El poder de las asociaciones: Forjar alianzas para una

Transcripción

El poder de las asociaciones: Forjar alianzas para una
Dar a la población rural
pobre la oportunidad
de salir de la pobreza
2013
Consejo de
Gobernadores
El poder de las asociaciones:
Forjar alianzas para una agricultura
sostenible en pequeña escala
El poder de las asociaciones:
Forjar alianzas para una agricultura
sostenible en pequeña escala
“Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres ir lejos, ve acompañado”.
– Proverbio africano
Introducción
El entorno en el que se desarrolla la agricultura está cambiando profundamente en todo el
mundo debido a la integración de nuevos participantes y al planteamiento de nuevos retos,
alianzas y riesgos. Además de alimentar a una población en constante aumento, hoy se espera
que la agricultura atienda a una serie de objetivos mundiales diversos y cada vez mayores,
como ayudar a restaurar un medio ambiente frágil, administrar unos recursos naturales en
disminución, afrontar el cambio climático y proporcionar medios de subsistencia decentes para
los agricultores de hoy y de mañana. A medida que los mercados agrícolas se transforman y
atraen a nuevas entidades y personas, las nuevas configuraciones de poder y oportunidades de
desarrollo hacen necesario establecer nuevas alianzas y métodos de trabajo más eficaces. Esto
apunta a la necesidad de encontrar nuevas o mejores formas de asociarse.
El entorno en el que los donantes tradicionales operan también ha cambiado, con la
integración de nuevas entidades públicas y privadas, nuevas modalidades de interacción entre
donantes y receptores y un nuevo sentido de mutua responsabilización. La Alianza de Busan
para la Cooperación Eficaz al Desarrollo, concertada en el Cuarto Foro de Alto Nivel sobre la
Eficacia de la Ayuda (noviembre y diciembre de 2011), demuestra este nuevo compromiso y
establece el marco necesario para fomentar las asociaciones.1
Ya sean formales o informales, las asociaciones se basan en un objetivo común. Se trata de
un acuerdo de cooperación destinado a promover los intereses mutuos de los asociados,
aprovechando sus fortalezas y recursos de manera transparente y equitativa. Para establecer
asociaciones es necesario abandonar los planteamientos y modelos verticales y aceptar que no
existe un conjunto único de participantes ―ni los agricultores, ni los inversores privados, ni los
investigadores, ni los gobiernos, ni los donantes― que tenga la solución a las dificultades con
que se enfrenta actualmente la agricultura.
Las asociaciones en el ámbito de la agricultura y el desarrollo rural pueden adoptar la
modalidad de proyectos de inversión cofinanciados, sistemas de subcontratación, agricultura
por contrata, programas de compras públicas o planes de participación en el capital. Para que
los pequeños agricultores puedan beneficiarse, deben unir fuerzas con otros pequeños
productores en el marco de asociaciones y cooperativas y, seguidamente, establecer
asociaciones con otras entidades del sector privado. La creación de las condiciones adecuadas
que permitan vincular a los pequeños agricultores con mercados dinámicos requiere
1 Después de prolongadas negociaciones, 18 sherpas (emisarios) elegidos para representar a un amplio grupo de
partes interesadas llegaron a un acuerdo sobre la Alianza de Busan para una Cooperación Eficaz para el
Desarrollo. En ella se establece por primera vez un marco acordado de cooperación para el desarrollo, que
abarca a los donantes tradicionales, los cooperantes Sur-Sur, los países del grupo BRIC (el Brasil, Rusia, la India
y China), grupos de la sociedad civil y financiadores privados. Esto marca un punto de inflexión para la
cooperación internacional al desarrollo. El proceso ha sido orientado por el Grupo de trabajo sobre la eficacia de
la ayuda, que reúne a representantes de más de 80 países y organizaciones. Véase:
<www.aideffectiveness.org/busanhlf4/en/about/busan-partnership.html>.
2
la capacitación y organización de los agricultores, así como su acceso a investigación y
tecnología, un entorno normativo propicio y un sector comercial receptivo, además de una
facilitación efectiva de las asociaciones.2
Aunque las diversas entidades que trabajan en la esfera del desarrollo ven la colaboración
cada vez más como una necesidad, el establecimiento de asociaciones mutuamente
beneficiosas no deja de plantear dificultades. El éxito de las asociaciones y los beneficios que
de estas se derivan a los pequeños agricultores y comunidades rurales depende de que haya una
distribución equitativa de los riesgos, las responsabilidades, los recursos y los beneficios.
Depende asimismo de la capacidad del Estado para hacer cumplir el estado de derecho.
