojano –y español- en la década de los noventa, se ha mantenido, con envidiable regularidad, como un icono de “nuevos valores”: fruta, potencia, estructura, concentración, complejidad... Fue de los primeros en reivindicar el papel de las viñas viejas y el trabajo en el viñedo; y sirvió como plataforma para la concepción de dos “hermanos mayores” que han acabado teniendo resonancias míticas: Grandes Añadas y, sobre todo, Viña El Pisón. Pagos Viejos se ha mantenido, con envidiable regularidad, como un icono de “nuevos valores” febrero 2006 Sin embargo, y sin perder un ápice de esa imagen de abanderado, también ha sufrido una evolución notable a lo largo de su historia. De hecho, el Pagos Viejos 2003 que salió al mercado hace un par de meses poco o nada tiene que ver con la cosecha inaugural de 1990. Y las diferencias son patentes en la cata, salvando la distancia de 13 años que separa a ambos vinos. No hay que olvidar que Artadi Pagos Viejos nació como reserva y se mantuvo como tal hasta la añada 1997 en que pasó a llevar la contraetiqueta genérica. Es significativo además que, probablemente para reforzar este punto y a modo de declaración de principios, ese año hasta se incluyó la palabra “cosecha” en la etiqueta, término que no se ha vuelto a emplear nunca más. En el fondo, este cambio respondía a la voluntad de los elaboradores más iconoclastas de dar al vino el tiempo estrictamente necesario en madera y no el que dijera la normativa del Consejo Regulador. Era una consecuencia lógica de la utilización creciente del roble nuevo y de origen francés, que ocasionaba una cesión más rápida de sabores y aromas al vino. En las contraetiquetas de los vinos queda perfectamente reflejada esta evolución. En las cosechas 1993 y 1994, por ejemplo, se informa al consumidor de que el vino había envejecido 32 meses en madera. En las añadas 1995 y 1996, los tiempos se redujeron a 24 22 Especial Rioja meses y en la 1997 la crianza fue apenas de 14 meses, mientras que en las cosechas de la última década oscila entre los 16 y los 18 meses. Por otro lado, el vino se ha ido depurando para convertirse en un monovarietal de tempranillo, cuando las primeras cosechas incorporaban otras variedades. En la contra podía leerse “Elaborado con uvas seleccionadas de nuestros viñedos de más de 50 años, donde todavía conviven en una misma parcela las tradicionales variedades de Rioja: tempranillo, graciano y garnacha”. Los primeros años El paso del tiempo no ha jugado demasiado a favor de los primeros Pagos Viejos (sobre todo, teniendo en cuenta que los miramos con la perspectiva y la exigencia de una marca de primera). Son todos tintos perfectamente bebibles y, por supuesto, sin defectos, en los que hay que destacar unos colores muy enteros e impecables, rubí-teja con bastante capa. Quizás lo que más nos sorprendió fue una evolución aromática en clave bastante clásica: vainillas, fruta desecada, notas acetaldehídicas o cuero, aromas todos ellos que nos recordaban a tintos de la “otra cuerda”, aquellos frente a los que Pagos Viejos puso en su día un contrapunto claro de modernidad. En boca nos quedamos con el 92: un paladar envolvente y perfectamente equilibrado en el que ni la acidez, como ocurría en el 90, ni la madera, como en el 91, juegan un papel preponderante. 94 y 95: las cosechas excepcionales Ambas estuvieron a la altura de las expectativas, en especial la 94, que se reveló como un tinto especialmente auténtico y pegado a la tierra, aún potente, con una expresión muy de terruño y un peso de fruta importante febrero 2006 teniendo en cuenta su “edad”. De hecho, marcó un punto de inflexión en la cata abriendo las puertas hacia una línea más expresiva y personal. Frente a este patrón “masculino”, el 95 se reveló más sutil, elegante y “femenino” con abundante presencia de notas cremosas y lácteas del roble, y especialmente aterciopelado en boca, con un equilibrio