Celebremos nuestra cultura preservando el variado

Transcripción

Celebremos nuestra cultura preservando el variado
se p t i e m br e de 2010 | pági na 1
B o g o t á d.c ., s e p t i e m br e de 2 010, n ú m e r o
69
Publicación gratuita de l a Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
Alcalde Mayor de Bogotá, D.C., Samuel Moreno Rojas - Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, Catalina Ramírez Vallejo
Editorial
¿Qué es patrimonio?
Por Catalina Ramírez
Página 2
Música
Jazz al parque
Un programa bandera
Páginas 4 y 5
Literatura
Fotografía
La mítica Cueva
de Barranquilla
Magazín, página I
Jorge Mario Múnera
Por Juan Gustavo Cobo
Magazín, páginas III, IV y V
Celebración
Bicentenario Pop
Nueva visión de los héroes
Magazín, páginas VI y VII
Celebremos nuestra cultura
preservando el variado patrimonio de Bogotá
I lustración
cortesiía de la
C asa E l M alpensante
S
eptiembre es el mes que nos hace
recordar la importancia de nuestro patrimonio, y del deber que
tenemos de cuidarlo y preservarlo. La
palabra ‘patrimonio’ abarca tantos
valores y significados que hasta las calles centenarias que recorremos en La
Candelaria, los inmuebles de importancia histórica que vemos levantarse
con hermosa arquitectura, los refugios
naturales que se avistan majestuosos
en las alturas de los Cerros Orientales,
las deliciosas recetas que comemos, la
forma particular en que hablamos e
incluso hasta nuestras más cotidianas
costumbres: todo hace parte de esa riqueza cultural que se conmemora durante el Mes del Patrimonio.
La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y el Instituto Distrital de
Patrimonio Cultural, invita a todos los
habitantes y visitantes de Bogotá a participar en el Mes del Patrimonio. «Esta
es una celebración que nos concierne
a todos como personas que hacemos
parte de este engranaje en que vivimos,
y que se merece nuestro cuidado, respeto y preocupación», afirma Catalina
Ramírez Vallejo, secretaria de Cultura,
Recreación y Deporte del Distrito.
Durante 30 días, la administración
distrital tendrá una variada programación de actividades, eventos académicos y recorridos patrimoniales en los
cuales los asistentes podrán no sólo
‘re-conocer’ diferentes componentes
del patrimonio material e inmaterial de
Bogotá, sino también despejar muchas
dudas que hay sobre este tema, y principalmente tomar conciencia acerca de
nuestro papel como ciudadanos en su
preservación y cuidado.
Personas de todas las edades podrán
hacerse partícipes de esta reflexión
con una serie de eventos que se tienen
preparados: habrá exposiciones en
diferentes puntos de la ciudad donde
se exaltarán las particularidades del
léxico que hablamos los habitantes de
Bogotá, recorridos para apreciar en
su real dimensión la importancia de
nuestros inmuebles históricos, esculturas y riquezas naturales, y hasta un
festival que recorrerá las delicias del
maravilloso mundo de la gastronomía capitalina.
La cultura bogotana, y en especial
las manifestaciones musicales que se
generan en sus diversos procesos de
creación artística, ocuparán también
un sitial de honor en el Festival Jazz al
Parque (organizado por la Orquesta
Filarmónica de Bogotá), que este año
llega a su XV edición. Es importante
tener en cuenta que, desde hace casi
30 años, este género musical nacido a
finales del s. XIX en las riberas del río
Mississippi, echó raíces en nuestra
ciudad. A tal punto que hoy se cuentan por decenas las propuestas variopintas y talentosas de muchos jóvenes
que retomaron el legado dejado por
un puñado de pioneros hoy reconocidos por el público gracias a sus valiosos aportes al jazz.
Pero no sólo a través de vibrantes
y enriquecedores encuentros musicales tendrá su homenaje el jazz: a
finales de mes de septiembre, y para
cumplir con el loable propósito que
tiene el Mes del Patrimonio de preservar nuestra memoria, se publicarán
dos interesantes libros que hacen un
recuento de la historia jazzística en la
ciudad de Bogotá.
se p t i e m br e de 2010 | pági na 3
pági na 2 | se p t i e m br e de 2010
El barrio Policarpa Salavarrieta
E di t or i a l
Donde las mujeres defienden a los hombres
popularmente llamada
M asdevallia
coccinea , orquídea colombiana
B andera .
¿Qué es el Patrimonio?
P
ISSN 1794-7804
Directora general
Catalina Ramírez Vallejo
Director
Guillermo Angulo
Diseño editorial
Mariela Agudelo Piedrahita
Consejo editorial
Catalina Ramírez Vallejo
Guillermo Angulo, Jaime Hurtado
Mariela Agudelo Piedrahita
Adriana Padilla Leal, Hugo Sierra
Otty Patiño, Germán Izquierdo Manrique
Rafael Caro Suárez
Redactores
Germán Izquierdo Manrique
Rafael Caro, Germán Hernández
Cuidado de textos
Germán Hernández
Colaboradores
Otty Patiño, Rafael Caro Suárez
Ismael Ortiz Medina
Camilo Escobar Vargas, Guillermo Angulo
Óscar Domínguz, Juan Gustavo Cobo Borda
Alejandro Arciniegas Alzate
Simona Marchetti
De los artículos firmados son
responsables sus autores
Agenda
Rafael Caro Suárez
Dirección y Redacción
Carrera 8 No 9-83
Tel. 3274850 ext.543
Página Internet
Felipe Castillo
http://www.ciudadviva.gov.co
(donde se puede leer el contenido de Ciudad Viva)
Preprensa e impresión: Cargraphics
Cartas del lector: [email protected]
ara muchas personas el patrimonio
está representado en un lugar donde
ocurrió algún hecho histórico decisivo,
una iglesia de piedra erigida durante la
colonia o el retrato de un prócer que se
exhibe en un museo cuya construcción,
sí, también forma parte del patrimonio.
Creemos, entonces, que el patrimonio
está íntimamente ligado al pasado, a la
piedra, a lo material, a lo inerte.
La palabra patrimonio procede del
latín patrimonium, que traduce: «lo que
los hijos heredan de sus padres y abuelos». No solamente heredamos objetos
materiales. El patrimonio es el tesoro
que concentra aquellas cosas que nos
unen y que nos representan como sociedad: la lengua, las costumbres, la comida, la flora y la fauna autóctonas, las más
variadas expresiones culturales que nos
identifican y que, si bien se transforman
con el tiempo, mantienen siempre viva
su raíz original.
El patrimonio está directamente
relacionado con nuestra historia y también con nuestra cotidianeidad. Solemos subvalorar aquello que consideramos corriente, simple e inacabable.
Únicamente después de un largo viaje,
cuando elevamos la vista hacia el oriente de Bogotá y reparamos en la belleza de
los Cerros Orientales, nos damos cuenta
de que aquellas montañas son un sello
distintivo de nuestra ciudad que nos llena de orgullo.
Sentimos una pérdida cuando se
tala un árbol o cuando muere alguien
que en su memoria resguardaba un pedazo de nuestra historia: la mujer que
falleció llevándose consigo la receta de
un postre que nadie más podrá preparar igual o el último sobreviviente de los
fundadores de un barrio que contaba
unas historias que nadie más repetirá.
«Uno no sabe lo que tiene hasta que lo
pierde», reza el dicho popular. Es cierto.
C a r ta s
d e lo s l e c to r e s
Señor director:
Me gusta toda la música: desde los Carrangueros de Ráquira hasta Juan Sebastián Bach. Por eso, los programas
de la Alcaldía que prefiero son los musicales, principalmente Rock al parque
y Jazz al parque. La ópera no me gusta
tanto, aunque también asisto.
Del Magazín me gustó un artículo, firmado por el director, en el que se habla
con gracia y desenfado de la gran historiadora Diana Uribe. Voy a empezar a ir
a toda la programación de su Casa de la
Los colombianos somos el resultado de
un sincretismo cultural que se expresa
hasta en las más cosas más humildes.
Así, por ejemplo, en el aromático y humeante tamal, uno de nuestros platos
típicos, está presente aquel sincretismo
expresado en la mezcla de ingredientes indígenas como el maíz y las hojas
de plátano con otros traídos de España
como el ajo y la zanahoria.
Poseemos una variedad étnica y racial que nos enriquece culturalmente.