Las asociaciones son de utilidad para la agricultura en pequeña escala de múltiples
maneras. Permiten a los agricultores pobres ampliar sus operaciones de manera eficaz en
función de los costos y conseguir entrar en mercados y cadenas de valor que, de lo contrario,
serían inaccesibles; fomentan la formulación de políticas que tienen en cuenta las necesidades
de todas las partes interesadas, grandes y pequeñas; respaldan la protección de los recursos
naturales; brindan acceso a los conocimientos, la investigación y la tecnología; promueven el
intercambio de experiencias entre los países que se enfrentan a dificultades similares, y
mejoran el acceso a la financiación. Como se indica en el Marco Estratégico del FIDA
(2011 2015), el FIDA está participando cada vez más en asociaciones con el sector privado3
en su empeño por dar a la población rural la oportunidad de salir de la pobreza y lograr la
seguridad alimentaria.4
Asociaciones para una agricultura sostenible en pequeña escala
Aumento de la producción en pequeña escala
Si se pretende que los pequeños agricultores amplíen sus operaciones y aprovechen las
oportunidades generadas por la creciente demanda de productos agrícolas, deben forjar
asociaciones sólidas.
El mejor acceso a los mercados nacionales e internacionales anima a los agricultores a
invertir y a aumentar la cantidad, calidad y diversidad de los bienes que producen.
Las asociaciones ayudan a superar los obstáculos con que se enfrentan los pequeños
productores a la hora de ampliar sus actividades, por ejemplo, los altos costos de transacción y
la falta de información. Por medio de organizaciones y cooperativas de agricultores, los
pequeños productores pueden acceder a recursos, activos y mercados que no están disponibles
individualmente a los productores que trabajan de forma aislada. Gracias a estas
organizaciones es también posible que los productos de los agricultores estén más accesibles a
otras entidades del sector privado a lo largo de la cadena de valor. Además, las asociaciones
público-privadas en las que participan los pequeños agricultores, los gobiernos, el sector
privado y las organizaciones donantes pueden ayudar a los agricultores a aumentar sus
iniciativas empresariales, como demuestra el caso de Santo Tomé y Príncipe (véase el
recuadro 1). Tales iniciativas subrayan la importancia de promover las asociaciones
público-privadas con empresas con conciencia social y ecológica dispuestas a invertir y
permanecer en un país dado a largo plazo.
Acceso a los mercados y servicios
Prácticamente en todas partes, la integración de las cadenas de valor es cada vez mayor. Existen
grandes elaboradores y minoristas que a veces controlan directamente cada paso del proceso de
elaboración hasta la explotación agrícola. Para participar en estas cadenas de valor, los
pequeños agricultores necesitan organizarse y fortalecer su capacidad para cumplir los
2 En Berdegué, J., E. Biénabe y L. Peppelenbos (2008): “Innovative practice in connecting smallholder producers with
dynamic markets”, en Regoverning Markets: Small-scale producers in modern agrifood markets se encuentran ejemplos
de relaciones de colaboración innovadoras y entre múltiples actores.
3 Por sector privado se entiende los agricultores y las organizaciones y asociaciones de productores, las empresas
multinacionales, las fundaciones privadas, los institutos de investigación y otras organizaciones privadas.
4 FIDA (2011): Estrategia relativa al sector privado: Intensificación de la actuación del FIDA en relación con el sector
privado y FIDA (2012): Estrategia de asociación del FIDA.
3
Recuadro 1. Ampliación de la producción de cacao en Santo Tomé y Príncipe
El Programa de Desarrollo Participativo de Pequeñas Explotaciones Agrícolas y de la Pesca
Artesanal tiene por finalidad mejorar el acceso a los mercados de las personas pobres que
trabajan en la agricultura y la pesca en Santo Tomé y Príncipe. Gracias a la asistencia del FIDA, los
agricultores que cultivan cacao, café y pimienta se han organizado en 78 asociaciones principales
y 4 cooperativas de exportación, lo que les permite producir un mayor número de productos de
mejor calidad que pueden obtener la certificación de productos orgánicos o de comercio justo.
En 2005, el FIDA estableció una asociación con la empresa de chocolate francesa Kaoka.
Mediante dicha asociación se brinda conocimientos técnicos y comerciales y acceso a los
mercados europeos a los pequeños agricultores organizados y, al mismo tiempo, se les compran
granos secos de cacao a buen precio, en función de contratos negociados. Gracias a esta
fructífera colaboración, se formaron otras tres asociaciones —con Malongo y Hom&Ter, de Francia
y con Café Direct, del Reino Unido— a través de las cuales el cacao de comercio justo y el café y
la pimienta orgánicos se exportan a Europa. Como resultado de ello, unos 5 500 agricultores
disfrutan de un acceso estable a mercados especializados y exportan más de 600 toneladas de
productos de calidad cada año, por los que obtienen un rendimiento justo. Además, con estas
asociaciones también se logró un alto grado de desarrollo comunitario y el empoderamiento social
de los cultivadores de cacao y sus familias.
requisitos de calidad y cantidad de tales cadenas integradas. Las cooperativas agrícolas son un
excelente instrumento que permite brindar este acceso.
