ejercitate 2016
Transcripción
ejercitate 2016
Justificación En consonancia con el año de la Misericordia, queremos que este sea el eje central EJERCITAT (ejercicios cuaresmales para adolescentes y jóvenes) En el mensaje de Cuaresma el Papa Francisco nos invita a reflexionar y nos anima vivir y compartir esta experiencia: “La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia”. Proponemos dedicar un tiempo de contemplación que nos lleve a la acción, queremos ofrecer a ustedes jóvenes y adolescentes un espacio para la contemplación, es decir, que podamos escuchar, observar y orar la propia vida y su contexto cotidiano cargado de infinidad de vivencias. Desde esta actitud queremos que todos nos dispongamos a ejercitar y preparar el corazón en este tiempo cuaresmal para celebrar con gozo y testimonio a Jesús resucitado en la Pascua. Hace unos meses celebramos en nuestra Diócesis la SEMAJ, teniendo como tema central las Bienaventuranzas. Muchos adolescentes y jóvenes de nuestra diócesis nos volcamos por las calles para “hacer lio” y expresar públicamente nuestra fe e invitar a otros a vivir la alegría de ser Bienaventurados. Esta experiencia fue para muchos de nuestros un tiempo de misión, un tiempo de contemplación en la acción. Además de esta actitud queremos darle continuidad a lo vivido en la SEMAJ 2015 pues estamos convencidos que la calidad de una Pastoral Juvenil está en su calidad de generar procesos y no solo en promover eventos aislados. Por ello el tema central de esta semana de ejercicios será: Bienaventurados los Misericordiosos, haciendo un enlace con el tema de las Bienaventuranzas de la SEMAJ y el año de la Misericordia. Ahora estamos por iniciar un tiempo de gracia, la Cuaresma, donde es también un momento propicio de reflexión, para ello, queremos proponer una temática para los ejercicios cuaresmales, que en pastoral juvenil, les hemos llamado: EJERCITAT Que Dios nuestro Padre Misericordioso bendiga, sostenga y acompañe nuestra respuesta y los frutos que estamos llamados a dar en este Jubileo de la Misericordia y en el Año del Dialogo con el Dios Vivo y Misericordioso. FASCINAR Texto base: 5ta. Catequesis Francisco y los Jóvenes. Conferencia del Episcopado Mexicano. Reto: Revitalizar el protagonismo de la juventud en la nueva evangelización a través de las bienaventuranzas recuperando la experiencia de la SEMAJ 2015 viviendo la misericordia como un estilo de vida. CONEXIÓN La SEMAJ 2015 nos llevó a experimentarnos felices desde la propuesta de Jesús: LAS BIENAVENTURANZAS como un estilo de vida concreto, que nos motivó a despertar, a observar nuestro alrededor y darnos cuenta que ser feliz al estilo del Maestro no es tarea fácil, pero si es una tarea urgente si nos decimos jóvenes católicos. Para recapitular las experiencias vividas en la SEMAJ 2015 puede elaborarse un video y compartirse a los jóvenes, También puede invitarse a algunos jóvenes que vivieron la experiencia a dar sus testimonios. Nota: Muchos de los jóvenes que participan en los ejercicios de Cuaresma no participaron en la SEMAJ por lo que si no se considera prudente hacer esta recapitulación, el material de las siguientes secciones está diseñado para que en este día el joven se encuentre con las Bienaventuranzas de Jesús y conociéndolas pueda hacerlas vida, encontrando pistas y claves en las Bienaventuranzas de los Jóvenes de SS. Francisco. Actividad: “Exploramos nuevos horizontes” Invitamos a los jóvenes a hacer un monitoreo de la realidad identificando si se vive en su comunidad algo de lo siguiente: - Violaciones - Pleitos - Homicidios - Secuestros - Balacera - Abuso de menores - Desaparición de personas - Extorción - Tortura - Violencia familiar - Bullyng Al identificarse alguna de estas realidades se les pide identifiquen también nombres, lugares, victimas, autores y posibles causas de estos hechos. Identificamos también realidades esperanzadoras y hechos de misericordia: - Organizaciones en pro de la paz - Eventos - Centros de escucha o consultoría - Talleres de reconciliación - Células de acompañamiento a personas con depresión, en conflicto, víctimas del delito, menores delincuentes, ninis. FASCINAR Reforzar con las siguientes ideas clave: ¿Qué ganamos con identificar estos hechos en nuestra realidad? La invitación es a no conformarnos con lo que siempre hemos hecho por los otros, sino a explorar nuevos horizontes. Es el momento de aplicar el oído a las verdaderas preguntas de nuestro corazón, captar toda nostalgia de verdad y de bien y aceptar a Jesús como nuestra única respuesta. Es momento de vivir con un corazón cargado de amor compasivo, que ha experimentado la caridad, la misericordia, y por eso se da con alegría y suscita entusiasmo. Es necesario irradiar la belleza de lo que es verdadero y justo en la vida, porque solo esta belleza arrebata verdaderamente los corazones y los dirige a Dios, quien nos invita a liberarnos del mundo de consumo, a saber ser libres ante la codicia que nos embriaga, a desprendernos a aprender a confiar en él. Proclamamos el evangelio según San Mateo 5, 3-11 y nos cuestionamos lo siguiente: Como joven, ¿en qué o quienes encuentras tu felicidad? Desde tu estilo de vida ¿te experimentas una persona feliz? ¿Cuál es la felicidad que Jesús propone desde el Evangelio? ¿En que difiere la propuesta del mundo y la propuesta de Jesús respecto a la felicidad? El Señor nos llama a un estilo de vida evangélico de sobriedad, a no dejarnos llevar por la cultura de la muerte y las falsas felicidades que se gestan en nuestra sociedad carente de verdad, y que nos atrae tanto. El anuncio del Evangelio para hoy se da por los testimonios de vida, antes que de palabras, llevados al mundo por personas “reales y creíbles” capaces de hablar, pero sobre todo vivir al estilo de Jesús. Debemos abrirnos a un tiempo nuevo y apasionante, dispuestos a vivir más abiertos a las propuestas de felicidad autentica de Cristo, que nos ha preparado el camino. En una época en que tantas apariencias de felicidad nos atraen, corremos el riesgo de contentarnos con poco, de tener una idea de la vida “en pequeño”, el reto es: “¡Aspirar a cosas grandes. Amplíen sus co- razones!”. Debemos rechazar “tantas ofertas de bajo precio” para vivir una vida plena, con sentido para no convertirnos en una juventud “harta pero débil.” Las Bienaventuranzas, un plan para los jóvenes Las bienaventuranzas son el plan que Jesús tiene para los jóvenes, nos ayuda a ir contra corriente. LA AUTENTICA FELICIDAD En la Biblia, al demonio se le llama “padre de la mentira”, aquel que hacía creer que haciendo determinadas cosas serias feliz; solo después te debas cuenta que estuviste atrás de algo que, lejos de darte la felicidad, te hizo sentir más vacío, más triste. El diablo te promete pero nunca te va a cumplir nada de lo que te dice. Te hace desear cosas que no dependen del si las consigues te dice que vales por lo que tienes. Por el contrario, tenemos a Jesús que no nos dice que la felicidad estará en la riqueza, el poder, el orgullo. Él nos dice: Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por la justicia. Y termina diciéndoles: alégrense FASCINAR FELICES LOS MISERICORDIOSOS Jesús no nos miente. El mismo es la principal prueba de ello. Con su estilo, su manera de vivir la vida, la amistad, la relación con su Padre…, nos invita a sentirnos amados como hijos. Él sabe que la felicidad verdadera está en ser sensibles, en aprender a llorar con los que lloran, en estar cerca de los que están tristes, en poner el hombro, en dar un abrazo, ser pacientes, respetar a los demás, no condenar ni juzgar a nadie. Felices los que saben ponerse en el del otro, los que tienen misericordia y saben perdonar, felices aquellos que son portadores de nuevas oportunidades, los que son capaces de ayudar a otros en sus equivocaciones. Esos son los limpios de corazón, los que logran ver más allá y superan las dificultades. Felices los que ven especialmente lo bueno de los demás. Ahí es donde están los amigos de Jesús. Felices los portadores de nuevas oportunidades EXPLORAR NUEVOS HORIZONTES La invitación es a no conformarnos con lo que siempre hemos hecho por lo otros, sino a explorar nuevos horizontes: Es el momento de aplicar el oído a las verdaderas preguntas de nuestro corazón, captar toda nostalgia de verdad y de bien y aceptar a Jesús como nuestra única respuesta. Es momento de vivir con un corazón cargado de amor compasivo, que ha experimentado la caridad, la misericordia, y por eso se da con alegría y suscita entusiasmo. Es necesario irradiar la belleza de lo que es verdadero y justo en la vida, porque solo esta belleza arrebata verdaderamente los corazones y los dirige a Dios, quien nos invita a liberarnos del mundo de consumo, a saber ser libres ante la codicia que nos embriaga, a desprendernos a aprender a confiar en él. La cuaresma es tiempo de penitencia, de reconocerse limitado y pecador, es tiempo de observar el entorno, de acercarse al otro y ayudarnos a caminar, para vivirla más plenamente te invitamos a: Vivir en sobriedad, promoviendo la solidaridad que se ha ido perdiendo poco a poco; hoy Jesús te invita a vivir cerca de los pobres, no solo de cosas materiales sino de espíritu, acércate a ellos, a los necesitados, escúchalos y aprende a ayudarlos como Cristo nos enseña en su Palabra. Se mas vigilante y atento a quienes todos los días claman tu ayuda, recuerda que Dios vive en ellos así como en ti. De todas las personas con las que convives a diario podemos aprender muchas cosas que nos acercan a Dios, como la humildad y la dignidad. Un pobre material o de espíritu es capaz de enseñarnos cuan valiosa es una persona. FASCINAR Dialoguemos con Dios Vivo y Misericordioso Tener preparado una vela o cirio para encender en el momento indicado. Propiciamos un ambiente de oración y silencio. Lector 1: Lector 1: Hoy recordamos el llamado a no agachar la mirada a nuestro entorno que sufre, hoy nos damos cuenta de cuanto necesita el mundo la presencia de Dios, que se quiere valer de nosotros para transmitir paz, amor, misericordia y un abrazo fraterno. A dos coros proclamemos con fuerza: Lector 2: Y con nostalgia recordamos personas, situaciones, momentos que se nos fueron de las manos, no sabemos cómo reaccionar ante los ataques del mundo tan falto de amor. Lector 1: Hoy, como Pedro, tenemos el deseo de expresar ¿Señor a quien iremos? ¡Tú tienes palabras de vida eterna! Lector 2: Tu Jesús viniste a hablarnos con la verdad. Una verdad que nos hace libres y que consiste en tener un amor tan grande que nos lleve a “DAR LA VIDA POR LOS AMIGOS”. Lector 1: Tu presencia en este mundo en tinieblas es LUZ. Encendemos pues este cirio que acompañara esta semana de reflexión centrada en ti Jesús, en lo que tu presencia significa para nosotros que nos queremos comprometer contigo a ser cada día más semejantes a ti. Lector 2: Guardemos un momento de silencio y pongamos en manos de Dios toda situación que nos quite la paz como personas, como familia, como comunidad. Coro 1: Creemos que nuestro Dios nos ha llamado a construir su Reino. Coro 2: Creemos que todos tenemos derecho a vivir con dignidad, con justicia, paz y libertad. Coro 1: Creemos que los Cristos crucificados se levantaran resucitados y gloriosos por la solidaridad entre los pueblos. Coro 2: Creemos que los pobres son preferencialmente amados por el Padre y por eso nos declaramos sus hermanos. Coro 1: Creemos que los jóvenes no pueden vivir pasivamente sus horas y sus días, sino que deben ser los primeros ciudadanos de nuestra civilización. Coro 2: Creemos que el Espíritu de Dios anima a la Santa Iglesia. Coro 1: Creemos que María, la madre de Jesús, nos ha protegido a lo largo de nuestra historia y nos impulsa a compartir el pan con los hambrientos y a levantar del polvo a los humildes. Coro 2: Creemos ardientemente en un cielo nuevo y una tierra nueva, y pedimos con insistencia que la civilización del amor sea pronto realidad entre nosotros. Amen ESCUCHAR Texto base: Mensaje de Papa Francisco para la Jornada de la Juventud Cracovia 2016 Justificación Hoy queremos ESCUCHAR. Los jóvenes vivimos a un ritmo tan acelerado, vivimos tantas experiencias, estamos