perfecto que revelaba una cuidadísima elaboración. La segunda mitad de la década de los 90 Nos encandiló la excelente dimensión aromática de un 98 que se expresaba en notas mentoladas, balsámicas y de fruta bien madura y que dirigió nuestra atención a unos taninos dulces y maduros, perfectamente trabajados. Marcó un segundo punto de inflexión en la cata por su amplitud en nariz; además con él desaparecieron los ribetes teja-anaranjados para dar paso a los granates. Nos gustaron igualmente el 97, agradable y equilibrado y un 99 excelentemente trabajado y envolvente con abundantes matices tostados. Los 2000 llevan la marca del nuevo milenio Tercer y último punto de inflexión: se impone un estilo de mayor concentración de fruta; hay más fuerza y potencia. Cobran protagonismo las sensaciones tánicas. De repente, sentimos que estamos ante vinos que se beneficiarán del reposo en botella. En el color empiezan a aparecer, ya desde la cosecha 2000, tonos picotas y violáceos. Son unos Pagos Viejos rabiosamente jóvenes. Nos parece que 2001 será un vino de larguísimo recorrido, muy probablemente emparentado con el 94, ya que tiene mucho de todo: fruta, madera, tanino... 2002 es más amable y seductor, con mayor sensación de madurez frutal. Y 23 Especial Rioja 2003 ofrece otra gran expresión de Pagos Viejos: combinación de potencia y texturas aterciopeladas, con gran intensidad de sabores. Las añadas Si algo se encargó de echar por tierra esta cata, es ese tópico de que en España, por la idoneidad de su clima y la relativa facilidad para madurar la uva, la variabilidad entre añadas es un tema menor. Las mejores cosechas dibujaron claramente una serie de “picos” a lo largo de la cata: 1994, 1995, 1998, 2001 y 2003. A nuestro juicio son, claramente, los Pagos Viejos “de guarda”, los que merece la pena conservar y sobre los que apostar sin riesgo. Está claro que la capacidad de selección de los elaboradores actuales y el minucioso trabajo que realizan en bodega les permite presentar vinos de alta calidad prácticamente todas las añadas. Y la única forma de marcar diferencias entre vinos de distintas cosechas es dejar que el paso del tiempo haga su trabajo. Por eso el seguimiento de la evolución de los vinos a través de la cata es la mejor herramienta de valoración que tenemos. Y en este caso se reveló tremendamente efectiva. Estamos, además, ante una bodega perfectamente consciente de ello y que, de hecho, ha llegado a repercutir en el precio la calidad de la añada, tal y como se hace en otros países. ¿Y cuándo nos bebemos el vino? Inevitablemente, cuando a uno le apetezca. Para los amantes de los sensaciones “fuertes” -sin olvidar finuras y elegancias-, nada mejor que un 2003 que, como decíamos, combina intensidad y texturas en el paladar. Pero, a todas luces, me parecería un desperdicio hincarle el diente a un 2001 que parece destinado a conseguir logros bastante mayores. El 95 está en un momento excepcional, lo mismo que los 97, 98, 99 febrero 2006 y, por supuesto el 94. Sin embargo, si usted es amante de los vinos viejos, podría guardar este último aún unos años. Aunque maduro, no parece que vaya a desvanecerse en la botella en los próximos cinco años y, probablemente, tampoco en los cinco siguientes. En cualquier caso, hemos incluido un comentario de consumo que le ayudará a dosificar los Pagos Viejos que aún le queden en la bodega y que puede adaptar a su gusto particular. Acompañan las catas más detalladas de cada uno de los vinos que figuran a continuación. A mí, personalmente, cada vez me gusta más tomarme los vinos con algo de botella. Me inspira enormemente el 94 y ansío poder repetir la experiencia de esta cata dentro de 10 años para ver si el 2001 consigue superarle en su fase de madurez. Artadi Pagos Viejos 1990. Rubí ribete teja. Color muy entero para ser un vino de 15 años. Excelente reducción en nariz que recuerda a un clásico: muy elegante y