Como se ilustra en el recuadro 1, las cooperativas y asociaciones de productores hacen
posible que los pequeños productores amplíen sus operaciones, aumenten su poder de
negociación, saquen mayor provecho de las oportunidades comerciales mundiales, reciban una
mayor proporción de valor añadido y utilicen mejor los recursos naturales. Las cooperativas
también hacen que los pequeños agricultores estén más accesibles para otros agentes privados,
lo que reduce sus riesgos y el costo de sus transacciones.5 Además, estas instituciones ayudan a
sus miembros a acceder a insumos y servicios tales como créditos, capacitación, instalaciones
de almacenamiento y tecnología, lo que mejora la rentabilidad de la agricultura en pequeña
escala. Por otra parte, las cooperativas dan a los agricultores una voz en la toma de decisiones
en todos los niveles y les ayudan a intercambiar ideas transnacionalmente. Una asociación de
esta índole —la Unión de cooperativas de cultivadores de café de Oromia, en Etiopía, que
representa a más de 22 000 pequeños productores de café— exporta ahora directamente,
evitando la subasta central y dando más control y participación en el mercado a los
productores. Ha abierto una cafetería en Londres, lo que ha creado un vínculo directo entre
productores y consumidores.6
Por su propia naturaleza, las cooperativas ofrecen inclusión social. Reducen la
vulnerabilidad de los agricultores e impiden que se vean atrapados en la pobreza. Las
cooperativas también han sido una herramienta importante para combatir las desigualdades
que afectan a las mujeres y los grupos indígenas. Las cooperativas de mujeres ayudan a estas a
crear negocios en donde se tienen en cuenta sus necesidades y realidades, y les brindan
asistencia para superar los prejuicios que con frecuencia limitan su desarrollo económico.7
Las cooperativas también proporcionan una estructura que ayuda a empoderar a jóvenes de
ambos sexos, lo que les permite tener acceso a distintas posibilidades en el marco de la
economía rural y agrícola, que a menudo se ven truncadas por barreras tradicionales en
relación con la edad. El Programa de Desarrollo Económico de la Región Seca de Nicaragua
5 Para obtener más información sobre la manera en que las organizaciones de productores eficaces permiten a los
pequeños productores establecer una serie de asociaciones beneficiosas, véase Good Practices in Building Innovative
Rural Institutions to Increase Food Security (FAO, 2012), en: www.fao.org/docrep/015/i2258e/i2258e00.pdf.
6 Véase: www.oromiacoffeeunion.org/aboutUs.php.
7 En un estudio sobre mujeres capataces de ganadería realizado por el FIDA en Bangladesh, la India, Kenya, Nepal, el
Senegal, Sri Lanka y el Sudán se señalaba que la única manera en que las mujeres pobres de las zonas rurales
podían obtener suficientes recursos para poner en marcha y manejar con rentabilidad empresas ganaderas era
adoptando un planteamiento grupal. Los grupos permiten a las mujeres ahorrar y compartir material, capital y trabajo.
Niamir-Fuller, M. (1994): Women Livestock Managers in the Third World: Focus on technical issues related to gender
roles in livestock production. Documento de trabajo del personal núm. 18. Roma. FIDA.
4
que recibe apoyo del FIDA, por ejemplo, ha logrado resultados particularmente satisfactorios
en materia de creación de nuevos empleos y oportunidades empresariales para jóvenes del
medio rural. A tales efectos ha fomentado la inclusión de estos en cooperativas a las que se ha
brindado la posibilidad de ofrecer capacitación empresarial concebida especialmente para los
jóvenes y acceso a financiación y conocimientos técnicos orientados al entorno empresarial
local.8 Sin embargo, pueden plantearse problemas si las cooperativas no son verdaderamente
democráticas o participativas o si no están arraigadas en la comunidad.9
Las cooperativas están mostrando un crecimiento alentador a escala internacional. En el
Brasil, por ejemplo, el 37,2% del producto interno bruto (PIB) agrícola y el 5,4% del PIB
global correspondió, en 2009, a las cooperativas; además, estas generaron aproximadamente
USD 3 600 millones en concepto de exportaciones.10
Participación en la cadena de valor agrícola
La cadena de valor agrícola es un continuo que incluye una diversidad de actores que
desempeñan diferentes funciones para que los productos pasen de las explotaciones a los
puntos de venta. La creación de asociaciones a lo largo de este continuo puede producir
crecimiento económico y ayudar a los hogares rurales a aumentar su seguridad alimentaria y
sus ingresos.
La eficacia de las asociaciones se basa en sólidas relaciones comerciales entre pequeños
agricultores productivos y orientados a los negocios y empresas, en el marco de cadenas de
valor agrícolas modernas. Estas relaciones, bien manejadas, pueden generar crecimiento
económico y ayudar a millones de hogares rurales a aumentar sus ingresos y su seguridad
alimentaria. También pueden proporcionar los incentivos y recursos que los pequeños
agricultores necesitan urgentemente para administrar y reconstruir la base de recursos naturales
de la que dependen.
En Uganda, por ejemplo, un proyecto cofinanciado por el FIDA tiene como objetivo
desarrollar la industria nacional de aceite vegetal a través de una asociación entre los pequeños
productores de aceite de palma y Bidco Uganda Limited y Wilmar Plantations, una
multinacional indonesia. El proyecto constituyó una de las primeras grandes asociaciones
público-privadas de la agroindustria en Uganda. Planteó por primera vez nuevas formas de
cooperación entre el sector privado, los gobiernos locales y nacionales y las organizaciones de
agricultores. Se prestó asistencia a más de 200 000 familias y se incrementaron los ingresos de
los hogares, la productividad agrícola y la matrícula escolar en zonas del país que se habían
visto gravemente afectadas por la insurgencia, la sequía y las inundaciones.11 El éxito de la
primera fase del proyecto ha permitido apoyar la introducción y expansión de la palma de
aceite en otras regiones de Uganda.12
El establecimiento de asociaciones eficaces entre los pequeños agricultores y otros
participantes en las cadenas de valor agrícola es un elemento fundamental para que los
pequeños productores puedan beneficiarse de condiciones equitativas de participación y recibir
una recompensa justa por su trabajo. Hay numerosos intermediarios que participan en la
agrupación, limpieza, almacenamiento, transporte y elaboración de los productos básicos, esto
es, los pasos esenciales para vincular a los productores con los consumidores.
