Celebremos nuestra cultura preservando el variado
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Celebremos nuestra cultura preservando el variado
se p t i e m br e de 2010 | pági na 1 B o g o t á d.c ., s e p t i e m br e de 2 010, n ú m e r o 69 Publicación gratuita de l a Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Alcalde Mayor de Bogotá, D.C., Samuel Moreno Rojas - Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, Catalina Ramírez Vallejo Editorial ¿Qué es patrimonio? Por Catalina Ramírez Página 2 Música Jazz al parque Un programa bandera Páginas 4 y 5 Literatura Fotografía La mítica Cueva de Barranquilla Magazín, página I Jorge Mario Múnera Por Juan Gustavo Cobo Magazín, páginas III, IV y V Celebración Bicentenario Pop Nueva visión de los héroes Magazín, páginas VI y VII Celebremos nuestra cultura preservando el variado patrimonio de Bogotá I lustración cortesiía de la C asa E l M alpensante S eptiembre es el mes que nos hace recordar la importancia de nuestro patrimonio, y del deber que tenemos de cuidarlo y preservarlo. La palabra ‘patrimonio’ abarca tantos valores y significados que hasta las calles centenarias que recorremos en La Candelaria, los inmuebles de importancia histórica que vemos levantarse con hermosa arquitectura, los refugios naturales que se avistan majestuosos en las alturas de los Cerros Orientales, las deliciosas recetas que comemos, la forma particular en que hablamos e incluso hasta nuestras más cotidianas costumbres: todo hace parte de esa riqueza cultural que se conmemora durante el Mes del Patrimonio. La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, invita a todos los habitantes y visitantes de Bogotá a participar en el Mes del Patrimonio. «Esta es una celebración que nos concierne a todos como personas que hacemos parte de este engranaje en que vivimos, y que se merece nuestro cuidado, respeto y preocupación», afirma Catalina Ramírez Vallejo, secretaria de Cultura, Recreación y Deporte del Distrito. Durante 30 días, la administración distrital tendrá una variada programación de actividades, eventos académicos y recorridos patrimoniales en los cuales los asistentes podrán no sólo ‘re-conocer’ diferentes componentes del patrimonio material e inmaterial de Bogotá, sino también despejar muchas dudas que hay sobre este tema, y principalmente tomar conciencia acerca de nuestro papel como ciudadanos en su preservación y cuidado. Personas de todas las edades podrán hacerse partícipes de esta reflexión con una serie de eventos que se tienen preparados: habrá exposiciones en diferentes puntos de la ciudad donde se exaltarán las particularidades del léxico que hablamos los habitantes de Bogotá, recorridos para apreciar en su real dimensión la importancia de nuestros inmuebles históricos, esculturas y riquezas naturales, y hasta un festival que recorrerá las delicias del maravilloso mundo de la gastronomía capitalina. La cultura bogotana, y en especial las manifestaciones musicales que se generan en sus diversos procesos de creación artística, ocuparán también un sitial de honor en el Festival Jazz al Parque (organizado por la Orquesta Filarmónica de Bogotá), que este año llega a su XV edición. Es importante tener en cuenta que, desde hace casi 30 años, este género musical nacido a finales del s. XIX en las riberas del río Mississippi, echó raíces en nuestra ciudad. A tal punto que hoy se cuentan por decenas las propuestas variopintas y talentosas de muchos jóvenes que retomaron el legado dejado por un puñado de pioneros hoy reconocidos por el público gracias a sus valiosos aportes al jazz. Pero no sólo a través de vibrantes y enriquecedores encuentros musicales tendrá su homenaje el jazz: a finales de mes de septiembre, y para cumplir con el loable propósito que tiene el Mes del Patrimonio de preservar nuestra memoria, se publicarán dos interesantes libros que hacen un recuento de la historia jazzística en la ciudad de Bogotá. se p t i e m br e de 2010 | pági na 3 pági na 2 | se p t i e m br e de 2010 El barrio Policarpa Salavarrieta E di t or i a l Donde las mujeres defienden a los hombres popularmente llamada M asdevallia coccinea , orquídea colombiana B andera . ¿Qué es el Patrimonio? P ISSN 1794-7804 Directora general Catalina Ramírez Vallejo Director Guillermo Angulo Diseño editorial Mariela Agudelo Piedrahita Consejo editorial Catalina Ramírez Vallejo Guillermo Angulo, Jaime Hurtado Mariela Agudelo Piedrahita Adriana Padilla Leal, Hugo Sierra Otty Patiño, Germán Izquierdo Manrique Rafael Caro Suárez Redactores Germán Izquierdo Manrique Rafael Caro, Germán Hernández Cuidado de textos Germán Hernández Colaboradores Otty Patiño, Rafael Caro Suárez Ismael Ortiz Medina Camilo Escobar Vargas, Guillermo Angulo Óscar Domínguz, Juan Gustavo Cobo Borda Alejandro Arciniegas Alzate Simona Marchetti De los artículos firmados son responsables sus autores Agenda Rafael Caro Suárez Dirección y Redacción Carrera 8 No 9-83 Tel. 3274850 ext.543 Página Internet Felipe Castillo http://www.ciudadviva.gov.co (donde se puede leer el contenido de Ciudad Viva) Preprensa e impresión: Cargraphics Cartas del lector: [email protected] ara muchas personas el patrimonio está representado en un lugar donde ocurrió algún hecho histórico decisivo, una iglesia de piedra erigida durante la colonia o el retrato de un prócer que se exhibe en un museo cuya construcción, sí, también forma parte del patrimonio. Creemos, entonces, que el patrimonio está íntimamente ligado al pasado, a la piedra, a lo material, a lo inerte. La palabra patrimonio procede del latín patrimonium, que traduce: «lo que los hijos heredan de sus padres y abuelos». No solamente heredamos objetos materiales. El patrimonio es el tesoro que concentra aquellas cosas que nos unen y que nos representan como sociedad: la lengua, las costumbres, la comida, la flora y la fauna autóctonas, las más variadas expresiones culturales que nos identifican y que, si bien se transforman con el tiempo, mantienen siempre viva su raíz original. El patrimonio está directamente relacionado con nuestra historia y también con nuestra cotidianeidad. Solemos subvalorar aquello que consideramos corriente, simple e inacabable. Únicamente después de un largo viaje, cuando elevamos la vista hacia el oriente de Bogotá y reparamos en la belleza de los Cerros Orientales, nos damos cuenta de que aquellas montañas son un sello distintivo de nuestra ciudad que nos llena de orgullo. Sentimos una pérdida cuando se tala un árbol o cuando muere alguien que en su memoria resguardaba un pedazo de nuestra historia: la mujer que falleció llevándose consigo la receta de un postre que nadie más podrá preparar igual o el último sobreviviente de los fundadores de un barrio que contaba unas historias que nadie más repetirá. «Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde», reza el dicho popular. Es cierto. C a r ta s d e lo s l e c to r e s Señor director: Me gusta toda la música: desde los Carrangueros de Ráquira hasta Juan Sebastián Bach. Por eso, los programas de la Alcaldía que prefiero son los musicales, principalmente Rock al parque y Jazz al parque. La ópera no me gusta tanto, aunque también asisto. Del Magazín me gustó un artículo, firmado por el director, en el que se habla con gracia y desenfado de la gran historiadora Diana Uribe. Voy a empezar a ir a toda la programación de su Casa de la Los colombianos somos el resultado de un sincretismo cultural que se expresa hasta en las más cosas más humildes. Así, por ejemplo, en el aromático y humeante tamal, uno de nuestros platos típicos, está presente aquel sincretismo expresado en la mezcla de ingredientes indígenas como el maíz y las hojas de plátano con otros traídos de España como el ajo y la zanahoria. Poseemos una variedad étnica y racial que nos enriquece culturalmente. Colombia es un mosaico en cuanto a música y los bailes, la arquitectura, las creencias. Hemos heredado costumbres indígenas, africanas, españolas. Bogotá es el lugar donde se encuentran todas esas expresiones culturales. En la ciudad está representado todo el país, pues aquí llegan colombianos y colombianas provenientes los