110 Complejo Belmira Sector cordillera Central

Transcripción

110 Complejo Belmira Sector cordillera Central
Sector cordillera Central
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Complejo Belmira
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Distrito páramos de Belmira
Complejo Belmira
Generalidades
Belmira es el complejo que se ubica más al norte en la cordillera
Central de los Andes colombianos. Ubicado entre los 3.100 y 3.340
metros sobre el nivel del mar (mnsm) aproximadamente, este complejo
ocupa un área total de 1.080 hectáreas (ha) de los municipios antioqueños de Belmira y Entrerríos (Tabla 1). En él, Rangel-Ch. (2000)
reconoce como localidades con presencia de páramo a Belmira, Sabanas, Sabanazo, El Morro y la finca El Páramo.
Tabla 1. Distribución municipal del complejo Belmira
Departamento
Antioquia
Municipio
Área (ha)
%
Belmira
904
83,71
Entrerríos
176
16,29
La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia
(Corantioquia), quien oficia como la autoridad ambiental en este territorio, reconoce la importancia del complejo paramuno de Belmira
y sus bosques aledaños en cuanto a la conservación de elementos de
flora y fauna singulares desde el punto de vista ecológico. Además,
en este páramo nace una considerable cantidad de corrientes de agua
que no sólo abastecen los acueductos locales, sino que también surten al sistema de aprovechamiento múltiple de Riogrande II (Corantioquia, 2005).
Aspectos ecológicos
Características ecosistémicas
Como se observa en el mapa, el complejo de Belmira posee dos
núcleos: el primero se ubica en el norte, en el municipio de Belmira, y
el segundo, que es más pequeño, está hacia el sur, en el municipio de
Entrerríos. Estos dos núcleos conservan una considerable proporción
de ecosistemas naturales de páramo asociados a un exceso de oferta
hídrica durante el año y a montañas de origen fluviogravitacional. Por
encima de la cota de 3.100 msnm el páramo se encuentra rodeado, casi
por completo, de bosques altoandinos achaparrados, y por una mínima cantidad de bosques andinos de porte medio. Cabe destacar que la
intervención detectada para el año 2000 (IAvH, 2006) se restringe a
la porción del páramo que se encuentra en el municipio de Entrerríos,
y que corresponde a pastizales para ganadería. Sin embargo, esta área
es mínima en comparación con la totalidad del complejo (Tabla 2).
Características físicas
De acuerdo con el sistema de clasificación de zonas de vida
de Holdrigde, el páramo de Belmira corresponde al bosque pluvial
montano debido a que su temperatura promedio multianual fluctúa
entre los 10 y 16 °C y su precipitación, entre los 1.900 y 2.200 mm/
año (EE.PP. de Medellín, 1981 citado en Corantioquia, 2005). Este
comportamiento se debe principalmente a los dos frentes húmedos
que rodean el páramo: el primero se encuentra al occidente y se deriva de los vientos cálidos húmedos que vienen del valle del río Cau-
ca; el segundo se ubica al oriente, en las zonas de
ladera que separan a Belmira del altiplano de Santa Rosa de Osos. En general, la zona presenta un
régimen monomodal de distribución de la precipitación, con un período seco de diciembre a marzo
y uno lluvioso de abril a noviembre. La duración
de este último hace que en el complejo de Belmira
se registren casi permanentemente valores altos de
humedad relativa. En cuanto a la temperatura, ésta
no presenta grandes variaciones en los promedios
diarios, aunque durante el día se da el contraste térmico propio de las zonas altas, que puede llegar a
ser hasta de 25 °C de diferencia entre la madrugada
y el medio día (Corantioquia, 2005).
Ciénaga Morro en Belmira. Belmira,
Antioquia. Cortesía archivo
Corantioquia. Fotografía: Juan
Lázaro Toro.
Desde el punto de vista geológico, en el complejo de Belmira predomina la cuarzodiorita del Batolito Antioqueño, una roca ígnea originada en el
Cretáceo tardío, hace cerca de 70 millones de años.
Adicionalmente se presenta un grupo rocoso de origen metamórfico con dataciones que van desde el
Precámbrico hasta el Cretáceo medio. (Arias, 1996,
citado en Corantioquia, 2005). El páramo hace parte
de un altiplano que puede considerarse uno de los
relieves más antiguos en la porción antioqueña de
la cordillera Central, y su estado actual es el resultado, tanto de las alteraciones erosivas, como de la
actividad tectónica derivada de la falla de Romeral
y de la contracción que sufrió el batolito durante su
enfriamiento (Corantioquia, 2005).