8 FIDA y OIT (2012): Promoting Decent and Productive Employment of Young People in Rural Areas: A review of
strategies and programmes. Ginebra. OIT.
9 En un estudio realizado sobre AmazonCoop se critica el modelo de cooperativa con el fundamento de que no se basa
en la participación, en el control democrático de los miembros y en la autonomía de sus miembros. Para obtener más
información véase: Burke, B. J. (2010): Cooperatives for ‘Fair Globalization’? Indigenous people, cooperatives, and
corporate social responsibility in the Brazilian Amazon.
10 Por otra parte, en Mauricio, a las cooperativas les correspondió más de un 60% de la producción nacional de alimentos
mientras que en Kenya, las cooperativas de ahorro y crédito tienen activos por valor de USD 2 700 millones, esto es, el
31% del ahorro bruto nacional. Fuente: Alianza Cooperativa Internacional: Statistical Information on the Co-operative
Movement, disponible en: www.ica.coop/coop/statistics.html.
11 FIDA (2010): República de Uganda: Proyecto de Fomento de la Producción de Aceites Vegetales – Fase II, documento
de diseño del proyecto, documento de trabajo 4.
12 Ante el gran éxito logrado por el aceite de palma para generar ingresos rurales deben tenerse en cuenta también las
preocupaciones en cuanto al alto rendimiento de los árboles que, en muchas partes del mundo, provocó la eliminación
de los bosques para hacer espacio para el monocultivo de la palma de aceite, lo que lleva a la pérdida de los hábitats
de plantas y animales. Véase:
www.foei.org/en/resources/publications/pdfs/2012/land-life-justice.
5
Recuadro 2. La colaboración con el sector privado en Egipto y Sri Lanka
En Egipto, el Proyecto de Desarrollo Rural de Nubaria Occidental ha demostrado el valor de
vincular a los agricultores pobres con el sector privado a través de la agricultura por contrata.
Se establecieron seis asociaciones de comercialización de agricultores, con un total de
12 500 miembros. Los miembros reciben una sólida formación en temas que van desde la
contabilidad hasta el cultivo en invernaderos. Venden sus productos a través de asociados para la
exportación, cuyo número totalizó 28 empresas en 2010. Desde 2003, el número de productos
agrícolas ha aumentado de 2 a 18, y el área dedicada a la agricultura por contrata ha aumentado
de 28 feddans a 9 600 feddans (un feddan es una unidad ligeramente superior a un acre).
En Sri Lanka, el Programa Nacional de Fomento de Agroindustrias aprovecha la
cofinanciación de los sectores público y privado para apoyar el desarrollo de cadenas de
valor agrícolas que benefician a las mujeres, los trabajadores sin tierra y los jóvenes.
Promueve el establecimiento de empresas mixtas con compañías privadas y organizaciones
de base comunitaria. Esta modalidad de trabajo los alienta a asociarse con pequeños
productores por medio de las cadenas de valor, de forma total o parcial, o bien mediante la
agricultura por contrata. El programa prioriza la financiación de estructuras que promuevan la
propiedad parcial de toda la cadena de valor o parte de ella por el grupo objetivo. Ofrece
financiación a largo plazo, tanto participación en el capital como préstamos. La respuesta a la
primera solicitud de propuestas, emitida en marzo de 2011, fue contundente:
USD 60 millones frente a una asignación de USD 23,9 millones de un total de 30 propuestas,
16 de empresas privadas y 14 de organizaciones de base comunitaria. Esta respuesta indica
que la prestación de financiación a través de instrumentos adecuados puede despertar gran
interés del sector privado.
Estos intermediarios comerciales son especialmente importantes para los agricultores más
pobres y aislados, por lo que debe reconocerse y respaldarse la función que desempeñan en la
cadena de valor. Debe cuidarse el que tanto los agricultores como los intermediarios reciban
una parte equitativa de los beneficios. En Egipto y Sri Lanka, varias organizaciones de
pequeños agricultores han establecido asociaciones de mutuo provecho con los comerciantes
locales y otras organizaciones de base comunitaria (véase el recuadro 2).