más diversos lugares. Hay quienes creen que el patrimonio se impone como por decreto. Es cierto que existen lugares, ciudades, expresiones materiales e inmateriales que han sido declaradas patrimonio de la humanidad. Pero en realidad el patrimonio cobra vida por sí mismo conforme se va convirtiendo en un elemento distintivo de cada sociedad. Según la Unesco, organización que designa «El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes». Cuando recibimos una herencia, esperamos que ésta perdure en el tiempo. Tenemos potestad sobre ella, la potestad de cuidarla, acaso de mejorarla, y mantenerla viva para luego cederla a las siguientes generaciones. Las sociedades más desarrolladas han advertido la importancia de apoyar el patrimonio, de velar por él. Por eso destinan grandes sumas de dinero para su preservación. La historia le ha mostrado al mundo, a través de las guerras, lo que significa la pérdida del patrimonio. En su magnífico libro Historia universal de la destrucción de libros, el escritor Fernando Báez cita la frase de un profesor iraquí: «Nuestra memoria ya no existe, la cuna de la civilización y de las leyes ha sido quemada». La actual administración, a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y una de sus entidades adscritas, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, ha venido trabajando por fortalecer el patrimonio de la ciudad. Septiembre es el mes del patrimonio. Durante estos treinta días la ciudad ofrecerá una programación para todos los gustos en la que la ciudadanía jugará un doble papel, tanto de espectador como de actor. Pero el patrimonio no es algo pasajero. Por eso todo el año ofrecemos diversas actividades conducentes a recuperar y preservar el patrimonio, además de educar a los habitantes acerca de la importancia de cuidarlo. Programas como Siga, esta es su casa, la campaña de protección del patrimonio, los recorridos históricos, las caminatas ecológicas, las fiestas y festivales que rescatan las más variadas tradiciones populares han ayudado a que la ciudadanía descubra el valor del patrimonio. La capital ha sido calificada en el exterior como la perla de Suramérica, y uno de los mejores destinos del continente. En parte, esto se debe a que estamos fortaleciendo el patrimonio, aprendiendo que valorarlo es valorarnos a nosotros mismos. Catalina Ramírez Vallejo Secretaria de Cultura Recreación y Deporte – Historia. Ojalá la anuncien siempre en la Agenda, porque mucha gente va a querer saber qué se presenta allá. Hubo una cosa en ese artículo que no entendí: se dice que lo que ella hace es stand-up history. ¿Y eso con qué se come? Me gustaría una explicación. La pintura abstracta no me dice nada. En cambio, la de José María Espinosa sí. Me leí completica la presentación que del libro del pintor hizo Alejandro Arciniegas Alzate. Qué buen escritor. Yo no sabía que Espinosa también escribía. Gracias a Ciudad Viva lo supe y fui a la Luis Ángel y saqué el libro Memorias de un abanderado. Buenísimo, estoy encarretado leyéndolo. Muy bueno (aprende uno un jurgo) lo de los nombres de Bogotá. Bueno, sigan así que van muy bien. Julio Alberto Fernández Estudiante de música Nota del director: El problema con Stand-up history es que es derivado de un nombre que en Colombia pegó sin que fuera traducido: Stand-up comedy. Expresión que si se traduce queda desgarbada: es algo así como Cuenta chistes de pie. G.A. Otty Patiño Observatorio de Culturas «Aquí las que peleamos fuimos las mujeres: cuando venían a desalojarnos, nos tocaba salir a nosotras con los niños a ponerle el pecho a la policía. Había que cuidar a los hombres, porque a ellos les tocaba traer la plata para el mercado». Eso nos cuenta doña Anita, una de las fundadoras del barrio, desplazada cuando la guerra de Villarrica, en 1955, primero a Subía (Cundinamarca), después a Girardot. Luego, ya casada y cansada de rodar sin casa, se vino para Bogotá porque le habían dicho que acá se podía conseguir vivienda a través de las tomas de tierras. Y así fue. A finales de 1991 se instalaron los primeros habitantes del barrio en un lote perteneciente a la gobernación de Cundinamarca, parcialmente cedido a la Beneficencia para la construcción del hospital San Juan de Dios, más conocido como La Hortúa. «Lo más duro vino después, el 8 de abril de 1966. Ese día organizamos otras tomas para más gente que había llegado a Bogotá buscando dónde albergarse. Creíamos que la autoridad iba a respetarnos, no tanto a nosotras como a la religión católica: era viernes santo. Pero, ¡qué va! Se vinieron con toda, hubo heridos, presos y hasta muertos. Fue un viernes santo sangriento, que todo mundo acá recuerda», recuerda ella. Le pregunto a doña Anita si cree en Dios, porque he oído que todos en este barrio son comunistas. A lo que ella responde: «Todas las mujeres acá somos católicas. Los hombres más bien no creen, pero la ideología revolucionaria no choca con la religión. Yo he sido siempre una luchadora creyente, como también lo son otras mujeres de aquí del Policarpa, que yo aprendí a admirar como Elvia Beltrán de Guasca, Cecilia Rodríguez, Alba Macías, Emma Ardila y Virginia Zapata». —¿Y hombres luchadores? —le pregunto—. ¿O sólo servían para traer la plata para el mercado? Ella sonríe y me dice: «No, también hubo hombres que nos ayudaron mucho, como Luis Morales, a quien aprendí a admirar mucho más después de que nos faltó. Lástima, pero a veces pasa que en vida uno no aprecia lo suficiente a alguna gente y eso me pasó con él. ¡Cuánta falta nos hace! Con él trabajó el también finado Pedro Salas. Y para reconocer a gente que todavía está viva quiero mencionar a Mario Upegui, muy bueno para agitar y organizar y, además un tomador de pelo, cuyas travesuras son acá legendarias». «Gracias a todos ellos —agrega—, estamos todavía viviendo acá. También, claro está, a la solidaridad coI lustración cortesiía de la munitaria y a la organización que establecimos. Teníamos comisiones de trabajo para todo y una de las más activas era la de artes, deporte y cultura, que se encargaba de organizar presentaciones y talleres de teatro, pintura, música, canto y danzas, además de algunas actividades recreativas y prácticas deportivas de fútbol y microfútbol C asa E l M alpensante y también de voleibol, basquetbol, ping pong, ajedrez, maratón y tejo». Toda esta conversación ocurrió en el apartamento de doña Anita, en un tercer piso de una casa en cuyos dos primeros hay enormes bodegas de telas. El barrio Policarpa es famoso por sus telas: los precios son más baratos que en otros lados, según me contaba después alguien que conoce muy bien esta zona. «Todos los teatreros surten sus vestuarios del Policarpa», dice. Ese día recorrimos todo el barrio, guiados por Javier Enríquez, consejero de juventud delegado al Consejo Local de Cultura, Arte y Patrimonio y habitante del sector. Nos mostró el colegio de bachillerato —otro lugar de fragorosas luchas—, la calle del comercio, el parque fundacional y un bar que se llama igual que el de La Habana, la famosa Bodeguita del Medio, con un decorado y un ambiente muy parecidos. «Cuando me senté a escribir este artículo, apoyado como siempre por los apuntes que tomó Giovanna Torres, encontré un portal en el Internet dedicado a los niños donde aparecen lugares de Bogotá con nombres de próceres. Reproduzco lo que dice de Policarpa Salavarrieta: Fue una heroína de la independencia de Colombia que llegó a Bogotá en 1817 para continuar con sus labores de espía patriota, que además se le facilitaba por ser costurera de las esposas de los realistas. Escuchaba información sobre las tropas enemigas y se las decía a los suyos. En 1961, varias personas se asentaron en un territorio y fundaron un barrio con el nombre de Policarpa en Bogotá. El nombre de este barrio tiene que ver con que, en 1966, más de cinco mil personas que habitaban este lugar se enfrentaron con la policía y no se dejaron sacar de allí: como Policarpa fue una luchadora incansable, este lugar tiene su nombre. Faltaría allí una estatua o algo para conmemorar su nombre. El barrio está situado en la localidad Antonio Nariño, entre las carreras 10ª y 13 y calles 