saturados de tanta información, tantas imágenes…Lo que el día de ayer fue la sensación, al día siguiente ya es cosa del pasado, y recordarlo nos hace ver como anticuados. Se vuelve así muy difícil asimilar tantas experiencias vividas. Se nos escapan de las manos, de nuestra memoria tantas bendiciones recibidas de Dios y de los demás, que no nos damos tiempo ni siquiera para agradecer. Reto: Compartir la propia experiencia de la misericordia vivida como AdolescenteJoven en los diferentes ámbitos socioculturales: En la escuela, en la familia, con los amigos, para que este tiempo de pascua Este tiempo de Cuaresma y precisamente en esta semana de ejercicios es una muy buena oportunidad para detenernos y recordar tantas bendiciones que hemos recibido de parte de Dios. Hoy en este segundo día queremos invitarte a ESCUCHAR, pero sobretodo ESCUCHARTE, a vivir el momento, quizá después de aquí tendrás cosas que hacer, quizá tienes muchos pendientes, pero te invitamos a vivir el Presente, ya que solo tomando conciencia de lo que estamos viviendo, podemos tomar conciencia de lo que Dios nos regala a cada instante. Experimentemos la Misericordia de Dios dialogando con Él. Te invito a tomar una posición cómoda, deja todo lo que tienes en tus manos, cierra los ojos: respira suavemente, usa tu imaginación e imagina tu corazón. Haz el esfuerzo de echar fuera todos tus pensamientos. Toma conciencia de tu respiración que es lenta y profunda…y del palpitar de tu corazón…INVOCA AL ESPIRITU SANTO… Te invito a tomar conciencia de los que ERES y VIVES, no se trata de reflexionar, sino de VIVENCIAR; por lo tanto, hay que tomar conciencia de lo que se vive. Trae a tu memoria tantos momentos significativos que has vivido, vuelve a recordar aquellas experiencias que han marcado tu vida, recuerda también a aquellas personas que te han mostrado su amor, su aceptación, aquellos con los que viviste grandes momentos, aquellas personas que han marcado tu vida. Ahora trae a tu mente la presencia de Jesucristo, tu amigo. Así como Moisés: Habla cara a cara con Dios, así como hablas con un amigo, así Dialoga abierta y claramente con Jesús, imagina su rostro, su sonrisa… Con sinceridad y confianza, en el interior de tu corazón, comienza a traer también a tu memoria aquellos momentos en que has experimentado su AMOR, SU MISERICORDIA… Cuantas cosas hermosas has vivido en tu vida, y en todas ellas, allí ha estado tu amigo fiel, JESÚS. El te conoce, porque siempre ha estado contigo, mostrándote su AMOR. Agradece a Jesucristo su presencia en tu vida, agradécele por tantos momentos que ha estado contigo, librándote, protegiéndote, caminado contigo… ESCUCHAR Compartir experiencia -Este ejercicio que hicimos de recordar en esta oración, es lo que verdaderamente nos abre puerta a la Misericordia, primeramente para agradecer, y posteriormente para practicarla con los demás. Recordar es traer al corazón y a la mente los momentos en que nos hemos sentido amados; hacer un repaso a esas experiencias en nuestra vida que nos han llenado de felicidad, por eso ahora en este momento te invitamos a compartir la siguiente pregunta: ¿En que momentos de mi vida he experimentado la Misericordia de Dios? Contenido: Representar un programa de Televisión. Se llevara a base de unas entrevistas acerca de las experiencias que se tienen de Misericordia. Material: • Equipo de Sonido • Computadora • Proyector • Decoración Juvenil de acuerdo al lugar a realizarse (espacio para entrevista al Protagonista (famoso) por Reportero (un invitado) • Equipo de grabación: Cámara, micrófono, etc. Mueble necesario para participantes de programa, famoso y Reportero. Lugar: Se puede desarrollar en un lugar público, parque, plaza, auditorio. Si existe alguna televisora o estación de radio, se puede grabar previamente en ese lugar. El día previo (lunes) a la actividad se puede invitar a los adolescentes-jóvenes a participar en el programa de televisión que se llevara a cabo en las instalaciones del lugar que tienen destinado para los ejercicios. (ó puedo ser otro como se ha mencionado.) Entrevistador: Bienvenidos a su programa “Compartiendo la Vida”, y hoy en esta ocasión tenemos a unos grandes invitados que nos compartirán aquellos momentos donde han experimentado la Misericordia de Dios en sus vidas. Iniciamos con nuestro Amigo (Nombre del entrevistado), quien nos viene a compartir como ha experimentado la misericordia de Dios. ¡Hola¡ (nombre del entrevistado) nos gustaría que compartieras con cada unos de nosotros cual a sido tu experiencia de la Misericordia de Dios. Joven 1: Sin duda alguna en el Sacramento del perdón, allí he descubierto una verdadera fiesta de la misericordia. Joven 2: Cuando me he sentido triste y soy consolado, Jesús nos ha dicho: "Dichosos los que lloran porque serán consolados". El consuelo de Dios, por medio de su Espíritu Santo, nos consuela. Pero, además, Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir: no llore, sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor se adecúen a la situación. ESCUCHAR Conductor: Sin duda alguna es hermoso experimentar la Misericordia de Dios en nuestras vidas, pero ahora la pregunta para ustedes es, ¿Una vez que has recibido misericordia, has dado Misericordia? Compártanos su experiencia: Joven 1: Recuerdo aquella vez cuando experimente la Misericordia de Dios en la Confesión, me maraville que Dios me haya perdonado de todos mis pecados, después recordé que había una persona a la que no le hablaba, así que decidí ir a pedirle perdón, esa experiencia fue realmente gratificante. Conductor: Te agradecemos por compartir tu experiencia, que importante es ser conscientes de que Dios nos perdona siempre y de allí la tarea a la que nos invita el Papa Francisco, una vez habiendo experimentado la Misericordia de Dios, tenemos el reto de Resplandecer como antorchas de la Misericordia de Dios ante el Mundo. Estamos llamados a experimentar la misericordia, para ser después un reflejo del amor recibido. Nota: (Para este momento se pueden compartir mas experiencias, esta es solo un ejemplo para que les pueda ayudar.) Ahora ESCUCHEMOS al Papa Francisco que nos comparte también una experiencia de Misericordia que el vivió en carne propia. La misericordia de Dios es muy concreta y todos estamos llamados a experimentarla en primera persona. A la edad de diecisiete años, un día en que tenía que salir con mis amigos, decidí pasar primero por una iglesia. Allí me encontré con un sacerdote que me inspiró una confianza especial, de modo que sentí el deseo de abrir mi corazón en la Confesión. ¡Aquel encuentro me cambió la vida! Descubrí que cuando abrimos el corazón con humildad y transparencia, podemos contemplar de modo muy concreto la misericordia de Dios. Tuve la certeza que en la persona de aquel sacerdote Dios me estaba esperando, antes de que yo diera el primer paso para ir a la iglesia. Nosotros le buscamos, pero es Él quien siempre se nos adelanta, desde siempre nos busca y es el primero que nos encuentra. Quizás alguno de ustedes tiene un peso en el corazón y piensa: He hecho esto, he hecho aquello... ¡No teman! ¡Él les espera! Él es padre: ¡siempre nos espera! ¡Qué hermoso es encontrar en el sacramento de la Reconciliación el abrazo misericordioso del Padre, descubrir el confesionario como lugar de la Misericordia, dejarse tocar por este amor misericordioso del Señor que siempre nos perdona! Y tú, querido joven, querida joven, ¿has sentido alguna vez en ti esta mirada de amor infinito que, más allá de todos tus pecados, limitaciones y fracasos, continúa fiándose de ti y mirando tu existencia con esperanza? ¿Eres consciente del valor que tienes ante Dios que por amor te ha dado todo? Como nos enseña San Pablo, «la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores» (Rom 5,8). ¿Pero entendemos de verdad la fuerza de estas palabras? Se puede compartir videos de apoyo para motivación: - https://www.youtube.com/watch?v=V0Emdc2G-Qk - https://www.youtube.com/watch?v=Q7mtupd9j3l - https://www.youtube.com/watch?v=o2yb6YTFd_c - https://www.youtube.com/watch?v=fFItXM-1Z8Y - https://www.youtube.com/watch?v=fnBrtVVitjs ESCUCHAR La extraordinaria alegría de ser instrumentos de la misericordia de Dios La Palabra de Dios nos enseña que «la felicidad está más en dar que en recibir» (Hch 20,35). Precisamente por este motivo la quinta Bienaventuranza declara felices a los misericordiosos. Sabemos que es el Señor quien nos ha amado primero. Pero sólo seremos de verdad bienaventurados, felices, cuando entremos en la lógica divina del don, del amor gratuito, si descubrimos que Dios nos ha amado infinitamente para hacernos capaces de amar como Él, sin medida. Como dice San Juan: «Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. [...] Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros» (1 Jn 4,7-11). El Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia 2016, nos sugiere como ser concretamente instrumentos de misericordia hacia nuestro prójimo: Me viene a la mente el ejemplo del beato Pier Giorgio Frassati. Él decía: «Jesús me visita cada mañana en la Comunión, y yo la restituyo del mísero modo que puedo, visitando a los pobres». Pier Giorgio era un joven que había entendido lo que quiere decir tener un corazón misericordioso, sensible a los más necesitados. A ellos les daba mucho más que cosas materiales; se daba a sí mismo, empleaba tiempo, palabras, capacidad de escucha. Servía siempre a los pobres con gran discreción, sin ostentación. Vivía realmente el Evangelio que dice: «Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto» (Mt 6,3-4). Piensen que un día antes de su muerte, estando gravemente enfermo, daba disposiciones de cómo ayudar a sus amigos necesitados. En su funeral, los familiares y amigos se quedaron atónitos por la presencia de tantos pobres, para ellos desconocidos, que habían sido visitados y ayudados por el joven Pier Giorgio. A mí siempre me gusta asociar las Bienaventuranzas con el capítulo 25 de Mateo, cuando Jesús nos presenta las obras de misericordia y dice que en base a ellas seremos juzgados. Les invito por ello a descubrir de nuevo las obras de misericordia corporales: dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger al extranjero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: aconsejar a los que dudan, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente a las personas molestas, rezar a Dios por los vivos y los difuntos. Como ven, la misericordia no es “buenismo”, ni un mero sentimentalismo. Aquí se demuestra la autenticidad de nuestro ser discípulos de Jesús, de nuestra credibilidad como cristianos en el mundo de hoy. A ustedes, jóvenes, que son muy concretos, quisiera proponer que para los primeros siete meses del año 2016 elijan una obra de misericordia corporal y una espiritual para ponerla en práctica cada mes. El Papa Francisco nos invita a hacer de un programa de vida muy concreto y exigente, viviendo la MISERICORDIA ESCUCHAR Una de las obras de misericordia más evidente, pero quizás más difícil de poner en práctica, es la de perdonar a quien te ha ofendido, quien te ha hecho daño, quien consideramos un enemigo. «¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices» (Misericordiae Vultus, 9). Me encuentro con tantos jóvenes que dicen estar cansados de este mundo tan dividido, en el que se enfrentan seguidores de facciones tan diferentes, hay tantas guerras y hay incluso quien usa la propia religión como justificación para la violencia. Tenemos que suplicar al Señor que nos dé la gracia de ser misericordiosos con quienes nos hacen daño. Como Jesús que en la cruz rezaba por aquellos que le habían crucificado: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). El único camino para vencer el mal es la misericordia. La justicia es necesaria, cómo no, pero ella sola no basta. Justicia y misericordia tienen que caminar juntas. ¡Cómo quisiera que todos nos uniéramos en oración unánime, implorando desde lo más profundo de nuestros corazones, que el Señor tenga misericordia de nosotros y del mundo ente- Compromiso de Misericordia: Habiendo experimentado la Misericordia de Dios en mi vida, ¿Con quien me