Las empresas multinacionales y transnacionales llevan años haciendo negocios en los
países en desarrollo, y ellas son quienes han proporcionado la mayor parte de la inversión
extranjera directa. En ocasiones, esas inversiones han creado nuevos medios de subsistencia y
beneficios reales, mientras que, en otras, el efecto en las economías y recursos rurales ha sido
menos positivo. Las inversiones de multinacionales tienen el potencial de contribuir de manera
más amplia al desarrollo económico13 y la reducción de la pobreza a través de asociaciones con
los pequeños agricultores; existen varias iniciativas en todo el mundo que están empezando a
mostrar estos beneficios. A título ilustrativo:
• El programa “Trade not Aid” (Comercio y no ayuda) de Body Shop International, que
abastece de materias primas y productos locales de poblaciones indígenas de la
Amazonia brasileña.
• La compra de cebollas y frijoles directamente de los pequeños agricultores en Guatemala
por parte de Walmart, lo que aumenta la participación de estos en los beneficios.
• El apoyo prestado por las cervecerías SABMiller a la capacitación y asistencia técnica de los
pequeños agricultores en Sudáfrica, la República Unida de Tanzanía, Uganda y Zambia
para producir varios cultivos necesarios a un buen precio negociado previamente.
Varias grandes empresas de alimentación y bebida están cooperando con los pequeños
agricultores de forma mutuamente provechosa. En algunos casos, como el de Unilever
13 En reconocimiento de este potencial, las Naciones Unidas lanzaron la iniciativa del Pacto Mundial para alentar a las
empresas de todo el mundo a adoptar políticas sostenibles y con responsabilidad social, y para actuar como una
plataforma para que las Naciones Unidas intervengan en negocios de vanguardia a nivel mundial.
6
Recuadro 3. Asociaciones de Unilever con los pequeños agricultores
Unilever, una empresa alimentaria multinacional, se ha abastecido durante muchos años de
productos tales como el té, la yuca, las especias, las frutas y las hortalizas de los pequeños
agricultores. Hoy en día trabaja con 100 000 pequeños agricultores y, recientemente, se fijó el
objetivo de incorporar a 500 000 productores y distribuidores en pequeña escala a su red de
suministro para el año 2020. En el proceso, la intención de Unilever es ayudar a esos
agricultores a mejorar sus prácticas agrícolas y prepararlos para abastecer los mercados
mundiales a precios competitivos.14 La empresa se asocia con otros grupos a fin de
proporcionar capacitación, acceso a los mercados, equipos y otras ayudas prácticas.15
Los agricultores, a su vez, deben cumplir con el Código de agricultura sostenible de Unilever.
Unilever, en cuanto mayor vendedor mundial de té, se ha comprometido a que el
100% del té que vende se produzca de manera sostenible para 2020. Para ello será necesario
que sus filiales productoras de té se abastezcan de este producto de explotaciones que
tengan la certificación de Rainforest Alliance, una organización sin fines de lucro que establece
normas en relación con la biodiversidad y los medios de vida sostenibles.16
(véase el recuadro 3), esta modalidad de trabajo representa una parte cada vez más importante
del modelo operativo de las empresas mientras que, en otros, se trata de una actividad
específica enmarcada en el proceso de responsabilidad social institucional. Sin embargo, la
principal lealtad de las empresas con fines de lucro es hacia sus accionistas. En la colaboración
con estas empresas, las organizaciones de agricultores necesitan conocimientos y habilidades
para proteger sus propios intereses. Además, la mayoría de los pequeños agricultores no
interactúan en general con las empresas sino mayormente con sus intermediarios y con
empresas locales pequeñas y medianas. Muchos de estos compradores tienden a asignar todo el
riesgo a los agricultores y conservan una parte importante del valor añadido.
En última instancia, la naturaleza de estas transacciones entre los pequeños agricultores y otros
agentes del sector privado es lo que determina la rentabilidad de las operaciones de los pequeños
productores y los medios de vida de la inmensa mayoría de las familias rurales en los países en
desarrollo. Resulta fundamental asegurarse de que, en su establecimiento, las asociaciones se basen
en condiciones justas y transparentes, y que los pequeños agricultores tengan la capacidad y los
medios necesarios para representar sus intereses. La función de los gobiernos, los grupos de la
sociedad civil y las organizaciones de desarrollo es, en todos los casos, importante a este respecto.
Creación de políticas adecuadas
Contar con un entorno normativo propicio es un requisito necesario para mejorar la
productividad de los pequeños productores. Las políticas inclusivas, que atienden a las cuestiones
de género y tienen en cuenta los intereses de mujeres y hombres jóvenes, garantizan los derechos
sobre la tierra, eliminan los obstáculos a la gestión de la tierra y promueven el acceso a servicios
financieros y redes de seguridad, alientan a los pequeños productores a asumir riesgos y
dificultades. Las asociaciones son un mecanismo indispensable para lograr vínculos económicos
y políticos y crear oportunidades para los grupos que enfrentan limitaciones particulares.
Sin embargo, a los pequeños agricultores se les ha dejado en gran medida fuera de las fases
de diseño y ejecución de las políticas. A raíz de ello, las organizaciones campesinas están
uniendo fuerzas en todo el mundo para que su presencia se haga sentir en los debates sobre
políticas. Para promover esta participación, el FIDA estableció una asociación con la Reunión
Especializada sobre Agricultura Familiar del Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR), que
permite a los agricultores participar en el diálogo sobre políticas de alto nivel. Otra reacción
14 Hebebrand, C. (2011): Leveraging private sector investment in developing country agrifood systems, serie de
documentos sobre políticas encargada por Global Agricultural Development Initiative, Chicago Council on Global Affairs.