fino, vainillas, fruta desecada (dátil, orejón), armonioso. Boca con una acidez bastante marcada que no encuentra un contrapunto suficiente de estructura, aunque mantiene cierta persistencia. Consumo: ha pasado su mejor momento Artadi Pagos Viejos 1991. Rubí ribete teja. Aroma en un primer momento con presencia de notas acetaldehídicas (barnices) que deja paso a aromas de buena crianza. Boca no demasiado estructurado y algo marcado por el peso de la madera. Consumo: ha pasado su mejor momento Artadi Pagos Viejos 1992. Rubí ribete teja y con algo más de capa que los anteriores. Agradables aromas empireumáticos, cuero y con unas notas de 24 Especial Rioja reducción de cierto clasicismo. Muy agradable en boca: pulido, envolvente, sabroso, acidez y madera bien ensambladas, final tostado y de vainillas. Consumo: para tomar ya Artadi Pagos Viejos 1993. Cereza rubí de buena capa y con ribete teja. Aroma algo más corto que los demás y quizás con menos complejidad; acetaldehídos, maderas tostadas, barnices. Boca con la acidez y la madera ligeramente marcadas; leve sensación secante en final. Consumo: ha pasado su mejor momento Artadi Pagos Viejos 1994. Color cereza intenso borde ligeramente anaranjado. Aroma intenso, con carácter frutal (fruta negra sazonada), mucho más entero y vivo que los anteriores, notas especiadas, tostados (grano de café), algo de cuero, regaliz. Boca carnoso, potente, con los taninos aún presentes, abundante fruta (pasaría por un vino más joven). Final muy aromático a regaliz y tostados de la madera; buena persistencia. Consumo: para tomar o guardar unos años más; aún aguantará Artadi Pagos Viejos 1995. Cereza rubí borde naranja. Aroma intenso, elegante, fino, lácteos (nata, chocolate), aftereight. Boca intenso, sabroso, potente, equilibrado, aterciopelado, un punto goloso, cálido. Algo más femenino y delicado que el 94. Consumo: se encuentra en un momento excelente Artadi Pagos Viejos 1996. Cerezarubí borde teja. Aroma de buena intensidad, notas de barniz, café, tabaco, caza. Boca con estructura y carnosidad, quizás con un tanino algo más rugoso en boca, pero entero y con buen esqueleto. Consumo: para tomar ya o guardar unos pocos años más febrero 2006 Artadi Pagos Viejos 1997. Cereza rubí borde anaranjado. Aroma de buena intensidad, fruta compotada, tostados, especias (nuez moscada, clavo). Boca algo más estructurado que el 96, equilibrado, aromático, con una acidez algo más marcada que le da viveza y frescura. Consumo: se encuentra en un buen momento, pero aguantará algunos años más. Artadi Pagos Viejos 1998. Cereza borde granate. Aroma muy intenso, empireumáticos que dan paso a mentolados y balsámicos muy intensos, cedro, fruta negra madura, madera bien integrada. Boca sedoso, equilibrado, con unos taninos bien trabajados y de excelente calidad, dulces y finos; buena persistencia. Consumo: para tomar o guardar unos pocos años más, aunque está tan bueno que ¿para qué esperar? Artadi Pagos Viejos 1999. Picota borde granate. Aroma marcado a lácticos (leche quemada, crema catalana), ciruela negra y aceituna de fondo, gran madurez de la uva. Boca sedoso, sabroso, muy elegante y envolvente, muchos tostados de la madera. Un vino excelentemente trabajado y con tipicidad de zona. Consumo: para tomar o guardar unos pocos años más. Artadi Pagos Viejos 2000. Picota granate con matiz violáceo. Con éste se inaugura una línea de tintos más armados. Aroma firme, algo más cerrado que los anteriores pero con más concentración (fruta roja en confitura, regaliz, tostados, toffee). Boca potente, con expresión tánica aún por redondear. Sensación de potencia, tanto de fruta como de madera. Consumo: para tomar en dos o tres años. 25 Especial Rioja Artadi Pagos Viejos 2001. Picota muy intenso borde violáceo. Aroma a cedro, frutos negros, regaliz, muy firme y entero. Boca tánico, carnoso, potente, con mucha fruta y expresión. Volvemos a estar