Chander-Ajedrez magistralArchivo PDF - e
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Una obra excepcional que reúne en un solo volumen los cinco temas básicos del ajedrez, especialmente orientados para el jugador competitivo: • Saber cómo enfocar y jugar las aper turas. • Formular un plan en cualquier posi ción. • Analizar sus componentes esencia les. • Llevar a cabo una combinación co rrecta. • Utilizar una técnica eficaz en el final. Cada uno de estos cinco principales te mas está aquí repartido en cuatro lec ciones, constituyendo por tanto un curso completo en veinte lecciones. Así, la discusión sobre Táctica y combina aones presenta un enroque ameno y completo del tema; los elementos y principios en que se basa un correcto tratamiento de la apertura se ilustran, en tres variantes distintas, por medio de partidas; en Cómo analizar una posición se estudia la metodología necesaria para decidirse por una determinada se rie de jugadas, tras una evaluación de los correspondientes factores posicio nales; el final se trata metódicamente con ejemplos originales y recientes. Por último, en la lección complementaria, la 21 , que lleva por título Indicaciones y consejos prácticos para el juego de tor neo, se brindan las orientaciones funda mentales con vistas a un éxito efectivo «sobre el terreno». El propósito de estas lecciones es pro curar al ajedrecista serio, de fuerza me diana, los elementos esenciales y los componentes de un arsenal básico para un juego bueno y sólido, y suministrar el bagaje necesario para todo buen ju gador «culto». AJEDREZ MAGISTRAL D. KOPEC, G. CHANDLER, C. MORRISON, N. DA VIES, l. D. MULLEN AJEDREZMAGISTRAL 1 ESCAQUES EDICIONES MARTINEZ BARCELONA ROCA Título original: Master Chess. A course in 21 Lessons Traducción de J. M. López de Castro © © 1985, D. Kopec, G. Chandler, C. Morrison, N. Davies and l. D. Mullen 1987, Ediciones Martínez Roca, S. A. Gran Via, 774, 7.0, 08013 Barcelona ISBN 84-270-1101-6 Depósito legal B. 2441-1987 Impreso por Diagrafic, S. A., Constitució, 19, 08014 Barcelona Impreso en España - Printed in Spain AGRADECIMIENTOS La idea de esta obra nació de nuestras conversaciones con W alter Munn, presidente de la Asociación Escocesa de Ajedrez (Scottisñ Chess Association ). Sus cinco coautores, sin excepción, son miembros de la Asociación de Maestros de Ajedrez de Edimburgo (Edinburgh Chess Masters Association ), grupo formado para promover una competente enseñanza ajedrecística destinada ajugadores de todos los niveles por debajo del de «maestro». Una de las primeras tareas que se encomendaron al grupo fue la de preparar un conjunto de lecciones o material didáctico para uso de profesores y alumnos en Escocia. De aquel proyecto inicial ha salido el presente libro, tras una serie de importantes cambios. Damos aquí las gracias a Martín Richardson, antiguo director ejecutivo de la colección ajedrecística « Pergamon», por sus sugerencias y ayuda en la realización de este trabajo. Nuestra gratitud se extiende también a las siguientes personas e instituciones: Alistair Girvan, presidente del Subcomité Pedagógico de la S.C.A.; Dr. Ken Stewart, secretario adjunto de la misma Asociación; Bill Wallace, Alee MacFarlane, Alee Taylor, Harry Leask, Morag Mullay, Prof. D. Michie, Club de Ajedrez de Edimburgo(Edinburgh Chess Club). Finalmente, damos las gracias a los miembros del Centro de Investigaciones sobre la Inteligencia Mecánica (Machine Intelligence Research), por habemos permitido utilizar sus instalaciones. 7 , Indice Símbolos ... .............................................. Introducción. Nuestro propósito y sugerencias metodológicas, por Danny Kopec, M. /. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lecciones 1-4. Táctica y combinaciones, por Geoff Chandler Lecciones 58. Cómo analizar una posición, por Danny Kopec, M. /. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lecciones 9-12. Cómo formular un plan,por Chris Morrison Lecciones 13-16. Principios e ideas de apertura,por Nigel Davies, M. /. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1O 11 15 54 76 98 Lecciones 17-20. Finales,por Jan D. Mullen 111 Ejercicios 1 (Lecciones 5-8) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Ejercicios 11 (Lecciones 9-12) ............................... 140 ............................. 145 Ejercicios IV (Lecciones 17--20) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 Ejercicios 111 (Lecciones 13-16) Lección 21. Indicaciones y consejos prácticos para el juego de torneo, por Jan D. Mullen y otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 Solución de los ejercicios (lecciones 1-4) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162 Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 9 SÍMBOLOS + + jaque ventaja decisiva de las blancas ventaja decisiva de las negras igualdad enroque corto (flanco de rey) enroque largo (flanco de dama) buena jugada jugada excelente mala jugada error craso jugada interesante (merece atención); invita a complicaciones jugada dudosa + 0-0 0-0-0 " ? ?? !? ?! mate 1-0 0-1 tablas las blancas ganan las negras ganan El ejemplo siguiente, que ofrecemos en los dos sistemas de notación, está constituido por una partida de sólo 9 movimientos. Se trata de una Apertura Española (Variante del Cambio) mal jugada. Notación algebraica l. e4 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10 Cf3 Ab5 AXc6 0-0 h3 h X g4? Ch2 f3 0-1 e5 Cc6 a6 d X c6 Ag4 h5 h X g4 Dh4-+ g31 Notación descriptiva l. P4R P4R C3AR C3AD A5C P3TD A XC PD X A 0-0 A5CR P3TR P4TR PX A? PXP C2T D5T Las negras están ganando 9. P3AR P6CI Las blancas abandonan. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. INTRODUCCIÓN NUESTRO PROPÓSITO Y SUGERENCIAS METODOLÓGICAS DANNY KOPEC, M. l. En las lecciones que siguen ofrecemos al lector una serie de informaciones directa o indirectamente pertinentes a toda partida de ajedrez. Saber cómo enfocar y jugar las aperturas, formular un plan en tal o cual posición, analizar sus componentes esenciales, llevar a cabo una combinación correcta y, por último, utilizar una técnica eficaz en el final para ganar, todo ello forma parte integrante del bagaje ajedrecístico de cualquier buen jugador. Ahora bien, a lo largo de los siglos se han escrito millares de libros sobre el juego de ajedrez. ¿Qué necesidad hay de otro más, en especial cuando ninguno de los temas tratados es particularmente original? Creemos que la presente obra es única en su género, al reunir en un solo volumen cinco temas básicos de ajedrez y presentarlos en una forma especialmente orientada al jugador de club (ELO 1450-1750). Cada uno de estos cinco principales temas aparece repartido en cuatro lecciones, constituyendo así, de hecho, un curso completo de 20 lecciones destinadas al estudiante serio cuyo objetivo es llegar a convertirse en buen jugador. La «escena» que lleva a una animada discusión sobre «Táctica y combinaciones» representa un enfoque tan ameno como completo del tema. Los elementos y principios en que se basa un correcto tratamiento de la apertura se ilustran, en tres variantes distintas, por medio de partidas. En «Cómo analizar una posición» consideramos la metodología necesaria para decidirse por una determinada serie de jugadas, tras una evaluación de los correspondientes factores posicionales. El final y sus aspectos más orientados al conocimiento teórico" se tratan metódicamente en las lecciones 1 7-20. Por Jo general, los ejemplos aducidos son originales y recientes. * Es importante disponer de datos específicos sobre los aspectos y objetivos teóricos de cada uno de los finales tratados. No basta el cálculo por si solo, mientras que un poco de teoría puede llevar muy lejos. 11 Todos los libros de ajedrez que he leído tienen en común el enfocar o ilustrar la enseñanza mediante ejemplos -combinaciones en una posición determinada o partidas completas-, y en este sentido nuestra obra no es diferente. Mas los buenos libros cuyas ilustraciones quedan mejor grabadas en la memoria son aquellos que han sabido poner buenas «etiquetas» a los buenos ejemplos. Así, «La embriaguez del éxito», encabezamiento de una de las secciones del libro de Kotov Piense como un gran maestro, dice mucho en muy pocas palabras y se explica de por sí; da cuenta del derrumbamiento de una vana e ignorante seguridad en el propio juego mejor que muchas descripciones detalladas. En el mismo caso se encuentra la terminología de Kmoch en E/poder de los peones en ajedrez, cuando habla del «despeje-tapón» (The Sweeper-SealerTwist);" cada término de esta expresión tiene un sentido preciso con vistas a la memorización. Otro tanto hemos querido hacer aquí nosotros al utilizar deficiones bien escogidas y concisas, así como ejemplos de muchos términos y conceptos ajedrecísticos más o menos conocidos. Se estima que un maestro de ajedrez es capaz de almacenar en su memoria unos 50.000 modelos de posición. Nadie hasta la fecha ha intentado averiguar en qué consisten exactamente tales «modelos», quizá por lo inadecuado de nuestro saber actual sobre la cognición humana en lo referente a percepción, memoria y reconocimiento de pautas o «tipos». ¡No hay por qué preocuparse! Eso está bien lejos del objetivo que aquí perseguimos, aun cuando pueda un día llegar a ser factible a medida que vaya progresando el estudio de la inteligencia artificial. Nuestro propósito es procurarle al estudiante serio de ajedrez, de fuerza mediana, los elementos esenciales, los componentes del arsenal básico para un juego bueno y sólido. Con estos fines corre parejas la intención de suministrar, en un libro de aproximadamente 16 5 páginas, el bagaje que juzgamos necesario para todo buen jugador «culto». Durante el desarrollo de su habilidad ajedrecística, muchos jugadores se sorprenden a sí mismos con lagunas y hasta una clara ignorancia de esta o aquella fase de la partida. Para la mayoría de los ajedrecistas de fuerza inferior a la de maestro, la fase más débil suele ser el final. Con todo, no pocos jugadores se quejan también de su incapacidad para hallar el plan apropiado a lo que evalúan como una buena posición, y todavía son más numerosos los que se sienten muy incómodos cuando la apertura no discurre por caminos bien conocidos y «teóricos», que ellos han estudiado o memorizado. Tal es, obviamente, la clara explicación y justificación de cada una de las cinco principales secciones de este libro. Todas ocupan su lugar lógico, y esperamos que la presentación del material les parezca a los lectores fácil de entender y generalizar, a diferencia, por ejemplo, del típico libro sobre una específica variante de apertura, que tiende a abrumar al lector hasta el punto de resultarle contraproducente. He aquí, pues, la cuestión clave: A partir del material presentado ¿será capaz el estudiante de encontrar, por inducción, jugadas originales y correctas en las posiciones que surjan durante sus partidas? Esto significa que, si un motivo .. Movimiento del peón que «despeja» (sweep = «barrer» o «despejar barriendo») una casilla o puesto avanzado en el propio campo, «tapona» (seal= «sellar» o «taponar») otra en el campo contrario y provoca un cambio radical, repentino y posiblemente inesperado en la estructura de peones. 12 se aplica a cierta posición con definidas características y a otras treinta posiciones con idénticos rasgos, tal vez se aplique también (modificado o no) a todas las posiciones del mismo tipo. En otros empeños intelectuales, este proceso podría igualmente llamarse generalización; pero ello no basta en ajedrez, donde hay que estar siempre alerta para reconocer las cualidades o características únicas de cada posición y sus requerimientos propios. El hallazgo de un plan adecuado, como doblar torres en una columna abierta, es sólo una pequeña parte de la completa y correcta conducción de una partida de ajedrez, que puede exigir toda una secuencia de buenos planes. El enfoque inductivo es distinto y diametralmente opuesto al que también ofrece ejemplos (la ti pica monografía de una apertura, etc.), pero requiere que el lector desarrolle sus propias ideas por «deducción» (procediendo hacia atrás) a partir de los mismos. La lección complementaria, que lleva por titulo «Indicaciones y consejos prácticos para el juego de torneo», pretende brindar unas cuantas orientaciones prácticas con vistas a un éxito efectivo «sobre el terreno». Nunca se insistirá lo bastante en la importancia deformular preguntas (las pertinentes, esperémoslo) y aprender de las propias derrotas. Cabe aquí todavía una breve advertencia. El ajedrez es unjuego arduo. No hay en él soluciones fáciles. Exige una buena dosis de trabajo duro, perseverancia y determinación, sin que ello garantice la excelencia o el éxito. Esto se debe a su carácter único, por ser a la vez ciencia, deporte y arte. No basta un mero conocimiento del modo de proceder, ni la puesta en práctica de lo que se sabe, ni el simple hallazgo de jugadas con atractivo estético o artístico. Cualquiera de estas facetas, aisladamente considerada, puede llevar a un deprimente fracaso. Al estudiante que recorra con cuidado nuestras cinco secciones principales, las asimile bien y las complete con la panoplia de «Ejercicios» y de «Indicaciones y consejos prácticos para el juego de torneo», ni siquiera podemos prometerle nada, por desgracia, en cuanto a resultados. No existe ningún sustantivo de la experiencia de los factores dinámicos del ajedrez adquirida «sobre el tablero». Podrá uno saberlo todo sobre las ideas y principios que rigen la apertura, sobre táctica y combinaciones, análisis, planificación y hasta finales, y aun así, en el momento de hacer la mejor jugada ( o una buena), no la hará. Aquí es donde la comprensión se distingue de la información o «conocimientos». La experiencia puede en esto desempeñar un gran papel. Lo demás depende de ti, lector. 13 Lecciones 14 TÁCTICA Y COMBINACIONES GEOFF CHANDLER El torneo de fin de semana quila y se acabó: no puede evitar el mate. Él mismo me lo ha enseñado después de la partida.» Acto 1 ESCENA: La sala de análisis durante un torneo de qjedrez. Los jugadores, sentados, examinan sus partidas. PEDRO, solo ante un tablero y con la mirada perdida, es la viva imagen de la desolación. Entra JuAN y se sienta frente a él. JuAN: «iHola, Pedro! ¿Qué tal te ha ido?» (PEDRO levanta la vista y empieza a mover las piezas de un lado para otro.) PEDRO: «En esta posición podía haber ganado una pieza si hubiera jugado esto y esto.» (PEDRO sigue moviendo las piezas.) PEDRO: « ... y aquí tenía un ataque de mate. Podía haber sacrificado el caballo en g7 y él lo te nía que tomar so pena de perder una torre. Luego yo hago esta bonita jugada tran- JuAN: «Parece convincente. Pero ¿qué has hecho en defuritiva?» PEDRO: «iHe perdido!» Telón Esta pequeña escena se repite una y otra vez en Jigas y torneos al acabarse las partidas. El acto podía haberse prolongado, con Juan preguntándole a Pedro por qué babia jugado tan mal, cómo no babia visto esto o aquello, pese a llevar 15 años participando en campeonatos. Y con Pedro respondiéndole con las clásicas disculpas: tenia demasiado trabajo, se encontraba enfermo, babia dormido mal, el tráfico le babia puesto nervioso o ... [le había atacado un enjambre de abejas! A Pedro no le faltarán nunca excusas por haber perdido una partida, en vez de admitir que: 15 a) no entra en sus planes emprender un ataque con sacrificio a menos de contar con un 110% de probabilidades de éxito; b) le encanta, sí, ganarle piezas a su adversario, pero jamás intenta profundizar en las posiciones que requieren jugadas sutiles. LECCIÓN 1 Estas lecciones van destinadas a todos los «Pedros» que frecuentan las salas de torneo. Antes de empezar a poner gotas de veneno a las flechas de los estu- diantes, definiré los términos «táctica» y «combinación». T•etica Llámase así la lucha cuerpo a cuerpo que tiene lugar sobre el tablero cuando las piezas de ambos bandos entran en contacto directo unas con otras, por ejemplo atacando y defendiéndose. En esencia, una jugada táctica entraña una amenaza o serie de amenazas a las que el adversario ha de responder inmediatamente. De ordinario se trata de una secuencia forzada, por lo que el número de réplicas posibles suele ser limitado. Tabla l. «Árbol táctico» con una lista de motivos tácticos en las combinaciones Ataque de mate Tipos de mate Ganancia de material Mate ahogado Ganancia de una pieza dejada en prise (sin defensa) Mate del «pasillo» Amenaza inadvertida Persecución del rey «Horquilla» de caballo Sacrificio clásico del alfil «Pinchos» y otras «horquillas» Jaque doble y a la descubierta Clavadas Doble sacrificio de torre Doble sacrificio de alfil Ataque a un «punto flaco» ( cualquier casilla guardada sólo por el rey) 16 Pieza sobrecargada Pieza «desesperada» Coronaciones o promociones de peón Ataque a la descubierta Posicional De tablas Creación de un peón pasado Tablas por ahogado Puesto avanzado del caballo Jaque perpetuo Torre(s) en séptima Liquidación con vistas a un final ganado Destrucción de la estructura de peones Control del centro Obtención del par de alfiles Cambio oportuno de damas Reducción a finales teóricos de tablas, v. g. dos caballos y rey contra rey, alfil malo y peón de torre, etc. Combinaci6n La combinación es una serie de jugadas tácticas que se hacen para obtener una ventaja ( o para disminuir o neutralizar una desventaja). El número de movimientos es muy variable: podrán ser dos, cinco o quince ... Hay cuatro principales tipos de combinación: l. Ataque de mate. 2. Combinación para ganar material. 3. Combinación posicional. 4. Combinación de tablas. En cada una de estas clasificaciones existen muchos «trucos del oficio», que constituyen el grueso del arsenal de todo ajedrecista. Para ayudar al estudiante, le ofrecemos aquí, en forma de tabla, un «árbol táctico» con una lista de los principales motivos tácticos que se discutirán a continuación. Cualquier buena jugada de ajedrez entra en una de estas tres categorías: l. Táctica (definida más arriba). 2. Estratégica ( despliegue de las propias fuerzas, parte de un plan de conjunto, maniobra, etcétera). 3. Forzada(huidaocoberturade un jaque, respuesta a una captura con otra, etc.). Es de notar que las combinaciones de mate y las de ganancia de material están estrechamente ligadas y que las ideas utilizadas en una combinación para ganar material pueden servir (y a menudo sirven) para dar mate al rey enemigo. Las combinaciones posicionales se juegan para ampliar el radio de acción de las piezas propias, preparando así el terreno para una futura ga- nancia de material o combinación de mate. Las combinaciones de tablas hablan por sí mismas y le brindan al jugador táctico la posibilidad de salvarse «por pelos» en posiciones perdidas, anulando la partida. Términos tácticos La mayoría de los términos tácticos se explican por sí solos, v. g. obstrucción, despeje de líneas, despeje de casillas, atracción, etc. En el Diagrama 1 las blancas utilizan estos cuatro temas para lograr el mate. l. Td4 La torre se sacrifica para obstruir la defensa negra de la casilla h4. 1 8 7 6 5 a b e d l. 2. A X e6+ e g h AXd4 Ahora el alfil despeja la columna para uso de la torre y la dama. 2. 3. Th8+ AX e6 La segunda torre se entrega para despejar la casilla hl que ha de ser ocupada por la dama, y también para atraer al rey negro a h8, lo que permi- 17 te a las blancas ganar un tiempo vi- tal. 3 ..•. 4. Dhl+ RXh8 Rg8 Nótese que, si las blancas no hubieran jugado previamente l. Td4, ahora el negro podría defenderse mediante 4 .... , Dh4. S. Dh7 mate Ahora ponemos más piezas en el tablero y nos situamos unas pocas jugadas antes. 3 8 7 6 5 4 Ataque de mate Mates tipicos y procesos mentales abe «Una profunda comprensión de las posiciones típicas de mate hace que las más complicadas combinaciones de sacrificio que a ellas conducen no sólo no parezcan difíciles, sino aun se den por supuestas» (Tarrasch). Así como un cocinero puede imaginar la versión acabada de una comida que está preparando, así también el ajedrecista debe visualizar, antes de iniciar un ataque, la posición final de mate o el mate típico que aparecerá en el tablero como resultado de su ofensiva. Veamos, para empezar, un tipo sencillo y común de mate con dama y caballo. 2 8 7 6 5 4 3 2 a 18 d e g h de gh Como el estudiante ha visto ya el mate típico con dama y caballo, no le llevará mucho tiempo elaborar la combinación correspondiente: l. Tc61 Esto impide que la dama negra siga protegiendo al caballo de f6, a la vez que despeja la diagonal bl-h7. l. 2. C X ffi+ d X c6 Rh8 3. D X h7 mate. Mirando así las cosas, el estudiante podrá apreciar lo paradójico de las combinaciones de mate, cuya idea surge a menudo ... idando marcha atrás! En primer lugar, conocíamos un mate típico y pudimos visualizarlo en la posición dada. Sólo el caballo de f6 lo impedía. Por ello nos fijamos en este caballo, encontramos una manera de quitarlo de en medio, bloqueando su pieza defensora, y ya no nos quedaba sino asestar el golpe final. Pese a la sencillez de este ejemplo, no cabe duda que hasta las más difíciles combinaciones de mate pueden dividirse en componentes sim- ples. La analogía con la cocina viene aquí a cuento. Vemos primero en nuestra mente el pastel que querem<>s confeccionar ( el mate típico), poseemos los ingredientes ( dama y caballo) y la receta ( el orden correcto de jugadas). El diagrama que sigue nos muestra otro mate típico, con torre y caballo esta vez. 4 8 Al estudiante le es posible, lo repetimos, desglosar el proceso mental del que brota la combinación. El jugador experimentado resolverá pogiciones similares casi sin pensarlo, ya que tales procesos han quedado fijos en su memoria y se han convertido para él en una segunda naturaleza. «La dama podría tomar el peón h, luego la torre iría a esa columna y daría jaque, sin que nada se le interponga: [es mate!» Vista así la cosa, resulta tan fácil como... hacer un pastel. Modelos de mate (Véanse los diagramas de la página siguiente) o b e d e g h De nuevo añadimos unas cuantas piezas y damos marcha atrás. s 8 7 6 5 4 3 2 El estudiante, puesto ya sobre la pista, no tendrá dificultad en hallar la combinación ganadora. l. Ce7+ Rb8 2. D X b7+ R X b7 3. n1 mate. El estudiante observará que, en todos los casos, un alfil o una torre pueden ser sustituidos por la dama. La mayoría de las veces en que se emplean alfil y torre para dar mate, la posición de ambas piezas o de una de ellas no tiene por qué ser exactamente la misma que aparece aquí. En el Diagrama S el mate se fuerza tras l. ffí. El Diagrama W representa un mate que se da típicamente en el enroque largo; la oportunidad de jugarlo no es infrecuente, ni mucho menos. Los Diagramas X, Y y Z son mates típicos del fmal de partida, con los que el estudiante ha de familiarizarse bien; por supuesto, no se puede forzar el mate del Diagrama Z. El estudiante reproducirá en el tablero las posiciones dadas, acordándose de ir intercambiando el alfil y la torre con la dama, pues esta última es la que a menudo propina el golpe mortal. Con estas posiciones grabadas en la mente, es mucho más sencillo descubrir y calcular un ataque de mate. 19 A 8 e F G H K L D E J ~ M N o ~ 20 p Q R s T u V w X y LECCIÓN 2. 2. De8+ T X d8 3. en mate. ATAQUES DE MATE Ejemplos prácticos Algunos de los ejemplos que ofrecemos provienen de mis propias partidas o de encuentros entre jugadores de fuerza media. Ello obedece a dos razones: 1. Tales partidas tienen lugar entre ajedrecistas del mismo nivel que el de aquellos a quienes se dirige este libro, y en ellas no siempre se han hecho las mejores jugadas de defensa. Esto puede resultar muy instructivo. 2. Reproducir todas las joyas clásicas del pasado podría asustar al estudiante, llevándole a pensar que sólo los maestros son capaces de producir esas combinaciones. Sacrificio clásico del alfil La oportunidad de realizar este sacrificio se da con relativa frecuencia entre jugadores poco experimentados. El ataque se dirige aquí contra el enroque corto privado de un caballo defensor en f6. Las blancas sacrifican el alfil en h7 y luego dan jaque en g5 con el caballo. Esto despeja la diagonal dl-h5 para que la dama pueda dar el golpe de gracia. 7 Mate ahogado Todo estudiante debe conocer bien este mate, heredado de Philidor. 6 o b d e g h Posición típica para el clásico sacrificio de alfil. Aconsejamos al lector que estudie el tratamiento del ataque contra las tres posibles defensas. J. A X h7+, R X h7; 2. Cg5+ 2. 3. Dh5 o b e d e g Aitkens-Jacobs 1915 Las blancas ganan así: l. Cd6+ Rd8 h 4. 5. 6. 7. 8. (a) Rg8 Te8 D X r7+ Rh8 DhS+ Rg8 Dh7+ Rf8 Dh8+ Re7 D X g7 mate. 2. 3. Dg4 (b) Rh6 Th8 21 4. C X e6+ Rh7 S. D X g7 mate. l. Ae2 Ofreciendo a las negras un cebo en el que pican alegremente. (e) 2•... 3. h4 Rg6 Th8 TX hS 4. hS+ l. ... e X f3? 2. e X b7 A X b7 3. AbS jaque doble y mate. rs S. Dd3+ 6. e X ffi+ 7. Df3+ 8. Df7+ 9. D X hS R X ffi Re7 Rd6 Jaque a la descubierta y las blancas ganan. 3•... 4. d (el) x es Es también un arma potente. La posición del Diagrama 9 surgió de una variante poco usual de la Apertura Española. CdX e5 C X eS Rf6 Re7 S. hS+ 6. Ch7+ 7. Aa3+ Las blancas ganan. 7 6 El estudiante deseoso de profundizar en el sacrificio clásico del alfil, lo encontrará examinado con todo detalle en el libro de V. Vukovié The Art of Attack in Chess, de la serie «Pergamon». Jaque doble 5 o La fuerza de un jaque doble es a menudo suficiente para ganar. Reside en el hecho de que obliga al rey enemigo a moverse. He aquí un divertido ejemplo tomado de una sesión de simultáneas jugadas por Nimzovich, 8 8 7 b e d e g h El titular de las piezas blancas ( que jugaba en un torneo de poca categoría, Grangemouth 1980) capturó el caballo de c3 y, más adelante, salió bien librado con tablas. Si hubiera tenido mayor fe en los jaques a la descubierta disponibles, habría continuado: l. C X c6+ Ae7 2. C X e7 C X di 3. Cg6+! De7 (forzada) 4. C X e7 RfB S. C X c8 y las blancas que· dan con una pieza de más. 6 5 4 3 2 Mate del «pasillo» a 22 9 8 b e d e e;¡ h A todo el mundo le han dado algu- na vez este mate en su primera fila. iYo mismo lo recibí en cierta ocasión, y a lajugada siguiente, después de pasarme 1 O minutos reflexionando en una posición cómoda! El primer ejemplo viene de una liga entre escolares. Estamos a punto de presenciar un error muy común: jugar lo que salta a la vista. 3. Aa3+ El rey negro es empujado detrás de sus peones. 4. Tc8+ 7 AXc8 Las blancas explotan la sobrecarga de una pieza enemiga, desviándola de la protección de e8. 5. Te8 mate. 10 8 Rg8 11 8 6 5 4 5 4 3 abe de gh Las blancas continuaron 1. T X e5 y depusieron las armas tras l. ... , Te X e5, ya que lo que pretendían, 2. D X f7 +, es ahora ilegal (la dama está clavada). Tenían que haber jugado: l. D X n+ e X 2. T X e8 mate. n El ejemplo siguiente es de Vladimir Vukovié. Procederemos paso a paso, puesto que contiene varios motivos tácticos. (Véase diagrama 11.) l. D X f8+ R X f8 Las blancas debilitan la última fila. 2. Cd7+ AX d7 Ahora despejan para sí mismas la columna e y fuerzan la apertura de la columna c. 2 abe de gh La combinación es impecable. ¿Cómo hará el estudiante para rematar así una partida? Sólo podemos recomendarle que mantenga los ojos bien abiertos y adquiera el hábito de examinar, como cosa corriente, to das las capturas y secuencias forzadas. Doble sacrificio de torre La consabida batalla ajedrecística entre material y desarrollo tiene visos de durar eternamente. El doble sacrificio de torre ( con el que el atacante ofrece el jugoso cebo de sus dos torres para ganar tiempo decisivo mientras el adversario las captura) habla muy alto a favor del desarrollo. Pocos ejemplos pueden situarse a la altura de la imaginación de Jacques Mieses, que se «saca de la man- 23 ga» un doble sacrificio de torre en la posición del Diagrama 12. 12 ciones previas, mencionadas porTartakover, para que una combinación de este género sea correcta: «El rey atacado debe estar expuesto y sus piezas poco disponibles para la defensa. La torre del atacante ha de perseguir un doble objetivo: impedir que el rey enemigo huya al otro flanco y tomar parte en el asalto final sin pérdida de tiempo.» He aquí un ejemplo relativamente reciente. o b e d e f g h 13 Craddock-Mieses Tb81 l. Tras esta jugada aparentemente anodina, las blancas caen en una diabólica red: 2. 3. 4. 5. Ce4 Ac5 C X f6+ D X f6 A X c6+ b X c6 D X b8+ Parece, en efecto, como si l. ... , Tb8 hubiera sido un grave error. 6.... 7. Rdl DB Única. 7. 8. Rc2 9. Rbl DXe2+ D Xc4+ Dd3 mate. Doble sacrificio de alfll Se trata de algo bastante infrecuente en la partida real, pero su mecanismo es digno de estudio y puede aplicarse a otros muchos sacrificios típicos de ataque. He aquí las condi- 24 5 4 3 2 o b e d e g h Miles-Browne, Lucerna (ol.) 1982 Miles remató así la partida: l. A X h7+! R X h7 2. DhS+I Rg8 3. AXg71 RXg7 Si 3 .... , f6, sigue 4. Dh8+, Rf7; 5. A X f8 amenazando 6. Dh7+. 4. Dg5+ 5. Df6+ 6. Tc41 Rb8 Rg8 (l-0) De hecho, los dos alfiles se utilizan como carne de cañón para abrir brecha en la fortaleza del rey contrario y permitir así la penetración de la artillería pesada (dama y torre) para dar un típico mate. La falta de defensores en el flanco de rey constituye la base de éste y otros asaltos violentos, incluido el del ejemplo siguiente. Ropajes reales Las blancas tienen dama, torre, alfiles y caballo a «tiro de piedra» del rey negro. Con semejante fuerza de ataque pueden permitirse el lujo de sacrificar un par de piezas y disponer todavía de suficiente ventaja de material en el ala de rey. El remate es tan directo como brutal: Por esta razón los jugadores débiles desaprovechan no pocas veces la oportunidad que se les presenta de dar caza al monarca enemigo, al faltarles la audacia necesaria para sacrificar material si no han podido analizar completamente la posición. Un jugador más fuerte no se molestará siempre en analizar todas las posibles variantes, pues le basta con saber que un rey que sale «de paseo», exponiéndose al fuego abierto de las tropas enemigas, raramente sobrevive. 15 14 a b e d e g h Shestoparov-Serzhanov, URSS 1955 l. T X dSI A X as 2. A X h71 R X h7 3. Cffi+ con mate inevitable. (3 .... , g X f6; 4. DhS+, Rg7; 5. Dh6+, Rg8; 6. A X f6.) Persecución del rey Aquí el rey es invitado o forzado a salir a campo descubierto, donde se le da mate. Muy a menudo es imposible calcular hasta el fin una combinación de esta clase, y el atacante ha de confiar en su «instinto» para prever el desenlace. a b e d e g h Mullen-Weedon, Edimburgo 1980 1. en 2. D X h7+ 3. Ad4+ R x Rffi rt RgS Hasta aquí había llegado el cálculo de las blancas. Ahora emplearon 5 minutos para dar con la continuación decisiva: 4. g3 Las negras no pueden parar la amenaza 5. Dh4 seguido de 6. Df4 mate, sino a costa de ruinosas pérdidas. 25 8. DXdB 9. Ddl Combinaciones contra el <<punto naco» Este concepto no es enteramente nuevo en estrategia ajedrecística, ya que todos los jugadores lo reconocerán si les digo que es el «punto flaco» de las negras al principio de la partida. En la posición característica del enroque corto, la casilla g7 está protegida sólo por el rey, por lo que es ahí donde las negras se muestran más débiles. n Ab4+ AXdl+ Las posibilidades de ambos bandos son aproximadamente iguales, aunque nadie parece estar muy seguro de esta posición. La oportunidad de jugar combinaciones contra o f2, si las blancas se descuidan) se da con mayor frecuencia en las partidas de aficionados. Las lecciones introductorias de este manual, unidas a la experiencia del propio jugador, debieran bastar para un conocimiento de las condiciones previas, ya que la mayoría de las combinaciones contra un rey no enrocado figuran como notorias celadas en los libros de aperturas. Daré aquí dos ejemplos en posiciones menos familiares. El primero es lo que «habría podi do pasar» entre dos jugadores famosos por sus fulminantes ataques. n( Alekhine-M, arshall l. d4 2. c4 3. Cf3 4. Cfdl • = punto flaco n Las combinaciones contra son muy raras en las partidas entre maestros, pero existe una línea del Gambito Danés donde las negras inducen a su adversario a que las ataque en ese punto, con la intención paradójica de aminorar su fuerza ofensiva: l. e4 d4 e5 eX d4 A X bl 6. A X d5 7. A X n+ d5 Cf6 2. 3. 4. 5. 26 c3 Ac4 d X c3 e X bl axn crs e6 Ce4 Ab4 «Celada típica de Marshall» (Alekhine). Alekhine continuó 5. Dc2 y ganó más tarde la partida convincentemente. Si hubiera escogido la jugada «de café» 5. a3?, que parece natural, se habría encontrado súbitamente perdido tras 5 .... , Df6. La casilla n puede constituir también un buen blanco con el rey enrocado, pese a su aparente seguridad. He aquí un típico «rayo caído del cielo» que podría igualmente catalogarse entre las combinaciones de mate en la última fila (mate del «pasillo»). sas, los reyes enrocados suelen gozar de vida más larga que los que se quedan en el centro; g7 es más difícil de atacar que f7. Una acumulación de tropas contra g7 es con frecuencia el principio del fin. McNab-Mullen 8 7 6 5 4 8 2 6 17 5 a d e g 4 3 l. Ag4? Sin darse cuenta de 2. O X f7+1 Y las negras, aún no repuestas del susto, abandonaron. El «punto flaco» en g7 Con jugadas naturales de desarrollo, el ajedrecista puede bastante fácilmente dirigir sus armas contra los puntos flacos f7 y g7. El verdadero punto flaco de una posición enrocada es g7 ( o g2). Sin embargo, no es tan sencillo para las blancas acumular fuerzas contra esa casilla, y en general tienen que emplear más tiempo en coordinar sus piezas si quieren atacarla. En algunas variantes de la línea principal de la Apertura Española no es raro ver al caballo de dama blanco saltando por todo el tablero para alcanzar la casilla f5 y, desde allí, «vigilar» el punto g7; por ejemplo, Cbld2-e3/g3-f5. Sólo el alfil de dama es capaz de apuntar directamente a g7 desarrollándose de modo normal ( en fianchetto o, en ciertos casos, mediante Ah6). Por esto, entre otras co- e o Capablanca-Corio El caballo blanco es un valiosísimo elemento en f5, y un simple recuento de las fuerzas atacantes y defensoras próximas al rey negro permite vislumbrar la catástrofe que se avecina. l. Ah6t 2. AXg7 Ce6 Cf4 A 2 .... , C X g7 seguirla 3. Dg4, f6; 4. Ch6+ ganando la dama. 3. A X e5 Cg6 4. Ch6 mate. Una advertencia: lno se pierda tiempo de reloj buscando mates que no existen! No basta con quererlo para que una posición determinada encierre una combinación. El estudiante debe ejercitarse en ataques tí picos de mate y sacrificios combinativos para despertar en si mismo el «instinto ajedrecístico». Así empezará pronto a reconocer los tipos de po sición que contienen las semillas de 27 tales combinaciones. Entonces le será también más fácil jugar partidas de ataque y encontrar las casillas más agresivas para sus piezas. ¡Una combinación de mate es de ordinario la más sencilla de jugar, comparada con las otras tres principales categorías! Hasta el más simple de los ordenadores puede producir un dificil mate en seis jugadas si toda la secuencia de movimientos es forzada. Con el jaque mate se acaba la partida. El estudiante no necesita ir más allá en sus cálculos ( aunque quizá tenga que anticipar alguna trampa de su adversario). Pero al jugar una combinación de ganancia de material, posicional o de tablas, ha de ser capaz de evaluar correctamente la posición que surgirá después. servir de estimulo al estudiante, le diremos que la habilidad táctica se mejora considerablemente con el estudio. Citemos de nuevo a Réti: «Es un error creer que combinar depende únicamente del talento y no puede adquirirse. Los mismos elementos, como ataques dobles, clavadas, obstrucciones, etc., se repiten una y otra vez en asociaciones más o menos complicadas. Cuanto más los ve uno, más fáci) le resulta concebir y llevar a cabo esas combinaciones.» Posiciones prácticas Llamarse a sí mismo «jugador posicional» y evitar como la peste las situaciones tácticas por miedo a no tener suficiente habilidad para afrontarlas es puro engaño. Si ello puede En todas las posiciones que siguen (Diagramas 18-29), el bando a quien toca jugar tiene un mate forzado. Algunas soluciones son un poco largas, Jo que ha de convencer al estudiante de que la dificultad de una combinación no tiene gran cosa que ver con el número de jugadas de que consta. Hallar la mejor jugada en una posición compleja puede llegar a ser casi un imposible aun para el más brillante de los maestros, pero descubrir un mate forzado en nueve jugadas resulta relativamente fácil si se 18 19 «El conocimiento de tas combinaciones es la base del juego posicional. Esta regla se ha mantenido firme a lo largo de la historia del ajedrez, y siempre será poco cuanto hagamos por inculcársela al joven jugador» (Réti). o b e (a) Blancas 2 28 d e g h (b) Blancas 2 o b e d (a) Blancas 2 e g h (b) Blancas 3 21 20 a b e d f e g h Blancas 3 Blancas 3 23 22 6 5 4 3 2 e d e f g a h b e d e f o h Blancas 5 Blancas 4 24 8 25 8 7 7 6 6 5 5 4 4 3 3 2 e d e Blancas 5 f g h a b e d e f g h Blancas S 29 27 6 5 4 3 2 o f g abcdetoh h Blancas 6 Blancas 6 29 l8 5 4 3 2 o b e d e f g h Blancas 5 conocen los temas típicos y se posee la voluntad de calcular. Algunas de estas posiciones están tomadas del excelente libro de Locock (ya hace mucho agotado) Imagination in Chess. Locock opinaba que Ja imaginación en ajedrez no es un talento innato, sino que puede enseñarse, y probaba su tesis ptesentando a sus alumnos posiciones como éstas. Soluciones 18a. l. D X a7+, D X a7; 2. ex c1 mate. 30 abcdefgh Negras 9 18b. 1. Th8+, R X h8; 2. Dh7 mate. 19a. l. D X c6+, b X c6; 2. Aa6 mate. l 9b. l. Tf8+, C X f'8; 2. Affi+, Rg8; 3. Ch6 mate. 20. l. Th7+, R X h7; 2. crs, Rh6; 3. Th7 mate. 21. l. Ce7+, T X e7; 2, Df'8+, R X f8; 3. Th8 mate. 22. 1. crs+, g X f6; 2. Df'8+, R X f'8; 3. Ah6+. Iu8: 4. Te8 mate. 23. l. T )( g7+, R X g7; 2. Dg5+, Rb8; 3. Df6+, Rg8; 4. Tgl+, Dg4; 5. T X g4 mate. 24. l. cs+, e X f6; 2, A X h7+, Rh8; 3. Ag6+, Rg8; 4. Dh7+, Rf'8; 5. D X rt mate. 25. l. Tf'8+, D X f'8; 2. Th2+, Rg8; 3. To8+, R X h8; 4. Dhl +, Rg8; 5. Dh7 mate. l. Td8+, TXd8(1. ... ,AXd8;2. Dn+, Rh8; 3. Df8 mate); 2. Da2+, Rh8; 3. en+, Rg8; 4. Ch6+, Rh8; 5. Dg8+, T X g8; 6. en mate. l. D X f6, g X f6; 2. A X f6+, Rg8; 3. Tgl +, Rf8; 4. Cd7+, Re8; 5. Tg8+, R X d7; 6. Td8 mate. l. Dd8+, Rg7; 2. T X gS+, h X g5; 3. h6+, R X h6; 4. Oh8+, Th7; 5. O X h7 mate. l. ... , T X bl+; 2. R X bl, Tal+; 3. RX al,Da4+;4. Rbl,Da2+; 5. Rcl, Da l+; 6. Rd2, D X b2+; 7. Rd3, Oc2+; 8. Rd4, Dc4+; 9. Re5, Dd5 mate. 26. 27. 28. 29. temente inocuas; el negro, creyendo que su adversario rehúye la lucha abierta, le arrebata un peón. El resto es historia. He aquí las primeras jugadas: eS l. e4 2. en d6 Cf6 3. c3 4. Ael S. Da4+ C X e4? y las blancas ganan el caballo de e4. Amenaza inadvertida Sólo los más novatos entre los afi cionados a nuestro noble juego dejan piezas sin defensa en casillas atacadas. Esta sección trata de las piezas que «cuelgan» en posiciones plausibles. «¿Qué trama mi adversario?» Tal es la pregunta que todo ajedrecista debe hacerse después de cada jugada, aun en medio de una secuencia de movimientos forzados. Examinando cuidadosamente las posiciones donde se han cometido errores, el estudiante desarrollará en sí mismo un sistema automático de alarma. Sonarán timbres, se encenderán luces rojas y las células de la memoria empezarán a agitarse. (Mucho podría también decirse en pro de una buena noche de sueño antes de una partida importante.) 30 31 LECCIÓN 3. COMBINACIONES PARA GANAR MATERIAL Pieza «en prise» 6 5 5 4 4 3 3 2 a b e d e 9 h La causa más común suele ser la captura irreflexiva de peones. Por ejemplo, las blancas efectúan unas cuantas jugadas de apertura aparen- a b e d e 9 h Todd-Chandler, 1982 l. ... Cg4?! 31 Tendiendo una diabólica celada. 