3 y 4 Sur». La página se llama bogotanitos y su dirección es: http://w w w.culturarecreacionydeporte.gov.co/portal/bogotanitos/curiosidades. se p t i e m br e de 2010 | pági na 3 pági na 2 | se p t i e m br e de 2010 El barrio Policarpa Salavarrieta E di t or i a l Donde las mujeres defienden a los hombres popularmente llamada M asdevallia coccinea , orquídea colombiana B andera . ¿Qué es el Patrimonio? P ISSN 1794-7804 Directora general Catalina Ramírez Vallejo Director Guillermo Angulo Diseño editorial Mariela Agudelo Piedrahita Consejo editorial Catalina Ramírez Vallejo Guillermo Angulo, Jaime Hurtado Mariela Agudelo Piedrahita Adriana Padilla Leal, Hugo Sierra Otty Patiño, Germán Izquierdo Manrique Rafael Caro Suárez Redactores Germán Izquierdo Manrique Rafael Caro, Germán Hernández Cuidado de textos Germán Hernández Colaboradores Otty Patiño, Rafael Caro Suárez Ismael Ortiz Medina Camilo Escobar Vargas, Guillermo Angulo Óscar Domínguz, Juan Gustavo Cobo Borda Alejandro Arciniegas Alzate Simona Marchetti De los artículos firmados son responsables sus autores Agenda Rafael Caro Suárez Dirección y Redacción Carrera 8 No 9-83 Tel. 3274850 ext.543 Página Internet Felipe Castillo http://www.ciudadviva.gov.co (donde se puede leer el contenido de Ciudad Viva) Preprensa e impresión: Cargraphics Cartas del lector: [email protected] ara muchas personas el patrimonio está representado en un lugar donde ocurrió algún hecho histórico decisivo, una iglesia de piedra erigida durante la colonia o el retrato de un prócer que se exhibe en un museo cuya construcción, sí, también forma parte del patrimonio. Creemos, entonces, que el patrimonio está íntimamente ligado al pasado, a la piedra, a lo material, a lo inerte. La palabra patrimonio procede del latín patrimonium, que traduce: «lo que los hijos heredan de sus padres y abuelos». No solamente heredamos objetos materiales. El patrimonio es el tesoro que concentra aquellas cosas que nos unen y que nos representan como sociedad: la lengua, las costumbres, la comida, la flora y la fauna autóctonas, las más variadas expresiones culturales que nos identifican y que, si bien se transforman con el tiempo, mantienen siempre viva su raíz original. El patrimonio está directamente relacionado con nuestra historia y también con nuestra cotidianeidad. Solemos subvalorar aquello que consideramos corriente, simple e inacabable. Únicamente después de un largo viaje, cuando elevamos la vista hacia el oriente de Bogotá y reparamos en la belleza de los Cerros Orientales, nos damos cuenta de que aquellas montañas son un sello distintivo de nuestra ciudad que nos llena de orgullo. Sentimos una pérdida cuando se tala un árbol o cuando muere alguien que en su memoria resguardaba un pedazo de nuestra historia: la mujer que falleció llevándose consigo la receta de un postre que nadie más podrá preparar igual o el último sobreviviente de los fundadores de un barrio que contaba unas historias que nadie más repetirá. «Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde», reza el dicho popular. Es cierto. C a r ta s d e lo s l e c to r e s Señor director: Me gusta toda la música: desde los Carrangueros de Ráquira hasta Juan Sebastián Bach. Por eso, los programas de la Alcaldía que prefiero son los musicales, principalmente Rock al parque y Jazz al parque. La ópera no me gusta tanto, aunque también asisto. Del Magazín me gustó un artículo, firmado por el director, en el que se habla con gracia y desenfado de la gran historiadora Diana Uribe. Voy a empezar a ir a toda la programación de su Casa de la Los colombianos somos el resultado de un sincretismo cultural que se expresa hasta en las más cosas más humildes. Así, por ejemplo, en el aromático y humeante tamal, uno de nuestros platos típicos, está presente aquel sincretismo expresado en la mezcla de ingredientes indígenas como el maíz y las hojas de plátano con otros traídos de España como el ajo y la zanahoria. Poseemos una variedad étnica y racial que nos enriquece culturalmente. Colombia es un mosaico en cuanto a música y los bailes, la arquitectura, las creencias. Hemos heredado costumbres indígenas, africanas, españolas. Bogotá es el lugar donde se encuentran todas esas expresiones culturales. En la ciudad está representado todo el país, pues aquí llegan colombianos y colombianas provenientes los más diversos lugares. Hay quienes creen que el patrimonio se impone como por decreto. Es cierto que existen lugares, ciudades, expresiones materiales e inmateriales que han sido declaradas patrimonio de la humanidad. Pero en realidad el patrimonio cobra vida por sí mismo conforme se va convirtiendo en un elemento distintivo de cada sociedad. Según la Unesco, organización que designa «El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes». Cuando recibimos una herencia, esperamos que ésta perdure en el tiempo. Tenemos potestad sobre ella, la potestad de cuidarla, acaso de mejorarla, y mantenerla viva para luego cederla a las siguientes generaciones. Las sociedades más desarrolladas han advertido la importancia de apoyar el patrimonio, de velar por él. Por eso destinan grandes sumas de dinero para su preservación. La historia le ha mostrado al mundo, a través de las guerras, lo que significa la pérdida del patrimonio. En su magnífico libro Historia universal de la destrucción de libros, el escritor Fernando Báez cita la frase de un profesor iraquí: «Nuestra memoria ya no existe, la cuna de la civilización y de las leyes ha sido quemada». La actual administración, a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y una de sus entidades adscritas, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, ha venido trabajando por fortalecer el patrimonio de la ciudad. Septiembre es el mes del patrimonio. Durante estos treinta días la ciudad ofrecerá una programación para todos los gustos en la que la ciudadanía jugará un doble papel, tanto de espectador como de actor. Pero el patrimonio no es algo pasajero. Por eso todo el año ofrecemos diversas actividades conducentes a recuperar y preservar el patrimonio, además de educar a los habitantes acerca de la importancia de cuidarlo. Programas como Siga, esta es su casa, la campaña de protección del patrimonio, los recorridos históricos, las caminatas ecológicas, las fiestas y festivales que rescatan las más variadas tradiciones populares han ayudado a que la ciudadanía descubra el valor del patrimonio. La capital ha sido calificada en el exterior como la perla de Suramérica, y uno de los mejores destinos del continente. En parte, esto se debe a que estamos fortaleciendo el patrimonio, aprendiendo que valorarlo es valorarnos a nosotros mismos. Catalina Ramírez Vallejo Secretaria de Cultura Recreación y Deporte – Historia. Ojalá la anuncien siempre en la Agenda, porque mucha gente va a querer saber qué se presenta allá. Hubo una cosa en ese artículo que no entendí: se dice que lo que ella hace es stand-up history. ¿Y eso con qué se come? Me gustaría una explicación. La pintura abstracta no me dice nada. En cambio, la de José María Espinosa sí. Me leí completica la presentación que del libro del pintor hizo Alejandro Arciniegas Alzate. Qué buen escritor. Yo no sabía que Espinosa también escribía. Gracias a Ciudad Viva lo supe y fui a la Luis Ángel y saqué el libro Memorias de un abanderado. Buenísimo, estoy encarretado leyéndolo. Muy bueno (aprende uno un jurgo) lo de los nombres de Bogotá. Bueno, sigan así que van muy bien. Julio Alberto Fernández Estudiante de música Nota del director: El problema con Stand-up history es que es derivado de un nombre que en Colombia pegó sin que fuera traducido: Stand-up comedy. Expresión que si se traduce queda desgarbada: es algo así como Cuenta chistes de pie. G.A. Otty Patiño Observatorio de Culturas «Aquí las que peleamos fuimos las mujeres: cuando venían a desalojarnos, nos tocaba salir a nosotras con los niños a ponerle el pecho a la policía. Había que cuidar a los hombres, porque a ellos les tocaba traer la plata para el mercado». Eso nos cuenta doña Anita, una de las fundadoras del barrio, desplazada cuando la guerra de Villarrica, en 1955, primero a