15 Unilever: Smallholder Farmers: Helping smallholder farmers, Unilever Sustainable Living Plan. Véase: www.sustainableliving.unilever.com he-plan/better-livelihoods/smallholder-farmers.
16 Ibid.
7
fue la creación de instituciones de apoyo a la agricultura familiar, como la Dirección Nacional
de Desarrollo Rural en el Uruguay.
Los gobiernos y los organismos de desarrollo desempeñan una función importante para
que esas asociaciones sean equitativas y permitan acceder a posibilidades reales de mejorar los
medios de vida de los pequeños productores. También pueden ayudar a mitigar los riesgos que
corren las empresas privadas al invertir en las comunidades rurales. Los gobiernos deben
asegurarse de que la función de las políticas públicas y las inversiones en la formación de
asociaciones, incluidas las público-privadas, sea catalizadora, garantizando así que atiendan a
los intereses de los pequeños agricultores.
Protección de los recursos naturales y adaptación al cambio climático
El cambio climático está afectando profundamente a los pequeños agricultores, y la
financiación disponible actualmente para hacerle frente casi no resulta suficiente. Las
asociaciones tienen potencial para mejorar la conservación de los recursos naturales y la
protección del medio ambiente.
Individualmente, los agricultores carecen de los incentivos adecuados para garantizar la
preservación de los recursos comunes —como los pastizales, los bosques y las cuencas
hidrográficas— para las generaciones futuras. Pero las asociaciones entre usuarios de recursos
brindan la oportunidad de establecer mecanismos de seguimiento que ofrecen incentivos para
que las comunidades cooperen en la preservación del capital natural del que dependen. Los
grupos de la sociedad civil, otros agentes privados, las organizaciones de desarrollo y los
gobiernos pueden ayudar a facilitar estas asociaciones.
Para manejar el cambio climático, el Programa de Adaptación para la Agricultura en
Pequeña Escala (ASAP) ha centrado sus esfuerzos en un establecimiento eficaz de asociaciones.
Mediante dicho programa se está procurando aumentar la capacidad de resistencia al clima de
ocho millones de personas en comunidades de pequeños agricultores pobres. La finalidad del
ASAP es contribuir a que se empiece a aplicar una gestión de la tierra resistente al clima en un
millón de hectáreas de tierras agrícolas, y aumentar la capacidad de adaptación al cambio
climático y preparación para las catástrofes debidas a fenómenos meteorológicos en
1 200 comunidades. El ASAP está financiado por un fondo fiduciario de múltiples donantes y
se ha constituido gracias a las contribuciones de los gobiernos de Bélgica, el Canadá, los Países
Bajos y el Reino Unido.
Fomento de la investigación, la innovación y la tecnología
Ante el crecimiento demográfico y urbano mundial, que aumenta la demanda de alimentos, las
innovaciones y nuevas tecnologías agrícolas resultan fundamentales para la seguridad
alimentaria en todo el mundo. Por “innovación” no solo se entiende elaborar nuevas técnicas y
tecnologías, sino también difundirlas a todos los agricultores, adaptarlas a las condiciones
locales y garantizar que los agricultores tengan las aptitudes y conocimientos necesarios para
emplearlas. Las nuevas técnicas agrícolas, sumadas a los conocimientos locales, dotarán a la
nueva generación de agricultores de las herramientas necesarias para afrontar los retos que
plantea el cambio climático y la necesidad de ampliar la producción de alimentos. Las mujeres
y hombres jóvenes, creativos y dispuestos a asumir riesgos, pueden influir en gran medida en
este sentido. Es vital que las asociaciones sean un mecanismo de facilitación de modo que los
jóvenes tengan posibilidades de aportar sus conocimientos y energía al desarrollo de
innovaciones agrícolas.
Muchas entidades del sector privado e institutos de investigación colaboran entre sí o con
entidades públicas en el marco de asociaciones, a fin de que los pequeños agricultores tengan
acceso a las nuevas tecnologías. Con arreglo a la iniciativa Nuevo Arroz para África, por
ejemplo, una asociación entre investigadores africanos y asiáticos, se está elaborando una
nueva variedad de arroz de alto rendimiento, cuyo uso se ha propagado a varios países
africanos. Otro ejemplo es la Fundación de tecnología agrícola africana, por la que se facilitan
8
las asociaciones público privadas con miras a elaborar una variedad de maíz tolerante a la
sequía. En un nivel más amplio, los 15 centros de investigación del Grupo Consultivo para la
Investigación Agrícola Internacional —asociación de entidades públicas y privadas—
promueven la agricultura sostenible en pro de la seguridad alimentaria en los países en
desarrollo, centrándose en los cultivos que proporcionan el 75% de sus necesidades en materia
de alimentos y proteínas.