2. AXc5'l AX c5 3. C X c5 Cd4 Descubre una ataque sobre el caballo blanco y amenaza 4 .... , C X f3+ seguido de mate en h2. ganaba un peón y abría la posición del rey blanco. Yo había profundizado más y encontrado un ataque doble que forzaba a las negras a abandonar inmediatamente. l. 5. ... b6 T X g2+ O X c2+ 3. R X g2 4. Afl 4. g3 C X c2 5. C X b7?f ... Este desesperado caballo no llega a tanto como su contrincante negro. Das+ 2.oxrs D X dl Todo, hasta aquí, de acuerdo con el plan de mi adversario. S. Td4 C X al 1-0 Las negras reciben mate o píerden la dama. 0-1. Ataque doble Ataque a la descubierta El ataque doble es en realidad una «horquilla» que se da dentro de un marco más o menos complícado de jugadas. El Diagrama 31 es un buen ejemplo de ataque a la descubierta. El Diagrama 3 3 tiene por tema principal un ataque a la descubierta, pero constituye también un caso curioso de «ceguera ajedrecística». 32 33 8 7 6 5 4 2 o b e d e g h Chandler-Austin, Edimburgo 1977 En esta posición llevaba yo la calidad de ventaja y buscaba un modo decisivo de rematar la partida. Veía una amenaza distante, por parte del negro, basada en la torre de g6 que tenía enfilado a mi rey. Le permití, pues, jugar una «combinación» que 32 o b e d e g h Girvan-Chandler,Edimburgo 1980 Las blancas habían jugado su peón a a3 para prevenir posibles jaques del alfil negro en b4 y, con esta idea en el subconsciente, prosiguieron. l. C X d4?? ... Debo confesar que me sentí aquí como un pescador que no recuerda dónde ha colocado sus nasas. De alguna manera estaba seguro de que ese peón no podía tomarse ... Por fin lo vi claro: Las blancas crean amenazas de mate en la última fila. La dama negra protege a un tiempo esta fila y el alfil. es (b) e2 2. Td8+ DXd8 3. D X eS seguido de mate. l. Y ahora viene el ataque a la descubierta contra la dama. (e) De8 2. D X eS+ D X eS 3. Td8+ seguido de mate. l. Ab4+ AXd2+ 2. 3. Dd2 Dx 2. Td8+ Df8 3. T X f8 mate. CXd4 l. ... 2. DXd4 (a) l. ... Pieza sobrecargada Pieza «desesperada» Las piezas de ajedrez son perezosas; odian sus deberes de defensa, pero los toleran por necesidad. Con todo, si uno asigna demasiadas obligaciones de ese tipo a una sola pieza, ésta dejará oír por todo el tablero sus quejas de insuficiente paga. Hemos visto ya un perfecto ejemplo de pieza sobrecargada en el Diagrama 11. (Véase p. 23.) El tema es siempre el mismo: ninguna pieza puede estar en dos sitios a la vez. 34 8 Trátase de una pieza a punto de ser capturada, pero que, mientras está viva, vende su pellejo lo más caro posible. En la sección dedicada a los «puntos flacos» vimos ya una «dama desesperada» en el Gambito Danés. Las blancas jugaron 9. Dd2, cambiándola por el alfil y restableciendo así la igualdad de material. El diagramasiguienteesdeA.RB. Thomas. 35 B 7 7 6 6 5 5 3 2 o d e g h Taimanov-N. N., URSS 1978 l. Cf'SI o b e d e g h Aparecen aquí dos «desesperados» potenciales que venden caras sus vidas por peones. 33 3. D X «;+ 4. CdS+ AXfi AXgl l. CXf8 2. ex h7 l-0 El alfil trata de emular el alarde de tendencias suicidas del caballo. an 3. ca;+ Si 3 .... , g X f6, 4. R X g2 y las blancas ganan el final. 4. Cd7 S. C X b6 R X f6 Ae4 Clavadas Esta posición se dio en un campeonato de liga jugado en Edimburgo. No recuerdo los nombres de los adversarios, pero presencié lo siguiente: y ambos «desesperados» sobreviven, pero el caballo blanco ha causado mayores estragos y logrado un final con ventaja decisiva para su bando. 8 «Horquilla» de caballo 4 37 5 He aquí una bonita secuencia donde la «puntilla» es dada por el caballo. 36 3 2 a e l. AaS g h b6?? Desestimando la clavada o, simplemente, no viéndola. 2. Ac3 a b e d e g Henley-Matko, l. T X c3 2. Dd4+ h 1982 TX c3 ors La jugada que, según las negras, el blanco no había previsto. Mas todo ello formaba parte de un plan para crear una estructura geométrica que permitiera la «horquilla» de caballo. 34 Zugzwang. Cuando a las negras se les acabaron las jugadas de peones en eHlanco de dama, tuvieron que mover el rey, abandonando el caballo a su destino. «Pinchos» El «pincho» se basa en el mismo principio que la clavada, donde dos piezas quedan enfiladas en la misma línea de acción. Aquí la pieza atacada y obligada a moverse es la más va- liosa, permitiendo la captura de la otra pieza de menor (o igual) valor. Al «pincho» suele también llamársele ataque de «rayos X». El rey es, de ordinario, su primer objetivo. El diagrama anterior (39) es un famoso final de Stamma. Las negras amenazan simultáneamente 1 .... , R X c4 y 1 .... , Thl mate. l. Th4! 38 Amenazando 2. Ta3 mate. l. TX h4 2. Tal+ R juega 3. Ta4 ganando. La torre de h4 está «pinchada». Coronaciones o promociones de peón obcde gh Las blancas ponen a su adversario ante una desagradable alternativa: dejarse clavar la dama o ser víctima de un «pincho». l. O X d7+! O X d7 2. e6+ Las combinaciones de este tipo están siempre en el aire cuando un peón llega a la 6.• o 7 .• filas. El estudiante debe hacerse con un repertorio de «trucos» relacionados con las coronaciones de peón, para usarlos en el futuro. Los tres que siguen constituyen una buena base. Si 2 .... , D X e6, 3. Ac4 y la dama queda clavada. Y si 2. l. Tf8+ Desviando al rey enemigo. RXe6 3. Ahl+ 40 8 iEI «pincho»! Ahora las blancas hacen tablas con facilidad, al no tener ya la calidad de menos. 39 2 abe de gh l. TXf8 2. g X h7 ganando. o b e d e g h El diagrama (41) muestra una posición sencilla que encierra una estratagema digna de conocerse. 35 41 o b e l. Td8+ d e g h Te8 Esta defensa suele ser suficiente en casos similares, pero no aquí. 2. T X e8+ T X e8 3. Ad8 ganando. El Diagrama 42 es un ejemplo de subpromocián victoriosa, entre otros muchos. de las piezas propias. La necesidad de llevarla a cabo surge de ordinario cuando el jugador disfruta de ciertas ventajas que no pueden ya ser mantenidas. Supongamos, por ejemplo, que un jugador lleva ventaja de desarrollo y espacio, pero no encuentra el modo de montar un ataque de mate ( debido, tal vez, a un cambio previo de damas y al de un par de piezas menores). Cualquier otra estrategia o línea de pensamiento basada en la búsqueda de una combinación para ganar material puede también ser infructuosa si el adversario no ha dejado puntos débiles que sirvan de blancos de ataque. Las ventajas de desarrollo y espacio tienden a disiparse si no se aprovechan de inmediato, por lo que el jugador debe buscar algún otro medio de conservar la iniciativa y no dar tregua a su rival. 43 8 42 8 7 6 7 6 5 5 4 4 3 3 2 2 o obcde e d e o h gh l. Tf8+ TX f8 2. Db7+ R X b7 3. g X f8=C+ ganando. Combinación posicional Una pura combinación posicional sirve no para ganar material, sino para incrementar el radio de acción 36 b En este ejemplo las blancas truecan su ventaja de espacio y desarrollo por un par de torres activas. (Las torres activas redundan por lo general en ventajas permanentes.) l. C X d7 2. Ah7+ 3. TX d7 AXd7 RXb7 Ahora podría seguir 3. 4. Tel Tac8 Con la idea de 5. Tee7, que daría gran superioridad al blanco. 44 no para salvarse es la llamada «maldición del torpe»: el rey ahogado. jT odo el mundo ha experimentado alguna vez, estoy seguro, la horrible sensación que resulta de echar por la ventana una partida ganada al permitir las tablas por ahogado! 45 8 7 6 5 o b e d e g h Aquí las blancas simplifican el juego por medio de cambios para transformar su ventaja principal, una mayoría de peones en el flanco de rey, en victoria. l. 2. 3. 4. 5. T X d7+ C X d7 TXd7+ RXd7 Cb6+ Rd8 (o Rc7) CXc8 RXc8 g5 ganando. V. g.: 5 •••• , h X g5; 6. hS! y ganan. S •... , Rd8; 6. g X h6 y ganan. S •... , h5; 6. g6 y ganan. Combinación de tablas Como el nombre mismo lo indica, se trata de una combinación para intentar salvar un juego perdido. Las leyes del ajedrez prevén algunos recursos que ayudan, en posiciones muy críticas, a evitar lo peor. Uno de ellos es el jaque perpetuo, caso especial de repetición de movimientos en el que ninguno de ambos rivales puede hacer progresos. Entonces la partida se declara tablas. Otro cami- obcde gh Aunque se trata de un final compuesto, tenemos aquí un maravilloso ejemplo de las posibilidades de salvación que a menudo se le escapan al jugador inexperimentado en una posición que parece inevitablemente perdida. Las negras juegan: l. 2. Rg2 3. R X hl Tdl+ TXhl Rb6 Y ahora el blanco no puede sino contemplar desolado cómo el rey contrario se dirige a la casilla a4 para encerrarse allí mediante a5 y quedar ahogado. iEI juego es tablas! Otros recursos que permiten llegar a un final de tablas y que el estudiante debe conocer son, por ejemplo, los alfiles de distinto color, el alfil malo con el peón de torre y los dos caballos contra el rey. El Diagrama 46, otro final compuesto, es una bella ilustración del arte de salvar un juego perdido. l. Tal Rg2 37 2. A X f1 3. AX a6? 46 Rf2 3. Ah3 o 3. Tf4+ ganaban. 3 .... Tg2+ Y el negro sigue dando jaques en gl, g2 y g3. Tablas. Alfiles de color opuesto o b e d e g h 2. Rb8! Afl 3. Ta7 bl=D (o T)+ 4. Tb7 Dgl 5. Tg7+ tablas. Jaque perpetuo Este procedimiento para hacer tablas ( el acoso incesante) me salvó de la derrota en la siguiente posición de una partida de torneo. 47 El estudiante ha de aceptar con reservas la regla de que «los finales con alfiles de distinto color son siempre tablas». Digamos más bien que un final con alfiles de color opuesto puede muchas veces ganarse, pero para ello hay que superar bastantes dificultades técnicas. 48 8 6 5 4 3 o b e d e g h El siguiente análisis de Mednis es un ejemplo en el que las blancas ven frustradas sus esperanzas de triunfo. o b e d e g h Deacon-Chandler, Alnwick 1979 l. ... fl=D!? El náufrago se agarra a un clavo ardiendo. Todavía me quedaba algo que ofrecer como cebo... ¡Ahora o nunca! 38 l. ... 2. d6+ Ae7! Si 2. Rd4, Af6+; 3. Re4, Ae7; 4. c6, Ad6 y el alfil negro permanece en la diagonal a3-f8, impidiendo todo progreso. 2. 3. cXd6+ AXd6 RXd6 Y aunque las blancas poseen el «buen» alfil respecto a su peón de torre, el rey negro llega a b8 y no puede ser forzado a abandonar el rincón. Tablas. LECCIÓN 4. POSICIONES INSTRUCTIVAS Y CONSEJOS CONSTRUCTIVOS Confío en que el estudiante añada nuevos recursos a su repertorio estudiando las siguientes posiciones y partidas. La táctica constituye una buena parte del arsenal del jugador de éxito. He aquí una selección de errores típicos del ajedrecista medio. Aceptación de lo obvio ( 1. • parte) 7 1. B X c6 l. a6 2. T X a7 mate. 2. Cc7 mate. Durante ese tiempo estuve yo rezando a todos los santos que conocta. Finalmente... [mi adversario abandonó!Podía haber hecho al menos tablas mediante l. 2. RXgl 3. Df3 DXg2+! AXc6+ AXf3+ Aceptación de lo obvio ( 2. • parte) La posicióndel diagrama siguiente surgió en un encuentro por correspondencia entre Escocia y Austria. 50 8 6 7 5 6 4 5 3 4 2 3 o g h Chandler-Austin, 1980 Las negras reflexionaron de 5 a l O minutos buscando algún modo de parar el mate que se amenaza tanto en a7 como en c7. Existen tres caminos distintos para llegar a tal desenlace. CXc6 Cc7+ Rb8 Ca6+ Ra8 Db8+ ToCXb8 Cc7 mate. l. ... 2. 3. 4. 5. obcde gh Chandler-Parker Las blancas acaban de capturar un caballo en d4. La amenaza es: 18. T X h7+ R X h7 19. Thl+ Ah6 20. D X h6 mate. El cartero me trajo una buena sorpresa: ilas negras abandonaban! Sin embargo, continuando 39 17. ... Ag4! no sólo salvaban la partida, sino que ganaban en muchas variantes, por ejemplo: 18. T X b7+ 19. Tbl+ 20. g4(?) De acuerdo, podemos perdonárselo. Todo el mundo tiene descuidos como éste. Pero... 52 RXh7 AhS TO+ ganando. No se sobrestimen las posibilidades de ataque del adversario. Hay que defenderse con sangre fría y examinar todas las jugadas, por absur- das que parezcan a primera vista. o iNo bagas como Lipschuetz! En otras palabras, no dejes que se empolven tus derrotas y descuidos tácticos. Es buena idea dedicar algún tiempo a estudiar los propios errores. A quien, partida tras partida, sigan pasándosele por alto las combinaciones tácticas, no le vendrá mal tomarse un buen «descanso»para afilar sus armas. El ejemplosiguientemuestra otro caso de victoria fallida, por parte de las blancas. l. Db8+ 2. Tt'8 mate. RX b8 SI 8 b e d e O Lipschuetz-Lasker Otra vez se les pasa a las blancas el mismo tipo de combinación. Tenían que haber jugado: D huye de la amenaza 2. Th8+ RX h8 3. Dh3+ Rg8 4. Dh7+ y mate a la siguiente jugada. l. Th4 No hay nada peor que ir por la sala de análisis buscando la conmiseración de los demás sobre una partida que «podía haberse ganado». ¡A nadie le interesa! Previsión táctica 6 5 4 o b e d e O Lipschuetz-Zukertort 40 Un cálculo correcto es necesario para cualquier clase de combinación. Lo principal, no obstante, es ser capaz de evaluar con acierto la posición que surgirá cuando la combinación se haya jugado. A veces ronda entre bastidores alguna funesta contracombinación que nadie ve hasta que la posición se aclara. En otras ocasiones puede haber un «truco» que nos pille por sorpresa. El Díagra- 53 cálculos, aunque sea un solo movimiento ... Jugada rutinaria En el Diagrama 16 vimos ya un caso de jugada rutinaria ( l. ... , Ag4?). En el ejemplo que sigue, la serie que conduce al error contiene varios motivos tácticos ya explicados. o b e d e g h ma 5 3 constituye un perfecto ejemplo de lo que decirnos. La posición viene de una variante de cierta partida mía. Parece, en efecto, como si las blancas dispusieran de una «horquilla» potencia! en e 7. Podrían atraer la dama negra a a8 y destruir el defensor de la casilla crítica ( el caballo de e6). Todoestoescosafácif. Solo queda por comprobar si el caballo y rey blancos podrán después detener el avance de los peones enemigos del flanco de rey. Una vez más, no parece que haya problemas. El peón e de las negras estará doblado, el caballo blanco capturará el peón e vía b6 y luego bloqueará la columna e. Por su parte, el rey blanco no tendrá dificultades en llegar a tiempo para apoderarse del eventual peón pasado en la columna h. El juego prosigue: l. T X a8 2. DXe6 3. ec7+ 4. ex a8 DXa8 dXe6 Rd7 Y se acabó la «combinación». Las blancas pueden mirar al futuro con optimismo, ¿no es así? 4. ... Rc6! iAaay! El caballo blanco está condenado y las negras ganan fácilmente el final. Tratemos siempre de ir «un poquito más allá» en nuestros 54 8 6 5 4 3 a d e g h Ratcliff-Chand/er, Edimburgo 1979 e X d4 l. ... Ataque a la descubierta contra el alfil blanco. 2. AX t7+ Pieza desesperada. 2.... 3. ex d4 4. Ab2 5. Ce2 TXf7 Dc7 eS Td8 Amenazando un ataque a la descubierta contra la dama. 6. Tdl Clavando el alfil. 6. ... Tft'S 41 Mitigando la clavada y renovando la anterior amenaza. 7. DdS+ 8. Dd6?? Rh8 Lajugada rutinaria 8. Db3 era aquí correcta. 8. ... Aa41 Descubre un ataque doble contra la dama, «pincha» una torre y amenaza mate por rayos X en una jugada. [Con razón el gran maestro norteamericano Lombardy llama a tales jugadas (8.... , Aa4!) «rompehuesos» (bone crushers)! 0-1 Ideas en acción Las breves partidas tácticas que siguen le permitirán al estudiante ver en acción algunos de los conceptos tácticos ya explicados. No se deje nunca pasar la oportunidad de examinar cualquier miniatura (partida de menos de 25 jugadas) disponible. Tales partidas suelen contener útiles ideas tácticas que pueden reproducirse en el propio juego. Algunos ajedrecistas de categoría media evitan todo enfrentamiento directo con sus rivales en la primera etapa de la partida, pero si un error de apertura no se castiga inmediatamente por medios tácticos o posicionales, jese error se convierte muchas veces en buena jugada! Aprender de partidas cortas Alguna vez en el pasado estudié las tres siguientes celadas de apertura. (En mis tiempos de principiante llegué a llenar cuadernos enteros con todas las celadas y partidas breves 42 que caían en mis manos.) Sin este fundamento táctico se me habrían ciertamente escapado numerosas posibilidades de sacrificio en las partidas que he jugado después. l. 2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9. 1 O. e4 Cc3 Ac4 DhS Ab3 d4 CdS De2+ Cf6+ Ah6 mate. l. e4 2. ca 3. Cc3 4. Ac4 s. 0-0 6. CdS 7. d3 C. c3 9. C X f6+ 10. n, e x es es Cf6 C X e4 Cd6 Cc6 e X d4 g6? Ae7 Rf8 eS Cc6 Ab4 Cf6 d6 Ac5 Ag4 Ce7? g X f6 A x di A X f7+ Rf8 12. Ah6 mate. l. 2. 3. 4. e4 Cc3 e X d5 Cge2 s. g3?1 6. Ag2 7. A X d5? 8. ex dS 9. Rfl Cf6 dS CXd5 Ag4 Cc6 ces DXdS ca+ Ah3 mate. O bien 8. 0-0 9. Rhl 10. ll. ex Rgl ca+ dS Cg5+ Aa+ Ch3 mate. El común denominador de las tres partidas que acabamos de ver es el alfil que se desplaza a h6 o h3 para dar mate. Chandler-Gillain, Edimburgo 1981 Cuatro Caballos l. e4 2. Cf3 3. Cc3 eS Cc6 AcS(?) Las blancas pueden aquí lograr una pequeña ventaja posicional mediante el «truco de la horquilla», 4. C X e5, pero acepté el riesgo de esperar a que se me ofreciera la oportunidad de algo mejor. Ésta llegó, y por poco me quedo con un juego perdido por no lanzarme inmediatamente contra las negras. 4. AbS s. 0-0 6. d3 7. AgS d6 Ag4 Cf6 AX f3? Hasta ahora las blancas habían estado haciendo jugadas rutinarias, pero el negro, con este cambio no provocado, les permite obtener ventaja. Era mejor 7 .... , h6. 8. D X f3 9. CdS!? a6 aXbS Aquí yo intentaba seguir 10. C X f6+, g X f6; 11. A X f6 capturando la torre. De pronto sonaron los timbres de alarma y me percaté de que las negras podían replicar 11. ... , Cd4! a mi captura de torre. Los jugadores medios tienden a no ver las amenazas de su contrincante, pero descubrenjugadas como 11. ..., Cd4! cuando están «con el agua al cuello». Al estudiante no puede menos de serle útil conocer cómo reacciona el jugador débil y superficial en situaciones tácticas. En el caso que nos ocupa, [mi única esperanza era darle una jugada de respiro para no forzarle a encontrar la mejor continuación! Entonces, como eco lejano del pasado, me vino a la mente el modelo de mate típico con alfil y caballo. 10. c3 11. O X f6! 12. C X f6+ 13. Ah6 mate. Ce7 g X f6 Rf8 ¿Suerte? ¡Sí! Pero aposté por su deseo de desclavar el caballo. La jugada 10. . .. , 00 perdía tras 11. C X f6+. La de las blancas 10. c3 invitaba a una respuesta que parecía natural. Me gustaría poder decir que yo hubiera encontrado 11. D X f6! sin previo conocimiento ni recuerdo de ejemplos similares, mas esto sería falta de honradez por mi parte. En el ejemplo siguiente, hablaremos, más que de lo que sucedió, de lo que pudo haber sucedido. Las blancas dejan pasar una victoria de la que cualquiera se habría sentido orgulloso. El caso es que cualquiera, con un poco de bagaje táctico, la tenía a su alcance. Johnson-Hayman, Edimburgo 1981 Apertura Escocesa l. e4 2. Cf3 3. d4 4. ex d4 S. D X d4 6. Ac4 7. Cc3 es Cc6 eX d4 CXd4? d6 c6 Ce7 El juego de las negras en la apertura deja mucho que desear, pero lo que a nosotros nos interesa es la táctica que sigue. 8. AgS Db6 Estaba yo mirando esta partida (de un campeonato de liga) e hice un gesto de lástima con la cabeza cuando las blancas continuaron 9. D X b6. Tras un largo final, acabaron por perder. «¿Por qué no haber tomado el peón de d6?», pregunté. 9. DX d6 43 «Me preocupaba 9 .... , D X b2», fue la respuesta. 9. ... D Xb2 Aquí se había terminado el análisis de las blancas, y no les gustaba lo que veían. Sin embargo, quienquiera que se haya tomado el trabajo (unas cuantas tardes agradablemente ocupadas) de repasar las «viejas glorias» o estudiar celadas de apertura sabe muy bien que las negras no pueden malgastar tanto tiempo en los primeros movimientos, como es el caso en esta partida. Atando algunos cabos, mostré la siguiente línea de juego. (El puesto de las negras lo ocupó el jugador que llevaba las blancas en la partida original.) 10. 11. 12. 13. 14. Tdl Ad2 Dd8+ AaS+ Td8 mate. DXc3+ DXc4 RXd8 Re8 Dejar escapar tan hermosas ocasiones de triunfo y acabar perdiendo es una falla característica de los jugadores débiles. Pero ... tiene remedio: íuna buena dosis de Morphy rociada con algunas horas de estudio táctico! En el ejemplo que ofrecemos ahora, y que es bastante típico de lo que suele ocurrir en los campeonatos de liga entre jugadores de nivel intermedio, vemos a uno de los contrincantes sacrificar una pieza ( en dudosas circunstancias) por lo que cree ser suficiente compensación ( dos peones y un rey expuesto a cambio de un alfil). Casi en seguida, el mismo jugador hace un movimiento «rutinario» y pierde otra pieza, esta vez sin compensación. Entonces su adversario procede a efectuar todos los cambios que puede, política en general correcta cuando se lleva material de ventaja, pero al hacerlo sólo logra dar mayor impulso a las fuerzas atacantes. 44 El defensor debiera haber considerado un contrasacrificio, para obtener luego una victoria «técnica» con su pieza de más. A medida que el juego progresa, el defensor coge miedo y trata de huir con su rey al otro flanco. Por su parte las blancas, sin perder la sangre fría, realizan un sacrificio de dama bastante sencillo, lpese a sus tres piezas de menos! Y de pronto se acaba la partida. Moraleja: cuando se tiene ventaja de material hay que considerar el modo más agresivo de devolverlo. Lograr una posición «ganada» puede ser muy fácil, pero ganar la partida ... íes harina de otro costal! G. Chandler-Dr. Ratcliff, Edimburgo 1983 Gambito Evans eS Cc6 l. e4 2. Cf3 3. Ac4 Aes 4. b4 Bb6 CaS 6. A X t7+?! •.. 5. bS Dos peones centrales y un rey expuesto pueden pasablemente compensar el sacrificio de una pieza. 6. 7. ex 8. 0-0 es+ RXt7 Rf8 Pero este desafortunado error,jugado tras 5 segundos de reflexión, debiera haberles proporcionado a las negras una fácil victoria. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. Aa3+ c3 f4 eS Del g4 Ad4 d6 AXeS Af6 Ae7 AfS El blanco no tiene otra opción que atacar sin tregua, sea como sea. 14. AXbl d5 Re8? 15. Ta X bl 16. Acl Era mucho mejor 16 .... , d4!, dando más espacio a sus piezas. Cc4 Ag5? 17. d4 18. rs El método seguido por las negras de cambiar piezas llevando ventaja de material suele ser bueno, pero aquí, después de mi réplica, su posición se vuelve crítica. 19. f6! 20. fX &7 21. D X e3! AX el Ae3+ Las blancas, con tres piezas de menos, sacrifican la dama. Si ahora 21. ... , C X e3, seguiría 22. Tf8+, R juega; 23. T X d8 y 24. g X h8. 21. De7 22. gXh8=D CXe3 23. D X g8+ Rd7 24. e6+ Despejando el terreno antes de cometer algún otro error garrafal. 24. DXe6 25. D X e6+ RXe6 26. Tbel 1-0 Motivación para el estudio Nada hay más tedioso que poner y quitar una y otra vez diferentes posiciones en el tablero. A los 1 O minutos de haber estudiado todas las tri quiñuelas tácticas de una posición, hay que destruirla y molestarse en colocar otra. Al cabo de tres o cuatro de esas posiciones, uno empieza a perder el tiempo tratando de resolver otras directamente a partir de los diagramas. Para el principiante de ajedrez, este ejercicio es pura inutilidad. Los jugadores fuertes pueden a veces, con sólo mirar a los diagramas, encontrar las soluciones en cuestión de segundos. Algunos, como Bronstein, incluso prefieren analizar las posiciones viéndolas en el tablero mural. No obstante, cuando esos ajedrecistas eran todavía novatos, se tomaban la molestia de poner y quitar posición tras posición en un tablero ordinario. ¿Cómo se les puede pedir a las células de la memoria e imaginación que construyan una red de mate o efectúen una maniobra sutil si nunca la han visto antes? Al ajedrez no se juega en tableros del tamaño de diagramas, lo que no es óbice para que muchos estudiantes se pasen una hora o más desentrañando las posiciones de un libro o revista sin ayuda o utilización apropiada de un auténtico tablero y piezas. Así, al llegarles el momento de poner en práctica sus habilidades, se encuentran con la mente bloqueada en algunas posiciones y han de trabajar muy duro para aplicar métodos elementales de ataque. ¡Déseles esa misma posición representada en un diagrama y hallarán hasta las jugadas más dificiles! Para favorecer el cálculo, las posiciones deberán colocarse en un tablero de medias reglamentarias, lo que permitirá que se impriman en la mente ciertas estructuras típicas. La vista se acostumbrará también a correr a lo largo de diagonales y columnas, en vez de quedarse fija en un cuadrado de 3 o 4 centímetros. A mí mismo me dio este consejo hace bastantes años un fuerte jugador, cuando le pregunté cómo podía mejorar mi análisis. Le debo muchísimo. Todo ajedrecista progresará sensiblemente si estudia las posiciones sirviéndose del arma con la que ha de 45 combatir: un juego de tamaño reglamentario. Conozco bien el «síndrome del diagrama». Teniendo que efectuar en cierta ocasión un viaje desde Glasgow, me proveí de una revista de ajedrez a fin de matar el tiempo. De las seis «combinaciones ganadoras» que intenté hallar lsólo acerté una! Raramente estudio o trato de resolver problemas sin utilizar piezas y tablero, pero aquella vez no los tenía a mano. La misma noche desempolvé algunas de las viejísimas revistas que guardaba y me puse a solucionar, con ayuda de un verdadero juego, más posiciones como las del tren. Resultado: i 18 aciertos sobre 18! Sumario Hace tiempo leí lo siguiente en un antiguo libro de ajedrez: «Ambos contendientes podrían compararse a dos avezados capitanes de galeón que maniobran con sus gigantescos navíos para poder abrir fuego contra el enemigo.» Todos los jugadores de ajedrez se asemejan, en efecto, a esos viejos capitanes al mando de sus naves de guerra. Existe el principiante absoluto que de ordinario es hundido antes de abandonar el puerto ( entrar en el medio juego) o, si lo hace, no tarda en encallar. Al jugador débil se le acaban pronto las municiones (ideas) y va con facilidad a la deriva, dirigiéndose peligrosamente hacia los escollos ( el mate sin haber opuesto resistencia). Viene luego el jugador mediano, con una dotación bastante buena de cañones {habilidad táctica) pero muy mala de tripulantes ( sentido posicional), por lo que no consigue adoptar una posición que le permita apuntar bien al enemigo. En ocasiones ha hundido algún navío, pero las más de 46 las veces su adversario maniobra con mayor destreza y no tarda en alcanzarle con el fuego de sus baterías. Tanto los jugadores flojos como los de categoría media tienden a quedar extraviados en aguas desconocidas (aperturas poco familiares). ¡Me pararé en el jugador mediano, de lo contrario voy a empezar a hablar de Tal comparándolo con el capitán Cook! Como ya he dicho, existe una batería bastante buena, pero los artilleros, faltos aún de suficiente entrenamiento, dejan a veces de disparar y piden ayuda a la tripulación (juego posicional). Los cañones quedan entonces descuidados (la habilidad táctica comienza a «oxidarse») y, aunque el jugador se vea ya capaz de discutir con cierta competencia de cosas como peones doblados o aislados, puntos débiles, etc., subsiste la dificultad de acabar rápidamente con las pequeñas fragatas (¡principiantes de afiladas uñas!). ¡Entrénese primero a los artilleros, pues sin ellos el navío es inofensivo! Y una vez logrado el nivel suficiente de maestria táctica, no hay que pensar que va a mantenerse por sí solo en condiciones óptimas. [La pólvora ha de estar siempre bien seca! Un hecho histórico Durante las guerras napoleónicas, las flotas británica y francesa se enfrentaron a menudo. La estrategia de los franceses consistía en apuntar a las jarcias de los navíos británícos para privarles de su capacidad de maniobra (juego posicional). A su vez los británícos apuntaban con sus cañones a las baterías y dotación francesas (juego táctico). Entre 1793 y 1815, los franceses capturaron o hundieron 1 7 barcos británicos. Los británicos, por su par- te, echaron a pique o capturaron 229 naves francesas. No se puede argüir con semejantes matemáticas ... [Hay que ir a matar! Táctica y combinaciones: Posiciones prácticas Las siguientes posiciones (Diagramas 55-90) ilustran o desarrollan muchos de los temas estudiados aquí. Su grado de dificultad varía, yendo de lo bastante sencillo a lo muy difícil, pero no hay ningún orden preestablecido. La mayoría de las soluciones son muy «netas», con una réplica bien definida que hay que hallar. Sugerimos al estudiante que coloque cada posición en un tablero y haga un serio esfuerzo por encontrar la mejor respuesta o línea forzada de juego. Si al cabo de algunos minutos se ve completamente imposibilitado para descubrirla, consulte las soluciones y caerá en la cuenta de las extraordinarias posibilidades que a ve- ces se ocultan tras la superficie de una posición. Estos ejercicios son el verdadero «meollo» de las lecciones, ya que es muy fácil no aprender nada viendo por encima una enorme cantidad de ejemplos, por bien anotados que estén, mientras que, de acuerdo con una ley psicológica, se harán mayores esfuerzos por lograr un objetivo si hay obstáculos en el camino. Además el ajedrez es un juego, y resolver estas posiciones puede resultar divertido. Como posdata humorística añadiré que Bill Hartston escribió en cierta ocasión una brillante reseña sobre un famoso libro de táctica, con la única crítica de que, a su modo de ver, la habilidad táctica dependía mayormente de la experiencia, por lo que había que preguntarse si los tratados didácticos al respecto ... [servían para algo! Tal vez tuviera razón, en cuyo caso esperamos que el lector lo pase bien resolviendo estos problemas y acepte como una «prima» a su esfuerzo lo que de ellos aprenda. 47 8 7 SS 61 8 7 62 8 7 6 6 5 5 4 4 3 3 2 2 o b e d e f g h o b e d e f g h Negras Blancas 63 8 64 8 7 7 6 6 5 5 4 4 3 2 o b e d e f g h a b e d e f g h Blancas Blancas 65 8 66 8 7 7 6 6 5 5 4 3 3 2 a b e d e Negras f g h a g h Negras 49 68 67 o b e d e f g e h d e t g 'n Blancas Negras 69 8 70 7 6 5 5 4 4 3 3 2 o b e d e f g o h b e d e f g h Blancas Blancas 72 71 6 6 5 5 4 4 3 o b e d e Blancas 50 f g h o b e d e Blancas t g h 73 8 74 8 7 7 6 6 5 5 4 4 3 2i a b e d e f g a h b e d e g h Negras Blancas 76 75 8 6 5 5 4 3 2 2 o b e d e f o a h b e Blancas d e f g h Blancas 77 8 78 8 7 7 6 5 4 3 3 2 2 a b e d e Blancas g h o b e d e f o h Negras 51 79 8 7 80 7 6 5 5 4 4 3 3 o b e d e f g o h b e d e f g h Blancas Blancas 81 82 8 7 o obcdefgh b e d e f g h Blancas Negras 83 7 a 84 7 6 5 4 3 o b e g Blancas 52 h o b e d e Blancas f g h 85 7 86 7 6 6 5 5 4 3 3 2 o b e d e f g o h b e Blancas d e f g h Blancas 87 8 7 7 6 6 88 5 4 4 3 3 2 o b e d e f g o h b e Negras d e f s h Negras 89 8 90 6 6 5 5 4 4 3 3 o obcdetgh Blancas b e d e f g h Blancas 53 Lecciones 5-8 CÓMO ANALIZAR UNA POSICIÓN DANNY KOPEC, LECCIÓN S. INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS POSICIONAL Más de diez años de experiencia de juego magistral y enseñanza privada o clases a ajedrecistas de nivel inferior al de maestro rne han convencido de que existen fundamentalmente tres campos donde casi todos esos jugadores se revelan deficientes. Estos tres campos, tratados respectivamente en las lecciones 6, 7 y 8, son: 1. Ausencia de respuesta a la pregunta básica: «¿Qué amenaza mi adversario?» 2. Incapacidad para determinar la lógica, rasgos y objetivos esenciales de una posición. 3. Falta de aptitud para sacar provecho de las anteriores experiencias (es decir, «tipos» o «modelos»), buenas y malas, y formular el plim apropiado a una posición. Por supuesto, el grado de deficiencia en cada uno de estos campos donde se pueden cometer errores de enfoque es muy variable. Por ejem- 54 M. T. plo, cuando hablamos de «no percatarse de la amenaza o amenazas en una posición dada», ello puede en algunos casos referirse a un movimiento que constituye un craso error porque la amenaza inmediata ( en una jugada) del contrincante se ha pasado por alto. En el otro extremo, la amenaza puede consistir en una serie forzada de movimientos que lleva a la victoria merced a la ganancia de material, el mate o un empeoramiento neto de la posición. La raíz del problema en tales circunstancias no es la inhabilidad para un análisis suficientemente profundo, sino la ignorancia de las necesidades o requerimientos tácticos de la posición ( cuando no cierta pereza), lo que redunda en no advertir alguna jugada clave o «aguijón de cola», como tal o cual jaque, clavada, horquilla o ataque doble. Sé por experiencia que incluso jugadores fuertes, con un ELO de 18002000, tienden a caer con frecuencia en este tipo de errores por no haber descubierto la mejor jugada al cabo de una serie de cuatro o cinco. No me refiero aquí a posiciones muy complicadas por naturaleza ( aunque una po- o • Juegan las blancas Juegan las negras Posición inicial Figura1. Ilustración del árbol de jugadas plausibles a partir de la posición inicial. Nótese que, cuanto más alejado del control del centro está el primer movimiento de las blancas, mayor es el número de respuestas plausibles por parte de las negras. sición «aparentemente simple» puede encerrar hondas complejidades), sino a posiciones bastante claras, analizables y, por ende, con pequeñas ramificaciones. Para lo que nos ocupa, una ramificación es el número de jugadas «plausibles» en cada nivel del «árbol» (fig. 1) de movimientos legales a partir de una posición determinada. Por ejemplo, en la posición inicial del juego existen 20 movimientos legales, pero prácticamente sólo 5 o 6 ( e4, d4, c4, Cf3, b3 y quizá g3) han de considerarse como conducentes a alguna superioridad para las blancas. Aquí el factor de ramificación es 6, y en las posiciones de medio juego suele oscilar en tomo a 7. La capacidad para reducir una posición a sus rasgos esenciales, tanto tácticos (p. ej., clavadas, horquillas, ataques dobles, ataques enmascarados, jaques, sobrecargas, etc.) como posicionales (p. ej., columnas abiertas o semiabiertas, «islas» o debilidades de peones, etc.), es necesaria para facilitar el proceso de selección entre las varias jugadas plausibles. Con la información a que acabamos de aludir, aplicable a cualquier posición, podemos ya abordar el problema de decidimos por un plan en cada caso concreto. No se insistirá nunca lo bastante en el viejo dicho: «Es mejor jugar con un plan, aunque sea malo, que jugar sin plan.» En todo momento hay que considerar el tipo de posición que se pretende lograr. Por medio de ejemplos haremos hincapié en los tres principales defectos mencionados más arriba, pero hemos de examinar también algunos otros problemas, como la falta de lógica en la apertura, el juego poco práctico y la utilización de análisis publicados. Podríamos preguntamos: «¿Por qué pierden las blancas la siguiente partida?» 55 Partida 1 (Apertura Sokolski)* l. b4, e5; 2. Ab2, d6; 3. c4, Cf6; 4. e3, Ae7; 5. CB, 0-0; 6. Ae2, Af5; 7. 0-0, h6; 8. d4, e4; 9. Cfd2, c6; 10. Cc3, d5; 11. e X as, e X d5; 12. b5, Cbd7; 13. a4, Te8; 14. Db3, Cf'8; 15. B, e X B; 16. C X B, Ad6; 17. Ce5, Ae6; 18. AB, A X e5; 19. d X es, d4; 20. Da3, d X c3; 21. A X c3, Cg4; las blancas abandonan. Procederemos ahora a explicar los principales acontecimientos de esta «miniatura» que acaba en una pronta rendición de las blancas. La partida es lo suficientemente breve como para poder comentarla jugada por jugada. l. b4 Aunque este movimiento inicial es jugable y con toda probabilidad no malo, resulta dificil afirmar que sea lo mejor para las blancas o les conserve tan siquiera la iniciativa de que disponen por derecho propio al abrir eljuego. l. ... es Las negras tratan de obtener el mayor control posible del centro. Que lo hagan mediante el avance del peón e o del peón des una cuestión puramente académica, aunque el avance del texto les permite enrocarse cuanto antes. 2. Ab2 Las blancas desarrollan una pieza y atacan el peón e. 2. ... * d6 Llamada también Apertura Oran- gután y Apertura Polaca. 56 El negro manifiesta claramente su voluntad de defender el peón e y no intentar refutar de inmediato la apertura de las blancas. Puesto que viene al caso, ¿qué otras jugadas sólidas había aquí? 2 .... , Cc6? provoca 3. b5, Cd4; 4. e3 y el blanco gana un peón; 2 ... , Ad6 infringe uno de los principios básicos; 2 .... , De7 es un movimiento excéntrico; sólo 2 .... , f6!?, con la idea de bloquear el alfil de dama enemigo con una muralla de peones, era una opción seria. 3. c4 Esta jugada está en consonancia con el estilo hipermodemo de la apertura de las blancas. 3. ••• Cffi Las negras se desarrollan modestamente. Más ambiciosas eran las continuaciones 3 .... , f5 y 3 .... , a5. Esta última no parece muy conforme a los sanos principios: ¿por qué abrir el flanco donde el adversario dispone de más espacio, a menos de poderle probar que ahí está débil? 4. e3 El blanco sigue con su planteamiento evasivo. Dentro de este enfoque, también eran posibles 4. g3, 4. d3 y 4. Cc3. 4. ... Ae7 Esta jugada y las dos siguientes no requieren comentarios. 5. CB 6. Ae2 0-0 ACS Las negras continúan luchando por el mayor dominio posible del centro, sin comprometerse demasiado con movimientos de peones. Una vez más, 6 .... , Cc6 provocaría 7. b5; y después de 6 .... , Cbd7 este caballo no tendría mucho porvenir. 7. 0-0 h6 No es una jugada importante, aunque a menudo resulta útil para proporcionar un refugio en h7 al alfil de dama en caso de necesidad. Aquí no sería eficaz 7 .... , e4?!; 8. Cd4, Ag6, ya que las blancas pueden continuar 9. d3, 9. f3 o 9. f4. 8. d4?1 Posiblemente el primer error de la partida. Más cauto y lógico era 8. d3, disputándole al contrincante la casilla e4. Ahora las negras pueden adoptar una buena configuración «francesa», con los colores invertidos, sin ningún problema especial. 8. 9. Cfd2 e4 c61 Disuadiendo de 10. d5 y preparándose a apoyar su propio peón e. 10. Ccl d5 Las negras siguen estando ansiosas de impedir d5 por parte de su ri val. No obstante, podían tener un poco más de paciencia y conservar la tensión por medio de 10 .... , Te8; 11. b5, c5; (11. ... , e X b5; 12. C X b5! con ventaja del blanco); 12. f3!? 11. e X d5? Un claro error. Las blancas relajan la tensión. Normal y correcto era 11. b5, y después de 11 .... , e X b5; 12. C X d5 (o bien 12. C X b5!, pero no 12. e X d5?, b4 y las negras ganan un peón) 12 .... , e X d5; 13. e X d5, D X d5; 14. a4! el blanco tiene interesantes posibilidades de contrajuego a cambio de un peón. 11. cX 12. b5 es La motivación de este movimiento es correcta ( contrajuego en el flanco de dama), pero era más preciso (y más rápido) 12. Db3, ya que impide 12 .... , Cbd7. 12.... 13. a4?1 Cbd7 De nuevo era mejor 13. Db3, y tras 13 .... , Ae6; 14. f3! En luxar de esto, las blancas no hacen sin pasar de un plan a otro. Ahora parece que intentan 14. Aa3, para cambiar su alfil malo. 13. ... Te8 14. Db31? Aquí era coherente 14. Aa3, pero tampoco es mala la jugada del texto. 14. ... 15. m Cf8 Las blancas deciden mantener la presión sobre el peón negro d, pero entonces ¿para qué se han hecho las jugadas 12. b5 y 13. a4? 15 .... eX f3 No hay otra opción. 16. C X 131 Pero ¿a qué viene ahora esto? Se imponía 16. A X f3 para forzar 16 . ... , Ae6. Las negras pueden, a continuación, matar dos pájaros de un tiro. (Véase Diagrama 91.) 16. ... Ad61 He aquí los dos logros: 1. El peón e blanco queda expuesto a un ataque frontal. 2. El alfil de rey negro consigue 57 91 8 7 20. Da3 21. AX c3 d4 d X c3 Cg4 Las blancas abandonan. 6 Q b e d e g la diagonal b8-h2. Por supuesto, el peón d continúa defendido indirectamente. 17. CeS!? Bajo presión, las blancas hacen un intento de contrajuego. Desde luego resultaba desagradable 17. Cdl. 17. ... Ae6 No 17 .... ,AX e5??; 18. d X e5, T X e5; 19. Cd l y las blancas ganan. Esta pacífica retirada crea una amenaza contra el caballo de e5. 18. Af3?? Sometidas a cierta presión durante las últimas jugadas, las blancas cometen ahora una horrible equivocación ( no analizando la amenaza o el movimiento más sencillo, o ... ¿acaso lo han olvidado?). Tras las indispensables retiradas 18. Cf3 o 18. Cd3, las negras disponen de muchas gratas continuaciones, por ejemplo 18. Cf3, Ce4, 18 .... , Cg4; 18 .... , C8h7; 18. ... , Cg6, o 18 .... , Ag4; o si 18. Cd3, lo mejor parece ser 18 .... , C8h7, aunque también 18 .... , Dc7!? y 18 .... , Ce4 merecen atención. El resto no requiere explicaciones. 18. 