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instruction instruction GENERATION Experience texto por FR A NÇOIS-X AV IER DUPL Á • Fotografía por Las imágenes forman parte de la campaña “Global Generations” lanzada recientemente por la agencia de comunicación Leagas Delaney para Patek Philippe. La celebración del día de la madre y el padre es un recuerdo especial de los vínculos tan complejos y a la vez tan universales que unen generación tras generación a padres e hijos. Una fuerza indescriptible que ha inspirado a artistas de todas las epocas. L os lazos que se establecen con los hijos son tan fáciles de sentir como difíciles de explicar ¿Cómo definir la relación entre padres e hijos? ¿Con qué palabras expresar ese vínculo inexplicable? Seguramente hay tantas respuestas como personas. Es un profundo sentimiento, tan personal como intransferible. Pocas emociones son tan intensas como la maternidad o la paternidad; sin duda una de las experiencias más intensas y apasionantes que ofrece la vida. Los nudos emocionales, entre padres e hijos, son posiblemente los más fuertes que el ser humano puede construir desde tiempos ancestrales. Cineastas, escritores, pintores y artistas en general han tratado, a lo largo de la historia, de expresar a través de los diferentes lenguajes artísticos la complejidad de ese sentimiento intangible, mezcla de protección, cariño y generosidad, que los padres depositan en sus hijos. Diferentes registros para describir una misma realidad. Roberto Benigni en La Vida es Bella trazó el retrato de un padre capaz de hacer cualquier cosa por preservar la inocencia de su hijo en el mismísimo infierno de un campo de concentración, mientras los artistas del “Quatroccento” dieron a Las Madonas un aire infantil y angelical, de una ternura cotidiana, casi hogareña, y a la vez de gran profundidad espiritual. Los vínculos emocionales, entre padres e hijos, son posiblemente los más fuertes que el ser humano puede construir 96 • SPEND IN “Boots” de la campaña de Patek Philippe 2004-2005. Fotógrafa: Peggy Sirota. www.peggysirota.comwww.spend-in.com www.spend-in.com “Gardening” de la campaña de Patek Philippe 2003-2005. Modelos: Carrie Coffey (madre) y Elena Dole (hija). Fotógrafa: Peggy Sirota. www.peggysirota.com No solo obras de arte, que serían innumerables, o maravillosos libros como “Mortal y Rosa” de Paco Umbral abordan la relación de padres e hijos. La grandeza de este sentimiento radica en su universalidad más allá de divisiones sociales o culturales. Los medios se hacen eco continuamente de ejemplos que testimonian la abnegación de muchos padres, como las Madres de la Plaza de Mayo de Buenos Aires o muchos casos de “padres coraje”, que han movido el mundo para ayudar a sus hijos desafiando los límites de lo comprensible. Historias, la gran mayoría de ellas anónimas, que recuerdan que, en tiempos de zozobra y crisis, la familia es la última defensa con la que generalmente cuenta la persona en un mundo cada vez más deshumanizado. La familia, pese a la omnipresencia de los medios de comunicación, la extensión de las redes sociales y un estilo de vida que cada vez deja menos espacio para la vida en el hogar, sigue siendo la principal referencia en la construcción de la personalidad y el marco en el que mejor se puede desarrollar una educación en valores. La escritora, conferenciante y orientadora familiar Victoria Cardona recalca la importancia de la educación de los padres en la primera infancia: “los niños imitan todo, por lo que es muy importante ser coherentes a la hora de dar testimonio. Los valores no se enseñan. Los valores los descubren los hijos a través del ejemplo de los padres”. Un camino por otra parte nada fácil, especialmente en la adolescencia de los hijos que atraviesa momentos de incomprenSPEND IN • 97 instruction instruction sión y de alejamiento. Un choque que a veces cuesta mucho superar pero que generalmente hace que los hijos superen a sus progenitores, cuando los eslabones de la cadena familiar vuelven a encajar. En este sentido son memorables las palabras de Mark Twain: “Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años”. Si hay un mundo en el que la colaboración de padres e hijos da resultados extraordinarios es en el mundo de la empresa. Gran parte de las firmas más admiradas de la actualidad, desde grandes multinacionales que operan a nivel global a talleres artesanos cuyas producciones son sinónimo de excelencia, son el resultado de la pasión, el conocimiento y el espíritu de superación de varias generaciones. Pocas vocaciones profesionales son tan fuertes como la que nacen y crecen en casa. En las memorias de muchos magnates, de los Agnelli a los Morgan, abundan las anécdotas de hijos que aprendieron el sentido de la responsabilidad y los secretos de los negocios mientras acompañaban a sus padres a sus oficinas y factorías en los días festivos. La mayoría de esos gigantes de las finanzas y la industria han reconocido, en algún momento, que se empaparon de esos modelos paternos: imitando cada uno de sus gestos o sus formas de comportarse y aprendiendo de su mano La campaña de Patek Philippe que ha sido realizada por la agencia Leagas Delaney de Londres busca un referente humano universal: el amor transmitido de padres a hijos 98 • SPEND IN “Sailing” de la campaña de Patek Philippe 2010-2012. Modelos: Francis Forbes (padre), Alessandro Rosso (hijo). Fotógrafa: Veronique Vial. www.veroniquevial.com londinense Leagas Delaney, es el responsable de esta campaña que reconoce que ha sido todo un reto: “Comenzamos, como hacemos con cada uno de nuestros proyectos, buscando un referente humano universal; en este caso: Un hombre da un enorme valor emocional a su reloj que, cuando se transmite a su hijo se convierte, en un verdadero símbolo de amor. La expresión, tanto en palabras como en imágenes resuena en cualquier parte del mundo de una manera muy emocional y se sustenta en el carácter familiar de una empresa como Patek Philippe”. Son estas, fases de la vida en la que los padres son un ejemplo de conducta, un modelo a imitar en el que la educación y los valores que definen la personalidad quedan grabados para siempre. los mecanismos que articulaban las palancas de la economía que les tocó vivir. Lecciones que difícilmente hubieran aprendido en una universidad o en una elitista escuela de negocios. Hay cosas que simplemente no salen en los libros. No importa su tamaño, el conocimiento particular que atesora cada empresa familiar hace que éste sea su patrimonio más preciado y una ventaja comparativa en un mundo en el que la economía a escala solo deja sitio a productos cuya personalidad y calidad es única. El actual éxito de empresas familiares de la moda como Etro, Missoni o Salvatore Ferragamo, demuestra que hay un interesante futuro para las empresas que perseveran en su esencia y mantienen su personalidad generación tras generación. Un ejemplo único de esa química especial, que surge cuando colaboran padre e hijo, es el restaurante Sukibayashi Jiro Honten, el más pequeño del mundo (solo tiene espacio para diez comensales) con tres estrellas Michelin. En él Jiro Ono junto a su hijo mayor Yoshikauzu han conseguido que de los 200.000 restaurantes que tiene Tokyo sea el suyo el que este considerado como el que ofrece el mejor sushi, lo que equivale a decir que es el más perfecto del mundo. La familia es un referente que sobrevivirá, según todos los expertos, posiblemente a todos los cambios de mentalidades, gustos o formas de vida que genere en el futuro el marketing o las modas que se suceden con más velocidad. Como valor seguro, compañías de prestigio internacional, líderes en el sector de la relojería como Patek Philippe, apuestan en su política de comunicación por transmitir el valor de la familia en campañas como “Global Generations”que el año que viene cumplirá 20 años. Tim Delaney, presidente de la prestigiosa agencia de comunicación www.spend-in.com Imágenes emotivas, muy poderosas visualmente que dan forma a ese diálogo sin palabras entre generaciones “Train” de la campaña de Patek Philippe 2004-2005. Modelo: Ed Locke (hijo). Fotógrafa: Peggy Sirota. www.peggysirota.com www.spend-in.com SPEND IN • 99