ante el sello de una gran añada. Consumo: con diez años de botella estará estupendo; éste es un vino para guardar. Artadi Pagos Viejos 2002. Picota intenso ribete violáceo. Aroma algo menos intenso que el anterior, se notan las uvas muy maduras (fruta dulce), recuerdos de bombón, aftereight, madera muy bien trabajada e integrada. Boca mucho más amable y pulida, con una cierta acidez cítrica bien integrada. Consumo: para tomar dentro de dos o tres años. febrero 2006 Artadi Pagos Viejos 2003. Púrpura amoratado casi opaco. Aroma con un toque anisado y de hinojo muy curioso; intenso y elegante a la vez, con un delicado toque floral a violeta, lácticos muy agradables de la madera. Boca con taninos perfectamente pulidos, carnoso, opulento; tanino presente pero de textura aterciopelada; amplio, muy frutal; muy persistente. Consumo: un vino contundente pero que ya es muy bebible; probablemente, su momento óptimo llegue dentro de cinco o seis años. Catadores: José Luis Casado, Amaya Cervera, Custodio Zamarra. Todas las botellas se abrieron dos horas antes de la cata. 26 Informe cosecha Los 2001, en su mejor momento 2001 ha sido la primera gran cosecha del siglo XXI en España, seguida de dos añadas, 2002 y 2003, difíciles e irregulares. Con su generosidad para prácticamente todas las zonas vinícolas españolas, realmente es difícil equivocarse cuando se elige una etiqueta que ponga 2001. Además, es el momento de disfrutar de esta añada o de hacerse con algunas botellas que merezca la pena guardar. Nos estamos refiriendo naturalmente a los tintos de crianza, con más mimbres para aguantar la botella. Si aún les queda algún vino joven de 2001, blanco o tinto olvidado en su bodega, lo más posible es que haya perdido la mayoría de sus atributos frutales. Los tintos de 2001 con un paso más o menos largo por madera llevan pululando por el mercado desde hace un par de años y todavía deben hacer su aparición los reservas riojanos más clásicos que envejecen durante más tiempo de lo habitual y los grandes reservas de esta denominación. Una buena opción es hacerse con vinos de precio medio de bodegas consolidadas febrero 2006 Del Vega Sicilia Único, olvídense, no porque vaya a salir al mercado diez años después de la fecha de cosecha, sino porque la mítica casa de Ribera del Duero decidió, inexplicablemente para algunos, no elaborar en 2001 su vino de mayor calidad por considerar que la vendimia no cumplía los requisitos suficientes para ello. Es la anécdota dentro de un conjunto general de muy buena calidad. Recomendaciones de consumo Lo más gratificante de una buena añada es que no hay por qué agujerearse el bolsillo ni recurrir a las primeras marcas o “vinos estrella” de las mejores bodegas españolas, ya que prácticamente todos lo hacen bien. Pese a que ya están en el mercado los crianzas de 2003, los de la cosecha 2001 de zonas de calidad se beben aún con agrado y están en un buen momento: sabrosos, pulidos, con un perfecto contrapunto de fruta a la madera y más llenos de lo habitual en boca. Es el momento de descorchar las botellas de este tipo que estén en su bodega. Probablemente, ya no mejorarán más en la botella. Para sibaritas con el presupuesto ajustado, pero que son capaces de gastarse entre 15 y 20 € por una botella, lo mejor es hacerse con vinos de precio medio de bodegas consolidadas. Están ya estupendos para beber, pero, dado la calidad de la cosecha, son vinos que aún tienen recorrido. La semana pasada, por ejemplo, la mayoría de los miembros del equipo de TodoVino disfrutamos con ocasión de una comida de una botella de Muga Selección Especial 2001 que se encontraba en un momento sensacional, pero tan entero y en forma que seguro que evolucionará a la perfección otros cinco o seis años. 27 Informe cosecha Algo parecido experimenté estas Navidades con una botella de Mauro 2001. El vino aparecía perfectamente equilibrado, con gran intensidad