le corbusier, el arbol y el bosque

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le corbusier, el arbol y el bosque
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LE CORBUSIER, EL ARBOL Y EL BOSQUE
Por Marcelo Gardinetti | julio de 2013
Entidad de la naturaleza en casa Curutchet
“un árbol podrá ser plantado en el nivel 1, en el vacío disponible delante de
la vivienda. Su follaje podrá subir a voluntad.” (1)
En la obra de Le Corbusier, los elementos de la naturaleza establecen
una referencia en sus diseños, sin distinción de programa, escala, sitio o
período. Sus propuestas urbanísticas fundan parte sustancial de sus tesis
en la estructuración de parques y bosques naturales como contenedores
de sus edificios. Sin embargo, la incorporación de árboles como
elementos estructurantes de sus diseños construidos, especialmente en
los de escala doméstica anteriores a 1950, estuvo relegada a un rol
complementario.
Esta aseveración que vertemos tiene una única excepción: la casa
Curutchet.
La vivienda de La Plata es la única casa diseñada por Le Corbusier hasta
entonces en la que un árbol, intencionadamente, como parte emergente
del proceso de diseño, integra la composición. Las tres obras anteriores
donde un árbol participa en el diseño se encontraban en la parcela con
anterioridad al encargo, trasmutando en un condicionante de proyecto:
la Casa La Roche de 1923, el pabellón L’Espirit Nouveau de 1925 y la
casa para artistas de Ternisien de 1926.
Teniendo en cuenta las exiguas dimensiones de la parcela de la casa
Curutchet, la complejidad del programa y la presencia dominante del
bosque, que se incorpora a la casa desde un diseño decididamente
jugado a su captura, el interrogante pasa por establecer el motivo que
implicó su incorporación protagónica a la composición.
El árbol al que hacemos referencia es del tipo denominado “álamo
Mussolini”, especie que proviene originariamente de Italia. Fue plantado
por el Dr. Pedro Curutchet finalizada la obra en 1956, de acuerdo a la
indicación realizada por Le Corbusier en la correspondencia expuesta al
inicio del texto.
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“lo plantamos después de hecha la casa. Yo creí que iba a ser difícil, pero Le
Corbusier conocía tanto la inclinación de los rayos solares que la planta
tuvo sol suficiente para desarrollarse desde el primer momento.” (2)
Algunos estudiosos de la obra de Le Corbusier consideran que la
incorporación del árbol constituye una extensión del parque ubicado
frente a la parcela. Otros, que lo utiliza como un elemento que le
permite ampliar y enriquecer el vocabulario formal. Aun coincidiendo
con ambas apreciaciones, creemos encontrar elementos suficientes
para pensar en la existencia de otras motivaciones que concluyeron en la
toma de decisión.
En este aspecto, explorando el repertorio formal de la obra, el árbol
constituye un elemento de tensión. La tensión entre los componentes
del diseño es un concepto que Le Corbusier desarrolla con una
ductilidad notable, tal como lo define en el texto publicado en L’Espirit
Nouveau:
“la obra de arte es un objeto artificial que permite situar al espectador en
un estado buscado por el creador; la creación de la obra de arte debe
disponer, por lo tanto, de medios y resultados seguros. Hemos intentado
crear, pues, una lengua que posea estos medios: Las formas y los colores
primarios tiene propiedades ESTANDAR -propiedades universales que
permiten crear un lenguaje plástico transmisible. Pero la utilización de las
fuerzas primarias no permite situar al espectador en el estado de orden
matemático buscado. Para ello hay que recurrir a las asociaciones de
formas naturales o artificiales, con el fin de despertar las sensaciones
secundarias, y el criterio de su elección es el grado de selección a que han
llegado ciertos elementos- selección natural y selección mecánica” (3)
Este tipo de asociación de objetos, composición por elementos en
contraste, es parte de la riqueza expresiva que proviene de su formación
plástica y establece un escenario que diferencia la obra de Le Corbusier
de la mayoría de los maestros de su generación.
En la Casa Curutchet, el árbol rompe la geometría de la trama de pilotis,
proponiendo en su textura un contraste a los delgados cilindros blancos.
Esta divergencia de caracteres enfatiza las cualidades de ambas
convenciones: la rigidez de la trama estructural y lo impredecible de las
formas de la naturaleza.
Emplazado en el umbral de la rampa, el árbol marca el inicio del paseo
arquitectónico. Pero además lo enriquece de manera sustancial. En
mérito a su ubicación, el árbol se transforma en una referencia espacial
durante todo el recorrido. La disolución de luces en sombras, cambiante
de acuerdo a la época del año debido a las variaciones estacionales que
le hacen perder el follaje en otoño y lo vuelven tupido en primavera,
propone un paisaje impredecible.
El modo en que el árbol acentúa la verticalidad del espacio existente
entre los dos volúmenes es otro punto a considerar. El programa de la
casa Curutchet se distribuye en capas horizontales superpuestas, una
estrategia que permite a la vivienda ocupar la cubierta del consultorio
para compartir entre ambas fachadas el dominio visual sobre el bosque.
En este contexto, el árbol es el único elemento que atraviesa en vertical
la totalidad de los niveles de la casa.
En un mismo sentido, el árbol es el elemento de integración entre la
vivienda y la consulta. En las dos viviendas que mencionamos
anteriormente, donde el árbol aparecía como elemento existente en la
parcela, el edificio lo rodea en quiebres de su envolvente. En la casa
Curutchet, el árbol se transforma en elemento de unión, componedor de
la unidad del conjunto.