58 19. d XeS AXeS ¿Por qué ha perdido el blanco tan de prisa? ¿Por un solo error garrafal? No, no exactamente. En primer lugar, cedió terreno sin necesidad en el centro (8. d4); luego malgastó tiempo (12. b5 y 13. a4), vaciló pasando de un plan a otro y se quedó sin contrajuego a causa de una debilidad permanente (el peón e3). Por último se equivocó gravemente, perdiendo una pieza (18. Af3??). Todo bien considerado, su error final puede muy bien haber sido el fruto de una acumulación previa de problemas. Vale la pena añadir que esta partida es típica de la 2. ª ronda de un torneo open de 5 rondas, por el sistema suizo ( Cape Code $500 Open, 1976), donde el ajedrecista mejor clasificado ( este autor, con un ELO de 2346 en aquella ocasión) se enfrenta conjugadores más débiles (James Quirk, 17 63 ). Con esta partida hemos querido mostrar el declive gradual del jugador más débil en un tipo de juego básicamente estratégico. En una partida táctica, por el contrario, la derrota puede sobrevenir de modo enteramente abrupto y a causa de algún error fácil de localizar. LECCIÓN 6. ;.QUÉ AMENAZAS HAY EN UNA POSICIÓN? Observemos la siguiente posición de una partida Kleboe (1835)-Weeden ( 1950), Glasgow Herald Open 1981, después de 16 .... , Dc5. Es importante adquirir el hábito de examinar automáticamente, cada vez que a uno le toca jugar, todas las series de capturas forzadas. Si las blancas lo hubieran hecho en el caso presente, habrían continuado 17. 92 8 5 4 3 2 a b e d e g h A X f6, A X f6; 18. Cd7 con gran ventaja,porejemplo 18 .... ,Dg5?; 19. f4, Dg6; 20. Ac2, Dh6; 21. C X b6 ganando un peón, ya que a 21. ... , Ad4+ seguiría 22. T X d4. Puede objetarse que hay que ver aquí cinco jugadas por ambas partes, arrancando de la posición inicial, pero en realidad todas ellas son forzadas después de 18 .... , Dg5? Otra opción de las negrasera 18 .... , Db4 ( atacando el alfil blanco y el peón b), pero entonces la sencilla respuesta 19. b3 ( amenazando 20. Ab5, y mejor todavía que 19. C X f6+) habría también puesto a las negras en graves apuros. Lo mejor para éstas, por tanto, era 18 .... , Dc7. De hecho, la partida prosiguió 1 7. Tfel, Tac8; 18. C X f7(??) (18. Ab5 dejaba a las blancas claramente superiores) sacrificando su pieza mejor situada por una compensación más que dudosa. Aquí las negras debieran haber aceptado inmediatamente el sacrificio para ver lo que el blanco pretendía tras 18 .... , RX f7; 19. D X e6+, Rf8. Pero continuaron 18. ... , T X dl; 19.A X dl (lajugadaque «se le escapó» a W eeden, pero de haber visto 19 .... , Dc6! amenazando mate y defendiendo el punto e6 habría desbaratado los planes de las blancas) 19 .... , RXf7?; 20. D X e6+, Rf8; 21. Ah5, abandonan. Ejemplo2 En la posición siguiente, de una partida Samuelian (2268)-Burnham ( 1920), New Hampshire Open (USA, 1981 ), las blancas, después de 23 movimientos, deciden terminar el juego por procedimientos directamente tácticos, atacando en el flanco de rey mediante 24. Dh4?! Lo correcto era 24. a5, condenando a muerte el peón a de las negras y conservando el suyo propio en posición superior. 93 a b e d e g h La continuación real fue, como hemos dicho, 24. Dh4, y el juego se desarrolló así: 24 .... , A X a4; 25. T X d5, Bc6; 26. Cf5? (aquí, según parece, las blancas ganaban con 26. TX c6,DX c6;27.DX e7,D X e5; 28. D X f7+, Rh8; 29. Ac4!,Ddl+; 30. Rg2; si ahora juega el caballo de e6, sigue 31. Dg8+! y mate inmediato, pero 30 .... , Tf8 vuelve las tomas. Una mejor tentativa de victoria era 29. Cg5!); 26 .... , A X d5; 27. C X e7+, Rh8 (resultaba mejor 27 . ... , Rf8); 28. Tdl, Db7; 29. A X a6? (ganaba sencillamente 29. Cg5, con amenazas contra la torre negra y el alfil clavado en d5, sin contar las de mate en h7 y f7); 29 .... , D X a6; 30. T X d5, T X d5; 31.C X d5,A X e5! 59 Esto deja el juego igualado (v.g., 32. C X e5, Dal+ recuperando la pieza), mas no sin algunos coletazos fi nales: 32. De7, Dd6; 33. D X tt, D X d5; 34. Cg5, Ddl +; 35. Rg2, Cf4+!; 36. g X f4, Dg4+; 37. Rfl, Ddl+; 38. Rg2, Dg4+; 39. Rfl, Ddl +; 40. Rg2, tablas. Examinemos ahora otra partida jugada en la Olimpiada de Malta, 1980, entre dos fuertes maestros, Ghinda (Rumania) y Sax (Hungría). 94 8 7 6 5 3 o b Tras una primera ojeada, el lector se habrá convencidode que algoterrible ha debido de echar por tierra las agresivas intenciones del blanco ini ciadas por 12. e5. Dan también lugar a sospechas el juego brutalmente directo de las blancas y las respuestas casi desdeñosas del negro. Una opción digna de nota era 8 .... ,AX b5, ya que ni 9. D X b5+, Dd7 ni 9. Cd X b5, Cbd7 proporcionan gran cosa a las blancas. Al jugar el negro9. ... , Tc8, su posición era ya crítica, v. g., si 9 .... , C X d4; 10. T X d4, AXbS; 11. CXbS, a6; 12. e5! (también gana 12. C X d6+, e X d6; 13. e5!); 12.... , a X b5; 13. e X f6 con efectos aplastantes, y, por otro lado, se amenazaba 1 O. A X c6 seguido de 11. e5. Sin embargo, 11. f4 resulta una jugada demasiado ambiciosa. 60 d e f g h Blancas Partida 2 (Defensa Siciliana) l. e4, c5; 2. CB, d6; 3. d4, e X d4; 4. C X d4, CRi; 5. Cc3, p; 6. Ag5, Ag7; 7. Ab5+, Ad7; 8. Del, Cc6; 9. 0-0-0, Tc8; 10. A X c6, b X c6; 11. f4, 0-0; 12. e5, d X e5; 13. fX e5, Cd5; 14. ex d5, ex d5; 15. e6, rx e6; 16. C X e6, Db6; 17. C X g7, Tfl.; 18. Dd3, R X g7; 19. Td2, AfS; 20. Ae3, A X d3; 21. A X fl., DRi. Las blancas abandonan. e 95 8 7 6 5 4 3 2 o b e d Negras Otra posibilidad seria era 11. e5. El juego podía entonces haber continuado 11. ...,d X e5; 12.D X e5,0-0 (cf. Diagrama 94); 13. Thdl, Cd5; 14. C X d5!?? (si 14. A X e7?, A X e5; 15. A X d8, A X d4 las negras ganan una pieza); 14.... ,A X e5; 15. C X e7+ (o 15. A X e7,A X d4; 16. A X d8, e X d5-+); 15 .... , Rh8 (15 .... , Rg7; 16. Cef5+, gX f5; 17. A X d8 (cf. Diagrama 95), A X d4; 18. T X d4, cualquier T X d8; 19. Ted1 y el blanco debe ganar); 16. C X g6+, h X g6; 17. A X d8 y ganan como en la nota precedente. Ahora bien, ¿a cuántos lectores no se les habrá pasado por alto 17. . .. , Af4+? Es un error típico de los jugadores de primera categoría no perca- tarse de una jugada clave «intermedia», jaque u otro movimiento de sorpresa, capaz de alterar por completo el resultado de la partida. Así, en la línea principal que estamos examinando, las blancas, en lugar de 16. C X g6+, pueden intentar 16. T X e5 ( amenazando 17. Af6 mate), pero entonces la sencilla réplica 17 .... , f6 volvería a hacemos dudar de la solidez de la combinación del blanco: v. g., 18. CdX c6, De8 (18 .... , A X c6?; 19. T X d8, Te X d8; 20. C X c6, Td6 con posiciónpoco clara; 18 .... , Dc7!?); 19. C X c8, fX e5; 20. Cd6, De6; 21. Cd8, Dg4 y las negras dominan ya la situación. Por lo tanto, es justo preguntarse por qué tanta generosidad ( 14. C X d5!??)cuando podía haberse hecho una jugada como 14. Dg3, ... Sí, pero en este último caso había que considerar la respuesta 15. C X c3, y si entonces 15. D X c3, c5! ganando las negras, o si 15. A X e7, Db6! asimismo con ventaja del negro. De ahí que, después de 12.... , 0-0, tengamosque revisar de nuevolas opciones del blanco, pues es clara la amenaza 13.... , Cd5. Evidentemente la dama blanca debe moverse; la cuestión es: ¿adónde? 13. Dc5 parece lo más emprendedor,aunque 13. Dg3 y 13. De3 son con toda probabilidad continuacionesmás sólidas. Sólo ahora tras todo este análisis, podemossacar las siguientes conclusiones: l. 11. e5 era una seria opción para las blancas. 2. En taJ caso, no obstante, las negras, después de 11. . .. , d X e5; 12. D X e5, 0-0, habrían amenazado 13 .... , Cd5, apoderándose de la iniciativa. En la partida realmente jugada, 12. e5 es sin duda lo más agudo, pero prematuro. En su lugar era digno de atención 12. Cf3. Tocante a 13 .... , Cd5, habría merecido dos signos de admiraciónsi Sax hubiera visto lo suficientemente antes este movimiento y sus ramificaciones.Algo más adelante, el súbito golpe 16 .... , Db6! revela los ominosos designios de las negras, cuya honda concepcióntáctica culmina en 18.... , R X g7! Ghinda se ve desbordado por las amenazas acumuladas sobre c2 después de 19 .... , Af5, pues si 21. A X b6, T X c2+ las negras ganaban una pieza. Ante la inminencia de nuevas pérdidas materiales tras 21. ... , Df6, las blancas tienen que abandonar. La lección aquí consiste en que uno debe siempre preguntarse por qué se ha perdido una partida, en especial si ésta ha sido breve. Al hacerlo, será posible determinar los momentos críticos. Incluso grandes maestros de fama bien establecida caen a veces en ese error, tan corriente, de no considerar las eventuales amenazas,jaques, clavadas, horquillas, etc., aunque entre ellos suele darse en forma más refinada. Partida 3 La posición del diagrama 96 se consiguió en la partida KorchnoiTarjan (Lone Pine 1981) después de las siguientesjugadas en la defensa Nimzo-India (vía India de Dama). l. d4, Cffi; 2. c4, e6; 3. Cf3, b6; 4. Cc3, Ab7; S. Af4, Ab4; 6. Db3, aS; 7. e3, d6; 8. Ae2, Ce4; 9. 0-0, AXc3; 10. bXc3. El negro podía haber obtenido un sólidojuego con 10.... , 0-0, o 10.... , Cd7. Sin embargo jugó 10.... , g5?! que condujo a 11. A X g5, C X g5; 12.Db5+,Cd7; 13.D X g5,D X g5; 14. C X g5. No es probable que un gran maestro de la categoría de Tarjan pasara sencillamente por alto 11. A X g5, pero es más que probable 61 97 96 o b d e g h Negras que después de la continuación 14. ... ,AX g2; 15. R X g2, Tg8; 16. f4, h6; 17. h4, f6 no viera 18. Ag4, ganando un peón (después de 18 .... , Cf8, 19. C X e6!, T X g4+; 20. Rh3) y el juego. Para la historia, así es como Korchnoi lo hizo: 18 .... , Re7; 19.A X e6, Tg7;20.A X d7,RX d7; 21. e4 (Korchnoi insiste en conectar los peones), ... ,c5; 22. e5, d X e5; 23. d X e5, f X e5; 24. Tadl +, Rg7; 25. Rh3 (finalmente el rey debe ser capturado), h X g5; 26, fX g5, e4; 27. Tdel, Td8; 28. T X e4, Td3+; 29. Rg4, T X c3; 30. h5, abandonan. Ejemplo 3 Como ejemplo final de esta lección sobre el análisis de las amenazas, veamos lo que el lector opina de la posición siguiente, surgida tras 1 7 tensos movimientos en la primera de mis dos partidas con Roddy McKay para el campeonato de Escocia de 1980. Hasta muy poco antes yo estaba seguro de tener ventaja, debido a un dominio superior del centro (peón en e5, inmovilizando los peones negros d, e y f) y al control de la columna abierta g y de la semiabierta a. Con todo, a raíz de la última jugada de las negras (27 .... , Af8-c5), la posición se 62 o b e d e g h Blancas vuelve súbitamente rica en complicaciones. La situación un tanto precaria del rey blanco significa que había que considerar un sacrificio en b4 por parte de las negras en su último movimiento, v. g., 27 .... , C X b4, pero afortunadamente, después de 28. T X b4, A X b4; 29. e X b4, la torre blanca de g3 impide la horquilla de peón en c3. De hecho, las negras amenazan 28 .... ,AX d4; 29. D X d4 (29. e X d4, c3+ gana); 29 .... , C X f4 ganando sencillamente una pieza. Si, para evitar esto, las blancas tratan de mover o el caballo o el alfil de dama a una casilla segura (v.g., 28. Ae3? o 28. Cf3?), entonces dichas piezas obstruyen la defensa de c3 por la torre, con lo que se posibilita la combinación en b4. Si el rey blanco se mueve con el mismo fin (o si 28. Del), sigue 28 .... , A X d4; 29. e X d4, c3 ganando igualmente las negras. Así pues, ¿qué ha de jugar el blanco? Yo estaba convencido de que mi posición no podía haberse deteriorado de pronto hasta ese punto, en sólo una jugada, tras 27 .... , Ac5 que completa por fin el desarrollo de las negras. Llegué incluso a considerar 28. Cb3!?, con la idea de que, si 28. ... , e X b3; 29. Aa6, Dc6, la continuación 30. b5!, dejando colgados la dama, el alfil y la torre de las negras, debía ganar: v.g., 30 .... , Db6; 31. T X e4, DaS; 32. e X b3, Da3+; 33. Rc2, Da2+; 34. Rd3! Pero vacilé, reacio a embarcarme en semejantes complicaciones tras haber logrado poco antes una «pura» ventaja; y en efecto, después de 28. Cb3!!?, A X t2; 29. CaS, DbS; 30. A X c4, T X c4; 31. D X t2, la posición sería aún menos clara, v.g., 31. ... , D X a4; 32. C X c4, C X f4; 33. Cd6! y las blancas tienen todavía compensación por su pieza de menos. En lugar de todo eso, y hallándonos ambos apurados de tiempo, acabé por jugar 28. A X h6??1 ..• La partida continuó: 28 •... 29. Ag7 AXf2 Aquí el análisis posterior a la partida mostró que 29 .... , C X b4!; 30. Rcl, Cd3+ ganaba. Extremadamente apretado por el reloj, McKay comete ahora una serie de graves errores que, en definitiva, habían de costarle el campeonato. 30. Th3 Cb6? Lo correcto era 30 .... , Ag2 con la idea de 31. ... , Ae3 o 31. ... , aS. 31. Ta5 32. h6 Ah7? 33. Af3 ganaba inmediatamente una pieza. Ah4 Ad8 Dc7 Ag6 AX ti 33 ..•• 34. T X ti 35. Af3 36. AtB 37. Ad6 38. Dd4?1 8 7 6 5 4 AXd4 Simplemente se me había olvidado que 29. D X d4, Cb6 permite a las negras defender su alfil, mientras la torre y el alfil blancos quedan colgados. 29. 32. ... 33. Tf3?1 Thg8 Ahora las blancas tienen juego por la pieza sacrificada. o b e d g e h Blancas Aquí desperdicié la última oportunidad de ganar rápidamente por medio de 38. h7, Th8; 39. Dd4 (con la idea de 40. D X bé+) 39 .... , D X d6;40.e X d6, TX h7;41.De4, que es decisivo. 38 •.•. 39. e X d6 40. Ddl 41. Dd4 DXd6 Ag6 Ah7 La jugada secreta, después de tanta agitación. No 41. Dal? a causa de 41. ... , Tg3; 42. T X a7, T X f3; 43. Da6 y ganarían las negras. 41. ... 42. Ag2?1 Tf8 Tras una hora de análisis durante el aplazamiento, todavía cometí este 63 error, aun a sabiendas de que lo era. McKay podía ahora haber logrado ventaja mediante 42.... , e5!, pues si 43.D X e5, Tt'2gananlasnegras,ysi 43. T X e5, Af6 también ganan; por último, a 43. De3 podía seguir 43 .... , e4. Sin embargo McKay comete a su vez, increíblemente, una falta de gra vísimas consecuencias: 99 42. Af6?? 43. O X b6+ Abandonan. No es ésta una partida de la que Roddy o yo podamos estar orgullosos pero resulta instructiva y entretenida ... [sobre todo por sus errores! LECCIÓN 7. ¿CUÁLES SON LOS RASGOS ESENCIALES DE UNA POSICIÓN? Antes de considerar cuál puede ser la jugada correcta en una posición dada, es preciso identificar los componentes esenciales de esa posición. Para ello hay que partir de una doble base: táctica y estructural. El primer aspecto comprende las interacciones entre fuerzas opuestas, en términos de clavadas, horquillas, ataques dobles, jaques, etc., como se ha visto en las lecciones de Geoff Chandler sobre «Táctica y combinaciones». El segundo se refiere a los fundamentos generales de la estructura de una posición, tales como peones doblados, columnas abiertas y serniabiertas, etc., que se estudian en las lecciones de Chris Morrison sobre «Cómo formular un plan». Una vez evaluados metódicamente estos elementos pueden ya empezarse a buscar la jugada o jugadas correctas. Ejemplo 4 Esta posición se ha hecho famosa por el cuidadoso escrutinio a que la 64 a b e d e g Blancas sometieron primero el psicólogo y maestro de ajedrez Adrian de Groot (1965) y luego Newell y Simon (1972). He aquí los comentarios iniciales de De Groot: «Procedente de una partida A. D. de Groot-C. Scholtens, 10 de abril de 1936. Juegan las blancas ... Esta posición plantea principalmente problemas de orden táctico. Con su última jugada ( ... Db6) las negras han dejado más o menos en el aire su alfil de e7, que sólo queda defendido por el caballo de d5, fácil de cambiar; el otro caballo (f6) está, pues, prácticamente atado. En el centro hay varias posibilidades de cambio, y la cuestión es saber si las blancas pueden o no sacar algún provecho de las debilidades tácticas de la posición negra. Si ello no fuera factible, lo mejor para el blanco consistiría en reforzar su posición con alguna jugada tranquila. De un minucioso análisis se deduce, no obstante, que las blancas están en condiciones de sacar provecho inmediato de la situación; es más, tienen una victoria forzada. La continuación ganadora es l. A X d5 ... » (de Groot, 1965, sección 26). Newell y Simon dedican unas 40 apretadas páginas al estudio del comportamiento de un solo sujeto (S2), un joven jugador medio de aproximadamente 1600 puntos ELO de fuerza, en el análisis de la posición que nos ocupa. No cabe aquí reproducir por menudo la investigación de Newell y Simon, pero podemos resumir con brevedad las etapas del comportamiento de S2. Éste analiza la posición durante 17 minutos, divididos en unos 25 «episodios» que han sido agrupados en 7 «escenas». Estas escenas consisten en lo siguiente ( con indicación del tiempo acumulado): Escena 1: (O seg.) Orientación, exa- men de material, amenazas del negro. Escena 2: (80 seg.) Explora 1. A X d5 y l. Df3, teniendo en cuenta los posibles contraataques de las negras. Escena 3: (300 seg.) Considera otras jugadas como l. C X c6, l. CXf7, l. CXg6, l. Tc2 y avances de peones en el flanco de rey, sin hallar nada. Escena 4: (385 seg.) Vuelve a examinar l. A X d5; verifica el contraataque 1. . .. , D X b2 y descubre que las blancas ganan una pieza a cambio de uno o dos peones. Ve que l. ... , C X d5 sigue defendiendo el punto e7, y también que tras l. ... , A X d5; 2. C X d5, C X d5, el alfil de e7 queda igualmente defendido. Escena 5: (540 seg.) Comienza a fijarse en algunas ideas de ataque en el flanco de rey, como 1. Ah6 y 2. Ce4 o 1. Ce4, pero teme 1. Ce4, D X b2 con el alfil «colgado» en a2. Llega a la conclusión de que 1. A X d5 ha de ser la primera jugada. Escena 6: (135 seg.) Explora una vez más l. A X d5. Descubre que a l .... , A X d5 puede contestarse 2. Ca4 con ventaja de las blancas. Examina entonces 1. ... , e X d5 y ve que también da ventaja a las blancas, por quedar aislado el peón negro. Finalmente se percata de que l. ... , C X d5; 2. C X d5 hace perder a las negras, estimando por tanto necesario l. ... , e X d5. Escena 7: (980 seg.) Decide que la mejor continuación es 1. AXd5. De todo este «guión» se infiere claramente que, aun cuando el sujeto acaba por escoger la jugada correcta, sus motivos para hacerlo no son convincentes. Varios detalles importantes se echan de menos en su análisis, y durante todo el tiempo «parece ignorar unos cuantos rasgos esenciales de la posición» (Newell y Simon). Es bien sabido que toda persona, al analizar una posición, lleva adelante un proceso de «profundización progresiva» (de Groot, 1965). Esto quiere decir que tendemos a profundizar en la totalidad de nuestro análisis por etapas sucesivas. Este proceso, que entraña el regreso a movimientos ya analizados, repitiendo, comprobando de nuevo y ampliando variantes a partir de los mismos, no es en modo alguno eficaz; pero, debido a las limitaciones de nuestra memoria ( en contraste con la de los ordenadores), nos parece la mejor manera de «llevar la cuenta» de lo que ya hemos considerado. Un hecho en flagrante contradicción con las creencias de la gente es que el talento «excepcional» de los 65 grandes maestros no reside en su habilidad para calcular todas las po sibilidades que les brinda el árbol de variantes. Lo típico en ellos es examinar de 30 a 50 «nodos» (posiciones futuras en el tablero), llegando como máximo a un centenar. Son especialmente hábiles en identificar con rapidez los rasgos esenciales de una posición. Su enfoque es similar al expresado humorísticamente por Réti, según se cuenta, cuando en cierta ocasión le preguntaron cuántas jugadas solía prever a partir de una determinada posición. «Sólo una -respondió el gran maestro-, la mejor.» En su análisis de la posición del Diagrama 99, el sujeto pasa por alto un importante tema que aparece repetidas veces: la horquilla que las blancas tienen en d7 (Cd7), conganancia de la calidad en unas cuantas variantes. Por ejemplo, en la línea l. A X d5, A X d5; 2. C X d5, C X as ve que el punto e7 queda defendido, pero nunca menciona que después de 3. A X e7, C X e7; 4. Cd7 las blancas ganan la calidad (si bien es esencial para el blanco comprobar que tras 4. ... , TXcl; 5. TXcl, DXb2; 6. Tbl todavía gana). Más adelante el sujeto llega a la acertada conclusión de que l. . .. , A X d5 pierde, pero basándose en un motivo erróneo. Prevé la continuación 2. Ca4 en vez de lo que acabamos de explicar. De ahí que, también por falsas razones, concluya que no hay más remedio que seguir l. ... , e X d5. En ningún momento se percata de la fuerza de 2. Df3! (aunque lo considera como primer movimiento de las blancas). Ahoralas negras han de continuar 2 .... , Dd8 (si 2 .... , Rg7; 3. Cg4! amenazando el caballo de fo y 3. Ah6+ ganando, ya que 3. . .. , C X g4; 4. A X e7, Tfe8; 5. Ac5 resulta decisivo; y si 4 .... , e X h2?; 5. A X f8+, etc.). Después de 2 .... , Dd8, la fuerte continuación que a los jugadores 66 débiles se les puede fácilmente escapar es 3. Tce 1. Esto amenaza de nuevo 4. Cg4, v.g., 4 .... , C X g4; 5. A X e7 ganando. Una vez más, no sirve 4 .... , Rg7, por lo que las únicas jugadas que han de considerarse son las capaces de parar la amenaza ( o amenazas): 100 Negras (A) 3 .... , Te8 permite a las blancas ganar un peón tras 4. C X c6, T X c6 ( 4 .... , b X c6; 5. T X e7 seguido de 6. A X f6+-); 5. A X f6,A X f6(5 .... , T X f6;6 . D X d5); 6. T X e8+, D X e8; 7. DX d5. (B) 3 .... , Ce4 (jugada simplificadora que es importante tener en cuenta) 4. AXe7, DXe7; 5. C X c6, b X c6 (5 .... , T X c6; 6. C X dS); 6. C X e4 y las blancas ganan limpiamente un peón. (C) 3 .... , h5; 4. C X c6, T X c6 (de nuevo, a 4 .... , b X c6 sigue 5. T X e7); 5. T X e7! Aquí está la clave: si anteriormente 3. Tfe 1, que parecía más lógico, ahora las negras podrían seguir 5 .... , D X e7; 6. C X d5, T X el+ ganando. Si en este momento, de haber jugado 3. Tfel, las blancas se decidieran por 5. A X fo, A X fo; 6. C X d5, TXcl (no 6 .... , AXd4; 7. T X c6 seguido de 8. Ce7+); 7. T X el, A X d4, tendrían que considerar muy seriamente las consecuencias de 8. Tc8!??, ya que después de 8 .... , D X c8; 9. Ce7+,Rg7; 10.C X c8, T X c8 la posición no es nada clara. Por eso lo mejor para el blanco era probablemente 8. Tc7. (D) 3 .... , Tc7. Tras el análisis que precede, es ya fácil darse cuenta de que 4. C X c6, T X c6 (o 4 . ... , b X c6); 5. T X e7 seguido de 8. C X dS gana. El lector observará que 1. A X d5! no es la jugada que suele aconsejarse en esta clase de posiciones, ya que renuncia al par de alfiles, pero aquí es la mejor por obligar a las negras a capturar con el peón ( 1 .... , e X dS), dejándolas con una débil casilla clara (sujeta a las amenazas del blanco). Nos hemos detenido en los detalles de este ejemplo para ilustrar lo que precisamente entendemos por «consideración de la amenaza o amenazas» del adversario ( como la horquilla potencial en d7, clavadas en f6,jaques intermedios, etc.) y «rasgos esenciales» ( alfiles malos, piezas colgadas, contraamenazas en la última fila) de una posición. Ejemplo S La posición siguiente proviene de una partida de la final del «Golden Knights 1978» (Campeonato de los EE.UU. por correspondencia) entre Burnham (blancas) yBailey(negras). Burnham pone un signo de interrogación a la jugada 20 .... , T X a3, pero ¿qué pueden hacer las negras? Las principales amenazas son (A) 21. C X b5, (B) 21. Cf5 y (C) 21. Dg3. La mayoría de las peligrosas amenazas del blanco están estrechamente ligadas al efecto paralizador del peón de eS. Es decir, el peón d 101 a b e d e f g h de las negras se mantiene retrasado en d7, lo que significa que el alfil de dama negro queda encerrado, las torres negras siguen desconectadas y la casilla fS es accesible a las piezas blancas. Por tanto es esencial considerar 20 .... , C X eS. He aquí las posibles continuaciones del blanco: (A) 21. C X ss, Db8; 22. Dg3, D X b5; 23. A X e5, f6 (23 .... , Af8; 24. Ad6!); 24. Td6 y los problemas de las negras no se han acabado. (B) 21. Cf5, Af6?!; 22. Cd6, Cc4 es poco claro, pero 22. Td6! resulta demoledor; lo mejor es 21 .... , d6; 22. e X e7+ (22. A X e5, A X f5); 22 .... , D X e7; 23. AXe5, DXe5; 24. AXc6 que no da nada a las blancas. (C) 21. Dg3, d6! (21. ... , Af6?!; 22. e X b5 [no 22. Cf5, d5!] seguido de 23. Cd6); 22. A X e5, dX eS; 23. C X c6, T X dl+; 24. TXdl, TXa3; 25. C X e7+, D X «t. 26. D X e5! y las blancas ganan por lo menos un peón; o si 24 .... , Ab7; 25. C X e7+, D X e7; 26. A X b7, D X b7; 27. D X e5 ganando igualmente un peón, ya que 27 . ... , T X a3; 28. Td8+, Rh7; 29. Df5+, g6; 30. Df6 es decisivo. Con todo, las negras en esta 67 línea, disponen de una opción clave: 24 .... , Ta4, que deja la posición igualada. Aquí debo disculpas a los lectores por todas estas largas variantes. No es mi intención abrumarlos, sino indicarles las complicaciones inherentes a cualquier posición donde existen prolongadas series de capturas, amenazas y contraamenazas, así como la necesidad de analizarlas a fondo. En la partida que comentamos, el hecho mismo de jugarse por correspondencia significa que las negras debieran haber prestado suficiente atención a 20 .... , ex e5. Siguió: 21. T X a3, A X a3; 22. Dg3 (las amenazas del blanco son ahora decisivas); 22 .... ,Da7; 23. A X h6!,Af8; 24. A X g7, Da3; 25. Dg5 y no les quedaba ya a las negras sino abandonar en vista de 25 .... ,AX g7; 26. Cf5, Df8; 27. Ch6+, Rh8; 28. Df5, Dg8; 29. C X n+, D X n, 30. Dh7 mate. Ejemplo 6 La posición que sigue se dio en una partida Orr-Moultrie de la segunda ronda del Campeonato Escocés de 1981. Las negras llevan la calidad de ventaja y disfrutan de una posición tan sana como sólida. El blanco ha debilitado su flanco de rey con los avances g4, g5 y h4, en un intento de contrajuego. Continuaciones plausibles son (1) 33 , Dh3, cambiando las damas; (2) 33 , Cd3, atacando la torre y el alfil enemigos mediante una horquilla; (3) 33 .... , C X d5, reduciendo el material, aunque a costa de la pieza negra mejor situada, mientras el blanco, al capturarla con su caballo, ejercerá mucha presión en ffi; (5) 33 .... , fX g5, con la intención de ganar el peón g de las blancas después de 34. h X g5, Ch3+. Todas 68 102 a b e d e 9 h Negras estas jugadas son en cierta manera naturales, aunque su eficacia sólo puede determinarse merced al cálculo de variantes concretas. En lugar de ello, debido a los habituales apuros de tiempo, las negras disiparon su ventaja con la ilógica jugada 33 .... , Db5? La partida prosiguió: 34. Ac4, De8; 35. g X ffi, g X f6; 36. Cf5, Tbc8; 37. Rh2, AcS? 38. D X f4!; Ad4; 39. Dh6, Dg6; 40. O X g6, h X g6; 41. C X d4, e X d4; 42. Tdl y las negras abandonaron. ¡Desde luego, los apremios de reloj nunca ayudan! Ejemplo 7 La posición del siguiente diagrama surgió, después de 13. Ce4, en una partida Kopec-Ian Wells, Manchester 1981. En realidad, no hay nada malo en la posición de las negras salvo el hecho de verse un tanto oprimidas por el peón blanco e. Como acababan de jugar 12 .... , Tb8 ( en previsión de Cd2b3 ), yo esperaba ahora 13 .... , bS seguido de I 4 .... , a5 con una expansión general en el flanco de dama, o bien una continuación racional como 13 . ... , Dc7, v.g. 14. Cg3, Tfc8. En vez de esto, y sin mucha reflexión, las negras recogieron el guante 103 8 Ejemplo 8 Para concluir esta lección sobre los «rasgos esenciales de una posición», ofreceré un nuevo ejemplo procedente de mi encuentro con Roddy McKay (marzo de 1981). Se trata de una de nuestras dos partidas de desempate. La siguienteposición crítica de la segunda partida surgió tras 19. Tel. 7 6 5 4 o b e d e g h 104 Negras que se les lanzaba y continuaron 13. ... , Ce X e5?!, a raíz de lo cual, tras 14. C X e5, C X e5; 15. Af4, no quisieron afrontar las dificultades derivadas de 15 .... , f6 (15 .... , Da5; 16. Cd2!); 16. A X e5, fX e5; 17. Dg4 con ventaja del blanco debido a su puesto avanzado en e4 y a pesar de tener un peón de menos.Así pues, decidieron rápidamente sacrificar la calidad mediante 15 .... , C X c4!?; 16. A X b8, D X b8; 17. d X c4. Ahora las negras debían tratar de conectar sus peones centrales jugando 17. . .. , f6 o 17 , e5. La continuación de Wells, 17 , f5, fue un grave error posicional, ya que después de 18. Cd2, Af6; 19. Cf3 seguido de 20. Ce5, no pudo ya jugar ..., e5. Nuevamente se desprende aquí la lección de que el juego ha de evaluarse y llevarse a cabo conformea las necesidades de la posición. Después de 12.... , Tb8 era ilógico proseguir 13. ... , Ce X e5, provocando la incómoda clavada 15. Af4. Otro error de las negras fue que, una vez embarcadas en esta aventura, no sopesaron suficientemente los pros y contras del interesante sacrificio de calidad 15. ... , CXc4. a b e d e g h Negras Las blancas han recobrado los dos peones que habían sacrificadoen la apertura, situandouna torre en d6 y el caballo en e7. Ahora parece que el caballo negro de e5 corre grave peligro. ¿Puede realmente quedar atrapado en la casilla activa que ocupa en medio del tablero? Como le llevaba a mi adversario más de una hora de ventaja, me puse a examinar detenidamente la posición. Cualquier jugada de caballo hace perder por lo menos un peón, v. g, 19. ..., Cc6, y otro tanto puede decirsedel contraataque dirigido contra el caballo blanco casi atrapado ene?: 19.... , Dg5; 20. A X e5, D X e7; 21. Ac4! (21. AX g7+, RX g7; 22. De5+, Df6 no es claro). 69 ¿Qué jugar entonces? Consideré 19 .... , a6, pero las blancas quedaban mucho mejor continuando simplemente 20. A X e5, a X b5; 21. O X b5. Incluso llegó a ocurrírseme el contragolpe 19 .... , C X f3+ con la idea de que, tras 20. g X f3, Dc5+, caería o la torre de d6 o el alfil de b5 (después de 21. Df2). Pero, claro está, el alfil de g3 defiende la torre después de 19 .... , C X f3+. La acumulación de todos estos datos, rasgos posicionales y motivos tácticos me llevó a encontrar la siguiente «minicombinación», que decidió la partida a mi favor: 19 .... C X f3+!!; 20. g X f3, Dg5! De pronto los «cabos sueltos» de la posición blanca se ponen plenamente de manifiesto. No es posible 21. Ae5 (iilegal!), ni tampoco 21. T X e6, f X e6; 22. D X e6, por quedar colgado el alfil de b5. Es pues evidente que las negras recobran ahora su caballo, al haber quedado el de las blancas sin salida (la casilla d5 está cubierta), y ello con intereses, puesto que la estructura de peones blancos del ala de rey se ha deteriorado sin remedio. LECCIÓN 8. INCAPACIDAD DE APROVECHARSE DE ANTERIORES EXPERIENCIAS PARA ELABORAR UN PLAN Siempre sostuve que las partidas de las que más he aprendido son las acabadas en derrota o tablas. Tales partidas son las que han quedado más penosa y vivamente impresas en mi memoria ajedrecística, y por ende constituyen el medio más valioso para juzgar de los progresos hechos o no hechos. Pero, por otro lado, es forzoso reconocer que no hay nada que desanime tanto como perder o anular una partida sin poder extraer una moraleja o aprender una lección. La partida siguiente fue jugada 70 por mí hace unos 12 años, teniendo yo entonces un ELO de 2032. Me enfrentaba con J oshua Fluk ( 1650), recién llegado de Israel, en el Campeonato Interescolar de Nueva York, 1969- 70. Aunque íbamos empatados a 4/4, se me consideraba el favorito, dada mi gran ventaja de ELO. No obstante, habiendo ya visto unas cuantas partidas de Fluk, sabía yo que tenía delante a un buen jugador intuitivo y que no debía subestimarlo. De hecho, me dio una lección que no olvidaré jamás. En aquella ocasión, cada jugada de Fluk hasta el sorprendente y decisivo golpe 33 .... , C X g4 me pareció responder a una lógica fría y perfecta, como la de un verdadero campeón. Partida 4: Kopec-Fluk (Defensa Nimzoindia) 1. d4, Cf6; 2. c4, e6; 3. Cc3, Ab4; 4. e3, b6; S. Cf3, Ab7; 6. Ad3, Ce4; 7. Del, fS; 8. 0-0, A X c3; 9. b X c3, 0-0. Una apertura según los cánones, donde las negras tratan de mantener su dominio de e4 y bloquear la posición lo más posible, en especial los peones blancos (e) doblados. Las blancas, por su parte, han de intentar abrir el juego al máximo para hacer valer su par de alfiles y la masa de peones centrales. 10. a4 Aunque esto no es malo, con la idea de abrir la posición mediante Aa3 y c5, son más comunes 10. Cd2 y 10. Cel. 10. ... d6 Aquí renuncié a la idea de 11. Aa3 seguido eventualmente de c5, por no poder forzar esta jugada, y volví a la continuación usual 11. Cd2. 11. Cd2 12. AX d2 13. d5 CXd2 c5 Por aquel entonces ya sabía que en este tipo de posiciones es esencial para las blancas abrir el centro. Con tal intención jugué 13. d5?!, pero resultó ineficaz. Mucho mejor hubiera sido 13. f4! (seguido de 14. e4) o directamente 13. e4!?, aunque rechacé esto último cegado por mi afán de ganar, v.g. 13. e4!?, f4; 14. e5, g6; 15. A X g6, h X g6; 16. D X g6+=. 13. ... g61 Esto muestra el hondo sentido posicional de Fluk, que debilita las casillas negras sabiendo que no pueden ser explotadas por su adversario, v.g, 14. d X e6, Df6; 15. e4, f4, etc. Mis ulteriores esfuerzos por abrir el juego mediante 14. e4 y 15. g3 son frustrados mediante 14 .... , f4 y 15. e5, con lo que Fluk cierra el centro y se reorganiza rápidamente con vistas a utilizar su ventaja de espacio en el flanco de rey. Esta ventaja se pone de relieve tras 20 .... , h5!, 23 .... , Rf7 y 25 .... , Tah8. Yo intento contener los avances del negro en el ala de rey e incluso parece que hago algún progreso en la de dama, con 30. a X b6, pero la brillante réplica 30 .... , a6 revela la lentitud de mi plan, mientras las negras siguen con sus incursiones ( 31. ... , Thl y 32 .... , Dh3), coronadas por el movimiento decisivo 33. . .. , CXg4. 14. e4, f4; 15.g3, e5; 16. n, Cd7; 17. Del, g5; 18. Tf2, Tn; 19. Ael, Df8; 20. g4, b5; 21. b3, Tb7; 22. Tb2, Cf6; 23. Taa2, Rn; 24. Tag2, Dg7;2S.Db2,Tab8;26.a5,b X g4; 27. b X g4, Tb3;28. T X b3, T X b3; 29. Rf2, Db6; 30. a X b6, a6; 31. Ac2, Thl; 32. Re2, Dh3; 33. Tf2, C X g4; 34. Abandonan. En relación con el ejemplo que acabamos de ver, considérese ahora la siguiente partida donde las blancas son incapaces de aprovecharse de experiencias anteriores para afrontar satisfactoriamente las necesidades de la posición y los problemas planteados por el negro. No es que haganjugadas francamente malas, sino que no hay en ellas energía ni propósito definido. Partida S: Dauber (1775)-Kopec (2430) XII.° Congreso de Manchester, 1981, S.• ronda (Defensa Nimzoindia) 1. d4, Cf6; 2. c4, e6; 3. Cc3, Ab4; 4. e3, b6; 5. Cf3, Ab7; 6. Ad2. No hay nada malo en esta jugada, salvo que revela la poca familiaridad de las blancas con la apertura. Las partidas de los «viejos maestros» Nimzovich, Bogolyubov y Alekhine dejaron bien claro lo inconsecuente de este movimiento. Más «teórico» es 6. Ad3, como en la partida precedente. 6. 7. Ae2 8. 0-0 0-0 d6 Cbd7 Quizá fuera más exacto 8 .... , A X c3, puesto que el alfil de rey ha cumplido ya su misión . 9. Db3 10. Tadl. ll. A X c3 aS AXc3 De7 Con 10. Tadl las blancas han manifestado su intención de jugar d5. El negro se prepara en consecuencia y apoya de todos modos un posible ... e5. Lajugadamás directa 11. ... , Ce4 merece también atención. 12. Cd2 71 Las blancas luchan correctamente por el dominio de la casilla e4, y, como el lector sabrá ya por la Partida que precede, 13. f4 está en el aire; de ahí la continuación de las negras. Pero entonces ¿para qué servía 10. Tadl? Esta torre estarla ahora mejor situada en el. 12. 13. Dc2 14. Tíel 105 eS Tfe8 h6 Las negras se disponen a maniobrar con el caballo pasando por h7. o b e d e f p h Blancas IS. b3?! El plan del blanco, coneístents en avanzar a3 y b4 abriendo el flanco de dama donde tiene más espacio, ea correcto, pero 15. Cfl con la idea de Cg3-f5 era aquí más pertinente. IS. ... 16. Afi Ch7 e4 Las negras ocupan el mayor espacio posible en el centro. Cierto que con esta jugada obstruyen la diagonal de su alfil de dama, pero esperan hacer de este peón un trampolín para el ataque planeado en el flanco de rey. 17. a3 18. Db2 CgS Dffi 20. Rhl DíS 19. Ae2 Dg6 Las últimas jugadas del blanco, en especial 18. Db2 y 19. Ae2, no responden a ningún plan determinado, por lo que las negras siguen adelante con el suyo en el flanco de rey. Lo indicado hubiera sido 18. b4. 21. rn Cf3 Las negras «atornillan» el ala de rey de su adversario ofreciendo este 72 caballo que, evidentemente, no puede aceptarse. 22. dS Tratando de cerrarle al alfil enemigo la gran diagonal y, a la vez, abrir paso a las propias fuerzas. Pero esto permite a las negras movilizar su «pelotón» de reserva. 22.•.. 23. AX eS 24. f3? CdeS CXeS En busca de contrajuego, las blancas acaban por cometer un grave error que ha de acarrearles la derrota. Lo correcto era 24. Dc2 (presionando sobre el peón e y clavándolo) seguido eventualmente de f3 o f4. 24. •.. 25. C X f3? e X f3 La falta de experiencia de las blancas se deja sentir. Su peón e retrasado es de mal agüero. Sólo 25. g X f3 les brindaba algunas posibilidades dinámicas. O.e4 25 •••• 26. ex es TXeS Tae8 27. Tf3 Dh4 28. Ad3 El resto de la partida es ya lo que suele llamarse «cuestión de técnica». Las negras acumulan fuerzas contra el peón de rey blanco, cuyo bando intenta contraatacar por la columna f y el flanco de rey en general. Pero esto último no puede menos de fracasar, dada la mediocre estructura de peones y el poco espacio de maniobra de que disponen las blancas. 29. Dd2 Ac8 Con esta jugada se incrementa considerablemente el alcance del alfil. 30. Tf4 31. Tdfi Dg5 fSI 106 El resultado de este jugar « al gato y al ratón» entre las piezas blancas y la dama negra es que el primer bando queda con más debilidades que su adversario. Las negras han afianzado su posición, mientras el peón de rey blanco sigue sin posibilidad alguna de salvarse. 36. bS 37. T x es gS Desesperación. Si 3 7. Tf3, las negras pueden continuar tranquilamente 37 .... , Rg7! y p. ej., 38. A X f5, AX f5; 39. TX rs, TX f5; 40. D X f5, D X f5; 41. T X f5, T X e3; 42. Tf3, T X f3 ganando el final de rey y peones; en otras variantes, el blanco se queda pronto sin jugadas viables. 37•... 38. Ax es 39. Ah7+? AXfS Tf8 Un último error; mucha más resistencia ofrecia 39. g4. a b e d e g h Rg7 T X ffi R X ffi Te8 Las blancas abandonan. Blancas De primeras no fue fácil tomar esta decisión, que vuelve «malo» el alfil negro sin motivo aparente. Sin embargo, la actividad y espacio de maniobra que ello proporciona a las piezas mayores de las negras tienen aquí preferencia. El peón retrasado de las blancas sigue siendo dificil de defender, mientras el peón f negro puede ser sostenido mediante ... , g6. 32. h4 DhS 34. Ag4 35. Dfl g6 33. Ae2 39. 40. D X ffi+ 41. T X ffi 42. e4 nrr Dffi Durante mis cinco años en Gran Bretaña he podido observar que se hace demasiado hincapié en la preparación casera de variantes de apertura, especialmente entre los jugadores jóvenes, incluso fuertes. A decir verdad, no creo que esto sea ajedrez normal. A lo largo de una partida «viva», cada posición debe considerarse por sí misma. Las jugadas que se van haciendo han de ser fruto de una acumulación de experiencias previas, conocimientos teóricos, preparación y estado psicológico (sentimientos). 73 Ejemplo 9 He aquí otro ejemplo del XII.0 «Greater Manchester Open» ( 1. • ronda). En esta partida me enfrentaba con Hutchinson (2120), que en un minuto jugó sus 11 primeros movimientos «preparados». l. e4, Cc6; 2. Cf3, d5; 3. e X d5, D X d5; 4. Cc3, Da5; 5. d4, Ag4; 6. Ab5,0-0-0;7.A X c6,b X c6;8.h3, Dh5; 9. Dd3, A X f3; 10. g X f3, Td6; 11. Ce4, Te6; Yo iba tomándome el tiempo normal, considerando las amenazas, opciones y problemas de la posición (ya que nunca había jugado esta variante). Aquí continué: 12. Rfl Las negras se pusieron por fin a reflexionar y, al cabo de 40 minutos, prosiguieron: 12. 13. Af4 14. Da6+ Tg6 e6 Rd7 Me costaba trabajo creer que un buen jugador podía sentirse a gusto en esta posición con las negras, y así, después de examinar a fondo sus consecuencias, me decidí por la ruptura temática 15. d5! La partida prosiguió: 15 .... , e X d5; 16. D X a7, D X f3; 17. D X c7+, Re8; 18. Dc8+, Re7; 19. Db7+, Re8; 20. Db8+, Rd7; 21. Cc5+, A X c5; 22. Dc7+, Re8; 23. Tel+, Te6; 24. D X c6+, Re7; 25. D X c5+, Rd7; 26. Dc7+, Re8; 27. T X e6+, rx e6; 28. Tgl, o x h3+; 29. Rel y las blancas no tardaron en ganar. 