Al principio fue una respiración profunda. La vida

Transcripción

Al principio fue una respiración profunda. La vida
Al principio fue una respiración profunda.
La vida extra uterina comienza expulsando el agua de los pulmones y
tomando una respiración profunda. A partir de entonces, los pulmones,
junto con el diafragma, comienzan un movimiento que hará posible la vida a
partir del aire.
Los pulmones son los órganos internos más grandes del cuerpo y en una
persona adulta sana, pueden llegar a tener una capacidad de hasta 6000
centímetros cúbicos. Durante la inhalación, los pulmones se llenan de esta
mezcla de gases que conocemos como aire. El oxígeno contenido en esta
mezcla, es llevado entonces a la sangre a través de las delgadas paredes de
los sacos alveolares. Nuestras células recogen el oxígeno llegado mediante
la inhalación y oxidan los nutrientes que provienen de los alimentos,
liberando así su energía. Al hacerlo, el carbono de estos alimentos queda
oxidado, convirtiéndose en CO2 (dióxido de carbono) que es expulsado del
cuerpo, principalmente a través de la exhalación.
La vida en el cuerpo se mantiene en parte gracias a este proceso. Aquí
reside su importancia. En cambio, cuando hablamos de salud ¿cuantas
veces prestamos atención a la respiración? Lo habitual es dejarla en
un segundo plano, convencidos de que es un automatismo más de este
complejo organismo que habitamos.
A menudo me pregunto si habrá alguien a quien su médico de cabecera le
recomiende higiene respiratoria. Ciertamente, no es habitual en nuestra
cultura. Sí que lo es, en cambio, encontrar profesionales de la salud que
recomiendan una dieta especial, unos ejercicios determinados o cada vez
más, mantener una higiene postural. Pero podemos vivir bastante tiempo
con una mala dieta, sin movernos del sofá o maltratando nuestro cuerpo
con esfuerzos prolongados. Ahora bién, ¿cuánto tiempo podemos vivir
sin respirar?
Dime cómo respiras y te diré cómo vives.
Durante siglos, los antiguos yoguis y yoguinis investigaron la naturaleza de
la respiración. Así fue tomando forma lo que hoy conocemos como
pranayama, cuarto aspecto del yoga según Patañjali, el control de la
vitalidad a través de la respiración.
Descubrieron con su práctica que hay una relación directa entre la
salud y el modo de respirar , entre cómo nos sentimos y cómo
tomamos o soltamos el aire. Comprovaron que así como el baño limpia al
cuerpo externamente, la respiración lo limpia internamente: hasta un
70% de las toxinas del cuerpo son expulsadas gracias a la acción
de la respiración. Y es que el movimiento del cuerpo al respirar favorece
un sinfín de acciones depurativas y regeneradoras: limpia los pulmones,
ayuda a expulsar gases tóxicos que se producen en nuestro cuerpo (como el
CO2 o el gas metano), masajea los intestinos favoreciendo su trabajo,
estimula el riego sanguíneo en todo el cuerpo (y por tanto la eliminación a
través de la sangre de CO2 y desechos celulares), mejora el funcionamiento
del hígado, tonifica el sistema nervioso (incluso los nervios periféricos)...etc
Estas acciones se ven favorecidas cuando el movimiento respiratorio es
natural y amplio, algo que según algunos estudios sucede pocas veces. Por
lo visto cerca del 80% de las personas adultas tiene una
respiración corta o superficial , lo cual mantiene al organismo en un
estado crónico de déficit de oxígeno que lo deteriora. De los casi 6000 cc de
capacidad pulmonar que tenemos, la mayor parte de nosotros usa tan solo
entre 600 cc y 700 cc. ¿Los motivos? Dos de los más habituales son las
tensiones acumuladas en el cuerpo debido al estrés y al uso de ropa
ajustada. Sucede por ejemplo con el uso de los sujetadores femeninos, que
suelen impedir la expansión total de tórax y bloquean algunas vértebras
dorsales.
La higiene en la respiración pues, ayuda a solucionar y prevenir
numerosos problemas de salud . Hay numerosos estudios publicados al
respecto que informan de cómo la práctica de la respiración profunda ha
mejorado e incluso acabado con problemas digestivos crónicos, ataques de
ansiedad y de pánico, problemas de corazón u otras alteraciones del
sistema nervioso que padecían algunas personas.
Dueño de tu respiración, dueño de tu vida.
