Ciclo de Conferencias Estambul 23 y 24 de Mayo
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Ciclo de Conferencias Estambul 23 y 24 de Mayo
Ciclo de Conferencias Estambul 23 y 24 de Mayo 2016 Hay tres tipos de invocación; tenemos ante todo la demanda de la masa, inconscientemente emitida, y la clamorosa apelación que sale de los corazones de los hombres, en toda época de crisis como la actual. Este clamor invocador surge incesantemente de todas las personas que viven en medio del desastre, y se dirigen a ese poder que se encuentra fuera de ellos mismos, y saben que puede venir en su ayuda en los momentos de extrema necesidad. Esa grande y muda invocación surge en todas partes. Existe además el espíritu invocador de personas sinceras que participan en los ritos de su religión y aprovechan la oportunidad cuando hay una unida plegaria y oración para elevar ante Dios su demanda de ayuda. Este grupo, conjuntamente con todas las masas humanas, forman un inmenso grupo de aspirantes invocadores, cuya intención masiva es hoy evidente y su invocación se eleva hasta el Altísimo. Finalmente tenemos los discípulos y aspirantes entrenados de todo el mundo que utilizan ciertas fórmulas de palabras y determinadas invocaciones cuidadosamente definidas, y ellos, al utilizarlas, enfocan el clamor invocador y el llamado invocador de los otros dos grupos, dándoles así correcta dirección y poder. Estos tres grupos en la actualidad están entrando en actividad, consciente e inconscientemente, y su esfuerzo unido garantiza una evocación. (Los Problemas de la Humanidad págs. 158-9) Hay dos formas de destrucción: una, la efectuada por los seres humanos que no comprenden los propósitos de la vida, que actúan ciega e ignorantemente, impelidos por el deseo egoísta, por el amor al poder y por el odio; la otra es la que el alma permite que se realice a su debido y exacto momento, cuando la vida que mora internamente demanda un nuevo vehículo de expresión. En consecuencia, los Custodios del Plan permiten que haya mucha destrucción y, al mismo tiempo, que gran parte del mal se trasforme en bien, porque desde el principio se ve el fin, y la conciencia ya ha adquirido bastante experiencia para renunciar a la forma, pues presiente los beneficios a obtener. Esto atañe tanto a los individuos como a las naciones y a las razas. Ser sensible a los sufrimientos del mundo es una característica grande y divina; sin embargo, cuando se manifiesta a través de la emoción, interpreta las cosas con sentido separatista y se enfoca en partidismos y personalismos, convirtiéndose así en espejismo e ilusión, confundiendo los resultados verdaderos e impidiendo a los hombres percibir las realidades divinas. (Educación en la Nueva Era, pág. 112) …el género humano ha ido constantemente adelante, pasando de un estado de ciega ignorancia e inconsciencia, a otro de preocupación inteligente por la vida y a un creciente sentido de responsabilidad. Este sentido de responsabilidad, que va despertándose en todos ustedes, es -en su actual gran escala- relativamente nuevo y uno de los factores que aumentan definidamente la aflicción y el dolor que todos sienten. Quizás se pregunten dónde, como raza, hemos fracasado y qué podemos hacer para rectificar nuestros errores. No obstante, a pesar de todo, los hombres han ido de una etapa a otra de desenvolvimiento inteligente y espiritual y, sin tener en cuenta cuáles hayan sido o puedan ser los sucesos externos, la raza ha hecho un progreso real. No ha habido retroceso alguno y no lo habrá. La humanidad ha capeado muchos temporales y sobrevivido a muchas dificultades; los hombres han salido mejores y más fuertes, de períodos de crisis, purificados “como por el fuego” acercándose definidamente más a la meta. Les recordaré también la integridad y la solidaridad de la familia humana. Somos un solo pueblo -uno en nuestras relaciones, capacidades y deseos, en nuestro origen y nuestra meta. Esta integridad esencial y reconocible está surgiendo poderosamente hoy en la conciencia humana. Quizás piensen que esto no es así, que al creerlo, su posición es excepcional y que son algo fuera de lo común, pero ustedes están equivocados y no se ajustan a los hechos. En todos los países y entre los diversos pueblos, existe el mismo deseo de comprensión, de establecer relaciones rectas y pacíficas y de expresar esa básica buena voluntad que es una de las características humanas más profundas y nuestra herencia divina. (Exteriorización de la Jerarquía, págs. 80-1) …el poder que manejan quienes tratan de vivir como almas y están en contacto con el alma y el mundo de realidades espirituales, está fuera de toda proporción según el sentido de poder y utilidad captado. Cuando se esfuerzan en manejar fuerza espiritual, constructiva y altruistamente, poseen más poder de lo que creen. Si a esta comprensión añaden el reconocimiento de que no están solos, que existen sin excepción en todos los países, en toda religión, grupo u organización, personas con visión similar a la de ustedes y con los mismos ideales y aspiraciones espirituales, pueden entonces avanzar con valor y con esperanzada fe. (Exteriorización de la Jerarquía, pág. 81) El servicio se está convirtiendo rápidamente en la nota clave de la época y en uno de los incentivos del esfuerzo racial. Enfrentar el desastre y sufrir el doloroso experimento, siempre ha sido el sino del discípulo individual. Evidentemente al discípulo mundial, la humanidad, se lo considera digno de tal prueba. Esta universalidad de las dificultades en todo sector de la vida humana, sin excluir grupo alguno, indica que la entera humanidad está preparándose para la iniciación. Hay un propósito subyacente en todo lo que ocurre. Los dolores de parto, del Cristo dentro de la raza, han comenzado y el Cristo nacerá en "La Casa del Pan" (significado de la palabra "Belén"). Las implicancias de los actuales dolores y sufrimientos mundiales son tan evidentes que es innecesario dar mayores explicaciones. Hay un propósito subyacente en todos los acontecimientos mundiales en la actualidad y una recompensa al final del camino. Algún día, más pronto de lo que muchos creen, se abrirán ampliamente, ante el sufriente discípulo mundial, los portales de la iniciación (como se abrieron en el pasado para el individuo), la humanidad entrará en un nuevo reino y permanecerá ante la misteriosa Presencia, Cuya luz y sabiduría alumbraron al mundo por medio de la Persona de Cristo, y Cuya voz Se oyó en cada una de las cinco crisis por las que pasó Cristo. Entonces el género humano penetrará en el mundo de las causas y del conocimiento. Habitaremos en el mundo interno de la realidad, y la apariencia externa de la vida física se conocerá como símbolo de las condiciones y acontecimientos internos. Entonces comenzaremos a trabajar y a vivir como los iniciados de los misterios, y nuestras vidas se regularán desde el reino de la realidad donde Cristo y Sus Discípulos, de todos los tiempos (la Iglesia invisible), guían y controlan los acontecimientos humanos. La meta que Ellos tienen en vista y el fin hacia el que trabajan, ha sido sintetizado en un comentario referido a una antigua escritura tibetana. El texto es el siguiente: "Todo lo bello, todo lo bueno, todo lo que promueve la erradicación del dolor y de la ignorancia en la tierra, debe dedicarse a la Gran Consumación. Entonces, cuando los Señores de Compasión hayan civilizado espiritualmente la tierra y hecho de ella un Cielo, se revelará a los Peregrinos el Sendero Infinito que llega hasta el corazón del universo. El hombre ya no será hombre, habrá trascendido la naturaleza, e impersonalmente, aunque consciente, se unificará con todos los Seres iluminados, y ayudará a cumplir la Ley de la Evolución Superior, de la cual el Nirvana sólo es el comienzo". (De Belén al Calvario, págs. 29-30)