aromática y una amplitud y sabrosidad en boca altamente satisfactorias; además, acompañaba la comida a la perfección. Estos “segundos vinos”, magistralmente elaborados y que transmiten a la perfección las excelencias de la añada no sólo son vinos de “lacre”, sino que tienen recorrido en el tiempo. Ofrecían, al igual que muchos otros tintos de 2001, una excelente intensidad y concentración de sabores, y elegancia y complejidad en nariz. Es el resultado de lo que puede hacer un buen elaborador con una vendimia enormemente sana, resultado de una primavera relativamente lluviosa que dejó reservas de agua para la planta y un verano especialmente seco y caluroso que obligó a recoger la uva con cierto adelanto, pero en un buen estado de maduración y en unas cantidades menores, ya que debido a la sequía, la propia Naturaleza reguló los rendimientos. La mayoría de los grandes de la añada 2001 tienen mimbres más que suficientes para pasar la década con estilo febrero 2006 Grandes vinos En los años buenos el trabajo de los enólogos se ve enormemente facilitado, ya que prácticamente todo lo que entra en bodega es aprovechable y de calidad; más aún si se han realizado las oportunas prácticas en la viña. Por el contrario, las añadas más complicadas e irregulares, quizás con problemas de maduración, lluvias en vendimia u otros posibles factores en contra, exigen un trabajo mucho más minucioso de selección. Y es que la única forma de conseguir la calidad pasa por elegir las mejores partidas a costa de reducir el número de botellas con los consiguientes problemas comerciales que ello puede acarrear. Es precisamente este criterio de selección llevado a su máxima expresión el que emplean en la actualidad los elaboradores más avanzados para crear sus mejores –y, lógicamente, más caros- vinos. De modo que lo mejor de lo mejor de 2001 ha ido a parar a una serie de selectas etiquetas que se venden, en la mayoría de los casos, en el entorno o bastante por encima de los 30 €. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en otros países (como Francia fundamentalmente), nuestros bodegueros no suelen repercutir la mayor calidad de la añada en el precio del vino. Así que, prácticamente por el mismo precio siempre es mejor optar por una cosecha de mayor calidad, sobre todo si usted es de los que le gusta guardar el vino unos años. La mayoría de los grandes de la añada 2001 tienen mimbres más que suficientes para pasar la década con estilo. Para una guarda más prolongada, nuestro consejo es recurrir al gran formato, el mágnum (1,5 litros) o el doble mágnum (3 litros), que asegura una evolución más lenta del vino. Sea cual sea su opción, si está buscando botellas de 2001 para disfrutar de las placenteras sensaciones que aseguran una buena añada, le proponemos a continuación una amplia gama de tintos, de diferentes precios y estilos que se encuentran disponibles en TodoVino. 28 Informe cosecha DE EXCELENTE RELACIÓN CALIDAD-PRECIO Y PARA TOMAR YA Casa de la Ermita Crianza 2001 (Jumilla) Casa de la Ermita Reserva 2001 (Jumilla) El Chaparral 2001 (Navarra) Luis Cañas Crianza 2001 (Rioja) Vallobera Crianza 2001 (Rioja) PRECIOS MEDIOS; PARA TOMAR YA O GUARDAR DOS O TRES AÑOS MÁS Abadía Retuerta Selección Especial 2001 (Castilla y León) Barón de Ley Finca Monasterio 2001 (Rioja) Chivite Colección 125 Vendimia Tardía 2001 Dulce (Navarra) Dehesa del Carrizal Cabernet Sauvignon 2001 (Castilla-La Mancha) Enate Cabernet Sauvignon Reserva 2001 (Somontano) Glorioso 2001 (Rioja) Jaros 2001 (Ribera del Duero) Las Gravas 2001 (Jumilla) Marqués de Murrieta Reserva 2001 (Rioja) Museum Real Reserva 2001 (Cigales) Pujanza 2001 (Rioja) Valenciso Reserva 2001 (Rioja) Viñas del Vero Gran Vos 2001 (Somontano) TINTOS POR ENCIMA DE 30 €; PARA TOMAR DESDE AHORA HASTA DENTRO DE 10 AÑOS POR LO MENOS Amancio 2001 (Rioja) Contador 2001 (Rioja) Contino Viña del Olivo 2001 (Rioja) Finca El Bosque 