llama Dios a compartir? Dialoguemos con Dios Vivo y Misericordioso Dialoguemos con Dios inspirados por la oración de Santa Faustina, humilde apóstol de la Divina Misericordia de nuestro tiempo: «Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla [...] a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos [...] a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos [...] a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras [...] a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio [...] DISCERNIR Texto base: Principio de Misericordia Reto: Material: Bocinas Proyector Computadora Hojas blancas Plumas o plumones Decoración alusiva a la parábola del buen samaritano Listones o pulseras Papeles con las obras de misericordia material Discernamos dialogando con Dios Misericordioso. Ven, buen samaritano, y enséñame a tener tus mismos sentimientos, para no dar nunca ningún rodeo ante el hermano que sufre, sino hacerme compañero de sus caminos. Amigo de sus soledades, cercano a sus dolencias, para ser, como Tú, ilimitadamente misericordioso y pasar por el mundo “haciendo el bien” y “curando las dolencias”. Señor Jesús haznos Iglesia Samaritana, Pueblo de Dios, enviado al mundo para ser “germen de unidad, de esperanza y de salvación” (LG 9). Propiciar el Principio de Misericordia como el motor del adolescente y joven en su vida como Iglesia. DISCERNIR El día de ayer reflexionábamos sobre las ocasiones en las cuales habíamos experimentado la misericordia de Dios, así como los momentos en los cuales nosotros mismos habíamos sido misericordiosos para con los demás. Hoy ha llegado el momento en el cual nos debemos preguntar ¿cuál es el motor de nuestras acciones? Alguna vez te has preguntado: ¿cuál es el motor de tus acciones? ¿ Alguna vez has escuchado sobre la misericordia? ¿Qué tendrá que ver la misericordia con el motor de nuestras acciones? En ocasiones los seres humanos tenemos, por lo general un motivo por el cual realizamos algunas de nuestras acciones. Un nutrido número de adolescentes y jóvenes, buscan un beneficio propio a cambio de realizar cierta actividad, como dice el refrán “no hay amor sin interés”, buscando el obtener siempre algo a cambio, ya sea algún objeto material como dinero, ropa, celulares… o incluso la aceptación y admiración de los demás. Ciertamente hay sus excepciones, hay quienes sin esperar alga a cambio, ayudan a quien más lo necesita, y aplican lo que dice el refrán “has el bien sin mirar a quien”, son jóvenes y adolescentes, que donan su tiempo para realizar acciones a favor de su comunidad como el limpiar las calles o ceder su lugar en el autobús a una persona mayor... Jóvenes y adolescentes que lo único que les mueve es el ayudar al más necesitado sin esperar recompensa alguna. Nuevamente te pregunto: ¿cuál es el motor que impulsa tus acciones? Cada uno tiene un motivo, una razón, la diferencia está en el resultado que dará ese motivo que nos impulsa a realizar determinada acción. ¿Cuál será la clave del actuar del ser humano? El Principio-Misericordia El término "misericordia" hay que entenderlo bien, porque puede connotar cosas verdaderas y buenas, pero también cosas insuficientes y hasta peligrosas: sentimiento de compasión (con el peligro de que no vaya acompañado de una praxis), "obras de misericordia" (con el peligro de que no se analicen las causas del sufrimiento), alivio de necesidades individuales (con el peligro de abandonar la transformación de las estructuras), actitudes paternales (con el peligro del paternalismo)... Para evitar las limitaciones del concepto "misericordia" y los malentendidos a que se presta, no hablamos simplemente de "misericordia", sino del "Principio-Misericordia". Digamos que por "Principio-Misericordia" entendemos aquí un específico amor que está en el origen de un proceso, pero que además permanece presente y activo a lo largo de él, le otorga una determinada dirección y configura los diversos elementos dentro del proceso. Ese "PrincipioMisericordia" creemos es el principio fundamental de la actuación de Dios y de Jesús, y debe serlo de la Iglesia. ¿Ahora comienzas a comprender cuál es tu motor? DISCERNIR "En el principio estaba la misericordia" Es sabido que en el origen del proceso salvífico está presente una acción amorosa de Dios: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos y he bajado a liberarlos " (Ex 3,7s). Es hasta cierto punto secundario el establecer con qué término haya que describir esa acción de Dios, aunque lo más adecuado es denominarla «liberación». Lo que aquí nos interesa recalcar, sin embargo, es la estructura del movimiento liberador: Dios escucha los clamores de un pueblo sufriente y, por esa sola razón, se decide a emprender la acción liberadora. A esta acción del amor así estructurada la llamamos «misericordia». Y de ella hay que decir: a) que es una re-acción ante el sufrimiento ajeno interiorizado, que ha llegado hasta las entrañas y el corazón propio (sufrimiento, en este caso, de todo un pueblo, infligido injustamente y a los niveles básicos de su existencia); y b) que esta acción es motivada sólo por ese sufrimiento. El sufrimiento ajeno interiorizado es, pues, principio de la reacción de misericordia; pero ésta, a su vez, se convierte en principio configurador de toda la acción de Dios, porque a través de esa acción no sólo con ocasión de ella- y de sucesivas acciones de misericordia, se revela el mismo Dios; y la exigencia fundamental para el ser humano y, específicamente, para su pueblo es que rehagan esa misericordia de Dios para con los demás y, de ese modo, se hagan afines a Dios. Parafraseando la Escritura, podríamos decir que, si en el principio absoluto-divino «está la palabra» (Jn 1,1) y a través de ella surgió la creación (Gn 1,1), en el principio absoluto histórico-salvífico está la misericordia, y ésta se mantiene constante en el proceso salvífico de Dios. Ya comprendimos cual es el motor que mueve nuestras acciones, y comprendido que este Principio-Misericordia nos ha acompañado desde el inicio de nuestra historia de salvación, ahora ha llegado el momento de escucharnos y expresar que es lo que nos mueve a hacer el bien. ACTIVIDAD Se realizan equipos (si es posible de 10 integrantes cada equipo), en cada equipo se tendrá un “samaritano”, el cual se encargara de coordinar el trabajo que se realizará, de preferencia se pide que el “samaritano” sea algún miembro del grupo de jóvenes y/o adolescentes que este apoyando en la realización de Ejercita-T Las indicaciones son las siguientes: En equipos, deberán salir a las calles cercanas al lugar donde se están realizando Ejercita-T, para orar por las intenciones- necesidades más urgentes de las personas que se encuentren en la calle en ese momento, también cabe la posibilidad que los equipos vallan a tocar las puertas de las casas más cercanas y de esa manera, recolectar la intención-necesidad por la cual van a orar, en ese momento. El tiempo de la actividad será de 15 min. Al finalizar la oración, se puede entregar un listón que tenga la inscripción “misericordiosos como el Padre” a la persona, que compartió su necesidad y por la cual se oró. Al regresar al lugar donde se está realizando Ejercita-T, se puede hacer un pequeño plenario, para que por lo menos un miembro de cada equipo, comparta su experiencia. DISCERNIR Después de habernos dado la oportunidad de compartir que es lo que nos mueve para hacer el bien, es momento de disponer nuestro corazón para escuchar la palabra de Dios, este día leeremos una parábola que ilustra fielmente, el PrincipioMisericordia y nos deja comprender que es precisamente la Misericordia la esencia que envuelve la vida del ser humano. La parábola del buen samaritano. Lc. 10. 25-37 La misericordia según Jesús El Principio-Misericordia no es sólo una actitud "regional" de Jesús, sino que es lo que configura su vida y su misión y le acarrea su destino. Así mismo es también lo que configura su visión de Dios y del ser humano. Con la parábola del buen samaritano Jesús quiere hacer ver lo que es el ser humano cabal, tratando, además de decirnos en una palabra lo que es el ser humano. Pues bien, ese ser humano cabal es aquel que vio a un herido en el camino, re-accionó y le ayudó en todo lo que pudo. No nos dice la parábola qué fue lo que considero el samaritano ni con qué finalidad última actuó. Lo único que se nos dice es lo que hizo "movido a misericordia". El ser humano cabal es, pues, el que interioriza en sus entrañas el sufrimiento ajeno -en el caso de la parábola, el sufrimiento injustamente infligido- de tal modo que ese sufrimiento interiorizado se hace parte de él y se convierte en principio interno, primero y último de su actuación. La misericordia -como re-acción- se torna la acción fundamental del hombre cabal. Esta misericordia no es, pues, una entre otras muchas realidades humanas, sino la que define en directo al ser humano. Ser un ser humano es, para Jesús, reaccionar con misericordia; de lo contrario, ha quedado dañada de raíz la esencia de lo humano, como ocurrió con el sacerdote y el levita, que "dieron un rodeo". Esa misericordia es también la realidad con la que en los evangelios se define a Jesús, el cual hace con frecuencia curaciones tras la petición: "ten misericordia", y actúa porque siente compasión de la gente. Si con la misericordia se describe al ser humano, a Cristo y a Dios, estamos, sin duda, ante algo realmente fundamental. Es el amor, podrá decirse con toda la tradición cristiana, como si fuese lo ya sabido; pero hay que añadir que es una específica forma del amor: el amor práxico que surge ante el sufrimiento ajeno injustamente infligido para erradicarlo, por ninguna otra razón más que la existencia misma de ese sufrimiento y sin poder ofrecer ninguna excusa para no hacerlo. De forma sencilla, puede apreciarse esto en el hecho de que el samaritano sea presentado por Jesús como ejemplo consumado de quien cumple el mandamiento del amor al prójimo; pero en el relato de la parábola no aparece para nada que el samaritano socorra al herido para cumplir un mandamiento, por excelso que sea, sino, simplemente, "movido a misericordia". Misericordia es, pues, lo primero y lo último; no es simplemente el ejercicio categorial de las llamadas "obras de misericordia", aunque pueda y deba expresarse también en éstas. Es algo mucho más radical: es una actitud fundamental ante el sufrimiento ajeno, en virtud de la cual se reacciona para erradicarlo, por la única razón de que existe tal sufrimiento y con la convicción de que, en esa reacción ante deber-ser del sufrimiento ajeno, se juega, sin escapatoria posible el propio ser. DISCERNIR El "Principio-Misericordia" Para Jesús, la misericordia está en el origen de lo divino y de lo humano. Según ese principio se rige Dios y deben regirse los humanos, y a ese principio se supedita todo lo demás. La Iglesia de la misericordia Veamos en algunos puntos significativos cómo el "Principio-Misericordia" informa y configura a la Iglesia. Una Iglesia des-centrada por la misericordia Pues bien, el ejercicio de la misericordia es lo que pone a la Iglesia fuera de sí misma y en un lugar bien preciso; el lugar de la Iglesia es el herido en el camino -coincida o no este herido, física y geográficamente, con el mundo intraeclesial; el lugar de la Iglesia es "lo otro", la alteridad más radical del sufrimiento ajeno, sobre todo el masivo, cruel e injusto. Es urgente la humanización de la Iglesia en su interior, pero es primario que la Iglesia se piense desde el exterior, desde "el camino" en que se encuentra el herido. Cuando la Iglesia sale de sí misma para ir al camino en el que se encuentran los heridos, entonces se des-centra realmente y, así, se asemeja en algo sumamente fundamental a Jesús, el cual no se predicó a sí mismo, sino que ofreció a los pobres la esperanza del Reino de Dios. Hoy día el llevar la esperanza del Reino de Dios al prójimo, se ha vuelto una tarea encomendada a los adolescentes y jóvenes, los cuales con el estandarte del buen samaritano salen a las calles, llegando hasta las periferias, donde tocan el dolor del otro, pues salen al encuentro de aquel que está herido, para