Colombia es un mosaico en cuanto a
música y los bailes, la arquitectura, las
creencias. Hemos heredado costumbres
indígenas, africanas, españolas. Bogotá
es el lugar donde se encuentran todas
esas expresiones culturales. En la ciudad
está representado todo el país, pues aquí
llegan colombianos y colombianas provenientes los más diversos lugares.
Hay quienes creen que el patrimonio
se impone como por decreto. Es cierto
que existen lugares, ciudades, expresiones materiales e inmateriales que han
sido declaradas patrimonio de la humanidad. Pero en realidad el patrimonio
cobra vida por sí mismo conforme se va
convirtiendo en un elemento distintivo
de cada sociedad.
Según la Unesco, organización que
designa «El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas
de nuestros antepasados y transmitidas
a nuestros descendientes».
Cuando recibimos una herencia, esperamos que ésta perdure en el tiempo.
Tenemos potestad sobre ella, la potestad
de cuidarla, acaso de mejorarla, y mantenerla viva para luego cederla a las siguientes generaciones.
Las sociedades más desarrolladas
han advertido la importancia de apoyar
el patrimonio, de velar por él. Por eso
destinan grandes sumas de dinero para
su preservación. La historia le ha mostrado al mundo, a través de las guerras, lo
que significa la pérdida del patrimonio.
En su magnífico libro Historia universal
de la destrucción de libros, el escritor Fernando Báez cita la frase de un profesor
iraquí: «Nuestra memoria ya no existe,
la cuna de la civilización y de las leyes ha
sido quemada».
La actual administración, a través de
la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y una de sus entidades adscritas, el
Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, ha venido trabajando por fortalecer el
patrimonio de la ciudad. Septiembre es el
mes del patrimonio. Durante estos treinta días la ciudad ofrecerá una programación para todos los gustos en la que la ciudadanía jugará un doble papel, tanto de
espectador como de actor.
Pero el patrimonio no es algo pasajero.
Por eso todo el año ofrecemos diversas actividades conducentes a recuperar y preservar el patrimonio, además de educar
a los habitantes acerca de la importancia
de cuidarlo. Programas como Siga, esta es
su casa, la campaña de protección del patrimonio, los recorridos históricos, las caminatas ecológicas, las fiestas y festivales
que rescatan las más variadas tradiciones
populares han ayudado a que la ciudadanía descubra el valor del patrimonio.
La capital ha sido calificada en el exterior como la perla de Suramérica, y uno
de los mejores destinos del continente. En
parte, esto se debe a que estamos fortaleciendo el patrimonio, aprendiendo que
valorarlo es valorarnos a nosotros mismos.
Catalina Ramírez Vallejo
Secretaria de Cultura
Recreación y Deporte
–
Historia. Ojalá la anuncien siempre en la
Agenda, porque mucha gente va a querer
saber qué se presenta allá.
Hubo una cosa en ese artículo que
no entendí: se dice que lo que ella hace
es stand-up history. ¿Y eso con qué se
come? Me gustaría una explicación.
La pintura abstracta no me dice nada.
En cambio, la de José María Espinosa sí.
Me leí completica la presentación que del
libro del pintor hizo Alejandro Arciniegas Alzate. Qué buen escritor. Yo no sabía
que Espinosa también escribía. Gracias a
Ciudad Viva lo supe y fui a la Luis Ángel
y saqué el libro Memorias de un abanderado. Buenísimo, estoy encarretado
leyéndolo. Muy bueno (aprende uno un
jurgo) lo de los nombres de Bogotá.
Bueno, sigan así que van muy bien.
Julio Alberto Fernández
Estudiante de música
Nota del director:
El problema con Stand-up history es que es
derivado de un nombre que en Colombia pegó
sin que fuera traducido: Stand-up comedy. Expresión que si se traduce queda desgarbada:
es algo así como Cuenta chistes de pie. G.A.
Otty Patiño
Observatorio de Culturas
«Aquí las que peleamos fuimos las
mujeres: cuando venían a desalojarnos, nos tocaba salir a nosotras con
los niños a ponerle el pecho a la policía. Había que cuidar a los hombres,
porque a ellos les tocaba traer la plata para el mercado». Eso nos cuenta
doña Anita, una de las fundadoras
del barrio, desplazada cuando la
guerra de Villarrica, en 1955, primero
a Subía (Cundinamarca), después a
Girardot. Luego, ya casada y cansada
de rodar sin casa, se vino para Bogotá porque le habían dicho que acá se
podía conseguir vivienda a través de
las tomas de tierras.
Y así fue. A finales de 1991 se instalaron los primeros habitantes del
barrio en un lote perteneciente a la
gobernación de Cundinamarca, parcialmente cedido a la Beneficencia
para la construcción del hospital San
Juan de Dios, más conocido como La
Hortúa. «Lo más duro vino después,
el 8 de abril de 1966. Ese día organizamos otras tomas para más gente
que había llegado a Bogotá buscando
dónde albergarse. Creíamos que la
autoridad iba a respetarnos, no tanto
a nosotras como a la religión católica: era viernes santo. Pero, ¡qué va! Se
vinieron con toda, hubo heridos, presos y hasta muertos. Fue un viernes
santo sangriento, que todo mundo
acá recuerda», recuerda ella.
Le pregunto a doña Anita si cree en
Dios, porque he oído que todos en este
barrio son comunistas. A lo que ella
responde: «Todas las mujeres acá somos católicas. Los hombres más bien
no creen, pero la ideología revolucionaria no choca con la religión. Yo he
sido siempre una luchadora creyente,
como también lo son otras mujeres de
aquí del Policarpa, que yo aprendí a
admirar como Elvia Beltrán de Guasca, Cecilia Rodríguez, Alba Macías,
Emma Ardila y Virginia Zapata».
—¿Y hombres luchadores? —le
pregunto—. ¿O sólo servían para
traer la plata para el mercado?
Ella sonríe y me dice: «No, también hubo hombres que nos ayudaron mucho, como Luis Morales, a
quien aprendí a admirar mucho más
después de que nos faltó. Lástima,
pero a veces pasa que en vida uno no
aprecia lo suficiente a alguna gente
y eso me pasó con él. ¡Cuánta falta
nos hace! Con él trabajó el también
finado Pedro Salas. Y para reconocer
a gente que todavía está viva quiero
mencionar a Mario Upegui, muy bueno para agitar y organizar y, además
un tomador de pelo, cuyas travesuras
son acá legendarias».
«Gracias a todos ellos —agrega—,
estamos todavía viviendo acá. También, claro está, a la solidaridad coI lustración
cortesiía de la
munitaria y a la organización que establecimos. Teníamos comisiones de
trabajo para todo y una de las más activas era la de artes, deporte y cultura,
que se encargaba de organizar presentaciones y talleres de teatro, pintura,
música, canto y danzas, además de algunas actividades recreativas y prácticas deportivas de fútbol y microfútbol
C asa E l M alpensante
y también de voleibol, basquetbol, ping
pong, ajedrez, maratón y tejo».
Toda esta conversación ocurrió en
el apartamento de doña Anita, en un
tercer piso de una casa en cuyos dos
primeros hay enormes bodegas de telas. El barrio Policarpa es famoso por
sus telas: los precios son más baratos
que en otros lados, según me contaba
después alguien que conoce muy bien
esta zona. «Todos los teatreros surten
sus vestuarios del Policarpa», dice.
Ese día recorrimos todo el barrio,
guiados por Javier Enríquez, consejero de juventud delegado al Consejo
Local de Cultura, Arte y Patrimonio
y habitante del sector. Nos mostró el
colegio de bachillerato —otro lugar
de fragorosas luchas—, la calle del
comercio, el parque fundacional y
un bar que se llama igual que el de La
Habana, la famosa Bodeguita del Medio, con un decorado y un ambiente
muy parecidos.
«Cuando me senté a escribir este
artículo, apoyado como siempre por
los apuntes que tomó Giovanna Torres, encontré un portal en el Internet
dedicado a los niños donde aparecen
lugares de Bogotá con nombres de
próceres. Reproduzco lo que dice de
Policarpa Salavarrieta:
Fue una heroína de la independencia de Colombia que llegó a Bogotá en 1817 para continuar con sus
labores de espía patriota, que además
se le facilitaba por ser costurera de las
esposas de los realistas. Escuchaba
información sobre las tropas enemigas y se las decía a los suyos. En 1961,
varias personas se asentaron en un
territorio y fundaron un barrio con
el nombre de Policarpa en Bogotá. El
nombre de este barrio tiene que ver
con que, en 1966, más de cinco mil
personas que habitaban este lugar
se enfrentaron con la policía y no se
dejaron sacar de allí: como Policarpa
fue una luchadora incansable, este
lugar tiene su nombre. Faltaría allí
una estatua o algo para conmemorar
su nombre. El barrio está situado en
la localidad Antonio Nariño, entre las
carreras 10ª y 13 y calles 3 y 4 Sur».