2001 (Rioja) Fernando Remírez de Ganuza Reserva 2001 (Rioja) L’Ermita 2001 (Priorat) MC Marqués de Cáceres 2001 (Rioja) San Vicente 2001 (Rioja) Torre Muga 2001 (Rioja) EN FORMATO DE COLECCIONISTA; PARA GUARDAR Alión 2001 Magnum (Ribera del Duero) Alión 2001 Doble Mágnum (Ribera del Duero) Calvario 2001 Mágnum (Rioja) Mauro Vendimia Seleccionada 2001 Mágnum (Castilla y León) San Vicente 2001 Mágnum (Rioja) Torre Muga 2001 Mágnum (Rioja) febrero 2006 29 Selección de favoritos Valores en alza Premio Trébol TodoVino 2006 al vino de mejor relación calidad-precio por debajo de 18 € Finca Malaveïna 2003 Tinto, D.O. Empordà - Costa Brava Castillo Perelada Comentario sobre el vino Uno de los mejores exponentes de los Finca Malaveïna es uno de los mayores valores de la bodega, tal y como lo demuestra su éxito en un mercado que rápidamente agota toda su producción. Su secreto es el de haber sabido posicionarse como un vino de finca de gran calidad pero para todos los bolsillos, combinando la expresión de un terruño, la honestidad de su composición varietal y un excelente tratamiento de la barrica. Es sin duda, la etiqueta de gama alta de mejor relación calidad-precio de la bodega. Esta añada se presenta sedo- sa y amable, con un excelente estado de madurez, la que le ha otorgado la climatología del año. De nuevo dos lacres Nota de Cata Vista: Picota granate bien cubierto Nariz: Aromas minerales, balsámicos, frutos rojos en confitura, retama y bosque umbrío. Complejo Boca: Sabroso, fresco, aromático, elegante, delicado paso, final frutal con ligero toque mineral y notas balsámicas Grado: 13,9% vol. Temperatura de servicio: 16º C Tiempo de conservación: Hasta 2010 Otras características Tipo de uva: Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon y Garnacha tinta Botella: 75 cl. Prioratos de buena relación calidad-precio Solanes, 2002 Tinto, D.O.Q. Priorato Cims de Porrera Comentario sobre el vino Mientras esperamos impacientes la próxima entrega del Cims de Porrera, repite presencia la segunda marca de la bodega. Con un estilo muy en línea con la añada anterior, por madurez y redondez, se presenta en un momento de consumo muy agradable gracias a sus dulces taninos Nota de Cata Vista: Picota bien cubierto febrero 2006 Nariz: Aromas de fruta madura en confitura, notas de retama y montebajo, regaliz y toque mineral Boca: Sabroso, goloso, cuerpo medio, redondo, paso sedoso, taninos dulces y final de fruta madura arropado por buenas maderas Grado: 13,5% vol. Temperatura de servicio: 16º C Tiempo de conservación: Hasta 2009 Otras características Tipo de uva: Cariñena, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Merlot y Syrah Botella: 75 cl. 30 Selección de favoritos Martinet Bru 2003 Tinto, D.O.Q. Priorato Mas Martinet Comentario sobre el vino Tradicionalmente una de las compras más inteligentes del Priorato, por calidad, por regularidad y por precio, esta sobredemandada y escasa etiqueta, destaca por su gran tipicidad y carácter que refleja a la perfección la personalidad de esta zona pizarrosa. Clásico y moderno a la vez. Como la añada anterior, la sensación frutal es madura y golosa y los aromas de la barrica finos e integrados, consiguiendo así consolidar un estilo cada vez mas inconfundible. Embruix 2003 Tinto, D.O.Q. Priorato Celler Vall Llach Comentario sobre el vino En esta edición de La Guía, sin lugar a dudas, representa la mejor relación calidad precio de la zona, por imagen, por personalidad, por calidad y precio. Un vino que ha sabido expresar una personalidad muy propia, concentrada y sugerente, de manera regular año tras año, algo que ha "embrujado" al público en general. Nacido como segundo vino de la bodega, hoy ya tercero, mantiene el tipo y su alma de primero. Un valor seguro y en alza, que vemos sigue manteniendo año tras año su lacre más que pleno. Esta añada nos deslumbra por su complejidad, sutileza y elegancia, con gran