Otro aspecto importante de la respiración que solemos pasar por alto es su
sistema de control dual a través del sistema nervioso. Podemos respirar
conscientemente (con el sistema nervioso voluntario) o
inconscientemente (con el sistema nervioso autónomo). Para la mayoría
de las personas esta es la única función corporal que pueden hacer de
ambos modos. Por ello, mientras respiramos conscientemente, nuestro
sistema nervioso voluntario está reprogramando al sistema nervioso
autónomo. Esto quiere decir que cuanto más conscientemente respiremos,
mejor será nuestra respiración cuando no estemos pendientes de ella.
Esta reprogramación es un auténtico regalo que nos ha ofrecido la
evolución, ya que nos ayuda a desactivar las tensiones o bloqueos que hay
en nuestro cuerpo y que nos hacen respirar de manera irregular o
restringida sin darnos cuenta. Estas tensiones no son más que el control de
nuestro sistema nervioso sobre ciertos tejidos del cuerpo. Nuestro sistema
nervioso autónomo tiene dos modalidades, la simpática (control, defensa,
alerta) y la parasimpática (descanso, recuperación, relajación). Así pues, al
desactivar su modalidad simpática mediante la respiración, nos liberamos
de estas tensiones. Y no solo eso, sino que también se desactiva el
mecanismo de lucha o huída que se desencadena en la respuesta ante
el estrés y que deja a nuestro organismo exhausto, agotando sus energías.
Es entonces cuando puede predominar la rama parasimpática del sistema
nervioso, que favorece la curación y la regeneración del organismo.
Ser dueños de nuestra respiración, es pues, ser dueños de nuestros
humores y de nuestra salud, favoreciendo que en el cuerpo predomine su
estado natural de regeneración, salud y nutrición.
La respiración, el beso de Dios.
El intercambio de gases y el efecto del movimiento respiratorio sobre los
órganos y el sistema nervioso, son los aspectos más toscos de la respiración.
Hay otro aspecto mucho más sutil al qual se le da importancia en la
práctica del yoga. Es comprender la respiración como fuente de prana o
vitalidad.
El universo se mantiene vivo gracias a la fueza vital que impregna toda la
creación. Aquello que hace que nuestro corazón bombée incansablemente
pero que no es nuestro corazón, aquello que nos permite ver o hablar pero
que no son nuestros ojos ni nuestras cuerdas vocales, aquello que mantiene
los planetas en órbita y hace girar los electrones alrededor del núcleo de un
átomo... eso es prana , la fuerza vital.
Esta fuerza es el principio de la vida y entra en nuestro cuerpo de
diversos modos otorgándole vitalidad, por ejemplo a través de los alimentos
que ingerimos, de la luz del Sol o mediante la respiración .
Algunos textos antiguos usan la palabra“aliento”para referirse al prana.
Es lo que sucede también en latín con la palabra spiritus, que literalmente
significa aliento o respiración y que se usa a menudo como sinónimo de
alma. Esta relación entre las palabras alma, espíritu o atman (en sánscrito) y
la respiración es muy interesante, ya que ¿no es cada respiración un soplo
más de vida que recibimos? ¿no entramos acaso en contacto con la fuente
misma de la Vida en cada nueva inspiración? Nuestro maestro Yogi Bhajan
solía decirnos al respecto que la respiración es el beso de Dios.
Durante el acto de la respiración, nuestra atención es llevada de las
envolturas más profundas del cuerpo a las más superficiales, para volver
luego a recogernos hacia el núcleo del ser. La inspiración nos lleva desde
nuestra esencia (el atman) hacia nuestra consciencia (citta). Ello nos pone en
contacto con nuestra alma y nos ayuda a actuar desde ella. Este es el gran
valor sutil de la inhalación: llevarnos del núcleo hacia fuera, del ser al hacer.
En cambio durante la exhalación el recorrido es a la inversa. Al espirar
vamos del cuerpo externo hacia nuestra esencia, capa a capa. Es el viaje de
la naturaleza creada (prakRti) hasta reunirse con aquello que la ha creado
(puruSa).
Todo esto hace de la respiración una herramienta preciosa para la evolución
humana. A través de la respiración y de las diferentes técnicas conocidas
como pranayama, el cuerpo es purificado y la sangre se convierte en“un
constituyente lleno de joyas”(ratna purita dhatu, en sánscrito), dando un
larga vida a nuestro cuerpo, claridad mental y una conciencia estable y
elevada.
Por todo ello, vale la pena fijarnos más en nuestra respiración, practicarla
conscientemente y cuidar bien nuestros canales respiratorios, limpiándolos
a menudo. Así podremos aprovechar realmente todas las joyas que este
proceso maravilloso nos brinda.
Sat Naam,
Carles, Satguru Singh
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