curar sus heridas y llevarlo hasta el lugar donde esté se encuentre protegido y así puede emprender su proceso de recuperación. La historización de los clamores y de la misericordia. Siempre y en todas partes hay muchas clases de heridas, físicas y espirituales. Su magnitud y hondura varían por definición, y la misericordia debe re-accionar para sanarlas todas ellas. Sin embargo, la Iglesia no debiera caer en la precipitada universalización de las heridas, como si todas ellas expresaran los mismos clamores. Todo sufrimiento humano merece absoluto respeto y exige respuesta, pero ello no significa que no haya que jerarquizar de alguna forma las heridas del mundo de hoy. Es importante tomar en cuenta cada una de las heridas que tienen nuestros semejantes, para emprender acciones que ayuden a sanar cada una de ellas; muchos jóvenes y adolescentes, hoy día claman por un samaritano que les tienda una mano, que cure sus heridas y les coloque una venda para que así puedan sanar. Es responsabilidad de todos nosotros estar atentos ante el clamor de aquel que está, herido para ir en su auxilio. DISCERNIR La Iglesia de la misericordia se hace notar como verdadera Iglesia de Jesús Una Iglesia de la misericordia consecuente es la que se hace notar en el mundo de hoy, y se hace notar "como Dios manda". Por ello la misericordia consecuente es "nota" de la verdadera Iglesia de Jesús. Sobre todo, es necesario que el adolescente y joven sienta que el motor que lo mueve como parte activa de la vida de la Iglesia es precisamente el Principio-Misericordia. Que son ellos los samaritanos del siglo XXI, los que están llamados a escuchar con atención el clamor de los que se encuentran heridos, para acudir hasta ellos y curar sus heridas, están llamados a ser el ejemplo, que de forma silenciosa, atraer la mirada hacia sus acciones, para invitar con ello a otros a ser también buenos samaritanos, haciendo notar así la presencia del Principio-Misericordia como motor de la vida de la Iglesia. Indiscutiblemente podemos determinar que el motor del ser humano es el principioMisericordia, es lo que nos debe impulsar a actuar a favor del prójimo, sin esperar el aplauso de los demás. Debe ser el Principio-Misericordia la pieza clave del rompecabezas, en donde una vez colocada en su lugar, genera la armonía de la creación entera. Ha llegado el momento de comprometernos a vivir desde el Principio-Misericordia, pues una vez que comprendimos que la Misericordia es el motor que nos mueve en nuestro diario actuar, es preciso comprometernos para comenzar a vivir plenamente en este principio. Se entrega, un listón o pulsera, que diga “buen samaritano” como signo de ese compromiso de vivir en el Principio-Misericordia. Se puede poner de fondo la canción “Hazme un Instrumento de tu Paz”, para reflexionar y hacer caer más en cuenta, sobre la importancia que tiene el ser un samaritano, en esto tiempos, la responsabilidad de ayudar al prójimo y de buscar su integridad. Adolescente y/o joven, que lo que te mueva a actuar a partir del día de hoy, sea la misericordia, ten presente, que nuestro mundo, necesita samaritanos que sanen las heridas de su prójimo y busquen, dar testimonio de ser los Misericordiosos. Manifiesto Juvenil Les invitamos a hacer una declaración o manifiesto como compromiso de este día de Ejercicios, es conveniente que sea firmado por los participantes de este Encuentro, para que sea presentada a las autoridades e involucrados. DISCERNIR Los adolescentes y jóvenes de este lugar reunidos en EJERCITAT 2016 (Ejercicios espirituales en el Año de la Misericordia), conscientes de que no basta atender a las necesidades inmediatas de los pobres, sino intentar actuar sobre las causas de la pobreza, deseosos de participar en la construcción de una sociedad más humana, hacemos el siguiente Manifiesto, esperando lograr que se unan a él las personas más significativas: 1. Pedimos a las empresas y a las personas a las que Dios ha favorecido con mayores recursos económicos y culturales, que busquen por todos los medios la creación de empleos, una de sus finalidades más valiosas. En esta crisis económica no se puede abandonar a su suerte a tantos jóvenes profesionistas desempleados y a tantos trabajadores que sólo tienen sus manos para mantenerse. 2. Pedimos a las administraciones públicas, en cuanto garantes de los derechos, que asuman su responsabilidad de mantener el estado social de bienestar, manteniendo los programas de ayuda, de promoción humana, de defensa de los derechos de los más desfavorecidos, dotándolos de los recursos suficientes y poniéndolos al alcance de todos. 3. Pedimos a toda la sociedad civil hacerse consciente de que todos somos responsables de todos, y es preciso jugar un papel muy activo en la consecución y defensa del bien común, respetando y promoviendo el patrimonio de todos, la solidaridad en la respuesta a las necesidades, la limpieza y lucha contra la contaminación por basura y ruido, la creación de un ambiente de sana convivencia en la confianza y la sinceridad. 4. Pedimos a todos los organismos civiles y a los principales actores sociales que lleguen a un pacto social contra la pobreza y la corrupción, aunando los esfuerzos de los poderes públicos y de la sociedad civil, con la experiencia de tantas obras que se han hecho y se realizan actualmente, muchas de ellas sugestivas y por iniciativa privada. 5. Pedimos a quienes detentan capital para inversión y especulación que procuren que el mercado cumpla con su responsabilidad social a favor del bien común y no pretenda sólo sacar ganancia sin beneficio social, o peor, descartando sectores humanos. Que apoyen con recursos las finanzas éticas, microcréditos y empresas de economía social. 6. Pedimos a todas las personas de buena voluntad que orientemos nuestras vidas hacia estilos y actitudes de vida más austeros y modelos de consumo más sustentables; a volver a los huertos familiares, artesanías y manualidades, reciclaje y ahorro, sin esclavizarnos en la cultura de lo inmediato y de la tecnología. Que valoremos la familia como célula de la sociedad y de la Iglesia, y atendamos a las familias más golpeadas por las crisis económicas y de valores, como migrantes y disfuncionales. 7. Pedimos a los grupos apostólicos y equipos pastorales que se empeñen en formar la conciencia moral de los cristianos, por todos los medios, incluyendo la dimensión socio-política, siendo consecuentes con nuestra fe, para hacer efectivo su compromiso de colaborar en la recta ordenación de los asuntos económicos y sociales. 8. Que en la medida de nuestras posibilidades todos nos impliquemos en la promoción de los más pobres y descartados, y desarrollemos, en coherencia con nuestros valores, iniciativas conjuntas, trabajando en red, apoyando sus organizaciones, escuchando sus inquietudes y posibilidades y avanzar en su desarrollo integral. No todos tenemos posibilidad de anunciar a Jesucristo promoviendo grandes obras sociales, pero sí podemos hacerlo en el encuentro con el hermano necesitado, acompañándolo en sus necesidades y dificultades, compartiendo con él sueños y esperanzas, haciendo juntos el camino de crecimiento humano integral y liberador. Así daremos un rostro nuevo a nuestra Iglesia siempre joven. Todo sea para gloria de Dios y bien de la humanidad. Firmas:______________________________________________________________________________________________________________________ __ DIALOGUEMOS con Vivo y Misericordioso. DISCERNIR Cierra tus ojos y respira profundo y lento, de dos a cinco veces, tomando conciencia de tu respiración...Utiliza tu mente, para imaginar lo que te vaya mencionando, mientras tu iras repitiendo en silencio, PAZ, DESCANDO, pero sin parar de decir PAZ -DESCANSO. Si te distrae algún ruido, pensamiento, tu sigue proyectando en tu imaginación lo que se vaya indicando, pero sin para, sigue repitiendo PAZDESCANSO. INVOCA la asistencia del Espíritu Santo. Trae a tu mente la imagen de Jesucristo. Contémplalo e invítalo a que entre en ti, que se posesione de ti, repitiendo en tu interior “Toma mi ser”, “Toma mi ser”, ”Toma mi ser”…Repite en tu corazón esta frase...y deja que Jesús tome todo tu ser… Con Jesús, en ti, en tu persona, “recorre” tu cuerpo y contempla la parte que sientes incomodidad, enfermedad...tensión… Descubre tu orgullos, vanidad, angustias, miedos, temores, miedos y di a Jesús: “Tómame con todo los que soy, lo que pienso, lo que hago…” Jesús te dice: “Yo soy tu fortaleza, yo soy tu fortaleza…” “Yo te libero, yo te libero…” En compañía de Jesús Resucitado, ve a tu vida, tu revestido de Jesús, camina por donde vives, trabajas o estudias...pon frente a ti, esa persona con la que tienes problemas, contra quien guardas rencor, resentimiento, y afronta esta situación con Jesús en ti. Deja actuar a Jesús a través de ti, deja reflejarlos: su mirar, hablar, escuchar, sus actitudes y repite con voz baja hasta quedarte en silencio: “Los que me ven, que te vean Jesús...” Pregúntate y contéstate: ¿Cómo mira Jesús a aquella persona? ¿Qué actitud toma Jesús, ante esta persona, o aquella situación o dificultad? ¿Cómo se comporta Jesús? Repite hasta quedarte en silencio: “Transfórmame en Ti, Transfórmame en Ti…” Dame entrañas de Misericordia y Compasión… Trae a tu mente esa falta o pecado en el que más caes y ve: ¿CÓMO TE CONTEMPLA JESÚS?., PÍDELE SU Gracia que te fortalezca, para superar esa falta o pecado… Y pídele que ya no sea tú quien vivas, sino Jesús Misericordioso que viva en ti… Imagina tu rostro, y dibuja en él una sonrisa…una mirada Compasiva...una mirada de tierna de Jesús para contigo..ahora enfrentarás tu vida con esa alegría fruto de haber experimentado la Misericordia de Dios para contigo… Dale gracias por este Encuentro…porque acogió todas tus miserias y las ha lavado con su sangre Salvadora, te ha purificado, te ha resucitado… Despídete de Él, quedándote con su presencia, con su ternura, con su compasión... Respira lento y profundo, sin abrir tus ojos...y comienza a mover lentamente, parte por parte de tu cuerpo, evitando todo movimiento brusco o rápido...toma el tiempo necesario para abrir los ojos, y con esa sonrisa en tu rostro y con esta paz, vuelve a enfrentar con optimismo tu vida… Ahora ve y comparte la Compasión que Dios te ha mostrado. CONVERTIR Reto: La Misericordia se vive desde la cercanía, la escucha y el dialogo con otros. Discernamos dialogando con Dios Misericordioso. Padre, con que facilidad puedo engañarme a mí mismo al seguir el camino fácil que me ofrece la vida y ser un ciego y sordo indiferente a las necesidades de los demás, para concentrarme tan solo en mi propia felicidad. Dame tu gracia para saber mantenerme siempre a Tu lado. Que no me aleje de Tu gracia, porque entonces mi corazón se convertirá en roca, insensible a recibir y corresponder a tu amor. Libremente quiero depender siempre y en todo de Ti Señor, ayúdame a confiar siempre y en todo de Ti Señor, ayúdame a confiar siempre en tu gran Misericordia pero no mermitas que abuse de tanto amor. Era un caminante del desierto que se asusto al ver una figura a lo lejos. Desde el miedo, comenzó a pensar si quizá aquel bulto no seria un animal feroz que tan pronto como se le acercara lo atacaría. Al ir caminado cada vez más, el caminante va descubriendo que nos es una fiera, descubre que lo que ve tiene su mismo tamaño y parece ser una persona. Se empieza a sentir más tranquilo. Pero de pronto vuelve a llenarse de temor y vuelve a desconfiar; “quizá sea un maleante que me quiere robar. Me tendré que defender”, pero a medida que se acerca más y más, comienza a darse cuanta de que aquella que se le acerca es un hombre tranquilo que camina. Se acerca todavía más y descubre que es su propio hermano, que hacía tiempo que no veía. Entonces desaparecido todo temor, corre hacia él y se funden en un abrazó. Recuerda, en la cercanía, cuando me hago prójimo, todo cambia. Contextualizar la cultura de exclusión de juzgar y de intolerancia CONVERTIR Actividad a Realizar Se entregará una hoja blanca y una pluma a cada Joven-Adolescente. Se pide a cada uno que reflexione y contextualice hoy en día ¿A quiénes excluimos en la sociedad? ¿Por