Los orígenes de los suelos son rocas ígneas,
plutónicas y graníticas con recubrimientos parciales de cenizas volcánicas. La diversidad de relieves,
pendientes y drenajes naturales es considerable y, en
los valles y zonas planas, donde es posible observar
algunos rastros de antiguas glaciaciones, se dan ocasionalmente algunos depósitos de materiales. Por el
contrario, en las zonas de ladera la erosión de tipo
difuso en surcos y en cárcavas y los movimientos
en masa son la consecuencia directa de la considerable actividad sísmica y del régimen de precipitación
(Corantioquia, 2005).
En la zonificación hidrográfica de Colombia,
desarrollada por el Ideam (2006), el complejo del
páramo de Belmira está asociado por completo a las
cabeceras de la subzona hidrográfica del río Porce,
que hace parte de la zona río Nechí, afluente de la
gran cuenca Magdalena-Cauca (Tabla 3).
Como se mencionó anteriormente, una de las
principales funciones de los ecosistemas de Belmira es la conservación de su densa red hidrográfica,
concentrada en 17 subcuencas de los ríos Grande y
Tabla 2. Ecosistemas del complejo Belmira
Tipo general de bioma
Bioma
Ecosistema
Código
Área (ha)
%
Orobiomas del zonobioma húmedo
tropical
Orobioma andino y altoandino cordillera Central
BBD muy húmedo en montaña fluviogravitacional
BaaMH-MF
250
23,13
Orobioma de páramo cordillera Central
Páramo muy húmedo en montaña fluviogravitacional
PMH-MF
813
75,29
Ecosistemas transformados
Piso bioclimático páramo
Agroecosistemas ganaderos
D2
17
1,57
Ecosistemas Transformados
Piso bioclimático páramo
Agroecosistemas ganaderos
D2
17,00
1,57
BBD: bosque bajo denso
Atlas de páramos de Colombia
111
Sector cordillera Central
Tabla 3. Zonificación hidrográfica del complejo Yariguíes
Área hidrográfica
Zona hidrográfica
Subzona hidrográfica
Código subzona
Magdalena-Cauca
Nechí
Río Porce
2701
Cauca. Esta estrella fluvial, relativamente pequeña,
surte de agua a 64.000 personas de once municipios
aledaños, así como a una población de cerca de un
millón de personas del Área Metropolitana del Valle
de Aburrá. Estos habitantes se benefician de la producción hidroeléctrica del embalse de Río Grande
II, cuyas fuentes de abastecimiento nacen, casi en su
totalidad, en este páramo (Corantioquia, 2005).
Características bióticas
- Flora
Corantioquia (2005) hace referencia a una
serie de estudios florísticos que se han llevado a
cabo en los alrededores del complejo de Belmira,
tanto en el sector de páramo como en los bosques
aledaños. Estos mencionan una disminución significativa de la riqueza de especies a medida que se
asciende altitudinalmente. En su diagnóstico biofísico, Corantioquia (2005) identificó 70 especies de
flora en el páramo, principalmente representadas por
individuos de las familias Ericaceae y Asteraceae.
La especie más abundante y frecuente en este tipo
de vegetación es el frailejón Espeletia occidentalis
var. antioquensis, catalogada como casi amenazada
(NT) en el listado de flora amenazada de Colombia
(IAvH, s. f.). Le sigue en importancia el saltacanelón (Monochaetum sp.), además de especies como el
mote (Hesperomeles heterophylla), romero de páramo (Diplostephium revolutum), helecho (Blechnum
columbiense), mortiño (Vaccinium floribundum) y
marrana (Miconia lehmannii). También se destaca la
existencia de la especie endémica Puya roldanii
Parra y Valencia (1998, citados en Corantioquia, 2005) refieren tres tipos principales de vegetación en el complejo de Belmira: una vegetación
abierta, típica de páramo, en la que predominan Espeletia occidentalis var. antioquensis y Calamagrostis planifolia; unos relictos de vegetación arbustiva
en las zonas poco protegidas del viento, donde no
se encontraron individuos de Espeletia; y finalmente pequeños mosaicos de las dos unidades anteriormente descritas.