74 ¡Ya ves, lector, que te tenía bien presente en Manchester! El siguiente y último ejemplo se lo debo al maestro brasileño Silvio Mendes. En 1979, un muchacho de 16 años llamado Arnílcar jugó esta partida contra el famoso gran maestro argentino Miguel Quinteros: Ejemplo 10 Amilcar-Quinteros. Río de Janeiro 1979 (Defensa Siciliana, variante Najdorf/Polugayevski) l. e4, c5; 2. Cf3, d6; 3. d4, e X d4; 4. C X d4, crs, 5. Cc3, a6; 6. Ag5, e6; 7. f4, b5; 8. e5, d X e5; 9. f X e5, Dc7; 10. De2, Cfd7; 11. o-o-o, Ab7; 12. ces, e X f5; 13. e6, Cffi; 14. A X rs, g X ffi; 15. Dh5, Ag7 (lo mejor es 15 .... , Ab4); 16. e X ti+, D X ti; 17. A X b5+!, a X b5; 18. Thel+, Ae4; 19. C X e4? (la jugada gana· dora es 19. Td8+, a lo que sigue 19. ..., Re7; 20. Cd5+, Re6; 21. Td6+, R X d6; 22. D X ti, A X d5; 23. Tdl, etc.); 19.... , D X h5??, 20. Cg5+, abandonan. Un año antes, Arnílcar había ganado una partida en cierto torneo brasileño continuando 19. Td8+! en la posición que surge tras 18 .... , Ae4. Pero, después de consultar el Informator, desechó esa línea y jugó 19. C X e4? conforme a lo allí sugerido. Quinteros, especialista de la variante Najdorf, no recordaba bien los detalles de este ataque y elaboraba sus respuestas sobre el tablero. Con todo, su omisión de 19 .... , 0-0, que era la continuación lógica, necesaria y ganadora, no tiene excusa, pese a ir apurado de tiempo. Así pues, cometió un craso error que permitió 20. Cg5+ con mate inmediato. Referencias A. de Groot, Thought and Choice in Chess (Mouton Press). A. Newell y H. A. Simon, Human Problem Solving (Prentice-Hall). A. Kotov, Piense como un gran maestro (Aguilera). V. Hort y V. Jansa, The Best Move (R. H. M. Press). A. Livshitz, Test Your Chess /. Q. (Pergamon Press). C. Pritchett y D. Kopec, Best Games of the Young Grandmasters (Bell & Hyman). 75 Lecciones 9-12 CÓMO FORMULAR UN PLAN CHRIS MORRISON INTRODUCCIÓN En las cuatro lecciones siguientes me propongo examinar diversos aspectos de la estructura de peones y discutir ia importancia de las líneas abiertas en todas sus formas. Este curso no hace sino «tocar» por encima los principios posicionales de la partida de ajedrez; por eso los lectores deberán complementarlo con el estudio de los textos recomendados y la experiencia práctica. No obstante, dedicamos la presente introducción a explicar la importancia del juicio posicional y el modo en que este conocimiento puede aplicarse prácticamente para formular un plan. Cuando el jugador mira una posición y trata de encontrar la mejor manera de proseguir, es posible que le resulte bastante fácil de llegar a una decisión. Por ejemplo, si existe una clara combinación táctica para ganar material o la oportunidad de organizar un ataque directo de mate. Estos conceptos son relativamente sencillos de captar y a menudo también de poner en ejecución. Pero ¿qué debe hacer el ajedrecista cuando no hay un 76 modo obvio de proceder? Durante los análisis posteriores a una partida, he oído a muchos jugadores quejarse de no saber cómo continuar en tal o cual posición calificada de superior por «los libros», o de que « intuían que estaban mejor», pero no acertaron a explotar su ventaja. Tales problemas surgen a raíz de una falta de comprensión posicional y pueden ser resueltos, al menos en parte, mediante la adquisición de una mayor experiencia, es decir, una «biblioteca mental» más amplia de partidas clásicas y principios generales. Estos antecedentes representan un acervo de datos que sirven de base al juicio posicional y permiten elaborar un plan de acción. La mayoría de los jugadores fuertes están de acuerdo en que, al tratar de evaluar una posición que les es poco familiar, indagan en su memoria buscando analogías que les ayuden a encontrar la continuación correcta. Hemos de insistir en que dicha «biblioteca mental» no contiene necesariamente, con todos sus pelos y señales, la posición particular que nos interesa, pero sí algún subterfugio táctico aplicable al caso, alguna partida donde las casillas débiles del enemigo facilitaron el ataque, o cualquier otro tipo de información útil. El grado en que los jugadores saben reconocer los factores vitales de una posición depende del desarrollo de su «intuición» ajedrecística. Mas no hay que creer que esta intuición es algo o innato o imposible de adquirir; es, al contrario, una cualidad que puede ejercitarse y desarrollarse. En esta etapa conviene resumir en lineas generales el proceso mental que lleva a un maestro a decidirse por un plan y efectuar su próxima jugada. l. Juicio critico de la posición. Se tiene en cuenta los principales factores posicionales: estructura de peones, columnas y diagonales abiertas, casillas fuertes y débiles, etc. 2. Determinación de un objetivo. Basándose en el juicio precedente, el maestro decide, por ejemplo, presionar sobre una debilidad, apoderarse de una columna abierta, simplificar con vistas a un final ventajoso, etc. 3. Concepción de un plan. Por ejemplo, «doblaré las torres en la columna c, trataré de desviar ese caballo de su defensa de c7 y ocuparé la 7.• fila con las torres»; o bien, «intentaré cambiar los alfiles de casillas negras para debilitar los puntos que rodean al peón aislado del enemigo». 4. Ejecución del plan. Se analizan las variantes concretas hasta encontrar la manera de llevar a efecto el plan trazado. Puede ocurrir que el plan «ideal» falle desde el punto de vista táctico, en cuyo caso habrá que sustituirlo por otro factible. Las lecciones siguientes sentarán algunas bases para el juicio posicional y la determinación de objetivos, pues un plan no es más que el método de lograr esto último fundándose en lo primero. Queda fuera de mi intención entrar en complejas varían- tes tácticas o realizar un estudio exhaustivo del ajedrez posicional. Me contentaré con examinar unos cuantos temas y conceptos fundamentales, remitiendo a otros campos de estudio y fuentes de material al lector interesado en perfeccionarse. LECCIÓN 9 Estructuras básicas de peones El ajedrez es un juego de equipo en el sentido de que, si las piezas de un bando no colaboran entre sí para constituir una fuerza bien desplegada y coordinada, todos los conatos de victoria están abocados al fracaso. Habiendo descubierto rápidamente que los ataques prematuros -con una o dos piezas- no suelen tener éxito, el jugador aprende a colocar dos peones en e4 y q4, desarrollar las piezas menores, enrocarse y centralizar las torres antes de acometer nuevas acciones. Esto es muy loable, pero pronto se da uno cuenta de que no basta con des mollar las piezas a ciegas para obtener un buen juego, sino que es preciso situarlas en buenas casillas. Como la estructura de peones adoptada desempeña un papel de primer orden para determinar los puestos en que las piezas estarán activamente colocadas y bien coordinadas, puede ya establecerse un principio general: «Trátese de conseguir una estructura de peones que permita la máxima libertad de movimiento y estabilidad a las piezas propias, privando simultáneamente de estos beneficios a las del adversario» Este importante punto ha de tenerse siempre presente, a saber, que la superioridad de la estructura de peones de un bando es la medida de la inferioridad de la estructura de peones del otro. El Diagrama 107 ilustra lo que se conoce por el nombre de formación 77 107 8 7 6 5 4 3 2 o d e h g «clásica» de peones, que lleva en vigor más de 500 años. La formación blanca de peones se funda en la premisa de que el dominio del centro es un factor positivo. Las piezas, en especial las menores, ocuparán puntos centrales e incrementarán así al máximo su radio de acción, ya que pueden trasladarse prestamente de un flanco a otro según las necesidades del momento. Un fuerte centro de peones es la base de tal disposición de piezas. Los peones centrales del blanco ocupan respectivamente las casillas e4 y d4, atacando e5 y d5. Pese a que ambos bandos sólo han efectuado hasta aquí dos jugadas, la suerte está ya echada para la estrategia que determinará los movimientos inmediatos. Las blancas tienen dos peones contra uno en el 108 o 78 b e d e g h centro y situarán sus piezas en casillas activas y agresivas. Las negras, por su parte, establecerán un fuerte punto central en e5, ocupado por un peón, y se desarrollarán defensivamente, conservando una posición sólida, aunque restringida, sin debilidades concretas. El Diagrama 108 es un ejemplo de la situación derivada de tal estrategia. A esta posición se llegó tras las jugadas l. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ac4, Ae7; 4. d4, d6; 5. Cc3, Cf6; 6. h3 (para mantener a las negras constreñidas, negándoles el acceso a g4 ); 6 .... , 0-0; 7. 0-0, h6; 8. Tel, Te8; 9. Ae3. Queda así ilustrado con sencillez el modo en que la formación de peones determina el campo de actividad de las piezas, poniéndose a la vez en evidencia que la estructura de los peones negros no deja suficientes casillas libres para que las piezas de este bando puedan completar satisfactoriamente su desarrollo. Esta idea de encontrarse con demasiadas piezas para que todas ellas «encajen» en la estructura de peones tiene su importancia. Una buena regla general es que, en tales posiciones, el jugador con ventaja de espacio debe tratar de mantener la tensión y evitar los cambios, para poder así explotar la superior movilidad de sus tropas. De donde se sigue que el bando restringido intentará acrecentar su libertad de acción por medio de cambios. Así las negras, en la posición del diagrama, continuaron 9 .... , e X d4; 1 O. C X d4, Af8; 11. Af4, C X d4; 12. D X d4, Ae6, si bien es cierto que después de 13. Tadl las blancas conservaron una ligera superioridad debido a su presión central y a la situación más agresiva de sus piezas. En todo caso, el negro evitó crearse debilidades estructurales. Mientras las piezas pueden reagruparse si están mal colocadas, no sucede lo mismo con los peones. 109 8 7 6 5 4 2 a b e d e g h llO 8 7 6 5 4 abcde gh Cada vez que un peón se mueve, la posición queda definitivamente modificada, mejorando o empeorando según los casos. Por eso los peones no deben adelantarse a lo loco, sin pensar en las consecuencias de tales avances. Un peor desarrollo de piezas o una presión por parte de las fuerzas enemigas son desventajas meramente temporales, pero los defectos de estructura, como peones y casillas débiles, plantean problemas permanentes que raras veces se resuelven de modo satisfactorio. Un adelantamiento exagerado de peones se dio, por ejemplo, en una partida Antoshin-Ivkov, donde tras la 9.• jugada del negro surgió la posición del Diagrama 109; poco más tarde, después de la 1 7. • jugada, apareció la posición del Diagrama 110. Aquí las blancas tienen una enorme ventaja en espacio y perspectivas de actividad en ambos flancos. Obviamente podrán trasladar sus piezas de un ala a otra con mucha más rapidez que el negro, cuyas fuerzas se encuentran atascadas en las dos primeras filas. Sin embargo, en el campo de las negras no se observan debilidades concretas, mientras que existe una posibilidad de ataque a los peones blancos demasiado expuestos. Antoshin sigue avanzándolos a la vez en los dos flancos, extendiéndose en exceso, y de pronto, tras sólo 8 jugadas más, se ve al borde del abismo. La partida siguió: 10. g4, g6; 11. Ah6, Cg7; 12. b4?!, b6; 13. Dd2, Cf6; 14. Re2, Rh8; 15. Tagl, Ad7; 16. Tg3, Dc7; 17. Thgl, b5! Acaba de surgir una nueva posición en la que vemos cómo de repente se derrumba el flanco de dama de las blancas. Éstas no pueden capturar dos veces en b5, so pena de dejar colgado el peón e4; por otra parte, el flanco de dama está a punto de abrirse completamente, con la subsiguiente aparición de numerosas debilidades en las líneas del blanco. Desesperado, Antoshin intentó 18. h4, pero no tardó en sufrir una espantosa derrota: 18 .... , b X c4; 19. Ac2 (no 19. A X c4??, e X b4 y las negras ganan una pieza); 19 .... , e X b4; 20. a X b4, Tab8; 21. h5, T X b4; 22. h X g6, fX g6; 23. Thl, Tb2; 24. Rdl, Da5; 25. Cg5, C X g4; 26. A X g7+, RX g7;27. T X ht+, Rg8; 28. Del, A X g5; 29. D X g5, Dal+; 30. Abandonan. ¡Un dramático ejemplo de los riesgos del excesivo adelantamiento de peones! La definición más corriente de un «peón débil» es: «el que no puede ser defendido por otro peón.» La debilidad de tales peones se debe a que ( 1) dependen de las piezas para su protección y por ello se pierden con facilidad; (2) al quedar las piezas atadas a su defensa, éstas dejan abando- 79 nados y vulnerables a la agresión enemiga otros puntos del tablero; (3) dichos peones tienden a estar rodeados de casillas débiles, que facilitan al adversario puestos avanzados para sus piezas o debilitan en general las casillas de un determinado color. De estos conceptos se tratará especialmente en la lección 10. Terminaré aquí con algunos ejemplos de tipos comunes de peones débiles. Peón aislado Llámase peón aislado al que no dispone para su defensa de otro peón del mismo color en una columna adyacente. Esta clase de peones brinda a veces posibilidades dinámicas en el medio juego, pero a largo plazo representa una debilidad estructural que se dejará especialmente sentir en el final de partida. fuerzas como el adversario para atacarlo, no hay nada que temer. Por desgracia, resulta dificil en la práctica parar al mismo tiempo las amenazas que sobrevienen contra otros puntos, sin descuidar la defensa del peón aislado. El maestro ruso Kan nos proporcionó, en una de sus partidas, un excelente ejemplo del modo de proceder contra un adversario cuya posición adolecía de un defecto estructural de este tipo, llevándole hasta el lí mite de sus recursos defensivos. 112 8 7 6 5 4 3 111 2 a abcde gh Su vulnerabilidad se pone sobre todo en evidencia cuando, como en el diagrama que precede, el peón aislado se encuentra en una columna semiabierta, expuesto al ataque directo de las torres y piezas menores del enemigo. Además, la casilla que tiene enfrente constituye un magnífico puesto avanzado para las piezas enemigas que lo ocupen. El lector puede pensar que, mientras disponga para defender ese peón de tantas 80 b e d e g h A las blancas no les basta con atacar el peón d con el mayor número posible de piezas, puesto que el negro puede defenderlo con otras tantas. Pero la habilidad del primer bando para dictar el curso de la partida se revela decisiva: 16. Cf3, Cb6; 17. h3, Ch6; 18. Cf4, Tfd8; 19. Td3, Td7; 20. Thdl, Tad8 (las negras amenazan con reactivar su caballo mediante CfS, pero ... ) 21. Ah2!! (iEspléndido! Si ahora 21 .... , CfS; 22. g4 y la amenaza 23. g5 fuerza 22 .... , Cd6 abandonando a su suerte el peón d); 21. ... , g6; 22. g4, Ag7; 23. Ag3! (amenazando 24. Ah4 con ataque a la torre de d8); 23 .... , f6 (tarde o temprano esto era inevitable, pero ahora también es débil la casilla e6); 24. Cd4!, Cf7; 25. Cde6, Ce5; 26. C X d8!, C X d3+; 27. C X d3!, T X d8; 28. Cc5 (la clave). La irrupción de las blancas en el flanco de dama constituye el golpe de gracia, al acarrear la pérdida irremisible del peón b. Aunque la ganancia de material se debió en último término a una escaramuza táctica, las negras, en esta partida, se vieron en todo momento desbordadas por las hábiles maniobras de Kan. Peón retrasado 113 o b e d e g h Como lo ilustra la posición del diagrama, un «peón retrasado» es el que ha perdido el apoyo de sus vecinos al quedarse atrás, y por ello es débil. Si los lectores añaden un par de torres dobladas en la columna d y visualizan un caballo que llega a b5, se percatarán del tipo de presión directa a que estará sometido el peón negro d. Nótese que la amenaza Cb5 en tales posiciones fuerza a menudo ... , a6, debilitando las casillas negras del segundo bando, en especial b6. En la práctica, el negro puede de ordinario defender su peón retrasado d contra un ataque directo basándose en la noción del «equilibrio entre fuerzas opuestas», pero las blancas explotarán la vinculación de las piezas enemigas a la defensa del punto débil ejerciendo gran presión en el centro y el flanco de dama, con frecuencia gracias a la colocación de un dominante caballo en la casilla d5, desesperadamente débil. Añádase un caballo blanco en d5, sitúense los respectivos peones a en a5 y a6, y no hace falta ser un genio posicional para darse cuenta de que las negras llevan la peor parte. Peón doblado A diferencía de los peones aislados y retrasados, que casi siempre representan una permanente falla estructural, los peones doblados son sólo ordinariamente malos. Desde luego, monstruosidades estructurales como peones a la vez doblados y aislados son terribles y constituyen fáciles objetivos de ataque en el final de partida. Los peones doblados que disfrutan del apoyo de un peón adyacente pueden, en cambio, poseer una notable fuerza defensiva, ya que cubren numerosas casillas. El problema es que, en caso de tenerlos que utilizar activamente, no son tan manejables como un sólo peón, salvo en raras ocasiones, pues se estorban unos a otros. Considérense los diagramas siguientes: 114 8 7 6 5 4 ob~rte gh La posición del Diagrama 114 surge de una línea de la Apertura del Alfil de Rey, favorita de Larsen, en la cual el complejo de peones con dos de ellos doblados es, de hecho, ventajo- 81 so para las blancas. Las piezas de este bando encajan perfectamente en dicha estructura, el alfil enemigo queda restringido y la base del complejo, en c2, es muy firme. Por añadidura, casi puede decirse que las blancas tienen un peón de más en el centro, pues uno de los peones e suele a menudo cambiarse por el peón contrario d. 115 8 7 6 5 complejo de peones doblados c3/c4. Tales peones doblados, y de hecho aislados, son de ordinario directamente vulnerables, pero en esta posición resultan aún más débiles porque ahogan el juego de las blancas, quitándoles toda esperanza de actividad y manteniendo enteramente pasivos a los alfiles. La partida acabó de manera dramática: 2 7. Dc2?? ( era forzado 27. Dbl , con lo que las blancas podían seguirluchando)27 .... ,A X a4; 28. Abandonan ( a 28. D X a4, seguiría 28 .... , D X e4 ganando instantáneamente). Semejantes partidas ilustran el modo en que un jugador debe apreciar los factores vitales en una posición particular. 3 116 2 a b e d e g. h 5 El Diagrama 115 proviene de una famosa victoria de Fischer contra Spasski en su encuentro de 1972. La posición es estructuralmente interesante, ya que las negras tienen clara ventaja a pesar de su peón b retrasado en una columna semiabierta, del peón e aislado y de los dos peones g doblados, y pese también a que las blancas poseen el par de alfiles, además de un peón pasado y protegido. Para comprender esto hay que tener en cuenta que ni el peón b ni el peón e de las negras pueden ser atacados con facilidad, que el peón blanco d está restringido en su avance y que su compañero a es débil. Además, las negras tienen un caballo eficazmente instalado en f4, que es un importante «punto fuerte», ya que para desalojar esa pieza las blancas han de jugar g3, debilitando sin remedio las casillas de su propio color en el flanco de rey. Con todo, la clave de los problemas del blanco reside en su 82 4 a b e d e g h La del Diagrama 116 procede de un antiguo tratamiento de la Variante del Cambio en la Apertura Española. Los peones doblados del negro no son débiles de por sí. La ventaja estructural de las blancas radica en que la formación negra no podrá, llegado el final, forzar la creación de un peón pasado en el flanco de dama, mientras la «explotable» mayoría blanca de cuatro peones contra tres en el ala de rey estará en condiciones de hacerlo. La posición, no obstante, es por lo menos igual, ya que el par de alfiles negros puede revelarse muy poderoso, junto con la presión que eventualmente lleguen a ejercer las torres centralizadas. Así pues, hay suficiente compensación dinámica por la deficiencia estructural de las negras. Peones colgantes 117 peón d será obligado a avanzar en una situación en que el peón pasado que así surja quede aislado y débil. Una regla general aplicable a los peones colgantes es la siguiente: «Si pueden mantenerse el uno junto al otro o adelantarse en las condiciones impuestas por su posesor, serán fuertes, pero si el adversario puede forzar su avance o liquidar uno de ellos, serán probablemente débiles». LECCIÓN 10 Islas de peones, puestos avanzados y complejos de casillas de un color a b e d e g h Las negras tienen aquí peones colgantes en cS y dS. Es claro que estos peones constituyen una fuerza poderosa mientras logren mantenerse el uno junto al otro en la misma fila, dominando muchas casillas importantes. En ciertos casos, el peón d puede avanzar y convertirse en un fuerte peón pasado. De hecho, en posiciones con más piezas menores, el avance ... , d4, atacando una pieza conganancia de tiempo, seguido de ... , c4, también con ganancia de tiempo, y de ... , d3, estableciendo un peón pasado y protegido, ha causado ya no pocos estragos en numerosas partidas. Para eludir tales peligros, las blancas deben mantener dichos peones bien a raya, limitándoles los movimientos. Los peones colgantes representarán una desventaja si las blancas, por ejemplo, consiguen cambiar su peón e por el peón negro d, dejando al bando contrario con un peón e aislado y débil. Otras veces podrá forzarse el adelantamiento del peón e y quedará entonces un peón d retrasado en una columna semiabierta. O finalmente el Islas de peones En el transcurso de una partida, los peones, que al principio formaban una cadena de ocho, suelen quedar separados y divididos en pequeñas cadenas; los huecos entre éstas se deben al cambio de algunos peones. Un importante principio, de especial aplicación para el final, es que el jugador que posee menos «islas de peones» ( nombre dado por Capablanca a esas pequeñas cadenas) goza de una ventaja estructural. A menudo el bando con más islas adolece de claras debilidades, como peones aislados, etc. Consideremos el siguiente diagrama: 118 83 Cada bando tiene seis peones, ninguno de los cuales está retrasado o aislado, pero los peones blancos constituyen dos islas de tres peones cada una, mientras los negros se agrupan en tres islas de dos peones respectivamente. De aquí se sigue una ventaja posicional para las blancas, al tener tres objetivos de ataque (b7, e7 y h7, o sea la base de cada cadena); en cambio las negras sólo tienes dos. Este ejemplo es muy sencillo, pero la práctica confirma su validez. Según mi propia experiencia, el número relativo de islas de peones es siempre un factor importante, cuando no decisivo, en el final de la partida. Los estudiantes podrán comprobarlo examinando atentamente algunos finales de maestros donde hay desequilibrio de «islas». De momento aconsejo al lector que tenga en cuenta este concepto al elaborar planes en el medio juego, pues durante esta etapa de la partida se decide con frecuencia la estructura de peones que queda para el final. Puestos avanzados Al hablar de los peones aislados y retrasados, hemos hecho ya hincapié en las casillas débiles que tienen delante, indicando que tales puestos avanzados le plantean al bando inferior un problema tan grave, al menos, como la debilidad del peón mismo. Un puesto avanzado puede definirse como «casilla útil para instalar piezas que no puedan ser atacadas por peones enemigos». Los dos puntos esenciales de esta definición son: ( l ) que la casilla sólo está expuesta al ataque de las piezas contrarias; (2) que es útil, por encontrarse en el centro o muy adentrada en las líneas del enemigo. Debe hallarse situada de tal suerte que sirva de plataforma de ataque, de eje de coordinación para las fuerzas del atacante o de disgregación para las del defensor, o que 84 119 7 6 5 3 2 abcde gh combine algunos de estos factores o todos ellos. La estructura de peones aquí representada, que proviene de una Defensa India Antigua donde las blancas han jugado erróneamente c4, les proporciona a las negras dos útiles puestos avanzados: las casillas c5 y d4, que no pueden ser atacados por peones blancos. Si los lectores se imaginan sendos caballos ( el caballo es la pieza ideal para la ocupación de un puesto avanzado) instalados en dichas casillas, no les costará trabajo ver que dominan el tablero. El flanco de dama de las blancas sufrirá una presión directa que puede incrementarse mediante avances de peones, mientras el centro estará dominado por las negras, que podrán también ejercer presión sobre el ala de rey si lo estiman necesario. Las blancas, por su parte, no disponen de tales casillas para sus piezas, quedando condenadas a un arduo y trabajoso juego defensivo. Para mantener su dominio posicional, las negras deben evitar que un peón de cualquier color llegue a establecerse en c5. l.ajugada ... , c5 significaria que cada bando tendría a su disposición una buena casilla ( d4 para las negras y d5 para las blancas). Permitirle al blanco jugar c5 sería todavía peor, ya que entonces las casillas b6, c4 y d6 se convertirían en valiosos puestos avanzados para el primer bando, mientras las negras no dominarían más que d4. La lección que se desprende de todo esto es: «Consérvense cuidadosamente las ventajas estructurales». La utilidad de los puestos avanzados es también un factor clave, toda vez que su dominio favorece la causa del bando superior en los demás pun tos del tablero. 8 120 6 5 4 3 2 o d e II h La posición del diagrama surgió e,n una partida Benkó-Najdorf, Los Angeles 1963, después de la 14.• jugada de las blancas. Éstas tienen potencialmente un fuerte puesto avanzado en f5, pero las negras multiplican ahora sus problemas cometiendo el grave error posicional 14. . .. , A X f3? (debían haber jugado 14 .... , Ca6, pero probablemente temían 15. Ch2). Su intención era afianzar el caballo en su actual puesto avanzado f4, mas no cayeron en la cuenta de que, si el blanco se enroca por el flanco de dama, ese caballo dará palos de ciego. Además, al abandonar su alfil de casillas blancas, el bando negro renuncia a sus propias posibilidades de disputarle al adversario el dominio de f5. La partida continuó: 15. g X f3, Cd7; 16. 0-0-0(naturalmente) 16 .... , Te8; 17. Ah3! (las blancas amenazan simplemente 18. Af5, doblando en seguida las torres en la columna h y llevando su caballo a e3, plan que no tardaría en revelarse decisivo. N ó tese de paso que A X f4, en cualquier momento, merecería dos signos de interrogación, ya que después de ... , e X f4 las negras tendrían acceso a las magníficas casillas d4 y eS); 17 .... , C X h3; 18. T X h3, Cf8; 19. Tdhl, Cg6; 20. Cdl, Tc8; 21. Ce3, Tc7; 22. Cf5 (jexcelente ejemplo de utilísimo puesto avanzado para caballo dominantel) 22 .... , TfS; 23. Ddl, f6 (las negras no pueden sostenerse en esta posición a la larga, pero su última jugada permite un rápido remate táctico); 24. f4!, e X f4; 25. DhS, Ces (si 25 .... , fX g3; 26. D X g6 seguido de 27. Th8+ y mate) 26. Dh7+, abandonan (26 .... , Rf7; 27. D X g7+, Re8; 28. D X f8+ seguido de 29. Th8+ y 30. T X d8 con efectos fatales). Aparte de la importancia de la utilidad de los puestos avanzados, es decir, de su calidad más que de la cantidad, otra enseñanza que se desprende de \a partida que acabamos de ver es que, si el defensor renuncia a piezas capaces de disputar eventualmente la posesión de uno de tales puestos. no hace sino tentar el destíno. Sóio es posi'o\e atacar un pue1,to avanzado por medio de piezas; de donde se sigue que el modo de luchar contra su ocupación por las fuerzas rivales es cubrirlo al rnenos con el mismo número de piezas que las que utiliza el adversario para el logro de sus fines. Y si la ocupación tiene lugar, entonces una serie de cambios forzará al poseedor de la casilla a capturar finalmente con un peón, impidiéndole ya todo acceso a la misma. En la posición del Diagrama 121, las blancas disponen de un excelente puesto avanzado en d5, pero el negro, por hábiles medios tácticos, consigue forzar su ocupación por un peón. El juego continuó: l .... , Cb6; 2. Ab3, Ag4; 3. Cel, 'fc8; 4. Dd3, Ae6; 5 . .A X f6 (forzado) 5. . .. , A X f6; 6. CdS (forzado) 6. . .. , 85 121 d e g h C X dS; 7. e X d5 y el puesto avanzado ha dejado de existir. Si este tipo de defensa resulta imposible, el método característico de combate consiste en cambiar las piezas ocupantes más poderosas, y si aun esto no puede lograrse, hay que buscar contrajuego activo en otra parte. Por último, llamaré la atención de los lectores sobre la posibilidad de «crearse» puestos avanzados en sus partidas, ya forzando debilidades en la posición enemiga, ya adelantando los peones para apoyar las propias piezas. TaJes adelantamientos deben sopesarse con cuidado, comparando los riesgos con los beneficios potenciales, pero es un hecho que la creación de puestos avanzados proporciona a menudo un plan cuando uno se encuentra a la deriva. Por eso ha de tenerse siempre presente este aspecto estratégico. Casillas blancas y negras: complejos de un solo color Los lectores habrán oído ya la expresión de que un jugador está débil en las casillas blancas o negras. Esto puede significar, por ejemplo, que la estructura de peones en un sector del tablero, pongamos por caso el flanco de rey, es tal que dichos peones, por hallarse situados en casillas blancas, no defienden adecuadamente un gru 86 po definido de casillas negras. En semejantes situaciones, al bando que posee lo que llamamos un «complejo débil de casillas de un color», le resultará muchas veces dificil resistir a un ataque de fuerzas enemigas que intenten penetrar o infiltrarse por esas casillas débiles. El problema de la defensa será todavía mayor si el alfil que discurre por tales casillas ha sido cambiado, pues la tarea de proteger los huecos existentes en la estructura de peones se vuelve entonces mucho más ardua. Ilustremos esta teoría con un diagrama. 122 obcde gh Las negras tienen un fianchetto normal en el flanco de rey, y es claro que, aunque los peones no defienden las casillas de su color fS, gS y h6, el alfil se encarga de hacerlo, posibilitando en caso de necesidad jugadas como ... , f6 o ... , h6. Imaginemos ahora que se han cambiado los alfiles de casillas negras y hagamos desaparecer el alfil de g7. Súbitamente las casillas negras del flanco de rey quedan expuestas; si añadimos un peón blanco en eS y suponemos que las piezas blancas impiden ... , h6, es fácil prever que las tropas de este bando irrumpirán en el campo enemigo por f6 y h6. De ahí que una etapa casi obligada del ataque al fianchetto consista en el cambio previo del alfil que defiende las casillas potencialmente débiles. Es evidente que la adición de un alfil negro de casillas blancas en el ejemplo que precede no sirve de nada en Jo relativo a la protección de las debilidades, lo que introduce el concepto de «alfil malo». Cuando un bando tiene numerosos peones en casillas de un solo color, el alfil del color opuesto, como el del diagrama, es «bueno». Dispone de gran libertad de acción y cubre las casillas no protegidas por los peones. Al contrario, si el jugador con un solo alfil comete el típico «error de principiante» de colocar sus peones en casillas del mismo color que las del alfil, creyendo falsamente que así estarán bien defendidas y seguras, se verá pronto en dificultades debido a la poca libertad de movimientos del alfil. Además no tardará en percatarse de que, al no estar protegidas las casillas del color opuesto ni por peones ni por el alfil, el enemigo se infiltrará a través de ellas. Estos síndromes -«alfil malo/casilla débil»>- son particularmente fatales en el final de partida. 123 8 7 6 5 3 2 o b e d e g h McNab-Sowray, Londres 1982 La posición representada en el diagrama es el punto culminante de un «embaucamiento» gradual. Las negras iban ganando con facilidad, pero permitieron que sus peones quedaran poco a poco fijados en casillas del propio color (jy del color de las de su alfill), con el resultado de que el rey blanco se fuera infiltrando por los escaques no protegidos c4 y b5 hasta alcanzar la posición dominante ( en c6) que ahora ocupa. En este momento sería inútil 49 .... , Ad8 a causa de 50. Rd7. Por eso las negras continuaron 49 .... , g2; 50. a X g2+, R X g2, quedando con una pieza de más. Lo cual no impidió que el blanco ganara cómodamente tras 51. R X c7, Rf3; 52. R X b6, Ad8+; 53. Rc6, Re4; 54. R X d6, Rd3; 55. Rc5, Rc2; 56. b4, Rb3; 57. Rb5, R X c3; 58. b X a5, abandonan. Puesto que en el final de partida los reyes pueden moverse libremente por casillas de ambos colores, una buena pauta para evaluar las debilidades derivadas del complejo de casillas de un color es la facilidad o dificultad con que el rey enemigo puede infiltrarse a través de las mismas. Si la penetración es fácil, hay que tomar medidas inmediatas para remediar este estado de cosas. Los caballos, como los reyes, juegan por casillas de ambos colores; conviene, pues, tener en cuenta la posibilidad de llegar, mediante cambios, a un final de «buen caballo contra alfil malo». En estos finales el bando inferior suele quedarse con un alfil entorpecido en sus movimientos por una deficiente estructura de peones ( en casillas de su mismo color), mientras el propio rey ha de hacer frente por sí solo al rey y caballo enemigos. En tales situaciones, el «buen caballo» sale victorioso contra el alfil, combinando unos cuantos ataques de diversión con las maniobras de su monarca. Hasta aquí he tratado de los complejos débiles de casillas de un color en el contexto del final de partida, donde efectivamente quedan mejor ilustrados los problemas que se plan- 87 tean. Pero hay que saber que tales debilidades pueden ser mortales también en el medio juego. Las partidas de maestros abundan en ejemplosde estrategias de ataque basadas en la noción de «casillas de un color». Para concluiresta lección, veamosun ejemplodrástico de estrategia por casillas negras, tomado precisamente del jugador que profundizó por primera vez en este concepto: Aron Nimzovich. En una partida Nimzovich-Srta. Menchik, Carlsbad 1929, se llegó a la posición del siguiente diagrama después de la 9.• jugada de las negras. Af6, Tg8; 18. A X fS, e X f5; 19. De2, Db6; 20. c3, Ac5; 21. b4, A X d4 ( inútil, pero las negras están ya completamente perdidas: o consienten una ruptura decisiva apoyada por el dominante caballo de las blancas o las invaden por las casillas de su color a raíz del cambio de este alfil, como de hecho sucede); 22. e X d4, Ae6 (tratando de bloquear el centro); 23. Tc5! (estrechando el cerco por las casillas negras) 23 .... , Rd7; 24. Df3, D X b4 (desesperación); 25. T X es+, Re8; 26. Tcl, A X d5; 27. D X d5, Db6; 28. Df3, g X h5; 29. Da3, De6; 30. Tc7, abandonan. Las negras reciben mate en una casilla de su propio color: 124 125 Las blancasprosiguieron:10. h4!, Af8; 11. h5, Cge7; 12. Cb3,Dc7; 13. Cb X d4, C X d4; 14. C X d4, Ad7; 15. Ag5 (el blanco ejerce ya una poderosa presión sobre el campo enemigo gracias a su fuerte caballo instalado en d4 y a los peones e5 y h5 que constriñen el juego de las negras. Estas deben también defendersecontra la eventual ocupación del puesto avanzado d6. Además el rey negrono disponede un refugioseguro.Con 15. Ag5 las blancas amenazan 16. A X e7, por lo que a las negras les es dificil evitar 15 .... , g6, favoreciendo el inminenteataque de su rival por las casillas oscuras). La partida continuó: 15 .... , g6; 16. Tacl, CfS; 17. 88 obcdetoh De todo esto se deducen dos im portantes reglas básicas: 1. Si se tiene sólo un alfil, evítese colocar los peones en casillas del mismo color que las que domina dicha pieza. 2. En general evítense las cadenas de peones en casillas de un solo color, si esto supone la creación de casillas débiles y vulnerables delcolor contrario. e X c3+ LECCIÓN 11 Líneas abiertas (Parte 1) Las líneas abiertas suelen ser de tres clases: diagonales, columnas abiertas y columnas semiabiertas. Diagonales La diagonal abierta puede llegar a convertirse en un arma poderosa y constituye un elemento esencial de muchas aperturas, como Jo ilustra el fianchetto del alfil negro en la Variante del Dragón de la Defensa Siciliana y la energía latente del mismo fianchetto en algunas variantes de la Defensa India de Rey. Este alfil entra en juego con efectos devastadores sí se abre la diagonal h8-al. 126 abe de gh NN.-Kotov En esta posición, Kotov, habiendo ya abierto la columna b, tomado posesión de la misma y minado el centro de las blancas, activó sus restantes piezas -en especial el alfil de casillas negras- mediante la apertura de la gran diagonal. Su continuación fue 28 .... , d5!, y después de 29. e X dS (29. AcS ofrece más posibilidades) 29 .... , e4! el alfil salió a lapalestra. La partida siguió: 30. De2, Ce X d5 ( amenazando 31. seguido de 32 .... , CfdS y hecatombe en b2); 31. Cdl, Cd7; 32. Tc4, T X c4; 33. D X c4, C X e3; 34. C X e3. A X b2; 35. Db3, Ag7; 36. TXd7, DXd7; 37. DXb8, Dd3+; 38. Rcl (si 38. Cc2,Ddl ma te) 38 .... , D X e3+; 39. Abandonan. La mayoría de los lectores habrán ya jugado o visto partidas donde una batería de alfiles, por ejemplo en d3 y e3, apunta al flanco de rey enemigo. Pueden citarse aperturas, como la Defensa Moderna ( 1. e4, g6; 2. d4, Ag7), en que uno de los jugadores no hace esfuerzo alguno por ocupar el centro, esperando atacarlo más tarde mediante avances de peones apoyados desde lejos por uno o ambos alfiles. Una buena regla general es colocar los alfiles en diagonales abiertas para ampliar al máximo su radío de acción. El rendimiento de los alfiles se aprecia sobre todo en posiciones despejadas, por lo que ha de tenerse siempre en cuenta la posibilidad de abrir lineas para ellos. Mientras un alfil que apunta a las debfüdades enemigas en una diagonal abierta puede llegar a ser una potente arma en colaboración con otras piezas, la penetración, generalmente de las torres, por una columna abierta suele resultar decisiva en sí misma, debido a la capacidad de la torre para atacar y destruir los puntos débiles del adversario, especialmente peones. Esto nos lleva a tratar del segundo tipo de líneas abiertas, a saber, la columna abierta. Columnas abiertas Para empezar con una definición sencilla, una columna abierta es la que no está ocupada por peones de ningún color. Tales columnas son como vías de doble dirección que conducen a ambos campos, y así la lucha por su control puede llegar a tener gran importancia. En esto se basa la regla elemental de 1<colocar las to- 89 rres en columnas abiertas». En efecto, la torre es una pieza sumamente destructora cuando interviene en un ataque penetrando por una columna abierta, ya que posibilita muchos planes de mortal eficacia. Antes de entrar en temas tan importantes como el «dominio», la «penetración», los «objetivos» y la «fuerza desorganizadora», examinemos un ejemplo clásico de irrupción de las torres por una columna abierta, seguida, en este caso, de su doblamiento en la 7. • fila con efectos arrolladores. 127 Karpov-Uhlmann, Madrid 1973 La posición del diagrama surgió en una Defensa Francesa, después de la 24.• jugada de las negras. Karpov acababa de forzar una liquidación de piezas para llegar a un final ventajoso. Las columnas e y e están abiertas, y el dominio blanco de la columna e queda garantizado por el alfil, muy bien colocado en b5 desde donde controla la casilla e8 e impide así a las negras disputar dicha columna. Este alfil podrá trasladarse más tar de a e8 para colaborar en el ataque a f7, en contraste con su rival negro que se verá obligado a ir pasivamente a g6 y ni siquiera logrará mantener esa posición defensiva. Por otro lado, las negras dominan la columna e y pue- 90 den penetrar en el campo enemigo por c2. Entonces, ¿por qué están mejor las blancas? La respuesta a esta pregunta es la clave de la concepción moderna de las columnas abiertas y da origen a una importantísima regla cuyo sentido es esencial captar: «Una columna abierta no tiene importancia por sí misma, sino sólo si puede utilizarse con algún fin estra- tégico.» Karpov se da cuenta de que la columna e es la más valiosa, porque ( l) alcanzará e7 antes de que las negras lleguen a c2; (2) doblará las torres en la 7.• fila, restringiendo al propio tiempo el contrajuego de su adversario merced a una amenaza latente de mate «del pasillo» que le permitirá ganar un tiempo; ( 3) tendrá entonces en f7 un objetivo de ataque cuya caída acarreará amenazas de mate; ( 4) las negras serán incapaces de adoptar una defensa pasiva, dado que el blanco les desalojará las piezas mediante avances de peones, mientras las torres, que ocuparán una posición dominante en la 7. • fila, harán imposible cualquier coordinación defensiva eficaz; (5) si las negras intentanjugar activamente y contraatacar, no dispondrán de objetivos Jo bastante importantes y quedarán expuestas, con resultados fatales. Observemos ahora cómo Karpov hizo valer su ventaja: 25. f3 (despejando el camino hacia la 7.