La página se llama bogotanitos y su
dirección es:
http://w w w.culturarecreacionydeporte.gov.co/portal/bogotanitos/curiosidades.
se p t i e m br e de 2010 | pági na 3
pági na 2 | se p t i e m br e de 2010
El barrio Policarpa Salavarrieta
E di t or i a l
Donde las mujeres defienden a los hombres
popularmente llamada
M asdevallia
coccinea , orquídea colombiana
B andera .
¿Qué es el Patrimonio?
P
ISSN 1794-7804
Directora general
Catalina Ramírez Vallejo
Director
Guillermo Angulo
Diseño editorial
Mariela Agudelo Piedrahita
Consejo editorial
Catalina Ramírez Vallejo
Guillermo Angulo, Jaime Hurtado
Mariela Agudelo Piedrahita
Adriana Padilla Leal, Hugo Sierra
Otty Patiño, Germán Izquierdo Manrique
Rafael Caro Suárez
Redactores
Germán Izquierdo Manrique
Rafael Caro, Germán Hernández
Cuidado de textos
Germán Hernández
Colaboradores
Otty Patiño, Rafael Caro Suárez
Ismael Ortiz Medina
Camilo Escobar Vargas, Guillermo Angulo
Óscar Domínguz, Juan Gustavo Cobo Borda
Alejandro Arciniegas Alzate
Simona Marchetti
De los artículos firmados son
responsables sus autores
Agenda
Rafael Caro Suárez
Dirección y Redacción
Carrera 8 No 9-83
Tel. 3274850 ext.543
Página Internet
Felipe Castillo
http://www.ciudadviva.gov.co
(donde se puede leer el contenido de Ciudad Viva)
Preprensa e impresión: Cargraphics
Cartas del lector: [email protected]
ara muchas personas el patrimonio
está representado en un lugar donde
ocurrió algún hecho histórico decisivo,
una iglesia de piedra erigida durante la
colonia o el retrato de un prócer que se
exhibe en un museo cuya construcción,
sí, también forma parte del patrimonio.
Creemos, entonces, que el patrimonio
está íntimamente ligado al pasado, a la
piedra, a lo material, a lo inerte.
La palabra patrimonio procede del
latín patrimonium, que traduce: «lo que
los hijos heredan de sus padres y abuelos». No solamente heredamos objetos
materiales. El patrimonio es el tesoro
que concentra aquellas cosas que nos
unen y que nos representan como sociedad: la lengua, las costumbres, la comida, la flora y la fauna autóctonas, las más
variadas expresiones culturales que nos
identifican y que, si bien se transforman
con el tiempo, mantienen siempre viva
su raíz original.
El patrimonio está directamente
relacionado con nuestra historia y también con nuestra cotidianeidad. Solemos subvalorar aquello que consideramos corriente, simple e inacabable.
Únicamente después de un largo viaje,
cuando elevamos la vista hacia el oriente de Bogotá y reparamos en la belleza de
los Cerros Orientales, nos damos cuenta
de que aquellas montañas son un sello
distintivo de nuestra ciudad que nos llena de orgullo.
Sentimos una pérdida cuando se
tala un árbol o cuando muere alguien
que en su memoria resguardaba un pedazo de nuestra historia: la mujer que
falleció llevándose consigo la receta de
un postre que nadie más podrá preparar igual o el último sobreviviente de los
fundadores de un barrio que contaba
unas historias que nadie más repetirá.
«Uno no sabe lo que tiene hasta que lo
pierde», reza el dicho popular. Es cierto.
C a r ta s
d e lo s l e c to r e s
Señor director:
Me gusta toda la música: desde los Carrangueros de Ráquira hasta Juan Sebastián Bach. Por eso, los programas
de la Alcaldía que prefiero son los musicales, principalmente Rock al parque
y Jazz al parque. La ópera no me gusta
tanto, aunque también asisto.
Del Magazín me gustó un artículo, firmado por el director, en el que se habla
con gracia y desenfado de la gran historiadora Diana Uribe. Voy a empezar a ir
a toda la programación de su Casa de la
Los colombianos somos el resultado de
un sincretismo cultural que se expresa
hasta en las más cosas más humildes.
Así, por ejemplo, en el aromático y humeante tamal, uno de nuestros platos
típicos, está presente aquel sincretismo
expresado en la mezcla de ingredientes indígenas como el maíz y las hojas
de plátano con otros traídos de España
como el ajo y la zanahoria.
Poseemos una variedad étnica y racial que nos enriquece culturalmente.
Colombia es un mosaico en cuanto a
música y los bailes, la arquitectura, las
creencias. Hemos heredado costumbres
indígenas, africanas, españolas. Bogotá
es el lugar donde se encuentran todas
esas expresiones culturales. En la ciudad
está representado todo el país, pues aquí
llegan colombianos y colombianas provenientes los más diversos lugares.
Hay quienes creen que el patrimonio
se impone como por decreto. Es cierto
que existen lugares, ciudades, expresiones materiales e inmateriales que han
sido declaradas patrimonio de la humanidad. Pero en realidad el patrimonio
cobra vida por sí mismo conforme se va
convirtiendo en un elemento distintivo
de cada sociedad.
Según la Unesco, organización que
designa «El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas
de nuestros antepasados y transmitidas
a nuestros descendientes».
Cuando recibimos una herencia, esperamos que ésta perdure en el tiempo.
Tenemos potestad sobre ella, la potestad
de cuidarla, acaso de mejorarla, y mantenerla viva para luego cederla a las siguientes generaciones.
Las sociedades más desarrolladas
han advertido la importancia de apoyar
el patrimonio, de velar por él. Por eso
destinan grandes sumas de dinero para
su preservación. La historia le ha mostrado al mundo, a través de las guerras, lo
que significa la pérdida del patrimonio.
En su magnífico libro Historia universal
de la destrucción de libros, el escritor Fernando Báez cita la frase de un profesor
iraquí: «Nuestra memoria ya no existe,
la cuna de la civilización y de las leyes ha
sido quemada».
La actual administración, a través de
la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y una de sus entidades adscritas, el
Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, ha venido trabajando por fortalecer el
patrimonio de la ciudad. Septiembre es el
mes del patrimonio. Durante estos treinta días la ciudad ofrecerá una programación para todos los gustos en la que la ciudadanía jugará un doble papel, tanto de
espectador como de actor.
Pero el patrimonio no es algo pasajero.
Por eso todo el año ofrecemos diversas actividades conducentes a recuperar y preservar el patrimonio, además de educar
a los habitantes acerca de la importancia
de cuidarlo. Programas como Siga, esta es
su casa, la campaña de protección del patrimonio, los recorridos históricos, las caminatas ecológicas, las fiestas y festivales
que rescatan las más variadas tradiciones
populares han ayudado a que la ciudadanía descubra el valor del patrimonio.
La capital ha sido calificada en el exterior como la perla de Suramérica, y uno
de los mejores destinos del continente. En
parte, esto se debe a que estamos fortaleciendo el patrimonio, aprendiendo que
valorarlo es valorarnos a nosotros mismos.
Catalina Ramírez Vallejo
Secretaria de Cultura
Recreación y Deporte
–
Historia. Ojalá la anuncien siempre en la
Agenda, porque mucha gente va a querer
saber qué se presenta allá.
Hubo una cosa en ese artículo que
no entendí: se dice que lo que ella hace
es stand-up history. ¿Y eso con qué se
come? Me gustaría una explicación.
La pintura abstracta no me dice nada.
En cambio, la de José María Espinosa sí.
Me leí completica la presentación que del
libro del pintor hizo Alejandro Arciniegas Alzate. Qué buen escritor. Yo no sabía
que Espinosa también escribía. Gracias a
Ciudad Viva lo supe y fui a la Luis Ángel
y saqué el libro Memorias de un abanderado. Buenísimo, estoy encarretado
leyéndolo. Muy bueno (aprende uno un
jurgo) lo de los nombres de Bogotá.
Bueno, sigan así que van muy bien.