El concepto de transparencia fenomenal perfectamente puede aplicarse
en este caso, sin dejar de lado las implicancias poéticas que acarrea el
hecho de incorporar un elemento vegetal a la obra. La fascinación de Le
Corbusier por el continuo espacio-tiempo debe considerarse un factor
de influencia necesaria, teniendo en cuenta que el tiempo
arquitectónico concierne al movimiento y a la visión cinematográfica
que ofrece el recorrido.
Las consideraciones expuestas, textuales o subyacentes, no hacen más
que reafirmar la capacidad compositiva, la cualidad poética y la virtud
plástica de la obra de Le Corbusier. La casa Curutchet es un compendio
de imágenes subyugantes, imprevisibles, que revelan la infinidad de
recursos del hombre que permaneció en la vanguardia de la arquitectura
moderna desde que promocionó el primer dibujo de la estructura Domino hasta la última de sus obras.
Fotografías: ©Marcelo Gardinetti
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Notas:
(1) Carta de Le Corbusier al Dr. Pedro Curutchet, 24 de mayo de 1949.
(2) Pedro Curutchet a Daniel Casoy, en “Arquitectura Bis”, nº2.
Barcelona. 1983
(3) Esthétique et Purisme, L’Espirit Noveau nº 15 1922
Publicado en TECNNE ©Marcelo Gardinetti
Cite: “Marcelo Gardinetti, Le Corbusier, el árbol y el bosque; Tecnne”
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English version
LE CORBUSIER, THE TREE AND THE FOREST
By Marcelo Gardinetti | july 2013
Nature entity in Curutchet house
"A tree may be planted at level 1, in the empty space available in front of
the house. its foliage may upload at will”.(1)
In the work of Le Corbusier, the elements of nature set a reference in their
designs, regardless of program, scale, site or period. Their planning
proposals founded substantial part of their thesis in structuring natural
woodland and container buildings. However, the incorporation of trees as
structural elements of their designs built, especially in domestic scale
before 1950 was relegated to a complementary role.
This statement we pour has a single exception: the Curutchet house.
The house of La Plata is the only house designed by Le Corbusier until then
in which a tree intentionally as part emerging of the design process,
integrates the composition. The three previous works where a tree is
involved in the design were in the plot prior to the order, transmuting into
a condition of project: Casa La Roche, 1923, L'Esprit Nouveau pavilion
1925 and home to artists Ternisien 1926.
Taking into account the meager size of the plot of the house Curutchet, the
complexity of the program and the dominant presence of the forest, which
is incorporated into the house from a design definitely played to his
capture, the question involves establishing the reason that implied its
protagonist addition to the composition.
The tree to which we refer is the type called "Alamo Mussolini", a species
that originally comes from Italy. Was planted by Dr. Pedro Curutchet work
is completed in 1956, according to the indication made by Le Corbusier
exposed in correspondence to the beginning of the text.
"I planted after the house made. I thought it was going to be difficult, but
Le Corbusier knew both the inclination of the sun that the plant had
enough sun to develop from the outset".(2)
Some students of the work of Le Corbusier considered that the
incorporation of the tree is an extension of the park located in front of the
plot. Others use it as an item that allows you to expand and enrich the
formal vocabulary. Even coinciding with both findings, we find sufficient
evidence to suggest the existence of other motivations that ended in
decision making.
In this regard, exploring the formal repertoire of the work, the tree is an
element of tension. The tension between the components of the design is a
concept that Le Corbusier developed with remarkable ductility.
This type of association of objects, composition contrasting elements, is
part of the expressive richness that comes from their plastic deformation
and establishes a scenario that differentiates the work of Le Corbusier
most teachers of his generation.
In the Curutchet House, the tree breaks the geometry of the plot of piles,
offering a contrast in texture to the thin white cylinders. This divergence of
character emphasizes the qualities of both conventions: the stiffness of the
structural frame and the unpredictability of natural forms.
Located on the doorstep of the ramp, the tree marks the beginning of the
architectural promenade. But also enriches substantially. In virtue of its
location, the tree is transformed into a spatial reference during the tour.
The dissolution of lights in shadows, changing according to the time of
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year due to seasonal variations that make you lose foliage in autumn and
become thick in spring, proposes an unpredictable landscape.
The way in which the tree accentuates the verticality of the space between
the two volumes is another point to consider. The Curutchet house
program is distributed in overlapping horizontal layers, a strategy that
allows housing occupy cover the office to share between both facades
visual mastery over the forest. In this context, the shaft is the only element
that runs through the entire vertical levels of the house.
In the same sense, the tree is the integration between housing and
consultation. In the two houses we mentioned above, where the tree
appeared as a present in the plot, the building surrounding it in its
envelope breaks. At Curutchet house, the tree becomes binding element,
mender of unity of the whole.
The concept of phenomenal transparency perfectly applicable in this case,
without neglecting the poetic implications hauling fact incorporate a
vegetable element to the work. Le Corbusier's fascination for the spacetime should be considered an influencer necessary, taking into account the
architectural time concerning the movement and cinematic vision that
offers the course.
The considerations exposed, textual or underlying, only serve to reinforce
the ability of composition, the poetic quality and the plastic under the work
of Le Corbusier. The house Curutchet is a compendium of captivating
images, unpredictable, revealing the infinite resources of the man who
stood at the forefront of modern architecture since promoted the first
drawing of the Dom-ino structure until the last of his works.
Published in TECNNE ©Marcelo Gardinetti
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