• fila) 25. ... , Ag6; 26. Te7 (atacando b7 con ganancia de tiempo) 26 .... , b6; 27. Tael! (ganando otro tiempo, pues si 27 .... , Tc2; 28. Te8+ seguido de mate) 27 .... , h6; 28. Tb7, Td6 (las negras hacen Jo que pueden por defenderse; el contraataque 28 .... , Tc2 también fracasaria, al quedar el rey mortalmente expuesto, v.g. 29. Tle7, T X b2; 30. Ae8, Tc8; 31. A X f7+, A X f7; 32. T X f7, T8c2; 33. T X g7+, Rf8; 34. Rh2! y ahora el rey blanco escapa, pero el negro sigue en situación desesperada, por ejemplo: 34 .... , T X g2+; 35. Rh3, Th2+; 36. Rg3, Thg2+; 37. Rf4, Tb4; 38. Th7, Rg8; 39. Thd7 y las blancas ganan); 29. Tle7, h5; 30. g X h5, A X h5; 31. g4, Ag6; 32. f4! ( el plan de Karpov continúa; ahora las blancas se disponen a desalojar al alfil negro, apartándolo de la defensa de f7) 32 .... , Tcl +; 33. Rf2, Tc2+; 34. Re3, Ae4 (f7 no podía ya protegerse); 35. T X f7, Tg6; 36. gS (preparando el derrumbamiento del último baluarte, g7) 36 .... , Rh7; 37. Tfe7, T X b2; 38. Ae8, Tb3+; 39. Re2, Tb2+; 40. Rel, Td6; 41. T X g7+, Rh8; 42. Tge7, abandonan. (Cuando a las negras se les agoten los jaques, no tendrán defensa contra las amenazas del blanco, v.g. Tb8 seguido de mate al retirarse el alfil, o si ... , Td8, simplemente g6 ganando.) Los ejemplos perfectos como éste tienden a crear una ilusión de simplicidad en los jugadores poco avisados. Muchos creerán que, si logran situar una torre en una columna abierta, ya tienen la victoria en sus manos; pero la cuestión es bastante más compleja. Consideremos la posición del diagrama siguiente: 128 4 3 2 o b e d e g h Las negras acaban de jugar ... , Tad8, «ocupando» la columna abierta d, pero lestán perdidas! El blanco prosigue l. Ae3, atacando el peón a, y después de l .... , a6 (si l .... , b6; 2. a5, c5; 3. a X b6, a X b6; 4. Ta6 el flanco de dama negro se viene abajo); 2. Ab6, Td7; 3. Tadl, T8e7 (3 .... , Tde7; 4. Ad8! seguido de 5. Td7 ganando); 4. Ac5, T X dl; 5. T X di, Te8 (5 .... , Tc7?; 6. Td8+, Rh7; 7. Ad6 plantea graves problemas); 6. Td7 gana con facilidad. Este ejemplo ilustra sencillamente cómo es también preciso poder penetrar por una columna abierta. Las negras no han sido capaces de hacerlo, pues el rey blanco estaba bien situado para impedírselo; por el contrario, al cambiar la columna de dueño ( tema de la «vía de doble dirección»), las blancas han podido efectuar una penetración decisiva por d7. La lucha por el dominio de una o más columnas abiertas es una fase vital en muchas partidas, donde los jugadores las ocupan doblando las torres y aun triplicándolas con la dama. Las piezas menores pueden asumir aquí un importante papel controlando casillas críticas (véase KarpovUhlmann) o llevando a cabo ataques de diversión como en el segundo ejemplo. La decisión de disputar una columna abierta puede revestir un carácter defensivo, cuando el jugador trata de proteger puntos débiles, o agresivo, cuando ataca los del adversario. Con todo, antes de emprender tales operaciones, es esencial valorar la utilidad de la columna o la importancia relativa de las distintas columnas en el contexto de la posición. Para ello han de tenerse en cuenta los siguientes factores: l. Dominio. Esto equivale asaber cuál de los dos bandos logrará, en definitiva, acumular más armamento en la columna. Aunque su control dependerá muchas veces de quién llegue a ella primero, ya hemos visto cómo puede pasar de unas manos a otras, cuando el ocupante inicial no consigue mantener allí su presencia. 2. Penetración. Suponiendo que uno esté en condiciones de apode- 91 rarse de la columna, hay que comprobar si existe en ella algún punto por donde sea posible penetrar en la posición enemiga. Esa «casilla de entrada» estará de ordinario en la 7. • fila, a veces en la 6.• u 8.•, y no podrá ser protegida por peones enemigos. A menudo la defenderán piezas y existirá la posibilidad de cambiar estas últimas o desviarlas. Si, a pesar de todo, cada uno de los eventuales puntos de penetración tiene asegurada una buena defensa, el valor de la columna abierta disminuye considerablemente. 3. Objetivos. Caso de poder penetrar por la columna abierta, ¿hay objetivos de ataque en el campo enemigo? Objetivos típicos son peones «sueltos» o mal protegidos que pueden ser atacados por un costado o por detrás. Con mucha frecuencia la columna abierta permitirá la instalación de una o las dos torres en la 7. • fila, las cuales, combinadas con otras piezas, pueden apuntar directamente a piezas enemigas y aun al rey. 4. Fuerza desorganizadora. Esto guarda relación con la idea de los objetivos, pero es más sutil, por cuanto la columna abierta no redunda necesariamente en una ganancia de material o un ataque directo. A veces el adversario puede quedar paralizado hasta el punto de que el golpe decisivo le sobrevenga en cualquier otra 129 8 7 6 5 o 92 e g h parte del tablero. Un excelente ejemplo de esta penetración paralizante por una columna abierta nos lo brinda la partida Stahlberg-Taimanov, Zurich 1953, del Torneo de Candidatos. La posición que vemos en el Diagrama 129 surgió a raiz de la 1 O.• jugada de las blancas. Taimanov asumió la iniciativa mediante I O .... , b5! (forzando la apertura de la columna e, que las negras dominarán después de cambiar las mejores piezas del blanco y sembrar la confusión entre las restantes; mientras tanto el segundo jugador irá situando sus tropas en buenas casillas, creando así una fuerza poderosa y bien coordinada). La partida continuó: 11. e X b5, e X b5; 12. Ddl, b4; 13. Cbl, Cc6; 14. C X c6,D X c6 ( las negras amenazan ya con dominar la columna e, y la hermosa casilla de penetración c2 se perfila en lontananza); 15. Cd2, Db6; 16. e3, Tac8; 17. Afl, Tc6; 18. A X a6, D X a6; 19. Cf3, Tfc8;20.Db3,Ce4;2l.Cd2(de lo contrario f2 quedará fatalmente débil después de ... , Tc2. Ahora las negras podían ganar dos piezas por torre prosiguiendo 21. ... , T X el, pero decidieron que era más eficaz mantener la parálisis de la posición blanca) 21. ... , Tc2!; 22. C X e4, d X e4; 23. a3, h5! (magnifico: el blanco apenas puede moverse, lo que permite a su rival desencadenar un ataque en el flanco de rey basándose en la debilidad de las casillas blancas de esta ala y en la imposibilidad de que las piezas enemigas lleguen a defenderlas sin hacer concesiones funestas en otra parte); 24. d5 (las blancas comienzan a desesperarse) 24 .... , T8c4! (suprimiendo toda perspectiva de simplificación. Si aquí 25. d X e6, seguiría 25 .... , D X e6 amenazando 26 .... , T X c1;27. Ta X el, TXcl; 28. DXe6, TXel+, sin contar las amenazas de mate en el flanco de rey, y dejando a las blancas sin ningún recurso); 25. Tdl, e X d5; 26.Ad2,Df6;27. Tabl,h4;28.Da4, Df5; 29. D X a7, Af8(?) (29 .... , Ag5 hubiera proporcionado a las negras un ataque de mate; ahora las blancas lograron cambiar las damas, aun cuando les quedó un final muy inferior que Taimanov no tardó en ganar). El tema de las líneas abiertas continuará en la lección 12, que trata de las columnas semiabiertas. LECCIÓN 12 Líneas abiertas (Parte 11) Columnas semiabiertas En la lección anterior hemos visto cómo una columna abierta se asemeja a una avenida por la que el jugador que consigue dominarla puede trasladar piezas, introducirse en el campo enemigo e invadirlo. Se imponía considerar, entre otros factores, si era posible su control, si la penetración podía tener lugar y si existían eventuales objetivos de ataque. En el caso de la columna semiabierta, las consideraciones son básicamente distintas y van ligadas a su definición misma como «columna en la que sólo hay peones de un color». 8 130 7 6 5 4 3 2 En la posición del diagrama, que procede del Gambito de Dama Rehusado (Variante del Cambio), han sur- gido, ya desde la tercera jugada, dos columnas semiabiertas. Se trata de la columna e, que dominarán las blancas, y de la columna e, que será controlada por las negras. Después de e3 y ... , e6, ambos bandos estarán listos para atacar por «su» respectiva columna. Tal es la piedra angular de la estrategia del blanco en esta variante, si bien, por razones que expondremos más tarde, el contrajuego de las negras no tiende a basarse en la presión sobre e3. Varias observaciones se imponen en esta etapa. Primeramente, una columna semiabierta puede ser dominada por el bando que no tiene peones en la misma, sin que exista en la práctica ninguna posibilidad de que la columna cambie de manos o llegue a ser disputada con eficacia. Si, en la posición que estamos examinando, el peón e de las negras se mueve a c6 y el lector imagina una torre blanca instalada en el, es obvio que el segundo jugador tendrá que hacer verdaderos equilibrios para oponerse directamente a ella colocando una de sus propias torres en c4. Por otra parte, cuando uno ataca por una columna semiabierta tiene ya al otro extremo un objetivo de ataque «servido en bandeja». Todo esto suena muy bien, pero hay un reverso de la medalla. Mientras en el caso de la columna abierta era necesario penetrar en el campo enemigo por una casilla desocupada, ahora el ataque se dirige contra un peón enemigo. Ello puede resultar bastante fácil si el peón es débil, por ejemplo un peón aislado o retrasado, pero, si está defendido por otro peón, el ataque se estrellará las más de las veces contra un muro de granito. Habrá que considerar entonces algún sacrificio de pieza, si se ataca al rey, o bien, si la finalidad del ataque es forzar debilidades, emprender la operación de socava conocida por el nombre de «ataque de minorías», de la que hablaremos en seguida. 93 En la lección sobre los peones débiles vimos algunos ejemplos de cómo lo son especialmente los peones retrasados o aislados si se encuentran en una columna semiabierta. Tales peones están expuestos a ataques directos, lo que significa que las piezas de su bando han de quedar atadas a su defensa. Por eso el jugador debe mantenerse al acecho de las posibilidades de abrir una columna y dejar al descubierto esos puntos débiles. La posición del diagrama que sigue surgió tras el 8.0 movimiento de una partida Morríson-Povah del Campeonato Británico de I 978. 131 8 6 5 4 3 2 obcde gh Las blancas, pese al tiempo gastado en la jugada 5. d3, continuaron aquí 9. d4!. El significado posicional de este avance estriba en que, si el negro captura en d4, se encontrará con un peón retrasado en la recién abierta columna d. Mientras un peón en d6 no suele constituir una debilidad en la Defensa Siciliana, aquí lo es, pues las negras han jugado ... , e6 y desarrollado en fianchetto el alfil de rey. Así, con la columna d abierta, se verán en dificultades para defender el peón d6. Por ejemplo, después de 9 .... , e X d4; 10. C X d4, a6 (de lo contrario 11. Cbd5 seria arrollador) las negras están claramente peor, con un peón d retrasado y expuesto y con debilida- 94 des en las casillas oscuras del flanco de dama. Aparte de los méritos posicionales de 9. d4, esta jugada ilustra bien el concepto de «excepción de la regla», en el presente caso la que dice que las piezas (y aquí también los peones) no deben moverse más de una vez en la apertura. Tocante a las negras, el blanco se había comprometido a un juego cerrado y su plan defensivo se basaba en este supuesto. La moraleja de lo que acabamos de ver es, pues, la siguiente: «Hay que pensar con flexibilidad». En la partida, las negras se negaron a permitir la apertura de la columna d y prosiguieron 9 .... , b6, pero, después de 10. Dd2, 0-0; 11. Tadl, Aa6; 12. Tfel, no tuvieron más remedio que jugar 12 .... , e X d4, en vista de la ruptura central amenazada por el blanco. No obstante, tras 13. C X d4, la superior coordinación de las blancas junto con su presión en la columna d procuró al primer jugador una ventaja decisiva: 13 . ... , Ce5; 14. b3, Cg4; 15. Ag5, Tg8; 16. h3, Cf6; 17. Cdb5, Ce8; 18. e5! (temático y definitivo) ganando en pocas jugadas. Si el peón al que se apunta está defendido por otro peón, entonces es posible un ataque de minorías. Dicho en términos más concretos, cuando tienen enfrente los peones a, b y e del otro bando, el objetivo será eliminar todos los peones rivales menos el e, que a raíz de los cambios quedará indefenso y débil. Una ilustración típica del poder de este plan, a falta de otro contrajuego eficaz, se dio en la partida van den Berg-Kramer, 1950, donde después de las jugadas iniciales l. d4, Cf6; 2. c4, e6; 3. Cc3, d5; 4. Ag5, Ae7; 5. Cf3, 0-0; 6. Dc2, Cbd7; 7. e X d5, e X d5; 8. e3, c6; 9. Ad3, Te8; 10. 0-0, Cf8; 11. Tabl surgió la posición siguiente: 132 Las negras continuaron 11 .... , g6 ( iniciando un plan consistente en cambiar los alfiles de casillas blancas, pero esto es demasiado lento; era mejor 11. ... , Ce4!); 12. b4, a6; 13. a4, Ce6; 14. Ah4, Cg7; 15. b5, a X b5; 16. a X b5, Af5; 17. b X c6, b X c6 (la estrategia del blanco ha dado fruto, y ahora las negras tienen un peón retrasado y débil en c6, al haber desaparecido los peones que lo apoyaban); 18. Ce5 (atacando inmediatamente la debilidad); 18 .... , Tc8; 19. Tb7 (nótese que, además de un objetivo débil en c6, el ataque de minorías ha abierto columnas que pueden utilizarse para penetrar en el campo enemigo y efectuar diversas maniobras ); 19 .... , A X d3; 20. D X d3, Tc7; 21. T X c7, D X c7; 22. Tcl ( con la amenaza 23. A X f6, A X f6; 24. C X d5 ganando); 22 .... , Db7; 23. Dbl, Da6 (si 23 .... , D X bl; 24. C X bl y el peón e cae); 24. Ca2 y el peón e está perdido, v.g., 24 .... , Tc8; 25. A X f6, A X f6; 26. Cb4, etc. Hay muchos ejemplos de ataques de minorías que llevan a una victoria casi «automática»; pero el lector se preguntará entonces por qué las negras no emprenden operaciones semejantes contra el peón blanco e3 jugando ... , f5 y ... , f4 ayudado por ... , g5 en caso necesario. La respuesta es que el rey negro quedaría expuesto más de lo que justifica la creación de uno o dos peones débiles en la posición blanca. Con todo, las negras disponen de suficiente contrajuego de piezas en el flanco de rey, sin tener que recurrir a un ataque de minorías. Además de la Varíante del Cambio del Gambito de Dama Rehusado, existen otras aperturas en las que aparecen columnas semiabiertas, con una estructura de peones que se presta al ataque de minorías. Tal sucede en varias líneas de la Apertura Inglesa, pero el ejemplo más importante se encuentra quizá en la Defensa Siciliana. Observemos los dos siguientes diagramas: 133 8 7 6 5 4 3 2 o b e d e g h 134 8 7 6 5 4 o e II h En el Diagrama 133, las negras han conseguido ya una columna se- 95 miabierta ( e ), una mayoría central de peones y la posibilidad de emprender un ataque de minorías que dejaría al blanco con un peón e débil. De momento, sin embargo, las blancas tienen ventaja de desarrollo y más libertad de acción para atacar, lo que significa que muchas Defensas Sicilianas discurren por senderos explosivos, con frecuentes sacrificios de piezas, y que el resultado de la partida depende del éxito o fracaso de la ofensiva de las blancas en el flanco de rey. Con todo, la justificación posicional de la Defensa Siciliana reside en la superioridad estructural de las negras a la larga. Por eso es importante que los jugadores no se limiten a retener prolijas variantes aprendidas de los libros, sino se imbuyan a fondo de los temas esenciales de la apertura. En el Diagrama 134, Andersson, a quien agradan las ventajas Ha largo plazo», ha logrado un final muy favorable, en una Defensa Siciliana. Los problemas del blanco en la columna e, amén de su peón débil en f4, redundan en clara ventaja de las negras. Después de 24. b3, Tc6; 25. a4, b4; 26. Ce2, Tac8, las blancas se vieron reducidas a 27. c4, y tras 27 .... , b X c3; 28. T X c3, Cd5 sus debilidades en b3 y f4 se revelaron fatales. Al lanzarse a un ataque contra el rey enemigo, los jugadores sacrifican a menudo peones para abrir columnas y diagonales. Saben también que quizá tengan que sacrificar piezas para destruir la barrera de peones que protege al rey contrario, mas la posibilidad de darle mate justifica la «inversión», Esto es fácil de entender, pero no es menos cierto que, aun cuando no haya un ataque directo contra el rey, puede muchas veces sacrificarse un peón para abrir líneas, presumiendo correctamente que el juego activo de piezas así obtenido permitirá recobrar con creces el material entregado. Un buen ejemplo de sistema de 96 apertura enteramente orientado a esta estrategia es el Gambito del Volga,* donde, después de 1. d4, Cf6; 2. c4, c5; 3. d5, las negras sacrifican un peón mediante 3 .... , bS; 4. e X bS, a6; 5. b X a6, A X a6. Ahora una po sible continuación sería 6. Cc3, d6; 7. Cf3, g6; 8. g3, Ag7; 9. Ag2, 0-0; 10. 0-0, Cbd7. 8 135 7 6 5 4 2 Las negras tienen un peón de menos, pero presionarán con las torres y la dama en las columnas a y b, y con el alfil en la diagonal al -h8. También lo harán con los caballos, instalándolos en una u otra de las casillas eS, a4 y d3 ( cuando se haya movido el peón e blanco). A menudo son posibles los sacrificios en b2. Por su parte las blancas aspiran a liquidar esa presión, conservando el peón de ventaja. Esto dicho, conviene añadir que la mera liquidación de material no basta para resolver los problemas del blanco, ya que muchos finales, sobre todo de piezas mayores, seguirán siendo favorables a las negras debido a la persistente presión de estas últimas por la diagonal al-h8. Un clásico ejemplo de la eficacia del juego por líneas semiabiertas a raíz de un sacrificio de peón es la par• Llamado también, sobre todo en los países anglosajones, Gambito Benko. (N. del T.) tida de Capablanca (negras) contra Nirnzovich en el torneo de San Petersburgo, 1914. 136 obcde gh Nimzovich-Capablanca, San Petersburgo 1914 A primera vista parece que las blancas tienen un sano peón de más y una estructura superior de peones, pero el juego de las negras por las columnas a y by por la diagonal al-h8 no tardó en resultar decisivo. La partida continuó: 14. Da6, Tfe8; 15. Dd3, De6; 16. f3, Cd7; 17. Ad2, Ce5; 18. De2, Cc4; 19. Tabl, Ta8; 20. a4, C X d2, 21. D X d2, Dc4; 22. Tfdl, Teb8; 23. De3, Tb4 (las negras pueden recobrar su peón mediante 23 .... ,AX c3, pero consideran más valiosa la presión que ejercen); 24. Dg5. Ad4+; 25. Rhl, Tab8 (la amenaza 25 .... ,AX c3 es decisiva). Aquí las blancas intentaron 26. T X d4, pero perdieron en seguida. ¡Una típica exhibición de Capablanca, tan «pulida» como enérgica! Es de esperar que toda esta discu sión sobre las líneas abiertas haya contribuido a despertar en los lectores el sentido de los principios posicionales más importantes y les ayude a valorar tales líneas, decidir en pro o en contra de las mismas y determinar cuáles de ellas deben disputarse o cuáles son meros callejones sin salida. Referencias A. Kotov, Piense como un gran maestro. A. Kotov, Juegue como un gran maestro. M. Stean, Simple Chess. A. Nimzovich, Mi sistema. R. Keene, Nimzovich: A Reappraisal. D. Bronstein, The Chess Struggle in Practice (Zurich, 1953). 97 Lecciones 13-16 PRINCIPIOS E IDEAS DE APERTURA NIGEL DA VIES, Hasta la fecha se han venido publicando millares de libros de ajedrez dedicados a la apertura. Al pobre lector Je invitan no pocas veces a aprenderse de memoria cientos de variantes, y cuando sus resultados prácticos no son tan halagüeños como esperaba, el desánimo y la desmoralización se apoderan de él. Claramente se impone otro tipo de enfoque. Estas cuatro lecciones tienen por objeto aclarar los problemas que se plantean en las aperturas. Las tres primeras analizan partidas ilustrativas de los elementos propios de la apertura ( centro, desarrollo y planificación). En la cuarta presentaré algunas ideas que, según espero, ayudarán al lector a mejorar su juego en la primera fase de la partida de ajedrez. M. l. 137 8 7 6 5 4 3 2 o b e d e g h 138 7 5 LECCIÓN 13. EL CENTRO 4 Por «centro» del tablero se entienden generalmente las casillas d4, d5, e4 y e5. La importancia de las mismas queda ilustrada en los dos diagramas siguientes: 3 98 o b e d e g h Comparando el número de escaques dominados por cada pieza, nos percatamos de que las piezas centralizadas tienen mucho mayor poder. De aquí, naturalmente, la importancia que reviste el dominio del centro, cuyas casillas son el blanco apetecido de todas las buenas aperturas. En otro tiempo, el ideal de la primera etapa de la partida consistía en ocupar directamente el centro con peones. En efecto, un centro de peones bien apoyado por piezas puede llegar a constituir una fuerza poderosa, tanto más si esos peones se van luego adelantando para expulsar a las piezas enemigas de sus buenos puestos y obligarlas a instalarse en malas casillas ( descentralizadas). Con todo, entre los jugadores modernos reina también otra filosofía: presión sobre el centro con piezas. Estas dos ideas entran en conflicto en muchas variantes modernas de apertura, una de las cuales es la Defensa Grünfeld (Variante del Cambio). Entre los muchos adeptos a un centro blanco de peones figura el joven talento soviético y nuevo campeón del mundo Gari Kasparov. Kasparov-Natis, Olimpiada de Malta 1980 l. d4 2. c4 3. 4. S. 6. 7. Cc3 e X as e4 b X c3 Cf3 Cf6 g6 dS CXdS ex c3 Ag7 cS Tras siete jugadas, las blancas han logrado el clásico centro «ideal» de peones en d4 y e4. Adelantando más tarde estos peones, esperan obligar a las fuerzas enemigas a batirse en retirada y crear así un gran «diferencial de poder» entre los ejércitos blanco y negro. Este «diferencial de poder» brinda posibilidades de ataque a las blancas. En la presente ocasión, el ataque se prolonga hasta la fase final de la partida. 8. Tbl El objetivo estratégico de las negras es ejercer presión sobre el centro blanco, por medio del alfil en fianchetto, que domina la diagonal a l-h8, y conjugadas como ... , c5, ... , Cc6 y ... ,Ag4. Para contrarrestar esta presión, las blancas a menudo quitan la torre de al, facilitando así el eventual avance d4-d5. Recientemente, el modo más común de realizar este plan ha sido 8. Ae3 y 9. Tel, secuencia que veremos en la siguiente partida. El movimiento de Kasparov, 8. To 1, está todavía poco explorado. 8. 9. Ae2 0-0 Cc6 Tambien es posible 9 .... , Da5, aunque 10. Tb5, D X c3+; 11. Ad2, Da3; 12. T X c5, D X a2; 13. 0-0 proporciona a las blancas una fuerza poderosamente centralizada a cambio del peón sacrificado. 10. dSI 11. Ad2 12. D X d2 AXc3+ AXd2+ Cd4 Un interesante y crucial momento. Después de 12 .... , Cb8, las negras conservarían su mal adquirido botín a expensas de un gran «diferencial de poder». Al blanco se le ofrecerían excelentes posibilidades de ataques tras 13. h4!, con amenazas peligrosas. Por eso el segundo jugador opta por la «seguridad» de un final, aunque aquí también el dominio central de las blancas se dejará sentir significativamente. 99 13. 14. 15. 16. 17. 18. ex d4 DX d4 Ddl RX d2 Re3 Tbcl cXd4 Das+ DXd2+ Td8 b6 139 abe de 18. ... 19. Ac4 gh e6 es También después de 19 .... , Rf8; 20. Thdl, Re7; 21. e5! el dominio blanco del centro plantea dificiles problemas a las negras. 20. Ab3 21. Tc1 22. d6 Ad7 aS bS? Esto acaba con la resistencia de las negras. Debía impedirse 23. f4 mediante 22 .... , g5, y si entonces 23. g3, podía seguir 23 .... , g4. 23. f4f 24. R X f4 25. eS 26. AdS 21. m 28. Re3 29. 30. 31. 32. AX e6 Tff7 Tg7+ Tge7 eXr4+ Ta6 a4 a3 Ta4+ Ae6 rx e6 Tb4 Rh8 Abandonan. La Defensa Grünfeld ha sido «re- 100 futada» y rehabilitada muchas veces desde que la introdujo en Viena el gran maestro austríaco Emst Grünfeld, en 1922. En la siguiente partida, las blancas juegan la última «refutación», con la que el negro ha tenido bastantes dificultades recientemente. Reforzando aún más el peón de d4 (por medio de 8. Ae3) y alejando su torre de la diagonal al-h8 (9. Tcl), el primer jugador trata de neutralizar la fuerza del alfil negro en fianchetto. Según la teoría, las negras serán entonces incapaces de generar suficiente contrajuego en el centro y quedarán arrolladas por el avance de los peones centrales del blanco. Sin embargo, muchos especialistas de la Defensa Grünfeld siguen creyendo en la energía latente de la posición negra y buscan con diligencia nuevos métodos de contrajuego. Entre estos expertos figuran los grandes maestros Timman, Ftacnik, Smejkal, J ansa, Sax, Uhlmann, Adorjan y ... Shamkovich. FedorowiczShamkovich, Nueva York 1980 1. d4 2. 3. 4. S. 6. 7. 8. Ct'3 c4 Cc3 e X dS e4 b X c3 Ae3 9. Tcl 10. Dd2 11. gXf3 12. dS Cf6 g6 Ag7 dS CXdS CXc3 cS Ag4 Das AX n Cd7 bSf Las blancas han conseguido el par de alfiles y ocupado el centro con peones. A pesar de esto, un cuidadoso examen de la posición revela que las cosas no les resultan tan fáciles como parece. Las cinco últimas jugadas de las negras constituyen una se- rie especialmente destinada a perturbar el ritmo natural del desarrollo blanco. Con 10 .... ,AX f3 han hecho ya mella en la estructura de peo nes de las blancas, cuyo rey no encontrará fácilmente un refugio seguro. El último movimiento de las negras ( 12 .... , bS!) disuade al blanco de reforzar su centro mediante 13. c4, ya que la réplica 13 .... , b4 amenazata 14 .... , Ac3. A lo largo de unas cuantas jugaras más, las negras atacan con energía el centro enemigo, y la balanza del poder empieza a inclinarse en su favor. 13. f4 Td8! 15. eS 16. Ahl 17. Tgl g5! e6! 14. c4 Endeble intento de sostener un centro que está a punto de desmoronarse. También 17. d X e6, C X e5! sería bueno para las negras. gX f4 CX eS! rx el 20. Db2 20.... T X d5!! ¡Ahora son las piezas negras las que ocupan el centro! 21. e X d5 22. RX el 23. Rf4 Amenazando Df3. Da6+ Dd3+ f6 mate con 24 .... , 24. Dbl b4 17. 18. T X g7 19. Re2 nueva fase. Tras su brillante despliegue de tropas en la apertura, Shamkovich pasa al ataque directo contra el monarca enemigo (ver diagrama). Otras opciones no son mejores. Tanto 24. Tg3, Cg6+; 25. T X g6, e5+ como 24. Ag2, Cg6+; 25. T X g6, eS+; 26. Rg4, D X g6+ conducen al mate. 24.... 25. TXg6 Cg6+ Después de 25. Rg4, h5 las blancas reciben mate. La siguiente jugada de las negras acaba con el último resto del centro blanco y señala el principio de una 140 25. es+ 27. Rh4 De4+ 26. Rg4 h5+ 28. Abandonan. En efecto, las negras son mate tras 28. Rg3, h4 y tras 28. Ag4, h X g4+; 29. Rg3, Th3. LECCIÓN 14. EL DESARROLLO o b e d e g h En la posición inicial, tanto las blancas como las negras tienen sus piezas mal situadas, ocupando sendos bordes del tablero. Es muy lógico que ambos bandos quieran mejorar este estado de cosas y llevar pron- 101 to sus tropas a puntos desde donde puedan ejercer mayor influencia. Este proceso recibe el nombre de desarrollo. A menudo sucede que, mientras un bando centraliza sus piezas con suma rapidez, el otro Jo hace sin mayores prisas y ... es derrotado, de ordinario por métodos violentos. Para impedir las «matanzas» que suelen tener lugar en estos casos, se han formulado ciertos principios destinados a orientar al jugador en Jo tocante a un buen desarrollo: l. Despliéguense las piezas Jo antes posible. 2. Efectúese pronto el enroque, evitando así que el rey quede expuesto en el centro. 3. No se capture material a expensas del desarrollo. 4. No se mueva la misma pieza dos veces. 5. No se saque la dama demasiado pronto, para que las piezas enemigas de menor valor, atacándola repetidamente, no la obliguen a perder tiempo retirándose. 6. No se hagan demasiadas jugadas de peón a costa del desarrollo de las piezas. Las siguientes partidas ilustran estos principios. Davies-Baljon, Londres 1980 (Defensa Siciliana) l. e4 2. Cf3 3. AbS+ 4. d4 s. 0-0!? c5 d6 Cd7 Cf6 Interesante gambito que empezó a aparecer en algunas partidas cuando se descubrió que las blancas no conseguían nada después de S. Cc3, e X d4; 6. D X d4, e5!; 7. Dd3, h6! 102 (impidiendo 8. Ag5). Ahora tras S. ... , e X d4; 6. D X d4, e5; 7. Dd3, h6 el blanco puede continuar 8. c4! restringiendo a las negras en el centro. S. •.. C X e4 Arrebatando un peón a expensas del desarrollo. Pese a los riesgos que implica, esta captura es a veces posible. En la agudísima variante siciliana del Peón Envenenado, dentro del Sistema Najdorf (l. e4, c5; 2. Cf3, d6; 3. d4, e X d4; 4. C X d4, Cf6; 5. Cc3, a6; 6. Ag5, e6; 7. f4, Db6; 8. Dd2, D X b2), la captura del peón se justifica por el daño infligido al flanco de dama de las blancas. En la partida que estamos viendo, se trata de un importante peón central. 6. De2 Cf6 El precio del peón. Las negras han movido ya este caballo tres veces (4 .... , Cf6, 5 .... , e X f4 y 6 .... , Cf6). 7. d X es 8. Tdl 9. Ag5 10. Ah4 d X cS e6 h6 Db6? Violación de un principio. Las negras se liberan de la clavada en la columna d y en la diagonal h4-d8, pero al hacerlo sacan la dama demasiado pronto ... mientras descuidan el desarrollo del flanco de rey y dejan almonarca en el centro. En lugar de la jugada del texto, se imponía la tranquila 10 .... , Ae7!!, ya que el intento blanco de ganar una pieza mediante 11. Ce5 rebotaría después de 11. ... , 0-0! (¡enrocarse de prisa!); 12. AXf6, AXf6; 13. A X d7, A X e5; 14. A X c8?, Df6 y las negras ganan. O 13. C X d7, A X d7; 14. T X d7, Dc8 amenazando 15 .... ,AX b2 y 15 .... , a6. Las blancas, por su parte, no deben mo- ver dos veces una misma pieza ( 11. Ce5), sino concentrarse en el rápido desarrollo y proseguir 11. Cc3. 11. Ca3 Amenazando con ganar tiempo gracias a la prematura excursión de la dama negra, mediante 12. Cc4 ( 12. ... , D X b5; 13. Cd6+). 11. ... a6 13. Cc4 Da7 12. A X d7+ A X d7 Si 13 .... , Dc7, 14. Ag3 resulta muy desagradable para las negras. 14. Cce5 141 7 6 5 4 15. CXf7!! 16. Ces+ abcdetgh 14. ... (b) 14 , Ac6; 15. C X f7!!, RX n (15 ,AX f3; 16. D X f3, R X tt, 17. Td7+ seguido de 18. T X b7 ganando la dama negra); 16. Ce5+, Rg8; 17.AXf6,gXf6; 18. Dg4+, Ag7; 19. D X e6+, Rh7; 20. C X c6, b X c6; 21. Td7 y ahora: (i) 21. ... , Db6; 22. Df5+, Rg8; 23. Tadl (amenazando 24. T X g7+) 23 .... , Tf8 (a 23 .... , Th7 sigue 24 . De6+, Rh8; 25. De7 con la amenaza mortal 26. Td8; o si 23 .... , Ta7, 24. T X a7,D X a7; 25. Td8+,Af8; 26. Td7); 24. TX g7+, RX g7; 25. Dg4+ seguido de mate. (ii) 21. ... , Db8; 22. Df5+, Rg8; 23. Tadl (amenazando 24. TX g7+) 23 .... , Df8 (si 23 .... , De8, sigue 24. T X g7+, R X g7; 25. Td7+, ganando; si 23 .... , De5, 24. Dg6; o si 23 .... , Th7, 24. De6+, Rh8; 25. De7, Dg8; 26. Td8, Af8; 27. D X f6+ ganando); 24. De6+, Rh7; 25. Tf7, De8; 26. TX g7+, RX g7; 27. Td7+, D X d7; 28. D X d7+ y las negras tienen demasiados peones débiles como para poder oponer mucha resistencia en el final. Después de la jugada del texto, 14 .... , Ac8, el camino de la victoria es más sencillo ... Ac8 Un paso atrás, aunque, como las siguientes variantes Jo demuestran, el «diferencial de poder» entre las tropas centralizadas del blanco y la chusma dispersa de las negras es ya considerable. (a) 14 .... , Td8; 15, C X f7!, RX f7; 16. Ce5+, Rg8 (si 16 .... , Re7, sigue 17. Cg6+ y 18. C X h8; o si 16 .... , Re8, 17. A X f6, g X f6; 18. Dh5+, Re7; 19. Df7 mate); 17. A X f6, g X f6; 18. Dg4+, Ag7; 19. T X d7, T X d7; 20. D X e6+ y 21. C X d7 ganando. RXf7 Rg8 Si 16 .... , Re8, las blancas rematan bellamente la partida mediante 1 7. Dh5+, C X h5; 18. Td8 mate; y a 16. ... , Re7 sigue sencillamente 17. Dh5 y 18. Df7 mate. 17. A X f6 bS O 17 .... , g X f6; 18. Dg4+, Ag7; 19. Td8 mate. 18. 19. 20. 21. 22. 23. Dg4 Td8 DgS T X f8+ A X g7+ Dd8 mate. Dc7 hS Th6 R X f8 D X g7 103 La partida siguiente muestra cómo aun los grandes maestros, en un mal día, pueden descuidar el desarrollo, con efectos igualmente desastrosos. Envezdelonormal, 10 .... ,Ae7, Portisch efectúa una jugada que, además de perder tiempo, debilita las casillas d6 y c5. De resultas de la misma, el rey negro quedará atascado en el centro. Andersson-Portisch, Olimpiada de Skopje 1972 (Defensa Siciliana) l. e4 l. Cf3 3. Ab5+ 4. 0-0 S. Tel 6. c3 7. Afl 8. b3 Ad7 Cf6 a6 es b6?1 Esto, por el contrario, es una mera pérdida de tiempo. Era mejor 8. ... , Ae7; 9. d4, Dc7 con posición sólida de las negras. 9. d4 10. a4 104 Las negras están ya en apuros. Cc6 Importante precaución que también se ve en la Apertura Española ( 1. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ab5, a6; 4. Aa4, Cf6; 5. 0-0, Ae7; 6. Tel, b5; 7. Ab3, d6; 8. c3, 0-0; 9. h3). La inmediata 8. d4 permitiría 8 .... , e X d4, 9. e X d4, Ag4 con contrajuego. 8.... Ag7 dXcS 13. Cc4 cS d6 Aquí las blancas podían ofrecer un interesante gambito mediante 7. A X c6, A X c6; 8. d4, aunque la prudente jugada del texto está más en consonancia con el estilo de Andersson. El blanco da la impresión de batirse en retirada, pero sus piezas ocupan puestos que serán muy eficaces en el medio juego, ya cercano. La validez de este desarrollo es, pues, indiscutible. 7. ... 11. Cal 12. d X cS Dc7 g6? 5 4 3 a b e d e g h El blanco amenaza con ganar un peón mediante 14. Dd6, contra lo cual no sirve 13 .... , 0-0 a causa de 14. Dd6!, O X d6; 15. C X d6, Tab8; 16. Ae3; o si 15 .... , b6; 16. Cc4! 13. 14. b4! Tb8 De inmediato 14. Cd6+ permitiría la sencilla réplica 14 .... , Re7. Ahora, tras 14. b4!, se amenaza 15. b5! 14..•• 15. e X b4 cXb4 Ae6 Si 15 .... , C X b4, sería fortísimo 16. Ce X e5!, amenazando 17. Af4 y 17. Db3. En la variante 16 .... , Cc2; 17. Af4, CXel; 18. DXel las blancas recobran la calidad con intereses. Después de 15 .... , 0-0, el blanco ganaría material merced a 16. b5 seguido de 17. Aa3. 16. Cd6+ 17. Aa3 Re7 Ce8 Tampoco hay esperanza para las negras tras 17 .... , D X d6; 18. b5, Cb4; 19. D X d6+. 18. C X b7! 19. bS+ 20. b X c6 DXb7 Rf6 Dc7 O bien 20. . .. , D X c6; 21. C X e5!, RX e5; 22. f4+, RX f4 (22 .... , Rf6; 23. Dd4 mate); 23. e5 (o 23. Df3+, etc.) ganando. 21. C X eSl Abandonan. Ni 21. ... , D X e5; 22. Df3+, Af5; 23. e X f5, D X f5; 24. Ae7 mate, ni 21. ... , RX e5; 22. f4+, R X f4; 23. e5 eran para el negro posibilidades muy atractivas. LECCIÓN 15. PLANIFICACIÓN Con frecuencia vemos a jugadores que desarrollan rápidamente las piezas y logran dominar el centro, pero a continuación se quedan desorientados, sin saber qué hacer. Sus fuerzas, una vez desarrolladas y centralizadas, les parecen de pronto ineficaces, y en el medio juego la posición comienza a deteriorarse tan lenta como irrevocablemente. La razón de su eventual derrota estriba en haber tratado la apertura con superficialidad, sin pensar en el medio juego. Y la lección que de aquí se sigue es que, ya en la apertura, hay que reconocer los rasgos estratégicos de la posición y colocar las piezas en las casillas adecuadas. La apertura debe jugarse de acuerdo con un plan. Resulta muy instructivo el con- traste entre las dos siguientes partidas. Capablanca-Janowsky, San Petersburgo 1914 l. e4 2. Cf3 3. AbS 4. AX c6 5. Cc3 e5 Cc6 a6 dXc6 Ac5 J anowsky pone el alfil en su casilla «más agresiva». A 6. C X e5 no seguiría 6 .... , A X f2+; 7. R X f2, Dd4+; 8. Rel, D X e5; 9. d4, sino 6. ... , Dd4; 7. Cd3, Aa7 y las blancas quedarían bastante atadas. 6. d3 Ag4 Ahora también el otro alfil adopta una posición agresiva. 7. Ae3 8. rx e3 9. 0-0 10. Del AXe3 De7 0-0-0 Ch6 Parece que el negro ha venido observando hasta aquí todas las reglas. Se ha desarrollado con rapidez, su rey está ya en lugar seguro y el centro no ha sido descuidado. No obstante, la posición del segundo jugador comienza a declinar poco a poco, aunque con fatal regularidad. La verdad es que las negras han tratado la apertura sin plan alguno. Han renunciado a su mejor baza, el par de alfiles (7 .... ,AX e3), reforzando así el dominio blanco del centro (8. fX e3). No sólo se han privado de acceso a d4, sino que además le han abierto a su adversario la columna f. De ahora en adelante, el juego de Capablanca constituye una lección magistral de estrategia metódica y lúcida, que nos permite asistir a la demolición progresiva de la posición del 105 rey negro, casilla por casilla. Todo comentario ulterior es superfluo. 11. Thl!, ffi; 12. b4, en; 13. a4, A X f3; 14. T X f3, b6; IS. bSI 143 8 7 6 5 4 3 2 a d e g h 15 •••• , e X bS; 16. a X bS, aS; 17. CdSI, DcS; 18. c4, CgS; 19. Tfl, Ce6; 20. Dc3, Td7; 21, Tdl, Rb7; 22. d4, Dd6; 23. Tc2, e X d4; 24. e X d4, Cf4; 25. cS!, C X dS; 26. e X dS, D X dS; 27. c6+, Rb8; 28. e X d7,D X d7;29.dS, Te8;30.d6, e X d6; 31. Dc6 y las blancas ganaron. Romanovski-Botvinnik, Moscú 1935 l. 2. 3. 4. e4 Cf3 Ab5 A X c6 5. Cc3 6. d3 e5 Cc6 a6 bXc6 161 Antaño las blancas jugaban esta variante para lograr una mayoría de peones cualitativamente superior en el flanco de rey después de 6. d4, e X d4; 7. D X d4, D X d4; 8. C X d4. De entonces acá, la práctica ha demostrado que el par de alfiles negros representan una excelente compensación por la inferior estructura de peones, por lo que el blanco ha 106 abandonado virtualmente esta línea de juego. La idea de Romanovskí es distinta. Al mantener cerrada la posición, pretende restringir la actividad de los alfiles negros. Eventualmente, según lo permitan las circunstancias, efectuará una ruptura central mediante f4 o d4. El juego de Botvinnik, por otra parte, contrasta de manera fascinante con el de Janowsky en el ejemplo anterior. Primero de todo, las negras erigen un fuerte bastión en el centro (5 .... , f6! y 7 .... , c5!), y luego, desarrollando armoniosamente sus piezas, impiden la realización de ambos planes de su rival (d4 y f4). Por último se preparan ellas mismas para jugar ... , f5, primer paso en la liberación de su par de alfiles. 6. 7. Ae3 8. Ce2 9. Cg3 Ad6 c51 Ce7 El avance f4 resulta dificil de organizar. Una partida TartakoverAlekhine, Semmering 1926, continuó: 9. Cd2, Cg6; 10. 0-0, 0-0; 11. Cb3, b6; 12. Rhl, De7; 13. f4y ahora las negras habrían logrado mejor juego respondiendo 13 .... , f5!; 14. fX e5, e X e5; 15. e X f5, Cg4. 9. 10. c3 11. 0-0 12. Dc2 Ae6 Dd7 0-0 Después de 12. d4 las negras podrían seguir 12 .... , e X d4; 13. e X d4,e X d4; 14. C X d4,Ac4con buen juego. 12 •••• 13. Cd2 14. Tadl IS. f3 Cc6 Tad8 b6 Adelantar este peón una casilla más hubiera sido desastroso tras 15. ... , e X f4; 16. A X f4, A X f4; 17. T X f4, Ce5! 15. 16. Cb3 17. Ccl 18. ne 19. Td2 Ae7 a5 Ad6 Ce7 f5l En su excelente libro Cien partidas selectas, Botvinník declara: «Es ahora útil hacer ciertas deducciones referentes al sistema de apertura adoptado por las blancas. Su idea básica (la ruptura en d4 y f4) no ha podido realizarse. En el futuro también se verá el blanco continuamente forzado a adoptar una táctica de espera. Las negras tienen la iniciativa, pero no les resulta fácil encontrar un plan viable.» 144 8 7 6 5 4 a b e d e g h «La 19.• jugada de las negras parece un tanto arriesgada, y a que debilita el peón e y despeja para el blanco la casilla e4. Pero de hecho las negras pueden evitar la debilidad en e5 ( trasladando el caballo a f4, donde las blancas no tendrán más remedio que cambiarlo), mientras la casilla e4 queda lejos del campo negro y su ocu- pación por las blancas se compensa ampliamente con la apertura de la columna f y la posición más libre de las negras.» Siguió ahora una complicada lucha donde Botvinnik se las arregló finalmente para dirigir su par de alfiles contra el rey blanco. Estrictamente hablando, el resto de la partida queda fuera de mi propósito en estas lecciones, aunque lo incluyo sin comentarios para mostrar el triunfo que en definitiva coronó la magistral estrategia de las negras: 20. e X rs, C X fS; 21. Ce4, b6; 22. Del, Ae7; 23. Afl, Ad5; 24. Del, Tfe8; 25. Tddl, De6; 26. Tfel, Af8;27.Dc2,Df7;28.Td2, Te6;29. Tde2, Tde8; 30. Da4, Ce7; 31. Ag3, Ac6; 32. Dc2, Cd5; 33. Cb3, gS; 34. Cbd2, Ag7; 35. en, T6e7; 36. Td2, Td7; 37. Ce3, C X e3; 38. T X e3, D X al; 39.b4,g X b4;40.A X b4, Df7; 41. Tdel, Tf8; 42. Ag3, Dg6; 43. Rf2, hS; 44. Cdl, Ah6; 45. T X eS, Tg7; 46. en, b4; 47. A X b4, A X B!; 48. Rgl, A X e2; 49. T X el, Db5; 50. Te4, Tf4; 51. T X f4, A X f4; 52. Db3+, Rh7; 53. Af2, Df3; 54. g3, D X d3; SS. De6, Ah6; 56. Dh3, Tf7; 57. Ce3, Dbl +; 58. Cfl, DfS; 59. Dh2, a4; 60. Abandonan. LECCIÓN 16. IDEAS PARA UN REPERTORIO DE APERTURAS Con la lección 15 se acaba mi explicación de los principios. Aplicándolos correctamente, se jugarán muy bien las aperturas, aunque, en vez de estar siempre inspirándose en estos primeros fundamentos, cabe aplicar una «fórmula», a modo de atajo, para llegar al mismo resultado. Esta fórmula mágica es el «repertorio» de aperturas. 