Cultura montañera Valle del Vinalopó

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Cultura montañera Valle del Vinalopó
Cultura montañera Valle del Vinalopó 1
cuentamontes 2008 I Certamen literario de cuentos y relatos de montaña Organizado por: Centro Excursionista de Petrer y Club Alpino Eldense 1ª edición 2009 Edición preparada por: Aurora Pérez Moneo y Juan Manuel Maestre Carbonell Dibujo portada: Yolanda Pérez Diseño portada y foto‐montajes interiores: Isabelo Gómez de Mora Fotografías: Juan Manuel Maestre Carbonell, Gabriel Gómez Pérez, Daniel Esteve Poveda, Juan Antonio Serrano Castaño, Helios Villaplana Planelles, Vicent Verdú i Mollá, Francisco Moya Calleja, Fotos Cruces, archivo Casino Eldense, Francisco Pascual Maestre Martínez y Fundación Francisco Mollá Montesinos Maquetación: dahellos.com © Dibujos: Helios Villaplana Planelles © Poemas: Fundación Francisco Mollá Montesinos © Cuentos: autores finalistas Editado conjuntamente por: Excmo. Ayuntamiento de Elda – Concejalía de Cultura y Excmo. Ayuntamiento de Petrer – Regiduría de Cultura ISBN: Deposito Legal: A‐ Producción Gráfica: Quinta Impresión, S.L. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada, introducida en un sistema de recuperación de información, ni transmitida de ninguna manera por ningún medio (electrónico, mecánico, magnético, fotocopias, etc.) sin previo permiso escrito de los editores. Los cuentos y relatos pertenecen a sus autores y a ellos corresponde la propiedad intelectual de los trabajos incluidos en cuentamontes. cuentamontes 2008
cuentamontes I Certamen literario de cuentos y relatos de montaña 2008 INDICE Índice 4 Dedicatoria 5 Regidor de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Petrer 7 Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Elda 9 Prólogo 11 Introducción 15 Actividad cuentamontes 19 En las mil y una noches – Juan Manuel Maestre Carbonell 25 Cuentos El tiempo de la rosa – Florentino Caballero Santacruz GANADOR 29 La abuela Lorenza – Rafael Ruano Cerdá PREMIO LOCAL 41 Las trompetas del Himalaya – Juan Peláez Gómez 55 El tío Brun – Juan Herranz Pérez del Arpa 63 La montaña eterna – Javier Urquiza López 73 Jugar con hielo – Francisco Javier Navarro Sánchez 85 Orogenia – Juan Carlos Pereletegui Jornet 97 Subir una montaña –Luciano Maldonado Moreno 109 Formas de montaña – Juan Sebastián López Murcia 119 Mi último amanecer – Pablo Martín García 127 Sueño de una tarde otoñal – Daniel Esteve Poveda CUENTO INVITADO 139 Las cabras y el jabalí – Josue y Raquel Ballester, Emilio Sáez y Emilio Bravo ACCÉSIT 149 Reconocimientos cuentamontes 2008 Al relato montañero: Expedición Cho‐Oyu 93 161 Al fotógrafo: Miguel Ángel Pujalte Alberola 189 Al filatélico: Francisco Moya Calleja ‐ Mas allá de la montaña 197 Al poeta: Francisco Mollá Montesinos ‐ Mi tío Paco 211 Al dibujante: Helios Villaplana Planelles ‐El hombre que camina Petrer, 261 Al montañero: Daniel Esteve Poveda ‐ Breve resumen biográfico 305 cuentamontes 2008
Todo cuanto exista, de alguien que alguna vez levantó sus ojos sobre nuestras montañas, tiene cabida en cuentamontes. (Juan M. Maestre) cuentamontes 2008
Presentación La aventura no sería lo mismo sino se dejara constancia por escrito de su acontecer. Jenofonte o César escribieron sobre sus re‐
tiradas y victorias con la finalidad de que quedaran para siempre y por eso las conocemos al detalle. Si Marco Polo no hubiera tenido la prevención de narrar sus viajes nada sabríamos de ellos. Por ello el aventurero debe ser persona ilustrada que narre con estilo sus éxi‐
tos y aún los fracasos, porque frecuentemente unos y otros mere‐
cen sobrevivir al olvido. Hoy, uno de los pocos lugares donde pervive la aventura es en la montaña. La montaña siempre es mágica, siempre tiene algo de riesgo, de misterio y, por supuesto, de reto personal. Por ello montaña y literatura van de la mano y se enriquecen mutuamente. No hay experiencia literaria como un relato bien contado a la luz de un gran fuego de campamento; y no hay aventura como la leída en un buen libro junto al fuego del hogar. Por ello, desde la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Petrer, hemos apoyado esta publicación de Cuentamontes, que re‐