Julio Alberto Fernández
Estudiante de música
Nota del director:
El problema con Stand-up history es que es
derivado de un nombre que en Colombia pegó
sin que fuera traducido: Stand-up comedy. Expresión que si se traduce queda desgarbada:
es algo así como Cuenta chistes de pie. G.A.
Otty Patiño
Observatorio de Culturas
«Aquí las que peleamos fuimos las
mujeres: cuando venían a desalojarnos, nos tocaba salir a nosotras con
los niños a ponerle el pecho a la policía. Había que cuidar a los hombres,
porque a ellos les tocaba traer la plata para el mercado». Eso nos cuenta
doña Anita, una de las fundadoras
del barrio, desplazada cuando la
guerra de Villarrica, en 1955, primero
a Subía (Cundinamarca), después a
Girardot. Luego, ya casada y cansada
de rodar sin casa, se vino para Bogotá porque le habían dicho que acá se
podía conseguir vivienda a través de
las tomas de tierras.
Y así fue. A finales de 1991 se instalaron los primeros habitantes del
barrio en un lote perteneciente a la
gobernación de Cundinamarca, parcialmente cedido a la Beneficencia
para la construcción del hospital San
Juan de Dios, más conocido como La
Hortúa. «Lo más duro vino después,
el 8 de abril de 1966. Ese día organizamos otras tomas para más gente
que había llegado a Bogotá buscando
dónde albergarse. Creíamos que la
autoridad iba a respetarnos, no tanto
a nosotras como a la religión católica: era viernes santo. Pero, ¡qué va! Se
vinieron con toda, hubo heridos, presos y hasta muertos. Fue un viernes
santo sangriento, que todo mundo
acá recuerda», recuerda ella.
Le pregunto a doña Anita si cree en
Dios, porque he oído que todos en este
barrio son comunistas. A lo que ella
responde: «Todas las mujeres acá somos católicas. Los hombres más bien
no creen, pero la ideología revolucionaria no choca con la religión. Yo he
sido siempre una luchadora creyente,
como también lo son otras mujeres de
aquí del Policarpa, que yo aprendí a
admirar como Elvia Beltrán de Guasca, Cecilia Rodríguez, Alba Macías,
Emma Ardila y Virginia Zapata».
—¿Y hombres luchadores? —le
pregunto—. ¿O sólo servían para
traer la plata para el mercado?
Ella sonríe y me dice: «No, también hubo hombres que nos ayudaron mucho, como Luis Morales, a
quien aprendí a admirar mucho más
después de que nos faltó. Lástima,
pero a veces pasa que en vida uno no
aprecia lo suficiente a alguna gente
y eso me pasó con él. ¡Cuánta falta
nos hace! Con él trabajó el también
finado Pedro Salas. Y para reconocer
a gente que todavía está viva quiero
mencionar a Mario Upegui, muy bueno para agitar y organizar y, además
un tomador de pelo, cuyas travesuras
son acá legendarias».
«Gracias a todos ellos —agrega—,
estamos todavía viviendo acá. También, claro está, a la solidaridad coI lustración
cortesiía de la
munitaria y a la organización que establecimos. Teníamos comisiones de
trabajo para todo y una de las más activas era la de artes, deporte y cultura,
que se encargaba de organizar presentaciones y talleres de teatro, pintura,
música, canto y danzas, además de algunas actividades recreativas y prácticas deportivas de fútbol y microfútbol
C asa E l M alpensante
y también de voleibol, basquetbol, ping
pong, ajedrez, maratón y tejo».
Toda esta conversación ocurrió en
el apartamento de doña Anita, en un
tercer piso de una casa en cuyos dos
primeros hay enormes bodegas de telas. El barrio Policarpa es famoso por
sus telas: los precios son más baratos
que en otros lados, según me contaba
después alguien que conoce muy bien
esta zona. «Todos los teatreros surten
sus vestuarios del Policarpa», dice.
Ese día recorrimos todo el barrio,
guiados por Javier Enríquez, consejero de juventud delegado al Consejo
Local de Cultura, Arte y Patrimonio
y habitante del sector. Nos mostró el
colegio de bachillerato —otro lugar
de fragorosas luchas—, la calle del
comercio, el parque fundacional y
un bar que se llama igual que el de La
Habana, la famosa Bodeguita del Medio, con un decorado y un ambiente
muy parecidos.
«Cuando me senté a escribir este
artículo, apoyado como siempre por
los apuntes que tomó Giovanna Torres, encontré un portal en el Internet
dedicado a los niños donde aparecen
lugares de Bogotá con nombres de
próceres. Reproduzco lo que dice de
Policarpa Salavarrieta:
Fue una heroína de la independencia de Colombia que llegó a Bogotá en 1817 para continuar con sus
labores de espía patriota, que además
se le facilitaba por ser costurera de las
esposas de los realistas. Escuchaba
información sobre las tropas enemigas y se las decía a los suyos. En 1961,
varias personas se asentaron en un
territorio y fundaron un barrio con
el nombre de Policarpa en Bogotá. El
nombre de este barrio tiene que ver
con que, en 1966, más de cinco mil
personas que habitaban este lugar
se enfrentaron con la policía y no se
dejaron sacar de allí: como Policarpa
fue una luchadora incansable, este
lugar tiene su nombre. Faltaría allí
una estatua o algo para conmemorar
su nombre. El barrio está situado en
la localidad Antonio Nariño, entre las
carreras 10ª y 13 y calles 3 y 4 Sur».
La página se llama bogotanitos y su
dirección es:
http://w w w.culturarecreacionydeporte.gov.co/portal/bogotanitos/curiosidades.
se p t i e m br e de 2010 | pági na 5
pági na 4 | se p t i e m br e de 2010
15 años de Jazz al Parque: Baterías, trompetas, saxofones, guitarras, contrabajos y vibráfonos
H
an pasado varias décadas desde que el jazz
se ‘coló’ en las venas de nuestros más talentosos músicos colombianos: muchos
de ellos, los pioneros, empacaron en sus maletas
este selecto ritmo para sembrarlo en Bogotá en el
preludio de los años 80, hecho que marcó el surgimiento de la hoy considerada como la más robusta
e inquieta escena jazzística del país.
Influenciados por estilos de escuelas como la
Berklee College de Boston (Estados Unidos), de
nuestro folclor y de sonidos cadenciosos como la
salsa y la música brasilera, artistas como Óscar
Acevedo, Eddie Martínez, Joe Madrid, Armando
Manrique, Jorge Guarín, Armando Escobar, Javier
Aguilera, Germán Chavarriaga, Tico Arnedo, Gabriel Rondón y tantos otros animaron las noches
de una inmensa minoría de seguidores del jazz
en la ciudad: intelectuales de izquierda, literatos,
filósofos y universitarios hacían parte de estas filas, que se reunían a departir a ritmo de trompetas, clarinetes, saxofones y marimbas en bares de
la ciudad que hoy sobreviven sólo en su memoria
bohemia: el Restaurante Doña Bárbara, el Bar Papagallo, Hippocampus y Keops Club, entre otros.
Forjando escena
Tanto creció el gusto por el jazz, que de los establecimientos nocturnos se trasladó a escenarios
como el Teatro Libre y el Colón, que organizaron
sus propios festivales en 1988 y 1989, respectivamente. Así, en 1995, ya era una música ampliamente reconocida en Bogotá, que se regodeaba en los
clubes y bares junto a su pariente más cercano:
la salsa. Y aunque todavía no existía un colectivo
H ermeto P ascoal ,
claramente definido, un año después —gracias a
la aparición de los festivales al parque de la administración distrital— se realizó la primera edición
de Jazz al Parque.
Fue una gestión del entonces Instituto de Cultura y Turismo, en cabeza de funcionarios como
Bertha Quintero (ex directora) y Guillermo Pedraza (ex gerente de música), y conocedores como el
profesor Guillermo Gaviria (uno de los primeros
jurados del Festival). El evento fue la piedra angular del fortalecimiento del género en Bogotá, gracias a que muchas propuestas antes desconocidas
circularon de manera asidua, y el público joven se
animó a vincularse a los programas académicos
musicales de algunas universidades.
Según Jeanette Riveros, quien fue pianista de
la Orquesta de Salsa Yemayá —conformada exclusivamente por mujeres— y coordinó durante varios años los festivales de Salsa y Jazz, «la escena
jazzística bogotana ha incorporado a sus formatos
elementos de otras músicas como el folclor colombiano, el rock, el ska, y la electrónica. Así, muchos
grupos adquirieron su sello propio».