Subía (Cundinamarca), después a Girardot. Luego, ya casada y cansada de rodar sin casa, se vino para Bogotá porque le habían dicho que acá se podía conseguir vivienda a través de las tomas de tierras. Y así fue. A finales de 1991 se instalaron los primeros habitantes del barrio en un lote perteneciente a la gobernación de Cundinamarca, parcialmente cedido a la Beneficencia para la construcción del hospital San Juan de Dios, más conocido como La Hortúa. «Lo más duro vino después, el 8 de abril de 1966. Ese día organizamos otras tomas para más gente que había llegado a Bogotá buscando dónde albergarse. Creíamos que la autoridad iba a respetarnos, no tanto a nosotras como a la religión católica: era viernes santo. Pero, ¡qué va! Se vinieron con toda, hubo heridos, presos y hasta muertos. Fue un viernes santo sangriento, que todo mundo acá recuerda», recuerda ella. Le pregunto a doña Anita si cree en Dios, porque he oído que todos en este barrio son comunistas. A lo que ella responde: «Todas las mujeres acá somos católicas. Los hombres más bien no creen, pero la ideología revolucionaria no choca con la religión. Yo he sido siempre una luchadora creyente, como también lo son otras mujeres de aquí del Policarpa, que yo aprendí a admirar como Elvia Beltrán de Guasca, Cecilia Rodríguez, Alba Macías, Emma Ardila y Virginia Zapata». —¿Y hombres luchadores? —le pregunto—. ¿O sólo servían para traer la plata para el mercado? Ella sonríe y me dice: «No, también hubo hombres que nos ayudaron mucho, como Luis Morales, a quien aprendí a admirar mucho más después de que nos faltó. Lástima, pero a veces pasa que en vida uno no aprecia lo suficiente a alguna gente y eso me pasó con él. ¡Cuánta falta nos hace! Con él trabajó el también finado Pedro Salas. Y para reconocer a gente que todavía está viva quiero mencionar a Mario Upegui, muy bueno para agitar y organizar y, además un tomador de pelo, cuyas travesuras son acá legendarias». «Gracias a todos ellos —agrega—, estamos todavía viviendo acá. También, claro está, a la solidaridad coI lustración cortesiía de la munitaria y a la organización que establecimos. Teníamos comisiones de trabajo para todo y una de las más activas era la de artes, deporte y cultura, que se encargaba de organizar presentaciones y talleres de teatro, pintura, música, canto y danzas, además de algunas actividades recreativas y prácticas deportivas de fútbol y microfútbol C asa E l M alpensante y también de voleibol, basquetbol, ping pong, ajedrez, maratón y tejo». Toda esta conversación ocurrió en el apartamento de doña Anita, en un tercer piso de una casa en cuyos dos primeros hay enormes bodegas de telas. El barrio Policarpa es famoso por sus telas: los precios son más baratos que en otros lados, según me contaba después alguien que conoce muy bien esta zona. «Todos los teatreros surten sus vestuarios del Policarpa», dice. Ese día recorrimos todo el barrio, guiados por Javier Enríquez, consejero de juventud delegado al Consejo Local de Cultura, Arte y Patrimonio y habitante del sector. Nos mostró el colegio de bachillerato —otro lugar de fragorosas luchas—, la calle del comercio, el parque fundacional y un bar que se llama igual que el de La Habana, la famosa Bodeguita del Medio, con un decorado y un ambiente muy parecidos. «Cuando me senté a escribir este artículo, apoyado como siempre por los apuntes que tomó Giovanna Torres, encontré un portal en el Internet dedicado a los niños donde aparecen lugares de Bogotá con nombres de próceres. Reproduzco lo que dice de Policarpa Salavarrieta: Fue una heroína de la independencia de Colombia que llegó a Bogotá en 1817 para continuar con sus labores de espía patriota, que además se le facilitaba por ser costurera de las esposas de los realistas. Escuchaba información sobre las tropas enemigas y se las decía a los suyos. En 1961, varias personas se asentaron en un territorio y fundaron un barrio con el nombre de Policarpa en Bogotá. El nombre de este barrio tiene que ver con que, en 1966, más de cinco mil personas que habitaban este lugar se enfrentaron con la policía y no se dejaron sacar de allí: como Policarpa fue una luchadora incansable, este lugar tiene su nombre. Faltaría allí una estatua o algo para conmemorar su nombre. El barrio está situado en la localidad Antonio Nariño, entre las carreras 10ª y 13 y calles 3 y 4 Sur». La página se llama bogotanitos y su dirección es: http://w w w.culturarecreacionydeporte.gov.co/portal/bogotanitos/curiosidades. se p t i e m br e de 2010 | pági na 5 pági na 4 | se p t i e m br e de 2010 15 años de Jazz al Parque: Baterías, trompetas, saxofones, guitarras, contrabajos y vibráfonos H an pasado varias décadas desde que el jazz se ‘coló’ en las venas de nuestros más talentosos músicos colombianos: muchos de ellos, los pioneros, empacaron en sus maletas este selecto ritmo para sembrarlo en Bogotá en el preludio de los años 80, hecho que marcó el surgimiento de la hoy considerada como la más robusta e inquieta escena jazzística del país. Influenciados por estilos de escuelas como la Berklee College de Boston (Estados Unidos), de nuestro folclor y de sonidos cadenciosos como la salsa y la música brasilera, artistas como Óscar Acevedo, Eddie Martínez, Joe Madrid, Armando Manrique, Jorge Guarín, Armando Escobar, Javier Aguilera, Germán Chavarriaga, Tico Arnedo, Gabriel Rondón y tantos otros animaron las noches de una inmensa minoría de seguidores del jazz en la ciudad: intelectuales de izquierda, literatos, filósofos y universitarios hacían parte de estas filas, que se reunían a departir a ritmo de trompetas, clarinetes, saxofones y marimbas en bares de la ciudad que hoy sobreviven sólo en su memoria bohemia: el Restaurante Doña Bárbara, el Bar Papagallo, Hippocampus y Keops Club, entre otros. Forjando escena Tanto creció el gusto por el jazz, que de los establecimientos nocturnos se trasladó a escenarios como el Teatro Libre y el Colón, que organizaron sus propios festivales en 1988 y 1989, respectivamente. Así, en 1995, ya era una música ampliamente reconocida en Bogotá, que se regodeaba en los clubes y bares junto a su pariente más cercano: la salsa. Y aunque todavía no existía un colectivo H ermeto P ascoal , claramente definido, un año después —gracias a la aparición de los festivales al parque de la administración distrital— se realizó la primera edición de Jazz al Parque. Fue una gestión del entonces Instituto de Cultura y Turismo, en cabeza de funcionarios como Bertha Quintero (ex directora) y Guillermo Pedraza (ex gerente de música), y conocedores como el profesor Guillermo Gaviria (uno de los primeros jurados del Festival). El evento fue la piedra angular del fortalecimiento del género en Bogotá, gracias a que muchas propuestas antes desconocidas circularon de manera asidua, y el público joven se animó a vincularse a los programas académicos musicales de algunas universidades. Según Jeanette Riveros, quien fue pianista de la Orquesta de Salsa Yemayá —conformada exclusivamente por mujeres— y coordinó durante varios años los festivales de Salsa y Jazz, «la escena jazzística bogotana ha incorporado a sus formatos elementos de otras músicas como el folclor colombiano, el rock, el ska, y la electrónica. Así, muchos grupos adquirieron su sello propio». Para ella, esta realidad se debe a la versatilidad y rigurosidad de los jóvenes músicos bogotanos, el 90% formados en la academia y «con un nivel que no tiene nada que envidiar al de jazzistas norteamericanos y europeos», añade Jeanette. 15 años de Jazz al Parque Este año, la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y la Orquesta Filarmónica de Bogotá, prepararon para esta XV edición un festín musical que arrancará el considerado una de las figuras más importantes de la música del B rasil . F otos : C arlos M ario L ema Por Rafael Caro Suárez J azz al P arque cuenta cada vez con más seguidores . 