coge los ganadores del premio convocado con este nombre y una selección de los presentados. Contiene además capítulos dedicados a tres grandes petrerenses amantes de la naturaleza en general y de la montaña en concreto, como son Elios Villaplana, magnífico artista que ha recogido toda la belleza de nuestro agreste paisaje en sus celebrados dibujos, el gran montañero y líder social que es Daniel Esteve, realizador de sueños, y nuestro insigne poeta, Paco Mollá, cantor excelso de nuestros campos y montes. Sólo estos artículos ya merecerían que nuestro pueblo les dedicara una obra como esta. Esta publicación, y la convocatoria de que trae lugar, han si‐
do un éxito gracias al trabajo y la dedicación que Manolo Maestre, Aurora Pérez y sus colaboradores han puesto en esta iniciativa, vaya para ellos la enhorabuena y el agradecimiento de quienes disfruta‐
remos con la lectura de estos entretenidos artículos y de tan intere‐
santes cuentos. José Miguel Payá Poveda Concejal de Cultura, Ayuntamiento de Petrer cuentamontes 2008
Presentación En la vida, como en el amor, estamos siempre tomando dis‐
tintas alternativas que se nos van presentando a lo largo de la mis‐
ma, a lo largo de un camino, de una larga senda, de un sinuoso y desconocido trayecto. Y precisamente, de todo eso, y de un poco más, trata todo lo que podemos encontrar en este maravilloso libro publicado; sendas, caminos, montañas, y también literatura, dibu‐
jos, cuentos, relatos, biografías, en definitiva, cultura montañera, y todo ello, gracias al empeño y al esfuerzo de unas cuantas personas que aman en un sentido muy amplio de la palabra, y además, for‐
man parte de familias, de grupos de amigos que comparten unas mismas inquietudes, esas familias de las que hablamos son: el Gru‐
po dahellos.com, el Club Alpino Eldense y el Centro Excursionista de Petrel, gente, personas que han sabido darle una dimensión inter‐
nacional a esta iniciativa de cuentamontes, motivo de orgullo y sa‐
tisfacción para toda la comunidad montañera, ¿verdad Juan Manuel Maestre? Enhorabuena a todos y un abrazo montañero. José Francisco Mateos Gras Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Elda cuentamontes 2008
Prólogo Para la mayor parte de nosotros las montañas, por grandes y bellas que sean, suelen ser más que nada un elemento del paisaje, un telón de fondo, la silueta que da forma al horizonte. Confieso que para mí las montañas han sido siempre, más que un lugar, la re‐
presentación, la demarcación de un lugar: los guardianes del pueblo de mi infancia, primero; de la ciudad de mi vida adulta más tarde. Como escribí en uno de mis cuentos favoritos, tu hogar está en el lugar “donde los montes tienen nombre”. Por eso las montañas fue‐
ron para mí El Cid, la Sierra del Caballo, Bolón, Bateig, La Torreta, Camara. Conocía y amaba su silueta, recortada contra el cielo; me daban seguridad, protección, calor. Por Bolón bajaban los Reyes Magos a traer los regalos cuando era niña y por El Cid salía el sol mientras yo me encaminaba al instituto. Años más tarde me trasladé a Innsbruck, la capital de Tirol, una ciudad en medio de los Alpes. Desde entonces trabajo bajo la amable o ceñuda vigilancia, según esté el tiempo, de la Serles –a la que llaman “el Altar de la Patria”–, el Patscherkofel, la Nockspitze (mi favorita, el pico que veo cada vez que alzo los ojos del teclado del ordenador), y por el norte la Nordkette –la imponente cadena montañosa del norte– con sus más bellas cumbres: Frau Hitt, Bran‐
djoch y Solstein, el primer pico en recibir la luz del sol al amanecer. Sin embargo, nunca he vivido la montaña y por eso nunca la he incorporado a mis ficciones, salvo como paisaje. Nunca he sen‐
tido el deseo de escalar, de conquistar una cumbre, de medirme contra la Naturaleza y explorar mis límites, ya que, por desgracia, demasiado bien sé dónde están. Ese desconocimiento me llevó a preguntarme si sería posi‐
ble convocar un concurso de relatos sobre la montaña y recibir su‐
ficientes y de suficiente calidad como para que el libro que reuniera a los finalistas valiese la pena. La respuesta la tienen ustedes ahora entre sus manos y, a riesgo de estropearles la sorpresa, puedo ase‐
gurarles que sí, que no sólo vale la pena sino que van a disfrutar mucho leyendo estos relatos, ya que ofrecen, además de la calidad esperable en un certamen literario, también una gran variedad de temas, enfoques e incluso formas de narración. Siempre resulta difícil decidir qué relato entre diez debe ocupar el primer lugar; la literatura no es como el salto de longitud, donde se puede decidir metro en mano quién ha saltado más lejos. Por eso es probable que cada lector tenga su propia jerarquía cuan‐