carga frutal y excepcionales aromas de maderas aromáticas. Un tinto mediterráneo con estructura, carnosi- febrero 2006 Nota de Cata Vista: Picota granate ribetes jóvenes Nariz: Aromas de fruta madura sazonada, toque de cuero y almizcle, tostados y balsámicos Boca: Sabroso, de medio cuerpo, fresco, paso aromático y alegre. Final balsámico con toque vegetal Grado: 14,5% vol. Temperatura de servicio: 16º C Tiempo de conservación: Hasta 2009 Otras características Tipo de uva: Cabernet Sauvignon, Garnacha y Merlot Botella: 75 cl. dad, finura en boca y un final fresco y persistente que evoca los atractivos aromas de la nariz Nota de Cata Vista: Granate picota de buena capa Nariz: Fino y elegante, goloso, maderas aromáticas, cacao, bombón, fruta en sazón y recuerdos de retama y montebajo Boca: Bien constituido, sabroso, goloso, excelente persistencia, recuerdos de fruta madura, toque láctico y balsámico. Final largo con notas de montebajo y minerales Grado: 14,5% vol. Temperatura de servicio: 16º C Tiempo de conservación: Hasta 2009 Otras características Tipo de uva: Cabernet Sauvignon, Garnacha y Merlot Botella: 75 cl. 31 Selección de favoritos Un blanco que inaugura nuevos caminos en el vino español As Sortes, 2004 Blanco, D.O. Valdeorras Rafael Palacios Comentario sobre el vino Tras reunir 12 pequeñas parcelas que suman algo mas de 10 hectáreas, en bancales construidos con piedra de granito, Rafa Palacios ha sido capaz de sacar a la godello eso que todos sabemos que tiene dentro, pero que hace ya tiempo que no encontrábamos en la copa: relieve frutal, finura, delicadeza, tacto graso en boca, todo ello con un perfecto trabajo con la madera que apenas se adivina por un leve toque ahumado y el ligero soporte que ofrece en boca. No nos debería extrañar del hombre que hizo uno de los blancos más interesantes de Rioja (Plácet) en la bodega familiar de Herencia Remondo, nos deslum- bre ahora con un sutil y elegante blanco de marcada alma internacional. Dos lacres de estreno que les recomendamos prueben si es que lo consiguen Nota de Cata Vista: Amarillo dorado intenso Nariz: Complejo y fino en nariz, aromas de fruta madura (pera, manzana), piel de fruta, herbáceos y heno. Manzanilla y laurel Boca: Seco, sabroso, unutoso y muy fresco. Paso aromático, equilibrado y final glicérico con recuerdos de fruta madura y nota ahumada Grado: 13,5% vol. Temperatura de servicio: 8º C Tiempo de conservación: Hasta 2009 Otras características Tipo de uva: Godello Botella: 75 cl. Un tres lacres a un precio excepcional Carmelo Rodero Viñas de Valtarreña, 1998 Tinto, D.O. Ribera del Duero Bodegas Rodero Comentario sobre el vino Del gran numero de vinos de esta bodega presentes en esta edición, este es el que más nos ha llamado la atención. Estreno de lujo para la mejor prueba de la madurez alcanzada por Carmelo y su bodega. El primer tres lacres de la bodega es un vino de pago procedente de viñedos viejos de la zona de la que toma el nombre, sobre suelos arcillosos-calcáreos y arenas frescas. Estas circunstancias resultan en un vino en el que prima la elegancia, delicadeza y expresión varietal perfectamente madurada. Un tinto goloso, sedoso, amable, elegante y con una noble y dulce expresión tánica, graso a la vez que fres- febrero 2006 co que incita a seguir bebiendo. Tres lacres a la amabilidad de un viñedo que Carmelo ha sabido interpretar y entender con maestría Nota de Cata Vista: Cereza granate de buena capa Nariz: Fino y complejo en nariz, aromas de fruta roja en confitura, lácteos, regaliz, chocolate, balsámicos y excelentes maderas Boca: Amplio y envolvente, elegante y delicado, con longitud y excelente tanicidad. Paso sedoso, con notas lácticas y balsámicas. Excelente equilibrio y armonía Grado: 13,5% vol. Temperatura de servicio: 17º C Tiempo de conservación: Hasta 2015 Otras características Tipo de uva: Tempranillo y Cabernet Sauvignon Botella: 75 cl. 32