Para ella, esta realidad se debe a la versatilidad
y rigurosidad de los jóvenes músicos bogotanos, el
90% formados en la academia y «con un nivel que
no tiene nada que envidiar al de jazzistas norteamericanos y europeos», añade Jeanette.
15 años de Jazz al Parque
Este año, la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de
la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y la
Orquesta Filarmónica de Bogotá, prepararon para
esta XV edición un festín musical que arrancará el
considerado una de las figuras más importantes de la música del
B rasil .
F otos : C arlos M ario L ema
Por Rafael Caro Suárez
J azz
al
P arque
cuenta cada vez con más seguidores .
10 de septiembre a las 7:00 pm, en el Teatro Jorge
Eliécer Gaitán, con una gala a manos de una BigBand conformada por los pioneros del jazz colombiano, quienes recibirán esa noche sonoros aplausos de reconocimiento por sus aportes al género.
Luego seguirán las jornadas al aire libre, el 11
y 12 en el Parque del Country (Cl 127 No 11D - 90),
desde la 1:00 pm. Además de los grupos locales seleccionados por convocatoria, estarán los artistas
distritales invitados Pacho Dávila, Juan Sebastián
Monsalve Trío y Zaperoco; vendrán colombianos
que tocan en el exterior como Ricardo Gallo Cuarteto, Nicolás Ospina Trío, Sebastián Cruz and The
Cheap Landscape y Asociation Libre Orkesta, y los
internacionales, Hermeto Pascoal (Brasil), Mario
Canonge (Francia) y Troker (México).
M omento
B ogotá
es territorio fértil para el jazz .
Recuperando memoria
Como estrategia de recuperación y preservación de
la memoria del jazz bogotano, se publicarán a finales de mes dos libros. Uno de ellos, cuyo autor es el
periodista cultural Juan Carlos Garay, tendrá elocuentes biografías de los más destacados jazzistas
de la ciudad y también algunas partituras de piezas
de dichos autores. El otro, cuya coordinación editorial corrió por cuenta de la misma Jeanette Riveros,
es un recuento de lo que ha sido Jazz al Parque durante estos 15 años: experiencias, artistas invitados,
estadísticas de asistencia y participación y artículos
de conocedores e investigadores de la escena local
como Rafael Serrano, Juan Carlos Valencia, Carlos
Flórez, Óscar Acevedo, Luis Daniel Vega y Guillermo Pedraza, lo mismo que entrevistas con músicos,
artículos de prensa y fotografías.
vibrante el año pasado , cuando se homenajeaba al maestro
A ntonio A rnedo .
El
vibrafonista
B ill W are ,
de
G roove C ollective , EE.UU.
El 11 y 12 de septiembre llega la XV edición del Festival Jazz al Parque,
una fiesta musical donde la vibrante expresividad sonora de este
género inundará con su libertad el Parque del Country. El viernes 10
habrá un concierto inaugural en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán.
T ico A rnedo ,
uno de los pioneros del jazz en
B ogotá .
se p t i e m br e de 2010 | pági na 5
pági na 4 | se p t i e m br e de 2010
15 años de Jazz al Parque: Baterías, trompetas, saxofones, guitarras, contrabajos y vibráfonos
H
an pasado varias décadas desde que el jazz
se ‘coló’ en las venas de nuestros más talentosos músicos colombianos: muchos
de ellos, los pioneros, empacaron en sus maletas
este selecto ritmo para sembrarlo en Bogotá en el
preludio de los años 80, hecho que marcó el surgimiento de la hoy considerada como la más robusta
e inquieta escena jazzística del país.
Influenciados por estilos de escuelas como la
Berklee College de Boston (Estados Unidos), de
nuestro folclor y de sonidos cadenciosos como la
salsa y la música brasilera, artistas como Óscar
Acevedo, Eddie Martínez, Joe Madrid, Armando
Manrique, Jorge Guarín, Armando Escobar, Javier
Aguilera, Germán Chavarriaga, Tico Arnedo, Gabriel Rondón y tantos otros animaron las noches
de una inmensa minoría de seguidores del jazz
en la ciudad: intelectuales de izquierda, literatos,
filósofos y universitarios hacían parte de estas filas, que se reunían a departir a ritmo de trompetas, clarinetes, saxofones y marimbas en bares de
la ciudad que hoy sobreviven sólo en su memoria
bohemia: el Restaurante Doña Bárbara, el Bar Papagallo, Hippocampus y Keops Club, entre otros.
Forjando escena
Tanto creció el gusto por el jazz, que de los establecimientos nocturnos se trasladó a escenarios
como el Teatro Libre y el Colón, que organizaron
sus propios festivales en 1988 y 1989, respectivamente. Así, en 1995, ya era una música ampliamente reconocida en Bogotá, que se regodeaba en los
clubes y bares junto a su pariente más cercano:
la salsa. Y aunque todavía no existía un colectivo
H ermeto P ascoal ,
claramente definido, un año después —gracias a
la aparición de los festivales al parque de la administración distrital— se realizó la primera edición
de Jazz al Parque.
Fue una gestión del entonces Instituto de Cultura y Turismo, en cabeza de funcionarios como
Bertha Quintero (ex directora) y Guillermo Pedraza (ex gerente de música), y conocedores como el
profesor Guillermo Gaviria (uno de los primeros
jurados del Festival). El evento fue la piedra angular del fortalecimiento del género en Bogotá, gracias a que muchas propuestas antes desconocidas
circularon de manera asidua, y el público joven se
animó a vincularse a los programas académicos
musicales de algunas universidades.
Según Jeanette Riveros, quien fue pianista de
la Orquesta de Salsa Yemayá —conformada exclusivamente por mujeres— y coordinó durante varios años los festivales de Salsa y Jazz, «la escena
jazzística bogotana ha incorporado a sus formatos
elementos de otras músicas como el folclor colombiano, el rock, el ska, y la electrónica. Así, muchos
grupos adquirieron su sello propio».
Para ella, esta realidad se debe a la versatilidad
y rigurosidad de los jóvenes músicos bogotanos, el
90% formados en la academia y «con un nivel que
no tiene nada que envidiar al de jazzistas norteamericanos y europeos», añade Jeanette.
15 años de Jazz al Parque
Este año, la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de
la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y la
Orquesta Filarmónica de Bogotá, prepararon para
esta XV edición un festín musical que arrancará el
considerado una de las figuras más importantes de la música del
B rasil .
F otos : C arlos M ario L ema
Por Rafael Caro Suárez
J azz
al
P arque
cuenta cada vez con más seguidores .
10 de septiembre a las 7:00 pm, en el Teatro Jorge
Eliécer Gaitán, con una gala a manos de una BigBand conformada por los pioneros del jazz colombiano, quienes recibirán esa noche sonoros aplausos de reconocimiento por sus aportes al género.
Luego seguirán las jornadas al aire libre, el 11
y 12 en el Parque del Country (Cl 127 No 11D - 90),
desde la 1:00 pm. Además de los grupos locales seleccionados por convocatoria, estarán los artistas
distritales invitados Pacho Dávila, Juan Sebastián
Monsalve Trío y Zaperoco; vendrán colombianos
que tocan en el exterior como Ricardo Gallo Cuarteto, Nicolás Ospina Trío, Sebastián Cruz and The
Cheap Landscape y Asociation Libre Orkesta, y los
internacionales, Hermeto Pascoal (Brasil), Mario
Canonge (Francia) y Troker (México).
M omento
B ogotá
es territorio fértil para el jazz .
Recuperando memoria
Como estrategia de recuperación y preservación de
la memoria del jazz bogotano, se publicarán a finales de mes dos libros. Uno de ellos, cuyo autor es el
periodista cultural Juan Carlos Garay, tendrá elocuentes biografías de los más destacados jazzistas
de la ciudad y también algunas partituras de piezas
de dichos autores. El otro, cuya coordinación editorial corrió por cuenta de la misma Jeanette Riveros,
es un recuento de lo que ha sido Jazz al Parque durante estos 15 años: experiencias, artistas invitados,
estadísticas de asistencia y participación y artículos
de conocedores e investigadores de la escena local
como Rafael Serrano, Juan Carlos Valencia, Carlos
Flórez, Óscar Acevedo, Luis Daniel Vega y Guillermo Pedraza, lo mismo que entrevistas con músicos,
artículos de prensa y fotografías.
vibrante el año pasado , cuando se homenajeaba al maestro
A ntonio A rnedo .
El
vibrafonista
B ill W are ,
de
G roove C ollective , EE.UU.