107 La constitución de un repertorio de aperturas se asemeja a la compra de un traje nuevo. Lo ideal es que esté hecho a medida y se adapte perfectamente al estilo de cada uno. Mas, por desgracia, apenas existen sastres de ajedrez fuera de la Unión Soviética, y no hay más remedio que trabajar por sí mismo. La primera etapa de este proceso, y tal vez la más dificil, consiste en seleccionarse las aperturas más aptas. Un jugador con instinto de ataque deberá elegir aperturas que le den la iniciativa aun a costa de concesiones posicionales o materiales, mientras el partidario de estrategias a largo plazo enfocará el juego de una manera más sólida. Al hacer esta selección, hay que tener en cuenta el aspecto práctico del tiempo. Muchos aficionados disponen de poco tiempo para el ajedrez, y por ello han de pensárselo dos veces antes de escoger variantes agudas y superanalizadas que requieren meses de trabajo detallado. Les recomiendo, por el contrario, la adopción de aperturas menos en boga que, al no estar sometidas a constantes revisiones teóricas, comprenden menos variantes y exigen, en consecuencia, menos estudio. Las siguientes aperturas son ricas en posibilidades interesantes. 0-0, c5; 8. Te l , b6; 9. e4 con presión de las blancas. 145 a b e d e g h Defensa Chigorin (l. d4, dS; 2. c4, Cc6) Inventada el siglo pasado por el gran maestro ruso Mikhaíl lvánovich Chigorin, esta defensa es el antepasado espiritual de la Nimzoindia y la Grünfeld. Tanto Smyslov como Bronstein se han sentido atraídos por las posibilidades que ofrece con vistas a un juego activo de piezas. Algunas de estas posibilidades, para las negras, quedan ilustradas por la variante l. d4, d5; 2. c4, Cc6; 3. Cf3, Ag4; 4. e X d5, A X f3; 5. g X f3, D X d5; 6. e3, e5; 7. Cc3, Ab4; 8. Ad2 A X c3; 9. b X c3,Dd6. Las blancas tienen un fuerte centro y Apertura del Peón de Dama, sistema Veresov (l. d4, Cf6; 2. Cc3, dS; 3. AgS) Este sistema es un buen modo de iniciar la partida, pudiendo interpretarse tanto en forma sólida como aguda. Su reciente y fructuosa adopción po~ el gran maestro británico Tony Miles es un testimonio más de su valor. He aquí una variante típica: 1. d4, Cf6; 2. Cc3, d5; 3. Ag5, Cbd7; 4. Cf3, g6; 5. e3, Ag7; 6. Ad3, 0-0; 7. 108 146 5 4 3 o b e d e g h el par de alfiles, pero su rey se verá en dificultades para encontrar un abrigo seguro contra las activas piezas del negro. 6. Cbd2, Dd7; 7. a3, Cge7; 8. Cb3, Cg6; 9. Cb X d4, 0-0-0 con posición aguda y poco clara. Defensa Escandinava (l. e4, dS) Pese a la pérdida de tiempo que resulta de 2. e X as, D X d5; 3. Cc3, Da4, las negras pueden conseguir una posición sólida. Habiendo sido adoptada por grandes maestros de la talla de Bronstein y Lein, merece a todas luces tomarse en serio. La posición negra se desarrolla armoniosamente en esta variante: l . e4, d5; 2. e X d5, D X d5; 3. Cc3, Da4; 4. d4, c6; 5. Cf3, Ag4; 6. Ac4, Cf6; 7. h3 (7. A X n-«, R X f7; 8. Ceé+, D X e5+); 7 .... ,AX f3; 8. D X f3, e6. 148 6 5 4 3 2 abe de gh Defensa Siciliana, Variante Rossolino (l. e4; cS; 2. Cf3, Cc6; 3. AbS+) 147 149 8 7 6 7 5 6 4 .5 3 4 2 3 abcde gh a Contragambito Albin (l. d4, dS; 2. c4, eS; 3. d X es, d4) Esta apertura atraerá ciertamente a los D' Artagnan del ajedrez. Las negras ganan espacio en el centro, se enrocan por el lado largo y desencadenan un ataque directo contra el confiado monarca enemigo. He aquí una línea típica, tomada de la partida Levitt-Speelman, Torquay 1982: l. d4, d5; 2. c4, e5; 3. d X e5, d4; 4. Cf3, Cc6; 5. g3, Ae6; b e d e Junto con su variante hermana ( 1. e4, c5; 2. Cf3, d6; 3. Ab5+ ), recomiendo encarecidamente este método de luchar contra la Siciliana. Puede también interpretarse en estilo posicional o de gambito, aspectos que han quedado ya ilustrados en la lección 14. Apertura Española, Variante del Cambio Diferida ( l. e4, eS; 2. Cf3, Ce6; 3. AbS, a6; 4. Aa4, Cffi; S. A X c6, d X c6) 109 ISO 8 7 5 4 3 o b e d e g h La Variante del Cambio Diferido es una excelente opción para estrategas sólidos. Una versión más refinada se da tras l. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ab5, a6; 4.Aa4, Cf6; 5. O-O,Ae7; 6. A X c6, donde el alfil negro se ata prematuramente a la casilla e7. Una vez constituido el repertorio, el siguiente paso consiste en adquirir un conocimiento vasto y profundo de los sistemas seleccionados. El repetirlos en partidas tanto serias como amistosas no viene mal, pero yo recomendaría un enfoque más metódico. EJ mio es anotar y archivar toda partida, mía o de otros maestros, cuya apertura entra en mí repertorio. Tan 110 pronto como esto se convierte en rutina, lleva poquísimo tiempo y puede reportar sustanciosos dividendos. Por último, quisiera decir algo sobre la compra de libros de aperturas. Los volúmenes como Modern Chess Openings o la Teoría moderna en ajedrez, de Pachman, son útiles por cuanto ofrecen un buen panorama general, pero las obras especializadas en una sola variante son cosa enteramente distinta. Los autores de tales monografias pueden o no ser expertos en la variante sobre la que escriben. En este segundo caso, lo que digan no será de mucho interés, y si son auténticos especialistas no querrán probablemente decir Jo que saben. Mi consejo es que se siga el ejemplo de los maestros y grandes maestros, quienes en general limitan sus adquisiciones a una selección de tomos del I nformator (particularmente importante), revistas de ajedrez y boletines de torneos. Archivando, a partir de estas fuentes, las partidas que le interesan, el estudiante dispondrá de un acervo personal, amplísimo y actuaJizado de referencias sin comparación con las que pueda brindarle ningún otro libro. Lecciones 1 7-20 FINALES IAN D. MULLEN Las cuatro lecciones siguientes constituyen una pequeña introducción al final de partida. Los ajedrecistas medianos suelen detestar esta fase del juego, y su estudio les resulta todavía más antipático. Por ello, tal vez, es la etapa donde se sienten más débiles. Las lecciones han sido ordenadas por temas: rey y peones, piezas menores, torre y peones, dama y peones. La sección relativa a los finales de torre y peones se reparte en dos lecciones, por motivos de equilibrio entre la extensión respectiva de los temas. Los finales son al ajedrez lo que el minigolf es a su hermano mayor. Si se quiere llegar a ser un buen jugador [hay que aprenderlos! LECCIÓN 17. FINALES DE REY Y PEONES Los finales de rey y peones se dan pocas veces en la práctica, pero son fundamentales en todos los sentidos. Una buena razón de su poca frecuencia es que sus posiciones típicas, sal- vo las más complejas, se evalúan con facilidad si uno posee el bagaje técnico suficiente, y el respeto mutuo de los adversarios les lleva a no prolongar el juego en una posición claramente ganada, perdida o de tablas. illn peón de menos en unfinal de rey y peones, por lo demás igualado, acabafácilmente por concretarseen una dama de menos! He aquí un pun- to no del todo obvio para muchos afi cionados, quienes se dan por satisfechos si llegan a esa situación. Parece también natural que estos finales, dada su simplicidad de efectivos, sean los más fáciles de jugar. Hasta cierto punto es verdad, pero entre bastidores hay toda una complejísima gama de ideas y técnicas sutiles. Estudiando a fondo las páginas que siguen, el lector adquirirá los conocimientos suficientes para tratar con acierto la mayoría de las posiciones que se le presenten en sus partidas. Asimismo, y esto es quizá lo más importante, será capaz de evaluar con mayor claridad la estructura de peones en cualquier posición y de calar más profundamente en los temas posicionales y tácticos relacionados 111 con el juego de peones en general. «Los peones son el alma del ajedrez.» Sí, pero hay que empezar por los puros huesos: Rey contra rey, la oposición 152 8 7 6 5 4 151 3 2 a b e d e g h ISia Las blancas ganan o hacen tablas a b e d e g h Suele decirse que los reyes están en oposición cuando sólo los separa una casilla, en sentido vertical, horizontal o diagonal. En tal caso, el bando a quien toca jugar se encuentra de ordinario en desventaja, por tener que ceder terreno. Se dice entonces que el otro bando «ha tomado» o «mantiene» la oposición. En el Diagrama 151 a, el resultado depende de quién tenga que mover. Si juegan las blancas, no pueden retroceder más allá de la primera fila mientras el negro mantenga la oposición, v.g. 1. Rdl, Rd3; 2. Rcl, Rc3, etc. Si les tocajugar a las negras, éstas deberán abandonar la oposición y no podrán impedir que el rey blanco llegue hasta la última fila (v.g. 1 .... , Rd3; 2. Rf2, Re4; 3. Rg3 -o 3. Re2 tomando a su vez la oposición-, Rf5; 4. Rh4, Rg6; 5. Rg4, etc.). Esta cesión ineludible de terreno al estar obligado a jugar (zugzwang) es con frecuencia un factor decisivo en las posiciones muy simplificadas. 112 En esta importante posición, las blancas hacen tablas si les toca jugar; en caso contrario, ganan. Si el blanco mueve, las negras se limitan a mantener la oposición. Para hacer progresos, el primer jugador tiene que adelantar el peón dejando su rey atrás, y entonces sólo puede lograr tablas por ahogado, v.g. l. Rf3, Rf5!; 2. e4+, Re5; 3. Re3, Re6!; 4. Rd4, Rd6!; 5. e5+, Re6; 6. Re4, Re7!; 7. Rf5, Rf7!; 8. e6+, Re7; 9. Re5, Re8!; 10. Rf6, Rf8; 11. e7+, Re8; 12. Re6, jahogado! Sí las negras juegan, deben ceder terreno, en cuyo caso el blanco adelanta su rey para abrir camino al peón y permitir que se corone, v.g. 1. ... , Rf5; 2. Rd4!, Re6; 3. Re4!! (el rey blanco ha de mantenerse delante del peón; 3. e3? o 3. e4? llevarían a tablas) 3 .... , Rf6; 4. Rd5!, Rf5; 5. e4+, Rf6; 6. Rd6 (tendiendo un puente) 6. ... , Rf7; 7. e5, Re8; 8. Re6! +- (cf. Diagrama 15 3, las blancas ganan, les toque o no jugar). La posición del Diagrama 15 2 y el modo de tratarla han de dominarseplenamente. (N.B. El objetivo de las blancas es llegara instalar el rey, delante delpeón, en la sexta fila.) 153 e b a e d f g Las blancas ganan h etc., como antes) o ... iinfligirse a sí mismas el ahogado! ( 1. Rh8, Rf8; 2. hé, Rf7;3. h7, Rf8=). Lo que debe retenerse es que, si el bando defensor consigue llegar con el rey a la casilla del rincón, a f7 o a f8 ( en el Diagrama l 54b; c7 o c8 en el Diagrama 154a, etc.), la partida es tablas. Una total comprensión de estos «sencillos» finales de rey y peón contra rey es la clave de todo lo que sigue en esta sección. Ejemplos de oposición nan les toque o no jugar. (a) l. ... , Rf8; 2. Rd7 seguido de 3. e6, 4. e7, 5. e8=D, etc. (b) 1.Rf6,Rf8;2.e6,Re8;3.e7, Rd7; 4. Rf7+-. Lo mismo sucedería tras 1. Rd6. Esto es válido tanto si el peón es de rey, dama, alfil o caballo. La única excepción a los dos diagramas que acabamos de ver es el bien conocido final de «rey y peón de torre contra rey», que se resuelve en tablas si el defensor logra bloquear el peón (Diagrama 154a) o confinar al rey contrario en un borde del tablero delante del peón (Diagrama 154b). 154a 154b 155b 155a En esta posición, las blancas ga- 8 7 5 3 2 a b e d e h 156a 8 7 6 5 4 3 2 abcdefgh a b e d e g h Tablas La posición del Diagrama 154a lleva a tablas por ahogado ( 1. Rb6, Rb8; 2. a6, Ra8; 3. a7=). En el Diagrama l 54b, pueden elegir entre ahogar al rey negro ( l. h6, Rf8; 2. Rg6, En el Diagrama 15 5 a, el juego es tablas. Si les toca mover a las blancas pueden ganar e: peón enemigo, pero entonces las negras toman fa oposición gracias a una hábil maniobra táctica: l. Rc7, Ra8; 2. Rb6, a5!; 3. R X a5 (3. b X a5 deja un final de rey y peón de torre contra rey en una 113 posición teórica de tablas) 3 .... , Ra7 y el negro mantiene la oposición. Tablas. En el ejemplo 155b, las blancas ganan fácilmente, con tal que estén atentas a la posibilidad de ahogar al rey negro y la eviten: l. g7, Rg7; 2. g8=D+!, R X g8; 3. Rg6! +-. La llamada oposición distante se da cuando los reyes están separados por tres o hasta cinco casillas. A menudo lo que parece cosa de brujería es sólo cuestión de técnica. En el Diagrama 156a, las negras tienen a su disposición nada menos que siete jugadas para perder y una sola para hacer tablas. En este último caso han de tomar la oposición distante con l. , Rb6!! (=). Si ahora 2. Rb3, sigue 2 , Rb5; o si 2. Rc3, Rc5. Nótese que a 1 .... , Rb5? seguirla 2. Rb3+-; a l. ... , Rc5?, 2. Rc3+-, y a l. ... , Rd5?, 2. Rb3+- (oposición diagonal). La situación parece desesperada para las blancas en el Diagrama 156b, pero, de hecho, existe una magnífica defensa: l. e5!!, fX e5; 2. Rgl!! (=). La clave reside en que ahora las blancas están listaspara tomar la oposición directa y, por tanto, hacer tablas. Peón en 5." contra peón en 6. a iEn la posición 15 7 a pierde el bando al que toque jugar! Téngase 157b 8 6 5 4 3 2 I a 114 Tiempos de reserva (jugadas disponibles de peón) 158 8 7 6 5 4 3 2 a d e g h Esta posición sería de tablas, si las blancas no dispusieran de más jugadas de peón que su adversario, lo que les permite tomar la oposición: 1. Re4, Re6; 2. a3, a6; 3. h3!+-. ios sérvese que las negras harían tablas si el peón h se encontrara todavía en su casilla de origen! El «cuadro» 7 157a esto bien presente en relación con el Diagrama 157b, donde las blancas pueden ganar mediante l. e5 ! , Rg6; 2. Rc6, Rg5; 3. Rd7! (3 Rd6??pierde) 3. ... , Rf5; 4. Rd6+-. [Una danza delicada! Si las blancas permiten la defensa 1 .... , e5!, las negras harán tablas respondiendo a la captura eventual R X e5 con ... , Re7, tomando la oposición. b e d e g h El doble trazo grueso del Diagrama 159 muestra el «cuadro» imaginario del peón. La línea horizontal tiene la misma longitud que la distancia entre el peón y la casilla donde ha de coronarse. Si les toca jugar a las blancas, continúan 1. a4 y promueven el peón sin obstáculos, pues el rey negro queda.fuera del cuadro. Si mueven las negras, entran en el cuadro con l. ... , 159 6 a d e g h RfS; 2. Rc4, Re6; 3. RcS, Rd7; 4. Rb6, Rc8 (la casilla vital, cf. Diagrama 154b) y hacen tablas. da lo mismo yendo por d7 como en lí nea recta. Esto da lugar a algunas brillantes ideas basadas en la aptitud del monarca para operar simultáneamente en dos direcciones, v.g.: 161. Técnica. Las blancas pueden ganar adelantando el rey y a la vez aproximándolo al peón: 1. Re6!, Rc3!; 2. Rd?!+- (en la partida real, las blancas Jugaron 2. Rd6? y el negro hizo tablas llegando con su rey a c7 vía 2 .... , Rd4!!). 162. Ilusión óptica. Juegan las negras. ¿Qué rey está más cerca del peón negro? ¡Evidentemente el de c6 por hallarse dentro del cuadro del peón! El rey de Einstein 162 160 Idea. Trátase de llevar el rey blanco de a4 a g4. íl.os principios de la geometría no valen aquí! El rey tar- 163.E = MC2• Basado en una famosa idea de Réti. Las blancas parecen estar pésimamente situadas, pero consiguen hacer tablas amenazando con coronar su peón: l. Rc8, Rc6; 2. 161 163 5 4 a b e d e t g h Schlage-Ahues, Berlín 1921 a b e d e g h 115 Rb8!, Rb5; 3. Rb7!, R X aS; 4. Rc6! ( =) y el rey blanco ha entrado mila- grosamente en el cuadro del peón enemigo. Temas posicionales 164 8 7 6 5 4 o b e d e g h 165 8 7 6 5 3 2 o b e d e g h 166 8 164. El peón pasado y distante (P.P.D.) gana. En igualdad de otros factores, esto supone unagran ventaja posicional en un final de peones. Sigue 1. a4, y puede verse que el rey negro ha de abandonar el centro para detener el P.P.D. Las blancas cambian entonces su peón a por el peón negro e y, con su rey mejor colocado, capturan los demás peones enemigos. [Pruébelo el lector y verá! Esta idea es de frecuentisima aplicación en la práctica y contribuye a demostrar el valor de la tan traída y llevada «mayoría de peones en el flanco de dama» (es decir, distante). 165. El peón pasado y protegido (P.P.P.) gana. Éste es aúnmásfaerte que el P.P.D. Las blancas ganan muy fácilmente en la posición del diagrama. El rey negro está atado al cuadro del P .P.P. y, por ello.jamás podrá capturar el peón que lo defiende. En cambio el rey blanco es libre de vagar por todo el tablero, pudiendo capturar el peón h y ganar así sin dificultad. 166. Tablas. Los peones pasados del blanco se defienden mutuamente, y las negras tienen un P.P.P. Ambos reyes están atados a los respectivos peones enemigos ( 1 .... , Rc5; 2. a5!). l61a.Ruptura de peón. Las blancas pueden romper la barrera enemiga de peones mediante un doble sacrificio y coronar un peón antes que los 167a 167b 6 5 4 3 2 o 116 b e d e g h o b e d e g h del adversario lleguen a hacer algo útil: 1. b6!!, a X b6 ( l. ... , e X b6; 2. a6!); 2. c6!, b X c6; 3. a6+-. ¿Cómo procederán las blancas para crear un peón pasado en la posición del Diagrama 16 7b? El movimiento posicionalmente correcto es 1. f4!, adelantando el candidato (a convertirse en peón pasado). 1. g4? redundaria en desastre posicional tras l .... , g5 ! , con lo que la mayoría blanca de peones quedaría temporalmente paralizada. Esta idea de un peón que detiene a dos ( o tres) es tan frecuente como importante. 168 8 7 6 5 3 obcde gh Múller-Svacina, Viena 1941 He aquí una de las rupturas más espectaculares que han tenido lugar en la práctica. Las blancas podían hacer tablas limitándose a efectuar jugadas de rey, pero su inmoderado afán de victoria acabó por llevarlas al precipicio: 1. ... , Rc4! ( tendiendo descaradamente una celada); 2. Rc2, Rb5; 3. Rb3, Rc6; 4. Rb4, Rd6; 5. Rb5, Rd7; 6. Rc5, Re6; 7. Rc6? (7. Rb4 daba tablas) 7 .... , g4; 8. Rc5, f4!! (la sorpresa); 9. e X f4 (9. g X f4, h4); 9 .... , h4!; 10. g X h4, g3!; 11. fX g3, e3-+. Triangulación. Las blancas deben maniobrar para ganar la oposición, evitando al mismo tiempo las tablas por ahogado. Esto puede hacerse gracias al «triángulo mágico» 169 obcde gh que permite perder un tiempo. Lo obvio no sirve: l. c6+?, b X c6+?; 2. Rc5+-. (2 .... , Rd8; 3. Rd6!). l. c6+?, Rc8 (=), y si ahora 2. c7 el rey negro queda ahogado. No obstante, las blancas ganan moviendo el rey triangularmente para perder un tiempo: l. Re5!, Rc6 (l. ..., Re7; 2. c6!); 2. Rd4, Rd7; 3. Rd5! Ahora tenemos de nuevo la posición del diagrama, pero con la diferencia de que les toca jugar a las negras. El blanco mantiene la oposición y gana con fa cilidad ( l. ... , Rd8; 2. Rd6, Rc8; 3. Re7, Rb8; 4. Rd7, Ra8; 5. c6+-). Posiciones problemáticas 170. Rey y dama contra rey y dama gana ocasionalmente. En la posición del diagrama, la proximi170 8 6 5 4 3 2 o b e d e g h 117 dad del rey blanco es un factor decisivo: 1. n, h2; 2. f8=D, hl=D; 3. Df3+,Rgl;4. De3+, Rfl; 5. Del+, Rg2; 6. Dd2+, Rfl; 7. Ddl+, Rg2; 8. De2+, Rgl; 9. Rg3! y las negras deben entregar la dama para evitar temporalmente el mate. 171 172. Final compuesto de Botvi- nnik, La posibilidad de crear un P.P.D. da la victoria a las blancas, pese a la buena situación del rey negro: l. Rf2, Rf5; 2. Rf3, Re5; 3. g4, h X g4+; 4. R X g4, Re4; 5. h5, 5+; 6. Rh3! (la fineza; 6. Rg3 permitiría a las negras avanzar con jaque); 6 .... , f4; 7. h6, f3; 8. h7, f2; 9. Rg2!+-. 173 o b e d e f g h Dedrle 1921 o 1 71. «Recu/er pour mieux sauter» (Retroceder para saltar mejor). Esta posición sería endiabladamente dificil de resolver sin un conocimiento de las ideas básicas. Las blancas deben anticiparse a la amenaza 1. ... , a3!, que hace tablas contra todo menos l. Rbl!!, a3!; 2. b3! (2. b4?=); 2. ... , Re5; 3. Ra2, Rd5; 4. R X a3,Rc5; 5. Ra4!+-. La clave. El blanco mantiene el rey delante del peón y gana. 172 o 118 e d e t g Botvinnik 1945 h b e d e O Schuster 1975 173. El rey es una pieza poderosa. La posición del diagrama es instructiva. Las blancas ganan, debido a la mejor situación de su rey y a la debilidad de los peones negros del flanco de rey, dirigiéndose directamente hacia h6: l. Re2, Rc8; 2. Re3, Rd7; 3. Rf4, Re6 (3 .... , h6; 4. Re5! yacaba por penetrar); 4. Rg5, Rf1;5. Rh6, Rg8; 6. h4! seguido de 7. h5 rompiendo la cadena de peones negros. Las negras se ven forzadas a capturar, con lo que el peón f se convierte en «carne de cañón». Un solo tiempo es aquí decisivo. Si el negro pudiera responder a Rf4 con ... , Rf6, el juego sería tablas. 17 4. La fuerza de los peones. Los peones pasados y ligados ya muy adelantados proporcionan aquí a las blancas posibilidades tácticas, pero Bouazizjugó 1. g7? (=). Podía haber ganado mediante l. h6!, Rf6; 2. h7, Rg7; 3. Rg4!, Rh8; 4. Rf5, Rg7 ( 4 .... , e3; 5. Rf6, e2; 6. Rfl+-); 5. Re6!, 174 LECCIÓN 18. FINALES DE PIEZAS MENORES Alfil contra caballo 176 obcde gh Bouaziz-Pomar, Siegen 1970 e3; 6. h8=D+, R X h8; 7. Rf7 y mate en tres jugadas. U na idea que no se ve por primera vez en este caso. 8 175 7 6 5 4 a d e f g h Omholt-Jensen-Smuñ, Os/o 1980 l 7 5. Por los dosflancos. Las negras propusieron aquí tablas... algo tarde y con demasiado optimismo. El blanco tiene todas las bazas a su favor en esta posición, donde existen dos planes ganadores. El primero es crearunP.P.D. merced a l. b4, y tarde o temprano las negras habrán de efectuar la captura. El segundo consiste en una ruptura en el flanco de rey por medio de 1. g4 seguido eventualmente de f5, f6, e X f6 y g5! abcdefgh La eterna lucha Hoy en día se considera ya generalmente que el alfil es la pieza más fuerte de las dos. Con todo, Chigorin afirmaba que el caballo era más valioso, y hay quienes todavía se adhieren a esta opinión. El alfil es una pieza móvil, capaz de barrer todo el tablero en una sola jugada y actuar simultáneamente en ambos flancos. Puedeperder un tiempo, cosa que no le es factible al caballo ( v.g., lo que el caballo hace en un número par de movimientos no puede hacerlo en un número impar). El caballo es el «borracho» del ajedrez, que a cada salto cambia de objetivo y de color. Disfruta cuando puede mantenerse firme en un puesto avanzado o estacionarse en un punto de bloqueo. La desventaja inherente al alfil es que domina casillas de un solo color, por lo que carece de fuerza efectiva en la mitad del tablero. El caballo lo supera de ordinario en situaciones de peones bloqueados o allí donde sólo existen en un flanco (es decir, donde lamovilidad tiene menos importancia que la capacidad de maniobra). En posiciones equilibradas, e/final de a/fil contra caballo es gene- 119 ralmente tablas, y ambas piezas son por igual eficaces para explotar la ventaja de un peón de más. No obstante, donde haya una superioridad posicional o peones pasados en ambos flancos, el alfil será ordinariamente más útil para explotar estos factores. Ejemplos prácticos 177 b4, R X h4; 21. Rd3, Rg4; 22. Re4, h4; 23. Cc6, AfS+; 24. Rd5, f3! ( ahora el peón h no puede ser detenido); 25. b5, h3; 26. C X a7, h2; 27. b6, hl=D; 28. Cc6, Dbl; 29. Rc5, Ae4; 30. Abandonan. Nótese que, después de 6. . .. , Aa6+, las blancas no podían impedir que el rey negro penetrara por uno u otro flanco. El alfil es la única pieza limitada a casillas de un solo color, lo que explica por qué su fuerza está tan estre- chamente relacionada con la estructura de peones. Un alfil «malo», res- tringido por sus propios peones, pierde muchísimo de su valor. En el diagrama siguiente, el papel de héroe lo asume el caballo, actuando en su carácter natural de bloqueador y superando así al alfil «malo». Las negras jugadas viables: 5 .... , Rf6; 6. g4, Re6; prácticamente de nada en la continuación que veremos: a b e d e f g h Stoltz-Kashdan, La Haya 1921 Las negras juegan y ganan. He aquí un bello e instructivo fi nal que ofrece una elegante demostración de la fuerza potencial del alfil en una posición abierta, con peones en los dos flancos. El primer paso consiste en centralizar los reyes. l. ..., Rf8; 2. Rfl, Re7; 3. Re2, Rd6;4. Rd3,Rd5 (las negras ganan la primera batalla; su rey está mejor colocado; ahora intentarán expulsar al monarca enemigo de d3 y penetrar en su campo); 5. h4, Ac8!; 6. Cf3, Aa6+; 7. Rc3 (o 7. Re3, RcS; 8. Cg5, Rb4; 9. C X n, RX b3 y el peón distante a decidirá la partida); 7. ... , h6; 8. Cd4, g6; 9. Cc2, Re4; 10. Ce3, fS; 11. Rd2, f4; 12. Cg4, hS; 13. crs, RfS; 14. Cd7 ( 14. CdS, Ab7; 15. Ce7+, Rf6; 16. Cg8+, Rf7; 17. Ch6+, Rg7-+); 14 .... , Ac8!; 15. Cf8, gS; 16. g3, g X h4; 17. g X h4, Rg4; 18.Cg6,Af5; 19.Ce7,Ae6;20. 120 178 8 7 5 4 3 2 a b e d e g h Averbakh-Liltemhal, Moscú 1949 Las blancas juegan y ganan. 1. gS! (para fijar los peones negros en casillas blancas); l. ..., fX g5 (l. . .. , f5 impediría la penetración del rey blanco, pero dejaría al alfil desesperadamente «malo» y regalaría a las blancas un excelente puesto avanzado en e5, v.g., 2. Cf3, Ae8; 3. Ce5, Rd8; 4. Rf3, Re7; 5. Re3, Re6; 6. Rd4, Re7; 7. Cd3, Re6; 8. Cb4, a5; 9. Cd3, Ad7; 10. a4, Ae8; 11. b4 y el peón a, pasado y distante, gana); 2. fX g5, Ac8; 3. Rf4, a5; 4. Re5, Aa6; 5. Rf6, Ad3; 6. Re7! (6. Ce6+ seguido de 7. Cf8 no sirve, porque entonces queda libre el peón negro d); 6 .... , Abl; 7. a3, Ae4; 8. Ce6+, Rb7; 9. Rd6, Ac2; 10. Cd4, Abl; 11. CXc6+-. Adviértase cómo el blanco ha dominado por completo las casillas negras en la posición estudiada. Nótese también la armonía existente entre el rey, el caballo y los peones. Pese a todas las discusiones teóricas entre los méritos respectivos del alfil y el caballo, no puede negarse que el factor decisivo en las dos posiciones anteriores ha sido la posibilidad, para el bando ganador, de/orzar la penetración de su rey en el campo contrario. iEI rey es con mucho la pieza más poderosa en /osfinales de piezas menores! El método para ganar suele consistir en crearse un peón pasado, lo que en general se logra capturando uno o dos peones del adversario. Alfil contra alfil del mismo color En igualdad de otras condiciones, una ventaja material es aquí a menudo suficiente para ganar. Bastará generalmente un peón de más ( suponiendo que queden otros peones en el tablero), e incluso una pequeña ventaja posicional puede brindar buenas posibilidades de triunfo. Debido a la amenaza de cambio, el bando débil se ve con frecuencia reducido a una gradual y penosa retirada. «Tendrá ventaja el jugador que pueda asaltar puntos importantes sin que el adversario se atreva a proponerle un cambio.» (Lasker) Las blancas juegan y ganan utilizando el mínimo de medios. 1. Ac3, 179 4 2 o b e d e h Lasker 1932 Ad6; 2. Re3, Rf7; 3. Re4, Re6; 4. b4, Ac7; 5. b5 y las negras se quedan sin jugadas viables: 5 .... , Rf6; 6. g4, Re6; 7. g5, g6; 8. Ab2,Ad6; 9. b6,Ab8 (o 9 .... , Ac5; 10. b7, Ad6; 11. Aa3, Ab8; 12. Ac5, Rd7; 13. Rd5, e4; 14. Ae3! con inminente cambio de alfi les); 10. Aa3, Rd7; 11. Af8!, Re6; 12. Ag7, Ad6; 13. Af6!, Ab8; 14. Ad8 y las blancas fuerzan el cambio de alfiles. Las blancas poseen el P.P.D. y disponen del punto débil e5 para poderlo atacar; resulta sorprendente que esto baste para lograr la victoria. El final de peones está ganado y, por tanto, también la partida. 8 180 7 6 5 4 3 2 a b e d e f g h Fine 1941 Obsérvese con qué facilidad gana aquí el blanco. El juego se desarrolla 121 en tres etapas lógicas: ( l) centralización; (2) creación de un peón pasado; ( 3) sacrificio de un peón como cebo para ganar en el flanco de rey. Exactamente la estrategia que se aplicaría en el correspondiente final de peones. l. ... , g6; 2. Rfl, Rf8; 3. Re2,Re7; 4. Rd3, Rd6; 5. Rc4, Rc6; 6. b4,Ab6; 7. f3, Ac7; 8. a4, Ab6; 9. Ad4!, Ac7; 10. b5+, aXb5+; ll. aXb5+, Rb7; 12. Rd5, Ab8; 13. Af2!, Ac7; 14. g3, h5; 15. h4, Ab8; 16. b6 y alas negras no les quedan jugadas útiles ( 1-0). Los finales de piezas menores se dan con bastante frecuencia en la práctica, y el final de alfil contra alfil del mismo color es uno de los más fáciles de jugar. Así pues, hay que guardarse de llegar a tales situaciones con neta desventaja posicional o material, ya que las posibilidades de defensa son escasas. Los elementos básicos son los mismos que en los finales de peones solos; el P.P.P., el P.P.D., la posición de los reyes y las debilidades de peones revisten gran importancia si a ello se añade el tema del alfil «bueno» contra el «malo». nes para alcanzar la victoria consisten en crear un par de peones pasados y ligados móviles o dos peones pasados muy separados, que obligarán al defensor a sacrificar su alfil. 8 181 7 6 5 4 b a e e d g h Tablas El alfil negro no ejerce dominio alguno sobre las casillas vitales c3 y d2 (N.B. Si el rey negro estuviera en d4 y el peón e en c3, el segundo jugador ganaría fácilmente con tal de evitar ... , c2??, que permitiría otro bloqueo). 182 Alfil contra alfil del color opuesto Este final tiende notoriamente a tablas, aun con ventaja material de un bando. Como no puede haber con- frontación directa de los alfiles, laposibilidad de cambiarlos para llegar a un claro final de peones es mínima y al bando defensor le resulta a menudo fácil establecer un bloqueo inamovible. En situación por lo demás normal, un peón de ventaja no basta para ganar, a menos que le ayude una superioridad posicional. En casos ya más raros, ni siquiera dos o tres peones de más garantizan el triunfo. Los factores más importantes aquí son los peones pasados y la posibilidad de crearlos. Los dos métodos más comu- 122 a b e d e f g h Calder-Smith-Katz, Londres 1949 Aquí las negras, a quienes toca jugar, ganan inmediatamente amenazando con crear otro peón pasado: 1. ... , a5!!, 0-l. Si 2. R X e4, a4; 3. Ae3, a3; 4. Acl, f2. O bien 2. b X a5, b4; 3. R X e4, b3; 4. a6, b2 coronando el peón con jaque. Caballo contra caballo De nuevo, en este caso, un peón de más bastará normalmente para ganar. No obstante, el caballo es un animal un poco loco y su inclinación por tácticas imprevisibles hace que estos finales sean con frecuencia difíciles de conducir. que frena por sí solo el avance del peón pasado. Su particular habilidad para producir «horquillas» salva la situación en el Diagrama 184a: l. Rc7, Ca7; 2. Rb7, CbS; 3. Rb6, Cd6!; 4. a7, Cc8+ (=). Asimismo las negras están seguras en el Diagrama l 84b, pues el caballo ocupa la casilla de coronación. 185 183 o b e d e f g h Stein-Dorfmann, URSS 1973 d o e g h Impotente El presente diagrama ilustra la tí pica dificultad del caballo para detener la marcha de un peón pasado, especialmente el peón de torre: 1. h6, Rf7; 2. h7!+-. 184a 184b En esta posición el caballo nos deprime por su incapacidad para perder un tiempo: 1. Ac6, Cd3; 2. Aal , Cb2; 3. Rel, Rbl; 4. Rd2, R X al; 5. Rcl, Cc4; 6. Rc2 y el caballo es im portante para liberar a su rey (=). (Las blancas sólo deben estar atentas a ir siempre a una casilla del mismo color que la del caballo. 5. Rc2? perdería.) 186 obcdefgh Especialista en horquillas. Aquí el caballo impresiona por el modo en obcdefgh BonnerMedina, Haifa 1980 123 La táctica es aquí soberana. Las negras, a quienes correspondía hacer la jugada secreta, seleccionaron la brillante y decisiva 1 .... , Cc3!!, permitiendo al peón «a» darse un «paseo triunfal» (2. b X c3, a4; 3. e X d4, e X d4!; 4. Cb2, a3-+). Los finales de caballo suelen equipararse a los de peones y, efectivamente, se les parecen mucho, por cuanto las armas posicionales como el P.P.P. y en especial el P.P.D. son en ellos muy potentes. El caballo actúa con bastante eficacia como bloqueador del P.P.P., pero en cambio a un animal de pasos tan cortos se le plantean serios problemas para mantener a raya el peón distante. He aquí un clásico ejemplo sobre este tema: 187 obcdefgh Alekhine-Andersen, Fo/kestone 1933 El plan ganador de Alekhine es transformar su ventaja de espacio y su buen caballo en la ventaja de un P.P.D., cambiando su peón d por uno de los peones negros del flanco de dama. l. Cb3!, Rf8 (l. ..., Ce7; 2. Ca5, C X d5; 3. C X b7, Cb4; 4. C X d6, Cd3+ (4. . .. , C X a2+; 5. Rc2, Cb4+; 6. Rc3 y el rey blanco penetra rápidamente}; 5. Rc2, C X f2; 6. b4!, Rf8; 7. b5+-); 2. Ca5, b6; 3. Cc6, Re8; 4. Rd2, Ce7; 5. C X a7, C X d5; 6. Cb5, Rd7; 7. Cd4, g6; 8. a4, Cc7; 9. Rc3, g5; 10. Rb4, d5; 11. Cf3, f6; 12. Crf4 Rd6? (pierde inme- 124 diatamente, pero tampoco era válido 12 .... , Re7; 13. a5, b X a5+; 14. R X a5, Rd7; 15. b4, Rc8; 16. Rb6+-); 13. Cb5+, C X b5; 14. RX b5, Re5; 15. b4, d4; 16 Rc4. (l-0). 188 o b e d e Rellstab-Machate, f g h Essen 1948 El alfil «erróneo». l. Rgl!, AX e3+; 2. Rhl (=). Para ganar con alfil y peón de torre contra rey solo, el alfil ha de discurrir por casillas del mismo color que aquella donde ha de coronarse el peón ( con raras excepciones ). Esto explica la combinación que acabamos de ver. Las blancas pueden ahora instalarse alegremente en el rincón, sabiendo que el negro no tiene más que tablas por ahogado. LECCIÓN 19. FINALES DE TORRE Y PEONES Estos finales son, con mucho, los más frecuentes en la práctica, y cualquier estudiante serio se beneficiará conociendo las dificultades más típicas que en ellos se presentan. La torre adquiere considerable fuerza en el final de partida y es capaz de suscitar ideas tácticas y posicionales de gran riqueza. Por eso, sin duda, era la pieza favorita de Bobby Fischer, según lo declaró él mismo. Su característica de poder dominar toda una fila o columna la sitúa muy por encima de las piezas menores, tanto en lo relativo a lafuerza de acción como a la confusión de efectos. Se dice que Capablanca (famoso por la precisión de su técnica en el final de partida) examinó más de un millar de finales de torre y peones antes de llegar a desarrollar su «fino olfato» para los mismos. Todo esto parece propio para fomentar el desánimo, pero, aunque aquí nos limitemos a estudíar solamente 18 posiciones típicas, el lector atento no quedará defraudado y verá como el fruto que saque compensará con amplitud el poco tiempo y la paciencia invertidos. guir la victoria medíante l. Tgl +! (ganando un tiempo); l. ... , RfS (la única casilla; nótese que l. ... , Rh5?; 2. Rb2, sería un triunfo fácil para las blancas); 2. Thl, Rg6; 3. Rb2, hS; 4. Rc3, Rg5; 5. Rd2, Rg4; 6. Re2, h4; 7. Rf2, h3; 8. Th2, Rh4; 9. Rf3+-. Si las negras juegan, hacen tablas continuando l. ... ,hS. Un principio clásico es que las torres han de colocarse detrás de los peones pasados, propios o contrarios. Si, en la posición del diagrama, las blancas pudieran jugar 1. Th8, ganarían con bastante facilidad. 190 Situaciones básicas Un punto fundamental es que el rey y la torre constituyen una.fuerza suficiente para dar mate. Esto confiere importancia a la lucha entre torre y peones. Rey y torre contra rey y peón ganará fácilmente a menos que el peón esté muy adelantado. Rey y torre contra rey y dos peones gana en general, si bien hay que recordar que dos peones pasados y ligados en la sexta fila equivalen normalmente por lo menos a una torre. El rey blanco está muy mal situado, pero su bando puede aún cense189 a b e d e f Fine 1941 g a b e d e g h Sozin 1935 Aqui el rey negro tiene cortado el acceso a sus peligrosos peones pasados, y las blancas ganan si juegan con exactitud: 1. T g6! ( deteniendo el avance de ambos peones); 1 .... , Rd7; 2. Tg4!, g2; 3. T X g2, Re6; 4. TgS! volviendo a cortarle el paso al rey enemigo y ganando así claramente ( 4 .... , f3; 5. Tg3, f2; 6. Tf3+-). Si, en la misma posición, colocáramos el peón f en f3, ganarían las negras, ya que entonces la torre seria incapaz de parar los peones. Asimismo si la torre blanca estuviera, por ejemplo, en al (delante de los peones, Diagrama 191 ), las blancas perderían. 125 191 mejor posiciones más complicadas. El final básico es de ordinario tablas si el rey defensor logra bloquear el peón u ocupar su casilla de coronación. En todos los casos, las blancas ( el bando atacante) tratan de cortarel paso al rey enemigo. Una fórmula útil o b e d e g h Alekhine-Bogolyubov, Campeonato del Mundo 1929 Un ejemplo de cómo pueden surgir estas posiciones. Bogolyubov no logró encontrar la continuación salvadora y jugó: l. ... , Rg4?; 2. b7, f5; 3. b8=D, T X b8; 4. T X b8, f4; 5. Rd5, f3; 6. Re4, f2; 7. Tf8+-. Las negras, sin embargo, podían haber hecho tablas utilizando el rey para ir adelantando su peón y también impedir que se le acercara el rey blanco, v.g., l. ... , Re4!; 2. b7, f5; 3. b8=D, T X b8; 4. T X b8, f4; 5. Te8+, Rd4!; 6. Tf8, Re3; 7. Rd5, f3 (=). Debido precisamente a la relativa dificultad de transformar una pequeña ventaja en victoria, se oye a menudo la lamentación de que «to- dos losfinales de torrey peones son tablas». Esto no es cierto, pero vale la pena tenerlo presente en las situaciones dificíles. Es verdad que los recursos para hacer tablas son numerosos en el final que ahora sigue. Rey, torre y peón contra rey y torre Examinaremos este caso algo más detalladamente, no sólo por su gran importancia práctica, sino porque puede también ayudar a comprender 126 en este sentido, descubierta por Philidor, es que el bando defensor debe colocar la torre en la tercerafila para impedir el avance del rey blanco. Cuando el peón llega a la sextafila, la torre negra va a la octava, a fin de amenazar al rey enemigo con jaques reiterados a distancia prudencial. El peón de torre es, como de costumbre, propenso a tablas. Luchando contra un peón de caballo, las negras no deben permitir el alejamiento de su rey. Si combaten contra los peones e, d, e, f, el rey puede dirigirse al lado corto del tablero y allí todavía hacer tablas. Como en todas las reglas, también en éstas hay excepciones, pero no por ello dejan de ser guias útiles y prácticas. He aquí algunos ejemplos: 192 8 7 6 5 3 o b d e g h Rey, torre y peón de caballo contra rey y torre. La posición del diagrama es tablas. 1 .... , Tg6! ( 1 .... , Tg8 también haría tablas, pero no contra un peón de alfil o central); 2. Tf7, Th6; 3. b6, Thl !; 4. Ra6, Taf +. Ahora vemos lo que ocurre cuando el peón ha alcan- zado la sexta.fila. Las blancas sólo pueden rehuir los jaques a costa del peón. Si las blancas juegan, pueden crear amenazas mediante l. Ra6, Tg8!! ( contra un peón de caballo, las negras pierden si, mientras mantienen la torre en la octava fila, permiten que su rey sea apartado del puesto que ocupa. Errores instructivos son: 1 .... , Tbl ?; 2. Rb6, Rc8 -con el peón de caballo, no hay lado más corto adonde ir- 3. Th8+, Rd7; 4. Tb8!, Tb2; 5. Ra7, Rc7; 6. b6+, Rc6; 7. Tc8+, Rd7; 8. b7, Ta2+; 9. Rb8 llegando a la posición Lucena, que estudiaremos más adelante. Asimismo, en caso de l. ... , Rc8?; 2. Th8+, Rd7; 3. b6, etc.); 2. b6, Tf8 y las blancas no pueden hacer nada contra la defensa totalmente pasiva del negro. 193 Th6+; 8. Rb5, Rb7; 9. Tg8, Rc7; 10. Tg7+, Rc8 llegando a la posición de Philidor (=). Las blancas podían también intentar 2. Rc6, a lo que seguirla 2 .... , Rb8!; 3. Th8+, Ra7; 4. Td8, Tcl ! ( cuando los jaques no son posibles, las negras atacan el peón desde atrás); 5. Rd6, Rb7 (el rey retrocede); 6. Td7+, Rc8; 7. Tc7+, Rb8; 8. Th7, Tc2; 9. c6, Td2+ (=). Si les toca jugar a las blancas, ganan, ya que el negro se ve obligado a permanecer pasivo. Veamos lo que sucede: 1. Rb6, Rb8 ( 1 .... , Tgl; 2. Th8+, Rd7; 3. c6+, Rd6; 4. Td8+, Re7; 5. c7+-); 2. c6, Tf8; 3. Th7, Te8; 4. Tb7+, Rc8; 5. Ta7, Rb8; 6. c7+, Rc8; 7. Ta8+ ganando. 194 8 7 6 5 4 3 2 o obcde gh Rey, torre y peón de alfil contra reyy torre. Cuando el método de Phi- lidor no puede aplicarse, las negras todavía hacen tablas contra un peón de alfil ( o central) colocando la torre en la octava fila. La defensa pasiva 110 sirve aquí, pues la torre blanca puede actuar a ambos lados del peón. l. ... , Tgl!; 2 Rb6, Tcl!; 3. Rc6, Rb8 ( las negras se dirigen al lado más corto, de modo que la torre disponga de más espacio en el lado largo para dar jaques); 4. Th8+, Ra7; 5. Tc8 (a 5. Td8 sigue 5 .... , Tc2 esperando acontecimientos, y si 5. Rd6, Rb7); 5 .... , Thl; 6. Rd7, Th7+; 7. Rc6, b e d e g h Con un peón central: l. Rd6, Rc8!; 2. Th8+, Rb7; 3. Re7, Tg7+; 4.Rd8(4.Re8,Rc7;5. Th6, Tg8+; 6. Re7, Tg7+; 7. Re6, Td7; 8. Th5, Td6+ y tablas); 4 .... , Tg6!; 5. Th5 (5. Th7+, Rb6; 6. Td7, Rc5; 7. Rc7, Th6; 8. Td8, Th7+; 9. Rb8, Th6); 5. ... , Td6+; 6. Re7, Rc7; 7. Tes, Td7+; 8. Re6, Td6+; 9. Rf7, Td7+; 10. Te7, Rd6 (=). Desde el punto de vista del defensor, debe evitarse lo siguiente: ( 1) la pasividad de la torre ( excepto en el caso del peón de caballo); (2) el alejamiento innecesario del rey; (3) dirigirse al lado erróneo cuando hay que alejarse. El defensor ha de saber también cuándo es correcto atacar el 127 peón desde atrás y cuándo debe utilizar la torre para dar jaque desde los flancos. 