qué los excluimos? ¿Por qué no somos tolerantes con las personas que excluimos? Se hace una lluvia de ideas compartiendo las opiniones personales. “Compartir nuestra tendencia a juzgar y condenar a los demás” Proyectar el video “Nunca debemos Juzgar a los demás” https://www.youtube.com/watch?v=hg8SdwD7OQI En base al video compartir las siguientes preguntas: ¿Con que facilidad nosotros juzgamos a los demás? ¿Antes de Juzgar tenemos en cuenta nuestra propia conducta? ¿Deberíamos, antes de emitir juicios, reflexionar sobre nuestra vida y ver si anteriormente, nosotros hemos tenido conductas similares a la que intentamos juzgar? ¿Al juzgar a los a otras personas porque podríamos dañarlas en su reputación y honor? Leer la cita bíblica La mujer adúltera. Jn 7, 53-8, 11 LA MUJER ADÚLTERA Cada uno se fue a su casa; y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Relato paso a paso: “Jesús se fue al monte de los Olivos, pero de madrugada se presentó otra vez en el templo, y todo el pueblo acudía a Él” (Jn 8) Jesús sube al monte para encontrarse con Dios Padre, Jesús desciende del monte para encontrarse con los hombres, sus hermanos. Sube al monte para enseñarnos a buscar a Dios, baja al monte para enseñarnos a ver a Dios en nuestros hermanos. Pasaje de la Mujer Adultera Jn. 7,53-8,11 CONVERTIR Escuchemos el antecedente. “Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio”. No les costó ningún trabajo encontrarla, conocían demasiado bien el lugar. Estaban felices de su pesca, habían atrapado a una mujer en flagrante delito de adulterio. Como cazadores habían estado toda la noche acechando a la víctima, habían puesto la trampa y habían acogido a su presa. ¡Cuántos cazadores del mal ajeno ha y en nuestro tiempo! ¿Te fijaste? ¡Tiene la nariz torcida! ¿Te fijaste? ¡Está bizca¡ ¿Te fijaste? ¡Qué cursi! ¡Qué ridícula¡ Si se dieran trofeos por esas cacerías de las miserias humanas, algunos necesitaríamos bodegas para guardarlos. La agarraron entre todos, escribas y fariseos acudieron como hienas al festín de la carroña, o dime otra imagen que describa mejor a los que gustan de andar escarbando lo ajeno. Pero a aquella mujer le dolieron más las falsas misericordias, las de las mujeres que se asomaban por la ventana y cuchichiaban con la vecina diciendo: ¿Quién iba a pensar eso de ella? ¡Apenas se puede creer! Pero si parecía una muchacha muy decente. Esas falsas misericordias, ¡Cómo duelen¡ Cómo se clavan en el corazón! “Y poniéndola en medio le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mando en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”. En efecto, la Ley ordenaba en el Deuteronomio: “Si una joven, desposada con un hombre, es hallada en la ciudad cuando yace con otro hombre, los llevaréis a los dos a las puertas de la ciudad y los apedrearéis hasta matarlos: a la joven por no haber gritado; al hombre por haber deshonrado a la mujer de su prójimo” (Dt. 22,22) ¿Misericordia o Justicia? El plan de estos hombres era muy astuto. Sabían que Jesús era propenso a disculpar las faltas de los demás y se llamaba así mismo “amigo de los pecadores”. Es probable que esa misma mañana hubiera estando hablando de la Misericordia. Por otro lado, la costumbre de apedrear por adulterio, había caído en desuso. El triunfo de los astutos se pinta en sus caras; si Jesús dice que no, contradice a Moisés, si dice que sí, perdería se aureola de bondad. Pero Jesús en vez de contestar se agacha y se pone a escribir en la arena. Hay un gran silencio y todos miran atentamente el índice de Jesús. ¿Qué escribiría Jesús? ¿Acaso escribiría los pecados ocultos de aquellos mismos que acusaban? ¿O quizá no quería avergonzar más a esa mujer, que ya estaba muy humillada al haber sido arrastrada hasta ahí y puesta en medio de todos con el corazón hecho un trapo? Jesús lo sabe y baja la mirada. El gesto de Jesús queda en el misterio. El caso es que aquellos hombres sentían que tenían a Jesús acorralado, la mujer estaba contra el muro y ellos con las piedras ya en las manos, esperando su respuesta, por eso le insistían que diera una respuesta. “Entonces Jesús se levantó, les miró a los ojos y les dijo: El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. E inclinándose de nuevo escribía en la tierra.” Jesús primero los mira y su mirada penetra e ilumina todas sus conciencias y aquel gesto no pasa inadvertido al evangelista. Después y bajo esa luz, el Maestro invita a los acusadores a hacer un examen de conciencia, a revisar su interior, y al hacerlo, son los más viejos los primeros en darse cuenta de que, si va a ver pedradas para los pecadores, conviene retirarse antes de que el Profeta comience a acusarlos como lo había ya hecho en otra ocasión el Bautista. Hoy se dice que debemos en todo seguir nuestra conciencia, al igual que la de los fariseos, necesita ser iluminada por la luz divina, por la Verdad revelada, porque una conciencia que usa como criterio la opinión de los demás, del Facebook, del voto popular, nos coloca en la misma situación de aquellos fariseos antes de su encuentro con Jesús. También conviene no exagerar la maldad de aquellos fariseos pues, a pesar de aparecer en la escritura con una severidad legalista que a veces rayaba en la hipocresía, tenían sin embargo, viva conciencia de sus propios pecados y un breve examen les basto para reconocer sus propias faltas. Por el contrario hoy vivimos en una sociedad que se dice ser tolerante y tiende a justificar todo: el aborto, el divorcio, la adopción de niños por parejas del mismo sexo… CONVERTIR Al robo le llamamos compensación económica; a la fornicación, prueba de amor, al adulterio, rehacer la vida, a la borrachera, vida social; al aborto, libertad de escoger. Es necesario que hagamos un examen de conciencia, y si ésta no nos reclama nada, habrá que confrontarla con la doctrina de Jesús. El Santo Papa Juan Pablo II hacia esta reflexión: “Jesús, al final, dice a la mujer: “No peques más, pero antes, Él hace conscientes de sus pecado, a los hombres que lo acusan pada poder apedrearla, manifestando de esta manera su profunda capacidad de ver las consciencias y las obras humanas. Jesús parece decir a los acusadores: esta mujer con todo su pecado ¿No es quizá también y sobre todo, la confirmación de sus transgresiones, de su justicia masculina, de sus abusos? Detrás de ese pecado de ella, se oculta un hombre pecador, culpable del pecado de otra persona, cómplice del mismo y a veces se convierte incluso en acusador, olvidando el propio pecado”. Éste es el caso del aborto, donde muchas veces se culpa a la mujer, pero oculto está otro igual o más culpable: el que abusó de esa mujer, el que la abandonó, el que la obligo a abortar; el médico que, aprovechándose de la humillada y angustiada mujer la convence de eliminar la vida que está en su seno. EL ENCUENTRO DE MISERICORDIA Y se quedó Jesús sólo y la mujer en medio. “Incorporándose Jesús le dijo; Mujer ¿dónde están los que te acusan? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie Señor. Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no peques más”. La única frase de aquella mujer fue esta: “Nadie Señor”. Era la primera vez que aquella mujer usaba esa palabra “Señor”. Cuando en la vida hemos perdido el rumbo, cuando ya no sabemos bien a dónde vamos ni para qué vivimos, necesitamos volvernos al amo y Señor de nuestras vidas, para que le dé seguridad y peso a nuestro vivir. El problema de la falta de autenticidad y de entrega de muchos de nosotros, no es la teoría, sino la práctica porque, a pesar que proclamamos su señorío, y levantamos imponentes monumentos a Cristo Rey, en la práctica no reconocemos su derecho de propiedad sobre nosotros, no lo consideramos el amo y señor de nuestras vidas. “¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie Señor. Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no peques más”. Todo lo ha hecho bien Jesús. En sus palabras hay misericordia y justicia. Llevado de la misericordia, ha impedido la condenación de una mujer que estaba ya arrepentida de su crimen. En atención a la justicia ha revelado que dentro del hombre hay muchos pecados que nadie ve, sin embargo merecen igual castigo. En atención a la misericordia le ha dicho: “Tampoco yo te condeno”. En atención a la justicia le ha advertido: “No peques más” Este fue un doble encuentro con Jesús. Para la pecadora arrepentida, fue un encuentro con la misericordia; para aquellos que la acusaban, un encuentro con la justicia. Cuando Jesucristo dijo: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, no sólo hizo un juicio de los que estaban allí presentes, sino que Él que no conoció pecado reivindicó su derecho de juzgar a los demás. En la sentencia de Jesús brilla la justicia más alta y eminente porque, ¿no es él, el dueño de la ley? ¿No es Él, el verdadero acreedor del pecado? Todos los pecadores estamos en deuda con Jesús, pues por su sangre hemos sido salvados. Es por eso que en Jesús encontramos el perdón y la gracia para renovar nuestra vida. CONVERTIR Muchas veces nosotros no sabemos, no hacer justicia, ni hacer misericordia. Cuando queremos hacer justicia con frecuencia eliminamos justos con pecadores. Con razón, el recluso que le dirigió las palabras a su Santidad Juan Pablo II, cuando visito la cárcel de Durango dijo: Ni están todos los que son, ni son todos los que están”. Si así nos equivocamos cuando juzgamos, y en ocasiones hacemos las cosas peor cuando ofrecemos misericordia, porque en vez de disculpar al pecador, justificamos el mal: “Dios te hizo así”, “Tú eres dueña de tu cuerpo”, y con estas y otras frases justificamos todo tipo de desorden moral. Se nos olvida que la vida no se rehace a espaldas de Dios, sino de cara a Él, que el cuerpo no es objeto de posesión nuestra. Un encuentro con Cristo de este tipo libera, porque Cristo al condenar el pecado y perdonar al pecador, nos da a entender que el pecado no es parte de nosotros, nadie se identifica con su pecado, nadie es pecado. La embriaguez, la lujuria…no constituyen parte de nuestro ser, sino que son tendencias que estamos invitados con la gracia de Dios a controlar. DIALOGUEMOS con Vivo y Misericordioso Terminemos nuestro encuentro pidiéndole a Dios que nos hagamos más compasivos para con los demás. Que en este año del Dialogo con el Dios Vivo y Misericordioso, brote de nuestra oración compasión para con aquellos que nos cuesta trabajo aceptar, con aquellos que nos cuesta trabajo acercarnos. Si descubrimos en la oración que Dios nos Ama incondicionalmente a todos, poco a poco iremos compartiendo ese año con los demás. Si en este tiempo de Cuaresma queremos cambiar, hemos de cambiar hacia los demás, con los que viven con nosotros, con el que no piensa como yo, con el que no me gustan sus actitudes, etc. Ellos son personas como nosotros y están llamados a reconocer contigo que Dios es un Dios para todos, un Dios que no excluye, un Dios que siempre incluye en sus brazos Misericordiosos. Te invitamos a que en este tiempo de Cuaresma hagas el propósito de acercarte con aquella persona que por alguna razón te hayas distanciado. ¿Cómo puedo reconocer en mi propio corazón el sufrimiento de mis hermanas y hermanos? La compasión es posible cuando sus raíces se hunden en la oración. Porque en la oración no dependes de tu propia fuerza, ni de la buena voluntad de otro, sino sólo de tu fe en Dios. Esa es la razón por la cuál la oración te da libertad para vivir una vida compasiva, incluso cuando ello no provoque una respuesta de agradecimiento o no produzca recompensas inmediatas. Querido Dios: A medida que me llevas más adentro de tu corazón, descubro que mis compañeros de viaje son mujeres y hombres amados por ti tan plena e íntimamente como yo. En tu corazón compasivo, hay un espacio para todos ellos. Nadie queda excluido. Dame una parte de tu compasión, amado Dios, para que tu amor ilimitado pueda tornarse visible en el modo en que amo a mis hermanos y hermanas. CONVERTIR Lugar: Material: Hojas Blancas Plumas Equipo de Sonido Computadora Proyector Mesa Mantel Flores Velas Custodia Todo lo necesario para elaborar un altar Material para elaborar una fogata Se propone realizar la Hora Santa en un lugar público ya sea el atrio, una plaza pública, plaza principal o calles de las más transitadas o lugares donde se viva la violencia, el fraude o el miedo. Se deberá de elaborar un altar en el cual se expondrá el Santísimo a criterio y creatividad de cada parroquia, ambientar el lugar con luces, velas y música instrumental. Contextualizar la cultura de exclusión de juzgar y de intolerancia. (Se expone el santísimo por el Sacerdote) Canto.