10 de septiembre a las 7:00 pm, en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, con una gala a manos de una BigBand conformada por los pioneros del jazz colombiano, quienes recibirán esa noche sonoros aplausos de reconocimiento por sus aportes al género. Luego seguirán las jornadas al aire libre, el 11 y 12 en el Parque del Country (Cl 127 No 11D - 90), desde la 1:00 pm. Además de los grupos locales seleccionados por convocatoria, estarán los artistas distritales invitados Pacho Dávila, Juan Sebastián Monsalve Trío y Zaperoco; vendrán colombianos que tocan en el exterior como Ricardo Gallo Cuarteto, Nicolás Ospina Trío, Sebastián Cruz and The Cheap Landscape y Asociation Libre Orkesta, y los internacionales, Hermeto Pascoal (Brasil), Mario Canonge (Francia) y Troker (México). M omento B ogotá es territorio fértil para el jazz . Recuperando memoria Como estrategia de recuperación y preservación de la memoria del jazz bogotano, se publicarán a finales de mes dos libros. Uno de ellos, cuyo autor es el periodista cultural Juan Carlos Garay, tendrá elocuentes biografías de los más destacados jazzistas de la ciudad y también algunas partituras de piezas de dichos autores. El otro, cuya coordinación editorial corrió por cuenta de la misma Jeanette Riveros, es un recuento de lo que ha sido Jazz al Parque durante estos 15 años: experiencias, artistas invitados, estadísticas de asistencia y participación y artículos de conocedores e investigadores de la escena local como Rafael Serrano, Juan Carlos Valencia, Carlos Flórez, Óscar Acevedo, Luis Daniel Vega y Guillermo Pedraza, lo mismo que entrevistas con músicos, artículos de prensa y fotografías. vibrante el año pasado , cuando se homenajeaba al maestro A ntonio A rnedo . El vibrafonista B ill W are , de G roove C ollective , EE.UU. El 11 y 12 de septiembre llega la XV edición del Festival Jazz al Parque, una fiesta musical donde la vibrante expresividad sonora de este género inundará con su libertad el Parque del Country. El viernes 10 habrá un concierto inaugural en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán. T ico A rnedo , uno de los pioneros del jazz en B ogotá . se p t i e m br e de 2010 | pági na 5 pági na 4 | se p t i e m br e de 2010 15 años de Jazz al Parque: Baterías, trompetas, saxofones, guitarras, contrabajos y vibráfonos H an pasado varias décadas desde que el jazz se ‘coló’ en las venas de nuestros más talentosos músicos colombianos: muchos de ellos, los pioneros, empacaron en sus maletas este selecto ritmo para sembrarlo en Bogotá en el preludio de los años 80, hecho que marcó el surgimiento de la hoy considerada como la más robusta e inquieta escena jazzística del país. Influenciados por estilos de escuelas como la Berklee College de Boston (Estados Unidos), de nuestro folclor y de sonidos cadenciosos como la salsa y la música brasilera, artistas como Óscar Acevedo, Eddie Martínez, Joe Madrid, Armando Manrique, Jorge Guarín, Armando Escobar, Javier Aguilera, Germán Chavarriaga, Tico Arnedo, Gabriel Rondón y tantos otros animaron las noches de una inmensa minoría de seguidores del jazz en la ciudad: intelectuales de izquierda, literatos, filósofos y universitarios hacían parte de estas filas, que se reunían a departir a ritmo de trompetas, clarinetes, saxofones y marimbas en bares de la ciudad que hoy sobreviven sólo en su memoria bohemia: el Restaurante Doña Bárbara, el Bar Papagallo, Hippocampus y Keops Club, entre otros. Forjando escena Tanto creció el gusto por el jazz, que de los establecimientos nocturnos se trasladó a escenarios como el Teatro Libre y el Colón, que organizaron sus propios festivales en 1988 y 1989, respectivamente. Así, en 1995, ya era una música ampliamente reconocida en Bogotá, que se regodeaba en los clubes y bares junto a su pariente más cercano: la salsa. Y aunque todavía no existía un colectivo H ermeto P ascoal , claramente definido, un año después —gracias a la aparición de los festivales al parque de la administración distrital— se realizó la primera edición de Jazz al Parque. Fue una gestión del entonces Instituto de Cultura y Turismo, en cabeza de funcionarios como Bertha Quintero (ex directora) y Guillermo Pedraza (ex gerente de música), y conocedores como el profesor Guillermo Gaviria (uno de los primeros jurados del Festival). El evento fue la piedra angular del fortalecimiento del género en Bogotá, gracias a que muchas propuestas antes desconocidas circularon de manera asidua, y el público joven se animó a vincularse a los programas académicos musicales de algunas universidades. Según Jeanette Riveros, quien fue pianista de la Orquesta de Salsa Yemayá —conformada exclusivamente por mujeres— y coordinó durante varios años los festivales de Salsa y Jazz, «la escena jazzística bogotana ha incorporado a sus formatos elementos de otras músicas como el folclor colombiano, el rock, el ska, y la electrónica. Así, muchos grupos adquirieron su sello propio». Para ella, esta realidad se debe a la versatilidad y rigurosidad de los jóvenes músicos bogotanos, el 90% formados en la academia y «con un nivel que no tiene nada que envidiar al de jazzistas norteamericanos y europeos», añade Jeanette. 15 años de Jazz al Parque Este año, la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y la Orquesta Filarmónica de Bogotá, prepararon para esta XV edición un festín musical que arrancará el considerado una de las figuras más importantes de la música del B rasil . F otos : C arlos M ario L ema Por Rafael Caro Suárez J azz al P arque cuenta cada vez con más seguidores . 10 de septiembre a las 7:00 pm, en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, con una gala a manos de una BigBand conformada por los pioneros del jazz colombiano, quienes recibirán esa noche sonoros aplausos de reconocimiento por sus aportes al género. Luego seguirán las jornadas al aire libre, el 11 y 12 en el Parque del Country (Cl 127 No 11D - 90), desde la 1:00 pm. Además de los grupos locales seleccionados por convocatoria, estarán los artistas distritales invitados Pacho Dávila, Juan Sebastián Monsalve Trío y Zaperoco; vendrán colombianos que tocan en el exterior como Ricardo Gallo Cuarteto, Nicolás Ospina Trío, Sebastián Cruz and The Cheap Landscape y Asociation Libre Orkesta, y los internacionales, Hermeto Pascoal (Brasil), Mario Canonge (Francia) y Troker (México). M omento B ogotá es territorio fértil para el jazz . Recuperando memoria Como estrategia de recuperación y preservación de la memoria del jazz bogotano, se publicarán a finales de mes dos libros. Uno de ellos, cuyo autor es el periodista cultural Juan Carlos Garay, tendrá elocuentes biografías de los más destacados jazzistas de la ciudad y también algunas partituras de piezas de dichos autores. El otro, cuya coordinación editorial corrió por cuenta de la misma Jeanette Riveros, es un recuento de lo que ha sido Jazz al Parque durante estos 15 años: experiencias, artistas invitados, estadísticas de asistencia y participación y artículos de conocedores e investigadores de la escena local como Rafael Serrano, Juan Carlos Valencia, Carlos Flórez, Óscar Acevedo, Luis Daniel Vega y Guillermo Pedraza, lo mismo que entrevistas con músicos, artículos de prensa y fotografías. vibrante el año pasado , cuando se homenajeaba al maestro A ntonio A rnedo . El vibrafonista B ill W are , de G roove C ollective , EE.UU. El 11 y 12 de septiembre llega la XV edición del Festival Jazz al Parque, una fiesta musical donde la vibrante expresividad sonora de este género inundará con su libertad el Parque del Country. El viernes 10 habrá un concierto inaugural en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán. T ico A rnedo , uno de los pioneros del jazz en B ogotá . se p t i e m br e de 2010 | pági na 7 pági na 6 | se p t i e m br e de 2010 Bogotá lo tiene todo en Cultura, Recreación y Deporte Entérese de la movida cultural de Bogotá, en el portal de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Vea Cultura Capital de martes a jueves a las 10:00 pm por Canal Capital, con repetición de miércoles a viernes a la 1:00 pm. Escuche en la emisora virtual ((dc))radio, el programa Bogotá lo tiene todo en Cultura, Recreación y Deporte Lunes a viernes de 8:15 am a 9:00 am Ingrese a: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Salud gratuita para artistas del Distrito Capital Gracias al proyecto de Cobertura Gratuita en Salud