196 8 6 195 5 4 3 o b e d e g h La posición Lucena obcde gh Con el peón de torre lo dificil es liberar al rey, y las blan~as hacen tablas si su propio rey está suficientemente cerca. La posición del diagrama es crítica. Si las blancas juegan, ganan: l. Tb8!, Tcl; 2. Rb7, Rd6 (2. ... , Tb í+; 3. Ra8, Tal; 4. a7, Rd6; 5. Rb7+-); 3. a7, Tbl +: 4. Rc8, Tcl +; 5. Rd8, Thl (icon una amenaza!); 6. Tb6+, Rc5; 7. Tc6+!, Rb4; 8. Tc8, Th8+; 9. Rc7, Th7+; 10. Rb8+-. Jugando las negras, hacen tablas: l. ... , Rd7; 2. Tb8, Tal; 3. Rb7, Tbl +; 4. Ra8, Tal; 5. Rb7 (=). Si al lector le parece dificil todo esto, ¡piense que no está solo! Estas posiciones merecen estudiarse precisamente porque tales finales ocurren con muchísima frecuencia en la práctica y no existe fórmula que pueda aplicarse a todos los casos. Hemos visto cómo las negras ha cen tablas en ciertas posiciones típicas, pero si las blancas consiguen adelantar su peón hasta la séptima fila, entonces hay que cruzar todavía un puente, lo cual nos lleva a la siguiente situación: 128 ... O cómo construir un puente. El problema estriba en crear un refugio para que el rey pueda escapar de los Jaques. 1. Tgl +, Rh7; 2. Tg4! (2. Tg5 también gana); 2. . .. , Tf2; 3. Rd7, Td2+; 4. Re6, Te2+; 5. Rd6, Td2f; 6. Re5, Te2+; 7. Te4+-. Esta es una idea.fundamentalque se presenta a menudo. Hay también una línea ganadora más prosaica: 1 . Tgl+, Rh7; 2. Tal, Rg7; 3. Ta8 Tdl; 4. Td8, Tel; 5. Rd7, Tdl+; 6'. Rc6 y a las negras se les acaban los jaques. Ideas y temas posicionales 197 3 2 e g h Cortar el paso al rey No es dificil ver ahora la jugada ganadora para las blancas: l. Tel! cortando el paso al rey enemigo. Las blancas pueden ya apuntarse mentalmente un tanto (l. ... , Th8; 2. Rc6!, Tc8+; 3. Rd7+-). Si juegan las negras, hacen tablas mediante l. ... , Re7. Un refugio de reserva En el Diagrama 198 las blancas no deben jugar precipitadamente l. a7??, pues esta casilla se necesita para proteger al rey de los jaques enemigos. 198 Tbl +; 3. Ra7, Re7; 4. Tb8, Tal; 5. Rb7, Tbl+; 6. Ra8, Tal; 7. a7, Rd7; 8. Rb7, Tbl+; 9. Ra6, Tal+; 10. Rb6, Thl+; 11. Res+-. El «pincho» l. a7? (=), Re7?; 2. Th8!+- (2. ... , T X a7; 3. Th7+). Lo que hay que notar después de l. a 7 es que el rey negro debe permanecer o en g7 o en h7 (evitando Th8 o un jaque de torre seguido de a8=D). El séptimo cielo Obviamente las blancas tienen en el Diagrama 200 ventaja, ya que la torre ha encontrado su puesto natural 200 abcde gh [Cuántas partidas «ganadas» han acabado en tablas por un prematuro avance del peón a la séptima fila en situaciones similares! l. Rc5, Rn; 2. Rb6, 199 a b e d e g h a e d e g h Kmoch 1959 en la 7. afila. Lo que resulta menos eví- dente es que, con el tiempo, las negras podrían igualar el juego mediante l. ... , g6, 2 .... , Rf8 y 3 .... , Re8, expulsando al incómodo visitante. 1. g6! (para abrir camino al propio rey y a la vez despejar la 7.ª fila) l. ... , f X g6; 2. Rg4, b5? ( facilita las cosas, aunque las negras no pueden evitar indefinidamente la creación de debilidades); 3. Rg5, Rh7; 4. Te7, Td8; 5. T X e6, Td2; 6. Tc6+-. La explotación táctica de una ventaja posicional es un tema común. 129 203 201 8 7 6 5 o b e d e g o h Afán de expansión Maróczy jugó 1. Rc6, Tcl +; 2. Rb6, Tc4! (amenazando 3 .... , Th4); 3. T X h2, T X b4+; 4. Rc5, Ta4 (=), perdiéndose una clara ventaja con 1. T X h2!, R X h2; 2. Ra6, Rg3; 3. b5, Rf4; 4. b6, Re5; 5. b7, Rbl; 6. Ra7, Rd6; 7. b8(D); 8. T X b8; 8 R X b8, Rc6; 9. a6+-. LECCIÓN 20. FINALES DE TORRE Y PEONES (CONTINUACIÓN) 202 8 7 6 5 3 2 130 b e d e g e d e g h Las torres han de colocarse detrás de los peones pasados M aróczy-Ta"asch o b h La estrategia correcta para las blancas en el Diagrama 202 es 1. Td2!! seguido de Ta2 (+-), dejando a la torre negra reducida a una total pasividad. Este tipo de posición se da muy a menudo en la práctica, donde la respectiva situación de las torres es casi siempre de importancia decisiva (l. a6?, Tc2+; 2. Rf3, Ta2=). La posición del Diagrama 203 ilustra un caso bastante común, cuya estrategia debe conocerse. El único intento de ganar, por parte de las blancas, consiste en aventurarse con el rey, dirigiéndolo hacia a 7 y abandonando a su suerte uno o dos peones del otro flanco. Esto puede redundar eventualmente en la ganancia de la torre negra, pero el rey blanco quedará mal situado para oponerse al contrajuego subsiguiente. He aquí una continuación posible: 1. Rf3, h5; 2. Re4 (las blancas deberían jugar 2. h4 para entorpecer o diferir el avance de los peones negros); 2 .... , T X t2; 3. Tc8, Ta2; 4. Tc6 ( 4. Ta8, T X h2; 5. Rd5, Ta2 y el negro puede incluso ganar); 4 .... , T X h2; 5. Rd5, Ta2; 6. Rc5, g5; 7. Rb6, h4; 8. g X h4, g X h4; 9. a7, h3; 10. Rb7, h2; 11. Tcl, Tb2+; 12. Rc6, Ta2; 13. Rb7 (=). Si las respectivas posiciones de las torres estuvieran invertidas, ganarían las blancas, por supuesto. El blanco tiene posibilidades en posiciones como ésta cuando los peones negros están demasiado adelantados (v.g, f5, g4, h5), dejando a su rey expuesto, o son débiles y fáciles de capturar. El sentido común nos hace ver, por otra parte, que las posibilidades de las blancas son mucho mayores si el peón pasado es de caballo, pues el rey se ahorra dos jugadas en su viaje de regreso desde el flanco de dama. juego de las negras reside en el peón pasado f, donde se concentran todas sus energías); 3. T X h4, Rt7; 4. Th6, f4!; 5. T X c6, f3; 6. Tc4, f2; 1.Tf4+, Re6; 8. Ra2, Re5; 9. Tf8, Re4; 10. a4, Re3 (amenazando ... , .Tg3, ... , Tf3); 11. Te8+, Rd3; 12. Td8+, Re3; 13. Te8+ y tablas por repetición de jugadas. 205 Continuaciones de partidas Una palabra clave en todos los finales de torre y peones es «actividad». La torre es esencialmente una pieza de ataque, y asumir la humilde tarea de una defensa pasiva está por debajo de su rango. El verse forzada a ello no significa necesariamente perder la partida, pero es a menudo un gran paso en la mala dirección. Los peones pasados han de adelantarse. «Nadie ha perdido nunca una partida mientras haya podido amenazar algo» (Euwe). Tenemos en el Diagrama 204 un buen ejemplo de contrajuego activo y de 1afuerza potencial del peón pasado. Las negras acaban con dos peones de menos, pero aún logran hacer tablas: 1. Tc4, T X g2; 2. T X a4, f5 ( el único contra- a b e d e t g h Schlechter-Rubinstein, San Sebastián 1912 Las negras juegan y ganan Rubinstein era considerado como maestro incomparable de los finales de torre. He aquí una de sus famosas partidas que ilustra ejemplarmente el juego de una torre activa contra otra pasiva. 206 204 abcde a b e d e f g Van de Hoek-Euwe h gh Capablanca-Tartakover, Nueva York 1924 131 l. ... , Te6; 2. Tel, Tf6; 3. Te2, Re6; 4. Rc2, Re5; 5. c4, Re4; 6. b4, g5; 7. Rc3, g4; 8. c5, h4; 9. Tg2, Tg6; 10. Rc4, g3; 11. h X g3, h X g3; 12. Rb5, b X c5; 13. b X c5, Rf3; 14. Tgl , a6+! (0-1). Después de 15. Rc4, g2; 16. RdS, Rf2 la victoria es fácil. 207 1 La séptima absoluta También Capablanca se ganó un puesto de honor en este departamento. Aquí nos da una verdadera lección magistral sobre el poder de la séptima fila, un rey y peón( es) pasado( s) activos: l. Rg3!, T X c3+; 2. Rh4, Tf3 (Fine sugiere 2 .... , Tcl! como defensa más pertinaz); 3. g6, T X f4+; 4. Rg5, Te4; 5. Rf6! (pasando de largo junto al peón negro); 5 .... , Rg8; 6. Tg7+, Rh8; 7. T X c7, Te8; 8. R X f5, Te4; 9. Rf6, Tf4+; 10. Re5, Tg4; 11. g7+, Rg8; 12. T X a7, Tgl; 13. R X d5 y las blancas no tardaron en ganar. Finales de dama y peones El inmenso poder y capacidad de la dama para producir ataques dobles, dar jaque perpetuo o crear situaciones de mate hace que estos finales sean en principio los más dificiles. El que ( en un combate singular de dama contra dama) una dama por sí sola pueda escoltar un peón hasta su casilla de coronación explica por qué los peones pasados y la posibilidad de crearlos son aquí tan importantes. Un peón pasado bien adelantado puede llegar a compensar una gran desventaja de material. Un peón de más es a menudo suficiente para ganar, pero su explotación requiere no poca paciencia y vigilancia táctica. 132 a b e d e g h La dama ganará siempre contra el rey y un peón en 7.•, salvo en los casos bien conocidos de urey y peón de torre» o «rey y peón de alfil». En estos dos casos, el bando defensor dispone del recurso de tablas por ahogado. El estudiante debe reproducir estos y otros ejemplos con peones distintos. (N.B. Las blancas ganarán de todos modos si su rey está lo bastante cerca del monarca enemigo como para crear una red de mate, cf. Diagrama 170.) La teoría del final de rey, dama y peón contra rey y dama ha cambiado en los últimos años. Muchas posiciones que antes se consideraban de tablas se revelan hoy ganadoras, y la labor de defenderlas resulta muchas veces sumamente ardua. Un estudio detallado de los finales de dama y peones supera el propósito de este libro, pero en el Diagrama 208 ilustramos un tema frecuente que reviste gran importancia práctica. Las blancas juegan 1. b4 y ganan con bastante facilidad pues el negro no tiene modo de impedir que el peón se corone. Lo único que puede hacer es adelantar sus peones del flanco de rey con la idea de conseguir un jaque perpetuo, pero esto no deja de ser una vana esperanza. 208 Las limitaciones de espacio no nos permiten tratar aquí de los finales altamente técnicos de alfil y caballo contra rey (y la manera correspondiente de forzar el mate), rey y dama contra rey y torre, etc., que el estu- diante encontrará en cualquier obra más extensa sobre esta fase de la partida. «La imaginación sirve de poco en el final. Este campo es más propio del artesano que del artista.» Dejaremos al lector con esta atinada cita, sobre la que merece la pena reflexionar. Esperamos que esta breve introducción le haya ayudado a asimilar algunas de las ideas puramente técnicas que deben digerirse antes de que la imaginación pueda asumir con libertad su papel. Pues la imaginación tiene siempre algo que decir ... aun en los finales. Bibliografía Obras recomendadas A verbach, Teoría de losfinales de parti- da. Fine, Finales básicos de ajedrez. Kasparian, Finales artísticos. Pachman, Práctica de los finales. Rey Ardid, Finales de ajedrez. 133 EJERCICIOS I Lecciones 5-8: Cómo analizar una posición En cada una de las siete posiciones siguientes existe o un plan correcto para alcanzar la victoria o una secuencia precisa y forzada que resulta decisiva. Utilícense los temas explicados en las lecciones para hallar la solución. En todos los diagramas, excepto el n. 0 211, juegan las blancas. 210 209 8 o 7 b e d e o h 6 5 4 8 3 7 2 o d e g h 3 134 211 212 a 214 7 6 5 4 3 a b e d e g a h 213 8 7 7 6 5 5 4 4 3 3 2 2 b e d e g h Cómo analizar una posición 209. Kopec-Lectores del «Sunday Standard», 1982 He aquí la posición crucial de una partida jugada al ritmo de un movimiento por semana. Algo antes, la estructura de peones era: blancas: a2, b2,c2,c3,f4,g3,h4;negras:a4,b6, c5, d7, e6, g7, h7. Para anular la presión ejercida sobre el peón d retrasado, las negras jugaron ... , d5, pero entonces les quedó retrasado el peón e. El blanco cambió en seguida de objeti,,.·o y presionó sobre este último peón triplicando su artíllería en la columna e. En el momento oportuno efectuó el avance c4!, desorganizando el grupo de 5 peones negros del flanco de dama y llegando así a la posición ilustrada en el diagrama. e d e g h 214a 8 6 a b a b e d e g h Aquí a las blancas les gustaríajugar g4-g5 para abrir el flanco de rey y penetrar por él. Pero, si ahora mismo 27. g4, seguiría 27 .... , Rg8! con suficiente contrajuego de las negras contra el peón f como para lograr igualdad: v.g. 28. T X e6, T X e6; 29. D X e6+, D X e6; 30. T X e6, T X f4; 31. T X b6, T X g4 y el negro no está ni mucho menos peor en el final resultante de torre y peón; o si 28. Tfl, para mantener el statu quo con presión, sigue 28 .... , Df7, forzando los acontecimientos. AsJ pues, las blancas tienen que impedir ... , Rg8 si quierenjugarg4 seguido inmediatamente de g5. La única continuación que logra este fin es 27. Dh7!, pero entraña ciertos riesgos, al quedar la dama blanca muy descentralizada. Las negras podrian responder 27 .... , Dc6 135 amenazando ... , Df3. Si aquí 28. g4, T X f4; 29. g5, la apetecida ruptura se llevaría a cabo con efectos decisivos. Las negras, no obstante, siguen teniendo 28 .... , Df3!, y si 29, g5?, D X f4+; o si 29. f5, D X g4; 30. T X e6 (30. rx e6+, Re7); 30 .... , T X e6; 3 l. f X e6+, Re7 con mejor juego del negro. Después de 27. Dh7, Dc6, las blancas disponen de la buena continuación 28. T 1 e4!, que prepara el camino para el avance inmediato g4-g5, aunque la ruta hacia Roma es larga y escabrosa. A 28 .... , Dc8, amenazando con atrapar la dama blanca mediante 29 .... , Th8, seguiría 29. f5! irrumpiendo decisivamente en la posición enemiga, pues la dama negra ya no cubre la casilla g6. Si ahora 29. ... , e X f5; 30. Te7+; o 29 .... , T X f5; 30. T X rs+,e X f5; 3l.Dg6+,Rg8; 32. Te7; 029 .... , Te8; 30. Tg4!, Tg8; 31.fX e6+, T X e6;32.Df5+,Re7; 33. T X e6+, D X e6; 34. Te4; o finalmente, en esta última línea, 32 .... , Tf6; 33. T X g7+!! Con todo, en la línea principal, después de 27. Dh7, Dc6; 28. T1 e4, los coautores Chandler y Mullen descubrieron la interesante mejora 28. ... , Da8!, con lo que las negras siguen amenazando a la dama blanca ( ... , Th8), mientras la dama negra no deja de «vigilar» hl para un eventual contrajuego. Ahora, tras 29. f5, Te8 (si 29 .... , Th8; 30. fX e6+ gana), si 30. Tg4, las negras disponen de 30 .... , Dhl+; 31. Rd2, Dg2+; 32. Te2, D X e2+!!; 33. R X e2, e X f5+, etc., con más que igualdad. Y si las blancas juegan 30. f X e6+, Te X e6;3l. TXe6, TXe6; 32. TXe6 (32. Df5+, Tf6; 33. Dd7+, Rf8 es poco convincente); 32 .... , Dhl + (importante jugada intermedia, posible gracias a 28 .... , Da8+); 33. Rd2, R X e6, haciendo fácilmente tablas en el final de damas. Las blancas podian aguardar el momento propicio mediante 30. g4, al no poder realizar 136 las negras nada positivo, pero con su propia dama curiosamente «ahogada» y no siendo g5 una amenaza, tampoco ellas mismas tienen nada positivo. Así, una nueva evaluación de la posición del diagrama lleva a concluir que si el blanco juega 27. a3!! las negras están prácticamente en zugzwang. Sus peones no pueden moverse, salvo por l. ... , g6 que debilita mucho el campo negro. Las torres tam poco pueden hacerlo, como es particularmente el caso de la torre de f8, que debe quedarse donde está para responder a 28. g4 con ... , Rg8. El rey y la dama negros deben guardar e6, y a 28 .... , Dc8 vuelven a replicar decisivamente 29. f5! Sólo 27 .... , Dd6 merece ulterior reflexión. La jugada 27. a3!!, además de pasarles a las negras la «responsabilidad» de mover, despeja una importante casilla de escape para el rey blanco. De ahí que, tras 27 .... , Dd6; 28. Rbl !, las negras se encuentran en apuros para continuar, ya que las variantes dadas más arriba que entrañan un jaque en hl con la dama negra pierden su sentido. Si aquí 28 .... , Th8, las blancas ganan sencillamente por medio de 29. g4 y 30. g5. Si 28 .... , Dd7, el blanco procede según la idea anterior de 29. Dh7, v.g. 29 .... , Dc6; 30. Tle4, Da8; 31. f5, Te8; 32. Tg4 ganando con facilidad. Cierto que todas estas ramificaciones de 27. Dh7 habrían sido dificiles de analizar sobre el tablero. El juego siguió: 27. Dh7, Tb8?; 28. g4, T X f4; 29. g5, h X g5; 30. h6, Tg8; 31. T X e6, abandonan. Resumen. Habiéndose percatado de que la amenaza g4-g5 era decisiva y las negras no disponían de contraamenazas, el blanco debía encontrar una manera sólida de llevarla a efecto. La idea 27. Dh7 era correcta, pero prematura a causa de la réplica salvadora 28 .... , Da8! No obstante, tras la jugada tranquila 27. a3!!, en seguida se da uno cuenta de que las negras están virtualmente en zugzwang, y entonces el blanco puede llevar implacablemente a cabo su amenaza mediante 28. Rbl! 210. Kopec-C. McNab, Congreso de Edimburgo 1981 A esta posición, donde las blancas tienen momentáneamente la dama de menos a cambio de un alfil y dos peones, se llegó después de lajugada 38 de las negras (Td6 X d7). El blanco podía simplemente jugar 39. A X f5 y quedarse con el par de alfiles y dos peones por la dama, como ocurría ya desde hacía unos 20 movimientos. He aquí una posible continuación: 39 .... ,D X d5;40.A X f6+, Rc7; 41. Tcl+ (no 41. h7?, Dc5+; 42. Rhl, T X h7+; 43. A X h7, Dh5+, etc.) y aunque las blancas conservan posibilidades de triunfo, las cosas no resultan muy claras. Sin embargo, con una precisa serie de jaques intermedios y golpes mortales puede forzarse la desorganización de las piezas negras en sólo cuatro jugadas: 39. Ab6+!! (no hay que perderse nunca un buen jaque, pero no sería correcto 39. A X f6+, Rc7 [39 .... , Ce7 pierde tras 40. h7, y 39 .... , Te7 tras 40. A X f5]; 40. A X f5, D X d5 pasando a la nota dada más arriba); 39 .... , Re7 (si 39 . ... , Rc8, es aplastante 40. A X f5); 40. h7! (aprovechándose de que el rey negro obstaculiza la defensa de h7 por la torre para incrementar la fuerza de este peón); 40 .... , Dg7 ( a 40 .... , D X g6 seguiría 41. h8=D y las blancas ganarían fácilmente gracias a su nueva dama y a la posición abierta del rey negro); 41. Tel+!, Rd6 ( ahora el rey negro entorpece el ataque de su torre al peón d); 42. A X f5 ( sólo en este momento capturan las blancas el caballo, atacando a la vez la torre enemiga y amenazando Te8, lo que fuerza la siguiente res- puesta); 42 .... , Te7; 43. T X e7! (no 43. Ac5+??, RX c5; 44. T X e7, D X e7; 45. h8=D, ya que las negras disponen de 45. . .. , Del+ seguido de 46 .... , De5+ ganando el alfil); 43 .... , R X e7; 44. Ac5+, Rf7 ( el rey negro se ve ahora un tanto desesperado, pues quiere ayudar a detener los dos peones pasados del blanco, pero está cogido entre ambos y no logra detener a ninguno. Si 44 .... , Rd8 o 44 .... , Re8, después de 45. d6 este peón avanzará con jaque); 45. d6, Dh6; 46. d7, Del+; 47. Rh2, Df4+; 48. Rhl, Dh4+; 49. Ah3, f5; 50. h8=D, D X h8; 51. Ab6, D X b2; 52. d8=D. Las blancas coronan por segunda vez y ahora la dama se queda definitivamente. Aquí el negro debió abandonar, pero no lo hizo hasta después de siete jugadas. Moraleja: No se desaproveche nunca un jaque, sobre todo si formo parte de una secuencia/orzada. Si se ve una buena jugada, búsquese otra mejor que lleve a posiciones donde uno sienta que es más fácil desenvolverse o incluso ganar. 211. Najdorf-Reshevsky, encuentro 1952. (Juegan las negras.) La continuación victoriosa a partir de la posición del diagrama es muy sencilla, breve y directa ... ¡si uno llega a verla! No obstante, resulta curioso que, con motivo de cierta experiencia, sólo una de 35 personas con un ELO entre 1600 y 2400, lograra descubrirla ( el M.I. Craig Pritchett). Se sugirieron toda clase de continuaciones razonables e interesantes, como 1. , d5!?, l. , Tfd8, 1. , Tfe8, 1. , ChS, l. , Ce5!? y l. , e5!? Tales jugadas entran en la categoría de las típicas líneas estratégicas que suelen emplearse en esta clase de posiciones, pero la verdadera solución es l. ... , A X e4!; 2. A X e4, D X c4; 3. D X c4, T X c4 137 y las negras recobran la pieza que- dando por lo menos con un claro peón de ventaja. La combinación se basa en la sobrecarga de la dama blanca y la situación del caballo «colgado» en a4. Nótese que el cambio de orden en los movimientos no funciona ( l. ... , C X e4?). Es lástima que, después de jugar esta combinación, Reshevsky se equivocara más adelante y sólo hiciera tablas. ¿Cuántos de los lectores se habrán tirado de los pelos al ver Jo sencillo de la solución? Que se consuelen, pues hasta un antiguo campeón del mundo ( en 19 5 2) sugirió la provocadora continuación l. ... , e5!? 212. Rogolowicz-Jarecz Esta posición pone a prueba la experiencia del jugador en cuanto a los sacrificios propios de la Siciliana. Lo indicado aquí es l. Cd5! El análisis podría seguir: 1. Cd5, C X d5 ( si l. ... , e X d5; 2. A X dS+, etc.); 2. T X f8+ ( importante jugada intermedia que mejora la línea del lnformator [18, solución ej. n.« 24], donde tras 2. A X d5, Tb8; 3. Da7, las negras podrían responder 3 .... , Ad8! [movimiento hallado por M. Condie] sin resultado decisivo); 2 .... , R X f8 (a X f8 seguiría 3. A X d5, Tb8; 4. Da7+-); ahora existen dos continuaciones interesantes para las blancas: (a) 3. e X d5!, e5; 4. De4, Rg8 (si 4 .... , h6; 5. A X h6! seguido de 6. Dg6 ganando; o 4 .... , g6!?; 5. Tfl+, Rg7; 6. Df3, Ab7; 7. Df7+, Rh8; 8. Ah6, Tg8; 9. Rhl! con gran presión, ya que las negras apenas pueden moverse, mientras el blanco mejora su posición mediante c3, Ac2-e4); 5. D X e5!!, d X e5; 6. d6+, Dc4; 7. A X c4+, b X c4; 8. d X e7 y las blancas deben ganar. 138 b) Una línea más brutal es 3. A X d5!?, e X d5 (3 .... , Tb8; 4. Ah6, e X d5; 5. D X g7+, Re8; 6. e X d5 con fuerte ataque); 4. Tfl+, Af6 (si 4 .... , Re8; 5. D X g7 con amenazas decisivas); 5. e5!, d X e5; 6. D X d5 ganando, pues las negras no tienen defensa contra 7. AcS+ con amenazas mortales, v.g, 6 .... , Ta7; 7. Rhl, etc. Para los que prefieren métodos menos violentos, el joven Mark Condie, de dieciséis años, propuso también la fuerte continuación 1. a4! Resumen. Se necesita cierta dosis de cultura ajedrecística ( experiencia) para jugar el típico «sacrificio siciliano» 1. Cd5 sin prever todas sus ramificaciones; 1. a4 es otra buena opción, de carácter posicional. 213. Pritchett-Gheorghiu, Lloyd's Bank Masters, Londres 1980 Las blancas han sacrificado un peón por el par de alfiles y posibilidades de ataque en el flanco de rey. No hay tiempo que perder, pues el negro podría organizar su defensa mediante ... , e5, y sus peones pasados y ligados en el flanco de dama no tardarian en ser muy peligrosos. Pritchett continuó: 23. e5, Cd5; 24. Dh5, Cf8 (las dos últimas jugadas de las negras son prácticamente forzadas); 25. f5! (las blancas utilizan su propia baza, una mayoría de peones en el flanco de rey, para echar más leña al fuego); 25 .... , e X f5; 26. O X f5, Dc7; 27. Cc5! ( aprovechando que la dama negra está atada a la defensa de f7 y creando numerosas amenazas, entre otras 28. Ac4); 27 .... , Ac8; 28. Df3 (el caballo y el peón e blancos siguen siendo fruto prohibido, mientras aumentan la presión de su bando merced al ataque del caballo que «cuelga» en d5); 28 .... , Cb6; 29. e6! (con nuevas amenazas, ya que el peón avanza sin poder ser capturado, v.g. 29 .... , A X e6; 30. D X rs+i, T X f8; 31. T X f8+, RX f8; 32. C X e6+ ganando;o29 .... , C X e6; 30.A X h7+! ganando); 29 .... , Td8; 30. Ag5, abandonan. El empuje del ataque blanco iniciado con 23. e5 y seguido de una serie de golpes contundentes no ha durado más que 7 jugadas, pero [con qué efecto! Moraleja: Cuando la posición pide atacar, hágase con vigor, precisión y sin componendas, explotando al máximo el poder de cada pieza. 214. Kopec-N. OcipojJ. Pan-American Intercollegiate, Louisville, Kentucky, 1974 (Dartmouth College-City College New York) Si el lector busca una conclusión inmediata gracias al sacrificio de dama 21. d X c6, T X d2; 22. T X ez etc., va por buen camino, aunque el proceder es algo prematuro. Es mejor abrir primero líneas de ataque contra el rey negro mediante una táctica de «guerrillas» iniciada por 21. h5. La partida continuó: 21. ... , Ce7 (atacando el peón d y protegiendo g6); 22. Ch4! (la única jugada coherente, pues 22. d6, Cf5; 23. A X f5, g X f5 debilitaría el peón blanco d sin ningún contrajuego. Como en cualquier caso ha de caer este peón, las blancas aumentan la presión sobre el pun- to más débil de la posición negra); 22 . ... , T X d5 (véase el Diagrama 214a). 214a. Kopec-Ocipoff (después de 22 .... , TX dS; 23. h X g6+, JX g6) El juego requiere aquí tanta precisión como para merecer un nuevo diagrama. Sólo existe una continuación convincente y ganadora. Tanto 24. A X gó+?', C X g6; 25. D X d5, D X h4 como 24. C X g6?, T X d2; 25. C X rs, Rg8, etc., resultan inadecuadas. Se impone 24. D X d5!! obligando al caballo negro a apartarse de la defensa de g6. Siguió: 24 .... , C X d5; 25. C X g6 (con las amenazas 26. C X rs+ y 26. T X d5, entre otras); 25 .... , Ab7 (tal vez fuera mejor el intento 25 .... , Da8); 26. C X f8+, Rg8; 27. Ce6, Df6; 28. C X g7,RX g7;29.Ae4,Df7(si29. ... , C X e3; 30. Td7+ seguido de 31. T X b7+-); 30. A X d5, A X d5; 31. Tc3 (las negras no tienen ninguna defensa aceptable contra esta maniobra para doblar las torres); 31 .... , Db7; 32. Tdcl, Da6; 33. Tc7+, Rg6; 34. Td7, Dd3; 35. Td6+, Rf5; 36. T X h6, a5; 37. Tc8, Dbl+; 38. Rh2, D X a2; 39. T X b6, De2; 40. Th8, Dfl; 41. f3, e4; 42. g4+ (42. Th5 era mate, pero ambos bandos tenían apuros de tiempo); 42 .... , Re5; 43. Th5 mate. Moraleja: Una vez adoptado el tema estratégico ( aquí 21. h5 y el debilitamiento de g6), llévese a su conclusión lógica con la táctica necesaria para lograrlo. 139 EJERCICIOS II Lecciones 9-12: Cómo formular un plan En los ejercicios que siguen no hay forzosamente un único plan «bueno», ni el lector debe agotarse analizando por menudo variantes precisas. Las posiciones han de estudiarse recorriendo las cuatro grandes etapas del proceso mental descrito en la introducción a las lecciones 9-12, a saber: (1) evaluación, (2) objetivo, (3) plan, (4) método de ejecución. Una vez identificados los que se consideren como rasgos esenciales de la posición, acúdase a la solución correspondiente y trátese de asimilar 216 o b e d e f g Juegan las blancas h 217 215 8 7 6 5 3 2 a 140 b e d e f Juegan las negras g h o b e d e f g Juegan las negras h 218 8 7 6 5 4 su enseñanza. Téngase en cuenta que algunos grandes maestros entre los más fuertes han reflexionado largamente sobre varias de estas posiciones, por lo que no hay que desanimarse si uno no ve todos sus detalles y matices. 3 Cómo formular un plan o d e g 21 S. Penrose-Keene, Campeonato Británico, Blackpool 1971 h Juegan las blancas 219 8 7 6 5 4 3 2 a e b e d g h Juegan las blancas 220 8 7 5 4 3 2 a b e d e Juegan las blancas g h ( 1. e4, g6; 2. d4, Ag7; 3. Cc3, d6; 4. f4, Cf6; 5. Cf3, 0-0; 6. Ad3, Cc6; 7. h3, Cb4; 8. Ae3, b6; 9. a3, e X d3+; 10. e X d3, c5; 11. Dd2, Aa6; 12. Rf2?, Tc8; 13. Thcl, Cd7; 14. d5, e6; 15. d X e6, fX e6; 16. Tel?, Cf6; 17. Tadl?). En la posición del diagrama, el plan negro de minar el centro de las blancas está llegando a su punto culminante. Hemos dado las jugadas anteriores para ilustrar el modo en que las blancas constituían su impresionante centro. Tras haber considerado pero no ejecutado un ataque en el flanco de rey, pagan ahora las consecuencias de una mala coordinación de piezas y un monarca expuesto. La columna semiabierta f que amenaza al rey blanco, las piezas negras bien colocadas, el par de alfiles y un centro móvil permitieron la ruptura decisiva 1 i .... , d5~ Ahora vemos cómo la «impresionante» centralización de las blancas tenía una fuerza meramente ilusoria. Sus piezas aparecen amontonadas y estorbándose unas a otras, por lo que no hay más remedio que capturar o perder una pieza tras ... , d4. Siguió I 8. e X d5, e X d5; 19. d4 (forzado, lo mismo que antes, pero ahora el «hueco» en e4 provoca una nueva apertura de líneas); 19 .... , Ce4+; 20. C X e4, 141 d X e4; 21. Ce5, g5! (probando esta vez que el puesto avanzado e5, orgullo de las blancas, es sólo transitorio, ya que se les priva de su soporte); 22. Rgl, g X f4; 23. A X f4, D X d4+; 24. O X d4, e X d4; 25. g3 (a 25. T X e4 seguiría 25 .... , T X f4; 26. T X f4, A X e5 ganando); 25 .... , Tfe8; 26. T X e4, Tc5; 27. Tdel, d3 y la conjunción del peón pasado d, el fuego cruzado del par de alfiles y las bien situadas torres de las negras dejaron al blanco completamente perdido. La partida terminó así: 28. Cf3, T X e4; 29. T X e4, Ab7; 30. Te3, d2; 31. C X d2, Ad4; 32. Rfl, Aa6+; 33. Rg2, A X e3; 34. A X e3, Tc2; 35. b3, Ab7+; 36. Rfl, Ad5; 37. Rel, A X b3!; 38. Abandonan. (Si 38. C X b3, Tc3 ganando.) 216. Penrose-Tal, Leipzig 1960 Las blancas tienen una poderosa posición de ataque y han de encontrar ahora el mejor modo de hacer valer su ventaja. Se impone una ofensiva directa, pero la jugada inmediata 19. f5 dejaría disponible para el caballo negro la hermosa casilla e5, permitiendo así a este bando liberar sus constreñidas piezas. Penrosejugó 19. e5!, d X e5; 20. f5!, tapiando e5 con el sacrificio de peón y a la vez despejando e4 para los caballos blancos, lo que le facilitó la ejecución del ataque por la columna f. La casilla e4 es un «puesto avanzado eficaz», ya que no les es posible a los peones enemigos minarlo. ¡Ciertamente pasa con éxito la prueba de utilidad! La partida continuó: 20 .... , Ab7; 21. Tadl, Aa8; 22. Cce4, Ca4; 23. A X a4, b X a4; 24. fX g6, fX g6; 25. Dt7+, Rh8; 26. Cc5, Da7; 27. D X d7,D X d7; 28.C X d7, T X b2; 29. Cb6, Tb3; 30. C X c4 y las blancas no tardaron en ganar. La idea del blanco en esta partí- 142 da no es nueva, ni mucho menos, y con toda seguridad Penrose conocía partidas «clásicas» con este mismo tema. Es de esperar que el lector tenga pronto una buena reserva de estas ideas para poderlas aplicar a sus propias partidas. 217. McNab-Sowray, Phillip & Drew «Knights», Londres 1982 El caballo de las negras está atacado y la tarea inmediata del segundo jugador es decidir adónde moverlo. 10 .... , Ce7 es obvio y razonable pero el negro desea explotar el hecho de que las blancas, al haber capturado una pieza en f3 con su peón g para abrir columnas con vistas a un ataque, habían debilitado seriamente la casilla f4. Por eso ofrecieron un sacrificio de peón continuando 10 .... , Cd4!, lo que también es una idea comúnmente vista en tales posiciones. Las blancas aceptaron el regalo y la partida siguió 11. A X d4, e X d4; 12. O X d4, Ch5. Ahora el plan de las negras está bien claro. No sólo su caballo llegará a f4, donde ocupará un puesto agresivo, sino que además dominan con el alfil y la dama todos los escaques centrales de su propio color. Casillas como e5, g5, h4 y h6 pueden utilizarse para desplegar las piezas citadas y acentuar el dominio de las negras. Durante la lucha que sigue, las piezas blancas se ven entorpecidas por sus peones inmóviles. El juego continuó: 13. Dc4, Cf4; 14. xn, a6; 15. Db3, Dg5; 16. Ce2, Ah6 ( obsérvese cómo el rey blanco queda ahora en el centro, precisamente en la columna semiabierta e que puede llegar a ser peligrosa, por no mencionar sino uno de sus varios problemas); 17. Tgl, De5; 18. Dc3, De7; 19. Tg4, C X e2; 20. A X e2, Tae8; 21. Dd3, De5; 22. c3, Dh2; 23. Rdl, f5; 24. e X f5, Dhl +: 25. Afl, T X f5; 26. Tg3, Tef8; 27. Rc2, T X f3; 28. T X f3, D X f3; 29. D X f3, T X f3; 30. Rb3, T X f2ylas negras estaban ganando. La partida, sin embargo, fue en definitiva ganada ... [por las blancas! (después de 58 jugadas). El alfil negro se convirtió en la pieza «mala» que vimos en el final del Diagrama 123. iA los lectores sádicos les encantará refrescar su memoria! 218. Kasparov-Petrosian, Bugojno 1982 Es evidente que las blancas tienen neta ventaja, debido a sus torres bien situadas en sendas columnas abiertas, a su poderoso alfil dominando la diagonal hl-a8, a su dama activa y al caballo excelentemente colocado que sólo puede expulsarse mediante la jugada debilitadora ... , f6. Las negras, por su parte, van muy retrasadas en el desarrollo y habrán de luchar para encontrar una manera de poner en juego el alfil y coordinar luego las torres. Además, hanjugado ... , g6, debilitando las casillas negras del flanco de rey. El objetivo de las blancas debe ser impedir que el enemigo se libere de sus actuales ataduras, mientras buscan el modo de penetrar en su campo por las columnas abiertas y lograr ventajas más tangibles. La única pieza bien colocada de Petrosian es el caballo de d5, que guarda la casilla de entrada c7 y a la vez bloquea la columna d. Por tanto Kasparov lo desaloja, mas no por el método que salta a la vista, 18. A X d5?, e X d5; 19. D X d5, Ae6, que daría algún contrajuego a las negras. Su continuación fue 18. e4! (renunciando de momento a la gran diagonal para mantener su presión e invadir el campo adverso por las columnas abiertas); 18 .... , Cb6 (impidiendo también así el acceso a c7); 19. Afl ! (jugada sutil, que reactiva el alfil y prepara el combate táctico que veremos en seguida); 19 .... , Te8; 20. Tddl, Tf8 (las negras están completamente atadas; no pueden mover ninguna de sus dos piezas menores a d7 a causa de Tc7); 21. a3, Rg7; 22. b3, Rg8; 23. a4, Td8; 24. Dc5! (ila clave! En cuanto las negras traten de disputar la columna d, el blanco forzará una limpia victoria táctica, por ejemplo: (a) 24 .... ,D X c5;25. T X d8+; Df8; 26. T X f8+, R X f8; 27. Tc7 con la doble y asoladora amenaza 28. T X f7+ y 28. a5 atrapando el caballo. (b) 24 .... , Df8; 25. D X f8+, T X f8; 26. a5. (e) 24 .... , De8; 25. Cg4.) [Las negras abandonaron! Un bonito ejemplo de cómo explotar una ventaja sin dejarle al adversario posibilidad alguna de resistencia. Si el lector no Jo ha visto todo, no se desespere. iEl propio Kasparov afirmó por aquel entonces que esta partida era la mejor que había jugado en su vida! 219. Tarrasch-Teichmann, San Sebastián 1912 Una vez más las blancas están claramente mejor, siendo la excelente colocación de su rey el rasgo más llamativo de la posición. El monarca blanco ata una torre negra a la columna e, ya que de otro modo continuaría la penetración del primer jugador; ello significa también que las negras han de impedir una liquidación excesiva, pues esto las dejaría casi ciertamente con un final perdido. Además, la estructura de los peones negros es la más constreñida y su alfil «malo» tiene poco alcance, mientras las piezas blancas disfrutan de gran movilidad debido a la buena comunicación entre los dos flancos y el centro del tablero. 143 Con todo, las negras no están dispuestas a cruzarse de brazos y dejarse matar sin más ni más, por lo que el blanco debe encontrar un plan que fuerce lo antes posible la victoria. Tarrasch lo consiguió desencadenando en el ala de rey un ataque que abrió nuevas líneas y permitió la invasión del campo enemigo por las casillas debilitadas; las piezas negras fueron incapaces de colmar todas las brechas. La partida continuó: 26. g4, Ac8; 27. h4. Esto amenaza 28. g5, h5; 29. g6 y el peón negro h está condenado. Las negras se ven, pues, obligadas a efectuar nuevos avances de peón en el flanco de rey, lamentando sin duda el haber jugado anteriormente 22 .... , h6, que debilitó sus peones y ahora facilita la apertura de columnas por las blancas. Nos hallamos ante un ejemplo típico de por qué deben evitarse los adelantamientos innecesarios de peón, que provocan debilidades y facilitan más tarde el ataque del enemigo. El juego acabó así: 27 .... , g6; 28. Thl, Rg7; 29. h5, Th8; 30. Tth2, Ad7; 31. g5 ( forzando la apertura de líneas); 31. ... , h X g5; 32. f X g5, g X h5; 33. T X h5, T X h5; 34. T X h5, Rf8; 35. Th8+, Re7; 36. g6, fX g6; 37. A X g6, b4; 38. Th7+, Rd8; 39. Ad3, Tc3; 40. a3, a5; 41. Th8+, Re7; 42. Ta8, abandonan. La invasión del campo de las negras es total y sus peones del flanco de dama están perdidos. 220. Botvinnik-Chekhover, Leningrado 1938 A menudo hay que considerar varios factores al evaluar una posición. En la del diagrama las negras tienen sólo dos islas de peones contra tres del blanco; además, los peones e de 144 este último, aislados y doblados, dan mala impresión. Por otra parte, las negras acaban de capturar una torre en d5 y lajugada «estructuralmente» automática del blanco seria aquí 21. e X d5, creando un peón pasado y protegido. Lo importante en este caso, sin embargo, no son sólo los peones, sino las piezas blancas: la dama activa y centralizada, lo mismo que la torre y el alfil, permiten a las blancas conducir un juego dinámico y explotar las líneas abiertas. Botvinnik se abstuvo de 21. e X d5 debido a 21. ... , Dd6 que bloquearía el peón pasado y dificultaria todo progreso ulterior. Jugó en cambio 21. T X d5!! manteniendo su dominio de la columna d (21 .... , Td8 pierde tras 22. TX e5, e X c4; 23. Te8+, T X e8; 24. D X e8+, Rh7; 25. De4+ ganando el caballo). El resto de la partida es instructivo por el im presionante despliegue de temas tácticos y posicionales utilizados por Botvinnik para apoderarse de la séptima fila y mantener un férreo dominio de la posición. Siguió: 21. ... , De7; 22. Ag4!, Db7; 23. Af5, Db8; 24. Td7, Td8; 25. D X e5!, C X c4; 26. D X b8, T X b8; 27. Ae4! (las blancas rechazan 27. T X a7, prefiriendo aumentar su presión posicional); 27 .... , Ca3; 28. Ad5, Tf8; 29. e4, a5; 30. c4, b5; 31. e X b5, C X b5; 32. e5, a4; 33. f4! (con vistas a la creación de un poderoso peón pasado); 33 .... , Cd4; 34. Rf2, g5; 35. g3, g X f4; 36. g X f4, Ce6; 37. Re3, c4; 38. f5, Cc5; 39. Tc7, Cd3; 40. e6, fX e6; 41. fX e6, abandonan. Para ganar una partida de ajedrez, a menudo es preciso pensar con flexibilidad, tratando de reconocer los temas cruciales en una posición particular. EJERCICIOS 111 Lecciones 13-16: Principios e ideas de apertura 223 221 7 6 5 4 3 o b e d e f g h obcdefgh ¿Es 5. A X f7+ motivo de seria preocupación para las negras? Tocándoles jugar a las negras, ¿cómo deben continuar? 222 224 6 5 5 4 4 3 3 2 2 e f g h ¿Pueden y deben las blancas jugar para ganar un peón? o b e d e f g h Tocándoles jugar a las negras, ¿están obligadas a retirar el caballo? 145 22S 228 B 7 6 5 4 3 2 obcde o gh b e d e g h Juegan las blancas. ¿Cómo deben proseguir? ¿Es 6 .... , Cd4 una buena jugada para las negras? 226 229 B 5 4 2 o obcdetgh b e d e g h Juegan las negras. ¿Cuál es su máxima prioridad? ¿Por qué hicieron aquí las blancas la extraña jugada 12. Ch2? 227 230 o b e d e g h El rey blanco no se ha enrocado todavía. ¿Pueden las negras, a quienes toca jugar, explotar este factor? 146 e d e t ~ h Juegan las negras y han de hacer frente a la amenaza 10. Ag5. ¿Cuál es la mejor continuación? 231 a b e d e f g h Juegan las blancas. ¿Qué han de hacer para que el negro no tenga tiempo de completar su desarrollo? 232 7 6 5 4 3 o b e d e g h De las jugadas 13. Cd2 y 13. Dc2, ¿cuál es la mejor y por qué? Principios e ideas de apertura 221. ¡De ninguna manera! Después de 5 .... , RX fl; 6. C X e4, dS, el fuerte centro de las negras y su fácil desarrollo compensan sobradamente la ligera molestia inflingida a su rey. 222. Pueden, pero no deben hacerlo. Después de 4. d X c6, C X c6, las negras podrían jugar ... , eS y ... , AcS con excelente desarrollo y un poderoso y central puesto avanzado en dd, 223. Ante todo las negras han de parar la espeluznante amenaza 6. Cd6 mate. 5 .... , Cdf6 es un modo sencíllo de hacer que la dama blanca parezca un tanto ridícula en e2. 224. ¡Desde luego que no! 7 .... , dS! es a la vez temático y fuerte, ya que 8. e X f6, d X c4; 9. Te l+, Ae6 proporciona a las negras un excelente juego. 225. Esta posición surge tras las jugadas 1. e4, c6; 2. Cc3, dS; 3. Cf3, d X e4; 4. C X e4, AfS?; 5. Cg3, Ag6; 6. h4, h6 e ilustra un instructivo error de apertura. 4 .... , AfS; 5. Cg3, Ag6 sería bueno después de 1. e4, c6; 2. d4, dS; 3. Cc3, d X e4; 4. C X e4, pero no aqui. Las blancas disponen de la vigorosa centralización 7. CeS! Una partida AlekhineBruce, Plymouth 1938, continuó 7. ... , Ah7; 8. DhS!, g6; 9. Ac4!, e6; 10. De2, Cf6; 11. C X rt, R X n, 12. D X e6+, 1-0. En otra partida Alekhine-N avarro, Madrid 1940, se hizo 7 .... , Cd7; 8. C X g6, fX g6; 9. d4, eS; 10. Dg4, Df6; 11. Ae3, Ce7; 12. Ce4, 1-0. 226. El primer objetivo debe ser deshacerse del caballo blanco fuertemente centralizado y, con este fin, la retirada 7 .... , Cd7! resulta del todo lógica. Antes que se descubriera esta continuación, las negras solían sufrir no pocos reveses en la variante 7 .... , AfS; 8. g4, Ae4; 9. f3, Ag6; 10. h4! Por otro lado, 7 .... Ae6 las dejaba en situación muy pasiva en líneas como 8. Ae2, g6; 9. 0-0, Ag7; 10. c4, 0-0; 11. Ae3. 