El 11 y 12 de septiembre llega la XV edición del Festival Jazz al Parque,
una fiesta musical donde la vibrante expresividad sonora de este
género inundará con su libertad el Parque del Country. El viernes 10
habrá un concierto inaugural en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán.
T ico A rnedo ,
uno de los pioneros del jazz en
B ogotá .
se p t i e m br e de 2010 | pági na 7
pági na 6 | se p t i e m br e de 2010
Bogotá lo tiene todo en Cultura, Recreación y Deporte
Entérese de la movida cultural de Bogotá, en el portal de la Secretaría
de Cultura, Recreación y Deporte: www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Vea Cultura Capital de martes a jueves a las 10:00 pm por Canal Capital,
con repetición de miércoles a viernes a la 1:00 pm.
Escuche en la emisora virtual ((dc))radio, el programa Bogotá lo tiene todo
en Cultura, Recreación y Deporte Lunes a viernes de 8:15 am a 9:00 am
Ingrese a: www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Salud gratuita para artistas del Distrito Capital
Gracias al proyecto de Cobertura Gratuita en Salud para Artistas y Gestores Culturales de Bogotá,
6.500 hombres y mujeres de la capital recibirán
este importante beneficio. Actualmente y hasta
el próximo 19 de octubre se lleva a cabo el proceso de registro e identificación de ciudadanos que
podrán acceder al servicio, y quienes antes deben
cumplir con algunos requisitos como demostrar
su experiencia en el campo cultural ya sea como
creadores (artistas plásticos, músicos, bailarines,
actores o artistas visuales) o gestores, y estar afiliados al Sisben nivel 1, 2 ó 3 o a los censos de sectores poblacionales especiales (indígenas, desplazados y desmovilizados del conflicto armado).
Para acreditar o demostrar la experiencia en
los oficios desempeñados, los interesados deben
registrarse en cualquiera de los 11 Cades, Supercades y Puntos Interactivos de la ETB antes del próximo 19 de octubre, en donde tienen que presentar
los certificados de las obras, proyectos y trabajos
desarrollados, un certificado de experiencia expedido por alguna persona que conozca el trabajo del
artista o gestor en mención y finalmente la certificación de su formación académica o técnica.
Los artistas y gestores que cumplan con estos requisitos serán informados en listados que se publicarán en espacios públicos. Este proyecto tiene
sustento jurídico en el decreto N° 4947 del 2009, promulgado por el Gobierno nacional en cabeza de los
ministerios de Cultura, Protección Social y Hacienda a partir de la iniciativa que presentó la Secretaría
de Cultura, Recreación y Deporte que buscó cobijar
en salud a artistas y gestores de bajos recursos.
Informes: www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Premio al Portal Web de la Secretaría de Cultura
La secretaría de Cultura, Recreación y Deporte obtuvo con su portal web www.culturarecreacionydeporte.gov.co el «Premio Visión Internet 2009», gracias a sus valiosos aportes a la comunicación digital,
y al riguroso cumplimiento de los lineamientos establecidos en la resolución 378/2008, para sitios web
del Distrito.
Un total de 112 espacios web fueron sometidos
a evaluación, por parte de un distinguido comité
conformado por jurados internacionales de España
y México, que fueron invitados por la Alcaldía Mayor
de Bogotá. Del jurado conformaron parte expertos
como Javier Villazul (investigador de la Universidad
Nacional Autónoma de México) y Fernando Sánchez Laulhlé (presidente de la Asociación Española
de Networking-Teletrabajo), quienes son amplios
conocedores del tema de medios digitales y on-line.
Para ellos, el portal web realiza un trabajo social e informativo de gran calidad, que lo consolida
como el mejor en el ramo de las secretarías, y uno de
los más completos de todo el Distrito entre las 112
direcciones participantes.
El «Premio Visión Internet 2009» es una iniciativa de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que a través de
la Dirección Distrital de Desarrollo Institucional y
la Comisión Distrital de Sistemas trabaja en el fortalecimiento del uso de Internet en la capital, por parte de todos los ciudadanos en las veinte localidades,
en una apuesta por consolidar a la capital como
una de las ciudades bandera de Latinoamérica en el
tema de comunicación digital. No en vano, la Bogotá positiva: para vivir mejor ha realizado grandes esfuerzos para facilitar trámites a través de esta mara-
villosa herramienta informática, lo que convierte a
nuestra capital en una de las ciudades colombianas
más comprometidas en la estrategia de «Gobierno
en línea».
Apoyo a la cultura local
Una buena noticia recibieron recientemente un
buen número de organizaciones de carácter cultural que trabajan en diferentes localidades de la
ciudad: gracias a la alianza suscrita entre la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), la
Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD)
y la Organización de los Estados Iberoamericanos
(OEI), se dio inicio al Proyecto de Fortalecimiento
de las Organizaciones Locales, un robusto plan estratégico que busca dinamizar el quehacer de estas
organizaciones, fortalecerlas, mejorar la oferta cultural que brindan a los ciudadanos que se benefician de sus programas y fomentar las dinámicas de
asociación con otros organismos.
En un proceso preliminar se hizo una rigurosa selección de 122 organizaciones culturales, las
cuales fueron identificadas como poseedoras de las
características y potenciales requeridos para aprovechar de la mejor manera toda la asistencia técnica y acompañamiento que suministrará la SDDE, la
SCRD y la OEI.
Con el impulso de este proyecto, el gobierno de la
Bogotá Positiva: Para vivir mejor del alcalde Samuel
Moreno evidencia una vez más que le apuesta a la
cultura como cuarto pilar de desarrollo al entender
que la organización cultural tiene un papel protagónico como eje articulador de procesos necesarios
en la construcción del tejido social.
Juego y fiesta en la celebración de la Independencia
Por Ismael Ortiz Medina
N
o es suficiente con ganar la batalla: también es necesario celebrarla, porque el poder necesita tomar la forma de la gloria. Es
que el poder no es sólo capacidad de gestión y acciones del gobierno: en ocasiones asume la forma
de ceremonias, fiestas, rituales, declamaciones y
protocolos.
Junto con himnos, símbolos, estatuas, desfiles,
discursos y monumentos, el juego y la fiesta han
sido parte del ritual de la celebración y han estado asociados con las efemérides, y aunque buena
parte de la historia registra los grandes discursos,
actos militares y episodios heroicos de guerra, desconoce elementos fundamentales ligados profundamente con la celebración de los triunfos, referentes de identidad nacional y actos de victoria como
juego y fiesta.
«Tan sólo nueve días después del 20 de julio de
1810 se celebró la primera corrida de toros republicana. Efectivamente, ese 29 de julio hubo solemne
misa de gracias en la mañana y corrida de toros en
una tarde llena de regocijo. Con motivo de la instalación del Congreso, en la tarde del 23, 24 y 25 también hubo toros, y en la noche iluminación», señala
Fernando Tavera Aya.
Hasta finales del siglo XIX, las corridas de toros,
junto con los bailes y los juegos pirotécnicos, eran
parte esencial de la ceremonia y la celebración de la
fiesta patria. Al respecto, dice Cordovez Moure que
«desde 1846, cuando el entonces presidente general
Tomás Cipriano de Mosquera inauguró la estatua
del Libertador en la plaza principal, se adoptó la
costumbre —apoyada en el mandato oficial— de
celebrar el 20 de julio (…) con espectáculos más o
menos rumbosos y variados, entre los cuales figuraban (…) las fiestas»�.
Así, la celebración solemne del aniversario patrio tomó forma de fiesta popular y, agrega Cordovez Moure que «a medida que se aproximaba el 20
de julio, aumentaba la desazón y movimiento febril
de la ciudad: se hablaba de fiestas, se comentaban y
se preparaban las diversiones que tendrían lugar en
las fiestas. Pululaban las mesas de juego en las que
se ostentaban sin rubor las cachimonas, las blancas y coloradas, el bisbís, el pasadiez, las ruletas, el
gallito, el monte dado, la popular lotería de figuras
y otros juegos afines en que el 99% de probabilidad
están a favor del impudente tallador».
Toros, comida, baile, pólvora y juegos de azar
hacen parte de las celebraciones patrias en el siglo
XIX y ponen a la ciudad en función de la fiesta; sin
embargo, estos elementos empiezan a ser paulatinamente erradicados por las élites que confunden
la expresividad y la corporalidad no codificada en
la urbanidad de Carreño como algo grosero y pecaminoso. Así, se institucionaliza la misa solemne,
la izada de bandera, la entonación del himno y el
discurso central como elementos básicos de la celebración.