La expansión de la frontera agrícola que ocurre con el establecimiento de pastizales para ganado
lechero y de engorde, y el aprovechamiento selec-
Área (ha)
%
1.080
100,00
tivo de especies forestales para madera, leña y carbón, se consideran
las principales amenazas para el recurso florístico en Belmira. Se hace
necesario entonces tomar una serie de medidas para que especies como
el roble (Quercus humboldtii) y el frailejón (Espeletia occidentalis
var. antioquensis) no sufran las reducciones poblacionales que hoy
presentan algunas especies de la familia Podocarpaceae (Corantioquia, 2005).
- Fauna
En cuanto a herpetofauna, en el complejo de Belmira se han
identificado 15 especies de ranas, serpientes y lagartijas que habitan
entre las hojas de los frailejones. La especie más abundante es Eleutherodactylus permixtus, que no presenta especificidad de hábitat; las
especies más singulares son Atelopus cf. sernai, con un solo registro
para el área, y Colostethus subpunctatus, nuevo registro para el departamento de Antioquia (Corantioquia, 2005).
No se mencionan estudios de avifauna específicos para los páramos en Belmira, pero en los bosques aledaños se reporta la presencia
de 61 especies, principalmente de las familias Tyrannidae y Thraupidae. Entre las más comunes se mencionan Myioborus ornatus, Atlapetes rufinucha, Pyrrhomyias cinnamomea, Dendroica fusca y Tangara
vassorii (Corantioquia, 2005).
De las 33 especies de mamíferos reportadas por la literatura para
el complejo de Belmira, 12 fueron verificadas en la zona. Se destaca en este grupo biológico la existencia de especies carnívoras como
el zorrito (Cerdocyon thous), el puma (Puma concolor) y el tigrillo
(Leopardus pardalis). Sin embargo, especies que se encontraban con
cierta frecuencia en este páramo parecen haber desaparecido, como el
oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y el venado conejo (Pudu mephistophiles) (Corantioquia, 2005).
Aspectos socioeconómicos y culturales
Corantioquia (2005) menciona que, aunque no hay evidencia
de asentamientos indígenas durante la época prehispánica en la región
aledaña al complejo de Belmira, es probable que muchas comunidades
de las etnias peque, ebéjico, penco, caratua, tahamíe y nutabe hayan
transitado por las partes altas en sus recorridos hacia el sur del departamento para intercambiar con otros grupos productos agrícolas y de
minería como la sal. Se sabe que fue la expansión migratoria de los
habitantes del occidente antioqueño y del Valle de Aburrá el fenómeno que pobló este territorio. Estas migraciones se produjeron debido a
que durante los siglos XVIII y XIX existía la necesidad de colonizar
nuevas áreas que aumentaran el potencial agropecuario y minero del
departamento.
En la actualidad, los dos municipios en los que se ubica este complejo, Belmira y Entrerríos, poseen una población de 6.196 y 8.452 habitantes, respectivamente. Los dos presentan dinámicas de poblamiento
diferentes, ya que la mayor población de Belmira se concentra en la
zona rural (72,7%), en tanto que en Entrerríos la relación de población
del municipio es casi similar (47% en la cabecera y 53% en el resto)
(DANE, 2006). También cabe anotar que Entrerríos es un municipio
más densamente poblado que Belmira, lo que parece repercutir directa
o indirectamente en el estado de conservación del complejo en el territorio de este último municipio.
Flor de platero (Gaiadendron tagua)
Belmira, Antioquia. Cortesía
archivo Corantioquia. Fotografía:
Juan Lázaro Toro.
En lo que se refiere a la tenencia de la tierra, la mayor proporción
de los propietarios en la zona de influencia del complejo de Belmira
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Complejo Belmira
Distrito páramos de Belmira
Paisaje con frailejones (Espeletia
sp.) en el complejo de Belmira.
Belmira, Antioquia. Cortesía archivo
Corantioquia. Fotografía: Juan
Lázaro Toro.
poseen predios menores a 10 ha (66,9%), seguidos por los predios entre 10 y 50 ha (27,9%). Sin embargo, los latifundios con más de 200
ha de extensión corresponden con el tipo de tenencia más común en el
territorio del complejo, aparentemente como consecuencia de las dificultades para el transporte y la comercialización de productos agrícolas.
Por debajo de la cota 3.000 msnm el uso del suelo dominante se deriva de la economía pecuaria, eje productivo de la región. La ganadería
lechera, medianamente tecnificada y extensiva, se basa en un sistema
que se asocia a la porcicultura para crear la cadena porcina-porquinaza-pastos-leche, que busca mejorar el nivel de fertilidad de los pastos
kikuyo e imperial, principalmente. Sin embargo, la baja capacidad de
carga (1,4 cabezas/ha) asociada a la baja productividad (7,5 litros/animal al día) evidencian la poca rentabilidad de esta actividad productiva
(Corantioquia, 2005).