22 7. La posición procede de una partida Fish-Abrahams, Liverpool 1929, y surgió después de 1. d4, Cf6; 2. c4, e6; 3. Cf3, dS; 4. AgS, h6; 5. A X f6, D X f6; 6. Cc3, Ab4; 7. Db3, Cc6; 8. a3, AaS; 9. e3, 0-0; 10. Ad3. Abrahams explotó la situación del rey blanco no enrocado mediante 147 el ingenioso golpe 10 .... , e5! La sorprendente continuación fue: 11. e X d5, e X d4; 12. e X d4, Te8+; 13. Rfl,D X f3!!; 14. gX f3,Ah3+; 15. Rgl, C X d4; 16. Ddl, Tel+!; 17. D X el, C X f3 mate. 228. No. Juega una pieza dos veces en la apertura y constituye un intento prematuro de asumir la iniciativa. Rossolimo-Romanenko, Salzburgo 1948. La partida continuó: 6. ... , Cd4? (es mejor 6 .... , 0-0); 7. e5!, Cg8 (a 7 .... , C X b5? sigue 8. e X f6, C X c3; 9. fX g7+-); 8. d3, C X b5; 9. C X b5, a6; 10. Cd6+!!, e X d6; 11. Ag5!, Da5; 12. e X d6+, Rf8; 13. Te8+!!, R X e8; 14. De2+, Rf8; 15.Ae7+ ,Re8; 16.Ad8+!!,R X d8; 17. Cg5, 1-0. 229. Esta posición proviene de una partida Keene-Ligterínk, Londres 1981. El caballo de Keene se pone en camino hacia la casilla d5, vía h2, f1 y e3. Después de 12. Ch2!, b6; 13. Cfl, Aa6; 14. Ce3, 0-0-0; 15. Cd5, este caballo se ha convertido en un auténtico monstruo. 230. Posición de una partida Botvinnik-Reshevsky, torneo para el Campeonato del Mundo 1948. La jugada obvia 9 .... , h6 es dudosa, porque debilita el flanco del rey de las negras. Reshevsky continuó 9 .... , Ce8!, movimiento en apariencia retrógrado, pero que encierra varias ideas sutiles: ( a) Se impide la clavada 10. Ag5. (b) f4 de las blancas puede neutralizarse mediante ... , f5. (e) Este caballo negro podría eventualmente ir a d6 y contribuir así a presionar sobre el peón blanco de c4. La continuación de la partida Botvínnik-Reshevsky es sumamente instructiva: 10. 0-0, Aa6; 11. Ae3, d6; 12. Cg3, Ca5; 13. De2, De7; 14. f4? (14. e5!) 14 .... , f5; 15, Tael, g6; 16. Tdl, Df7; 17. e5, Tc8; 18. Tfel, 148 dXe5; 19. dXe5, Cg7; 20. Cfl, Tfd8; 21. Af2, Ch5; 22. Ag3, De8; 23. Ce3, Da4; 24. Da2, C X g3; 25. h X g3, h5; 26. Ae2, Rf7; 27. Rf2, Db3; 28. D X b3, C X b3; 29. Ad3, Re7; 30. Re2, Ca5; 31. Td2, Tc7; 32. g4, Tcd7; 33. g X f5, g X f5; 34. Tedl,h4;35.Rel,Cb3;36.Cd5+, eXd5; 37. AXf5, CXd2; 38. T X d2, d X c4; 39. A X d7, T X d7; 40. Tf2, Re6; 41. Tf3, Td3; 42. Re2, 0-1. 231. La posición del diagrama viene de una partida RossolimoO'Kelly, Oldenburgo 1949 y surgió tras las jugadas 1. e4, c5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ab5, g6; 4. 0-0, Ag7; 5. c3, e6? (5 ... Cf6!); 6. d4, e X d4; 7. e X d4, Db6?; 8. Ca3, C X d4; 9. Cc4!, C X f3+; 10. D X f3, Dc7; 11. Af4, e5. Rossolimo se destapó aquí con el brillante golpe 12. C X e5!!, y la partida continuó: 12 .... , A X e5; 13. Tac 1, Db8; 14. T X c8+!, D X c8; 15. A X e5, f6; 16. A X f6, C X f6; 17. D X f6, Tf8; 18. De5+ (18. De6+!, Rd8; 19. Tdl+-) 18 .... , Rd8; 19. Dg5+,Re8;20. Tcl,Dd8;21.De5+, De7; 22. AX d7+, Rf7; 23. Ae6+, Re8; 24. Tc7, 1-0. 232. Esta posición se dio en una famosa partida Nimzovich-Salwe, Karlsbad 1911, que se inició así: l. e4,e6;2.d4,d5;3.e5,c5;4.c3,Cc6; 5. Cf3, Db6; 6. Ad3, Ad7; 7. d X c5, A X c5; 8. 0-0, f6; 9. b4, Ae7; 10. Af4, fX e5; 11. C X e5, C X e5; 12. A X e5, Cf6. La continuación aparentemente fuerte 13. Dc2 no se ajusta a los requerimientos básicos de dominar las casillas centrales d4 y e5. Las negras podrían sacrificar un peón por medio de 13 .... , 0-0; 14. A X f6, A X f6; 15. A X h7+, Rh8, y sus peones centrales se volverían móviles y peligrosos. Nimzovich no se dejó por ello apartar de sus planes y jugó una partida hermosamente temática: 13. Cd2!, 0-0; 14. Cf3, Ad6; 15. De2!, Tac8; 16. Ad4, Dc7; 17. Ce5, Ae8; 18. Tael, A X e5; 19. A X e5, Dc6; 20. Ad4, Ad7; 21. Dc2, Tf7; 22. Te3, b6; 23. Tg3, Rh8; 24. A X h7!, e5 (idemasiado poco y demasiado tardei); 25. Ag6, Te7; 26, Tel, Dd6; 27. Ae3, d4; 28. Ag5, T X c3; 29. T X c3, d X c3; 30. D X c3, Rg8; 31. a3, Rf8; 32. Ah4, Ae8; 33. Af5, Dd4; 34. D X d4, e X d4; 35. T X e7, R X e7; 36. Ad3, Rd6; 37. A X f6, g X f6; 38. h4, 1-0. 149 EJERCICIOS IV Lecciones 17-20: Finales 234 233 8 7 6 6 5 5 4 4 3 2 2 o b e d e g o h 235 7 7 6 5 5 4 4 3 3 2 2 b e d e f g h Las blancas juegan. ¿Con qué resultado? 150 d e g h ¿Con qué 236 8 6 o e Las blancas juegan. resultado? Las blancas juegan y ganan. 8 b o b e d e g h Las blancas juegan y hacen tablas. 237 8 a 240 7 6 5 5 4 3 a d e g a h Las blancas juegan y ganan b e d e g h ¿Cuál es el resultado si juegan las blancas? 241 a b e d e f g h La posición de las negras parece desesperada. Con todo las blancas les ofrecieron tablas al ver su continuación. ¿Cuál fue ésta? a b e d e g h Las blancas juegan. ¿Con qué resultado? 239 242 a b e d e g h Tartakover,jugando contra Schlechter, continuó aquí 1 .... , g5? Esto fue un grave error. ¿Por qué? ¿Cuál es en este caso el plan ganador de las blancas? a b e d e g h Las blancas juegan y ganan. 151 243 8 7 7 6 6 5 5 4 4 3 3 2 2 a b e d e g 246 8 a h Las blancas (Fischer) hacen una buena jugada. 244 b e d e g h Las negras tienen dos peones de ventaja, pero con alfiles de distinto color la victoria parece lejana. Las negras juegan y ganan. 247 8 6 5 4 3 2 a b e d e g h Las negras (Tal) hacen también una buena jugada. 245 8 7 a b e d e g h Las negras juegan y ganan. 248 8 7 6 6 5 5 4 3 3 2 2 a d e g h Final compuesto de Rinck. Las blancas juegan y ganan de manera :nuy instructiva. 152 abe de gh Final compuesto de Lolli. Las blancas juegan y ganan. 249 8 a 252 6 5 4 abcde a gh Un truco que merece conocerse. Juegan las blancas. b e d e f g h Esto debiera ya resultar fácil. Juegan las blancas. 250 8 253 8 6 7 5 6 4 5 3 4 2 3 2 a e g h Las blancas jugaron aquí l. Rg4? y les costó la partida. ¿Cómo se las arreglaron las negras para detener el peón h? 8 251 7 abe de gh Tal (blancas) hizo aquí otra buena jugada. 254 8 6 7 5 6 4 5 3 4 2 a e g h La excepción que confirma la regla y prueba que «un poco» de ciencia puede ser algo peligroso. Las blancas juegan y hacen tablas. abcde gh Rinck otra vez. Las blancas juegan y ganan con estilo. 153 255 8 257 8 7 7 6 6 5 5 4 4 3 3 2 2 o e o 11 Las blancas están en condiciones de utilizar aquí un tema corriente en los finales de torre y peones. 256 8 6 6 5 5 4 4 3 3 2 2 e d e 11 h g h 258 8 7 b e Las negras han luchado durante varias horas para llegar a esta posición, y ahora jugaron l. ... , e2. ¿Qué ocurrió a continuación? 7 a d a e g ¿Cuál es aquí la mejor jugada de las negras y qué probabilidades tienen de sobrevivir? Las negras, después de hacer la jugada secreta l. ... , Df4+, tuvieron que afrontar las iras de «algunos circunstantes que la criticaban ostensiblemente por tratar de ganar en una posición tan clara de tablas». La jugadora aceptó entonces las tablas. ¿Hizo bien? Finales 234. 1. Re3, Re7; 2. Re4, Re6; 3. e3! y la jugada de reserva con el peón es decisiva ( 1-0). 235. l. Rh7, Rf7; 2. h6, Rf8; 3. Rg6, Rg8; 4. Rf6, Rh7; 5. Re6, 233. l.Re6! (Ioposiciónl). También gana l. Rc5, pero no l. Rd6?? (=). 154 R X h6; 6. Rd6, Rg7; 7. Rc6, Rf7; 8. Rb5, Re7; 9. R X a5, Rd7; 10. Rb6, Rc8 y las negras hacen tablas por pelos. Contar simplemente las jugadas puede tener importancia en los finales de rey y peón. Por desgracia las negras no previeron correctamente los acontecimientos y abandonaron antes de tiempo. 236. l. c4! 237. l. e6!!, fX e6; 2. e5! 238. l. ... , g5! y el rey blanco no tiene modo de penetrar en el campo enemigo. 239. l. ... , g5? permitió a las blancas crear un P.P.D. después de 2. fX g5, h X g5; 3. Rf3, Rg6; 4. Rg4, e+, 5. e X f6, R X f6; 6. g3!, a5; 7. a4, e5; 8. h4 y ganan. 240. l. h4!! seguido de la ruptura 2. g4 es decisivo ( 1-0). 241. l. Ah7! mantiene al rey negro alejado del rincón y gana ( l. ... , Rf6; 2. Rf4). 242. l. Cb6+!! (peón en 5.• contra peón en 6.•). 243. l. Ae5! arrinconando el caballo negro. Siguió 1 .... , Rh5; 2. Rd3, g4; 3. b4, a6; 4. a4, g X f3; 5. g X f3, Rh4; 6. b5, a X b5; 7. a5!, Rh3; 8. c6! ( 1-0). 244. l. ... , Ce3! (0-1 ). 245.1. a5,Ah7(!); 2.A X h7,g6; 3. Ag8, Re5; 4. a6, h2; 5. Ad5!!, RX d5; 6. a7, hl=D; 7. a8=D+ es una secuencia de gran belleza. 246. l. ... , g4! (para crear otro peón pasado) es la única idea viable. Las negras ganaron después de 2. h X g4 (2. fX g4, f3!), 2 .... , h3!; 3. g X h3, R X f3; 4. g5, Rg3; 5. g6, Ad4; 6. h4, f3!; 7. h5, Ag7 llegando finalmente con el rey a d2. 247. l. ... , Ca3+!; 2. C X a3, Re2 (0-1). 248. l. Tb5!, R X b5; 2. b7 ( 1-0). 249. l. Tal!!, R X al; 2. Rc2 ( 1-0). 250. l. Rg4?, Tc4+; 2. Rg5, Th4!!; 3. R X h4, g5+! (0-1). 251. Difícil. Las blancas jugaron 1. Tf7+? y perdieron tras 1 .... , Re3; 2. Rfl, Tal+; 3. Rg2, Rd3; 4. Td7+, Re2; 5. Tb7, e3; 6. Tb8, Rd2. La idea ( de ir al « lado más corto») era correcta, pero la máxima prioridad aquí es detener el avance del peón. Hacía tablas l. Rd2! (l. ..., Ta2+; 2. Rel, Re3; 3. Rfl!, Rd3; 4. Te8!, Tal+; 5. Rf2). 252. 1. Te4! (Lucena). 253. l. Te5! cortando el paso al rey enemigo y ganando tras l. ... , Rd6; 2. Te8, Rd7; 3. Tel, Tc8; 4. f4, Tg8+; 5. Rf5, Tf8+; 6. Rg5 (1-0). A 6 .... , Tg8+ sigue 7. Rh6, Tf8; 8. Te4!,Rd6; 9. Rg7, Tf5; 10. Rg6, Tf8; 11. f5 y la posición Lucena es inminente. 254. 1. f6, T X e2; 2. Th5+, Rb6; 3. Tf5!! (1-0). 255. l. b6!, e X b6; 2. a7, T X a7; 3. Tg7+ (1-0). 256. Quien haya escogido 1 .... , T c2 o, mejor todavía, l. ... , Te 1 + habrá dado con la idea correcta. 1 .... , Ta8? es una continuación innecesariamente pasiva y corre el riesgo de acarrear la derrota tras 2. h4!, Rg6; 3. Rh2, Ta7; 4. Rh3, Rh5; 5. h X g5, h X g5; 6. g3!, fX g3; 7. f4. En principio las negras deben mantener activa su torre; por ejemplo 1 .... , Tcl +; 2. Rh2, Tal; 3. T X a5, Rg6; 4. h4, g X h4; 5. Rh3, h5!; 6. Rh2, h3!; 7. g X h3, Ta2+ haciendo tablas con facilidad. 257. l. Dgl+, Rd2; 2. Del+, Rd3; 3. Dc3 es un bonito ejemplo del mate «de las charreteras». 258. [No! Las negras tienen un modo típico de ganar que ya hemos mostrado anteriormente. 155 LECCIÓN 21 INDICACIONES Y CONSEJOS PRÁCTICOS PARA EL JUEGODE TORNEO IAN D. MULLEN Y OTROS Esta última sección ha sido escrita con el propósito de colmar la gran laguna que suele separar la teoría de la práctica. Nosotros, los autores, esperamos que el lector haya disfrutado con lo que ha leído hasta aquí y confiamos en que buena parte de ello le sea útil en el campo de batalla. Quien comprenda a fondo aunque no fuera más que la cuarta parte de lo contenido en este libro sabe ya mucho; pero quedan todavía algunos puntos dignos de mención. El ajedrez es, por su naturaleza misma, unjuego muy competitivo. A algunos podrá parecerles una forma de arte, y en muchos aspectos se asemeja también a una ciencia; mas el que haya experimentado el auténtico juego de torneo sabe que, esencialmente, la partida de ajedrez es una batalla, donde el jugador más fuerte ( o el más afortunado, o ambas cosas a la vez) sale victorioso. Como última faceta, digamos que, para los seres humanos, la psicología, la actitud adoptada y los nervios forman parte del ajedrez como cualquier otra cosa. Este libro no se ha escrito para ordenadores, por lo que hemos juzgado 156 prudente incluir en él algunas ideas que ayuden a sobrevivir en la jungla ajedrecística. He aquí unas cuantas sugerencias prácticas que permitirán atar cabos sueltos. (1) El tiempo es precioso y su uso y abuso varía enormemente de jugador a jugador. Por buena que sea la posición, de poco sirve si uno pierde a causa del reloj; el cuadro de clasificaciones contará también esa triste historia: cero puntos. El reloj es parte integrante de la partida moderna y sólo hay una verdadera cura para los apuros de tiempo: lno reflexionar tanto a cada jugada! Parece sensato aconsejar al novicio que trate de «escalonar» su juego; por ejemplo, cuando el ritmo sea de 40 movimientos en 2 horas hasta el primer control, haga las 1 O primeras jugadas en algo menos de 30 minutos y las 20 primeras en una hora aproximadamente. En suma, vigile el reloj. El uso eficaz del tiempo de reflexión en ajedrez puede representar una gran diferencia en los resultados de cualquier jugador. Tres son las causas más comunes de los apuros innecesarios de tiempo: (a) La indecisión del jugador cuando se le presentan varias opciones igualmente plausibles y no sabe qué escoger. (b) Su insistencia en comprobar una y otra vez las consecuencias de una jugada por la cual ya se ha decidido. ( e) El soñar despierto ( o quizá el nerviosismo ante su decisión). Si uno abriga escrúpulos sobre la continuación que ha de adoptar, decídase por algo racional, pero no pierda tiempo por motivos de perfeccionismo. Si no sabe qué hacer, haga algo y deje que el adversario calcule las consecuencias. El aficionado a soñar despierto o a las emociones fuertes en relación con los apuros de reloj, disfrute con ello lo que quiera, pero no se queje cuando caiga la banderita. Kótov sugiere utilizar el tiempo del adversario para examinar la propia posición desde su punto de vista, mientras a él le toca jugar; asimismo, las posibilidades estratégicas y a largo plazo de la posición. Muchos jugadores desperdician sin más el tiempo ajeno. Es buena idea tratar de reconocer la inminencia del momento crítico o punto culminante de la partida. Peor que la pérdida de tiempo es a veces jugar demasiado de prisa, cuando laposición que uno tiene delante exige reflexión profunda. Si uno siente que «está ocurriendo algo», confíe en su instinto e intente saber qué es. A menudo se ve a un jugador meditar 20 minutos o más para decidirse por una jugada crítica y, cuando la posición se aclara, hacer con facilidad los siguientes movimientos. Quien juegue rápida y superficialmente en una situación complicada ( como es el caso de muchos ajedrecistas sin experiencia) de seguro omitirá algo de lo que después habrá de arrepentirse. Dicho sea de paso, si el adversario insiste en rodear de un circulito los números de 30 a 40 en la planilla antes del comienzo de la partida, íhay que estar preparado! Muchos jugadores subrayan la jugada 40 ( o la correspondiente al control de tiempo) al principio de la partida... por si acaso. El mejor consejo que podemos brindar al lector cuyo rival no dispone más que de un minuto para hacer 10 jugadas es que prescinda de ello por completo. El adversario puede estar nervioso en una buena posición o desesperado en una mala. En ambos casos uno puede dejarle con sus problemas y relajar sus propios nervios «dándose un paseo». Si la propia posición es casi desesperada, convendrá entonces probar la técnica de las «rápidas»: jugar con la mayor velocidad posible y confiar en que el contrincante «meta la pata». Los remates de este tipo son para algunos una verdadera pesadilla. Las «partidas rápidas» se menosprecian en ciertos ambientes, pero pueden servir de útil preparación para esas situaciones de tensión nerviosa. Con frecuencia es psicológicamente dificil adaptarse de-pronto a jugar de prisa después de una lucha dura y prolongada. Esto ha sido no pocas veces la perdición de más de un jugador bueno, pero lento. Lo único que podemos recomendarle es que se deje llevar por los acontecimientos y trate esa fase rápida como cualquier partida «de cinco minutos» ( teniendo en cuenta las diferencias de reglamento, «pieza tocada», etc.). (2) Nervios «En ningún caso debe uno ponerse nervioso, pues el nerviosismo consume energia. Hay que recordar constantemente que todo ello no es tan importante y que el resultado de un torneo de ajedrez no es cuestión de vida o muerte.» Excelente consejo el que nos da Nirnzovich, aunque hemos de admitir 157 que procede del mismísimo hombre que, según se cuenta, saltaba de furor por las mesas de juego tras una derrota inesperada y gritaba: «¡Cómo he podido perder con ese idiota!» Karpov, en especial, ha puesto de relieve la importancia de unos nervios resistentes para tener éxito en ajedrez, y si alguien puede decirlo es él. Torlo ajedrecista ha de superar dos miedos fundamentales: el miedo de perder y, lo que a menudo es peor, el miedo ... irle ganar! A este propósito, Nimzovich preconizaba el uso de lo que hoy llamaríamos la meditación: por ejemplo, vaciar de vez en cuando la mente de todo pensamiento y relajarse; ialgo difícil de conseguir, pero que vale la pena probar! Este método y otros similares pueden también utilizarse con provecho para calmar los nervios antes de una partida importante. Otras sugerencias evidentes son descargar la adrenalina y beberse de un trago una taza de café (ligero) o, quizá ( como hace Miles), de leche. Una sana descarga de adrenalina es útil en la mayoría de las situaciones competitivas y, si uno es lo bastante prudente para no tomar el juego demasiado en serio, no tendrá problemas en este sentido. Recuerde, con todo, que sin tensión no hay partida digna de tal nombre. (3) Ganar, en ajedrez, tiene mucho que ver con hacer buenas jugadas, pero todavía más con no hacer malas. Si uno realiza 10 jugadas excelentes, 10 normales y, al cabo de todas ellas, una mala, es más que probable que el adversario acabe porganar aunque haya jugado peor el 90% de la partida. Una condición básica para mejorar el propio juego es evitar los errores, sobre todo graves. Para ello es bueno y fiable el método que consiste en anotar la jugada antes de hacerla y, una vez anotada, comprobar rápidamente si a uno no se le ha pasado por alto un «mate a la siguien- 158 te» o cosa parecida. Un conocido jugador escocés llevó esta idea un poco más lejos e inventó el sistema de escribir garabatos indescifrables en la planilla antes de mover, mientras se dirigía a sí mismo mentalmente (y aun físicamente) una serie de preguntas: «¿tiene mi rival algún jaque?»; «¿me puede hacer alguna horquilla?»; «zse me ha pasado algunajugada-sorpresa?»; etc. ¡El sistema funcionaba! (Aunque esto es estrictamente ilegal, ya que no está permitido tomar ninguna nota durante la partida de ajedrez, salvo el apunto de los moví mientos.) La característica principal del jugador con un ELO de 2200 no es tanto la brillantez de su juego como la admirable ausencia en él de errores no forzados. (4) ¿Quéjugada escoger?Danny Kopec ha tocado ya este tema en su sección, pero merece la pena insistir en algunos puntos. Piense como un gran maestro es uno de los libros de ajedrez que más influjo ha tenido en su tiempo, todavía reciente. Su autor, Kotov, daba a los lectores el valioso consejo que sigue sobre el modo sistemático y eficaz de tomar una decisión al tener que mover. En el proceso de seleccionar una jugada entre varias, dice, examínense cuidadosamente los «candidatos» (todos los movimientos potencialmente buenos que uno vea en la posición dada). Recórranse uno por uno, analizando lo más detalladamente posible sus distintos aspectos; y luego hágase la elección. Quien tenga alguna confianza en su capacidad analítica no necesita verificar una y otra vez las variantes. Cualquier método de reflexión semiorganizada es generalmente más eficaz que el místico tanteo en busca de una inspiración del cielo. He aquí algo de lo que pasa en la mente de un jugador de ajedrez en plena acción: «iHombre!, ahora puedo ju- gar e5, que parece buena. Mmm ... , quizá h3, quitando primero de en medio ese caballo. ¿Qué otra cosa?; ¿hay más jugadas? Tel, Cc3. ¿Desarrollar simplemente? Tal vez. ¿Algo más? No ... ¡Ojo! iQué tal b4, para divertirse? No, no parece bueno. Conque queda esto. e5, h3, Tel, Cc3.A ver, primero e5. Bien, e5; él contesta d5, o quizá d6. Asi que eS, d5, Juego yo hago esto y él esto otro, entonces yo esto, etc.» Esta idea tan maravillosa como sencilla de tratar de poner algún orden en el proceso mental ordinariamente caótico del ajedrecista, es uno de los mejores consejos que jamás he leído en un libro de ajedrez. Bien aplicado, practicado y perfeccionado, íes apto para disipar las habituales tinieblas y elevarle a uno hasta algo que se parece a la claridad de pensamiento! (5) Desarrollo de un estilo. Cada cual tiene sus preferencias en cuanto a los tipos de posiciones que le gusta jugar, y también es parcial en la designación de sus «héroes» ajedrecísticos, distinguiendo bien entre «buenos» y «malos». Para algunos, Petrosian es un nombre que les evoca visiones de alfiles en fianchetto, maniobras exasperantes y tablas, tablas, tablas ... Para otros, en cambio, su juego es como un ensueño. En cierta ocasión pregunté a Jon Speelman qué había que hacer para mejorar en ajedrez, y su respuesta más tangible fue que me escogiera un modelo, algún jugador famoso cuyas partidas me gustaran y cuyo estilo me hiciera vibrar. Mencioné a Fischer, y me replicó (algo enigmáticamente): «iAh!, Fischer tiene un estilo muy complicado». A continuación me sugirió optar por una meta más accesible y basar en ella mi juego, es decir, «robar- le» su repertorio de aperturas, penetrar en sus ideas y, en general, tratar de convertirme en un «mini-Fulano», quienquiera que fuese. He aquí una idea inteligente (si no original) y un modo de ahorrarse trabajo inútil; un estilo personal «hecho a medida». Pero... ¿conocemos nuestro propio estilo? (6) Conócete a ti mismo y trata de identificar tus puntos fuertes y débiles. Cada uno ha de escoger el tipo de apertura que mejor se adapte a su temperamento y tender a posiciones en donde se encuentre a gusto. Una posición «igualada» que a unjugador le gusta y al otro no jes una posición muy desigual! No hay que tener miedo de hacer una jugada que no esté en los libros; de todos modos, mucho de lo que está en los libros es erróneo. Ni tampoco debe uno dejarse intimidar demasiado por el ELO del adversario. Si nos emparejan con un jugador mucho más fuerte que nosotros ( sobre el papel), a nadie le vamos a molestar por mantener nuestras piezas en nuestra mitad del tablero y jugar a tablas. En tales casos lo único práctico es dejarse de inhibiciones y «echar una cana al aire». Quizá no ganemos, pero nos habremos divertido. Tocante a las propias piezas, «en la duda, sáquense al campo de batalla». Recuérdese también que « la amenaza es más fuerte que su ejecución» (Nimzovich), es decir, resulta más fácil cometer errores cuando hay muchas opciones posibles que cuando las amenazas del adversario nos obligan a hacer jugadas buenas. «Dale cuerda suficiente y se colgará él mismo»: tal es la filosofía que a menudo aplican los jugadores fuertes cuando se enfrentan con alguien «del montón». No pocos ajedrecistas varían sus aperturas en función de tal o cual contrincante particular, y la batalla psicológica que entonces tiene lugar al principio de la partida es de suma importancia. En contra de la opinión popu- 159 lar, muchos grandes jugadores no son archivos o enciclopedias ambulantes, ni algunos de ellos saben tanta teoría de aperturas como suele creerse; pero lo que saben lo saben bien, y saben igualmente cómo ponerlo en práctica ( cf. lección 15, «Principios e ideas de apertura»). (7) Salud. Al preguntársele cuál era, a su juicio, el factor más importante para tener éxito en ajedrez, Fischer respondió que a la cabeza de su lista personal figuraba la salud. Botvinnik no perdonaba jamás su paseo diario de una hora durante un torneo. Todo jugador de ajedrez debe prestar alguna atención a su forma fisica y estado general de salud, para que el cerebro le funcione lo mejor posible cuando esté ante el tablero. Veamos también el reverso de la medalla. Cuenta Timman que una vez se preparó para un importante torneo retirándose al campo, vigilando escrupulosamente su régimen y permaneciendo fidelísimo a sus sesiones diarias dejogging. Más tarde se lamentó de que, durante el juego, su pecho, ya para entonces abombado y rebosante de energía, le impedía concentrarse y le hizo cometer errores. Prudentemente, Timman recomienda atenerse en estas ocasiones a lo normal, o sea a la rutina propia de cada uno. Pero hay que tener presente que él e11 un profesional y que para la mayoría de los ajedrecistas no es «rutina» jugar tres duras partidas de ajedrez en el solo espacio de tres días ( un torneo de fin de semana) sin experimentar algún tipo de fatiga. Pasear es un calmante natural, con tal de hacerlo sin agotarse. Una vueltecilla a paso ligero antes de una partida no puede dejar de ser beneficiosa tanto para el cuerpo como para el cerebro. No es sensato ir a jugar una partida después de una comida demasiado abundante o pesada, por razones bastante obvias ( aunque, como caso curioso, hemos oído decir que a Larsen le gus- 160 ta darse una «comilona» antes de una partida importante, asegurando que ello le apacigua una mente de por sí superactiva). No es preciso llegar al extremo de hacer malabarismos con balones medicinales, pero hay que reconocer que una sesión de cinco horas ininterrumpidas de juego resulta agotadora si no se está bien preparado para ello. (8) Análisis posteriores. Uno aprende más de sus derrotas que de sus victorias. Téngase por norma analizar las partidas jugadas y notar cuidadosamente los errores, en especial los más típicos y los que uno comete con frecuencia. Para esto es bueno contar con la ayuda de un jugador más fuerte, y no hay que vacilar en pedirle explicaciones e información sobre aperturas o puntos oscuros de análisis que uno no entiende. La mayor parte de los ajedrecistas no guardan sus secretos tan celosamente como se supone ( si bien algunos tienen dificultad en explicar bien lo que hacen y por qué lo hacen) y, en general, les encanta aprovechar cualquier ocasión para poner a prueba o mostrar sus habilidades. El simple hecho de asistir a la reconstrucción de una partida por dos buenos jugadores en la sala de análisis es ya un excelente medio de perfeccionarse. (9) Libros de ajedrez. Es cosa bien sabida que existen más libros publicados sobre el ajedrez que sobre todos los demás deportes y juegos en conjunto. Nuevamente sugerimos que conviene, también en este punto, pedir consejo a un jugador experimentado para que nos oriente en medio de toda esta maraña y nos diga lo que se debe o no se debe comprar. Muchos jugadores jóvenes se precipitan a adquirir, invirtiendo a veces bastante dinero, la última edición de los análisis del « Sistema X», con todo lujo de variantes y subvariantes, para descubrir más adelante que tal libro les resulta inútil en orden a lo que preten- dían. Si se compran libros de aperturas, algunos de los cuales son necesarios, hay que concentrarse en los que dedican cierto espacio a la palabra escrita y la explicación de las ideas que se encierran tras los distintos sistemas de apertura. V arios de los más jóvenes autores británicos son buenos en esto; Hartston, Pritchett, Stean, N unn y Keene ( especialmente en sus primeras obras), entre otros, merecen atención. En cambio, muchos libros teóricos sin comentario escrito no sirven más que para hacer perder el tiempo a los jugadores de fuerza inferior a la de maestro. También hay autores que es mejor evitar. ( 10) Deportividad. Fischer solía decir que le gustaba «aplastar el ego de su contrincante» y daba pasto a la prensa mundial tanto por sus excentricidades fuera del ajedrez como por su brillante juego. A veces la lucha ajedrecística no se ciñe a las jugadas que se hacen sobre el tablero, sino a otras muchas cosas de orden más «humano» o personal. Hay jugadores aquejados de la enfermedad del «compongo», otros parecen cócteles vivientes que no paran quietos en su silla, otros golpean el tablero con las piezas como para descargar una furia contenida, etc. A quien interese este aspecto «paradeportívo» ( cuando no sórdido) del ajedrez, le recomendamos el humorístico e instructivo estudio de Hartston, How to Cheat at Chess ( «Cómo hacer trampas en ajedrez»), esperando que tales cosas no les ocurran a nuestros lectores. Los modales de cada uno y el modo de reaccionar ante los del adversario son asunto muy personal. Y con estas palabras finales nos despedimos, querido lector. Te deseamos mucha suerte, pero nos quitamos de encima toda responsabilidad diciendo: ¡El resto depende de ti! 161 SOLUCIONES DE LOS EJERCICIOS Lecciones 1-4: Táctica y combinaciones (Diagramas 5 5-90) 55. l. T X e6, T X e6; 2. Dg6+, T X g6+; 3. h X g6+, Rh8; 4. en mate. 56. l. Df8+, Ag8; 2. Df6+!, A X f6; 3. A X f6 mate. 57. l. ... , Tg2!! 58. 1. T X tt, T X f7; 2. Tfl, Tf8; 3. g6, h X g6; 4. g5. Zugzwang. Cuando a los peones del flanco de dama se les hayan agotado las jugadas, las negras deberán perder una pieza. 59. l. a4!, A X a4; 2. Da3, Ab5; 3. T X b5, D X a3; 4. Tb7+ y 5. bX a3. 60. l. Ab8!! Las blancas ganan material. 61. l. Ae7!, A X e7; 2. De5+, f6; 3. De6 y 4. Df7. 62. l. ... , Cg3+!; 2. h X g3, h X g3+; 3. Rgl, Cf2; 4. T X f2, Thl+!; 5. R X hl, g X f2. El peón se corona sin que nada pueda detenerlo. 63. l. T X h2!, g X h2; 2. Abl, hl=D{f ahogado. Tablas. 64. l. O X d8+!, A X d8; 2. A X b7. Una combinación de «mate del pasillo» fuera de lo normal. 65. l. ... , Rd4! Zugzwang. 2. Ael (2. Ae3+, Rc3 y 3 .... , Rb2); 2 .... , T X el+!; 3. RX el,Rc3; 4. Tal, Rb2; 5. Tdl, A X di con un final fácilmente ganado. 162 66. l. ... , Dh3; 2. Te2, D X g3+!; 3. h X g3, C X e2+!; 4. Rf2, C X el; 5. T X el, Tc8. Otro ejemplo de clavada ganadora ( véase la posición 4). Si ahora 6. b3, sigue 6 .... , Td2+; o si 6. Re2, Tc4. 67. l. ... , Tc5! 68. l. Dg7+, Rf8; 2. Dh8+!, Df8; 3. De5+, Te7; 4. Ab5+!, a X b5; 5. D X b5+, Tdd7; 6. Db8+ y jaque perpetuo. 69. l. Tf8+, T X f8; 2.Dh8+!,RX h8; 3. e X f8=D mate. 70. l.A X f7+!, RX f7; 2. T X c7+ y 3. Dh7+. 71. l. T X c8, D X c8; 2. D X c8+, R X c8; 3. T X f6, g X f6; 4. g7,Ae6; 5. Ah3 y el peón secorona. 72. l. T X h7+!, RX f7; 2. T X n+, T X f7; 3. D X g6+ y 4. O X f7. 73. l. D X c8+!, D X c8; 2. Ac7 y las negras no pueden impedir 3. TX c8+ y 4. Ad8. 74. l. ... , Cd7! forzando una concesión posicional de las blancas con 2. d5. Si 2. Ce2?, Cde5!; 3. d X e5, C X e5 y 4 .... , C X d3+. 75. l. T X d7!, D X d7; 2. A X c6, Dc7; 3. A X a8, T X a8; 4. Dc6! Las blancas ganan material. 76. l. C X e7+, Rh8 (l. ..., T X e7; 77. 78. 79. 80. 81. 2. Thgl +, Rf7; 3. Dg7+ y 4. D X e7 mate); 2. Df8+ (o 2. D X h7+); 2. . .. , T X f8; 3. T X h7+ y 4. Thl mate. l. Tg4+!,fX g4;2.Dg5+,Rh8;3. Dh6 y la doble amenaza de mate (4. D X f8 y 4. D X h7) es decisiva. l. ... , Th8!! Esta misteriosajugada de torre viene de una partida de Pachman. Las blancas no tienen respuesta válida contra la amenaza 2 .... , g6; 3. D X h6+, Rg8 ganando la dama. l. CfS+!, g X f5; 2. g X f5+, Rh7; 3. Rf2!! permitiendo a la torre de fl el acceso a la columna g para participar en el ataque. 3 .... , Tg7 la mejor manera de defenderse contra Tg6. 4. D X h6+!, R X h6; 5. Th3+, Rg5; 6. Tgl+, Rf4; 7. Th4+ seguido de mate. 1. De8+!, T X e8; 2. Cf7+, C X f7; 3. T X e8 mate. l. ... , T X g2?? intentando contestar a 2. D X f8+ con la bonita jugada 2 .... , T X g8+ seguido de 3 .... , T X f8; pero las blancas prosiguen 2. D X h7+ ¡Tablas por ahogado! Lo correcto es l. ... , Tf7 y las negras tienen una victoria fácil. 82. l. T X f7+!, R X f7; 2. Dd7+, 83. 84. 85. 86. 87. 88. 89. 90. Rf6; 3. Dd8+, Rg7; 4. Dd7+, Rg8; 5. Dc8+!, Rh7; 6. D X b7+, Dg7; 7. D X g7+, tablas. l. Ch6+, Rf8; 2. Cf5!, e/g X f5; 3. T X h7 seguido de mate. l. C X f5, T X f5; 2. A X c7+!, R X c7; 3. g4 ganando la calidad. l. Dg7+!, RX g7; 2. Cf5+, Rg8; 3. Ce7 mate. l. Ta?+!, R X a7; 2. Cc6+, Ra8; 3. D X b8+, D X b8; 4. T X b8 mate. 1 .... , Te3!! Las blancas no pueden hacernada contra 2 .... , Ch3 y 3 .... , Dgl mate. l. ..., Tbl!; 2. D X bl, C X e3+; 3. Rgl, D X f3 con mate. l. D X hó+l, g X h6; 2. Tg7+, Rh8; 3. Ag8!. 1. Ae4! variación sobre el tema de la interferencia. 1 .... , T X e4; 2. h3+, Rg3; 3. Tf3 mate. O l. ... , A X e4; 2. h3+, Rg3; 3. Ael mate. 163 GLOSARIO l. Táctica y combinaciones l. Jugada intermedia, designada a veces por el término alemán Z wischenzug. Trátase de un movimiento «intercalado» inmediatamente antes de una réplica forzada; v.g. l. e4, e6; 2. d4, d5; 3. e5, c5; 4. c3, Cc6; 5. Cf3, Db6; 6. Ad3, e X d4; 7. e X d4, C X d4??; 8. C X d4, D X d4?; 9. Abs+, Ad7 y ahora las blancas juegan la intermedia 1 O. A X d7 + antes de capturar la dama negra en d4. 2. Pieza desesperada. Es la que está perdida, pero vende su vida lo más cara posible. En el ejemplo precedente, el alfil blanco de b5 podría considerarse como «pieza desesperada». 3. Pieza colgada. Es una pieza no protegida, aunque no esté necesariamente atacada (por eso constituye una debilidad táctica en potencia). 2. Cómo analizaruna posición 1. Factor de ramificación (juga das o movimientos plausibles). Es el número de jugadas razonables que han de considerarse cada vez que a uno le toca 164 mover. En general (para los seres humanos) suelen ser 6 o 7 en una posición ordinaria de medio juego. Tratándose de ordenadores que juegan al ajedrez, este factor podrá ser el número de jugadas legales en cada posición. 2. Rasgos esenciales. Con esto nos referimos a los elementos posicionales o tácticos que determinan la evaluación general de una posición. Entre los primeros figuran las columnas abiertas o semiabiertas, la estructura de peones, la actividad de las piezas, etc. Entre los segundos, las piezas clavadas, colgadas, etcétera. 3. Secuencia (o seriei forzada. Es una sucesión de jugadas donde las réplicas de uno de los contendientes son obligatorias, so pena de desastre inmediato. , 4. Arbol de jugadas plausibles. Se trata de un esquema en forma de «árbol» que representa los movimientos plausibles en una posición dada, en general mediante nodos conectados por lineas o pequeños arcos. 5. Profundizaciónprogresiva. Llámase así al proceso merced al cual se vuelven a repasar y verificar variantes previamente analizadas, ahondando cada vez más en ellas por etapas sucesi- vas. Es lo que los seres humanos suelen hacer antes de decidirse por una jugada. 6. Amenaza. Movimiento táctico que entraña un peligro inminente para el adversario, en forma de captura, clavada, horquilla, ataque doble, etc. 3. Cómo formular un plan l. Columna abierta. Una columna no ocupada por peones. 2. Columna semiabierta. Una columna ocupada únicamente por peones de un color. 3. Peón aislado. El no acompañado por peones adyacentes de su propio bando. 4. Peones colgantes. Dos peones situados en la misma fila y en columnas adyacentes, sin que haya otros de sucolor a ambos lados, es decir, en las columnas vecinas. 5. Peón retrasado. El que no puede ser defendido por otro peón, no puede avanzar sin peligro de ser capturado por un peón enemigo y está expuesto a ser atacado por una columna semiabierta. 6. Peón doblado. Se trata de dos peones del mismo color situados en una misma columna. Suelen constituir una debilidad, ya que no pueden defenderse mutuamente y que un solo peón enemigo basta para bloquearlos. 7. Complejo de casillas de un color. Grupo de casillas de un solo color no defendidas y surgidas de la estructura de peones. 4. Principios e ideas de apertura l. Apertura. Fase inicial del juego en que las piezas se movilizan. 2. Centralización. Movimiento de una pieza hacia el centro. 3. Diferencial de poder. Diferencia de actividad entre las piezas blancas y negras en una posición determinada. 4. Fianchetto. Desarrollo de un alfil por b2 o g2 (blancas) o por b7 o g7 (negras). 5. Par ( o pareja) de alfiles. Es el caso de 1 + 1 = 2 y un poquito más, pues queda eliminada la desventaja, in herente al alfil, de no dominar más casillas que las del color por donde discurre. En posiciones abiertas, la posesión del par de alfiles contra alfil y caballo o contra dos caballos redunda ordinariamente en cierta superioridad posicional. S. Finales l. Final.Eslafasedelapartidaque se caracteriza por la escasez de material en el tablero, así como por la ausencia, en general, de las complicaciones típicas de la apertura o el medio juego. 2. P.P.P. Abreviatura de peón pasado y protegido. 3. P.P.D. Abreviatura de peón pasado y distante. 4. Zugzwang. Palabra alemana cuyo significado literal es «obligación de mover». La necesidad de hacer una jugada no es siempre una ventaja, y aquí este término se utiliza en el sentido de que el tener que jugar acarrea la pérdida de la partida. 5. Alfil erróneo (no se confunda con «alfil malo»). En relación con el fi nal de rey, alfil y peón de torre contra rey, llámase así al alfil incapaz de dominar la casilla donde ha de coronarse su propio peón. Si el rey enemigo logra ocupar esta casilla, la partida es tablas, ya que no se le puede forzar a abandonar el rincón. 165 ESCAQUES Libros de aiedrez 1 2 3 4 5 6 Finales de peones - Morzelis Finales de alfil y de caballo - Averboch Teoría de Finales de torre - Lowenfishy Smyslow Teoría de aperturas, tomo 1: Abiertos - Ponov Teoría de aperturas, tomo 11: Cerrados - Ponov Defensa indio de rey - Cherto 7 Táctico moderno en ajedrez, tomo 1- Pochmon 8 Táctico moderno en ajedrez, tomo 11 - Pochmon 9 Estrategia moderno en ajedrez - Pochmon 10 Lo trampa en lo oper1ura - B. Weinstein 11 Aperturas abiertas - Pachman 12 Aperturas semiobiertas - Pachmon 13 Gambito de dama - Pachman 14 Aperturas cerradas - Pachmon 15 El arte del sacrificio en ajedrez - Spielmonn 16 Cómo debe jugarse la apertura - Suetin 17 Teoría de los Finales de partida -Averbach 18 El arte de lo defensa - llio Kan 19 Táctico del medio juego-Bondarewsky 20 Lo estrvctura de los peones centrales - Persits 21 lo perfección en el ajedrez - Fred Reinfeld 22 El gambito de rey - Poul Keres 23 Lecturas de ajedrez - Averboch 24 200 celadas de apertura - Gelenczei 25 Defensa siciliana. Variante Najdorf- Cherta 26 Ajedrez de entrenamiento - Koblenz 27 Jaque mote - Kurt Richter 28 Combinaciones en el medio juego - Romonovsky 29 Defensa Pire - Fridshtein 30 El sentido común en ajedrez - Lasker 31 Ajedrez elemental - Panov 32 Lo apertura catalana - Neustodt 33 Ataque y defensa - Hans Müller 34 Defensa siciliano. Variante Paulsen - Cherta 35 Lo psicología en ajedrez - Krogius 36 El arte del análisis - Keres 37 Bobby Fischer - Pablo Morón 38 Partidos decisivos - Pochman 39 200 partidas abiertas - Bronstein 40 El match del siglo: Fischer-Spassky - Pochmon 41 A8C de los aperturas - Ponov 42 Lo batalla de las ideas en ajedrez - Saidy 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 Ataques al rey - Baranov Capablanca - Panov Los niños prodigio del ajedrez - Pablo Morón Tablas - M. Tal y Verjovsky Leyes fundamentales del ajedrez - Kan Ajedrez y matemáticas - Fabel, Brondsdorffy Tiihimaa El laboratorio del ajedrecista - Suetin Cómo piensan los grandes maestros - Schmidt Defensa siciliana. Variante del dragón - Gufeld Psicología del jugador de ajedrez - Reuben Fine Los campeonatos del mundo. De Steinitz a Alekhine. Los campeonatos del mundo. De Botvinnika Fischer Viaje al reino del 9jedrez -Averboch y Beilin Anatoli Karpov - Angel Martin (nueva edición) Alekhine - Kotov 300 miniaturas - Roizman Errores típicos - Persistsy Voronkov La defensa Alekhine - Eales y Williams Finales artísticos - Kasparian Diccionario de ajedrez - Ramón Ibero Curso de aperturas! (Abiertas) - Panov/Estrin Curso de aperturas 11 (Semiabiertas) - Panov/Estrin Curso de aperturas 111 (Cerradas)- Panov/Estrin Defensa siciliana. Variante Scheveningen - Nikitin Prádica de las aperturas - L. Pachman Práctica del medio ,·uego- L. Pachman Práctica de los fina es - L. Pachman Ajedrez y computadoras - Pachman y Kühnmund Técnicas de ataque en ajedrez - P. Edwards El contraataque en ajedrez - Damski El mundo mágico de las combinaciones - Koblenz Problemas de ajedrez-Cornil Seneca Tratado de ajedrez superior - Estrin De la apertura al final- Edmar Mednis Fundamentos estratégicos del ajed,rez - Estrin Kasparov, campeón del mundo - Angel Martin Ajedrez práctico - R. Edwards Ajedrez magistral - Kopec y otros Ajedrez moderno - B. Pandolfini Ajedrez por campeones - B. Pandolfini Defensa siciliana. Variante Sveshnikov - Adorjan/Horvath Teoría moderna en ajedrez l. Aperturas abiertas - Pachman Teoría moderna en ajedrez 11. Aperturas semiabierlas- Pachman La defensa Caro-Kann - Egon Varnusz Teoría moderna en ajedrez 111. Defensa siciliana - Pachman Test del ajedrecista -Gil/Magem Angel Martln Garrí l{MPAROV campeón del mundo Las mejores partidas de Kasparov. A través de ellas asistimos a sensacio nales innovaciones teóricas, a sacrifi cios inesperados y a una amplia gama de recursos técnicos de gran eficacia. La belleza del ajedrez se manifiesta con todo su esplendor en el juego de Kas parov. Setenta y seis partidas magistrales que ponen de relieve las características del juego de Karpov: una excepcional ri queza de ideas y una perfección en el cálculo que roza la exactitud de una computadora.