En las asociaciones de conocimientos se combinan la opinión de expertos y los
conocimientos locales. Un ejemplo de colaboración de esta índole es el manejo integrado de
plagas entre el Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz y los pequeños
agricultores en Viet Nam. Por medio de la investigación participativa entre agricultores, estos
experimentan en sus propios campos e intercambian sus constataciones y nuevas técnicas con
otros agricultores.17
Las multinacionales dedicadas a las agroindustrias también están creando nuevos servicios
en asociación con entidades del sector público e institutos de investigación. En el Perú,
PepsiCo ha colaborado con el Instituto Latinoamericano de Ciencias para crear el certificado de
agricultura ecológica, un programa a distancia de nueve meses de duración sobre técnicas de
agricultura moderna dirigido a los agrónomos de la compañía. Ellos, a su vez, lo extenderán a
los proveedores agrícolas, entre los que se cuentan los pequeños agricultores.
Las empresas multinacionales dedicadas a la tecnología de la información también están
colaborando con los pequeños agricultores. La iniciativa Ovi Life Tools de Nokia en China, la
India, Indonesia y Nigeria se asocia con negocios basados en la comunidad para proporcionar
información agrícola adaptada a las necesidades de los agricultores que viven en zonas aisladas.
La información se personaliza a fin de adaptarse a la ubicación, los cultivos y el lenguaje de los
agricultores, e incluye consejos sobre el cultivo y previsiones meteorológicas.
Asociaciones para la inversión
Las pequeñas explotaciones y las explotaciones familiares del mundo entero están en excelentes
condiciones para ayudar a abastecer los mercados urbanos en auge. Con el debido apoyo en
materia de políticas y las inversiones correspondientes pueden atender esos mercados en
mejores condiciones y con mayor capacidad, al tiempo que incrementan sus ingresos y su
seguridad alimentaria.
La importancia de aumentar la inversión agrícola para ayudar a los pequeños agricultores se
reconoció claramente en las reuniones del G-8 de L’Aquila, celebradas en julio de 2009, donde
los líderes se comprometieron a aportar más de USD 20 000 millones para la seguridad
alimentaria, y en Camp David en mayo de 2012, con la creación de la Nueva alianza para
mejorar la seguridad alimentaria y nutricional.
En los últimos años se ha trabajado con el fin de ampliar y coordinar las inversiones en
desarrollo agrícola. Iniciativas tales como la asociación Grow Africa (en la que participan la
Unión Africana, asociados del sector privado y organismos internacionales, entre ellos el FIDA)
son herramientas innovadoras para generar inversiones. La cooperación Sur-Sur y la
cooperación triangular están surgiendo como asociaciones eficaces para promover el desarrollo
agrícola.18 Las fundaciones y empresas filantrópicas privadas, especialmente las dedicadas a la
agroindustria, están interviniendo cada vez más en la promoción de la inversión agrícola
responsable que incluye a los pequeños agricultores como verdaderos asociados.
Los gobiernos del Sur colaboran cada vez más en el intercambio de recursos, tecnología y
conocimientos, y se ayudan mutuamente para abordar objetivos de desarrollo comunes. El Brasil,
China, la India y Sudáfrica se están convirtiendo en importantes actores en la cooperación
17 París, T.R. y M.Z. Abedin (2010): IRRI’s Approach to Participatory Research for Development: Advances and limitations.
Para obtener más información sobre la investigación participativa entre agricultores, véase:
www.knowledgebank.irri.org/extension/index.php/fpr.
18 La cooperación triangular supone la adición de una tercera parte a la cooperación Sur-Sur.
9
Recuadro 4. El Fondo de Apoyo a los Pueblos Indígenas
En 2006, el FIDA, el Banco Mundial y los gobiernos del Canadá, Finlandia, Italia y Noruega
establecieron el Fondo de Apoyo a los Pueblos Indígenas. Este fondo apoya asociaciones entre las
comunidades de pueblos indígenas, las organizaciones de base y las organizaciones no
gubernamentales en África, América Latina y Asia. Se trata de un fondo impulsado por la
comunidad que busca innovaciones y proyectos piloto que puedan ser ampliados. Procura
asimismo intensificar el diálogo intercultural sobre las políticas que afectan a los pueblos indígenas.
Sur–Sur, especialmente en el desarrollo agrícola en África, tanto mediante la asistencia técnica
como mediante actividades e inversiones comerciales. El Brasil está especialmente interesado en
compartir su experiencia de reducción de la pobreza con los países con que se ha asociado. La
estrategia de China recalca el apoyo al desarrollo de capital humano de los países, lo que supone
la capacitación de técnicos agrícolas y el desarrollo del sector de exportación.19
La necesidad de aumentar el apoyo financiero para la agricultura en pequeña escala
también está generando nuevas formas de asociación y colaboración, entre ellas, el desarrollo
de nuevas modalidades de inversión. El Fondo Africano para la Agricultura, por ejemplo,
proporciona capital social a empresas agrícolas pequeñas y medianas, y el Fondo de desarrollo
económico rural de Armenia —un fondo de capital que cuenta con apoyo del FIDA— aporta
capital a empresas para vincular a los agricultores con cadenas de valor. El Fondo Fiduciario de
España para el mecanismo de cofinanciación de la seguridad alimentaria de EUR 300 millones,
establecido por España y el FIDA en 2010, permite al FIDA aumentar los recursos externos
disponibles para los Estados Miembros. Hasta 2011 había concedido préstamos y donaciones a
10 países, con lo que se beneficiaron más de 4 millones de hogares pobres.