para Artistas y Gestores Culturales de Bogotá, 6.500 hombres y mujeres de la capital recibirán este importante beneficio. Actualmente y hasta el próximo 19 de octubre se lleva a cabo el proceso de registro e identificación de ciudadanos que podrán acceder al servicio, y quienes antes deben cumplir con algunos requisitos como demostrar su experiencia en el campo cultural ya sea como creadores (artistas plásticos, músicos, bailarines, actores o artistas visuales) o gestores, y estar afiliados al Sisben nivel 1, 2 ó 3 o a los censos de sectores poblacionales especiales (indígenas, desplazados y desmovilizados del conflicto armado). Para acreditar o demostrar la experiencia en los oficios desempeñados, los interesados deben registrarse en cualquiera de los 11 Cades, Supercades y Puntos Interactivos de la ETB antes del próximo 19 de octubre, en donde tienen que presentar los certificados de las obras, proyectos y trabajos desarrollados, un certificado de experiencia expedido por alguna persona que conozca el trabajo del artista o gestor en mención y finalmente la certificación de su formación académica o técnica. Los artistas y gestores que cumplan con estos requisitos serán informados en listados que se publicarán en espacios públicos. Este proyecto tiene sustento jurídico en el decreto N° 4947 del 2009, promulgado por el Gobierno nacional en cabeza de los ministerios de Cultura, Protección Social y Hacienda a partir de la iniciativa que presentó la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte que buscó cobijar en salud a artistas y gestores de bajos recursos. Informes: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Premio al Portal Web de la Secretaría de Cultura La secretaría de Cultura, Recreación y Deporte obtuvo con su portal web www.culturarecreacionydeporte.gov.co el «Premio Visión Internet 2009», gracias a sus valiosos aportes a la comunicación digital, y al riguroso cumplimiento de los lineamientos establecidos en la resolución 378/2008, para sitios web del Distrito. Un total de 112 espacios web fueron sometidos a evaluación, por parte de un distinguido comité conformado por jurados internacionales de España y México, que fueron invitados por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Del jurado conformaron parte expertos como Javier Villazul (investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México) y Fernando Sánchez Laulhlé (presidente de la Asociación Española de Networking-Teletrabajo), quienes son amplios conocedores del tema de medios digitales y on-line. Para ellos, el portal web realiza un trabajo social e informativo de gran calidad, que lo consolida como el mejor en el ramo de las secretarías, y uno de los más completos de todo el Distrito entre las 112 direcciones participantes. El «Premio Visión Internet 2009» es una iniciativa de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que a través de la Dirección Distrital de Desarrollo Institucional y la Comisión Distrital de Sistemas trabaja en el fortalecimiento del uso de Internet en la capital, por parte de todos los ciudadanos en las veinte localidades, en una apuesta por consolidar a la capital como una de las ciudades bandera de Latinoamérica en el tema de comunicación digital. No en vano, la Bogotá positiva: para vivir mejor ha realizado grandes esfuerzos para facilitar trámites a través de esta mara- villosa herramienta informática, lo que convierte a nuestra capital en una de las ciudades colombianas más comprometidas en la estrategia de «Gobierno en línea». Apoyo a la cultura local Una buena noticia recibieron recientemente un buen número de organizaciones de carácter cultural que trabajan en diferentes localidades de la ciudad: gracias a la alianza suscrita entre la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD) y la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), se dio inicio al Proyecto de Fortalecimiento de las Organizaciones Locales, un robusto plan estratégico que busca dinamizar el quehacer de estas organizaciones, fortalecerlas, mejorar la oferta cultural que brindan a los ciudadanos que se benefician de sus programas y fomentar las dinámicas de asociación con otros organismos. En un proceso preliminar se hizo una rigurosa selección de 122 organizaciones culturales, las cuales fueron identificadas como poseedoras de las características y potenciales requeridos para aprovechar de la mejor manera toda la asistencia técnica y acompañamiento que suministrará la SDDE, la SCRD y la OEI. Con el impulso de este proyecto, el gobierno de la Bogotá Positiva: Para vivir mejor del alcalde Samuel Moreno evidencia una vez más que le apuesta a la cultura como cuarto pilar de desarrollo al entender que la organización cultural tiene un papel protagónico como eje articulador de procesos necesarios en la construcción del tejido social. Juego y fiesta en la celebración de la Independencia Por Ismael Ortiz Medina N o es suficiente con ganar la batalla: también es necesario celebrarla, porque el poder necesita tomar la forma de la gloria. Es que el poder no es sólo capacidad de gestión y acciones del gobierno: en ocasiones asume la forma de ceremonias, fiestas, rituales, declamaciones y protocolos. Junto con himnos, símbolos, estatuas, desfiles, discursos y monumentos, el juego y la fiesta han sido parte del ritual de la celebración y han estado asociados con las efemérides, y aunque buena parte de la historia registra los grandes discursos, actos militares y episodios heroicos de guerra, desconoce elementos fundamentales ligados profundamente con la celebración de los triunfos, referentes de identidad nacional y actos de victoria como juego y fiesta. «Tan sólo nueve días después del 20 de julio de 1810 se celebró la primera corrida de toros republicana. Efectivamente, ese 29 de julio hubo solemne misa de gracias en la mañana y corrida de toros en una tarde llena de regocijo. Con motivo de la instalación del Congreso, en la tarde del 23, 24 y 25 también hubo toros, y en la noche iluminación», señala Fernando Tavera Aya. Hasta finales del siglo XIX, las corridas de toros, junto con los bailes y los juegos pirotécnicos, eran parte esencial de la ceremonia y la celebración de la fiesta patria. Al respecto, dice Cordovez Moure que «desde 1846, cuando el entonces presidente general Tomás Cipriano de Mosquera inauguró la estatua del Libertador en la plaza principal, se adoptó la costumbre —apoyada en el mandato oficial— de celebrar el 20 de julio (…) con espectáculos más o menos rumbosos y variados, entre los cuales figuraban (…) las fiestas»�. Así, la celebración solemne del aniversario patrio tomó forma de fiesta popular y, agrega Cordovez Moure que «a medida que se aproximaba el 20 de julio, aumentaba la desazón y movimiento febril de la ciudad: se hablaba de fiestas, se comentaban y se preparaban las diversiones que tendrían lugar en las fiestas. Pululaban las mesas de juego en las que se ostentaban sin rubor las cachimonas, las blancas y coloradas, el bisbís, el pasadiez, las ruletas, el gallito, el monte dado, la popular lotería de figuras y otros juegos afines en que el 99% de probabilidad están a favor del impudente tallador». Toros, comida, baile, pólvora y juegos de azar hacen parte de las celebraciones patrias en el siglo XIX y ponen a la ciudad en función de la fiesta; sin embargo, estos elementos empiezan a ser paulatinamente erradicados por las élites que confunden la expresividad y la corporalidad no codificada en la urbanidad de Carreño como algo grosero y pecaminoso. Así, se institucionaliza la misa solemne, la izada de bandera, la entonación del himno y el discurso central como elementos básicos de la celebración. Con la profesionalización de las corridas de toros a finales del siglo XIX, se empieza a desligar uno de los elementos claves de las celebraciones patrias, C orrida como lo es la calle y la plaza pública. Se satanizan los juegos de azar y las reuniones en clubes privados por parte de las élites bogotanas, tal y como hacían los europeos y norteamericanos. Las fiestas patrias toman un carácter formal y protocolario (bandera, himno, discurso). En el Primer Centenario (1910) solemnidad, orden, tedeum y discurso pomposo prevalecen sobre la total ausencia del juego y la fiesta. Alejandro Garay señala que esta celebración estuvo en manos de una junta integrada por élites bogotanas, según lo cita un periódico de la época: «Se calcula en 40.000 el número de personas que asistieron a las fiestas. La mayor parte son gentes del pueblo que buscaban espectáculos populares, al alcance de su bolsillo y de su entendimiento, y no discursos académicos ni complicaciones de la laya (...). De acuerdo con el periodista —se desconoce el nombre—, muchas personas pronto se fueron de la capital decepcionadas al encontrar sólo discursos, estatuas, procesiones y hoteles costosos. El autor de los textos apela a los organizadores para que no se olviden de aquellas personas, que son la mayoría y a quienes nada les dicen los festejos»�. Es a través del juego y la fiesta como se daba la única posibilidad de articulación de lo popular y en general de los grupos excluidos del poder en el siglo XIX, en las fiestas patrias y las efemérides. Las corridas de toros, los toldos de comida y los juegos de azar y de calle: casi todos desaparecidos. de toros en la celebración del primer centenario de la I ndependencia se p t i e m br e de 2010 | pági na 7 pági na 6 | se p t i e m br e de 2010 Bogotá lo tiene todo en Cultura, Recreación y Deporte Entérese de la movida cultural de Bogotá, en el portal de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Vea Cultura Capital de martes a jueves a las 10:00 pm por Canal Capital, con repetición de miércoles a viernes a la 1:00 pm. Escuche en la emisora virtual ((dc))radio, el programa Bogotá lo tiene todo en Cultura, Recreación y Deporte Lunes a viernes de 8:15 am a 9:00 am Ingrese a: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Salud gratuita para artistas del Distrito Capital Gracias al proyecto de Cobertura Gratuita en Salud para Artistas y Gestores Culturales de Bogotá, 6.500 hombres y mujeres de la capital recibirán este importante beneficio. Actualmente y hasta el próximo 19 de octubre se lleva a cabo el proceso de registro e identificación de ciudadanos que podrán acceder al servicio, y quienes antes deben cumplir con algunos requisitos como demostrar su experiencia en el campo cultural ya sea como creadores (artistas plásticos, músicos, bailarines, actores o artistas visuales) o gestores, y estar afiliados al Sisben nivel 1, 2 ó 3 o a los censos de sectores poblacionales especiales (indígenas, desplazados y desmovilizados del conflicto armado). Para acreditar o demostrar la experiencia en los oficios desempeñados, los interesados deben registrarse en cualquiera de los 11 Cades, Supercades y Puntos Interactivos de la ETB antes del próximo 19 de octubre, en donde tienen que presentar los certificados de las obras, proyectos y trabajos desarrollados, un certificado de experiencia expedido por alguna persona que conozca el trabajo del artista o gestor en mención y finalmente la certificación de su formación académica o técnica. Los artistas y gestores que cumplan con estos requisitos serán informados en listados que se publicarán en espacios públicos. Este proyecto tiene sustento jurídico en el decreto N° 4947 del 2009, promulgado por el Gobierno nacional en cabeza de los ministerios de Cultura, Protección Social y Hacienda a partir de la iniciativa que presentó la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte que buscó cobijar en salud a artistas y gestores de bajos recursos. Informes: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Premio al Portal Web de la Secretaría de Cultura La secretaría de Cultura, Recreación y Deporte obtuvo con su portal web www.culturarecreacionydeporte.gov.co el «Premio Visión Internet 2009», gracias a sus valiosos aportes a la comunicación digital, y al riguroso cumplimiento de los lineamientos establecidos en la resolución 378/2008, para sitios web del Distrito. Un total de 112 espacios web fueron sometidos a evaluación, por parte de un distinguido comité conformado por jurados internacionales de España y México, que fueron invitados por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Del jurado conformaron parte expertos como Javier Villazul (investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México) y Fernando Sánchez Laulhlé (presidente de la Asociación Española de Networking-Teletrabajo), quienes son amplios conocedores del tema de medios digitales y on-line. Para ellos, el portal web realiza un trabajo social e informativo de gran calidad, que lo consolida como el mejor en el ramo de las secretarías, y uno de los más completos de todo el Distrito entre las 112 direcciones participantes. El «Premio Visión Internet 2009» es una iniciativa de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que a través de la Dirección Distrital de Desarrollo Institucional y la Comisión Distrital de Sistemas trabaja en el fortalecimiento del uso de Internet en la capital, por parte de todos los ciudadanos en las veinte localidades, en una apuesta por consolidar a la capital como una de las ciudades bandera de Latinoamérica en el tema de comunicación digital. No en vano, la Bogotá positiva: para vivir mejor ha realizado grandes esfuerzos para facilitar trámites a través de esta mara- villosa herramienta informática, lo que convierte a nuestra capital en una de las ciudades colombianas más comprometidas en la estrategia de «Gobierno en línea». Apoyo a la cultura local Una buena noticia recibieron recientemente un buen número de organizaciones de carácter cultural que trabajan en diferentes localidades de la ciudad: gracias a la alianza suscrita entre la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD) y la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI), se dio inicio al Proyecto de Fortalecimiento de las Organizaciones Locales, un robusto plan estratégico que busca dinamizar el quehacer de estas organizaciones, fortalecerlas, mejorar la oferta cultural que brindan a los ciudadanos que se benefician de sus programas y fomentar las dinámicas de asociación con otros organismos. En un proceso preliminar se hizo una rigurosa selección de 122 organizaciones culturales, las cuales fueron identificadas como poseedoras de las características y potenciales requeridos para aprovechar de la mejor manera toda la asistencia técnica y acompañamiento que suministrará la SDDE, la SCRD y la OEI. Con el impulso de este proyecto, el gobierno de la Bogotá Positiva: Para vivir mejor del alcalde Samuel Moreno evidencia una vez más que le apuesta a la cultura como cuarto pilar de desarrollo al entender que la organización cultural tiene un papel protagónico como eje articulador de procesos necesarios en la construcción del tejido social. Juego y fiesta en la celebración de la Independencia Por Ismael Ortiz Medina N o es suficiente con ganar la batalla: también es necesario celebrarla, porque el poder necesita tomar la forma de la gloria. Es que el poder no es sólo capacidad de gestión y acciones del gobierno: en ocasiones asume la forma de ceremonias, fiestas, rituales, declamaciones y protocolos. Junto con himnos, símbolos, estatuas, desfiles, discursos y monumentos, el juego y la fiesta han sido parte del ritual de la celebración y han estado asociados con las efemérides, y aunque buena parte de la historia registra los grandes discursos, actos militares y episodios heroicos de guerra, desconoce elementos fundamentales ligados profundamente con la celebración de los triunfos, referentes de identidad nacional y actos de victoria como juego y fiesta. «Tan sólo nueve días después del 20 de julio de 1810 se celebró la primera corrida de toros republicana. Efectivamente, ese 29 de julio hubo solemne misa de gracias en la mañana y corrida de toros en una tarde llena de regocijo. Con motivo de la instalación del Congreso, en la tarde del 23, 24 y 25 también hubo toros, y en la noche iluminación», señala Fernando Tavera Aya. Hasta finales del siglo XIX, las corridas de toros, junto con los bailes y los juegos pirotécnicos, eran parte esencial de la ceremonia y la celebración de la fiesta patria. Al respecto, dice