- Entraré Sacerdote.- En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado Todos.- El corazón alabado de Jesús Sacramentado. Sacerdote.- Padre nuestro que estás en el cielo… Todos.- Venga a nosotros tu reino… Sacerdote.- Dios te salve María llena… Todos.- Santa María madre de Dios… Sacerdote.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo... Todos.- Como era en un principio ahora siempre por los siglos de los siglos. Amén (Se realizan tres estaciones con este esquema) Guía.- Joven y/o adolescente el día de hoy jueves Dios nos ha congregado a estar presentes aquí en este espacio público a salir a hacer lío a la calle, a convertirnos en jóvenes cercanos con el hermano que transita por este lugar, a escucharlo y ser misericordiosos mediante el dialogo misericordioso, mostrando un rostro del Dios vivo y verdadero que perdona nuestros pecados cada vez que fallamos, esta noche reflexionaremos aquí frente Jesús eucaristía el Dios misericordioso que no juzga, ni condena si no que perdona como lo hizo con la mujer adúltera. Te invito joven a ir meditando en silencio las siguientes preguntas: ¿A quiénes excluimos hoy en día la sociedad? Al drogadicto, al alcohólico, a la prostituta, la madre soltera, a todo aquel que no es igual que yo… ¿Por qué los excluimos? Las personas tendemos a juzgar sin antes conocer historias y causas, juzgamos por lo que escuchamos sin antes cercioramos que es verdad… CONVERTIR Leer la cita bíblica La mujer adúltera. Jn 7, 53-8, 11 LA MUJER ADÚLTERA Cada uno se fue a su casa; y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. (Se deja un momento para reflexionar la parábola) Guía 2.- Señor, acabamos de leer tus palabras según el evangelista San Juan. Con qué claridad nos está hablando el Maestro, con qué claridad nos llega tu mandato, Señor: ¡NO JUZGUÉIS! Guía 1.- ¿Y qué hago yo de la mañana a la noche? Juzgar, criticar, murmurar... voy de chisme en chisme sin detenerme a pensar que lo que traigo y llevo entre mis manos, mejor dicho en mi lengua, es la fama, la honestidad, el buen nombre de las personas que cruzan por mi camino, por mi vida. Y no solo eso, me erijo en juez de ellos y ellas sin compasión, sin caridad y como Tu bien dices, sin mirar un poco dentro de mí. Guía 2.- Señor, en este momento tengo la dicha inmensa e inmerecida de estar frente a Ti, Jesús, ¡Quien de vosotros esté sin pecado, tire la primera piedra contra ella!»”, ¿Por qué en este momento me siento tan pequeño, tan sin valor, con todas esas "cosas" que generalmente critico de los demás y que veo en mí son mayores y más graves? Guía 1.- Y Jesús se queda solo con la mujer, como un confesor, diciéndole: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? ¿Dónde están? Estamos solos, tú y yo. Tú ante Dios, sin las acusaciones, sin las habladurías. ¡Tú y Dios! ¿Nadie te ha condenado?». La mujer responde: ¡Nadie, Señor!», pero ella no dice: ¡Ha sido una falsa acusación! ¡Yo no he cometido adulterio!» Reconoce su pecado y Jesús afirma: ¡Yo tampoco te condeno! Ve, ve y de ahora en adelante no peques más, para no pasar por un momento tan feo como este; para no pasar tanta vergüenza; para no ofender a Dios, para no ensuciar la hermosa relación entre Dios y su pueblo». Canto.- Caminar https://www.youtube.com/watch?v=vzHqFgQKNRE Guía 2.- ¡Jesús perdona! Pero aquí se trata de algo más que del perdón: Jesús supera la ley y va más allá. No le dice: '¡El adulterio no es pecado!' Pero no la condena con la ley. Y este es el misterio de la misericordia de Jesús. ¡Qué distintos son los pensamientos de Dios y los de nosotros, los hombres! El pasaje evangélico que nos presenta a Jesús, a la mujer adúltera y a los fariseos nos ayuda a contemplar el rostro amoroso y misericordioso de Cristo. Guía 1.- A los escribas y fariseos, que eran considerados los grandes sabios, maestros y doctores de la ley, no les gusta ver que la gente siga y escuche a otro Maestro. Jesús va cumpliendo su obra de predicación y la gente lo escucha, porque saben que enseña con autoridad y, sobre todo, con su ejemplo. Los escribas y fariseos, con el corazón lleno de hipocresía, presentan a Jesús la mujer adúltera. Se acercan al Maestro, no porque busquen realmente saber cómo piensa o cuál es su doctrina sino para tentarlo. Guía 2.- ¿Aplicará la ley? ¿Será justo? ¿Será compasivo? Para cualquier respuesta, humanamente esperada, tenían motivos para acusarle. Pero olvidaban que la Persona que estaba enfrente de ellos no sólo era verdadero Hombre sino verdadero Dios. Guía 1.- Todos nosotros somos conscientes de nuestra debilidad y de la facilidad con la que caemos en el pecado sin la gracia de Dios. Cristo nos hace ver que sólo Él puede juzgar los corazones de los hombres. Por ello, los que querían apedrear a la adúltera se van retirando, uno a uno, con la certeza de que todos mereceríamos el mismo castigo si Dios fuera únicamente justicia. La respuesta que da a los fariseos nos enseña que Dios aborrece el pecado pero ama hasta el extremo al pecador. Así es como Dios se revela infinitamente justo y misericordioso. Guía 2.- Cristo perdona los pecados de esta mujer y a la vez le exhorta a una conversión de vida. Para esto ha venido el Hijo de Dios al mundo, para redimirnos de nuestros pecados con su pasión y muerte. Canto.- Perdóname Jesús https://www.youtube.com/watch?v=vkt3Y16uLn0 CONVERTIR Guía 1.- El periodo de cuaresma nos ofrece constantes oportunidades para aplicar las enseñanzas de Cristo. Seamos jóvenes misericordiosos como Jesús, acerquémonos a todos aquellos personas marginadas y excluidas por la sociedad a causa de sus pecados, lleguemos no para juzgarlos ni condenarlos si no para escucharlos y darles un buen consejo para que ellos como lo hizo la mujer adúltera reconozcan su pecado y se arrepientan sabiendo que Dios todo misericordioso perdona nuestros pecados y nos da una nueva oportunidad de comenzar de nuevo. Guía 2.- No nos convirtamos en escribas y fariseos que juzgan y condenan al prójimo porque también nos estamos condenando nosotros mismos, antes de juzgar revisemos nuestro corazón y nuestros actos y aunque estemos libres de culpa no tenemos el derecho de condenar, comprometamos a acercarnos con el marginado, escucharlo y no condenarlo y a vivir plenamente la misericordia. Guía 1.- Ahora mismo me estás mirando desde esa Sagrada Hostia con esos ojos de Dios y Hombre, con los mismos que todos los días miras a todos los hombres y mujeres, como miraste a María Magdalena, como miraste al ladrón que moría junto a ti y por esa mirada te robó el corazón para siempre... y así me estás mirando a mí esta noche, en este lugar me estás hablando de corazón a corazón: "Ámame a mi y ama a los que te rodean, no juzgues a los que cruzan por tu camino, por tu vida... ámalos como me amas a mí, porque todos, sean como sean, son mis hijos, son mis criaturas y por ellos y por ti estuve un día muriendo en una Cruz... Te quiero a ti, los quiero a ellos, a TODOS… ¡NO LOS JUZGUES!" Señor, ¡ayúdame! Canto.- Ayúdame Señor. https://www.youtube.com/watch?v=S4S_P7f6UWg (En un momento reflexivo y con música instrumental se le entrega una hoja blanca y una pluma a cada joven invitándolo a meditar y escribir todo eso que lo lleva a juzgar a los demás) Guía 1.- Arranca de mi corazón ese orgullo, esa soberbia, ese amor propio que no sabe pedir perdón y aún peor, ese sentimiento que me roe el alma y que no me deja perdonar... No perdones mis ofensas, mis desvíos, mi frialdad, mi alejamiento como yo perdono a los que me ofenden - así decimos en la oración que tú nos enseñaste, el Padrenuestro - a los que me dañan, a los que me lastiman, porque mi perdón suele ser un "perdón limitado", lleno de condiciones.... ¡Enséñame Señor, a dar ese perdón como es el tuyo: amplio, cálido, total, INFINITAMENTE TOTAL! Guía 2.- Hoy llegué a este lugar siendo el de siempre, con mi pereza, con mis rencillas muy mías y mis necedades, mi orgullo, mi intransigencia para los demás, sin paz, con mis labios apretados, sin sonrisa, como si el mundo estuviera contra mí... Pero Tú me has mirado, Señor, desde ahí, desde esa humildad sin límites, desde esa espera eterna a los corazones que llegan arrepentidos de lo que somos... y he sabido y he sentido que me amas como nadie me puede amar y mi alma ha recobrado la paz. CONVERTIR Compromiso: (Se invita a cada joven a ir al altar a ofrecer su hoja en la que se escribió su debilidad y quemarla en la fogata con el Compromiso de buscar y acercarse a las personas que no toleramos acompañado con el canto: Renuévame Señor) https://www.youtube.com/watch? v=xmsQUdO9P_4&ebc=ANyPxKp896aB1Z6OP8kLaAKD-gLNuo805nVt7QgsYhhgYcqT2Y_-fndW-BHpv6uGdnSC4ej-lGXahYjngfAAo_FYA2TnUcKBw Guía 1.- Ya no soy la misma persona y de rodillas me voy a atrever a prometerte que quiero ser como esa custodia donde estás guardado y que donde quiera que vaya, en mi hogar, en mi trabajo, en la calle, donde esté, llevar esa luz que he visto en tus ojos, en los míos, y mirar a todos y al mundo entero con ese amor con que miras Tu y perdonar como perdonas Tu.... ¡Ayúdame, Señor, para que así sea! Guía 2.- Te exhorto joven a que en este momento y frente al Jesús Sacramentado ofrezcas un abrazo de misericordia y perdón a tus hermanos que están aquí acompañándote que has juzgado o no haz tolerado, siendo un joven cercano que escucha y dialoga misericordiosamente, se cómo Jesús que no juzgo y perdonó muéstrale que eres un amigo más en el cual puede confiar… Canto.- Amigo https://www.youtube.com/watch?v=Xs3jOPnD4Lk Dialoguemos con Dios Vivo y Misericordioso Sacerdote.- Querido Jesús, a través de las virtudes de la Santa Humildad y del Amor Santo, ayúdame a nunca juzgar a los demás. Recuérdame que no debo suponer que conozco los motivos de las acciones de los demás. Quita de mi corazón cualquier indicio de naturaleza crítica y, a través del Amor Santo, lléname de una actitud amorosa e indulgente. Nunca me dejes ser el que debe ser complacido, sino que sea yo el siervo de todos, el que busque complacer a cada persona. Amén. (Se hace la bendición y se acompaña mediante una marcha de cantos y alegría a Jesús Sacramentado al sagrario) Oración conclusiva Concédenos, Señor Dios, un corazón vigilante, para que ninguna curiosidad le aparte de ti; Un corazón noble, para que ninguna influencia lo corrompa; Un corazón recto, para que ninguna mala intención le desvíe; Un corazón firme, para que ninguna tribulación le debilite; Un corazón libre, para que ningún deseo le esclavice; Un corazón misericordioso, para que ninguna injusticia le sea indiferente. Por Cristo nuestro Señor. Amén. CELEBRAR Reto: Celebrar la Misericordia de Dios con una Celebración penitencial juvenil, para vivir la experiencia del perdón . Motivación para recibir el Perdón Experiencia de vida: El Abrazó de Dios Soy una joven que pone antes la razón que el corazón. Algunas veces me funciona porque he llegado a formar mi fuerza de voluntad bastante, pero en cuestiones de Dios y de la fe definitivamente este fue un obstáculo entre Dios y yo. Después de saber que los Reyes Magos no son quienes traen los regalos el 6 de enero, me empecé a cuestionar muchos asuntos d Fe; ¿qué tal que todo es un cuento? o ¿qué tal si Dios en realidad no tiene “reglas” ni “mandamientos”?; las típicas dudas existenciales de la pubertad, mezcladas con tentaciones de que el demoño aprovechó para hacer crecer mi racionalismo. Recuerdo muy bien un retiro espiritual, en el que una consagrada anunció que ya estaba el sacerdote listo para confesar y sugirió que aprovecháramos para hacer una buena confesión. Yo hice memoria para ver si tenía algún pecadillo por ahí atorado pero, la verdad, me sentí muy cómoda al pensar que no me acordaba de nada lo suficientemente