Otro ejemplo es el marco de cofinanciación de USD 1 500 millones entre el FIDA y el
Banco Islámico de desarrollo (BIsD), establecido en 2010. Por medio de esa asociación, el FIDA
y el BIsD financian conjuntamente proyectos de interés prioritario en la región del Cercano
Oriente y África del Norte. Hasta ahora se han cofinanciado tres grandes proyectos, uno en
Azerbaiyán y dos en el Yemen, de los que se beneficiaron más de 475 000 personas pobres de
zonas rurales. Las asociaciones también han sido utilizadas con éxito para financiar iniciativas
de creación de oportunidades para los pueblos indígenas (véase el recuadro 4).
Perspectivas futuras
Si cuentan con un apoyo eficaz, los pequeños agricultores pueden aumentar su productividad,
incluso ante el cambio climático y la degradación ambiental. Podrían aportar una importante
contribución al logro del objetivo de aumentar un 60% la disponibilidad de alimentos,
porcentaje que se estima necesario para el año 2050, lo que requerirá una inversión de
alrededor de USD 83 000 millones anuales, más como mínimo entre USD 7 000 millones y
USD 12 000 millones anuales para la adaptación al cambio climático.20
En El futuro que queremos, documento preparado en la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20, junio de 2012), se describe una visión renovada para el
desarrollo sostenible. En esa publicación se considera a la agricultura, la seguridad alimentaria
y los pequeños agricultores esenciales para un “futuro sostenible desde el punto de vista
19 Hasta la fecha, China ha capacitado a casi 150 000 técnicos y funcionarios de más de 170 países y regiones en
desarrollo, entre ellos, 874 técnicos agrícolas desde 2009, y ha enviado a más de 700 expertos agrícolas a 8 países
africanos. En 2010, las importaciones de China de países menos adelantados alcanzaron USD 43 200 millones, cifra
que representa alrededor de una cuarta parte de las exportaciones de estos países.
20 Fuentes de las cifras: USD 83 000 millones - Estimaciones del Centro de Inversiones de la FAO. Para obtener más
información véase: www.fao.org/investment/whyinvestinagricultureandru/en/; USD 7 000 millones IFPRI (2009):
Climate Change: Impact on agriculture and costs of adaptation, Washington, D.C.; USD 12 millones - Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) (2008): Investment and Financial Flows to
Address Climate Change. Bonn.
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económico, social y ambiental para nuestro planeta y para las generaciones presentes
y futuras”. A fin de mantener el impulso generado en Río+20, los formuladores de políticas, los
profesionales del desarrollo y los agentes del sector privado tienen que trabajar juntos con los
siguientes objetivos:
• forjar asociaciones mutuamente beneficiosas entre las organizaciones de productores y el
sector privado a fin de aumentar el acceso de los pequeños agricultores a servicios y
mercados, especialmente de las agricultoras y los jóvenes agricultores;
• crear un entorno normativo propicio para apoyar la inversión responsable del sector
privado que haga intervenir a los pequeños agricultores en la ampliación de las
iniciativas agrícolas;
• promover medidas para proteger la seguridad de la tenencia de la tierra de los pequeños
agricultores;
• promover políticas y medidas que empoderen a los jóvenes de zonas rurales a fin de que
puedan acceder a posibilidades de empleo decentes;
• mejorar la colaboración con los pequeños agricultores a fin de promover prácticas
agrícolas sostenibles, y
• establecer asociaciones sólidas que permitan movilizar recursos para invertir en
desarrollo agrícola y rural.
El compromiso renovado con la agricultura que prevé el programa mundial es una
oportunidad que no debe perderse. Debemos ahora asegurarnos de que también se inviertan
convicción y entusiasmo para forjar asociaciones sólidas que permitan a los pequeños
agricultores aumentar su productividad, acceder a los mercados y recibir una recompensa justa
por su trabajo.
Preguntas para orientar los debates del Consejo
de Gobernadores
1. ¿Cómo pueden promoverse las asociaciones público-privadas de modo que los pequeños
agricultores, especialmente las agricultoras y los jóvenes agricultores, se sitúen en una
posición justa ante la mayor competencia por los escasos recursos agrícolas y el impacto del
cambio climático?
2. ¿Cómo pueden reforzarse las organizaciones de agricultores de modo que vinculen mejor a
los pequeños agricultores con los mercados?
3. ¿Qué condiciones se necesitan para asegurar unas asociaciones entre los pequeños
agricultores y otras entidades del sector privado que redunden en mutuo beneficio?
4. ¿Qué papel concreto pueden desempeñar los gobiernos para facilitar las asociaciones entre
los pequeños agricultores y otros agentes del sector privado sin comprometer los intereses
de los agricultores?
5. ¿Cómo pueden el FIDA y sus asociados forjar alianzas más eficaces y facilitar la ampliación
de las iniciativas agrícolas de los pequeños productores?
Se invita a los Gobernadores a compartir ejemplos de asociaciones de sus respectivos países,
centrándose en las mejores prácticas y en las enseñanzas extraídas.
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