Además del ganado vacuno de leche y del porcino, las condiciones climáticas y de disponibilidad de fuentes de agua (especialmente
las tributarias del río Chico) han posibilitado, en épocas recientes, el
establecimiento de estanques para la producción de trucha arco iris,
una actividad que con rendimientos promedio de 39,13 kg/ha al año
parece consolidarse como una fuente alternativa de ingresos para los
habitantes de la región (Corantioquia, 2005).
La agricultura no es la actividad predominante en la zona aledaña
al complejo, y se concentra principalmente en pequeñas huertas para
autoconsumo. Los dos cultivos más extendidos, y que tienen algún nivel de comercialización, son la papa (variedades capira y cumanday)
con un rendimiento de 20.200 kg/ha, y el tomate de árbol, con 32,7
kg/ha. Otros cultivos menores de las zonas altas son el maíz y el fríjol.
Tanto la agricultura como la ganadería se valen de agroquímicos para
mejorar la productividad y el control de plagas, lo que repercute negativamente en la calidad del agua, aire y suelo (Corantioquia, 2005).
Otra de las realidades socioeconómicas que ha afectado a la región es el embalse de algunas de las principales corrientes de agua para
generación de energía eléctrica. Esto no sólo ha cambiado el régimen
hídrico de las cuencas de los ríos Chico y Grande, sino que también ha
transformado el uso que se le da a las parcelas, ya que muchas de ellas
hoy se destinan al turismo. Entre las actividades ambientalmente más
lesivas en el área de influencia de este complejo se cuentan la minería
de oro, la extracción intensiva de maderas y productos del bosque, la
explotación de material de playa, las curtimbres y la transformación de
los bosques naturales en pastos (Corantioquia, 2005).
Acciones para el manejo y la conservación
En la actualidad Corantioquia pretende fortalecer e integrar el
altiplano norte de Antioquia al desarrollo regional a partir de un reordenamiento socioeconómico y espacial. Por medio de esta iniciativa se
busca, entre otras cosas, el desarrollo y la implementación de la actividad turística como alternativa económica. En vista de que los caminos a los páramos
se consideran referentes geográficos y paisajísticos
para las comunidades asentadas en los alrededores
de Belmira, deben también articularse al proceso de
ordenamiento (Corantioquia, 2005).
Iniciativas como el Cabildo Verde del municipio de Belmira han creado conciencia en los habitantes, quienes ya reconocen y valoran la importancia y
los beneficios de conservar el páramo y los bosques
aledaños. Proyectando incluso una visión de futuro
para el complejo de Belmira, los participantes en los
talleres llegaron a un consenso en cuanto a que esta
región debe convertirse en “Un ecosistema recuperado, conservado, protegido, manejado y reconocido
jurídicamente, dentro del cual se puedan desarrollar
actividades socioeconómicas (ecoturismo, investigación, recreación pasiva) y de producción agropecuaria sostenible”. Por esta razón, Corantioquia ha
impulsado la creación de un área protegida que incluya, no sólo el páramo, sino también los bosques
altoandinos y andinos del noroccidente antioqueño
bajo la figura de distrito de manejo integrado. Actualmente esta área protegida está en proceso de declaratoria (Corantioquia y CEA, s. f.).
Por otra parte, el complejo es una de las áreas
en la que se desarrollan los objetivos del proyecto
“Páramo Andino”, el cual se encuentra actualmente
en fase de implementación. Este proyecto, en cuya
formulación participó el IAvH durante 2003 y 2004,
apoya a los países participantes (Colombia, Perú,
Ecuador y Venezuela) a superar obstáculos para la
conservación de la biodiversidad y a salvaguardar
los servicios hidrológicos y ambientales del páramo
andino. En particular el proyecto se propone identificar y mitigar las amenzas a la biodiversidad en
cuatro áreas determinadas (páramos de Chiles, Rabanal, Belmira y del Duende) mediante el fomento
de la conservación y uso sostenible in situ y la articulación de metas productivas, socioeconómicas
y de conservación. En la actualidad se realizan acciones para que, en conjunto con los socios locales
que participaron en el proceso de formulación del
proyecto, se identifiquen los mecanismos de trabajo
y se dé inicio al desarrollo de actividades (Proyecto
páramo andino, 2006).
Atlas de páramos de Colombia
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