Con la profesionalización de las corridas de toros a finales del siglo XIX, se empieza a desligar uno
de los elementos claves de las celebraciones patrias,
C orrida
como lo es la calle y la plaza pública. Se satanizan
los juegos de azar y las reuniones en clubes privados por parte de las élites bogotanas, tal y como hacían los europeos y norteamericanos.
Las fiestas patrias toman un carácter formal y
protocolario (bandera, himno, discurso). En el Primer Centenario (1910) solemnidad, orden, tedeum
y discurso pomposo prevalecen sobre la total ausencia del juego y la fiesta. Alejandro Garay señala
que esta celebración estuvo en manos de una junta
integrada por élites bogotanas, según lo cita un periódico de la época: «Se calcula en 40.000 el número
de personas que asistieron a las fiestas. La mayor
parte son gentes del pueblo que buscaban espectáculos populares, al alcance de su bolsillo y de su
entendimiento, y no discursos académicos ni complicaciones de la laya (...). De acuerdo con el periodista —se desconoce el nombre—, muchas personas pronto se fueron de la capital decepcionadas
al encontrar sólo discursos, estatuas, procesiones
y hoteles costosos. El autor de los textos apela a los
organizadores para que no se olviden de aquellas
personas, que son la mayoría y a quienes nada les
dicen los festejos»�.
Es a través del juego y la fiesta como se daba la
única posibilidad de articulación de lo popular y en
general de los grupos excluidos del poder en el siglo
XIX, en las fiestas patrias y las efemérides. Las corridas de toros, los toldos de comida y los juegos de
azar y de calle: casi todos desaparecidos.
de toros en la celebración del primer centenario de la I ndependencia
se p t i e m br e de 2010 | pági na 7
pági na 6 | se p t i e m br e de 2010
Bogotá lo tiene todo en Cultura, Recreación y Deporte
Entérese de la movida cultural de Bogotá, en el portal de la Secretaría
de Cultura, Recreación y Deporte: www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Vea Cultura Capital de martes a jueves a las 10:00 pm por Canal Capital,
con repetición de miércoles a viernes a la 1:00 pm.
Escuche en la emisora virtual ((dc))radio, el programa Bogotá lo tiene todo
en Cultura, Recreación y Deporte Lunes a viernes de 8:15 am a 9:00 am
Ingrese a: www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Salud gratuita para artistas del Distrito Capital
Gracias al proyecto de Cobertura Gratuita en Salud para Artistas y Gestores Culturales de Bogotá,
6.500 hombres y mujeres de la capital recibirán
este importante beneficio. Actualmente y hasta
el próximo 19 de octubre se lleva a cabo el proceso de registro e identificación de ciudadanos que
podrán acceder al servicio, y quienes antes deben
cumplir con algunos requisitos como demostrar
su experiencia en el campo cultural ya sea como
creadores (artistas plásticos, músicos, bailarines,
actores o artistas visuales) o gestores, y estar afiliados al Sisben nivel 1, 2 ó 3 o a los censos de sectores poblacionales especiales (indígenas, desplazados y desmovilizados del conflicto armado).
Para acreditar o demostrar la experiencia en
los oficios desempeñados, los interesados deben
registrarse en cualquiera de los 11 Cades, Supercades y Puntos Interactivos de la ETB antes del próximo 19 de octubre, en donde tienen que presentar
los certificados de las obras, proyectos y trabajos
desarrollados, un certificado de experiencia expedido por alguna persona que conozca el trabajo del
artista o gestor en mención y finalmente la certificación de su formación académica o técnica.
Los artistas y gestores que cumplan con estos requisitos serán informados en listados que se publicarán en espacios públicos. Este proyecto tiene
sustento jurídico en el decreto N° 4947 del 2009, promulgado por el Gobierno nacional en cabeza de los
ministerios de Cultura, Protección Social y Hacienda a partir de la iniciativa que presentó la Secretaría
de Cultura, Recreación y Deporte que buscó cobijar
en salud a artistas y gestores de bajos recursos.
Informes: www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Premio al Portal Web de la Secretaría de Cultura
La secretaría de Cultura, Recreación y Deporte obtuvo con su portal web www.culturarecreacionydeporte.gov.co el «Premio Visión Internet 2009», gracias a sus valiosos aportes a la comunicación digital,
y al riguroso cumplimiento de los lineamientos establecidos en la resolución 378/2008, para sitios web
del Distrito.
Un total de 112 espacios web fueron sometidos
a evaluación, por parte de un distinguido comité
conformado por jurados internacionales de España
y México, que fueron invitados por la Alcaldía Mayor
de Bogotá. Del jurado conformaron parte expertos
como Javier Villazul (investigador de la Universidad
Nacional Autónoma de México) y Fernando Sánchez Laulhlé (presidente de la Asociación Española
de Networking-Teletrabajo), quienes son amplios
conocedores del tema de medios digitales y on-line.
Para ellos, el portal web realiza un trabajo social e informativo de gran calidad, que lo consolida
como el mejor en el ramo de las secretarías, y uno de
los más completos de todo el Distrito entre las 112
direcciones participantes.
El «Premio Visión Internet 2009» es una iniciativa de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que a través de
la Dirección Distrital de Desarrollo Institucional y
la Comisión Distrital de Sistemas trabaja en el fortalecimiento del uso de Internet en la capital, por parte de todos los ciudadanos en las veinte localidades,
en una apuesta por consolidar a la capital como
una de las ciudades bandera de Latinoamérica en el
tema de comunicación digital. No en vano, la Bogotá positiva: para vivir mejor ha realizado grandes esfuerzos para facilitar trámites a través de esta mara-
villosa herramienta informática, lo que convierte a
nuestra capital en una de las ciudades colombianas
más comprometidas en la estrategia de «Gobierno
en línea».
Apoyo a la cultura local
Una buena noticia recibieron recientemente un
buen número de organizaciones de carácter cultural que trabajan en diferentes localidades de la
ciudad: gracias a la alianza suscrita entre la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), la
Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD)
y la Organización de los Estados Iberoamericanos
(OEI), se dio inicio al Proyecto de Fortalecimiento
de las Organizaciones Locales, un robusto plan estratégico que busca dinamizar el quehacer de estas
organizaciones, fortalecerlas, mejorar la oferta cultural que brindan a los ciudadanos que se benefician de sus programas y fomentar las dinámicas de
asociación con otros organismos.
En un proceso preliminar se hizo una rigurosa selección de 122 organizaciones culturales, las
cuales fueron identificadas como poseedoras de las
características y potenciales requeridos para aprovechar de la mejor manera toda la asistencia técnica y acompañamiento que suministrará la SDDE, la
SCRD y la OEI.
Con el impulso de este proyecto, el gobierno de la
Bogotá Positiva: Para vivir mejor del alcalde Samuel
Moreno evidencia una vez más que le apuesta a la
cultura como cuarto pilar de desarrollo al entender
que la organización cultural tiene un papel protagónico como eje articulador de procesos necesarios
en la construcción del tejido social.
Juego y fiesta en la celebración de la Independencia
Por Ismael Ortiz Medina
N
o es suficiente con ganar la batalla: también es necesario celebrarla, porque el poder necesita tomar la forma de la gloria. Es
que el poder no es sólo capacidad de gestión y acciones del gobierno: en ocasiones asume la forma
de ceremonias, fiestas, rituales, declamaciones y
protocolos.
Junto con himnos, símbolos, estatuas, desfiles,
discursos y monumentos, el juego y la fiesta han
sido parte del ritual de la celebración y han estado asociados con las efemérides, y aunque buena
parte de la historia registra los grandes discursos,
actos militares y episodios heroicos de guerra, desconoce elementos fundamentales ligados profundamente con la celebración de los triunfos, referentes de identidad nacional y actos de victoria como
juego y fiesta.
«Tan sólo nueve días después del 20 de julio de
1810 se celebró la primera corrida de toros republicana. Efectivamente, ese 29 de julio hubo solemne
misa de gracias en la mañana y corrida de toros en
una tarde llena de regocijo. Con motivo de la instalación del Congreso, en la tarde del 23, 24 y 25 también hubo toros, y en la noche iluminación», señala
Fernando Tavera Aya.