grave como para ponerme en la fila. No levanté la mano y mucho menos me apunté. Ahí descubrí que cuando no buscas a Dios, Él te busca a ti. La consagrada sutilmente se acercó y colocó a mi lado unas hojitas engrapadas y otras en blanco junto con una pluma. Las dejó y se retiró en silencio. Las tomé entre mis manos y era nada más y nada menos que un examen de conciencia de tres hojas. Entendía que era el momento de hacer una buena confesión. Dios así lo quería y así me lo manifestó a través de esa consagrada. Eché un vistazo a esas hojas y pensé: “No puede ser…¡Qué pecadora soy¡ Tomé las hojas en blanco y empecé a escribir. Mientras lo hacía sentía que cada palabra era un golpe para mi ego y a mi soberbia. Finalmente llene las dos hojas por ambos lados: Estaba realmente triste de ver cuánto había ofendido a Dios. Esperé hasta el último momento del retiro, antes de la misa de clausura. Al entrar al salón donde estaba confesando el sacerdote lo primeo que le dije fue: “¡Ay Padre, espero que no salga corriendo¡” A lo que él contestó: -“No te preocupes, por eso cerré bien la puerta”. Apenas comencé, las lágrimas salían de mis ojos sin parar, no sé como explicar la sensación pero supe que la gracia de Dios estaba actuando en mí. El sacerdote me dijo las palabras que necesitaba para entender la inmensa misericordia de Dios; fue un alivio estar sin nada que deber, perdonada, aliviada. Eso por comodidad o satisfacción personal. Pero después de la penitencia y la Misa entendí que lo que me había hecho feliz de esa confesión: era la inmensa Misericordia de Dios. ¿Cómo alguien a quien ofendes tanto te puede seguir y seguir perdonando? ¿Cómo puede seguir confiando en ti después de todo? Solamente Dios misericordioso, alguien que espera mucho de mí, confía en mí y que sólo busca mi felicidad es capaz de perdonarme tanto. Es por esto que me ha esperado y me ha salido al encuentro. Así es Él, en lugar de recibirnos con un regaño o darnos la espalda por tanta ofensa, no espera con los brazos abiertos y el corazón lleno de Misericordia. Dios me hizo un gran regalo ese día; conocer de verdad el gran amorque me tiene, Creí que para amarlo tenía que entenderlo, pero hoy estoy convencida de que cuanto más lo amo, más lo entiendo. Melissa Rojas Sánchez (Puebla-México) CELEBRAR Escuchemos al Papa Francisco: Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre. Recordemos aquella bella, bella Parábola del hijo que se fue de casa con el dinero de su herencia, despilfarró todo el dinero y luego, cuando ya no tenía nada, decidió regresar a casa, pero no como hijo, sino como siervo. Tanta culpa había en su corazón, y tanta vergüenza. Y la sorpresa fue que cuando comenzó a hablar y a pedir perdón, el Padre no lo dejó hablar: ¡lo abrazó, lo besó e hizo una fiesta! Y yo les digo, ¿eh? ¡Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta! Vayamos adelante por este camino. Que el Señor los bendiga. Escuchemos a nuestra CONCIENCIA Examen en base a las Obras de Misericordia Perdonar las injurias Dar buen consejo al que lo necesita ¿Soy consciente que el perdonar es un acto de mi voluntad no de mis emociones? La compasión fue el gesto habitual de Jesús, ¿lo tengo yo cuando doy algún consejo? ¿Guardo en mi interior lo que me dicen o me hacen para sacarlo y herir a los demás? ¿Hablo con prudencia y humildad? Cuando me ofenden ¿me dejo llevar solo por lo que siento? Para perdonar las injurias hace falta una gran fe alimentada por la caridad A veces son pequeñas cosas las que nos pueden herir: un favor no agradecido, interpretaciones torcidas. Perdonar con rapidez y con desprendimiento sin que nada quede en el alma, ¿Qué tan sensible soy? ¿He dejado de dar consejo por miedo? ¿He callado en casos graves? ¿Dejo de hacerlo por respetos humanos? ¿Reconozco que el consejo debe ser ofrecido, no forzado? ¿Estoy en sintonía con Dios para ofrecer el consejo? ¿Doy consejo sin que me lo pidan? ¿Qué tanto busco yo un consejo adecuado con el Experto? Dar de comer al hambriento Ama a tu prójimo como a ti mismo Nuestro prójimo es cualquiera que esté cerca de nosotros y tenga necesidad de ayuda. Si estamos unidos al Señor, saldremos de lo rutinario, del egoísmo, nuestro corazón se hará sensible a las necesidades a las necesidades de los demás. ¿Qué tanto comparto con los demás? ¿Qué tanto me alimento sanamente? ¿Qué tanto me alimento con toda conciencia, no como rutina, del Pan de Vida? ¿Me doy cuenta del hambre de la justicia, del reconocimiento? Enseñar al que no sabe ¿Hablo desde una experiencia personal o solo doy conocimiento cuando se referencia a Dios? ¿Lo he dejado de hacer por flojera o por que conlleva un compromiso? Si Dios me dio talentos para practicar esta obra ¿los he enterrado o los multiplico? ¿Enseño como Jesús? ¿Qué tanto me preparo en lo espiritual o en lo profesional? ¿Tengo cuidado con los pequeños? Dar posada al peregrino CELEBRAR Literalmente si te animas ¡Hazlo! Acoge a los demás escuchándolos Abre tu corazón a los problemas de los demás En tus oraciones ten presente las angustias de los demás La escucha, tu oración conéctala con personas reales Busca la forma de ayudar a encontrar la solución al anhelo, deseo o problema que se te está confiando Consolar al triste Jesús ha dicho: “Dichosos los que lloran por que serán consolados.” Dios nos consuela por medio de su Espíritu Santo. Pero, además, se vale de nosotros para consolar a los demás. ¿Qué tan sensibles somos a la tristeza de los otros? Se nos pide, como en Getsemaní, ser “ángeles de consuelo”. A veces, basta escuchar al otro un desahogo porque son cosas pequeñas. Enterrar a los muertos Rogar al Señor por el eterno descanso del difunto Otras veces, basta estar al lado de quien nos necesita y saber que cuenta con nosotros. Tenemos que aprender a “perder más tiempo” con los demás y para los demás. Dios enjuga las lágrimas sirviéndose de nosotros. Acude con los deudos y ayúdales a aceptar la separación Haz algo para que todos aceptemos la muerte como la mayor realidad de la vida Dar de beber al sediento Cuando se acerque la muerte haz lo que puedas para que muera preparado Con cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo trecho para calmar nuestra sed. Gana cuanta indulgencia puedas en favor de las almas del purgatorio ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo? Lucha por que estas verdades de nuestra fe sean entendidas y vividas, muerte, juicio, infierno y gloria. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician, incluso Jesús en su trance de muerte, sintió sed y lo exclamo con tanta vehemencia, que un soldado romano le acerco una esponja con hiel y vinagre para que la calmara. Acepta voluntariamente la muerte como Dios nos la quiere mandar. ¿Qué tanto entierro las ofensas que me hacen? Rogar a Dios por vivos Participar en los velorios y sepelio con presencia y oración. Si es necesario económicamente o con algún servicio que Corregir al que yerra Pedir a Dios sabiduría y prudencia para corregir con las palabras precisas y en el momento oportuno con caridad Utilizar frases de la Sagrada Escritura y dar razones de la corrección La corrección debe ser congruente con nuestra conducta. ¿Somos nosotros peores que ese soldado romano como para negar agua al sediento? “A quien mucho se le da, mucho se le exigirá”. (Lc. 12, 48) Visitar al enfermo ¿Qué tanto doy mi tiempo para con los enfermos que se sienten solos? ¿He sido sensible con los sentidos del alma para conocer la necesidad del enfermo que quizás no me pide? ¿Quién de quienes me rodean pudiera ser el enfermo más urgente? ¿A quiénes enfermo con mi presencia? Visitar a los presos ¿Has pedido por los presos para que se les haga justicia si ha cometido alguna injusticia? CELEBRAR ¿Con que frecuencia visito al Divino Preso? ¿Hemos realizado una vista desde nuestro corazón con una oración? ¿Qué actitudes nos encarcelan y no nos han permitido ser hijos de Dios? ¿Hemos sido apresados por nuestras costumbres o ideas? Vestir al desnudo Esta obra de misericordia se nos facilita con las recolecciones de ropa que se hacen en las parroquias y otros centros de recolección. Recordar que, aunque demos ropa usada, no es dar lo que está ya como para botar o para convertir en trapos de limpieza. En esto también podemos dar de lo que nos sobra o ya no nos sirve, pero también podemos dar de lo que aún es útil. Atención personal acurrucándome en los brazos de la Santísima Virgen María o en pecho de Jesús, buscando su consuelo, su ayuda, amor y voluntad. Abrigo para mi desnudez espiritual cubriéndome con el manto de la oración y siempre que puedo me prodigo la formación la formación cristiana adecuada. Generosidad, compartiendo con los demás los bienes físicos que Dios me prodiga aun de los que me son necesarios. Cuidado de los bienes que Dios ha puesto en esta casa común, manteniendo limpio el entorno donde me muevo, protegiendo la naturaleza y la vida. Mostrando un aspecto digno y bonito a los que gozan como yo de ella. Adornos de silencio que sabe arropar al otro en sus necesidades evitando la queja y el pesimismo para ataviarse con la sencillez, esperanza y optimismo. Vestir al otro con la dignidad de Hijo de Dios. El Papa Francisco nos invita a dar de lo que nos hace falta. ¿Cuántas personas desnudas ha puesto Dios en mi día? De amor, de comprensión, ayuda, cobijo, ternura, aceptación, consuelo, etc. ¿Qué me ha pedido Dios hoy para hacer efectiva mi pobreza en esta obra concreta de misericordia? Tal vez me prevea prodigo de: Cariño, porque mis prójimos no cuentan con una familia, amigo, con alguien que les dé un saludo, una palabra amistosa. Cuidarnos de: (evitar) No cobijarnos con la capa de la falsa humildad, sin alardear arropar al otro poniendo al servicio de los demás las cualidades que Dios me ha regalado. Mostrar la propia desnudez al vestirnos con las ropas de la responsabilidad, amabilidad, entusiasmo en nuestro trabajo o quehacer diario. Atención, que me detenga a preguntarles como están hoy, como amanecieron, como se sienten. Vestirnos con trajes prestados, tomando como propio los beneficios de Dios, o de mis hermanos como si fueran míos. Ayuda, porque necesitan de un darle la mano para bajar la grada, atravesar una calle, o simplemente una sonrisa. No desnudar al hermano, quitándole el aprecio y fama que le pertenecen como hijo de Dios. Cobijo, tal vez físico o espiritual. Que cubra con mis palabras al hermano que es difamado. Que no desnude con mi critica al hermano, que personalmente me tenga consideración y no muestre mi desnudez (mis debilidades) no porque desee quedar bien con el otro sino que me tenga la suficiente consideración para mostrar las maravillas que el Espíritu Santo ha hecho en mí, en lugar de mis imperfecciones que a veces desalientan a los demás. Descobijar a otros y a mí mismo contando secretos o imperfecciones que no llevan a nada. Vista al otro con sus cualidades o sus éxitos, o con un detalle (el amor sabe buscarlo). Resguardo de doctrina segura la desnudez espiritual de los pequeños sedientos de Dios, perdidos en una sociedad dispersa en los medios de comunicación. Agradecimiento al Padre celestial el vestido de la gracia que Arroparnos haciendo alarde de lo que tengo y poseo. Me he llenado de ostentación con cosas, objetos, alabanzas, conocimientos, etc. Me pierdo en el calor de una plática, mas allá de lo conveniente, quitándole el tiempo a los demás, tratando de satisfacer mi curiosidad malsana, o satisfaciendo mi gusto por cubrir una necesidad de afecto o cariño. CELEBRAR Soportar con paciencia los defectos de los demás La tolerancia y la paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia. Sin embargo, hay un consejo muy útil: cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, no se debe ser tolerante. Con mucha caridad y suavidad puede hacerse la advertencia. Una vez más, es más fácil decirlo que hacerlo. Para ello, necesitamos la gracia, y mucha gracia. Pongamos también un ejemplo. Tal vez en el trabajo hemos estado siendo perjudicados por un jefe o compañero de trabajo. Cambiar de trabajo es impensable debido a la situación económica. Del mismo modo el jefe y compañero de trabajo no van a ninguna