Cordovez Moure que «desde 1846, cuando el entonces presidente general Tomás Cipriano de Mosquera inauguró la estatua del Libertador en la plaza principal, se adoptó la costumbre —apoyada en el mandato oficial— de celebrar el 20 de julio (…) con espectáculos más o menos rumbosos y variados, entre los cuales figuraban (…) las fiestas»�. Así, la celebración solemne del aniversario patrio tomó forma de fiesta popular y, agrega Cordovez Moure que «a medida que se aproximaba el 20 de julio, aumentaba la desazón y movimiento febril de la ciudad: se hablaba de fiestas, se comentaban y se preparaban las diversiones que tendrían lugar en las fiestas. Pululaban las mesas de juego en las que se ostentaban sin rubor las cachimonas, las blancas y coloradas, el bisbís, el pasadiez, las ruletas, el gallito, el monte dado, la popular lotería de figuras y otros juegos afines en que el 99% de probabilidad están a favor del impudente tallador». Toros, comida, baile, pólvora y juegos de azar hacen parte de las celebraciones patrias en el siglo XIX y ponen a la ciudad en función de la fiesta; sin embargo, estos elementos empiezan a ser paulatinamente erradicados por las élites que confunden la expresividad y la corporalidad no codificada en la urbanidad de Carreño como algo grosero y pecaminoso. Así, se institucionaliza la misa solemne, la izada de bandera, la entonación del himno y el discurso central como elementos básicos de la celebración. Con la profesionalización de las corridas de toros a finales del siglo XIX, se empieza a desligar uno de los elementos claves de las celebraciones patrias, C orrida como lo es la calle y la plaza pública. Se satanizan los juegos de azar y las reuniones en clubes privados por parte de las élites bogotanas, tal y como hacían los europeos y norteamericanos. Las fiestas patrias toman un carácter formal y protocolario (bandera, himno, discurso). En el Primer Centenario (1910) solemnidad, orden, tedeum y discurso pomposo prevalecen sobre la total ausencia del juego y la fiesta. Alejandro Garay señala que esta celebración estuvo en manos de una junta integrada por élites bogotanas, según lo cita un periódico de la época: «Se calcula en 40.000 el número de personas que asistieron a las fiestas. La mayor parte son gentes del pueblo que buscaban espectáculos populares, al alcance de su bolsillo y de su entendimiento, y no discursos académicos ni complicaciones de la laya (...). De acuerdo con el periodista —se desconoce el nombre—, muchas personas pronto se fueron de la capital decepcionadas al encontrar sólo discursos, estatuas, procesiones y hoteles costosos. El autor de los textos apela a los organizadores para que no se olviden de aquellas personas, que son la mayoría y a quienes nada les dicen los festejos»�. Es a través del juego y la fiesta como se daba la única posibilidad de articulación de lo popular y en general de los grupos excluidos del poder en el siglo XIX, en las fiestas patrias y las efemérides. Las corridas de toros, los toldos de comida y los juegos de azar y de calle: casi todos desaparecidos. de toros en la celebración del primer centenario de la I ndependencia pági na 8 | se p t i e m br e de 2010 Mes del Patrimonio: celebración para explorar la identidad de la ciudad Por Camilo Escobar Vargas Instituto Distrital de Patrimonio ¿Cómo celebrar un mes alusivo al patrimonio cultural de Bogotá, universo variopinto y complejo? ¿De qué manera abarcar tantos elementos, tangibles e intangibles, que en conjunto dibujan el paisaje de los rasgos que nos identifican como bogotanos y bogotanas? La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural —entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte—, consciente de la importancia en el fortalecimiento de la identidad y del sentido de pertenencia de los y las habitantes de Bogotá por su ciudad, prepara para septiembre el Mes del Patrimonio: 30 días con una programación que apunta a resolver las inquietudes planteadas al cristalizar las respuestas a través de actividades que sumerjan a la ciudadanía en el reconocimiento de sus valores culturales. «El Mes del Patrimonio será una fiesta alrededor de los eslabones que enlazan nuestra cadena de sentido», indica el director del Instituto, Gabriel Pardo García-Peña, regocijo que empezará el 2 de septiembre con la instalación de ‘Bogotízate, deja que la ciudad hable’, una muestra itinerante que se fijará en cuatro puntos del espacio público de la capital y que reflejará las particularidades del léxico típico de sus habitantes, sus jergas, las maneras de hablar de la Bogotá de an- taño —las del llamado ‘cachaco’—, al resaltar cómo algunas de aquellas expresiones han perdurado a pesar del crecimiento y de la vertiginosa complejidad cultural que ha vivido la urbe en los últimos tiempos. El 3 y 4 de septiembre comenzarán los recorridos para que la ciudadanía disfrute de algunas facetas del andamiaje patrimonial de Bogotá, empezando en estas fechas con rutas por la localidad de Chapinero, sector relevante para la ciudad en cuanto a patrimonio construido, contenido escultórico e historia urbana. La belleza y el simbolismo que en la ciudad estampa su patrimonio natural, dirán presente en el Mes del Patrimonio a través de la exposición que se inaugurará el día 9 en el Jardín Bo- Durante este mes se realizará una campaña para concientizar a la ciudadanía sobre la protección del patrimonio cultural de Bogotá, bajo el lema ‘Preservar lo que tienes, es preservar lo que eres’. tánico: ‘Árboles ciudadanos’, muestra cuya apertura servirá además para el lanzamiento del libro que lleva el mismo nombre. Al respecto, los días 10, 11 y 12 se llevarán a cabo recorridos para ahondar en la historia y el significado de estas robustas y longevas plantas que adornan a Bogotá y que son referentes para sus habitantes. Un elemento patrimonial por excelencia, la gastronomía, guiará la continuidad del Mes del Patrimonio cuando el día 15 se inaugure, en el Centro de Documentación y Atención al Ciudadano del Instituto (Cl 13 N° 2-96), la ‘Pieza del Mes de Septiembre’: los dulces de platico, postres servidos en pequeños recipientes entre los que se destacan las populares brevas con ariquipe o el dulce de papayuela, antojos representativos de los bogotanos. La culinaria local prolongará su protagonismo en el Mes, por medio de los recorridos ‘Gastronáutas’, que desde el 16 hasta el 25 de septiembre permitirán a los asistentes escudriñar en las diversas y deliciosas cualidades de la gastronomía capitalina. Además, el Mes del Patrimonio incluirá actividades tradicionales para los ciudadanos como la jornada de ‘Siga, esta es su casa’, que el día 26, como cada último domingo de mes, abrirá las puertas de 40 museos para que las y los ciudadanos conozcan y disfruten sus contenidos museográficos —muchos de ellos ligados a la celebración del Bi- centenario de la Independencia— con el beneficio de la entrada gratuita o con promociones especiales. En el marco del Mes del Patrimonio también se destaca la convocatoria para que la ciudadanía participe en la definición del contenido que reposará desde este año, y durante un siglo, en la Urna Bicentenaria, caja que dentro de cien años dejará a los habitantes de entonces descubrir el legado que deja la Bogotá de hoy para la del futuro. Por último, con el ánimo de cerrar el Mes con decoro, haciendo un justo reconocimiento a la gestión pública que ha hecho la ‘Bogotá Positiva. Para vivir mejor’, así como la de anteriores administraciones en el distrito en el tema relacionado a la recuperación, protección y fortalecimiento del patrimonio cultural de Bogotá, el 30 de septiembre se inaugurará, en el Museo de Bogotá Casa Sámano, la exhibición sobre las tres décadas de funcionamiento del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural —antes llamado Corporación La Candelaria—: en este espacio se resaltará cómo el trabajo de esta entidad distrital ha contribuido a salvaguardar el patrimonio material, así como en años recientes también lo ha hecho con la contemplación y divulgación de las expresiones culturales que se arraigan en la ciudad. Inf: www.culturarecreacionydeporte.gov.co