Hasta finales del siglo XIX, las corridas de toros,
junto con los bailes y los juegos pirotécnicos, eran
parte esencial de la ceremonia y la celebración de la
fiesta patria. Al respecto, dice Cordovez Moure que
«desde 1846, cuando el entonces presidente general
Tomás Cipriano de Mosquera inauguró la estatua
del Libertador en la plaza principal, se adoptó la
costumbre —apoyada en el mandato oficial— de
celebrar el 20 de julio (…) con espectáculos más o
menos rumbosos y variados, entre los cuales figuraban (…) las fiestas»�.
Así, la celebración solemne del aniversario patrio tomó forma de fiesta popular y, agrega Cordovez Moure que «a medida que se aproximaba el 20
de julio, aumentaba la desazón y movimiento febril
de la ciudad: se hablaba de fiestas, se comentaban y
se preparaban las diversiones que tendrían lugar en
las fiestas. Pululaban las mesas de juego en las que
se ostentaban sin rubor las cachimonas, las blancas y coloradas, el bisbís, el pasadiez, las ruletas, el
gallito, el monte dado, la popular lotería de figuras
y otros juegos afines en que el 99% de probabilidad
están a favor del impudente tallador».
Toros, comida, baile, pólvora y juegos de azar
hacen parte de las celebraciones patrias en el siglo
XIX y ponen a la ciudad en función de la fiesta; sin
embargo, estos elementos empiezan a ser paulatinamente erradicados por las élites que confunden
la expresividad y la corporalidad no codificada en
la urbanidad de Carreño como algo grosero y pecaminoso. Así, se institucionaliza la misa solemne,
la izada de bandera, la entonación del himno y el
discurso central como elementos básicos de la celebración.
Con la profesionalización de las corridas de toros a finales del siglo XIX, se empieza a desligar uno
de los elementos claves de las celebraciones patrias,
C orrida
como lo es la calle y la plaza pública. Se satanizan
los juegos de azar y las reuniones en clubes privados por parte de las élites bogotanas, tal y como hacían los europeos y norteamericanos.
Las fiestas patrias toman un carácter formal y
protocolario (bandera, himno, discurso). En el Primer Centenario (1910) solemnidad, orden, tedeum
y discurso pomposo prevalecen sobre la total ausencia del juego y la fiesta. Alejandro Garay señala
que esta celebración estuvo en manos de una junta
integrada por élites bogotanas, según lo cita un periódico de la época: «Se calcula en 40.000 el número
de personas que asistieron a las fiestas. La mayor
parte son gentes del pueblo que buscaban espectáculos populares, al alcance de su bolsillo y de su
entendimiento, y no discursos académicos ni complicaciones de la laya (...). De acuerdo con el periodista —se desconoce el nombre—, muchas personas pronto se fueron de la capital decepcionadas
al encontrar sólo discursos, estatuas, procesiones
y hoteles costosos. El autor de los textos apela a los
organizadores para que no se olviden de aquellas
personas, que son la mayoría y a quienes nada les
dicen los festejos»�.
Es a través del juego y la fiesta como se daba la
única posibilidad de articulación de lo popular y en
general de los grupos excluidos del poder en el siglo
XIX, en las fiestas patrias y las efemérides. Las corridas de toros, los toldos de comida y los juegos de
azar y de calle: casi todos desaparecidos.
de toros en la celebración del primer centenario de la I ndependencia
pági na 8 | se p t i e m br e de 2010
Mes del Patrimonio:
celebración para explorar la identidad de la ciudad
Por Camilo Escobar Vargas
Instituto Distrital de Patrimonio
¿Cómo celebrar un mes alusivo al patrimonio cultural de Bogotá, universo
variopinto y complejo? ¿De qué manera abarcar tantos elementos, tangibles
e intangibles, que en conjunto dibujan
el paisaje de los rasgos que nos identifican como bogotanos y bogotanas?
La Alcaldía Mayor de Bogotá, a
través del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural —entidad adscrita a
la Secretaría de Cultura, Recreación y
Deporte—, consciente de la importancia en el fortalecimiento de la identidad
y del sentido de pertenencia de los y las
habitantes de Bogotá por su ciudad,
prepara para septiembre el Mes del
Patrimonio: 30 días con una programación que apunta a resolver las inquietudes planteadas al cristalizar las
respuestas a través de actividades que
sumerjan a la ciudadanía en el reconocimiento de sus valores culturales.
«El Mes del Patrimonio será una
fiesta alrededor de los eslabones que
enlazan nuestra cadena de sentido»,
indica el director del Instituto, Gabriel Pardo García-Peña, regocijo que
empezará el 2 de septiembre con la
instalación de ‘Bogotízate, deja que la
ciudad hable’, una muestra itinerante
que se fijará en cuatro puntos del espacio público de la capital y que reflejará las particularidades del léxico
típico de sus habitantes, sus jergas, las
maneras de hablar de la Bogotá de an-
taño —las del llamado ‘cachaco’—, al
resaltar cómo algunas de aquellas expresiones han perdurado a pesar del
crecimiento y de la vertiginosa complejidad cultural que ha vivido la urbe
en los últimos tiempos.
El 3 y 4 de septiembre comenzarán los recorridos para que la ciudadanía disfrute de algunas facetas del
andamiaje patrimonial de Bogotá,
empezando en estas fechas con rutas
por la localidad de Chapinero, sector
relevante para la ciudad en cuanto a
patrimonio construido, contenido escultórico e historia urbana.
La belleza y el simbolismo que en
la ciudad estampa su patrimonio natural, dirán presente en el Mes del Patrimonio a través de la exposición que
se inaugurará el día 9 en el Jardín Bo-
Durante este mes se
realizará una campaña para
concientizar a la ciudadanía
sobre la protección del
patrimonio cultural de
Bogotá, bajo el lema
‘Preservar lo que tienes,
es preservar lo que eres’.
tánico: ‘Árboles ciudadanos’, muestra
cuya apertura servirá además para el
lanzamiento del libro que lleva el mismo nombre. Al respecto, los días 10, 11
y 12 se llevarán a cabo recorridos para
ahondar en la historia y el significado
de estas robustas y longevas plantas
que adornan a Bogotá y que son referentes para sus habitantes.
Un elemento patrimonial por excelencia, la gastronomía, guiará la
continuidad del Mes del Patrimonio
cuando el día 15 se inaugure, en el
Centro de Documentación y Atención
al Ciudadano del Instituto (Cl 13 N°
2-96), la ‘Pieza del Mes de Septiembre’:
los dulces de platico, postres servidos
en pequeños recipientes entre los que
se destacan las populares brevas con
ariquipe o el dulce de papayuela, antojos representativos de los bogotanos. La culinaria local prolongará su
protagonismo en el Mes, por medio
de los recorridos ‘Gastronáutas’, que
desde el 16 hasta el 25 de septiembre
permitirán a los asistentes escudriñar
en las diversas y deliciosas cualidades
de la gastronomía capitalina.
Además, el Mes del Patrimonio incluirá actividades tradicionales para los
ciudadanos como la jornada de ‘Siga,
esta es su casa’, que el día 26, como
cada último domingo de mes, abrirá las
puertas de 40 museos para que las y los
ciudadanos conozcan y disfruten sus
contenidos museográficos —muchos
de ellos ligados a la celebración del Bi-
centenario de la Independencia— con
el beneficio de la entrada gratuita o con
promociones especiales.
En el marco del Mes del Patrimonio también se destaca la convocatoria para que la ciudadanía participe
en la definición del contenido que
reposará desde este año, y durante
un siglo, en la Urna Bicentenaria, caja
que dentro de cien años dejará a los
habitantes de entonces descubrir el
legado que deja la Bogotá de hoy para
la del futuro.
Por último, con el ánimo de cerrar
el Mes con decoro, haciendo un justo
reconocimiento a la gestión pública
que ha hecho la ‘Bogotá Positiva. Para
vivir mejor’, así como la de anteriores
administraciones en el distrito en el
tema relacionado a la recuperación,
protección y fortalecimiento del patrimonio cultural de Bogotá, el 30 de
septiembre se inaugurará, en el Museo de Bogotá Casa Sámano, la exhibición sobre las tres décadas de funcionamiento del Instituto Distrital de
Patrimonio Cultural —antes llamado
Corporación La Candelaria—: en este
espacio se resaltará cómo el trabajo de
esta entidad distrital ha contribuido a
salvaguardar el patrimonio material,
así como en años recientes también
lo ha hecho con la contemplación y
divulgación de las expresiones culturales que se arraigan en la ciudad.
Inf: www.culturarecreacionydeporte.gov.co

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