parte. La actitud más agradable a los ojos de Dios es simplemente volver a trabajar con gran humildad y con confianza en la Divina Providencia. ¡Confía en Dios! El estará allí contigo para ayudarte a llevar con paciencia la cruz. De gran ayuda podría ser meditar sobre Jesús cargando su cruz con dirección a su crucifixión. A pesar de que Jesús cayó tres veces. Él se levantó con el peso de los pecados del mundo sobre sus hombros sangrientos, cansados y golpeados. Siempre debemos tener a Jesús ante nuestros ojos como nuestro modelo y ejemplo, de hecho Jesús es el Camino la Verdad y la Vida. (Papa Francisco) Lo que puede hacer: Se escuchar va otro aunque me cuenta la misma historia muchas veces. Se discipular cuando el otro con sus impertinencias me molesta, no por falsa humildad, sino por amor a Dios y al hermano. Se discipular de corazón los defectos del otro y evitar que se divulguen. Vivir la paciencia, pues también tengo muchos defectos que los demás tienen que aguantar. Si ni siquiera puedo corregirlos, como pretendo que los demás sean como a mí me gusta. Quisiéramos que los demás fueran perfectos, pero nosotros no lo somos. “¿Cómo es que ves la basurita que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y después podrás ver para sacar la basurita del ojo de tu hermano” Mateo 7,3. Si nos tocó corregir, ¿lo hicimos? (o nos acobardamos) ¿Cómo lo hicimos? Me tengo la suficiente paciencia, en mis defectos, o soy implacable conmigo. Comentar las injusticias sociales de forma oportuna y con bases. Soy objetivo en mis defectos: Físicos, veo con desdén, con dureza; escucho al otro y en mi interior hago juicios, los interrumpo o no procuro ponerme en su lugar; hablo con adulación o con demasiada rigidez; como con exageración o deficiencia y solo lo que me gusta, huelo mal o exageradamente me perfumo. Exagero en mis sentimientos o los anulo provocando que luego se manifiesten de forma inadecuada. Espiritualmente: Busco fomentar o practicar alguna virtud, valoro la gracia y agradezco lo que Dios me regala. Cuido imitar a Cristo viviendo el amor más que la ley. Aceptar las correcciones aunque a veces vienen de personas que no nos agradan. Pedir perdón o reparar las faltas o errores que cometemos. Reponer lo que perdimos, maltratamos o quitamos aun cuando haya sido de forma inconsciente o accidental. Lo que podemos evitar: El juicio y la condena: “No tienes excusa, tu quien quiera que seas, tu que juzgas y condenas a otros, pues juzgando a los demás, a ti mismo te condenas, ya que tú haces las mismas cosas que condenas en los otros, y te figuras tu que juzgas a los que cometen tales cosas, pero te dedicas también a cometerlas, que escaparas del juicio de Dios” Romanos, 2. El consejo, que si no nos lo pidieron, de nada sirve. Inoportunos. En nuestras visitas, forma de estar con el otro, el tiempo que invierto en mis actos de piedad, en el descanso, en la diversión, en el trabajo, en la ayuda a los demás, en la forma en la que damos o pedimos el cariño y el afecto. Mostrar el enojo. (Si no se trata de una injusticia) cuidar la forma en la que nos dirigimos a los demás. Ser aduladores. Nos podemos convertir en cómplices de pecado. Justificarnos o disculparnos al momento que nos que nos corrigen. Disculpar las torpezas de los otros, sin mostrarnos interesados en las cosas, siempre valorando más a la persona. Hacer una tragedia con lo que perdimos. Darle demasiada importancia a lo que no lo tiene. Involucrarnos en la crítica destructiva. CELEBRAR A la luz de la Parábola de Hijo Prodigo (Lucas 15, 1-3.11-32) Discernamos si nos parecemos a esos hijos del Evangelio que nos sabemos recibir y corresponder al abrazó del Padre. Dios nunca desfallece en su fidelidad y, aunque nos alejemos o perdamos, nos sigue con su amor, perdonando nuestros errores y hablando interiormente a nuestra conciencia para volvernos a atraer hacía sí. En la parábola, los dos hijos se comportan de manera opuesta: el menor se va y se cae siempre cada vez más abajo; mientras que el mayor se queda en casa, pero el también tiene una relación inmadura con el padre: de hecho cuando regresa el hermano, no se muestra contento con el padre, se enfada y no quiere volver a la casa. Los dos hijos representan los dos modos inmaduros de relacionarse con Dios: La rebelión y una obediencia infantil. Ambas formas se superan a través de la experiencia de la Misericordia. Sólo experimentando el perdón, reconociendo que somos amados con un amor gratuito, más grande que nuestra miseria y nuestra justicia, entramos finalmente en una relación verdaderamente filial y libre con Dios. Sabiendo que somos hijos de Dios pensamos que lo merecemos todo. A veces no somos ni capaces de agradecer a nuestro Creador por el gran don de la vida. Y, mucho menos, nos esforzamos por corresponder a su amor infinito. ¿Cuánto hemos recibido de Dios?¡Todo! Sin embargo lo vemos como una oblación de parte de Él. Podíamos llegar a quejarnos cuando no recibimos los que queremos y tal vez hasta hemos llegado al punto de exigirle. Dios, en su infinita bondad, no cesa de colmarnos de sus gracias y hasta cumple con nuestros caprichos. No importa si le agradecemos o no. Lo más hermoso es ver que Dios no se cansa y por mucho que nos alejemos de Él, cuando deseamos volver, ahí está con los brazos abiertos esperándonos con un corazón lleno de Amor. Dios es el Pastor que se alegra al encontrar la oveja perdida. Él es el Padre Misericordioso que espera a su hijo perdido con grandes ansias, le perdona cualquier falta cuando ve un verdadero arrepentimiento y lo llena de su Amor, de su ABRAZÓ MISERICORDIOSO. El Papa Francisco nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación: En la celebración de este Sacramento, el sacerdote no representa solamente a Dios, sino a toda la comunidad, que se reconoce en la fragilidad de cada uno de sus miembros, que escucha conmovida su arrepentimiento, que se reconcilia con Él, que lo alienta y lo acompaña en el camino de conversión y de maduración humana y cristiana. Alguno puede decir: “ Yo me confieso solamente con Dios. Sí, tú puedes decir a Dios: “ Perdóname” , y decirle tus pecados. Pero nuestros pecados son también contra nuestros hermanos, contra la Iglesia y por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia y a los hermanos, en la persona del sacerdote. “ Pero, padre, ¡me da vergüenza!” . También la vergüenza es buena, es ‘ salud’ tener un poco de vergüenza. Porque cuando una persona no tiene vergüenza, en mi País decimos que es un ‘ senza vergogna’ un ‘ sinvergüenza’ . La vergüenza también nos hace bien, nos hace más humildes. Y el sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión, y en nombre de Dios, perdona. También desde el punto de vista humano, para desahogarse, es bueno hablar con el hermano y decirle al sacerdote estas cosas, que pesan tanto en mi corazón: uno siente que se desahoga ante Dios, con la Iglesia y con el hermano. Por eso, no tengan miedo de la Confesión. Uno, cuando está en la fila para confesarse siente todas estas cosas – también la vergüenza – pero luego, cuando termina la confesión sale libre, grande, bello, perdonado, blanco, feliz. Y esto es lo hermoso de la Confesión. CELEBRAR Celebremos la MISERICORDIA DEL PADRE CELEBRACIÓN COMUNITARIA DE LA RECONCILIACIÓN Canto inicial Monición de entrada El elemento central del Jubileo Extraordinario, y que el Papa enfatiza en su carta, será «el sacramento de la Reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia» (17). El sacramento de la Reconciliación «será para cada penitente fuente de verdadera paz interior» (17). En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Dejamos un momento de silencio para abrirnos al perdón y la misericordia de Dios en nuestras vidas. Oración inicial Dios y Padre bueno, en ti confiamos y en ti ponemos nuestra esperanza; te pedimos humildemente tu Espíritu Santo, para que fluya en nosotros una dinámica de paz, reconciliación y misericordia. Que en esta sencilla celebración podamos experimentar lo compasivo y misericordioso que eres hacia nosotros, para que de la misma manera seamos así hacia los demás. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Lectura bíblica Hermanos: no pongan triste al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la liberación final. Quiten de ustedes toda amargura, enojo, ira, enfados e insultos, y toda maldad. Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo. Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados y vivan en el amor, así como también Cristo los amó y se dio a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios de suave aroma (Ef 4,30-5,2). Breve profundización de la lectura En esta lectura San Pablo nos está hablando que podemos vivir desde una doble dinámica en nuestras vidas: la dinámica de la violencia (amargura, enojo, ira…) y la dinámica de la misericordia (amabilidad, perdón, no-violencia…). Fuimos sellados por el Espíritu Santo de Dios en el bautismo, por lo cual nos invita a alegrar a Dios ofreciendo nuestras vidas junto con Cristo y con la ayuda del Espíritu Santo. Dios quiere que nos reconciliemos con Él, con nosotros mismos y con los demás; por ello nos invita a amarnos unos a otros, perdonarnos unos a otros, ser pacientes y comprensivos entre nosotros… en pocas palabras ser entre nosotros como Dios es con cada uno de nosotros. Canto intermedio de disposición CELEBRAR Peticiones comunitarias de perdón Ahora pasaremos a expresar algunas peticiones de perdón a Dios. A cada petición de perdón respondemos. Perdón Señor, perdón. Porque nos cuesta amar como tú nos amas y quizás por ello otros hombres no descubren tu amor. Perdón Señor, perdón. Por no poner nuestros dones al servicio de los demás, por todas las veces que ni siquiera los queremos reconocer. Perdón Señor, perdón. Por nuestra intolerancia contra los que no piensan como nosotros, por nuestras críticas contra los que no actúan como nosotros. Perdón Señor, perdón. Por nuestra pasividad en la tarea de construir un mundo más acorde con el Evangelio. Perdón Señor, perdón. Por nuestra falta de coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Perdón Señor, perdón. Por nuestra falta de implicación en la lucha por la justicia y la paz. Perdón Señor, perdón. Por nuestras desilusiones, por nuestras manías y obsesiones. Perdón Señor, perdón. Por nuestras actitudes violentas en casa, en el trabajo, en la calle, en el coche, en el grupo. Perdón Señor, perdón. Podemos agregar algunas peticiones de perdón espontáneas Signo compromiso Cada persona toma un papelito. La idea es escribir en ese papel, alguna cosa de la que hayamos pedido perdón, y que a la vez nos queremos comprometer por transformarla. Por ejemplo, si yo ofendí y dañé a una persona, me comprometeré a pedirle perdón y sanar el daño hecho; si me peleo a cada rato con alguien de la familia, me comprometeré a renovar la relación desde la comprensión mutua, etc. Una vez llenado el papelito, se depositará en una canasta. Se invita a todo a acercarse alrededor de una imagen que represente la misericordia y el perdón de nuestro Padre Dios y juntos rezamos el Padrenuestro. El Papa Francisco nos invita a acudir a la Confesión Quisiera preguntarles, pero no respondan en voz alta ¿eh?, cada uno se responda en su corazón: ¿cuándo ha sido la última vez que te has confesado? Cada uno piense. ¿Dos días, dos semanas, dos años, veinte años, cuarenta años? Cada uno haga la cuenta, y cada uno se diga a sí mismo: ¿cuándo ha sido la última vez que yo me he confesado? Y si ha pasado mucho tiempo, ¡no pierdas ni un día más! Ve hacia delante, que el sacerdote será bueno. Está Jesús, allí, ¿eh? Y Jesús es más bueno que los curas, y Jesús te recibe. Te recibe con tanto amor. Sé valiente, y adelante con la Confesión. Invitar a pasar al sacramento de la reconciliación individual y mantener un clima de oración y reflexión. Oración Señor yo necesito de tu perdón y tu misericordia. Sé que puedo acudir a ti con todos mis defectos y pecados. Tú me quieres perdonar. Me esperas con tu corazón de Padre para que yo llegue y acepte tu amor. Tú reinas y gobiernas con misericordia, y nada te agrada más que poder perdonar.