do termine de leer el volumen y piense que el primero podía haber sido el tercero y el segundo el primero y el octavo el quinto, por poner un ejemplo, pero estoy segura de que, dejando aparte gustos personales, todo lector quedará satisfecho con los relatos que si‐
guen. Los hay nostálgicos, líricos, fantásticos, legendarios, de inspi‐
ración popular o folclórica; los hay clásicos en la forma y también innovadores; hay uno de ciencia ficción y uno que podría ser medie‐
val... es casi increíble que en sólo diez pueda haber tanta variedad. En cualquier caso, lo que resulta evidente es que la mon‐
taña es una poderosa fuente de inspiración para muchos escritores, como para otros lo es el mar o la selva, y el lector, aunque nunca haya experimentado por sí mismo la pasión de la escalada o el sen‐
derismo, se siente a veces arrebatado por el amor que se desprende de estos relatos. cuentamontes 2008
La montaña puede ser el lugar del peligro y la muerte, de la felicidad y la reafirmación vital, del encuentro con uno mismo o con la fuerza cósmica; el sitio donde moran los ancestros, donde viven las leyendas y los fantasmas vigilan las fronteras. Puede ser un es‐
pacio real o una ensoñación y, como una amante, puede ser dulce o cruel, dar la vida o la muerte. La segunda parte del volumen, igual de interesante, está también dedicada, como no podría ser de otro modo, a la montaña, pero en otros aspectos: el primero y sine quo non, la gran aventura, la expedición de unos convecinos nuestros a una de las montañas más altas del mundo, el Cho Oyu, junto al Everest; luego el lector hallará también arte fotográfico, poesía, semblanzas de grandes montañeros de Elda y Petrer... todo un compendio artístico en tor‐
no a la montaña, junto con un delicioso regalo: un cuento escrito por un abuelo amante de la montaña e ilustrado por sus nietos. Puedo asegurarles que este libro no les defraudará, pero co‐
mo nunca me han gustado los prólogos en los que al lector se le cuenta minuciosamente todo lo que le espera en las páginas si‐
guientes, estropeándole, con ello, la sorpresa, creo que es mejor dejarlo ahora, de manera que estas líneas se limiten a servir de um‐
bral para que el lector pueda internarse en las montañas que le es‐
peran entre sus páginas. Pero no quiero terminar sin añadir que ha sido un placer participar en esta aventura literaria y que auguro a Cuentamontes un largo y brillante futuro. Elia Barceló Innsbruck, noviembre 2008 cuentamontes 2008
Introducción Érase una vez un valle, cómo no, rodeado de montañas a través de las cuales se adivinaba el Mediterráneo. Apenas llegaba tenuemente la brisa marina, y la luz costera se podía intuir en las claras mañanas, debe de ser por eso por lo que sus habitantes, a falta de un mar cercano, se fueron aficionando a dar grandes paseos por las montañas, por esas montañas que los tenían sitiados gene‐
ración tras generación. Fuere como fuere, el caso es que la afición por las salidas al monte, ha llegado a nuestros días y un grupo de personas amantes de la cultura y de la montaña, o, amantes de la cultura montañera, se conocieron un día… De padres jóvenes, cuentamontes nació una tarde de otoño de hace unos años… Bueno, pudo ser en primavera __ninguno lo re‐
cordamos__ el hecho en sí no es demasiado importante. No lo fue entonces y por ello, tal vez, no guardamos el dato con puntualidad en la memoria. Ya se conocían de tiempo atrás cuando aquel día la joven Dahellos, hija del valle del Vinalopó, se encontró con el apuesto Amarguillo, el primogénito de los varones de la noble familia de los Amargo de toda la vida, muy naturales que son, del toledano pueblo de Camuñas y descendientes de aquel río de diminutivo nombre que transcurre por sus tierras. No recuerdo bien como empezó un cortejo que fue creciendo hasta instalarse en una bonita casa del ya populoso barrio del Puntocom, con la sana intención de sumarse al mundo literario del montañismo; algo que para entonces ya no era nuevo en el panorama español de la cultura montañera, pues antes, había ocurrido con una revista y una tienda de especialización de‐
portiva, reconvirtiéndose en sendas editoriales (Desnivel y Barrabés) que hoy son juglares del panorama alpinístico, sin querer desmere‐
cer a nadie más por ello. Naturalmente, ni Dahellos ni Amarguillo habían tenido nun‐
ca semejantes pretensiones __hemos de decir que tampoco ahora__ limitándose nuestros deseos, a ser únicamente altavoz de la cultura montañera vinalopense, y por añadidura, escaparate de todas las ideas, hechas relato o fabulación, de aquellos que nos las confíen. Con este espíritu concebimos al pequeño cuentamontes con la ge‐
nerosidad de unos padres, que quieren integrar al retoño en la mo‐
derna sociedad de la comunicación actual. Como en el cuento, en el principio las primeras líneas que esbozaron las bases, nos ofrecieron la promesa de algo que tenía que suceder. La acción se desarrolló en una trama que fue fácil y llevadera, gracias a todos los protagonistas cuyo espíritu solventó cualquier problema, objeto o antagonista hasta lograr el clímax que buscamos en los distintos estamentos de la sociedad, y poder alcan‐
zar así el desenlace de esta deseada aparición. Esta presentación en sociedad, llega a las manos del lector al cumplir cuentamontes un año de edad, más o menos, durante el cual hemos hecho muchos amigos. Unos son paisanos de Elda y de Petrer y otros llegados de distintos pueblos y ciudades de España, pero también de lugares del mundo como Argentina, Cuba, Colom‐
bia, El Salvador, Estados Unidos, Méjico, Perú y Francia, llenándonos de gratitud a los padrinos de la criatura que hemos acogido con ilu‐
cuentamontes 2008
sión y sorpresa, la excelente respuesta a nuestra invitación para unirse a esta fiesta que, en definitiva es la de todos. Habiendo nacido con la intención paralela del homenaje anual, a la figura de un montañero ilustre del Valle del Vinalopó, cuentamontes encontró en su discurrir por los vericuetos del arte y la cultura, la oportunidad de hacer lo propio con otros meritorios artistas, que un día elevaron sus ojos hacia las montañas que nos rodean, y quisieron volcar sus sentimientos y emociones de la ma‐
nera que mejor sabían hacerlo: con su arte. Omito aquí sus nombres porque resultarán evidentes en este compendio montañero, al igual que los demás reconocimientos individuales y colectivos, incluidos junto al cuerpo principal de este trabajo que es la selección de los cuentamontes 2008. cuentamontes pretende que todo aquel aficionado a dar paseos por nuestras montañas, o bien, escaladores, senderistas, domingueros, arqueólogos buscadores de tesoros abandonados por otras civilizaciones que, forzosa o voluntariamente dejaron nuestro valle con la firme intención de volver algún día. O, escritores anóni‐
mos, que haberlos haylos y muchos, que quieran ver sus vivencias publicadas en forma de cuentos o relatos, tengan un lugar donde poder hacerlo. Porque ellos, los autores seleccionados y los artistas home‐
najeados son los principales protagonistas en esta fiesta de la litera‐
tura, __todo nuevo libro lo es__ dedicada a esas elevaciones del te‐
rreno que en cualquier parte del mundo, han inspirado las historias aquí presentadas, envueltas en otras manifestaciones artísticas, que esperamos igualmente, sean del agrado de los lectores, especial‐
mente, de los aficionados al montañismo. Por otro lado, este esfuerzo editorial se debe __y no nos ol‐
vidamos de ello__ a los patrocinadores y colaboradores que han que‐
rido sumarse al evento, honrándonos con su confianza; especial mención a los Exmos. Ayuntamientos de Elda y de Petrer, sin los cuales no hubiera sido posible llevar a buen puerto, el propósito final de este trabajo que pretende unir deporte y cultura en torno a las montañas. Igualmente a la Fundación Cultural Poeta Francisco Mollá Montesinos que ha autorizado la edición de los poemas del poeta petrerense. Si al emprender una ascensión, el montañero fija su objetivo en la cumbre como aspiración final. En esta exaltación del monta‐
ñismo que quiere ser cuentamontes, la cima simbólica para cuantos hemos participado en esta escalada, ya la tiene el lector en sus ma‐
nos. Sólo nos resta decir que ha sido tan gratificante la ruta hasta llegar aquí, que ya anhelamos ver en el horizonte las nuevas monta‐
ñas de papel, y que sus letras por recibir nos emocionen igualmente en la edición del próximo cuentamontes que, desde este mismo momento nos complace convocar. Cuentamontes diciembre 2008 

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